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Revista Eltopo. No.5. 2015: (pp.110 - 137)ISSN:0719-3335110
Revista Eltopo. No.5. 2015ISSN:0719-3335111
(1) | Sebastián Ponce Olmos.Núcleo de Estudios en Sociología del Fútbol
(2) | Carlos Vergara Constela.Núcleo de Estudios en Sociología del Fútbol
:(pp.110 - 137)
WA N D E R E R S Y VA L PA R A Í S O :Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principalSebastián Ponce Olmos 1Carlos Vergara Constela 2
Resumen
En el artículo se revisan y vislumbran los imaginarios urbanos de la ciudad de Valparaí-so que se hacen manifiestos a raíz del estudio de uno de los símbolos más relevantes de la ciudad: la institución deportiva Santiago Wanderers. A través de una estrategia metodológica basada en la investigación documental, observaciones y entrevistas, se da cuenta de la emergencia de imaginarios urbanos de la ciudad durante la época de existencia del club porteño (1892 a la actualidad). Desde la fundación del club hasta el inicio de la participación de Wanderers en el profesionalismo, se aprecia la inven-ción de un mito fundacional y representaciones que llenan al símbolo. Desde 1942 en adelante, se avizora la construcción de tres imaginarios: el imaginario wanderino de Valparaíso, el imaginario de la resistencia porteña y el imaginario patrimonial de San-tiago Wanderers. En el presente texto se pone énfasis en el imaginario wanderino de Valparaíso y el imaginario patrimonial de Valparaíso.
Palabras Claves: Santiago Wanderers, imaginarios urbanos, patrimonio inmaterial, estilo de juego, ídolos.
Abstract
In the article are reviewed the urban imaginary of the city of Valparaiso which become manifest from the study of one of the most important symbols of the city: Santiago Wanderers sports institution. Through a methodological strategy based on desk re-search, observations and interviews, we realize the emergence of urban imagery of the city during the time of existence of the sport team (1892-present). Since the founding of the club until the beginning of the participation of Wanderers in the professionalism, the invention of a founding myth and representations that fill the symbol shown. From 1942 onwards, the construction of three imaginary is looming: imaginary wanderino of Valparaíso, imaginary of resistance of Valparaíso and heritage Imaginary of Santiago Wanderers. Here, the emphasis is placed on the imaginary wanderino of Valparaiso and heritage Imaginary of Santiago Wanderers.
Keywords: Santiago Wanderers, urban imaginary, intangible heritage, style of play, idols.
WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
Comprender Valparaíso a través de los imaginarios urbanos y el fútbol
La ciudad de Valparaíso, durante la segunda mitad del siglo XIX, fue caracteri-
zada como el puerto principal de la costa latina del Pacífico, dada su bullente
actividad portuaria y comercial. Aquello significó que recibiese una cantidad
considerable de población de diversas latitudes, produciéndose importantes
procesos de intercambio cultural. La condición de puerto otorgó a Valparaíso un
cariz vanguardista. Precisamente, fue en esta ciudad donde comienza a rodar
la pelota de fútbol, y se institucionaliza el deporte en Chile.
Durante el siglo XX, se aprecia una decadencia de la ciudad, la cual tiende a
agudizarse con posterioridad a la dictadura militar. No obstante, Valparaíso fue
objeto e inspiración de una multiplicidad de miradas que fueron representando
y referenciando distintas zonas de su territorio. La producción artística, ya sea
en facetas literarias, fotográficas, audiovisuales, pictóricas y musicales, llenó
al territorio porteño de significados sobre las condiciones marginales del ha-
bitar, la “bella” decadencia, las particularidades de su trama urbana y la vida
bohemia de la zona portuaria. A inicios del siglo XXI, el Estado chileno impulsó
la obtención de una denominación patrimonial por parte de UNESCO de una
zona de la ciudad. El argumento para la consagración del reconocimiento se
construyó básicamente sobre la necesidad de legitimar la autenticidad de la
trama urbana de una zona de la ciudad. La reseña anterior resulta relevante
para lograr situar a Valparaíso y, en general, a las ciudades puerto, como obje-
tos de investigación a abordar desde diferentes miradas disciplinares, teóricas
y metodológicas.
Bajo esta lógica, el estudio de las ciudades, desde una óptica cultural, ha co-
brado inusitada relevancia en las últimas décadas. Hiernaux y Lindón (2012)
sostienen que esta implosión de estudios culturales urbanos se debe al giro
cultural de la geografía, pero también a la creciente óptica interdisciplinar con
la que se construyen los objetos de estudio en la actualidad.
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|Revista Eltopo Junio- Julio 2015
Una de las vías de acceso a las culturas urbanas ha sido a través del constructo
imaginarios urbanos, el cual posee una gama amplia de influencias teóricas, en-
tre las que contamos la Filosofía social de Castoriadis, la Antropología simbólica
de Gilbert Durand, la Sociología urbana de Simmel rescatada por Louis Wirth,
la geografía humana francesa liderada por Guy di Meo, y los estudios culturales
urbanos latinoamericanos iniciados por Néstor García Canclini y Armando Silva.
Actualmente, el desarrollo del constructo imaginarios urbanos ha encontrado
asidero en autores como Alicia Lindón, Daniel Hiernaux y Francisca Márquez,
quienes han sostenido que los imaginarios urbanos se definen como tramas
de sentido producidas socialmente y compartidas por determinados grupos
sociales, los cuales logran predefinir la cualificación de lugares, atribuyéndole
características y otorgando sentidos (Lindón y Hiernaux, 2007; Hiernaux, 2007;
Lindón, 2007b). Los imaginarios urbanos, entonces, pueden ser entendidos
como esos sentidos comunes que pertenecen a los grupos que los portan, y que
permiten explicar prácticas sociales y apreciaciones realizadas respecto a espa-
cios y sujetos, o bien, como sostiene Márquez (2007), como guías o pautas de
acción que se activan en cuanto nos encontramos presentes en determinados
espacios.
