Revista Cotas 2010

Cotas Feliz XX aniversario Cotas

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SUMARIO.

Saludos y eventos.

Editorial……………………………………………… 3

Impresiones de una delegada 4

Reconocimiento al detalle…… 6

Que fuerte, que fuerte…………… 8

Artículos.

Un pisado es……………………………………… 7

Yo de mayor médico……………………… 12

Dicen de la universidad………… 16

Oro parece, Plata no es………… 17

Di que aceptamos barco…………… 18

Parecidos razonables………………… 19

La banda sonora……………………………… 20

La fruta es… Córdoba………………… 22

Topógrafos por el mundo.

Desde los ángeles………………………… 26

Viaje a ninguna parte……………… 28

Y los destinos son……………………… 29

El mundo por la ETSIGCT.

Ellos son raros……………………………… 30

Nos entretenemos.

Jeroglíficos……………………………………… 31 Sudokus…………………………………………………… 31


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Editorial.

Si fuese otra cosa… ¿Quién sabe? Pero la revista tenía que llegar. ¿Con qué? Ya nos inventaremos algo. ¿Escrito por quién? Ya vendrá algún rezagado cuya

mente haya sufrido una de esos extraños momentos… esos de… esos que tanto se desean en los exámenes, en las exposiciones, delante de tu pareja… si, de inspiración. A veces para bien, otras para mal.

Total, la revista no tiene que ser demasiado complicada, ¿no? Vayamos por pasos: ¿Qué tiene este año de especial? Así, levantando la cabeza en los pasillos de nuestro valorado edificio… creo que ya se comentó las incomparables ventajas de esta estructura moderna donde decidieron meter nuestra escuela, ¿Cierto? Alguien comentó ya en un artículo el aprovechamiento de la luz natural, o la claridad con la que distinguir al fondo del pasillo, la facilidad con la acertar a las puertas de las aulas/despachos… Eso ya se comentó.

¿Y del mundo Erasmus? Esos que se van a quién sabe donde para conocer un poco más de mundo. Bueno, de esos algo se comentará, pero no llega a ser la novedad con la que dar pie a la edición. Sigamos.

¿Las estacas? Un trozo de madera que se entrega a alguien en señal de su reconocimiento en tan valerosas artes como su invisibilidad ante algunas asignaturas, su ojo diestro a la hora de descifrar la letra del compañero que está a dos metros de distancia y coincidir con él en la respuesta… A eso le haremos un hueco, pero no llega a ser novedad.

¿Entonces?

¿El aparcamiento imposible? ¿La fotocopiadora que nunca tiene papel? ¿Las estructuras artísticas diseminadas por el rocódromo? ¿Novedad, novedad? Listo. ¿Cómo no? Seguro que no pocos se han dado cuenta de esos

carteles tono butanero dispuestos por esta parte del politécnico en las farolas. Si, damas y caballeros, nuestra escuela cumple veinte añitos. Veinte añazos desde que se decidió por las buenas o por las malas, en unas condiciones o en otras, poner la escuela de Cartografía, Geodesia y Topografía en la UPV. Así pues, qué mejor forma de dar inicio a esta edición que dándole un reconocido “Feliz XX aniversario, escuela”. Un saludo a todos.


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IMPRESIONES DE UNA DELEGADA

Alguien me preguntó a principio de curso “¿por qué no te presentas a delegada?” rápidamente y sin pensarlo ni un segundo conteste: “Ni hablar, como si no tuviese nada mejor que hacer…”. Pero no acabó ahí la cosa, y aunque nadie volvió a insistirme me pasé todo el día dándole vueltas a la idea de ser delegada. Al final, llegué a la conclusión de que no, no tenía nada “mejor” que hacer. Y no porque no tenga otras cosas que hacer, sino porque el ser delegada sonaba a una experiencia prometedora y enriquecedora que me brindaba la oportunidad de representar a los Alumnos de la Escuela de Topografía más grande de Europa (que mola un montón decirlo por ahí).

Y así llegaron las elecciones a delegado de la Escuela, en las que me presenté con ganas

de hacer las cosas lo mejor posible. Tal vez, fue porque fui la mejor candidata al puesto, o a lo mejor porque fui la única que se presentó, pero desde ese día soy la delegada de la ETSIGCT.

Comencé mi mandato con ilusión. Mandato en el pronto empezaría a ver como me

solapaban los plenos, juntas de centros, visitas a rectorado, a dirección, a secretaria, a Delegación Central, congresos, entrevistas (sí, entrevistas también) y demás compromisos de índole similar con las clases y las prácticas. Además de coordinar a los demás componentes de la Delegación, que por extrañas razones del destino estaba compuesta por gente que apenas se conocía entre sí.

Qué bonito se veía el pasado de mi vida universitaria y que negro el futuro de mi expediente. Al igual que a los padres, a los delegados ni nos dan un manual que nos enseña a dirigir una Delegación como es debido, ni nos dan las delegaciones con un pan debajo del brazo.

¿Habéis oído alguna vez la expresión: “detrás de un gran hombre, siempre hay una gran

mujer”? Pues funciona para los hombres, mujeres, hermafroditas, profesores y demás criaturas. Llegado a este momento en el que mi optimismo inicial se derrumbaba, apareció, cual Ángel Salvador, la vice delegada de la Escuela, también conocida como Ana Oter o la Lara Croft de la dele. Prácticamente desconocida para mí al principio y una gran compañera y amiga al final que fue perfecta en sus funciones y un gran apoyo.

Poco a poco, y con fuerzas renovadas, el curso fue avanzando, continué con mi mandato

mejor incluso que antes, a pesar de los obstáculos que se iban presentando, a todos nos tuvieron en vilo las paellas, no paellas, paellas, no paellas, paellas… o todo el caos que ha despertado en nosotros el nuevo plan de Estudios.

Llegados pues al final del curso, me encontré con que los componentes de la Delegación

ya no eran meros compañeros, eran también compañeros de estudio los días de biblioteca, compañeros de juerga, y en definitiva, amigos. Con un personal de Secretaria y Administración encantador y dispuestos a ayudarte en cualquier momento. Con unos profesores comprensivos y cercanos (sobre todo los que aun tienen que darme clase este curso). Y que el curso no acabo tan mal como creí meses atrás.

Solo me queda decir, que este curso habrá novedades, muchas y sorprendentes, y animo

a todos a participar de un modo u otro en delegación, porque no solo encontrareis créditos de L.E., sino que también encontrareis un triturador de documentos.

Un saludo, Mª José Pérez


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Se habló mucho de las nuevas mejoras del plan educativo impuesto a las

titulaciones de nuestras carreras. Nos cambian los 3 y 5 años por un conjunto

de 4. Ahora pasan lista por las mañanas, y la casa del alumno no tiene apenas

seguidores para completar las filas del Risk o del Trivial. Los exámenes se

suceden cada pocas semanas y cada día hay que llevar los ejercicios del

cuadernillo “Rubio” que el profe nos puso la jornada anterior.

…

Dicen que así se incrementará la atención del alumno, se apuesta por el

trabajo constante de este y… en definitiva, que digan lo que quieran. Sí,

utilizaremos compás y cartabón en una mesa de dibujo para confeccionar

mapas como antiguamente, pero muchos seguimos viendo el futuro de la

topografía muy distante a lo que nos imaginamos desde el principio.


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RECONOCIMIENTO AL DETALLE

Unos porque dan física, otros porque son los pioneros en el mundo del láser escáner, aquellos porque saben de GPS más que nadie… Luego los departamentos; ¿Quién no sabe algo de relaciones internacionales? ¿De prácticas en empresa? O las personas que están en información ¿Quién no ha bajado en alguna ocasión para reservar un aula o preguntar por un profesor que se demora media hora en su propio examen? Y si no secretaría… ¿Y por qué esto? ¿Por qué aquello? Un sin fin de enredos que en su conjunto forman nuestra escuela. Pero… ¿Y esas chicas que visten de verde y blanco? El polvo de la tiza al escribir en la pizarra (porque no todo se queda en el pantalón de Sergio), las gotas de agua que siempre caen al beber, el café que se derrama al agitar esos vasitos con los palitos de plástico, el que escribe un corazón enorme en la mesa declarando su amor a una tal “fulanita de”… y no hablemos de las pequeñeces o no tan pequeñeces que se pueden llegar a encontrar en los baños. ¿Quién se encarga de eso? Pues sí, esas chicas que visten de verde y blanco, sin las cuales esta escuela se iría, y nunca mejor dicho, directamente a la mier… si, permitan la expresión: a la mierda. De ellas, Lola y Victoria tuvieron la amabilidad de prestarme cinco minutos de su tiempo. Victoria, de origen conquense (Fresneda de Altarejos) lleva trabajando en la UPV desde antes que se hiciese nuestro edificio. Principalmente pasó por Deportes, de donde en ocasiones tuvo que acercarse a Caminos. Después la EUITI, y por último rodeada de aparatos extraños que se posan sobre tres patas. Nuestra escuela, topografía. Lola, de más cerca (Turís), comparte pasillo con nosotros desde hace cuatro añitos. ¿Qué pueden decirnos estas chicas? La verdad es que yo esperaba alguna queja, algo tenso que siempre habríamos pasado por alto y nos llamase la atención. Pero sencillamente, ambas se consideraban tan a gusto entre estos pasillos y esta gente que no podían sacar una sola crítica. Victoria, más veterana que el resto, ha llegado a utilizar la expresión de “adoptados” refiriéndose a algunos alumnos de la escuela. Aunque no es de extrañar esa relación siendo tan familiar como es, que hasta personas de otros departamentos donde ha trabajado vienen expresamente para visitarla. Lola corroboraba cada palabra haciendo hincapié en la buena relación existente con todos y cada uno de los miembros de la facultad. “Puedes encontrarte siempre algún caso

particular que parezca tener el ego un poquito mas

arriba de lo normal y muestra antipatía, pero para

nada es el caso general de esta escuela”

¿Ensuciamos mucho? “La verdad es que no. Lo normal. Incluso

quizá menos de lo normal.”

