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Frankenstein; o El Moderno Prometeo Por Mary Shelley

Frankenstein; o El Moderno Prometeo - Hangar...solo se me pedirá que eleve el ánimo de los demás, sino que me veré obligado a sostener mi propio espíritu cuando el de los demás

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Frankenstein;oElModernoPrometeo

Por

MaryShelley

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VOLUMENI

CARTAI

AlaseñoraSAVILLE,Inglaterra.

SanPetersburgo,11dediciembrede17**

Tealegrarásaberquenohaocurridoningúnpercancealprincipiodeunaaventura que siempre consideraste cargada demalos presagios. Llegué aquíayer, y mi primera tarea es asegurarle a mi querida hermana que me halloperfectamenteyquetengounagranconfianzaeneléxitodemiempresa.

MeencuentroyamuyalnortedeLondresy,mientrascaminoporlascallesdePetersburgo,siento labrisaheladanorteñaque fortalecemiespírituymellenadegozo.¿Comprendesestesentimiento?Estabrisa,quellegadesdelasregiones hacia las quemedirijo,me trae un presagio de aquellos territorioshelados.Animadasporesevientocargadodepromesas,misensoñacionessetornan más apasionadas y vívidas. En vano intento convencerme de que elPolo es el reino del hielo y la desolación: siempre se presenta a miimaginacióncomo la regiónde labellezaydelplacer.Allí,Margaret, el solsiempre permanece visible, con su enorme disco bordeando el horizonte yesparciendo un eterno resplandor. Allí —porque, con tu permiso, hermanamía,debodepositaralgunaconfianzaenlosnavegantesquemeprecedieron—,allílanieveyelhielosedesvaneceny,navegandosobreunmarencalma,elnavíosepuededeslizarsuavementehastaunatierraquesuperaenmaravillasybelleza a todas las regiones descubiertas hasta hoy en el mundo habitado.Puedequesuspaisajesysuscaracterísticasseanincomparables,comoocurreen efecto con los fenómenos de los cuerpos celestes en estas soledadesignotas. ¿Quénopodremosesperardeunas tierrasquegozande luzeterna?Allípodrédescubrir lamaravillosa fuerzaqueatrae laagujade labrújula,ypodré comprobar miles de observaciones celestes que precisan solo que selleveacaboesteviajeparaconseguirquetodassusaparentescontradiccionesadquierancoherenciaparasiempre.Saciarémiardientecuriosidadcuandoveaesapartedelmundoquenadievisitójamásantesycuandopiseunatierraqueno fue hollada jamás por el pie del hombre. Esos son mis motivos y sonsuficientesparaaplacarcualquier temorante lospeligroso lamuerte,yparaobligarmeaemprenderestepenosoviajeconlaalegríadeunmuchachoquesubeaunpequeñobote, con suscompañerosde juegos, con la intencióndeemprender una expedición para descubrir las fuentes del río de su pueblo.Pero,aunsuponiendoquetodasesasconjeturasseanfalsas,nopodrásnegarelinestimable beneficio que aportaré a toda la humanidad, hasta la última

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generación, con el descubrimiento de una ruta cerca del Polo que conduzcahaciaesasregionesparallegaralascuales,enlaactualidad,seprecisanvariosmeses; o con el descubrimiento del secreto del imán, lo cual, si es que esposible,solopuedellevarseacabomedianteunaempresacomolamía.

Estas reflexiones han mitigado el nerviosismo con el que comencé micarta,ysientoquemicorazónardeahoraconunentusiasmoquemeelevaalcielo, porque nada contribuye tanto a tranquilizar el espíritu como unpropósitofirme:unpuntoenelcualelalmapuedafijarsumiradaintelectual.Estaexpediciónfuemisueñomásqueridodesdequeeramuyjoven.LeíconfruiciónlasnarracionesdelosdistintosviajesquesehabíanrealizadoconlaideadealcanzarelnortedelocéanoPacíficoatravésdelosmaresquerodeanelPolo.SeguramenterecuerdesquelabibliotecadenuestrobuentíoThomasse reducía a una historia de todos los viajes realizados con intención dedescubrir nuevas tierras. Mi educación fue descuidada, aunque siempre meapasionólalectura.Aquelloslibrosfueronmiestudiodíaynoche,yamedidaquelosconocíamejor,aumentabaelpesarquesentícuando,siendounniño,supequelaúltimavoluntaddemipadreprohibíaamitíoquemepermitieraembarcaryabrazarlavidademarino.

Esos fantasmas desaparecieron cuando, por vez primera, leí condetenimiento a aquellos poetas cuyas efusiones capturaron mi alma y laelevaronalcielo.Yomismomeconvertí tambiénenpoetayduranteunañovivíenunParaísodemipropiainvención;imaginabaqueyotambiénpodríaocupar un lugar en el templo donde se veneran los nombres de Homero yShakespeare. Tú sabes bien cómo fracasé y cuán duro fue para mí aqueldesengaño. Pero precisamente por aquel entonces recibí la herencia de miprimo y mis pensamientos regresaron al cauce que habían seguido hastaentonces.

Ya han pasado seis años desde que decidí llevar a cabo esta empresa.Incluso ahora puedo recordar la hora en la cual decidí emprender estaaventura.Empecépor sometermicuerpoa laspenalidades.Acompañéa losballenerosenvariasexpedicionesalMardelNorte,yvoluntariamentesufríelfrío,elhambre,lasedylafaltadesueño;duranteeldía,amenudotrabajémásduro que el resto de losmarineros, y dediquémis noches al estudio de lasmatemáticas,lateoríadelamedicinayaquellasramasdelascienciasfísicasde lascualesunmarinoaventureropodríaobtenergranutilidadpráctica.Endosocasionesmeenrolécomosuboficialenunballenerogroenlandés,ymedesenvolví bastante bien. Debo reconocer que me sentí un poco orgullosocuandoelcapitánmeofrecióserelsegundodeabordoenelbarcoymepidiómuy encarecidamente que me quedara con él, pues consideraba que misserviciosleeranmuyútiles.

Yahora,queridaMargaret, ¿nomerezcoprotagonizarunagranempresa?

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Mividapodríahabertranscurridoentrelujosycomodidades,perohepreferidolagloriaacualquierotra tentaciónque las riquezaspudieranponermeenmicamino. ¡Oh, ojalá que algunas palabras de ánimo me confirmaran que esposible!Mivalorymidecisiónsonfirmes,peromiesperanzaavecesdudaymiánimoconfrecuenciadecae.Estoyapuntodeemprenderunviajelargoydifícil;ylospeligrosdelmismoexigiránquemantengatodamifortaleza:nosolosemepediráqueeleveelánimodelosdemás,sinoquemeveréobligadoasostenermipropioespíritucuandoeldelosdemásdesfallezca.

EstaeslaépocamásfavorableparaviajarenRusia.Loshabitantesdeestapartesedeslizanconrapidezconsustrineossobrelanieve;eldesplazamientoesmuyagradabley,enmiopinión,muchomásplacenteroquelosviajesenlasdiligencias inglesas.Elfríonoesexcesivo,especialmentesivasenvueltoenpieles,una indumentariaquenohe tardadoenadoptar,porquehayunagrandiferencia entre andar caminando por cubierta y quedarse sentado sin hacernadadurantehoras,cuandolafaltademovilidadprovocaquelasangresetecongeleprácticamenteenlasvenas.NotengoningunaintencióndeperderlavidaenelcaminoquevadesdeSanPetersburgoaArkangel.

Partiréhaciaestaúltimaciudaddentrodequincedíasotressemanas,ymiintenciónesfletarunbarcoallí,locualpodráhacersefácilmentesilepagoelseguro al propietario, y contratar a tantos marineros como considerenecesariosentreaquellosqueesténacostumbradosa lacazadeballenas.Notengo intención de hacerme a la mar hasta el mes de junio…, ¿y cuándoregresaré?¡Ah,miqueridahermana!¿Cómopuedoresponderaesapregunta?Sitengoéxito,transcurriránmuchos,muchosmeses,quizáaños,antesdequepodamosencontrarnosdenuevo.Sifracaso,meveráspronto…onunca.

Adiós, mi querida, mi buena Margaret. Que el Cielo derrame todas lasbendiciones sobre ti, y me proteja a mí, para que pueda ahora y siempredemostrartemigratitudportodotucariñoytubondad.

Tuafectuosohermano,

R.WALTON.

CARTAII

AlaseñoraSAVILLE,Inglaterra.

Arkangel,28demarzode17**

¡Quédespaciopasael tiempoaquí,atrapadocomoestoyporelhieloylanieve…!Hedadounpasomásparallevaracabomiproyecto.Yahealquilado

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unbarcoymeestoyocupandoahoradereuniralatripulación;losqueyahecontratadoparecenserhombresde losqueunosepuedefiary,desde luego,parecenintrépidosyvalientes.

Perohayunacosaqueaúnnomehasidoposibleconseguir,ysientoesacarencia como una verdadera desgracia. No tengo ningún amigo,Margaret:cuando esté radiante con el entusiasmo de mi éxito, no habrá nadie quecompartamialegría;ysimeasaltalatristeza,nadieintentaráconsolarmeenlaamargura.Puedoplasmarmispensamientosenelpapel,escierto;peroesemepareceunmodomuypobredecomunicarmissentimientos.Megustaríacontarcon la compañía de un hombre que me pudiera comprender, cuya miradacontestara a la mía. Puedes acusarme de ser un romántico, mi queridahermana,perosientoamargamente lanecesidaddecontarconunamigo.Notengoanadiejuntoamíqueseatranquiloperovaliente,queposeaunespíritucultivadoy,altiempo,dementeabierta,cuyosgustosseparezcanalosmíos,paraqueapruebeocorrijamisplanes.¡Quénecesarioseríaunamigoasíparaenmendar los errores de tu pobre hermano…! Soy demasiado impulsivo enmis actos y demasiado impaciente ante las dificultades. Pero hay otradesgraciaquemepareceaúnmayor,yeshabermeeducadoyosolo:durantelos primeros catorce años demi vida nadieme puso normas y no leí nadasalvoloslibrosdeviajesdeltíoThomas.Aesaedadempecéaconoceralospoetasmáscelebradosdenuestrapatria;perosolocuandoyanopodíaobtenerlosmejores frutosde taldecisión, comprendí lanecesidaddeaprenderotraslenguas distintas a las de mi país natal. Ahora tengo veintiocho años y enrealidad soy más ignorante que un estudiante de quince. Es cierto que hereflexionadomás,yquemis sueñossonmásambiciososygrandiosos,pero,comodicenlospintores,necesitanarmonía:yporesomehacemuchafaltaunamigoquetengaelsuficientejuicioparanodespreciarmecomorománticoyelsuficientecariñohaciamícomoparaintentarordenarmispensamientos.

En fin, son lamentaciones inútiles; con toda seguridad no encontraré aningúnamigoenesosinmensosocéanos,nisiquieraaquí,enArkangel,entrelosmarineros y los pescadores. Sin embargo, incluso en esos rudos pechoslaten algunos sentimientos, ajenos a lo peor de la naturaleza humana. Milugarteniente, por ejemplo, es unhombrede extraordinariovalor y arrojo; ytiene un enloquecido deseo de gloria. Es inglés y, a pesar de todos susprejuiciosnacionalesyprofesionales,quenosehanpulidoconlaeducación,aúnconservaalgodelascualidadeshumanasmásnobles.Loconocíabordode un barco ballenero; y cuando supe que se encontraba sin trabajo en estaciudad,deinmediatolocontratéparaquemeayudaraenmiaventura.

Elprimeroficialesunapersonadeunadisposiciónexcelenteyenelbarcoseleapreciaporsuamabilidadysuflexibilidadencuantoaladisciplina.Dehecho,esdeunanaturalezatanafablequenosaleacazar(elentretenimiento

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máscomúnaquí,yamenudo,elúnico)soloporquenosoportavercómosederramasangreinútilmente.Además,esdeunagenerosidadcasiheroica.Hacealgunos años estuvo enamorado de una joven señorita rusa de medianafortuna, y como mi oficial había amasado una considerable suma por susbuenosoficios,elpadredelamuchachaconsintióquesecasaran.Antesdelaceremonia vio una vez a su prometida y ella, anegada en lágrimas, yarrojándose a sus pies, le suplicó que la perdonara, confesando al mismotiempoqueamabaaotro,peroqueerapobreyquesupadrenuncaconsentiríaese matrimonio. Mi generoso amigo consoló a la suplicante joven y, trasinformarse del nombre de su amante, de inmediato partió en su busca. Yahabíacompradounagranjaconsudinero,yhabíapensadoqueallípasaríaelrestodesuvida,peroselaentregóasurival,juntoconelrestodesusahorrosparaquepudieracompraralgúnganado,yluegoélmismolepidióalpadredelamuchachaqueconsintieraelmatrimonioconaquel joven.Peroelviejosenegó obstinadamente, diciendo que había comprometido su honor con miamigo;este,viendolainflexibilidaddelpadre,abandonóelpaísynoregresóhastaquenosupoquesuantiguanoviasehabíacasadoconeljovenaquienverdaderamente amaba. «¡Qué hombre más noble!», pensarás. Y es cierto,perodespuésdeaquellohapasadotodasuvidaabordodeunbarcoyapenasconoceotracosaquenoseanmaromasyobenques.

Peronocreasqueestoydudandoenmidecisiónporquemequejeunpoco,oporqueimagineunconsueloamispenasquetalvezjamásllegueaconocer.Mi resolución es tan firme como el destino, ymi viaje solo se ha retrasadohasta que el tiempo permita que nos hagamos a lamar.El invierno ha sidohorriblementeduro,perolaprimaveraprometesermejor,einclusosedicequeseadelantaráconsiderablemente;asíquetalvezpuedazarparantesdeloqueesperaba.Noharénadaprecipitadamente;meconoceslosuficientecomoparaconfiar enmi prudencia y reflexión, puesto que ha sido así siempre que laseguridaddeotrossehaconfiadoamicuidado.

Apenas puedo describirte cuáles sonmis sensaciones ante la perspectivainmediata de emprender esta aventura. Es imposible comunicarte esasensaciónde temblorosaemoción,amediocaminoentreelgozoyel temor,conlacualmedispongoapartir.Medirijohaciaregionesinexploradas,a«latierrade lasbrumasy lanieve»,peronomataréningúnalbatros, asíquenotemaspormivida.

¿Te veré de nuevo, después de haber surcado estos océanos inmensos, ytrasrodearelcabomásmeridionaldeÁfricaoAmérica?Apenasmeatrevoaconfiarensemejante triunfo, sinembargo,ni siquierapuedosoportar la ideadeenfrentarmealaotracaradelamoneda.Escríbemesiemprequepuedas:talvezpueda recibir tus cartas enalgunasocasiones (aunqueesaposibilidad seme antojamuy dudosa), cuandomás las necesite para animarme. Te quiero

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muchísimo.Recuérdameconcariñosinovuelvesasaberdemí.

Tuafectuosohermano,

R.WALTON.

CARTAIII

AlaseñoraSAVILLE,Inglaterra.

Día7dejuliode17**

Miqueridahermana:

Teescriboapresuradamenteunaslíneasparadecirtequemeencuentrobienyqueheadelantadomuchoenmiviaje.EstacartallegaráaInglaterraporunmarinomercantequeregresaahoraacasadesdeArkangel;esmásafortunadoque yo, que quizá no pueda ver mi tierra natal durante muchos años. Encualquier caso, estoy muy animado: mis hombres son valientes yaparentemente fielesy resueltos;ni siquieraparecenasustarles los témpanosdehieloquecontinuamentepasananuestroladoflotandoyquenosadviertendelospeligrosdelaregiónenlaquenosinternamos.Yahemosalcanzadounalatitud elevadísima, pero estamos en pleno verano y aunque no hace tantocalor como en Inglaterra, los vientos del sur, que nos empujan velozmentehacia esas costas que tan ardientemente deseo encontrar, soplan con unareconfortantecalidezquenoesperaba.

Hasta este momento no nos han ocurrido incidentes que merezcanapuntarseenunacarta.Quizáunoodostemporalesfuertes,ylaroturadeunmástil, pero son accidentes que los marinos experimentados ni siquiera seacuerdan de anotar; y me daré por satisfecho si no nos ocurre nada peordurantenuestroviaje.

Adiós,miqueridaMargaret.Puedesestarseguradeque,tantopormícomopor ti, no me enfrentaré al peligro innecesariamente. Seré sensato,perseveranteyprudente.

DarecuerdosdemiparteatodosmisamigosenInglaterra.

Contodomicariño,

R.W.

CARTAIV

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AlaseñoraSAVILLE,Inglaterra.

Día5deagostode17**

Nos ha ocurrido un suceso tan extraño que no puedo evitar anotarlo,aunqueesmuyprobablequenosencontremosantesdequeestascuartillasdepapellleguenati.

Elpasadolunes(eldía31dejulio)estábamosprácticamentecercadosporelhielo,querodeabaalbarcoportodoslados,yapenashabíaespaciolibreenel mar para mantenerlo a flote. Nuestra situación era un tanto peligrosa,especialmenteporqueunanieblamuydensanosenvolvía.Asíquedecidimosarriarvelasydetenernos,alaesperadequetuvieralugaralgúncambioenlaatmósferayeneltiempo.

Alrededor de las dos levantó la niebla y comprobamos que había,extendiéndoseentodasdirecciones,vastaseirregularesllanurasdehieloqueparecíannotenerfin.Algunosdemiscamaradasdejaronescaparunlamentoyyomismo comencé a preocuparme y a inquietarme, cuando de repente unaextraña figura atrajo nuestra atención y consiguió distraernos de lapreocupación que sentíamos por nuestra propia situación. Divisamos uncarruaje bajo, amarrado sobre un trineo y tirado por perros, que se dirigíahacia el norte, a una distancia demediamilla de nosotros; un ser que teníatodalaaparienciadeunhombre,peroalparecerconunaalturagigantesca,ibasentadoen el trineoyguiaba losperros.Vimosel rápidoavancedelviajeroconnuestroscatalejoshastaqueseperdióentrelaslejanasquebradasdelhielo.

Aquella aparición provocó en nosotros un indecible asombro. Creíamosqueestábamosacienmillasdetierrafirme,peroaquelsucesoparecíasugerirque en realidad no nos encontrábamos tan lejos como suponíamos. Encualquiercaso,atrapadoscomoestábamosporelhielo,eraimposibleseguirlelashuellasaaquellafiguraquecontantaatenciónhabíamosobservado.

Aproximadamentedoshorasdespuésdeaquel suceso supimosquehabíamar de fondo y antes de que cayera la noche, el hielo se rompió y liberónuestro barco. De todos modos, permanecimos al pairo hasta la mañana,porquetemíamosestrellarnosenlaoscuridadconaquellasgigantescasmasasdehieloaladerivaqueflotanenelaguadespuésdequesequiebraelhielo.Aprovechéesetiempoparadescansarunashoras.

Finalmente,porlamañana,tanprontocomohuboluz,subíacubiertaymeencontréconquetodalatripulaciónsehabíaarremolinadoenunextremodelbarco, hablando al parecer con alguien que estaba sobre el hielo.Efectivamente,sobreungrantémpanodehielohabíauntrineo,comoelotroquehabíamosvistoantes,quesehabíaacercadoanosotrosdurantelanoche.

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Solo quedaba un perro vivo, pero había un ser humano allí también y losmarinerosestabanintentandoconvencerledequesubieraalbarco.Estenoera,comoparecía ser el otro, unhabitante salvajede alguna isla ignota, sinouneuropeo.Cuandomepresentéencubierta,mioficialdijo:«Aquíestánuestrocapitán,ynopermitiráqueustedmueraenmarabierto.»

Alverme, aquel extraño sedirigióamíen inglés, aunqueconunacentoextranjero.«Antesdequesubaalbarco»,dijo,«¿tendríaustedlaamabilidaddedecirmehaciadóndesedirige?».

Puedes imaginartemiasombroalescucharquesemehacíaunapreguntasemejanteyporpartedeunhombrequeestabaapuntodemorir,yparaelcualyohabía supuestoquemibarco seríaunbien tanpreciadoqueno lohabríacambiadoporeltesoromásgrandedelmundo.Detodosmodos,contestéqueformábamospartedeunaexpediciónhaciaelPoloNorte.

Trasoírmirespuestapareciótranquilizarseyconsintiósubirabordo.¡Diosmío,Margaret…! Si hubieras visto al hombre que aceptó salvarse de aquelmodotanextraño,tuespantonohabríatenidolímites.Teníalosmiembroscasicongelados y todo su cuerpo estaba espantosamente demacrado por elagotamiento y el dolor. Nunca había visto a un hombre en un estado tandeplorable.Intentamosllevarloalcamarote,peroencuantoseleprivódelairepuro,sedesmayó.Decidimosentoncesvolverloasubiracubiertayreanimarlomasajeándolo con brandy, y obligándolo a beber una pequeña cantidad. Encuando comenzó a mostrar señales de vida, lo envolvimos en mantas y locolocamos cerca de los fogones de la cocina. Muy poco a poco se fuerecuperando,ytomóunpocodecaldo,quelesentómaravillosamente.

Así transcurrieron dos días, antes de que le fuera posible hablar; enocasiones temía que sus sufrimientos le hubieran mermado las facultadesmentales. Cuando se hubo recobrado, al menos en alguna medida, lo hicetrasladaramipropiocamaroteymeocupédeéltodoloquemepermitíanmisobligaciones. Nunca había conocido a una persona tan interesante: sus ojosmuestrangeneralmenteunaexpresiónairada,casienloquecida;perohayotrosmomentos en los que, si alguien semuestra amable con él o le atiende concualquiermínimodetalle,sugestoseilumina,comosidijéramos,conunrayodebondadydulzuracomonohevisto jamás.Perogeneralmente semuestramelancólico y desesperado, y a veces le rechinan los dientes, como si nopudierasoportarelpesodelasdesgraciasqueloafligen.

Cuandomiinvitadoserecuperóuntanto,mecostómuchísimomantenerloalejadodeloshombresdelatripulación,quedeseabanhacerlemilpreguntas;peronopermitíqueloincomodaranconsucuriosidaddesocupada,puestoquelarecuperacióndesucuerpoymentedependíanevidentementedeunreposoabsoluto.De todosmodos, en una ocasiónmi lugarteniente le preguntó por

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quésehabíaadentradotantoenloshielosconaqueltrineotanextraño.

Surostro inmediatamentemostróungestodeprofundodolor,ycontestó:«Buscoaalguienquehuyedemí.»

«¿Yelhombrealquepersigueviajatambiéndelmismomodo?»

«Sí.»

«Entonces…creoquelohemosvisto,porqueeldíaanteriorarescatarleaustedvimosaunosperrostirandodeuntrineo,eibaunhombreenél,porelhielo.»

Esto llamó la atencióndelviajerodesconocido, ehizomuchaspreguntasrespecto a la ruta que había seguido aquel demonio (así lo llamó). Pocodespués, cuando ya estábamos los dos solos, me dijo: «Seguramente hedespertadosucuriosidad,comoladeesabuenagente,peroesusteddemasiadoconsideradocomoparahacermepreguntas.»

«Está usted en lo cierto.De todosmodos, sería una impertinencia y unadesconsideraciónpormipartemolestarleconcualquiercuriosidad.»

«Sinembargo…mehasalvadousteddeunasituacióndifícilypeligrosa;hasidoustedmuycaritativoaldevolvermealavida.»

Poco después me preguntó si yo creía que el hielo, al resquebrajarse,podríahaberacabadoconelotro trineo.Lecontestéquenopodía respondercon certeza alguna, porque el hielo no se había quebrado hasta cerca demedianoche y el otro viajero podría haber alcanzado un lugar seguro antes,peroesotampocopodríaafirmarloconcerteza.

Apartirdeesemomento,eldesconocidopareciómuydeseosodesubiracubierta para intentar avistar el trineo que le había precedido; pero lo heconvencido de que se quede en el camarote, porque aún se encuentrademasiado débil para soportar el aire cortante. Pero le he prometido quealgunodemishombresestarávigilandoporélyqueledarácumplidanoticiasiseobservaalgunacosararaahífuera.

Esto es lo que puedo decir hasta el día de hoy respecto a este extrañoincidente.Eldesconocidohaidomejorandopocoapoco,peropermanecemuycallado,ypareceinquietoynerviosocuandoenelcamaroteentracualquieraque no sea yo. Sin embargo, susmodales son tan amables y educados quetodoslosmarinerossepreocupanporél,aunquehanhabladomuypococonél.Por mi parte, comienzo a apreciarlo como a un hermano, y su constante yprofundodolor provoca enmíun sentimientode comprensióny compasión.Debedehaber sidoun sermaravilloso enotros tiempos, puestoque inclusoahora,enladerrota,resultatanatractivoyencantador.

En una demis cartas,mi queridaMargaret, te dije que no encontraría a

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ningúnamigoenestevastoocéano;sinembargo,heencontradoaunhombreal que, antes de que su espíritu se hubiera quebrado por el dolor, yo habríaestadoencantadodeconsiderarcomoaunhermanodelalma.

Seguiréescribiendomidiariorespectoaestedesconocidocuandomeseaposible, si es que se producen acontecimientos novedosos que merezcanrelatarse.

Día13deagostode17**

El aprecio que siento por mi invitado aumenta cada día. Este hombredespiertaauntiempomiadmiraciónymipiedadhastaextremosasombrosos.¿Cómopuedoveraunsertannobledestrozadoporladesdichasinsentirunatremendapunzadadedolor?Estanamableytaninteligente…yesmuyculto,ycuandohabla,aunqueescogesuspalabrasconelegantecuidado,estasfluyenconunafacilidadyunaelocuenciasinigual.

Ahora ya se encuentra muy restablecido de su enfermedad y estácontinuamenteencubierta,alparecerbuscandoeltrineoqueibadelantedeél.Sinembargo,aunquepareceinfeliz,yanoestátanespantosamentesumidoensu propio dolor, sino que se interesa tambiénmucho por los asuntos de losdemás.Mehahechomuchaspreguntassobremispropósitosylehecontadomi pequeña historia con franqueza. Parecía alegrarse de la confianza que ledemostréymesugirióalgunasmodificacionesenmiplanquemeparecieronextremadamente útiles.No hay pedantería en su conducta, sino que todo loque hace parece nacer exclusivamente del interés que instintivamente sientepor el bienestar de aquellos que lo rodean.Amenudoparece abatido por lapenayentoncessesientasoloeintentavencertodoaquelloquehaydehoscoy asocial en su talante. Estos paroxismos pasan sobre él como una nubedelante del sol, aunque su abatimiento nunca le abandona. He intentadoganarme su confianza, y espero haberlo conseguido. Un día lemencioné eldeseo que siempre había sentido de contar con un buen amigo que mecomprendieraymeayudaraconsusconsejos.Ledijequeyonoeraesetipodehombres que se ofenden por los consejos ajenos. «Todo lo que sé lo heaprendidosolo,yquizánoconfíosuficientementeenmispropiasfuerzas.Asíquemegustaríaqueesecompañerofueramássabioytuvieramásexperienciaque yo, para que me aportara confianza y me apoyara. No creo que seaimposibleencontrarunverdaderoamigo.»

«Estoydeacuerdoconusted»,contestóeldesconocido,«enconsiderarquelaamistadnoessolodeseable,sinounbienposible.Yotuveantañounamigo,elmejorde todos lossereshumanos,asíquecreoqueestoycapacitadoparajuzgar laamistad.Ustedesperaconseguirla,y tieneelmundoanteusted,asíquenohayrazónparadesesperar.Peroyo…yo loheperdido todo,yyanopuedoempezarmividadenuevo».

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Cuandodijoeso,surostroadoptóunexpresivogestodeserenidadydolorquemellegóalcorazón.Peroélpermanecióensilencioydespuésseretiróasucamarote.

Aunquetieneelalmadestrozada,nadieapreciamásqueéllasbellezasdela naturaleza. El cielo estrellado, el mar y todos los paisajes que nosproporcionanestasmaravillosasregionesparecenteneraúnelpoderdeelevarsualma.Unhombrecomoéltieneunadobleexistencia:puedesufrirtodaslasdesgracias y caer abatidopor todos los desengaños; sin embargo, cuando seencierre en sí mismo, será como un espíritu celestial, que tiene un halo entornoasí,cuyocerconopuedeatravesarnilaangustianilalocura.

¿Te burlas por el entusiasmo quemuestro respecto a este extraordinariovagabundo?Siesasí,debesdehaberperdidoesainocenciaquefueantañotuencantocaracterístico.Sinembargo,siquieres,puedessonreírantelaemociónde mis palabras, mientras yo encuentro cada día nuevas razones pararepetirlas.

Día19deagostode17**

Ayer el desconocido me dijo: «Naturalmente, capitán Walton, se habrádado cuenta de que he sufrido grandes e insólitas desventuras. En ciertaocasiónpenséqueelrecuerdodeesasdesgraciasmoriríaconmigo,peroustedhaconseguidoquecambiedeopinión.Ustedbuscaconocimientoysabiduría,comolobusquéyo;yesperodetodocorazónqueelfrutodesusdeseosnoseauna víbora que le muerda, como lo fue para mí. No sé si el relato de misdesgraciasleresultaráútil;sinembargo,siasíloquiere,escuchemihistoria.Creo que los extraños sucesos que tienen relación con mi vida puedenproporcionarleunavisióndelanaturalezahumanaquetalvezpuedaampliarsus facultades y su comprensión del mundo. Sabrá usted de poderes yacontecimientos de talmagnitud que siempre los creyó imposibles: pero notengoningunadudadequemihistoriaaportarápor símisma laspruebasdequesonverdadlossucesosdequesecompone.»

Evidentemente, podrás imaginar que me sentí muy halagado por esademostración de confianza; sin embargo, apenas podía soportar que tuvieraquesufrirdenuevoeldolordecontarmesusdesgracias.Estabadeseosodeoírel relatoprometido,enparteporcuriosidad,yenparteporelvivodeseodeintentar cambiar su destino, si es que semejante cosa estaba en mi mano.Expreséestossentimientosenmirespuesta.

«Gracias por su comprensión», contestó, «pero es inútil;mi destino casiestácumplido.Noesperomásqueunacosa,yluegopodrédescansarenpaz.Comprendo sus sentimientos», añadió, viendo que yo tenía intención deinterrumpirle,«peroestáustedmuyequivocado,amigomío,simepermitequelellameasí.Nadapuedecambiarmidestino:escuchemihistoria,yentenderá

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ustedporquéestáirrevocablementedecidido».

Luego me dijo que comenzaría a contarme su historia al día siguiente,cuando yo dispusiera de algún tiempo. Esta promesa me arrancó los máscalurososagradecimientos.Hedecididoquetodaslasnoches,cuandonoestédemasiado ocupado, escribiré lo que me cuente durante el día, con tantafidelidadcomomeseaposibleyconsuspropiaspalabras.Ysituvieramuchoscompromisos,almenostomarénotas.Elmanuscritosindudateproporcionaráun gran placer: pero yo, que lo conozco, y que escucharé la historia de suspropioslabios,¡concuántointerésyconcuántocariñololeeréalgúndía,enelfuturo…!

CAPÍTULO1

Soyginebrinopornacimiento;ymifamiliaesunadelasmásdistinguidasdeesarepública.Durantemuchosañosmisantepasadoshansidoconsejerosymagistrados, ymi padre había ocupado varios cargos públicos con honor ybuenareputación.Todoslosqueloconocíanlorespetabanporsuintegridadyporsuinfatigablededicaciónalosasuntospúblicos.Dedicósujuventudalosaconteceresdesupaísysolocuandosuvidacomenzóadeclinarpensóenelmatrimonioyenofrecerasupatriahijosquepudieranperpetuarsusvirtudesysunombreenelfuturo.

Comolascircunstanciasespecialesdesumatrimonioilustranbiencuálerasucarácter,nopuedoevitarreferirmeaellas.Unodesusamigosmásíntimosera un comerciante que, debido a numerosas desgracias, desde una posiciónflorecientecayóenlapobreza.Estehombre,cuyonombreeraBeaufort,teníauncarácterorgullosoyaltivo,ynopodíasoportarvivirenlapobrezayenelolvidoen elmismopaís en el queantiguamente sehabíadistinguidopor suriquezaysumagnificencia.Asípues,habiendopagadosusdeudas,delmodomás honroso que pudo, se retiró con su hija a la ciudad deLucerna, dondevivióenelanonimatoyenlamiseria.MipadrequeríamuchoaBeaufort,conuna verdadera amistad, y lamentó mucho su retiro en circunstancias tandesgraciadas.Tambiénsentíamucholapérdidadesucompañía,ydecidióirabuscarloeintentarpersuadirlodequecomenzaradenuevoconsucréditoysuayuda.

Beaufort había tomado medidas muy eficaces para esconderse ytranscurrieron diez meses antes de que mi padre descubriera su morada.Entusiasmadoporeldescubrimiento,sedirigióinmediatamentealacasa,queestabasituadaenunacalleprincipal,cercadelReuss.Perocuandoentró,sololamiseriay ladesesperación ledieron labienvenida.Beaufort apenashabía

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conseguido salvar una suma de dinero muy pequeña del naufragio de sufortuna, pero era suficiente para proporcionarle sustento durante algunosmeses;y,mientrastanto,esperabaencontraralgúnempleorespetableencasadealgúncomerciante.Peroduranteeseperíododetiemponohizonada;yconmástiempoparapensar,soloconsiguióquesutristezasehicieramásprofundaymásdolorosa,yalfinalseapoderódetalmododesumentequetresmesesdespuésyacíaenfermoenunacama,incapazdemoverse.

Suhijaloatendíacontodoelcariño,peroveíacondesesperacióncómosuspequeños ahorros desaparecían rápidamente y no había ninguna otraperspectiva para ganarse el sustento. Pero Caroline Beaufort poseía unainteligenciapococomúnysuvalentíaconsiguiósostenerlaen laadversidad.Se buscó un trabajo humilde: hacía objetos demimbre, y por otrosmediospudoganarundineroqueapenaserasuficienteparapodercomer.

Transcurrieronvariosmesesasí.Supadresepusopeor;lamayorpartedesu tiempo la empleaba Caroline en atenderlo; sus medios de subsistenciamenguaban constantemente. A los diez meses, su padre murió entre susbrazos, dejándola huérfana y desamparada. Este último golpe la abatiócompletamente y cuando mi padre entró en aquella habitación, ella estabaarrodilladaanteelataúddeBeaufort, llorandoamargamente.Sepresentóallícomo un ángel protector para la pobre muchacha, que se encomendó a sucuidado,ydespuésdelentierrodesuamigo,mipadrelallevóaGinebraylapuso bajo la protección de un conocido. Dos años después de esosacontecimientos,laconvirtióensuesposa.

Cuandomipadreseconvirtióenesposoypadre,descubrióquelosdeberesde su nueva situación le ocupaban tanto tiempo que tuvo que abandonarmuchosdesus trabajospúblicosydedicarsea laeducacióndesushijos.Yoera el mayor y estaba destinado a ser el sucesor en todos sus trabajos yobligaciones.Nadie en elmundohabrá tenidopadresmás cariñososque losmíos. Mi bienestar y mi salud fueron sus únicas preocupaciones,especialmenteporquedurantemuchosañosyofuisuúnicohijo.Peroantesdecontinuar con mi historia, debo contar un incidente que tuvo lugar cuandoteníacuatroañosdeedad.

Mi padre tenía una hermana que lo adoraba y que se había casadomuyjoven con un caballero italiano. Poco después de sumatrimonio, ella habíaacompañadoasumaridoasupaísnatalydurantealgunosañosmipadrenotuvo apenas contacto con ella. Por esas fechas, ella murió, y pocos mesesdespués mi padre recibió una carta de su cuñado, que le comunicaba suintencióndecasarseconunadamaitalianaylepedíaamipadrequesehicieracargodelapequeñaElizabeth, laúnicahijadesuhermanafallecida.«Esmideseoquelaconsiderescomosifueratupropiahija»,decíaenlacarta,«yquelaeduquesenconsecuencia.Lafortunadesumadrequedaráasudisposición,

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y te remitiré losdocumentosparaque túmismo loscustodies.Te ruegoquereflexionesmipropuestaydecidassiprefiereseducaratusobrinatúmismooencomendaresatareaaunamadrastra».

MipadrenolodudóeinmediatamenteviajóaItaliaparaacompañaralapequeñaElizabethasufuturohogar.Muyamenudooídeciramimadreque,enaquelentonces,eralaniñamásbonitaquehabíavistojamásyqueinclusoentoncesyamostraba signosdeposeeruncarácter amableycariñoso.Estosdetalles y su deseo de afianzar tanto como fuera posible los lazos del amorfamiliardeterminaronquemimadreconsideraraaElizabethcomomi futuraesposa,ynuncaencontrórazonesqueleimpidieransostenersemejanteplan.

Desdeaquelmomento,ElizabethLavenzaseconvirtióenmicompañeradejuegosy,cuandocrecimos,enmiamiga.Eratranquilaydebuencarácter,perodivertida y juguetona como un bichito veraniego. Aunque era despierta yalegre,sussentimientoseranintensosyprofundos,ymuycariñosa.Disfrutabade la libertadmásquenadie,pero tampoconadieeracapazdeobedecercontantoencantoalasórdenesoalosgustosdeotros.Eramuyimaginativa,sinembargosucapacidadparaaplicarseenelestudioeranotable.Elizabetheralaimagendesuespíritu:susojosdecoloravellana,aunquetanvivoscomolosdeunpajarillo,poseíanunaatractivadulzura.Sufiguraeraligerayairosa;y,aunqueeracapazdesoportarelcansancioylafatiga,parecíalacriaturamásfrágildelmundo.Aunqueyoadmirabasu inteligenciay su imaginación,meencantaba ocuparme de ella, como lo haría demi animal favorito; nunca vitantosencantosenunapersonayenunainteligencia,unidosatantahumildad.

TodoelmundoadorabaaElizabeth.Si loscriados teníanalgunapeticiónquehacer,siemprebuscabansuintercesión.Nohabíaentrenosotrosningunaclase de peleas o enfados. Porque, aunque nuestros caracteres eran muydistintos, incluso había armonía en esa diferencia. Yo era más calmado yfilosófico que mi compañera. Sin embargo, no era tan dócil y sumiso. Eracapazdeestarconcentradoenelestudiomástiempo,peronoeratanconstantecomoella.Meencantabainvestigarloqueocurríaenelmundo…ellapreferíaocuparseenperseguirlasetéreascreacionesdelospoetas.Elmundoeraparamí un secreto que deseaba desvelar… para ella era un espacio que deseabapoblarconsuspropiasimaginaciones.

Mis hermanos eran considerablemente más jóvenes que yo, pero yocontabaconunamigo,entremiscompañerosdeescuela,quecompensabaesadeficiencia.HenryClerval erahijodeuncomerciantedeGinebra,unamigoíntimo de mi padre. Era un muchacho de un talento y una imaginaciónsingulares.Recuerdoquecuandosoloteníanueveañosescribióuncuentodehadas que fue la delicia y el asombro de todos sus compañeros. Su estudiofavoritoconsistíaenloslibrosdecaballeríaylasnovelas;ycuandoeramuyjoven,puedorecordarquesolíamosrepresentarobrasdeteatroquecomponía

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élmismoapartirdeaquellos libros, siendo losprincipalespersonajesde lasmismasOrlando,RobínHood,AmadísySanJorge.Nocreoquehubieraunjoven más feliz que yo. Mis padres eran indulgentes y mis compañeros,encantadores. Nunca se nos obligó a estudiar y, por alguna razón, siempreteníamosalgúnobjetivoalavistaquenosempujabaaaplicarnosconfruiciónpara obtener lo que pretendíamos. Era mediante este método, y no por laemulación,porloqueestudiábamos.AElizabethnoseledijoqueseaplicaraespecialmenteeneldibujo,paraquesuscompañerasnoladejaranatrás,peroeldeseodeagradarasutíalaempujabaarepresentaralgunasescenasquelegustaban. Aprendimos latín e inglés, así que podíamos leer textos en esaslenguas.Y,lejosdequeelestudionospudieraresultarodiosoporloscastigos,nosencantabaaplicarnosaello,ynuestrosentretenimientoseranloqueotrosniños consideraban deberes. Quizá no leímos tantos libros ni aprendimosidiomas con tanta rapidez comoaquellos que siguenunadisciplina concretacon un método preciso, pero lo que aprendimos se imprimió másprofundamente en nuestra memoria. En la descripción de nuestro círculofamiliarheincluidoaHenryClervalporquesiempreestabaconnosotros.Ibaalaescuelaconmigoygeneralmentepasabalatardeennuestracasa;comoerahijoúnicoynoteníaconquiénentretenerseencasa,supadreestabaencantadodequeencontraraamigosenlanuestra;y,enrealidad,nuncaéramosdeltodofelicessiClervalnoestabaconnosotros.

CAPÍTULO2

Los acontecimientos que influyen decisivamente en nuestros destinos amenudotienensuorigenensucesostriviales.Lafilosofíanaturaleselgenioquehaordenadomidestino.Asípues,enesteresumendemisprimerosaños,deseo explicar aquellos hechos que me condujeron a sentir una especialpredilección por la ciencia. Cuando tenía once años, fuimos todos deexcursiónalosbañosquehaycercadeThonon.Lasinclemenciasdeltiemponos obligaron a quedarnos todo un día encerrados en la posada. En aquellacasa,porcasualidad,encontréunvolumenconlasobrasdeCornelioAgrippa.Loabrísinmuchointerés;lateoríaqueintentabademostrarylosmaravillososhechos que relataba pronto cambiaron aquella apatía en entusiasmo. Unanueva luz se derramó sobre mi entendimiento; y, dando saltos de alegría,comuniquéaqueldescubrimientoamipadre.Nopuedodejardeseñalaraquícuántasveceslosmaestrostienenocasióndedirigirlosgustosdesusalumnoshacia conocimientos útiles y cuántas veces lo desaprovechaninconscientemente.Mipadreobservósinmuchointeréslacubiertadellibroydijo:

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—¡Ah…Cornelio Agrippa!Mi querido Víctor, no pierdas el tiempo enestascosas;nosonmásquetonteríasinútiles.

Si en vez de esta advertencia, o incluso esa exclamación, mi padre sehubieratomadolamolestiadeexplicarmequelasteoríasdeAgrippayahabíanquedado completamente refutadas y que se había instaurado un sistemacientíficomodernoqueteníamuchamásrelevanciaqueelantiguo,porqueeldel antiguo era pretencioso y quimérico, mientras que las intenciones delmodernoeranrealesyprácticas…enesascircunstancias,contodaseguridadhabría desechado el Agrippa y, teniendo la imaginación ya tan excitada,probablementemehabríaaplicadoaunateoríamásracionaldelaquímicaquehadadocomoresultadolosdescubrimientosmodernos.Esposibleinclusoquemisideasnuncahubieranrecibidoelimpulsofatalquemecondujoalaruina.Peroaquellamiradadisplicentequemipadrehabíalanzadoallibroenningúncaso me aseguraba que supiera siquiera de qué trataba, así que continuéleyendoaquelvolumenconlamayoravidez.

Cuando regresé a casa, mi primera ocupación fue procurarme todas lasobrasdeeseautory,después,lasdeParacelsoylasdeAlbertoMagno.Leíyestudiécondeleitelaslocasfantasíasdeesosautores;meparecíantesorosqueconocíanmuypocosapartedemí;yaunqueamenudodeseécomunicaramipadre aquellos conocimientos secretos, sin embargo, su firmedesaprobacióndeAgrippa,miautorfavorito,siempremeretuvo.Detodosmodos,ledescubrími secreto aElizabeth, bajo la estricta promesa de guardar secreto, pero nopareciómuyinteresadaenlamateria,asíquecontinuémisestudiossolo.

Puede resultar un poco extraño que en el siglo XVIII apareciera undiscípulodeAlbertoMagno;peroyonopertenecíaaunafamiliadecientíficosni había asistido a ninguna clase en Ginebra. Así pues, la realidad noenturbiabamissueñosymeentreguécon toda lapasióna labúsquedade lapiedra filosofal y el elixir de la vida. Y esto último acaparaba toda miatención; la riquezaeraparamíunasuntomenor, ¡peroqué famaalcanzaríami descubrimiento si yo pudiera eliminar la enfermedad de la condiciónhumana y conseguir que el hombre fuera invulnerable a cualquier cosaexceptoaunamuerteviolenta!

Esasnoeranmisúnicasensoñaciones;invocarlaaparicióndefantasmasydemonios era una sugerencia constante de mis escritores favoritos, y yoansiaba poder hacerlo inmediatamente; y si mis encantamientos nuncaresultaban exitosos, yo atribuía los fracasosmás ami inexperiencia y amiserroresquealafaltadeinteligenciaoalaincompetenciademismaestros.

Los fenómenos naturales que tienen lugar todos los días delante denuestros ojos nome pasaban desapercibidos. La destilación, de la cual misautores favoritos eran absolutamente ignorantes, me causaba asombro, pero

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con lo que me quedé maravillado fue con algunos experimentos con unabombadeairequellevabaacabouncaballeroalquesolíamosvisitar.

Laignoranciademisfilósofosenestasymuchasotrasdisciplinassirvieronpara desacreditarlos a mis ojos… pero no podía apartarlos a un ladodefinitivamenteantesdequealgúnotrosistemaocuparasulugarenmimente.

Cuando teníaalrededordecatorceaños,estábamosennuestracasacercadeBelriveyfuimostestigosdeunaviolentayterribletormenta.Habíabajadodesde el Jura y los truenos estallaban unos tras otros con un aterradorestruendoenloscuatropuntoscardinalesdelcielo.Mientrasdurólatormenta,yo permanecí observando su desarrollo con curiosidad y asombro. Cuandoestabaallí,enlapuerta,derepente,observéunrayodefuegoqueselevantabadesde un viejo y precioso roble que se encontraba a unas veinte yardas denuestracasa;yencuantoaquellaluzresplandecientesedesvaneció,pudeverque el roble había desaparecido, y no quedaba nada allí, salvo un tocónabrasado.Alamañanasiguiente,cuandofuimosaverlo,nosencontramoselárbolincreíblementecarbonizado;nosehabíarajadoporelimpacto,sinoquehabíaquedadoreducidoporcompletoaastillasdemadera.Nuncaviunacosatandestrozada.Lacatástrofedelárbolmedejóabsolutamenteasombrado.

Entre otras cuestiones sugeridas por el mundo natural, profundamenteinteresado,lepreguntéamipadreporlanaturalezayelorigendelostruenosylosrayos.Medijoqueera«electricidad»,ymeexplicótambiénlosefectosdeaquella fuerza. Construyó una pequeña máquina eléctrica, e hizo algunospequeñosexperimentosypreparóunacometaconunacuerdayuncablequepodíaextraeraquelfluidodesdelasnubes.

EsteúltimogolpeacabódederribaraCornelioAgrippa,aAlbertoMagnoy a Paracelso, que durante tanto tiempo habían sido reyes y señores demiimaginación. Pero, por alguna fatalidad, no me sentí inclinado a estudiarningúnsistemamodernoyestedesinterésteníasurazóndeserenlasiguientecircunstancia.

Mipadreexpresó sudeseodequeyoasistiera auncurso sobre filosofíanatural,alocualaccedíencantado.Huboalgúninconvenientequeimpidióqueyo asistiera a aquellas lecciones hasta que el curso casi hubo concluido. Laclase a la que acudí, aunque casi era la última del curso, me resultóabsolutamente incomprensible. El profesor hablaba con gran convicción delpotasio y el boro, los sulfatos y los óxidos, unos términos a los que yo nopodíaasociarideaalguna:medesagradóprofundamenteunacienciaque,amientender,soloconsistíaenpalabras.

Desde aquel momento hasta que fui a la universidad, abandoné porcompleto mis antaño apasionados estudios de ciencia y filosofía natural,aunqueaúnleíacondeleiteaPlinioyaBuffon,autoresqueenmiopinióneran

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casiigualeseninterésyutilidad.

Enaquellaépocamiprincipalinteréseranlasmatemáticasylamayoríadelasramasdeestudioqueserelacionanconesadisciplina.Tambiénestabamuyocupadoenelaprendizajedeidiomas;yaconocíaunpocoellatín,ycomencéaleersinayudadellexicónalosautoresgriegosmássencillos.Tambiénsabíainglésyalemánperfectamente.Yeseeraellistadodemisconocimientosalaedad de diecisiete años; y se podrá usted imaginar que empleaba todo mitiempo en adquirir y conservar los conocimientos de aquellas diferentesmaterias.

Otra tarea recayó sobre mí cuando me convertí en maestro de mishermanos.Ernesteracincoañosmásjovenqueyoyeramiprincipalalumno.Desdequeeramuypequeñohabíatenidounasaluddelicada,razónporlacualElizabeth y yo habíamos sido sus enfermeros habituales. Tenía un caráctermuydulce,peroeraincapazdeconcentrarseenningúntrabajoserio.William,el más joven de la familia, era aún muy niño y la criatura más bonita delmundo; sus alegres ojos azules, los hoyuelos de sus mejillas y sus gestoszalamerosinspirabanelcariñomástierno.Asíeranuestravidafamiliar,delacual permanecían siempre alejados las preocupaciones y el dolor.Mi padredirigía nuestros estudios y mi madre formaba parte de nuestros juegos.Ningunodenosotrosgozabadepredilecciónalgunasobrelosdemás,ynuncase escucharon en casa órdenes autoritarias, pero nuestro cariño mutuo nosempujabaaobedeceryasatisfacerhastaelmásmínimodeseodelosdemás.

CAPÍTULO3

Cuando alcancé la edad de diecisiete años, mis padres decidieron quedebería iraestudiara laUniversidadde Ingolstadt.Hastaentoncesyohabíaasistido a los colegios de Ginebra, pero mi padre creyó necesario, paracompletarmieducación,quedeberíaconocerotrascostumbresynosolo lasdemipaísnatal.Asípues,mipartidasefijóparaunafechacercana.Peroantesde que llegara el día acordado, sucedió la primera desgracia demi vida: unpresagio,podríadecirse,demisfuturasdesdichas.

Elizabeth había cogido la escarlatina, pero la dolencia no fue grave y serecuperó rápidamente. Durante la cuarentena a mi madre le habían dadonumerosasrazonesparapersuadirladequenoseocuparadecuidarla.Yhabíaaccedidoanuestrosruegos,perocuandosupoquesuniñadelalmaseestabarecuperando, no pudo seguir privándose de su compañía y entró en lahabitacióndelaenfermamuchoantesdequeelpeligrodelainfecciónhubierapasado. Las consecuencias de esta imprudencia fueron fatales: tres días

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después,mimadreenfermó.Lasfiebreseranmalignasyelgestodequieneslaatendíanpronosticabalopeor.Ensulechodemuerte,lafortalezaylabondaddeaquellaadmirablemujernolaabandonaron.JuntólasmanosdeElizabethylasmías.

—Hijosmíos—dijo—,habíadepositadotodasmisesperanzasenvuestraunión.Ahoraesauniónseráelconsuelodevuestropadre.Elizabeth,miamor,ocupamilugarycuidadetusprimospequeños.¡Cuántolosiento…!¡Cuántosientotenerqueabandonaros…!Hesidotanfelizytanamada,¿cómonomeva a ser difícil separarme de vosotros? Pero esas ideas no deberíanpreocuparmeahora;tendréqueintentarresignarmeconunasonrisaalamuerteyabrigarélaesperanzadeencontrarosenelotromundo.

Muriótranquila,ysusrasgosexpresabancariñoinclusoenlamuerte.Noserá necesario describir los sentimientos de aquellos cuyos amados lazosquedan rotos por ese irreparable mal, el vacío que deja en las almas y ladesesperaciónquesemuestraenlamirada.Transcurremuchotiempoantesdequelamentehumanapuedaconvencersedequelapersonaaquiensevetodoslos días, y cuya simple existencia parece parte de la nuestra, se ha ido parasiempre; pasamucho tiempo antes de que podamos convencernos de que lamirada brillante de un ser amado se ha apagado para siempre y de que elsonidodeunavozfamiliaryqueridasehaacalladodefinitivamente,ynuncamásvolveráaescucharse.Estassonlasreflexionesdelosprimerosdías.Perocuando el paso del tiempo demuestra que la desgracia es una realidad,entonces comienza la amargura y el dolor. Sin embargo, ¿a quién no haarrebatadoesacruelmanoalgúnserquerido?¿Yporquédeberíadescribiryounapenaquetodoshansentidoydebensentir?Alfinalllegaeldíaenelqueel dolor esmás bien una complacencia que una necesidad, y la sonrisa quejuegaenloslabios,aunqueparezcaunmalditosacrilegio,yanoseoculta.Mimadre había muerto, pero nosotros aún teníamos obligaciones que cumplir;debíamosseguirconnuestravidayaprenderasentirnosafortunadosmientrasquedaraunodenosotrosaquienlamuertenohubieraarrebatado.

MiviajeaIngolstadt,quehabíasidoaplazadoporesosacontecimientos,sevolvió aplantearnuevamente.Conseguíquemipadremedieraunplazodealgunassemanasantesdepartir.Esetiempotranscurriótristemente.Lamuertede mi madre y mi inmediata partida nos deprimían, pero Elizabeth seesforzaba en devolver el espíritu de la alegría a nuestro pequeño círculo.Desdelamuertedesutía,sucarácterhabíaadquiridonuevafirmezayvigor.Decidiócumplirconsusdeberesconlamáximaprecisión,ysintióquehabíarecaídosobreellaelimperiosodeberdededicarseporenteroalafelicidaddesu tío y sus primos. Ella me consolaba, entretenía a su tío, educaba a mishermanos;ynuncalavitanencantadoracomoenaqueltiempo,cuandoestabaconstantementeintentandocontribuiralafelicidaddelosdemás,olvidándose

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porcompletodesímisma.

Eldíademipartidafinalmentellegó.Yoyamehabíadespedidodetodosmisamigos,exceptodeClerval,quepasóconnosotrosaquellaúltima tarde.Lamentó amargamente que le fuera imposible acompañarme. Pero no habíamodo de convencer a su padre para que se separara de su hijo, porquepretendía que se convirtiera en socio de sus negocios y aplicaba su teoríafavorita, según la cual los estudios eran un asunto superfluo a la hora dedesenvolverse en la vida diaria. Henry tenía un espíritu delicado, no teníaningún deseo de permanecer ocioso y en el fondo estaba encantado deconvertirse en socio de su padre, pero creía que un hombre podía ser unperfectocomerciantey,sinembargo,poseerunaapreciablecultura.

Estuvimosreunidoshastamuytarde,escuchandosuslamentosyhaciendomuchos y pequeños planes para el futuro. A la mañana siguiente, muytemprano,partí.LaslágrimasanegaronlamiradadeElizabeth;sederramabanenpartepor lapenaantemidespedidayenparteporquepensabaqueaquelmismoviajedebíahabertenidolugartresmesesantes,conlabendicióndeunamadre.

Me derrumbé en la diligencia que debía llevarme y me sumí en lasreflexionesmásmelancólicas.Yo,que siemprehabíaestado rodeadopor losmejores compañeros, continuamente comprometidos en intentar hacernosfelices unos a otros… Ahora estaba solo. Debería buscarme mis propiosamigosenlauniversidada laqueibaaacudir,ycuidardemímismo.Hastaesemomento,mividahabíatranscurridoenunambienteprotegidoyfamiliar,y esto había generado en mí una invencible desconfianza hacia losdesconocidos.Amabaamishermanos,aElizabethyaClerval:esoseranmis«viejos rostros conocidos», yme creía absolutamente incapazde soportar lacompañíadeextraños.Taleseranmispensamientoscuandocomencéelviaje.Peroamedidaqueavanzaba, fuianimándomeymisesperanzas resurgieron.Deseabaardientementeadquirirmásconocimientos.Cuandoestabaencasa,amenudopensabaqueseríamuyduropermanecertodamijuventudencerradoenunsololugareinclusohabíadeseadoconocermundoybuscarmeunlugaren la sociedad entre otros seres humanos.Ahoramis deseos se habíanvistosatisfechosy,enrealidad,habríasidoabsurdolamentarlo.

Tuve tiempo suficiente para estas y muchas otras reflexiones durante elviajeaIngolstadt,queresultólargoyaburrido.Lasagujasdelaciudadporfinseofrecieronamivista.Descendídelcarruajeymecondujeronamisolitarioapartamentoparaqueemplearalatardeenloquequisiera.

