55
I J I \ r ( , KAROL WOJTYLA '?C'h"" m'.'E'S;~ .. I _ .'" .'8LJOTfl.~~' ClAnrntl~i\ ff ~~t&~;:~~.~,; ~~ ~c U !l I 'j~ il r~ l1 s-e ~. ,.,." ••• -,.. •••••••• ."l; •••••• ev--'.•.•_-...:,-;... ~':':"":_.,~ ....EL TALLER DEL ORFEBRE Meditación sobre el sacramento del matrimonu expresada a ueces en forma de drama 10019165 BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID • 2005

172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

IJ

I\

r(, KAROL WOJTYLA

'?C'h"" m'.'E'S;~ ..I _ .'"

.'8LJOTfl.~~'ClAnrntl~i\ ff

~~t&~;:~~.~,; ~~

~ c U !l I 'j~ il r~l1 s-e ~.,.,." ••• -,.. •••••••• ."l; •••••• ev--' .•.•_-...:,-;...~':':"":_.,~ ....•

EL TALLERDEL ORFEBRE

Meditación sobre el sacramento del matrimonuexpresada a ueces en forma de drama

10019165

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOSMADRID • 2005

Page 2: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

La traducción dei original polaco ha sido realizada por ArmARODON KLEMENSIEW1CZ.

lNDICE~

~é~:,;j."U.'©V§@

••• ~ F, """,~;'H',".~Jt,"'-'~ •••~, 'Ni: t,,,,,

--~=~=<;c"~,,Ct!&:tt:'l:r~t."r,J

~~'~""~'''',"",=-,.~_'~;r"-+''''" '' ':"'<.~_.__ .._

Título de Ia edición original: Przed sklepem jubilera.

Pógs.

NOTA DEL EDITOR ....•.•.....•........•....•........................•.............. IX

xcro PRIMERO

LOSSIGNOS . 1

~,'r~Jt:lur~~1Tl1~~C!·.C.-.?LIOTEC/\

C~rl.l··;t~bni "..",

2>03Y,j;..:·-~-:Jº!ifi-Y:fi

1)."'\">' t O 1./ o t. Ot

ACfOSEGUNDO

ELESPOSO . 35

ACfO TERCEROLOSHI]OS . 71

Ilusrración de cubierta: EI matrimonto Arnolfini (1434), Jan van EyckDisefio: BAC

© Libreria Edirrice Vaticana. Cirrà de! Vaticano 1979© Biblioteca de Autores CristianosDon Rarnón de la Cruz, 57. Madrid 2005Depósito legal: SE-414-2005 en EspanaISBN: 84-7914-766-0Impreso en Espana. Prinred in SpainImpresión: Publidisa

Page 3: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

f!-"';l;J:Ut:,:c1(.C~."',. ~ r,;~~','.' -!-..~~~~, '~;~J'J9($~i~;''i2:-,.~!i :i:.-'..;:..'"'i;;j

