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GRUP ^ I l â v r a p e l

Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

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G R U P ^ I l â v r a p e l

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EL RACIONALISMO

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TEMÀ 8

El Racionalismo

Características generales:

I. La 'razón' es la única fuente de conocimiento válido.

.'. La 'racionalidad' se caracteriza por: la objetividad interpersonal, la evidencia intelectual, la exactitud deductiva, la necesidad y la universalidad.

V Las ideas son 'innatas' (las que producen conocimiento objetivo) y su valor es aprioristico.

4. La ciencia matemática se constituye en modelo del saber racional.

DESCARTES

1. Teoría del conocimiento.

1.1. Búsqueda de un nuevo método.

a) Orígenes del método cartesiano:

1. La lógica aristotélica y crítica del silogismo. 2. El análisis geométrico (consistente en reducir lo que se trata de demos-

trar a otras proposiciones demostradas). b) Reglas del nuevo método:

1. La evidencia intelectual como criterio de verdad: las cosas que conce-bimos muy clara y distintamente son todas verdaderas.

2. El análisis: dividir cada una de las dificultades... en cuantas partes fuera posible.

> 3. La síntesis: empezar por los elementos más simples... para ir ascendien-do... hasta el conocimiento de los más complejos.

4. La inducción: hacer unos recuentos... que llegase a estar seguro tle no omitir nada.

JU

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•312 El racionalismo

1.2. La duda metódica y la primera verdad: Cogito ergo sum. a) La duda metódica:

1. Diferencia entre la duda cartesiana y la escéptica. 2. Necesidad de la duda : hay que rechazar como absolutamente falso todo

aquello en que pudiera imaginar la menor duda. La duda metódica es una exigencia del método cartesiano según la primera regla, pues lo prime-ro que se requiere para que una proposición sea verdadera y cierta es que sea enteramente indudable.

b) Los motivos de la duda : 1. Razones extrínsecas: las distintas opiniones de los filósofos, las diferen-

tes costumbres de los pueblos. 2. Razones intrínsecas:

— Sobre la existencia de los objetos: las falacias de los sentidos y la dificultad en distinguir la vigilia del sueño.

— Sobre la capacidad de la inteligencia: hipótesis del genio maligno.

c) La primera verdad: 1. Intuición de mi propia existencia: para dudar es preciso que el sujeto

que piense en ella exista. N o puedo dudar de que yo dudo cuando pienso en la duda: queriendo yo pensar... que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa, es decir, yo pienso, luego soy.

2. Cogito, ergo sum, prototipo de toda verdad: después de esto, consideré, en general, lo que se requiere en una proposición para que sea verdadera y cierta... que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas.

2. Metafísica cartesiana.

2.1. Nociones fundamentales.

a) Noción de sustancia: una cosa que existe de tal manera que no requiere más que de sí misma para existir.

b) Noción de atr ibuto: cuanto conocemos que le ha sido otorgado a una cosa por naturaleza, ya sea un modo que pueda cambiarse, ya sea su esencia misma absolutamente inmutable.

c) Noción de modo : los modos son atributos no esenciales de la sustancia, puesto que por su naturaleza pueden cambiar y aquellos que nunca cambian (atributos esenciales) pertenecen a la esencia de alguna cosa.

2.2. Precisiones a las nociones fundamentales. a) El término sustancia no es unívoco sino análogo aplicado a Dios y a otros

seres. b) Cada sustancia tiene un atributo principal que constituye su esencia o

naturaleza. El atr ibuto principal, del cual todos los demás dependen de él, es suficiente y necesario para conocer a la sustancia.

c) El término sustancia se predica en un sentido unívoco de las cosas creadas, d) Los atributos principales son inseparables de las sustancias de las que son

atributos.

2.3. Ordo essendi y ordo existendi. a) Objetividad de las proposiciones ideales: todo lo que conozco clara y distin-

tamente como perteneciente a 'un' objeto le pertenece realmente. La realidad

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Descartes 313

objetiva es conceptual o intelectual y una idea es objetivamente real cuan-do es inteligible (clara y distinta).

b) Las proposiciones existenciales: mediante intuición captamos nuestra pro-pia existencia y mediante demostración la existencia de Dios y de la sus-tancia material.

c) A nivel existencial primero captamos nuestro existir y luego el de Dios. A nivel esencial la perfección infinita es anterior a nuestra perfección.

d) La verdad divina fundamento ontològico de la verdad: esa misma regla (que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdade-ras ) recibe su certeza sólo de que Dios es o existe, y de que es un ser perfecto.

2.4. Los atributos de cada sustancia. a) De la esencia de Dios: bajo el nombre de Dios entiendo una sustancia infinita,

eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente. b) De la naturaleza del espíritu humano: yo no soy, pues, hablando con preci-

sión, sino una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón.

c) De la esencia de las cosas materiales: encuentro que no se dan en ellas (ideas de las cosas materiales) sino poquísimas cosas que yo conciba clara y distin-tamente, y son, a saber: la magnitud, o sea extensión en longitud, anchura y profundidad; la figura que resulta de los cuerpos-, con diferentes figuras, mantienen entre sí; y el movimiento o cambio de esta situación, pudiendo añadirse la sustancia, la duración y el número.

3. La 'res cogitans' o sustancia pensante.

3.1. Análisis del 'cogito': ¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, y también, imagina y siente.

3.2. Elementos del conocimiento: dos son los elementos que componen nuestro conocimiento : el pensamiento como actividad y las ideas que piensa el yo. El pensamiento es lo único que no puede separarse de mí.

3.3. Análisis de la idea: distingue Descartes dos aspectos en las ideas: a) La idea en tanto que acto mental: si tales ideas se consideran sólo como

ciertos modos de pensar, no reconozco entre ellas ninguna diferencia o des-igualdad y todas me parecen proceder de mí de una misma manera.

b) La idea en cuanto representativa de las cosas: pero si las considero como imágenes que representan unas una cosa y otras otra, es evidente que son muy diferentes unas de otras.

c) La verdad es una propiedad de la idea en cuanto es representativa de las cosas : si las considero (a las ideas) solamente en sí mismas, sin referirlas a otra cosa, no pueden... ser falsas... Así, pues, sólo quedan los juicios, en los cuales debo tener mucho cuidado de no errar.

3.4. Clases de ideas: distingue Descartes tres tipos de ideas. a) Ideas adventicias: las que provienen de la experiencia externa. ¿>) Ideas facticias: las que provienen de nuestra imaginación y voluntad.

' c) Ideas innatas: las que el entendimiento posee por naturaleza. d) Texto : entre las ideas unas me parecen nacidas conmigo, y otras extrañas y

oriundas de fuera, y otras inventadas y hechas por mí mismo.

4. La existencia de Dios, 4.1. Argumento ontològico; Descartes demuestra la existencia de Dios a partir de

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la idea innata de Dios. ...con la idea de un ser más perfecto que mi ser... era cosa manifiestamente imposible que tal idea procediese de la nada; y como no hay la menor repugnancia en pensar que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos perfecto que en pensar que de nada provenga algo, no podía tampoco proceder de mí mismo; ...era absolutamente necesario que hubiese algún otro ser más perfecto de quien yo dependiese...

4.2. Argumento 'a posteriori': tal argumento se basa en la objetividad de las ideas. — Principio general: ...la realidad que considero en mis ideas es sólo objetiva-

es necesario que la misma realidad esté formal o actualmente en las causas de esas ideas...

— Imposibilidad de un proceso infinito: Y si bien puede suceder que una idea produzca otra idea, esto no puede llegar hasta lo infinito, sino que al cabo hay que detenerse en una idea primera...

— Conclusión: ...es necesario concluir de lo anteriormente dicho (hay que detenerse en una idea primera, cuya causa sea como un patrón, en el cual esté contenida, formal y efectivamente, toda realidad o perfección que se encuentra sólo objetivamente o por representación en esas ideas) que Dios existe.

5. La 'res extensa' o sustancia corpórea. 5.1. El mecanismo cartesiano: La física cartesiana no requiere más que dos ele-

mentos: la materia y el movimiento. 5.2. Teoría de la materia: la materia o sustancia de los cuerpos es inerte y se define

como pura extensión. Así, la extensión en longitud, anchura y profundidad, constituye la naturaleza de la sustancia corpórea.

5.3. La mecánica cartesiana y sus leyes: a) Noción y explicación del movimiento: el movimiento es la acción por la

cual un cuerpo pasa de un lugar á otro. El movimiento es una simple variación de la posición de los cuerpos, sin nada dinámico por dentro (niega el finalismo de la sustancia corpórea).

b) Leyes de la mecánica: 1. Principio de inercia: todos los cuerpos que están en movimiento conti-

núan moviéndose hasta que su movimiento es detenido por otros cuerpos. 2. Dirección del movimiento: todo cuerpo en movimiento tiende a conti-

nuarlo en línea recta. 3. Ley del choque: si un cuerpo que se mueve y encuentra a otro cuerpo,

tiene menos fuerza para continuar moviéndose en línea recta... y si tiene más fuerza, arrastra consigo al otro cuerpo.

c) Causa última del movimiento: Dios es la causa primera del movimiento que lo ha introducido en la materia inerte. La cantidad de movimiento de

, todos los cuerpos del universo es constante.

5.4. Las cualidades de los cuerpos: a) Objetividad de las cualidades primarias: Y en lo que toca a las ideas de las

cosas corporales... encuentro que no se dan en ellas sino poquísimas cosas que yo conciba clara y distintamente, y son, a saber: la magnitud... la figura que resulta de la terminación de esta extensión... la situación de los cuerpos... y el movimiento o cambio de esta situación.

b) Subjetividad de las cualidades secundarías: En cuanto a las demás cosas, luz, colores, sonidos, olores, sabores, calor, frío y otras cualidades que caen bajo el tacto, hállanse en mi pensamiento tan oscuras y corcusas, que hasta ignoro si son verdaderas o faltas.,.

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Descartes 315

5.5.

5.6.

5.7.

Reducción de los fenómenos biológicos a los físicos: los animales actúan como máquinas así como un reloj que está compuesto solamente de ruedas y pesas. Existencia de las cosas materiales: no siendo Dios capaz de engañar, es patente que no me envía esas ideas inmediatamente por sí mismo, ni tampoco por medio de una criatura que posea la realidad de esas ideas no formalmente... habiéndome dado Dios... una poderosa inclinación a creer que las ideas parten de las cosas corporales, no veo cómo podría disculparse el engaño sí, en efecto, esas ideas partieran de otro punto o fueren producto de otras causas y no de las cosas corporales. Distinción real entre alma y cuerpo: puesto que por una parte tengo una idea clara y distinta de mí mismo, según la cual soy algo que piensa y no extenso y, por otra parte, tengo una idea distinta del cuerpo, según la cual éste es una cosa extensa, que no piensa, resulta cierto que yo, es decir, mi alma, por la cual soy lo que soy, es entera y verdaderamente distinta de mi cuerpo, pud endo ser y existir sin el cuerpo.

T E X T O 1 :

DESCARTES

La duda metódica

1. Meditaciones metafísicas (meditación primera). «He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido como

verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidos tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte que me era preciso emprender seriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme de todas las opiniones a las que hasta entonces habia dado crédito, y empezar todo de nuevo desde los fundamentos, si quería establecer algo firme y constante en las ciencias. Mas pareciéndome ardua dicha empresa, he aguardado hasta alcanzar una edad lo bastante madura como para no poder esperar que haya otra, más apta para la ejecución de mi propósito; y por ello lo he diferido tanto, que a partir de ahora mq.sentiría culpable si gastase en deliberaciones el t iempo que me queda para obrar.

Así, pues, ahora que mi espíritu está libre de todo cuidado, habiéndome procurado reposo seguro en una apacible soledad, me aplicaré seriamente y con libertad a destruir en general todas mis antiguas opiniones. Ahora bien, para cumplir tal designio, no me será necesario probar que son todas falsas, lo que acaso no conseguiría nunca; sino que, por cuanto la razón me persuade desde el principio para que no dé más crédito a las cosas no enteramente ciertas e indudables que a las manifiestamente falsas, me bastará para rechazarlas todas con encontrar en cada una el más pequeño motivo de duda. Y para eso tampoco hará falta que examine todas y cada una en particular, pues sería un t rabajo infinito; sino que, por cuanto la ruina de los cimientos lleva necesariamente consigo la de todo el edificio, me dirigiré en principio contra los fundamentos mismos en que se apoyaban todas mis opiniones antiguas.

Todo lo que he admitido hasta el presente como más seguro y verdadero, lo he aprendido de los sentidos o por los sentidos; ahora bien, he experimentado a veces que tales sentidos me engañaban, y es prudente no fiarse nunca por entero de quienes nos han engañado una vez.

Pero, aun dado que los sentidos nos engañan a veces, tocante a cosas poco sensibles o muy remotas, acaso hallemos otras muchas de las que no podamos razonablemente dudar, aunque las conozcamos por su medio; como, por ejemplo, que estoy aquí, sentado junto al fuego, con una bata pueka y este papel en mis manos, o cosas por el estilo, Y ¿cómo negar que estas manos y este cuerpo sean míos, si no es poniéndose a la altura de esos insensatos, cuyo cerebro está tan turbio y ofuscado por los negros vapores de la bilis, que aseguran constantemente ser reyes, siendo muy pobres, ir vestidos de oro y púrpura, estando desnudos, o que se imaginan ser cacharros, o tener el cuerpo de vidrio? Mas los tales son locos, y yo no lo serla menos si me rigiera por su ejemplo.

Con todo, debo considerar aquí qiM soy hombre y, por consiguiente, que tengo costumbre de dormir y de representara» «n lipfcp j»l Itllinm cosa», y a veces cotas menos verosímiles, que tíos

„„^MHftiitttkíiiiiM «

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•337 El racionalismo

insensatos cuando están despiertos. ¡Cuántas veces no me habrá ocurr ido soñar, p o r la noche, que estaba aquí mismo, vestido, j u n t o al fuego, es tando en real idad desnudo y en la cama! E n este momento , estoy seguro de que yo miro este papel con los ojos de la vigilia, de que esta cabeza que muevo no está soñolienta, de que alargo esta m a n o y la siento de propósi to y con plena conciencia: lo que acaece en sueños n o me resulta tan claro y dist into como todo esto. Pero, pensándolo mejor, recuerdo haber sido engañado, mientras dormía, por ilusiones semejantes. Y fijándome en este pensamiento, veo de un m o d o tan manifiesto que n o hay indicios concluyentes ni señales que basten a distinguir con claridad el sueño de la vigilia, que acabo atóni to, y mi es tupor es tal que casi puede persuadirme de que estoy durmiendo.

Así pues, supongamos ahora que estamos dormidos y que todas estas particularidades, a saber: que abr imos los ojos, movemos la cabeza, a largamos las manos, no son sino mentirosas ilusiones; y pensemos que, acaso, ni nuestras manos ni t odo nuest ro cuerpo son tal y como los vemos. C o n todo, hay que confesar al menos que las cosas que nos representamos en sueños son como cuadros y pinturas que deben formarse a semejanza de algo real y verdadero; de manera que por lo menos esas cosas generales—a saber : ojos, cabezas, manos, cuerpo en te ro—no son imaginarias, sino que en verdad existen. Pues los pintores, incluso cuando usan del mayor artificio pa ra representar sirenas y sátiros mediante figuras caprichosas y fuera de lo común, no pueden, sin embargo, atribuirles formas y naturalezas del t odo nuevas, y lo que hacen es sólo mezclar y componer partes de diversos animales; y, si llega el caso de que su imaginación sea lo bas tante extravagante como pa ra inventar algo tan nuevo que nunca haya sido visto, representándonos así su obra una cosa puramente fingida y abso-lutamente falsa, con todo, al menos los colores que usan deben ser verdaderos.

Y p o r igual razón, a u n pudiendo ser imaginarias esas cosas generales—a saber : ojos, cabeza, manos y otras semejantes—es preciso confesar, de todos modos , que hay cosas aún más simples y universales realmente existentes, por cuya mezcla, ni más ni menos que por la de algunos colores verdaderos, se fo rman todas las imágenes de las cosas que residen en nuestro pensamiento, ya sean verdaderas y reales, ya fingidas y fantásticas. De ese género es la naturaleza corpórea en general, y su extensión, así como la figura de las cosas extensas, su cant idad o magnitud, su número , y también el lugar en que están, el t iempo que mide su duración y otras por el estilo.

