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. .. I',. (. :• ::.:1 Pontificia Universidad Cat6lica del Pem Departamento de Humanidades HISTORICA Vol. XIV. N 9 2 Director: Franklin Pease G.Y. Consejo de Dan:as (Universidad Central nezuela), N. D:.lVld Cook (Umversidad de Bndgepon), Juan Carlos de de C.* (Pontificia Universidad Cat6lica del Peru), Jose A. del tificia Universidad Cat61ica del Peru), Pierre Duviols (Universidad Marseille), John R. Fisher (Universidad de Liverpool), Moises Goll7.lll._ varro (EI Colegio de Mexico), Lewis Hanke (Universidad de Guillermo Lohmann Villena (Lima), Shozo Masuda (Universidad de Rolando Mellafe (Universidad de Chile), John V. Murra (Univers Cornell), Demetrio Ramos Perez (Universidad de Valladolid), Liliana lado de Hurtado* (Pontificia Universidad Cat61ica del Peru), Marfa rowski de Diez Canseco (Lima), Nathan Wachtel (Universidad de Josefina Z. Vasquez (EI Colegio de Mexico), Raul Zarnalloa• Universidad Cat6lica del Peru). * Comite Ejecutivo Tematica: HISTORIC A acogera artfculos originales en el campo de Ia hislail peruana; incluira tam bien estudios sobre historia latinoamericana,relacionadol con el Peru; y sobre teorfa y metodologfa de la historia. Colaboradores: HISTORICA es una revista abierta ala colaboraci6n nacionll y extranjera. Los colaboradores recibiran 30 tiradas aparte de sus artkulos '1 not.as, libres de todo costo. Tanto los originales como los libros y revistaS ... resefia cleber{m ser enviaclos a! Director de Ia revista: Pontificia Univeailll Cat61ica del Peru-llist6rica. Departamento de Humanidades. Apartado Lima, Peru. Suscripciones: HISTORICA se publica dos veces al af\o. Las tarifas cripci6n pueden verse en Ia ultima pagina de Ia revista. El contenido de los artfculos publicados en Hist6rica es clusiva de sus autores. © Pontificia Universidad Cat6lica del Peru Fondo Editorial, 1991 Derechos reservados ISSN 0252-8894 IIISTORICA. Vol. XIV. N 2 2. Diciembre de 1990 LOS COMPRADORES DE TEMPORALIDADES A FINES DE LA COLONIA 1 Crist6bal Aljovin de Losada Pontificia Universidad Cat6lica del Peru lntroducci6n La expulsion de los jesuitas (1767) es uno de los temas mas debatidos Ia historiograffa de fines de Ia colonia. A su vez, uno de los puntos mas i:onstantemente mencionados es el concemiente ala expropiaci6n de los bienes los jesuitas y su posterior remate. Pero, hasta el momento, no hay ningun Clludio sistematico de los remates de estas propiedades ( vt?-ase Vargas Ugarte 1965, Bauer 1971, Macera 1977, Wibel1975, O'Phelan 1986). El presente a"liculo pretende llenar este vacfo. Este trabajo tiene como fin estudiar los remates de las propiedades de Temporalidades (ex-jesuitas) durante el periodo colonial tardio. los siguientes puntos: 1.- Ubicar los remates en el contexto polftico Y mucho mas no hubiera sido posible sin Ia ayuda de Ia doctora Scarlett an. Agradezco las recomendaciones de los doctores Nils Jacobsen y Susan -uuez. consultados fueron los siguientes: Archivo General de Ia Naci6n (A.G.N.),. Dep::ca Nacional (B.N.), Archivo Dcpartamental de Trujillo (A.D.T.), Archivo de Cusco (A.D.C.), Archivo Departamental de Arequipa (A.D.A.), Los pre . panamental de Moquegua (A.D.M.), Archivo de Simancas (A.S.). Cios estan en pesos de ocho reales 183

Aljovin -Compradores de Temporalidades

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jesuits

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  • . ..

    I',. (. :

    ::.:1

    Pontificia Universidad Cat6lica del Pem Departamento de Humanidades

    HISTORICA

    Vol. XIV. N9 2

    Director: Franklin Pease G.Y.

    Consejo de Reda~ci6n: Ger,m~n C~era Dan:as (Universidad Central nezuela), N. D:.lVld Cook (Umversidad de Bndgepon), Juan Carlos de de C.* (Pontificia Universidad Cat6lica del Peru), Jose A. del tificia Universidad Cat61ica del Peru), Pierre Duviols (Universidad Marseille), John R. Fisher (Universidad de Liverpool), Moises Goll7.lll._ varro (EI Colegio de Mexico), Lewis Hanke (Universidad de Guillermo Lohmann Villena (Lima), Shozo Masuda (Universidad de Rolando Mellafe (Universidad de Chile), John V. Murra (Univers Cornell), Demetrio Ramos Perez (Universidad de Valladolid), Liliana lado de Hurtado* (Pontificia Universidad Cat61ica del Peru), Marfa rowski de Diez Canseco (Lima), Nathan Wachtel (Universidad de Josefina Z. Vasquez (EI Colegio de Mexico), Raul Zarnalloa Universidad Cat6lica del Peru).

    * Comite Ejecutivo

    Tematica: HISTORIC A acogera artfculos originales en el campo de Ia hislail peruana; incluira tam bien estudios sobre historia latinoamericana,relacionadol con el Peru; y sobre teorfa y metodologfa de la historia .

    Colaboradores: HISTORICA es una revista abierta ala colaboraci6n nacionll y extranjera. Los colaboradores recibiran 30 tiradas aparte de sus artkulos '1 not.as, libres de todo costo. Tanto los originales como los libros y revistaS ... resefia cleber{m ser enviaclos a! Director de Ia revista: Pontificia Univeailll Cat61ica del Peru-llist6rica. Departamento de Humanidades. Apartado Lima, Peru.

    Suscripciones: HISTORICA se publica dos veces al af\o. Las tarifas cripci6n pueden verse en Ia ultima pagina de Ia revista.

    El contenido de los artfculos publicados en Hist6rica es clusiva de sus autores.

    Pontificia Universidad Cat6lica del Peru Fondo Editorial, 1991 Derechos reservados ISSN 0252-8894

    IIISTORICA. Vol. XIV. N2 2. Diciembre de 1990

    LOS COMPRADORES DE TEMPORALIDADES A FINES DE LA COLONIA 1

    Crist6bal Aljovin de Losada

    Pontificia Universidad Cat6lica del Peru

    lntroducci6n

    La expulsion de los jesuitas (1767) es uno de los temas mas debatidos Ia historiograffa de fines de Ia colonia. A su vez, uno de los puntos mas

    i:onstantemente mencionados es el concemiente ala expropiaci6n de los bienes los jesuitas y su posterior remate. Pero, hasta el momento, no hay ningun

    Clludio sistematico de los remates de estas propiedades ( vt?-ase Vargas Ugarte 1965, Bauer 1971, Macera 1977, Wibel1975, O'Phelan 1986). El presente a"liculo pretende llenar este vacfo.

