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LAS DIEZ REGLAS EXTERNAS EN LA LECTURA DEL QUR´AN Imam Algazali  Primera: Estado en el que debe encontrarse el lector. El lector debe estar en estado de pureza habiendo realizado antes una ablución menor (Wudû); sus gestos deberá n ser graves, de profunda veneración y respeto, estando en calma, ya sea de pie o sentado; debe estar orientado hacia la Qibla; no debe cruzar las piernas; debe tener la cab eza aga chada, no apoyándose en nad a ni estar senta do de una forma arroga nte; debe estar senta do como lo estaría ante un maestro venerado. La mejor forma de recitar el Qur´an es en estado de Salât, de pie, y, mejor aún, en la mezquita, pues ello se cuenta entre los mejores actos de ‘Ibâda. Si el Qur´an es recitado sin haber hecho antes un Wudû o bien en posición recostada, también es meritorio, pero por debajo del grado anterior pues el Qur´an mismo establece la gradación al elogiar a “Los que recuerdan a Allah de pie, sentados, o echados sobre sus costados, y meditan en la creación de los cielos y de la tierra. Los elogia a todos, pero pone por delante el qiyâm (estar de pie), a continuación el qu‘ûd (estar sentado) y deja en último lugar el recuerdo en posición tumbada (idtiÿâ‘). El Imâm Ali (ra) dijo: Quien recita el Qur´an durante el Salât, de pie, obtiene cien recompensas (hasan ât) de  Allah por cada letra pronunciada; si está sentado, recibe cincuenta recompensas; si lo recita en estado de pureza pero fuera del Salât, consigue veinticinco; y quien lo lee sin haber hecho antes el Wudû logra diez recompensas por cada letra.  -La recitación realizada de pie durante el Salât durante la noche es aún más meritoria, porque son momentos en que el corazón se concentra mejor.  Abû Dzarr al-Gifâri dijo:  -“Lo mejor es alargar la prosternación durante el día y prolongar el qiyâm durante la noche”. Segunda: Extensión del texto a leer. La cantidad de texto a leer depende de las costumbres, habiendo quien lee pasajes extensos y quien se limita a un fragmento menor. Hay quienes recitan el Qur´an entero en un día con su noche, e, incluso, quien es capaz de leerlo en ese plazo dos  veces, y hasta tres; otros, por su parte, leen el texto completo en un mes. Hay que tener en cuenta lo que dijo el Profeta ( ): -“Quien lee el Qur´an entero en menos de tres días no lo entiende”, y es porque el Tartîl (la lectura pausada) es imposible de otro modo. ‘Aisha (ra), escuchó a alguien que leía el Qur´an de forma precipitada (hadzr), dijo: -“Éste, ni ha leído el Qur´an ni ha estado callado”. El Pr of eta ( ) ord enó a ‘Abd Al lah ibn ‘Uma r que conclu yese la lectura compl eta del Qur´an cada siete días. Se sabe que, siguiendo esta indicación, un grupo de Com pañ eros del Pro fet a ( ) come nza ba la recitación del Qur´an y la acababan en una semana, entre ellos ‘Uzmân, Çáid ibn Zâbit, Ibn Mas‘ûd y Ubai ibn Ka‘b.  Por tanto, en el Jatm (o Jatma, una lectura completa del Qur´an) hay cuatro grados: un Jatm en un día con su noche (considerado desaconsejable por algunos autores); un Jatm al mes, recitando una parte de las treinta en que el Qur´an es div idi do con este obj eti vo (lo cua l es considerado escas o); entre ambos extremos hay dos grados más moderados: -Un Jatm a la semana y dos Jatm a la semana (manteniéndonos justo por encima del límite mínimo que puso el Profeta al mencionar los tres días por debajo de los cuales el Qur´an se recita sin entenderlo).  Lo preferible es que el cierre de una lectura completa coincida una vez con el inicio de la noche y otra con el inicio del día, y que el cierre durante el día sea un lunes en las dos rak‘as del amanecer, o tras ellas, mientras que es preferible dejar el cierre nocturno para la noche del  viernes (que es, entre nosotros, la noche del jueves) realizándolo con las dos rak‘as de la puesta del sol otras ellas. De este modo acogerá el comienzo del día y de la noche con un Jatm, para recibir las bendiciones de los ángeles tal como ha sido dicho en un hadiz, pues esos días lo colmarán de ellas por la noche hasta que amanezca y por el día hasta que anochezca.  En cuanto a la extensión debida dependiendo de la circunstancia, hay que tener en cuenta lo que sigue. Tercera: Las particiones. Quien lea el Qur´an una vez a la semana deberá distribuirlo en siete sesiones a cada una de las cuales dedicará una séptima parte del total del tex to. Ya los Com pañ eros del Profeta hic ieron esas particiones (hiçb). Por ejemplo, sabemos que ‘Uzmân inauguraba la lectura del Qur´an cada noche del viernes (la del jueves, para nosotros) recitando desde la Fâtiha hasta al-Mâida; la noc he del sábado (del vierne s par a nos otr os) leía desde al-An‘âm hasta Hûd; la noche del domingo (del sábado para nosotro s) desde Yûsuf hasta Máriam; la noc he del lu ne s (d el dom in go ) d es d e hasta Tâsînmîm; la noche del mart es (del lunes) leía desde al-‘Ankabût hasta Sâd; la noche del miércoles (del mart es) recitaba desde Tançîl hasta ar-Rahmâ n; por último, la noche del jueves (del miércoles) concluía el Corán. Ibn Mas‘ûd tenía también su propia partición. Se ha dicho que el Qur´an puede ser dividido en siete seccio nes (hiçb) cubri endo la primera tres capítulos, la segunda cinco, la tercera siete, la cuarta nueve, la quinta once, la sexta trece y la séptima desde Qâf hasta el final. Los Compañeros del Profeta, pues, dividían el Qur´an en secciones en función de sus costumbres. Al parecer, algo pa rec ido h acía el Prof eta m ism o ( ).