I-=.. =1:!:""''"''~::''"· ·"C·'"''~CU~lil",l~:~~~

~~~~~'~""",~~-.~-q.':""'':'''f.",...·

NOTA DEL EDITOR

Se engafiaría quien viera en esta obra de K WojtyIa unsimple ensayo literario, extrafio producto en Ia mesa de unteólogo. En cada una de estas páginas vibra sin duda Ia sen-sibilidad del poeta y del dramaturgo, pero descubrimos tam-bién en ellas Ia preocupación dei pastor de almas y Ia con-vicción profunda dei pensador católico. Es la historia --eldrama interior- de tres jóvenes parejas de esposos -Teresay Andrés, Ana y Esteban, Mónica y Cristóbal- que experi-mentan el esplendor y, también, Ia oscura noche, a veceslacerante, dei amor humano. La obra lleva un subtítulo:Meditación sobre el sacramento del matrimonio, expresada avecesen forma de drama, porque no se trata del amor sin más,sino del amor fiel por encima de toda prueba, deI vínculoindisoluble de toda unión matrimonial.Nos llega este mensaje a través de una acción situada en un

espacio y un tiernpo en 10s que Ia realidad cotidiana se con-juga admirablemente con e! símbolo. Personajes grávidas decarga simbólica son Adán -cuyo nombre es el cornún deno-minador de todos los nuestros-, Ias vírgenes de! Evangelio,el Esposo, 10s interlocutores que hablan desde Ia sombra.Pero por encima de todos destaca el viejo y sabio orfebre,figura central que invade totalmente Ia vida de los protago-nistas. EI cristal dei escaparate de su tienda es un extrafíoespejo en el que se refleja el futuro de Ia pareja humana hastaIa frontera misma del misterio, y su balanza no pesa solo elmetal, sino toda Ia existencia dei hombre y su destino.El taller dei orfebre fue publicada por primera vez en

Varsovia, en Ia revista Znak, en 1960, siendo su autor obispo

IX

Page 4: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

auxiliar de Cracovia. En Espana, IaBAC procedió a su ediciónen 1980, dos anos después de Ia elección de Karol WojtyIacomo sucesor de Pedra con el nombre de Juan Pablo lI.Ediciones posteriores, ante Ia demanda de esta obra, fueron

publicadas en 1982, 1987, 1988,2000 Y2003.La presente, por tanto, es Ia séptirna edición de una obrita

de escasa dimensión pero que, dado su carácter simbólico yexistencial, afiadida a Ia relevancia de su autor, ejerce en Iaslectores fuerte atracción y positivo influjo espiritual.Al proceder a esta séptima edición, la BAC ha decidido

vestir la obra de nuevas galas, dotándola de una nueva por-tada y pasándola a otra de sus colecciones tradicionales: IaPopular, ya que popular se ha hecho esta obra en el más noblesentido de la palabra.Esta reaparición de El taller del orfebre en el XXVI ano ya

dei pontificado de su autor, casi obliga a atribuir al papa JuanPablo II esa condición de orfebre universal que, desde sutaller dei pontificado romano, ha cincelado pacientemente Iaconciencia social y moral de su generación y Ia dimensiónhumana y religiosa dei mundo contemporáneo. Todo ello enIa encrucijada de dos milenios.

x

I. LOS SIGNOS

aI6LleVii®&;ClJUU!Tl~~;í'.A 7

~~)Jfm~~~::_~....~,;~-,:«:<-!,~-~\

Mariana
Page 5: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

1.

TERESA

Andrés me ha elegido y ha pedido mi mano.Ha ocurrido hoy, entre las cinco y ias seisde Ia tarde.

No recuerdo exactamente, no tuve tiempo deconsultar el reloj

ni ver Ia hora en Ia torre dei viejo ayuntamiento.En momentos así no se comprueba Ia hora,momentos así surgen en el hombremás allá deI tiempo.

Pero incluso si me hubiera acordado de que teníaque mirar

el reloj del ayuntamiento,no hubiera podido hacerlo, pues hubiera tenidoque mirar

por encima de ia cabeza de Andrés.Carninábamos precisamente por el lado derechode Ia plaza,

cuando Andrés se volvió hacia mí y dijo:l,Quieres ser Ia compafiera de mi vida?Lo dijo así. No dijo: quieres ser mi mujer,sino: Ia compafiera de mi vida.Lo que iba a decinne era, pues, premeditado.

3

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 6: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Y 10 dijo mirando hacia delante, como si temieraleer en mis ojos,

y al mismo tiempo como si quisiera indicarque frente a nosotros hay un camino, cuyo finno podemos ver

-hay un camino o por 10 menos puede haberlo,si yo a su petición

contesto «sí».

Respondí «sí», pero no en seguida.Sólo al cabo de unos minutos,a pesar de que a 10 largo de aquellos minutosni pudo haber reflexión alguna,ni pudo existir Iucha de impulsos encontrados.La respuesta estaba casi decidida.Sabíamos 10s dos que se remontaba a todo nuestropasado,

y se proyectaba lejos en el futuro,que se hundía en nuestro ser, como Ia lanzaderadeI tejedor,

para aprehender el hilo precisoque determina el modelo deI tejido.

Recuerdo que Andrés tardó en volverse hacia míy pasó largo rato con Ia mirada fija hacia delantecomo si escrutara el camino que se abriaante nosotros.

4

ANDRES

Llegué hasta Teresa por un camino largo,no 1a descubri en seguida.

No recuerdo siquiera si nuestro Primer encuentroestuvo acompafiado de algún preSentimiento o algoparecido.

Ni tan sóIo sé qué significa «amor a primeravista».

Después de un cierto tiempo notéque ella se encontraba en e1 ámbitode roi atención,

es decir, que debía interesarme por ella,y que aceptaba con gusto Ia idea de tener quehacerlo.

Sin duda habría podido no actuar tal Y comosentía,

pero comprendí que esta hubiera carecidode sentido.

Era evidente que en Teresa había algoque sintonizaba con mi personalidad.

En aquella época pensaba muchoen rui «alter ego».

Teresa era todo un mundo, tan distantecomo cualquier otro hombre, COlllo cualquier orramujer

-sin embargo, algo penrutÍa pensar en tenderun puente.

5

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 7: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Dejé que esta idea permaneciera en mí,e incluso que se desarrollara.No era ésta una concesión involuntaria.No me rendía sólo a Ia impresión Y a la magiade 10s sentidos,

pues sabia que entonces jamás saldriade mi propio <<:yo»,

y no llegaria hasta Ia otra persona -pero en estoconsistía el esfuerzo.

Pues mis sentidos se alimentaban, a cada paso,dei encanto de Ias mujeres que se cruzabanconmigo.

En varias ocasiones traté de seguirias,y me encontré con islas deshabitadas.Pensé entonees que Ia belleza aceesiblea 10s sentidos

puede convertirse en un don difícil y peligroso;sé de personas que por su causa daüan a otras-así, lentamente, aprendí a valorar Ia bellezaaccesible al espíritu, es decir, Ia verdad.

y también de mi pensamiento -pero he aquique en el preciso instante

en que parecía estar más interesado por ellas,me daba cuenta, de pronto, que Teresaseguía presente en mi conciencia y en mi recuerdoy que instintivamente Ias comparaba a todaseon ella.

A pesar de todo, casi deseaba que Ia alejarande mi eonciencia,

y hasta eierto punto contaba eon eUo.Y estaba dispuesto incluso a dejanne llevarpor Ia impresión,

por Ia sensación insistente y fuerte.

Encontré varias chicas que se apoderaronde mi imaginación

Queria considerar el amor como una pasióny como un sentimiento que prevalecesobre todo 10 demás

=-creía en 10 absoluto del sentimiento.Por esto no llegaba a comprenderen qué se apoyaba aquella extraãa pervivenciade Teresa dentro de mí,

por qué seguía presente en mí,qué le aseguraba un lugar en mi «yo»,y creaba a su alrededoraquella especie de extrafia resonancia,aquel «deberías».

De modo que procuraba rehuirla, evitaba adredetodo aquello que pudiera dar pie a la más leve

Decidí, por tanto, buscar una mujer que fuerarealmente

mi «alter ego» Y que el puente tendidoentre 10s dos

no fuera frágil pasarela entre nenúfares y canas.

conjetura. -=;"'~;;'''4:~~::''i'''''''~~-;

\

' 1M' Wil , G 'f ~HJ)~.,CLA~3!~fi1~~~

,~ {~TI~l i':: H~j i:.M 7~~~~r<:-"-"''''''''~.'''' .--"'~. •

6

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 8: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Llegaba incluso a ensaãarme con ella en mispensamientos

y ai mismo tiempo me senda acosado por ella.Me parecía como si me persiguiera con su amor,del que yo debía apartanne con firmeza.Con todo ello mi interés por Teresa ibaen aumento,

y en cierto modo el amor se alimentabade esta misma contradicción.

El amor puede ser también como un choqueen el que dos seres adquieren plena concienciade que deben pertenecerse,aunque faIten aún el estado de ánimoy 10s sentimientos.

Es uno de esos procesos de1 universoque producen la síntesis,

unen 10 que está separado y amplían y enriquecen10 que es angosto y limitado.

TERESA

Debo reconocer que Ia declaración de Andrésha sido para mí algo totalmente imprevisto.No tenia ningún motivo para esperarIa.Siempre había creído que Andrés haciatodo 10 posible

para que yo le fuera innecesariay para convencenne de ello.

8

Si su declaración no me ha hallado deI tododesprevenida,

es porque en cierto modo sentía que estaba hechapara él

y que tal vez podría amarle.Quizá inconscientemente ya le amaba.Pero nada más.

Nunca quise admitir en mí un sentlilllentoque pudiera quedarse sin respuesta.Hoy puedo ya reconocer ante mí mismaque no me fue nada fáci1.

Recuerdo en particular cierto mesy en este mes cierta noche-íbamos de excursión por Ia montana,formábamos un grupo numeroso y muy unido,había entre nosotros algo más que simplecompanerisrno--

nos entendíamos a la perfección.Andrés estaba entonces visiblemente interesadopor Cristina,

pero esto a mis cjos no le restaba encantoa Ia excursión.

Siempre he sido dura corno Ia madera,que se carcome por dentro antes que romperse.Si me compadecía a mí misma,no era a causa de un desengano amoroso.Pero así y todo, fue muy duro.

9

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 9: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Sobre todo, aquel atardecer en que duranteel descenso

se nos hizo de noche.Nunca olvidaré aquellas dos lagunasque nos sorprendieron en el caminocomo dos cisternas de suefio insondable.Dormía el metal mezclado con el reverberode Ia clara noche de agosto.Pero no había luna.De pronto, mientras mirábamos absortos,-no 10 olvidaré mientras viva-,oímos por encima de nuestras cabezasun grito penetrante.Podía tratarsede un lamento, un gemido,o incluso de un piulido.Todos contuvimos Ia respiración.No sabíamos si era el grito de un hombre,o el lamento de un pájaro rezagado.Volvió a oirse Ia misma vozy 10s chicos optaron por responder con otro grito.La sefial recorrió el silencioso bosque dormidoy Ia noche carpática.Si hubiera sido un hombre -10 hubiera oído.Pero aquella voz ya no volvió a escucharse.

hoy ha vuelto a mí aquella idea,entre el perfil de Andrés.y Ia torre del viejo a)'Utltamientode nuestra ciudad-hoy, entre Ias cinco y Ias seis de Ia tarde,cuando Andrés ha pedido mi mano-he pensado en Ios signos cuyo encuentroes imposible.

Pero realmente pensaba en Andrésy en mí misma.

Y senti cuán difícil es vivir,Aquélla fue una noche terrible para mí,aunque tuvimos una espléndida noche carpática,llena de belleza y mistetio.Todo cuanto me rodeabame parecía tan necesarioy tan en armonía con Ia totalidad dei mundo,sólo el hombre se hallaba descentrado y perdido.No sé si todos 10s hombres,pero estoy segura de qUe yo sí 10 estaba.Por esto cuando hoy Andrés me ha preguntado:«z,Querrías ser Ia companera de mi vida, parasiempre?»,

yo, pasados diez minutos, he contestado <<:sí»,y un poco más tarde le he preguntadosi creía en 10s signos.

