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0 BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA ______________________________________ Facultad de Filosofía y Letras TESIS Rita Cetina Gutiérrez: de sus manuscritos sobre poesía a su escritura narrativa. Edición anotada. PARA OBTENER EL GRADO DE: DOCTORA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA PRESENTA: Mtra. Claudia Adriana López Ramírez DIRECTORA DE TESIS DRA. ALICIA VERÓNICA RAMÍREZ OLIVARES PUEBLA, PUEBLA JULIO DE 2017

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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD

AUTÓNOMA DE PUEBLA

______________________________________

Facultad de Filosofía y Letras

TESIS

Rita Cetina Gutiérrez: de sus manuscritos sobre poesía a su escritura narrativa. Edición anotada.

PARA OBTENER EL GRADO DE:

DOCTORA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA

PRESENTA:

Mtra. Claudia Adriana López Ramírez

DIRECTORA DE TESIS

DRA. ALICIA VERÓNICA RAMÍREZ OLIVARES

PUEBLA, PUEBLA JULIO DE 2017

1

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………………………..……………4

I. MIRADA HISTÓRICA.

1.1 Rita Cetina en la literatura decimonónica………………………………………………………….………17

1.2 El proyecto literario de la nación del siglo decimonono…………………………………………….19

1.2.1 El papel de las asociaciones literarias del siglo XIX………………………………………20

1.2.2 Altamirano y su patria…………………………………………………………………………………23

1.2.3 Las veladas literarias de Altamirano……………….……………………………………………25

1.2.4 La revista literaria El Renacimiento y el “renacer” de la mujer en las letras

decimonónicas…………………………………………………………………………………………………………………29

1.3 El proyecto literario en Yucatán en el siglo XIX………………………………………………………….34

1.3.1 Las asociaciones literarias en Yucatán…………………………………………….……………36

1.3.2 Las veladas literarias en Yucatán………………………………………………….………………41

1.3.3. La Revista de Mérida………………………………………………………………………………….43

II. RITA CETINA GUTIÉRREZ. ENTRE LA ESCRITURA Y LA EDUCACIÓN

2.1 Rita Cetina, su tiempo y espacio………………………………………….……………………………………51

2.2 La Biblioteca de Señoritas y sus colaboradoras…………………………………………….….……….64

2.3 La Siempreviva. Sociedad, escuela y revista……………………………………………………….……77

2

2.4 El Instituto Literario de Niñas y el legado de Rita Cetina…………………………………………93

III. LA NARRATIVA DE RITA CETINA GUTIÉRREZ EN LA REVISTA LA SIEMPREVIVA

3.1 El discurso femenino en Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez………………....107

3.2 Las “novelitas”, la lectura preferida por la mujer decimonónica……………………………109

3.3 Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez………………….........………………………………112

3.4 El discurso femenino en Cuento del mar…………………………………………………………………130

3.5 Rita Cetina Gutiérrez y sus ensayos…………………………………………………………………………141

3.6 BIEN POR ELLOS! Un artículo de Rita Cetina Gutiérrez.…………………………………………..156

IV. RITA CETINA GUTIÉRREZ Y SU OBRA POÉTICA. MANUSCRITO AUTÓGRAFO. EDICIÓN

ANOTADA Y/O COMENTADA.

4.1 Estudio general introductorio……………………………………..,……………………………………….…163

4.2 Análisis documental del códex…………………………………………………………………………………167

4.3 Contenido del Manuscrito Autógrafo de Rita Cetina Gutiérrez, Nombre y fecha de las

composiciones……………………….………………………………………………………………………………………171

4.4 Edición anotada y/o comentada del Manuscrito autógrafo………………….…………………173

3

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………….……………………….…..265

UBICACIÓN DE LA OBRA LITERARIA DE RITA CETINA GUTIÉRREZ…………………...…………..271

BIBLIOGRAFIA....................................................................................................................272

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo nace a partir de mi gran vocación y gusto por la investigación, además

siguiendo las recomendaciones indirectas que investigadoras e investigadores reconocidos

y consolidados han anotado en sus obras. Tal es caso de lo que Lilia Granillo Vázquez

apunta en su libro Escribir como mujer entre hombres: “Vaya siempre a las bibliotecas y

archivos por donde ande, a ver qué encuentra” (GRANILLO 2010, 16). Palabras que su

“padre literario”, como ella llama a Luis Mario Schneider, le dijo a la investigadora.

Así, pues basándonos en el interés por la búsqueda y rescate de escritura

femenina hasta hoy invisibilizada, hallamos una veta valiosísima en el Archivo General de

Yucatán: la obra poética de Rita Rosaura Zetina Gutiérrez, nombre completo y original de

la escritora que, entre cosas, pudimos descubrir en esta búsqueda casi de carácter

arqueológico, ya que hemos rastreado hasta en lo más recóndito de bibliografía y

archivos, aspectos que pudieran aportar y enriquecer nuestro proyecto, dado que es muy

escasa y escueta la información y estudios realizados sobre Rita como escritora. De esta

manera, a esta voz olvidada y presencia invisibilizada, dedicamos vasto tiempo y esfuerzo

4

por recabar y obtener mayores datos sobre esta destacada mujer nacida un 22 de mayo

de 1847.

Este proyecto pudo realizarse y se enriqueció, además del tiempo dedicado al

hallazgo, gracias a dos estancias de investigación en su natal Mérida, Yucatán, donde el

apoyo siempre fue generoso en los lugares recurridos, como es la Biblioteca Yucatanense,

el mismo Archivo General de Yucatán, La Casa de la Educación, la Biblioteca Carlos R.

Menéndez, la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, por

mencionar algunos. Y por supuesto de la Dra. Celia Esperanza Rosado Avilés, directora de

la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán, quien sin

su atinada orientación difícilmente hubiera obtenido los resultados que ahora presento.

Asimismo agradezco las pertinentes observaciones a este trabajo, ya que desde su

perspectiva de lo regional, logré ver las cosas desde otra arista.

Con gran satisfacción, en seguida presento las causas y razones de esta

investigación, no sin antes reconocer y agradecer a la Dra. Alicia Verónica Ramírez

Olivares, quien desde el primer momento “creyó” en mi propuesta y que hasta ahora no

ha soltado mi mano para guiarme y dirigirme con su experiencia en los estudios de

escritura de mujeres y sobre todo por su gran calidad humana que la distingue.

Al inicio del desarrollo de este trabajo, mi lente feminista se encontraba un tanto

cuanto opaca para distinguir el papel que jugó y logró mi escritora (como yo le llamo a Rita

Cetina) tanto en su hacer como en su decir (plasmado en su obra, claro está), pues hasta

entonces no había hecho consciente que el estar en un contexto eminentemente

androcéntrico me la había nublado, impidiéndome reconocer cómo Cetina había

trastocado y transgredido dicho contexto. Por lo que, presento mi reconocimiento a la

Dra. María del Carmen García Aguilar, quien a través de sus lecciones en los Seminarios de

Teoría y Crítica de los Estudios de Género y su gran experiencia en este tenor, cambió mi

perspectiva tanto en el tema tratado como en aspectos personales.

Agradezco infinitamente a la Dra. Lilia del Carmen Granillo Vázquez y a la Dra.

Milagro Martín Clavijo, su generosidad y apoyo para leer este trabajo y en espera de sus

5

comentarios, que serán muy valiosos; prosigo a presentar mis resultados de este arduo

trabajo de investigación.

El porqué y para qué de este trabajo de investigación.

“Con naturalidad sospechosa, el recuento de la expresividad

femenina en nuestro país pasa de Sor Juana a María Enriqueta, del Primero sueño a

Rosas de la infancia…”

Granillo Vázquez Lilia del Carmen en

Escribir como mujer entre hombres UAM, 2010

Como punto de partida para desarrollar nuestro proyecto de investigación, nos dimos

a la tarea de revisar fuentes documentales y bibliográficas para poder ubicar el estado

actual de nuestro tema. Lo que podemos decir al respecto parte, precisamente, del

epígrafe con el que hemos comenzado este apartado. Granillo Vázquez nos plantea en

Escribir como mujer entre hombres que “las historias literarias mexicanas escritas en el

siglo XX suelen desconocer a las mujeres escritoras. Acaso proporcionan un estudio

amplio acerca de Sor Juana Inés de la Cruz como bastión de la escritura colonial y omiten

toda mención de la escritura femenina del México del siglo XIX” (GRANILLO 2010, 19). Sin

embargo, aunque hoy día se ha otorgado una gran importancia a realizar estudios e

investigaciones sobre la letra femenina hay un gran salto desde los estudios de Sor Juana

hasta el siglo XX, quedando grandes lagunas durante estos siglos.

José María Vigil realiza una Antología de poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y

XIX en 1893 muy interesante y abarcadora, sin embargo sin ningún análisis de carácter

6

literario. Lilia Granillo Vázquez en Escribir como mujer entre hombres aporta a la historia

literaria del siglo XIX, la destacada contribución de las mujeres al romanticismo poético

mexicano, así como su reconocimiento y prestigio dentro de los espacios literarios

masculinos de entonces. Ana Rosa Domenella en las Voces Olvidadas rescata las obras de

escritoras nacidas en el siglo XIX en México, ofreciendo la posibilidad de acercarse a una

serie de “voces femeninas” tales como Laura Méndez de Cuenca, Laureana Wright y María

Enriqueta Camarillo. Susan Gubar en La loca del desván ofrece un estudio de grandes

autoras del siglo XIX en el mundo, siendo su mayor aportación la propuesta de teoría

literaria femenina. Las desobedientes. Mujeres de nuestra América recoge biografías que

rescatan el acontecer histórico y el quehacer de mujeres hispanoamericanas que

marcaron su momento y su medio por haberse enfrentado a las reglas establecidas o a las

injusticias sociales que las marginaban. Otro texto de reciente publicación (marzo del

2013) es Reflexiones en torno a la escritura femenina, el cual sirve de referente en los

estudios más actuales de escritoras mexicanas que van desde Sor Juana Inés de la Cruz

hasta Cándida Elizabeth Vivero Martín, una de las narradoras mexicanas de principios del

siglo XXI. Hemos citado estos trabajos porque es fundamental hacer notar el estado en

el que se encuentra nuestro objeto de estudio, a partir del rastreo de las fuentes

documentales existentes hasta el momento, llegamos a la conclusión que hasta esta

presente investigación, la obra literaria de Rita no se le había dado tratamiento de

ninguna índole, por lo que enseguida procederemos a exponer nuestros objetivos

alcanzados y las aportaciones que hemos brindado.

7

En el ámbito de lo literario, a Rita Cetina Gutiérrez, la ubicamos en la constelación

de escritores que contribuyeron a conformar las Letras Patrias considerada la última etapa

romántica. Sin embargo, hasta nuestros estudios no se le había reconocido y conocido

como una de las escritoras fundacionales del siglo XIX y que de la misma manera forma

parte de las mujeres que integran la literatura femenina en México e Hispanoamérica1. El

gran mérito de Rita es que a pesar de que en un principio tuvo que asirse de la paternidad

literaria, como muchas de su género, posteriormente tomó las riendas de sus propios

proyectos y así marcar la brecha no sólo para ella, sino para toda mujer interesada en

tomar la pluma que si no le fue negada, fue cubierta con el velo de la invisibilización. Lilia

Granillo anota lo siguiente: “Resulta obvio que algunos diarios no favorecían la difusión de

la poesía femenina, y que otros abrían y cerraban sus puertas sin más explicaciones”

(Granillo 2010, 30). Aún en la actualidad, Rita Cetina Gutiérrez había sido una voz

olvidada, había sido una mujer que a pesar del gran papel que jugó en su tiempo

histórico, sólo había tenido tres momentos de notable reconocimiento: El primero de ellos

fue a los 17 años cuando incursionó en el mundo público con participaciones que le

permitieron mostrar sus primeros escritos, los cuales marcarían el inicio de su vasta

producción literaria cuyo mejor medio de expresión fue la revista La Siempreviva. Pese a

que en 1893, José María Vigil incluye a Cetina con un poema en su Antología de Poetisas

Mexicanas otorgándole de alguna manera la aprobación de la institución masculina, no

fue tan relevante como el que se da en el momento de su muerte cuando Rodolfo

1 Lilia Granillo nos dice: “Parece que la historia y la crítica de la literatura mexicana, atentas al desarrollo de la expresión masculina, se han ocupado solamente de la femenina como evidencia de la supremacía y continuidad de la masculina; de seguir así continuarán olvidando dotar de su especificidad y reconocimiento a la expresión de la mitad del universo poético. El olvido es evidente inclusivo en historiadores varones, afortunadamente, más de uno comienza ya a recuperar la memoria borrada” (GRANILLO 2010,43).

8

Menéndez de la Peña tiene el encargo de realizar su biografía como un homenaje

póstumo a tan brillante mujer, marcando el segundo momento de relevancia. Sin

embargo, la Rita Cetina que él nos muestra la limita a los roles tradicionales de mujer

sacrificada y abnegada que supo llevar a cuestas su papel de educadora, dándose tiempo

para tocar las cuerdas de la “lira literaria”. A partir de ahí hay un siglo de silencio, pues su

labor y colaboración en la revista La Siempreviva son reconocidas al realizar una edición

facsimilar en 2010 como una aportación al Bicentenario de la Revolución de

Independencia y el Centenario de la Revolución Social Mexicana, siendo este el tercer

momento.

Por estas razones, el objetivo primordial de esta tesis doctoral es el rescate y

acercamiento a su obra literaria, impactando de esta manera en los estudios de la

literatura femenina del siglo XIX, tanto en México como en Hispanoamérica. Resulta

necesario explicar lo anterior, ya en un inicio nuestra finalidad partió de realizar una

edición, primeramente paleográfica para después llevar a cabo una edición anotada y/o

comentada de su manuscrito autógrafo inédito, el cual está conformado por 39

composiciones y que por su estructura bien puede considerarse un poemario2 y que hasta

nuestros estudios había permanecido en la oscuridad de los repositorios del archivo. Sin

embargo, durante el desarrollo de esta investigación, al profundizar en sus escritos,

encontramos que Rita Cetina no sólo se distinguió como poeta, también desarrolló la

narrativa (una novela, cuentos, ensayos breves, fábulas, entre otros) haciéndola una

escritora completa, por lo que no desaprovechamos la oportunidad de plasmar en este

2 En este momento, no nos detendremos a describir y/o explicar lo concerniente al manuscrito, ya que en el capítulo cuarto de esta tesis doctoral le daremos el tratamiento pertinente.

9

trabajo, el análisis de una gran parte de su obra narrativa: la novela corta Julia, uno de sus

cuentos titulado Cuento del mar, algunos ensayos y finalmente un artículo; publicados en

la revista La Siempreviva. Reiteramos que la perspectiva crítica para el análisis de la

narrativa de Rita Cetina, la precisaremos en su momento, dadas las particularidades de

los textos.

Hemos organizado esta tesis doctoral de tal manera que en cada capítulo se logren

nuestros objetivos planteados. Así pues, en la breve explicación del contenido de éstos,

que a continuación presentamos, haremos énfasis de ellos. Nuestra investigación está

conformada por cuatro capítulos, el primero de ellos, titulado “Mirada Histórica”, tiene un

sentido introductorio, es decir, nos interesa presentar los antecedentes inmediatos de la

escritura de Rita Cetina, por lo consiguiente, requerimos conocer el momento histórico de

su producción literaria; ya que nuestro objetivo principal es visibilizar y promover su

escritura con el fin de contribuir a los estudios de la literatura del siglo XIX. En primera

instancia en este capítulo, ubicamos a nuestra escritora en el momento literario en que

ella se desenvuelve enfocando nuestra mirada histórica al proyecto nacional de Ignacio

Manuel Altamirano, pues aquí, encontramos fundamentalmente la intención de su

escritura y visión literaria de Cetina.

La intención del segundo capítulo -“Rita Cetina Gutiérrez, entre la escritura y la

educación” reconfigurar y actualizar su biografía a partir de lo que se ha publicado hasta

hoy sobre la escritora meridana, enriquecerla con los datos recabados en nuestras propias

investigaciones en archivos y fondos antiguos, así como a través de una selección de su

escritura, acercarnos a su pensar y hacer. Asimismo, presentar a la mujer pionera de la

10

educación en Yucatán, que sin ser una feminista radical permeó en el pensamiento de

aquellas que tuvieron contacto con ella, ya sea como colaboradoras, amigas, lectoras o

alumnas; abriéndoles la puerta al conocimiento, a la participación activa y a la

emancipación de la mujer. Una Rita Cetina, integral donde su vida y su producción literaria

se entrelazan. Así de acuerdo al tiempo y espacio de la escritora meridana, expondremos

sus primeras participaciones en el ámbito literario y en publicaciones como la Biblioteca

de Señoritas, la Revista de Mérida, etc. Posteriormente la relacionaremos con sus

contemporáneas, Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán de García Montero, mujeres

que unieron esfuerzos para lograr grandes objetivos, destacando el fomento a la

escritura femenina. Con el fervor patriótico y la influencia de los sucesos del centro del

país, provocaron el surgimiento de espacios de expresión donde la mujer pudiera probar

su pluma, siendo el mejor medio las revistas. Por lo consiguiente, Rita Cetina Gutiérrez

fundó una revista escrita por mujeres para mujeres, “La Siempreviva”, cuyo contenido fue

tomado con gran ánimo entre el público femenino. Esta publicación surge como

consecuencia de la creación de una sociedad que llevaba el mismo nombre; el interés y

colaboración de ellas se hacía cada vez mayor; por lo tanto aunado a estos proyectos se

desarrolla el educativo, donde educar a la mujer tiene un papel preponderante. La labor

docente, de alguna manera resultaba una extensión del papel materno. Así que, se le

encomienda una tarea más a la maestra, fundar una escuela para niñas de escasos

recursos, completando así la tríada, La Siempreviva, tema que se abordará en este

capítulo. El Instituto Literario de Niñas, del mismo modo resultó ser fuente del

conocimiento y semillero de muchas mujeres que más adelante continuarán y

11

desarrollarán lo que Rita les inculcó como directora y maestra, creando un gran legado.

Así, un aporte del hacer de Rita Cetina, especialmente el ser pionera de la educación y el

feminismo en México, se vio reflejado en los logros de sus discípulas; algunas de ellas

formaron el Primer Congreso Feminista de México en 1916, siendo su natal Yucatán sede

del mismo, asunto que también hemos anotado.

El tercer capítulo tiene por objetivo mostrar cómo Rita Cetina “prueba la pluma”

en el género narrativo lo cual la lleva a ser una de las primeras mujeres que escriben

novela y a formar parte de esa “locura” que llevó a las escritoras de nuestro país y de

otras regiones a conformar la imaginación literaria femenina del siglo XIX. Por lo que en

primer lugar, analizaremos en Julia, haciendo énfasis en lo que la caracteriza como

novela y posteriormente los elementos femeninos que la distinguen. Posteriormente,

revisaremos Cuento del mar, bajo la misma perspectiva, es decir, desde el discurso

femenino y, por último, dos de los cinco ensayos y un artículo publicados en la revista. El

criterio de selección de éstos se basó en los textos que nos permitieran distinguir y

resaltar además del discurso femenino, ciertos elementos que trastocaron el discurso de

lo masculino, haciendo que la escritura de Rita Cetina despertara en otras mujeres una

conciencia feminista y que años más adelante, su legado se transformaría en acciones

concretas y definitivas en beneficio no sólo de la mujer yucateca, sino de la misma mujer

mexicana. En el momento del análisis de cada texto, indicaremos la perspectiva crítica que

tomamos en cuenta para el estudio respectivo.

En esta última parte, correspondiente al capítulo cuarto, titulado “Rita Cetina

Gutiérrez y su obra poética. Manuscrito autógrafo. Edición anotada y/o comentada”,

12

trataremos el manuscrito original autógrafo de Rita Cetina Gutiérrez: un poemario que,

hasta ahora, había permanecido inédito, lo cual representa nuestra mayor aportación.

Aunque llevamos a cabo el análisis de su obra narrativa -que incluye la novela, Julia, sus

cuentos y ensayos, contribuyendo con esto a divulgar esta parte desconocida y que ahora

nos acerca a una escritora completa en términos literarios- consideramos que esto

significa un gran logro de nuestra parte y una gran satisfacción, ya que a partir de

nuestros estudios, la obra poética de Cetina además de abandonar la obscuridad de los

repositorios será conocida y reconocida otorgándole la importancia y el lugar que debe y

necesita ocupar tanto en la literatura femenina como en la literatura mexicana e

hispanoamericana. En palabras de Lilia Granillo: “una expresión poética femenina cuya

existencia ha sido ignorada por la historia de la literatura mexicana actual” (Granillo 2010:

341). Realizamos una edición, en primer lugar, paleográfica (transcripción modernizada)

para posteriormente presentar una edición de rescate, pues procuramos la conservación

de la obra en tanto que no ha tenido la atención editorial hasta hoy. Podemos

considerarla, de igual manera, una edición anotada con la intención de proporcionar una

acercamiento más completo, de tal forma que caben aquí los adjetivos accesible y

asequible porque a pie de las composiciones de Rita Cetina agregamos anotaciones que

orientan la lectura y ofrecen datos mayores con lo que se pretende sea punto de

referencia para otros estudios y/o investigaciones. Por lo que es pertinente aclarar, no se

trata de un análisis literario.

13

Después de mostrar grosso modo el contenido de nuestra tesis doctoral,

pasaremos a la primera parte de ella, con el deseo de lograr que al final de su lectura se

hayan cumplido y cubierto nuestras expectativas y las de nuestras lectoras.

14

I. Mirada Histórica

Bendito sea el cambio porque a causa de él, la literatura abrió paso al progreso, o más bien dicho, lo dio a luz, porque en ella habían venido encerrados los gérmenes de las

grandes ideas”

Ignacio Manuel Altamirano en Revistas Literarias

El epígrafe, de alguna manera, nos muestra la situación de la literatura de las últimas

décadas del siglo XIX, tanto en México y principalmente en Yucatán. Incluir en este

apartado el pensamiento de Ignacio Manuel Altamirano, aclaramos, no es con una

intención de marcar un tinte de subordinación de la escritura femenina en el proyecto del

“presidente de las letras” llamado así en su momento. Por el contrario, es nuestra

intención hacer notar que la mujer escritora formaba parte de ese proyecto nacional y

que colaboraba tan atinada y fructíferamente como los hombres escritores de finales del

siglo decimonono. Por esta razón, este capítulo tiene un sentido introductorio, es decir,

nos interesa presentar los antecedentes inmediatos de la escritura de Rita Cetina, por lo

consiguiente, requerimos conocer el momento histórico de su producción literaria; ya que

nuestro objetivo principal es visibilizar y promover su escritura con el fin de contribuir a

los estudios de la literatura del siglo XIX.

En primera instancia en este capítulo, ubicamos a nuestra escritora en el momento

literario en que ella se desenvuelve enfocando nuestra mirada histórica al proyecto

nacional de Ignacio Manuel Altamirano, pues aquí, encontramos fundamentalmente la

intención de su escritura y visión literaria de Rita Cetina.

15

Trataremos enseguida el papel que juegan las asociaciones literarias que se

desarrollan en el siglo decimonono. Definitivamente estas agrupaciones resultan de suma

trascendencia para la confirmación de las letras patrias, ya que Altamirano decide asirse

de ellas para formar y forjar un semillero de escritoras y escritores como partícipes de la

formación de la literatura mexicana después de la República Restaurada.

Por consiguiente abordaremos aquellas acciones que él promueve para reconstruir

la literatura nacional, así mostramos la finalidad y función de las veladas literarias, cuyo

eco se eleva hasta las tierras yucatecas, llegando a ser un elemento de suma importancia

para la conformación de sus letras, donde Cetina tiene una participación proactiva y

activa.

Es imprescindible hablar del exitoso resultado de las Veladas Literarias de

Altamirano ya que fueron el origen de dos revistas: Revistas Literarias, donde hace una

crónica de las doce reuniones llevadas a cabo en casa de los poetas y escritores, y El

Renacimiento cuyo título no es fortuito, pues precisamente en esta revista se pretende

renacer la labor literaria y periodística encaminadas a la renovación y reconstrucción de

las letras nacionales. En su búsqueda por convocar a la unidad, atenuar las diferencias

ideológicas y fomentar la conciliación, la participación de escritores y escritoras yucatecos

no se hizo esperar y vemos en este espacio colaboraciones de Justo Sierra O´Really,

Crescencio Carrillo, Gertrudis Tenorio y por supuesto de Rita Cetina.

Desde luego que la iniciativa de Ignacio Manuel Altamirano tuvo resonancia hasta

la península de Yucatán; inclusive él mismo lo expresa en la despedida del Renacimiento,

16

el cual ve con buenos ojos que el pueblo yucateco se incorpore y desarrolle su proyecto,

forjando uno propio con las bases sentadas en el centro del país. Por esta razón en los

siguientes puntos de nuestro capítulo abordaremos el proyecto literario en Yucatán en el

siglo XIX, acercándonos a las asociaciones literarias que se formaron con intenciones

similares a las del centro del país con las particularidades que sus necesidades les

demandaron. La creación de reuniones homónimas a las de Altamirano, las veladas

literarias, tienen un espacio de estudio en este capítulo; ya que a diferencia de las creadas

por el presidente de la República de las Letras, se llevaron a cabo con la finalidad de

compartir sus conocimientos e intereses literarios con la idea de forjar y formar los

cimientos de una literatura yucateca y de insertarse de esta manera en las letras

nacionales.

Reconocemos que en Yucatán se produjeron varias publicaciones en las últimas

décadas del siglo XIX, sin embargo otorgamos una especial atención e interés a la Revista

de Mérida cuya función y finalidad no se alejó de la revista El Renacimiento de

Altamirano, pues sus lineamientos cubrían las necesidades de las y los escritores

yucatecos interesados en la conformación de su propia literatura. Además es interesante

mostrar como la presencia de las mujeres cada vez es mayor, lo que les permite a ellas,

incluyendo a Rita Cetina, defi

nir cuál es su intención al incorporarse en el ámbito de las letras, entre otros.

Así al presentar grosso modo el contenido de este capítulo, nos permite pasar al

desarrollo del mismo, iniciando por ubicar a nuestra escritora en la literatura del siglo XIX;

17

éstos sólo son datos introductorios ya que el segundo capítulo aborda de manera amplia y

completa su aportación e importancia de nuestra escritora en el siglo decimonono.

1.1 Rita Cetina en la literatura decimonónica

“Tú que cantas más dulce que las aves, Tierna poetisa de la patria mía,

Más que el suspiro de las auras suaves Es el acento que tu voz me envía”.

Palabras de Gertrudis Zavala a Rita Cetina

Al ubicar a Rita Cetina3, no solo en la literatura mexicana sino en la misma

literatura yucateca como una escritora del grupo fundacional de la misma,

necesariamente tenemos que recurrir al promotor y conformador de las letras nacionales,

Ignacio Manuel Altamirano. Es decir, para hablar de Rita tanto como escritora y como

educadora, no podemos dejar de lado la importancia que tuvo el proyecto nacional que

propuso y promovió el llamado presidente de la República de las Letras que incluyó a la

literatura y a la educación, puntos clave para su desarrollo. Sin embargo, para tener un

contexto vasto y completo, consideramos necesario volver la mirada atrás para dejar más

claro el papel que jugó éste reconocido maestro, literato y diplomático.

3 Es necesario aclarar que no presentaremos datos biográficos de nuestra autora, ya que en el siguiente capítulo profundizaremos en el ser y hacer de Rita Cetina.

18

Las últimas décadas del siglo XIX aparecen como el momento histórico de Rita

Cetina Gutiérrez. Nuestra escritora pertenece a la constelación de intelectuales4, en

palabras de Belem Clark, que conformaron las Letras Patrias considerada la última etapa

romántica5. Coincidimos con Clark al aplicar el término “constelación” en lugar de

generación porque hablar de generación cierra filas a muchas y muchos que merecen y

requieren estar más allá de los límites establecidos. De este modo lo hace Fernando Tola6,

quien propone una división de ocho generaciones tomando en cuenta el año de su

nacimiento cuyo rango corresponde a quince años cada una para construir la producción

literaria decimonónica.

4 Belem Clark nombra así a los escritores del siglo XIX con la intención de ubicarlos más allá de los límites matemáticos que propone Fernando Tola en uno de los ensayos que conforman La República de las Letras. Para ella la categoría de constelación aplicada a los procesos literarios, significa la posibilidad de reconocer formas culturales producto de la participación de intelectuales de distintas edades a los que los unen, en ese específico momento estelar, propósitos semejantes. Algunas constelaciones siguen rutilando mucho tiempo después de su extinción. Por lo tanto sirven para orientarnos en el espeso bosque cultural (CLARK 2005,16). 5 Para algunos estudiosos como Julio Jiménez Rueda, la época romántica en México inicia después del movimiento de independencia y concluye con la conformación de las letras patrias, es decir después del año 1867 hasta los inicios de la etapa modernista en México con Manuel Gutiérrez Nájera (JIMÉNEZ RUEDA 1989, 49). 6 Fernando Tola de Habich propone dividir en ocho generaciones de 15 años cada una el siglo decimonono, partiendo de la fecha de nacimiento de los escritores; quedando de la siguiente manera:

1. Generación de la Arcadia (1806) ubica a escritores nacidos entre 1776 y 1790 2. Generación de la Independencia (1821) en la que sitúa a los autores que nacieron entre 1791 y

1805. 3. Generación de la Academia de Letrán (1836), fecha de nacimiento: 1806 a 1820 4. Generación del Liceo Hidalgo (1851), nacidos en el periodo de 1821 a 1835. 5. Generación del Renacimiento (1869) escritores nacidos entre 1836 y 1850 6. Generación de transición (1881) fecha de nacimiento: 1851 y 1865 7. Generación del modernismo (1896) nacidos en: 1866 a 1880 8. Generación de la Revolución (1911) congrega a los literatos nacidos de 1881 a 1895.

(TOLA DE HABICH 2005, 203). Belem Clark, difiere de la propuesta de Tola porque en estos parámetros, Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) pertenecería a la generación del Liceo Hidalgo y no así del Renacimiento por lo cual, lo dejaría de lado en la época que, Clark considera, el llamado “presidente de la República de las Letras” tuvo su mayor auge e importancia para la literatura decimonónica. Por lo tanto, coincidimos con ella, ya que gracias a la intervención, impulso y participación, conformó las Letras Patrias, etapa en la que Rita Cetina figura como escritora fundacional de la literatura yucateca.

19

Por lo consiguiente, de acuerdo a lo que Tola propone, Rita Cetina Gutiérrez

pertenece a la Generación del Renacimiento que incluye a escritores nacidos entre 1836 y

1850, ya que nació en el año de 1846 en Mérida, Yucatán. Periodo donde ubicamos a

Ignacio Manuel Altamirano, fundador de la revista que otorga el nombre a esta

generación. Así, consideramos indispensable tratar la importancia que tuvo el proyecto

de este escritor que incluía por supuesto como columna vertebral a la literatura nacional.

1.2 El proyecto literario de la nación en el siglo decimonono

Aunque a partir del movimiento de Independencia de México, las primeras

décadas del siglo XIX, ya se buscaba consolidar una literatura para la reciente nación, no

llega a ser así, puesto que la inestabilidad y ambiente bélico que enmarcaba al país golpea

diversas áreas, entre ellas a las letras. Julio Jiménez Rueda la califica como una literatura

de combate (JIMÉNEZ RUEDA 1989, 136-140) donde la producción literaria y la historia

servían de vehículo para manifestar el ideario político, de igual manera que la oratoria y el

periodismo. Estos dos últimos, más allá de poseer un carácter doctrinario, cobran una

importancia mayúscula, resultando ser el medio perfecto para difundir los credos de

liberales y conservadores además de ser un receptáculo estratégico. Otros medios, no

menos significativos que los anteriores fueron la creación de agrupaciones, sean clubes,

tertulias y sociedades, teniendo estas últimas una función y una finalidad muy claras y

trascendentes, no sólo para esta época sino para las generaciones venideras cuyo auge y

20

éxito se encuentran en la República restaurada, donde precisamente situamos a nuestra

escritora.

1.2.1 El papel de las asociaciones literarias en el siglo XIX.

Las agrupaciones sean de carácter literario o no, tienen su origen en un tiempo y

espacio. Europa se muestra como la cuna de un sinfín de sociedades, tal es el caso de

Francia con su Academia Francesa en 1634 y España con la Real Academia en 1713; éstas

fueron el modelo a seguir en la Nueva España reflejándose en reuniones que encontraron

lugar en colegios, monasterios y residencias particulares, hasta llegar al momento fértil y

oportuno para propagarse: el siglo XIX.

No hubo para la emancipación cultural del periodo decimonónico mejor medio que

las asociaciones7, término que Alicia Perales revisa y aclara (después de un amplio análisis)

para denominar a aquellas reuniones con objetivos muy claros y específicos. Fue tal su

importancia que encontramos más de un centenar de ellas a lo largo del siglo y del país y

podemos afirmar que no hubo literato que no haya tenido relación con alguna de ellas por

7 De las investigaciones más claras y completas sobre las agrupaciones literarias del siglo XIX es precisamente la que realiza Alicia Perales Ojeda, en Asociaciones literarias mexicanas. Plantea de manera muy enfática que “asociación” es la mejor manera de denominarlas, ya que utilizar otros términos como “academia” implicaría darles un carácter tradicional y conservador de los cánones clásicos. Otorgarles el título de “liceo”, tampoco sería el más adecuado, aunque fue un término muy usado y por último tampoco podrían tratarse de sociedades, pues en muy pocas ocasiones adquirieron el rigor jurídico que una sociedad representa. Perales Ojeda advierte que las asociaciones fueron “simples” reuniones literarias con o sin reglamento y que se denominaron indistintamente academias, arcadias, asociaciones, alianzas, ateneos, bohemias, círculos, clubes, salones, veladas, etc. (PERALES 1957, 12).

21

diversas razones, como el obtener reconocimiento y prestigio de sus colegas y de la misma

sociedad; sin embargo la finalidad principal se encaminaba hacia la búsqueda de la

conformación de nación a través de las letras8. Tal es el caso de la fundación de la

Academia de San Juan de Letrán en 1836, que toma el nombre del lugar donde se gesta: El

Colegio de San Juan de Letrán. Guillermo Prieto, uno de los fundadores, en sus Memorias

la califica como el espacio donde se democratizaron los estudios literarios sin dar

importancia a aspectos como creencias, edad, bienes, posición social o vertiente política.

Andrés Quintana Roo, el decano de la generación, encabeza la academia considerado

presidente perpetuo aún después de su muerte. Realmente fue una asociación de larga

duración en comparación de otras que fueron estrellas fugaces, su tiempo fue de veinte

años con algunas interrupciones. Figuran en este grupo: José María Lacunza, Ignacio

Ramírez, Ignacio Rodríguez Galván, José María Lafragua, José Joaquín Pesado, Manuel

Payno, entre otros.

Algunos estudiosos consideran que esta agrupación podría ser el punto de partida

del Romanticismo en México, pues no sólo manifestaba la independencia política sino

una emancipación intelectual. José Luis Martínez en Poesía romántica lo menciona: “Los

primeros intentos románticos alentados por José María Heredia, el poeta cubano,

partieron de la Academia de Letrán. Así fue como México se hizo romántico a su manera.

Exageróse entonces la melancolía, el sentimentalismo y la introspección”(MARTÍNEZ

1993,24).

8 Cabe mencionar que en 1808, aún en el virreinato, surge la primera agrupación del siglo XIX, llamada La Arcadia Mexicana a imitación de la Academia de la Arcadia de 1690 en Italia; cuyo fin primordial fue fomentar el cultivo de la poesía pastoril, razón por la cual no la incluimos como una de las asociaciones que buscaba conformar y formar la literatura patria.

22

Por otro lado, Guillermo Prieto lo expresa de la siguiente manera: “Para mí, lo

más grande y trascendental de la Academia fue su tendencia decidida a mexicanizar la

literatura, emancipándola de toda otra y dándole carácter peculiar”(PRIETO 1906,216).

Para 1850, Francisco Granados funda el Liceo Hidalgo. Esta asociación sigue la línea de la

Academia de Letrán, es decir, continuar con aquella labor cultural. Algunos de los

integrantes del liceo fueron: Francisco Zarco, José T. Cuéllar, Marciano María Moralí,

Francisco González Bocanegra, José María Rodríguez y Cos, entre otros. Hacemos mención

de esta agrupación porque cobra importancia en 1870, cuando Altamirano lo reorganiza y

vuelve a destacarse como centro cultural.

Entre la Academia de Letrán y el Liceo Hidalgo, se originan otras asociaciones más,

como la Sociedad Patriótica, el Ateneo Mexicano, el Liceo Artístico Literario; sin embargo

no nos detendremos a revisarlas, pues sólo nos interesa mostrar aquellas que marcaron el

camino para llegar al objetivo de Altamirano: el forjamiento de la patria a través de la

escritura. Sin embargo, al final del capítulo se encuentra un listado en el que Alicia Perales

reúne los nombres y duración de las asociaciones del siglo decimonono con el fin de tener

un panorama general de las que se gestaron en estos tiempos.

Ignacio Ramírez, integrante de la Academia de Letrán, se muestra como el eslabón

que permitirá la integración de Altamirano al ambiente literario, ya que como su discípulo

sigue sus pasos para dar los suyos de manera firme y convincente.

En 1857, su habitación de estudiante es el espacio donde se llevan a cabo las citas

del Círculo Juvenil de Letrán. Ignacio Manuel Altamirano comienza a reunirse con otros

23

jóvenes como Manuel M. Flores, Marcos Arróniz, Manuel Mateos Perales para compartir

su sentir y saber respecto a cuestiones políticas y literarias. Al respecto, el escritor

guerrerense explica lo siguiente:

Lo más común era consagrarnos a las conversaciones literarias en las que salían a

relucir todas las reputaciones poéticas contemporáneas y todos los conatos de

bella literatura que se hacían lugar de cuando en cuando entre los ruidos

pavorosos de la matanza y la destemplada grita de los partidos” (ALTAMIRANO

1949,70).

De esta manera, el joven Altamirano va trazando el camino de su proyecto

patriótico, donde por supuesto la literatura juega un papel primordial, pues la acción

literaria forma parte de su campaña de construcción nacional.

1.2.2 Altamirano y su patria.

El proyecto literario de Ignacio Manuel Altamirano no se puede desligar de su ser y

hacer; esto, de alguna manera nos permite entender su gran fervor e interés por

consolidar a la patria.

Según los datos biográficos que Julio Jiménez Rueda anota en las Letras Mexicanas

en el siglo XIX, Altamirano nació el 12 de diciembre de 1834 en Tixtla, Guerrero. De padres

indígenas, heredó el nombre de una familia española que cedió el apellido al bautizar a

uno de los ascendientes de Altamirano. Vivió en la pobreza en su infancia, formándose a

24

sí mismo. En el Instituto Científico de Toluca estudió español, latín, francés y filosofía. En

su vida y obra inicial ejerció gran influencia uno de los maestros que enseñaban en ese

plantel: Ignacio Ramírez, El Nigromante. Continúa sus estudios filosóficos en el Colegio de

San Juan de Letrán de México. Se incorpora a las tropas sublevadas al estallar la

revolución de Ayutla y coopera así a la caída de Santa Anna. Al triunfo de la revolución

concluye sus estudios de derecho. El golpe de Estado de Comonfort lo obliga a tomar

partido. Participa en la guerra de Reforma combatiendo en su estado natal, así como lucha

contra el Imperio. Jiménez Rueda, lo califica como un “orador fogoso” y un “periodista

combatiente” reconocido por todos los de su generación (JIMENEZ RUEDA 1989,116).

Así, al reconocer y conocer su origen y sus raíces podemos comprender que con

todo ello, él, Altamirano, se reafirma así mismo como un indígena que toma sus propias

riendas, sin el yugo del conquistador. La patria recién naciente, es su proyección. Ignacio

Manuel ve en su propio presidente, Benito Juárez, la reivindicación del indígena; Doris

Sommer en Ficciones Fundacionales afirma que en la novela El Zarco “el héroe indio

aprende a amar a su admiradora mestiza durante los mismos años en que los mexicanos

aprendían a admirar a su presidente indígena Benito Juárez” (SOMMER 2004,264-283). Así

reconoce a la patria como una patria mestiza a la cual hay que modelarla con cultura y

educación. De ahí que podamos establecer una analogía: Juárez se le reconoce como el

presidente de la República de la Nación y a Altamirano como el presidente de la República

de las Letras, calificativo otorgado por Manuel Gutiérrez Nájera.

De esta forma, toma el derrotero y su dirección ahora es la reedificación porque

Altamirano no pretende deshacer o derruir lo que otros habían iniciado, sino darle

25

continuidad. Por ello, para esta reconstrucción pide a todos y todas integrarse haciendo

aún lado diferencias ideológicas, trátense de liberales o conservadores y así conformar un

solo pueblo en busca de su propia identidad. Amplias fueron sus expectativas, que en este

proyecto abre las puertas a la mujer, mostrando singular interés en construir una

identidad femenina muy pertinente y estratégica en su plan renovador de nación.

Las siguientes palabras de Altamirano tomadas de sus Revistas Literarias (Primera

Revista) con fecha de 1868 constatan su propósito de reconstruir la literatura nacional:

Decididamente la literatura renace en nuestra patria, y los días de oro en que

Ramírez, Prieto, Rodríguez Galván, Carpio, Pesado, Fernando Calderón y Payno,

jóvenes aún, iban a comunicarse en los salones de Letrán, hoy destruidos, sus

primeras y hermosas inspiraciones vuelven ya por fortuna para no oscurecerse

jamás, si hemos de dar crédito a nuestras esperanzas. Aquel grupo de entusiastas

obreros fue dispersado por el huracán de la política, no sin dejar preciosos

trabajos que son hoy como la base de nuestro edificio literario…. Tenemos el

propósito firme de trabajar constantemente hasta llevar a cabo la creación y el

desarrollo de la literatura nacional, cualesquiera que sean las peripecias que

sobrevengan (ALTAMIRANO 1868, s/p).

Altamirano tomó como estandarte el nombre de los escritores que le antecedieron, algunos

maestros suyos, para continuar con su propósito de reconstrucción.

1.2.3. Las veladas literarias de Altamirano

1867 es una año clave, parteaguas de y para la producción literaria en México. Ha

triunfado la República, como lo menciona Julio Jiménez Rueda en las Letras Mexicanas en

26

el siglo XIX “es un periodo de relativa tranquilidad, turbada, todavía por unas cuantas

asonadas” (JIMÉNEZ RUEDA, 151). Bajo este ambiente de reiniciación y sin el carácter

académico de las asociaciones anteriores, surgen del buen ánimo de los literatos para

aportar de alguna manera al progreso de la sociedad las Veladas Literarias.

De acuerdo a lo que Alicia Perales comenta en Las asociaciones literarias, “el

poeta Luis G. Ortiz fue quien tuvo la idea de agrupar a sus amigos para poner a su

consideración una comedia escrita por un joven español Enrique Olavarría y Ferrari, quien

a su vez deseaba conocer a los autores y críticos mexicanos para poder así hablar de ellos

en España” (PERALES 1957,72). Así se inicia una serie de doce reuniones y las

composiciones poéticas que de ellas emanaron se publicaron en cuadernos mensuales

durante 1867 y 1868. Presentamos el prólogo, atribuible a Ignacio Manuel Altamirano,

que se encuentra en uno de los cuadernos titulado Veladas literarias Colección de

Poesías leídas por sus autores en una reunión de poetas mexicanos9 que data de1867:

“Las poesías que contiene este libro son los primeros acordes de la lira mexicana,

modulados bajo la oliva de la paz. De regreso al hogar, después de las batallas,

hay una fiesta de familia, en la que los poetas se estrechan como hermanos y

ensayan de nuevo sus cantos favoritos. Los improvisados guerreros se desciñen la

espada del combate para entonar el himno de la patria. El soldado recuerda sus

campañas, el viajero describe sus viajes, y el expatriado vuelve conmovido a

visitar la tumba de sus padres. Todos, a su retorno, vienen a abrir una página

literaria en los anales de México. Recuerdos, impresiones y fantasías, los ayes del

infortunio y los himnos de la victoria. He aquí el espíritu de las VELADAS

9 Veladas literarias: colección de poesías / leídas por sus autores en una reunión de poetas mexicanos. Imprenta de F. Díaz de León y S. White, calle de los Bajos de S. Agustín número 1, 1867. (Ejemplar ubicado en el Fondo Antiguo de la Biblioteca Histórica José María Lafragua en BUAP)

27

LITERARIAS. Si este libro fuere aceptado por los amantes a las letras, quedará

destinado a recoger en adelante las olvidadas flores de la literatura nacional.

En Revistas Literarias de Ignacio Manuel Altamirano hace una crónica de las doce

veladas que se llevaron a cabo en casa de los diferentes poetas y escritores, cita a

Guillermo Prieto “Fidel”, Luis G. Ortiz, Vicente Riva Palacio, José Tomás Cuéllar “Facundo”,

Ignacio Ramírez “El Nigromante”, Rafael Martínez de la Torre, entre otros. Evoca no sólo a

la producción literaria que en ellas se promovía y disfrutaba, también sentencia la

opulencia con las que algunas se llevaban a cabo, desvaneciendo el objetivo por el cual se

hacían las reuniones y la incomodidad de algunos ante lo calificado como “banalidad”

(ALTAMIRANO 1949, 88). En ninguna situación Altamirano en sus Veladas Literarias cita a

alguna mujer, tampoco figuran nombres en el listado de veladas que publica en uno de

sus cuadernos; no hay muestras de la presencia de alguna, ni como concurrencia, ni con la

presentación de algún trabajo literario. A diferencia de las que posteriormente se llevan a

cabo en Yucatán, la presencia de las mujeres es destacada, más activa como lo

estudiaremos más adelante. A continuación, mostramos el mencionado listado:

VELADAS FECHA DE CELEBRACIÓN EN CASA DE:

Primera Entre el 20 y el 30 de noviembre de 1867

Luis Gonzaga Ortiz

Segunda 4 o 6 de diciembre de 1867

Ignacio Manuel Altamirano

Tercera --- diciembre de 1867 Agustín Lozano

Cuarta 30 de diciembre de 1867

Luis Gonzaga Ortiz

Quinta 13 de enero de 1868 Manuel Payno

Sexta 20 de enero de 1868 Joaquín Alcalde

28

Séptima 12 de febrero de 1868 Rafael Martínez de la Torre

Octava 7 de marzo de 1868 Alfredo Chavero y Juan A. Mateos

Novena 14 de marzo de 1868 Ignacio Ramírez y

Décima ----------------------------- Agustín Siliceo

Undécima ----------------------------- Schiaffino

Duodécima 25 de abril de 1868 Vicente Riva Palacio

Sin embargo, al final de la revista con un aire de satisfacción por los logros de tales

sesiones a pesar de su corta duración, Altamirano menciona: “No hemos tomado la pluma

con el objeto de enseñar, sino de animar…Nosotros deseamos el progreso de la literatura

de México, nosotros creemos en el porvenir de nuestros hermanos...” (ALTAMIRANO

1868, 13)

Así, enmarcadas con un tinte de cordialidad y pacificación fueron la situación ideal

para que dieran como resultado una gran cantidad de trabajos y lo más destacado la

pauta para la creación de la revista Renacimiento; sin embargo lo más sobresaliente, en

este caso, es que son el referente para la región del sureste. Para contribuir al proyecto

de Altamirano y al propio, se suman los literatos de la península de Yucatán, conformando

también sus asociaciones, veladas y una revista de la misma línea que la de Ignacio

Manuel Altamirano, lo cual trataremos más adelante.

Sin el título de “veladas”, encontramos de manera extraordinaria, las tertulias que

se llevaban a cabo en la casa de Rosario de la Peña. Aunque no surgieron con la intención

clara de tener un carácter literario, al final resultó ser un cenáculo de grandes escritores:

Altamirano, Guillermo Prieto, Gustavo Baz, Ignacio Ramírez y el autor del conocido

Nocturno a Rosario, Manuel Acuña. Perales Ojeda las titula “Reuniones en casa de Rosario

29

de la Peña”. Es decir, éstas no tuvieron un nombre como las veladas u otras asociaciones,

sin embargo resultaron fuente de una gran producción literaria y origen de cuestiones

legendarias como es el caso del profundo y hasta fatal enamoramiento de parte de los

asistentes por la “tierna”, “frágil” y “dulce” mujer llamada Rosario, “la diosa a la que

llevaban incienso y flores” frase que colocó Ignacio Ramírez al frente del Álbum,

documento que reunió los trabajos literarios de aquellas “fiestas” y en palabras de

Perales: “recogió en sus páginas los versos de numerosos poetas mexicanos y extranjeros,

inspirados en la pasión que sus autores sintieron por aquella musa de nuestro

romanticismo” (PERALES 1957, 126). Basta recordar el tan conocido “Nocturno a Rosario”

y el suceso posterior, como muestra de lo anterior.

1.2.4 La revista literaria El Renacimiento y el “renacer” de la mujer en las letras

decimonónicas.

“Llamamos a nuestras filas a los amantes de las bellas letras

de todas las comuniones políticas, y aceptaremos

su auxilio con agradecimiento y con cariño”

Exordio de Ignacio Manuel Altamirano en el prólogo de la revista Renacimiento

El anterior epígrafe expresa en palabras del mismo Ignacio Manuel Altamirano, el

llamado a todo aquel que tuviera gusto por las letras para conformar la literatura nacional

30

a través de sus colaboraciones y participaciones en la revista Renacimiento10que desde

el título manifiesta de manera alegórica la idea de reconstrucción y renovación de las

letras patrias.

La revista Renacimiento, la cual surge en 1869, fundada por Altamirano

buscaba convocar a la unidad, atenuar las diferencias ideológicas y fomentar la

conciliación. Esta publicación es el resultado de las Veladas Literarias, llevadas a cabo

poco tiempo atrás; como lo explicamos anteriormente fueron reuniones de gran éxito que

albergaban a una diversidad de literatos: “La misma familia literaria que estableció las

primeras reuniones del año pasado, es la que viene hoy a patrocinar y a plantar este joven

árbol” (BATIZ 1993,186). En la revista no sólo se incluyen colaboraciones literarias, del

mismo modo aparece como un medio de difusión para la historia, la geografía, la

lingüística y excelentes tratados de gramática, como el que presenta Ignacio Ramírez por

entregas. Humberto Batiz, la califica como una publicación “literario-cultural, miscelánea y

didáctica” (BATIZ 1993,XI). Considera que resultó ser una crónica, “espejo del panorama

cultural, un registro de las producciones más notables en diversos géneros” (BATIZ,XII).

Estas cuestiones abren la brecha para consolidar y fomentar la educación, como medio

del fortalecimiento y consolidación de la sociedad. Por la misma importancia de este

asunto, en un capítulo posterior nos detendremos de manera minuciosa a revisar los

pormenores de este segmento del proyecto nacional de Altamirano.

10 El grabado de la portada refuerza la alegoría del nombre, Renacimiento, ya que la presencia del Ave Fénix denota la idea del resurgimiento, del renacer de las cenizas

31

El presidente de la República de las Letras encuentra en la publicación un llamado

extensivo, no sólo ampliando el espacio, sino la resonancia, es decir, pretende que ahora

la mujer use su voz al incluirla en el proyecto. Busca la participación de todos sin importar

credo, ideología, posición social, y ahora género. Así abre el espacio para la mujer que en

mucho tiempo permaneció cerrado: “Se preocupaba también Altamirano por la

instrucción de las mujeres para liberarlas del destino usual: el servicio doméstico, la

costura, la prostitución…” (BATIZ, XII).

