Joel Candau - Antropologia de La Memoria

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    Capitulo IVMEMORIAY RAZON PHACTICA

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    II.i ~I:11u

    I iiLa memoria acompafia cad a dia de una vida humana porqueno hay nada conocido que no pertenezca al pasado y que, parconsiguiente, 110 tenga que ser memorizado. La vida cotidia-na, que nos impone la necesidad de administrar el tiempopersonal, dornestico y profesional, constituye elprimer marcosocial de la memoria, el que se ve de manera inmediata en towda sociedad. Por otra parte, la preocupaci6n por mejorar 81rendimiento de la memoria necesaria para la vida social esel origen de diversas mnemotecnias mas 0menos elaboradasy eficaces,

    1. LA S ARTES DE LA MEMORIAlComo no olvidar? lComo ayudar a la memoria? La respuestaa estas preguntas parece facil hoy, pues el hombre tiene a BUdisposicion mecanismos que le permiten ampliar considera-blemen te su capacidad de memoria y esto eambi6 radicalm enwte su relaci6n con las informaciones que debe memorizar, Sinembargo, durante mucho tiempo el ser humano tuvo queapelar unicamente a sus recurs os mentales. Par 10 tanto, e1ejercicio de la memoria tenia una importancia vital que dioorigen al desarrollo de un arte de la memoria.La memoria, es decir, el conjunto de teonicas de memoriza-ci6n y rememoraci6n, era uno de los campos de la retoricaa.ntigua: inoentio, dispositio, elocutio, actio, memoria. Fran-ces A. Yates' nos transmiti61a esencial de 1 0 que hoy sabemossobre las formas que tuvo este arte desde los orad ores de la

    IFrances A. Yates, L'art de la m6moire, Paris, Gallimard, 1975, Index,434 p,! '- .

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    Antiguedad, la Edad Media (Alberto el Grande; Santo Tomasde Aquino, Raymond Lulle, Petrarca), el Renacimiento (elTeatro de la Memoria de Giulio Camillo, Pierre Ramus,Giordano Bruno), hasta el siglo XVII (Robert Fludd, FrancisBacon, Descartes, Leibniz), Su soberbia obra L'art de lamemoire esta basada principalmente en el estudio de tresfuentes latinas: la Institutio oratoric de Quintiliano, el 'Adherennium libri IV, de un autor desconocido y, finalmente, Deoraiore de Ciceron, que refiere la historia del poeta Simonidede Ceos (556-468\ capaz deidentificar a los comensalea deunbanquete muertos a causa de un desmoronamiento porquepodia recordar ellugar que cada uno de e110socupaba en lamesa. Pues este arte se apoya en la "topofilia" de la memoria,esa propension del recuerdo para construirse espacialmente,para inscribirse en un espacio, en un lugar. Un locus dememoria contiene una imagen de memoria, los once lugaresdel Infierno de Cosmas Rossellius (Thesaurus artificiosaememoriae, 1579) 0 e1Teatro de Giulio Camillo, pOI' ejemplo,pueden considerarsa como un "sistema de lugares de memo-ria"." Todo el arte de la memoria se funda en la construcciende un "sistema de lugares (loCity de'in1agenes:',~1 oradorprimeio defineuliil:illeraf16 a partriaituila~serIe~ar~I~'gi.r~iai't[uitt!'ctur ~nes,fi(;titi1'j'Sl)'feKtes;l'iiego(leaprenaer'de meIl ,12 wria"este"itinerat1t'f;fabricamHr@~1asrnf1fi'm.aCioIleii queva -a"inem()ilzar'y"Trurubica--enTOs-diferen1(;s]U:g:~fjij'~dEilitiffera'fio;a:'simiTi:i'aoSD.letarOriCaIfiene-atabmras d.ecera; lasimageriesse-aiB" onen d e t a T m o c f o q u e ' - e r o r d e n - d e r d l s c u . ' r s o yel' 'd'e'loslii_g~nfunaeri-Y7entonces;erre'Coriid(i'(men-uUraeritinerario provoca la remTn:rir9f;iji~.t1~iGI~K}L:~$ .~f ."ilrtincio-iilgunos anhguosmerii'ii-pruebas de extraordi.n::tr_iasproezasfrl'iH~m6'iiicas;--c6iir6HippUi_f~.~:}!:lfCl~'jliiJ~ri,eon airuna' s o T a ~ v e z - c i n c u e I i f I r n6fu.15fes))los recordab a (P I aton, Elgraif H i p p i i i , " s ; -2IT5eT6;-tiifiYl'iien;'Ul'famlgo{}'eB'1ingustin delque este deda que podia recital' a Virgilio al reves. '

    Este rnetodo de los lugares es una b3cnica mnemonics confundamentos cientfficos indiscutibles, aunque Descartes hayacombatido e1ars mnemoniea yKant 1 0 hayajuzgado "inepto",Numerosos trabajos de peicologfa mostraron que e1heche dereubicar a un sujeto en el contexte (ellugar) del aprendizajeinicial optimiza la evocacion, Este fen6meno consti tuye unajuatificacion importante de las reconstituciones de crimenes.2 F. A. Yates, op. cii., p. 132 y p, 158.

