3 del compromiso de caspe a américa

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CLAVES PARA COMPRENDER LA

EMPRESA DE CRISTÓBAL COLÓN

Capítulo 3º

MARISA AZUARA

DEL

COMPROMISO DE

CASPE AL NUEVO

MUNDO

La muerte del rey Martín el Humano

sin designar heredero abrió el

proceso más traumático de la

historia de la Corona de Aragón

Los pretendientes con derechos al trono aragonés comenzaron la lucha para

apoderarse de él

El candidato con mayores

posibilidades era el nieto

bastardo del difunto

monarca, Don Fadrique de

Luna, al que apoyaban los

Alagón y los Luna, incluido el

anti-papa Benedicto XIII

Lo seguía con mucha

fuerza el conde Jaime

de Urgel, heredero del

trono de Mallorca por

su madre, Margarita

del Monferrato, al que

sostenía la nobleza

catalana

Algo más rezagados iban Fernando

I de Trastámara, hijo de Leonor de

Aragón

Y Luís III de Anjou, hijo de

Violante de Aragón

El asesinato del arzobispo de Zaragoza, García Fernández de

Heredia, precipitó la elección

La inclinó a favor de Fernando de Antequera cuyos acólitos tuvieron la

habilidad de acusar del homicidio a sus más poderosos rivales: el conde Jaime

de Urgel, Antón de Luna y los Alagón

En pocos días, Fernando de Antequera fue proclamado rey de Aragón con la

impagable ayuda del dominico Vicente Ferrer

Blasco de Alagón y su hijo, Don

Artal, sintiéndose traicionados otra

vez por la Corona

Aragonesa, regresaron a sus

posesiones de Sicilia para preparar la

boda de Don Artal con Benedetta

Cubello d’Arborea, de la Casa de los

Jueces de Arborea en Cerdeña

Por su parte, Antón de

Luna y el conde de

Urgel se levantaron en

armas contra el nuevo

rey mientras éste era

coronado en la Seo de

Zaragoza

Las tropas de Fernando I de Aragón sitiaron a Antón de Luna en su castillo de

Loarre. Tras apresarlo, lo juzgaron y enajenaron todos sus bienes

Poco después

fue derrotado el

conde Jaime de

Urgel a quien

llevaron cautivo

al castillo de

Játiva

Su extraña muerte constituye uno de los episodios más tormentosos de la

historia de la Corona de Aragón

Tras muchas peripecias, Isabel, hija mayor del conde de Urgel, logró casarse

con el infante Pedro de Coimbra y llevar a Portugal todos los conocimientos

de la Escuela de Cartógrafos de Mallorca

Allí los continuó el infante

Enrique el Navegante

Entretanto, Fernando I, a fin de atraerse a los

catalanes, ordenó la compilación de los Usos de

Barcelona y de las Constituciones Cathalanas

También reconoció a su

heredero el título de

Príncipe de Gerona, en

lugar del habitual de

duque, y puso bajo su

gobierno a los cathalanes

Acababa de

inventar la

autonomía

catalana

Era cuanto podía

hacer dada la

imposibilidad de

crear un reino

para ellos debido

a su acercamiento

al papa cismático

y a las malas

relaciones de

Aragón con el

Imperio

Con esta medida terminaron

los buenos propósitos del rey

Fernando I. Habiendo

conseguido cuanto quería, dio

un giro de 180 º a su política

Su primera medida de

gobierno fue prohibir el

romance aragonés o lemosín y

el alto-aragonés o gascón que

se hablaban en los estados de

la Corona de Aragón e

imponer el castellano como

idioma oficial de la corte

La segunda

consistió en

abandonar al

anti-

papa, Benedicto

XIII, que le

había dado el

trono de Aragón

En el concilio de Constanza, sus

legados renunciaron a la

obediencia de Avignon y se

sujetaron a la obediencia de

Roma. Se llegaba al final del

cisma

La muerte impidió a

Fernando I de Aragón

continuar con sus

fechorías, pero tuvo unos

dignos herederos en sus

hijos