En la extensa enumeración de colaboraciones y participaciones que inician con

una serie de nombres masculinos, como Vicente Riva Palacio, José Sebastián Segura,

Ignacio Ramírez, Casimiro Collado, Justo Sierra O´Really y el presbítero Crescencio Carrillo

Ancona (los dos últimos, yucatecos), se suma del mismo modo, la oportuna participación

de las mujeres, mencionando a “las sublimes inspiraciones” de Isabel Prieto, y de Esther

Tapia “esa Safo cuya lira ha enmudecido no por la desgracia en amores, sino por la

felicidad conyugal”(BATIZ, 3-6). Estas mujeres no desaprovechan esta “oportunidad” que

les ha otorgado la institución masculina y ambas presentan sus poesías “patrióticas”11, lo

cual resalta que siguieron la directriz marcada, cumplían con la visión de la publicación:

apoyar desde todas las aristas al proyecto nacional12.

Esther Tapia de Castellanos se incorpora después de iniciada la emisión, por lo cual

Altamirano le da la bienvenida y la presenta a los lectores de la siguiente manera:

11 Estas mujeres son un ejemplo de cómo se van configurando desde otras perspectivas, de ser “ángeles del hogar” ahora son “reinas de la patria”; transgrediendo los lineamientos prestablecidos y comenzando a trazar las líneas de su emancipación. 12 Lilia Granillo apunta: “Las últimas décadas del siglo XIX encuentran a las poetisas participando activamente en la vida literaria del país. En la capital y la provincia abundan las revistas literarias para ellas y las escuelas y asociaciones culturales” (Granillo 2010, 252).

32

El Renacimiento tiene hoy la fortuna de anunciar a sus lectores que cuenta ya

como colaboradora a la distinguida poetisa Esther Tapia de Castellanos, que con la

amabilidad que la caracteriza se ha prestado con gusto a honrar las columnas de

este periódico con sus hermosas inspiraciones. Debemos semejante dicha al

empeño de una distinguida señora, amiga nuestra, que protege con su simpatía

nuestra humilde publicación desde que nació, y que unida con los lazos de la más

tierna amistad a la amable poetisa, ha obtenido de ella y de su esposo el Sr.

Castellanos, la autorización para poner su nombre frente del Renacimiento (BATIZ

1993,10).

Esta presentación tiene un carácter bastante simbólico, como podemos observar

la “bienvenida” es una forma sutil de abrir la puerta a la mujer, ahora puede salir de su

espacio privado hacia uno público y esto lo constatan las últimas líneas: “ha obtenido de

ella y de su esposo el Sr. Castellanos la autorización para poner su nombre frente al

Renacimiento”.

Otro aspecto sobresaliente es el uso del apellido del esposo, la preposición “de”

tiene aquí un valor de pertenencia, de propiedad. Asirse del apellido del esposo es una

forma de legitimar su salida al exterior. La mujer ha salido con su anuencia, no es una

mujer pública, es una mujer que lleva a cuestas el “honor” del marido, por lo tanto es

aceptada su incorporación al ámbito que pertenecía sólo al hombre, no faltando quien se

refiriera a ellas como “marisabidillas”, adjetivo un tanto cuanto despectivo.13

13 “Llamativa es la tenue, pero cardinal distinción entre las dotadas de instrucción y talento y las marisabidillas insoportables o bachilleras, como llamaron con sorna en España a quienes presumían tener una instrucción superior a la ordinaria; o precieuses ridicules, como las denominó Moliere dos siglos antes” (ROMERO 2016,71)

33

Ya para el segundo tomo, el número de colaboraciones femeninas se ha

incrementado. La Señora de Landázuri y la Señora de Castellanos continúan en el camino,

encabezando el listado de colaboradoras presentado por Altamirano, le siguen la Señora

Soledad Manero de Ferrer y las Señoritas: Gertrudis Tenorio Zavala, Manuela L. Verna y

María del Pilar Moreno, en este caso no cuentan con la protección y autorización del

cónyuge, pero sí, con el adjetivo “señoritas” que les otorga la honorabilidad y respeto.

Como podemos ver, nuestra escritora, Rita Cetina, no figura en el listado de

presentación del segundo tomo; sin embargo como sucedió con Esther Tapia, ella se

incorpora después con una participación y presenta la poesía titulada “Babilonia”, la cual

no sólo la publica en el Renacimiento, también en la Revista de Mérida, aspecto que

trataremos más adelante.

Gertrudis Zavala, de igual manera, es una escritora yucateca, contemporánea de

Rita Cetina. Al lado de Cristina Farfán forman el grupo de mujeres impulsoras de la

educación y de la escritura femenina en tierras yucatecas, fundan una sociedad, una

institución educativa y una revista dirigida por y para mujeres, resultando ser un semillero

de la participación femenina y un trascendental legado para generaciones posteriores.

La corta duración de la revista para muchos no tiene explicación, puesto que cada

día aumentaban las suscripciones y circulaba por todo el país, sin embargo al cumplir su

primer aniversario (1869), Altamirano, presenta la despedida diciendo:

Con este número del Renacimiento nos despedimos de nuestros lectores. Nuestro

periódico concluye con el año de 1869, porque nuestros proyectos literarios nos

impiden continuarle. El objeto a que aspiramos al fundar el Renacimiento, que fue

34

el de impulsar el progreso de la bella literatura en México, se halla

completamente realizado, el movimiento literario que se nota por todas partes es

inaudito[...] (BATIZ 1993,3-6)

De esta manera concluye la primera época de la revista, ya que al saber que

Altamirano moría en San Remo después de dejar el consulado en España, sus discípulos y

seguidores intentaron “revivir” a la inerte publicación en 1894, durando solamente seis

meses y según Humberto Batiz, con el cierre del Renacimiento, se concluye la última

época del Romanticismo en México.

1.3 El proyecto literario en Yucatán en el siglo XIX.

Desde luego que el proyecto literario de Ignacio Manuel Altamirano tuvo su

resonancia hasta la península de Yucatán, de hecho en su despedida del Renacimiento lo

manifiesta:

Después de la aparición del Renacimiento, y quizá animados por su ejemplo,

algunos jóvenes idólatras también de la bella literatura han comenzado a publicar

en varios Estados de la República algunos periódicos semanarios que han tenido la

mejor acogida y que honran con sus producciones las letras mexicanas. Tales son

Las Violetas de Veracruz, La Revista de Mérida, La Ilustración Potosina, etc…

(BATIZ 1993,5)

35

Se considera a Andrés Quintana Roo, el primer “yucateco poeta” como lo llama

José Esquivel Pren en su Historia de poesía de Yucatán (ESQUIVEL PREN 1977,49);

Quintana Roo, antes de ser poeta era un distinguido yucateco que llevó su saber al centro

del país donde desarrolló una brillante carrera tanto política como literaria, por esta

razón la Academia de Letrán lo nombró presidente perpetuo y su legado perduró en sus

discípulos, sin embargo su participación fue anterior a la etapa de la restauración de la

República.

Otro yucateco que participó en la conformación de las letras nacionales fue Justo

Sierra O´Really, como uno de los redactores y colaborador del Renacimiento, también

fundador de varias asociaciones en Yucatán, lo cual explicaremos más adelante.

Don Crescencio Carrillo Ancona, eminente historiador, tuvo voz y presencia en el

proyecto de Altamirano, quien con su Manual de Geografía e Historia de Yucatán

participa en la revista Renacimiento, consideramos que este hecho tiene un carácter

simbólico, es decir, Carrillo Ancona busca incluir y consolidar, a través de su tratado, a su

natal Yucatán en el resto del país, ya que la revista del presidente la República de las

Letras circulaba por todo México.

Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a las dos mujeres yucatecas que

participaron en el Renacimiento, a veces con breves colaboraciones pero su presencia fue

fundamental para la construcción de las letras nacionales, enseguida para las letras

yucatecas y sobre todo la literatura femenina del siglo XIX.

36

Más de un crítico reconoce la participación de los escritores yucatecos en el

proyecto nacionalista, Alicia Perales en Asociaciones Literarias muestra a Yucatán como

uno de los pocos estados que formaron un amplio número de agrupaciones después de

las del centro del país. Sin embargo, consideramos que esto tiene un trasfondo

meramente histórico, es decir, necesariamente requerimos hacer la vista atrás a hechos

que provocaron una fracturada relación con el resto de México y por lo tanto la

necesidad de una urgente anexión y la conformación de una unidad no sólo geográfica,

de igual modo, cultural. Así la reconstrucción literaria de Altamirano resulta muy ad hoc

ante tal situación.

1.3.1 Las asociaciones literarias en Yucatán

José Esquivel Pren menciona al inicio de su Historia de la poesía y ensayo el

estado de la literatura en Yucatán en siglo XIX. Para él, hasta entonces no existía una

literatura genuina y esencialmente yucateca, lo cual no implicaba que se careciera de

poetas y novelistas genuinamente yucatecos, pero que si los había “apenas eran piedras

blancas en la ya larga extensión del camino recorrido”; por eso, para él no podía hablarse

de “novelística yucateca” o de la “poesía yucateca”, sino de “yucatecos poetas” y

“yucatecos novelistas”. Al principio, su literatura sufrió de orfandad, pero el intenso

deseo de dejar de padecerla hizo que se confirmara, a su parecer, una ley biológica muy

conocida: “la necesidad crea al órgano”. Así, antes de la literatura se crean los órganos de

37

difusión; de acuerdo al orden cronológico de su aparición fueron los siguientes: las

sociedades literarias, el periodismo y el libro, aunque el último fue mucho más tarde y

menos socorrido (ESQUIVEL 1997.330-339) .

Como podemos observar la importancia de las asociaciones literarias en Yucatán

fue aún mayor que en el centro del país, de acuerdo a lo que expresa Esquivel Pren, son el

punto de partida para la construcción de las letras yucatecas y por extensión de las

nacionales. En un breve recorrido, referiremos las agrupaciones más destacadas hasta

llegar a la que antecedió a la sociedad La Siempreviva, la cual no tratamos en este

apartado por tener más adelante un espacio mayor y de más cuidado debido a su

relevancia para esta investigación.

De acuerdo al registro en la Enciclopedia Yucatanense, la primera de ellas se

establece en 1810. La asociación recibe el nombre de Los Sanjuanistas, surgió antes que

la imprenta, ya que esta aparece hasta 1813. El párroco de la iglesia de San Juan, en

Mérida, Vicente M. Velázquez, tomó por costumbre sentarse con un grupo de jóvenes al

terminar los oficios del domingo. Leían y comentaban los periódicos que llegaban del

centro del país, libros extranjeros, que probablemente se introducían de contrabando y

algunos escritos de los mismos socios. Esta agrupación, nació de manera natural, sin

premeditación, sin embargo poco a poco fueron incorporándose socios como, Lorenzo de

Zavala, Manuel Jiménez Ortiz, Mauricio Gutiérrez, Francisco Carbajal, Pablo Oreza, entre

otros.

38

Otra asociación destacada, fue el Museo Yucateco, cuyo fundador fue Justo Sierra

O’Really, al lado de Vicente Calero Quintana y Manuel Barbachano. En 1841, se reúnen

con el fin de publicar un periódico y así tener un escenario para la presentación de sus

trabajos literarios, Esquivel Pren la califica como la primera revista exclusivamente

literaria publicada en Yucatán y Juan F. Molina Solís opina que este grupo creó arraigo en

la “raza yucateca”, el amor a la historia y a la arqueología del país. Reprodujeron

manuscritos y leyendas, describieron costumbres regionales y aportaron serios estudios

biográficos, aunque su duración sólo fue de un año. La importancia y éxito de esta

asociación dio origen a otro periódico llamado El Registro Yucateco cuya temática era

literaria y cultural.

El Bullebulle fue una asociación que se distingue por su estilo y función, el fin

primordial de su formación se debió a la creación de un periódico de carácter burlesco y

jocoso. De hecho, en su introducción de una forma bastante humorística, los redactores

se presentan de la siguiente manera:

Somos una chusma de monos jóvenes, vestidos con librea de las Musas, que por

casualidad se reunieron en cierta esquina y decidieron establecer un periódico

con el objeto de solemnizar, celebrar y ridiculizar todo cuanto fuera digno de

solemnizarse, celebrarse y ridiculizarse en una sociedad cuyas costumbres,

personas y otras mil cosas ridículas, movían a risa con su sola e ingenua pintura

(ESQUIVEL 1997,337).

Así, Genovevo Palasuya, Fabricio Niporesas, Federico Mentirola, Nini Moulin, Fray

Cleofas Pepín y Querubín, divierten y entretienen con la sola gracia de sus seudónimos en

39

una época donde la Guerra de Castas mantenía en la población un ambiente de

preocupación y conflicto.

El carácter de la siguiente asociación a tratar difiere totalmente de la anterior,

pues desde su nombre podemos observar su función académica. La Academia de Ciencias

y Literatura inicia sus labores el 6 de mayo de 1849 en el antiguo Colegio de San Pedro.

Alonso Aznar Pérez la funda al lado de Julián González Gutiérrez y el periódico llamado El

Mosaico, cuya temática eran las ciencias y artes, fue la voz de los integrantes de este

grupo: Pedro I. Pérez Ferrer, José A. Cisneros, José García Morales.

Entre otras asociaciones posteriores a ésta, encontramos a La Concordia formada

en marzo de 1860 a febrero de 1861. Lo trascendente de este grupo fueron sus

integrantes: yucatecos que tuvieron gran presencia no sólo en las letras regionales,

también en las nacionales. Figuraron nombres como el de José Peón Contreras,

Crescencio Carrillo Ancona, Eligio Ancona, Demetrio y Olegario Molina Solís. Como

resultado de esta unión surgió la publicación La Guirnalda que en palabras de Esquivel

Pren fue una “interesante publicación redactada por una sociedad de jóvenes bajo la

dirección de distinguidos literatos yucatecos”.

De ahí, le siguen agrupaciones como La Burla, El Repertorio Pintoresco, La

Juventud Democrática hasta llegar a una asociación de nuestro gran interés: La Minerva.

La Minerva se funda el 4 de octubre de 1869, tal como lo muestra el Reglamento

de la sociedad. Hacemos esta aclaración porque Alicia Perales en Asociaciones Literarias

asevera que fue creada el 28 de diciembre de 1868, sin embargo consideramos un dato

40

de mayor fidelidad el que se establece en el reglamento14 y de acuerdo a la lógica de la

línea cronológica de los sucesos que se dan en 1869 impulsados por Altamirano,

prácticamente Yucatán los lleva a cabo de manera paralela a los del centro del país.

En el artículo 1° de las disposiciones generales define su función: “es una

sociedad científica y literaria que tiene por objeto procurar la mutua ilustración de sus

componentes y de la juventud en general”. Consideramos que este grupo ya comulga con

la reconstrucción nacional y literaria de Altamirano, pues a partir de esa agrupación

surgen, de manera homónima, las llamadas Veladas Literarias impulsadas por el

presidente de la República de las Letras, siguiendo el modelo de las creadas por él y cuyas

características hemos referido anteriormente. En palabras de Esquivel Pren, ya se

buscaba dejar de lado esa “orfandad literaria” y se suman al proyecto. Lograron tener

gran auge y sus aportaciones contribuyeron en gran medida a la conformación literaria

peninsular. Retomando al citado autor, en el listado donde presenta a los miembros de

esta asociación, tales como Manuel Nicolín, Néstor Rubio, José María Peón, Sebastián

Hernández Escudero, Feliciano Manzanilla, etc; se omite el nombre de las mujeres, entre

ellas Rita Cetina y Gertrudis Tenorio que ya colaboraban y participaban tanto en La

Minerva como en las Veladas; las razones, las desconocemos.

La asociación anterior a la de nuestro mayor interés (La Siempreviva) surge el 24

de abril de 1870 con el nombre de Liceo Mérida, quien Manuel Nicolín Echánove en su

discurso de apertura pronunció la finalidad de esta agrupación: “Nuestra literatura,

14 Este documento se encuentra actualmente completo en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense en Mérida, Yucatán.

41

nuestra oratoria, nuestra música, nuestra escena dramática, pueden regocijarse, porque

podrán depositar periódicamente en este agradable recinto, como en una bella

exposición, el fruto de sus trabajos” (ENCICLOPEDIA YUCATANENSE t.v, 344).

Aunque se considera que La Siempreviva fue la primera asociación conformada en

su totalidad por mujeres, ya el nombre de Rita Cetina y de otras escritoras, como

Gertrudis Tenorio Zavala figuraban en grupos anteriores. El biógrafo de Cetina, Rodolfo

Menéndez de la Peña menciona sus colaboraciones en otras sociedades y periódicos

como La Minerva, La Biblioteca de Señoritas, La Aurora, La Guirnalda, El Repertorio

Pintoresco, sin embargo José Esquivel Pren omite estas participaciones, sólo habla de

ellas hasta la aparición de La Siempreviva, cuestión que nos hace reflexionar cuáles

fueron las causas.

De esta manera concluimos el recorrido de las asociaciones del siglo XIX, ya que

hemos llegado a la sociedad donde nuestra escritora, Rita Cetina, tuvo su mejor

momento y mayor proyección. La Siempreviva es el inicio de su destacada trayectoria

tanto en el ámbito literario como educativo, pero sobre todo forjó y formó los cimientos

del feminismo en Yucatán, legado que dejó huella tanto en la mujer yucateca como en la

mujer de México.

1.3.2 Las veladas literarias en Yucatán

42

En tanto lo hemos aludido anteriormente, las veladas literarias en Yucatán se

inician con el surgimiento de la sociedad Minerva en 1869, como uno de los hechos

paralelos a las actividades del proyecto de Ignacio Manuel Altamirano. En la Revista de

Mérida15 que trataremos enseguida, Ramón Aldana su director y redactor presenta un

artículo muy completo y claro sobre la finalidad y función de estas reuniones. Así que nos

basaremos en lo que él plantea al respecto para explicar cómo se desarrollaron en el

sureste del país.

En principio, Aldana explica el valioso papel que ha jugado tanto la imprenta, las

asociaciones y el periódico, en la formación y conformación de las letras yucatecas. Indica

que estos medios no tenían por único objeto la difusión de las ideas; muchos de ellos,

como las sociedades, tendían al perfeccionamiento del espíritu en sus variadas y atrevidas

tendencias, adoptando para ello la discusión y otro recurso aún más decisivo y poderoso:

la emulación (ALDANA 1869,230-240).

Hemos remarcado el término emulación, porque en él se encierra de algún modo

la justificación de la imitación, es decir, de manera sutil reconocen seguir los pasos del

patriarca de las letras de la República restaurada, Ignacio Manuel Altamirano y la

anuencia para seguir e imitar la pluma literaria de otros u otras.

Aldana, nomina a las veladas como “certámenes públicos” los cuales otorgaron

reconocimiento y/o aprobación a “los cantos del poeta” y las “obras del artista”. Fueron

reuniones a imagen y semejanza de las que se establecieron en la capital de la nación por

15 El contenido que se obtuvo en este apartado, fue gracias a la información que se encuentra en la Revista de Mérida de 1869 y 1870, material localizado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense en la ciudad de Mérida, Yucatán.

43

los “distinguidos escritores y poetas” que redactaban el Renacimiento. El director de la

Revista de Mérida muestra a un Yucatán colaborador, conformador de las letras

nacionales al ser parte de ese proyecto nacional, al que han dado lugar de buen modo y

gran interés.

Lo que pudiera considerarse un rasgo distintivo de las veladas literarias llevadas a

cabo en Yucatán, fue su objetivo. Las reuniones de Altamirano fomentaban el intercambio

de ideas y un foro de difusión y discusión, sin embargo, tenían un toque de rivalidad

literaria. En cambio, en el sureste se encaminaron a un fin didáctico. Pese a que siempre

se reconoció la labor y producción literaria de escritores del pasado como Quintana Roo,

Justo Sierra y Alonso Aznar Pérez, como Aldana lo manifiesta, la literatura yucateca

comenzaba a balbucear y al compartir sus escritos entre los y las asistentes, conformaban

un trabajo literario colaborativo, donde la emulación fue el primer paso de la recién

nacida literatura local. La participación de las mujeres, entre ellas la de Rita Cetina, tuvo la

misma orientación de empezar a conformar su escritura y que no sólo las llevo a esto, ya

que al construir las letras de su lugar de origen y de la nación iniciaron su propia

conformación.

1.3.3. La Revista de Mérida

La Revista de Mérida y las veladas literarias, en tanto lo hemos venido diciendo,

fueron hechos sincrónicos y análogos con los del centro del país. La Revista de Mérida es

44

al Renacimiento como las Veladas Literarias de Altamirano a las reuniones homónimas

en Yucatán. Tal como el Renacimiento prácticamente fue el manifiesto de la

reconstrucción nacional del presidente de la República de las Letras, la Revista Mérida lo

fue para la sociedad yucateca. Ambas perseguían el mismo fin, aunque una es el origen, la

otra es la consecuencia. Situaciones casuales o intencionales, pero ambas fueron de corta

duración; las dos aparecen en enero de 1869, sin embargo la Revista de Mérida duró

hasta 1914, su carácter netamente literario sólo fue de un año; a partir de 1870 adquirió

el subtítulo de periódico mercantil y noticioso.

La Revista de Mérida fue dirigida y redactada, como lo habíamos dicho

anteriormente por Ramón Aldana del Puerto, político, dramaturgo, periodista y abogado

yucateco nacido en 1832. Los redactores de la revista fueron Crescencio Carrillo Ancona,

Fabián Carrillo, Francisco Sosa, Ovidio Zorrilla, Manuel Nicolín, José Castillo Peraza, entre

otros. Como colaboradores figuran, lo muestra la portada de la misma, en primer lugar

las señoritas Gertrudis Tenorio y Rita Cetina Gutiérrez enseguida Luis G Ortiz, José Sierra,

José Peón Contreras, José García Montero, etc.

En la presentación de la revista titulada y dirigida “A nuestros lectores” hace un

recorrido que va desde la introducción y papel de la imprenta hasta aquellas

publicaciones que han sido antecedente de misma, como El Museo Yucateco, El Registro y

La Revista. Los “obreros de la propagación y del lustre de las letras yucatecas”,

refiriéndose a los colaboradores de la publicación “cuya intención se orientaba más a

mitigar el recuerdo doloroso y triste de las desgracias del país con los dulces y

consoladores acentos de la literatura” (ALDANA 1869, II-VI). De alguna manera, la cita

45

anterior marca una ideología con tinte marxista, pues como “obreros” juegan el papel de

producir, de propagar la literatura, enfocándose más hacia la cosificación que a lo

artístico.

Así, en la introducción, se busca definir la función del literato de ese momento: “el

hombre que siente arder en su pecho la llama sagrada del amor a la patria, y se ve

convocado por la voz de la literatura”. Si observamos que a pesar de que en el grupo de

colaboradores ya figuraban mujeres, todavía el término hombre tiene un tono genérico,

cosa que en Altamirano, no sucede. Él convoca de manera individual a hombres y mujeres

a participar en su propuesta.

La inclusión de Altamirano como colaborador nos muestra una dialéctica, es decir,

el conformador de las letras patrias hace llegar su pluma literaria a tierras lejanas,

Yucatán, y esa tierra lejana tiene un espíritu abierto al intercambio; además su

colaboración es un sello implícito de aprobación por parte de Altamirano y en el tenor de

una emulación, puede tomarse como ejemplo a seguir para los escritores yucatecos que

se inician en el campo de las letras.

Aquí ya observamos una participación más activa de Rita Cetina y de Gertrudis

Zavala, lo cual representa el umbral para llegar a su propia publicación: La Siempreviva.

Aunque en 1870, La Revista de Mérida había dado un giro a su temática, ahora

tenía una función además mercantil; la sección literaria seguía cumpliendo con su misión,

dar voz a las nuevas plumas yucatecas. En este apartado se incorpora una sección llamada

“Crónica Local” a imitación de la misma sección de la revista Renacimiento. Tal como lo

46

dice su nombre, el papel de este apartado era mantener informado de los hechos de la

semana de manera breve. Consideramos indispensable hacer mención de esto porque en

una de las notas, anuncia la presencia de Don Ignacio Manuel Altamirano a una de las

veladas, cuestión que otorgaba credibilidad a los aconteceres literarios. Además para

1870, se forma el Liceo Mérida a la par que el Liceo Hidalgo dirigido por Altamirano, el

cual comienza su segundo periodo, como recordaremos el primero fue en 1850.

Presentamos la siguiente nota como ejemplo de ello:

Los distinguidos literatos mexicanos D. Ignacio M. Altamirano, D. Luis G. Ortiz, D.

Manuel Peredo, D. Justo y D. Santiago Sierra han sido nombrados socios

honorarios del Liceo Mérida a propuesta de D. Francisco Sosa, así como el célebre

compositor D. Melesio Morales.16

El 8 de mayo de 1870 en su “Crónica local” se anunció que el día anterior dio inicio

la circulación del primer número de La Siempreviva una revista quincenal, órgano de la

Sociedad de Señoritas que llevaba ese mismo nombre. Así La Siempreviva en La Revista

de Mérida, se promovía para lograr más suscripciones a su publicación.

16 La Revista de Mérida Mayo 1° de 1870 pág. 3

47

Revista de Mérida 20 de mayo de 1870 Fondo Reservado Biblioteca Yucatanense, Mérida Yucatán

De esta manera, llegamos al momento en que la participación de Rita Cetina

Gutiérrez es más activa y sobre todo con la firme intención, en inicio de colaborar tanto

en el proyecto nacional como en el de su natal Yucatán y después, insistimos, dejar un

gran legado como impulsora de la educación y de la escritura femeninas, tema que se

tratará en el siguiente capítulo.

48

II. Rita Cetina Gutiérrez, entre la escritura y la educación.

“Rita Cetina Gutiérrez es una de las más inspiradas poetisas yucatecas.

Su poderoso plectro ha resonado con majestuosas y vibrantes notas,

cantando las glorias de la patria y del progreso”

Dolores Correa Zapata17

Como podemos observar, el proyecto para conformar las letras nacionales impulsado por

Ignacio Altamirano y que permeó hasta la península de Yucatán, tenía un carácter

evidentemente patriarcal. Un patriarcado que acogía, no sólo a mujeres con deseos de

tomar la pluma literaria, sino a todo aquel que buscara la aprobación de los escritores de

la época. De acuerdo a la mención que hicimos en el capítulo anterior, Rita Cetina ya

figuraba tanto en las publicaciones de prestigio nacional como el periódico El

Renacimiento, de igual manera en las de su tierra, como La Revista de Mérida, entre

otras. Y por supuesto con su activa participación en las Veladas Literarias, para

posteriormente desarrollar sus propios proyectos, siendo lo fundamental lo que le hemos

llamado la tríada La Siempreviva, que incluía una sociedad, una escuela y una revista.

En el marco de este antecedente, la propuesta de este capítulo es reconfigurar la

biografía de Rita Cetina Gutiérrez a partir de lo que se ha publicado hasta hoy sobre la

17 Dolores Correa Zapata fue contemporánea de Rita Cetina, Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán. Según Lucrecia Vargas Infante, fue prima de las últimas dos, por parte de su abuelo, Lorenzo Zavala. Nació en 1853 y murió en 1924, originaria de Tabasco, donde colaboró en el periódico de Cristina Farfán, El Recreo del Hogar. Escritora y maestra que tuvo mayor participación en el centro del país.

49

escritora meridana18, enriquecerla con los datos recabados en nuestras propias

investigaciones en archivos y fondos antiguos, así como a través de una selección de su

escritura (discurso femenino)19 acercarnos a su pensar y hacer. Asimismo, presentar a la

mujer pionera de la educación en Yucatán, que sin ser una feminista radical permeó en el

pensamiento de aquellas que tuvieron contacto con ella, ya sea como colaboradoras,

amigas, lectoras o alumnas; abriéndoles la puerta al conocimiento, a la participación

activa y a la emancipación de la mujer. Una Rita Cetina completa, donde su vida y su

producción literaria se entrelazan.

Así de acuerdo al tiempo y espacio de la escritora meridana, expondremos sus

primeras participaciones en el ámbito literario y en publicaciones como la Biblioteca de

Señoritas, la Revista de Mérida, etc. Posteriormente la relacionaremos con sus

contemporáneas, Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán de García Montero, mujeres

que unieron esfuerzos para lograr grandes objetivos, destacando el fomento a la

escritura femenina. Con el fervor patriótico y la influencia de los sucesos del centro del

país, provocaron el surgimiento de espacios de expresión donde la mujer pudiera probar

su pluma, siendo el mejor medio las revistas. Por lo consiguiente, Rita Cetina Gutiérrez

18 Resulta relevante mencionar que nuestro interés por reconfigurar su biografía emerge de la necesidad de presentar a una Rita Cetina Gutiérrez vista desde todas las aristas de su ser y hacer, pese a que últimamente se han presentado e incorporado algunos datos, que parten de su boceto biográfico presentado en 1908 como un homenaje póstumo por Rodolfo Menéndez de la Peña la abordan desde su labor como docente, ya que marcó precedentes en el desarrollo de la educación femenina, convirtiéndola en un ícono en este ámbito. 19 Lilia Granillo en Escribir como mujer entre hombres. Historia de la poesía femenina mexicana del siglo XIX apunta que desde una “óptica de género, cabe entender las diferencias entre el discurso femenino y el discurso de lo femenino. […] Desde el referente y las condiciones de producción, discurso femenino es propiamente emitido y producido por mujeres, mientras que el discurso de lo femenino es aquel emitido desde lo masculino y producido por hombres con la finalidad de pensar, diseñar u organizar el o los referentes de los géneros, en especial el femenino (GRANILLO 2010,44). Por tal razón, en este apartado cuando hablamos de discurso femenino, nos referimos al discurso emitido por Rita Cetina.

50

fundó una revista escrita por mujeres para mujeres, “La Siempreviva”, cuyo contenido fue

tomado con gran ánimo entre el público femenino. Esta publicación surge como

consecuencia de la creación de una sociedad que llevaba el mismo nombre; el interés y

colaboración de ellas se hacía cada vez mayor; por lo tanto aunado a estos proyectos se

desarrolla el educativo, donde educar a la mujer tiene un papel preponderante, nadie

mejor que Cetina para brindar este conocimiento y protección. La labor docente, de

alguna manera resultaba una extensión del papel materno. Así que, se le encomienda una

tarea más a la maestra, fundar una escuela para niñas de escasos recursos, completando

así la tríada, La Siempreviva, temas que se abordarán de igual modo en este capítulo. El

Instituto Literario de Niñas, también resultó ser fuente del conocimiento y semillero de

muchas mujeres que más adelante continuarán y desarrollarán lo que Rita les inculcó

como directora y maestra, creando un gran legado. Así, otro aporte del hacer de Rita

Cetina, especialmente el ser pionera de la educación y el feminismo en México, se vio

reflejado en los logros de sus discípulas; algunas de ellas formaron el Primer Congreso

Feminista de México en 1916, siendo su natal Yucatán sede del mismo.

51

2.1 Rita Cetina, su tiempo y espacio.

Rita Rosaura Zetina Gutiérrez nació un 22 de mayo de 1846 en Mérida, Yucatán; tal como

lo reza la fe de bautismo20 cuya data corresponde al día 27 del mismo mes y el mismo

año, donde figura también el nombre de sus padres: Don José Zetina y Doña Jacoba

Gutiérrez, quienes se casaron un 22 de julio de 1841. Sabemos esto gracias al documento

eclesiástico que lo comprueba.

Es posible observar y ratificar en la imagen del documento original un cambio de

grafía en su apellido paterno, ya que en la carátula de su poemario fechado con el año de

1863 y en otros documentos autógrafos que hemos hallado en su Archivo Personal

ubicado en el AGEY, Zetina aparece ahora con “C”: Cetina. Podría considerarse la

posibilidad de que Rita realizó esta variación para otorgarle un toque personal a sus

escritos. De hecho, en todos los documentos que hemos estudiado trátense de sus

propios manuscritos o publicaciones en periódicos y revistas su apellido paterno muestran

la modificación de escritura.

Cabe mencionar, que el manuscrito original se encuentra en los documentos

personales de Rita Cetina localizados en el Archivo General de Yucatán (AGEY).

Presentamos la fe de bautismo de Rita Rosaura:

20 Es significativo aclarar que en el momento histórico de Rita Cetina (1846), la única forma de legitimar los nacimientos era a través de los documentos eclesiásticos, en este caso la llamada “fe de bautizo”, pues la institución del registro civil se da hasta 1859 cuando el presidente de la nación, Benito Juárez García, promulga la ley orgánica del Registro Civil.

52

Fig. 1 Fe de bautismo de Rita Rosaura Zetina Gutiérrez.

Rita fue la primogénita de la familia Zetina Gutiérrez, tuvo dos hermanos

Guadalupe de la Santísima Trinidad y Pedro Joaquín, el menor de ellos, el cual siguió los

pasos de su padre, Don Pedro Cetina y ambos al desempeñar sus funciones como

militares murieron durante la Guerra de Castas. Su hermana, Guadalupe de la Santísima

Trinidad, también fue maestra y colaboradora de la escuela La Siempreviva. Lo que

sabemos de ella es gracias a sus rúbricas ubicadas en las actas del Instituto Literario de

Niñas donde funge como secretaria del mismo y por la promoción de la oferta educativa

que llevaban a cabo en la escuela La Siempreviva. Del mismo modo, presentamos de los

documentos probatorios de lo anteriormente mencionado.

53

Fig 2. Acta de matrimonio eclesiástico de Don Pedro Zetina y De Doña Jacoba Gutiérrez

Fig. 3. Fe de bautismo de Guadalupe de la Santísima Trinidad Zetina.

54

Fig. 4. Fe de bautismo de Pedro Joaquín Zetina. 21

En el ámbito de lo literario, a Rita Cetina Gutiérrez, la ubicamos en la constelación

de escritores que contribuyeron a conformar las Letras Patrias considerada la última etapa

romántica. Sin embargo, hasta ahora no se le ha reconocido y conocido como una de las

escritoras más prominentes del siglo XIX y que forma parte de las mujeres que integran la

literatura femenina en México e Hispanoamérica22. El gran mérito de Rita es que a pesar

de que en un principio tuvo que asirse de la paternidad literaria, como muchas de su

género, posteriormente tomó las riendas de sus propios proyectos y así marcar la brecha

21 Todas las imágenes presentadas se encuentran ubicadas en el Archivo Personal de Rita Cetina Gutiérrez, en los documentos personales Caja I.Vol I. Exp. I del Archivo General de Yucatán. 22 Lilia Granillo nos dice: “Parece que la historia y la crítica de la literatura mexicana, atentas al desarrollo de la expresión masculina, se han ocupado solamente de la femenina como evidencia de la supremacía y continuidad de la masculina; de seguir así continuarán olvidando dotar de su especificidad y reconocimiento a la expresión de la mitad del universo poético. El olvido es evidente inclusivo en historiadores varones, afortunadamente, más de uno comienza ya a recuperar la memoria borrada” (GRANILLO 2010,43).

55

no sólo para ella, sino para toda mujer interesada en tomar la pluma que si no le había

sido negada, fue invisibilizada. Lilia Granillo anota lo siguiente: “Resulta obvio que algunos

diarios no favorecían la difusión de la poesía femenina, y que otros abrían y cerraban sus

puertas sin más explicaciones” (Granillo 2010, 30). Aún en la actualidad, en palabras de

Ana Rosa Domenella, Rita Cetina Gutiérrez ha sido una “voz olvidada” (DOMENELLA

1997,35), ha sido una mujer que a pesar del gran papel que jugó en su tiempo histórico,

podemos decir que sólo ha tenido tres momentos de reconocimiento: El primero de ellos

fue a los 17 años cuando incursionó en el mundo público con participaciones que le

permitieron mostrar sus primeros escritos, los cuales marcarían el inicio de su vasta

producción literaria cuyo mejor medio de expresión fue la revista La Siempreviva. Pese a

que en 1893, José María Vigil incluye a Cetina con un poema en su Antología de POETISAS

MEXICANAS 23 otorgándole de alguna manera el reconocimiento de la institución

masculina, no fue tan relevante como el que se da en el momento de su muerte cuando

Rodolfo Menéndez de la Peña24 tiene el encargo de realizar su biografía como un

23 Vigil, José María POETISAS MEXICANAS Siglos XVI, XVII, VIII y XIX. México. UNAM 1977. 24 Notas autobiográficas de Rodolfo Menéndez de la Peña escritas en 1908:” Nací en la Villa de San Juan de los Remedios, cabecera de la jurisdicción de su nombre, en el departamento central de la Isla de Cuba, el 15 de mayo de 1850. Fueron mis padres: Don Pantaleón Menéndez y Pérez y Doña Carmen de la Peña y Pérez. Pertenecían ellos a distinguidas familias remedianas, y eran primos segundos. Se casaron en 1844… Mis hermanos fueron diez: Balbino, Clementina, Fernando, Antonio, Sofía, Cándido y Rodolfo: los otros tres murieron pequeños y ni siquiera sé sus nombres. Superviven, al escribir estas líneas, Antonio, Cándido y yo… Yo me casé en Valladolid de Yucatán el 23 de enero de 1875, sólo por lo civil. Mi esposa se llamaba Flora Mena. Era huérfana de padre y madre […} murió en Mérida el 23 de julio de 1901 a los 45 años de edad. El 31 de octubre me casé en segundas nupcias con la Señorita Nemesia Rodríguez […] Pasé mi niñez tristemente […] En Manacas, la pequeña finca de mi padre, aprendí a trabajar en el campo y tomé amor a la agricultura. Me gustaba mucho el trabajo material y fui tabaquero, dependiente en una tienda, vendedor ambulante, etc. Compartía el tiempo entre el trabajo y el libro. Era muy estudioso y leía con ansiedad cuanto papel, libro o periódico caía en mis manos. Desde muy temprano aprendí y recité versos. Sin embargo, mi despertamiento intelectual se verificó en el Colegio Superior de San Juan de los Remedios[…] Daba clases de lectura explicada […] Me recibí en 1867. “A poca distancia de Cuba, hay un país, sano , bueno y hospitalario. En ninguna parte pueden estar mejor que allí. Ese país es mi patria, “Yucatán” . En Yucatán estarán como en su propia tierra y a un grito de Cuba […] Pocos días después de nuestra llegada a Mérida, Antonio y yo

56

homenaje póstumo a tan brillante mujer, marcando el segundo momento de relevancia.

Sin embargo, la Rita Cetina que él nos muestra la limita a los roles tradicionales de mujer

sacrificada y abnegada que supo llevar a cuestas su papel de educadora, dándose tiempo

para tocar las cuerdas de la “lira literaria”. A partir de ahí hay un siglo de silencio, pues su

labor y colaboración en la revista La Siempreviva25 son reconocidas al realizar una edición

facsimilar en 2010 como una aportación al Bicentenario de la Revolución de

Independencia y el Centenario de la Revolución Social Mexicana, siendo este el tercer

momento. 26

Rita Cetina Gutiérrez, no podemos negarlo, ha sido un referente digno de atención

en lo que concierne el periodismo del siglo XIX, sobre todo porque La Siempreviva es la

primera publicación total y exclusivamente dirigida por mujeres, donde participan y

colaboran sólo mujeres, a esta mujer no se le ha otorgado el reconocimiento que merece

por ella misma, por ser Rita, es decir, como una escritora que publicó desde poesía con un

manejo de la forma perfecta y cuyo contenido abordaba una diversidad temática, que

practicó la oratoria con discursos alusivos a las glorias de la patria, breves ensayos y

artículos donde la mujer fue su tópico preferido. Por qué no decirlo, una escritora

polifacética, ya que mientras observamos en sus inicios, una poesía íntima y cándida

pusimos una tabaquería […] El abuelo se mostró duro con nosotros y no nos protegió para darnos a conocer como profesores de instrucción primaria […] Durante los dos últimos meses de 1869 y todo el año de 1870, tuve clases particulares en Cárdenas y ya estaba en relación con unos revolucionarios para proporcionar recursos para la Revolución. (BOJÓRQUEZ 2008 45) 25 Más adelante presentaremos de manera más amplia el carácter e importancia de tal revista, la cual fue dirigida por Rita Cetina Gutiérrez y tuvo como principales colaboradoras a Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán. 26 Cabe mencionar que la antropóloga Piedad Peniche Rivero recién publicó una investigación sobre Rita Cetina basada en su labor como educadora, tanto en la escuela La Siempreviva como en el Instituto Literario de Niñas, mas no en su papel de escritora.

57

dedicada a sus jóvenes amigas; después a los 20 años, Cetina se presenta ante una

tribuna, en un espacio abierto, para dirigirse a hombres y mujeres, que en su mayoría

ocupaban cargos públicos con composiciones y discursos dirigidos al valor, a la patria.

Después ya con la legitimación de la sociedad, emitió artículos y composiciones que

fueron verdaderos exordios a la mujer para ilustrarse, para dirigirlas al camino del

progreso y la emancipación, de manera convincente y decidida.

Otra aportación importante a la literatura femenina en México y que hasta ahora

no se conocía y por ende no se le había reconocido a Rita Cetina Gutiérrez como una de

las primeras mujeres que escribió novela en nuestro país. Desarrolló el género siguiendo

los patrones propios de la época, a manera de las publicaciones masculinas, emitiendo por

entregas su novela en la revista La Siempreviva. Resultó muy ad hoc el periódico para

cultivar este género, pues el hecho de sacar a la luz periódicamente los capítulos,

mantenían el interés del lector y por consecuencia aseguraba la venta de las

publicaciones. Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno, José T. Cuéllar, son de los

escritores decimonónicos que cultivaron este género con gran éxito. Así, Rita Cetina

publicó Julia, una novela que dedicó a Adelaida Carrerá de la Fuente, quien entonces era

secretaria de la Sociedad y que colaboró con traducciones del inglés y francés en La

Siempreviva. También interviene en la misma publicación con artículos, breves ensayos y

dos cuentos: Cuento del mar y Gratitud.

Retomando aspectos biográficos de Cetina, de su padre, Pedro Cetina, se sabe que

incursionó en el medio político, estableciendo en sus cortas gestiones algunas relaciones

que favorecieron a Rita para realizar estudios básicos, entre ellos aprender a leer. Tras el

58

asesinato de Don Pedro por diferencias ideológicas con otros políticos, asume la tutoría

de la menor de catorce años de edad, Don Domingo Laureano Paz, amigo de la familia.

Gracias a su protección, Cetina Gutiérrez, tuvo educación privada lo que le permitió

formarse como Profesora de Enseñanza primaria inferior y superior. Rodolfo Menéndez

de la Peña lo explica de la siguiente manera:

Con el transcurso de los años, sus buenas relaciones sociales, el ejercicio de la

enseñanza y la lectura de buenas obras, llegó a tener Rita Cetina Gutiérrez una sólida

instrucción y una completa suficiencia profesional. (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,19).

Sin duda, el apoyo recibido por su tutor, su gran inteligencia y tenacidad impulsó

la educación de Cetina, además de favorecerle las relaciones que su padre estableció en

su práctica militar y sobre todo el asirse de la pluma literaria la llevaron a dejar el espacio

privado para ocupar otro que había sido asignado sólo al hombre: el mundo público. De

Doña Jacoba Gutiérrez, su madre, no se tienen mayores datos más que era un “ángel más

del hogar” al cuidado de sus hijos.

Así, los diecisiete años de Rita fueron parteaguas tanto en su vida personal como

literaria, ya que comienza a escribir sus primeros ensayos poéticos, donde el amor filial y

fraterno son el tópico más recurrido. Presentamos un fragmento de una de sus primeras

composiciones literarias que localizamos en su manuscrito autógrafo, el cual reúne

poemas escritos en diferentes momentos de su vida y que por esta razón, bien puede

considerarse una autobiografía, pues nos permite conocer además de su pensar y sentir,

los momentos y motivos que la llevaron a escribir. Dadas las características de contenido

59

de este manuscrito autógrafo proponemos que podría tratarse de un álbum27, en el cual

Rita Cetina recopiló sus composiciones, probablemente con la intención de ser publicado.

Si el manuscrito de Rita Cetina pudiera considerarse un álbum, no encontramos

dedicatorias de otras u otros escritores, pero si la compilación de composiciones

originales escritas en diferentes etapas. Escribir en los álbumes de sus amigas, resulta ser

el instrumento para expresarles su sentir, sin embargo escribirles a ellas es escribirse a sí

misma. Estos poemas parecen ser poemas espejo, donde a través de su reflejo, Rita

puede autopercibirse. Aunque parece pertinente, no nos detendremos en hablar de este

poemario y/o álbum, pues dedicaremos más adelante un capítulo para su tratamiento.

En el álbum de la srita. Dolores Baeza

Recuerdo

Escucha amiga de mi triste acento

Un canto sin belleza ni armonía

Que por primera vez la lira mía

Por tu amistad tan solo va a vibrar

Escucha sí, mi canto que aunque triste

Tu pecho hará latir con su ternura

Y lanzaras un ¡ay! a mi amargura

Cuando en tu vida llegue a resonar.

No te ofrezco graciosos ramilletes

27 De acuerdo a la definición de Gaspar y Roig en 1853 ubicado en el diccionario histórico de la RAE, un álbum refiere a un “libro o librito elegantemente lujoso, en el que algunas personas y particularmente las señoritas obligan a los literatos y artistas a poner una muestra de su talento y habilidad; bien escribiendo alguna cosa, por lo común en verso, bien dibujando algún capricho o alusión a un tema”. Sin embargo, podemos observar que durante el siglo XIX, los álbumes resultaron ser un medio de comunicación entre mujeres escritoras. A través de éste, ellas podían establecer un “diálogo literario” o por lo menos ser el mejor instrumento para compartir o dedicar su escritura, en su mayoría de las veces a otras mujeres.

60

Ni mil guirnaldas de esmaltadas flores

Que puedan con sus vividos colores

Orlar tus sienes niña celestial

Solo puedo ofrecer sentidos cantos

Que suspendan amiga tu alegría

Pues tu placer y mi tristeza haría

Un extraño conjunto desigual.

Mas no, daré al olvido mis pesares

Para fijar en ti mi pensamiento

Y consagrarte mi primer acento

Con amante y genial sinceridad

Este tierno murmullo de mi pecho

Agita con placer amiga mía…

Mis primeros ensayos de poesía

Te dedico en ofrenda de amistad

Mérida Julio 2 de 1863.

Como en otras escritoras decimonónicas prevalece la constante de dirigir sus

escritos a otras mujeres y muy repetidamente establecer un diálogo literario femenino;

no debemos olvidar que a Rita aún le toca vivir en el México romántico caracterizado por

lo sentimental. Monserrat Galí define al sentimentalismo romántico como un principio de

simpatía o de identificación con cosas, personas o situaciones. En segundo lugar, a

manifestaciones físicas o corporales concretas, como son el llanto, los desmayos, los

suspiros y las enfermedades nerviosas (GALÍ 2002,502). Así, aunque Rita avance en edad y

conocimiento, su sensibilidad será siempre la misma pues en todo momento se verá

61

envuelta en un contexto sentimental. Otro elemento a resaltar es que este poema escrito

en el álbum de una amiga inaugura su producción poética y que desarrollará a lo largo de

su vida.

Era común de la época el uso de seudónimos para ocultar la identidad del autor o

autora, como es el caso de Gertrudis Tenorio Zavala, compañera y amiga de Cetina,

“Hortensia”, Carmen Solís de Rivas (colaboradora de La Siempreviva), “Clara”, José T.

Cuéllar “Facundo” o Vicente Riva Palacio que utilizó un seudónimo femenino “Rosa

Espino”. Rita Cetina, de igual manera utiliza el seudónimo “Cristabela”28 en sus primeras

publicaciones destacando las del periódico literario La Esperanza.

Resulta interesante observar que en 1866, a Cetina se le reconoce como poetisa29

al presentar en público una composición dirigida al Coronel Daniel Traconis30 después de

regresar triunfante de una batalla en Tihosuco donde libró a la población de un grupo de

mayas rebeldes. Este hecho, marcó la plena aceptación del patriarcado para que una

28 La creatividad de la escritora se dejó ver en su seudónimo, pues lo crea con la fusión de dos vocablos, el primero de ellos parte de Cristo, en su femenino “Crista” complementándolo con la terminación “bela” que podríamos atrevernos a proponer que proviene de “Isabel” ya que ambos significados evocan al amor a Cristo, así con base en este análisis podemos afirmar que Cristabela significa La que ama a Cristo. En otro tenor, podemos considerar que era una manera de asirse de la paternidad, en este caso simbólica, para legitimar su incursión en un espacio público. 29 El término poetisa es muy usado en el siglo decimonónico para referirse a la actividad literaria de escribir composiciones poéticas por la mujer, así el vocablo poeta, alude al hombre que desarrolla el mismo género literario. De hecho, José María Vigil, lo remarca al titular su corpus de composiciones poéticas escritas por mujeres como “Antología de poetisas”. 30El Coronel Daniel Traconis fue militar del ejército mexicano y gobernador constitucional de Yucatán. En el acervo de la Biblioteca Crescencio Carrillo de Mérida, Yucatán, hallamos un compendio de biografías de personajes ilustres de Yucatán; en la cual, afortunadamente se localiza la de Daniel Traconis, personaje de gran importancia en la historia de Yucatán. Presentamos un fragmento de su biografía: “ Entre las guerras fratricidas que ensangrientan los anales mexicanos desde la Independencia proclamada en 1810 y consumada en 1821, ninguna reviste los perfiles sombríos y terribles de la llamada de tres años, que dio por resultado el afianzamiento del código nacional y de las leyes de reforma que nos rigen. En esta guerra titánica, y decisiva, figura con brillantes notas el C. Daniel Traconis, nacido en Mérida, capital de Yucatán, el 21 de Julio de 1836, hijo de Don Demetrio Traconis y de Doña Guadalupe García y Virgilio”.

62

joven talentosa participara en el proyecto literario y así entrar por la puerta grande al

ámbito de las letras y posteriormente incluirla también en el proyecto para la educación

de las mujeres.

Este es un fragmento de aquella composición presentada en la tribuna de la

esquina de lo que se conocía como Bazar. Ésta se encuentra en el manuscrito autógrafo

del que ya hemos hablado; al igual que la poesía anterior forma parte de la primera

sección del mismo y su data corresponde al 4 de octubre de 1866, cuando Rita ya contaba

con 20 años.

¡Yucatecos, salud! Invictos héroes,

Bizarros hijos de la patria mía,

Denodados varones que a porfía

Supisteis en la lid, nobles luchar

¡Gloria a vosotros, que con bravo arrojo,

Del bárbaro tenaz al grito fiero,

Empuñasteis valientes el acero

Y marchasteis resueltos a bregar!

