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Rafael Perez-Taylor compilador Antropologia y complejidad 012582/016446

5 Antropologia y Complejidad

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Rafael Perez-Taylor compilador Antropologia y complejidad 012582/016446 Rafael Perez-Taylor compilador ANTROPOLOGiA Y COMPLEJIDAD Serie CLA-DE-MA Antropologia 16i146 ANTROPOLOGiA Y COMPLEJIDAD Rafael Perez-Taylor compilador IY, , A.t? cJ" . I.l.J '" 'o ';i if: -4," ENA CHIHUAHUA ,.. . Rafael Perez-Taylor Ilustraci6n de cubierta: Edgardo Carosia Primera edici6n: enero del 2002, Barcelona Derechos reservados para todas las. ediciones en castellano Editorial Gedisa, S.A. Paseo Bonanova, 9 10-1a 08022 Barcelona (Espana) Tel. 93 253 09 04 Fax 93 253 09 05 correo electronico: ' http://www.gedisa.com . ISBN: 84-7432-894-2 Deposito legal: B. 314-2002 Impreso por: Limpergraf Mogoda 29-31 Barbera del Valles Impreso en Espana Printed in Spain Queda prohibida la reproducci6n parcial 0 total por cualquier medio de impresion, en forma identica, extractada 0 modificada de esta version castellana de la obra. Introducci6n. Algunas reflexiones I una antropologfa de la compleji( Rafael Perez- Taylor ........ . PRIMER Hacia la CI 1. La antropologia ffsica en sus hisl Enrique Serrano Carreto ..... 2. El ensayo y la antropologia: MOl origenes de una pnictica Liliana Weinberg Marchevsky .. 3. Globalizaci6n y cultura en Amel Crisis de la raz6n y de la axiolog Ricardo Melgar Bao ......... 4. Leyendas Iuminosas de la compi Gabriel Weisz Carrington ..... la ona :iones en castellano . ~ , < ~ .. , - ' " i' ':. . ~ ~ ~ . ~ . ~ .:.' '). 'r ~ . , Indice Introducci6n. Algunas reflexiones para pensar-comprender una antropologfa de la complejidad Rafael Perez- Taylor ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 PRIMERA PARTE Hacia la complejidad 1. La antropologfa ffsica en sus historias Enrique Serrano Carreto .............................. 21 2. El ensayo y la antropologfa: Montaigne y los posibles origenes de una pnictica Liliana Weinberg Marchevsky ......................... . 39 3. Globalizaci6n y cultura en America latina. Crisis de la raz6n y de la axiologfa patrimonial Ricardo Melgar Bao ................................. . 49 4. Leyendas luminosas de la complejidad Gabriel Weisz Carrington ............................. 67 iill 0 .total. por cualquier medio de imprelod.ificada de esta version castellana de la , i escribiendola historia de la similitu cia 10 mismo en los terrenos de la otl los alcances delo que se podfa obser legitimaban el contexto metodo16gi SEGUNDA PARTE Comprender la complejidad 5. Complejidad: bosquejos para una antropologia de la inestabilidad Raymun"do Mier .................................... . 77 6. Pensar al primate humano: pensar en hominizaci6n-humanizaci6n Xabier Lizarraga Cruchaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 7. Construir el espacio 139 ..Rafael Perez- Taylor ................................. . 8. Sobre el tiempo Linda Lasky Markovich . .................. "........... . 169 Introd Algunas ref] pensar-comprende de la cor La historiil de la antropologfa ha tes senderos, desarrollando tecnicas con las sociedades en estudio. De 1 mejor dicho, premodernas) a las q via;e los investigadores se encontra rales, sociales, simb61icos y una alI cribir 10 visto y vivido como experie po16gica. El desarrollo de los acontecimie culturas de los pueblos sin historia, j cripciones para escribir los idearios crituras Henaron los estantes de las visto los antrop6logos. Los metod< )APARTE la complejidad la antropologia ........ * ............................. . 77 aren .......................... "' ... ,. ............. .. 105 139 ............... -. ........... ' ......... -....... .. 169 Introducci6n Algunas reflexiones para . . .. pensar-comprender una antropologia de la complejidad Rafael Pirez- Taylor La historia de la antropologia ha seguido hasta nuestros dfas diferentes senderos, desarrollando tecnicas y metodos de investigacion acordes con las sociedades en estudio. De las llamadas sociedades primitjvas (0 mejor dicho, premodernas) a las que cohabitan con nosotros: en .este viaje los investigadores se encontraron con un bagaje de eventos culturales, sociales, simbQlicos y una amplia gama deperspectivas para describir 10 visto y vivido como experiencia etnografica, etno1ogica y antropologica. El desarrollo de los acontecimientos historicos en Occidente fueron escribiendo 1a historia de la simi1itud; mientras tanto la antropologfa hacia 10 mismoen los terrenos de la otredad. Para convertir en evidencia las culturas de los pueblos sin historia, desde las narraciones orales a las descripciones para escribir los ideariosde 10 visto como acto vivido, las escrituras llenaron los estantes de las bibliotecas narrando cuanto habfan visto los antropologos. Los metodos antropol6gicos de analisis fijaron losalcances de 10 que se podia observar, haciendo res altar los hechos que legitimaban el contexto metodologico y factual, como la adscripcion de 9 las escrituras que plasmaron en signos las memorias de los diferentes grupos etnicos del planeta. Los hechos constituyeron el objetivo de la descripcion etnografica, para dibujar, por asi decirlo, las culturas de esos grupos que no coincidian con los ideales del progreso, grupos cuyas formas de vida se dis tinguian notable mente de 10 que era considerado civilizado. El objetivo de la descripcion etnografica era entonces plasmar en escritura todas aquellas conformaciones que resultasen equivocas, a fin de intentar mejorarlas con la intromision colonial. Anunciando en la poHtica la esencia de los tiempos modernos, del presente industrializado, que alojara, en el discurso la posibili:dad de mantener el predominio de la razon y el buen entendimiento. La construccion de una antropologia bajo.este paradigma legitimo el colonialismo en sus diferentes facetas. Contribuyotambien a formar especialistas que, con buenas intenciones en la mayoria de los casos, describieron el estado de penuria y pobreza en el cual estos grupos vivian en superposicion con el mundo occidental. Parcializaron el contenido de las culturas para dilucidar las formas de actualizarlos, de sacarlos de la edad de piedra, a fin de insertarlos en la modernidad y el progreso, creando todo tipo de mecanismos para lograrlo, desde los mas esclavizantes hasta los mas humanitarios, pero siempre con el proposito de traerlos a los tiempos de la industrializacion y del consumo. Las acciones polfticas se convirtieron en el proyecto del progreso y la antropologia estuvo de por medio para 10grarlo.Se desarrollaronpro:" gramas de convergencia diagnosticando el estado deestosgrupos. Por supuesto,estos diagnosticosserealizaron sin preguntarles si quiera si esa era su realidad; Tampoco tomaron en cuenta las identidades locales en relacion con los ecosistemas en los cuales vivian,o en la relacionque tenian con otros grupos, con los mitosfundadores, con lashistorias que les permitian vivir de tal forma y no de otra, etcetera. Podrfamos seguir enunciando muchos otros factores queprodujeron y justificaron desalojos, cambios de tierras, formas de trabajo, religion y cosmovision, insercion en elaparatoproductivo del capitalismo y tambien, en su momen,. to, del que fuera el socialismo real. La antropologia fuepartfcipe de elloen razon del progreso, la identidad nacional,la construccionde futuros inimaginables que posibilitaran el nacimiento de nuevashegemonias para controlar elestadodecosas en lanaturaleza y en la sociedad. ,En fin, para rriejorar elejercicio.de los podereslocales, nacionales y transnacionales, para posibilitar formaciones 10 politicas y economicas que otorg. unos cuantos grupos, queenla aCtl ciones y grupos etnicos de adscrip( En este viaje por la rustoria nav( tropologos que dieron,cuenta de e! un punto de vista critico seiialaton se estaba perdiendo,y cuylogica senalo, en base a los lcana se expresaba en el hin alcanzaba el 50 por ciento ue la media mundial de rento de las 542 declaratorias las ciudades latinoathericaa las de oi'igen coloniaL tonica quecaracteriza a la reproducir una clave axio-Ie que elcodigo de registro extienden a los bienes inentacion de las epocas hisIra elitista prevalecen sabre onicas y bienes religiosos 0 icentrismo del patrimonio' topfa deseable, pero en los o es el que reina soberano. lrtirde un cons.enso inter.0 explorado ni discutido a del Centro del Patrimonio ;e puntual de 10 que nues, exhibido como su capital Si analizamos la lista de otra forma, notamos que de los sitios culturales de Latinoamerica y el Caribe, 19 sitios datan de la epoca precolombina, 33 del periodo colonial (de los cuales25 son centros hist6ricos 0 ciudades coloniales), y 2 de la epoca poscolonial (la Cita del de Haiti y Brasilia) (1999:8) .. El IX Foro de Ministros de Cultura de AmericaLatina (Cartagena, mayo de 1997) dejo entrever una ligera brisa rectificadora al acordar el' estudio de nuevas categorfa de patrimonio cultural y natural (Van Hooff, . op. cit). Sin embargo, el proceso de valorizacion patrimonial debe democratizarse y pluralizarse culturalmente para dejar atras ese ostensible cankter etnocratico, que Rodolfo Stavenhagen descubre en nuestras es.., tructuras estatales y polfticas gubernamentales. En perspectiva, los paises del Sur debemos llevar la discusion patrimonial de nuestros escenarios nacionales al marco de la Asamblea Gene.,. ral de las Naciones Unidas, asf como a las reuniones la UNESCO y del ICOMOS, en aras de ir democratizando y pluralizando 1a toma de decisiones en materia de acuerdos y polfticas culturales multilaterales y mundiales. Mas alla de la denuncia de las lecturas neocoloniales de la globalizacion que pretend en legitimar una imagen avasalladora del mercado mundial y de las tecnologfas de la informacion sobre los espacios nacionales, debemos volver a politizar el ambito de sus presupuestoseconomicistas y neutralistas. Gracias a la aplicacion extensiva de los principios de la economfa neoclasica al medio ambiente y a la educacion, atribuyendoles valores monetarios (precios, impuestos, gastos), se justifican tras los analisis de costo/beneficio las polftic'>. (UNESO 2. Vease la critica a la ec Norte en Michael Reddift: sociedad como discurso glob: bio global. Mexico, CRIMIU 3. Vease el ensayo de Pab mocracia, Memoria, nO 122, Referencias bibliogrMicas Anderson, Benedict. 