Concursos de Arquitectura Web.pdf

5/19/2018 Concursos de Arquitectura Web.pdf

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fomento

de las artes y

las industrias

creativas

Su aporte al desarrollo cultural y a la calidad de vida

DE ARQUITECTURA EN CHILECONCURSOS


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CONCURSOS DE ARQUITECTURA EN CHILESu aporte al desarrollo cultural y a la calidad de vida

Publicacin e investigacin a cargo de

Cristbal Molina Baeza (CNCA)

Investigadoras adjuntas

Nicole Barkos Salas y Mara Aparicio Puentes (CNCA)

Coordinacin editorial

Aldo Guajardo Salinas (CNCA)

Correccin de estilo

Edison Prez Bastidas

Diseo editorial y diagramacin

Corts-Justiniano

Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

Registro de Propiedad Intelectual n 238.427

ISBN (papel): 978-956-352-092-7

ISBN (pd): 978-956-352-093-4

www.cultura.gob.cl

Se autoriza la reproduccin parcial citando la uente

correspondiente.

En este libro se utiliz la tipograaAustralis, creada por

el diseador chileno Francisco Glvez, uente ganadora

del Gold Prize en los Morisawa Awards 2002 de Tokio.

1 edicin, ebrero de 2014

Se imprimieron 1.000 ejemplares

Impreso en Quad/Graphics Ltda.

Santiago, Chile


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fomento

de las artes y

las industrias

creativas

Su aporte al desarrollo cultural y a la calidad de vida

DE ARQUITECTURA EN CHILE

CONCURSOS


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Equipo del Instituto de Arquitectura deUniversidad Catlica de Valparaso tra

planos del concurso de la Escuela Nava

Archivo Histrico Jos Vial Armstrong


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Fotografa de la denominada cena de lpicados donde se reunieron los equiposperdedores del concurso para la EscuelaMedicina de la Universidad de Chile en

Archivo familia Juan Echenique


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Sergio Larrain Garca-Moreno recibe dFromm el premio al primer lugar del co

para el colegio del Verbo Divino en 194

Anuario colegio Verbo Divino 1975


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CONTENIDOS

Escuela de Derecho

Universidad de Chil

1934-35

P. 82

Pabelln de Chile en

Exposicin Iberoamericana

de Sevilla

1927

Transormacin

plaza Sotomayor

Biblioteca Nacional

1913-16

P. 60 P. 74

Universidad Tcnica

Federico Santa Mara

1926-27

P. 66

1933-34

P. 78

Villa Frei

1964

Ministerio

del Trabajo

Embajada de Chile

en Buenos Aires

Cepal

1960

P. 118 P. 128

1967

P. 140

Poblacin

Lord Cochrane

1961

P. 124

1965-66

P. 134

2001

Centro Cultural

Gabriela Mistral

Ministerio de

Relaciones Exteriores

Centro Cultural

Estacin Mapocho

1991

P. 168 P. 178

2007

P. 188

Museo del Desierto

de Atacama

1996

P. 174

2007

P. 182

Museo de la Memori

P. 12 P. 14 P. 20

PRESENTACIN PRLOGO INTRODUCCIN


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Edificio Shell

1984

Pabelln de

en Expo S

Congreso Nacional

en Valparaso

Edificio anexo

Congreso Nacional

1967-68

P. 144 P. 154

199

P. 16

Remodelacin rea

del centro de Santiago

1972

P. 148

1988

P. 158

Teatro Regional

del Biobo

2012

Palacio Pereira Plan maestro

Eje Bulnes

2009

P. 194 P. 206

201

P. 216

Parque Cultural

de Valparaso

2011

P. 200

2012

P. 212

Edificio an

Museo Histrico

Escuela de Medicina

de la Universidad

de Chile

1950-51

Instituto NEscuela Naval

Arturo Prat

Embajada de Argentina

en Chile

1944

P. 86 P. 98

195

P. 11

Colegio

del Verbo Divino

1948

P. 92

1956-57

P. 106

Museo y Escuela

de Bellas Artes

1902-03

Club

de la Un

Intendencia

de Valparaso

Reconstruccin

Congreso Nacional

1895

P. 34 P. 46

191

P. 54Palacio

de Tribunales

1900

P. 42

1907

P. 50


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CONCURSOS DE ARQUITECTURA EN CHILE SU APORTE AL DESARROLLO CULTURAL Y A LA CALIDAD DE VIDA1212

La arquitectura define, como ninguna otra

disciplina, nuestra orma de habitar, con-

tempornea y pasada. Si bien existen otros

organismos pblicos que dialogan con

ella, la creacin el ao 2011 del rea de

Arquitectura en el Consejo Nacional de laCultura y las Artes reconoci la necesidad

de valorarla como elemento undamental

de nuestra cultura. Tomando en cuenta

la calidad de la arquitectura nacional, as

como el aporte que genera en la conorma-

cin de ciudades con calidad de vida, uno

de los ocos centrales que ha desarrollado

en estos aos el rea ha sido su Programa de Fomento de la Arquitectura

de Excelencia, cuyo objetivo es elevar el nivel de nuestra arquitectura,

nuestros espacios pblicos y proyectos urbanos.

Como parte de este trabajo se ha buscado instalar en el debate la im-

portancia de los concursos de anteproyectos como el mecanismo de

contratacin pblica que mejor promueve la bsqueda de calidad e

innovacin en la seleccin, en procesos participativos, transparentes

y democrticos.

Con este objetivo se han realizado diagnsticos, encargado estudios,

organizado oros y se ha trabajado en conjunto con un comit asesor

conormado por figuras relevantes y representativas de la arquitecturaen Chile. Asimismo, se ha establecido una coordinacin con otras ins-

tituciones pblicas para impulsar el pereccionamiento de la normativa

vigente, y promover este mecanismo como el mtodo principal de se-

leccin. En esa lnea destaco especialmente la labor que hemos realizado

en conjunto con la Direccin ChileCompra, que hoy se materializa en

acciones legales, normativas y de gestin que ueron recomendadas por

la Comisin de Pereccionamiento de las Compras Pblicas, que trabaj

mandatada por la ley de Presupuestos de la Nacin 2013.

No menor ha sido la inclusin y concordancia de estos principios en lanueva Poltica Nacional de Desarrollo Urbano y en el pereccionamiento

de los decretos que utiliza la Direccin de Arquitectura del Ministerio

de Obras Pblicas. Esperamos que este conjunto de iniciativas genere un

marco normativo adecuado para dar un estmulo al desarrollo creativo

PRESENTACINRoberto AmpueroMinistro Presidente



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PRESENTACIN

de nuestra arquitectura, contribuyendo a potenciar el aporte de nuestros

arquitectos en los espacios pblicos y en la innovacin en la construc-

cin de nuestro entorno, lo que repercute positivamente en la calidad

de vida de las personas.

Nuestra apuesta por la promocin del mecanismo de concurso nosha llevado a plantear la necesidad de cambios al sistema de compras

del Estado y a elaborar herramientas de incentivo a su utilizacin. En

el marco del concurso Fondart creamos la nueva Lnea de Fomento

de la Arquitectura, que ha sido ideada como una herramienta indi-

ta para co-financiar instancias de concursos de anteproyectos, ya sea

en emprendimientos ciudadanos que proven-

gan desde privados as como en iniciativas de

inversin pblica lideradas por municipios o

universidades estatales.

Asimismo, hemos utilizado este mecanismo en

la nueva inraestructura cultural que ha impul-

sado nuestra institucin. En ese sentido destaco

el aporte de los concursos de anteproyectos para

los nuevos teatros regionales que hemos pro-

movido como parte de la nueva Red Cultura: el

Teatro Regional del Biobo, que ue ganado por

los arquitectos Smiljan Radic y Eduardo Castillo,

y el del Teatro Regional de Coquimbo, adjudicado

a la oficina HLPS Arquitectos, valorando en ladecisin la calidad de sus aspectos uncionales y

tcnicos, como tambin sus aspectos ambientales

y su relacin con el entorno urbano.

En ese contexto, este libro se presenta como una consecuencia natural

de esta poltica, y como una contribucin original para dar cuenta de la

importancia que los concursos de arquitectura han tenido en nuestra

historia reciente, presentando 35 casos convocados en Chile entre 1895

y 2013. En su conjunto estas experiencias visibilizan el patrimonio que

ha resultado de estas iniciativas, ya sea por los edificios, espacios p-blicos y proyectos urbanos que se han construido por esta va, as como

por las discusiones y debates pblicos que estas instancias han genera-

do, ms all de sus xitos o racasos, tanto en el desarrollo cultural de

la arquitectura como en el pensamiento sobre nuestras ciudades.

Estudiantes del Instituto Nacional reunen torno a la maqueta del nuevo edifici

Boletn Instituto Nacional n 74 de 1963


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Como jurado se nos presentan edificios de arquitectos que compiten

por un premio que se concede a la buena arquitectura. Estudio la docu-

mentacin de una casita roja de madera en un entorno rural, un granero

convertido en vivienda y ampliada por sus moradores, que son arquitec-

tos. La ampliacin ha salido bien [] Las partes nuevas de la casa no pa-

rece que quieran decir somos nuevas, sino que, ms bien, nos susurran

somos parte del nuevo todo. No hay ah nada espectacular o innovador,

nada que salte como tal a la vista. Desde el punto de vista creador, quiz

sea propio de una actitud ms bien pasada de moda, artesanal. Todos

estbamos de acuerdo que no se le poda dar ningn premio a esta re-

habilitacin; es demasiado modesta en sus aspiraciones arquitectnicas.

Sin embargo, me gusta volver a pensar en aquella pequea casa roja.

