La Oveja Negra Nº 1

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  • 8/2/2019 La Oveja Negra N 1

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    boletn bimestral de l a biblioteca y archivo histrico-social alberto ghiraldo

    ao 1- nro. 1 - enero Febrero 2012

    j j

    Desde Mayo del 2011 en las callesde Rosario se han comenzado a insta-lar las prometidas cien cmaras de se-guridad, principalmente por la zonacomercial. Aunque hay cien ms pro-metidas para los barrios que ya estn apunto de instalarse.

    El centro de monitoreo de estas c-maras est ubicado en la sede de laGuardia Urbana Municipal (GUM), deRichieri entre Montevideo y Zeballos.Los dispositivos, que grabarn duran-te las 24 horas, van a estar supervisa-dos por personal especializado enuna sala desde donde se operar porcomando.

    La gravedad del hecho ha pasa-do desapercibida y quien se inquietecon la noticia queda antes sus veci-nos como paranoico, y no es para sor-prenderse. El monitoreo de la vidacotidiana en los ltimos 5 aos es unhecho naturalizado por gran parte de

    la sociedad. Muchos venamos siendolmados en nuestros trabajos desdeantes, sonriendo ante el lo estamoslmando de supermercados y comer-cios, y ofreciendo nuestros gustos yprivacidad gratuitamente en el Face-book para actuales estudios de merca-deo. Adems de dispositivos que porcarecer de imagen no carecen de estacondicin de monitorearnos: los tel-fonos celulares con o sin su GPS, don-de se nos puede localizar en cualquiermomento. No es de extraar entoncesque el entretenimiento de los ltimosaos halla sido un programa como

    Gran hermano donde un grupo depersonas es lmado las 24 hs. del da, alo que ahora se suman programas msmiserables donde se muestra el conte-nido de los centros de monitoreo antesnombrados, pero del conurbano bo-naerense. All se exhiben imgenes desituaciones que suceden en plena calle,y el canal de televisin en cuestin seescuda expresando que esas imgenespueden ser emitidas porque eso suce-de en el espacio pblico y no en el ho-gar de las personas lmadas.

    Presentado de esta manera, podraparecer un plan orquestado y planea-do de antemano por la clase dominan-

    te. No es la intencin, la tecnologaavanza en funcin de las necesidadesde los burgueses y no es de extraarque estos las aprovechen lo mejor po-sible y luego las democraticen, en todoel sentido de la palabra, para que lasutilicen todos aquellos que tengan po-sibilidad de pagarlo o conseguirlo alprecio que sea.

    Se debe economizar la represin,unas potentes cmaras pueden ahorraren gastos de movilizacin de fuerzaspoliciales y su correspondiente cos-to poltico. En esto no puede dejarsepasar la oposicin de AProPol (Aso-ciacin Profesional Policial de SantaFe) a la colocacin de cmaras, con undiscurso en defensa de los derechos ylibertades en el cual llegan a citar has-ta a Noam Chomsky (!), estos perrosguardianes hambrientos de sindicali-zarse temen perder el monopolio dela violencia y el control, y deben temertambin ser vigilados en sus exce-sos y sus cobranzas.

    El Estado que antes se encar-gaba de garantizar el disciplina-miento hoy tambin se encargadel control. Y en materia de controlestn de acuerdo el Partido Socialista,el gobierno K y sus jvenes militantes,los alfonsinistas, el ARI o el PRO, que

    viene instalando cmaras en BuenosAires con gran inters en los mbitosdonde se mueven los jvenes: boliches,zonas de bares y hasta escuelas, paraque no se le escape nada en la prximatoma realizada por los estudiantes. Yaestarn tomando nota los socialistaslocales, para prevenir las posibles re-vueltas estudiantiles en la ciudad.

    Entre otras cosas, tristemente debe-mos constatar que estas cmaras sonpedidas por los mismos vecinos de los

    barrios, esperando ingenuamente queesto termine con los robos y la violen-cia en las calles. Ignorando, por como-

    didad, que en cada salidera bancaria,cocina de droga, arrebatos y hastaen la trata de mujeres y nios, se en-

    cuentra la institucin policial, y esto esconstatado hasta en la prensa y en los

    Juzgados. Los mismos datos ocialesrevelan que slo uno de cada diez cr-menes del ao se produjo en ocasinde robo, el resto son ajustes crme-nes pasionales y reyertas familiares,ms los casos de gatillo fcil que novan a contarnos ni van entrar en lasestadsticas como lo que son, as comotampoco van a contarnos cules son

    las verdade-ras causas de

    este triste modode vida que lleva-mos. Los buenosciudadanos pre-ocupados por su

    bolsillo, vigilantesy vigilados de suspropios vecinos enuna enfermiza sos-pecha mutua, no hanreparado que msque los temidos ne-gros y delincuentes, aquienes culpan de suspropias desgracias, lascmaras en cada sitioque fueron colocadashan servido para con-