1993. C gen y difusi6n del nacionaJ Arte y cultura de America L. Nelson Manrique, Ibid., p 64 mentaruna redcomun de ingible. e intangible del Mercoiovisual e imagenes en movien sus implicaciones fflmicasL. Otros acuerdosaluden a la legislaciones nacionales en la 1 patrimonial para los pafses cara alTratado de Libre Co: la carenciade clausulas espeigrosa omision,considerando :ana.da y Mexico en el campo nfilBatalla, 1991:12). alrimonio cultural desempemtede los.medios televisivos ldiendo a las mas diversasdeion sobrepatrimonio cultural bIes, significadas y valoradas :cursos. corporativos transnalion (Discovery Channel)-, 0 ._li !torica.audiovisual de Televi de 10 que sucede en los las web desde donde se libra diferentes campos del patri- . sin obviar sus muchas defensa de los ambitos patriu; la trascienden e inciden en mcos. ;onviccion de que, aunquea loamericanos, les toca ubi car en su ambito nacionaI, global, ya. que estas no escantes que emergen de las relaI' la extension de las nuevas orias latinoamericanas de silad no traducen equilibradapatrimonial del continente, los gropos de poder criollo>ierto,regulado y popular al universo patrimonial en sus diversas escalas (local, nacional y global) recusa polfticamente las ideologfas y polfticas de exclusion cultural que auspician los pafses del Norte, los organismos multilaterales y las transnacionales en el campo de la industria cultural y del turismo del ramo, facilitadas por Ia complicidad y/o negligencia de nuestros gobiernos latinoamericanos. Notas 1. I) representar una obra maestra del geniocreativo humano, 0 II) ser la manifestaci6n de un .intercambio considerable de valores humanos durante un determinado perfodo 0 en area cultural especffica, en el desarrollo de la arquitectura, las artes monumentales, la planificaci6n urbana 0 el disefio paisajfstico, o III) aportar un testimonio unico 0 por 10 menos excepcional de una tradici6n cultural 0 de una civilizaci6n que sigue viva 0 que desapareci6, 0 IV) ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio ode conjunto arquitect6nico 0 tecnol6gico, 0 paisajfstico que ilustre una etapa significativa 0 etapas significativas de la historia de la humanidad, .0 V) coostituir un ejemplo sobresaliente de habitat 0 establecimiento humano tradicional 0 del uso de la tierra,que sea repre:sentativo de una cultura 0 de culturas, especialmente si se han vUeltovulnerables por efectos de cambios irreversibles, 0 VI) estar asociados directamente 0 tangiblemente conacontecimientos 0 tradiciones vivas, con ideas 0 creencias,o con obras artfsticas y literarias de significado universal excepcional (el Comite sidera que este criterio no deberfa justificar la inscripcion en la Lista, salvo en circunstancias excepcionales y en aplicacion conjunta con otros criterios culturales 0 naturales)>>. (UNESCO, 5/1998). 2. Vease la crftica a laeconomfa ambiental como retorica de los pafses del Norte en Michael Reddift: A nuestra propia imagen: el medio ambiente.y la sociedad como discurso global, en Lourdes Arizpe (ed.), Dimensionesdel cambio global. Mexico, CRIM/UNAM, 1997, pp. 287-318. 3. Vease el ensayo de Pablo Gonzalez Casanova: Educaci6n, trabajoy democracia, Memoria, nO 122, pp. 2Q-35, abril de 1999. Referencias bibliograficas Anderson, Benedict. 1993. Comunidades Imaginadas. Reflexiones sobre elortgen y difusi6n del nacionalismo. Mexico, Fondo de Cultura Economica. , Arte y cultura de America Latina y el Caribe, www.sinadic.gob.ve. citado por Nelscm Manrique, Ibid., pp. 265-266. 65 Bonfil BataHa, Guillermo. 1991. Dimensiones del Tratado de Libre Comercio, Mexico Indigena.Mexico, n 24, l;lOviembre. Bonfil Batalla, Guillermo. 1997. Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de significados, en Enrique Florescano (coord.), El patrimonio nacional de Mexico I. Mexico, Conaculta-Fondo de Cultura Econ6mica, 1997, pp. 28-56. El Pais. 12 de julio de 1999. Internet agrava la distancia entre pobres y ricos. Madrid. Garcia Canclini, Nestor. 1997. El patrimonio cultural de Mexico y la construcci6n imaginaria de 10 nacional, en Enrique Florescano (coord.), El patrimonio nacional de Mexico 1. Mexico, Conaculta-Fondo de Cultura Econ6mica. Google, 16 de marzo del 2001. Lomnitz, Claudio. 1999. Modernidad indiana. Nueve ensayos sobre poblacion y mediaci6n en Mexico. Mexico, Planeta. Manrique, Nelson. 1997. La sociedad virtual y otros ensayos. Lima, Pontificia Universidad Cat6lica del Peru. Morales Campos, Estela Mercedes. 1998. Mexico: tradici6n e impacto en la produccion contemporaneade fuentes de informacion sobre America Latina. Tesis de doctorado en estudios latinoamericanos. Mexico, FyLlUNAM. Primer Foro, julio de 1983, La defensa del patrimonio cultural, D-II-345 SNTE. Mexico, 1985. Sartori, Giovanni. 1998. Homo videns. La sociedad teledirigida. Madrid, Taurus. UNESCO. Convencionesdel14 de mayo de 1954. UNESCO. Mayo de 1998a. EI patrimonio mundial. Historia sucinta. UNESCO. Mayo de 1998b. Elpatrimonio mundial. El patrimonio-Legado del pasado al futuro. UNESCO. Mapa de bienes del patrimonio mundial1999. Van Hooff, Herman. 1999. La Convenci6n del Patrimonio Mundial y el estado de conservacion, indicadores para fa evafuacion delestadode conservaci6n de CiudadesHistoricas. Granada, Centro del PatrimonioMundial de la UNESCO-Instituto Andaluz del Patrimonio Hist6rico. Vinson, Isabel. Patrimonio y cibercultura: Jque contenidos culturales para que cibercultura?; www.crim.unam.mx.. 66 Leyendas lul1 En los tiempos que cor torno a la legitimidado i1( teoria del caos a campos propjas. Frente a 10 que I tecnicas no see extiendea c un muy corto d ponden, cuando menos er . se y crear territorios epistj Sobre estas cuestiones, tanos protocolarios, done dispositivo que me perm: Con esta ideaaludo a una tar bajo un estado rudime: ciertos relatoschamartico empresa no disimuldeles gunas comunidades cientfj mas sujetandose a losapar taci6n a ultranza. Una teo textos, con 10 cua! constat parcial mente chamanlca d Durante nuestro recon fitados internos'queluegc culturales del Tratado de Libre noviembre. noruo cultural: un laberinto de El patrimonio nacional de MeEconomica, 1997, pp. 28-56. :listancia ent:re pobres y ricos. cultural de Mexico y la conslue Florescano (coord.), El paaculta-Fondo de Cultura Eco'ueveensayos sobre poblaci6n y 'Jtrosensayos. Lima, Pontificia : tradici6n e impacto en fa prociOnsobre America Latina . . Mexico,FyLlUNAM. 'Jnio cultural,D-II-345 SNTE. d teledirigida. Madrid, Taurus. 4. ial.Historia sucinta. rial. El patrimonio-Legado del 'iaI1999. 1.trimonio Mundial y el estado ! del estado deconservaci6n de imOllO Mundial dela UNES:.. co/ ;ontenidos culturales para que 4 Leyendas luminosas de la complejidad Gabriel Weisz Carrington En los tiempos que corren encontramos multiples preocupacionesen torno a la legitimidad 0 ilegitimidadde extrapolar la nomenclatura de la teOrla del caos a campos ajenos a las denotaciones tecnicas que Ie son propias. Frente a 10 que preguntamos, si el campo de las denotaciones tecnicas no se extiende a otras ciencias, lacaso no esta destinado a sufrir un espectro muy corto de vida? Esas preocupaciones denotativas responden, cuando menos en pa.rte, a un anhelo colonialista por legitimarse y crear territorios epistemicos. Sobre estas c:uestiones, por mi parte quiero adelantar algunos comentarios protocolarios, donde el asuntopara tratar concierne al uso de un dispositivo que mepermite situarme dentro del espacio de discusion. Con esta idea aludo a una teorfa tropologica, que tan solo puedopresentar bajo un estado rudimentario. Un propos ito sera trasladar la caotica a ciertos relatos chamanicos recurriendoa la teOrla tropologica. En esta empresa ho disimulo el esfuerzo por contrarrestar la prescriptiva de algunas comunidades cientfficas y otros procesos orientados a cerrar sistemas sujetandose a los aparatos totalitanos de la interpretacion y la denotacion a ultranza. Una teorfa tropologica contempla el hibridismo de los textos, con 10 cual constatamos una formulacion parcialmente ca6tica y parcialmente chamanica de nuestro campo de estudio. Durante nuestro recorridodebemos concertar con una serie de significados iriternos que luego toman laforma de una referencia externa. Sin. 67 embargo, no nos anima un proposito esencialista, que procura encontrar en la interioridad de los fenomenos un significado ultimo que legitime el proceso interpretativo. El limite de nuestra aspiracion es presentar un pequeno relato interno que al subir a la forma externa nuevamente adopta un comportamiento intrinseco. Porque no nos conviene el proyecto esencialista, nuestro relato interno no puede extrapolarse a un gran relato interpretativo, sino que apenas cumple con un modesto ejercicio de lectura. La teoria tropologica se compone por lecturas metaforicas donde persisten ataduras retoricas de los significados internos que se hac en externos y viceversa. Hay una contaminacion e infiltracion entre 10 extrfnseco y 10 intrfnseco: aspectos que debemos guardaren la memoria al realizar reflexiones sobre el relato interno. No hay fronteras absolutas en las que se puedan guardar y hasta separar los contextos de 10 intrinseco y 10 extrinseco. . La t,eoria tropologica supone una pauta en la que habita un concepto literal yotro figurativo. La insistencia sobre 10 literal y 10 figurativo cobra mayor relevancia cuando nos preguntamos, a la manera de Nietzsche 0 Derrida es la diferencia?. Pero la pregunta parece tener poca importancia, porque tal vez resulte indiferente constatar la diferencia y aun la validez de una empresa que tome en serio las diferencias. Esta indiferencia seexplica como parte de la crisis tropologica en la cual la preguntase bifurca en dos significados, uno figurativo y otro literal. Mas interesante es la incertidumbre que toma una forma retorica, no por la imposibilidad de responder de un modo figurativo 0 literal, sino par la incompatibilidad que prevalece en la situacion y los aspectoscaoticos quese abren ante la riqueza referencial. En otra instancia hay un juego de diferencias entre los dispositivos metaforicos y los metonfmicos. Dentro de este intercambio conviene distinguir entre una conducta analogica para los primeros y una conducta contigua para los segundos. Lametafora participa ell una condicion de sustituci6n de la naturaleza paradigmatica; en cambio la metonimia interviene con atributos asociativosy contingentes (de Man, 1979). Para el desarrollo de nuestra trama teorica confiamosen una tarea metaforica ..,.por el comportamiento analogi co- y otra tarea metonfmica el caractercontiguo y sintagmatico- aspirando asf a acoplarnos al topico de la teona de la complejidad, segUn el cualla complejidad ocupa un terreno determinado por un orden simple y un caoscompleto (Pagels, 1989). Los. reactivos retoricos provocanestados de incertidumbre 68 semantica, por 10 que POI como tambien una distril metonfmicos que obedec En los discursos de la conducir a.efectos de gra nstica se califica el fenon la cual se expresa que ell riposa puede afectarlos Nueva York. No ca entre el batir de alas y En este trabajo hemos nos que se vuelvenexterl notables para expresar ur trfa fractaL El termino se gere) y algunos correlato palabras, Benoit Manden mas de la complejidad m( ridad. Susestudios sobre una metaforaconceptual, za. No puedeescapar a I gura. Una caracterfstica d que implica la presencia d ficados internos puede e] semejanza. Un efectocur: clusivamente, como su>l1 mismo en su configuracil objetos. Cuanto mas aum brot, 0 los objetos virtual tidades que flotaban com cion se noto que ningun< otras. Finalmente se revel principal que se ligaba a h Recojo el tema delefe parecido del objetoy 10 ; esas delicadas filigranas q descripcion del proceso d guran como factores imp' tico. Desuerte que sien h nificados internos con 10 lista, que procura encontrar .cado ultimo que legitime el aspiraci6n es presentar un , externa nuevamente adop) nos conviene el proyecto extrapolarse a un gran relam un modesto ejercicio de ecturas metaf6ricas donde ,s intern os que se hacen exinfiltraci6n entre 10 extrintardar enlamemoria al reahay fronteras absolutas en : contextos de 10 intrfnseco lla que habita un concepto .0 literal y 10 figurativo cocos, a lamanera de Nietzso lapregunta parece tener erenteconstatarJa diferenrIe en serio las diferencias. ~ r i s i s tropo16gica en la cual 10 figurativo y otro literal. una forma retorica, no por Llrativo 0 literal, sino por la 5n y los aspectos caoticos tciasentre los dispositivos este intercambio conviene osprimeros y una conducrticipa en unacondicion de 1 cambiola metonimia in1tes (de Man, 1979). :a confiamos en una tarea )- y otra tarea, metonimica )irando.asf aacoplarnos al cualla complejidad ocupa ! y un caos completo (Paestados de incertidumbre semantica, por 10 que podemos evocar una cierta turbulencia ca6tica; asf como tambien una distribuci6n sintagmatica, favorable a los constructos metonfmicos que obedecen a un cierto orden. En los discursos de la caotic:a, es sabido que pequefias causas pueden conducir a efectos de gran magnitud. Con el uso de una metafora humoristica se califica el fenomeno como efecto mariposa, noci6n mediante la cual se expresa que el batir de alas que hoy produce en Pekin una mariposa puede afectar los sistemas tormentosos para el mes proximo en Nueva York. No pasa inadvertida la organizacion referencial metonimica entre el batir de alas y la tormenta. En este trabajo hemos tratado la atadura ret6rica de significados internos que se vuelven externos. Ahora bien, en uno de los postulados mas notables para expresar una cierta morfologia del caos, destaca'la geofnetria fractal. EI termino se asocia al acto de romper (del verbo latino frangere) y algunos correlatos como son las fracturas y fracciones. En pocas palabras, Benoit Mandelbrot, preocupado por abordar distintos problemas de la complejidad morfologica, inventauna geometrfa de la irregularidad. Sus estudios sobre la infinita complejidad de las formas Ie sugiri6 una metafora conceptual que denomin6 como cualidad de autosemejanza. No puede escapar a nuestra atencion la cualidad analogica de esta figura. Una caracteristica de la autosemejanza es su conducta recursiva, 10 que implica la presencia de una pauta clentro de otra. La atadura de significados internos puede extenderse anal6gicamente a la figura de la autosemejanza. Un efecto curioso de la autosemejanza es que no se limita exclusivamente, como su nombre indica, a un objeto que se parece a sf mismo en su configuracion interna, sino que tambien engendra nuevos objetos. Cuantb mas aumentaba la resolucion.de los objetos de Mandelbrot, 0 los objetos virruales creados por las computadoras, aparecfanentidades que flotaban como satelites del cuerpo principal; a mayor definicion se noto que ninguna de estas moleculas virtuales coincidia con las otras. Finalmente se revelo un delicado hilo que se desprendia del objeto principal que se ligaba a las moleculas flotantes (Gleick, 1987). Recojo el tema del efecto replicante de la metafora que se basa en el parecido del objeto y 10 amplifico al proceso asociativo metonfmico de esas delicadas filigranas que se desprenden de un cuerpo principal. En la descripcion del proceso de autosemejanza, la replica y la contigiiidad figuran como facto res importantes en la modificacion del objeto ciberne,.. tico. De suerte que si en la teoria tropologica interviene la atadura de significados internos con los signicados extern os, la imagen de la atadura 69 parece repetirse en el conjunto que forman los satelites con el objeto principal.Por consiguiente el objeto hibrido de nuestra teoda tropologica participa de un proceso de autosemejanza analogica y de una permutacion donde intervienen mecanismos de contigiiidad. Con objeto de ir atando cabos, como parte seminal de la actividad metaforica dentro de la trama que estamos elaborando, ponemos a dis-: posicion de quienes nos escuchan un mito perteneciente a un grupo de nativos norteamericanos. Se cuenta que el Creador prometio que al convertirse los hechiceros negros en guerreros de la luz, La Fuente tomada de la mano a la hija, Mujer bisonte 0 Mujer de la tierra, como gesto de nupcias simbolicas con Estrella de alba, el Gran hermano, el Hombre de espiritu. Entonces sera cuando 1a Abuela arana tejera de nuevo su tela medicinal para enlazar laTierra con el Cielo, el Espiritu y el Cuerpo, y brindar iluminacion para la Tierra-madre (Medicine Eagle, 1991). EI proceso chamanico de curacionrecurre ala atadura cos mica. Este proceso sintagmatico puede tomarse desde la conversion luminosa de los hechiceros negros en guerreros, y de ellos hasta un proceso de autosemejanza cuyo desenlace es el de la iluminacion para la Tierra-madre. Todo 10 cual no puede calificarse con un tono afirmativo; es un conjunto de meros interrogantes que solo buscan senalar como la complejidad puedeconvertirse en un recurso para leer ciertos, relatos .chamanicos. Tal vez se trate de laconstruccion de un universo.virtual que nos . acerque a los parajes autosemejantes de nuestra otredad y la posibilidad comunicativa que esto abre a otros relatos de la alteridad. En torno al temade los rayos, motivo que aparece comotitulo para este trabajo, y la iniciacion chamanica, registramos el testimonio de Agustin Canahuiri de Huasao. Cayo un rayo cerca de el, y como consecuencia enfermo por espacio de un ano. Su hermano loencontro y 10 llevoal chamande rayos. Por su parte, el chaman relata como un rayo 10 alcanzo yperdio el conocimiento. Queda hecho pedazos, pero las partes de sucuerpo se volvieron a unir para formar un nuevo. cuerpo con una mente nueva (Kalweit, 1992). Tomando en cuenta esta descripcion podemos sugerir una atadura metaforica, en virtud de la semejanza del rayo que afecta a la persona con una representacion humana del rayo, 0 sea, el chaman provisto de las facultadesque le.permiten curar, en el marco de la opera entre el rayo y el hombre rayo.Eneste caso hay que incluir una relacion de sinecdoque. Eneste tropouna parte es sustituida por otra unidad que esta ligada a ella. Existe una relacion de recipiente a contenido, de 70 causa a efecto, de parte al I I f samiento fnitico ocurre ql toda metonimia tiene un 1979, s.v. metonymie).Nc Strauss impone sobre el IT metafora. Como productmetonimia, la.naturaleza nuestro imaginario el chal rayo tuvo sobre su persOl ticios, porque deriva. deu tender un textointencion: funciona en cuantoel cue] compuesto para convertir dente las partes del cucrp< vo cuerpo y una mente nt el chamany elchaman en dismo telurico ysomaticc Hemos consta.tado el i jidad minente es lapropiedad d la autosemejanza nos ren cendentes. EI paso siguier dan estas propiedades eni trama. En la isla de Vancouvel les aparecen retorcidos, co hubo un intento.por,esc; Anda tras todo aquel. qUi Cuando unose top a con rror y el miedo. Siuno pr4 al mismo tiempo. y uno Se noso que se deja la Tierra a Sisiud hay que manteneJ mas .. Antes que las bocas alma, cada cabezadebe gir vera su propio rostro. Qu Al descubrir su rostro,su encuentra la verdad. Te bel teneceni para siempre (Ca lossatelites con el objeto de nuestra teoria tropoloza.analogica y de una per rte seminal de la actividad laborando, ponemos a diserteneciente a un grupo de prometioque al cone 1a 1uz, La Fuente tomarfa de 1a tierra, como gesto de an hermano, el Hombre de rna tejerade nuevo su tela , el Espiritu y el Cuerpo, y Medicine Eagle, 1991). E1 adura cos mica. Este proceersion luminosa de los he1 un proceso de autos emetara laTierra-madre. ono afirmativo; es un cont seiialar como la compleji:!f ciertos relatos chamanitl universovirtual que nos :raotredad y la posibilidad la ruteridad. e aparece como titulo para istramos .eltestimonio de cerca de el, y como consermano loencontro y 10 lle.an relato como un rayo 10 cho pedazos; pero las parmar un nuevo cuerpo con lemos .sugerir qna atadura queafecta a la persona con chaman provisto de las fala autosemejanza que opeo hay que incluir una rela; sustituida por otra unidad recipiente a contenido, de causa a efecto, de parte al todo. De acuerdo con Levi-Strauss, en el pensamiento mitico ocurre que las metaforas se completan en metonimias y toda metonimia tieneuna naturaleza metaforica (Greimas y Courtes, 1979, S.v. metonymie). No coincido con el gran relato explanar que LeviStrauss impone sobre el mito, pero conservo el paso de la metonimia a la mecifora. Como producto lector de la trama sinecdoquica asociada a la metonimia, la naturaleza del rayo .del chaman esci ligada alrayo. En nuestro imaginario el chaman posee poderes que recibe del efecto que el rayo tuvo sobre su persona. Esta persona se parece a los personajes ficticios, porque deriva de un acto de lectura en donde no se autoriza extender un texto intencional a una persona que no conozco. La metafora funciona en cuanto el cuerpo hecho pedazos de manera figurada es recompuesto para convertirse en el rayo del cuerpo. En el relato precedente las partes del cuerpo del chaman se aglutinan para formar un nuevo cuerpo y una mente nueva. El rayo encuentra un nuevo recipiente en el chaman y el chaman en el rayo. De este intercambio resulta un hibridismo telurico y somatico. Hemos constatadoel interes que reviste para la teoria de lacomplejidadfracta:I la autosemejanza; debemos subrayar que el rasgo mas prominente es la propiedad de generar formas. Mandelbrot argumenta que la autosemejanza nos remite a la repeticion del deta:lle en escruas descendentes. El paso siguiente en nuestra trama es buscarcomo se trasladan estas propiedades en fa creacion de una rejilla lectoraaplicada a otra trama. En la isla de Vancouver existen varios relatos sobre Sisiutl. Los arboles aparecen retorcidos, como testimonio de un estado de agonia, porque hubo un intento por escapar de Sisiutl, el temible monstruo marino. Anda tras todo aquel que sea incapazde controlar su propio miedo. Cuando uno se topa con Sisiutl hay que enfrentarlo para encarar el horror y el miedo. Si uno pretende escapar, Sisiutl sopla con sus dos bocas al mismo tiempo y uno se pone a girar con un movimiento tan vertiginoso que se deja la Tierra para errar eternamente. Cuando se encuentra a Sisiutl hay que mantenerse firmes. Las cabezas se aproximan cada vez mas. Antes que las bocas gemelas logren sujetar la cara y robarnos el alma, cada cabeza debe girar hacia nosotros. Cuando esto suceda, Sisiutl vera su propio rostro. Quien ve el otro lado del ser, descubre la verdad. Al descubrir su rostro, su otro rostro, cuando mira en sus propios ojos, encuentra la verdad. Te bendecira con sumagia, se ira,yla verdad te pertenecera para siempre (Cameron, 1981). 