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la gaceta del patriota Suscribite a la gaceta enviando un mail a [email protected] Diseño e impresión. Coop. Gráfica del Pueblo 12.01.14 Proyecto Comunidad anuario 2014 ciudad Abril, Nro. 7 villas acampe por la urbanización Trescientos vecinos de dieciséis villas porteñas llevan a cabo un acampe y huelga de hambre en el obelisco para exigir que el Gobierno de la Ciudad declare la “emergencia habitacional” y cumpla con la urbanización con radicación en los barrios. Los manifestantes denuncian que el presupuesto para las villas bajó de un 5,5% a un 2,7% del total del presupuesto porteño, y reclaman la regulación de los alquileres dentro de la villa, y la declaración de la emergencia socioambiental, sociosanitaria y socioeducativa. La ley 148, votada en 1998 por la 44 legislatura porteña, estableció la urbanización de todas las villas de la ciudad en un plazo de cinco años, pero nunca fue cumplida. Su base jurídica es el artículo 31 de la Constitución de la ciudad votada en 1996, donde se hace especial énfasis en el derecho a la vivienda y a la ciudad de los habitantes de las villas. A su vez, en su texto se dispone la creación de una Comisión Coordinadora Participativa, integrada por representantes de cada villa y funcionarios del gobierno porteño para avanzar con la urbanización, que nunca se llegó a constituir. Recién en 2001 se creó el “Programa de Radicación, Integración y Transformación de Villas” (PRIT) que bajo la órbita del Instituto de Vivienda de la Ciudad se encargó de obras transitorias -apertura de calles, asfaltado-, pero no de las necesarias para la urbani- zación definitiva. A partir de 2008, el IVC encomienda la urbanización a la Corporación del Sur, y el mante- nimiento y provisión de servicios públicos a la UGIS, aunque mantiene funcionando el PRIT. Como estos programas nunca avanzaron con la urbanización, se comenzaron a sancionar leyes, decretos y resolu- ciones que, apoyándose en la ley 148, daban lugar al reclamo particular de cada villa. Eso sucedió con la ley 3343 para la urbanización del Barrio Carlos Mugica (ex villas 31 y 31 bis), con la 403 para la villa 1-11-14, y con la 1770 para la villa 20. A pesar de esto, durante toda la gestión macrista no existió un plan ni un proyecto de presupuesto para urbanizar definitivamente las villas de la ciudad, sino un desguace acelerado de las partidas presupuesta- rias para vivienda social.

La Gaceta del Patriota Nº44

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ANUARIO 2014: -Ciudad.

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l a g a c e t adel patriota

Suscribite a la gaceta enviando un mail a i n f o @ c a f e d e l o s p a t r i o t a s . c o m . a rDiseño e impresión. Coop. Gráfica del Pueblo 1 2 .0 1 .14Proyecto Comunidad

anuario 2014 ciudad

Abril, Nro. 7

villasacampe por la urbanización Trescientos vecinos de dieciséis villas porteñas llevan a cabo un acampe y huelga de hambre en el obelisco para exigir que el Gobierno de la Ciudad declare la “emergencia habitacional” y cumpla con la urbanización con radicación en los barrios. Los manifestantes denuncian que el presupuesto para las villas bajó de un 5,5% a un 2,7% del total del presupuesto porteño, y reclaman la regulación de los alquileres dentro de la villa, y la declaración de la emergencia socioambiental, sociosanitaria y socioeducativa.

La ley 148, votada en 1998 por la

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legislatura porteña, estableció la urbanización de todas las villas de la ciudad en un plazo de cinco años, pero nunca fue cumplida. Su base jurídica es el artículo 31 de la Constitución de la ciudad votada en 1996, donde se hace especial énfasis en el derecho a la vivienda y a la ciudad de los habitantes de las villas. A su vez, en su texto se dispone la creación de una Comisión Coordinadora Participativa, integrada por representantes de cada villa y funcionarios del gobierno porteño para avanzar con la urbanización, que nunca se llegó a constituir.