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LAS DIEZ REGLAS EXTERNASEN LA LECTURA DEL QUR´AN

Imam Algazali

 Primera:

Estado en el que debe encontrarse el lector. El lectordebe estar en estado de pureza habiendo realizado antesuna ablución menor (Wudû); sus gestos deberán sergraves, de profunda veneración y respeto, estando encalma, ya sea de pie o sentado; debe estar orientadohacia la Qibla; no debe cruzar las piernas; debe tener lacabeza agachada, no apoyándose en nada ni estarsentado de una forma arrogante; debe estar sentado

como lo estaría ante un maestro venerado.

La mejor forma de recitar el Qur´an es en estadode Salât, de pie, y, mejor aún, en la mezquita, pues ello secuenta entre los mejores actos de ‘Ibâda.

Si el Qur´an es recitado sin haber hecho antes un Wudûo bien en posición recostada, también es meritorio, peropor debajo del grado anterior pues el Qur´an mismoestablece la gradación al elogiar a “Los que recuerdana Allah de pie, sentados, o echados sobre suscostados, y meditan en la creación de los cielos y de la tierra. Los elogia a todos, pero pone por delante

el qiyâm (estar de pie), a continuación el qu‘ûd (estarsentado) y deja en último lugar el recuerdo en posicióntumbada (idtiÿâ‘).

El Imâm Ali (ra) dijo: Quien recita el Qur´an duranteel Salât, de pie, obtiene cien recompensas (hasanât) de

 Allah por cada letra pronunciada; si está sentado, recibecincuenta recompensas; si lo recita en estado de purezapero fuera del Salât, consigue veinticinco; y quien lo leesin haber hecho antes el Wudû logra diez recompensaspor cada letra.

 

-La recitación realizada de pie durante el Salâtdurante la noche es aún más meritoria, porqueson momentos en que el corazón se concentramejor.

 Abû Dzarr al-Gifâri dijo:  -“Lo mejor es alargar la prosternación duranteel día y prolongar el qiyâm durante la noche”.

Segunda:

Extensión del texto a leer. La cantidad de texto a leerdepende de las costumbres, habiendo quien lee pasajesextensos y quien se limita a un fragmento menor. Hay quienes recitan el Qur´an entero en un día con su noche,e, incluso, quien es capaz de leerlo en ese plazo dos

 veces, y hasta tres; otros, por su parte, leen el textocompleto en un mes.

Hay que tener en cuenta lo que dijo el Profeta (

):-“Quien lee el Qur´an entero en menos de tres

días no lo entiende”, y es porque el Tartîl (la lecturapausada) es imposible de otro modo.

