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LEON RDO  DE  VIN I ESCRITOS Literarios  y  filosóficos TRADUCCIÓN  Y  PROLOGO  E T. CAMPO MORENO ¥ M AGU1LAR EDITOR MARQUES  E  URQUIJO 9 MA DRID 1930

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    L E O N R D O DE V I N I

    ESCRITOS

    Literarios

    y

    filosficos

    TRADUCCIN Y PROLOGO E

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    L E O N A R D O DE VINCI

    ESCRITOS

    Literarios

    y

    filosficos

    TRADUCCIN Y PROLOGO DE

    T. CAMPO MORENO

    M AGU1LAR

    EDITOR

    MARQUES DEURQUIJO,

    89

    MADRID 1930

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    . . , , - . - - : . , - -

    * ^ : , - , ' . V ; ,

    V P H R H B H I H M I H V I H H I I

    Prlogo biogrfico

    E S P R O P I E D A D

    I'lp. Yugues. Plaza

    dei Coods

    Barajas, i.

    Al recopilar datos acerca del inmortal Leonardo de Vin

    ci, encontramos

    en una conocida enciclopedia la abundan

    te resea biogrfica correspondien te, en la cual

    se

    estudia

    al asojnbroso genio corno pintor exclusivamente, aunque

    se consigna que tambin fu escultor, msico, poeta, ar

    quitecto y sabio de primer orden. Aun sin ms pormeno

    res, bastara la enumeracin de estos ttulos para com

    prender la grandeza del

    tlenlo

    de aquel artista, asombro

    de sus contemporneos. Como escritor vamos a p resentar

    le en el presente libro, que contiene una respetuosa tra

    duccin de obras suyas no conocidas en nuestro pas y

    dignas de la

    fama

    de Vinci en cuantas actividades prac

    tic.

    Digamos antes algo de la historia de su vida.

    Vio la luz Leonardo el ao

    1452,

    en V inci, cerca de Flo

    rencia. Fu hijo natural de un notario de aquella Seora,

    llamado ser Piero, sin que se sepa el nombre de su ma

    dre. Algunos b igrafos le suponen, equivocadam ente, na

    cido de una fam ilia noble del valle del Amo.

    ber Piero

    educ a su hijo esme radam ente, y vio premia

    dos sus desvelos con la capacidad

    sorprendente

    de aquel

    nio, que, sin maestros, aprendi gramtica,

    aritmtica

    y dibujo, pasand o de unas a otras disciplinas con la in

    constancia

    que fu caracterstica de toda su vida.

    Muy joven

    era an cuando, acom pando se de una lira,

    onaba cnticos que l mismo compon a, o mejor dicho,

    provisaba.

    No era sta, sin embargo, su mayor aficin,

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    PROLOGO BIOGRFICO

    sino

    el

    dibujo,

    ara

    el cual manifest extraordinaria ap

    titud.

    En vista de ello, su padre,

    ser Piero,

    mostr algu

    nos diseos de Leonardo al maestro de la escuela toscana

    Andrs Verrocchio, que era amigo suyo, y le pidi conse

    jo.

    Al punto

    vio

    ste que el muchach o tena verdadero g e

    nio, y le tom como discpulo en su taller, donde apren

    di la escultura,

    y

    la pintura, despus de perfeccion arse

    en el dibujo.

    Buena prueba de sus facultades y del minucioso empe

    o que pona en estudiar

    y

    reproducir fielmente seres

    y

    cosas, as como de su arte para combinarlos y transfor

    marlos, es la primera obra suya de que se tiene noticia, la

    famosa rodela que describe Vasari, y

    cuya

    historia es

    como sigue: Un aldeano, vecino de

    ser Piero,

    a quien ste

    utilizaba con frecuencia para ir de caza o de pesca, cort

    un tronco de higuera muy grueso para hacerse un escu

    do , y se lo llev al padre de Leonardo para que lo envia

    ra a Florencia a que, se lo pintasen. En vez de cump lir el

    encargo al pie de la letra,

    ser Piero

    entreg el escudo a su

    hijo, y ste empez por enderezar la madera a la lumbre,

    despus, de lo cual la embadurn de blanco y la prepar a

    su manera para pintarla. Quiso el artista representar all

    algo espantoso, terrorfico, y despus de pensarlo mucho,

    reuni en una hab itacin los animales ms horribles que

    pudo encontrar: murcilagos, serpientes, lagartos, escor

    piones, sapos, etc., y, a pesar de la

    peste,

    que producan

    entre todos, realiz su trabajo

    sin

    interrupcin, hasta que

    acab de pintar un formidable monstruo saliendo de una

    cueva obscura. Cuando lo tuvo acabado, llam a su pa

    dre.

    Tena

    puesta su obra en un caballete y en las mejores

    condiciones de luz. El resultado de aquella prueba fu tan

    satisfactorio pa ra el artista, qu e difcilmente hubiera po

    dido imaginarse juicio ms elocuente.

    Ser Piero

    entr en

    el taller, y tal efecto le hizo la pintura, que, sin darse

    cuenta de lo que era, asustado,

    dio

    media vuelta y hubie

    ra echado a correr a no contenerlo su hijo, dicindole:

    Con lo que te acaba depasar me conformo, pues veo que

    O BIOGRFICO

    I I I

    he logrado mi propsito al pintar ese iiiQiislruo. Puedes

    llevarte el escudo y drselo a su dueo. Trocse en elo

    gios la primera mala impresin del padre, que, entusias

    mado con la obra de Leonardo, se la reserv, comprando

    para su servidor otra que tena pintado un corazn con-

    una flecha clavada. Luego vendi la primera en cien du

    cados a unos mercad eres florentinos, que la revend ieran

    por trescientos.

    Puede

    extraar a nadie que Vinci realizara rpidamen

    te progresos en su aprendizaje? Pocos meses, despus de in

    gresar en el estudio de Verrocchio ya auxiliaba al m aestro

    en -

    trabajos m s imp ortantes, y la precoz superioridad del

    discpulo lleg a inspirar celos a aqul. C onfile el tosca-

    no la tarea de pintar un ngel en el

    Bautismo de Jesucris

    to,

    que le haban encargado los frailes de Vallombrosa (y

    que

    hoy se encuentra en la Academ ia de Bellas Artes de

    Florencia),

    y al

    verse superado por el discpulo, fu tanta

    su, desesperacin, que renunci en aquel momento y para

    siempre a la pintura.

    Esto puede ser cierto o no; pero nadie, negar que fu po

    sible. Cuan do menos, indica que a los veinte arios ya no.

    estaba

    Vinci

    en el estudio de Verrocchio,

    su

    maestro., ar

    tista eminente, escultor, pintor y orfebre, cuyo verdadero

    nombre era Andrs de Cioni.

    De los diez o doce aos que Leonardo pas en Florencia,

    apenas se sabe nada; Vasari, que tena poqusima benevo

    lencia para con el insigne pintor, slo dej detalles insig

    nificantes

    y

    breves, que tampoco tienen

    ampliacin

    en las

    referencias de Lomazzo.

    Tratndose de Vinci, tiene poca importancia esa falta

    de documentos cronolgicos, pues, segn dice, muy acer

    tadamente, Charles Clmen t, ida fantasa que gobernaba

    sus actos rega tambin sus esludios,

    y

    es probable que

    aun con mayor cantidad de documentos fuera difcil ha

    llar en su vida esa unidad y ese desarrollo normal y, por

    decirlo

    as,

    lgico de su talento, tan acusados en Miguel

    ngel,

    y ms

    todava en Rafael. Aquel hombre asom-

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    PROLOGO

    BIOGRFICO

    broso en quien el sabio predominaba sobre el artista ini

    ci desde el primer da de su estancia enFlorencia sus es

    tudios de mecnica,

    de

    hidrulica, de ptica, de geologa,

    que no abandon nunca, y en los guales resulta ser pre

    cursor

    y

    muchas veces mulo de los Bacon, de los Lapla-

    ce

    y

    de los Cuvier. No era ajena a su talento ninguna rama

    del saber humano. Poeta, a veces, cantaba admirablemen

    te y era un msico muy diestro. Bien formado, de rara

    hermosura , con sorprenden tes fuerzas fsicas, era nada

    dor infatigable, jinete meritsimo y maestro de armas ave

    zado a todas las habilidades de la esgrima y la gimnasia.

    Pudiera creerse

    que

    la naturaleza tuvo empeo en reunir

    en l todas las cualidades del espritu. La pintura slo era

    para l, entonces, un entretenimiento, y se dedicaba a

    aplicar al arte su espritu inventivo. Persiguiendo

    la

    no

    vedad en los procedimientos, modelaba bocetos de las figu

    ras que se propona pintar, para estudiar el relieve en sus

    menores detalles; gracias a esto,

    su

    conocimiento de las

    medias tintas y de la gradacin de tonos era prodigioso;

    pero, a juzgar por las obras de su juventud que han llega

    do hasta nosotros, la imitacin textual, si as puede dec ir

    se, del natural era su ms decidido propsito, y hasta al

    gn tiempo despus no estudi con extraa perspicacia y

    reprodujo con arte de consuma do conocedo r los efectos de

    las pasiones y de los afectos del alma por medio de la ex

    presin del rostro.

    De cuantas obras ejecut Vinci durante su estancia en

    Florencia, slo tres: el ngel del

    Bautismo de Cristo,

    de

    Verrocchio (Academia florentina); la

    Cabeza de Medusa

    y

    la Adoracin de los Reyes Magos (Galera de los Oficios),

    hemos podido conocer. Las dems que citan sus bigrafos,

    Neptuno guiando unos caballos marinos,

    pintado para

    Antonio

    Segui;

    un cartn de gran tamao, Adn y Eva,

    en el cual estaban interpretados con minuciosa exactitud

    todos los detalles del paisaje, flores y animales; admira

    bles retratos al carbn de Amrico Vespucio y del cabe

    cilla de bohemios

    Scaramuccio,se

    perdieron irremediable-

    PR.OGO BIOGRFICO

    mente al parecer. Lo mismo

    lia

    ocurrido con la imagen

    de la

    Virgen,

    propiedad del Papa demerite

    V/i ,

    que fu

    vista por D'Aryenville en el Vaticano a,mediados del si-

    alo

    XVIII,

    cuadro en el cual la imitacin de la realidad

    '

    era cosa extraordinaria, pues Va sari consigna que figura

    ba en l un jarrn con flores cubiertas de roco, de tal

    frescura que parecan arra ncadas a la naturaleza.

    La curiosidad de Leonardo era insaciable: todo lo que

    poda ser observado le

    parela

    interesante. Concu rra a los

    mercados y a las tabernas, acompaaba a los senlencia-

    I

    dios en la hora del suplicio y reuna en su casa grupos de

    aldeanos,, a quienes o bligaba a beb er con exceso, y luego

    les contaba cuentos jocosos, aprovechnd ose de su embria

    guez para tomar apuntes de sus ges-tos y contorsiones. As

    tuvieron origen esas cabezas tan expresivas y esas carica

    turas,

    la

    mayor

    parte

    de las cuales han sido

    reproducidas

    mucha s veces por el grabado : aqullas revelan profundo

    conocimiento del corazn humano; stas son grotescas, y

    nada ms. ,

    Bobusto por naturaleza, poda Vinci atreverse a toda

    clase de fatigas y, de diversiones; se vela muy solicitado

    por la alta sociedad florentina, que tanto b rill en tiemp os

    de los primeros

    Mediis.