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    Se aabe que cuando uno tiene dificultadea para reconocer auna persona, la primers pregunta que se hace es: ld6nde Ia vi?Marc Auge cuenta c6mo un plano del subterranso funcionacomo un ayuda-memoria y, mas precisamente, los diferenteslugaras constituidos por las estaciones, como desencadenan-tea de recuerdos, 3,La eficaciade JEl__sociacion Iugares/image-nesfrecuerdo explica sin dudas que se-enc'ii 'eiftrenmetoaosco m parables e11 lugares nooccidsn hiles, ' c o i i l ; : ; - p u d o Q b s ~ r . ~ a rCarlo Beveri al estlidiar hi p i c t o g r a I i i i " a i n o s inclfgenas Cuna(Archipielago de las Mulatas, Panama),manera espe~_i.~J!it~n.te complej ay refinada ds controlar la memorfii de laspalabras,de unir la imegen-memorta con la enunciacion ritual.s_ , . . . . - ' . " - . . . . . , . w o . ' . _

    No podemos finalizar estas poeas lfneas dedicadas a lasartes de lamemoria sin recordar que si bien pareciera que hoyestas artes estan olvidadas, todavia existen tecnicas de me-morizaci6n de gran riqueza en cada sociedad (basadas en eIsonido, Ia imagen, las palabras, los objetos 0, en sus aspectoscomerciales, los manuales, los cursos de estudio, los semina.rios, etc.), tecnicas que deberfan alegrar a los etn6grafos.

    n. LA MEDIDA DEL TIEMPOE~~~~~temente, la memoria est~.!i.~~~~it;'!!!J~E!I...~l.mt!?mQ.modo qUtrltrBstirn:rrispantir;como se evideneia en la expresion; !~~ ~; :~ : Ill?~~ ~r ;J~ i :i~ ;Y~ ~1r is~~ ~i~ i l? :J~~ t~~ ~ :dentro de unamisiil'~isociedaa~-c4y'Q}itiiiQ.&staJlado.po.runamultipli'cia.ad'd"efi'emposs'oc[iiles. El tiempo puede percibirsed~-m1t'trnl'a-c1C1Rm:;rmrt"lrgtblt! ocontinua ylineal, y cada una deestas representaciones constituye el fundamento del modode busqueda de la memoria. Asf, si es verdad que los Hopi notienen la nocion del "tiernpo" que pasa," el estatus de lamemoria deberia ser obligatoriamente diferente del de nues-tra sociedad en la que son omnipreserites el tiempo y su"administraci6n". Asimismo, los Nuer deSudan, quienes usan

    3Marc Auge, Un ethnologue dans le metro, Paris , Hachette, 1986, 124 p.4 Carlo Severi, "Paroles durables, ecr itures perdues . Reflexions sur lapletographia curia", en M, Detienne, op. cit" p. 45.73,5 Benjamin Lee Whorf, Linguistique et anthropologie, Paris, Danoal,1969, p. 6. Para una crltica sevsra sabre estn Interpretacion de una cultura

    "primitiva", vel'Paul Veyne,Comment on ecrit l'hlstoire, Paris, Seuil, 1971,p.60-63,38

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    diferentes categorfas temporales que dependen del ritmo delasestaciones delos mites, del ciclo delos tipos de edad, ponen enfuncionamiento memorias sucesivas, variables segiin las cir-cunstancias. En todas las sociedades y segun modalidad~~_l1l>"9-y'diversas una d t C 5 t o m r r C t e f i ip o r a l ' '' a n t e s /a n o i a ' '6 6 r g a m : z a . .t . 9 .~ _ ~ternem6~aCl6ii~aunque seencuemr"Ei'ii-mfere~9ra's~~!~,~~gr_@o~socia:le'S;-ewlusoel1tFe1ndiVlduos;el"i"cualifo ala elecC1.,~_~J.QumbraJes"tlris fronternstmITpOrales")-qrre"d 'Gllrf itnI:~"~r_RlL~,~_l!~y el 'pI11ri rdtrt l ' lnt ign"Ct11' tert te;{1nt l rs;- l ie 'n7nTep~~~~j, , : ~ ! ! : g - , ! L q ? ~ ! : q _ _. " " ' - - -~ " > < W 1 1 'e r rc u r. .l!1lSilTItli'r'aT[:eilaa:.ae,D.rD_rn:cliiiioJouen que, ca n .1.0::"'; J--.- ....- ....~ -.~>~ ---.-,. .".la noci6niiparen.Wl'Irnl1teneutra de "memoria del siglo depen-den estrechamente de un recorte arbitrario del tiempo que secorresponde con la acepci6n relativamente reciente.de la p~a-bra " s i g lo" , es decir , cien a f io s .? I ;' ! } o . .~?!!t(},.~~.precls.o_r~laclD.~_nar todo acto dememoria co;tllas;r;J'lP;r:,esentacHJneseltiempode TasoCledad':'"U-e"'se-considere., _ ., .. . . . . . . . _ q - _ ., . " " . _ " . - .

    Incluso podemos decir que todo acto de memoria es consti tu-t ivo e indisociable de estas representaciones. En efeeto, lamemoria humana, posible POl' una coneiencia de orden supe-rior plenamente desarrollada, permite modelizar el t iempo yelaborar un concepto del pasado, del futuro y del presents. Un"tiempo inmemcrial" es, por otra parte, un tiempo qu~ nopuede medi rse, que la mente human~ no pued~ .modehzar.Paul Ricoeur muestra como la memoria transmit ida por laspalabras de los antepasados contribuye c?n la constit~c~6n deun "tiempo ancnimo", a mitad de camino entre e1tiempoprivado (eltiempo vivido por el sujeto) y e1ti~mpo pu~lico (elpasado historico): cuando un abuelo Ietransmite a su nieto losrecuerdos de sujuventud, le permite,establecer un puent~ canun tiempo que nopudo conocer. Asimismo, po~emos dedu~lr demuchos datos etnograficos que la memoria genealrigica 0familiar participa de la estructuraci6n del tiernpo do~estico e,incluso en ciertas sociedades rurales 0 exoticas, del tiempo dela colectividad, que no se organiza en funci6n de los hechoshist6ricos sino del recuerdo de los momentos fuertes de Iahistoria familiar (nacimiontos, alianzas, muertes, adquisici6nde tierras a de una casa, etc.)A primera vista, los conceptos de pasado, de futuro ~ depresente s610adquieren su significado para el yo del sujeto6 Francoise Zonabend, op. cit., p. 13..7 Daniel S, Milo, Trahir le temps (hisioire), Paris, Les Belles Lottrea,1991,270 p.