Lola: “Yo incluso estuve trabajando en un museo (IVAM) antes que en la escuela, y puedo decir

que hasta allí eran un poquito más sucios que aquí.

Así que, encantada de estar entre vosotros.” “Un ejemplo muy claro son los baños de la EUITI (que muchos de nosotros conocemos) y los de aquí”. No podemos evitar que algún maleducado aburrido más de la cuenta ponga cualquier comentario con permanente en la puerta (malos, malotes, malísimos… al estilo peliculero de los institutos americanos), pero estos siguen siendo mucho menos que en otros lugares. En general, nos comportamos. ¿Las paellas? “Uff… ahí si que nos alegramos de que ya

no se hagan aquí al lado. Esos viernes eran un

auténtico desastre.”

Y no es demasiado difícil de imaginar. ¿Un hobby? Lola: “A mi me encanta leer, pasear…” Victoria: “Yo prefiero descansar en los momentos libres”. ¿Cambiaríais este destino por algún otro en la UPV? Lola: “No” Victoria: “Yo he de reconocer que en Deportes también estaba rodeada de buenísima

gente. Pero eso no quiere decir que lo cambiase por

esto. Aquí también estoy muy a gusto”. En fin… insisto que me habría gustado sacar

ese detalle que nos diese un toque de atención, pero “tan” eran sus palabras de contento, que apenas pude robarles el pormenor de las paellas y el alivio que les ha quedado al no tener que limpiar los baños más próximos al recinto. Nada más malo. Detalles de lo bien que se sienten con nosotros, y de lo a gusto que están en comparación con otros lugares donde podría respirarse mas hostilidad, ego, antipatía… y sobretodo falta de educación a la hora de ensuciar. Así que, topografillos y topografillas, profesores y profesoras, técnicos y técnicas… sigamos con esta filosofía de cuidar y respetar nuestro edificio, que por miles de críticas que se le puedan encontrar, no deja de ser nuestro. Y a nuestras chicas, que igual que cada profesor ponen su pedrusco de arena en la escuela, si bien no podemos estar a cada momento agradeciéndoles su paciencia por sanar el despiste cometido al tirar un papel fuera de la papelera, dejar caer café en el suelo y demás… si al menos dediquémosles una sonrisa amable cada vez que nos crucemos con ellas en gesto de gratitud. Es demasiado sencillo, y con ese simple gesto les decimos: ¡GRACIAS POR TODO!


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EL PISADO

Ya que tenemos el derecho de presentar quejas, hagámoslo con elegancia. Es posible que para una parte del alumnado “el pisado” haya pasado desapercibido. Quizá un rumor. Pero justamente es en él donde más podemos demostrar nuestra participación en la educación que recibimos. Y, para ello, para dar constancia de qué es, aquí tenéis cierta información que os puede parecer útil.

¿Qué es un pisado? Sencillamente las siglas responden a “Parte Informativo Sobre la Actividad Docente”, y en él se reflejan las quejas que el alumnado quiera presentar en relación a… pues a eso, a todo lo referente a la actividad Docente. Ya no solo al profesorado, sino a la estructura de la asignatura, los seminarios, las tutorías, etc.

¿Cómo rellenar un Pisado? En sí, un Pisado es una hoja a rellenar por el alumno afectado. En él completaremos los campos correspondientes, y después lo entregamos a “delegación de alumnos”. ¿Cómo se tramita un Pisado? La queja no se tramitará hasta que delegación tenga tres quejas referidas al mismo profesor y al mismo tema en un plazo no superior a un año. Se quiere evitar con ello culpar una puntualidad que cualquier profesor pueda tener. Tres iguales, ya huele mal, y es cuando se plantea el problema a dirección central y de departamento para que en 15 días tomen medidas. De esas medidas se informa a los alumnos afectados, y si se llega a la conclusión de que estas son insuficientes, se vuelve a insistir poniendo el caso en particular como punto del orden del día a la Comisión Permanente o al Consejo del Departamento. Tarde o temprano, hay que encontrar una solución que satisfaga a todos. ¿Pueden tomar represalias los profesores? Bueno, ellos son los primeros en saben que las represalias podrían llevarles a ser protagonistas de nuevas quejas. No es forma lógica de actuar. Además, los pisados son absolutamente anónimos. La parte donde el alumno deja sus datos quedan única y exclusivamente en delegación de alumnos. Nada de profesores. ¿Qué se valora en los pisados? Seamos realistas: nunca se llegará a ninguna parte saliendo de un examen cabreado y escribiendo “el examen era difícil”. O el trabajo, o el seminario, o la práctica… A decir verdad, un profesor tiene prácticamente el derecho de poner una práctica casi imposible o un examen rebuscado. Pero eso sí, ha de responder de él. ¿A qué nos referimos? Nos referimos a que puesto un trabajo, el alumno tiene todo el derecho del mundo a exigirle ayuda, a pedir transparencia si algo no parece claro o a recordarle que lo preguntado en el examen no ha sido mencionado a lo largo de las clases. Tenemos que ser conscientes del equilibrio necesario para establecer una queja. Exigir por exigir, no nos llevará a nada. Tendremos que referirnos a la falta de responsabilidad en las obligaciones por parte de la actividad docente. Tienen que respetar sus tutorías, tienen que responder a sus propias exigencias, tienen que mostrar respeto e igualdad a todos los alumnos… del mismo modo que nosotros tenemos que asumir nuestros deberes y responsabilidades.

Un consejo, desde delegación, es que os sentéis diez minutos delante del Pisado y penséis cada palabra que vais a escribir. No por el riesgo a consecuencias, sino por el hecho de conseguir más o menos con lo escrito. Algo razonado, bien escrito y con hechos que lo defiendan siempre llegará más lejos que ese “el examen era muy difícil”.


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QUE FUERTE, QUE FUERTE…

La tarde era tranquila, como todas a las que ya estamos acostumbrados a la hora del

cotilleo en la televisión. En un lado Belén Esteban hablaba de matar a alguien por alguien, mientras que por otro uno se paseaba tras el plató en busca de una invitada que juraba y perjuraba que estaba embarazada de un tal Jesulín de Ubrique. Enseguida empezarían con gritos, a comer y beber un poco más de champagne con motivo de… bueno, esta gente ya no necesita razones para hacer el ridículo.

Desde redacción, controlando la emisión, yo ya estaba a punto de encenderme el pitillo de

las 15:00 cuando de pronto sonó un teléfono móvil. Estaba en el bolsillo de una chaqueta y sentí curiosidad por aquel aparato desatendido que no paraba de sonar. Analicé la chaqueta… Era de la Patiño, y qué suerte la mía, su fuente de información por excelencia sonaba, ya entre mis manos. No pude dejar escapar esa oportunidad. Descolgué y permanecí a la espera, sin decir una palabra. Al otro lado había mucho alboroto. Parecía una gran aglomeración de personas, gritos, ruido de calle, coches y cláxones sonando al tiempo. Y de pronto, una voz gritó.

-“¡Que fuerte, que fuerte, que fuerte! ¡Patiño, notición del gordo! ¡Vente corriendo para el Balneario las Arenas, en Valencia! ¡Va a ser la cena de gala con motivo del XX aniversario de la escuela de Geodesia, Cartografía y Topografía! ¡Están todos con sus mejores galas, y la noche pinta muy bien! ¡Bueno, no puedo oírte! Aquí hay mucho jaleo. Espero que hayas tomado nota de todo. ¡Que fuerte que fuerte, que fuerteeee! Y con un grito que parecía de adolescente se cerró la conversación.

Miré el reloj. Las 15:07 horas. La escuela de Topografía… con la entrega de las estacas… Eso no podía pasarlo por alto. Así que, agarré mi sombrero, el bloc de notas, la cámara y

pedí a mi ayudante Cassandra que me acompañase al evento. No podíamos dejar el “que fuerte, que fuerte, que fuerte” en unas manos cualquiera. No fue difícil hacerme con una acreditación especial gracias a mis contactos en delegación de alumnos. Eso sí, tendría derecho a una única pregunta por vencedor/a del famoso premio de estacas.

Se puede decir que la cena siguió las pautas esperadas. Buena gente, excelentísimas celebridades acompañando el evento con motivo especial de su XX aniversario, vino de Requena con cuerpo y ese toque especial que le hacía derramar alguna lágrima. Un buen vino llorón, en definitiva, de excelente sabor. Y comida selecta que, recordando lo de “para gustos se hicieron los colores”, algunos dejaron caer el comentario de la escasez frente a la “calidad”. ¿Dónde está en pedazo de bistec, la merluza a la plancha o la barra de pan que se tiene que cortar con cuchillo? No fueron excesivos ni cansados los discursos de bienvenida y agradecimientos; cosa que no se puede decir de la entrega de premios. ¿A tantos deportes o juegos se llega en la semana del patrón? Interesante.


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Enhorabuena a los reconocidos mejores expedientes, como el de Francisco Ruíz e Iciar

De Echevarria entre otros, y a los diestros en el mundo de los naipes, el balón o la raqueta. Un saludo a miembros de diferentes entidades que acudieron, y aquellos cuya lengua natal distaba del castellano y dieron el toque internacional. Por todos ellos y para ellos, la cena en conjunto fue excelente, no exenta de anécdotas, comentarios, y algún momento de emoción por aquellos que estuvieron tiempo atrás y que de alguna forma seguían teniendo su sitio reservado entre las mesas. Pero sonrisas en el rostro, alguna que otra sorpresa por llegar y un cambio inesperado en el terreno de la entrega de premios, las estacas relucían (que en términos fieles a la realidad nos referiremos con “apestaban a barniz”) sobre la mesa. Bloc de notas en mano, humedecida la punta del lápiz y cargado el carrete de la cámara, nos dispusimos al lado de la tarima para esa pregunta a la que teníamos derecho.