    Su carcter simptico agradab a

    a todos; su ingenio,

    su

    animacin, su liberalidad dejaron

    tan buenos recuerdos en Florencia, que el mismo Vasari,

    a pesar del rencor que le tena por haber rivalizado can

    Miguel ngel, hablaba de l as: Tanto era su prestigio

    y

    tanto el encanto de su conversacin, que en seguida se

    apoderab a de todas las voluntades. Sin poseer nada y

    siendo poco trabajador,

    tuvo,

    siempre criados y cab allos,

    que le gustaban sobre todas las cosas, y una coleccin de

    animales de todas clases que eran su distraccin, y a los

    uales

    cuidaba con paciencia

    y

    cario infinitos. Frecuen-

    emente, cuando pasaba por algn sitio donde se vendan

    cab"

    5

    ' Vagaba por ellos el'precio q ue le pedan, los,sa-

    7ih'

    a

    *

    J

    la

    aul

    "

    con

    sus

    propias manos

    y

    les devolva la

    iioertad. '

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    PROLOGO BIOGRFICO

    PRLOGO BIOGRFICO

    Vil

    ,4.

    pesar del enorme

    tlenlo

    de que tantas pruebas haba

    dado ya, no parece que disfrutara de mucho favor ton Lo

    renzo el Magnfico. Era ms apreciado como ingeniero que

    como

    pintor, no obstante lo cual fu desechado su proyec

    to' de canalizacin del Amo. Muy p osible es que la vida de

    placeres que llevaba, y tambin la multiplicacin de sus

    estudios, la inquietud de su carcter y su indiferencia ha

    cia las cuestiones polticas y religiosas, que entonces apa

    sionaban a la gente, impidieran a sus compatriotos apre

    ciar su genio en lo mucho que vala. Tanto

    era

    as, que

    resolvi buscar m.ejorsuerte fuera de su patria, y anima

    do tal vez por los ofrecimientos de Ludovico, el Moro, qu e i

    se propona erigir un monumento a la memoria de su pa

    dre, se fu a Miln el ao U83, segn unos, o U80, en

    opinin de otros. Por aquella poca escribi a Ludovico el

    Moro

    la curiosa carta

    que

    se conserva en la Biblioteca

    Ambrosiana, de Miln,

    y

    que fu publicada por Ama retti.

    No puede decirse que tal carta sea un modelo de modes

    tia; Leonardo compa rta, al parecer, en este punto la opi

    nin de los antiguos, que consideraban que aquella virtud

    era un vicio; fiero la

    nomenclatura,

    que en ella especifica

    de sus estudios

    y

    sus investigaciones demu estra, hasta qu

    yunto atraan a aquel joven de veintiocho o treinta a os

    los problemas cientficos, aparte de los trabajos, de arte

    y a pesar de las distracciones de su vida social. El artista

    se ofreca principalmente como ingeniero de guerra. F u

    aceptado su ofrecimiento, y de su primera entrevista con

    Ludovico

    el Moro

    puede leerse en Vasari el muy curioso

    relato siguiente:

    Precedido por su extraordinaria fama, lleg Leonardo

    a Miln, y fu presentado al duque Ludovico Sforza, su

    cesor de Juan Galeas. Al duque le gustaba mucho or to

    car la lira, por lo cual se present Leonardo con un ins

    trumento construido p or l mismo. Era una lira, casi toda

    de plata, que tena forma de crneo de caballo, configura

    cin extraa que daba a los sonidos ms intensa vibracin

    y

    mayor sonoridad. En aquella ocasin qued muy por en

    cima de. todos los msicos convocados para

    dejarse

    or, y

    adems le juzgaron como elms hbil improvisador de su

    poca. El duque, d espus d e orle, se qued tan entusias

    mado con su pericia, que le. colm de elogios y de mimos.

    Le encarg en el acto un cuadro de altar,

    La Natividad

    de Nuestro Seor, que el prncipe regal al emperador en

    cuanto estuvo terminado.)

    La proteccin del lbrico y prdigo duque de Miln fu

    lo que Leonardo esperaba, y los diez

    y seis^

    o diez y ocho

    aos de su permanencia en la Italia Su perior fuera n

    las

    ms felices y los ms fecundos de su vida. Se acomodaba

    muy bien a sus ambiciones el fausto de una

    corte

    esplen

    dorosa. Menos escrupuloso de lo que lo hubiera

    sido

    Mi

    guel ngel en anlogas circunstancias, se prest su pin

    cel ms de una vez a los licenciosos caprichos de su amo.

    Preparab a fiestas en las que l era el principal elemento,

    y las bodas de Juan Galeas con Isabel de

    aples y

    del

    propio duque con Beatriz de Este le ofrecieran oportuni

    dades de desplegar todos los recursos de su inventiva ima

    ginacin.

    Tales distracciones no retrasaban sus estudios ni los

    quehaceres de otra clase que le encomend el duque. Su

    primer cuidado fu, al parecer, agrupar en torno suyo

    algunos discpulos y organizar la Academia de Miln,

    cuya finalidad no se

    conoce

    bien hoy todava.

    La

    cre,

    o

    por lo menos la reorganiz por completo, y le dio su nom

    bre, como lo demuestra una frase de Vasari y un sello en

    el que aparecen estas palabras;

    Leonardi Vinci Academia,

    sello del cual existe un grabado antiqusimo, hecho prp-

    oaotemente por el mismo m aestro, que Amo retti reprodujo

    al frente de su obra, y que representa uno de esos extraos

    enredos de cuerda, una especie de nudo complicado que

    aparece con frecuencia en los dibujos de Vinci.

    Se ignora la clase de los estudios que en aquella Aca.de-

    %

    a se cursaban, as como la importancia, d e la misin

    'm

    6n

    d

    lla tenia su

    fundador. Escuela o corporacin, pien-

    ifica, daba, al parecer, mucho trabajo a Leonardo, que,

    http://aca.de/http://aca.de/
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    .. . ..-.

    .; > {

    il

    PROLOGO BIOGRFICO

    si liemos de juzgar por los numerosos manuscritos, que

    ms

    parecen preparativos

    en

    forma de notas para leccio

    nes pblicas que obras definitivamente redactadas, era el

    profesor principal,

    si

    no el nico.

    Be ser, como se cree generalmente, la mayora de aque

    llos manuscritos destinados a la enseanza, precisa ser

    reconocer que los estudios que se cursaban en la Acade

    mia de Miln abarcaban la casi totalidad de las ciencias

    que interesan a las bellas artes; es decir, segn la opi

    nin,

    repetidamente manifestada por el mismo Leonard o,

    todo, exceptuando la Teologa, la Filosofa y el Derecho.

    Probable es, por otra parte, que el

    Tratado de la Pintura,

    su obra ms considera ble, la nica publicada completa,

    constituyera el cuadro general de sus enseanzas. Sus tra

    tados especiales, perdidos unos, y otros cuyos manus.cri- ,

    los se conservan en parte en Pars, en Miln y en Lon

    dres, estaban destinados a completar aqul, desarrollan-

    '

    do los temas principales relacionados con el arte, del di

    bujo. Repetidame nte habla el mismo L eonardo en su Tra

    tado de la Pintura

    de las obras que haba escrito o

    se

    pro

    pona escribir. All menciona el

    Tratado de la luz y de las

    sombras, cuyo manuscrito ha llegado hasta nosotros, y

    que l empez a escribir el 23 de abril de WO. En

    U89

    es

    taba redactando un

    Tratado del movimiento local,

    en el

    que se ocupaba de la quietud,, el movimiento, y la ponde

    racin del cuerpo humano. Comenz otra obra, que deba

    ser muy imp ortante, titulada

    De la teora y de la prcti

    ca. Refirese adems a un Tratado de los movimientos del

    hombre

    y

    a otro acerca de

    Las proporciones del cuerpo

    humano,

    en el cual indica las medidas de la cabeza (di

    este manuscrito slo queda un fragmento). Parece ser que

    le preocupaba mucho la idea de la

    armona

    entre las dis

    tintas pa rtes del cuerpo, o proporcin, corno l la llama

    ba. Se echa en cara a s mismo no haber podido lograr la

    perfeccin d el arte, aunque la persigui sin descjmso:

    PRLOGO

    BIOGRFICO

    Mirator veterum discipulus qu e memor,

    Deuit una mihi symmetria prisca; peregi

    Ouod potui. Veniarn da mihi , posteri tas

    As dice su epitafio,

    compuesto por

    el poeta Platino

    Piat-

    lo cuando l viva, y probablem ente por su encargo:

    Ad

    mirador de los antiguos,

    y

    agradecido discpulo suyo, slo

    una cosa me ha faltado: su conocimiento de las propor

    ciones. Hice lo que pude. Que la posteridad me perd one

    Adems de los indicados, habla Vasari de un Tratado

    de perspectiva que constitua la introduccin, de sus dis

    tintas obras acerca de. la pintura, y del cual a seguraba

    Benvenuto Cellini que haba posedo una copia.

    En Pars, y con el profesor Marco Antonio de la Torre..

    estudi Anatoma Leonardo, que hasta acostumbraba a

    hacer de sus disecciones dibujos con lpiz rojo, que

    luego

    retocaba a pluma. Adem s redac taba las lecciones de

    su

    maestro, desarrollndolas y comentndolas.

    Todava se cita un Tratado ms: el de la

    Anatoma del

    caballo,

    que compuso cuando trabajaba en la estatua

    ecuestre de Francisco Sforza, y que fu destruido al mis

    mo tiempo que este hermoso monumento, cuando llegaron

    los franceses.

    El Tratado de la Pintura es una especie de enciclopedia

    de las artes del dibujo; pero no es en esta obra ni en al

    gunos voluminosos escritos donde se debe buscar a Leo

    nardo completo. El libro no pasa de. ser un programa y

    los manusc ritos no han sido descifrados del todo, ni lo se

    rn probablemente nunca. Afirm Lucas Pacioli qu e Vin

    el era zurdo, y el examen Jle sus dibujos parece indicar

    que efectivamente los traz con la mano izquierda. Aseg

    rase tambin que, aunque no fuera zurdo, acostumbraba

    a escribir con dicha mano y empezando las lneas por la

    derecha, a estilo oriental, y al revs, por lo cual, para leer

    que el escriba era prec iso valerse de un espejo que . in

    virtiera los escritos. Como era hombre de secretos, de mis-

    , de recetas, nacido cuando estaba la alquimia en

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    rrr.r

    , , ,

    . .

    PKftL&GO

    BIOGRFICO

    P R OL OGO'

    BIOGRFICO

    lodo su auge, es posible quees-cribie.se as, sin ser

    zura,

    con el deseo de sustraer a la curiosidad y a la indiscre

    cin ajenas sus inventos.