    Este trabajo tiene como fin estudiar los remates de las propiedades de Temporalidades (ex-jesuitas) durante el periodo colonial tardio. los siguientes puntos: 1.- Ubicar los remates en el contexto polftico

    ~~~h ~kulo Y mucho mas no hubiera sido posible sin Ia ayuda de Ia doctora Scarlett R~-e an. Agradezco las recomendaciones de los doctores Nils Jacobsen y Susan

    -uuez.

    ~~~rchivos consultados fueron los siguientes: Archivo General de Ia Naci6n (A.G.N.),. Dep::ca Nacional (B.N.), Archivo Dcpartamental de Trujillo (A.D.T.), Archivo

    Archivo~~tal de Cusco (A.D.C.), Archivo Departamental de Arequipa (A.D.A.), Los pre . panamental de Moquegua (A.D.M.), Archivo de Simancas (A.S.).

    Cios estan en pesos de ocho reales

    183

  • ...

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    ,r_,.. de las reformas borbonicas; es decir, observar el desplazam . . Iento de ...:...n..;.._ por espa11oles con sus varwblcs regiOnales. La forma tfpica d -~

    . . I f , e acumnl.....:~-dc capital de los penmsu arcs ue a traves del comercio inter Q-< -lVII ' I b t J 1 oc-n1co ~:~ grupo aprovccho os ene IC10S < e os rcmates para diversificar

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    dcntro de su aparato empresarial. 2.- Ubicar la compra dentro de laus m~Cl'SiOQea . . . racionaJi.t.. .. cconom1ca del comprador, anal!zando su SIStema empresariai y co ~ .....

    inserta en la compra de Ia hacienda u obrajc. Jan Bazant (1971) en ~0 te ~ . ., . , uestucJio.

    sobrc c1 proccso de desarnorti~aciOn mex1cana durante el XIX, arguye los comcrciantes compraban propiCdades cuya produccion fuera interregio:e Por otro bJdo, John Kicza (19~3) muestra el ~anejo vertical de la elite mexkana que comrolaha cl c~~erc10 de sus pr~p1edades productivas, a traves de un sistema de clan fam1har. Estas dos vanables las encontramos constantemen-teen los rcmatcs de los cafiaveralcs, obrajcs y vifiedos. 3.- Ubicar a1 comPI'Bdor en su contexto social y politico, analizando si un cierto grupo de Ia ~lite se bcnefici6 mas que otro de los remar.cs. Los datos nos sugieren que influencia de variables como Ia nohlcza, ordenc~ militares, pertenencia en las milicJas. funcionarios, etc. no jugaron un rol prcdominante. En ningun momento el trabajo prctendc analizar Ia idea de prcstigio en la compra de una haciendt mas bien, ei :malisis se centra en los aspectos cconomicos y sociales que configuraron los rematcs.

    La Junta de Temporalidades y los Remates

    La Junta de Temporalidades fue Ia cncargada de las propiedades de los Jesuitas despues de la expulsion en 1767. Ella funciono bajo 1a vigilancia del virrey, quien designaba un superintcndente en Lima, donde quedaba 1aoficina central. Adcmas se formaron Juntas en Arequipa, Cusco, Huamanga, lea Y Trujillo, que dependfan de Ia Junta de Lima. Las funciones de las Juntasfueron la administraci6n de las propiedades confiscadas y los remates de estas (VU. Bradley 1970: 97-120). . f!

    El Virrcy Amat dio, en 1769, el decrcto supremo en que se prescribe cl modo y 1a _forma de los remates: primero, se tasaba la hacienda Y. J!; prcgonaba el rcmate; despues, venfm1las posturas de los interesados y, al fi~ la Junta de Temporalitlades elegfa al mejor postor. Temporalidades podf8 . aceptar una rcducci6n del precio de compra hasta en una tercera parte. El decr~to pcrmitfa la venta a creclito, siempre y cuando el comprador presen~ las l!anzas requeridas (A.G.N.: Cl3, leg. 335). Dentro de 1a Junta de T:. ... poralidadcs habfa la tendencia a realizar lo mas pronto posib1e los rema Un informe de Agustin Landaburu sobre los canaverales de Huaura Y Chanca)'

    177o, pone de manifiesto Ia urgencia de rematar los cafiavcralcs por lo de1 50

    del negocio, ya que un inccmlio, o una peste entre los esclavos podia esgo ~ , . Cl . ar Ia em pres

  • El cuadro I muestra que en un perfodo relativamente , . . cono se Ia mayona de las haCiendas, que a los qumce anos de Ia expul -

    6 . , I d b" d . SI n (1 se tennmo c?n os remates, e Ien o esto mf1uir en las facilidades . con que real!zaron los remates. Durante 1770-5, se remat6 el

    72m de . 1 d 1 . . E 7oen de las prop1~dac es e os Jesmtas. sta coy~~tura debi6 beneficiarse de

    del 4% del nnpuesto de alcabala, que rec1en subi6 al 6% en 1776. 1~-t,.,

    Las facilidades de pago .. -uftir

    Las facilidades fueron mayores mientras mas valfa Ia propi~ muchos casos las facilidades fueron mayorcs de las nonnalmente ofrecidM ... Ia cconomfa colonial. Ruben Vargas Ugarte apunta en muchos casoe:~ rcmates que hubo dolo por el precio de venta y forma de pago (Vargas Ugllfi 1965: 208). Domingo Antonio Larisfuerte, funcionario de Temporali~ cuestion6 cl remate del canaveral Villa a Pedro Tramarria, aduciendo 'A terminarfa de pagarsc en doscientos anos (A.G.N.: C 13, leg. 111, cuad:. .. 11 v.). Aunque, tam bien hubo casos de canaverales y vinas que se paganlttl contado, pero fueron la excepci6n. Tal fue el caso del canaveral Santa BefllJ, en Lima que lo compr6 el comerciante peninsular Manuel Torres Q~

    CUADRO II Forma de pago

    2 3 Mayor de 100,000 23 5'890,368 99,999 - 50,000 10 704,569 49,999- 10,000 35 191,009 Menor a 10,000 52 196,096

    6 7 8 249,219 52.8 afios 8.59% 337,745 17.49 afios 70.16% 194,673 4.5 anos 46.79% 90,086 3.14 anos 57.38%

    4 4'621,659

    543,912 175,833 180,920

    9 77% 77% 84% 92%

    s 3'952,497

    481,326 156,997 162,084

    . .,.

    u ' r

    Fuente:

    Codigo:

    Apcndice 1.