En este sentido, los imaginarios están compuestos por un cúmulo de represen-
taciones sociales, muchas articuladas sobre un soporte visual (graffitis, foto-
grafías, postales, imágenes oficiales), enlazadas narrativamente por sentidos
comunes socialmente producidos y corporalmente practicados. Los imaginarios,
por lo tanto, son esa idea fuerza que se integra al universo simbólico de un espa-
cio social, logrando organizar y dotar de sentido a una trama cultural compues-
ta representaciones, prácticas, narraciones y espacios. Así, el imaginario es un
complemento de sentido para aquellas tramas de representaciones, transfor-
mándolas simbólicamente en pautas de acción para el desarrollo y la compren-
sión de la vida mental en una urbe; permitiendo narrar un pasado, un presente
y proyectar un futuro compartido por un grupo determinado. Por lo tanto, esas
pautas de acción, las cuales parecieran ser “imágenes actuantes” pueden con-
ducir procesos más amplios (como por ejemplo la reconversión turística de un
centro histórico), no sólo quedándose en la mera representación.
Los imaginarios urbanos dada su condición de virtualidad (Hiernaux, 2007; Lin-
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
dón, 2007a), necesitan de un símbolo para expresarse. Este punto reviste com-
plicaciones, puesto que la determinación de qué elemento posee condiciones
simbólicas en un determinado territorio no deja de ser problemático, en tanto
existen diferentes perspectivas sobre el estudio de los símbolos y su relación
con los imaginarios. En este sentido, el artículo adscribe a las ideas de Gilbert
Durand, Victor Turner y Blanca Solares. Por lo tanto, el símbolo se comprende
como una pieza de unión que pretende establecer un vínculo que, a diferencia
de los signos no es representativo, si no implicativo, puesto que dada su capaci-
dad aglutinadora ensambla significados dispares, logrando, a través de la com-
prensión del símbolo, ver una cosa que no necesariamente es la que se presen-
ta (Solares, 2012). El símbolo, en este caso, evoca una dimensión trascendente
o invisible que interpreta lo representado de manera indirecta, emotiva y abierta
(Durand, 1971). Así, por último, los símbolos poseen un carácter polisémico,
correspondientes a marcas que conectan lo desconocido con lo conocido, que
activan el polo emotivo, y que hacen oscilar sus significados entre lo manifiesto
y lo latente (Turner, 1999).
Al respecto, Eduardo Santa Cruz (1996) ha señalado que el club de deportes
Santiago Wanderers, a lo largo de la historia, se ha constituido como un símbolo
de la ciudad de Valparaíso. Aquello nos permite establecer un punto de entrada
a la realidad porteña e indagar en los imaginarios urbanos que se expresan a
través de este club de fútbol.
En este sentido, la potencialidad que tienen los clubes deportivos para compren-
der socioculturalmente un territorio está dada, no sólo por su carácter represen-
tativo (Ramírez, 2003), sino que también por su capacidad de articular narra-
tivas que aluden a un nosotros en oposición a una otredad (Guerrero, 2006) y,
precisamente, por el carácter lúdico -en el sentido utilizado por John Huizinga- y
simbólico, es decir, por su capacidad de activar polos emotivos y con esto unir
elementos de diverso orden (Archetti, 2008).
Mediante ejemplos de distinta índole podemos refrendar esta potencia simbólica
y representativa de los clubes deportivos en diversas escalas territoriales. Esta
construcción identitaria potenciada desde el fútbol se constituye, siguiendo a
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|Revista Eltopo Junio- Julio 2015
Garriga Zucal y Míguez (2014) por la confrontación con una alteridad específica:
“se trata de la oposición a un grupo que representa todo aquello que se niega, al
menos en los sistemas perceptivos que ponen en juego la identidad propia con-
densando en una misma trama, diversas dimensiones identitarias”(p.408-409).
Esta compleja trama es desplegada y puesta en juego a través de la construc-
ción de rivalidades deportivas. A lo largo y ancho de Sudamérica es común en-
contrar una gran gama de casos ilustrativos de esto; dentro de los ejemplos más
conocidos podemos señalar la rivalidad entre los dos grandes de Montevideo
en Uruguay, el Peñarol de origen ferroviario y representación obrera popular y
el Nacional, que surge desde universitarios de la ciudad; en la ciudad de Lima
en Perú, entre el Alianza Lima de origen mestizo y popular (que luego se asienta
en la población La Victoria, populosa e identificada con la población de afrope-
ruana) con una fluida relación con las organizaciones obreras de la ciudad, y el
Universitario, ligado a los estudiantes de la universidad, a grupos sociales que
representaban, al menos en sus primeras décadas, el polo opuesto dentro de
la sociedad de ese país (cholos, mestizos, afro peruanos trabajadores versus
blancos, de clase acomodada); entre varias más que podríamos reseñar.
Entonces, con el fin de analizar los imaginarios urbanos de Valparaíso posibles
de visualizar a través de Santiago Wanderers, símbolo de la ciudad, en el texto
se hace una revisión de la estrategia metodológica utilizada para construir estos
imaginarios. Continúa con la exposición del imaginario wanderino de Valparaí-
so, dónde resalta la construcción del estilo de juego del club porteño, y al ídolo
como figura sintética de la cultura del fútbol y de la ciudad. Posteriormente se
analiza cómo se ha construido el patrimonio inmaterial de Santiago Wanderers,
describiendo las estrategias y prácticas que permiten el traspaso generacional
del sentimiento vinculante hacia el club. Finalmente, se realizan reflexiones fi-
nales poniendo énfasis consideraciones acerca de los estudios urbanos y las
metodologías utilizadas, así como en la relación entre el club Wanderers y las
representaciones sobre Valparaíso.
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
Caminar, observar, leer, conversar y analizar
Los componentes que dan forma a los imaginarios, ya sea en su faceta urbana
o de otro tipo, pueden ser hallados en diferentes soportes textuales (Alabarces,
2007). El cine, las revistas, los programas televisivos, los periódicos, la literatu-
ra, la música, el teatro, los discursos, los murales, los graffities o los rayados en
los muros de la ciudad deben constituirse como unidades de análisis básicos
para entrelazar y articular un imaginario (Silva, 1986; García Canclini, 1997).