Recién en 2001 se creó el “Programa de Radicación, Integración y Transformación de Villas” (PRIT) que

bajo la órbita del Instituto de Vivienda de la Ciudad se encargó de obras transitorias -apertura de calles, asfaltado-, pero no de las necesarias para la urbani-zación definitiva. A partir de 2008, el IVC encomienda la urbanización a la Corporación del Sur, y el mante-nimiento y provisión de servicios públicos a la UGIS, aunque mantiene funcionando el PRIT. Como estos programas nunca avanzaron con la urbanización, se comenzaron a sancionar leyes, decretos y resolu-ciones que, apoyándose en la ley 148, daban lugar al reclamo particular de cada villa. Eso sucedió con la ley 3343 para la urbanización del Barrio Carlos Mugica (ex villas 31 y 31 bis), con la 403 para la villa 1-11-14, y con la 1770 para la villa 20.

A pesar de esto, durante toda la gestión macrista no existió un plan ni un proyecto de presupuesto para urbanizar definitivamente las villas de la ciudad, sino un desguace acelerado de las partidas presupuesta-rias para vivienda social.

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44Mayo, Nro. 9

ciudadprocesan a agentes de la me-tropolitana y la federal por la represión en el indoamericano

Después de 3 años y 4 meses, la justicia concluyó su investigación sobre la feroz represión en el Parque Indoamericano que dejó 3 muertos y cientos de heridos entre miles de familias que reclamaban tierra y vivienda.

A pesar de que durante años se acusó a los manifestantes de haber atacado a la policía, los resultados de la investigación permitieron que la jueza a cargo de la causa ordene el procesamien-to de veinticinco agentes de la Metropolitana por homicidio y lesiones en agresión, ocho de la fede-ral por abuso de armas, y ocho jefes de ambas policías por homicidio y lesiones culposas.

El dato más importante del fallo es sin dudas la confirmación de que, en un operativo que condujo la Policía Federal, fueron agen-tes de la Policía Metropolitana quienes dispararon las balas de plomo que mataron a Chura Puña, de 28 años y Salgueiro de 22. Lo hicieron, apuntando a zonas vitales del cuerpo de las víctimas, con la seguridad de quien tira a matar. Estos resultados demuestran que el Ministro de Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro,

Nro. 11

ciudadclausuran containers usados como aulas por el macrismoTras el estrepitoso fracaso de las inscripciones online y ante la falta de vacantes en escuelas públicas, el gobierno de la ciudad decidió gastar 26 millones de pesos para comprar containers ahora denominados “aulas modulares o móviles”.

En febrero de este año, a partir de una denuncia realizada por un grupo de padres de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas, el juez Gallardo interpuso un recurso de amparo prohibiendo la utilización de estos containers como aulas. El motivo del fallo afirmaba que las pequeñas dimensiones -2 x 4- y la existencia de solo una puerta y una pequeña ventana, generaban condiciones inapropiadas para el dictado de clases. A ello se sumaba que: “a simple vista se pudo verificar que se trata de sitios sumamente precarios, con los paneles que forman paredes unidos de manera irregular, y con instalaciones eléctricas deficientes, con cables a la vista que se encuentran directamente apoyados sobre las estructuras metálicas”.

En lugar de brindar soluciones para que los 120 nuevos alumnos de esta escuela -llegados por los problemas que generó la inscripción online- pu-dieran tomar clases normalmente, el gobierno de la ciudad se dedicó a recusar al Juez Gallardo. La Cámara rechazó la recusación y la causa volvió al mismo juez quien ahora clausuró los containers y multó al ministro Bullrich con 27.850 pesos diarios por incumplir con el fallo de febrero.

mintió al afirmar que la Metropolitana solo usó balas de goma. No solo usaron plomo, sino que eran “cartuchos de escopetas antitumulto adul-terados mediante la sustitución de una o dos de sus postas de goma por otras de plomo”.

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Julio, Nro.19

comu-nas

macri viola la ley y ataca la vo-luntad popularEn un nuevo ataque contra la ley de comunas y la voluntad popular de los vecinos, el jefe de gobierno porteño firmó un decreto que crea una estructura de gerentes que desplaza a las juntas

comunales votadas por el pueblo.