Empezamos con la estaca de cinta métrica, que imponiéndose a José Manuel Delgado e Isabel Castilla, subió definitivamente a la tarima José Luis Berné. Aplauso, agradecimientos y… Entrevistador: José Luis, dado que se entrega la estaca al

profesor más “enrollado”, ¿estás de acuerdo con el hecho

de que se haya suprimido su antónima, aquella que todos

conocíamos como Estakaducado y era concedida al

profesor más plasta?

José Luis: Claro que no. Esa estaca debería seguir entregándose.

Seguimos con el potencial perturbador. Nominados, José Manuel Delgado, Jesús Palomar

y Sergio Baselga. Ganador éste último, que con timidez y casi sorprendido respondió a la pregunta: Entrevistador: ¿Qué perfume usas?

Sergio: Dolce Gabbana. Aunque hay que alternar, no llevar siempre el mismo. Hay que

buscar la sorpresa.

¿Y a los más guapos de entre los alumnos? De María Maluenda, Francisco Villar, María

Arjona, David Izar, Helena Mata y Raúl Meliá; Maluenda y Villar se impusieron al resto. Entrevistador: Fran… ¿Tienes novia?

Francisco: No

Entrevistador: María… ¿Novio?

María: ¡Sí!

Seguimos con los pesados. Pesados, pesados, pesados. Plomada física para Joan Pere Avariento. Entrevistador: Una estaca de esas que tienes que sacar una sonrisa como sea… En serio,

Joan Pere, ¿Crees que esta estaca le interesará a alguien cuando se lo cuentes? Joan Pere: No, yo creo que…

Entrevistador: Vale, vale, no me canses más.

Premio acetato; ese que solo aparece por clase el día de la presentación. Ganador: Joan Marco Pérez. Entrevistador: ¿Juego de cartas favorito que practicas en el trinquet?

Joan: El continental.


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Siguiente. De esas estacas que de nuevo tienes que sacar una sonrisa de donde sea, a pesar de lo que pueda pasar por dentro de cada uno: Portaprismas. Y María Arjona lo hizo genial, pues con una gran sonrisa y sentido del humor respondió: Entrevistador: ¿Tienes pensado algún profesor en especial al cual ir corriendo a

dedicárselo?

María: No… Profesor no. Pero a estos de delegación…

Y llega Leica. Llega la estación total de este año, Gonzalo Serisa, a quien pusimos a

prueba en el mismo momento: Entrevistador: Campeón… lana sube, lana baja, los ladrones la trabajan ¿Qué es?

Gonzalo: … La navaja…

Entrevistador: Sin duda, una estaca bien merecida.

¿Y quién Estakastaña? Tras un rostro de sorpresa difícil de igualar en muchas cenas Beatriz Moreno se dirigió hacia el atril aún dudando de si aquello era posible.

Entrevistador: Bea, ¿tu cocktail favorito?

Beatriz: Vodka con naranja y mango. Aunque

donde esté una cervecita fría…

El codiciado por algunos y odiado por otras, el premio al más cachondo. La estaca que más diversidad de nombres tenía entre sus votos. Pero solo uno podía ser el vencedor. Enhorabuena Jonatan Núñez. Entrevistador: ¿Has ido a los lavabos del

restaurante?

Jonatan: Si

Entrevistador: Y dime, ¿crees que sería factible montarse algo con alguien en ellos?

Jonatan: (risas) No. (más risas). No es muy discreto.

Disculpe Antonio Menadas, ganador a Estakansado, que no le hiciésemos ninguna pregunta. No queríamos agotarlo. …

Llegando casi al final, el reconocimiento con el cual se debate respecto a la cara que poner en el momento de saludar al director de la escuela, justo después de nombrarte “observaciones indirectas”. Claro que sí, como Luis Navarrete lo hizo: con mucho humor. Entrevistador: Luís, ¿a qué distancia puedes leer sin problemas?

Luís: La verdad es que tengo un 20 por ciento (risas). Si, si, un 20 por ciento de pérdida

de visibilidad.

Entrevistador: ¿Utilizas gafas?

Luís: No llevo, pero… (más risas).

Y para terminar, ese merecido premio doble, pues se trata del reconocimiento a la mejor

pareja del año. Un “que se besen” para Alejandro Dimas y Sonia Aguirre, a quienes pusimos a prueba nada más recoger el palo: Entrevistador: Sonia, dinos algo que le encante a Alejandro.

Sonia: (sin dudar siquiera, de forma rotunda) comer.

Entrevistador: Y Alejandro, dinos algo que Sonia deteste.

Alejandro: La cerveza.


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Y así dio final la entrega de premios, que otro año más dejó buen sabor de boca a los que allí estábamos. Se cocía el artículo aquí presentado, aunque eso esperaría a otro día. En aquel momento, y aprovechando cualquier excusa para estar a kilómetros de doña Estevan y Patiño, nos unimos a la fiesta que continuó en las Ánimas hasta el saludo de los primeros rayos de sol.

Oficina Central de Prensa de ETSIGCT Delegación de Alumnos

Saúl Gómez & Casandra Sanz

De jeroglíficos…

Haciendo más amena cada página…

dejemos caer pequeñas ocurrencias

que nos han enviado. Las hay

referidas a profesores, a

asignaturas y a películas que

podemos encontrar a lo largo de la

escuela.

Esta primera, va de asignatura:


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YO, DE MAYOR… MÉDICO O ARQUITECTO.

Con suerte antes de terminar el colegio alguno iba más allá y sabía que existía algo llamado Ingeniero de caminos, canales y puent… ¿o era puertos? La universidad era aquel tramo que quedaba tan lejos cuando aún pensábamos que un abogado era poco menos que un superdotado. Entonces nació el teléfono móvil, y con él el famosísimo rumor de “ingeniero de telecomunicaciones”. Era ese tipo/a que tenía paro cero y del cual dependían todas las comunicaciones; ese ser experto en una nueva ciencia que abarcaba una infinidad de conocimientos nacidos en las últimas décadas y cuyo futuro estaba marcado por la seguridad de “jamás tener paro”. Entonces, sumando, nos encontramos con el médico, el arquitecto, el de los caminos, el del paro cero y el superdotado del abogado. Perfecto: ¡¡¡Casi terminábamos el instituto y teníamos en mente cinco carreras que ofrecía la universidad!!! Ahora el primo de aquel es el del móvil, el que iba a tener paro cero y por una de esas vueltas que da la vida está en el Mc Donals poniendo patatas fritas; Ally McBeal nos ha enseñado lo que es poner una querella o recurrir el fallo del tribunal. Y ya no preguntemos quién no sabe lo que es una biopsia. ¿Alguien nunca vio House? Discovery Chanel nos ha puesto al día con interesantes programas en los que unos cuantos ingenieros con banderas de barras y estrellas en el casco intentan levantar un rascacielos de tropecientas mil plantas, o unir dos puntos con un mega puente de taitantos metros de altura. Sabemos lo que hace el comisario, los Seal del ejercito estadounidense, los pilotos de avión, el sheriff del oeste, el gladiador que pelea en el coliseo… incluso como se desenvuelve el empresario que vende jamones en Arabia y que salió el otro día en “españoles por el mundo”. Pero… ¿Qué co.. hace ese tipo mirando con un catalejo apoyado en tres patas de madera? ¿Es necesario pasar tres años en la universidad para ver a alguien con una estación total y no pensar que esta lanzando rayos ultrasónicos capaces de atravesar las paredes? No, amigos y amigas. No estamos tan lejos de Máximo, la teniente O’neil o John Mclane en el cine. Ilustres como Brad Pitt, Orlando Bloom o John Cusack han tomado parte en el mundo de la topo-cartografía dentro del cine. Y he aquí, con pelos y señales, algunos de esos ejemplos que seguro han pasado de largo cuando sentados en la butaca del cine dejábamos pasar una tarde de sábado:

Por poner un orden, el cronológico, remontémonos a las cruzadas. Aquellas románticas (si es que la guerra tiene algo de ello) batallas en las que por una cruz o una media luna, unos y otros llegaban a lo inimaginable.

En esta escena, ante el ataque inminente del ejército de Salah Al-Din, Balian prepara la defensa de la ciudad de Jerusalén. En contra de la clásica balística empleada hasta el momento (“dejar caer los pedruscos sobre la masa enemiga”) él apuesta por seguir la línea de avance de su oponente y dar prioridad a destrozar sus máquinas de asedio. ¿Qué hace? Marcar en campo la distancia a diferentes puntos por los que tiene que pasar el ejército enemigo. ¿Qué usa? Una madera con unas marcas relacionadas por un ángulo conocido, un cubo con cal para marcar las piedras y unas banderas a modo de señal. Así consigue seguir el avance de sus máquinas de asedio habiendo dispuesto sus catapultas de modo que cada una dispare a cierta distancia (¿Quién diría que un herrero de aldea, entre martillazo y martillazo se entretendría estudiando los principios de la geometría clásica?).


