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24 Páginas Año: 12 Número 276 14 de Marzo 2012 a puerta de la casa donde viven las tres Marías estaba entreabierta. Eran las seis de la mañana y los gallos habían dejado de cantar. A esa hora temprana, San Luis Rey de Francia ya había trabajado una cuarta parte de su diario jornal. Por lo tanto, no era un buen momento para interrumpir la vida atareada de ningún sanluiseño, fuera este, cantarero, vaquero o albañil. Contra todo pronóstico, entré a esa casa y me senté a conversar con esas tres mujeres alfareras de linaje maya Pocomam. Confieso, no lo hice adrede. Mi falta consistió en pasar por ese vecindario y quedarme viendo a las tres mujeres, afanadas en darle brillo a los cántaros de barro. Al verme allí, la más joven vino hacia mí. -Buenos días, ¿busca a alguien? -Buenos días. No -respondí-. Solo me dio curiosidad ver como pulen los cántaros. No necesité decir más, ni siquiera presentarme. Con una sonrisa fui invitado a pasar. Una vez adentro de la humilde casa, la María de mediana edad trajo una silla y me dijo como dicen en San Luis: “Descanse, tome asiento.” Con prisa entré al mundo de esas últimas cantareras de San Luis. La oportunidad era de oro y no estaba dispuesto a perder el tiempo. El encuentro, digo ahora, pareció estar escrito en los cielos y tuvo el efecto de un amor a primera vista. Ambas partes estábamos muertos de curiosidad por saber más el uno del otro. De primas a primeras, La María más joven me confesó no estar contenta con su nombre. Había nacido un doce de diciembre y nunca había entendido por qué en vez de ponerle Guadalupe, le habían puesto María. De una cosa estaban seguras las tres. Yo no era su vecino y de seguro vivía en la capital o en los Estados Unidos. Al enterarse de mi procedencia, la cantarera descontenta con su nombre alzó su mano y dijo: -Entones usted debe de tener una caja de este tamaño llena de dólares-. La ocurrencia me hizo reír. Era aquella una conversación mágica, deliciosa, como el pan dulce de San Luis. En alas de la imaginación fui con ellas a todos lados. Por una hora caminamos hasta Tierra Blanca. Hasta los cerros de esa aldea las acompañé para conseguir el barro perfecto. Ya de regreso tomé mi turno para pulverizar y refinar sobre una piedra de moler los duros y negros terrones. Esa misma tarde fuimos a otra montaña para obtener tierra colorada, con ella pintaríamos los cántaros. De regreso, pasamos por los potreros y recogimos estiércol de las vacas, seco por el aire y por el sol. -Los cántaros no los quemamos con leña, sino con montes secos y boñiga de vaca-, me explicaron. -¡Ah! ¿Entonces no los queman con cualquier fuego?-, pensé. -Con esta semilla, con forma ojo de venado, le damos brillo a los cántaros-, continuaron explicándome. En esa tarea estaban ocupadas al momento de mi visita y conversación. - Eso les lleva una hora de trabajo más o menos-, alcancé a decir. -A veces nos lleva más de eso-, fue la respuesta. No pude evitar sentirme cansado, al imaginar todo el trabajo involucrado para elaborar un cántaro. Cargar por horas, a mecapal, toda esa carga de barro, tierra colorada y estiércol era una tarea para robots y no para seres humanos, intenté decirles, pero no lo hice. En vez de continuar preguntando sobre ese arte ancestral, se me ocurrió decir: -¿Puedo regresar el jueves a comerme una gallina asada con ustedes? Las tres Marías sonrieron, cuando puse sobre la mesa el dinero para comprar el delicioso almuerzo. En una futura publicación les contaré más detalles de esta visita y de cómo la María mayor se preparó para tomarse la foto de esta portada. Por: Oscar Argueta L

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24 PáginasAño: 12 Número 276 14 de Marzo 2012

a puerta de la casa donde viven las tres Marías estaba entreabierta. Eran las seis de la mañana y los gallos

habían dejado de cantar. A esa hora temprana, San Luis Rey de Francia ya había trabajado una cuarta parte de su diario jornal. Por lo tanto, no era un buen momento para interrumpir la vida atareada de ningún sanluiseño, fuera este, cantarero, vaquero o albañil. Contra todo pronóstico, entré a esa casa y me senté a conversar con esas tres mujeres alfareras de linaje maya Pocomam. Confieso, no lo hice adrede. Mi falta consistió en pasar por ese vecindario y quedarme viendo a las tres mujeres, afanadas en darle brillo a los cántaros de barro. Al verme allí, la más joven vino

hacia mí. -Buenos días, ¿busca a alguien? -Buenos días. No -respondí-. Solo me dio curiosidad ver como pulen los cántaros. No necesité decir más, ni siquiera presentarme. Con una sonrisa fui invitado a pasar. Una vez adentro de la humilde casa, la María de mediana edad trajo una silla y me dijo como dicen en San Luis: “Descanse, tome asiento.”Con prisa entré al mundo de esas últimas cantareras de San Luis. La oportunidad era de oro y no estaba dispuesto a perder el tiempo. El encuentro, digo ahora, pareció estar escrito en los cielos y tuvo el efecto de un amor a primera vista. Ambas partes estábamos muertos de curiosidad por saber más el uno

del otro. De primas a primeras, La María más joven me confesó no estar contenta con su nombre. Había nacido un doce de diciembre y nunca había entendido por qué en vez de ponerle Guadalupe, le habían puesto María. De una cosa estaban seguras las tres. Yo no era su vecino y de seguro vivía en la capital o en los Estados Unidos. Al enterarse de mi procedencia, la cantarera descontenta con su nombre alzó su mano y dijo: -Entones usted debe de tener una caja de este tamaño llena de dólares-. La ocurrencia me hizo reír. Era aquella una conversación mágica, deliciosa, como el pan dulce de San Luis. En alas de la imaginación fui con ellas a todos lados. Por una hora caminamos

hasta Tierra Blanca. Hasta los cerros de esa aldea las acompañé para conseguir el barro perfecto. Ya de regreso tomé mi turno para pulverizar y refinar sobre una piedra de moler los duros y negros terrones. Esa misma tarde fuimos a otra montaña para obtener tierra colorada, con ella pintaríamos los cántaros. De regreso, pasamos por los potreros y recogimos estiércol de las vacas, seco por el aire y por el sol. -Los cántaros no los quemamos con leña, sino con montes secos y boñiga de vaca-, me explicaron. -¡Ah! ¿Entonces no los queman con cualquier fuego?-, pensé. -Con esta semilla, con forma ojo de venado, le damos brillo a los cántaros-, continuaron explicándome. En esa tarea estaban ocupadas al momento de mi visita y conversación. -Eso les lleva una hora de trabajo más o menos-, alcancé a decir. -A veces nos lleva más de eso-, fue la respuesta. No pude evitar sentirme cansado, al imaginar todo el trabajo involucrado para

elaborar un cántaro. Cargar por horas, a mecapal, toda esa carga de barro, tierra colorada y estiércol era una tarea para robots y no para seres humanos, intenté decirles, pero no lo hice. En vez de continuar preguntando sobre ese arte ancestral, se me ocurrió decir: -¿Puedo regresar el jueves a comerme una gallina asada con ustedes? Las tres Marías sonrieron, cuando puse sobre la mesa el dinero para comprar el delicioso almuerzo. En una futura publicación les contaré más detalles de esta visita y de cómo la María mayor se preparó para tomarse la foto de esta portada.

Por: Oscar Argueta

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Página 2 14 de Marzo de 2012 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano Página 3 14 de Marzo de 2012

l viaje era de Ipala a San Luis y duraría veinticinco minutos. La capacidad del colectivo donde viajaba era

de veinte personas, pero íbamos treinta y dos. El calor del mediodía parecía haber exprimido la última gota de mi caudal de energía. En estas precarias circunstancias, mi cerebro me pedía a gritos: olvidarme del mundo, doblar el cuello y cabecear. En esas estaba cuando escuché: -Yo viajo por quince pueblos. Intrigado por esas palabras giro mi mirada hacia esa dirección. El originador de esa voz porta dos muletas. A la encía superior de mi recién descubierto interlocutor le faltan dos dientes, descubro. Esa falta la compensa con una sonrisa ganadora. Un soplo de aire fresco

me golpea la frente. El autobús ha emprendido la rauda marcha. La extraña frase: “quince pueblos”, un rostro amigable y la frescura entrando por la ventana del bus, han refrescado los vitales líquidos de mi cerebro y estoy listo para escuchar más. Debo aclarar: Aún no nos hemos presentado y por el momento no parece haber intención de ninguna de las partes para hacerlo. Nada raro entre los habitantes de esas mis tierras orientales guatemaltecas. Sobre ese suelo de Dios, nadie es extraño o foráneo. Esa virtud me da libertad

para inquirir la razón de sus viajes por tantos rumbos, por tantos paisajes, por tantos lugares. -Viajo para pedir limosna, es su respuesta. A este punto hurgo en mis bolsillos por un pedazo de papel y una pluma. No puedo pasar por alto tomar nota de tan curiosa confesión. -Viajo desde hace quince años haciendo lo mismo. Cuando tenía esta pierna buena me desempeñaba como guardián de un negocio, pero la mala suerte vino y en una refriega recibí dos balazos, uno en la ingle y otro aquí mire. Sigo con la vista su gesto y me detengo donde detiene su mano derecha. El otro balazo lo recibió en el calcañar. Me ve tomar nota, pero ignora mi atrevimiento. Ahora parece adivinar mi

siguiente pregunta. -Tengo buenos mis brazos y mis ojos y podría trabajar haciendo atarrayas, pero me va mejor pidiendo limosna. Hasta esta hora de mi vida, yo me consideraba muy listo, pero después de encontrarme con alguien capaz de leer mis pensamientos, me sobrecojo un tanto. -¿Entonces le va muy bien pidiendo limosna? -¡Sí! Gracias a Dios me va bien. En un buen día de trabajo, usted debe recaudar unos veinte quetzales. No, no valdría la pena salir por algo tan poquito. De vez en cuando tengo un mal día, solo recaudo cuarenta. La mayoría del tiempo recaudo de ciento veinte para arriba. ¡No me diga! -exclamo sorprendido-. Solo ha habido un pueblo donde nunca recaudé un solo centavo. Ese pueblo está en la frontera con México y se llama Tecun Umán. ¿Viaja usted tan lejos para pedir limosna? De vez en cuando, me doy mis vacaciones. He ido a la capital muchas veces y hasta el puerto de San José he llegado. Ese es el lugar donde más limosna me han dado. ¿De verdad? -me da por decir. Nuestra conversación la

interrumpe el grito de una señora gordita cuarentona. -¡Aquí, me apeo! ¡Aquí, me apeo! -escuchamos chofer, ayudante y los treinta y un pasajeros. La ansiosa pasajera asegura con su brazo derecho a la gallina de pescuezo pelón y camina hacia la salida. El bus se detiene en la entrada a la aldea Sangotongo. A mi izquierda un señor de ojos azules con aspecto de vaquero sacude su cabeza y con su mano derecha se recompone el sombrero. Azareado me sonríe. “No es de un hombre macho dejarse vencer por el sueño, en público”, me decían mis tíos cuando en mis tiempos mozos viajábamos en tren desde la Media Luna hasta Entre Ríos. Comprendiendo la vergüenza del vaquero dormilón, yo sonrío también. Debo pagar mi pasaje y el de mi amigo limosnero, empiezo a preguntarme. Esa podría ser mi limosna para él. No, no hay necesidad de ejercer mi caridad. El muy correcto hombre de las muletas celestes hurga entre sus bolsillos y paga su propia cuota de seis quetzales. Por falta de espacio debo detenerme. Prometo en la siguiente entrega darle fin a esta historia.