Sobre esto, Lindón (2007b), advierte que para la construcción de imaginarios
urbanos se necesita especificar espacialidades y temporalidades, y cruzarlas
con prácticas sociales, representaciones y significados de éstas. Aquel cruce
es denominado como “holograma espacial”, lo que no es más que una ima-
gen sintética, localizada temporal y espacialmente que posee características
evocativas y proyectivas, logrando contener otros espacios y temporalidades no
presentes en ella.
Entonces, con el objetivo de hallar y analizar los imaginarios urbanos de Valpa-
raíso contenidos en el símbolo wanderino, se estableció un trabajo de campo
que contempló la utilización de tres técnicas de producción de datos (móviles,
documentales y orales) que pudiesen hacerse cargo de lo espacial, de tempora-
lidades diversas y fragmentadas, y de oralidades que hablen del sentido vivido
de los sujetos que portan el símbolo wanderino.
En primera instancia se recurrió a la observación participante, y a la deriva, una
ramificación de la observación participante misma. Bajo la óptica de Pellicer,
Vivas-Elías y Rojas (2013), comprendemos que la observación participante y la
deriva son técnicas de producción de datos complementarias ya que la prime-
ra indaga en los significados inmersos en la ciudad, mientras que la segunda
pone énfasis en los significantes. La aplicación de estas técnicas produjo un sin
número de fotografías de diversas zonas de la ciudad, y también cartografías a
través de las que logramos establecer los patrones actuales de localización del
significante wanderino.
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Imagen 1:Cartografías utilizadas en observaciones (Cerros Los Placeres y Concepción)
Fuente: Elaboración propia en base a cartografías facilitadas por SII (2011).
Nota. La cartografía de la izquierda corresponde a la zona baja del Cerro Los Placeres, es decir, desde “la cruz” hasta la Universidad Santa María. La cartografía de la derecha
corresponde a Cerro Concepción y la zona baja de Cerro Alegre, es decir, hasta la plazuela San Luis.
A través de los recorridos fue posible establecer diferencias entre unidades es-
paciales y paisajísticas (ej. Plan/cerro; el “anfiteatro”; Avenida Alemania como
límite) y con esto no sólo mejorar la comprensión sobre los muros hablantes de
Valparaíso, sino que también encontrarnos con indicios que poseen un correlato
material e imaginario para los habitantes de Valparaíso. Lo principal fue una di-
ferenciación de los lugares en que se encuentra presente Santiago Wanderers,
a través de elementos icónicos como lo son murales, rayados, postes de luz
pintados con colores verdes y blancos, y nombres de comercios. Como se pensó
antes de comenzar el campo, la densidad de los íconos que aluden a Santiago
Wanderers es mayor en los cerros respecto al “plan”. No obstante, hay especifici-
dades importantes a recalcar: en la zona plana, Wanderers está presente mayo-
ritariamente en nombres y carteles de comercios; aparece con mayor fuerza en
“El Almendral” y “Barrio Puerto”, dejando al “Barrio Financiero” como un lugar
en que la presencia de íconos wanderinos es prácticamente nula.
En la comparación entre los cerros de Valparaíso también hay diferencias inte-
resantes. Cerros como Playa Ancha, Rodelillo, La Cruz, Monjas, Esperanza, Los
Placeres, Rocuant, Barón, San Roque, Jiménez, Mariposa, Merced, Las Cañas,
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
y Toro, entre los más destacados, muestran una alta densidad de íconos y em-
blemas wanderinos. Por otro lado, nuestros recorridos realizados por Cerro Con-
cepción y Cerro Alegre, dentro de los límites de la zona patrimonial-UNESCO, no
aparecen postes pintados, ni murales, ni rayados alusivos al club porteño: sólo
un par de emblemas en comercios de la calle Almirante Montt. También, en la
parte baja del Cerro Bellavista, donde se encuentra el Museo a Cielo Abierto,
nos encontramos con una baja densidad de emblemas wanderinos. En estas
zonas existe mayor presencia de murales de otro corte: alusiones a ascensores,
artistas, músicos, paisajes, retratos, pinturas, etc .
(3) | Si bien no se presentan datos con-cluyentes para establecer la mecánica y la dinámica de procesos de restructuración urbana en Valparaíso, se puede establecer, a modo hipotético, que la baja presencia de emblemas wanderinos en las dos zonas destacadas tiene relación con los (aún no comprobados pero evidentes) procesos de gentrificación que estas zonas han sufrido. Esto sugiere la colonización de determina-dos espacios, ahora destinados principal-mente para el uso turístico, en desmedro del uso residencial, lo que ha implicado un progresivo desplazamiento de habitantes que “mantengan” la presencia de elemen-tos wanderinos.
3
Tabla 1: MATRIS TEMPORAL DE INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL.
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|Revista Eltopo Junio- Julio 2015
Imagen 2:Imaginarios urbanos de Valparaíso a través de Santiago Wanderers.
Fuente: Elaboración propia.
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Finalmente, se produjeron datos de naturaleza oral, a través de la realización
de veinte y cinco entrevistas en profundidad. Si bien la elaboración del marco
muestral de las entrevistas no contempló el control de variables ligadas a lo
socioeconómico, se consideró una gama amplia de actores sociales. Entre ellos:
ex presidentes del club; dirigentes/as actuales de la corporación y la sociedad
anónima que posee la concesión; hinchas (mujeres y hombres) de diversa ín-
dole: adscritos a la barra “Los Panzers”, adscritos a la barra “Raúl Sánchez”,
sin adscripción a algún tipo de barra organizada, adscritos a movimientos que
se encuentran disputando la dirección de la corporación Santiago Wanderers;
locatarios/as de comercios con nombres wanderinos; ex jugadores que se des-
empeñaron profesionalmente en la década de 1990, 2000 y 2010; y personas
no wanderinas, principalmente ex estudiantes universitarios, actuales profesio-
nales. Los/as entrevistados/as oscilaron entre los veinte y un años y los setenta
y cinco años. En el caso de los/as adultos mayores, su memoria recordaba hitos
ligados a Wanderers y/o la ciudad hasta la década de 1950. En las entrevistas
se tocaron temáticas referentes a la relación entre Wanderers y Valparaíso, zo-
nas significativas de la ciudad, cruce entre biografía personal, fútbol y ciudad, y
representaciones de la ciudad.