    En el ao

    1490

    se interrumpieron las obras de la catedral

    de Miln, a causa de los disentimientos que hubo entre

    los arquitectos italianos y alemanes que las dirigan. Aqu

    llos queran que se adoptara el

    estilo

    del Renacim iento, y

    se vean apoyados por Ludovico

    el Moro

    y por la opinin

    pblica; los alemanes optaban por el arte gtico y la uni

    dad-de estilo, y opinaban que el monu mento deba ser ter

    minado con arreglo a los procedimientos seguidos hasta

    entonces. Renovronse, con motivo del coronam iento de

    la Cpula de Miln, las violentas discusiones que se pro

    dujeron en tiem.pod e Hrunelleschi a causa de la ejecucin

    de la cpula de Santa Mara del Fiore. Las sesiones del

    Congreso de arquitectos convocado

    .por

    el duque eran ms

    tormentosas cada vez. El

    27

    de junio de

    1450

    haban sido

    presentados y rechazados cuatro proyectas; losmilanes&s

    esperaban con impaciencia el

    resultado de las

    delibera

    ciones, que no se acababan nunca. Se nombr a Leonardo

    adjunto de los arquitectos rivales, y aunque no se sabe

    exactamen te la participacin que le correspond i en la de

    cisin adoptada, es de suponer que la alta, autoridad que

    le daban sus especiales conocimientos en matemticas apli

    cadas contribuy a poner

    fin

    al debate.

    Al mismo tiempo que intervena en este asunto, ocup

    base en importantes trabajos de hidrulica y realizaba los

    primeros estudios del canal de la

    Martesana,

    estudios que

    no

    termin hasta mucho despus.

    Durante diez

    y

    seis aos trabaj sin cesar en el gigan

    tesco monum ento que el duque d e Miln quera erigir a

    Francisco Sforza, y an le quedaba tiempo para ejecutar

    varios trabajos de escultura, bustos de. ancianos, imge

    nes de Cristo, de la Virgen y otras que slo conocemos por

    lo que de ellas dice Loma zzo en su Tratado del arte de la

    . pintura.

    Esta labor tan

    variada

    no interrumpi la obra

    principal, la estatua de Sforza, que fu descubierta en

    1493'

    poco despus de la boda del

    duque

    de Miln con Bea

    triz de Este. Caus el monum ento admiracin exlraordina-

    tria pero a Leonard o le pareci siempre q ue era preciso

    corree/ir

    algn detalle, y cuando o currieron los

    sucesos

    de

    1499 no estaba fundida todava. A los arcabucero s gasco

    nes de Luis XII les pareci muy divertido tomarla por

    blanco de sus disparos,

    y

    la hicieron pedazos.

    La fatalidad pareca empeada en destruir las obras

    :

    ms im portantes de Leonard o de Vinci. Otra de ellas, el

    [fresco

    de la

    Cena,

    del C onvento de Santa Mara de la Gra-

    I

    cia, de Miln, est destruida. Un documento citado por

    vAmoretti consigna que an estaba pintando esta obra en

    ;

    1497, y probablemente la termin aquel mismo ao. Tra-

    fbaj en ella con un ardor y un entusiasmo que. no e ran

    ffrecuentes en l. Bandello cuenta que muchas veces vio a

    Leonardo abandonar de pronto el

    modelado

    de la estatua

    |

    ecuestre, a medioda, durante los

    ms

    intensos calares de

    la cancula, para ir a Santa Mara a terminar can dos o

    tres pinceladas algn detalle de la

    Cena,

    como si de este

    modo hallara alivio a sus preocupaciones. Otras veces se

    quedaba tan absorto, tan esclavo de su labor, que perma

    neca en ella desde por la maan a hasta por la noche, sin-

    acordarse de comer ni de nada.

    Pas el tiempo, y abruma ron al gran artista penalida

    des de todas clases, obligndole a salir de Miln. Las

    obras que ejecut no le enriquecieron, ni mucho menos;

    cuando la suerte le sonrea se daba vida de potentado y

    comparta su dinero con amigos

    y

    discpulos. Era bueno.

    Melzi

    le llama en sus cartas

    buen

    amigo

    y

    padre exce

    lente, pero careca de esa dignidad de carcter y ese amor

    la independen cia que aconsejan la previsin

    y

    el estoi

    cismo. La carta

    que

    escribi al duque

    de

    Miln para par

    ticiparle sus apuros es de una tristeza y una humildad

    conmovedoras.

    Por^un

    documento de

    26'

    de abril de 1 499 le don Luis

    n viedo situado junto a la puerta de Vercellino. Paco

    espus era expulsado de sus estados Ludovico el Moro,

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    i m f W n l U B ^ ^ B I

    PROLOGO

    BIOGRFICO

    PRLOGO

    BIOGRFICO

    XH

    y Leonard o presen ci la destruccin de l modelo de inonu-m

    ment a Francisco Sforza y de las obras que pint par&W

    el palacio ducal, as como de las

    hermosas

    y admirables*

    construcciones del palacio de Galeas-San Severino. AlpaM

    recer no tena mucho deseo de marcharse de la capital

    def

    la Lombardia; se consideraba afecto a la persona del

    prral

    cipe, fuese ste quien quisiera, y deseaba permanecer enl

    aquel lugar, donde ya tena una propiedad y donde le hu-

    Mera

    gustado co ntinuar su obra.

    Las dificultades que la guerra proporcionaba a Luis Xll

    no le permitieron probablem ente utilizar los

    conocimientos'-

    del hombre a quien tanto haba de apreciar poco despus,'

    y Leonardo se march a Florencia con su discpulo Salai yI

    su amigo el matemtico Lucas P acioli. Hall a susami-{.

    gos de Florencia trastornados por los desrdenes

    y

    las agi

    taciones qu e siguieron a la muerte de Savonaro ta. Fray* ';

    Bartolom era monje en el convento de San Marcos; Lo-'

    t

    venzo de Credi, desesperado por la muerte del reformador,

    :

    renunci a la pintura y guiso retirarse al hospital de San^l

    la Mara la Nueva para morir all;

    Boticelli,

    viejo, pobre'-

    y

    amargado, no era ya el alegre camarada a quien

    cono-.

    ci veinte a os antes. El Perugino fu el nico de sus an-i

    tiguos amigos que no lom parte alguna en los acontec-1

    mientos que tuvieron por escenario a Florencia. Era

    des-;\

    de hacia mucho tiempo am igo de. Leonardo, y como l,

    senta la mayor indiferencia hacia las cuestiones polticas .

    y

    religiosas.

    En cuanto lleg a Florencia, Leonardo reanud sus es

    tudios sobre la canalizacin del Amo, que l pretenda ha-

    i

    cer navegable desde Florencia hasta Pisa. Empez proba-1

    blemente en tonces el retrato de Mon na Lisa del Gioconda,

    e hizo el de la bella Ginevra de Benci, ya retratada por

    i

    Ghirlandajo en un fresco de Santa Mara,la Nueva.

    Despus de una perma nencia bastante larga e n Floren- '.

    ca, entr Leonardo al servicio de Csar Borgia, que le

    1

    nombr, en

    1 5 0 2

    su arquitecto e ingeniero general. Se pas i

    todo aquel ao, casi, dibujando puertos, proyectando for-

    ticaciones, recorriendo la

    Bomaa

    y

    la

    Umbra en todos

    sentidos, e 'hizo tambin un breve viaje a Boma. En enero

    de 1 5 0 3 'estaba de regreso en Florencia, donde figur en

    tre los artistas designados para dar su opinin acerca del

    sitio donde haba de colocarse el

    David

    de Miguel

    ngel.

    En 1 5 0 b recibi el encargo de decorar una de las paredes

    del saln grande del

    Palacio

    Antiguo. Como tena que pin

    tar un asunto de la historia de Florencia, eligi un episo

    dio de la batalla de Anghiari, qu ganaron sus compa trio

    tas contra Piccinino. Enterado de

    que

    iba a ser competi

    dor suyo en la ornamen tacin de aquella estancia M iguel

    ngel, eligi intencionadam ente un asun to, de accin que

    :

    le permitiera seguir a su tem ible rival en el propio terre

    no de ste. No queda traza alguna del cartn que hizo

    para ejecutar aquella pintura, que tambin ha desapare-

    t

    cido. Sin termina rla, abando n e l trabajo, en el cual ocu

    paba a numerosos pintores,

    y se

    supone que el brillante

    xito del cartn de Miguel

    ngel La guerra de Pisa

    moti

    v su renuncia.

    Begres a Miln en agosto de 1 5 0 6

    y

    el mariscal Chau-

    moru, gobernador de Lombardia, nombrado por Luis XII,

    le dio pruebas de la ms sincera amistad, qu& le . praf&

    hasta su muerte. El mariscal

    solipit

    de la seora de Flo

    rencia que permitiese a Leonard o prolong ar la estancia a

    su lado, en Miln, porque le necesitaba durante una breve

    temporad a. La respuesta no debi de ser satisfactoria,

    pues en octubre siguiente insisti el mariscal, a quign

    contest el severo gonfalonero Soderini, secamente: Dis

    pnsenos

    Su Seora que no concedamos el permiso, que

    nos solicita para Leonardo de Vinci, porque ste no se ha

    portado como deba con la Bepblica. Deseamos qm no

    vuelva Su S eora a pedirnos ese., permiso, porque no po

    demos prescindir del trabajo de aqul. Sali Leonardo de

    Miln provisto de una carta de recomendacin del maris-

    cat'-para

    el gonfalonero, el cual no por ello dej de. afear

    civn

    101 SUS inexaciitudes

    , su desconfianza y hasta el anti-

    P0 que haba recibido para hacer un trabajo que no ac-

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    10/153

    .. < > .'M'f.

    r

    &NHIHi

    XIV

    PROLOGO

    BIOGRFICO

    baba. Ofendido el artista, visit a sus amigos, complet la

    cantidad que le echaban en cara que hubiera recibido y

    im

    la llev a Soderini, el cual no quiso recibirla.

    Desde aquel momento slo pens Leonardo enmarchar-j

    se de la

    ciudad,

    donde

    forzoso

    es

    reconocerlonunca

    estimaron en lo que vala, y slo volvi una temporada

    I

    muy breve en 1507 y otra en 1511,con motivo de un pleito,

    que tena con un hermano suyo

    acerca

    de la herencia del

    un to paterno, y en 15U, cuando iba a Roma con Julin/

    de Mdicis, a la coronacin de Len X. A su regreso a Mi-;

    ln

    hall Vinci lo que ms estimab a en este mundo : tran-

    quilidad y amigos. La Lombarda, destrozada por la gue-

    rra, renaca b ajo la sabia y justa a dministracin del ma

    riscal Chaumont y Juan Jacobo Trivulcio. Melzi recibi

    a-,

    Leonardo en su quinta de Vaprio, y poco despus, en ami$-\

    tosa colaboracin, pintaron ambos la gigantescaVirgen,.,}

    cuya cabeza no mide menos de metro y cuarto, hoy des-\

    truida por el tiempo y por los soldados, pero cuyos restos'

    conservan todava tanta majestad. Volvi a tener en tornoI

    suyo a sus discpulos,

    y

    el primer dinero que cobr

    tM

    compa rti, segn d icen, con Salai, qu e deseaba dotar a su;

    hermana.