Por:OscarArgueta(Guatemala)

EDITORIAL

E

XXIXEran dulces las lágrimas;la noche, nuestro abrigo.El beso, la caricia tierna,el silencio, caro bálsamo.El amor inmenso, sin fin.

Era el brillo de tu miradacálida luz, divino reflejo.Tu sonrisa gracia infinita.Mi corazón en tus manos;en tu frente la eternidad.

Las lágrimas eran dulces;el amor, un velo virgende la más blanda finura.Delicado era el perfumede nuestra exaltada flor.

Era la luna albo misterio;los luceros, raras alhajas.Y era nuestra compañíael dueño de la blancura

el ser más excelso: Dios.

Y eran dulces las lágrimas;nuestra paz, sin fronteras.Nuestro gozo sempiterno.Preciosa y noble la gloria;perfecto y eterno el amor.

Por: Oscar Argueta

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Página 4 14 de Marzo de 2012 EL Heraldo Hispano

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El Heraldo Hispano Página 5 14 de Marzo de 2012El Heraldo Hispano se encuentra en estos

establecimientos comerciales:

IOWAAMES

Hy-Vee 640 Lincoln Way / 515-232-1961West Hy-Vee 3800 Lincoln Way / 515-292-5543

BETTENDORFAzteca III 2400 Spruce Hill Dr. 563-344-2121

BURLINGTONCasa Fiesta, 2570 Mt Pleasant St.

Lindo México, 622 Jefferson St. 319-753-9952

Trailways, P.O. Box 531 1-800-992-4618Biblioteca Pública, 210 Court St. Burlington

(319) 753-1647

CEDAR RAPIDSPanadería Lupita, 3300 Johnson Av. NW

319-366-1181Tienda Don Miguel 2127 Wiley Blvd SW

319-396-2588El Mercadito, 700 1st Av. NW 319-365-9733

El Rancho Mexican Restaurant2747 16th Av. SW 319-298-8844

Tienda. Guanajuato, 3915 Center Point Rd NE 319-743-0081

Fiesta Del Sol Restaurante4801 1st Avenue Southeast, Cedar Rapids, IA

(319) 373-2477‎Salsa del Río Resturant

209 3rd Street SE Cedar Rapids, IA319-362-2627

COLUMBUS JUNCTIONDollar Store, 219 Main St. 319-728-8020

La Perla de México, 225 Main 319-728-8182 Santa Ana Bakery, 214 Main 319-728-5010

Taquería La Hacienda,120 North Main 319-728-8099

CORALVILLEEl Dorado Mexican Restaurant

102 2nd. Ave. Suite C. 319-688-5237Tienda Lupita, 108 2nd. Ave. Coralville

319-338-1282El Centenario 895 22nd Ave. 319-631-4953El Paso Taquería, 2020 8th St, Coralville, IA

319-358-8200 319-358-1741

CLIVELa Preferida - Mexican Market, 1800 NW 86th

St. (515) 278-5806Elegante Salon, 1800 NW 86th St.

(515) 727-6058Lara’s Bakery, 1800 NW 86th St, Ste 19

(515) 276-5589

DAVENPORTAzteca I Restaurant

(Walnut Center)4811 N. Brady St.563-386-6689

Azteca II, 2843 E. 53 RD St.El Rodeo Restaurant, 3566 N. Brady

563-445-1315Los Agaves Mexican Grill

328 N. Brady Stree 563-386-5949Tienda las 7 Luminarias, 903 W. 3td. St. 563-

323-5977Tienda La Finca

916 W 2nd Street, 563-322-0041

DES MOINESLa Tapatia 2, 4007 SE 13th St.

515- 256-3283Pasteleria La Michoacana 1552 E. Grand Ave.

Space B 515-265-0696La Cruz Mexican Market, 3900 E 14th St.

515-264-9441La Favorita, 1700 E. Grand Ave

515-262-5489La Tapatía Market, 1440 Des Moines St

515-262-8097Mundo Latino Insurance Agency

4601 SW 9th St 515-287-005Tienda La Mexicana

1524 E. Grand Ave 515-265-8614La Preferida Mexican Market

1800 N 86th St Clive 515-278-5806La Michoacana Mexican Groseries

433 5th St. West Des Moines 515-255-5329El Salvador del Mundo Rest. Salvadoreño, 2901

6th Ave. 515-244-5224Tienda El Palomino, 3116 E. 14th St.

515-265-4410Pasteleria Raquel, 1521E. Grand Ave.

515-263-9233 515-771-1825.Foto Fiesta 1521 E. Grand Ave

515-264-1999Distribuidora Reyes

1605 Grand Ave. 515-770-5182Paleteria La Michoacana

1552 Grand Ave. Suite B 515-265-0696

EVANSDALEEl Señor Tequila, 3466 Lafayette Rd.

319-287-5352

FAIRFIELDLa Hacienda Mexican Restaurant

2803 West Burlington

IOWA CITY4 Season, 1022 Gilbert Ct. Iowa City, IA

319-541-5228El Peine Loco, 1930 South Gilbert St.

319-358-5710Los Portales, 1402 S. Gilbert St. y Hwy 6

319-358-1308Hy-Vee 1720 Waterfront Dr. (319) 354-7601

Tienda El Paso, 609 Hollywood Blvd. 319-338-3703

El Cactus Rest., 1921 Keokuk St. Iowa City319-338-5588

Acapulco 2, 1937 Keokuk 319-338-1122319-358-8182

Potentially Yours 1705 S. 1st. Avenue, 319-512-7593

Lucky Resale 1652 Sycamore St.(Sycamore Mall) 319-512-2486

MARIONVilla’s Patio Resturante

433 7th Ave Marion, IA (319) 447-1101El Perico

835 7th Avenue, Marion, IA(319) 373-8144‎

MARSHALLTOWNLos Tucanes, 15 S. 7St. Marshalltown

641-753-0508Pan. Arcoiris, 28N 1st. Av.641-752-0714

Abarrotes Villachuato, 31 N, 1st. Ave. 641-752-2240

Carnicería y tienda La Salud, 17 N. 1st. St. 641-752-1741

Discoteca Mayra, 16 N. 7 St. Ave.641-752-6602

Angel’s Store, 20 E. Main St. 641-844-9900El Vaquero, 114 W. Main St. 641-753-0845Grocerys Tortillería Gaytán, 505 N. 3 Ave.

641-753-6150Hy-Vee 802 S. Center St. 641-752-4525

Lara’s Bakery, 707 North 3rd Ave. 641-752-0152

MOUNT PLEASANTMotel Heildelburg, HWY 34 E. 319-385-8968

Midtown Coin Laundry 420 N. Adams St.319-385-3313

Jet Stop Laundry1301 E Washington Street (319) 385-4321

MUSCATINECristian Hair Salon,102 E. 2nd St.

563-264-0247Tienda El Olmito,502 Mulberry Av.

Rest Izalco 825 Oregon Av. 563-263-0458

Dollar Store, 119 E. 2nd St. 563-264-8286Guadalajara Resturante 203 East 2nd. St.

563-264-8192Las Lomas Restaurant, 1519 Park Ave.

(563) 264-0904Hy-Vee 2400 2nd Ave. (563) 264-2420

Temp Asociation104 Cleveland Street (563) 263-6589

Central Bank301 Iowa Avenue, # 204 (563) 263-3131

OSCEOLATienda La Pequeña, 112 N. Main St

641-342-1521

OTTUMWAExcel Corporation, S Iowa Ave

López Bakery, 223 N. Sheridan Ave. 641-684-6231

Pupusería Juanita’s Restaurant537 Church St. 641-682-1530

Tda. La Jaliscience, 311 E. Main St. 641-682-9610

Tda. México Lindo, 606 W. 2nd. St. 641-683-4456

Tda. La Guadalupana, 301 Church St. 641-682-6937

Tienda Corazón Latino, 412 E. Main 641-682-8690

Taquería La Juquilita, 624 E. Main641-684-6273

OSKALOOSAChory’s Auto Sales y Abarrotes López

1505 A Av. East 641-673-0154Mi Ranchito Mex. Rest, 112 East 1st Av. 641-

672-9773

PELLAEl Charro, 514 Main 641-628-2307

PERRYH. Hernández Mex. Bakery,1114 2nd St.,

515-465-2994Tienda Latina, 1104 2nd St., 515-465-7270Casa de Oro, 1110 2nd St. 515-465-8808

TAMAMiguel’s Store, 900 E. 5th St. 641-484-4662El Gallito, 117 W. 3rd St. 641 – 484 – 3652

TOLEDOEl Campesino Mexican Rest.

401 W. Hwy 30, 641-484-2860

WASHINGTONAdriana’s Salon 216 N. Iowa Ave

319-653-4780Hy-Vee 528 South Highway 1

319-653-5406Rest. Casa Grande, 321 S Iowa Ave

319-653-3553Fareway Store Inc., 301 North Marion Avenue

(319) 653-5064

WATERLOOEl Mercadito, 520 La Porte Rd.