    1 = valor de la hacienda, 2 = numero de haciendas, 3 = suma de las tasac:ionet.:4 = suma del precio de venta, 5 = suma de la diferencia entre precio de venta Y ~ cargas de las haciendas, 6 = suma del pago al contado, 7 = promedio en aiiOI .filii se paga la hacienda, 8 = relaci6n entre 4 y 6, 9 = relaci6n entre 3 Y 4. '

    I cuadro II muestra que las facilidades de pago fueron aumentando , subia c1 valor de la propiedad, y, que las variables en que mayor ~gun ncias hubo, fueron Ia relaci6n entre el pago al contado y el precio de difere y en e1 numero de anos a pagar el remanente. Las veintitrcs haciendas

    "enta~ccdieron cl valor de 100,000 fueron rematadas en un 77% de su valor q~e;aci6n, pagando al contado un 8.59% ?el valor de venta y ?I res to en casi d. enta y tres afios 2 En contraste, las cmcuenta y dos proptcdades mralcs

    :~~res a 10,000 pesos se rcmataron casi a su precio de tasacion, un 57.38% ando a1 contado y el resto en 3.14 afios. pag

    1 intercs pactado en Ia mayoria de los casos fue el de tres por ciento. Manuel Burga en un estudio sobre las capellanfas en el Peru, considera que el interes pactallo por la capellanfas era el del "mercado". Este intercs fue disminuyendo paulatinamente durante Ia colonia hasta llegar a! tres por ciento en Ia seguncla mitad del XVIII (Burga 1988: 204). El inten~s del tres por eiento parece que fue comun en los remates de Tempomlidades en otras partes de Latinoamcrica como Colombia (Bauer 1971: 83), aunque en Mexico fue el del cinco por ciento. Harold Bradley Benedict sostiene que el interes fue mayor en Mexico porque Ia economia mexic

  • capic de Ia dificultad de encontrar intere d d~ 3,000 pesos (A.G.N.: C. 13, leg. 43 "~~:s. ~~~ las propiedad~s mayo r El cuadro II l muestra q:1e de ~as quince haciendas vueltas_a remaL.II, sicte Lw- 15v). Por otro !ado, cstuvo el constant p segundo ... Pichuich ~ 1 vicron un v;Jlm mayor a Clen mil pesos, que representa el J0.8% del total T. himothy Anna menciona que el virreinat e problema de Ia falta de liquiduro. dtu las hacienda:; mayor de 100.,000 peso:--. De cstas, h"ubo dos vir1eoos, un d , . . 1 . , o peruano tuvo p bl ~. c - l l) 1 I . . c c1rcu acwn de moneda al tencr que p . ro emas de fl . braJc \ cuatro cana. vera cs .. e as oc 10 restantcs haciendas, hub:> trrs agar sus 1m porta U.JO o ' . _ . . Y no en productos, ya que el cnvfo de est d' ClOnes en "bullion" an-avcraJc,, y las rcstantes entre vmccJos, panllevar, obraJCS y cst:mcms. J::J d

    ~ 1 e exec 1a Ja prod . , c . . G H onedas durante los afios de 1785_1794 (A ucc1on de Ia Casa mayor incumphmtento en el rol de pagos de los cafiavemlcs se debic\, presu-nna 1970: 7-17). rniblcmcnt..:, por haber rccibido las mayorcs facilidades de pago, ya que lcnian Una de las obligaciones y mayores rob! . que amortizm cada compra; por otro !ado, !a reducci6n del prccio del azucar

    la de con.;eguir las fianzas. Temporalidad: 1 embal~ de 10~ compradores fue en rclaci6n a productos de pan llevar debi6 intluir en la administraci6n de los ,, . s os o Igaba a lbr f , . . , s~movicntcs. El prescntar varias fianzas f 1 , Ianza por los cafiaveralcs, ya que atravesaban una cpoca de cns1s (Ramirez Horton 1986: g.'arantes fuc de lomas variada. Fernando C~e ?11

    coAmlun. La naturaleza de los 207-259 y Haitin 1986: 280-298). Cabe rcsaltar, que algunas de cstas haciendas d M

    arn o bornoz Cond C . . . , e 1 ontcblanco, prescnt6 trcs fhdoP'S de , ' e onsone fueron vucltas a rematar o transfcndas poco l!empo despues de Ia rnuerte del , " mancomun por 182 858

    2 rcalcs, por Ia compra del cafiavcrll de San R . C . , pesos con comprador. '{ S . , egis en hmcha a t osa alazar Gavifio; a su hermano Juan Antonio C 'II d . su esposa Francisco Vicuna (A.G.N.: C 13 lc",95 cuad 27) E .UTI bo. e AI?omoz; y a

    Z . , "' ' . n cam 10 Jose de La a11 ~ agusti present6 cuarenta y tres il:ldores al com rar 1 ' - v. ~ ~A.G.N.: C 13, Icy. 112, cuad. 99). P e canaveral VIlla Un grupo de haciendas fucron vueltas a rematar o transfcridas porque

    sus compradores incumplieron el esquema de pagos. Temporalidades hacfa entonces las gestiones para recuperar Ia propiedad. La primera acci6n fue Ia de nombrar interventor, y tratar de solucionar el problema. Si no daba resul-lado, sc confiscaba la propiedad y sc volvia a rematar. Muchos de los compradores con dificultades t;eOn6micas traspasaban Ia propiedad antes de que cste fucra confiscado con Ia anuencia de Temporalidadcs, siendo los nucvos compradores los nuevos responsables de las deudas.

    Valor Menor de 10,000 10,000 a 49,999 50,000 a 99,999

    CUADROIII Haciendas vueltas a rematar

    2 3 4 5 2 0 0 0 4 0 1 0 0 1 0 0

    % del total de hac.

    El incumplimiento de los pagosa Temporalidacles fue debido a Ia quiebra de los compradorcs. La causa de esto fue de lo mas variada y se entrcmezclan Ia biografia de cada personaje con coyunturas econ6micas y polfticas (bajas de prccios, competcncia de nuevos productorcs, polftica fiscal, etc.). Los prccios del azucar y aguardiente en Lima estuvieron en descenso entre los afios 1790-1819, contrario a lo que succdi6 a los prccios de panllevar. La cafda de los prccios del azucar y aguardiente fue -debido a que cran productos p~ua un mcrcmlo cxtcmo, en que Ia compctencia de otras regiones de Latinoamcrica hizo bajar el precio. Azucar del Brasil y Antillas comenz6 a compctir por el mcrcado del Alto Peru a fines de la colonia; igualmente, cl aguardientc de Mendoza compctfa por esc mismo mcrcado, y Ia corona form6 monopolios de aguardicntc en Ecuador y Ia Gran Colombia (Haitin 1986: 280-298). Otro factor cxtcrno que sc merece tener en cuenta fue la presion fiscal sobrc Ia produccion, que se incremento durante las rcformas borb6nicas. Los compra-dorcs de viiias mandaron un memorial a Temporalidacles solicitanclo Ia rebaja del intcrcs, ya que cuando compraron las vifias no cxistfa el Nuevo Impuesto sobre cl aguarclicntc del 12.5% al valor (A.G.N.: C 13, leg. 60, "San Vftor").