Fuente: Elaboración propia.
WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
A los datos recolectados se le aplicó un análisis de contenido, el cual estuvo
enfocado en la obtención de códigos que se articulasen en torno a representa-
ciones, imágenes, prácticas y espacios, categorías que conforman el constructo,
o la meta categoría de imaginario urbano. A estos códigos se los ubicó temporal
y espacialmente dentro del territorio comunal de Valparaíso.
De esta manera, la interpretación de los datos plantea la existencia un gran
imaginario wanderino de Valparaíso, el cual posee dos sub imaginarios. El ima-
ginario wanderino de Valparaíso es instituido en la fundación del club. Por su
parte, el imaginario de la resistencia porteña se instituye con el primer descenso
wanderino y la agudización de la decadencia de Valparaíso, y el imaginario pa-
trimonial de Santiago Wanderers se instituye con la denominación patrimonial
de la ciudad.
A continuación, se presenta una revisión de corte histórico del periodo en que
se funda el club, donde se resaltan hitos que van dándole forma al imaginario
wanderino. Luego, se analiza la cobertura de Revista Estadio en el inicio de las
participaciones profesionales de Santiago Wanderers, y finalmente se analiza el
imaginario patrimonial de Santiago Wanderers .
La fundación de Santiago Wanderers en 1892 contiene la institución de un club
deportivo que ha persistido por 123 años dentro de las competiciones depor-
tivas. Desde la biografía anecdótica de Wanderers realizada por el ex dirigente
porteño Manuel Díaz Omnes en 1952, hasta los actuales relatos de informantes
y programas televisivos sobre el acontecer y otros aspectos del club, este hecho
ha sido cargado de una narrativa mítica. Esta indica que Wanderers fue crea-
do por adolescentes y jóvenes porteños que, ante el “furor” de los albores del
fútbol y la negativa de la apertura de espacios para jugar por parte de quienes
controlaban el mundo del fútbol porteño de ese entonces, decidieron crear su
4
(4)| La omisión del imaginario de la resis-tencia porteña en este artículo se debe a motivos arbitrarios de los autores del texto.
Valparaíso imaginado a través de Wanderers: La institución del imaginario
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|Revista Eltopo Junio- Julio 2015
propio club. Como advierte Guerrero (2014), la fundación de un club –institución
básica para comprender a barrios y ciudades-, siempre es acompañada de una
narrativa que abre un campo semántico que contiene los elementos más valo-
rados de los sujetos fundadores.
El libro de Manuel Díaz Omnes postula varias cuestiones relativas a la fundación:
el club fundado por jóvenes estudiantes; los apellidos del grupo de fundadores
son de origen criollo; el nombre Santiago Wanderers se debe a una búsqueda
de distinción de los ingleses, resaltando el carácter “chileno” del club, a través
de la inclusión del nombre de la capital del país; y el espacio de fundación y or-
ganización se ubicó en el actual barrio puerto, precisamente en lugares como la
antigua cancha el empedrado (hoy Plaza Wheelright), el malecón, calle Caram-
pangue y la cancha “Los Lúcumos” (ubicada entre lo que actualmente conoce-
mos como la quebrada San Francisco y la quebrada Carampangue), zonas que
en aquella época fueron caracterizadas por el ambiente popular, y el constante
transitar de marinos, trabajadores portuarios, vagos, estudiantes, comerciantes
y lavanderas (Urbina, 2002).
Aquella fundación, hoy posee un carácter mítico cargado de un significado satu-
rado en consideraciones sobre el carácter revolucionario de aquel acto. El mito
fundacional converge en que la institución wanderina fue creada por jóvenes de
origen criollo y popular, y que aquello representa la histórica rebeldía popular
del porteño. No obstante, se omite todo aquello que no vaya en sintonía con la
narrativa fundacional: por ejemplo, Wanderers no fue fundado por algún peón
urbano de la ciudad. De hecho, muchos de fundadores eran estudiantes con un
alto grado de capital cultural para la época .
El mito fundante wanderino, es decir, aquella primera huella a rastrear o forma
iniciática y arcaica del imaginario (Hiernaux y Lindón, 2012), opera con eficacia
en la actualidad. Ahora bien, el paso de los años, junto a los hitos de la ciudad
y del club fueron llenando de contenido a aquel mito. El cómo Wanderers logró
constituirse como el club por antonomasia de la ciudad y un referente del fútbol
chileno, se debe a hitos que aumentaron su popularidad y su capital simbólico
o de reconocimiento. Entre ellos contamos cuestiones referentes a disputas en
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
la organización y normativa del fútbol, desastres naturales, victorias a nivel de-
portivo e hitos internacionales. Por ejemplo, Edgardo Marín en Historia total del
fútbol chileno, sostiene que Santiago Wanderers logró que el fútbol se pautara
en idioma español. Sobre los desastres naturales, el terremoto de 1906 implicó
una reorganización del fútbol debido a que muchos clubes desaparecieron. Res-
pecto a las victorias a nivel deportivo, el campeonato obtenido por Wanderers en
1908 fue clave para el aumento de su popularidad, puesto que dicho torneo le
dio el paso para representar a Chile en los juegos panamericanos . Finalmente,
el inicio de la primera guerra mundial, así como la apertura del canal de Panamá
tuvieron impacto en el fútbol porteño, ya que implicó una progresiva desapari-
ción de clubes de raigambre inglesa.
De esta manera, Wanderers tuvo sus primeras experiencias a nivel profesional
en la década de 1930, aunque un periodo clave en invención de representacio-
nes sobre el club tiene su lugar desde su llegada definitiva a la liga profesional
de la Asociación Central de Fútbol .
En el documental El Wanderers de Valparaíso, el periodista Edgardo Marín (ex
cronista de Revista Estadio y actual periodista de Radio Cooperativa) define el
estilo de los equipos wanderinos de los años 60 y 70 como fuertes, seguros y
arrolladores. En la construcción del estilo de juego wanderino convergen facto-
res de diverso orden. En primer lugar, aparece la influencia de un director téc-
nico, luego el conocimiento, la adaptación y las condicionantes que posibilita la
geografía física de Valparaíso y, finalmente, la mediación de Estadio.