Desde que en 2011 asumieron los 105 comuneros elegidos por los vecinos de la ciudad, y a pesar de que su partido cuenta con la presidencia de las 15 juntas y la mayoría en 13 de 15, el Gobierno de la Ciudad decidió paralizar y vaciar el desarrollo de las comu-nas. Las comunas existen desde 1996, cuando la convención constituyente de 1996 las estableció en la Constitución porteña como instituciones autónomas bajo el régimen de la democracia participativa.

Sin embargo, recién en 2005 la ley orgánica de comunas -1777- estableció la división de la

creto establece a las comunas como meras dependencias del Poder Ejecutivo a través de la Secretaría de Gestión Comunal. Esta, en conjunto con nuevas gerencias y subge-rencias y con los presidentes de las comunas, se adjudica las funciones que les corresponden -por ley- a las comunas. De esta forma se anulan los mecanismos de democracia participativa -de la junta solo importa el presidente- y de control de los Consejos Consultivos que se verán limitados por gerentes y subgerentes con injerencia en la elaboración presupuestaria y de administración

comunal.

ciudad en 15 comunas, que debe-rían funcionar como entidades territoriales de gestión política y administrativa basadas en la participación popular. Conducidas por Juntas Comunales de siete miem-bros votados por los vecinos, y con la participación del Consejo Consultivo Comunal que integran organizaciones territoriales, la ley enmarca a las comunas en un proyecto de mayor descentraliza-ción y participación ciudadana.

A su vez, esto implica un mayor control directo de la gestión de gobierno y un mayor compromiso de los vecinos con las decisiones que se toman en los barrios. Por ejemplo, entre las competencias exclusivas de las comunas se encuentran temas como asfalto, espacios verdes, iniciativa legislati-va, administración de su patrimonio, entre otras acciones. En ese sentido, las comunas también pueden elaborar programas de acción y propues-tas para el presupuesto anual.

Por otra parte, las comunas comparten compe-tencias concurrentes con el Gobierno de la Ciudad como fiscalización y control, decisión y ejecución de obras públicas, evaluación de demandas y necesidades sociales, etc.

En la realidad, y a pesar del esfuerzo cotidiano de los co-muneros electos que no son del PRO, las comunas no pueden fun-cionar plenamente por el vacia-miento del ejecutivo porteño y por la falta de transferencia de competencias y presupuestos a las comunas.

En ese sentido, el reciente de-

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44Agosto, Nro. 24

¡hagan las vi-viendas cara-jo!2800 personas, 700 familias. Cientos de madres, niños, bebés, ancianos y discapacitados fueron desalojados del Barrio Papa Francisco sin que el Estado les diera una solución habitacional. Desalojados del terreno donde debieron construirse las viviendas del programa Sueños Compartidos, engañados en el Indoamericano donde el gobierno de la ciudad y la nación prometieron poner un peso cada uno para construir casas, los pobres de la ciudad reciben como respuesta del Estado la represión, la estigmatización y la perpetuación de la miseria.

En Capital Federal, el 11% de los hogares -unas 400.000 personas- no accede a una vivienda en condiciones de habitabilidad. En total, existen 56 barrios en condiciones de habitabilidad precarias, donde viven unas 73.000 familias. Según el censo de 2010, la población de las villas de la ciudad aumen-tó un 50% en 9 años. La ausencia de una política progresiva de vivienda, generó este crecimiento poblacional. En el sur de la ciudad se concentra el 69% de las villas, particularmente en las comunas 4 y 8. En este marco, la comuna 8 -donde se ubicaba el Barrio Papa Francisco- concentra el 37,4% de la población de la ciudad que vive en viviendas precarias. Particularmente Lugano, Soldati y Villa Riachuelo exponen la mayor tasa de hacinamiento de todo Capital Federal con el 23,3%. En paralelo, la comuna 8 tiene el menor ingreso per cápita de toda la ciudad.

