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1 AMIGOS DEL CONVENTO DE LA HOZ - Nº 19 AMIGOS DEL CONVENTO DE LA HOZ Nº 19 2015

Revista Amigos del Convento de la Hoz nº19

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Revista número 19 de la asociación Amigos del Convento de la Hoz.

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Amigos del Convento de lA Hoz - Nº 19

Amigos del Convento de lA Hoz

nº 19 2015

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Así, con esta inscripción grabada en una placa y colocada en la Cruz repuesta en el Paraje de las Viñas, quedaba constancia de la primera actividad realizada por la Asociación “Amigos del Convento de

la Hoz” el 2 de agosto de 2004. Al cumplir-se 10 años de aquel día, el 2 de agosto de 2014, nuestra aso-ciación organizó una serie de actividades que conmemoraban tal acontecimiento.

La jornada dio comienzo a las diez y media de la mañana con el inicio de una marcha que tenía como itinerario la Senda de las Fuentes, Molinilla, la Calleja, el Pozo de los Arrieros y la Cruz. Comen-zaron ésta unos 20 marchantes y estuvo amenizada por Marimar y Jesús, de la empresa “Naturaleza en Directo”, que gentilmente colaboraron todo el día con la asociación y que, además de hacer de moni-tores en la observación de aves y plantas del entor-no, habían organizado un juego para ir entretenien-do durante toda la marcha a los niños, aunque luego se vio que también era divertido para los mayores.

En la entrada del pinar, con el grupo reunido, se procedió a dar lectura de las instrucciones para

ACtividAdes de lA AsoCiACiónFestividAd de ntrA. srA. de los Ángeles de lA Hoz (PorCiúnCulA), 2014

Sábado, 2 de agosto de 2014

En el año Jacobeo 2004,con motivo de la Festividad de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz, Patrona del Convento,

el 2 de agosto fue traída en Peregrinación esta Cruzdesde el pueblo de Sebúlcor para ser Bendecida y colocadaen este paraje de las Viñas, en el lugar donde ya hubo otra.

Asociación CulturalAmigos del Convento

de la Hoz

EDITA:

Asociación “Amigos del Convento de la Hoz”

Plaza de la Iglesia, 1

Centro Sociocultural 1.ª Planta

40380 - Sebúlcor (Segovia)

e-mail: [email protected]

www.amigosdelconvento.blogspot.com.es

www.sebulcor.com

DIRIGE:

J. Carlos Santa Engracia Blasco

e-mail: [email protected]

COLABORAN EN ESTE NÚMERO:

José Antonio Martín Criado

Nacho Ibáñez

J. Carlos Santa Engracia

Eugenio Chicharro

Miguel Arranz

Mercedes Chicharro

Fernando Criado

Juan Carlos Martín Tejedor

SUMARIO

1. Porciúncula, 2014 ........................................ Pág. 2

2. Medalla Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz .. Pág. 6

3. Por qué soy vegano....................................... Pág. 8

4. Nuestros mayores... y sus oficios ............... Pág.12

5. Efemérides de la Asociación ........................ Pág. 17

6. Breve semblanza del Salón de Baile ............ Pág. 18

7. Gacería ...................................................... Pág. 20

8. XI Senda de los Frailes (Resumen) ............... Pág. 25

9. XI Senda de los Frailes (Entrevistas) ............. Pág. 26

10. Próxima XII Senda de los Frailes ................. Pág. 30

Depósito Legal SG-96/2004

El grupo a la salida de la marcha

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realizar una pócima con 10 ingredientes a recoger a lo largo de la marcha y poder realizar con ellos el conjuro de la Felicidad.

PÓCIMA DE LA FELICIDAD DE LOS BRUJOS Y BRUJAS DE SEBÚLCOR

Esta pócima se ha mantenido oculta durante generaciones. Transmitida de padres a hijos que prometieron usarla de forma correcta y ofreciendo a la madre Naturaleza su compromiso fiel de pro-tegerla. A cambio, las personas que se sometan a este conjuro de forma limpia recibirán de la madre Naturaleza su fuerza, vitalidad y alegría, que les llevarán a la Felicidad plena. El uso incorrecto de este conjuro o la ruptura del compromiso adquirido tendrá consecuencias indescriptibles.

Así dio comienzo, con el grupo intrigado sobre cómo se iba a producir la búsqueda de los ingre-dientes. Al poco tiempo se llegó a un lugar bien co-nocido por todos...

- Tierra: El secreto de nuestras raíces se en-cuentra en el suelo que pisamos. Hace más de dos millones de años que el viento azotó estas tierras arrastrando pequeños granos de arena que que-daron atrapados. Para esta pócima necesitaremos arena en al que los niños y niñas jugaron sin parar, en la Turruntera de...

...Matacaballos, estalló el grupo casi al uníso-no, mientras los niños procedían a recoger el primer ingrediente: un puñado de tierra.

Un poco más adelante se llegó a la Fuente Fresca, donde se recogieron otros dos ingredien-tes...

- Mejorana: Esta pequeña mata crece en las laderas arenosas junto al arroyo del Charco Redondo. Sus flores forman

bolas blanqueci-nas que despren-den un intenso aroma que repele los malos pensa-mientos. Recoge una ramita de las matas que crecen frescas junto a la fuente.

- Agua: Elemento esencial para la vida. En sus aguas se refrescaron los resineros durante los lar-gos días de calor. Tan sólo unas gotas bastarán para que el hechizo tenga lugar.

...la marcha continuó por la vereda que alterna pequeñas subidas por la ladera con suaves des-censos hasta el arroyo y en la que el grupo tuvo que echar una mano en algunas ocasiones a Pablo Cuesta, que fue definido a lo largo de la jornada, y con mucha razón, como Padre Coraje, por su es-fuerzo y ayuda en la superación de los problemas que sufre su hijo. Un poco más adelante se recogió el siguiente ingrediente...

- Bayas de la miera: En arenas o en pedrega-les crece un árbol siempre verde. Aunque su porte es similar al de otras especies, sus hojas marcan la diferencia: dos líneas blancas en el envés y un buen picotazo para el que quiera coger las cuatro bayas para nuestra fórmula secreta.

...el siguiente avance dio con el grupo en la Fuente Manabrazos. Aunque ahora está seca, los mayores sí que recordaron aquellos tiempos en los que estaban de vaqueros por allí y se acercaban a echar un buen trago de agua...

- Lágrimas de la resina: Al frescor del arroyo los pinos bajaron a beber y cuando la fuente se secó al cauce se acercaron. Por sus troncos resinados el segundo año resbala la resina hasta el negro pote. Unos trozos de miera seca bastarán para la pócima completar.

En la Fuente Manabrazos

Conjuro de la Felicidad

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...así llegó el grupo hasta la Fuente del Sorbo, que ese día hizo honor a su nombre puesto que la tarde anterior habían ejercido labores de limpieza Jesús y Tasín y todo el grupo pudo echar un peque-ño sorbo en ella...

- Sauces mágicos: Las fuentes aparecen y desaparecen. Manan donde quieren y junto a ellas crecen los sauces mágicos. Recoge sus hojas de una bardaguera que crece bien informada pues un cartel la avala.

...la marcha continuó por la zona donde el arro-yo ensancha mucho el valle, ya cercano a Molinilla, y donde se recogió un ingrediente más...

- Pinos y pinos: Hojas finas como agujas. Piñas que caen sin cesar. Pero aunque todos parezcan iguales distintos son en el detalle. Junto al camino de Molinilla, donde la ladera cae al arroyo crecen pinos de distintas variedades. Para la pócima nece-sitarás un puñado de hojas del pino negro de tronco fino y corteza gris.

...ya pasada la Casa de Molinilla, la subida hacia la antigua era proporcionó los últimos ingre-dientes...

- Sabina: De la Molinilla el camino sube entre peñas. Las arenas se convierten en pedregales y al borde del cortado las sabinas crecen lentamente. Hembras y machos parecen iguales pero en ellas debes fijarte pues cuatro bayas necesitarás para el conjuro de la Felicidad.

- Tomillo: Son pequeños y rastreros. Apenas unos centímetros levantan del suelo. Y sin embargo su presencia se presiente pues el olor que despren-de es suave y agradable. Fíjate en el pedregal: entre

matas y mati-llas el siguien-te ingrediente encontrarás.

-Ruda: Hierba verde, de flor amarilla, en la pa-ramera crece y su olor nos advierte. En las eras de Molinilla, en el círculo de las Brujas, crece una sola mata. Sus flores son esenciales para completar el ritual que la felicidad te dará.

“Reúne todas las pistas y coloca los ingredien-tes en su lugar. Orienta la brújula y podrás leer el conjuro final”

...poco a poco el cielo se había ido cubriendo cuando el grupo hizo un corro en la antigua era de Molinilla, marcada en la roca durante siglos a base de dar vueltas en redondo con el trillo, para hacer separar en la parva el grano de la paja. El conjuro decía así:

Espíritus de la Naturaleza,

elementos que me rodean,

bendecidme cuando yo me mueva

a través del mundo hoy.

Esto os pedimos, como Brujos de Sebúlcor.

Os agradecemos vuestras bendiciones

y prometemos cuidar cuantos seres os habitan.

Que pueda traer alegría y tranquilidad

a cada vida que toque.