Y precisamente entonces cuando todos callaron,esperando una respuesta,se me ocurrió una idea: también acercade 10s signos-

1011

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 10: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

ANDRES

Hoy Teresa me ha preguntado:Andrés, l,crees en 10s signos?Y cuando, extrafiado de su pregunta,me he detenido un instantea mirar, sorprendido, aios ojosde mi prometida --desde hacía un cuarto dehora-

me ha contado los pensamientosque no se alejan de su mentedesde aquella noehe en Ias montafias.

[Cuán cerca de mí pasó aquella vez!Casi me asedió eon su imaginacióny aquel discreto sufrimiento,que entonees no quise percibiry que hoy estoy dispuesto a considerarnuestro bien común.

Teresa - Teresa - Teresa -como un punto singular en mi maduración-ya no prisma de rayos aparentes, sino ser deverdadera.

Y sé que ya no puedo ir más lejos.Sé que ya no seguiré buscando.Sólo me estremezco aI pensar cuán fácilmentehubiera podido perderla.

12

Durante varios aüos caminó junto a míy yo no sabía,

yo no sabia que era ella Ia que avanzaba y crecía,Me resistia a aceptar10 que es hoy mi don más preciado.Después de estos aãos veo claramenteque Ios caminos que pudieron separamosson 10s que al fin nos han unido.Estos aãos han sido el tiempo indispensable,para podemos orientar en el complicado mapade 10s signos y 10s símbolos.

Tiene que ser así.Hoy veo que su tierra es también mi tierra,y yo que sofíaba con tender un puente-

luz

13

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 11: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

2.

ANDRES

En nuestra antigua ciudad, aI anochecer,(en octubre Ia noche llega pronto)Ias hombres salen de sus despachos,donde proyectan Ia construcción de nuevasviviendas,

Ias mujeres y Ias chicas antes de volver a casase entretienen mirando los escaparates.

Encontré a Teresa cuando se hallaba paradafrente a un amplio escaparate,lleno de zapatos de mujer.Me paré junto a ella, en silencioe inesperadamente-y de pronto nos hallamos juntosa ambos lados de Ia gran luna transparentebaãada a chorros de luces deslumbrantes.Vimos nuestras imágenes juntas,pues el escaparate, cerrado por detráspor un espejo grande, enorme,refleja al mismo tiempo Ias hileras de zapatosy Ias personas que pasan por Ia acera,

15

Mariana
Mariana
Page 12: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

pero sobre todo Ias que se detienenpara mirarse a si mismas o aIos zapatos.Cuando de pronto nos encontramosa ambos lados del enorme espejo-aquí vivos y reales, allá reflejados-yo -no sé por qué,quizá para completar el cuadroo más bien por un simple impulso deI corazón,pregunté: i,En qué estás pensando, Teresa?-y se 10 dije casi en un susurro,que es como hablan Ias enamorados.

Iniciamos entonces una conversaciónacerca de mil detalles relacionados eon nuestraboda.

Yo le hablaba de aquella corbata suyaque tanto me gusta,y de aquel traje oscuro,que le sienta tan bien.Andrés 10 escuchaba complacido,no por vanidad,sino porque queria gustarmey deseaba complacerme en todo.

TERESA

Luego juntos fuimos a mirarel escaparate de Ia tienda dei joyero.En pequenas cajitasforradas por dentro de terciopelose hallaban expuestas diversas joyas.Entre ellas se veían también Ias alianzas.Estuvimos un rato mirálldolas en silencio.Luego Andrés me oogié de Ia manoy dijo: Entremos, Tere5a,vamos a escoger Ias a1ianzas.

Entonces ya no pensaba en Ias signos.Y en realidad tampoco pensaba en Andrés.Mis ojos buscaban zapatos de tacón alto.Había allí zapatos de todas clases,zapatos cómodos para andar y haeer deporte,pero yo preferia mirar10s zapatos de tacón alto.

Andrés es más alto que yo,así que necesito aumentar un poco mi estatura-pensaba, por tanto, en Andrés,en Andrés y en mí misma.Ahora ya siempre pensaba en 10s dos,y a él seguramente le ocurría 10 mismo-se hubiera alegrado de haberlo sabido.

ArDRES

16

Pero no entramos en peguida.Nos detuvo de pronto el pensamientoque surgió en el 1I1iS1 instante -10 sentíamosbien 108 dos- en ~ a Y en mí,

,_-....-r"'~~~,;.~!3i;~~,;.

I ~ I~t !o 'ir a ~ riSI {:1>(j2t~y~.~~;1 17, .

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 13: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Las alianzas que estaban en el eseaparatenos hablaron eon extrafía fuerza.Eran allí meros objetos de metal noble,pero 10 serían tan sólo hasta el momentoen que yo pusiera una de elIas en eI dedode Teresa

y ella la otra en el mío.

Aquí estamos 108 dos, nacemos de tantos extraãosinstantes

y de 10 más profundo de tantos hechos,en apariencia corrientes y sencillos.Y he aquí que ahora estamos juntos. Secretamentenos unimos

hasta formar uno solopor obra de estas alianzas.

A partir de este instante comenzarían a marcarnuestro destino.

Nos recordarían sin cesar el pasado,como una Iección que es preciso recordar siempre,y nos irían abriendo un futuro continuamentenuevo,

uniendo el pasado con el futuro.AI mismo tiempo y a cada instante,nos unirán el uno al otro con un lazo invisibIe,como 10s dos últimos esIabones de una cadena.

Alguien habló a nuestras espaldas, casi en vozalta.

(A L GUIEN)

No entramos en seguida en Ia tienda. El símbolohabló.

Lo comprendimos a Ia vez. AI mirar Ias alianzas,una muda emoción nos invadió.Nos quedamos quietos frente a Ia tienda.Vacilábamos antes de entrar.

Senti que Teresa apretaba con más fuerzami brazo... y éste fue nuestro «ahora»:el encuentro dei pasado con el futuro.

Es Ia tienda dei orfebre. iQué oficio tan peculiar!Crea objetos que pueden inducirnosa reflexionar sobre el destino.ASÍ, por ejemplo, dora relojes que midenel tiempo

y le dicen al hombreque todo cambia, que todo pasa.

TERESA

Ha callado Ia voz. Aquel hombre se ha acercadomucho

a nuestro pensamiento. Hemos seguido en silencio.

18 19

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 14: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Pero Ia imaginación trabajaba. Como en un espejome veía a mí misma -vestida de blanco-arrodillada junto a Andrés.

El lleva su traje negro. AI entrar en Ia iglesia,era yo casi tan alta como él, así que no habíadesproporción alguna.

(Tendré que comprarme unos zapatos de tacónalto,

como 10s que he visto hoy en aquel escaparate.)

3.(FRAGMENTOS DE UNACARTA

DE TERESA A ANDRES)

Y de pronto -Ia cosa más extrafia-e inesperada:mientras estábamos así ante Ia tienda dei orfebre,nos vinieron a Ia memoria fragmentos de cartasque nos habíamos escrito en afias anteriores.

...quiero volver a referinne, Andrés, a aquella ex-cursión nuestra del mes de agosto, a aquella noche enque oímos 10s extraãos clamores. Se creó entonces,como recordarás, una cierta confusión y división depareceres. Pensaban unos que debíamos salir en buscade 10smontafieros presuntamente extraviados en Ia es-pesura deI bosque, mientras que 10sdemás asegurabanque se trataba sólo del grito de un pájaro rezagadoy no de un hombre. Tú eras de éstos.Fue una noche memorable, y 10 fue también por eI

hecho de que entonces -aI menos así me 10 parece,Andrés -te vi verdaderamente. Y créeme-, casi mesaltaron a Ia vista Ias desproporciones que dormitanen ti. Es inevitable ia desproporción entre el deseo defelicidad dei hombre y sus posibilidades. Pero tú tra-tas a toda costa de computar tu felicidad, como 10 cal-culas todo en tu oficina de proyectos. Te faltan el va-lor y Ia confianza -ien qué?, i,en quién?- en Ia vida,en el propio destino, en los hombres, en Dios...

20 21

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 15: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(FRAGMENTOS DE UNA CARTADE ANDRES A TERESA)

4....de modo que tú eres valiente y estás llena de con-

fianza- sin embargo, cuántas veces he leído lágrimasen tu semblante, aunque 10s ojos permanecían secos.Quizá también tú piensas llegar a Ia felicidad sólo convalentia, pero en realidad no es más que una formadistinta de temor --o aI menos de prudencia.

TERESA

La imaginación seguía trabajando con intensidadcreciente,

volaba sobre 10s recuerdos y el pasado,hacia un futuro, cuya imagen era cada vez máscercana.

Me veo junto a Andrés, le igualo en estatura.Nos sentimos elegantes y en cierta maneramaduros

-hemos ido madurando a 10 largo de tantas Cartasintercambiadas durante aquellos anos.Seguimos frente a aquella tiendapara escoger juntos nuestro destino.Pero el escaparate se ha convertido en el espejode nuestro futuro

y refleja ahora su forma.

ANDRES

Las alianzas no se quedaron en el escaparate.EI orfebre nos miró largamente aios ojos.Y mientras tomaba Ia última medida deI preciosometal,

22 23

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 16: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

enunció profundos pensamientos que de modoadmirable

quedaron grabados en rui memoria.

y no es monumentaly no es simple,más bien pobre.Esto es un hombre -pero iY dosy cuatro y cien y un millón?-Multiplica todo esto por ti mismo(multiplica esta magnitud por Ia debilidad);y obtendrás el producto de ia humanidad,el producto de Ia vida humana.

El peso de estas alianzas de oro-dijo- no es eI peso deI metal,sino eI peso específico deI hombre,de cada uno de vosotros por separadoy de 10s dos juntos.jAh, el peso específico del hombre,el peso particular de cada hombre!i,Hay algo más abrumadory aI mismo tiempo más inaprehensibIe?

Así habló aquel singular orfebre,mientras tomaba Ia medida de nuestras alianzas.Luego Ias pulió con una gamuza,Ias puso de nuevo en Ia cajitaque antes estaba en el escaparate,y comenzó por fin a envolverlas en papel de seda.En todo este tiempo no dejó de miramos aiosojos,

como si quisiera explorar nuestros corazones.l..Tenía razón en todo 10 que nos decía?i,Eran éstos también nuestros pensamientos?Ninguno de nosotros hubiera podido decidoen tan poco tiempo-EI amor es más entusiasmo que reflexión.

Es fuerza de gravitación continuaencadenada a un breve vuelo.El vuelo tiene forma de espiral, de elipse,-y forma de corazón ....[Ah, el peso propio deI hombre!Estas fisuras, esta marafia, y esta profundidad-estas adherencias, cuando es tan difícildespegar Ia mente deI corazón ....Y en medio de todo ello, la Iibertad-una cierta libertad, a veces incluso locura,una locura de libertad envuelta en esta maraiia.Y en media de todo ello, eI amor,que mana de Ia libertad,como fuente de tajo recién abierta.[He aquí eI hombre! No es transparente

TERESA

24

Nos vemos reflejados en el escaparate

como en un espejo que enCierraQel fi.!.~2~"""..=.r.""2;"'i{im t ! e <f ti @ ~"l:~t;:~~c'~I"j~~-/~J:g;~25~

. -""'''''~'''i:{"'''-=='''= f17 I?: T. tr; I ts 1l;;. ~~ ;

· ,~~~",·"·",,,c-,· · ,· · ,-·_~ - .. ',a~""".",,_,_.__~__

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 17: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Andrés toma una de Ias alianzas,yo Ia otra, nos damos Ias manos-jDios mío, qué seneillo todo!

5.

lEn qué estarán pensando 10s invitados a nuestraboda?

Lo que piensan euando están callados-y cuando dejan de hablar,10 que seguirán pensando.

CORO

1. La situación es muy hermosay despierta tantas sugereneias.[Miremos sólo 10 que es!

2. EI hombre vive en un halo de sombra,vive también en un halo de luz,Ia luz se transforma en sombra,Ia sombra en luz.

3. Nuevas personas -Teresa y Andrés-hasta ahora dos y todavía no uno,desde abora uno, aunque todavía dos.

4. EUa pareee un poco triste,quizá sólo está seriao impresionada-(en Ia pechera de Andrés ha relucidoel brillante,

