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Expediente N° 419-2013Sentencia N° 171-2014
Voto N° 196-2014
Sentencia número 171-2014. Tribunal Aduanero Nacional. San José, a las nueve horas con treinta minutos del veintidós de mayo del dos mil catorce.
Recurso de apelación por xxx cédula número 08-xxx representada por el agente de aduana señor xxx, cédula 01-xxx, contra el ajuste realizado en el despacho a la Declaración Aduanera de Importación DUA 001-2012-xxx del 13 de setiembre de 2012 de la Aduana Central.
RESULTANDO:
I. Con DUA 001-2012-xxx del 13 de setiembre de 2012 de la Aduana Central, xxx cédula número 08-xxx representada por el agente de aduana señor xxx, cédula 01-1079-xxx, presentó a despacho un vehículo usado, año 1997, marca
Toyota, estilo RAV-4, tracción 4x4, número de identificación xxx, gasolina, 2000
centímetros cúbicos, clasificado en la posición arancelaria 8703.23.63.23 (folios
45-80).
II. Que al citado DUA le correspondió revisión física y documental, y el funcionario
encargado de realizar ese proceso procedió a modificar la clase tributaria de la
2200177 a la 2293645 y el valor aduanero declarado de $1.772,86 a $2.312,02,
indicando al efecto en la notificación N°53566: “…SE PROCEDE CON EL CAMBIO
DE LA CLASE TRIBUTARIA 2200177 CON UN VALOR CIF DECLARADO EN EL DUA
DE $1,772.86 YA QUE DE ACUERDO A LA REVISIÓN FÍSICA REALIZADA EL
VEHÍCULO TOYOTA RAV 4, TODO TERRENO 4 PUERTAS, GASOLINA,
TRANSMISIÓN AUTOMÁTICA, TRACCIÓN 4X4, AÑO 1997, 2000C.C, COLOR
NEGRO, PRESENTA EMBLEMA EN LA PARTE TRASERA DEL VEHÍCULO Y EN LOS
LATERALES DE LAS PUERTAS TRASERAS, ADEMÁS EN EL LADO DERECHO SE
DETERMINA DE LA PUERTA TRASERA FUE TACHADO PARA NO VERSE DE LA
FORMA CORRECTA Y EN EL LADO IZQUIERDO Y TRASERA SI SE PUEDE NOTAR
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Voto N° 196-2014
DONDE INDICA QUE ES RAV 4 L, CON LO CUAL DETERMINA UNA NUEVA CLASE
TRIBUTARIA 2293645 DANDO ASÍ UN NUEVO VALOR CIF POR $2,312,02.
Y LAS CARACTERÍSTICAS DEL EQUIPAMIENTO QUE POSEE EL VEHICULO SON
LAS SIGUIENTES: ASIENTOS EN TELA, BOLSAS DE AIRE, CONTROL CRUCERO,
AIRE ACONDICIONADO, DIRECCIÓN HIDRÁULICA, VIDRIOS Y ESPEJOS
ELÉCTRICOS, RADIO CD, RACKS Y AROS DE LUJO.
CON LO CUAL Y DE ACUERDO A LA REVISIÓN FÍSICA REALIZADA Y LAS EXTRAS
PRESENTADAS EN DICHO VEHÍCULO SE PROCEDE CON EL CAMBIO DE LA
CLASE TRIBUTARIA QUEDANDO UNA NUEVA CLASE TRIBUTARIA 2293645 COMO
SEMIFULL…”. Ese acto le fue notificado al Agente de Aduana por medio del
sistema informático el 19 de setiembre de 2012 y generó un adeudo por la suma
de¢214.471,45 (folio 61).
III. El agente aduanero xxx presentó el 21 de setiembre del 2012 los recursos de
reconsideración y de apelación. Esgrimiendo en esencia lo siguiente: (folios 01-
04)
Señala que al importador no se le dio derecho de dar explicaciones
complementarias, así como documentos u otras pruebas de que la clase
tributaria declarada era la correcta.
Tampoco antes las dudas de la Administración sobre la clase tributaria
declarada, no se dio ningún escrito o documento que justifique los motivos
documentales o técnicos sobre la veracidad para cambiar el valor aduanero
declarado, esto según el artículo 261 de la Ley General de Aduanas y lo
establecido en el artículo VII del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y
Comercio de 1994 (GATT).