CAPÍTULO4

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A lamañana siguiente entreguémis cartasdepresentaciónymepersonéantealgunosdelosprofesoresprincipalesy,entreotros,anteelseñorKrempe,profesor de FilosofíaNatural.Me recibió con afabilidad yme hizo algunaspreguntas referidas a mis conocimientos en las diferentes ramas científicasrelacionadasconlafilosofíanatural.Conmiedoytembloroso,escierto,citéalos únicos autores quehabía leído sobre esasmaterias.El profesormemiróasombrado.

—¿Deverdadhaperdidoeltiempoestudiandoesasnecedades?—medijo.

Contestéafirmativamente.

—Cadaminuto,cadainstantequehadesperdiciadoustedenesoslibroshasidotiempoperdido,completayabsolutamente—añadióelseñorKrempeconenojo—. Tiene usted el cerebro atestado de sistemas caducos y nombresinútiles.¡Diosmío…!¿Enquédesiertohaestadoviviendousted?¿Esquenohabía un alma caritativa que le dijera a usted que esas tonterías que hadevorado con avidez tienen más de mil años y son tan rancias comoanticuadas?NoesperabaencontrarmeaundiscípulodeAlbertoMagnoydeParacelsoenel siglode la Ilustracióny laciencia.Miqueridoseñor,deberáustedcomenzarsusestudiosabsolutamentedesdeelprincipio.

Ydiciéndomeesto,seapartóaunladoyescribióunalistadevarioslibrosde filosofía natural que debía procurarme, y me despidió después demencionar que a principios de la semana siguiente tenía intención decomenzaruncursosobrelascaracterísticasgeneralesdelafilosofíanatural,yqueelseñorWaldman,uncolegasuyo,daríaleccionesdequímicalosdíasqueélnodictarasusclases.

No regresé a casa muy decepcionado, porque yo también considerabainútiles a los escritores que el profesor había reprobado de aquelmodo tanenérgico…, pero tampocome sentímuy inclinado a estudiar aquellos librosque había adquirido por recomendación suya. El señor Krempe era unhombrecillopequeñoygordodevoz roncay rostrodesagradable, asíqueelprofesor no me predisponía a estudiar su materia. Además, yo tenía misreparosrespectoalautilidaddelafilosofíanaturalmoderna.Erabiendistintocuando los maestros de la ciencia perseguían la inmortalidad y el poder:aquellasideas,aunqueerancompletamenteinútiles,almenosteníangrandeza.Pero ahora todo había cambiado: la ambición del investigador parecíalimitarse a rebatir aquellos puntos de vista en los cuales se fundabaprincipalmentemi interésen laciencia.Semeestabapidiendoquecambiaraquimerasdeinfinitagrandezaporrealidadesqueapenasvalíannada.

Tales fueron mis pensamientos durante dos o tres días que pasécompletamente solo… pero al comenzar la semana siguiente, pensé en la

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información que el señor Krempe me había dado respecto a los cursos. Yaunqueno teníaningunaintenciónde iraescucharcómoaquelprofesorcillovanidosorepartíasentenciasdesdesupúlpito,recordéloquehabíadichodelseñor Waldman, a quien yo no conocía, porque hasta ese momento habíapermanecidofueradelaciudad.

Enparteporcuriosidadyenpartepordistraerme,fuialaulaenlaqueelseñorWaldmanentrópocodespués.Esteprofesoreraunhombremuydistintoasucolega.Rondaría loscincuentaaños,peroconunaspectoque inspirabaunagranbondad;algunoscabellosgrisescubríansussienes,peroenlaparteposterior de la cabeza eran casi negros. No era muy alto, pero caminabanotablementeerguidoysuvozeralamásdulcequeyohabíaoídoenmivida.Comenzó la lecciónconuna recapitulaciónde lahistoriade laquímicaydelos avances que habían llevado a cabo muchos hombres de ciencia,pronunciandoconfervorlosnombresdelosgrandessabios.Despuésofrecióunaperspectivageneraldelestadoactualdelacienciayexplicómuchasdesusbondades.Despuésdehaceralgunosexperimentossencillos,concluyóconunpanegíricodedicadoalaquímicamoderna;nuncaolvidarésuspalabras.

—Losantiguosmaestrosdelaciencia—dijo—prometíanimposiblesynoconsiguieronnada.Losmaestrosmodernosprometenmuypoco.Sabenquelosmetalesnopuedentransmutarseyqueelelixirdelavidaessolounaquimera.Pero estos filósofos, cuyas manos parecen hechas solo para escarbar en lasuciedadycuyosojosparecensolodestinadosaescudriñarenelmicroscopiooenelcrisol,enrealidadhanconseguidomilagros.PenetranenlosrecónditosescondrijosdelaNaturalezaymuestrancómooperaenesoslugaressecretos.Han ascendido a los cielos y han descubierto cómo circula la sangre y lanaturaleza del aire que respiramos. Han adquirido nuevos y casi ilimitadospoderes:puedendominarlostruenosdelcielo,simularunterremoto,einclusoimitarelmundoinvisibleconsuspropiassombras.

Salí de allí encantado con este profesor y su lección, y lo visité aquellamismatarde.Enprivado,susmodaleseraninclusomásamablesyafectuososque en público. Porque había una cierta dignidad en sus gestos durante susclasesquesetornabaafabilidadyamabilidadensupropiacasa.Escuchóconatención mi pequeña historia referente a los estudios y sonrió cuandopronunciélosnombresdeCornelioAgrippayParacelso,perosineldesprecioque el señor Krempe había mostrado. Dijo que «los modernos filósofosestabanendeudaconelinfatigableesfuerzodeesoshombresquesentaronlasbasesdelconocimiento.Ellosnoshabíanencomendadounatareamássencilla:dar nuevos nombres y ordenar en clasificaciones comprensibles los hechosque, en buena parte, ellos habían sacado a la luz. El trabajo del hombre degenio, aunque esté equivocado o mal dirigido, muy pocas veces deja deconvertirse en un verdadero beneficio para la humanidad». Escuché

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atentamentesuspalabras,pronunciadassinpresunciónalguna,y luegoañadíque su lecciónhabía apartadodemí cualquier prejuicio contra los químicosmodernos;ytambiénlepedíquemeaconsejararespectoaloslibrosquedebíaleer.

—Mealegramuchotenerunnuevodiscípulo—dijoelseñorWaldman—;y si se aplica usted al estudio tanto como parece sugerir su inteligencia, notengodudadequealcanzaráeléxito.Laquímicaesesa ramade la filosofíanaturalen lacualsehanhechoyseharán losavancesmás importantes.Poresolaescogícomodisciplinaprincipalenmitrabajo.Pero,almismotiempo,nohedescuidadootrasciencias.Unoseríauntristequímicosisoloestudiaraesamateria. Si su deseo realmente es llegar a ser un verdadero hombre decienciaynosimplementeunexperimentadorfrívolo,deberíaaconsejarlequeseapliqueatodaslasramasdelafilosofíanatural,incluidaslasmatemáticas.

Luegome llevó a su laboratorio yme explicó el uso de algunas de susmáquinas, aconsejándomesobre loquedebíacompraryprometiéndomequeme dejaría utilizar su laboratorio cuando supiera lo suficiente para noestropearsusaparatos.Tambiénmediolalistadelibrosquelehabíapedido,yluegonosdespedimos.

Así terminó un día memorable para mí, porque entonces se decidió midestino.

CAPÍTULO5

Desde aquel día, la filosofía natural y particularmente la química seconvirtieronprácticamenteenmisúnicasmateriasdeestudio.Leíconavideztodos aquellos libros llenos de genialidades y sabiduría que los modernosinvestigadores habían escrito sobre aquellas materias. Acudí a las clases ycultivélaamistaddeloscientíficosenlauniversidad;yencontré,inclusoenelseñor Krempe, una buena dosis de sentido común y verdadera sabiduría…unida,esverdad,aunafisonomíayunosmodalesdesagradables,peronoporellomenosvaliosa.EnelseñorWaldmandescubríaunverdaderoamigo.Eldogmatismonuncaenturbiabasubondadeimpartíasusclasesconunairedefranqueza y buen carácter que desvanecía cualquier idea de pedantería. Fuequizáelamistosocarácterdeestehombreloquemeinclinómásalestudiodeaquella rama de la filosofía natural que él profesaba, y no tanto un amorintrínsecoporlapropiaciencia.Peroaquelestadodeánimosoloseprodujoenlos primeros pasos hacia el conocimiento; cuanto más me adentraba en laciencia, más la buscaba solo por ella misma. Aquella dedicación, que alprincipiohabíasidounacuestióndedeberyobligación,setornódespuéstan

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apasionadaeimpacientequemuyamenudolasestrellasdesaparecíanenlaluzdelamañanamientrasyoaúnpermanecíatrabajandoenmilaboratorio.

Dado que me aplicaba al estudio con tanto celo, fácilmente puedecomprendersequeprogreséconmucharapidez.Dehecho,mifervorcientíficoera el asombro de los estudiantes y mi dominio de la materia, el de mimaestro. El profesor Krempe a menudo me preguntaba, con una maliciosasonrisa en sus labios, cómo andaba Cornelio Agrippa, mientras el señorWaldmanexpresabadecorazónloselogiosmásencendidosantemisavances.Asítranscurrierondosaños,enloscualesnoregreséaGinebra,porqueestabaenfrascado en cuerpo y alma en el estudio de ciertos descubrimientos queesperaba realizar. Nadie, salvo aquellos que lo han experimentado, puedencomprenderlafascinaciónqueejercelaciencia.Enotrasdisciplinas,unollegahasta dondehan llegado aquellos que lo hanprecedido, y nopuede llegar asabernadamás;peroenlainvestigacióncientíficacontinuamentesealimentala pasión por los descubrimientos y las maravillas. Una inteligencia decapacidadmedianaque se empeña conpasión enun estudionecesariamentealcanza un gran dominio en dicha disciplina. Y yo, que continuamenteintentaba alcanzar unameta y estaba dedicado a ese único fin, progresé tanrápidamente que al final de aquellos dos años hice algunos descubrimientosparalamejoradeciertosaparatosquímicos,locualmeprocurógranestimayadmiración en la universidad. Cuando llegué a ese punto y hube aprendidotodo lo que los profesores de Ingolstadt podían enseñarme, y teniendo encuenta que mi estancia allí ya no me procuraría aprovechamiento alguno,penséenregresarconlosmíosamiciudadnatal,peroentoncesseprodujounsucesoquealargómiestanciaallí.

Unodeaquellosfenómenosquehabíanllamadoespecialmentemiatenciónera la estructura del cuerpo humano y, en realidad, la de cualquier animaldotadodevida.Amenudomepreguntaba:¿dónde residiráelprincipiode lavida?Eraunapreguntaatrevidaysiempresehabíaconsideradounmisterio.Sinembargo,¿cuántascosaspodríamosdescubrirsilacobardíaoeldesinterésno entorpecieran nuestras investigaciones? Le di muchas vueltas a estascuestionesydecidí quedesde aquelmomento en adelantemeaplicaríamuyespecialmente a aquellas ramas de la filosofía natural relacionadas con lafisiología.Sinomehubieraanimadounaespeciedeentusiasmosobrenatural,midedicaciónaesadisciplinamehabríaresultadotediosaycasiinsoportable.Para estudiar las fuentes de la vida, debemos recurrir en primer lugar a lamuerte.Enseguidamefamiliaricécon lacienciade laanatomía,peronoerasuficiente.Debíatambiénobservarladescomposiciónnaturalylacorrupcióndelcuerpohumano.Durantemieducación,mipadrehabía tomadotodotipodeprecaucionesparaevitarquemimenteseviera impresionadapor terroressobrenaturales. Así que yo no recuerdo haber temblado jamás ante cuentossupersticiosos o haber temido la aparición de un espíritu. La oscuridad no

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ejercíaningunainfluenciaenmiimaginación;yuncementerionoeraparamímás que un conjunto de cuerpos privados de vida y que, en vez de ser losreceptáculosde labellezay la fuerza,sehabíanconvertidoenalimentoparalos gusanos. Ahora estaba decidido a estudiar la causa y el proceso de esadescomposiciónymeviforzadoapasardíasynochesenterosenpanteonesyosarios. Mi atención se centró en todos aquellos detalles que resultaninsoportablemente repugnantes a ladelicadezade los sentimientoshumanos.Vi cómo las hermosas formas del hombre se degradaban y se pudrían; yobservédetenidamentelacorrupcióndelamuertetriunfandosobrelasrosadasmejillas llenasdevida;vicómo losgusanosheredaban lasmaravillasde losojosyelcerebro.Medetuve,examinandoyanalizandotodoslosdetallesylascausasapartirdeloscambiosqueseproducíanenelprocesodelavidaalamuerte,ydelamuertealavida,hastaqueenmediodeaquellaoscuridadunarepentina luzsederramósobremí.Erauna luz tanbrillanteymaravillosa,ysin embargo tan sencilla, que, aunque casi me encontraba aturdido ante lasinmensas perspectivas que iluminaba, me sorprendió que yo —entre losmuchoshombresdeingenioquesehabíandedicadoalamismadisciplina—,ysoloyo,descubrieraaquelasombrososecreto.

Recuerde: no estoy hablando de las imaginaciones de un loco. Lo queafirmo aquí es tan cierto como el sol que brilla en el cielo. Quizá algúnmilagropodríahaberloconseguido.Perolasetapasdemidescubrimientoeranclaras y posibles. Después de muchos días y noches de increíble trabajo ycansancio,conseguídescubrirlacausadelageneraciónydelavida.Esmás:habíaconseguidosercapazdeinfundirvidaenlamateriamuerta.

La sorpresaqueexperimenté alprincipioconestedescubrimientoprontodio paso a la alegría y al entusiasmo. Después de emplear tanto tiempo enaquella penosa labor, alcanzar finalmente la cima demis deseos era lomásgratificantequemepodíasuceder.Peroestedescubrimientoeratangrandeyabrumador que todos los pasos mediante los cuales había llegado a él seborrarondemimentepocoapoco,ymecentréúnicamenteenel resultado.Aquelloquehabíasidoelestudioyeldeseodeloshombresmássabiosdesdelacreacióndelmundoseencontrabaahoraenmismanos…aunquenosemehabía revelado todo de golpe, como si fuera un juego de magia. Lainformaciónqueyohabíaobtenido,másquemostrarmeelfinyaconseguidoporcompleto, teníaotranaturalezaymásbiendirigíamisesfuerzoshaciaelobjetivoque teníaenmente.Eracomoaquelárabequehabía sidoenterradoconotrosmuertosyencontróunpasadizoparavolveralmundo,conlaúnicaayudadeunaluztrémulayaparentementeinútil.

Veo, amigo mío, por su interés y por el asombro y la expectación quereflejansusojos,queesperaquelecuenteelsecretoquedescubrí…peroesonova a ocurrir.Escuchepacientementemihistoria hasta el final y entonces

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comprenderá fácilmente por qué me guardo esa información. No voy aconducirle a usted, ingenuoy apasionado, tal y como lo era yo, a supropiadestrucciónyaundolorirreparable.Aprendademí,sinopormisconsejos,almenos por mi ejemplo, y vea cuán peligrosa es la adquisición deconocimientos y cuánto más feliz es el hombre que acepta su lugar en elmundoenvezdeaspirarasermásdeloquelanaturalezalepermitirájamás.

CAPÍTULO6

Cuandome encontré con un poder tan asombroso en lasmanos, durantemucho tiempo dudé sobre cuál podría ser elmodo de utilizarlo.Aunque yoposeíalacapacidaddeinfundirmovimiento,prepararunserparaquepudierarecibirlo con todo su laberinto inextricable de fibras,músculos y venas aúncontinuaba siendo un trabajo de una dificultad y una complejidadinconcebibles.Alprincipiodudésideberíaintentarcrearaunsercomoyouotro que tuviera un organismo más sencillo; pero mi imaginación estabademasiado exaltada pormi gran triunfo como para permitirme dudar demicapacidadparadotardevidaaunanimaltancomplejoymaravillosocomounhombre. En aquel momento, los materiales de que disponía difícilmentepodíanconsiderarseadecuadosparaunatareatancomplicadayardua,peronotuveningunadudadequefinalmentetendríaéxitoenmiempeño.Mepreparéparasufririnnumerablesreveses;mistrabajospodíanfrustrarseunayotravezyfinalmentemiobrapodíaser imperfecta;sinembargo,cuandoconsiderabalosavancesquetodoslosdíasseproducenenlacienciayenlamecánica,meanimabayconfiabaenquealmenosmisexperimentos seconvertiríanen labase de futuros éxitos. Ni siquiera me planteé que la magnitud y lacomplejidaddemiplanpudieranser razonesparano llevarloacabo.Yconesas ideas en mente, comencé la creación de un ser humano. Como lapequeñez de los órganos constituían un gran obstáculo para avanzar conrapidez,contrariamenteamiprimeraintención,decidíconstruirunserdeunaestaturagigantesca;esdecir,aproximadamentedesieteuochopiesdealturaycon lasmedidas correspondientesproporcionadas.Despuésdehaber tomadoesta decisión y tras haber empleado varios meses en la recogida y lapreparacióndelosmaterialesadecuados,comencé.

Nadiepuedesiquieraimaginarlacantidaddesentimientoscontradictoriosque me embargaron durante ese tiempo. Cuando el éxito me empujaba alentusiasmo, laviday lamuertemeparecíanataduras idealesqueyoseríaelprimero en romper y así derramaría un torrente de luz en nuestro oscuromundo.Unanuevaespeciemebendeciríacomoasucreadoryfuentedevida;y muchos seres felices y maravillosos me deberían sus existencias. Ningún

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padrepodríaexigirlagratituddesuhijotanabsolutamentecomoyomereceríalas alabanzas de esos seres. Avanzando en estas ideas, pensé que si podíainsuflar vida en la materia muerta, quizá podría, con el correr del tiempo(aunque en aquelmomentome parecía imposible), renovar la vida donde lamuerteaparentementehabíaentregadoaloscuerposalacorrupción.

Aquellospensamientosmeanimabanmientrasproseguíaconmitareaconunentusiasmoinfatigable.Mirostrohabíapalidecidoconelestudioytodomicuerpo parecía demacrado por el constante confinamiento. Algunas veces,cuandomeencontrabaalbordemismodeltriunfo,fracasaba,aunquesiempremeaferrabaalaesperanzaquemeasegurabaquealdíasiguienteoinclusounahoradespuéspodríaconseguirlo.Ylaesperanzaa laquemeaferrabaeraunsecreto que solo yo poseía; y la luna observabamis trabajos amedianochemientras,conunaansiedadincansableeimplacable,yoperseguíalossecretosdelavidahastasusmásocultosrincones.¿Quiénpodráconcebirloshorroresde mi trabajo secreto, cuando me veía obligado a andar entre las mohosastumbassinconsagrarotorturandoanimalesvivosparaconseguirinsuflarvidaal barro inerte? Me tiemblan las manos ahora y siento deseos de llorar alrecordarlo;peroenaquelentoncesunimpulsoirrefrenableycasifrenéticomeobligaba a continuar adelante; era como si hubiera perdido el alma o lasensibilidadparatodoexceptoparaloqueperseguía.Enrealidadfuecomounestadodetrancepasajeroque,cuandoaquelantinaturalestímulodejódeactuarsobre mí, solo me procuró una renovada y especial sensibilidad tan prontocomoregreséamisviejascostumbres.Recogíhuesosdelososariosyprofanécon mis impúdicas manos los secretos del cuerpo humano. En una salasolitaria—omásbienenundesván,enlapartealtadeunacasa,yseparadodelos otros pisos por una galería y una escalera— preparé el taller para mirepugnante creación;mis ojos se salían de sus órbitas y se clavaban en losdiminutos detalles de mi trabajo. Los quirófanos y el matadero meproporcionabanlamayorpartedemismateriales,yamenudosentíaqueaminaturalezahumana le repugnabaaquellaocupación,pero,aúnapremiadoporlaansiedadqueconstantementemeacuciaba,proseguíconeltrabajohastaqueprácticamenteledifin.

Pasaronlosmesesdeveranoyyoseguíaenfrascado,encuerpoyalma,enmiúnicoobjetivo.Fueunveranomaravilloso:loscampospocasveceshabíanofrecidounascosechastanabundantesylosviñedosraravezhabíandadounavendimia tan exuberante. Pero mis ojos permanecían insensibles a losencantos de la naturaleza, y los mismos sentimientos que me forzaron adespreciar lo que ocurría a mi alrededor también me obligaron a olvidar atodosaquellosseresqueridosqueestabanmuylejosyaquienesnohabíavistodesdehacíatantotiempo.Yosabíaquemisilenciolesinquietabayrecordabaperfectamente las palabras de mi padre: «Sé que mientras estés contentocontigo mismo, pensarás en nosotros con cariño, y sabremos de ti

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regularmente.Y debes perdonarme si considero cualquier interrupción en tucorrespondenciacomounapruebadeque tambiénestásdescuidandoel restode tus obligaciones.» Así que sabía perfectamente cuáles serían sussentimientos;peronopodíaapartarmimentedeltrabajo,odiosoensímismo,peroquesehabíaapoderadoirresistiblementedemiimaginación.Eracomosidesearaapartardemítodolorelacionadoconmissentimientosomisafectos,hastaquealcanzaraelgranobjetivoquehabíaanuladotodamividaanterior.

Enaquelmomentopenséquemipadreseríainjustosiachacaramisilencioaunaconductaviciosaoaunafaltadeconsideraciónpormiparte;peroahoraestoy convencido de que no se equivocaba en absoluto cuando pensaba queprobablementeyonoestabalibredetodaculpa.Unserhumanoquedeseaserperfecto siempre debe mantener la calma y la mente serena, y nunca debepermitirque lapasiónoundeseopasajeroenturbie su tranquilidad.Nocreoquelabúsquedadelconocimientoseaunaexcepciónaestaregla.Sielestudioalcualunoseentregatieneunatendenciaadebilitarlosafectosyadestruirelgusto que se tiene por esos sencillos placeres en los cuales nada debeinterferir, entonces esadisciplina es con toda seguridadperjudicial, esdecir,impropiadelamentehumana.Siestareglaseobservarasiempre—siningúnhombrepermitieraquenadaenabsolutointerfirieraensutranquilidadyensusafectos familiares—,Grecia jamás se habría visto esclavizada, César habríaconservadosupatria,AméricahabríasidodescubiertamásgradualmenteylosimperiosdeMéxicoyPerúnohabríansidodestruidos.

Peromehedescuidadoyestoymoralizandoenlapartemásinteresantedemirelato;ysusmiradasmerecuerdanquedebocontinuar.

Mipadrenomehacíaningúnreprocheensuscartas,ysolohizoreferenciaa mi silencio preguntándome con más insistencia que antes por misocupaciones. Pasó el invierno, la primavera y el verano mientras yopermanecíaocupadoenmistrabajos,peroyonovicómoflorecíanlosárbolesnicómose llenabandehojas—yestoseranespectáculosqueantes siempreme habían proporcionado un enorme deleite. Tan ocupado estaba en mitrabajo. Las hojas de aquel año se marchitaron antes de que mi trabajo sehubieraacercadoasufinal.Ycadadíamemostrabaclaramentequeloestabaconsiguiendo.Peromiansiedadamargabamientusiasmoy,másqueunartistaocupado en su entretenimiento favorito, parecía un esclavo condenado a laesclavitud encadenada en las minas o a cumplir con cualquier otro trabajoinfame.Todaslasnochesteníaunpocodefiebreymeconvertíenunapersonanerviosa,hastaextremosdolorosos…eraunsufrimientoquelamentabatantomás cuanto que hasta entonces yo había gozado siempre de una excelentesaludysiemprehabíapresumidodeestabilidademocional.Peroyocreíaqueel aire libre y las diversiones eliminarían pronto aquellos síntomas, y meprometídisfrutardeesosentretenimientoscuandofinalizaramicreación.

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CAPÍTULO7

Una lluviosa noche de noviembre conseguí por fin terminarmi hombre;con una ansiedad casi cercana a la angustia, coloqué a mi alrededor lamaquinaria para la vida con la que iba a poder insuflar una chispa deexistencia en aquella cosa exánimeque estaba tendida amis pies.Era ya launade lamadrugada, la lluvia tintineaba tristementesobre loscristalesde laventana,ylavelacasisehabíaconsumidocuando,alresplandormortecinodelaluz,pudevercómoseabríanlosojosamarillentosyturbiosdelacriatura.Respirópesadamenteysusmiembrosseagitaronenunaconvulsión.

¿Cómo puedo explicar mi tristeza ante aquel desastre…? ¿O cómodescribir aquel engendro al que con tantos sufrimientos y dedicación habíaconseguido dar forma? Sus miembros eran proporcionados, y habíaseleccionado unos rasgos hermosos… ¡Hermosos! ¡Dios mío! Aquella pielamarillaapenascubríaelentramadodemúsculosyarteriasquehabíadebajo;teníaelpelonegro,largoygrasiento;ysusdientes,deunablancuraperlada;pero esos detalles hermosos solo formaban un contrastemás tétrico con susojosacuosos,queparecíancasidelmismocolorquelasblanquecinasórbitasenlasquesehundían,conelrostroapergaminadoyaquelloslabiosnegrosyagrietados.

Los diferentes aspectos de la vida no son tan variables como lossentimientosdelanaturalezahumana.Yohabíatrabajadosindescansodurantecasidosañosconelúnicopropósitodeinfundirvidaenuncuerpoinerte.Yenello había empeñadomi tranquilidad y mi salud. Lo había deseado con unfervor que iba mucho más allá de la moderación; pero, ahora que habíatriunfado, aquellos sueños se desvanecieron y el horror y el asco meembargaronelcorazónymedejaronsinaliento.Incapazdesoportarelaspectodel ser que había creado, salí atropelladamente de la sala y durante largotiempo estuve yendo de un lado a otro en mi habitación, incapaz detranquilizarmimenteparapoderdormir.Alfinal,unasuertedelasitudtriunfósobre el tormento que había sufrido, y me derrumbé vestido en la cama,tratandodeencontrarunosinstantesdeolvido.Perofueenvano;enrealidad,sídormí,peromeviacosadoporhorrorosaspesadillas.VeíaaElizabeth, tanhermosa y joven, caminando por las calles de Ingolstadt; encantado ysorprendido, yo la abrazaba; pero cuando le daba el primer beso, sus labiospalidecíanconelcolorde lamuerte;susrasgosparecíancambiar,ypensabaqueestabasosteniendoenbrazoselcadáverdemimadremuerta;unamortajaenvolvíasucuerpo,yveíacómolosgusanosde la tumbaseretorcíanen lospliegues del lienzo. Me desperté sobresaltado y horrorizado: un sudor frío

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cubríamifrente,losdientesmecastañeabanyteníaconvulsionesenlosbrazosylaspiernas,yentonces,alapálidayamarillentaluzdelaluna,queseabríapasoentrelospostigosdelaventana,descubríalengendro…aquelmonstruomiserablequeyohabíacreado.Apartólascortinasdemicamaysusojos…siesquepuedenllamarseojos,seclavaronenmí.Abriólamandíbulaysusurróalgunossonidosincomprensiblesaltiempoqueunamuecaarrugósusmejillas.Puedequedijera algo, peroyono looí…alargóunamanoparadetenerme,peroyoconseguíescaparycorríescalerasabajo.Merefugiéenunpatioquepertenecía a la casa en la que vivía, y allíme quedé durante el resto de lanoche, paseando de un lado a otro, sumido en la más profunda inquietud,escuchando atentamente, captando y temiendo cada sonido como si fuera elanunciodelallegadadeaqueldemoníacocadáveralqueyodesgraciadamentelehabíadadovida.

¡Oh…!¡Ningúnserhumanopodríasoportarelhorrordeaquelrostro!Unamomia a la que se le devolviera el movimiento no sería seguramente tanespantosacomo…Él.Yolohabíaobservadocuandoaúnnoestabaterminado;ya era repulsivo entonces. Pero cuando aquellos músculos y articulacionesadquirieronmovilidad,seconvirtióenunacosaquenisiquieraDantepodríahaberconcebido.

Pasé una noche espantosa… a veces el pulso me latía tan rápido y tanfuertequesentíalaspalpitacionesencadaarteria;enotrasocasiones,estabaapuntodederrumbarmeenelsuelodebidoalsueñoy laextremadebilidad;ymezcladaconesehorror,sentílaamarguradeladecepción.Lasilusiones,quehabían sido mi sustento y mi descanso durante tanto tiempo, se habíanconvertidoahoraenuninfiernoparamí.Yesecambiohabíasidotanrápido,yladerrotatanabsoluta…

Al fin llegó el alba, grisácea y lluviosa, e iluminó, antemis doloridos ysoñolientosojos, la iglesiade Ingolstadt, con suagujablancayel reloj,quemarcaba las seis de la mañana. El portero abrió las puertas del patio quedurantetodalanochehabíasidomirefugio,ysalíalascalles,ycaminéporellas a paso rápido, como si quisiera huir del monstruo al que temía veraparecer ante mí al doblar cualquier calle. No me atrevía a volver alapartamentodondevivía,sinoquemesentíaimpelidoacontinuarcaminando,aunqueestabaempapadopor la lluviaquesederramabaa raudalesdesdeuncielonegroyaterrador.

Continué caminando así durante algún tiempo, intentando mitigar,medianteunejerciciofísicoviolento,lapesadacargaqueoprimíamiespíritu.Crucélascallessinsaberclaramenteadóndemedirigíaoquéestabahaciendo.Micorazónpalpitabaenfermodemiedo;ymeapresuréconpasosinseguros,sinatrevermeamiraratrás,

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comoaquelque,enunsenderosolitario,

hacesucaminocontemorymiedo,

yhabiéndosegiradounavez,continúaandando

ynogiramáslacabeza,

porquesabequeunterribledemonio

lesiguemuydecerca.

Asícontinuécaminando,hastaquealfinallleguéfrentealaposadaenlacualsolíanparar lasdiligenciasy loscarruajes.Allímedetuve,nosabíaporqué,peropermanecíalgunosminutosconlamiradaclavadaenuncarruajequevenía haciamí desde el otro extremode la calle.Cuando estuvomás cerca,observéqueeraunadiligenciasuiza;sedetuvojustodondeyomeencontraba;y,cuandoseabrieronlaspuertas,viaHenryClerval,quebajórápidamenteencuantomevio.

—¡MiqueridoFrankenstein!—exclamó—.¡Cuántomealegraverte!¡Quésuertequeestuvierasaquíenelprecisomomentodemillegada…!

NadapodíasermejorqueelplacerdevolveraveraClerval:supresenciamerecordabaamipadre,aElizabeth,ytodasaquellasescenashogareñastangratasamimemoria.Lediunfuerteapretóndemanosy,almenosduranteunmomento,olvidémihorrorymidesgracia.Derepentesentí,yporprimeravezenmuchosmeses,unaalegríatranquilayserena.Así,ledilabienvenidaamiamigodelmodomáscordialyjuntoscaminamoshacialauniversidad.DurantealgúntiempoClervalestuvohablándomedenuestrosamigoscomunesydelasuertequehabíatenidoporquelehabíanpermitidoveniraIngolstadt.

—Puedescreerme—dijo—:hetenidomuchosproblemasparaconvencerami padre de que no es absolutamente imprescindible que un comerciante loignoretodosalvolacontabilidad;y,esmás,creoquenoconseguíconvencerlodel todo,porque suúnica respuesta amis súplicas era lamismaqueaquellaquedabaaquelmaestroholandésenElvicariodeWakefield:«Ganodiezmilflorinesalañosinnecesidaddesabergriego,ycomomaravillosamentesineldichoso griego.» Pero el cariño que siente por mí al final ha vencido suaversiónalosestudios,ymehapermitidoemprenderestaexpediciónalpaísdelasabiduría.

—¿Ymipadre,ymishermanos,yElizabeth?—pregunté.

—Muybien, ymuy felices—contestó—, solo un poco inquietos porqueapenashantenidonoticiastuyas,y,porcierto,creoquetengoqueregañarteensunombre.Pero…miqueridoFrankenstein—añadió,deteniéndoseunpocoymirándome fijamente a la cara—,nomehabía fijado en elmal aspectoquetienes. Estás tan delgado y tan pálido… parece como si hubieras estado

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muchasnochesenvela.

—Estásenlocierto—contesté—;últimamenteheestadomuyocupadoenun asunto que no me ha permitido descansar lo suficiente, como ves; peroespero, y lo espero de verdad, que todas esas preocupaciones hayanterminado…Yaestoylibre,espero.

Yo estaba temblando mucho; era incapaz de pensar en los sucesosacontecidoslanocheanterior,ydesdeluegonisiquierapodíahablardeello.Así que caminaba con paso rápido y pronto llegamos a la universidad.Entoncespensé—yaquellomehizoestremecer—quelacriaturaqueyohabíaabandonado enmis aposentos aún podía estar allí, viva y deambulando sinrumbo.Yo temía verlo, pero temía aúnmás queHenry pudiera descubrir almonstruo. Así que le rogué que permaneciera unos minutos al pie de laescalera,ysubícorriendoamihabitación.Antesderecobrarmedelesfuerzo,ya tenía la mano en el picaporte, pero me detuve, y un escalofrío meestremeció.Abrílapuerta,deungolpe,comolosniñosqueesperanencontrara un fantasma aguardándolos al otro lado. Pero no había nadie. Avancétemerosamente…lasalaestabavacía,ymidormitoriotambiénestabalibredeaquelespantosohuésped.Apenaspodíacreerquehubieratenidotantasuerte;perocuandomeasegurédequemienemigorealmentehabíahuido,aplaudídealegríaybajécorriendopararecogeraHenry.

Subimosamihabitacióny luegoel criado trajoeldesayuno:peroyonopodía contenerme.No era solo alegría lo queme embargaba; sentía quemipiel hormigueaba con un exceso de sensibilidad, y mi pulso latíaviolentamente. Era incapaz de quedarme quieto; saltaba sobre las sillas,aplaudía, y me reía a carcajadas. Al principio, Clerval atribuyó mi inusualestado de ánimo a la alegría por su llegada; pero cuando me observó másatentamente, viouna locura enmis ojos en la quenohabía reparado; ymiscarcajadasdestempladasydesenfrenadasloasustaronysorprendieron.

—MiqueridoFrankenstein…—gritó—,porelamordeDios,¿quéocurre?Noteríasasí.¡Estásmuyenfermo…!¿Cuáleslacausadetodoesto?

—No me preguntes—grité, cubriéndome los ojos con las manos, puespenséquehabíavistoalespectroentrandoen lahabitación—.¡Él te lodirá!¡Oh,sálvame!¡Sálvame…!

Imaginéqueelmonstruomesujetaba;luchéfuriosamenteymederrumbépresodeunataquedenervios.

¡Pobre Clerval! ¿Qué debió de pensar? El reencuentro, que él habíaesperadocontantaalegría,setornabadeaquelmodotanextrañoenamargura.Peroyonofuitestigodesupena,porqueestabainconscienteynorecobréelconocimientohastamucho,muchotiempodespués.

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CAPÍTULO8

Aquello fue el comienzo de unas fiebres nerviosas que me tuvieronrecluidoencamadurantevariosmeses.Durantetodoesetiempo,soloHenryseocupódemí.Despuésaverigüéque,sabiendoquemipadreeramuymayory que no le sentaría bien un viaje tan largo, y lo mucho que mi dolenciaafectaríaaElizabeth,Henryleshabíaahorradoesesufrimientoocultándoleslaverdaderadimensióndemi enfermedad.Él sabíaquenadiemecuidaría conmás cariño y atención que élmismo; y, convencido de queme recuperaría,estaba seguro de que su actuación no había constituido en absoluto unperjuicio,sinolomejorquepodíahacerporellos.

Pero yo estaba realmente muy enfermo, y seguramente nada, salvo lasconstantesycontinuasatencionesdemiamigo,podríahabermedevueltoalavida.Siempreteníaantemí lafiguradelmonstruoalqueyohabía insufladovida, y aparecía en mis delirios constantemente. Sin duda, mis palabrassorprendieron a Henry: al principio pensó que eran divagaciones de miimaginación desordenada; pero la insistencia con la cual constantementerecurría almismo tema le convenció de quemi trastorno tenía su origen enalgúnsucesoinsólitoyterrible.

Muypocoapoco,yconfrecuentesrecaídasqueasustabaneinquietabanamiamigo,mefuirecuperando.Recuerdoquelaprimeravezquefuicapazdeobservarlascosasdelacalleconciertoplacer,medicuentadequelashojascaídashabíandesaparecidoyquelostallosverdescomenzabanabrotarenlosárboles.Fueunaprimaveramaravillosay laestaciónsindudacontribuyóenbuenamedidaamejorarmisaluddurantemiconvalecencia.Tambiénsentíquese reavivaban enmipecho sentimientosde alegríay cariño,mipesadumbredesaparecía,ymuyprontovolvíaestartanalegrecomoantesdesufriraquellafatalobsesión.

—Queridísimo Clerval —dije—, qué bueno y qué amable has sidoconmigo. Todo el invierno, en vez de emplearlo en el estudio, tal y comohabías planeado, lo has malgastado en mi habitación de enfermo… ¿Cómopodré recompensártelo? Lamento muchísimo haber sido la causa de estedesastre.Esperoquemeperdones…

—Me lo recompensarás si no vuelves a enfermar—replicó Henry—, ypontebuenocuantoantes.Ypuestoqueparecesdebuenhumor,quizápuedahablartedeunacosa,¿teimporta?

Temblé. ¡Una cosa…! ¿Qué podría ser? ¿Podría estarse refiriendo a una

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cosaenlacualnisiquierameatrevíaapensar?

—No te pongas nervioso —dijo Clerval, que se dio cuenta de que yopalidecía—.Nodirénadasiteinquieta.Perotupadreytuprimasealegraríanmuchosirecibieranunacartatuyaydetupuñoyletra.Nisiquierasospechanloenfermoquehasestadoyestánpreocupadosportulargosilencio.

—¿Eso es todo? —dije sonriendo—. Mi querido Henry, ¿cómo puedesimaginar que mis primeros pensamientos no estarían dedicados a aquellosseresqueridosaquienestantoamoyquetantomerecenmiamor?

—Dadoqueteveotananimado—dijoHenry—,teencantaráverunacartaquehaestadoahídesdehacealgunosdías;esdetuprima,creo.

Entoncespusolasiguientecartaenmismanos:

PARAV.FRANKENSTEIN

Ginebra,18demarzode17**

Queridoprimo:

No puedo describirte la inquietud que tenemos todos por tu salud. NopodemosevitarimaginarquetuamigoClervalnosestáocultandolaverdaderagravedad de tu enfermedad, porque hace ya varios meses desde que norecibimos una carta escrita por ti mismo; y todo este tiempo te has vistoobligado a dictárselas a Henry. Seguramente, Victor, debes de haber estadomuyenfermo;yestonosentristecemucho,tantocasicomocuandomuriótuqueridamadre.Mipadreestáplenamenteconvencidodequeestásgravementeenfermo y apenas hemos podido evitar que emprenda un viaje a Ingolstadt.Clerval siempre dice en sus cartas que te estás poniendo mejor; deseofervientementequenos confirmes esa ideamuypronto escribiéndonosde tupuño y letra, porque,Victor, de verdad, de verdad, todo esto nos tienemuypreocupados.Disipanuestrostemores,yseremoslascriaturasmásfelicesdelmundo. La salud demi tío es tan buena y está tan fuerte que parece haberrejuvenecido diez años desde el invierno pasado. Ernest está también tancambiadoqueapenasloreconocerías;tienecasidieciséisaños,yasabes,yhaperdidoaquelaspectoenfermizoqueteníahacealgunosaños;estámuybienymuyvigoroso,sipuedoutilizaresetérmino,aunqueresultamuyexpresivo.

Mi tío y yo estuvimos conversando la pasada noche durantemucho ratosobrelaprofesiónquedeberíaelegirErnest.Sumalasaludhabitualcuandoerapequeño le ha impedido adquirir la costumbre de estudiar, y continuamenteestáenelcampo,alaire libre, subiendo lasmontañaso remandoenel lago.Asípues,yopropusequesehicieragranjero, locual,comosabes,primo,hasidosiempremiideafavorita.Lavidadelgranjeroesmuysaludableyfeliz…y al menos la profesión menos dañina de todas, o mejor dicho, la más

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beneficiosa.Mitíoteníalaideadequeestudiaraparaabogado,porqueconsuinfluencia podría llegar a ser juez. Pero, aparte de que no está hechoabsolutamente para semejante ocupación, resulta ciertamente más dignoganarse la vida cultivando la tierra que siendo confidente y algunas vecescómplicedelosviciosdeotro,porqueesaeslatareadeunabogado.Yodijequelaocupacióndeungranjeropróspero,sinoeramáshonrosa,eraalmenosuna ocupación más feliz que la de juez, cuya desgracia es estar enfangadosiempreen lacaramásoscurade lanaturalezahumana.Mi tíosonrióydijoque yo misma debería ser abogada, con lo cual se puso fin a nuestraconversaciónsobreaquelasunto.

Yahoradebocontarteunapequeñahistoriaqueteencantará.¿TeacuerdasdeJustineMoritz?Quizánoteacuerdes;asíquetecontarésuhistoriaenpocaspalabras.MadameMoritz,sumadre,sehabíaquedadoviudaconcuatroniños,deloscualesJustineeralatercera.Laniñahabíasidosiemprelafavoritadesupadre;pero,porunaextrañaobsesión,sumadrenopodíasoportarlay,despuésdelamuertedelseñorMoritz,lamaltratabahorriblemente.MitíasabíatodoestoycuandoJustinecumpliólosdoceaños,consiguióconvencerasumadreparaquelepermitieravivirennuestracasa.Lasinstitucionesrepublicanasdenuestropaíshanpromovidocostumbresmássencillasyamablesque lasqueprevalecen en las grandesmonarquías que nos rodean.Y por esa razón haymenosdiferenciasentrelasclasesenlasquesedividenlossereshumanos;ylasclasesmásbajas,nosiendonitanpobresnitandespreciadascomoenotroslugares,sonmáseducadasydignas.UncriadoenGinebranoeslomismoqueun criado en Francia o Inglaterra…Así que Justine fue acogida en nuestrafamilia para aprender las obligaciones de un criado, las cuales en nuestroafortunadopaísnoincluyenelsacrificiodeladignidaddeunserhumano.Meatrevoadecirqueahoralorecordarástodo,porqueJustineeratugranfavorita;yrecuerdohaberteoídodecirquesiteencontrabasdemalhumor,unamiradade Justine podría disiparlo por lamisma razón que daAriosto respecto a labellezadeAngélica:surostroeratodofranquezayalegría.Mitíaseencariñómuchoconella,locuallaindujoadarleunaeducaciónsuperioralaquehabíaprevistoparaella.Esteregaloseviorecompensadoplenamente:Justineeralacriaturamásagradecidadelmundo.Noquierodecirquehicieragrandesgestosdeagradecimiento—nuncalaoídecirnadaalrespecto—,perounapodíaveren sus ojos que prácticamente adoraba a su protectora. Aunque era muydivertida, y enmuchos sentidos descuidada, sin embargo prestaba lamayoratención a cada gesto demi tía: la consideraba unmodelo de perfección ysiempre intentaba imitar sus palabras e incluso sus gestos, de modo queinclusoahoraamenudomerecuerdaamitía.

Cuandomi querida tíamurió, todos estábamos demasiado ocupados connuestro propio dolor para fijarnos en la pobre Justine, que la había cuidadodurante suenfermedadconelmayorde loscariños.LapobreJustineestuvo

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muyenferma,peroeldestinoleteníareservadasotraspruebas.

Uno trasotro, sushermanosysuhermanahabíanmuerto;y sumadresehabíaquedadoentonces,aexcepcióndesuhijarepudiada,sinhijos.Lamujercomenzóasentirremordimientosdeconcienciayapensarquelasmuertesdesus queridos hijos era una maldición del Cielo para castigar su parcialidadcontraJustine.Ellaeracatólicaromanayyocreoquesuconfesorazuzóesasideas que la mujer había concebido. Así pues, pocos meses después de tupartida a Ingolstadt, la madre arrepentida llamó a Justine y le pidió quevolviera a casa. ¡Pobre muchacha! Lloró cuando abandonó nuestra casa;estabamuycambiadadesdelamuertedemitía;eldolorhabíaconferidociertadulzurayunaencantadoraafabilidadalosgestosqueanteshabíanllamadolaatenciónporsuviveza.Desdeluego,vivirencasadesumadrenofuelamejormaneradedevolverle la alegría.Lapobremujernoestuvomuy firmeen suarrepentimiento.AveceslesuplicabaaJustinequeleperdonarasucrueldad,peroconmuchamásfrecuencia laacusabadeser lacausade lasmuertesdesus hermanos y su hermana. Aquellos constantes vaivenes emocionalesfinalmentecondujeronalaseñoraMoritzalaenfermedad,locualalprincipiosolo incrementósu irritabilidad,peroahorayadescansaparasiempre:murióconlosprimerosfríos,alprincipiodelúltimoinvierno.Justinehavueltoconnosotros,ytepuedoasegurarquelaquieromuchísimo.Esmuyinteligenteycariñosísima, y guapa; y, tal y como mencioné antes, sus gestos y susexpresionescontinuamentemerecuerdanamiqueridatía.

Debo contarte alguna cosamás, Víctor, sobre nuestro pequeñoWilliam.¡Ojalá pudieras verlo!Estámuy alto para su edad, y tiene unos ojos azulesrisueños y dulces, pestañas muy oscuras y el pelo rizado. Cuando sonríe,aparecen dos pequeños hoyuelos en sus mejillas, siempre rosadas ysaludables… su barbilla le hace una carita preciosa. Después de estadescripción solo puedo decir que nuestras visitas dicen mil veces al día:«Demasiadoguapoparaserunniño.»Yahatenidounaodospequeñasnovias,peroLouisaBironessufavorita:esunaniñapreciosadecincoaños.

Yahora,queridoVíctor,supongoqueteencantarásaberalgunospequeñoscotilleossobre tusconocidos.LaguapaseñoritaMansfeldyaha recibido lasvisitas de felicitación por su próximo matrimonio con un joven caballeroinglés,JohnMelbourne.SuespantosahermanaManonsecasóelotoñopasadocon el señor Hofland, el banquero rico. Y vuestro buen amigo del colegio,Louis Manoir, ha sufrido varias desgracias desde que Clerval partió deGinebra.Peroyaharecobradoelánimoysedicequeestáapuntodecasarsecon una francesa guapísima y muy alegre: madame Tavernier. Es viuda, ymuchomayorqueManoir,perotodoelmundolaadmiraylaaprecia.

Te he escrito con todo mi buen ánimo, querido primo, pero no puedoterminarsinpreguntarteangustiadaotravezportusalud.QueridoVíctor:sino

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estásmuyenfermo,escribetúmismoyhazfelizatupadreyatodosnosotroso…nisiquierameatrevoapensarenlaotraposibilidad;yaestoyllorando…Escribe,miqueridoVíctor.

Tuprima,quetequieremuchísimo,

ELIZABETHLAVENZA.

—¡Querida, querida Elizabeth…!—exclamé cuando hube terminado deleersucarta—.Escribiréinmediatamenteyasíaliviarélaangustiaquedebendeestarsintiendo.

Escribí, y la tarea me cansó muchísimo; pero mi recuperación habíacomenzado y continuaba satisfactoriamente: en otros quince días podríaabandonarmialcoba.

CAPÍTULO9

Cuando me recuperé, uno de mis primeros cometidos fue presentar aClerval a los distintos profesores de la universidad. Y al hacerlo, tuve quesometerme a una suerte de tormentosos encuentros que reabrían las heridasque mi mente había sufrido. Desde aquella noche fatal —el final de mistrabajosyelprincipiodemisdesgracias—,habíaanidadoenmíunaviolentaantipatía por todo lo relacionado con la filosofía natural. Además, estandoprácticamenterecuperado,lasimplevisióndelinstrumentalquímicoreavivabatodalaagoníademisataquesnerviosos.Henrylonotóyapartótodosaquellosaparatosdemivista;tambiéncambióbastantemisaposentos,porquepercibióqueyo sentía aversión a la sala que antiguamente había sidomi taller. Peroaquellas precauciones deClerval no sirvieron demucho cuando visité a losprofesores.InclusoelbuenodelseñorWaldmanmetorturócuandoelogió,conamabilidady afecto,mis asombrosos avances científicos. Inmediatamente sediocuentadequemedisgustabalaconversación;pero,ignorandocuáleralaverdadera razón, atribuyó mis sentimientos a la modestia y me parecióevidentequecambiabadeasunto—demishabilidadesalacienciaengeneral—con el deseode captarmi interés. ¿Quépodíahaceryo?Él simplementequeríahalagarme,perosoloconseguíaatormentarme.Mesentícomosifueracolocando,unoauno,antemisojos, todosaquellos instrumentosque ibanautilizarseposteriormenteparadarmeunamuertelentaycruel.Yomeretorcíacon cada palabra suya, aunque nome atrevía amostrar el dolor que sentía.Clerval,cuyasmiradasysentimientossiempreestabanprestosadescubrirdeinmediato las emociones de los demás, no quiso hablar del tema,argumentandoque no sabía nada de ello; y la conversación giró hacia otros

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asuntosdecaráctergeneral.Yoseloagradecíenelalma,peronodijenada.Viclaramenteque estaba sorprendido,perono intentó sonsacarmeel secreto; yaunqueyoloqueríaconunamezcladeafectoyrespetosinlímites,nuncameatrevíaconfesarleaquelloquesiempreestabapresenteenmispensamientos,porquetemíaquealexplicárseloaotrapersonasoloconsiguieraquedejaraenmíunahuellaaúnmásprofunda.

El señor Krempe no fue tan amable; y dada la condición de extremasensibilidad, casi insoportable, en la que me encontraba entonces, susencomios rudos y directos me causaron más dolor que la benevolenteaprobacióndelseñorWaldman.

—¡Malditomuchacho!—exclamó—. SeñorClerval: le digo a usted quenoshasobrepasadoatodos…Sí,sí:pienseloquequiera,perodetodosmodoseslapuraverdad.UnmozalbetequeapenashacetresañoscreíaenCornelioAgrippa tan firmemente como en el Evangelio, ahora se ha colocado a lacabezade launiversidad;y sino lo expulsamospronto,nuestrospuestosnoestarán seguros…Sí, sí…—continuó, observandomi gesto de contrariedad—: el señor Frankenstein es muy modesto, una excelente cualidad en unhombre joven. Los jóvenes deberían ser más humildes, ya sabe a qué merefiero,señorClerval;yonoloeracuandoerajoven,peroesosepasacuandounosehacemayor.

Entonces el señorKrempe comenzó un elogio de símismo y felizmentedesviólaconversacióndeunasuntoqueverdaderamentemeestabamatando.

Clerval no era un científico. Su imaginación era demasiado viva paraimplicarseen laminuciosidadde lasciencias.Los idiomaseran suprincipalinterés,asíquedeseabaaprenderlonecesarioparacontinuarlosestudiosporsucuentacuandoregresaraacasa.Elpersa,elárabeyelhebreoatrajeronsuatencióntanprontocomoconsiguióadquirirunperfectodominiodelgriegoyellatín.Pormiparte,lainactividadsiempremehabíadisgustado,yahoraquedeseaba huir de toda reflexión y me repugnaban mis antiguos estudios,encontréungranalivioalconvertirmeencompañerodeclasedemiamigo,yno hallé solo instrucción sino también consuelo en las obras de los autoresorientales.Sumelancolíaes tranquilizadoraysualegríaanimaelalmahastaun grado que yo jamás había experimentado al estudiar a los escritores deotros países. Cuando uno lee sus textos, parece que la vida consiste en uncálido sol y jardines de rosas… en las sonrisas y los pucheros de unaencantadoraenemiga,yen laardientepasiónqueconsume tucorazón. ¡QuédiferentedelavirilyheroicapoesíadeGreciayRoma!

El verano transcurrió enmedio de aquellas ocupaciones, ymi regreso aGinebrase fijópara finalesdeotoño;perose retrasóporvarios incidentesyllegóelinviernoylanieve,loscaminossepusieronintransitablesymiviaje

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hubo de aplazarse hasta la primavera siguiente. Lamenté muchísimo eseretraso,porquedeseabadetodocorazónvolveravermiciudadnatalyamisseres queridos.Mi regreso solo se había retrasado tanto porque no deseabadejar aClerval solo en una ciudad extraña antes de que hubiera conocido aalgunas personas. El invierno, de todos modos, transcurrió muyagradablemente; y aunque la primavera vino bastante tarde, su bellezacompensósutardanza.Yasehabíacumplidoelmesdemayo,yyoesperabadiariamente la carta que fijara la fecha de mi partida, cuando Henry mepropusounaexcursiónapieporlosalrededoresdeIngolstadtparaquepudieradespedirmedelpaísenelquehabíavividodurantetantotiempo.Accedíconplacer a su proposición: estaba deseoso de hacer un poco de ejercicio, yClerval siempre había sidomi compañero favorito en las caminatas de estetipo que yo solía emprender por los paisajes de mi país natal. Aquellaexcursiónduróquincedías.Misaludymiánimosehabíanrestablecidohacíatiempoyhabíanadquiridorenovadovigorconelairesaludable,lospequeñosincidenteshabitualesdelcaminoylaconversacióndemiamigo.Elestudiomehabíahechoantisocial:habíaevitadocualquierrelaciónconmiscompañeros.PeroClervalinspirabalosmejoressentimientosdemicorazón;denuevomeenseñó a amar las formas de laNaturaleza y las encantadoras caritas de losniños.¡Québuenamigo!¡Cuánsinceramentemequisisteeintentasteanimarmiespírituhastaqueestuvoalniveldel tuyo!Unobjetivoegoístamehabíamutilado y aniquilado, hasta que tu amabilidad y tu afecto animaron ydespertaronmis sentidos.Conseguí volver a ser la persona alegrequehabíasido solo unos años antes, amando a todos y siendo amado por todos, sinpenas ni preocupaciones: cuando me sentía feliz, la Naturaleza inanimadatenía el poder de proporcionarme las sensaciones más deliciosas. Un cieloclaro y los campos verdes me extasiaban. Aquella estación fueverdaderamente maravillosa: las flores de la primavera estallaban en losparterres mientras las del verano estaban ya a punto de brotar. No meinquietaronlosmalospensamientosqueduranteelañoanterior,aunqueintentéapartarlos por todos los medios, me habían agobiado como una cargainsoportable.Henrydisfrutabaconmialegríaycomprendíasinceramentemissentimientos: se esforzaba en distraerme, y al tiempo me contaba quésentimientosocupabansualma.Los recursosdesu ingenio,enestaocasión,fueronciertamenteasombrosos.Suconversacióneramuyimaginativa;ymuya menudo, imitando a los escritores persas y árabes, inventaba cuentosmaravillosamente fantasiosos e interesantes.En otras ocasiones recitabamispoemas favoritosomeenredabaenconversacionesquesosteníaconnotableingenio.

Regresamos a la universidadundomingo: los campesinosdisfrutaban enlos bailes y todas las personas que nos encontramos parecían dichosas yfelices. Yo mismo estaba muy animado, y caminaba embargado por

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sentimientosdealegríayjúbilo.

CAPÍTULO10

Cuandoregreséacasa,meencontrélasiguientecartademipadre.

PARAV.FRANKENSTEIN

Ginebra,2dejuniode17**

QueridoVictor:

Probablementehasestadoesperandoimpacienteunacartaenlaquefijaraeldíadeturegreso,yalprincipioestuvetentadodeescribirteunaslíneas,soloparadecirte el día en elquepodríamosesperarte…pero eso seríauna cruelamabilidad,ynomeatrevíahacerlo.¡Cuálseríatusorpresa,hijomío,cuandoesperaras una bienvenida alegre y feliz, y te encontraras, por el contrario,lágrimasydesconsuelo! ¿Ycómopuedo,Victor, contartenuestradesgracia?Laausencianopuedehaberendurecidotucorazónfrenteanuestrasalegríasynuestras penas. ¿Y cómo puedo infligir dolor en mi hijo ausente? Quisieraprepararte para la dolorosa noticia, pero sé que es imposible. Ya sé que tumiradaestarábuscandoahora,enestashojas,laspalabrasqueterevelaránlashorriblesnoticias…

¡William ha muerto! El encantador muchacho cuyas sonrisas meencantabanymeanimaban,aquelqueeratancariñosoytanalegre,Victor…¡hasidoasesinado!