‘Aisha (ra), escuchó a alguien que leía el Qur´an deforma precipitada (hadzr), dijo:

-“Éste, ni ha leído el Qur´an ni ha estadocallado”.

El Profeta ( ) ordenó a ‘Abd Allah ibn ‘Umar queconcluyese la lectura completa del Qur´an cada sietedías. Se sabe que, siguiendo esta indicación, un grupo deCompañeros del Profeta ( ) comenzaba la recitacióndel Qur´an y la acababan en una semana, entre ellos‘Uzmân, Çáid ibn Zâbit, Ibn Mas‘ûd y Ubai ibn Ka‘b. 

Por tanto, en el Jatm (o Jatma, una lectura completadel Qur´an) hay cuatro grados: un Jatm en un día con sunoche (considerado desaconsejable por algunos autores);un Jatm al mes, recitando una parte de las treinta en queel Qur an es dividido con este objetivo (lo cual esconsiderado escaso); entre ambos extremos hay dosgrados más moderados:

-Un Jatm a la semana y dos Jatm a la semana(manteniéndonos justo por encima del límite mínimoque puso el Profeta al mencionar los tres días por debajode los cuales el Qur´an se recita sin entenderlo). 

Lo preferible es que el cierre de una lectura completacoincida una vez con el inicio de la noche y otra con elinicio del día, y que el cierre durante el día sea un lunesen las dos rak‘as del amanecer, o tras ellas, mientras quees preferible dejar el cierre nocturno para la noche del

  viernes (que es, entre nosotros, la noche del jueves)realizándolo con las dos rak‘as de la puesta del sol otrasellas.

De este modo acogerá el comienzo del día y de la nochecon un Jatm, para recibir las bendiciones de los ángelestal como ha sido dicho en un hadiz, pues esos días locolmarán de ellas por la noche hasta que amanezca y porel día hasta que anochezca. 

En cuanto a la extensión debida dependiendo de lacircunstancia, hay que tener en cuenta lo que sigue.

Tercera:

Las particiones. Quien lea el Qur´an una vez a lasemana deberá distribuirlo en siete sesiones a cada unade las cuales dedicará una séptima parte del total deltexto. Ya los Compañeros del Profeta hicieron esasparticiones (hiçb).

Por ejemplo, sabemos que ‘Uzmân inauguraba lalectura del Qur´an cada noche del viernes (la del jueves,para nosotros) recitando desde la Fâtiha hasta al-Mâida;la noche del sábado (del viernes para nosotros) leíadesde al-An‘âm hasta Hûd; la noche del domingo (delsábado para nosotros) desde Yûsuf hasta Máriam; lanoche del lunes (del domingo) desde Tâhâhasta Tâsînmîm; la noche del martes (del lunes) leíadesde al-‘Ankabût hasta Sâd; la noche del miércoles (delmartes) recitaba desde Tançîl hasta ar-Rahmân; porúltimo, la noche del jueves (del miércoles) concluía elCorán. Ibn Mas‘ûd tenía también su propia partición.

Se ha dicho que el Qur´an puede ser dividido en sietesecciones (hiçb) cubriendo la primera tres capítulos, lasegunda cinco, la tercera siete, la cuarta nueve, la quintaonce, la sexta trece y la séptima desde Qâf hasta el final.

Los Compañeros del Profeta, pues, dividían el Qur´anen secciones en función de sus costumbres. Al parecer,algo parecido hacía el Profeta mismo ( ).

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Cuarta:

La escritura. Se recomienda embellecer la escritura a lahora de copiar el Qur´an, así como su aclaración conpuntos y señales que simplifiquen la lectura y faciliten sucorrección.

En tiempos del Profeta ( ) y sus Compañeros noexistían los puntos diacríticos para diferenciar algunasconsonantes ni los signos de las vocales breves. Poco

después, para evitar las confusiones, empezaron aseñalarse dichos auxiliares escribiéndolos en tinta rojade modo que no perturbaran la formalidad del textooriginal usado en tiempos de los contemporáneos deSidnâ Muhammad ( ). Tales innovaciones, tras algúntitubeo, se consideraron positivas porque embellecían y aclaraban el texto sin alterarlo en lo más mínimo.