y Ia blanca flor en el pelo de Teresa,pero no es todavía un fulgor homogéneo).

26 27

Mariana
Mariana
Page 18: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

5. También el vino reluce. Pero el vino es otracosa.

Que una persona vivaen Ia otra --es el amor. Teresa y Andrésvino, vino--iluminad mutuamente vuestras vidas(Brindemos, brindemos).

8. Arboles, árboIes, -troncos rectos y esbeltosgoIpean en 10 alto, lejos de Ias ojos,golpean Ia luna alejada de 10s ojostrescientos mil kilórnetros-pero elIos son dos.Teresa y Andrés.Entonces Ia Iuna es un pequeno tamborque resuena en Ia profundidad de Ias ojosy en 10 bondo de 10s corazones.6. Oh, cuántas paIabras y corazones

Oh, cuántas palabras y corazonesOh, cuántas palabras y corazones

Atravesaremos con vosotros el pórtico,seguiremos luego por Ia avenida,algunas docenas, algunos centenaresde metros,

con entusiasmo,con una sonrisa franca,basta aquí, hasta aquí juntos.Luego aparecerán 10s vehículos,y Ia carretera nos cortará el paso--cuando subáis aI automóvil,tendréis que quedaros solos.

9. EI amor --el amor pulsa en Ias sienes,se vuelve en el hombre pensamientoy voluntad:voluntad de Teresa de ser Andrés,voluntad de Andrés de ser Teresa.

10. Es extrafio, pero necesario-y de nuevo separarse,porque el hombre no perdura en el hombreindefinidamentey el hombre no basta.

7. Pero volvamos a Ias estrellas,volvamos al calor, a Ias sentimientos.Oh, cuánto afecto necesita el hombre,cómo anhela Ia proximidad.Teresa y Andrés.

11. l,Cómo hacer, Teresa,para permanecer en Andrés para siempre?l,Cómo hacer, Andrés,para permanecer en Teresa para siempre?Puesto que el hombre no perduraen el hombrey el hombre no basta. E

-"'~.-.;::~w"~lH.!@'T~~~~CLilJ2~'-rgJ~~~ r·.:::::i"",&'~;:;"~-t:'~~~~ :_~,'"~ ,",

I 'J C rs P " "C. " t<> iç)' ""1 i,"1 t, •• ";.,p ~J;l.,; •• t:../,OL..;i: r'N__ "'_·.~,""C""'''''.''':·_" "":.- ..•,,28

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 19: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

12. El cuerpo -por él pasa el pensamiento,no se sacia en el cuerpo--y a través de él pasa el amor.Teresa, Andrés, buscadun puerto para el pensamiento en vuestroscuerposmientras existen,buscad un puerto para el amor.

6.

ANDRES

Aunque seguíamos frente a la tienda del orfebre ...el escaparate de su taller había dejado de ser eviden-temente un espectáculo en el que todos podían encon-trar un objeto para sí. Se convirtió, en cambio, en unespejo que nos reflejaba a Ios dos -a Teresa ya mí,Es más- no se trataba ya de un espejo plano co-rriente, sino más bien de una lente que absorbía suobjeto. Estábamos no sólo reflejados, sino absorbi-dos. Me sentía como observado y reconocido por al-guien que se hubiera escondido al fondo de aquel es-caparate.

TERESA

Se veía en él el día de nuestra boda. Nosotros dosvestidos de gala, y detrás de nosotros mucha gente:Ios invítados. EI escaparate absorbió mi imagen en va-rios momentos y situaciones- primero, cuando es-taba de pie y luego arrodillada junto a Andrés, mástarde cuando nos cambiábamos las alianzas ... Estoyconvencida, además, de que nuestra imagen reflejadaai fondo del espejo ha quedado allí para siempre y ya

30 31

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 20: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

nunca podremos borrarla ni retirarla. Un instante mástarde pensé que habíamos estado presentes en el es-pejo desde un principio- o al menos desde muchoantes de que nos detuviéramos frente a Ia tienda deIorfebre.

ANDRES

sólo exploraban nuestros corazones, sino que tratabande verter algo en nosotros. Nos encontrábamos nosólo al mismo niveI de Su mirada, sino también almismo nível de Su vida. Toda nuestra existencia es-taba ante El. Su mirada emitía signos que en aquelmomento no fuimos capaces de captar en su plenitud,como aquella vez tampoco supimos interpretar Iasllamadas en Ia montafia -pero penetraron en 10 máshondo de nuestros corazones. Y de algún modo cami-namos en su dirección, pues se convirtieron, depronto, en Ia trama de toda nuestra existencia.

El orfebre, como decía, nos miraba de un modo par-ticular. Su mirada era a un mismo tiempo bondadosa ypenetrante. Sentí que nos abrazaba eon aquella mi-rada, mientras eseogía y pesaba Ias alianzas. LuegoIas colocó en nuestro dedo para probarlas. Tuve en-tonces Ia sensación de que buscaba con su miradanuestros corazones, adentrándose en su pasado.;,Abarcará también el futuro? La expresión de susojos era una mezcla de bondad y de firmeza, EI futuroseguía siendo una incógnita que ahora aceptábamossin inquietud. EI amor vence Ia inquietud. EI futurodepende dei amor.

TERESA

Estuvimos mucho tiempo ante Ia tienda del orfebre,sin sentir eI paso del tiempo ni eI mo que seguramentehacía aquella tarde de octubre. Por fin despertamos-a nuestras espaldas un transeúnte dijo en voz altaIas siguientes palabras:

(A L G D I E N)TERESA Es tarde ya y Ias tiendas están cerradas. ~Por qué

hay luz todavía en el taller deI viejo orfebre? Debíahaber cerrado ya e irse a casa.

EI futuro depende deI amor.

ANDRES

8""~~~""""'-'=·=J.Z"'·""'·<'.·'·'.'..",",:elJOT~í)a~~lj\J~1~Z'n~-©~ 1

j, !,~~~iltt~~~,.:. ;U a: I 'r li ~ ,,~N:'{::

--'~koY~""'''~'''''· '''~·~·~"::''''''''';_~r•...,'_'_''_'-::>"". __ ".

En cierto momento volvió a cruzarse mi mirada conIa del viejo Orfebre. Senti entonces que Sus ojos no

32 33

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 21: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre
Mariana
Page 22: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(A N A Y E ST E B A N)

1.

ANA

Los acontecimientos de 10s últimos díasme han trastomado.No pude evitar Ia amargura ai recordarlos.Lo amargo es el sabor de Ia comida y ia bebida,pero también es sabor interior -sabor deI alma,que siente ia decepción o el desengano.Este sabor penetra en todo 10 que hacemos,decimos o pensamos; aparece incluso en nuestrasonrisa.

lEs que realmente he experimentadouna decepción y un desengano?

"No será el curso normal de Ias cosasdeterminado por Ia historia de dos personas?De este modo trata de explicármelo Esteban,al que confesé en seguidaIa primera pena que en mí surgió.Esteban me escuchaba, pero no notéque le impresionaran demasiado mis palabras.Por ello me sentí cada vez más dolida.

37

Mariana
Mariana
Page 23: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Ya no me quiere -debí pensar-,puesto que no reacciona a mi tristeza.No podía resignarme,ni sabía tampoco cómo evitarIa aparición de Ia primera grieta(sus bordes de momento se mantenían inmóviles,pero a cada instante podían separarsetodavía más-10 que no sentía en absolutoes que se acercaran de nuevo el uno al otro).Esteban de pronto dejó de estar dentro de mí,i.,También había dejado yo de estar dentro de éI?i.,Era mera sensaciónde que no estaba ya dentro de mí?iQué extraãa me sentía aI principioen 10 hondo de mí misma!Como si me hubiera ya desacostumbrado a Iasparedes de mi interior-

tan llenas babían estado de Esteban,que sin él me parecían vacías.i.,No es algo terriblecondenar Ias paredes dei propio corazóna poseer un solo morador,que puede desheredartey quitarte en cierto modo tu lugardentro de ti misma?

pero no sabía cicatrizar Ia herida,que me quemaba el alma.No la sentía, no le dolía en absoluto.Tal vez no queria. lCieatrizará por sí sola?Pero si cicatriza por sí misma,nos seguirá separando siempre.Esteban parecía segurode que no debía curar nada.Me dejó eon Ia herida oculta,pensando seguramente «ya se le pasará»Confiaba tal vez en sus derechos;yo, en cambio, deseaba que 10s conquistasesin cesar.

No queria sentirrne como objetoque no se puede perder,cuando se ha adquirido en propiedad..i.,Habíaen todo esto un algo de egoísmo?-Probablemente no hice cuanto estaba en numano

para justificar a Esteban ante mí misma..i.,Peroes que el amor ha de ser un compromiso?,lNo deberia nacer continuamente de Ia Inchapor e1 amor de Ia otra persona?

Luché por el amor de Esteban,dispuesta a retirarme en cualquiersi él no comprendía el sentidode toda esta lucha.

momento

En apariencia nada cambió.Esteban se comportaba casi como de costumbre, .i.,Seré,aI final, capaz de perdonar?

r;$';"~;~,';~)1~~~!'1' ,."., , .. ,,~, ... V"l~' .",~.~~~~:~:l::~,':'~;~;~",~-~",,,,",,,.:,,;-_~,,,,><.• ,,~;».39"'" ,38

~~>;.':;;:;,'.!z.: •.;;,:.~5?!'~"""~~

i ~UH ..I~)1rm®t\tI l

I_~~cc"_~". . ""?:

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 24: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

60 Ia grieta más bien se agrandará?Difícil de apreciar es Ia fronteraentre el egoísmo y el altruismo.Soy madre. En el cuartito de al ladocada noche se dormían nuestros hijos:Marcos, el mayor, Mónica y Juan.En Ia habitación de Ios niãos reinaba el silencio-por el alma de nuestros hijos no habíapasado aún

Ia grieta de nuestro amor,que yo sentía ya de modo tan doloroso.

2.

UN INTERLOCUTOR CASUAL

Es Ia segunda vez que encuentro aquí a estamujer.

Pasaba junto a Ia tienda del viejo orfebre.Las contraventanas ya estaban cerradasy Ia puerta asegurada eon llave.

EI orfebre termina su trabajo a Ias sietey se marcha.Trabajando todo el día, quizá no se da cuentade cuán profundamente su oficio penetra en Ia vidadeI hombre.

Hablé un día con él sobre este tema.La puerta de Ia tienda estaba abierta, y el orfebre,desde el umbral,

observaba aIos transeúntescon aparente indiferencía.Un sol resplandeciente llenaba Ia calle de luztan cegadora,

que obligaba a cerrar 10s ojos.Hombres y mujeres se ponían gafas de solpara protegerse deI resplandor.A través de Ias gafas oscuras no se distingue

40 41

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 25: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

el color de Ias pupilas,hundidas en Ia oscuridad como en un pozo.Pero a través de esas gafasse ve todo (aunque con cierta singular sombra),sin necesidad de entornar 10s párpados.

Yo creía que Ia culpa era de Esteban-no sabía encontrar culpa en mí misma.La vida, cada vez más, se convertiaen Ia penosa existencia de dos seresque dentro de sí cada vez ocupaban menos lugar.Queda solamente Ia suma de Ias obligaciones,suma convencional y variable,cada vez más alejadadel puro sabor deI entusiasmo.Y que apenas si une ya.

Mora Ia tienda dei orfebre está cerrada.Los rostros de los transeúntes quedan ocultosen Ia penumbra dei atardecer

ANA Pensé entonces en Ias alianzas,que seguimos llevando en el dedolos dos: Esteban y yo.Cierto día, ai volver dei trabajo,y pasar junto a Ia tienda dei joyero,pensé que podria vendera buen precio mi alianza.(Esteban ni 10 advertiría-pues yo ya casi no existía para él.Ni siquiera sabía si me engafiaba,porque yo tampoco me ocupaba ya de su vida.Me era indiferente.AI salir dei trabajo se iba a jugar a Ias cartas,y después de tomar unas copas volvía tardea casa,

sin pronunciar una palabra o todo 10 más algunafrase banal,

a Ia que yo contestaba de ordinariocon el silencio.)

He pasado por aquí muchas veces.Era mi camino diario aI salir deI trabajo(para ir a trabajar «echaba por el atajo»).Anteriormente no me fijabaen esta tienda.Pero desde que fue un hechoIa ruptura de nuestro amormiraba muchas veces Ias alianzas de oro-símbolos del amor humano y de Ia «fidelidadconyugal».

Recuerdo que hace mucho tiempo, cuando el amorera algo indiscutibIe,

este símbolo me hablabacomo un cántico entonadopor todas Ias cuerdas dei corazón.Luego Ias cuerdas comenzaron a caIlar,y ninguno de 10s dos supo encontrar el remedio.