    Llamado a Miln, principalmente paraterminar el ca-

    nal de la Martesana, pudo dedicarse, bajo la amistosa pro-'

    teccin de Carlos de Amboise, a sus aficiones cientficas

    J

    i

    a la persecucin de sus quimricas invenciones.

    Muchos son los trabajos

    cientficos

    de Leonard o. Indic

    claramente o adivin gran nmero de descubrimientos. De'},

    algunos pasajes de sus manuscritos se deduce que cono

    ci antes que

    Coprnico

    el 'movimiento

    de

    la tierra. Sus

    observaciones acerca de la circulacin de la sangre, de la

    capilaridad, del imn, de la refraccin, del centelleo, e

    las estrellas, de la luz de la luna, del flujo

    y

    el reflujo; sus

    I

    estudios de fisiologa, botnica y sobre todo de geologa, I

    en los cuales formul, con tres siglos de anticipacin y de

    un modo muy exacto, las

    bases

    de una ciencia que se

    tie-

    ne por reciente, le colocan en la categora de los ms emi-

    PKLOGO

    BIOGRFICO

    XV

    nenies naturalistas de la escuela moderna . Invent la c

    mara obscu ra y el higrmetro. Sus conoc imientos en ma

    temticas p uras, eran muy extensos, y se preocup p rinci

    palmente en aplicarlos a la industria. Llamab a a la me

    cnica

    e

    paraso de las ciencias matemticas)). Entre

    sus dibujos los hay de mquina s para laminar el hierra,

    para tundir el pao, para hac er tornillos, sierras, cepillar,

    cavar fosos, sondar, arar utilizando el viento

    como

    fuer

    za motriz y, por ltimo, su detalladsimo estudio del famo

    so can arcliitonitro (archilrueno), que demuestra que

    discurri emplear el

    vapor

    de agua como

    agente propul

    sor. Por todo lo dicho se ve que, como hombre de. ciencia,

    Leonardo debe ocupar un lugar eminente.

    En

    1507

    fu nombrado pintor

    del

    rey por Luis XII. En

    11511, la muerte le priv de un protector que era adems

    un buen amigo: el mariscal de Chaumont.

    Cuando en

    1513

    fu Leonardo

    a

    Roma con Julin

    de

    M

    dicis, el artista casi haba m uerto, pero el hombre de cien-

    . cia se agigantaba en la plena conciencia de su valer. Aq uel

    momento deba de

    ser

    solemne en la vida de Vinci; enfer

    mo a causa del exceso de trabajo, unida, la enorrne canti

    dad de sus manuscritos a una labor constante, y diaria,

    debi aparecrsele como la obra ms grande de su

    existen

    cia. Una nota del Cdigo Atlntico nos losesenta en Bel

    vedere, en el estudio que te.fu construido par orden del

    Magnfico, absorto en ejercicios

    nocturnos

    de matemti

    cas. Otra nota nos le deja ver en Monte Mario, ocupado

    en buscar las seales de un pa sada remo tsimo: de cuan

    do el mar cubra toda la tierra sobre la cual haba de sur

    gir, andando el tiempo, Roma. El foso del castillo de

    Sant'Angelo

    le proporcion ocasin para algunas, observa

    ciones de acstica; los jardines del Vaticano le ofrecen

    materia d e investigaciones zoolgicas y botnicas y expe

    rimentos acerca del vuelo

    de

    las aves. El Hospital de

    ioma le abri sus puertas, y las notas anatmicas que

    U7

    '

    aM

    fon ms extensas y ms numerosas.

    a pasin por el estudio, el misterioso modo de obrar de

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    11/153

    XVI

    PHLOGO BIOGRFICO

    PRLOGO

    BIOGRFICO

    XVII

    Leonardo, que ya le haban valido enFlorencia las censu

    ras de algunos' timoratos de Dios, entonces, en la ltima-

    1

    poca de su vida, despiertan en la sociedad roman a, ab-M

    sorta ante los esplendores del renacimiento pagano, cier-'

    to terror mezclado

    con,

    sospechas. Un tal Juan Tedesco, ce-,

    loso de la simpata de que daba constantes prueb as Julin

    de Mdicis a Leonardo, encuentra terreno

    favorable paral

    sembrar maledicencias,

    y

    una, disensin p ersonal termina

    I

    en la persecucin del sabio. Cierto da, cuando iba al UosA

    pital

    para proseguir sus investigaciones, que a la mente

    j

    de la generalidad, envuelta todava en las nieblas medioe-

    '

    vales, le parecan actos de

    profanacin,

    Leonardo se en-\

    contra

    con la prohibicin terminante

    de

    entrar, dado

    por

    :

    i

    orden superior.

    Fu un momento

    extraordinariamente

    triste; la

    malain-

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    fm^mmmHuaHm

    XVI I I

    PROLOGO BIOGRFICO

    PRLOGO BIOGRFICO

    XI X

    iiera indica cuarenta libros de hidrulicay ciento veinte}

    de estudios anatmicos, subdivididos por l y clasificados.

    A

    pesar del distinto grado de

    realizacin

    de los escritos),

    y de sus frecuentes repeticionesque revelan la constante]

    preocupacin de Leonardo por expresar con toda claridad

    su

    pensamiento,

    en el fragmentario material se vislum--

    bra su obra, que debi de ser, en el perodo ms brillante

    del renacimiento, lo que fu la divina comedia para sm

    poca trecentista. Por ejemplo, limitndonos a la anato

    ma, d espus de prometer al lector que te ser prsenla-,

    da la cosmografa del mundo menoro sea del cuerpo hu-.

    manocon

    el mismo orden que a m me present

    Tolomeoi

    la del Universo en su Cosmografa, y para lograrlo dividi

    r aqul en miembros, como l divide la tierra en provin

    cias,

    y

    dir la funcin de cada parte, termina Leonard o:

    Ojal me permitiese Nu estro Au tor describir el carcter

    de los hombres y sus costum bres del mismo

    modo

    que des

    cribo su figura

    Existe una extraa analoga entre el sistema de trabajo

    al cual tena que someterse Leo nardo, al arrostrar el es -

    tudio de los argumentos ms singulares y variados, para

    llegar a la certidumbre que nace del conocimiento nte

    gro de todas aquellas partes, qu e cuando se hallan unidas

    constituyen el todo,

    y

    el de Balzac, cua ndo, describiendo

    la fbula de la

    Comedia humana,

    resuma el mtodo qua.

    sigui con una concisin perfectamente vinciana en su

    forma:

    Como

    todas las cosas son causantes

    y

    causadas,

    auxiliares y auxiliadas, creo imposible co nocer las partes

    sin conocer el todo, ni el todo sin conocer las partes.

    Ante estas palabras parece que se est oyendo a Leonar

    do explicar lo que fu el mayor trabajo de su imaginacin,

    de su vida, en constantes alternativas entre las investiga

    ciones de la naturaleza y las deducciones de la

    experieii-

    ' cia, pasando de los ms levesfenmenos a los grandes pro

    blemas, a la sntesis de las fuerzas y de las leyes que ri

    gen el mundo en la

    pradigiosa unidad

    de su organismo

    y

    de su existencia.

    No es cosa que deba asombrarnos el hecho fe que tal&s

    materiales, aquellas partculas del pensam iento que que

    dan en el desorden originado po r su tumultuosa forma

    cindesorden

    agravado por la sucesiva desmembracin

    de alguno d e los volmenes de notas y dibujos que dej el

    gran

    artista-,

    hayan sido considerados durante mucho

    tiempo como el fruto de una imagina cin extraa, inquie

    ta; pero menos an puede sorprendernos la leyenda rpi

    damente d ifundida de un

    Leonardo dedicado

    al cultivo de

    las ciencias ocultas

    y principalmente

    de la A lquimia,

    como escribi Vasari: de un Leonardo cultivador de or

    es

    secretas. La leyenda contribuy a justificar el secular

    abando no en que permanec ieron los escritos vincianos,

    que se tuvieron p or misteriosos, por la misma singulari

    dad de la escritura al revs, comp licada c on abreviaturas

    y cifras, descomposiciones y agrupaciones de letras y de

    palabras; por las

    deficiencias

    de la puntuacin,

    tas

    en

    miendas, tachaduras

    y

    repeticiones que

    concurran

    a di

    ficultar su lectura

    y

    entorpecer su estudio.

    As las cosas, no poda pensarse que aquella inquieta

    imaginacin, c onsagrada a tan complejas investigaciones,

    abruma da po r los mltiples cuidados del ejercicio del arte

    en sus variados aspectos, dispusiera de tiempo y de des

    ahogo para entregarse a preocupaciones de ndole litera

    ria; no poda pensarse que Leonardo se detuviera a reunir

    un material lingstico

    y

    lexicolgico, con fines diddsii-

    cos que pasaran del propsito de un sencillo adiestramien

    to en el empleo de la lengua. Su prop ia autoridad pareca

    convalidar tal restriccin de propsitos en cuestiones

    de

    idioma,, al declarar: yo no soy literata, y cuando, en

    pievisin de los reparos que algn presuntuoso pudiera

    oponerle, se califica de hombre iletrado.

    or todo ello resulta razonable, por no decir discreto,

    reconocer que Leonardo fu un autodidacto que slo daba

    fi n

    T * r f

    noia,s

    ^

    e

    ndole

    lexicogrfica

    la

    importancia y la

    T

    d e ser

    u nos ejercicios puramen te personales.

    V en da, pasada la primera impresin de

    sorpr&sa,

    y

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    XX

    PROLOGO

    BIOGRFICO

    Pfl LO G O BTOGBA

    KI

    :0

    XXI

    hasta es posible que de desconfianza., que pu&de.

    inspirar

    el hecho de ver delinearse la figura de Leonardo como re

    suelto fautor de la lengua italiana, llega el caso de pre

    guntarse si, en realidad, puede ser motivo de asombro ima

    ginarle, sobre sus muchas ocupaciones, dedicado a la ta

    rea de aportar una valiosa contribucin a los dos instru

    mentos m s esenciales para cualquier idiom a: el vocabu

    lario y la gramtica. El, que al ms agudo sentido estti

    co una Un admirable temperamento de hombre

    de

    cien

    cia; l, que al mismo tiempo d e anatomizar el cuerpo hu

    manocomo nadie antes que l lo hizo, pues ya Lomazzo

    declaraba que ningn otro poda igualarle en tales prc

    ticassaba

    pasar del terreno anatmico a las considera

    ciones fisiolgicas y psicolgicas, y de los fenmenos se

    cundarios en apariencia ascenda con firme visin a las

    leyes generales de la naturaleza,

    poda

    acaso, desintere

    sarse de los medios que sta le proporcionaba

    para

    for

    mular su pensamiento con las luminosas propiedades de

    la palabra y la incisiva agilidad de la

    frasa?