Por ejemplo, Al-Hásan e Ibn Sîrîn desaconsejaron laseñalización de los quintos, los décimos y las partes.

 Ash-Sha‘bi e Ibrâhîm fueron de los que recomendabanno usar los puntos diacríticos, ni tan siquieradiferenciados con el color rojo, y decían:

-“Desnudad el Qur´an”.

Lo más probable es que esas prevenciones se debieranal temor que les producía la posibilidad de añadidos quepudieran inducir a confusiones y por su deseo

  vehemente de preservar el Qur an tal como era entiempos del Profeta ( ) sin cambio alguno.

Esas objeciones de autoridades muy tenidas en cuentasirvieron para que el trabajo se hiciera con rigor y escrúpulos, y finalmente la Nación aceptó esasinnovaciones que facilitaban la lectura del Qur´an.

Es necesario recordar que, a pesar de ser unainnovación (múhdaz, bid‘a), no es en absoluto unainvención negativa o inútil, pues no toda bid‘a es unerror (dalâla).

  Lo mismo cabe decir de la realización colectivade los Tarâwîh en Ramadán -que se trata de unmúhdaz de ‘Umar-, tenida por los musulmanespor una buena bid‘a (bíd‘a hásana).

 

La bid‘a perniciosa es la que choca con una sunnaantigua o la que la altera. Siguiendo con el tema, unmiembro de las primeras generaciones del Isdlam dijo:  -“Leo en las copias puntuadas del Qur´an, pero

 yo personalmente no lo puntúo”.

 Vemos así como fue evolucionando la cuestión. Al- Áuça‘i transmitió que Yahyà ibn Kazîr dijo:

-“El Qur´an estaba desprovisto de tales signosen los volúmenes que lo recogían al principio.

Después se inventaron los puntos para la b y la t, y sedijo:

-No hay mal alguno en ello, y son luz para elQur´an. Más tarde se usaron puntos grandes paraseñalar el final de los versículos, y se dijo:

-No hay mal en ello, pues sirven para reconocerel final de los versículos.

Después se inventaron los adornos que señalan elprincipio y el final de los capítulos”. Abû Bakr al-Húdzalidijo:

-“Pregunté a al-Hásan por la puntuación en rojo de las

letras del Qur´an y me preguntó que para qué servía, y ledije:

-Para la perfecta pronunciación del árabe. Me dijoentonces:

-La buena pronunciación del árabe es un bien”.

Jâlid al-Hadzdzâ dijo:-“Entré donde estaba Ibn Sîrîn y lo vi leyendo

en un Qur´an puntuado, mientras que antes lodeclaraba desaconsejado”.

 Vemos, pues, que incluso los autores que en un primer

momento no recomendaban la puntuación, al finalabandonaron sus reparos.

Se cuenta que fue al-Haÿÿâÿ el que introdujo talesinnovaciones, habiendo reunido antes a los expertos enQur´an ordenándoles antes contar todas las palabras delQur´an y crear un criterio único para la división ensecciones para la recitación.

Fue entonces cuando el Qur´an fue dividido en treintapartes (ÿuç) y otras secciones menores.

 

Quinta:

La lectura pausada (tartîl). Es la forma de recitar y leerrecomendada, pues, como explicaremos, el objetivo deestas prácticas es la reflexión (tafákkur, tadábbur). Eltartîl (la lectura pausada) es la más conveniente a estefin. Umm Sálama describió la recitación del Profeta ( )como lenta, realizada letra a letra, consonante aconsonante.

Ibn ‘Abbâs dijo:-“Recitar los capítulos de al-Báqara y Âli ‘Imrân

con tartîl que me permita reflexionar es más  valioso para mí que recitar todo el Qur´an demanera precipitada”.

También dijo:  -“Considero que recitar los breves capítulos aç-Çálçala y al-Qâri‘a de forma pausada es mejorque recitar los extensos al-Báqara y Âli ‘Imrânde forma acelerada”.

Se le preguntó a Muÿâhid por el caso de dos hombresque entraron en estado de Salât y su qiyâm (posición de

pie) duró lo mismo, pero uno recitó durante ese tiempoel capítulo de al-Báqara solamente y el otro recitó el Qur´an entero, a lo cual respondió Muÿâhid:  -“Son iguales en la recompensa que merecen”.