    trolar los a ellos y agrandar la recau-dacin gubernamental, por medio demultas. Multas por sacar la basura adeshora, por estacionar mal el auto,etc., etc., y la Municipalidad de Rosa-rio es experta en el tema de la recauda-cin, y como todo gobierno es expertoen brindar soluciones que no solucio-nan nada. La cuestin de la inseguri-dad no puede tratarse tan a la ligera,ni solucionarse con respuestas tcni-cas, y es que antes hay que ubicarla enel lugar que corresponde que no es eldado por los medio de comunicaciny discursos electoralistas. Este tema esde gran utilidad para mantener el or-den actual en el que seguir existiendoaquello llamado inseguridad.

    Confrontando las mismas estads-ticas ociales observamos que actual-mente es mucho ms probable queuna mujer sea atacada por una per-sona de su entorno y en un lugar que

    frecuenta, que por un desconocido enla calle como intentan inculcar quienesaterrorizan a la poblacin. No obstan-te puede suceder, y por ser minorita-rio un hecho no deja de ser importan-te, pero queremos evidenciar a quienle sirve aquel discurso de te matanpor un par de zapatillas ocultandolos restantes problemas sociales y susverdaderos orgenes. El delito no esuna falla del sistema capitalista es unaspecto inseparable, que no slo jus-tica estos accionares represivos y decontrol sino que canaliza una serie denegociados que de otra forma sera im-

    posible llevar adelante y dejan ms di-nero que los comercios legales. Trcode drogas, armas, trata de personas ymercado negro son los principales in-gresos para la burguesa mundial y di-namizan otros negocios legales comoel turismo o la industria del entreteni-miento, entre otros.

    Nuevamente nos encontramos conun gran problema, un pequeo deta-lle es inseparable del sistema que locontiene, es un detalle si, pero a susvez est impregnado y enredado conel resto.

    Alguna vez saldremos a la calle en-tonces masivamente con nuestros veci-

    nos a hacer marchas luego de un asal-to, a causa de un joven desesperado ode un gobernante angurriento, perono para pedir mas policas, juicios ocmaras que nos lmen, sino para pro-testar contra un modo de vida que nosreduce a cosas, que nos iguala a unamquina, a una transaccin o un parde zapatillas.

    S, ss

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    BiBliotecaalBerto Ghiraldo

    recuperando la memoria histrica de nuestra claseconstruyendo espacios de reFlexin y lucha

    S 8 - rwww... - @.

    Viva la Anarqua! Fue su ltimogrito. Al instante, una serie de descar-gas por parte del escuadrn de fusila-miento destrozaran el pecho de aquelalbail cataln. Un ltimo tiro de gra-cia del subteniente Rodrguez denirasu suerte.

    Joaqun Penina caa muerto la nochedel 10 de septiembre de 1930 en manosdel rgimen cvico-militar encabezado

    informacinde la

    BiBlioteca

    uevos Ttulos

    DisponiblesSeleccin de textos, Os

    Cangaceiros.

    La calma, la desesperacin,el hambre y la traicin, Poe-mas de Sergio Terenzi.

    De incgnito, experienciasque desafan la identica-cin, Coleccin Testimonios.

    Autobiografa de un irre-ductible, Claudio Lavazza.

    Simn Radowiky, delatentado a Falcn a la Gue-rra Civil Espaola, AlejandroMart.

    Das rojos, verano negro, Ene-

    ro de 1919, la Semana Trgicade Buenos Aires, Horacio Ri-cardo Silva.

    tencin

    La biblioteca contina con suactividad como lo viene realizan-do desde el ao 1946.

    Actualmente contiene ms de5000 libros, un archivo de publi-caciones regionales e internacio-nales y una videoteca de ms de200 ttulos.

    El horario de atencin paraconsulta de material es de Lunesa Viernes de 17 a 20hs.

    El archivo de publicaciones es-tar disponible para los interesa-dos los das Viernes.

    Las actividades abiertas sernpublicadas en los siguientes n-meros de La Oveja Negra y enel blog. Tambin se puede solici-tar informacin al mail.

    memoria

    Jqu P

    por Uriburu y Agustn P. Justo, convir-tindose as en el primer caso de des-aparicin forzada en Argentina. Esteaccionar, dcadas ms tarde, sera re-tomado de manera sistemtica por elrgimen de Videla y compaa.

    Penina cruz el Atlntico, de Es-paa hacia Rosario, en 1925. Prove-niente de una pequea aldea llamadaGironella -ubicada en la provincia deBarcelona- rpidamente tom contactocon sus compaeros de ideas y consi-gui trabajo como albail. Adhiri al

    movimiento de la FORA, participandoactivamente de la Federacin ObreraLocal Rosarina (adherida a sta), en laSociedad de Resistencia de Ocios Va-rios. Tambin llevaba a cabo una arduaactividad propagandstica, distribu-yendo libros, peridicos y folletos, quecasi siempre pagaba con sus pequeosahorros, y los regalaba o venda a pre-cios mnimos.