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Pero en fin, que lo consigue. Lleva dos años a base de espadazos y tiene la delicadeza de detenerse a observar ángulos. Entonces pongamos al profesor de métodos que se acerca por detrás, manos cruzadas a la espalda y mirada sutil por encima de las gafas. Esboza una sonrisa y le dice: dispara, dispara… pero puedo garantizarte que con ese artilugio y el efecto de refracción con este calor, seguro que tu error supera los 30 centímetros… …¿Alguno adivina la carga de prueba que se pondrá en la catapulta?…

Y del desierto de medio oriente, a pleno océano Atlántico, cuando un tipo llamado Colón desafió a todo el mundo al anunciar que llegaría a la India por otra ruta. Bueno… a la India, a la India… tal y como la conocemos en la actualidad… pues el muchacho no llegó. Se equivocó en unos… así a ojímetro…20000 kilómetros. Pero por algún sitio había que hacer frente a las ideas clásicas de la cartografía, ¿no? Era hora de enfrentarse a esos dragones y ese precipicio que quedaba más allá de Finisterre y saltar de cabeza hacia lo desconocido. ¿Cómo? Siguiendo un paralelo. ¿Y por qué? Solo faltaría que en medio del

océano se entretuviesen tres carabelas en dar vueltas sobre sí mismas. Hemos visto cómo situar el norte con precisión de segundos centesimales a base de estrellas y un buen instrumental, sobre un trípode estable y unas prácticas que no se dan por buenas hasta conseguir acertar en el noveno decimal. Pero

¿cómo lo hacía él? Consejo: antes de empezar la asignatura de Astronomía de posición, por curiosidad echad un vistazo al momento en que Gérard Depardieu (Colón) explica a uno de sus marinos cómo hace para seguir una misma dirección durante todo el trayecto. Dejando de lado el error de colimación, error de instrumental, error por el balanceo del barco, error por la borrachera de la noche anterior a base de ron y error de puntería… un diez para aquellos marineros que se enfrentaron a mucho más que un océano. ¿Y de chicos guapos? Altos, cuerpos atléticos, rubios, ojos claros, una vida de aventuras… y un pasado con una esvástica negra sobre un fondo blanco y rojo. Esa película que a más de uno emocionó, llena de amistad, compañerismo, crueldad, sentimiento, paisajes, sabias palabras… y un nivel por el medio. Una historia real, marcada por el cambio de una persona. ¿Alguien podría decir a Heinrich Himmler que aquel expedicionario que envió al Himalaya, miembro de las S.A. y posteriormente de las SS, se convertiría en uno de los mejores amigos del símbolo mundial del pacifismo?


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Una historia real (que va mucho más allá de lo que se ve

en el cine) llena de emoción, tensión y sentimiento protagonizada por Heinrich Harrer (al que le daremos el rostro de Brad Pitt). Y, entre todo eso, el nivel. Heinrich Harrer estudió Geografía en Austria y a su paso por el Tíbet se encargó de la cartografía de Lhasa. Toda una historia que daría páginas para comentar, pero que cortaremos con la imagen de ese rubio mirando a través del anteojo y haciendo el típico gesto al cual ya estamos tan acostumbrados. ¡Apártate, que no veo la mira!

Ptolomeo, Mercator, Chueca… eminencias del mundo de la cartografía que han obtenido un merecido reconocimiento en nuestra ciencia. Pero damas y caballeros, guarden un aula al Capitán John Gaff (John Cusack) personaje de “La delgada línea roja”. Pongámonos en situación: Un grupo de unos seis soldados suben una colina a rastras para no ser vistos, horas de camino arrastrando material y armamento, casi sin aliento, hasta llegar al resguardo de unas rocas. No tienen fuerza apenas para las palabras, cuando el capitán se adelanta con un soldado que lleva una radio. Se espera que más o menos indique a la artillería el emplazamiento de un nido de ametralladora que está machacándoles toda la mañana. Se asoma… …mira a la izquierda… …mira a la derecha… …mira al cielo (quien sabe si rezando para no equivocarse)… …un pajarito canta… Baja la cabeza y… Y no se le ocurre otra cosa que decir a su compañero:

“azimut uno cuatro siete cero, este rojo siete, cien

izquierda por doscientos… Corrección pendiente”

Caen tres o cuatro bombas segundos después y… “veinte izquierda, cincuenta abajo… tio Baker uno; veinte izquierda, cincuenta abajo, fuego efectivo”.

Y dios pille confesados a los que quieran estar debajo de esas coordenadas.

Tócate los hue… diríamos algunos de la carrera. Lo que a muchos les cuesta reconocer aún con diez mapas delante, tres proyecciones diferentes y toda la tecnología del mundo, otros lo hacen de cabeza y mirando cuatro referencias escasas. ¿Un aula? ¡Por dios, se merece una planta entera!

Otro de los que saben qué es una proyección es el escritor cartaginés Arturo Pérez Reverte. Bien por cultura general, bien por su infancia cerca del mundo marino, tiene especial cualidad para relatar la importancia de saber a qué proyección está referida la cartografía que se está utilizando. Y eso puede costar perderse en el bosque, un misil tierra-aire que cae 50 metros de su objetivo o localizar un bergantín hundido que transportaba un suculento tesoro. ¿Alguien ha leído/visto la carta esférica? Y por último, una clave imprescindible para todo topógrafo/a. He aquí la respuesta a todas esas miradas extrañas que nos dedican muchos transeúntes cada vez que nos ven mirando con delicadeza a través de


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una estación total. Aquí está la razón. La pieza que nunca entendimos… solo estamos mirando ángulos y distancias, ¿no? Pero a ver quién le explica eso a los fans de Fringe, una serie estadounidense que se estrenó en 2008 en la cadena FOX.

Sólo tienen que poner un par de baterías más a la estación,

tres cables (preferiblemente rojo, verde y amarillo por eso de desactivarlo en el último momento), una antenita que imagino conectará con el más allá… ¡y listo! La estación total se ha convertido en un utensilio que sirve para realizar viajes a otra dimensión a través de una especie de agujero interestelar que solo puede ser localizado por la “leica” que todos conocemos. Cuando se unen dos viales de tren, o se encaja una cartografía reduciendo el error al máximo y habiendo trabajado laboriosamente, casi siempre son los arquitectos y caminantes los que se atribuyen todos los méritos. Se dan palmaditas en la espalda, hacen una cena, y después dejan algo de champagne (ya sin burbujas) para el topógrafo olvidado que de verdad ha unido o encajado la obra. Ainssss (suspiro), cuanto desearíamos tener esa máquina que teletransporta a otra dimensión, y solo nosotros sabemos controlar. Ya se quien haría la foto de grupo después de todo; mirando por la estación diría el topografo: -Así, así. Todos bien juntitos. A ver, un poquito a la izquierda… ahora un poquito para atrás… solo unos centímetros más a la izquierda…

De jeroglíficos… Otra asignatura más…


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DICEN DE LA UNIVERSIDAD

El término universitas aludía a cualquier comunidad organizada con cualquier fin. Pero es a

partir del siglo XII cuando los profesores empiezan a agruparse en defensa de la disciplina escolar,

preocupados por la calidad de la enseñanza; del mismo modo, los alumnos comienzan a crear

comunidades para protegerse del profesorado. Al ir evolucionando acaban naciendo las Universidades.

Historia de las universidades.

Para aquellos que el paso de los años nos hayan hecho sentir parte de la escuela, no podemos leer esa frase y afirmar con orgullo. No podemos acariciarnos el mentón y entrecerrando los ojos ver el pleno significado del inicio de las universidades en nuestra ETSIGCT. De ese sencillo párrafo, algo hemos dejado atrás. …los profesores empiezan a agruparse en defensa de la disciplina escolar, preocupados por la calidad

de la enseñanza …

Un aplauso a los no pocos profesores que siguen dicho principio. Son la gran mayoría los que se

esfuerzan por la calidad de su enseñanza, los que ven en el alumno el reflejo de su buena o mala forma de enseñar, procurando en todo momento perfeccionarla. Un reconocimiento a aquellos que más allá de sus obligaciones, se sienten en la responsabilidad de resolver la duda del alumno, sea cual sea el campo por el que se le pregunte. Pero al mismo tiempo, un suspenso por aquellos que no ven más allá de su propia nariz. Aquellos que exigen sin saber qué exigen. Aquellos que rechazan la voluntad del estudiante por aprender, que dejan de lado hasta las más básicas obligaciones y no respetan ni sus tutorías. Aquellos a los que hay que suplicar por un mínimo de responsabilidad. …del mismo modo, los alumnos comienzan a crear comunidades para protegerse del profesorado.

¿Dónde está el polo opuesto al profesorado? Un suspenso igualmente a esa masa de alumnos que se dejan llevar por lo dictado y no tienen el más mínimo deseo de mejora. Un suspenso a aquellos que a pesar de ver cómo un profesor es de todo menos profesor, dejan pasar un tupido velo por el conformismo de un aprobado. Un suspenso muy bajo a los que exigen sin tener el mínimo detalle de aportar. Un cero para los que aún creen que no forman parte de esta facultad.

Pues de eso se trata hacer una universidad grande. La lucha constante por un equilibrio entre educador y educado. La lucha constante por quedarnos con lo que de verdad sea productivo para la escuela, por lo que aporte, lo que enseñe, lo que eduque. Y la lucha, niños y niñas, no es el grito del alumno enfurecido que se queja de un suspenso por un examen difícil o la rabieta por no haber podido cumplir con los objetivos de un trabajo casi imposible. La lucha es el grito a pleno pulmón (pisados, quejas conjuntas… incluso protestas al más puro estilo revolucionario 1968) por aquel profesor que no sabe como motivar al alumno, aquel que no sabe cómo explicar, aquel que cree que basta con su propia comprensión para que el resto de alumnos lo entiendan. La verdadera lucha es por las normas injustas a cambiar, razonando detalladamente el “porqué” de cambiarlas. La lucha es exigir lo que nos corresponde. La lucha, mis guerreros acomodados, la llevan a cabo aquellos que a pesar del aprobado ponen su voz ante un mal profesor, una injusticia clara, o sencillamente cualquier hecho que pueda mejorar la calidad de educación de los que ocuparán sus mesas en las aulas después. Por ellos y para ellos, un aplauso.


