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LEY DE ECONOMIA POPULAR Y SOLIDARIA

Quito, 17 de marzo de 2011

Queridas compañeras, queridos compañeros:

Simón Rodríguez, el gran maestro de Simón Bolívar, unos años después de la muerte del Libertador, decía que nuestras naciones,

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nuestras repúblicas, nacieron de una gran mentira, porque se decía que habíamos logrado la libertad, pero esa libertad nunca llegó a los indios, a los negros, a las mujeres, a los pobres, a los marginados de siempre…

Alguien que no pertenecía a esos estratos, que fue rico, nació en una cuna pudiente, vivió con comodidades… –y eso derrumba los mitos de cierta izquierda infantil, manipuladora, que dice que solo los pobres salvan a los pobres, solo los indígenas salvan a los indígenas, solo los negros salvan a los negros-… me refiero a Eloy Alfaro, que intentó, un siglo después, dar esa libertad, y vaya que tuvo inmensos logros, hizo avanzar muchísimo a la sociedad. Pero, -prohibido olvidar-, recuerden también cómo lo atacaron los medios de comunicación, que desde que se inventó la imprenta solo reflejan la opinión del dueño de la imprenta, no la opinión pública. Y, las imprentas eran bastante caras, así que no las tenían los pobres, las tenían los ricos, los que defendían el status quo, los modelos de oprobio, de exclusión, de explotación…

Y un siglo después, casi con periodicidad relojera, viene esta Revolución Ciudadana tratando de completar la obra de Alfaro,

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tratando de lograr nuestra segunda y definitiva independencia; y, realmente lograr esa libertad, lograr esa justicia, esa igualdad de oportunidades para todas y para todos.

Un ejemplo de la exclusión que se ha vivido en este país es que ese sector de la economía que genera cerca del 30% del Producto Interno Bruto, casi el 50% del empleo nacional, ha estado absolutamente invisibilizado, ni siquiera era mencionado, como si no existiera, pese a su importancia; y en consecuencia, no había instituciones ni políticas públicas para este sector, me refiero al sector de la Economía Popular y Solidaria.

Con la Constitución de Montecristi, Constitución que no tiene dueño, que es de todas y de todos y cuantas veces sea necesario enmendarla, para mejorar, lo haremos; porque, no es el pueblo para la Constitución sino la Constitución para el pueblo… ¡Dejémonos de fetichismos! ¡Dejémonos de chauvinismos! ¡Dejémonos de infantilismos! Esa Constitución, que la hicimos entre todos –o casi todos- (porque, los que se opusieron a la Constitución de Montecristi son ahora los que se oponen a la consulta popular, diciendo que es inconstitucional, imagínense

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la contradicción); esa Constitución es la que establece aquí ya no un sistema como decía la anterior Constitución: una economía social “DE mercado”, que lo que en verdad significaba es que la sociedad se convertía en una mercancía más… (a la final le hubieran dicho una economía social “CON mercado”, porque es indudable que existe mercado, ustedes actúan en mercados, pero la sociedad siempre debe controlar esos mercados para los objetivos comunes, para el bien mayoritario; y no, convertirse, como se convirtió en la larga y triste noche neoliberal, en una mercancía más a tranzarse en esos mercados)…; [esa Constitución es la que] cambió esa economía social de mercado por una economía social y solidaria –es decir, en función del bien común y de conceptos no basados en el egoísmo, no basados en el individualismo, no basados en la competencia sino basados en principios mucho más cercanos a nuestra realidad, a nuestra tradición, como es el principio de la solidaridad-, y reconoció diferentes sectores en la economía:

El sector público, el sector privado capitalista (moderno, si cabe el término, las grandes

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empresas, etcétera, que antes parecía que era lo único que existía y lo único que debía existir)… ¿Alguno de ustedes pertenece a una Cámara de Producción? ¿Por qué siempre en nombre de la producción y los empresarios hablan los pelucones de las cámaras de producción? Porque se creen los únicos que producen, los únicos que trabajan, los únicos que son empresarios, y les puedo decir que donde menos hay empresarios es en esas cámaras de producción porque muchos han puesto sus empresas gracias al poder político, son rentables en virtud de los favores que recibieron del Estado. ¡Aquí están los verdaderos empresarios, que significa los que crean, los que toman riesgos, los que innovan!