319-232-2635La Placita, 322 W. 4th St. 319-232-4228

La Michoacana, 1221 Frankland St. 319-236-9990

Chapala Resturant900 Laporte Road (319) 287-8005

La Guadalupana, 1010 Mitchell Ave., Suite 6319-236-1374

Rodeo, Moda y Más, 185 W 11th St.(319) 232-1909

Salsa Express, 189 W 11th St. (319) 234-3410

WEST LIBERTYPan. Acapulco, 311 N. Calhoun St.

319-627-6745West Liberty Foods 319-627-2126Dollar Store, 320 N. Calhoun St.

319-627-2340 Tortillería El Norte, 110 N. Columbus

319-627-2617La Rosa Market, 109 West Third St.

319-627-7266

ILLINOIS

EAST MOLINESupermercado El Monarca 755, 15th Av.

Tel. 309-278-0267La Primavera II

914 15th Avenue (309) 755-6315Chiquis Boutique, 655 17th Ave. 309-755-4076

La Rosa de Michoacan1821 19th Street (309) 755-4462

Claudia Salon924 16th Avenue (309) 755-3685

GALESBURGAcapulco Resturant1576 N. Henderson St.

(309)345-0066Hy-Vee 1975 National Blvd (309) 344-1100

Hy-Vee 2030 East Main Street 309-342-1615Guadalaja Mexican Store

403 East South Chambers St. (309) 853-3242 El Rancherito

1824 N Henderson St (309) 341-2233‎Hacienda Jalisco Mexican Resturant

2105 E Main St (309) 344-2957

MOLINELa Primavera Mexican Grocery & Restaurant,

Inc., 1510 6th Av. 309-762-6007Tie & Rest El Mexicano 448 Rail Road Ave.

309-764-3127Tienda La Imperial, 134 4th Av.

309-797-5984Cristina’s Boutique, 829 18th Ave.

309-797-1069El Valle

409 7th Street (309) 277-0212La Floraciente

Market 385 5th 309-797-2487

MONMOUTH, ILLINOISLa Pequeñita, 117 S. 1st 309-734-7776

La Tapatia Mexican Resturant, 220 South Main St. 309-734-7280

Jalisco Supermarket110 E Archer Avenue 309-734-4277

Los Ranchitos Resturante801 N. Main 309-734-2233

ROCK ISLANDLa Rancherita 4118 14th Avenue

(309) 794-1648

SILVISTda. San Luis,818 1st Av. 309-755-4103

Lolita Resturant422 1st Ave. 309-755-3352

Biblioteca Pública105 8th Street (309) 755-3393

El día de los Reyes Magos, el Presidente Obama nos dio un regalo: se publicó un anuncio cambiando la manera de procesar ciertos perdones o dispensas para los parientes inmediatos de ciudadanos norteamericanos. No es oro ni mirra, pero para innumerables familias, es un cambio más valioso que bienes materiales, pues va a permitir reducir drásticamente el tiempo que tienen que separarse a fin de procesar la visa de inmigrante o residencia; y lo que es aún más importante, va a eliminar la incertidumbre que acompaña dicho proceso, pues va a poder solicitar el perdón o dispensa ANTES de salir de Estados Unidos, en vez de esperar lejos de sus seres queridos, por muchas semanas y hasta meses, a ver si el pedido es aprobado. Es IMPORTANTISIMO el informarse, queridos lectores; para que no lo engañen, para que sepa si este cambio le aplica a usted, para saber cómo prepararse, que hacer ahora para ir preparando el camino para cuando su abogado/a prepare su paquete de dispensa o perdón.

a) ¿QUE VA A CAMBIAR LA NUEVA LEY? Realmente no es una nueva ley, tan solo van a cambiar el proceso para las dispensas o perdones. Como ustedes saben, si alguien entra ilegalmente a Estados Unidos, y luego se casa con un ciudadano o ciudadana, no puede “arreglar” aquí (salvo ciertas excepciones), si no que tiene que empezar el proceso aquí, mas tiene que salir e ir al consulado de Estados Unidos en su país de origen, a fin de solicitar la visa de inmigrante o residencia legal allá. El problema es que, cuando uno está ilegalmente en Estados Unidos por más de un año, una vez que sale, no puede recibir NINGUN beneficio de inmigración por 10 AŇOS, a menos que presente un perdón o dispensa. Dentro de unos meses, una vez que este cambio se haga efectivo, LA DISPENSA LA VA A PODER PROCESAR ACA, ANTES DE SALIR A SU CITA EN EL CONSULADO. b) ¿QUIENES PODRAN PROCESAR LAS DISPENSAS O PERDONES ACA, ANTES DE SALIR?

Desafortunadamente, no todos van poder acogerse al nuevo proceso, tan solo las siguientes personas: Esposos o esposas de ciudadanos norteamericanos, hijos o hijas menores de 21 años de ciudadanos norteamericanos (incluye a los hijastros/as). Es decir, las personas que están en proceso de obtener residencia legal en base a peticiones interpuestas por residentes permanentes, o aquellas personas que no estén mencionadas en el párrafo anterior NO CALIFICAN.

c) ¿QUE ES LO QUE NECESITAN PROBAR A FIN DE INCREMENTAR LOS CHANCES QUE EL PERDON SEA APROBADO?

La ley establece que la única manera de obtener el perdón, es el demostrar que su esposo o padre ciudadano sufriría privaciones extremas si el perdón es denegado. El solo decir: “yo quiero a mi esposa; tenemos 4 hijos; me necesitan; ¿quién los va a mantener?” no es suficiente para poder obtener el perdón. A fin que el perdón sea aprobado hay que presentar EVIDENCIA de las dificultades que el pariente que es ciudadano sufriría, que usualmente incluye records médicos, de la escuela, records financieros, fotos, un memorándum legal preparado por su abogado. El formulario para el perdón tiene 6 páginas, pero los paquetes de perdones que incluyen la evidencia tienen usualmente más de 100 páginas. La preparación de la dispensa o perdón es algo que toma mucho tiempo y dedicación, y la evidencia que se necesita es producida durante un lapso largo de tiempo, por eso es IMPORTANTISIMO que hable con un abogado/a de inmigración muchos meses antes que vaya a presentar la dispensa, para poder ir recopilando y documentando evidencia en apoyo del perdón. En este momento el índice de aprobación de perdones en el consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez es del 70%; el índice de aprobación para mis clientes es de más del 98%.

d) ¿QUE ES LO QUE EL

NUEVO PROCESO VA A PERDONAR?

Las personas pueden estar prohibidas de obtener residencia legal debido a muchas causas, no solo a haber estado aca ilegalmente. Pero el nuevo proceso del perdón o la dispensa solo va a servir para perdonar presencia ilegal mayor de 6 meses. Es decir, si alguien tiene que pedir un perdón porque cometió un crimen, tendría que igual procesar dicho perdón fuera de los Estados Unidos. Ejemplos Prácticos: Identifique a los que van a poder beneficiarse del nuevo proceso interno para el perdón: Fortunato y Jacinta están casados, tienen 8 hijos (dos parejas de mellizos entre ellos). Jacinta es Mexicana, pero ha sido residente desde muy niña. Fortunato entró ilegalmente en el 2001, y nunca ha sido convicto de un crimen. Jacinta quiere pedir por Fortunato, pero no quiere arriesgarse a que le nieguen el perdón, o a estar mucho tiempo separados. Aureliano y Remedios no tienen hijos, se han casado hace 6 meses. Aureliano entró ilegalmente en el 2003, pero nunca ha cometido un crimen. Remedios nació en Texas, así que es ciudadana. Florentino y Fermina se casaron en1993, en Michoacán. Florentino trabajó muchos años aquí y se hizo ciudadano, luego mando a traer a Fermina, quien entró ilegalmente en el 2004. Tienen tres hijos. A Fermina la atraparon dos veces robando maquillaje en Wallmart y en CVS. Respuestas: No califican, pues Jacinta no es ciudadana, sino residente. Califican, pues Aureliano no tiene crímenes y Remedios es ciudadana de Estados Unidos. No califican, pues Fermina va a tener que pedir perdón también por los dos casos de robo, aunque haya sido robo de bienes muy insignificantes. Es muy importante que consulte con un abogado de inmigración a la brevedad posible, si Usted cree que puede que califique para interponer el perdón por haber estado acá ilegalmente. Esta columna no constituye consejo legal, por favor consulte con un abogado de inmigración su caso particular.

UN CAMBIO ESPERADO:LA DISPENSA POR HABER ESTADO

ILEGALMENTE EN ESTADOS UNIDOSLA PODRA PEDIR SIN SALIR

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Con la esperanza de que la primavera llegue pronto y que los dolores de garganta e infección de oído se vayan, con la misma celeridad que deseo lo primero, me dispongo a escribir. Creo que todos hemos pasado por un tiempo en que debemos hacer reposo y no podemos hacer nada más que tener los ojos cerrados, sumidos en un desgano generalizado. Esa era mi situación hasta que alguien de mi familia me sugirió mirar una película. Mi primer impresión fue decir: “no, gracias”. El dolor de cabeza, estornudar y toser ya eran suficiente estímulo para mi cuerpo maltrecho. Sin embargo, antes de que pudiera decir nada tenía frente a mí su iPad. Me alegra que haya sido más rápida que mis palabras. La película comienza con un hombre que se va de su pequeño pueblo, para buscar un futuro mejor en la gran ciudad. Se despide, en una estación de ómnibus, de su prometida. Ella, le advierte que no debía irse, que siente en su corazón que algo va a salir mal. Pero él insiste que todo estará bien y que nada va a cambiar su propia identidad o lo que siente. La siguiente toma es quince años después. Todo parece sonreírle en la vida. Acaba de tener un ascenso importante y ser aceptado como socio de la firma y se ha comprometido con la hija del dueño. En ese momento, decide comprar el auto de sus sueños y después toma una ruta para probarlo. Sin darse cuenta termina muy cerca del agujero en el medio de la nada, del que tanto deseó escapar. Su auto nuevo