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LABORATORIOS

VACÍOS

Oro parece, plata no es…

“Son las normas”. Eso que preguntes donde preguntes, va pasando de mano en mano hasta que

ya uno se cansa de seguir preguntando. Una pelota ardiente que pasa de un despacho a otro sin que a nadie llegue a quemar. Pues así es preguntar por un laboratorio. Uno de esos magníficos laboratorios de los que se presume, que se muestra en fotos ante otras universidades, que parecen sacados de un edificio de investigación de la CIA… pero que no llegan a ser del alumno. ¿El alumno? ¿Ese quién es? Sólo falta que pregunten ¿Y por qué te crees que tengo que abrirte el laboratorio? Pues… entre otras cosas: -¡Soy un alumno matriculado en esta escuela desde hace cinco años, pagando cada curso una media de seiscientos euros, combinando trabajo con horas de clase para poder ganarme el título, con examen de SIG la semana que viene y con la necesidad de practicar con el software que únicamente está disponible en los laboratorios CFG!. ¿No es suficiente razón? -si no está el técnico, no puedo abrirte.

Es que… -Si no está el técnico no puedo abrirte

…

¿Es lógico pagar cada año una matrícula por un número de asignaturas determinado y que luego te imposibiliten la práctica necesaria, por la única razón de “no poder abrirte si no está el técnico”, en el horario que le correspondería estar, por cierto? Quizá aún tengan en mente el concepto del escolar que va a clase obligado por los padres y que su único entretenimiento será rayar en la mesa, pintar en los monitores o hacer guerras de tizas… Quizá sencillamente cambiando ese concepto pudiésemos contar con estudiar libremente aquello que queremos

aprobar. -si no está el técnico, no puedo abrirte. Además, pueden robar algo.

He de decir que cuando dijeron eso se me arruinaron todos los planes de llevarme a mi casa uno de esos restituidores que pesan tonelada y media. Tuve que conformarme con estudiar como único objetivo. -¿No está el técnico? Entonces no puedo…

Ahí es cuando no sabes como repetirle la situación. Ahí es cuando la impotencia ante su indeferencia es la única que te queda como amiga. Si, ahí es cuando te dan ganas de dirigirte a ese/a “son las normas” y gritarle: -¡Coño, solo quiero estudiar! ¡Quiero ejercer el derecho que compré con mi matrícula! Soluciones: • Instalar la totalidad de los software en aulas que podamos considerar del alumno (pirineos o convergencia). • Si prima la desconfianza, poner cámaras en esos laboratorios para descubrir al alumno que desmonta un restituidor y pieza a pieza se lo lleva a su casa. • Dotar con un mínimo de confianza al alumno y hacerle responsable del cuidado del aula mientras este acepte.

En universidades como la de Atenas aún escriben en una pizarra con tiza, y por sus pasillos no tienen pantallas de plasma de 32 pulgadas para recordarles lo buena que es la universidad. No tienen las mejores cenas de gala del mundo, y no pueden permitirse los lujos de enviar “embajadores” a otras escuelas para recordar al resto lo buena que es la de Valencia… Por el contrario, allí la universidad pertenece tanto al profesor como al alumno. Allí son más conscientes de que el uno depende del otro, del mismo modo que el otro depende del uno. Con sus pizarras y tizas y sin sus máquinas de café, allí un alumno no puede concebir que le cierren un laboratorio donde quiere trabajar/estudiar por el hecho de “no estar el técnico responsable”. Aquí es cuando aún pueden pensar los de arriba que un alumno prefiere ver esa tele en el pasillo que aprobar un examen.


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Di que aceptamos barco…

-¡Aceptamos barco!

-¿Como animal acuático?

-Si…

Si te lo cuentan de la misma forma en que ocurrió, la gente prefiere reírse. Si uno lo acepta con sentido del humor, descarta las horas transcurridas sin sentido en las clases del ganador de “estakaducado” de este año, viendo como los minutos pasan mientras el profesor se entretiene en aprender a utilizar la pizarra táctil en tiempo de clase. Con humor, se deja pasar las anécdotas sin sentido que cuenta incansablemente, o el hecho de que en muchos momentos se pierda en su propia explicación y no lleve a otro sitio que a confusiones. Espera, mejor numerarlo.

Si te lo tomas con humor, prefieres reírte ante:

• Tutorías que no se respetan. • Constantes ausencias por viajes, que luego se tienen que recuperar saliéndose del horario

establecido. • Aguantar que en el transcurso de la clase escriba el guión de la práctica conforme la va

desarrollando porque no guarda ni diez minutos de su tiempo para preparar la clase. • Exámenes tipo test que en la corrección ni siquiera tienen las respuestas correctas (esta es

necesario tomársela con mucho sentido del humor para no enfurecerse). • Incompetencia a la hora de resolver sus propias exigencias en seminarios. • Necesidad de recurrir a otros departamentos para resolver sus planteamientos (aplauso a esos

profesores que amablemente ayudan a los alumnos aunque no sea bajo su materia). • Etc.

Y si, el barco que aceptamos. Ese que de verdad te ríes: ¿Alguien imagina tener un examen a medio

día, y que el profesor lo olvide por completo por haber ido a comer? Somos humanos, se acepta. ¿Alguien imagina que a pesar de ello, sean los alumnos los que tengan que ir detrás del profesor suplicándole que lo haga por el hecho de que el profesor se haya enfadado? Pues exactamente eso fue lo que ocurrió en el examen de una asignatura de cuarto curso, con el susodicho. Llegando 45 minutos tarde con una sonrisa de oreja a oreja, sin una mínima disculpa, se alteró por el comentario que algunos alumnos le dijeron: “ha llegado 45 minutos tarde. Le hemos intentado localizar y no estaba. Podía haber avisado.” (y nada mas, sin levantar el tono, sin mostrar enfado).

A lo cual, ¿Qué fue su respuesta? -A, ¿os molesta? Pues nos vemos todos en julio en un examen de todo conjunto.

Y ahí es cuando los alumnos tuvieron que ir detrás de él, suplicándole que por favor no se enfadase. La más pura imagen del niño enfadado que no deja jugar al resto con sus juguetes. La más pura

imagen del que quiere dejar a todos sin jugar porque no le han aceptado barco como animal acuático. Él, con sus 45 minutos de retraso en un examen y sin recibir quejas de los alumnos, al mínimo comentario se dio la vuelta como un “enfadica” dejándonos con la boca abierta ante lo incomprensible de la situación.

Sí, alguno se habrá dado cuenta: este año no hubo premio al profesor “estakaducado”. No hubo estaca a aquel al que los alumnos escogen como el profesor más plasta. Y he ahí una de las razones: ante tales situaciones tan surrealistas, a pesar de haber salido votado se prefirió dejar de lado esa nominación. Si se enfada por llegar 45 minutos tarde a su examen… ¿Cómo podría reaccionar sabiendo que no tiene buena fama entre sus alumnos?


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PARECIDOS RAZONABLES. Entre todas las propuestas, aquí dejamos a los vencedores de parecidos razonables encontrados por la escuela. Alguno de los aquí presentes, hasta en el carácter se parecen. Por lo demás, sobran las palabras

Se ha hecho difícil hacerse con la foto de un profesor de instrumentación de la escuela al que a más de uno hacía con un mono en el hombro y haciendo sonidos extraños…

Las balas no sabemos si las esquiva, pero lo que es seguro es que conforme controla las matemáticas, Sergio seguro que vería a la chica de rojo en lugar de una serie de números.

Comentarios aparte…

No necesita imagen para saber de quién estamos hablando…


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LA BANDA SONORA

Qué bien suena, y nunca mejor dicho, eso de cambiar la estación total por un instrumento. Hacer de los tornillos las cuerdas, del trípode el mástil y del walky el micrófono. Del martillo y las estacas, la caja y las baquetas; y del chaleco reflectante y el casco, una melena al más puro estilo Rosendo y una chupa de cuero con la marca de innumerables conciertos.

No siempre son sumas y restas (y alguna que otra integral) lo que nuestros compañeros tienen en

la cabeza. El otro día, Johannes Uhl y Javi Millán me comentaban de unos cuantos conciertos en los que habían cantado. ¿Y por qué no? Algunos acordes para Cotas no vendrían nada mal. Lápiz en mano, lejos de los muros de la ETSIGCT, aquí tenemos algunas de sus palabras.

¿Formas parte de algún grupo? ¿Nombre del grupo? ¿Tipo de música? ¿Componentes?

¿Instrumento que tocas?

Johannes:

- nombre: HOTPACK - tipo de música: rock clásico / funk - componentes: 3 personas: guitarra/canto, bajo, batería. - yo canto y toco guitarra. Javi: Si, el grupo se llama Ábita y hacemos rock alternativo. Los componentes somos Jorge

(Yoyo): batería, Jesús y Juank: guitarra, Matías: bajo y yo: voz.

¿Desde cuándo tocáis?

Johannes: Desde marzo 1998 Javi: Cumpliremos un año en octubre.

¿Aspiras a vivir de la música, o tocas como hobby, como entretenimiento, y no quieres que eso

forme parte de tu vida profesional?

Johannes: Si, me gustaría vivir de la música pero es difícil porque hay muchos grupos que lo quieren. Es más probable que tenga una profesión normal (¡¡topógrafo!!) y haré música como hobby...

Javi: Pues para que te voy a mentir, a todos los que estamos en este "mundillo" nos gustaría vivir de la música, pero de momento lo que hacemos es pasárnoslo bien e intentar hacer que la gente disfrute con nuestra música.