42 43

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 26: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Así que esta vez decidí entrar en Ia tienda.El orfebre examinó el anillo, 10 sopesólargo rato entre Ios dedos y me miró fijamenteaios ojos. Leyó despacioIa fecha de nuestra boda,grabada en el interior de Ia alianza.Volvió a mirarme aIos ojos, puso el anilloen Ia balanza...

y después dijo: «Esta alianza no pesa nada,Ia balanza siempre indica ceroy no puedo obtener de aquéllani siquiera un miligramo.Sin duda alguna su marido aún vive-ninguna alianza, por separado,pesa nada- sólo pesan Ias dos juntas.Mi balanza de orfebretiene Ia particularidadde que no pesa el metal,sino toda Ia existencia deI hombre y su destino».Recogí el anillo llena de vergüenzay sin decir palabra salí de Ia tienda-pero creo que el orfebre me siguió con Iamirada.

UN INTERLOCUTOR CASUAL

La mujer que encontré junto a Ia tienda deiorfebre

no estaba allí al acaso--estoy completamente seguro.Pienso, en cambio, que fue pura casualidadel que trabase conversación con ella,y por eso sin dudaIa mujer me abrió toda su vida.Se lamentaba, ai final, de que el viejo orfebreno quisiese comprarle Ia alianza,que ahora le parecía a eUa perfectamente inútil.

Durante esta conversación me di cuentade dónde arranca y hasta dónde llega el amorhumano

y qué tajos tan abruptos tiene.Quien resbala por una escarpa asídificilmente puede volver a remontariay queda allá abajo caminando a solaspor su propio camino.

Desde aquel día volvia a casa por otro camino.Hasta hoy ... pero Ia tienda estaba cerrada.

Muchas cosas me contá Ana a propósito deEsteban,

como si yo tuviese que ser su juez y ejecutor delveredicto.

Pero el orfebre no estaba,y nadie había que pudiera confirmar Ias palabrasde Ana. -""~ "....,""-'."",,=1 (;', .' ~." .•• 1"'>' 1.':'7) r.,

•.. ~, ,_ ,.l..j il>";"~~.1

I L'~.~Lj'··~:.~··~A~ ,b-""=:"~=-'k=~,,·,,-,;,,45J·,t C 'ti e1 1T I ~l A M

.•..•..-; ·"'",-r r-..=:'~_'.•..-...,,,.}'':';'...~_''_.~ -"'~ -._...,.-

44

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 27: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

ANA Luego anduvimos un poco por Ia calle.iMe sentía tan bienacompaiiada de aquel hombre!Me impresionó sobre todo su figura,tan varonil y duefía de sí.Tenía una expresión pensativa,con cierta sombra de dolor(jqué diferente era de Esteban!).Cuando voIvimos al mismo punto,Adán dijo de pronto:Esta es Ia tienda de! orfebre,dentro de poco pasará por aquí el Esposo.

Quedé sorprendidade baber entablado una conversación de este tipocon un hombre completamente desconocido.Le hablé de Esteban y de mí,aprovechando que me escuchabay no me interrumpía.En realidad se trataba de un monólogo,perfectamente construido de antemanoen mi mente.

Fui exponiendo, uno tras otro, Ias cargoscontra Esteban.

Estaba segura de Ia verdad de mis juicios.Pero le hablé también corno mujerherida en 10 más íntimo de su amor,de su amor roto y dolorido ...

ADAN

Aquel hombre me escuchaba pensativo.No sabia su nombre.Tampoco él me preguntó por el mío.Sin embargo, en cierto momentodijo: «Ana» (pronunció mi nombre),«cómo te pareces a mí,-tú y también Esteban,los dos os parecéis a mí.Mi nombre es Adán».

Le dije a aquella mujer (Ana):«Dentro de poco pasará por aquí el Esposo»-y se 10 dije pensando en el amor,que tan apagado estaba en su alma.El Esposo pasa por muchas callesy se cruza con muchas personas.AI pasar, pulsa el amorque hay en ellas. Si el amor es malo,sufre por ello. EI amor es malotambién cuando falta.

Quise pedirle su dirección(tal vez, algún día, podria escribirle).

Recuerdo que le dije también a aquella mujer:l,Por qué quieres vender aquí tu alianza?

46 47

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 28: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

l,Qué pretendes destrozar con este gesto? -z,Tuvida?

l,Aeaso no vendemos nuestra vida a cada instante?l,Es que no rompemos Ia vida enteraeon cada uno de nuestros gestos?l,Y qué es 10 que conseguimos?Lo importante no es marcharsey vagar durante días, meses, incluso afíos-10 importante es volver y eneontrarse en el lugarantiguo.

La vida es una aventura,pero al mismo tiempo tiene su lógicay sus consecuencias=-[No es lícito realmente dejar el pensamientoy Ia imaginación a solas!l,Qué es, pues, 10 que ha de acompafíarlo?preguntó Ana-

El pensamiento -naturalmente- ha de ir con Iaverdad.

pero aun así no me sentía capazde perdonarle el haber profanado mi imagendentro de si,

mi ser, que en cierto modo debía estar en él-soy, ai fin y al cabo, su mujer...Yo era a un mismo tiempo delicaday apasionada-

y el amor l,no es acaso problema de sentidos y deatmósfera?

Ambos se combinan y hacen que dos personasse muevan

en el círculo de sus afectos -y ésta es todaIa verdad.

Pero Adán no estaba totalmente de acuerdocon esto.

Según él, el amor es Ia síntesis de Ia existenciade dos personas,

que coincide en un cierto puntoy de dos seres hace una sola cosa.

ANA

l,No es Ia verdad aquello que con más fuerzasentimos?

Nuestra conversación, a partir de este momento,derivó por derroteros inesperados.Ignoraba hacia dónde podría conducimos.Era fruto de mi sensibilidad y de su inteligencia.Por un momento Esteban se difuminóen rni conciencia.

Luego volvió a repetirque por esta calle pasaria el Esposodentro de muy poco.Esta noticia, al oírla por segunda vez,no solamente me fascinó,sino que de pronto despertó en mí una grannostalgia.

Nostalgia de un hombre perfecto,

~

--lcm ..··~.·~.",.··.~."'.~.~~:;"y:,

a-cCUE.!'}'\i' fC<';

48

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 29: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

de un hombre firme y bueno,distinto de Esteban,distinto, distinto-Y con este sentimiento de súbita nostalgiame sentí distinta y más joven.Incluso comencé a correr,observando atentamente aios hombresque pasaban-

3.

EI primero que encontré ni siquiera me miró. An-daba visiblemente ensimismado. Debía estar pensandoen sus negocios. Podía tratarse, por ejemplo, dei di-rector de una empresa o deI primer contable de ungran comercio. Sin volver siquiera Ia cabeza, dijo so-lamente «perdón»,

I

Perdón.

(AN A)

No traté de retenerle, pero estaba decidida a llamarsu atención. No sé cómo ocurrió, pero estaba ahoradecidida a llamar Ia atención de todos los hombres.Quizá era sólo un simple reflejo de Ia nostalgia, perollegué a Ia conclusión de que nadie podía privanne deaquel derecho.

***

50 51

Mariana
Mariana
Mariana
Page 30: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(A D A N) (ANA)

Esta es precisamente 10 que me obliga a meditar'sobre el amor humano. Nada hay que permanezcatanto en Ia superficie de Ia vida humana como elamor, ni nada que sea más desconocido y misterioso.La diferencia entre 10 que hay en Ia superfície y 10 queestá escondido en el amor origina precisamente eldrama. Es éste uno de 10smayores dramas de Ia exis-tencia humana. La superfície del amor posee su pro-pia corriente, una corriente rápida, centelleante, va-riable. Un calidoscopio de oIas y situaciones llenas deencanto. Esta corriente se vuelve a veces tan vertigi-nosa que arrastra con ella a Ias personas, hombres ymujeres. Los que se dejan arrastrar, se imaginan ha-ber captado todo el misterio dei amor, cuando en rea-lidad no 10 han rozado siquiera. Por un momento sonfelices, porque creen haber alcanzado Ias límites de Iaexistencia y haberle arrancado todos sus secretos,como si ya nada quedase. Así es: al otro lado de estaexaltación ya no queda nada, ai otro lado sólo está Ianada. Pero no puede ser, [no es posible que no quedenada! [Escuchadme, no puede ser! EI hombre es uncontinuum, una totalidad y continuidad. [Y no puedereducirse a Ia nada!

EI segundo transeúnte que encontré reaccionó dedistinta manera. Cuando le miré a Ia cara, advirtió mimirada y se paró. Sin dejar de mirarme se acercó unpoco y dijo: Creo haberla visto en otra ocasión...

II

...Creo haberla visto en otra ocasión...

(ANA)

Estaba casi decidida a cogerme de su brazo. La tar-de era tan cálida y se filtraban tantas luces a travésdel óxido rojizo de Ias hojas de octubre. A decir ver-dad, cuando anochece, el óxido no se distingue ape-nas. jPero yo deseaba tanto el brazo de un hombre;deseaba tan ardientemente pasear con él por Ia aveni-da de 10s castafíos otofíales1 EI aãadió: Podriamos en-trar en aquel local... un poco de música ligera no nosvendría mal...

*** II

ê:iJ!;':.;!t~e\l'~~ IA~;c

...podríamos entrar en aquel local... un poco de músicaligera no nos vendría mal...

,.~".;~..~.~-;,~;''.?L~~~~~t:~,

52't-~ (; 'rG

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 31: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(ANA) lU

l,Y después? -pero él no contestó. Yo, en cambio)quedé como asustada de aquel «después». Segura-mente tiene una esposa, de Ia que ahora no habla. Depronto comprendí qué es 10 que puede esconderse trasIa expresión «mujer pública». Y algo me obligó a nocogerrne de su brazo. El no insistió demasiado. En-tonces comprendí aún mejor 10 que puede escondersetras Ia expresión «mujer pública».No sé cuántos pasos di ni en qué dirección. Creo

que anduve a 10 largo de Ias avenidas que circundan Iaciudad vieja, camino de aquella iglesia en cuyas hor-nacinas están Ias imágenes de 10s santos. En Ia últimahornacina -recuerdo-- hay un crucifijo, ante el cualde noche cuelga una lamparilla encendida. Me pareceque distingo todavía su resplandor matizado por 10spolicromos cristales deI reverbero.Segui andando sin dejar de pensar siempre en 10

mismo, caminando en cierto modo al encuentro decualquier hombre. Uno de ellos pasó tan deprisa y tancerca de mí, que golpeó con el canto de su cartera Iasvarillas dei paraguas que yo llevaba colgado del brazoderecho. Otro se quitó un momento el sombrero, mi-rándome fijamente a Ia cara y volvió a ponérselo enseguida: oí que murrnuraba algo así como «no, no Iaconozco» -y siguió andando.

...no, no Ia conozco...

(AN A)

Ahora voy por el borde de Ia acera. Por el bordillo.Voy siguiéndolo, como hacía cuando era nina. Sabíaentonces correr a 10 largo del bordillo sin que mi pieresbalara nunca a Ia calzada. Era el juego preferido demis compaãeras. A menudo discutíamos: «Yo he reco-rrido toda Ia calle Chlodna y Ia de Prus y sólo me hecaído una vez», «yo, en cambio, ni una sola vez; a vercuál de Ias dos es mejor ...»Ahora de nuevo ando siguiendo ai bordillo, pero no

corro. Tengo los ojos secos, pero sé que no brillan.Se acerca un coche, un modelo elegante. La ventanillaentreabierta, un hombre al volante. Me paro.

***

(A D A N)

El amor no es una aventura. Posee el sabor de todaIa persona. Tiene su peso específico. Y el peso detodo su destino. No puede durar sólo un instante. Laeternidad del hombre 10 compenetra. Por esta se le

54 55

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 32: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

eneuentra en Ias dimensiones de Dios. Porque sólo Eles Ia eternidad.El hombre asomado al tiempo. Olvidar, olvidar.

Existir sólo un instante, sólo ahora -y separarse de Iaeternidad. Tomar cada cosa en un instante y perderiairunediatamente. Oh, Ia maldición del instante inme-diato y de todos los siguientes, en 10s que estarás bus-cando el camino que conduce al instante transcurrido,para poseerlo de nuevo y eon él poseerlo «todo».

(AN A)