    Los abat~lfCS en las empresas mcrcantilcs jugaron su rol. La historia personal y C

  • En cuanto a problemas dentro de las haciendas podemo . , s Citar el mal

    y revueltas de los esclavos. Temporahdades tuvo problemas en 1 estar d l 1 1 - 1 V'll a gunasdeeUas esc e e IIllCIO; en e canavera 1 a, en Lima, los negros se b 1

    demas, vemos un claro ejemplo como los fiadores adquieren la hacienda ~~ la falcncia econ6mica del comprador inicial. LOS compradores de las haciendas de la costa d d. 1 1 ' AI re e aron ,. .... : e mme tato a a expu s1on. caporal de VIlla, Pedro Ventura! 1 ~

    la libertad si calmaba la revuclta (A.G.N.: C 13 leg 109 cuadse4; ofreci6 . d .6 canaveral de Santa Marfa de Puquio, en Huaura, h~bo const~nes l~v ) .. E~ el Descripci6n por ttpo de pro ucct n tos de negros. Jose Segundo Carrillo tuvo que aplacar dos motines. A~~tamten- El grueso de las propiedades de los jesuitas en la costa fueron .cafiaveral~s la plantacion a Tad eo Mirones Encalada, este ultimo lo aeus6 de es~asar . -edos. El resto fueron haciendas de panllevar, olivares y estanetas. A de mas no haberle informado sobre el comportamicnto de los esclavos (A G N ~Cpor w 0 v!fl haciendas hemos considerado dos obrajes ubicados en Huamachuco

    . 1 de estaS ' d d leg. 251, cuad 2, 197, stglo XVIII). Juan Pr6spero Solisbango, quien adq iri6 ones que expondremos mas adelante. El total de estas prop1e a es tuvo el c?naveral afios despucs, tuvo co_ns~antes problemas con los escl:vos ' ~~r ~~or de 5' 136,470 pesos, que represent6 un poco mas de 86% del total (A.G.N:: C 13, leg. 102, cuad, 16). Un mfon~~e de Temporalidades acusaba de las haciendas jesuitas. a este ulttmo de abusar de los esclavos, haCiendolos trabajar en dias libres (A.G.N.: C 13, leg. 107). Parte de Ia explicaci6n del malestar de los esclavos ha debido ser la premura de los nuevos duenos por obtener ganancias.

    Los de~astres naturales relacionados a un estrecho capital personal en rel~ci6n a Ia ~ompr~ inOuyeron en las pcrdidas de las haciendas. Juan Trujillo, qmen com pro c1 canaveral de Santa Rosa de Caucato, present6 fianzas propia$ por 7,782 pesos con 2 reales, estando tasada en 142,808 pesos. Le bast6 dos malos anos para quedar en falencia economica: en 1786, la plantaci6n sufri6 una sequfa, yen 1787, le sobrevino un aluvion (A.G.N.: C 13, leg. 102). Juan Trujillo vcndi6 esclavos del canaveral por premura economica (A.G.N.: C 13, leg. 102, cuad 16), y afios despucs pierde el canaveral. El Conde de Montemar puso en su hoja de servicio de oficial de milicias en 1797, que lo consideraba de" ... muy poco proposito y sin descencia para sostener su empleo" (A. S.: G M leg. 7287 C 12).

    Lo succdiclo con el canaveral de Santa Ana en Urubamba, nos puede ilustrar como funciono el sistema de rematcs y traspaso. Este canaveral cambi6 de ducno cuatro veces durante 1776 a 1808. Lo interesante es rastrear quienes fueron el primer, segundo y tercer comprador: Manuel Rolando, Juan Bautista Ar{mzabal, espanoles, y Melchor Gomez Bustamante, hijo de padre espaflol. Los dos ultimos fucron fiadores del primero (A.D.C.: Notarfa Chacon Becerra 1791: 804). Juan Bautista Aninzabal adquiri6 el canaveral el mismo ano itf Temporalidades lo presionaba para pagar 4,000 pesos, por la fian~a que ~

    La situaci6n geografica de las propiedades de los Jesuitas estuvo con-centrada en algunos valles, como el valle de Huaura, que fue de mayor concentracion, los de Pisco, lea y Nazca en lea; Victory Majes en Arequipa; Locumba en Moquegua. Nicolas Cushner menciona que los jesuitas poseyeron 3,224 hect:lreas, que representaban el 38% de las tierras del valle (Cushncr 1980: 34).

    Las diferencias del tipo de producci6n estuvieron relacionadas con Ia situaci6n geografica. A grandes rasgos, podrfamos decir que los canaverales predominaron desde Pisco hasta Lambayeque. Los vinedos estuvieron situados mas al sur, desde Pisco hasta Moquegua (Macera y Marquez 1964: 133-158). Las haciendas de panllevar estuvieron dispersas por toda la costa con una ligera concentraci6n en Lima y Arequipa; y, los escasos olivares estuvieron en Moquegua.

    Valor

    Menor de 10,000 De 10,000 a 49,999 De 50,000 a 99,999 Mayor de 100,00

    CUADROIV Caiiaverales

    Cantidad

    1 2 2 11

    Ubicaci6n

    Chicarna 1. Lima 1 y Arequipa 1. Lima 1 y Lambayeque 1. Chancay, 4, Santa 2,

    a favor de Manuel Rolando (A.G.N.: C 13, leg. 81, "Exp. segutdo ~r e , comisionado del Cusco ... "). El cuarto comprador, el cusqueno Domtn~ ~ lj Mollincdo, sc deslig6 de este grupo de peninsulares, al :ealizarse un ::on remate. Aquf confirmamos el comportamiento de las umones que se 6 eca;

    - Lima 3 y lea 2

    Fuente , d. apen 1ce 1.

    Los canaveralcs fueron la inversion mas importante de los jesuitas. El cuadro IV muestra Ia dispersion de los canaverales, en que hay una fucrte

    191 dentro de la elite por razones de nacionalidad, ubicacion social Y ccon tnl

    190

  • conccntraci6n en el centro norte del Peru -de ~-ima a Santa. De los diecisEJs cafia vcraks, once sobre pasaron el valor de tasac10n de 100,000 pesos. De~ once, cinco sobre pasaron el valor de 200,000 pesos. El canaveral de Vitia en Lima, tasado en 370,000 pesos, fue el de mayor valor. .i

    CUADRO V Viiiedos

    El cuadro VI nos muestra una mayor dispersion de este tipo de propie-dcs en Ia costa. Las haciendas de panllevar y los obrajes fueron los mas

    daJorados. Las propiedades valoradas en el cuadro VI por encima de 50,000 va

    05 fueron haciendas de panllevar, excepto el obraje de Chota y Motil en

    pes Guamachuco.