Que puedan mis acciones

traer sólo armonía al Mundo.

Que pueda calmar el dolor y curar la ira.

Que cree alegría y equilibrio cuando ande mi camino.

Apoyadme y guiadme, espíritus de la Naturaleza.

Momento de relax

Juegos tradicionales

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...fue finalizar el conjuro y caer las únicas gotas de lluvia que cayeron en toda la jornada...

Después de pasar la nube el grupo procedió a almorzar lo que cada uno llevaba, en buen ambiente campestre y recuperar así energías para afrontar la segunda parte de la ruta que transcurrió en direc-ción a La Calleja y de allí, adentrándose ya en el pinar, hacia el Pozo de los Arrieros y la Cruz, que era el final de la ruta. Una vez allí, el grupo se tomó un pequeño descanso, utilizado por muchos para

echar un pequeño vistazo al número 18 de la revista “Amigos del Convento de la Hoz”, que fue repartida en esos momentos. También se informó a todos de la realización de una medalla de plata de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz (de la que hablamos en próximas páginas).

Acto seguido se pasó a elaborar una rica li-monada ofrecida por nuestra asociación y que fue degustada con gran placer por todos los concurren-tes. Ésta fue acompañada por las ricas viandas que cada uno había llevado.

Con las pilas cargadas de nuevo el grupo se entretuvo un rato jugando a algunos de los juegos tradicionales que recordaban los más mayores.

Para finalizar la jornada se realizó un acto con-memorativo por el X aniversario de la reposición de la Cruz, colocando una placa realizada expresa-mente para el evento. Decía así:

2 de agosto de 2014Festividad de Ntra. Sra. de los Ángeles de la HozSe celebró una Romería en conmemoración del

X Aniversario de la Reposición de la Cruz en las Viñas

Asociación Amigos del Convento de la HozSebúlcor

Puesta de la placa conmemorativa

Para el recuerdo

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La idea fue que al ser el ani-versario de la puesta de la Cruz, igual que quedó ésta ahí, pues que quedara una constancia tam-bién del evento del 2 de agosto, la festividad de Ntra. Sra. de los Án-

geles de la Hoz y, no sé, tuve la idea de intentar hacer una medalla. La historia es que no ha sido tan fácil como yo pensaba en un principio porque se puede hacer bien o mal... y para hacerla mal pues como que no.

Lo primero que hice fue ponerme en con-tacto con J. Carlos Santa Engracia para ver qué imagen podía ser más representativa de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz y bueno, pues me mandó fotografías de varias opciones: unas me-dallas que había por ahí, que no se sabía si eran o no nuestra Virgen, el retablo del Altar Mayor que

había en el Convento de la Hoz y un grabado que aparece en el libro de Fray Felipe Vázquez, de 1786. Al final este último es por el que me de-canté para que no fuera tan complicado de hacer, gracias también a la calidad de la foto, que estaba sacada directamente de un ejemplar original de la primera edición que conserva Carlos.

A continuación contacté con un joyero y le pareció muy pretencioso. Después consulté so-bre la posibilidad de hacerla en cerámica y, claro, cada pieza era única y quedaba un poco sosa. No estaba hecha con molde. Se hacía dibujándolo con un pincel y luego esmaltado y tal. Quedó que me hacía una prueba pero es que para sujetar eso había que hacer un cerco que tenía que ser de plata o de acero para poner la anilla. Y tampo-co iba a haber quedado mal pero se encarecía tanto como la plata y al final... la plata es la plata.

medAllA de ntrA. srA. de los Ángeles de lA HozEl pasado verano de 2014, con motivo del X aniversario de la reposición de la Cruz del Alto de las Viñas, que supuso la pri-

mera actividad de nuestra asociación en el ya lejano 2004, se realizó una medalla de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz, que sirviera de conmemoración de dicha efeméride. De cómo sur-

gió el proyecto y de los pasos dados hasta su realización nos da cuenta seguidamente Antonio Martín Criado, principal artífi-ce y valedor del mismo. Tuvimos una conversación con él para que nos lo contara detalladamente y esta es la transcripción de

sus palabras:

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Seguí preguntando ahí, en Cantalejo, buscando a la gente que se dedica a hacer re-cuerdos y merchandise pero tampoco me dieron solución. Luego, comentándolo un día con Juan Carlos (Rostro) y Fernando (Esca) me dicen que ahí, en San Frutos, hacen unos pines y unas me-dallas que salían baratas. Bueno, pues me fui un domingo hasta allí, que estaba Fermín, de Villa-seca, que se pone allí vendiendo recuerdos y me enseñó unas medallas que tenía, que no había vendido ninguna, por cierto. Sí que eran de plata, pequeñas, y ya se ponían en 12 euros. Vamos, nada que ver con el resultado que nos ha salido al final a nosotros.

Y al final, en torno a las Fiestas, coincidí con mi primo Diego Vallejo, que me acordé que él diseñaba joyas y demás, que estaba en contacto con unos joyeros que eran artesanos y me dio el teléfono de un amigo suyo, que encima nos cono-cía pues había estado en el pueblo, en su boda. Total, que le conté un poco el proyecto, que era para un evento que iba a ser una cosa conmemo-rativa y demás y en principio pensamos hacerlo en 3D pero salía inviable. Era una máquina que haces el programa y lo graba en tres dimensio-nes. Es una máquina carísima y hacer las cotas y demás vale una pasta. Luego salen como churros pero sólo el diseño del 3D era una barbaridad. Más luego sumar la plata...

Me propuso tallarla él. Había hecho algu-nas cosillas y me mandó por whatsapp algunas de las cosas que había hecho y era un poco la línea antigua, que es lo que íbamos buscando y, bueno, no había mucho tiempo hasta el 2 de agosto así que tiramos para adelante y la verdad es que el resultado es muy bueno.

Tallarlo se ha hecho a mano, al estilo an-tiguo. Se ha hecho una talla en cera para luego hacer el molde encima y con ese molde fundir la plata y, bueno, para mi gusto, el resultado ha sido mejor del esperado.

En c u a n t o al tama-ño pues lo calcu-l a m o s un poco co r t ando cartulinas para ver el adecuado y luego, cuando le dijimos de bajar el precio, pues era en función de bajar el tamaño y además él nos dijo que no lo hacía porque en tamaño más pequeño la calidad del detalle era muy complicado de ver. Y luego, por detrás, la primera idea era que fuera sólo con si-glas pero la verdad es que hubiera sido un error.

Por otro lado mi intención es no hacer más medallas. Si se pone la gente muy pesada al final tendré que desdecirme de mi palabra pero yo creo que esto ha sido conmemorativo del evento y lo que le va a dar un valor añadido es si no se hacen más. El coste de una segunda tirada, en todo caso, no sería inferior al de la primera. Aunque no haya que hacer molde hay que fundir, el valor de la plata y el trabajo del artista, que está siempre ahí. Para que él se decidiera a hacer un molde, en principio, tenías que encargarle 100 medallas. Para vender cuatro no hace el molde. Al hacer las 100 que se han hecho el coste uni-tario ha sido de 18 euros + IVA. Puesto en tienda costaría, mínimo, 30 euros. Pero yo el acuerdo que tuve con él es que si hubiera que hacer me-dallas nuevamente nos respetaría el mismo pre-cio aunque se hicieran menos. Aunque no tenga que volver a hacer el molde, en este caso, él tiene como la patente de esa joya y habría que aprove-char a que la fundición fundiera plata y volver a llevar el molde para que fundieran más piezas y se mantendría el precio. Aquí estamos pagando a un artista que ha realizado un diseño de una joya que no existía. Esto es único.

Antonio Martín Criado

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Cuando me dijeron desde la Asociación “Amigos del Convento de la Hoz” que si les escribiría un pequeño texto explicando el ve-ganismo desde la primera persona, el primer sentimiento que me recorrió por el cuerpo fue el del miedo. Para los veganos, este tema abar-ca muchas de nuestras sensaciones diarias y marca una diferencia en cada situación que vivimos en nuestro día a día. Y si sentí miedo es porque a veces es complicado explicar lo que uno siente, y más cuando lo que la otra persona piensa puede ser lo contrario a lo que tú piensas. Esta es la historia de cómo y por qué me hice vegano.

Todo empezó cuando era niño. Quería ser astronauta y veterinario. Curiosamente es-tas profesiones están muy demandadas entre los niños de entre 4 y 8 años, y es que supon-go que a esas edades somos capaces de co-nectar con la complejidad del mundo. Cuando crecemos, los seres humanos nos creemos el centro del universo, y parece que lo que a uno le ocurre es lo único que importa, y ahondando más, lo que ocurre en su propio país, concre-tamente en su propia ciudad, y concretamente en su propia calle. A veces parece que lo que ocurre fuera de uno mismo no tiene tanta re-levancia y por ello es fácil perder la perspecti-va de un mundo tan complicado y maravilloso como el nuestro, perder la perspectiva de lo que realmente vemos por las noches cuando miramos al cielo, de lo que biológicamente y químicamente ocurre cuando se saca miera de un pino, y de los siglos que han pasado y de lo

que ha pasado durante esos siglos para que un río pueda escarbar y escarbar roca con el paso del tiempo, convirtiendo un pequeño río en lo que hoy conocemos como Las Hoces. La perspectiva es algo importante, y supongo que poder ver el planeta Tierra desde las estrellas te hace comprender muchas cosas.