Me índicaba el asiento de al lado. Un instante más ypondría el motor en marcha. Habríamos partido. Co-rreríamos hacia 10 desconocido. Unas manos masculi-nas al volante. Podré apoyanne ligeramente en estebrazo que va desenrollando Ia cinta del camino. Mástarde, Ias Iuces de 10 alto... Volveré a ser alguien. Elrepitió aquellas palabras.

*** N

(AN A)l,...me permite, seãora ... ?

Me detuve y fijé Ia mirada en el coche, en el cristal,en el hombre. Recuerdo que Esteban me decía: «Que-rida, un día compraré un coche y podremos volar ha-cia 10 desconocido, hennosos, elegantes». El hombreme miró. Me acerqué. Bajó más el cristal de Ia ven-tanilla. Tenía una voz grave y cálida cuando dijo: L...mepermite, seãora?

(AN A)

N

Sí, 10 deseo, 10 deseo muchísimo. Puse Ia mano so-bre Ia maneeilla de Ia puerta. No tenía más que pre-sionarla. De pronto sentí sobre mi mano una manomasculina. Alcé Ias ojos. A mi lado estaba de nuevoAdán. Veía su rostro, que parecía cansado; denotabaemoción. Adán me miraba fijamente a 108 ojos. Per-manecía cal1ado. Seguía eon su mano sobre Ia mia. Encierto momento dijo «no».

l,...me permite, seãora ...?

(A D A N) ._-"- •......"'~~~,.

No.~~j ~ T."; ~':'; "fi' k'~ ~ ~'.""".. e ·~,.r' ~," 1; "'_J ti '",) ~ t'

.1:

Milr,.:;:<d.~~~l· '·~".:...~ ~

MCU)\lITHi3A~~_~''''''~'''cc,,' ",'"c","c" -,,,,57"56

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 33: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(ANA)

Sentí cómo el coche se ponía en marcha. Aios po-cos segundos había desaparecido. Adán soltó mimano. Dije algo así: es extrafio que hayas vuelto, yocreía que te habías ido para siempre. l,Dónde has es-tado todo este tiempo?

(A DA N)

He vuelto para indicarte Ia calle. Es extraiia. Es ex-trafía no por el hecho de estar llena de tiendas, deluces de neón y de arquitectura, sino -por Ia gente.Mira, por el otro lado de Ia calle pasan unas jóvenesVan riendo y hablando en voz alta. Seguro que nosabes adónde se dirigen-Se les han apagado Ias lámparas y van a comprar

aceite. Echarán aceite en Ias lámparas y éstas volve-rán a lucir.

(ANA)

Ah, sí...

(AD AN)

Son Ias vírgenes prudentes. Cuenta cuántas hay.Tendrian que ser cinco. Ya han pasado. Te habrá ex-

58

trafíado que no lleven largas vestiduras orientales.Van vestidas según el clima y Ias costumbres de nues-tro país. Pero sostienen en sus manos unas lámparas yIa gente se pregunta asombrada a dónde Ias llevan.Tal vez no se asombra tanto; hasta tal punto se haperdido hoy Ia capacidad de asombro.Y ahora mira hacia allá. Son Ias vírgenes necias.

Duermen y Ias lámparas están a su lado, apoyadas enIa pared. Una incluso ha rodado por Ia acera y hacaído fuera del bordillo.Te parecerá tal vez que están dunniendo en estas

homacinas, pero en realidad también ellas caminanpor Ia calle. Caminan como aletargadas -Ias invadeuna especie de espacio adormecido. Tú también sien-tes dentro de ti este espacio, porque también tú ibas aquedarte dormida. He venido a despertarte. Creo quehe llegado a tiempo.

(ANA)

l,Por qué me has despertado? l,Por qué?

(ADAN)

He venido a despertarte, porque por esta calle tieneque pasar el Esposo. Las vírgenes prudentes quierensalir a su encuentro con luces, Ias necias se han dor-mido y han perdido Ias lámparas. Te aseguro que no

59

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 34: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

despertarán a tiempo y que incluso si se despiertan,no conseguirán encontrar ni encender ias lámparas,

(AN A)

Es verdad, ias lámparas han rodado hasta Ia calle, yel hombre, cuando se despierta sobresaltado, duranteun instante sigue cargado de sueiío. El Esposo pasarádeprisa. Seguro que es un hombre joven y no espe-rará.

(ADAN)

A decir verdad EI siempre espera. Vive siempre es-perando. Sólo que --como ves- está como aI otrolado de todos esos amores, sin 10s que el hombre nopuede vivir. Como tú, por ejemplo. No puedes vivirsin amor. He observado desde lejos cómo andabas poresta calle y procurabas despertar el interés de 10shombres. Casi me parecía oír tu alma: Llamabas de-sesperadamente al amor, que no tienes. Buscabas aaIguien que te cogiera de Ia mano y te atrajera haciasí...iOh, Ana, tengo que convencerte de que al otro la-

do de todos estos amores nuestros, que nos llenande vida -está el Amor! jEI Esposo pasa por esta calley por todas Ias demás! l,Cómo podría demostrarte queeres tú Ia esposa?Seóª,_mçgester perforar un estrato

"',,:.

60

de tu alma, como se perfora Ia capa de maleza y elsuelo para encontrar una fuente en Ia espesura delbosque. Entonces le oirias exclamar: amada mía, nosabes cuánto me perteneces, hasta qué punto pertene-ces a roi amor y a roi sufrimiento -porque amar signi-fica dar la vida con Ia muerte, amar significa brotarcomo una fuente de agua viva en 10 más hondo delalma, que convertida en llama o ascua no puede ex-tinguirse jamás. [Oh, Ia llama y Ia fuente! No sientesIa fuente, pero Ia lIama te consume. lVerdad?

(AN A)

No 10 sé. Solamente sé que has hablado a mi alma.No temas. Va unida aI cuerpo. Sin el cuerpo no esposible aprehenderla ni poseerla. Yo soy una virgennecia. Una de Ias vírgenes necias. lPor qué me hasdespertado?

(ADAN)

El Esposo está a punto de negar. Es su hora. Mira-acaban de pasar Ias vírgenes prudentes eon suslámparas recién eneendidas. Su luz es clara, porquehan limpiado 10s cristales de Ias lámparas. Caminanalegremente, como eon pasos de baile.

61

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 35: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(ANA)

He vuelto a ver a esas jóvenes. Sus rostros no de-notaban un recogimiento especial. i,Son realmente pu-ras y nobles, o es sólo que Ia vida Ias ha tratado mejorque a mí?[Oh, necia, necia mujer, despertada sólo para seguir

dunniendo!Seguí mirando. Un Hombre avanzaba, vestido con

un abrigo ligero, sin sombrero. AI principio no pudedistinguir su rostro, porque caminaba pensativo, con Iacabeza baja. Instintivamente comencé a dirigirmehacia él. Pero cuando levantó Ia cabeza, poco faltópara que yo diera un grito. Me pareció ver claramenteel rostro de Esteban. Retrocedí al punto adonde es-taba Adán. Le cogí la mano con fuerza. Adán me dijo:

(ADAN)

Sé por qué has retrocedido. No has soportado Ia vistade ese rostro.

(AN A)

He visto el rostro que aborrezco, y he visto tambiénel rostro que debería amar. iPor qué me sometes a talprueba?

62

(ADAN)

En el rostro del Esposo cada uno de nosotros des-cubre el parecido de 10s rostros de aquellos seres con10s que el amor nos ha unido de este lado de Ia vida yde Ia existencia. Todos están en El.

(AN A)

Tengo miedo.

(A D A N)

Tienes miedo del amor. l,Realmente le temes al amor?

(AN A)

Sí, 10 temo. l,Por qué me atormentas de este modo?Ese hombre tenía el rostro de Esteban. Me da miedoeste rostro.

63

Page 36: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

4.

(CORO. ESTEBAN)

1. Una pausa en Ias luces y en Ias palabras,pero el pensamiento y el drama siguen.Los personajes son 10s mismos.El destino 10s separa,él es Ia causa de que cambieny no formen unidad.

2. Las lámparas lucen tenues sobre Ia acera-<.,ya no les queda aceite?No se alimenta de aceite Ia llama,sino del agua de lluvia-llueve, se mojan Ias aceras y Ia calzada,

3. [Vfrgenes necias, oh vírgenes necias,nadie puede encender fuego con agua!(los pies del hombre se protegende Ia humedad

con el calzado).

4. Que se alejen Ias ilusiones y Ia ficción:nadie ha pasado, nadie se ha llevado Ia luz.

65

Page 37: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Todo ha quedado como antes.La lluvia alimenta el verdor-los árboles aún no se han oxidado.La lluvia ha bailado el cabello de Anay el brazo de Esteban

y el abrigo-

5. Así fue. Nadie le ordena que vuelva.El cabello bailado por Ia lluvia, porque esprimavera U otoõo.

jNo llores!No eres libre, ni eres otro-sólo Ia lluvia cae oblicua.

6. La torcida bebe el aceite,el agua bebe Ia llama,pero Ia piedra no bebe el agua-no bebe- no bebe-,pero el agua ha bebido Ia llamay Ias lámparas se han apagado.

. .7. Dos lámparas apagadas.Una no ha dado llama a Ia otra.Una no ha dado aceite a Ia otra.No le ha dado pabilo.

No le ha dado pabilo,no ha dado-dos lámparas- y la lluvia.

66

8. Anochece y EI ha traído Ia luz.La ha traído y Ia ha cedido.Quiso hacerse tú y yo,él y ella.Pero ha pasado.lQuién sabe qué hora es ahora?

9. Soy yo. Soy yo. EI brazo de Esteban es débily 10s cabeUos de Ana están secos.Y los ojos...

Page 38: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

5.

ANA

Cuando desperté de mis visiones y reflexiones,aún seguía en el mismo lugar.La tienda del orfebre continuaba cerrada.

Recuerdo Ia expresión de sus ojos,que independientemente de sus palabras,me ordenaban:

jamás te será permitido estar por debajode 10 que mi vista alcanza,no te está permitido decaer, puesto que son mIS

balanzasIas que han de indicar el peso de tu vida.

Cuando más tarde corri, llena de íntima esperanza,aI encuentro deI Esposo que de prontose me había anunciado,

descubrí el rostro de Esteban.l.El había de tener aquel rostro para mí?l.Por qué? l.Por qué?

69

Page 39: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

Page 40: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre
Page 41: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

(MONICA Y CRISTOBAL)

1.

TERESA

EI día en que Cristóbal me habló de Mónica,volví a casa más despacio que de costumbre,dando un rodeo, como si buscara adrede callesnuevas.

Deseaba reflexionar sobre Ias palabras de mi hijoy encontrarles en mí el clima deI corazón.

Sabía de ella desde hacía tiempo. Era unade Ias compaãeras de estudios de Cristóbal.También sabía

que Cristóbal se interesaba por ella.La había visto en varias ocasiones -era unacriatura tímida

y delicada. Me daba Ia impresiónde un ser encerrado en sí mismo, cuyo valor realse inclina con tal fuerza hacia su propio interior,que no llega

hasta los demás. i,Es éste un valor auténtico?

73

Page 42: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Pensaba en Mônica, mientras vagaba por callesdesconocidas,

pero siempre tenía presente a Cristóbal.Pensar en él

se hab ia convertido para mí en algo tan íntimocomo mi propia existencia.Había abierto tantos senderos en mi conciencia,que por doquiera se iniciara el pensamiento,debia toparrne con alguno de eIlos.

En este instante estoy (tal vez) frente a Ia tiendadei orfebre.

Me ha parecido de pronto ver como un espejo,aquel espejo en el que se reflejaron,en otro tiempo,

los destinos de Andrés y 10s míos.Habíamos pasado largo rato en el umbral.Era un atardecer de octubre.Las alianzas estaban en el escaparate,frente a nosotros.

Luego Ias vimos en 10s dedos de nuestras manos.En aquel espejo estaba nuestro próximo futuro.Gente amiga traspasaba Ia pared de aquella visión,oíamos sus conversaciones -y más aún:sus pensamientos.

Andrés y yo, con Ia ayuda de Ias dos alianzasde oro

nos convertimos en uno solo--Hasta aqui leemos en el espejo,mas allá todç-4S~.ineógnita.c,,,,~,

I~H~U74 I .'~ ~;;;::'::,;..::,:,.. ';':;;'_;;i.::-...:...:a.;/:-;:-::.:...;.;~:-~ :;"',:J.:-::.~';:

No había nacido todavía Cristóbal.El destino futuro de Andrés, Ia historia de nuestraunión,

todo 10 que entonces desconocíamos, se hizocarne en nuestro hijo.

Cuando Cristóbal cumplió dos aãos, Andrésse marchó ai frente.

Antes de que Ia puerta se cerrara tras él,cogió ai nino y 10 estrechó largamenteentre sus brazos.