¿Has tocado alguna vez delante de mucha gente?

Johannes: Si, tocábamos muchos conciertos en mi pueblo en Alemania y alrededor, y a veces también en ciudades grandes (karlsruhe , freiburg). Javi: Pues por ahora lo máximo han sido 2000 personas, en Paterna, en un concurso de bandas. Fue espectacular, una noche inolvidable.

¿Eres vergonzoso en esos momentos? ¿Algún remedio? Johannes: ¡Con los años pierdes la vergüenza! pero un poquito siempre queda...el mejor remedio

son algunas cervezas antes del concierto. Está comprobado que todas las estrellas verdaderas del rock tocan estando borrachos.

Javi: Vergonzoso no, pero si que tengo esos nervios que para mi son tan necesarios porque significa que te importa lo que estás haciendo. Es como cuando estás en el pasillo esperando para entrar a un examen¡¡jaja!! Y el único remedio es salir a tocar lo antes posible, me encanta la sensación que produce estar encima de un escenario.


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De topografía… ¿Crees que saldría un buen tema con algo de la escuela? ¿Un profesor/a? ¿El

estrés de los exámenes? ¿Esa asignatura que inspira tanto amor como la típica musa que inspira a los

cantantes en sus termas más románticos?

Johannes: Bueno, si tienes mucho estrés llegas a un punto que el estrés se convierte en

rabia/agresión y eso es una buena condición para componer un tema chulo, tanto como el amor. Pero no el amor por la topografía.

Javi: Claro que si, en la música todo es posible, desde un acimut que te oriente en tus momentos más difíciles hasta tus problemas más personales reducidos con unos mínimos cuadrados, jajaja...que técnico-freaky me acaba de quedar eso,jaja!!!

¿Te imaginas a algún profesor en medio de tu concierto dando saltos? Pero en situación… levantando la mano a modo de cuernos mientras menea la cabeza, cubalitro de cerveza en mano… ¿A quién?

Johannes: … Javi: Pues no me preguntes porque, pero me imagino a Josechu en situación, jaja. No se siempre

lo he visto un tío muy “enrollao” y me lo imagino desmelenándose en uno de nuestros conciertos. ¿Estarías dispuesto a hacer una especie de himno de los topógrafos? Johannes: No creo que sea posible. En general, topografía y música no tiene nada que ver... Javi: Por supuesto, me encantaría...con un poquito de imaginación hasta quedaría bien.

¿Citarías en ese tema algún detalle en especial típico en el mundo de la topografía?

Johannes: .... Javi: Buf, hay muchísimas cosas. Desde dejar todos los trabajos para el final, hasta contar la típica

situación que a todo topógrafo le ha pasado de estar en campo con la estación total y pasar alguien y que te haga la original gracia de: ¿me haces una foto? jaja

Algo sencillo, en no más de un párrafo, ¿que es la música para ti? Johannes: La música es un arte que te permite convertir tus sentimientos en ondas de sonido

mediante tus manos... y si lo haces bien puedes transmitir tus sentimientos/pensamientos a la gente que te escucha mediante la música.

Javi: Para mí la música es como un lugar en el que puedo despertar mi imaginación para sentir, crear y expresar deliberadamente mi propio yo...no veas como me ha quedao,eh,jaja!!

Un comentario para promocionarte: Johannes: HOTPACK!!!!! Javi: Bueno, pues os invito a todos a que nos conozcáis. Podéis visitar nuestro facebook, buscar:

ábita (acordaos del acento,jeje). Allí podréis encontrar próximos conciertos, videos y más. La página web está en construcción, pero de aquí a nada os podreís descargar gratis el primer disco de Ábita que esperamos grabar a principios de año. Un abrazo a todos y os esperamos en nuestros conciertos.


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La fruta es… Córdoba Nombre completo: Francisco Córdoba Parra. Estado Civil, ¿hijos?: Estoy felizmente casado (Risas) y tengo 8 hijos. ¿Qué estudios universitarios tiene? Ingeniero Técnico Industrial. ¿Cuándo empezó, y cuando acabó la carrera? La carrera la comencé en el año 1961 y acabé en 1965. Cuéntenos, cómo llegó a ser profesor de la escuela… “De chiripa” (Risas), ¿A de ser larga la contestación? No, no, como Ud. quiera… jajaja

¿Cuando acabé la carrera?, acabé en Junio…pues en Septiembre, después del periodo de vacaciones, fui a ofrecerme a un profesor que sabia yo que pedía un ayudante en la asignatura de mecanismos. Aprovechando que yo con ese profesor en la asignatura de resistencia de materiales saqué matrícula de honor- la única en mi vida- pues fui a ofrecerme. Y él exigía matricula de honor en mecanismos…en la cual había sacado solo un 7. Entonces me rechazó, pero había estado oyendo que el profesor de dibujo me necesitaba y, cuando este hombre, el primero, acabó conmigo, se ofreció él a acogerme como profesor. ¿Aquí en la UPV? No existía todavía la universidad politécnica como tal, solamente existía la escuela peritos industriales, que luego pasó a ser Escuela de Ingenieros Industriales, y estuve con él hasta que se marchó de la cátedra de dibujo. Él daba clase en ingenieros agrícolas y al cesar él, me lo dejó a mí y fui profesor de dibujo técnico muchos años, hasta el 86.

Y a partir de ese año, compatibilizaba mi puesto de dibujo técnico en agrícolas y profesor

numerario de instituto de FP. En las dos daba dibujo, pero en FP la profundidad era tremenda, más de lo que yo daba en agrícolas que era un curso superficial. En el año 86 salió un decreto por el cual no podías ser funcionario nada más que en un sitio; no podía tener la exclusiva en ninguna de las dos. Trabajaba por ganar dinero; luego, me quedé en la universidad, dejé el instituto, y en el año 94-95 pasé a la escuela de topografía. También daba topografía en agrícolas, pero claro, en agrícolas era muy poco. Entonces pasé aquí para avanzar más ya que el nivel de topografía era más alto.

¿Alguna anécdota divertida como profesor? Hombre, lo más, lo que más me acuerdo (la he contado muchas veces)… yo tuve una vez un alumno que era de Irán, en agrícolas, y en junio lo suspendí, porque era muy “malito” y me dijo que por favor lo aprobara porque si no se tendría que ir. Su gobierno lo becaba y al suspender todas las asignaturas, le quitarían la beca y tendría que volver a Irán. Entonces Irán estaba en guerra con Irak, y claro, se iría a la guerra seguro… y que por favor lo aprobara para así presentar una asignatura que le mantuviera la beca. Y yo pues no lo aprobé. Lo suspendí. Era muy malo. ¿Qué ocurrió? que me pegó el verano del siglo. Yo estaba en cualquier sitio y me acordaba de él, y me decía “ahora, a lo mejor lo han matado ya”… y en fin, cargo de conciencia por haberlo suspendido, pero es que…

Y ya cuando volví en septiembre de vacaciones, pues pensando que él ya no estaría,

Lo vi por la escuela. Y me llevé una gran alegría porque ya no había ido a la guerra, pero me llamó la atención el que no se cumpliera lo que el me decía. Así que se lo pregunté: “oiga, ¿Ud. no se iba a Irán?” y me dijo que se había nacionalizado español porque se casó, entonces se hizo español, ¿y continuó sus estudios? No me acuerdo si se presentó en septiembre, pero ya no lo volví a ver. Pero claro, se casó para no ir a la guerra.

Un recuerdo de la carrera… ¿Cómo estudiante? Pues hombre (Risas), me vienen muchos recuerdos a la cabeza, pero el primero que me ha venido

es, cuando hacia preuniversitario, que era el equivalente al COU, pues yo me acuerdo que en la clase de Francés, …yo hice el preuniversitario en Madrid, estoy hablando del año 56… ¡Y allí teníamos un profesor de francés que era la “monda”! Yo era su mejor alumno y… calculo seria Febrero - Marzo, llevaba 29 “0”. ¡Y era el mejor! Porque era el que menos “0” llevaba. Los demás llevaban 70… y, bueno,

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EN MEMORIA DE DON FRANCISCO CÓRDOBA

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el instituto ese tenia unas gradas de madera y bancos que tenían cubiertas las piernas. No estaban al aire. Y llevábamos pateándole la tarima mucho tiempo, llegando a expulsarlo 5 veces. Cuando le pateábamos iba al director y nos mandaban un auxiliar, y también le pateábamos. Así estuvimos 2 meses y, claro, ya lo teníamos todo perdido. Fíjese; hasta que llego un profesor de francés que no era funcionario, que era del Liceo. Lo primero que hizo fue romper las listas donde teníamos tantísimos “0”, delante de nosotros, y nos extrañó. Luego puso una poesía en la pizarra, y aun me acuerdo... “je me le son dicó… […]” Nos cogía uno por uno, y en un verso, nos enseñaba a pronunciar. Y bueno, es lo único que recuerdo de aquel día de Francés (Risas).

Su primer día de clase como profesor…

Fue en la escuela de peritos, dando dibujo técnico. A los que daba clase, casi eran mis compañeros. Yo estaba habituado a dar clases particulares, era así como me ganaba la vida… y bueno, el primer momento, si que te ponías nerviosísimo; pero a los cinco minutos ya estabas tan tranquilo. Además el dibujo era una cosa que yo dominaba y que cada vez fui dominando más. Pero bueno, el primer día fue normal. Lo que si me acuerdo es que tuve algún profesor que nos trababa “a patadas”, incluso de forma grosera. Y ahora yo me acuerdo como de estudiante, soportando aquello, en tercer curso, acabando la carrera me dije: “si yo alguna vez soy profesor jamás seré así.” Y creo que siempre he tenido un respeto tremendo a mis alumnos. Siempre. Nunca he sido, o he intentado no ser, como aquel profesor.