    A escasos das de estallar el golpede Uriburu, el joven cataln es dete-nido junto con su compaero de vi-vienda, Victorio Constantini, siendotrasladados ambos al Departamentode Polica. All, horas ms tarde se su-mar otro detenido, Pablo Porta, quehaba acudido a la casa de Penina,siendo atrapado por la polica cuandose retiraba.

    actUalidad

    Sb ss s s

    f Ppu

    d Sxtrado del boletn infor-mativo nro. 641 de CPI

    (Coordinadora Contra la

    epresin Policial e Institu-

    cional - correpi.lahaine.org).

    En la noche del ao nuevo, tres mi-litantes del FPDS, Jonathan Brasante,Claudio Surez y Adrin Leonel Ro-drguez, de 17, 19 y 21 aos,fueron acribillados, en el Ba-rrio Moreno de Rosario, por si-carios vinculados a barras bra-

    vas de ftbol y al narcotrco.No es difcil advertir la manode la polica santafesina detrsde estos asesinatos.

    Como es comn en estoscasos, los medios de desinfor-macin masiva, levantando lafuente policial, hablaron deajuste de cuentas entre de-lincuentes, de enfrentamientoy de vctimas con antecedentespenales. En los barrios ms po-

    pulosos y pobres, de los que abundanen Rosario, son frecuentes este tipo deejecuciones, luego presentadas comoajustes entre bandas.

    Es innegable la vinculacin de las barras bravas con la polica, que ge-rencia el delito en los barrios, y con lospolticos y burcratas sindicales, quelos utilizan como fuerza de choque.

    En el Barrio Moreno tiene jurisdic-cin la Comisara 15 de Rosario, cono-cida porque en sus celdas, en 1996, lospresos Acosta, Ramrez, Olivera, Co-mesaa y Bocui murieron quemadosy, porque Claudio Ramn CaiolaMoreira, fue fusilado por un polica deesa dependencia mientras estaba ten-dido en el suelo.

    Todo indica que los ejecutores sonsicarios enviados por Sergio Quema-

    Porta y Constantini recuperaransu libertad, pero Penina no correrala misma suerte. All se lo acusa deescribir y repartir un folleto contra elgobierno militar, lo que signica, es-tando en vigencia la Ley Marcial, lapena de muerte. As, horas despus desu detencin, sera transportado a las

    barrancas del Saladillo, donde se con-cretara el cobarde acto perpetrado porel Ejrcito y la Polica.

    El fusilamiento de Penina se encua-dra en un contexto que marca el inicio

    en el pas de una serie de dictadurasapoyadas por sectores burgueses, te-rratenientes, clericales y civiles. Marcatambin el comienzo de la decadenciadel movimiento obrero revolucionarioen la regin, que empieza a ser subsu-mido por la participacin poltica y elsindicalismo, que se maniesta en lanaciente Confederacin General delTrabajo.

    Recordamos a Penina por su honra-dez, su tica y su entrega al ideal cra-ta. No es nuestra intencin convertirloen un mrtir. Fue simplemente un jo-ven proletario que pag las consecuen-cias de su accionar revolucionario, sinarrepentirse. Y frente a la muerte, sueco repercute para llegar al odo de to-dos los rebeldes, en un grito supremo:

    Viva la Anarqua!

    do Rodrguez, tracante de cocanadesde hace 30 aos, en el barrio LaTablada, en connivencia con la polica,que quiso vengar un ataque sufridopor su hijo Maximiliano a manos deotros barras bravas. Uno de los asesi-nos, que se encuentra prfugo, ArielSebastin Teletubi Acosta, estuvo in-volucrado hace aos en el ataque con-

    tra un micro de Newells, donde muriWalter Cceres, de 14 aos, ataque quepudo realizarse gracias a las armasque provey un subocial y, que fueorganizado por el secretario de un co-misario. Al otro prfugo, Damin Da-miancito Martnez, le encontraron unchaleco antibalas en el allanamientode su domicilio.

    Es tan evidente la complicidad poli-cial con las barras bravas, que el mismo

    gobernador socialista, Anto-nio Bonfai, lo reconoci al de-clarar que hay relaciones en lasque es parte la polica, abogados

    penalistas, barras de ftbol y elnarcotrco. Olvid mencionarque los polticos y los burcratassindicales utilizan a estos merce-narios como fuerza de choque.

    Sin embargo, pese a este re-conocimiento, su ministro de Se-guridad, Leandro Corti, anuncimayor presencia de la polica enlos barrios pobres, designadoseufemsticamente como zonascon altos ndices de delitos.