En el terreno donde se erigió el Barrio Papa Fran-cisco, el programa Sueños Compartidos, conducido por la Asociación Madres de Plaza de Mayo, plani-ficó en 2008 la construcción de 1.300 viviendas, lo que daría inicio a la urbanización real de la Villa 20. Estipulada en la ley 1770 votada por la legislatura en 2005, la urbanización nunca fue cumplida ni iniciada por el gobierno de Mauricio Macri, que se ocupó de desguazar los programas de vivienda social y aumentar la cantidad de desalojos como en ninguna gestión anterior.

La construcción de viviendas se daría en un terreno de 25 manzanas hasta entonces ocupado por un cementerio de autos de la Policía Federal. Este depósito contaminó durante años la tierra de la villa 20, generando cientos de casos de niños con plomo en sangre.

A través de un convenio entre esta fuerza y el Gobierno Nacional, la obra de Madres permitiría dar, en solo dos años, una solución habitacional a un porcentaje importante de las más de 7.000 familias que habitan la Villa 20, además de convertir un basural contaminador en calles pavimentadas con servicios básicos y viviendas sociales.

A su vez, la obra urbanizadora preveía la construcción de jardines maternales, escuelas iniciales y secundarias, un centro de salud, espacios verdes y un área para infraestructura comercial.

Las irregularidades y los tremendos negociados que tiraron abajo el sueño de las Madres también dejaron sin vivienda a miles de pobres condenados a la precariedad y el desamparo. En el mismo proceso, se suspendieron otras obras del programa como la de Los Piletones, Castañares y Villa 15. Cientos de obreros, muchos de ellos vecinos de las propias villas que se formaron laboralmente en el programa Sueños Compartidos, se quedaron sin trabajo y con las obras a medio terminar.

Todavía antes de que se iniciara esta debacle, la crisis habitacional explotó en el Parque Indoamericano en diciembre de 2010, con tomas en simultáneo en otros puntos de la ciudad y el conurbano. Casualmente, la acción que precipitó la ocupación del parque fue el intento por copar el obrador de Madres en Piletones por parte de una patota ligada a punteros del PRO. A las pocas horas de ese hecho, 1.500 familias -13.500 personas- ocupaban uno de los espacios verdes más extensos de la ciudad, denunciando a la luz del día el déficit habitacional porteño.

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La respuesta estatal, como ahora, fue la repre-sión, agravada por el uso de balas de plomo por parte de la Policía Metropolitana. También allí, la justicia decidió un desalojo express, sin previo aviso, que costó la vida de tres vecinos de las villas. En vez de responder a la crisis habitacional con política, el gobierno de la ciudad se dedicó a estigmatizar a los pobres e inmigrantes a través de una campaña de xenofobia que ubicó el problema de la vivienda en la “porosidad de las fronteras”.

Cuando la lucha popular no cejaba, la ciudad y la nación prometieron la inversión de un peso de cada gobierno para construir viviendas sociales. Con un censo que prometía ser la base de adjudicación de las nuevas viviendas, se convenció a las familias para que se retiraran definitivamente del Parque.

Solo seis meses después, Sergio Schoklender renunciaba como apoderado de Madres, iniciando la causa judicial por el manejo fraudulento de fondos públicos.

A partir de allí, el obrador de Piletones -el mismo que quiso ser copado por la patota macrista- como el resto de las obras de Madres, se convierte en un

símbolo del desamparo y la desidia estatal. Ante esta situación, obreros y vecinos sin trabajo y sin vivienda deci-dieron retomar la lucha popular para continuar el legado de las Madres. Comienza entonces el proceso de gestación de la Cooperativa 24 de Noviembre, conformada por ex trabajadores de Ma-dres, que en base a una lucha incansable conseguirá la finalización y entrega de 108 viviendas. Construcciones en muchos casos financiadas por el propio esfuerzo de los trabajadores.

Ello requirió una ardua tarea de lucha cotidiana para que el gobierno de la ciudad y la nación se pusieran de acuerdo en la finalización de la obra, impi-diendo que se repitieran los ejemplos de paralización definitiva como en la Villa 20 -donde nunca empezó- y la Villa 15.