Todos los niños tenemos también una fascinación por los animales. De hecho, si no fuese por la insistencia de los padres, cuando un niño ve un animal vivo relacionarse con el medio y con sus compañeros, muchos de és-tos dejarían de comérselos. De hecho, muchos mayores también lo harían, pero hay una gran publicidad mediática acerca de las bondades de comer productos de origen animal, sin con-siderar los beneficios y bondades que tiene el hecho de no hacerlo, y no sólo con uno mismo, sino también con los demás animales; y parece que sentir compasión o llorar es algo que los mayores no podemos hacer.

Con el paso de los años ya no le veía mucho sentido a la idea de ser astronauta, y bueno, para ser veterinario hay que ser capaz de, entre otras cosas, poder ver sangre, y yo soy de esos que al ver una gota, me mareo; así que descarté mis sueños y me puse a estudiar otra carrera. Elegí una carrera como el 99% de las personas, mirando el futuro y las salidas que tenían, porque de mayores ya no somos niños, y olvidamos soñar, y olvidamos vivir, y olvidamos que vida solo hay una, y dejamos de jugar, y dejamos de reír, y la vida se convierte

Por qué soy vegAno... y otrAs HistoriAs de mi vidA

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en una espera a la jubilación, se nos marchi-ta el pelo, la piel, nuestros ideales, nuestros sueños, y permitimos que ocurran cosas en el mundo que de niños no permitiríamos; pero cerramos los ojos, esperamos a que todo pase y que algún día todo esto cambie de manera milagrosa.

Éstos fueron mis pensamientos de mi primer y único año en la carrera como informá-tico. Me paraba en el metro por las mañanas y decía ¿qué estamos haciendo? Así que aban-doné. Fue un año intenso y duro donde cada día que me saltaba una clase y leía el periódico se me escapaba una lágrima de tristeza. Decidí que quería cambiar el mundo; que si las cosas no me gustaban, debía de hacer por cambiar-las y no permitir las injusticias que ocurren en el mundo.

Así fue como empecé mis estudios en Ciencias Políticas, era joven y todavía no había aprendido que son los políticos quienes nos han llevado a esta situación, quienes con sus leyes amparan a empresas, bancos y multina-cionales, quienes desde sus despachos nos condenan a una vida de miseria, con sueldos miserables y con sueños y aspiraciones mise-rables, quienes desde sus despachos fomen-tan una educación de competencia en lugar de apoyo mutuo, quienes desde sus despachos rebajan los salarios, las pensiones, las pres-taciones sociales y quienes desde sus despa-chos negocian sus jubilaciones y contratacio-nes por empresas privadas.

Con otra lágrima en los ojos abando-né, tuve la suerte de escapar a tiempo de esos templos que te enseñan a dejar de pensar por ti mismo, de ser crítico y razonable, de ser creati-vo y de ser coherente. Escapé, pero antes me hice una pregunta: ¿por qué necesitamos polí-ticos? Durante la carrera aprendí sobre leyes, sobre el parlamento, sobre el senado..., pero en mi cabeza se escondían muchas preguntas:

¿por qué tengo que tener jefe?, ¿por qué mi trabajo no me ha de llenar y por qué no puedo ser coherente conmigo mismo?, ¿por qué ten-go que competir con el de al lado?, ¿por qué al ser humano le gusta dominar y/o ser domina-do? Con tanta pregunta pensé y pensé; y entre tanto pensamiento un día se me escapó un atisbo de lucidez y me dije: ¿acaso los anima-les no están igual de explotados que nosotros?

Fue entonces cuando me informé de las consecuencias que tenía para el Medio Ambiente y la naturaleza el hecho de consumir animales; y ahondando más, me di cuenta de las consecuencias que tienen para los propios animales ser consumidos. Así que me informé bien a través de libros, internet, vídeos, docu-mentales... y vi a través de otras personas que se podía vivir sin utilizar a otros animales. Fue entonces cuando decidí hacerme vegano.

Justo eran las Navidades del 2006. Por suerte para mi elección, tuve que trabajar y pa-sar la Nochevieja sin mi familia, lo cual ayudó mucho a evitar comentarios, chistes malos o incluso las típicas insistencias sobre lo bueno que es comer animales.

Pasaron los días, las semanas y los me-ses. Yo cada vez estaba más cómodo y seguro sobre cómo me quería comportar en el mundo y sobre cómo las decisiones en el consumo pueden cambiar muchas cosas, muchas más de las que a veces pensamos.

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A día de hoy me siguen pasando situa-ciones parecidas a las de hace años. Recuerdo un día que estaba cenando con unos compa-ñeros de la Asociación “Amigos del Convento de la Hoz” y nos pedimos unas pizzas. Para que yo también pudiera cenar, las pedimos ve-getales. Claro, sin dar más explicación y dando las cosas por hecho. Nos trajeron la pizza con queso. Muchos se rieron y cayeron en cómo damos por supuesto que el queso, entre otros, son ingredientes considerados en la práctica como vegetales.

Hay casos también en el que das con un camarero majo y se desvive ofreciéndote un pincho vegano, algo con lo que poder llenar también el estómago.

Empieza con los calamares....

-¿Unos calamares?

-¡No gracias, no te preocupes, de ver-dad!

Sigue mirando la barra.....

-¿Un poco de tortilla?

-No, es que huevo tampoco como, pero de verdad que no te preocupes

-¿Una tortillita de camarón? Es de hari-na, no lleva huevo

-Ya pero es que... los camarones tam-bién son peces.

-¿Unas aceitunas?

-Perfecto

A veces parece complicado ser vegano, comer “diferente”, no vestir zapatillas con cue-ro. La verdad es que hasta que te haces a ello puede pasar un tiempo, pero es que no es para menos. Desde que nacemos, hay una insisten-

cia en la educación de que los animales son para algo. Al fin y al cabo como los animales humanos. Ambos, tanto los no humanos como los humanos, parece que estamos condena-dos a una vida sin libertad.

Y hasta aquí mi historia, prácticamente nueve años resumido en dos hojas. Quizás de-bería haber empezado por explicar lo que es el veganismo, el vegetarianismo y en qué se di-ferencia; pero he preferido dejarlo para el final.

El veganismo implica no comer ni ves-tirse con ningún producto de origen animal, tampoco utilizar productos que contengan in-gredientes animales o hayan sido experimen-tados en ellos, ni participar en espectáculos donde sean utilizados. Se podría decir que es una filosofía de vida marcada por unas eleccio-nes, aunque la diversidad de puntos de vista y motivaciones a la hora de elegir la opción ve-gana es enorme. El hecho de que una persona sea vegana sólo nos asegura que no consume determinados productos, no el porqué. Por eso hablar de “l@s vegan@s”, como si fueran un grupo homogéneo, es poco riguroso.

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También suele haber cierta confusión con los términos “vegetarianismo” y “veganis-mo”. El vegetarianismo es una dieta, basada en alimentos de origen vegetal, y el veganis-mo es algo más amplio, es el rechazo de los productos obtenidos mediante la explotación animal, no sólo en el terreno alimentario, sino a todos los niveles.

La importancia del veganismo para mí es doble: por un lado, dejando de colaborar con la explotación de animales no humanos intento no alimentar aquello que quiero combatir, o al menos hacerlo cada vez en menor medida (ya que el sistema de producción es tan complejo que es prácticamente imposible garantizar que nada de lo que uno consume no ha perjudica-do a otros individuos). Por otro lado, me parece una buena forma de poner en práctica, desde ya, las ideas antiespecistas, sin tener que es-perar a que el resto de la sociedad avance en ese sentido para intentar actuar en consecuen-

cia. Las ideas se tienen que poder traducir en actos, si no, no sirven para nada. Para mí el veganismo no es un fin en sí mismo, es una consecuencia lógica de las ideas antiespecis-tas, pero no es una lucha en sí, sino un estilo de vida que encaja y potencia una lucha, la de la liberación animal.

Nacho Ibáñez

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Desde su carnicería han alimentado durante varias generaciones a las gentes de Sebúlcor, “y de varios pueblos de alrededor”, como nos precisa Agustina. Porque esta Carni-cera, nacida en Sebúlcor en 1934, y su marido Heraclio Arranz, fallecido hace pocos años, tu-vieron el coraje de sacar adelante un negocio familiar de venta de carne a lo largo de toda su vida, “pero trabajando muchísimo”, según reconoce ella. Hace ya tiempo que el testigo lo han tomado su hija y su yerno, Montse y Car-los, que continúan con la venta de carne, pan y todo tipo de ultramarinos.

Hoy hemos quedado con Agustina en su casa para tener una conversación con ella y la encontramos un poco nerviosa y preocupada por las preguntas que le vamos a hacer “que igual ni me las sé”, según nos dice dudosa. La tranquilizamos y lo primero que nos cuenta es que “aquí dábamos las meriendas. Siempre te-nía gente. Además, a mí me ha ido muy bien en la carnicería porque yo los domingos trabajaba también. Me sentaba ahí, en la puerta. Yo me aviaba. Venían todos los chavales de Cantalejo y decían: “vamos a Sebúlcor porque allí está la Agustina que siempre tiene de todo”. Siem-

pre de todo. Además no se iban nunca con las manos vacías. He sido pequeña pero he tenido mucho salero”, reconoce con orgullo.