Fue Ia última vez que le vio -y Cristóbalno conoce a su padre.

Nuestra unión ha quedado en este hijo, nada más.Cristóbal ha ido creciendo.Andrés no ha muerto en mí, no cayó en mngunaguerra,

no tenía que volver siquiera, porque de algúnmodo está presente.

No tienes idea, esposo mío, de 10 terrible que eseI miedo,

que linda con Ia esperanza y cada día irrumpeen ella.

No hay esperanza sin miedo, ni miedosin esperanza.

Cristóbal fue creciendo -y yo cada vez te veíamás en él.

Así no me salía dei círculo de tu maravillosapersona,

a Ia que me había entregado y de Ia que ya nome sé desprender.

75

Mariana
Mariana
Page 43: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Tú ni siquiera vienes, ni te molestas en hacerlo.AI otro lado del espejo el orfebre escogíaIas alianzas.

AI otro lado del espejo se quebró nuestro destino-pero Ia unión ha perdurado.

2.

Cristóbal, Cristóbal me hablaba hoy de Mónica,una joven desconocida y tímida-como tú hace tiempo dijiste a su madre «Teresa».La palabra ha sido pronunciada.

(CONVERSACIONDE CRISTOBAL Y MONICA)

He vuelto a pararme frente a Ia tienda delorfebre,

y he leído Ia continuación de nuestraextraordinaria historia,

Aquel anciano tenía en sus ojos el nivelde nuestra nueva existencia.

Los corazones eran Ia plomada,(La plomada coincidía .çon el nivel.)Luego 10s he visto juntos -salían radiantes.Mónica en su sonrisa delataba una discretatransfonnación:

Cristóbal Ia comprendía,sus pensamientos se compenetraban.(Por un momento senti como si yo fuera Mónicaa Ia que tú volvías a encontrar.)Podían pasar junto a mí sin darse cuentasiquiera-

pero toda su conversación gravitabaen torno a mí.

CRISTOBAL

Soy hijo de mi madre y en ti también Iadescubro.

No he conocido a mi padre -y no sé, por tanto,cómo debe ser un hombre.

Comienzo de nuevo Ia vida. No tengo modelosa mano.

Mi padre quedó en mi madre, cuando murióen algún lugar deI frente,y ya no me volvió a ver, ni 10 he tenido conmigoa diario.

Mi madre ha inculcado en rní Ia idea de mi padre .+-así he crecido,

pensando más a menudo de 10 que imaginasen su destino de mujer,

en su soledad llena del hombre ausente,ai que yo represento--Pero no deseo para ti este destino. DeseoIa presencia,

y esta mutua compenetración, como ahora.

76 l\ll I ílH. Hu. 'n~ (~ tk, t"",. ,." ••,~,."" A "" .~ • 77.~;:O;~~~;~:L:,~1i~~~~ ~

dC'OElI'Z'Il:8/AM

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 44: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

"Te pareces tanto a mi madre, que he de alejarmede ella

para volver a encontrada en ti? Es una vidatotalmente nueva,

y Ias personas son nuevas también:te doy gracias, Mônica, por este,por haberme obligado a considerar mi propiaexistencia

como un conjunto sorprendente,que se ha evidenciado

y ha tomado cuerpo porque tú te hallabasa mi lado.

MONICA

Siento miedo de mí misma y temo también por ti.Hace mucho sentía miedo de ti, temiendo tambiénpor mí.

Tu padre se fue y cayó en el frente, pero launión ha perdurado

-tú has sido su transmisor, el amor ha pasado através de ti.

Mis padres viven como dos extraãos,no existe aquella unidad en la que todos soãamoscuando se quiere aceptar una vida compartida,cuando deseamos darla.i,No será todo una equivocación, querido,no pasará?

"Te alejarás algún día, como mi padre,

78

que es un extrafio en su propia casa? l.Me iré yocomo mi madre,

que también se ha vuelto otra extraãa? l,Puedeel amor humano

perdurar a 10 largo de toda Ia vida?Lo que ahora me invade es sentimiento de amor,-pero me invade también una cierta aprensióndeI futuro,

y es el rniedo.

Lo sé -10 has recibido de mí (fue el principiodel amor),

tomaste en tus manos aquel otro par de manosateridas de frio, y a punto de congelarse,--eran mis manos-s-grecuerdas Cristóbal?Estábamos esquiando junto a aquel bosque,anochecía rápidamente y nos habíamos extraviado.Además, sentía miedo de ti,sobre todo de tu fuerza, que podía apoderarsede mí,

y luego podía abandonarme... (era Ia aprensióndel futuro).

Ahora tengo más bien miedo a mí misma,y creo en ti.

Me decías que tu padre se había ido y no habíavuelto,

sin embargo, él sigue aquí, Cristóbal-no como mi padre

-no como mi madre. Por esto cierto día pensé

79

Mariana
Mariana
Mariana
Mariana
Page 45: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

que tú también te quedarias, aunque te fuerascomo tu padre-

y a partir de aquel momento todo cambió.Comencé a temer por ti.

Hay que abandonar todo aquello y crear el propiodestinodesde un principio.

El amor es un continuo desafio que nos lanza Dios,y 10 hace, tal vez, para que nosotros desafiemostarnbién el destino.

CRISTOBAL

Hemos de aceptar que el amor se entrelazacon el destino.

Si el destino no divide el amor, a1canzarán10s hombres Ia victoria.

Nada hay fuera de esto -nada hay por encima.He aquí 10s límites del hombre.

Más de una vez me he despertado de noche_y al punto mi conciencia

estaba junto a ti. Me preguntaba si podíatomar tus manos heladas Y calentarlasentre Ias mias:

_y aparecerá una unión, Ia visión de una nuevaexistencia,

que nos enlazará a 10s dos. loNa se desvanecerámás tarde?

Así luchaba horas enteras,sin poder conciliar el sueão hasta Ia madrugadacon una especie de tentación de huida-pero ya no puedo más.

Desde hoy hemos de ir juntos, Mónica, juntos,aunque tenga que dejarte tan prontocomo mi padre dejó a mi madre.

MONICA

Desde ahora hemos de ir juntos, Cristóbal, juntos,aunque un día llegara a ser una extrafia para ti,como mi madre 10 es para mi padre.Por esto, durante mucho tiempo, he tenido miedodei amor. Hoy,

temo todavía por el amor, por este desafiodei hombre.

Tomas una muchacha difícil, demasiado sensíble,que se encierra fácilmente en sí misma y rompecon dificultad

el círculo en el que su propio «yo» Ia recluyeSiD cesar.

Tomas una persona que absorbe quizá másde 10 que tú eres capaz de darIe,y da, a cambio, con excesiva parquedad.Mi madre me 10 ha reprochado a menudo-y, ciertamente, es así.

Abora incluso 10 veo con mayor claridady precisión

de como ella parecía verIo.

8180

Mariana
Mariana
Page 46: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

CRISTOBAL

No puedo pasar más allá de ti misrna. No se amaa una persona

porque tenga «buen carácter», A decir verdad,~por qué se ama?

"Por qué te amo, Mónica? No me obliguesa contestar.

No sabria responderte. El amor trasciendesu propio objeto,

o bien se acerca tanto a él, que casi 10 pierdede vista.

Entonces el hombre tiene que pensar de otramanera,

debe despojarse de Ias frias razones-y en este su «ardiente pensar» una cuestiónadquiere

Ia máxima importancia: l,crea algo?Pero esto ni siquiera 10 sabe, tan cerca está delobjeto.

Importante será 10 que quede cuando Ia ondade Ias emociones decrezca.

Todo esta es cierto, Mónica. iY sabes qué mehace más dichoso?

Que, a pesar de todo, poseemos tanta verdadque descubrimos más librementeen el torbellino de Ia exaltación Ias humildes cosasde siempre.

82

3.

TERESA

Aquella tarde, Andrés, debí comprender claramentehasta qué punto pesamos todos nosotrossobre el destino de Ias híjos,

He aquí Ia herencia de Mónica: Ia grietade aqueI amor

ha penetrado en ella tan hondamente,que su mismo amor

parte también de una ruptura. Cristóbal tratade curaria.

En éI ha perdurado tu amor por mí, pero tambiéntu ausencia

+-el miedo de amar a un ausente.Pero no es nuestra Ia culpa.

Nos hemos convertido para ellos en eI umbralque cruzan con esfuerzo,para hallarse en nuevas moradas=-las moradas de sus propias almas.

Todo va bien, aunque tropiecen- _Vivimos en ellos hace ya tiempo.

83

Mariana
Mariana
Mariana
Page 47: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

Cuando crecen ante nuestros ojos, parecen casiinaccesibles,

como tierra impenneable, pero ya se han llenadode nosotros.

Y aunque se cierren por fuera,seguimos en su interiory -asusta el pensarlo- su vida en cierto modoavala

Ia que ha sido nuestra creación, 10 que ha sidonuestro sufrimiento,

(qué distinto es hablar de amor en pretérito).

sólo después advertí tu presencia).Andrés, nada ha pasado-Me aeercaré a ellos y les diré:hijos míos, nada ha pasado, eI bombre ha devolver

aI lugar en que vio Ia luz su existencia-iY desea tanto que ésta nazca del amor!

Ciertas verdades no pasan; vuelven aios hombressin cesar.

La verdad que haee anos se revistió de nuestrasvidas,

hoy se ha revestido de la suya- -

Y sé que también eI anciano Orfebre, veintisieteanos más viejo

esta noche, os contemplaba hoy con Ia mismamirada,

como si explorara vuestros corazones,y con aquellas alianzas definiaeI nuevo nivel de vuestra existencia...Acaso en ellas se desmenuza Ia vida del aneianoOrfebre,

llenándose eon Ia vida de los hombres,con Ia vida de tantos y tantos hombres,Andrés se llevó su alianza y murió eon ella;yo sigo llevándoIa.-

Este es el lugar en el que un dia estuvimos,como ellos

boy. Contemplábamos el escaparate de aquellaextraãa Tienda.

CRISTOBAL

Debo aeercarrne a ellos y decirles:buenas tardes, Mónica; buenas tardes, Cristóbal(recuerdo aquella vez, Andrés, que te parasteaquí, junto a mí,

con tanta discreción: primero vi tu rostroen el cristal.

Cuando recogimos Ias alianzas, sentíque te temblaba Ia mano...

Nos olvidamos de mirar el rostro de aquel ancianode quien mi madre me hablaba:al parecer sus ojos expresan muehas cosas.

8584

Mariana
Page 48: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

No es culpa nuestra si nada supimos leeren su mirada -además, habló poco y nada nuevodijo.

Así que no te extrafie, madre, que quedaransin eco sus palabras

(eran cosas sabidas -no advertimos en ellasimportancia alguna),

y el temblor de Ia mano de Mónica me dijomucho más.

Me sentía totalmente preso de su emoción,indirectamente

sacudido por su conrnoción, pues me cogióde l1eno

-nos descubrimos mutuamente en 10 más hondode esta experiencia:

creo que Ia amo mucho.

M ON I C A

Vivíamos intensamente el momento, no podíamosdistraemos ...

Nada hizo por fascinamos ...Sencillamente, nos tomó Ia medida, primero de losdedos,

después de Ias alianzas,como un artesano cualquiera,Ni siquiera había en ello arte alguno.Nada hizo por acercarse a nosotros. TodaIa belleza quedó

86

en nuestro propio sentimiento. Ni dilatóni estrechó nada

.., yo estaba absorta en mi amor-y en nada más.

TERESA

Esto me asustó ... lAcaso el anciano orfebreno actúa ya con Ia fuerza de su miraday de su palabra?

l,Acaso son ellos incapaces de captar el poderoculto en Su mirada y en Sus palabras? lSerándistintos?

Les dije «buenas tardes» y, acto seguido,Ia conversación

pasó al tema de Ia boda. Mónica mencionóen seguida

a sus padres. Estaban ausentes de su espíritu., El amor de Mônica se había formado sin ellos,e incluso

a pesar de ellos -así pensaba. Pero yo séque ha nacido también de Ia raízque sus padres han dejado en ella.-Mónica no se avergonzaba de aquella fisuraque se iba curando

en sus almas, pero que en ella todavía resonaba.lQué estáis construyendo,hijos míos? l,Qué cohesión

87

Page 49: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

tendrán vuestros sentimientos sin el contenidode Ias palabras del anciano Orfebre,por Ias que pasa Ia plomadade todos los matrimonios del mundo?

MONICA

por Móniea- a la que he tenido que conquistartal cuaI es,

y también por sus padres (que no me apreciandemasiado,