71 Aprovecho el periplo intrinseco para desplazarme al cuento de Sisiuti. Comprobamos una primera instancia analogica de autosemejanza cuando Sisiutl reconoce el miedo que tambien personifica y el estado de turbulencia que provoca. El otro escenario de autosemejanza ocurre en el momento en que coinciden ambas caras del monstruo. La verdad que encuentra Sisiutl puede transmitirse a quien toleresu mirada. Un aspecto que trata el topico de la autosemejanza es la propiedad que posee Sisiutl de crear una verdad a partir de su propio reconocimiento. Pero Sisiutl, que. personifica el miedo, ya se encuentra en la persona que 10 encuentra. El hilo del miedo permite una transmision del conocimiento y por ende sabemos que el papel desempeiiado por la autosemejanza es la generacion de una forma desconocida de conocimiento. Una verdad que se comunica por una replica de los detalles cognoscitivos obtenidos por Sisiutl, a la persona en la que son depositados. La geometria del caos define la manera en que escalas muy pequeiias infiltran a las mas grandes; asi cambios muy pequeiios en las condiciones iniciales producen alteraciones en escalas mas altas. En un efecto de cascada las perturbaciones suben por el sistema con secuelas impredecibles. Si invertimos el proceso, de 10 grande a 10 pequeno, y regresamos a Sisiutl vemos que las altera-ciones en la emocionalidad humana se filtran al mons"' truo. El efecto mariposa tiene su replica en el temor humano que luego es el factor de transformacion y conocimiento. El sistemaabarca las relaciones fractales entre el humano y esta manifestacion turbulenta del dios. El miedo sagrado se filtra al temor humano; el de la naturaleza y el de Sisiutl se integran en el desorden y el orden, pertenecientes ala teoria de la complejidad.El miedo mismo es un estado fractal de nuestras emociones. Ante la extrema diferencia entre un miedo fisiologico 0 literal y un miedo sobrenatural, al que Ie asignamos una caracteristicafigurativa, surge una condicion ensamblada por elementos fisiologicos y sobrenaturales. Baste decir que el perfil figurativo que contemplo esta relacionado con un monstruo que no pertenece del todo al mundo natural, pero que participa de 10 natural para atemorizar a Ia naturaleza; recordemos Ia manera en que el arbol aparece retorcido por el miedo. iExistira un movimiento tropologico mediante el cual podamos concebir un arbol del miedo? Para conduir, la teoria tropologica hace aflorar a Ia superficie las diferencias que articulan distintos mundos intrinsecos y la funcion que practican metaforas y metonimias sobre nuestra lectura del discurso magico. El discurso magico que aquf analizamos es un correlato del relato chamanico. Con 10 cual aceptamos la construccionde un discurso teori72 co que corresponde a otro sentamos otros correlatos torica. No existe la posibi ningun campo conserva St incertidumbre retorica. A: blemente hacia los sendere logica no puede ser exhau versales niagota los signif revelar la visibilidad de u aboga por un esencialismo cion, el esencialismo que a mos agregar que la teoria t turales de Ia otredad pore estabilidad ontologica con mo esta teoria tiene una fUJ bre nuestras limitaciones d de nuestros discursos teori poder, y otras des cuituraies. Las teorias de Ia comp: siones metaforicas para tr noscitivo a otro, situacion logica y la complejidad. Referencias bibliograficas Cameron, Anne. 1981. Daug, De Man, Paul. 1979. Allegor New Haven. Gleick, James. 1987. Chaos: j king Penguin. ' Greimas, Algirdas y Courtes de la theorie du langage. V Kalweit, Holger. 1992. Sham Kohn. Boston, Londres, Sl Medicine Eagle. 1991. Antho de la realiM. Compo S. Nic Pagels, Heinz. 1989. The Dre Sciences of Complexity. Nt splazarme alcuento de Simalogica deautosemejanza n personifica y el estado de le autosemejanza ocurre en monstruo.La verdad que toleresu mirada. Un aspecla propiedadque posee Sioreconocimiento.Pero Si en la persona que 10 nsmisi6n del conocimiento do por la autosemejanza es conocimiento. Una verdad les' cognoscitivos obtenidos :ados. lqueescalas muy pequeiias ,equeiios en las condiciones altai;. En unefecto de cascan secuelas impredecibles. Si leno, y regresamos a Sisiutl I humana se filtran al temor humano que luego es sistema abarca las relacio.cion turbulenta del roos. El ! la naturaleza y el de Sisiutl ;ientesalateoria de la comde nuei;tras emociones. ,0 fisiologico 0 literal y un :aracteristica figurativa, silrsiologicos y sobrenaturales. estarelacionado con un ) natural, pero que participa !cordemos la manera en que ira un movimiento tropolorboldel miedo? florar a lasuperficie las ditrfnsecos y la funcion que tra lectura del roscurso mas es uncorrelato del relato ,ccion de un discurso teorico que corresponde a otros, como efecto de correlaci6n. Asimismo presentamos otros correlatos al discurso de la complejidad y a la nueva re:torica. No existe la posibilidad de promover una interpretacion porque ningtin campo conserva su absoluta identidad y el resultado es el de una incertidumbre ret6rica. Aspecto, este Ultimo, que nos encamina inevitablemente hacia los senderos de la complejidad textual. Una teoria tropologic a no puede ser exhaustiva porque no aspira a los significados universales ni agota los significados de un texto determinado. No pretende revelar la visibilidad de una invisibilidad del texto, asf como tampoco aboga por un esencialismo de la presencia de quien realiza una investigacion, el esencialismo que anhela construir un relato de la realidad. Podemos agregar que la teoria tropologica cuestiona las representaciones culturales de la otredad porque estas solamente asp iran a arraigar en una estabilidad ontologica con la cual se pueda ejercer su dominio. Por ultimo esta teorfa tiene una funcion que logra distanciar, para reflexionar sobre nuestras limitaciones de comprension frente a los factores que hacen de nuestros discursos teoricos mecanismos orientados a una voluntad de poder, y otras limitaciones cuando deseamos simplificar las complejidades culturales. Las teorfas de la complejidad son, desde nuestra perspectiva, extensiones metaf6ricas para trasladar el pensamiento de un horizonte cognoscitivo a otro, situaci6n que muestra la cercania entre la teorfa tropologica y la complejidad. Referencias bibliograficas Cameron, Anne. 1981. Daughters of Copper Woman. Vancouver, Press Gang. De Man, Paul. 1979. Allegories of Reading. Yale, Londres, Yale University y New Haven. Gleick, James. 1987. Chaos: Making a New Science. Nueva York, Londres, Viking Penguin. Greimas, Algirdas y Courtes, Joseph, 1986. Semiotique: Dictionnaire raisonne de la tbeorie du langage. Vol. 1. Paris, Classiques Hachette. Kalweit, Holger. 1992. Shamans, Healers and Medicine Men.Trad. MichaellL Kohn. Boston, Londres, Shambhala. Medicine Eagle. 1991. Anthologie du chamanisme: Vers une conscience elargie de la realite. Compo S. Nicholson. Aix-en-Provence, Edition Le Mail. Pagels, Heinz. 1989. The Dreams ofReason: The Computer and the Rise of the Sciences of Complexity. Nueva York, Bantam. 73 V 1 : 5 Complejidad: bosquejos para una antropologia de la inestabilidad Raymundo i e r ' ~ 1. EI surgimiento de la idea contemporanea de complejidad: la convergencia de los margenes La nocion de complejidad ha suscitado innumerables equfvocos. Algunos provienen dela generalidad y la trivialidad aparente de 10 que designa. Hablar de la complejidad de los fenomenos no ha sido solo una: expresion habitual para calificar 10 que se resiste a la comprension, 10 que ofrece dificultades para su aprehension segun los modelos en uso, 0 bien un lugar comun cuya edad se pierde entre los pliegues de lasreflexicines filos6ficas 0, mas recientemente, cientfficas, ademas de un calificativo impreciso para afirmar los limites de todo conocimiento. Otra fuente de la suspicacia acerca de su uso es, contradictoriamente, que parece ofrecer una respuesta faci!, un argumento contundente y claro para revelar la naturaleza de un fenomeno y en cuya estela puede extraviarse facilmente cualquier argumentacion. No obstante, en las concepciones epistemologicas contemporaneas, -la nocion de complejidad tiende a acotar un campo de reflexiones que, "" Profesor-investigador en la UAM-Xochimilco. Profesor para las asignaturas de Teorfa antropol6gica y Filosofla dellenguaje en la Escuela Nacional de Antropologfa e Historia. 77 ' aunque difuso, ha podido identificar problemas y ejes conceptuales particulares que dan una fisonomfa propia a esta vasta y dispersa congregacion de inquietudes, puntos de vista, invenciones y conjeturas provenientes de diversas disciplinas y que tienden a revelar una convergencia no programatica pero inequfvoca entre dominios de conocimiento aparentemente distantes entre si. Una vision acaso iluminadora de la naturaleza de esta esfera difusa de contribuciones teoricas y evidencias empiricas proviene del panorama historico y eronologico de sus fuentes. Quiza mas acusadamente que otros campos disciplinarios, el ambito teorico que hoy se suele llamar teorias de la complejidad -no teoria, porque no tiene un caracter unitario ni consistente; ni respohdea las caracteristicas de una propuesta teorica acotada, dotada de un objeto especffico 0 un campo determinado de problemas propios- tiene un origen desafiante: sus reflexionessurgen de una lenta y muy paulatina acumulacion de anomalfas surgidas de muy diversos campos del conocimiento, y que fueron poblando desde el siglo pas ado -yen algunos casos antes- los margenes disciplinarios de las ciencias hoy llamadas duras. Estas anomalfas tuvieron destinos diversos: en algunos casos, desde el momenta mismo de su aparicion, fueron drasticamente confinadas a una tierra de monstruos y criaturas infames, fruto de la imaginacion 0 de miradas tortuosas, de fantasmagorias arrancadas de la tierra de las evidencias 0 del apego ala daridady la luminosidad arquitectonicadelas ciencias verdaderas. Eso paso, por ejemplo, con la reflexion de Weierstrass -uno de los mas import antes matem:hicos a quien se debio,en el siglo pasado, laconsolidacion de .la teorfa matematica de las funciones analiticas-, sobre lanaturaleza de lasfunciones continuas sin derivada, que s1,lscitaron primero el asombro y mas tarde el escandalo y el desprecio aeusado de las erninendas matematicas del momento. Hermite no pudo contener su expresion de rechazo: me alejo con espanto y horror de esta plaga lamentable de funciones