Has de saber que el tartîl (la lectura pausada) esdeseable en sí misma y no sólo porque facilite lareflexión, pues debe exigírsele también al aljamiado (unno-árabe) que desconoce la lengua en que está escrito elLibro.

  Debe recitar el Qur´an pausadamente aunque ignoresu significado, porque es lo más cercano al respeto y la

 veneración y, en cualquier caso, tiene influencia sobre elcorazón, mientras que la precipitación no produce esosefectos.

 Sexta:

El llanto. Es aconsejable que el llanto (bukâ) acompañea la lectura o recitación del Corán. El Profeta ( ) dijo:

-“Leed el Qur´an y llorad; y si no os viene el llantoespontáneamente, provocadlo”.

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  Y también dijo:

-“No es de los nuestros quien no cante con elQur´an (con tristeza)”. Sâlih al-Murri dijo:

-“En uno de mis sueños me ví recitando el Qur´an anteel Profeta ( ), que me dijo:

-Oh, Sâlih, esa es la lectura, pero ¿dónde estáel llanto?”.

Ibn ‘Abbâs dijo:  -“Cuando lleguéis al versículo señalado para

realizar una prosternación que hay en Subhâna,no llevéis la frente al suelo hasta llorar. Si

 vuestro ojo no llora, que llore vuestro corazón.

La manera de atraer el llanto es que la tristezaembargue al corazón, pues es la tristeza (huçn, háçan) loque provoca el llanto.

El Profeta ( ) dijo:  -“El Qur´an ha sido revelado acompañado detristeza. Cuando lo recitéis, provocad en

 vosotros la tristeza”.

Un modo de provocar la tristeza es concentrar laatención en las amenazas que el Qur´an lanza al serhumano, así como la gravedad de los compromisos quereclama; junto a ello, el lector debe reconocer suslimitaciones, su incapacidad para cumplir con lasexigencias del Qur an; entonces, el lector sentiráinevitablemente tristeza y eso desencadenará su llanto.Ciertamente, la situación del ser humano ante el Qur´anes la más grande de las calamidades.

 Séptima: 

La atención debida a las exigencias de los versículos. Y,

así, si pasa por un versículo que ordena o sugiere larealización de una prosternación, se le recomienda quela cumpla (igualmente está aconsejado hacerla si la oyerecitar a otro y si este último se prosterna).

Se le recomienda llevar la frente al suelo enesos casos sólo si está en estado de pureza(tahâra). En el Qur´an hay catorce versículos deeste tipo (por ejemplo, el capítulo al-Haÿÿ hay dos casos, mientras que en Sâd no hay ninguno).

 

El mínimo de una de esas prosternaciones (saÿda)consiste en llevar la frente hasta el suelo, pero el modomás completo es pronunciar primero el takbîr (Allâhu

  Ákbar) y llevar la frente al suelo invocando en esapostura en conformidad con el significado del versículo.

Por ejemplo, si pasa por el versículo que dice:-“  Y cayeron prosternados y proclamaron la

alabanza de su Señor, sin ninguna arrogancia”,puede decir durante su saÿda:

-“Allahumma, hazme ser de los que llevan lafrente al suelo ante Ti por Ti, de los queproclaman tu alabanza. Y me cobijo en Ti parano ser del número de los arrogantes”. 

O bien, si recita:“Y se desploman sobre sus rostros llorando, y 

ello hace crecer su temor”, puede decir:- “Allahumma, hazme ser de los que lloran en

tu búsqueda, de los que te temen”.

  Y así en cada ocasión. Para la realización de estaprosternación se exigen las mismas condiciones

del Salât:-Estar vestido, estar orientado hacia la Qibla, y 

que el cuerpo, la ropa que se lleve y el lugar en elque se efectúe estén libres de toda impurezainmaterial (hádaz) o material (jábaz). 

Si no se está en estado de pureza cuando se oye larecitación de un versículo de esta categoría, se deberealizar la prosternación después de realizar lasabluciones.

Se ha opinado también que la forma más perfecta dellevar a cabo estas prosternaciones es la siguiente:

-Pronunciar el takbîr levantando las manos en señal detahrîm (acceso al recinto vedado), repetir el takbîrmientras se ejecuta el movimiento de descenso hastallevar la frente al suelo, volver a pronunciar el takbîr allevantar la frente del suelo y saludar (el taslîm).