¿Algún consejo?

¿Un consejo? Hombre, el consejo es: que se lo pasen bien, muy bien, pero que hay tiempo para todo. Hay tiempo incluso para estudiar (risas), pero que el estudio debe empezar el primer día. El primer día de clase se debe empezar a estudiar, pero luego cuando llegue un sábado, a divertirse como “cosacos”. Que no es un consejo mío, es un consejo que a mi me dieron (risas) con la palabra “cosaco”. Y en relación a Instrumentos, que sepan que están haciendo prácticas que son profesionales, pero que tienen que estudiar la teoría también. Si no la estudian, no pueden aprobar.

¿Qué se llevaría a una isla desierta? (Risas) ¡A mi mujer!

¿Película preferida? Tengo varias; Gladiador, me gustó muchísimo.

¿Qué tipo de música le gusta? Clásica, y… moderna; pero moderna buena (Risas)

¿Alguna ciudad que aconsejaría para vivir? ¿Para vivir? Pues si. Pero más que ciudad es saber vivir. Yo he nacido en Albacete, he vivido en Madrid y he vivido en Valencia; y en las tres ciudades he vivido muy bien, muy bien.

¿Entonces echa de menos su tierra? No es que la eche de menos porque voy con frecuencia, tengo familia allí, tengo amigos, grandes amigos, y no la echo de menos. Además, hoy en día, con la facilidad de viajar que hay…

¿Qué haría si fuera invisible? (Risas) Pues mire Ud., no lo he pensado nunca. Pues… haber estado en algún momento de la historia que al leerlo me parece raro, un pelín raro, y me hubiera gustado haber estado allí para entenderlo.

¿Comida preferida? Pues… Me gusta mucho un tipo de arroz que preparaba mi madre. Era arroz, escabeche de atún, mayonesa, pepinillo, pimientos, en... en tiras, adornando…

¿Deporte? ¿Para practicar? (Risas) Para practicar el futbolín, que todavía juego muy bien (Risas), y andar. Andar me encanta. Y para ver, el fútbol, los toros aunque no son deporte… Soy del real Madrid, porque claro, cuando yo era pequeño me preguntaron, recién llegado a Madrid. ¿Tú eres del Madrid o del


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“Atleti”? Y lo primero que me salió fue del Madrid. Yo tenía 7 años, pero no sabia lo que era, ni que era el fútbol.

¿Un sabor? Un sabor… Sin abusar, todo lo que sea vinagre y con limón.

¿Un olor? Un olor… ¡Lo que huele bien! (Risas) Ud. Sabe que entra en un ascensor con una señora que va perfumada, y sale del ascensor, “guaa que peste!” y entras con otras señoras, que van mas discretamente perfumadas y dices, ¡uy! qué bien huele está señora.

Si tuviera que definirse con una palabra… Tenaz.

¿Qué le ha enseñado la vida? Qué hay que tener paciencia…con la mujer, con los hijos, con los alumnos, con el resto de profesores.

¿Echa en falta al Sr.Arrufat? Pues hombre, aunque no me dejaba meter baza, pues si. Se ponía a hablar y era muy difícil meter baza; pero si, era muy buena persona y muy buen topógrafo. Repito, un gran topógrafo, y con una experiencia en topografía difícilmente igualable. Y luego pues era muy humano, si. Pero bueno, todos los profesores que conozco tienen una gran humanidad, aquí en esta escuela. Tampoco en las escuelas en las que he estado, nunca he chocado con nadie. Todos me han parecido excelentes. Don Manuel Chueca, ¡menudo era! (el fundador de esta escuela) y Don Vicente Puertas, que era catedrático de topografía en agrónomos, cuando ni siquiera existía la UPV. Nunca he chocado con nadie. Nunca. A lo mejor porque soy paciente. La mayoría de los choques vienen por mal interpretaciones, y yo quizá debido a la paciencia, nunca he interpretado nada mal. Todo lo que me han dicho o hecho me ha parecido bien. Todo son motivos de agradecimiento porque me han soportado ellos a mí, no yo a ellos (Risas).

¿Es cierto el rumor que corre por la escuela que a un alumno se le calló una estación total en su clase? Si, si. Ese curso se cayeron dos estaciones. Una creo que se reparó; la otra nada.

Tipo de fruta… Yo no sé con qué tipo de fruta me definiría, la que me gusta a mi es la naranja y el melón.

De jeroglíficos…

Aquí dejamos otra asignatura…


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De jeroglíficos… Estas van de películas en la escuela…

Más jeroglíficos…

Esta va de un profesor…


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TOPÓGRAFOS POR EL MUNDO. DESDE LOS ÁNGELES………

Sol, sol, sol y más sol. Esa es la realidad de una ciudad situada en la costa pacífica, rodeada de montañas y palmeras. Llegamos en Febrero después de interminables horas de avión, e ipso facto cambiamos los jerseys por camisetas de manga corta, y las zapatillas por sandalias.

Los Ángeles es una ciudad enorme y pobladísima, con una extensión de unos 1200 km cuadrados y una población de casi 4 millones de habitantes. Es la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos, y creerme, eso se nota. De la gran masa de población que habita en LA hay una gran proporción de latinos, bien mexicanos, cubanos, guatemaltecos, peruanos así como de asiáticos.

Puesto que es una ciudad TAN grande, las distancias son larguísimas y tardas un montón en ir de

un sitio a otro. Esta es la gran desventaja de esta metrópolis, y si a eso le añadimos que el transporte público es prácticamente nulo (y nos quejamos de los buses de Valencia..), el pasarte dos horas diarias en coche (o más) es lo normal, así como tragarte los atascos que se producen en las megautopistas todos los días.

Quitando esta desventaja, Los Ángeles es una ciudad genial. Desde las playas de Santa Mónica, Venice o Malibu, donde está repleto de surferos y californianas en patines, pasando por Hollywood Blvd, Bel Air o Beverly Hills lleno de tiendas hipermegacaras y donde es muy fácil encontrarte a famosos, hasta las Colinas y el famoso cartel de Hollywood, desde donde se aprecian unas vistas de la ciudad increíbles, tanto de día como de noche, con toda la zona del downtown y rascacielos iluminados. En Los Ángeles no hay lugar para el aburrimiento; puedes hacer surf una mañana y estar esa misma tarde esquiando en Big Bear, a tan solo un par de horas.

El Staples Center como el Dodger Stadium están siempre repletos de aficionados del basket y del

beisbol animando a sus equipos, cuando no se realizan conciertos multitudinarios. A los californianos les encanta salir a cenar, así que a parte de los típicos burgers te encuentras restaurantes y pubs de todo tipo, cubanos, hawaianos y hasta valencianos. Lo mejor de esto es que si vas antes de las 8 de la tarde, todos los platos están a mitad de precio y las bebidas a 1 dólar, lo cual es bastante agradable para el bolsillo.

La vida nocturna es otra de las virtudes de esta ciudad; la gente sale los lunes, martes, miércoles… es decir, toda la semana. Las discotecas son enormes y muchas tienen terraza en el tejado, con piscina y unas vistas de la ciudad casi surrealista. Las estrellas de cine o los cantantes se pasean sin pudor, y es fácil encontrártelos tanto en la playa, como cenando, de compras, paseando,…


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En cuanto a la Topografía en California, los Ingenieros Topógrafos no existen como tal, son una rama de los Ingenieros Civiles y creerme, es mucho más difícil trabajar aquí que en España. Aquí un Ingeniero Civil en Topografía acaba la carrera y tiene dos opciones: trabajar para el sector privado o para el público. Hasta aquí todo igual. La gran diferencia es que si quieres montarte tu estudio de topografía, has de sacarte una licencia, que por lo visto es bastante difícil de aprobar. Es decir, o te sacas la licencia y te montas tu negocio (cosa más sencilla en Europa), o trabajas para alguien que ya se lo haya montado o para el estado, que tampoco es sencillo de conseguir. Vamos, que se pasan bastante tiempo estudiando...

La forma de ordenar el territorio también es distinta a la que usamos en España. Puesto que Estados Unidos es tan extenso, dividen el terreno en una gran cuadricula, y son los

vértices de los cuadrados (a los que llaman secciones) los que están dotados de coordenadas conocidas. A partir de esos vértices, van triangulando las zonas de dentro de cada sección como les parece. Es decir, no tienen una red de triangulación como la nuestra ni mucho menos. Más concretamente, aquí en California, además tienen el problema de hallarse en una zona límite entre dos placas (la falla de San Andrés divide las dos zonas que están en movimiento), así que están continuamente haciendo estudios de deformaciones y de cambios de altitud en puntos concretos para ver así las variaciones que se producen. Es decir, trabajo tienen para rato. A parte de esto, siguen la misma metodología que nosotros, tanto en mediciones como en cálculos, por lo que resulta bastante fácil acoplarte a su forma de trabajar si vienes de fuera.

Poco más que contaros chicos, esta es

una experiencia que recomiendo a todos, tanto a nivel profesional como a nivel personal, y si a eso lo acompañamos de buen tiempo y gente maja, resulta inmejorable. ¡Animaros y ya sabéis, a California!

L.C, Mayo 2010

De jeroglíficos…

Este va de programas TV de moda.


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VIAJE A NINGUNA PARTE.

Entonces, novedad este año… ¿Que tal el mundo Erasmus? Esos que se van a quién sabe dónde para estudiar un poquito y ver algo de mundo. ¿Novedad? En su tiempo lo fueron, la verdad. Éramos conocidos (servidor lo fue en el curso 2005/06) como esos raros que no tenían otro entretenimiento que irse a otro país, otro idioma, otra cultura, casi siempre en solitario y con el único afán de aprovechar las oportunidades y… ¿Por qué no decirlo? Espabilar. Pero ese concepto parece que poco a poco viene perdiéndose entre anécdotas, entre leyendas urbanas que corren de boca en boca como “mito Erasmus”.