No intentaré consolarte, simplemente te relataré las circunstancias de losucedido.

Elpasadojueves(28demayo),misobrina,tusdoshermanosyyofuimosadarunpaseoaPlainpalais.La tarde era cáliday tranquila, yprolongamosnuestropaseomásde lonormal.Yacasihabíaatardecidocuandodecidimosregresar, y entonces descubrimos que Ernest y William, que se habíanadelantado, habían desaparecido. Así que nos sentamos en un banco paraesperaraquevolvieran.EntoncesvinoErnestypreguntóporsuhermano:dijoquehabíaestado jugandoconél,yqueWilliamsehabía idocorriendoparaesconderse, y que lo había estado buscando en vano y que después habíaestadoesperandomuchorato,peronohabíavuelto.

Esto nos asustó bastante y continuamos buscándolo hasta que cayó lanoche;entoncesElizabethaventuróquetalvezpodíahaberregresadoacasa.Peronoestabaallí.Volvimosallugarconantorchas,porqueyonopodíavivirpensando que mi querido niño se había perdido y se había quedado a la

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intemperie,con lahumedadyel rocíode lanoche;Elizabeth tambiénestabaangustiadísima.Alrededordelassietedelamañanadescubríamipequeño,alquelatardeanteriorhabíavistorebosantedevitalidadysalud:estabatendidoenlahierba,lívidoeinmóvil…lamarcadelosdedosdesuasesinoestabaaúnensucuello.

Lollevamosacasa,ylaangustiavisibleenmirostrolerevelóelsecretoaElizabeth.Soloqueríaverelcadáver.Alprincipiointentéevitárselo,peroellainsistióy,entrandoenlahabitaciónenlaqueyacía,apresuradamenteexaminóelcuellodelavíctima,yretorciéndoselasmanos,exclamó:«¡Oh,Diosmío!¡Hematadoamiqueridoniño…!»

Sedesmayóysoloconmuchadificultadconseguimosreanimarla;cuandovolvió en sí, no hizomás que llorar y suspirar.Me dijo que aquellamismatardeWilliamlehabíaestadodandoguerraparaque lepermitiera llevarunaminiatura muy valiosa que tu madre le había regalado. Este retrato hadesaparecido y, sin duda, fue el motivo por el cual el asesino cometió elcrimen.Hastaelmomentonohaynirastrodeél,aunquenohemoscesadoennuestras indagaciones para descubrirlo; pero eso no nos devolverá a miqueridoWilliam.

Vuelve, querido Victor: solo tú puedes consolar a Elizabeth. Lloraconstantemente y se acusa a sí misma, injustamente, de ser la causa de lamuerte del niño… sus palabras me parten el corazón. Todos estamos muyabatidos;pero¿noseráeseunmotivomás,hijomío,paraqueregresesyseasnuestro consuelo? ¡Tu querida madre…! ¡Ay, Victor! ¡Te aseguro que doygracias a Dios porque no vive para ver la muerte cruel y miserable de supequeño!

Vuelve,Victor, pero no regreses albergando ideas de venganza contra elasesino,sinoconsentimientosdepazycariñoquepuedancurarlasheridasdenuestro espíritu, envezde abrirlas.Entra en esta casade luto, hijoquerido,perocondulzurayafectoparaaquellosqueteaman,ynoconodiohaciatusenemigos.

Tudesdichadopadre,quetequiere,

ALPHONSEFRANKENSTEIN.

Clerval, que había estado observandomi rostromientras leía la carta, sesorprendióalobservarladesesperaciónquesucedíaalaalegríaquemostréalrecibirnoticiasdemisseresqueridos.Tiré lacartaen lamesaymecubríelrostroconlasmanos.

—Mi querido Frankenstein—exclamó Henry cuando me vio llorar conamargura—, ¿es que siempre tienes que estar triste? Amigo mío, ¿qué haocurrido?

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Le indiquéquecogiera lacartay la leyera,mientrasyo ibadeun ladoaotro de la habitación, nervioso hasta la desesperación. Los ojos de Clervaltambiénderramaronlágrimascuandoleyóelrelatodemidesgracia.

—Nopuedoconsolartedeningúnmodo,amigomío—dijo—.Tutragediaesirreparable.¿Quépiensashacer?

—Ir inmediatamente a Ginebra; ven conmigo, Clerval, para pedir unoscaballos.

Por el camino, Henry intentó animarme. No lo hizo con los tópicoshabituales,sinomostrandounaverdaderacomprensión.

—Pobre William —dijo—, pobre chiquillo; ahora descansa junto a suangelical madre. Sus seres queridos están de luto y lo lloran, pero él yadescansa: ya no siente las garras del asesino; la hierba cubre su preciosocuerpo, y ya no sufre. Ya no podemos tener lástima por él; los que hanquedadovivos son los quemás sufren y, para ellos, el tiempo será el únicoconsuelo.Aquellasmáximasdelosestoicos,segúnloscualeslamuertenosepodíaconsiderarunmalyquelamentedelhombredeberíaestarporencimadeladesesperaciónqueproducelaausenciaeternadelseramado,nodeberíannisiquieratenerseenconsideración…inclusoCatónllorósobreelcadáverdesuhermano.

Clervaldecíaestascosasmientrascaminábamosaprisapor lascalles; laspalabras se grabaron enmimente y las recordé después, cuando estuve ensoledad. Pero en aquel momento, en cuanto llegaron los caballos, salté alcabrioléyledijeadiósamiamigo.

Elviajefuemuytriste.Alprincipiosoloqueríairdeprisa,porquedeseabaconsolaryconfortaramisseresqueridos,tanapenados;peroamedidaquemefuiacercandoamiciudadnatal,fuitambiénacortandoelpaso.Apenaspodíasoportarlaavalanchadesentimientosqueseagolpabanenmimente.Paséporpaisajesqueconocíabiendesdemijuventudyquenohabíavistodesdehacíacasi cinco años. ¿Cómo habría cambiado todo durante todo ese tiempo?Uncambioenorme,repentinoydesoladorhabíatenidolugar;peromilpequeñascircunstancias podrían haber producido otras alteraciones poco a poco, yaunquesehubieranproducidomáspausadamente,noseríanmenosdecisivas.El temorme invadió;medabamiedoavanzar,aterrorizadoantemilpeligrosocultosquemehacíantemblar,aunqueeraincapazdedescribirlos.

MequedéenLausanadosdías, incapazdeseguiradelante.Contempléellago: las aguas parecían tranquilas; todo en derredor estaba en calma; y lasmontañasnevadas,los«PalaciosdelaNaturaleza»,nohabíancambiado.Pocoapocoaquellacalmayaquelpaisajecelestialmereanimó,ycontinuémiviajehaciaGinebra.Elcaminodiscurría juntoa laorilladel lago,ysehacíacada

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vezmásestrechoamedidaquemeacercabaamiciudadnatal.DistinguímuyclaramentelasnegrasladerasdelJuraylabrillantecumbredelMontBlanc.Ylloré como un niño. «¡Queridas montañas…! ¡Mi precioso lago! ¿Cómorecibiréisavuestrohijopródigo?Vuestrascumbressonblancas,elcieloyellago son azules… ¿Es esto un presagio de felicidad o una burla de misdesgracias?»

Metemo,amigomío,que le resultaré tediososisigoentreteniéndomeenestos prolegómenos; pero aquellos fueron días de relativa felicidad, y losrecuerdoconplacer.¡Mitierra,miamadatierra!¿Quién,sinounodetushijos,puede comprender el placer que sentí al ver de nuevo tus arroyos, tusmontañasy,sobretodo,tupreciosolago?

Sinembargo,amedidaquemeacercabaacasa, la tristezayel temormeinvadieron.Lanochesecerróamialrededor,ycuandoapenaspodíaver lasoscurasmontañas,missentimientossetornaronmássombríos.Imaginétodoslospeligrosposiblesymeconvencídequeestabadestinadoaconvertirmeenelmásdesdichadodetodoslossereshumanos.¡Diosmío!¡Cuántarazónteníaenmis presagios!Y solome equivoqué en una única circunstancia: que, entodas lasdesgraciasque imaginéy temí,nopudeni siquiera sospecharni lacentésimapartedelaangustiaqueeldestinomeobligaríaasoportar.

CAPÍTULO11

Ya era noche cerrada cuando llegué; las puertas de Ginebra ya estabancerradas;ydecidípernoctarenSecheron,unaaldeaquesehallaamedialeguaal este de la ciudad. El cielo estaba sereno; y como me era imposibledescansar, decidí ir a ver el lugar en el que mi pobre William había sidoasesinado;mientrascaminaba,viqueunatormentaseestabaformandoalotrolado del lago. Vi cómo los rayos trazaban bellísimas figuras y subí a unacolina desde la que podía ver cómo centelleaban.La tormenta avanzó haciadondeyomeencontraba,yprontopudesentircómopocoapocoibacayendola lluvia, al principio con gruesas gotas, aunque enseguida se desató confuriosaviolencia.

Me levanté y caminé, aunque la oscuridad y la tormenta se hacíanmásintensasacada instante,y los truenosestallabanconun terroríficoestrépito.SeoíanlosecosenlaSalêve,enelJurayenlosAlpesdeSaboya;violentosdestellosderayosmecegabanlosojos,eiluminabanellago;entonces,duranteun instante, todoparecíaquedar sumidoen laoscuridad,hastaqueelojo serecobrabadeldestelloanterior.Latormenta,comosucedeamenudoenSuiza,apareció en varios lugares del cielo a un tiempo. La parte más violenta se

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encontrabaexactamentealnortede la ciudad, sobre lapartedel lagoque seextiendeentreelpromontoriodeBelriveyelpueblodeCopêt.OtratormentailuminabaelJuracondébilesdestellos;yotraoscurecíayavecesdescubríalaMole,unamontañaescarpadasituadaalestedellago.

Mientras iba observando la tormenta—tan hermosa y, sin embargo, tanaterradora—,continuécaminandoconpasoapresurado.Aquellanoblebatallaen los cielos elevaba mi espíritu; cerré los puños y exclamé a gritos:«¡William,miqueridoángel…!¡Esteestufuneral,estaestuelegía!»Cuandopronunciéesaspalabras,entrevíenlaoscuridadunafiguraqueseocultótrasun grupo de árboles que había cerca. Permanecí observando fijamente,intentandodivisaralgo;seguroquenomehabíaequivocado;el fulgordeunrayoiluminóaquelloymedescubriósugigantescafigura;yladeformidaddesuaspecto,másespantosaquecualquiercosahumana,meconfirmaronquiénera.Erael engendro, el repulsivodemonioalqueyohabíadadovida. ¿Quéhacía allí? ¿Podría ser él el asesino de mi hermano? La simple idea meestremecía.Apenasesasospechacruzómiimaginación,lleguéalaconclusiónde que era completamente cierta… mis dientes castañetearon, y me viobligadoarecostarmecontraunárbolparamantenermeenpie.Lafigurapasórápidamentefrenteamí,ylavolvíaperderenlaoscuridad.¡Asíqueéleraelasesino…!Nadaquetuvieraformahumanapodríahaberdestruidolavidadeaquel precioso niño. ¡Él era el asesino! No tenía ninguna duda. La simpleexistenciadeaquella ideaeraunaprueba irrefutablede loshechos.Penséenperseguiraaqueldemonio,perohabríasidoenvano,porqueotrorelámpagoloiluminó y lo pude ver encaramándose entre las rocas de la pendiente casiperpendiculardelMonteSalêve;enseguidaalcanzólacumbreydesapareció.

Permanecí inmóvil; los truenos cesaron, pero la lluvia aún continuócayendo,y laescenaquedóenvueltaenuna impenetrableoscuridad.Volvíapensarunavezmásenlosacontecimientosque,hastaesemomento,solohabíaintentado obviar: todos los pasos que di hasta completar mi creación, elresultado del trabajo de mis propias manos, vivo y junto a mi cama, y sudesaparición.Casihabíantranscurridodosañosdesdelanocheenlaqueselediolavida,¿yaquelhabíasidosuprimercrimen?¡Diosmío!Habíaarrojadoalmundo a un engendro depravado cuyo único placer era el asesinato y elcrimen,porque…¿acasonohabíaasesinadoamihermano?

Nadiepuedeimaginarlaangustiaquevivíduranteelrestodelanoche,quepaséheladoyempapado,alaintemperie.Peronosentíalasinclemenciasdeltiempo;mi imaginación estaba demasiado ocupada en escenas demaldad ydesesperación. Pensé en el ser a quien había arrojado en medio de lahumanidadyaquienhabíadotadodevoluntadydepoderparaejecutar sushorrorososproyectos,comoaquelquehabíallevadoacabo,casicomosifuerami propio vampiro, mi propio espíritu liberado de la tumba y obligado a

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destruiratodosaquellosqueyoamaba.

Amaneció,ydirigímispasoshacialaciudad;laspuertasestabanabiertasymeencaminéhacialacasademipadre.Miprimeraideafuecomunicaratodoel mundo lo que sabía del asesino y proponer que se organizara unapersecución inmediata. Pero me contuve cuando pensé en la historia quetendríaquecontar.Mehabíaencontradoamedianocheen losprecipiciosdeunamontañainaccesibleconunser…alqueyomismohabíacreadoyalquehabíadotadodevida.Lahistoriaeradetodopuntoinconcebible,ysabíabienquesicualquierotromelahubieracontadoamí,lahabríaconsideradocomoel producto enloquecido de un delirio. Además, la extraña naturaleza de labestia conseguiría eludir la persecución, aun cuando yo consiguiera quemecreyeranylosconvencieraparaquelapusieranenmarcha.Además,¿dequéserviría una persecución? ¿Quién podría arrestar a una criatura capaz deescalarlasparedesverticalesdelMonteSalêve?Estasideasmeconvencieronydecidíguardarsilencio.

Eranalrededordelascincodelamañanacuandoentréencasademipadre.Lespedíaloscriadosquenodespertaranalafamiliayfuialabibliotecaparaesperaraquesehicieralahoraenquesolíanlevantarse.Habíantranscurridocincoaños—habíanpasadocomounsueño,salvoporunamarcaindeleble—yahorameencontrabaenelmismolugarenelquehabíaabrazadoamipadrepor última vez antes de mi partida hacia Ingolstadt. ¡Querido y veneradopadre!Aúnmequedabaél.Observéunretratodemimadre,quecolgabasobrelachimenea.Eraunapinturahistórica,unretratorealizadoporencargodemipadre, y representaba aCarolineBeaufort, desesperada de dolor, arrodilladajunto al ataúd de su querido padre. Su atuendo era rústico, y sus mejillasaparecíanpálidas; pero había un aire de dignidady belleza quedifícilmenteadmitíaunsentimientodecompasión.DebajodeestecuadrohabíaunretratoenminiaturadeWilliam,ysemesaltaronlaslágrimascuandomedetuveenél. Cuando así estaba absorto, entró Ernest…me había oído llegar, y habíabajadoapresuradamentearecibirme.Mostróunainmensaalegríaalverme.

—Bienvenido,miqueridísimoVictor—dijo—.Ah,ojaláhubierasvenidohacetresmeses:entoncesnoshabríasencontradoatodosalegresycontentos.Pero ahora somos tan desgraciados que me temo que solo te darán labienvenidalaslágrimas,envezdelassonrisas.Nuestropadreestátantriste…parece que ha renacido en su espíritu la pena que sintió por la muerte demamá,ylapobreElizabethnoencuentraconsueloennada.

Ernestcomenzóallorarmientrasdecíaaquellaspalabras.

—No,no…—ledije—,nome recibas así; intenta tranquilizarte, quenopuedo sentirmeabsolutamentedestrozadoenelmomentoenqueentro en lacasa de mi padre después de una ausencia tan larga. Pero, dime, ¿cómo

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sobrellevamipadreestasdesgracias?¿YcómoestámipobreElizabeth?

—Necesita mucho consuelo —contestó Ernest—. Se culpa de habercausadolamuertedemihermano,yesolahacemuy,muydesgraciada;perodesdequesehadescubiertoalasesino…

—¿Se ha descubierto al asesino? —exclamé—. ¡Dios bendito! ¿Cómopuede ser? ¿Quién se atrevió aperseguirlo?Es imposible; ¡sería tanto comointentaratraparlosvientosoconteneruntorrentedelamontañaconunarama!

—No sé qué quieres decir… —replicó Ernest—. Pero a todos nosentristeció cuando la descubrieron. Nadie podía creerlo al principio; y nisiquiera ahora Elizabeth está totalmente convencida, a pesar de todas laspruebas.Enefecto,¿quiénpodríaimaginarqueJustineMoritz,quehabíasidotanamableytancariñosacontodalafamilia,podríallegarasertanmalvada?

—¡JustineMoritz…!—grité—.¡Pobre,pobremuchacha!¡Asíquelahanacusadoaella…!Pero…esunaequivocación;todoelmundotienequedarsecuentadeeso.Nadiepuedecreerlo,¿verdad,Ernest?

—Nadie locreíaalprincipio—dijomihermano—,perosedescubrieronvarias circunstancias que nos obligaron a convencernos; y su propiocomportamiento ha sido tan confuso y añade tal relevancia a las pruebasmostradasque,metemo,nodejalugaradudas;lajuzgaránhoy,asíquepodrássaberlotodo.

Me contó que la mañana en que se descubrió el asesinato del pobreWilliam,Justinesepusoenfermaysequedóencama;y,variosdíasdespués,unadelascriadas,cuandoporcasualidadrevisabaelvestidoquehabíallevadola noche del asesinato, descubrió en su bolsillo el retrato demimadre, quehastaentoncesseconsiderabaelmóvildelcrimen.Lacriadainmediatamentese lo mostró a uno de los otros criados, quien, sin decir ni una palabra aningunodelafamilia,fuealmagistrado,queordenóapresaraJustine.Cuandofueacusadadeloshechos,suextremaconfusiónconfirmóengranmedidalasospecha.

Era una historia extraña, pero no me convenció; y contesté convehemencia:

—¡Estáis todos equivocados! ¡Yo conozco al asesino! Justine… pobre,pobreJustine,esinocente.

Eneseinstanteentrómipadre.Vilatristezaprofundamentegrabadaensusfacciones, pero intentó darme la bienvenida cordialmente y, después deintercambiartristessaludos,habríahabladodecualquierotracosaquenofueranuestratragedia,sinohubieraexclamadoErnest:

—¡Dios bendito, papá! Victor dice que sabe quién asesinó al pobre

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William…

—Nosotros también, desgraciadamente—contestó mi padre—; y, desdeluego, habría preferido no saberlo en vez de descubrir tanta depravación eingratitudenunapersonaalaqueteníaengranestima.

—Queridopadre—exclamé—,estáisequivocados.¡Justineesinocente…!

—Siloes—replicómipadre—,queDiosimpidaquelacondenencomoculpable.Hoylajuzgarán,yespero,esperosinceramente,quelaabsuelvan.

Aquellaspalabrasmetranquilizaron.Estabafirmementeconvencidoenmiinterior de que Justine, es más, de que ningún ser humano era culpable deaquel crimen. Así pues, no temía que pudiera aportarse ninguna pruebacircunstancial con la suficiente fuerza como para inculparla; y con estaseguridad,metranquilicé,esperandoel juicioconinquietudperosinaugurarunmalresultado.

CAPÍTULO12

Elizabethprontosereunióconnosotros.Eltiempohabíaoperadograndescambiosensuaspectodesdelaúltimavezquelahabíavisto.Cincoañosanteseraunamuchachabonitayalegre, aquien todosqueríanymimaban.Ahoraeraunamujertantoenlaestaturacomoenlaexpresióndesurostro,quemeparecióabsolutamenteadorable.Sufrente,despejadayampliadabacuentadeunasobradainteligenciaunidaaunagranfranqueza.Susojoseranavellanadosydenotabanunaextraordinariadulzura,ahoramezcladaconlatristezaporlasrecientespenas.Suscabellosteníanunoscurocolorcastañorojizo;sutezerablanca,ysufigura,ligeraygraciosa.Mesaludócontodoelcariño.

—Tu llegada, mi queridísimo primo —dijo—, me llena de esperanza.Quizádescubrasalgúnmediodedemostrar la inocenciademipobreJustine.Ay,Diosmío…Silaculpandeasesinato,¿quiénpodríaestarseguro?Confíoensuinocenciacontantacertezacomoenlamíapropia.Estadesgraciaeseldobledecruelparanosotros.Nosolohemosperdidoanuestroqueridoniño,sino que, además, un destino aún más cruel nos va a arrebatar a estamuchacha, a quien sinceramente aprecio. ¡Oh, Dios! Si la condenan, novolveréasaberquéeslaalegríajamás.Peronolacondenarán,estoyseguradequenolacondenarán;yvolveréaserfelizdenuevo,apesardelatristemuertedemipequeñoWilliam.

—Es inocente,miqueridaElizabeth—dije—,y sedemostrará;no temasnada,ytranquilizatuespírituconelconvencimientodequevaaserabsuelta.

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—¡Québuenoeres!—contestóElizabeth—.Todoslosdemáscreenqueesculpable,yesomehacemuydesgraciada;porqueyoséqueesoesimposible,yveratodoslosdemástandecididamentepredispuestoscontraellamehacíasentirperdidaydesesperada.

Comenzóallorar.

—Midulce sobrina—dijomipadre—, seca tus lágrimas; si es inocente,comocrees,confíaenlajusticiadenuestrosjuecesyenmifirmedecisióndeimpedirquehayalamásmínimasombradeparcialidad.

Pasamosunashorasmuytristeshastalasonce,cuandoestabaprevistoquecomenzaraeljuicio.Puestoqueelrestodelafamiliaestabaobligadaaasistirencalidaddetestigos,losacompañéaltribunal.Durantetodaaquellamalditafarsadejuicio,sufríunaverdaderatortura.Seibaadecidirsielresultadodemicuriosidadymisexperimentosilegaleseranlacausadelamuertededosdemisseresqueridos:elprimero,unniñoalegre,inocenteyllenodealegría;laotra,asesinadadeunmodoaúnmásterrible,contodoslosagravantesdeunainfamiaquepodríahacerqueaquelasesinatoquedararegistradoparasiempreen los anales del horror. Justine también era una buenamuchacha y poseíacualidadesqueleaugurabanunavidafeliz;ahoratodoibaaquedardestruidoyolvidado enuna ignominiosa tumba…¡yyo tenía la culpa!Mil vecesmehabría confesado culpable del crimen que se le achacaba a Justine; pero yoestaba ausente cuando se cometió, y una declaración semejante se habríaconsideradocomolalocuradeunnecioynisiquierapodríaexculparalaqueibaasercastigadapormí.

Justine parecía tranquila. Iba vestida de luto; y sus facciones, siempreatractivas,sehabíantornadoexquisitamentehermosasporlagravedaddesussentimientos. Inclusoparecíaconfiar en su inocenciayno temblaba, aunquehabía muchas personas mirándola e insultándola. Toda la piedad que subellezapodríahabersuscitadoenlosdemásfuearrasadaporelrecuerdodelaenormidad que, se suponía, había cometido. Estaba tranquila, aunque sutranquilidaderaevidentementeforzada;ycomosuconfusiónsehabíaaducidoanteriormentecomounapruebadesuculpabilidad,seesforzabaenmantenerunaaparienciade serenidad.Cuandoentró en la saladel tribunal,miró a sualrededor e inmediatamente descubrió dónde estábamos sentados. Laslágrimas parecieron enturbiar su mirada, pero se recobró, y una mirada detristecariñoparecióatestiguarsuirrefutableinocencia.

Eljuiciocomenzó;ydespuésdequeelabogadohubierasentadoloscargoscontra ella, se llamó a varios testigos. Algunos hechos casuales seconfabularoncontraella,locualhabríaasombradoacualquieraquenotuvieraunapruebadesuinocenciacomolaqueteníayo.Ellahabíaestadofueratodalanocheen lacualsecometióelasesinato,ypor lamañana tempranohabía

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sidovistaporunamujerdelmercado,nolejosdellugardondeposteriormenteseencontróelcuerpodelmuchachoasesinado.Lamujerlepreguntóquéhacíaallí…peroellalamiródeunmodomuyraroysololedevolvióunarespuestaconfusaeininteligible.Regresóacasaalrededordelasocho,ycuandoalguienlepreguntódóndehabíapasadolanoche,contestóquehabíaestadobuscandoalniñoypreguntóvehementementesialguiensabíaalgodelpequeño.Cuandotrajeronel cuerpoa lacasa, sufrióunviolentoataquedehisteriay tuvoqueguardarcamadurantevariosdías.Entoncessemostrópúblicamenteelretratoquelacriadahabíaencontradoensubolsillo,yunmurmullodeindignaciónyhorror recorrió la sala del tribunal cuando Elizabeth, con voz temblorosa,admitióqueeraelmismoquehabíapuestoenelcuellodelniñounahoraantesdequeseleecharaenfalta.

SellamóentoncesaJustineparaquesedefendiera.Amedidaquesehabíadesarrolladoeljuicio,surostrosehabíaidoalterando.Lasorpresa,elhorroryeldolorsehacíanahoramuyevidentes.Avecesluchabacontrasuslágrimas;perocuandoselepidióquehablara,hizoacopiodetodassusfuerzasyhablóenuntonoaudibleaunqueconvoztemblorosa.

—Diossabequesoyabsolutamenteinocente—dijo—.Peronoesperoqueme absuelvan por lo que vaya a decir aquí: basomi inocencia en la simpleexplicacióndeloshechosqueseaducencontramí;yesperoquelareputaciónde la que siempre he gozado incline a mis jueces a una interpretaciónfavorableallídondealgunacircunstanciaaparezcacomodudosaosospechosa.

Entonces explicó que, con permiso de Elizabeth, había pasado aquellatarde,cuandoseperpetróelcrimen,encasadeunatíaqueviveenChêne,unaaldea que se encuentra aproximadamente a una legua de Ginebra. Cuandovolvía,alrededordelasnueve,seencontróconunhombrequelepreguntósihabíavistoalniñoquesehabíaperdido.Aquellolaasustóypasóvariashorasbuscándolo; entonces cerraron las puertas de Ginebra y se vio obligada apermanecervariashorasdelanocheenunagranja;pero,incapazdedescansarodormir,selevantómuyprontoparavolverabuscaramihermano.Sihabíallegado cerca del lugar en el que yacía el cuerpo, fue sin saberlo.Y no erasorprendente que se hubiera mostrado confusa cuando aquella mujer delmercado le hizo algunas preguntas, puesto que estaba desesperada por lapérdida del pobre William. Respecto al retrato en miniatura, no podía darningunaexplicación.

—Yasécuángraveyfatalmentepesaestacircunstanciaconcretacontramí—añadió la infeliz—, pero no puedo explicarlo; he confesado mi absolutaignorancia al respecto, y solo me resta hacer suposiciones respecto a lasrazonesporlascualessecolocóeseobjetoenmibolsillo.Perotambiénaquítengoquedetenerme.Creoquenotengoningúnenemigoenelmundo…yconseguridad,ningunoquepudierahabersidotanmalvadocomoparadestruirme

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tan gratuitamente. ¿Lo puso el asesino ahí?No tengo conciencia de haberledado ninguna oportunidad para que lo hiciera; y si ciertamente le ofrecí sinquereresaoportunidad,¿porquéhabría robado la joyaelasesinosipensabadesprendersedeellatanpronto?

»Pongomicausaenmanosdelajusticiadelosjueces,aunquecomprendoquenohaylugarparalaesperanza.Yruegoquesepermitaquesepregunteaalgunos testigos respecto a mi carácter; y si sus testimonios no prevalecensobremisupuestaculpabilidad,tendréquesercondenada,aunqueyopreferiríafundarmisesperanzasdesalvaciónenmiinocencia.

Fueroncitadosvariostestigosquelahabíanconocidodesdehacíamuchosaños,ytodoshablaronbiendeella;peroeltemorylaaversiónporelcrimendelcuallacreíanculpablelostornótemerososypocovehementes.Elizabethvioqueinclusoesteúltimorecurso,sudisposiciónysuconductaexcelenteseirreprochables, también iba a fallarle a la acusada, y entonces, aunqueterriblementenerviosa,pidiópermisoparahablar.

—Soy—dijo—laprimadelinfelizniñoquefueasesinado…omásbien,suhermana,porquefuieducadaporsuspadresyvivíconellosdesdemuchoantesinclusodequeélnaciera;asíquetalvezseconsidereimprocedentequedeclareaquí;perocuandoveoaunacriaturacomoellaestarenpeligrosoloporlacobardíadesussupuestosamigos,deseoquesemepermitahablarparapoderdecirloquesédesucarácter.Laconozcobien.Hevividoenlamismacasa,conella,alprincipiodurantecincoaños,ymásadelante,casiotrosdos.Durante todo ese tiempo me ha parecido la criatura más amable y buena.Cuidó ami tía en su última enfermedad con elmayor cariño y atención, ydespuésseocupódesupropiamadreduranteunalargaypenosaenfermedaddeunmodoquecausólaadmiracióndetodoslosquelaconocían.Despuésdeaquello, volvió avivir en casademi tío, donde era apreciadayqueridaportoda la familia. Sentía un afecto muy especial por el niño que ha sidoasesinadoysiempreactuóparaconélcomounamadrecariñosísima.Pormiparte,nodudoenafirmarque,apesarde todas laspruebasquesepresentencontraella,yocreoyconfíoensuabsolutainocencia.Noteníaningúnmotivoparahaceralgoasí;yrespectoaesatonteríaquepareceserlapruebaprincipal,siellahubieramostradoalgúndeseodetenerla,yoselahabríadadodebuengrado,tantolaaprecioylavaloro.

¡MaravillosaElizabeth!Seoyóunmurmullodeaprobación;perosedebióasugenerosaintervenciónynoporquehubieraunsentimientofavorablehacialapobre Justine, sobre lacual sevolvióadesatar la indignacióndelpúblicoconrenovadaviolencia,acusándoladelamásperversaingratitud.EllallorabamientrasElizabethhablaba,peronodijonada.Minerviosismoymiangustiafueron indescriptibles durante todo el juicio.Yo creía que era inocente… losabía. ¿Acaso elmonstruoquehabíamatado ami hermano (nome cabía la

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menor duda), en su infernal juego, había entregado a aquella muchachainocente a la muerte y a la ignominia? No podía soportar el horror de lasituación; y cuando vi que la opinión pública y el rostro de los jueces yahabían condenado a mi infeliz víctima, abandoné la sala angustiado. Lossufrimientosdelaacusadanoerancomparablesconlosmíos;ellaseapoyabaen la inocencia, pero a mí las garras del remordimiento me desgarraban elpecho. Pasé una noche absolutamente miserable. Por la mañana volví altribunal; tenía los labios y la garganta ardiendo. No me atrevía a lanzar lamalditapregunta,peromeconocían,yeloficialimaginólarazóndemivisita:sehabíanemitidolosvotos,todoserannegros,yJustinefuecondenada.

CAPÍTULO13

Ni siquiera puedo intentar describir lo que sentí entonces. Ya habíaexperimentadosensacionesdehorroranteriormente;yhetratadodeexpresarlocon las palabras adecuadas, pero en este caso las palabras no puedenproporcionarenabsolutouna ideaajustadade la insoportableynauseabundadesesperaciónquetuvequesoportar.LapersonaalaqueyomehabíadirigidotambiénañadióqueJustineyahabíaconfesadosuculpabilidad.

—Esaconfesión—apuntó—eracasiinnecesariaenuncasotanevidente,peromealegrodequelohayahecho;y,esmás,aningunodenuestrosjueceslegustacondenarauncriminalbasándoseenpruebascircunstanciales,aunqueseantandecisivascomoenestecaso.

Cuandoregreséacasa,Elizabethmepidióconansiedadqueledijeracuáleraelresultado.

—Prima mía —contesté—, se ha decidido lo que imaginas: todos losjuecesprefierenquediezinocentesseancastigadosantesquepermitirqueunculpablepuedaescapar;detodosmodos,haconfesado.

AquellofueunnefastogolpeparalapobreElizabeth,quehabíaconfiadofirmementeensuinocencia.

—¡Diosmío…!—dijo—.¿Cómopodrévolveracreerjamásenlabondadhumana? Justine, a quien amaba y apreciaba como a una hermana, ¿cómopudoofrecernosesassonrisassoloparatraicionarnosdespués?Susdulcesojosparecían incapaces de enfadarse o estar de mal humor y, sin embargo, hacometidounasesinato.

Pocodespuéssupimosque lapobrevíctimahabíaexpresadosudeseodeveramiprima.Mipadrenoqueríaquefuera,perodijoquedecidierasegúnsupropiojuicioysussentimientos.

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—Sí —dijo Elizabeth—; iré, aunque sea culpable; y tú, Victor, meacompañarás…nopuedoirsola.

Lasimpleideadeaquellavisitametorturaba,peronopodíanegarme.

EntramosenaquellasombríaceldaydescubrimosaJustinesentadaenunmontóndepaja,enunaesquina;teníalasmanosencadenadasyestabaconlacabezaapoyadaen las rodillas;se levantóalvernos;ycuandonosdejaronasolasconella,searrojóalospiesdeElizabeth,llorandoamargamente.

Miprimatambiénlloraba.

—¡Oh, Justine…!—dijo—. ¿Por quéme arrebataste el último consueloquemequedaba?Yoconfiabaentuinocencia;yaunqueestabamuytriste,noeratandesgraciadacomoahora.

—¿Tambiénustedcreequesoytanmalvada?—lloróJustine—.¿Tambiénseuneustedamisenemigosparaaplastarme?—Suvozsefueapagandoentresollozos.

—Levántate,mi pobre niña—dijo Elizabeth—, ¿por qué te arrodillas sieresinocente?Yonosoyunodetusenemigos;creíaentuinocencia,apesarde todas las pruebas, hasta que supe que tú misma te habías declaradoculpable.Ahoradicesquetodoesoesfalso;ypuedesestarsegura,miqueridaJustine,quenada,enningúnmomento,puedequebrarmiconfianzaenti,salvotupropiaconfesión.

—Confesé—dijoJustine—,peroconfeséunamentira.Confeséporqueasípodríaobtenerlaabsolución,peroahoraesasmentirasyesasfalsedadespesanenmicorazónmásquetodosmispecadosjuntos.¡QueelDiosdelCielomeperdone!Desdequefuicondenada,miconfesormehaestadoapremiando;mehaamenazadoymehagritadohastaquecasihecomenzadoapensarqueyoera la malvada criminal que él dice que soy. Me ha amenazado con laexcomunióny con las llamas del infierno si persistía enmi obstinación.Miqueridaseñorita,noteníaanadiequemeayudara…Todosmemirabancomoun maldito monstruo destinado a la ignominia y la perdición. ¿Qué podíahacer?Enunmomentodedebilidad, firméunamentira,yahorasoloyomesientoverdaderamentemiserable.—Sedetuvo,llorando,yluegoprosiguió—:Pensé horrorizada, mi querida señorita, que usted creería que su Justine, aquiensubenditatíahabíahonradotantoconsuaprecioyaquienustedtantoamaba, era unmonstruo capaz de un crimen que nadie, salvo elmismísimodemonio, podría haber perpetrado. ¡QueridoWilliam, mi querido y benditoniño,prontoteveréenelCieloyenlaGloria…!Esomeconsuela,ahoraquevoyasufrirlaignominiaylamuerte.

—¡Oh, Justine…! —gritó Elizabeth llorando—. ¡Perdóname por haberdesconfiadodetiunsolomomento!¿Porquéconfesaste?Notelamentes,mi

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queridaniña,yoproclamarétuinocenciaentodaspartesyconseguiréquemecrean.Aunquetútengasquemorir…tú,miamiga,micompañeradejuegos,másqueunahermana…morir…No,nopodrésobreviviraunadesgraciatanhorrible…

—Queridaydulceseñorita,nollore…—contestóJustine—.Deberíaustedanimarmeconpensamientossobreunavidamejor,yelevarmiespíritusobrelaspequeñaspreocupacionesdeestemundodeinjusticiayviolencia.No,mibuenaElizabeth,nomehundaustedenladesesperación.

Elizabethabrazóaladesgraciada.

—Intentaréconsolarte—dijo—,perometemoqueestaesunatragediatanprofundaytandesgarradoraqueelconsueloapenassirvedenada,porquenohay esperanza. Que el Cielo te bendiga, mi queridísima Justine, con unaresignación y una fe que eleve tu espíritu por encima de estemundo. ¡Oh,cómo desprecio todas sus farsas y sus necedades! Cuando una criatura esasesinada,inmediatamenteaotraselearrebatalavida,conunalentatortura,yluegolosverdugos,conlasmanosaúnteñidasdesangreinocente,creenquehanllevadoacabounagranacción.Lollamancastigojusto…¡quéespantosaspalabras!Cuandosepronuncianesaspalabras,yaséquesevanainfligirlospeorescastigosylosmáshorriblesqueeltiranomássiniestrohayainventadojamásparasaciarsuinconcebiblevenganza.Yaséqueestonotevaaconsolar,mi Justine, amenosque en realidadestés felizde abandonarunagujero tanasquerosocomoeste.¡Diosmío!Querríaestardescansandoenpaz,conmitíaymidulceWilliam…lejosdeestaluzquemeresultaodiosaydelosrostrosdehombresqueaborrezco.

Justinesonriólánguidamente.

—Esto,queridaseñorita—dijo—,esdesesperaciónynoresignación.Nodebo aprender la lección que ustedme está enseñando…Hablemos de otracosa,dealgoquemeprocurealegríaynoaumentemiamargura.

Duranteestaconversación,yomehabíaapartadoaunaesquinadelacelda,donde pude disimular la horrorosa angustia que me atenazaba.¡Desesperación!¿Quiénseatrevíaahablardeeso?Lapobrevíctima,quealdíasiguienteibaatraspasarlaterroríficafronteraentrelavidaylamuerte,nosentía… ¡una agonía tan profunda y amarga como la mía! Los dientes merechinabanylosapretéconfuerza,dejandoescaparungemidoquenacióenlomás profundo de mi alma. Justine se sobresaltó. Cuando vio quién era, seaproximóamí.

—Queridoseñor—dijo—,esustedmuyamablealvisitarme;esperoqueustednocreaquesoyculpable.

Nopuderesponder.

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—No,Justine—dijoElizabeth—;élestámásconvencidodetuinocenciaqueyo;poreso,nisiquieracuandosupoquehabíasconfesadolocreyó.

—Seloagradezcodeverdad—dijoJustine—.Enestosúltimosmomentossiento la gratitud más sincera por aquellos que todavía piensan en mí conbondad.¡Quédulceeselcariñodelosdemásparaunamujertandesgraciadacomoyo!Casimealiviade lamitaddemispenas;ysientocomosipudieramorirenpaz,ahoraqueusted,queridaseñorita,ysuprimo,hanreconocidomiinocencia.

Así intentaba consolarse a sí misma y a los demás aquella pobredesgraciada.Esmás,inclusopudoalcanzarlaresignaciónqueanhelaba;peroyo,elverdaderoasesino,sentíaqueestabavivaenmipecholacarcomaeternaquenopermitenilaesperanzanielconsuelo.Elizabethtambiénllorabayeradesgraciada;perolasuyaeratambiénlatristezadelainocencia,lacual,comounanubequepasasobrelapálidaluna,duranteuninstantelaoculta,peronopuedematarsubrillo.Laangustiayladesesperaciónhabíapenetradohastalomásprofundodemicorazón…Albergabauninfiernoenmiinteriorquenadapodíaapagar.

Permanecimos varias horas con Justine, y solo con gran dificultadElizabethreunióvalorparaapartarsedeella.

—¡Ojalámurierayocontigo!—gritóllorando—.¡Nosoportovivirenestemundodedolor!

Justine adoptó un aire de alegría, aunque apenas podía contener susamargaslágrimas.

—Adiós, querida señorita, mi queridísima Elizabeth; que el Cielo en suinfinitabondad labendigay laproteja.Queseaesta laúltimadesgraciaquetengaustedquesufrir;vivayseafelizparahacerfelicesalosdemás.

Cuandoregresábamos,Elizabethmedijo:

—No sabes, mi querido Víctor, cuánto me ha tranquilizado saber quepuedo estar segura de la inocencia de esa desafortunada muchacha. Jamáspodría volver a vivir en paz si mi confianza en ella se hubiera vistodefraudada. En esos momentos en que lo creí, sentí una angustia que nohubiera podido soportar durantemucho tiempo.Ahorami corazón se sientealiviado. La inocente sufre, pero aquella a quien yo consideraba amable ybuenanoesunamalvada,yesomeconsuela.

¡Mi dulce prima! Tales eran tus pensamientos, puros y dulces como tusqueridosojosy tuvoz.Peroyo…yoeraunmonstruo,ynadie jamáspodríaconcebirlaamarguraquesufríentonces.

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CAPÍTULO14

Cuandolamentehaestadointensamenteocupadaenunarápidasucesiónde acontecimientos, nada es más doloroso que la mortal calma de apatía ycertidumbre que surge a continuación y que impide que el alma sienta niesperanza ni temor. Justine murió. Descansó. Y yo estaba vivo. La sangrecorría libremente por mis venas, pero un peso de desesperación yremordimiento me aplastaba el corazón y nada podía aliviar ese dolor. Elsueñohuíademisojos.Vagabacomounalmaenpena,porquehabíacometidoactos malvados y horribles que ni siquiera se pueden describir, y (estabaconvencido) aún cometería más, muchos más. Sin embargo, mi corazónrebosaba de cariño y bondad. Mi vida había comenzado con buenasintencionesyhabíadeseadoquellegaraelmomentoenquepudieraponerlasenprácticayconvertirmeenunapersonaútilparamissemejantes.Ahoratodose había derrumbado. En vez de tener la conciencia tranquila, que mepermitiera revisar mis actos con autocomplacencia y, a partir de ese punto,albergar promesas de nuevas esperanzas, estaba abrumado por losremordimientosylaculpa,ymeentregabaauninfiernodetorturas infinitasquenisiquierapuedendescribirse.

Este estado de ánimo minó mi salud, que se había restablecido porcompletodesdeelprimerataquequehabíasufrido.Nosoportabalapresenciadenadie;cualquiergestodealegríaosatisfaccióneraunatorturaparamí.Lasoledad era mi único consuelo… una soledad profunda, negra, como lamuerte.Mi padre observó con dolor el perceptible cambio que había tenidolugar enmi conducta ymis costumbres, e intentó razonar conmigo sobre lalocuraquesuponíaentregarseaundolordesmesurado.

—¿Crees que yo no sufro, Victor? —dijo—. Nadie puede querer a unmuchachomásdeloqueyoqueríaatuhermano—ylaslágrimasanegaronsusojos cuando dijo aquello—; pero… ¿no es nuestro deber para con los quesiguenvivosintentarrefrenarnosynoaumentarsutristezamostrandoundolorexagerado? Y también es un deber para contigo mismo; porque la penaexcesivaimpidemejorarysentirsealegre,einclusoimpiderealizarlastareascotidianassinlascualesningúnhombrepuedevivirensociedad.

Aquel consejo, aunque era bueno, era de todo punto inaplicable en micaso;yodeberíahaber sidoelprimeroenocultarmidolory consolar amisseresqueridos…silosremordimientosnohubieranmezcladosuamarguraconelrestodemisemociones.Enaquelmomentosolopodíaresponderamipadreconunamiradadedesesperacióne intentarapartarmede suvista.PoraquelentoncesnosfuimosaviviranuestracasadeBelrive.Estecambiomeresultó

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especialmenteagradable.Elcierredelaspuertasdelaciudad,habitualmentealasdiezenpunto,ylaimposibilidaddepermanecerenellagodespuésdeesahoraconvertíannuestrapermanenciadentrode losmurosdeGinebraenunaobligaciónmuydesagradableparamí.Ahoraeralibre.Amenudo,despuésdeque el resto de la familia se hubiera retirado a dormir, yo cogía el bote ypasabalanochesobrelasaguas:algunasveces,conlasvelasdesplegadas,medejabaarrastrarporelviento;yenotrasocasiones,despuésderemarhastaelcentrodellago,dejabaqueelbotesiguierasupropiocursoymeentregabaamis dolorosas reflexiones. Muchas veces estuve tentado… cuando todo erapazamialrededoryyoeraloúnicoquevagabadesasosegadoysindescansoen una escena tan maravillosa y celestial, si exceptúo a algún murciélagosolitario o las ranas, cuyo croar áspero y rítmico se oía solo cuando meaproximabaalasorillas…Muchasveces,digo,estuvetentadodearrojarmeallago callado y en calma, para que las aguas me engulleran a mí y a miscalamidades para siempre. Perome detenía cuando pensaba en la heroica yabnegadaElizabeth,aquientantoquería,ycuyaexistenciaestabaíntimamenteligada a la mía. Y también pensaba en mi padre y en el hermano que mequedaba; ¿acaso mi miserable deserción no los dejaría abandonados ydesprotegidos,amercedde lamaldaddelmonstruoquehabíaarrojadoentreellos?Enesosmomentosmeentregabaalllantoamargamente,ydeseabaquela paz volviera a mi mente solo porque así podría intentar consolarlos yprocurarles felicidad… pero no pudo ser: los remordimientos frustrabancualquier esperanza.Yo había sido el responsable de unmal irremediable yvivíaconelconstantetemordequeelmonstruoqueyohabíacreadopudieraperpetraralgúnnuevocrimen.Teníaeloscuropresentimientodequeaquellonohabíaacabadoydequeaúncometeríaalgúncrimenseñalado,elcual,porsu enormidad, casi borraría el recuerdo de sus maldades pasadas. En tantoquedaravivo alguien aquienyopudiera amar, siempre tendría razonesparatenermiedo.Larepugnanciaquesentíahaciaaquelmalditodemonioapenassepuedeconcebir.Cuandopensabaenél,merechinabanlosdientes,misojosseinyectaban en sangre, y deseaba ardientemente destruir aquella vida que taninconscientemente había creado. Cuando pensaba en sus crímenes y en superversidad,elodioylavenganzasedesatabanenmipechoysuperabantodosloslímitesdeloracional.HabríaidoenperegrinaciónalpicomásaltodelosAndes si hubiera sabidoquepodría arrojarlo al vacíodesde allí; nodeseabaotracosasinovolveraverlo:asípodríadescargartodomiinmensoodiosobresucabezayvengarlasmuertesdeWilliamyJustine.

Nuestra casa era la casa de la tristeza. La salud de mi padre se vioprofundamente afectada por el horror de los recientes acontecimientos.Elizabeth estaba triste y abatida; ya no encontraba ningún placer en susactividadescotidianas;ycualquieralegría le resultabasacrílegaparacon losmuertos;pensabaquelapenaeternaylaslágrimaseraneljustohomenajeque

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teníaquerendirporlainocenciaquesehabíadestruidoyaniquiladodeaquelmodo. Ya no era la criatura feliz que en su primera juventud había vagadoconmigoporlasorillasdellagoyhablabaconalegríadenuestrasperspectivasfuturas.Ahorasehabíaconvertidoenunamujerseriayamenudohablabadelavolubilidaddelafortunaydelainestabilidaddelavidahumana.

—Miqueridoprimo—medecía—,cuandopiensoenlamiserablemuertedeJustineMoritz,meresultaimposibleverestemundoytodoloquehayenéldelmismomodoqueantes.Antesconsiderabalashistoriassobreelvicioylainjusticiaqueleíaenloslibrosoqueescuchabaaotroscomocuentosdeviejaso de demonios imaginarios; al menos, me parecían muy lejanos y másrelacionadosconlarazónqueconlaimaginación;peroahoralacalamidadhallegadoanuestracasaytodosloshombresmeparecenmonstruossedientosdesangre de los demás. Pero estoy siendo ciertamente injusta. Todo elmundocreíaqueesapobremuchachaeraculpable;ysiellapudierahabercometidoelcrimen por el que fue condenada, con toda seguridad habría sido la másdepravada de todas las criaturas humanas. Solo por unas joyas… haberasesinadoalhijodesubenefactoryamigo,unniñoaquienellamismahabíacuidadodesdequenacióyalqueparecíaquerercomosihubierasidoelsuyopropio…No puedo admitir jamás la ejecución de ningún ser humano, perocontodaseguridadhabríapensadoqueunserasínoeradignodeperteneceralasociedad.Sinembargo,erainocente.Losé,sientoqueerainocente.Túeresdelamismaopiniónyesomeloconfirma.¡PorDios,Victor…!Silamentirase parece tanto a la verdad, ¿quién puede estar seguro de alcanzar algunafelicidad?Sientocomosiestuvieracaminandoporelbordedeunprecipiciohaciaelcualavanzanmilesdeseresqueintentanarrojarmealabismo.WilliamyJustinefueronasesinados,yelasesinoescapa,fingiendoserhumano;andalibreporelmundoyquizásearespetado.Peroaunquemecondenaranamorirenelcadalsoporesosmismoscrímenes,nomecambiaríajamásporsemejantemonstruo.

Escuché sus palabras con una angustia indescriptible. Yo era, nofísicamente, pero sí efectivamente, el verdadero asesino. Elizabeth leyó laangustiaenmirostroy,cogiéndomecariñosamentelamano,dijo:

—Mi queridísimo primo, tienes que tranquilizarte; esos acontecimientosme han afectado… ¡Dios sabe cuán profundamente! Pero no estoy tandestrozadacomotú…Hayen tu rostrounaexpresióndedolor,yavecesdevenganza,quemehacetemblar;cálmate,miqueridoVictor;daríamividaporque estuvieras tranquilo. Verás como volveremos a ser felices: viviendoapaciblemente en nuestro país natal y apartados del mundo, ¿qué podríaperturbarnuestratranquilidad?

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas mientras me lo decía,desmintiendo la misma felicidad que me prometía, pero al mismo tiempo

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sonreíade talmodoquepodíaapartar losdemoniosque seescondíanenmicorazón.Mipadre,quevioenlatristezaquesereflejabaenmicarasolounaexageración de la pena que debía sentir naturalmente, pensó que unentretenimiento adecuado a mis gustos sería el mejor medio para querecuperara la serenidad acostumbrada. Fue por este motivo por el que noshabíamostrasladadoalcampo;y,animadoporlamismarazón,ahorapropusoquepodíamoshacerunviaje al valledeChamonix.Yoyahabía estadoallí,peroElizabethyErnestnunca lohabíanvisitado;yamboshabíanexpresadomuy a menudo su deseo de ver aquel sitio, que todo el mundo les habíadescritocomounlugarmaravillosoysublime.Asípues,amediadosdelmesde agosto, casi dos meses después de la muerte de Justine, partimos deGinebradispuestosarealizareseviaje.

Eltiempoeramaravilloso;ysimipenahubierasidodeesasquesepuedenahuyentar mediante cualquier entretenimiento pasajero, aquel viaje habríaobtenido ciertamente el resultado quemi padre se había propuesto. En todocaso,me interesóun tantoelpaisaje: avecesmeapaciguaba,peronopodíamitigardeltodomidolor.Duranteelprimerdía,viajamosenuncarruaje.Porla mañana habíamos visto en la distancia las montañas hacia las que nosdirigíamos poco a poco. Nos dimos cuenta de que el valle por el quetransitábamos, y que estaba formado por elArve, cuyo curso seguíamos, secerraba sobre nosotros gradualmente; y cuando el sol se puso, vimos lasinmensas montañas y precipicios descolgándose sobre nosotros por todaspartes y oímos el sonido del río rugiendo entre las rocas y las cascadasprecipitándosealrededor.

Al día siguiente proseguimos nuestro viaje en mulas; y a medida queascendíamosmás ymás, el valle adquiría un aspectomás bello y frondoso.Loscastillosen ruinascolgandode losprecipiciosenmontañaspobladasdepinos,elArveimpetuoso,ylaspequeñasgranjasasomándoseaquíyalláentrelosárbolesformabanunaescenadesingularbelleza.Peroaúnlofuemás,yseacercó a lo sublime, cuando vimos los poderosos Alpes, cuyas blancas ybrillantespirámidesycúpulasseelevabancomotorressobretodoloexistenteenlaTierra:lamoradadeotrarazadeseres.CruzamoselpuentedePelissier,donde laquebradaque formael río se abría antenosotros, y comenzamosaascender lamontaña que se elevaba sobre él. Poco después, entramos en elvalledeChamonix.Estevalleesdesdeluegomaravillosoysublime,peronotanhermosoypintorescocomoeldeServox,queeraelqueacabábamosdedejaratrás.Estárodeadodemontañasaltasynevadas,peroyanovimosmáscastillosenruinasnitierrasfértiles.Losinmensosglaciaresseacercabancasialcamino;oímoselatronadorretumbardeavalanchasquesedesprendíanylahuella de neblina que dejaban a su paso. El Mont Blanc, el supremo ymagnífico Mont Blanc, se elevaba sobre las aiguilles que lo rodean, y suimponentecúpuladominabaelvalle.

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Duranteaquelviaje,enocasionesavancéjuntoaElizabethymeesforcéenseñalarlelasdistintasmaravillasdelpaisaje.Yamenudoforzabaamimulaaquedarseatrás,parapoderentregarmeasíalaspenasdemispensamientos.Enotrasocasionesespoleabaalanimalparaqueadelantaraamiscompañerosdeviaje,parapoderolvidarmedeellos,delmundoy,sobretodo,demímismo.Cuandomeencontrabaaciertadistancia,mebajabaymetirabaenlahierba,apesadumbrado por el horror y la desesperación. A las ocho de la tardellegamos a Chamonix.Mi padre y Elizabeth estabanmuy cansados. Ernest,quenosacompañaba,estabaencantadoymuyanimado.Laúnicacircunstanciaquelemolestabaeraelvientodelsurylalluviaqueesevientoprometíaparaeldíasiguiente.

Nosretiramosprontoanuestrosaposentos,peronoadormir:almenos,yono. Permanecí durantemuchas horas asomado a la ventana, observando lospálidos resplandores que jugaban sobre el Mont Blanc… y escuchando elrumordelArve,quecorríabajomiventana.

CAPÍTULO15

Aldíasiguiente,contrariamentea lospronósticosdenuestrosguías,hizomuybueno,aunqueelcieloestabanublado.VisitamoslasfuentesdelArveironypaseamosacaballoporelvallehastalatarde.Aquellospaisajessublimesymagníficos me proporcionaban todo el consuelo que podía recibir. Meelevabanporencimadelamezquindad;yaunquenopodíandisiparmidolor,lomitigabanyloacallaban.Enalgunamedida, también,apartabanmimentede los pensamientos en los que había estado sumida durante el últimomes.Regresabaalatardecer,agotadoperomenosdesdichado,yconversabaconmifamiliaconmássimpatíadeloquehabíasidomicostumbredesdehacíaalgúntiempo.Mipadreestabacontento,yElizabeth,encantadísima.

—Miqueridoprimo—decía—,¿vescuántafelicidadnostraescuandoeresfeliz?¡Norecaigasdenuevo!

A la mañana siguiente llovía torrencialmente y unas nieblas densasocultabanlascimasdelasmontañas.Melevantémuypronto,peromesentíainusualmente melancólico. La lluvia me deprimía, los viejos temoresvolvieronamicorazón,ymeencontrabaabatido.Sabíacuántoledesagradaríaamipadreestecambiorepentino,ypreferíevitarlohastaquemerecuperaralosuficiente, al menos, como para poder ocultar los sentimientos que meapesadumbraban. Supe que ellos se quedarían toda la tarde en la posada; y,como yo estaba muy acostumbrado a la lluvia y al frío, decidí subir elMontanvert solo. Recordaba la impresión que había causado enmi espíritu,

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cuandoestuveallíporprimeravez,lavisióndelgigantescoglaciarsiempreenmovimiento.Enaquellaocasiónmehabíaembargadounéxtasissublimequedabaalasalalmaylepermitíaremontarsedesdeesteoscuromundohasta laluz y la alegría. La contemplación de lo terrible y lo majestuoso en lanaturaleza siempre ha tenido en realidad la capacidad de ennoblecer miespírituydehacermeolvidarlaspreocupacionespasajerasdelavida.Decidíirsolo,porqueconocíabienelcamino,ylapresenciadeotrapersonaarruinaríalasolitariagrandezadelpaisaje.