Peter Zumthor, Pensar la arquitectura, 2006

El libro que tengo el honor de prologar y que usted tiene en sus manos es

inormativo, provocador y un aporte, todo ello en varios sentidos. Desde

luego, cubre un aspecto de la historia de la arquitectura que no suele tra-tarse, el de los concursos arquitectnicos, lo que, quiz, no debiera extra-

arnos. A pesar de lo venerable que es esta prctica proesional, la literatu-

ra mundial al respecto es escasa la chilena, de ms est decirlo, en libros

nula hasta ahora, aun cuando las competencias de este tipo se remontan

tan atrs como la Acrpolis nada menos (segn sostienen algunos). Solo

en la Inglaterra del siglo XIX se conocen sobre dos mil certmenes de esta

ndole. Es ms, muchas de estas contiendas han sido resueltas con no

poca polmica y ms de alguna vez se postergaron proyectos de primer

nivel, a contracorriente, vanguardistas, en contraste con el planteamiento

ganador. El caso ms notorio, ciertamente el ms arquetpico, citado encasi todas las historias de la arquitectura contempornea, es la competen-

cia por el edificio del Chicago Tribune, en el que se dejaron a un lado proyectos

de Walter Gropius, Eliel Saarinen y Adol Loos, entre otros.

Es claro que no siempre las opciones preeridas en este tipo de opo-

siciones terminan calzando con el gusto o los criterios consagrados por

el canon posterior. De hecho, estos concursos puede que den cuenta del

choque entre distintos cnones en pugna en una coyuntura determina-

da (beaux artsversus modernismo, en el ejemplo aludido de Chicago, en

1922). No es descartable, incluso, que estemos ante dictmenes elocuen-tes por lo mismo que errados. En ese mismo caso, antes bien que ex-

plicar el proyecto elegido, la opcin ganadora (mejor dicho, la exclusin

de los otros) permite ver obstculos o sensibilidades hostiles que, sin

embargo, tiempo despus, lograron ser superados.

PRLOGOAlfredo Jocelyn-HoltHistoriador


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PRLOGO

Pasa, tambin, que la historia de la arquitectura supone una historia

en paralelo. Una historia digamos que contraactual: la historia de

lo que no se construy, o bien, la historia de lo que simplemente

se imagin o so alguna vez como posible. Piranesi, Boulle, Tony

Garnier, SantElia, Bruno Taut, Vladimir Tatlin,

Hugh Ferris, Buckminster Fuller, son ejemplosobvios de este tipo de arquitectura; tambin ciu-

dades enteras proyectadas e irrealizables como

La Ville Radieuse de Le Corbusier, Broadacre

City de Frank Lloyd Wright, Welthauptstadt de

Speer y Hitler. Segn Robert Hughes, la ms

influyente arquitectura del siglo XX, en muchos

sentidos, ue arquitectura de papel que nunca

sali de los tableros de dibujo. Y no nicamen-

te porque se tratara de proyecciones delirantes

o antasiosas, ergo ciles de descartar. Hay unactor de tiempo, de oportunidad, de por me-

dio. Para Ada Louise Huxtable, la prominente

crtica del New York Times, todava en 1999 Zaha

Hadid era ms conocida entre los arquitectos

por sus diseos no construidos que por su tra-

bajo ejecutado. Lo mismo se pudo haber dicho

de Le Corbusier en los inicios de su carrera, para

muchos, todava entonces, un autor de libros y manifiestos ms que

un creador de obras en pie. La historia de los concursos provee innu-

merables ejemplos de esta dimensin contraactual en paralelo. Unacosa son los criterios del jurado; otra, no necesariamente coincidente,

seran las anticipaciones de una visin de mundo a la que an no le

llega su hora.

Es que si uno lo piensa (y este libro lo resalta), no hay una solucin

nica a un problema o para un lugar especfico donde se quiere cons-

truir. La arquitectura admite mltiples alternativas posibles aun cuan-

do la historia, en retrospectiva un tanto simplista e ingenua, pareciera

suponer solo una opcin concluyente: lo que termin por construirse

y punto. Este libro tiene el mrito, pues, de devolvernos al momentoaqul en que la historia an no se defina, orecindonos una gama

mayor de posibilidades imaginables. La materialidad de lo arquitect-

nico e histrico existente, si se le mira desde estos otros ngulos, se re-

lativiza, es cierto. Pero, a cambio, se recupera el sentido crucial de toda

Perspectiva del primer lugar del concurpara el nuevo colegio SSCC en Manqueh

propuesta que finalmente se desechRevista Arquitectura y Construccin n 14 de 1


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creatividad artstica e histrica, el de ese momento nico en que todo

es/era posible, todo es/era concebible, todo ello a la medida del ingenio

e imaginacin de quienes individualmente se enrentaron al lugar, a los

medios disponibles y a los problemas en juego. En el ondo, adentrarse

en disyuntivas de este tipo nos debiera volver conscientes de que existe

una libertad intrnseca a la arquitectura y a la historia, aspecto que, amenudo, oculta su materializacin ctica y, por eso, nos engaamos

un poco. Casi todos los libros de historia de la arquitectura hacen caer

al lector en esta trampa. Lo que siempre resul-

ta histricamente vale decir, lo que rescata el

guin casi siempre predecible de libros escritos

con dicho sesgo lo creemos, en eecto, acrti-

camente, como algo ms simple, unidireccional,

de lo que realmente ue. Ahora bien, nada de lo

que estamos diciendo supone querer violentar la

historia. Pensar que la historia pudo haber sidodistinta no cambia en nada lo que termin ocu-

rriendo; s, nos permite volver a repensarla y, de

paso, entenderla ms complejamente. Este libro

ilustra y hace patente estas sutilezas no menores.

Otro aspecto bienvenido de esta publicacin es el panorama arquitec-

tnico de casi 120 aos desde 1895 a 2013 que orece. Este amplio

periodo, mirado a partir de una sola variable, la de los concursos, relati-

viza la muestra, por supuesto. No estamos rente a una historia general

de la arquitectura en Chile. S, ante una trayectoria representativa deciertos aspectos que condicionan uertemente a la arquitectura local.

El ms evidente de todos es la presencia, omnipresencia mejor dicho,

del Estado. De ah que figuren prominentemente obras comisionadas

por organismos del Estado, ministerios, municipalidades, y Fuerzas

Armadas. Y esto en coincidencia con el enorme poder econmico que,

en cada etapa del periodo comprendido y no obstante los distintos mo-

delos que han regido, ha esgrimido y sigue disponiendo el Estado. Ini-

cialmente, gracias al salitre, luego porque el Estado era el nico agente

econmico que concentraba recursos en pocas de crisis (1930 en ade-lante), o bien, porque el Estado asume propsitos redistributivos, por

ello las obras de vivienda social (hacia los aos sesenta), y nuevamente

gracias a un Estado cada vez ms rico ruto de un sano manejo de fi-

nanzas pblicas (desde los aos ochenta a la echa).

Diferentes propuestas estilsticas entregadaspor Roberto Dvila Carson en el concurso parael restaurante Cap Ducal en Via del Mar,construido en 1936

Archivo de Originales FADEU-PU C


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Dicho vnculo con el Estado explica, a su vez,

la escala monumental de los edificios comisio-

nados y el compromiso sostenido de la proe-

sin arquitectnica con el poder establecido.

Sin duda que la arquitectura es la ms pblica

de las artes, y en Chile tambin la ms depen-diente del Estado, enmeno constante en estos

ms de cien aos que cubre este libro. A modo

de salvaguardia, la modalidad de concursos y

la composicin corporativa de los jurados evi-

dentemente estara cumpliendo una uncin

de transparencia y resguardo de cuantiosos re-

cursos fiscales comprometidos. Propsito que

la proesin ha compartido, a la vez que le ha

servido para consolidarse social y corporati-

vamente. La investigacin que comentamos,por tanto, no est dando cuenta nicamente

de obras singulares, o de corrientes y pree-

rencias estticas. Las fichas de cada una de las

entradas tratadas sealan instancias gremiales

colegiadas con un muy acentuado espritu de

cuerpo, a la vez que oficinas de arquitectos y

proesionales reputados que participan en estos

concursos, a veces, en muy diversas calidades.

En consecuencia, si bien es cierto que el Estado

juega un rol determinante a lo largo de todoeste proceso, en paralelo vemos un desarrollo de la proesin y sus

estndares, enmeno que tambin se ha mantenido constante.

En un plano ms de orden esttico es indiscutible la gravitacin del

vnculo externo como estmulo creativo. El libro retrata una clara op-

cin modernizante, incluso desde antes que irrumpiera un modernismo

de escuela propiamente tal. Estos concursos dejan ver un nimo no solo

competitivo entre los nacionales que participan, sino tambin vis--vis

los modelos orneos (ranceses, luego europeos en general, seguido por

influjos crecientemente norteamericanos, para por ltimo recabar encierto estilo globalizado muy de nuestra poca), los que tambin, en

cierta medida, participan en estas contiendas. Dicho de otro modo,

los arquitectos y sus obras no solo compiten entre s, e incluso consigo

mismos: tambin se miden en uncin de los reerentes internacionales.

PRLOGO

(de arriba abajo)

El director de la Escuela Militar ArnaldCarrasco explica al presidente Juan AntRos el anteproyecto ganador del concu

Libro Iniciacin de los trabajos de la Escuela M

Equipo de trabajo elabora la maquetaPrez de Arce, Echenique, Besa y Tagkleel concurso de anteproyectos para la Esde Medicina de la Universidad de Chile



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De todo esto, sin embargo, no pareciera dedu-

cirse una modalidad arquitectnica nacional

chilena propiamente tal, como s quiz po-

dra existir para otros casos, como el mexicano o

brasileo, pero presumo que mi lectura en esto

es materia discutible. Quiz lo estrictamentenacional en juego se podra desprender a partir

de un anlisis ms a ondo de las dificultades y

condicionamientos propios de un pas no muy

rico y del encarecimiento mismo de la construc-

cin, dadas ciertas condiciones y limitaciones

naturales obvias (por eso tambin la sobrerre-

presentacin del Estado como mecenas, el ni-

co agente capaz de solventar estas obras). Con

todo, y a pesar de las dificultades inherentes,

es notable el esuerzo sostenido por construir,atenerse a estndares proesionales rigurosos,

y seguir apostando a la modernizacin a pesar

de todo, incluso de los vaivenes sociales y pol-

ticos, dramticos para qu decir, a lo largo del

siglo XX. En no menor medida, esta apuesta a la

modernizacin se confirma por el carcter emi-

nentemente urbano y secular de las propuestas

y construcciones.