    No se en

    trev una forma de complacen cia, ca si de gratitud, cuan

    do dice: poseo tantos vocablos en mi lengua materna, que

    casi he de dolerme m s de la buena inteligencia de las co

    sas que de la falta de palabras qu e me permitan expresar

    los conceptos de mi mente? Y si alcanzaba en su lengua

    materna la claridad

    y

    la precisin de las palabras, la so

    briedad y la eficacia de las frases, no haba de ser espon

    tneo en l, irresistible, el altruista propsito, de procurar

    las mismas dotes al patrimonio, comn, mira constante,

    casi podemos decir exclusiva, de sus actividades:-'

    La cuestin de si se debe o se puede atribuir

    a

    Lorenzo

    el Magnfico la paternidad de la primera gramtica ita

    liana exige un momento de atencin en lo que se relacio

    na con la intervencin de Leonardo. N o hay ya duda di

    qu e a Lorenzo el Magnfico corresponde el mrito de ha

    ber propugn ado la necesidad de destruir las dificultades

    de la erudicin h umana , levantando la voz en defensa del

    idioma del Dante con tra, los que se obstinaban en argir

    que deba haber hasta en liorna dos lenguas diferentes

    y

    separadas. N o pudo, en efecto, mantener su opinin ms

    eficazmente ni con mayor intuicin de la verdad que escri

    biendo en los

    Comentarios

    a sus sonetos:

    La

    lengua que

    fu comn, casi necesaria para

    lodo

    el mundo por la ex

    pansin del Imperio romano, era en su tiempo materna y

    natural, aun que ms esmerada mente escritas con ciertas

    reglas y razones por los que alcanzaron honores y posi

    cin que por el vulgo, en general, y po r las turbas, popu

    lares. As escriba el Magnfico para de fender, con el pro

    pio ejemplo de Roma, la lengua que llamaba comn a

    toda Italia, y este reconocimiento del idioma hablado en

    Toscana como lengua nacional fu lo que inspir a Mo-

    randi argumentos para sostener su opinin de que hubie

    ra sido el Magnfico el autor de la Gramtica de Lorenzo

    de Mdicis, mencionada por Leonardo en una

    serie de

    re

    cuerdos personales, identificada por el propio

    Morandi en

    ,la breve Gramtica florentina existente, segn el inventa-

    %rio

    de

    U9S,

    en la biblioteca particular de los Mdicis, y una

    copia de la cual fu a parar en 1508 a la Biblioteca Va

    ticana.

    Refirindose al Cdice Trivulziano, la mayora de cuyas

    paginas est total o casi totalmente llena de listas

    de

    pa

    labras, colocadas en columna, sumando entre todas cuer

    ea de ocho mil vocablos, con escasas repeticiones, opina

    el barn Enrique de Geymuller que aquellas nutridas co-

    umnas eran el fruto d e anotaciones que Leonardo hizo

    al leer diferentes textos, ya religiosos, de Hidrulica.,

    de

    Geogra fa o de Arte M ilitar, en los. cuales eligi los que

    yor impresin le producan

    o

    los que respondan mejor

    ciertas investigaciones suyas. Al analizar la colocacin

    m

    V

    Vocablos hace

    notar que

    no es casual,

    pueAfcil-

    bras

    n^

    advierte la

    correlacin de sinnimos o de pala-

    rresn

    e

    J

    entic

    '

    0

    opuesto, la agrupacin de varias que co-

    un a

    m-

    n

    ""

    mismo

    significado

    o

    a modificaciones de

    ne expresivas de determinadas condicio-

    7

    eferentes q particularidades de analoga u ortogr-

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    ...;:,,

    : . /

    s

    ::

    ^,>)-'

    XXI I

    PROLOGO BIOGRFICO

    PRLOGO

    BIOGRFICO

    XXI i

    I

    ficas.

    Y dice Geymuller: No se trata de la simple forma-,

    cin de un vocabulario, ni del exam&nde cuestiones rela

    cionadas solamente con la gramtica italiana; lo que Le-i

    nardo se propuso fu a lgo ms trascendental; sus

    miras

    eran

    ms

    altas; encaminba nse a crear la filosofa

    dem

    idioma, al conjunto de cuestiones que a l se refieren, ol

    servando y estudiando las relaciones entre los sonidos yi

    las emociones del alma; entre la forma de las palabras,'^

    las ideas

    y

    los hechos, para desentra ar los secretos

    del ;{

    lenguaje, para

    enfrentarse

    con el misterioso, tema de lu

    germinacin de las ideas, del desarrollo delpensamiento.'f

    Al erudito Morandi corresponde la gloria de haber apor

    tado a este tema una no ticia importantsima: la de que en'

    tiempo de Vinci no exista an el vocabulario italiano, ex

    ceptuando un b reve trabajo d e Luis

    Putei

    que qued

    in-\

    dito y fu extraviado por sil poca importancia, pero deis

    cual se vali Leonardo para comenzar con su personalsi-

    mo estilo la formacin de un vo cabulario verdadero y pro-'

    pi

    de la lengua, pensado con rigor de mtodos

    y

    de reglas,

    como no se haba intentado hasta entonc es por nadie. Esto

    desbarata el argumento principal de los que opinaban que

    con el material que reuni Leonardo slo se propona adies

    trarse en el idioma para aprender

    y dominar,

    la. escritura

    cientfica.

    Valindose d e su memo ria, ms que leyendo, cosech

    Vinci abundante material, en el que.

    no

    pasaba n de. tres

    cientas las palabras tomadas del nico y pobre trabajo de

    Pulci. Moran di, ya menciona do en estas lneas,

    puso

    de

    manifiesto la bondad del sistema em pleado por Leonard o,

    extrayendo de su memoria, ms

    que

    de los libros, la pri

    mera materia d e la lengua toscana y ms particularmente

    florentina, cuya esencia reconoca y proclamaba el Mag

    nfico, comn a toda Italia.

    El deliberado propsito de construir un verdadero voca

    bulario italiano resalta claramente en los cuatro

    folios

    del

    Cdice Trivulziano (12 y 13 anverso y reverso), que contie

    nen cerca de trescientas palabras, colocadas en arden al

    fabtico de sus iniciales nada ms, y todas ellas acompa-

    ~

    das de la correspondiente definicin o explicadas por

    medio de sinnimos.

    Leonard o supo co nservar en sus escritas, la propiedad

    de los vocablos, la exactitud de

    su

    empleo, la evidencia, de

    su significado, de todo lo cual se deriva lo conciso y lo se-

    Wuro

    de su fraseologa.

    Q uin puede c reer, despus de la lectura de sus notas

    acerca del corazn, que haya posibilidad de describir en

    forma ms concisa, ms exacta y al mismo tiempo eviden-

    lte el maravilloso latido d e la vida que desde dicha viscera

    irradia al cuerpo? Quin no se queda asombrado, despus

    Me leer sus notas referentes a la lengua,

    de

    la

    seguridad

    {narrativa con que pasa Leonardo del terreno rigurosa-

    tmente anatmico al fisiolgico y filolgico, de la

    produa-

    l

    cin de los sonidos, para

    elevarse

    a las ms complejas con-

    ';

    sideraciones del lenguaje, a su continua evolucin, que

    tres siglos despus resuma Taine con frase que prese co -

    '

    piada de Leonardo: Hay tantos estilos como siglos, nacio

    nes y grandes ingenios. Leonardo dijo: Los idiomas se

    extienden h acia lo infinito po rque continuamente varan

    de siglo en siglo, de nacin en nacin, med iante la mez

    cla de los pueblos, y son mortales como todas las cosas

    creadas.

    * * *

    Las obras de Leonard o, pura mente literarias, q ue pu

    dieron ser recogidas despus de su primitiva dispersin,

    fueron clasificadas con el mayor acierto posible por el doc

    tor Edmundo Solni y agrupadas Fbulas, Alegoras, Pen

    samientos, Paisajes, Figuras, Profecas

    y

    Chanzas. En

    cste

    mismo

    orden las traducimos.

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    ^T^TT ../.: -

    F b u l a s

    I. LAINQUIETUD.El tor rente ar ras t r t anta t i e r ra y

    t antas p iedras hac ia su cauce , que se

    vio

    obl igado a

    cambiar de s i t io .

    II . E L PAPEL Y LA TINTA.Al verse e l papel man

    chado por l a obscura negrura de l a t in ta , se dol i de

    e l lo ;

    la t inta le explic

    que

    para que subs i s t i e ran l as

    palabras compues tas en l e ra prec i so conservar l a

    t inta.

    III.

    E L

    AGUA.Hallndose

    e l agua en e l soberbio

    mar , que es su e lemento , se l e antoj ascender sobre

    e l a i re , y ayudada por e l e lemento fuego e levse con

    ver t ida en vapor sut i l como e l a i re . Cuando es tuvo en

    lo a l to encont r a i re ms sut i l y f r o , y fu abandona

    da por e l fuego; a l encogerse , l as chi spi tas l quidas

    se unieron y se hic ieron ms pesadas ; c a y e r o n ; la so

    berbia se t roc en fuga . El agua cay desde e l c ie lo ,

    se la bebi l a t i e r ra seca , y encarce lada en ella m u

    cho t i empo, suf r i l a peni tencia de su pecado.

    V . L A LLAMA Y LACANDELA.Las l l amas , despus

    e

    P

    er r

    nanecer un mes en e l horno de vidr io , a l ver

    qu e se l es acercaba una candela en su hermoso y re

    luc iente candelero , se es forzaron en su deseo de acer -

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    itMinitmtimitrr'

    ,

    LEONABDO

    DE

    VINCI

    crae le . Una de e l l as , abandonando su di recc in n&M

    tura l y es t i rndose desde un t i zo hueco en e l cual se l

    al imentaba , se sa l i por una rendi ja pequea hacia ejH

    l ado opues to y se confundi con la candela , que es taba

    cerca , y con la mayor g lotoner a y avidez l a

    devorqf

    cas i has ta e l f in ; qui so luego procurar l a prolongacin^

    de su vida, y en vano intent volverse al horno de don;

    de haba sa l ido, porque tuvo que mor i r y desaparecer l

    junta con la candela . Al f in , ent re l l antos y arrepen-J

    t imientos , convi r t ise en moles to humo, de jando a to- |

    da s s u s he r m a na s c on e s p l nd i da y l a r ga v i da y be - |

    lleza.

    V . LO S QUE SE HUMILLEN SERN EXALTADOS.Ha-1

    l i ndose un poco de nieve adher ida a l a c ima de

    u n a

    pea s i tuada en lo ms a l to de una a l t s ima montaa.j

    concent r su imaginacin, empez a ref lexionar y dijo

    p a r a s u s a d e n t r o s :

    N o m e j uz ga r n a l t a ne r a y o r gu l l o s a po r que , ;

    s iendo como soy un ins igni f icante dracma de nieve ,

    I

    me haya s i tuado a t anta a l tura y to lere que toda esa '

    cant idad de nieve que desde aqu puedo ver es t ms']

    baja

    que yo? Ci e r t a m e n t e , m i

    pequenez

    no merece es ta j

    a l tura , porque bien s , por t es t imonio de mi insigni-]

    f icancia, lo qu e el sol hizo ayer a mis com pa e ras , que

    y cua ndo s tos ha n ca do a l sue lo , p i sotear

    o s

    n l o s

    p ies o machacar los con piedra, de modo

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    LEONARDO DE V1NCI

    ESCRITOS LITERARIOS Y

    FILOSFICOS

    que sa lgan las cas taas desgar radas y es t ropeadas d i

    su armado refugio . En cambio, a m me tocan hbif

    mente con las manos , y no como a t i , con pa los

    piedras .

