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Apología del asno. Fuentes escritas y frentes orales tras la simbología del asno en la AntigUedad Juan CASCAJERO Universidad Complutense de Madrid RESUMEN La consideración del asno, exclusivamente, como símbolo de explotación podría resultar un tanto simplificadora. La ampliación de las fuentes, conside- rando no solo a los naturalistas, agrónomos, filósofos y literatos sino también a autores ricos en expresiones familiares y coloquiales y, sobre todo, a la colo- quialidad misma, a través del examen de los restos orales, permite captar una mayor complejidad en su simbología. El seguimiento de esa simbología podría iluminar, no poco, los mecanismos ideológicos de justificación-legitimación de los dominantes y de descalificación de los grupos explotados de la Antiguedad. 1. INTRODUCCIÓN No quisiera competir, ni siquiera tratar de emular aquella primera Apo- logia de los asnos, compuesta en renglones así como versos por el pro- fundo conocedor de la especie asnal que, discretamente, allá por ¡829 1 fir ‘Corrían, entonces, malos tiempos para hablar de burros. Por aquella época, allá por 1827, cuando esta obra se estaba concluyendo, los periodistas franceses contaban que sobre la mesa de 5. M. el señor D. Femando VII se encontró una fábula asinina portado- ra de oscuras recomendaciones, por lo que se desterré a su monasterio al supuesto autor de la misma, P. D. Lino Picado, M. 1. 5. abad de San Juan de la Peña. Respetando, como en lo sucesivo, su ortografía, extraigo de ella dos fragmentos: «De Jaen a Ximena/ Iba un arriero! Con su recua de burros! De diferentes pelos./ Llevaba burros blancos,/ Llevaba burros negros,! Llevaba burros pardos,! Tambien burros plateros! Un militar curioso! Observó al arriero,! y dijo entusiasmado:! Tu si que eres discreto:! Tu conducta aplaudi- da! Será del mundo entero:! Tú las acciones miras,! No reparas el pelo.! Palo al burro que GericSn, n? 16,1998, Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense. Madrid.

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Apologíadel asno.Fuentesescritasyfrentesoralestras la simbologíadelasnoen la

AntigUedad

Juan CASCAJERO

UniversidadComplutensede Madrid

RESUMEN

La consideracióndel asno,exclusivamente,como símbolo de explotaciónpodríaresultarun tanto simplificadora.La ampliaciónde las fuentes,conside-randono solo a los naturalistas,agrónomos,filósofos y literatossino tambiénaautoresricos en expresionesfamiliaresy coloquialesy, sobretodo, a la colo-quialidadmisma, a travésdel examende los restosorales,permitecaptarunamayorcomplejidaden su simbología.El seguimientode esasimbologíapodríailuminar, no poco,los mecanismosideológicosde justificación-legitimacióndelos dominantesy de descalificaciónde los gruposexplotadosde la Antiguedad.

1. INTRODUCCIÓN

No quisieracompetir,ni siquieratratarde emularaquellaprimeraApo-logia de los asnos,compuestaen renglonesasícomoversospor el pro-fundoconocedorde laespecieasnalque,discretamente,allápor ¡829 1 fir

‘Corrían,entonces,malostiemposparahablardeburros.Poraquellaépoca,allápor1827, cuandoestaobrase estabaconcluyendo,los periodistasfrancesescontabanquesobrela mesade 5. M. el señorD. FemandoVII seencontróunafábulaasininaportado-ra deoscurasrecomendaciones,por lo quese desterréasu monasterioal supuestoautorde la misma,P. D. Lino Picado,M. 1. 5. abadde SanJuande la Peña.Respetando,comoen lo sucesivo,su ortografía,extraigode elladosfragmentos:«DeJaenaXimena/Iba unarriero! Con su recuade burros!De diferentespelos./Llevababurrosblancos,/Llevababurros negros,!Llevababurrospardos,!Tambienburrosplateros! Un militar curioso!Observóal arriero,!y dijo entusiasmado:!Tu si queeresdiscreto:!Tu conductaaplaudi-da!Serádelmundoentero:!Tú lasaccionesmiras,!No reparasel pelo.!Paloal burroque

GericSn, n? 16,1998,Serviciode Publicaciones,UniversidadComplutense.Madrid.

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mara bajoelpseudónimode «un asnólogoaprendizde poeta2» Tampoco,por otra parte,podría intentarlo, ajuzgar de sus abundantesméritos,desobrareconocidospor los mismoscensoresque,en sumomento,debieronatendersu moralidady valía científica. En efecto,el P. M. Fn R. de laPeña,desdesu conventodel Cristo del Traspaso,concluíaque«el autormuestramuchoestudio,muchoingenio,muchotalento,esquisitogustoysumahabilidadparadesengañarnos,sacándonosdel error en queestába-mos de quevalíanpocolos asnos...antesbiensu obrapuedeatraergran-desbeneficiosal génerohumanoy a laespecieasnal».IgualmentelaApo-logia suscitaríaelentusiasmode otro severocensor~, quien, másquecen-surar,glosaríasu obra exclamando«...y no serátemeridaddecir que niHarveo,ni Copérnico,ni Newton,ni Flankin, ni Jenner,ni Mongolfier,niGalí, ni Mesmer...,puedensercomparadosal autorde estaApologíaasí-nina, ni respectodel objeto ni en cuantolas profundasaveriguacionesyverdadesmanifiestasquenos ha descubierto,metiéndoseen los recóndi-tos talleresde la naturalezafísicay moral de los Asnos,de modoquealleer y reflexionar maduramentesobreel conjuntode cuanto en su obrapresenta,nos restamasque exclamar:quam inexcnutabiliasuntjudiciatua, Domine!‘½. Evocando,aunqueparcialmente,el títulode suobra,solopretendo,con todahumildad,y con cierto humor, rendir tributo al másgrande,que no único ~, aunquedesconocido,luchadorpor el reconoci-mientode uno de los animalesmásútiles y, quizáspor esomismo, tam-biénmásvilipendiadosde laHistoria de la Humanidad6•

es blanco,!Palo al burro quees negro,!Palo al burro quees pardo,!Palo al burro plate-ro] Palosátodo burro! Queno andaderecho»(Apolo gía..., LII- LV).

2 Existe edición facsímilrecientedel original (Madrid, 1993). Dc ellaseextraenlasreferencias.

3 Se trata de D. Cornelio, Simplicio, Silvestre,Zoylo, Leoncio, Secundinode laRebusca,doctoren ambosderechos,abogadode los realesConsejos,individuo de variasAcademias(Apología, XX- XXI).

4Apología (XX- XXI).En su nota 1, (Apología,XXXIV- XXXV) de la dedicatoria«Al autordela Apolo-

gíadel asno»,el anónimocomentaristadice: «En efecto,Blumauer,poetaalemáncom-pusotodasestasodas;y en la del Sillico dijo cosasadmirables,raras,extrañas,curiosasy dignasdeleerse.Otrosautoreshantrabajadosobreel mismoobjeto.Heinsispublicó unelogio erudito-jocosodel Asno. El Apologistauniv. dió a luz en su n0 9 unaApologíaasnal.Cadalsoescribiósu Academiaasnalcontra los franceses,dadaá luz en Bayona.Don CasianoPellicer,en su Hist. del histrionismoespañol,refiere queen la bibliotecarealhay un Códiceantiguoenversoespañol,apologizandoal Asno.Bartoloméde Ayalaescribióenprosael elogio. Del Jumento,Pellicerescribióla Burrumaquia.»

6 Debereconocersequeno es el únicoanimalquehacorridotal suerte.Enla nota12(Pp. 90-91) de su Apología, «eí asnólogo,aprendizde poeta»sintetiza: «Es el casoque

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Estetrabajosolo tratade realizarun sucintoseguimiento(con el con-siguienteintentode explicación)de la tradición escritay oral quetomaalburro comoparadigmade necedad,entreotros rasgos,igualmentenega-tivos, de su conducta.Paraello, unavez atendidos,brevemente,tanto susignificadohistóricocomo sus rasgosfisiólogicos másimportantes,pro-curacomprenderlas causasde laacusadadistanciaentrelas prestacionesy utilidadesdel asno y la, másque malvada, grotescatradiciónque leacompaña.Naturalmente,no sedejade teneren cuentalaposiblediferen-cia entrelaspeculiaridadesquehoy leotorgannuestroszoólogosy lasquele fueran concedidaspor los estudiososde la AntigUedad, (lo quecon-vierte en imprescindiblela consultade opinionescomo la de Aristóteles,Catón, Varrón, Plinio el Viejo, Eliano, Columelao Paladio).Del mismomodo,tampocose puedeconceder,gratuitamente,unavalidezsocialmen-te generalizadaa los conocimientosy sensibilidadesde tan distinguidosestudiosos,siendonecesariocontrastaríasconotro tipo de fuentes.

II. LOS USOSDEL ASNO

Por su evidencia,no requierede esfuerzosargumentativosel hechoincuestionabledeque todoslos paisesquehanconocidolaexpansiónbio-lógicay utilización consecuentedel burrosehanservidode sureferenciacomoparadigmade necedad.Da lo mismoque,por exigenciasde la evo-lución tecnológica,estosanimales,en muchosde estospaises,hayanter-minado por desapareceren su casi totalidad, porquela alusión al burrocomoportadorde determinadascaracterísticas(asícomola imputacióndetal condicióna quiense quiereasignartalesrasgos)siguesiendohabitual,inclusoporquienesjamástuvieronocasióndecontemplarlo.Así, entrelosniños de nuestrasciudades,tanto como entrenuestrosmayores,llamar«burro» («asno»,«borrico»o «jumento»,da igual) aalguiensiguesigni-ficando,en un mundoya casivacío de burros,llamarlenecio,torpe, tercoo incapaz.La capacidadde supervivencia,la salud,el vigor de estaexpre-

bueyesy Borricos,!dosanimalesqueal hombreconesmero!Utilmente le sirven, sobretodos,!(Y áestos dos añadamosaunel puerco),!Todostrestan preciososanimales,!Decontinuossarcasmosson objeto,!En dicharachosáestossemejantes:/Es un buey:es unAsno: esun granpuerco’».Enefecto,ambosanimaleshansufridoy siguensufriendounafortunasimilar ala delasno.Sin desmereceral buey,el procesoesmásrotundoenel casodel cerdo(y todo el mundo,porno salirmede la lenguacastellana,sabeaquéatenersesíse le llama«marrano»,«cochino’>,«lechón»,«gorrino»o «puerco»).

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sión ha de vincularsecon suprofundoarraigoen nuestramásantiguatra-dición conceptualy suorigen,constatableya enlos primerosrestosescn-tos, tanto orientalescomo mediterráneos,quizáspudieraremontarseya alos primerosmomentosde sudomesticación.

Único motor animado,no humano,paraamplias zonas de la Anti-giledad,no dejó de rendir constantesserviciosal hombrehastael extre-mo deconvertiren tareaimposibleel trazode la Historia del hombresinrealizar,al mismotiempo,la, en mi opiniónparalela,historiadel asno.Enlas zonasaludidas,supusodurantesiglos, inclusodurantemilenios,casila única fuente de energíaempleada,para asistir, o suplir, el esfuerzohumano.Excluidos el buey, el mulo y el caballo, el asnoconstituíaunauxiliar elementaly básicoparalos menospoderosos,parala gentedelcomún,paralos habitantesde camposy aldeas.Porqueel buey eracaroy el caballo,símbolodel podery la fuerza,constituyósiempreun símbo-lo de dominioy prestigiogeneralmentevetadoa los hombresajenosa losgrupospropietarios.Instrumentode poder material y espiritual,el caba-lío desarrolló,en general,sumayoreficaciacomoelementode control ypredominio, incluso de destrucción,de los pocossobrelos muchos.Elmulo, porsu parte,híbridode la hidalguíay de la vileza de susprogeni-tores, aunquesocial y económicamentemás extendido, resultabamásonerosode adquiriry de mantener,en tanto se ajustabamenosa laspres-tacionesquepodíanexigirle los humildes.

A pesarde las controversiassobreel tema,parecequepuedendistin-guirse dos troncos de esta especie,originarios, respectivamente,delNorte de Africa y del Sudoesteasiático.En elafricano,prontopudieronmatizarsedos tipos: el nubio (eguusafricanusafricanus),fundamentalparala Historia Antigua, con extensiónentreel Mediterráneoy el Saha-ra, con unaalzadadeunosdocepalmosy el somalí(equusafricanusafri-canussomaliensis),desdeel EsteAnterior al surdel Mar Rojo y unaalza-da de unoscatorceo quince palmos.El asiático,por suparte,másenjutoy con unosdiez palmosde alzada,seextendiódesdeel Norte del MarRojo hastael Norte de la India y Tibet. Cabeseñalar,no obstante,que,con el transcursodel tiempo,en relacióntantoconel desarrollode hibri-daciónes,espontáneaso controladas,comoconlos máslentos, perodeci-sivos, procesosde adaptaciónal medio, fueron dandolugar a nuevostipos y subtipos.Entreelloscabesignificarel tipo sirio, de no másde diezpalmos de alzada, extraordinariamenteadaptadoa las condicionesambientalesmediterráneas,que,a travésde Asia Menor, pobló Greciaylas islasdel Egeo,terminandopor sercomúne insustituibleen todoslospaisesdel Mediterráneoantiguo hastala PenínsulaIbérica. El límite de

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su expansiónseptentrional,a suvez, vendríamarcadotanto por suscon-dicionantesbiológicos7comopor las limitacioneshistóricasde suexplo-tación. Así, tantoen el espaciohistóricogriego como en el romano,elasno,ese«poorman’s horse»de los ingleses,que,sin embargolo explo-tarían solo en épocatardía, se convirtió en elementoesencialde la vidaeconómicay familiar de los pueblos.

Plenamenteadaptadoa las condicionesambientalesde los medios

áridos y semiáridos,ecológicamenteintegrado en la vida aldeanaysuburbana,soportaconéxito la comparacióncon el restode équidos,encuantoa lo exiguo de susexigenciasy la calidady cantidadde suspres-taciones.Soportael calor y la sequíamejorquecaballos(no muy usa-dos, generalmente,en la Antigúedad,para el trabajo) y mulos. Eramuchomássobrioy frugal en su alimentación,másaustero,pacienteysufrido, másdócil, mansoy obediente,máshumilde, laboriosoy quie-to, más resistentea la enfermedad,más longevo,más barato,sin nece-sidad de herrajes,ni albardasni cinchasni aparejos(aunquelos agra-dezca).Superioraellos, también,en energía,podernervioso,tenacidaden el trabajo,temperamentoy resistenciaa la fatiga y, sin duda,segúnnos parece,dotadode mayor inteligencia8~ Fueusado,indistintamente,como animal de carga,de tiro y de laboreo.Como animal de tiro, gra-

Así lo creían,al menosen lo referentea su escasaadaptabilidadal frío, los natura-listasantiguos.Cf., porejemplo,Aristóteles,Historia delos animales,605a16-22,quien,tras descrbirla enfermedaddel muermoasnil, afirma que «el asnoes,de todoslosani-malesdeestegénero,el quemenosaguantael frío. Porestemotivono secríanasnostam-poco en la zonadel Pontoy la Escitia»y, en VII, 28,606b4, diceque«en muchossitiosla causa(de la existenciao ausenciade animales)es tambiénel clima: por ejemplo,enIliria, Traciay Epiro, los burros son pequeñosy, en los paisesde los escitasy de loscel-tas generalmenteno seencuentran:es porqueestasregionespadeceninviemosmuy cnt-dos».Opinióndeamplio arraigoen laAntiguedadquedaríalugaral topossobreel carác-ter friolero de los burros.

8 Inteligenciaque tiendeahacersu adiestramientomás complejoque el del caballoo el mulo. En relaciónconellos, las fasesdesu procesode aprendizajeson másrápidas,por lo que las excesivasrepeticioneslo aburreny frustran, dificultando la empresaamanosinexpertas,que,naturalmente,culpanal animaldesusfracasos.Quizásporello sehayapreferidosiempreel uso de lashembras,menosesquivasy rebeldes,másdóciles,manteniendoel númerode machosimprescindibleparalas tareasde reproduccion(deasnosy de mulos).No se consideraimprescindibleinsistir enlasmúltiples e insustitui-blescualidadesdel asno.Bastareferirsea su historia de colaboraciónmilenariacon unhombrequeno nuncafue capazde prescindirdesu compañía.Hoy, mimadoy enjaeza-do al efecto,por la industria turísticadeOccidentey susmtas folklóricas,porsuszooló-gicos y granjas-escuela(queparecengarantizarsu no extinción),siguepadeciendo,encambio,la sobrecarga,lacmeldad,la barbariey lamalnutriciónenlos paisesdelTercerMundo. Son, en general,lasgentesde los paisesárabesquienesse muestranmás bruta-

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cias a la bajadisposiciónde sucuello, no estabasometidoa los incon-venientesdel caballo ante las limitaciones de la tecnologíaantigua,pudiendo,como el buey,adaptarseal atalajey desarrollarunaportento-sacapacidadde tracción, alcanzando,en óptimascondicionesde terre-no, los trescientoskilos. En cuantoa su capacidadde carga(y no con-vieneolvidar la importanciade estetrabajo,ante la ausenciade calza-dasy, aún,caminosen ampliaszonasmontañosaso semidesérticasdelespaciohistórico antiguo)erancapacesde cargarun pesosemejanteosuperioral suyo, que vendríaofrecido por la fórmula : C2¡H x 95 (C=perímetrotorácicoy H=alturade «garrot»).Susprestaciones,conocidasy explotadasal máximo,en fin, en tantastareascotidianashicieronqueel mundoantiguo fueraun mundode burros.Poreso,en mi opinión, noseríaexageradodecir que, aunquesus usuarios y explotadoresno lodejarantranslucirsuficientemente,como tampocodejabade ocurrir enel casode los esclavosy otras formasde dependenciaen el ámbito delas relacioneshumanas,no se podría pensar un mundo antiguo sinburros.

III. LA TRADICIÓN ESCRITA

Escasa,muy escasaen relación con su transcendenciaen la vida delhombre, me parecela atenciónprestadaal asnopor el pensamientoy laemdición antiguas.Esta puedereducirse,básicamente,a las referenciasde los «naturalistas»(como Aristóteles,Plinio el Viejo, Eliano o Plutar-co) y de los «agrónomos»(comoCatón,Varrón,Columelao Paladio),asícomo por las importantísimasaportacionesde los singularesrelatosasni-les de Apuleyo y Luciano.

lesenel tratoalos asnos.Y no resultadifícil verlosfamélicos,agotados,apaleadoshastacaermuertosen esesu último intento de unatareaimposibleparasusfuerzas,entre losinsultos y golpesde susamos.Quizasvaliera reivindicarparaun animal quehaasistidoal hombredurantesiglos,laúnicaayuda,además,paralos humildes,un tratomenoscruely perverso.Aunquela ausenciade referenciasbibliográficassobreel burroresultaangus-tiosa,puedeconsultarse,a modo de informaciónbásicasobreel pasado,presentey futu-ro del asno,la excelentecompilacióndeSuendsen,E. D., Thepmfessionalhandbookoftite Donkey(Conipiledfor ¡heDonkeySancuiary), Sidmouth,1986.El Donkey Santuary,siguesiendo hoy, sin que supongarelegarla vitalidad de otros centros,máso menosrománticos,preocupadosporel futuro de estaespecie,el centromásvivo y másgrandeparael cuidadodelburroy la muíaen el mundo.Véase,además,Cochelin,E,Produc¡ionetélevagedespoulains, anons e¡n,uletons, Paris,1953; PeyroSaintPaul, D., ¡Jane dansle bocagebas- normande, París, 1977.

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Aristóteles,ademásde las noticiascitadasanteriormente,ofrecealgu-nos otros brevescomentarios:sobrelas enfermedadesdel asno (H. A.,605a 16-22); sobresuedadde madurezsexual(545b20); sobrelas cua-lidadesde susangre(521a5); sobresudieta(595b 23);sobresuenemis-tad condiferentesaves(609a31b 5,29; 610a4; SOSa23) sobresu lechematerna(521b 33); sobrelas condicionesde su apareamiento(575b 30,577a3, 15); sobresucola (499b 17) y sobresusdientes(501b 3).

TambiénEliano, espigandoen susnumerosasy problemáticasfuen-tes,aporta,ensuHistoria de losanimales,algunasnoticiasvaliosassobreel asno:sobrelas dificultadesy solucionesde apareamientoentreyeguasy asnosparalaproducciónde mulos(II, 10);sobrela tradiciónmíticaqueexplicalajuventudde laserpienteapartir de suventajosapermutaconelasno (VI, 51); sobre las causasy avataresde la tradicional enemistadentrealgunasciudadesegipciasy los asnos(X, 28 y XI, 35); sobreloscuernosde los asnosde Escitia y su portentosaresistenciaal aguaarca-dia (X, 40); sobreel origende los cruzamientosentreasnosy yeguasasícomo sobrela capacidadgeneradorade los asnoslibios (XII, 16); sobrelos usosmilitaresde algunosasnos(XII, 34); sobrela asombrosarapidezy la formade cazara los asnossalvajesde Mauritania(XIV, 10); sobreloscaracteresy cualidadesengendradorasde los asnossalvajesde la India(XVI, 9); sobrelasdiminutasdimensionesde los équidosy asnosdel paisde los psilos de la India(XVI, 37); sobrelos extraordinarioscaracteresfísicosdel onocentauro(XVII, 9).

Porlo queserefiereaPlinio el Viejo, de los 37 libros de suúnicaobraconservada,la Naturalis Historia, 4 (del VIII al XI), son dedicadosalestudiode los animalesy, en concreto,el VIII a aquellosanimalesterres-tresque,realmente,parecendisfrutardeunasuertede «condicióncomún»(consortio,dice ) con los hombres~‘. Enél dedicatresbrevescapítulosalasno:el 46 alos onagroso asnossalvajes,el 68 a los asnosdomésticosysu reproduccióny el 69 a las característicasde las mulasy los demásjumentos.En el 68, aúnreconociendosu utilidad en el aradode campos,afirma que su mayor utilidad la adquiereen la procreaciónde mulos ¡O,

En no pocasocasiones,Plinio da la impresiónde comportarsemenoscomounanaturalista(con susobligadasatencionesa los rasgosanatómicosy fisiológicos en sustaxonomías)que comounaespeciede raro precursorde la psicologíaanimal, siemprepreocupadopor el análisisde conductas,comportamientosy caracteres.

lO Opera sine dubio genere ,nunifica, arando quoque, sed ,nularum maxime proge-neratione.Plinio, Nat. His!., VIII, 167. Indudablemente,al hacerestasafirmaciones,elnaturalista y, también rico propietario, no está pensando en los pequeñospredios,queeradonde,precisamente,adquiríatodosu valor.

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afirmando, además,que las gananciasque se obtienende esta funciónpuedesuperarlas obtenidasde las másricasposesiones~.

El temaasnil vuelveaserretomadopor elnaturalistade Comodesdela perspectivamédicay terapéutica.Enefecto,delos cincolibros (XXVIII-XXXII) dedicadosa los medicamentosextraidosde los animales,en elXXVIII, exponelosdistintosremediosextraidosdelonagro,los variadosycuriososdel asnoasícomolos obtenidosapartir de suestiercol.

Sin duda,frustranteresultala escasaatenciónde los agrónomosCatóny Varrón 12• De estemodo,Catón, máspreocupadopor la explotacióndepropiedadesde cierto tamañoquepor los pequeñosfundos,mientrasseocupadetenidamentede los bueyes13, apenasofreceunasbrevesnoticiassobreel asno~ Otro tantosucedeen Varrón,quien,en suúnicaobracon-servadacompleta,su De agri cultura, resumey sistematiza,en curiosaforma dialogada,asus predecesores.Su libro II lo dedicaa la ganaderíamayory menor,poniendo,enII, 6, 1-5, el tratamientode los asnosenbocade Murrio Reatino,segúnél mismoindica, originario de tierra de burrosoptimi etmaximi, dignos de sercomparadosconlosde Arcadia15

Quaestusexiis opimapraediaexuperal(Ibid., 170)2 Resultaexcesivo,o arbitrario,caracterizarde «agrónomo»aVarrón. Si lo incluyo

entreéstoses solamente,y porunavez, porel caráctery valor de su únicaobraconser-vadacompleta.

‘~ Porejemplo,del forrajede los bueyes(DeAgr., LXIII); de los establos(VI); de losramajesqueles convienen(XXXIII); de su alimentación(LXLX); de los cuidadosdelbuey,si caeenfermo(LXXX); de susmedicamentos(LXXIX); desuslesionesenlos pies(LXXXI); de cómodebenadministrárseleslos medicamentos(LXXXII); de lasofrendaspara los bueyes(XCII); de lasmordedurasde serpientespadecidas(CXI); de medidasparaqueseencuentrensaludables(CXII); decuándosedebenhacersacrificiosparaellos(CXL) o decuándose sepuedeenjaezara los bueyes,los díasde fiesta (CXLVII).

14 EnDe agricultura, XII, al exponercómodebeserequipadounolivar de240yuga-das, aconsejaque,entreotros útiles, sedispongade tresasnosparatransportarel estier-col, otro másparala muelade molino y, por supuesto,tresalbardasde asno.En Xl, 4,hablandodel equipamientoadecuadoparaun viñedo de cienyugadas,recomiendadosburrosparalos carros,uno parala muelade molino y un yugoparael asno.En LXII, alhablarde la cantidadde carrosque hayquetener,aconsejaquese dispongade tantoscuantosbueyes,mulasy asnosse tenga.Y, en fin, en CXXXVIII, cuandohablade losenjaezamientospermitidos y prohibidosen los díasde fiesta, dicequeestávetadoparacaballos,mulasy asnos,salvoen aquellasfestividadespropiasde esclavos.

~Murrio prometehablary habla«principalmentede asnos»(de asinispotissimumdicam, quodsumRearinus,diceen 11,6,1). Perosolo ofrecealgunasfrasessobrelaelec-ción de los burrosparael trabajoy parala reproducción,sobrelos dos tipos básicos(elasno salvaje,como el abundantísimode Frigia o Licaonia, y el doméstico),sobre sudomesticacióny la imposibilidadde regresara la vida salvaje, sobresu reproducción,sobrela edadde adiestramiento,sobresususosparacarga,agriculturay parala molien-da o sobrelasauténticasmanadasusadasparallevar el trigo, el vino oel aceiteal mar.

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Peroes Columela,quien a pesarde la parquedaden sus alusionesalasno16, nos lega, comoen tantosotros asuntosrelacionadoscon la vidacampesina,susemblanzamáscompleta,correspondiéndoleaél (y, en miopinión,antesqueacualquierotro), el título de «primerapologetaasnil».Valela penareproducirsupensamientosobreel burro: «Habiendode tra-tar sobreel ganadomenor,PublioSilvino, ocuparáel primerlugarelasni-lío menorde la arcadia,esteanimal vil y comúnquela mayoríade auto-resde lascosasdel campoquierenque,cuandose tratadecomprary man-tenerbestiasde carga,seael queprimero se procureadquirir, y no sinrazón,porquese puedemanteneren un campoquecarezcade pastos,puesse contentaconpocoforraje y concualquieraquesea,ya quesealimentaconhojasdearboloconmatasespinosas,conramasde sauceo conun hazde sarmientos.Peroconla pajaqueabundaen casi todoslos paisesinclu-soengorda.Aguantamuy bienla torpezade un borriqueroatolondradoyno menoslosgolpesy la escasez,puesresistesobremanerael trabajoy elhambre,y raravez leacometenlas enfermedades.Esteanimal, cuyoman-tenimientoesde tan pococosto,seempleaen muchísimostrabajosy muyprecisos,mayoresde lo quecorrespondeasu precio,puesno solo rompeconaradosligerosla tierra franca,como es lade laBética y lade toda laLibia, sino que tira de los canos si estos no llevan demasiadopeso.Muchasveces,comodice el máscélebredelos poetas,el conductorde unborriquillo lo cargade frutas.ordinarias,y al volver de la ciudadtrae unapiedrade molino picada,o unacargade peznegra.Peroel trabajoordina-rio de esteanimaleshacerdar vueltasalas piedrasde molino referidasymolertrigo.Por lo cual, todahaciendade camponecesitaelborrico comoel instrumentomásnecesario,el cual puedellevar cómodamentea laciu-dady retomara ella,comohe dicho, enel cuelloo en laespaldagranpartede las cosasquesirvenparanuestrouso...»(VIi, 1).

Tampoco«el último de los agrónomoslatinos»(s. IV-V), Paladio,semuestragenerosoen suatencióna los asnos.En sucuriosoy, sobretodo,práctico17 calendariode las tareasdel campo(Opusagriculturae),en el

6 En VI, 36 y 37, habla de los problemas de apareamiento de yeguas y burros, así

como de los difíciles cruces entre caballos y burras, sin olvidar la propuesta de remediospara solucionarlos. En II, 15, hablando de los tipos de estiercol y sus cualidades, afirma:«El tercerlugar lo obtieneel estiercol de los cuadrúpedos, y en él tambiénhaydiferen-cia, porquese considerael mejor el de los borricos,puestoqueestosanimalesmascancon muchísimalentitud, y, por consiguiente,digieren con másfacilidad y arrojan unestiercolbienfermentadoy adecuadoparaemplearloinmediatamenteen la tierra».

1~ Así, al menos,debióresultarasususuanos,comoparecesignificarla cantidaddemanuscritosencirculaciónbastael Renacimientoquesuperaría,ampliamente,enla tem-

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libro IV dedicadoa lasfaenaspropiasdel mesde Marzo,elcapítuloXIVse ocupade la problemáticaconcernientea la reproducciónasnil y laconcluyeafirmandoque«un borrico,por pequeñoquesea,esmuy nece-sarioparael campo,porqueaguantael trabajoy apenasacusala falta decuidados».Pero,por lo demás,su libro XIV, dedicadopor completoa laMedicinaveterinaria,en elque reconocebasarse«enlosmismostérmi-nosqueColumelay susfuentes»(XIV, 2), lo cual resultaobvio, no pres-ta atenciónespecíficaa los asnos~ Y lo mismoocurre con esasinsus-tituibles fuentesparael conocimientodel «latín vulgar» queson el Arsveterinariade Pelagonio(s. IV), la anónimaMulomedicinaChironis ylos Digesta artis mulomedicinae,atribuido por algunosestudiososaaquelFlavio Vegecio,autor del Epitoma rei militaris de tantadifusiónen el cursode los siglos. Se trata, pues,de obras,quizás,no muy útilesparaavanzaren el conocimientode la explotaciónasnil (excusade estetrabajo) pero que, a pesarde su carácter,podríanresultarútiles paraseguiracercándonosa ampliassensibilidadessociales(objetivo final deltrabajo).Pero,porelmomento,elestudiodelsermovulgarisy, aúnmás,del sermorusticussigue esperandoel esfuerzoconjuntode lingilistas ehistoriadores.

Menciónespecial,por cuantono solo serefiere a susmúltiplesservi-cios prestadosal hombresino tambiéna sus condicionesde existencia,merecelaobra místico-asnilde Apuleyo. Suprotagonista,Lucio, obliga-do aseguirfielmnetela secuenciamistérica,caida-pecado/sufrimiento-purificación! salvación-comunióncon la divinidad, es convertido enasno,constituyendosus experienciasvitales como tal animal el núcleodel relato. Su discurrir asnil, proporcionalala grandezaquesolo puedeotorgarlasalvaciónisíaca,supone,con sudolor y sufrimiento,el contra-puntonecesarioala felicidad de los redimidos,parasiempre,por ladiosadel sistro.ConvertidoLucio en asno,pues (III, 4), es coceadode inme-diato,apaleadocongruesoy nudosoleño,sobrecargadoconmobiliarioyotros enseresy vuelto a apalearhastael extremoque«dejaronmi tristepellejoqueaúnparahacercribasno erabueno»(III, 5). Nuevamenteapa-leado,paraescapary volver a serlo, de nuevocon las espaldasabiertas,

pranaEdadMedia, la difusióndelos autoresquele sirvierondemodelo.Talhechopodríadeberse,precisamente,ala manejabilidadde uncompendioejecutadoenformadecómo-do calendarioo anuarioagrícolay ganadero.

8 Aunquesíatiendaatodoslosjumentosenconjunto: sobremedicinageneral(XIV,22); sobreel catarro(23); sobrela sarna(24); sobrelasheridasy otras infecciones(25)ysobrela inapetenciay otrasenfermedades(26).

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hastalograr salvarse,solo temporalmente,graciasaquesusesfínteres,yatorpesporel dolor y el miedo, expelierontal pestilenciaquelos ladronesque le agredíandebieron alejarse.Pero, no mucho después,vuelve aversecargadomásallá de dondesus masacradasespaldaspodíansopor-tar y sus patasdoloridassostener(IV, 1). Apenasfinalizadoel relato dePsichey Cupido, otra vez más, es herido con furia hastaque, roto elcabestro,aúncon su pataderechaquebrada,logra escaparde la muertepara,unavez vuelto a atrapar,sergolpeadoconmássañay ahinco (VI,4). Convertido,ahora,en su peregrinarpor los másdurosy viles oficios,en bestiade molino,debeempujary empujar,másallá de dondesusfuer-zas le permitenbajo el estímuloconstantede duros troncos y picas, aduraspenasalimentadocon un piensoque teníamáspiedrasquesuciosalvado.Empleado,ahora;paracargary traerleñadel monte,esentrega-do «al másfalso y maligno rapazde todoel mundo»,sobrecargado,casisin pellejo,ya sololas carnesdesnudasde los palos,cubierto dellagas,lacabezadolorida de los golpesy con un buenmanojo de espinasy púasdebajode sucola, queaquelmuchachole dispusierasolo porel placerdeatormentarle.Salvadode la peor de las suertespor dosoportunascocesal terriblegañán,esrepresaliadoporéste,queprendefuegoa la cargaquellevabay, con ello, tambiénal infeliz burro. Poco después,fuertementeatadoy ya inmovilizado,esreprendidocon lagruesatrancade unapuer-ta y quemadoen susingles conun tizón ardiendo,lograndoescaparsologracias a una oportunameadadirigida a los ojos del agresor(VII, 4).Recorriendotodaslas carasdel dolo~ unasveceses atormentadoporelmiedoa los lobos (VIII, 2), otras,bienatadoa un viejo roble,esazotadocon un yerbajoconstruidoconhuesosde ovejashastalas puertasde lamuerte(VIII, 3). Siempreentregolpesy peligros,cadavez mayores,ven-dido y revendido,a humillantesprecios,además,trabajahastala exte-nuaciónparaun tahoneroy supiedrade molino,paraun hortelano,paraun cocinero...Y, por fin, cuandologracobijar su miserablevida bajounamobueno,resultaéstesertan pobrequedebíapasarlas noches,friole-ro él, comotodoslos burros,atormentadopor el frío y la lluvia l9• Pero,paraeseamopobre,son las únicaspalabrasde ternura,paraaquelqueconél, siendoasno,compartíatodolo quetenía«porqueigual eralacena

9 Serecuerdaque,paralos antiguos estudiosos del asno, el burrofue siempreun anl-mal friolero eincapazde adaptarsea los climas fríos. Así Plinio (VIII, 167),traslashue-llas de Aristóteles,afirma queJpsumanimnalfrigoris ¡naximeinipatiensy que, incluso,Parras caritas sunima. sed aquarum taediunz nzaius...nec pontes transeunt per raritaterneoru,n traslucentibusfluviis (VIII, 169).

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a mí y a mi amo, y cierto no habíadiferencia,peroera bien poca: hojasde lechugaviejassin sabor,aquellasquede muchavejezestabanespiga-das de la simiente, tan altas como escobas,que ya el zumo de ellas sehabíatornadocomocarcomaamarga»(IX, 5). Vale la pena,en fin, paraterminarde evocarlas desgraciasde su peregrinaciónasnil,escucharsuvoz describiendoa sus ocasionalescompañerosde oficio, sin distinción,hombresy jumentos,en unadenunciade la explotaciónsin precedentes:«...parémeamirar la familia y gentede aquellacasa.¡Oh Dios, y quépobreshombreshabíaallí! ¡todospintadosconlas señalesde los azotesque les daban,las espaldasnegrasde las heridasy palos,conunaespeciede albardillasde espartomáspara coberturaque paravestidura;otrossolamenteen pañosmenoresparacubrir susvergúenzas,tan rotosqueseles veíacasi todo; marcadospor el hierro en la frentey sus piessujetoscon argollas;teníanlas cabezastrasquiladas,los ojospeladosy las pesta-ñascomidasporel humoy el hollín de la casa;por ello, teníanlos ojosenfermosy blanqueabancon la cenizasuciade la harina,como cuandolos gladiadoresquequierenlucharse espolvoreancon tierra!. Y de miscompañeros,los otros asnosy acémilasquemolían, ¿quépodría decir?Cuáncansadosaquellosmulosy aquellosjaconestan flacos;cercade lospesebres,con las cabezasbajas,royendogranzonesde paja, conlos pes-cuezosdesolladosy llenosde llagasputrefactas,lasnaricesabiertas,quede puro cansadosno erancapacesde tomaraliento; los pechosenfermosporla enfermedaddel muermosinpararde tosery peladosy cubiertosdellagas,de losantepechosqueles poníanparamoler,quecasise les veíanlos huesos;los cascosde piesy manosalzadoshaciaarribapor no haber-seprotegidoconel errado,y mancosde haberandadodandotantasvuel-tas; todo el pellejo cubierto de sarnade magrezy flaqueza»(IX, 3).¡Cuántasdesventurasen su condición de humilde jumentohastaque losalvaralagrandiosa,coronadade flores, «madrey naturade todo,seño-ra de todoslos elementos,principio y generaciónde los siglos, la mayorde los diosesy reinade los muertos,la únicade todoslos diosesy diosasdel cielo dispensadorade las alturasresplandecientesdel cielo, las aguassaludablesdel mar y los secretoslloros del infierno»! (XI, 1).

Cuantose acabade relatar sobreel sentidosimbólico del asno enApuleyopodríaaplicarseal Lucio o elasnode Luciano.Pero,aúnaries-go de seguircometiendootra injusticia másconel autorde Samósata20,

20 Todos los estudiososconfirmanla relaciónexistenteentreestasdosobrascoetáne-asy de argumento,en lo fundamental,casiexacto,perodifierenen cuantoal tipo dereía-cion existente.Paraunos,el asno de LucianoprovienedeldeApuleyo.Paraotros, esel de

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considerovanal,en estosmomentos,extendermeen él. Bastedecirquelas dosobras,en lo queconcierneal tema,sontansimilaresquesutrata-mientoconduciríaapesadasreiteraciones.

Escasa,por tanto, en relación con la transcendenciade los serviciosprestadosal hombre,es la presenciadel asnoen una tradiciónescritaenla que no seencuentran,además,vestigiosclarosquepudieranservir defundamentoal desarrollode la simbologíaquemotiva estetrabajo.Pocoaporta,desdeluego,el esfuerzode los naturalistas,que, en ningúncaso,puede servir de basepara la elaboraciónde las insuficienciasasniles,encontrándose,en Plinio, porel contrario,unaclarareivindicaciónde lasutilidadesy serviciosofrecidosal hombrepor estehumildecuadrúpedo.Otro tanto, y con másnitidez, ofrece Columela,paramostrarse,ya enApuleyoy Luciano,la caramásdurade la explotacióna quesolíaestarsometido.En Apuleyo,obligadoelprotagonista,Lucio, porexigenciasdeun guión que le forzabaacumplir su particularpurgatorio,a convertirseen lo másabyectode la naturaleza,es trasformadoen asnopararedimirsuspecadoscon unascondicionesde vida, con un grado de explotacióny sufrimientosin parangónen el reinoanimal.Parecequepuedeafirmar-se,por tanto,queel burro, en Apuleyoy Luciano,es símbolode explo-tación,perodebereconocersequequeda,aún,ciertadistancia,quedebe-rá serexplicada,hastallegar a concretarseen paradigmade necedadeincapacidad.

IV. LA TRADICIÓN ORAL

Más generososcon nuestrabúsquedase ofrecenlos restosde la tra-dición oral, si bien cabedistinguir,en ellos,unabrevey malvada,muybrevey muy malvada,presenciadel burro en la paremiografíade otra

Apuleyo el que viene de Luciano. Para unos terceros, tanto el de Apuleyo, como el deLucianoson adaptacionesde unafuentecomún(ala que, en ocasiones,se llegaa ponernombrey apellidos:Lucio dePatras).No faltan, tampoc~o,quienes,dadoel carácterdife-renteconrespectoal restode susobras,nieganlapaternidadsobreestepeculiarasnogrie-go aLuciano.La injusticiaaludidase refiere alos méritos reconocidosal asnode Apule-yo y el casisilencioo deméritosotorgadosal «espúreo»de Luciano,por cuantotíprime-ro, sin entraren polémicassobrerelacionesde dependenciani paternidades,no hace sinoampliar la trama, incluir algunosepisodios (como el cuentode «Cupido y Psiche»),impregnaríadesu sensibilidadreligiosay pocomás. Sinembargo,hedereconocerque,aldetenermemásenApuleyo,no hagosino seguirla tónicageneralquedieracomienzo,yaentonces,al serexcluidoLucianopor FilóstratodesusVidas de los Sofistas.

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más amplia y positiva, y también más compleja, en los restos de lafabulistica.

Una solareferenciaproverbial,pero, esosi, de ampliafama,presentaal burro, como un personajepetulante,pretencioso,vanidoso,con aspira-cionesadesarrollarun papelletradoo artísticoqueno le corresponde:setratadel asinusad liram 21 , quellegó a adquirirunagrandifusión tantoen ámbito griego como romano.Pero son masabundantes,conectadasconestatradición,aquellasquelo ofrecencomoun personajenecio,vil,

21 Con antecedentesmesopotámicos,queya enel tercermilenio poníanen contacto

al asnocon la lira, en griego, parecesignificar aunapersonacon tanpocasensibilidadqueno sabedisfrutardel sonido de la lira y se alejade ella. Cf. Cratino (Fr. 247 K. A.)afirmandoquelos asnossemantienenalejadosdela lira; Menandro(fr. 460K. Th.);Aris-teneto(Ep.. 140 0). Se encuentraatestiguadaentrelos paremiógrafosgriegos;Diogen.,7, 33; Greg. Cypr., 3, 29; Macar.,2, 39 y 6, 38; Arsen., 12, 91a; Apost., 12, 82 y da títu-lo aunade lasSátirasmenipeasde Van-rón y argumentoa unade las fábulasfedrianas(Ap. 12). Cf?, además,Luciano,Diálogo delas meretrices,14, 4; De mercede conductis,25; Adversasindoctum, 4. Con la unidadcitadapodríarelacionarsela expresiónasmasin catitedra, a la quehayqueconcederun origenantiguo, aunquesolo estéatestiguadaparaámbitomedieval(asirias iii scanno,se vult sñnilaremagistro, Walther, 1452),quedenotadaal ignorante,intelectualmenteespeso,queasumiríay searrogaríalasfuncionesde maestro.Se recuerdala extremadificultad de precisarla medidaen que unaunidadpudo ser oralizaday se opta por incluir todasaquellasquereunieranalgunacondiciónparaello, conscientes,no obstante,de que podrían incluirsealgunasque no llegaronaserlo, pero se prefierepecar por exceso,en estecaso, a incurrir en el riesgode dejarexcluiday condenadaaalgunade ellas,en tanto queconstituyen,además,un referentedel pensamientodequienlascreó o usó.Parasu selección,ademásde la cuidadosalec-turade los autoresantiguos,sehantenidoencuentalos criteriosde loscompendiosexis-tentes,como, por ejemplo,Arthaber,A., Dizionario comparatodi pmverbie modi pm-verbiali, Milán, 1972;Bartels,K. & Huber,L., Veni. Vidi. Vici. Gefiuigelte Worte aus demGriechiscizen und Lateinisciten,Zurich, 1978; Binder,Novas Titesaurus adagiorum lati-noram, 1971; Buchmann, 0., GefitigelteWor¡e, Berlín, 1972; BUhier, W., Zenobii AthoiPmverbia,Gottinga,1 y IV, 1982 y 1987; Corpus Paroemiographorum graecorum, RU-desheim,1961; De Mauri, L.. 5000proverhie motti latini. Flores sententiarum,Milán,t977; Curotto, E., Monumento sapientiae. Titesaurus sententiarum, Turín, 1930; DiCapua,E., Sentenzeeproverbinella tecnicooratoria eloro influenzasultartedelpeno-dore, Nápoles,1946; Friedrich, O., Publilii Sin Mimi Sententiae,(Caeci¡ii Balbi, Pseu-do-Senecaeproverbiorum. Pseudo-Siro). Hildesheim,1964;Fumagalli,0. L., Lape lati-no. Dizz¡onaretto de 2948 sentenze, proverbi. motti, divise, frassi e locuzione latineMilán, 1935; Gaisford, Th., Paroemiographi Graeci, Oxford, 1836; Haussler, R.,Nachtrdgezu Otto, Sprichwórterunssprich.Redens.derRomerDarmstadt,1968;Herre-ro Llorente, V., Diccionario defrases y expresioneslatinas, Madrid, 1992; Jákel, s.,Menandri Sententiae,Leipzig, 1964; Knecht,Tb., Das RdmischeSpnichworr, Munich,1986; Leutsch, E. & Schneidewin,E, CorpusParoemiographorumgraecorum, 1 y II,Gottinga, 1839-1859;Merminod,Y.,E’cpres’ionsetproverbeslatines, adagesjunidiques,Neuchátel, 1992; Meyer,Anthologialatina, Leipzig, 1835; Odorico,P., líprato e tape,Viena, 1986;

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incapazy pocovalioso.Así, semuestrala ideade queel burrono essoloincapazde disfmtardel sonidomelodiosode la lira sinoque tampocoescapazde entendernada,por másquemuevalas orejas, quese verían,yapor si mismas,convertidasen símbolode necedad22

Incapazde distinguir lo buenode lo malo, el manjar másesquisitodel peligroso,devoracon fruicción cardos23, ortigaso espinosy otrasplantasigualmenteviles, prefiriendoel máshumilde forrajeal brillo deloro:

Asinus stramenta ¡navult quam aurum(Herrero,790).De ahíquedis-tintaslocucionesasocienpermanentementealasnoconlanecedad,comoel saludoinjurioso ya tardíoasnisburris, campispacis (Herrero,791) ola expresión, en latín vulgar,ab asinopetire lanam24, de tantaraigambreen lenguasmodernas.

Otto, A., Die Sprichwdrter und sprichwánlichen Redensarten der Rámne~ Leipzig. 1890;Parachini,P., Lexicon paroemiacumseuMDC proverbio et peoverbaliaRomanorum,Turín, 1960; Rnos, P., Sentenzaeproverbio rielí aritichitá e Distici di Catone, Brecia,1984;Ruprecht,K., «Paroimia.Paroimiograpboi»RE,18,(1949)1735-1778;Schmidt,P.,Proverbia sententiaeqaelatinitatis mediioc recentiorisAevi,Gótingen,1982-86,3véIs;Stromberg,R., GreekProverbs,Goteburgo,1953;Tosi, R., Dizionario dellesentenzelati-ne egrecche.¡0000 citazioni daltantichitñ al Rinacimento,Milán, 1991; Valenti, E.,&Gali, N.,Aureadicto. Dichosyproverbiosdelmandoclásico,Barcelona,1990;Walter,H., LateinischeSprichwórterundSentenzendesMittelalters in AlfobetischerAnordnang,I-V, leipzig, 1963-1967.