comienza a fallar y se detiene. Golpea furioso el volante reclamando su mala suerte y la bolsa de aire se dispara pegándole en el rostro. Cuando se despierta está en el mundo de “que hubiese pasado si” aún continuaba en su pueblo. Su vida comienza a desarrollarse como si nadie se hubiera enterado que no era quién ellos pensaban. Se había casado con su prometida y tenía dos hijas y una vida que le hacía pensar que era un verdadero perdedor. En vez de su Mercedes Benz descapotable tenía una mini van y ocho dólares era todo el efectivo que llevaba en su billetera. Intentó salir una y otra vez de esa especie de pesadilla en que creía estar viviendo. No lo conseguía pese a sus intentos. Esta ahí por algo y hasta que no sepa por sí mismo qué es y resolverlo ese algo, no podrá irse. Todavía tiene la libertad de escoger entre esa vida o la que dejó. Eso me hizo pensar en que muchas veces nos preguntamos qué hubiese pasado con nuestras vidas, si hubiésemos tomado una decisión diferente. Un estudio sociológico ha notado que una de las razones por las cuales las personas participan en las redes sociales es para encontrar personas de su pasado y, dentro de esto, la motivación primaria es saber qué ha pasado con su vida. La mayoría de los entrevistados de ambos sexos, dijeron haber ido al menos una vez a mirar las fotos de su primer amor. En la película, el conocimiento que recibe este hombre de lo que pudiera podido ser su vida se convierte

en un trago amargo y necesita decidir qué hacer con eso. ¿Es solo para torturarlo y mostrarlo lo que ha perdido? ¿O es para mostrarle que puede cambiar algunas cosas, tener la familia que está soñando tener? Durante la hora y media, el protagonista pasa por diferentes procesos. Desde el clásico ¿por qué a mí?, hasta a sentir alivio de que había tomado la decisión correcta al irse. Reconoce todo lo que ha logrado, aunque nadie ahí tiene la menor idea de su vida anterior y no le reconocen sus méritos. Finalmente llega a descubrir lo que siempre había tenido delante de sus ojos, pero con una nueva perspectiva. Al despertar en la cama de un hospital, había regresado al mundo que había dejado atrás, antes de salir en el auto. Vuelve a las exactas circunstancias en las que había partido. No había cambiando nada... excepto él mismo. Tiene que tomar una decisión: buscar lo que pudo tener o quedarse con lo que tenía. Al terminar de ver la película me hice estas preguntas: ¿Tiene sentido que gastemos tantas energías pensando en qué hubiese pasado, cuando lo único que tenemos es la realidad en que vivimos? ¿Tiene sentido soñar con qué hubiera pasado en vez de poner todos nuestros esfuerzos en mejorar lo que tenemos? El mundo del que hubiese pasado si... es un mundo imaginario y puede ser penoso. El mundo del ahora y acá nos da oportunidades de cambiar lo que sea, para tener un futuro como realmente deseamos.

UN VIAJE A UN MUNDO NUEVO

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El reciente juicio del presidente del Ecuador, Rafael Correa, contra el diario El Universo, reactivó una vieja polémica latente en America Latina: La Libertad de Expresión y la relación de los medios de comunicación con el poder. El editor de opinión del diario, Emilio Palacio, escribió un artículo, en febrero del año pasado, en el que acusaba a Correa de haber ordenado a disparar a mansalva y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles, durante el operativo militar que lo rescató de su secuestro de varias horas en el hospital de la Policía Nacional, durante el intento de golpe de estado del 30 de septiembre de 2010. Tras la publicación del artículo, el presidente Correa exigió al periódico que rectificara y diera una disculpa pública por haber faltado a la verdad, pero el diario y el editorialistas hicieron oídos sordos a ese pedido. Entonces el mandatario decidió iniciar un juicio penal no solo contra el autor del artículo injurioso, sino también contra los directores y propietarios del medio de comunicación. Los abogados de Correa pidieron a Corte que se apliquen los respectivos artículos del código penal ecuatoriano y se sancione a los acusados con la máxima pena de tres años de prisión y el pago de una indennización de 80 millones de dólares. Desde el principio, el presidente aclaro que su intención no era meter preso a nadie, ni obtener ganancia económica alguna alguna y por varias ocasiones advirtió que si el periódico rectificaba la acusación infundada, él daría marcha atrás a la demanda. Luego de tres instancias procesales, los jueces de al menos tres niveles jurisdiccionales dieron la razón a Correa y sentenciaron a tres años de prisión a Emilio Palacios, a los tres dueños de Diario El Universo y ordenaron el pago de un indennización de 40 millones de dólares. Luego de hacerse pública la sentencia, el presidente ecuatoriano otorgó el perdón procesal a los sentenciados y pidió la remisión de la indennización económica. El juicio fue archivado por la Corte Nacional de Justicia y la sentencia quedó sin ningún efecto. Hasta aquí podríamos pensar que se trató de un juicio cualquiera, pero la verdad es que no lo fue. La acusación contra Palacios levantó una enorme polvareda entre los medios de comunicación y la oposición política al gobierno. Muchos aseguraron que el juicio era un “atentado a la libertad de expresión”. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agremia a los dueños de los principales medios impresos de América protestaron por lo que consideraron un atropello a sus libertades, algo similar hizo la Asocial

Mundial de Periodicos (WAN-INFRA) por sus siglas en inglés, incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (dependiente de la OEA) emitió criterios que condenaban el desenlace del juicio contgra El Universo. Todo este debate público trajo nuevamente a la mesa de discusión el papel de los medios de comunicación en América Latina y su relación con la libertad de prensa. El célebre periodista, Ignacio Ramonet, director del periódico ‘Le Monde Diplomatique’ en español, en su libro titulado “La Tiranía de la Comunicación” nos habla de cómo en nuestro mundo actual, aparentemente gobernado por la democracia y la libertad de expresión, existe de una forma más sutil que en épocas anteriores, un enorme control de los medios de comunicación sobre nosotros.

Es un nuevo tipo de censura, de dictadura, de alienación del invividuo, más invisible y a la vez mucho más peligrosa, que se apoya en un mundo donde el término “globalización” es ya el pan nuestro de cada día. De acuerdo a denuncias públicas del presidente, en el Ecuador, los medios nacionales “están en manos de seis familias... y son esas familias las que deciden que información nos dan o qué información dejan de darnos”, lo cual a criterio del mandatario coarta, precisamente el derecho del público a acceder a

una información confiable y objetiva. Frente a esta realidad, Ecuador procesa una nueva ley de comunicaciones que pretende democratizar el espacio radioeléctrico del país, fomentando las radios y estaciones de televisión comunitaria, así como restringiendo la propiedad de los medios de comunicación nacionales a empresarios vinculados con negocios financieros y bancarios. Vale la pena abordar esta temática de frente, sin prejuicios. ¿Existe libertad de prensa dentro de los medios de comunicación y los periodistas relamente son libres de decir lo que piensan? De acuerdo a un reciente informe de la Universidad de las Américas, asegura que más del 30% de los periodistas del Ecuador aseguran que la autocensura proviene de los dueños de los medios de comunicación. Ahora, los medios de comunicación cierran filas para defender su posición de poder, pero según recientes encuestas, cuentan cada vez con menos credibilidad. ¿Será este el principio del fin de los grandes consorcios mediáticos? No lo creo, pero si es un fuerte llamado de atención para que den paso a mayor profesionalismo en sus actuaciones y a mayor democracia y libertad entre sus propios periodistas.

LIBERTAD DE EXPRESIONEN AMERICA LATINA

“El célebre periodista, Ignacio Ramonet,

director del periódico ‘Le Monde Diplomatique’ en español, en su libro

titulado “La Tiranía de la Comunicación” nos habla de cómo en nuestro mundo

actual, aparentemente gobernado por la

democracia y la libertad de expresión, existe de una forma más sutil que en épocas anteriores, un enorme control de los

medios de comunicación sobre nosotros.”

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Con casi un mes de anticipación habíamos enviado unos vitrales hacia Bolivia, unas hermosas ventanas trabajadas para un templo Mormón en la ciudad de Cochabamba. Si bien ya habíamos hecho varios trabajos fuera de Chile, esta era nuestra primera obra de exportación. Sin entrar en muchos detalles sobre este envío, les cuento que los vitrales tenían que estar allí al inicio de las dos semanas en las que el templo estaría cerrado por reparaciones. Nuestra caja fue amontonada con otras y tenía esperar a que se juntaran más encomiendas con destino a Cochabamba para su despacho, la agencia embodegó la caja por varios días, en la norteña ciudad de Arica. Los días pasaban y las ventanas, no conseguían la “compañía” necesaria para poder seguir su viaje. Esta situación nos ponía más que nerviosos, ya que era nuestro primer envió al exterior para este cliente y debíamos hacer nuestro mejor esfuerzo por impresionarlos con nuestro trabajo. Numerosos llamados telefónicos, tanto a Arica como a Cochabamba, y no menos numerosas oraciones, eran nuestra constante en estos días. Frente a todo esto, yo tenía que saber que las ventanas habían llegado a su destino, antes de poder comprar mis pasajes y viajar a instalarlas. Finalmente, no sin pasar antes por varios días de sufrimiento, las ventanas llegaron a destino un día viernes, exactamente el último viernes antes de que el Templo abriera nuevamente sus puertas el siguiente martes. Conseguir los pasajes para ese mismo día fue imposible, así que intentamos sacarlos para el día sábado. Este

trámite fue finalmente hecho por nuestros socios de los Estados Unidos, así que todo parecía estar saliendo finalmente bien. El sábado por la mañana cuando llegué al aeropuerto y me dirigí hasta el mesón para retirar mi pasaje, me enteré que, por error, mi boleto no había sido pagado, por lo tanto no tenía lugar en ese avión que ya partía. Volví a mi casa rápidamente, llamé a la secretaria y tratamos de resolver el problema lo más rápido posible, en parte lo hicimos, pero ya era tarde para viajar en avión desde Concepción, así que debí tomar un Bus por siete horas desde esta ciudad hasta Santiago, allí tomaría un avión hasta Lima, Perú, donde hacía escala, para entonces tomar otro vuelo hacia La Paz, pero esto recién después de 10 horas de espera en el aeropuerto. Este último avión me llevaría hasta la capital Boliviana y de allí tendría que tomar otro bus, por otras 8 horas hasta finalmente arribar a la Ciudad de Cochabamba. Como ustedes podrán leer e imaginarse, el viaje de casi 30 horas y todos sus pormenores da para escribir otro artículo con todas las experiencias vividas. Esas experiencias las narraré en la próxima edición, por lo que ahora me limitaré a continuar con la instalación de las ventanas. Finalmente, el domingo a la medianoche llegué a esa linda ciudad del centro de Bolivia, me trasladaron rápidamente al hotel y lo único que quedaba por hacer era tratar de descansar un poco y prepararse para instalar las ventanas el día lunes a las ocho de la mañana. El reloj marcaba casi las 10:00 am cuando todo ya estaba en su lugar, los tres vitrales se habían instalado casi sin ninguna