Su inmediato sucesor en el

trono aragonés fue el

mayor, Alfonso V de

Aragón y Sicilia

La primera medida del nuevo

monarca fue dirigirse a

Cerdeña para completar la

conquista de la isla

Allí, el marido y el sobrino de la

jueza Eleonora habían recuperado

casi toda la isla para Arborea

El rey Alfonso desembarcó

en Alghero con la ayuda de

los cathalanes de la isla, de

los que seguía siendo

príncipe, pues no tenía

heredero legítimo

En poco tiempo recuperó la mayor parte del territorio para Aragón

Y dio importantes privilegios a los nobles sardo-genoveses a fin de ganar su

lealtad. De ellos destaca el Don de Generosità

Pero la caprichosa reina, Juana II de Nápoles, decidió desheredar a los

Anjou y nombrar al rey Alfonso sucesor del trono partenópeo

La reina de Nápoles no tardó en

arrepentirse de su decisión y desheredó a

Alfonso V quien, enfrentado a

genoveses, milaneses y angevinos, fue

hecho prisionero en la batalla de Ponza

Por los días de su cautiverio nació el primogénito de Salvador de

Sena, segundo hijo del Gran Almirante de Cerdeña, y de Isabela

Alagón de Arborea. Al neofito lo llamaron Christóval Piccolomini

Durante su encierro, Alfonso V se atrajo las

simpatías de Filippo Maria Visconti quien no

sólo lo dejó en libertad sino que le dejó en su

testamento La Gallura, en la isla de Cerdeña

No en vano, el rey de Aragón

contaba con un secretario

excepcional: Alfonso Borja, el

futuro papa Calixto III.

Además de ayudarle a terminar

con el cisma, iba a poner Nápoles

a sus pies

El 23 de febrero de 1443. Alfonso V entró triunfalmente en Nápoles y se

hizo coronar rey

Aprovechando la muerte de

Filippo Maria Visconti, Alfonso V

atacó a los Doria de Cerdeña y les

arrebató sus posesiones en el Norte

de la isla. Sólo le quedaba

apoderarse de los territorios y los

derechos de los Arborea y de los

Piccolomini de Sena para someter

toda Cerdeña

Pero en el concilio de Basilea volvió a estallar un nuevo cisma

En el bando del anti-papa

Saboya, el emperador y los

Visconti-Sforza destacó una figura

que cobraría gran protagonismo en

el futuro, Enea Silvio

Piccolomini, pariente cercano de

los Piccolomini de Cerdeña

Al principio pareció que vencerían los conciliares de Basilea. Sin

embargo, con gran habilidad, Eugenio IV convocó un concilio paralelo en

Florencia

Y logró que acudiera a

Florencia el emperador

de Constantinopla

El cisma había terminado. Por el

momento, Eugenio IV ganaba la partida y

los asuntos de los siguientes años se

decidirían en Florencia

Todos los gobernantes enviaron a la Ciudad del Arno a sus emisarios

Eneas Piccolomini, legado

del emperador

Federico, hubo de pedir

perdón público al papa

Eugenio

La humillación bien valía el propósito. Era imprescindible realizar un pacto

secreto con Besarión, Calixto III, Nicolás de Cusa y el cardenal Jaime de

Coimbra para encontrar el Reino Prometido a fin de salvar Constantinopla y

recuperar Jerusalén

Ajeno a estos

propósitos, Cristóbal

Piccolomini navegaba con

su familia y estudiaba en

Cagliari

Donde aún

formaban

cosmógrafos

aquellos sabios

que habían sido

preparados por

los maestros de

la Escuela de

Mallorca

Pero la caída de

Constantinopla en poder

de los Turcos precipitó los

acontecimientos

El primer paso

fue conseguir

que el cardenal

Alfonso Borgia

alcanzase el

papado y

nombrase

cardenal al

geógrafo Enea

Piccolomini

Contaban con que el

rey Alfonso V

aportaría a la cruzada

el dinero y los medios

necesarios

Pero éste prefería

hacer la guerra a los

genoveses y a los

angevinos.