En la 20, los vecinos engañados en el Indoamericano fueron los mismos que fundaron el Barrio Papa Francisco. El cementerio de autos que se convertiría en un barrio de viviendas sociales se transformó entonces en un nuevo asentamiento pre-cario donde la ausencia del Estado permitía que las mafias de siempre se aprovecharan de las necesidades de los pobres.

En lugar de reparar esta situación con una política habitacional seria, ambos gobiernos se pusieron de acuerdo en la utilización de la fuerza pública para desalojar el asentamiento, y trasladar forzosamente a sus habitantes a paradores y casas de familiares donde se reproducen el hacinamiento y la precariedad. A su vez, sesenta familias no encontraron otro refugio que la calle, por lo que resisten el frio, la lluvia y la represión acampando frente al predio desalojado.

Cuando hablamos del reclamo por la construcción de viviendas sociales nos referimos a una inversión estatal que saca a los pobres de pobres y que no utiliza insumos importados que puedan afectar la actual coyuntura económica. Al contrario, la realización de viviendas sociales podría haber frenado el parate de la construcción, por el que también se destruyeron cientos de puestos de trabajo de los sectores más humildes.

500.000 viviendas de todo el país fueron cons-truidas o refaccionadas por el Plan Federal hasta 2010. Desde entonces, la única respuesta del Estado a la crisis habitacional es la represión y la

estigmatización de los pobres.

La urbanización de las villas es la única medida posible para resolver la pobreza y responder a las demandas de seguridad de los más humildes que sobreviven sin acceder a los servicios básicos.

Néstor Kirchner nos enseñó que a la protesta so-cial se respondía con política social y con empode-ramiento popular, no con palos y topadoras. En ese legado político, y abrazados a las lealtades populares que forjó el proyecto nacional, nos hacemos carne de los reclamos por una política habitacional de alcance nacional, que saque a los pobres de pobres y que repare con justicia social el amplio daño que genera la exclusión, la xenofobia y el racismo todavía enquistado en algunos funcionarios de Estado.

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44de chapa, pisos de tierra. Lo que se necesita es que el derecho se cumpla, que todas las familias de la villa tengan la posibilidad de acceso a su vivienda propia, que se garanticen los servicios básicos como la luz, el agua o el gas, que se abran las calles, que pase el colectivo, la ambulancia, el patrullero… Lo que se necesita es urbanización, inclusión, igualdad en las condiciones de vida.

No sé si es una elección vivir en la villa, por ahí es la falta de opción más que la posibilidad de elec-ción, es el desconocer algo mejor y naturalizar que lo que hay es lo que uno merece. Es la ausen-cia del Estado, la discriminación, la estigmatiza-ción, la exclusión la que hace que las villas crezcan, es la falta de políticas de vivienda, la falta de regulación de los alquileres, la falta de control sobre el negocio inmobiliario, es la creencia que instalan los medios de que los pobres son chorros o narcos o maleducados o vagos.

Pero somos la mano de obra barata, somos los que tenemos que viajar porque no tenemos un hospital público o una sala de guardia cercana, somos los pibes que no tienen una escuela en con-diciones o las vacantes suficientes en todos los niveles educativos para toda la población, somos

Septiembre, Nro. 27

Columna de opiniónEsta semana en la que me toco estar en mi casa y tener el tiempo para mirar todos los debates posibles en la televisión y al instalarse el tema de la inseguridad por un lado y a partir de los dichos de Víctor Hugo Morales sobre las villas por otro, me surgió también la idea o la necesidad de escribir algo al respecto.

A los medios les resulta fácil hacer un análisis, llevar expertos, hacer informes con periodistas que buscan vecinos que les den una idea de cómo es vivir en una villa. Resulta fácil generalizar, estigmatizar, pensar posibles soluciones a la villa, a la delincuencia, a la pobreza…

Obviamente no es más que mi punto de vista, lo que conozco, lo que vivo, lo que veo y escucho.