Se trata tambin de una modernizacin pblica,visible, abierta a la sociedad, o al menos a idea-

les pblicos sociales. De hecho, de los pocos

ejemplos particulares que se incluyen mayori-

tariamente establecimientos educacionales pri-

vados se deduce un compromiso claro con la educacin que, si bien

puede ser asumido por agentes privados, no hay duda que estamos

rente a un valor pblico universalmente compartido por la sociedad

entera. De hecho, tanto esta educacin como tambin las viviendas

sociales apuntan a una mayor inclusin de grupos medios ascendentes.

Por tanto, se confirma que la arquitectura ha cumplido con su rol social,no quiz del todo generalizado como se quisiera, pero, de nuevo, aqu

estamos ante condicionantes (en parte, excluyentes) muy chilenas. La

poltica, a lo largo de estos 120 aos, no revela un comportamiento

muy distinto, cualquiera que hayan sido las aspiraciones ms radicales

(de arriba abajo)

Vistas de la remodelacin Paicav enConcepcin del Grupo TAU, primer lugardel concurso de la CORVI en 1964

Archivo personal Sonja Fr iedmann

Vista area de la Poblacin Exequiel GonzlezCorts (actual Villa Olmpica) del Grupo TAUjunto a Bravo, Hedegus y Carvallo, primer

lugar del concurso de la CORVI en 1960

Libro Plan habitacional: Decreto con Fuerza de Ley n 2,31 de julio de 1959 / Corporacin de la Vivienda


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expresadas en algunos momentos. En suma, la arquitectura ha ido en

tndem con la estructura social y poltica, y probablemente no podra

haber sido de otro modo.

Con todo, es preciso mantener en mente, al leer este libro, que no se

trata de reflejar la arquitectura chilena en general. Dada la variable ele-gida la modalidad de los concursos, ha debido quedar uera el enor-

me avance que se ha hecho en arquitectura domstica y corporativa,

tambin en clave moderna. Por tanto, no es que esas dimensiones no

existan, sino que simplemente no se rigen por esta tradicin ya ms

que centenaria, y por ello no figuran. Se pro-

duce un poco, entonces, lo que Peter Zumthor

expresa en su reflexin en el epgrae con que

comenzamos este prlogo. En medio de estos

concursos encaminados a premiar y seleccionar

obras de valor arquitectnico no cabe incluir,por criterios previos que ordenan la muestra,

expresiones arquitectnicas algo ms modes-

tas, puramente privadas, uera del oco elegi-

do, pero eso no significa que no sigan resonan-

do en la mente. Quedan uera de concurso, al

margen, aunque no muy lejos; es que siguen,

ah, pendientes.

Lo pblico es una esera hper visible y conten-

ciosa competitiva, tanto en poltica como porlo visto en este libro en arquitectura. Y, si bien

ello no agota la historia del poder y de la cons-

truccin, en la medida que asegura estndares

y alternativas plurales, hace avanzar propues-

tas tambin mltiples. La modernidad en el buen sentido no sera

lo que es, ha sido y puede seguir siendo, si no admitiera y acogie-

ra dicha pluralidad. Este libro recoge esa ya larga tradicin, valga la

paradoja, tambin moderna, tambin valiosa, siempre tambin:

ojal nunca unvoca.

PRLOGO

Vista de la primera etapa del Liceo Alem(actual Verbo Divino) de Larrain, DuhPrez de Arce y Piwonka, primer lugar concurso de 1948

Luis Ladrn de Guevara

Coleccin Museo Histrico Nacional


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Un concurso de arquitectura sea convocado

para obtener ideas, anteproyectos o proyec-

tos se puede definir como una convocatoria

pblica, privada o restringida que llama a

presentar propuestas de diseo arquitec-

tnico para nuevos edificios, intervencindel patrimonio, generacin de espacios p-

blicos o iniciativas de planificacin urbana,

realizadas a partir de un encargo especfico

y predefinido, evaluadas por un jurado es-

pecializado, resguardando la identidad de

los proponentes. En la convocatoria de las

propuestas y la ulterior adjudicacin de

contratos de diseo arquitectnico, el proceso de evaluacin adquiere

una importancia singular, puesto que su objetivo consiste en seleccio-

nar el anteproyecto de mayor calidad entre los recibidos, consideran-do su capacidad de entregar la mejor respuesta a los requerimientos

del encargo, as como su contribucin al estado de la arquitectura.

Criterios como el adecuado cumplimiento del programa arquitect-

nico, la relacin de la propuesta con el entorno urbano, la calidad

espacial, tcnica o de construccin, las consideraciones de interven-

cin del patrimonio, aspectos medioambientales o proposiciones pai-

sajsticas suelen ser el objeto de principal valoracin en un concurso

de arquitectura.

En Chile, su prctica se remonta al menos hacia finales del siglo XIX,teniendo sus primeras expresiones, aparentemente, en las iniciativas

del Estado. El llamado a propuestas para la reconstruccin del Congreso

Nacional en 1895, el concurso para el nuevo palacio de los Tribunales en

1900 o el concurso para el palacio de la Presidencia en 1903 aparecen

como las experiencias ms tempranas. Entre las primeras iniciativas

privadas se cuentan el concurso para el edificio del Club de la Unin

en 1912 o el que convoc la Fundacin Federico Santa Mara en 1926

para la edificacin de la sede de la Universidad Tcnica Federico Santa

Mara. Desde entonces, la prctica de los concursos ha tenido una con-

tinua y relevante presencia en el ejercicio proesional de la arquitectura,manteniendo su vigencia hasta nuestros das. Si bien es posible recono-

cer variaciones en sus procedimientos, en rigor esta tradicin mantiene

inalteradas gran parte de sus caractersticas, valores y propsitos, como

mtodo de seleccin de propuestas de arquitectura.

INTRODUCCINCristbal Molina BaezaCoordinador del rea de Arquitectura


Diferentes propuestas entregadas bajoanonimato al concurso del Palacio de laPresidencia a inicios de 1903

Revista Sucesos, 1903


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INTRODUCCIN

Por el contrario, en los procesos de adjudicacin de contratos de di-

seo arquitectnico en el marco del sistema de licitaciones pblicas

del Estado, los requerimientos y procedimientos suelen dierir de esas

consideraciones. Por lo general, en las licitaciones pblicas, los criterios

de evaluacin y las ponderaciones tienen como objetivo encontrar la

oerta ms conveniente tras valorar una serie de aspectos cuantitati-vos, en un equilibro que se establece comnmente entre propuestas de

honorarios, cronogramas de trabajo y la demostracin de experiencia e

idoneidad tcnica del oerente. A esas variables se puede incorporar, en

caso que as se considere, el diseo arquitectnico, como un actor ms

en los componentes de evaluacin. Si bien estas nuevas modalidades de

contratacin surgieron en los aos ochenta, en la ltima dcada ellas se

han ido complejizando, ya sea por la adaptacin de regulaciones propias

de otras disciplinas en el marco de los procedimientos del Ministerio de

Obras Pblicas, como por las nuevas modalidades aparecidas a partir

del ao 2003 con la promulgacin de la Ley de Compras Pblicas.

Los criterios cuantitativos de evaluacin en el sistema de licitaciones

se han aceptado comnmente por el predominio de una tendencia ms

bien pragmtica propia del sistema de compras pblicas del Estado,

donde los rankings y porcentajes parecen ser ms aceptados y ciles

de deender que las decisiones basadas en la intuicin o el juicio proe-

sional (Volker, 2010). En contraste a esa tendencia, en el campo de la

arquitectura es ampliamente aceptado que las propuestas de diseo ar-

quitectnico sean evaluadas en razn del mrito y la calidad, por lo que

se produce una tensin centrada principalmente en la calidad de losprocedimientos, predominando en la prctica una visin ms pragm-

tica y productivista y que se ha ido imponiendo desde los aos ochenta,

por sobre aquella posicin que se centra en el desarrollo cultural de

la disciplina, y que es parte de una tradicin que se ha promovido en

Chile desde hace poco menos 120 aos. En ese sentido deben ser vistos

como visionarios los escritos de Alberto Mackenna para El Mercurioen

1903 sobre los primeros concursos pblicos de arquitectura en Chile,

que recogen no solo el relato de las primeras experiencias sino que or-

mula agudas crticas a sus uncionamientos.

Una mirada actual sobre estos procedimientos de seleccin de pro-

puestas en arquitectura requiere tomar distancia para comprender una

problemtica tan persistente como variable, tan compleja como ha-

bitual. A travs de una revisin crtica de una serie de experiencias

(de arriba abajo)

Cartula del libro Concursos Pblicosartculos publicados en El Mercurio de

Alberto Mackenna Subercaseaux de 190

Coleccin Biblioteca Nacional

Cartula de las bases del concurso deanteproyectos para la Escuela de Artes yOficios y el Colegio de Ingenieros Jos MCarrera (actual Universidad Tcnica FSanta Mara) de 1927



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sucedidas en Chile a lo largo de casi 120 aos, este libro pretende ex-

plicitar las tensiones que actualmente existen entre una licitacin y un

concurso de arquitectura, generando un marco conceptual que permita

encontrar los espacios necesarios para una adecuada promocin de la

disciplina como expresin cultural, tanto en el contexto de las compras

pblicas del Estado como entre los promotores privados.

Cuestin de calidad

La arquitectura es, posiblemente, el sector creativo que se ve ms aec-

tado por las regulaciones del sistema de compras pblicas del Estado,

dada la relevancia e inters que despiertan las iniciativas de inversin

pblica en el libre ejercicio de la proesin, as como por el grado de de-

sarrollo que puede alcanzar la disciplina si se estimula adecuadamente

la participacin y la competencia, abriendo espacios apropiados para

impulsar la bsqueda de calidad e innovacin de la arquitectura en elmarco de esos emprendimientos. En el mbito pblico resulta evidente

la importancia que adquieren esos objetivos ya que las decisiones que

se adoptan en la etapa de diseo arquitectnico tienen comnmente

mayor injerencia e impacto que otras disciplinas creativas, en cuanto

definen aspectos esenciales de obras de arquitectura planificadas para

perdurar en el tiempo.