dificultad, pero cuando estamos dando los últimos retoques y limpiando los vidrios, nos damos cuenta que por un problema producido en el envió, las ventanas tenían una mancha de humedad que estaba dentro de esta unidad sellada que era ahora el vitral. Rápidamente desmontamos dos de las tres ventanas, y nos pusimos a trabajar. Después de un arduo trabajo separando los vidrios, limpiándolos y volviéndolos a armar, las ventanas estaban listas. Terminamos cerca de las cuatro de la tarde, y si calculábamos el tiempo de secado, los vitrales estarían listos para ser colocados la próxima mañana, alrededor de las 5:00 am, el único problema era que no tendríamos margen de error, ya que el templo abriría sus puertas a las siete. Recuerdo que esa noche, casi no pude dormir por los nervios, tenía fe en que todo saldría bien, pero me preguntaba una y otra vez si era necesario pasar por todo esto y estar hasta última hora sufriendo, por más que lo intentaba , no entendía bien por qué sucedían las cosas de esta manera. La mañana del martes fue una de las más felices que recuerdo haber vivido, todo salió según lo planeado, el vitral quedó instalado y todos quedaron admirados de su belleza. Ese gran alivio que sentí fue como deshacerme de una pesada mochila. Lo que más rescato de esta experiencia es que nuestra fe será probada hasta último minuto. Nunca debemos darnos por vencidos. Siempre, aunque nuestra lógica nos diga que es imposible, debemos seguir luchando y pidiendo por eso que queremos y finalmente, les aseguro, lo obtendremos.

CON FE HASTA EL ÚLTIMO MINUTO

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Doctor CorazónEstimado Doctor Corazón: Necesito su consejo. Mi esposo me engaña. Esa debilidad no es un gran descubrimiento. ¿No le parece a usted? Bueno, tampoco yo seré la primera, ni la última mujer engañada. Eso sí, seré de las pocas mujeres con intenciones de matar a mi marido sinvergüenza. En estos días he estado averiguando cómo matarlo a pausas. Por ahora solo se me ha ocurrido envenenarlo. ¡Sí, envenenarlo! Así como lo oye. En una película vi cómo le daban poquitos de veneno a un rey. “Murió de muerte repentina”, escribieron en los libros del reino. El otro día, le encontré en su billetera la foto de una de sus amantes. “Es de mi prima”, me dijo el muy mentiroso. Yo le seguí el juego y esperé cobrárselas cuando se fuera a dormir. Esa noche le caí de repente y con un palo de escoba le di sus tres buenos golpes. Tan pronto como lo hice me salí corriendo y me fui a dormir a la casa de una mi tía, a dos casas de mi apartamento. Las cosas no fueron

siempre así. Cuando nos conocimos ya teníamos nuestras propias familias. Los dos habíamos pasado por muy malos momentos en nuestras relaciones anteriores. En mi caso, no me faltaban las cosas materiales, pero me sobraba el abuso y el maltrato. Por eso ahora no me pienso dejar, ni sufrir igual. Estoy hasta la coronilla de aguantar solo porque soy mujer. Hoy, hurgando entre unas fotos viejas me encontré con una foto de mi tatarabuela. El alma se me fue cuando la vi y la volví a ver. Estaba vestida de vaquera, con pistola y con todo. La mirada era seria, con el seño fruncido, así como miraba era esa gente de antes. Eso me inspiró a escribirle y a pedir consejo. Aquellas mujeres no portaban armas solo por el gusto de hacerlo, digo yo.

Engañada.Querida Engañada. Tu mejor victoria no sería matar a tu marido sinvergüenza, sino refrenar tus propias pasiones. Tú no eres la única mujer en el mundo con estos deseos. Eso sí, al matar a todas las personas

malas del mundo incluyendo a los maridos infieles, tal vez seríamos más felices, tan solo quedaríamos con las manos muy manchadas, pero no necesariamente más felices. La tendencia a hacer el mal está en el corazón de todo ser humano. Siempre habrá hombres y mujeres infieles. Una vez un hombre tenía un caballo salvaje. Lo había domado y tenía ya diez años de montarlo. Un día la bestia se encabritó y lo tiró al suelo. El dueño corrió a buscar un machete y lo mató. El problema no lo causó la bestia, sino el haber olvidado el pasado salvaje del animal. Eso mismo te pido a ti. Puedes matar a la bestia o seguir tu camino cuidando de no volverte a montar, sin antes recordar el inminente peligro. O sea, decide ahora si continúas con tu marido infiel o si te vas por caminos alejados de las embestidas de la bestia fiera y salvaje. Mancharte de sangre las manos te dejaría un interminable pesar de conciencia. No, no vale la pena llegar al filo del abismo de esa hora fatal.

Tu Doctor Corazón.

La historia de Salvador Lara

Hace pocos días, el Des Moines Register hizo pública la historia del joven mexicano Salvador Lara, quien fue traído a los Estados Unidos desde México, cuando tenía apenas 14 años de edad y no tenía una comprensión cabal de las consecuencias de entrar al país de forma indocumentada. Al igual que otros jóvenes de su edad, Salvador fue a la escuela y ganó algo de dinero cortando el césped de sus vecinos, pero con el paso del tiempo la vida se le fue tornando más y más difícil. En muchas ocasiones sus potenciales empleadores le pedían una prueba de identidad para darle un empleo; y ni que decir de la posibilidad inexistente de que lograra obtener su licencia de manejo. A sus 25 años, preso en la cárcel del condado de Marshall a la espera de su deportación hacia México, Salvador dice con amargura que, hace años se dio cuenta que “tenía que mentir para construir cualquier tipo de vida ‘normal’”. Ha vivido en Marshalltown desde su fecha de arribo a los Estados Unidos, y dice que ha tenido que tolerar maltrato de los propietarios de los negocios o empleadores para los que ha trabajado, e incluso de sus propios vecinos, porque trataba de no captar la atención de ninguno de ellos. Agrega que a pesar de que uno considera que Estados Unidos es su hogar, tuvo que vivir entre las sobras durante su vida como adulto, y con la amenaza de la deportación siempre cerniéndose sobre su cabeza. La historia de Salvador no difiere en mucho de la de miles de jóvenes hispanos, que fueron traídos a este país por sus familiares adultos cuando eran niños, incapaces de decidir por ellos mismos su futuro, y que ahora se encuentra ante la encrucijada

de ser indocumentados y por ende proclives a ser deportados a los países donde nacieron, pero de los cuales saben muy poco o incluso nada. En un reciente artículo de seguimiento de esta historia, el Des Moines Register aseguró que casos como el de este joven, ponen en evidencia la urgencia en acometer en una reforma migratoria profunda. “No se trata solo de patrullar la frontera...”, dice el periódico y agrega “Se trata de crear de crear un mecanismo para que las personas que fueron traídas ilegalmente a este país, cuando eran niños, puedan obtener un estatus legal permanente.” Y denuncia que la situación de los indocumentados se ha agravado, debido a la aplicación del programa conocido, como “Comunidades Seguras.” Ese programa permite a la Policía comparar las huellas dactilares de las personas detenidas por cualquier motivo, contra una base de datos de la oficina federal de inmigración. En joven Lara no es un delincuente. La policía lo acusó de robo en quinto grado, porque encontró tirada una bolsa con dinero en un estacionamiento y no reportó su hallazgo. En una situación normal, él habría recibido solamente una multa de $85, pero la Policía descubrió que era indocumentado y ahora está a punto de ser deportado. Más de 150 personas de Marshalltown han escrito cartas a las autoridades de inmigración a favor de Lara. Sus maestros de la escuela secundaria lo recuerdan como un joven con cualidades de líder, muy dedicado a aprender inglés. Ha servido como entrenador de fútbol y asumió el cuidado de un familiar moribundo. Salvador declaró al periódico en inglés que él reusó la posibilidad de

comprar documentos de otra persona, para obtener un empleo en la planta local empacadora de carne. “Si tienes que cometer un crimen para conseguir un trabajo, prefiero no hacerlo” dijo. Ahora, este joven trata de resignarse a la idea de dejar a sus familiares, aquí en Estados Unidos y volver a un país que apenas conoce.

Obispos católicos dicen conocen la pena de los latinos

Treinta y tres obispos católicos de origen hispano, en los Estados Unidos, dieron a conocer una carta pública en la que se solidarizan con los hispanos que carecen con la debida autorización para vivir y trabajar en los Estados Unidos. “Reconocemos que todo ser humano, cuente o no con una autorización, fue hecho a imagen de Dios, y por lo tanto posee un valor infinito y dignidad...” dice un segmento de la carta. “Abrimos nuestros brazos y corazones a ti y te recibimos como miembro de nuestra familia católica”, agrega. Los obispos dicen reconocer los valores cristianos de los indocumentados, los sacrificios que hacen por el bienestar de sus familias, su determinación y perseverancia, su alegría

de vivir y su profunda fe y fidelidad, a pesar de su estado permanente de inseguridad y las muchas dificultades diarias. Aseguran que todas estas familias contribuyen mucho al bienestar de esta nación en los ámbitos económico, cultural y espiritual. “En el sufrimiento que ellos enfrentan, vemos el verdadero rostro de Jesucristo. Estados muy conscientes del gran sacrificio que hacen al llevar a cabo los trabajos más difíciles, a cambio de lo cual reciben salarios miserables y sin ninguna prestación o beneficio adicional”, dice entre otras cosas esta hermosa carta, que relievamos y a aplaudimos.