Los primeros treinta años de vida profesional de Santiago Wanderers estuvieron
marcados el entrenador argentino José “el gallego” Pérez . El sello distintivo del
director técnico argentino lo encontramos en su reconocimiento de la geografía
(5) | Manuel Díaz Omnes, Santiago Wande-rers. Biografía anecdótica de un club (Edi-ciones Stadium), capítulos 1, 2 y 3.
(6) | En Revista Sucesos de Valparaíso, N° 325, AÑO VII, noviembre de 1908; recorda-do posteriormente en nota de aniversario del club en Revista Los Sports de Santiago, N° 78, AÑO II, septiembre de 1924.
(7) | En revista Los Sports de abril de 1923 (AÑO I, NUM 6), de junio de 1925 (AÑO III, NUM 117), de enero de 1926 (AÑO III, NUM 151), de febrero de 1928 (AÑO V, NUM 259), de enero de 1930 (AÑO VII, NUM 357); y el número de la revista Don Severo de enero de 1934 (AÑO I, NUM 41).
(8)| José Pérez, como jugador de fútbol, defendió las camisetas de Platense, San Lorenzo, Racing Club de France Football y Ferrocarril Oeste. Llegó a Chile en 1948 para hacerse cargo de Badminton como director técnico. Su arribo a Valparaíso se produce un año más tarde, en 1949, para dirigir técnicamente a Santiago Wande-rers. Sin embargo el idilio con la ciudad comenzaría en su segundo periodo como DT (1956-1961) y se cristalizaría para la posteridad durante su tercer ciclo en 1968.
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Wanderers en Revista Estadio: Entre la invención del estilo y la reproducción del estereotipo del porteño portuario.
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|Revista Eltopo Junio- Julio 2015
porteña, donde el énfasis estuvo en la política de captación de jugadores en
los cerros de Valparaíso y la adaptación del juego al viento característico de
Playa Ancha, el cerro donde Wanderers ejerce su localía. El técnico argentino
-José Pérez-, realizó un trabajo de captación de jugadores provenientes de clu-
bes amateurs localizados en los cerros de la ciudad. Esta forma de trabajo es
relatada por ex integrantes del club porteño. En el documental El Wanderers de
Valparaíso de Patricio Muñoz, jugadores dirigidos por “el gallego” Pérez, como
Armando Tobar o Juan Olivares, señalan que esta política de captación buscaba
identificar al club con jugadores que vivieran en la ciudad. O dicho en otras pa-
labras, jugadores que tuviesen inscripto el territorio en sus disposiciones corpo-
rales (De Certeau, 2000): que subieran y bajaran escaleras, jugaran en canchas
de tierra desniveladas producto de las características topográficas de la ciudad,
o identificaran al estibador como un referente de masculinidad del mundo labo-
ral porteño.
El cerro, entendido como espacio y unidad paisajística de Valparaíso, cobra re-
levancia por varios motivos: la mayor parte de la población habita en esta zona
de la ciudad y estos son representados en base al esfuerzo y el sacrificio de sus
habitantes (Pino y Ojeda, 2013). Alicia Lindón (2009) ha señalado que el paisaje
es totalmente indisociable del cuerpo que lo ve y lo siente. Es más, el paisaje
puede ser un considerado como un espacio deseado, recordado, imaginado,
e incluso somatizado, adoptando una perspectiva de un sujeto espacialmente
concebido, en tanto cuerpo y sentimiento.
“Allí en los cerros, subiendo y bajando a la carrera, aspirando sal y yodo, enro-
jeciéndose al sol de las pichangas interminables se hizo fuerte y duro como las
rocas” (sobre Carlos Hoffens) (Revista Estadio n° 1023, p.41)
Entonces, más allá que no exista una técnica institucionalizada de inscripción
del territorio en el cuerpo como han ejemplificado Appadurai (1995) para el caso
de la circuncisión en los judíos, o Archetti (2008) sobre el imaginario argenti-
no territorializado en el “potrero”, la política de José Pérez pretendió encontrar
jugadores que en el día a día tuviesen incorporadas la ritualidad urbana de la
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
ciudad y, además, un sentimiento vinculante para con la ciudad y el habitar en
ella. En este sentido, el reconocimiento del viento característico de Valparaíso
fue un elemento que dio forma a la disposición del estilo de juego wanderino .
De esta manera, los estilos de juego se comprenden como representaciones de
formas de practicar el fútbol con alta carga simbólica, donde se expresan ciertos
estereotipos y valores de diversas escalas territoriales, como barrios, ciudades,
regiones y países (Archetti, 2008).
“Nosotros aprendimos a entrenar con el clima de Playa Ancha. A veces llovien-
do torrencialmente, estábamos entrenando en el Alejo Barrios. Chapoteando el
barro ahí, tirándonos al suelo. Aprendimos a explotar el viento. Nosotros jugá-
bamos mejor en contra del viento, que a favor” (Oscar Dubost – Documental El
Wanderers de Valparaíso, 2001)
La cita anterior pertenece al año 1964. Pero en números anteriores, como por
ejemplo el 266 de 1949 o el 421 de 1952, Estadio ya elaboraba una relación
que subsumía los estilos de juego a las imágenes urbanas de estos territorios
que los cobijaban bajo las frases “Wanderers es Valparaíso” y “Everton es Viña
del Mar”. El discurso periodístico de Estadio asimila que los estilos proceden de
las prácticas predominantes que se realizan en una y otra comuna. Estadio, edi-
tada en Santiago, introyecta una visión capitalina, sobre las representaciones,
imágenes y prácticas predominantes en Valparaíso y Viña del Mar. Por lo tanto
en la relación aparentemente causal entre territorio y estilo, Estadio asimiló una
imagen urbana para Viña del Mar y Valparaíso que es asumida como factor cau-
sal del estilo de cada uno de los equipos .