El ascenso esmuypronunciado, pero el camino se recorta en constantesrevueltasquepermitenascenderesasmontañascasiverticales.Esunpaisajeaterradoramentedesolado.Enmillugaresseaprecianlosrestosdelosaludesinvernales,dondelosárbolesyacenentierra,quebradosyastillados:algunos,completamente destrozados; otros, inclinados y apoyados en los salientesrocososdelamontañaorecostadosyatravesadossobreotrosárboles.Cuandouno alcanza cierta altura, el camino se cruza con barranqueras cubiertas denieve, desde donde suelen desprenderse continuamente piedras que caenrodando; una de esas quebradas es particularmente peligrosa, porque elmásleve sonido, incluso el que se produce al hablar en voz alta, genera unavibración en el aire lo suficientemente violenta como para desatar ladestrucciónsobrelapersonaqueseatrevióahablar.Losabetosaquínosonnialtos ni frondosos, sino sombríos, y añaden un aire de severidad al paisaje.Miréabajo,alvalle;imponentesnieblasseestabanelevandodesdeelrío,queloatravesaba,yseibanalzandoendensasvolutasentornoalasmontañasdelotrolado,cuyascimasaparecíanocultaspornubesuniformes,mientrasquelalluviaseprecipitabadesdeaquelloscielososcurosyseañadíaalamelancólicasensación que tenía de todo lo que me rodeaba. ¡Dios mío…! ¿Por quépresume el hombre de tener más sensibilidad que las bestias? Eso solo losconvierte en seres más necesitados. Si nuestros impulsos se redujeran alhambre,lasedyeldeseo,casipodríamosserlibres;peronosvemosagitadospor todos losvientosyporcadapalabrapronunciadacasialazaroporcadapaisajequeesevientopuedesugerirnos.

Dormimos,yunsueñoescapazdeenvenenarnuestrodescanso.

Noslevantamos,yunpensamientopasajeronosamargaeldía.

Sentimos,imaginamosorazonamos;reímos,olloramos,

abrazamospesaresamados,oapartamosnuestrascuitas;

noimporta;porqueseaalegríaopena,

elcaminodesupartidasiempreestáabierto.

Elayerdelhombrejamáspuedesercomosumañana;

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¡nadapuededurar,salvolamutabilidad!

Yaeramediodíacuandolleguéalacumbre.Durantealgúntiempoestuvesentado en la roca desde la que se dominaba el mar de hielo. La nieblaenvolvíaaquellugarylasmontañascircundantes.Derepente,unabrisadisipólanieblayyodescendíalglaciar.Lasuperficieesmuyquebrada,yseelevacomolasolasdeunmarenfurecido,odesciendemucho,yportodaspartesseabren profundas grietas. Esa extensión de hielo tiene una legua de anchura,perotardécasidoshorasencruzarlo.Lamontañaquehayalotroladoesunaroca desnuda y perpendicular. Desde aquella parte en la que ahora meencontraba,Montanvertseencontrabaexactamenteenfrente,aladistanciadeunalegua,ysobreélseelevabaelMontBlancconsuterriblemajestuosidad.Me quedé en una oquedad de la roca, observando aquel maravilloso eimponentepaisaje.Elmaro,másbien, el inmenso ríodehielo, serpenteabaentrelasmontañasqueloabastecían,cuyasaéreascumbresseelevabansobrelos abismos. Aquellas cimas heladas y deslumbrantes brillaban al sol, porencima de las nubes. Mi corazón, antes apenado, ahora se henchía con unsentimientoparecidoalaalegría.Yexclamé:

—¡Espírituserrantes,siesverdadquevagáisynoencontráisdescansoenvuestras angostas moradas, concededme esta leve felicidad o llevadme convosotrosyalejadmedelasalegríasdelavida!

Apenasdijeaquellaspalabras,derepentedescubrílafiguradeunhombreaciertadistancia,avanzandohaciamíaunavelocidadsobrehumana.Saltabaporencimade las grietas dehielo, entre las cualesyohabía avanzado con tantaprecaución;suestaturatambién,amedidaqueseaproximaba,parecíaexcederconmuchoaladeunhombrecomún.Tuvemiedo…unanieblavelómisojos,ysentíqueladebilidadseapoderabademí.Elvientogélidodelasmontañasrápidamente me reanimó. Me di cuenta, a medida que aquella figura seacercabamásymás (visiónespantosayaborrecida),dequeerael engendroque yo había creado. Temblé de rabia y horror. Decidí esperar que seaproximaray,entonces,enfrentarmeaélenuncombatemortal.Seaproximó;su rostro delataba una amarga angustiamezclada con desdén ymalignidad.Peroapenaspudedarmecuentadeeso; la furiayelodiomehabíanprivadopor completo de todo razonamiento, y solo me recobré para lanzarle losinsultosmásfuriososdeodioydedesprecio.

—¡Demonio! —exclamé—. ¿Te atreves a acercarte a mí? ¿Es que notemesquelafuriosavenganzademibrazocaigasobretudespreciablecabeza?¡Apártate, alimaña miserable! ¡O mejor… quédate ahí para que puedaarrastrarte por el lodo…! ¡Y… oh, ojalá pudiera, con la destrucción de tumiserable existencia, devolverles la vida a aquellas criaturas a las queasesinastediabólicamente!

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—Esperaba este recibimiento —dijo el demonio—. Todos odian a losdesgraciados…¡cuántomeodiaránamí,quesoyelmásdesdichadodetodoslos seres vivos! Pero vos, mi creador, me odiáis y me rechazáis, a vuestracriatura,aquienestáisligadoporlazosquesolosedesataránconlamuertedeunodelosdos.Osproponéismatarme…¿Cómoosatrevéisajugarasíconlavida?¡Cumplidconvuestrodeberparaconmigo,yyocumpliréconvosyconelrestodelahumanidad!Siaceptáismiscondiciones,osdejaréenpaz,aellosyavos;perosiosnegáis,alimentarélasfaucesdelamuertehastaquesesacieinclusoconvuestrosseresmásqueridos.

—¡Monstruo abominable…! —grité furiosamente—. ¡Eres solo undemonio,y las torturasdel infierno sonunavenganzademasiadodulceparalos crímenes que has cometido! ¡Maldito demonio! ¡Y me reprochas tucreación! ¡Ven,paraquepuedaapagar la llamaqueencendídeunmodo tanimprudente!

Mi furia estaba desatada. Salté sobre él, impelido por todos lossentimientos que pueden armar a un ser contra la existencia de otro. Élmeesquivófácilmenteydijo:

—¡Calmaos! Os suplico que me escuchéis, antes de que descarguéisvuestroodiosobremidesventuradacabeza.¿Acasonohesufridolosuficiente,queaúndeseáisaumentarmidesdicha?Amolavida,aunquesoloseaparamíunasucesióndeangustias,ydefenderélamía.Recordadquemehabéishechomás poderoso que vos mismo: soy más alto que vos; mis miembros, máságiles.Peronomedejaréarrastrarporlatentacióndeenfrentarmeavos.Soyvuestracriatura,ysiempreseréfielysumisoantevos,miseñornaturalymirey,sivoscumplístambiénconvuestraparte,conlasobligacionesquetenéisparaconmigo.¡Oh,Frankenstein…!Noseáisjustocontodoslosdemás,ymeaplastéis a mí solo, a quien más debéis vuestra clemencia, vuestro cariño.Recordad que soy vuestra creación… yo debería ser vuestro Adán… pero,bien al contrario, soy un ángel caído, a quien privasteis de la alegría sinningunaculpa;portodaspartesveounamaravillosafelicidaddelacualsoloyoestoy irremediablementeexcluido.Yoeraafectuosoybueno: ladesdichameconvirtióenunmalvado.¡Hacedmefeliz,yvolveréaserbueno…!

—¡Apártate…!—contesté—.Noteescucharé.Nopuedehabernadaentretúyyo.Somosenemigos. ¡Apártatedemí…omidamosnuestras fuerzasenunaluchaenlaqueunodelosdosdebamorir…!

—¿Cómopuedoconseguirqueosapiadéisdemí?—dijoaquelengendro—.¿Nohabrásúplicasqueconsiganquevolváisvuestrabenevolentemiradahacia la criatura que implora vuestra bondad y compasión…? Creedme,Frankenstein:yoerabueno…mialmarebosabadeamoryhumanidad;pero…¿no estoy solo… miserablemente solo? Y vos, mi creador, me aborrecéis.

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¿Qué esperanza puedo albergar respecto a vuestros semejantes, que no medeben nada? Me desprecian y me odian. Las montañas desoladas y loslúgubres glaciares son mi refugio. He vagado por estos lugares durantemuchosdías.Lasgrutasdehielo,alasquesoloyonotemo,sonmihogar,yelúnico lugar al que los hombres no desean venir. Bendigo estos espaciostenebrosos,porquesonmásamablesconmigoquevuestrossemejantes.Si lahumanidadenterasupierademiexistencia,comovos,cogeríalasarmasparaconseguirmicompletaaniquilación.Así…¿nohedeodiaraaquellosquemeaborrecen? No habrá tregua con mis enemigos. Soy desgraciado, y elloscompartiránmidesdicha.Peroenvuestramanoestárecompensarmeylibraratodoslosdemásdeunmalquesoloesperaaquevoslodesencadenéis,yquenoos engullirá en los torbellinosde su furia solo a vosy a vuestra familia,sinoamuchísimosotrosmás.Permitidqueseconmuevavuestracompasiónyvuestrajusticia,ynomedespreciéis.¡Escuchadmihistoria!Cuandolahayáisoído,maldecidme o apiadaos demí, de acuerdo con lo que consideréis quemerezco. Pero escuchadme… Las leyes humanas permiten a los reos, noimporta lo sanguinarios que sean, hablar en su propia defensa antes de sercondenados. Escuchadme, Frankenstein… Me acusáis de asesinato, y sinembargo destruiríais gustosamente vuestra propia criatura. ¡Oh, gloria a laeternajusticiadelhombre!Peronoospidoquemeperdonéis;escuchadmeyluego,sipodéisyasílodeseáis,destruidlaobraquenaciódevuestraspropiasmanos.

—¿Porquémetraesa lamemoriahechoscuyosimplerecuerdomehaceestremecer, y de los cuales solo yo soy la triste causa y razón?—grité—.¡Maldito seaeldía enqueviste la luz! ¡Yaunquememaldigaamímismo,malditasseanlasmanosquetecrearon!¡Mehashechomásdesgraciadodeloquenadiepuedeimaginar!¡Nomehasdejadolaposibilidaddeconsiderarsisoyjustocontigoono!¡Apártate,apártatedemivista!

—Asíloharé,Creador,apartarédevuestravistaaaquelaquienaborrecéis—contestóypusodelantedemisojossusespantosasmanos,yyolasapartécon violencia—; pero podéis seguir escuchándome y concederme vuestracompasión. Por las virtudes que tuve una vez, os lo ruego: escuchad mihistoria.Eslargayextraña,ylatemperaturadeestelugarnoesadecuadaparavuestra delicada sensibilidad; venid a la cabañade lasmontañas.El sol aúnestáaltoenelcielo;antesdequecaigayseoculte trasaquellasmontañaseilumineotromundo,habréisescuchadomihistoriaypodréisdecidir.Devosdepende si he de apartarme para siempre de los lugares que ocupan loshombres y he de llevar una vida tranquila, sin hacer daño a nadie, o he deconvertirmeenelazotedevuestrossemejantesyenlacausadevuestraruinainmediata.

Ydiciendoaquello,emprendió lamarchaporelhielo.Loseguí.Teníael

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corazón destrozado y no le respondí; pero mientras avanzaba, sopesé losdistintosargumentosquehabíautilizado,yal findecidíescucharsuhistoria.En parte me vi empujado por la curiosidad, y la compasión terminó deinclinarme a ello. Hasta entonces solo lo consideraba el asesino de mihermano,ydeseabaconansiedadquemeconfirmaraomenegaraaquellaidea.Por vez primera también, sentí que un creador tenía deberes para con sucriatura, y que antes de quejarme por sumaldad debía conseguir que fuerafeliz.Esosmotivosmeforzaronaaceptarsuruego.Cruzamosloshielos,pues,y ascendimos por lasmontañas que había al otro lado.El aire era frío, y lalluviacomenzabaacaerdenuevo.Entramosenlacabaña…elmonstruoconaire de satisfacción, yo con el corazón oprimido y con los ánimos abatidos.Pero había decidido escucharle; y, sentándome junto al fuego que encendió,comenzóacontarmeasísuhistoria.

****

VOLUMENII

CAPÍTULO1

Solo con mucha dificultad recuerdo los primeros instantes de miexistencia. Todos los acontecimientos de aquel período se me aparecenconfusoseindistintos.Unaextrañasensaciónmeembargaba.Veía,sentía,oíay olía al mismo tiempo, y eso ocurría incluso mucho tiempo antes de queaprendiera a distinguir las operaciones de mis distintos sentidos. Recuerdoque,pocoapoco,unaluzcadavezmásfuerteseapoderódemisnerviosdetalmodoquemeobligóacerrarlosojos.Luegolaoscuridadmeenvolvióymeangustió. Pero apenas había sentido esto cuando, abriendo los ojos (o esosupongo ahora), la luz se derramó sobre mí de nuevo. Caminé, creo, ydescendí;peroderepentedescubríungrancambioenmissensaciones.Antesestaba rodeado de cuerpos oscuros y opacos, inaccesibles ami tacto o amivista; y ahora descubría que podía caminar libremente, y que no habíaobstáculos que no pudiera superar o evitar. La luz se hizo cada vez másopresivaycomoelcalormeagotabacuandocaminaba,busquéunlugardondepudiera haber sombra. Fue en el bosque que hay cerca de Ingolstadt; y allí,juntoaunarroyo,metumbéduranteunashorasydescansé,hastaquesentílaspunzadasdelhambrey la sed.Estomeobligóa levantarmeyabandonarmisueño,ycomíalgunosfrutosdelbosquequeencontrécolgandodelosárboleso tirados por el suelo. Sacié mi sed en el arroyo; y luego, volviéndome atumbar,meembargóelsueño.Yaeradenochecuandomedesperté;también

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sentífrío,ysepuededecirqueinstintivamentecasimeasustéaldescubrirmecompletamente solo. Antes de abandonar vuestros aposentos, como tuvesensacióndefrío,mehabíacubiertoconalgunasropas;peroeraninsuficientespara protegerme de los rocíos de la noche. Era un pobre desgraciado,indefensoymiserable.Nisabíanipodíacomprendernada;perosintiendoqueeldolorinvadíatodoelcuerpo,mesentéylloré.

Pocodespués,unahermosaluzfuecubriendoloscielospocoapocoytuveuna sensación de placer. Me levanté y observé una brillante esfera que seelevaba entre los árboles. La miré maravillado. Se movía lentamente; peroiluminabamicamino,ydenuevofuiabuscar frutos.Todavíaestabaateridocuando, bajo uno de los árboles, encontré una enorme capa con la cualmecubrí, yme senté en la tierra.No había ideas claras enmimente; todomeresultabaconfuso.Sentíalaluz,elhambre,lasedylaoscuridad;innumerablessonidos tintineaban en mis oídos, y por todas partes me llegaban distintosolores;loúnicoquepodíadistinguireralalunabrillante,yclavémisojosenellaconplacer.Transcurrieronvariosdíasynoches,ylaesferadelanocheyahabía menguado mucho cuando comencé a distinguir unas sensaciones deotras. Poco a poco empecé a discernir con facilidad el arroyo claro quemeproporcionabaelaguaylosárbolesquemecubríanconsufollaje.Meencantódescubrirporvezprimeraaquelsonidotanagradablequeamenudohalagabamisoídos,yqueprocedíadelasgargantasdepequeñosanimalesaladosqueamenudo la luz de mis ojos descubría. También comencé a ver con másprecisiónlasformasquemerodeabanyacomprenderlashorasdelaradianteluz que se derramaba sobre mí. A veces intentaba imitar las agradablescanciones de los pájaros, pero me resultaba imposible. A veces deseabaexpresar mis sensaciones a mi modo, pero el sonido desagradable eincomprensiblequesaliódemigargantameaterróymedevolviódenuevoalsilencio.

Lalunahabíadesaparecidodelanocheysevolvióamostrardenuevoconuna forma más pequeña mientras yo aún vivía en el bosque. Por aquelentoncesmissensacioneshabían llegadoaseryabastanteclarasymimentetodoslosdíasconcebíanuevasideas.Misojosempezaronaacostumbrarsealaluzyapercibirlosobjetosconsusformasprecisas:yadistinguíaalosinsectosdelasplantasy,pocoapoco,unasplantasdeotras.Descubríquelosgorrionesapenascantaban,salvounasnotastoscas,mientrasquelasdelosmirloserandulcesyencantadoras.Undía,cuandomehallabaateridodefrío,encontréunfuegoque habían abandonado algunosmendigos vagabundos yme embargóungranplacercuandosentísucalor.Enmialegría,alarguémimanohacialasbrasasvivas,pero rápidamente laapartéconungritodedolor.Quéextraño,pensé,quelamismacausaprodujeraalmismotiempoefectostancontrarios.Estudiécondetenimientolacomposicióndelfuegoy,paramialegría,descubríque salía de la madera. Rápidamente recogí algunas ramas, pero estaban

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húmedasynoprendieron.Mequedétristeporestoyvolvíasentarmeparavercómofuncionabaelfuego.Lamaderahúmedaquehabíadejadocercasefuesecando y luego empezó a arder. Pensé en aquello; y tocando las distintasramas,descubrílacausaymeocupéderecogerunagrancantidaddemaderaqueyopodríasecaryasítendríamuchareservaparaelfuego.Cuandovinolanocheyconella trajoel sueño, tuvemuchomiedodequemi fuegopudieraapagarse.Locubrícuidadosamenteconmaderasecayhojas,yluegopusemásramas húmedas; y luego, extendiendo en el suelomi capa,me tumbé y caídormido.Porlamañanamedesperté,ymiprimerapreocupaciónfuevercómoestabaelfuego.Lodescubríyunalevebrisaloavivóyloprendió.Tambiénme fijé en esoy forméun abanico con ramaspara avivar lasbrasas cuandoestuvieranapuntodeapagarse.Cuandovinolanocheotravez,viconplacerqueelfuegodabaluzademásdecalor;yeldescubrimientodeestedetallemefue de mucha utilidad también a la hora de comer, porque vi que algunosrestosdecarnequelosviajerosabandonabanhabíansidoasadosyresultabanmucho más sabrosos que los frutos del bosque que yo recogía. Así pues,intenté preparar mi comida de la misma manera, poniéndola en las brasasvivas.Descubríquelosfrutosseechabanaperder,perolasnuecesmejorabanmucho.Lacomida,detodosmodos,comenzóaescasearyamenudopasabatodoeldíabuscandoenvanoalgunasbellotasconlasquecalmarlaspunzadasdelhambre.Cuandoviqueocurríaesto,decidíabandonarel lugarenelquehabíavividohastaentoncesybuscarotroenelquepudierasatisfacerconmásfacilidad las pocas necesidades que tenía. Al emprender este viaje, lamentémuchísimolapérdidademihoguera.Lahabíaconseguidopormediosajenosy no sabía cómo volverla a hacer. Pensé seriamente en este contratiempodurantevariashoras,peromeviobligadoa renunciar a cualquier intentodehacerotra;y,envolviéndomeenmicapa,atraveséelbosqueymedirigíhaciadondeseponeelsol.Pasé tresdíasvagandoporaquelloscaminosyal finalencontréelcampoabierto.Lanocheanteriorhabíacaídounagrannevada,ylos campos estabanblancosy sin hollar; todoparecía desolado, y deprontocomprobé que aquella sustancia blanca que cubría los campos me estabacongelando los pies. Eran alrededor de las siete de la mañana y yo solosuspirabaporconseguirunpocodecomidayabrigo.Alfinalviunapequeñacabañaquesindudahabíasidoconstruidaparaacogeraalgúnpastor.Aquelloeranuevoparamí, y estudié la estructurade la cabañacongrancuriosidad.Encontrélapuertaabierta,yentré.Habíaunancianoallísentado,cercadelachimenea sobre la cual estabapreparándose el desayuno.Sevolvió al oír elruido y, al verme, dio un fuerte alarido y, abandonando la cabaña, huyócorriendoporloscamposconunavelocidaddelaquenadielohubieracreídocapazajuzgarporsufrágilfigura.Suhuidamesorprendióuntanto,peroyoestabaencantadoconlaformadeaquellacabaña.Allínopodíanpenetrarnilanieve ni la lluvia; el suelo estaba seco; y aquellomeparecía un refugio tan

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excelenteymaravillosocomo lesparecióelPandemóniuma los señoresdelinfierno después de asfixiarse en el lago de fuego. Devoré con avidez losrestosdeldesayunodelpastor,queconsistíanenpan,queso,lecheyvinodelRin…peroestoúltimo,detodosmodos,nomegustó.Entoncesmeinvadióelcansancio,metumbésobreunpocodepaja,ymedormí.

Ya era mediodía cuando me desperté; y, animado por el calor del sol,decidí reemprender mi viaje; y, colocando los restos del desayuno delcampesino en un zurrón que encontré, continué avanzando por los camposdurantevariashoras,hastaquelleguéaunaaldeaalatardecer.¡Meparecióunverdaderomilagro…!Lascabañas, lascasitasylasgranjas, tanordenadas,ylas casas de los hacendados, unas tras otras, suscitaron todami admiración.Las verduras en los huertos y la leche y el queso que vi colocados en lasventanasdealgunasgranjasmecautivaron.Entréenunadelasmejorescasas,peroapenashabíapuestoelpieen lapuertacuando losniñoscomenzaronagritar y una de lasmujeres se desmayó. Todo el pueblo se alarmó: algunoshuyeron;otrosmeatacaron,hastaquegravementemagulladoporlaspiedrasyotras muchas clases de armas arrojadizas, pude escapar a campo abierto y,aterrorizado,meescondíenunpequeñocobertizo,completamentevacíoydeaspectomiserable, comparado con los palacios que había visto en la aldea.Aquel cobertizo, sin embargo, estaba contiguo a una casa de granjeros queparecíamuycuidadayagradable,perodespuésdemiúltimaexperiencia,quetancaramehabíacostado,nomeatrevíaentrarenella.Ellugardemirefugiosehabíaconstruidoconmadera,peroeltechoeratanbajoquesoloconmuchadificultad podía permanecer sentado allí dentro. De todos modos, no habíamaderaenelsuelo,comoenlacasa,peroestabaseco;yaunqueelvientosecolabaporinnumerablesrendijas,meparecióunabuenaproteccióncontralanieveylalluvia.Asípues,allímemetíymetumbé,felizdehaberencontradounrefugioantelasinclemenciasdelaestacióny,sobretodo,antelabarbariedelhombre.

CAPÍTULO2

Tanprontocomodespuntólamañana,salíarrastrándomedelrefugioparaverlacasacercanaycomprobarsipodíapermanecerenlaguaridaquehabíaencontrado. Mi cobertizo estaba situado en la parte trasera de la casa yrodeadoaambosladosporunapocilgayunacharcadeagualimpia.Tambiénhabía una parte abierta, por la que yome había arrastrado para entrar; peroentonces cubrí con piedras y leña todos los resquicios por los que pudierandescubrirme,y lohicede talmodoquepodíamoverloparaentrarysalir; laúnicaluzqueteníaprocedíadelapocilga,yerasuficienteparamí.

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Habiendo dispuesto de ese modo mi hogar y después de haberloalfombradoconpaja,meoculté,porquevilafiguradeunhombrealolejos;yrecordabademasiadobieneltratamientoquemehabíandadolanocheanteriorcomopara fiarmedeél.En todocaso,antesmehabíaprocuradoel sustentoparaaqueldía,queconsistíaenunmendrugodepanduroquehabíarobadoyuntazónconelcualpodríabeber,mejorqueconlasmanos,delagualimpiaquemanabajuntoamiguarida.Elsueloestabaunpocoalzado,demodoquese mantenía perfectamente seco; y como al otro lado de la pared estaba lachimeneaconelfuegodelacocinadelagranja,elcobertizoestababastantecaliente.Pertrechadodeestemodo,medispuseaquedarmeenaquellachozahastaqueocurrieraalgoquepudieracambiarmidecisión.Enrealidad,eraunparaíso comparado con el inhóspito bosque (mi primera morada), con lasramasdelosárbolessiempregoteando,ylatierraempapada.Dicuentademidesayuno con placer y cuando iba a apartar el tablazón para procurarme unpoco de agua, oí unos pasos, y,mirando a través de un pequeño resquicio,pudever aunamuchachaque llevabaun cántaro en la cabezaypasabapordelante de mi choza. La muchacha era muy joven y de porte gentil, muydistintaalosgranjerosycriadosquemehabíaencontradohastaentonces.Sinembargo,ibavestidamuysencillamente,yunatoscafaldaazulyunablusadelino era toda su indumentaria; tenía el pelo rubio, y lo llevaba peinado entrenzas, pero sin adornos; parecía resignada, y triste. Se marchó, pero uncuartodehoradespuésregresó,llevandoelcántaro,ahoracasillenodeleche.Mientrasibacaminando,yparecíaqueapenaspodíaconelpeso,unjovenlesalió al encuentro, y su rostro mostraba un abatimiento aún más profundo;profiriendo algunas palabras con aire melancólico, cogió el cántaro de lacabezadelaniñaylollevóalacasa.Ellafuedetrás,yambosdesaparecieron.Casi inmediatamente volví a ver al hombre joven otra vez, con algunasherramientasen lamano,cruzandoelcampoquehabía frentea lacasa,y laniña también estuvo trabajando: a veces en la casa y a veces en el corral,donde les daba de comer a las gallinas. Cuando examiné bien mi choza,descubrí que una esquina demi cobertizo antiguamente había sido parte deunaventanadelacasa,peroelhuecosehabíacubiertocontablones.Unodeellos tenía una pequeña y casi imperceptible grieta, a través de la cual solopodía penetrar la mirada; a través de esa ranura se veía una pequeña sala,encaladaylimpiaperocasivacíademobiliario.Enunaesquina,cercadeunapequeñachimeneaestabasentadounanciano,apoyandolacabezaenlamanoconungestodedesconsuelo.Lamuchacha jovenestabaocupada intentandoarreglarlacasa;peroentoncessacóalgodeunacajaqueteníaenlasmanosysesentójuntoalanciano,quien,cogiendouninstrumento,comenzóatocaryaemitirsonidosmásdulcesqueelcantodelzorzaloelruiseñor.Inclusoamí,un pobre desgraciado que jamás había visto nada hermoso,me pareció unaescena encantadora. Los cabellos plateados y la expresión bondadosa del

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ancianogranjeroseganaronmirespeto,mientrasquelosgestosamablesdelajovendespertaronmiamor.Elancianotocóunacancióndulceytriste,lacual,segúndescubrí,arrancabalágrimasdelosojosdesuencantadoracompañera,peroelancianonosediocuentadeellohastaqueelladejóescaparunsuspiro.Entonces, él dijo algunas palabras, y la pobre niña, dejando su labor, searrodillóasuspies.Éllalevantóysonriócontalbondadycariñoqueyotuvesensaciones de una naturaleza peculiar y abrumadora; eran una mezcla dedoloryplacer,comonuncahabíaexperimentadoantes,niporelhambreniporel frío, ni por el caloro la comida; incapazde soportar esas emociones,meapartédelaventana.

Pocodespués,elhombrejovenregresó,trayendosobreloshombrosunhazdeleña.Laniñalorecibióenlapuerta,leayudóadesprendersedesucargay,metiendounpocodeleñaenlacasa,lapusoenlachimenea;luego,ellayeljovenseapartaronaunrincóndelacasa,yéllemostróunagranrebanadadepanyunpedazodequeso.Ellapareciócontentaysalióalhuertoparacogeralgunasraícesyplantas;luegolaspusoenaguay,después,alfuego.Continuódespués con su labor,mientras el joven salía al huerto, donde se ocupó conafánencavarysacarraíces.Despuésdetrabajarasíduranteunahora,lajovenfueabuscarloyvolvierona la casa juntos.Mientras tanto, el ancianohabíapermanecidopensativo;pero,cuandoseacercaronsuscompañeros,adoptóunaire más alegre, y todos se sentaron a comer. La comida se despachórápidamente;lajovenseocupódenuevoenordenarlacasa;elviejosalióalapuertayestuvopaseandoalsolduranteunosminutos,apoyadoenelbrazodeljoven.Nadapodríaigualarenbellezaelcontrastequehabíaentreaquellosdosmaravillososhombres;elunoeraanciano,conelcabelloplateadoyunrostroque reflejaba bondad y amor; el joven era esbelto y apuesto, y sus rasgosestabanmodeladosporlasimetríamásdelicada,aunquesusojosysuactitudexpresabanuna tristeza y un abatimiento indecibles.El anciano regresó a lacasa;y el joven, conherramientasdistintasde lasquehabíautilizadopor lamañana,dirigiósuspasosaloscampos.Lanochecayórepentinamente,pero,para mi absoluto asombro, descubrí que los granjeros tenían un modo deconservarlaluzpormediodevelas,ymealegrócomprobarquelapuestadesolnoacababaconelplacerqueyoexperimentabaviendoamisvecinos.Porlanoche,lamuchachaysuscompañerosseentretuvieronendistintaslaboresque en aquel momento no comprendí, y el anciano de nuevo cogió elinstrumentoqueproducíaloscelestialessonidosquemehabíanencantadoporlamañana.Tan pronto comohubo concluido, el joven comenzó, no a tocar,sino a proferir sonidos que resultaban monótonos y en nada recordaban laarmonía del instrumento del anciano ni las canciones de los pájaros; másadelantecomprendíqueleíaenvozalta,peroenaquelmomentoyonosabíanada de la ciencia de las palabras y las letras. La familia apagó las lucesdespuésyseretiró,oesopenséyo,adescansar.

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Yometumbéenlapaja,peronopudedormir.Penséentodoloquehabíaocurridoduranteeldía.Loquemellamabalaatenciónprincipalmenteeranlosamablesmodales de aquellas personas, y anhelé unirme a ellos, peronomeatreví.Recordabademasiadobieneltratoquehabíasufridolanocheanteriorporpartedeaquellosaldeanosbárbarosydecidíque,cualquieraquefueralaconducta que pudiera adoptar en el futuro, por el momento me quedaríatranquilamenteenmicobertizo,observandoeintentandodescubrirlasrazonesdesusactos.

Losgranjerosse levantarona lamañanasiguienteantesdequesalieraelsol.Lajovenaderezólacasaypreparólacomida;yeljoven,montadoenunanimalgrandeyextraño,sealejó.Aqueldía transcurriócon lamismarutinaque el día anterior. El hombre joven estuvo todo el día ocupado fuera, y lamuchachaseentretuvoenvariasocupacionesylaboresenlacasa.Elanciano,pronto supe que era ciego, empleaba sus largas horas de asueto tocando suinstrumentoopensando.Nadapuedeasemejarsealcariñoyalrespetoquelosjóvenes granjeros le demostraban a aquel anciano venerable. Le prodigabantodalaamabilidadimaginableesaspequeñasatencionesdelafectoyeldeber,yéllasrecompensabaconsusbondadosassonrisas.

Sin embargo, no eran completamente felices. El hombre joven y sucompañera amenudo se apartaban a una esquina de su habitación común ylloraban. Yo no conocía la causa de su tristeza, pero aquello me afectabaprofundamente. Si aquellas criaturas tan encantadoras eran desdichadas,resultaba menos extraño que yo, un ser imperfecto y solitario, fueracompletamentedesgraciado.Pero…¿porquéaquellos seres tanbuenoserantaninfelices?Teníanunacasapreciosa(o,almenos,loeraamisojos)ytodoslos lujos; tenían una chimenea para calentarse cuando helaba y deliciososalimentosparacuando teníanhambre; ibanvestidoscon ropasexcelentes;y,aún más, podían disfrutar de la compañía mutua y de la conversación… ytodos losdías intercambiabanmiradasde cariñoy afecto. ¿Qué significabanentonces aquellas lágrimas? ¿Expresarían realmente dolor? Al principio fuiincapaz de responder a estas preguntas, pero una constante atención y eltranscursodeltiempoconsiguieronexplicarmemuchascosasquealprincipiomeparecieronenigmáticas.

CAPÍTULO3

Transcurrió un considerable período de tiempo antes de que descubrierauna de las causas de la inquietud de aquella encantadora familia. Era lapobreza…ysufríanesadesgraciahastaunoslímitesangustiosos.Susustento

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solo constabadepan, las verdurasde suhuertoy la lechedeunavaca, quedaba muy poca durante el invierno, cuando sus dueños apenas podíanencontrar alimento para ella. Creo que a menudo sufrían muydesagradablemente la punzada del hambre, sobre todo los dos jóvenesgranjeros, porque muchas veces vi cómo le ponían al anciano la comidadelante, cuando ellos no tenían nada para sí. Ese rasgo de bondad meconmovió profundamente. Yo me había acostumbrado a robar parte de susviandasdurantelanoche,paramipropiosustento;perocuandodescubríquealhacerlo infligía aún más sufrimiento a los granjeros, me abstuve y meconforméconlasbayas,nuecesyraícesquerecolectabaenunbosquecercano.También descubrí otros medios mediante los cuales podía colaborar en sustrabajos. Comprobé que el joven empleaba buena parte del día en recogermaderaparaelhogarfamiliar;asíqueporlanoche,confrecuenciacogíasusherramientas(enseguidaaprendícómoseutilizaban)y llevabaa lacasa leñasuficienteparaelconsumodevariosdías.

Recuerdoquelaprimeravezquehiceeso,lamuchacha,queabriólapuertapor lamañana,parecióabsolutamente sorprendidaalverungranmontóndemaderaenelexterior.Dijoalgunaspalabrasenvozalta,einmediatamenteeljovensalió,ytambiénpareciósorprendido.Observéconplacerqueaqueldíano iba al bosque, sinoque lo empleaba en reparar la granjay en cultivar elhuerto.

Pocoapocotambiénhiceotrodescubrimientodemayorimportanciaparamí. Comprendí que aquellas personas tenían un método para comunicarsemutuamente sus experiencias y sentimientos mediante ciertos sonidosarticuladosqueproferían.Medicuentadequelaspalabrasquedecíanavecesproducíanplacerodolor,sonrisasotristeza,enelpensamientoyelrostrodequienes las oían. En realidad, parecía una ciencia divina, y deseéardientemente adquirirla y conocerla. Pero todos los intentos que hice alrespecto resultaron fallidos. Su pronunciación era muy rápida; y como laspalabras que emitían no tenían ninguna relación aparente con los objetosvisibles,yonoeracapazdedarconlaclavequemepermitieradesentrañarelmisteriodesusignificado.Esforzándomemucho,detodosmodos,ydespuésde permanecer durante muchas revoluciones de la luna en mi cobertizo,descubrílosnombresquedabanaalgunosdelosobjetosquemásaparecíanensuhablar:aprendíycomprendílaspalabras«fuego»,«leche»,«pan»y«leña».También aprendí los nombres de los propios granjeros. La joven y sucompañero tenían cada uno varios nombres, pero el anciano solo tenía uno,queeraPadre.Alamuchachala llamabanhermanaoAgatha,yel joveneraFelix,hermanoohijo.Nopuedoexplicarelplacerquesentícuandoaprendílasideasquesecorrespondíanconcadaunodeaquellossonidosyfuicapazdepronunciarlos.Distinguímuchasotras palabras, aunque aúnno era capazdecomprenderlasoaplicarlas…como«bueno»,«querido»,«infeliz».

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Asípaséelinvierno.Lashermosascostumbresylabellezadelosgranjerosconsiguieronquemeencariñaramuchoconellos.Cuandoellosestabantristes,yo me deprimía; y disfrutaba con sus alegrías. Apenas vi a otros sereshumanos con ellos; y si ocurría que alguno entraba en la casa, sus rudosmodalesysusademanesagresivossolomeconvencíandelasuperioridaddemisamigos.Elanciano,asípudepercibirlo,amenudointentabaanimarasushijos, porque descubrí que de ese modo los llamaba a veces, para queabandonaransumelancolía.Yentonceshablabaenuntonocariñoso,conunaexpresióndebondadque transmitía alegría, incluso amí.Agatha escuchabaconrespeto;susojosavecessellenabandelágrimasqueintentabaenjugarsinque nadie lo notara; pero yo generalmente comprobaba que sus gestos y suhablar era más alegre después de haber escuchado las exhortaciones de supadre.Eso noocurría conFelix.Este siempre era elmás triste del grupo; eincluso paramis torpes sentidos, parecía que sufríamás profundamente quesusseresqueridos.Perosisuexpresiónparecíamásapenada,suvozeramásanimadaqueladesuhermana,especialmentecuandosedirigíaalanciano.

Podría mencionar innumerables ejemplos que, aunque sean pequeñosdetalles,reflejanloscaracteresdeaquellosencantadoresgranjeros.Enmediode la pobreza y la necesidad, Felix amablemente le llevó a su hermana lasprimerasfloresblancasquebrotaronentrelanieve.Porlamañanatemprano,antesdequeellaselevantara,éllimpiabalanievequecubríaelcaminodelavaquería,sacabaaguadelpozo,eibaabuscarlaleñaalcobertizodonde,parasu constante asombro, siempre se encontraba con que una mano invisiblehabía repuesto lamaderaque ibangastando.Poreldía,yocreoqueavecestrabajaba para un granjero vecino, porque a menudo se iba y no regresabahasta la hora de la cena, y sin embargo no traía leña. En otras ocasionestrabajabaenelhuerto;perocomohabíatanpocoquehacerenlatemporadadeloshielos,amenudoseocupabadeleerlesalancianoyaAgatha.Alprincipioaquellas lecturas me dejaron absolutamente perplejo; pero, poco a poco,descubríquecuandoleíaproferíalosmismossonidosquecuandohablaba;asíquepenséqueélveíaenelpapelciertossignosqueentendíayquepodíadecir,y yo deseé fervientemente comprender aquello también. ¿Pero cómo iba ahacerlo si ni siquiera comprendía los sonidos para los cuales se habíanescogidoaquellossignos?Detodosmodos,mejorébastanteenestadisciplina,peronolosuficientecomoparamantenerningúntipodeconversación,aunqueponíatodaelalmaenelintento:porqueyocomprendíacontodaclaridadque,aunque deseara vivamentemostrarme a los granjeros, no debería ni siquieraintentarlo hasta quenodominara su lenguaje; aquel conocimiento permitiríaquenosefijaranmuchoenladeformidaddemiaspecto;ydeestomehabíadadocuentatambiénporelpermanentecontrastequeseofrecíaamisojos.

Yo admiraba las formas perfectas de mis granjeros… su elegancia, subelleza,ylatersuradesupiel:¡ycómomehorroricécuandomevireflejado

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enelaguadelestanque!Alprincipiomeretiréasustado,incapazdecreerqueenrealidaderayoelquesereflejabaenlasuperficieespejada;ycuandomeconvencí plenamente de que realmente era el monstruo que soy, meembargaronlassensacionesmásamargasdetristezayvergüenza.¡Oh…aúnnoconocíabienlasfatalesconsecuenciasdeestamiserabledeformidad…!

Cuando el sol comenzó a calentar un pocomás, y la luz del día durabamás,lanievedesapareció,yentoncesvilosárbolesdesnudosylatierranegra.Desde entonces Felix estuvomás ocupado; y las conmovedoras señales delhambreamenazantedesaparecieron.Susalimentos,comosupemásadelante,eranmuyburdos,perobastantesaludables;ycontabanconcantidadsuficiente.Variasclasesnuevasdeplantasbrotaronenelhuerto,yelloslaspreparabanycondimentabanparacomerlas;yaquellasseñalesdebienestaraumentarondíaadía,amedidaqueavanzabalaestación.

El anciano, apoyado en su hijo, caminaba todos los días a mediodía,cuandonollovía,pues,comodescubrí,asísedicecuandoloscielosderramansus aguas. Esto ocurría frecuentemente; pero un viento fuerte secabarápidamentelatierraylaestaciónsefuehaciendocadavezmásagradable.

Mi vida en el cobertizo era siempre igual. Por la mañana espiaba losmovimientosdelosgranjeros;ycuandosehallabancadacualocupadoensuslabores, yo dormía: el resto del día lo empleaba en observar amis amigos.Cuandoseretirabanadescansar,sihabíaluna,olanocheestabaestrellada,meadentrabaenlosbosquesyrecolectabamipropiacomidayleñaparalagranja.Cuando regresaba, y a menudo era muy necesario, limpiaba el camino denieve, y llevaba a cabo aquellas tareas que había visto hacer a Felix. Másadelantedescubríqueaquellaslabores,ejecutadasporunamanoinvisible,lesasombrabanprofundamente; y en aquellasocasiones, unaodosveces les oípronunciarlaspalabras«espíritubueno»,«prodigio»:peroenaquelmomentonocomprendíaelsignificadodeesostérminos.

Entoncesmis pensamientos se hicieron cada díamás activos, y deseabafervientementedescubrir las razonesy los sentimientosdeaquellas criaturasencantadoras; sentíaunagrancuriosidadpor saberporquéFelixparecía tanabatido,yAgatha tan triste.Pensé (¡pobredesgraciado!)quepodríaestar enmi poder devolver la felicidad a aquellas personas que tanto la merecían.Cuandodormía,omeausentaba,semeaparecíanlasimágenesdelvenerablepadreciego,de laadorableAgathaydelbuenodeFelix.Yolosconsiderabacomoseressuperiores,quepodríanserdueñosdemidestinofuturo.Tracéenmi imaginación mil modos de presentarme ante ellos, y pensé cómo merecibirían.Imaginéquesentiríanasco,hastaqueconmisamablesgestosymispalabras conciliadoras consiguiera ganarme su favor, y más adelante, sucariño.

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Aquellos pensamientos me entusiasmaban y me obligaban a esforzarmeconrenovadointerésenelaprendizajedelartedel lenguaje.Migargantaerabastante ruda, pero flexible; y aunque mi voz era muy distinta a la suavemelodía de sus voces, conseguía sin embargo pronunciar con bastantefacilidad aquellas palabras que comprendía. Era como el burro y el perrillofaldero: y de todos modos, el buen burro, cuyas intenciones eran buenas,aunquesusmodalesfueranuntantorudos,merecíamejortratoquelosgolpesylosinsultos.

Las lluvias suaves y la adorable calidez de la primavera cambió porcompleto el aspecto de la tierra. Los hombres, que antes de este cambioparecían haber estado escondidos en sus cuevas, se dispersaron por todaspartes y se ocuparon en las distintas artes de la agricultura. Los pájaroscantabanconacentosmásalegresy las ramascomenzaronaecharbrotesenlosárboles.¡Mundoalegreyfeliz…!¡Moradaapropiadaparalosdioses,quemuypoco tiempoantesestabayerma,húmedayenferma!MeanimémuchoanteelencantadoraspectodelaNaturaleza;elpasadoseborródemimemoria,el presente era feliz y el futuro refulgía con brillantes rayos de esperanza ypromesasdealegría.

CAPÍTULO4

Me apresuro ahora a narrar la parte más conmovedora de mi historia.Relatarésucesosquegrabaronsentimientosenmíque,deloqueera,mehanconvertidoenloquesoy.

Laprimaveraadelantabarápidamente;el tiempoyaeramuyagradable,yloscielosestabandespejados.Mesorprendióqueloqueantesestabadesiertoyoscuroahoraestallaraconlasfloresmáshermosasycontantoverdor.Milperfumesdeliciososymil escenasmaravillosasgratificabanyanimabanmissentidos.

Ocurrió uno de aquellos días, cuando mis granjeros habían hecho unapausaensutrabajo—elancianotocabalaguitarraysushijosloescuchaban—; observé que el rostro de Felix parecía más melancólico que nunca:suspirabaconstantemente;yentonceselpadredejódetocar,yporsusgestossupusequepreguntabaporlarazóndelatristezadesuhijo.Felixcontestóconuntonoalegre,yelancianovolvióatocarlacanción,cuandoalguienllamóalapuerta.

Eraunadamamontadaacaballo,acompañadaporuncampesinoquehacíadeguía.Ladamaveníavestidaconuntrajeoscuro,ysecubríaconuntupido

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velo negro. Agatha hizo una pregunta; la extranjera solo contestópronunciando, con un dulce acento, el nombre de Felix. Su voz era muymusical,peronoseparecíanadaa lademisamigos.Aloíraquellapalabra,Felixse levantóyseacercórápidamentea ladama,quien,alverlo, retiróelveloymostróunrostrodebellezayexpresiónangelicales.Teníaelpelomuynegroybrillante, comoelplumajedel cuervo,y curiosamente trenzado; susojoseranoscuros,perodulces,aunquemuyvivos;susfaccioneseranregularesy proporcionadas, y su piel maravillosamente blanca, y las mejillasencantadoramentesonrosadas.

Felixpareciósufrirunarrebatodealegríacuandolavio,ycualquierrastrodepenasedesvanecióensurostro,queinmediatamentebrillóconunéxtasisdealegría,delcualapenaslocreíacapaz;susojoscentellearon,ysusmejillasenrojecieron de emoción; y en aquel momento pensé que era tan hermosocomolaextranjera.Ellaparecíadudarentredistintossentimientos;secándosealgunaslágrimasenaquellosojosencantadores,letendiólamanoaFelix,quela besó apasionadamente, y la llamó, por lo que pude distinguir, su dulceárabe. Ella pareció no comprenderle bien, pero sonrió. Él la ayudó adesmontar y, despidiendo al guía, la condujo al interior de la casa. Él y supadreintercambiaronalgunaspalabras;ylajovenextranjerasearrodillóalospies del anciano, y habría besado su mano, pero él la levantó, y la abrazócariñosamente.

Pronto me di cuenta de que aunque la extranjera emitía sonidosarticulados,yparecíatenerunlenguajepropio,nilosgranjeroslaentendíanniellalosentendíaaellos.Hacíanmuchosgestosqueyonoentendía,peroviquesu presencia llenaba de alegría toda la casa, disipando la pena como el soldisipalasbrumasdelamañana.Felixparecíaespecialmentefeliz,ysiempresedirigía a su árabe con sonrisas radiantes. Agatha, la siempre dulce Agatha,besaba las manos de la encantadora extranjera; y, señalando a su hermano,hacíagestosquequeríandecirqueélhabíaestadotristehastaqueellallegó,oeso me parecía a mí. Transcurrieron así algunas horas; por sus rostros seentendíaqueestabancontentos, peroyonocomprendíaporqué.De repentemedicuenta,porlafrecuenciaconquelaextranjerapronunciabaunapalabraante ellos, que estaba intentando aprender su lengua; y la idea que se meocurrióinstantáneamentefuequeyopodríautilizarlosmismosmétodosparaalcanzar elmismo fin.Laextranjera aprendiócercadeveintepalabras en laprimeralección,lamayoríadeellas,enrealidad,eranaquellasqueyoyahabíaaprendido,peromeaprovechédeotras.

Cuando llegó lanoche,Agathay laárabe se retiraronpronto.Cuandosesepararon,Felixbesólamanodelaextranjera,ydijo:«Buenasnoches,dulceSafie».Élsequedódespiertomuchomástiempo,conversandoconsupadre;y,porlafrecuenterepeticióndesunombre,supusequesuencantadorainvitada

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era el asunto de su conversación. Deseaba ardientemente comprender quédecían, y puse todos mis sentidos en ello, pero me resultó completamenteimposible.

A lamañana siguiente,Felix se fuea trabajar;y,despuésdequeAgathaconcluyerasuslabores,laárabesesentóalospiesdelancianoy,cogiendosuguitarra, tocó algunas canciones tan encantadoramente hermosas queinmediatamente arrancaron de mis ojos lágrimas de pena y placer. Ellacantaba,ysuvozfluíaconunadulcecadencia,elevándoseodecayendo,comoladelruiseñorenlosbosques.

Cuando terminó, ledio laguitarra aAgatha, que al principio la rechazó.Luego tocó una canción sencilla, y su voz entonó con dulces acentos, peromuy distintos a lamaravillosamelodía de la extranjera. El anciano parecíaembelesado, y dijo algunas palabras que Agatha intentó explicar a Safie ymediante las cuales deseaba expresar que le había encantado escuchar sucanción.

Los días transcurrían ahora tan apaciblemente como antes, con un únicocambio:quelaalegríahabíaocupadoel lugarde la tristezaenlosrostrosdemis amigos. Safie estaba siempre alegre y feliz; ella y yo mejoramosrápidamenteenelconocimientode la lengua,de talmodoqueendosmesescomencé a comprender la mayoría de las palabras que pronunciaban misprotectores.

Mientras tanto, también la tierra negra se cubrió de hierba, y las verdesladeras quedaron salpicadas con innumerables flores, dulces para el olfatoyparalavista,estrellasdepálidofulgorenmediodelosbosquesiluminadosporlaluna;elsolempezóacalentarmás,lasnochessehicieronclarasysuaves;ymis vagabundeos nocturnos eran un inmenso placer paramí, aunque fueranconsiderablementemáscortosdebidoaquelapuestadesoleramuytardíayelsolamanecíamuypronto;porquenuncameaventuréasalira la luzdeldía,temeroso de que me dieran el mismo trato que había sufrido antaño en laprimeraaldeaenlaqueentré.

Pasabalosdíasprestandolamayoratención,porqueasípodíaaprenderellenguajeconmásrapidez;ypuedopresumirdequeavancémásrápidamenteque la árabe, que comprendía muy pocas cosas, y hablaba con palabrasentrecortadas, mientras que yo comprendía y podía imitar casi todas laspalabrasquesedecían.

Mientrasmejorabami formadehablar, tambiénaprendí la cienciade lasletras, mientras se las enseñaban a la extranjera; y esto me abrió todo unmundodemaravillasyplaceres.

EllibroconelcualFelixenseñabaaSafieeraLasruinasdelosimperios,

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deVolney.Yonohabríacomprendidoenabsolutolaintencióndellibrosinohubiera sido porque, al leerlo, Felix ofrecía explicaciones muy minuciosas.Había escogido esa obra, decía, porque el estilo declamatorio se habíaelaborado imitando a los autores orientales.A través de esa obra yo obtuvealgunos conocimientos someros de historia y una visión general de losdiversosimperiosquehuboenelmundo;meproporcionóunaperspectivadelas costumbres, losgobiernosy las religionesde lasdistintasnacionesde laTierra.Entoncessupedelaindolenciadelosasiáticos,delgenioinsuperableydelaactividadintelectualdelosgriegos,delasguerrasylamaravillosavirtudde losprimeros romanos…yde suposteriordegeneración, ydel declivedeaquel poderoso imperio, de la caballería, de la Cristiandad, y de los reyes.Supe del descubrimiento del hemisferio americano, y lloré con Safie por eldesventuradodestinodesushabitantesindígenas.

Aquellas maravillosas narraciones me inspiraron extraños sentimientos.¿De verdad era el hombre a un tiempo tan poderoso, tan virtuoso, tanmagnánimo y, sin embargo, tan vicioso y ruin? En ocasiones se mostrabacomounvástagodelmal,yotrasvecescomoposeedordetodoloquepuedeconcebirse de noble y divino. Ser un hombre grande y virtuoso parecía elhonormásaltoquepudierarecaerenunsersensible;serruinyvicioso,comoha quedado escrito que fueron tantos hombres, parecía la degradación másínfima,una condiciónmás abyectaque lade los topos ciegoso losgusanosinmundos.Durantemuchotiemponopudecomprendercómopodíaatreverseun hombre a matar a un semejante, ni siquiera por qué eran necesarias lasleyeso losgobiernos;perocuandoconocí losdetallesde lasmaldadesy loscrímenes, ya nada me maravilló, y desprecié todo aquello con asco yrepugnancia.

Las conversaciones de los granjeros me descubrían ahora nuevasmaravillas.Mientras escuchaba atentamente las lecciones con las que Felixenseñabaalaárabe,fuiaprendiendoelextrañosistemadelasociedadhumana.Entonces supe del reparto de las riquezas, de las inmensas fortunas y de laextremapobreza,delasfamilias,deloslinajesylanoblezadesangre.

Las palabras me inducían a pensar sobre mí mismo. Aprendí que lasposesionesmás apreciadas por vuestros semejantes eran un linaje elevado einmaculado, unido a las riquezas.Unhombrepodríaganarse el respeto solocon una de esas dos cosas; pero si no contaba al menos con una de ellas,excepto en casosmuy raros, se le consideraba un vagabundo y un esclavo,destinadoaemplearsuvidaenprovechodeunospocosescogidos.¿Yquéerayo?Demi creación y demi creador yo no sabía absolutamente nada; perosabíaquenoteníanidinero,niamigos,ninadaenpropiedad.Además,semehabíadadounafiguraespantosamentedeformeyrepulsiva;nisiquierateníalamismanaturalezaqueelhombre.Yoeramáságil,ypodía subsistir conuna

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dietabastantemásescasa;soportabamejorloscaloresylosfríosextremadossinquemicuerposufriera tantosdaños;ymiestaturaeramuysuperiora lasuya.Cuandomirabaamialrededor,noveíanioíaquehubieranadiecomoyo.¿Eraentoncesunmonstruo,unerrorsobrelaTierra,unserdelquetodosloshombreshuíanyaquientodosloshombresrechazaban?

No puedo explicaros la angustia que aquellas reflexionesme producían;intentéolvidarlas,peroelconocimientosolo logróaumentarmipesadumbre.¡Oh…! ¡Ojaláme hubiera quedado para siempre enmi bosque primero, sinsabernisentirnadamásqueelhambre,lasedoelcalor…!

¡Qué cosa más extraña es el conocimiento! Cuando se ha adquirido, seaferraa lamentecomoel liquena laroca.Avecesdeseabasacudirmetodaslas ideas y todos los sentimientos; pero aprendí que solo había unmodo desuperarlasensacióndedolor,yeralamuerte…unestadoquetemía,aunquenolocomprendía.Admirabalavirtudylosbuenossentimientos,yadorabalasamablescostumbresy lasencantadorascualidadesdemisgranjeros;peroyoquedabaexcluidodecualquierrelaciónconellos,exceptoatravésdemediosque yo me procuraba a hurtadillas, cuando nadie me veía ni sabía de miexistencia,yque,másquesatisfacer,aumentabaneldeseoqueteníadeserunomás entre mis amigos. Las amables palabras de Agatha y las divertidassonrisas de la encantadora árabe no eran paramí. Los buenos consejos delanciano y la animada conversación del enamorado Felix no eran para mí.¡Miserable,infelizdesgraciado…!

Otras leccionessequedarongrabadasenmí, inclusomásprofundamente.Conocíladiferenciadelossexos;ycómonacenycrecenlosniños;ycómoelpadre disfruta de las sonrisas de su hijo, y de las alegres locuras de losmuchachos mayores; y cómo toda la vida y los cuidados de la madre sedepositan en esa preciosa obligación; y cómo la mente de la juventud sedesarrolla y se adquieren conocimientos; y supe de los hermanos, y lashermanas,ytodaslasinfinitasrelacionesqueunenaunossereshumanosconotrosmediantelazosmutuos.

Pero…¿dónde estabanmis amigosymis parientes?Ningúnpadrehabíavistomisdíasdeinfancia,ningunamadremehabíabendecidoconsonrisasycaricias;ysiexistieron,todamividapasadanoerayamásqueunamancha,unvacíooscuroenelcualmeresultabaimposibledistinguirnada.Desdemiprimer recuerdo yo había sido como era en esosmomentos, tanto en alturacomo en proporciones. No había visto a nadie que seme pareciera, ni quequisieramantenerningunarelaciónconmigo.¿Quéerayo?Lapreguntasurgíaunayotravez,ysolopodíacontestarlaconlamentos.

Luegoexplicaréadóndemecondujeronesasideas;peropermitidmeahoraregresar a los granjeros, cuya historia encendió en mí sentimientos

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encontrados de indignación, placer y asombro, pero todos terminaronfinalmente en más cariño y respeto hacia mis protectores… porque así megustaba llamarlos, engañándome a mí mismo de un modo inocente y casidoloroso.

CAPÍTULO5

Transcurrióalgúntiempoantesdequeconocieralahistoriademisamigos.Eratalquenopodíadejardeproducirunaprofundaimpresiónenmimente,puesdesvelabainnumerablescircunstancias,todasespecialmenteinteresantesymaravillosasparaalguientanabsolutamenteignorantecomoyo.