P o r lo cual, acaso n o sería mala conclusión si dijésemos que la física, la as t ronomía, la medicina y todas las demás ciencias que dependen de la consideración de cosas compuestas, son muy dudosas e inciertas; pero que la aritmética, la geometría y demás ciencias de este género, que no t ra tan sino de cosas muy simples y generales, sin ocuparse mucho de si tales cosas existen o no en la naturaleza, contienen algo cierto e indudable. Pues, due rma yo o esté despierto, dos más tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más de cuatro lados; no pareciendo posible que verdades tan patentes puedan ser sospechosas de falsedad o incert idumbre alguna.

Y, sin embargo, hace t iempo que tengo en mi espíritu cierta opinión, según la cual hay un Dios que todo lo puede, por quien he sido creado tal como soy. Pues bien: ¿quién me asegura que el tal Dios no haya procedido de manera que no exista tierra, ni cielo, ni cuerpos extensos, ni figura, ni magni tud, ni lugar, pero a la vez de m o d o que yo, no obstante, sí tenga la impresión de que todo eso existe tal y como lo veo ? Y más aún : así como yo pienso, a veces, que los demás se engañan, has ta en las cosas que creen saber con más certeza, podr ía ocurrir que Dios haya querido que me engañe cuantas veces s u m o dos más tres o cuando enumero los lados de un cuadrado, o cuando juzgo de cosas aún más fáciles que esas, si es que son siquiera imaginables. Es posible que Dios no haya quer ido que yo sea bur lado así, pues se dice de El que es la suprema bondad . C o n todo, si el crearme de tal m o d o que yo siempre me engañase repugnaría a su bondad, también parecería del t odo contrar io a esa bondad el que permita que me engañe alguna vez, y esto últ imo lo ha permitido, sin duda. (...)

Así, pues, supondré que hay, n o un verdadero Dios—que es fuente suprema de verdad—, sino cierto genio maligno, no menos ar tero y engañador que poderoso, el cual ha usado de toda su industria para engañarme. Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y las demás cosas exteriores, n o son sino ilusiones y ensueños, de los que él se sirve para a t rapar mi credulidad. Me consideraré a mi mismo como sin manos, sin ojos, sin carne, sin sangre, sin sentido alguno, y creyendo falsamente que tengo todo eso. Permaneceré obst inadamente fijo en ese pensamiento, y si, por d icho medio, no me es posible llegar al conocimiento de alguna verdad, al menos está en mi m a n o suspender el juicio. Por ello, tendré sumo cuidado en no da r crédito a ninguna falsedad, y dispondré tan bien mi espíritu contra las malas ar tes de ese gran engañador que, por muy poderoso y u t u t o q u t Ha, nunca podrá imponerme nada.»

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Descartes 317

2. Meditaciones metafísicas (meditación segunda). «Mi meditación de ayer ha l lenado mi espíritu de tantas dudas, que ya n o está en mi m a n o

olvidarlas. Y, sin embargo, n o veo de qué manera podré resolverlas; y, como si de repente hubiera caído en aguas muy profundas , tan tu rbado me hallo que ni puedo apoyar mis pies en el fondo ni nadar pa ra sostenerme en la superficie. Ha ré un esfuerzo, pese a todo, y tomaré de nuevo la misma vía que ayer, a le jándome de t o d o aquello en que pueda imaginar la más mínima duda , del mismo m o d o que si supiera que es completamente falso; y seguiré siempre por ese camino, hasta haber encont rado algo cierto, o al menos, si o t ra cosa no puedo, hasta saber de cierto que nada cierto hay en el mundo .

Arquímedes, pa ra t ras ladar la tierra de lugar, sólo pedía un pun to de apoyo firme e inmóvil ; asi yo también tendré derecho a concebir grandes esperanzas, si p o r ventura hallo tan sólo una cosa que sea cierta e indubitable.

Así, pues, supongo que todo lo que veo es falso; estoy persuadido de que n a d a de cuan to mi mendaz memor ia me representa ha existido j amás ; pienso que carezco de sentidos; creo que cuerpo, figura, extensión, movimiento, lugar, no son sino quimeras de mi espíritu. ¿Qué podré, entonces, tener por verdadero? Acaso esto solo: que nada cierto hay en el mundo .

Pero, ¿qué se yo si no habrá otra cosa, distinta de las que acabo de reputar inciertas, y que sea absolutamente indudable? ¿No habrá un Dios, o algún o t ro poder, que me ponga en el espíritu estos pensamientos? Ello n o es necesario: tal vez soy capaz de producir los por mi mismo. Y yo mismo, al menos, ¿no soy a lgo? Ya he negado que yo tenga sentidos ni cuerpo. Con todo, t i tubeo, pues, ¿qué se sigue de eso? ¿Soy tan dependiente del cuerpo y de los sentidos que, sin ellos, n o puedo ser? Ya estoy persuadido de que n a d a hay en el m u n d o ; ni cielo, ni tierra, ni espíritus, ni cuerpos, ¿y no estoy asimismo persuadido de que yo t ampoco existo? Pues n o : si yo estoy persuadido de algo, o meramente si pienso algo, es porque soy yo. Cierto que hay n o sé qué engañador todopo-deroso y astutísimo, que emplea toda su industr ia en burlarme. Pero entonces n o cabe duda de que, si me engaña, es que soy yo; y, engáñeme cuanto quiera, nunca podrá hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo. De manera que, tras pensarlo bien y examinar lo todo cuidadosamente , resulta que es preciso concluir y dar como cosa cierta que esta proposic ión; yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, cuantas veces la pronuncio o la concibo en mi espíritu.»

3. Discurso del método. (Cuarta parte.) «...Pero advertí luego que, quer iendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario

que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: 'yo pienso, luego soy', era t an firme que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmo-verla, juzgué que podía recibirla, sin escrúpulo, como el pr imer principio de la filosofía que a n d a b a buscando.

Examiné después a tentamente lo que yo era, y viendo que podía fingir que n o tenia cuerpo alguno y que no había m u n d o ni lugar a lguno en el que yo me encontrase, pero que n o podia fingir por ello que no fuese, sino al contrario, por lo mismo que pensaba en duda r de la verdad de las otras cosas, se seguía muy cierta y evidentemente que yo era, mientras que, con sólo dejar de pensar, aunque todo lo demás que había imaginado fuese verdad, no tenía ya razón alguna para creer que yo era, conocí p o r ello que yo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar, y que no necesita, pa ra ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material ; de suerte que este yo, es decir, el a lma por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y has ta más fácil de conocer que éste, y, aunque el cuerpo n o fuese, el a lma no dejaría de ser cuanto es.

Después de esto, consideré, en general, lo que se requiere en una proposición para que sea verdadera y cierta, pues ya que acababa de hallar una que sabía que lo era, pensé que debía saber también en qué consiste esa certeza. Y habiendo no t ado que en la proposición 'yo pienso, luego soy', no hay nada que me asegure que digo verdad, sino que veo muy claramente que pa ra pensar es preciso ser, juzgué que podia admitir esta regla general: que las cosas que concebimos muy clara y dist intamente son todas verdaderas, pero que sólo hay alguna dificultad en notar cuáles son las que concebimos distintamente.»

COMENTARIO:

I. Expresar en forma esqutmitkM la Mtructura básica de los textos,

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•318 El racionalismo

2. Análisis semántico de los términos: 'verdad', 'falsedad', 'certeza', 'opinión', 'duda', 'ilusión', 'realmente existente', 'naturaleza', 'extensión', 'figura', 'cantidad', 'tiem-po', 'cuerpo', 'necesariamente verdadera', 'evidencia', 'sustancia', 'esencia', 'alma', 'claridad y distinción'.

3. Análisis semántico de enunciado.

3.1. 'Tocando a cosas poco sensibles o remotas, acaso hallemos otras muchas de las que no podamos razonablemente dudar, aunque las conozcamos por su medio; como, por ejemplo, que estoy aquí, sentado junto al fuego, con una bata puesta y este papel en mis manos.'

3.2. 'Veo de un modo tan manifiesto que no hay indicios concluyentes ni señales que basten a distinguir con claridad el sueño de la vigilia.'

3.3. 'La aritmética, la geometría y demás ciencias de este género, que no tratan sino de cosas muy simples y generales, sin ocuparse mucho de si tales cosas existen o no en la naturaleza, contienen algo cierto e indudable.'

3.4. 'Podría ocurrir que Dios haya querido que me engañe cuantas veces sumo dos más tres o cuando enumero los lados de un cuadrado.'

3.5. 'Si el crearme de tal modo que yo siempre me engañe repugnaría a su bondad, también parecería del todo contrario a esa bondad el que permita que me engañe alguna vez, y esto último lo ha permitido, sin duda.'

3.6. 'Si yo estoy persuadido de algo, o meramente si pienso algo, es porque yo soy.' 3.7. 'Si me engaña (el genio maligno), es que yo soy.' 3.8. 'Yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, cuantas veces la pronuncio o

la concibo en mi espíritu.' 3.9. 'Conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza toda es

pensar, y que no necesita, para ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material.'

3.10. 'Las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas.'

4. Análisis formal del texto 1. 4.1. Cita el supuesto inicial de la argumentación. 4.2. ¿Cuáles son las fuentes de conocimiento analizadas? 4.3. ¿Cuáles son las razones para dudar del mundo sensible y del orden racional? 4.4. La proposición: 'yo soy, yo existo', ¿es deductiva o vale sin premisas? 4.5. ¿La duda universal se infiere inductivamente a partir de la enumeración de

hechos, o, por el contrario, es un postulado apriorístico? Razona la respuesta.

5. Comprensión de los textos. 5.1. Primer grado de comprensión.

1. ¿Acaso lo probable, según Descartes, es un valor distinto de la verdad y falsedad?

2. ¿Existe repugnancia o contradicción entre la suprema bondad divina y el hecho de que el hombre pueda errar?

3. ¿La hipótesis del genio maligno es un motivo intrínseco o extrínseco de la duda?

4. La proposición: 'yo soy, yo existo', ¿en qué sentido se convierte en el primer principio de la filosofía?

5. ¿La existencia del 'yo' es garantía suficiente de la objetividad del orden inteligible?

5.2. Segundo grado d« comprensión,

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Descartes 319

1. ¿Cómo soluciona Descartes la inmanencia del conocimiento humano o solipsismo del yo?

2. ¿Qué relación podemos establecer entre la certeza del cogito y la de la matemática?

3. Podemos dudar de los objetos de la sensación, imaginación y pensamien-to, pero, ¿por qué no se puede dudar del acto del 'cogito' cuando duda?

4. ¿Cuál es la diferencia que hay entre el acto del cogito, condición de mi existencia, y el acto de pensar, atributo de mi esencia?

5. ¿Qué características ha de tener una idea para que pueda ser verdadera?

T E X T O 2 :

Demostración de la existencia de Dios: prueba ontològica

1. Meditaciones metafísicas (meditación quinta). «Pues bien, si del hecho de poder yo sacar de mi pensamiento la idea-de una cosa, se sigue que

todo cuanto percibo clara y dist intamente que pertenece a dicha cosa, le pertenece en efecto, ¿no puedo extraer de ahí un a rgumento que pruebe la existencia de Dios? Ciertamente, yo hallo en mí su idea—es decir, la idea de un ser sumamente perfecto—, no menos que hallo la de cualquier figura o número ; y n o conozco con menor claridad y distinción que pertenece a su naturaleza una existencia eterna, de como conozco que todo lo que puedo demost rar de alguna figura o número pertenece verdaderamente a la naturaleza de éstos. Y, por tanto, aunque nada de lo que he concluido en las Meditaciones precedentes fuese verdadero, yo debería tener la existencia de Dios por algo tan cierto, como hasta aquí he considerado las verdades de la matemática, que no a tañen sino a números y figuras; aunque, en verdad, ello no parezca al principio del todo patente, presentando más bien una apariencia de sofisma. Pues teniendo por costumbre, en todas las demás cosas, distinguir entre la existencia y la esencia, me persuado fácilmente de que la existencia de Dios puede separarse de su esencia, y que, de este modo , puede concebirse a Dios como no existiendo actualmente. Pero, sin embargo, pensando en ello con más atención hallo que la existencia y la esencia de Dios son tan separables como la esencia de un t r iángulo rectilíneo y el hecho de que sus tres tr iángulos valgan dos rectos, o la idea de m o n t a ñ a y la de valle; de suerte que no repugna menos concebir un Dios (es decir, un ser supremamente perfecto) al que le falte la existencia (es decir, al que le falte una perfección), de lo que repugna concebir una m o n t a ñ a a la que le falte el valle.

Pero aunque, en efecto, yo no pueda concebir un Dios sin existencia, como t ampoco una mon taña sin valle, con todo, como de concebir una m o n t a ñ a con valle no se sigue que haya m o n t a ñ a alguna en el mundo , parece asimismo que de concebir a Dios do tado de existencia no le sigue que haya Dios que exista: pues mi pensamiento no impone necesidad alguna a las cosas; y así como me es posible imaginar un caballo con alas, aunque n o haya n inguno que las tenga, del mismo m o d o podr ía quizá atr ibuir existencia a Dios, aunque no hubiera un Dios existente.

Pero no es así: precisamente ba jo la apariencia de esa objeción es donde hay un sofisma oculto. Pues del hecho de no poder concebir una m o n t a ñ a sin valle, no se sigue que haya en el m u n d o mon taña ni valle alguno, sino sólo que la mon taña y el valle, háyalos o no, n o pueden separarse uno de o t ro ; mientras que, del hecho de no poder concebir a Dios sin la existencia, se sigue que la existencia es inseparable de El, y, por tanto, que verdaderamente existe. Y no se t ra ta de que mi pensamiento pueda hacer que ello sea as!, ni de que imponga a las cosas necesidad a lguna ; sino que, al contrario, es la necesidad de la cosa misma—a saber, de la existencia de Dios—la que determina a mi pensamiento para que piense eso. Pues yo soy libre de concebir un Dios sin 'existencia (es decir, un ser sumamente perfecto sin perfección suma), como sí lo soy de imaginar un caballo sin alas o con ellas.

Y tampoco puede objetarse que no hay más remedio que declarar que existe Dios tras haber supuesto que posee tqdas tai perfecciones, siendo una de ellas la existencia, pero que esa suposición primera no era necesaria; como no M m e n a r l o pensar que todas las figuras de cua t ro lados pueden inscribirse en el circulo, pero, i l yo supongo que si, no tendré más remedio que decir que el r o m b o puede inscribirse en el cireulo, y H i RW Vtrá obl igado a declarar una c o u (¿Isa, Digo qua c i to no

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•320 El racionalismo

puede alegarse como objeción, pues, aunque desde luego no es necesario que yo llegue a tener alguna vez en mi pensamiento la idea de Dios, sin embargo, si efectivamente ocurre que dé en pensar en un ser pr imero y supremo, y en sacar su idea, por así decirlo, del tesoro de mi espíritu, entonces sí es necesario que le atr ibuya toda suerte de perfecciones, aunque n o las enumere todas ni preste mi atención a cada una de ellas en particular. Y esta necesidad basta pa ra hacerme concluir (luego de haber reconocido que la existencia es una perfección) que ese ser pr imero y supremo existe verdaderamente ; de aquel modo, t ampoco es necesario que yo imagine alguna vez un triángulo, pero, cuantas veces considere una figura rectilínea compuesta sólo de tres ángulos, sí será absolu-tamente necesario que le atr ibuya todo aquello de lo que se infiere que sus tres ángulos valen dos rectos, y esta atr ibución será implíci tamente necesaria, aunque explícitamente n o me dé cuenta de ella en el m o m e n t o de considerar el triángulo. Pe ro cuando examino cuáles son las figuras que pueden inscribirse en un círculo, no es necesario en modo alguno pensar que todas las de cuatro lados son capaces de ello; por el contrario, ni siquiera podré suponer fingidamente que así ocurra, mientras n o quiera admitir en mi pensamiento nada que n o entienda con claridad y distinción. Y, por consiguiente, hay gran diferencia entre las suposiciones falsas, como lo es ésta, y las ideas verdaderas nacidas conmigo, de las cuales es la de Dios la pr imera y principal.

Pues , en efecto, vengo a conocer de muchas maneras que esta idea no es algo fingido o inventado, dependiente sólo de mi pensamiento, sino la imagen de una naturaleza verdadera e inmutable. E n primer lugar, porque, apar te Dios, ninguna o t ra cosa puedo concebir a cuya esencia pertenezca necesariamente la existencia. En segundo lugar, porque me es imposible concebir dos o más dioses de la misma naturaleza, y, dado que haya uno que exista ahora, veo con claridad que es necesario que haya existido antes desde toda la eternidad, y que exista e ternamente en el futuro. Y, por último, porque conozco en Dios muchas otras cosas que no puedo disminuir ni cambiar en nada.»