“Me gustaría quedarme aquí”

El comité pro Ciudad Santuario de Iowa City continúa conociendo historias específicas de familias inmigrantes que han sufrido los efectos devastadores de la separación familiar, por la ley de inmigración. El diario Citizen Press, de esa ciudad, recoje la historia de María Cardoza, una joven 17 años, de origen guatemalteco, quien vive junto a sus cinco hermanas en una casa móvil, en las afueras de Iowa City. María recuerda perfectamente el día en que

estaba conversando con su madre sobre lo que debía llevar a la escuela para celebrar una fiesta del 5 de mayo. De repente, la madre recibió una llamada telefónica de uno de sus hermanos, quien estaba teniendo problemas con su esposa. La mujer salió de la casa para ayudar a su familiar y nunca llegó a su destino. Más tarde, esa noche, el teléfono volvió a sonar. Esta vez era la madre de la joven comunicándole que había sido detenida por la Policía y se hallaba en la cárcel. La mujer fue acusada de manejar un vehículo sin poseer una licencia válida, pero las autoridades del condado de Muscatine pronto se dieron cuenta de que era una inmigrante indocumentada. Luego de un corto periodo en la cárcel de Muscatine y otro tanto en la Cedar Rapids, finalmente la mujer fue deportada a Guatemala. Ahora, esta madre llama dos veces al día a sus seis hijas, para comprobar que están bien. Ahora María se ha convertido en madre de familia; y tiene a su cuidado a sus hermanas de Nilsan de 12, Mariana de 11, las gemelas Siomara y Tania de 8 años, y Diana de apenas 4 años. Todos estos niños están “atrapados” en el país, porque son ciudadanos de los Estados Unidos, pero se encuentran solos y alejados de sus padres.

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DEBILIDAD DEL E-VERIFY

“Red han armado a mis pasos; Se ha abatido mi alma; Hoyo han cavado delante de mí. En medio de él han caído ellos mismos...”

Salmos 57:6

Por Dave Leach – traducción por Zaira Aleman Si la H2156 se convierte en ley, se va a requerir a todos los empleadores de Iowa chequear el estatus legal de sus empleados, mediante el sistema E-Verify. Tú puedes parar este proyecto de ley. Yo creo que en verdad tú puedes ayudar para que esto suceda. A continuación algunas ideas sobre las cuales puedes escribir y enviárselas a los legisladores. También puedes compartir esta información con los empleadores y animarlos a contactar a los legisladores para que expresen su criterio sobre la HF2156 también. Les daré estas ideas en español para que las puedan entender y en inglés para que las puedan escribir. Además les facilitaré las direcciones postales y correos electrónicos de ellos. No tienes que ser documentado mandar una carta, de forma segura. Ni siquiera necesitas usar tu nombre verdadero y puedes pedirle a un pastor permiso para que uses la dirección de su iglesia, como dirección del remitente. La agencia de ICE tiene prohibido entrar en una iglesia para buscar un indocumentado. O si lo deseas, puedes usar mi dirección postal, para ponerla como remitente: Primero tu nombre (el nombre que hayas elegido usar), c/o Family Music Center, 4140 SW 9th, Des Moines IA 50315. Por supuesto que los legisladores te pondrán más atención si proporcionas un nombre y dirección real. Esto es lo que sugiero que digas, junto con tus ideas: Honorable Representante del Estado (inserta el nombre del representante) Pronto tendrá la oportunidad de votar la ley HF2156, que forzara a todos los empleadores del estado de Iowa a revisar a sus empleados con el sistema E-Verify. Con toda seguridad usted ya sabe que esto causara que muchos inmigrantes indocumentados pierdan sus trabajos. Lo que usted no sabe es que también causará a que un número similar de ciudadanos, también pierdan sus empleos. Aquí le presento algunos números que deben ser considerados. Julian Garrett enfatizó ante el comité judicial, el pasado 21 de Febrero, que “el E-Verify se ha convertido en un método tan exacto que solo 3 de 1,000 ciudadanos han recibido un reporte de ´no confirmado´. (Usted puede escuchar la audición en http://youtu.be/KQvh M9hdtM) Garrett no le dijo al comité que la fuente de ese número es un reporte de la GAO de Febrero del 2011,(http://www.gao.gov/new.items/d11330t.pdf), dice que es solo el porcentaje de los

trabajadores que fueron exitosos al persuadir a los burócratas que estaban equivocados, y siguieron trabajando. El mismo reporte reconoce de que nadie sabe cuánto de esos 2.3% quienes perdieron sus empleos y no pudieron vencer a los burócratas eran ciudadanos que no querían pelear tanto. Los inmigrantes indocumentados componen aproximadamente el 3% de la fuerza laboral, pero el E-Verify solo detecta 46% de los trabajadores indocumentados, (http://www.uscis.gov/USCIS/E-Verify/E-Verify/Final%20E-Verify%20Report%2012-16-09_2.pdf, p. xxx) así que solo 1.5% de los indocumentados que integran la fuerza trabajadora perderían sus empleos. Pero, cuántos ciudadanos podrían ser puesto en condiciones de riesgo. Pero la HF2156 amenaza también a los ciudadanos, porque ordena el cierre permanentemente de cualquier negocio si, al menos 2 veces en 3 años, un ciudadano

se jubila temprano, o se queda en la casa a vivir del ingreso de su cónyuge, en vez de pelear contra los burócratas. Eso aparecería en los reportes erróneos del E-Verify indiscutiblemente como si el empleador hubiera contratado a dos “ilegales.” El negocio perdería su licencia de operación permanentemente, y 1,000 personas más que perderían sus empleo; no solo dos, si así hubiera sido realmente, sino también todos los demás empleados contratados por ese empleador. El “solo 3 en 1,000” expresado por Garret, causa tantos estragos que ningún ciudadano lo puede tolerar. Los empleadores pueden reducir su responsabilidad al verificar a sus empleados, antes que sean investigados. Pero el empleador debe darse cuenta, que no puede por hecho de que, por ejemplo, su hija nacida aquí en Estados Unidos, pueda pasar el E-Verify. Pero así le paso a un dueño de un restaurante en Phoenix, quien obtuvo este conocimiento de la manera más difícil. (Ve http://huff.to/ne1ciE) El problema es difícil de solucionar porque, como explica Garrett, revocando la licencia es un castigo desproporcionado e inaceptable, pero es el único

castigo que la ley federal le permite aplicar a los legisladores de Iowa. Pareciera que Dios ha hecho este mundo de tal manera que “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán á medir.” Mateos 7:2. Aquellos que estén determinados a patear rosas, Dios ha dicho, que se debe hacer básicamente descalzo. (Mateo 7:2, Hechos 9:5)

Dirección postal a representantes: Honorable State Representative (nombre), State Capitol, Des Moines IA 50310. Dirección electrónica a representantes: (nombre de pila).(apellido)@legis.state.ia.us. Número de teléfono: 515-281-3221. Información (Puede averiguar cuál es el nombre de su representante): 515-281-5129. A continuación los nombres de los 100 representantes - los nombres de los copatrocinadores de la HF2156 están con letras mayúsculas: Demócratas: Ako Abdul-Samad, Deborah Berry, Dennis Cohoon, RuthAnn GAINES, Mary Gaskill, Chris Hall, Curt HANSON, Lisa Heddens, Bruce Hunter, Charles Isenhart, Dave Jacoby, Anesa Kajtazovic, Jerry Kearns, Dan Kelley, Bob Kressig, Vicki Lensing, Jim Lykam, Mary Mascher, Kevin McCarthy, Helen Miller, Dan Muhlbauer, Pat Murphy, Jo Oldson, Rick Olson, Tyler Olson, Janet Petersen, Brian Quirk, Kirsten Running-Marquardt, Mark D. Smith, Sharon S. Steckman, Kurt Swaim, Todd E. Taylor, Phyllis Thede, Roger Thomas, Andrew J. Wenthe, Beth Wessel-Kroeschell, Nate Willems, Cindy Winckler, John Wittneben, Mary WOLFE Republicanos: Dwayne Alons, Richard ANDERSON, Richard ARNOLD, Chip BALTIMORE, Clel BAUDLER, Mark BRANDENBURG, Josh BYRNES, Royd CHAMBERS, Peter COWNIE, Betty DEBOEF, Dave DEY0E, Cecil Dolecheck, Jack DRAKE, Greg FORRISTALL, Joel FRY, Julian GARRETT, Pat GRASSLEY, Chris HAGENOW, Bob HAGER, MaryAnn Hanusa, Dave Heaton, Lee Hein, Erik HELLAND, Lance Horbach, Dan HUSEMAN, Stewart IVERSON, Ron JORGENSEN, Jeff KAUFMANN, Jarad Klein, Kevin KOESTER, Mark Lofgren, Steven LUKAN, Glen MASSIE, Linda MILLER, Brian MOORE, Steven Olson, Kraig Paulsen, Ross Paustian, Kim Pearson, Dawn E. Pettengill, Scott Raecker, Dan Rasmussen, Henry RAYHONS, Walt ROGERS, Tom SANDS, Renee Schulte, Jason SCHULTZ, Tom SHAW, Jeff Smith, Chuck SODERBERG, Annette Sweeney, Jeremy Taylor, David TJEPKES, Linda L. Upmeyer, James VAN ENGELENHOVEN, Guy VanderLinden, Nick Wagner, Ralph WATTS, Matt WINDSCHITL, Gary WORTHAN

“Los inmigrantes indocumentados

componen aproximadamente el 3% de la fuerza

laboral, pero el E-Verify solo

detecta 46% de los trabajadores

indocumentados...”

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GUERRA DE CASCARONES El carnaval estuvo alegre vos, aunque el final no tanto pues de no ser por la abuelita, mi mamá mi hubiera dado tal chicoteada que no me hubiera podido sentar un día por lo menos. La idea de ir al mercado Colón no fue mía, sino del Rochoy a quien se le ocurrió que el Martes de Carnaval, no fuéramos a la escuela para irnos de capiuza (1), no a jugar, sino a ver cómo jugaban Carnaval las placeras (2). Dijo el Rochoy que su mamá había comprado más el domingo para no ir el martes porque sabía que las vendedoras jugarían ese día y, como no lo hacen sólo con cascarones, sino con guacalazos de agua, harina y hasta ceniza, ella no quería quedar en medio de las batallas. Esa mañana, el Güisquilón, el Rochoy, el Chibolón y yo, nos reunimos en el atrio de la Iglesia de la Merced y cuando el Güisquilón me vio, sin darse cuenta de que traía el suyo colgado de su hombro me preguntó: -¿Para qué trajiste bolsón y cuadernos? -¿Y qué querías, que mi abuelita se diera cuenta de que no venía a la escuela? Además, vos también trajiste el tuyo; le respondí. Como los 3 soltamos la carcajada, el Güisquilón lo único que pudo hacer fue decir: -Como es temprano, entremos a la iglesia a oír misa, muchá (3). Sólo porque estábamos frente a la Iglesia no le dimos camorra. Lo que sí hicimos, fue caminar despacio rumbo al mercado Colón, en donde los carruajes tirados por caballos, llevaban canastos llenos de verdura y uno con carne para la venta del día. De lo que nos dimos cuenta, fue que casi todas las placeras tenían las cabezas cubiertas con grandes pañuelos de colores. A las 9 de la mañana, aunque casi no había compradoras, las vendedoras ya estaban en sus puestos colocando verduras y frutas, aunque los taparon con las mantas. Creéme no nos dimos cuenta en qué momento escondieron botes llenos de agua y un guacal (4), aunque supongo que los dejaron el día anterior.