continuas que no tienen derivada (citado en Colette, 1986:356). Otro tanto ocurrio con los numeros transfinitos de Cantor. En efecto, en su reflexion sobre los eonjuntos infinitos Cantor habia desemboeado en una tesisen principio inadmisible: si eonsideramos, por ejemplQ, el eonjunto de todos los numeros naturales (1,2,3,4; ... ) tendremos un conjunto infinito, y aplieamos una regIa segUn la eual a eada elemento n de ese eonjunto (elde todos los numeros naturales) leasignamos el numero 2n, entoncesereamos un eonjunto de numeros pares eonstituido por el mismo numero de elementos del eonjun78 to de partida. En conseC1 mente comprensible de q un tiempo eonmensuraM meros. naturales-y coml tambien un subeonj1,lnto Esto lleve. a Cantor a pro extravio. La reaecion fue 1 [debio haber sido] turos trabajos (eitado er: La matematiea comenzal junto de objetosque, Hev: eedfan con faeilidad al ve: per con los imperativosd dos y de afirmaciones qu nes teorieamente consiste No todas las anomali; su destierroa los margent fueron integradas con rna; eontribueiones dedsivas, suscitanlos criterios equr tual, las. formalizaciones I deneia direeta pero con ur las noeiones de entropiay llada por Boltzmann, ene dinamica, una vezque se .. ceptualesconsideradas en silenciado su fuerza pertu vacilar la convicci6n acerc tible del determinismo. L mismomomento de lahi1 raleza de la descripcion. d partirde la simple ley .de dinamica,cuya expresion centrada en las .ecuaciones dades de una de la que hadan 1 los ptocesos. Poincare oril sobre la pretendida indef energia, y conduyo, simf las y ejes conceptuales parvasta y dispersa congrega:iones y conjeturas provea revelar una convergencia nios de conocimiento apaleza de esta esfera difusa de :as proviene del panorama za mas acusadamente que ;0 que hoy se suele Hamar le no tiene un caracter uni:ticas de. una propuesta te6un campo determinado de e: sus reflexiones surgen de lomallas surgidas de muy on poblando desde el siglo ~ e n e s disciplinarios de las : en algunos casos, desde el :icamen,te confinadas a una de la irriaginaci6n 0 de mi: de la tierra de las evidenarquitect6nica de lascienla reflexi6n de Weierstrass quien se debi6, en el siglo ca de las funciones analititntinuas sin derivada, que 1 escandalo y el desprecio )mento. Hermite no pudo con espanto y horror de ; que no tienen derivada ri6 con los numeros transQbre los ,conjuntos infinin principio inadmisible: si dos los numeros naturales aplicamos una regIa segun e todos los numeros natu~ a m o s unconjunto de nu, de elementos del conjunto de partida. En consecuencia, nos encontramos ante el hecho diffcilmente comprensible de que el conjunto de todos los numeros pares es a un tiempo conmensurable con el conjunto del cual parti6 ..,.todos los numeros naturales- y comparte su misma propiedad de infinito, pero es tam bien un subconjl,lnto del conjunto de todos los numeros naturales. Esto llev6 a Cantor a proseguir sutrabajo con una mezcla de asombro y extravfo. La reacci6n fue previsible. Bertrand Russell escribi6 de Cantor: [debi6haber sido] presa de una sutilfalacia que espero explicar enfuturos trabajos (citado en Kline, 1985:245). Esa elucidaci6n jamas lleg6. La matematica comenzaba a engendrar en su desarrollo febril un conjunto de objetos que, Hevados a las regiones limitrofes de la imaginaci6n, cedian con facilidad al vertigo de 10 incalificable, de 10 que parecfa romper con los imperativos de consistencia deun vasto regimen de enunciados y de afirmaciones que avanzaban en la consolidaci6n de edificaciones te6ricamente consistentes. No todas las anomali:as sufrieron el peso inmediato de la sospecha y su destierro a los margenes de la curiosidad y la ficci6n cientfficas.Otras fueron integradas con mayor 0 menor reticencia en la cerrada trama de las contribuciones decisivas, aunquesiempre bajo la sospecha extrema que suscitan los criterios equfvocos, las zonas nebulosas en la esfera conceptual, las.formalizaciones diffcilmente resueltas, las afirmacionessin evidencia directa pero con una innegable fuerza explicativa. Elloocurri6 con las nociones de entropia y de resonancia. Laprimer,a, acuiiada y desarrollada por Boltzmann, encontr6 su. origen y desarrollo fertilen la termodinamica, una vez que se la bubo despojado de sus secuelas y figuras conceptuales consideradas en aquel momento como resabios especulativos y silenciado su Juerza perturbadora radical, implicita, que babria de bacer vacilar la convicci6n acerca de la universalidad y lavigencia incontrovertible del determinismo. La otra noci6n, desarrollada mas 0 menos en el mismo momenta de la historia por Henri Poincare, interrogaba la naturaleza de la descripci6n del comportamiento dinamico de los sistemasa partir de la simple ley de conservaci6n de la energfa: la des.cripcion de la dinamica, cuya expresi6n mas elegante y formalmente clara estaba concentrada en las ecuaciones de Hamilton, involucraba la suma de dos calidades de la energia-potencial y cinetica- l1J.utuamente independientes una de la otra, que hacfan posible comprender la trayectoria energetica de los procesos. Poincare orienro su reflexi6na tratar de resolver la cuesti6n sobre la pretendida independencia recfproca de estas dos formas de la energfa, y concluy6, simplemente, que era ffsicamente inadmisible for79 ( : . mular de manera inequfvoca y sin restricciones esta independencia. Exisria, sefialaba Poincare, un regimen de interaccion las particulas que las impulsabaa un trayecto dimtmico complejo. Era entonces inimaginable la autonomfa simple de ambos regfmenes energeticos. Esta forma ineludible de interaccion que hacia irresoluble la cuestion del estado dinamico del sistema era la resonancia. Las consecuencias de tal vinculo complejo entre las parriculas conllevaba ademas algo sorprendente. Prigogine 10 ha resumido de manera notable: en caso de que existiera la pretendida autonomfa entre la energfa cinetica y potencial de un sistema de particulas, no existirfa coherencia en el universo. No habrfa vida (Prigogine, 1983:61).1 De otra forma y por otros caminos, la ruta de Poincare llevaba, a traves del anaIisis de las consecuencias flsicas y matematicas de las leyes deterministas de la ffsica, a la interrogaci6n sobre la hipotesis del determinismo en la ciencia. Pero estos no fueron los tinicos destinos de las anomaIfas que se agolpaban a las puertas de la ciudadela de las disciplinas constituidas: las reflexiones de G6del sobre los alcances y la naturaleza de los fundamentos axiomaticos de la matematica y la consistencia l6gica interna de los sistemas deductivos minaban des de el centro mismo de la l6gica las certezas acerca de la completud de los sistemasdeductivos, arrojaban una sombra sobre las concepciones deconsistencia y las expectativas deinstrumentalidad de.esos sistemas en la fundamentacion de los andamiajes l6gicos del conocimiento objetivo. El trabajo de G6del, publicado en 1931, no adquiri6 toda su resonancia sino mucho mas tarde. Hubo que admitir que esta interrogaci6n radical de los fundamentos de la matematica, esta imposibilidad de construir un sistema deductivo a lavez completo y dotado de una identidad y de alcances logicos inequlvocos no era, est a vez, un caballo de Troya, una cuiia, un objeto intolerable arrojado en el seno de la matematica desde un universo ajeno. El pensamiento axiomatico, que habfa permanecido arm6nico e imperturbado hasta ese momento, no pudo experimentar con la contribucion de G6del sino una fractura engendrada desde los propios patrones ymetodos legftimos y plenamente consagrados de la demostracion l6gica y las estrategias de pres entacion de sus evidencias formales. Asf, era imposible eludir esa zona de enrarecimiento. Habfa surgido delseno mismo de las figuras fundamentales de la reflexi6n cientffica, con todossus atributos y su fuerza. Cabfa solo acotar sus ecos, amortiguar el profundo estremecimiento quehabfa provocado y amenazaba con propagarse a toda la reflexion genetica que comprometiera los formalismos logicos y matematicos en las ciencias. 8() ;11 'I' Otro tanto ocurrio COl tuales de la termodinamic descubrimiento de la fle( de las consecuencias de iJ anaIisis de cierto tipo de p concepcionesdel tiempo tesis de Boltzmann sobre camente sus implicaciones tandolas ademassobre un. namicos en zonas de ac formales querevelaban la caIculos desarrollados seg consistente con la vision c ultimas decadas cuando la bilidad e indeterminismo , sico esta representado pOl Prigogine,que se produce lor entre superficies cuya 1 gine y Stengers, [1986] 19de calor que va de la sUP! temperatura pronto mueS1 tes: cuando la diferencia de por conduccion -esdecir, formacion de corrientes ga de calor-, perocuando capas limitrofes dellfquid. portamiento: comienzan a docomienza a moverse y 5 en principio erraticamentt: se amplfa, el comportamiel movimiento sin patrones cion del movimiento; en c uncomportamiento estru< duccion de entropfa en Si5 tambien los alcances de la tria del tiempo. Por otro lado, otra fuel cedimientos computacion. lucian de ecuaciones. La ir s esta independencia. Exis.6n recfproca-entre las par"' co complejo. Era entonces egfmenes energeticos. Esta oluble la cuesti6n del estas consecuencias de tal vfna.demas algo sorprendente. en caso de que existiera la L y potencial de un sistema miverso. No habrfa vida IS caminos, la ruta de Poinlencias ffsicas y matematilterrogaci6n sobre la hip6las anomalfas que se agolplinas constituidas: las reraleza de los fundamentos 16gica internade los siste10 de la 16gica las certezas vos,arrojaban una sombra xpectativas de instrumende los andamiajes l6gicos leI, publicado en 1931, no tarde. Hubo que admitir Itos dela matematica, esta vo a lavez completo y do no era, esta vez, erable arrojado en el seno pensamiento axiomatico, bado hasta ese momento, Gedel sino una fractura legftimos y plenar las estrategias de presen)osible eludir esa zona de ) de las figuras fundamenributos y su fuerza. Cabfa stremecimiento que habfa 1 la reflexi6n genetica que en las ciencias. :. Otro tanto ocurri6 con la exploraci6n y las construcciones conceptuales de la termodinamica de los procesos irreversibles. No era s610 el descubrimiento de la flecha del tiempo, sino mas bien la exploraci6n de las consecuencias de integrar estas tesis sobre la irreversibilidad al analisis de cierto tipo de procesos termodinamicos: la conmoci6n en las concepciones del tiempo en termodinamica parecfa desprenderse de las tesis de Boltzmann sobre la entropfa, ahondando y desarrollando te6ricamente sus implicaciones hasta las mas sutiles consecuencias, y proyectcindolas ademas sobre una serie de observaciones de procesos termodinamicos en zonas de acusada inestabilidad. El analisis de modelos formales que revelaban la irreversibilidad, tambien se habia derivado de calculos desarrollados segtin los postulados clasicos del determinismo consistente con la visi6n clasica de la ciencia. Pero no fue sino hasta las ultimas decadas cuando las consecuencias de la relaci6n entre irreversibilidad e indeterminismo adquirieron su maximo peso. Un ejemplo clasico esta representado por la inestabilidad de Benard, estudiadapor Prigogine, que se produce en una capa de fluido sometida al flujo de calor entre superficies cuya temperatura es enormemente desigual (Prigogine y Stengers, [1986] 1994; Nieolis y Prigogine, [1987] 1994). El flujo de calor que va de la superficie de maxima temperatura a la de menor temperatura pronto muestra patrones de comportamiento sorprendentes: cuando la diferencia de temperaturas es baja, la transferencia es lineal, por conducci6n -es decir, sin que la transferencia de calor de lugara la formaci6n de corrientes, Ifquido en movimiento que arrastra una carga de calor-, pero cuando se ampHa la diferencia de temperaturas en las capas limftrofes dellfquido entonces se modifica drasticamenteel comportamiento: comienzan a aparecer corrientes de convexi6n, elliquido comienza a moverse y se forman corrientes liquidas que se desplazan en principio erraticamente. A medida que la diferencia de temperaturas se amplia, el comportamiento de las corrientes se transforma: pasa de un movimiento sin patrones apreciables a una organizaci6n y estructuraci6n del movimiento; en condiciones de extrema inestabilidad se revela uncomportamiento estructurado significativo para.elestudio de la producci6n de entropia en sistemas de no equilibrio y que hacen patentes tam bien los alcances de la noci6n de irreversibilidad, es decir, la asimetrfadel tiempo. Por otro lado, otra fuente de anomalias ha sido el desarrollo de pro!i cedimientos computacionales para el calculo y algoritmos para la resoluci6n de ecuaciones. La incorporaci6n de los ccilculos a altfsima veloci81 I dad, y en magnitudes hasta ahora inimaginables, ala creacion de modelos de simulacion de fenomenos y solo vagamente descriptibles por muy inciertos procedimientos estadisticos, puso de relieve etro espectro inusitado e imprevisto decomportamientos numericos y matematicos. La posibilidad de lograr niveles de exactitud inauditos en el calcu10 de ecuaciones recursivas hacia posible el seguimiento y la representacion virtual de fenomenos irregulares e impredecibles como la variabilidad climatic a 0 fenomenos relativos al comportamiento de series iterativas en.procesos no lineales. Quizas el descubrimiento mas espectacular de estas propiedades del calculo recursivo fuereportado por Lorenz en la simulacion por computadora de modelos climaticos. De esta experiencia se derivo elllamado efecto mariposa cuya celebridad solo es comparable a la incomprensiona la que ha dado cobijo. La expresion mas ingenua -acaso deliberadamente ridfcula- consisteen afirmar que basta una perturbacion Infima de la atmosfera -el aleteode una mariposa...." para que, por el efecto de una progresiva amplificacion exponencial, el proceso culmine en unhuracan. Lorenz puso de relieve como infimas variaciones, cuya magnitud eraincluso desdeiiab1e 0 microscopica, podrfan desembocar en series divergentes que revelaban posibilidades de trayectorias drasticamente alejadas entre side los comportamientos climaticos que,ademas, culminaban en fenomenos cualitativamente incomparables (Berge, Pomeau y Dubois-Gance, 1997:157..;171; Gleick, 1998:19-39). Esevidente que la expresion efecto mariposa no es sino una met,Hora que busca expresar 1a propiedadde estas series divergen..:. tes que representan un hecho singular: como una desviacion infima, bajo ciertas condiciones de frontera y ciertos umbrales parametricos, puede suscitar efectos macroscopicosde enorme magnitud. Enefecto, 1a investigacion del comportamiento climatico a partir de la simulacion computacional habfa hecho evidente que esa diferencia infima -incluso muy cercana acero- de los datos inicia1es que sealimentaban en el modelo de simu1acion derivaba en una imposibilidad para definir el curso y el destino de la trayectoria. Esta imposibilidad no se debia solamente ala inexactitud humana del calculo: era una propiedad intrinseca de los procesos simulados. Asi, la dimimica de los fenomenos climaticos -su impredictibilidad- no derivaba estrictamente hab1ando de una mayor 0 menos complejidad de los modelos, sino de la suerte impuesta ala prospeccion por las variacionesimperceptibles en las variables que regian el comportamiento del modelo. En efecto, esa variacion infima en los datos iniciales podia representar ..;.yde hecholo hacia-la irrupcion de un 82 fenomeno 0 un meteoro ~ las condiciones climatic as los instrumentos usualesd croscopica, en las condici. vos de lacomputadora.a 1 cripciones numericas. En ( fisonomia del fenomeno, : cas del comportamiento'c: tos extraiios del modelo al calculos confirmaban en c' nistas que habian dado Sl des de Newton hasta la fed de las concepcionesqueh genesis de las certidumbre Mas recientemente, y y: sobre la complejidad,Beri< nos objetosgeometrieos; impensadas y sin embargo concebida por las geori1etr bitual: seres que no se soir y como han sido ordinaria: Mandelbrot al vislumbrarl hallazgo y una figura apen conj::ebidos a partir de pro guras cuya naturalezase il siones: no eran objdos si punto, ni unidimensionales no 0 tridimensionales COl interregno hasta entonces lineas que tienden a confu nablemente sobre sl, supe. nitos tienden confundirse Pero en lugar de conferir desdenable, Mandelbrot Ie en el espectro de la geomet pias y capaces de hacer pat culable de fenomenos Cdl jetos Jractales, Mandelbrot hIes, a la creacion de modeagamente descriptibles por puso de relieve otro especltos numericos y matemati;titud inauditos en el calcuble.el seguimiento y la larese impredecibles como ivos al comportamiento de .izas el descubrimiento mas ~ l o recursivo fue reportado ora de modelosclimaticos. fecto . mariposa cuya cele,1 a la que ha dado cobijo. La lte ridfcula- consisteen afiratmosfera -el aleteo de una gresiva amplificacion expoorenz pusode relieve como :0 desdenableo microscopique revelabanposibilidades sf de los comportamientos menos cualitativamente innce, 1997:157.;.171; Gleick, :fecto mariposa no essino a.d de estas series divergenno una desviacion fnfima, os umbrales parametricos, )rmemagnitud. Enefecto, ;0 a partir de la simulacion . diferencia infima -incluso .e sealimentaban en el moilidad para definir el curso idad nose debfa solamente )ropiedad intrinseca de los fenomenos climatic os -su : hablando de una mayor 0 t suerte impuesta ala prosLIas variables que regfan el v-ariacion fnfima en los da:.. ) hacia-la irrupcion de un fenomeno 0 un meteoro aparentemente insignificante que perturbaba las condiciones climatic as en magnitudes que podfan incluso escapar a los instrumentos usuales de medicion. La diferenciaimperceptible, microscopica, en las condiciones iniciales llevaba en los calculos recursivos de la computadora.a una rapida divergencia de la serie de las descripciones numericas. En elIas se revelaban variaciones cualitativas en la fisonomia del fenomeno, se hacian patentes las transiciones catastrOficas del comportamiento climatico que se expresaba en comportamientos extranos del modelo absolutamente ajenos a toda ptediccion. Estos calculos confirmaban en consecuencia la crisis de los modelos deterministas que habian dado su fisonomia completa a laempresacientffica desde Newton hasta la fecha. Mas aun, obligaban a una reconsideracion de las concepciones que habian dado su lugar y su sentido al azar enla genesis de las certidumbres cientificas. Mas recientemente, y ya en los albores de la reflexion contemporanea sobre la complejidad, Benoit Mandelbrot propone la existencia de extra':' nos objetos geometricos; extranos engendros capaces de habitar zonas impensadas y sin embargo familiares, figuras ajenas a toda armonia preconcebida por las geometrias deductivas pero que pueblan el espacio habitual: seres que no se sometfan a la tirania euclidiana de los espacios tal y como han sido ordinariamente concebidos. ObjetosJractales, les llamo Mandelbrot al vislumbrarlos mas como un contorno, una conjetura, un hallazgo y una figura apenas presentida, que como objetos nitidamente concebidos a partir de procedimientos de construccion formal. Eran figuras cuya naturaleza se inscribia en la zona transicional de las dimensiones: no eran objetos sin dimension -ceto-dimensionales-como el punto, ni unidimensionales como la linea, ni bidimensionales como el plano 0 tridimensionales como un volumen cualquiera, sino seres en un interregno hasta entonces incalificable: puntos que tienen algo de lfnea, li'neas que tienden a confundirse con las superficies al volverse interminablemente sobre si, superficies que en sus pliegues implacables e ioinitos tienden confundirse con la fisonomia formal de los. volumenes. Pero en lugar de cooerirles una condicion ambigua, indiferenciada y desdenable, Mandelbrot los admitio como objetos plenamente legitimos en el espectro de la geometria, dotados de calidades y de estructuras propias y capaces de hacer patentes las caracteri'sticas de unavariedad incalculable de fenomenos cri'ticos. En la Introduccion a su libro Los objetos Jractales, Mandelbrot afirma no sin cierto tono desafiante: 83 Los objetos de los que trata este ensayo tienen, tambien, toda una serie de dimensiones distintas: la novedad consistiria en que, ahi donde -hasta ahora- uno no encontraba sino zonas de transicion, sin una estructura claramente determinada, yo las identifico con zonas fractales, cuya dimension es bien una fraccion, bien un entero anormal, que indica tambien un estado irregular 0 interrumpido (p. 22). Peroestos objetos suscitaban tambien el vertigo de una percepcion renuente a. apartarse de las condiciones fenomenicas debidas a nuestra residencia euclidiana en la tierra. Exhibian caracteristicas estructurales propias, algunoseran engendrados a traves de una iteraci6n de regulaciones y relaciones formales que se desplegaban en todas las dimensiones de su comportamiento geometrico. Un ejemplo de Mandelbrot cobr6 tambien la extrana celebridad de las bestias prodigiosas: la longitud dela costa de Brest. Si nos proponemos definir la longitud de ~ a costa de Brest pronto toparemos con una imposibilidad que no reside en nuestro metodo de proyecci6n, ni nuestro instrumental 6ptico 0 metrico. A pesar de que las variaciones de la longitud de dicha costa estan totalmente a expensas del metodo y la escala de la medici6n -los distintos acercamientos al borde del mar, desde la mirada del satelite, hasta el recorrido a pie pox los recovecosde la costa- hay algo mas, irreductible, que llama la atenci6n. Mandelbrot escribe: aunque las costas sOn muy irregulares los grados de irregularidad que corresponden a distintas escalas son, grosso modo, iguales. Es, en efecto, asombroso que cuando una bahia 0 una peninsula que