Reconducimos la charla hacia los orí-genes de la carnicería y los inicios en ese oficio y nos empieza a contar: “Bueno... pues para montar esto de la carnicería fue mi cuñado, Eduardo, que tenía aquí la carnicería... y al morirse él con 42 años, pues la cogimos no-sotros, aunque antes te voy a decir que casi no era carnicería... yo no sé... porque mataban un cordero, lo bajaban a la bodega, lo volvían a subir, lo bajaban... aunque no era cordero lo que se mataba, más bien era oveja y lo mismo duraba una oveja 15 días o vete tú a saber. Lo que se comía entonces era carne de oveja”, precisa. Aunque no recuerda exactamente la fecha en que se hicieron cargo sí que recuerda que ella “ya estaba casada... y bien obligada que me veía porque antes ya sabes que se iba a la escuela y nada más se sabía lo justo, y era la báscula y poner una pesa y multiplicar y duro multiplicar... y 100 gr., y 200 gr. y duro multipli-car y te voy a decir que esos multiplicados casi se han olvidado. Luego vino la máquina regis-tradora, que la pones el precio y ella pesa y ya te dice lo que vale, pero antes todo a mano, todas las sumas a mano y era un lío porque no se estudiaba tanto como ahora, aunque casi te digo que si los chicos jóvenes tienen que hacer una cuenta ahora igual ni la saben...”. Lo que sí tiene claro es el porqué del nombre de la car-nicería (Heraclio Arranz): “Si es que era todo de él. Yo no tenía nada. ¡Joder, si era la más pobre del pueblo!”, apunta con énfasis.

Sobre las carnes que se vendían al principio nos aclara que “antes nada más era el cordero. Venían a comprar cuarto Kg. para el cocido. Bueno, era casi más de oveja que de

nuestros mAyores... y sus oFiCiosAgustina Rodríguez Tejedor

Momento de la entrevista

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cordero para el cocido porque le da más sabor. Es mucho más fuerte. No es como ahora, que a lo mejor vas a echar y dicen: “este cordero sabe a bravío”... Gustaba más la oveja. Dicen que hacía mejor cocido”. Aquellos primeros tiempos fueron duros para Agustina y así nos sigue diciendo: “Y yo, pues he trabajado mu-cho. Yo mataba corderos. Heraclio y yo, solos, matábamos a lo mejor 10 gorrinos. Los dos so-los. Y yo con la polea, tirar y tirar de la polea y los metía el cuchillo y raspar a tanto gorrino... yo he trabajado muchísimo”, insiste con resig-nación mientras continúa: “Todos los animales les matábamos nosotros, los corderos, los gorrinos... todo... Yo me le echaba al hombro, le echaba con el gancho, cogía la escota y... ¡ras!... y le descuartizaba”. Siempre era carne de animales de Sebúlcor. No se traía de ningún otro sitio y así nos puntualiza diciendo que “an-tes venía el veterinario a sellar todos corderos todas las mañanas. Luego empezó a cambiar la cosa y tenían que ir al matadero de Cantale-jo y luego al de Sepúlveda”.

Poco a poco la carnicería iba tenien-do más variedad y así Agustina se atrevía con otras cosas: “Adobaba, hacía salchichas... Lle-gaba la Semana Santa y la Agustina no salía a ninguna parte. Toda la tarde haciendo chichas, haciendo chorizo. Yo no he salido de casa pero me he divertido más que muchas por-que yo daba aquí las meriendas y decía mi hija: “¿pero mamá, te vas a ir al baile?”. Y yo decía: “ay sí, hija, yo me voy al baile. Esto lo quito mañana, y si no pasado, pero la fiesta se me va y no la veo”. Sí, yo he sido muy atrevida”, refie-re con satisfacción,

para continuar contándonos sobre las fiestas que “eran antes mejor, ¡dónde va a parar! Si se lo pasaba uno antes muy bien. La Juliana y yo ya ves que las hemos hecho buenas. He sido muy bailarina. Ya lo habéis visto. Yo me tiro al ruedo. Y cantar también. Con mi hermana Bene cantábamos a dúo muy bien. Cantábamos lo que resultara. Somos muy bailarinas todas”, se emociona al reconocerlo.

Aunque lo mismo que sabía estar a la fiesta, sabía estar al trabajo y así nos apunta que “no había horario alguno. Aquí todo se-guido. Eran las 11 de la noche e igual estabas despachando todavía. Como no se cerraba la puerta... pues hala. Luego, por la mañana, a las 7 de la mañana ya estaba la máquina zum-bando, haciendo chuletas. Porque uno quería 5 Kg., otro 10... pues las había que hacer para ver lo que te iba quedando”. Todo ello reforzado porque la gente “pagaba bien. No gruñían tan-to como ahora. La gente era buena pagadora”, reflexiona.

Sobre si había más tiendas de alimen-tación en Sebúlcor, Agustina señala que “es-taba la de Petra. Esa es más antigua que yo. También han trabajado mucho porque Este-ban iba con una bicicleta a vender pescado a

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Villaseca. Ya me contarás. Era antigua por-que no han puesto ni báscula eléctrica ni nada. Era la báscula de antes, la de las pesas”, reme-mora con admiración.

La calidad de la carne y el lugar en el que se encontraba enclavada la carnicería en pleno paso de camino hacia el río se convirtió en una fórmula de éxito y así nos reconoce: “Yo de chuletas he vendido muchísimas... y pier-nas con la máquina... tengo este dedo de em-pujar, de cuando hacía las chuletas. Venían los de Cantalejo... para el río... los sarmientos, las chuletas, la sal... Es que antes con el río era un desbarajuste. Los sarmientos también los com-prábamos. Como antes había aquí viñedo, en La Lastra, pues nos los ofrecían. Luego ya eso se fue perdiendo y nos íbamos con la furgoneta a lo mejor a Valtiendas o a algún otro sitio a por ellos... y sí, nos ha ido bien”.

Pero de las diferentes carnes que con el paso de los tiempos servían en su estable-cimiento, reconoce que la que mejor se vendía y de la que se muestra más orgullosa es “el cordero. Ha sido el que más éxito ha tenido”. Aunque en el caso del cordero, además de la calidad de la carne, la otra parte del éxito nos explica que estaba en que “también asábamos, aunque no tanto como ahora. Casi no me sé ex-plicar cómo empezamos a asar. A mi Heraclio le llamaban para ayudar al Mina de Consue-gra, que asaba, y dijo: “¿sabes lo que vamos a

hacer?... pues hacer un horno y nos vamos a atrever a asar”. Pues tanto nos hemos atrevido que tenemos hasta tres hornos de asar, de leña, uno encima de otro. Al principio se asaban pocos pero ahora se asan muchos. En un horno igual te caben 23 tarteras, en otro 18 y en otro 40. Tienen que ser de barro. Luego también dicen muchos: “la leña de tal árbol hace buen asado”. No, lo que hace buen asado es la leña de pino, que da un gusto bien bueno...

y luego, para lumbrera, pues se ponen unas pi-ñas”. Actualmente nos revela que el que sabe darle el punto al asado es su yerno: “A Carlos no se le da mal el asado. Se echa sólo agua y sal. Lo que hace falta es que estén gordos los corderos porque si no están gordos pues as-perean mucho. Tienen que tener el riñón bien cubierto de sebo. Antes eran corderos grandes. Ya eso se ha terminado. Ahora ya lechazo, le-chazo y lechazo”.

Y hay fechas en las que las ventas y el trabajo se intensifica y no son otras que las muchas fiestas de la zona: “Es cuando más vendemos. Mira, ahora llegan las fiestas de Vi-llaseca. Pues ya hay a lo mejor 40 ó 50 cuartos encargados. En una ocasión, por los Toros de Cantalejo, para las peñas, asamos para una 10 costillares de cerdo, para otra 20 pollos, para otra más cosas... y decían: “Ay, madre mía, qué buenísimos están los pollos. Si no hemos comido pollos tan buenos como estos”. Bue-no, va gustando y vamos teniendo éxito”. Pero aunque los días de las fiestas de Sebúlcor o los pueblos de alrededor sean los mejores hay otros también buenos: “Yo he asado y se lo han llevado para Madrid. Y en Nochebuena se lo llevan hasta calentito. Este año se lo llevaron en unas cajitas de cartón, tapado y cuando lle-gaban a Madrid dicen que iban calientes. Que dicen que no habían comido asado como éste”, admite con orgullo.

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Para atender tanta demanda de cor-deros con plena confianza en la calidad de la carne, nada mejor que tener su propia gana-dería y sus propios pastores: “El que más le tuvimos 20 años, el Alejandro, que está ahora en una residencia. Mi Heraclio iba por ahí a comprar algún cordero cuando nosotros no los teníamos. Le gustaba mucho el trato. Los cor-deros los matábamos de los nuestros. Luego ya, como se mataba tanto, pues ya no dába-mos abasto y ya tenía que ir a comprar gana-do por ahí. Compraba a lo mejor una tanda de corderos y mi Montse se iba de pastora con los corderos. Teníamos los pastos de El Barrio y por allí les teníamos. Ovejas teníamos 600 y se reponían porque parían muchas veces de mellizos. He sido pequeña pero he sido muy valiente”, sentencia con énfasis.

Y ya que pasaban tanto tiempo por la zona de El Barrio y el río nos interesamos por si lo encuentra muy cambiado y por sus recuer-dos sobre el Convento de la Hoz: “Yo he ido poco con las ovejas por el río. La que más ha estado con los corderos ha sido mi Montse. A mí alguna vez me dejaban a lo mejor con las ovejas y me decía Heraclio: “no pases por ahí, a ver si se meten en los sembraos”. Y como la

mujer de Heraclio no entendía, pues al ton de la Agustina, pues igual entraba otro pastor pero decían: “no, ha sido la Agustina, que se las ha dejado Heraclio y han careado las tierras...”

Lo que sí que recuerda con cariño eran todos los años que fueron a vender a San Fru-tos el día de la Fiesta: “Yo echaba la toza en el “camioneto”, echábamos los sarmientos, llevaba pan, sal y la carne, que vendíamos mu-chísimo. Los que iban de Segovia se llevaban piernas. Llevábamos todo y allí he vendido yo carne de cordero a punta pala. Se la comían allí porque se hacía fuego, pero luego ya lo qui-taron y dejamos de ir”, rememora con pena. Y es que la venta por los pueblos de alrededor también era una parte importante del negocio: “Mi Heraclio iba a los pueblos. Tenía El Villar,

Villaseca, Aldealcorvo... y un día en San Pedro de Gaí-llos nos dijeron: “¿por qué no vais a vender allí?” Decidimos comprar un isotermo y en él íbamos a vender. Nos dijo el alcalde: “no se puede vender así. Tenéis que tener un despa-cho”. Cogimos un despacho en casa de Llorente y he estado 12 años yendo a vender... los jueves y los sábados. En los otros pueblos íbamos con el isotermo”. Tanto ir y venir por las carreteras puede dar que pensar que pudieran haber te-nido algún mal encuentro con

los guardias pero nos aclara que se llevaban “bien. No nos han dicho nunca nada. Como po-nía en el camión “Heraclio” pues ya nos cono-cían por donde íbamos...”

Al volver a nombrar a su marido le vie-ne al recuerdo una anécdota acaecida muchos años atrás y que recuerda con una mezcla de cariño y simpatía: “Heraclio se iba a herrar a Cabezuela y yo estaba con los corderos en la

Heraclio con Zacarías y Victoriano, ambos de El Villar

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Nava porque por la tarde no había despacho. Y según venía de herrar, con la moto, en casa de Baudilio me la cargó de herraduras de herrar los machos y dice “venga, Agustina, súbete a la moto y yo me quedo con los corderos. Te vas para casa”. Yo decía: “que no, que me es-trello”. Él que sí: “mira, cuando llegues frenas y ya está”. Pues yo no entendía. Veo a los Pa-rras ahí y les digo: “¡Ay! Felipe, Miguel, engan-

chadme de atrás, que no puedo parar la moto”. Y ahí me pararon con la moto, si no me voy hasta El Barrio o hasta que se me terminara la gasolina, je, je”.

J. Carlos Santa Engracia

Eugenio Chicharro

Mercedes Chicharro

(Puedes ver en vídeo la entrevista completa en www.sebulcor.com)

Agustina y Heraclio en San Frutos

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El 24 de julio de 2005 tuvo lugar la presentación del libro “El Convento de la Hoz. Diario de una investigación”, de J. Carlos Santa Engracia Blasco, editado por la Asociación “Amigos del Convento de la Hoz”. La misma se realizó en el recién creado, por entonces, Centro de Recuperación de Actividades Tradicionales “La Cerca Blanca”, en Sebúlcor, y el acto sirvió como inauguración de las instalaciones del mismo. A éste acudieron, según estimaciones de crónicas de la época, alrededor de 300 personas.

En la presentación intervino en primer lugar el Presi-dente de la Asociación, José María Hernández Pascual, que en su discurso resaltó la importancia de esta publica-ción para la consecución de los objetivos de la Asociación. En representación del Ayuntamiento de Sebúlcor intervi-no su Alcaldesa, Carmen Ortiz Rodrigo, que reconoció la labor desarrollada por J. Carlos Santa Engracia Blasco como impulsora de desarrollo de cultura en nuestros pue-blos. A continuación, Antonio Martín Criado, dueño de “La Cerca Blanca”, agradeció a la gente su asistencia e invitó a visitar las instalaciones. Para finalizar, el autor del libro dirigió unas palabras explicando detalles de la obra, lo que dio paso a una firma y dedicatoria de ejemplares por un tiempo no inferior a dos horas.

Han pasado 10 años de aquella presentación y a día de hoy podemos decir con orgullo que ejemplares de esta

publicación de nuestra Asociación reposan en algunas de las mejores bibliotecas de España: desde la Biblioteca Nacional a la del Monasterio de Santo Domingo de Silos; desde la del Monasterio de El Escorial, fundada por Felipe II, a la de Leyre, en Navarra; desde la de Guadalupe, en Cáceres a la del Monasterio de La Vid, en Burgos, considerada una de las más importantes de Castilla y León, etc.

La excepcional acogida que tuvo desde un primer momento hizo que la edición de 1000 ejempla-res se agotara en dos o tres años, no sin antes llegar también a muchas Instituciones, además de que posteriormente se adjuntó un ejemplar en el completo dossier presentado por nuestra asociación ante la Junta de Castilla y León para solicitar la declaración como Bien de Interés Cultural del Convento de la Hoz, hecho que finalmente se produjo en septiembre de 2012.

eFemérides de lA AsoCiACiónX Aniversario de la publicación de

“El Convento de la Hoz. Diario de una investigación”

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Corría el año de 1945. La Corporación Municipal, que por aquel entonces regía los destinos de este, nuestro pueblo de Sebúl-cor, viendo la necesidad presente y también, por qué no decirlo, pensando en el futuro y habida cuenta de que la economía municipal, gracias a la resina y la madera, comenzaba a ser boyante, acordaron la construcción de este Salón de Baile que en adelante nos cobijaría bajo su techo en acontecimientos de toda ín-dole, al mismo tiempo que nos protegía de las intemperies climatológicas que hasta entonces nos tocaba sufrir en domingos, fiestas, bodas, reuniones, etc.

La acogida por los vecinos fue fabulosa, pues su vida de distracción y ocio mejoraría en grado sumo.

Este Salón tenía una cocina que ocupaba el espacio que ahora el frontón destina al públi-co, dotada de fogones y cacharrería adecuada a la época, de la mejor calidad, que permitía la celebración de bodas y otros acontecimien-tos, propiciando durante más de dos décadas que las pitanzas culinarias de tales eventos se condimentaran y guisaran en dicha cocina. En esta cocina y en la década de los cincuenta y durante algunos cursos, se preparaba la leche que a media mañana se daba a los niños-as de las escuelas, que tenía como base la leche en polvo donada por los americanos. Difíciles tiempos aquellos.

Lo más importante de este Salón, sin duda, fue que se le dotó de un equipo de to-cadiscos y altavoces de lo mejor del mercado, sin lugar a dudas, que funcionaba todos los domingos y festivos desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche en otoño-invierno, adaptando este horario a las horas de noche en primavera-verano. Era la distracción y el de-leite de todo el pueblo, pues aparte de las per-sonas muy mayores que no podían moverse, todos acudíamos a pasar el rato: niños, jóve-nes, matrimonios, solterones, comadres... que corrían, bailaban, cotilleaban... cada uno según le parecía en un ambiente de diversión y relax de lo más sano a la vez que picaresco, pues de todo había en la viña del Señor.

Disponíamos de los mejores discos del mercado en pasodobles, boleros, rumbas, tan-gos, valses... que uno recuerda con no poca pena y sí mucha nostalgia. Al frente de todo ello había un encargado de su funcionamiento que lo atendía y cuidaba a las mil maravillas.

El Salón también disponía de un mini bar en el rincón de la izquierda según se entraba, que era atendido por los cantineros del pueblo en rotación anual, donde nos refugiábamos los del chateo, a la vez que esperábamos nuestra oportunidad de bailar.

¿Anécdotas acaecidas en este Salón? Por cientos, pues cada uno de los de aquella época tenemos las nuestras que de cuando en cuando

Breve semBlAnzA del sAlón de BAile

Frontón (años 70) Frontón (actual)

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nos recordamos unos a otros, fanfarroneándo-nos con algunas y no tanto con otras.

Cuando las bodas dejaron de celebrarse en el Salón, pues el progreso y la modernidad de los años setenta así lo decidieron, la funcio-nalidad de la cocina quedó en desuso y habida cuenta de que el tejado que la cubría era una continua gotera (tanto de aguas como econó-mica), causadas por las pelotas que en el teja-do caían y rompían las tejas, en el año 1976, la Corporación municipal de turno, con buen criterio, acordó eliminar dicha cocina dejando el solar que ocupaba en beneficio del frontón. Esta decisión municipal fue bien vista por los vecinos en general, pues la inutilidad y el cos-toso mantenimiento de la misma eran eviden-tes y el frontón ganó en espacio y comodidad y pasó a ser eso: ¡Frontón!, pues hasta entonces había sido trinquete, o sea, juego de pelota en tres paredes.

Ya en los tiempos que corremos otras cor-poraciones municipales han mejorado y mucho su interior, destacando la instalación de la cale-facción y atención a su mantenimiento continuo que su uso público requiere.

En fin, este Salón de Baile, nuestro Sa-lón, desde su edificación hace ahora sesenta y cuatro años, ha cumplido y sigue cumpliendo las misiones para las que fue construido a tra-vés de las generaciones que, sin prisa pero sin pausa, por él vamos pasando y quiera Dios que otras muchas sigan disfrutando de su cobijo y también manteniéndole en buenas condiciones en beneficio de todos. Y en reconocimiento y honor de todos los responsables de ello, de-mos un fuerte aplauso.

Miguel Arranz, 2009

Frontón y Salón (años 90) Frontón y Salón (actual)

Salón (años 70) Salón (actual)

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Tierras segovianas. Tierras de Sepúlveda. Tierras de labradores. Tierras de cereales. Tierras de pinares.

Lugares para aventar. Lugares para la trilla…

Estas tierras de año y vez fueron repobladas por el Rey Bravo de León y Castilla, Alfonso VI, el Con-quistador de Toledo, uno de los primeros soñadores con Europa. Ocurrió, allá por el siglo XI, cuando sur-gieron los grandes Concejos a lo largo de la línea del sur del Duero. Los intereses comunes de varias poblaciones castellanas, segovianas, hicieron que éstas se agruparan en una sola y gran comunidad.

En el siglo siguiente, el Rey Noble, Alfonso VIII de Castilla, “el de las Navas” apoyó personalmente e impulsó estos grandes concejos. Dentro de las Tierras de Sepúlveda, de las tierras de Duratón, se realizo una división administrativa en ocho partes u ochavos. Esta división de las tierras de Sepúlveda, fue el origen, entre otros del Ochavo de Cantalejo, formado por las localidades de: Cantalejo, San Pedro de Gaillos, Cabe-zuela, Fuenterrebollo, Sebúlcor, Aldeonsancho, Valdesimonte, Aldealcorvo y Villar de Sobrepeña.

Todas fueron tierras de la Orden de Santiago.

En esta gran llanura segoviana de pinares y tierras cerealistas, está la localidad de Cantalejo.

“a menos de tres leguas al Suroeste de las Hoces del Duratón y solo a una legua de Sebúlcor”

Por tanto, la zona rural de Cantalejo constituyó uno de esos “ochavos” (8 partes) en las que se dividió la Tierra de Sepúlveda.

Con el devenir de los tiempos, Cantalejo se constituyó, especialmente a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, en su primera mitad, en “la capital mundial de los trillos”. Pero los trillos españoles proceden de Cantalejo desde tiempos de la Reconquista, al menos que sepamos, de manera documentada. Muchas gentes, nacidas en el último cuarto de siglo XX nunca han visto un trillo trabajando y, si acaso, lo han visto como elemento de decoración.

Más cerca en el tiempo de lo que los jóvenes habitantes de las Hoces

del Duratón pueden pensar, se hablaba, hasta hace muy poco...

Ya están en espera los pocos que quedaron en el vilorio: los labrancanes, el engrullón, los merches, los estafaperdines, los atervaperdines de tisarros, los sinifaros y algunos más.

gacería

Los briqueros abandonan los vilorios por este año para botarse a su vilorio sierte con el rodoso, el mandorro, la siona y los motilones, con las sienas en la joyosa, para comprar un urniaco, para misir

urdalla en el invierno.

Llegados al vilorio, visitan la jaima para dar gracias por el regreso y en las fiestas, a divertirse con buen humor, pero sin pulirse curda

La jerga profesional de los briqueros

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¿Qué es un trillo? Pues un trillo es un apero de labranza que se utilizaba (hasta no hace más de veinte años, en algunos lugares) después de la recolección, para separar el grano de la paja, en la “era”.

A principios del siglo XIX, cuando las tropas napoleónicas invadieron España, un maestro agrónomo y botánico/naturalista madrileño, definió el trillo. Este investigador, se llamaba Claudio Boutelou y era bisnieto del jardinero francés que cuidó los Jardines de Aranjuez y miembro de una gran familia de jardineros, im-plantada en el siglo XVIII en la Corte de Madrid. Eran los tiempos de los primeros Borbones, de Felipe V y de sus tres hijos reyes de España.

Boutelou definió el trillo (aquellos trillos de ruedas) como…

«…de tres a cuatro pies de ancho y unos seis de largo, variando frecuentemente estas dimensiones, y se compone

de dos o tres tablones ensamblados unos con otros, de más de cuatro pulgadas de grueso, en los que se hallan embuti-

das por su parte inferior muchos pedernales muy duros y cortantes que arrastran sobre las mieses. En la parte anterior

hay clavada una argolla para atar la cuerda que le arrastra, y a la que se enganchan comúnmente dos caballerías; y

sentado un hombre en el trillo lo conduce dando vueltas sobre la parva extendida en la era. Si el hombre necesita más

peso, pone encima piedras grandes»

Sin embargo el trillo era conocido en muchos otros lugares del Mundo hace más de cinco mil años. Casi desde el principio de la agricultura.

“Trillando”, en los años 50 del pasado siglo

Imagen de un trillo en un sello cilíndrico datado 3000 A.C. procedente de Malatya, Turquía, actualmente una ciudad famosa por los albaricoques

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La definición de Boutelou es precisa y se ajusta bastante bien al trillo que hemos conocido, los que hemos vivido a mediados del siglo XX. Precisamente, cuando el que escribe estas líneas, era un joven, casi un niño, oía, en las ferias de los pueblos, hablar un lenguaje o jerga extraño, que no era castellano, aunque tampoco parecía francés, el otro idioma más conocido de la época, para los jóvenes estudiantes de aquellos años. Resultaba extraño el oírlo y podemos decir que los que lo hablaban, tampoco eran como los demás agricultores.

Eran los briqueros.

¿Quiénes eran o fueron los briqueros? Esa pregunta nos hace retornar a nuestras tierras del Duratón, de las Tierras de Sepúlveda y más concretamente a Cantalejo. A los briqueros también se les conocía como chifleros, pues ellos mismos utilizaban el vocablo, de origen árabe, “chiflo”, que significa trillo, para designar el producto que ellos mismos fabricaban, por supuesto artesanalmente. Los trilleros, briqueros o chifleros eran los fabricantes y, también vendedores de los trillos, que trabajaban en Cantalejo durante el invierno e incluso la primavera, con el fin de recorrer, posteriormente, los campos de Castilla ofreciendo su producto a los agricultores de nuestras tierras cerealistas. Se tienen referencias de la fabricación de este apero de la-branza en Cantalejo durante más de cuatrocientos años y, al parecer, la gacería, el lenguaje, fue realmente importante en la primera mitad del siglo XX.

Sin embargo, este “lenguaje” que no idioma, no es de tiempos modernos.

Algún autor, que mencionamos en la bibliografía de un artículo más extenso que este breve resumen, se muestra seguro que este lenguaje fue traído a la zona y al oficio de trillero por los monjes templarios que procedían del suroeste de Francia. Nada es seguro.

Los briqueros, estos curiosos personajes, habitantes de los pinares segovianos, del ochavo de Can-talejo, inventaron o crearon para su único uso un “lenguaje” que solo ellos conocían. Ellos no inventaron el trillo pero si desarrollaron esta “jerga” para comunicarse entre sí. Con muchos y diversos orígenes. Los expertos, etnólogos, antropólogos, filólogos y/o expertos en lenguajes, dialectos, idiomas, jergas, etc., no se ponen de acuerdo.

Gentes de Cantalejo en la primera década del siglo pasado(Autor desconocido)

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Con vocablos de varias procedencias, vasco, gallego, inglés, latín, alemán, hebreo, árabe, etc. y por supuesto con deformaciones, tales como aféresis y metátesis del castellano. Como decía la profesora Si-guero hace ya más de 30 años…

Con posterioridad, este lenguaje se enriqueció con préstamos recogidos del argot denominado “caló”, en su mayoría correspondientes a lo más típico de esta jerga, coloreándola con expresiones atrevidas, llenas de ingenio y viveza que el pueblo ideó para ocultar el verdadero mensaje de su comunicación, res-pondiendo, así, a la necesidad de valerse de ellas en sus transacciones comerciales.

A esta forma de hablar es a lo que se llama Gacería. La gacería, no es, en sí mismo, un lenguaje, es sencillamente un conjunto de menos de cuatrocientos vocablos o palabras que los fabricantes de trillos de Cantalejo, los briqueros, utilizaban para entenderse entre ellos y sin que les entendieran los demás, espe-cialmente cuando iban por las ferias a vender sus productos. Era un “lenguaje o argot” profesional. Es una especie de “slang”, sin técnica, como el que aparece en algunos lugares de la revolución industrial, en los países anglosajones. Se trata, como dice algún autor, de “un código de comunicación”. Una pequeña joya etnográfica de las tierras de pinares segovianas. Este tipo de argot o lenguaje gremial no es único de los trilleros. Otras profesiones, especialmente en Asturias (mansolea, cascón, bron, trixileiro), pero también en León (burón) y otros lugares nos han dejado vestigios de este tipo de “hablas profesionales”.

Sin embargo, volvamos a la gacería, a la Tierra de Pinares y del Duratón. También algunos tratantes de ganado hacían uso de este lenguaje y este escribidor recuerda a alguno en concreto, de los años 60, es decir de hace unos 50 años. En la actualidad vuelve a renovarse el interés por este lenguaje e incluso hemos encontrado en nuestras investigaciones algún blog escrito parcialmente en gacería.

Tal como mencionamos más arriba, esta forma de comunicarse no es un idioma o un lenguaje sino que según la expresión de algún autor “es un sistema lingüístico caracterizado por un tipo de códigos secretos”. Incluso, este mismo autor explica que el léxico de la gacería tiene exactamente 353 términos y que la pro-nunciación sigue las reglas fonéticas del castellano. Según esta misma fuente, la formación de los términos o palabras de la gacería se consigue mediante la composición y la derivación de los términos originales del idioma del que procede. No todos los autores consultados estarían de acuerdo con esta aseveración.

Es importante señalar, además que la gacería concede especial importancia a los gestos y según los mismos una misma expresión puede adquirir diferentes significados. Tal y como sucede con el caló, la jerga de los arrieros, con muchos y diversos orígenes, pero bien conocida como procedente de Quintanar de la Orden, en la provincia de Toledo, la gacería se convierte en un medio de comunicación gremial que ayuda a protegerse de otras gentes no introducidas en la actividad de los fabricantes de trillos de Cantalejo. Veamos algunos términos.

A los jefes o personas con cierta autoridad se les llama “engrullón” y por eso, un obispo es un “engru-llón de los merches” debido a que los curas, los sacerdotes, son los “merches”, al jefe de los guardias se le conoce como “engrullón de los sinifaros”, el alcalde es el “engrullón del vilorio”, el maestro es el “engrullón de los motardines pitoches”, aunque también se le conoce como “man de pitoches”. Un médico es conocido como “estafaperdines” y un veterinario es el “estafaperdines de mandorro”.

Los trillos que estos individuos fabricaban llevaban piedras de siles en su parte inferior con el fin de cortar la paja y al operario que hacia esa labor se le conocía como “enchifladero”.

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Un campesino, un labrador, era un “labrantón” y al amigo, al compañero se le conoce como “luquero”.

Una expresión curiosa es la manera de llamar al pan. Se trata del “levante” y al hambre se le llama “lusa”. A la comida se le llama “mincha” . Una oveja es una “meca” y un “velloso” es un cabrito. “García” es un gato. Un cerdo es conocido como “guaricho”. Los “guisantes” son las gallinas. Los garbanzos son llamados “garbellos o gabrieles”. Los huevos son los “gumarros”.

Algunas palabras se utilizan, en la actualidad en lenguajes coloquiales, como por ejemplo “guipar” que sirve para descubrir o ver. “Pinrel” es un pie. La cama es la “piltra”.

No todo se ha perdido.

La gacería es, por tanto, algo que hay que tratar de conocer y conservar, no ya por su importancia histórica sino simplemente como imagen de un hecho económico y social de las tierras de la provincia de Segovia.

José Fernando Criado Juárez

Pozuelo de Alarcón, Abril 2015

Resumen de un trabajo más amplio sobre el trillo y la antropología social que lo rodea.

Ejemplos de trillos. Véanse las piedras de sílex incrustadas en la madera

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NO SE DETENGAN... SI NO QUIEREN

EL ESPECTACULAR TRAZADO DEL PARQUE DE LAS HOCES DEL DURATÓN ACOGIÓ LA XI SENDA DE LOS FRAILES

Hace ya dos años que las ruinas del convento de Nuestra Señora de la Hoz fueron declaradas Bien de Interés Cultural, con

categoría de monumento, por parte de la Junta de Castilla y León. Pero desde hace once los Amigos del Convento de La Hoz,

que se agruparon en Asociación con el fin de contribuir a la recuperación de la Memoria Histórica del rico patrimonio cultural

que posee la zona de Sebúlcor, organizan una carrera popular, la “Senda de los Frailes” tanto para dar a conocer la zona como

para promocionar la actividad deportiva en plena naturaleza.

Además, los Amigos del Convento se quisieron sumar también a la campaña solidaria “Lucha con Leo” sacando a la venta

dorsales solidarios y recogiendo donativos, recaudando un total de 550 euros que se harán llegar a la familia del niño segoviano.

Aunque existía un cierto temor por que las condiciones climatológicas no fueran las idóneas, finalmente los atletas, que

en número de 180 tomaron la salida, no se encontraron más inconvenientes para desarrollar la competición que los propios de

un terreno pedregoso de 12 exigentes kilómetros a través del Parque Natural de las Hoces del río Duratón. No fueron pocos los

que, con el ánimo de practicar deporte y no de conseguir una buena marca, fueron más despacio por alguno de los tramos para

poder admirar un paisaje único en la geografía segoviana.

Como viene siendo habitual en este tipo de carreras populares, no tardaron en formarse diversos grupos liderados por

los atletas que buscan la victoria. De entre ellos destacó el joven vallisoletano Luis Enrique Melero, que junto a Daniel Gutiérrez

fueron quienes dominaron la prueba con un ritmo difícil de seguir para el resto de competidores. Luis Enrique fue paulatina-

mente destacándose de Daniel, hasta cruzar la línea de meta en la primera posición, marcando un tiempo de 42 minutos y 16

segundos, entrando su principal oponente apenas 14 segundos más tarde. Tercero en la meta fue el incombustible Pedro Luis

Gómez Moreno.

En la categoría femenina, las miradas se centraron en una de las grandes damas del atletismo español, como es Recuerdo

Arroyo, que mostró buena parte de su potencial para terminar llevándose la victoria un minuto por delante de la segoviana Marta

Vírseda, que gracias a su buen hacer se ha convertido en una habitual en los podios de este tipo de carreras, y de Eleanor

Sedgwick, tercera.

ACtividAdes de lA AsoCiACiónXI Senda de los Frailes (2014)

(Reproducción del artículo publicado en El Adelantado de Segovia el 15 de septiembre de 2014)

13 de septiembre de 2014

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Luis Enrique Melero

Ganador absoluto de la XI Edición de “La Sen-da de los Frailes”

P. ¿Eres de por aquí, de la zona de Segovia, o vie-nes de fuera?

R. De Valladolid.

P. ¿Cómo te has enterado de nuestra carrera para apuntarte a ella?

R. Porque solían venir mis padres hace años.

P. ¿Conocías ya la zona de Sebúlcor y las Hoces del Duratón?

R. De las otras carreras un poco.

P. ¿Qué años tienes? Eres joven, ¿no?

R. 18.

P. ¿Y es la primera vez que la corres entonces?

R. La corrí hace años pero sin dorsal, para acompañar a mi padre.

P. ¿Te gusta el tipo de carrera pedestre?

R. Sí, es más bonito.

P. ¿Qué te parece el integrar la Naturaleza en el con-texto de una carrera?

R. Mucho más bonito que una carrera por asfalto.

P. ¿Cómo has visto la dureza de la prueba?

R. Es una carrera dura pero también depen-de del ritmo y eso.

P. ¿Es tu primera victoria o has ganado más carrera

s?

R. No, ya he ganado más carreras por la zona de Valladolid.

P. ¿Qué te ha parecido la organización?, ¿te has se

ntido acompañado toda la carrera?

R. Muy buena. Iba un coche delante y esta-ba muy bien. Íbamos un grupo y no ha habido problema.

P. ¿Vas a volver a correr La Senda de los Frailes?

R. Sí, sí, alguna vez.

Luis Enrique Melero (Padre)

Padre del ganador absoluto de la XI Edición de “La Senda de los Frailes”

P. Me decía antes tu hijo que habías venido a co-rrer varias veces “La Senda de los Frailes”...

R. Sí, vengo todos los años aquí. Ya la conoz-co y es una carrera que me gusta.

oPiniones, PensAmientos, reFlexiones...(Entrevistas realizadas durante la XI Senda de los Frailes

por J. Carlos Santa Engracia)

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P. ¿Cuántos años hace que empezaste a venir?

R. Es posible que siete u ocho años.

P. ¿Cómo fue para empezar a venir, porque me de-cía tu chico que sois de Valladolid?

R. Yo vine aquí por un hermano que tengo, que venía antes que yo y me la dio a cono-cer, me gustó y ya vine de continuo, igual que vengo a otras carreras del Circuito de Carreras Pedestres de Segovia.

P. ¿Sigues corriendo?, ¿has corrido también hoy?

R. Sí, sigo corriendo. Hoy también he corrido. Ahora ya corro en la categoría de Veteranos.

P. ¿Qué siente un padre deportista al ver que su chi-co empieza a ganar carreras?

R. Necesitaría un poco más de tiempo para describir lo que siento realmente porque ha sido un proceso largo, pero que ha llegado a un nivel muy bueno.

P. Nos decía él antes que ya había ganado más ca-rreras. ¿Qué sentiste tú la primera vez que ganó una carrera?

R. Una alegría tremenda.

P. ¿Más que si la hubieras ganado tú?

R. Sí, sí, sí, seguro. Es que yo veo además lo que se esfuerza y de lo que se quita para poder llegar a hacer esto. Se quita muchas horas de no salir, de mucho entrenar... mucho sacrificio.