El caso fue que de repente una de ellas, armada con su guacal lleno de agua le dijo a otra que le daba la espalda: -Buenos días ña (5) Tona y ¡zaz! que le moja la cabeza. Cuando la ya empapada doña Tona se volteó, otra aprovechó para darle dos cascaronazos uno con pica pica y el otro creo que con ceniza, porque el pelo el quedó gris. Esa fue la señal para que empezara la batalla, porque -yo creo que habían formado equipo, vos- cuando la que había quebrado los cascarones a la doña Tona se tronchaba de la risa, se enderezó rápidamente porque un guacalazo del enemigo le empapó la espalda. Entonces empezaron las carreras, los cascaronazos y los gritos y en minutos el piso del mercado estaba lleno de agua. Lo malo fue que por andar de guanacos (6) también tuvimos que correr porque quedamos en medio de la batalla de cascarones, ceniza, harina y agua, sin que afortunadamente fuéramos tocados. Bien dice la abuelita que “juego de manos es de villanos” porque, lo que empezó siendo un juego, terminó en pleito de verdad pues a una de las placeras le cayó harina en los ojos, pero yo creo que tenía radar en las manos porque aún con los ojos cerrados, con una mano le quitó el pañuelo y con la otra la agarró de las trenzas y en parpadeo la arrastró sobre el piso empapado, pero no por mucho tiempo pues tuvo que soltarla cuando quien sabe de dónde, recibió un tomatazo en la cabeza llena de harina. La atacada por limpiarse, lo único que logró fue hacer una masa roja que de lejos parecía sangre. -¡Le sacaron la colorada a la Petra! gritó quien sabe quién y aquello se convirtió en una batalla en donde volaron cuanta verdura y fruta había. Entonces el Carlos tu hermano, gritó: -¡Muchá, unas con la pena… y nosotros con la pepena! y sin esperar, recogí una penca de bananos y la metí en mi bolsón. Ya no pusimos atención a la batalla sino a cuanto

volaba, y recogimos la fruta pudimos. Pensé llevar verdura a la abuelita, pero me habría preguntado cómo la conseguí, así que seguí con las frutas. Para entonces, ningún lugar era seguro, y buscamos una salida; pero, al grito de: -¡Agarren a la Maruca! tuvimos que correr, pues una avalancha de mujeres corría a donde estábamos, pero ¡ay el Chibolón! gordo como es, resbaló y cayó sobre su bolsón. Si hubiera llevado naranjas nada pasa pero, con una papaya aplastada dentro, imaginá cómo quedaron sus cuadernos. Logré arrastrarlo dentro del puesto frente al que cayó y poco después salíamos corriendo a la calle en donde nos y corrimos al parque Colón. La gente nos veía, y pronto comprendimos el por qué pues no sólo estábamos mojados sino llenos de lodo pero poco después, sentados en una de las bancas, compartimos la fruta con el Chibolón que lloraba al ver cómo quedaron el bolsón y los cuadernos que asoleamos, pero ya secos quedaron tiesos. Cuando nos dimos cuenta, estaban llenos de hormigas por lo dulce de la papaya. Como ya se me cansó la mano, te recuerdo el Money Order para mi mamá y no te olvidés de mandarme mis lenes porque con los cascarones me gasté todo lo que tenía. Todos te mandan saludes.

El Carlos

1)No asistir a la escuela para vagabundear.2)En lenguaje coloquial chapín, así se reconoce a las mujeres que tienen un puesto de venta en un mercado cantonal.3)Contracción de muchachos.4)A mitad del siglo 20 aún se utilizaban calabazas vaciadas, pues el plástico no había sido inventado.5)Contracción de doña, muestra de respeto a mujeres ya casadas. 6)Nombre que en lenguaje coloquial chapín se da a quien va a donde no lo llaman y que no se relaciona con el mote con que se reconoce a los salvadoreños.

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DIARIO DE UN INMIGRANTE

PINTANDO LA CASAPor: David Suárez Moreno

Desde que llegué a los Estados Unidos he tenido la oportunidad de participar en varias actividades de servicio. Tal parece que mi especialidad son las mudanzas, aunque también he participado en actividades de pintura, recolección de donaciones, organizando ropa en una tienda de ropa a bajo precio, etc. Pero hoy es especial porque estoy en camino a participar en un proyecto de pintura, no para otras personas, sino para mi futura familia. Hace pocos meses, mi novia y yo decidimos comprar una casa, para iniciar nuestra vida juntos una vez que nos casáramos. Encontramos una vivienda muy adecuada a nuestras necesidades y luego de cavilar un poco, por fin tomamos la decisión de comprarla. El edificio fue construido en 1929, en plena época de depresión. Lo más probable es que en aquellos días, muchas personas perdieran sus propiedades debido a la crisis económica y a la falta de empleo, quizá el costo de las viviendas cayó bruscamente... en otras palabras, algo similar a lo que está ocurriendo actualmente en el país. Sigo dándole vuelta a esta idea en mi cabeza, mientras estoy a punto de llegar a la que será no solo mi nueva dirección en Burlington, sino principalmente, un sitio de refugio y protección para mis seres queridos. Una última virada y por fin logro divisar la casa. La casa, otrora silenciosa y vacía, ahora se presentaba ante mí, bulliciosa y alegre. Un grupo de amigos y vecinos se ha dado cita en la sala para darnos una mano con la actividad de pintura. Es asombroso para mí ver como la vida es como una especie de anillo o círculo virtuoso. En ese momento pude verme a mí mismo entre aquel grupo bullanguero, buscando alguna brocha o rodillo que estuviera libre para ayudar a otros. Sin embargo, ahora eran otras personas quienes se disputaban las brochas y rodillos para ayudarme a pintar mi nuevo hogar. El corazón se me llenó de alegría y agradecimiento con estas personas, algunas de las cuales ni siquiera había tenido el placer de conocer de antemano.

Escaleras, rodillos, brochas, pintura y una excelente oportunidad para conocer a estas personas caritativas resume bastante bien lo que ocurrió en las siguientes horas. Entre los voluntarios se encontraban cuatro jóvenes adultos, dos jovencitas adolescentes, dos damas y hasta una niña de siete u ocho años. No necesitamos invertir mucho tiempo para terminar la tarea. Al poco tiempo, las brochas y pintura fueron dejadas a un lado, mientras disfrutábamos de una deliciosa cena, preparada por mi futura esposa. No les parece extraordinario los milagros que podemos hacer realidad, solamente con nuestra actitud hacia la vida. No es tan difícil de hacer, no se requiere

dinero o ningún otro recurso material. Todo está dentro de nosotros mismos, en nuestro interior; en nuestra mente, en nuestro corazón. Hace pocos años aún mantenía en mi mente el prejuicio respecto a que la cultura americana era “muy individualista” y que sobrevaloraba la “privacidad”. También solía decir, al

igual que muchas otras personas, que los americanos “son fríos”, “que no pueden exteriorizar sus sentimientos”. Gracias a Dios he ido venciendo poco a poco cada uno de esos paradigmas. Durante mi estancia en este país he tenido la dicha de encontrar personas maravillosas, tan cálidas o aún más cálidas que otras de mi propio país. Y en cuanto al individualismo... bueno, basta con revisar algunas cifras para darnos cuenta de que Estados Unidos ocupa los primeros lugares en el mundo, en cuanto a la cantidad de gente que presta servicio voluntario en diversas actividades sociales y de ayuda compasiva por sus semejantes. Echo una mirada a la sala de la casa. Ahora luce radiante, renovada, más bonita. Nuestros amigos también observan con beneplácito el resultado de nuestra tarea. Uno de ellos levanta su pulgar derecho y dice, dirigiéndose al resto: Good job! ¡Buen trabajo! Yo no tengo palabras para agradecer, así que me limito a darles un fuerte apretón de manos a cada uno y los despido con un sencillo: Thank you! ¡Gracias!

“Un grupo de amigos y vecinos se ha dado cita en la sala para

darnos una mano con la actividad de pintura. Es asombroso para mí ver como la vida es como una especie de anillo o

círculo virtuoso.”

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l único medio de transporte desde Entre Ríos a la Media luna era un tren llamado

“Gavilán”. Un nombre no muy adecuado para un tren tan alegre y tan simpático. Le hubiera quedado mejor y le hubiera hecho más justicia si lo hubiéramos llamado, “el tren Alegría” o “el tren de la Felicidad.” Digo eso, porque a mí siempre me hizo feliz verlo pasar o de vez en cuando abordarlo hacia su destino final. En el momento de escribir esta nostalgia, yo apenas entraba a la adolescencia y vivía en las inmensas plantaciones de la compañía frutera, la muy famosa, United Fruit Company, cuyos dueños eran nacidos en la tierra norteña del Tío Sam. Hasta aquí una pregunta prevalece. Además de hacerme feliz a mí, hizo feliz a otros este famoso tren de la alegría. Eso lo leeremos en el transcurso de las líneas de esta nostalgia. Por ejemplo, para nuestra vecina Socorro Pérez, subirse al tren fue siempre un modo de sentir alivio de los sufrimientos causados por un esposo violento e inmoral. Yo fui testigo de las tribulaciones de esa desafortunada mujer y fui testigo también de cómo subir al tren le cambiaba la mirada. La veía abordarlo con una mirada triste y bajar con una mirada brillante y relajada. Le bastaba viajar los diez o veinte minutos del trecho de una a la siguiente estación, para sentirse bien. Caminar a su casa desde donde la dejaba el tren en vez de cansarle los pies le fortalecía el corazón. A menudo la escuché decir. Si algún día el tren deja de pasar por estos rumbos, me voy a amarrar una piedra en el cuello y me voy a ir a tirar al fondo del mar. -Dejé a ese mal marido-, le aconsejaban. -Si lo dejo -respondía-, ya no tendría una razón para

subirme en el tren. El tren de la Alegría era algo así como la religión de los habitantes de aquellas plantaciones bananeras. A falta de iglesias para adorar a Dios, todos vivíamos para ver pasar el tren. Nos vestíamos con ropa limpia, y si era necesario, bien remendada y hasta almidonada para salir a encontrarnos con el Gavilán Pollero o, como yo le he dado en llamar, el tren de la Felicidad. En ese mismo tren arribó a la Media Luna el famoso pastor mexicano, don Quintín Ibarra Zúñiga y convirtió a Cristo a una cincuentena de almas. El amor y la devoción por el tren de la Alegría no disminuyó un centímetro. Los conversos, primero salían a ver pasar el tren y después asistían al culto. Uno de esos conversos compuso un himno, llamado El Tren de Salvación. La letra del muy popular himno iba así: “Ya se oye silbar el tren, ya no tardará en pasar. Es un tren muy especial del reinado celestial; donde viene mi señor, el que nos viene a llevar. Ya los rieles son de gloria los durmientes son de amor, donde pasará mi Cristo, en el tren de salvación, el que quiera su boleto que entregué su corazón. Mi tío Efraín después de caer arrepentido a los pies de Jesús, le dio por cantar el himno del tren. El canto llegó a los oídos de los hermanos García, un popular grupo evangélico. En la guitarra y en los labios de estos cantantes el himno adquirió fama internacional. Desde entonces, el tren de la alegría de vagones amarillos llevaba y traía a conversos cantando el himno del tren de Salvación. Algunos muy fieles a la prédica de don Quintín quisieron pintar el interior del tren de color azul y las bancas de celeste. La United Fruit Company no dio permiso para llevar a cabo tan bizarro proyecto, de tan curioso color.