Es por ello que los mecanismos y regulaciones

que se adoptan en materia de seleccin de los

contratos de diseo arquitectnico aparecencomo una pieza decisiva en el desarrollo cultu-

ral de la disciplina. Por aislados que parezcan e

independientemente de su escala, cada proyecto

de inversin pblica, sea de nuevos edificios, es-

pacios pblicos o proyectos urbanos, tiene un

indudable inters social, ya que impacta en el

entorno y en la vida cotidiana de los ciudadanos.

Un hecho indiscutible es que las decisiones que

se adopten en estos procedimientos pueden te-

ner insospechadas repercusiones, sean positivaso negativas, en la calidad urbana y ambiental de

nuestras ciudades y en la vida de las personas.

Un marco normativo orientado a impulsar la ca-

lidad a travs de la competencia y la creatividad

Vista de la nueva Biblioteca del CongresoNacional de Beals, Lyon y Zegers , primerlugar del concurso en 2013

Archivo oficina Beals, Lyon y Zeger s


23/224

INTRODUCCIN

en la arquitectura pasa a ser un actor undamental para mejorar nues-

tro nivel de vida y a la vez para dotar de una identidad perdurable a

las obras que ormarn el patrimonio arquitectnico del maana, que

dejaremos como legado a las generaciones venideras.

Dierentes experiencias en el mbito internacional han reflejado enorma exitosa una poltica de promocin de la arquitectura como parte

de los procesos de compras pblicas. Francia, Espaa o Colombia, por

nombrar algunos ejemplos, han conseguido instaurar en su regulacin

sistemas exitosos de concursos de arquitectura para el grueso de la

edificacin pblica, cuyo impacto desde hace ya varios aos se ha he-

cho visible en orma positiva en sus ciudades. Mucho se ha valorado

en las ltimas dcadas la calidad de los edificios y espacios pblicos

en ciudades como Barcelona o Medelln, pero poco se ha dicho que

mucha de esa arquitectura ha sido el resultado de concursos pblicos.

Se ha ponderado, por ejemplo, el alto nivel de la arquitectura espao-la, donde el sistema de concursos pblicos es una reerencia obligada

(Mangado, 2009), y entre los arquitectos ms destacados de Colombia

son varios los que han reconocido que sus carreras se iniciaron y se

han ido consolidando casi exclusivamente gracias a los encargos que

se han adjudicado gracias al sistema de concursos que ha impulsado

esa nacin.

Actualmente nuestro pas tiene el privilegio de

contar con una masa importante y creciente de

arquitectos de excelente nivel. Muchas de susobras han sido ampliamente valoradas en el

extranjero, con premios y reconocimientos que

han situado a la arquitectura nacional como un

ejemplo destacado en publicaciones y exposi-

ciones internacionales. Sin embargo, no deja de

llamar la atencin que mucho de ese prestigio

ha sido alcanzado por proesionales que no sue-

len participar de las obras pblicas del Estado.

La mayora de ellos han orjado sus carreras o

al menos las han iniciado ms desde el mbitoparticular que desde el pblico.

Esa tendencia ue muy dierente en otros momen-

tos del siglo XX, periodo en que la arquitectura

El jurado del concurso para el conjuntohabitacional en los terrenos de la ex Cha

Valparaso (posterior Villa Frei) observamaqueta del primer lugar

El Mercurio, Santiago, 6 de junio de 1964


24/224


pblica ue motor y laboratorio de ideas para el

desarrollo de la disciplina. En esa lnea es es-

pecialmente relevante la labor impulsada por la

Corporacin de la Vivienda (Corvi), que desde

1959 convoc a concursos pblicos abiertos en

la bsqueda de dar solucin al problema habi-tacional. El sistema de concursos de la Corvi

nos dej obras tan diversas como las poblacio-

nes Salar del Carmen, Exequiel Gonzlez Corts,

Lord Cochrane, remodelaciones como Paicav o

Repblica o la villa Frei, entre muchas otras.

No obstante, en la actualidad, pese a impor-

tantes llamados a concursos de arquitectura

pblica que en los ltimos aos han impulsa-

do obras notables, sigue existiendo una canti-dad inmensamente mayor de inversin pblica

que ha estado lejos de convocar a ese talento y

capacidad proesional que ha despertado tan-

to inters en otros pases. Esta situacin hace

evidente la necesidad de un cambio orientado

hacia una poltica de promocin de la arquitec-

tura que ponga el acento en los procedimien-

tos de seleccin y adjudicacin de los contratos

de arquitectura pblica, ya que es ah donde

se encuentran las oportunidades ms intere-santes para la promocin de la arquitectura y

donde existe un capital capaz de provocar un

verdadero cambio cultural desde la disciplina,

que repercutira positivamente tanto en nuestras ciudades como en

la calidad de vida de sus habitantes.

Cuestin de normativa

En Chile, la regulacin en materia de concursos de arquitectura ha ido

variando en el tiempo, complejizndose en las ltimas dcadas conlas nuevas modalidades de licitacin que han estableciendo no po-

cas restricciones al desarrollo creativo de la arquitectura. Actualmen-

te la normativa permite dierentes modalidades para la contratacin

de arquitectura por parte del Estado, sea en el marco de la Ley de

(de arriba abajo)

Poblacin Salar del Carmen de MarioPrez de Arce y Jaime Besa, primer lugardel concurso de la CORVI en 1959

Archivo de Originales FADEU-P UC

Poblacin Lord Cochrane en Valparaso deEchenique, Cruz y Piwonka, segundo lugardel concurso de la CORVI en 1961, donde fuedeclarado desierto el primer lugar

Luis Ladrn de Guevara

Coleccin Museo Histrico Nacional


25/224

INTRODUCCIN

Compras Pblicas o en la utilizacin de los decretos y resoluciones

del Ministerio de Obras Pblicas. A pesar del aumento en las variables

y la uerte irrupcin de los criterios con que comnmente opera el

sistema de licitaciones, el concurso de arquitectura parece no per-

der su vigencia como prctica, mantenindose inclume en el tiem-

po, amparando su relevancia como mecanismo en las iniciativas msatractivas y visibles de la edificacin pblica. Sin embargo, y a pesar

de su ascendencia como tradicin histrica, su utilizacin ha perma-

necido relegada en los ltimos tiempos, quedando como una opcin

ms entre las dierentes alternativas existentes. Su utilizacin ha que-

dado entregada a la voluntad de los mandantes y en contados casos

en aquellos emprendimientos que por s mismos acaparan un alto

inters pblico, y en donde es natural su concu-

rrencia. Precisamente son las nuevas modalidades

de licitacin las que requieren una revisin de sus

procedimientos, dada las crecientes exigencias decalidad que demandan las inversiones del Estado,

as como por el mayor inters en el desarrollo de

las ciudades que se ha ido instalando con uerza en

la opinin pblica.

Si bien la calidad y la excelencia en la arquitectura

no son consecuencia exclusiva de los concursos, es

necesario reconocer que donde mejor se propicia

la bsqueda de soluciones arquitectnicas y se re-

duce el margen de error en la toma de decisioneses, precisamente, en el mbito de los concursos de

arquitectura. Entre todos los procedimientos de se-

leccin, es sin duda el mecanismo que mejor promueve el omento de

la arquitectura como expresin cultural. Su prctica genera, adems,

espacios adecuados para el desarrollo de la creatividad y la innova-

cin, teniendo un rol preponderante en la promocin de los arquitectos,

sin importar que ellos sean experimentados, jvenes o desconocidos,

quienes pueden optar a encargos por el solo mrito del talento, capa-

cidad de trabajo e inventiva en el planteamiento de las ideas. Solo por

nombrar a algunos, arquitectos tan relevantes como Juan Martnez,quien se adjudic el concurso del Pabelln de Chile en la Exposicin

Iberoamericana de Sevilla de 1929; o Emilio Duhart, Mario Prez de

Arce y Alberto Piwonka, quienes junto a un experimentado Sergio La-

rrain triunaron en el concurso para el nuevo colegio del Verbo Divino;

Juan Martnez en su tal ler trabajando el proyecto del Pabelln de Chile para lexposicin iberoamericana de Sevilla en1929, primer lugar de concurso en 1927

Juan Martnez Obra Gruesa

Coleccin Mara Teresa Martnez Ateaga


26/224


o Jos Cruz Ovalle con Germn del Sol, quienes ganaron el concurso

para el Pabelln de Chile en la Expo Sevilla 1992, entre muchos otros,

obtuvieron sus primeros encargos de envergadura gracias al procedi-

miento de concurso. Cuando los concursos son abiertos y no restrin-

gen la participacin de los arquitectos jvenes o menos experimenta-

dos, se constituyen en uente de germinacinde ideas rescas, atrevidas e innovadoras que

pueden transormar y acelerar el estado de la

arquitectura.

En muchos sentidos, el concurso es el proceso

ms transparente, democrtico e inclusivo, y el

que mejor promueve la calidad en la arquitec-

tura, en un sentido de cuidado del patrimonio

de las inversiones del Estado, un sistema consi-

derado razonablemente justo y eficaz (Mangado,2009). El concurso promueve adems mejor que

ningn otro sistema la participacin, tanto en

su capacidad de convocar a un mayor nmero de

proesionales como en su condicin de apertura

de espacios de participacin de la ciudadana. El

derecho a la libre concurrencia en este tipo de

procesos, una mayor transparencia en los proce-

dimientos y la promocin de la competencia en

igualdad de oportunidades, son mximas a las

que siempre debiera aspirar una sociedad demo-crtica e interesada en la cultura.

