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Nuestra America

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Revista do Memorial da América Latina

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GOBERNADORGERALDO ALCKIMIN

SECRETARIO DA CULTURAANDREA MATARAZZO

FUNDAÇÃO MEMORIALDE AMÉRICA LATINA

CONSEJO CURADOR

SECRETARIO DE DESAROLLO PAULO ALEXANDRE BARBOSA

RECTOR DE LA USP – UNIVERSIDAD DE SÃO PAULOJOÃO GRANDINO RODAS

RECTOR DE LA UNICAMP – UNIVERSIDAD DE CAMPINASFERNANDO FERREIRA COSTA

RECTOR DE LA UNESP – UNIVERSIDAD ESTADUAL DE SÃO PAULO (actuante)JÚLIO CEZAR DURIGAN

PRESIDENTE DE LA FAPESPCELSO LAFER

DIRECTORIA EJECUTIVA

DIRECTOR PRESIDENTEFERNANDO LEÇA

DIRECTOR DEL CENTRO BRASILEÑODE ESTUDIOS DE AMÉRICA LATINAADOLPHO JOSÉ MELFI

DIRECTOR DE ACTIVIDADES CULTURALESFERNANDO CALVOZO

DIRECTOR ADMINISTRATIVO Y FINANCIEROSÉRGIO JACOMINI

JEFE DE GABINETEIRINEU FERRAZ

DIRECTOR PRESIDENTEMARCOS ANTONIO MONTEIRO

DIRECTOR INDUSTRIALTEIJI TOMIOKA

DIRECTOR FINANCIEROMARIA FELISA MORENO GALLEGO

DIRECTOR DE GESTIÓN DE NEGOCIOSJOSÉ ALEXANDRE PEREIRA DE ARAÚJO

REVISTA NUESTRA AMÉRICA

DIRECTORFERNANDO LEÇA

EDITORA EJECUTIVA/DIRECCIÓN DE ARTELEONOR AMARANTE

EDITORA ADJUNTAANA CANDIDA VESPUCCI

ASISTENTE DE REDACCIÓNMÁRCIA FERRAZ

DISEÑO GRÁFICO (PRACTICANTE)FELIPE DE PAULA LOPES

REVISIÓN (PRACTICANTE)ADRIANO TAKESHI MIYASATO

DISEÑO GRÁFICOESTAÇÃO DAS ARTES/SILVIA SATO

TRADUCCIÓN Y REVISIÓNESTAÇÃO DAS ARTES/DEISE ANNE RODRIGUES/MATRIX BRAZIL TRADUÇÕES

COLABORARON EN ESTE NÚMEROAlberto Beuttenmüller, Carlos Cavalcanti, Félix Peña, Fernando Iturburo, Flávio Saes, Francisco Cesar Filho, Gastón Ugalde, Harry Vanden, Ignácio de Loyola Brandão, Jorge Luis Antonio, Jurandir Müller, Reynaldo Damazio, Rubens Barbosa, Tullo Vigevani.

CONSEJO EDITORIALAníbal Quijano, Carlos Guilherme Mota, Celso Lafer, Davi Arrigucci Jr., Eduardo Galeano, Luis Alberto Romero, Luis Felipe Alencastro, Luis Fernando Ayerbe, Luiz Gonzaga Belluzzo, Oscar Niemeyer, Renée Zicman, Ricardo Medrano, Roberto Retamar, Roberto Romano, Rubens Barbosa, Ulpiano Bezerra de Menezes.

NUESTRA AMÉRICA es una publicación trimestral de la Fundacion Memorial de América Latina. Redacción: Avenida Auro Soares de Moura Andrade, 664 CEP: 01156-001. São Paulo, Brasil. Tel.: (11) 3823-4669. FAX: (11)3823-4604.Internet: http://www.memorial.sp.gov.br Email: [email protected].

Los textos son de total responsabilidad de los autores, no reflejan el pensamiento de la revista. Se prohíbe expresamente la reproducción del contenido de la revista por cualquier medio.

Número 42ISSN 0103-6777

DEBATE 52Rubens BarbosaFélix Peña

POLÍTICA 43Tullo Vigevani

HOMENAJE 56Ignácio de Loyola Brandão

RESEÑA 60Reynaldo Damazio

CORTAS 63De Redacción

POESÍA 66Fernando Iturburo

AGENDA 64De Redacción

PERSONALIDAD 48Flávio Saes

EDITORIAL 04Fernando Leça

REFLEXIÓN 06Harry Vanden

ECONOMÍA 12Carlos Cavalcanti

ARTE 19Leonor Amarante

MIRADA 24Gastón Ugalde

HISTORIA 30Alberto Beuttenmüller

FESTIVAL 35Francisco Cesar FilhoJurandir Müller

CULTURA 39Jorge Luis Antonio

LITERATURA 17Leonardo Carlos Esteves

SECRETARIA DEESTADO DA CULTURA

Revista del Memorial de América Latina N°42 - Año 2011 | 3º trimestre - R$8,00Nuestra

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Durante cuatro días se reunieron, en Buenos Aires, dirigentes de centros de cultura de América Latina y de algu-nos congéneres europeos, entorno de la pauta del X Encuentro de Centros Cul-turales de América y Europa.

La pauta, que privilegió el tema de las nuevas tecnologías, intercaló visitas a los más destacados centros culturales de la capital argentina con exposiciones y debates en el Centro Cultural San Mar-tín, sede del evento, valorizando la co-operación y el intercambio de experien-cias útiles para el proceso de integración latinoamericana. El próximo encuentro deberá tener a São Paulo como sede.

El crecimiento de la violencia en las grandes ciudades alcanza a gran parte de los países de América Latina, especial-mente los del triángulo de América Cen-tral, Honduras, Guatemala y El Salvador, como analiza Harry Vanden, profesor de University of South Florida. Otra cuestión oportuna que Nossa América aborda es la

integración energética, entre las varias for-mas de integración del Continente, tema que está a la orden del día de las agendas de los dirigentes políticos, examinada por el profesor Carlos Cavalcanti.

Un de los museos más actuantes de España, el Instituto Valenciano de Arte Moderna, ha sido un canal eficien-te en la divulgación del Arte Iberoame-ricana. Leonor Amarante, editora de la Revista Nossa América, estuvo allí y traza un perfil de la institución. En esta edi-ción, publicamos parte de una experien-cia que es una mezcla de fotos y per-formances envolviendo la naturaleza. El fotógrafo boliviano Gastón Ugalde viajó durante algunos meses registrando escenas e interfiriendo en el paisaje del Salar Uyuni en Bolivia.

El nacimiento del arte latinoameri-cana desde sus primordios hasta los días de hoy es el tema del periodista y crítico de arte Alberto Beutenmüller. El Festi-val Latinoamericano de Cine, idealizado

EDITORIAL

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Fernando Leça es presidente del Memorial de América Latina.

por el Memorial desde 2006, llega a la sexta edición ampliando su radio de ac-ción. Esta vez, más cines de São Paulo se juntan a la iniciativa y abren sus puertas para el evento, que prioriza una produc-ción densa y creativa, según el artículo de Francisco Cesar Filho y Jurandir Müller, directores del festival. Aún en el área cul-tural, Nossa América enfoca las infovías (au-topistas de la información), que han sido el mejor hilo conductor y divulgador de la poesía digital. ¿Cómo está esa cuestión actualmente, y cuáles son los grandes nombres del movimiento? Quien res-ponde es el escritor Jorge Luis Antonio.

Brasil es actualmente la sétima economía del mundo. ¿Qué significa eso para los países de la región? Para el so-ciólogo Tullo Vigevani, en el contexto de incertidumbres y cambios, Brasil gana prominencia fundamentada en su mejo-ría económica. Celso Furtado, uno de los más importantes economistas del siglo veinte, dejó un importante legado espe-

cialmente en cuanto a la cuestión del de-sarrollo y del subdesarrollo como analiza el sociólogo y economista Flávio Saes.

Los veinte años del Mercosur y su actuación ganan un análisis de Félix Peña, economista argentino, y de Rubens Bar-bosa, coordinador de la sección nacional del Mercosur. Otro tema es la muerte del escritor Moacyr Scliar. Quien recuerda es el amigo, y escritor, Ignácio de Loyola. En esta edición también abordamos un asun-to urbano recurrente, el tránsito en las grandes ciudades, que ha sido uno de los responsables por la baja calidad de vida de los ciudadanos, que es tratado en el libro Fé em Deus e pé na tábua, de Roberto da Matta. La reseña es de Reynaldo Damazio.

Concluyendo la edición, elegimos la poesía de Fernando Iturburo, un joven poeta chileno e intelectual promisorio.

¡Buena lectura!

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REFLEXIÓN

Harry E. Vanden

VIOLENCIA

En el 21 de Junio del año pasado una pandi-lla Salvadoreña atacó a tiros un microbús en las afueras de San Salvador. Después de los tiros, no dejaron salir los pasajeros, satu-raban el bus con gasolina y lo encendieron. Murieron 14 a pesar de los esfuerzos de la

policía de sacar los que estaban siendo quemados vivos. En 2004 otra mara (así llaman estas pandillas violentas en Cen-troamérica) atacó un autobús en Honduras con AK47, ma-tando 19. Los pasajeros de los autobuses no han hecho nada a las maras, solamente estaban intentando vivir. En los dos casos los jóvenes miembros de estas nuevas pandillas juve-niles estaban victimizando inocentes para demostrando su poder y brutalidad frente a los esfuerzos de los gobiernos de controlarles. Actualmente hay mas que 100,000 mareros

DE LAS MARAS DE AMÉRICA CENTRAL

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Ellos se dividen en bandas, tienen reglas propias y utilizan una disciplina mortal para mantener el control.

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en el triangulo norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) y según varios estimados están respon-sables para 70% de los homicidas en estas pequeñas naciones. Y las tazas de homicidio en El Salvador y Guatemala están al par o mayor que eran duran-te sus guerras civiles. En El Salvador, la taza anual es 56 muertos por cada 100,000 personas, lo cual es 5 veces más que lo que considera una epide-mia la Organización Mundial de Salud. Violan a las muchachas jóvenes que niegan ser sus novias o cuyos familias resisten su control el los barrios o que van a la policía para dar testimonio con respectos a sus crímenes, matan a otros jóvenes que niegan incorporarse a su pandilla o resistan su control y hace guerra brutal en contra las maras riva-les, y muchas veces decapitaron a sus víctimas. En los últimos años están in-volucrados en secuestros y con los car-teles que están utilizando Centroaméri-

ca para transbordar las drogas que van a los Estados Unidos.

En los años setenta y ochenta miles de Centroamericanos huyeron las violentas guerras civiles in Cen-troamérica, dejando sociedades donde violaciones de derechos humanos y una cultura de violencia predominada. Muchos llegaron a los Estados Unidos donde vivieron en barrios pobres en Los Ángeles y otras ciudades. Allí los jóvenes Salvadoreños, Guatemaltecos y unos Hondureños encontraron pan-dillas norteamericanos que dominaban muchos es estos barrios. Como forma de defensa, unos se formaron en sus propios pandillas como la Mara Salva-trucha ( M.S. o M.S. 13) o apoderaron de lo que fue un pandilla Mexicana, la Eighteenth Street Gang o M 18. Cuan-do miles de ellos fueron deportado de los Estados Unidos a causa de sus crí-menes, reconstituyeron sus pandillas en sus países natales, incorporando la vio-

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lencia extrema que las fuerzas militares de El Salvador y Guatemala utilizaron por años para liquidar los guerrilleros y reprimir las masas y la violencia que la guerrilla libraba para resistir y liberar sus países del control oligárquico.

Muchos de los chicos deporta-dos dejaron sus familias en los Estados Unidos y vivieron con parientes que no conocieron, en condiciones económicas muy marginales y sin el amor y apoyo de su familia nuclear. Unos vivieron en las calles y otros buscaban seguridad y apoyo donde pudieron. Para ellos, las maras que iban formando ofrecieron un tipo de familia sustituto. Agruparon en barrios utilizando las calles y unas plazas como puntos de referencia y espacios que pudieron ocupar. Unos vivieron con sus familias, otros vivieron en casas abandonados o en la calle misma. Poco

a poco se iba desarrollando un identidad barrial y los varios grupos pandilleras se iban apoderando del barrios donde vi-vían y operaban. Se financiaron por ro-bos de niños cuando fueron a las escue-las, jóvenes y mayores que encontraron en la calle, la “renta” o cuota semanal que cobraban a negocios que funciona-ba en el barrio o los vecinos mismos del barrio, o la cuota o tributa que cobra-ban a los buses o taxis que pasaba por su barrio. Inicialmente se concentraban en los barios pobres (colonias) en San Salvador, Santa Ana, San Pedro Sula, Tegucigalpa, o la Cuidad de Guatema-la pero en los últimos años se encuen-tran dispersas en casi todo partes del territorios nacionales, especialmente los locales pobres urbanos o semiurbanos donde los gobiernos apenas gobiernan. Muchas veces tienen números superio-

Para los muchachos deportados, las pandillas ofrecen un tipo de familia substituta.

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Harry Vanden es profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de South Florida.

res a la policías en el local y con frecuen-cias están mejor armados, utilizando no solamente pistolas y escopetas de fabri-cación casara, sino subametralladoras AK47 y M 16 y hasta granadas. Se divi-dan en “clicas” locales dirigido por un “home boy,” tienen sus reglas, y utilizan disciplina corporal y hasta mortal para mantener su control. Ponen luz vede en el que sale de la mara y cualquier le pue-de matar. Se tatuaron hasta en la cara con el 13 o 18, o M 13 o M 18 y utilizan signos de mano para comunicar entre si. Se admitan unas chicas aunque son por regla general chicos jóvenes, y para in-corporarse hay que someterse a un gol-peada brutal de 13 segundos para M 13 o 18 segundos para M 18, administrado por los mareros. Generalmente tienen entre 12 y 22 años pero hay unos más viejos y niños de 9 o 10 años. Se comu-nican entre si y con otras clicas con sus celulares y los pocos que van a la cárcel (que tienen que segregar por afiliación para que no matan miembros de la mara rival) utilizan la experiencia para perfec-cionar sus habilidades criminales y hacer contacto con miembros de otras clicas. Los líderes que queden en la cárcel por

más tiempo frecuentemente mandan ordenes a sus compañeros por celulares clandestinas o mensajes secretas.

Los gobiernos han luchado para controlar el aumento, poder y violencia de las maras, implementando políticas de mano dura y super mano dura, co-ordinando a nivel regional y trabajando con la FBI, pero han tenido muy poco éxito y las maras se han adoptado, cam-biando su ropa de pandilla para tipo “preppy”, quitando los tatuajes, esta-blecen mejores líneas de comunicación entre si y estrechando su comunicación con los carteles.

En 2011 el problema sigue au-mentando, la población civil está trau-matizado y varios expertos ya crean que las maras están funcionando como gobiernos de facto en los territorios que controlan. Sin los cambios econó-micos y sociales necesarios, es dudoso que van a desaparecer.

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ECONOMÍA

La energía, actualmente, es un vector ne-cesario para cualquier proyecto bilateral o plurilateral de integración económica. El papel ejercido por el comercio y por los acuerdos comerciales en las décadas del 90 y del 2000 es complementado – y,

en algunos casos, superado – por iniciativas de coopera-ción energética. Brasil, de forma acertada, identificó la in-tegración de la infraestrutura de energía entre los países de Sudamérica como poderoso instrumento de promoci-ón de la paz, de la seguridad y del desarrollo de la región.En ese contexto, las iniciativas brasileñas deben ser entendi-das como políticas de Estado y no de gobiernos. Sus ante-cedentes pueden ser identificados, de forma clara, en la se-gunda mitad del siglo XX, e incluyen: la construcción de la

Carlos Cavalcanti

EN SUDAMÉRICA

INtEgrACIóN ENErgÉtICA

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Usina Hidroeléctrica Binacional de Itaipu y su papel en la solución del an-tiguo litigio de frontera con Paraguay; la constitución de la Agencia Brasile-ño-Argentina de Contabilidad y Con-trol de Materiales Nucleares (ABACC) como instrumento para sedimentar la estabilidad militar y política en el Cono Sur, contribuyendo para la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur); y la construcción del Gasoducto Bolivia-Brasil (Gasbol) para asegurar el cubri-miento de la demanda energética brasi-leña, sobre todo de la industria paulista, y fomentar el desarrollo económico de Bolivia, evitando inestabilidad social en aquel país y sus consecuencias para las zonas fronterizas del país.

En la década pasada, la política brasileña de integración energética ganó un renovado impulso con foco en la in-tegración de la infraestrutura – de forma ordenada y teniendo en consideración una visión amplia del continente. La iniciativa, lanzada en 2000, por el entonces presiden-te de la República, Fernando Henrique Cardoso, en el contexto de la realización de la Primera Cúpula de Presidentes de Sudamérica, fue elevada a un nivel estra-tégico por su sucesor, el ex-presidente Luís Inácio Lula da Silva, a lo largo de sus ocho años de gobierno. Fue, además, complementada por la integración comer-cial, creada por la red de acuerdos de libre comercio entre el Mercosur y los demás países de Sudamérica, y la integración po-lítica, cristalizada en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

Por su naturaleza, la integración energética se presenta como un desa-fío más complejo que la integración comercial. La gran cantidad de capital necesario para el desarrollo de proyec-tos de energía, los altos rendimientos de esos proyectos, la creciente demanda y la concentración de recursos en pocas regiones y países (con diferentes grados de acceso y riesgo), agregan a la integra-

ción del sector de energía un claro com-ponente geopolítico.

En todas las grandes economías, energía es, ante todo, una cuestión de se-guridad nacional. Todas estas enfrentan, a su modo, situaciones complejas para ga-rantizar el suministro a su sector produc-tivo y a sus ciudadanos. Para ello, adoptan políticas internas y externas compatibles con esos desafíos: sin maniqueísmo, sin partidismo y sin las limitaciones coyuntu-rales del pensamiento a corto plazo.

Estados Unidos, por ejemplo, en-frenta el desafío de garantizar suminis-tro adecuado de petróleo a su economía valiéndose de la importación de países y regiones políticamente sensibles (Arabia Saudita, Colombia y Rusia) e inestables (Irak y Nigeria), o, hasta inclusive, hos-tiles para el país (Ecuador y Venezuela). De la misma manera, enfrenta un delica-do equilibrio entre preservación ambien-tal y seguridad energética en el desarro-llo de nuevos proyectos (Alaska y Costa Oeste) y en la importación de energía (arenas betuminosas de Canadá).

La Unión Europea, fruto del con-tinuo esfuerzo de integración económica y política iniciado en el sector energético con la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), en 1951, lidia con un intrincado escenario relacio-nado a su suministro de energía. Sus vita-les importaciones de gas (Rusia y Ucrania) y de petróleo (Asia Central y Oriente Me-dio) y sus nuevos proyectos de importa-ción (Cáucaso) están vinculados a regio-nes inestables y a la exacerbada disputa política y militar entre países productores (Azerbaijan, Kazajistán y Rusia) e inter-mediarios (Armenia, Georgia y Turquía).

Otras economías emergentes, como China e India, también enfren-tan desafíos comparables. En el primer caso, la necesidad de importación de petróleo está relacionada al tratamiento de temas tales como piratería en el Gol-fo de Aden y en el Estrecho de Malaca,

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o exploración y producción en países africanos afectados por guerras civiles e insurgencias. En el segundo caso (así como en el primero), el desafío está en la importación de energía de Irán y en la vinculación de esa necesidad a las cues-tiones de paz y seguridad internacional envolviendo el régimen de no prolifera-ción de armas nucleares.

En ninguna de esas situaciones las soluciones se buscan por medio de la escalada retórica o de rupturas políticas, sino de acuerdo con estrategias políticas, económicas y militares de largo plazo.

Ante la magnitud de los riesgos enfrentados por esos países, Brasil se encuentra en una situación confortable.

Los recientes roces diplomáticos con Bolivia y Paraguay, por ejemplo, se so-lucionaron de forma pacífica y con gra-vámenes económicos absorbibles por el País. Fueron eventos aislados que no amenazaron su seguridad energética o el proyecto de integración del sector en Sudamérica. Además, la región ofrece una innegable estabilidad política, insti-tucional y social al ser comparada con otros centros de suministro de energía.

Actualmente, hay renovadas opor-tunidades en esa área: los grandes pro-yectos de energía, que van desde la cons-trucción de represas a la ampliación del parque de refinamiento de petróleo y que cuentan con la activa participación de las

La conexión de red de distribución de energía eléctrica agregará una nueva capa de cooperación al Mercosur.

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Carlos Cavalcanti es doctor en Electrónica por el Instituto Nacional Politécnico de Grenoble, en Francia, y director del Departamento de Infraestructura de la Federación de las Industrias de São Paulo (Fiesp).

multinacionales brasileñas; los experi-mentos de conexión de la red de distri-bución de energía eléctrica de Brasil, de Argentina y de Uruguay, que agregarán una nueva capa de cooperación al Mer-cosur, como por ejemplo en el contexto del “Plan de Acción para la cooperación en materia de biocombustibles” (Deci-sión nº 49/07).

La integración energética puede, por ejemplo, ser catalizadora de mejores relaciones diplomáticas entre los países de la región. Chile, que no tiene relaciones formales con Bolivia y Perú desde el siglo XIX, en razón de la Guerra del Pacífico, es altamente dependiente de la importación de energía. Bolivia es uno de los mayores exportadores de gas natural del continente y Perú tiene proyectos substanciales en el área de hidroelectricidad y gas natural. En este contexto, la complementariedad ener-gética entre esas economías puede generar el impulso necesario para que los países reaten relaciones en el nivel internacional, contribuyendo para la estabilidad política de Sudamérica.

El acceso a la energía continúa siendo un factor que evidencia el de-sarrollo de un país y, principalmente, la calidad de vida de su población.

La participación de la biomasa primaria es dominante en los países con valores de IDH más bajos. Al contra-rio, del lado de los países con valores de IDH más altos, se observa la importante

participación, en el sector residencial, de la electricidad y del gas natural, fuentes que demandan altas inversiones en in-fraestrutura de generación y transporte.

Es evidente que para alcanzar los Objetivos del Milenio, es necesario incentivar a los países para aprovechar mejor sus recursos energéticos, desarro-llando, por ejemplo, las siguientes fuen-tes: hidráulica, eólica, geotérmica, solar y de biomasa avanzada (biocombusti-bles líquidos para transporte). Este es-fuerzo debe realizarse en conjunto con la modernización de los marcos regula-torios, la integración de la política ener-gética a otras políticas internas, como la agrícola y la industrial, y la transferencia de tecnología.

Por lo tanto, reafirmamos que la integración energética es la mejor opor-tunidad de combatir la pobreza, por me-dio del desarrollo sustentable. Al integrar los objetivos económicos, sociales y am-bientales, las políticas de energía de los países de la región pueden, de forma ar-monizada, contribuir para la prosperidad y seguridad de las futuras generaciones.

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En ocasión de la muerte de Er-nesto Sábato, Allan Pauls, escritor ar-gentino, opinó que él “no murió como escritor, sino como lo que se llama de autoridad: alguien que la comunidad consulta cuando atraviesa situaciones de emergencia e incertidumbre, para que la ilumine y la consuele con sabiduría”.

De hecho, el escritor, ensayista y artista plástico argentino Ernesto Sábato (1911-2011), célebre autor de los roman-ces de la trilogía El Túnel (1948), Sobre

Héroes y Tumbas (1961) y Abbadón, el Exterminador (1974), es considerado uno de los más importantes escritores de su país en el siglo XX, al lado de Julio Cortá-zar, Bioy Casares y Jorge Luis Borges.

Sábato lanzó 16 libros y recibió el Premio Cervantes de literatura (1984). Antes ya había conquistado el Premio de Consagración Nacional de Argenti-na, el Premio Medici en Italia en 1977, y el Premio Jerusalén (Israel). Es doctor honoris causa en las universidades de

LITERATURA

ErNEStO SÁBAtONUNCA MÁS

Leonardo Carlos Esteves

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Murcia (España), Rosario (Argentina) y Turín (Italia).

Ernesto Sábato comenzó a ser conocido en Brasil como Director Li-terario de la Enciclopedia Nuestro Universo Maravilloso, editada en 1959 por la Librería El Ateneo. Las páginas finales de cada tomo eran dedicadas a la literatura infantil y juvenil, reuniendo extractos de textos tales como Platero y Yo (Juan Jamón Jiménez), No Tem-po de Nero (Monteiro Lobato); cuentos tradicionales como Ricachón, Topete, El nuevo traje del Emperador, y Alicia y la Reina Roja; además de una guía de lectura para la juventud.

Otra preciosidad de la enciclo-pedia enseñaba “Cómo hacer teatro de fantoches”, con muñecos y mario-netas de varios materiales, sugerencias de escenarios, y algunas obras teatrales adaptadas. Por su popularidad, mereció el lanzamiento de libro a parte, firmado por Sábato y Eugenio Hirsch, director artístico de la enciclopedia.

Es difícil imaginar una influencia mayor, o más poderosa, de un escritor que la de introducir a miles de niños en el mun-do de la literatura, del teatro y en otros cam-pos del conocimiento. Pero, tal vez, en el futuro ejercerá una influencia mayor.

Los hechos de su trayectoria per-sonal llegan a llamar más la atención que sus libros: en los años 1940, Sábato abandonó la promisoria carrera en física nuclear después de haber dejado el Par-tido Comunista. Doctor en Física en la Universidad Nacional de La Plata, fue in-vitado para investigar radiación atómica en el Laboratorio Curie en París y – en 1939 – es transferido al prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology).

La proximidad de la construc-ción de la Bomba Atómica provocó un cambio radical en su vida. Regresó a Argentina, asumió el cargo de profesor en la Universidad de Buenos Aires y, en 1943, rompió con la Física, y comenzó

a dedicarse solamente a la literatura y a la pintura.

Más tarde, en algunos de sus ensa-yos, el escritor recordará angustiado de sus colegas de Física, citando las con-gratulaciones enviadas por científicos japoneses a los norteamericanos por la “eficacia de la bomba de Hiroshima”.

Otro cambio fue la salida del Par-tido Comunista, en los años 1930, aún considerado vanguardia de la izquierda y centralizador de la lucha contra el fascis-mo. Sábato llegará a tener un alto cargo en la jerarquía (Secretario General de la Ju-ventud Comunista), pero acaba huyendo de un Congreso, en 1934, en Bélgica. Va a París y sólo regresa dos años después.

Ese transe estará presente en toda su obra, en especial en sus dos primeros libros de ensayos Uno y El Universo y Hombres y Engranajes, donde responsa-biliza a la ciencia por la “matanza meca-nizada” de la Segunda Guerra y clasifica a los comunistas como portadores de “enérgica miopía”. En esos libros, ejercita también el estilo del aforismo, creando el más conocido chiste usado por los estu-diantes sobre los textos de Kant. “Gengis Kant: Bárbaro conquistador y filósofo ale-mán” (aforismo de Uno y El Universo).

La “autoridad” citada por Allan Pauls llevó al ex-presidente argentino, Raúl Alfonsín a invitar a Sábato para liderar la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep, en 1983), lo que resulta en el monumental “Nunca Más”.

Ese libro, que muchos lo llaman Informe Sábato, fue el auge de la parti-cipación cívica de ese auténtico “Moru-bixaba Guaraní” (guía, aquel que ilumina) y sirvió como base en la búsqueda por justicia y lastre para llevar a jefes de los gobiernos militares a los tribunales; con-quista que aún es un sueño para muchos, especialmente para nosotros brasileños.

Leandro Carlos Esteves es periodista.

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ARTE

EL RITMO FRENÉTICO DE

Instituto Valenciano de ArtePresencia constante en América Latina

IVAM

Leonor Amarante

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El Instituto Valenciano de Arte Moderna - Ivam - es un museo activo que mantiene el mismo ritmo frenético, tanto de las exposiciones temporarias exhibidas en sus salas como de las itine-rantes organizadas en instituciones cul-turales de los varios países con los cua-les mantiene alianza, en especial Brasil.

Valencia, ciudad que tiene vocación para la cultura, inauguró el primer museo

de arte moderna de España, el “Ivam”, inclusive antes del famoso “Reina Sofía”, en Madrid. Con un edificio arrojado que se impone en el paisaje, Ivam tiene la in-ternacionalización como marca de la ges-tión actual. Con ello, renombrados artistas provenientes de varios países expusieron en sus salas, algunos de ellos en retrospec-tivas antológicas como la de Jasper Johns, uno de los precursores de la pop arte ame-

En un edificio arrojado, la marca es la internacionalización.

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ricana, realizada en marzo de este año y que tomó todo el espacio expositivo con trabajos fundamentales para comprender su trayectoria, y algunos forman parte de la colección del museo.

Esa actuación, en prácticamente todos los continentes, fue impulsada mucho más en la gestión actual de Con-suelo Císcar. Uno de los puntos altos de las acciones político-culturales del Ivam ocurrió hace seis años cuando el museo abrió sus puertas a la producción de China, hoy una de las más provocativas y promisorias del circuito de arte inter-nacional. Con eso, la ciudad de Valen-cia pudo ver las obras de treinta artistas contemporáneos, y abrir igualmente las puertas de Europa a muchos de ellos.

Ivam es una apuesta a la valoriza-ción del patrimonio artístico español; su actuación que transciende los dominios de Valencia está en perfecta sintonía con un mundo globalizado donde ya no hay espa-cio para museos estáticos, sin la participa-ción de la comunidad, y confortablemente a la espera de visitantes. Ivam puede ser también sinónimo de energía y profesio-nalismo, que fluyen como principales com-bustibles de su movilización permanente.

El Museu que mantiene el Centro Julio González, un edificio nuevo, in-augurado en 1989 con una importante colección, aún cuenta con un curioso espacio, el “Junta del Muro”, ubicado en un espacio subterráneo del edificio, donde los visitantes pueden ver una

La sombra de la conciencia, de Natividad Navalón, 1998.

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gran extensión del muro medieval de la ciudad de Valencia, que fue demolido hace más de un siglo y descubierto du-rante la construcción del museo.

Además del extenso calendario de exposiciones que moviliza al museo durante todo el año, el Ivam también tiene una programación de cine, deba-tes y seminarios internacionales, como los Encuentros Iberoamericanos que reúnen anualmente a críticos, periodis-tas, directores de museo y curadores de importantes instituciones de todo el mundo. Consuelo Císcar recuerda que la proyección nacional e internacional de la colección del museo fue impulsada en el año 2006, con los múltiples conve-nios firmados con instituciones públicas y privadas para posibilitar la itinerancia

de las obras de la colección. Eso garan-tiza, por ejemplo, las constantes asocia-ciones que el museo mantiene con insti-tuciones brasileñas, como la Fundación Memorial de América Latina, que ya realizó diversas muestras en su galería Marta Traba, organizadas por el Institu-to Valenciano de Arte.

Sin duda la presencia del Ivam en Valencia, punto fuerte de la contempora-neidad en Europa, contribuye para oxige-nar el área cultural de España y se coloca como foro dinamizador y permanente de debates sobre las cuestiones pertinentes al arte moderna y contemporánea.

Leonor Amarante es periodista y editora de la Revista Nossa América.

En el extenso calendario de exposiciones, la obra del artista chileno Roberto Matta ocupó las salas del Ivam.

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Un mundo para los niños, escultura de Andreu Alfaro

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MIRADA

Gastón Ugalde

DESIErtO DE SAL

La mirada inquieta de Gastón Ugalde lo coloca en-tre los fotógrafos/artistas más actuantes de Boli-via. Nada sucede por casualidad en la creación de ese artista que ya fue considerado excéntrico en su forma de concretizar conceptos comprometidos con el entorno. En este ensayo realizado a 3.650

metros de altura, en el Salar de Uyuni en Bolivia, la mayor planicie salada del mundo, él toma elementos múltiples que van del cine, pasando por el teatro y por las artes plásticas. Cada trabajo, desde el punto de vista fotográfico, se transforma en un estudio sobre la luz natural, mientras que performance e intervención en el paisaje, en un instrumento poético. En este salar, de aproximadamente once capas, con espesores que varían entre 2, 10 y 120 metros de profundidad, Ugalde piensa en vivir un día. Por ahora, él sigue con sus fotos y obras que lo colocan entre los mejores artistas de Bolivia, país que representó en la 53ª Bienal de Venecia, en 2009.

FOtO y DESEMpEñO

A 3.650 MEtrOS DE ALtItuD

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HISTORIA

Alberto Beuttenmüller

El origen del Arte de América Latina está pre-sente en las naciones indígenas formadoras de la cultura de Mesoamérica, tales como Olmecas, Mayas, Aztecas, Toltecas, etc. Es-tas civilizaciones, en la época de esplen-dor, entre 250 y 900 d.C., eran más avan-

zadas que las naciones de Europa de este mismo período. Para que el lector tenga una idea de las conquistas de las civili-zaciones de Mesoamérica, basta decir que usaban un calenda-rio más preciso que nuestro Gregoriano actual y, mucho antes que este, más perfecto que el viejo calendario Juliano, actuali-zado por el Papa Gregorio XIII. El uso del calendario Meso-americano fue general en la región, y perfeccionado por los mayas con la Cuenta Larga, período este de 5.200 tunes (años). La Cuenta Larga finalizará el día 21 de diciembre de 2012 y

ADNDEL ArtE LAtINOAMErICANO

MESOAMÉrICA

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algunos creen que el mundo también terminará ese mismo día.

Otro ejemplo del avance de las civilizaciones de Mesoamérica es el des-cubrimiento del cero en el sistema de posición matemática por los mayas. Los mayas comenzaron a usar el cero en el siglo III d.C., los árabes en el siglo V, Europa en el siglo XV, con excepción

de España que, una vez invadida por los árabes, aprendieron a usar el cero en sus cuentas en el siglo XII.

La mayoría de las naciones mesoamericanas, notadamente los mayas, tenía una escrita formada por glifos y jeroglíficos, aprendida con los Olmecas, la raza-madre de Meso-américa, que vivieron entre 1.200 a.C. y 400 a.C. e inventaron la pelota de goma y el juego de pelota.

Todo eso estaba escrito en los có-dices mayas, pero, infelizmente, por or-den del obispo de Yucatán, Don Diego de Landa, los padres quemaron todos los libros mayas. Solamente tres se salvaron con los nombres del Códice de Dresden, de Madrid y de París, nombre de las ciu-dades donde están expuestos en bibliote-cas de Alemania, España y Francia.

El Códice Grolier, expuesto en el club de mismo nombre en Nueva York, el cuarto códice, desapareció después de la exposición y nunca más se supo de él. De todos los códices, el de Dresden demuestra el gran saber astronómico de los mayas, que hacían cálculos de los eclipses con gran perfección, y dejaron, inclusive, fechas de eclipses, después de la caída de la propia civilización, aproxi-madamente en el siglo IX d.C.

Piezas precolombinas del Museo de Antropología de México.

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ARTE DA MESOAMÉRICA

Entre todas las artes de Mesoaméri-ca, el arte maya es el reflejo de su estilo de vida y de su cultura. Además, es una de las raras razas en las que el arte era integrada, o sea, la arquitectura, la pintura, la escultu-ra, los entallados en madera o piedra, todo formaba parte de un estilo sólo en cada templo. Esta arte se manifestaba en dibu-jos, pinturas al frescos o papel, bajo y alto

relieves en piedra, madera, barro, jade y hasta hueso, el proceso técnico con meta-les era conocido, pero debido a su escasez era aprovechado solamente en adornos.

La música era bastante apreciada y existen pruebas de obras teatrales que comparecían en ceremonias públicas. La realeza maya preparaba finas joyas para sus palacios, principalmente de jade y obsidiana, traídas por mercaderes de las tierras altas de Guatemala: tronos

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grabados, pinturas murales, así como la cerámica con cenas de la corte, ade-más de estelas que recordaban el pasado guerrero de la ciudad, o la vida de un rey-sacerdote excepcional.

El Arte Maya no la usaba sola-mente la realeza, sino también la gente común, según fueron encontradas pie-zas de arte en la casa de personas que no pertenecían a la elite. Las demás razas de la región acompañaban las costum-bres mayas, aztecas o de Teotihuacan, ciudad que fue abandonada aproxima-damente en 400 d.C. sin una explicación

y sin saber hasta hoy quienes fueron los habitantes que vivieron allí.

La escultura maya más común eran las Estelas, monolitos de piedra con grabados de gobernantes o dioses, y textos que nos ayudaron a entender mejor la cultura maya. La mayor estela del mundo maya es la estela E, de la ciu-dad de Quiriguá, que pesa 65 toneladas, y mide 10,5 m de altura. Los mayas y los mesoamericanos, en general, usaron muchas piezas de jade en sus obras de arte y, a pesar de su dureza, lograron ha-cer piezas refinadas.

Alberto Beutenmüller es poeta y periodista, miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (Aica/Unesco). Autor de diversos libros, recientemente ministró el curso “Historia del Arte en América Latina”, realizado por el Memorial.

La presencia de Diego Rivera (1886-1957), en este texto, se debe al hecho de que el muralismo mexicano, a partir de 1920, tiene algo en común con Mesoamérica, ya sea en los temas amerindios o en los mitos heredados de Aztecas y Mayas. Se puede decir que el muralismo mexicano tiene su ADN allá atrás, aunque poca gente se de cuenta de eso.

En Brasil, tuvimos dos muralis-tas – Candido Portinari (1903-1962) y Emiliano Di Cavalcanti (1897-1976) – ambos realizaron diversos murales, pero Portinari se distinguió por los dos mu-rales de la ONU, Guerra y Paz. Los dos murales volvieron a Brasil para restaura-

ción, pero enseguida volvieron a la sede de las Naciones Unidas.

Justamente en el segundo semes-tres estudiaremos el módulo 2, que co-menzará por el Muralismo Mexicano de 1930, pintura que nos recuerda los mu-rales mayas de la ciudad de Bonampak, pintados hace más de mil años atrás. Por eso, siempre es interesante comparar el presente del Arte con su pasado. Sólo así descubriremos los orígenes de su creatividad, su ADN verdadero.

DIEGO RIVERA, MAESTRO DEL MURALISMO MEXICANO

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Históricamente sobresaliente, notadamen-te a partir de las décadas del 50 y 60, la producción cinematográfica de Amé-rica Latina experimenta actualmente una fase de inédita expansión y de sig-nificativo reconocimiento internacional.

Si los años 90 se caracterizaron por la retomada de produc-ción de sus tradicionales centros de realización – Argentina, Brasil y México – y la década siguiente consolidó esa tenden-cia, estamos asistiendo el florecer de la creación audiovisual en nuevos territorios, en un movimiento auspicioso y multifacé-tico, con nuevas propuestas dramáticas y estéticas ocupando las pantallas y presentando diferentes personajes y escenarios. Significativo de ese momento actual, es la prestigiosa premia-ción conquistada por títulos latinoamericanos en los últimos

FESTIVAL

Francisco Cesar Filho e Jurandir Müller

MEMORIAL HACE SU 6º FESTIVAL DE

CINELATINOAMERICANO

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de su creación, en 2006. Realizado anual-mente en el mes de julio, y teniendo el Memorial de América Latina como ins-titución realizadora y sede principal, el evento ha hecho un mapa de esta nueva producción, trayendo películas y jóvenes directores de un amplio abanico de paí-ses de la región, inclusive de Costa Rica, Ecuador, Uruguay y Panamá, entre otros.

El evento brasileño se afirma, de esta manera, como una de las vitrinas in-ternacionales para la nueva cinematogra-fía latinoamericana, atento a sus caminos presentes y futuros – preocupación ex-presada en la realización de seminarios, encuentros y debates, prestigiados por productores, distribuidores y exhibido-res, por directores, actores y críticos.

Un ejemplo, entre muchos: en su sexta edición (11 al 17 de julio de 2011), el evento incluye el lanzamiento en Bra-sil del largometraje dirigido por el con-sagrado actor cubano Jorge Perrugorría (astro del éxito Fresa y Chocolate). Se trata de Afinidades, una codirección con Vla-dimir Cruz basada en el libro Música de Cámara, de Reinaldo Montero.

Otro destaque es Post Mortem, la nueva película del chileno Pablo Larraín (director del éxito Tony Manero). Trans-currida en los días inmediatamente antes y después del golpe militar que depuso al presidente Salvador Allende, la pelí-cula fue seleccionada para los festivales de Venecia, San Sebastián y Nueva York, además de haber vencido la competición del Festival de Cartagena en 2011.

La curaduría del Festival de Cine Latinoamericano de São Paulo también privilegia el pasado reciente, trazando recortes que le permiten al público in-teresado acompañar el desarrollo del arte audiovisual de la región. De esta manera, en 2011 el enfoque se orienta al llamado Nuevo Cine Argentino, que, a partir de mediados de la década del 90, encantó a cinéfilos de todas las latitudes al valorizar la excelencia de sus guiones

tres años, como en los festivales de Roterdam (Agua Fría del Mar, de Costa Rica, y el mexicano Al Mar), Sundance (el boliviano Zona Sur) y Berlín (donde el peruano La Teta Asustada venció el Oso de Oro), culminando con el reco-nocimiento a la producción argentina El Secreto de Sus Ojos), elegido como mejor película extranjera por la Acade-mia de Artes y Ciencias Cinematográfi-cas de Hollywood.

Este nuevo escenario audiovisual ha sido acompañado por el Festival de Cine Latinoamericano de São Paulo des-

Escenas de El guardián, de Rodrigo Moreno, cineasta argentino.

Fresa y chocolate, de los cubanos Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabio.

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Escena de la película Historias extraordinarias del director y actor argentino Mariano Llinás.

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y un modelo de producción que optimi-za sus (pocos) recursos financieros. La programación incluye títulos como el marco inaugural del movimiento Histo-rias Breves, con episodios dirigidos por Daniel Burman, Paula Hernández, Lu-crecia Martel, Bruno Stagnaro, Adrián Caetano, Sandra Gugliotta, Ulises Rosell y Andrés Tambornino.

Tal vez la gran atracción del festi-val en 2011 está en la sección Homenajes, que está dedicada al escritor y guionista colombiano Gabriel García Márquez y al director y guionista brasileño Orlando Senna, ambos personalidades relevantes para el cine de América Latina.

Vencedor del Premio Nobel de Literatura en 1982, Márquez estuvo in-volucrado en diversas producciones ci-nematográficas, como guionista de más de una decena de largometrajes, como uno de los fundadores de la importante Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños - EICTV, en Cuba y como director: su raro La Langos-ta Azul, cortometraje que dirigió en 1954 en Colombia, figura en la programación.

Nascido en Bahía, Orlando Sen-na también participó en la misma es-cuela fundada por Gabo, como director del curso de cine, en la década del 90. Pero antes ya había firmado su nombre como realizador del internacionalmente premiado Iracema, Uma Transa Amazô-nica (1976), innovadora mezcla de do-cumental y ficción codirigida por Jor-ge Bondanzky. Su significativa carrera como guionista incluye obras dirigidas por Héctor Babenco (El Rey de la Noche, 1975) y Geraldo Sarno (Coronel Delmiro Gouveia, 1979).

De esta manera, el Festival de Cine Latinoamericano de São Paulo presta un tributo al pasado del cine de la región, actualizando la producción re-ciente y apuntando sus caminos futuros. Esa es su vocación.

Francisco Cesar Filho y Jurandir Müller, directores del festival.

Afinidades, película dirigida por los cubanos Jorge Perugorria y Vladimir Cruz.

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La poesía siempre busca nuevos caminos, me-dios, soportes, formatos, dimensiones y tecno-logías para realizar sus infinitas finalidades de creación, plurisignificación y transgresión del lenguaje. Hace varias décadas, y de las más di-ferentes maneras, otro tipo de poesía contem-

poránea circula por otros caminos, en virtud de incorporar los signos verbales a los no verbales y buscar otros espacios. Desde hace medio siglo la poesía ha buscado las infovías (autopistas de la información) en todas sus modalidades, desde cuando la computadora pasó a ser, además de instrumento de cálculo y al-macenamiento, portadora de un lenguaje para diferentes finali-dades, entre las cuales se encuentran las artísticas y literarias. El proceso creativo de la poesía digital y su diseminación por las infovías presuponen dos de los muchos abordajes de un tema

CULTURA

Jorge Luis Antonio

LOS NUEVOS CAMINOS DE LA

INFOVÍAS pOESÍA

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contemporáneo, que son las negociaciones semióticas de la poesía con las artes, dise-ño y tecnología computacional. Puede ser entendido, por ejemplo, como: arte, cien-cia y tecnología; cambio de paradigma en la creación de imágenes y surgimiento de las imágenes digitales; los procesos creati-vos con los medios electrónicos, las poé-ticas digitales: heurísticas, experimentales, de recodificación, envolviendo lo que fue denominado como poetécnica o arte y poesía en tiempo de tecnología, de acuerdo con Julio Plaza y Mónica Tavares en Pro-cesos creativos con los medios electrónicos: poéticas digitales (1998). También se puede estudiar como una comunicación tecnoestética en los medios audiovisuales, en sus relaciones entre tecnología e imaginario, videoarte y videopoesía, poesía electrónica, tecnopoe-sía o poesía multimedia, de acuerdo con Denise de Azevedo Duarte Guimarães, en Comunicación tecnoestética en las medios audio-visuales (2007), mostrando que los medios de comunicación audiovisuales también se tornaron recursos expresivos para la poe-sía contemporánea. De esos enfoques más amplios y muy válidos, es necesario tratar solamente de ciberpoesía, infopoesía, poe-sía digital o poesía electrónica, denomina-ciones citadas por estudiosos como Pedro Barbosa en La Ciberliteratura (1996), Melo y Castro en Poética de los medios y arte high tech (1988), Funkhouser en Prehistoric digital poetry (2007), entre otros.

Los procesos creativos de esas ne-gociaciones semióticas se adecuan a cada etapa de la tecnología computacional y a cada posibilidad que el poeta encuentra para explorar las artes y el diseño. Eso depende de la asociación que él establece, de la sensibilidad y creatividad del poe-ta, del diseñador digital y del programa-dor, del conocimiento interdisciplinar de ellos. Hay ejemplos significativos de esas relaciones, asociaciones y relecturas en varios momentos de la poesía digital y en varios países, y ya se delinea una historia en obras de Barbosa, Funkhouser, etc.

Las negociaciones semióticas con las tecnologías comprenden: la mediación poe-ta-máquina, por medio de signos y códigos; la mediación de los signos y de los códigos verbales y no verbales; la intervención del poeta en la tecnología computacional para una finalidad poética; y la transmutación intersistemas (poético y tecnológico), que se produce por las interfaces. Eso da como resultado la tecnopoesía.

La poesía digital, o cualquier nom-bre que se le atribuya (poesía electrónica), aunque tenga medio siglo de existen-cia, necesita ser comprendida como una continuación de la poesía hasta entonces existente, como una realización de las ex-perimentaciones de las vanguardias del siglo XX, de las poesías denominadas ex-perimental, concreta, sonora y visual, de la misma forma que entendemos la poesía de los siglos XX y XXI como continua-ción de las poesías de los siglos anteriores.

Una de las formas necesarias para entender este fenómeno poético es trazar su trayecto en etapas, fases, límites y me-dios, que tienen inicio en el medio impreso y va gradualmente desvinculándose de este, adoptando procesos creativos, técnicas y soportes de las artes y del diseño, pasando a ser expuesto en el medio tridimensional, para llegar al medio digital o ciberespacio. Diversos trayectos pueden ser apuntados a partir de los criterios utilizados por los es-tudiosos de la poesía digital, cada uno de ellos con sus dificultades metodológicas de amplitud y de denominaciones.

En cuanto a la denominación ge-neral, este tipo de poesía continúa con nombres variados y eso se asemeja a los constantes cambios, variaciones y actuali-zaciones características de la cibercultura, que se caracteriza por el exceso de infor-maciones, potencialización y miniaturiza-ción, por la dromocracia (gobierno de la velocidad) y por el tecnopolio (predominio de la tecnología sobre la cultura). Aunque sea posible trazar algunos elementos que la caracterizan, y eso es válido para todo

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tipo de poesía digital, esta denominación se determina por la tecnología computa-cional usada por el poeta o interpretada por el teórico. Eso depende del punto de referencia adoptado: si se fija la mirada en el medio impreso, existe el riesgo de valo-rizarlo demasiado y tantear mapeos de lo que se hizo en las primeras experimenta-ciones en el medio digital y, bajo la pers-pectiva de una teoría literaria del medio impreso, sólo producir ideas poco claras o repetir lugares comunes. Si la perspectiva es solamente tecnológica, como la de un tecnólogo, diseñador digital o de un in-geniero de computación, por ejemplo, se corre el riesgo de una valorización tecno-lógica excesiva, en perjuicio de la poesía hecha con y en los medios digitales. Entre las varias tipologías existentes, se puede pensar, por ejemplo, en: poesía-programa; infopoesía; poesía-computadora; poesía hipertextual o poesía hipermedia; poesía-Internet; poesía interactiva, colaborativa y performática; poesía-código; poesía mi-grante; y poesía performática híbrida.

Entre los innumerables enfoques, se puede adoptar el estudio de una tecno-arte-poesía, de las relaciones de la poesía con las artes, diseño, ciencias y tecnologías y establecer algunos trayectos. De esta ma-nera, es posible comprender la absorción de procesos artísticos antes y después de la poesía digital (artes visuales, escultura, arquitectura, artes sonoras, performance), los recursos del diseño representados en sus funciones poéticas (tipografía, teoría del cartel y del anuncio publicitario, co-municación visual) y la propia poetización de las tecnologías: tipografía, máquina de escribir, fotografía, clichés, radio, cinema, televisión, vídeo, computadora, etc.

La diseminación de la poesía di-gital por las infovías (autopistas de la información) indica uno de los muchos trayectos contemporáneos de la poesía, sea del tipo que sea, y está relacionada, en este estudio, a la liviandad de Calvi-no en Seis propuestas para el próximo milenio

(1991), a la poesía y el límite de las cosas y el camino de lo ligero, obra-exposición de Melo y Castro en el Museo de Serral-ves (Porto, Portugal, feb.-abr. 2006).

“Infovía”, substantivo formado por “info” (de “información”) + “vía”, significa una vía de comunicación entre computadoras, utilizada para el intercam-bio de informaciones, conjunto de líneas digitales por donde transitan los datos de las redes electrónicas, que surgió de la idea de crear una red sin centro, rom-piendo el tradicional modelo de pirámide conectado a una computadora central.

Hay dos caminos básicos para la poesía digital: el espacio simbólico de la computadora aislada, desde 1959, antes de la red (1995) y el espacio universal-mente accesible de la computadora en red. Así como los rumbos de la poesía son infinitos, las infovías tienen innu-merables desdoblamientos.

Todo está dicho de Augusto de Campos.

Jorge Luis Antonio es doctor en Comunicación y Semiótica, y fue profesor de la Facultad Paulista de Artes.

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Jorge Luis Antonio é doutor em Comunicação e Semiótica, e foi professor da Faculdade Paulista de Artes.

Las vías por las cuales se disemina la poesía son infinitas. Todos los tipos de sopor-tes y medios vienen siendo utilizados por los poetas. Como siempre surgen novedades, la poesía siempre trabaja con el material del hoy. Por ejemplo, en el Arte Robótica, tenemos los robots PaCo (www.fundacion.telefonica.com/at/vida/vida10/paginas/v7/epaco.html) e ISU (www.leonelmoura.com/isu.html).

Las infovías propiciaran la producción y la diseminación de la poesía digital en muchos países: Poetry – New Media – Links of Ima-gination (http://vispo.com/misc/links.htm); Brazilian Digital Art and Poetry on the Web (www.vispo.com/misc/BrazilianDigitalPoetry.htm); BBC Arts and Poetry - A Showcase of Visual Poetry (www.bbc.co.uk/arts/poetry/on-display/index.shtml); PopBox (http://paginas.terra.com.br/arte/PopBox/home.htm); Museu do Essencial e do Além Disso (www.arteonli-ne.arq.br/museu/poesíadig.htm); etc. También hay muchos ejemplos en las Hispano-Américas (este mapeo es provisorio e incompleto): Ar-gentina: Ana María Uribe (1944-2004) (www.vispo.com/uribe/index.html), Fabio Docto-rovich (www.sitec.fr/users/akenatondocks/DOCKS-datas_ f/collect_f/auteurs_f/D_f/DOCTO_f/docto.html), Ivana Vollaro (www.cronicasvisuales.blogspot.com/); Javier Ro-

bledo (/www.youtube.com/results?search_query=Javier+Robledo&aq=f); Ladislao Pa-blo Györi (www.lpgyori.50g.com); Muriel Frega. Chile: Escáner Cultural Revista Virtual de Arte Contemporáneo y Nuevas Tecnologías (www.escaner.cl); Felipe Cussen; Isabel Aran-da Yto; Martin Bakero (www.myspace.com/pneumatiko/videos); Martín Gubbins; Nilda Saldamando-Diaz; Revista Laboratorio (www.revistalaboratorio.cl). Costa Rica: Teknokultu-ra Revista online (http://teknokultura.rrp.upr.edu/). Cuba: Desliz Revista de Arte, Literatura y Tendencias Contemporáneas (http://revista-desliz3.blogspot.com); Kevin Beovides Casas (http://eldiletante.ueuo.com/obras/yonky); Raul Aguiar; Samuel Riera. Uruguay: Clemente Padin (www.iis.com.br/~regvampi/spams_tra-shes/); Luis Bravo; Rafael Courtoisie; Santia-go Tavella. México: Alfredo Espinosa (www.alfredoespinosa.com.mx/); Bienal Internacional de Poesía Experimental (1987-2009, curadu-ría de Cesar Horacio Espinosa Vera y Araceli Zúñiga, poetas visuales y experimentales.; Juan José Díaz Infante (www.altamiracave.com/Site/Altamira.html); Laura Elenes (1933- 2005): Po-esía Visual Atelen (http://web.me.com/elenes/LAURA_ELENES/ENTREVISTAS_Y_AR-TICULOS/Entries/1998/5/20_Cinco_biena-les_de_poes%C3%ADa_cinco.html).

Al lado: Sujeto no identificado de Carlos Alexandre de Mattos Guimarães Abajo: Péndulo de Ernesto Manuel de Alves de Melo e Castro

ALguNAS VÍAS pArA NAVEgAr

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Con el fin de la Guerra Fría, muchos creyeron que Estados Unidos sería la única potencia mundial. Menos de veinte años después, observamos que países emergentes como Brasil, China e India comenzaron a tener mayor influencia en as-pectos importantes de la política internacional.

Las dificultades internas norteamericanas, inclusive el debilita-miento de su soft power, los desafíos para resolver crisis inter-nacionales, abren el campo para cambios en el equilibrio, tema de primordial interés para Brasil. Hay movimientos buscando el fortalecimiento del multilateralismo, para que otros actores participen efectivamente de la gestión del sistema internacio-nal. Una característica importante del escenario internacional a fines de la primera década del siglo XXI, más que propiamente el surgimiento de una nueva orden, es la crisis de la estructura

POLÍTICA

Tullo Vigevani

EL rOL DE

BrASILEN EL MuNDO

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existente desde el final de la II Guerra Mundial. Al mismo tiempo, la ascensión de nuevos intereses y demandas, así como la rapidez de las transformaciones, hace más complejo el entendimiento actual sobre la gobernabilidad global. En ese contexto de incertidumbres y cambios, Brasil parece adquirir una nueva posición de razonable prominencia, fundamen-tada en la mejoría de la realidad econó-mica y social del país, y en activismo in-ternacional que busca el fortalecimiento de la multipolaridad. De hecho, desde 1994 la inflación está en los estándares internacionales, y el crecimiento ha sido importante en los diez primeros años del siglo XXI, situándose, en 2010, en aproximadamente el 7,5%. Con ello el país va consolidándose como la sétima economía mundial. Es importante de-cir que este crecimiento se da junto con tendencia semejante en países de nuestra región, particularmente Argentina, cuyo crecimiento fue del 9,2% en 2010. Este hecho tiene un potencial consecuencia positiva. Sin embargo, para que ese mis-mo potencial pueda ser efectivamente aprovechado, necesita primero ser cons-truido. Las ventajas del crecimiento bra-sileño no son automáticas en la región. El tiempo para realizar la construcción no es infinito.

La participación activa en arenas multilaterales es una característica de la política externa brasileña, y tiene relación con el objetivo de parte de las elites de proyectar el país como un actor relevante en la configuración del sistema interna-cional. Esa característica se manifestó a lo largo de todo el siglo XX. La noción de multilateralismo expresa la preferencia por un estándar de interacción colectiva en sus diversas dimensiones, ya sea como método de negociación, de acción o de regulación, en lugar de priorizar acciones unilaterales o bilaterales. Eso es impor-tante para la comprensión de la política. La noción de multilateralismo puede for-

talecer el interés por la región, entendida como vector de aumento del poder de negociación del país. Pero, combinada con el crecimiento brasileño, la noción también puede tener como consecuen-cia el fortalecimiento de la idea, nunca totalmente alejada en Brasil, de que las relaciones con el mundo son mejor ad-ministradas sin las amarras de acuerdos de integración regional, particularmente de uniones aduaneras o mercados comu-

nes. Vale la pena recordar que esa misma idea también tiene significativo enraiza-miento en algunos de nuestros vecinos: Chile, Argentina y Colombia.

Hoy en día, en función de la natu-raleza de los nuevos desafíos colocados por las transformaciones globales y de la retomada de las discusiones sobre los parámetros de legitimidad internacional, hay una tentativa de Brasil de aumentar su peso en los órganos internacionales tradicionales, tales como ONU (Orga-

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nización de las Naciones Unidas), OMC (Organización Mundial del Comercio) y FMI (Fondo Monetario Internacional), buscando modificar las estructuras que consolidaron jerarquías en el sistema in-ternacional, conforme dice Craig Murphy en el libro International organization and in-dustrial change. Se fortalecen también una serie de arreglos multilaterales informa-les y selectivos, como el G-20 financiero, que no pueden ser vistos como alterna-

tivas para el estándar de multilateralismo tradicional. Estos objetivos, importantes y legítimos, deben ser pensados como nacionales, pare también como regiona-les. Eso pone una cuestión no suficien-temente presente: la del fortalecimiento de la integración, sobre todo del Mer-cosur. En otras palabras, estos objetivos deberían ser absorbidos como parte de una estrategia de interés regional, no sólo nacional. Cabe una reflexión, no un pa-ralelismo, sobre cómo se lleva a cabo en

la Unión Europea. Esa evolución no está claramente diseñada en América Latina.

Cambios ocurridos en el sistema in-ternacional, que no se presentaban como escenarios previsibles antes de los años 90, influenciaron la política externa, inclu-sive la de integración regional en la prime-ra década del siglo XXI. Vale la pena des-tacar: 1) el proceso de intensificación del unilateralismo norteamericano, especial-mente durante los gobiernos de George W. Bush (2001-2008); 2) el impacto de la ascensión china; 3) la valorización de las commodities agrícolas, a partir de 2003; 4) la reestructuración de los ejes de desarro-llo mundial, en particular el rol de India, Rusia y Sudáfrica; 5) el crecimiento de los flujos de comercio para países que, hasta 1990, no eran relevantes para Brasil; 6) el rol atribuido por Brasil a las negociacio-nes económicas multilaterales, evidencia-do por la participación activa del país en el G-20 financiero.

En conjunto, esos elementos forta-lecieron el paradigma universalista y dis-minuyeron relativamente el peso de la in-tegración regional. Aunque se mantenga el énfasis político en la integración y en la relación con los países vecinos, en el ám-bito del Mercosur y de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), tuvo su sig-nificado proporcionalmente reducido. El paradigma universalista estuvo presente en las formulaciones brasileñas con rela-ción al Mercosur, principalmente en de-fensa del intergubernamentalismo como principio institucional de la integración, evitándose el supranacionalismo. Una perspectiva mantenida constante de 1991 hasta hoy, recientemente ha sido revalori-zada, pues, en el entendimiento de las eli-tes y del gobierno brasileño, esta viabiliza la búsqueda por el multilateralismo – su interés mayor.

Antonio Patriota (2008), entonces embajador de Brasil en Washington, dice en su artículo “Brasil y la política externa de EE.UU.”, en el libro Política Externa:

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“aunque Estados Unidos permanezca como la única superpotencia del sistema internacional, ya no se puede decir, hoy, que el orden mundial se encuadre en un modelo rigorosamente ‘unipolar’. Los recursos políticos y militares de los que disponen el gobierno y la sociedad nor-teamericana, aunque virtualmente incon-trastables, no les aseguran la capacidad de definir resultados en escala global”. El objetivo brasileño, en el gobierno de Lula da Silva y que continúa en el de Dilma Rousseff, de contribuir para una nueva geometría de poder mundial no impli-ca un confronto con los países ricos, en particular con Estados Unidos, tampoco con la Unión Europea. No obstante, en algunos temas, inclusive latino y sudame-ricanos, las diferencias salieron a la su-perficie. Fue así en la crisis de Honduras de 2009, y también en la evaluación de algunos gobiernos críticos a los Estados Unidos, como es el caso de Venezuela. Exactamente esa situación, en la que se consolidan diferencias de intereses trata-das de forma pragmática, exige de par-te de Brasil la búsqueda de afinamiento mayor con los países de la región. Cier-tamente se construyeron instrumentos importantes, además del Mercosur: la

Unasur, la Cealc (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). Pero al discutir el nuevo rol que Brasil juega en la región, no conviene desconocer que esos instrumentos se resienten de gran debili-dad institucional. La posibilidad brasileña de contribuir de modo importante para la superación de esa debilidad es efecti-va en la actualidad. Probablemente es un hecho históricamente nuevo, determina-do por diferentes razones políticas, pero también por la capacidad potencial de atracción, inclusive comercial, económi-ca, de desarrollo de proyectos conjuntos.

La consecuencia de la estrategia glo-bal player, o universalista, repercute sobre innumerables aspectos. Como intenta-mos explicar, lo más importante es el de la política frente a Sudamérica. Esta es-trategia reduce, al menos en términos re-lativos, el rol del Mercosur y del resto de América Latina. Paradójicamente, puede aumentar el interés por Brasil de parte de sus vecinos. La razón para que eso suceda, con buena posibilidad de conti-nuidad, es el crecimiento económico del país, que hace que se torne un mercado crecientemente importante, sobre todo para los países del Mercosur. En 2000, el share del comercio de Brasil con los países

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del Mercosur era del 14%, cayendo para el 10% en 2009, manteniéndose igual en 2010. En valores absolutos, el comercio y las inversiones en la región aumentaron fuertemente, haciendo crecer el interés por Brasil, particularmente en Argentina y también en Chile. Al mismo tiempo, la diversificación y el desarrollo de otros fuertes intereses, hacen que el país pase a concentrar sus esfuerzos en dirección a otros actores considerados estratégicos.

El Mercosur continúa siendo im-portante, así como la integración sud-americana, a la cual se da mayor peso, pero esos objetivos no son el único enfoque. Brasil mostró interés en el desarrollo económico de los países de Sudamérica, inclusive estimulando la

estabilidad democrática, como lo de-muestra la aprobación, en la Cámara de los Diputados, a comienzos de abril de 2011, de la ley que aumenta el pago de la energía producida en Itaipu pertene-ciente a la cuota paraguaya. Del mismo modo, a pesar de la modesta capacidad brasileña, como se percibe por el volu-men de recursos aplicados en el Fon-do para la Convergencia Estructural y Fortalecimiento Institucional del Mer-cosur (Focem), creado a fines de 2004, las inversiones públicas y privadas en la región han crecido en importancia. Inclusive las del BNDES y de agencias públicas, como Petrobras.

Al contrario de los países desarro-llados, cuyos recursos de poder econó-mico y militar les garantizan influencia

internacional, aunque con riesgos de over extension, la proyección externa del Brasil se persigue mediante una inten-sa participación en los foros políticos y económicos, regionales y multilaterales. En esa perspectiva, la cuestión regional para Brasil tiene una clara dualidad o ambigüedad. Por un lado, ella es impor-tante y Brasil aumenta parcialmente su atracción, se ve con simpatía, por no te-ner veleidades ni posibilidades hegemó-nicas. Por otro, su creciente importancia económica y política en escala interna-cional, hace que gane sustentación en partes de la sociedad la interpretación de que universalismo y multilateralismo sean objetivos que serán alcanzados por el país por medio de sus propias capa-

cidades. Creemos que la integración profunda, como la que surgió de los debates argentino y brasileño de algu-nas décadas, sea parte del propio interés nacional y deba beneficiar a la región, sin altruismos fuera de lugar, lo que no es propio de la política de Estado, pero como parte de la concepción de inser-ción global en un mundo multilateral. El mayor peso brasileño podría estimular esa perspectiva.

Tullo Vigevani es doctor en Historia Social por la Universidad de São Paulo, y profesor titular de Ciencia Política de la Unesp, y ha publicado varios libros.

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PERSONALIDAD

Flávio Saes

CELSO FurtADO

La amplia repercusión nacional e internacional de la obra de Celso Furtado permite afirmar que él fue el más importante economista bra-sileño del siglo XX. Basta recordar que sus li-bros fueron traducidos a 11 idiomas (inclusive japonés, chino, polonés, rumano, sueco y far-

si), para ver el interés que su obra despertó en todo el mundo. Podemos afirmar que la relevancia de su obra es fruto no sólo de su envergadura intelectual, sino también de una rica expe-riencia de vida. Nascido en Pombal, en el interior de Paraíba, convivió desde chico con una sociedad marcada por la pobreza y por la profunda desigualdad social. En 1944, después de con-cluir el curso de Derecho en Rio de Janeiro, fue convocado para la FEB (Fuerza Expedicionaria Brasileña), integrando, de enero a agosto de 1945, las fuerzas brasileñas que participaron de la

ECONOMIStA BrASILEñO DE prOyECCIóN INtErNACIONAL

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Segunda Guerra en Italia. En 1946 co-menzó su curso de doctorado en la Uni-versidad de Paris, donde defendió, en 1948, la tesis “La Economía Colonial Brasileña”. En esos años pudo acom-pañar la reconstrucción de la econo-mía europea de postguerra: la pobreza de los países europeos más afectados por la guerra era enfrentada por medio de un vasto, y en gran medida exitoso, esfuerzo de reconstrucción. En 1949, fue llamado para colaborar con Cepal (Comisión Económica para América Latina) en la secretaría general del ór-gano en Santiago de Chile, y también en Rio de Janeiro como presidente del Grupo Mixto Cepal-BNDE. En 1958, ya desvinculado de Cepal, asumió un directorio del BNDE: realizó estudios sobre el Nordeste, que convencieron al presidente Juscelino Kubitschek a crear la “Sudene” (Superintendencia del Desarrollo del Nordeste). Furtado fue nombrado su superintendente, y fue responsable por la estructuración del órgano. En 1962, en el gobierno de João Goulart, se tornó primer Ministro de Planificación, y como tal elaboró el Plan Trienal de Desarrollo Económico. En 1964, ya de vuelta a Sudene, tuvo

sus derechos políticos anulados por diez años por el Acto Institucional nº 1. Fue-ra de Brasil, inició una brillante carrera académica internacional por varios paí-ses y universidades que culminó con la invitación para asumir la cátedra de De-sarrollo Económico en la Universidad de Paris, donde permaneció alrededor de veinte años. En 1986 volvió a Bra-sil y ocupó, en el gobierno de Sarney, el Ministerio de Cultura. Mantuvo, en los años 1990, intensa actividad: participó de comisiones y órganos internaciona-les, principalmente en la Unesco, se hizo oír con relación a los grandes temas de la economía brasileña y continuó publi-cando artículos y libros (el último fue Raízes do subdesenvolvimento, en 2003).

El enfoque central de la obra de Furtado es la cuestión del desarrollo y del subdesarrollo, ciertamente resultado de su sensibilidad para la cuestión de la pobreza que observara, bajo diferentes formas, desde muy joven. La riqueza de esa vasta obra permite su lectura bajo in-numerables perspectivas (económica, so-cial, política, cultural). Buscamos, a con-tinuación, explorar solamente un aspecto del pensamiento de Furtado: el sistema “centro-periferia” de relaciones econó-

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micas internacionales en el que se inserta la cuestión del subdesarrollo latinoameri-cano. Vale la pena recordar, Furtado atri-buye a Raúl Prebisch, primer secretario-general de Cepal con quien trabajó en Santiago de Chile, la concepción “cen-tro-periferia” como fundamental para la comprensión del subdesarrollo:

Esa visión está subyacente en For-mação econômica do Brasil, libro publicado en 1959 y que se tornó un clásico de la Historia Económica de Brasil. Furtado estudia largamente la dinámica de la eco-nomía brasileña (desde la economía es-clavista en el siglo XVI hasta la economía de transición para un sistema industrial en el siglo XX). Orientada, durante si-glos, a la exportación, la economía bra-sileña habría encontrado en la crisis de 1929 y en la Gran Depresión de los años 1930 la oportunidad histórica de romper su carácter periférico. Debilitados los la-zos con la economía mundial, fue posible el desplazamiento del centro dinámico de la economía brasileña para su mercado interno, con especial relieve a la industria de manufactura. La profundización de la industrialización en las décadas siguientes permitía visualizar la constitución de una economía nacional autónoma. Era ese el mensaje presente en “A pré-revolução brasi-leira” (publicado en 1962):

“En síntesis, Brasil, al iniciar la séptima década del siglo XX se encuen-tra en el umbral de su transmutación en nación industrial. Treinta años de pro-fundas transformaciones hicieron de una simple constelación de economías periféricas del mercado mundial, con la dinámica típica de un sistema colonial, una economía industrial cuyo proceso de crecimiento se traduce en diferenciación creciente, a niveles más altos de produc-tividad, de una estructura cada vez más compleja. (...) Nuestra economía ya no está comandada de afuera hacia adentro, lo que no obligó a seguir, perplejos e im-potentes, los vaivenes de un destino de

pueblo dependiente. Tenemos en nues-tras manos los instrumentos de autode-terminación que hasta hace poco tiempo eran la herencia de unos cuantos pueblos privilegiados” (Furtado, 1962, p. 115).

Esa expectativa, de una economía nacional independiente que pudiese cami-nar rumbo al desarrollo por medio de la elevación de la productividad y de la dis-tribución de sus ganancias por el conjunto de la población, se deshizo a lo largo de los años 60. En parte, por la opción po-lítica de los gobiernos autoritarios de la época, no sólo en Brasil, sino también en otras naciones latinoamericanas, de mayor integración económica con las economías capitalistas desarrolladas (en especial, Es-tados Unidos). Pero también porque se percibía la creciente dificultad de romper con el subdesarrollo dada la forma previa de inserción de las economías latinoame-ricanas en la economía mundial. Es lo que Furtado, en el libro “Brasil: a construção in-terrompida” (de 1992), llamó de “trampa histórica del subdesarrollo”.

El fenómeno fundamental para el desarrollo económico es el progreso técnico: es por medio de este que se ob-tiene el aumento de productividad que resulta en la elevación de la renta per ca-pita. Cuando la acumulación de capital se hace a un ritmo más rápido que el creci-miento de la población (y, por lo tanto, de la disponibilidad de mano de obra), hay una presión para la elevación de los sa-larios, de modo que esa sociedad camina rumbo a lo que Furtado denomina “ho-mogeneización social”. No se trata de la igualdad absoluta entre todos, sino de la situación en la que los “miembros de una sociedad satisfacen de forma apropiada las necesidades de alimentación, vesti-menta, vivienda, acceso a la educación y al entretenimiento, y a un mínimo de bienes culturales” (Furtado, 1992, p. 38). Eso fue lo que ocurrió en el “centro”, o sea, en los países que se industrializaron en el siglo XVIII y en el XIX.

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Pero ese no era un resultado ne-cesario del progreso técnico. Recuerda Furtado que “... la teoría del subdesarrollo cuida del caso especial de situaciones en las que aumentos de productividad y asi-milación de nuevas técnicas no conducen a la homogeneización social, aunque cau-sen la elevación del nivel de vida medio de la población” (Furtado, 1992, p.40). ¿Por qué ocurre eso? O sea, ¿cuál es, al final, la “trampa histórica del subdesarrollo”?

En la periferia, no ocurrió la pro-ducción de nuevas técnicas y sí la absor-ción de las innovaciones creadas en los países centrales. Pero esas innovaciones son de dos tipos: por un lado, procesos productivos más eficientes; del otro, nuevos productos que pasan a integrar el estándar de consumo de la sociedad. La posibilidad de absorción del progreso técnico en la periferia se dio a partir del crecimiento de la renta generada por las exportaciones de productos primarios. Sin embargo, no hubo progreso en las técnicas de la producción primaria (ex-cepto algún mejoramiento en actividades de apoyo como el transporte ferroviario); de esta manera, la absorción del progre-so técnico se hizo principalmente por la incorporación, por medio de productos importados, de los nuevos estándares de consumo de la periferia. Pero con una renta altamente concentrada, esos pro-ductos eran los que atendían a los gru-pos ricos de los países periféricos. A ese fenómeno, Furtado le dio el nombre de “modernización”: la asimilación del pro-greso técnico por medio de la incorpora-ción de nuevos productos al estándar de consumo de ciertos grupos, sin expresiva transformación del proceso productivo.

La esperanza de que la industriali-zación pudiese conducir la “homogenei-zación social” fue frustrada exactamente porque ella ocurrió en una economía mar-cada por la “modernización”. Después de una fase inicial en la que la substitución de importaciones ocurrió en las industrias más

sencillas, la industrialización se pautó por los productos de consumo de los grupos de alta renta (el segmento más dinámico de la demanda). Ahora, en estas industrias, la tecnología, importada de los países cen-trales, era típicamente intensiva en capital. En consecuencia, hubo reducida absorción de mano de obra, sin generar presión para la elevación de los salarios de la economía. Esa es la “trampa histórica del subdesarro-llo”: la industrialización ocurrió en varios países de la periferia, pero donde ella se hizo con un estándar impuesto por la “mo-dernización” no se produjo la “homoge-neización social” que debe ser, finalmente, el objetivo central del desarrollo.

De ese modo, Furtado muestra cómo el sistema centro-periferia, por me-dio de la “modernización”, deja su marca en los países subdesarrollados. O sea, la superación del subdesarrollo exige mu-cho más que algunos indicadores cuan-titativos aparentemente satisfactorios: rápido crecimiento del PIB, aumento de la renta per capita, expansión de las expor-taciones, nada de eso garantiza la efectiva promoción del desarrollo cuyo criterio decisivo es la capacidad de promover la “homogeneización social”. Este es el mensaje de Furtado que, aún hoy, merece reflexión ante la euforia de muchos con nuestros indicadores económicos.

Flávio Saes es doctor en Sociología por la Universidad de São Paulo y postdoctorado por la Université de Paris III (Sorbonne-Nouvelle). Actualmente es profesor titular de la Universidad de São Paulo.

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DEBATE

MErCOSur

ANÁLISIS DE LOS ESPECIALISTASRUBENS BARBOSA E FÉLIX PEÑA

20 AÑOS

Cuando fue creado el Mercosur por el Tratado de Asunción, el 26 de marzo de 1991, las cir-cunstancias políticas y comerciales eran muy diferentes a las que existen hoy. La prevalen-cia de las visiones nacionales, las diferencias surgidas en Sudamérica y la emergencia de

China como primer aliado comercial de muchos países de la re-gión, inclusive Brasil, tornaron la negociación en el ámbito del Mercosur más difícil. Al comienzo, el Mercosur estaba orienta-do a la integración económica y comercial. Las negociaciones para la apertura de los mercados de los países miembros fueron importantes para las empresas brasileñas, y sirvieron como un ejercicio útil para el seguimiento y la negociación de acuerdos regionales y multilaterales. La motivación para promover la li-beralización comercial y la coordinación macroeconómica, con

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vistas a llegar a un mercado común, fue de a poco perdiéndose.

Los incumplimientos del Tratado de Asunción comenzaron en 1995, cuan-do la Tarifa Externa Común (TEC) entró en vigencia y el grupo pasó a la fase de unión aduanera. Todos los países estaban inmersos en graves crisis económicas.

A lo largo de los años, en especial en los últimos cuatro o cinco, con las cre-cientes dificultades institucionales para desarrollar el proyecto de integración, los países, liderados por Brasil, comenzaron a enfatizar los aspectos políticos y sociales de las relaciones. Aunque el nuevo enfo-que represente una distorsión del Tratado de Asunción, muchos ven esas medidas como igualmente importantes para la inte-gración regional. Sin embargo, este proce-so vive hoy un momento de crisis institu-cional, que, en el caso de que sea superada, podría hacer crecer aún más la relación comercial entre los países miembros.

Los actuales órganos del Merco-sur funcionan de manera precaria, lo que no permitió mayores avances en las negociaciones. El Tratado de Asunción continuó sistemáticamente sin ser res-petado por todos los países miembros, con crecientes excepciones a la TEC, aplicada solamente a cerca del 35% de los productos, y restricciones a las ex-portaciones, como licencias previas y restricciones voluntarias, contrarias a la letra y al espíritu del Tratado. El fre-cuente cambio de reglas genera insegu-ridad jurídica e incertidumbre para los inversionistas y para las empresas indus-triales y exportadoras. Esos hechos no impiden que empresas, individualmen-te, aprovechen las oportunidades de co-mercio y de inversión.