Los habitantes de La Media Luna abordaban el tren con el estómago vacío y una o dos horas después arribaban a su lugar, gordos de frituras y de felicidad. Un ejército de vendedores iba de vagón en vagón ofreciendo una gran variedad de antojitos de riquísimo sabor. Cada vendedor ofrecía sus frituras cantando. Una señora peinada al estilo bomba ofrecía servida en hojas de Mojan porciones de yuca con chicharrón. El canto empezaba con una larga y aguda nota y terminaba con una nota un tanto ronca al cantar la última silaba de la palabra chicharrón. El cantadito del manisero era rápido y sin adornos. Maní tostado a cinco centavos el paquete, sonaba el estribillo de su letanía. Don Carlos Grajeda era el vendedor de empanadas de plátano. Era manco y su voz a veces sonaba fuerte como de león y a veces delicada como de mujer. Eso sí, el producto a ofrecer tenía un sabor a gloria tropical. Doña Carmen Zúñiga vendía manjar de leche los jueves y los sábados tamales de Chipilín o chuchitos con carne de Tacuacín. El manjar lo ofrecía cantado al estilo de canción ranchera mexicana y los tamales la ritmo de cumbia colombiana. En mi imaginación yo escuchaba al tren acompañar al canto de todos estos vendedores con su magnífica voz de barítono, muy noble y muy leal. El invierno torrencial de mil novecientos sesenta y dos destruyó rieles y durmientes del tramo, entre La Media Luna y los campamentos bananeros vecinos. El tren de la Alegría dejó de pasar por una semana. Mi tío Miguel y un vecino de apellido Pocasangre cayeron enfermos de Nostalgia. Primero, experimentaron falta de hambre y luego les daba por dormir toda la noche y despertar hasta el mediodía. Al cuarto día de sentir tanto

cansancio fueron a ver a Mister McCoy el enfermero del Dispensario. Les inyectó Extracto Hígado de Bacalao para reanimarles el espíritu, pero salieron de la consulta así como entraron. En el camino de regreso a casa, pasaron por la escuela. Era la hora de recreo. Un grupo de diez niños jugaban simulando un tren, los más pequeños la hacían de vagones y un gordito, de locomotora. El niño locomotora inflaba sus cachetes redondos y remedaba el silbido de la locomotora. Cuando los dos enfermos de nostalgia escucharon el bien imitado silbido del tren sonrieron. En ese mismo instante se les fortalecieron los huesos y regresaron a trabajar. Los dos pacientes asistieron esa noche a escuchar la predicación de don Quintín Ibarra Zúñiga. -¡Es un milagro! -gritó el pastor a verlos entrar por la puerta pintada de dorado color. Porfirio Flores conoció a su esposa, Micaela Ramos, viajando en el tren de la Alegría. Era domingo y el Joven Pío sintió en su corazón viajar a Entre Ríos. No había una razón poderosa para viajar al pueblo, no necesitaba medicinas, ni un par de botas nuevas de marca Colibrí para trabajar. Pasó todo el día deambulando por Entre Ríos. No hizo lo acostumbrado. No fue a la barbería para quitarse el pelo, ni compró el periódico, para leer las noticias del día. Por un momento se detuvo a mirar el cielo y le pareció ver en dirección al mar una nube en forma de mujer. Aturdido por la visión sacudió la cabeza. -No sé si voy o vengo, o si estoy parado en la tierra o subido en el cielo-, susurró. En medio de su éxtasis escuchó una voz muy agradable y cordial. -¡Buenas tardes! Disculpe, ¿el tren sale a las cinco o a las cuatro? -Sale una hora antes de

ponerse el sol-, contestó. ¿Estoy viendo una visión o me está hablando alguien real?, pensó. La joven Micaela siguió su camino. El joven Pio sintió el corazón palpitarle no en su pecho sino en los pies. La mayoría de los pasajeros del tren de la Alegría viajaban de pie. A mí me gustaba ir colgado de uno de los agarradores del último vagón. Pio y Micaela iban sentados frente a frente junto a la ventana en el vagón central. -¡Ahora comprendo por qué vine a Entre Ríos!-, suspiró el asombrado viajero. Fue al directo al grano: -¿Quiere casarse conmigo? -Cuando usted me pregunte mi nombre, entonces yo le voy a responder a su pregunta-, contestó la hermosísima viajera. -Disculpe, ¿cuál es su gracia? Porfirio sentía rojo el rostro, los ojos y hasta las cejas. El reflejo del color del cielo de esa tarde veraniega de marzo, tampoco le ayudó a disimular su vergüenza. -Me llamo Micaela y ya estoy casada-, se adelantó a decir la joven de ojos risueños. Para Porfirio el canto de los vendedores cesó, todo su presente, pasado y futuro pareció caer a un abismo sin fin. -¡No, no es cierto!-, sonrió Micaela. -Estoy casada, pero con Dios. Soy evangélica y vengo para escuchar a don Quintín Ibarra Zúñiga predicar.- Porfirio respiró feliz. Don Pio Flores y doña Micaela Ramos de Flores fueron mis vecinos por mucho tiempo. El Gavilán tuvo la culpa de su felicidad, decían al contar su historia de amor. El tren de la alegría les hizo este milagro de amor, siempre voy a decir yo.

SECCION NOSTALGIA

EEL GAVILAN DE LA ALEGRIA

por: Oscar Argueta

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Hace cuatro meses, la maestra de Marcelo le dio un grano de frijol a cada niño de la clase, para que lo sembraran en un diminuto recipiente. La idea es que los niños conocieran el proceso de germinación de la semilla y que ellos pudieran palpar con sus propias manos las partes de la planta. El mismo día que los niños tuvieron esta asignación en la clase, Marcelo me comentó muy entusiasmado que regaría su semillita y que la pondría en lo alto de una ventana para que le entrara el sol. En los treinta días de noviembre del año pasado, Marcelo me dio un recuento minucioso de cómo iba creciendo su plantita “Curvi”. No hablaba más que de eso y yo ya estaba al borde de la locura. Hasta que un día Marcelo me dio la gran noticia que su proyecto se había terminado. “Gracias a Dios” me dije en mis adentros; por fin dejaremos de hablar de “Curvi”. Pues bien me equivoqué. Marcelo trajo a “Curvi” a casa. En su recorrido, Marcelo la envolvió en una toallita húmeda y la colocó en una cajita para protegerla del aire frío y de la calefacción también. Luego Marcelo me dijo, “mami, necesito una macetera y mucha tierra para sembrar a Curvi”. Así fue que el proyecto escolar se convirtió en un proyecto familiar. Colocamos a “Curvi” frente a una puerta de vidrio para que le entrara el sol. Sin embargo, pronto nos olvidamos de “Curvi”, hasta el mismo Marcelo. Nos olvidamos que “Curvi” no solo necesitaba de sol, sino también de agua y de otros cuidados, para que sus hojas se enredaran y crecieran verticalmente. “Curvi” había tratado de enredarse en los agujeros de la cortina de la

puerta, sin mucho éxito. Sus hojas y ramas estaban secas y muchas se habían caído. Cuando vi a “Curvi” en ese estado, me dio mucha nostalgia pues sabía lo mucho que Marcelo la había cuidado para que creciera y ahora estaba a punto de morir en nuestra propia casa. Entonces con fe y optimismo le pedí a Wayne y a Marcelo que le diéramos los “primeros auxilios” a “Curvi” para salvarla. Hoy en día, “Curvi” luce esplendorosa y está a punto de dar vainas. Marcelo cree que nunca más volveremos a comprar frijoles pues

“Curvi” nos los dará de “gratis”. El ejemplo de “Curvi” lo podemos adaptar a cualquier experiencia de nuestra vida y desde cualquier perspectiva. Yo quisiera concentrarme en el hecho de regresar a la naturaleza, de volver a los tiempos de nuestras abuelas que nos hacían té de zacate de limón o de

valeriana, con solo meter la mano en la macetera. En un artículo que leí, decía que no había mejor remedio para un enfermo que colocarle flores naturales en su habitación. Marcelo nos dio a nosotros como padres la lección de prestar atención a la naturaleza. De meter los dedos en la tierra hasta que las uñas cambien de color. “Déjela crecer/let it grow” es el tema de la canción de la película “The Lorax”. Si no ha visto esa película vaya a verla con sus hijos, vale la pena apreciar la naturaleza que aún tenemos y lo que podríamos perder si dejamos de sembrar, de dar vida. Que en esta primavera nos inspiremos para darle color a nuestras vidas sembrando una planta. No importa si es un chile picante, un cactus, o es una flor, lo importante es cuidar de esa plantita, verla y dejarla crecer.

CUANDO “CURVI”

CRECIÓ…

“Marcelo cree que nunca más volveremos a

comprar frijoles pues ‘Curvi’ nos los dará de ‘gratis’...”

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Página 24 14 de Marzo de 2012 EL Heraldo Hispano