Algunos han añadido el tasháhhud entre el últimotakbîr y el taslîm, pero no tienen más argumento que laanalogía con el Salât, pero no debe ser tenido enconsideración.

 

Si durante el Salât el imâm recita un versículo deaquellos con los que se recomienda la realización de unasaÿda, el oyente debe realizarla si la cumple el imâm, y en ningún caso debe realizarla por su propia lectura enuna rak‘a de silencio si está haciendo el Salât encomunidad siguiendo a un imâm.

 Octava:

Decir al comienzo de la lectura del Qur´an:-a‘ûdzu billâhi s-samî‘i l-‘alîmi min ash-shaitâni r-

raÿîm-(me refugio en Allah que oye y sabe contra

 Shaytán el Lapidado).

-Rábbi a‘ûdzu bíka min hamaçâti sh-shayâtîni waa‘ûdzu bíka rábbi an yáhdurûn

-(  Mi Señor, me refugio en Ti contra lasmurmuraciones de los shayâtîn, y me refugioen Ti, mi Señor, para que no acudan a mí ), y después, recitar el capítulo de qul a‘ûdzu bi-rábbi n-nâs y la Fâtiha.

 Al acabar la recitación, el lector debe decir:-sádaqa llâhu ta‘âlà wa bállaga rasûlu llâhi sallà llâhu

‘aláihi wa sállama-( Allah es sincero, y su Mensajero (saw) ha

trasmitido su Palabra)

-Allâhumma nfa‘nâ bíh wa bârik lanâ fîh-( Allahumma, haz que nos sirva de utilidad 

esta lectura y bendícenos en ella), al-hámdulillâhi rábbi l-‘âlamîn wa astágfiru llâha l-háyyal-qayyûm  -(A labanza a Allah, Señor de los mundos; y pido

 perdón a Allah, el Viviente, el Subsistente). 

Igualmente, durante la lectura, si pasa por un versículoen el que se glorifique a Allah (tasbîh) debe glorificar y proclamar la grandeza de Allah (subhâna llâh allâhuákbar); si pasa por un versículo que sea invocación(du‘â) o solicitud de perdón (istigfâr) debe invocar y pedir perdón; si pasa por un pasaje en el que semencione algo deseable debe expresar ese deseo o si, porel contrario, el texto menciona algo aborrecible, debecobijarse en Allah contra ello.

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Puede hacerlo en voz alta o en silencio. Hudzáifa dijo:-“En cierta ocasión hice el Salât con el Profeta ( ) y 

comenzó recitando el capítulo de al-Báqara.

No pasaba por ningún versículo en que se mencionarala misericordia de Allah sin solicitarla, ni por ningún

 versículo en que se mencionara el castigo de Allah queaguarda a los perversos e injustos sin que pidiera a Allah

que le protegiera, ni pasaba por ningún versículo en quese describiera la perfección de Allah sin que loglorificara”.

Al finalizar la sesión de estudio, recitación y lectura delQur´an, se debe pronunciar la invocación que realizabael Profeta ( ) en ese caso:

- Alláhumma rhamnî bil-qur’âni wa ÿ‘álhu lîimâman wa núran wa húdan wa rahma

-( Allahumma, apiádate de mí por el Qur´an, y hazloser imâm, luz, senda y misericordia para mí ).

- Alláhumma dzakkirnî minhu mâ nasîtu wa‘allimnî minhu mâ ÿahiltu wa rçuqnî tilâwatahuâ:nâa l-láili wa atrâfa n-nahâri wa ÿ‘alhulîhúÿÿatan yâ rábba l-‘âlamîn 

-( Allahumma, hazme recordar de él lo que he olvidado,enséñame de él lo que aún ignoro, y provéeme con sulectura en el seno de la noche y los extremos del día (el amanecer y el atardecer), y hazlo ser un argumento enmi favor, Oh Señor de los mundos).

 Novena: 

La lectura en voz alta. El recitador, al menos, debeoírse a sí mismo, pues la lectura consiste en lapronunciación de las letras diferenciando entre lossonidos.