La notificación efectuada solo dice que se cambia la clase tributaria y no se dice
el por qué o con base en que, ni demuestra las pruebas que fundamenten dicho
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cambio. Ante tales hechos se nos deja sin posibilidades de analizar y razonar si
el ajuste es correcto o no, lo que los deja en estado de indefensión.
Según la Directriz SAAT-01-2003 el carro califica dentro de la categoría de
vehículos no lujosos y por las extras que el vehículo posee califica como un
semifull. El funcionario en su notificación menciona que el vehículo presenta las
características de un RAV-4 tipo L, pero en ningún momento demuestra ello con
documentación.
De acuerdo con consultas realizadas a diferentes páginas de internet como
www.decodethis.com,www.motorverse.com, www.carfax.com,
www.aboutautomovile.com, www.autocheck.com y el libro www.kbb.com, el
carro en todas las consultas por su número de identificación es un RAV-4 base y
no un RAV-4 versión tipo L, además no posee emblemas de un RAV-4 L ni
extras de un RAV-4 L.
El funcionario se deja decir que el vehículo presenta emblemas tipo L en la parte
trasera de la compuerta y en los laterales de las puertas traseras, lo cual no es
cierto y se puede demostrar con fotos de la página de internet de la subasta
donde se hizo la compra del vehículo o con una nueva revisión física del mismo.
Solicita que se rechace lo actuado por la Aduana, se devuelva el monto de
¢214.471,45 y que se mantenga la clase tributaria declarada.
IV. Con resolución RES-AC-DN-xxx-2013 de fecha 21 de octubre de 2013, la
Aduana resuelve rechazar el recurso de reconsideración interpuesto por el
Agente Aduanero xxx, además emplaza al recurrente para que dentro del plazo
de diez días hábiles siguientes a la notificación de esa resolución reitere o
amplíe los argumentos de su pretensión ante el Tribunal Aduanero Nacional.
Esta resolución fue notificada al agente aduanero el 31 de octubre del año 2013
(folios 34-43).
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Voto N° 196-2014
V. No consta en expediente la presentación de escrito que pueda ser considerado,
el apersonamiento del recurrente ante este Tribunal (folio 84).
VI. Que en las presentes diligencias se han respetado las formalidades legales en la
tramitación del recurso de apelación.
Redacta el Máster, Licenciado Dick Rafael Reyes Vargas; y,
CONSIDERANDO:
I. Objeto de la Litis: En el presente asunto se discute la procedencia del ajuste
efectuado durante el despacho al DUA 001-2012-xxx del 13 de setiembre de
2012 de la Aduana Central, con el cual xxx cédula número 08-xxx representada por el agente de aduana señor xxx, cédula 01-xxx, presentó a
despacho un vehículo usado, año 1997, marca Toyota, estilo RAV-4, tracción
4x4, número de identificación xxx, gasolina, 2000 centímetros cúbicos,
clasificado en la posición arancelaria 8703.23.63.23, al cual el funcionario
encargado del proceso de revisión física, le modificó la clase tributaria de la
2200177 a la 2293645 y el valor aduanero de $1.772,86 a $2.312,02, generando
ello un adeudo por la suma de ¢214.471,45.
II. Admisibilidad del recurso de apelación: Que de previo, se avoca este Órgano
al estudio de admisibilidad del presente recurso de apelación conforme con lo
dispuesto por el artículo 198 de la Ley General de Aduanas vigente al momento
de los hechos1, para determinar si se cumple con los presupuestos procesales
de validez del procedimiento administrativo. En tal sentido dispone el citado
artículo que contra la resolución dictada por la Aduana, incluyendo el resultado
de la determinación tributaria, cabe recurso de reconsideración y apelación ante 1Artículo que fue reformado mediante Ley Nº 9069 del 10 de setiembre del 2012, la cual entró en vigencia el 28 de setiembre de 2012
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este Tribunal, el cual debe interponerse dentro de los quince días siguientes a la
notificación. Así las cosas, en cuanto a la capacidad procesal del recurrente,
consta en autos a folio 81 la acreditación del agente aduanero. El acto que se
impugna, fue notificado al interesado el día 19 de setiembre de 2012 mediante
transmisión electrónica y se impugnó el 21 de setiembre de 2012,
presentándose el recurso de apelación ante la Aduana, conforme se observa a
folios 01 del expediente administrativo, por lo que se tiene por demostrado que
la impugnación se dio dentro de los quince días hábiles que establece la ley,
razón por la cual se declara admisible el recurso.
III. Sobre las Nulidades: Estima este Tribunal, como contralor de legalidad, que en
primer término debe avocarse a revisar la actuación administrativa, determinando si
en la especie se han violentado los principios procesales esenciales que todo acto
administrativo debe salvaguardar en aplicación del principio de legalidad y del
derecho del administrado a un debido proceso, pronunciándose sobre la existencia o
no de nulidades del acto administrativo, debiendo este último ser dictado de
conformidad con el ordenamiento jurídico, tanto en sus elementos esenciales como
formales, puesto que lo contrario puede generar vicios que afecten su validez, en
razón de lo cual procede este Colegiado al estudio de los supuestos vicios que
pudieren existir en el caso. En línea con lo indicado debe tenerse presente según lo
ha venido señalando en forma reiterada la jurisprudencia de la Sala Constitucional,
que no se trata de declarar la nulidad por la nulidad misma, si no que antes de anular
debe evaluarse y considerarse si en el caso concreto, existen errores procedimentales
y si ese error en efecto causó o no indefensión al interesado, y sólo si de verdad se
configuró la indefensión debe anularse, de lo contrario deben de mantenerse las
actuaciones.
Considera este Tribunal que en el acto emitido por la autoridad aduanera durante el
despacho de la mercancía nacionalizada con el DUA 001-2012-xxxx existe una
incorrecta motivación del mismo que afecta el derecho a una defensa efectiva y por
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ello debe anularse lo actuado hasta el momento mismo de la comisión del vicio, que lo
fue el momento en que la Aduana notificó el ajuste durante el proceso del despacho,
acto en el cual se señala la supuesta clase tributaria y valor de importación que
corresponde asignar al vehículo automotor declarado en el DUA de cita, que difieren
de lo consignado en dicho documento de importación.
Si bien, este Tribunal reiteradamente ha señalado que el proceso de control
inmediato, es un procedimiento ágil, que busca por un lado facultar la correcta
percepción de tributos pero a la vez facilitar y agilizar las operaciones de comercio
exterior, entre ellas, el despacho de las mercancías, sin embargo, ello no quiere decir,
que lo actuado en el despacho no deba tener la motivación mínima necesaria, que
permita al interesado no sólo conocer el antecedente normativo en que se
fundamentan las actuaciones administrativas, sino también los elementos fácticos que
dan soporte al ejercicio de tales facultades, en especial cuando se están dictando
actos que le afectan al administrado, como es el caso de una revaloración del
vehículo nacionalizado que le genera una diferencia de impuestos a cancelar al fisco,
razón por la cual la Administración está obligada a motivar su decisión.
Es fundamental respecto de la forma del acto, que el mismo se encuentre
debidamente motivado, como parte de la garantía del debido proceso, toda vez que el
afectado debe conocer la fundamentación que ha tenido la Administración para actuar
de determinada manera, lo contrario impediría el efectivo ejercicio de su derecho de
defensa.
Según se puede observar en la notificación remitida por el funcionario aduanero al
declarante, se limita a indicar que:
“…DE ACUERDO A LA REVISIÓN FÍSICA REALIZADA EL VEHÍCULO
TOYOTA RAV 4, TODO TERRENO 4 PUERTAS, GASOLINA,
TRANSMISIÓN AUTOMÁTICA, TRACCIÓN 4X4, AÑO 1997, 2000C.C,
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COLOR NEGRO, PRESENTA EMBLEMA EN LA PARTE TRASERA DEL
VEHÍCULO Y EN LOS LATERALES DE LAS PUERTAS TRASERAS,
ADEMÁS EN EL LADO DERECHO SE DETERMINA DE LA PUERTA
TRASERA FUE TACHADO PARA NO VERSE DE LA FORMA
CORRECTA Y EN EL LADO IZQUIERDO Y TRASERA SI SE PUEDE
NOTAR DONDE INDICA QUE ES RAV 4 L, CON LO CUAL DETERMINA
UNA NUEVA CLASE TRIBUTARIA 2293645 DANDO ASÍ UN NUEVO
VALOR CIF POR $2,312,02.
Y LAS CARACTERÍSTICAS DEL EQUIPAMIENTO QUE POSEE EL
VEHICULO SON LAS SIGUIENTES: ASIENTOS EN TELA, BOLSAS DE
AIRE, CONTROL CRUCERO, AIRE ACONDICIONADO, DIRECCIÓN
HIDRÁULICA, VIDRIOS Y ESPEJOS ELÉCTRICOS, RADIO CD, RACKS
Y AROS DE LUJO…”(folio 115).
De lo expuesto se evidencia que el acto dictado con el objetivo de modificar la clase
tributaria y el valor de importación declarado, carece de la debida motivación por
cuanto no se justifica al recurrente las verdaderas razones técnicas por las cuales no
procede lo declarado y sí la modificación efectuada por el funcionario encargado del
proceso de verificación. Este Colegiado echa de menos en el acto recurrido, un
análisis que descarte con argumentos técnicos la clasificación arancelaria y valor
aduanero originalmente declarados por el agente aduanero, de manera que no quede
ninguna duda sobre la procedencia legal y técnica del cambio efectuado,
conformándose la Administración con citar la directriz SAAT-01/2003 y con asumir
que el vehículo era un RAV-4 L sin existir mayor justificación que la supuesta
eliminación de la letra “L”.
El eje fundamental en torno al cual gira la modificación efectuada, es el criterio
subjetivo o de mera apreciación del funcionario, sin que brinde en la notificación
N°53566 las razones de carácter técnico que permiten descartan lo declarado bajo fe
de juramento por el agente aduanero. Bajo esa línea no basta, con la simple opinión
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del aforador, es necesario que se plasme adecuadamente en el acto que efectúa el
ajuste al DUA todos los elementos que le permiten a la autoridad aduanera tomar esa
decisión, lo cual no logra hacerlo correctamente el funcionario.
Si bien consta en expediente una serie de información relacionada con el número de
identificación del vehículo importado y, con las características que éste presenta (ver
folios 11-15 y 21-23), sin embargo ésta fue ofrecida por el recurrente, no existiendo
prueba alguna de que el funcionario aduanero procurara durante el despacho
mayores elementos para sustentar su decisión, lo que nos permite concluir que a la
hora de efectuar el ajuste, se obvió que, en el mercado internacional de vehículos
existen una serie de mecanismos que permiten identificar estos bienes con un alto
grado de precisión, de forma que, al momento de dictar el acto, el funcionario
fehacientemente pudiera afirmar que la mercancía correspondía a la clase tributaria
2293645,y en consecuencia culminar su actuación con una decisión adecuada y
debidamente motivada. En ese sentido, téngase presente que la misma Directriz
utilizada como fundamento por la Administración, reconoce la importancia de que el
funcionario efectúe consultas en los sitios de internet y revistas especializadas, tal y
como lo manifiesta en su escrito el recurrente, lo cual no fue realizado en la especie,
no puede este Tribunal desconocer que, en casos como el que nos ocupa, dicha
actividad permite verificar el equipamiento que presentan los vehículos y su condición
de estándar, semifull o full, con lo que se alcanza determinar la verdad real de los
hechos.
Respecto al equipamiento que presenta el automotor, no existe una motivación clara y
precisa que justifique técnica y jurídicamente cuál o cuáles son las características o
“extras” del vehículo nacionalizado que hacen que deba modificarse la clase tributaria
declarada, defecto en el procedimiento que sin lugar a dudas genera indefensión al
interesado. Nótese, que la Aduana se limita a enlistar las características del vehículo,
sin especificar y puntualizar cuál o cuáles de esas características son las que hacen
que el vehículo marca Toyota, modelo RAV-4, merezca ser incluido dentro de la
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categoría semifull y que por ello deba efectuar el cambio de la clase tributaria y el
valor aduanero declarado, no es suficiente en criterio de este Tribunal, limitarse a
indicar que por poseer el siguiente equipamiento: “ASIENTOS DE TELA, BOLSAS DE
AIRE, CONTROL CRUSERO, AIRE ACONDICIONADO, DIRECCION HIDRAULICA,
VIDRIOS Y ESPEJOS ELECTRICOS, RADIO CD, RACKS Y AROS DE LUJO” el vehículo
corresponde a otra clase tributaria, toda vez que, se omite desvirtuar las
características señaladas por el agente aduanero durante el despacho que lo llevaron
a declarar el vehículo como estándar, lo anterior a la luz de la normativa vigente.