    X X I V . L A ALHEA Y EL MIRLO.Vise moles tada

    la a lhea en sus f inas ramas cargadas de f ru tos nuef

    vos por l as punzantes uas y e l p ico de importuno mirf

    lo ,

    y se quej a s te con lamentoso dolor ,

    rogndola

    que ya que le a r rebataba sus quer idos f ru tos , no

    1

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    nsnt

    10

    LKONABDO I>E Y1NC1

    ESCBTOS LITEKABIOS V ULOSICS

    11

    pa r e c i que ha b a e nc on t r a do c om pa e r a pa r a reavlil

    zar su ans iado intentoya que la calabaza e s m s

    ai

    pr ops i t o pa r a e n r e da r a l a s de m s que pa r a que

    M

    e n r e de n. A dop t a da e s t a de t e r m i na c i n , l e va n t s U |

    ramas a l c ie lo como s i esperase l a l l egada de a lgr i

    a ve a m i ga que pud i e r a servirle de m e d i a do r . Y vieri|f

    do cerca de s una ur raca , l e

    d i j o :

    Oh , l indo p jar o T e supl ico , por e l re fugio quel

    e s t o s d a s po r l a m a a na e nc on t r a s t e e n m i s r a m a s

    c ua ndo e l ha m br i e n t o , c r ue l y r a pa z ha l c n que r a deji

    vor a r t e ; po r e l de s c a ns o que e n m t a m bi n hailastej

    cuando tus a las neces i t aban descansar , y por los ge

    cs que ent re mis ramas di s f ru tas te cuando revolotea

    ba s j uga ndo c on t u s c om pa e r a s , t e s up l i c o que busi

    ques a l a ca labaza y l e p idas unas cuantas semi l las^

    y le digas que cuando nazcan las t ra tar lo mismo que

    s i s e hub i e r a n e nge ndr a do e n m i s e n t r a a s . Dile

    t o d a s

    l as pa labras que tengan los mismos efec tos persuas i - | |

    vos ,

    aunque a t i , maes t ra de l enguajes , no es precist

    ensear te . Si lo haces , me complacer en sos tener t J

    nido en e l nac imiento de mis ramas , y en l a todal

    t u f a m i l i a , s i n que t e ng i s que pa ga r m e r e n t a a l guna :

    En t onc e s l a u r r a c a , de s pu s de c onve n i r nue va s con-

    dic iones con e l sauce , sobre todo la de que no permi- |

    t i ese permanecer en su t ronco ni ent re sus ramas a l

    culebras n i a garduas , a lz l a cola , ba j l a cabeza

    y,i

    dejndose caer de l a rama, conf i su peso a l as a las j

    E s ta s , agi tndose en e l a i re fugi t ivo, ya hac ia aquif

    ya hacia e l o t ro l ado, guindose hbi lmente con

    eH

    t imn de su cola , l l evaron a l a ur raca junto a una ca-'l

    l a ba z a , y s a l ud ndo l a e l a ve c on bue na s pa l a b r a s ,

    le

    pidi l as deseadas semi l las . Llveselas a l sauce , quel

    las rec ibi con cara a legre , y araando la ur raca ll

    t i e r ra prxima a l rbol , p lant los granos con e l p ica | |

    a l rededor de l sauce .

    G e r m i na r on l a s s e m i l l a s r p i da m e n t e , y c on el

    e re -

    'rri'ento v desar rol lo de sus ramas comenzaron a ocu-

    oar todas

    las del sauce y a ocultarle

    con

    s u s e no r m e s

    \ j

    a

    bel leza del sol y del cielo. Como si no basta

    ra taAto dao, nac ieron y crec ieron luego las ca laba

    zas que por su propio peso inc l inaron h acia l a t i e r ra

    los ext remos de l as t i e rnas ramas , co n ext raas tor tu

    ras y moles t i as de s tas . Entonces , es t remecindose e l

    sauce e inc l inndose int i lmen te para procurar desem

    barazarse de l as ca labazas , pas muchos das pade

    ciendo este error , pues la l igazn buena y f irme se

    opona a sus props i tos . Vio que pasaba e l v iento , y

    encomendndose a l , logr que soplara con ms fuer

    za, con t anta que e l t ronco, v ie jo y hueco, se par t i en

    dos has ta l as ra ces , y ca do en e l sue lo en dos peda

    zos,

    l lorse en van a s mismo, reconociendo que ha

    ba nac ido para no ser nunca dichoso.

    I X X V I i . E LGUILA.Quiso un gui la bur larse de

    Sun buho, y se es tuvo con las a las pegadas a l cuerpo,

    B:on lo cual e l hombre l a cogi y l a mat .

    i X X V I I I . L AARAA.Cuandoquer a coger un a ara-

    | n a

    en sus fa l sas redes a una mosca , mur i en e l l as

    i v c t ima de un abejor ro .

    | X X I X . E LCANGREJO.Hallbase ba jo una piedra

    r

    C

    i?

    a n

    ,

    gr e

    Para coger

    a los peces que a l l ent raban,

    v le

    go l a c rec ida , con derrumbamiento de pe a s c os ,

    | q u e

    a

    l

    r o c

    i

    a r

    l e aplas taron.

    |

    * X X . E L ASNO Y EL

    HIELO.Sobre

    el hielo de un

    t.r.~i P

    r o

    '

    u

    ndo se qued dormido un asno, que con e l

    i

    calor

    cU i

    / i i i

    L

    J - ,

    SU

    cuerpo derriti

    l a capa congelada y se

    I

    fiad '

    s

    P

    e r t a n a

    - s

    e

    bajo

    e l agua y

    muriendo a h o -

    r'twS

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    12

    LEONARDO

    E VINCI

    HITOS UTaUUOS Y lLSiCOS

    13

    X X X I . L A HORMIGAY ELGRANODEMI J O .Enc on

    tr la ho r m i ga un g r a no de mi jo , que al sentirse o

    gido porel la, le g r i t : /

    Si me ha c e s el favor de pe r m i t i r m e que logrm i l

    d e s e o de ge r m i na r , te d a r , en c a m bi o , c i e n

    g r a n o s

    c o m o

    yo.

    Y as se hizo.

    X X X I I .

    LA

    OSTRA,

    EL

    RATN

    Y LA

    GATA.stabaf

    la ostra con var ios peces en c a s a delpe s c a dor cjuejloJ

    de s e m ba r c j un t o al mar, y rog a un ra tn que

    1

    lal

    volviese

    al

    a g u a .

    El

    r a t n ,

    que tena el proposita del

    comrse la , cons igui que se abr iera ; al m or de r l a , lal

    ostra cerr su c o n c h a y le p r e nd i la c a be z a , sujetan-i

    d o l . V i no l ue go la ga t a y le m a t .

    XXXIIL ELHALCNY ELPATO.-No pod a s opo r - I

    ta r el ha l c n lam a n e r a dee s c onde r s e delp a t o , que sel

    l e e s c a pa ba s i e m pr e de l a n t e de l met indose ba jo e l l

    a g u a , yqu i s o , a imi tac in suya , segui r le ; pero se

    m o j

    l a s p l um a s y no pudo sa l i r del a g u a , en t anto que elf

    p a t o ,

    e l e v ndos e

    en el

    a i re ,

    se

    bu r l a ba

    del

    ha l c n ,

    q u e

    s e a hoga ba .

    X X X I V . LAOSTRA Y E L

    CANGREJO.Cuando

    hay ' i

    luna l l ena ,

    la s

    os t ras

    se

    a b r e n

    del

    t odo ,

    y al

    ver lo

    los |

    cangre jos les e c ha n de n t r o a l guna p i e d r a u o t ra cosa , 1

    c o n

    lo

    c ua l i m p i de n que vue l va n a cer rarse , y se las 1

    c om e n . Es t o les ocur re a los que a b r e n la boc a pa r a I

    sol tar su secre to , pues sonp r e s a de l indi scre to oyente , f

    X X X V .

    Lo s TORDOS Y LA LECHUZA.Mucho se

    a l e g r a r on los tordos al ve r que el h o m b r e se a p o d e r a

    b a de la l echuza y lap r i v a b a de l iber tad a tndole las

    p a t a s con fuertes l ig adura s . Per o la l e c huz a fu

    lue -

    por m e d i od e la l iga , causa dequ e lostordos per

    diesen, no la l iber tad , s ino la m i s m a v i da .

    Es ta es la suerte quee s pe r a a aquel los pueblosque

    reeocijan al ver que sus m a yor e s p i e r de n la l iber

    ta d con locual pi erd en el los el auxi l io y q u e d a n su

    jetos

    al

    pode r

    de su

    e ne m i go , de j ndos e

    en sus

    m a n o s

    la l ibertad y has ta la v ida .

    XXXVI. LA

    MONA

    Y EL PAJARITO.Hall una mo

    n a unn idod epa jar i tos , y co n la m a yor a l e g r a se a p o

    der de

    e l lo s ;

    pero como cas i todos podan ya volar ,

    slo cons igui qued arse conu n o ,el msp e q u e o . L le

    n a dea legr a y con el pajari l lo en la m a n o se fu a

    su refugio, y sep u s o a c on t e m pl a r y a be s a r a su p r e

    sa

    ;

    co nsue n t r a a b l e a m or t a n t o lobe s y ledio vuel

    t a s

    y le

    apre tu j ,

    que le

    qui t

    la

    v i da . S pa n l o

    lo s

    que ,

    por nocas t igar a sus h i jo s , a c a ba nmal .

    X XX V II . E L PERROYLAPULGA.Dormael per ro

    sobre unap ie l de c a r ne r o , y al sentiruna de sus p u l -

    (

    g as el olor de la suc ia l ana , c reyque en e l l a podr a

    fvivir mejor y m s a c ub i e r t o de las de n t e l l a da s y de

    ,

    as

    u a s del can que a l i m e n t n d o se de la s a ng r e de

    este,^

    como ha s t a e n t onc e s ; y sinpe ns a r l o m s , a ba n

    dono al pe r r o . Ya m e t i da e n t r e la e s pe s a l a na , e m pe

    z^

    c on m uc ho t r a ba j o

    a ver si

    pod a pa s a r ha s t a

    las

    aicesd e lospelos ;y de s pu s demu chos sud ores tuvo

    viue c onve nc e r s e de que era a que l l o e m pr e s a va na ,

    I Porque los pel os e s t a ba n tan espesos quecas i se toca-

    n unos

    a

    otros y n oque d a ba s i ti o a l guno por d o n d e

    m\

    P

    k

    p u c

    *

    i e s e c a t a r

    l a . p ie l . As que, al c a b o de

    del

    U e r z o

    y c a ns a nc i o , qu i s o regresar a l c ue r po

    cisad

    TTO

    J

    *

    >ero

    ^

    s t e s e

    h a l "

    3

    m a r c h a d o , y s eviopre-

    '

    d e

    spus

    de a r r e pe n t i r s e m uc ho y de llorar

    a m

    a r g a m .

    n

    t e ,

    a m or i r s e de h a m b r e .