    En resumen, los cafiaverales fueron las propiedades de mayor valor, tuados principalmente en Ia costa centro norte del Peru; seguidos por los

    Cantidad Ubicacion ... ~incdos, que cstuvieron situados primeramente en lea y secundariamente en Menor de 10,000 2

    1 ,.) ~ el sur- Arequipa y Moquegua. Los otros tipos de propiedades nunca alcan-Valor

    De 10000 a 49,999 4 lea; zaron un valor mayor de 100,000 pesos, y solo cuatro de estas tuvicron alguna

    De 50,00 a 99,999 3 ~a importancia. Mayor de 100 000 9 oquegua 2 Y lea I> ' lea 6, Arequipa 2 y

    Santa 1.

    Fuente: Apendice L

    El cuadro V nos muestra que los vifiedos estuvieron concentrados en I" con las exccpciones de algunos vificdos en Moquegua, Arequipa y Santa. De los nucve vificdos mayores de 100,000 pesos solo dos sobrepasaron los 200,000 pesos. El vifiedo de San Jose en Nazca, tasado en 249, 691 pesos, fue el de mayor valor.

    El tercer grupo de propiedades incluidas bajo Ia denominaci6n de "otros", comprende haciendas de panllevar, huertas, olivares, estancias y obrajes. Ninguna de elias sabre paso el avaluo de 100,000 pesos.

    Valor

    Menor a 10,000

    10,000-49,999 50,000-99,999

    Fuente: Apendice L

    CUADRO VI 3 Otras

    Cantidad Ubicaci6n

    13

    8 4

    lea (5), Arequipa (3), Chancay (2), Tniji llo (2) Lima (1). Arequipa (3), Lima (2), Huamachuco {l) Lima (2), Huamachuco (1), Arequipa (2}

    3. Los obrajes de Huamachuco los considero en la costa porque sus primeros compradorel fueron vecmos de Trujillo.

    La mano de obra en las haciendas de Ia costa

    Los jesuitas, y, por lo general, las ordenes religiosas f ueron terratenientes con mano de obra esclava. Uno de los principales "items" en las tasaciones de las plantaciones jesuitas de azucar o de uva fue el de esclavos; como se ve en cl canaveral de San Jose de Ia Pampa en Huaura, donde represcntaron el 41.7% del valor de Ia propiedad (Macera 1977: cuadro VII). Una de las razones del alto valor de los vifiedos fue Ia posesi6n de esclavos.

    Estudios precisos sabre el modo de producci6n de las haciendas jesuitas, como el de b vifia y obraje de Macacona realizado por Gabriela Ramos Cardenas, nos cnscfian que el universo de los trabajadores no termina con los esclavos, si no hay que afiadir a los arrendatarios de parcclas dentro de Ia hacienda, quienes pagaban Ia renta con espccies (alimentos para los trabaja-dorcs, por cjcmplo frcjolcs) o en scrvicios (transporte); y tambicn hay que sumar a los jornalcros librcs, que en c1 caso concreto de Macacona, puclicron scr mitayos o indios que trabajan para pagar el tributo (Ranws Cardenas 1984: 44-65). Gabriela Ramos llega a conclusiones similares a las vertidas por Pablo Macera (1968). Dentro del universo de trabajadores, hemos encontrado, de

    ~anera marginal, en algunas haciendas, yanaconas. Un documento menciona ~ez Y nuevc yanaconas en Ia hacienda de Guasacache en Arequipa (A.G.N.:

    13, leg. l 7). Los obrajes de Huamachuco escapan a csta descripci6n, y se ~cercan, mas bien, a Ia descripci6n que hacemos mas adelante de las haciendas

    . e Ia sierra .

    f) Ei mcrcado de las haciendas prod E!. :ncrcado de estas propiedades se puede relacionar con el tipo cle

    uccion Y Ia ubicaci6n geografica. Los cafiaverales contaban con el 193

  • mercado de ciudades de la costa, sobre todo deL' ' achuco hubo dos obrajes con sus respectivas estancias: Chota- Moti1 y, I . ' .. Ch'l . Ima. De allf s auarn ' ' e azucar ~ara 1 e. En camb10, c1 mercado en Ia sierra 1 e embarcaba Ignacio y San Jose de Parrapos. Ia presenoa local de canaverales allf La sierr d 1 es era recortado ..,_ san

    a e sur era ab t ' yva mente por los cafiaverales de Abancay. La sierra c tr

    1 . as ec1da basica.. El canaveral Tuman fue rematado tres veces. Ninguno de los compra-

    mincro de Cerro de Pasco. con sum fa azucar proven~; tad 1~luyendo el centro s fue de Lambayeque. El primcro fuc un residente en Lima, el irland6s (Chocano 1982: 17-22). En la sierra nortena se comn e ~

    1. uaylas Y Huanuco do:cucl O'Phelan en 1780. Este poscfa por lo menos propiedades avalu dose, que Ia plantacion Ia recibio en pesimas condiciones, a1 no cxisur las El mercado del vino y del aguardiente fue mas compleJo 1 d 1 herramientas necesarios para un canaveral (Ramfrcz Horton: 1986 223).

    L d d 1 que e e d I 1 J azucar. a pro uccw_n . e os vtiiedos iqueiios llego hacia el norte hasta Santa Reci6n en 1793, el tercer ~ompra _or_, e c~merc1a~~e y penmsu U: ose ~e, Guatemala y Mexico (A.~.N.: C ~3, leg. 19, "Autos ... Chirina ... j; Muiiccas ~udo conservar ~~bien. El ex Ito_ de este deb10 de e~tar relaCionado a~nq_ue no hen:os logrado avenguar la 1mportancia del comercio allende del al comerc1o (Zevallos Qmnones 1946). Sm embargo, en un mforme para el v:rremato. t:' d1ferencia de los cafiaverales, los vinedos colocaban sus produc- Consu1ado de Lima de 1804, Pedro Estella menciono_ que Tuman ~s~ba en tos en Ia Sierra, en donde se encontraban los apetecibles mercados de los Ia ruina por Ia p6rdida de cana y pastos por los confllctos con los md10s de c~ntros minero:" El comercio de aguardiente a Cerro de Pasco pasaba por Chiclayo; adem as, menciono que el cafiaverallo administraba Ia viuda de Jose L1ma; en camb10 el de Hualgagoc pasaba solo por Trujillo, sin Ia intervenci6n Muiiccas, Rosalfa Rodriguez (Macera y Marquez 1964: 178). de comerciantes limenos. La informacion parece indicarnos que el control del trafico de aguardiente en Ia sierra norte escapaba en parte de las manos de los comerciantes limefios, y que los hacendados iquenos tenfan cierta presencia (O'Phelan: 1987). La produccion de aguardiente y vinos tambien transitaban hacia Ia sierra del sur; pasando por Huamanga, Huancavelica, Cusco, y el Alto Pen!. Mientras mas al sur estiba el mcrcado, mayor competencia tenia Ia producci6n de lea de otros centros productores. En el Aito Peru competia con Ia produccion Arequipa, Moquegua (Brown 1986: 77).