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    III:

    que constituye la {mica referencia espacio-temporal, algo queesta muy bien expresado en los versos de Boileau yApollinai-re: "el momento en el que yo hablo ya.esta Iejos de mi"; "losdfas se van, yo quedo". Francoise Zonabend sefiala que enMinotla "memoria corta del tiempo" jalona las estaciones: "eit ilt imo inuierno", "el verano proximo", "antes de la coeecha";pereol paso del tiempo se organiza de acuerdo. con el ejebiografico (historia personal y familiar). A Boris Cyrulnik" Iellamaron profundamente la atenci6n las respuestas de sus .enfermos en las consultas neurol6gicas: sus referencias alpas ado no se basaban en cifras a en fechas, sino en hechosvivid os en los que estaban personalmente irnplicados: "desdeque se rue mi mujer", "despues de que a mi hijo le rue mat enese examen "',etc. Estes acontecimien tos impliean al individuopero tambien a Ia sociedad POl' complete, a traves de Iainstituci6n del matrimonio, la familia, la educaci6n, can 10que las categorfas temporales adquieren toda BU signifiea-cion no simplemente erirelacion con el sujeto individual, sinocon el sujeto social. En este sentido, etnologos como DanielFabre', Valerie Feschet y Sylvie Sagnes demostranon recien-temente que los "escritos comunes" -como los papeles defamilia, los diarios Intirnos, los cuadernos genea16gicos, losregistros domesticos- a los que se consideran archives parti-eulares, constituyen una forma de memoria en papel, deter-minada por las restricciones sociales y culturales y, especial-mente, por la "raz6n grafica"(Jack Goody). En la practice, enelesfuerzo dememoria cotidiano elindivid uorecibe e1perma-nente apoyo de In sociedad, que Ie proporciona una ciertacantidad de herramientas para facilitarle esta tarea,En primer Iugar, esta elcalendario, conector "entre elt iem-po vivido y el t iempo universal"," No constituye solamente lamemoria de los dfas comunes (pasados 0 futures) de cadaindividuo, sino que tambien es eldepositario de una:memoriacompartida, la de los dias de fiestas religiosas y profanas, Iade los aconteeimientos memorables, la de las celebraciones ylos cumpleanos, A difercncia del reloj , que valoriza el tiempopresente (Iaexperiencia cotidiana)," el calendario sirve paraaBoris Cyrulnik, Memoire de singe etparoles d'homme, Paris, Hachette,1983, p. 21.ePaul Ricoeur, Temps et rcit. 3. Le temps raconte, Paris, Seuil, 1985,p.189.10 Antonio Duarte Rodrigues, "Memoireet technique", en P. . Ieudy, op.cit., p. 55.

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    darle valor al t iempo pasado 0 aI t iempo futuro. En especial,la conmernoracion sevuelve imposible sin no hay un calenda-rio que sirva como referancia, y 1 0 mismo sucede con granparte de la vida social: por ejernplo, sabemos etlan importan-tes son las feehas de las ferias y de los mercados en muchassociedades rurales, dificiles de fijar sin esta memoria delfuturo que puede ser el calendario, en otras epocas relegadopor 81 almanaque, otro ayuda-memoria popular. Mucho masque un simple soporte 0 un simple marco de la memoriacolectiva, el calendario forma parte de ella, es una de suspiezas esenciales, y esto explica la resistencia con que sencontraron las autoridades politicas 0 religinsas que quisie-ron modificarlo, es decir, impanel' uno nuevo, comosucedioenIrak y en el Iran del Sha con 81calendario de los chiitas,

    En las sociedadesmodernas hay otro instrumento que perrniteadministrer la memoria del futuro yque empez6 a tamarmayor importancia a medida que Ia ocupacidn del tiemposevolvid mas densa, Se trata deIa agenda, la heredera del Iibrode anotacionesque antafio escribiaeljefe de una familia, quemomoriza elfuturo y, secundariarnente, el pasado. Dosde estepunta de vista, la predilection que hoy tenemos por las agen-das constituye un motivodecuriosidad para los soci6logosy losantropologos, mueho n U 1 8 aun porque aumsntan permanente-mente su capacidad de memoria, como si su ambici6nconsis~tiera enconservartodo 10que pasa en un ana de vida humana.For otra. parte, las sociedades eomnrciales eatan trataudo defabricar la "agenda ideal" que permitirfa registrar losaeonte-cimisntos de toda una vida "desde el nacimiento hasta J amuerte';,l! 1 0 que seguramente van a permitir dentro d'8pocolas agendas electr6nicas mas potentes.

    III. LA EXTERIORIZACr6N DEL PENSAMIENTOY DE LA MEMORIA

    Por razones de metoda, es necesario distinguir la memorize-cion puramentemental, que apela unicamente a losrecursosdel cerebro humano, de todas las otras formas de mernoriza-cion que utilizan soportas materiales muy diversos: los de laescritura y la imagen -piedra, papiro, pergamino, papelesmanuscritos y luego impresos, "cerebros" electronicos ( c om-putadoras), CD~Rom, etc.-, sin olvidar la actual revolucion en11 Suplernento del diario Le Mende del 30 de noviernbre de 1995.

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    la documentacion, la multiplicacion de los archives publicos("memoria de Ia nacion" segtin el decreto del 23 de octubre de1979 sabre la organizacion de Ia Direcci6n de los Archivosde Francia) 0privados, de las bibliotecas, delas redes yde las"redes de redes" que constituyen una gigantesca memoriavirtual cuyos efectos aun no hemos calculado. Evidentemen-te, e l1enguaje permiti6 esta exteriorizaci6n de la memoria.humana y por esta razon se 10 considera su primera amplia-cion. Desde este punta de vista, los etnotextos y la 1iteraturaoral constituyen archivos de primer orden ..La capacidad de la memoria estrictamente humana esnotable: los Veda fueron conservados de memoria durantesiglos; Seneca decia que era capaz de repetir dos mil palabrasen el mismo orden en que acahaban de ser pronunciadas. En1 3 1 capituloDe quarundam admirabili memoria de sus Variaelectionee, Marco Antonio Muret cita el siguiente caso: habraun jovon de C6rcega al que el le habfa dictado dos 0 tres milpalabras "griegas, Iatinas, barbaras" sin ninguna relaei6nentre ellas y que, en su mayorfa, no significaban nada..Enseguida eljoven pudo repetirlas sin dificultades, gracias,segun el, a una tecnicasecreta que le permitia memorizertreinta y seis mil palabras con tctalfacilidad." Porotra parte,Ia idea de apelar a ampliaciones deia.memoria para paliar laslagunas de lamemoria humana fue desacreditada en ciertasocasiones, porque la escritura era considerada como el "anti-valor": los Druidas la prohibieron, ya sea para impedir ladivulgaci6n de su doctrina, ya sea para que sus alumnos nodejaran de "valorar su memoria; pues casi siempre pasa quela ayuda de los textos trae aparejada como consecuenciamenos celo para aprender de memoria y una disminucion dela memoria" .13Algunas escuelas escolaaticas (por ejemplo enIrlancla, en e1siglo vnrprohibfan toda ayuda escrita ybasabanIa ensefianza solamente en la facultad humana, En Iran loseducadores insisten mucho en la memoria verbal. Edward T.Hall observe que los norteamericanos que iban a ese paisenseguida pasahan par ignorantes y quedaban desacredita-dos pues no tenfan todos los hechos presentes en la memoriay ternan que conservar sus papeles para hacer su trabajo."Las culturas que privilegian la.memoria "natural" favorecie-