En el caso de la reproducción de estereotipos sobre el habitante porteño, resulta
interesante ilustrar a través de los ídolos, o jugadores más representativos. De
acuerdo a Santa Cruz (1996), los ídolos deportivos son comprendidos como per-
sonas que condensan las características más valoradas dentro de un territorio
o institución. El caso de Juan Olivares fructífero para entender como se ha ido
construyendo el imaginario wanderino. No sólo se advierten las diferencias de
las características de los estilos, si no que son asimilados y subsumidos a las
(9) | En el documental de Joris Ivens el viento fue considerado como uno de los cuatro elementos característicos de la ciu-dad. Ahora bien, sin la intención de interio-rizarnos en la geografía física de la ciudad, quien ha tenido la posibilidad de observar y transitar por distintos cerros de la ciudad podrá corroborar que Playa Ancha es el cerro donde el viento aparece cada tarde con una fuerza que no se advierte en otras zonas de la ciudad.
(10)| Sin embargo, la tipificación reali-zada sobre Wanderers necesariamente oculta que durante el siglo XX en Valpa-raíso persistió una elite “ociosa” (Urbina, 2002) y el crecimiento urbano e industrial de determinadas zonas de Viña del Mar necesariamente atrajeron mano de obra, construyéndose algunos emblemáticos ba-rrios obreros, como por ejemplo, Santa Inés (Castagneto, 2010).
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imágenes urbanas de ambas urbes , e incluso se crean estereotipos en base
a cómo están siendo pensadas las disposiciones y particularidades corporales
de los habitantes y jugadores de un club y otro. Lo interesante de este caso, así
como también podría ser el caso de Jorge Ormeño y Moisés Villarroel (también
viñamarinos), es que el ejercicio de recorte y selección con el que operan las
construcciones de las imágenes urbanas deja fuera de lo que entendemos como
Viña del Mar a sus cerros: Viña es playa, jardines, casino, ocio y modernización
constante. Por lo tanto no es sólo el barrio obrero de Santa Inés el cual queda
excluido de la imagen urbana de la ciudad, sino que es toda la época del auge
industrial de Viña y el poblamiento de los sectores populares como Achupallas,
Nueva Aurora o Santa Inés desde la década de 1930 en adelante (Castagneto,
2010), que quedan excluidos de la selección de la imagen urbana de Viña del
Mar. Por lo mismo la vinculación de Juan Olivares con lo porteño es rápida, sim-
ple y directa: Santa Inés se ubica en un cerro, es un barrio predominantemente
de trabajadores obreros, de casas elaboradas en base a la autoconstrucción
y de vecinos representados por el esfuerzo cotidiano que deben realizar para
subsistir económicamente (Santibáñez, 2000).
“Al respecto, uno no deja de ser curioso con lo que ocurre con los arqueros de
la costa. Uno, Adison Aguilar, rubio, elegante y muy alto como la propia Viña
del Mar. El otro, Juan Olivares, tez morena, pelo negro y jockey inclinado como
el muchacho inconfundible de cerro y de la dársena. Y ambos relativamente
menudos, pero sumamente ágiles, despiertos, casi felinos, eficientes” (Revista
Estadio n°1110, pp. 25).
Entendiendo que los imaginarios urbanos residen en determinados espacios
cualificando lugares (Lindón, 2007b), Santa Inés no logra contener el imagina-
rio viñamarino, sino que posee representaciones y características mucho más
asociadas al universo simbólico porteño. De hecho, cuando nuestros informan-
tes nombran la procedencia de Juan Olivares indican Santa Inés y no Viña del
Mar. Algo similar nos señalan al momento de caracterizar a uno de los actuales
integrantes del plantel wanderino: José Lafrentz. El arquero, hijo del actual pre-
sidente del club, es resistido por gran parte de los simpatizantes de Santiago
(11)| Para indagar en la imagen urbana de Viña del Mar signada por el balneario, el ocio y la “alta sociedad” se sugiere revisar Booth (2003) y Ejsmentewicz (2003). Por otro lado, para interiorizarse en la relación entre imágenes urbanas e imaginario se sugiere la revisión de Lacarrieu (2007).
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
Wanderers debido a la seguidilla de errores que se le atribuyen durante partidos
que el club porteño perdió en el campeonato clausura 2014. Varios de nuestros
informantes, nos señalan que “no es para Wanderers, porque tiene pinta de
jugador de Everton”, declaraciones totalmente decidoras puesto que actualizan
tipificaciones realizadas por Estadio hace más de cuatro décadas, demostrando
la forma cómo son representados los viñamarinos y cómo una determinada fiso-
nomía corporal y procedencia socioeconómica no logra hacer sintonía inmediata
con lo wanderino y lo porteño. Esta distinción establece límites imaginarios a tra-
vés de los estereotipos construidos sobre jugadores wanderinos y evertonianos.
Juan Olivares es viñamarino, pero según Estadio su fisonomía es porteña porque
no tiene pelo de tonalidad rubia, ni es elegante como el arquero viñamarino. De
hecho, y de acuerdo al estudio de Aguirre y Leal (2012), su fisonomía es análoga
a la de los estibadores del puerto de Valparaíso: moreno, fuerte y “choro” .
(12) | Gracias a una investigación reali-zada por Carlos Aguirre y Valentina Leal (2012) sobre la vida laboral de los estiba-dores cabe añadir algunas especificidades: su predominancia como figura pública en la vida urbana porteña de Valparaíso se ubica temporalmente entre la década de 1910 (recordemos que entre 1912 y 1930 se construye el puerto moderno) y la déca-da de 1980 (debido a la descomposición de la EMPORCHI y la modernización por-tuaria); fueron caracterizados como choros, machos, fornidos, mujeriegos, machistas y galantes; tuvieron una relación cercana con la muerte a causa de la cantidad de accidentes experimentados. Esto los llevó a vivir la vida de otro modo: aceptando su transitoriedad y fugacidad. Por los motivos anteriores se relacionó al estibador con la idea de un vividor, celebrador de la vida, apegado a lo presente pese a su esforzado trabajo.
(13)| El discurso de Julio Martínez puede revisarse en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=cHK_V0M-q_0
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El viejo y querido Wanderers: El imaginario patrimonial wanderino
El año 2007 el movimiento restauración verde, liderado por Carlos Bombal socio
de Santiago Wanderers, instó al municipio de Valparaíso, para que a través del
alcalde de aquella época, Aldo Cornejo, se reconociera al club Santiago Wande-
rers como parte del patrimonio inmaterial de la ciudad.