Todos somos ciudadanos, vivimos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tenemos los mismos derechos que todas las personas que viven en los barrios. Uno de los derechos fundamentales en los que se piensa es la vivienda “digna”; creo, se vive con dignidad en cada uno de los hogares dentro de la villa, cada familia le da esa dignidad, le pone su trabajo, su dedicación, su tiempo. Hay mucha diversidad: vecinos que salieron adelante y mejoraron su vivienda, que consiguieron dejar de vivir hacinados, tienen piso de cerámica, pintaron las paredes, instalaron termo tanques o aires acondicionados y vecinos que viven en alquileres, familias enteras en una sola habitación, casas

los que caminamos cuadras para tomar poder tomar un colectivo, somos los que no tenemos un cine, un club, un teatro si quiera un parque cerca, somos los que estamos enrejados, apartados, vigilados y somos perseguidos, juzgados y hasta sentenciados en el mismo barrio.

Y dicen: “Tienen techo de chapa pero la antena de cable está.” Pareciera que tampoco tenemos de-recho a ver la televisión o a tener internet o a un teléfono de línea. Estos servicios cuestan más del doble de lo que cuestan en los barrios integrados a la traza urbana, ¿por qué será? ¿Será que el acceso permitiría que se escuchen más voces, que se sepa nuestra real opinión?

En este momento hay un gobierno en la Ciudad de Buenos Aires que busca por todos los medios que nos desconozcamos como ciudadanos, que no luchemos por lo que sabemos que nos corres-ponde. Pero aunque nos ponga trabas, nosotros vamos a seguir luchando. Luchando por la igualdad para todos y cada uno de los que habitamos la Patria Grande.

Laura Arevalos, vecina y referente de Proyecto Comunidad de la Villa 20 de Lugano.

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Noviembre, Nro. 36

Columna de opiniónEl problema de la desigualdad educativa en la CABA: un proble-ma políticoAsiduamente, las familias de niños y niñas que se encuentran cursando sus estudios primarios en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, se acercan a los centros comunitarios de los barrios en búsqueda de apoyo escolar para sus chicos. Preocupados por sus bajos niveles de rendimiento, atribuyen este problema a su poco tiempo, a deficiencias de formación para ayudarlos con sus tareas, o a que sus chicos son vagos o muy distraídos.

Para nosotros es necesario desandar estos argumentos, para poder vislumbrar cuáles son las causas más profundas y estructurales de la situación en que se encuentran estas familias.

Existen en la ciudad de Buenos Aires, marcadas desigualdades socioeconómicas que se manifies-tan en diversos ámbitos. Al analizar estadística-mente los 21 distritos escolares en que se organi-za la CABA, se observa una importante diferencia entre grupos de distritos que se encuentran al norte de la Ciudad y aquellos que se ubican al sur.

En los distritos N° 3, 4, 5, 6, 19 y 21 (que corres-ponden aproximadamente a los barrios de San Telmo, La Boca, Barracas, Constitución, San Cris-tóbal, V. Soldatti y V. Lugano) habita la población

más pobre de la ciudad, donde más del 11% lo hace en hogares con necesidades básicas insatisfechas. Al contrario, en el resto de los distritos esa pro-porción llega apenas al 3,8%, unas 4 veces menos.

Específicamente en términos educativos, la población de los distritos más pobres de la Ciudad también registra los niveles más bajos de escola-rización: el 7% de la población mayor de 15 años no recibió nunca instrucción formal o no completó la escuela primaria.

En estas mismas zonas la presión sobre el sistema estatal es mayor, además de presentar los ma-yores porcentajes de población menor de 14 años. Particularmente, en el DE Nº 21 (V. Lugano), el 82% de los alumnos matriculados asiste a escuelas estatales, en tanto que en el DE Nº 10 (Núñez, Belgrano) el porcentaje se eleva sólo al 33%. Esta tendencia va en aumento.

En cuanto al desempeño académico, en los distritos del sur uno de cada cuatro alumnos matriculados tiene una edad por encima de la que correspondería tener según el grado al que asiste. También en el sur se duplica el porcentaje de repitencia que se registra en promedio para toda la ciudad.

Se observa así, entonces, que coexisten realidades muy dispares en la misma Ciudad de Buenos Aires.

¿Qué hace el gobierno de Macri frente a esta realidad?