Cuestin de juicio y valoracin

No solo la modalidad del procedimiento y los requerimientos de entre-

ga pueden asegurar la calidad del proceso, sino que mucho depende de

quienes estn a cargo de la evaluacin de las propuestas. En un concur-

so, la adecuada conormacin de un jurado calificado, compuesto por

un nmero razonable de miembros y con competencias especficas en

arquitectura, experiencia y conocimientos constatados, parecen ser unaspecto undamental. La concurrencia de capacidad proesional para

interpretar correctamente el encargo y el propsito de la convocato-

ria, as como las aptitudes para elaborar un juicio crtico y ecunime

en torno a ellas, reconociendo los valores de la arquitectura, parecen

Equipo trabaja en la elaboracin de lamaqueta de Echenique, Piwonka, Burchard

y Tagle para la Escuela Naval, segundo lugardel concurso en 1956



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INTRODUCCIN

conormar el marco adecuado para garantizar la

calidad del proceso. Pararaseando a Giancarlo

Mazzanti, pareciera que en la deliberacin de

un concurso lo que realmente est en juego es la

calidad del jurado, su capacidad para identificar

la mejor propuesta de arquitectura y un avanceen el desarrollo de las ideas. Un juicio certero

por parte del jurado debe procurar su allo sobre

la base de criterios lo ms objetivos posibles, a

travs de la concurrencia de subjetividades, en

un terreno que no se inscribe en el dominio de la

objetividad cientfica pero tampoco correspon-

de a una arbitrariedad subjetiva (Prez Oyarzun,

2007). Sin duda, una de las principales tensiones

entre la modalidad de concurso y las licitaciones

se encuentra, precisamente, en las dierentes exi-gencias de entrega, as como en los criterios de

evaluacin, dismiles entre ambas modalidades.

Son muchas las ventajas de contar con un ju-

rado integrado por especialistas en la evalua-

cin de las alternativas, y es una buena seal

la incorporacin de proesionales de prestigio y

representantes externos a las instituciones que

convocan, incluyendo en el jurado un represen-

tante de quienes participan en el concurso. Unjurado con integrantes externos asegura adems,

indudablemente, un proceso de mayor transpa-

rencia, ya que permite dierenciar claramente entre quienes elaboran

las bases y dirigen la convocatoria y quienes libremente evalan las

propuestas. Pareciera adems que un jurado de prestigio en un proceso

publicitado y que cumpla con condiciones adecuadas, asegura la con-

currencia de un mayor nmero de interesados. Tambin es cierto que

sus determinaciones estn expuestas al escrutinio pblico, pudiendo

provocar gran debate o polmica, no solo por el descontento que puede

generar el allo, sino por la atribucin que se les entrega y que de vezen cuando se utiliza de declarar desierto el primer lugar del concurso.

No son pocas las experiencias que se presentan en este libro que cons-

tatan estas circunstancias. Concursos como el del Club de la Unin en

(de arriba abajo)

Alberto Cruz y Claudio Girola posan comaqueta para la nueva Escuela Naval, lugar del concurso de 1956

Archivo Histrico Jos Vial Armstrong

Maqueta para el concurso para el colegSaint George de Munizaga, Atria, Lira y

Gmez, segundo lugar en el concurso dedonde fue declarado desierto el primer

Coleccin personal Gustavo Munizaga


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1912, la nueva Escuela de Medicina de la Universidad

de Chile en 1951, el edificio de la Shell en 1984 o el

del Congreso Nacional en Valparaso en 1988, generaron

uertes polmicas en torno a sus resultados. A pesar de

que algunos concursos ueron declarados desiertos y no

se entregaron primeros premios, como el del palacio deTribunales o la poblacin Lord Cochrane, ueron quie-

nes resultaron mejor evaluados en el concurso quienes

finalmente se adjudicaron el encargo. Mencin aparte

merecen aquellos concursos cuyos anteproyectos gana-

dores nunca se construyeron. En circunstancias muy

dierentes se podran situar el concurso para la recons-

truccin del Congreso Nacional en 1895, cuyo antepro-

yecto de Emile Gabriel Doyre que uera recomendado

se desestimara por dierencias en el Congreso, o el de

Henri Grossin para el Club de la Unin en 1912, luegode la repentina muerte del autor. Casos ms recientes

son los del concurso internacional para la remodelacin

de un rea del centro de Santiago, cuya ejecucin pla-

nificada para octubre de 1973 qued descartada tras el

golpe de Estado, o el del nuevo edificio del Ministerio

de Relaciones Exteriores en 2001 de Teodoro Fernndez,

cuyo resultado ue desestimado por la propia Cancillera, cuando esa

cartera decidi argumentando razones econmicas, no construir el

edificio, y trasladarse a las dependencias del antiguo hotel Carrera.

En los procesos de licitacin del Estado, los encargados de la adjudi-

cacin son los integrantes de las comisiones evaluadoras, compuestas

por uncionarios de las reparticiones involucradas. Si bien muchas ve-

ces esas comisiones estn ormadas por proesionales idneos en las

materias que se evalan, y cuentan con experiencia en la evaluacin de

contratos en arquitectura, son tambin muchos los casos donde esas

premisas no se cumplen, ya sea por una deficiente ormacin de quie-

nes integran esas comisiones o por la carencia de algunas reparticiones

de proesionales idneos y con competencias especficas para asignar

debidamente un encargo de arquitectura. Si bien se ha considerado lainclusin de proesionales externos en las comisiones de evaluacin, su

presencia parece haberse limitado a temas especficos, teniendo un rol

no vinculante en la toma de decisiones.

(de arriba abajo)

El equipo de arquitectos argentinos ganadoresdel concurso internacional para una remo-delacin del centro de Santiago presentan lamaqueta al presidente Allende y el ministrodel interior Carlos Prats, acompaados por

Miguel Lawner, director de la CORMU.

El Mercurio, Santiago, 24 de marzo de 1973

Fotografa que acompaa noticia sobre lapolmica decisin de la Cancillera de desecharel anteproyecto ganador del concurso para unnuevo edificio, para instalar sus dependenciasen el ex Hotel Carrera. En la imagen Ricardo

Abuabuad, Christian de Groote, TeodoroFernndez quien haba ganado el concurso

y Marcelo Daz, experto en turismo

La Segunda, 17 de septiembre de 2003


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INTRODUCCIN

A pesar de la aparente semejanza entre un jurado y una comisin evalua-

dora cuyos objetivos son similares como proceso de evaluacin y selec-

cin la configuracin de sus integrantes as como los procedimientos y

criterios que se adoptan, son dierentes. En los procesos de licitacin se

tiende a generar un marco conceptual de evaluacin ms bien genrico

para la contratacin de consultoras o de servicios proesionales. Estasituacin se presenta como especialmente crtica actualmente en la Ley

de Compras Pblicas y la aplicacin de su reglamento, donde no se reco-

nocen las particularidades necesarias que separan adecuadamente a una

disciplina creativa como es la arquitectura, de una mera prestacin de

bienes o servicios. Si bien el objetivo ltimo de un concurso o una licita-

cin es la contratacin de un arquitecto, el oco se dierencia en lo que

se busca conseguir: en los concursos se busca seleccionar una propuesta

arquitectnica como solucin creativa y pertinente para una inversin,

mientras en una licitacin se busca seleccionar a un arquitecto capaz

de demostrar sus competencias proesionales, siguiendo consideracionesmetodolgicas y presupuestarias, muchas veces temerarias, para poder

acceder a un encargo.

Cuestin de pragmatismo

Es de inters en esta problemtica lo que sucede con los denominados

registros de consultores, como el que se utiliza en el Ministerio de Obras

Pblicas. En ellos, la incorporacin de proesionales a ese registro depende

de la cantidad de experiencia medida en metros cuadrados construidos y

los ingresos que se pueden demostrar, y no necesariamente por la calidaddel trabajo que se declara. Si bien pareciera que el sistema es eficiente para

agilizar la contratacin de consultoras, los registros conllevan evidentes

problemas para el desarrollo de la disciplina arquitectnica, ya que orjan

barreras de entrada importantes para la incorpo-

racin de nuevos proesionales, y porque en sus

convocatorias no participan quienes no orman

parte de ese registro. Este tema es especialmente

sensible en la promocin de arquitectos jvenes o

desconocidos, ya que restringe y obstaculiza la par-

ticipacin de un mayor nmero de proesionales.

Es un hecho cierto que el sistema de licitaciones

ha generado una reduccin importante de costos

Maqueta para el Teatro Regional de Cen La Serena de HLPS Arquitectos, prien el concurso de 2012

Archivo oficina HLPS Ar quitectos


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y plazos en los contratos pblicos. Pero, si bien esa situacin puede ser

vista como positiva en el marco de los objetivos del sistema de compra

pblicas, en el caso de los contratos de diseo arquitectnico esas res-

tricciones son al menos discutibles. Muchos son los casos en que los

oerentes de esos procesos han disminuido en orma imprudente los

cronogramas de trabajo y los honorarios para adjudicarse un contratoponiendo en riesgo el adecuado desarrollo de los proyectos y sus espe-

cialidades. Esta situacin es contradictoria. Pareciera que las premuras

el ajuste de los plazos y la reduccin de los honorarios proesionales no

genera las condiciones para un debido y riguroso estudio de los aspectos

del proyecto, y pareciera que solo postergan el problema, que se ahorra

en el proceso de licitacin del diseo arquitectnico, pero que se trans-

fiere a la utura ejecucin de las obras o al propio uncionamiento de

edificio (Torrent, Atria y Matus, 2011). Esta situacin se puede explicar

en un contexto donde el Estado opera con presupuestos anuales y en

donde los plazos de ejecucin de la inraestructura pblica suelen estarcondicionados por los ciclos polticos. A lo largo del tiempo no son po-

cos los casos en que el Estado ha contribuido en orma inconsciente a

deterioro del entorno urbano, con emprendimientos equvocos, que han

impactado negativamente en la ciudad y en la calidad de sus espacios y

edificios pblicos.