    12 Dictionnaire de Trevoux (articulo memoria), 1752.13 Cesar, La guerra de las golias, VI, 14.14 Edward T. Hall, Au-del&. de la culture, Pari s, Seuil , 1979, p . 179.

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    ron la expresion deproozas de memoria asombrosas. Batesonnos proporciono e1ejernplo de los Iatmul de Nueva Guinea,capaces de memorizar entre diez y veinte mil nombres en susdiscusiones sobre los nombres y los totems." Levi-Strausssefialo las complejas clasificaciones de la fauna y laflora en losHanunoo y los Negri to de las Filipinas y tambien delos Dogonde Mali'": todos suponen la msmorizacion de un saber consi-derable, "ciencia de 10 concreto" sostenicla por los mitos y losritos. Se realizaron observaciones similares en la India, enChina, en Africa yen numerosas sociedades detradici6n oral,Incluso algunos opusieron la memoria gestual viva de estassociedades ala "letra 'muerta' de los textos";" caracterfst icade nuestra oivilizacion.Hoy, aunque no tenga una memoria de liebre (muy corta),sino una memoria deelefante (muy larga), de hormiga (muyprecis a) 0 deboticario (muy vasta), a un hombre no le bastasolamente con el cerebro como unidad de almacenamiento delas inforrnacinnes memorizadas y, par consiguiente, apela aextensiones de Ia memoria. DE!manera que, como AndreLeroi-Gourhan, podemos hablar de extensi6n de la memoria,ya que esta se dilat6 tanto que ninguna memoria individualpuede. pretender abarcar su contenido.l" lCuando empez6 Iesta extensien? --.-ILas pinturas prehist6ricas (Lascaux, las grutas de Cos-quer, Ohauvet) y, mas tarde, proto-hist6ricas (Valle de lasMaravillas) quiza sean las primeras expresiones de unapreocu pacion propiam en te humana: i.llii.~ti.hlr.,_dej.ar..b.JJ.ellas,fir.!!lar! rubri"car., "memotizar" l.. 1 ! . . .e . a .a t .r a v . e .s . .d e - u ; tl - 2 .- 1 ; Q , e lI H J . .. .. . .ria explicita -con objetos 0 animales- 0 de una memor_i._!n..*"I?comp!ejapero tamblen aeunamaYOrCOi:'iCentraC16nsemanti-ca--;Tiaelas formas;c1elmrrrb'st:rlICctoiYeS;"aeToS8[iP.EOIQ_~~9...l]..taii=.1iI~in.resglIillLr;ciiii:::.gQ!!rT.i"illr:19"Esfa-preocupaci6ns.evIdente en muchas inscripciones en lapidas (glifos, graffitis)y en 'multiples practicas como la de tirar monedas en unafuente." En todo caso, esta sevuelve explici ta con la aparicion

    16 Gregory Bateson, La ceremon.ie du Naven, Paris, Minuit, 1971, p, 231.16 Claude Levi-Strauss, Lapen se e sauuage, Pads, Plan; 1962, p, 7-8 y 53.11 Marcel Jousse, Anihropologie du geste, Paris, Gallimard, 1974, p. 33.18 A. Leroi-Gourhan, up. cit., p. 63-'76.10p. cit., p. '217-223.20 Gerard Laplantine, "Inscr ip tions lapidaires et t races de passage:

    formation de langages et de rites", en Ethnologie des fait s relig ieux en.Europe, Paris, CTHS, 1993, pp. 137-159.43

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    de la escritura, haee alrededor de seis mil afios. Entre otrasrazones, la palabra de Mammon hara necesaria Ia extensionde una memoria que en las sociedades orales valia 10 mismoque Ia duraci6n de la vida de un testigo ocular. EI estableci-miento de contratos cada vez mas complejos, la posesi6n deacciones, Ia utilizaci6n del credito eran aspectos importantesdel comercio mesopotamico que hicieron que la escritura sevolviera una "casi necesidad"." A partir de ese momentapudieron conservarse la memoria de las transacciones y de laempresa, a Ia que recurrian los socios econcmicos cuandohahfa un conflicto. Lo mismo sucedi6 con la preocupacion portransmitir las riquezas aeumuladas, que dio Ingar alimpres-cindible testamento escrito.