aunque ahora todo parece ir algo mejor...).He intentado eon ella irnaginannesu participación eu nuestra boda:Ias cosas no son como crees y serán distintas-todo hombre posee su propia intimidad,no sóIo máscara para el rostro.i.,Qué sabes tú sobre 10 más íntimo de tu madre yde tu padre Esteban?

Pienso en mis padres, pienso en mis padres-pues trato de imaginanne, Cristóbal,el día de nuestra boda -a menudo hago estaclase de ensayos.

Deben de ser algo parecido a un ensayo teatral:el teatro de mi fantasía y el teatro de mi mente.Mi padre representará el papel de padre y marido,mi madre aceptará este papel y a él ajustaráel suyo.

Para mi sus rostros serán una tortura...[Ah, cuándo comenzaremos a vivir

por fin nuestra propia vida! [Cuándo por fincomenzaré a creer

que no eres como mi padre! jCuándo serás sóloCristóbal,

libre de aquellos reeuerdos! Deseo tanto ser tuya,y me 10 impide siempre el ser yo misma.

CRISTOBAL

Cuando llegue el día de nuestra boda,dejarás su easa-Haee aãos, de pequena, te llevaban cogida de Iamanita,

y antes aún, cuando ibas en paãales,tu padre al volver del trabajopreguntaba a Ana, tu madre:si habías aumentado de peso, Mónica, y si teníasapetito,

y se alegraba eon cada nuevo gramo de tucuerpecillo,

se alegraba eon tu sueão y eon tu parloteo-y él mismo se volvía nião.Todo ello no puede haber pasadosin dejar alguna huella,

Madre querida, es extrafía Ia historiade nuestro amor Así, euando llegue el día de nuestra boda,

88 89

Page 50: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

vendré y te sacaré de tu casa,transformada en persona madura para el dolor,para el nuevo dolor del amor,para el dolor de un nuevo parto,y todos nos sentiremos inmensamente gozososy todos alcanzaremos el límite de 10 que,en el lenguaje de 10s hombres, se llama tal vez«felicidad- .

4.

TERESA

TERESA

Cuando llegó el día de Ia boda, sus padresestuvieron presentes

y Mónica estaba entre ellos, vestida de blanco.Y Cristóbal iba a mi lado, Adán hacía Ias vecesde padre.Cristóbal, mi hijo, es bueno con Mônica,

como si quisiera ocupar el lugar de su padre,al que nunca ha conocidoy al que cree simplemente haber perdido-(iQué extraão proceso, Mónica: cuando se alejade nosotros una personaviva, se aparta porque no Ia retenemos--pero hay un proceso todavía más extraão:cuando con Ia intuición

creamos en nosotros aI que no existe.De este modo Cristóbal te ha creado a ti, Andrés,y desea también crear en Mónicaa sus progenitores: Esteban y Ana.)

Adán fue la última persona que vio a Andrés.Pertenecía a Ia misma compaãía, AI volverdel frente

vino en seguida a visitanne y me repitió muchasde sus paIabras.

Tal vez guardó en su corazón algode 10s grandes amores de Andrés,porque amaba mucho a Cristóbal, quien lecorrespondía de corazón.

A menudo 10s encontraba en casa, discutiendoanimadamente.

Adán no escatimaba tiempo para hacerle de padreal chico.

A veces me sentía algo incómoda imaginando

90 91

Page 51: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

que tal vez pensaba en míy que algún día me pediria en matrimonio.Pero en cierta ocasión dijo:«Yo existo quizás para asumir el destino futurode cada hombre,

porque el destino precedente ha comenzadoen mí».

No comprendí del todo aquellas palabras, sóIo séque desde aquel momento quedé plenamentetranquila- -

A nosotros nos bastó aquello. EI amor fue másfuerte que el miedo.

Ellos, en cambio, siguieron sin detenerse. Nomiraron su imagen

reflejada en el espejo de aquel extrafio cristal,no exploraron su futuro.i,Comenzará en seguida para ellos el misterioy Ia incógnita?

Cristóbal aI caminar le estrechaba fuertementeel brazo. Queria

transformar el recuerdo de los padres.Había llegado el momento de Ia fiesta, y Mónicaestaba preciosa,

Cristóbal levemente pálido. Avanzaron despacio,cara a cara.

Luego Cristóbal Ia cogió del brazoy comenzaron a andar delante de todos.La tienda dei orfebre quedó a nuestras espaldas,hacia Ia derecha.

Los novios intercambiaron de nuevo Ias alianzas-y se alejaron cogidos de Ia mano.Nosotros nos quedamos atrás...

Ellos se quedaron aqui, yo con Adán. l,Me seriadado conocer

Ia intuición de mi Cristóbal?

Recuerdo --el escaparate de aquella tienda,en otro tiempo,

se había convertido en un extrafío espejoy absorbía nuestro futuro, hasta el momentoen que

comenzó el misterio. i,El misterio o Ia incógnita?

92 93

Page 52: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

5.

ANA

Nunca creí encontrarte en este lugar, Adán.Incluso ahora este nombre suena un tanto extraãoen mis labios.

Recuerda: aquel día comenzaste a hablarmede pronto,

precisamente aquí-me dijiste: por esta calle pasará el Esposo...Le esperé vagando entre Ias jóvenes que sehabían dormido,

mientras Ias otras llevaban Ias lámparas e ibanal encuentro dei Esposo.

Me fui con ellas. Cuando llegó, Ie miré de cercaa Ia cara.

Era el rostro de Esteban. Quise huir a toda prisa.

lCrees acaso que he conseguido aceptarlo?EI sentido de Ia desproporción sigue actuandoen mi.

No podia, no puedo unir estos dos rostros,no puedo identificarlos.

El antiguo amor juvenil por aquel hombrese ha secado.

95

Page 53: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

como Ia fuente que no puede de nuevomanar de Ia tierra.

Pero he procurado creer en él y en un ciertoorden,

en una cierta armonía del mundo, de mi vidatambién.

Además, ya no le desprecio, he dejadode alimentar el desconsuelo,

el terrible desconsuelo de Ia vida, que élme ha echado a perder.

He comenzado a buscar Ia culpa tambiénen mí misma. La había.

Ya no interrompo sus conversaciones. Ya no mecallo para humillarle.

Tal vez ha cambiado -no 10 sé. Pero se havuelto menos irritable.

A él también le es más fácil ahora soportar. .mi presencia.Ya no nos alejamos el uno del otro a Ia veIocidadde antes.

Ahora parece como si todo se hubiera detenido.(,Vivimos el uno dei otro? Creo que no.Más bien vivimos de los hijos.Mônica es Ia más difícil, ha sufrido Ia que másnuestra obra destructora.

Ahora se aparta de nuestro lado: pienso quedemasiado pronto_y se lleva consigo Ia convicción de Ia culpa

de sus propios padres,(creo que no es justa con nosotros).Que eI Esposo debía tener el rostro de Esteban-10 comprendo ahora.

Pero he quedado como una virgen necia,a Ia que faltó e1 aceite-

y Ia lámpara brilla débilmente, consumiendo casicada una de Ias fibras de mi alma.

ADAN

Volví a ver a Ana aquella tarde. Después de tantosafias aún seguía vivo en ella el encuentro con el Es-poso. Ana ha entrado en el camino del amor que per-fecciona. Había que perfeccionar dando y recibiendoen proporción diferente a Ia de antes. La crisis tuvolugar aquel anochecer, hace ya tantos anos. Entoncestodo amenazaba destrucción. Sólo podía comenzar elnuevo amor a raíz dei encuentro con el Esposo. AIprincipio 10 único que Ana sintió por EI fue sufri-miento. Con el paso dei tiempo vino gradualmente Iaquietud. Lo nuevo que iba creciendo era difícil deasir, y sobre todo no tenía «sabor» alguno de amor.Quizá algún día aprenderán Ias dos a saborear 10nuevo... De todos modos, Ana está más cerca de elloque Esteban.EI motivo hay que buscarIo en eI pasado. Casi

siempre el errar se encuentra allí. Es el amor que,despojado de dimensiones absolutas, arrebata aIos

96 97

Page 54: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

hombres como si fuera el absoluto. Se dejan llevar dela ilusión y no tratan de fundar su amor en el Amor,que sí posee Ia dimensión absoluta. Ni siquiera sospe-chan esta exigencia, porque les ciega no tanto iafuerza deI sentimiento --cuanto Ia falta de humildad.Es Ia falta de humildad ante 10 que el amor debe seren su verdadera esencia. Cuanto más conscientes sonde ello, tanto menor es el peligro. En caso contrario,el peligro es grande: el amor entonces no soporta elpeso de la vida.iAh, qué pena senti por Ana aquella tarde, hace

tantos afies, qué pena me dia Esteban! Tenían ya treshijos que comenzaban a ser mayores (Mônica 10 sintiótodo con mayor intensidad). Diéronme entonces unapena enorme- mucho más que Andrés, cuando aIdespedirse de mí en el frente, antes de ir a ocupar supuesto, me dijo: «No volveré». No pude hacer otra co-sa que traer Ia noticia a su viuda y al huérfano. Heprocurado, en 10 posible, hacerle de padre a Cristóbal;tal vez por esto no sucumbi en Ia guerra.A veces Ia existencia humana parece demasiado

breve para e1 amor. Otras veces, en cambio, ocurre 10contrario: el amor humano parece demasiado breve enrelación a Ia existencia -o demasiado superficiaL Detodos modos, cada hombre tiene a su disposición unaexistencia y un amor. l.Cómo hacer de ello un con-junto lleno de sentido?Además, este conjunto nunca puede encerrarse en

sí mismo. Ha de estar abierto, de forma que porunlado se proyecte sobre los demás, y por otro mani-

fieste siempre Ia Existencia absoluta y el Amor; quesiempre de algún modo Ias refleje,He aquí el sentido último de vuestros destinos:

iTeresa!iAndrésl,Ana!,Esteban!

y de Ias vuestros:

,Mónica!iCristóbal!

TERESA

Adán nos fue nombrando uno tras otro. Callósu nombre.

Era como el común denominador de todos nosotros, yal rnismo tiempo defensor y juez.

En silencio, sin saber cómo, nos íbamos confiandoa su juicio,

a su análisis, a su corazón.Todo 10 que fue y pasó, o pasaba a serlentamente en un conjunto distinto.No era fácil apartar el pensamiento y el corazónde Ia joven pareja:

Mónica y CristóbaI reflejan de nuevo, en ciertamanera,

la Existencia absoluta y el Amor.

<l/lilllfWJ;.----.,-::;,;:;:;.:?H:.·rtiõM4:O~- ~~

~CUii.l'l'lmAH~--=~~.98

Page 55: 172173278 Joao Paulo II El Taller Del Orfebre

lDe qué manera? He aquí una preguntaque solamente

puede plantearse al fmal.(Abora ni siquiera estaba el espejo,en el que antafío Andrés

y yo descubrimos nuestro próximo futuro.)[Ah, el orfebre ha cerrado su tienda! Y ellos dosse ban ido.

l,Saben al menos 10 que reflejan? z,No tendríamosque seguirles?

Pero, después de todo, tienen sus propias ideas...Volverán aquí, seguro que volverán. Se han idosólo a retlexionar un poco:

jcrear algo que refleje Ia Existencia absolutay el Amor

es Ia más hermosa de Ias tareasl

Pero se vive sin saberlo.

ESTEBAN

También yo ignoraba de qué hablaba Adán, y luegoTeresa, madre de Cristóbal. Antes, Ana había estadocomo confesándose con Adán de 10s últimos largosanos de su vida. Cuando tenninó de hablar deI Es-poso, que «debía tener» mi rostro, se refirió en se-guida a Mónica. Comprendí claramente una sola cosa:Mónica quiere dejamos a toda costa -z,por qué?, lporqué? ~~~'-'~~'-~

. .,~L'@Yít2. 4,;.,

100

No entiendo nada de 10 que significa eso de «refle-jar Ia Existencia absoluta y el Amor» -pero si Mó-nica desea tanto alejarse de nosotros, sé con seguri-dad el porqué: nosotros dos, Ana y yo, 10s reflejamosmuy mal. Lo he visto con claridad y esto, no sé cómo,ha comenzado a hacenne dano.Y en ese momento -por primera vez desde hace

muchos afíos- he sentido Ia necesidad de decir algoque pusiese al descubierto mi alma entera y decírseloprecisamente a Ana (era como un intento de autoacu-sación, o más bien un intento de repartir la culpa entreIos dos- -)Me acerqué a ella y puse roi mano sobre su brazo

(cosa que no había hecho en mucho, muchísimotiempo). Le dije además estas palabras:jLástima que durante tantos aãosno nos hayamos sentido como dos niãos!

[Ana, Ana, cuánto tiempo perdido!

FIN

) $iliW!h.i@r~@t;~

\

CUi.á'tti:1"~~-' =*"",-.''''~."-MCUB!Tl~AH~~~""""""~~T ..,:--_,..",,,..•.e..-·,,~,·,,,'I·"

101