La necesidad de avances institu-cionales, a fin de corregir los rumbos del Mercosur, deberá exigir esfuerzos adi-cionales para fortalecer la TEC, el me-canismo de solución de controversias, el sistema normativo, el Parlamento y la

transformación del sistema de votación (de consensual para ponderado).

Los números del intercambio co-mercial intra-bloque alcanzaron a niveles record en 2010 (UD$ 45.000 millones). No son las virtudes del Tratado de Asun-ción, sin embargo, que despiertan el ac-tivismo del sector privado en los países miembros. La realidad es que el aspecto comercial del Mercosur perdió impor-tancia relativa. En el caso de Brasil, los intercambios dentro del bloque repre-sentaban, en 1998, cerca del 17% del co-mercio exterior brasileño. En 2010, caye-ron para cerca del 9% del total.

Inclusive reconociendo el redu-cido impacto para la estructura pro-ductiva nacional, y la casi marginalidad para las necesidades brasileñas de mo-dernización productiva, el proceso de integración subregional es una ganan-cia política y económica para los países miembros, por la irrelevancia en el plan estratégico-diplomático.

Para ser objetivo, y no parecer so-lamente negativo, no se deben olvidar los avances que se produjeron recientemen-te en el proceso de negociación. Des-pués de seis largos años de discusión y estancamientos, fueron aprobados el có-digo aduanero, con algunas concesiones contra el libre comercio, que entrarán en vigor hasta 2019, la gradual eliminación del doble cobro de la TEC, en etapas sucesivas que terminarán en 2017, y la distribución de la renta aduanera. Hubo avances también en el Fondo para la Convergencia Estructural (Focem) que hoy gira entorno de UD$ 470 millones. Con recursos del Focem, en gran medi-da integrados por Brasil, están siendo fi-nanciados nueve proyectos en el valor de UD$ 800 millones para la construcción de carreteras en Paraguay y la implanta-ción de líneas de transmisión eléctrica en Argentina, en Paraguay y en Uruguay.

En lo que respecta a la agenda ex-terna, la prioridad atribuida en los últimos

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la pérdida de espacio para otras institu-ciones recién creadas, como la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), por la superposición de competencias, fue una garantía de la no desintegración del subgrupo regional.

El Tratado de Asunción cumple 20 años en medio de una crisis institu-cional y el Mercosur se torna cada vez menos relevante en el contexto del co-mercio exterior brasileño.

Es el momento de que tengamos una idea clara de lo que se pretende para el Mercosur. Y Brasil debería liderar, con vigor, los esfuerzos para retomar el pro-yecto inicial de liberalización comercial.

ocho años a las negociaciones multilatera-les de la Ronda de Doha explica, en parte, la parcial parálisis de los entendimientos mantenidos por el Mercosur. El reducido número de acuerdos comerciales firmados (Israel y Egipto) y en negociación es resulta-do tanto de los intereses conflictivos como de la dificultad de entendimiento entre los cuatro países miembros. Se impone la fle-xibilización de las reglas para permitir que cada país pueda negociar individualmente. El fracaso de la Ronda y las dificultades para avanzar en los entendimientos con la Unión Europea, sobre todo ahora con los titubeos de Argentina, dejaron al Mercosur en una situación de aislamiento. El ingreso de la Venezuela podrá tornar este cuadro aún más complicado.

La fidelidad de Brasil al Mercosur durante el gobierno anterior, a pesar de

Rubens Barbosa es economista e investigador político. Fue embajador de Brasil en Washington.

¿CuÁL MErCOSur SE pODrÁ CONStruIr EN LOS próXIMOS AñOS?

Tras sus primeros veinte años no parece haber demasiadas dudas sobre la subsistencia futura del Mercosur. Al me-nos no se observan opciones razonables que sean valoradas por los países miem-bros. Las que se suelen plantear presentan costos políticos que pueden ser altos. Y no siempre ofrecen perspectivas satisfac-torias en el plano comercial y económico.

La cuestión central es entonces saber qué tipo de Mercosur será el que podrá construirse en los próximos años. Hay tres datos ciertos. Uno es el de una creciente insatisfacción con los resultados concretos alcanzados. No siempre se lo percibe como capaz de generar ganancias mutuas entre sus socios. Sobre todo teniendo en cuen-ta las asimetrías económicas derivadas de diferencias en la dimensión de los respectivos mercados e incluso, en su

grado de desarrollo relativo. El otro es que las circunstancias globales y regio-nales que llevaron a su creación han cambiado profundamente en los últi-mos veinte años. Un mundo diferen-te al de los noventa requiere también enfoques novedosos en la construcci-ón de los espacios regionales de inte-gración y cooperación. Se observa ello también en otras regiones incluyendo, por cierto, a Europa. Y el tercer dato es que hoy todos los países del Mercosur –grandes y pequeños- tienen múltiples opciones en su inserción internacional. En cierta forma, a todos el Mercosur les queda chico. Lo cual no quiere decir que no les pueda ser útil como ámbito para potenciar su capacidad de compe-tir en el mundo, para acelerar sus pro-cesos de transformación productiva, y para generar un entorno externo más

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Félix Peña es director del Núcleo Interdiscipli-nario de Estudios Internacionales y del Módu-lo Jean Monnet de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en Buenos Aires.

favorable a la democracia y a la necesa-ria cohesión social.

Con respecto al futuro, al menos dos opciones se abren para continuar construyendo un espacio común en el marco del Mercosur. Una es continuar un proceso de pasos incrementales que permitan desarrollar y perfeccionar ins-trumentos definidos originalmente en el Tratado de Asunción, incluso sacando provecho al alcance poco preciso de al-gunos compromisos efectivamente asu-midos. Es mucho lo que hay que avanzar al respecto. Quizás lleve mucho tiempo y sobre todo, mucha constancia. No es preciso seguir al pie de la letra modelos teóricos ni tan siquiera los de otros pro-cesos de integración. Lo importante es lograr una combinación inteligente de previsibilidad y de flexibilidad en sus re-glas de juego y en sus mecanismos ope-

rativos. Con credibilidad se movilizarán inversiones productivas en función del mercado ampliado. La otra opción es inclinarse por un Mercosur con fuerte densidad retórica y poca densidad en los hechos. Algo así como un Mercosur de “utilería”, una especie de “cinecitta” de la integración, útil para fines mediáticos, pero no para incidir en las realidades de la vida cotidiana de ciudadanos, trabaja-dores y consumidores.

La primera opción es la más re-comendable. Con voluntad política y creatividad en el plano técnico ella es además viable.

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HOMENAJE

Ignácio de Loyola Brandão

EL HOMBRE QUE ESCRIBÍA SIN PARAR

SCLIAR

A fines del mes de abril, en el hospital Albert Einstein de São Paulo, se inauguró una sala con el nombre de Moacyr Scliar, el médico-escritor. En la platea, decenas de médicos y amigos de Scliar, entre ellos Judith, la viu-da que no pudo subir al palco para agrade-

cer, con medo de no ser capaz de hablar y comenzar a llorar. Fue el hermano de ella que hizo la parte familiar. Por más de una hora yo había escuchado a médicos comentar el trabajo de otro médico, no en el consultorio sino ante de la página escrita.Más que eso, se hablaba de la cultura judaica impresa en la obra de Scliar, un hijo de inmigrantes judíos que se instalaron en el barrio de Bonfim, en Porto Alegre. Moacyr nación y creció en un medio humilde, y su orgullo era ese: el de haber hecho una ca-rrera literaria exitosa, nacional e internacionalmente, el de haber

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llegado a la Academia Brasileña de Le-tras, a pesar de salir de una familia muy simple. Escribiendo, escribiendo, escri-biendo, dice Roberto, el cuñado. Escri-bió cuentos, romances, crónicas, infanti-les, biografías, ensayos.

Nunca nadie en la familia había visto a Moacyr sin estar escribiendo. Escribía hasta en la playa. Quien sabe por eso era tan blanco, casi pálido. Un día, Judith me contó que ni bien el avión subía, Scliar bajaba la mesita y escribía.

Nadie produce casi ochenta libros sin trabajar todo el tiempo. Trabajar realmente, como médico, como director de departamento en el gobierno del Es-tado, como cronista de Folha de S. Paulo, como cronista de Selecciones de Reader’s Digest, como conferencista.

Escucho decir que no hubo siquie-ra una feria del libros, un festival de lite-ratura, una bienal, un seminario en el cual Moacyr no estuviera presente. Llegaba a provocar celos en algunos escritores a catarata de invitaciones que él recibía. Porque estaba en Boston, o en Arena, en

Paraíba; en Paris o en Figueira da Foz, Portugal; en Natal o en Washington, Nueva York, Frankfurt, Roma, Sofía, Praga, Passo Fundo, Bagé, Buenos Aires. Talvez haya sido el más internacional de los escritores brasileños actuales.

Aceptaba e iba, allí estaba hablan-do. Cuando hablaba, comenzaba lento, parece que iba ahogarse, no tenía que decir y, de repente, engranaba y revela-ba un hombre informado que debatía literatura, política cultural, hablaba de imaginación y fantasía, de cine y teatro y seguía, calmo, coordinado.

Antes de morir, y por un corto espacio de tiempo estuvimos tres veces juntos. En Pirenópolis, en la segunda Flipiri, festival de libros en una ciudad goiana que es un encanto, tan linda cuanto Parati en materia de arquitectura colonial, adorable ciudad de 300 años. Había sol, calor, sin embargo, Scliar es-taba impecable de saco y corbata y pare-ciendo fresco. Les voy a decir que nunca lo vi en mangas de camisa. A propósito, en el vehículo a camino de Pirenópolis,

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desembarcados del avión en Brasilia, conversábamos sobre la Academia Bra-sileña, las elecciones, el ritual de visitas de convencimiento de cada académico en la lucha por los votos, de los grupos y de cómo cada grupo se comportaba. Márcia, mi mujer, curiosa, preguntó:” ¿Algún académico ya fue elegido por unanimidad?” Moacyr, en el asiento de adelante, se dio vuelta, lleno de orgullo: “Yo fui.” En la ABL él llevaba todo a serio, iba a todas las sesiones, tomaba parte en las comisiones, hacía conferen-cias, era activo.

Después, estuvimos en la TV Cultura, fui uno de los entrevistado-res en Roda Viva. Con agudo sentido de humor, a cierta altura, alguien le preguntó se haría una consulta con el doctor House, el célebre médico de la serie exhibida en Universal Channel, famoso por la extravagancia. “¿Pien-san que yo me entregaría a un loco? Sólo si estuviera loco también””, res-pondió sonriendo.

La última vez que nos encontramos fue en el Palacio del Gobierno del Esta-

do de São Paulo cuando nos tornamos comendadores de la Ordem do Ipiranga. Nos sentamos lado a lado en el palco de los homenajeados. “Quien diría”, me dijo, “somos escritores y comendadores. ¿Será un camino para el Nobel?”

Él sabía ser bien humorado. Su sonrisa era franca, aunque jamás lo haya visto dando una carcajada. Era genero-so, leal, profesional. En 1996, cuando fui internado en el Hospital Einstein para curar un aneurisma cerebral, él, médico, llamó por teléfono de Porto Alegre a mi mujer: “Si te parece nece-sario, se te da más seguridad, dentro de dos horas estaré en São Paulo y, como médico, acompañaré todo, descifrando los procedimientos” Eso hacía de él el compañero de todos los momentos. Carlos Heitor Cony, que tuvo un grave problema de salud, en su crónica de Fol-ha de S. Paulo reforzó: “Mucho más jo-ven que yo, se preocupaba con mi salud, mis remedios, exámenes, regimenes. Atento, cordial, quería estar informado, seguro de que yo cumplía las prescrip-ciones médicas.”

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Cuando estuve en Porto Alegre, des-pués de su internación, no lo vi, estaba en terapia intensiva, de donde salió sin vida.

Prácticamente todos los médicos de la ciudad giraron alrededor de su le-cho. Vi alumnos conmovidos, llorando. Me senté con Judith y hablamos durante dos horas, recordando, entre otras co-sas, un viaje a Portugal que fue divertido y solemne, con buenas comidas y bebi-das. Aunque él comiese moderadamente y no bebiese. ¿Cómo? ¿Un escritor que no bebe? No bebía y no era por religión ni por salud, era por que no le gustaba. Lo que no significaba que no participa-se de una ronda donde los alcoholiza-dos estuviesen discutiendo alguna cosa. Él se quedaba al lado, participando y se mantenía irritantemente sobrio y ganan-do en los pálpitos y en los chistes.

En Coimbra, hubo un encuentro con Miguel Torga, un clásico moderno. Cuando supo que Torga hacía cambios en cada nueva edición de cada libro suyo, Scliar no se contuvo: “¿Pero así su obra no acaba nunca? “Y Torga, ve-tusto, solemne, concordó: “Un libro no

acaba nunca de ser escrito y reescrito. El tiempo cambia, la historia cambia, los personajes cambian también, el lenguaje precisa ser mejorado.”