    La voluntad de conservar Ia memoria de las obligacionespropias y reciprocas tom6 caminos muy diversos: asi, JackGoody hace un paralelo entre los dones funerarios en losLolragaa (norte de Ghana) -que establecen que el registropor escrito recuerda a los beneficiaries como tendran quecomportarse a cambio-, las listas de las tar jetas de buenosdeseos -que conservamos para acordarnos de los envies quetendremos que hacer el ano siguiente-, 0 los ostraca delAntiguo Egipto -que registraban los regales reoibidos per unhombre can el objetivo de reavivar la memoria del destinate-rio en una fecha posterior-.22

    Herodoto escribi6 "para impedir que 1 0 que hicieron loshombres se borrara con el tiempo", can el proyecto de queingresara en Ia memoria no solamente el tiempo de losorigenes, sino tambisn el de los acontecimientos mas car-canos. Macrobio not6 que e1 soberano pontffice posefa e1poder de retener Ia memoria de los acontecimisntos en latabula: potestas memoriam rerum gestarum in tabulaeconferendiP EI heche de que unicamente las religiones delLibro sean verdaderamente religiones proselitistas es otroindicia del poder de Ia escritura en relaci6n can Ia memo-ria. La tradicion eseri ta facil it6 eltrabajo de los portadores,custodies y difusores dela memoria. Los primeros "memoria-les" consagrados a1Holocasuto no fueron monumentos, sino

    21 Jack Goody, La logique de l'ec/:Uure. AI/X origines des societe humai-nes, Paris , Armand Colin, 1986, p. 75.

    22 Jack Goody, op. cit., p. 75.23 John Scheid, "La temps de Ia cite et l'histoire des lJretl'es", en M.

    Detienne, op. cit., p. 153.44

    relates: los Yizkor Bucher 0 Iibros del recuerdo, que cuentana traves del libra la vida y la destrucci6n de las comunidadesjudias europeas. Su objetivo era transformar el lugar delectura en espacio conmcmorativo, comorespuesta al"sfndro-me de Ia tumba ausente";" Sin embargo, en muchos casas1 0 escrito es mas una coartada que un instrumento paralamemoria. Alnotar el papel que juega el dncumento nota-rial en Ia estrategia ret6rica de los habitantes de los oasisde EIKsar (Tunez), Mondher Kilani comprobo queIa merareferencia a Ia existencia del documento tenia un efectopersuasive en los oyentes, sin que fuese necesario utiliz~rrealmente el acta nctarial.v' ' I'ambien se observaron acti-tudes parecidas can respecto a 10 escrito en Drome, eninvestigaciones desarrolladas entre 1978 y 198226 a entre losBarma (Sudan), en las investigaciones realizadas par VivianePaques sobre las genealogias escrit~s_27De heche, en est~scasas precisos poco importa el contenido exacto delamem~naescrita que se inoviliza solopara reforzar yvolver verostmil Iamemoria oral.leuaies pueden ser los efectos de la expansion continua ycada vez mayor de Ia memoria humana, de esta exte.rioriza-cion del ponsamiento que parece notener limites enuna epocaen la que pronto se podra acceder al Museo Imaginario deMalraux por Internet? Los textos antiguos nos proponenalgunas rsspuestas.La aparicion de la escritura alfabetica en las ciudadesgriegas a mediados del siglo vrn antes de Cristo, es un hechode imp~rtancia para Ia memoria del pas ado colectivo. Laapropiaci6n deJgraphein par los primeros prosistas introdujouna distancia crftica can la tradid6n de la que da cuentaHecateo de Mileto. Aparece una nueva representaci6n delpasado -ya no es mas percibido comoun ti~mpo indiferen?~a-do, sino que ahora se despliega por generaclOnes- y,tarnbien,

    24 James E. Young , "Ecril'e le monument: site, memoirs, critique", 'Annales ESC, mayo---junio de 1993, n O 3, p. 729.

    25 Mondher Kilani, L'invention de l 'auire, Lausanne, Edit ions PayotLausanne, 1994, p. 243"244.

    26 Pierre Gaudin, Claire Reverchon, "L'historien et letexte oral", en Jean-No~1Pelon, Claude Mar te l (ba jo In direccion de) , Les uoies de la parole .Eihnotextes et littercuure orale. Approches critiques, Aix, Alpesde Lumiere& Univers lt e de Provence , 1992, 196 p. Les cahie rs de Salagon 1.

    2 ' Trabajos citados en Jean Po irier, Simone Clap ier-Valladon, Pau lRaybaut, Les recite de uie. Theorie etpratique, Pans, PUF, 19S3, 238 p.

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    una cierta artificia1izaci6n de la memoria. 28 Otro cambio comoconsecuencia de la aparicion de la escritura fue el del mne-m6n, personaje que guardaba el recuerdo del pasado para latoma de decisionas de la justicia, al principia, gracias a sumemoria individual, luego, por escrito. Begun Louis Garnet,parecerfa que en e1 momento del paso a Ia conservaci6ne~cri~a, ~a fun cion de Ia memoria habria quedado un pocodisminuida.w EItemor a una involucion de1amemoria huma-na es explfcito en e1 celebre mito de Theuth dios que Iepresenta al rey egipcio Thamus 1a escritura como remediopara su _fa~tade memo~ia. Thamus felicita a Theuth pOI' sudescubrimionto, pero dice que hay que tener cuidado con eluso que los hombres haran de ella: "pues esta invenci6n, aldis-pensar a los hombres de ejercer su memoria, producira e1olvidoen elalma de los que adquioran BU conocimiento; al con-fiar en la escritura buscaran elmedio para recordar afueragracias a caracteres ajenos, no adentro gracias a elIos rnis-mos",(Plat6~1, Fedra, 274 b275 b). Tha;nus agrega que conesta invencion los hombres van a poder obtener abundante' informacion que los llevara a creerse competentss en una~ant~da~ de c~sa~, per~ se habran convertido simplernente ensabios 11u80r1Os,en desertores de Mnemosina" para reto-mar la he;mosa expresion propuesta par Marc Fumaroli.wEste nuto resume ala perfeccion loque se esta produciendoahora respecto del desarrollo exponencial de Iaposibilidad deampliacion de la memoria humana y los temoresque provoca,En efecto, hay dos criticas principaies dirigidas aI "cibermun-do"; pO,runa,parte, e~ tiempo que se utiliza para buscar y .comumcarsn informacionos nos aparta dela vida interior 0delintercambio verdadero entre semejantas; pOI'o tra 'parte la" '6 ,., "navegaci n permanents entre masas de datos que crecencada vez mas impide una asimilacion real y, por consiguientecrea falsos sabios, Aquf tenemos un interrogante esencialpara u~ proyecto de antropologia de la memoria y, tan solocomo ejemplo, podemos preguntarnos si la "iconorrea" moder-n~, la actual profusion deimagenes (television, cine, mul time-dios, etc.) no es capaz de transforrnar nuestra relacidn con elpasado. Investigaciones recientes hechas para evaluar los

    28 Christian Jacob, "L'ord're genealogique, Entre Iemythe et l 'histolrs' ' enM. Detienne, op. cit., p. 169.201. '29 Citado en J.-P. Vernant, op. cit., p. 110.