Asimismo, las licitaciones en arquitectura tienden a sobredimensionar la

exigencias de entrega en la etapa de evaluacin, trasladando adems un

costo alto a los participantes del proceso. Pareciera que ha predominado la

idea de que si se elevan las exigencias de entrega en la etapa de licitacin sedisminuyen los riesgos del mandante. Sin rebatir esa tesis, en la prctica las

altas exigencias de entrega han desincentivado la participacin, ya que al

aumentar los requerimientos se excluye a los arquitectos jvenes y a quie-

nes no estn dispuestos a levantar una empresa para

una posibilidad, siempre incierta, de adjudicarse un

encargo a travs de un proceso de licitacin. Si bien

es ms propio del sistema de licitaciones, este mis-

mo problema es perectamente extrapolable a una

convocatoria de un concurso de arquitectura, cuyas

pretensiones del trabajo exigido suelen ser desmedi-das e insuficientemente compensadas.

Tanto en las licitaciones como en los concursos

suele incurrirse en limitaciones a los derechos de

Vista del Barrio Cvico de Concepcin deRadic, Castillo y Serpell, primer lugar porel concurso de 2001. Los arquitectos no

fueron contratados para la supervisinde obras de la primera etapa

Coleccin Smiljan Radic, Eduardo Castillo yRicardo Serpell


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INTRODUCCIN

autor. Con mayor vulnerabilidad que en otras disciplinas ese resguardo

natural no se cumple en el caso de los arquitectos. Es recuente que en

las bases o contratos en instancias de diseo arquitectnico se exija la

renuncia a los derechos de autor, y que en los procedimientos quede

abierta la posibilidad que el arquitecto autor de la obra quede uera de

las etapas avanzadas, o no participe de la supervisin de la obra. Pareceirreutable que una propuesta de arquitectura es un ejercicio intelec-

tual, que implica una creacin sustentada en aspectos tcnicos, por

tanto una creacin artstica.

An ms, en el mecanismo denominado pago contra recepcin,

ideado para reunir en un misma licitacin a suma alzada el proyec-

to arquitectnico, la totalidad de las especialidades y la ejecucin de

obras, el arquitecto autor del diseo arquitectnico no participa de

la adjudicacin del contrato, quedando subyugado su rol a la, y en

posicin de, dependencia de las decisiones quepueda tomar la empresa o consorcio construc-

tor que se adjudica el proyecto, quien es el res-

ponsable e interlocutor ante el Estado. No deja

de llamar la atencin que un sistema ideado en

la lgica de las ingenieras para grandes contra-

tos de inraestructura pblica, como puentes o

caminos, haya adaptado su uso a la arquitectu-

ra. Esta modalidad y otros tipos de licitacin

que se utilizan sobre la promesa de disminuir

costos y tiempos en los procesos, ha resultadoen la prctica una variable ms bien terica en

la administracin de un contrato preestablecido

en un costo fijo (Montealegre Klenner, 2010),

que si bien traspasa los riesgos al consultor, en

la prctica cualquier deficiencia u error en la planificacin del proyecto

son endosados a la larga al uturo uncionamiento del edificio, o puede

tener consecuencias negativas en la ciudad.

Tambin es cierto que se han cometido errores que desprestigian la

prctica de los concursos de arquitectura y que han resultado uncio-nales a la visin ms pragmtica que busca justificar el sistema actual

de licitaciones para la adjudicacin de contratos. El ms usual tiene

relacin con los incrementos en los presupuestos de ejecucin de obras,

cuando estos superan las estimaciones iniciales, poniendo en riesgo la

Imagen del edificio Moneda BicentenarTeodoro Fernndez Arquitectos, cuyo darquitectnico fue decidido en el marcolicitacin de "Pago contra Recepcin"

Curiosamente Teodoro Fernndez parti

del consorcio constructor que se adjudiel proyecto en el mismo terreno que habganado el concurso de la Cancillera el

Archivo oficina Teodoro Fernndez Arquitectos


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inversin. Este problema crucial comnmente se

le suele atribuir a los proyectos que han ganado

un concurso de arquitectura. Es justo decir que

esos incrementos suceden de igual manera en los

procesos de licitacin de diseo arquitectnico,

ya que son una variable en que intervienen die-rentes actores. Muchas veces esta situacin se

debe al clculo irreal en la estimacin inicial del

presupuesto por parte de los mandantes o por

variables econmicas, como el aumento en los

costos de construccin que superan las estimaciones iniciales. El nece-

sario equilibrio entre todas estas variables, son objetivos centrales para

abordar el problema actual de la creacin en arquitectura en el sistema

de compras pblicas.

Cuestin cultural

Revisadas las principales tensiones que existen entre los procedimientos

de licitacin y concurso de arquitectura, y con la perspectiva histrica

que implica esta investigacin, parece pertinente impulsar una poltica

cultural en arquitectura, que promueva y omente el desarrollo cultural

de la disciplina, y en donde el Estado sea ejemplo en la bsqueda de

calidad e innovacin.

En ese sentido esta poltica busca:

1. Promover la inclusin de la modalidad de concursos de arquitectura

en el marco de la ley de Compras Pblicas y su reglamento.

2. Contribuir a la revisin y actualizacin de los decretos y resolu-

ciones que regulan los contratos de diseo arquitectnico en el

Ministerio de Obras Pblicas, buscando generar mejoras en su sis-

tema de concursos.

3. Fortalecer los instrumentos de apoyo a los concursos de arquitectura

en el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart).

4. Generar instancias de diusin y promocin de los concursos de

arquitectura.

5. Impulsar medidas para proteger los derechos de autor en arquitectura.

Parque Cultural de Valparaso de HLPSArquitectos, proyecto ganador del concursodel 2009, cuyo equipo tuvo que volver a

participar en una licitacin de "Pagocontra recepcin" como parte de unconsorcio constructor para realizar el

proyecto avanzado

Fotografa Cristbal Palma


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INTRODUCCIN

35 experiencias

Entre las innumerables experiencias de llamados a concursos de arqui-

tectura realizados en Chile desde 1895, se han seleccionado 35 casos

representativos de esta problemtica, cubriendo un marco temporal de

poco menos de 120 aos. Se ha buscado reunir ciertas experiencias sig-nificativas, sea porque han impulsado obras notables as como porque

provocaron intensos debates, polmicas o decepciones.

Ms que una revisin de proyectos realizados por concursos, este libro

busca presentar como objeto central las convocatorias, y a travs de

breves textos descriptivos y material grfico, develar las particulari-

dades de cada proceso y de las personas que estuvieron involucradas.

Asimismo se pretende poner en valor un patrimonio que surge de ellos,

enseando las propuestas arquitectnicas y contrastando las entregas.

La prctica de estos 35 concursos de arquitectura, devela su aporte al

desarrollo cultural en Chile, que redunda en orma positiva en la cali-

dad de vida de las personas y en una mejor ciudad.

Bibliografa

Mangado, Patxi (2009): Concursos de arquitectos o

chapuzas. En El Pas, Madrid, 28 de ebrero de 2009.

Montealegre Klenner, Alberto (2010): El limitado alcancede los concursos de arquitectura en Chile: Diagnsticode la situacin actual al 2010. Documento Colegio de

Arquitectos, no publicado.

Prez Oyarzun, Fernando (2007): Tras los concursos.En revista ARQ, Santiago, 67.

Torrent, Atria, Matus (2011): Estudio sobre el diseoarquitectnico en el sistema de licitaciones pblicas parael ortalecimiento de los concursos de arquitectura en Chile.

Documento CNCA, no publicado.

Volker, Leentje (2010): Deciding about quality design,value judgements and decision making in the selectiono architects by public clients under European tenderingregulations. Leiden, Sidestone Press.


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34

1895MandanteCongreso NacionalContraparte tcnica

Direccin General de Obras Pblicas del Ministeriode Industria y Obras Pblicas

Comisin que evalu el mrito de los trabajosSeccin de Arquitectura de la Direccin General de ObrasPblicas del Ministerio de Industria y Obras Pblicas

mbito del concursoRestringido

Nmero de anteproyectos entregados 3

Grados1

Resultados

Anteproyecto recomendado

Emile Gabriel Doyre


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En 1895 un incendio destruy el edificio del Congreso, dejando en pienicamente algunos de sus muros exteriores, con prdidas incalculablesen el patrimonio de la institucin. El edificio original era obra del arqui-

tecto Claude Franois Brunet de Baines, pero en su construccin habanintervenido sucesivamente, adems, los arquitectos Lucien Henault yEusebio Chelli. Segn Ramn Subercaseaux, hacia 1895 el edificio erapretencioso y ro, sin escalinatas ni elevacin de base como deben sertodas las construcciones de estilo clsico; en Santiago lo crean hermosoporque no haban visto otros.1Ms que la recuperacin del siniestradoedificio, se instal la idea de construir un nuevo palacio sobre el terrenoque ocupaban sus ruinas.

Para ello el Ministerio de Industria y Obras Pblicas convoc a laelaboracin de propuestas a tres proesionales: Eugne Joannon Croizier,Emile Gabriel Doyre y Carlos Bunot. Este ltimo desestim la invita-

cin. Doyre entreg un anteproyecto y Joannon Croizier entreg dospropuestas firmadas en conjunto con el arquitecto Carlos von Moltke.

Luego de analizar los anteproyectos, el Consejo de Obras Pblicaseligi la propuesta de Doyre, como aquella que reuna los mayores m-ritos. Ese anteproyecto ue presentado al Congreso. En circunstanciasconusas, el anteproyecto ganador ue desestimado por los parlamenta-rios, argumentando razones de costo, pero inexplicablemente ue con-tratado Bunot para reconstruir el edificio, quien anteriormente habarechazado la invitacin al concurso.

La reconstruccin de Bunot recuper el espritu del edificio original,aunque con la decisin del Congreso se desestimaba un proceso y, de

paso, un vistoso anteproyecto de Doyre, que en palabras de AlbertoMackenna oreca edificar un palacio nuevo ubicado en el centro deljardn: monumento que era una joya de arquitectura.2

PROPUESTAS PARA LA CONFECCINDE PLANOS Y ESPECIFICACIONES

PARA LA RECONSTRUCCINDEL CONGRESO NACIONAL

Bibliografa sugerida

Dalmazzo, Eduardo (1959):

Monografa del Congreso Nacional:

Seminario de Historia de la Arquitectura,proesor Gua Aquiles Zentilli,

Santiago, Escuela de Arquitectur

Universidad de Chile.