COMENTARIO:

1. Expresar esquemáticamente la estructura básica del texto.

2. Análisis semántico de los términos: 'pensamiento', 'idea', 'percepción clara y distinta', 'sofisma', 'existencia', 'esencia', 'existencia actual', 'necesidad', 'perfec-ción', 'necesidad implícita y explícita', 'ideas verdaderas nacidas conmigo', 'eternidad'.

3. Análisis semántico de enunciados. 3.1. 'Del hecho de poder yo sacar de mi pensamiento la idea de una cosa, se sigue

que todo cuanto percibo clara y distintamente que pertenece a dicha cosa, le pertenece en efecto.'

3.2. 'La existencia y la esencia de Dios son tan separables como la esencia de un triángulo rectilíneo y el hecho de que sus tres ángulos valgan dos rectos.'

3.3. 'Como de concebir una montaña con valle no se sigue que haya montaña alguna en el mundo, parece asimismo que de concebir a Dios dotado de existencia no se sigue que haya Dios que existe.'

3.4. 'Del hecho de no poder concebir a Dios sin la existencia, se sigue que la existencia es inseparable de El, y, por tanto, que verdaderamente existe.'

3.5. 'Yo no soy libre de concebir un Dios sin existencia (es decir, un ser sumamente perfecto sin perfección suma), como sí lo soy de imaginar un caballo sin alas o con ellas'.

3.6. 'Aparte Dios, ninguna otra cosa puedo concebir a cuya esencia pertenezca necesariamente la existencia.' »

3.7. 'Me es imposible concebir dos o más dioses de la misma naturaleza.' 4. Análisis formal del texto,

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Descartes 321

4.1. Explicita la estructura formal del argumento ontològico. 4.2. Explica el fundamento de cada una de las objeciones. 4.3. ¿Qué solución propone Descartes para resolverlas? 4.4. ¿Cuáles son los argumentos que sirven para fundamentar el carácter innato

de la idea de Dios? 5. Comprensión del texto. 5.1. Primer grado de comprensión.

1. ¿Cómo considera Descartes la existencia divina, teniendo en cuenta que es un predicado de la esencia?

2. ¿Por qué implica contradicción decir que Dios es, pero no existe? 3. ¿Acaso existe una identidad, en el argumento ontològico, entre necesidad

lógica y real? Razona la respuesta. 4. ¿El concepto 'sumamente perfecto' es inductivo o deductivo? 5. Si ignoramos casi todas las perfecciones divinas, ¿cómo es posible que

estemos seguros de una de ellas, su existencia? 5.2. Segundo grado de comprensión.

1. ¿Por qué de la existencia actual de Dios se infiere su eterna 2. ¿Por qué no es posible que en Dios haya modos? 3. ¿Es correcto afirmar que de Dios sólo tenemos una imagen?

significado del término «imagen» basándote en el texto. 4. ¿Cuál es el atributo propio de la divinidad? 5. ¿Acaso en Dios lo formal y lo eminente se identifican?

TEXTO 3:

Naturaleza de la «res cogitans»

1. Meditaciones metafísicas (meditación segunda).

«Ahora bien: ya sé con certeza que soy, pero aún no sé con claridad qué soy; de suerte que, en adelante, preciso del mayor cuidado para no confundir imprudentemente otra cosa conmigo, y asi no enturbiar ese conocimiento, que sostengo ser más cierto y evidente que todos los que he ten ido antes.

Por ello, examinaré de nuevo lo que yo creía ser, antes de incidir en estos pensamientos, y quitaré de mis ant iguas opiniones todo lo que puede combatirse mediante las razones que acabo de alegar, de suerte que n o quede nada más que lo enteramente indudable. Así, pues, ¿qué es lo que antes yo creía ser? U n hombre, sin duda. Pero, ¿qué es un hombre? ¿Diré, acaso, que un animal racional? N o por cierto: pues habr ía luego que averiguar qué es animal y qué es racional, y así una única cuestión nos llevaría insensiblemente a infinidad de otras cuestiones más difíciles y embara-zosas, y no quisiera malgastar en tales sutilezas el poco t iempo y ocio que me restan. Entonces, me detendré aquí a considerar más bien los pensamientos que antes nacían espontáneos en mi espíritu, inspirados por mi sola naturaleza, cuando me aplicaba a considerar mi ser. Me fijaba, primero, en que yo tenía un rostro, manos, brazos, y toda esa máquina de huesos y carne, tal y como aparece en un cadáver, a la que designaba con el nombre de cuerpo. Tras eso, reparaba en que me nutría, y andaba , y sentía, y pensaba, y refería todas esas acciones al a lma; pero n o me pa raba a pensar en qué era ese alma, o bien, si lo hacía, imaginaba que era algo ext remadamente ra ro y sutil, como un viento, una llama o un delicado éter, d i fundido por mis otras partes más groseras. En lo tocante al cuerpo, no d u d a b a en absoluto de su naturaleza, pues pensaba conocerla muy dist intamente, y, de querer explicarla según las nociones que entonces tenia, la hubiera descrito así: ent iendo por cuerpo todo aquello que puede estar delimitado por una figura, estar s i tuado en un lugar y llenar un espacio de suerte que todo otro cuerpo quede excluido; todo aquello que puede ser sentido por el tacto, la vista, el oído, el güito, 0 el ollkto; que puede moverse de distintos modos, no por si mismo, sino por alguna otra cosa que lo topa y suya Impresión recibe; pues no creta yo que fuera atribuible

duración?

Explica el

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•322 El racionalismo

a la naturaleza corpórea la potencia de moverse, sentir y pensar : al contrario, me a sombraba al ver que tales facultades se hal laban en algunos cuerpos.

Pues bien, ¿qué soy yo, ahora que supongo haber alguien ext remadamente poderoso y, si es lícito decirlo así, maligno y astuto, que emplea todas sus fuerzas e industr ia en engañarme? ¿Acaso puedo estar seguro de poseer el m á s mín imo de esos a t r ibutos que acabo de referir a la naturaleza corpórea? Me paro a pensar en ello con atención, paso revista una y otra vez, en mi espíritu, a esas cosas, y no hallo ninguna de la que pueda decir que está en mí. N o es necesario que me entretenga en recontarlas. Pase-mos, pues, a los a t r ibutos del a lma, y veamos si hay alguno que esté en mí. Los primeros son nut r i rme y anda r ; pero, si es cierto que no tengo cuerpo, es cierto entonces también que no puedo andar ni nutrir-me. U n tercero es sentir: pero no puede uno sentir sin cuerpo, apar te de que ya he creído sentir en sueños muchas cosas y, al despertar, me he dado cuenta de que no las había sentido realmente. U n cuar to es pensar : y aquí sí hallo que el pensamiento es un a t r ibuto que me pertenece, siendo el único que n o puede separarse de mí. 'Yo soy, yo existo'; eso es cierto, pero, ¿cuánto t iempo? T o d o el t iempo que estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara de pensar, cesaría al mismo t iempo de existir. N o admi to ahora nada que no sea necesariamente verdadero: así, pues, hab lando con precisión, no soy más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón, términos cuyo significado me era antes desconocido. Soy, entonces, una cosa verdadera, y verdaderamente existente.Mas, ¿qué cosa ? Ya lo he dicho: una cosa que piensa. ¿Y qué más ? Excitaré aún mi imaginación, a fin de averiguar sí no soy algo más. N o soy esta reunión de miembros l lamada cuerpo h u m a n o ; no soy un aire sutil y penetrante, d i fundido por todos esos miembros ; no soy un viento, un soplo, un vapor, ni nada de cuanto pueda fingir e imaginar, puesto que ya he dicho que todo eso no era nada. Y, sin modificar ese supuesto, hallo que no dejo de estar cierto de que soy algo.

Pero acaso suceda que esas mismas cosas que supongo ser, puesto que no las conozco, no sean en efecto diferentes de mí, a quien conozco. N a d a sé del caso: de eso no disputo ahora, y sólo puedo juzgar de las cosas que conozco: ya sé que soy, y eso sabido, busco saber qué soy. Pues bien: es certísimo que ese conocimiento de mí mismo, hab lando con precisión, no puede depender de cosas cuya existencia aún me es desconocida, ni por consiguiente, y con mayor razón, de n inguna de las que son fingidas e inventadas por la imaginación. E incluso esos términos de 'fingir' e ' imaginar ' no es sino contemplar la figura o ' imagen' de una cosa corpórea. Ahora bien: ya sé de cierto que soy y que, a la vez, puede ocurrir que todas esas imágenes y, en general, todas las cosas referidas a la naturaleza del cuerpo, no sean más que sueños y quimeras. Y, en consecuencia, veo claramente que decir 'excitaré mi imaginación para saber más dist intamente qué soy' es tan poco razonable como decir ' ahora estoy despierto, y percibo algo real y verdadero, pero como no lo percibo aún con bastante claridad, voy a dormi rme adrede para que mis sueños me lo representen con mayor verdad y evidencia'. Así, pues, sé con certeza que nada de lo que puedo comprender por medio de la imaginación pertenece al conocimiento que tengo de mí mismo, y que es preciso apar ta r el espíritu de esa manera de concebir, pa ra que pueda conocer con distinción su propia naturaleza.

¿Qué soy, entonces? U n a cosa que piensa. Y, ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también, y que siente. Sin duda no es poco, si todo eso pertenece a mi naturaleza. ¿Y por qué no habr ía de pertenecerle? ¿Acaso no soy yo el mismo que duda casi de todo, que entiende, sin embargo, ciertas cosas, que af irma ser esas solas las verdaderas, que niega todas las demás, que quiere conocer otras, que n o quiere ser engañado, que imagina muchas cosas—aun contra su voluntad—y que siente también otras muchas, por mediación de los órganos de su cuerpo? ¿Hay algo de esto que no sea tan verdadero como es cierto que soy, que existo, aun en el caso de que estuviera siempre dormido, y de que quien me ha dado el ser empleara todas sus fuerzas en bur la rme? ¿Hay alguno de estos a t r ibutos que pueda distinguirse de mi pensamiento, o que pueda estimarse separado de mí mismo? Pues es de suyo tan evidente que soy yo quien duda, entiende y desea, que n o hace falta añadi r aquí nada para explicarlo. Y también es cierto que tengo la potestad de imaginar : pues aunque pueda ocurrir (como he supuesto más arriba) que las cosas que imagino no sean verdaderas, con todo, ese poder de imaginar no deja de estar realmente en mí, y fo rma parte de mi pensamiento. P o r último, también soy yo el mismo que siente, es decir, que recibe y conoce las cosas como a través de los órganos de los sentidos, puesto que, en efecto, veo la luz, oigo el ruido, siento el calor. Se me dirá, empero, que esas apariencias son falsas, y que estoy durmiendo. Concedo que asi sea: de todas formas, es al menos muy cierto que me parece ver, oir, sentir calor, y eso es propiamente lo que en mi se llama sentir, y, así precisamente considerado, no es otra cosa que 'pensar'. Por donde empiezo a conocer qué soy, con algo mil di olarldad y distinción que antes.»

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Descartes 323

COMENTARIO:

1. Hallar la estructura básica del texto y expresarla en forma esquemática. 2. Análisis semántico de los términos: 'certeza', 'claridad', 'evidencia', 'naturaleza',

'alma', 'cuerpo', 'atributo', 'pensamiento', 'necesariamente verdadero', 'cosa', 'cosa verdadera', 'imaginar', 'sentir', 'pensar', 'distinción'.

3. Análisis semántico de enunciados. 3.1. 'Sé con certeza que soy, pero aún no sé con claridad qué soy.' 3.2. 'Entiendo por cuerpo todo aquello que puede estar delimitado por una figura,

estar situado en un lugar y llenar un espacio de suerte que todo otro cuerpo quede excluido.'

3.3. '(Entiendo por cuerpo todo aquello) que puede moverse de distintos modos, no por sí mismo, sino por alguna otra cosa que lo toca y cuya impresión recibe.'

3.4. 'Pues no creía yo que fuera atribuible a la naturaleza corpórea ¡a potencia de moverse, sentir y pensar: al contrario, me asombraba al ver que tales faculta-des se hallaban en algunos cuerpos.'

3.5. 'Un cuarto es pensar: y aquí sí hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, siendo el único que no puede separarse de mí.'

3.6. 'Yo soy, yo existo'; eso es cierto, pero ¿cuánto tiempo? Todo el tiempo que estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara de pensar, cesaría ai mismo tiempo de existir.'

3.7. 'No soy más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón, términos cuyo significado me era antes desconocido.'

3.8. 'Así, pues, sé con certeza que nada de lo que puedo comprender por medio de la imaginación pertenece al conocimiento que tengo de mí mismo, y que es preciso apartar el espíritu de esa manera de concebir, para que pueda conocer con distinción su propia naturaleza.'

3.9. 'Y, ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también, y que siente.'

3.10. 'Se me dirá, empero, que esas apariencias son falsas, y que estoy durmiendo. Concedo que así sea: de todas formas, es al menos muy cierto que me parece ver, oír, sentir calor, y eso es propiamente lo que en mí se llama sentir, y, así precisamente considerado, no es otra cosa que 'pensar'.'

4. Análisis formal del texto. 4.1. Descartes toma, como supuesto inicial de su argumentación, los postulados

básicos del realismo ingenuo. Cita los fenómenos que de forma 'espontánea' aplica al ser del hombre.

4.2. ¿En qué criterio se basa para excluir del yo los atributos referidos a la naturaleza corpórea?

4.3. De los atributos referidos al alma, ¿cuáles son los no esenciales y cuál es el esencial? ¿Por qué?

4.4. '¿Cómo llega a descubrir la objetividad del 'pensamiento' a partir del análisis subjetivo del 'cogito'?

4.5. ¿Cuál es la diferencia entre 'pensamiento' y modos del pensar? Cita los modos del pensar que aparecen en el texto.

4.6. ¿Por qué 'el sentir' y el 'imaginar' en parte son pensamiento y en parte no lo son?

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•324 El racionalismo

5. Comprensión del texto.

5.1. ¿En qué difieren el cuerpo y el alma? 5.2. ¿Por qué el 'nutrir, andar, sentir e imaginar' pueden separarse del 'yo'? 5.3. ¿Qué teoría defiende Descartes sobre la naturaleza de los cuerpos orgánicos

según el texto? 5.4. ¿Cómo argumenta Descartes la negación del carácter adventicio y facticio de

la idea del alma? 5.5. ¿Qué significado adquiere en Descartes el término 'cosa'? 5.6. ¿Por qué los términos 'animal racional' no son claros y distintos? 5.7. ¿Cuál es la diferencia entre 'cosa verdadera' y 'verdaderamente existente'? 5.8. ¿Cuál es la diferencia entre 'imagen' e 'idea'? 5.9. Analiza la frase: 'si yo cesara de pensar, cesaría al mismo tiempo de existir'. 5.10. ¿Cuál es la diferencia entre 'realidad objetiva' y 'realidad efectiva" 5.11. ¿Cuáles son las condiciones suficientes de la objetividad y de la realidad? 5.12. ¿Acaso se demuestra en el texto únicamente la objetividad de la naturaleza

corporal, o, también, su existencia?

SPINOZA

1. Características generales.

1.1. La matemática como modelo de saber: exposición de la filosofía (Etica de-mostrada según el orden geométrico) siguiendo el modelo deductivo de la ciencia geométrica.

1.2. La necesidad lógica, carácter fundamental de la Razón: el intelecto opera con ideas claras y distintas y deduce conclusiones necesarias (= lógicas).

1.3. Exacta correspondencia entre la esfera de lo ideal y la de lo real: el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas.

1.4. Dios como garantía de la exacta correspondencia entre el orden del pensa-miento y el orden de las cosas.

1.5. Carácter innato de las ideas verdaderas y convicción de que la razón por sí sola (sin el auxilio de la experiencia) es capaz de captar (por vía intuitiva) la estructura de lo real y objetivo.

2. Etica demostrada según el orden geométrico.

2.1. Definiciones de sustancia, atributo y modo. a) Def. de sustancia: Por sustancia entiendo aquello que está en sí y se concibe

por sí; esto es, aquello cuyo concepto no necesita del concepto de otra cosa del cual deba formarse.

b) Def. de atributo: Por atributo entiendo lo que el entendimiento percibe de la sustancia como constitutivo de su esencia.

c) Def. de modo: Por modo entiendo las afecciones de la sustancia, o sea, aquello que está en otro, por lo que es también concebida.

2.2. Análisis de la noción de luitancia. a) Aspecto ontológioo: 1« sustancia subsiste por sí misma y no depende de

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Spinoza 32 7

causa externa para poder existir (Spinoza la llama causa de sí misma). Esto significa que su esencia comprende su existencia.

b) Aspecto lógico-noético: la ideas de sustancia es tan clara y distinta que no precisa de otra para formarse.

c) Correspondencia, a nivel de la sustancia, entre el orden del pensamiento (lo que se concibe por sí) y el orden de la realidad efectiva (aquello que existe por sí mismo).

d) El monismo de la sustancia en Spinoza es el resultado lógico de la inter-pretación literal del concepto de sustancia según Descartes.

2.3. Teoremas sobre el monismo de la sustancia. a) Proposición: En la naturaleza no se pueden dar dos o más sustancias de la

misma naturaleza o atributo. Demostración: si dos sustancias tienen un mismo atributo no se pueden distinguir, es decir, no se pueden concebir como distintas, luego no se podrán dar muchas sustancias, sino sólo una. Es absurdo que existan dos sustancias del mismo atributo.

b) Proposición: Una sustancia no puede ser producida por otra sustancia. Demostración: En la naturaleza no se pueden dar dos sustancias del mismo atributo (Prop, precedente) ...y, por consiguiente (por la Prop. que dice: las cosas que no tienen nada en común, no puede ser una causa de la otra, ya que no pueden ser concebidas la una a partir de la otra), una no puede ser causa de la otra.

c) Proposición: A la naturaleza de la sustancia pertenece existir. Demostración: La sustancia no puede ser producida por otra (Prop. prece-dente ): será, pues causa de sí, esto es, su esencia envuelve necesariamente ¡a existencia, o a su esencia pertenece existir.

d) Proposición: Toda sustancia es necesariamente infinita. Demostración: A la sustancia le pertenece por naturaleza el existir (Prop. antecedente), ahora bien, puede existir o como finita o como infinita. Pero no puede existir como finita (porque debería ser limitada por otra de la misma naturaleza, que debería también existir necesariamente, y, por lo tanto, se darían dos sustancias del mismo atributo (en contra de la Prop. a), lo cual es absurdo. Luego la sustancia sólo puede existir necesariamente como infinita.

e) Proposición: Cuánta más realidad o ser tiene una cosa, tantos más atributos tendrá. Demostración: se demuestra por la definición de atributo. Si el atributo es la intelección de la esencia de la sustancia, en cuanto mayor sea el número de atributos, más ser o realidad tendrá. Pero siendo la sustancia infinita (Prop. antecedente), infinito será el número de atributos. Y esta sustancia infinita con un número infinito de atributos es denominada, por Spinoza, Dios (Def.: Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.). La infinitud divina es numérica (infinito es el número de atributos) y cualitativa (cada uno de los cuales expresa una

, esencia eterna e infinita). 2.4. Teoremas sobre la existencia y naturaleza divina.

a) Proposición: Dios, o sea, ¡a sustancia que consta de atributos infinitos, cada uno de los cuales txprtsa una esencia eterna e infinita, existe necesariamente. Demostración: El imposible concebir una sustancia como no existente. Pero Dios es una suiÚnoJa, luego no es posible concebirlo como no exis-

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•326 El racionalismo

tente. Concebir Dios ( = sustancia) como no existente es un absurdo. Luego Dios existe necesariamente.

b) Proposición: Dios obra por las leyes solas de su naturaleza, y no coaccionado por nadie. Demostración: Dios es la única sustancia concebible y su naturaleza es infinita y necesaria. De donde se sigue que nada puede existir fuera de él que le determine o coaccione a obrar (= libertad de coacción), y, por lo mismo, Dios obra por las solas leyes de su naturaleza (obra por necesidad intrínseca ).

c) Proposición: Dios es la causa inmanente, y no transeúnte, de todas las cosas. Esta proposición es el fundamento del panteísmo de Spinoza. Demostración: El primer axioma de Spinoza dice que todas las cosas existen, existen en sí o en otro. Es decir, todo lo que existe, existe como sustancia o como modo, y como fuera de Dios no se puede dar ninguna sustancia, en consecuencia, Dios es... la causa inmanente... de todas las cosas.

d) Proposición: De la necesidad de la naturaleza deben seguirse infinitas cosas de infinitos modos. Demostración: La sustancia ha de tener modos y de una sustancia infinita los modos serán infinitos. En segundo lugar, Dios obra por necesidad, luego los modos finitos son causados necesariamente (de su misma necesi-dad deben seguirse, por lo tanto, necesariamente, infinitas cosas de modos infinitos). Parece que esta última afirmación contradiga la misma noción de modo (implicaría al mismo tiempo contingencia por definición y nece-sidad por causación), sin embargo, las cosas finitas pueden llamarse con-tingentes, sin caer en contradicción, porque su esencia no implica la exis-tencia.

2.5. Teoremas sobre la naturaleza humana. a) Supuestos básicos.

1. El pensamiento es un atributo de Dios. Demostración: Cada pensamiento es una entidad particular o modo (en terminología de Spinoza), y los modos no son más que afecciones de los atributos de *Dios. El pensamiento es el atributo cuyo concepto envuelve todos los pensamientos singulares y por esto el pensamiento es uno de los atributos infinitos de Dios.

2. La extensión es un atributo de Dios. Demostración: Se procede del mismo modo que en la demostración anterior.

3. El orden y la conexión de las ideas son los mismos que el orden y la conexión de las cosas. Demostración: El atributo pensamiento y el atributo extensión son una sola y misma sustancia. Lo mismo sucede con respecto a los modos: un modo de la extensión y la idea de ese modo, es una y misma cosa. En consecuencia, la idea de cada efecto o cosa causada depende del orden y la conexión del conocimiento de la causa.

b) Teoremas sobre la concepción del hombre. 1. Axioma I. Se postula el carácter contingente de la esencia del hombre:

La esencia del hombre no envuelve la existencia necesaria, es decir, puede suceder... que este o aquel hombre exista o no exista.

2. Proposición: El str dt la sustancia no pertenece a la esencia del hombre... no es una sustancia la forma del hombre.

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Spinoza 32 7

Demostración: A la sustancia le compete necesariamente el existir, pero el hombre no existe necesariamente, y en consecuencia, el ser de la sustancia no pertenece a la esencia del hombre.

3. Corolario: De la proposición anterior podemos decir del hombre que su esencia la constituyen ciertas modificaciones de los atributos de Dios.

c) Teoremas sobre los elementos del compuesto humano. 1. Axioma II. El hombre piensa. 2. Axioma III. La idea en tanto que idea o la idea como representativa

del algo son los modos del pensar. No hay modos de pensar tales como el amor, el deseo, o cualquier otro que pueda ser designado con el nombre de afección del alma, sino en cuanto es dada en el mismo individuo una idea de la cosa amada, deseada, etc. Pero una idea puede ser dada sin que sea dado ningún otro modo de pensar.

3. Proposición: La idea de un singular existente actualmente es el primer elemento constitutivo de la esencia actual del Alma humana: Lo que constituye primero el ser actual del Alma humana, no es más que la idea de una cosa singular existente en acto. Demostración: Hemos demostrado que la esencia del hombre no es más que ciertas modificaciones de los atributos de Dios, y axiomatiza-do que el hombre piensa y que la idea es el primer modo de pensar. De aquí se infiere que la idea es lo primero que se encuentra en el individuo humano. Pero no la idea de una cosa no existente (de lo

. contrario el hombre no existiría) ...y, no de una cosa infinita; porque una cosa infinita debe existir siempre necesariamente, cosa absurda en el hombre. En consecuencia, la idea de una cosa singular existente en acto constituye el ser actual del Alma.

4. Proposición: El objeto de la idea que constituye el Alma humana es el Cuerpo, es decir, cierto modo de la extensión existente en acto, y no es otra cosa. Demostración: Es evidente que el Alma humana tiene ideas de las afecciones del Cuerpo (Ax. 4: comprendemos que un cuerpo determinado es afectado de muchas maneras) y que todo efecto se sigue necesariamen-te de una causa (Ax. III, parte I). El Alma humana conoce los efectos (afecciones) del Cuerpo y por el Ax. (parte I, que dice: El conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa y la envuelve), se infiere que el objeto que constituye el Alma humana es el Cuerpo tal como existe en acto.

5. Conclusión: Corolario a la anterior proposición: Se deduce de aquí que el hombre consta de Alma y Cuerpo, y que el Cuerpo humano existe desde el momento en que le sentimos.

La esencia del hombre no es más que ciertas modificaciones de dos atributos: pensamiento y extensión. Ax. 5: No comprendemos ni perci-bimos más cosas singulares que los cuerpos y los modos de pensar.

d) Teoremas sobre la relación Alma-Cuerpo en el hombre. 1. Proposición: el Alma está unida al Cuerpo de la misma manera que la

idea del Alma lo está del Alma. Demostración: El Alma está unida al cuerpo por ser el Cuerpo el objeto del Alma. Esto e». cierto si tenemos en cuenta que la idea del Cuerpo y el Cuerpo, ti dteir •/ Alma y el Cuerpo, son un solo y mismo Individuo

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•349 El racionalismo

que se concibe tan pronto bajo el atributo del Pensamiento como bajo el de la Extensión. La idea del cuerpo y el Alma son modos del Pensa-miento, y la idea de Alma y Cuerpo son modos de la Extensión. Según Spinoza un modo de la extensión (Cuerpo) y la idea de ese modo (idea del Alma), es una y misma cosa, pero expresada de dos maneras. En ambos órdenes encontramos una sola y misma conexión de causas. Existe un paralelismo entre el orden necesario y la conexión de causas de las ideas y de las cosas.

2. Proposición: Ni el Cuerpo puede determinar el Alma a pensar, ni el Alma puede determinar al Cuerpo al movimiento o el reposo. Demostración: Todos los modos de pensar tienen por causa y se conciben bajo el atributo Pensamiento y no se explican por medio de otro atributo que no sea el Pensamiento. En consecuencia, lo que determina el Alma a pensar es un modo de Pensar y no un modo de la Extensión. Lo mismo se sigue de los modos de la Extensión. Alma y Cuerpo no se pueden influir mutuamente, aunque siendo el mismo el orden de las ideas y de las cosas es necesario que el orden de las acciones y de las pasiones de nuestro Cuerpo concuerde por naturaleza con el orden de las acciones y pasiones del Alma.

3. Proposición: Según están ordenados y encadenados en el Alma los pen-samientos y las ideas de las cosas, así están correlativamente odenadas y encadenadas en al Cuerpo las afecciones del mismo, es decir, las imágenes de las cosas. Demostración: El orden y la conexión de las ideas son los mismos que el orden y la conexión de las cosas, e inversamente, el orden de las cosas es el mismo que el orden de las ideas.

e) Teoremas sobre el conocimiento humano. 1. Grados del conoeimiento humano:

1.1. Conocimiento de primer grado: tiene por objeto lo singular representado por los sentidos (conocimiento por experiencia) y el recuerdo. Llama a este modo Imaginación.

1.2. Conocimiento de segundo género: tiene por objeto la noción común y las ideas adecuadas de las propiedades de las cosas. Llama a este modo Razón.

1.3. Conocimiento de tercer género: tiene por objeto la idea adecuada de la ciencia formal de ciertos atributos de Dios para pasar al conocimiento adecuado de la esencia de las cosas. Lo llama Ciencia Intuitiva.

2. Sobre la verdad y su criterio: 2.1. Noción de verdad: Ax. 6, parte I, Una idea verdadera debe estar

de acuerdo con el objeto de que es idea. 2.2. Causa de la verdad y falsedad:

a) Causa de la verdad: Las ideas que son adecuadas y perfectas son necesariamente verdaderas. — Idea adecuada: cuando expresa de forma clara y distinta la

naturaleza de una cosa considerada en sí misma. — Idea perfecta: cuando se tiene un conocimiento completo

de una cosa. El conocimiento (de segundo y tercer género) al tener por objeto ideas que son adecuadas es necesariamente verdadero.

Page 22: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

Spinoza 32 7

b) Causa de la falsedad: El conocimiento del primer grado es la única causa de la falsedad porque le pertenecen ideas que son inadecuadas y confusas.

2.3. Naturaleza de los tres géneros de conocimiento: a) Pertenece a la naturaleza de la Imaginación considerar las

cosas como contingentes (imaginamos como contingentes las cosas relacionadas tanto con el tiempo presente como con el pasado o futuro).

b) Pertenece a la naturaleza de la Razón considerar las cosas, no como contingentes, sino como necesarias. Esto se prueba por el objeto de tal género de conocimiento: Pertenece a la naturale-za de la Razón percibir las cosas necesariamente, a saber: como son en sí, es decir, no como contingentes, sino como necesarias.

c) Pertenece a la naturaleza de la Razón percibir las cosas como poseyendo una especie de eternidad. Explicación: Los principios de la Razón son nociones que explican lo que es común a todas las cosas, y no explican la esencia de cosa alguna singular; por consiguiente, deben ser concebidos sin relación alguna con el tiempo y como poseyendo cierta especie de eternidad.

f ) Teoremas sobre la voluntad y libertad humana. 1. La voluntad y el entendimiento son una sola y misma cosa. Demostra-

ción: puesto que una volición singular y una idea singular son una y misma cosa ya que querer es afirmar o negar la idea, en consecuencia voluntad y entendimiento son una misma cosa.

2. Negación de la libertad en el hombre: El Alma es un modo determinado del pensar y así no puede ser una causa libre.

3. Explicación de la libertad: 3.1. Proposición: La voluntad no puede llamarse causa libre, sino sola-

mente causa necesaria. Demostración: la voluntad es un cierto modo de pensar y para poder producir un efecto es preciso que esté determinada por una causa. Una voluntad finita requiere una causa que la determine a existir y a producir algún efecto, y así no puede llamarse causa libre, sino necesaria o forzada.

3.2. Proposición: No hay nada contingente en la naturaleza; todo en ella está determinado por la necesidad de la naturaleza divina. Demostración: Todo lo que es, es en Dios y Dios no puede ser llamado cosa contingente, porque existe necesariamente.

3.3. Proposición: Es falso que el hombre sea libre. Sólo el ignorante cree que el hombre es libre. Demostración: Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas por que son determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no conocen causa alguna de sus acciones.

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•332 El racionalismo

T E X T O 2 :

Naturaleza y propiedades de la sustancia

1. Etica demostrada según el orden geométrico (primera parte, de Dios). «Proposición V.

N o puede haber en la naturaleza dos o más sustancias d e igual naturaleza o atr ibuto.

Demostración. Si existiesen varias sustancias distintas, se deberían distinguir entre sí, o por la diversidad de los

atr ibutos, o por la diversidad de las afecciones (Proposición anter ior : dos o más cosas distintas se distinguen entre sí, bien por la diversidad de a t r ibutos de las sustancias, bien por la diversidad de las afecciones de las sustancias). Si se distinguen solamente p o r la diversidad de los atr ibutos, está demos t rado que no hay más que una del mismo atr ibuto. Si se distinguen por la diversidad de las afecciones, como una sustancia es anter ior en naturaleza a sus afecciones (Proposición 1), no se podrá , pon iendo apa r t e sus afecciones y considerándola en sí misma, es decir (Definición 3 y Axioma 6), en verdad, concebirla como distinta de o t ra ; en otros términos: no podrá haber muchas sustancias, sino una. Q.E.D.

Proposic ión VI.

U n a sustancia no puede ser producida por otra sustancia.

Demostración.

N o puede haber en la naturaleza dos sustancias de igual a t r ibuto (Proposición anterior), es decir (Proposición 2), que tengan entre sí algo en común ; y así (Proposición 3), la una no puede ser causa de la otra, o dicho de ot ro m o d o : la una no puede ser producida por la otra. Q.E.D. (...)

O t r a demostración.

Esta proposición se demuestra más fácilmente a ú n por lo absurdo de la contradictoria . Si, en efecto, una sustancia pudiese ser p roduc ida p o r o t ra cosa, su conocimiento debería depender del conocimiento de su causa (Axioma 4), y así (Definición 3) no sería una sustancia.

Proposición VII.

Pertenece a la naturaleza de una sustancia existir.

Demostración.

U n a sustancia no puede ser producida por o t ra cosa (Corolario de la proposición anterior); t endrá que ser, pues, causa de si misma, es decir (Definición 1), que su esencia envuelve necesaria-mente la existencia, o dicho de otra manera , que pertenece a su naturaleza existir. Q.E.D.

Proposic ión VIII.