¿Ese sencillo vendedor de refrescos acaso no arriesga día a día? Y vaya que en algunos municipios la Policía Metropolitana, inconstitucionalmente, les cae a palazos, les decomisan su mercadería –lo cual es prohibido constitucionalmente-; pero, aquí hay alcaldes que se creen por encima incluso de la Constitución, con la complicidad de medios de comunicación corruptos. ¡Aquí están los verdaderos empresarios: los que arriesgan, los que crean, los que innovan… los que

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fueron siempre invisibilizados! Se escuchaba y se escucha tan solo, en algunos medios, a las ‘Cámaras de la Producción’…

Nosotros no somos sectarios, no somos excluyentes, nuestro gobierno es de todos, esta Patria es para todas y para todos… Pero, que quede clarito, tenemos opciones preferenciales –no opciones excluyentes: opciones preferenciales-, y una de esas opciones preferenciales es con los pobres de la Patria, sobre todo estamos aquí por ustedes, para ustedes, con ustedes. Y este sector tan importante estaba totalmente invisibilizado, parecía que lo único que existía –y debía existir- eran los grandes empresarios organizados en las cámaras de producción; normalmente, vinculados a poderosos partidos políticos; normalmente, propietarios también de medios de comunicación… Esto, cambia con la Constitución de Montecristi en donde se reconoce la existencia de lo que siempre existió, de lo que siempre estuvo ahí, de lo que siempre tanto bien nos hizo, generando empleo, riqueza, asociatividad; queda, la economía popular y solidaria.

Hoy, estamos dando un paso más para esa Patria de todas y de todos, para concretar, no

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con charlatanería, no con palabrería, no con hipócritas rasgaduras de vestimentas, para hacer realidad esa Constitución, con la Ley de Economía Popular y Solidaria, y crear el marco institucional que reconoce, fomenta, fortalece, favorece a este importantísimo sector de la economía.

Ejemplos del contenido de esta ley (fíjense el absurdo): ¿Quién regulaba las cooperativas? A unas que se llamaban de ahorro y crédito las regulaba la Superintendencia de Bancos, –pese a que tenían una lógica totalmente diferente a la de la banca capitalista, que quebró en el 99 mientras que esas cooperativas, incluso se fortalecieron y fueron tal vez la salvación para millones de ecuatorianos estafados por la banca moderna, y las regulaba la propia Superintendencia de Bancos con esa lógica de banca capitalista moderna, sin entender lo que era el cooperativismo-; y a otra parte de las cooperativas, las regulaba el Ministerio de Inclusión Económica y Social… ¿Y ustedes sí se acuerdan lo que era la Dirección de Cooperativas, verdad? Un antro de corrupción, desorden, suciedad, fealdad…

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La nueva ley crea la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, para tener un ente especializado, que regule, por ejemplo, a las cooperativas, pero con esa visión social, con esa visión solidaria, no con la visión de lucro, capitalista, individualista con que se las quería regular desde la Superintendencia de Bancos.

Así mismo, se fortalece el sistema de finanzas para apoyar a este sector, se dan estímulos tributarios importantes, se manifiesta el apoyo del Estado para sacar adelante y fortalecer este importantísimo sector de la economía nacional… Robertina decía: “gracias Presidente por el trabajo creado”… Yo no lo creé, lo creaste tú, Robertina. Ustedes son los empresarios, compañeros, el Estado lo que va a dar es las oportunidades, quienes van a aprovechar esas oportunidades son ustedes.

Yo soy economista y… créanme que tenemos muy poco que enseñarles. Cuánto tenemos que aprender de ustedes que, pese a tener todo en contra, han logrado salir adelante con sus microempresas, generando empleo con sus negocitos, han logrado subsistir, sobrevivir en un medio totalmente adverso,

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porque todo estaba en función de los poderosos, no de los pequeños.

Eso está cambiando, estamos cambiando la relación de fuerzas en este país; por eso, no descansan los que quieren hacernos fracasar por todos los medios, incluso haciendo fracasar a este país. Son ustedes los que han generado ese trabajo, ese empleo; nosotros, a lo sumo, como Estado, como Gobierno, podemos dar las oportunidades. Son ustedes los que van a aprovechar dichas oportunidades… Y la Ley de Economía Popular y Solidaria habla de muchísimas oportunidades para el sector. Espero que la tengan mucho más fácil.

Cuántos siglos de injusticia, cuánta invisibilización, cuánto desconocimiento del aporte inmenso; es más, seamos claros, ¡cuántas contradicciones! Aquí siempre se ha querido satanizar la vida de los pobres: que el subsidio del bono, se rasgan las vestiduras… Cuando bien sabemos que los más grandes subsidios no ha sido para los pobres, sino para los ricos. ¿O ya se olvidaron de los 1.300 millones de dólares que en el año 83 nos costó la sucretización, cuando al Estado, a todos los ecuatorianos, nos hicieron

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responsabilizarnos de la deuda que habían adquirido unos cuantos empresarios privados, en dólares? ¿Ya se olvidaron de aquello? ¿Ya se olvidaron quién era Presidente en ese entonces, o no? ¡Nunca olvidarse de eso! Porque es quien se llena la boca diciendo que es honrado… ¿Acaso no fue un asalto al pueblo ecuatoriano subsidiar con más de 1.300 millones de dólares a empresarios irresponsables que se habían endeudado en dólares?