La solicitud que pretendía la patrimonialización de Wanderers tuvo su asidero en
la vorágine patrimonial desatada en la ciudad, a propósito de la denominación
UNESCO de una zona de Valparaíso, como patrimonio cultural de la humanidad
en el año 2003. No obstante, la condición patrimonial de Santiago Wanderers,
actualmente reconocida, tiene raíces anteriores. En el aniversario número cien
celebrado en 1992, año en que el club estuvo a punto de perder su categoría
de profesional, el periodista Julio Martínez realizó un sentido discurso articulado
en base a la necesidad de salvaguardar al club, debido a su condición histórica
y pionera en el fútbol chileno . Aquel discurso, en ningún momento rozó la pa-
labra patrimonio o algún derivado de ésta.
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Imagen 3: Mural Santiago Wanderers Patrimonio de Valparaíso.
Fuente: Elaboración propia. Mural ubicado en Plaza Waddington, Cerro Playa Ancha.
Nuestros informantes reconocen que el club porta un patrimonio, o posee dicha
condición. En este sentido, aseveran que el patrimonio wanderino es un patri-
monio distinto al de Valparaíso, reconociendo el carácter intangible o no físico
del patrimonio wanderino, y que éste reside en sus habitantes. De esta manera,
el principal significado nativo sobre lo patrimonial, es el reconocimiento y valo-
ración de un club viejo y tradicional que ha persistido al paso del tiempo: siendo
éste uno de sus mayores logros, motivo suficiente para considerar al club como
Al respecto, Criado-Boado y Barreiro han señalado que la consideración de un
bien, práctica, objeto u otra cuestión como patrimonial, establece una inevitable
ruptura entre el presente y el pasado, o dicho de otra manera, entre el contexto
pasado en que se produce el “bien” que hoy, actualmente, es valorado y apre-
ciado como patrimonio. Aquello sugiere que el patrimonio “sea en gran medida
un significante vacío que puede ser rellenado con cualquier significado” (Criado-
Boado y Barreiro, 2013; p.7). En este sentido, las denominaciones patrimonia-
les resultan, por no decir de otra manera, fatigosas, puesto que lo patrimonial
se erige como una nueva palabra incorporada en el lenguaje de determinados
grupos sociales, los cuales otorgan contenido con significados según cómo se
comprenda y qué posiciones se jueguen para definir “aquel” patrimonio.
WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
una institución que posee un valor tradicional tanto en el plano cultural de Val-
paraíso, como en el fútbol chileno.
Siguiendo a Arévalo (2004), la tradición es entendida como lo que ha logrado ser
transmitido desde el pasado, logrando reactualizarse en el presente. La tradi-
ción tiende a renovar el pasado, pero ésta se realiza desde un presente en mar-
cha, por lo tanto hay una dinámica, que no es inalterable. La tradición, entonces,
se transmite, pero cabe advertir que no todo lo que sobrevive del pasado es algo
tradicional. Esto requiere legitimación y continuidad. En este sentido, los grupos
sociales de determinadas comunidades definen qué es lo tradicional y qué no,
por lo tanto es un ejercicio de poder, entendiendo que se valoran determinadas
cuestiones del pasado en desmedro de otras. La tradición significa continuidad,
en tanto cada grupo social recrea su tradición en función de trayectorias y expe-
riencias colectivas (Lenclud, 1987).
La transmisión del sentimiento vinculante al club es uno de los componentes
resaltados por nuestros informantes como parte del patrimonio inmaterial wan-
derino. Ésta, se produce principalmente en la niñez, donde los padres inculcan a
sus hijos el cariño por el club. Esto significa la presencia de estrategias y prácti-
cas razonables para que las nuevas generaciones hereden el sentimiento por el
club, o dicho de otra forma, hereden la aprehensión y las herramientas para de-
codificar el símbolo y hacerlo suyo. Para esto se realiza un conjunto de prácticas
y acciones -ritualizadas- destinadas a heredar identidades y emocionalidades .
El por qué de la transmisión generacional de los significados de Wanderers
guarda relación con salvaguardar una tradición que adopta forma de mandato,
donde, quienes nacen en Valparaíso necesariamente deben apoyar al club que
representa a la ciudad.
“El equipo nació aquí, toda la gente era más familiar no es cierto, ahí los mismos
niños cuando iban al estadio, porque era un parque, iban a almorzar y des-
pués se iban al estadio, así que eso les quedó a los niños, después ellos fueron
padres, es como una herencia genética, los que nacen en Valparaíso nacen
wanderinos” [Lourdes (65 años), habitante de Valparaíso e hincha de Santiago
Wanderers].
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(14)| Al respecto, sostiene que las estra-tegias “corresponden a conjuntos de ac-ciones ordenadas en procura de objetivos más o menos a largo plazo y no necesa-riamente planteados como tales, que los miembros de un colectivo producen” (Bou-rdieu, 2012; p.34).
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“La historia que hace la gente desde el niño chico al taita que va con su radio
apoyando al wanderito. Mi hijo tiene que ser wanderino porque nació en Valpa-
raíso. Es una tradición que no se puede romper porque como dijo Julio Martínez
solo los porteños podemos salvar a wanderito, nadie más, entonces si tu hijo es
porteño tiene que ser wanderino” [Diego (24 años), habitante de Valparaíso e
hincha de Santiago Wanderers]
Esto es interesante porque dentro de esta “estrategia madre” que supone que
los hijos e hijas de padres wanderinos deben ser wanderinos, se cometen un
conjunto de prácticas para tal misión: regalar indumentaria u objetos que ten-
gan motivos wanderinos, llevar a los hijos al estadio, cantar canciones alusivas
a Wanderers, inculcar los significados que ha producido al club y la noción de
representatividad de un nosotros porteño . Esta estrategia intenta perpetuar la
transmisión de una identidad porteña, de la cual Wanderers es símbolo masivo
y popular. De acuerdo a Anderson (2002), transmitir identidad es transmitir res-
puestas sobre quién soy y quiénes somos, a través de la entrega de elementos
tales como símbolos, creencias, representaciones, etc., que pertenecen a gru-
pos sociales que adoptan la forma de comunidad imaginada.