Jamás me olvidé del encuentro en un aeropuerto, yo bajando de un avión, él de otro, para una bienal. Moacyr me saludó y se volvió para algunos profeso-res y periodistas que estaban esperándo-nos: “Ustedes están contemplando una amistad de 50 años.” Durante medio siglo convivimos haciendo literatura, él mucho más que yo.

Así como Encuentro marcado, de Fernando Sabino, fue una especie de ro-mance de generación, el ultimo de Scliar, “Eu vos abraçarei mil vezes” (recién publicado por Companhia das Letras), también puede ser considerado el libro de una generación que soñó en cambiar Brasil. Él cerró la vida espléndidamente.

Ignácio de Loyola Brandão es autor de diversos libros, entre ellos: Zero y Não verás país nenhum.

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RESEÑA

Reynaldo Damazio

DEMOCRACIA EN EL TRÁNSITO:

REALIDADY UTOPÍA

El libro Fé em Deus e pé na tábua (Editora Roc-co, 2010) surgió de una investigación realizada a pedido del gobierno de Espírito Santo, por medio del Departamento Estatal de Tránsito, cuyo objetivo era suministrar subsidios para la mejoría de las condiciones de tránsito en el

área de la gran Vitória y, en consecuencia, en el resto del Estado. El punto de partida para esa iniciativa de planificación urbana fue la constatación alarmante de que los índices de accidentes y de abusos practicados cotidianamente apuntaban no sólo un crecimiento peligroso, sino también a estar de pleno acuerdo con la situación grave diseminada por todo el país. En la inter-pretación detallada y crítica del antropólogo Roberto DaMatta, ayudado por Gilberto M. Vasconcellos y Ricardo Pandolfi en la elaboración de la investigación y en el análisis de los resultados,

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la situación caótica y violenta en el tránsi-to de las grandes metrópolis brasileñas de cierto modo refleja y reproduce una cultu-ra de desigualdad, de falta de respeto a las leyes, de apropiación del espacio público por los intereses privados, y de trazos eli-tistas predatorios que se consolidaron en la historia del país y forman parte de nues-tro imaginario social, en el peor sentido.

La primera víctima en este escena-rio amenazador es el peatón, eslabón más débil en la relación desleal de fuerzas entre la máquina y el cuerpo, que alimenta las estadísticas con muertes y heridas graves, dejando secuelas irreparables. A partir de ahí, en una sucesión de arbitrariedades que incluyen la prevalencia del coche más potente sobre el más modesto, del rico sobre el pobre, de la autoridad sobre el ciudadano común, del masculino sobre el femenino, el cuadro se agrava al tocar en la dimensión más amplia de un compor-tamiento contrario a los principios demo-cráticos y del respeto al otro, o a la ley.

En la evaluación de los autores, “tenemos una sociedad formalmente abierta al movimiento y a la velocidad de los cruces y de las temporalidades urbanas (especialmente marcadas por la ocupación fugaz e individualizada), que continúa pesadamente enredada por re-laciones sociales que distinguen sus ocu-pantes mucho más como negros y blan-cos, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, ricos y pobres, personas comunes y auto-ridades que como buenos o malos auto-movilistas y peatones, lo que hace que los espacios sean recurrentemente reformu-lados, neutralizados o ignorados”.

Este trazo cultural de dificultad en el reconocimiento de la esfera pú-blica como espacio democrático y del respeto a las reglas que buscan organi-zar “el movimiento de vehículos e in-dividuos en las vías públicas”, se con-vierte en un ambiente hostil, de guerra diaria de todos contra todos, en la que los conductores piensan y actúan con

individualismo y brutalidad, sin tener en cuenta el ordenamiento legal y hasta las mejorías en las condiciones del tráfico.

“La coyuntura de competición ne-gativa es promovida por la convergencia conflictiva de valores y produce, sea a pie o conduciendo cualquier vehículo, un conjunto de comportamientos agresivos y enloquecedores”, evalúa DaMatta.

Si consideramos que este cuadro cultural de violencia y falta de respeto a las reglas de convivencia social se agrava con la constante entrada de nuevos vehí-culos en circulación, proporcionada por el crecimiento económico del país y la consecuente facilidad en la adquisición de vehículos, tenemos una perspectiva de estrangulamiento en el tránsito que sólo empeora la convivencia entre auto-movilistas y peatones, transformando el desplazamiento en el espacio urbano en una pesadilla. La cantidad de automó-viles en las calles ya provoca hoy en día una dificultad enorme de locomoción, no sólo acentuando la ocurrencia de ac-cidentes, sino también generando una situación de estrés permanente.

Ante estas perspectivas tan poco alentadoras, la reflexión de DaMatta nos alerta sobre el hecho de que “la impru-dencia, la desatención y la más chocante e irreconocible incivilidad brasileña en el tránsito derivan de la ausencia de una vi-sión igualitaria del mundo, justamente en un espacio inevitablemente marcado y di-señado por la igualdad más absoluta entre sus usuarios, como ocurre con las calles y avenidas, las carreteras y los viaductos”.

Talvez sea necesario, para que re-conozcamos la esencia democrática e igualitaria que es inherente al uso del es-pacio público, que hagamos una relectura crítica de nuestra formación histórica, en su raíz colonial, esclavista y autoritaria.

Reynaldo Damazio es editor, crítico literario y periodista, autor de Horas Perplexas.

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CORTAS

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La universidad de la integraciónPor su ubicación estratégica, en una región fronteriza, Foz do Iguaçu, en Paraná, fue el lugar elegido para abrigar la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Unila). La idea ya viene de los años 80, sin embargo, so-lamente en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, fue creada una comisión por el gobierno para estructurarla. Con recursos de Itaipu, proyecto de Oscar Niemeyer, el complejo de edificios podrá abrigar hasta 10.000 alumnos, en un terreno de 144.000 metros cuadrados. Por las esti-mativas, la universidad debe estar lista hasta 2014.

México le dice no a la violenciaLa violencia está movilizando a la población mexicana. La Mar-cha por la Paz con Justicia y Dignidad, convocada a comienzos del mes de mayo por la Red Ciudadana por la Paz y por la Justicia llegó a contar con la participación de 200 mil personas comprometidas a lo largo del transcurso. Comenzó en Cuer-navaca a 80 kilómetros de la Ciudad de México, adonde llegó algunos días después concentrándose en la plaza central El Zó-calo. Involucró a sindicatos, movimientos sociales, estudiantes y organizaciones de derechos humanos en cada una de las de-cenas de ciudades por las cuales pasó en silencio. Su mayor objetivo, conforme a las informaciones de sus organizadores, es dar apoyo a las miles de víctimas que murieron por cuenta de un programa federal de combate al narcotráfico, un plan implantado por el gobierno, que, de acuerdo con datos de la entidad, ya mató a más de 40 mil personas.

En busca del tesoroLas disputas continúan. De un lado Perú, y de otro la Universidad de Yale. De momento, los peruanos reciben de vuelta solamente parte del acervo arqueológico de 46.332 piezas que el explorador Hiram Bingham retiró de Machu Pichu, entre 1912 y 1915, a título de préstamo, y que nunca devolvió. La devolución inicial de las 363 reliquias fue posible gracias a un acuerdo firmado entre el go-bierno peruano y la Universidad de Yale, en Estados Unidos, que financió las expediciones de su profesor y se quedó con el tesoro. Perú quiere todo de vuelta, la Universidad no se compromete a renunciar a tan precioso acervo. Las piezas que ya llegaron a Perú fueron expuestas en el Palacio de Gobierno, para luego ser envia-das a la Casa Concha, de Cuzco, donde quedarán hasta la cons-trucción de un museo. Las negociaciones prosiguen y, en cuanto al resto del lote, hay serias controversias sobre cuál de las partes es la legítima poseedora de los derechos de propiedad.

2 Sylvio Back recibe laOrden de rio BrancoEl cineasta Sylvio Back recibió, de las manos de la presi-denta Dilma Roussef, la insignia de Oficial de la Orden de Rio Branco por el conjunto de una obra constituida por 37 películas. Poseedor de casi ochenta premios na-cionales e internacionales, fue el único cineasta que reci-bió este año la distinción. Realizador de películas como Lost Zweig (2010), Souza Lima – o poeta do desterro (1998) y Guerra do Brasil (1998) entre varias otras de una carrera que comenzó en los años 60, Back que también es poeta y ensayista está con su 38º película, O Universo Graciliano, en fase de montaje. Su carrera se distingue por el enfo-que en el rescate de personalidades de la vida artística y cultural brasileña, como es el caso del escritor Zweig (austríaco, que vivió en Brasil, donde falleció) y de Gra-ciliano, uno de los exponentes de la literatura nacional.

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Poseedor de casi ochenta premios

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recibió, este año, la distinción.

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Es difícil imaginar la materialización de un arte en común entre los artistas de los países de lengua portuguesa. Difícil no, ¡casi imposible! La producción de cada región mantiene sus especificida-des y dialoga directamente con el arte contemporáneo instalado en las grandes exposiciones internacionales, como, por ejemplo, bienales. El conjunto que com-puso la muestra Arte Lusófona Contem-poránea, organizada por el Memorial de América Latina y expuesto en la galería Marta Traba, reunió artistas de Angola, Brasil, Cabo Verde, Guiné-Bissau, Mo-zambique, Portugal, Santo Tomé y Prín-cipe y Timor Oriental. Algunos de ellos ya son consagrados en sus países, como Kiluanji Kia Henda, de Santo Tomé y Príncipe, (obra al lado), mientras otros aún están trazando una trayectoria.

LENguA AprOXIMA ArtE CONtEMpOrÁNEO

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Animadísimo el espectáculo de los grupos chilenos Mawaca y Merkén. Ellos dividieron el palco del Auditorio Simón Bolívar como parte del tradi-cional programa Conexión Latina que el Memorial presenta mensualmente. Mawaca investiga y recrea con acen-to brasileño el universo étnico global. Integrado por siete voces femeninas y un sexteto instrumental, que hacen

Dos encuentros del Foro Permanen-te de Reflexión sobre América Latina ya se han realizado este año, dándole continuidad al proyecto que comenzó en 2010, cuando tres foros fueron pro-movidos. El primero de estos, Imáge-nes Errantes: Resistencia y Cultura de Moda, conferencia de la periodista y profesora Mariah Carolina García so-bre la trayectoria de la chita, un tejido

Foro permanente de reflexión sobre A.L.

Mawaca y Merkén en el palco del Memorial

de algodón estampado con estándares florales, incorporado a la indumentaria brasileña. El otro fue Política de Seguri-dad de Estados Unidos después del 11 de Septiembre y la Triple Frontera en América Latina, conferencia del profe-sor Marcos Alan Ferreira, que focalizó la política externa de Estados Unidos para la región, la opinión de analistas y la posición del gobierno brasileño.

Con el tema Centros Culturales: comu-nicación y nuevas tecnologías, se realizó en mayo el X Encuentro de la Red de Centros Culturales de América y Eu-ropa. El encuentro es una iniciativa del Centro Cultural General San Martín, de Buenos Aires, Argentina, con el propó-sito de promover el intercambio de re-flexiones. Participaron varias institucio-nes, entre estas el Memorial de América Latina, representado por su presidente Fernando Leça. Fueron cuatro días de intensas actividades, con diferentes con-ferencias sobre el tema, presentaciones y visitas técnicas a centros de la ciudad.

Debate sobre comunicación y tecnologías

una caldera sonora, cuyas canciones se interpretan en diez idiomas. El grupo Merkén defiende el legado musical la-tinoamericano, con armonías moder-nas, interpretando de manera peculiar, de jazz a pop, por medio de una di-versidad sin precedentes de instru-mentos: charango, guitarra, percusión, piano, zampoñas y acordeón, además de voces.

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POESÍA

cuando sentados veíamos caminar a las muchachas junto con la primavera?

han pasado tú y el tiempopero aún estoy contigo viendo a las muchachas en flor

Después de enviarte cartas y regalos

empecé un poema sobre el color de la ceniza(no escribí mucho en verdad)pero yo sólo pensaba en ti

rezaba por recibir noticias tuyasy escribirte nuevas cartas

porque esos eran mis verdaderos poemasahí ponía mi énfasis amorosoen mis cartas para ti era librey con libertad podía buscarte

pero tuve que seguir escribiendo ese poema

Mi corazón es un ejército de negros liberadosen el centro, el actor

(que es el mismo corazón)lee un libreto antiguorecita largos versos

se calmabebe agua fresca

y sigue en las ofrendas

Fernando Iturburo nació en 1960, Guayaquil, Ecuador, actualmente reside en Estados Unidos y está convencido de que la poesía: “Es una producción verbal muy humana en la cual no hay misterios de ninguna índole: allí la claridad es claridad, y la confusión confusión”. Ha publicado los poemarios: De maitines y laudes. Zacatecas, 1985; Vás-tagos. Guayaquil, 1990; El camino tomado. Guayaquil, 1997; Contra sí mismo. Quito, 2004.

Mónica: ¿recuerdas los días de Oregon?

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