T o d a sustancia es necesariamente infinita.

Demostración.

Teniendo una sustancia cierto atr ibuto, no puede ser más que única (Proposición 5) y pertenece a su naturaleza existir (Proposición 7). Será, pues, p rop io de su naturaleza existir como cosa finita o como cosa infinita. Pe ro no puede existir como cosa finita; porque (Definición 2) debería estar l imitada por o t ra de la misma naturaleza, la cual también debería necesariamente existir (Propoii> ción 7); habría, pues, dos sustancias de igual a t r ibuto, lo cual es absurdo (Proposición 5). Exista, pues, como infinita. Q.E.D.

Escolio I.

C o m o 'ser finito' es, en realidad, una negación parcial, y 'ser infinito' la af irmación absoluta da la existencia de una naturaleza cualquiera, se sigue, de la sola Proposición 1, que toda sustancia debe ser infinita.

Page 24: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

Spinoza 32 7

(...)

Proposic ión IX.

Cuan to mayor realidad o ser posee cada cosa, t an to mayor número de a t r ibutos le pertenecen.

Demostración.

Esto es evidente p o r la Definición 4.

Proposición X.

Cada uno de los a t r ibutos de una misma sustancia debe ser concebido por sí mismo.

Demostración. U n a t r ibuto es, en efecto, lo que el entendimiento percibe de una sustancia como const i tuyendo su

esencia (Definición 4); y, por consiguiente, debe ser concebido (Definición 3) por sí mismo. Q.E.D.

Escolio.

De esto resulta que aunque dos a t r ibutos se conciban como realmente distintos, es decir, el uno sin el auxilio del otro, n o podemos, sin embargo, deducir de ahí que consti tuyen dos seres, es decir, dos sustancias diversas, porque es propio de la naturaleza de un a sustancia que cada uno de sus a t r ibutos sea concebido por sí mismo, puesto que todos los a t r ibutos que posee han existido siempre a la vez en ella, y el uno no puede ser producido por el otro, sino que cada uno expresa la real idad o el ser de la sustancia. Dista mucho de una misma sustancia; por el contrario, nada existe en la naturaleza más claro que esto: cada ser debe ser concebido ba jo cierto a t r ibuto y cuan to mayor realidad o ser posee, tan to mayor número de a t r ibutos tienen que expresan una necesidad, o dicho de o t ro modo , una eternidad y una inf inidad; y, por consiguiente, nada más claro que esto: un ser absolutamente infinito debe ser definido necesariamente (como se dice en la Definición 6); un ser que está consti tuido por una infinidad de a t r ibutos de los que cada uno expresa cierta esencia eterna e infinita. Si se pregunta ahora por qu¿ signo podremos reconocer la diversidad de las sustancias, léanse las proposiciones siguientes, que manifiestan que no existe en la naturaleza más que una sustancia única que es absolutamente infinita, por lo cual se buscaría en vano dicho signo.»

COMENTARIO:

1. Expresar esquemáticamente la estructura del texto.

2. Análisis semántico de los términos: 'sustancia', 'atributo', 'naturaleza','afección', 'causa', 'existencia', 'causa de sí', 'esencia', 'infinito', 'concebido por sí mismo', 'eternidad', 'realidad'.

3. Análisis semántico de enunciados.

3.1. 'Si existiesen varias sustancias distintas, se deberían distinguir entre sí, o por la diversidad de los atributos, o por la diversidad de las afecciones.'

3.2. 'Si se distinguen solamente por la diversidad de los atributos, está demostrado que no hay más que una del mismo atributo.'

3.3. 'Si se distinguen por la diversidad de las afecciones, como una sustancia es anterior en naturaleza a sus afecciones, no se podrá, poniendo aparte sus afecciones y considerándola en sí misma... concebirla como distinta de otra.'

3.4. "Si... una sustancia pudiese ser producida por otra cosa, su conocimiento debería depender del conocimiento, de su causa, y así no sería una sustancia.'

3.5. 'Una sustancia no puede ser producida por otra; tendrá que ser, pues, causa de sí misma.'

3.6. '(La sustancia) no puede existir como cosa finita; porque deberla estar limita-da por otra de la miima naturaleza, la cual también deberla necesariamente

Page 25: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

•334 El racionalismo

existir; habría, pues, dos sustancias de igual atributo, lo cual es absurdo.' 3.7. 'Ser finito es, en realidad, una negación parcial, y ser infinito la afirmación

absoluta de la existencia de una naturaleza cualquiera.' 3.8. 'Aunque dos atributos se conciban como realmente distintos... no podemos

deducir de ahí que constituyen dos seres, es decir, dos sustancias diversas.' 3.9. 'Cada ser debe ser concebido bajo cierto atributo y cuanto mayor realidad o

ser posee, tanto mayor número de atributos tiene que expresan una necesidad.' 3.10. 'Un ser absolutamente infinito debe ser definido necesariamente.'

4. Análisis formal de las proposiciones.

4.1. Análisis formal de la Proposición V. 1. ¿Cuáles son los supuestos de la argumentación? 2. ¿Qué esquema de inferencia se utiliza en la misma? 3. Cita los consecuentes de las dos premisas condicionales.

4.2. Análisis formal de la Proposición VI. 1. ¿Cuáles son los supuestos de la argumentación? 2. Cita los términos extremos y medio en las premisas. 3. ¿Qué esquema de inferencia se utiliza en la argumentación? 4. ¿En qué consiste la prueba indirecta o por reducción al absurdo?

4.3. Análisis formal de la Proposición VII. 1. ¿Qué se infiere como conclusión? 2. La conclusión se infiere mediata o inmediatamente. 3. A la conclusión se le ha aplicado una ley de transformación, ¿cuál es y en

qué consiste?

4.4. Análisis formal de la Proposición VIII. 1. ¿Cuál es el esquema de inferencia utilizado en la argumentación? 2. ¿La disyunción que aparece en la premisa mayor es inclusiva o exclusiva? 3. ¿Cómo argumenta, en la premisa menor, la negación de uno de los miem-

bros de la disyunción?

5. Comprensión del texto.

5.1. Primer grado de comprensión: 1. ¿En qué pueden diferir dos sustancias diversas? 2. ¿Por qué una sustancia es anterior, en naturaleza, a sus afecciones? 3. ¿Por qué es absurdo que una sustancia sea causada por otra? 4. ¿Por qué un mismo atributo no puede pertenecer a sustancias distintas? 5. ¿Por qué la finitud expresa negación parcial?

5.2. Segundo grado de comprensión: 1. ¿Por qué el grado de realidad de un ser depende del número de su»

atributos? 2. ¿Qué le añade el atributo a la sustancia? 3. ¿Acaso la existencia es un predicado de la esencia? 4. ¿Por qué es inconcebible una sustancia finita? 5. ¿Por qué los atributos expresan necesidad?

Page 26: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

Spinoza 335

T E X T O 3 :

Relación alma y cuerpo

1. Etica demostrada según el orden geométrico (segunda parte, de la naturaleza y del origen del alma). «Proposición VII.

El orden y la conexión de las ideas son los mismos que el orden y la conexión de las cosas.

Demostración. Esto es evidente por el Axioma 4, par te I. Po rque la idea de cada cosa causada depende del

conocimiento de la causa cuyo efecto es.

Corolario.

Se deduce de aquí que la potencia de pensar de Dios es igual a su potencia actual de obrar , es decir, t odo lo que se sigue formalmente de la natura leza infinita de Dios, se sigue también en Dios objetivamente, en el mismo orden y con la misma conexión de la idea de Dios. (...)

Proposic ión XXI.

Esta idea del Alma está unida al Alma de la misma manera que el Alma está unida al Cuerpo.

Demostración.

Hemos deducido que el Alma está unida al Cuerpo p o r ser el Cuerpo el objeto del Alma (véase Prop. 12 y 13), y, por consiguiente, la idea del Alma debe estar unida con su obje to por la misma razón, es decir, debe estar unida con el Alma de la misma manera que el Alma está unida al Cuerpo. Q.E.D.

Escolio.

Esta proposición se comprende con mayor claridad por lo que dijimos en el Escolio de la Proposi-ción 7; en efecto, demos t ramos allí que la idea del Cuerpo y el Cuerpo, es decir (Prop. 13), el Alma y el Cuerpo, son un solo y mismo Individuo que se concibe tan p ron to ba jo el a t r ibuto del Pensamiento como ba jo el de la Extensión; por esto, la idea del Alma y el Alma son una sola y misma cosa que se concibe ba jo un solo y mismo atr ibuto, a saber: el Pensamiento. La existencia de la idea del Alma y la del Alma misma se siguen en Dios con idéntica necesidad de la misma potencia de pensar. Porque, en realidad, la idea del Alma, es decir, la idea de la idea, n o es otra cosa que la forma de la idea, en cuanto ésta es considerada como un m o d o del pensar sin relación con el obje to; de igual modo , cualquiera que sabe alguna cosa, sabe por esto mismo que la sabe, y sabe al mismo t iempo que sabe que la sabe, y asi hasta lo infinito. Pe ro de esto hablaremos más tarde.»

2. Etica demostrada según el orden geométrico (tercera parte, del origen y de la naturaleza de las afecciones). «Proposición II.

Ni el Cuerpo puede determinar al Alma a pensar, ni el Alma puede determinar al Cue rpo al movimiento o al reposo o a alguna otra manera de ser (si hay alguna otra).

Demostración.

Todos los m o d o s de pensar tienen a Dios por causa en cuanto es cosa pensante, no en cuanto se explica por medio de ot ro a t r ibuto (Prop. 6, p. II). P o r consiguiente, lo que determina al Alma a pénsar es un m o d o del Pensar y no de la Extensión, es decir (Def. 1, p. II), n o es un C u e r p o ; y esto era lo primero. Además, el movimiento y el reposo del Cuerpo deben provenir de ot ro Cuerpo que haya sido igualmente de terminado al movimiento y al reposo por otro, y, absolu tamente hablando, todo lo que sobreviene en un cuerpo debe venir de Dios, en cuanto se le considera c o m o afectado de un m o d o de la ExtMilón y no de un m o d o del Pensar (Prop. 6, p. II); es decir, n o puede provenir del Alma que (Prop. 11, p, II) II un modo de pensar. Y esto era lo segundo. Por tanto, ni el Cuerpo, etc. Q.E.D.

. . . . ^ ¡ ¿ ^ 1 .

Page 27: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

•336 El racionalismo

Escolio.

Lo que precede se comprende con más claridad por lo que se dijo en el Escolio de la Proposi -ción 7, Par te II, a saber: que el Alma y el Cuerpo son una sola y misma cosa que se concibe tan p ron to ba jo el a t r ibuto del Pensamiento, como ba jo el de la Extensión. De donde proviene que, siendo el mismo orden o encadenamiento de las cosas, sea concebida la Natura leza b a j o tal a t r ibuto o ba jo tal o t ro ; y, por consiguiente, que el orden de las acciones y de las pasiones de nuest ro cuerpo concuerde por naturaleza con el orden de las acciones y de las pasiones del Alma... T o d o esto demuestra claramente que t an to el decreto como el apet i to del Alma, y la determinación del Cuerpo son, por su naturaleza, cosas si miramos ba jo el a t r ibuto del Pensamiento y es explicada por él, y Determinación cuando se la considera ba jo el a t r ibuto de la Extensión y se la deduce de las leyes del movimiento y del reposo; ...»

3. Etica demostrada según el orden geométrico (quinta parte, de la potencia del entendimiento o de la libertad humana). «Proposición I.

Según están ordenados y encadenados en el Alma los pensamientos y las ideas de las cosas, así están correlat ivamente ordenadas y encadenadas en el Cuerpo las afecciones del mismo, es decir, las imágenes de las cosas.

Demostración.

El orden y la conexión de las ideas son los mismos que el orden y la conexión de las cosas (Prop. 7, p. II), e inversamente, el orden y la conexión de las cosas son los mismos que el orden y la conexión de las ideas. (Corol. de las Prop. 6 y 7, p. II). De igual modo, pues, que el orden y la conexión de las ideas se reglamentan en al Alma conforme al orden y al encadenamiento de las afecciones del Cuerpo (Prop. 18, p. II), a la inversa (Prop. 2, p III) el orden y la conexión de las afecciones del cuerpo se reglamentan conforme al orden y al encadenamiento de los pensamientos y de las ideas de las cosas del Alma. Q.E.D.»

COMENTARIO:

1. Expresar esquemáticamente 11 estructura básica de los textos.

2. Análisis semántico de los tér, tinos: 'orden de las ideas', 'orden de las cosas', 'potencia de pensar', 'potencia actual de obrar', 'deducción formal', 'deducción objetiva', 'idea del alma', 'alma', 'individuo', 'atributo', 'pensamiento', 'exten-sión', 'modo de pensar', 'naturaleza', 'decreto', 'determinación'.

3. Análisis semántico de enunciados. 3.1. 'El orden y la conexión de las ideas son lo mismo que el orden y la conexión

de las cosas.' 3.2. 'Todo lo que se sigue formalmente de la naturaleza infinita de Dios, se sigue

también en Dios objetivamente, en el mismo orden y con la misma conexión de la idea de Dios.'

3.3. 'El Alma está unida al Cuerpo por ser el Cuerpo el objeto del Alma.' 3.4. 'El Alma y el Cuerpo son uno solo y mismo Individuo que se concibe tan

pronto bajo el atributo del Pensamiento como bajo el de la Extensión.' 3.5. 'La idea del Alma, es decir, la idea de la idea, no es otra cosa que la forma de

la idea.' 3.6. 'Lo que determina el Alma a pensar es un modo del Pensamiento y no de la

Extensión, es decir, no es un Cuerpo.' 3.7. 'El movimiento y el reposo del Cuerpo deben provenir de otro Cuerpo que

haya sido igualmente determinudo al movimiento y al reposo por otro, y, absolutamente hablando, todo lo que sobreviene en un cuerpo debe venir de

Page 28: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

Spinoza 32 7

Dios, en cuanto se le considera como afectado de un modo de la Extensión y no de un modo del Pensar.'

3.8. 'El Alma y el Cuerpo son una sola y misma cosa que se concibe tan pronto bajo el atributo del Pensamiento, como bajo el de la Extensión.'

3.9. 'Todo esto demuestra claramente que tanto el decreto como el apetito del Alma y la determinación del Cuerpo son, por su naturaleza, cosas simultá-neas.'

3.10. 'El orden y la conexión de las ideas son los mismos que el orden y la conexión de las cosas, e inversamente, el orden y la conexión de las cosas son los mismos que el orden y la conexión de las ideas.'

4. Análisis formal de las proposiciones.

4.1. Análisis formal de la Proposición VII (del 1 texto). 1. ¿Cuál es el supuesto inicial de la argumentación? 2. ¿Cuál es el fundamento del paralelismo entre el orden ideal y el orden

real? 3. ¿Acaso de la necesidad de la causa se infiere o sigue la necesidad de los

efectos?

4.2. Análisis formal de la Proposición XXI (del 1 texto). 1. ¿Cuál es el supuesto inicial de la argumentación? 2. ¿Cuál es la diferencia entre unidad individual y unidad sustancial? 3. Analiza el aspecto formal y objetivo de la idea del alma. 4. ¿Qué se infiere como conclusión? 5. ¿Cuál es la diferencia entre idea del Alma e idea del Cuerpo? ¿Cuáles son

los objetos de tales ideas? 6. ¿Por qué existe o forman unidad la idea y el objeto representado por ella?

4.3. Análisis formal de la Proposición II (del 2 texto). 1. Cita el supuesto inicial de la argumentación. 2. Analiza la dependencia real y lógica del efecto (modo) con respecto a su

causa (atributo). 3. ¿Por qué modos de distinta naturaleza no pueden ser determinados por

un mismo atributo? 4. ¿Por qüé el orden y encadenamiento de los efectos no es contingente? 5. El principio: de una causa necesaria se siguen efectos con sucesión nece-

saria, ¿es evidente de por sí?

5. Comprensión de los textos.

5.1. Primer grado de comprensión: 1. ¿Qué significado adquiere en el texto el término 'cosa'? 2. ¿Alma y cuerpo son dos ideas claras y distintas? 3. ¿Por qué no acepta Spinoza la 'vía de la influencia' con respecto a la

relación alma-cuerpo en el hombre? 4. ¿Qué tipo de unidad defiende Spinoza al hablar del compuesto humano? 5. ¿Cómo es posible la correlación entre los modos de pensar y las afecciones

del cuerpo en la teoría spinociana? 6. ¿En qué difieren el pensar divino del pensar humano?

5.2. Segundo grado de comprensión:

Page 29: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

•338 El racionalismo

1. ¿Acaso la unidad alma-cuerpo es la misma que la unidad formada por la idea del alma y el alma?

2. La potencia de obrar y de pensar divinos ¿son realmente distintos? 3. ¿Por qué el pensar divino es una potencia? 4. ¿Por qué define el alma como idea de la idea? 5. ¿Por qué no es posible que el alma actúe sobre el cuerpo, y éste sobre el

alma? 6. ¿En qué se diferencia el decreto del apetito?

LEIBNIZ

1. Teoría del conocimiento.

1.1. De las ideas: naturaleza y origen. a) La idea es el objeto inmediato del pensamiento y expresa una forma o

esencia de la cosa. Distingue en el pensamiento el acto del objeto. Los actos o modos del pensar son distintos entre sí y sólo están presentes en la mente cuando pensamos; el objeto es aquella cualidad mental que expresa alguna naturaleza: Y yo creo que esta cualidad de nuestra alma, en tanto que expresa alguna naturaleza, forma o esencia es propiamente la idea de la cosa, que está en nosotros, y que siempre está en nosotros, pensemos o no pensemos en ella.

b) Distinción entre idea y concepto: en sentido metafísico, la expresión de una forma o naturaleza en tanto que está en nuestra alma, se la conciba o no, es una idea; en lenguaje popular, las expresiones que se conciben o forman,

' se pueden llamar nociones. c) Origen de las ideas y los conceptos.

1. Origen innato de las ideas: según Leibniz las sustancias simples (p. ej., el Alma humana) no tienen ventanas y cada una de ellas es una imagen de todo el universo. De donde que no pueden padecer acción alguna del exterior, y, en consecuencia, las ideas son innatas. a) Postulado fundamental: Nihil est in intellectu, quod non fuerit in

sensu, excipe: nisi ipse intellectus. b) Interpretación de la teoría platónica de la reminiscencia: Tenemos

en el espíritu todas estas formas, e incluso desde siempre... Esto es lo que Platón consideró... cuando expuso su reminiscencia, que tiene mucha solidez mientras se entienda bien, se la purgue del error de la preexistencia... Lo que demuestra que nuestra alma sabe todo esto virtualmente y sólo necesita animadversión (atención del espíritu) para conocer las verdades...

2. Origen de los conceptos: es siempre falso que todas nuestras nociones vienen de los sentidos externos, pues las que yo tengo de mí y de mi pensamiento... vienen de una experiencia interna.

1.2. Clases de ideas según el modo como se perciben. a) Conocimiento confuso: es el poder de reconocer una cosa entre otras, sin

poder decir en qué consisten sus diferencias. b) Conocimiento distinto: cuando puedo explicar los caracteres (diferencias o

Page 30: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

Leibniz 339

propiedades) de una cosa. El conocimiento distinto puede ser: analítico (adecuado) o intuitivo (=forma más completa de conocimiento): Así, pues, sólo cuando nuestro conocimiento es claro en las nociones confusas, o cuando es intuitivo en las distintas, vemos su idea entera.

1.3. Modalidad de la percepción. a) Pequeñas percepciones: Estado en el cual no nos acordamos de nada y no

tenemos ninguna percepción distinta. b) La percepción que tiene por principio la Memoria e Imaginación: Los

hombres actúan como las bestias en cuanto que las consecuciones de sus percepciones no se realizan más que por el principio de la memoria, y no actúan sino como los Empíricos, que tienen una simple práctica sin teoría.

c) La percepción que tiene por principio la razón: Pero el conocimiento de las verdades necesarias y eternas es el que nos distingue de dos simples animales y nos hace tener Razón y las Ciencias, elevándose al conocimiento de nosotros mismos y de Dios.

2. De la verdad: noción y clases.

2.1. Noción de verdad: Según Leibniz la verdad es la adecuación o corresponden-cia de la mente con las cosas: ...con buscar la verdad en. la correspondencia de las proposiciones en la mente con las cosas...

2.2. Clases de proposiciones verdaderas: a) Verdades de razón (necesarias y eternas): Las verdades de Razonamiento son

necesarias, y su opuesto es imposible. b) Verdades de hecho: una proposición no es necesaria (=fáctica) cuando es

posible negarla sin contradicción. Las verdades de hecho son contingentes y su opuesto es posible.

3. Principios fundamentales de las proposiciones verdaderas. 3.1. Principio de contradicción: en virtud del cual juzgamos falso lo que implica

contradicción, y verdadero lo que es opuesto o contradictorio a lo falso. 3.2. Principio de razón suficiente: en virtud del cual consideramos que no podría

hallarse ningún hecho verdadero o existente... sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otro modo.

4. El análisis, métodó para hallar la razón (necesaria o suficiente) de las proposicio-nes verdaderas.

4.1. Análisis de las verdades necesarias: Cuando una verdad es necesaria, se puede hallar su razón por medio de análisis, resolviéndola en ideas y verdades más simples, hasta que se llega a las primitivas.

4.2. Análisis de las verdades contingentes: el análisis de un hecho consiste en buscar las razones particulares del mismo y como la serie de razones explica-tiva de un hecho es infinito, la mente humana jamás podrá explicar el análisis a los fenómenos contingentes. Sólo Dios (por su mente infinita) las puede analizar: es necesario que la razón suficiente o última de la serie esté fuera de la serie.

4.3. Consecuencias: las verdades de razón son finitamente analizables, por el contrario las de hecho son Infinitamente analizables.

4.4. Reducción de las verdades de hecho a las de razón: ...en las verdades contin-gentes... la reducción (a Vtréadti »videntes de por si o necesarias) progresa

• i umútr» ,

Page 31: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

•340 El racionalismo

hacia el infinito sin terminar nunca. Y así, la certeza y razón perfecta de las verdades contingentes sólo es conocida por Dios, que abarca el infinito en una intuición.

La Metafísica

1. Supuestos previos. 1.1. Noción de sustancia: La sustancia es un Ser capaz de acción. La sustancia no

es inerte; cada sustancia es el principio o fuente de todas sus actividades, de donde la distinción entre fuerza primitiva y la sucesión de actividades concretas que dimanan de la fuerza originaria o primitiva.

1.2. Clases de sustancias: La sustancia es simple o compuesta. a) Sustancia simple: La sustancia simple es la que carece de partes, y se

denomina 'mónada' (Monas es una palabra griega que significa unidad, o aquello que es uno).

b) Sustancia compuesta: La sustancia compuesta es el conjunto de sustancias simples, o de Mónadas.

1.3. Necesidad de la existencia de sustancias simples o individuales (atomismo leibniciano): Es necesario que haya sustancias simples, puesto que hay compues-tas; porque lo compuesto no es otra cosa que un montón o aggregatum de simples. a) Lo compuesto es inconsistente e insustancial: La sustancia o naturaleza del

cuerpo no debe consistir solamente en la extensión (como postulaba Des-cartes), es decir, en la magnitud, figura y movimiento, puesto que donde hay divisibilidad es imposible que se dé identidad y subsistencia (atributos propios de la sustancia). Luego sin lo simple no es posible que se dé lo compuesto.

b) Atomismo leibniciano: En consecuencia, toda la naturaleza está llena de vida. Las Mónadas son los verdaderos Atomos de la Naturaleza y, en una palabra, los Elementos de las cosas.

1.4. Naturaleza de la sustancia simple. a) Las sustancias simples en tanto que formas sustanciales o entelequias son

principios activos, es decir, capacidades o potencialidades de obrar por si mismas y no precisan de causas externas que las hagan activas.

b) Las sustancias simples creadas, en tanto que limitadas e imperfectas, con-tienen un principio pasivo denominado materia prima. La materia prima se utiliza también en un sentido diferente del anterior, pues la esencia de la materia es la resistencia e implica la impenetrabilidad: la fuerza pasiva es aquella resistencia por la cual un cuerpo resiste no solamente a la penetración, sino también al movimiento (impenetrabilidad e inercia natural).

c) La mónada completa resulta de los principios activos (alma o entelequia primitiva) y pasivos (materia primaria o fuerza pasiva primitiva).

1.5. Caracteres de las mónadas o sustancias simples. a) Las mónadas son simples e inextensas:

1. Simplicidad: La Mónada... no es otra cosa que una sustancia simple, que forma parte de los compuestos; simple, es decir, sin partes.

Page 32: Antologia y comentario de textos filosoficos. racionalismo

Leibniz 341

2. Inextensión: Allí donde no hay partes no hay, por consecuencia, ni extensión, ni figura, ni divisibilidad posibles.

b) Lo que es simple ni nace ni se corrompe: 1. La corrupción es la disolución o separación de las partes de un todo,

pero la mónada es simple, ergo... No hay que temer en ningún caso la disolución, y no es concebible ninguna manera mediante la cual una sustancia simple pueda perecer naturalmente.

2. La generación es la composición o unión de las partes para formar un todo, por lo que lo simple es ingénito: Por la misma razón no hay tampoco ninguna, mediante la cual una sustancia simple pueda comenzar naturalmente, puesto que no podría ser formada por composición.

3. Conclusión: Por tanto se puede decir que las Mónadas no podrían comenzar ni terminar de una vez, es decir, no podrían comenzar más que por creación, y terminar más que por aniquilación; por el contrario, aquello que está compuesto comienza y termina por partes.

c) No es posible la interacción: el principio de causalidad eficiente se funda-menta en un principio activo por parte de la causa y en otro pasivo por parte del efecto, pero las mónadas son todas activas, luego no es posible la interacción causal: No hay medio tampoco de explicar cómo una Mónada pudiera ser alterada, o cambiada en su interior por alguna otra criatura... Las Mónadas no tienen ventanas, por las cuales alguna cosa pueda entrar o salir de ellas.

d) Infinidad de las mónadas (en contra del monismo de Spinoza): En vez de un número infinito, deberíamos decir que hay más de lo que cualquier número puede expresar.

e) Cada sustancia singular expresa el universo a su manera: toda sustancia es como un mundo completo y como un espejo de Dios; o bien, de todo el universo que cada una de ellas expresa a su manera.

f ) Principio de los indiscernibles: las mónadas no se distinguen según la cantidad (son inextensas), sino por sus cualidades. 1. Crítica de la teoría del principio de individuación tomista: no es cierto

que dos sustancias se parezcan enteramente y sea diferente sólo en núme-ro.

2. Por la cantidad las mónadas serían indistinguibles. Es necesario tam-bién que cada una de las Mónadas sea diferente de toda otra. Porque no hay en la Naturaleza dos Seres que sean perfectamente el uno como el otro (dos mónadas iguales serían indiscernibles), y donde no sea posible encontrar una diferencia interna, o fundamentada en una denominación intrínseca.

1.6. Atributos y clases de mónadas simples. a) La perfección y sus grados: el grado de independencia de las mónadas

determina el grado de perfección de las mismas. Esta Substancia Suprema-no tiene nada fuera de ella que sea independiente de ella. De donde se sigue

* que Dios es absolutamente perfecto... b) De la Mónada Primitiva y de las derivadas: Dios es la Unidad Primitiva, o

la substancia simple originaria, del cual son producciones todas las Mónadas creadas o derivadas.

c) Atributos esenciales de las Mónadas: 1. Atributos de la Mónada limpie originaria: En Dios hay la Potencia, que

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•361 El racionalismo

es el origen de todo, después el Conocimiento, que contiene el detalle de las ideas, y, por último, la Voluntad, que realiza los cambios ó produccio-nes según el principio de lo mejor.

2. Atributos de la Mónada creada: en las Mónadas creadas (la Potencia) la realiza el Sujeto o Base (el Conocimiento), la Facultad Perceptiva y (la Voluntad), la Facultad Apetitiva.

d) Nombres o denominaciones de las mónadas creadas: 1. En tanto que poseen un principio interno de acción (acción = perfec-

ción) se las puede denominar Entelequias: Se podría dar el nombre de Entelequias a todas las... Mónadas creadas, porque tienen en sí misma una cierta perfección, hay en ellas una suficiencia que las convierte en fuentes de sus acciones internas.

2. En tanto que poseen percepciones y apetitos se las puede llamar Almas: Si queremos llamar Alma a todo lo que tiene percepciones y apetitos en el sentido general... todas las substancias simples o Mónadas creadas podrían ser llamadas Almas. En consecuencia toda la naturaleza está llena de vida (animismo universal). percepción y sus grados: La percepción es aquella condición interna de la mónada que representa cosas externas. Esto se sigue del postulado que afirma que cada móna-da refleja en sí misma la totalidad del universo. Por lo que la percep-ción comprende o representa una multitud en la unidad. La apercepción o conciencia se da cuando el perceptor tiene conciencia de su percepción. El objeto de la apercepción es el mundo interior o el Yo y cuando considera que esto y aquello se halla en nosotros.

f ) Clases de Mónadas creadas según el grado de percepción: 1. Tipos de mónadas simples creadas: los Vivientes, las Almas y los

Espíritus. 2. Característica de cada tipo:

2.1. La mónada simple o viviente: recibe el nombre de Viviente al estado en que no hay memoria ni percepción distinta.

2.2. La mónada anímica o Alma: se llama Alma solamente a aquella (mónada) cuya percepción es más distinta y está acompañada de memoria.

2.3. Alma Razonable o Espíritu: el conocimiento de las verdades nece-sarias y eternas es el que nos distingue de los simples animales y nos hace tener la Razón y las Ciencias.

g) La apetición como principio del cambio. 1. Las mónadas creadas están sujetas a la ley del cambio y de la conti-

nuidad. a) Ley del cambio o contingencia: Doy por sentado que todo ser creado

está sujeto al cambio, y, por consiguiente, también la Mónada creada, y también que este cambio es continuo en cada una.

b) Ley de continuidad: en la naturaleza no hay saltos, pues los cambio! son continuos, aunque las partes infinitésimas del cambio sean imperceptibles. Nada se cumple de repente, y ésa es una de mis grandes máximas... que la naturaleza no da saltos: una máxima que yo llamo ley de continuidad.

c) La causa del cambio depende de un principio interno: ...los cambio?

e) La 1.

2.

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Leibniz 343

naturales de las Mónadas vienen de un principio interno, puesto que una causa externa no puede influir en su interior. (Se demostró ante-riormente que las Mónadas carecen de ventanas.)

d) La apetición como la acción que realiza el cambio: La acción del principio interno que realiza el cambio o el paso de una percepción a otra puede llamarse Apetición.

h) La armonía preestablecida. 1. Términos de la interacción causal: la Acción y la Pasión. Se dice que

la criatura actúa exteriormente, en tanto tiene perfección; por el contra-rio, se dice que padece, en tanto que es imperfecto.

2. Explicación física de la interacción causal: en el lenguaje popular podemos afirmar que las cosas materiales actúan unas sobre otras de acuerdo con las leyes mecánicas (según las leyes de las causas eficientes o del movimiento): Y una criatura es más perfecta que otra, cuando se halla en ella algo que valga para dar razón de lo que ocurre en la otra, y es por esto por lo que se dice que actúa sobre la otra.

3. Explicación metafísica de la interacción causal: no hay interacción causal directa entre las mónadas, sino que, por decreto divino, se da un acuerdo perfecto en virtud del cual los cambios de una sustancia convienen con los de otras: Pero en las substancias simples no hay sino una influencia ideal de una mónada sobre otra... en tanto que en las ideas de Dios, una mónada pide con razón que Dios, al regular las otras desde el comienzo de las cosas, la tenga en cuenta. Porque, como una Mónada creada no puede tener influencia física sobre el interior de otra, sólo por este medio una puede ser dependiente de otra.

4. Conciliación de las dos vías (la de la causa eficiente y final): Las almas actúan según las leyes de las causas finales, por apeticiones, fines y medios. Los cuerpos actúan de acuerdo con las leyes de las causas eficien-tes o del movimiento. Y los dos reinos, el de las causas eficientes y el de las causas finales, están en mutua armonía. Me parece incluso que varios efectos de la Naturaleza se pueden demostrar doblemente, es decir, por la consideración de la causa eficiente y también por la consideración de la causa final.

5. El finalismo físico y el principio de conveniencia. a) Las causas eficientes no explican suficientemente las leyes del Mo-

vimiento (constancia de la cantidad de fuerza, de reacción y fuerza directiva ) si no se tiene en cuenta, al mismo tiempo el fin y el bien en el obrar: es ahí donde hay que buscar el principio de todas las exis-tencias y de las leyes de la Naturaleza.

b) El principio de perfección afirma que Dios obra según lo que es objeti-vamente mejor: es razonable y seguro que Dios hará siempre lo mejor, aunque lo que es menos perfecto no implique contradicción ( = sea posi-ble ). El principio de conveniencia o la elección de lo mejor es la razón explicativa de la existencia de los seres contingentes.

2. Filosbfia natural.

2.1. Dinámica: el movimiento y sus leyes. a) Distinción entre fuerza y cantidad de movimiento: Si se considera el

movimiento, según la dinámioa, como cambio de lugar de los cuerpos no es una cosa enteramntt real, y cuando varios cuerpos cambian de situación

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•344 El racionalismo

entre sí no es posible determinar por la simple consideración de estos cambios a quien, entre ellos, has de atribuir el movimiento o el reposó. El movimiento considerado como fuerza o causa próxima de los cambios es algo más real y hay bastantes razones para atribuirla a un cuerpo más que a otro,

b) Leyes de movimiento: 1. Constancia de la fuerza. 2. Constancia de reacción. 3. Constancia de fuerza directiva.

2.2. Cuerpo y extensión. a) Cuerpo: no es otra cosa que lo compuesto, es decir, un montón o aggrega-

tum de (mónadas) simples. Cuerpo, masa y materia secundaria (fuerza activa) son sinónimos: El cuerpo... además de materia (primaria = pasivi-dad ), posee también fuerza activa.

b) Cuerpo orgánico: es un agregado que tiene una mónada dominante. Cada cuerpo orgánico... es una Especie de Máquina divina o de Autómata Natural... los cuerpos vivos (a diferencia de los artificiales) son Máquinas en sus menores partes hasta el infinito.

c) Extensión: pertenece al orden fenoménico. En tanto que es divisible en partes no constituye un atributo de la sustancia (unidad metafísica); lo extenso no es sino una cierta repetición indefinida de cosas en tanto son similares unas a otras, o indiscernibles.

2.3. Conclusión: El Cosmos se compone de una variedad infinita de sustancias en movimiento perfecto y armónico: Y el Autor de la Naturaleza ha podido llevar a cabo este artificio divino e infinitamente maravilloso, porque cada porción de la materia no es solamente divisible hasta el infinito... sino que incluso cada una de las partes está subdividida actualmente y sin fin en partes, cada una de las cuales tiene su propio movimiento; de otra manera sería imposible que cada porción de la materia pudiera expresar todo el universo.

3. Antropología filosófica. 3.1. Naturaleza del hombre: el hombre consta de una sustancia compuesta (cuer-

po) y de una sustancia simple (alma o mónada dominante). 3.2. Naturaleza del alma humana.

a) El alma humana es denominada razonable o Espíritu, porque el conoci-miento de las verdades necesarias y eternas es el que nos distingue de los simples animales y nos hace tener la Razón y las Ciencias elevándonos al conocimiento de nosotros mismos y de Dios.

b) Las almas humanas o los espíritus son las sustancias más perfectibles, de tal l forma que aunque toda sustancia expresa el universo entero, las demás sustancias expresan, sin embargo, más bien al mundo que a Dios, pero ¡OS espíritus expresan más bien a Dios que al mundo.

3.3. La apercepción, modo de conocer de los Espíritus. a) Noción: es la percepción acompañada de conciencia. b) Objeto: solamente los Espíritus son capaces de verdadero razonamiento,

fundado en dos grandes principios: el de contradicción y el de razón suficiente.

c) Facultad: por la Razón somos capaces de ejecutar Actos reflexivos, que nos hacen pensar en el ¡¡amado Yo, y considerar... lo que está en nosotros; y ocurre que pensando en nosotros, pensamos en el Ser, en la Subsistencia, en

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Leibniz 345

los simple... y en Dios mismo... Y estos actos reflexivos suministran los prin-cipales objetos de nuestros razonamientos.

3.4. El problema de la libertad. o) Aspectos terminológicos: diferencias entre lo espontáneo y lo libre:

1. Lo espontáneo... se da cuando el principio de acción está en el agente (en oposición al obrar por causas externas).

2. Lo libre (es) lo espontáneo con posibilidad de elección. b) Crítica de la teoría del libre Arbitrio o libertad de indiferencia: no hay, pues,

nada más fuera de sitio que querer transformar la noción de Libre Arbitrio en no sé qué potencia inaudita y absurda de obrar o de no obrar sin razón.

c) Solución leibniciana: La libertad resulta del uso de la razón.

3.5. Sistema de la comunicación de las sustancias (o sobre la relación alma-cuer-po). a) Exposición de las tres hipótesis: Figuraos dos relojes que concuerdan perfec-

tamente. Pues bien, esto se puede conseguir de tres maríeras: — La primera consiste en una influencia mutua. La segunda exige un obrero

hábil que les dé cuerda y les sincronice a cada momento. La tercera manera es fabricar los dos péndulos con tanto arte y precisión que se pueda asegurar su acuerdo posterior ininterrumpido.

b) Crítica de las dos primeras : 1. La vía de influencia no es posible porque no se podrían concebir partí-

culas materiales que pudiesen pasar de una de estas sustancias a la otra (las sustancias son simples y carecen de ventanas).

2. La vía de la asistencia continua de Dios no es plausible porque es hacer intervenir un Deus ex machina en una cosa natural y ordinaria.

3. La hipótesis verdadera, según Leibniz; es la vía de la armonía: Dios hizo desde el principio a cada una de las dos sustancias de tal naturaleza, que no siguiendo más que sus propias leyes, que han recibido con su ser, cada una está de acuerdo, sin embargo, con la otra.

4. Teología natural. 4.1. Naturaleza divina: Dios es la Mónada o Unidad primitiva, cuyos atributos

son: a) Universalidad y necesariedad: esta Substancia Suprema, que es única, uni-

versal y necesaria, la cual nada tiene fuera de ella que sea independiente, y siendo una consecuencia del ser posible, debe ser incapaz de límites y debe contener tanta realidad como sea posible.

b) Perfección absoluta o ilimitada : De donde se sigue que Dios es absolutamen-te perfecto, no siendo otra cosa la perfección sino la magnitud de la realidad positiva.

4.2. Existencia de Dios. •a) Argumento ontològico: el Ser Necesario si es posible existe. Necesario es

aquello cuyo opuesto implica contradicción y posible es lo no-contradicto-rio. Dios, en tanto que ser absolutamente perfecto e infinito no tiene opuesto, y en consecuencia su posibilidad no implica contradicción: Por tanto, sólo Dios (o el Ser Ntettarlo) tiene este privilegio: que es preciso que exista si es posible. Y eom nada puede estorbar la posibilidad de la que no

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•346 El racionalismo

implica límite alguno ni ninguna contradicción, basta esto sólo para conocer la Existencia de Dios a priori.

b) Argumentos a posteriori: 1, A partir de las verdades eternas: todo lo real se fundamenta en lo

actual y existente, y como las verdades eternas son reales, luego su fundamento (Dios) es existente y actual: Porque es necesario que, si hay una realidad en las Esencias o posibilidades, o bien en las verdades eternas, esta realidad esté fundamentada en algo existente y Actual; y, por consecuencia, en la Existencia del Ser Necesario.

2. A partir de las verdades de hecho o contingentes: lo que existe contingen-temente no tiene en sí la razón de su existencia, luego es necesario que su razón última se fundamente en un ser Necesario: puesto que existen seres contingentes, que no tienen su razón última o suficientemente más que en el ser necesario, el cual tiene la razón de su existencia en sí mismo.

4.3. Dios, fundamento óntico de la verdad. a) El entendimiento divino fundamento de las verdades eternas: las verdades

necesarias dependen sólo de, su entendimiento, y son su objeto interno. b) Las verdades contingentes dependen de la voluntad o decreto divino: Esto

no es verdadero más que en el caso de las verdades contingentes, cuyo prin-cipio es la conveniencia o la elección de lo mejor.

c) Reducción de las verdades contingentes a las necesarias: las verdades contingentes pueden ser reducidas por Dios a aquellas que son idénticas, pero en las verdades contingentes... la reducción progresa hacia el infinito... Y, así, la certeza y la razón perfecta de las verdades contingentes sólo es conocida por Dios, que abarca el infinito en una intuición.

LEIBNIZ

TEXTO 1:

Verdades de razón y verdades de hecho 1. Monadología

«31. Nuestros razonamientos están fundados sobre 'dos grandes principios, del de contradic-ción', en virtud del cual juzgamos 'falso' lo que implica contradicción, y 'verdadero', lo que e l opuesto o contradictorio a lo falso.

32. Y 'el de razón suficiente', en virtud del cual consideramos que no podría hallarse ningún hecho verdadero o existente, ni ninguna Enunciación verdadera, sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otro modo. Aunque estas razones en la mayor parte de los casos no pueden ser conocidas por nosotros.

33. Hay dos clases de 'verdades'-, las de 'Razonamiento' y las de 'Hecho'. Las verdades de Razonamiento son necesarias, y su opuesto es imposible, y las de Hecho son contingentes y SU opuesto es posible. Cuando una verdad es necesaria, se puede hallar su razón por medio de análísil, resolviéndola en ideas y verdades más simples, hasta que se llega a las primitivas. ( . . . )

36. Pero la ' razón suficiente' debe hallarse también en las 'verdades contingentes o de hecho', M decir, en la serie de las cosas que se hallan repartidas por el universo de las criaturas; en la cual t i resolución en razones particulares podría llegar a un detalle sin límites a causa de la división de loi cuerpos al infinito. Hay una Infinidad de figuras y de movimientos presentes y pasados que entran • formar parte de la causa eficiente de mi escritura presente, y hay una Infinidad de pequeftas inclinado* nes y disposiciones de mi alma, prauntei y pasadas que entran a formar parte de la causa Antl*

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Leibniz 347

37. Y como todo este 'detalle' comprende otros contingentes anteriores o más detal lados cada uno de los cuales requiere a su vez un Análisis semejante para dar razón de ellos, no se adelanta nada ; y es necesario que la razón suficiente o últ ima esté fuera de la sucesión o 'series' de este detalle de las contingencias por infinito que pudiera ser.

38. Y así la razón última de las cosas debe estar en una substancia necesaria, e t r la cual el detalle de los cambios no esté sino eminentemente, como en su origen: y esto es lo que l lamamos Dios.»

2. Discurso de Metafísica. «13. C o m o la noción individual de cada persona encierra de una vez para todas lo que le

ocurrirá siempre, se ven en ella las pruebas 'a priori ' o razones de la verdad de cada acontecimiento, o p o r qué ha ocurr ido uno más bien que otro. Pe ro estas verdades aunque seguras, no dejan de ser contingentes por fundarse en el libre albedrío de Dios y de las criaturas. Es cierto que su elección tiene siempre razones, pero inclinan sin necesitar. Pero antes de pasar más adelante, hay que intentar resolver una gran dificultad que puede surgir de los fundamentos que hemos establecido más arr iba. H e m o s dicho que la noción de una sustancia individual encierra, de una vi.z para toda i, t odo cuanto puede j amás ocurrirle, y que, considerando esta noción, se puede ver en ella todo lo que verdaderamente se puede enunciar de ella misma, como podemos ver en la naturaleza del círculo todas las propiedades que de ella pueden deducirse. Pe ro parece que con esto se destruirla la distinción de las verdades contingentes y necesarias, que la libertad humana no tendrá ya lugar a lguno y que una fatalidad absoluta imperará en todas nuestras acciones lo mismo que en el resto de todos los acontecimientos del mundo . A lo que respondo que hay que distinguir entre lo que es cierto y lo que es necesario: todo el m u n d o está de acuerdo en que los fu turos contingentes son seguros, puesto que Dios los prevé, pero no se reconoce por eso que sean necesarios. Pero (se dirá), si a lguna conclusión se puede deducir infaliblemente de una definición o noción, será necesaria. Y nosotros a f i rmamos que todo lo que ha de ocurrirle a alguna persona está ya comprendido vir tualmente en su natura leza o noción, como las propiedades lo están en la definición del circulo, de este modo, la dificultad subsiste aún. Pa ra resolverla sólidamente, digo que la conexión o consecuencia es de dos clases: una es absolutamente necesaria y su contrar io implica contradicción, y esta deducción se realiza en las verdades eternas, como son las de la geometr ía ; la otra sólo es necesaria 'ex hypothesi ' , y, por así decirlo, accidentalmente, y es contingente en sí misma cuando el contrar io no implica (contradicción).

Y esta conexión no se funda en las ideas puras y en el entendimiento simple de Dios, sino en sus decretos libres y en la cont inuidad del universo. Pongamos un ejemplo: puesto que Julio César se convertirá en dic tador perpetuo y a m o de la república, suprimiendo la libertad a los romanos , esta acción está comprendida en su noción, pues suponemos que la naturaleza de tal noción perfecta de un sujeto es comprender lo todo a fin de que el predicado esté incluido en ella, 'ut possit inesse subjecto'. Podr í a decirse que n o tiene que cometer esa acción en virtud de esa noción o idea, puesto que le conviene solamente porque Dios lo sabe todo. Pe ro se insistirá en que su naturaleza o forma responde a esta noción, y puesto que Dios le ha impuesto este personaje, le es necesario, desde ese momemto , satisfacerle. Podr ía responder a esto por la instancia de los fu turos contingentes, puesto que no tienen nada real más que en el entendimiento y voluntad de Dios, y pues to que Dios les ha dado allí esa forma de an temano, será preciso, de todos modos, que respondan a ella. Pe ro prefiero resolver las dificultades en vez de disculparlas con el ejemplo de otras dificultades parecidas y lo que voy a decir servirá para aclarar tan to una como otra . Ahora es, pues, cuando hay que aplicar la distinción de las conexiones y digo que lo que sucede de acuerdo con esas anticipaciones está asegurado, pero n o es necesario y si a lguno hiciera lo contrar io, n o har ía n a d a imposible en si mismo, aunque sea imposible (ex hypothesi) que esto ocurra. Pues si algún hombre fuera capaz de concluir toda demostración en virtud de la cual pudiese probar esta conexión del sujeto que es César y del predicado que es su empresa afor tunada, haría ver, en efecto, que la dic tadura fu tura d ^ César tiene su fundamento en su noción o naturaleza; que en ella se ve una razón de por qué decidió pasar el Rubicón en vez de quedarse en él y por qué ganó la j o r n a d a de Farsalia en lugar de perderla; y que era razonable, y por lo t an to seguro, que esto ocurriera, pero no que sea necesario en sí mismo ni que el contrar io implique contradicción. Del mismo modo que es razonable y seguro que Dios hará siempre lo mejor, aunque lo que es menos perfecto no implique contradicción. Pues se encontrará que esta demostración da MU predicado de César no es tan absoluta como las de los números o de la geometría, lino qut l upone la sucesión de las cosas que Dio i ha escogido

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•350 El racionalismo

su interior por alguna o t ra cr ia tura ; pues no se le puede t ransponer nada, ni concebir en ella ningún movimiento interno que pueda ser excitado, dirigido, aumen tado o disminuido dent ro de ella, como ocurre en los compuestos, donde hay cambio entre las partes. Las M ó n a d a s no tienen ventanas, p o r las cuales alguna cosa pueda entrar o salir de ellas. Los accidentes no pueden separarse, ni salir fuera de las sustancias, como h a d a n en otros t iempos las especies sensibles de los escolásticos. Por tanto , ni una sustancia, ni un accidente puede entrar desde fuera en una Mónada .

8. Es necesario, sin embargo, que las M ó n a d a s posean algunas cualidades; en o t ro caso no serian ni siquiera Seres. Y si las sustancias simples no difirieran p o r sus cualidades, no habr ía medio de darse cuenta de ningún cambio en las cosas; puesto que lo que hay en lo compues to n o puede venir sino de los ingredientes simples; y y las Mónadas , no teniendo cualidades, serían indistingui-bles las unas de las otras. Y por consecuencia, supuesto lo lleno cada lugar no recibiría nunca en el movimiento más que el Equivalente de lo que había tenido, y un estado de cosas sería indistin-guible de otro.

9. Es necesario también que cada una de las Mónadas sea diferente de toda otra. P o r q u e no hay en la Natura leza dos Seres que sean perfectamente el uno como el otro, y donde no sea posible encontrar diferencia interna, o fundamen tada en una denominación intrínseca.

10. Doy por sentado que todo ser creado está sujeto al cambio, y, por consiguiente, también la M ó n a d a creada, y también que este cambio es cont inuo en cada una. (...)

18. Se podr ía dar el nombre de Entelequias a todas las sustancias simples, o M ó n a d a s creadas, porque tienen en sí mismas una cierta perfección, hay en ellas una suficiencia que las convierte en fuentes de sus acciones internas y, por decirlo así, en Autómatas incorpóreos.»

2. De la reforma de la filosofía y de la noción de sustancia. «530. La impor tancia de estas reflexiones aparecerá ante t odo por la 'noción de sustancia ' que

yo propongo, y que es tan fecunda que de ella se siguen verdades fundamentales , aun las que a tañen a Dios y a las almas, y a la naturaleza de los cuerpos; verdades en par te conocidas, pero insuficien-temente demost radas ; en par te desconocidas hasta el presente, pero que serán de gran utilidad en las demás ciencias. Pa ra dar alguna idea ant icipada de ella, diré por ahora que la idea de 'vis' 'virtus' (que los alemanes l laman 'Krafft ' , y los franceses 'forcé') y para cuya explicación he designado una ciencia especial, la 'Dynamica ' , apor ta mucha luz para entender la verdadera 'noción de la sustan-cia'. Porque la 'vis activa' difiere de la mera potencia conocida ordinar iamente de la Escuela, en que la potencia activa de los escolásticos, o la facultad, no es otra cosa que la posibilidad próxima de obrar , que necesita todavía de una excitación extraña y de un estímulo para pasar al acto.

Mas la fuerza activa contiene cierto acto o 'entelejeia', y ocupa un lugar intermedio entre la facultad de obrar y la misma acción, y envuelve esfuerzo; y así, por sí misma, entra en acción, sin necesitar auxilio alguno, sino sólo que se remuevan los obstáculos. Eso se puede ilustrar con el ejemplo de un cuerpo grave que tiene t i rante la cuerda de que está colgado, o con el de un arco tenso. Po rque aunque la gravedad o fuerza elástica puedan y deban explicarse por el movimiento del éter, sin embargo, la razón últ ima del movimiento de la mater ia es la fuerza que le fue impresa en la creación y que se halla en todo cuerpo, pero que está l imitada y reprimida de varias maneras por el choque mismo de los cuerpos.

531. Digo, pues, que este poder de obrar reside en toda sustancia y que siempre proviene de él alguna acción; y que, por consiguiente, ni aun la misma sustancia corporal (lo mismo que la espiritual) nunca cesa de obrar , cosa de que no parecen haberse apercibido los que han puesto su esencia en la sola extensión, o aun en la impenetrabil idad, y que se han imaginado concebir un cuerpo en absoluto reposo. Aparecerá también claro por nuestras reflexiones que la sustancia creada recibe de otra sustancia, no la fuerza misma de obrar , sino tan sólo los límites y la determinación de su ímpetu o fuerza de obra r ya preexistente; omi to ahora otras cosas que serian de utilidad para resolver el difícil problema de la acción mutua de las sustancias.»

COMENTARIO:

1. Realizar en esquema la estructura básica de los textos.

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Leibniz 351

2. Análisis semántico de los términos: 'mónada', 'sustancia simple', 'extensión', 'átomos', 'elementos', 'alteración', 'denominación intrínseca', 'entelequia', 'autó-mata incorpóreo', 'vis', 'potencia activa', 'fuerza activa', 'impenetrabilidad'.

3. Análisis semántico de enunciados: 3.1. 'Es necesario que haya sustancias simples, puesto que hay compuestas.' 3.2. 'Allí donde no hay partes no hay, por consecuencia, ni extensión, ni figura, ni

divisibilidad posibles.' 3.3. 'Las Mónadas no tienen ventanas, por las cuales alguna cosa pueda entrar o

salir de ellas.' 3.4. 'Las Mónadas, no teniendo cualidades, serían indistinguibles las unas de las

otras.' 3.5. 'Porque no hay en la Naturaleza dos Seres que sean perfectamente el uno

como el otro, y donde no será posible encontrar diferencia interna, o funda-mentada en una denominación intrínseca.'

3.6. 'Doy por sentado que todo ser creado está sujeto al cambio, y, por consiguien-te, también la mónada creada, y también que este cambio es continuo en cada una.'

3.7. 'Hay en ellas (en las Mónadas) una suficiencia que las convierte en fuentes de sus acciones internas y, por decirlo así, en Autómatas incorporados.'

3.8. 'La potencia activa de los escolásticos, o la facultad, no es otra cosa que la posibilidad próxima de obrar, que necesita todavía de una excitación extraña y de un estímulo para pasar al acto.'

3.9. 'Mas la fuerza activa contiene cierto acto o 'entelequia', y ocupa un lugar intermedio entre la facultad de obrar y la misma acción.'

3.10. 'La razón última del movimiento de la materia es la fuerza que le fue impresa en la creación y que se halla en todo cuerpo, pero que está limitada o repri-mida de varias maneras por el choque mismo de los cuerpos.'

4. Comprensión del texto.

4.1. Primer grado de comprensión: 1. ¿Cuál es la diferencia entre mónada (sustancia simple) y 'agregado' (exten-

sión)? 2. Según Descartes la sustancia extensa o corpórea es una idea clara y

distinta, para Leibniz lo extenso ¿es verdaderamente real o puramente fenoménico? Razona la respuesta.

3. ¿Cómo infiere Leibniz la necesidad de que haya sustancias simples? 4. ¿Qué propiedades monádicas se pueden inferir a partir de la simplicidad? 5. ¿Por qué las Mónadas 'no tienen ventanas'? 6. ¿Cómo formula Leibniz, según los textos propuestos, el principio de los

indiscernibles? 7. ¿Cuál es la raíz o el fundamento de la perfección en la Mónada? 8. ¿En qué difiere la Mónada increada de la creada? 9. ¿Por qué el único criterio de diferenciación intermonádica es cualitativo

" y no cuantitativo? 10. ¿Qué solución propone al problema de la relación alma-cuerpo, teniendo

presente la incomunicabilidad de las Mónadas? 4.2. Segundo grado de comprensión:

1. ¿Cómo infiere Leibniz la incomunicabilidad a partir de la simplicidad? 2. ¿Cuál es la diferend* entra potencia activa y vis activa?

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•352 El racionalismo

3. ¿Cuál es la explicación que da Leibniz al fenómeno denominado 'choque de los cuerpos'? ¿Acaso tal choque es la causa del movimiento de los seres extensos?

4. ¿Cuál es la diferencia entre el modelo de física basado en la causa eficiente y el modelo finalista?

5. ¿Por qué las mónadas no pueden sufrir ningún tipo de cambio sustancial?

T E X T O 3 :

La relación alma-cuerpo

1. Sistema de la comunicación de las sustancias (segunda aclaración). « N o comprendéis—decís—cómo podría p robar yo lo que he apor tado , con referencia a la

comunicación o a rmonía de dos sustancias tan diferentes como el a lma y el cuerpo. Es verdad que creo haber fallado el medio, y he aquí cómo pre tendo satisfaceros.

Figuraos dos relojes que concuerdan perfectamente. Pues bien, esto se puede conseguir de tres maneras :

La pr imera consiste en la influencia mutua . La segunda exige un obrero hábil que les de cuerda y les sincronice a cada momento . La tercera manera es fabricar los dos péndulos con tan to arte y precisión que se pueda su acuerdo posterior ininterrumpido.

Poned ahora el a lma y el cuerpo en lugar de los dos péndulos. Su acuerdo puede acontecer de una de estas tres maneras :

La vía de influencia es la de la filosofía al uso; pero como no se podr ían concebir part ículas materiales que pudiesen pasar de una de estas sustancias a la otra, es menester abandona r esta ocurrencia.

La vía de la asistencia cont inua del Creador es la del sistema de las causas ocasionales. Pe ro yo est imo que esto es hacer intervenir un 'Deus ex machina ' en una cosa natural y ordinaria, en la que, según la razón, Dios no debe concurrir más que del m o d o como concurre a todas las otras cosas naturales.

Así no resta más vía que mi hipótesis, es decir, la vía de la armonía . Dios hizo desde el principio a cada una de las dos sustancias de tal naturaleza, que no siguiendo más que sus propias leyes, que han recibido con su ser, cada una está tan de acuerdo, sin embargo, con la otra, como si hubiera una influen-cia mutua, o como si Dios pusiera allí siempre la m a n o sobre ellas, a más de su concurso general.

Después de esto yo n o tengo necesidad de p roba r nada, a menos que no se me quiera exigir que pruebe que Dios es bas tante hábil para servirse de este artificio previsor, del que vemos ejemplo has ta en los hombres . Ahora bien, supuesto que El lo pueda, os percataréis de que esta vía es la más bella y la más digna de El. Habéis supuesto que mi explicación sería opuesta a la idea har to diferente que se tiene del espíritu y del cuerpo; pero ahora os cercioraréis de que nadie ha establecido mejor que yo su independencia. Pues, en tanto que algunos filósofos se han visto obl igados a explicar la comunicación por una especie de milagro cont inuado, se ha d a d o pie para hacer creer a la gente que la distinción entre el cuerpo y el a lma no es tan real como se cree, puesto que para sostenerla es preciso acudir tan lejos.»

2. Extracto de una carta de Leibniz sobre su hipótesis de Filosofía (tercera aclaración).

«La via de la influencia es la de la filosofía corriente; pero como no se pueden concebir part ículas materiales ni especies o cualidades inmateriales, que puedan pasar de una de estas sustancias a la otra, es obligado abandona r esta opinión.

La vía de la asistencia es la del sistema de las causas ocasionales; pero yo juzgo que esto es recurrir a un 'Deus ex machina ' en cosa natural y ordinaria, donde, según la razón, no debe Dios intervenir más que de la misma manera c o m o concurre a todas las cosas de la naturaleza.

Asi no resta más vía que mi hipótesis, es decir, la via de la 'armonía preestablecida' por un artificio divino y previsor, que desde al comienzo ha fo rmado cada una de las sustancias de manera

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Leibniz 353

tan perfecta, o rdenada y con precisión tan exacta que no siguiendo más que las propias leyes que han recibido con su ser, cada una concuerda, sin embargo, con la o t ra ; t odo ello como si hubiese influencia mutua , o como si Dios pusiera siempre allí su mano, a más de su concurso general.»

3. Aclaración al Nuevo Sistema de la Comunicación de las Sustancias, para servir de respuesta a la memoria del señor Foucher.

«Reconocéis, con sinceridad loable, que mi hipótesis de la a rmonía o de la concomitancia es posible. Pero no dejáis de tener ante ella alguna reserva, sin duda porque la habéis creído puramente arbitraria, a causa de que no tenéis información suficiente de que es consecuencia de mi opinión acerca de las unidades; pues todo está concatenado. Así es, Señor, como preguntáis para qué puede servir todo ese artificio que yo a t r ibuyo al au to r de la naturaleza. ¡Cómo si se le pudiese atr ibuir demasiado, y como si esa exacta correspondencia que las sustancias tienen entre sí, por las leyes propias que desde el pr imer instante ha recibido cada una, no fuera cosa admirablemente bella en sí misma y digna de su au to r !

Preguntáis también qué ventaja encuentro en ello. Podr ía referirme a lo que ya he dicho; sin embargo, os respondo, en primer lugar, que cuando una cosa no puede dejar de ser, no es necesario para admitirla preguntarse para qué puede servir. ¿Para qué sirve la inconmensurabi l idad del lado con la diagonal? En segundo lugar, os respondo que dicha correspondencia sirve para explicar la comunicación de las sustancias y la unión del a lma con el cuerpo, preestablecidas ambas por las leyes de la naturaleza, sin necesidad de recurrir a una transmisión de las especies, que es inconce-bible, ni a un nuevo socorro de Dios, que parece poco conveniente. Pues es preciso saber que asi como hay leyes de la naturaleza en la materia, las hay también en las a lmas o formas, y estas leyes apor tan lo que acabo de decir.

Se me preguntará quizá que de dónde viene que Dios no se contente con producir todos los pensamientos y las modificaciones del alma, sin esos cuerpos inútiles que el a lma n o podr ía - se dice—mover ni conocer. La respuesta es fácil: Dios ha querido que haya más bien más que menos sustancias, y ha tenido a bien que estas modificaciones del alma respondan a alguna realidad exterior. N o hay sustancia inútil. N o tengo inconveniente alguno en admitir que el a lma conoce los cuerpos, aunque ello se realice sin influencia de éstos sobre ella, ni t ampoco tengo inconveniente en decir que el a lma mueve el cuerpo; y así como un copernicano habla verdaderamente de la salida del sol, un platónico de la realidad de la materia, un cartesiano de las cualidades sensibles, con tal de que se les entienda rectamente, así, también, creo que es muy cierto que las sustancias actúan unas sobre otras, con tal de que ello se comprenda en el sentido de que una sustancia es causa de los cambios de otra por virtud de las leyes de la armonía. L o que se objeta acerca de la pasividad de los cuerpos, los cuales permanecerían inactivos, mientras el a lma creería que estaba en movi-miento, no puede ser, a causa de esa misma correlación infalible establecida por la divina sabiduría, N o conozco esas masas vanas, inútiles e inactivas de que se habla. P o r doquier hay acción, y esto lo establezco yo mejor que la filosofía tradicional, puesto que sostengo que no hay cuerpo sin movimiento, ni sustancia sin fuerza.»

C O M E N T A R I O :

1. Representar esquemáticamente la estructura básica de los textos. 2. Análisis semántico de los términos: 'alma', 'cuerpo', 'causas ocasionales', 'unida-

des', 'naturaleza', 'sustancia', 'formas', 'materia', 'cualidades sensibles', 'movi-miento', 'fuerza'.

3. Análisis semántico de enunciados. 3.1. 'No se podrían concebir partículas materiales que pudiesen pasar de una de

estas sustancias a otra.' 3.2. 'Dios hizo desde el principio a cada una de las sustancias de tal naturaleza,

que no siguiendo más que sus propias leyes, que han recibido con su ser, cada una está tan de acuerdo, lili embargo, con la otra, como si hubiera una influencia mutua.'

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•354 El racionalismo

3.3. 'No debe Dios intervenir más que de la misma manera como concurre a todas las cosas de la naturaleza.'

3.4. 'Cuando una cosa no puede dejar de ser, no es necesario para admitirla preguntarse para qué puede servir.'

3.5. 'No tengo inconveniente alguno en admitir que el alma conoce los cuerpos, aunque ello se realice sin influencia mutua de éstos sobre ella.'

3.6. 'Creo que es muy cierto que las sustancias actúan unas sobre otras, con tal de que ello se comprenda en el sentido de que una sustancia es causa de los cambios de otra por virtud de las leyes de la armonía.'

3.7. 'Lo que se objeta acerca de la pasividad de los cuerpos... no puede ser, a causa de esa misma correlación infalible establecida por la divina sabiduría.'

3.8. 'Por doquier hay acción... puesto que sostengo que no hay cuerpo sin movi-miento, ni sustancia sin fuerza.'

4. Análisis formal del texto.

4.1. ¿Cómo argumenta la falsedad de las dos primera hipótesis? 4.2. ¿Cuáles con los supuestos previos implícitos en la tesis de la armonía prees-

tablecida? 4.3. ¿Cómo aplicarías el principio de economía a la tesis postulada por Leibniz? 4.4. ¿Acaso las dos primeras hipótesis son incompatibles con la tesis leibniciana? 4.5. ¿Cuál es el esquema de inferencia utilizado en la argumentación?

5. Comprensión del texto.

5.1. Primer grado de comprensión:

1. ¿Por qué no es posible la comunicación entre sustancias? 2. ¿En qué sentido es necesaria cierta pasividad en las sustancias, si no se

acepta la armonía preestablecida? 3. ¿Por qué es inconcebible que ciertas particularidades materiales puedan

pasar a una sustancia inmaterial? 4. ¿Cuál es el sentido de la expresión 'Deus ex machina'? 5. ¿Cuáles son las leyes del cuerpo y del alma?

5.2. Segundo grado de comprensión: 1. ¿Cuáles son los criterios utilizados por Descartes y por Leibniz para

establecer y asegurar la independencia entre alma y cuerpo? 2. ¿Por qué la intervención divina, en la vía de la asistencia continua, no es

ni ordinaria ni natural? 3. ¿La armonía preestablecida es una verdad de razón o de hecho? ¿Depende

del entendimiento simple o del decreto divino? 4. La armonía preestablecida, ¿es una consecuencia lógica de los postulados

básicos del sistema monadológico? ¿Qué propiedad monádica es su fun-damento?

5. ¿A qué nivel pueden conciliarse las tres vías? 6. ¿En qué sentido atribuye Leibniz sustancialidad a los cuerpos? 7. ¿Acaso el movimiento es el correlato material de la fuerza sustancial?