De alguna manera, esta composición representa un acto genuflexivo, Cetina

enaltece al guerrero defensor del México civilizado para que le sea otorgada la

aprobación y aceptación en el espacio público. Además, recordemos que desde el

proyecto de Altamirano, formó parte de la conformación de las letras nacionales y de su

63

región. El ideal tanto de las mujeres como de los varones fue forjar las letras yucatecas,

ya que en palabras de José Esquivel Pren, había existido una orfandad literaria antes de la

restauración de la República (ESQUIVEL PREN 1977,210) Por otro lado, la inclusión y

aceptación de la mujer en la producción literaria reafirmaba el liderazgo masculino, es

decir, se le había permitido el acceso sin dejar de marcar su subalternidad. Sin embargo,

en poco tiempo, las mujeres abren su propia brecha, siguiendo sus propios objetivos y

proyectos. De tal forma que su presencia se hace más evidente en espacios como las

Veladas Literarias en Yucatán, donde tuvo oportunidad de darle voz a sus poesías. Por

ejemplo, de acuerdo a los datos históricos y nuestras investigaciones, Cetina publica un

discurso alusivo a la Batalla del 5 de mayo de 1862 en Puebla, precisamente en la

conmemoración de este hecho, un 5 de mayo pero de 1869. Según Menéndez de la Peña

en el boceto biográfico, Rita ocupa la tribuna en la conmemoración de este suceso en los

años 69 y 70 donde “su lira de oro conquistó la más hermosa celebridad en el corazón del

pueblo”, en palabras del presidente de la Junta Patriótica (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1908,

23). Por lo tanto, podemos considerar que este discurso31 fue leído en alguna de estas dos

celebraciones. Así, observamos como la escritora meridana va ganando terreno en lo que

antes fue territorio plenamente masculino.

31 Documento manuscrito que hemos anexado en el apéndice de este capítulo.

64

2.2. La Biblioteca de Señoritas y sus colaboradoras.

A partir de esta incursión en el mundo público, Cetina se une a dos mujeres que en

conjunto forjarán cimientos más sólidos, principalmente en el ámbito periodístico y

literario. Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán, ambas tan aguerridas como Rita,

compartían el gusto por la escritura, el deseo de colaborar en la formación de otras

mujeres más allá de los roles tradicionales, entre otros32. Por lo tanto, partiendo de la

sincronicidad de los hechos, estableceremos la relación que hubo entre estas tres mujeres

con acercamientos diacrónicos, pues su labor conjunta logró potencializar sus objetivos e

intenciones.

Gertrudis Tenorio Zavala contaba con el renombre que le había heredado su

abuelo, Lorenzo Zavala, personaje ilustre del Yucatán de décadas anteriores y Cristina

Farfán de García Montero con la aprobación y legitimidad que le otorgaba el apellido de

su esposo, Don José García Montero33, quien fue un eminente actor social y asumió la

32 Celia Esperanza Rosado Avilés afirma en su tesis doctoral que a partir de 1860 el avance de la política liberal y la llegada de los intelectuales cubanos a Yucatán fue el impulso definitivo para el desarrollo de la prensa literaria dirigida y producida por las mujeres en la península. El interés de los escritores yucatecos por formar lectoras y publicar textos de escritoras se remonta a los periódicos de la generación de 1840 que abrieron espacios de lectura dedicados “A las yucatecas” y publicaron textos de autoras reconocidas como Catalina Zapata y Gertrudis Gómez de Avellaneda. Pese a que, durante la primera mitad del siglo XIX, pocas mujeres aparecieron en las listas de suscriptores se cree que su participación como promotoras y patrocinadoras de los proyectos literarios fue relevante, no sólo por los múltiples agradecimientos publicados por los redactores, sino porque la élite económica yucateca incluyó a mujeres que manejaron grandes fortunas con bastante autonomía, por lo cual no sería extraño que hubieran dotado de recursos económicos a diferentes proyectos culturales y editoriales. 33 Según lo establece el trabajo enciclopédico Yucatán en el tiempo, José García Montero (1836-1913) fue un abogado dedicado al magisterio. Escribió teatro, poesía, fábula y estuvo casado con Cristina Farfán de García Montero. El colegio fundado por García Montero se llamó García Gutiérrez y era de filiación religiosa. El perfil conservador de García Montero se entiende más si consideramos que durante el imperio de

65

paternidad profesional-literaria de estas tres mujeres, legitimando su incursión en estos

terrenos, lo cual les permitió en primera instancia poder colaborar en la Biblioteca de

Señoritas. Lecturas del Hogar 34, en su segunda serie ( 1869) publicación dirigida y creada

por varones pero que abría un espacio a la mujer, desde luego con su tinte conservador,

moralista y como lo reza el lema de la misma publicación “tender una mano protectora y

firme hacia la mujer” 35 a lo cual Melchor Campos agrega en el prólogo a la edición

facsimilar de la revista La Siempreviva: “debido a sus funciones a cumplir: madre, esposa,

hermana y amiga del hombre, de cuyo seno nacen los sabios, los héroes y los poetas”

(CAMPOS 2010, XIX). Como lo mencionamos anteriormente, el incluir a la mujer en los

ámbitos literarios y sobre todo periodísticos fue con el fin de remarcar su subordinación,

el hombre necesita la voz femenina para confirmar y reafirmar su superioridad a través de

la voz colectiva y de difusión que poseía el periódico. El contenido no estuvo totalmente

dirigido al público femenino, sin embargo las colaboraciones por parte de los varones,

muestran un carácter tendencioso, donde la moral y la buena instrucción juegan un papel

sobresaliente.36 Mostramos a continuación la primera plana del mismo en su segunda

serie.

Maximiliano fue síndico del Ayuntamiento. Usó los seudónimos El Tripón, El Yucateco y Don Antruejo. Yucatán en el tiempo. Tomo III. p. 115. 34 En el año de 1861, bajo la dirección de José García Montero, sale el primer número de La Biblioteca de señoritas, revista dedicada a las mujeres. En sus páginas ofrecía textos y poemas que, a criterio del editor, orientaban a las mujeres por los senderos correctos para las mujeres, es decir, se buscaba que las señoritas yucatecas encontraran en sus páginas la correcta dirección para cumplir con su misión de madre, hija y esposa, los prototipos usuales durante el XIX. En los años de 1868 y 1869 nuevamente sería publicada, ahora con colaboración del colombiano Darío Manzuela, Francisco Sosa. Tesoros de la Biblioteca Virtual No. 54. La educación femenina en Yucatán durante el siglo XIX 35 Biblioteca de Señoritas, 19 de septiembre de 1868. 36 Rosado Avilés comenta al respecto que el contenido de la revista no estuvo dirigido, en exclusiva, al lector femenino, sino más bien configuraron un lector más general, en muchas ocasiones marcado

66

Fig. 5 Biblioteca de Señoritas. Lecturas del hogar (1869)

Aunque la intención primordial de este apartado es mostrar las contribuciones y

aportaciones de estas tres mujeres en su relación con la Biblioteca de Señoritas, nos

parece sumamente interesante mostrar un fragmento de un artículo que el director y

esposo de Cristina Farfán, José García Montero publica con el nombre “Las Mujeres”. La

importancia, para nosotros, de citar este ensayo radica en cómo configura a la mujer de lingüísticamente como masculino. En este periódico lo que se encuentra, básicamente, es un discurso de hombres para hombres, versado sobre el lugar y la situación de la mujer en la sociedad decimonónica. Ahí, de cuando en cuando, se recordó el favor de las lectoras y se les dedicó algunos versos tomados de algún álbum. En este contexto, pretendieron discutir y analizar el papel de la mujer en la sociedad, desde una visión profundamente moralista.

67

su entorno, que por supuesto incluye a su Cristina y ahora en el papel de colaboradora

del periódico que él dirige. Como padre literario emite un discurso de carácter incluyente

ya que lo dirige a todo público lector, el cual puede considerarse de presentación a la

sociedad. A través de su contenido, como él dice, las mujeres “abrirán los ojos”. Así, hace

un recorrido histórico que parte desde la creación, mostrando una mujer en dicotomía,

para algunos ángel, para otros demonio, para unos el bien de su vida o la perdición de

ella; en fin, García Montero plantea que cada quien pensará como “le haya ido en la

feria”. La postura ideológica determinante consiste en abrirle el paso a la mujer, a

ilustrarse, a cederle “el laurel de la victoria”, alienta a su emancipación. Esta razón

justifica el haberles otorgado “voz” en el periódico para pedirles en palabras del escritor:

“Hacer feliz a una familia, a un pueblo, a una nación entera”. He aquí un fragmento:

¿No dicen que la mujer es un tesoro? Pues explotémoslo. Saquémosla de esa

triste condición de la cual se han emancipado en virtud del acto supremo de su

voluntad soberana, todas las mujeres…. Ábranse para ellas todos los oficios, todas

las profesiones y todas las industrias. Concedámoslas todos los derechos del

hombre y seamos lógicos, carguen también con la obligación de entrar en quintas.

Todo está subvertido y en esto consiste la verdadera y completa revolución que

hemos consumado. El paganismo hizo a la mujer esclava, el cristianismo la hizo

mujer, la hizo esposa, la hizo madre; la civilización moderna pretende hacerla

hombre. Tal es el progreso37

A Elina, es la primera composición poética en octavas reales con la que colabora

Rita Rosaura. Es interesante ver como Cetina, muestra su solidaridad a la mujer,

aconsejándole tenga cuidado del proceder del hombre, quien, en este poema, es

37 García Montero, José “La mujer” en Biblioteca de Señoritas. Primer número. 3 de octubre de 1868.

68

representado por el trovador; cuya imagen no es fortuita ya que como las sirenas

homéricas, puede su canto ser la perdición de quien las escucha, el poder que reafirma

su masculinidad. En esta tríada femenina, la voz lírica aparece en el centro de dos damas,

donde a través de un “deber moral” advierte a Elina el daño que pudiera sufrir, tal es el

caso de Elmira, quien antes confió en el mismo hombre. Cetina refiere en esta

composición a la pasión de manera sutil, el “ángel del hogar” ha sido desplazado por una

mujer más terrenal. La carga moral es evidente, pues desde una perspectiva femenina, el

poder está representado por la figura del poeta y la mujer se muestra como el objeto de

sus deseos, la cual tiene en sus manos el freno y responsabilidad de sus acciones. Aun

cuando se trata de un poema, por su temática podríamos trasladarlo a una fábula dado su

fin didáctico cuya moraleja sería advertirle a la mujer más cuidado en el amor38. Como

podemos observar, la pluma literaria femenina empieza a tomar otra dirección, en el

sentido de que la escritora comienza a tener otros giros que en sus primeros escritos no

mostraba. Tomamos las primeras dos octavas como ejemplo de esta primera

colaboración en la Biblioteca de Señoritas:

A Elina

Mira del dolor el peso

Inclina su blanca frente

Y triste lágrima ardiente,

38 El tema del amor es muy recurrente en el romanticismo, pero siempre con un sesgo pesimista, dirigido al sufrimiento como un fin inevitable, de ahí que Rita en este poema intenta deconstruir lo prestablecido, es decir, como lo indica Monserrat Galí: “El romántico es un ser eternamente insatisfecho, anhelante, decepcionado, trágico” (GALÍ 2002, 595).

69

Surca en su pálida faz.

A la tristeza entregada

Siempre mustia y solitaria,

Alza al cielo una plegaria

Pidiendo quietud y paz

Suspiro lánguido exhala

Y desconsolada llora,

Honda pena la devora

Desgarrando el corazón.

En vano la vista ansiosa

En derredor de ella gira

No encontrará pobre Elmira

Quien comprenda su aflicción.

Junio 2 de 1868

Ahora nos detendremos en la escritora Gertrudis Tenorio Zavala39, que como lo

mencionamos anteriormente, también colaboró en la misma publicación y que en

palabras de Rodolfo Menéndez de la Peña fue “la compañera de toda la vida” de Rita

(MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1908, 66). No podemos dejar de remarcar la importancia de su

presencia en la labor de Cetina, pues en compañía de Cristina Farfán, fundaron la primera

revista escrita por mujeres en la península: “La Siempreviva”, cuya presencia le otorgó

mayor rigor académico, fortaleciendo la publicación. Además en conjunto lograron un

gran avance en cuanto se refiere a la educación de la mujer y como feministas pioneras.

39 De acuerdo a nuestras investigaciones, consideramos que el encuentro entre Rita y Gertrudis tiene su origen en su genealogía, es decir, como su padre y su hermano fueron militares, además de las relaciones políticas que sostenía su tutor Don Domingo Laureano Paz favorecieron el acercamiento entre ellas, ya que el abuelo de Gertrudis Tenorio fue Don Lorenzo de Zavala, también figura sobresaliente en la milicia, así que es muy probable que la concatenación de relaciones cruzaron sus destinos.

70

De acuerdo a lo que Celia Rosado Avilés plantea en su tesis doctoral, Tenorio Zavala, cuyo

seudónimo era Hortensia, de igual modo comenzó a escribir a los 17 años en periódicos

como El Repertorio Pintoresco, posteriormente en La Oliva, y que tuvo más proyección en

el centro del país que la misma Cetina, publicando en Las Violetas del Anáhuac, entre

otros (ROSADO, 2009, 159). De hecho, “Tulita” como le llamaban sus amigos (entre ellos

Rita) colaboró antes y con más participaciones que nuestra escritora en el Renacimiento,

dirigida por Altamirano. José María Vigil, de la misma forma, la incluye en su Antología de

Poetisas Mexicanas (VIGIL 1977, 129) con tres composiciones poéticas tituladas, A la

Virgen María, El amor y el desengaño y Quejas, una composición de ocho cuartetos donde

alude a la imagen del amor del ideal romántico. Sin lugar a dudas, fue una mujer cuyas

intervenciones fueron medulares en el progreso de la mujer decimonónica y cuya obra no

puede faltar en la historia de la literatura femenina.

Cristina Farfán40, como lo hemos mencionado anteriormente, fue esposa del

director y fundador del periódico La Biblioteca de Señoritas, nació el mismo año que Rita

Cetina (1846) pero murió casi veinte años antes (1888). Por cuestiones personales, tuvo

que dejar su natal Mérida para continuar con su labor periodística en Tabasco donde

fundó El Recreo del Hogar, que ha decir del título, también fue una publicación dirigida a

la mujer, sin embargo no alcanzó la importancia de La Siempreviva a nivel peninsular.

40 Melchor Campos en su “Estudio introductorio” a la edición facsimilar de La Siempreviva, presenta a Cristina Farfán como una escritora que cultiva una diversidad de géneros literarios, como poemas, novelas, ensayos y discursos, con una fuerte influencia del romanticismo católico del conde Chateubriand y el vizconde de Walsh. Su actividad en la sociedad fue impartir la clase de dibujo natural. Como dato personal, cabe mencionar que es la única que se casa de las tres (Cetina, Tenorio y Farfán). (CAMPOS 2010, XLIX).

71

Continuó con su labor educadora en el Colegio El Porvenir. No hizo uso de ningún

seudónimo como Gertrudis y Rita, pues a diferencia de ellas, los apellidos de su esposo

legitimaron su hacer tanto en el periodismo como en la educación.

Figuró en la Antología de Poetisas Mexicanas de Vigil con tres composiciones, la

cual una de ellas llama nuestra atención: Mi hogar. En estos versos, en su discurso

femenino, notamos que Cristina Farfán afirma y confirma que el lugar más seguro para la

mujer es su casa. Enaltece el intimismo, ya que el símbolo de la casa41 representa su

pensamiento donde sólo ella puede adentrarse. Observa el exterior donde las aves

representan la libertad mientras ella “disfruta” de la reclusión en el hogar en los brazos

del esposo con el que comparte su confidencialidad. Galí apunta que la casa como

símbolo de lo privado, enclaustrará a la mujer, a quien se convierte en el garante del

funcionamiento de la célula familiar (GALÍ 2002, 96) Así se leen los últimos versos:

Mi hogar

Casita, casita alegre

De la loma de Esquipulas,

Que en ti no dejen los tiempos

Su huella implacable nunca;

Porque en brazos de mi esposo

Vivo, para mi ventura,

Siempre querida y contenta;

Siempre en confidencias mutuas.

72

Hacemos mención de otro fragmento de una composición que publica en la

antología antes mencionada, puesto que su configuración femenina parte de la presencia

del varón y de su sentido de pertenencia, es decir, se cosifica ella misma. La mujer existe

por y para el hombre, planteamiento que se reafirma desde el título

Mi todo

Eres mi bien, mi dicha, mi alegría;

Único ser que con delirio ardiente

Adora mi alma, y cuyo amor ferviente

¡Ay! mi entusiasta corazón ansia.

Eres mi fe, mi gloria, mi esperanza:

El arcángel de luz que me ilumina;

El faro bienhechor que me encamina

Al lugar de la dicha y bienandanza.

Sin ti, soy nada, mi adorado dueño;

Sin ti, la muerte me será querida;

Porque tú eres el ángel de mi sueño;

Porque tú eres el todo de mi vida.

Volviendo atrás al estudio de nuestra escritora, en la obra de José María Vigil, Rita

Rosaura figura con una composición, A Babilonia, (VIGIL 1977, 293) la cual había sido

publicada en la revista El Renacimiento anteriormente. Menéndez de la Peña plantea la

posibilidad de que su humildad literaria la haya limitado a sólo presentar una poesía

(MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1908, 59). Sin embargo, en sus inicios mostro cierta timidez en

su escritura, probablemente lo que la hizo considerarse de poco talento literario.

73

Con la alusión a las intervenciones de Rita, Gertrudis y Cristina en la antología de

José María Vigil, que en su momento fue de gran relevancia; ya que el hecho de figurar

en ella, les otorgaba el reconocimiento de las autoridades literarias y contribuir al

imaginario femenino que comenzaba a filtrarse como parte de la ideología positivista y de

las demandas del país vecino. Notamos, que la escritura de nuestras autoras no se aleja

de las demandas del contexto, por un lado reafirman a la mujer como el garante de la

conservación y preservación de la familia a través de figurar como el “angel del hogal”,

tal es el caso de las composiciones de Cristina Farfán y por otro lado la expresan la

inclusión de la mujer en terrenos públicos pero con los aires propios del romanticismo.

Reafirmamos esto con la siguiente cita de Monserrat Galí:

[…] Se difundieron dos tipos de discurso, contradictorios entre sí: por una parte,

los textos didácticos, moralizantes y aun costumbristas tienden a enfatizar el rol de

la mujer como madre de familia abnegada, como esposa atenta a todas las

necesidades domésticas, y como mujer laboriosa y siempre ocupada en

actividades que beneficiarán al bienestar familiar; pero por otra parte, la literatura

– novela, cuento o poesía- se encargará de difundir un modelo de mujer

fantasiosa, romancesca, dada a vivir en el ocio y únicamente en el amor

romántico. (GALÍ 2002 ,97)

En la Revista de Mérida, revista análoga al Renacimiento de Altamirano, tratada

en el capítulo anterior, Rita también se encuentra entre la lista de colaboradoras y

colaboradores en aquella primera edición que data del año 1869. Tal como lo muestra la

imagen publicada más adelante, figura al lado de su amiga y colega, Gertrudis Tenorio

Zavala y de José García Montero, esposo de Cristina Farfán.

74

Sin embargo, llama mucho la atención el prólogo presentado por el editor,

Ramón Aldana, sobre todo cuando menciona a los colaboradores, pues se refiere a ellos

como “escritores inteligentes” y “jóvenes”, pero no hace una alusión directa y clara a la

participación de las mujeres como parte del grupo. Podemos pensar que usa el término

“escritores” de una manera genérica, es decir, considerando en él a las mujeres y a los

hombres. No obstante, si hubiese sido en ese sentido, la palabra “jóvenes” es un término

no recurrente para aludir a hombres y mujeres .Así apunta un fragmento:

LA REVISTA DE MÉRIDA es una publicación enteramente literaria que sale a la luz

sin pretensiones, atrevimiento grande y digno de censura seria el nuestro, si al

emprenderla, confiásemos solo en nuestras fuerzas, si no cansadas nunca para el

culto de las letras, desproporcionadas siempre al grado de adelanto y de gloria a

que aspiramos verlas llegar aquí. Contamos, pues, para ayudarnos en nuestros

trabajos con escritores inteligentes que ya han sabido merecer el justo aplauso y

el respeto de sus conciudadanos, por lo mucho bueno y útil que han escrito, y con

jóvenes estudiosos que desean imitarles, y cuyos nacientes talentos servirán algún

día para la felicidad y el buen nombre de la patria: todos ellos, amigos nuestros y

unidos a nosotros por el noble común interés de la gloria literaria.42

No es de extrañarnos que en un contexto donde los varones, desde tiempo atrás

habían sido los únicos en tomar la pluma literaria y el periódico portavoz exclusivo de ellos

y la mujer ocupaba sólo el espacio doméstico, les costara reconocer y aceptar la incursión

de ellas en un espacio tan suyo; pero afortunadamente, en el caso de la mujer meridana

esta revista y la Biblioteca de Señoritas fue el umbral para abrir las puertas de par en par,

no sólo para tener la oportunidad de expresarse en medios públicos, asimismo, para

42Aldana, Rodolfo “Introducción” en La Revista de Mérida” Año I. Núm 1. Ejemplar encontrado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense.

75

cultivar su mente. Y lo más sobresaliente de esta situación, es que Rita Cetina, tomó la

batuta de la dirección de este proyecto donde la mayor resonancia fue en la educación.

Fig. 6 La Revista de Mérida

Cetina colabora en esta revista con diversas composiciones, “Babilonia”, “El ángel

de tu hogar” y “Campeche”, que es un poema donde la escritora, es la voz colectiva de

Mérida que se solidariza con este estado vecino ante la desgracia que dejó un desastre

natural. Para 1870, la revista da un giro y después de ser una revista de temática

exclusivamente literaria, abre sus posibilidades a otras áreas anunciándose como un

periódico mercantil, noticioso y de anuncios. De hecho, para junio del mismo año dejó de

76

publicarse por un tiempo “la parte literaria” hasta nuevo aviso, en palabras de los

redactores anotadas en la misma revista, 43

Finalmente, como lo habíamos compartido anteriormente La Revista de Mérida 44 destaca

porque a través de su “crónica local” anuncia la aparición de La Siempreviva:

Fig. 7 Crónica de La Revista de Mérida

El Repertorio Pintoresco, La Guirnalda, La Esperanza y El Recreo del Hogar, dirigido por

Cristina Farfán fueron otros periódicos donde Rita Cetina también colaboró, sin embargo

su mayor aportación, sin duda fue en La Siempreviva. Por tal razón, en el siguiente

apartado ahondaremos en este tenor.

43 “(A los señores suscritores) Por causas muy ajenas a nuestra voluntad se ha retardado la distribución de la parte literaria de nuestro periódico, ocasionando al mismo tiempo este retardo algunos inconvenientes en la cobranza de las suscriciones. Para evitar estos inconvenientes y establecer la justa regularidad en el cobro de las mismas suscriciones, avisamos a nuestros apreciables suscritores, que desde el presente mes sólo se cobrarán, con recibo, cuatro reales por la parte mercantil y la parte literaria será cobrada si recibo, en el acto de presentarse la entrega cuyo valor a los suscritores a las dos secciones será el de tres reales. Mérida, Junio 1° de 1870- M. Aldana Rivas. (Suelto extraído del ejemplar original localizado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense.) 44 La Revista de Mérida, revista publicada paralelamente a La Siempreviva. Hasta la fecha este periódico se sigue publicando pero con el nombre de Diario de Yucatán. Es la única publicación decimonónica que ha traspasado el tiempo a pesar de los diversos cambios en variedad de áreas.

77

2.3. La Siempreviva. Sociedad, escuela y revista.

1870, fue un año de suma importancia en la vida de Rita Cetina Gutiérrez. En un

lapso muy corto de tiempo se encontraba organizando y dirigiendo tres proyectos: una

sociedad, una escuela y una revista. Según cuenta el relato de Menéndez de la Peña, lo

primero que surge es la sociedad sin otorgar fecha exacta, ésta da origen a dos proyectos

más ambiciosos, una escuela de instrucción primaria para niñas pobres y la publicación de

una revista dirigida por mujeres para mujeres, las tres compartiendo el mismo nombre, La

Siempreviva, y el mismo fin: “la educación de la mujer por la mujer”45. Así el 3 de mayo de

1870, se inauguraba la escuela, y el día 7 del mismo mes salía a la luz el primer número

de la revista46.

El papel de nuestra escritora en estos proyectos, fue tan medular que difícilmente se

hubieran logrado sin la gestión e impulso de esta mujer. Su condición determinada por su

tiempo y espacio, la colocó como la más idónea para alcanzar los objetivos de esta tríada.

Desentrañar lo que se llevó a cabo de manera paralela, resultaría difícil y confuso, así que

trataremos, la sociedad, la revista y la escuela bajo el criterio de la importancia para no

45 Palabras que utiliza Menéndez de la Peña en el boceto biográfico. (MENÉNDEZ 1909, 24). 46 En este tenor, existe una contradicción en cuanto a la fecha de inicio de la institución y la publicación. Mientras Menéndez de la Peña apunta que tanto la escuela y la revista conocieron la luz el mismo día (3 de mayo de 1870); Celia Rosado Avilés en Mujeres en Yucatán, Mujeres de Yucatán afirma que el orden de aparición fue la sociedad, en inicio; la revista después y por último la escuela. Nos apegamos a las fechas que se establecen de manera más clara; es decir, tomamos como fecha de inicio de la escuela el 3 de mayo como lo indica Rodolfo Menéndez y la de la publicación la fecha que marca la misma revista en su primer número, el 7 de mayo de 1870 (ROSADO 2014, 215).

78

caer en situaciones demeritorias, pero sí resaltando su discurso femenino tanto en sus

acciones como en sus publicaciones.

Retomando lo que ya se ha explicado en el capítulo anterior, como parte del

proyecto nacional impulsado por el presidente de las letras, Ignacio Manuel Altamirano,

además del proyecto literario paralelamente se desarrollaría el educativo. Reconoce a la

patria como una patria mestiza a la cual hay que modelarla con cultura y educación. De

hecho, su publicación El Renacimiento poseía un eminente carácter didáctico, puesto que

las clases de gramática no podían ser excluidas y el impulso de la cultura serían elementos

que contribuirían a forjar a la nación, de ahí su interés por incluir a la mujer como

copartícipe de este proyecto pues poseía los dotes necesarios, principalmente, la mano

protectora y guía, así como el espíritu materno47.

Desde la promulgación de la Ley de educación en 1861 se establecía que el Estado

conformaría escuelas donde se brindara educación a ambos sexos, sin embargo no hubo

actuaciones firmes que mostraran algún logro en este tenor, al menos no en la península

de Yucatán48. Piedad Peniche Rivero49 refiere que el gobierno simpatizaba con la

educación de las mujeres puesto que el 80% de las mujeres era analfabeta, expresión que

45. Es así como se abre el espacio para la mujer que en mucho tiempo permaneció cerrado. Cabe recordar lo que se manifiesta al inicio de la publicación de la revista Renacimiento: “Se preocupaba también Altamirano por la instrucción de las mujeres para liberarlas del destino usual: el servicio doméstico, la costura, la prostitución…” (BATIZ 1993, 187) 48 “En 1868 se habían establecido las escuelas elementales para niñas en cinco suburbios de la capital yucateca, existiendo además el Liceo de niñas del Centro… y aún en los días más aciagos de la guerra social se venía laborando en pro de los intereses morales e intelectuales de las yucatecas.” (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,24) 49 Para ahondar en el papel de Rita Cetina como una maestra ilustre y prolífica, recomendamos revisar el texto de Piedad Peniche Rivero recientemente publicado: Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas: Una cuna del feminismo mexicano 1846-1908.

79

se opone a lo que apunta con aires románticos Menéndez de la Peña en el boceto

biográfico de Cetina: “Unas cuántas señoritas, animadas de purísimos deseos altruistas y

de brillantes esperanzas en el porvenir, se congregaron particularmente con el

simbólico50 nombre de la Siempreviva”51. Así que, Rita Cetina contaba con el perfil para

dirigir una sociedad que reunía a la más alta élite femenina que apoyó la creación de una

escuela gratuita de instrucción primaria inferior y superior para niñas pobres, ya que

como recordaremos realizó su profesorado en un espacio particular y poseía un alto nivel

cultural. Con el apoyo de las escritoras Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán emprenden

esta ardua tarea, en la que emplearían la mayor parte de su vida a excepción de Farfán,

quien emigró a Tabasco para continuar con su quehacer periodístico, fundando la

publicación El Recreo del Hogar.

Ahora bien, el punto de coincidencia entre el abismo de diferencias lingüísticas

entre Peniche y Menéndez de la Peña al abordar el objetivo de la creación de la escuela,

es que efectivamente, las instructoras se congregaron de manera altruista y con respecto

a la fundación de una asociación de carácter científico y literario es que ambos hacen

énfasis en la marcada desigualdad por su condición clasista.

Definitivamente, La Siempreviva no fue un nombre fortuito, este nombre lleva una

gran carga simbólica. Alude a una planta de carácter medicinal cuyo aspecto digno de

50 María del Carmen García en Un discurso de la ausencia, teoría y crítica literaria feminista, nos dice que en lo simbólico se ha estructurado la subordinación de las mujeres y que ahí mismo se han establecido los criterios de valor para juzgarla y valorar sus obras literarias, por lo tanto es imperiosa la necesidad de deconstruir ese simbólico, analizando primero la diferencia en los textos literarios y segundo analizando las formas en que se trabajan los significados, para encontrar-nos la identidad de las mujeres, a través de los escritos de las mujeres desde la óptica de lo femenino. (GARCÍA 2002,29) 51 (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,25).

80

atención es su estado perenne, permanente y sobre todo sanador. El nombre

seguramente refiere a la misión de las “siemprevivas”, seres incansables, de lucha y en la

lucha y que cuentan con el “bálsamo” para la mujer; el bálsamo del conocimiento.

Además al recurrir a una flor para nombrarse a sí mismas, aluden al ideal romántico52. La

flor, símbolo de la mujer, de su candor, fragilidad y belleza; belleza que será enaltecida y

recubierta por el conocimiento. Así estas mujeres transformadoras se disfrazan de una

fragilidad aparente para no romper el paradigma masculino de una manera abrupta y

proseguir con sus intenciones progresistas, es decir, la misión principal de sus propósitos

era darle un giro a la condición femenina a través del impulso a la educación y

profesionalización de las mujeres. Como muestra del logro de todo ello, es que

conformaron las bases para todo un movimiento feminista, siendo su natal Yucatán

sede del Primer Congreso de Mujeres en México llevado a cabo años después.

Indudablemente la importancia de la Sociedad La Siempreviva, radica en que fue la

primera asociación dirigida a mujeres y exclusiva de mujeres. Para la élite femenina

resultó ser un impulso para su formación en cultura y arte. De alguna manera, perseguía

deconstruir al “ángel del hogar” para configurar una mujer de mayor conciencia social,

pues debido al éxito del proyecto se funda una escuela pública para niñas de escasos

recursos y así expandir la idea de culturización del “bello sexo”, término que hasta poco

antes se había utilizado.

52 El Romanticismo exalta la imaginación, que no es lo mismo que la fantasía. La primera se sustenta en la naturaleza; la segunda no tiene sustento […]. El Romanticismo no inventa, sino que imagina a partir del mundo y la naturaleza. El romántico se abandona a la facultad de imaginar, que existe junto con la de razonar, pero esa facultad se nutre de las experiencias, sensaciones y deseos y angustias (GALÍ 2002, 505)

81

El proyecto de tal tríada logra su consolidación gracias a que en la misma sociedad

circulaba la revista La Siempreviva53 persiguiendo los mismos fines. Desde el encabezado

podemos ver cuál era la intención de la publicación: “Bellas Artes, Ilustración, Recreo y

Caridad”. Desde luego, se trata de una transformación paulatina, no de un cambio

radical, es decir, observamos un carácter eminentemente moral y adoctrinador. No se

podía cultivar la mente sin dejar de lado el espíritu. Además es primordial recordar que

en siglo decimonónico la educación de las mujeres en nuestro país estaba, en gran

medida, basada en la formación moral, sobre todo porque era una manera de regular la

conducta y comportamiento de los integrantes de la sociedad; así las mujeres, a partir de

su niñez recibían lineamientos, enseñanzas, advertencias y consejos para saber, desde el

“deber ser” conducirse a lo largo de las diferentes etapas de su vida. La revista permitía

difundir la oferta académica, por decirlo de alguna manera, que se ofrecía en la escuela;

iniciándose con clases música (piano), declamación y dibujo con sólo seis niñas inscritas,

en estas actividades su hermana Guadalupe se hizo presente con su participación.

Aun cuando algunos autores califican a la revista de carecer de calidad literaria o

que no aporta a la conformación de una literatura yucateca enfocándose su aportación al

terreno didáctico; diferimos de ello, ya que no sólo ha contribuido a la literatura regional,

sino a la literatura femenina de México y por ende a la hispanoamericana, pues en primer

lugar se trató del primer espacio para la voz literaria femenina en el país y que tuvo

53 La imprenta del gobierno del estado imprimió La Siempreviva, como una forma de apoyo económico, pues el ingreso por las suscripciones era destinado a los gastos de la escuela para niñas de la misma sociedad. Esta publicación fue fuente principal de la enseñanza, ya que en el corte de 1870 las suscripciones de los primeros 15 números ascendía a $148.37. La escuela para niñas pobres no dependió del todo de la revista puesto que recibió donativos del gobierno. Campos, Melchor La Siempreviva Edición facsimilar. En “Estudio introductorio” pág. XXI

82

resonancia en Hispanoamérica; en el grupo de redacción hubo una verdadera

preocupación por el contenido de la revista, puesto que desde el inicio y a lo largo de los

cuarenta y tres números publicados, la variedad temática y el gran esfuerzo por

presentar diversidad de géneros dan muestra del gran compromiso por conformar las

letras regionales cuyo eco llegó a varios estados de la república. Esto es comprobable

desde la selección de colaboradoras, indudablemente Rita con su experiencia en otros

periódicos y el ejercicio de escritura que venía practicando desde muy joven, la colocaron

en la dirección de la revista, sin hacer menos a sus dos colaboradoras Cristina Farfán y

Gertrudis Tenorio, cuyas intervenciones van desde poemas, artículos y narraciones. En la

lista están presentes otros nombres del mismo género que sus creadoras, que del mismo

modo aportaron al corpus de la revista a lo largo de su emisión y algunas de ellas también

dando clases en la escuela e integrantes de la sociedad de nombre homónimo. Entre ellas

encontramos a Carmen Solís de Rivas, quien escribía bajo el pseudónimo de “Clara”,

Robustiana Armiño. Adelaida Carrerá de la Fuente, fue una mujer que se encargó de

hacer traducciones del inglés y el francés. La primera de ellas fue una fábula de Emilio

Souvestre titulada “Los dos escolares de Wesminster y una noveleta, “Aldeano de

Caregliano” (ambas traducidas del francés), quien tuvo que abandonar su colaboración

por su cambio de residencia y entonces, Rita le dedica una novela de nombre Julia, de la

cual hablaremos más adelante.

La importancia del proyecto, que se mostraba ambicioso por la intención de su

alcance, hizo que otras mujeres escritoras de otros estados circunvecinos se acercaran

83

con la intención de proporcionar sus colaboraciones, tal es el caso de Catalina Zapata54,

cuya pluma era más abierta, es decir, con un toque inclusive transgresor, que desde

Tabasco enviaba sus escritos para que fuesen publicados. Conocida como “La cantora del

Grijalva” destacando sus composiciones en verso siendo su mayor contribución. Alvina

Ravar Reseda, una veracruzana que atendió el llamado de las escritoras y remite “sus

versos” a la publicación. Cetina le agradece con las siguientes palabras: “entusiasta

veracruzana que envía sus armoniosos y sonoros versos”. Así encontramos que aún en la

corta duración de la revista, de ella emanó una escritura diversa que iba desde

composiciones poéticas perfectas como las de Cetina y que aun cuando se disculpaba por

su escritura, consideramos una falsa modestia pues siempre mostró un gran cuidado de la

forma y una variedad temática recurrente en la época; otras colaboradoras empezaron a

incursionar en la narrativa como Catalina Zapata con breves ensayos, fábulas por Cristina

Farfán, cuentos y novela publicados por Rita Cetina.

A partir de la publicación de La Siempreviva en 1870, surgen en el centro del

país y en otros estados de la república, revistas dirigidas especialmente a la mujer, tal es

el caso de Las hijas del Anáhuac, que después cambiarían el nombre a Violetas del

Anáhuac dirigida por Laureana Wright de Kleinnhans, La Palmera del Valle, publicada en

Guadalajara por Doña Refugio Barragán de Toscano; La Violeta de Monterrey dirigida por

54Catalina Zapata contribuyó con posiciones más abiertas por la emancipación de las mujeres, incluso recurriendo a la ironía para criticar la tendencia machista de descalificar a las mujeres como “locas” cuando rompen esquemas del patriarcado, como el emerger en espacios públicos sosteniendo sus derechos y puntos de vista. (OCAMPO 2010, XLIX).

84

Ercilia García, y más adelante El Recreo del Hogar de Tabasco, fundada por Cristina Farfán

de García de Montero. Presentamos la primera plana del primer número de la revista.

Fig. 8 Primera Plana de la revista La Siempreviva

Llama la atención, cuando se nombra al equipo de redacción: “REDACTADA

EXCLUSIVAMENTE POR SEÑORAS Y SEÑORITAS”. Aun cuando lo veremos más adelante

en uno de los artículos que publica Rita Cetina, “La emancipación de la mujer” donde

habla de la importancia de la reivindicación de la mujer, en ningún momento dejaron de

lado lo socialmente aceptado. Esta distinción entre señoras y señoritas, menciona la

necesidad de asirse, de manera velada, al patriarcado. Es decir, la “señora” se identifica

85

fácilmente. Necesariamente requiere agregar el apellido del esposo, tal es el caso de

Cristina Farfán de García de Montero; otorgando un sentido de pertenencia al varón. El

uso de la preposición “de” marcaba la diferencia entre las “damas” que “se habían

realizado como mujer”, y las que estaban en camino o habían tomado otro como el ser

educadora, siendo otro modo de realización, aceptación y renuncia a la maternidad. Y

desde esta perspectiva, la educadora ahora podía ser la madre simbólica de muchos hijos

más, en este caso de niñas, cuya debilidad se mostraba al ser pobres y muchas de ellas sin

la protección paterna. Un claro ejemplo de esta circunstancia es Rita Cetina ya que “su

vida la dedicó por completo” a la instrucción femenina. Así a las señoritas, aun cuando no

tuvieran el apellido de “casada”, la castidad les otorgaba la virtud y la decencia55.

Rosado Avilés en Mujeres en Yucatán, Mujeres de Yucatán presenta de una

manera algunas características descriptivas del periódico:

El primer número de La Siempreviva presenta la siguiente estructura:

“Introducción”, “Sección Oficial”, “Sección Literaria” y “Suelto”. A partir del

número cuatro los nombres de las secciones desaparecen de la publicación, pero

la organización y los contenidos siguen siendo similares. En el espacio

correspondiente a la “Sección literaria” se publicaron narraciones originales,

traducciones del inglés o francés, algunos tímidos ensayos sobre la educación de

la mujer, la religión y la familia y, con mayor profusión, textos líricos. (ROSADO

AVILÉS 2011, 27)

55 Sin perder de vista que otra forma de realización de la mujer, era el dedicarse a la vida religiosa, donde el patriarcado está representado por Dios.

86

Precisamente en el primer número de la revista en la Sección Literaria, Rita

Cetina publica una composición que de alguna manera es la bienvenida para las lectoras

como para las colaboradoras. Llama la atención el título, ya que refiere a “Nuestro sexo”,

es decir, el haber omitido el adjetivo “bello”, tan frecuentemente usado para referirse a la

mujer decimonónica, nos denota como la escritora meridana comienza a configurar a la

mujer sin los atributos que antes la dejaban en el papel ornamental y la limitaban al

espacio doméstico. Realmente, esta primera composición va cargada de una gran

intención de transformar ese imaginario femenino predominante hasta la época, pues

alude a la importancia de la Ilustración haciendo énfasis en imágenes de luz, símbolos

relativos al conocimiento56.

A NUESTRO SEXO

¿No veias aparecer en el oriente

Más bello que el Sol, más claro y limpio el día?

¿No sentís que es más grata la armonía

del alegre y parlero ruiseñor?

¿No sentís que al mecer nuestros cabellos

la brisa de la tarde pasajera,

es más fresca, más pura y lisonjera

que el tierno beso del filial amor?

¿No sentís más frescura en el ambiente?

¿De las flores más dulces los aromas?

En el manso arrullar de las palomas

¿no oís una cadencia celestial?

56 Cetina Gutiérrez Rita, “A nuestro sexo” en la revista La Siempreviva. Primer número, 1870 pp. 2 y 3.

87

¡Oh! ¿No es verdad que todo a nuestra vista

más bello, más sublime se presenta?

¿Veis la Naturaleza que hoy ostenta

Esplendor y grandeza sin igual?

Esos signos anuncian que la hora

ha llegado , por fin, tan esperada,

de levantar la frente, que angustiada,

entre la sombra se inclinaba ayer.

Dejad la postración que tanto tiempo

el saber y la gloria os ha ocultado:

oíd con atención: la hora ha llegado

de que ilustre su nombre la mujer.

Pasan los siglos y edades y los pueblos

que sumidos están en la impotencia,

súbito dan la voz de Independencia

y denodados luchan con valor.

¿Qué extraño, pues, que la mujer despierte,

que de las ciencias el raudal fecundo

beber anhele en su afanar, y al mundo

ejemplo ofrezca de su noble ardor?

Dotada la mujer por el Eterno

de sentimientos nobles como el hombre,

ambiciosa también legar su nombre,

ilustre y grande, a la futura edad.

Sí, ¿no es cierto, queridas compañeras,

88

Que halagáis ese bello pensamiento?

Pues no esperemos más: llegó el momento,

Proclamemos: Unión, Fraternidad.

¡Venid todas, venid! La Siempreviva,

Vuestra entusiasta protección reclama,

y cariñosa con amor os llama

Y os brinda sus columnas con placer.

Sacudid la inacción, alzad la frente,

Levantad con orgullo la cabeza,

Y podremos decir con entereza

Que alcanza cuanto quiere la mujer. 57

En este poema, conformado por seis octavas, las palabras utilizadas por Cetina

son palabras que aluden a la luminosidad, formando una isotopía: día, sol, brisa, fresca,

naturaleza, esplendor, belleza, aromas; lo cual bien podría relacionarse con la llegada de

una nueva estación, en este caso la primavera, tiempo donde todo florece después del

frío invierno, siendo éste una imagen de contraste expresada con otra isotopía, que

podemos observar a partir de la tercera octava con palabras como angustiada, mustia,

doliente, oculto; revelando oscuridad. Estas dos isotopías refieren, la primera (la imagen

de luz) al conocimiento, a la ilustración y la segunda a la oscuridad de la ignorancia, pero

además remarcada por la abnegación, aspecto que se refuerza al usar el vocablo

“postración”. En los versos “Dotada la mujer por el Eterno / de nobles sentimientos como

57 Esta composición publicada en el primer número de la revista La Siempreviva como bienvenida a las mujeres suscriptoras y colaboradoras, también es leída en la inauguración de la escuela que lleva el mismo nombre, pero con algunos ajustes en las últimas estrofas que tienen que ver con el exordio a las enunciatarias de cada situación.

89

el hombre/ Ambiciona también legar su nombre/ Ilustre y grande a la futura edad.” Es

una clara defensa por el derecho al conocimiento de la mujer, tanto como derecho divino

e igualdad con el hombre. Es por ello que, a través de esta composición Rita hace un

exordio a las de su género, proclamando las palabras “unión y fraternidad” para invitarlas

además del cultivo de la mente a tomar la pluma literaria y sacar a la luz sus escritos en La

Siempreviva.

Anteriormente habíamos referido a un artículo que publicó Rita Cetina en el

segundo número de la revista, en la sección literaria, titulado La emancipación de la

mujer58. En este apartado, la escritora inicia otorgándole reconocimiento al varón como

una forma de concederse permiso para hablar de tal tema, después mediante una “falsa

modestia” que se refleja al decirle que a pesar de su “debilidad” hablará de la importancia

de la educación de la mujer. Posteriormente, alude al relato bíblico sobre la creación del

hombre y la mujer como una forma de justificar la relevancia que tiene ilustrar el

“espíritu” en este caso femenino, pues comparten, la “inteligencia, razón y sentimientos”

y tener la misma oportunidad de acercarse al conocimiento como lo han hecho ellos, ya

que de no permitirlo no tendrán nunca derecho para exigirle bondad y virtudes. Así,

Cetina es muy contundente en el último párrafo de este artículo donde con un tono

imperativo pide la ilustración de la mujer:

Ilústrese el espíritu de la mujer, y al mismo tiempo de aborrecer y despreciar lo

malo, admirará lo grande, lo sublime, amará lo justo, lo noble, lo bueno. Para

58El término emancipación fue muy recurrente en este momento histórico a partir en que se da la restauración de la república, refiriéndose no sólo a la reivindicación de la mujer, sino también a todo individuo que integraba la recién república.

90

conseguir la rehabilitación de la mujer no hay más que un medio: la ilustración.

Désele, pues la instrucción necesaria, cultívese su razón, su inteligencia, para que

pueda con libertad tender su vuelo y colocarse en la misma posición que el

hombre. “Lo que buscamos y deseamos es el equilibrio en el espíritu; la unión

completa de la familia, de la sociedad, sin menoscabo de la dignidad de ninguno

de sus miembros. (CAMPOS 2010, 1)

De acuerdo a lo que podemos observar en la cita anterior, Rita apela al equilibrio

entre el hombre y la mujer, a la igualdad; con el fin de preservar la unión a partir de la

familia y por ende de la sociedad. Asimismo, lo plantea Georgina Rosado Rosado en el

prólogo para comprender La Siempreviva59 “decidieron de manera inteligente qué era

conveniente transformar y qué mantener de los estereotipos y prácticas ligadas a la

mujer y a un discurso femenino, en una continua negociación con los grupos de poder,

civiles y eclesiásticos” (CAMPOS 2010, XV)

59

Nos pareció de interés, insertar el comentario que se publica en La Revista de Mérida del 1 ° de junio de 1870, para promover las suscripciones de La Siempreviva

91

El compromiso de la escritora meridana era muy grande, no sólo busca incluir y

motivar a las mujeres a través de sus composiciones firmadas; según lo relata Melchor

Campos en su estudio introductorio al facsímil de revista, Rita escribía anónimamente

con el fin de provocar la inquietud de otras damas para publicar sus escritos en el

periódico usando las siglas L***. Campos García apunta:

Por estas colaboraciones, La Siempreviva las felicitó y alentó para continuar

enviando sus composiciones, un estímulo a la literatura yucateca femenina… La

profesora Rita Cetina Gutiérrez tuvo la genialidad de crear este personaje

imaginario para alentar a las mujeres de la época, otorgar confianza y comunicar

por escrito sus razones y sentimientos (CAMPOS 2010, L)

Agregamos la composición que aparece en el número inaugural de la revista

como ejemplo de sus colaboraciones anónimas:

A MI JILGUERO

Qué extraño es el contraste de mi lloro

Con tu canto armonioso entusiasmado;

Mientras cantas, Jilguero enamorado,

¡Ay! yo en silencio mi dolor devoro.

Vuela, Jilguero, sí, y al bien que adoro

Cántale con acento apasionado,

Que guardo su recuerdo idolatrado

Como guarda el avaro su tesoro.

92

Dile que siempre, mi avecilla hermosa,

Fijo está en él, el pensamiento mío,

Que á cada instante al recordarle ansiosa,

Suspiro tierno con afán envío;

Y que aunque nos separe cruel distancia

Le amo cada vez más, con más constancia.

Mérida, Abril 39 de 1870

L***

En este poema, Rita alude a un tema recurrente del romanticismo, el amor. En

este caso al amor de pareja, pues en otras ocasiones refiere al amor filial, como lo

pudimos observar en la primera composición que mostramos anteriormente, o al ser

divino: Dios. La imagen del jilguero es la de la complicidad, el ave conoce su interior y es

la voz de ella y al mismo tiempo sus alas. Porqué no considerar que Cetina, de alguna

manera proponía que el periódico podía ser el cómplice y portavoz del sentir de las de su

género. No olvidemos que nuestra escritora, en muchas ocasiones y circunstancias

mostró gran creatividad como el hecho de escribir en el anonimato para inducir la

participación femenina.

Como último comentario sobre la revista La Siempreviva, es que a pesar de no

haberse publicado por un tiempo prolongado, bastaron dos años60 (1870-1872) para

alcanzar los propósitos planteados desde su primer número. La importancia de dicha

publicación, hasta la fecha sigue siendo trascendente, sobre todo porque marca varias

60 La sociedad publicó 43 números del periódico La Siempreviva desde el 7 de mayo de 1870 hasta el 7 de marzo de 1872. Su alfa y omega coincide con la cronología del gobierno progresista de Manuel Cicerol Canto que terminó el 31 de marzo de 1872. ( OCAMPO 2010, XXII).

93

situaciones, en inicio porque fue el primer periódico dirigido a mujeres y escrito por

mujeres, logrando ser un excelente manifiesto para la voz femenina, además da la pauta

para que la mujer tome la pluma literaria, porque de alguna manera rompe con los

cánones anteriores, en el sentido que buscaba la ilustración de la mujer más que atender

al “ángel del hogar”; asimismo, empezaba a apropiarse de un espacio público, antes

exclusivo de los varones y como lo expondremos más adelante, resulto ser el semillero

de muchas mujeres que poco tiempo después mostrarán un feminismo más abierto y

contundente.

2.4 El Instituto Literario de Niñas. Rita Cetina y su legado.

“De su armoniosa lira han brotado coronas de laurel

para ceñir las frentes de los héroes, guirnaldas de rosas y

de perlas para alumbrar la senda de los niños. Aún más que poetisa,

la señorita Cetina Gutiérrez es acreedora a la admiración

y a la gratitud de la patria, como profesora constante y laboriosa.”

Dolores Correa Zapata

La idea de considerar que la educación era el principal pilar del progreso y

consolidación del país entre los ámbitos del orden social a partir de la república

restaurada en 1867, se acentúa años después durante la etapa porfirista61. A partir de

61 El período que se conoce como Porfiriato comenzó en el año 1884 cuando Porfirio Díaz resulta electo presidente. Es a partir de este momento, en que el cargo de presidente toma un aire civil en lugar de militar como había ocurrido hasta el momento. Características del Porfiriato: La ideología se basó en el positivismo que postulaba el orden y la paz. Impulso de la economía mexicana. México experimenta el mayor

94

1876, año en que Porfirio Díaz asume el poder, la doctrina positivista62 tuvo su mayor

incidencia influyendo considerablemente en el ámbito educativo. Esta tendencia

ideológica tuvo largos alcances, puesto que permeó en el proyecto educativo en Yucatán.

Durante siete años (1870-1877) la escuela La Siempreviva logró su consolidación

como una escuela que soportaba el rigor académico demandado por la época, ya que de

acuerdo a lo que Menéndez de la Peña asevera en el boceto biográfico, en toda

acreditación que otorgaba validez oficial a los estudios en dicha institución siempre se

obtuvieron grandes resultados (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,30). La perseverancia e

ímpetu de Rita, aspectos que le eran reconocidos por la sociedad, otorgaron gran

credibilidad e importancia al centro de estudios. Para 1874, ya contaban con un plan de

estudios formal donde las principales asignaturas eran: lectura, caligrafía, gramática,

aritmética, geografía general, así como de geografía de México y Yucatán, geometría,

cosmografía, derecho constitucional, astronomía; además del cultivo de la cultura y las

crecimiento y progreso de toda su historia. Su gabinete de gobierno estaba integrado por políticos de diversas ideologías. Había juaristas, lerdistas e imperialistas. Impulsa la construcción de ferrocarriles. Se desarrolla la cultura y la ciencia en México. Durante esta época se desarrolla la literatura, la escultura, la pintura y la música. Todo impulsado por el gobierno. El positivismo impulsó el estudio de la historia mexicana lo que contribuyó a la unidad nacional. Todos estos avances y la estabilidad que se logró durante el porfiriato atrajeron a importantes inversores extranjeros. En esta época México se convierte en el principal productor de plata del mundo puesto en que se mantiene en la actualidad. http://www.historia-mexico.info/2013/01/porfirio-diaz 62 La doctrina positivista considera al conocimiento a la base del orden social, el estado laico, la educación científica y el individuo armado con saberes prácticos, dispuesto a emplearlos en beneficio de su país. Estas ideas ya estaban en ciernes en el México que se trazaba un nuevo plan de vida y no hallaron en el positivismo más que su formulación clara y ordenada. Además los reformadores del Estado coincidían en que la educación era el punto de partida para realizar el nuevo proyecto de nación, fue justo en ese ámbito en donde la doctrina positivista tuvo su mayor incidencia. http://www.revista.unam.mx/vol.6/num3/art22

95

artes, es decir, la declamación, la música, las labores manuales tenían carácter

imprescindible en el corpus educativo. (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,35)

Sin embargo, las tendencias ideológicas concentradas en el altiplano influyeron en

el sureste del país. Así la escuela La Siempreviva, no cubría todas las expectativas del

proyecto educativo que el contexto demandaba; bajo estos lineamientos se crea el

Instituto Literario para niñas donde la persona más idónea para dirigirlo por su trayectoria

académica, artística y cultural era Rita Cetina Gutiérrez, maestra incansable, altruista,

cuya vocación y compromiso lo manifiesta hasta el fin de sus días.

Cierra sus puertas La Siempreviva, no por mal funcionamiento, sino porque ahora

la visión educativa tenía propósitos más abarcadores e incluyentes y sobre todo donde la

ciencia adquiría mayor importancia y desarrollo. Así un 16 de septiembre de 1877, se

inaugura el Instituto Literario de Niñas. Cabe mencionar que años atrás en 1867, se funda

otro instituto casi homónimo, llamándose entonces Instituto Literario del Estado, exclusivo

de varones, el cual conformó las bases para lo que más adelante sería la Universidad

Autónoma de Yucatán.

En inicio, se continúa con la enseñanza de primera y segunda instrucción; sin

embargo, la relevancia de este instituto radica en que es la primera institución de

formación docente para mujeres. Profesionalizar a la mujer en la docencia estaba

plenamente justificado, en primera instancia quien mejor que ellas para ofrecer y brindar

educación; como recordaremos el “ser maestra” se considera una extensión del “ser

madre” atributo y cualidad exclusiva del género femenino; en segundo término, al formar

96

un mayor número de profesoras conllevaba también el aumento de educandos, pero

sobre todo procurar educación que antes le fue negada a la mujer. Sin duda, el papel de

ellas en este rubro estaba marcado y delineado por las necesidades de una sociedad

“progresista” en aras de la conformación clasista del capitalismo años más adelante.

A las futuras profesoras de formación primaria se les instruía, principalmente en

diversos rubros; el primero de ellos en el área lingüística, es decir, gramática española,

inglés, francés, etimologías grecolatinas; otro encaminado más a la ciencia: aritmética, lo

social se enfocaba a la historia de México, de Yucatán y geografía universal. En este

tiempo, lo tecnológico refería a labores manuales que incluían la floristería. Desde luego,

el arte seguía presente sobre todo en el estudio de la música y el dibujo63. Según narra

Rodolfo Menéndez de la Peña, para motivar a las alumnas a graduarse como profesoras,

Rita, quien se había formado como docente de manera particular, pero sin la validez

institucional, solicitó hacer las gestiones pertinentes, como presentar los respectivos

exámenes para obtener su grado y como lo dice su biógrafo, “predicar con el ejemplo”.

(MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,39)

La expansión de la educación fue otro de los fines de la fundación de este instituto,

La Siempreviva, sólo albergaba a niñas meridanas y ahora podía ampliar sus expectativas

al recibir a mujeres de todo el estado, dándole así mayor peso a la labor de Rita y sus

colaboradoras. Sin embargo, desde un inició su elección como directora generó

63 Reglamento de la Ley Orgánica de Instrucción Pública del Estado. Art. 40 , en Rodolfo Menéndez, Memoria sobre la instrucción pública en el estado de Yucatán, Tipografía de G. Canto, Mérida, Yucatán, México, 1889. 155-156.

97

diferencias políticas, ya que un grupo de “progresistas” pedían se le otorgara la dirección

del centro educativo a una profesora alemana de nombre Enriqueta Dorchester,

probablemente porque durante el porfiriato la europeización se hizo latente y se prefería

en la élite lo extranjero a lo local y Yucatán fue muy proclive a lo europeo. La mayoría del

grupo político de ese momento, optó porque Rita continuara con la ardua labor que había

iniciado con tan buenos resultados. Sin embargo, otra fracción conformada por la

sociedad La Emulación decidió fundar una escuela a la par que el Instituto Literario de

Niñas con el nombre de Colegio Hidalgo, de igual manera dirigida a señoritas, donde

Doña Enriqueta Dorchester fungió como directora (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909, 38).

Más tarde las diferencias ideológicas entre Rita y el Estado, serían evidentes y no

tardaron en golpear la labor que la escritora y educadora venía desarrollando; el recorte

presupuestal y la falta de recursos entre otros obligaron a Cetina a dejar el plantel:

En El Diario Yucateco dice al respecto: “Después de organizarlo atinadamente,

continuó dirigiéndolo en medio de las grandes dificultades pecuniarias porque atravesaba

el erario público, hasta el grado de que no solamente no se pagaba con puntualidad a las

profesoras, sino que hasta se llegaba a retardar el envío de las pensiones con las que

debía procurarse la subsistencia de las alumnas que sostenía el Gobierno”. (MENÉNDEZ DE

LA PEÑA 1909,42)

Así entonces, la dirección del Instituto Literario de Niñas fue asignada a la alemana

Dorchester. Sin embargo, todo el camino recorrido por la escritora meridana durante

todo este tiempo, no fue en vano; puesto que sus seguidoras, grupo conformado por

98

colaboradoras, amigas, alumnas y la misma Rita Cetina deciden regresar al proyecto

primigenio y reabre las puertas de la escuela La Siempreviva. De esta manera, su centro

de estudios tiene un segundo momento en 1878. Asimismo, Cetina llevó a cabo las

gestiones necesarias para que los estudios realizados en esta institución particular

tuvieran reconocimiento oficial. Y es a partir de este momento que, de manera evidente,

la labor de la profesora comienza a fructificar; es entonces, donde inicia su legado. Sus

primeras alumnas ahora, eran profesoras en este segundo momento de La Siempreviva.

En la revista del mismo nombre, siempre estuvo presente en su temática la

educación; el fin didáctico formó parte de la transversalidad de los objetivos de la

publicación. La educación de la mujer fue una de las grandes preocupaciones y tareas de

Cetina por lo cual dedicó no pocos artículos referentes al tema como el de “La mujer”

cuyas últimas líneas citamos: “En efecto, siendo que la mujer ejerce en el hombre tan

inmediata influencia, edúquesela con esmerado empeño, hágase en cuanto sea posible

obligatoria la instrucción de la mujer, y la raza humana no tardará mucho en llegar a su

verdadero perfeccionamiento”64

Definitivamente, para la escritora la mujer ejercía un papel preponderante en el

desarrollo de la sociedad y que además de buscar su reivindicación, pedía para ella una

formación de mayor rigor académico donde las ciencias ocupaban ahora un lugar

preponderante. Por todo lo anterior, para ella no era difícil cambiar de inmueble con tal

de seguir al servicio de la educación femenina que para entonces ya habían transcurrido

16 años de actividad magisterial. De acuerdo a los registros, la escuela fue la última de la

64 Cetina Rita, “La mujer” en La Siempreviva Núm 11. 17 de octubre de 1870.

99

tríada La Siempreviva en permanecer vigente. Durante ese tiempo se formaron varias

generaciones que más adelante le darán forma y sentido al proyecto feminista de la

península.

En 1887 regresa a dirigir el Instituto Literario de Niñas, donde permaneció hasta

1902. Lo que sobresale de esta segunda época, además del incremento en el número de

educandas que para este año ya contaba con 218 alumnas,65fue la creación de la primera

biblioteca para señoritas, como parte del instituto en 1888. La biblioteca tenía la

formalidad propia de su función constaba de más de 300 volúmenes que habían sido

enviados desde el centro del país y otros de París. Otro aspecto que se da durante este

segundo momento es la fundación de una Escuela de Modistas el 15 de septiembre de

1889, de acuerdo a lo que el biógrafo Rodolfo Menéndez anota (MENÉNDEZ DE LA PEÑA

1909,52). Como era habitual en la ceremonia de inauguración, las composiciones alusivas

eran elemento indispensable, así, Rita como la directora expresa estas líneas:

“La escuela que hoy se inaugura

y que arte y ciencia concilia,

es la salvación segura

del hogar y la familia.

Si a cubierto de la infamia

pone a la mujer la ciencia,

65 De acuerdo a lo que Rodolfo Menéndez de la Peña anota en el boceto biográfico, de las 218 alumnas 72 se encontraban en el primer año de la enseñanza inferior, 34 en el segundo y 27 en el tercero. 13 en el primer año de la superior y 12 en la sección normal. (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,49)

100

el trabajo la redime

y hace feliz su existencia”.

Como es posible observar, la perspectiva de Rita ha dado un giro, es decir, en sus

anteriores composiciones alusivas a la educación femenina el tinte religioso y la presencia

del hombre eran evidentes:

“Dotada la mujer por el Eterno

de sentimientos nobles como el hombre,

ambiciosa también legar su nombre,

ilustre y grande, a la futura edad”.

Se hablaba de una imitación del hombre y de talentos otorgados por Dios, ahora

aun cuando no ha dejado del todo la carga moral, pero ahora dirigida en otro sentido,

porque bien sabía Rita que a pesar de instruirse la mujer su rol en la familia y en el hogar

no había cambiado. Es por ello que no observamos una transgresión radical, pero sí gran

muestra de ello que parte desde el momento de tomar la pluma literaria, antes propia del

hombre hasta profesionalizar su educación. Además, como comentario final vemos que en

el primero, la ciencia se ha puesto por encima de lo doctrinal en los fines educativos.

Después de 32 años de larga labor, en la que sobresale la magisterial, Rita decide

retirarse pues la enfermedad la ha aquejado. El reconocimiento la acompaña durante su

aislamiento, pues las mujeres sobre todo, la identifican como la primera profesora en

Yucatán y su quehacer literario apreciado en varios estados del país, donde las

101

publicaciones seguían circulando. Así Dolores Correa Zapata escribe unas líneas como

agradecimiento:

De su lira armoniosa han brotado coronas de laurel para ceñir las frentes de los

héroes, guirnaldas de rosas y de perlas para alumbrar la senda de las niñas.

Además de poetisa, la señorita Rita Cetina es acreedora a la admiración y a la

gratitud de la patria, como profesora constante y laboriosa.66

Rodolfo Menéndez de la Peña comenta que en sus últimos días tuvo el apoyo del

gobierno yucateco como reconocimiento a su gran labor. Además de haber recibido un

homenaje con motivo de su partida un 11 de octubre de 1908.

Sin embargo, la obra de Rita Cetina no concluyó el día de su muerte. La escritora y

maestra habían dejado un legado, en primer lugar la tríada La Siempreviva, sobre todo la

publicación traspasó las fronteras de Yucatán para propiciar el surgimiento de periódicos

en Tabasco, Veracruz, y sin duda en el centro del país donde en principio, Las Hijas del

Anáhuac y posteriormente Las Violetas del Anáhuac tuvieron gran aceptación y la letra

femenina cobró mayor importancia.

Su legado como profesora rebaso las paredes de las aulas, pues las primeras

maestras que formó se convirtieron en grandes aliadas en pro de la educación femenina.

Reconocieron el camino que Rita les había marcado hacia el progreso y la reivindicación

de la mujer. A diferencia de Cetina cuya transgresión fue muy sutil, estas tomaron el

estandarte con más decisión y objetivos muy claros, asimismo formaron todo un

66 Correa Zapata Dolores, La mujer mexicana Núm. 2 Tomo I.

102

movimiento que más tarde lograría la realización del Primer Congreso Feminista en

Yucatán en 1916. Piedad Peniche comenta que a pesar de que generalmente se presenta

a Rita Cetina como una “maestra tradicional”, tuvo gran influencia en las mujeres que

educó: “De la escuela de Rita Cetina surgió Elvia Carrillo Puerto, quien nació en Motul y

fue precursora de la Revolución Mexicana en Yucatán. Elvia fue presidenta de la liga

feminista “Rita Cetina Gutiérrez”, integrada por alumnas de la maestra y que trascendió

en el interior del Estado por los cursos y capacitación que impartía a mujeres pobres”67.

Como Elvia Carrillo Puerto68, encontramos nombres de otras mujeres que de igual

manera, cimentaron las bases del feminismo en Yucatán, tales como: Rosa Torres, Raquel

Dzib y Gloria Mireya Rosado.

Por último, presentamos imágenes referentes a la Liga feminista “Rita Cetina”.69

67 Peniche, Piedad. “Rita Cetina y Elvia Carrillo Puerto, precursoras del feminismo en Yucatán.” Diario Por esto. 68 De acuerdo a lo que Piedad Peniche afirma en un artículo referente al feminismo en Yucatán en el diario Por Esto, Elvia Carrillo Puerto mujer socialista, precursora de la Revolución Mexicana en Yucatán y maestra autodidacta. Organizó 65 ligas feministas en todo el estado para exigir el derecho al sufragio, al trabajo, incluso a la autodeterminación reproductiva. La liga central fundada por Elvia en Mérida, integrada por maestras, fue bautizada precisamente con el nombre de “Rita Cetina Gutiérrez”. Incluso editó dos revistas: “Feminismo” y “Rebeldía”. Peniche, Piedad. “Rita Cetina Gutiérrez, la feminista pionera de la educación en Yucatán en contexto teórico. http://www.cirsociales.uady.mx/revUADY/pdf/225/ru2252.pdf 69 Sánchez, Rivero Alma Delia. La Configuración de la mujer en la escritura: 1915- 1925. Tesis de Licenciatura Mérida, Yucatán 2000.

103

Figura 9. Imágenes de la Liga Rita Cetina Gutiérrez.

Concluimos diciendo que a través de este recorrido biográfico de Rita Cetina, que

va desde sus primeros años hasta su legado; encontramos valiosas aportaciones como

parte de un arduo trabajo de investigación documental y sobre todo de archivo, aspecto

que ha sido indispensable para recabar una mayor información a la existente sobre

nuestra autora, como mencionamos anteriormente, a Rita Cetina se le ha conocido y

reconocido sobre todo por la publicación La Siempreviva , es decir, la escritora meridana

forma parte de un todo y no en sentido inverso. Por lo tanto esa ha sido nuestra

intención, identificar a Rita Cetina, como la escritora, periodista y profesora del siglo

decimonono, cuya obra literaria contribuye a conformar la literatura yucateca y sobre

todo la literatura femenina hispanoamericana; ya que a través de su obra poética, sus

104

manuscritos inéditos, objetivo principal de esta investigación y las colaboraciones en la

revista La Siempreviva que como hemos podido constatar poseen una alta calidad

literaria y sobre todo el gran empeño por formar una revista de buen contenido, la

llevaron a ser una de las primeras mujeres que escribe novela en nuestro país, al estilo de

la época, es decir, se trata de una novela por entregas titulada, Julia, y no obstante su

breve extensión sirvió de ejemplo para otras mujeres que incursionaban en el género a

través de otros periódicos en el país. También, Rita escribe cuento, ensayos breves y

fábula, haciéndola una escritora completa y una mujer transformadora de su realidad,

siempre en pro de la mujer yucateca y de México. Así, este capítulo donde hemos

mostrado a Rita a través de su escritura servirá de preámbulo al análisis de su obra

poética, el cual será presentado en consecuencia.

105

III. La narrativa de Rita Cetina Gutiérrez en la revista La Siempreviva

¡Venid todas, venid ! “La Siempreviva” Vuestra entusiasta protección reclama,

Y cariñosa con amor os llama, Y os brinda sus columnas con placer.

Sacudid la inacción, alzad la frente, Levantad con orgullo la cabeza, Y podremos decir con entereza

Que alcanza cuanto quiere la mujer.

Rita Cetina Gutiérrez “A nuestro sexo”, en La Siempreviva

En 1870, el carácter estratega y el ingenio literario de Rita Cetina Gutiérrez, la lleva a ser

la mujer idónea para fundar una sociedad, dirigir una escuela y una revista para señoritas

del mismo nombre: La Siempreviva, siendo ésta la primera publicación “escrita por

mujeres y para mujeres”, tal como lo rezaba su encabezado. Su juventud llegó

acompañada por el gusto por las letras y la escritura; así a los diecisiete años escribió sus

primeras composiciones poéticas y discursos para después ocupar la tribuna, hasta

entonces espacio exclusivo de los hombres, quienes en especial quedaron complacidos

con sus entusiastas intervenciones.

Fue sustancial para Rita el compromiso por cumplir con las expectativas de una

sociedad que tenía como intención y preocupación la educación de la mujer por la mujer,

aunado al deseo de emancipación y reivindicación que prevalecía en el contexto. Entre las

intenciones de su escritura prevalece la función didáctica, por lo que encontramos en el

contenido de La Siempreviva, fábulas y composiciones cuya temática refería al

106

comportamiento femenino70. Además de escribir poesía, el género más emblemático de

las mujeres, según Vigil (VIGIL 1977, LXXV), interviene con artículos, breves ensayos, dos

cuentos y una novela.

Por tanto, el objetivo de este capítulo es mostrar cómo Rita Cetina “prueba la

pluma” en el género narrativo lo cual la lleva a ser una de las primeras mujeres que

escriben novela71 y a formar parte de esa “locura” que llevó a las escritoras de nuestro

país y de otras regiones a conformar la imaginación literaria femenina del siglo XIX. Por lo

que en primer lugar, analizaremos en Julia, haciendo énfasis en lo que la caracteriza

como novela y posteriormente los elementos femeninos que la distinguen. En el siguiente

apartado, revisaremos Cuento del mar, bajo la misma perspectiva, es decir, desde el

discurso femenino y, por último, dos de los cinco ensayos y un artículo publicados en la

revista. El criterio de selección de éstos se basó en los textos que nos permitieran

distinguir y resaltar además del discurso femenino, ciertos elementos que trastocaron el

discurso de lo masculino, haciendo que la escritura de Rita Cetina despertara en otras

mujeres una conciencia feminista y que años más adelante, su legado se transformaría en

acciones concretas y definitivas en beneficio no sólo de la mujer yucateca, sino de la

misma mujer mexicana, asuntos que comentamos en el capítulo anterior. Cabe señalar

que en cada apartado indicaremos la perspectiva crítica que tomaremos en cuenta para el

análisis respectivo del texto.

70 Cuando hablamos del comportamiento femenino, referimos a aquellos actos performativos impuestos por el contexto androcéntrico para vigilar, controlar y delimitar las acciones y reacciones de la mujer en el siglo XIX. 71 En la siguiente cita argumentaremos porqué de acuerdo a nuestras investigaciones Rita Cetina si no es la primera mujer que incursiona en la novela, es una de las primeras.

107

3.1 El discurso femenino en Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez

“Tú que cantas más dulce que las aves, Tierna poetisa de la patria mía,

Más que el suspiro de las auras suaves Es el acento que tu voz me envía”.

Palabras de Gertrudis Tenorio Zavala72 a Rita Cetina

Nuestra principal intención en este apartado es destacar otra contribución a la literatura

femenina en México y que hasta hoy no se le ha reconocido a Rita Cetina Gutiérrez es el

ser una de las primeras mujeres escribieron novela en nuestro país73. Su narrativa

72 Gertrudis Tenorio Zavala, escritora meridana, colaboradora y amiga de Rita Cetina. Participó con algunas composiciones en el Renacimiento de Ignacio Manuel Altamirano y en las revistas Biblioteca de Señoritas y La Siempreviva. 73 Fernando de Tola de Habich en el Museo Literario tres refiere que una tal “Rosario Bosero” colaboradora de la revista La Guirnalda escribió la novela “Amor Filial”, lo cual la hace la primera mujer que escribe novela. Sin embargo, en el mismo apartado que explica tal situación, Tola de Habich apunta: ¿Alguien ha escuchado hablar de Rosario Bosero? ¿Es un seudónimo, un fantasma, una invención o tal vez sólo una estrella fugaz que cruzó muy rápidamente las páginas de la historia literaria mexicana? En todos los años que llevo trabajando en periódicos y revistas del siglo XIX, solo me la encontré una vez, como por casualidad, y se me perdió para siempre. Nadie la nombra, nadie la cita y creo que soy el único que sabe algo de ella. Ahora quiero recordarla. No sé dónde ni cómo, hace ya varios años, me encontré en algún lugar que ni recuerdo, un pequeño librito titulado La Guirnalda. Obsequio al bello sexo. Impreso por Ignacio Cumplido. México en 1839. Era como una imitación aunque más modesta, de los Año Nuevo o de los Calendarios de las señoritas mexicanas que publicaba Galván. Tenía sólo 166 páginas y dos de índice. Lo revisé rápidamente y lo guardé. Después volví sobre él y me encontré con varias curiosidades. La primera era la presentación de Cumplido. Tenía un proyecto, perdió el material que iba a ir en él, y “violentamente”, reunió material y publicó La Guirnalda. […] A desmérito de otros colaboradores, era la señorita Bosero, con su “novelita” El amor filial, la estrella de la publicación pues sin ella “no habría podido sacar mérito alguno”. Verdad o exageración, lo cierto es que además de Rosario Bosero, y de la “ niña” que hizo una traducción, Cumplido sólo contó con la colaboración de tres escritores que fueron en realidad quienes llenaron las páginas : G.F. Bustamante, J. García y M. Jimeno. […] Qué pasó con Rosario Bosero? Tal vez, como dice José María Vigil refiriéndose a las poetisas mexicanas, ella está en el grupo de las que “no tuvieron perseverancia necesaria para seguir por la florida senda de la poesía, y arrimaron sus liras cuando apenas les arrancaban ls primeros preludios” (TOLA 1990,169-170). Por tanto, podemos observar que en la cita anterior la afirmación de Tola de Habich sobre Rosario Bosero es muy endeble, aunque él mencione que “es la primera en escribir poesía y con muchísimas probabilidades, la primera mujer en escribir una narración en México” (Op. Cit. pág. 170). En principio, dice no recordar donde halló tal publicación, no ofrece más información sobre ésta que presentarla como un hallazgo. Aunque en el mismo texto el autor publica la poesía de Bosero, también hallada “en algún lugar y/o en algún momento que ya no recuerda” y posteriormente la novelita de Rosario, no conforman un sustento suficiente para tal

108

siguió los patrones propios de la época, a manera de las publicaciones masculinas,

emitiendo por entregas su novela titulada Julia en la revista La Siempreviva. Resultó muy

ad hoc el periódico para cultivar este género, pues el hecho de sacar a la luz

periódicamente los capítulos, mantenían el interés del (as) lector(as). Manuel Payno, José

T. Cuéllar, Ignacio Manuel Altamirano, son de los escritores decimonónicos que cultivaron

este género con gran éxito. Emulando a la escritura masculina, específicamente al último

escritor, Rita Cetina publicó Julia, una novela que dedicó a Adelaida Carrerá de la Fuente,

quien entonces era secretaria de la Sociedad La Siempreviva y que colaboró con

traducciones del inglés y francés en la misma revista.

Debido a la importancia que tiene la novela de Rita Cetina, Julia, principalmente

por la aportación que significa a la literatura femenina decimonónica, nos detendremos a

presentar los elementos que caracterizaron a la novela corta de este siglo, retomando la

afirmación. En primera instancia, los datos aportados no permiten realizar una investigación completa sobre lo que él presenta, en segundo lugar, recurriendo como Tola de Habich a la antología de José María Vigil, Poetisas Mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX; Rosario Bosero no aparece en la larga lista de poetisas, lo cual nos hace pensar sobre la real existencia de esta mujer. No sería tan erróneo pensar que este personaje haya sido creado por la misma institución masculina, en este caso por Ignacio Preciado, para captar la atención de “EL HERMOSO SEXO MEXICANO” (como el editor nombró al género femenino en la presentación de su pequeña revista) ya que como se revisado en otros trabajos de investigación la participación activa y real de la mujer fue en décadas posteriores. Lo más probable que Rosario Bosero forme parte de un imaginario que el androcentrismo hizo uso para comenzar a facilitar el acceso a la información y cultura al género femenino. (Para obtener mayor información clara y precisa se recomienda revisar Los periódicos literarios del siglo XIX: La construcción de un lector, tesis doctoral, México: Universidad Autónoma de México, 2009 de Celia Rosado Avilés, quien realiza una investigación ardua de periódicos del siglo XIX, incluyendo uno que lleva por nombre La Guirnalda, pero editado en Mérida Yucatán alrededor de 1860). También cabe la posibilidad que esta colaboración pueda incluirse en el llamado “travestismo literario”; por lo que citamos al escritor decimonónico Vicente Riva Palacio quien ocupa el seudónimo de “Rosa Espino” y de acuerdo a lo que plantea Lilia Granillo, en Escribir como mujer entre hombres. Historia de la poesía femenina mexicana en el siglo XIX , esta “máscara femenina” fue una campaña publicitaria, aunque también Granillo afirma que esta acción iba encaminada a “suplantar, desalojar, devaluar y minimizar a las mujeres” o para seguir marcando y/o delineando el comportamiento femenino. De igual manera, para profundizar en el tema conviene revisar a GRANILLO VÁZQUEZ, Lilia del Carmen Granillo Vázquez, Escribir como mujer entre hombres. Historia de la poesía femenina mexicana en el siglo XIX México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2010. Pág 65-82.

109

perspectiva crítica que ofrece Oscar Mata en La novela corta mexicana del siglo XIX y para

abordar lo femenino en Julia a Margarita Dalton en Mujeres, diosas y Musas.

3.2 Las “novelitas”, la lectura preferida por la mujer decimonónica.

El trabajo que realiza Oscar Mata en La novela corta mexicana en el siglo XIX74,

tiene su justificación en exponer los motivos del porqué las “novelitas”75, nombre que

recibió en esta centuria, fueron un género bastante prolífico y principalmente lectura

preferida de la mujer decimonona. Como antecedente nos indica que era imposible que

el género novelístico tuviera cabida durante la época novohispana, la Inquisición

calificaba de mundanos y herejes aquellos tratados que estuvieran fuera de los dogmas

religiosos y doctrinales, por lo tanto, su práctica, lectura y escritura quedó estrictamente

prohibida y severamente castigada, lo que Mata llama “el silencio colonial”76. No

obstante, para Julio Jiménez Rueda las razones fueron distintas: “En una sociedad devota

era difícil obtener la licencia del ordinario para la publicación de libros profanos. El

material de impresión: papel, tinta, eran los suficientemente caros para no hacer

74 Mata, Oscar. La novela corta mexicana en el siglo XIX. México UNAM: 2003 75 El término novela corta fue desconocido en nuestro país durante la mayor parte del siglo XIX, a falta de su correcta denominación a este género “intermedio”, pocas veces se les llamó cuentos y se recurrió a varias expresiones para diferenciarlas de los dos géneros con los que colinda. Entre ellas tenemos,“novelita”, “pequeña novela”, “esbozo de novela”, “leyenda de costumbres”, “apuntes para una novela”, “datos para una novela” hasta llegar a “novela corta”. (MATA 2003, 32-33). 76 Oscar Mata apunta sobre el “silencio colonial” una cita de Agustín Yáñez en el Prólogo a Los Sirgueros de la virgen diciendo: “Durante la Colonia, no existió el género novela, debido, por un lado, a la Real Cédula del 4 de abril de 1531, la cual prohibió el paso a las colonias españolas de los “libros de romances”, de historias vanas o de profanidad, como son de Amadís e otros de esta calidad, porque este mal ejercicio para los indios, e cosa en que no es bien que se ocupen y se lean” (MATA 2003, 23).

110

costeable la aventura de publicar un libro destinado a muy pocos lectores” (JIMENEZ

RUEDA 1989,107)

Posteriormente, ya en la época independentista las circunstancias fueron otras, al

igual que las necesidades y ánimo de escritura. Mata sostiene que algunas de ellas fueron

“la desaparición de la censura virreinal, la polémica entre clasicistas y románticos, las

disputas políticas, la Academia de Letrán y principalmente, la publicación de periódicos y

revistas literarias” (MATA 2003,29). Entonces, la narrativa encuentra el momento clave y

oportuno para desarrollarse y proliferar, ya que la masividad de aquellos medios de

difusión, fueron el instrumento perfecto. Por esta razón, las novelas por entregas (a través

del folletín, revistas y periódicos) cobraron un mayor atractivo e interés, y escritores como

Manuel Payno, José María Roa Bárcena, José López Portillo e Ignacio Manuel Altamirano

contribuyeron a que éstas se colocaran como las lecturas más recurrentes y una forma

de esparcimiento sobre todo entre el público lector femenino, además con un eminente

fin didáctico para las mujeres de finales del siglo XIX, además de propiciar un mayor

acercamiento a las artes y la literatura.

En esta abundante producción de relatos narrativos, surge la necesidad de

diferenciar entre una novela y una novela corta, aunque en inicio la obviedad se hace

presente siendo el primer rasgo, la extensión. Para Mata, resulta indispensable

diferenciarla de otras narraciones (novela y cuento) sobre todo para comprender la

abundante producción de estas “novelitas”77 y cómo han sido el puente para conocer el

77 Muchas de estas primeras obras, carecían de valor literario y presentaban muchos errores de composición. Sin embargo, en ellas está el germen de nuestra narrativa. En México, durante la cuarta y la

111

contexto de las letras decimonónicas, pues al parecer no hubo escritor, fuera de cualquier

tendencia, interés común o particular que no hubiera contado con al menos un ejemplar.

Además, de acuerdo a su criterio, en éstas se encuentra una mayor calidad literaria que en

las más extensas. Señala que este género narrativo es un género fronterizo porque no es

tan breve como un cuento ni tan extenso como una novela, cuyos límites son difíciles de

marcar. Sin embargo, aclara que no podría confundirse con un cuento puesto que éste se

trata un solo hecho y la novela concatena hechos y acontecimientos que no es posible

desarrollarlos en una sola emisión, requiere de varios momentos, no sólo por el

contenido, sino por su misma extensión (MATA 2003 20-25).

La “novelita” o novela corta del México del siglo XIX, no podía exceder las treinta y

cinco mil palabras y tener menos de cinco mil, es decir, una extensión media. La

intervención de personajes era mínima, de una sola historia en su mayoría de veces con

un efecto dramático y encontró en el folletín, periódico o revista el mejor medio de

difusión.

Entre las novelas cortas decimonónicas tenemos La clase media (1857) de Juan

Díaz Cobarrubias, Tardes nubladas (1871) de Manuel Payno, del yucateco Crescencio

Carrillo y Ancona Historia de Wellina (1862), Vulcano (1882) de Hilarión Frías y Soto, El

Bachiller (1895) Amado Nervo, entre otras. No hacemos mención de novelas escritas por

mujeres, ya que hasta donde ha llegado nuestra investigación, Rita Cetina sería la primera

quinta década del siglo XIX el nuevo género se populariza con rapidez, aunque todavía no adquiere forma artística. (MATA 2003,29)

112

mujer que escribe novela; sin embargo no es nuestra intención “cerrar a filas” a otras

probables novelas publicadas o no, por otras escritoras decimonónicas o anteriores.

3.3 Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez.

La Siempreviva fue el medio por el cual Rita Cetina Gutiérrez publica Julia, una de

las primeras novelas escritas por una mujer en dicha centuria. Definitivamente, la revista

fue una publicación muy cuidada tanto en su forma y su contenido. Cetina, buscó diversos

recursos para incluir e invitar a toda mujer deseosa de incorporarse a la escritura; de

hecho hasta llegó a escribir bajo pseudónimos, alguno de ellos fue “L”, cuya motivación

hacia las demás consistía en elogiar el “atrevimiento” a tomar la pluma con excelentes

resultados. De este modo, y a emulación de las publicaciones masculinas sobre todo por

su contenido y con la idea de estar en el mismo tenor literario que sus revistas, Rita

incursiona en otros géneros además de la lírica, por lo que encontramos ensayos donde la

emancipación femenina fue un tópico constante y su gran aportación fue atreverse a

escribir novela corta y cuento.

A su novela corta le da el nombre de Julia, mismo título de la primera “novelita”

de Ignacio Manuel Altamirano que publica en 1867. Las razones por las que Cetina toma

el mismo nombre de su relato, probablemente se debe a la fuerte influencia que tuvo del

113

Presidente de la República de las Letras78, pues ella formó parte de los colaboradores de

su revista El Renacimiento, publicación que convocaba a la unidad, atenuar las diferencias

ideológicas, fomentar la conciliación y, por supuesto, incluir a la mujer como un agente de

cambio y acción. Las Veladas Literarias impulsadas por Altamirano, llevadas a cabo en el

centro del país, tuvieron resonancia en el sitio peninsular, puesto que se dieron lugar los

literatos yucatecos en reuniones que llevaron el mismo nombre; donde la presencia de

Cetina se hizo notar. Inclusive el autor de El Zarco participó en dichas reuniones al lado de

los escritores y escritoras yucatecos. Por esta razón, no es difícil explicar que Rita haya

otorgado un nombre homólogo a su novela, puesto que la cercanía y contacto se dio entre

estos escritores. No dudemos que el mismo Altamirano haya otorgado su anuencia y tal

vez algún consejo de colegas.

Además de compartir el nombre de su ópera prima tienen en común el hilo de la

historia, es decir, tanto la Julia de Altamirano como la de Cetina son relatos de sensibilidad

romántica. Al respecto John S. Brushwood dice:

Julia es una romántica historia de amor- o parece serlo- sin pretensiones, que

muestra hasta cierto punto todas las características posteriores de las novelas

posteriores del autor. El relato es sentimental, pero no almibarado. Se

desenvuelve suavemente y aunque no nos ofrezca grandes sorpresas, tampoco

puede considerarse como inevitable. Los personajes tienen algo más que una sola

cualidad y van cambiando dentro del relato…(BRUSHWOOD 1992, 77)

78 Este calificativo se lo otorga Manuel Gutiérrez Nájera a Ignacio Manuel Altamirano, pues establece la correspondencia entre él y el presidente de la República restaurada: Benito Juárez García

114

En la novela de Altamirano, Julia es el personaje femenino principal, que además

de distinguirse por su belleza física, representa a la mujer desdeñosa, indispuesta a

ofrecer su amor al personaje masculino principal: Julián. Después de una serie de sucesos,

al final, ella intenta reivindicarse, dejando la soberbia y agregando la humidad al aceptar

la propuesta amorosa de Julián, aun cuando la sentencia moral de este relato consiste en

la inversión del desprecio del amor. Así Julián es quien no desea el amor de aquella mujer.

Si bien, la novela de Rita es un relato sentimental, la diferencia radica en cómo se

muestran los personajes femeninos principales. La “Julia” de Cetina, es una mujer bella,

pero desvalida, humilde, sencilla, paciente y ávida de conocimiento. Si bien, en el final

coinciden con un desenlace fatal79.

Ahora, centraremos nuestra atención en el relato de nuestra escritora. Ésta

consta de 7035 palabras, lo que la hace cubrir el requisito de extensión, puesto que en

una novela corta el número de éstas oscila entre las cinco mil y las treinta y cinco mil.

Julia fue una novela por entregas; la primera de ellas se publica el 22 de agosto de 1870,

en el número 8 del Año I y concluyó el 6 de febrero de 1871 con el número 18 del Año II,

formando un total de diez entregas.

La diégesis inicia cuando dos pequeños niños se encuentran en un parque, Julia y

Ernesto. Mientras Julia es una niña de aspecto triste y taciturno, él es un niño vivaz e

inquieto. Pese a que él se encuentra muy divertido, percibe la actitud de aquella

desafortunada niña. La historia de esta novela tiene su origen en este encuentro, ya que

79 Monserrat Galí nos dice que una buena parte de las insatisfacciones y sufrimientos del romántico vienen dadas por sus aspiraciones de eternidad y trascendencia. La muerte es el recordatorio constante. El Romanticismo quiere conquistar la infinitud (GALÍ 2002, 506).

115

el niño preocupado por la expresión de Julia, se acerca a ésta para preguntar las razones

de su malestar, estableciéndose de este modo el primer contacto. Al charlar, Ernesto se

da cuenta de su desvalidez, pues se trata de una niña huérfana y solitaria, que se

encuentra al cuidado de una mujer que la maltrata y que además no sabe leer y escribir.

La actitud paternalista de Ernesto lo llevan a ofrecerle protección a través del

conocimiento, a partir de ese momento se reúnen todos los días para instruir a Julia.

Después de casi dos años, y que ambos se tienen mucho cariño; el padre de Ernesto,

quien se muestra autoritario decide enviarlo a Madrid a continuar sus estudios. Lo cual

provoca que Julia quede nuevamente desprotegida y sin afecto, si bien Ernesto le ha

jurado regresar por ella porque se han enamorado y le ha pedido al mayordomo de su

casa, vele por la niña. Mientras, Luisa la mujer que desde la muerte de la madre de Julia

ha cuidado de ella, por azares del destino, recurre a la madre de Ernesto para pedirle se

haga cargo de aquella pobre mujercita y ésta al haber quedado sin la compañía de su hijo,

acepta gustosa.

Así pasan los años y cuando por fin pareciera que pueden reunirse, Ernesto recibe

una carta de su padre donde le pide se case con su prima, quien es hija del protector de

él en Madrid. Aun cuando el muchacho se rehúsa, se entera que su madre de igual forma

le pide contraiga matrimonio con su prima, quien es una mujer frívola, interesada y

superficial, para cumplir con la voluntad de su padre. Pasado el tiempo, los recién esposos

deben regresar a México, Julia se entera de tal situación por lo que decide abandonar la

casa donde ha tenido albergue, cariño y protección; dejando en una carta para la madre

de Ernesto, las razones por las que ella toma otro rumbo. Al llegar Ernesto con su esposa

116

a México, se entera por su mayordomo que Julia ha sido la protegida de su madre

durante toda su ausencia y que al enterarse que él regresa casado decidió alejarse de esa

familia. El recién casado, al saber esto, entra en un estado depresivo y al encontrarse en

un callejón sin salida decide quitarse la vida, no sin antes dejar una carta con dos

peticiones, que su esposa regrese a Europa con su padre y que su madre busque a Julia y

le brinde el amor y la protección que la vida le ha negado. Entonces la madre de Ernesto

sale en busca de Julia, a quien encuentra en la tumba de su hijo, llorando por su ausencia.

Ambas regresan al hogar, jurándose no separarse jamás para venerar la memoria de

Ernesto.

Julia, es un claro ejemplo de la novela romántica del siglo XIX. El amor como eje

central de la historia, la belleza femenina, la exaltación de los valores propios de la época

(abnegación, sacrificio, bondad, etc.) son tan sólo algunos de los elementos que podemos

distinguir. En este relato percibimos la tragedia del amor mutilado por el culto al dinero,

siendo este aspecto una característica significativa de la novela decimonónica. Ahora

bien, a partir de la perspectiva crítica que nos ofrece Margarita Dalton Palomo, en

Mujeres, Diosas y Musas80 analizaremos cómo se construye el discurso de lo femenino

(DALTON 1996,21). Es decir, esencialmente nos detendremos a poner en relieve aquellos

elementos ya sean descriptivos o prescriptivos (DALTON 1996,16) que aparecen en el

relato y que además de reflejar la realidad social en la que se produjo, establecen las

formas de pensar y actuar de los diferentes personajes femeninos con los contenidos

80 DALTON, Palomo Margarita Mujeres, Diosas y Musas. Tejedoras de la memoria México: EL COLEGIO DE MÉXICO 1996

117

ideológicos (DALTON 1996, 34), que además tienen estrecho contacto con la relación que

se da con los personajes masculinos.

En principio mencionaremos los personajes principales que integran esta novela.

La protagonista femenina es Julia, quien es el único personaje descrito

prosopográficamente, pues en los demás se fija la atención en los rasgos etopéyicos.

Desde niña, ha sido una mujer a quien la vida la ha marcado con sucesos dolorosos que

ponen a prueba su fortaleza. Físicamente, a pesar de los infortunios la belleza no la

abandona:

Sentada en uno de los ángulos de la plaza una preciosa niña como de doce años

de edad, retirada de los demás, con la barba apoyada en la mano y el brazo en la

rodilla, parecía contemplar á los que jugaban de lejos; pero de vez en cuando

exhalaba un prolongado suspiro y con el borde de su mano blanca como la nieve

enjugaba una lágrima que corría por sus mejillas. Vestía un traje de luto que decía

muy bien a su color pálido y á sus lánguidos ojos negros como la noche. Sus

cabellos caían en abundantes rizos sobre sus espaldas. Sus labios del color de la

mosqueta se entreabrían solo para elevar al cielo alguna exclamación de dolor.81

En el caso de Julia, lo femenino está definido principalmente por sus cualidades y

actitudes. La belleza y la fragilidad marcada en el párrafo anterior son muestra de ello.

Además, la fragilidad se define por el dolor, el cual es reafirmado por el llanto82. La belleza

81 Fragmento ubicado en el número 8 del Año I. Sección Literaria de La Siempreviva. 82 Recordemos que el México romántico es sentimental y que se da una correspondencia perfecta entre los sentimientos y la mujer, por lo que las emociones se asocian a lo femenino. Galí menciona: “las heroínas lloran, enferman de amor, llegan a morir de amor y las lectoras hacen lo mismo cuando leen novelas o cuando viven sus propios amores […] Por otra parte, el llanto es un tema recurrente en las novelas y tenemos pruebas de que en el teatro público, en especial el femenino, lloraba sin recato alguno. (GALÍ 2002, 503).

118

expresada está ligada al ideal romántico y/o estético de la mujer; la palidez y la

hermosura de su piel tienen que ver con la escasa exposición al sol, relacionada con la

actividad doméstica en el interior de la casa o en un espacio cerrado. También connota al

recato y reclusión, aspectos que se reafirman con la abundante adjetivación que

acompaña a ciertas partes del cuerpo, cuya visibilidad está dentro de lo permisible, tales

como las manos, la barbilla, las mejillas, los ojos, los labios, el cabello; elementos que

proporcionan armonía y perfección al personaje femenino.

Enseguida, aparece en escena el personaje protagónico masculino: Ernesto, quien

juega una función esencial en el desarrollo del discurso de la novela, este discurso se

muestra sexuado83 porque a partir de la diferenciación entre hombre–mujer, se

establecen las relaciones y acciones entre ellos. En principio, es un personaje que

contrasta con Julia, ya que mientras ella juega un papel pasivo al encontrarse en una

situación sólo de observación, él se ubica en un espacio abierto:

Ernesto el niño más alborotador del grupo, de improviso vuelve la cabeza y sus

ojos se fijan en la niña solitaria. Suelta el arco que tiene en la mano y corre hacia

ella. Sus compañeros no lo advierten. (CAMPOS 2010, 33)

A Ernesto le pertenece el espacio abierto, tiene la libertad de elegir hacia dónde

dirigirse; de hecho el abandonar el arco, reafirma la opción de decisión del varón. Imagen

que contrasta con el espacio de Julia delimitado por sus propias emociones. Sin embargo,

después de este primer encuentro, el sentir de cada uno de los niños hace que haya un

83 Por discurso sexuado se entiende el que se construye a partir de la diferenciación entre la mujer y el varón

119

intercambio de actitudes; la fortaleza del chico es derrumbada por una niña, ella lo hace

sensible y él para Julia es el faro de luz. A partir de ese momento la sinergia que se da

entre ambos es a través de la educación:

¨-¡Oh! Si al menos me hubiera enseñado a leer distrajera yo mis sufrimientos con

la lectura de algún libro! […]

-Pues bien, yo voy a enseñarte; espérame aquí todas las tardes que no faltaré a

darte lección (CAMPOS 2010,36)

Ernesto al convertirse en el guía de la niña, representa la institución masculina

que abre sus puertas a la mujer hacia el conocimiento. En este apartado, podemos

observar cómo Rita Cetina, de alguna manera proyecta la situación de las mujeres de su

momento. Ellas tuvieron que asirse de la paternidad literaria para incursionar en ese

espacio antes exclusivo de los varones. Asimismo, este fragmento ideológicamente

representa a la cultura y educación, además de un paliativo ante el dolor. Podemos

distinguir que a través de la “generosidad” en las intenciones de Ernesto y la eterna

“gratitud” de Julia se establecen las bases de su relación. La gratitud es una constante a lo

largo de la novela, una cualidad especialmente femenina y que además es una virtud

observable en otros personajes femeninos. D podría considerarse como un llamado a los

hombres a compartir el espacio de las letras.

A lo largo de la novela, observamos a la religión como contenido ideológico y que

se encuentra íntimamente ligada a las cualidades femeninas por ejemplo, la obediencia,

120

la sumisión y la resignación. El siguiente fragmento lo muestra en el momento que Julia

platica a Ernesto sus desdichas:

Sola en el mundo y careciendo hasta el sustento necesario se había propuesto ya

mendigar de puerta en puerta un pedazo de pan para alimentarse. Pero Dios

siempre grande y misericordioso para con sus criaturas, que no abandona jamás á

los que confían en él y sufren resignados sus desgracias en la tierra; envió á mi

pobre madre un consuelo en su infortunio (CAMPOS 2010, 33)

La paternidad divina es simbolizada, en este caso, por Dios. Quien prescribe cuál

es el comportamiento correcto a través de la fe, en este caso no sólo dirigido a la mujer,

sino tanto lo reza el fragmento: “a toda criatura”; lo cual significa que el varón también es

vulnerable y que existe un ser superior a él. Podemos observar una clara transgresión

este párrafo, en esta situación la mujer y el hombre reflejan sumisión y resignación. En un

discurso de lo masculino, los aspectos anteriormente mencionados sólo formarían parte

de la realidad de la mujer, donde persiste un sometimiento al derecho del hombre. Si

bien, aquí la debilidad de las “criaturas” (término que abarca hombre-mujer) radica en la

fuerza de otro, en este caso de “Dios”84. De este modo, la escritora trata de mostrar que

la debilidad y la desvalidez no son privativas de la mujer el hombre es tan débil e

indefenso como la mujer, agregándole una sentencia moral: toda criatura está bajo la

autoridad, fuerza y poder de un ser supremo que representa al patriarcado (que incluye al

mismo varón).

84 “El carácter infinito, perfecto, inconmesurable de Dios no podría medirse por algo finito y terrenal. Por esto el verdadero amor no es realizable en este mundo; el amor puro y perfecto es un amor imposible en términos humanos. Por esto también la mujer, objeto del amor, es bella, pura e inalcanzable” (GALÍ 2002, 427)

121

Para abordar los siguientes personajes femeninos comenzaremos por la mujer que

cuidó de Julia, después de haber quedado huérfana.

Una buena señora cuyos bienes de fortuna eran inmensos compadecida de su

miseria, se presentó un día en casa y después de consolarla con cariñosas palabras

la obligó a que fuera a vivir a su lado. Desde aquel momento cambió su situación,

pues Doña Luisa, que así se llamaba la señora, no perdonaba medio alguno para

que mi madre pasara una vida cómoda y tranquila. Sin embargo, á pesar de sus

solísitos cuidados la enfermedad se agravaba mas de dia en dia: y cuando yo

contaba apenas con tres años, mi tierna madre exhaló en los brazos de Doña

Luisa, el último suspiro (CAMPOS 2010,56).

Tenemos que la “bondad” es una cualidad constante en los personajes del relato, en

el discurso sexuado, Ernesto y Doña Luisa comparten tal virtud. Cabe mencionar que lo

masculino es un elemento susceptible de deconstrucción, es decir, recordemos que al inicio,

Ernesto era un chico alegre, de carácter lúdico y en libertad. Después se muestra como un

hombre solidario ante el dolor femenino; donde la sensibilidad gana terreno y decide

ofrecer ayuda a la desvalida Julia. De igual manera sucede con Doña Luisa; al ver la pena

ajena, se conduele y decide ayudar a la madre enferma de la niña y a la niña misma. No es

de extrañarnos que Rita haya plasmado tales situaciones en la novela, pues además fue

huérfana de padre; experiencia de orfandad que deja manifiesta, de modo que fue una

mujer solidaria y altruista que muchas veces no recibió remuneración alguna por su labor

educativa con la firme intención de apoyar a las de su género.

No obstante, mientras las cualidades de Doña Luisa se diluyen, pues de ser una

mujer bondadosa, se vuelve dura y cruel con Julia, pese a que en el relato se aclara que

122

esta transformación no ha sido por decisión personal sino como consecuencia de sufrir la

adversidad, específicamente al perder todos sus bienes materiales y donde los embates

de la vida se ven reflejados en su aspecto físico.

En este momento Doña Luisa está sentada en el sillón con la vista fija en el suelo,

inmóvil como una estatua de mármol. La palidez de su semblante, las arrugas de

su frente y su cabello completamente cano, la presentan como una mujer de

setenta años cuando aún no ha cumplido los cincuenta (CAMPOS 2010,48).

A través de esta imagen que proyecta los estragos del dolor y la miseria; por

primera ocasión se manifiesta en el relato de Cetina uno de los tópicos de la novela

romántica: la tragedia del amor mutilado por el culto al dinero. Inmediatamente después,

aparece el personaje femenino que va a proporcionar el equilibrio; la balanza que sopesa

el amor, la comprensión, la tolerancia, la justica que el personaje femenino central ha

perdido. La infeliz niña, encuentra en la madre de Ernesto, precisamente esa calidez

materna que comprende la entrega y aceptación plena hacia los hijos. Isabel, aparece por

primera vez recubierta de elegancia y distinción que le da el poder económico, antes que

mostrar sus bondades se muestra el aspecto banal, podemos ver como en el discurso de

lo femenino, la belleza es una cualidad que se enaltece por lo material: “Pero hoy es

distinto; ella es la gran señora, no querrá escuchar a la miserable desvalida”, y continúa:

El ruido de un coche que paró en la puerta de la casa puso términos á este

diálogo. -Allí está, dijo la criada.

En efecto, una señora vestida de blanco y cubierta la cara con un velo, bajó del

coche y penetró en la casa. (CAMPOS 2010, 44)

123

Desde el hecho de llegar en coche, denota que se trata de alguien con un nivel

económico alto; pues en esta centuria, el que poseía tal objeto pertenecía a un estrato

social acomodado. No obstante, la elegancia se acompaña de la pureza que otorga el

color blanco y el rostro velado. Lo que da el equilibrio entre la frivolidad material y las

cualidades humanas. A manera de mantener un tono misterioso a la narración, despierta

en el lector el cuestionamiento de adivinar de quién se trata. Al ser una novela por

entregas, Cetina buscó atrapar el interés y atención de sus lectoras.

En el discurso de lo femenino, Isabel representa a la maternidad, función privativa

de la mujer, donde no necesariamente tuvo que parir a la Julia para darle protección y

abrigo. En este personaje encontramos el arquetipo de la feminidad. En palabras de

Dalton Palomo: “es un servicio que la mujer presta a la comunidad, un servicio que

garantiza el apoyo y la efectividad (DALTON 1996,130). El papel de Isabel es siempre

responder a las necesidades de los hijos, y en este caso la relación madre – hija se

establece no sólo al nutrir físicamente a la pequeña, para proporcionarle nutrición

emocional, y que a lo largo de la novela, cumple con tales expectativas. En este tenor,

definitivamente, al considerar a la maternidad dentro del discurso, Cetina otorga el

símbolo angular de lo femenino: “Dios siempre escucha los votos que una madre amante

y cariñosa hace por la felicidad del hijo de sus entrañas” (CAMPOS 2010,30). No obstante,

pese a que Isabel se muestra como una madre incondicional, al referirse a Ernesto este

elemento se relaja. A pesar de que ella manifiesta a través de diversas situaciones que él

es el ser que más ama y siempre está dispuesta a brindarle apoyo en todo momento,

tienen que enfrentarse a un destino inevitable, la separación; su esposo tiene el poder de

124

dirigir la vida de los demás personajes. Isabel es el símbolo pleno de la maternidad85, la

cual es doblemente madre, en primer lugar porque Ernesto es hijo de sus “entrañas” y

asimismo madre putativa de Julia, en quien vuelca todo su amor y consagración al ser

separada de su hijo. Isabel muestra ser el claro ejemplo de la disponibilidad continua

frente a su esposo. Esta mujer madre debe aceptar en todo momento la voluntad del

hombre, quien es esposo y padre. Él es quien aleja a Ernesto de Julia y de Isabel,

interviene en las decisiones de su hijo de manera autoritaria y represiva, pues para que él

llegue a ser un “gran hombre”, debe salir a perseguir su futuro, incluso fuera del país:

Madrid. La voz del padre es un retorno al pasado, donde lo futuro y el éxito se atribuyen

otra vez a España. Tal situación coloca en relevancia lo europeo versus lo nacional; que

puede entenderse de dos maneras y que no se contraponen: la primera de ellas refiere a

que lo exterior es mejor que lo local86y la segunda como símbolo de la europeización por

la que la sociedad yucateca estaba pasando, era un momento en el que todos los ojos

veían en Europa un modelo a seguir, lo cual se proyectaba desde varios aspectos, entre

ellos la arquitectura, la música, la literatura y en específico la línea de pensamiento, es

decir, la doctrina positivista87.

85 Dalton Palomo enfatiza que el papel de maternidad modaliza la realización de la mujer a partir del hecho biológico de parir. Este hecho es el punto de partida para la afectividad, la complacencia para con los hombres, la educación y el cuidado de los hijos, sin importar su edad, y sobre todo para disponibilidad continua frente a ellos (DALTON 1996,129). 86 Podemos interpretarlo también de una manera simbólica, es decir, se sigue creyendo que la madre patria sigue cumpliendo la función de nutrir a su colonia, proporcionando mejores elementos que la nación misma. 87 La doctrina positivista considera al conocimiento a la base del orden social, el estado laico, la educación científica y el individuo armado con saberes prácticos, dispuesto a emplearlos en beneficio de su país. Estas ideas ya estaban en ciernes en el México que se trazaba un nuevo plan de vida y no hallaron en el positivismo más que su formulación clara y ordenada. Además los reformadores del Estado coincidían en que la educación era el punto de partida para realizar el nuevo proyecto de nación, fue justo en ese ámbito en donde la doctrina positivista tuvo su mayor incidencia. http://www.revista.unam.mx/vol.6/num3/art22

125

Siguiendo la línea del carácter alegórico del discurso, Isabel puede representar a la

nueva patria, la nación mexicana que acoge al pueblo resquebrajado por la guerra, lo

cual refiere a las acciones bélicas para llegar a la restauración de la república, de igual

manera, la recuperación de un Yucatán proveniente de prolongada Guerra de Castas.

Después de tal acotación, abordamos la manera en que se expresa el discurso de

lo masculino entre el padre y Ernesto. En inicio, el protagonista en la figura infantil, es el

hombre protector, el que proveerá a Julia con el conocimiento y aparece tal faro de luz.

Inicialmente, aun cuando sigue siendo un infante, tiene la oportunidad de decidir,

inclusive sobre sus emociones, pues de ser alegre y travieso pasa a ser un niño más

sensible y sentimental. De alguna manera, estamos hablando desde un discurso sexuado

mostrando cualidades adjudicadas a la mujer, lo cual representa una deconstrucción de

lo masculino en el personaje, aquí vemos una clara transgresión por parte de la escritora;

puesto que desmitifica el arquetipo del hombre dominante y falto de sensibilidad. Pese a

que se trató de una toma de decisión sobre sus actitudes y comportamiento; Ernesto en

la niñez tuvo una mayor capacidad de decisión, pues cuando deja de serlo, su padre es

quien subyuga su voluntad. Este personaje posee características peculiares, es decir, pese

a que él ejerce su poder autoritariamente, la escritora sólo le da voz a través de otros

personajes y ni siquiera posee un nombre propio, sólo se le identifica como el padre de

Ernesto. Aun cuando es el arquetipo del patriarca, dominante y represivo; al final, las

acciones de los demás personajes lo invalidan para llevar a cabo sus propias decisiones y

deseos. En esta imagen, Rita Cetina transgrede la construcción de un estereotipo que

había sido reforzado en diversas circunstancias por otros escritores.

126

Ernesto, el protagonista, nos muestra otras cualidades que Dalton Palomo

considera, en el discurso, propias e inherentes a la mujer, por ejemplo la obediencia y

sumisión. Estos aspectos son remarcados cuando el sufre por el designio de su progenitor

y cuando su madre le pide abiertamente obediencia a su padre:

Él se levantó también, entró en su cuarto y se arrojó en su cama

precipitadamente. ¡Cuánto sufría aquel noble corazón en ese momento!

Revolcándose con desesperación, en su lecho, su agitada imaginación presentaba

á sus ojos unas veces á Julia, á su adorada Julia, sola, desamparada en el mundo,

pidiéndole con su voz de ángel y su sonrisa celestial que no la abandonara, y otras

á su padre con semblante severo, obligándole á cumplir su mandato, mientras su

desconsolada madre, derramando amargo llanto, le rogaba con palabras tiernas y

cariñosas que obedeciera (CAMPOS 2010, 48).

No obstante, al final del relato, el personaje sufre un choque, que consideramos

tiene que ver, precisamente con ese atentado a su masculinidad. Ernesto se siente

frustrado de no poder decidir, ni el tiempo y el espacio dónde adquirir el conocimiento,

ni en la elección de su pareja, que en el marco discursivo de lo masculino, representa

legitimar las relaciones de dominio. De alguna manera, se trata de una castración

simbólica por parte del padre, ya que el no otorgarle la facultad de decidir sobre su

destino, lo lleva a un estado de depresión, ansiedad y dolor (características adjudicadas a

lo femenino). Cuando regresa a México, su país natal, casado con la mujer que no ama;

Ernesto reivindica su masculinidad mediante el suicidio. Es aquí donde él de algún modo,

triunfa en la lucha de poderes entre él y su padre. Además, refiriéndonos a los ideales

románticos, el suicidio es un tópico recurrente en el discurso.

127

El último personaje-mujer que trataremos es Amelia, ella representa la oposición

de lo femenino en Julia, mientras ésta última es sufrida y abnegada, la otra representa la

avaricia y la frivolidad:

Tal vez le amaré, mientras tanto seré rica, muy rica, mi casa será la primera de

Madrid, todas las mujeres elegantes envidiarán mi suerte, qué mayor felicidad, los

hombres se esforzarán en complacer mis menores deseos ¡Oh, sí, Ernesto! Creo

que ya lo empiezo a amar (CAMPOS 2010,32)

Nuevamente, vemos en esta situación cómo el amor es mutilado por el culto al

dinero. Notamos que las actitudes de Amelia contrastan con las cualidades de Julia, ésta

última ama por agradecimiento y la esposa de Ernesto por ambición. Pese a que en la

novela nunca llegan a conocerse estos personajes. Se exalta a la mujer mexicana, a través

de la nobleza y lealtad de Julia, ya que la europea es interesada y rapaz. Sin embargo, al

final del relato se hace latente el determinismo, pues la pérdida de Ernesto las ubica de

acuerdo al comportamiento de ambas mujeres en el sitio que “merecen”. Amelia, regresa

a Madrid bajo el yugo y cuidado de sus padres; mientras Julia, a través de la imagen

materna y el sacrosanto recuerdo del amado, conquista la infinitud; una forma de

trascendencia y permanencia, tópico recurrente en el Romanticismo:

Una buena parte de las insatisfacciones y sufrimientos del romántico vienen

dadas por sus aspiraciones de eternidad y trascendencia. La muerte es el

recordatorio constante. El Romanticismo quiere conquistar la infinitud […] Estas

ansias hacen del romántico un añorador perpetuo: añora el pasado, anhela la

128

muerte, desea lo absoluto. Melancolía y soledad son los dos fieles acompañantes

de la sensibilidad romántica (GALI 2002, 506).

Así, Julia, encuentra en la soledad el refugio para su amor perpetuo y en el

recuerdo, la llama que lo aviva; uniéndose al amor materno incondicional que fortalece

la infinitud.

Se destacan dos situaciones en cuanto al personaje de Amelia. En primer lugar, no

obstante el padre de esta mujer es hermano del de Ernesto, no se mueven de la misma

manera. Aun cuando del mismo modo carece de nombre, este personaje sí entabla

comunicación directa con Amelia, no para subyugar su voluntad tal es el caso de Ernesto,

sino para explicarle y hacerle ver lo que le “conviene”, es decir, su padre sí le toma

parecer respecto a su futuro. En segundo plano, sutilmente la cosifica ya que la convierte

en un objeto meramente mercantil, le hace ver los beneficios que obtendrá “la familia” al

desposarse con Ernesto, así al materializar “el amor” rompe con el concepto romántico

del mismo, reflejado en los sentimientos nobles y desinteresados de Julia.

Para concluir, es digno de atención el gran abanico de situaciones de análisis, que

nos ofrece Julia. Encontramos aspectos que no podemos dejar de mencionar, tal es el

hecho de usar el medio epistolar para pronosticar infortunio, lo cual provoca que los

personajes se desplacen a otras situaciones que no son precisamente lo planeado.

Observamos otros elementos simbólicos, por ejemplo, la caja que Ernesto regala a Julia,

la cual podría ser el instrumento del amor en secreto y en silencio. La imagen del silencio

es constante, y ese no decir les produce más dolor y sufrimiento y en otros momentos

129

proporciona un ambiente y sentido de reflexión, donde el pensamiento toma las alas de

la libertad. Por lo que cada personaje puede recurrir a él para interiorizar en su propio yo.

La fidelidad y la lealtad, cualidades que se hacen presentes, personificadas a través

del mayordomo Anselmo, quien se vuelve cómplice y confidente de los enamorados y

testigo de la fortuna o desgracia familiar y que curiosamente sí tiene un nombre propio a

diferencia de los otros personajes masculinos. Cetina parece “castigar” a éstos con la

omisión de su nombre, mientras todos los personajes femeninos, incluyendo el personaje

antagónico, lo poseen; probablemente como una reivindicación de la mujer. A diferencia

de los discursos escritos por hombres, la mujer tiene mayor espacio en el diálogo, la voz

femenina es la que más se escucha en el relato, lo cual no es fortuito; pues una de las

principales intenciones en la escritura de Cetina era cederle el espacio abierto que hasta

entonces era exclusivo de los hombres.

Esta novela corta, Julia, nos ofrece de manera muy clara la visión de la sociedad

decimonónica y de los ideales románticos. Si bien, con este relato Rita Cetina nos

muestra una pluma literaria madura y si en su fin de publicar este relato por entregas fue

“enamorar” a otras mujeres para incorporarse en el mundo de las letras y la cultura,

seguramente logró alcanzar su objetivo. Por lo cual, podemos decir que la narrativa de

nuestra autora comparte el nivel literario de otros escritores de su momento histórico,

por ejemplo Ignacio Manuel Altamirano, el mismo yucateco Crescencio Carrillo Ancona,

Manuel Payno, entre otros. Así en palabras de su biógrafo Rodolfo Menéndez de la Peña,

las cuerdas de la lira de Cetina, alcanzaron sus mejores notas con esta novela corta o

“novelita, como en su momento fueron llamadas.

130

3.4 El discurso femenino de Rita Cetina en Cuento del mar.

Rita Cetina Gutiérrez incursiona en casi todos los géneros literarios. En cuanto a

narrativa se refiere, además de su gran aportación a la literatura femenina decimonónica

con su novela Julia, encontramos que el cuento forma parte del corpus de su extensa obra

literaria.

“Cuento del mar”88, publicado también en la revista La Siempreviva en el Año II

número 34 del 6 de octubre de 1871 - cuya redactora y responsable de ese número fue su

amiga y colaboradora de la revista Cristina Farfán - figuró como parte de las aportaciones

literarias de Rita a la publicación. La intención, no sólo de Cetina sino de todas las

colaboradoras fue hacer llegar a sus contemporáneas un ejemplar donde además de

cubrir la necesidad de entretenimiento, tuvieran acceso a la lectura de diversos géneros

literarios. Así que el cuento, además de las fábulas, la poesía y el ensayo, no podía quedar

fuera del contenido.

88 Justo Sierra Méndez escritor, historiador y político (1848) contemporáneo de Rita Cetina (1846) también yucateco, ya que en ese momento Campeche aún formaba parte de Yucatán; de igual manera tiene entre su prosa literaria un Cuento del Mar. La cuentística de Sierra está reunida principalmente en sus Cuentos Románticos (1896), no obstante éste no forma parte de este corpus. De acuerdo a lo que Francisco Monteverde anota en el prólogo del tomo que reúne su prosa literaria (Sierra 1977, 10), este cuento tuvo dos publicaciones; la que Monteverde llama “primitiva” en 1874, aunque no se cuenta con el dato del espacio de publicación y la posterior en 1899 que el mismo prologuista comenta fue una versión diferente a la primitiva apareciendo el 19 de marzo de 1899 en El Mundo, periódico del centro del país. Pudiera pensarse que el cuento homónimo de Rita Cetina fue una emulación del de Sierra Méndez, pues como se ha mencionado la novela de Cetina Julia muestra ciertos acercamientos a la novela del mismo nombre escrita por Ignacio Manuel Altamirano, sin embargo no fue así, puesto que en principio la brecha temporal los difiere y separa. La narración de Cetina sigue los lineamientos románticos de la época, mientras que la de Sierra está plasmada del costumbrismo que tomó fuerza para aquella época, a pesar de que él lo califica de romántico al darle un tinte trágico a su historia.

131

En este apartado realizaremos el análisis del cuento resaltando el discurso de lo

femenino a partir de las propuestas de Margarita Dalton Palomo, en Mujeres, diosas y

Musas.

La extensión de Cuento del mar es breve, por lo que se emitió en un solo número

de la revista. No obstante se marcan claramente dos momentos. En el primero, con la

intención de involucrar al lector en la historia, inicia con la descripción del lugar, teniendo

cuidado en los detalles, ya que por medio de los adjetivos presenta un ambiente cálido y

tropical: “Sus últimos rayos se reflejan aun en las tranquilas olas de la mar” (CAMPOS

2010,36).

Cetina utiliza la hora del crepúsculo para presentar a su personaje femenino, la

envuelve en los dorados tonos del atardecer como marco de su aparición: “Celages de oro

y rosa adornan el camino que el astro del día acaba de pasar para ocultarse otra vez en

occidente”. En el Romanticismo el amanecer y el ocaso son los momentos más

recurrentes del día. Se utilizan estas horas en un sentido simbólico, pues enfatizar el

momento en el que suceden las acciones, las hacen más impactantes89. Encontramos en

esta descripción del espacio y del ambiente el primer recurso femenino, es decir, la

protagonista sale del espacio cerrado que hasta entonces había sido exclusivo de la mujer

para presentarla ahora en un espacio abierto, a la orilla del mar; que no sólo refiere a lo

abierto, también al infinito, donde no hay límite.

89 “En todos los cuentos, novelas o folletines románticos el autor precisa la hora del día en que transcurren los principales acontecimientos, y es muy raro que se den a mediodía, en plena claridad. La aurora se presta más a situaciones de esperanza, de alegría o simplemente campiranas, en tanto que el crepúsculo anuncia tragedias, presagia muerte o infunde tristeza” (GALÍ 2002, 404)

132

Una mujer, bella, como la creación del poeta se acerca a la orilla. Viste blanco

ropaje. Sus cabellos, negros como la noche, caen sobre sus hombros en

abundantes rizos. Sin dejar de repetir su canto, se sienta en la arena. Sus ojos que

simbolizan la esperanza, se fijan anhelantes en el mar. Deja de cantar y sonríe

dulcemente (CAMPOS 2010,36).

La prosopografía de la protagonista denota varias imágenes relevantes; nos

muestra el tipo ideal de mujer, ya que en principio refiere a una mujer bella, lo cual no se

aparta del ícono de la mujer romántica. Sin embargo, ahora la compara con la poesía, y

no con la delicadeza y la debilidad de una flor, símil recurrente romántico. Esto quiere

decir, que muestra a la mujer no como un ornamento, sino como un ser artificioso y de

alguna manera, este comparativo puede entenderse para aludir a la inteligencia y la

creatividad.

No obstante, esta transgresión se disfraza al presentar vestida de blanco a la

mujer; la envuelve en pureza. Esta imagen refiere a una mujer virgen, que en el discurso

de lo femenino representa la castidad, en la cual radica su valor (desde una perspectiva

de cosificación) para el hombre de la época. Al respecto, Margarita Dalton Palomo dice:

“La virginidad, castidad, juventud y belleza son para la mujer valores significativos dentro

del discurso. El hombre busca encontrar en una mujer esa exclusividad que le significará

la posesión y la continuidad del patrimonio, hijos y prestigio social” (DALTON 1996,63)

De alguna manera, Rita Cetina, a pesar de su deseo vehemente de ilustrar a la

mujer y promover su emancipación, no se muestra abiertamente en contra del discurso

133

patriarcal. Fue permeando en su escritura ciertas transgresiones, aunque con la sutileza

apoyada en pies de plomo y sumo cuidado.

La imagen de la cabellera es un elemento muy interesante, pues contrasta con el

símbolo de castidad expuesto anteriormente. “Sus cabellos negros, como la noche, caen

sobre sus hombros en abundantes rizos” (CAMPOS 2010,136). El cabello, también

refuerza el símbolo de belleza; el tono negro, en primer lugar puede referir a la juventud

que aún no presenta secuelas del paso del tiempo. Por otro lado, podemos interpretarlo

como el símbolo del regionalismo. Aquí el símbolo de la rubia cabellera, tan propia del

romanticismo, se ha omitido para citar la belleza de la mujer mexicana y además

provinciana, cabe recordar que el contexto es un puerto, se ha excluido al espacio

citadino. Como tercera interpretación, podemos decir que el hecho de llevarlo desatado

habla de la libertad, de no sentir opresión. En contraposición, el cabello recogido puede

referir al recato, formalidad, elegancia, etc. Aquí nos percatamos de que se trata de una

mujer joven, casta con sentimientos de libertad.

A lo largo del cuento, encontramos pocas alusiones al cuerpo femenino; en la

descripción se mencionan los hombros que aparecen como referente para marcar el largo

del cabello. Probablemente, los hombros se encuentran desnudos, cubiertos por los

abundantes rizos, mostrando así una desnudez disimulada y tal sirena homérica la

protagonista se encuentra a orillas marinas cantando. Es interesante hacer notar que Rita

Cetina, no sólo pretende darle voz a su personaje femenino, sino que a través del canto

puede expresar sus sentimientos y emociones. “Los ojos simbolizan la esperanza, se fijan

anhelantes en el mar” (CAMPOS 2010,136) es decir, la escritora tuvo toda la intención de

134

darle una carga simbólica a los elementos prosopográficos. Ahora sabemos que se trata

de una mujer joven, regional, con expectativas, con esperanza.

Esta mujer que apenas cuenta diez y ocho primaveras, se llama Esperanza.

Huérfana desde muy niña, vive al amparo de unos pobres pescadores, que la

aman tiernamente (CAMPOS 2010,136).

En este apartado podemos conocer más sobre la protagonista, aquí encontramos

dos elementos similares en los personajes femeninos de Julia, la novela y en Cuento del

mar. Julia y Esperanza son mujeres jóvenes y huérfanas. Ambas viven bajo el amparo de

personas generosas. Con esta imagen, Rita de alguna manera legitima el discurso que

permeaba en ese momento: mostrar la unidad familiar como parte de la consolidación

de la sociedad decimonónica; lo que nos hace observar que Rita ocupa la sutileza para

trastocar y transgredir el discurso hegemónico. Por lo que, el hecho de presentar mujeres

con estas características nos hace pensar en que a pesar de poseer juventud y belleza, no

poseen la suficiente fortaleza al carecer del apoyo de la institución familiar. Así, esto

puede entenderse desde dos aristas; la primera de ellas es que una mujer, puede

acercarse el ideal femenino90, no obstante sin el sostén del binario padre-madre, no está

realmente completa por ella misma; por el contrario la hacen una mujer débil. La

debilidad, de acuerdo a la perspectiva crítica de Margarita Dalton Palomo, forma parte de

las cualidades y actitudes femeninas, que se oponen a la fuerza, la cual pertenece al

90 Nos referimos al ideal romántico que formaba parte del discurso literario.

135

discurso de lo masculino91. Por tanto, Esperanza como Julia requieren de un contexto

androcéntrico para fortalecer esa debilidad. Es por ello que en ambas narraciones, esa

“debilidad” busca el equilibrio a través del amor.92 El papel de la figura masculina

simboliza la fortaleza para tolerar y compensar la adversidad y el infortunio. Cetina lo

expone de la siguiente manera: “Cuando aún empezaba a salir de la adolescencia, sintió

latir su corazón y amó por primera vez.” (CAMPOS 2010,136) La configuración del

personaje femenino con base a esta situación la hacen un sujeto subordinado del sujeto

masculino; lo cual podemos corroborarlo en la descripción de Alfredo, el joven

protagonista del cuento.

Alfredo, joven de altiva frente, mirada expresiva y ardiente corazón, fue el bello

ideal que forjara en sus ensueños. Una mirada de ambos bastó para alentar la

llama santa que ardía en sus puras almas, y Alfredo y Esperanza se amaron con

delirio (CAMPOS 2010, 136).

La imagen de Alfredo nos presenta a un sujeto seguro y gallardo, pero sensible y

apasionado. No es fortuito que Rita haya hecho referencia a la frente como punto de

partida de la prosopografía del protagonista. En el siglo XIX, aludir especialmente a esta

parte del cuerpo, refería a la representación del conocimiento e intelecto y que hasta

entonces había sido privativo del hombre. Esta imagen puede representar también al faro

91 “La debilidad puede o no ser en todos los casos de los personajes femeninos, pero lo cierto es que se convierte en el eje del discurso de lo femenino. La debilidad está unida a la función de la mujer, a la maternidad y a su acción dentro del ámbito doméstico” (DALTON 1996,54) 92 Cabe señalar que Cetina se ve influida por la corriente literaria que se desarrolla en su contexto, el Romanticismo. Así pues en su narración cita al amor, como elemento esencial en la vida el ser humano. Sin embargo, observamos que de alguna manera rompe con tal paradigma cuando los amantes, en específico Alfredo se da cuenta que requieren para su supervivencia algo más que alimentar su espíritu con la llama del amor; por lo que, en palabras de Rita Cetina, “sale a buscar fortuna” y así además de proveer en sus sentimientos a su amada, le pueda proporcionar seguridad en sus necesidades materiales.

136

de luz que la mujer necesitó para alumbrar el camino de la transformación, es decir, en

este contexto el mismo varón había abierto la puerta a la mujer para salir del espacio

cerrado al espacio abierto y público, antes exclusivo de ellos.

Resulta muy interesante el paralelismo que Cetina propone en la primera frase de

la descripción, es decir, el “joven de altiva frente, mirada expresiva y ardiente corazón”.

Coloca al intelecto y a la emotividad en un paralelo que los canaliza en un “bello ideal”.

Rita, en este símbolo manifiesta el cultivo de la mente y el espíritu. Aun cuando la

descripción corresponde al sujeto masculino, bien puede referirse a lo que ella perseguía

promover en la mujer. Ella buscaba forjar el conocimiento sin dejar de lado la parte

emotiva y sensible adjudicada al sujeto femenino. Este doble discurso de Rita al

promover la emancipación de la mujer fue una constante en toda su obra literaria, por un

lado buscaba empoderar a la mujer al acercarlas al conocimiento, pero por otro reforzaba

el constructo femenino que prevalecía hasta en ese momento, es decir, las cualidades

consideradas propias de la mujer, en este caso la subordinación y la emotividad son

reflejo de su debilidad. Las razones pudieron ser motu proprio o por el contexto

androcéntrico o por ambas.

El canal de contacto entre la pareja resulta ser la mirada, el cual establece el

paralelo entre Esperanza y Alfredo, así el amor es el vínculo que los coloca en el mismo

tenor, es decir, la subordinación se rompe para encontrarse ambos sujetos equidistantes.

Sin embargo, nuevamente el infortunio hace que este punto de contacto se disuelva en la

materialidad. No basta lo intangible para reivindicar al sujeto femenino; pese a que

Alfredo muestra ser el redentor que la sacará de la marginación (representada por la

137

pobreza y la orfandad), si bien él también se presenta como un ser marginado al ser tan

pobre como ella. No obstante, esta imagen puede interpretarse de otra manera; Alfredo

a pesar de ser el sujeto masculino que representa la gallardía y el valor, es tan vulnerable

y marginado por la carencia de recursos económicos. Así, el vínculo entre ellos se rompe

cuando el sale en busca de lo que ambos carecen y es imprescindible para su

subsistencia. Nuevamente, vemos una retracción de Cetina en este discurso sexuado; el

hombre es quien debe y necesita salir a buscar fortuna. Así, en ese contexto de finales del

siglo XIX, el poder económico permite no sólo al sujeto femenino, sino también al

masculino poder insertarse en determinado estrato social, para ser aceptado y

reconocido por el entorno: “Un día Alfredo, con el corazón desgarrado de dolor se despidió de

su amada. Iba a cruzar los mares buscando fortuna” (CAMPOS 2010,136). En esta frase,

observamos que Cetina nos vuelve a mostrar en la metáfora “iba a cruzar los mares

buscando fortuna” el sesgo hacia la europeización. En la novela Julia, el protagonista, aún

en contra de su voluntad, viaja a Madrid a realizar sus estudios para obtener prestigio y

reconocimiento. En Cuento del mar, se ve a Europa como el cauce que conduce al éxito y

la aprobación de la sociedad, a través de conseguir fortuna. Esta situación no es particular

de la lente de Cetina, sino del entorno que buscaba aproximarse a la cultura y

modernidad europea.

Han transcurrido dos años. El tiempo es aquí el cómplice de los amantes y Cetina

cita nuevamente la misma imagen de la protagonista: “Y la tarde en que vemos a

Esperanza dirigirse a la orilla del mar cantando su barcarola favorita” (CAMPOS

2010,136). Pareciera como si el curso se hubiera detenido para permitir el reencuentro de

138

los sujetos. Ahora, el personaje masculino regresa “radiante” por el poder que le ha

conferido la fortuna: “Alfredo debe volver radiante de dicha y de contento a depositar a

los pies del ángel de su amor, su corazón y su fortuna” (CAMPOS 2010,136).

Cabe resaltar que a pesar de que es escasa la alusión al cuerpo, sea masculino o

femenino, los elementos que se abordan de éste son clave para desarrollar ciertas

acciones y reacciones en la narración. Los “hermosos ojos” de Esperanza son la ventana

por la cual se da paso a la siguiente acción para desembocar en el clímax de la historia:

Esperanza con sus hermosos ojos fijos en la inmensidad descubre a lo lejos un

punto negro. Poco a poco se va haciendo más visible y al fin presentase a su vista

la embarcación que le trae al dulce objeto de sus ansias, para no separarse ya más

de su lado.

Los ojos son receptores de las acciones, son el canal por el cual el lector se

encuentra al tanto de los acontecimientos. Los ojos de Esperanza descubren la llegada del

hombre que ama. No obstante, la importancia de este símbolo no concluye con esta

escena, más adelante también jugarán un papel prominente.

La dicha de saber de vuelta a su ser amado, hace que Esperanza muestre a través

de una genuflexión el agradecimiento “al cielo” por concederle la felicidad. Este punto es

interesante, por la forma en la que presenta Cetina “la felicidad” que se expresa a través

del llanto, revela una cuestión muy interesante. Primeramente, que el bienestar de la

mujer depende de un factor externo, es decir, que alguien más debe procurárselo. El

139

sujeto femenino se muestra supeditada a otro para sentirse satisfecha y feliz; notemos

que este sujeto es precisamente un varón.

Lo trágico, tópico recurrente en el romanticismo, se hace presente en la historia.

[…] un viento fuerte agita las olas, primero con violencia y después con fuerza

extraordinaria. Las aguas del mar se levantan formando un remolino hasta tocar

las nubes y caen otra vez produciendo un ruido aterrador. El buque lucha en vano

con la inmensidad. Juguete de las olas por algunos momentos, al fin lo arrastran

en su furia y lo sepultan para siempre en el abismo insondable de los mares

(CAMPOS 2010,136)

Cuando por fin parecía que Esperanza alcanzaría la dicha y felicidad, resulta ser

víctima de una catástrofe. En este párrafo, a pesar de que refiere explícitamente al

naufragio del buque en el que regresaba Alfredo, bien podemos entenderlo como al

naufragio de la misma protagonista. A pesar de su lucha por encontrar la felicidad a

través del amor, se convierte en el juguete de las olas a quien finalmente, también la

arrastran y sepultan en el insondable abismo del infortunio.

Finalmente, sólo quedan por testigos de este suceso desdichado los padres

adoptivos de Esperanza. Así, Rita Cetina con una imagen muy romántica, son inhumados

juntos “colocando sobre su tumba una rústica cruz de madera y una corona de mirtos y

azucenas” (CAMPOS 2010,136).

Hasta el final, la insistencia de Cetina por mostrar imágenes de sencillez y

humildad se hace presente en las características de la cruz, símbolo de la religiosidad que

140

se aúna a la representación de pureza al citar níveas flores, como son las azucenas y los

mirtos, que por otro lado evocan a lo femenino y lo masculino respectivamente.

A manera de conclusión, en Cuento del mar, vemos que Rita Cetina incursiona en

el género narrativo, cuestión que no era habitual en su contexto, sus contemporáneas se

enfocaron de mayor manera al desarrollo de la poesía y la fábula, éste último

principalmente por el carácter didáctico de su naturaleza. Aun cuando en este cuento,

Cetina retoma tópicos e imágenes recurrentes en su momento, su principal aportación

radica en la proyección del personaje femenino, pues a través del uso de símbolos nos

presenta a una mujer ya con características distintivas que la separan del discurso

masculino de la época. Por citar una situación específica, podemos resaltar al ubicar a su

personaje protagónico femenino en un espacio abierto, donde la misma imagen marina

puede evocarnos de lo infinito que ya podía ser la visión femenina. Incluso en el mismo

personaje masculino vemos acciones y actitudes que la pluma masculina no hubiera

representado, por ejemplo mostrarlo como un sujeto inteligente pero con tanta

sensibilidad y vulnerabilidad que el personaje femenino. Además rompe con el discurso

propio del Romanticismo, a pesar de que el amor es lo que enlaza a los personajes,

muestra que éste no es suficiente para su supervivencia por lo que sale a “buscar

fortuna”, en palabras de Cetina, para sostener una relación basada más en las

necesidades reales que únicamente en el cultivo del espíritu.

141

3.5 Rita Cetina Gutiérrez y sus ensayos.

“Lo que buscamos y deseamos es el equilibrio en el espíritu;

la unión completa de la familia, de la sociedad,

sin menoscabo de la dignidad de ninguno de sus miembros.”

Rita Cetina Gutiérrez “La emancipación de la mujer” en

La Siempreviva.

Definitivamente, la extensa obra literaria de Rita Rosaura Cetina Gutiérrez nos permite

proponerla como una de las escritoras decimonónicas que puede ser un referente para

conocer y reconocer la imagen femenina de las últimas décadas del siglo XIX y también a

través de su escritura identificar su postura crítica en un contexto androcéntrico. Para

ello, a través de su narrativa, en específico de sus ensayos podemos apoyarnos y mostrar

sus aportaciones y , sobre todo cómo, con su sutil, pero aguda pluma comenzó a mover

ciertos paradigmas y estructuras bastante arraigadas y perfectamente establecidas por un

colectivo que no precisamente estaba conformado por mujeres.

La narrativa de Rita Cetina la podemos ubicar en el corpus de la revista La

Siempreviva. En esta publicación ubicamos su novela, un cuento, tres narraciones de

carácter didáctico93 y cinco ensayos. Estos últimos fueron publicados en diferentes

93 Estas narraciones por su contenido pertenecen al género didáctico, en otro término, que sin ser fábulas Rita Cetina aprovechó el uso del discurso para marcar lineamientos y/o enseñanzas sobre el comportamiento de la mujer ante la adversidad. Desde la experiencia de Rita al ser “testigo” de algunas historias donde el infortunio reinaba, ella hace una propuesta del papel y acciones a realizar para salir bien sorteada de la adversidad. A continuación mostramos el nombre de cada narración así como la fecha de publicación. * LA MADRE Año I Mérida, lunes 4 de julio de 1870 Núm 5. * LA POBREZA Año II Mérida, domingo 22 de octubre de 1871 Núm 35 * AMOR FILIAL Año II Mérida, miércoles 20 de diciembre de 1871 Núm. 39

142

números de la misma94 bajo un mismo tenor: la condición femenina. Así, desde el título de

los mismos podemos observar la transversalidad temática, la cual podemos sintetizar en

palabras clave tales como: mujer, emancipación, ilustración, virtud y equilibrio, entre

otras. Por tal razón, en este apartado nos detendremos a analizar dos ensayos publicados

en La Siempreviva bajo la perspectiva de la lente femenina de Margarita Dalton Palomo en

Mujeres Diosas y Musas y los preceptos teóricos de Susana A. Montero Sánchez en La

construcción simbólica de las identidades sociales.

Una interesante aportación que propone Susana Montero en la obra citada es la

idea de “una tríada femenina romántica” (MONTERO 2002, 91-103). Cuando la autora

refiere, lo que en sus palabras llama “la imagen femenina nacional”, nos dice que la mujer

decimonónica se puede visualizar de tres maneras, en primer lugar presenta al “ángel del

hogar”95, término que fue de uso común en la época y que por bastante tiempo fue el

apelativo de la mujer cuya acción se reducía al espacio doméstico. De los aspectos que

Montero resalta de tal constructo son: la indefensión, la hermosura, la levedad, la pureza

y la tendencia a un no-lugar determinado desde el hombre y su espacio. Así tal

94 Los ensayos de Rita Cetina Gutiérrez fueron publicados en diferentes números de la revista de la siguiente manera: * LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER. Año I Mérida, jueves 19 de mayo de 1870. Núm 2 * LA MUJER EN EL SIGLO ACTUAL Año I Mérida, viernes 5 de agosto de 1870 Núm 7 * LA MUJER Año I Mérida, lunes 17 de octubre de 1870 Núm 11 * LA MUJER Año II Mérida, jueves 3 de agosto de 1871 Núm 30 95 Susana Montero menciona que la figura del “ángel del hogar fue la que logró mayor desarrollo y peso a lo largo del siglo a nivel discursivo, o sea, los rasgos de la etapa romántica se prolongaron hasta la literatura nacional y la lírica modernista. Nos pone como ejemplo la imagen femenina en las obras de Manuel Carpio y la poesía de Amado Nervo. En cuanto a mayor peso, nos explica que tal figura expresó “una correspondencia más profunda con el orden patriarcal, con el dogma católico y con la reactualización que tuvo lugar durante este lapso del reparto genérico más tradicional de roles y jerarquías sociales” (MONTERO 2002, 93).

143

estereotipo romántico se reflejó también en la literatura nacional96 y que, fue sufriendo

ciertas transformaciones, dando paso a la siguiente figura: la heroína. Montero, habla de

“apuntar hacia otra dirección” lo cual permitiría ir deconstruyendo el discurso

hegemónico y deshabilitando el ideal femenino, característico del “bello sexo”. Si bien en

este momento nos estamos enfocando al tratamiento de los ensayos de Cetina, podemos

decir que ella pasó por esta transición, el de la “heroína” Cuando Rita ocupa la tribuna por

primera vez, lo hace con un visible tono heroicista. Enaltece el valor y el triunfo del

Coronel Daniel Traconis en la “Guerra de Castas” con un poema titulado “A los que

sucumbieron en Tihuosuco”. Así, al margen de las ovaciones dirigidas a los hombres

victoriosos, en el orden de lo simbólico se muestra como una mujer heroína al tener el

valor, en primer lugar, por salir del espacio privado a uno público y en segundo porque su

voz se escucharía ya en un espacio abierto, esto le permite afianzarse de un lugar, antes

exclusivo de la sociedad masculina.

En tercer lugar, Montero nos menciona que “la mujer ilustrada vino a ser el

producto más representativo del discurso liberal decimonónico” (MONTERO 2002, 95),

además de apoyar en el proyecto de modernización nacional.

Por principio de cuentas, el ensayo que abre la serie de cinco que fueron

publicados en diferentes momentos, representa el sentir y la perspectiva respecto a la

96 Recordemos que el mismo Altamirano propuso hablar de una literatura nacional a partir de su propio proyecto donde se buscaba promover la escritura de los autores del momento, tales como Vicente Riva Palacio, Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, etc. De ahí que además de pretender forjar una literatura nacional asimismo promovió una literatura inclusiva, buscó abrir la puerta a todo escritor aún con ideologías contrarias, buscó la participación activa de la mujer. Probablemente conveniente a sus intereses, sin embargo esto permitió que mujeres como Rita Cetina participarán de la conformación de la república de las letras, dando paso así a la mujer ilustrada.

144

función que se le había encomendado a Cetina, en otro término, en su papel de directora

y redactora del primer periódico escrito exclusivamente por mujeres y dirigido a mujeres.

Así, la escritora peninsular toma el altavoz del colectivo femenino. Ahora se dirige a ella

con la voz expansiva y representativa de sus congéneres. Tremendo papel se le

encomendó a Rita. Observamos que al inicio de su discurso pareciera como si le

temblara la voz, como si la seguridad tambaleara en esas primeras líneas dirigidas al

sector femenino:

Al proponernos hoy trasladar al papel nuestras ideas acerca de un asunto tan

importante como es el de la emancipación de la mujer, no tenemos más objeto

que esclarecer más nuestras creencias sobre esta cuestión; aunque ya muchos

ilustres y distinguidos escritores hubiesen tratado de ella detenidamente.

(CAMPOS 2010,5)

En un aparente acto genuflexivo, en otras palabras, en una falsa humildad al

referirse a “ilustres y distinguidos escritores”, ella se otorga la voz, pero ahora escrita.

Abre paso a sus creencias que no son particulares, sino de muchas otras al anotar un

“nuestras”. Así, a partir de este momento Rita rompe la barrera del silencio y la

marginación, pese a que los avances en estos tenores son paulatinos pero con paso firme.

Aún no hay una ruptura y/o transgresión muy palpable a lo establecido a lo que parece

exclusivo de la sociedad masculina.

La voz del ensayo muestra un tono parecido al que ella tomaba en la tribuna, un

espacio donde las palabras fluían, pero el viento permitía que se perdieran en él. Ahora

no, ahora esas palabras quedarían impresas por siempre y para siempre. Gracias a su

145

palabra escrita podemos conocer y reconocer el eco de aquella escritura, espejo del

pensamiento de la mujer decimonónica en la figura de Rita Cetina.

Lo interesante de la propuesta de Cetina en este ensayo es que ella conoce las

limitaciones de ellas. Sabe que el camino es largo y sinuoso, esto lo observamos en las

siguientes líneas:

Poco o nada conseguiremos, toda vez que tan esclarecidos talentos la han

discutido ya, considerándola bajo diferentes formas. Sin embargo, nosotras

aunque débiles, no omitiremos explanar nuestra opinión en este asunto (CAMPOS

2010,6).

Estas líneas nos manifiestan la reafirmación de ciertos patrones impuestos de una

manera sutil y hasta podríamos decir amorosa por el contexto androcéntrico, en este

sentido la debilidad forma parte de las cualidades inherentes a ellas. En otras palabras, la

mujer ha creído y ha tomado muy en serio su debilidad como parte de su ser femenino.

La fragilidad la han acompañado en casi todo el recorrer histórico hasta ese momento.

Basta con citar algunas líneas de José María Vigil en el prólogo a La mujer

mexicana para comprender que el discurso de lo masculino se encargaba de reiterarlo

“porque según su flaqueza femenil están más propincuas a caer y suceder grandes males

con sus yerros” (VIGIL 1977,LXXI). Además la debilidad, se entiende más allá del sentido

físico; su “debilidad” o “flaqueza” la hacen un sujeto vulnerable a claudicar. Este

planteamiento nos remite al discurso cristiano, en específico al génesis. Donde Eva, la

mujer, es débil ante la tentación y de endeble criterio; sucumbe fácilmente al pecado y

146

donde lo más grave es que arrastra al hombre a la perdición y por consecuencia al

castigo. De ahí que resulta fácil entender porque Cetina muestra inseguridad en su

palabra, por lo que teme “hablar” de más y atropellar de manera simbólica el sentir y

pensar masculinos.

El siguiente párrafo desarrolla la idea plasmada en el título: “la emancipación de la

mujer”. El cual consideramos es la parte medular del ensayo. En este apartado Rita,

muestra valor y energía en sus ideas y, sobre todo, en la redefinición del término

emancipación observamos un nítido tinte feminista. Es la clara la visión de una mujer que

tiene referente el del discurso de lo masculino; si bien de una manera sutil y de cierto

modo humilde decide expresar su propio concepto:

La emancipación de la mujer como nosotras la entendemos, no separa a esta

moralmente del dominio del hombre, ni puede dar jamás el resultado de la

abdicación de los sentimientos más nobles y más puros de su alma; y si con ansia

la deseamos, es porque quisiéramos verla libre de las preocupaciones que sin

cesar las circundan, haciéndola vivir en la ignorancia y constituyéndola por lo

tanto en un ser excesivamente desgraciado (CAMPOS 2010,6).

El tono excusativo, definitivamente es una constante en el discurso de la escritora.

El “como nosotras la entendemos”, de alguna manera es una frase aclaratoria, su palabra

no es dogma, tal vez como pudiera serlo el discurso masculino. Es un “yo lo veo de esta

manera”, así que tú, hombre, puedes no estar de acuerdo. Dadas las características de la

mujer decimonónica, vista como el “ángel del hogar” esto pudo resultar muy atrevido y

definitivamente causar incomodidad en un terreno predominantemente androcéntrico.

147

Así que no es de dudar que enseguida, después de la breve pausa reitera el compromiso

moral con el hombre, como una acción reconocida por la convención social. Además

plantea que la ignorancia es la desgracia de la mujer, podemos leer entre líneas que se

refiere a la ignorancia de la ciencia, del arte, era bien sabido que se le instruía en

aquellos aspectos que podían formarla como mejor esposa, madre, hija. Para ello basta

recordar que era muy común en las revistas de la época ofrecer artículos sobre economía

doméstica para continuar con el adiestramiento de mujeres “virtuosas”: “[…]

Pertenece a nuestra ama de casa de cuidar de los vestidos de su marido y tenerlos

siempre dispuestos […] También deberá ocuparse de los incesantes cuidados que

reclamarán sus hijos; cuidados que no deben confiarse a manos extrañas mas que

en el caso de absoluta necesidad. […] No creáis que por eso no puede descansar

nunca; una vida bien empleada basta para todo, y hay en ella lugar tanto para los

placeres como para el trabajo […] (La Aurora: 28)

Recordemos que antes de La Siempreviva, las revistas para “el bello sexo”, como

ellos les solían decir eran dirigidas y escritas por hombres. Aún en La Aurora. Semanario

para señoritas donde Rita, Gertrudis y Cristina colaboraron, la línea fue, indudablemente,

continuar con la idea de fijar y marcar el comportamiento de la mujer, dejándole el

espacio de lo doméstico.

La religiosidad fue un aspecto inherente a la vida cotidiana y la mentalidad de la

mujer decimonónica. Dios, de alguna manera representaba la máxima autoridad dentro

del patriarcado. Y en este ensayo, aludir a la divinidad resultaba una manera muy sutil de

justificar sus requerimientos: “Dotada por la Providencia de facultades intelectuales como

148

el hombre, quisiéramos verla colocada al nivel de éste, dividiendo con él sus trabajos

material y mentalmente”. Bajo la cortina religiosa, Cetina ubica a la mujer y al hombre en

el mismo tenor. La idea expuesta anteriormente rompe con la estructura androcéntrica.

Propone una ubicación paralela entre los géneros a partir de la división del trabajo;

entendiéndolo como el deconstruir la línea divisoria entre los roles que jugaba el

binomio, hombre y mujer, en la sociedad de ese momento. “Dividir los trabajos material

y mentalmente” (CAMPOS 2010,6) refiere definitivamente a que ella ocupe los espacios

exclusivos del hombre y ejercite su mente tanto como él y éste a su vez colabore con las

tareas asignadas a su género hasta ese entonces.

Ambos fueron dotados por él, de inteligencia, razón y sentimientos: ambos fueron

dotados del libre albedrío. ¿Por qué tenerla sumida en la ignorancia y emplearla

solamente en el trabajo material? […] Queremos pues, deseamos con ardor que la

mujer se ilustre, para que abarcando su inteligencia todos los conocimientos del

hombre, pueda indagar y descubrir como él los secretos arcanos de la naturaleza.

[…] Negando a la mujer la ilustración, educándola simplemente para ama de

gobierno, no se tendrá derecho nunca a exigirle que sea buena, que sea virtuosa.

Nadie puede dar lo que no tiene. […] (CAMPOS 2010, 6)

Rita Cetina con el estandarte del discurso religioso protege el suyo. En otras

palabras, plantea las cosas de tal forma que pareciera que lo que escribe no lo piensa ella,

simplemente traslada al papel lo que “Dios” a dicho y hecho. Ambos están conformados

de la misma manera, aquí la “debilidad” se ha difuminado para presentar a una mujer con

las mismas aptitudes y capacidades del hombre. Cetina, astutamente ha borrado aquel

mito del génesis donde la mujer surgió místicamente de la costilla del hombre y , por

149

ello, siempre se había encontrado subordinada a él, como fragmentación de él. Aquí, la

escritora meridana trastoca y juega con el discurso cristiano, de hecho lo manipula para

defender y proteger sus palabras, que para su momento pudieron incomodar a más de

uno.

Defender la ilustración de la mujer es la principal demanda y preocupación de

nuestra escritora. Reconoce y conoce que sólo por la vía de la educación ésta, puede

ocupar el lugar que desee y además de tener la libertad de elección en todos los ámbitos

de su vida:

Para conseguir la rehabilitación de la mujer no hay más que un medio: la

ilustración. Désele pues, la instrucción necesaria, cultívese su razón, su

inteligencia, para que pueda con libertad tender su vuelo y colocarse en la misma

posición que el hombre. (CAMPOS 2010, 6)

En este fragmento, observamos palabras clave que Cetina manejará como

discurso permanente en sus ensayos, pero sobre todo en su quehacer diario. En su papel

de profesora buscó siempre instruir a la mujer más allá de las nociones de economía

doméstica, además de estar a la vanguardia en cuestión educativa, asimismo en el

programa de estudios de la escuela a su cargo logró que se incorporaran aquellas áreas

que hasta entonces fueron objeto de estudio de los varones97, esta búsqueda incluía

insertar sus congéneres en la educación superior, lo cual no fue visto con buenos ojos por

parte de la institución masculina, por lo que el fin primordial de instruirla fue con el

97 Recordemos que el positivismo ya permeaba para la época, por lo que la inclusión de la ciencia en los programas de estudio fue general en todo el país.

150

objeto de que ésta se viera reflejada no en ella, sino en la conformación y formación de

“buenos ciudadanos” (hombres).

Así, a manera de exordio termina con la siguiente idea: “Lo que buscamos y

deseamos es el equilibrio en el espíritu; la unión completa de la familia, de la sociedad sin

menoscabo de la dignidad de ninguno de sus miembros”(CAMPOS 2010,6). La escritora

yucateca, desde sus primeras participaciones en la vida y espacio público, mostró un claro

activismo a favor de la mujer. Sin embargo, el equilibrio fue un tinte en su escritura, a

pesar de que vemos ciertas transgresiones y trastoques, por ejemplo al efectuar cierta

manipulación de las ideas judeocristianas; no pretendía derrocar la figura del hombre y

en su lugar colocar la de la mujer; su propuesta iba más bien en un sentido de justicia y

equidad, propone paralelos y dejar de lado la subordinación.

Otro ensayo que definitivamente es una gran aportación a la configuración de la

mujer de las últimas décadas del siglo XIX es el que Rita publica en el número 7 del Año I

de la misma revista el 5 de agosto de 1870 titulado “La mujer en el siglo actual”. A

manera de introducción, ella anota la condición femenina de la “antigüedad”, o sea,

plantea características de sus congéneres que no del todo pertenecían al pasado.

La mujer, mirada en la antigüedad únicamente como el simple adorno de una

casa, viviendo sepultada en las tinieblas de la ignorancia y la esclavitud del

oscurantismo, era considerada como uno de los seres más abyectos de la

naturaleza, y sensible, es decirlo aún ella misma se creía incapaz de ilustración y

cultura (CAMPOS 2010,6).

151

El título expresa de manera muy clara el tratamiento que le da al ensayo, en otro

término, el objetivo es hablar de la mujer “actual”, refiriéndose así a la decimonónica. Lo

interesante del tema es que Rita por antonomasia refiere al papel de sus congéneres de

todo el siglo XIX, que ya para ese momento (1870) se encontraba en las últimas décadas.

Es bien sabido que en realidad, la condición femenina apenas para este tiempo

comenzaba a modificar su estructura y es aquí donde observamos una gran aportación de

Rita desde una mirada de lo femenino. El título es una fuerte aseveración, la “mujer

actual”; así Cetina ocupa la “actualidad” a modo de herramienta para proponer una

configuración diferente de la mujer. La “mujer actual” ya no es la de la antigüedad, y es

aquí donde adquiere una carga simbólica, es decir, en el pasado ella fue vituperada, ahora

a través de su escritura la reivindica, la coloca en otro nivel, en otro espacio. Rita no

habla de avance o progreso de sus congéneres, habla desde la firmeza, da por sentado el

rol de la mujer “actual”. Tal afirmación, en ese momento comprometía no sólo a la

mujer98 (las lectoras) también a los lectores de la época. Aun cuando estaba

directamente dirigida a las mujeres, la revista estaba bajo la lupa de la institución

masculina y pese a que ésta fue quien abrió la puerta a la participación femenina, pero

bajo su administración y vigilancia99. Rita manifiesta con palabras muy fuertes la

condición femenina de la antigüedad: “Sepultada en las tinieblas de la ignorancia y la

98 Piedad Peniche Rivero en RITA CETINA, LA SIEMPREVIVA Y EL INSTITUTO LITERARIO DE NIÑAS menciona: “Así los conservadores yucatecos, demandando religión y tradición sólo concedían educación de adorno a las mujeres para ellos, predestinadas exclusivamente a la vida doméstica. Su modelo era la mujer cristiana que sustentaba la Iglesia católica a través de su revista La Caridad (1868- 1911)”. Se sugiere profundizar en el tema revisando el texto antes citado. 99 Anotamos este comentario porque basta recordar que en publicaciones anteriores el acceso a las participaciones eran reguladas por la institución masculina. Además, al contar con el apoyo económico de Manuel Cicerol, gobernador en turno, debía seguir los lineamientos marcados por ellos para beneficio de los intereses políticos del momento.

152

esclavitud del oscurantismo” (CAMPOS 2010, 25), resulta ser una aseveración muy fuerte,

ya que esta ignorancia de la que habla Rita, no sólo refiere a la falta de conocimiento por

parte de ella, sino a la ignorancia por parte del mismo patriarcado de no reconocerla

como un ser humano dotado de la misma inteligencia y capacidad de desarrollo que el

varón. Pensamiento cuya base es el discurso judeocristiano, el cual plantea que la mujer

se creó a través del hombre y como una necesidad para su sobrevivencia; así ella forma

parte de ese desdoblamiento, no es mujer por sí misma, sino es a partir de otro.

Asimismo, habla de la esclavitud del oscurantismo, para Rita el haberla privado de la luz

del saber hace que su apreciación refiera al símil de la privación de la misma libertad, la

presenta como víctima del oscurantismo por no haber tenido la oportunidad de participar

en la divulgación de la cultura y la transmisión del progreso. No obstante, el adjetivo que

más muestra el sentir y pensar de Rita respecto a la condición femenina es la palabra

“abyecto”, cuyo término en el siglo XIX refería a lo envilecido y humillado100. De acuerdo

a su apreciación, la mujer formaba parte de “los seres de la naturaleza” más

despreciados, tanto es así que ella se había asumido así misma como un ser incapaz de

cultivar la cultura y el conocimiento.

En el segundo párrafo menciona a “una mano protectora” la cual levanta a la

mujer caída por la vejación de tiempos pasados para conducirla a las puertas que la

alejarán de la ignorancia y del espacio cerrado, el cual ella hace referencia al decir que la

mujer era “un simple adorno de una casa”.

100 De acuerdo a la definición del diccionario histórico de la RAE, abyecto significa humillado, envilecido, rebajado. http://dle.rae.es/?id=0Eby5wj

153

Otra aportación de Rita, de gran importancia e interesante en este ensayo, es el

intento de romper con el discurso hegemónico; en otro término, la institución masculina

había permitido el acceso a la educación de la mujer, no tanto por una legítima intensión

de instruirla para sí y por sí, sino dado el contexto de construcción de nación se pretendía

que ella formara “buenos ciudadanos”.101 Por lo cual, la sociedad patriarcal no

consideraba de su interés instruirla más allá de la profesionalización de la educación,

actividad que era reconocida en ese entonces como una continuidad del papel materno

adjudicado a ella. Asimismo, queremos decir que el género femenino veía muy lejano la

posibilidad de pisar los dinteles universitarios; por ello decimos que Cetina se atreve a

mencionar lo que sucedía en otros lugares del mundo, en específico en Poughkeep Sic

donde trescientas o cuatrocientas mujeres habían logrado graduarse en medicina:

En un periódico de Méjico hemos visto que en Poughkeep Sic, ciudad de los

Estados-Unidos, existe un colegio de niñas fundado en 1861, por un americano

llamado Mr. Matero Vassar, e incorporado a la Universidad de Nueva York, del

que han salido de “tres a cuatrocientas jóvenes doctoras que ejercen la medicina

en los diversos estados de la Unión, y una de ellas en Nueva York, tiene una

clientela que le produce anualmente más de diez y seis mil pesos fuertes.

(CAMPOS 2010.25)

Definitivamente, Rita considerando su momento histórico (para muchos el umbral

de la modernidad) se empoderó del espacio que le había sido otorgado para expresar el

101Melchor Campos menciona: “Ahí donde el constructo machista de género diferenciaba al hombre habitando la esfera de la inteligencia y la mujer el mundo de las costumbres, si ellos reclamaban educar a las mujeres, era con el propósito de instruir a la futura mujer-madre para formar “buenos ciudadanos” hombres. (CAMPOS 2010, XXIV).

154

anhelo de la superación femenina a través de su mismo desarrollo personal, por lo que en

su escritura vemos como al hacer suya la pluma de una manera hábil y plasmando sus

propias ideas va mostrando una escritura más madura, dado el contexto hegemónico

(político-clerical) debía mantener la línea establecida. Estas cualidades de Rita Cetina la

llevaron a ocupar cargos primordiales que favorecerían la emancipación de sus

congéneres, por lo que se le asigna la dirección no sólo de la revista, también de la

escuela que llevaba el mismo nombre y posteriormente la del Instituto Literario de Niñas.

Más adelante, en su escrito reconoce a la mujer ilustrada de tiempos pasados,

alaba el autodidactismo y de alguna manera es un autoreconocimiento, por lo que

podemos recordar que su primera instrucción fue autodidacta y después logra ser

profesora cuando la formación se adquiría de manera privada102. Si bien, como lo

menciona Piedad Peniche en Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas

(PENICHE, 2016, 53) la educación de esta escuela iba dirigida al género femenino de clase

social media, ella hace hincapié en la educación de la mujer pobre y le reconoce el

esfuerzo por ilustrarse a pesar de las carencias.

Pese a que a Cetina sólo se le ha encomendado fomentar y promover la

instrucción de sus congéneres, en su discurso muestra un carácter incluyente; plantea

que el engrandecimiento de los pueblos sólo puede conseguirse con el estudio, además

vemos de manera muy clara la influencia del positivismo, corriente filosófica que permeó

durante el porfiriato. 102Recordemos lo que ya se ha planteado en el capítulo segundo de esta investigación, correspondiente a la biografía de Rita Cetina, en otras palabras, ella obtiene el título de profesora de manera oficial cuando ya es directora y docente del Instituto Literario de Niñas como ejemplo para alentar a las alumnas a seguir sus pasos y continuar con la labor de instruir a la población, trátese de mujeres y hombres.

155

En los últimos dos párrafos podemos reconocer la mirada amplia y abarcadora de

la escritora con respecto a la difusión de la educación. En principio, convoca a la mujer a

cultivar la mente para lograr la conformación de su propia nación, comparándola con

otras naciones103. Enseguida habla de una hermandad la cual logrará “tejer las guirnaldas

de la patria” (CAMPOS 2010, 25) y cierra con broche de oro, enalteciendo a su lugar natal:

“No serán nunca vanos nuestros esfuerzos, pues si a pesar de ellos no logramos el

engrandecimiento de la Península yucateca, tendremos el placer de verla siquiera

colocada al nivel de las naciones ilustradas”. El poder de la palabra de Rita llegó a diversos

espacios, por tanto la revista no sólo circuló localmente, desde los estados vecinos,

Veracruz y Tabasco; así como el centro del país, situación que motivo a otro grupo de

mujeres, entre ellas “las violetas”104 seguir el camino de “las siemprevivas” (apelativo

otorgado por la sociedad de su momento) pioneras del periodismo escrito por el género

femenino en nuestro país.

103 En el momento histórico de la escritora meridana, la mirada se volvía hacia Europa como el modelo a seguir, situación que se potencializó durante el porfiriato. 104 “En un principio se llamaron Las hijas del Anáhuac, pero debido a que circulaba en la ciudad una hoja suelta con el mismo nombre, optaron por el nombre de Violetas del Anáhuac, el 22 de enero de 1888. Fundadora y directora Laureana Wright se encargó de repartir su semanario entre los periodistas más reconocidos de la época y en redacciones de todos los diarios capitalinos” (HERNÁNDEZ 2010, 27)

156

3.6. ¡BIEN POR ELLOS! Un artículo de Rita Cetina Gutiérrez.

Por último decidimos incluir en nuestro análisis por la propuesta de su contenido

un artículo que publica Rita Cetina también en la revista. Éste se publicó el miércoles 5 de

abril de 1871 en el número 32 del Año II, el cual tiene por título ¡BIEN POR ELLOS!

Aquí cabe la pregunta: ¿Por qué incluir un artículo en este apartado? ¿Cuál es la

relevancia del mismo para distinguirlo de otros más que también fueron por publicados

por Rita? Pues bien, lo interesante de esta nota es que rompe de alguna manera con la

temática y las receptoras habituales de la revista y de acuerdo a la perspectiva que hemos

planteado para nuestro análisis, en otras palabras, distinguir y resaltar los elementos del

discurso de lo femenino en la escritora yucateca, no podíamos dejarlo pasar de largo.

Rita Cetina ocupa la voz que le ha conferido, en primer lugar el ser colaboradora de

la revista y en segundo lugar, su papel de directora de la misma, lo cual la empodera y

muestra un tono con autoridad y fuerza. Lo que queremos decir es que usa este texto para

reconocer el talento masculino. Causándonos asombro, pues habitualmente en el

momento de la escritora; el hombre, como actor y actuante en un contexto hegemónico,

era quien tenía la facultad e instrucción para enaltecer, legitimar y/o otorgar

reconocimiento tanto a los logros y alcances femeninos como a sus congéneres. Basta con

recordar algunos pasajes del periódico “La Aurora. Semanario de las señoritas”, a manera

de claro y vasto ejemplo de lo mencionado:

157

Queremos ofrecer al bello sexo un libro que distribuido por entregar, a fin de

hacerle accesible a todas las fortunas y de proporcionarle al suscritor la manera

más cómoda de adquirirlo […] que comprenderá una escogida colección de

artículos literarios y composiciones poéticas debidos a los más distinguidos

escritores naciones y extranjeros, cabiéndonos la satisfacción de poder contar en

el número de colaboradores a las ilustradas, simpáticas y amables Señoritas

Cristina Farfán, Gertrudis Tenorio Zavala y Rita Cetina Gutiérrez, que de tan

merecido concepto gozan en la república literaria por sus bellas y sentidas

composiciones con que habremos de embellecer las páginas de La Aurora105.

Es posible observar en la anterior cita, el reconocimiento que hace la institución

masculina a las colaboradoras de la revista donde se enaltecen aspectos como la simpatía,

la amabilidad, adjudicadas al “bello sexo” aspectos considerados la esencia del deber ser

de la mujer y que en palabras de Margarita Dalton son “cualidades femeninas” que

constituyen las bases para la construcción del discurso de lo femenino en el siglo

decimonono y dejando sólo el adjetivo de “ilustradas” para distinguir su conocimiento.

En este mensaje introductorio, si ponemos atención, “las simpáticas señoritas” forman

parte del universo masculino: “cabiéndonos la satisfacción de poder contar en el número

de colaboradores a las ilustradas, simpáticas y amables Señoritas Cristina Farfán, Gertrudis

Tenorio Zavala y Rita Cetina Gutiérrez” (LA AURORA 1870, Introducción). Así, las tres

poetas fueron “incorporadas” al número de colaboradores. Así ya formaban parte del

universo masculino; ganando y apropiándose de espacios antes exclusivos del

androcentrismo.

105 La Aurora. Semanario de las señoritas. Ildefonso Estrada Zenea. Domingo, 16 de Enero de 1870. Mérida Yucatán. En el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense, Mérida Yucatán.

158

No obstante, la lente de Rita se mostró más abarcadora. La escritora maneja la

inclusión de una manera concéntrica. Inicia aludiendo a la patria: “Cuan grato es mirar la

patria en que se ha mecido nuestra cuna […] Cuán grato es, repetimos, mirarla

aproximarse ya a un grado superior de ilustración” (CAMPOS 2010, 87). En esta imagen,

habla de un todo, resalta el nacionalismo, objetivo de muchas y muchos que tomaban la

pluma en esa década. También, mira hacia adelante; hablando ya de la ilustración

impulsada aún más por la influencia del positivismo. En el siguiente apartado, enaltece a

su tierra: Yucatán. Primero plantea las dificultades por las que ha pasado para lograr la tan

anhelada modernidad:

Yucatán, esta tierra bendita por la Providencia, que a pesar de verse siempre

amagada por mil disenciones políticas, y lo que es más sensible todavía, por la

interminable guerra de castas que hace ya veinte y tres años largos que la aflige,

no desmaya un instante en el proyecto de colocarse al nivel de los pueblos más

civilizados del mundo. Fiel en su propósito, avanza cada dia alagando la noble idea

del engrandecimiento (CAMPOS 2010,87)

El problema social de la Guerra de Castas fue una constante en su obra. Lo

podemos observar desde sus primeras poesías, es decir, desde que a los veinte años toma

la tribuna para reconocer el valor del grupo militar en combate.

En los siguientes párrafos localizamos el tema central del artículo. Así por tanto, es

fundamental resaltar lo que Rita Cetina deconstruye del discurso patriarcal predominante

en la época, al expresar reconocimiento a unos jóvenes varones yucatecos quienes

elaboraron un “buen texto de aritmética práctica”: Audomaro Molina y Benito Ruz y Ruz.

159

Éstos investigadores lograron que varias escuelas de Mérida y del estado adoptaran su

obra para la instrucción primaria. Con estas palabras, Rita hace digna de crédito su

publicación: “¿Qué mejor recompensa para ambos jóvenes, que el ver premiados de este

modo sus desvelos? Pues si bien sus trabajos fueron grandes, su satisfacción debería ser

inmensa” (CAMPOS 2010,87).

Aun cuando podríamos justificar este halago por el fin de la obra, la cual fue en

beneficio del desarrollo de la educación y Cetina formaba parte del proyecto, es

interesante cómo por fin la mujer tenía una voz pública y de gran resonancia. Recordemos

que esta revista no sólo circulaba por la península, sino en varios estados del país,

incluyendo el altiplano donde el proyecto de educación se gestó y se difundió por toda la

república.

Cerrando el análisis de ¡Bien por ellos! retomaremos la idea expuesta en el capítulo

anterior: en la búsqueda de una construcción de nación, el proyecto educativo (que ahora

incluía la instrucción del género femenino) formaba parte medular del mismo y se

pretendía sentar las bases necesarias para su desarrollo. Es por ello que la directora de la

revista termina este discurso con el deseo de que el propio país conforme sus propias

herramientas de educación y que eminentemente resonarían en una cultura nacional y

regional, lo cual denota que Rita Cetina fue una mujer visionaria e impulsora de la

educación no sólo de sus congéneres sino de toda la población. Así, para satisfacción de

ella y de la región yucateca, este anhelo se logró al sentar las bases de la educación y el

periodismo femeninos.

160

Para concluir este apartado podemos decir que observar la evolución del

contenido del discurso de Rita Cetina Gutiérrez resulta muy interesante. Su participación

en la revista La Siempreviva, definitivamente fue medular para alcanzar las expectativas

puestas en la publicación. Cetina, muestra una gran habilidad en su escritura, aun

siguiendo los lineamientos de otras publicaciones dirigidas por hombres. La Siempreviva,

llegó captó la mirada de las lectoras meridanas, también de otras mujeres interesadas en

ocupar la pluma como medio de expresión de la mujer decimonona y aunque de manera

no explícita, también atrapó la atención de la institución masculina. Todas y cada una de

las publicaciones de Rita, trátese de poesía, novela, ensayo, cuento, artículos didácticos;

definitivamente nos permiten rescatar bastantes ideas sobre el género femenino de las

últimas décadas del siglo XIX. A través del discurso de Cetina, bien podemos configurar la

imagen femenina de este siglo, así sus planteamientos nos permiten comprender las

acciones de sus congéneres años más adelante, pues dejó un profundo legado que fue

trasplantado en tierra fértil para bien de la mujer yucateca y por ende de la mujer

mexicana.

De esta manera, lo abordado en este capítulo se escribió con toda la intención de

hacer ver con otros ojos la escritura de Rita Cetina, sin dejar de reconocer su gran labor

como educadora, puesto que en su discurso aún hay muchos elementos meritorios de

análisis que pueden ser revisados con la mirada desde lo femenino o cualquier otra

perspectiva dada la riqueza de su producción literaria.

161

IV. RITA CETINA GUTIÉRREZ Y SU OBRA POÉTICA. MANUSCRITO AUTÓGRAFO.

EDICIÓN ANOTADA Y/O COMENTADA.

En esta última parte de nuestro trabajo de investigación, trataremos el manuscrito original

autógrafo106 de Rita Cetina Gutiérrez: un poemario que, hasta ahora, había permanecido

inédito, lo cual representa nuestra mayor aportación. Aunque hemos presentado el

análisis de su obra narrativa que incluye la novela, Julia, sus cuentos y ensayos y que de

igual manera hemos contribuido a divulgar esta parte que era desconocida y que ahora

nos acerca a una escritora completa en términos literarios; consideramos que lo que

enseguida presentamos significa un gran logro de nuestra parte y una gran satisfacción,

pues a partir de nuestros estudios, la obra poética de Cetina además de abandonar la

obscuridad de los repositorios será conocida y reconocida otorgándole la importancia y el

lugar que debe y necesita ocupar tanto en la literatura femenina como en la literatura

mexicana e hispanoamericana. En palabras de Lilia Granillo: “una expresión poética

femenina cuya existencia ha sido ignorada por la historia de la literatura mexicana actual”.

(Granillo 2010: 341)

106 Para la edición anotada del manuscrito inédito de Rita Cetina Gutiérrez hemos tomado como punto de referencia los tecnicismos propios de Crítica Textual o Ecdótica que Alejandro Higashi apunta en su libro PERFILES PARA UNA ECDÓTICA NACIONAL. Crítica textual de obras mexicanas de los siglos XIX por tratarse de lo más conveniente para el desarrollo de este capítulo y por ser de los trabajos más recientes en este tenor. Autógrafo: Cualquier texto preparado por el mismo autor. Así se puede hablar de original autógrafo (texto original escrito por el mismo autor. ( Higashi 2013, 308)

162

Hemos realizado una edición, en primer lugar, paleográfica107 (transcripción

modernizada) para posteriormente presentar una edición de rescate108, ya que

procuramos la conservación de la obra en tanto que no ha tenido la atención editorial

hasta hoy. Podemos considerarla, también, una edición anotada 109con la intención de

proporcionar una acercamiento más completo, de tal forma que caben aquí los adjetivos

accesible y asequible porque a pie de las composiciones de Rita Cetina agregamos

anotaciones que orientan la lectura y ofrecen datos mayores con lo que se pretende sea

punto de referencia para otros estudios y/o investigaciones. Por lo que es pertinente

aclarar, no se trata de un análisis literario.

Antes de pasar a la edición anotada y/o comentada, presentamos un estudio

general introductorio. En primer lugar abordaremos el contexto en que Rita Cetina escribe

el códex110, el cual representa las anotaciones generales del manuscrito para conocer las

107 Edición paleográfica: Desde una perspectiva de las publicaciones académicas, aquella edición en la que se transcribe, mediante convenciones establecidas de forma mecánica, el texto de alguno de los testimonios de una obra. (Higashi 2013: 321). En unos párrafos más, plantearemos los criterios que hemos seguido para llevar a cabo nuestra transcripción, modernizada con el fin de ofrecer el primer acercamiento a la obra poética de Rita Cetina. 108 Realizamos una edición de rescate y no una edición crítica, ya que de acuerdo a los lineamientos que propone Higashi en el texto de su autoría que hemos aludido anteriormente, una edición de rescate desde la perspectiva de las publicaciones académicas, es la edición que procura la conservación de obras de nuestro acervo literario que previamente no han obtenido la atención crítica o editorial. (Higashi 2013, 320) Por lo que al ser el primer estudio que se hace de la obra poética de Rita Cetina, quedan las puertas abiertas para que más adelante se puedan realizar estudios de carácter crítico a partir del presente trabajo. 109 Hablamos de edición anotada porque a pie de página de cada poema o composición hemos apuntado, según la pertinencia comentarios y/ anotaciones que pueden referir a aspectos biográficos de Rita Cetina Gutiérrez, datos historiográficos, anotaciones que continúan con la línea de este trabajo que es marcar las cuestiones que tienen que ver con el discurso de lo femenino o bien resaltar las características que aluden al movimiento literario de la época: el Romanticismo. 110 Higashi menciona que un códex , en general, se trata de un manuscrito encuadernado (por oposición al rollo de papiro). En crítica textual, por extensión, se usa como sinónimo de Testimonio, por lo que puede tratarse indistintamente de un manuscrito o de un impreso. (Higashi 2013, 311) El autor en su obra distingue entre una manuscrito (codex) e impreso (editio).

163

posibles causas y razones que llevaron a la escritora a conformarlo y posteriormente

exponemos el análisis documental del testimonio.

4.1. Estudio general introductorio

Dadas las características de contenido de este manuscrito autógrafo proponemos

que podría tratarse de un álbum111, en el cual Rita Cetina recopiló sus composiciones,

probablemente con la intención de ser publicado. Monserrat Galí en Historias del Bello

sexo refiere lo siguiente:

El álbum, el cuadernito que toda mexicana medianamente cultivaba poesía, y

en el que sus admiradores anotaban dedicatorias poéticas. Entre estas poesías

las había originales o copiadas, pero en todo caso no hay duda para nosotros

que en este álbum, tanto o más que en las veladas poéticas, es donde se

inician las aficiones poéticas de las mexicanas y en general de las mujeres del

siglo XIX. (Galí 2002, 353)

Si el manuscrito de Rita Cetina pudiera considerarse un álbum, no encontramos

dedicatorias de otras u otros escritores, pero si la compilación de composiciones

originales escritas en diferentes etapas. Escribir en los álbumes de sus amigas, resulta ser

111 De acuerdo a la definición de Gaspar y Roig en 1853 ubicado en el diccionario histórico de la RAE, un álbum refiere a un “libro o librito elegantemente lujoso, en el que algunas personas y particularmente las señoritas obligan a los literatos y artistas a poner una muestra de su talento y habilidad; bien escribiendo alguna cosa, por lo común en verso, bien dibujando algún capricho o alusión a un tema”. Sin embargo, podemos observar que durante el siglo XIX, los álbumes resultaron ser un medio de comunicación entre mujeres escritoras. A través de éste, ellas podían establecer un “diálogo literario” o por lo menos ser el mejor instrumento para compartir o dedicar su escritura, en su mayoría de las veces a otras mujeres.

164

el instrumento para expresarles su sentir, sin embargo escribirles a ellas es escribirse a sí

misma. Estos poemas parecen ser poemas espejo, donde a través de su reflejo, Rita puede

autopercibirse. Por lo que nuestra segunda propuesta es que este poemario pudiera

considerarse una autobiografía, ya que es posible conocer el pensamiento y diferentes

momentos de la escritora dado que las tres etapas incluyen 39 composiciones que van

desde 1863 hasta 1898 (Cetina tenía ya 52 años). De esta manera, en nuestras

anotaciones hemos considerado esta propuesta para que las y los lectores ubiquen en qué

fase de la vida de Rita Cetina fue compuesto el poema, sin olvidar que incluye una

composición que refiere a su cumpleaños titulada “El 22 de mayo de 1872”.

Recordemos también que a la producción literaria de Rita la ubicamos en el

Romanticismo tardío en México, por lo que la emocionalidad manifestada, sobre todo de

carácter pesimista y sombría fue un tópico recurrente para la época, a lo que Galí dice: “ El

México romántico es sentimental”112(Galí 2002, 502). La primera parte cuya data

corresponde a 1863, Rita contaba con diecisiete años; hacía ya tres que su padre había

muerto y se encontraba bajo la tutela de Don Domingo Laureano Paz, el cual le

proporcionó educación y al estilo sorjuanesco en su biblioteca adquirió muchos de sus

conocimientos. En este apartado, la poeta incluye las composiciones (escritas ya a los

veinte años) que le abrieron las puertas al espacio que hasta entonces había sido

112 Monserrat Galí menciona que: “la sensibilidad romántica es exaltada pero pesimista. Hay una clara disposición, cuando no vocación, por el sufrimiento. El romántico es un ser eternamente satisfecho, anhelante, decepcionado, trágico. Ello no se debe tanto a que el mundo lo decepcione, aunque sabemos que en las novelas del mismo modo desarrolla este tema, sino que su insatisfacción deriva de altas metas, inalcanzables metas que se propone”. (Galí 2002, 505)

165

exclusivo de la institución masculina. Hemos anotado más información al respecto a pie de

cada composición por lo que no nos detendremos más en ello.

La segunda etapa del códex “Ecos del alma”, fechada con 1868 y cuya última

composición tiene por data 1872, es la sección más vasta del poemario, puesto cuenta con

19 de las 39 composiciones que lo forman. Podemos considerarla la parte “clímax” del

mismo, ya que es el momento cúspide de Rita Cetina Gutiérrez, pues en estos años sus

publicaciones son más recurrentes y difundidas, participa más activamente en las revistas

de la época incluyendo El Renacimiento dirigida por Altamirano y las de la región como

son La Aurora, La Biblioteca de señoritas entre otras y por supuesto la que la colocó como

una de las mujeres que más aportaron a la educación de sus congéneres, marcando el

hito para su emancipación: la tríada La Siempreviva (la sociedad, la escuela y la revista)

formada en 1870. De lo poco que se publicó de este poemario, tres de ellos se

imprimieron en La Siempreviva. El primero de ellos es un soneto que lleva por título “Su

sombra” en el número 19 del 15 de febrero de 1871, “Resignación” en el número 22 del 5

de abril de 1871 y “A ti” dedicada a Dolores Guerrero publicada por Cetina usando el

seudónimo “L”113 al lado de una composición con el mismo nombre, autoría de Gertrudis

Tenorio; esto en el número 35 del 22 de octubre de 1871.

Con el título “Últimas páginas”, Cetina señala la tercera parte de su poemario cuya

data pertenece a 1880 cuando la escritora contaba con 34 años de edad y se encontraba

en un momento coyuntural, pues en 1879 había renunciado al Instituto Literario de Niñas

para volver abrir las puertas de la escuela La Siempreviva acompañada por sus fieles

113 Ampliamos este aspecto en las anotaciones a pie de página que corresponden al poema.

166

profesoras y alumnas del Instituto Ya habían transcurrido ocho años desde que fue

directora de la revista La Siempreviva. Diez poemas conforman esta última parte; el

postrero que lleva por nombre “En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis fue

anotado en este poemario en 1898, diez años después de “3 de marzo” (1888). Notemos

que la escritura de esta sección es igual al de la primera parte.

En cuanto a la edición paleográfica hemos realizado una transcripción

modernizada, ya que de acuerdo a lo que Mina Ramírez plantea “para la edición de

documentos es la más recomendada para estudios de carácter literario y facilitar al lector

el acceso al contenido documental”.114

114 Normas:

El texto se coloca modernamente dentro de la caja tipográfica. No se respetan los renglones del original

Se moderniza la ortografía de las palabras

Se coloca la puntuación moderna y lógica

Las mayúsculas y las minúsculas se colocarán modernamente.

Se desenlazan las abreviaturas

Las palabras que hagan falta para la comprensión lógica de una frase se colocarán entre corchetes.

Cuando una o varias palabras no sean legibles, por rotura o manchas, se pondrán puntos suspensivos.

Se anotará [sic] (Adverbio latino que significa: “así” o de “esta manera”) después de una palabra en los siguientes casos: cuando se lee claramente una palabra y no se entiende su significado; cuando el sentido lógico de una frase debiera continuar con cierta palabra o su sinónimo y en su lugar aparece otra que cambia el sentido del texto. ( Ramírez 2008, 142)

LISTA DE SIGLAS, ABREVIATURAS Y SIMBOLOGÍA UTILIZADOS EN LA EDICIÓN. [sic] Adverbio latino que significa: “así” o “de esta manera”. //p//. Signo para indicar la página de la foja. [¿?] No se identifica la palabra.

167

4.2 Análisis documental del códex

Procederemos ahora al análisis documental del códex con el fin de ofrecer un

mejor resultado de nuestra investigación por lo que mencionaremos el origen del

documento, es decir el principio de procedencia, 115 de acuerdo a la teoría de Mina

Ramírez Montes para análisis documentales.

En primer lugar mencionaremos que no nos fue posible acceder al documento

físico original y el estudio se basó a partir de una edición digital. El manuscrito autógrafo

es un encuadernado que consta de 50 fojas con márgenes remarcados. En la primera de

ellas se encuentra el nombre de Rita Cetina Gutiérrez – Julio de 1863.

El principio de procedencia es el siguiente:

1. El manuscrito se encuentra clasificado en acervo del Archivo General de Yucatán,

el cual es su área de depósito y localización.

2. Procede del Archivo Fondo Rita Cetina (1841-1953) donado al AGEY por María

Teresa Herrera Albertos aproximadamente en el año 2011116

3. En lo que se refiere a la denominación, la institución lo ha catalogado de la

siguiente manera:

115 Mina Ramírez en Manuscritos Novohispanos nos ofrece ciertos lineamientos para el análisis documental de los manuscritos. Aunque nuestro objeto de estudio no pertenece a la época novohispana, además de que no existe un manual paleográfico específico para documentos del siglo XIX, su propuesta no parece la más completa y conveniente. Ramírez recomienda “a los estudiosos que deseen obtener un óptimo resultado en sus investigaciones, considerar un análisis documental, por lo que nosotros lo presentamos para mejorar nuestro trabajo. 116 Hacemos esta anotación de acuerdo a lo que Piedad Peniche Rivero menciona en su libro Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas. (Peniche 2015, 15)

168

Sección: Archivo personal de Rita Cetina

Serie: Composiciones poéticas

Asunto: Poemario de Rita Cetina Gutiérrez.

Lugar: Mérida

Fecha de inicio: 02/07/1863

Fecha fin: 02/07/1880

Observaciones: Libreta con poemas manuscritos

Caja 1 Volumen 1 Exp. 4 Fojas 50

4. En cuanto a la datación se cuenta con la fecha 1863.

5. En lo que se refiere a la descripción del documento, comenzaremos por los signos

internos.

No se mencionan autoridades o instituciones.

No se localizaron fórmulas o frases repetitivas

Por lo que respecta al asunto, se trata de una colección de composiciones

poéticas, pudiendo ser un poemario y/o un álbum (descrito anteriormente).

De acuerdo a la descripción de la institución que lo preserva se trata de una

libreta o encuadernado.

No presenta firmas (rúbricas o nombres avalados por escribano)

Entre otros, encontramos algunas correcciones ( realizadas por la misma

autora)

En lo que se refiere a los signos externos del documento podemos mencionar lo

siguiente:

169

El manuscrito está dispuesto en 50 fojas

El tipo de escritura del documento es humanística

No muestra sellos, sólo unas anotaciones las cuales no son comprensibles.

En general el uso de la tinta es negra y algunas anotaciones fueron hechas a

lápiz.

En otro tenor, en específico lingüístico, a lo largo del estudio de las composiciones

poéticas que conforman el manuscrito autógrafo de Rita Cetina, hemos detectado

términos que actualmente se encuentran en desuso, es decir arcaísmos lingüísticos; en

algunas ocasiones de forma y significado, tales como “circuir”, y en otras sólo de forma

como es el caso de la palabra “alhago” por halago. En otros casos hallamos palabras cuyo

significado ha tenido variantes o ha cambiado; por lo que hemos recurrido a diccionarios

ad hoc, es decir, hemos localizado ediciones lo más cercanas al tiempo de Cetina, segunda

mitad del siglo XIX. Tal es el caso del diccionario de Gaspar Roig editado en 1855 y el de

Domínguez de 1853 por considerar que nos ofrecen acepciones más completas y

apropiadas a nuestro estudio. El criterio de elección entre éstos se basa en la definición

que ofrecen, por lo que hemos anotado la definición más adecuada y pertinente, según el

caso. En las composiciones a partir de 1869, utilizamos el diccionario de la Real Academia

de la Lengua para tener las acepciones más cercanas a conformación del poemario.

Elaboramos, también un listado de las composiciones que integran este testimonio para

ofrecer una visión general y completa de su contenido.

170

Por último, queremos decir que el manuscrito autógrafo ha sido editado, desde

diferentes aristas, lo más fiel al original, reiterando que una de las finalidades es

visibilizar a la escritora mexicana del siglo XIX, Rita Cetina Gutiérrez, a través de sacar a la

luz su obra poética en esta edición cuidada y cuidadosa.

171

4.3 Contenido del Manuscrito Autógrafo de Rita Cetina Gutiérrez. Nombre y

fecha de las composiciones.

Rita Cetina Gutiérrez

Julio 1863

En el álbum de la srita. Dolores Braza. Recuerdo. ..……………………….….. Mérida Julio 2 de 1863.

A una flor. ………………………………………………………….………………………..…..Octubre 18 de 1863.

A Luscinda Gutiérrez. Al partir ………………………………..…………………...…….Marzo 25 de 1864.

A Satur en su álbum…………………………………………………………………………….Julio 23 de 1865

Quejas A… …………………………………………………………….………………..…………Agosto 18 de 1865

El paraíso morado ……………………………………………………………………..……….Agosto 1865

A la misma………………………………………………………………………………..….……. Febrero 15 de 1866

Composición leída en la esquina del Bazar en la recepción del coronel Daniel Traconis

…………………………………………………………………..……………………………………… Octubre 4 de 1866

Composición pronunciada en las galerías del Palacio Municipal… Septiembre 15 de 1867

A ti………………………………………………………………………………………………………1868

Siempre tú…………………………………………………………………………………………..Julio 1868

A mi Jilguero. Soneto………………………………………………………………………….Mayo 1868

Horas de amor. Soneto………………………………………………………………….….Diciembre 28 de 1868

Su sombra ……………………………………………………………………………….……...Febrero 18 de 1869

¿Recuerdas? ……………………………………………………………………………………..Enero 2 de 1869

Deseos…………………………………………………………………………………………….…Marzo 1871

Dolor……………………………………………………………………………………………...….Marzo 12 de 1871

Martirio……………………………………………………………………………………….……..Abril 18 de 1871.

Resignación………………………………………………………………………………………...1871

A solas…………………………………………………………………………………….……………Agosto de 1871.

A ti. A ti te amo nomás, nomás a ti. Dolores Guerrero………………………… Septiembre de 1871.

172

Desahogo………………………………………………………………………………………………Septiembre de 1871.

Amor. A ti………………………………………………………………………………………………Septiembre de 1871.

A ti. A ti te amo nomás, nomás a ti. Dolores Guerrero……………………………Octubre de 1871.

Delirio…………………………………………………………………………………………….………Febrero de 1872

El 22 de Mayo de 1872……………………………………………………………….…………..Mayo 22 de 1872

A Carlota…………………………………………………………………………………….…………..Julio de 1872.

A mi prima Stella en su álbum…………………………………………………….…………..Sin data.

A la Estrella [¿?]……………………………………………………………………………………..1879

Horas de melancolía……………………………………………………………………………….1880

Romance…………………………………………………………………………………………………Enero 16 de 1884

Romance………………………………………………………………………………………………….Julio 4 de 1884.

A Cristina…………………………………………………………………………………………………s/d

Reminiscencias………………………………………………………………………………….……1887

15 de Septiembre………………………………………………………………………..…….……1887

Protestas…………………………………………………………………………………………….…..Julio 1887

Remembranzas……………………………………………………………………………………….1888

3 de Marzo…………………………………………………………………………………………..…1888

En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis……………………….……1898

173

4.4. Edición anotada y/o comentada del Manuscrito autógrafo

Rita Cetina117 Gutiérrez118

Julio 1863119

117Ya se ha mencionado en la introducción de este apartado que este manuscrito autógrafo está conformado por tres partes. Esta es la primera de ellas cuya data corresponde al año de 1863. Rita Cetina para esta fecha contaba con 17 años y ya había sufrido la pérdida de su padre (a los catorce) y se encontraba bajo la tutela de Don Domingo Laureano Paz. Estos primeros poemas fueron la llave para entrar a las puertas literarias,pues tres años más tarde tomaría la tribuna para presentarse como oradora en la celebración del Coronel Traconis, personaje valioso en su vida y que de alguna manera estuvo presente en ella, es decir, las situaciones los volverían a reunir: al ser ella directora del Instituto Literario de Niñas y el coronel, gobernador del estado. Por otra parte, se ha explicado en algún momento de investigación, el apellido de Rita, tenía otra escritura. Esto lo podemos aseverar gracias al cotejo que hemos realizado con su fe de bautizo, que localizamos en su Archivo personal ubicado en el Archivo General de Yucatán (AGEY). Llegamos a la conclusión que probablemente ella misma hizo el cambio de grafía ya que en la carátula de su manuscrito autógrafo fechado en el año de 1863, Zetina aparece ahora con “C”: Cetina, podría considerarse la posibilidad de que Rita realizó esta variación para otorgarle un toque personal a sus escritos y/o marcar su presencia. De hecho, en todos los documentos que estudiados trátense de sus propios manuscritos o publicaciones en periódicos y revistas su apellido paterno muestran la modificación de escritura. 118 En el manuscrito original se trata de una firma autógrafa, sin rúbrica. 119 En la parte superior de la foja original encontramos dos escolios (notas que se ponen a un texto) aunque ninguno de las dos es legible.

174

//2p// 120En el álbum121 de la señorita Dolores Braza[sic]122

Recuerdo123

Escucha amiga de mi triste acento

Un canto sin belleza ni armonía

Que por primera vez la lira mía

Por tu amistad tan solo va a vibrar.

Escucha sí, mi canto que aunque triste

Tu pecho hará latir con su ternura

Y lanzaras un ¡ay! a mi amargura

Cuando en tu vida llegue a resonar.

No te ofrezco graciosos ramilletes

Ni mil guirnaldas de esmaltadas flores

120 Con el fin de respetar la numeración original del manuscrito y de acuerdo a las normas de transcripción, marcaremos con la siguiente señalización la paginación, como ejemplo anotamos la de esta foja: //p2//. 121 De acuerdo a la definición de Gaspar y Roig en 1853 ubicado en el diccionario histórico de la RAE, un álbum refiere a un “libro o librito elegantemente lujoso, en el que algunas personas y particularmente las señoritas obligan a los literatos y artistas a poner una muestra de su talento y habilidad; bien escribiendo alguna cosa, por lo común en verso, bien dibujando algún capricho o alusión a un tema”. Sin embargo, podemos observar que durante el siglo XIX, los álbumes resultaron ser un medio de comunicación entre mujeres escritoras. A través de éste, ellas podían establecer un “diálogo literario” o por lo menos ser el mejor instrumento para compartir o dedicar su escritura, en su mayoría de las veces a otras mujeres. En este caso Cetina, dedica esta composición a Dolores Braza, de quien no localizamos ninguna información sobre su persona. Sin embargo, podemos identificar que se trata de una amiga, a la cual le brinda sus primeros “ensayos de poesía”, como la poeta lo menciona. Cetina, a través de la voz poética, expresa que no puede darle mejor obsequio que su propia escritura. Es importante mencionar que cuando escribe este poema contaba con tan sólo 17 años, además nótese que desde sus inicios su poesía mantuvo constante un aire melancólico y doloroso, probablemente reflejo de la vida difícil que le tocó vivir, ya que la pérdida de sus seres queridos la pudo haber marcado o bien como un rasgo propio de la época literaria que enmarcó su escritura: el Romanticismo. 122 Se anotará [sic] (Adverbio latino que significa: “así” o “de esta manera”) después de una palabra en los siguientes casos: cuando se lee claramente una palabra y no se entiende su significado. (Ramírez, 2008: 142) 123 Composición conformada por tres octetos.

175

Que puedan con sus vividos colores

Orlar tus sienes niña celestial.

Solo puedo ofrecer sentidos cantos

Que suspendan amiga tu alegría,

Pues tu placer y mi tristeza haría

Un extraño conjunto desigual

//p3// Mas no, daré al olvido mis pesares

Para fijar en ti mi pensamiento

Y consagrarte mi primer acento

Con amante y genial sinceridad

Este tierno murmullo de mi pecho

Agita con placer amiga mía…

Mis primeros ensayos de poesía

Te dedico en ofrenda de amistad

Mérida Julio 2 de 1863.

176

A una flor124

Con que placer te miro, flor hermosa.

¡Cuán bella ante mi vista te presentas!

Al contemplarte… Oh si me representas

Horas dichosas del pasado ayer

Recuerdo un triunfo en que feliz gozaba

Rodeada de placeres de alegría

En que mi ardiente y loca fantasía

Encontraba ilusiones por doquier.

//p4//Un tiempo de ventura de delicias

En que febril mi mente se agitaba

En que placeres por doquier hallaba

Que hacían latir de gozo el corazón

Todo era para mí contento y dicha

Brindábanme las tardes sus encantos

Y al escuchar del ruiseñor los cantos.

Entonaba también dulce canción.

Y ese canto que un tiempo fue de gloria

Bien pronto se ha trocado en desventura.

Pues la dicha de ayer honda amargura

Al corazón tan solo le dejó

¡Cuán triste es recordar los bellos días.

124 Este poema escrito a los 17 años por Rita, formado por cuatro octetos, asoma una clara desventura. La imagen de la flor en primera instancia nos evoca uno de los tópicos constantes en el Romanticismo, la naturaleza como una forma perfecta para mostrar las emociones y ánimo del poeta. En este caso la flor es el símbolo perfecto para hablar de la belleza de la juventud y que ha sido marchita por el dolor. Así, podemos pensar que este símbolo es el reflejo de Cetina, en el orden de lo simbólico, a pesar de contar con la belleza de la juventud, su ánimo ha sido menguado por la adversidad. Fuera de la influencia de los tópicos románticos en su escritura, Rita había pasado ya por momentos dolorosos tal es la muerte de su padre y una vida complicada ya que había sido alejada del seno familiar quedando bajo la tutoría de Domingo Laureano Paz , quien la acercó al estudio y a las letras.

177

De que gozó felicidad de alma ¡

La apacible amistad y dulce alma

De un tiempo venturoso que pasó

Ahora tú sin rival entre las flores

Te ostentas linda flor la más hermosa

¡Ay! mañana tal vez nítida rosa

Marchita por el suelo rodarás.

//p5//Así he cruzado en el erial del mundo

Forjando siempre gratas ilusiones

Y hay de mis dulces plácidas visiones

Recuerdos tristes solo quedan ya

Octubre 18 de 1863.

A Luscinda Gutiérrez125

al partir126

Partes al fin, dulce amiga,

El triste instante ha llegado

¡Para siempre de mi lado

Hoy te habrás de separar

Partes sí, iara127 Luscinda

Ha llegado ya el momento

125 Tanto Luscinda Gutiérrez como Dolores Braza son mujeres de las cuales no tenemos registro. A diferencia de otras que podemos ubicar su nombre en las publicaciones de Cetina, como es la revista La Siempreviva tal es el caso de Cristina Farfán. Esta ausencia la podemos adjudicar a que se trata de mujeres que aparecen en la juventud de Rita, además cabe recordar que la presencia femenina en muchas ocasiones fue invisibilizada por el contexto androcéntrico. 126 Composición formada por seis octetos. 127Iara. Es una especie de saeta que se tira con la ballesta, significa velocidad. Que vale ser veloz y despierto. (Covarrubias: 1611)

178

Tal vez mi amistoso acento

Te haga la ausencia olvidar.

Yo no olvidaré las horas

Que venturosas pasaban

Y alegres nos brindaban

Mil encantos a gozar

//p6//Aquellas horas dichosas

De contento y alegría

Que en tu grata compañía

Nadie las llegó a turbar.

Horas placidas risueñas

Llenas de dulce armonía,

Que entusiasta el alma mía

Jamás las creyó perder.

Nunca las daré al olvido,

Grabadas siempre en mi mente

Estarán eternamente

Cual ensueño de placer.

Pero tú, tal vez muy pronto,

Cuando te encuentres rodeada

De tu familia adorada

Y toda con ansiedad

Te prodigue mil caricias

Y te estreche entre sus brazos

Olvidarás ¡ay! los lazos

Que te unen a la amistad

//p7//Pero no, Luscinda amiga,

179

Recuerda aunque sea un momento,

Esas horas de contento

Que pasábamos aquí

Mientras que yo, amiga mía

En mi dolor abismada

Mi lira128 un tiempo olvidada

Volverá a pulsar por ti.

Mas ay ¡ya el triste instante

Se acerca rápidamente,

Y el hado cruel inclemente

Hoy nos separa a las dos

Ya partes y el alma mía

A su honda pena se entrega.

Mis ojos el llanto aniega

Tierna amiga adiós, adiós.

Marzo 25 de 1864.

Esta composición así como la anterior fueron publicadas en un periódico literario titulado La Esperanza129, bajo el seudónimo de Cristabela130 131.

128 Podemos ver que el término lira en este poema de Cetina, adquiere un significado metafórico, es decir, cuando ella escribe “hace pulsar la lira” refiere a su quehacer como poeta. Así, Rita encuentra en la partida de Luscinda una razón para escribir. 129 La Esperanza: La Enciclopedia Yucatanense lo describe como un “periódico literario redactado por una sociedad de jóvenes”; esto en 1864 en Mérida; Yucatán. (Enc. Yuc. t V: 60) Recordemos que las intervenciones femeninas fueron más recurrentes en publicaciones dirigidas por hombres, ya que las reformas juaristas a la educación buscaban la inclusión de todas y todos los integrantes de la sociedad de las últimas décadas del siglo XIX. 130 Esta nota aclaratoria la encontramos a pie de página de la foja siete del manuscrito, la cual nos indica que las composiciones “A una flor” y “A Luscinda Gutiérrez. Al partir” fueron publicadas en el periódico La Esperanza, cuyos datos describimos en la nota anterior; sin embargo no ofrece más datos sobre la fecha de publicación. 131 Aunque era común de la época el uso de seudónimos para ocultar la identidad del autor o autora, tal es el caso de José T. Cuéllar “Facundo” o Vicente Riva Palacio que utilizó un seudónimo femenino “Rosa Espino”; Rita Cetina, de igual manera utiliza seudónimo en sus primeras publicaciones; por ejemplo tenemos su participación en el periódico literario La Esperanza. La creatividad de la escritora se dejó ver en su seudónimo, pues lo crea con la fusión de dos vocablos, el primero de ellos parte de Cristo, en su femenino

180

//p8//A Satur132 en su álbum

Amiga, si escuchas

A tantos cantores,

Qué horas de amores

Te entornan por doquier

Y plácida atiendes

Sus dulces canciones…

¿Cómo es ambiciones

Mi canto también?

¿Acaso has creído

Que el canto que un día

Amor y alegría

Podríanme inspirar

Es hoy el que entono

Con voz melodiosa

Y quieres ansiosa

Volverlo a escuchar?.

¡Ay! no, Satur mía

Ya nada me inspira

//p9//Sin cuerdas mi lira

“Crista” complementándolo con la terminación “bela” que podríamos atrevernos a proponer que proviene de “Isabel” ya que ambos significados evocan al amor a Cristo, así con base en este análisis podemos afirmar que Cristabela significa “la que ama a Cristo”. En otra perspectiva, podemos considerar que era una manera de asirse de la paternidad, en este caso simbólica, para legitimar su incursión en un espacio público. 132 Esta composición, que consta de ocho octetos, de igual manera, fue realizada con el fin de plasmarla en el álbum de Satur. Ya en una cita anterior explicamos la función de los álbumes en esta época. De nueva cuenta, nos encontramos con el nombre de una mujer de la que desconocemos su identidad. Se trata, también, de una amiga a quien le participa su estado de dolor y melancolía y donde la poesía es el mejor medio de expresión de tales sentimientos.

181

Ha tiempo que está

Ya no más amiga

Su grato sonido

Volverá tu oído

Cual siempre a halagar133.

Ayer lo recuerdas?

Contaba las flores

De los ruiseñores

Cantaba el amor

También a los campos

Al mar, al torrente

Al bosque, a la fuente

Mas nunca al dolor.

Recuerdo que entonces

Contenta me oías

Y que repetías

Mi canto también

Pero hoy en mis versos

Solo hay amargura

//p10//Dolor y tristeza

Esparcen doquier.

¡Y sabes que causa

Mi horrible quebranto¡

Porque siento el llanto

133Actualizamos la ortografía del vocablo; originalmente Cetina utiliza “alhagar”. De acuerdo al Diccionario de Castro y Rossi de 1852, ubicado en el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española son formas correctas de expresión. Esta escritura la encontramos en varias de sus composiciones; por lo que en lo sucesivo, no haremos la aclaración

182

Correr por mi faz

Ay¡ triste lamento

Las dichas de un día

De grata alegría

De dulce gozar…

Pero un sentimiento

Me vuelve la calma

Y torna si al alma

La perdida paz

Mitiga mis penas

Mi angustia y tormento…

Ese sentimiento

Se llama Amistad.

Por eso canto, aunque mi canto es triste

//p11//Por complacerte solo, Satur mía

Si mis versos carecen de armonía,

En ellos hallarás sinceridad.

Acepta este recuerdo cariñosa

Pues las cuerdas de mi lira vibro

Es por dejar grabadas en tu libro

Las pruebas más sinceras de amistad.

Julio 23 de 1865134.

134 Podemos observar que la data de esta composición es de 1865, es decir, han transcurrido dos años desde los inicios de la escritura de Cetina (1863).

183

Quejas. A…135

Quiero que me digas, querida

A exponer mis quejas voy

Y ya preparada estoy

A dejarte convencida.

No es lo mismo ayer que hoy.

Yo recuerdo aquellos días

Llenos de encanto y placer

En que a mi lado vivías

Cuando tanto me querías

Y hoy me olvidas por Javier.

//p12//Cuando libre te encontrabas

Y siempre las dos unidas

De tu ventura me hablabas.

Entonces mucho me amabas.

Y ahora por Javier me olvidas.

No es lo mismo ahora que ayer

Porque ayer mil alegrías

Nos circundaban doquier

Y hoy me olvidas por Javier

Cuando tanto me querías.

135 Este poema se conforma por siete quintetos. En este caso la voz poética no es tan clara como en composiciones anteriores, ya que los mismos puntos suspensivos depositan la duda en la o el lector.

184

Cuando ansiosa me buscabas

Y de ventura circuida136

Tus ensueños me contabas

En que mucho me amabas.

Y ahora… por Javier me olvidas.

Como se gasta una vela.

Así se acaba el placer

Porque recuerdo que ayer

Amabas a Cristabela137

//p13//Y hoy me olvidas por Javier.

Quiera el cielo que constante

Tu felicidad prosiga

Y que no llegue un instante

Que olvidada del amante

Eches de menos la amiga

Agosto 18 de 1865.

El paraíso morado138

En una bella y hermosa pradera139

De flores mil de árboles formada

136 Vocablo de origen latino, ahora en desuso que significa rodear, cercar. Esto según la RAE. 137 Podemos observar que en 1865 aún Cetina utiliza el seudónimo Cristabela. 138 Nos encontramos nuevamente con la alusión a las flores. Paraíso morado, azucenas, mirtos, rosales, entre otras. 139 Veintitrés cuartetos y dos octetos conforman este poema, haciéndolo uno de los más extensos del poemario.

185

Una beldad simpática se veía.

De azucenas y mirtos coronada.

Su blonda y enrizada cabellera

Flotaba libre al soplo de la brisa

Y en sus rosados labios placentera

Asomaba de amor una sonrisa.

Feliz vagando en la pradera umbrosa140

//p14//Ora alegre cantaba, ora reía141

Modulando en su trova melodiosa

Del alma los placeres, la alegría.

Súbito calla y quedase mirando

Una belleza angelical divina

Que silenciosa estaba contemplando

Las aguas de una fuente cristalina.

Era una joven candorosa y pura

Mas de semblante lánguido y doliente

Que lloraba su triste desventura

Sentada en las orillas de la fuente.

Su negra cabellera se extendía

Formando rizos en su blanca espalda

140 Umbrosa: que tiene sombra o la causa. 141 Ora alegre cantaba, ora reía: Este tipo de frase que en la actualidad ha quedado en desuso. En el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Española de Gaspar Roig de 1855, nos ofrece la explicación de estas expresiones, diciendo que “nos permiten señalar perfectamente las acciones y objetos, como ora digas, ora leas. Ora sean gigantes, ora vestigios.”