En tal sentido, se reitera que por la naturaleza de la mercancía que se discute, la cual
ha sido considerada sensible, por la controversia que genera la definición uniforme,
clara y concisa de los aditamentos a tomar en cuenta, para decidir cuando un vehículo
debe considerarse como de categoría estándar, semifull o full, así como los tipos de
estilos, por lo que no hay duda que resulta oportuno y necesario analizar las
características de dichos vehículos a la luz de las disposiciones de la Directriz SAAT-
001-2003, que si bien no desconoce este Tribunal, es una guía con carácter general,
la misma facilita establecer algunas de las características o “extras” que determinan si
un vehículo puede ser considerado dentro de una categoría u otra, asimismo, es
preciso que las características ahí incluidas deban también analizarse de acuerdo al
tipo de mercado (por ejemplo estadounidense o europeo, donde las exigencias de
fabricación son diferentes), diseño del fabricante, páginas de internet, etc, ya que solo
con un estudio pormenorizado se puede llegar a tener certeza de la categoría a la que
corresponde el vehículo en estudio; aspectos que se echan de menos en autos y que
debieron ser indicados desde el inicio al interesado.
Revisado lo actuado en autos por el A Quo, encuentra el Colegiado la evidente
inobservancia a la debida motivación que debe caracterizar toda actuación, violación
que incide directamente sobre el derecho de defensa y el debido proceso, provocando
indudablemente la nulidad absoluta, por cuanto la motivación de los actos
administrativos independientemente de si nacen de oficio o a gestión de parte es una
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exigencia del debido proceso, que resguarda el derecho de defensa del administrado;
y debe ser entendida como la justificación que ha de rendir la correspondiente
Autoridad Administrativa al momento de emitir sus actos, resultando necesario indicar
las razones que llevan al dictado de determinada decisión, con el fin de que el tercero
conozca con exactitud y certeza la voluntad de la Administración, dado que las
decisiones que la misma adopte afectarán necesariamente sus derechos. Al respecto,
la jurisprudencia constitucional ha señalado:
“…En cuanto a la motivación de los actos administrativos se debe
entender como la fundamentación que deben dar las autoridades
públicas del contenido del acto que emiten, tomando en cuenta los
motivos de hecho y de derecho, y el fin que se pretende con la decisión.
… implica una referencia a hechos y fundamentos de derecho, de
manera que el administrado conozca los motivos por los cuales ha de
ser sancionado o por los cuales se le deniega una gestión que afecta
sus intereses o incluso sus derechos subjetivos…" (Resolución 7924-99,
en igual sentido 6080-2002 y 13232, todas de la Sala Constitucional.)
Además de lo expuesto, no debe olvidarse que todo procedimiento administrativo
debe procurar llegar a determinar la verdad real de los hechos, para poder con
objetividad adoptar la decisión del caso. Ese principio está regulado en la LGAP en
sus artículos 214 y 221, en los siguientes términos:
Artículo 214:“1. El procedimiento administrativo servirá para asegurar el mejor cumplimiento posible de los fines de la Administración, con respeto para los derechos subjetivos e intereses legítimos del administrado, de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
2. Su objeto más importante es la verificación de la verdad real de los hechos que sirven de motivo al acto final.”(El resaltado no es del original).
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Artículo 221:
“En el procedimiento administrativo se deberán verificar los hechos que sirven de motivo al acto final en la forma más fiel y completa posible, para lo cual el órgano que lo dirige deberá adoptar todas las medidas probatorias pertinentes o necesarias, aún si no han sido propuestas por las partes y aún en contra de la voluntad de éstas últimas”.
De lo anterior se desprende claramente que el legislador estableció como el objeto
más importante del procedimiento administrativo la verificación de la verdad real que
sirve de motivo al acto final. Con relación a este principio, el Tribunal Contencioso
Administrativo ha señalado en su jurisprudencia:
“…el artículo 214 inciso 1) de la lgap señala que el procedimiento administrativo servirá para asegurar el mejor cumplimiento posible de los fines de la Administración, con respeto para los derechos subjetivos e intereses legítimos del administrado, de acuerdo al ordenamiento jurídico. Desde esta perspectiva, constituye, por una parte, un instrumento de tutela de los derechos de los administrados con el fin de garantizarles una adecuada defensa de su posición; y también un íter para que la Administración pueda tomar una decisión adecuada al ordenamiento jurídico, teniendo a su haber todos los elementos de juicio necesarios para ello. Ello supone un equilibrio entre la eficiencia administrativa y el respeto de las garantías constitucionales y legales. Se convierte así en parámetro de control de las actuaciones administrativas. En efecto, el procedimiento sirve de garantía al particular para verificar que la función administrativa se está realizando conforme a los parámetros que establece el plexo normativo para una determinada administración pública.…” (Sentencia 4440-2010, entre otras) (el resaltado no corresponde al original).
Considerando que las decisiones administrativas deben ajustarse a los hechos, la
Aduana en aplicación del principio de verdad real se encuentra en la obligación de
realizar o procurar la realización de todas aquellas actividades que le permitan tener
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por ciertos los hechos que sustentan el acto lesivo, por eso se hace notar que el acto
impugnado, no cumple con tal principio, puesto que no logra desvirtuar de forma
adecuada y sin lugar a dudas que el vehículo presentado a despacho es un Toyota
RAV-4 estándar, por lo que la asignación de la nueva clase tributaria quedó ayuna de
fundamentación, al no diligenciar la incorporación de ningún elemento de hecho o de
derecho que le permitiera válidamente rechazar lo declarado por el agente aduanero,
obviando que de conformidad con el artículo 297 de la LGAP se encuentra obligada a
realizar todas las diligencias de prueba necesarias de oficio o a petición de parte, esto
con el fin de determinar la verdad real de los hechos.
Así, la fundamentación notificada al recurrente de este procedimiento, en nuestro
criterio violentó formalidades sustanciales del procedimiento en los términos del
numeral 223 LGAP, ya que en cumplimiento del principio del debido proceso, todos
los elementos que justifiquen la modificación deben ser puestos en conocimiento del
interesado, a fin de que los analice y si es su deseo tome las acciones que estime
pertinentes, garantizando así el ejercicio pleno de su legítima defensa, y bajo esa
línea se ha pronunciado reiteradamente este Tribunal2.
En conclusión, resulta evidente de lo expuesto la falta de motivación del cambio de
clase tributaria y consecuente revaloración practicada al vehículo amparado a la
declaración de marras, asimismo la violación al principio de búsqueda de la verdad
real. De forma tal que, no puede este Tribunal, según sus competencias y
limitaciones como órgano contralor de legalidad, más que estimar que existe nulidad
en las presentes actuaciones y, en consideración a los artículos 39 y 41 de la
Constitución Política, 128, 131, 132 y 133 y concordantes, 165 a 172, 223 de la Ley
General de la Administración Pública, procede a anular todo lo actuado a partir del
ajuste efectuado durante el despacho.
2Ver entre otras las Sentencias números 032-2008, 021-2011, 050-2011 y 147-2013.
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Expediente N° 419-2013Sentencia N° 171-2014
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En razón de lo resuelto, se omite pronunciamiento sobre los argumentos ofrecidos por
la parte recurrente.
POR TANTO:
De conformidad con los artículos 198 y 205 a 210 de la Ley General de
Aduanas, por unanimidad este Tribunal resuelve declarar la nulidad del ajuste
realizado en el despacho. Se ordena la devolución del expediente a la oficina de
origen. Notifíquese al recurrente en el medio señalado, el correo electrónico xxx o al fax 2256-1593 y; a la Aduana Central por el medio disponible.
Loretta Rodríguez Muñoz
Presidenta
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Expediente N° 419-2013Sentencia N° 171-2014
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Elizabeth Barrantes Coto Alejandra Céspedes Zamora
Dick Rafael Reyes Vargas Luis Alberto Gómez Sánchez
Desiderio Soto Sequeira Shirley Contreras Briceño
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