Nos hablan de subsidios, de demagogia… ¿Acaso en el 99 no nos costó más de 6.000 millones de dólares el salvataje bancario, el mayor subsidio de la historia de este país? De nuevo, no para los pobres: para los ricos, para los banqueros irresponsables y corruptos… ¡Ya basta de tanta hipocresía!

Aquí, con esta Ley no estamos dando caridad, no estamos dando limosna, estamos dando el justo reconocimiento a lo que siempre existió y tanto ha hecho por el país; estamos dando oportunidades, estamos reconociendo: a esas amas de casa que trabajan en el hogar, a ese comerciante informal que se la juega día a día, pese a los ‘roba burros’ que le roban

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hasta la mercadería y le caen a palazos [por orden] de cierto municipio.

Estamos reconociendo a esas cooperativas, estamos reconociendo a esas empresas solidarias, estamos reconociendo a la economía familiar, estamos reconociendo a nuestros migrantes… Gracias a sus remesas se ha mantenido el país estos años. Y, fíjense qué paradoja: los que más hablan, los que nos quieren dar cátedra de moral, de buenas costumbres, de políticas económicas, muchos de ellos representantes de las Cámaras de Producción, vinculados a medios de comunicación, que creen ser los únicos empresarios en este país, son quienes mandaban la plata fuera del país, miles de millones de dólares; mientras que esa gente que fue expulsada de su propia tierra por la irresponsabilidad de unos cuantos –nuestros migrantes-, con el sudor de su frente se ganaban unos cuantos euros (en Murcia, en Valencia, en Milán, en Génova, unos cuantos dólares en Nueva York, en Los Ángeles), y los enviaban para el país. Ellos, sí confiaban en su Patria; y gracias a ellos subsistimos. ¡Qué contradicción, verdad! Y estos, han estado invisibilizados; y los otros, hablando todos los

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días probablemente en sus propios periódicos, en sus propios canales de televisión.

Pero todo esto está cambiando, compatriotas. Y, les insisto, este es un paso más en ese cambio histórico, en ese cambio de las relaciones de poder, en que aquí un Estado realmente represente a las grandes mayorías, no a unos cuantos privilegiados… Y eso es lo que les molesta mucho, y por eso tienen cara de “No”… No a todo, no al cambio, no al Gobierno; así se hunda el país, que no se hundan sus privilegios, que no se hundan sus bolsillos. Algunos parece que en vez de alma tienen un gran bolsillo en este país.

Vamos a enviar este Proyecto, para que vean la importancia que le damos a esta área económica. Antes, y enviamos el Código de Producción, también con carácter de Proyecto Económico Urgente, ¿verdad? Código de Producción que organiza la institucionalidad, los incentivos tributarios… Para ese sector, que jamás lo hemos desconocido, lo que hemos dicho es que no es el único que existe y tampoco necesariamente el más importante, que podemos llamar: el sector privado moderno capitalista de la economía.

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Hoy, con la misma importancia, estamos enviando como Proyecto Económico Urgente a la Asamblea Nacional, el proyecto de Ley para la Economía Popular y Solidaria, proyecto que ha sido tremendamente socializado, proyecto que responde a una visión de país, proyecto hecho con absoluta responsabilidad; no la demagogia que algunas veces ciertos partidos políticos impulsan, manipulando a la gente, a los comerciantes informales, etcétera. Aquí sí hay una Ley con visión integral para todas y todos esos actores de la economía popular y solidaria, la más extensa en términos de empleo y muy importante en términos de producto en la economía ecuatoriana.

Esto es un tributo para esos verdaderos empresarios, para aquellos que día a día, realmente, con el sudor de la frente, crean sus propios puestos de trabajo, se las arreglan para llenar dignamente la olla familiar, para llevar dignamente, honradamente, un pan a la boca de sus hijos; y, en lugar de haber recibido el respaldo del Estado, muchas veces recibieron tan solo los palazos de ciertos alcaldes prepotentes.

Cuenten siempre son su Gobierno, con el Gobierno de la Revolución Ciudadana; y…

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¡Adelante mis queridos empresarios! ¡Hasta la victoria siempre, compatriotas!

Rafael Correa Delgado

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR