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INTERPRETACIÓN
ENTRE LA INCERTIDUMBRE DE LAS CREENCIAS
Y LA SOLEDAD DEL CREER
Le "simulacre" contemporain, c'est en somme la localisation
derniére du croire dans le voir, c'est le vu identifié á ce qui doit
etre cru, —une fois abandonnée l'hypothése qui voulait que les
eaux d'un océan invisible (le Réel) viennent hanter les rivages
du visible et en faire les effets, les signes décryptables ou les
reflets trompeurs de sa présence.
(M. de Certeau, L'invention du quotidien, I, Paris,
Gallimard Collection Folio/Essais 146,1990, pp. 272-273)*.
* "El 'simulacro' contemporáneo es en suma la localización última del creer en el ver; es lo visto identificado con lo que debe ser creído, una vez abandonada la hipótesis que deseaba que las aguas de un océano invisible (lo Real), alcanzaran a desbordar los ríos de lo visible produciendo como efectos los signos descifrables o los reflejos engañosos de su presencia" (la traducción es nuestra).
SI MIRAMOS DE CERCA LA NEBULOSA MISTICO-ESOTERICA ' DE LOS NUEVOS
movimientos religiosos", en los cuales podríamos espontáneamente situar
el acontecimiento de las "Apariciones Contemporáneas de la Virgen en Amé
rica latina" (A.C.V.A.), constatamos que esas dinámicas coinciden con un mo
mento "milenarista", en el que, como diría Michel de Certeau citando al
místico Ángelus Silesius, "no se puede ir desnudo pero se debe estar desves
tido"2; o como al final de sus días lo expresara Pierre Bourdieu: Si el Banco
Central del Capital Simbólico se ha derrumbado... ahora, "no hay otro fin
del mundo posible". Conscientes de que no se trata de caer en la trampa de
lo "nunca antes visto..." (contraria de la expresión "no hay nada nuevo bajo
el sol..."), nos esforzaremos simplemente en subrayar el acento que marca la
necesidad de introducir, tal vez, principios de incertidumbre.. . justamente
en el momento en que las aseguradoras de todo tipo se desesperan por ga
rantizar el orden que acredita la ilusión de la "estabilidad", pues es posible
que esas tentativas de "regularizar a todo el mundo" no sean otra cosa que el
indicativo de una larga procesión de "descomposiciones sociales", ante las
cuales una de las preguntas más urgentes consiste en averiguar si las su
puestas "recomposiciones" serán suficientemente vitales para soportar el
1 La expresión es de F. Champion, "Les sociologues de la postmodernité et la nébuleuse mystique-ésotérique", Archives de Sciences Sociales des Religions (ASSR), 67-1, Paris, 1989, pp. 155-169.
2 A. Silesius, L'errant chérubinique, I, 297 (texto citado por M. de Certeau en La faiblesse de croire, Paris, Seuil, 1987, p. 314.
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"desmontaje impío de la ficción"3; el principio efectivamente cierto de toda
incertidumbre: el "desencantamiento del mundo"4 .
En efecto, la "era de la sospecha" se instaló desde hace algún tiempo en
todos los campos de la producción cultural, y en vez de hablar hoy del "im
perativo del cambio social", deberíamos más bien referirnos al "imperativo
de la incertidumbre", que nos invade con mayor eficacia al retirarnos pro
gresivamente de la "historia de los grandes acontecimientos" en donde no
quedan más personajes, sino sujetos que no tienen lugar en el mundo y se
refunden entre "tropismos"5. Los mundos contemporáneos participan de la
obligación implícita de disimular la debilidad de las instituciones que antes
garantizaban la "tranquilidad" del funcionamiento de casi todos los juegos,
y ahora resulta que los grandes relatos que tal vez "nuestros padres creye
ron"6 no son sino significantes des-estrudurados... porque hoy más que nunca
encontramos que "la certeza es como un tono de voz según el cual se consta
ta un estado de las cosas, pero no se concluye de ese tono que éste tenga
fundamento"7.
Así, nos encontramos en este segmento de "interpretación" de nuestro
acontecimiento, en el cual trataremos de saber si la mayoría de tentativas
presentes en su desarrollo (con el fin de reinventar un mundo o de actuali
zar la "línea creyente de una tradición") constituyen sólo el "lapsus" de un
proceso irreversible de pérdida de toda centralidad organizadora de sentido,
sobre todo al observar la "absorción del sujeto social por el individualismo
moderno"8 , y al constatar que la aventura de reconstruir el pasado a partir
de las "migajas de la memoria"9 parece ser cada vez más difícil. Tal es, aproxi-
3 Expresión de S. Mallarmé ("La musique et les lettres", Oeuvres completes, Paris, Gallimard, coll. "Bibliothéque de la pléiade", 1970, p. 647), citado por P. Bourdieu, quien hace de esta afirmación un interesante análisis en su libro: Les regles de l'art. Cénese et structure du champ littéraire (Paris, Seuil, 1992, pp. 380-384).
4 Título (tomado de la célebre expresión de Max Weber) del libro de M. Gaucher, en donde este autor caracteriza al cristianismo como "la religión de la salida de la religión". Cf. Le désenchantement du monde. Une histoire politique de la religión, Paris, Gallimard, 1985.
5 N. Sarraute, L'ére du soupgon, Paris, Gallimard, 1965. 6 Realidad de la cual nunca podremos estar seguros... 7 L. Wittgenstein, De la certitude, prop. 30, Paris, Gallimard, 1965. 8 Desafortunadamente la situación contemporánea se vuelve más problemá
tica al observar que hoy día podemos decir que "cada quien va por su lado", sin poder contar más con "un Dios para todos"...
9 Expresión utilizada por D. Hervieu Léger en La religión pour mémoire, Paris, Cerf, 1993, pp. 183-187.
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO A N T R O P O L Ó G I C O
madamente, el horizonte incierto de la "modernidad religiosa", en donde debemos situar el acontecimiento que hasta el presente nos ha ocupado.
Mas esta ubicación es en realidad paradójica, porque justamente, jalonada por la incertidumbre, debe ser desplazada constantemente, y es posible que en una re-lectura atenta de su propia transitividad, este movimiento nos muestre "otra cosa distinta" de lo que hasta ahora hemos creído ver: mas acá del esfuerzo de algunos actores por actualizar una memoria a través de un "imaginario religioso"... es posible que nos encontremos con expresiones de un creer que pueden decir eficazmente algo distinto...
DE LA GUERRA DE LAS IMÁGENES
A LA "GUERRA DE LOS S U E Ñ O S "
Habiendo historizado los trazos fundamentales de una experiencia colonial en la cual una verdadera "guerra de imágenes" se desarrolló entre los indígenas habitantes de América y los conquistadores españoles del "nuevo mundo" -de la que las palabras ofensiva, contraofensiva, estrategia, táctica, enfrentamiento y movilización no son más que un eco-10, este primer trabajo nos permitió reconstruir la génesis de un imago que afectaría en adelante los contextos considerados, detectándose una ambivalencia en dicho proceso de confrontación que dura hasta nuestros días, pues es inminente hablar de un "entrecruzamiento" entre las tácticas de los indígenas y las de los conquistadores, entre las estrategias de los adoctrinados y las de los misioneros, entre las astucias de los antiguos habitantes de América y los nuevos responsables políticos, sobre todo en el campo que va de la imagen al imaginario11.
En efecto, los análisis de la construcción histórica de la "primera aparición oficial de la Virgen en el Nuevo Mundo", en el siglo XVI (es decir, de la "apropiación amerindia" de Nuestra Señora de Guadalupe, en México), y de las difusiones de su culto hasta nuestros días, al punto de constituir un elemento fundamental de la identidad nacional de ese país, nos muestra una ambivalencia en tres registros de la construcción social de ese imaginario: en la representación (rápidamente una iconografía se sustituyó a otra o se impuso en los "lugares donde se transformaron los cultos"), en la situación misma (la cual se evacuó muy pronto señalando como "idólatra" a la reli-
10 S. Gruzinski, La guerre des images, Paris, Fayard, 1990. 11 Noción de imago reconstruida por J. C. Schmitt, op. cit.
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FABIÁN SANABRIA-S.
gión de los otros), y en la relación simbólica que instauraron las imágenes (constituyendo un problema principal el saber cuál sería la "amplitud", en términos de reconocimiento, que una relación así suscitaba)12.
Y esa ambivalencia en la construcción histórica del culto de las imágenes (especialmente las de la Virgen) al interior de la tradición católica, reenvía generalmente a un pasado más o menos incierto -semejante al tiempo inicial de un "mito de origen"- y, al mismo tiempo, trata de constituir un "mito escatológico" sin lograr completamente un desenlace (presencia perpetua que asegura la "incesante reproducción"), situándose así "entre dos mitos": pasado y futuro que fundan en el tiempo un principio de "construcción del sentido"13.
Ahora bien, en las "réplicas contemporáneas" de las dinámicas que estudiamos, la situación de estar entre dos mitos se amplía recordando un "pasado truncado" y temiendo un "porvenir incierto", sin que las efímeras iniciativas de sentido puedan constituir verdaderas transformaciones del orden establecido pues, pese al conjunto de "prótesis sagradas" (objetos piadosos y documentos espectaculares) que se incorporan al individuo como consecuencia de su participación en el culto de las imágenes, estas cosas lo encierran en la "evidencia amenazante de un presente perpetuo"14. Además, la situación contemporánea, a pesar de las precarias aperturas de la imaginación que permite, acrecienta la situación de "estar entre dos mitos", característica de toda experiencia colonial, en el sentido de que ésta bloquea todo acceso a una modernidad efectiva, definida según los criterios acumulados de la autonomía del sujeto, del desencantamiento del lazo social y de la inscripción en un proceso histórico del cual la democracia es una etapa y una condición15.
Pero lo más interesante es que esta efervescencia de estar entre dos mitos parece anticipar hoy "una situación generalizada a la tierra entera" que, para el caso particular de las A.C.V.A., realiza un desplazamiento de la "guerra de las imágenes" a lo que Marc Auge ha llamado la "guerra de los sueños". Así, es necesario considerar, ante todo, el "teatro de las operaciones del imaginario": primero, imaginar esquemáticamente un dispositivo general de organización de la memoria colectiva, de la memoria individual, y de la creación-ficción; segundo, tratar de visualizar un "triángulo del imagina-
12 M. Auge, La guerre des revés, Paris, Seuil, 1997, pp. 108-110. 13 Ibid., pp. 113-115. 14 Ibid, pp. 118-119. 15 Ibid, pp. 123-124.
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
rio" cuyo papel central será designado por el polo Imaginario y Memoria de
la Colectividad (IMC), encargado de informar a su vez al polo del Imaginario
y Memoria del Individuo (IMI), a fin de producir obras de Creación-Ficción
(CF):
Pensado como situación límite, el contacto cultural (producido por la expe
riencia colonial, y ligado a la empresa de la conversión) es primero percibido
como la llegada de nuevas ficciones, de nuevos relatos y de nuevas imágenes.
Generalmente hay un tiempo de espera entre el primer contacto y el desenca
denamiento de la empresa colonial. Los instrumentos del "nuevo mensaje"
constituyen entonces una "nueva ficción" que va a ejercer sus seducciones
sobre el IMI y el IMC. Pero la colonización del imaginario deja de ser una
simple "curiosidad". Esa es más bien la importancia que ésta confiere al ima
ginario de los otros antes de mostrar el "rostro negro" de su verdad (la prueba
de la existencia del diablo). Los relatos coloniales ocupan en consecuencia el
lugar del IMI precedente, remodelan el IMC y recrean un nuevo arte. Un des
plazamiento, en sentido inverso, cambia al IMC anterior por el lugar de la
ficción (o del folclor). Se alcanza entonces un esquema estrictamente homólo
go al inicial, salvo que la ficción colonial se vuelve hacia el nuevo IMC encar
gado de alimentar a su vez los polos del IMI y de la CF; pero el polo de la CF
acoge al antiguo IMC que, cuando la permutación es completa, sólo ejerce su
influencia sobre el IMC y el IMI a título de ficción16.
Además, es necesario recordar, en el mismo "teatro", la tensión con
temporánea ligada a la confrontación entre el imaginario moderno y los
imaginarios religiosos: el encantamiento del mundo que sirve para "magni
ficar el lazo social", es uno de los intereses más importantes de la lucha
religiosa que pierde progresivamente lugar en el imaginario moderno. Se
sabe que las nociones de "milagro", "exorcismo" y "curación", han sido
reactualizadas por las tradiciones religiosas en función de sus "estrategias de
conversión". Así, en la fase de desencantamiento que puede desencadenar
una "nueva guerra"17, la pregunta que se esboza es tratar de saber si hay
relación entre los tres polos del imaginario cuando han muerto los mitos de
la modernidad, y qué pasaría con una "focalización en la ficción"18.
16 Ibid., pp. 126-128. 17 ¿Se tratará acaso de la "guerra de las creencias"? 18 M. Auge, op. cit., pp. 131-132
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FABIÁN SANABRIA-S.
Siguiendo la reflexión de Marc Auge sobre el "estatus de la ficción" y el "lugar del autor", en tanto criterios para separarse de los "regímenes de la ficción" (en el sentido de que una distancia característica de la obra es siempre significativa del espacio entre la ficción y lo real, como también de las separaciones existentes entre quien concibe una obra y a quien ésta concierne19), podríamos aproximarnos a la más extrema situación según la cual el mundo puede dirigirse hacia una "totalidad ficcional", sin autor, sin que nada lo reemplace en el imaginario y la memoria de la colectividad (IMC) y, por consiguiente, rompiendo la relación que se establecía con el imaginario y la memoria individual (IMI); peor aún, cambiando la creación-ficción (CF) pues ésta no intercambiaría más con el polo vacío IMC, produciéndose entonces una "fijación ficcional", la ficción-imagen que eclipsaría a los polos IMC y CF; todo ello transformando también al yo en un individuo ficticio, incesantemente amenazado por la ficción-imagen que se presentaría como imaginario colectivo y como ficción, tras hacer desaparecer simultáneamente a la historia y al autor20.
En el caso de las A.C.V.A., la efervescencia de "estar entre dos mitos", y sobre todo el desplazamiento hacia una "ficción-imagen" que sería la construcción mediática del acontecimiento, se produce a geometría variable: desde el momento en que una vidente anuncia la "buena nueva" de su "misión" es necesario fotografiarla, adecuar un altar en su casa, filmar ese "nuevo santuario", prepararse para construir un "mejor lugar de culto": consagrar un "jardín a la Virgen" con suficientes ayudas audiovisuales, disponer todos los elementos para "hacer existir el acontecimiento" en la televisión y transmitirlo a través de Internet. Es así como los "jardines de María" se vuelven verdaderos lugares turísticos, donde los paseantes y viajeros se instalan durante temporadas hasta lograr una "buena fotografía con la Virgen", lo cual será un grato recuerdo decorativo del álbum familiar tras haber seguido las "rutas del eterno femenino".
Pero las dinámicas de las A.C.V.A., que recorren a mitad el camino hacia la ficción-imagen, son a su turno confrontadas a una suerte de "esperanza desesperada", creciente en los actores más comprometidos con el acontecimiento, especialmente en las videntes, quienes deben "regularizarse" e ingresar, no sin cierta dificultad, en el orden social que les exige su "misión".
Ibid., p. 151. 1 Ibid., pp. 155-157.
LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO A N T R O P O L Ó G I C O
MEMORIA DE LA MATERIA Y MATERIA DE LA MEMORIA
Desde el comienzo de este estudio nos hemos empeñado en realizar
una reconstrucción del acontecimiento de las A.C.V.A., recordando la lec
ción del sociólogo Maurice Halbwachs sobre la memoria: tratar de recons
truir el pasado en función del presente, puesto que ese ejercicio implica una
ruptura con una "concepción dualista" de la realidad, acercándonos más a
una cierta "discontinuidad"21. En esa discontinuidad se presentan justamen
te las manifestaciones contemporáneas de la "religiosidad informal", que
suelen ser descartadas por algunas "hermenéuticas totalitarias" como "mate
ria poco útil de la memoria"; no obstante, nuestra atención tratará de seguir
ocupándose de esas "cosas inútiles" que, en un "horizonte de mayor dura
ción", revelan los "cuadros sociales" donde la memoria se reconstruye22.
En realidad, la sospecha atraviesa los "sueños de la materia" y así, la
Iglesia se defiende de las "revelaciones privadas" que abarcan una larga his
toria de confrontación entre "dogma y mística" en las extensas tradiciones
de la "memoria religiosa", la cual sólo conserva del pasado ciertos elementos
materiales y simbólicos instituidos en relación con el presente23. Precisa
mente el presente es particularmente difícil para la institutio de la memoria
religiosa: primero, porque la "instauración de sentido" que se pretende man
tener "no es más un cuerpo sino un corpus", y en segundo lugar porque la
normatividad social que se pretende seguir administrando está cada vez más
"fuera de control"24. En este sentido, la "institución contemporánea de una
memoria religiosa" sólo puede ser posible a condición de reconocer y pagar
le su deuda a la "memoria del creer"; pues el creer es la memoria del cuerpo
(en sentido carnal y material), la memoria del deseo y del vacío, de la dura
ción y de la provisionalidad, de la enfermedad y de la salud, de la juventud y
21 M. Halbwachs, Les cadres sociaux de la mémoire, Paris, Albin Michel, 1994 [Primera edición: Librería Alean, 1925].
22 Cf. M. Halbwachs, op. cit., postface de Gerard Namer, pp. 299-367. 23 P. Pourrait, La spiritualité chrétienne, t. II, Le Moyen Age, 1921, p. 508,
citado por M. Halbwachs, ibid., p. 220. 24 P. Michel -siguiendo las huellas de M. de Certeau— lo ha enunciado clara
mente: Las recomposiciones contemporáneas del creer aparecen como "indicadores y modos de gestión de una triple redistribución de la relación con el tiempo, el espacio y la autoridad; de una triple crisis que afecta la identidad, la mediación y la centralidad; y de una triple descomposición: déficit de lo político, explosión e inadecuación de las ofertas de sentido, fuerte disminución y retracción de lo creíble". Cf. "Nation, religión, pluralisme: une reflexión fin de siécle", art. cit.
FABIÁN SANABRIA-S.
de la vejez, de lo sensible y de lo inteligible, de la vida y de la muerte... sobre
todo la memoria de la muerte, es decir del olvido, de la experiencia de olvidar
"para crear otro recuerdo alargando una nueva memoria colectiva"25.
Así, nos atrevemos a enunciar la hipótesis que nos ha tentado a lo lar
go de esta reconstrucción: es posible que las A.C.V.A. no sean sino un ejem
plo particular del ferviente ejercicio de olvido de una memoria religiosa, o
más bien, el esfuerzo de reconstruir, a partir de "migajas"', el recuerdo de la
"memoria carnal" de un creer aparentemente olvidado.
Pero las migajas sólo se juntan cuando se teme morir de hambre a
menos que se quiera jugar a la "hambruna". Nos encontramos ante una
situación de "estallido de la memoria"26, particularmente de la memoria re
ligiosa, y esa realidad nos obliga a recordar el creer. El problema radica en
pretender esconder el "hambre de creer" como si alguien pudiera religiosa
mente alimentarse de los "restos de una gloria lejana", de "recuerdos llenos
de polvo olvidados en las cavernas". Recordar el creer es posible porque una
cierta "virtualidad familiar" nos lo permite; porque existen "cuadros sólidos
que encierran nuestro pensamiento", una "pluralidad de espacios" que posi
bilitan el movimiento entre la inteligencia y la imagen, cuadros que guardan
la memoria de los grupos que nos han precedido y a los cuales hemos perte
necido sin saberlo27. Y es en este punto donde la inteligencia de Halbwachs y
el genio de Proust se encuentran; es allí donde la memoria individual es una
experiencia de la memoria colectiva, el lugar donde las creencias sociales se
reconocen en las tradiciones de los recuerdos, el campo donde las voluntades
y las representaciones se actualizan en el presente:
Cuando hemos superado una cierta edad, el alma del niño que fuimos y el
alma de los muertos de los que salimos nos lanzan a puñados sus riquezas y
flaquezas pidiendo cooperación a los nuevos sentimientos que experimenta
mos y en los cuales, borrando su antigua efigie, solemos refundarlos en una
nueva creación [A la recherche du temps perdu, t. III, Paris, Gallimard, 1954,
p. 79. La traducción es nuestra).
Mas es necesario "superar una cierta edad", es decir, esperar que el
tiempo pase... Hay que someterse al examen de la duración y aguardar, tras
25 Al menos semejante experiencia es el deseo de la Recherche du temps perdu, tan querida por Halbwachs...
26 Cf. M. de Certeau, La faiblesse de croire, Paris, Seuil, 1987, pp. 280-281. 27 M. Halbwachs, op. cit., pp. 273 y ss.
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LA VIRGEiN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
la selección e interpretación del sentido, que los nuevos ejercicios de la me
moria sean perdurables para que las A.C.V.A. no sean solamente nostalgias
de los actores sociales que se comprometieron con dichos acontecimientos.
El problema radica en lo provisional, en la precariedad del "viaje realizado",
en la velocidad del "turismo religioso" pues, pese a que la mayoría de pa
seantes y adherentes partieron dispuestos a "dar testimonio de lo vivido",
les fue necesario alejarse... Entonces, ¿cómo no olvidar, cómo recordar?
Si nuestro esfuerzo de localización es posible, si pasamos de la memoria inme
diata a los cuadros del recuerdo, es porque el recorrido de ese camino ya se ha
hecho. La memoria consciente duplica una memoria no consciente; la expe
riencia de los límites de esa memoria es también la experiencia de la mutación
de los cuadros de esa memoria inmediata en cuadros de la memoria particular;
la experiencia del límite será la experiencia del desinterés del grupo con res
pecto a la memoria inmediata. Si el conjunto de recuerdos recientes, o más
bien de los pensamientos que se le asocian, forma un cuadro que continua
mente se hace y se deshace, es porque a medida que remontamos ese pasado
inmediato, nos aproximamos al límite más allá del cual nuestras reflexiones
acaban de aferrarse estrechamente a nuestras preocupaciones actuales, ti des
interés es definido entonces como el límite del campo de significación de la
visión del mundo que unifica un cuadro de la memoria"28.
Desafortunadamente nos encontramos (como los actores y los movi
mientos de las A.C.V.A.) con lo efímero, y sólo se puede evaluar lo que ha
durado. Los actores y las dinámicas que hemos descrito se inscriben en un
perpetuo movimiento, comparten una incertidumbre común: se reencuentran
antes bien en las sombras que en la luz; escapan a pesar de ellos mismos a la
voluntad de asociarse durablemente, una vez concluido el "teatro vivido de
las apariciones marianas". Sin embargo, aunque el cuadro social de la "me
moria de lo efímero" no sea sino una "caricatura de la memoria" y, en con
secuencia, esa caricatura se convierta en la "muchacha de servicio" de toda
ideología29... una posibilidad es digna de ser considerada: digna gracias a su
vitalismo, a su "querer perseverar".,, la inscripción de ese "recuerdo efíme
ro" en una "evocación poética" de la esperanza.
28 G. Namer, Postfacio a los Cadres sociaux de la mémoire, ed. cit., pp. 331-332. 19 Ibid., p. 341.
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FABIÁN SANABRIA-S.
APOCALÍPTICAS MILENARISTAS Y SOCIODISEAS
DE LA ESPERANZA
Es posible que ahora entremos, siguiendo la apocalíptica de nuestras
dinámicas, en una "empresa de delirio"... En ese caso, la respuesta ha sido
dada por Henri Desroche: —¿Por qué no? Esos "delirios" tienen su lógica
específica: la de las sociedades calientes que se diferencian de las razones que
permiten el funcionamiento de las "sociedades frías" o de las "sociedades
que se enfrían". Esos delirios surgen del rito lúdico y del teatro sagrado, y se
abren al lirismo surrealista y a las representaciones dramáticas del "entu
siasmo movilizador"30.
Sí, esos delirios movilizan: profetas y videntes se levantan; mensajes increí
bles son proclamados, ritos celebrados en espíritus y cuerpos exaltados, len
guas desconocidas y trances extáticos suelen ser propagados; escalas
penitenciales, procesiones turísticas, desfiles peregrinos, danzas celestes, tera
pias extrañas, historias fabulosas, cánticos y oraciones, acontecimientos espec
taculares, manifestaciones divinas, instantes eternos y apariciones apocalípticas
surgen en nuevos espacios consagrados.
Algunos dirán que estas son sólo imágenes; a lo sumo "imágenes fa
bricadas". Cierto, pero estas imágenes son un delirio "bien fundado"31. Deli
rio que nos recuerda la memoria colectiva garante de la inmortalidad y en
ciertos casos, de la resurrección de "panteones devorados". En efecto, todo
ocurre como si la memoria motriz fuera más coherente y durable que la
memoria del recuerdo32; como si la situación de "estar entre dos mitos" re
cordara que la memoria destituida es al mismo tiempo una memoria
restituyente, más aún, constituyente:
30 H. Desroche, Sociologie de ¡'esperance, Paris, Calmann-Lévy, 1973, p. 202. 31 E. Durkheim ya lo había manifestado; "Esas imágenes no son puras ilusio
nes (...) éstas corresponden a algo real. Sin duda, debe estar en la naturaleza de las fuerzas morales que expresan afectar con bastante energía al espíritu humano, lanzarlo fuera de sí a una suerte de éxtasis (...) y de ello se concluye que su eficacia no es imaginaria" [Les formes élémentaires de la vie religieuse, pp. 323-324; citado por H. Desroche, Sociologie de ¡'esperance, p. 202).
32 R. Bastide, Les Amériques noires, Paris, Payot, 1967; citado por H. Desroche, op. cit., p. 210,
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
Es que la memoria (ideación del pasado), como la conciencia (ideación
del presente), y aun la imaginación (ideación del porvenir), son como esla
bones a través de los cuales se distribuyen los mensajes que se dirigen recí
procamente las situaciones económicas y las representaciones culturales
organizadas como sistemas emisores y receptores que, a su manera, conjun
ta y separadamente, resultan susceptibles de constituir lo sagrado, o al me
nos su ideación colectiva: "En la conciencia colectiva se fomenta el surgimiento
o, si se quiere, la surrección de los dioses; en la memoria, su resurrección o,
al menos, su resistencia a la muerte; y en la imaginación, algo que tiene que
ver con una cierta insurrección"^.
Así, la apocalíptica milenarista presente en el acontecimiento de las
A.C.V.A. (manifestado en el diagnóstico tenebroso del mundo, descrito por
los actores implicados, como también en la expresión "Nuestra Señora se
aparece porque está deteniendo la justicia infinita de su Hijo en los últimos
tiempos"), participa paradójicamente de la expresión global de una actuali
dad social; primero, esas dinámicas constituyen un acontecimiento religioso
en el que estalla una sociedad; segundo, se trata de un acontecimiento social
en el que estalla una religión34. Ahora bien, la construcción imaginaria del
acontecimiento implica una demanda colectiva35: demanda que denuncia la
destitución de un recuerdo; demanda que pide la restitución de un olvido.
Porque la imaginación colectiva encuentra en su estallido a la conciencia y a
la memoria colectivas, esta última ofrece a la primera la revitalización de un
culto y a la segunda, la reactivación de su propia referencia; ella busca una
tradición más profunda resucitando un pasado muerto u oculto para resti
tuirle la vida y su luz; "el proyecto de un después valida entonces el recuerdo
de un antes" i 6 .
De esta manera, la apocalíptica milenarista de las A.C.V.A. nos conduce
a mirar de otra forma su "teatro vivido", y a descubrir tal vez la "sociodicea
de una esperanza": una nueva identidad y una nueva alteridad. En efecto,
todo ocurría como si en la "experiencia de la aparición", el encuentro con
otros que veían, cada quien a su manera, lo mismo o algo semejante, produ
jera un "campo de sentido". El problema se presentaba en ese "lugar
33 H. Desroche, p. 213. 34 Ibid., p. 214. 33 Cf. J. Lacan, "Le champ de l'Autre, et retour sur le transferí", Le Séminaire,
Livre XI: Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse -texto establecido por J. A. Miiler-, Paris, Seuil, 1973, pp. 227-289.
36 H. Desroche, op. cit., p. 225.
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FABIÁN SANABRIA-S.
antropológico" cuando una visión hegemónica pretendía imponerse sobre
las demás; la dificultad mayor se concentraba en el exceso o en el defecto de
la imaginación colectiva: el exceso cuyo resultado es alienante, el defecto,
suicida. En todo caso, tres funciones de este "teatro vivido" pudieron o de
bieron (de manera ideal-típica, en tanto redundancias de un proceso de ima
ginación cons t i tuyente) haberse cumplido: pr imero , una función de
alternancia, es decir, de experiencia de lo inverosímil; segundo, una función
de altercación, es decir, de contemplar la posibilidad de ser sí mismo conju
gada con la necesidad de ser otro; tercero, una función de alternativa, es
decir, la puesta en escena de una teatralización social, una d rama t i zado^ 7 .
Empero, nosotros no olvidamos el epígrafe de la Sociologie de Vesperance
de Henri Desroche, donde Gershom Schólem nos recuerda que "vivir de la espe
ranza es grandioso pero al mismo tiempo profundamente irreal" [in der Haffnung
leben ist etwas Grosses, aber es ist auch etwas tief Umvirkliches); y, sin embar
go, reconocer esa realidad no impidió al autor de semejante sociología empren
der el "sagrado delirio" de escribir un Dictionnaire des messianismes et
millénarismes de Tere chrétienne, en el cual varias páginas debían quedar en
blanco a fin de ser completadas en el futuro38... justamente porque de manera
perpetua "hombres de Dios hacen dioses de hombres y dioses de hombres hacen
hombres de Dios, y en la cúspide de esa creación los hombres se hacen hombres
y los dioses, dioses"39... Precisamente en esas páginas blancas del citado dicciona
rio quisiéramos inscribir el acontecimiento de las Apariciones Contemporáneas
de la Virgen en América latina.
Mas la inscripción de las A.C.V.A. en el diccionario de los Dioses de
hombres no puede ser más que el testimonio de otra redundancia poética del
"milagro de la cuerda" pues, "¿si la esperanza es una cuerda", su "milagro"
no es acaso la "creatividad de un acontecimiento"... un "advenimiento"?
Nuestra contribución al Dictionnaire des messianismes et millénaris
mes de l'ére chrétienne podría comportar la siguiente inscripción:
Culminando su segundo milenio la cristiana Era
Cinco siglos ya de evangelización de las Américas
En diversos lugares de tal mundo legendario
Imágenes del eterno femenino reaparecen...
37 Ibid., pp. 226-228. 38 Cf. H. Desroche, Dieux d'hommes. Dictionnaire des messianismes et
millénarismes de l'ére chrétienne, Paris, La Haye, Mouton, 1969. 39 H. Desroche, Sociologie de l'espérence, p. 230.
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
CREENCIAS METONIMICAS Y METONIMIAS DEL CREER
Las imágenes del "eterno femenino" que reaparecen podrían ser en
todo caso la anticipación de un "advenimiento" eficaz de la esperanza, en el
que una voz trata de hacerse escuchar. Pero, para las ciencias sociales, resulta
problemática y molesta, esta "evocación poética". ¿Podría acaso restituírsele
a los ideales sociales su "creatividad social específica"?40. Para nosotros, el
vitalismo de Henri Desroche nos aplasta e ilumina porque, en el horizonte
incierto de la "modernidad religiosa", su obra constituye un "oasis" para no
dejar caer todo en la cobardía suicida -en el fondo por falta de imaginación-
de un total "desencantamiento del mundo".
Es claro que las imágenes que reaparecen en las A.C.V.A. no proceden
de la institución religiosa, sino que antes bien son testimonios de universos
que estallan y de realidades que se descomponen. Ese desorden, del cual
Georges Balandier ya hizo el elogio, muestra sin embargo la dinámica de
una "espiritualidad" antes que de una religión, la fuerza del creer corporal
antes que de una teología especulativa. Y han sido estos "intentos de creer"
quienes, aunque suelen ser vistos como desórdenes, nos han y seguirán ocu
pando.
Pero ocurre que estas "maneras de creer" cumplen particularmente
con lo que Patrick Michel ha tratado de esbozar al referirse a "la ficción del
mismo y la realidad de lo plural" en el mundo contemporáneo: ocurre que al
hablar del creer, se finge estar hablando de éste, pues se habla en realidad de
otra cosa; y al no hablar del creer, se finge no hablar de éste, no hablando
sino del mismo41. Ahora bien, este fenómeno, que es ante todo un "juego de
lenguaje" se llama metonimia42, y es la mejor manera de referirnos al acon
tecimiento que hemos investigado.
Creencias metonímicas porque los agentes comprometidos se convier
ten en actores; actores que desarrollan una serie de tácticas y astucias, de
"técnicas de hacer creer para poder creer", que desempeñan un papel decisi
vo en los lugares "donde se busca lo que ya no está"43. Porque, efectivamen-
40 H. Desroche, op. cit., p. 11. 41 P. Michel, "Nation, religión, pluralisme: une reflexión fin de siécle", ed. cit. 42 "Metonimia: fenómeno por el cual un concepto es designado por un térmi
no que se refiere a otro concepto ligado a éste, a través de una relación contraria". Cf. Petit Larousse ¡Ilustré, Paris, Larousse, 1995, p. 653.
43 M. de Certeau, L'invention du quotidien I, arts de faira, Paris, Gallimard, 1990, p. 268.
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FABIÁN SANABRIA-S.
te, dos "resortes tradicionales" están presentes en los actores comprometi
dos con el acontecimiento de las A.C.V.A.: de un lado, la pretensión de hablar
en nombre de algo real que, al suponerse inaccesible, es a la vez principio de
lo que debe ser creído (una totalización) y principio del acto de creer (un
deseo); de otro, la capacidad que tiene el discurso autorizado para dar cuenta
de ese acontecimiento se distribuye en elementos organizadores de prácti
cas, es decir, en "normas de fe". Así, la "fuerza mediática" del acontecimien
to logra que los destinatarios de estas dinámicas no estén obligados a creer lo
que no ven, sino justamente lo que presencian44.
Metonimias del creer porque se corrobora que la creencia no puede
decirse tanto a través de "convicciones directas", sino solamente por medio
de lo que es "presentado para creer". La creencia no reposa sobre una alteridad
invisible "escondida en la alturas", sino sobre otras cosas visibles que seña
lan lo que debe ser creído; el creer funciona sobre el valor real supuesto a
otro, sin importar el lugar que ocupa. Lo visto, identificado con lo que debe
ser creído, es una nada que calla la pérdida de lo que no puede decirse45...;
decir que sólo puede ser perecedero y, en el mejor de los casos, consciente de
su provisionalidad, es decir, de su muerte.
Y aquí estamos, ante esta "lucha por la vida", en un "tiempo accidenta
do" donde fracasar es indisociable de simbolizar y simbolizar es indisociable
de fracasar...; en esta "anarquía del claroscuro cotidiano"46, omnipresente
entre las luces fotográficas de las A.C.V.A., donde quizá la heteronomía retó
rica de paseantes y adherentes de la Virgen, en el diletantismo errante de la
osadía de hombres y mujeres "sin atributos" que a duras penas buscan una
"prueba de fe"... Es, tal vez, entre estos susurros acentuados y perdidos...
donde algo inefable se dijo.
LA DEMANDA ETICA: UN DESEO CONTEMPORÁNEO
Es posible que la verdadera "salida de la religión" no sea otra cosa que
una "búsqueda ética"47 o, más bien, la reivindicación de una independencia
aún no realizada: separar el actuar del ser, la ética de la ontología, el decir de
lo dicho, el creer de lo religioso. Dicho de otra manera, "lo otro que se dice
44 Cf. Ibid., pp. 270-272. 45 ibid., p. 280. 46 Ibid., p. 291. 47 F. A. Isambert, De la religión á l'éthique, Paris, Cerf, 1993.
LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO A N T R O P O L Ó G I C O
del decir se busca - y tal vez se expresa- en oíro dicho"48. Y para nosotros,
dos posiciones pueden ayudarnos a recorrer el "campo en movimiento" de
semejante búsqueda: las reflexiones filosóficas de Ludwig Wittgenstein49, y
las consideraciones éticas de Emmanuel Lévinas50.
Las investigaciones de Ludwig Wittgenstein porque en su interés por
los "juegos del lenguaje" no pueden separar la ética del "sentido de la vida",
en la medida en que la ética nace del "deseo de decir algo de las significacio
nes últimas de la vida", y aunque ésta "no puede ser una ciencia", permite
documentarnos sobre las "tendencias del hombre respecto a sus búsquedas
de sentido"51. Y el pensamiento de Emmanuel Lévinas porque gracias a su
deseo de celebrar poéticamente la "liturgia del Otro", nos obliga a reconocer
la imposibilidad de todo "humanismo" - a excepción del humanismo del otro
hombre: es decir, de compartir el punto de vista según el cual "la expresión,
antes de ser celebración del ser, es una relación con quien yo me comunico y
cuya presencia es requerida para que mi gesto se produzca (...) Porque yo me
encuentro ante otro y ese otro no es ni significación cultural, ni un simple
dato; el otro es sentido primordialmente gracias a su expresión, gracias a la
significación que se introduce, de sí, en el ser"52.
Evidentemente, nuestra investigación no es una tesis filosófica... pero
una vez más aprovechamos que "la puerta está abierta para un diálogo entre
las ciencias humanas y la filosofía"53. Y este diálogo puede ser enriquecido
con nuestras dificultades, y sobre todo por la experiencia del acontecimiento
de las A.C.V.A., que en su entrecruzamiento práctico nos empuja a escuchar
otras voces que producen eco en la reflexión de otras disciplinas. Así, entre la
documentación en términos de "búsquedas de sentido" que ofrecen las
48 P. Ricoeur, Autrement. Lecture d'autrement qu'étre ou au-delá de l'essence d'Emmanuel Lévinas, Paris, PUF, 1997, p. 3.
49 Véase especialmente su "Conference on ethics" publicada por primera vez en la Philosophicaí Review, vol. LXX1V, No. 1, enero 1965. Cf. Legons et conversations sur l'esthétique, la psychologie et ¡a croyance religieuse... suivies de Conference sur l'éthique, Paris, Gallimard, 1992.
50 Particularmente Totalité et infini. Essai sur l'extériorité, La Haye, Nijhoff, 1961; y Autrement qu'étre, ou au-delá de l'essence, La Haye, Nihoff, 1974.
51 L. Wittgenstein, op. cit., pp. 141-155. 52 Cf. Humanisme de l'autre homme, Paris, Fata Morgana, 1972, pp. 15-70, 53 J. Bouveresse, La demande philosophique (Que veut la philosophie et que
peut-on vouloir d'ellel). Le^on inaugúrale de la chaire de philosophie du langage et de la connaissance du Collége de France (pronunciada el 6 de octubre de 1995), Paris, Editions de l'éclat, 1996.
FABIÁN SANABRIA-S.
A.C.V.A. y la "demanda de atención" que este acontecimiento reclama, la
consideración de su ethos (rostro o mirada - i m a g o - más que simple ima
gen), se presenta ante nosotros como un imperativo: -Heme aquí... Míreme
de otra manera.
Ahora bien, el recorrido de nuestros actores muestra itinerarios híbridos,
"mezclados" y "desordenados", en los cuales la incertidumbre de sus testi
monios, corre el riesgo de perderse en el estereotipo de una "retórica especu
lativa"54. Mas ¿acaso estas ambigüedades y ambivalencias del lenguaje no
provienen de dinámicas más "legendarias" que han existido desde siempre y
de cuando en cuando reaparecen? ¿Acaso mirar de otra manera el decir de lo
que ya se ha dicho sobre esas "prácticas figurativas" no podría enseñarnos
tanto o más que los "procedimientos adecuados" del discurso y la teoría, en
los cuales han sido confinadas hasta nuestros días las ciencias sociales55?
Mas es difícil reconocer que las "leyes de la lógica" (el tercio excluido
y la contradicción) sean arbitrarias; que nuestra racionalidad y nuestra lógi
ca ordinaria son convencionales; que nuestro pensamiento es producto de
una historia, de una tradición y de un medio56. Dicho de otra manera, es
necesario romper con el "epistemocentrismo escolástico", es decir, transfor
mar el movimiento que exalta el "mito de la caverna" en su calidad de "ideo
logía profesional de pensador profesional", y volver al mundo de la existencia
cotidiana armado de un pensamiento consciente de sus propios límites, "a
fin de ser capaces de pensar la práctica sin destruir el objeto, y trabajar sin
nostalgia primitivista ni exaltación populista en reflexionar sobre lo que
es inaccesible a todo pensamiento escolástico que se respete: la lógica de la
práctica"57.
Y la "lógica de la práctica" que no quieren ver los ideólogos contempo
ráneos, es plural; o más bien, para no confundir las "cosas de la lógica" con la
"lógica de las cosas", en vez de hablar de un opus operatum, se trata del
modus operandi de una dinámica, desde hace tiempo percatada por antro
pólogos y matemáticos interesados en "dar mejor cuenta de los sistemas
54 Las A.C.V.A. dibujan tal vez un "eco tardío" de lo señalado por J. C. Schmitt respecto a los "revenants" de la Edad Media europea pues, en ellos, sus relatos pueden ser el "punto de partida" de la subjetividad de la narrativa occidental (Cf. Les revenants, Paris, Gallimard, 1994).
55 Cf. S. Gruzinsky, La pensée métisse, Paris, Fayard, 1999, p. 31. 56 "Ese juicio repugna poco, pero es verdadero", L. Wittgenstein, The Yellow
Book, curso de Cambridge, 1932-1935, citado por S. Gruzinsky, op. cit., p. 241. 57 P. Bourdieu, Méditations pascaliennes, Paris, Seuil, 1997, p. 64.
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
míticos"58. En esta perspectiva, la obra de Ludwig Wittgenstein es un punto
de encuentro entre lógica y antropología:
Creo que sería justo comenzar mi libro con algunos apuntes en torno a la
metafísica considerada como una suerte de magia, sobre la cual no puedo ha
blar ni a favor ni en contra, ni exaltar ni burlarme de ella. Es necesario conser
var la profundidad de la magia, porque la eliminación de la magia tendría el
carácter de la magia misma ya que desde el momento en que comienzo a ha
blar del mundo (y no de este árbol o de aquella mesa), ¿no pretendo acaso
evocar en mi discurso algo más alto? Es necesario comenzar por el error y
sustituirle poco a poco por la verdad; uno se debe lanzar sin cesar al agua de la
duda (...) Sólo se puede decir: "así es la vida humana"39.
Empero, en el "campo de las ciencias sociales" toda teoría debe ser con
siderada como un "programa de percepción", es decir, que al manifestar un
discurso coherente y empíricamente validado, lo que hasta entonces era igno
rado o implícito, transforma la representación del mundo social y hace posi
ble "generar prácticas conformes a esa representación transformada". La
ciencia más neutra ejerce efectos que no lo son; "Así, por el solo hecho de
establecer y publicar el valor acordado en función de la probabilidad de un
acontecimiento, se puede contribuir a reforzar la pretensión a existir de ese
hecho social, determinando a los agentes para prepararse y someterse o, al
contrario, incitándolos a movilizarse para contestarlo, también en nombre
de lo probable, y hacer más difícil, si no imposible, su aparición"60.
Con respecto al acontecimiento que estamos tratando de interpretar,
podríamos precisar aquí (siguiendo un modelo tipológico de "formas de va
lidación del creer" recientemente presentado por Daniéle Hervieu-Léger como
una "caja de herramientas" para rastrear las dinámicas eminentemente mó
viles de la modernidad religiosa61) diversos regímenes de "validación caris-
58 G. Páramo, "Lógica de los mitos y lógica paraconsistente: una alternativa en la discusión sobre la lógica del mito", en Ideas y Valores, 79, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1989.
59 L. Wittgenstein, "Remarques sur Le rameau d'or de Frazer" (trad. de J. La-coste), en Actas de la Recherche en Sciences Sociales (ARSS), 16, Paris, 1977, pp. 35-42.
60 P. Bourdieu, "Décrire et prescrire. Note sur les conditions de possibilité et les limites de l'efficacité politique", en ARSS, 38, Paris, 1981, pp. 69-73.
61 Cf. D. Hervieu-Léger, Le pélerin et le convertí. La religión en mouvement, ed. cit., pp. 195-196.
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FABIÁN SANABRIA-S.
marica" según el "compromiso" de los actores con las dinámicas explicitadas,
lo cual permitiría la posibilidad de señalar un modo de validación institucional
o comunitario para los "protagonistas", y un modo de validación inter-sub-
jetivo o individual para los "paseantes locales o extranjeros" de las A.C.V.A.
Pero en relación con la intensión ética de nuestra investigación, esta clasifi
cación ideal-típica no es suficiente. Más allá de la utilización nominal de un
dispositivo taxonómico, debemos tratar de señalar las condiciones epistemo
lógicas que podrían contribuir, positiva o negativamente, a reconocer la efi
cacia simbólica de nuestro sujeto de estudio.
EL PENSAMIENTO MESTIZO: ¿UN PRINCIPIO
DE CONTEMPORANEIDAD?
Las singularidades que surgen en los mundos contemporáneos ponién
dole problemas a las ciencias sociales -que desde hace un cierto tiempo opta
ron por borrar su segundo apellido, es decir, lo humano que podían tener y
llevar-, constituyen un desafío transdisciplinario, justamente por la sospe
cha que las palabras "mezcla", "mestizaje" o "sincretismo" suscitan automá
ticamente... Desafío que se multiplica al saber que esos sincretismos calificados
generalmente de inconscientes, subjetivos o transitorios, pueden relacionar
se con otros elementos y situaciones contradictorias, "como si todo el con
junto de lo real hoy fuera sincrético"62:
Nada sorprendente entonces que la idea misma de sincretismo aparezca pro
blemática, léase inútil. Condenada por buena parte de los antropólogos, acusa
da de ser reduccionista, frecuentemente cargada de connotaciones negativas,
este término acaba por designar un fenómeno confuso y artificial, sinónimo
de promiscuidad, de impureza y contaminación. Las palabras análogas de mez
cla, mestizaje e hibridación, dejan igualmente un sentimiento de confusión,
cuando no suscitan la duda o el rechazo63.
Mas la complejidad de los universos sociales e históricos no es la única
responsable de semejante embarazo. La comprensión del mestizaje prefiere
asegurarse con hábitos intelectuales que gustan más de los conjuntos
monolíticos que de los espacios intermediarios; porque es más fácil identifi-
S. Gruzinsky, La pensée métisse, ed. cit., pp. 41-42. Ibid., p. 42.
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
car bloques sólidos que intersticios sin nombre. "Se tiende a considerar que
cuanto parece ambiguo no lo es y que la ambigüedad no existe. Las aproxi
maciones dualistas y maniqueas seducen por su simplicidad, y cuando se
cubren con la retórica de la alteridad, suelen confortar las conciencias y sa
tisfacer nuestra sed de pureza, de inocencia y arcaísmo"64.
Sin embargo, las fronteras que se desplazan y los espacios in between
que reaparecen, nos obligan al menos a escuchar esa demanda que es cons
ciente de "no necesariamente recibir" aquello que no se le puede acordar,
simplemente porque ese "deseo" pertenece más a quienes desean que a quie
nes son deseados65. En este horizonte, las búsquedas individuales y colecti
vas de "sentido" deben ser pensadas antes que toda noción de "cultura",
pues "el significado se sitúa en la ética, presupuesto de toda significación"66.
En realidad, para aprender y comprender los mestizajes, es necesario
desconfiar de la palabra cultura, usada por generaciones de antropólogos,
sociólogos e historiadores que sin querer la han convertido en el "tótem"
para creer en un "conjunto complejo" ("totalidad coherente y estable"), ca
paz de condicionar los comportamientos humanos. "La categoría cultura es
el ejemplo perfecto de la réplica de una noción occidental sobre realidades
que ella transforma y hace desaparecer. Su empleo rutinario minimiza lo
que esas realidades llevan inevitablemente de extranjeras, de influencias e
imprevistos procedentes de otros horizontes; y eso incita a entender los
mestizajes como procesos que se extenderían entre entidades estables, o como
desórdenes que quebrarían súbitamente los conjuntos impecablemente
estructurados y reputados como auténticos"67.
Así, es extremadamente importante insistir en la "autenticidad del sen
tido" con respecto a los "signos culturales", pues no distinguir entre signifi
cación y expresión cultural significa homogeneizar y equiparar a todas las
"personalidades culturales". En adelante, la universalidad no podría ser sino
lateral; "Esa universalidad consistiría en poder penetrar una cultura a partir
de otra, como se aprende una lengua extranjera a partir de la lengua mater
na... es necesario renunciar a la necesidad de una gramática universal o de
64 Ibid. 65 Cf. J, Lacan, "Le champ de l'Autre, et retour sur le transferí", Le Séminaire,
Livre XI: Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse... ed. cit., pp. 227-289; véase también, J. Derrida, "L'oreille de Heidegger -L'avoir, l'étre et l'Autre: Tendré l'oreille, accorder ce qu'on n'a pas-", en Politiques de l'amitié, París, Galilée, 1994, pp. 367-390.
66 E. Lévinas, L'humanisme de l'autre homme, Paris, Fata Morgana, 1972, p. 58. 67 S. Gruzinsky, op. cit., p. 46,
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una lengua algorítmica construida sobre el esqueleto de esa gramática. Nin
gún contacto directo o privilegiado con el mundo de las ideas es posible. Esa
concepción de la 'universalidad' genera, en suma, la oposición radical, carac
terística de nuestra época, a la expansión por colonización"68.
De la misma manera que en el "campo de la filosofía" Emmanuel
Lévinas trató de desmontar los aparatos que maquillan el ser para impedir el
devenir, el desafío de las ciencias sociales hoy (si ellas pudieran pronunciar
sin vergüenza su segundo apellido: humanas...), es tratar de desnudar todos
los "epistemocentrismos", comprendido aquel que enuncia y denuncia al
epistemocentrismo. En cuanto a los mestizajes, pareciera que no existe sola
mente la "trampa culturalista", sino también el "sofisma identitario":
En efecto, la noción de identidad, que asigna a cada ser y a cada grupo humano
características y aspiraciones pretenciosamente en un estrato cultural estable
o invariante, es otra trampa epistemocéntrica. "Esa definición puede también
provenir de los interesados como de un reflejo condicionado en el observador,
que puede reducirse en el lenguaje corriente a una etiqueta sumaria cercana a
la caricatura". Cada agente social está dotado de series de identidades, más o
menos estables, que pueden reactivarse según el contexto. "Un hombre ho
nesto es un hombre mezclado, decía Montaigne. La identidad es una historia
personal ligada a capacidades variables de interiorización o de rechazo de las
normas inculcadas. Socialmente, el individuo no deja de afrontar una pléyade
de interlocutores, dotados de identidades plurales. Configuración a geometría
variable, la identidad se define siempre a partir de relaciones múltiples"69.
Pero si queriendo ser honestos debemos reconocernos mezclados, es
necesario aceptar que aún la antropología histórica, en su tentativa de
reescribir la historia a partir de la "visión de los vencidos", a pesar de que
muestra la "riqueza de formas y pensamiento" en los modos de expresión
desarrollados en América ante la invasión de los europeos, al "dar la prima
cía al amerindio sobre el occidental no hace otra cosa que invertir los térmi
nos del debate, en lugar de renovarlo":
Para comprender la visión de los vencidos, la investigación fue concentrándo
se lógicamente en la parte amerindia, en su persistencia y resistencias a la
colonización, mostrando cómo las marcas de Occidente fueron captadas por la
E. Lévinas, op. cit., pp. 58-59. S. Gruzinsky, op. cit., pp. 47-48.
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
tradición indígena. Retomada y amplificada por los cultural studies, esa posi
ción ha contribuido a veces a encerrar la sociedad indígena en un cuadro pura
mente autóctono y exageradamente homogéneo, excluyendo de manera
sistemática toda forma de mestizaje en el campo de observación. Un cuadro
idealizado en el mismo sentido en que ciertos partidarios de la "political
correctnes" y de la "iridian voice" sitúan al pensamiento amerindio que ellos
han exhumado por fuera de la razón occidental, reducida a un simple útil de
dominación al servicio de las naciones europeas70.
Mas hay otros epistemocentrismos que "exorcizar": ante todo, c! pa
trimonio positivista "que entretiene una visión del mundo orientada según
la linealidad", en la cual se inscribe perfectamente el "mito del progreso", la
idea de una suerte de logos espermaticus como si "cada vez una nueva etapa
pudiera desarrollar fuerzas contenidas en germen en las etapas preceden
tes"; después, la convicción de que existe un "orden de las cosas" o, si se
quiere, la idea de que todo sistema poseería una suerte de "estabilidad ori
ginal" hacia la cual tendería inexorablemente; y, en fin, la creencia en un
funcionamiento que buscaría una suerte de "regularidad o equilibrio", como
es el caso de los implícitos de la historia económica que suponen cada movi
miento como una especie de "desequilibrio momentáneo resuelto en el mar
co de un movimiento más amplio".
Pero la realidad no corresponde a esa visión y división del mundo. En lugar de
confrontarse con "perturbaciones casuales" a partir de un orden siempre listo
a recomponerse, "la mayoría de los sistemas manifiestan comportamientos
fluctuantes entre diversos estados de equilibrio, sin que exista forzosamente
un "mecanismo de vuelta a lo normal". Al contrario, en la larga duración, la
reproducción de estados, aparentemente similares, acaba por crear nuevas si
tuaciones. Cuando se perturban mucho las condiciones, más oscilaciones se
operarán entre estadios distintos provocando la dispersión de los elementos
del sistema que andan errantes en busca de nuevas configuraciones. Los movi
mientos del sistema fluctúan entre la regularidad absoluta y la irregularidad
absoluta entretejiendo un margen importante de imprevisibilidad71.
70 Ibid., p. 51. 71 Ibid., pp. 53-54. Véase también, 1. Prigogine, Les lois du chaos, Paris,
Flammarion, 1994; e I. Prigogine et 1. Stengers, Entre le ternps et l'éternité, Paris, Fayard, 1998.
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Con estos "exorcismos", al menos teóricos, de algunos de nuestros "epistemocentrismos", ¿podremos recordar, o más bien re-leer sin miedo a perdernos, el acontecimiento que tratamos de reconstruir a lo largo de este estudio?
Lejos de estar seguros de los exorcismos que necesitamos practicar para corresponder a la "demanda ética" del acontecimiento que hemos reconstruido en su doble valor de "deseo " y de "petición de principio ", y a fin de reconciliarnos -a l menos en teoría— con las "leyes del caos" evocadas por Serge Gruzinsky para reconocerle un "pensamiento bien fundado" en la complejidad a los "mestizajes del creer" de nuestro sujeto de estudio... lejos de sentirnos "autorizados" a proclamar estas palabras pues no sabemos si los "sincretismos"pueden ser aceptados por el "punto de vista escolástico" -a quien generalmente le repugnan esas "combinaciones teóricas" y semejantes "rarezas poéticas"-, aun si los mestizajes producidos por la conquista del Nuevo Mundo aparentemente fueron capaces de disolver las fronteras entre vencedores y vencidos, puesto que el "choque"de la "colonización ideológica" no alcanzó a secularizar el mundo, al contrario, los fenómenos de desorientación y distorsión se fueron progresivamente multiplicando, y así, la indeterminación y la confusión estuvieron más presentes que cuanto lo narran las fuentes, y entonces los deducir, los inventar y los aprender se camuflaron entre nuevas astucias y nuevas habilidades de los individuos y grupos que se vieron obligados a tejer analogías más o menos contradictorias pues, otro proceso complementario pronto se introduciría, el de la occidentalización, es decir "nuevas técnicas de reproducción", o más bien algunos "mimetismos" en las artes y oficios con un "margen de maniobra" e invención para los amerindios que se dedicaron a "copiar e interpretar", y de esa manera la conquista junto a la occidentalización y al mimetismo fueron los grandes "productores de mestizaje", los mayores "generadores" de imágenes relacionados en otros registros con la leyenda de la Tota Pulcra, que imitaba a su vez a la Virgen del Apocalipsis —imagen estructurante de la Inmaculada Concepción de María—, y de esta manera la yuxtaposición ha estado siempre presente en ese imago, escondiendo lo incoherente dentro de la coherencia, y ¡qué lenguaje sino el de la "fábula mística" podría entonces emplearse! recordando algunos cantares olvidados porque lo irreductible no es irracional, y entonces —un momento por favor—, nos encontramos justamente ante lo inefable, ya casi llegamos, sí, ¡he aquí la "colonización del cielo"1., la resistencia sin resistir —Tonantzin—, Nuestra Señora de Guadalupe, la "nueva idolatría" —¿usted cree?—, detengamos un instante el "control de las mezclas" sin temer la "inestabilidad"
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LA VIRGEN SE SIGUE APARECIENDO. UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO
de los mestizajes, Happy together, la nueva "hibridación" en la "cultura de la desaparición", Disappearence —sobrevivir—, "perseverar en el devenir y no en el ser" —evidentemente produciendo todo ello sus efectos particulares—, sí, ya hemos señalado casi todos los "obstáculos que se le pueden presentar a los mestizajes " olvidando tal vez una barrera que censuraría esta mezcla particular, un cierto "estilo" que traiciona el acento extranjero -digámoslo francamente-, el lenguaje, sí, el miedo a lo "literario" y el pánico de no "parecer serios", la contradicción de escuchar la retórica de los demás y el deber de no dejarse seducir por ésta... Mas lejos de pretender desconocer las reglas científicas en cuanto a las "normas de presentación de los resultados de una investigación " simplemente queremos saber si la palabra "mestizaje" puede encontrar un lugar en el pensamiento de las ciencias sociales, es decir si el campo científico estaría dispuesto a "contaminarse", y si esto es posible entonces cómo volver a visitar el "sistema de relaciones objetivas" entre las posiciones y disposiciones adquiridas por todas las categorías sociales en el interior de este "espacio de juego" que tiene por objeto la conquista de cierta "autoridad", definida en tanto capacidad técnica y poder social, o si se prefiere, en tanto "monopolio" de una competencia en el sentido de "capacidad de hablar y actuar legítimamente en materia de ciencia "... dicho de otra manera cómo reconocer esas "palabras raras " sin olvidar que ingresarían en una "lucha desigual" con respecto a otros "términos competitivos" dotados de capital específico para apropiarse el "espacio científico", así como los beneficios de publicación que producen todas las categorías que hacen posible el conjunto de "medios de producción científica disponibles", y cómo no olvidar que en este "campo" se oponen con fuerzas igualmente desiguales los sujetos que allí ocupan las "posiciones más prestigiosas" con respecto a los "debutantes", es decir quienes quieren ingresar o tratan de mejor posicionarse -con un capital potencial más elevado si saben manejar las adquisiciones y los protocolos del "campo" ahora en movimiento-, y que estos últimos podrían contar con plazas aseguradas si cumplen con el deber de garantizar lo previsible -innovando solamente en los lugares autorizados-, pero súbitamente la heteronomía de los mestizajes lo puede todo derrumbar -¡esos "bastardos un tanto pretenciosos"l-, y entonces ¿qué se puede hacer?, obviamente ¡ponerlos en su lugar1., mas si ellos no tienen lugar ¿entonces qué?, ¿qué hacer si ellos sólo cuentan con la debilidad de decir "soy yo quien lo dice"? y si este también es otro pastiche, sí, otro mestizaje que se cuela en el sagrado campo soñado por quien alguna vez recordó en sus Meditaciones pascalianas que "burlarse de la filosofía es verdaderamente filosofar", aunque este sea un estudio antropológico, ¡qué
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FABIÁN SANABRIA-S.
paradoja! Hemos dicho a lo largo de casi todas estas líneas "nosotros" cuando en realidad "nosotros quiere decir yo", sí, un yo con la "debilidad de creer en la ciencia " similar a la de los actores comprometidos con las Apariciones Contemporáneas de laVirgen en América latina que justamente es necesario recordar aquí, los "paseantes" que viajaban entre diversos "regímenes de validación carismática del creer", "entre la institución y la comunidad", "entre ellos mismos y la subjetividad" desarrollando toda una suerte de "nuevas astucias" tales como " construir jardines adecuados para las manifestaciones de Nuestra Señora ", llamar a los medios de comunicación, abrir páginas web en Internet, entrevistarse con los señores obispos gracias a la valiosa intervención de sacerdotes itinerantes, ir y venir varias veces a los "prados de María" para tomar cientos de fotografías, "contemplar al sol danzar" y "ver con otros ojos a las videntes de la Virgen, fuera de ellas mismas, en éxtasis", escuchar los "mensajes de la Co-redentora"separando el bien del mal o aplastando apocalípticamente al diablo, lanzarse al suelo clamando perdón por todos los pecados, declararse en seguida "convertidos y curados", escribir cada quien su propio testimonio a pesar de la retórica que anulaba tanta individualidad y, sin embargo, "continuar viajando en busca de los nuevos santuarios de la Milagrosa" olvidando casi siempre el precio a pagar por el "turismo religioso" hasta que al fin, tras toda esa energía invertida era gozoso volver a los hogares para mostrar a otros las fotografías maravillosas que pronto formarían parte del álbum familiar al lado de tantas otras imágenes piadosas para ser exhibidas algún día en nuevos hogares sin padre a los padres que debían retornar, y todo eso y mucho más, sí, y acaso también estemos delirando -un momento-, aquí no hemos hecho sino resumir, ¡se da cuenta!, una vez más hemos dicho "nosotros" cuando ese pronombre significa "yo", otro sujeto que quisiera creer.
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