    Lambayeque, Trujillo y lluamachuco

    Las propiedadcs en Lambayeque, Trujillo y Huamachuco fueron de menor importancia, en re1aci6n a las de otras regiones. El valor total de estas propicdades fue de 191,363 pesos, que representa el 3.73% de las haciendaS de Ia costa.

    El canaveral de Tuman fue el unico que tuvieron los Jesuitas en Lambayeque. En Trujillo hubo un canaveral pequefio y dos huertaS- En

    En Trujillo hubo dos pequenas huertas y un insignificante "canaveral". Las dos huertas las compraron militares, con una posicion solida: Cristobal de Ostolaza Elcano y el capitan Antonio Bustamante. El primero fue mincro en Hualgayoc y Cajambamba, y comerciaba en Trujillo, en donde tenfa una tienda que expcdia textiles de Castilla. Este trabajaba en el comercio y, probablemcnte, en mincrfa en sociedad con su tfo Manuel de Ia Fuente y, de su suegro, el castellano Sebastian Rios (A.D.T.: Protocolo 286: 1786-7: 151), comerciantes trujillanos, vinculados a1 comercio en las zonas mineras de

    Hu~machuco y Cajamarca (A.D.T.: Real Hacienda, leg. 128, exp. 89). Kat-hen~e Coleman menciona que Trujillo sufrio una decadencia economica a ~artlr de 1760, cuando muchos de los trujillanos migraron a las minas de d ualgayoc y Huamachuco para contrarrestar la decadencia de Ia agricultura

    " Te ~~fia por Ia baja de precios, que restringio el comercio de Ia ciudad de 'J fUJlllo (Coleman 1979: 373-408).

    c Los obrajes de Huamachuco fueron las propiedades mas importantcs que ompraron los trujillanos. El obraje de Chota y Motil lo compro Jose Munoz

    195

  • . , . . J . ia. Un infonne remitido a Temporalidades por ~a Junta de ~emate ~e Bernardo Qmroz, Marques de Bellavista, qmen fue uno de los mas . jncJdenc M tocoche en Santa indicaba que :'pues hab1endo practicaclo estas

    .. . , prominent- n~a de o . . . , d. h h . da trUJillanos a fmes del XVIII. El marques de Bellavista, natural deC .- ta v1 . Ia provincia de Santa luego que se JUStiprecw IC a aciCn , en Chile, estuvo vinculado a Ia elite trujillana a traves de su esposa oFnceJ>

  • Chile a traves de un hermano del Conde del Premio R 1 M De los seis espafioles, cinco fueron comerciantes de efectos de Castilla; quien tenfa poder del Conde para realizar cualquiea '. anuel de Lavan~. . do a su vez, uno de estos, Jose Villar, comerciante de azucar. Ignacio

    , . (A G N N 4 er tipo de transa . s,en . . , b' , . b . . econom1ca . ' .: - 7:888). EI Conde del Pre . R CCt6n roto no fue comerctante; SIno, mas Ien, tema mtereses en o ra;es, mmas,

    mto eal adema , . Amo . . tratante de negros, los cuales trafa desde Ia costa de Af . ' s, foe h ciendas que arrendaba. Los obra;es de Julcan y Carabamba en Ca;amar-Montevideo y Chile hasta el Callao internandolos 1n 1 nca, pas~do JlOr Y laos tenia en arrendamiento (O'Phelan 1985: 17).

    . , c uso en CaJam ca (A.G .N .. C 16, leg. 1536: 1804). Adem as, Ia familia del Cond d 1 Pr . area estaba ligada al aparato estatal espafiol: los seis hijos eran mie eb emto Real Los remates de Temporalidades significaron para los espafioles Ia d

    .1 (S . Cl emrosdeaJD'I,... d.. 'dd' d' r . or en m1 I tar ant1ago o a atrava); tam bien, pertenecfan al . , . O'"ICI portunidad de a qumr una propte a tmportante, tverst 1car mverstones,

    do cargos claves, como Jose Antonio de Lavalle quicn f e;erci~,_ocupan. & 00e se relacionaba a su actividad mercantil. Manuel de Ia Torre Quiroz

    guardia del virrey Aviles (A.G.N.: N-4 7: 554). Jm;n Bautis~e dcaetanl de Ia ., describi6 sus pertenencias en su testamento de 1790, en que mencion6 tener ~iembro de Ia Orde.n de Calatrava. y capitan, y lleg6 a ocup: et~~~~ fue IOI. 672 pesos en mercaderfas en el almacen y el canaveral ~anta Beatriz, mtendente de Arequipa en 1815 (Fisher 1981: 265-266). g de avaluado en 91, 175 pesos (A.G.N.: N-3 874:254). Podemos af1rmar que los

    espaiioles tuvieron exito en sus empresas comerciales antes de comprar una hacienda. Un grupo de comerciantes espafioles exitosos aprovech6 Ia oportu-nidad ofrecida por los remates.

    Los criollos no naturales de Lima tuvieron un comportamiento similar a los limefios. Todos fueron residentes de Lima. La variable de su Iugar de nacimiento de algun modo les dio ciertas caracterfsticas propias. Los dos de Trujillo fueron mineros de Hualgayoc, y a Ia vez tuvieron haciendas; adem4s uno de ellos fuc comcrciante. Los trcs de lea tuvieron vifias en lea, y estando dos de ellos involucrados en el comcrcio de aguarcliente.

    En resumen, los criollos fucron dicciocho: cinco comerciantes; cinco agricultores; sicte comerciantes-hacendados; y dos hacendados-mineros. Muchos de los hacendados colocaban sus cosechas en el mcrcado intemo y en el mercado de Chile probablemente.

    El grupo peninsular fue de seis: Manuel de Ia Torre Quiroz, Jacobo Real, Jose Antonio del Villar, Ignacio Amoroto, Juan Jose Pasquel, Juan Antonio Blanco Guerrero. El volumcn de compra de estos fue significativo a! comprar cafiaverales sobre los 100,000 pesos. De estos seis, dos compraron un cana-veral, y una mediana propiedad.

    Las esposas de los espafioles eran criollas. La mas importante, si uti lizamos Ia dote como indicador para ello, fue Ia de Manuel Ia Torre Quiroz! Agueda Tagle Bracho, quien tuvo de dote 60,000 pesos (A.G.N.: N-3 874: 254). La esposa de Igancio Amoroto trajo 5,000 pesos de dote (A.G.N.: N-4 10: 900). La esposa de Jacobo Real fue Ia hija de Justo Salas, quien compr6 Ia vifia de Motocachc en 1774 en Santa, y Jacobo Real compr6 cl canaveral' San Jose de Pampa en 1804 en e1 valle de Santa (A.G.N.: N-4 834: 193 v.). Reuniendo suegro e hijo politico dos de las tres plantaciones jesuitas en el valle de Santa.