P. Será, sin duda, porque se lo habéis inculcado vo-sotros, ¿no?

R. Yo, si quieres que te diga la verdad, jamás le he orientado.

P. Pero él ha visto el ejemplo...

R. Sí, yo creo que sí.

P. ¿Vais a seguir viniendo otros años?

R. Sí, sí, seguro que sí.

P. ¿Qué te parece para un pueblo como Sebúlcor, de 300 habitantes, lo que se monta aquí?

R. A mí me gusta. Si vengo es porque me gusta. Es un trato acogedor. La carrera es bo-nita y la organización, de las carreras que se hacen en el Circuito Pedestre, de las mejores. Yo estoy contento.

Iván Pinilla

Ganador de la XI Edición de “La Senda de los Frailes” en categoría Local

P. ¿Cuántos años llevas corriendo la carrera?

R. Desde que empezó. Desde el primer año. Sin dorsal. Desde los catorce años: catorce, quince y dieciséis... los tres sin dorsal.

P. ¿Qué puestos has ido teniendo?

R. El primer año que me pude sacar el dor-sal no llegué, el siguiente tampoco y luego ya sí que he ido llegando los demás años y he rondado los puestos octavo, décimo y por ahí. Como local sí que la he ganado más años.

P. ¿Qué te parecen los premios que se dan?

R. Pues muy peculiares y me gustan porque no los veo en otras carreras. Sólo los veo aquí.

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P. ¿Qué resultados has tenido en otras carreras?

R. A nivel regional no he llegado a ganar en mi categoría, que es la absoluta ya, pero siem-pre he estado ahí, entre los primeros. Me toca correr con todos y no soy tan afortunado de ganar pero también porque no me preparo es-pecíficamente, así que no puedo pedir mucho.

P. ¿Qué te parece para Sebúlcor una carrera de este tipo?

R. Es muy buena. Para un pueblo de 300 habitantes... estoy seguro de que muchos pueblos –no es que estoy seguro, es que lo sé porque he visto más carreras– no la tienen con el carácter que tiene esta carrera y lo que considero yo más importante es que sigue ha-biendo ganas, que se sigue trabajando duro y sigue creciendo poquito a poco. Y es lo me-jor porque no hace falta que crezca a lo burro, como otras, y luego pegan un bajón porque la gente se desespera y no puede con la carga pero sí que poco a poco suba para que la gen-te siga teniendo más ilusión. Porque se ofrecen muchas cosas. De hecho, por ejemplo, el año pasado teníamos un puesto de cerveza artesa-na y este año tenemos dos. No sé... me parece bien.

P. En cuanto a la organización, ¿te has encon-trado algún pequeño defecto que podamos mejorar respecto a otras carreras que tú corras habitualmente?

R. A priori la organización está bien. La gen-te más o menos ya sabe dónde tiene que ir a recoger los dorsales... y a mí me parece bien. Lo único que ha pasado este año ha sido que en la salida nos hemos quedado un poco pa-rados porque otros años había cuenta atrás y este año no ha habido. Nos hemos perdido ahí un poco pero bueno... Por lo demás yo creo que la carrera ha estado bastante bien.

P. ¿Vas a seguir corriendo más años?

R. Sí, sí, claro. Por supuesto. Si puedo yo la corro. No lo dudo.

Recuerdo Arroyo

Ganadora de la XI Edición de “La Senda de los Frailes” en categoría Femenina

P. ¿Eres de por aquí, de la zona de Segovia?

R. No, vivo en Madrid y soy manchega.

P. ¿Cómo has conocido esta carrera?

R. Fue curioso porque hace 6 ó 7 años vi en un chico una camiseta que me impactó mucho. Ponía “La Senda de los Frailes” y desde en-tonces siempre he querido hacerla, no sé por qué. Me comentó que era una carrera muy bo-nita. La camiseta me encantó y bueno, pues era algo que tenía en mente y nunca he podido hasta este año. Es la primera vez que la corro.

P. ¿Habitualmente corres este tipo de carreras?

R. Corro todo lo que se me pone por delante. Me gusta todo. Llevo ya 10 años en carreras populares.

P. ¿Has ganado muchas carreras?

R. Sí, he sido ganadora absoluta en muchas carreras, entre otras, 4 veces la San Silvestre Vallecana Popular. Bueno, ha habido muchísi-mas carreras en mi curriculum y estoy orgullo-sa.

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P. ¿Qué te ha parecido la organización de nuestra carrera?

R. Muy buena. Desde el momento en que he llegado pues la gente superamable y super-correctos. El circuito, todo el mundo coincide, es espectacular, sobre todo del Km. 4 al Km. 8. Me ha parecido increíble. Estaba muy bien señalizado. No he tenido ningún problema, nin-guna duda.

P. Y al llegar allí, al Convento... ¿lo conocías ya o era la primera vez que pasabas por allí?

R. Era la primera vez que lo veía.

P. ¿Has podido concentrarte en la carrera con esas vistas?

R. Me he podido recrear, sí. Por suerte no tenía a la segunda pisándome los talones así que me he podido recrear en la vista.

P. ¿Vas a volver para verlo más tranquilamente?

R. Sí, si es posible sí. Me han recomendado hacerlo en piragua e incluso caminando pue-de ser un paseo muy bonito... un día tranqui-lamente.

P. ¿Qué te parece integrar este tipo de carreras en una zona natural como ésta, buscando la Naturaleza como un contexto para hacer deporte?

R. Yo creo que está muy bien porque es otra motivación. El asfalto nos termina cansando demasiado y ver el paisaje y la naturaleza yo creo que a todos nos gusta y nos motiva mu-cho más.

P. ¿Vas a volver a hacerla más años?

R. Si puedo el año que viene aquí estoy. Me resulta un poco difícil porque vivo en Madrid y las fechas que son... muchas veces es compli-cado. Si me coincide, sí, por supuesto.

Olegario Arranz

Responsable del chiringuito en la zona de Meta de “La Senda de los Frailes” por cuarto año consecutivo

P. Cuéntanos qué tal ha ido la cosa.

R. La verdad es que muy bien. Mucha gente y muy bien preparado... y la gente es la que tiene que decir. Yo creo que esto va para ade-lante y apostar por ello.

P. ¿Qué tal tu experiencia hace cuatro años cuando viste por primera vez “La Senda de los Frailes”?, ¿qué pensaste?

R. Muy gratamente sorprendido. No me lo creía... el fandango que se puede montar aquí. La experiencia avala y año tras año, mucho mejor y más preparado, evidentemente.

P. ¿Qué te parece para un pueblo como Sebúlcor montar una carrera así, como esta?

R. Espectacular. No me lo creía... el movi-miento de gente que se puede llegar a mover por el tema del atletismo. La organización... in-creíble. No pensaba que esto fuera así.

P. ¿Vas a seguir montando el chiringuito en próxi-mos años?

R. Evidentemente y apostando por la asocia-ción... y lo que haga falta. Todo lo que esté en mi mano sabéis que lo tenéis. Todo lo que esté en mi mano, adelante con ello.

P. ¿Tú crees que la carrera va a seguir para ade-lante?

R. Yo creo que sí, así que confío y apuesto por ella.

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Este año llegamos a la decimosegunda edición de La Senda de los Frailes con algunas nove-dades: nos hemos salido del Circuito de Carreras Pedestres Provincia de Segovia y nos pasamos a las carreras de montaña, con lo que este año pasamos a ser la I Carrera de Montaña La Senda de los Frailes.

La carrera será el domingo 13 de septiembre por la mañana y constará de 15,5 kilómetros, los cuales transcurren por zona de pinar, arenales y roca, incluyendo varios desniveles. Práctica-mente todo el recorrido discurre dentro del Parque Natural de las Hoces del río Duratón.

La prueba comienza en el mismo lugar que en ediciones anteriores y a unos 300 metros se desvía por la Senda de las Fuentes, transcurriendo así unos 2,5 kilómetros por pinar. A continua-ción baja por un cortafuegos a coger la pista del Camino de Molinilla, a escasos metros de un refugio tradicional del pinar. Después continúa por el camino hasta la intersección con el desvío que lleva a la Calleja, donde se coge el Camino de los Arrieros con una fuerte subida, dejando a nuestras espaldas un paisaje espectacular, llegando así al denominado Coto, donde tomaremos otro camino en dirección al Cañón del Duratón, pasando por refugios de piedra construidos por nuestros pastores. Desde allí, iremos recorriendo el cañón hasta llegar, como no podía ser de otra forma, al Convento de la Hoz, donde cogeremos el camino recorrido en otras ediciones.

Esperamos que estos cambios llevados a cabo tengan buena acogida por vuestra parte y que nos veamos un año más en Sebúlcor.

Como en otras ediciones necesitamos de la colaboración de todas aquellas personas que nos puedan echar una mano, a las que desde aquí queremos agradecer de antemano su ayuda desinteresada.

ACtividAdes de lA AsoCiACiónXII Senda de los Frailes

(I Carrera de Montaña La Senda de los Frailes)

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Amigos del Convento de lA Hoz - Nº 19

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