El nombre del anciano eraDe Lacey. Provenía de una buena familia deFrancia,dondehabíavividodurantemuchosaños,enlariqueza,respetadoporsussuperioresyamadoporsus iguales.Suhijofueeducadoparaservirasupaís, y Agatha se había relacionado con las damasmás distinguidas. Pocosmesesantesdemillegada,habíanvividoenunaciudadgrandeyesplendorosallamada París, rodeados de amigos y disfrutando de todos los placeres quepuedenproporcionar lavirtud, el refinamiento intelectualy elgusto, junto aunaaceptablefortuna.

ElpadredeSafiehabíasidolacausadesuruina.EraunmercaderturcoyhabíavividoenParísdurantemuchotiempo,cuando,poralgunarazónquenopudecomprender, segranjeó el odiode losgobernantes.Lodetuvierony lometieronenlacárcelelmismodíaenqueSafiellegabadeConstantinoplaparareunirse con él.Fue juzgadoy condenadoamuerte.La injusticiade aquellasentencia era de todo punto evidente. Todo París estaba indignado, y seconsideróquehabíansidosureligiónysuriqueza,yenabsolutoelcrimendelqueseleacusó,lasrazonesdesucondena.Felixestuvopresenteeneljuicio;no pudo controlar su espanto e indignación cuando oyó la decisión deltribunal.Enaquelmomentohizounapromesasolemnedeliberarloyluegoseocupó de buscar los medios para conseguirlo. Después de muchos intentosinfructuosos para conseguir acceder a la prisión, descubrió una ventanasólidamenteenrejadaenunapartepocovigiladadeledificio,desdelacualseveíalamazmorradeldesafortunadomahometano,elcual,cargadodecadenas,aguardabadesesperadolaejecucióndeaquellabárbarasentencia.Felixacudióalaventanaenrejadaporlanocheylehizosaberalprisionerosusintencionesdeliberarlo.Elturco,asombradoyesperanzado,intentóencenderaúnmáselcelodesu liberadorconpromesasde recompensasy riquezas.Felix rechazósusofertascondesprecio.Sinembargo,cuandovioalaencantadoraSafie,alaque le habían permitido visitar a su padre y quien, por sus gestos, le

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demostraba su más viva gratitud, el joven tuvo que admitir que el cautivoposeía un tesoro que realmente podría recompensar el esfuerzo y el peligroqueibaacorrer.

El turco inmediatamentepercibió la impresiónque suhijahabíacausadoenelcorazóndeFelix,eintentóasegurarsucolaboraciónconlapromesadeconcederle su mano en matrimonio. Felix era demasiado noble como paraaceptar aquella oferta, aunque observaba aquella posibilidad como laculminacióndetodasufelicidad.

Alolargodelosdíassiguientes,mientrasproseguíanlospreparativosparalafugadelmercader,elentusiasmodeFelixseencendióaúnmásporvariascartasquerecibiódeaquellaencantadoramuchacha,quehallóelmedioparaexpresar sus pensamientos en la lengua de su amante con la ayuda de unanciano,uncriadodesupadrequesabíafrancés.LeagradecíaaFelix,enlostérminosmásvehementes,subondadosogesto,yalmismotiempolamentabadiscretamente su propio destino. Tengo copias de aquellas cartas, porquedurantemiestanciaenelcobertizoencontrémediosparaprocurarme recadodeescribir,yamenudoesasmisivasestuvieronenmanosdeFelixyAgatha.Antesdesepararnos,oslasentregaré;asíquedaráprobadalaveracidaddemihistoria;peroporelmomento,comoelsolyacomienzaadeclinar,solotendrétiempopara repetiros lo sustancial de lasmismas. Safie le explicaba que sumadreeraunaárabecristianaquehabíasidoapresadayconvertidaenesclavapor los turcos.Por subelleza, seganóelcorazóndelpadredeSafie,quesecasó con ella. La jovenmuchacha hablaba en los términosmás elogiosos yentusiastasdesumadre,pues,habiendonacidolibre,despreciabalaesclavituda la que ahora se veía sometida. Instruyó a su hija en los principios de sureligiónyleenseñóaaspiraraunaalturaintelectualyaunaindependenciadeespíritu superiores y prohibidas para las mujeres que siguen a Mahoma.Aquellamujermurió,perosusenseñanzasquedaronimpresasindeleblementeenlamentedeSafie,queenfermabaantelaideaderegresardenuevoaAsiayserenclaustradaentrelosmurosdeunharén,soloconpermisoparaocuparseenpueriles entretenimientosque se acomodabanmal al temperamentode sualma, ahora acostumbrada a las ideas elevadasy a la noble emulaciónde lavirtud. La perspectiva de casarse con un cristiano y permanecer en un paísdondealasmujeresselespermitíatenerunpuestoenlasociedadleresultabaespecialmenteatractiva.

Se fijó el día para la ejecución del turco; pero la noche anterior pudoescaparde laprisióny,antesdequeamaneciera,yaseencontrabaamuchasleguas de París. Felix se había procurado pasaportes con el nombre de supadre,desuhermanaydesímismo.Lecontósuplanalprimero,quecolaboróenlaañagazaabandonandotemporalmentesucasaconelpretextodeunviajey se ocultó con su hija en un lugar apartado de París. Felix condujo a los

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fugitivos por toda Francia hasta Lyon y luego cruzaron Mont-Cenis hastallegar aLivorno, donde elmercader había decidido esperar unaoportunidadfavorable para pasar a África. No pudo negarse a sí mismo el placer depermaneceralgunosdíasencompañíadelaárabe,quelemanifestóelcariñomás sencillo y tierno. Hablaban con la ayuda de un intérprete, y Safie lecantaba las celestialesmelodías de su país natal. El turco consintió aquellarelaciónyalentó lasesperanzasde los jóvenesenamorados,peroenrealidadteníaotrosplanesbiendistintos.Lerepugnabalaideadequesuhijapudieracasarseconuncristiano,perotemíalasrepresaliasdeFelixsisemostrabauntanto tibio, porque era conscientedeque aún se encontraba enmanosde sulibertador, ya que podría denunciarlo a las autoridades de Italia, donde seencontrabanenaquelmomento.Ideómilplanesquelepermitieranprolongarelengañohastaqueyanofueranecesario…yentoncessellevaríaasuhijaaÁfrica.LasnoticiasquellegarondeParísfacilitaronenormementesusplanes.

ElgobiernodeFrancia estaba furiosopor la fugadel reoyno reparóenmedios para descubrir y castigar al liberador. El plan de Felix se descubriórápidamenteyDeLaceyyAgathafueronencarcelados.TalesnoticiasllegaronaoídosdeFelixylodespertarondesuplacenterosueño.Supadre,ancianoyciego,ysudulcehermanaseencontrabanahoraenunamalolientemazmorra,mientraséldisfrutabadela libertadydelacompañíadesuenamorada.Estaidea lo atormentaba. Acordó con el turco que, si este último tenía laoportunidaddehuirantesdequeFelixpudieraregresaraItalia,Safiepodríaquedarse en calidad de huésped en un convento de Livorno; y después,despidiéndosedelaencantadoraárabe,sedirigióapresuradamenteaParísysepuso en manos de la ley, esperando de este modo liberar a De Lacey y aAgatha.

Peronoloconsiguió.Permanecieronpresosdurantecincomesesantesdeque tuviera lugarel juicio,yel fallodelmismolesarrebatósufortunay loscondenóalexilioperpetuodesupaísnatal.

Encontraron un refugio miserable en una casa de campo en Alemania,donde los encontré. Felix supo que el turco traicionero, por el cual él y sufamilia soportaba aquella incomprensible opresión, al averiguar que suliberadorhabíasidodeaquelmodoreducidoalamiseriayaladegradación,habíatraicionadolagratitudyelhonor,yhabíaabandonadoItaliaconsuhija,enviándoleaFelixunainsultantecantidaddedineroparaayudarle,comodijo,aconseguiralgúnmedioparasubsistirenelfuturo.

TaleseranlosacontecimientosqueamargabanelcorazóndeFelixyqueloconvertían,cuandoloviporvezprimera,enelmiembromásdesgraciadodesufamilia.Élpodríahabersoportadolapobreza;ysiestahumillaciónhubierasido la vara demedir su virtud, habría salidomuy honrado de ello. Pero laingratitud del turco y la pérdida de su adorada Safie eran desgracias más

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amargaseirreparables.Ahora,lallegadadelaárabeinfundíanuevavidaensualma.

CuandoellatuvonoticiadequeFelixhabíasidoprivadodesuriquezaysuposición,elmercaderordenóasuhijaquenopensaramásensuenamoradoyqueseprepararapararegresarasupaísnatalconél.ElgenerosocarácterdeSafieseindignóanteaquellaorden.Intentóprotestarantesupadre,peroélladespidiófuriosamente,reiterandosutiránicomandato.

Pocos días después, el turco entró en los aposentos de su hija yapresuradamente ledijoque tenía razonespara creerque sehabíadifundidoque se encontraban en Livorno y que podría ser entregado rápidamente algobierno francés. Por tanto, había alquilado un barco que lo llevaría aConstantinopla,yhaciaesaciudadzarparíaenbreveshoras.Intentódejarasuhija al cuidado de un criado, para que partieran más adelante y con mástranquilidad,juntoalamayorpartedesusriquezas,queaúnnohabíanllegadoaLivorno.

Safiepensómuchoyasolasquépodríahacerenaquellaterriblesituación.LaideadevivirenTurquíaleresultabaodiosa;sureligiónysussentimientostambiénseoponíanaello.Poralgunosdocumentosdesupadrequecayeronensusmanos, supodelexiliodesuenamoradoymemorizóde inmediatoellugarenelquevivía.Durantealgúntiempoestuvoindecisa,peroalfinaltomóuna resolución. Llevando consigo algunas joyas que le pertenecían y unapequeña sumade dinero, abandonó Italia con una criada natural deLivornoquesabíaárabe,ypartióhaciaAlemania.Llegósinmásinconvenientesaunaciudadqueseencontrabaaunasveinte leguasde lagranjade losDeLacey;entonces,sucriadacayógravementeenferma.Safieseocupódeellacontodoelcariño,perolapobremuchachamurió,ylaárabesequedósola,sinconocerlalenguadelpaíseignorandoabsolutamentedelascostumbresdelmundo.Entodocaso,cayóenbuenasmanos.Laitalianahabíamencionadoelnombredellugaralquesedirigían;y,trassumuerte,lamujerdelacasaenlacualhabíanestadosetomólamolestiadeasegurarsedequeSafiellegarasanaysalvaalagranjadesuenamorado.

CAPÍTULO6

Tal era la historia de mis queridos granjeros. Me impresionóprofundamente. Y a partir de la descripción de la vida social que dejabaentrever aprendí a admirar las virtudes y a despreciar los vicios de lahumanidad.Y,delmismomodo,considerabaelcrimencomounmalalejadodemí;siempreteníadelantelabondadylagenerosidad,animándomeadesear

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convertirme en un actor en el alegre escenario donde se desarrollaban y semostrabantantascualidadesadmirables.Peroaldarcuentadelosavancesdemi inteligencia, no deboomitir una circunstancia que aconteció a principiosdelmesdeagostodeesemismoaño.

Una noche, durante mi acostumbrada visita al bosque cercano donderecolectaba mi propia comida y desde donde llevaba a casa leña para misprotectores, encontré en el suelo una bolsa de cuero con varias prendas devestiryalgunoslibros.Inmediatamentemehiceconelbotínyregreséconélamicobertizo.Loslibrosafortunadamenteestabanescritosenla lenguayconlas letrasquehabíaaprendidoen lagranja; eranelParaísoperdido,un librocon las Vidas de Plutarco y las Desventuras de Werther. La posesión deaquellos tesorosme proporcionó un extraordinario placer; podría estudiar yejercitarconstantementemiintelectoenaquellashistoriascuandomisamigosestuvieran ocupados en sus labores cotidianas. Apenas puedo describiros elefectodeesoslibros.Produjeronenmíunainfinidaddeimágeneseideas,quealgunas veces me elevaban hasta el éxtasis pero más frecuentemente mehundían en la más profunda desolación. En las Desventuras de Werther,ademásdel interésdesusencillayemocionantehistoria,seproponíantantasopinionesy se arrojaba luz sobre loquehasta entonceshabían sidoparamíasuntos completamente ignorados, que encontré en ese libro una fuenteinagotabledereflexiónyasombro.Lascostumbresamablesyhogareñasquedescribía, unidas a los delicados juicios y sentimientos que se expresan sinningún egoísmo, se acomodaban perfectamente a mi experiencia con misprotectores y a las necesidades que siempre habían estado vivas en micorazón.PeroyopensabaqueelpropioWerthereraelsermásmaravillosoqueyohubieravistooimaginadojamás.Sucarácternoerapretencioso,perodejóuna profunda huella enmí. Las disquisiciones sobre lamuerte y el suicidioparecían pensadas para asombrarme completamente. Yo no pretendía juzgarlos pormenores del caso; sin embargo, me inclinaba por la opinión delprotagonista,cuyamuerte llorésincomprenderladel todo.Mientras leía, sinembargo, comparaba las historias con mis propios sentimientos y con misituación.Descubríqueeraparecidoy, sinembargo,muydistintoaaquellaspersonas de los libros, de cuyas conversaciones yo era solo un observador.Simpatizaba con ellos y en parte los comprendía, peromi intelecto aún erainmaduro; yo no dependía de nadie, ni estaba relacionado con nadie. «Elcamino de mi partida estaba abierto», y no había nadie que lamentara mimuerte.Miaspectoerarepugnante,ymiestatura,gigantesca.¿Quésignificabaaquello?¿Quiénerayo?¿Quéerayo?¿Dedóndevenía?¿Cuáleramidestino?Mehacía aquellaspreguntas constantemente, pero era incapazdedarlesunarespuesta.

EllibrodelasVidasdePlutarcoqueyoteníarelatabalashistoriasdelosprimeros fundadoresde laantigua república.Este libro tuvounefecto sobre

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mí bastante diferente al de las cartas deWerther. De las imaginaciones deWerther aprendí el abatimiento y la tristeza; pero Plutarco me enseñó losnoblesideales:meelevósobrelamiserableesferademispropiasreflexiones,paraadmiraryamaraloshéroesdelasépocaspasadas.Muchasdelascosasqueleíasobrepasabanconmuchomientendimientoymiexperiencia.Adquiríunaideamuyconfusadelosreinosydelasextensionesdelospaíses,delospoderosos ríos y de los océanos infinitos. Pero lo desconocía absolutamentetododelasciudadesydelasgrandesaglomeracioneshumanas.Lagranjademis protectores había sido la única escuela en la que yo había estudiado lanaturaleza humana. Pero aquel libro presentaba nuevas y formidablessituaciones.Leíhistoriasdehombresquesededicabanagobernarlosasuntospúblicosoamasacrarasussemejantes.Sentíquecrecíaenmíunagranpasiónporlavirtudyunaborrecimientoporelvicio,almenosenlamedidaenqueyo comprendía el significado de aquellos términos, relativos únicamente alplacer y al dolor, pues en ese sentido los aplicaba. Movido por aquellossentimientos,desdeluegoacabéadmirandoaloslegisladorespacíficos,comoNuma,SolónyLicurgo,másqueaRómuloyTeseo.Lavidafamiliardemisprotectores consiguió que aquellas impresiones quedaran firmementearraigadasenmimente;simiprimerencuentroconlahumanidadhubierasidojuntoaun jovensoldadoqueardieraendeseosdegloriaysacrificio,podríahaberquedadoimbuidopordiferentessentimientos.

Pero el Paraíso perdido despertó emociones distintas y bastante másprofundas.Loleí,comohabía leído losotros librosquehabíancaídoenmismanos,comounahistoriaverdadera.Sacudióenmítodoslossentimientosdeasombroy veneración que era capaz de despertar la descripción de unDiosomnipotentecombatiendocontrasuscriaturas.Amenudocomparabadistintassituacionesconmigomismo,porquesusimilitudmesobrecogía.ComoAdán,yo fui creado aparentemente tal y como era, pero no estaba unido por lazoalgunoaningúnotroservivo;ysusituacióneradiferentedelamíaenotrosmuchos aspectos. Él había nacido de lasmanos deDios como una criaturaperfecta,feliz,próspera,yprotegidaporelamorincondicionaldesucreador.Se le permitía hablar y adquirir conocimientos de los seres de naturalezasuperior; pero yo era un desgraciado, y me encontraba indefenso y solo.MuchasvecespensabaqueenrealidadpertenecíaalaestirpedeSatán;porqueamenudo,comoél,cuandoveíaladichademisprotectores,laamargabilisdelaenvidiameinvadíapordentro.

Otracircunstanciareforzóyconfirmóaquellossentimientos.Pocodespuésdequellegaraalcobertizo,descubríalgunospapelesenelbolsillodelasropasque había cogido de vuestro estudio. Al principio no les había prestadoatención; pero ahora que ya era capaz de descifrar los signos en los queestabanescritos,comencéaestudiarloscon interés.Eravuestrodiariode loscuatromesesqueprecedieronamicreación.Vosdescribíaisminuciosamente

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enaquellospapelescadapasoquedabaisenelprocesodevuestrotrabajo;esahistoria estaba mezclada con algunos apuntes de cuestiones familiares. Sindudarecordáisesospapeles.Aquíestán.Enellosserelatatodoloconcernientea mi origen maldito; todos los detalles de aquella serie de repulsivascircunstanciasque lohicieronposibleestánahí,a lavista.Laminuciosísimadescripción demi odiosa y asquerosa persona se ofrece en un lenguaje quedescribe vuestros propios horrores y ha convertido losmíos en una cicatrizimborrable.Enfermabaamedidaqueloleía.«¡Odiosoeldíaenelquesemediolavida!»,gritédesesperado.«¡MalditoCreador!¿Porquédisteisformaaun monstruo tan espantoso que incluso vos mismo me disteis la espaldaasqueado?Dios, en su piedad, hizo al hombre hermoso y atractivo. Yo soymásodiosoa lavistaque lasamargasmanzanasdel infiernoalgusto.Satánteníacompañeros,otrosdemoniosque loadmirabany loanimaban;peroyoestoysoloytodoelmundomedetesta.»

Esas eran mis reflexiones en mis horas de abatimiento y soledad; perocuando contemplaba las virtudes de los granjeros, su amable y bondadosocarácter, me convencía de que cuando conocieran mi admiración por susvirtudes, tendrían piedad de mí y pasarían por alto la deformidad de mipersona. ¿Serían capaces de cerrarle la puerta a un ser que, aun siendomonstruoso, imploraba su compasión y amistad? Decidí al menos nodesesperar, sinoprepararmeen todos lossentidosparaafrontarunencuentroquedecidiríamidestino.Pospuseaquellatentativaalgunosmesesmás,porquelaimportanciadesalirconbiendeaquellasituaciónmeinspirabaunhorribletemor a fracasar.Además,descubríquemi comprensiónmejoraba tanto conlasexperienciasdecadadíaquenodeseabaafrontaraquellaempresahastaquenotranscurrieranalgunosmesesmásyadquirieramásconocimientos.

Mientras tanto,varioscambios tuvieronlugaren lacasa.LapresenciadeSafie irradiaba felicidadentre losmoradores,yyo tambiéndescubríqueallíreinaba una mayor abundancia. Felix y Agatha empleaban más tiempodivirtiéndoseyconversandoyalgunoscriadoslesayudabanensuslabores.Noparecíanricos,peroestabancontentosyfelices.Estabantranquilosyenpaz,mientras yo me sentía cada día más miserable. El hecho de aumentar misconocimientossoloconseguíamostrarmemásclaramentequeeraunmonstruoproscrito. Yo abrigaba una esperanza, es cierto, pero se desvanecía cuandoveíamiimagenreflejadaenelaguaoinclusocuandoobservabamisombraalaluzdelaluna.Intentéapartaraquellostemoresyfortalecermeparalapruebaqueteníaprevistollevaracaboenelplazodebrevesmeses;yalgunasvecespermitía que mis pensamientos, sin el freno de la razón, vagaran por losjardinesdelParaíso,ymeatrevíaaimaginarseresamablesyencantadoresquecomprendían mis sentimientos y consolaban mi tristeza. Sus rostrosangelicalesme ofrecían sonrisas de compasión. Pero todo era un sueño.NohabíaningunaEvaquemitigaramispenasnicompartieramispensamientos.

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Estabasolo.RecordélassúplicasdeAdánasucreador,pero…¿dóndeestabael mío? Me había abandonado, y con toda la amargura de mi corazón, lomaldije.

Así transcurrió el otoño. Vi, con sorpresa y temor, que las hojasamarilleabanycaían,ylanaturalezadenuevoadquiríaelaspectomortecinoydesoladoqueteníacuandoporvezprimeravilosbosquesylaadorableluna.No me importaban los rigores del tiempo. Por mi constitución, estoy máspreparadoparasufrirelfríoqueelcalor.Peromisúnicasalegríasconsistíanenverlasfloresylospájaros,ytodaslasgalasdelverano;cuandosemeprivódetodoaquello,volvílamiradaalosgranjeros.Sufelicidadnohabíadisminuidopor el adiós del verano. Se querían y se comprendían, y sus alegrías, quedependíandelasdelosotros,noseinterrumpíanporlosacontecimientosqueocasionalmenteocurríanasualrededor.Cuantomáslosobservaba,mayoreramideseodesuplicarlesprotecciónycomprensión.Micorazónanhelabaqueaquellas encantadoras personas me conocieran y me quisieran, y que susdulcesmiradassedirigieranamíconcompasión.Nomeatrevíaapensarquepudieran volverme la espalda con desprecio u horror. A los pobres que sedeteníanyllamabanasupuertanuncaselesdespedía.Esverdadqueyoibaapedirtesorosmáspreciososqueunpocodepanounlugarparadescansar.Ibaa pedir comprensión y cariño, y no creía que pudiera ser absolutamenteindignodeello.

CAPÍTULO7

El invierno adelantaba y, desde que desperté a la vida, ya se habíacumplido todounciclode estaciones.Enaquel entoncesmi atenciónestabaúnicamentecentradaenmiplanparapresentarmeencasademisprotectores.Le di mil vueltas a innumerables planes, pero lo que finalmente decidí fueentrar en su hogar cuando el anciano ciego estuviera solo. Yo era losuficientemente inteligentepara saberque la fealdadanormaldemipersonahabía sido el principalmotivo de horror para aquellos queme habían vistoantes.Mivoz,aunquedesagradable,noteníanadadeterrible.Asípues,penséque sipodíaganarme labenevolenciadel ancianoDeLacey, enausenciadesushijos,podría talvezdeesemodoconseguirquemis jóvenesprotectoresmeaceptaran.

Un día, cuando el sol brillaba sobre las hojas rojas que alfombraban latierrayesparcíaalegríaaunquenegabaelcalor,Safie,AgathayFelixsalieronadarunlargopaseoporelcampo,yelanciano,porsupropiogusto,sequedósolo en la casa.Cuando sus hijos semarcharon, él cogió su guitarra y tocó

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variascancionestristesydulces,másdulcesytristesquetodaslasquelehabíaoídotocarhastaentonces.Alprincipiosurostroparecíailuminadodeplacer,pero, a medida que cantaba, fue adquiriendo un gesto meditabundo yapesadumbrado; luego apartó el instrumento y se quedó absorto en suspensamientos.

Micorazón latíamuydeprisa.Era lahorayelmomentodefinitivo,enelquesedecidiríanmisesperanzas.Loscriadossehabíanidoaunafiestaquesecelebrabaenlavecindad.Todoestabaensilencio,enelinterioryalrededordelacasa.Eraunaocasiónexcelente;sinembargo,cuandoibaaejecutarmiplan,me fallaron las piernas y me derrumbé en tierra. Me levanté de nuevo y,reuniendo todo el valor del que fui capaz, aparté los maderos que habíacolocadodelantedemicobertizoparaocultarme.Elairefrescomereanimó,yconrenovadadeterminaciónmeaproximéalapuertadelacasa.Llamé.

—¿Quiénes?—preguntóelanciano—.Adelante…

Entré.

—Perdone esta intromisión —dije—. Soy un viajero, y solo necesitodescansarunpoco.Leestaríamuyagradecidosimepermitieraquedarmeunosmomentosjuntoalfuego.

—Pase—dijoDeLacey—, intentaré buscar elmodo de atenderle; pero,desgraciadamente,mishijosnoestánencasay,comoyosoyciego,metemoquemeserámuydifícilencontraralgoparaquepuedacomer.

—Nosemoleste,amableseñor—contesté—.Traigocomida;loúnicoquenecesitoesunpocodecalorydescanso.

Me senté y se hizo el silencio. Sabía muy bien que cada minuto eraprecioso paramí, sin embargo, permanecí indeciso respecto a lamanera decomenzarlaconversación,cuandoelancianosedirigióamí:

—Por sumodo de hablar, extranjero, supongo que es usted compatriotamío…¿Esustedfrancés?

—No —contesté—, pero fui educado por una familia francesa y soloconozco esa lengua. Ahora voy a solicitar la protección de unos amigos, aquienes aprecio sinceramente y en cuyo favor he depositado todas misesperanzas.

—¿Sonalemanes?—preguntóDeLacey.

—No… son franceses. Pero hablemos de otra cosa… Soy una personadesafortunada y abandonada. Miro a mi alrededor y no tengo parientes niamigosenestemundo.Esasbuenasgentesaquienesvoyavisitarnuncamehan visto y saben muy poco de mí. Me embargan mil temores; porque sifracaso,yasiempreseréundesheredadoenestemundo.

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—No desespere —dijo el anciano—. Verdaderamente es triste no teneramigos: pero los corazones de los hombres, cuando no tienen prejuiciosfundadosenelegoísmo,siempreestánllenosdeamorfraternalycaridad.Asípues,tengafeensusesperanzas;ysiesosamigossonbuenosyamables,nodesespere.

—Son muy buenos—contesté—. Son las mejores personas del mundo,pero, desgraciadamente, están predispuestos contra mí. Yo tengo buenasintenciones;amolavirtudyelconocimiento;hastaahoranohehechodañoanadieyenalgunamedidahebeneficiadoaotros;perounprejuiciofatalnublasus ojos; y, donde deberían ver a un amigo sensible y bueno, solo ven unmonstruodetestable.

—Esverdaderamentelamentable—contestóDeLacey—,perosiustedesdeverdadinocente,¿nopuededesengañarlos?

—Estoyapuntodeintentarllevaracaboesatarea.Yesporesarazónporlaquemesientoabrumadoportantostemores.Apreciomuchoaesosamigos;nolosaben,perodurantemuchosmesesleshehechoalgunosfavoresensustareas cotidianas; pero ellos creen que yo quiero hacerles daño, y es eseprejuicioelquedeseovencer.

—¿Dóndevivenesosamigos?—preguntóDeLacey.

—Cercadeaquí…enestelugar.

Elancianosedetuvouninstanteyluegoañadió:

—Si usted quisiera confiarme abiertamente los detalles, quizá podríaintentardesengañarlos.Soyciegoynopuedojuzgarsuaspecto,perohayalgoensuspalabrasquemeaseguraqueesustedsincero.Yosoypobre,yvivoenel exilio, pero será para mí un verdadero placer ser de alguna ayuda acualquierserhumano.

—¡Qué buen hombre! —exclamé—. Acepto su ofrecimiento y se loagradezco mucho. Me infunde usted nuevos ánimos con su amabilidad, yesperoquenomeapartendelacompañíaylacomprensióndemissemejantes.

—¡Que el Cielo no lo permita…! Ni aunque usted fuera un verdaderocriminal…porqueesosolopodríaconducirleaustedaladesesperación,ynoincitarlo a la virtud.También yo soydesafortunado.Mi familia y yo hemossido condenados, aunque somos inocentes: juzgue, pues, si no he decomprendersusinfortunios.

—¿Cómopodría agradecérselo,mimejor y único benefactor…?Por vezprimeraoigodesuslabioslavozdelacomprensióndirigidaamí.Siempreleestaréagradecido,ysuhumanidadmeaseguraeléxitoconlosamigosconlosqueestoyapuntodeencontrarme.

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—¿Puedosabercuálessonlosnombresdesusamigosydóndeviven?—preguntóDeLacey.

Guardé silencio. Aquel era el momento decisivo en el que se mearrebataríao semeconcedería la felicidadpara siempre.Luchéenvanoporencontrar el valor suficiente para contestarle; el esfuerzo acabó con todo elánimoquemequedaba;mehundíenlasillaysollocé.Yenaquelmomentooílos pasos de mis jóvenes protectores. No tenía tiempo que perder; pero,aferrándomealamanodelanciano,grité…

—¡Ahoraeselmomento…!¡Sálveme!¡Protéjame!¡Ustedysufamiliasonlosamigosquebusco!¡Nomeabandonenenelmomentodecisivo…!

—¡Diosmío…!—exclamóelanciano—.¿Quiénesusted?

Enaquelmomentoseabriólapuertadelacasa,yentraronFelix,SafieyAgatha.¿Quiénpuededescribirelhorroryelasombroquesintieronalverme?Agathasedesmayó,ySafie,incapazdeocuparsedesuamiga,huyódelacasacorriendo. Felix se adelantó rápidamente y con una fuerza sobrenatural meapartódesupadre,acuyasrodillasyomehabíaaferrado.Enunarrebatodefuria,mearrojóalsueloymegolpeóviolentamenteconunpalo.Viqueestabaa punto de golpearme de nuevo cuando, sobreponiéndome al dolor y a laangustia,huidelacasay,enmediodelaconfusión,escapésinquemevieranymeocultéenelcobertizo.

¡Maldito, maldito Creador! ¿Por qué tuve que vivir? ¿Por qué en aquelinstantenoapagastelallamadelaexistenciaquecaprichosamentemediste?No lo sé… La desesperación aún no se había apoderado de mí; solo teníasentimientosderabiayvenganza.Podríahaberdestruidoconplacerlacasayhabermatadoasusmoradores…yhabersaciadomifuriaconsusgritosysudolor.Cuandollególanoche,salídemiescondrijoyvaguéporelbosque.Yanomereteníaelmiedoaquemedescubrieran,ypudedarriendasueltaamiangustiaconespantososaullidos.Eracomounabestiasalvajeatrapadaenunlazo, destruyendo todo lo que se le pone por delante y deambulando por elbosque como un ciervo viejo. ¡Oh…! ¡Qué nochemás horrorosa pasé! Lasgélidas estrellasbrillabanburlándosedemí, los árbolesdesnudosmedecíanadiósconsusramas,yaquíyalláeldulcecantodeunpájarorompíaaquellaabsoluta quietud. Todo, salvo yo, descansaba o se alegraba. Yo, como elDemonio,albergabauninfiernoenmiinterior:ypuestoquenoencontrabaanadiequemecomprendiera,deseéarrancar losárboles, sembrarelcaosy ladestrucción,yluegosentarmeydisfrutardeaqueldesastre.

Pero aquella fue una cascada de sensaciones que no podía durar. Acabéagotadoporelexcesodeejerciciofísicoymederrumbéenlahierbahúmeda,conlaimpotenciadeladesesperación.Entrelosmilesymilesdehombres,nohabía ni uno que sintiera compasión por mí o quisiera ayudarme… ¿acaso

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debía yo tener alguna piedad para con mis enemigos? ¡No! Desde aquelmomento ledeclaréguerraeternaa lahumanidady, sobre todo,aaquelquemehabíacreadoyquemehabíaarrojadoaaquellainsoportablehumillación.

Salióelsol.Oílasvocesdeloshombresysupequeeraimposibleregresara mi escondrijo durante el día; de modo que me oculté en la espesura delbosque,ydecidídedicarlashorassiguientesareflexionarsobremisituación.Los rayosde sol y el aire purodel díamedevolvieron enparte la calma; ycuandoconsideréloquehabíaocurridoenlagranja,nopudeevitarcreerqueme había precipitado un tanto en mis conclusiones. Desde luego, habíaactuado imprudentemente. Era evidente que mi conversación habíaemocionadoalpadreyquemehabíacomportadocomounnecioalmostrarmifigurayaterrorizarasushijos.DeberíahaberfamiliarizadoalviejoDeLaceyconmigoy,pocoapoco,habermeidomostrandoalrestodelafamiliacuandohubieranestadopreparadosparasoportarmipresencia.Peronopenséquemiserroresfueranirreparables;y,despuésdepensarlomucho,decidíregresaralacasa,buscaralancianoy,conmisruegosysúplicas,ganarloparamicausa.

Aquellos pensamientosme tranquilizaron y, por la tarde,me sumí en unprofundo sueño; pero la fiebre de mi sangre no me permitió gozar de undescansoapacible.Lahorribleescenadeldíaanteriorconstantementepasabaantemisojos:lasmujereshuíanyelfuriosoFelixmearrancabadelospiesdesu padre. Me desperté exhausto; y descubriendo que ya era de noche, mearrastréfuerademiescondrijoyfuiabuscarcomida.

CAPÍTULO8

Cuando aplaqué mi hambre, dirigí mis pasos hacia el camino bienconocidoqueconducíaalagranja.Todoestabaenpaz.Mearrastréhastamicobertizoypermanecíallí,ensilenciosaespera,hastalahoraenquelafamiliasolíalevantarse.Lahorapasó,yelsolyaestabamuyaltoenelcielo,perolosgranjeros no aparecían. Temblé violentamente, sospechando alguna horribledesgracia.Elinteriordelacasaestabaoscuroynoseoíamovimientoalguno.Nopuedodescribirlaangustiaquesentíenaquellosmomentos.

Entonces,doscampesinospasaronporallí;pero,deteniéndosecercadelacasa, comenzaron a hablar, gesticulandomucho. No entendí lo que dijeron,porquesu lenguaeradistintaa lademisprotectores.De todosmodos,pocodespués,Felixaparecióconotrohombre.Mesorprendió,porqueyosabíaqueél no había salido de la casa aquella mañana, y esperé con inquietud paradescubrir,porsuspalabras,elsignificadodeaquellosextrañossucesos.

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—¿Sedacuentausteddequevaapagar tresmesesderenta—ledijoelhombre que iba con él— y que perderá lo que dé el huerto? No quieroaprovecharme injustamente de usted, así que le ruego que se tome algunosdíasparapensarbiensudecisión…

—Escompletamenteinútil—contestóFelix—,nopodremosvolverjamása esta casa. La vida de mi padre está en gravísimo peligro debido a lahorrorosa circunstancia que le he contado. Mi mujer y mi hermana nuncaolvidaráneseespanto.Leruegoquenoinsista.Aquítieneustedsupropiedad,ypermitaquemevayainmediatamentedeestelugar.

Felix temblaba horrorosamente mientras decía aquello. Él y suacompañanteentraronenlacasa,enlacualpermanecieronalgunosminutos,yluegosedespidieron.NuncavolvíaveranadiedelafamiliaDeLacey.

Permanecí en mi cobertizo durante el resto del día, en un estado deinconcebibleyestúpidadesesperación.Misprotectoressehabíanidoyhabíanrotoelúnicolazoquemeuníaalmundo.Porprimeravez,lossentimientosdevenganza y odio embargaronmi pecho, y nome esforcé en controlarlos; alcontrario, dejándome arrastrar por la corriente, dejé quemi pensamiento seinclinarahacialaviolenciaylamuerte.Cuandopensabaenmisamigos…enla amable voz de De Lacey, en los encantadores ojos de Agatha, y en laexquisita belleza de la árabe, aquellos pensamientos se desvanecían, y lascopiosaslágrimasmecalmabanuntanto.Pero,denuevo,cuandopensabaqueme habían rechazado y abandonado, regresaba la furia; y como no podíagolpearaningúnserhumano,volvíamiiracontracualquierobjetoinanimado.Cuandosehizodenoche,coloquémuchaleñaalrededordelacasa;y,despuésdehaberdestruido todos losfrutosdelhuerto,esperéconobligadapacienciahasta que la luna se escondió para comenzar el trabajo. Con la nocheadelantada,selevantóunfuertevientodesdeelbosqueyrápidamentedispersólasnubesquehabíancubiertoloscielos…Aquelvendavalsehizomásymásviolentohasta convertirse enunpoderosohuracányprodujouna especiedelocuraenmiánimoquerompiótodaslasatadurasconlarazónylareflexión.Encendíunaramasecadeunárbolydancéconfuriaalrededordeaquellacasaadorada,conlosojosaúnclavadosenelhorizontedeoccidente,ellugarpordondelalunaibaaponerse.Partedesuesferafinalmenteseocultó,yyoagitémi ramaardiendo;desapareció la luna, y conun alarido, prendí la pajay elheno seco que había colocado. El viento inflamó el fuego, y la casainmediatamente quedó envuelta en llamas que la abrazaban y la lamían consus afiladas y destructivas lenguas. En cuanto estuve seguro de que nadapodría salvar ni la más mínima parte de aquella construcción, abandoné ellugarybusquérefugioenelbosque.

Y ahora, con el mundo ante mí, ¿hacia dónde encaminaría mis pasos?Decidí huir lejos del escenario de mis desgracias. Pero para mí, odiado y

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despreciado, todos los países iban a ser igual de espantosos. Al final, unpensamientocruzómimente:vos.Porvuestrospapelessupequevoshabíaissidomicreador;¿yaquiénpodríarecurrirconmásjusticia,sinoaquienmehabíadadolavida?EntrelasleccionesqueFelixlehabíaenseñadoaSafie,nohabía faltado lageografía.Poresosabíacómoseencontrabandispuestos losdiferentespaísesdelmundo.VoshabíaismencionadoGinebra,elnombredevuestraciudadnatal,yhaciaeselugardecidíencaminarme.

Pero… ¿cómo iba a orientarme?Yo sabía que debía viajar en direcciónsuroesteparaalcanzarmidestino,peroel soleramiúnicoguía.Noconocíalos nombres de las ciudades por las que tendría que pasar, ni podía pedirinformación a ningún ser humano. Pero no desesperé. De vos solo podíaesperar auxilio, aunque hacia vos no tuviera otro sentimiento que odio.¡Creadorinsensibleydespiadado…!Meotorgasteissensacionesypasiones,yluegomearrojasteisalmundoparadesprecioyhorrordelahumanidad.Perosoloavospodíadirigirmissúplicas,ysoloenvosdecidíbuscarlajusticiaqueenvanointentéencontrarencualquierotroserdeaparienciahumana.

Mis viajes fueron penosos, y los sufrimientos que tuve que soportar,amargos.Yaestabamuyadelantadoelotoñocuandoabandonélaregiónenlaquedurantetantotiempohabíavivido.Viajabasoloporlanoche,temerosodeencontrarme con algún rostro humano. La naturaleza se marchitó a mialrededor y el sol ya no calentaba; la lluvia y la nieve me atormentabancontinuamente, y no encontraba refugio alguno… ¡Oh, Tierra! ¡Cuán amenudo maldije a quien me dio el ser! La bondad de mi naturaleza habíadesaparecido,y todoenmi interior se tornó rencory amargura.Cuantomásme acercaba al lugar donde vos vivíais, más profundamente sentía que elespíritudelavenganzasehabíaconvertidoendueñodemicorazón.Lanievecayó a mi alrededor, y las aguas se endurecieron, pero yo no descansé.Algunasseñales,aquíyallá,meguiaronenlabuenadirección,peroamenudome desviaba mucho del buen camino. La agonía de mi dolor no me dabadescanso.Ynadaocurríadeloquemirabiaymidesgracianopudieranextraersualimento.PerounacircunstanciaqueaconteciócuandolleguéalosconfinesdeSuiza, cuando el sol ya había recuperado parte de su calor y la tierra denuevo comenzaba a mostrarse verde, confirmó de un modo particular laamargurayelhorrordemissentimientos.

Generalmente descansaba durante el día y viajaba solo por la noche,cuando estaba seguro de hallarme lejos del alcance de los hombres. Sinembargo,unamañana,descubriendoquemicaminodiscurríaporunbosqueprofundo, me aventuré a continuar mi viaje después de que ya hubieraamanecido. El día, que era uno de los primeros de la primavera, inclusoconsiguióanimarmeconlabellezadelosrayosdelsolyladulzuradelabrisa.Sentí que revivían enmí emociones de bondad y placer que parecían haber

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muerto;casisorprendidoporaquellasnuevasemociones,medejéarrastrarporellas y, olvidando mi soledad y mi deformidad, me atreví a sentirme feliz.Lágrimas de bondad de nuevo abrasaron mis mejillas, e incluso elevé conagradecimientomisojoshumedecidoshaciaelmaravillososolquederramabaaquellaalegríasobremí.

Continué serpenteando por los caminos del bosque hasta que llegué alfinal,dondelobordeabaunríoprofundoyrápido,enelcualmuchosárbolesdejabancaersus ramas,ahora llenasdebrotesde la recienteprimavera.Allímedetuve,sinsaberexactamentequécaminoseguir,cuandooívocesquemeobligaronaescondermebajolasombradeloscipreses.Apenasestabaocultocuandounaniñavinocorriendohastaellugardondeestabaescondido,riendoyjugandocomosihuyeraparaescapardealguien.Continuósucarrerajuntoalbordecortadodelrío,cuandoderepentesupieresbaló,ycayóenlosrápidos.Salí inmediatamente demi escondrijo y, con un inmenso esfuerzo contra lacorrientedelrío,lasalvéylaarrastrédenuevoalaorilla.Estabasinsentido;eintenté por todos losmedios y con todasmis fuerzas reanimarla, cuandoderepentemevisorprendidoporlallegadadeuncampesino,queprobablementeeralapersonadequienlaniñahuíajugando.Alverme,seabalanzósobremí,arrebatándomea laniñadelosbrazos,yhuyendohacia lomásprofundodelbosque.Loseguírápidamente,apenasséporqué;perocuandoelhombrevioque lo seguía de cerca, me apuntó con un arma que llevaba y disparó.Medesploméenlatierrayél,aúnmásdeprisa,seinternóenelbosque.

Aquellafuelarecompensaamibondad.Habíasalvadoaunserhumanodelamuertey,comorecompensa,ahorameretorcíaentrehorriblesdoloresporundisparoquemehabíadestrozadolacarneyelhueso.Lossentimientosdebondad y amabilidad que había albergado solo unos instantes antes dieronlugar a una furia infernal y al rechinar de dientes… inflamadopor el dolor,juré odio eterno y venganza a toda la humanidad. Pero el dolor que mecausabalaheridamevenció,mipulsosedetuvoymedesmayé.

Durante algunas semanas llevé una vida miserable en aquellos bosques,intentandocurarmelaheridaquehabíarecibido.Labalamehabíaperforadoelhombro, y yo no sabía si aún permanecía allí o lo había traspasado; encualquier caso, no tenía medios para sacarla. Mis sufrimientos aumentarontambién por el opresivo sentimiento de injusticia e ingratitud que aquellosdoloressuponían.Misjuramentosdiariosclamabanvenganza…unavenganzaabsolutaymortal,porquesoloasípodríacompensarlosultrajesyeldolorquehabíasufrido.

Después de algunas semanas,mi herida curó, y continuémi viaje.Ni elbrillo del sol ni las suaves brisas de la primavera pudieron aliviar ya lostrabajosquetuvequesoportar;todaalegríanoerasinounaburlaparamí,queinsultabamiestadodedesolación,ymehacíasentirmásdolorosamenteque

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yonoestabahechoparalafelicidad.Peromissufrimientosyaseacercabanasuconclusión,ydosmesesdespuéslleguéalosalrededoresdeGinebra.

Eracasidenochecuandolleguéalasafuerasdelaciudad,ymeapartéaun lugarescondidoen loscamposque la rodean,parapensarenelmododedirigirme a vos.Me encontraba abatido por el cansancio y el hambre, ymesentíademasiadodesgraciadoparadisfrutardelasdulcesbrisasdelatardecerolasvistasdelsolponiéndosetraslasimponentesmontañasdelJura.Enaquelmomento,mealivióunligerosueño,elcualfueperturbadoporlaaparicióndeunhermosomuchacho,queentróenmiescondrijocorriendoconlajuguetonaalegría de la infancia. De repente, cuando lo miré, una idea se apoderó demí… que aquella pequeña criatura seguramente no tendría prejuicios y quehabíavividomuypocotiempocomoparahaberseimbuidodelhorrorhacialadeformidad. Así pues, si pudiera hacerme con él y educarlo como micompañeroyamigo,nomeencontraríatansoloenestemundollenodegente.Apremiado por aquel impulso, agarré al muchacho cuando pasó y lo atrajehacia mí. En cuanto vio mi figura, puso las manos delante de los ojos yprofirióunagudochillido.Leaparté lasmanosde lacarapor la fuerzay ledije:

—Muchacho,¿quéhaces…?Nopretendohacertedaño;escúchame…

Élluchabaferozmente.

—¡Déjame! —gritó—. ¡Monstruo! ¡Monstruo horrible! ¡Quieresdevorarme y destrozarme en mil pedazos…! ¡Eres un ogro! ¡Déjame, ollamaréamipapá…!

—Chico…—le dije—, jamás volverás a ver a tu padre… Vas a venirconmigo.

Estallóengritosfuriosos:

—¡Monstruoespantoso…!¡Déjame,déjame!Mipapáesmagistrado…EselseñorFrankenstein…¡Déjame!¡Noteatrevasatocarme…!

—¡Frankenstein!—exclamé—.Entoncespertenecesamienemigo,aaquelporquienhejuradovenganzaeterna…ytúserásmiprimeravíctima.

Elmuchachoaúnporfiabaymeinsultabacongritosquesoloconseguíanllevarladesesperaciónamicorazón.Locogíporlagargantaparaintentarquesecallara,yuninstantedespuésyacíamuertoamispies.

Observéamivíctima,yunaalegríayun triunfo infernalembargaronmicorazón…ymientrasaplaudía,exclamé:

—Yo también puedo sembrar la desolación. Mi enemigo no esinvulnerable; estamuerte lohundiráen ladesesperación,ymilesymilesdedesgraciasloatormentaránylodestruirán.

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Cuandoclavémisojosenelmuchacho,vialgoquebrillabaensupecho.Locogí.Eraelretratodeunamujerhermosísima.Apesardemimaldad,aquelretratomecalmóyatrajomiatención.Duranteunosbrevesinstantesobservécon deleite sus ojos oscuros y profundos, y sus adorables labios, pero deinmediato volvió a invadirme la ira: recordé que me habían privado parasiempredelosplaceresquecriaturascomoaquellapodríanproporcionarme;yqueaquellacuyorostrocontemplaba,simemirara,habríacambiadoaquelairededivinabondadporungestodehorroryrepugnancia.

¿Acaso os sorprende que semejantes pensamientosme volvieran loco derabia?Yosolomemaravillodequeenaquelmomento,envezdedaralvientomis emociones mediante inútiles exclamaciones y dolor, no me precipitaracontralahumanidadyperecieraenmideseodedestruirla.Mientrasmesentíaembargado por aquellos sentimientos, abandoné el lugar en el que habíacometido el asesinato y busqué un escondrijo más apartado. En aquelmomento vi a unamujer que pasaba cerca…Era joven, ciertamente no tanhermosacomo ladel retratoqueyo tenía,perodeagradableaspectoyen laencantadora flor de la juventud y de la salud. Y pensé que allí iba una deaquellassonrisasqueseentreganatodoelmundo,exceptoamí.«Noescaparáamivenganza;graciasa las leccionesdeFelixya lassanguinarias leyesdelos hombres, he aprendido cómo hacer el mal.» Me acerqué a ella sin sernotado y coloqué el retrato a buen recaudo en uno de los bolsillos de suvestido.

Durantealgunosdíasestuvemerodeandoporel lugarenelquesehabíandesarrollado aquellos acontecimientos, a veces deseando poder veros, y avecesdecididoaabandonarelmundoysusmiseriasparasiempre.Alfinalmedirigí hacia estas montañas y he recorrido todas esas grutas inmensas,consumidoporunaardientepasiónquesolovospodéiscalmar.Ynopodemosdespedirnoshastaquemehayáisprometidocumplirconmispeticiones.Estoysoloysoymuydesgraciado.Nadiequerráestarconmigo,perounamujertandeformeyhorriblecomoyonomerechazaría.Eseeselserquedebéiscrearparamí.

CAPÍTULO9

La criatura terminó de hablar y clavó su mirada en mí, esperando unarespuesta.Peroyoestabadesconcertadoyperplejo,yera incapazdeordenarmisideaslosuficientecomoparacomprenderelsignificadodesupropuesta.Élañadió:

—Debéiscrearunacompañeraparamí,unamujerconlaquepuedavivir,

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quemecomprendaya laqueyopuedacomprender,parapoderexistir.Solovospodéishacerlo,yloexijocomounderechoquenodebéisnegarme.

Cuandodijoaquello,nopudecontenerlairaqueardíaenmiinterior.

—¡Pues claro que me niego! —contesté—, y por nada del mundoconseguirás que acceda a ello. Puedes convertirme en el hombre másdesgraciadodelaTierra,peronoconseguirásquemerebajeymeconviertaenunserdespreciableantemímismo.¿Esquedebocrearotrosercomotú,paraque vuestra maldita alianza destruya el mundo? ¡Apártate de mí! Ya te hecontestado.Puedesmatarme,peronoloharé.

—Estáisequivocado—replicó—;y,envezdeamenazaros,estoydispuestoarazonarconvos.Soymalvadoporquesoydesgraciado.¿Onomedespreciay me odia toda la humanidad? Vos, mi creador, me destrozaríais en milpedazosyospreciaríaisdesemejantetriunfo.Recordadeso…ydecidmeporqué debería apiadarme de un hombre que no tiene piedad de mí. Si mearrojaseis a una de esas grietas de hielo y destruyerais mi cuerpo, obra devuestraspropiasmanos,ni siquiera lo llamaríais asesinato. ¿Debo respetar aun hombre que me condena? Mejor será que convivamos y colaboremosamablemente, y, en vez de daños, derramaría sobre vos todos los beneficiosimaginables,con lágrimasdegratitud.Peroesonopuedeser; lasemocioneshumanas son barreras infranqueables para nuestra alianza. Pero no mesometeré como un esclavo abyecto. Vengaré mis sufrimientos; si no puedoinspirar amor, causaré terror; y principalmente a vos,mi enemigo supremo,porquesoismicreador,oshejuradoodioeterno.Meesforzaréendestruiros,ynodaréporterminadamitareahastaquearrasevuestrocorazónymaldigáislahoradevuestronacimiento.

Unairadiabólicaanimósurostrocuandodijoaquello;sucarasecontraíaen muecas demasiado horribles para que un ser humano pudiera tolerarlas;peroinmediatamentesecalmóycontinuó.

—Intentabarazonar…Estaobsesiónmeperjudica,porquenocomprendéisque solo vos sois la única causa de su fuego. Si alguien fuera capaz de serbondadosoconmigo,yodevolveríaentoncesesabondaddobladacienycienveces; solo por una criatura así, sería capaz de hacer las paces con toda lahumanidad. Pero ahora estoy fantaseando con sueños que nunca podráncumplirse.Loqueospidoesrazonableyjusto.Soloexijounacriaturadeotrosexo,perotanespantosacomoyo.Esunconsuelopequeño,peroesoestodolo que puedo recibir, y será suficiente para mí. Es verdad que seremosmonstruosyque estaremos apartadosdelmundo,peroprecisamentepor esonos sentiremosmás unidos el uno con el otro.No seremos felices, pero noharemosmalanadieynosufriremosladesdichaqueahorasientoyo.¡Oh…micreador!Hacedmefeliz;permitidmequesientagratitudhaciavosporese

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únicoactodebondadparaconmigo.Permitidmecomprobarquesoycapazdeinspirarlacomprensióndeotracriatura.Nomeneguéisestapetición.

Me sentí conmovido. Temblaba cuando pensaba en las posiblesconsecuencias de aceptar, pero creí que había una parte de justicia en suargumentación.Surelatoylossentimientosqueahoraexpresabademostrabanqueeraunacriaturadeemocionesdelicadas;yyo,comosuhacedor,¿nodebíaproporcionarle toda la felicidad que estuviera en mi mano concederle? Élpercibióelcambioenmissentimientosycontinuó.

—Siconsentís,nivosniningunacriaturahumananosvolveráaverjamás.Me iré a las vastas selvas de América. Mi alimento no es como el de loshombres;yonomatoauncorderoniauncabritoparasaciarmiapetito.Lasbellotasy lasbayasmeproporcionansuficientealimentación.Micompañeraseráde lamismanaturalezaqueyoy se contentará con lomismo.Haremosnuestrolechoconhojassecas;elsolnosiluminarácomoatodosloshombresymaduraránuestrosalimentos.Estáisemocionado.Elcuadroqueospresentoesamableyhumano,ydebéissentirquesoloospodríaisnegarhaciendousodeuna tiranía y una crueldad caprichosas. Aunque habéis sido despiadadoconmigo, veo compasión en vuestros ojos. Permitidme que aproveche estemomento favorable y os persuada para que me prometáis lo que tanardientementedeseo.

—Has prometido que os apartaréis de los lugares donde habitan loshombres—contesté—eiréisaviviralasselvasdesiertasdondelasbestiasdelmonte serán vuestra única compañía. ¿Cómo vas a poder mantener esapromesadeexilio,tú,queansiastantoelcariñoylacomprensióndelhombre?Volverías, y buscarías su comprensión, y volverías a encontrarte con sudesprecio;tusmalvadaspasionessereavivarían,yentoncescontaríasconunacompañeraqueteayudaríaacumplirtusdeseosdedestrucción.Apártate…Nopuedoaceptar.

Elmonstruocontestóconvehemencia:

—¡Quéinconstantessonvuestrossentimientos…!Solohaceunmomentoparecíaisconmovidopormissúplicas:¿porquévolvéisaendurecerosantemisquejas?Osjuro,porlatierraquepiso,yporvos,quemehabéiscreado,queconlacompañeraquemeconcedáismealejarédelapresenciadeloshombresy viviré, si es necesario, en los lugares más salvajes. Mis malas pasionesdesaparecerán,porquehabréencontradolacomprensión.Mividatranscurriráapaciblemente,alejadadetodo,yenelmomentodemorirnomaldeciréamihacedor.

Suspalabrastuvieronunextrañoefectoenmí.Mecompadecídeély,porunmomento, sentí el impulsodeconsolarlo;perocuando lomiraba, cuandoveíaaquellamasainmundaquesemovíayhablaba,micorazónenfermabay

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mis sentimientos se transformaban en horror y odio. Intenté sofocar esasemociones.Pensabaque, aunquenopudiera apreciarlo en absoluto, no teníaderecho a negarle la pequeña porción de felicidad que estaba en mi manopoderproporcionarle.

—Juras no hacer daño a nadie—dije—, pero ¿no has demostrado ya tuimplacablemaldad?¿Nodeberíadesconfiarde ti? ¿Noseráestouna trampaparaengrandecertuvictoria?¿Noestaréproporcionándotemásocasionesparatuvenganza?

—¿Cómo…?—exclamó—.Pensabaqueoshabíaiscompadecidodemíy,sin embargo, aún os negáis a concederme el único bien que aplacaría micorazón y me convertiría en un ser inofensivo. Si no tengo relaciones niafectos,meentregaréalodioya lamaldad.Elamordeotroserdestruirá larazóndemiscrímenesymeconvertiréenalgodecuyaexistencianadiesabrá.Mismaldadessonhijasdeunasoledadforzadaqueaborrezco,ymisvirtudesfloreceránnecesariamentecuandorecibalacomprensióndeunigual.Sentiríaelafectodeunservivoymeconvertiríaenuneslabónenlacadenadelserydelosacontecimientosdelosqueahoraestoyexcluido.

Me detuve algún tiempo a reflexionar en todo lo que había dicho y ameditar los argumentos que había empleado. Pensé en las prometedorasvirtudesquehabíamostradoalprincipiodesuexistencia;yenlasubsiguienteruina de todos aquellos amables sentimientos, por culpa del desprecio y elespantoquesusprotectoreshabíanmanifestadohaciaél.Enmiscálculosnoolvidénisufuerzanisusamenazas:unacriaturaquepodíavivirenlasgrutasdehielodelosglaciaresypodíaocultarsedesusperseguidoresenlasaristasde precipicios inaccesibles era un ser que poseía facultades a las que eraimposiblehacerfrente.Despuésdeunalargapausaparameditar,concluíquelajusticiadebidatantoaélcomoamissemejantesmeobligabaaaccederasuspeticiones.Asípues,volviéndomehaciaél,ledije:

—Accedo a tu petición, con la siguiente condición: que me prometassolemnemente que abandonarás Europa, y cualquier otro lugar donde hayaseres humanos, tan pronto como ponga en tus manos la hembra que teacompañaráentuexilio.