Como se ha señalado, la voz es indispensable siendo elmínimo que el lector se oiga a sí mismo (en casocontrario, por ejemplo, quedaría invalidado el Salât en elque se exige que la recitación sea hecha en voz alta).Hacerse oír por otros es considerado aconsejable desdeun punto de vista y desaconsejable desde otro.

 

Los partidarios de la lectura en silencio (qirâat al-isrâr)se apoyan en el hadiz en el que el Profeta ( ) dijo:

-“La lectura en secreto es mejor que la lecturaen voz alta al igual que la generosidad discreta esmejor que la generosidad en público”.

o según otra versión:-“El que pronuncia el Qur´an en voz alta es

como el que hace gala de su generosidad y el quepronuncia el Qur´an en silencio es como el quees generoso en privado”.

  También se han atribuido al Profeta ( ) lassiguientes palabras:

-“La acción en privado supera setenta veces a laque se hace en público”.

 Y dijo:-“La mejor riqueza es la suficiente para la

subsistencia, y la mejor Mención del Nombre esla invisible”. 

Una sentencia puesta en su boca dice:-“No os hagáis oír los unos a los otros la

recitación del Qur´an entre el Magreb y el ‘Ishâ”.

Se cuenta que cierta noche Sa‘îd ibn al-Musîb oyó a‘Umar ibn ‘Abd al-‘Açîç, príncipe de la ciudad y que mástarde sería califa, recitar el Qur´an en voz alta mientrashacía el Salât en la Mezquita del Profeta ( ).

Entonces, Sa‘îd ordenó a su criado diciéndole:  -“Ve a ése que está haciendo el Salât y dile que

 baje la voz”. 

El criado le respondió:  -“La mezquita no nos pertenece, y ese hombretiene derecho a lo que está haciendo”.

Entonces, Sa‘îd se dirigió a ‘Umar desde lejos y le dijo:-“¡Tú! Si busca a Allah, baja la voz. Y si lo que

quieres es que la gente te oiga, que sepas que de nada teservirán ante Allah”. ‘Umar cayó y aligeró su Salât.

-Cuando acabó, recogió con humildad sus sandalias y se fue.

 

Por el contrario, los partidarios de la recitación en vozalta (qirâat al-ÿahr, qirâat al-‘alânía) se apoyan en elhadiz en el que se cuenta que el Profeta ( ) escuchópronunciar en voz alta el Qur´an a sus Compañeros en lamezquita y lo aprobó diciendo:

- “Cuando os levantéis para hacer el Salât en lanoche, recitad el Qur´an en voz alta, pues losángeles y los habitantes de la casa os escuchan y hacen con vosotros el Salât”. 

Se cuenta que en cierta ocasión el Profeta ( ) pasó junto a Abû Bakr que estaba recitando en silencio y lepreguntó por qué lo hacía y él respondió:

- “Aquél al que me dirijo me oye”; luego pasó junto a ‘Umar, que lo hacía en voz alta, y le preguntó larazón, y le respondió:

- “  Así despierto al dormido y espanto aldemonio”; por último, pasó junto a Bilâl, que recitabaunos pasajes en voz alta y otros en silencio, y le preguntólo mismo, y Bilâl respondió:  -“Mezclo lo bueno con lo bueno”; el Profeta ( )finalmente les dijo:

-“Todos habéis acertado”.

En realidad, las divergencias de opinión mencionadasse deben a las circunstancias. La lectura hecha en secretoes un arma contra la hipocresía, el fingimiento y laartificialidad, y es lo mejor en razón de quien teme caeren alguno de esos vicios.

Por otra parte, la lectura en voz alta, si no se corre esospeligros ni se molesta a nadie, es mejor porque añadealgo a la anterior, y es la virtud de la voz, además depoder servir de provecho a otros.

La recitación en voz alta tiene otras ventajas como lade despertar el corazón, facilita la comprensión de lo quese está leyendo y permite su audición a otros. Además,ahuyenta el sueño y anima al perezoso.

Si está presente cualquiera de estas intenciones, larecitación en voz alta es mejor. Si todas esas intencionesestán presentes, el mérito de la lectura en voz alta esmayor.

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La abundancia de intenciones purifica al que realizauna acción y multiplica las recompensas de las que sehace acreedor. Si en un acto hay diez intenciones, serecibe por él diez recompensas.