Los traicionó

Enrabietado, el papa Borgia declaró odio eterno a los

Trastámara y buscó la ayuda del rey de Francia, para lo que

canonizó a Juana de Arco

Por su parte, los cardenales

Piccolomini, Ammannati, Besarión y de Cusa fundaron

una Academia en Roma

La dirigía Pomponio

Leto y en ella se reunían

los mayores sabios de la

época como

Regiomontano, Pietro

Mártir de Anghiera, y

Christoval

Piccolomini, el Nuevo

Tiphis

No por casualidad, Colón se aplicó a sí mismo el nombre de Nuevo Tiphis

en el Libro de las Profecías

Pero las cosas

en el Reino

Latino se

estaban

poniendo muy

mal. Acababa

de ser

envenenado el

marido de la

reina

Carlota, Juan

de Coimbra

A la reina de Chipre volvieron a casarla rápidamente con Luís de Saboya, pero

ello no evitó que Jacobo, hermano bastardo de la soberana, la destronase

A pesar de la falta de

recursos, el papa

Calixto III, solo, armó

una cruzada a cuyo

frente puso al cardenal

Ludovico Trevisano

Como

cosmógrafo de la

cruzada iba el

portugués

Rodrigo

Reinel, patriarca

de una insigne

saga de

cosmógrafos

En ella, al mando de la

Ferrandina participó

Christóval Piccolomini

No fue una cruzada

cualquiera: debían

traer el último alumbre

de Levante

Y, además, dirimir qué

concepción del Mundo

prevalecería en el

futuro, si el aristotélico o

el platónico

La apuesta era enorme y las muertes de quienes apoyaban la cruzada se

sucedieron: Peuerbach, el cardenal Jaime de Coimbra, el infante Enrique el

Navegante y el rey Alfonso V de Aragón

La sucesión de Don Alfonso fue tormentosa pues el papa no admitía que

en Nápoles se coronara rey su hijo Fernando

En el resto de la Corona de Aragón

no hubo litigios y sucedió Don

Juan, el hermano del difunto rey

Alfonso, ya que su

hijo, Fernando, era ilegítimo

Por entonces, Don Juan ya había

arrebatado el título de rey de Navarra

a su primogénito, el príncipe Carlos

de Viana, que había heredado el

reino de su madre, la reina

Blanca, viuda de Martín el Joven

Los nobles

catalanes, descontentos con el

rey Juan, al que apodaban Sin

Fe, obligaron a éste a que

designara Príncipe de los

cathalanes a Carlos de Viana

Poco después de su

proclamación, Carlos de Viana

murió prisionero de su padre

y, según aseguraban las malas

lenguas, envenado por su

madrastra, Juana Enríquez

Disgustados con los

hechos, los catalanes

declararon la guerra al rey

Juan II y ofrecieron la

corona de los catalanes, que

era la de Mallorca en virtud

del testamento del rey Jaime

I, a Don Pedro de

Coimbra, Condestable de

Portugal, el Rex Bellator de

Raimundo Lulio que debía

capitanear la cruzada

Estando así las cosas, murió el

papa Calixto III

Para sellar el pacto, el

papa casó a su

sobrino, Antonio

Piccolomini, con una de

las hijas ilegítimas del

rey, María, la duquesa de

Amalfi

Podía convocarse la

cruzada. A tal fin, Pío II

convocó una dieta en

Mantua. Junto a él

aparece, una vez más, el

Nuevo Tiphis, en los

frescos de la Librería

Piccolomini

No obstante, existía un

problema, el Rex Bellator no

podía dirigirla por estar

defendiendo sus posesiones en

el Principado catalán

Sin dudarlo, el papa se

encaminó a Ancona dispuesto a

guiar a las tropas.

A su lado cabalgaban el

cardenal Rodrigo Borgia y el

Nuevo Tiphis

Pero las desgracias no

habían terminado.

Como es bien

sabido, la cruzada no

llegó a partir pues

Papa Pío murió

cuando iba a embarcar

Tres días antes había muerto en

Todi Nicolás de Cusa. Uno de los

frailes que le asistió en su

muerte, Fra Bernardino de

Monticastri, confesor de

Colón, aseguró en su testamento

que De Cusa designó a Colón

para continuar la empresa

Pero en aquel momento Colón

regresó a Cerdeña. Su familia

lo necesitaba

Príncipe de Viana

Juan sin Fe iba tras sus posesiones y pensaba declararles la guerra

Sólo esperaba vencer a Renato de Anjou al que los catalanes

habían ofrecido la corona tras la muerte de Pedro de Coimbra

La situación era óptima:

Leonardo Alagón, hijo del

conde de Sástago, había

heredado el trono de Arborea y

su hija, Eleonora, estaba casada

con Juan de Sena Piccolomini

Los dos únicos estados aliados de Génova que quedaban en la isla estaban a su

alcance

No puede decirse que Juan II venció con buenas

artes: arrancó al parlamento una injusta sentencia

de felonía y lesa majestad contra los Alagón y los

Piccolomini

Colón hubo de abandonar Cerdeña junto a sus hermanos para evitar la

muerte. Se unió a los genoveses que guerreaban contra el rey de

Aragón en el Mediterráneo

Por los mismos días, el

heredero de

Aragón, Fernando el

Católico, se casaba con

la princesa Isabel de

Castilla

Pero, inesperadamente, asesi

naron al duque de

Milán, soberano de los

Genoveses

Tres meses más tarde atentaron contra los Medici en Florencia y

mataron a Giuliano

Colón buscó el cobijo de su primo, Antonio Piccolomini. Pero los

musulmanes tomaron Otranto. Era preciso retomar la empresa cruzada

A fin de iniciarla, Colón se dirigió a Portugal

Allí se conservaba lo que quedaba de la

Escuela de Cosmógrafos del infante Enrique

el Navegante

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