22 Sobreel asnocomosímbolode necedaden tradicióngriegay romana,cf. Zenob.,5,42; Diogen.7, 30; Greg.Cypr.,3, 30; M. 4,67; Phot.339, 17; Sudoo393.Reforzadocon la ideade hablaralos sordos,Horacio,Lp., 2, 1, 199 ss.,diciendo: Scriptoresautemnarrare puta ret asello¡fobellam sardo, conlaqueserelacionala medievalsardo asello,narrata estfabella(Walther,30874e).No hacefalta insistir en la medidaen que, en lospaisesmediterráneos,lasorejasdelburrosehanconvertidoen estigmadenecedady, aúnhoy, allí dondelasleyesy la sensibilidadde los profesoreslo permiten,se siguecasti-gandoa los niños del mismo modoquefuera castigadoel rey Midas al juzgar,en favorde Marsias, la pugnamusicalentreéstey Apolo (cf. Ovidio, Met., XI, 287-345. Aúncuandose conozcanotrasexplicacionescomola quealudea la necedaddelrey muertode hambrepor haberpedido y obtenidode Baco quese convirtieraen oro todo lo quetocara, segúnel mismo Ovidio, Met., XI, 184- 270). Esecastigollegó, a su vez,acon-vertirseen proverbial:cf, el AuriculasasiníMida rex hahetde Persio (1, 121) y la tra-dición paremiográficagriega(por ejemplo,Diogen.,6, 73; Apost., 13, 17; Sudam 1036).En castellano,«al burro se le conoceporlas orejas,y al necio por los ojos y lascejas»;«quiendeasnotraesu ralea,cuandorebuzna,orejea».

23 Similemhabentlabro loc¡acomasirio carduoscomedente(5. Jerónimo,Lp.. 7, 5,testimoniandoa Lucilio, 1299 en torno ala única ocasiónen quesevio sonreiraCrasoal contemplarcómoun asnodevorabacardos).

24 Su usoproverbialen Zenob.,vulg. 5, 38; Diogen.,4, 85 y 6, 99, Macar.,6, 35;Apost., 12, 89; Phot., 337.25; Sada, 0399; Eustacio,Com. Hom., 2,40, 1-3V y 3, 8, 3s. V. Y suficientementetestimoniadoenlenguasmodernas:«DalEasinononcercarlana».

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Resulta, así, la figura del asno, en el escaso,aunquepersistente,númerode paremiasreferidasaél, embrutecida,maltratada,envilecida,zarandeadapor el insultoy el sarcasmohastahacerlatolerablesolo paraanimalesde sumismaespecie.La maldady elánimode injuriar estápre-senteen unidadescomoAsinusasirio, et sussul pulcher25(Herrero785)o Asinusasinumfricat26(Herrero,786).

Es escasa,pues,aunquesignificativa, lapresenciadeparemiasreferidasa la tradición objetode estudio.Tradiciónque, sin embargo,se ve confir-madapor el vigor de un tipo muy especialde expresionescoloquialesofamiliares,los maledicta27, propios,si hubieraacuerdosobretal concepto,

25 Se llama la atención sobre el hechode queel refrán reuneados de los animales,quizás, másútiles de la AntigUedady tambiénmásmasacradosy explotadosporla vozculta y popular.Abundanlos refranerosenunidadesdetodo tipo quedestacanla incapa-cidad. Algunos ejemplos:,«Parael asno no hay otra cosa másbella que otro asno»;«everyasslovesto hearhimself bray»;»unasnoaotro paréceleApolo»; «un asinograt-ta Valtro»; «Asno, jumentoy burro, todo es uno»; «burroque cocesno diera, burro nofuera»; «amorde burro, bocados,cocesy rebuznos»;«Quien conburros ara, la tierraaralia»;«del asnono hasde esperar,sino coces,pedosy rebuznar»;<Kasinonon mangiazafferano/trifoglio»;«Vasinocattivo, ribalta la mola»; «qui asinonasce,asino muore».Aunqueno dejede reconocersesu utilidad comomal menor. Por ejemplo,«meglio unasínocattivo, quemolaa spalla»;«meglioun asinovivo, chenonun dottoremorto»; «iiimancanzadeicavalli, sonobuoni gli asini».Sobresu terquedad,porejemplo,«onnesau-rait faire boire un Une qui napas soif»; «trentamonacied un abate,nonfarebberobereun asinoperforza»y, en castellano,«no llevaránel asnoal agua,si no tienegana»o elescatológico<‘treinta monjesy un abad,no hacenaun burrocagar».Aunque,también,sele reconozcacapacidadde aprendizaje:«L’asino,dovee cascatounavolta, nonci cascapiu»; «evenan asswill not falí twice in the samequicksand».

26 Paraindicarquelo peoralabaalo peory, enel ámbitodela sabiduría,referido alos torpesquemutuamentese elogian.En castellano,«pararascarse,andanlos burrosabuscarse»;«dosasnosjuntos, rascael uno al otro y el otro al uno» o, másfielmente,«unasnorascaaotro asno»;«un Une frotte Váne’>.

27 El hechode no incluir, explícitamente,los maledicta, insultos y demásmaldicio-neso «tacos»dentrodela categoríade paremiasno significa defininneen torno al pro-blemaconceptualy metodológicoplanteado,en los últimos años,por los paremiólogossobresu inclusión o exclusiónen el género.Másaún, apesarde la buenadosisde pro-blemasteóricosqueacarrearíasu inclusión,soy partidariodecidido,con el debidorespe-to hacialos expertos,de su inclusión contodaslasconsecuencias,venciendoobjecionesy resistenciasde unatimoratapudibundezacadémica.Su consideración,ademásdelosavanceslinguisticos que habríade proporcionar,podríapermitir, sin duda, un acerca-miento m& certeroa lasgentesdeayery de hoy. Enestesentido,son fundamentaleslasconsideracionesde E. Beaumatin,«...Fragmentsdunemétalinguistiquedu silenceeup-hémique...»,Colí. Ira. « Orolidadyescritura.Literaturaparemiológicay refranero,Orlé-ans, 1993, en Paremia, 2, p. 33 ss. y , recientemente,«El papelde la distinción len-gua/discursoenla tipologíaparemiológicaconespecialatencióndelos ¡naledicta», Actasde ¡ Cong. Intern. de Poremiología. Madrid, 1996,enParemia, 6, 1997, p. 101 ss.

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Apologíadelasno.Fuentesescritasyfrentesorales tras la simbologio... 27

del latínvulgar.Estasunidadeslingilísticasparecenatestiguarque,al menosenlaépocay lugarenquese usaban,se habíayadesarrolladoclaramenteelprocesode adjetivacióndel términoasnocon el significado,al margendeotrasconnotacionespeyorativas,denecio,torpeo incapazdeaprender28Deestemodo, Plauto haceexclamara Bailón, mientrasgolpeae insultasusesclavos honzinesmagisasinosnumquamvidi (Pseud.,136).Elusodel tér-mino asinusconsentidosimilaresretomadoporCicerón(AdAtt., 4, 5, 3 yDe Orat, 2, 66, 267y Iii Pis., 30,7329)y Terencio(Eunuch.,597s.),toman-do un cariz claramenteinjurioso ya en el mismo Terencio (Adelp., 935;

28 Porsupuesto,ni en el mundo antiguo,ni hoy, el burroes el único referentemeta-fórico delanecedad.Es Plautouno de los autoresmásprolíficosenel usode modismoscoloquialesy, por tanto, másútiles paraestetipo de pesquisas.Su lenguaexplota,conéxito, todaslasenormesposibilidadesde la lenguafamiliar dandoentradaal chiste, eldichoy el refrán,disponiendooportunamenteenla bocade suspersonajes,sobretodo enlos de condiciónsocialmásbaja, todo tipo de expresionesproverbialespopulares,másomenosvulgaresy, en ocasiones,groseras:fórmulas típicas de juramentoy maldición,imprecacionesy maldiciones,amenazase insultos,refranesy dichos se sucedenen suteatro,ofreciendoun aspectode la lenguapopularque,de no serporél, se habríaperdi-do parasiempre.Y en Plauto,esposibleencontrar,por ejemplo,conestemismo sentidode tosquedadmental, alusionesa la seta (me faisse fi.ngum, diceel viejo Nicóbulo enBach., 283), al cerdo(Miles, 586 s.), al caballo(Asin., 704) o a la piedra (Neqaehabetplus sopieritiae quamlapis. se lee en Miles, 236 e, igualmente,la misma alusión, enBach., 1088;Mercator 631; Miles, 1024; Mostellario, 1073; Poenulus,291, aludiendo ala piedracomomodelo deestupidezporcuantopermanecesiempreinsensibleeinmóvil).Naturalmente,el elenco podríaampliarsemedianteel manejo de autores«propicios»,comoTerencio(porejemplo,Heoaront, 831 y 917; Hecyra, 214), los satíricos,Varrón(Sat men.,37 B., refiriéndoseal mulo), Horacio(Sat, 2, 8,72)y Juvenal(en 16,22-25habla demulino corde)o los siempreprolíficos Apuleyo (quien,enMeL, 1, 15, dice,porejemplocucurbitaecoputriori hobemas)y Petronio, quien vuelve sobre el tema de lacalabazacomosímbolo de incompetencia,por no hablarde la conocidaobrade SénecaDivi Claudi ‘opokolokúrisosis dondesatirizalasescasasdotesmentalesdelemperadorClaudio o de la profusión, en estos temas, de Luciano. Si bien, debe destacarse que todasestas referencias a otros animalesu objetosdecaen,tantoporsu expresividadcomoporla frecuenciade su uso,antelavitalidad de la alusión al burrocomoparadigmade nece-dadeincapacidad.

29 Dondeexclama:Quid nune te, osirie, litteras doceam. Cf? Horacio,SaL, 1, 1, 90,s., dondeel tratardemantenerlos afectosanteponiéndolosal dineroescomparadocon latentativade enseñara un asnoa correr en el campode Marte. Y vienea la memoria,ahora,entre las mil y unapolémicasy diatribasque explotaron,en la AntigUedad,losrecursosdescalificatoriosqueofrecíanlas imputacionesasniles,la vitalidadde lasrecu-rrentesacusacionescontraunos cristianosquefueron frecuentementellamadosasinarii,por considerarque adoraban,como los judíos, unacabezade asno.Sobrelos giros ypeculiaridadesasnilesdeladiatribapagano-cristianay su manifestaciónenApiano,Táci-to, Plutarco,Celso,Minucio Félix o Tertuliano,por ejemplo,todavíapuedenleerse,conencanto,lasofertasdocumentalesde laApología,especialmente,laspágs.215-227.

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Heautont.,876 s.)30, En otras ocasiones,se utiliza la figura de esteanimalpararesaltarel carácterabsolutamenteinútil, absurdoo increiblede deter-minadasacciones:asíocurreconlasexpresiónesquesignifican«buscarlanadel asno»3to «ver un asnoeneltejado»32, Esecarácterinútil y absurdo,sinsentido,dedeterminadasaccioneses indicado,igualmente,conlaexpresiónproverbial«discutirsobrela sombradelasno»,dondelo vanaly ridículodela necia contiendase ve reforzado,subliminalmente,por asociacióndeideas,porlas connotacionesdel animal‘~.

Al dirigir la miradahacia el otro grangénerooral hermano,hacialafabulísticay otros tipos derelatossimilares,comienzana percibirseunosnuevostonosy maticessobrela simbologíadel asnoque,sin duda, nodejande enriquecerla comprensiónideológicadel «fenómenoasno»enla Antiguedad.Llama, en primer lugar, la atenciónel elevadísimopor-centajede relatosque,enrelacióncon laafinidad conesteanimalde suscreadoresy propagadores,lo aludene, incluso, lo adoptancomo prota-

30 Cf., además,Marcial, 6, 39, 15- 17 y 5. Jerónimo,Lp., 125, 18.

3’ La alusióndisfrutadeampliatradiciónproverbial(VéaseZenob.vulg. 5, 38; Dio-gen.,6, 99;App. Prov., 2, 29; Macar.,6, 35; Apost.,12, 89) y lesicográfica(Hesych.,926;Phot.,337,25; 338, 8 s.; Sudao 399).Cf., además,Eustacio,Comm.Ibm. 2, 40, 1- 3 Vy 3, 8, 3 V; Aristófanes,Rorias, 186; Gratino, ft.367 K. & A.; Pausanias,10, 29, 2; Plu-tarco, De tranq. animi, 473 c.

32 DespuésqueNiceroteterminaradenarrarla aventuradel hombre-lobo,Petronio(63, 1) haceexclamaraTrimalción,porno sermenos,queél tambiénhabíavisto un asnoen un tejado:Namet ipse vobisremhorribilem narrabo: asinusin tegulis. Similar uso,aunqueestavezlos protagonistasde lasalturasseandos bueyes,se encuentraenLivio,36, 37, quizásrelacionadoconla conocidafábula 125de Babrio.

~>‘El dichoestásuficientementeatestiguadocomotal. Cf, Aristófanes,Avispas,191;Sofocles,ir. 331 R; Platón,Fedro, 260c;Menandro,fr. 199K.-Th.; Luciano,Hermot., 71;Dión Crisóstomo,Or., 34, 59 y, segúnAristóteles(fr. 625 Rose),habríadadotítulo aunacomediaperdidadeArquipo. El sentidode la acciónestárecogidopor los escoliosa lasreferenciascitadasasí comopor los lexicógrafos y paremiográfos:Hesich., o 927 L;Phot., 338, 15- 339, 11 P; Sudo 0400, u 327; Zenob.vulg., 6,28; Diogen.,7, 1; Greg.Cypr., 3, 87 y L 3, 23; App. Prov., 4, 26; Macar.,6, 37; Apost., 12, 92 y 17, 69; Arsen.,14, 22a. En todos ellos se aludea unacuriosahistoria. En ella, Demóstenes,estandodefendiendoaun hombredelapenacapitaly observandoalos juecesdistraidoslescontóesterelato: ibaun jovende atenasaMegaray a mitad del camino,fatigadoporel sol yel cansancio,separóparadescansaralasombradel asnoalquiladoqueleportabay que,viéndoleal dueñodelburro, lo llevó ajuicio sosteniendoquehabíaalquiladoel asnoperono susombra.Al interrumpirDemóstenesel relatoeinstarlelosjueces,interesados,aquelo concluyera,él lesrespondióqueeraasombrosoqueseinteresasenmáspor la sombrade un asnoqueporel destinode unavida humana.Ciertassemejanzasconestaexpre-sión,porcuantose aludeaaccionesneciasy sin sentido,tienela variantedeHoracio(Lp.,1, 18, 15)Rixatur de lana caprina. Laanécdota,estáincluida,por lo demás,enel corpasfabulísticoporRodríguezAdrados,comose verámásadelante.

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Apología del asno.Fuentesescritasyfrentesoralestras la simbología... 29

gonistahastaconvertirlo en uno de los personajes-clavedel género.Ensegundotérmino,manteniendounapartede la simbologíaotorgadaporotros géneros,como no podíasermenos,comoesel casode serconside-radoeternoreferentede laexplotación,de lanecedadeincapacidad,se leotorga,sin embargo,otrastonalidades,inclusopositivas,quehacenmáscomplejala interpretaciónde susimbología.

Algunas unidadespresentanal burro, aparentemente,a vecessoloaparentemente~ comoun personajepresuntuosoy petulantey, natural-mente,elgénerocastigacon violenciatodo intentoporescaparde lacon-ductaquea todo ser le vieneimpuestapor supropia naturaleza.Tantomásneciaesconsideradaunaconductacuantomásseapartade esosdic-tadosy, en consecuencia,asíes tildadoel comportamientode todoaquelqueintentesobrepasarlos.Olvidandosuslimitacionesnaturales,seempe-ña el burro, de «el asno,el gallo y el león» ~, en perseguiral león quehuíay muere.Con ello, demuestrasu necedad,queescastigada,al modoque lo haceel género,por no adaptarsea la naturaleza,pero tambiéndemuestrainsumisiónanteesosdictadosy deseosde cambio.

Seempefiael burro, de «El burroy las cigarras»36 en lograr cualida-desque no le corresponden...y muere de hambre.Terminangolpeando

~“ En el análisisdecontenidosdecadaunidad,esprecisodistinguir,claramente,entrelo quedice (el contenidodelas«premisas»enquese asientael relato o puestaenesce-na de la situación,casi siempre,conflictiva) y lo que quieredecir («desarrollode laaccióno moraleja»),muchasvecesenfrentados.Existen,así, al menos,dos nivelesdeinterpretaciónque siempredebenser tenidos encuenta.Se llama la atenciónsobreelerrorque,ennuestraopiniónsupone,quedarsesolo conel «mensajede lamoraleja»rele-gandoel núcleodel relatocomofuentequeson laspremisasdel mismo,estrechamentedependientesdela formadecomprenderla realidadsocial,dela sensibilidady dela acti-tud vital de suscreadoresy propulsores.Resultaimposibleaquí siquierahacerun esbo-zo de la metodología,parasu usohistórico,de los restosorales.Reenvíoa mis trabajossobreel temapublicadosen estamismarevista(1991-1997).

~> P. 82; H.84; Ch. 269. R. A. p. 101- 102.En lascitasde las fábulascontenidasenlascoleccionesanónimas,se sigue,generalmente,la edición de B. E. Perry,Aesopica,Urbana,1952(citadocomoE), pero seofrecen,además,lascorrespondenciascon la deHausrath,Corpas Fabularum Aesopicarum, Leipzig, 1940- 1965 (citadocomoH.) y lade Chambty,Aesopi Fabulae, París, 1925 (citadocomoCh.).Loscriteriosde edición delos tresautoresson diferentes.MientrasH. y Ch. ofrecenlasdistintasversionesde cadafábula, ofreciendolasvariantesde cadaunidad, P. solo da , paracadafábula,la versiónque consideramás antigua. La consulta,al menos,de las tres edicionesse consideraimprescindible.Igualmente,se ofrecen,cuandosejuzgaoportuno,laspáginasdedicadasacadaunidadporRodríguezAdradosensu Historia delafábula grecolatina<III). Inven-tario y documentación de la fábula grecolatirio, Madrid, 1987 (citadocomoR. A.).

36 P. 184; H. 194; Ch. 264; R. A. p.199. Dice la fábula: «Un burro que oyó a unas

cigarrascantar,disfrutóconsu armonía,y envidiosode su voz, lespreguntóquécomían

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con el garrotealburro, de «el burroquellevabaunaestatua»~,porque,engreidoconlas muestrasde respetoqueserendíana sucarga,pensabaquese le dedicabana él mismo.Pero,si es verdadquemuestradesatinoy necedad,tambiénes cierto quemanifiestainsatisfacciónvital con sunivel deaceptacióny estardispuesto,rápidamente,aasumirun papelmásimportanteenla sociedad.Jactanciadesmediday, en suma,desatino,cas-tigado dialécticamentepor el cierrede la zorra, el del asno,de «el asnodisfrazadode león»38, quecubierto con la piel del felino se dedicabaaasustara los otros animales.Suconductapuedeserconsideradaneciapordesmedida,porno adaptarsealamedidaquela naturalezaimponeacadauno, desdeluego,peroexpresainsatisfacciónconsuvida,deseosdecam-bio y de mejoraen el papelquedebeasumiren lacomunidad.Reconoceel propio asno,de «el asnoala lira» ~, su impericia y desconocimientodel arte,pero no debeolvidarseque«con supezuñatocóunay otra vezlas cuerdas»manifestando,pues,empeñoen lograrlo.

Tresunidadesofrecenunaimagendel asnoqueparecesimbolizar,sobretodo, su incapacidady limitacionesnaturales.De estemodo,deberecono-cer lamuía,de «la muía»~, sufracaso,al intentarcorrery deberacordarsedequesupadrehabíasidoun asno.Pocaconsideraciónrecibeel asno,enlaanécdotalaerciana(7, 185) quecuentacómo elcómicoFilemón.estandoapuntode morir, viendo a un burrocomersesus higos, sin perderel humor,dice asuesclavo:«datambiénvino al asno»41• Inutilidad y torpeza,sobretodo torpeza,la quemanifiestael asno,de «la entradadel asno»42, quealentrarenel tallerdelalfareroespantalasgallinasy causaun estropicioentre

para cantar un canto tan hermoso. Rocíot le contestaron las cigarras. El burro, esperan-do alimentarse con el rocío, murió de hambre. Así, quienesdeseancosascontrariasalanaturaleza, además de no lograrlas,sufrenlasmayoresdesgracias».

~ E 182; H. 193; Ch. 266; R. A. p. 198.38 P. 188; H. 199; Ch.267; R. A. p. 202-203.En laversiónbabriana(139), el desen-

lace no es solo dialécticoy resultagolpeadoal serlearebatadala piel por unarachadeviento.

~ Fedro,Ap. 14. estaunidadestásólidamenteemparentada,comosehavisto, conlatradiciónparerniológica.

40 P. 315 y 315a;H. 285; Ch. 129; R. A. p. 265. Babrio,62. DiceBabrio: «Unamuíaque, estandoociosa,comíaforrajeen su pesebre,comenzóaretozarun día y se puso acorrerdiciendo: Mi madreesunayeguay yo en nadasoy inferioraellaen la carrera.‘Depronto,detuvosucarrera,avergonzada,bajandolacabeza:seestabaacordandode quesupadreeraun asno».

41 La anécdotaes referida,además,pory. Max. 1, 12, Estacio,6 y Luciano,Macr.,25. 42 Zenodoto,V, 39. En larespuestadelasneroestálatenteunaafirmacióndela vile-

za, pequeñezeinsignificanciadel protagonista.

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Apología del asno. Fuentes escritasyfrentesorales tras la símbologia... 31

los cacharros,porlo que,al serllevadoajuiciosuamoy serpreguntadoporel motivo de laquerella,respondió:«por laentradade un asno».Respuestaéstaque, convertidaya en proverbio,no dejade evocaraquellaotra anéc-dotaya aludida,en el repasoparemiológico,conel título de «la sombradelasno» en la que se da por supuestala pocavalía del animal, la menorimportanciade su sombray, en consecuencia,la futilidad e imbecilidadabsolutaquesuponeel hechode discutir sobreesamismasombra.

Desdeluego, un significativo númerode unidadessigueofreciendolafiguradel burrocomosímbolode explotación.El casoextremoseencuen-tra en la triste condiciónde aquelpobreburro,de «los sacerdotesdeCibe-le»44, que, aúndespuésde muerto,de cansancioy fatiga, convertidaya supiel en panderos,haceexclamarasusexplotadores,los sacerdotes,al serpreguntadospor su paradero,entrechanzasy sarcasmos:«seha muertoyrecibeahoraaúnmáspalosquenuncaaguantóen vida».Incapazde sopor-tar pormástiemposusobrecarga.resultadespeñadoy reventadoel infelizjumentode «el asnoy la muía45».Prefierelos riesgosde lavida salvajeelonagro, de «el asno salvaje»~, a la mejor alimentacióndel doméstico,cuandoobservaasucompañerocargadoy seguidoporel arrieroquelogol-peaba.Provocanlas carcajadasdel arriero los rebuznosy saltosdel burro,de «el burro,el cuervoy el lobo» ~ al sentirsobresu heridalos picotazosdel cuervo.Sufrepeortrato,menosalimentoy mástrabajo,el asnoqueelcaballo,de «el asnoy el caballo»~ Conocelarealidadde suexplotacióny apuntaciertarebeldíaen su conducta,el asno,de «el asnoal viejo pas-tor» ‘~. Discriminadanegativamente,porno variar, resultala burra,de «elbueyy la burra»SO, cuando,ademásde formarparejaen el yugojunto con

~3La anecdotaestáincluida por R. A. en el corpus fabulístico (no H. 234)~ P. 164; H. 173; Ch. 236. Luc., Asín., 35; Apul., Met, 8, 24.‘“1’. 181; H. 192; Ch. 142 f; RA. p. 196- 197; Babrio,7.46 P. 183; H. 194; Ch. 264; R. A. p. 198- 199.‘~‘ P. 190; H. 202; Ch. 274; R. A. p. 205.48 p~ 357; H. 272; Ch. 269b y 269c; R. A. 255- 256. El argumentoofrecedistintas

variantes,segúnlasversiones.~ Fedro, 1, 15. La fábula dice: «En un cambiode gobierno,nadacambiaparael

pobre,solo cambiade amo.El siguienteapólogolo pruebaqueestoes cierto: Un pobreancianoapacentabasu asnillo enun prado.Espantadoporel repentinoclamorde los ene-migos, aconsejabaal asnohuir, no fuerana capturarlos.Peroel asno,sin apresurarseenabsoluto,le preguntó:‘dime, porfavor,¿creesqueel vencedormecargarácondosalbar-das?’.El ancianole dijo queno. Qu¿meimporta,entonces,aquiéntengaqueservir,contal quequelleve unasolaalbarda?’».

50 Babrio, 55; Rómulo, 41; Plauto,Aulul., 227- 234. Se recogela versión babrianaque dice: «Un hombreteníaun solo buey y arabaunciéndolojunto con unahurra,solu-

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el buey,debellevar los aperosdel amo.Privadode alimento,aunqueresul-te, dialécticamente,triunfador,resultaelburro,de «El caballoy elasno»Callaresignadoel asno,de «elcaballoengreido»52, antelosinsultosy ame-nazasdel caballoporhabertardadoun pocoen cederleel paso.Es devora-do el asno,de «el loboy elasnoenpleito»53al sermagnificadaunapeque-ña falta. Se apiadael onagro,de «el asnosalvajey el burro»5~, del pobreburroquellevabaunapesadacargacensurandosuvidade esclavitud,llenade malostratosy golpes,pormásque, después,secastiguelasoberbiadelonagroamantede la libertad.

Si estosrelatosofrecenla imagende un animal explotado,objeto desarcasmo,incluso,en supenar,el génerono dejade presentarlo,también,conscientede la explotaciónquepadece,luchandoconstantementepormejorarsuscondicionesde existencia,pormásque,indefectiblemente,eldesarrollode la acción, la moraleja,no dejede condenary castigartalesconductas.Deestemodo,al margende lamoralejay el epimitio, se rebe-la contrasumiserablevida y pideayudaaZeus,el burro, de «el asno yel jardinero»”.Tambiénprocuralibrarsede sucargael asno,de «el asnocargadode sal»56, aunqueperezcaen el intento. Claramenteconscientesde suspenalidadesy sufrimientossemuestranlosburros,de «los asnosaZeus»~‘, acudiendoal padrede los diosesparaquemejoresu situación.

chin depobreperoobligada.Cuándosetenninóla labory fue adesatarlos,la burrapre-guntóal buey ‘¿Quiénva allevar los aperosdel amo?’.Y el bueyreplicó: ‘Quienlo hacesiempre’».EnRómulo,posiblementederivadodelFedroperdido,el asnono quiereayu-daral buey,quemuere,por lo queel asnodebecargarcon el cadáverdel bueyy mueretambién.EnPlauto,sealudeal bueyy al asnoarandojuntos,cayendoel último quequedaabandonado.

5’ Rómulo,82.52 Rómulo,53.5~ Rhetores Graeci, 1, p. 597 ss.~ Syntipas,30; R. A. p. p. 384.55 P. 179,H. 190; Ch. 273; R. A. p. 195- 196.La fábuladice: <(Un burro,queestaba

al servicio de un jardinero,comocomíapoco y trabajabamucho,pidió aZeusque lolibrara del jardineroy le dieraotro amo.ZeusenvióaHermesy pidió queselo vendieraa unalfarero. Peroallí tambiénpenabaporquele obligabanair sobrecargado,y de nuevoinvocóa Zeus.Zeus,porfin, decidióquelo vendieranaun curtidor. Y el asno,al ver loquehaciasu amo,dijo: ‘pues erapreferibleparamí pasarhambrellevandola sobrecargaa mis anterioresamos,quehabervenidoapararaquí,donde,si muero,ni siquieravoy atenerla fortunade disponerde unatumba’. La fábulamuestraquelos sirvientesañoranmása susprimerosamoscuandotienenla exprerienciade otros nuevos.»

56 P.180;H. 191; Ch. 265; R. A. 195- 196.57 P. 185; H. 196; Ch. 262, R. A. p. 200. La fábula comienza:«Los burros,en una

ocasión,hartosya de ir sobrecargadosy de sufrir penalidades,mandaronembajadoresaZeusparapedirlequepusierafin a su explotación...»

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Se lamentaelburro, de «el burroy las ranas»58 al caercargadoa unacié-nagay no poderlevantarse.

Un pasomás, tambiénrelacionadodirectamentecon la concienciade las condicionesde existenciaquepadecen,lo ofrecenaquellasuni-dadesque presentanal burro soportandola explotación,si, pero tam-bién, y estoes lo nuevocon respectoa otras tradiciones,protestandopor la injusticia padecida.Así se percibeya en el intento del asno,de«el perroy su amo»~, que,celosode los mimos recibidospor el peri-to quiere,tambiénél, jugarconel amoocasionandoun alborotoy sien-do castigadopor ello. Se indigna protestónel asno,de «el asnoy lamuía»60 porquela muía,que llevabala misma cargaqueél, recibieradoble ración de comida. Protestapor la desigualdadde trato anteunamisma acciónel burro, de «el asno y el hombre»6t, porque él recibíapalosmientras,por lo mismo,se habíanreido las graciasal mono.Y yano protestasinoquedariendasueltaatodosuodio y resentimientoantelos explotadores,entranceya deno poderdefenderse,coceandola fren-te indefensadel viejo león, el burro, de «El leónviejo, el toro, el jaba-Ii y el asno»62•

Un pasomásaún: el asno,queha ido apareciendocomo explotado,perotambiéncomoconscientede padecerunascondicionesde existenciaque quierecambiar,como enunciadorde lamentosy quejas,como pro-testóny contestatario,se nospresentacomo demócratacon aspiracionesde igualdad,aunquenaturalmente,suspretensionesesténcondenadasdeantemano.De estemodo,aunqueresultedevoradopor suosadíade hacer

58P. 189, H. 201; Ch. 271; R. A. p. 204. El relato comienzaasí: «Un burroquelle-vabaunacargade leña,estabaatravesandounaciénaga.Habiendoresbalado,se cayó,ycomoeraincapazde levantarse,sepusoagemir y a lamentarsede su condición...»

~ P. 91; H.93; Ch. 276; R. A. p. 93- 94; Babrio, 129; Rómulo, 21; Luciano,Asin.,40, 1.

60? 263; H. 204; Ch.272; R. A. p.206. Lafábulacomienzaasf:»Unasnoy unamuíacaminabanjuntos. Entoncesel asno,viendo quelacargade amboseraigual, se seindig-nabade que la muía, consideradadignade doble ración de comida, no llevara máspeso...»

~‘ Babrio, 125. R. A. p. 385-386. Lafábuladice«subióun burroaun tejadoy reto-zandorompió las tejas.Entoncesun hombre salió corriendohaciaél y lo hizo bajarafuerzadepalos. Y el burro, con los lomos doloridosde los golpes,le dijo: ‘Puesayeroanteayerun monohizo lo mismo y os divertíamucho’».

62 Fedro,1,21; Rómulo,20; R. A. p. 373- 374. Enelrelato,Fedrohaceal león viejoafrentadoincrepar al asno«Quelos valientes,aunqueyo no lo merezca,me ultrajen,puedosoportarlo;peroyermeobligadoa aguantarquelo hagastú, deshonrade la natu-raleza,esparamímorir dosveces».Y esque,comodiceel viejo refrán,«cozdecaballoesdolorosa,coz deburro, deshonrosa».

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un repartoigualitario,elburro,de «el león,el asnoy la zorra»63, lo inten-ta. Saludaun asnillo, de «el asnoqueseburlabadel jabalí»64, a un jaba-Ii con el quesecruzabacon el apelativo«salvehermano»y es recnms-nadopor el puercoen un duro cierrediciéndole:«fácil es parami casti-garteperono quiero mancharmecontu innoble sangre».Y, connvertidoen instrumentode Venus,el asnillo, de «los dospretendientes»65, lleva ala novia a casadelpretendientepobreprefiriéndoloal rico.

Y otros tonos másen ese asno eternamenteexplotado,apaleadoyenvilecido:sucapacidaddedisidencia,sutercoejerciciode insumisión,surebeldía.Si desobedeceobstinadamenteel burro, de «el asnoy elasnero»66 asu amoy demuestraotra forma de rebeldíacon su pocoamoral tra-bajo,el burro,de «él quecompróun burro»67, no acelerael pasoparahuirde los enemigosde suamo,elasnillo, de «El asnoal ancianopastor»68, yle preguntaconsoma:«¿creesqueel vencedorme cargarácondosalbar-das?»y, al contestarleel viejo queno, responderle,insolidario por cons-ciente de su condición de explotado,sin inmutarse:«¿Quéme importa,pues,a quién sirva, contal quelleveunasola albarda?».

Aún másllaman la atenciónlos rasgosotorgadosa la conductadelasnoen algunasunidadesen queno solo sedestacawlos aspectospositi-vosde la mismasino que,claramente,seofrecentriunfantes,graciasa susagacidad,perspicaciay, en suma,sabiduría,sobrelas asechanzasde lospoderosos.Podríaparecer,incluso,que se tratara de la reivindicación,desdeel máspopulardelos géneros,del asnocomosímbolomásemble-máticode los explotados.Y esareivindicación(y esoes,quizás,lo másllamativo) se ejecuta,precisamente,desdeel mismo ángulo dialécticoquecon masvigor habíaservidoparadenigrarsu figuray a los elemen-tos socialesrepresentadospor ella. De estemodo, aunandosabiduríayeficacia,sabedesembarazarse,conunaoportunacoz en laboca,el asno,

63 ? 149; H. 154; Ch. 209; R. A. p. 163- 165. El relato babrianocambiasustancial-mente,pueses leónquienrepartey, de entrada,hacetrespanesquese adjudicadirecta-mente.Enel de Fedro,muy cercanoal de Babrio, no apareceel asno.

~ Fedro, 1, 29; Rómulo, 14; R. A. p. 304- 305.65 Pedro,App., 16. Másquefábula,el relatopuedeserconsideradocomounanove-

lita erótico-moralizante.66? 186, H. 197; Ch. 277; R. A. 200- 201.67? 239; H. 200; Ch. 263; R. A. 203- 204. Encienomodo,tambiénsemuestranrea-

cios a lasórdenesdel labradorlos asnos,de «el labradory los asnos»(H. 303,P. 381),mientrasel labrador,enel cierre,impreca:»¿Enquete injurié. Zeus,queasíperezcoy noporcausade apreciadoscaballosni denoblesmulas,sino de insignificantesburros?».

68 Fedro,1, 15.

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de «el asnoy el lobo»69, de supoderosoantagonistaqueresulta,además,maltrecho.Otro tantoocurre,en un relato muy similar («el onagroy ellobo»70), cuandoel asnosalvajelogra,aúnherido,no solo liberarsede suadversariosino matarlo, tambiéngraciasasu pericia.Comoejemplodecorduray sentidocomúnes evocadoel gestoprudentedel asno,de «elasnoy el cerdo»7~, que,a pesarde su inclinaciónnaturalsabesaberecha-zar, por los riesgosqueconllevaba,lainmediatezde la ganancia.Igual-mentesabíay triunfantees la reflexiva conductadel asno,de «el lobogeneraly el asno»72 al desconfiarde los presuntospropósitosdemocráti-cosdel lobo cuandosumismopasadoinmediatoaconsejabalo contrario.Comosabe,en fin, del mismomodo,esquivarlas pretensionesdel lobo,el asno,de «elasnoy el lobo médico»~ dandomuestrasde sabiduríayperspicacia.

V. CONCLUSIONES

Al ir avanzandoen el recorridopor las fuentes,tanto escritascomoorales,haido aumentando,al mismotiempo,lacomplejidadsimbólicadelasnohastadejarde serya, exclusivamente,paradigmade explotación74yde incapacidad.Claro representanteel burro, en la fábula, de los grupos

69 ? 187; H. 198; Ch. 281; R. A. p. 201- 202. Cf. Babrio, 122; Aftonio, 9. Da lomismo que, segúnlas versiones,la heridadel asnoseareal o fingida,porque,en ambosextremos,lo que se impondríaseríala astuciay habilidaddel personajedébil sobreelfuerte.

70 H. 257; Ch. 282d;R. A. p. 244-245. No estáincluidaen la ediciónde?~‘ Fedro,V, 4. el relato comienza:«Como(alguien)hubierasacrificadoun cerdoa

Hércules,aquiendebíaun voto porhaberlesalvado,mandóquela cebadasobrantese ladieranaun asno.Peroel asno,rehusándola,dijo: ‘de buenaganatomadala cebadade noserporqueaquelqueantesla tomóacabade serdegolladotAlarmadoal considerarestafábula,siemprehe evitadola gananciapeligrosa...»

72 Paráfrasis Bodleiana,229, 1; Dodecasílabos políticos, 229. R. A. p. 371.73 Ps.Dositeo, 13; Rómulo, 89; R. A. p. 386.‘~ Y no solo en la Antiguedad. Unos apuntesdel refranero: «asnodel concejo,

muchospalosy pocopienso»;«asnodel concejo,huesosy pellejo»; «l’asinodel comu-ne,portaunagravesoma»;«Al bueyporhalagos,al asnopor palos»;«a la cortao a lalarga, caeel burro con la carga»;«el asnono anda,sino con la vara»;«a borrico remo-lón,agudoaguijón»;«aasnorudo, aguijónagudo»;«parael asnoharán,palo y aguijón»,«tardeo temprano,lobos comenal asno».«lavatoriodejumento,perdidoel jabóny eltiempo»;«qui lavala testaall’asino,perdeil rannoeil sapone»;«A laverla téted’un Ane,on perdsalessive»(o la expresión:«crierharosurle baudet»);«hethatwashesanass½head,shall loseboth lye andhis labour»,porejemplo.

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socialesmásexplotadosy oprimidos, en gran medida, también, segúnéstosse concibenasí mismos,se muestraconscientee insatisfechoconsusmiserablescondicionesde existencia,se lamentay sequejadeellas,y,aúnsabedorde los riesgosque su actitud comporta,esquivoy rebelde,demócrata,incluso,protestay luchapor cambiarlas.Naturalmente,no sedibuja a sí mismocomonecioni torpe. Al menos,no másquea los otrosanimales/gmpossociales.No esel explotadoy, por esomismo,el necio.Es el explotadoquesabequelo es,quequieredejarde serloy. en conse-cuencia,no quieresertildado ya de necioe incapaz.

Efectivamente,en las fuentesescritas,el proceso de adjetivaciónnegativadel asno(necedad-incapacidad)discurreparaleloal desarrollode la conciencia de sobreexplotaciónen sus usuarios.Parece,desdeluego, incuestionablequeel grado de descalificacióndel explotadoesproporcional,siempre,al gradode explotaciónmismaaqueestásometi-do. Y estapropuesta,tan tajante, vale, segúnnos parece,tantoparalosanimalescomoparalas gentes.Seinsultaríaal burro, pues,por el mismomotivo que se ha insultadoy sesigueinsultandoa los sometidos.Por lamismarazónque,en el ámbitode lasrelacionessociales,se dotarade unanaturalezaespeciala los esclavos,se privarade racionalidada los siervoso secaracterizaracontodo tipo de referentesintelectualesnegativosa lasgentesdelcomún.Porel mismomotivo que,en el campode las relacio-nesgenéricas,se vituperaray se privara a la mujer de todacapacidadreflexiva, mientrasse la adornabacontodo tipo de inmundiciasmorales“. Por el mismo motivo que,en el marcode las relacionesde edad,sedespojaraa losjóvenesy, sobretodo, a los viejos76de todafacultadmen-tal positiva. Se insulta al explotado,pues,parajustificar y legitimar elhechomismode laexplotación,del maltrato,de la marginacióndel some-tido a partir de su naturalezainmunda~ de su necedade incapacidadabsoluta,queobligaba,parael biende todos,y tambiénde ellosmismos,al empleode una manoduraque sometierasu irracionalidady sus irre-

~ Y, naturalmente,el refranerovincula los palosa la mujercon los palosal burro:«burroflojo y mala mujer, apaleadoshande ser»;«el asnoy la mujer, apalossehandevencer»;«la burray la mujer, apaleadashande ser»;«ala mujer y a laburra, cadadíaunazurra»;«la mujer y el asnose enderezanapalos»; «asnosy mujeres,por la fuerzaentienden».

76 Comorezael viejo refráncastellano«al burroviejo, la mayorcargay el peorapa-rejo».

~ Dice Fontanarefiriéndoseal análisisde lascausasde la evoluciónde los rasgosantropométricosdeotrasépocas:«Enlaetapaqueva delgranmiedosocialde 1848hastala primeraguerramundial estetipo de discursohumanitariofue reemplazadoen buena

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Apología del asno. Fuentes escritasyfrentesorales tras la simbología... 37

frenablesinstintosde maldad78.Por eso,se insultacontantamayorener-gía y vigor, contanto mayor furor y odio, cuantomayor es la concienciadelexplotadorde la miserablesituaciónde lossometidosy cuantomayores sucelo en la preservaciónde la desigualdady el privilegio. Esacon-cienciasedesarrolladaen relacióntantoconla intensidadde la explota-ción como con la proximidaddel fenómeno.Y no convieneolvidar,enestemomento,queel burro fue el esclavodelpobreen la mismamedidaqueel esclavofue elburro del rico. De ahíque,aunqueno pudieranfal-tar otros tonos, tambiénen los restosoralespopulares,esténpresentesunidadesdescalificatoriashacia el asno.De ahí, también, la actitud untanto ambivalentehaciaelburrode estosmismosrelatospopulares.Por-que, porunaparte,estabansometidosa la necesidadde justificar-legiti-mar surelaciónde dominioy crueldadconel asnopor lo quedebíanadje-tivarlo convenientemente,en tanto resultabanun campoabonadoparaque, en ellos, prendieranparemiasoportunasvenidasdel exterior. Pero,por otra parte, los creadoresy propagadoresde esosrelatos se sabíanrepresentados,enel género,porel burroy no podíancaracterizarlode tal

medidaporotro muydistinto: el de la degeneraciónbiológica de las capasmáspobresdela poblaciónurbana,comoconsecuenciade susvicios y defectos.Era el temoralas‘cla-sespeligrosasiporunaparte,perosobretodo alasmasasrevolucionarias,el quelo ins-piraba»(Lo Historia despuésdelfin de la Historia, Barcelona,1992, p.6l). Pormi parte,el temalo hetratadorepetidamenteen trabajosanteriores.

78 Abundala tradiciónescritaen ofertas de adjetivaciónsimilar quepermitiríanunfácil seguimientodelprocederdescrito.Elijo, pues,subrayandolos calificativos,un frag-mentode Plautoporla vitalidadde susimágenes:(Habla Balión dirigiéndoseasusescla-vos) «Salid, vamos,salid,gandules,queenmalditahoratuvela malditaideadecomprara quienesjamásselesocurrehacernada buenoyde quienesno esposiblesacarprove-cho si no es a costa de palos (los golpea).Enmi vida he visto hombresmásparecidosaasnos. ~Tanllenasde callos tienensusespaldas!Si los golpeas,te hacestú mismo másdaño.Así es como son, así escomo piensan estos malditos rompelátigos: ‘En cuanto se tepresentela ocasión, roba, hurta, apaña, afana, bebe, come, escapa.- Estaes su tareahastael puntoquesería mejor dejar lobos al cuidado de ovejas que a ellos el cuidado dela casa. Y esoque,si te fíasde suaspecto,noparecenmalos,ahora,si ami bandono pres-táis atencióntodos,si no apanáis de vuestro cuerpo la pereza y el sueño de vuestros ojos,os aseguroquedecorarévuestrasespaldascon másvivos coloresque los de lascolchasbordadasdeCampaniao de los tapicesrasosde Alejandríacon todossusanimales.Yaayeros he dictadomis órdenesy he repartidovuestrastareas,perosois denaturalezatanindolente y perversa que me obligáis a recordaros vuestro oficio a palos. De tal pastaestáis hechos que a mi látigo y a mí superáis en dureza. Fíjate, miraqué distraidos están.Escuchad,atended,prestadoidos a lo queos voy a decir, raza de recibe-palos. Vuestrocuero nuncaserá másduro queel cuerode mi látigo. (los golpea)Y ahora¿qué?¿osduele?¡tomad!Así escomose debetrataralos esclavosqueseríen de su amo»...(Plau-to, Pseudolus, 133-158).

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modoquesusinquietudesy aspiracionesse vieranimpedidasdefinitiva-mente, lo que explicaríalas nuevastonalidadespositivasdel asnopre-sentesen el género.

Así, sevadejandotranslucir,ya ahora,al final, el propósitoúltimo deestabreveApologíade asnoy sudiscurrir porlas desventuras,padeceresy sufrimientosquelo hanperseguidoy siguenpersiguiendo,comoal pro-tagonistamaldito de «los sacerdotesde Cibele», incluso despuésde lamuerte. Porqueobservarlos males del asno (burro, pollino, borrico ojumento, da igual), a lapar queel desarrollode su procesode adjetiva-ción/descalificaciónparalelo(queno secorresponde,en absoluto,ni consuscualidadesni conel valorse susprestacionesal hombre)permitedes-cubrir, hastaparalos miopes,el eternoprocederde los dominantesparacon sus sometidos.De estemodo,desarrolladoslos mecanismosdejus-tificación/legitimaciónde la brutalidadmisma de la explotaciónde lossometidospor los beneficiariosde la desigualdad,los apaleamientosycastigos(al asno o a quien sea)ya no soncruelessino imprescindiblesparavencersu tozudez,su terquedad,sunecedad,su torpeza,suobstina-ción y su desesperantelentitudy perezaen el trabajodebido. Conforta-das quedanya las concienciasde los apaleadores...como satisfechosycontentosdeberíanquedarlos apaleados,porqueno erancruelessusver-dugossinoellosmismoslos perversos,entantoquelospalosy máspalosquerecibíaneranjustos,legítimosy necesarios.Porquelos palosno eran,además,tales palos.Solo erandivinos instrumentosde paz,de concordiay progreso.Si algunosapaleadosno lo entendíanasí,eraporquesunece-dad,suincapacidadcomprensiva,su falta dejuicio, su impiedad,suirra-cionalidadse lo impedíay, justamentepor eso,su conductahabíade sermásseveramenteenmendaday corregida~

Claro que si los burros/humildeshubieranhablado,o mejor, si se lespudiera/quisieraescuchar(porquees el casoque los burros de la Anti-guedadhablaron),quizás se percibiríanaúnsus voces de incredulidad,susquejas,suslamentos,susprotestas,surebeldía,susdeseosdejusticiay de cambio,susreivindicacionesy su inconformismo.Aunque,de todasformas,da igual... solo eranburros! y raglio d’asino non arrivo mm incielo.

79 El valor de la referenciaa la incapacidad-necedad,el sentidodel «debatepor lasabiduría»en los conflictos ideológicosde la AntigUedad, lo he desarrolladoreciente-menteen «Necedad,sabiduríay verdad.El sery el parecero un debatepor la legitimi-daden la oralidadantigua»,Gerión, 15, 1997, págs.27-77.