Como señalan nuestros informantes, lo que se transmite es un sentimiento ha-
cia un club de fútbol que es representativo de quienes habitan o han nacido en
una porción de territorio chileno: Valparaíso. Para nuestros informantes lo que
está presente en la institución wanderina es Valparaíso, una retórica que explica
a Wanderers constantemente desde Valparaíso y viceversa.
Dado que estamos en presencia de una construcción identitaria que tiende a ho-
mologar al club con la comuna, encontramos algunos problemas: si Wanderers
es todo lo que es Valparaíso y Valparaíso es todo lo que es Wanderers ¿dónde
situamos dentro o en relación a Wanderers los ámbitos universitario y turístico
de la ciudad? Valparaíso, en tanto reificado como imagen vendible, o como bino-
mio universitario (junto a Viña del Mar), propone un cúmulo de representaciones
y narrativas que no necesariamente están contenidos en Wanderers. Dicho de
manera más simple: Santiago Wanderers no está contenido en el Área Universi-
(15) | Además de la lectura de los fragmen-tos de nuestros informantes, esto también se puede apreciar en la gama de capítulos del programa televisivo “La Vida en Verde”, donde hay secciones que muestran a pa-dres y/o hijos contando cómo se hicieron wanderinos.
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
taria de Avenida Errázuriz, ni en el restaurant Sabor Color de calle Templemann
en Cerro Concepción, ni en el Paseo Atkinson, ni en el Palacio Baburizza, sólo por
mencionar ejemplos que ilustran lo universitario y lo turístico en la ciudad. Por lo
tanto, tomando en consideración a nuestras fuentes wanderinas y no wanderi-
nas podemos establecer que el Valparaíso homologado a Wanderers oscila entre
representaciones de la ciudad cercanas a la nostalgia del pasado y la de habi-
tantes localizados en cerros “cien por ciento porteños”, representados en su día
a día por su sacrificio cotidiano. Este vendría a ser el Valparaíso de Wanderers:
“Yo creo que somos del Wanderers porque nacimos en esta ciudad y porque nos
sentimos representados por un club que tiene un arraigo especial. Valparaíso
se asocia mucho con el Wanderers, no solamente porque es el equipo de futbol
de Valparaíso, tan bien se asocia un poco con la misma historia del Wanderers,
que ha sido una historia de gente sufrida, de sacrificio, una historia de esfuerzo”
[Lourdes (65 años), hincha de Santiago Wanderers y habitante de Valparaíso].
Desde la perspectiva nativa, nuestros informantes indican que la institución
wanderina forma parte de los elementos que han distinguido a Valparaíso, otor-
gándole argumentos para sellar la identidad porteña en torno a las caracterís-
ticas resaltadas de sus habitantes (sufrimiento, esfuerzo, choreza); todo esto
contenido y homologado al plano futbolístico: Santiago Wanderers. La mirada
nativa es realmente clarificadora porque para los y las porteñas, nacer dentro
de Valparaíso y ser wanderino, se convierte en un sello distintivo. Para esto hay
que aclarar algo no menos relevante: la lógica de pertenencia de ser o no ser
wanderino tiene más relación con la instauración de una bandera de distinción
e identidad que con la atención total sobre la actualidad deportivo y/o política
del club.
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Reflexiones finales
En primer punto resulta relevante hacer una consideración en términos meto-
dológicos; entendiendo que la investigación se enmarca dentro del área que
podemos denominar como Estudios Urbanos, se debe resaltar la consideración
de distintas técnicas de producción de datos, así como la contribución espe-
cífica que las disciplinas involucradas en esta área logran efectuar. En este
sentido, se analizaron los imaginarios urbanos de Valparaíso a través de San-
tiago Wanderers mediante técnicas móviles, documentales y orales, las cuales
permitieron dar cuenta de la localización de significantes en el espacio urbano
mediante observación y deriva, trazar la relación entre Wanderers y Valparaíso
desde 1892 a la actualidad mediante el análisis de registros documentales
y audiovisuales, y articular narrativas centradas en la relación entre fútbol y
ciudad a través de la consecución de datos orales que recordaban, postulaban,
relacionaban y proyectaban. A su vez, bajo las nociones de espacio (desde la
Geografía), de temporalidad y larga duración (desde la Historiografía), de sím-
bolo, ritual y arena (desde la Antropología) y de espacio social y relacionalidad
(desde la Sociología), se logró conjeturar un objeto de estudio desde un comien-
zo se pensó como transdisciplinario.
Las representaciones revisadas que constituyen los dos imaginarios expues-
tos dan cuenta de esquemas de clasificación y tramas de significados que nos
muestran cómo se está comprendiendo el habitar Valparaíso, y cómo, en clave
patrimonial, hay determinados bienes simbólicos traspasados generacional-
mente que portan un sentidos y significados sobre un estilo de vida. Dado que
Wanderers articula uno de los capitales simbólicos de Valparaíso denso, dada
su masividad, popularidad y porque como todo símbolo une, distingue, otorga
reconocimiento, polariza y activa el polo emotivo (Melgar, 2001), logra exhibir
y dotar de valor positivo esta identidad porteña que se imagina homologada:
Valparaíso es Wanderers y Wanderers es Valparaíso. Dicho de otra manera,
se reconoce y resalta en porteños y porteñas propiedades valorizadas como el
esfuerzo, el sacrificio y la choreza. De éstas, en tanto valorizadas, se distinguen
y son distinguidos de otros valiéndose de una frontera identitaria que acordona
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WANDERERS Y VALPARAÍSO:Fútbol, imaginarios y cultura urbana en el puerto principal
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Ahora bien, entendiendo las actuales vocaciones universitarias y turísticas de
la ciudad revisten la proyección de imágenes y representaciones de la ciudad, y
comprendiendo que Wanderers es un emblema que comunica “un” Valparaíso,
las preguntas por cómo se encuentra configurada la disputa por el reconoci-
miento de la ciudad, y bajo qué tipo de relación se encuentran las representa-
ciones ancladas a posiciones diversas y asimétricas, resultan pertinentes para
continuar desarrollando objetos de estudio que pongan en relación a la cultura,
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