Respecto al nivel inicial, la cantidad de niños sin vacante fue aumentando desde que asumió Ma-cri. Lo mismo ocurre, aunque en menor cantidad, en el nivel primario. En las zonas más pobres es donde más desatiende el GCBA la garantía de acceso a la educación inicial; más de la mitad de los niños y niñas de toda la Ciudad que no han obtenido vacante habitan en estos distritos.

Por otra parte, uno de los mecanismos utiliza-

dos por el Estado frente al crecimiento de la matrícula en la zona sur, es el de “reubicar” a los niños y niñas hacia escuelas de otros distritos escolares, alejados de sus casas. La práctica de la reubicación se da sobre todo en los barrios de Villa Lugano, Villa Riachuelo, Villa Soldati y Nueva Pompeya.

A pesar de que los 5 distritos más pobres superan en matrícula a los 5 más ricos -la diferencia es de casi 10.000 niños- la cantidad de escuelas de nivel primario en la zona sur es inferior a la del norte. Por esto, la cantidad de alumnos por escuela en los distritos pobres es en promedio casi el doble que la de los cinco distritos más ricos.

En cuanto a las condiciones de infraestructura, las escuelas con mayores dificultades y nece-sidades edilicias se encuentran en los distritos más pobres y son las que atienden a niños, niñas y adolescentes que habitan en asentamientos precarios y/o villas de emergencia.

Por otro lado, se destacan dos problemas esen-ciales que tienen que ver con la falta de escuelas suficientes: la excesiva cantidad de alumnos por docente y las condiciones de hacinamiento en las aulas.

A la luz de estos datos, podemos observar que en la CABA, el hecho de vivir en una zona pobre marca las condiciones en que estudiarán los niños y niñas que allí viven. De esta forma, podemos ver que el problema no es individual, sino político. Mientras el GCBA no destine mayor presupuesto a la educación, no construya escuelas y jardines, no garantice dignas condiciones edilicias y de trabajo docente, y mientras tampoco resuelva con polí-ticas públicas los problemas de trabajo, vivienda y salud que viven cotidianamente las familias; los chicos y chicas del sur seguirán sufriendo las consecuencias.

Celeste Irurueta, responsable del área educativa de Proyecto Comunidad

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Diciembre, Nro 40

ciudadmás endeudamiento y menos presupuesto para educación, salud y vivienda

Mientras el jefe de gobierno afirma que va a terminar con el “curro de los derechos humanos” si triunfa como presidente en 2015, su partido vota un presupuesto que endeuda más a la Ciudad y reduce las partidas para salud, educación y vivienda. Con los votos de Confianza Pública (Gra-ciela Ocaña), de UNEN y del Partido Socialista, el Gobierno podrá endeudarse por otros 890 millo-nes de dólares que servirán, principalmente, para pagar vencimientos de otras deudas y continuar con la bicicleta financiera.

Si hasta 2008 los distintos gobiernos habían logrado autonomía fiscal y financiera, desde ese año el déficit fiscal y el creciente endeudamien-to-más del cuádruple en 2014 comparado con 2008- son el centro de la política económica del macrismo. Las deudas no se contrajeron para realizar obras de infraestructura como viviendas, hospitales o escuelas, sino para cubrir gastos corrientes.

Mientras que el gasto corriente creció en un

Diciembre, Nro. 38

ins-crip-ción online el pro le niega el derecho a la educación a los pibesRepitiendo la experiencia nefasta de 2013, el sistema de inscripción online volvió a poner en evidencia la regresiva política educativa del ma-crismo, que solo beneficia a las escuelas privadas.

El año pasado el gobierno por-teño admitió que unos 7000 chicos quedaron sin vacantes, principalmente en el nivel inicial. Esto se dio como producto de la falta de vacantes -por la no construcción de escuelas y jardines- pero también por los errores del propio sistema online.