186

Y su pálida frente sostenía

De paraíso morado una guirnalda.

Extasiada un instante la vio Elmira

Y su sensible pecho palpitó

“Oh cuan hermosa es” dice y suspira

//p15//Y enjugando su llanto así le habló:

--¿Qué tienes, Silvia querida,

Que tan tristemente lloras?

Por ventura el bien adoras

No te hace feliz la vida?

¿Por qué reclinas la frente

Sobre el pecho palpitante?

Será acaso que tu amante

No paga tu amor ardiente.

¿Por qué si rosales bellos,

Para ti guarda este prado

Ciñes tus negros cabellos

con paraíso morado?

Yo quiero, Silvia, saber

El angustioso tormento

Que causa tu sufrimiento

Y aumenta tu padecer.

//p16//Si saber quieres la historia

187

De esta mujer dolorida

Óyela, Elmira querida,

Y grábala en tu memoria

Ayer como tú, cantaba,

Ayer como tú reía,

Y con el labio expresaba

Lo que en el alma sentía.

Con arrayanes y flores

Mis cabellos coronaba

Y al mundo todo contaba

Mi aventura y mis amores.

Yo amaba a Erastro[sic], y constante

A mi amor correspondía

El conmigo siempre amante

Yo más tierna cada día

Juntos al rayar la Aurora

Juntos al ponerse al Sol

//p17//Juntos ¡ay¡ a toda hora

Nos jurábamos amor.

Mas ¡ay! que la cruda muerte

De mi bien me separó

Y a llorar mi triste suerte

En el mundo me dejó.

188

Mientras tú, tu dicha cantas

Yo devoro mi amargura

Porque mis penas son tantas

Como tanta tu ventura.

Por eso triste y doliente

Vengo a llorar a este prado

Y ves ceñida mi frente

Con paraíso morado.

Que esta flor símbolo fiel

De mi ventura perdida

Será mi flor preferida

Hasta que me una con él

//p18//Una súplica quisiera

Hacerte amiga querida

Y de mi cansada vida

Será tal vez la postrera.

Cuando al peso del dolor

Mi pobre vida sucumba,

Coloca sobre mi tumba

Una rama de esta flor.

Así el dialogo acabó

Y silenciosas las dos

Dieronse el último adiós

Y solo el pasado quedó

189

Poco después una tarde

Triste, pálida y llorosa,

Una beldad misteriosa

Del crepúsculo a la luz,

En un lugar apartado

De la linda pradería

Miraba una tumba fría

//p19//Sin más señal que una cruz

Una rama de paraíso

La misteriosa llevaba

Y lentamente llegaba

A aquel lugar de dolor

Era la afligida Elmira

Que a la tumba solitaria

Iba a alzar una plegaria

Depositando la flor.

Agosto 1865

190

En la muerte De la Señorita Pilar Tenorio Zavala142

Ayer cándida y bella cual ninguna

El mundo embelesado la miraba,

Que era raro conjunto que encantaba

De gracia, de belleza y de virtud.

Quien creyera jamás que cruda muerte

El manso vuelo a su existir cortara

//p20//Ni que un día fatal al fin llegara

A ocultarla en las sombras del ataúd

Yacen hoy en la tumba sus despojos

Al rudo embate de traidora suerte

Y llora el mundo su sentida muerte

Con lágrimas de sincero dolor.

¡Ay!, yo también con fervoroso anhelo

Elevo mis cuentos terrenales

Ensalzando las dichas celestiales

De esa púdica virgen del Señor

Enero 23 de 1866

142 Pilar Tenorio Zavala, es hermana de la colaboradora y amiga de Rita Cetina, Gertrudis Tenorio Zavala. Roldán Peniche Barrera, en un artículo del diario Por esto, menciona que los restos fúnebres de Pilar se encuentran actualmente en la capilla de San José en la Catedral de Mérida, Yucatán, sin fecha de inhumación. Sin embargo, la composición dedicada a ella ( formada por cuatro cuartetos) marca la fecha de su posible deceso: Enero 23 de 1866. No se tiene datos de su fecha de nacimiento, sin embargo, por la información contextual puede tratarse de la hermana menor de Gertrudis.

191

A la misma143

Ángel que presto abandonaste el mundo

Para volar a la región del cielo

Oye el canto que mi alma sin consuelo

Por ti levanta en su dolor profundo.

Tu que al lado del Dios de lo Creado

//p21//Ocupas un lugar allá en la altura

Gozando ya de la eternal ventura

Que en el mundo el mortal jamás ha hallado.

Tú, cuyo acento celestial y tierno

Entre el coro de vírgenes levantas,

Y es el bien supremo de la gloria cantas

Ante el (*) escabel144 del Ser Eterno.

Desde la alta mansión donde ya mora

Tu espíritu, oh, Pilar ¡oye mi acento,

Es la voz fraternal del sentimiento

De un pecho amigo que tu ausencia llora…

¿Porqué, empero, llorar tanto su muerte,

Con lágrimas de triste consuelo

Si tranquila y feliz allá en el cielo

Goza de dulce paz y mejor suerte?

143 El título “A la misma”, refiere a la Pilar Tenorio Zavala, la hermana de Gertrudis, se trata, del mismo modo, de una composición fúnebre escrita días después, cuya estructura es de diez cuartetos. 144 Escabel: tarima pequeña que se pone delante de la silla para que descansen los pies del que se sienta en ella. (Gaspar Roig:1855)

192

Era un ángel bellísimo que el cielo

Envió para endulzar nuestra existencia.

//p22//Reposaba en su frente la inocencia

Y era de encantos y virtud modelo.

Su mirada tiernísima y ardiente

Y su sonrisa angelical divina

Brillo como la flor más peregrina

Ante el vivido ardor del sol naciente

Como el blanco querube145 de los amores

Así cruzó por el mundano suelo,

Para tornar después el alto cielo

De su edad juvenil en los albores.

Dichosa tú, Pilar, que allá en la altura

Sin angustias ni tristes sin sabores,

La frente orlada146, de arrayán y flores

Gozando estas de celestial ventura

Sin mi canto, hasta allí vibra doliente

Y tu paz a turbar impío no llega.

Por mi futura venturanza ruega

A ese Dios de bondad santo y clemente.

Febrero 15 de 1866

145 Querube: Querubín. Cada uno de los espíritus angélicos que constituyen el segundo coro de la segunda jerarquía. (Dominguez:1853) 146 Orlada: De orlar. Poner o guarnecer de orlas alguna cosa. (Gaspar y Roig: 1855)

193

//p23//Composición leída147 en la esquina del Bazar, la tarde

del 4 de octubre de 1866148 en la recepción del coronel

Daniel Traconis149

Yucatecos, salud: invictos héroes

Bizarros150 hijos de la patria mía

Denodados151 campeones que a porfía152

Supisteis en la lid153nobles luchar.

Gloria a vosotros que con bravo arrojo154

Del bárbaro feroz al grito fiero

Empuñasteis valientes el acero

Y marchasteis resueltos a pelear155.

147 Esta composición resulta ser un hito para Rita Cetina Gutiérrez, tanto en su trayectoria profesional como literaria. El haberse presentado con tan sólo veinte años de edad en la tribuna para declamar una composición de su autoría, le abre las puertas de un espacio regido por el androcentrismo. Aunque la institución masculina permite su participación, seguramente por la intención de la misma; Cetina con sutileza trastoca los límites de lo masculino, ya que esta participación será la llave maestra para abrir otros ámbitos. Gracias a esta intervención será invitada a colaborar con su escritura en periódicos y revistas dirigidas por hombres, hasta llegar a consolidar los proyectos La Siempreviva cuya finalidad era empoderar a la mujer a través de la ilustración. Esta consta de siete octetos. 148

Se menciona en la biografía del Coronel Traconis, la fecha en que vencieron a los mayas rebeldes, tratándose del 15 de septiembre de 1866 por lo que la recepción donde se le reconoce su triunfo fue diecinueve días después. 149 […] El C. Daniel Traconis, nacido en Mérida, capital de Yucatán, el 21 de julio de 1836, hijo de Don Demetrio Traconis y Doña Guadalupe García y Virgilio. “Traconis llegó a Yucatán con el cargo de Comandante de Celadores del puerto de Sisal, de donde salió para combatir en la excepcional y terrible guerra contra los indios sublevados de Yucatán, no sin haber sostenido el sistema republicano en las batallas de Chocholá en 1863 y de Motul en 1872, como también expuso su vida en las jornadas de Mucuiché y San Francisco de Campeche. Vencedor en diversos encuentros ocupó Tihosuco […] El número de los sitiadores era inmenso: las tropas que de distintos lugares partieron para auxiliar a sus hermanos, permanecían impotentes a dos leguas de Tihosuco, mientras que Traconis hacía prodigios de valor y abnegación para conservar aquella plaza harto combatida por el hambre, enfermedades, el desaliento y la desnudez. […] “Los héroes de Tihosuco, a cuya cabeza estaba el modesto Coronel Daniel Traconis fueron llamados a la capital donde se les recibió en medio de aclamaciones de alegría y de gratitud. Desde entonces Traconis es el trasunto de aquellos famosos adalides de la guerra social que dieron días de gloria a la angustiosa y terrible época de 1848.” Fragmento tomado de: 150 Bizarros: Valiente, valeroso, intrépido, arrojado. (Domínguez:1853) 151 Denodados: intrépidos, esforzados y atrevidos. (Domínguez: 1853) 152 Porfía: En este contexto refiere a tesón, ahínco y constancia. (Domínguez: 1853) 153 Lid: Combate, pelea, disputa. Contienda de razones y argumentos. (Gaspar y Roig: 1855) 154 Arrojo: Audacia, atrevimiento, osadía, temeridad, valor. (Gaspar y Roig: 1855)

194

No os arredran las voces del salvaje

Que os invita a luchar, nada os aterra

Entusiastas clamasteis: guerra ¡guerra¡

Su frenético grito al escuchar.

Recordasteis que vil, bárbaro al indio

Anhela exterminar a nuestra raza,

Y sus feroces gritos de amenaza

Fuisteis con ardimiento a sofocar

//p24//Allá de Tihosuco156 entre los muros

Sentasteis vuestro campo sin cuidado,

Esperando que el indio sublevado

Os batiera con bárbara altivez

El machete salvaje ¡qué de veces

Sobre vuestras cabezas se levanta… ¡

Por nada os arredra ni os espanta,

Impasibles cargáis sobre él también….

Después de un sitio de cincuenta días,

De un despiadado, aterrador asedio

155 La voz del reconocimiento colectivo es representada con esta composición de Rita Cetina al General Daniel Traconis por el triunfo en la guerra de castas. De acuerdo a lo que Teresa Ramayo Lanz en su libro Los mayas pacíficos de Campeche explica este hecho histórico peninsular: “En la madrugada del 26 de julio de 1847, Manuel Antonio Ay, cacique de Chichimilá, fue fusilado. Se le acusaba de ser cabecilla de un movimiento para derrocar al gobierno. Sus cómplices Jacinto Pat, cacique de Tihosuco, y Cecilio Chí, cacique de Tepich, fueron proscritos de inmediato. Su persecución abrió la puerta a las hostilidades que se generalizaron en unos cuantos días fuerzas del gobierno destrozaron e incendiaron las casas de los indios y mataron a mujeres y niños. En respuesta los indios les pagaron con la misma moneda. La guerra había estallado abiertamente. Fue llamada de Castas e interpretada por la minoría dominante como un levantamiento de caciques mayas cuyas ambiciones políticas la habían encendido. Se lamentó el desatino de haberlos reclutado en los ejércitos y haberlos armado, ya que su ínfima condición civilizatoria conjugada con sus afanes de poder había dado el fatal desenlace. El conflicto fue prolongado y cruel, y cabría decir que fue adquiriendo diferentes rostros a pesar de que todos ellos fueron denominados Guerra de Castas. 156 Tihosuco se ubica en el actual estado de Quintana Roo en el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Es una de las poblaciones más antiguas de esta entidad y hoy representa uno de los lugares emblemáticos de la Guerra de Castas.

195

Emprendisteis al fin poner remedio

A tan desesperada situación.

Llega por fin el anhelado día

Y el corazón que en vuestros pechos late

Os grita con valor: marcha al combate

Y serás del salvaje vencedor.

El memorable quince de Septiembre

Sostuvisteis valientes la batalla.

Mas al fuerte silbar de las metrallas

Vacila al enemigo con terror.

//p25//Y las hordas157 salvajes desbandadas

Retroceden al fin despavoridas,

Y marchan a esconderse en sus guaridas

Temblando del coraje y de furor.

Los invictos Traconis y Padilla158

Sus dignos oficiales y soldados

157 Hordas: Grupo de gente que obra sin disciplina y con violencia (Domínguez:1853) 158 En la biografía del Coronel Traconis que ya hemos citado aparece: “Sólo el valeroso Teniente Coronel Padilla pudo penetrar, a costa de inmensas pérdidas y sacrificios hasta el recinto cercado, con una fuerza de auxilio. Al fin, agotada toda esperanza de extrañas intervenciones, los sitiados resolvieron romper el círculo de hierro que los oprimía, y regando de cadáveres las calles, las plazas y los reductos, alcanzaron un triunfo brillante el 15 de Septiembre de 1866.” En el Diccionario histórico, geográfico y biográfico de Yucatán de Edmundo Bolio anota lo siguiente: “Nació en Valladolid, Yuc., hacia el año de 1835 o 36, según su biógrafo Don Felipe Pérez Alcalá. […] Cuando las tropas del gobierno […] Padilla se alistó como soldado, y así, de victoria en victoria en victoria, fue ganando sus grados. […] Cuando las tropas del Coronel don Daniel Traconis estaban sitiadas en Tihosuco y en grave peligro, Padilla ofreció sus servicios y se incorporó a la Brigada que comandaba su Jefe el señor General, don Felipe Navarrete. Deseoso de auxiliar a Traconis, Navarrete envió a Padilla con una columna de trescientos hombres a socorrer a los sitiados […]el 15 de septiembre, los indios intentaron un asalto general a la plaza, pero fueron enérgicamente rechazados; mas todavía: cuando se retiraban, Padilla, con una columna los flanqueó y completó su derrota. […] En 1867, cuando el General Cepeda inició su campaña contra el Imperio, el Coronel Traconis fue destacado para batirlo en Mukuiché. […] Dícese que Padilla se batió entonces como un león, y que la bala que lo mató no vino de las fuerzas enemigas, sino que partió de la ventana de una casa sin saberse el nombre de su matador. (Bolio, 1944: 180)

196

Repelieron valientes esforzados

Los ataques del bárbaro cruel.

Y allá de Tihosuco entre los muros

Sin ambición de honores ni de gloria,

Cubiertos con sus palmas la victoria,

Ciñó sus sienes inmortal laurel.

Miradlos, allí están sí compatriotas.

De la raza servil son vencedores

Y de su patrio suelo defensores

De sus lares159 la paz van a gozar.

¡Gloria y honor a tan heroicos jefes!

¡Gloria y honor también a sus soldados!

Vivan los campeones denodados

Dignos hijos del bello Yucatán.

159 Lares: La casa propia (Gaspar: 1855)

197

//p26//Composición pronunciada la noche del 15 de septiembre de 1867160 en las galerías bajas del palacio municipal161

Noche sublime de inmortal recuerdo

Yo te aclamo con el alma enardecida

Para cantar con voz de gozo henchida

De mi patria los triunfos y el honor.

Hoy que doquiera con placer difunde

Su llama ardiente el entusiasmo santo,

Alzar pretendo de victoria un canto

Consagrado a la gloria y al valor.

¡Oh quince de Septiembre bendecido!

Tú haces siempre cruzar en mi memoria,

El hecho más grandioso que la historia

Con orgullo en sus páginas grabó.

Bajo el yugo despótico de un trono

Que dominaba el viejo y nuevo Mundo,

Abyecto162 siempre cual reptil inmundo

Infeliz nuestra patria se miró.

160 Esta composición (de once octetos) es presentada por Cetina Gutiérrez un año después de la celebración a Daniel Traconis. 161 Hemos mencionado en las anotaciones anteriores, Rita ya se mueve en el círculo público, antes exclusivo de la institución masculina, contando con 21 años ha incursionado en terrenos donde la presencia de la mujer había sido de ornato y/o como mera extensión de la posesión y control masculino. Ahora su labor de poeta ha rebasado el encuadernado de los álbumes, los cuales representan la intimidad, discreción y el ámbito ocluido. Es importante resaltar, que el espacio que Rita ha tomado son las galerías del Palacio Municipal, lo cual significa la aprobación de quienes tenían el poder y la regulación de la sociedad. El papel de Cetina en este contexto resalta porque es una de las primeras mujeres que comienzan a visibilizarse a través de su talento, en este caso en su papel de oradora, actividad que se le reconoció hasta el fin de sus días. Además representa la voz colectiva de la mujer que buscaba ocupar un espacio en la sociedad y que más tarde dará frutos en sus discípulas, quienes tomaron el asta de la emancipación. A pesar de la importancia que tuvo en su momento, escaso es el conocimiento que se tiene de su escritura, razón por la que se acrecentó nuestro interés por darle voz y presencia a Rita Cetina Gutiérrez. 162 Abyecto: humillado, despreciado. (Domínguez: 1853)

198

//p27//Tres siglos largos de dolor y llanto

De eterno padecer de desventura,

Hasta la última gota de amargura

Apuró de la copa del dolor.

Mas ya pesan sobre ella las cadenas,

A su colmo ha llegado el sufrimiento

Y anhela con placer venga el momento

De enseñar su poder al opresor.

El quince de Septiembre allá en Dolores

El inmortal Hidalgo, noble anciano,

Se presenta ante el pueblo mexicano

Y entusiasta le grita: “Libertad”.

Libertad a su voz el pueblo exclama.

Libertad nada más Independencia.

Y dándole a la patria la existencia

Se aprestan esforzados a luchar.

Entonces el español con fino encono

Confiado en su denuedo163, en su arrogancia,

Sobre ese pueblo sin piedad se lanza.

Que ávido espera del cañón al pie.

//p28//Llega y al frente se presenta airado,

El valor del azteca se acrecienta

Emprendiste por fin la lid sangrienta

Y el éxito es dudoso, aún no se ve.

163 Denuedo: Brío, esfuerzo, valor, intrepidez, confianza para acometer alguna empresa difícil. (Gaspar y Roig: 1855)

199

Todo es confusión sólo se escucha

El grito lastimoso del herido

Que al exhalar el postrimer gemido

Con voz convulsa164 dicen: “Libertad.”

Y en medio del fragor de la pelea

Se ve retroceder al León hispano…

Era libre ya el pueblo mexicano,

Del tirano opresor supo triunfar.

Y en los lugares donde tanto triunfo

Tremolaba a su vez la enseña iberia

Triunfante se fijó nuestra bandera

Al grato estruendo del tambor marcial.

Una era desventura y bienandanza

México libre en su esplendor vislumbra.

Pues ya una antorcha celestial alumbra

Un porvenir de glorias inmortal.

//p29//Pero ese pueblo no conserva puro

El honor nacional que le encomienda.

Se entrega presto165 a la civil contienda

Violando de sus leyes el poder.

Y la sangre de muchos mexicanos

Corrió manchando nuestra patria amada…

Y hasta vióse del yankee mancillada

Cuando pudo su avance contener.

164 Convulsa: Que se haya muy excitado (Domínguez: 1853) 165 Presto: Pronto, vivo, ligero, diligente, ágil en la ejecución de alguna cosa. (Domínguez: 1853)

200

Y no es esto nomás: allí se avistan

Surcando el mar en las revueltas olas

Un grupo de variadas banderolas

Que agita el viento con sutil vaivén.

Es una escuadra que a las playas llega

De la espléndida perla de Occidente

Es una turba de extranjera gente

Que admirada contempla nuestro Edén166.

México generosa abre sus puertas

Penetran por allá los invasores,

Y después… con infamia los traidores

Pretenden nuestra patria esclavizar.

//p30//Y cual si fuera una nación salvaje

Sin leyes, sin gobierno, sin guerreros,

Que empuñasen valientes los aceros

Y muriesen salvando su heredad.

Así ha invadido nuestros patrios lares

Confiada en su valor y su arrogancia,

Esa chusma opresora de la Francia

Esclava del tirano Napoleón.

Un príncipe de Habsburgo167 que tranquilo,

Feliz gozando en Miramar vivía,

Con regia pompa a México le envía

166 Edén: Paraíso terrenal, mansión del primer hombre, antes de su desobediencia. Según la Escritura era un jardín delicioso, de donde salía un individuo en cuatro ramificaciones que se supone ser el Tigris, el Eufrates, el Fases y el Araxes. (Domínguez:1853) 167 El príncipe de Habsburgo refiere a Maximiliano de Austria, quien fue proclamado emperador de México el 10 de abril de 1864 con el apoyo de Napoleón III de Francia, fue ejecutado en 1867 en Querétaro.

201

Y a su imperio somete a la nación.

202

//snp//Ecos del alma

1868

203

//p37//A ti168

Arcángel de mi amor, luz de mi vida,

Ideal forjado en mis ensueños de oro,

Único ser que con el alma adoro,

Ansiada realidad de mi ilusión.

Ardiente el corazón te ama entusiasta

Te idolotra con fuego el alma mía,

Tú eres mi bien, mi dicha, mi alegría,

Mi esperanza, mi gloria, mi ambición

Yo te amo como el céfiro169 suave

Ama las finas y sencillas flores,

Como aman los parleros ruiseñores

De la aurora el dorado resplandor.

Como el blanco querube de los cielos

Al Dios omnipotente allá en las alturas

Como aman los poetas la natura

Cual sus vírgenes bellas el pintor.

//p38//Si, tú eres para mí, dueño adorado,

Lo que es para las flores el rocío

168 Este poema de tres octetos abre la segunda parte del manuscrito autógrafo de Rita Cetina, quien ya contaba con veintidós años de edad, marcado con el nombre “Ecos del alma” y fechado con 1868. En estas tres octavas vemos manifestado el amor romántico comparado con el amor a Dios. En esta analogía Cetina expresa a través de metáforas la representación del ser amado con figuras angelicales. Ya en la introducción de este capítulo, mencionamos que la emotividad del Romanticismo les permitió a las mujeres adentrarse al círculo literario sin ser una amenaza para la institución masculina. Basta recordar que José María Vigil adjudica a las poetas el género lírico, a modo que permitía expresar su emotividad como parte de naturaleza, de su feminidad, del “ser mujer”. Sin embargo, más adelante Cetina trasgrede este constructo, ya que a través de sus publicaciones en La Siempreviva, reconfigura el hacer femenino, rompiendo las barreras del espacio doméstico y del “deber ser” de la mujer. 169 Céfiro. Cualquier viento que sopla blanda y apaciblemente. (Gaspar y Roig:1855)

204

Tú haces siempre latir el pecho mío

Porque es tuyo nomás mi corazón.

Cuando estrechas mi mano entre las tuyas

¡Ay! y fijas en mi tus negros ojos…

Frenética170 ante ti caigo de hinojos

Y te doy como a Dios mi adoración

1868

//p39//Siempre tú171

En medio del bullicio172

Contento y algazara173

En la quietud tranquila

De soledad callada,

Cuando la negra noche

Sus sombras desparrama

Y a todos brinda el mundo

Descansando, paz y calma,

En sueños o despierta

Tu imagen adorada

De mi agitada mente

Jamás, jamás se aparta

A veces mi vista

Presentase adornada

170 Frenética. Delirante, ciega, locamente apasionada por algo. (Domínguez: 1853) 171 Esta composición se conforma por cincuenta y dos versos. 172 En el manuscrito encontramos la palabra “bullicio” sobrescrita. 173 Algazara: Alegre vocería de muchas personas. (Gaspar y Roig: 1855)

205

De puros resplandores

De flores y guirnaldas

A veces en la forma

De misteriosa fada174,

//p40//Festiva me sonríe

Y plácida me llama.

Como el melifluo175 trino

Del ave en la enramada

Cuando saluda alegre

Al Sol en la mañana

Así hieren mi176 oído

Dulcísimas palabras…

Es que tu voz escucho

Al corazón tan grata

Entonces del letargo

Volviendo acelerada

La vista vuelvo en torno

Buscando quien me llama

En vano por doquiera

Mis tristes ojos vagan

De mi ilusión querida

¿Qué es lo que me encuentro? Nada

Inclino condolida

Al suelo la mirada,

Y siento en mis mejillas

Correr triste una lágrima.

174 Fada. Hada, maga, hechicera. (Domínguez:1853) 175 Melifluo: Que es dulce o suave como la miel. (Domínguez: 1853) 176 Entre estas dos palabras encontramos en el manuscrito original una pequeña tachadura hecha por Cetina.

206

//p41//177Y callas y sonríes

Y ardiente y entusiasta

En mi semblante fijas

Dulcísima mirada!...

¡Qué tienes?... ya comprendo!

¡Oh calla, por Dios calla!

¡Bendita esa sonrisa!

¡Bendita esa mirada!

¡Verdad que ellas me dicen

Mejor que cien palabras

De amor y de ternura

Que tú también me amas!

Julio 1868.

//p42//A mi jilguero.

Soneto178.

Que extraño es el contraste de mi lloro

Con tu canto armonioso, entusiasmado!

Mientras cantas jilguero179 encarnizado180.

Ay! yo en silencio mi dolor devoro.

Vuela jilguero, si, y al bien, que adoro

Cuéntale con acento apasionado,

177 Después del número de página encontramos una sucesión de puntos formando una línea. 178 Cetina Gutiérrez marca este poema como un soneto, cuya estructura está formada por dos cuartetos y dos tercetos con versos endecasílabos. 179 En este soneto, el papel del jilguero es de un confidente. El ser que escucha atento el sentir de su confesa. Además del emisario de sus sentimientos. 180 Encarnizado: Encendido, grentado, de color sangre o carne, más comúnmente en los ojos. (RAE:1869)

207

Que guardo su recuerdo idolatrado

Como guarda el avaro su tesoro.

Dile que siempre, mi avecilla hermosa,

Fijo está en él, el pensamiento mío.

Que a cada instante al recordarle ansiosa

Suspiro tierno con amor le envío.

Y que aunque nos separe cruel distancia,

Le amo cada vez más, con más constancia.

Mayo 1868

//p43//Horas de amor.

Soneto181

¡Cuánto gozo, ángel mío, al escucharte!

Háblame siempre de tu amor ardiente.

Jura que me amarás eternamente,

Yo te juro también, nunca olvidarte.

¡Es tan grato el amar! ¡Ay! yo al mirarte

Amándote, cual te amo tiernamente,

Un gozo celestial el alma siente…

Y a tus plantas postrárame a adorarte.

En tus miradas hallo mi ventura.

Mi sola dicha, mi ambición es verte.

Escucharte no más mi única gloria.

181 Entre la palabra soneto y el primer verso encontramos en el manuscrito original un número 1, marcado con lápiz

208

¡Ay!... yo sé que la dicha poco dura;

Si a tu lado, mi bien, me halla la muerte….

Moriré bendiciendo tu memoria.

Diciembre 28 de 1868.

182//p44//Su Sombra

Soneto

Sombra, visión, espíritu ¿quién eres,

Que así me sigues con tenaz183 porfia184?

Déjame, por piedad! Si el alma mía

Has destrozado ya, dí, ¿qué más quieres?

Aléjate de mí, otras mujeres

Te ofrecerán ventura y alegría.

Ve a libar185 en más labios la ambrosía

A robar a su encanto mil placeres.

Vete… no vuelvas más… no me persigas.

Si sólo angustias y dolor deseas

Vete... ¡Oh!... no, sombra querida, no me sigas!

¡Que te vayas he dicho! No lo creas.

¡Vuelve, por compasión!... No me maldigas…

Realidad o ilusión… ¡Bendita seas!

Febrero 18 de 1869.186

182 En el manuscrito original arriba del número de página se encuentra escrito por Cetina, su nombre: Rita. Al parecer ha sido escrito con lápiz. 183 Tenaz: Firme, terco, porfiado, obstinado, pertinaz en un tema, idea, opinión o propósito. (Domínguez:1853) 184 Porfía: Contienda obstinada de palabras; empeño tenaz en lo que se sostiene. (Domínguez:1853) 185 Libar: Chupar suavemente el jugo de alguna cosa. Hacer la libación para el sacrificio. Probar o gustar algún licor. (Gaspar y Roig: 1855)

209

//p45//¿Recuerdas?187

Recuerdas, ¿no es verdad, dulce amor mío?

Era en las horas en que el sol poniente

Ocultaba su disco en Occidente

Para ir a otro hemisferio a iluminar.

La brisa de la tarde pasajera

Jugaba con las flores dulcemente,

Y llenaba de aromas el ambiente

Robando su perfume al azahar.

Una música grata188 y deliciosa

Nos enviaba dulcísima armonía,

Mientras su adiós al moribundo día

En dulces trinos daba el ruiseñor.

Naturaleza entera a nuestros ojos

Más bella, más sublime se ostentaba,

Y sonriendo dichosa nos brindaba

Cuanto encierra de bello y seductor.

Bajo la grata sombra de un palmero

//p46//Gozando de la tarde la frescura,

Forjábamos mil sueños de ventura

Vislumbrando un brillante porvenir.

186 Este poema y los siguientes ya están fechados con el año 1869, el cual está estructurado por dieciséis octetos y dos cuartetos. 187 “¿Recuerdas” ya no se trata de un soneto, sino de un poema compuesto por catorce octetos y un cuarteto, lo cual lo hace la composición más extensa de todo el manuscrito. Tal dato curioso, podemos observar que el poema anterior está fechado con Febrero 18 de 1869 y éste con Enero 2 de 1869, lo cual rompe la secuencia cronológica del poemario. 188 En el manuscrito original, en el primer verso del segundo octeto encontramos una sobrescritura. No es legible la palabra inicial, pero la remarcada sí, tratándose de la palabra” grata”.

210

Recostaba en tus hombros mi cabeza…

Mi mente acariciaba ensueños bellos…

Jugabas dulcemente mis cabellos…

Y te veía dichoso sonreír.

Súbito al cielo alzamos las pupilas

Y en el límpido189 azul del firmamento

Vimos aparecer aquel momento

Dos luceros de mágico esplendor.

Mira, dijiste de entusiasmo loco,

Nuestras hermanas son esas estrellas,

También como nosotros forjan ellas

Ilusiones dulcísimas de amor.

Ellas se aman también, como nosotros

Con frenética y ciega idolatría.

También como nosotros, alma mía

Viven de amor allá en la inmensidad.

//p47//Y ardiente de gozo, y de ventura

Corriendo dulce llanto en tus mejillas,

Me juraste cayendo de rodillas

De amor una insondable eternidad.

¡Oh! tú también me adoras, ángel mío.

Tú me amas ¿no es verdad? y a tu reclamo

Yo sólo pude responder: te amo

Como aman los querubes al Señor.

189 Límpido: limpio, terso, puro, sin mancha (DICCIONARIO RAE: 1869)

211

¡Cuánta felicidad! cuanta ventura

Aquellas dulces frases auguraban!

Ellas a nuestros ojos presentaban190

Un mundo de emoción y de amor.

Más grato fue el acorde de la música,

Más dulces de las flores los aromas.

Más blando el arrullar de las palomas,

Más suave del céfiro el rumor.

Ansiando completar nuestra alegría

Levantamos los ojos con anhelo,

A ver si las estrellas en el cielo

//p48//Brillaban con más vivo resplandor.

Una nomás quedaba en el espacio

Trémula191, palpitante, abandonada…

Su bella compañera, despiadada,

Sola en el firmamento la dejó.

¡Pobre estrella: infeliz!... en su abandono…

Lentamente su luz palidecía…

Luchaba entre la muerte y la agonía…

Hasta que al fin su brillo se extinguió.

Un grito de dolor lanzó mi pecho

Al ver perdida en la azulada esfera,

190 El manuscrito presenta una corrección por parte de Cetina, la palabra original (auguraban) se encuentra tachada para ser sustituida por la palabra “presentaban”. Seguramente, la causa fue que en el verso anterior había anotado la palabra “auguraban”. 191 Trémula: que tiembla, que empieza a temblar. ( TERREROS Y PANDO, 1788:699) Cabe resaltar que este término sólo lo pudimos localizar en el Diccionario de Terreros y Pando, el vocablo no aparece en los diccionarios antes recurridos.

212

A la linda pareja que antes era

Símbolo fiel de nuestro puro amor.

Y los gratos ensueños de ventura.

Que en mi abrazada mente se forjaron

En aquel triste instante se [trocaron?]

En las lágrimas, angustias y dolor.

Comprendí que el destino de la estrella

Era el mismo que el cielo me imponía

//p49//Libar192 el cáliz del placer193 un día,

Y apurar para siempre el dolor.

En vano con palabras cariñosas

Quisiste consolar mi honda amargura.

En vano me juraste con ternura

Toda una inmensa eternidad de amor.

Una voz misteriosa a mis oídos

Murmuró con acento gemebundo.

“Tanta felicidad no es de este mundo.

Sólo hay ventura en la mansión de Dios”

Trémula, vacilante, conmovida,

Sobre tu pecho recliné mi frente,

Y lloré con dolor amargamente

El destino terrible de los dos.

Tú también comprendiste que la estrella

Marcaba nuestra suerte aquel momento.

192 Libar: Chupar suavemente el jugo de una cosa.( DICCIONARIO RAE, 1869:465) 193 En el manuscrito encontramos la palabra “placer” remarcada.

213

Toda una eternidad de sufrimiento

Por solo algunas horas de placer!

Y llenaste ángel mío… tus pupilas

De lágrimas ardientes se inundaron

//p50//Por tu triste semblante resbalaron…

Y en mis mejillas las sentí caer.

¡Oh! aquello era nomás el triste augurio

De largas horas de dolor y llanto.

De eternos días de mortal quebranto,

De angustias, abandono y soledad.

Llegó un día… Gran Dios… al recordarlo…

Siento que el alma mía se estremece,

Mi pobre corazón ¡Ay! desfallece…

Y mi frente se inclina con pesar.

Para siempre, de mí, la suerte impía

Te dejó sin piedad, dueño adorado,

Sin tener compasión ¡Ay! de mi lado

La suerte para siempre te arrancó.

Un juramento santo al separarnos

Hiciste ante Dios que nos vio.

No olvidarte jamás, también juro.

//p51//Y partiste, es verdad, mas tu recuerdo

No se aleja de mí, ni un solo instante

Donde quiera que voy, él va delante.

No se aparta de mí, jamás, jamás.

Tu recuerdo es mi dulce compañero.

214

Es mi leal, mi inseparable amigo.

Por eso a cada instante te bendigo…

Y cada día, mi bien, te adoro más.

¡Oh! yo sé que aunque lejos de mi lado

Tú me adoras también como te adoro.

Sé que lloras, bien mío, cuando lloro.

Y que sufres también con mi sufrir.

Yo sé que nuestro amor es imposible

Porque así lo ha querido al cielo santo.

Y sin embargo… ¡ay Dios!... te quiero tanto!...

¿Cómo podría sin tu amor vivir?

Si sufro resignada mi destino

De adorarte………… sin esperanza

Es porque me alienta la confianza

De que me amas, como te amo yo.

//p52//Si un momento la duda me asaltara……

Mas, que digo….Gran Dios…esto es horrible….

Yo dudar de tu amor?..... no, no, imposible!...

Perdona, fue un delirio, ya pasó.

Ay!... adórame siempre, dueño mío!

¿Qué fuera de mi vida sin tu amor?

No me olvides jamás, que tu desvío

Me mataría más pronto que el dolor.

Enero 2 de 1869

215

//56//Deseos194

Quisiera ser el ave

que en la mañana,

Su amor, en la arboleda

Dichosa canta.

Dueño adorado, [Con dulce halago]195

Para cantarte siempre

Cuanto te amo.

Quisiera ser la esencia

Que entre su broche,

Enamoradas guardan

Las gallas flores;

Para que ufana

El aire que respiras

Yo perfumara.

Quisiera ser el amor

Que blandamente

Vagando entre las flores

//p57//Tierna las mece,

Y con delirio…

Besar tus puros labios, [Besar tu pura frente]196

194 Encontramos un salto de páginas en el manuscrito original, es decir, de la página 52 la numeración se recorre hasta la 56. Como no fue posible verificar esta situación con el manuscrito en físico, no podemos determinar si hay un faltante de fojas o se trata de un error de paginación. Es la primera composición formada por séptimas, con un total de seis. 195 En el manuscrito autógrafo aparece en este verso una anotación a lápiz la cual consignados entre corchetes [Con dulce alhago].

216

Dulce amor mío.

O el ángel que tu vida

Cuidoso guarda

Quisiera ser, bien mío,

Dueño del alma.

Para que siempre

A tu lado sonriendo197

Constante vele.

Pero yo no soy ave

De canto tierno,

Ni aroma delicado,

Ni blando céfiro,

Ni bello arcángel;

Para que tu amor puro

Dichosa cante.

//p58//Yo no tengo, ángel mío

Para ofrecerte

Más que un corazón lleno

De amor ardiente.

Y fiel constancia

Para adorarte siempre

Con toda el alma.

Marzo 1871.198

196 Nuevamente hallamos una anotación a lápiz, la cual consignamos entre corchetes [Besar tu pura frente] al parecer hecha por la autora. 197 La palabra original en este verso es “querido”, pero fue tachada para anotar a un lado la palabra “sonriendo”.

217

Dolor199

No me preguntes, no, madre querida,

Cuál es la causa de mi amargo llanto.

Si supieras, ¡Ay, Dios!... padezco tanto!

No quiero que cual yo, sufras también.

Si mi angustia y mis penas te contara

Tu tierno corazón padecería!

Y no quiero que llores, madre mía.

¡Oh, no ¡… duele tanto padecer!

//p59//Por eso cuando me hallo en tu presencia

Ves brillar en mis ojos el contento.

Mas ay! … ¡cuánto me cuesta el fingimiento!

¡Sufre tanto mi pobre corazón!

Y sin embargo… por mis secos labios

Miras vagar sonrisas de ventura.

Tú crees que soy feliz…. Y la amargura

Se ha infiltrado en mi ser sin compasión.

Tú no ves que en las sombras de la noche

Cuando a tranquila paz todos se entregan,

Y que mis ojos de lágrimas se aniegan

Y le doy libre rienda a mi dolor.

Tú no sabes que sola, sin que nadie

198 La data de esta composición corresponde ya al año de 1871. 199 Dolor está compuesta por seis octetos. Cabe mencionar que hay una anotación: 4a, la consignamos para que el lector tenga conocimiento, sin embargo no identificamos el objetivo de que la autora haya hecho este escolio. Observamos que es una de las composiciones que más correcciones presenta, éstas han sido realizadas por Rita Cetina.

218

Le brinde a mi ansiedad dulce consuelo,

Elevo mis plegarias hasta el cielo.

Implorando de Dios resignación.

Tú no miras, ni nadie, madre mía,

Como cansada en mi revuelto lecho,

Comprimo los latidos de mi pecho

Que estremecen mi cuerpo de dolor.

//p60//No escuchas que mis labios balbucientes

¡Ay!... pronuncian un nombre… y no es el tuyo.

Ese nombre dulcísimo es el suyo.

El del ángel querido200 de mi amor.

Y repito cien veces ese nombre…

Y a mí creo que responde si le llamo.

Murmurando a mi vida un “yo te amo”.

Más puro y celestial que el mismo amor

Mas… al tornar de mi febril delirio

Sola me hallo otra vez con mis enojos.

Empañados de lágrimas mis ojos

Y desgarrada el alma de dolor.

Y vuelve a aparecer el nuevo día

Con sus vívidas201 luces y su encanto.

200 Nuevamente, encontramos una corrección del verso. Su escritura original no se distingue ya que Cetina utiliza una tinta más intensa quedando de la siguiente manera: “El del ángel querido”. 201 Vívidas: Eficaces, vigorosas. (DICCIONARIO RAE, 1869: 799).

219

Y vuelvo a ahogar dentro del pecho el llanto,

Y vuelvo a sonreír a mi pesar.

Pero ya el fingimiento es imposible.

Ya me cansa el engaño, madre mía.

Necesito llorar de noche y día.

Ya no quiero a mis solas suspirar.

//p61//Por eso has sorprendido mis sollozos202

Y el llanto amargo que en mis ojos brota.

¡Al caer en mis mejillas gota a gota,

Cuánto consuelo siente el corazón!

Yo sé que el sufrimiento que me aqueja

Nublará el cielo puro de tu vida…

Mas… déjame llorar madre querida,

Si no quieres que muera de dolor.

Marzo 12 de 1871203.

Martirio204.

¡No me mires así, dulce ángel mío!

¡Es tan lánguida y triste tu mirada,

Que al fijarse en la mía me revela

El sufrimiento que tortura tu alma.

202 Cetina ha sustituido “suspiros” por “sollozos”, esto lo identificamos por la tachadura realiza al manuscrito. 203 Este poema continúa con la data 1871. 204 En esta composición Cetina ha sobrescrito el título, lo ha remarcado con el nombre de “Martirio”. Al ser muy acentuada, no es visible el título original. Este texto está formado por treinta y ocho versos cuya data corresponde a abril 18 de 1871.

220

Tú sufres, ¿no es verdad?... Sí, me lo dice

La risa melancólica que vaga

En esos labios donde ayer veía

Del placer la sonrisa retratada.

Me lo dice el tristísimo suspiro

//p62//Que ahogar intentas y que al fin exhalas,

Me lo dicen las lágrimas ardientes

Que veo rodar en tus mejillas pálidas205.

¡Ay, no llores, bien mío! Has olvidado

Que el llanto de dolor que ahora derramas

Aumenta el sufrimiento de mi alma!

Yo no quiero que llores. Tú no sabes

Cómo de hinojos ante Dios postrada

Le pido para ti, cuanta ventura

Y dicha, el mundo entre su seno guarda.

Le pido para ti, piedad al cielo,

Piedad, piedad, imploran mis plegarias.

Porque quiero que goces como un día

De plácida quietud y dulce alma.

Goza, goza, mi bien, deja que sola

Buscando siempre soledad callada,

Exhale con dolor hondos suspiros

Y derrame también ardientes lágrimas.

Si es preciso olvidar, para que vuelva

La paz perdida a alma lacerada…

205En especial, resaltamos que esta composición es una clara expresión de los tópicos románticos: la exaltación de los sentimientos, la alusión a elementos naturales, la fragilidad femenina. Esta última es muy marcada en el poema y aunque Cetina no expresa claramente si se trata de un enunciatario o enunciataria, por la adjetivación que utiliza resalta delicadeza y fragilidad, que se reflejan tanto en lo físico ( palidez) como en lo etopéyico producto del sufrimiento y dolor.

221

Olvídame…No, no, ¿qué es lo que he dicho?...

Muriera de dolor si me olvidaras.

//p63//Yo no sé lo que quiero. ¡Dios piadoso!

Estoy loca de amor desesperada.

Yo sé que llorarás mientras me adores…

Pues bien, llora, ángel mío… nuestras lágrimas

Unidas correrán mientras aliente

En nuestro ser un átomo del alma.

Abril 18.1871

-Resignación-206

¡Qué veces he escuchado a mis amigos

Murmurar a mi oido estas palabras:

“¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? ¿Por qué sufres?

¿Por qué los ojos condolida bajas?

¿Por qué reclinas con dolor la frente,

Debiendo con orgullo levantarla?

¿Por qué en vez de reír como nosotros

Ahogas tus sollozos y tus lágrimas?

¡Ay Dios mío, Dios mío, cuánto daño

Le causan estas frases a mi alma!

¡Pedirme a mí sonrisas, cuando apenas

206 Sesenta y cuatro versos conforman esta composición que refiere, sin duda, a la pérdida de su padre cuando contaba con catorce años, esto lo sabemos por los datos biográficos que anotamos en el capítulo segundo, aunque Cetina no lo expresa de manera explícita en este poema, ella habla del gran dolor que sufrió cuando aún no tenía quince años. Al parecer pese a que han pasadao varios años, ella no parece haber superado la muerte de Don Pedro Zetina.

222

Puedo alzar de la tierra la mirada,

//p64//Para implorar del cielo en mi agonía

El plácido consuelo de las lágrimas!

Enhorabuena los que son felices

Rían a su placer a carcajadas.

Déjenme a mí llorar, solo llorando

Se mitiga a angustia que me afana.

Yo no puedo gozar. Gloria, laureles…

Cuántos goces el mundo me brindará…

¿Bastarían acaso a devolverle

Al alma mía su perdida calma?

La gloria… el porvenir… cuando aún apenas

No completos tres lustros yo contaba

Ávida de encontrar placer y dicha

Fijé en el porvenir tierna mirada.

Y en vez de hallar en su volumen de oro

La frase halagadora de esperanza,

En caracteres dobles miré escrita

Por mano misteriosa otra palabra.

Jamás leía en su primera hoja,

Jamás, jamás en su postrera página

Ahogando los sollozos de mi pecho.

Quise huir de aquel sitio la mirada.

//p65//Sentí desfallecer el alma mía,

Humedecerse mi mejilla pálida

Y en vano fue. Mis empañados ojos

En aquella palabra se fijaban.

Cual si intentara en mi ansiedad horrible

Borrarla para siempre con mis lágrimas.

223

Cuantas horas pasé sola, Dios mío,

Devorando mis penas y mis ansias

Sin que una voz amiga en mi agonía

Un consuelo siquiera me brindara.

Sucediéndose una en pos de otra

¡Ay, las horas pasaban y pasaban,

Y al sentirlas marcharse para siempre

Mayor era mi pena y más lloraba

Y al pasar otra hora, dentro el pecho

Sentí caer un bálsamo de calma,

Y una voz escuché que repetía

Con dulcísimo acento estas palabras.

Resignación. Resignación… De entonces

Devoro mis dolores resignada,

Sin pensar otra vez en el futuro

Fijar la vista de llorar cansada.

//p66//¡Qué me importan a mí dichas, placeres!

¡Que espero yo del mundo! Nada, nada.

Un consuelo nomás tengo en la vida

Que mis mortales sinsabores calma:

Ven consuelo dulcísimo que el cielo

En mi angustiado corazón derrama.

¡Ay! Llorar con dolor sobre la tumba

En que yacen mis muertas esperanzas.

1871

224

A solas.207

Aquí lejos del mundo, donde nadie

Llegue a turbar mi soledad querida,

¡Ay!, pláceme pasar la triste vida.

Aquí puedo llorar.

Aquí nadie interrumpe los sollozos

Que brotan de mi pecho agonizante.

Aquí puede mi mente delirante

Un recuerdo evocar.

//p67//Aquí puedo lanzar hondos gemidos…

Y nadie preguntarme porque lloro.

Sola con el recuerdo del que adoro

¡Qué grato me es vivir!

Yo aborrezco los goces y delicias

Tras que esa loca juventud se lanza,

Yo no puedo mirar en lontananza208

Risueño porvenir.

Mis goces son más puros, más sublimes.

Gozo al sentir que surca en mi semblante.

Una lágrima ardiente, palpitante,

Lágrima de dolor.

Llanto que arranca al alma dolorida

Un recuerdo de ayer, siempre adorado

207 “A solas” está conformado por 16 cuartetos. En los primeros ocho, el último verso es más corto, formando una frase de cierre del cuarteto. Lo interesante, es que Cetina los hace rimar por cada dos cuartetos. Tomamos por ejemplo los últimos versos de las primeras cuatro estrofas: “Aquí puedo llorar/Un recuerdo evocar” y” ¡Qué grato me es vivir!/Risueño porvenir”. 208 Lontananza: Se da este nombre a los términos de un cuadro más distantes del plano principal. (RAE 1879, 472)

225

Dulce cual las delicias del pasado,

Puro, como el amor.

Aquí mis labios, balbucean su nombre…

Creo que responde a mi reclamo,

Y grito en mi delirio un “yo te amo”

Ten de mí compasión.

//p68// Y contemplo su imagen adorada

Sonriendo con amor cual sonrió un día.

Siento estrechar su mano con la mía,

Latir su corazón.

Miro sus ojos de mirada ardiente

¡Ay fijados en mí con embeleso!

Nuestros labios se juntan… y en un beso

Aspiramos la vida y el placer.

¿Qué goce entonces para mí más grato

Podrá brindar el mundo en su locura?

¿Puedo yo ambicionar otra ventura

Ni envidiar en su dicha a otra mujer?...

Yo sé que todo es ilusión, ensueño.

¡Mas, ay, los que cual yo viven amando

Solo pueden hallar dicha soñando

Y yo sueño despierta sin cesar.

Por eso siempre en mi febril delirio

Busco en la soledad consuelo ansiado,

Y evocando el recuerdo del pasado

Puedo sola gemir y suspirar.

226

Agosto 1871.

A tí209

209 A partir de este poema ya no hay paginación en el manuscrito. Consideramos que éste es una de las composiciones más relevantes e interesantes de su poemario. Aunque éste no fue publicado en La Siempreviva, lo hace visible el hecho de ser un tributo a Dolores Guerrero, una poeta de décadas anteriores, quien originalmente escribe en 1852 un poema titulado “A***” y que tiene a modo de estribillo el verso “A ti te amo nomás, nomás a ti”. “Lola”, como la conocían sus amigos escritores de la época fue motivo de inspiración para otras mujeres, sobre todo de la generación de Cetina, en las anotaciones de un segundo poema homónimo, también Gertrudis Tenorio escribe una composición con el mismo nombre. En el Parnaso Mexicano de Francisco J Arredondo encontramos una colección de poemas y datos biográficos de Dolores Guerrero y otras poetas de la época en 1886. El boceto biográfico fue realizado por Luis G. Ortiz, quien la conoció y tuvo una relación de amistad, al lado de Francisco González Bocanegra y Francisco Zarco. Dolores tuvo la oportunidad de ser leída, escuchada y hasta admirada debido al reconocimiento que la institución masculina le otorgó, representada por las figuras antes mencionadas. Gracias a Riva Palacio, quien compiló sus composiciones y su boceto biográfico realizado por Ortiz, pudieron ser reunidas y publicadas por Francisco Arredondo, lo cual ha evitado ser invisibilizada como otras poetas de su época o tal es el caso de Rita Cetina, que hasta la fecha su obra permanece inédita. Luis G. Ortiz apunta lo siguiente sobre la poeta: “Esta notable poetisa mexicana nació en Durango, capital del Estado del mismo nombre, el día 15 de septiembre de 1833. Por el año de 1850, habiendo sido electo senador su señor padre D. Fernando Guerrero, persona muy distinguida en aquel Estado, pasó a México trayendo consigo a su familia de la que hacía parte su hija Dolores, que desde luego se relacionó con la buena sociedad haciéndose muy querida y estimada por su seductora sencillez, su inocente franqueza y su gran dulzura de carácter, así como por su buen talento y rara habilidad. Lola Guerrero que en esta época solo contaba con diecisiete años, tenía una verdadera pasión por los libros: leía o mejor dicho estudiaba cuando le era posible, y siendo casi niña poseía una instrucción no común en las mujeres de esa época. Conocía el francés y este le daba un buen medio de hacer ciertos estudios en literatura, su pasión favorita. Por estos tiempos, Lola comenzó a hacer algunos ensayos en verso, que solo a nosotros mostraba tímidamente y en reserva; ensayos en los que desde luego pudimos conocer el alma y la imaginación de una poetisa. Un poco más tarde, animada por nosotros y sus amigos Francisco Zarco y González Bocanegra, alcanzamos que nos consintiese publicar algunos de sus ensayos poéticos y poco tiempo después los periódicos de la capital daban en sus columnas con general éxito y aplauso, los dulces sentidos versos de nuestra poetisa. Su canción que tiene por ritornelo “A ti te amo no más, no más a ti” se hizo popular en poco tiempo, era repetida de boca en boca por toda la juventud, y puesta en música por los maestros Paniagua, Octaviano Valle y algún otro profesor. Bien pronto Lola se vio no sólo querida sino admirada por el círculo de jóvenes que a la sazón se distinguieron en vuestra naciente literatura y Zarco, González Bocanegra, Marcos Arrobiz, Emilio Rey, Juan Díaz Cobarrubias, el niño mártir, Tovar y otros poetas y escritores, formaban su tertulia en la cual la adorable niña, huérfana ya de madre, hacia los honores de una manera tan fina y delicada, que era el encanto de sus amigos y adoradores. […] Desde la época de nuestra insigne monja Sor Juana Inés de la Cruz, no tenemos idea entre las poetisas mexicanas hasta hoy, de otra superior a Lola Guerrero, por la verdad, sencillez, sentimiento y ternura verdaderamente femeniles que hacen deliciosas todas sus composiciones. Su modestia era igual a su mérito. […] (Arredondo 1886, 5-13). Podemos observar en los datos biográficos de Dolores, que la composición “A ti te amo nomás, nomás a ti”, inicialmente, la escribió como canción para después ser poema y por lo que comenta Ortiz, fue un tema de moda y que de acuerdo a lo que se muestra en el poemario de Cetina, traspasó los tiempos y fue motivo de inspiración para Rita y Gertrudis, hasta donde tenemos conocimiento. También fue el único poema de Dolores publicado en la antología de José María Vigil. Lo forman cinco octetos, cabe mencionar que el de Dolores Guerrero, fue escrito con la misma estructura.