Por ello decimos que la recitación mirando el texto delQur´an es mejor porque hasta mirar en el Libro es unadevoción. Se dice que ‘Uzmân gastó dos ejemplares del

Qur´an de tanto leer en ellos.

Muchos de los Compañeros del Profeta ( ) preferíanleer que recitar de memoria, y había entre ellos quienesno dejaban pasar un día sin realizar una lectura sobre eltexto: detestaban estar sin mirar al Qur´an.

 Décima:

Embellecimiento de la voz durante la lectura y recitación pausada (tartîl) con revisión de cada sonidosin alargamientos excesivos e inútiles o que alteren eltexto.

El Profeta ( ) dijo:-“Adornad el Qur´an con vuestras voces”. 

 Y también dijo:-“Allah no autoriza tanto algo como el

embellecer la voz durante la recitación delCorán”..

   Y dijo:-“No es de los nuestros quien no canta el

Corán” (se ha dicho que el verbo empleado significa enrealidad “tener suficiente”, es decir, “no es de losnuestros quien no tiene bastante con el Qur´an”, o bien“no es de los nuestros quien no es rico con el Corán”, que

 viene a ser lo mismo; pero la versión más correctadel verbo es la de “cantar”, “salmodiar”).

En cierta ocasión, el Profeta ( ) estaba esperando a‘Âisha y ella tardaba; cuando se presentó, le preguntópor la causa de su retraso, y ella le dijo:

-“He estado oyendo la recitación de unhombre, y jamás antes había oído una voz máshermosa”; entonces, el Profeta ( ) se levantó y fue aoír y estuvo mucho tiempo; cuando volvió, le dijo a‘Aisha:

 

-“Se trata de Sâlim, el mawlà de Abû Hudzáifa. Doy gracias a Allah por haber puesto en mi Nación aalguien como él”.

En otra ocasión, el Profeta ( ) escuchó a ‘Abd Allahibn Mas‘ûd que recitaba el Qur´an para Abû Bakr y ‘Umar, quienes estuvieron detrás de él haciendo el Salâtdurante largo tiempo; el Profeta ( ) dijo:

  -“Quien quiera oír la suavidad y belleza con laque el Qur´an me es revelado, que atienda a lalectura de Ibn Mas‘ûd”.

En otro momento, el Profeta ( ) le pidió a IbnMas‘ûd que le recitara el Corán, quien le dijo:

-“¿Quieres que te recite el Qur´an cuando a ties a quien ha sido revelado?”, y él le respondió:

- “Me gusta oírselo recitar a otro”; y así, pues, IbnMas‘ûd le recitó un pasaje, y contó que al Profeta ( )se le inundaron los ojos de lágrimas.

También oyó la recitación de Abû Mûsà, y le comentó a

sus Compañeros que su voz era como la de Davidrecitando los Salmos; le llegó la noticia a Abû Mûsà,quien acudió ante el Profeta ( ) y le dijo:

-“Si hubiese sabido que me estabas oyendo,hubiese adornado mi voz con una gran belleza”..

Háizam, el célebre recitador del Qur´an, vio en sueñosal Profeta ( ), quien le preguntó:

-“¿Tú eres Háizam, el que adorna el Qur´an con su  voz?”, y él respondió afirmativamente; entonces, elProfeta ( ) le dijo:

- “¡Allah te recompense con el bien!”. 

Los Compañeros del Profeta ( ) se reunían confrecuencia y solían pedir a alguno de ellos que recitaraun capítulo del Corán.‘Umar siempre se lo pedía a Abû Mûsá, diciéndole:

-“Haznos recordar a nuestro Señor”; y entonces se lespasaba el tiempo, y cuando alguien advertía que estaba apunto de acabar el plazo de algún Salât, le decía a ‘Umar:

-“Oh, príncipe, el Salât, el Salât”, y él respondía:-“¿Acaso no estamos en estado de Salât?”, aludiendo

con ello al versículo en el que Allah ha dicho:-“El Recuerdo de Allah es lo más grande”.

 

El Profeta ( ) dijo:-“Quien escuche un versículo del Qur´an, será

para él luz el Día de la Resurrección”.

Si oír un versículo es luz, ¿cuál no será la recompensaque aguarda al que lo recita? Todo ello es así mientras nohaya hipocresía, ni fingimiento ni artificialidad.

وآه وسلوصلى له وسل على بينا حمد