—¡Lo juro—gritó—, por el sol y por los cielos azules del Paraíso, quemientrasexistanjamásvolveréisaverme!Marchad,entonces,avuestracasaycomenzadlostrabajos.Observarévuestrosavancesconincontenibleansiedad,y,descuidad,quecuandotodoestépreparado,yoapareceré.

Y diciendo aquello, rápidamente se alejó de mí, temeroso quizá de quecambiaradeopinión.Levidescenderlamontañamásvelozqueelvuelodeláguilayrápidamenteloperdídevistaentrelasondulacionesdelmardehielo.

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Su relato había durado todo el día, y el sol ya estaba sobre la línea delhorizonte cuando él partió. Yo sabía que debía comenzar a descenderinmediatamente hacia el valle, pues muy pronto me vería envuelto en unacompletaoscuridad.Peromicorazónestabaapesadumbrado,yavanzabaconpasos lentos. El esfuerzo de ir serpenteando por los pequeños senderos, yfijando mis pies firmemente mientras avanzaba, me agotaba, absorto comoestaba en las emociones que los acontecimientos de aquel día habíandespertadoenmí.Yaeramuydenochecuandolleguéaunlugardedescansoquehayamitaddecaminoymesentéjuntoalafuente.Lasestrellasbrillabande tanto en tanto, amedidaque lasnubespasabanpordelantede ellas.Lospinos oscuros se elevaban frente a mí, y por todas partes, aquí y allá, losárbolesquebradosyacíanen tierra;eraunpaisajedemaravillosasolemnidadque encendió extraños pensamientos en mi interior. Lloré amargamente y,retorciéndomelasmanosdedolor,exclamé:

—¡Oh,estrellas,ynubes,yviento…todososburláisdemí!¡Sirealmentetenéis piedad de mí, aplastadme y destruidme! ¡Y si no, alejaos; alejaos ydejadmeenlaoscuridad!

Eranpensamientosenloquecidosydesesperados,peronopuedodescribirhasta qué punto el eterno centellear de las estrellas me abrumaba, y cómoesperabacadaráfagadevientocomosifueraunespantosoyturbiovientodelsurdispuestoaconsumirme.

Ya había amanecido cuando llegué a la aldea de Chamonix; pero miaspecto,macilentoyextraño,apenaspudocalmar los temoresdemifamilia,quehabíaestadoangustiadatodalanoche,esperandomiregreso.

AldíasiguienteregresamosaGinebra.Laintencióndemipadreconaquelviajehabíasidodistraermimenteyrestaurarmitranquilidadperdida.Perolamedicina había resultado fatal; e, incapaz de comprender aquella tristezaexcesiva que yo parecía estar sufriendo, se apresuró a regresar a casa,esperando que la tranquilidad y la calma de la vida familiar aliviara poco apocomissufrimientos,cualquieraquefuerasucausa.

Pormiparte,apenasparticipéentodossuspreparativos,yelamablecariñodemiamadaElizabethnoservíaparaarrancarmedelasprofundidadesdemidesesperación.Lapromesaquelehabíahechoaaqueldemoniopesabaenmiespíritu como las capas de hierro que llevaban los infernales hipócritas deDante.Todoslosplaceresdelatierraydelcielopasabanantemícomoenunsueño, y solo aquel único pensamiento poseía la capacidad para mostrarsecomolaverdaderarealidaddelavida.¿Esquealguienpuedeadmirarsedequeenocasionessufrieraunaespeciedelocura,odequevieraentornoamíunamultituddeespantosasbestiasinfligiéndomeincesantesheridasqueamenudomehacíanproferirgritosyamargoslamentos?

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Sin embargo, poco a poco, aquellos sentimientos se calmaron. Volví aadentrarmeen lavidacotidiana, sinocon interés, almenosconun tantodetranquilidad.

CAPÍTULO10

Día trasdía, semana tras semana fueron transcurriendo trasmi regreso aGinebra, y no reuní el valor suficiente para comenzar el trabajo. Temía lavenganzadeldemoniosilodefraudaba,sinembargo,eraincapazdevencermirepugnancia a emprender la tarea. También descubrí que era incapaz decomponer una mujer sin volver a dedicarle muchos meses de estudio ylaboriosas pruebas. Había oído que un filósofo inglés había hecho algunosdescubrimientos, cuyo conocimiento me sería de mucha utilidad, y enocasionespensabapedirlepermisoamipadreparavisitar Inglaterraconesaintención;peromeaferrabaacualquierexcusapararetrasarloynomedecidíainterrumpirmitranquilidadrecuperada.Misalud,quehastaentoncessehabíaresentido,habíamejoradomucho;y,cuandonoloimpedíaelrecuerdodemidesgraciada promesa, me encontraba bastante animado. Mi padre observóaquel cambio con placer y constantemente buscaba el mejor método paraerradicar los restos de lamelancolía que de vez en cuando regresaba ymeatacaba con su feroz oscuridad, ensombreciendo el anhelado amanecer. Enaquellos momentos me refugiaba en la más absoluta soledad: pasaba díasenterosenellago,solo,enunpequeñobote,mirandolasnubesyescuchandoelmurmullode lasolas, en silencioyencompleta indiferencia.Peroel airefresco y el sol brillante con mucha frecuencia conseguían devolverme enalgunamedidalacompostura;ycuandoregresaba,respondíaalossaludosdemisamigosconunasonrisamásdispuestayunespíritumásafectuoso.

Fue después de volver de una de esas excursiones cuando mi padre,llamándomeaparte,sedirigióamídelsiguientemodo:

—Mi querido hijo, me alegra mucho comprobar que has vuelto a tusantiguosplaceresyparecequevuelvesa ser túmismo.Y, sinembargo, aúnestás triste y rehúyes nuestra compañía. Durante un tiempo he estadocompletamenteperdidoalrespectoynopodíanisiquieraimaginarcuálpodríaserlacausadeesto;peroayersemeocurrióunaidea,ysiestábienfundada,te ruego que me la confirmes. En este punto, la discreción no solo seríacompletamenteinútil,sinoquecontribuiríaatriplicarnuestrastribulaciones.

Temblé visiblemente cuando terminó aquella introducción, y mi padrecontinuó:

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—Teconfieso,hijomío,quesiempreheconsideradoelmatrimoniocontuprima como el fundamento de nuestra felicidad familiar y el báculo de miancianidad. Os conocéis desde que erais muy niños; estudiabais juntos yparecía, porvuestros caracteresygustos, que estabaishechos el unopara elotro. Pero los hombres a veces estamos tan ciegos…y lo que yo creía quepodía ser lo mejor para encauzar mi plan puede haberlo arruinado porcompleto;talvezsololamirescomoaunahermana,sinquehayaentiningúndeseodeconvertirlaentuesposa.Esmás,seguroquehasencontradoaotradelaqueestásenamorado;y,considerandoquehascomprometidotuhonorenelfuturo matrimonio con tu prima, ese sentimiento puede causar el punzantedolorqueparecessentir.

—Querido padre, tranquilízate. Quiero a mi prima de todo corazón ysinceramente. No he conocido a ninguna mujer que me inspirara, comoElizabeth, la admiración y el cariño más profundo. Mis esperanzas y misperspectivas de futuro se basan enteramente en la expectativa de nuestraunión.

—Mi queridoVictor, la confirmación de tus sentimientos en este asuntome produce una alegría mayor que la que me haya podido proporcionarcualquier otra cosa desde hace mucho tiempo. Si es eso lo que sientes,seremosfelicescontodaseguridad,pormuchoquelascircunstanciasactualespuedan arrojar alguna tristeza sobre nosotros. Pero es esa tristeza que se haapoderadocontantafuerzadetuespíritulaquequerríadesterrar.Dime,pues,si tienes alguna objeción a una inmediata celebración formal de vuestromatrimonio. Hemos sido muy desdichados, y los recientes acontecimientosnos han arrebatado esa tranquilidad familiar que mis años y mis achaquesprecisan.Eresjoven;sinembargo,disponiendodeunanotablefortuna,nocreoqueunmatrimoniotempranopuedainterferirencualquierproyectofuturoquehayas planeado, sea en la universidad o en la administración pública. Encualquiercaso,nocreasquedeseoimponertelafelicidad,oqueunretrasoportu parte me causaría ninguna inquietud seria. Interpreta mis palabras consencillezyrespóndeme,teloruego,conconfianzaysinceridad.

Escuché ami padre en silencio y durante unosmomentos permanecí sindar contestación alguna. Rápidamente, le dimil vueltas a una avalancha depensamientoseintentéllegaraunaconclusión.¡Diosmío…!Laideadeunaboda inmediata con mi prima me aterrorizaba y me consternaba. Estabacomprometidoporunasolemnepromesaqueaúnnohabíacumplidoyquenome atrevía a romper; y si lo hacía, ¡cuántos e insospechados sufrimientospodrían desatarse sobremí ymi adorada familia! ¿Acaso podía celebrar unbanqueteconaquelpesomortalcolgandodemicuelloyarrastrándomeporelsuelo?Debíacumplirmicompromiso:soloasíconseguiríaqueelmonstruosefuera con su compañera antes de que yo pudiera permitirme disfrutar de un

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matrimonioenelcualteníadepositadastodasmisesperanzasdepaz.Recordétambiénlanecesidadperentoriaenquemehallaba,biendeviajaraInglaterra,biendeentablarunalargacorrespondenciaconlosfilósofosdeesepaís,cuyosconocimientosydescubrimientosme resultaban indispensables en semejanteempresa. Esta última forma de conseguir la información precisa era lenta yenojosa;además,cualquiercambiomesentaríabien,yestabaencantadoconlaideadepasarunoodosañosenotrolugaryconotrasocupaciones,lejosdemifamilia;duranteeseperíododetiempopodríaocurriralgoquemedevolvieralapazylafelicidad.Podríacumplirmipromesayelmonstruopodríapartir;otalvezpodríaaconteceralgúnaccidentequeacabaraconélypusierafinamiesclavitudparasiempre.Aquellossentimientosdictaronlarespuestaqueledia mi padre. Expresé mi deseo de visitar Inglaterra; pero, ocultando lasverdaderas razones de aquella petición, disfracé mis intenciones con lamáscaradeunsupuestodeseodeviajaryvermundoantesdeinstalarmeparasiempreentrelosmurosdemiciudadnatal.

Presentémiruegocontodaformalidad,ymipadremuyprontoaccedióami petición… Creo que no ha habido un padre más indulgente o menostiránico en el mundo. Nuestro plan se dispuso de inmediato. Viajaría aEstrasburgo,dondemereuniríaconClerval,yluegobajaríamosjuntosporelRin.Pasaríamosalgúntiempo,poco,enlasciudadesdeHolanda,ylamayorparte de nuestro periplo lo pasaríamos en Inglaterra. Regresaríamos porFrancia.Seacordóqueesteviajeduraríadosaños.

Mi padre se contentó con la idea de que me casaría con ElizabethinmediatamentedespuésdemiregresoaGinebra.

—Estosdosaños—dijo—pasaránrápidamente,yseráelúnicoretrasoquese oponga a tu felicidad.Y, en realidad, deseo fervientemente que llegue eltiempo en que todos estemos juntos y que ni las esperanzas ni los temoresconsiganalterarnuestratranquilidadfamiliar.

—Estoydeacuerdo—contesté—.Paraentonces,Elizabethyyoseremosmásmaduros,yesperoquemásfelices,deloquesomosenestemomento.

Suspiré,peromipadreamablementeevitóhacermeningunapreguntamásrespecto a la razón demi tristeza. Él esperaba que los paisajes nuevos y elentretenimientodelviajemedevolvieranlatranquilidad.

Luego hice los preparativos para el viaje, pero se apoderó de mí unsentimientoqueme llenóde temoryangustia.Durantemiausencia,deberíadejaramis familiaressolos, inconscientesde laexistenciadeunenemigo,ydesprotegidosantesusataques,pues talvezseenfureceríaalverqueyomeiba. Pero había prometido seguirme allá donde quisiera que yo fuera: ¿novendría tras de mí a Inglaterra? Esa suposición era desde luego aterradora,pero tranquilizadora en tanto en cuanto significaba que mi familia estaría

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segura.Meamargabalaideadequepudieraocurrirlocontrario.Perodurantetodoeltiempoenelquefuiesclavodemicriatura,solomedejéguiarporlosimpulsos de cada instante; y mis sensaciones en aquel momento measegurabancontodacertezaqueaqueldemoniomeseguiríayquemifamiliaquedaríaalmargendelpeligrodesusmaquinaciones.

FuemuyafinalesdeagostocuandopartídeGinebra,dispuestoavivirdosaños en el extranjero. Elizabeth aceptó las razones de mi viaje, y sololamentaba que ella no tuviera las mismas oportunidades para ampliar susconocimientosycultivarsuinteligencia.Detodosmodos,lloróaldespedirseymepidióqueregresarafelizytranquilo.

—Todostenecesitamos—dijo—;ysitúestástriste,¿cuálesseránnuestrossentimientos?

Memetíenelcarruajequeibaaalejarmedeallí,sinsaberapenasadóndemedirigíaysin importarme loquesucedíaamialrededor.Solo recuerdo,ypenséenellocon laangustiamásamarga,queordenéqueempaquetaranmiinstrumental químico para llevármelo. Porque decidí cumplir mi promesamientrasestuvieraenelextranjeroyregresar,sieraposible,comounhombrelibre. Abrumado por todas aquellas visiones terribles, atravesé muchospaisajes maravillosos y majestuosos, pero mis ojos estaban clavados en elvacíoynoveíannada; solopodíapensaren la finalidaddemiviajeyeneltrabajoque ibaaocuparmemientrasdurara.Despuésdealgunosdíasen losqueestuvesumidoenunaindolenteapatía,duranteloscualesrecorrímuchasleguas, lleguéaEstrasburgo,dondepermanecídosdíasesperandoaClerval.Finalmente, vino; ¡Diosmío! ¡Qué enorme contraste había entre ambos! Élsiempre estaba atento a todo; disfrutaba cuando veía la belleza del sol alatardecer, y aún se alegrabamás cuando lo veía amanecer y comenzaba unnuevo día.Me señalaba los cambiantes colores del paisaje y las tonalidadesdelcielo.

—¡Estosíqueesvivir!—exclamaba—.¡Meencantavivir!Pero tú…miqueridoFrankenstein,¿porquéestástristeyapenado?

Enefecto,estabamuyocupadoenmissombríospensamientos,yniveíalaapariciónde laestrellavespertinani losdoradosamaneceresreflejadosenelRin;yusted,amigomío,seguramentesedivertiríamuchomásconeldiariodeClerval, que observaba el paisaje con mirada sentimental y gozosa, queescuchando mis reflexiones… yo, un pobre desgraciado atrapado en unamaldiciónquemecerrabatodosloscaminosdelaalegría.

HabíamosacordadobajarelRinenbarco,desdeEstrasburgoaRotterdam,dondepodríamoscogerunnavíohaciaLondres.Duranteaquelviajepasamosjuntoapequeñasislasyvisitamosalgunashermosasciudades.Pasamosundíaen Mannheim y, cinco días después de nuestra partida de Estrasburgo,

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llegamosaMaguncia.ElcursodelRin,apartirdeMaguncia,esmuchomáspintoresco. El río desciende rápidamente y serpentea entre colinas, nomuyaltas,peroescarpadas,yconhermosísimasformas.Vimosmuchoscastillosenruinas,asomándosealbordedealtoseinaccesiblesprecipicios,rodeadosporbosques oscuros. Esta parte del Rin, en efecto, presenta un paisajesingularmente variopinto. En cierto punto, uno puede observar colinasescarpadas, castillos en ruinas asomándose a tremendos precipicios, con eloscuro Rin precipitándose en el fondo… Y de repente, a la vuelta de unpromontorio, florecen los viñedos y surgen populosas ciudades, y losmeandros de un río con suaves riberas verdes se hacen dueños del paisaje.Viajábamos en la época de la vendimia y oímos las canciones de lostrabajadores mientras avanzábamos río abajo. Incluso yo, con el espírituabatido y el ánimo continuamente perturbado por sentimientos sombríos,inclusoyopudedisfrutardeaquello.Metumbabaenlabarcaza,y,mientras,miraba el cielo azul sin nubes, y me embriagaba con una paz que durantemucho tiempo me había sido esquiva. Y si aquellas eran mis sensaciones,¿cómodescribirlasdeHenry?Parecíaquesehubieratrasladadoalpaísdelashadasygozabadeunafelicidadqueraravezdisfrutanloshombres.

—Hevistolospaisajesmáshermososdemipaís—decía—.HeestadoenloslagosdeLucernaydeUri,dondelasmontañasnevadassedesplomancasiverticalmentesobreelagua,proyectandosombrasnegraseimpenetrablesqueloshacentétricosylúgubres,sinofueraporlosislotesverdesquetranquilizanlavistaconsualegreaspecto.Hevistoesoslagosagitadosporlatempestad,cuandoelvientoarrancaremolinosdeaguayadviertecómodebedeserunatrombamarinaenelocéanoabierto…yhevistoromperlasolasconfuriaenlabasede lasmontañas,dondeelcuraysuamantequedaronsepultadosporunaavalanchaydondesedicequeaúnseescuchansusvocesmoribundasenmedio de las ventiscas nocturnas.He visto lasmontañas deLaValais y delPays de Vaud, pero esta región, Victor, me gusta más que todas aquellasmaravillas.LasmontañasdeSuizasonmajestuosasyextraordinarias,peroenlasorillasdeestedivinoríohayencantoscomonohevistojamás.Miraaquelcastillo colgado en aquel precipicio; y aquel otro también, en la isla, casioculto entre el follaje de aquellos encantadores árboles; y ahora,mira aquelgrupo de trabajadores que vuelven de sus viñedos; y aquella aldea, medioescondida en la quebradade lamontaña…¡Oh, seguramente el espíritu quehabita y protege este lugar tiene un almamás piadosa con los hombres queaquellosqueseescondenenlosglaciaresovivenenlosinaccesiblespicosdelasmontañasdenuestratierra!

Sonreí ante el entusiasmodemi amigoy recordé conun suspiro aquellaépoca en la que mis ojos habrían brillado con alegría al contemplar lospaisajes que entonces veíamos. Pero el recuerdo de aquellos días erademasiadodoloroso;debíaacallarcualquierpensamientoparadisfrutardeun

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poco de paz, y aquella idea ya era suficiente para emponzoñar cualquierplacer.

DesdeColoniabajamosa las llanurasdeHolanda,ydecidimoscontinuarendiligencia el resto de nuestro camino, porque el viento era contrario y lacorriente del río era demasiado lenta como para arrastrar el barco. Ahorallegábamosaun territoriomuydistinto.La tierraeraarenosay lasruedassehundíanfrecuentementeenella.Lasciudadesenestepaísconstituíanlapartemás agradable del paisaje. Los holandeses son extremadamente ordenados,pero a menudo nos sorprendía lo poco práctico que resultaba su orden.Recuerdoqueenciertolugarhabíaunmolinodevientocolocadodetalmodoqueelpostillónsevioobligadoallevarelcarruajeporunextremodelcaminopara evitar el giro de las aspas. El camino a menudo discurría entre doscanales, donde no había espacio más que para que pasara un carruaje; ycuandonosencontrábamosotrovehículo, locualocurríaconfrecuencia,nosveíamos obligados a ir hacia atrás durante casi una milla, hasta queencontrábamosunode lospuentes levadizosqueconducena los sembrados,dondebajábamosconelcarruajeyesperábamosaquepasaraelotro.Tambiénempapanel linoenelbarrode sus canalesy lo cuelgande los árboles, a lolargo de los caminos, para secarlo.Y cuando hacemucho calor, no es fácilsoportarelhedorquedesprende.Sinembargo,loscaminossonmagníficosylosprados,maravillosos.

DesdeRotterdamnavegamoshasta Inglaterra.Fueunamañanadespejadade los últimos días de septiembre cuando vi por primera vez los blancosacantilados de Gran Bretaña. Las riberas del Támesis ofrecían un paisajenuevo;eran llanaspero fértiles,ycasi todas lasciudades teníanunahistoriacuriosa.VimosTilburyFort, y recordamos laArmadaEspañola;Gravesend,Woolwich,Greenwich…lugaresde losqueyahabíaoídohablarenmipaís.Al final vimos las numerosísimas agujas de Londres, con San Pabloelevándose sobre todas las demás, y la Torre, famosa en la historia deInglaterra.

CAPÍTULO11

Así pues, Londres era nuestro lugar de destino; decidimos permaneceralgunos meses en aquella ciudad famosa y maravillosa. Clerval deseabaconocerahombresdegenioy talentoqueestabanenaugeenaquellosaños;pero paramí aquella era una cuestión secundaria; yo estaba principalmentepreocupado por los medios con los que conseguir la información necesariapara cumplir mi promesa, y rápidamente despaché algunas cartas de

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presentaciónque llevaba conmigo, dirigidas a losmásdistinguidos filósofosde la naturaleza. Si aquel viaje hubiera tenido lugar durante mis días deestudio y felicidad, me habría proporcionado un indescriptible placer. Perosobremividahabíacaídounamaldición,ysolovisitéaaquellaspersonasconelfinderecabarlainformaciónquemepudieranofrecersobreelasuntoenelqueestaba tanprofundamente interesado.La relaciónconotraspersonasmeresultabaodiosa;cuandoestabasolo,podíadejarvolarmiimaginaciónhaciadondemásmecomplaciera;y lavozdeHenrymetranquilizaba,yasípodíaengañarme con una paz transitoria. Pero los rostros curiosos, amables yalegres despertaban una negra desesperación en mi corazón. Veía un muroinfranqueable situado entre mis semejantes y yo; aquel muro se habíalevantado con la sangre deWilliam y Justine, y pensar en aquellos sucesosllenabamialmadeangustia.PeroenClervalveíalaimagendeloqueyohabíasido antaño; era curioso y estaba deseando adquirir nuevas experiencias yconocimientos.Lasdiferenciasenlascostumbresqueobservabaeranparaélunafuenteinfinitadeobservaciónyentretenimiento.Siempreestabaocupado,y lo único que enturbiaba su felicidad era mi tristeza y mi semblanteapesadumbrado.Yo intentaba ocultarlo todo lo posible, puesto que no debíaarrebatarlelosplaceresnaturalesaunapersonaque,alejadadepreocupacioneso de recuerdos amargos, está adentrándose en los nuevos horizontes que leofrece la vida. A menudo me negaba a acompañarlo, alegando otroscompromisos,yasípodíaquedarmesolo.Entoncescomencétambiénareunirlosmaterialesnecesariosparaminuevacreación,yaquellofueparamícomounatortura,comogotasdeaguaquecontinuamentecaensobrelacabeza.Cadapensamiento que dedicaba a ellome causaba una inmensa angustia, y cadapalabraquedecíaalrespectohacíatemblarmislabiosypalpitarmicorazón.

Después de estar algunosmeses enLondres, recibimos una carta de unapersona que vivía en Escocia, que nos había visitado antaño en Ginebra.Mencionó las bellezas de su país natal y nos preguntó si aquello no teníaencanto suficiente para inducirnos a prolongar nuestro viaje hacia el norte,hasta Perth, donde vivía. Clerval, entusiasmado, deseaba aceptar aquellainvitación; y yo, aunque detestaba cualquier relación con otras personas,deseabavolveravermontañasytorrentesytodaslasmaravillosasobrasquelanaturalezadisponeensusrinconesfavoritos.HabíamosllegadoaInglaterraa principios de octubre y ya estábamos en febrero; así que decidimosemprendernuestroviajehacia el norte a finalesdelmes siguiente.En aquelperiplo no teníamos intención de ir por el camino real de Edimburgo, sinovisitarWindsor,Oxford,Matlock, y los lagos deCumberland, demodoquealcanzaríamoselpuntofinaldeesteviajehaciafinalesdejulio.Empaquetémiinstrumentalquímicoylosmaterialesquehabíarecabado,ydecidícompletarlostrabajosenalgúnrincónapartado,enelcampo.

Partimos de Londres el 27 de marzo y permanecimos algunos días en

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Windsor,dondepaseamosporsupreciosobosque.Paranosotros,hombresdelamontaña, aquel paisaje era completamente nuevo; para nosotros todo eraunanovedad:losmajestuososrobles,laabundanciadelacaza,ylasmanadasdeencantadoresciervos.DesdeallínostrasladamosaOxford.Nosencantólaciudad. Los edificios universitarios eran antiguos y pintorescos, las calles,anchas,yelpaisajeseordenabamaravillosamenteentornoalencantadorIsis,quesedetieneenunaampliayplácidabalsadeaguayluegocorrehaciaelsurdelaciudad.Teníamoscartasdepresentaciónparavariosprofesores,quenosrecibieroncongranamabilidadycordialidad.DescubrimosquelascostumbresdeesauniversidadhabíanmejoradomuchodesdelostiemposdeGibbon,peroen la moda aún hay mucha intolerancia y una devoción por las normasestablecidas que constriñe la inteligencia de los estudiantes y conduce a laesclavitudyaunagranestrechezdemirasenlaconcepcióndelavida.Aúnsecometenmuchas barbaridades, y aunque puedan sermotivo de risa para unextranjero, se observaban en el mundo universitario como cuestiones de lamayor importancia. Algunos caballeros se empeñaban obstinadamente envestirpantalonesclaroscuandolanormadelauniversidaderavestirconropaoscura:losmaestrosestabanirritados,perosusalumnossemanteníanfirmes,detalmodoquedurantenuestraestanciadosestudiantesestuvieronapuntodeserexpulsadosporestaprecisacuestión.Aquellaseveraamenazaobligóaunnotablecambioenelvestuariodeloscaballerosdurantealgunosdías.

Así pues, para nuestro infinito asombro, nos encontramos con que aqueleraelprincipalasuntodeconversacióncuandollegamosalaciudad.Nuestrosespíritus se colmaron con los recuerdos de los acontecimientos que habíantenido lugar allí casi un siglo ymedio antes. Fue allí dondeCarlos I habíareunidosushuestes;aquellaciudadlehabíasidofielcuandotodalanaciónlehabíaabandonadoparaunirsealacausadelparlamentoylalibertad.Cuandoentramos en la ciudad, el recuerdo de aquel desafortunado rey, el amistosoFalklandyel insolenteGoringocuparon todosnuestrospensamientos,ynosextrañó cuando descubrimos que estaba llena de togados y estudiantes queteníanenmentecualquiercosasalvoaquellosacontecimientos.Sinembargo,hay algunos vestigios que recuerdan al viajero los antiguos tiempos; entreotros,admiramosconcuriosidadlaeditorialfundadaporelautordelahistoriade los conflictos. También nos enseñaron el edificio en el que había vividofrayBacon, eldescubridorde lapólvora,ydel cual sedecíaque sevendríaabajocuandoentraraallíunhombremássabioqueaquelfilósofo.Elprofesorbajito,decara redondayparlanchínquenosacompañabasenegóapasarelumbral,aunquenosotrosnosaventuramosenelinteriorcontodaseguridad,yélprobablementepodríahaberhecholomismo.

Matlock, que era nuestra siguiente etapa, recordaba en gran medida elpaisajedeSuiza;perotodoestáenunaescalamenor,yalasverdescolinaslesfaltalacoronadeloslejanosAlpesblancos,quesiempreasomanporencima

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de lasmontañascubiertasdepinosennuestropaís.Visitamos lamaravillosagruta y los pequeños gabinetes de historia natural, donde lasmuestras estándispuestas del mismo modo que aparecen en las colecciones de Servox yChamonix.EsteúltimonombremehizotemblarcuandolopronuncióHenry,yme apresuré a abandonar Matlock, donde todo parecía tan relacionado connuestropaís.

Desde Derby, aún viajando hacia el norte, pasamos dos meses enCumberland y Westmoreland. En aquel lugar, casi podía imaginarme a mímismoenlasmontañassuizas.Lospequeñosneverosqueaúnpersistíanenlacaranortedelasmontañas, los lagos,yelfragordelos torrentespedregososme resultaban paisajes familiares y queridos. Allí también conocimos apersonas que casi consiguieron hacerme creer que era feliz. La alegría deClerval era considerablemente mayor que la mía; su inteligencia se crecíacuandoseencontrabaencompañíadehombresde talento,ydescubrióen símismo una capacidad y unas emociones superiores a las que habríasospechadocuandoseencontrabaconpersonasmenosinteligentes.

—Podría pasarme la vida aquí —me decía—, y entre estas montañasapenasecharíademenosSuizayelRin.

Pero descubrió que la vida de un viajero, entre sus encantos, escondetambiénmuchospesares.Sussentimientossiempreestánentensión;ycuandocomienzaaacostumbrarse,seencuentraconquetienequepartirenbuscadealgo nuevo que una vez más exige su atención y que también deberáabandonarporotrasnovedades.ApenashabíamosidoaverlosmuchoslagosdeCumberlandyWestmoreland,yapenashabíamosempezadoaencariñarnosconalgunosdesushabitantescuando tuvimosquedespedirnosdeellosparacontinuar nuestro viaje, pues ya estabamuy próxima la fecha del encuentroconnuestroamigoescocés.Pormiparte,nololamenté.Habíadescuidadomipromesa durante algún tiempo, y temía las consecuencias si elmonstruo seponíafurioso.TalvezsehabíaquedadoenSuizayhabíadesatadosuvenganzacontramis familiares; aquella ideameperseguíaymeatormentabaen todosaquellosmomentos que, en otras circunstancias, podría haber disfrutado deldescansoylapaz.Esperabalascartasconfebrilimpaciencia:siseretrasaban,mesentíaabatidoyabrumadopormil temores;ycuando llegaban,yveíaelremite deElizabethodemipadre, apenasme atrevía a leerlas, por temor aconfirmaraquellasdesgracias.Otrasvecespensabaqueaquelserdiabólicomeseguíaypodíarecordarmelapromesaasesinandoamicompañero.Cuandomeacosabanesospensamientos,nomeapartabadeHenryniunmomento,y loseguía como una sombra para protegerlo de la imaginaria furia de aquelasesino. Me sentía como si hubiera cometido un enorme crimen, cuyosremordimientosnomedejaranvivir.Yoerainocente,perolarealidaderaquehabíalanzadosobremímismounahorriblemaldición,tanmortalcomolade

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uncrimen.

VisitéEdimburgoconmiradayespíritu lánguidos,aunqueaquellaciudadpodríahabercautivadoelinterésdelsermásdesdichado.AClervalnolegustótantocomoOxford,porquelaantigüedaddeestaúltimaciudadleencantaba.PerolabellezaylaregularidaddelanuevaciudaddeEdimburgolemaravilló;susalrededoressontambiénlosmásbonitosdelmundo:elTronodeArturo,elPozo de SanBernardo, y las PentlandHills. Pero yo estaba impaciente porllegar al destino final del viaje. Una semana después abandonamosEdimburgo,pasamosporCupar,StAndrewsybordeamoslasorillasdelTayhastaPerth,dondenosesperabanuestroamigo.Peroyonoestabadehumorparareíryconversarconextraños,nicompartirsussentimientososus ideasconelbuenhumorqueseesperadeuninvitado;asípues,ledijeaClervalquedeseabahacerunviajeporEscociayosolo.

—Disfruta—ledije—;nosvolveremosaencontraraquí.Estaré fueraunmesodos,peronotepreocupespormí,teloruego;déjametranquiloysoloduranteuntiempo,ycuandoregrese,esperotraerelcorazónaliviado,ymásacordecontuestadodeánimo.

Henryquisodisuadirme,peroalvermetanconvencido,dejódeinsistir.Mepidióqueleescribieseamenudo.

—Preferiríaacompañarteentusexcursionessolitarias—dijo—,envezdequedarme con estos escoceses, a quienes no conozco; pero vete,mi queridoamigo, y vuelve para que pueda sentirme como en casa, lo cualme resultaimposiblesinoestás.

CAPÍTULO12

Habiéndome despedido de mi amigo, decidí visitar algunos lugaresremotos deEscocia y terminarmi trabajo en soledad.No dudaba de que elmonstruome seguía y seme presentaría delante cuando hubiera concluido,parapoderrecogerasucompañera.Conesadecisióntomada,crucélastierrasaltasdelnorteyelegíunadelasislasOrcadasparafinalizarmistrabajos.Eraunlugarmuyapropiadoparaaquellatarea,porqueapenasibamásalládeserunarocacuyasorillaseranacantiladosconstantementebatidosporlasolas.Latierra era baldía, y apenas proporcionaba pasto para unas cuantas vacasfamélicasyunpocodeavenapara loshabitantes,quenoeranmásdecincopersonas,cuyoscuerposdemacradosyesqueléticosdabanpruebadesutristedestino.Lasverdurasyelpan,cuandosepodíanpermitirsemejanteslujos,eincluso el agua dulce, procedían de tierra firme, que se encontraba a unas

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cinco millas de distancia. En toda la isla no había más que tres cabañasmiserables,yunadeellasestabavacíacuandollegué.Laalquilé.Noteníamásque dos habitaciones, y ambasmostraban toda la escasez de la penuriamásmiserable.Latechumbresehabíahundido,losmurosnoestabanenyesadosylapuertabailabafueradelosgoznes.Ordenéquelarepararanunpoco,pusealgunosmuebles,ymeinstaléallí…unhechoquesindudahabríaprovocadoalgunasorpresasinohubierasidoporquetodoslossentidosdeloscampesinosestaban entumecidos por la necesidad y la extrema pobreza. En todo caso,pude vivir sin que nadie me observara ni me molestara, y apenas si meagradecieronlacomidaylasropasquelesdi:hastaesepuntoelsufrimientodebilitainclusolasemocionesmásprimitivasdeloshombres.

Enaquelretiro,dediquélasmañanasaltrabajo,peroporlatarde,cuandoeltiempo me lo permitía, paseaba por la playa pedregosa junto al mar, paracontemplarlasolasquerugíanyrompíanamispies.Eraunpaisajemonótonoy, sin embargo, siempre cambiante. Pensé en Suiza; era tan distinta a aqueldesoladoyaterradorlugar.Suscolinasestáncubiertasdeviñedosysusgranjassalpican aquí y allá los valles. Sus preciosos lagos reflejan un cielo azul ydelicado;ycuandolosvientosazotansustierras,noparecemásqueeljuegodeunniñotraviesoencomparaciónconlosaterradoresbramidosdelinmensoocéano.

De aquel modo distribuía mi tiempo cuando llegué; pero a medida queavanzaba en mi trabajo, este se me hizo cada día más horrible y másdetestable.Avecesnisiquierateníavalorparaentrarenellaboratoriodurantevariosdías,yenotrasocasionespermanecíaallíencerradodíaynocheconlaúnicaideadeterminarlodeunavez.Verdaderamente,estabainmersoenunatarea asquerosa. Durante mi primer experimento, una especie de frenesí deentusiasmomehabíacegadoanteelhorrordel trabajoqueestaba llevandoacabo; mi mente estaba absorta en los resultados de mi labor y mis ojospermanecíancerradosante lohorrorosodemiproceder.Peroahoraloestabahaciendoasangrefría,ymicorazónamenudoenfermabaanteloqueestabanhaciendomismanos.

Enaquella situación,entregadoal trabajomásdetestable, enunasoledaddondenadapodíareclamarmiatención,apartedeloquemetraíaentremanos,misnervioscomenzaronaresentirse.Siempreestabainquietoyatemorizado.Acadapasotemíaencontrarmeconaquelserquemeacosaba.Algunasvecesmequedabaquietoconlosojosclavadosenelsuelo,temiendolevantarlos,nofuera a encontrarme con aquello que tanto me aterrorizaba tener que ver.Temíaalejarmedemissemejantes,nofueraaserquecuandoestuvierasolo,viniera a exigirme a su compañera.Mientras tanto, seguía trabajando, ymitrabajoyaestabaconsiderablementeadelantado.Observabaconplacerlaideadedarlopor terminado, sin embargo, la liberacióndeaquellamaldiciónque

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estabasufriendoeraunaalegríaenlaquenuncameatrevíaconfiardeltodo.

Una tardeestabasentadoenmi taller;elsolyasehabíapuestoy la lunaestaba saliendo en ese momento tras el mar. No tenía luz suficiente paratrabajar,ymesentéallísinhacernada,preguntándomesideberíadejarlatareaporaquellanocheoapresurarmeaterminarlosincejarenelloniuninstante.Mientraspermanecíaallí, laconcatenacióndeideasmecondujoaconsiderarlas consecuencias de lo que estaba haciendo. Tres años antes, me habíaenfrascado del mismo modo y había creado un monstruo cuya violenciainconcebiblehabíadestruidomicorazónylohabíaanegadoparasiempreconlos remordimientos más amargos. Y ahora estaba a punto de crear otro sercuyocaráctertambiéndesconocíaporcompleto.Aquellacosapodríaserdiezmilvecesmásperversaymalvadaquesucompañeroypodríadeleitarseenelasesinatoyenlavillanía.Élmehabíajuradoqueseapartaríadeloshombresyque se ocultaría en los desiertos, pero ella no; y ella, que se convertiríaprobablementeenunanimalpensanteyracional,podríanegarseacumplirunpactoacordadoantesdesucreación.Puedequeinclusoseodiaran.Lacriaturaque ya vivía aborrecía su propia deformidad, ¿acaso no experimentaría unaborrecimientoaúnmayorcuandolavierareflejadaantesusojosenformadeuna hembra? También puede que ella le volviera la espalda ante la bellezasuperiordelhombre.Puedequeseapartaradeél,yasívolveríaaestarsolo,yenloquecería ante la nueva provocación de verse despreciado por uno de supropiaespecie.

Aunque ellos abandonaran realmente Europa y fueran a vivir a losdesiertosdelnuevomundo, tendrían la intencióndeengendrarhijosyasí sepropagaríasobrelatierraunarazadedemonioscuyafiguraymentesumiríaalhombre en el terror. ¿Es que tenía yo algún derecho, solo por mi propiobeneficio, a infligir esta maldición a las generaciones futuras? Me habíadejadoconvencerporlossofismasdelserquehabíacreado;mehabíadejadoconvencerporsusdiabólicasamenazas;yahora,porvezprimera,elhorrordemi promesa se presentó claramente ante mí. Me recorrió un escalofrío alpensarquelossiglosfuturosmemaldeciríancomosifuera lapeste,ydiríanque, por egoísmo, no había dudado en comprarmi propia tranquilidad a unprecio que tal vez ponía en peligro la pervivencia de la especie humana.Temblé,ysemeparalizóelcorazóncuandolevantélamiradayvialdemoniojuntoa laventana, iluminadopor la luzde la luna.Unamueca fantasmal leretorcía los labios mientras miraba hacia donde yo me encontraba. Sí, mehabía seguido en mis viajes; se había detenido en los bosques, se habíaescondidoenlascuevasosehabíarefugiadoenlosvastospáramosdesiertos;y ahora venía a vermis adelantos y exigía el cumplimiento demi promesa.Cuando lo miré, su rostro pareció expresar la más inconcebible maldad ytraición.Penséconunasensaciónde locuraenmipromesadecrearotrosercomoély,temblandodeira,hicepedazoslacosaenlaqueestabatrabajando.

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Elmonstruomeviodestruirlacriaturaenlacualhabíafundadolafelicidaddesufuturaexistenciay,conunalaridodediabólicadesesperaciónyvenganza,sealejó.

Salí de la habitación y, cerrando la puerta, me juré de todo corazón novolver jamásaemprenderaquellos trabajos;y luego,conpasos temblorosos,busquémi alcoba. Estaba solo. No había nadie cerca de mí para disipar latristezayconsolarmeanteaquellas terriblespesadillas.Transcurrieronvariashoras,ypermanecíjuntoalaventanaobservandoelmar.Casiestabainmóvil,porquelosvientosguardabansilencio,ytodalanaturalezadescansababajolamiradadelalunacallada.Soloalgunosbarcosdepescamoteabanelagua,yaquíyalláunadulcebrisatraíalosecosdelasvocescuandolospescadoressellamabanunosaotros.Sentíaelsilencio,aunqueapenaseraconscientedesuasombrosaprofundidad,hastaquederepentellegóamisoídoselchapoteodeunos remos cercade laorilla, yunapersona saltó a tierra cercademi casa.Pocosminutosdespuésoíelchirridodemipuerta,comosialguienestuvieraintentando abrirlamuy despacio. Estaba temblando de la cabeza a los pies.Tuveelpresentimientodequiénpodíaserypenséenavisaraalgunode loscampesinos que vivían en una casa no muy lejos de la mía. Pero meencontrabaaturdidoporesasensacióndeimpotenciaquetanamenudoseviveenlaspesadillas,cuandounotrataenvanodehuirdeunpeligroinminenteyleresultaimposiblemoverse.Entoncesoíelsonidodeunaspisadasenelpasillo,la puerta se abrió y el engendro al que tanto temía apareció. Cerrando lapuerta,seaproximóamíydijoconunavozahogada:

—Hasdestruidolaobraquecomenzaste…¿quéesloquepretendes?¿Teatrevesarompertupromesa?Hesoportadocalamidadesymiserias.AbandonéSuiza detrás de ti; me arrastré a lo largo de las orillas del Rin, entre suspequeñosislotesyporlascumbresdesuscolinas.HevividodurantemuchosmesesenlospáramosdeInglaterrayenlossolitariosbosquesdeEscocia.Hesoportadouncansancioquenopuedesimaginar,yfríoyhambre.¿Yteatrevesadestruirmisesperanzas?

—¡Apártatedemí!—contesté—.¡Rompomipromesa!¡Nuncacrearéotrosercomotú,igualdedeformeeigualdecriminal!

—Esclavo…—dijo el engendro—, ya intenté razonar contigo una vez,pero has demostrado ser indigno de mi condescendencia. Recuerda que yotengo el poder; tú crees que eres miserable, pero yo puedo hacerte tandesgraciado que incluso la luz del día podría resultarte odiosa. Tú eres micreador,peroyosoytudueño:¡obedéceme!

—Monstruo…—dije—,lahorademidebilidadhapasado,yeltiempodetupoderhaconcluido.Tusamenazasnopuedenobligarmeacometerunactode maldad, sino que me confirman en la decisión de no crear para ti una

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compañeraenelcrimen.¿Oesquedebo,asangrefría,arrojaralmundootrodemoniocuyoúnicoplacerconsisteensembrarmuerteydestrucción?¡Vete!¡Nocambiarédeopinión,ytuspalabrassoloconseguiránaumentarmifuria!

Elmonstruovioladeterminaciónenmirostroehizorechinarlosdientesenlaimpotenciadesuira.

—Cadahombre tienesumujer,ycadaanimal tieneunacompañera…¿yyo tendréque estar solo?—gritó—.Tenía sentimientos de cariño, y todo loque me devolvieron fue desprecio. Hombre: tú puedes odiarme, ¡pero tencuidado!Tushorastranscurriránentreelterroryeldolor,ymuyprontocaerásobretielrayoquetearrebatarálafelicidadparasiempre.¿Oesquepiensasquevasaserfelizmientrasyomearrastroenmiinsoportablesufrimiento?Túpuedes negarme todos mis deseos, pero la venganza permanecerá… lavenganza,másamadaquelaluzolosalimentos.Ypuedomorir,peroantestú,mi tiranoymiverdugo,maldeciráselsolqueverá tumiseria. ¡Tencuidado,porquenotengomiedoy,portanto,soypoderoso!Estaréobservando,conlaastucia de una serpiente, paramorderte e inocularte el veneno. ¡Hombre: tearrepentirásdeldañoqueinfliges!

—¡Malditodemonio!—grité—.¡Cállate,ynoemponzoñeselairecontusmalvadas amenazas! ¡Ya te he dicho cuál es mi decisión, y no soy ningúncobardeparaasustarmeporunaspalabras!¡Déjame!¡Estádecidido!

—Muybien—dijo—.Meiré.Perorecuerda:¡estarécontigoen tunochedebodas!

CAPÍTULO13

Avancédecididohaciaélygrité:

—¡Miserable!¡Antesdequefirmesmisentenciademuerte,asegúratedequetúmismoestásvivo!

Lo habría atrapado, pero me esquivó, y abandonó la casaprecipitadamente…unosinstantesdespuéslovisubiraunabarca,quecruzólasaguasconlasuavidaddeunasaetayprontoseperdióenmediodelasolas.

Todo volvió a quedar en silencio; pero sus palabras resonaban en misoídos.Ardía endeseos furiososdeperseguir al asesinodemi tranquilidadyhundirlo en el océano. Caminé arriba y abajo enmi habitación, nervioso yconmocionado;miimaginaciónconjurabaantemímilesdeimágenesquesoloconseguían atormentarme y zaherirme. ¿Por qué no lo había perseguido yhabía entablado con él una lucha a muerte? Bien al contrario, le había

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permitidoescapar,yhabíadirigidosuspasoshaciatierrafirme.Unescalofríome recorrió el cuerpo cuando imaginé quién podría ser la siguiente víctimasacrificada a su insaciable venganza. Y entonces volví a pensar en suspalabras:«¡Estarécontigoentunochedebodas!»Asípues…eseeraelplazofijadoparaelcumplimientodemidestino.Enaquelmomento,moriríayporfinaquelmonstruopodríasatisfaceryaplacarsumaldad.Aquellaperspectivanome infundió temor; sinembargo,cuandopenséenmiamadaElizabeth…en sus lágrimas y en su infinita pena cuando comprobara que se le habíaarrebatadoasuamantedeunmodotancruel…laslágrimas,lasprimerasquehabíaderramadoenmuchosmeses,anegaronmisojos,ydecidínocaerantemienemigosinentablarunabatallaferoz.

La noche pasó, y el sol asomó tras el océano. Mis sentimientos secalmaron, si puede llamarse calma a ese estado en que la furia violenta sehunde en las profundidades de la desesperación. Abandoné la casa, elespantoso escenario de la lucha de la noche anterior, y caminé por la playajuntoalmar,y lomirécasicomola insuperablebarreraquemeseparabademissemejantes.Másaún,cruzómimenteeldeseodequesemejantehechosehicierarealidad;deseépoderpasarlavidaenaquellarocayerma;desalentador,escierto,peroalmenosviviríaajenoacualquiergolpefortuitodeladesdicha.Si regresaba,eraparaser sacrificado…oparavermoriraaquellosquemásqueríabajolagarradeundemonioqueyomismohabíacreado.Vaguéporlaisla comoun alma en pena, lejos de todo lo que amaba y amargado por talseparación. Amediodía, cuando el sol ya estabamuy alto,me tumbé en lahierbaymevencióunprofundosueño.Habíaestadodespiertotodalanocheanterior:teníalosnerviosdestrozadosylosojosinflamadosporlavigiliayeldolor. El sueño en queme sumíme hizo bien; y cuandome desperté, sentícomosidenuevopertenecieraalaespeciedelossereshumanos,ycomencéareflexionarconmásserenidadsobre loquehabíaocurrido.Sinembargo, laspalabrasdeaquelserdiabólicocontinuabanresonandoenmisoídos,comounacampana que tocara a muerto; aquellas palabras aparecían como un sueño,aunqueclarasyapremiantescomolarealidad.

El sol estaba ya muy bajo, y yo aún permanecía sentado en la orilla,saciandomi apetito, que se había tornado voraz, con una galleta de avena,cuando vi que un barco de pescadores tocaba tierra cerca de donde yo meencontraba,yunodeloshombresmetrajounpaquete;traíacartasdeGinebra,y otra de Clerval, instándome a reunirme con él. Me decía que ya habíatranscurrido casi un año desde que salimos de Suiza y aún no habíamosvisitado Francia. Así pues,me pedía que abandonarami isla solitaria ymereunieraconélenPerthalcabodeunasemana,yentoncespodríamosplanearnuestros siguientes pasos. Aquella carta me devolvió de nuevo a la vida ydecidíabandonarmiislaalcabodedosdías.

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Sinembargo,antesdepartirhabíaunatareaqueteníaquellevaracabo,yenlacualmedabaescalofríospensar:debíaembalarmiinstrumentalquímico;y con esepropósito debía volver a entrar en la habitaciónquehabía sido elescenario demi odioso trabajo; y debíamanipular los utensilios, cuando lasolavisiónde losmismosmeponía enfermo.Aldía siguiente, al amanecer,reuníelvalorsuficienteyabrí lapuertadel taller.Losrestosde lacriaturaamedioterminar,queyohabíadestruido,yacíandispersosporelsuelo,ycasisentícomosihubieradestrozadolacarnevivadeunserhumano.Medetuveuninstantepararecobrarmeyluegoentréenlasala.Conmanostemblorosas,fuisacandolosaparatosfueradelahabitación;peropenséquenodebíadejarlosrestosdemiobraallí,porqueaquellohorrorizaríayharíasospecharaloscampesinos,asíquelopusetodoenunacesta,juntoaunabuenacantidaddepiedrasy,apartándolaaunlado,decidíarrojarlaalmaraquellamismanoche;y, mientras tanto, volví a la playa y estuve limpiando y ordenando miinstrumentalquímico.

Nadapodíasermásabsolutoqueelcambioquehabíatenidolugarenmissentimientos desde la noche en que apareció el demonio. Antes habíaconsideradomipromesaconunasombríadesesperación,comoalgoquedebíacumplirse, cualesquiera que fueran las consecuencias; pero ahorame sentíacomosimehubieranquitadounavendadelosojosy,porvezprimera,pudieraver con claridad. La idea de volver ami trabajo ni siquiera seme pasó uninstante por la cabeza. La amenaza que había escuchado pesaba en mispensamientos, pero no creía que pudiera hacer nada para apartarla de micabeza. Había decidido conscientemente que crear otro ser diabólico comoaquelqueyahabíahechoseríaunactodelmásvilyatrozegoísmo,yapartédemi mente cualquier pensamiento que pudiera conducirme a una conclusióndiferente.

Entre las dos y las tres de la madrugada salió la luna, y entonces,colocandolacestaenelinteriordeunpequeñobotedevela,meadentréunascuatromillasenelmar.El lugarestabaabsolutamentesolitario;soloalgunasbarcasregresabanatierra,peroyoprocuréalejarmedeellas.Mesentíacomosi fueraacometeralgúnespantosocrimeny, con temblorosaansiedad, evitécualquierencuentroconmissemejantes.Entonces,laluna,quehastaentonceshabíaestadoclara,secubriórepentinamenteconunaespesanube,yaprovechéel momento de oscuridad para arrojar la cesta al mar. Escuché el burbujeomientrassehundíayluegomeapartédeaquellugar.Elcielosehabíanublado;pero el aire era puro, aunque venía helado por la brisa del noreste que seestaba levantando. Pero me reanimó y me imbuyó de sensaciones tanagradablesquedecidíprolongarmiestanciaenelaguay,fijandoeltimón,metumbéenelfondodelabarca.Lasnubesocultaronlaluna,todoestabaoscuro,ysolopodíaoírel sonidodelbarcocuando laquillacortaba lasolas.Aquelsonidomearrullabaypocodespuésmequedéprofundamentedormido.

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Yo no sé cuánto tiempo permanecí en esa situación, pero cuando medesperté,descubríqueelsolyaestabamuyalto.Sehabíadesatadounfuertevientoylasolasconstantementeamenazabanlaseguridaddemipequeñobote.Comprobé que el viento era del noreste y que debía de haberme alejadobastantedelacostaenlaquehabíaembarcado.Intentévariarelrumbo,perodeinmediatosupequesivolvíaaintentarlodenuevo,elbarcosellenaríadeagua al momento. En semejante situación, mi única solución era navegar afavordelviento.Confiesoquesentíunpocodemiedo.Nollevababrújulayestabamuypoco familiarizadocon lageografíadeaquellapartedelmundo,asíqueelsoleraloúnicoquepodíaayudarme.ElvientopodríaarrastrarmealAtlántico abierto y sucumbir a todas las penalidades de la inanición… opodrían tragarme las aguas insondables que rugían y se levantabanamenazantesamialrededor.Yallevabamuchashorasenelboteycomenzabaa sentir las punzadas de una sed ardiente… un preludio de mayoressufrimientos.Miréaloscielos,queaparecíancubiertosconnubesquevolabanconelvientosoloparaserreemplazadasporotras.Observéelmar.Ibaasermitumba.

—¡Malditodemonio!—exclamé—.¡Tudeseosehacumplido!

Pensé en Elizabeth, en mi padre, y en Clerval… y me sumí en unaensoñacióntandesesperadayaterradoraqueinclusoahora,cuandoelmundoestáapuntodecerrarseantemíparasiempre,tiembloalrecordarla.

Asítranscurrieronalgunashoras.Peropocoapoco,amedidaqueelsolibadescendiendohaciaelhorizonte,elvientosefuetransformandoenunaligerabrisa,yelmarseviolibredegrandesolas;peroaquellodiopasoaunafuertemarejada;mesentí enfermoyapenascapazde sostenerel timón,cuandoderepentevielperfildetierrafirmehaciaelsur.Casiagotadoporelcansancioyel sufrimiento, aquella repentina esperanza de vivirme embargó el corazóncomo una cálida alegría, y mis ojos derramaron abundantes lágrimas. ¡Quémudables son nuestros sentimientos, y cuán extraño es ese apego tenaz quetenemos a la vida incluso cuando estamos sufriendo horriblemente! Preparéotra vela con parte de mi indumentaria e intenté poner rumbo a tierra conansiedad. La orilla tenía un aspecto rocoso, pero a medida que me fuiaproximandomás,viclaramenteseñalesdecultivos.Vialgunosbarcoscercade laorillayde repentemevi transportadodenuevo junto a la civilizaciónhumana.Recorrícon inquietud las formasdel terrenoydescubríconalegríaun campanario, el cual vi elevarse a lo lejos, tras un pequeño promontorio.Como me encontraba en un estado de extrema debilidad después de tantoesfuerzo,decidídirigirmedirectamentehacia laciudad,porqueseríael lugardondepodríaprocurarmealgúnalimentomásfácilmente.Porfortuna,llevabadinero.

Alrodearelpromontorio,descubríunpequeñopueblecito,yunpuertoen

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elqueentré,conelcorazónrebosantedealegríaantemiinesperadasalvación.

Mientrasyoestabaocupadoamarrandoelbarcoyarriandolasvelas,variaspersonas se congregaron en el lugar. Parecían muy sorprendidas ante miaparición,pero,envezdeofrecermesuayuda,susurrabanyhacíangestosqueencualquierotromomentopodríanhabermeproducidounalevesensacióndealarma.Peroentalescircunstancias,simplementeobservéquehablabaninglésy,portanto,medirigíaellos:

—Amigosmíos—dije—,¿serían tanamablesdedecirmecómose llamaestepueblo…ydóndeestoy?

—Pronto losabrá—contestóunhombrebruscamente—.Puedequehayallegadoaunlugarquealfinalnolegustemucho.Peronolevanapreguntardóndeleapetecealojarse,seloaseguro.

Yo estaba extraordinariamente sorprendido al recibir una respuesta tandesapacibleporpartedeunextraño,y tambiénmequedéperplejoalver losrostrosceñudosyenojadosdelaspersonasqueloacompañaban.

—¿Porquémecontestacontantabrusquedad?—repliqué—.Desdeluego,noescostumbredelosinglesesrecibiralosextranjerosdeunmodotanpocoamistoso.

—Nosécuálessonlascostumbresdelosingleses—dijoaquelhombre—,perolacostumbredelosirlandesesesdetestaraloscriminales.

Mientras se desarrollaba aquel extraño diálogo, me di cuenta de querápidamente aumentaba el número de personas congregadas. Sus rostrosexpresabanunamezcladecuriosidadyenfadoquememolestabayenciertamedidame asustaba. Pregunté por dónde se iba a la posada, pero nadiemecontestó.Entoncesdiunpasoadelante,yunmurmulloseelevóentrelagentemientras me seguían y me rodeaban… y entonces un hombre de aspectodesagradable,adelantándose,mediounaspalmadasenelhombroymedijo:

—Vamos, señor, sígame a casa del señor Kirwin; tendrá que darleexplicaciones.

—¿Quién es el señor Kirwin? —dije—. ¿Y por qué tengo que darleexplicaciones?¿Acasonoesesteunpaíslibre?

—Claro, señor—contestó el hombre—, lo suficientemente libre para lagentehonrada.ElseñorKirwineselmagistrado,yusteddebedarcuentadelamuertedeuncaballeroqueaparecióasesinadoaquílapasadanoche.