Y así es que el humano tiende a acomodarse (y casi ahí el principio de toda evolución) y se queda

solo con la parte exenta de emoción y riesgos de esa oportunidad Erasmus. Y nótese que cuando aquí se habla de emoción y riesgo no nos estamos refiriendo a las diez fiestas seguidas que podemos darnos en una semana, a estar dentro de un gueto español o aprender a decir en el idioma nativo “una cerveza, por favor”. Los he conocido, y a la realidad me remito: amigos que tras un año de intercambio empiezan a controlar el verbo “to be”, han llegado a comunicarse con un número de nativos que puede contarse con los dedos de una mano y siguen pensando que el traductor de Google es suficiente para entregar un proyecto final de carrera.

Se quedan con la parte en la que todo viene hecho, y no se pone nada de la propia. Si, un poco de

dinero y la parte del hígado de la que podremos carecer después de ese añito. No. Triste puede quedar decirlo, pero muchos de los nuevos ya se marchan como quien va a la

granja escuela, con el certificado de los papas firmado y en lugar de galletas de huevo aprenden a abrir cervezas con mecheros o cualquier artilugio sólido. Irme solo/a no, que me da palo… estos papeles ya los rellenaré, ¿Qué es eso del cuadro de

convalidaciones? ¿No hay uno que esté hecho ya? ¿Y si no me entienden? Bueno, ya lo haré.

Y luego pasa lo que pasa. Luego ocurre que todo son críticas hacia unos y otros. Que curioso es el

caso en que nos dan dos meses enteros para decidir destino, para contactar con coordinadores, profesores, estudiantes, residencias, rellenar un papel y poner una firma… y decidimos entregarlo todo el último día, o una semana después. Y luego vienen las quejas de que no llegan a tiempo, de que no figuran como matriculados, etc. Exactamente lo que ocurría cuando teníamos seis años y en clase nos daban el papel a firmar por nuestros padres; era sencillo, y aún así se le olvidaba a alguno. Bueno, éramos niños y nos íbamos a tres kilómetros de distancia a conocer al señor burro, a la señora gallina y al pastelero que nos enseñaría a hacer mazapanes. Pero las cosas cambian: De la suma a los mínimos cuadrados, y de la granja, a Polonia. ¿No será lógico poner algo de nuestra parte? Erasmus empieza mucho antes de poner el pie en destino. Y los primeros pasos los tenemos que dar aquí.

Vamos niños y niñas… o como se aprende a decir: Come on!!! Take the real way of Erasmus. Un

botellón se puede hacer en la esquina de nuestra calle… Ya que estamos allá, hagamos algo más interesante.


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ChileChileChileChile ArgentinArgentinArgentinArgentinaaaa

CanadáCanadáCanadáCanadá MéxicoMéxicoMéxicoMéxico

AustraliaAustraliaAustraliaAustralia

JapónJapónJapónJapón

El ánimo no lo perdáis. Y si os falta, no dudéis en preguntar a antiguos estudiantes que se beneficiaron de ese intercambio. Pero haceros a la idea de que el viaje lo hacéis vosotros, y sois vosotros mismos los primeros que tenéis que estar pendientes de todo. Ahora el profe no os lleva de la cuerda. Yo os aconsejo que, viendo ese año que tenéis por delante, os agarréis a todas las posibilidades y creéis vuestras propias leyendas urbanas. No esperéis a hacer lo que hizo aquel, o el otro. Eso es muy sencillo. Aunque cueste un poquito más, ponedle valor, dejad de un lado cualquier miedo, y no dudéis en enfrentaros a Erasmus como a algo más que “sacarse asignaturas y darse la fiesta”. Os garantizo que no os arrepentiréis.

AQUÍ TENÉIS los Destinos ERASMUS:

Alemania Austria Bélgica Bulgaria Dinamarca Eslovenia Finlandia Francia

Grecia Holanda Hungría Irlanda Islandia Italia Letonia Lituania Noruega

Polonia Portugal

Reino Unido Rep. Checa Rumania Suecia Suiza

Turquía

Y MÁS allá de las FRONTERAS Europea


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EL MUNDO POR LA ETSIGCT.

¡ELLOS SON RAROS! Que ve un español en la escuela de los ingenieros topógrafos en

Grecia…

Las universidades griegas no tienen

buenas notas en las clasificaciones del mundo. Así que muy pocos estudiantes extranjeros quieren hacer su intercambio aquí. Pero estudiar en Grecia, y especialmente en el EMP, —que así se llama el politécnico de Atenas— es una experiencia única… Ahora veremos que ve un estudiante español aquí…

El edificio desde fuera está bastante

bien. Es de los mejores en la politécnica, o en Grecia en general, aunque eso del Camino de Vera parece un palacio delante de nosotros… Entras en la escuela. Nadie entra por la puerta “oficial”. Se entran por una puerta pequeña. Es que, desde esta puerta entras a algo como una cafetería en la que todos (estudiantes y profesores) beben allí su café durante casi todo el día (¡del tipo griego, de frapé, claro!)… También están los que no quieren ir a clase, —porque se aburren—, y se quedan allí, tomando ese café y no cerveza, jugando a tavli (juego de la mesa, típico aquí), o comiendo algo pequeño, —porque nadie come bien en casa—. Si sigues a los pasillos, notas que están sucios, con papeles por el suelo y en las paredes. No está prohibido fumar allí (¡a veces casi no nos vemos por el exceso de humo!). Las aulas no tienen ni pizarras táctiles ni ordenadores. Somos bastante pobres…

Pero lo más raro que puede encontrar un español es que en nuestra cafetería hay una infinidad de carteles políticos. Uno se pregunta a sí mismo: ¿Es esto posible? En Grecia, en todas las escuelas hay partes políticas, para los jóvenes. Tienen relación directa con las partes del parlamento. Y hay de todo: socialistas, republicanos, comunistas, anarquistas…

Oficialmente, son representantes de

todos los estudiantes en la escuela (del director, la secretaría). Por eso la universidad está llena de sus carteles en los que enseñan sus opiniones — ¡incluso dentro de las aulas!—. Casi cada dos semanas o algo así, hay una asamblea en la que

todos los estudiantes de la escuela pueden participar y discutir sobre cosas de la escuela, o política en general. ¡Si tienes suerte, además puedes ver una pelea entre ellos! —¡y dentro de un aula!— Algunos días cada semestre, desde estos “debates”, las secciones políticas deciden que la escuela se cierra, como forma de protesta. Pero esto no es suficiente. Además, estas partes organizan muchas veces fiestas y excursiones. Es una forma de “protestar” también, ¿no? Pero, claro, no todos los estudiantes pertenecen a esa parte política. La mitad, más o menos.

Todas las universidades en Grecia son

públicas y nadie tiene que pagar por matrícula o por los libros. Además, el que no tiene bastante dinero puede también tener residencia gratis —incluso comer allí gratis—. Solo en algunos programas master hay que pagar. En la politécnica estos también son gratis. Los estudios en todas las escuelas de ingenierías duran cinco años, sin tener la oportunidad de poder obtener un título antes. Como en España, aquí también necesitamos más de esos cinco años para terminar la carrera, —más o menos 6 años—. Un español en el EMP también puede notar que el nivel de estudios es parecido al de España; casi todas las asignaturas son las mismas. Y de nuestros profesores hay, como con todas las partes del mundo, unos buenos y unos raros… Pero casi todos son famosos en Europa y en el mundo dentro de su campo científico.

Cosas buenas y cosas malas. En definitiva, si aprovechas todas las oportunidades y tienes ganas de estudiar, en el EMP podrás alcanzar, sin duda, un nivel alto en el campo que desees.

Normalmente, no es posible notar las diferencias que existen entre las universidades si no estás en ambas. Y una experiencia de ERASMUS no es suficiente…

Eli

De jeroglíficos

De los profesores… No hay duda.

¿El Programa? Bueno, ahora los hay de todos los lugares, de todas las comunidades,

terminados en “…por el mundo”. Españoles por el…, Valencianos por el… Manchegos por el…

De las asignaturas… Entre ordenación del territorio, catastro y cálculo… no es difícil

acertar. Se tenía en mente la asignatura “meto-dos”, pero “meter” en mente de muchos, y “dos” en la

de aquellos que ven más lejos… bueno, que cada imaginación se recree la viñeta que más claro se lo

dejaría.

Y del cine en la escuela… Pronto llegarán los alumnos de nuevo ingreso preguntando

“¿Por qué en pleno mes de enero, el aire de la calefacción sale helado?”. Entonces le responderán

“Eso, jóvenes aprendices, es porque este edificio es INTELIGENTE”. Ooohhhhh, dirán con asombro.

Cuánto se acordarán de Spielberg y su película IA…

Después están aquellos que superando lo insuperable… el error de cierre en una poligonal les dará

cero patatero… Pues desde aquí se garantiza que Chochenaguer lo tenía más fácil cuando le decía a

su mujer que solo era comercial y en realidad estaba salvando al mundo. Ea… mentiras arriesgadas.

¿Alguien ha intentado aparcar a las 10 de la mañana en la universidad? Si… misión imposible.

Y no se desanimen los nuevos… viendo el pasillo de la escuela, garantizamos que hacerse con el título se hace menos largo que atravesar en solitario el del último piso…

COTAS. LIBRETA DE CAMPO DE LA ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIERIA GEODÉSICA, CARTOGRÁFICA Y TOPOGRÁFICA. UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE VALENCIA.

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Revista Cotas 2010