227

A tí te amo nomás, nomás210 a ti.

Dolores Guerrero.

Ay por ti nada más, dueño adorado,

Vibran las cuerdas de mi humilde lira,

Por ti nomás porque tu amor me inspira

Porque tú eres un mundo para mí.

Ángel querido de mirada ardiente,

De negra y enrizada cabellera211,

Hermoso ideal de mi ilusión primera.

“A ti te amo nomás, nomás a ti”

Tú eres la luz que mi existencia guía,

El bello arcángel de mis sueños de oro,

El pálido querube a quien adoro

Con religioso y santo frenesí.

Tú eres la única estrella de mi cielo,

Mi blanco lirio de divina esencia,

Tú alientas con la tuya mi existencia

“A ti te amo nomás, nomás a ti”.

Yo vivo de la luz de tus miradas,

De los dulces y fúlgidos destellos,

Que despiden, mi bien, tus ojos bellos

Cuando los fijas lánguidos en mí.

Déjame que te adore, dueño mío.

210 Se ha actualizado el término, pues la escritura de la palabra en el siglo XIX, era, “no más”. 211 De alguna manera, Cetina busca cierta similitud con el poema de Guerrero ya que este verso es muy parecido: “A ti joven de negra cabellera”. Sin embargo, Rita sublima las cualidades del ser amado, elevándolo a lo etéreo y perfecto.

228

Déjame siempre que mi labio amante,

Te diga si cesar a cada instante:

“A ti te amo nomás, nomás a ti”

¡Ay qué grande es mi amor…! Y sin embargo…

Creo que no te amo todavía.

Y llora un dolor el alma mía…

Y nadie tiene compasión de mí.

Pero tú que me escuchas, me comprendes.

Y lloras de dolor… conmigo.

Y me dices también como te digo:

“A ti te amo nomás, nomás a ti.”

A veces desfallece mi cabeza…

Y en mi delirio atroz llamo a la muerte…

¿Por qué no soy yo un Dios para ofrecerte

Todo el amor que el orbe encierra en ti?

Yo solo puedo, arcángel de mi vida,

¡Ay! De rodillas ante ti frustrada

Repetirte con alma enamorada

“A ti te amo nomás, nomás a ti”

Septiembre de 1871.

229

Desahogo.

A tí.212

¿Qué sombra de letal melancolía

A desgarrar tu corazón empieza?

¿Por qué en vez del contento de otro día

Tu semblante demarca la tristeza?

Vuelve a mi lado, vuelve, vida mía,

Ven reposa en mi pecho tu cabeza.

Gocemos de la vida el embeleso.

Uniendo nuestros labios en un beso.

Septiembre de 1871

Amor.

A ti213

¡Ay! Yo vivo de amor, amor me alienta

Amor tan sólo mi cantar inspira.

Amor nomás mi corazón sustenta214

Amor vibran las cuerdas de mi lira.

Si yo puedo cantar gracias al cielo

212 Este poema de una estrofa (de ocho versos) parece ser la continuación del anterior. De hecho, por el contenido y el título (al igual que el siguiente que se titula “Amor. A ti”) parecen ser el enlace de un segundo poema titulado “A ti. A ti te amo nomás, nomás a ti” también dedicado a Dolores Guerrero. Formando, de esta manera, una secuencia de poemas como tributo a la poeta. 213 Ya mencionamos anteriormente que este poema forma la secuencia que pudiera ser considerada un tributo a Dolores Guerrero. Consta de nueve cuartetos. 214 En el manuscrito autógrafo aparece una corrección. Cetina ha sustituido la palabra “alienta” por “sustenta”.

230

Que al dar aliento en mi existencia un día,

En mi ser infundió con dulce anhelo

Una alma toda amor, toda poesía.

Una alma todo amor para adorarte

Con delirante y loco desvarío.

Y ardiente inspiración para cantarte

Como cantan las aves….215mío.

Me dice el mundo entusiasmado “canta”

Y para oírme cesa su murmullo.

Brota entonces la voz de mi garganta

Y canto con amores con orgullo.

El admirado mi cantar atiende

Batiendo palmas en alegre coro,

Y lástima me da, porque no entiende

Cuánta es la inmensidad con que te adoro.

Ni puede concebir que si un instante

La luz de tus miradas me faltara,

Dejara de existir, y mi alma amante

De Dios al seno en su ansiedad volara.

Mas, él sabe que yo amo; pero ignora

Que tú eres de mi vida el dulce encanto.

215 El dejar en puntos suspensivos el nombre del enunciatario o enunciataria del poema, pudiera ser una imitación del estilo de Dolores Guerrero en el poema ya citado. De hecho, en el título usa “A ***” para dejar en el anonimato a quién va dirigido.

231

De hoy más…. 216de mi alma a cada hora

Tu dulce nombre sonará en mi canto.

Si la posteridad llega algún día

A consagrarme su inmortal renombre,

Quiero que vaya siempre, vida mía

Unido al mío tu adorado nombre.

Que sepa el mundo, que la fama abarca,

Que he cantado tu amor hora por hora,

Como a su Laura le cantó Petrarca

Y como el Tasso le cantó a Eleonora.

Septiembre de 1871

A ti217

A ti te amo nomás, nomás a ti

Dolores Guerrero

Era en las altas horas de la noche

Cuando todo reposa en dulce calma.

Ahogando los sollozos en mi alma.

Ya de sufrir cansada me dormí.

Aun el sueño mis párpados cerraba 216 Nuevamente, Cetina deja en suspenso a quien van dirigidas sus líneas. 217 Siete octetos forman este poema, el cual es el segundo con el mismo nombre y dedicado nuevamente a Dolores Guerrero. Lo relevante de esta composición es que sí fue publicado en La Siempreviva al lado del de Gertrudis Tenorio, que del mismo modo lleva el mismo nombre y con la misma dedicatoria. Estos poemas los localizamos en el número 35 del Año II con fecha 22 de octubre de 1871. Al margen de la foja, hallamos en el manuscrito dos anotaciones hechas a lápiz, una de ellas dice 5a y la otra se trata de una fecha: 27 de abril.

232

Calmando los latidos de mi pecho.

Y una voz murmuró junto a mi lecho.

“A ti te amo nomás, nomás a ti”

Creyendo que soñaba abrí los ojos

Trémula218 de placer el alma mía,

Y vi un ángel hermoso que sonreía

Con su dulce mirada fija en mí.

Quise caer de rodillas a sus plantas

Y sólo pude en mi amoroso exceso,

Repetirle también con embeleso:

“A ti te amo nomás, nomás a ti.”

Yo vi a sus palabras de ternura,

Radiante de placer le contemplaba,

Y cuando más dichosa le escuchaba

Palidecerse su semblante vi

En su mortal angustia el alma mía

Lanzó un grito terrible de amargura,

Y exclamé en mi delirio con locura:

“A ti te amo nomás; nomás a ti”.

Él sacudió sonriendo su cabeza,

Suspiró con dolor amargamente,

Sus yertos219 labios acercó a mi frente…

Y luego, luego se alejó de mí.

218 Trémula: Que tiembla. (Terreros y Pando 1788,699) 219 Yertos: Se aplica al viviente que se ha quedado tieso y sin movimiento por mucho frío; y también se dice de los cadáveres y otras cosas que experimentan el mismo efecto. (RAE 1869,805)

233

Un momento después, tendió las alas

Y ya cruzando en la región del viento,

Aún repetía con sentido acento:

“A ti te amo nomás, nomás a ti”.

Tendí los brazos a impedir su fuga

Y densa nube lo cubrió a mis ojos.

Lo llamé muchas… veces y de hinojos

Sobre mi lecho con dolor caí.

Cuántas horas pasaron. Triste llanto

Inundaba mis pálidas mejillas,

Y repetí cayendo de rodillas:

“A ti te amo nomás; nomás a ti”.

¡Cuánto tiempo ha pasado! Y todavía

Siento su mano que la mía toca,

Y el abrasante fuego de su boca

Siento en mi frente220 como ayer sentía

Ya no ha de volver más; pero su acento

Entre los ayer del ayer perdido,

Murmura a todas horas a mi oído:

“A ti te amo nomás, nomás a ti”.

Octubre de 1871.

220 Cetina hace una sobrescritura en esta palabra, en inicio se trataba de “mis labios”, sustituyéndola por “mi frente”.

234

Delirio? 221

¿Qué me importa que el mundo entusiasmado

Mi senda alfombra de adornadas flores,

Ni que de gloria triunfos y loores

Ciña a mi frente el inmortal laurel?

¿Le pido acaso que mi canto escuche

Ni que rinda a mi voz sus ovaciones?

Que me importan a mí las ovaciones

Que al eco de mis cantos sienta él?

Acaso quiero que su necio aplauso

Para siempre eternice mi memoria?

Y que el libro sublime de la historia

La guarde en su volumen siglos mil?

¡Pobre loco! Tal vez ha comprendido

Que anhelo de la gloria la corona

Y por eso la fama ya pregona

Mi nombre de un confín a otro confín.

¡Quién! [sic] No sabe que si dulce canto

Es porque un ángel celestial me inspira

Y que por él nomás mi pobre lira

Deja escuchar sentidas vibraciones.

Si……de mi vida, mis cantares

Por ti tienen tan dulce melodía:

221 A partir de este poema observamos un cambio de escritura, consideramos que se trata de la misma letra, sólo que ha sido trazada con menor cuidado, además de que su data ya es de 1872. Cuenta con seis octetos

235

Tú le das a mi voz esa armonía

Que es del mundo falaz222 la admiración.

Bebo la inspiración en tu mirada

Que nunca, nunca para mí se agota,

Y en el instante de mis labios brota

Esa dulce cadencia celestial.

Y loca de placer templo mi lira

Y en bellos himnos tus amores canto:

Entonces es cuando el mundo incierta [sic] tanto

Mi tributo con gozo sin igual.

Y mientras a la vista con desprecio

Levanto altiva la orgullosa frente

Y todo lo contemplo indiferente

Porque nada me importa lo que es;

Todo cambia a tu lado, amado mío,

Que al ardiente fulgor de tu mirada

Delirante de amor caigo a tus pies.

Olvido que tu amor es imposible,

Que el deber te separa de mi lado.

Y pienso en adorarte, dueño amado,

Porque amándote siempre moriré.

Ámame tú también. Si en cambio quieres

De mis triunfos poseer la bella palma

A tus plantas, unidos con mi alma

Mis laureles de gloria, arrojaré.

222 Falaz: Engañoso, doloso, capcioso, fraudulento; pérfido, mentido, aleve, falso; lleno de falacia. (Domínguez 1853,779)

236

Febrero de 1872

El 22 de Mayo de 1872223

Empieza apenas a rayar el alba

Entre nubes de nácar y de rosa

Y darme mi sinsonte224 sus cantares

Y mis flores queridas sus aromas,

Cuando ya me contemplo rodeada

De mi tierna familia que me adora

Y mis buenos amigos que se afanan

En colmarme de ofrendas cariñosas

¡Hoy es mi cumpleaños! Todos ellos

Alegres a mi lado se amontonan

Y estrechan dulcemente entre las suyas

Con efusiva mi mano abrazadora

Quiero pagarles su cariño santo

Trayendo las sonrisas a mi boca

Pero ¡ay! Mi pobre corazón se oprime

Y a mis ojos las lágrimas asoman

Y mis preciosos ángeles me miran

Sus dulces labios en mi frente posan

Se nublan sus semblantes inocentes

223Esta composición la ha escrito Cetina aludiendo a su fecha de cumpleaños. Menciona la celebración que la gente le realiza; sin embargo, pese a ello, la infelicidad la persigue aún en esta fecha especial, tópico recurrente en el Romanticismo. Esta composición consta de cuarenta versos, en esta ocasión no los agrupa en estrofas. 224 Sinsonte es una variante de cenzontle, un ave cantora por excelencia de origen americano y de constante alusión. Basta recordar el mítico poema de Nezahualcóyotl.

237

Y tristes me preguntan ¿por qué lloras?

¡Pobres niñas!225 La causa de mi llanto

Siempre la ignorarán hora por hora

Voy contando los años que se pasan

En constantes angustias y congojas.

¡Cuatro años hace ya! Y en este día

A todo el mundo le sonreí dichosa…..

Pero él estaba aquí, y era el primero

Que estrechaba mi mano temblorosa.

Mías eran sus dúlcidas226 caricias.

Míos los ecos de su voz sonora

Mías sus frases de ternura llenas

Míos nomás los besos de su boca.

Hoy le busco doquiera y es en vano

¿Y todos los que miro? No me importan

Si él estuviera aquí, con él tan solo

Me bastaría para ser dichosa.

Pero ¡ay! Está tan lejos, y este día

Ni un recuerdo tendrá para mí sola

Su amor y su cariño que son míos

Otra mujer sin compasión me roba.

225 En todo el poemario de Cetina, es la primera y única vez que alude a sus alumnas. En este caso, lo hace diciendo: ¡Pobres niñas!. 226 Dúlcidas es un vocablo usado en Cuba. Aunque Lezama Lima es muy posterior a Cetina, podemos encontrarlo de manera recurrente en su poesía.

238

A Carlota227

¿Quieres que viva alegre

Querida prima

Cuando un dolor intenso

Mi alma marchita?

Has olvidado

Que un amor imposible

Me está matando?

Como tú o tú…..

También adoro

A un cariñoso arcángel

Que es mi tesoro

¡Bello y hermoso!

Como el primer ensueño

De un ser dichoso

Negros como la noche

Son sus cabellos

Y brillantes sus ojos

Como luceros

Y su mirada

Más ardiente y más bella

Que la alborada.

227 La única referencia que tenemos respecto a la enunciataria es el vocativo que Rita anota en el segundo verso, tratándose así de su prima. Cinco estrofas de siete versos cada una forman la composición. Como una constante alusión en sus poemas podemos distinguir a los seres angélicos.

239

El color de las lilas

Lleva en sus labios

Y es siempre interesante

Su color pálido

Y su sonrisa

Es triste como el llanto

De su poética

Si un suspiro doliente

Su pecho exhala

Con otro le responde

Siempre mi alma

Y loca lloro

Si de hinojos me dice

¡Ay! “yo te adoro”

Julio de 1872

A mi prima Stella

En su álbum228

Cuando te cansen ya las ilusiones

Que tan brillantes forjará tu mente

Y anheles encontrar la dulce calma

228 Después de varios años transcurridos, Cetina vuelve a dedicar una de sus composiciones en el álbum de su prima Stella, situación que observamos de manera recurrente en su primera etapa de poeta cuando ella contaba con sólo diecisiete años.

240

Que no ha de darte el mundo indiferente,

Vuelve a estas líneas que en tu libro trazo

Para buscar consuelo tu mirada:

Recuerda que al trazarlas triste llora

¡Ay! Tu prima infeliz desconsolada.

Recuerda, sí, que sin piedad la suerte

Me ofrece sólo en su ansiedad horrible

Un porvenir si dicha ni esperanza

Porque amo con delirio un imposible.

241

Últimas páginas229

1880

229 Con el título “Últimas páginas”, Cetina señala la tercera parte de su poemario (manuscrito autógrafo) cuya data pertenece a 1880 cuando la escritora contaba con 34 años de edad y se encontraba en un momento coyuntural, pues en 1879 había renunciado al Instituto Literario de Niñas para volver abrir las puertas de la escuela La Siempreviva acompañada por sus fieles profesoras y alumnas de instituto Ya habían transcurrido ocho años desde que fue directora de la revista La Siempreviva. Diez poemas conforman esta última parte; el postrero que lleva por nombre “En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis fue anotado en este poemario en 1888, diez años después de “3 de marzo” (penúltima composición). La escritura de esta sección es igual al de la primera parte.

242

A la Estrella [¿?]

Que te puedo decir que no sea triste

Brillante luminaria de los cielos,

Si tengo el pobre corazón. Dios mío!

A los encantos de estos ánimos [sic] muertos!

¿Qué te puedo decir si el alma mía

A pura gota a gota amargo duelo

Y todo ante mis ojos apareces

Entre crespones230 fúnebres envueltos.

Donde encontrar la inspiración hermosa

De mis tiernos cantares de otro tiempo,

Si el ángel que mis versos inspiraba

Está lejos de mí, lejos, muy lejos.231

…………………………………………………….

Mas mis amigos quieren que yo cante,

Ellos!... son siempre para mí tan buenos

Que aunque me cueste mucho… de mi lira

Las cuerdas vibrarán por complacerlos.

Y es a ti a quien me mandan que yo cante,

A ti que has sido para mí en un tiempo

Testigo de mis horas de ventura,

De mi gloria, mi amor y mi contento.

Tú que has sido la dulce confidente

De mis hermanos y dorados sueños,

230 Crespones: Especie de gasa, en la cual la urdimbre está más retorcida que la trama (RAE 1869, 220) 231 En el manuscrito, Cetina ha marcado una pausa con puntos suspensivos en los primeros doce versos. Posteriormente, continúa la composición en una sola estrofa (conformada por 36 versos).

243

Tú que has visto trocarse232 mis delirios

En horrible amargura y sufrimiento.

Tú que has visto morir mis ilusiones,

Y de la noche a las helados cierzos233

Las flores que alfombraban mi camino

Convirtiendo mi edén en un desierto…

Escúchame… ¡Allá en lejanas playas

A gran distancia del nativo suelo,

Se alza una tumba solitaria y triste

Que guarda de mi amor los [¿?] 234restos

Es el solo tesoro que le queda

Al pobre corazón pedazos hechos…

Esa es la recompensa con que el mundo

Quiso pagar mi sacrificio inmenso…

Allí está mi Calvario... del martirio

A prisa [sic]235 sin césar todo el veneno,

Y mientras tú tranquila tu carrera

Sigues constante allá en el firmamento.

Tú que has sido la amante compañera

De mis cortos instantes de contento,

Sé también hoy de mi cansada vida

El bálsamo sublime del consuelo.

Detén tu marcha rápida un instante

Y envía de tu luz algún destello

A la tumba que guarda sus despojos

232 Cambiar, permutar, entregar, dar ceder una cosa por otra transfiriendo recíprocamente el dominio de ella. (Domínguez 1853, 1655). 233 Cierzo: Viento frio y seco que recorre del norte al sur. (RAE 1869, 173) 234 No es posible distinguir la palabra en el manuscrito 235 No estamos seguros que se trate de la palabra prisa.

244

Y a mi alma donde vive su recuerdo.

1879236.

Horas de melancolía237

Para los seres que sufren

¡Qué longas las horas pasan!

Todo es noche, noches tristes.

En donde los cierzos matan

Con sus hielos destructores

Las flores puras del alma.

No hay una estrella en su cielo

Que con su luz dulce y pálida

Les hagan ver a lo lejos

Un destello de esperanza

Triste contempla del día

Las hermosas alboradas;

Triste perderse en Poniente

Del sol las postreras llamas,

Tristes si vierten las flores

Sus esencias delicadas,

Tristes se escuchan los trinos

De las aves cuando cantan

Para esos seres que miran

236 Aunque este poema se ubica en la tercera parte fechada con “1880”, su data es de 1879. 237 En este poema (que consta de 33 versos en una sola estrofa) el título fue agregado posteriormente, esto lo podemos aseverar puesto que además de estar escrito a lápiz, presenta otro estilo de escritura, lo cual pudiera no haber sido realizado por Rita Cetina.

245

Su existencia malhadadas238

Cruzar en oscura noche

Sin una sola esperanza

Para esos seres proscritos

Juguete de la desgracia.

No queda más que un consuelo:

La eternidad…

Ahí las almas

Unidas en dulce lazo

Con los seres que idolatran

Libres [¿?]239 los mundos

Y de Dios ante las plantas

Imploraran la ventura

Que hoy la tierra240 les negara.

1880241.

Romance242

Dichosa tú mi avecilla

Que puedes volar ligera

Y atravesando los campos 238 Malhadada: Infeliz, desgraciada, desventurada. (RAE 1869, 482) 239 No identificamos la palabra. 240 Las palabras “la tierra” son una sobrescritura, y ser muy remarcada , no se logra distinguir en el manuscrito la palabra inicial. 241 Esta composición fue escrita por Cetina cuando aún era directora de la escuela “La Siempreviva” en su segunda etapa. Recordaremos que en un momento anterior sus puertas fueron cerradas por dirigir el Instituto Literario de Niñas, el cual seis años más tarde (1886) Cetina volvería a asumir la dirección finalizando definitivamente sus funciones en “La Siempreviva”. 242 En esta última parte Rita Cetina incluye dos romances, estos poemas de versos octosílabos son característicos de la tradición literaria española. Cetina nuevamente recure a un tema del romanticismo como es la alusión a la naturaleza; en específico a un ave, la cual, en este caso, es la representación metafórica del o la confidente y mensajera de los sentimientos secretos de la voz poética.

246

Y cruzando las florestas243

Llegas donde el alma mía

En tanto tiempo se alberga.

¡Ay! Mi linda confidente

Vuela presurosa, vuela

Y lleva al bien de mi vida

Mis suspiros y mis quejas.

Dile que vivo muriendo

Sumida en horrible pena

Que sin la luz de sus ojos

Que es el ser de mi existencia

Soy una planta marchita

Que al menor soplo se quiebra.

Cuéntale mis ilusiones.

Mis esperanzas risueñas.

¡Ay! Dile cuánto le adoro

Y cuanto lloro su ausencia!

Y si te escucha amoroso

Y en secreta confidencia

Te dice que de mi amor

En su alma la fe conserva…

Oh…! Recoge sus suspiros

Y no te tardes regresar

Que el corazón sin consuelo

Aquí anhelante te espera.

Así una niña preciosa

De catorce primaveras

243 Floresta: Sitio poblado de árboles, plantas y flores. Se dice de cualquier sitio campestre, que es ameno y agradable a la vista. Por traslación significa la reunión de cosas agradables y de buen gusto. (RAE 1969:363)

247

Dulcemente conversaba

Con una tórtola bella,

Destilando de sus ojos

Hilos de nítidas perlas

Y exhalando conmovida

Suspiros de honda tristeza.

En tanto el doncel amante

Sin recordar sus promesas,

Corriendo tras los placeres,

Tras el bullicio y las fiestas

Iba gastando del alma,

Las flores de rica esencia

Y ni un recuerdo tenía

Para la niña hechicera

Que tanto lo idolatraba

Y a quien mataba la pena.

Pasó un año y otro año,

Y cuando yo volví a verla

Ya no era la hermosa niña

De faz alegre y risueña

Si no la planta marchita

Cuyo tallo se doblega

Al menor soplo del aura

Que la caricia ligera…

Cuántas niñas inocentes

Del primer amor del alma

Que nace cual pura esencia

Ven morir sus ilusiones

248

Y sus esperanzas bellas,

Pagando al ser que las mata

Su ingratitud con ternezas.

Enero 16 1884

Romance244

Una tarde de verano

De aquellas tardes serenas,

De dulce melancolía

Y de lánguida tristeza

En el limpio azul del cielo

Toda su belleza ostenta.

Y al influjo de mi encanto

Sonríe naturaleza;

En esas horas sublimes

De gratas reminiscencias

En que a la meditación

Tranquila el alma se entrega,

Un soplo fugaz del viento

De mansa brisa ligera

Acarició mi semblante

Besó mi frente serena….

244 Este es el segundo romance del manuscrito autógrafo y consta de 42 versos. La inclusión de romances, sonetos, octavas en su poemario nos hacen pensar que probablemente este manuscrito fue pasado en limpio con alguna finalidad, dada la estructura, limpieza y orden del mismo. No descartamos la posibilidad de que Rita lo haya elaborado con el fin de llevarlo a impresión para ser una especie de material de didáctico para sus alumnas, ya que hasta 1902 abandonó la docencia.

249

¿Qué pasó entonces, Dios mío?

En todo mi ser? La influencia

De aquella jugada sola

Trajo a mi mente la idea

El recuerdo adormecido,

De otros tiempos, de otras épocas.

Vi de mi niñez dichosa

Las imágenes más bellas

Las ilusiones queridas

De mi juventud primera

Mis soñadas ambiciones

Mis esperanzas risueñas…

Y al fin… al fin… a lo lejos.

En una playa desierta

Una tumba solitaria

A quien mis suspiros lleva

La suave brisa del mar

En estas tardes serenas.

¡Ay Dios! Cuanto el alma mía

En ese instante de prueba

Sufrió… doliente afirmando

El cáliz de amarga pena ¡

Pero el bálsamo bendito

Que tanto el dolor consuela

El llanto.. calmó mi angustia

Y alcé otra vez mi cabeza.

Julio 4 de 1884

250

A Cristina245

Dos genios a la vez, amiga mía.

Sus blancas alas posan en tu frente,

El genio de la dulce poesía

Y el que inunda al pintar de luz fulgente.

Hija amante de Zeuxis246 y de Apeles247

Tú llevas en la mano la paleta,

Y tu frente ceñida248 de laureles

La ardiente y pura inspiración del poeta.

Tú trazas imitando con destreza

Los colores del iris, de la aurora,

Y todo cuanto en su naturaleza

De grandioso y espléndido atesora.

245 Desde luego que se trata de Cristina Farfán, su gran amiga y colaboradora en La Siempreviva, quien también nació en el año de 1846 pero un 24 de julio. Farfán se distinguió por su talento como, pintora poeta y periodista, puesto que fue una de las primeras mujeres que incursionaron en revistas y periódicos de la península por mencionar La Aurora, La Biblioteca de Señoritas y más tarde dejaría Mérida, Yucatán en 1877 para formar y dirigir un periódico de nombre El Recreo del Hogar en Villahermosa, Tabasco al casarse con José García Montero. Aunque esta composición de diez cuartetos, es un reconocimiento a la pluma literaria de la escritora por parte de Cetina, no alude a su fallecimiento, más bien posee un tono de despedida, lo que podría haberla compuesto a su partida a Tabasco. A pesar de no tener data, de acuerdo a las fechas de las composiciones más próximas en este manuscrito, para ese momento Farfán ya había fallecido (22 de agosto de 1880). En nuestras investigaciones de archivo, localizamos en la Biblioteca Crescencio Carrillo Ancona una Corona Fúnebre donde se pueden rescatar datos de Cristina Farfán que enriquecen lo que se sabe hasta el momento de ella, ya que como muchas otras mujeres decimonónicas se desconoce bastante de ellas; por lo que esta información la incluimos en el anexo de este trabajo de investigación. 246 Zeuxis: Célebre pintor griego, contemporáneo y vencedor de Parrasio. Vivía en el siglo V antes de J.C. (Gaspar y Roig 1855, 1377) 247 Apeles: El pintor griego más célebre de Grecia en la isla de Cos en el año 330 antes de C. (Gaspar y Roig 1853, 181). 248 Se ha corregido la ortografía del término, en el manuscrito aparece como “zeñida”. Ceñida: que se ha colocado un ceñidor, algo con lo que se ha ceñido. (Gaspar y Roig 1853: 530)

251

Y luego al son de tu templada lira

La voz al cielo con placer levantas,

Y ayudada del númen249 que te inspira

Las grandes obras del eterno cantar.

Cantas del ave el armonioso trino,

De las flores los dúlcidos aromas.

Del sol naciente el esplendor divino

Y el sentido arrullar de las palomas.

Y la patria feliz despliega al cielo

Que nuestra blanca cuna se meciera,

Ya escuchando también con grato anhelo

Los tiernos votos que tu amor le hiciera.

Ella ha ceñido con jazmín y rosa

Tu blanca sien de inmarcesible250 gloria.

Ella también consagrará orgullosa

A tu nombre una página en su historia.

No tienes en el mundo más tesoro

Que tu pluma, tu lienzo y tus pinceles.

Las cuatro cuerdas de tu lira de oro.

Y una bella corona de laureles.

¿Y qué importa? La suerte te ha negado

El esplendor del oro y la grandeza,

249 Numen: Cualquiera de los dioses fabulosos por los gentiles. (RAE 1889, 746) 250 Inmarcesible: Que no se puede marchitar (RAE 1889, 599)

252

Y el Supremo Hacedor de lo creado

Te dio en tu inspiración mejor riqueza.

Donde quiera que vayas ahí, contigo

Llevarás tu tesoro a todas partes

Y hallarás la acogida que consigo

Llevan siempre las ciencias y las artes.

Reminiscencias251

Desde que esta vida terrenal dejaste

Y otros mundos recorres, de mí lejos,

Sin esperanzas, sin amor, sin gloria

Consagro a la niñez todo mi anhelo.

Pláceme contemplarme rodeada

De niños juguetones y traviesos,

Responder sus preguntas inocentes,

Gozar con sus sonrisas y sus juegos.

Cuando el recuerdo triste de otros días

Se dobla mi cabeza sobre el pecho

Y cruza por mi mente tu memoria

251 Este poema de tan solo cuatro estrofas pareciera la secuela de la composición anterior dedicada a Cristina Farfán, la voz poética expresa el dolor de la pérdida, alude la presencia de niños como un paliativo. Reminiscencias: Acción de representarse u ofrecerse a la memoria la especie de una cosa que pasó. Facultad del alma, con que traemos a la memoria aquellas especies de que estamos trascordados o que no tenemos presentes. (RAE 1884, 918)

253

Dejando el corazón dolor acerbo252.

La dulce vocecita de una niña

Que en mi rostro abatido imprime un beso

Derrama sobre mi alma adolorida

El dulce lenitivo253 del consuelo

1887

15 de septiembre254

Bendito el sol que ilumina en Anáhuac

De septiembre la fecha bendecida

Para alumbrar en nuestra joven patria

Una era de ventura y de delicias.

Bendito el sol cuyo fulgente rayo

Atravesando pueblos y campiñas,

De entusiasmo llenó los corazones

De los nobles patricios que gemían.

Bajo el yugo [¿??]255 de altiva gente

Que ejerciendo terrible tiranía

252 Acerbo: Áspero al gusto. Cruel, riguroso, desapacible. (RAE 1884, 13) 253 Lenitivo: Que tiene virtud de ablandar y suavizar. (RAE 1884, 637) 254 Esta es la segunda composición de Rita Cetina que alude al 15 de septiembre escrita veinte años después, ya que la primera fue escrita y presentada en 1867. Para este momento, la escritora ya contaba con 41 años y por segunda ocasión dirige el Instituto Literario de Niñas en el periodo de (1886-1902). Esta composición está formada por diez cuartetos. 255 No es posible distinguir la palabra

254

Al pueblo mexicano dominaba

Con el látigo [¿??]de la conquista.

Loor eterno al anciano venerable

Que alzando al cielo la cabeza altiva

Logró salvar a nuestra patria hermosa

De las garras del león que la oprimía.

No hay un solo [¿?] de nuestro suelo.

No hay un pueblo, un hogar, una familia.

Donde no se escuche repetir el nombre

Del héroe de Septiembre en este día.

“Hidalgo” con amor repite el eco

De la alegre campana que repica

La salva atronadora dice “Hidalgo”

La música “Hidalgo” en su armonía.

“Hidalgo” la bandera que flamea

Ostentando su triunfo orgullecida,

Y hasta el santuario augusto de la ciencia

Ante ese nombre la [ ¿?] inclina.

Y también la mujer con noble anhelo

Siente arder en s pecho llama viva

Consagrando un recuerdo cariñoso

Al gran libertador en este día.

Y a los ecos marciales de las dianas,

255

Que se oyen por doquier con alegría.

A los “hurras” alegres que repite

Ese pueblo feliz libre que grita.

Une su débil voz, y en himnos tiernos

Saluda al héroe que grabó este día

Su nombre venerado en nuestras piedras

Y en la historia una página bendita.

1887.

Protesta256

Declamada por la niña Mercedes

Cámara [¿?] en una distribución

De premios del Instituto Literario de Niñas.

Mi mamá siempre me dice:

Es necesario hija mía que

Portes bien con todos

Que seas una buena niña,

Que quieras mucho a tus maestras

Que seas complaciente y digna

Obediente, respetuosa

256 Como mencionamos en la composición anterior, en aquel momento Rita Cetina se encontraba dirigiendo en un segundo periodo el Instituto Literario de Niñas. En esta ocasión y por vez única, Cetina escribe en su manuscrito autógrafo un poema para una tercera persona. En este caso se trata de una pequeña del mismo Instituto y que por lo que anota en el último verso de éste su nombre era “Merceditas”. “Protesta” está conformada por diez cuartetos.

256

Y sobre todo cumplida

Esto mismo me repite

Sin césar todos los días

Mi querida Directora

Cuando al estudio me inclina

Pero yo que a pesar mío

Soy un poco traviesita

Dejando a un lado los libros

La pizarra y la almohadilla

Me pongo a jugar… y a todo

En un momento se olvida

En esta noche que todas

Están llenas de alegría.

Pensando alcanzar el premio

De su afán y fatigas…

Yo suspiro tristemente

Mis largas horas perdidas.

¡Pero ya basta!...protesto

Desde ahora cambiar de vida:

Ser obediente y aplicada

Y en mis deberes complacida

Para que el año venturoso

También contenta reciba

257

Muchos premios, muchos premios

Recibiendo de alegría.

Así dejaré contenta

A mi mamá tan querida

Y a todos los que se afanan

Por la buena Merceditas.

Julio 1887.

Remembranzas

Para el álbum de Cassiana Rosado de Palomino.257

Un ángel vino del cielo

De esto hace ya algunos años,

Y al dejar esas regiones

Alcanzar por los espacios

Arrancó de los querubes

Y me fui encontrando a su paso

Las más dulces melodías.

Los más armoniosos cantos

Las músicas más sublimes,

257 Al parecer esta composición, que consta de sesenta y cuatro versos y con data 1888, fue un regalo de Cetina para la esposa del entonces gobernador de Mérida, Yucatán: Guillermo Palomino, probablemente como muestra de agradecimiento, pues él fue quien nombró a Rita directora del Instituto de Niñas. Al respecto, Piedad Peniche apunta: “ En octubre de 1886, el foco de luz pionero de la educación femenina que fue La Siempreviva se apagó para siempre, pues Rita volvió a dirigir el Instituto de Niñas por nombramiento del gobernador Guillermo Palomino. Allí, aquel foco fue encendido nuevamente, pero ahora para irradiar en todo Yucatán”. (Peniche 2015, 117)

258

Los ecos más delicados.

Con tan valiosos presentes

Llegó sonriendo a mi lado

Y acariciando mi frente

Puso una lira en mi mano.

De entonces en mi garganta

Trinos muy dulces brotaron

Y de mi inspiración ardiente

Llena el alma y de entusiasmo

Canté las glorias queridas

De mi suelo idolatrado.

Canté el amor de las aves

De las flores el encanto

A la luna, a las estrellas…

Cuánto hay de sublime y santo

En dulcísimos acordes

Se desprendió de mis labios.

Mas un día el ángel mío

Con semblante triste y pálido

Volvió y sin palabras tiernas

Que apenas oírse dejaron

Me dijo: “me vuelvo al cielo,

Dios así lo ha destinado,

Y vengo a buscar la ofrenda

Que deposité en tus manos.

No cantes más en la vida

Ya no encontrarás alago.

259

El eco de tus cantares

Se perderá en el espacio

Y no hallarás quien recoja

Tus suspiros ni tu llanto.

Y se alejó… desde entonces

Mudos mis labios quedaron.

Pero hay amiga del alma,

Quieres que escriba en tu álbum

Y me lo envías y pides

Que en el deposite algo…

Bien... aún siento en mi cerebro

Bullir así como un átomo

De la inspiración que un día

Fue precursora en mis cantos…

Así a la amistad bendita

Puedo consagrar un canto

Y dejar una memoria

Como recuerdo sagrado

A la amiga cariñosa

A quien es del pobre amparo

Hija y esposa modelo

De amor y virtud dechada

Para ti noble señora,

Lo siento brotar del labio

Y como ofrenda bendita

De cariño puro y santo,

De nuestra amistad en nombre

260

Lo deposito en tu álbum.

1888

3 de Marzo258.

Cuando la luz de este día

Se vio rayar en oriente

Bella, clara, sonriente,

Alumbrando la creación

Cuando las aves canoras

En dulce y divino hermanas.

Al alborear la mañana

Saludaron al Creador;

Fuiste salva atronadora

Dejó escuchar su estampido

Llamando a un pueblo dormido

258 Este poema lleva por nombre 3 de marzo en conmemoración del fallecimiento del gobernador de Yucatán Manuel Cepeda Peraza, quien formó parte del Instituto Literario de varones. Sobre él tenemos lo siguiente: “Como gobernador del estado en 1867, Cepeda Peraza se desempeñó como promotor incansable de la educación y la cultura, prueba de ello fue la creación del Instituto Literario del Estado (1867); la Biblioteca Central, que hoy lleva su nombre; el Museo de Arqueología e Historia; el Instituto de Niñas, la Casa Correccional y la Academia de Música. Instituciones que sentaron las bases de la Universidad Nacional del Sureste, hoy nuestra Universidad Autónoma de Yucatán. Una de las escuelas que formó parte del Instituto Literario, que posteriormente se independizó fue la Escuela Normal de Profesores, creada en 1968 y que en 1870 dio origen a la Escuela de Instrucción Primaria Inferior y Superior. Cepeda Peraza fue un hombre visionario que luchó por su patria más allá de las fronteras, sus ideales traspasaron las fronteras regionales, pues a sus 41 años ya había perpetrado grandes luchas para libertar a su patria. Manuel Cepeda Peraza muere el 3 de marzo de 1869 estando en funciones como gobernador de Yucatán. Por su incansable labor militar, educativa y cultural el Congreso del Estado lo declaró “Benemérito del Estado”; y múltiples recintos: escuelas y bibliotecas llevan el nombre del prócer yucateco.” http://www.educacion.yucatan.gob.mx/casahistoria/casa-de-la-historia-de-la-educacion-de Yucatan/manuel-cepeda-peraza/

261

Una nación a elevar.

Mas no la plegaria mística

Del fanático que reza

Inclinando la cabeza

De hinojos ante al altar.

Sino el cántico sublime

Del patriota agradecido

Que ve su suelo querido

Marchar del progreso en pos

Lleno de santo entusiasmo

Un pueblo se levanta

Arranca de su garganta

Un himno de bendición.

Ya Cepeda259 el hombre ilustre

Que nos legara en herencias

La Libertad y las Ciencias

Fuentes de ventura y paz

Consagra con noble anhelo

Para eternizar su gloria

A su querida memoria

Cantos de felicidad.

El que con noble arrogancia

Luchó sin el despotismo

Para hundir en el abismo

259 http://www.educacion.yucatan.gob.mx/casahistoria/casa-de-la-historia-de-la-educacion-de-yucatan/manuel-cepeda-peraza/

262

A la ignorancia cruel

Y con mano cariñosa

Abrió del saber las puertas

Para que con planta cierta

Penetrara la niñez;

Hoy recoge el dulce fruto

De su afán por la enseñanza…

Pues la juventud que avanza

Buscando la ilustración.

Su santo nombre vendían

De rodillas prosternados

Y a su memoria sagrada.

Le [¿?] una ovación.

¡Escuchad!... su augusto nombre

Por doquier repite el eco…

Todo el pueblo yucateco

Honra hoy al libertador.

Y en dulce y sentida trova

Las niñas del Instituto

También le gana hoy tributo

De gratitud y de amor.

1888.

263

En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis260

El ángel de la inocencia

Risueño la cuna guarda

Y en la frente de la niña

Posa sus labios de grana.

Presagios de bien futuro

Sin duda a su oído regala

260 Esta postal, de igual manera, fue un obsequio al parecer para la nieta del reconocido General Daniel Traconis y para el que Rita realizó una composición que ella misma leyó cuando contaba con 20 años; para esta fecha Rita ya contaba con 52 años y general Traconis ya había sido gobernador del estado durante 1890 a 1894. Este poema cierra la tercera parte y por consiguiente el manuscrito, siendo 1898 el año cierre del poemario.

264

Pues Pilarcita sonríe

Al contacto de sus alas

1898.

265

CONCLUSIONES

En 1846, Mérida Yucatán fue testigo del nacimiento de una mujer cuyo legado trascendió

más allá de su tiempo histórico ya que Rita Cetina Gutiérrez, ha sido reconocida como la

primera feminista de su región, la primera mujer que dirigió una revista dirigida al público

femenino y la primera mujer que obtuvo de manera formal su título de normalista. Ahora

la podemos reconocer también como una destacada escritora que tuvo una prolífica

actividad literaria. Haber incursionado en la narrativa con Julia, una novela corta por

entregas en la revista que dirigió, La Siempreviva, le otorga el título de ser una de las

primeras mujeres que escribe novela. Sin embargo, no fue lo único con lo que se

incorpora en este género, pues el ensayo y el cuento, también forman parte de su

escritura. A lo que agregamos su vasta obra poética y hablamos particularmente de su

poemario, aquí tratado y que a partir de los estudios realizados, podrá ser difundida y

tomada como punto de partida para tratamientos posteriores.

Incluir en la contextualización la participación de Ignacio Manuel Altamirano,

aclaramos, no fue con una intención de marcar un tinte de subordinación de la escritura

femenina en el proyecto del “presidente de las letras” como lo llamaron en su momento.

Por el contrario, fue nuestra intención hacer notar que Cetina formaba parte de ese

proyecto nacional y que colaboraba tan atinada y fructíferamente como los hombres

escritores de finales del siglo decimonono. Por esta razón, este capítulo tuvo un sentido

introductorio, puesto que presentamos los antecedentes inmediatos de la escritura de

Rita Cetina. Aquí, quiero detenerme a agradecer a la Biblioteca Histórica José María

266

Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien a través del apoyo de

la Mtra. Lourdes González Balderas pudimos realizar nuestra investigación para este

capítulo.

Del segundo capítulo, concluimos diciendo que a través de la reconfiguración

biográfica de Rita Cetina, que va desde sus primeros años hasta su legado; encontramos

sobresalientes aportaciones como parte de un arduo trabajo de investigación documental

y sobre todo de archivo, aspecto que ha sido indispensable para recabar una mayor

información a la existente sobre nuestra autora, ya que como mencionamos

anteriormente, a Rita Cetina se le ha conocido y reconocido sobre todo por la publicación

La Siempreviva , es decir, la escritora meridana forma parte de un todo y no en sentido

inverso. Por lo tanto esa ha sido nuestra intención, identificar a Rita Cetina, como la

escritora, periodista y profesora del siglo decimonono.

Haber desarrollado el capítulo tercero, nos ha permitido decir que todas y cada

una de las publicaciones de Rita Cetina, trátese de poesía, novela, ensayo, cuento,

artículos didácticos nos han permitido rescatar bastantes ideas sobre el género femenino

de las últimas décadas del siglo XIX. A través del discurso de Cetina, bien podemos

configurar la imagen femenina de este siglo, así sus planteamientos nos permiten

comprender las acciones de sus congéneres años más adelante, pues dejó un profundo

legado que fue trasplantado en tierra fértil para bien de la mujer yucateca y por ende de

la mujer mexicana.

267

En lo que refiere al capítulo cuarto, queremos decir que el manuscrito autógrafo

ha sido editado, desde diferentes aristas, lo más fiel al original, reiterando que una de las

finalidades es visibilizar a la escritora mexicana del siglo XIX, Rita Cetina Gutiérrez, a

través de sacar a la luz su obra poética en esta edición cuidada y cuidadosa.

Llegar al fin de este trabajo de investigación -ahora me permito hablar en primera

persona- representa mi mayor logro académico. Me queda la satisfacción de darme

cuenta que mi proyecto rebasó las expectativas iniciales, ya que desarrollar esta tesis

doctoral fue en un principio desempolvar un baúl lleno de riquezas para descubrir que en

el fondo de éste se hallaba la entrada a una veta de maravillas y posibilidades.

Ha sido tal mi interés de difundir la valiosa escritura de Rita Cetina Gutiérrez que

parte de mis investigaciones ya las he dado a conocer. En primer lugar participando en

congresos nacionales, tales como: el Congreso Internacional, Mujeres, Literatura y Arte de

la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con

las ponencias: “La expresión patriótica de la mujer yucateca del siglo XIX, el caso de Rita

Cetina Gutiérrez” (2013), “Los ideales románticos en la obra poética de Rita Cetina

Gutiérrez, escritora yucateca del siglo XIX” (2015). En el Coloquio Internacional de

Literatura Hispanoamericana organizado por la Benemérita Universidad Autónoma de

Puebla, la Universidad de Poitiers, Francia y la Universidad Católica Pontificia del Perú,

con el trabajo: “Rita Cetina, entre la escritura y la educación” (2015). También he dictado

tres conferencias sobre nuestra escritora. La primera de ellas en el evento “Mujeres,

protagonistas del arte y la cultura” del Instituto de Arte y Cultura de Puebla donde

hablamos de Rita Cetina en su papel de educadora y escritora en el siglo XIX (2015).

268

Tuvimos el honor de participar en la Feria Internacional de la Lectura en Yucatán (FILEY)

en sus Jornadas Académicas con la conferencia: “Las relaciones erótico afectivas en la

poesía de Rita Cetina Gutiérrez” (2016) y la última la presenté en noviembre del 2016 en

el marco de las Jornadas Feministas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

con la conferencia: “La invisibilización como una forma de violencia, el caso de Rita Cetina

Gutiérrez, escritora mexicana del siglo XIX”.

También la presencia literaria de Rita ha cruzado el Atlántico al presentar dos

ponencias. La primera de ellas en el Congreso Mujeres de letras pioneras: en el arte, el

ensayismo y la educación con el trabajo: “Lo femenino en la ensayística de Rita Cetina

Gutiérrez, escritora mexicana del siglo XIX” en la Universidad de Murcia, en España (2016).

El segundo trabajo fue en el Instituto de Investigaciones Feministas de Universidad

Complutense de Madrid en las II Jornadas de investigación Noviembre feminista. Tejiendo

redes, transformando realidades con la ponencia “Rita Cetina Gutiérrez: la escritora,

educadora y precursora de las mujeres feministas yucatecas”.

De igual manera, he plasmado en dos publicaciones parte de este trabajo doctoral;

el primero de ellos se dio gracias al apoyo de una de mis lectoras, la Dra. Celia Rosado

Avilés quien me permitió colaborar en el libro Las hijas de Eva. Las semillas de una

revolución editado por la Universidad Autónoma de Yucatán con el capítulo “Lo femenino

en Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez”, pues consideramos valioso empezar a

difundir en la tierra natal de Cetina parte de su obra literaria que hasta entonces, había

permanecido inédita.

269

La otra publicación se encuentra en el libro electrónico Mujeres de letras pioneras

en el arte, el ensayismo y la educación editado por la Universidad de Murcia bajo la

excelente coordinación de Gloria Ríos Guardiola y Belén Hernández. El capítulo lleva por

nombre “Lo femenino en la ensayística de Rita Cetina Gutiérrez, escritora mexicana del

siglo XIX” con coautoría de mi directora de tesis, la Dra. Alicia Ramírez Olivares.

Sin embargo, nuestra investigación no concluye con el término de nuestro trabajo

doctoral, puesto que seguiremos difundiendo su obra literaria de Cetina, por lo que en el

mes de marzo presentaremos dos ponencias, la primera de ellas en el Seminario

Interdisciplinar “Las inéditas” en la Universidad de Salamanca, España y a la ponencia la

hemos nombrado: “El discurso femenino en la obra poética de Rita Cetina Gutiérrez.

Manuscrito inédito” y la otra será presentada en la Universidad de San Diego, California

en el Séptimo Coloquio, titulado “Enfrentando límites y ampliando fronteras” y el tema a

presentar será “La poesía de Rita Cetina Gutiérrez como punto de partida para los estudios

de las relaciones erótico afectivas en la literatura de mujeres”.

Me siento orgullosa de saber que con esta aportación he visibilizado a una mujer

que va más allá de lo que se ha dicho de ella. No desestimo, por supuesto, su labor y

logros como profesora, como pionera del feminismo, el legado otorgado a otras voces

femeninas que aprovecharon la cimentación de Rita Cetina para edificar la institución

femenina que hasta hoy tiene resonancia. Esta satisfacción se basa en los descubrimientos

en el ámbito de lo literario, puesto que ni en la presentación que se realizó al facsímil de

La Siempreviva, visualizaron sus joyas literarias, tales como la novela corta, los cuentos,

los ensayos, etc. Esto me compromete a seguir adentrándome en el tesoro literario que

270

Cetina nos heredó, a continuar con la búsqueda de su escritura hasta ahora desconocida,

tenemos como ejemplo el caso de la pieza dramática que se sabe puso en escena, titulada

Deudas del corazón pero que no se ha localizado el documento en físico.

Es mi deseo que la escritora decimonónica, Rita Cetina Gutiérrez ocupe el espacio

que merece, tanto en la Literatura Yucateca, como en la Literatura Mexicana y por

supuesto en la Literatura Hispanoamericana; a través de este arduo trabajo de

investigación. El cual pretende ser un referente en los estudios de esta escritora, además

de la brecha para que otras investigadoras e investigadores continúen con el tratamiento

de su obra.

Por último mencionamos que hemos incluido un apéndice donde se pueden

encontrar las transcripciones de la obra narrativa tratada, así como el manuscrito

autógrafo con el fin de que se pueda acceder al documento original para disfrutarlo o

hacer algún cotejo.

271

OBRA LITERARIA DE RITA CETINA GUTIÉRREZ

Los ensayos de Rita Cetina Gutiérrez fueron publicados en diferentes números de la revista de la siguiente manera: * LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER. Año I Mérida, jueves 19 de mayo de 1870. Núm 2 * LA MUJER EN EL SIGLO ACTUAL Año I Mérida, viernes 5 de agosto de 1870 Núm 7 * LA MUJER Año I Mérida, lunes 17 de octubre de 1870 Núm 11 * LA MUJER Año II Mérida, jueves 3 de agosto de 1871 Núm 30

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