Aquella respuestame asombró, pero inmediatamenteme recobré.Yo erainocente, y podía probarlo fácilmente. Así pues, seguí a aquel hombre ensilencioymecondujoaunadelasmejorescasasdelpueblo.Estabaapuntodesucumbiral cansancioyalhambre;pero, estando rodeadoporunamultitud,

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pensé que lo mejor sería hacer acopio de todas mis fuerzas, no fuera quetomaranmidebilidadfísicacomopruebademitemoromiculpabilidad.Pocopodíaimaginarlacalamidadquepocosinstantesdespuésseibaaabatirsobremí, ahogando en horror y desesperación todo temor a la ignominia y a lamuerte.Debodetenermeaquí,porqueprecisotodamifortalezaparatraeramimemorialashorrorosasimágenesdelosacontecimientosquevoyarelatarcontododetalle.

CAPÍTULO14

Inmediatamentemecondujeronante elmagistrado,unhombreancianoybenévolo de gestos tranquilos y afables. De todos modos, me observódetenidamenteconciertaseveridad;y luego,dirigiéndosea laspersonasquemehabíanllevadohastaallí,preguntóquiéneshabíansidotestigosenaquellaocasión. Alrededor de una docena de hombres dieron un paso al frente; ycuandoelmagistradoseñalóauno,estedijoquehabíaestado toda lanocheanterior pescando con su hijo y su cuñado,DanielNugent, y que entonces,hacialasnuevedelanoche,vieronqueselevantabaunafuertemarejadadelnorte,yque,portanto,pusieronrumboapuerto.Eraunanochemuyoscura,porquenohabíaluna;noatracaronenelpuerto,sino,comoerasucostumbre,en una cala que se encontraba unas dos millas más abajo. Él se adelantóllevandopartedelosaparejosdepesca,ysuscompañerosleseguíanaciertadistancia.Mientras iba caminando por la arena, tropezó con algo y cayó entierratodololargoqueera;suscompañerosfueronaayudarleyalaluzdelosfaroles descubrieron que se había caído sobre el cuerpo de un hombre que,segúntodaslasapariencias,estabamuerto.

Su primera suposición fue que se trataba del cadáver de alguna personaquesehabíaahogadoyquehabíasidoarrojadoalaorillaporlasolas.Pero,despuésdeexaminarlo,descubrieronquelasropasnoestabanmojadasyqueelcuerponisiquieraestabafríotodavía.Enseguidalollevaronacasadeunaanciana que vivía cerca del lugar e intentaron, en vano, devolverle la vida.Parecíaunjovenapuesto,deunosveinteañosdeedad.Alparecerhabíasidoestrangulado,porquenohabíaseñalesdeviolencia,exceptolamarcanegradeunosdedosensucuello.

Laprimerapartedeaquelladeclaraciónnoteníaelmenorinterésparamí;pero cuando semencionó lamarcade los dedos, recordé el asesinato demihermanoymepusemuynervioso;comencéatemblarysemenublólavista,locualmeobligóaapoyarmeenunasillaparasostenerme;elmagistradomeobservó con mirada penetrante y, desde luego, extrajo una impresión

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desfavorabledemicomportamiento.

Elhijoconfirmóelrelatodelpadre.Perocuandose lepreguntóaDanielNugent, este juró con toda seguridad que, justo antes de que se cayera sucompañero, vio un barco con un hombre solo en él, a corta distancia de laorilla;y,porloquepudoveralaluzdelasestrellas,eraelmismobarcoenelqueyohabíallegadoatierra.

Unamujerdeclaróquevivíacercadelaplayayqueestabaalapuertadesucasaesperandoelregresodelospescadores;alrededordeunahoraantesdequesupieradeldescubrimientodelcuerpo,viounbarco,conunhombresolo,que se alejaba de la parte de la costa donde posteriormente se habíaencontradoelcadáver.

Otramujerconfirmóel relatosegúnelcualeraciertoque lospescadoreshabíanllevadoelcuerpoasucasa.Noestabafrío,ylopusieronenunacamayledieronfriegas,yDanielfuealpuebloabuscaralboticario,peroeljovenyaestabasinvida.

Sepreguntóaotroshombresapropósitodemillegada,ytodosestuvieronde acuerdo en que, con el fuerte viento del norte que se había levantadodurantelanoche,eramuyprobablequeyohubieraestadozozobrandodurantemuchas horas y, finalmente,me hubiera visto obligado a regresar almismopuntodelquehabíasalido.Además,señalaronqueparecíacomosiyohubieratraídoelcadáverdeotro lugar;yeramuyprobableque,comoalparecernoconocíalacosta,pudierahaberentradoenelpuertosinsaberladistanciaquehabía desde el pueblo de *** hasta el lugar donde había abandonado elcadáver.

El señorKirwin, al oír aquella declaración, ordenó queme llevaran a lasala donde habían depositado el cuerpo provisionalmente, para que pudieraobservarsequéefectomecausabalavisióndelmismo.Probablementeelgrannerviosismoqueyohabíamostrado cuando sehabíadescrito cómo sehabíacometido el asesinato fue la razón por la que se propuso semejanteprocedimiento.Asípues,elmagistradoyalgunaspersonasmásmecondujeronalaposada.Nopudeevitarsorprendermeantelasextrañascoincidenciasquehabían tenido lugar durante aquella azarosa noche; pero sabiendo que, a lahoraenquesehabíahalladoelcuerpo,yohabíaestadohablandoconvariaspersonas en la isla en la que estaba viviendo,me encontraba perfectamentetranquilorespectoalasconsecuenciasdelcaso.

Entré en la sala donde yacía el cadáver yme condujeron hasta el ataúd.¿Cómodescribir loquesentí…?Aúnmesientomorirdehorror,ynopuedosiquierapensarenaquelterriblemomentosinsentirescalofríosyunahorribleangustiaquesololigeramentemerecuerdalosespantosostormentosquesufrícuando lo reconocí. El juicio, la presencia del magistrado y los testigos

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pasaroncomounsueñopormimentecuandovielcuerposinvidadeHenryClervaltendidoantemí.Jadeébuscandoaire;y,arrojándomesobreelcuerpo,exclamé:

—Mi querido Henry… ¿también a ti te han arrebatado la vida miscriminales maquinaciones? Ya he matado a dos personas; otras víctimasesperansuturno.Perotú…Clerval,miamigo,mibuenamigo…

Mi cuerpo no pudo soportar durantemás tiempo el agónico sufrimientoqueestabasoportandoymesacarondelasalaentrehorriblesconvulsiones.

La fiebrevinodespués.Durantedosmesesestuvealbordede lamuerte.Misdelirios,comosupedespués,eranespantosos.Meacusabaamímismodeser el asesino deWilliam, de Justine y deClerval.A veces les pedía amiscuidadoresquemeayudaranadestruiralserdiabólicoquemeatormentaba;y,en otras ocasiones, sentía cómo los dedos del monstruo se aferraban a migarganta y daba alaridos de angustia y terror. Afortunadamente, como yohablabaenmilenguanatal,soloelseñorKirwinpudoentenderme.Peromisgestos y mis alaridos de amargura fueron suficientes para aterrorizar a losotrostestigos.

¿Porquénocedía lamuerteentonces?Eramásdesgraciadoqueningúnhombre lo fue jamás; entonces, ¿porquénomehundíenel silencioyenelolvido?Lamuerte arrebata amuchos niños en la flor de la vida, las únicasesperanzasdesuspadres,quelosadoran.¡Cuántasnoviasyjóvenesamanteshan estado un día rebosantes de salud y esperanza y al siguiente eran yavíctimas de los gusanos y de la putrefacción de la tumba! ¿De quémateriaestabahechoyoparaquepudieraresistirdeaquelmodolosgolpesque,comoelconstantegirardeunarueda,continuamenterenovabanmitortura?

Peroyoestabacondenadoavivirydosmesesdespuésmeencontrécomosiestuvieradespertandodeunsueño,enunaprisión,tendidoenuncamastromiserableyrodeadoderejas,candados,cerrojos,ytodoeldesdichadoaparatodeunamazmorra.Fueunamañana,lorecuerdo,cuandomedespertéenaquelestado.Habíaolvidadolosdetallesdeloquehabíaocurridoysolomesentíacomosiunagrandesgraciasehubieraabatidosobremí.Perocuandomiréamialrededoryvilasventanasenrejadasylaestrechezdelaceldadondemeencontraba, todo lo sucedido cruzó mi memoria y lloré amargamente.Aquellosgemidosdespertaronaunaviejaqueestabadurmiendoenunasilla,ami lado.Eraunacuidadoraasueldo, lamujerdeunode loscarceleros,ysuaspectoreflejabatodasesasmalascualidadesqueamenudocaracterizanaesaclasedepersonas.Su rostro eraduro e implacable, comoel de las personasacostumbradasacontemplareldolorsinmostrarcomprensiónninguna.Suvozexpresaba una absoluta indiferencia. Se dirigió a mí en inglés, y en suspalabraspudereconocerlavozquehabíaoídodurantemienfermedad.

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—¿Yaestámejor,señor?—dijo.

Contestéenelmismoidioma,conunavozdébil.

—Creoquesí;perositodoestoesverdad,sinoestoyenrealidadsoñando,lamentoestaraúnvivoparaseguirsintiendoestesufrimientoyestehorror.

—Siesporeso—replicólavieja—,si lodiceustedporelcaballeroquemató,creoqueseríamejorqueestuvieraustedmuerto,porquemepareceamíque lo va a pasarmuymal.Lovan a colgar a usted cuando se celebren laspróximassesionesjudicialesenelpueblo;detodosmodos,noesasuntomío.Mehandichoquelocuideyyaestáustedbien.Cumploconmideberytengolaconcienciatranquila;mejornosiríasitodoelmundohicieralomismo.

Le di la espalda con repugnancia a aquellamujer que podía hablarle deaquelmodoabsolutamenteinsensibleaunapersonaqueseacababadesalvar,habiendoestadoalfilodelamuerte;peromesentídébileincapazdepensarentodoloquehabíaacontecido.Todaslasescenasdemividaaparecíancomoenunsueño.Avecesdudabaypensabaquetalveztodoaquellonoeraverdad,porqueloshechosnuncaadquiríanenmimentetodalafuerzadelarealidad.

Amedidaque las imágenesqueflotabanantemísefueronhaciendomásnítidas,mesubiólafiebre;laoscuridadseciñóentornoamí;noteníaanadiecercaparaconsolarmeconlavozamabledelcariño;ningunamanoqueridameconfortaba.Vinoelmédicoymeprescribióalgunasmedicinas,ylaviejamelaspreparó;perosedejabaverperfectamenteunaabsoluta indiferenciaenelprimero,yunamuecadecrueldadparecíafirmementeimpresaenelgestodelasegunda.¿Quiénpodríaestarinteresadoeneldestinodeunasesino,sinoelverdugoqueseibaaganarelsueldo?

Aquellosfueronmisprimerospensamientos,peroprontosupequeelseñorKirwin me había dispensado una gran amabilidad. Había ordenado queprepararanparamílamejorceldadelaprisión(enefecto,eramiserable,peroeralamejor),yhabíasidoélquienhabíaprocuradoelmédicoylaspersonasque me atendieron. Es verdad que apenas vino a verme, porque, aunquedeseaba ardientemente aliviar los sufrimientos de cualquier ser humano, nodeseaba presenciar las agonías y los espantosos delirios de un asesino. Asípues,vinoalgunasvecesparacomprobarquenoestabadesatendido,perosusvisitasfueroncortasymuydevezencuando.

Undía,cuandoyameibarestableciendopocoapoco,mesentaronenunasilla, con los ojosmedio abiertos y con lasmejillas lívidas como las de unmuerto. Me encontraba abrumado por la tristeza y el dolor, y a menudopensaba sinodebíabuscar lamuerte envezdeesperar allí,miserablementeencerrado, solo a queme soltaran en unmundo atestado de desgracias. Enalgunaocasiónconsiderésinodeberíadeclararmeculpableysufrirelcastigo

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delaley,elcual,arrebatándomelavida,meproporcionaríaelúnicoconsueloque era capaz de admitir. Tales eran mis pensamientos, cuando se abrió lapuerta de la celda y entró el señor Kirwin. Su rostro dejaba entrevercomprensión y amabilidad: acercó una silla a la mía y se dirigió a mí enfrancés.

—Metemoqueestelugarnolehacemuchobien.¿Puedohaceralgoparaqueseencuentremejor?

—Gracias—contesté—,peroyanada importa;nohaynadaenelmundoquepuedaconseguirquemeencuentremejor.

—Yaséquelacomprensióndeunextrañonoesdemuchaayudaparaunapersonacomousted,abatidoporuna tragedia tanextraña…Peroesperoquepronto abandone este desgraciado lugar… porque, sin duda, se podránencontrar fácilmentepruebasquepermitan liberarlode loscargoscriminalesqueseleimputan…

—Esoesloúltimoquemepreocupa…Debidoaunasucesióndeextrañosacontecimientos, me he convertido en el más desgraciado de los mortales.Perseguidoyatormentadocomoestoy,ycomoheestado…¿puedelamuertehacermealgúndaño?

—En efecto, nada puede ser más desagradable y triste que las extrañascircunstancias que han ocurrido últimamente. Por alguna sorprendentecasualidad, usted fue arrojado a nuestras playas, bien conocidas por suhospitalidad. Fue apresado inmediatamente y acusado de asesinato, y loprimeroqueselepresentóasusojosfueelcuerpodesuamigoasesinadodeese modo atroz, y que algún malvado colocó, como si dijéramos… en sucamino.

MientraselseñorKirwindecíaesto,apesardelaagitaciónquesufríaconel relato de mis sufrimientos, también me sorprendió considerablemente elconocimientoqueparecíatenerrespectoamí.Imaginoquemirostronodejódemostrarciertoasombro,porqueelseñorKirwinseapresuróadecir:

—Nofuehastaundíaodosdespuésdesuenfermedadcuandopenséquedebíaexaminarsusropas,paradescubriralgunapistaquemepermitieraenviara sus familiares unanota en la que explicara su desgracia y su enfermedad.Encontrévariascartas,entreotras,unaque,porsuencabezamiento,enseguidacomprendí que sería de su padre. Inmediatamente le escribí aGinebra.Hanpasadocasidosmesesdesdequeenviélacarta.Pero…estáustedenfermo…está usted temblando… Parece usted indispuesto para tolerar cualquieremoción…

—Nosaberloquehaocurridoesmilvecespeorqueelacontecimientomáshorrible.Dígamequénuevaescenademuertehatenidolugaryaquémuerto

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debollorar.

—Sufamiliaseencuentratodaperfectamentebien—dijoelseñorKirwinconamabilidad—,yalguno,alguienquelequiere,vaaveniravisitarle.

No sé qué asociación de ideas se produjo en mi mente, peroinstantáneamente seme pasó por la cabeza que elmonstruo había venido aburlarsedemidesgraciayareírsedemíporlamuertedeClerval,comounanuevaformadeinstigarmeacumplirsusdiabólicosdeseos.Mecubrílosojosconlasmanosygritédeangustia…

—¡Oh, lléveselo…! ¡No puedo verlo! ¡Por el amor de Dios, no le dejeentrar…!

ElseñorKirwinmemirócongestocontrariado.Nopudoevitarpensarquemiexclamaciónpodíaentendersecomounaconfirmacióndemiculpabilidad,ydijoenuntonobastantesevero:

—Hubieracreído,joven,quelapresenciadesupadreseríabienvenida,envezdeproducirleunaaversióntanviolenta.

—Mipadre…—dije,mientras cada rasgoy cadamúsculo demi cuerpopasabadelaangustiaalaalegría—.¿Deverdadhavenidomipadre?¡Mibuenpadre, mi buen padre…! Pero… ¿dónde está? ¿Por qué no se apresura avenir…?

Elcambiodemicomportamientosorprendióyagradóalmagistrado;quizápensóquemianteriorexclamacióneraunamomentánearecaídaeneldelirio.Yentonces, inmediatamente, volvió a su antiguabenevolencia.Se levantóyabandonólaceldaconlaenfermera,yuninstantedespués,entrómipadre.

Enaquelmomento,nadapodríahabermealegradotantocomolapresenciademipadre.Letendíyleestrechélamanoyexclamé:

—Entonces…¿estásbien…?¿YElizabeth…?¿YErnest?

Mi padre me tranquilizó, asegurándome que todos estaban bien ydiciéndome que no le había dicho a mi prima que yo estaba encarcelado;simplementelehabíamencionadoqueestabaenfermo.

—¡Enquélugarestás,hijomío…!—añadió,observandolúgubrementelasventanasenrejadasyelmiserableaspectodelacelda—.Viajabasparabuscarlafelicidad,perolafatalidadpareceperseguirteati…yalpobreClerval.

Elnombredemidesafortunadoamigoasesinadomecausóunaagitacióndemasiadograndecomoparaquemidebilidadpudierasoportarlo.Prorrumpíenllanto.

—Diosmío…sí,padremío—dije—,algúnespantosodestinopendesobremí,yalparecerdebovivirparacumplirlo;deotromodo,habríamuertosobre

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elataúddeHenry.

CAPÍTULO15

Nosenospermitióconversardurantemuchotiempo,dadoqueelprecarioestado de mi salud exigía tomar todas las precauciones necesarias quepudieranasegurarmitranquilidad.ElseñorKirwinentróeinsistióenquemisfuerzasnodeberíanagotarseendemasiadasemociones.Pero lapresenciademipadre era paramí como la deun ángel bueno, y poco a poco recobré lasalud.Amedidaque la enfermedadme abandonaba,me iba invadiendounamelancolíanegray lúgubrequenadapodíadisipar.Siempre teníadelante laimagen fantasmal de Clerval asesinado. En más de una ocasión, elnerviosismoalquemeconducíanaquellosrecuerdoshizotemeramisamigosquepodríasufrirunapeligrosarecaída.

¡Dios mío! ¿Por qué se empeñaron en conservar una vida tan mísera ydetestable?Fueseguramenteparaqueyopudieracumplirmidestino,delcualestoyyatancerca.Pronto,oh,muypronto,lamuerteacallaráestoslatidosdemicorazónymeliberarádeestapesadacargadeangustiaquemehundeenelcieno;y,cuandosehayaejecutadolasentenciadelajusticia,yotambiénpodréentregarmealdescanso.Enaquelentonces lapresenciade lamuerteaúnmeresultaba distante, aunque el deseo demorir siempre estaba presente enmispensamientos;yamenudopermanecíadurantehorasenteras sinmovermeysin hablar, deseando que alguna descomunal catástrofe pudiera acabarconmigo y, en semejante destrucción, arrastrara también a la causa de misdesdichas.

Lassesionesjudicialesdelaregiónseaproximaban.Yallevabatresmesesen prisión; y, aunque aún estaba débil y corría un permanente peligro derecaída,me obligaron a viajar casi cienmillas hasta la capital del condado,donde tenía la sede el tribunal. El señor Kirwin se encargó de reunir conmucho cuidado a todos los testigos y organizarmi defensa.Me evitaron lavergüenzadeaparecerpúblicamentecomouncriminal,puestoqueelcasonose presentó ante el tribunal que decide la pena de muerte. El gran juradorechazó laacusaciónpuesquedóprobadoqueyomeencontrabaen las islasOrcadasalahoraenquesedescubrióelcuerpodemiamigo.Ysoloquincedías después demi traslado, me sacaron de prisión.Mi padre se emocionómucho al verme absuelto de los humillantes cargos de asesinato y alcomprobarquenuevamentesemepermitíarespirarelairepuroyregresaramipaísnatal.Yonocompartíaaquellossentimientos,porqueparamí losmurosdeunamazmorraolosdeunpalacioeranigualmenteodiosos.Elcálizdela

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vida estaba envenenado para siempre; y aunque el sol brillaba sobre mí, ysobreaquellosdecorazónalegrey feliz,yonoveíaamialrededormásqueunadensayaterradoraoscuridadqueningúnresplandorpodíapenetrar,salvolaluzdedosojosclavadossobremí…AveceseranlosalegresojosdeHenry,languideciendo en la muerte, con las negras pupilas casi cubiertas por lospárpadosylaslargaspestañasquelosribeteaban.Enotrasocasioneseranlosojosturbiosyacuososdelmonstruo,talycomoloviporvezprimeraenmisaposentosdeIngolstadt.

Mi padre intentó despertar en mí sentimientos de afecto. Hablaba deGinebra, a la que pronto volveríamos… de Elizabeth, de Ernest. Pero suspalabras solo conseguían arrancarme profundos suspiros. Algunas veces, enrealidad, tenía deseos de ser feliz, de volver junto a mi adorada prima yregresarallagoazulquemehabíasidotanqueridodesdemisprimerosaños;peroelestadohabitualdemisemocioneseralaapatía,paralacualunaprisiónes lomismo que un palacio en el paisajemás hermoso que pueda pintar lanaturaleza;ysemejanteestadoamenudoseveíainterrumpidoporataquesdeangustiaydesesperación.Enesosmomentos,amenudointentéponerfinalaexistencia que detestaba, y ello hizo precisas una constante atención yvigilancia, para impedir que cometiera algún horrible acto de violencia.Recuerdoque,cuandomesacarondelaprisión,oíaunhombredecir:«Puedeque sea inocente de asesinato, pero lo que es seguro es que tiene malaconciencia.»

Aquellas palabras me conmocionaron. ¡Mala conciencia! Sí, con todaseguridad:teníamalaconciencia.

William, Justine y Clerval habían muerto debido a mis infernalesmaquinaciones.

—¿Yquémuertepondráfinaestatragedia?—clamaba—.¡Ah,padre…!¡Salgamos de este maldito país! ¡Llévame donde pueda olvidarme de mímismo,dondepuedaolvidarmiexistenciayatodoelmundo…!

Mi padre de inmediato accedió a mis deseos; y, después de habernosdespedidodelseñorKirwin,nosencaminamosrápidamenteaDublín.Cuandoel carguero partió de Irlanda con viento favorable y abandoné para siempreaquelpaísquehabíasidoparamíelescenariodetantodolor,mesentícomosimehubieranquitadodeencimaunapesadacarga.Eramedianoche,mipadredormía abajo, en el camarote, y yo permanecía en cubierta mirando lasestrellasyescuchandoelrumordelasolas.AgradecílapresenciadeaquellaoscuridadqueapartabaaIrlandademivista,ymipulsolatióconfebrilalegríacuando pensé que pronto volvería a ver Ginebra. El pasado me parecióentonces una espantosa pesadilla; sin embargo, el barco en el que meencontraba,elvientoquesoplabadesdelasodiosascostasdeIrlandayelmar

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queme rodeabame aseguraban, ciertamente, que no había sufrido visionesengañosas y que Clerval, mi amigo y mi más querido compañero, habíamuerto,víctimademisactosydelmonstruoqueyohabíacreado.

Hicememoriadetodamivida: laapaciblefelicidadcuandovivíaconmifamilia en Ginebra, la muerte de mi madre, y mi partida hacia Ingolstadt.Recordéconunescalofríoelenloquecidoentusiasmoquemehabíaimpulsadoa la creacióndemiodioso enemigo, y traje amimente la noche en la cualrecibió la vida. Fui incapaz de seguir el hilo de mis razonamientos. Milemocionesmeembargaron,yrompíalloraramargamente.

Desde que me recuperé de las fiebres, había adquirido la costumbre detomartodaslasnochesunapequeñacantidaddeláudano,porquesolograciasaesta droga era capaz de descansar lo suficiente para seguir viviendo.Angustiadoporelrecuerdodemisdesgracias,toméunadosisdobleyprontocaídormidoprofundamente.Pero,Diosmío,elsueñonoconsiguióliberarmede la memoria y del dolor; mis sueños se poblaban de mil cosas que meaterrorizaban.Haciaelamanecertuveunaespeciedepesadilla.Sentílagarradeaqueldemonioaferradaamigargantaynopodíalibrarmedeella.Gritosylamentosresonabanenmisoídos.Mipadre,quesiempremevigilaba,notandomi inquietud, me despertó y señaló el puerto de Holyhead, en el cual yaestábamosentrando.

HabíamosdecididonoiraLondres,sinocruzarelpaíshaciaPortsmouth…ydesdeallí,embarcarhaciaLeHavre.Yopreferíaesteplan,principalmente,porque temía ver de nuevo aquellos lugares en los que había disfrutado deunosbrevesdíasdesosiegoconmiqueridoClerval.Ypensabaconhorrorenlaposibilidaddeveraaquellaspersonasquehabíamosconocidojuntosyque,sin duda, harían preguntas respecto a un suceso cuyo simple recuerdo mehacíasentirdenuevotodoloquehabíasufridocuandovisucuerpoinerme.

Por lo que a mi padre se refiere, sus deseos y todos sus esfuerzos sedestinabanavermedenuevorestablecidotantoenlasaludcomoenlapazdeespíritu. Aunque su cariño y sus atenciones eran constantes,mi dolor ymitristezaeranpertinaces,peroélnuncadesesperaba.Enocasionespensabaqueyo me sentía profundamente avergonzado por haberme visto obligado aresponderdeunaacusacióndeasesinato,eintentabademostrarmelainutilidaddelorgullo.

—¡Ay, padre…! —le dije—. ¡Qué poco me conoces…! Los sereshumanos,sussentimientosysuspasiones,seavergonzaríanefectivamentesiun desgraciado como yo pudiera sentir orgullo. Justine, la pobre e infelizJustine, era tan inocentecomoyo,y fueacusadapor lomismo…murióporello.Yyo fui el culpable…yo lamaté.William, JustineyHenry… los tresmurieronpormiculpa.

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Mipadremehabíaoídoamenudohacerlamismaafirmacióndurantemiencarcelamiento.Cuandomeacusabadeaquelmodo,avecesparecíadesearqueledieraunaexplicación;yenotrasocasionesprobablementeconsiderabaqueeraconsecuenciademidelirio,yquedurantemienfermedadalgunaideadeesetiposehabíagrabadoenmiimaginación,yqueelrecuerdodelamismaaún permanecía vivo en la convalecencia. Yo evité dar una explicación;mantuveunpermanentesilenciorespectoalengendroquehabíacreado.Teníala sensacióndequeme tomaríanpor loco,yestoencadenópara siempremilengua, cuando en realidad habría dado unmundo por poder confesar aquelsecretofatal.Enunadeesasocasiones,mipadremedijoconunaexpresióndeindeciblesorpresa:

—¿Quéquieresdecir,Victor?¿Estásloco…?Queridohijo,teruegoquenovuelvasadeciresascosastanraras…

—¡Noestoyloco!—gritéconfuria—.¡Elsolyloscielosquemehanvistoactuarpuedenatestiguarquedigolaverdad!Yofuielasesinodeesasvíctimasabsolutamente inocentes… ¡Y murieron por mis maquinaciones! Mil veceshabríaderramadomipropiasangre,gotaagota,porhabersalvadosusvidas.Peronopodía…padre,deverdad,nopodíasacrificaratodalarazahumana…

Laconclusióndeaquellaconversaciónpersuadióamipadredequeestabatrastornado; así que cambió inmediatamente de conversación para intentaralterar el hilo de mis pensamientos. Deseaba, en la medida de lo posible,borrardemimemorialasescenasacaecidasenIrlandayjamásvolvióaaludira ellas ni me permitió hablar de mis desgracias. A medida que fuetranscurriendo el tiempo, me fui tranquilizando; el dolor moraba en micorazón,peroyanovolvíahablardeaquelmodoincoherenterespectoamiscrímenes; era suficiente para mí tener conciencia de ellos. Con unainsoportable represión,dominé lavoz imperiosade ladesdicha,queavecesdeseaba mostrarse al mundo entero, y mi comportamiento se tornó mástranquiloymáscontenidoqueantes,comoloeraantesdemiexcursiónalmarde hielo. Incluso mi padre, que me vigilaba como el pájaro a su polluelo,estabaengañadoypensabaquelanegramelancolíaquemehabíaangustiadose estaba alejando para siempre, y quemi país natal y la compañía demisseres queridosme restablecería por completoymedevolvería la saludymiantiguaalegría.

Llegamos a LeHavre el 8 demayo e inmediatamente viajamos a París,donde mi padre tenía que resolver algunos asuntos que nos detuvieron allíalgunassemanas.EnesaciudadrecibílasiguientecartadeElizabeth.

PARAVICTORFRANKENSTEIN

Ginebra,18demayode17**

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Miqueridísimoamigo:

MediomuchísimaalegríarecibirunacartademitíofechadaenParís.Yanoteencuentrasaunadistanciatanenorme,ypuedoconfiarenverteantesdequincedías.¡Mipobreprimo!¡Cuántodebesdehabersufrido!MetemoquetevoyaencontrarinclusomásenfermoquecuandopartistedeGinebra.Hemospasado un invierno terrible; pero, aunque la felicidad no brilla en nuestramirada desde hace muchos meses, espero ver sosiego en tu semblante ycomprobar que tu corazónno se encuentra completamente privadode paz ytranquilidad.

Sinembargo,temoquepersistanlosmismossentimientosquetehacíantandesgraciadohaceunaño,yque inclusohayanaumentadoconel tiempo.Noquerríaimportunarteenestosmomentos,cuandotantasdesdichasteoprimen,pero una conversación que tuve conmi tío antes de su partidame obliga adarteunaexplicaciónnecesariaantesdequenosencontremos.

«¿Una explicación?», probablemente te dirás, «¿qué puede tener queexplicar Elizabeth?». Si de verdad piensas eso, mis preguntas ya se hanrespondido, y no tengomás que hacer que firmar con un «Tu prima que tequiere». Pero estamos muy lejos, y es posible que temas y, sin embargo,agradezcasestaexplicación;y,teniendoencuentalaposibilidaddequetalseaelcaso,nomeatrevoaposponermásloque,durantetuausencia,hedeseadocomentartemuyamenudoyparalocualnuncahereunidoelsuficientevalor.

Tú sabes bien, Victor, que mis tíos siempre pensaron en nuestra unión,inclusodesdenuestra infancia.Asísenosdijocuandoéramos jóvenesynosenseñaron a considerar ese futuro como un acontecimiento que sin dudatendríalugar.Fuimoscariñososcompañerosdejuegosdurantenuestraniñezy,creo,buenosysincerosamigoscuandocrecimos.Perodelmismomodoqueun hermano y una hermanamantienen una cariñosa relación sin desear unauniónmás íntima, ¿no puede ser este también nuestro caso?Dime, queridoVictor… Contéstame, y te lo pido por nuestra felicidad mutua, con unasencillaverdad:¿amasaotra?

Hasviajado;haspasadovariosañosdetuvidaenIngolstadt;yteconfieso,amigomío,quecuandotevitantristeelotoñopasado,huyendodelcontactoconlagenteybuscandosolo lasoledady la tristeza,nopudeevitarsuponerquetalveztearrepentíasdenuestrocompromisoyquetesentíasobligado,porhonor,acumplirconlavoluntaddenuestrospadres,aunqueseopusieraatusverdaderos deseos. Pero este es un razonamiento falso. Te confieso, primomío, que te amoyque en los castillos en el aire quehe imaginadoparamifuturotúhassidomiamantefielymicompañero.Perosolodeseotufelicidad,y también la mía, cuando te digo que nuestro matrimonio haría de mí unapersona absolutamente desgraciada a menos que fuera el resultado de los

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dictados de nuestra propia decisión libre. Incluso ahora lloro al pensar que,acosadocomoestásporlasmáscruelesdesgracias,puedasecharaperder,portu palabra de honor, todas las esperanzas de amor y felicidad, que son lasúnicasquepodríanconseguirquevolvierasaserloquefuiste.Yo,quesientohacia ti un cariño tan desinteresado, podría estar aumentando mil veces tudesdicha sime convirtiera en un obstáculo a tus deseos.Ah,Victor, puedesestarsegurodequetuprimaycompañerasienteunamordemasiadoverdaderoporticomoparahacertedesgraciado.Séfeliz,amigomío;ysiatiendesaestamiúnicapetición,puedesestarsegurodequenadaenelmundopodrájamásperturbarmitranquilidad.

Nopermitasqueestacartateincomode.Nolacontestesmañana,nialdíasiguiente,nisiquierahastaquevengas,siellotecausaalgúndolor.Mitíomedaránoticiassobretusalud;ysiveosiquieraunasonrisaentuslabioscuandonos veamos, sea por esta carta o por cualquier otra cosamía, no necesitarénadamásparaserfeliz.Tuamiga,quetequiere,

ELIZABETHLAVENZA.

CAPÍTULO16

Estacartareavivóenmimemorialoqueyahabíaolvidado,laamenazadelengendrodiabólicocuandomevisitóenlasislasOrcadas:«Estarécontigoentu noche de bodas.» Tal fue mi sentencia, y esa noche aquel demonioemplearía todas las artimañaspara destruirmey arrebatarme aquel atisbodefelicidadqueprometía,almenosenparte,consolarmissufrimientos.Aquellanochehabíadecididoculminar suscrímenesconmimuerte. ¡Muybien,queasífuera!Entonces,contodaseguridad,tendríalugarunaluchaamuerteenlaque,siélsalíavictorioso,yodescansaríaenpaz,ysupodersobremíhabríaterminado. Si vencía yo, sería un hombre libre. ¡Cielos…! ¡Qué extrañalibertad—laque soportael campesinocuando su familiaha sidomasacradaantesusojos,sugranjahasidoincendiada,sustierrasasoladasyseconvierteenunhombreperdido,sincasa,sindinero,ysolo—,perolibertadalfin!¡Asíseríamilibertad,salvoqueenmiElizabethalmenostendríauntesoro,Diosmío,quecompensaríaloshorroresdelremordimientoylaculpabilidadquemeperseguiríanhastalamuerte!

¡DulceyqueridaElizabeth!Leíyreleísucarta,yalgunossentimientosdeternuraseapoderarondemicorazónyseatrevieronasusurrarmeparadisíacossueñosdeamoryalegría.Peroyahabíamordido lamanzana,yelbrazodelángel ya me mostraba que debía olvidarme de cualquier esperanza. Sinembargo,daríamividaporhacerlafeliz;sielmonstruocumplíasuamenaza,

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la muerte era inevitable. Sin embargo, volví a pensar que tal vez mimatrimonioprecipitaríamidestinounavezqueeldemoniohubieradecididomatarme.Enefecto,mimuertepodríaadelantarsealgunosmeses;perosimiperseguidor sospechara que yo posponía mi matrimonio por culpa de susamenazas, seguramenteencontraríaotrosmedios,yquizámás terribles,paraejecutarsuvenganza.Habíajuradoqueestaríaconmigoenminochedebodas.Sinembargo,esaamenazanoleobligabaaquedarsequietohastaquellegaraesemomento…porque,comosiquisierademostrarmequenosehabíasaciadode sangre, había asesinado a Clerval inmediatamente después de haberproferido sus amenazas.Así pues, concluí que simi inmediata boda conmiprima iba a procurar su felicidad o la de mi padre, las amenazas de miadversariocontramividanodeberíanretrasarlaniunahora.

En este estado de ánimo escribí a Elizabeth. Mi carta era sosegada ycariñosa.«Metemo,miadoradaniña»,ledecía,«quequedapocafelicidadenestemundoparanosotros,sinembargo,todalaqueyopuedadisfrutarresideen ti.Alejade ti temores infundados.Soloa tiheconsagradomividaymisdeseos de felicidad. Tengo un secreto, Elizabeth, un secreto terrible. Tehorrorizará hasta helarte la sangre; y luego, lejos de sorprenderte por misdesgracias,simplementeteasombraráqueaúnsigaconvida.Terevelaréestahistoriadesufrimientosyterroraldíasiguienteanuestraboda…porque,miquerida prima, debe existir una confianza absoluta entre ambos. Pero hastaentonces,teloruego,nolomencionesnialudasaello.Telopidocontodomicorazón,yséquemeloconcederás».

Alrededordeuna semanadespuésde la llegadade la cartadeElizabeth,regresamosaGinebra.Elizabethmediolabienvenidaconmuchocariño;sinembargo, había lágrimas en sus ojos cuando viomi cuerpomaltrecho ymirostro febril.Yo también descubrí un cambio en ella. Estabamás delgada yhabíaperdidobuenapartedeaquellamaravillosaalegríaqueantañomehabíaencantado.Perosudulzuraysusamablesmiradasdecompasiónlaconvertíanenlamujermásapropiadaparaunsercondenadoymiserablecomoyo.

De todosmodos, la tranquilidaddequegozabayoenaquelmomentonoduró mucho. Los recuerdos me volvían loco. Y cuando pensaba en lo quehabíaocurrido,unaverdadera locura seapoderabademí.Algunasvecesmeenfurecíayestallabaconataquesderabia,yotrasmederrumbabaymesentíaabatido. Ni hablaba ni veía, sino que permanecía inmóvil, abrumado por lacantidaddedesdichasquesecerníansobremí.SoloElizabethteníapoderparasacarmedeesospozosdeabatimiento.Sudulcevozmetranquilizabacuandoestaba furioso, yme infundía sentimientoshumanos cuandome sumía en laapatía. Ella lloraba conmigo y por mí. Cuando recobraba la razón, mereconvenía dulcemente e intentaba infundirme resignación. Ah, sí… esnecesarioquelosdesdichadosseresignen.Peroparalosculpablesnohaypaz:

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las angustias de los remordimientos envenenan ese placer que se halla enocasiones,cuandounoseentregaalosexcesosdelapena.

Pocodespuésdemillegada,mipadrehablódemiinmediatomatrimonioconmiprima.Yopermanecíensilencio.

—Entonces…—dijomipadre—,¿estásenamoradodeotramujer?

—Enabsoluto.AmoaElizabethypiensoennuestrafuturabodaconsumoplacer.Fijalafecha,yesedíaconsagrarémividaymimuertealafelicidaddemiprima.

—MiqueridoVictor…nohables así.Graves desgracias han caído sobrenosotros,peroloúnicoquedebemoshaceresmantenernosunidosaloquenosqueda, y el amor que sentíamos por aquellos que perdimos debemosentregárseloahoraalosqueaúnviven.Nuestrafamiliaespequeña,peroestámuyunidaporlazosdecariñoydedesdichascompartidas.Ycuandoelpasodeltiempohayamitigadotudesesperación,nuevasyamadaspreocupacionesnacerán para reemplazar a aquellos de los que tan cruelmente hemos sidoprivados.

Tales eran los consejos de mi padre, pero los recuerdos de la amenazavolvieron a obsesionarme.Y no puede sorprender a nadie que, omnipotentecomo se había mostrado aquel engendro diabólico en sus crímenessanguinarios, casi lo considerara invencible; y que, puesto que habíapronunciado laspalabras«estarécontigoen tunochedebodas»,consideraraaquel destino amenazador como algo inevitable. Pero lamuerte no era unadesgraciaparamí,sinofueraporqueacarreabalapérdidadeElizabeth;y,asípues,congestosonrienteeinclusoalegre,memostrédeacuerdoconmipadreen que la ceremonia tuviera lugar, si mi prima consentía, al cabo de diezdías…yasísellémidestino,oesocreía.

¡Diosbendito…!Siporuninstantehubieraimaginadocuálespodríanserlasdiabólicasintencionesdemienemigoinfernal,habríapreferidoabandonarparasiempremipaís,yhabervagadocomoundespreciabledesheredadoporelmundo, antes que consentir aquel desdichadomatrimonio. Pero, como situviera poderes mágicos, el monstruo me había ocultado sus verdaderasintenciones;ycuandoyopensabaqueúnicamentepreparabamipropiamuerte,soloconseguíprecipitarladeunavíctimaqueamabamuchomás.

A medida que se acercaba la fecha de nuestro matrimonio, tal vez porcobardía o por unmal presentimiento,me sentí cada vezmás abatido. Peroocultémissentimientosbajolaaparienciadeunaalegríaquedibujósonrisasde gozo en el rostro de mi padre, aunque difícilmente pude engañar a lamirada más atenta y perspicaz de Elizabeth. Ella observaba nuestra futurauniónconsosegadaalegría,aunquenosinciertotemor,debidoalaspasadas

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desgracias, y teníamiedodeque loque ahoraparecíauna felicidad cierta ytangiblepudieradesvanecersedeprontoenunsueñoetéreo,ynodejaraniunahuella,salvounaamarguraprofundayeterna.

Se hicieron los preparativos para el acontecimiento. Recibimos a lasvisitas, que nos felicitaron, y todo parecía adornado con las galas máshalagüeñas.Enloquemefueposible,ocultéenlomásprofundodelcorazónla ansiedad queme consumía y acepté con aparente sinceridad todo lo queproponíamipadre,aunque todoaquellonopodíaservirsinocomodecoradode mi tragedia. Se adquirió una casa para nosotros, cerca de Cologny: asípodríamosdisfrutarde losplaceresdel campoy, sin embargo, estaríamos losuficientementecercadeGinebracomopara iravisitaramipadre todos losdías,puesélseguiríaviviendoenelinteriordelaciudad,porErnest,paraquepudieracontinuarsusestudiosenlauniversidad.

Mientrastanto,yoadoptétodaslasprecaucionesparadefendermeencasodequeaquelengendroquisieraatacarme.Siemprellevabapistolasyunadaga,yestabasiemprealertaparaevitaremboscadas,yasíconseguígozarenalgunamedida de cierta tranquilidad. Y, en realidad, conforme se aproximaba lafecha,laamenazacomenzóaparecermásbienunalocuraquenovalíalapenatener en cuenta, pues probablemente no sería capaz de perturbar mitranquilidad, mientras que la felicidad que esperaba de mi matrimonio ibaadquiriendopocoapocounaaparienciadeverdaderarealidadamedidaqueseacercabaeldíadelaceremonia,yoíahablardeellacomounacontecimientoqueningúnincidentepodríaimpedir.

Elizabeth parecía contenta ante el cambio que vio enmí, y cómo habíapasadodeunarisaforzadaaunaserenaalegría.Peroeldíaenqueseibanacumplir mis deseos y mi destino, ella estaba melancólica; un malpresentimiento la embargaba, y quizá también pensaba en el terrible secretoqueyohabíaprometidorevelarlealdíasiguiente.Mipadreencambioestabarebosante de felicidad y, con el ajetreo de los preparativos, solo vio en lamelancolíadesusobrinalapudorosatimidezdeunanovia.

Despuésdecelebrarlaceremonia,tuvolugarunagranfiestaencasademipadre; pero se acordó que Elizabeth y yo deberíamos pasar aquella tarde yaquellanocheenEvian,yquealamañanasiguienteregresaríamos.Hacíaunbuendía;y,comoelvientoerafavorable,decidimosirenbarco.

Aquellos fueron los últimos momentos de mi vida durante los cualesdisfruté del sentimiento de felicidad. Navegábamos muy deprisa; el solcalentaba,peronosotrosíbamosprotegidosporunaespeciededosel,mientrasdisfrutábamosdelabellezadelpaisaje:unasvecesnosgirábamoshaciaaunextremodellago,dondeveíamoselMonteSalêve,lasencantadorasorillasdeMontalegrey, en la distancia, elevándose sobre todo lodemás, elmagnífico

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MontBlancy todoelgrupodemontañasnevadasque intentabanalcanzarlo.Enotrasocasiones,bordeandolariberaopuesta,veíamoselmajestuosoJura,retando con sus oscuras laderas la ambición de quien deseara abandonar supaísnatalymostrándosecomounabarrerainfranqueablealconquistadorquepretendierainvadirlo.

CogílamanodeElizabeth.

—Estástriste—ledije—.¡Ay,miamor,sisupierasloquehesufridoyloque tal vez aún tenga que soportar, procurarías dejarme saborear latranquilidadylaausenciadedesesperaciónquealmenosmepermitedisfrutaresteúnicodía!

—Sé feliz, mi querido Victor—contestó Elizabeth—; confío en que nohayanadaqueteinquiete;ypuedesestarsegurodequemicorazónestáfeliz,aunque no veas en mi rostro una alegría excesiva. Algo me dice que nodepositemuchas esperanzas en las perspectivas que se abren ante nosotros,peronoquieroescucharesasvocessiniestras.Miraquédeprisanavegamosycómolasnubes,queavecesoscurecenyavecesseelevansobrelacúpuladelMont Blanc, consiguen que este maravilloso paisaje sea aún más hermoso.Mira también los innumerables peces que nadan en estas límpidas aguas,dondesepuedenverclaramentetodaslaspiedrasqueyacenenelfondo.¡Quédíamáshermoso…!¡Quéfelizyserenaparecetodalanaturaleza!

AsíeracomoElizabethintentabadistraersuspensamientosylosmíosdecualquier reflexión sobre asuntos melancólicos, pero su ánimo era muyvoluble.Laalegríabrillabaduranteunosbrevesinstantesensumirada,perolafelicidadconstantementedejabapasoalatristezayalensimismamiento.

En el cielo, el sol se iba poniendo; pasamos frente al río Drance yobservamossucursoatravésdelosabismosdelasmontañasylascañadasdelascolinasmásbajas.LosAlpes,aquí,seacercanmuchoal lago,ynosotrosnosaproximábamosalanfiteatrodemontañasqueformansuextremooriental.LaagujadeEvianserecortababrillantesobrelosbosquesquelarodeaban,ysobrelacordillerademontañasymontañasenlacualestabasuspendida.

Elviento,quehastaeseprecisoinstantenoshabíallevadoconasombrosarapidez, se convirtió al atardecer en una agradable brisa; el airecillo apenasconseguíaerizarelaguayproducíaunencantadormovimientoenlosárboles.Cuandonosaproximamosalaorilla,flotabaenelaireundeliciosoperfumedeflores y heno. El sol se puso tras el horizonte cuando saltamos a tierra; ycuandopisé laorilla,sentíque laspreocupacionesy los temores renacíanenmí,yqueprontomeibanaatraparyamarcarmeparasiempre.

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CAPÍTULO17

Eran las ocho en punto cuando desembarcamos; caminamos durante unbrevetrechojuntoalaorilla,disfrutandodelascambianteslucesdelatardecer,y luegonos retiramosa laposada,ycontemplamosel encantadorpaisajedeaguas, montañas y bosques que se iban ocultando en la oscuridad, y, sinembargo, aún dejaban ver sus negros perfiles. El viento, que casi habíadesaparecidopor el sur, se levantó ahora congranviolencia por el oeste; lalunahabíaalcanzadosucénitenelcieloyestabacomenzandoadescender;lasnubesbarríanel cielopordelantede ella conmáspremuraqueelvuelodelbuitreyenturbiabansuluz,mientrasellagoreflejabaelconmocionadopaisajede los cielos, y lo agitaba aún más con las inquietas olas que estabancomenzandoaerizarse.Derepente,sedesatóunaviolentatormentadelluvia.

Yo había estado tranquilo durante todo el día; pero tan pronto como lanochecomenzóaenturbiarlosperfilesdelascosas,miltemoresseadueñarondemimente. Estaba angustiado y alerta,mientras con lamano derechameaferraba a una pistola que tenía escondida en el pecho. Cada ruido meaterrorizaba, pero decidí que vendería cara mi vida y no evitaría elenfrentamiento que tenía pendiente hasta que mi propia vida, o la de miadversario,seextinguiera.

Elizabeth, tímida y temerosa, observó en silencio mi inquietud duranteunosinstantes.Alfinal,dijo:

—¿Porquéestásnervioso,miqueridoVictor?¿Dequétienesmiedo?

—¡Oh, tranquila, tranquila,miamor…!—lecontesté—.Esperaquepaseesta noche, y yapodremos estar seguros…Pero esta noche es horrible, estanocheesespantosamentehorrible…

Pasé una hora en aquel estado de nervios, y entonces, de repente, pensécuánhorrorososeríaparamiesposapresenciarelcombatequedeunmomentoaotroimaginabaquetendríalugar;yporesoleroguéconvehemenciaqueseretirara a dormir, decidido a no ir con ella hasta que no supiera algo demienemigo.

Elizabethmedejósolo,ydurantealgúntiempoestuveyendodeunladoaotro por los pasillos de la casa, inspeccionando cada esquina que pudieraservir de escondrijo ami enemigo. Pero no vi ni rastro de él, y comencé aconsiderar la posibilidad de que algún afortunado acontecimiento hubieratenido lugar y hubiera impedido la ejecución de su amenaza, cuando derepenteoíungritoyunespantosoalarido.ProcedíadelahabitaciónalaqueElizabethsehabía retirado.Cuandooíaquelgrito, locomprendí todo…Misbrazoscayeronrendidosyelmovimientodecadamúsculoycadafibrademi

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cuerpo se detuvo; podía sentir la sangre reptando por mis venas yhormigueandoenmispies.Aquelestadonodurómásqueuninstante,elgritoserepitióycorríprecipitadamentehacialahabitación.¡Diosmío!¿Porquénomematasteentonces?¿Porquéestoyaquíparadescribirladestruccióndemiesperanzamásanheladaylamuertedelacriaturamásbuenadelmundo?Allíestaba, sin vida e inerte, tendida de lado a lado en la cama, con la cabezacolgando,consurostropálidoydeformado,mediocubiertoporsucabello.Noimportadóndemire…siempreveolamismaimagen:susbrazosexánimesysucuerpomuertoarrojadoporelasesinosobreelataúdnupcial.¿Cómopudeveraquelloyseguirviviendo?¡Diosmío!Lavidaesobstinada…seaferraconmás fuerza allí donde más se odia. Entonces, solo sé que perdí elconocimiento…ymedesmayé.

Cuandomerecobré,meencontréenmediode lagentede laposada.Susrostrosexpresabanclaramenteunespantosoterror,peroelhorrordelosdemássolome parecía una pequeña farsa, una sombra de los sentimientos quemeatenazaban amí.Me abrí camino entre ellos hasta la alcoba donde yacía elcuerpo de Elizabeth… mi amor… mi esposa… Solo unos instantes antesestabaviva…miquerida…mipreciosa…Lahabíancambiadodeposturayyanoseencontrabacomoyolahabíavisto;yahora,talycomoestabatendida,con lacabezasobreunbrazoyunpañuelocubriéndoleel rostroyelcuello,podría haber pensado que estaba dormida. Corrí hacia ella y la abracé conlocura, pero la mortal frialdad de su cuerpo me recordó que lo que estabasosteniendo enmisbrazosyahabíadejadode ser laElizabethqueyohabíaamado y adorado; la marca de las garras asesinas de aquel demonio aúnpermanecíanenelcuello,ysuslabiosyanoteníanaliento.

Mientrasaún la teníaenmisbrazos,en laagoníade ladesesperación,semeocurriólevantarlamirada.Laalcobahabíaquedadocasiaoscuras,ysentíunaespeciedeterrorpánicoalvercómolapálidaluzdelalunailuminabalahabitación.Lospostigossehabíanabiertoy,conunasensacióndehorrorqueno se puede describir, vi por la ventana abierta aquella figura odiosa yaborrecible.Habíaunasonrisaburlonaenelrostrodelmonstruo;parecíareírsedemímientras,consudiabólicodedo,señalabaelcadáverdemiesposa.Meabalancé hacia la ventana y, sacando la pistola demi pecho, disparé…peroconsiguióesquivarme,huyódeunsaltoy,corriendoalavelocidaddeunrayo,searrojóallago.Aloírelestallidodelapistola,muchaspersonasacudieronalahabitación.Lesindiquépordóndehabíahuido,yloperseguimosconbarcosy redes, pero todo fue en vano; y, tras pasar varias horas en su busca,regresamosdesesperanzados;lamayoríadelosquemeacompañabancreyeronqueaquellafigurasolohabíasidofrutodemiimaginación.Detodosmodos,despuésderegresaratierra,comenzaronabuscarporelcampo,yseformarondistintaspartidasquesedispersaronendiferentesdireccionesporlosbosquesylosviñedos.Yonolosacompañé.

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Estabaagotado;unvelomenublabalavista;ymipielardíaconelcalordelafiebre.Enaquelestadometumbéenunacama,apenasconscientedeloquehabía ocurrido, y mis ojos vagaron por la habitación como si estuvieranbuscandoalgoquehubieraperdido.Alfinalpenséquemipadreesperaríaconansiedad mi regreso y el de Elizabeth, y que regresaría yo solo. Aquellareflexiónhizobrotarlaslágrimasenmisojos,yllorédurantemuchotiempo.Pensé en mis desgracias y en su causa, y me vi envuelto en una nube deestupefacción y horror. La muerte de William, la ejecución de Justine, elasesinatodeClervaly,ahora,eldemiesposa…enaquelmomentonisiquierapodíasabersilafamiliaqueaúnmequedabaestaríaasalvodelamaldaddeaquelengendro;mipadrepodíaestarsedebatiendoenaquelmomentobajolagarra asesina, y Ernest podría estar muerto a sus pies. Aquellas ideas mehicieron sentir escalofríos y me devolvieron a la realidad. Me levanté deinmediatoydecidíregresaraGinebratandeprisacomomefueraposible.Nohabíacaballosdelosquepudieradisponer,ytuvequevolverporellago;peroel viento era desfavorable y la lluvia caía torrencialmente.De todosmodos,apenas había amanecido y seguramente podría llegar a casa al anochecer.Contraté a unos cuantos hombres para remar, y yo mismo cogí un remo,porque el ejercicio físico siempre ha producido en mí cierto alivio de lossufrimientos emocionales. Pero el insoportable dolor que sentía y la terribleagitaciónquesufríameimposibilitaroncualquieresfuerzo.Dejécaerelremoy,sujetándomelacabezaentrelasmanos,meabandonéatodaslassiniestrasideas que quisieron asaltarme. Si levantaba lamirada, veía paisajes quemeresultabanfamiliares,demistiemposfelicesyquehabíaestadocontemplandosolo un día antes, en compañía de aquella que ahora no era más que unasombrayunrecuerdo.Laslágrimasanegaronmisojos.Miréellago,lalluviahabía cesado un momento, y vi cómo los peces jugaban en las aguas, delmismomodoqueloshabíavistosolounashorasantes…Elizabethloshabíaestadoviendo.Nadaes tandolorosopara lamentehumanacomouncambioviolentoyrepentino.Elsolpodíabrillar,olasnubespodíancubrirelcielo…nadaseríayacomoeldíaanterior.Unserdiabólicomehabíaarrebatadodeunzarpazotodaesperanzadefelicidadfutura.Ningunacriaturahabíasidojamástandesgraciadacomoyo;yunos sucesos tanespantososeranabsolutamenteinsólitosenestemundo.

Pero…¿porquétendríaquerecrearmeenlossucesosquesiguieronaestainsoportabletragedia?Lamíahasidounahistoriadehorror.Yahealcanzadoel punto culminante; y lo que puedo relatar de aquí en adelante puederesultarletedioso,ahoraqueyahenarradocómoaquellosaquienesqueríamefueron arrebatados uno tras otro, y yo quedé hundido en la desolaciónmásprofunda.Estoymuycansado,ysolopuedodescribirenpocaspalabrasloquequedademiespantosahistoria.

LleguéaGinebra.MipadreyErnestaúnestabanvivos,peroelprimerofue

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incapazdesoportarlasdolorosísimasnoticiasqueyolesllevaba.Puedoverloahora… era un anciano venerable ymaravilloso. Sumirada se perdió en elvacío,porquehabíaperdidoalapersonaqueerasurazóndevivirysualegría:susobrina,queeramásqueunahijaparaél,alacualhabíaentregadotodoelcariñodeunhombreque,enelocasodesuvida,y teniendopocaspersonasqueridas, se aferra con más fervor a aquellas que aún le quedan. Maldito,malditoseaeldemonioquederramóeldolorsobresuscanasylocondenóaterminar sus días sumido en la desdicha. No pudo vivir rodeado de losespantos que se habían acumulado a su alrededor. Sufrió un ataque deapoplejíay,pocosdíasdespués,murióenmisbrazos.

¿Quéfueentoncesdemí?Nolosé.Eraincapazdesentirnada,ylasúnicascosas que podía ver eran cadenas y oscuridad. En realidad, algunas vecessoñabaquepaseabaconlosamigosdemijuventudporpradosllenosdefloresyencantadoresvalles;peromedespertabaymeencontrabaenunamazmorra.Despuésmeinvadiólamelancolía,peropocoapocofuiobteniendounaideaclarademisdesdichasymisituación,yentoncesmesacarondeallí.Porquemehabíandadoporloco;ydurantemuchosmeses,comosupedespués,habíaestado ocupando una celda solitaria. Pero la libertad hubiera sido unaconcesión inútil para mí si al mismo tiempo que despertaba a la razón nohubieradespertadoalavenganza.Altiempoqueelrecuerdodemispasadosinfortuniosmeangustiaba,comencéapensarensucausa…elmonstruoqueyohabíacreado,elmiserabledemonioqueyohabíaarrojadoalmundoparamipropiadestrucción.Me invadíauna furiaenloquecidacuandopensabaenél…ydeseabayrogabaardientementepoderatraparloparapoderdesatarunferozeimborrablerencorsobresumalditacabeza.