    30Marc Fumaroli, L'Etat culturel. Essai sur [tIU! religion moderne, Paris,Ed. De Fallis, 1992, p. 376,46

    efectos dela television en la memoria del Holocausto !levan acreer es~o,~lL~ iC,ol1orreatelevisiy.~:t:9.rlQy..E-E.~_.~~~~0~.~elacontecimiento: este pasa a ser solamente una sucesion deplanes pljrnbtdoifsnra'iIfrn::itlrre-tITd(~"I)en[feiltElnie'iite'"lin?dB'utro,Tnas....: i l n e i l o s . .carenfeitGe~rea11Uaa""[:~Z:0.:~~iitldq.~~!]!ifiasif@ff.!Ii~iiI}~~p!f@or:.~.~ii~~s.~gEfr. q~~.:a partIiCIe un cie!:!illumQt~IJa aglJ.lfWJlC1Qu.deJil ..memoria;icomca-Viiclve m a s diffcil el desarrollo de una memoria se-m a n t i c a u o ' q u e T i i z o - d e ' C i r ' a ' J' " e a i l :r ; u c a o a a r r f g - u e ' T a T e l e v l s I 6 i i 'fii]jnca - o r v r c r o - m : I e - ii r r " i t s " " q i ie - " e r - c l ii 'e l a o r i 'c " a r e c u e r d 6 s ) , : " D ldif ilsi6r i-caaa"vezma Frl ipidg3l lo-d1:n:r .51r-cifii t i i11i1. 'rcaaa vezmayor de imageries, que a menudo esta acompafiada por Iadesaparicion de la "memoria-papel", parece actuar sobre lamemoria individual y colectiva en dos sentidos: por una partequedaria "pegada" a 10 inmediato, con 10 que impediria todaperspectiva temporal y, por otra, constituiria una facilitacionpara el olvido que,a posteriori, podrfa darla Ia raz6n aPlaten.

    ,.En relaci6n con las culturas populares, a lgunos sostuvieronque la transcripeion de las tradiciones y de los archives oralesproducirfa el paso de una memoria viva a una memoriamuerta, Sin embargo, este punta de vista nos parece erroneo,pues la filologia ensefia que los textos siguen viviendo: lOBrelatos sufren variantes luego de ser "fijados" por 1aescritura;ademaa, independienternenta de a u contenido propio, el men-saje que transmiten depende de la naturalsza de lapregun.taque se les plantea, Por otra parte, en ciertos casas la'escriturapuede reavivar la memoria co1ectiva como, por ejemplo, cuan-do trabejes de eruditos locales sabre la historia de un pueblocirculan entre sus habitantes y refusrzan la tradicion oral,fenomsno que se ha observado en Minot y Allauch." Las

    31 Nicola A. Lisus, Ricard V. Ericson, "Misplacing memory: the effect oftelevision format on Holocaust remembrance", The British Journal ofSociology, vol, n"46, n"I,marla de 1995;p. 1-19. Hace muy poco, el proyectohollywoodense del cineasta Steven Spie lberg de e reaeion de un "museovirtual del Holocausto", a partir de la recopilaci6n de alredeclor de 150.000testimonies filmados de sobrevlvientes de la 8hoah, contribuyo alplanteo dela euestion de la naturaleza de una "memoria del futuro" totalmenteconstruida a parti r de imagenes,

    32 Paul Vir il io ve las premisas de una verdadera "indust ria li zaci6n delolvido" en la 'madiatizaeidn a ultranza de la informacion: L'art du moteur,Paris, Editions Galilee, 1993.

    33 Lucien Aschieri, Le passe recompose, Memoire d/une communauteprooencale, Marseil le, Tacussel, 1985, 260p.

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    huellas conservadas artificialmente tambien pueden servircomo eIdeposito que alimenta las ficciones de historias COns -truidas sabre el pasado," y Ia expresi6n "ponsr enIa memoria"no s~lamel1te designa el heche de qu e se, archiven, sinotambisn la forma particular en la que 10hacsn, Un excelentoejemplo de esto 10 proporcionan los inteleotuales "rnitografos"de Nueva Caledonia, que se comprometieron can elmovimien-to independentiata canae.o. Imitando a los etn6logos, los mela-nOBlOSnotaron sus propios relates y compusisron "cuadernosde mitologia" comoel fundamsnto deuna historia "mitad mitemitad memoria",35 parte del origen de la construcci6n de Iaidontidad canaca. En esta caso en especial, lejos de ponerletrabas ~.la memori.n viva, In escritura sirviri para nutr ir la yfavorscio BU expansion. Podriamos multiplicar los ejemplos deeste tipo, . .

    lPodemos Ilegar a una conclusion provisoria S 1 intentamoseval?ar la funci?!) de la memoria en las sociedades en las quedomina Ia oralidad y en las sociedades modernas claudeprevalece Ia escritura? Como su escritura era pobre ~ inexis-tente, las sociedades tradicionales a veces fueron calificadasde sociedades sin memoria, categorizacion par ausencia queforma parte de los males habitos de los origenes de Ia antro-pologia (sociedades sin historia, s in Estado, etc.), Las tesis deJack Goody se enfrentan a esta interpretacion, ya que distin-guen entre dos forrnas de rememoraoion: una rnecanica Iao~ra .genera~i~a 0constructi;ra. ~a primera pasa por e1apr~n-dizfije repetitive y, par consiguiente, supone la existencia deun modeIo escrito qu~, en cierto modo, restrings y contiene 81proceso de la memoria, ya que 10 o bliga a una fldelidad casiabsoluta. La otra forma se desarrolla esencialmonts a partirde Ia palabra ~, por 1 0 tanto, permite una mayor libertad enun~ reproduccion cuyo. origen reside mas bien en la interpre-tacion, con;t0p,u.edevenficarse en tad os los 1ugares tra dicion awles de sociabilidad en los que la palabra circula: veladas,cfrculos, cafe~, plaza del pueblo, lavaderos de ropa, etc. Por lotanto, las sociedadss tradicionales no serfan sociedades sinmem~ria, sino sociedades dentro de las cuales la memoria se~esphega de otro modo que en las sociedades modernas: enestas, en general, la memoria esta contenida par Ia escritura(aunqus no s i empro , como hem as visto), pero se libera de

    31 Marc ~ui1laume, "Inte rvention a t st ra tegies du pat runolno" , en H. P .Jeudy, op. Cit" p. 18.35 M. Detienne, op. clt., p. 9.