    198

    El estudio de los compradores peninsulares frente a los criollos en Ia adquisici6n de cafiaverales, nos reafirma Ia importancia de los primeros. En total hubo once cafiaverales. Un total de trece criollos compraron cafiaverales. De estos trece, siete perdieron el cafiaveml. En carnbio, seis espafioles compraron cafiaverales. De estos seis, uno tan solo perdi6 el canaveral. AI final, de los once cafiaverales, cinco quedaron en manos de espafioles y seis en manos de criollos.

    La actividad mercantil de mucho de estos compradores se nos esclare-ce con Ia lectura de los libros de alcabala del comercio con Chile, de los afios de 1773 a 1776, nos muestran a estos comerciantes exportando e impor-tando diversos productos (entre ellos azucar) a Chile. Jose del Villar exportando generos de Castilla, pellones del Cusco, aceite, miel, chocolate y azucar a Chile; este ultimo producto lo recibfa Pedro Landaeta. A Ia vez Jose Villar, importaba de Chile vino, oregano, pellones, esclavos y sebo. (A.G.N.: C 16, legajo 576, cuad. 12; leg 602, cuad. 120; leg. 607, cuad. 153). Igual-~ente hemos encontrado fiadores y hermanos de compradores en dicho comet-C!O,

    . . E! total del comercio entre Chile y Peru nos grafica el tipo de comer-f J c;ant~s de q~e estarnos hablando. Tenemos informacion del comercio durante

    :. qumqucmo de 1785 a 1789. El Peru export6 a Chile por un monto de 21~6.928 pesos, de los cuales un 31% fue por efcctos de Castilla, 27% azucar, 0 Por fletes e impuestos y el 21% resto. Y el Peru importaba de Chile por

    199

  • valor de 6'283,891 pesos, de los cuales 33% fueron por trigo, 30% de cobre 13% de sebo y el resto en 24% (Perez Canto 1985: 170-3). '

    , bildo limefio muestran una decadencia de esta institucion a fine~ del sigio el ~~IL El precio de oferta por el cargo de regidor se rebajo de 11 ,GOO pesos

    . : s,OOO pesos durante el gobiemo del virre~ Am~t, y ni con las n:ha~:~ s(; p.udo . Podemos dcduc1r que no eran comerciantes de un s ,

    1 matar c1 cargo en las tres vcccs que se mtcnto durante 1763 a 11 16 (Perez

    l!bros de alcabalas muestran Ia diversidad d d 0 0 producto -los re 19o5 33-34) b

    . e pro uctos con canto o.. . an:-, SIno de un mercado y de una ruta de comerc Alb que comercia-su~tere que los c~merciantes limefios tuvieron un fu~~~ con~t~ Flores Galindo Los poseedores de titulos fucron dos criollos: El Conde Ctsa Davalos,

    chilena, en que tmponfan los precios de compra del trigo 0 en la economfa Manuel Gallegos Davalos, y el Conde de Olmos, Nicolas Coronel Unzueta. entre los hacendados chilenos (Flores Galindo 1984: 58). causando malestar., Muchos de lo~ Cl~mpradorcs estuvi

  • CUADRO VIII Actividades econ6micas de los compradores

    Natural Residente H H.I. c M/0 F. S.D. Espana 4 lea 4 2 2 0 2 0 Espafia 1 Lima 0 0 1 0 0 0 Callao 1 lea 1 1 0 0 1 0 Ica 11 lea 9 9 5 0 2 0 Arequipa 1 lea 1 1 0 0 0 0 Lima 1 lea 1 1 0 0 0 0 Lima 1 Lima 1 1 1 0 0 0 S.D. 1 lea 0 0 0 0 0 1 C6digo: H = hacendado, C = comerciante, H. I.= hacienda de igual producci6n que Ia hacienda

    comprada, M/0 = minero u obrajero, F = funcionario, S. D. = sin dato Fuente: Apendice 2.

    El grupo de los espanolcs en lea fue similar porcentualmente a los de Lima; pero, a diferencia de los de Lima no adquirieron las mejores haciendas ofrecidas. De los cinco espafiolcs, solo tres cornpraron propiedades valoradas por encima de los 50,000 pesos. De estos cinco, uno fue comerciante; dos comerciantcs-hacendados; uno hacendado-Funcionario de Temporalidadcs; y, el restantc, hacendado. Carlos Guisla, Juan Trujillo y Francisco Penagos Mazo destacaron entre los espanolcs. Los primeros perdieron las haciendas al no poder cumplir con Temporalidades.

    termina en la esfera de la producci6n; tambien, es participc de Ia distri-~~ci6n de biencs. En lo~ Iibras ,de alc~balas del afio 1774, lo cncontramos rnportando cobre de Chile (A.G.N.: C 16, leg. 601, cuad. 120). El Conde 1 onsorte Monteblanco tenia una panaderfa, una bodega y una casa en Bella-~ista, Lima; no siendo raro que negociara con trigo chileno (A.G.N.: N-A 452). rodo su circuito parecerfa ser amplio y a la vez cerrado: producia az1kar que venderia en Chile; y, a su vez allf compraba trigo para la elaboracion de panes en su panaderfa. Pcro, su comercio no terminaba alli; tam bien comcrciaba en

    & el interior del virreinato y con el virreinato de Rfo de Ia Plata. Nos lo encon-~ tramos en el comercio de mulas de Tucuman; en 1766, vendio 1,120 mulas

    al entonces corregidor de lea, Marques de Torre Hermosa, por valor de 23,562 pesos (A.G.N.: Protocolos de lea 11,1766: 471). El Conde consorte de Monteblanco tuvo un patron de comportamiento similar a los hacendados de cafiaverales limenos en Huaura o en otros valles, comerciando con el azucar de sus cafiaverales.

    Los iqueiios fueron los principales compradores por volumcn y por numero de haciendas. La mayoria de estos fueron hacendados de vinas. De los once iqucnos, hubo seis hacendados de vinas, tres comerciantes que a su vez poscfan vifias, un comerciante, y un comerciante y a la vez prestamista. Alberto Flores Galindo hace el distingo que la elite iquena pudo tener mayor continuidad que la limena por haber combinado el comercio de aguanlicnte con la agricultura, pudiendo resistir mejor a las fluctuaciones de prccio (Flores Galindo 1984: 41-42). Aunque no hemos encontrado abrumadoramcnte esta combinacion en las fuentes, no deseartamos que un porcentaje mayor de hacendados era tambicn comerciante.