Desdeluego,miodionopudoreducirsedurantemuchotiempoaundeseoinútil; comencé a pensar en cuáles podrían ser los mejores medios paracazarlo; y con ese propósito, aproximadamente unmes después de quemesoltaran, acudí aun juezde lo criminal de la ciudady le dijeque teníaunaacusaciónquehacer,queyoconocíaalasesinodemi familiayque lepedíaqueejercieratodasuautoridadparaaprehenderalasesino.

Elmagistradomeescuchóconatenciónyamabilidad.

—Puedeestar seguro, señor—dijo—:pormiparteno seha reparadoenesfuerzos,niserepararáenmedios,paradescubriraesemalvado.

—Gracias—contesté—;escuche,pues,ladeclaraciónquetengoquehacer.Enrealidadesunrelatotanextrañoquemetemoqueustednomecreeríasinofuera porque hay algo en la verdad que, aunque resulte asombrosa, siempreconvencedesurealidad.Lahistoriaestádemasiadobientrenzadacomoparaconfundirlaconunsueño,yyonotengoningúnmotivoparamentir.

Misgestos,mientrasdecíaaquello,eranvehementesperotranquilos;había

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tomadoladecisióníntimadeperseguiramienemigohastalamuerte;yaquelpropósitoaplacabamiangustiay,almenosprovisionalmente,mereconciliabacon la vida. En aquel momento relaté mi historia brevemente, pero confirmeza y precisión, señalando fechas con seguridad y sin dejarme arrastrarpor invectivas o exclamaciones. Al principio el magistrado parecíaabsolutamente incrédulo, pero a medida que avanzaba mi relato, se mostrómásatentoe interesado.Algunasveces leviestremecersedehorror;yotras,una absoluta sorpresa sin mezcla de incredulidad se pintaba en su rostro.Cuandohubeconcluidominarración,dije:

—Eseesel seralqueacusoyalque lepidoquedetengaycastiguecontoda su fuerza. Ese es su deber comomagistrado, y creo y espero que sussentimientos comoserhumanono lepermitandesertarde esas funciones enestaocasión.

Aquella petición produjo un notable cambio en la fisonomía de miinterlocutor.Habíaescuchadomihistoriaconaquellaespeciedecredulidadamediasqueseleconcedealoscuentosdeespíritusyfantasmas;perocuandoseleinstóaactuaroficialmenteyenconsecuencia,recuperódeinmediatotodasuincredulidad.Entodocaso,merespondióconamabilidad.

—Debuenaganaleprestaríatodalaayudaposible;perolacriaturadelaque usted me habla parece tener poderes capaces de desafiar todos misesfuerzos. ¿Quién puede perseguir a un animal que puede cruzar elmar dehieloyvivirengrutasycuevasdondeningúnhombreseaventuraríaaentrar?Además, han transcurrido ya algunos meses desde que se cometieron loscrímenesynadiepuedenisiquieraimaginaradóndepuedehaberidooenquélugaresviviráahora.

—No tengo lamenor duda—contesté—deque anda rondando cerca dedonde yo vivo. Y si en efecto se hubiera refugiado en los Alpes, podríancazarlocomoaunagamuzayabatirlocomoaunabestiadepresa.Peroyaséloqueestápensando:nodacréditoamirelato,ynotieneningunaintencióndeperseguiramienemigoycastigarlocomomerece.

Mientrashablaba,lairacentelleabaenmisojos.Elmagistradosearredró:

—Está usted equivocado —dijo—; lo intentaré; y si está en mi poderatrapar almonstruo, puede estar seguro usted de que recibirá el castigo quemerecen sus crímenes. Pero me temo que será imposible, por lo que ustedmismo ha descrito a propósito de sus características; y, mientras se tomantodaslasmedidaspertinentes,deberíaustedintentarprepararseparaelfracaso.

—¡Eso es imposible!—dije furioso—. Pero todo lo que pueda decir noservirá de mucho. Mi venganza no le importa nada a usted; sin embargo,aunqueadmitoqueesunaobsesión,confiesoquees laúnicapasiónqueme

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devora el alma; mi furia es indescriptible cuando pienso que aún existe elasesino a quien yo mismo arrojé a este mundo. Usted rechaza mi justapetición. No tengo más que un camino, y me dedicaré, vivo o muerto, aintentardestruirlo.

Temblédenerviosismoaldeciraquello;habíaunfrenesíenmiconductayalgo,nolodudo,deaquelorgullosovalorque,segúndicen,teníanlosmártiresde la Antigüedad. Pero para unmagistrado ginebrino, cuyo pensamiento seocupaba en cuestiones muy distintas a la devoción y el heroísmo, aquellagrandezade espíritu se parecía bastante a la locura. Intentó calmarme comounaniñeraintentatranquilizaraunniño,yachacómirelatoalosefectosdeldelirio.

—¡Hombres…!—grité—.¡Quéignorantessoisycuántoosenorgullecéisdevuestrasabiduría!¡Cállese!¡Nosabeustedloquedice…!

Salíprecipitadamentedelacasay,furiosoyenloquecido,mefuiameditaralgúnotromododeactuar.

CAPÍTULO18

En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientosrazonablesseconsumíanydesaparecían.Meveíaarrastradoporlaira.Sololavenganzameproporcionabafuerzayserenidad.Modelabamissentimientosyme permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que deotro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado de mí. Mi primeradecisiónfueabandonarGinebraparasiempre.Mipaís,alqueamabacuandoerafelizyquerido…ahora,enlaadversidad,seconvirtióenunlugarodioso.Mehiceconunapequeñasumadedinero,juntoconalgunasjoyasquehabíanpertenecidoamimadre,ypartí.

Yentoncescomenzómiperegrinación,quenoterminaráhastaquemuera.Herecorridovastasregionesde laTierrayhesufrido todas laspenuriasquesuelenafrontarlosaventurerosenlosdesiertosyenotrosterritoriossalvajes.Apenassécómohelogradosobrevivir;muchasvecesmehederrumbado,conmi cuerpo rendido, sobre la misma tierra, agotado y sin nadie que mesocorriera, y he rogado que me llevara la muerte. Pero la venganza memanteníavivo.Nomeatrevíaamorirydejaramienemigovivo.

Cuando abandoné Ginebra, mi primera labor fue obtener alguna clavemediantelacualpudieraseguirelrastrodelospasosdemidiabólicoenemigo.Pero mi plan no dio resultado; y vagué durante muchas horas por losalrededoresdelaciudad,sinsaberacienciaciertaquécaminodeberíaseguir.

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Al caer la noche,me encontré a la entrada del cementerio donde reposabanWilliam,Elizabethymipadre.Entréymeacerquéalasestelasquemarcabansussepulturas.Todopermanecíaensilencio,exceptolashojasdelosárboles,queseagitabansuavementeconlabrisa.Eracasinochecerrada,yelescenariohabría resultado conmovedor y solemne incluso para un observadordesinteresado.Meparecíaquelosespíritusdelosquesehabíanidovagabanporelaire,amialrededor,yproyectabanunasombraquesesentía,peronoseveía,entornoalacabezadeaquelqueloslloraba.Elprofundodolorqueestaescena me produjo al principio inmediatamente dio paso a la rabia y ladesesperación. Ellos estaban muertos, y yo aún vivía. También vivía suasesino y, para destruirlo, yo debía alargar mi agotadora existencia. Mearrodilléenlatierrayconlabiostemblorososexclamé:

—Porlatierrasagradaenlaqueestoyarrodillado,porestassombrasquemerodean,porelprofundoyeternodolorquesufro,¡lojuro!¡Yporvos,oh,Noche,ypor los espíritusque tepueblan, juroperseguir a esediabólico serquecausóestesufrimiento,hastaqueéloyoperezcamosencombatemortal!Soloconesepropósitoconservarémivida.Paraejecutarlaansiadavenganza,volveré a ver el sol y pisaré la hierba verde de la tierra, que de otromodoapartaríademivistaparasiempre.¡Yosinvoco,espíritusdelosmuertos,yavosotros,heraldosetéreosdelavenganza,quemeayudéisymeguieisenestatarea! ¡Queesemalditomonstruo infernalbebahasta lasheceselcálizde laagonía!¡Quesientaladesesperaciónqueahorameatormentaamí!

Yo había comenzado mi juramento con una solemnidad y un temorreverencial que casi me aseguraban que las sombras de mis seres queridosestabanescuchandoyaprobabanmipromesa.Perolasfuriasseapoderarondemícuandoterminé,ylarabiaahogómispalabras.Enlaquietuddelanoche,unacarcajadaruidosaydiabólicafuelaúnicarespuestaqueobtuve.Resonóenmisoídoslargaysombríamente;lasmontañasrepitieronsueco,ysentícomosi el mismísimo infierno me rodeara, burlándose y riéndose de mí.Seguramenteenaquelmomentomehabríadejadollevarporlalocurayhabríaacabadoconmimiserableexistencia,peroyahabíalanzadomijuramentoymividasehabíaconsagradodefinitivamentea lavenganza.Lacarcajadase fuedesvaneciendoyentoncesunavozrepugnanteybienconocidasedirigióamíenunaudiblesusurro:

—Mealegro…pobredesgraciado:hasdecididovivir,yyomealegro.

Corrí hacia el lugar de donde procedía la voz, pero el demonio pudoescapar. De repente, el enorme disco lunar se iluminó y brilló sobre sufantasmalydeformefigura,mientrashuíaaunavelocidadsobrehumana.

Loperseguí; y durantemuchosmeses esta persecuciónha sidomi únicoobjetivo. Guiado por una pista muy leve, lo seguí por los meandros del

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Ródano, pero todo fue en vano. Llegué alMediterráneo, y por una extrañacasualidadvicómoelengendrosubíaunanocheaunbarcoqueibaazarparhaciaelmarNegroyseocultabaallí.Fuitrasél—yosabíacuáleraelbarcoenelquesehabíaescondido—,perosemeescapó,nosécómo.Enlastierrasinexploradas de Tartaria y Rusia, aunque todavía conseguía esquivarme, yaseguíadecercasuspasos.Algunasveces,loscampesinos,aterrorizadosporsuespantosafigura,meinformabandecuálerasucamino;enotrasocasionesyamenudo,élmismo,quetemíaquesiyoleperdíaelrastro,podríadesesperarymorir,medejabaalgunasseñalesparaguiarme.Lanievecayósobremí,yvilahuelladesutremendopieenlasblancasllanuras.Perousted,queapenasestácomenzandosuvida,ylaspreocupacionessonnuevasparaustedylaangustia,desconocida,¿cómopuedecomprenderloquehesentidoyloqueaúnsiento?Elfrío,lasnecesidadesyelcansanciofueronlosmalesmenoresquetuvequesoportar. Me maldijo algún demonio y tengo que sufrir en mi pecho uninfiernoeterno.Sinembargo,aúnunespíritubuenomeseguíayguiabamispasos, y cuandomás lamentabami suerte, repentinamenteme salvaba de loque me parecían dificultades insalvables. En ocasiones, cuando mi cuerpo,abrumado por el hambre, se desplomaba en el agotamiento, encontraba unacomidareparadoraeneldesierto,quemedevolvíalasfuerzasymeanimaba.La comida era tosca, como la que suelen comer los campesinos de aquellasregiones;peroyonodudabaqueaquellolohabíandispuestolosespíritusqueyohabíainvocadoparaquemeayudaran.Amenudo,cuandotodoestabaseco,ynohabíanubesenelcielo,ymeabrasabalased,unasnubecillasaparecíanelfirmamento y dejaban caer algunas gotas de lluvia que me reanimaban, yluegosedesvanecían.

Cuandome era posible, seguía los cursos de los ríos; pero el monstruoprincipalmente losevitaba,porqueesenesos lugaresdondegeneralmenteseasientan laspoblacionesdel campo.Enotras regiones apenas seveían sereshumanos,yenesaszonasgeneralmentesubsistíaconlosanimalessalvajesquesecruzabanenmicamino.Teníaalgúndineroymegranjeaba laamistaddelos aldeanos repartiéndoselo u ofreciéndoles la carne de algún animal quehubieracazado,lacual,despuésdecogerparamíunapequeñaporción,selaregalaba a aquellos queme proporcionaban fuego y utensilios para cocinar.Asítranscurríamivida,deunmodoquerealmentemeresultabaodioso,ysolodurante el sueñome sentía un pocomejor. ¡Oh, bendito sueño! Amenudo,cuandomásmiserablemesentía,mesumíaeneldescansoymissueñosmecalmaban casi hasta el éxtasis. El ángel que me guardaba seguramente meproporcionabaaquellosmomentoso,másbien,aquellashorasdefelicidadenlasquepodíareunirfuerzasparacontinuarmiperegrinación.Privadodeestosinstantesdealivio,habría sucumbidoamis sufrimientos.Así,duranteeldíamesosteníanyanimabanlasesperanzasdelanoche:porqueduranteelsueñoveíaamisseresqueridos,amiesposa,ymiamadopaís;volvíaaverelrostro

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demi bondadoso padre, oía la argentina voz demiElizabeth y podía ver aClerval, rebosante de vida y juventud. A menudo, cuando me encontrabaexhaustotrasunaagotadoramarcha,meconvencíadequeestabasoñando,yde que la noche llegaría y entonces disfrutaría realmente en brazos de misseresqueridos.¡Quéanhelotanangustiososentíaporellos!¡Cómointentabaabrazar aquellas amadas figuras cuando semeaparecíanaveces, inclusoenlasvisionesqueteníadurantelavigilia,yllegabaaconvencermedequeaúnestabanvivos!Enaquellosmomentos,lavenganzaqueardíaenmiinteriorseapagaba en mi corazón, y seguía mi camino en pos de la destrucción delengendrodemoníacomáscomounatareaqueagradabaa loscielos,comosifueraunimpulsomecánicodealgúnpoderdelcualyonoteníaconciencia,queporunverdaderoyardientedeseodemialma.

¿Qué sentía aquel a quien perseguía? No puedo saberlo. En efecto, enocasionesdejabaseñalesescritasenlascortezasdelosárbolesograbadasenla piedra, que me guiaban y aguzaban mi furia. «Mi reinado aún no haterminado»,sepodíaleerenunadeaquellasinscripciones;«Vives,yporesomi poder es absoluto. ¡Sígueme…! Voy en busca de los hielos eternos delnorte, donde sentirás el dolor del frío y el hielo, ante los cuales yo nomeinmuto.Muy cerca de aquí, si no te retrasasmucho, encontrarás una liebremuerta; cómela y así te repondrás. ¡Vamos, enemigomío…! Lucharemos amuerte, pero antes de que llegue ese momento, te esperan largas horas desufrimientoydolor».

¡Así te burlas, maldito demonio! Vuelvo a jurar venganza, vuelvo aprometer, miserable engendro, que te haré sufrir y te mataré; nuncaabandonaré esta persecución, hasta queunode los dos perezca.Y entonces,conquéplacermeuniréamiElizabethyaaquellosqueyapreparanparamílarecompensademipenosayhorribleperegrinación.

Amedidaqueavanzabaenmiviajehaciaelnorte, lasnievessehicieronmás abundantes, y aumentó el frío hasta extremos que apenas era posibleresistirlo.Loscampesinosseencerraronensuscabañasysolounpuñadodelosmásatrevidosseaventurabanasalirparacazaranimalesalosquesololainaniciónhabíaobligadoasalirparabuscaralgoquecomer.Losríosbajabancubiertosdehielo,ynohabíamododepescarnada.Eltriunfodemienemigoseengrandecíaconlapenuriademistrabajos.Otrainscripciónquedejódecíalo siguiente: «¡Prepárate! ¡Tus sufrimientos solo están comenzando ahora!Cúbreteconpielesyaprovisiónateconcomida,porqueprontocomenzaremosunviajeenelquetussufrimientoscolmaránmiodioeterno.»Mivalorymiperseverancia se reforzaron ante esas dificultades; decidí no cejar en mipropósito;e invocandoalcieloparaquemeayudara,avancécon irremisiblepasiónycrucéinmensasregionesdesiertas,hastaqueelocéanoaparecióenladistanciaydibujólaúltimafronteradelhorizonte.¡Oh,quédistintoeradelos

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maresazulesdelsur!Cubiertoconhielos,solosepodíadistinguirdelatierraporque estaba más desolado y era más accidentado. Los griegos lloraroncuando vieron elMediterráneo desde las colinas de Asia, y celebraron confebril alegría el final de sus sufrimientos. Yo no lloré; pero me arrodillé yagradecíamiángeldelaguarda,detodocorazón,quemehubieraguiadosanoysalvohastaellugardonde,apesardelasamenazasdemienemigo,esperabaencontrarlo y abatirlo. Algunas semanas antes de ese momento me habíaprocuradountrineoyperros,yasípudesurcarlasnievesaunagranvelocidad.Yonosésielengendrocontabaconelmismovehículo;perodescubríque,asícomoanteshabíaidoperdiendodiariamenteventajaenmipersecución,ahoraselaganabaaélcontantaceleridadque,cuandoviporvezprimeraelocéano,apenasmesacabaunajornadadeventaja,yesperabapoderalcanzarlopronto.Así pues, con renovado valor continué sin desfallecer y dos días despuéslleguéaunamiserablealdeajuntoalaorilladelmar.Preguntésihabíanvistoa aquel engendro y conseguí alguna información. Un monstruo gigantesco,dijeron, había llegado allí la noche anterior.Armado con un rifle ymuchaspistolas, y poniendo en fuga a los habitantes de una granja solitaria,atemorizándolos con su terrorífica apariencia, les había arrebatado todas lasprovisiones que tenían para el invierno; y poniéndolas en un trineo, habíaenganchado al mismo un buen número de perros adiestrados… y lamismanoche, para alegría de los conmocionados y aterrorizados aldeanos, habíaproseguido su viaje por el mar helado, en dirección a ninguna parte; ypensaron que no tardaría en morir en una grieta de hielo o congelado enaquellosglaciareseternos.

Al escuchar aquella información, sufrí un pasajero ataque dedesesperación.Semehabía escapado; y ahora debía comenzar unviaje casiinterminable y peligrosísimo por las montañas de hielo que se alzan en elocéano… en medio de un frío que pocos seres humanos de aquella partepuedensoportardurantemuchotiempoyenelcualyo,unhombrenacidoenunclimaamableysoleado,seguramentenosobreviviría.Sinembargo,antelaidea de que aquel demonio pudiera vivir y salir triunfante, mi rabia y mivenganza retornaron, como una poderosa oleada, imponiéndose sobrecualquierotrosentimiento.Despuésdeunligerodescanso,duranteelcuallosespíritusdelosmuertosmerodearonymeanimaronacontinuarenposdeladestrucciónylavenganza,mepreparéparaelviaje.

Cambié mi trineo de tierra por otro preparado para las quebradas delocéanohelado; y, tras hacer unbuen acopio de provisiones, abandoné tierrafirme.Nosécuántosdíashantranscurridodesdeentonces,perohesoportadosufrimientosquenadapodríahabermecapacitadopararesistir,salvoeleternosentimiento de una justa venganza ardiendo en mi corazón. A menudoinmensasyescarpadasmontañasdehielome impedíanelpaso,yamenudooíalassacudidasylosestallidosdelsuelomarinoalquebrarse,queamenazaba

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condestruirme,peroenseguidacaíaunanuevaheladayloscaminosdelmarvolvían a ser seguros. A juzgar por la cantidad de provisiones que heconsumido,diríaquehantranscurridotressemanasdeviaje.Eldesalientoyeldolorconfrecuenciaarrancabanamargaslágrimasdemisojos.Enrealidad,ladesesperacióncasihabíahechopresaenmíyprontomehabríasumidoenlamáscompletamiseria.Peroentonces,despuésdequelospobresanimalesqueme arrastraban alcanzaran, con un increíble sufrimiento, la cima de unamontañadehielo,ysedetuvieranparadescansar—yuno,incapazdeavanzar,agotadoporelesfuerzo,murió—,pudeverangustiadolaenormeextensióndehieloqueseabríadelantedemí;cuando,derepente,mimiradasedetuvoenun punto oscuro en la llanura sombría, agudicé la vista para averiguar quépodría ser y proferí un alarido salvaje de placer cuando distinguí un trineo,perros, y las deformes proporciones de un ser bien conocido. ¡Oh, con quéllamarada de emoción la esperanza volvió a arder en mi corazón! Cálidaslágrimas enturbiaronmis ojos, pero las aparté rápidamente para que nomeimpidieran ver a aquel engendro. Continué… pero aún las lágrimas meimpedían ver bien, hasta que, liberando las emociones que me oprimían,prorrumpíenllanto.

Pero no era momento de entretenerse. Desembaracé a los perros de sucompañero muerto, les di una generosa porción de comida y, después dedescansar una hora —lo cual era absolutamente necesario y, sin embargo,amargamente enojoso—, continué mi camino. El trineo aún era visible; novolví a perderlo de vista, excepto en los momentos en que, durante unosbrevesinstantes,algunaquebradadehielomeloocultabaconsusimportunasaristas.Eraevidentequeestabaganándoleterrenoalobjetodemipersecución.Ydespuésdeotrajornadadeviajeaproximadamente,mevianomásdemediamilla de distancia. Mi corazón latía poderosamente en mi interior. Peroentonces,cuandoparecíatenercasiamialcancealmonstruo,misesperanzasse desvanecieron súbitamente, y perdí cualquier rastro de él, absolutamente,comojamásmehabíaocurridoantes.Seoyóentonceselmar…Elrugidodesuavance,amedidaque lasaguasse levantabanycrecían lasolasbajomispies,sehacíaacadapasomásespantosoyaterrador.Procurécontinuar,perofue en vano. Se levantó una ventisca; el mar rugía; y, con la violentísimasacudidadeun terremoto, lasuperficieheladasequebróysedespedazóconunestallidoterribleyabrumador.Prontoconcluyótodo:enpocosminutos,unimponenteocéanoseabrióentremienemigoyyo.Yyomequedéflotandoenun fragmentodehielodesprendidoqueacadapasosehacíamáspequeñoymeadvertíadeesemododeunaespantosamuerte.Así transcurrieronvariashoras:variosdemisperrosmurieron;yyomismoestabaapuntodesucumbirante tantas penurias, cuando vi este barco anclado, que me hizo manteneralgunaesperanzadeobtenersocorroypodersalvarlavida.Nosabíaquelosbarcosnavegarantanalnorteyverdaderamentemeasombrósemejantevisión.

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Rápidamenterompípartedemitrineoparaconstruirremosyconesosmediospude, con un esfuerzo infinito, mover mi navío de hielo en dirección a subarco.Habíadecididoque,siustedessedirigíanalsur,meencomendaríaalapiedaddelosmaresantesqueabandonarmipropósito.Esperabasercapazdeconvencerles para que me prestaran un bote y algunas provisiones con lascualesaúnpodríaseguirbuscandoamienemigo.Pero ibanustedesalnorte.Me subieron a bordo cuando todasmis fuerzas estaban exhaustas, y prontohabría sucumbido ante el peso de mis múltiples desgracias, y me habríaentregado a una muerte que aún temo, porque mi objetivo aún no se hacumplido. ¡Oh…! ¿Cuándo mi espíritu guardián, guiándome hacia él, meconcederáeldescansoquetantoansío?¿Odebomorir,yélvivir?Simuero,júreme,Walton,quenoescapará,queustedlobuscaráycumplirámivenganzay lo matará. Pero… ¿cómo me atrevo a pedirle que se haga cargo de miperegrinación, que soporte los sufrimientos que yo he sobrellevado?No, nosoy tan egoísta; sin embargo, cuando esté muerto, si él apareciera, si losheraldos de la venganza lo condujeran hacia donde usted se encuentra, jurequenovivirá…jurequenosaldrávictoriosoantetodasmisdesdichas…yqueno vivirá para hacer a otra persona tan desgraciada como yo. ¡Oh…! Eselocuenteypersuasivo,yenunaocasiónsuspalabras inclusotuvieronalgúnpoderenmicorazón…peronoconfíeenél.Sualmaestaninfernalcomosuaspecto, podrido de traición y de una maldad diabólica… no le escuche.InvoquealosmanesdeWilliam,Justine,Clerval,Elizabeth,demipadreydeldesgraciadoVíctor;yhundasuespadaenlomásprofundodesucorazón.Yoestaréasuladoylemostraréelcaminoalacero.

Walton-Continuación

Día26deagosto

Yahasleídoestaextrañayaterradorahistoria,Margaret,¿ynosientesquese te hiela la sangre de horror, como se me congela incluso a mí en estepreciso instante? A veces, atrapado en un repentino ataque de angustia, nopodíacontinuarsurelato;enotrasocasiones,suvoz,quebradayemocionada,profería las palabras que he transcrito. Sus hermosos y encantadores ojosahora se encendían de indignación, ahora se apagaban hasta el abatimientomás penoso y una infinita desdicha.Aveces podía dominar sus gestos y suexpresión, y relataba los incidentes más horribles con una voz tranquila,evitando cualquier rastro de conmoción… y entonces, de pronto, estallabacomo un volcán, su rostro repentinamente se demudaba y adquiría unaexpresióndefuriasalvajecuandolanzabaesasmaldicionessobreelmonstruoqueloacosaba.

Suhistoriaescoherenteylacontabadetalmodoqueparecíasencillamentelaverdad;sinembargo, reconozco,hermana,que lascartasdeFelixySafie,quememostró, y la aparición delmonstruo, que vimos desde el barco,me

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convencieronmásdelaverdaddesuhistoriaquetodassusafirmaciones,pormuyvehementesycoherentesquefueran.Esemonstruoesreal,desdeluego;nopuedodudarlo;sinembargo,estoyunpococonfuso,ymedebatoentreelasombroylaadmiración.AvecesintentabaqueFrankensteinmecontaralosparticulares de su creación, pero en este punto era inflexible. «¿Está ustedloco, amigo mío?», me decía; «¿Adónde pretende llegar con su insensatacuriosidad?¿Acasotambiéndeseaustedengendrarundemonioinfernalparasímismo y para el mundo… o qué pretende con esas preguntas? Tranquilo,tranquilo…Aprendademisdesdichas,ynopretendaaumentarlassuyas».

Frankenstein descubrió que yo apuntaba o cogía notas relativas a suhistoria;me pidió verlas, y élmismo las corrigió y las aumentó enmuchoslugares, pero principalmente se ocupó de dar vida y fuerza a lasconversaciones quemantuvo con su enemigo. «Puesto que ha tomado ustedalgunas notas», dijo, «no querría que la historia pasara mutilada a laposteridad».

Asíha transcurridouna semana,mientrashe estadoescuchandoel relatomás extraño que imaginación alguna ha pergeñado jamás. Mi huésped haconseguido que mis emociones y todos los sentimientos de mi alma hayanquedadoprendidosde suhistoria, un interésque élmismoha ido animandocon su relato y la gentileza de su carácter. Quisiera ayudarlo; sin embargo,¿cómo puedo aconsejar que siga viviendo a alguien tan miserable, tandesprovisto de cualquier esperanza y consuelo? ¡Oh, no…!La única alegríaque podrá disfrutar será la que goce cuando prepare sus trastornadossentimientos para el descanso y la muerte. Sin embargo, sí disfruta de unapequeña alegría, fruto de la soledad y el delirio: cree que cuandomantieneconversacionesconsusseresqueridosensueños,yobtienedeesosencuentrosalgúnconsueloparasusdesgraciasocorajeparasuvenganza,esasfigurasnosoncreacionesdesuimaginación,sinolosseresrealesquelovisitandesdelasregionesdelmásallá.Semejantefeconfiereciertasolemnidadasusdelirios,quemeresultancasitanasombrososyapasionantescomolaverdad.

Nuestrasconversacionesnosiempresereducenasupropiahistoriaysusdesdichas. Demuestra un notabilísimo conocimiento de la literatura y unainteligencia rápidayperspicaz.Suelocuenciaesvehementeyconmovedora:desdeluego,nosoycapazdeescucharlosinlágrimasenlosojoscuandonarraunacontecimientopatéticoocuandopretendeexcitarlaspasionesdelapiedado el amor. ¡Qué extraordinaria persona tuvo que haber sido en sus buenostiempos,siestandoenlamiseriasemuestraasídenobleybondadoso!Pareceintuir lomuchoquevaleylagrandezadesucaída.«Cuandoerajoven»,medijo, «me sentía como si estuviera destinado a alguna gran empresa. Missentimientoseranmuy intensos,peroposeíaun juicio tanequilibradoquesemeprometíannotablestriunfos.Estesentimientodevalíarespectoamímismo

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meanimabaenaquellosmomentosenlosqueotrossehubieranhundido,puesconsiderabauncrimendesperdiciareninútileslamentosaquellostalentosquepodrían resultar útiles amis semejantes. Cuando reflexioné sobre el trabajoque había realizado, nada menos que la creación de un animal sensible yracional, nome pude considerar unomás entre todos los demás científicos.Pero ese sentimiento que entonces me animó ahora solo me sirve parasumergirme aún más en el fango. Todas mis fantasías y esperanzas hanquedado en nada; y como aquel arcángel que aspiraba a la omnipotencia,ahorameveoencadenadoenuninfiernoeterno.Miimaginacióneraviva,perotambiénteníaunagrancapacidadparaelestudio…ygraciasalaconjunciónde ambas cualidades pude concebir la idea y ejecutar la creación de unhombre.Inclusoahora,nopuedorecordarsinemociónmisdelirioscuandoeltrabajo aún estaba incompleto: tocaba el cielo en mis sueños… unas vecesexultante por mi inteligencia, y otras, orgulloso ante la idea de susconsecuencias.Desde la infanciaconcebí lasmásaltasesperanzasy lasmáselevadas ambiciones, ¡y ahora estoy hundido…! ¡Oh, amigo mío! Si mehubieraconocidoustedcomofuiundía,nomereconoceríaenesteestadodedegradación.Eldesánimocasinuncavisitabamicorazón;parecíaesperarmeun gran porvenir… hasta que caí, y… ¡oh… nunca, nunca jamás volví alevantarme!».

¿Voy a perder a este ser admirable? He suspirado por un amigo; hebuscado uno que pudiera comprenderme y apreciarme. Y ya ves, en estosocéanosdesiertosloheencontrado;perometemoqueheganadoaunamigosoloparaconocersuvalíayperderlo.Querríareconciliarloconlavida,perorechazaesaidea.«Seloagradezco,Walton»,dijo;«leagradezcoquetengatanbuenasintencionesparaconundesgraciadotanmiserable;perocuandoustedhabladenuevasrelacionesynuevosafectos,¿piensaquehayalgoquepuedareemplazaraaquellosquesefueron?¿Esquealgúnhombrepuedeserloquefue Clerval para mí? ¿O es que alguna mujer puede ser otra Elizabeth? Yaunquelosafectosnosedebanespecialmenteacualidadesextraordinarias,loscompañeros de nuestra infancia siempre poseen cierta influencia en nuestroespíritu:unainfluenciaquedifícilmenteotroamigoposteriorpuedeconseguir.Ellosconocennuestrossentimientosdelainfancia,loscuales,aunquepuedanmodificarse más adelante, nunca desaparecen del todo; y pueden juzgarnuestrosactosconmásecuanimidad.Unahermanaounhermanonuncapuedesospecharqueelotroloengañaolemiente,anoserqueefectivamenteesosrasgossehayandadoenunodeellospreviamente;mientrasqueotroamigo,aunquenostengaengranaprecio,puedesentir,aunapesarsuyo,lapunzadadelasospecha.Peroyotuveamigos,alosquequisenosoloporlasrelacionesdeparentesco,sinoporsímismos…y,dondequieraqueesté,ladulcevozdemi Elizabeth o la conversación deClerval siempre están susurrando enmisoídos. Estánmuertos, y en esta horrible soledad solo un sentimiento puede

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convencermedequeconservelavida.Siestuvieracomprometidoenunanobletarea o en un proyecto que fuera de gran utilidad para mis semejantes,entonces podría vivir para llevarlo a cabo. Pero ese no esmi destino.Deboperseguirydestruiralseralquedivida;entoncesmiobjetivoestarácumplido,ypodrémorir».

Día2deseptiembre

Miqueridahermana:

TeescribocercadoporelpeligroynosésieldestinomepermitiráalgunavezvolveravermiqueridaInglaterrayalosqueridosamigosquevivenallí.Estoyrodeadopormontañasdehieloquenonospermitenmovernosyacadamomento amenazan con aplastar el barco.Mis valientes hombres, a los queconvencíparaquefueranmiscompañeros,memiranpidiéndomeayuda,perono tengo nada que ofrecer. Hay algo terriblemente espantoso en nuestrasituación…Sinembargo,mivalorymiconfianzanomeabandonan.Podemossobrevivir;ysino,volveréa leer lasenseñanzasdemiSénecaymoriréconbuenánimo.

Pero, Margaret, ¿cómo te encontrarás tú? No sabrás de mi muerte, yesperarás angustiada mi regreso. Pasarán los años, y a veces caerás en ladesesperación y, sin embargo, aún acariciarás esperanzas. ¡Oh, mi queridahermana…! La dolorosa desilusión de tus afectuosas esperanzas me pareceahoramásterriblesquemipropiamuerte.Perotienesunmaridoyunoshijosadorables;yvasaserfeliz.¡QueelCielotebendiga,ypermitaqueloseas!

Mi desafortunado huésped me observa con comprensión, intenta darmeesperanzasyhablacomosilavidafueraalgoqueamaraverdaderamente.Merecuerda cuán amenudo estos incidentes le hanocurrido aotrosnavegantesquehansurcadolosmismosmares.Apesardemímismo,meanimaconlosmejores augurios. Incluso los marineros notan el benéfico influjo de suelocuencia—cuandohabla,semitigasudesesperanza—;reanimasuvalor,yacabancreyendoqueestastremendasmontañasdehielosonpequeñascolinasquesedesvaneceránanteladecididavoluntaddelhombre.Sinembargo,todoesto es pasajero, y cada día de esperanza frustrada no hace sino infundirlesmiedo;yempiezoatemerqueladesesperacióndesemboqueenunmotín.

Día5deseptiembre

Ha ocurrido algo tan extraño que, aunque sea muy probable que estascartas nunca te lleguen, mi querida Margaret, no puedo evitar consignarloaquí.Aúnestamosrodeadospormontañasdehielo,aúnestamosenconstantepeligrodeseraplastadosenmediodesufragor.Elfríoesespantoso,ymuchosdemis desafortunados camaradas ya han encontrado lamuerte enmedio deeste escenario de desolación. Frankenstein cada día está más enfermo; un

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fuegofebrilaúncentelleaensusojos,peroestáexhausto,ysideciderealizaralgúnesfuerzo,inmediatamentecaedenuevoenuncompletoestupor.

Mencionaba enmi última carta los temores que tenía a propósito de unamotinamiento. Esta mañana, mientras me encontraba vigilando el pálidorostrodemiamigo,susojosmediocerradosysusbrazoscolgandoexánimes,meinterrumpieronmediadocenademarinerosquedeseabanquelosrecibieraen el camarote. Entraron, y su jefe se dirigió a mí. Me dijo que él y suscompañeros habían sido elegidos por los otros marineros para venir encomisión con el fin de exigirme lo que en justicia no les podría negar.Estábamosatrapadosentremurosdehieloyprobablementejamássaldríamosvivosdeallí;peroellostemíanquesielhielosedescongelaba,cosaquepodíaocurrir,yseabríauncanal,yofueralobastantetemerariocomoparaproseguirmi viaje y conducirlos a nuevos peligros después de haber podido superarfelizmenteeste.Asípues,queríanqueyohicieraunapromesasolemne:quesielbarcoseliberaba,inmediatamentepondríarumboaArkangel.

Aquellaconversaciónmepreocupó.Yoaúnnohabíaperdidolaesperanza,nihabíapensadoenabsolutoenregresar,sielhielonosliberaba.Sinembargo,en justicia, ¿podía, aunque estuviera enmimano, negarles aquella petición?Dudé antes de responder, cuando Frankenstein, que al principio habíapermanecidoensilencioy,enrealidad,parecíaqueapenasteníafuerzasparaescuchar,seincorporó.Susojoscentelleaban,ysusmejillasseinflamaronconunmomentáneovigor.Volviéndosehacialoshombres,dijo:

—¿Qué queréis decir? ¿Qué le estáis pidiendo a vuestro capitán? ¿Demodoqueabandonáisconestafacilidadvuestrotrabajo?¿Nodecíaisqueestaexpedición era gloriosa? ¿Y por qué iba a ser gloriosa? Desde luego, noporque la ruta fuera sencillayplácida comoenunmardel sur, sinoporqueestaba atestada de peligros y horrores… porque a cada nueva dificultad seexigiría más de vuestra fortaleza, y se mostraría vuestro coraje… porquecuandolamuerteyelpeligroosrodearan,vosotrosdemostraríaisvuestrovalory todo losuperaríais.Poresoeraunaexpedicióngloriosa…poresoeraunaempresa de honor. A partir de aquí, todo el mundo os saludaría comobenefactoresde lahumanidad…vuestrosnombresseríanhonradoscomo losde hombres valientes que se enfrentaron a la muerte con honor y por elbeneficio de la humanidad. ¡Y miraos ahora…! A la primera señal depeligro…o,silopreferís,antelaprimerapruebaimportanteyaterradoraalaquesesometevuestrovalor…retrocedéisypreferísabandonarcomohombresquenotuvieranfortalezaparasoportarelfríoyelpeligro.Muybien,pobresde espíritu: «¡Tenían frío y volvieron al calor de sus chimeneas…!» ¡Vaya!¡Para ese viaje no necesitábamos tantos preparativos! No necesitabais venirhastatanlejos,niarrastraravuestrocapitánalavergüenzadeunfracaso,parademostrar que sois unos cobardes. ¡Oh…! ¡Sed hombres… o sed más que

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hombres!Sedfielesavuestroscompromisosyfirmescomolaroca.Estehielono está hecho de la misma materia que vuestros corazones; es débil, y nopuedederrotaros,sivosotrosdecísquenovaaderrotaros.Novolváisjuntoavuestras familias con el estigma de la derrota marcada en vuestras frentes;volvedcomohéroesquehanluchadoyhanconquistadoynohansabidoquéesvolverlaespaldaalenemigo.

Dijoaquelloconunespíritutanadecuadoalosdistintossentimientosqueexpresaba en su arenga, y conunamirada cargadade elevadospropósitosyheroísmo, que no fue maravilla que aquellos hombres se conmovieran. Semirabanlosunosalosotros,yeranincapacesdecontestar.Hablé.Lesdijequeseretiraranyquepensaranentodoloquesehabíadicho:quenolosllevaríamásalnortesiverdaderamentedeseabanlocontrario;peroqueesperabaquelopensaranbienyquepudieranrecobrarelvalor.Sefueronymevolvíhaciami amigo, pero se había sumido en un profundo estupor y casi le habíaabandonadolavida.

Noséenquéterminarátodoesto.Peropreferiríamorirantesqueregresarvergonzosamente,sincumplirmiobjetivo.Sinembargo,creoquetalserámidestino. Los hombres que no sienten con fervor las ideas de gloria y honorjamástienenvoluntadparaseguirsoportandopenalidades.

Día7deseptiembre

Lasuerteestáechada.Heaceptadoregresarsinoperecemosantes.Asísemalogranmisesperanzas,porlacobardíaylafaltadearrojo.Regresaréacasasinhaberdescubiertonadaydesilusionado.Seprecisamásfilosofíadelaqueséparasoportarconbuenánimoestahumillación.

Día12deseptiembre

Todohaacabado.RegresamosaArkangel.Heperdidocualquieresperanzadeserútilalosdemásydealcanzarlafama…yheperdidoamiamigo.Perointentaré describirte detalladamente estos amargos acontecimientos, miqueridahermana.YsilosvientosmellevanaInglaterrayati,noserédeltododesgraciado.

Día 9 de septiembre: el hielo comenzó a ceder, y los bramidos delmar,comotruenos,seoíanenladistancia,amedidaquelasislassedesprendíanyse resquebrajaban en todas direcciones. Estábamos corriendo un extremopeligro. Pero como lo único que podíamos hacer era permanecer pasivos,dediqué todasmis atenciones amidesdichadohuésped, cuya enfermedad seagravó hasta tal punto que siempre permanecía en cama. El hielo seresquebrajó por detrás de nosotros y los témpanos fueron arrastradosrápidamentehaciaelnorte.Unabrisaselevantódesdeeseprecisocuadrante…yeldía11seabrióunpasohaciaelsuryelbarcoquedóliberado.Cuandolos

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marineros lo vieron, y comprobaron que el regreso a sus pueblos estabaprácticamente asegurado, estallaron en gritos de incontenible alegría… queduró mucho tiempo. Frankenstein, que estaba adormilado, se despertó ypreguntólarazóndeaquellaalgarabía.Eraincapazdecontestarle.Preguntódenuevo…«Gritan»,dije,«porqueprontoregresaránaInglaterra».

«Entonces…¿deverdadregresausted?»

«¡Enfin…sí!Nopuedooponermeasuspeticiones.Nopuedoconducirlosalpeligrosinoquieren,ydeboregresar»

«Hágalosiquiere,peroyono.Puedeustedabandonarsupropósito,peroelmío me lo asignó el Cielo, y no puedo hacerlo. Estoy muy débil, peroseguramente los espíritus queme ayudan enmi venganzame concederán lafuerzasuficiente…»

Y al decir eso, intentó levantarse de la cama, pero el esfuerzo fuedemasiado para él; se derrumbó hacia atrás y perdió la consciencia.Transcurriómuchotiempoantesdequeserecobrara;amenudopensabaquelavidalehabíaabandonadoporcompleto.Alfinalabriólosojos,perorespirabacon dificultad y era incapaz de hablar. El doctor le dio una medicinareconstituyenteynosordenóqueno lomolestáramos.Entoncesmedijoquecontodaseguridadamiamigonolequedabanmuchashorasdevida.

Así se pronunció su sentencia, y yo solo podía lamentarlo y resignarme.Mesentéjuntoasucama,velándolo…Teníalosojoscerrados,yyocreíquedormía.Pero entoncesme llamóconundébil susurroy, rogándomequemeacercara, me dijo: «¡Dios mío…! Las fuerzas en que confiaba me hanabandonado;séquevoyamorirpronto,yél,mienemigoymiacosador,aúnpuede estar con vida. No crea,Walton, que en los últimos instantes de miexistenciasientoaquelodioferozyaquelardientedeseodevenganzaqueundía le conté; pero tengo derecho a desear la muerte del monstruo. Duranteestosúltimosdíasheestadoexaminandomiconductaenelpasado…ynocreoqueseaculpable.Enunataquedeapasionadalocuracreéunacriaturaracionaly me vi obligado a proporcionarle, en lo queme fuera posible, felicidad ybienestar. Ese era mi deber, pero había un deber aún mayor que ese. Misobligaciones respecto a mis semejantes tenían más fuerza porque de ellasdependíanasuvezlafelicidadoladesgraciaparamuchosotros.Apremiadoporestaperspectiva,menegué,ehicebienennegarme,acrearunacompañeraparalaprimeracriatura.Éldemostróunamaldadinsólita.Acabóconmisseresqueridos… se consagró a la destrucción de seres que gozaban de unasensibilidad, una alegría y una sabiduríamaravillosas.Yno sé dóndepuedeacabar esa sed de venganza. Miserable como es, para que no pueda hacerdesgraciadosaotros,debemorir.Latareadesudestrucciónmecorrespondíaamí,perohe fracasado.Enciertaocasión, cuandoactuabaporegoísmoypor

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ansias de venganza, le pedí que completara mi trabajo inacabado; y ahorarenuevomi petición, cuando solome veo inducido a ello por la razón y lavirtud.

»Sin embargo, no le puedo pedir que renuncie a su país y a sus seresqueridos para llevar a cabo esta tarea. Y ahora que usted va a regresar aInglaterra, tendrá pocas posibilidades de encontrarse con él. Pero le dejo austedlaconsideracióndeesosdetallesylatareadeevaluarloqueustedpuedeestimarcomosusverdaderosdeberes.Mirazónymisideasyanoestánclarosporlacercaníadelamuerte.Nomeatrevoapedirlequehagaloqueyocreoqueescorrecto,porqueaúnpuedoestarperturbadoporlapasión.

»Meenloquecepensarqueélpudieraseguirviviendoparaserinstrumentodel mal, y más en esta hora, cuando de un momento a otro espero miliberación,laúnicahoradefelicidadquehegozadodesdehacetantosaños.Yapuedoverlasimágenesdemisseresqueridosmuertosamialrededor,ydeseoapresurarme a abrazarlos. Adiós, Walton. Busque la felicidad en latranquilidad y evite la ambición, aunque sea la ambición aparentementeinocentedesobresalirenlascienciasylosdescubrimientos.Pero…¿porquédigoeso?Yomismohe fracasadoensemejantesesperanzas,peroquizáotropuedateneréxito…»

Suvozsedebilitóaúnmás;y,exhaustoporaquelesfuerzo,sesumióenelmás profundo silencio. Alrededor de media hora después intentó hablar denuevo, pero no pudo; apretó mi mano débilmente, y sus ojos se cerraronmientrasunaamablesonrisasedibujóensuslabios.

Margaret…¿qué puedo decir? ¿Puedo hacer algún comentario acerca deeste hombre asombroso? ¡Dios mío! Todo lo que puedo decir seríainapropiadoyvulgar.Las lágrimascorrenpormi rostro.PeroyaviajohaciaInglaterra,yquizáallíencuentrealgúnconsuelo.

Me interrumpen. ¿Qué significan esos ruidos? Es medianoche, la brisasoplasuavemente,yelvigíadelpuenteapenassemueve.Otravezhevueltoaoír ese ruido… y procede del camarote donde aún permanecen los restosmortales de Frankenstein. Debo levantarme e ir a ver qué ocurre. Buenasnoches,hermanamía.

¡Diosmío!¡Nosabesloqueacabadeocurrir!Aúnestoyaturdidoanteelrecuerdode loquehevisto.Apenas sé si tendré fuerzasparacontárteloconprecisión; sin embargo, lo intentaré, porque el relato que he transcrito hastaaquíestaríaincompletosinesteepisodiofinalyasombroso.

Entré en el camarotedondeyacían los restosdemidesdichadohuésped.Sobreélseinclinabaunafiguraparacuyadescripciónnotengopalabras…deuna estatura gigantesca, pero desproporcionado y deforme. Como estaba

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inclinadohaciaelataúd,surostropermanecíaocultoporlargosmechonesdepelo desgreñado; pero su mano extendida parecía como la de las momias,porqueno sédeotra cosaquepuedaparecérsele encolory textura.Cuandoescuchóunruidoymevioentrar,interrumpiósusexclamacionesdedoloryseapartóhacia laventana.Jamásviunacosatanespantosacomosurostro, tanasquerosa y tan aterradora. Cerré los ojos involuntariamente mientras legritaba que se quedara quieto. Se detuvo. Mirándome con asombro yvolviéndose luegohacia la figura exánimede su creador,parecióolvidarmipresencia,aunquetodossusmovimientosysusgestosparecíanmovidosporlairamásviolenta.«Estaes tambiénmivíctima»,exclamó.«Consuasesinatoculmino mis crímenes. ¡Oh, Frankenstein…! ¡Ser generoso y abnegado…!¿Me atreveré a pediros queme perdonéis? Yo, que osmaté porquematé aaquellosquevosmásqueríais…¡Oh,hamuertoynopuederesponderme…!»

Suvozparecióahogada;ymiprimerimpulso,quehabíasidoobedecerlapetición de mi amigo moribundo y acabar con su enemigo, ahora parecíaatenazado por una mezcla de curiosidad y compasión. Me aproximé a él,aunque no me atrevía a mirarlo: había algo demasiado aterrador ysobrehumano en su horrenda fealdad. Intenté decir algo, pero las palabrasmurieron en mis labios. El monstruo continuó culpándose y reprochándoselocuraseincoherencias.Alfinal,dije:«Denadasirveyatuarrepentimiento.Sihubierassentido lapunzadade los remordimientosantesdehaber llevado tudiabólicavenganzahastaesteextremo,Frankensteinaúnestaríavivo.»

«¿Es que piensa que yo era insensible a la angustia y a losremordimientos?», dijo aquel ser demoníaco. «Él», añadió, señalando elcadáver,«élnohasufridomásenlaconsumacióndeloshechosqueyoensuejecución. Un espantoso egoísmo me animaba, al tiempo que mi corazónsufríalamásdolorosaangustia.¿AcasocreequelosgemidosdeClervaleranmúsica para mis oídos? Mi corazón estaba hecho para el amor y lacomprensión; y, cuando las desgracias me empujaron hacia la maldad y elodio,nosoportélaviolenciadelcambiosinunsufrimientotalqueustedseríaincapazde imaginar.CuandomurióClerval, regreséaSuiza, conel corazóndestrozadoyvencido.SentíacompasiónporFrankensteinyporsusamargossufrimientos;mi piedad se tornó en horror;me aborrecía amímismo. Perocuando vi que de nuevo se atrevía a tener esperanzas de felicidad… quemientrasamontonabadesdichasydesesperaciónsobremí,buscabasupropiaalegría en los amables sentimientos y las pasiones que a mí me estabanabsolutamente vedados, de nuevo me asaltó la indignación y la sed devenganza.Recordémiamenazaydecidíejecutarla.Ycuandoellamurió…no,en aquel momento no lo lamenté… abandoné cualquier sentimiento ycualquierangustia.Disfrutéenloquecidamenteenmiabsolutadesesperación;yhabiendo llegado tan lejos, decidí concluir mi diabólico plan. Y ya haconcluido.Heaquímiúltimavíctima».

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Me conmovieron los lamentos por sus desdichas, pero recordé lo queFrankensteinmehabíadichoapropósitodesuelocuenciaysucapacidaddepersuasión;y,cuandodenuevovolví lamiradaalosrestosdemiamigo,miindignaciónseencendió:«¡Miserable!»,grité.«¡Muybien:asíquevienesaquíalloriquearsobrelasdesgraciasquehascausado…!Arrojasunaantorchaenmediodeunaaldea,ycuandohaquedadodestruida,tesientasenmitaddelasruinasylamentasquesehayanquemado…¡Malditohipócrita!Sielhombreporquiengimoteasaúnviviera, lo seguirías acosandoypersiguiendocon tumalditaseddevenganza.Noescompasión loquesientes…¡soloes lapenaporquesehaterminadotuexcusaparacausarelmal!»

«Noeseso…»,dijoelengendrodemoníaco,«ysinembargo, taldebedeserlaimpresiónqueustedtengademí,porquetalparecehabersidoelsentidodemisactos.Peronobuscoanadiequeentiendamidesgracia…loséabsolutay perfectamente, ni busco una comprensión que nunca podré encontrar.Cuandolabusqué,alprincipio,solodeseabaparticipardelamoralbienydelossentimientosdefelicidadyalegría.Peroahoraquelavirtudnoesparamímásqueunasombra,ylafelicidadylaalegríasehantornadodesesperación,¿dóndetendríaquebuscarcomprensión?No…Meconformoconsufrirsolo,mientrastengaquesufrir.Ycuandomuera,aceptaréqueelodioyeloprobiodescansensobremimemoria.Enciertaocasiónmiimaginaciónsedeleitóensueñosdevirtud,defama,yalegría.Enciertaocasiónconfiéenencontraraalguien que, ignorandomi aspecto externo,me apreciaría por las excelentescualidades que sin duda poseía. En aquel tiempo estaba embargado por losaltosidealesdelhonorydelaabnegación.Peroahoralavilezamehahundidohastaconvertirmeenunaalimañabestial…Nohaycrímenesqueseasemejenalosmíos;y,cuandorepasolahorrendanóminademisactos,apenaspuedocreerqueyoseaaquelcuyospensamientosestuvieronunavezanimadosporlas sublimes y trascendentes visiones del amor y la belleza. Pero así es. Elángel caído se convierte en un demonio maligno. Pero él… incluso él, elenemigo del hombre, tuvo amigos y compañeros. Yo estoy absolutamentesolo.

»Usted, que se llama amigo de Frankenstein, parece saber algo de miscrímenesymisdesdichas.Pero,enelrelatoqueéltalvezlehahechodemissufrimientos, no ha podido contar las horas y los meses de miseria que hesoportadomientrasmialmaardíadefuriaeimpotencia.Porquecuandodestruísufuturo,nosatisficemispropiosdeseos,queerantanardientesydevoradorescomo siempre.Aún deseaba amor y compañía, y siempreme despreciaban.¿Acasoestonoeraunainjusticia?¿Ysoyyoelúnicocriminal,cuandotodalahumanidadhapecadocontramí?¿PorquénoodiaustedaFelix,queexpulsódesucasaaquienloapreciabadeverdad?¿Oporquénoodiaustedalhombrequedeseabamatar aquien salvóa suhija?No,desde luego: ellos son seresvirtuososeinmaculados…mientrasqueyo,elmiserableyelpisoteado,¡solo

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soyunabortoquedebeserdespreciadoyapaleadoyodiado!Inclusoahoramehiervelasangrecuandorecuerdosemejanteinjusticia…

»Pero es verdad que soy un miserable. He destruido todo lo bello y loindefenso.Hecazadoalosinocentesmientrasdormíanyheestranguladohastalamuerteelcuellodequienjamásmehizodaño.Heconducidoamicreadoralsufrimiento y lo he acosado hasta su muerte. Usted me odia, pero suaborrecimientonisiquierapuedecompararsealqueyosientopormímismo.Miro lasmanos que han cometido esos actos, pienso en el corazón que losplaneó,ymedetesto.Notema:novolveréahacerningúnmal;mitareaestáapuntodeconcluir.Nonecesitodeustednidenadieparaconsumarla,mebastoyo solo.Ynocreaque tardaréen llevaracaboel sacrificio.Abandonaré subarco;y,eneltémpanoquemetrajohastaaquí,buscaréelextremodetierramás septentrional que pueda tener el globo. Yo mismo levantaré mi pilafunerariaymeconsumiréencenizas,paraquemisrestosnopuedansugeriraningún desgraciado curioso e ingenuo que puede ser capaz de crear a otrocomoyo.Moriré.Yanovolveréasentirlaangustiaquemeconsume,niserépresadesentimientosinsatisfechosy,sinembargo,eternos.Quienmecreóhamuerto; y cuando yomuera, el recuerdo demímorirá para siempre. Ya novolveréaverelsol,nilasestrellas,nisentiréelvientoenelrostro.Laluz,lossentimientosylarazónmorirán.Yentonceshallarémifelicidad.Hacealgunosaños, cuando las imágenes del mundo se mostraron abiertamente ante mí,cuandosentíalaalegrecalidezdelveranoyoíaelmurmullodelashojasyelgorjeodelospájaros,yaquelloeratodoparamí,habríalamentadomorir;peroahoralamuerteesmiúnicoconsuelo.Enfangadoenelcrimenycorroídoporlosremordimientosmásamargos,¿dóndepodréencontrardescanso,sinoenlamuerte?

»Adiós.Mevoy,ustedseráelúltimohombrequeveanmisojos.¡Yadiós,Frankenstein!Sienlamuerteaúnosrestaraalgúndeseodevenganza,estasevería más satisfecha si siguiera viviendo que con mi muerte. Pero eso noocurrirá. Deseabais mi absoluta destrucción para que no pudiera causarmayoressufrimientosaotros,yahoranodesearíaissinoquevivieraparaquesiguiera sufriendo. Aunque estabas destrozado, mi agonía es mayor que latuya, porque los remordimientos son la amarga punzada que atormentamisheridasymetorturahastalalocura.

»Peroprontomoriré»,dijo,entrelazandolasmanos,«yloquesientoahorayanolosentiré;prontoestospensamientos…estasdolorosasheridas…yanoexistirán.Levantarétriunfalmipirafuneraria,ylasllamasqueconsumanmicuerpoconcederánlaalegríaylapazamiespíritu».

Y tras decir aquello, saltó por la ventana del camarote y cayó sobre untémpanodehieloquepermanecíajuntoalbarco;yapartándoseconfuerzadelanave,lasolasloalejaron,ymuyprontoseperdiódevistaenlaoscuridady

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ladistancia.

FIN