Durante 2013, en vez de cons-truir escuelas y solucionar la

escuelas privadas, lo que alcanza a unos 2.837 millones de pesos para 2015. Estos miles de millones se suman a los 400 que el PRO otorgó a las privadas como “gas-tos extra” durante este año.

falta de vacantes, el gobierno avanzó con las aulas-container (ahora paralizadas por fallos judiciales) y promovió el tras-lado en micros para aquellos chicos que tuvieran distancias muy extensas que recorrer por adjudicárseles una vacante leja-na a su hogar.Por otra parte, a comienzos de este año el gobierno porteño adelantó las inscripciones para octubre y permitió que los supervisores corri-giesen los listados. Claro que ninguna de estas medidas puede sanear la falta de vacantes que es en realidad el motivo que explica la mayoría de los reclamos de las familias.

Tampoco se puede explicar el déficit del sistema público sin observar los recortes que el macrismo realiza año a año al presupuesto educativo, y las mayores partidas que se dirigen a la educación

privada. En 2007, el Estado de la ciudad invertía el 28% del total de su presupuesto en educación, mientras que para 2015 sólo alcanzará el 20%. Al recorte se suma la subejecución: solo entre 2008 y 2012 se subejecutaron 1800 millones de los distintos presupuestos educativos.

En el desagregado del presu-puesto educativo, el PRO reduce la inversión para infraestruc-tura escolar en un 16% con res-pecto a 2014 y en un 83% con respecto a 2011. En paralelo, aumenta en un 40% los subsidios a

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54% entre 2006 y 2014, el de capital no creció y los ingresos crecieron solo un 2,6%. Al contrario, tanto en educación, como en vivienda y salud, los porcentajes de partidas dentro del presupuesto continúan disminuyendo.

Si comparamos 2007, primer año de gobierno macrista, con 2014 pueden observarse claramen-te los recortes y la subejecución que terminan vulnerando los derechos humanos que para Macri son un “curro”. En salud, mientras que en 2007 se invertía el 22,7%, en 2015 se planea solo el 19,5%. En educación, se invertía el 28% y ahora el 20%. En vivienda, el 3,8% y ahora el 0,9%. Al contrario, el peso de la deuda pública alcanzará al 3,2% del total del presupuesto, más del triple de lo inver-tido en vivienda.

Diciembre, Nro.41

ciudadelecciones con fecha definida, internas en breveEl jefe de gobierno anunció la fecha de las próximas elecciones de la Ciudad, que se llevarán adelante desdobladas de las nacionales. Tal como le recomendó su asesor de imagen, Durán Barba, Macri busca un triunfo contundente en el distrito para generar un golpe de efecto que lo “catapulte” en las nacionales. Su decisión apura los tiempos para definir candidaturas en todos los partidos, que deberán presentarlas en marzo.

El calendario electoral de la Ciudad tuvo su esperada defi-nición. Todo empezará el 26 de abril con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). A ello le seguirá la pri-mera vuelta, el 5 de julio, y una posible segunda vuelta para el 19 del mismo mes. Si a ello se le suman las PASO nacionales -9 de agosto-, la primera vuelta -25 de octubre- y el ballotage -22 de noviembre-, los porteños votarán hasta seis veces en un año. Esta gimnasia electoral se llevará adelante con el novedoso método del voto electrónico, del que todavía no se conocen demasiadas precisiones.

Los 20 días que separan la segunda vuelta en la Ciudad y las PASO nacionales explican la estrategia del PRO, de apuntalar la candidatura presidencial de Macri con una victoria que impacte en el mapa electoral. En la interna partidaria, la decisión da aire a Gabriela Michetti, precandidata a jefe de gobierno que veía complicadas sus posibilidades si las elecciones se unificaban y la figura de Rodríguez Larreta se pegaba a la de Macri. Sin embargo, el PRO planea llegar a las PASO con un solo precandidato, que fortalezca la campaña del macrismo. Los apoyos se inclinan por coronar a Rodríguez Larreta como único candidato, y otor-garle a Michetti la candidatura a vicepresidenta en las listas nacionales, ya que según las encues-tas que se manejan, la actual senadora suma más puntos a nivel nacional que Larreta.

Por su parte, la oposición al PRO ya se alista para lanzar las precandidaturas, que de-berán presentarse en marzo. Las PASO porteñas establecen que los precandidatos elegirán su fórmula una vez que hayan triunfado, por lo que quienes busquen acceder a la jefatura de gobierno harán campaña en solitario.

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