estaban representadas en un mapa a escala 1/100.000 se examinan de nuevo en un mapa a 1/10.000, se observa que sus contornos estin formados por innumerables sub-babias y sub-peninsulas. En un mapa a 1/1.000, se yen aparecer tambien sub-sub-babias y sub-sub-peninsulas, y as! sucesivamente. Esta iteraci6n se puede continuar indefinidamente, pero se puede ir muy lejos y seencontrara que, aunque los distintos mapas correspondientes a los sucesivos nivelesde analisis sean completamente diferentes en 10 que tienende especifico,poseen el mismo caracter global, los mismos rasgos genericos. En otras palabras; que todo induce a creer que, a excepci6n de la escala, el mismo mecanismo hubiera podido engendrar tanto los pequenos detalles de la costa como los grandes (Mandelbrot, 1987:32; la cursiva es nuestra). Este particular aspecto de la iteraci6n que se preserva en distintas escalas dio'una expresi6n tangible y, al mismo tiempo, inmediata ala no84 ci6n de autosimilaridadque tem:itico con el c(mjunto d (1916) Y las curvasdePeru perplejidad en la matematic: flexi6n sistematica sobre el4 taciones geometricas. Una pendida mas alla de la so ambito de 1a matematica car en decirse: apenasaparecid mentario, prescindible, inc. brot; para muchos,era una torio de contornos geometr aparecian como excepciorte! patrones geologicos, los teji calcareos, las figuras constt estelares y las formas de las A estas anomalias -las IT ron desarrollos disciplinari4 de los creodos en biologia q tepresentar la relativa estabi notipos a partir del geilotip ci6n de homeostasis que par la de hom(:?orhesis que impl Waddington, 1976:31), que: contribuciones de la teorfa 1 Esta alianza entre la teorfa d ticular la embriologia-, a su trincadadiscusi6nsobre el, de bifurcaci6n. Otra contribucion cuya sti justamagnitud, en la con puestas te6ricas que irrum] miento cientffico, de las fOJ las reflexiones de Maturana . delos bio16gicos que preten la capacidad indeterminada ofrecieron un repertorio de representaron un momento respecto de sus propios hor ienen, tambien, toda una sene ina enque, ahf donde -hasta icion, sin una estructura clarais fractales, cuya dimension es que indica tambien un estado vertigo de unapercepci6n )menicas debidas anuestra caracterfsticas estructurales de una iteraci6n de regula.ban en todas las dimensio de Mandelbrot cojas prodigiosas: la longitud tir la longitudde la costa de ad que no reside en nuestro ltal 6ptico 0 metrico. Ape,;" icha costa estan totalmente ici6n -los distintos acerca1 satelite, hasta el recorrido nas, irreductible, que llama ldos de irregularidad que conodo, iguales. Es, en efecto, ;ula que estaban representadas nuevo en un mapa a 1/10.000, .or innumerables sub-bahfas y aparecer tambien sub-sub-ba Esta iteraci6n se puede con'ejos y se encontrara que, auns sucesivos niveles de analisis de especfJico, poseen el mismo rue, aexcepci6nde fa escaia, el tanto los pequeiios detalles de 2; la cursiva es nuestra). se preserva en distintasestiempo, inmediata a la noci6n de autosimilaridad que se habfa hecho patente ya en el universo matematico con el conjunto de Cantor (1883), el triangulo de Sierpinsky (1916) y las curvas de Peano cuyas propiedades habfan alimentado la perplejidad en la matematica y que se derivaban esencialmente de una reflexi6n sistematica sobre el comportamiento de las series ysus representaciones geometricas. Una perplejidad indeterminada, que parecfasuspendida mas aHa de la solidez de los desarrollos consistentes en el ambito de la matematicacan6nica. Extravagancias geometricas, notard6 en decirse: apenas aparecido se seiial6 de inmediato el caracter suplementario, prescindible, incluso aberrante de la propuesta de Mandelbrot; para muchos, era una respuesta conceptual caprichosa a un repertorio de contornos geometricos no menos caprichosos que, sin embargo; aparecfan como excepciones que parecfan poblar todo el conjunto de los patrones geol6gicos, los tejidos celulares, y los patrones de acumulaci6n calcareos, las figuras construidas en la cristalizaci6n 0 las formaciones estelares y las formas de las nebulosas. A estas anomalias -las mencionadas aqui y muchas otras- se aiiadieron desarrollos disciplinarios inauditos y sorprendentes como la teorfa de los creodos en biologfa que se sustent6 en la noci6n de atractor para representar la relativa estabilidad de las trayectorias de formaci6n de fenotipos a partir del genotipo, 10 que dio lugar a un reemplazo de la noci6n de homeostasis que parecerfa implicaruna estabilidad sistemica, por la de homeorhesis que implica mas bien un cambio estabilizado (efr. Waddington, 1976:31), que se desarro1l6 en estrecha consonancia con las contribuclones de la teorfa matematica de las catastrofes de Rene Thorn. Esta alianza entre la teorfa de las catastrofes y lateorfa biol6gica -en particular la embriologia-, a su vez, aiiadi6 nuevos matices ala ya larga e intrincada discusi6n sabre el determirtismo y los destinos de los procesos de bifurcaci6n. Otra contribuci6n cuyarelevancia dificilmente se puede apreciar en su justa magnitud, en la configuraci6n hist6rica de este espectro de propuestas te6ricas que irrumpfan desde zonas estructuradas del conocimiento cientifico, de las formas can6nicas de la ciencia normal, fueron las reflexiones de Maturana y Varela sobre las maquinas vivas. Los modelos bio16gicos que pretendfan aprehender el funcionamiento plastico, la capacidad indeterminada de creaci6n de las formas y procesos vivos, ofrecieron un repertorio de puntos de vista, denociones singulares que representaron un momenta de quiebre y de relativa extraiieza del saber respecto de sus propios horizontes. Enprincipio, la propuesta de Matu85 rana y Varela parecfa una derivaci6n natural de los saberes can6nicos, desprendida de la doxa, del conjunto ya consagrado de nociones, de estructuras conceptuales perfectamente consolidadas de la reflexi6n sobre un objeto, en S1 mismo excepcional, los seres vivos. Y, no obstante, los alcances deesta noci6n tuvieron el peso inusitado de una fractura sin precedentes. Un concepto emergi6 para trastocar la visi6n entera de las consideraciones sobre la identidad de los organismos vivos: la autoorganizaci6n o bien la autopoiesis. Estanoci6n parecfaaiiadir s6lo un rasgo menor a la ya consagrada concepci6n de homeostasis cuya suerte hab1a sido enorme y equivoca durante cerca de un siglo no s6loen las visiones acerca de los organismos vivos, sino en su desplazamiento a las zonas profundas del pensamiento social y, en consecuencia, antropol6gico. Maturana y Varela ([1973] 1997:69) habian afirmado acerca de las maqumas Vivas: Las maquinas autopoieticas son maquinas homeostaticas. Pero su peculiaridad no reside en esto sino en .Ia variable fundamental que mantienen constante. Una maquina autopoietica es una maquina organizada como un sistema de procesos de produccion de componentes concatenados de tal manera que producen componentes que: i) generan los procesos (relaciones) de producci6n que los producen a traves de sus continuas interacciones y transformaciones, y ii) constituyen a la maquina como una unidad en el espacio fIsico. Esta transformaci6n aparentemente sutil de la condici6n de la reproducci6n de lovivo era, sin embargo, una mutaci6n abrupta delas reflexiones sobre la estabilidad de las estructuras y su dimimica. Parecia simplementereproducir 10 que innumerables discursos habian afirmado en distintos ambitos y esta definici6n parecia tambien constitpirse en un eco de discursos orientados por la dialectica: su idea de la reproducci6n de las estructuras parecfa confirm ada en este nuevo vuelco de la reflexi6n. Sin embargo, las implicaciones de una aparentemente redundante eran cruciales. En efecto, quiza 10 decisivo era menos la cancelaci6n de la idea de re-producci6n y su sustituci6n por la idea pura de producci6n, que la afirmaci6nde una teleologia de la prQducci6n: la constituci6n de la maquina como unidad a traves de las continuas interacciones y trans formaciones. El enfasis en este ultimo factor conllevaba una redefinici6n no s6lo de las condiciones de funcionamiento de la maquina, sinotambien del objeto fundamental que orientaba todo el 86 proceso de regulaci6n: la f sino la posibilidad de orga Ilado ala transformaci6nl las interacciones y las pert ban en ese sistema a un futaci6n. A estas abetracil cias 0 engendros espejismos y quimerasqw de laciencia, se lescortfin vocaci6n de justicia del d la argumentaci6n cientific sintetizaban su propuesta: es un sistema homeostatic! variable que mantiene con Las implicaciones de t anticipar. Se aiiadierona l; an6malas que atravesab. narias, las certezas metodc gencias de las aproximacio tes objetos de conocimien Estos objetos -entre r s610 una contribuci6n rad de todos los hilos derefle tos disciplinarios, de pregl de una particular forma de gimen institucionalizado ( meditaciones, apuestas te tiempo solamente vagas n nales polemicas que, mas las que se dieron entre Tl patente la progresivaform to y la emergencia de . fuso y carente de formula particular periferia, una hacia las fronteras de la c cances de los regimenes ar !l de los saberes canonicos, .sagrado de nociones, de es Ia reflexion sobre Y, no obstante, los usitado de una fractura sin tocar la vision entera de las ;anismos vivos: la autoorgalarecfaanadir solo un rasgo meostasis cuya suerte habfa siglonosolo en las visiones desplazamiento a las zonas nsecuencia, antropologico. afirmado acerca de las mahomeostaticas. Pero su pecu: fundamental que mantienen truiquina organizada como un lentes concatenados de tal mam los procesos (relaciones) de mtinuas interacciones y trans)mo una unidad en el espacio ie lacondicion de la reprotacion abrupta de las refler su dinamica. Parecfa simcursos habfan afirmado en ambien constituirse en un su idea de la reproduccion nuevo vuelco de la reflerase aparentemente red unsivo era menos.la cancelatucion por laidea pura de ogia de la produccion: la raves de las continuas intesteultimo factor conlleva$ de funcionamiento de la Ltal que orientaba todo el proceso de regulacion: la finalidad no era preservar la identidad misma, sino la posibilidad de organizacion en un sistema permanentemente orillado a la transformacion de sf mismo y su propia identidad a partir de las interacciones y las perturbaciones internasy externasque se suscitaban en ese sistema a un tiempo autonomo y abierto. Maturana y Varela sintetizaban su propuesta: Podemos dear que una maquinaautopoietica es un sistema homeostatico que tiene a su propia organizacion como la variable que mantien;e constante (p. 69). Las implicaciones de esta concepcion tuvieron secuelas dificiles de anticipar. Se anadieron a las complejas resonancias de las formulaciones anomalas que atravesaban lossaberes canonicos, las fronteras disciplinarias, las certezas metodologicas, para conmover los sustentos y las exigencias de las aproximaciones establecidas a muy distintos y contrastantes objetos de conocimiento. Estos objetos -entre muchos otros- parecen haber constituido no solo una contribucion radical al progresivo y accidentado anudamiento de todos los hilos de reflexionheterogeneos, surgidos de enrarecimientos disciplinarios, de preguntas inusitadas, de derivaciones inadmisibles, de una particular forma de asumir la propia marginalidad dentro del regimen institucionalizado de los saberes. Estosobjetos, consideraciones, meditaciones, apuestas teoricas dispersas . encontraron durante mucho tiempo solamente vagas resonancias reciprocas, protagonizando ocasionales polemicas que, mas que poner de relieve sus discordancias -como las que se dieron entre Thorn y Prigogine, entre muchas otras-, hacian patente la progresiva formacion de un regimen de trabajo te6rico distinto y la emergencia de objetos teoricos cuyo perfil era hasta entonces difuso y carente de formulaciones expresas. Se fue constituyendo asf una particular periferia, una poblacion de problemas y figuras desplazados hacia las fronteras de la ciencia normal, pero incluso mas aUa de los alcances de los regfmenes argumentativos 0 de las formas admitidas de refutacion. A estas aberraciones, que se ofrecian como meras extravagancias 0 engendros formales 0 conceptuales, acontecimientos espectrales, espejismos y quimeras que parecian surgir de los silencios momentaneos de la ciencia, se les confinaba a un olvidoaparentemente fraguado en la vocacion de justicia del dictamen inapelable del regimen de validez de la argumentacion cientffica. 