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    todas las restricciones formalos en las otras aunque, paraorganizarse, conserve puntas de refer en cia, nudos de sentido.Esta tesis necesita dos aclaraciones: la primera se relaciona alestatus del olvido, la segunda can las categorias de las socie-dades "con" y "sin" memoria,Podemos sefialar que 10 que distingue a las sociedades canmemoria generativa de las sociedades con memoria macanicaes su mayor aptitud para el olvido, Efectivamente, la ausenciade fuentes escritas permits una verdadera interpretacion dela memoria transmitida, interpretaci6n que puede pasar parel borramiento puro y simple de una parte de esta memoria,E sto es m ucho mas diftcil en las sociedades can escritura pues,como sabemos, "10 escrito permanece". Ahora bien, nosotrossostenemoa que e1o lvido es 0 1 signa rnanifiesto de una memo-ria vivay dinamica, punto que desarrollaremos mas detsnida-mente en el capitulo V. Segun Pierre Nora, si las sociedadesen las que Ia memoria circula gracias a la palabra permitenmas el olvido que aquellas en las que la memoria se apoya enla escritura, las primeras tendran que ser consideradas me-dias de memoria par excelencia, cos a que no sucede en lassegundas. Porlo tanto, podriamos concluir afirmando quelas sociedades de memoria.ll"Q!.L~fi)J.J\lt[S"Bnlas"qmrta:pal'8braes eITiiri"afi'meiitoesen'Ciaide los intercllmIiios'yuetatl'"ff"trSmt-siOii 'soEiaI ;"enrEfnt1)( '[ lHfHursfJ 'cle 'dadeRU:trwest :r iw,dssde.estepuntodri 'vista";"pf"esentan 'una .desv'ehtaj'a"c6jfre'spEjcto a IamemWia:-Sirr emhargo;>est1ycotit:lusi'&nmr:rm-nn-tft..l'l.te,apr-'ls.llirad-a""P11"8s;-por"t11'rapa~~:J!J11!lImt!;g:-m.:,!!scriturlf1'efuerzala-O1'aliCraa"y,'pof'mra;'sfbionlas primera.s s o . c i . e d a a e s ' i l l u . - e s f r a r i - una"i.p.trEu(tp'ara-eTQliIaQ::,enlamai~ri~"d~ i~~'~as(jss e t ra H i . .. . q~..!l.l~Qly.BI9JllYQliullg_ri.Q.,_.en_.j;antO~"qiii]~,~::.s~giina a s ' " soncapt:!.~I;l_Q~,!1:!l91ytgQsQn_$.J.!.u.tidQ,.que,.tambien,,('l.~" t i i g n o de"unamemoria viva, como .pcdremosver -en-el-easo de -la-memoriageneaI,fgica: ' . . .

    "......._,.._"H ...~" . .

    IV . MEMORIA GENEAL6GICA,MEMORIA GENERACIONAL

    La memoria genealogica y familiar .Si queremos ser fieles ala categorizaci6n un tanto arbitrariaque hemos propuesto para darle un titulo a este capitulo ydistinguirlo del siguiente, ltenemos que ver en la memoriageneal6gica una expresi6n de la raz6n practice 0 bien de Ia

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    raz6n cultural? La dimension "utilitaria" de la genealogia esindiscutible: por ejemplo, esnecesaria comofundamento de lalegitimidad de la transmiaion y de la devoluci6n de bi.en~s, 0para evitar los matrimonies consanguineos y reprmur e1incesto. Pero tambien esrica en relaci6n con multiples dimen-siones ideologicas y simbolicas que, al final de cuentas, hacende las lineas que siguen una buena transicion entre los dosultimos capitulos de esta obra. 'En primer lugar, es importante distinguir entre genealo-gta, memoria genea16gicay memoria familiar.es decir , entreuna disciplina cuyo objetivo es reconstituir .Iinajes segunreglas rigurosas, un parentesco memorizado y. una memoriaque abarea todo 10 vivido por una familia. Por 10 tanto, lagenealogia es el instrumento que utiliza eg o (0 toda una. familia) para alimental ' su memoria genea16gica y, eventual-mente, la memoria familiar, al ponerse a buscar la huella desus antepasados.Cuando la memoria genealogica es unicamente oral, nodifiere en su funcionamiento de la memoria individual: auncuando en ciertos cases puede cubrir siete generaciones.P loque, curiosamente, se corresponde con la unidaddemedid~ dela memoria, en general se detiene en Ia tercera generacionde antepasados y en ese rnomento aparecen las lagunas, s.evuelve imprecisa, selectiva 0ficticia. Una encuesta que reali-zamos con 81 estudiantes en octubre de 1995 muestra unaprofundidad de su memoria genea16gica de 2,64, es decir , unpocomenos detres generaciones; s610el10% delas respuestasnombraba a cuatro generaciones. Francoise Zonabendhizoobservaciones parecidas en el pueblo de Minot y existenmuchos trabajos de etn61ogos que proporcionan los mismosresultados en sociedades africanas 0 amerindias.Las formas y usos de la memoria genea16gica estan some-tidos a determinaciones hist6ricas y socioculturaies. Conrespecto a las primeras, Georges Duby mostro como en Fran-cia entre los siglos x y XIII, se sustituy6 una conciencia del, .. .parentesco "vertical" -Ia ascendenclU- POl' una conciencia"horizontal" que privilegiaba las alianzas ,37 Nos dam oscue~tade la influencia delas segundas cuando comprobamos que enlos distintos entornos varian de manera import ante la exten-

    30 Francoise Hsritier, L 'e xe rc ie e d e l a parenl, Paris, Seuil , 1981, p. 163.37 Georges Duby, "Le lignaga, x'xrn' siecle", en Pierre Nora (dir. ), Les

    lieux de memoire. La nation *, Paris, Gallimard, 1986, p. 31-56.