Joannon Rivera, Eugenio

(2009): Eugne Joannon Crozier:

Lyon 1860 - Santiago 1938, Santiago,

Municipalidad de Santiago,

Ambassade de France de Chile.

Mackenna Subercaseaux, Alberto

(1903): Concursos pblicos: artculos

publicados en El Mercurio / por Alberto

Mackenna S., Santiago, Imprenta yencuadernacin El Globo.

Subercaseaux Vicua, Ramn

(1936): Memorias de ochenta aos:

recuerdos personales, crticas, reminiscenc

histricas, viajes, ancdotas, Santiago,

Editorial Nascimento.

1 Subercaseaux Vicua, Ramn. Memorias de ochenta aos, p. 61.

2 Mackenna Subercaseaux, Alberto, Concursos pblicos, p. 5.


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36 CONCURSOS DE ARQUITECTURA EN CHILE SU APORTE AL DESARROLLO CULTURAL Y A LA CALIDAD DE VIDA

(de arriba abajo)

Elevacin principal anteproyecto de Emile

Gabriel Doyre

Seccin anteproyecto de Emile Gabriel Doyre

Archivo de Arquitectura Chilena F AU Universidad de Chil


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1895 RECONSTRUCCIN CONGRESO NACIONAL

Planta nivel principal anteproyecto de EmGabriel Doyre

Archivo de Arquitectura Chilena F AU Universida


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Planta nivel principal anteproyecto 1 de EugneJoannon Crozier y Carlos von Moltke

Archivo de Arquitectura Chilena FAU Universidad de Chile


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(de arriba abajo)

Elevacin principal anteproyecto 1 de EugJoannon Crozier

Archivo de Arquitectura Chilena F AU Universidad

Elevacin lateral anteproyecto 1 de EugnJoannon Crozier

Archivo Fotogrfico Direccin d e Arquitectura MO


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(de arriba abajo)

Elevacin hacia calle Bandera anteproyecto 2Eugne Joannon Crozier y Carlos von Moltke

Planta nivel principal anteproyecto 2 EugneJoannon Crozier y Carlos von Moltke

Archivo de Arquitectura Chilena F AU Universidad de Chil


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42

1900MandanteMinisterio de JusticiaContraparte tcnica


Comisin que evalu el mrito de los trabajosCarlos Casanueva (presidente Corte Suprema de Justicia),Gabriel Gaete, Jos Alejo Fernndez, Jos Bernales M.(presidentes de la sala de Corte de Apelaciones de Santiago);Carlos Domnguez (jee de la Seccin de Arquitectura dela Direccin General de Obras Pblicas del Ministerio deIndustria y Obras Pblicas), Ricardo Anguita (subsecretariodel Ministerio de Justicia), Luis Muoz Gonzlez (arquitecto

en representacin de los concursantes)

mbito del concursoPblico


Grados 1

Resultados

Primer lugar

Desierto

Segundo lugar

Emile Gabriel Doyre


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En 1900 el Ministerio de Justicia llam a un concurso pblico para elnuevo Palacio de los Tribunales. Las bases establecan criterios, que enorma temprana, aseguraban la transparencia y calidad del proceso: ano-

nimato en las entregas y el uso de pseudnimos, exclusin de participara los uncionarios pblicos y la inclusin de un representante de losconcursantes en el jurado. Adems se consideraban premios para los tresprimeros lugares.

Estos aspectos dan cuenta de un concurso sumamente avanzado parasu tiempo. Sin embargo, se critic la conormacin del jurado, con pre-dominio de magistrados por sobre arquitectos. Segn Alberto Mackenna,el jurado demor mucho tiempo en dar su allo. Esta demora se esplicaen parte por la incompetencia de sus miembros, personas mui aptaspara desempear unciones judiciales, pero en ningn modo preparadaspara opinar en asuntos de arte.1

Si bien el primer lugar del concurso ue declarado desierto, la pro-puesta de Emile Gabriel Doyre ue la mejor evaluada, siendo recomen-dada para su realizacin. Segn el inorme de Luis Muoz Gonzlez,arquitecto representante de los concursantes, el proyecto de Doyre erauna hermosa composicin sobre motivo de renacimiento rancs. Losdibujos son muy detallados y perectamente concluidos, que demues-tran ingenio y competencia de su autor.2El inicio de las obras se pos-terg hasta 1905, y el edificio ue realizado en dos etapas, con casi veinteaos de dierencia.

El balance de Mackenna es revelador: Este concurso ue una espln-dida maniestacin de arte arquitectnico. En jeneral, todos los trabajos

eran buenos. Solo para estimular el entusiasmo de los artistas nuestroGobierno debi maniestar con largueza las muestras de su satisaccin.Era altamente honroso para nuestro pas el conjunto de las obras pre-sentadas i el esuerzo artstico que las revelaban.3

CONCURSO ABIERTO PARAEL LEVANTAMIENTO DE

LOS PLANOS DEL NUEVOPALACIO DE LOS TRIBUNALES

1 Mackenna Subercaseaux, Alberto, Concursos pblicos, p. 6. Ortografa original.

2 Diario Oficial, 17 de julio de 1900.

3 Mackenna, Op. Cit., p. 7. Ortografa original.




publicados en El Mercurio / por AlbertoMackenna S., Santiago, Imprenta i

encuadernacin El Globo.

Wauters Silva, Mara Vernica y

Manuel Martnez Croskey (1970)

Monografa del Palacio de los Tribunales:

Seminario de Historia de la Arquitectura,

proesor Gua Fernando Riquelme

Santiago, Escuela de Arquitectura

Universidad de Chile.

Revista Zig-Zag, 64, Santiago, 190


44/224


(de arriba abajo)

Elevacin principal proyecto de Emile Gabriel Doyre

Planta baja proyecto de Emile Gabriel Doyre

Revista Zig-Zag del 6 de mayo de 1906. Coleccin Biblioteca Nacional


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1900 PALACIO DE TRIBUNALES

ARCHIVOFOTOGRFICODIRECCIN

DEARQUITECTURAMOP

COLECCIN

MUSEOHISTRICONACIONAL


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46

1902-03MandanteMinisterio de Instruccin PblicaContraparte tcnica

Direccin General de Obras Pblicas del Ministerio de Industriay Obras Pblicas

Comisin para estudiar las bases del concursoDomingo Amuntegui Solar (rector de la Universidad de Chile),Virginio Arias (director de la Academia de Bellas Artes), Jos Forteza(arquitecto), Enrique Lynch y Alberto Mackenna

Comisin que evalu el mrito de los trabajosRaael Errzuriz Urmeneta, Agustn Matte, Juan Luis Sanuentesy Ramn Subercaseaux



Grados 1

Resultados

Primer lugar

Emilio Jequier

Segundo lugar

Alberto Cruz Montt


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En octubre de 1902 el Ministerio de Industria y Obras Pblicas, por man-dato del Ministerio de Instruccin Pblica, llam a un concurso abiertopara el nuevo edificio del Museo y Escuela de Bellas Artes, que se ubicara

a un costado del cerro Santa Luca y con rente a la Alameda, en el solarque hoy ocupa la plaza Benjamn Vicua Mackenna en Santiago.Posiblemente debido a que las bases del concurso no consideraban

premios, solo la promesa de un contrato, o porque se estableca pocotiempo para la elaboracin de las propuestas, a este importante concursose presentaron apenas dos proponentes: Emilio Jequier, quien presenttres propuestas dierentes y se adjudic el encargo, y Alberto Cruz Montt.

Una vez entregadas las propuestas y durante el periodo en que eransometidas a estudio del jurado, una conusa movilizacin de vecinosinfluyentes en mayo de 1903 provoc la ocupacin del terreno fiscal des-tinado al museo, orzando a su transormacin en plaza. Esta peculiar

situacin no solo dej a quienes impulsaban el museo en ojas cero, sinode paso terminaba con el concurso de arquitectura. Alberto Mackennaseal a la prensa: en el concurso del Museo de Bellas Artes se ha bur-lado a los arquitectos i al jurado. Los arquitectos seores Cruz Montt iJequier han perdido tres meses de trabajo ocupndose en coneccionarlos planos de un edificio que se convirti en plaza por obra de la varamjica del ex-Alcalde de Santiago.1

Finalmente, el anteproyecto de Jequier se adjudic el concurso, ycomo es sabido el edificio se construy a partir de 1905 en el parqueForestal, y ue inaugurado durante las celebraciones del Centenario.


Arias Cruz, Virginio (1908):

Memoria histrica de la Escuela de Bellas

Artes de Santiago de Chile, Santiago,Imprenta Cervantes.

El Mercurio, Santiago, 24 de mayo

de 1903.



publicados en El Mercurio / por Alberto

Mackenna S., Santiago, Imprenta i

encuadernacin El Globo.

RevistaZig-Zag, 24, Santiago, 190

1 Mackenna Subercaseaux, Alberto, Concursos pblicos, p. 7. Ortografa original.

CONCURSO ABIERTO PARA ELLEVANTAMIENTO DE PLANOS Y

PRESUPUESTOS PARA LA CONSTRUCCIDE UN EDIFICIO DESTINADO AESCUELA Y MUSEO DE BELLAS ARTES


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(arriba)

Planta nivel principal anteproyecto de EmilioJequier en el terreno de la Alameda

Biblioteca y Centro de Documentacin del Museo

Nacional de Bellas Artes

(abajo de izquierda a derecha)

Elevaciones y planta nivel principal proyectode Emilio Jequier para el Parque Forestal

Archivo Fotogrfico Direccin de Ar quitectura MOP


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50

1907MandanteIntendencia de ValparasoContraparte tcnica

Direccin General de Obras Pblicas delMinisterio de Industria y Obras Pblicas

JuradoEnrique Larran Alcalde (intendente de Valparaso),Juan Schrder (director de Obras Pblicas de Valparaso),Alberto Cruz Montt, Ricardo Larran Bravo, Adrin Dewards(arquitectos, en representacin de los concursantes)

mbito del concurso

Pblico


Grados 1

Resultados

Primer lugar

Ernesto Urquieta

Segundo lugar

Emile Gabriel Doyre

Tercer lugar

Carlos Braga


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Luego del terremoto del 16 de agosto de 1906 el antiguo edificio de laIntendencia de Valparaso, que haba sido edificado entre 1831 y 1832sobre la base del proyecto del arquitecto ingls John Stevenson y una

intervencin posterior de Juan Berg, debi ser demolido.Meses despus del sismo se llam a un concurso de arquitectura parael nuevo edificio. Este se levantara en el mismo terreno de la destruidaIntendencia, en el extremo opuesto al mar en lo que hoy se conoce comoplaza Sotomayor en Valparaso.