87 I 2. Las fracturas y los linderos No solo se estaba sacudiendo el determinismo canonico que habfa sostenido las certezas engendradas por las monumentales arquitecturas de las ciencias. Como habfa ocurrido a principios de siglo, la demolicion de las certezas relativas al tiempo, a la estabilidad, a la determinacion en una ciencia que arrastraba en un mismo caudal no solo las concepciones de disciplinas afines, sino que introduda un conjunto de interrogantes, antes diffcilmente expresables en la trama de disciplinas aparentemente muy alejadas, como la sociologfa, la antropologfa, la lingiifstica 0 la historia. Las palabras con las que Kandinsky habra cifrado la conmocion que los terremotos de la teoria cmintica y la ffsica relativista habfan suscitado en el ambito de la estetiea pareeen encontrar un eco en la experiencia contemporanea. Escribio Kandisky en Riickblicke, citado por Max Bill (1972:12): un acontecimiento cientffico quit6 del camino uno de los obstaculos mas importantes. Fue la desintegraci6n del atomo. Esta fue en mi alma como la desintegraci6n de todo el mundo. De pronto calan los muros mas s6lidos. Todo resultaba inseguro, vacilante, blando. No me hubiera asombrado si una piedra se hubiera derretido y volatilizado ante mis ojos. Me pareda como si la ciencia hubiera sido aniquilada. .. La fuerza de propagacion de la inquietud surgida del quebrantamiento de los fundamentos conceptuales de la ffsica alcanza hoy proporciones incluso mayores en los distintos universos disciplinarios, acaso por condiciones en principio aparentemente distantes de las que aprincipios de siglo, pero que,sin embargo, perturban aunque con diferente sentido y distinta intensidad cada universo conceptual. La tension .entre lasesferas disciplinarias -entre las ciencias duras y las ciencias historicas-c, claramente delimitadas y enfrentadas desde las primeras decadas del siglo XIX y el surgimiento del historicismo moderno, crece en los ultimos decenios de una manera intrincada, en un movimiento equfvoco al mismo tiempo convergente en ciertos aspectos y profundamente divergente en otros: por una parte, el desarrollo de la formalizacion matematica y sus fundamentos durante el siglo XIX suscito al mismo tiempo una presion paradigmatica que ha tendido a imponer como unico criterio de validez para el conocimiento el ideal iluminista de la ciencia y con ello sus propios procesos de creacion conceptual y ve88 rificacion; por la otra, la d: ahonda, las diferencias con dicalizan en la medida en < pologicas marca incluso di conceptual respecto de la gor y la particularidad de ejes capaces de vertebrar 1: Y, sin embargo, a parti versibilidad, sobre las forr similaridad en Ia naturalez ultimas decadas, la situaci< te, las ciencias duras hal de su reflexion sobre nuev camente ineludibles surgic bates contemporaneos ina vision de conceptos, inst! integra de ciertos fenomer: perspectivas revisansus re cobrar de los ambitos mal para la configuracion de 1. perimenta una suerte de in validez incluso ahi donde nios de la ffsica, la termod lecular. Por su parte, las c llamarlas, las cienciasdel fisonomias de las ciencias , gentes entre SI (incluso co novedad estimulada por el so de institucionalizacion vado a las ciencias sociale y enrareeimiento sin precI otra parte, el impenitivo d les de validez establecidos tambien sin cortapisas las sion entre estfmulos cont desde haee ya deeadas, per una manera mucho mas iJ norteameriearuzacion d en los grandes centros de e( inismo canonico que habfa lonumentales arquitecturas lpios desiglo, la demolicion lidad, a la determinacion en lal no solo las concepciones conjunto de interrogantes, ~ disciplinas aparentemente [ogfa, la lingiifstica 0 la hislabfa cifrado la conmocion ffsicarelativista habfan suslcontrar un eco en la expeen Rutkblicke, citado por uno de los obstaculos masimta fue en mi alma comola de::aian los mums mas s6lidos. -10 me hubiera, asombrado si lo ante mis ojos. Me pareda urgida del quebrantamienca alcanza hoy proporcio)s disciplinarios, acaso por ntes de las que prevalecfan terturban aunque con diferso conceptual. La tension Lcias duras y las ciencias ntadas desde las primeras :toricismo moderno, crece ncada, en un movimiento :rtos aspectos y profundaiesarroHo de laformalizael siglo XIX suscito al misIe ha tendido a imponer lmiento el ideal iluminista ~ creacion conceptual y verificacion; por la otra, la disyuncion entre los universos disciplinarios se ahonda, las diferencias con los imperativos del propio historicismo se radicalizan en la medida en que la vocacion crftica de las disciplinas antropologicas marca incluso diferencias irreductibles de genesis y desarrollo conceptual respecto de la Hamada ciencia normal, acrecentando el rigor y la particularidad de las distintas tendencias hermeneuticas como ejes capaces de vertebrar la reflexi6n sobre 10 humano. Y, sin embargo, a partir de lairrupci6n de la pregunta sobre la irreversibilidad, sobre las formas de la estabilidad, sobre la genesis de autosimilaridad en la naturaleza, entre los muchos otros interrogantes de las ultimas decadas, la situacion se ha trastocado drasticamente. Porsu parte, las ciertcias duras han tenido que reiniciar aspectos fundamentales de su reflexion sobre nuevas bases, partiendo de interrogaciones historicamente ineludibles surgidas en el seno mismo de sus disciplinas. En debates contemporaneos inauditos, se hace patente la pertinencia de la revision de conceptos, instrumentos matematicos e incluso de la vision integra de ciertos fenomenos antes previamente desdefiados. Las nuevas perspectivas revisan sus regfmenes canonicos de exclusion, buscando recobrar de los ambitos marginales de sus teorfas los objetos pertinentes para la.cortfiguracion de las grandes superficies de los discursos. Se experimenta una suerte de indefension ante la vacilacion de los criterios de validez incluso ahf donde parecfan incontrovertibles: en ciertos dominios de la fisica, la termodinamica, la cinetica qufmica, 0 la biologfa molecular. Por su parte, las ciencias historicas 0, como quisiera volver a llamarlas, las ciencias del espfritu se yen impulsadas hacia las nuevas fisonomfas de las ciencias duras por dos fuerzas completamente divergentes entre sf (incluso contradictorias): por una parte, la necesidad de novedad estimulada por el fenomeno de mercado que domina el proceso de institucionalizacion del trabajo cientlfico y academico -que ha llevado a las ciencias sociales y las humanidades a niveles de disgregacion y enrarecimiento sin precedentes en la historia de estas disciplinas; por otra parte, el imperativo de formalizacion que ha surgido de los umbrales de validez establecidos por las ciencias duras, y que parecen regir tambien sin cortapisas las aspiraciones de las humanidades. Esta tension entre estfmulos contradictorios arrastra las disciplinas sociales desde hace ya decadas, pero su fuerza degradante se ha hecho patente de una manera mucho mas intensa cuando se inicia el impulso radical de norteamericanizaciom> de la investigacion y la ensefianza universitaria en los grandes centros de educacion y de investigacion -incluso europeos89 y a medida que la fuerzade estosumbralesde validez crece cuando los hallazgos de la ciencia se integran en la logic a del mercado. No obstante, un proceso que ha regido siempre las metamodosis disciplinarias ha sido el desplazamiento metaforico de conceptos. Es innegable que este no ha sido siempre en un solo sentido: desdeJas disciplinas mas .estructuradas hacia las de linderos y nociones mas inciertas. Seria acaso superfluo recordar la fuerza constructiva que tuvo en las hipotesis yJos fundamentos de la flsica newtonian a 0 en las alegorfas graficas y musicales de Kepler la ineludible autoridad de las tesis teologicas, o bien, la fuerzadesbordante que adquirio, alo largo del siglo XIX, la expansion metafisica del energetismo y su impacto constitutivoen las tesis de la termodinamica y, mas adelante, en la ffsica relativista. La actual fisonomia de las disciplinas, sin embargo, ha impuesto unritmo y una exigencia mas implacable a este desplazamiento de nociones. La fuerza meramente analogica -incluso mecanica-con la que los modelos de las cienciasduras han trastocado las aproximaciones delas ciencias historicas, los criterios formales que definen los umbrales de validez para el conocimiento, los de prueba emanados de visiones deterministas, se ha impuesto sobre las exigencias de la interpretacion metaforica capaces de engendrar lacomprension en la antropologia, la historia y las disciplinas afines. Este imperio de las ciencias duras se ha conjugado con la debilitacion de los criterios de certidumbre y la disolucion de los linderos entre las disciplinas, hasta en el sene mismo de las ciencias ffsicas ymatematicas. Incluso, en ciertosenclaves de la interpretacion cientffica,se ha hecho posible la aparicion de una cierta inclinacion hermeneutica que tiende a reemplazar las exigencias de calculo consagradas por el determinismo canonico en las ciencias quras. Este proceso se profundizo y se disemino en innumerables regiones de las disciplinas humanas que asimilaron tecnicas y procedimientos de la matematica hasta suscitar un reclamo creciente de formalizacion: desde la lingiifstica y la economia