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    si6n de la memoria (Ia memoria horizontal en torno de ego),su profundidad (Ia memoria longitudinal l lamada, tambisn"longitud de memoria")," 0 la naturaleza del linaje que seprivilegia en la construcci6n de esa memoria (fil iacion pater"na, materna 0 indiferenciada, importancia respectiv~ de losparientes politicos y de los consanguineos). Los habitantessedentarios delos oasis de EI Ksar (Tunez) tienen una memo-ria genealogica de profundidad debil, en tanto que Ia de laspoblaciones nomades de la misma region es muy profunda,como si asf se compensara la ausencia de anclaje territorial."Las maneras de "hablar de la familia' ) y de establecer unamemoria geneal6gica no son iguales entre los campesinos, losburgueses y los nobles 0 la clase media. Una investigaci6nsobre la memoria familiar de los parisinos, l levada lit caboporBeatrix LeWita40 mostro una oposici6n entre la memoria delos medics populares ylade las clases superiores. Las familiasdelXIlt' arrondissement earecen de una memoria geneaI6gica"abundante", ni en profundidad ni, aunque enmenor medida,en extension. En carnbio, privilsgian su memoria familiar:muertes tragicas, vida enlaciudad, vidaprofesional, albumesde fotograftas, mobiliario y adornos que representanla "me"moria tangible'"! de la historia domestica, La memoria fami-liar de esta poblacion, menos interesada en la reconsti tucionde arboles genea16gicos que las clases mas favorecidas, t ienesu anclaje en Ia vida cotidiana.

    Estas tienen un comportamiento muy diferente can respectoa su memoria genea16gica. Como resultado de una invastiga-ci6n sabre los "nuevos mercados genealegicos"," mostramoscomo ciertas sociedades comerciales (empresas de informati-ca, revistas, prestadores de servicios que proponen autobio-graffas "llave en mario") lograban sacar provecho del entu-siasmo actual par la genealogfa y tenfan como "blanco" las

    38 M. Maget, Guide d'etllde directe des comportements culturels, Paris,CNRS, 1962, p. 8.39 M. Kilani, op. cit., p. 219-221.~oBeatrix LeWita, "La memoirs Iamiliale des Parlsiens appurtenant aux

    classes moyennes'', Ethnologie [rancaise, XIV, 1984, I, p. 57-66.41 Fran~oise Zonabend, "La parente", en Isac Chiva, Utz JeggJe (dlr .)

    Ethnologies en.miroir, Paris , Ed. de la Maison des Sciences de l'homrne,1987, p. 106.42 Joil! Candau, "Quete memoriolle et nouveaux marches genealogiques",

    120' Congres national des societes historiques et scienti flques, Aix-en-Provence, 23-29 de octubre de 1995.51

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    catsgorfas sociaies que disponen de un buen poder adquisiti-vo (clases medias y altas) , Ahara bien, laamplitud dela ofertapresente en el mercado de Ia memoria permits comprendermejor la naturaleza de la demanda, Las conclusiones de estainvestigaci6n plantaaban que las empresas en cuesti6n seesfuerzan par responder a las expectativas de producci6n deun "imaginario minima de la continuidad"" y de una leyendafamiliar que forman parte de la oonstruccidn de una memoriadel parentesco. Idealmente, esta es una memoria de un linajearistocratico, aunque no hay que sobrestimar el deseo depertenecer a un linaje de antepasados nobles. Par 10 tanto, nodebe sorprendernos que .algunos documentos publicitarioscon los que trabajamos designen a su futuro cliente como el"heme" de una "epopeya" que es preciso restituir y, sabre todo,no dejar caer en e1o lvido. No hay que "romper el hila de lamemoria" y, para eso, "la grabaci6n laser!' de las memoriasfamiliares constituye el "soporte eterno", lC6mn explicar estedeseo de inscripci6n en la eternidad de una memoria? JulesRomains decfa que un individuo esta realmente muertocuando ya nadie se acuerda de e1.Cada individuo sabe que sila profundidad de au propia memoria no va mas alla de treso cuatro generaeiones, nadia se va a acordarde el algunasgeneraciones despues de su muerte , Si este temor al olvido semanifiesta mas dentro de las claaes que estan contempladaspor el nuevo mercado geneal6gico, es porque se trata esen-cialmente de poblaciones urbanas escindidas de los "enter-nos de memoria" tradicionales, como las sociedades rurales,en las que elconocimiento mutua aseguraba elmantonimien-to, al monos durante un tiempo, de la memoria de los desapa-recidos, POI'otra parte; es posible que la demanda de memo-ria dentro de las familias sea hoy mas fuerte a rafz de 1acoexistencia mas frecuente de varias generaciones dentro deuna misrna familia (no estamos hablando de cohabitacion),como consecuencia del aumento de Ia expectativa de vida: elpapel mediador de la memoria que tienen los abuelos seeiercerfa con mayor frecuencia que en otras epocas, can 10 quese sostendria el desarrollo de una actividad econ6micaque tsndrfa como objetivo posterior darle forma y comercia-l izar lamemoria transmitida de este modo. La (mica maneraque tenemos de contestar estas preguntas es multiplicandolas investigaciones e integrando a ellas indicadores no consi-derados en esta, como, por ejemplo, el de las "recomposicionesfamiliares", cada vez mas asiduas,Darla forma a una memoria genea16gica y, de manera masgeneral, a una memoria familiar, sigue formando parte de Ia

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