Este concurso tuvo la singularidad de que las entregas ueron an-nimas, los participantes utilizaron pseudnimos y que el jurado contcon tres arquitectos elegidos por los concursantes, Alberto Cruz Montt,Ricardo Larran Bravo y Adrin Dewards, quienes representaron a losproponentes, y tuvieron la labor de inormar de los mritos de los traba-jos presentados al resto del jurado. Aparentemente sin mayores incon-

venientes, el jurado determin los tres primeros premios del concurso,siendo ganador el arquitecto Ernesto Urquieta, quien haba trabajadocon Jequier.

El concurso consideraba un terreno bastante menor al que hoy uti-liza, por lo que la propuesta ganadora consideraba un edificio esquina yasimtrico que se adaptaba a la orma del solar, considerando los cuer-pos central y norte. En una etapa posterior se extendi el proyecto haciael sur, completando la composicin simtrica que hoy lo caracteriza. Eledificio ue inaugurado el ao 1910.

La presencia urbana de este edificio se ortaleci luego que se reali-zara el concurso para transormar la plaza Sotomayor en 1934. La reno-

vacin de esa plaza no solo regulariz sus contornos sino que liber deedificaciones las vistas hacia el edificio.


Sez Godoy, Leopoldo (2001):

Valparaso: lugares, nombres y personajes

siglos XVI-XXI, Valparaso, EditoriaPuntngeles, Universidad de

Playa Ancha.

RevistaZig-Zag, 131, Santiago, 19

CONCURSO PARA ADQUIRIRUN PROYECTO DE RECONSTRUCCIN

DEL EDIFICIO DE LA INTENDENCIADE VALPARASO


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(arriba de izquierda a derecha)

Elevacin principal del segundo lugar,anteproyecto de Emile Gabriel Doyre

Elevacin principal del primer lugar,anteproyecto de Ernesto Urquieta


(abajo de izquierda a derecha)

Elevacin lateral del tercer lugar, anteproyectode Carlos Braga

Planta nivel principal del primer lugar,anteproyecto de Ernesto Urquieta



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1907 INTENDENCIA DE VALPARASO


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54

1912MandanteClub de la Unin

Jurado

Directorio del Club de la Unin,con la asesora de Jos Forteza y Claro Solar


Grados 1

Resultados

Primer lugar

Henri Grossin

Segundo lugar

Alberto Cruz Montt

Segundo lugar

Ricardo Larran Bravo

Tercer lugar

Emile Gabriel Doyre

Tercer lugar

Josu Smith Solar


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El concurso para el nuevo edificio del Club de la Unin acapar un graninters y tuvo una considerable participacin de arquitectos. Esto, apesar de que no exista un jurado (el directorio del Club determinaba al

ganador asesorado por expertos) y que las propuestas se revisaban sinresguardar la identidad de sus autores. En un hecho curioso, los ante-proyectos presentados al concurso ueron publicados sucesivamente enla revista Zig-Zag antes de que se conociera el allo, el que avoreci alarquitecto rancs Henri Grossin.

El resultado ue criticado por dierentes socios del Club, quienes po-nan en duda la competencia de Grossin para enrentar las obras y depaso criticaban su anteproyecto, ya sea por sus sinuosas ormas curvas opor considerar su propuesta como modernista. A pesar de la polmica,el allo del concurso y el anteproyecto ganador recibieron el respaldo deRicardo Larran Bravo y de otros como Carlos Lagarrigue. Este ltimo de-

clar: No nos extraa que en contra del proyecto que presenta el jovenarquitecto seor Grossin, proyecto de carcter absolutamente original,de lneas simples y nuevas, se haya ormado una liga que quiere cerrar elpaso a la nueva escuela, que es para ellos un adversario.1

Luego que se postergara el inicio de las obras y estallara la PrimeraGuerra Mundial, Grossin viaj a Francia a enlistarse en el Ejrcito. Ahalleci en un accidente areo a inicios de 1917. Paradjicamente, eseao el Club retomar el proyecto e iniciar la construccin del nuevoedificio, encomendando la arquitectura a Cruz Montt. Este incorpor ensu proyecto no pocos aspectos del anteproyecto de Grossin en el edificioque se inaugur en 1925.

1 El Mercurio, 20 de diciembre de 1912.


Luis Navarro y col. (1925): lbum

del Club de la Unin, Santiago.

El Mercurio, Santiago, 17 de diciemde 1912.

El Mercurio, Santiago, 20 de diciem

de 1912.

El Mercurio, Santiago, 24 de mayo

de 1919.

Grossin, Enrique (1912): Memoria

explicativa del proyecto de edificio destina

al Club de la Unin, Santiago, Impre

La Ilustracin.



CONCURSO ABIERTO PARAEL LEVANTAMIENTO DEL NUEVO

EDIFICIO DEL CLUB DE LA UNIN


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(de arriba abajo)

Elevacin principal del tercer lugar en empate,anteproyecto de Emile Gabriel Doyre

Perspectiva del anteproyecto de Manuel Cifuentes

Elevacin principal del tercer lugar en empate,anteproyecto de Josu Smith Solar

Revista Zig-Zag del 23 de noviembre de 1912.



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1912 CLUB DE LA UNIN

(de arriba abajo)

Elevacin principal del segundo lu

anteproyecto de Alberto Cruz MonPerspectiva del primer lugar, antepde Henri Grossin

Revista Zig-Zag del 23 de noviembre de 19Coleccin Biblioteca Nacional


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LBUMDELCLUBDELA

UNIN

ARCHIVOCENTRALANDRSBELLO


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1912 CLUB DE LA UNIN


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1913-16MandanteMinisterio de Instruccin PblicaContraparte tcnica


Comisin para elaborar el programa, estudios de los planosy realizar la supervigilancia de las obras de construccinDomingo Amuntegui Solar (rector de la Universidad deChile), Carlos Silva Cruz (director de la Biblioteca Nacional),Carlos Balmaceda, Enrique Matta Vial, Alejandro ValdsRiesco, Joaqun Figueroa Larran y Ramn Subercaseaux

Nmero de anteproyectos sometidos a estudio 9

Resultados

Anteproyecto recomendado

Gustavo Garca Postigo


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Con motivo del Centenario se instal la idea de erigir un nuevo edificiopara la Biblioteca Nacional, que se ubicara en el predio del convento delas Monjas Claras, luego que se descartara ubicarlo en el sector oriente

del Parque Forestal.Si bien no se convoc a un concurso de arquitectura propiamente tal,a lo largo de dos aos se revisaron dierentes propuestas para el edificio.En 1913 no ueron pocas las voces que exijieron el llamado a concurso.Sin embargo, el Consejo de Obras Pblicas decidi comisionar para esetrabajo a Emilio Jequier, provocando un gran descontento entre los ar-quitectos. Ese mismo ao el Ministerio de Instruccin Pblica cre unacomisin cuya responsabilidad era elaborar el programa para el edificio,estudiar el proyecto y supervigilar las uturas obras de construccin,estableciendo consideraciones para la decisin que adoptara el Consejode Obras Pblicas.

Jequier elabor dierentes propuestas que ueron sometidas a la eva-luacin del Consejo de Obras Pblicas. Con posterioridad se le pidie-ron nuevas propuestas al mismo Jequier, pero tambin a Emile GabrielDoyre, as como a la Inspeccin de Arquitectura, que ueron rechazadas.

El 17 de marzo de 1915 el Consejo de Obras Pblicas aprob el ante-proyecto para la nueva Biblioteca Nacional, en una versin presentadaa nombre de la Inspeccin de Arquitectura. Luego de una denuncia pre-sentada por el arquitecto Gustavo Garca Postigo y una investigacin alinterior de la Inspeccin, se estableci su propiedad intelectual sobre elanteproyecto aprobado. La disputa sobre la autora del trabajo ya queGarca Postigo era uncionario lleg a instalarse en la prensa, donde el

asunto amenazaba terminar en la justicia.Finalmente en 1916 se reconoci la autora de Garca Postigo sobre el

anteproyecto, otorgndole adems la direccin de los trabajos.


Archivo Nacional, Fondo Ministe

de Industria y Obras Pblicas.

Garca, Marina (1959): Monografala Biblioteca Nacional de Chile, Santiag

Seminario Universidad de Chile.

Prez Oyarzun, Fernando (et al.)

(2013): Plan Maestro Biblioteca Nacion

Documento no publicado.

Recortes de prensa. Coleccin

Biblioteca Nacional. Sala Medina

Revista ARQ, 29, Santiago, 1995.

PROPUESTAS PARA LA CONFECCINDE PLANOS PARA LA BIBLIOTECA

NACIONAL, ARCHIVOS GENERALESY MUSEO HISTRICO


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(de arriba abajo)

Elevacin y planta principal anteproyecto atribuidoa Emile Gabriel Doyre

Archivo Fotogrfico Direccin d e Arquitectura MOP

Planta nivel principal anteproyecto atribuido aEmilio Jequier

Archivo de Arquitectura Chilena F AU Universidad de Chile


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1913-1916 BIBLIOTECA NACIONAL

(de arriba abajo)

Plantas nivel superior y principal anteproyecto

de Gustavo Garca PostigoArchivo Fotogrfico Direccin d e Arquitectura MOP


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Elevacin principal proyecto Gustavo Garca Postigo

Archivo Foto

Documents

Concursos de Arquitectura Web.pdf