    WHWHIIHHB

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    22/153

    14

    LEONARDO

    DE

    VINCI

    X X X V I I I .

    EL RATN, LA COMADREJA Y EL GATO.-^

    Sitiado estaba el ratn en su reducida vivienda por leu

    comadreja, que con su vigilancia continua procuraba

    su muerte y le observaba por un agujerito.

    Apareci

    la gata de pronto, caz a la comadreja y se la comi

    inmediatamente. El ratn, entonces, que haba saeri>J|

    ficado a Jpiter algunas de sus provisiones, dio gr.3

    cias apresuradamente a su dios, y sali fuera de sl

    agujero

    para

    recuperar su perdida

    libertad;

    pero en

    e'lj

    acto le privaron de ella y de la vida los feroces d ie nt e^

    y uas de la gata.

    XXXIX. LA ARAA Y EL RACIMO DE UVAS.Como'J

    se encontraba entre las uvas, la araa cazaba las mos-,|

    cas que acudan a alimentarse con el racimo; pero lie-]

    g la poca de la vendi mia, y con las uvas fu pis ada ]

    la araa.

    X L .

    SOBRE EL MISMO TEMA.Dio la a raa co n un;

    racimo de uvas que por su dulzura era muy visitado:

    por las abejas y por varias clases de moscas, y le pa-.j

    recio que aqul sera un lugar muy cmodo para sus]

    asechanzas. Introdjose all valindose de su

    hilo

    ms

    sutil, y apenas estuvo en su nuevo albergue, asom-r

    base todos

    los

    das por los intersticios

    que

    haba

    entrei

    gran o y gran o, y asalt aba co mo un ladrn a los pobre s I

    animales, que no se guardaban de ella porque no kjli

    vean. Pasa do al gn tie mpo, el ve ndimiador cort I

    aquel rac imo como otros muchos, en unin de los cua-

    les fu pisado en el lagar. De esta manera fu el raci

    mo trampa y engao del engaador como lo haba sido

    de las engaadas moscas.

    XLI.BOSQUEJO. Fbula de la lengua mord ida :

    por los dientes.

    X L I I . E L ALDEANO Y

    LA

    VIA.Advirtiesndo 1

    al-

    BSCBITOS

    LITERARIOS Y

    FILOSFICOS 15

    , j

    0

    provechos o que era para la vid a tener apoyos

    la mantuvieran en alto, le puso muchos postes, y

    cuanto cogi el fruto quit los postes y la dej caer

    para hacer lumbre con los sustentculos.

    XLIII.

    LEYENDA

    DEL

    VINO

    Y DE MAHOMA

    1

    .

    Vise

    en la mesa de Mahoma, en una valiosa taza de oro,

    el divino licor de las uvas, el vino, y enorgullecido con

    honra tanta, se

    dio

    a pensar en sentido contrario, di

    cindose a s mismo :

    Qu

    s

    y Y

    0

    ** C^ e qu me alegro yo? No me

    doy cuent a de que estoy a punto de morir , de deja r la

    urea habitacin de esta taza y entrar en la horrible

    y ftida caverna del cuerpo humano para convertirme

    de licor suave y oloroso en sucia y triste orina? Y,por

    si fuera poco tanto dao, aun habr de permanecer

    mucho tiempo en esos feos recipientes en compaa

    de esa otra apestosa y corrompida materia que sale

    de las interioridades humanas

    I

    Clam al cielo pidiendo venganza de

    aquellos ma-

    [le s e implorando que tuviera fin tanta humillacin, y

    que ya que aquel pas produca las mejores uvas de

    I todo el mundo , no fuesen, al men os, conve rtida s en

    f

    vino.

    entonces Jpiter dispuso que el vino bebido por

    .ahorna

    s e

    le

    subiese a la cabeza y le privase del jui-

    C 1

    ,

    a consecuencia de lo cual incurri en tantos erro-

    e

    s ,

    que al volver en s dio la ley de que ningn asi-

    co bebiera vino. Y as quedaron libres las vias y

    su

    fruto.

    (Al margen.)

    F

    L___"

    I n o

    > al entrar en el estmago, comienza a her-

    (1)

    T

    V Uctor ai

    fl

    .

    u n i 8 r o

    arbigo eo r r i p o d B . a la nota qu a hallara 1

    ""al di l ib ro .

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    16

    LEONARDO DK VlCl

    iry a

    deshincharse;

    su

    alma empieza

    a

    abandonar

    affl

    cuerpo

    y se

    dirige hacia

    el

    cielo;

    en el

    camino tropirn^

    za

    con el

    cerebro, culpable

    de la

    divisin

    de su sera

    empieza

    a

    contaminarle,

    a

    enfurecerle, como

    si le

    vom

    viese loco;

    le

    obliga

    a

    cometer irreparables torpezas m

    hasta

    a

    matar

    a sus

    amigos.

    X L I V .

    BOSQUEJO.El

    v i no c ons um i do

    por el b e o ^

    do ,

    en el

    m i s m o b e b e d o r

    se

    ve nga .

    '

    X L V .

    LA LLAMA Y EL CALDERO.Un

    poc o

    de lum-l

    bre

    que en un

    c a r bonc i t o ha b a que da d o e n t r e

    la

    ti-' |

    bia ceniza ,

    con la pocfi.

    m a t e r i a

    que le

    que d a ba , e s c a

    sa

    y

    p o b r e m e n t e

    se

    m a n t e n a

    a s

    m i s m a . C u a n d o

    la

    minis t ra

    de la

    cocina , pa ra e jercer

    su

    ordinar ia y'j

    al iment ic ia profes in, aparec i a l l ,

    y,

    pue s t o s

    los le

    os

    en el

    hoga r ,

    con la

    pa jue la

    ya

    r e s uc i t a da ,

    ya

    casi

    m or t e c i na , p r e nd i una l l ami ta e nt re la b ien di spues

    t a l e a , c o l oc a ndo

    el

    c a l de r o e nc i m a ,

    sin

    o t ra preocu

    pa c i n ,

    de

    a l l conf iadamente

    se fu.

    A n i m n d o s e

    la

    l um br e e n t onc e s

    con los

    s e c os

    le

    o s

    qu le

    ha b a n pue s t o e nc i m a , c om e nz

    a

    a s c e n

    de r , i m pu l s a ndo

    al

    aire

    por las

    rendi jas

    que

    ent re

    los

    l e os ha b a , e n r e d ndos e

    a s

    mis ma ent re e l los

    con

    jovia l

    y

    bu r l n m ov i m i e n t o .

    A s o m n d o s e pore n t r e lo s l eos , en cuya s rendi jas

    s e h i z o a g r a da b l e s ve n t a na s ,

    y

    l anzando re luc ientes ,

    rutilantes l l ami tas ,

    no

    t a r d

    en

    de s va ne c e r

    la

    obscur i

    d a d

    de la

    c e r r a da c o c i na . G oz os a s

    la s

    l l amas ,

    ya

    cre

    c id a s ,

    b r o m e a b a n

    con el

    a i re ,

    y

    r o d e n d o l o

    y

    c a n t a n

    d o

    con

    dulce murm ul lo , c rearon son idos suav es . . .

    Se a n i m

    ms la

    l u m b r e

    con los

    l eos secos

    que en

    el hogar ardan,

    y

    p r e n d i e n d o

    en

    e l los juguete, enre

    d a n d o susl l ami tas po rac,po racul l ,por loshue c os

    q u e

    los

    l eos de jab an ent re

    s.

    ESCRITOS LITERARIOS

    Y FILOSFICOS

    17

    Y discur r iendo ent re e l los

    con

    paso a legre

    y

    gozoso,

    . /

    c r e

    ciendo

    y

    a pa r e c i

    por los

    huec os super iores

    j j

    o s

    l

    e

    o s , convirtindolos en a g r a da b l e s ve n t a na s ,

    ora aqu ,

    ora acull

    Vise

    ya muy

    a l t a sobre

    la

    l e a ,

    y

    t roc

    el

    sosega

    do

    y

    t ranqui lo carc ter

    en

    h i n c h a d a

    e

    i n s opor t a b l e

    so

    berbia , obl igndose cas i a

    s

    m i s m a

    a

    creer

    que

    pod a

    lanzar todo

    el

    super ior e lemen to sobre

    lo s

    pocos l eos .

    Y a e m pe z a ba

    a

    z um ba r , l l e na ndo

    de

    c h i s pa s

    y de

    fulgores todo

    lo que

    h a b a

    en

    t o r no

    al

    hogar;

    ya las

    l l amas , grandes ,

    se

    e r gu a n j un t a s ha c i a a r r i ba . . . c ua n

    do las ms

    a l t a ne r a s t r ope z a r on

    con el

    fondo

    de la

    caldera

    que

    t e n a n e nc i m a .

    X L V I . EL ESPEJO YLA REINA(fragmento).El e s pe

    jo

    se

    va na g l o r i a ba m uc ho

    al

    t ener dent ro

    de s,

    refle

    j a da ,

    la

    i m a g e n

    de la

    r e i n a ; pero c ua ndo s t a

    se fu

    quedse

    el

    espejo . . .

    NBHHHHI

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    \

    Alegoras

    LA

    COGUJADA.Es l a cogujada un ave de l a cual

    dicen que l evndola a l a cabecera de un enfermo in-

    5dica s i s te ha de mor i r , en cuyo caso se vuelve de un

    vlado, se pone de espaldas y no le mira, o si , por el

    Econtrario, seguir con vida, y entonces no deja de mi

    niarle, y hasta le l ibra de cualquier dolencia .

    De la misma manera , e l amor a l a v i r tud se n iega a

    |ver l as cosas malas o t r i s t es , permanece s iempre ent re

    f

    l as hones tas y v i r tuosas y v ive en los corazone s am a-

    p i e s ,

    como los p jaros en e l verde bosque sobre l as

    t ramas f lor idas . An demues t ra ms amor en l a adver -

    |sidad

    i

    u e

    en

    los t i empos prsperos , a l modo de l a luz ,

    que m a s e s p l e nde c ua n t o m s obs c u r o e s el s i t io don-

    fde

    se encuent ra .

    I

    U-

    ENVIDIA.Dcese

    de l m i l a no que c ua ndo e n

    el

    o ve que sus hi jos es tn demasiado gruesos , l es

    picotea los costados y loa t i ene s in com er .

    ,,

    AL E GRA. L a

    a legr a es condic in propia de l

    L ?'

    encogiendo la p ie l , l as prenden en-

    Cuand

    1

    "

    1

    '^

    38

    y k S m S t a n

    -

    ms r> ~

    a n a a t r a v e s a r

    un r o envan a sus hi jos

    l a

    c o r r t e

    U e O S & p r o b a r l a

    profundidad de l cauce , y s i

    el aoiio

    e e s c

    ntraria l a i n t e r r um pe n pa r a que

    E f

    dra

    n

    g

    o

    n

    se

    r

    l l e v e

    a s con

    S

    ?

    a n z a s

    bre su cuerpo, l es a ta l as p ier -

    cola

    y con las alas y las garras le cie las

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    30

    LEONARDO DE

    VINCI

    m

    cos t i l l as ; los degel la con los d ientes ; e l e le far

    les cae encima; e l dragn revienta , y as , a l j

    aqul , se venga de su enemigo.

    cinco pies , o lo que es lo mismo, sesenta y cuat ro bi

    zas y media . Su cabeza sobresa l a de ent re todos 1

    rboles de l bosque .

    L I X . L A BOA.Esta es una s e r p i e n t e g r a nde , qti

    por s misma se enrosca a l as pa tas de una vaca ,

    di

    modo q u e sta no pue da m ove r s e , y l ue go m a m a s i

    l eche has ta de jar la cas i seca . Un animal de s*os, e l

    t i empo del emperador Claudio , fu muer to en e l

    mol

    t e Vat icano. En e l cuerpo tena un nio entero qu |

    s e ha b a t r a ga do .

    L X . A L ALCE POR EL SUEO SE LE

    ALCANZA.Es 4

    animal es or ig inar io de l a i s l a de Escandnavia , y til

    ne la forma de un caballo grande , de l cual l e difereni

    cia nicamente l a mucha longi tud de l cuepo y de lai

    ore jas ; pace l a hierba a l revs , porque t i ene t an largj

    el l abio super ior que , pas tando de ot ro modo,

    cubril

    r a l a hierba . Sus piernas son de una pieza , por lj

    cual , cuando quiere dormir , se apoya en un rbol .

    Loflf

    cazadores , enterados de l s i t io donde acos tumbra a de

    Kscnn'oa 1

    1TI5RARJOS

    Y FILOSFICOS

    31

    r

    s

    icrran cas i todo e l t ronco, y cuando e l ani -

    j

    s e r

    ecuesta para dormir , cae a l sue lo , y los caza

    dores

    se apoderan de l . Es int i l pre tens in la de co

    rle

    e 0

    t

    r a

    manera , pues cor re con incre ble ve lo

    cidad.

    ( L X . E L B IS ONTE CAUSA DAOS AL H U I R . N a c e este

    animal en Peonia ; t i ene en e l cuel lo cr ines como las

    del cabal lo , y en todo lo dems de l cuerpo se parece

    al toro , menos en los cuernos , que es tn de t a l modo

    rcados hac ia adent ro , que no puede topar . Por es ta ra-

    ' zn, no t i ene ms recurso que la huida , en l a cual es -

    Iparce es t i rcol durante cuat roc ientas brazas de su re-

    l 'corrido, y este est ircol abrasa como el fuego cuanto

    |;toca.

    I LX1I . E L MURCILAGO.Este se vuelve ms c iego

    adonde ms luz hay, y cuanto ms mi ra a l sol , ms s in

    vista se queda . Como e l v ic io , que no puede es tar don-

    B e es t l a v i r tud.

    LXII I , LA

    PERDIZ.Suele

    conver t i r se es te p jaro

    I de

    hembra en macho y has ta se o lvida de su pr imi t ivo

    sexo. Por envidia , roba sus huevos a l as dems , pero

    |

    s

    Pollos

    que de e l los nacen se van s iempre con su

    verdadera m a d r e .

    ^ L X I V .

    GOLONDRINAS.-^-Con

    la ce l idonia dan vi s ta

    v a

    madres a los poluelos que les nacen c iegos .

    L-XV. E L ARMIO.La moderacin ref rena todos

    ,s

    v ic ios . El a rmio pref iere mor i r a ensuciarse .

    ^ L X V I . L E O N E S ,

    L E OP AR DOS , P ANT E R AS Y T IGR E S .

    odos ellos

    l l evan las uas envainadas , y no las

    des

    envainan sino eobr la presa o sobre 1 enemigo.

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    32

    LEONARDO DE

    VINCI

    ESCRITOS

    LITERARIOS

    FILOSFICOS

    33

    L X V I I . LA

    LEONA.Cuando

    la h e m b r a de l

    1

    def iende a sus hi jos contra las m a n o s de los cazafl

    res , p a r a no a s us t a r s e de las a r m a s ba j a los ojoslj

    suelo , y as evi ta su fuga y que co n e l l a queden

    sioneros sus hi jos.

    L X V I I . E LLEN.Este a n i m a l ta n t e r r ib le a i

    da t e m e t a n t o como al es t rpi to de los carros vace

    y lo m i s m o al c a n t o del ga l l o ; le a t e m or i z a bastar

    ver los ,

    y en

    pa vor os a

    espera

    m i r a

    su

    cres ta

    y se ac

    b a r d a m u c h o c u a n d o se c u b r e la cara .

    1

    X 1X

    P A N T E R A

    DE FRICA.T iene laf o r m a de

    1

    l e ona s , pe r o sus p i e r na s son ms a l t a s , su c ue r po

    ni

    d e l g a d o

    y ms

    l a rgo,

    y su

    p ie l toda blanca

    con m a

    c ha s ne g r a s , c om o r os e t a s ;

    todos los

    a n i m a l e s

    se o

    l e i t an vindolas ,

    y

    s iempre es tar an

    a su

    a l r e de dor

    no fuera por lo terr ible de sus m i r a d a s ; as que,

    saj

    b i ndo l o , e s c onde n

    la

    c a r a

    y los

    a n i m a l e s

    que las r J

    den se t ranqui l i zan y se acercan para d i s f ru tar mejaj

    t anta be l leza , y entonces e l l as cogen de p r on t o al mal

    c e r c a n o

    y lo

    de vor a n

    en

    s e gu i da .

    i

    L X X .

    CAMELLOS.Estos

    animales t i enen

    dos jol

    r oba s , los ba t r i a nos , y los r a b e s , una; son muy v e |

    loces en las ba ta l l as y tilsimos pa r a l l e va r c a r ga s

    P r o c e d e n

    con

    reglas

    y

    m e d i da s e s c r upu l os a m e n t e obj

    s e r va da s , pue s no se m u e v e n si les e c ha n c a r ga mayoj

    d e la a c o s t u m b r a d a , y si les ob l i ga n

    a

    ha c e r ms

    via j

    je s , p r oc e de n de l m i s m o m o d o : se p a r a n en seguidj

    y los m e r c a de r e s t i e ne n que al iviar su carga .

    I

    L X X I . ELTIGRE.Nace en H i r c a n i a ; se p a r e c e

    algo a la p a n t e r apor las m a n c h a s de su p ie l , y es ania

    m a l de e s pa n t os a ve l oc i da d . El c a z a dor , c ua ndo e n - |

    c ue n t r a a los hi jos del t igre , se los r oba , pone

    espejosj

    e n

    el sitio

    donde e s t a ba n a qu l l o s y r p i d a m e n t e m o n -

    i

    a

    cabal lo y e c h a a cor rer . Al regresar el t igre hal la

    los espejos puestosen el sue lo ,y al ver su figura refle-

    iada en el los, cree que es t v iendo a sus

    h i j o s ;

    a r a a

    con las zarpas , advier te el e n g a o , y al pun t o , gu i n

    dose

    por el

    o l fa to , descubre

    al

    c a z a dor ,

    el

    c ua l

    al ver

    al tigre dejaen el sue louno de losc a c hor r os ; e l pa d r e

    lo coge y se lo lleva a su

    g u a r i d a ;

    de s pu s vue l ve en

    busca del c a z a dor , que repi te lo m i s m o de a n t e s , ha s

    ta que pue de e m ba r c a r s e .

    L X X I I .

    C A T O P L E A S (1).Procede de

    E t i op a ,

    cer-

    tcade la

    fuente

    de la

    Ca be z a N e gr a .

    Es

    a n i m a l

    no muy

    I

    grande , p erezoso

    de

    t odos

    sus

    m i e m b r o s

    y con la ca-

    [bezat an g r a ndeque le cues ta mu ch o t rabajo sos tener

    la , de tal m o d o que s iempre es t inc l inado hacia el

    suelo.

    Si no

    fuera

    as,

    ser a

    un

    a z o t e e s pa n t os o pa r a

    los hombres , pues todos aquel los en quienes f i ja la mi

    rada mueren en seguida .

    |

    L XXII1 .

    E L

    BASILISCO. Se cr a en la provincia

    Iprenaica

    y no es ms l a r go de doc e de dos . T i e ne en

    ta

    cabeza unam a n c h a b l a n c aa m o d o de d i a d e m a .Con

    fsu

    s i lb ido ahuyenta a las serpientes , a s e m e j a nz a de

    pa

    sierpe, pero no

    se

    m u e v e co n es fuerzo, aun que s

    p

    r

    gu i do de

    m e d i o c ue r po a r r i ba . D c e s e

    que

    h a b i e n d o

    puerto uno de

    el los

    de una

    l a n z a d a

    que le dio un ji-

    |i

    e

    '

    s u

    v e n e n o

    se

    cor r i

    por la

    l a nz a ,

    y no

    m ur i

    el

    r ,.

    rnl : )re

    .

    pe r o

    s el

    c a ba l l o . Es t r ope a

    las

    m i e s e s ,

    no

    P

    t o

    c ndo l a s , s i nocon s op l a rl a s s o l a m e n t e . Del mis-

    m

    d o seca las h i e r ba s y p a r t e las p i e d r a s .

    | f-XXlV. LA COMADREJA. C u a n d o la c om a dr e j a

    Puer ta con el

    n i do

    del

    bas i l i sco ,

    con el

    olor

    de su ori-

    e

    gun Plinto, Catoblepas, especie

    de

    serpiente.

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    32/153

    34

    LEONAtDO DE V1NC1

    ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSFICOS

    3

    na bien esparcida le mata. Muchat

    vece

    el

    aloJB

    esa orina mata igualmente a la comadreja.

    LXXV.

    LA S

    CERASTAS. Ti enen estos

    animafl

    cuatro cuernecillos mviles, y cuando quieren alme

    tarse se esconden bajo las hojas, dejando fuera niflj

    mente los cuernecillos y movindolos de modo que

    Ifl

    pjaros se figuren que son unos gusanos pequeos

    picotea los residuos de su comida, y limpindose

    los

    con deleitosa voluptuosidad le excita a abrir toda la

    >oca, y as se queda dormido. Visto esto por un icneu

    mn, se lanz a aquella boca, agujere el estmago y

    l a

    s

    tripas del cocodrilo y, por ltimo, le mat.

    LXXXI. EL

    DELFN.La

    naturaleza ha dado tanto

    tendimiento

    a los animales, que no slo conocen su

    Co r

    nodidad,

    sino tambin las incomodidades de sus

    amigos, y as, el delfn"sabe cunto vale el corte de

    a s

    espinas que lleva en el lomo y lo blanda que es la

    ^'Pa

    del cocodrilo, por lo cual, cuando luchan se pone

    3a

    Jo de l, le abre el vientre y de esta manera le

    |

    ^ata .

    ^

    1

    cocodrilo es terrible para los que huyen de l y

    c

    oardsimo

    con los que le cazan.