    Los criollos destacaron arnpliamente entre los compradores; a diferencia, _Francisco del Villar Dehesa fue el mayor comprador en lea. Este compr6 de lo ocurrido en Lima. Los criollos fueron quince: nueve hacendados; cuatro tres VInas, siendo Ia mayor la de Belen, que era vecina a una suya. El tcnfa hacendados-comerciantes; y, dos comcrciantes. De los quince, solo cuatro no tocla una red de vcntas de aguardiente. En su testamento menciona poseer una fueron iquenos. De estos, dos solo destacaron: Fernando Carrillo Albornoz Y ~odega_ Y una pulperia en Bellavista (A.G.N.: Protocolos de lea 26: 1785: 291). Javier A tela Concha. Cabc scnalar que los iquefios en su mayoria poscian vinas s P_osJblc rasrrcar su comercio en diferentes lugares del virreinato: Trujillo con anterioridad ala compra. Da Ia impresion que lea giro en el negocio de CaJamarca (O'Phelan 1987), Lima, (A.G.N.: Protocolos de lea 20, 1775: 7) la vid, y que no tuvo una diversificaci6n clara de otro tipo de empresa. ~ ~~ancavclica (A.G.N. Protocolos de lea 54, 1793: 140). De Lima trafa las

    . ~~~Jas vacias para vol~erlas _a llenar en Pisco (A.G.N.: C 16, leg 607, cuad. Fcrnan_do Carrillo Albornoz, quicn c_OI~pro_ cl canavcr~l ~le San R~gJS un ~- E! c?s~ de Francisco VIllar de hacendado de vina y comcrciante no fue

    en 1775 vecmo a su canaveral de San Jose, fue !Jmeno y residJa entre. urna W ) a

  • Los peninsulares fueron tres, dos espafioles, Juan Antonio de Pielago y Antonio ,\Jvizuri, y, un irlandes naturalizado espafiol, Diego Pober. De estos, no fue corncrciante, hacendado y minero a la vez --en ordcn de priorida-~es-; otro minero-comerciante; y otro hacendado.

    tfos coronclcs, un teniente coronel, dos capitanes y un sargento mayor. El coronel Fernando Carrillo de Albornoz y el sargento mayor Francisco Villar Dehesa fucron los mayo res compradorcs. Al igual que en Lima, el grado militar no tuvo importancia.

    Un caso interesantc a estudiar es el regimiento de Chincha, cuyo coronel Juan Garcia Algorta, administr6 los remates de Temporalidadcs de Chinch~ micntras cjercia cl cargo de corregidor. El teniente coronel fue Fernando Carrillo de Albornoz y cl sargcnto mayor, Juan Trujillos. Ambos adquirieron propicdadcs en Chincha, beneficiandose scguramente de sus vinculos con Garda Algorta (Unanue [1793] 1985: 330-331).

    Antonio Alvizuri fue comerciantc de efectos de Castilla, quien estaba Jigado a1 negocio del reparto con el corregidor de Arequipa, Baltazar Sent-111anat. Ambos fueron acusados de abusos durante la rcbeli6n de lo pasquines

    ... , en 17~0 (Wibcl 1875). Antonio Alvizuri tenia multiples intereses en el agro: . cafiaverales en el valle de Tambo (Wibel1975: 100) y una est

  • sabcmos con certeza que fue residente en Moquegua y, posiblemente com . er-ciante, ya que Ia Condesa de San Is1d.ro le da poder para cobrar deudas de

    comcrcio en Arequipa, Moqucgua Y AriCa en 1771 (A.G.N.: N-3 1,1018: 334).

    1 producciCin de esa provincia (Lopez Espinavcte [1795] 1966). Comprando t 5

    de Ia costa con los de Ia sierra, en Ia costa hubo once cafiaverales con un ~or mayor de 100,000 pesos y cinco con un valor mayor de 200,000 pesos. ;n Ia sierra solo hubo el canaveral Pachachaca, tasado en 227,320 pesos.

    CUADRO XI Caiiaverales

    Moqucgua fue un caso atfpico en el sur del virreinato, por ser las antiguas familias quicnes tenfan el control de Ia economfa regional, sin que espanoles rccicn llcgados cuestionaran su poder (Wibel1975). El mismo comportamien-to lo encontramos en lea, posiblemente por ser economfas de vifiedos.

    Las vii'ias de Yaravico y Santo Domingo, que en conjunto producia el 2.2. %de aguardiente en Moqucgua (Brown 1987),las compro un moquegua. no, Jose Fernandez Cornejo. Esta compra lo hizo aumentar su output de aguardicnte, ya que posefa otras vifias en Locumba, Moquegua. Tanto Jo~ Fernandez Cornejo como muchos otros hacendados de vifias en Moquegua tenfan comercio de aguardicnte con cl Alto Peru. En su testamento menciona que en su casa de Potosi tenfa un gran deposito de aguardiente y que tenia una gran cantid:ld de vales por cobrar (A.D.M.: Godinez 1775: 76). Aunque no tengamos pruebas, utilizando estudios sobre otros casos de comerciantes en zonas mineras, no seria raro que el comercio de Jose Fernandez Cornejo fuera mas basto que el solo vender aguardiente; y, ademas, debio tener inte-reses en Ia minerfa, como fue el caso de muchos comerciantes de Cajamarca, quicnes eran comerciantes y, a Ia vez, mineros (O'Phelan: 1987). Siguiendo con cl testamento de Jose Fernandez Cornejo, nos enteramos que no tenfa hijos y que sus sobrinos y hermanos o cufiados estaban dispcrsos por todo el sur andino: Salta, Arequipa, Potosi, Moquegua y Lima (A.D.M.: Godinez 1775: 76).

    U ~- Cantidad Ubicaci6n

    Los compradores de la sierra

    Descripci6n por tipo de producci6n

    Las haciendas jesuitas en Ia sierra fueron cafiaverales, obrajes, panllevar, cocales y estancias. El valor total de estas propiedades fue de 823,898 pesos de ocho reales, que representa casi el14% en valor del total de las propiedades estudiadas.

    Los cai'iaverales fueron las propicdades mas valiosas en la sierra; al igual que en la costa. El cuadro XI muestra que estuvieron concentrados en Abancay, Huamanga y C~sco -en orden de valor-. La importancia de estos fue significativa en Ia sierra. Los cafiaverales de Abancay copaban el 24.8% de

    206

    Mayor de 100,000 De 99,999 a 50,000 De 49,999 a 10,000 Abancay ( 1 ).

    Fuente: Apcndice I.

    1 4

    Abancay Huamanga Cusco (2), Huamanga (1) y

    El obraje de Pichuichuro en Abancay fue el unico obraje del que eran duei'ios los jesuitas en el centro y sur de Ia sierra. El obraje de Pichuichuro era cl principal del Cusco y A ban cay, seg!'in el registro del cabez6n en 1780 (O'Phelan 1986: 65). Este obraje sufrio "La deserci6n y sublevaci6n de los naturales operarios en el afio 1762". Los jesuitas tuvieron que invcrtir 62,000 pesos para rehabilitarlo (A.G.N., C 13, !ega. 43, "Compulsa ... Pichuichuro Y haciendas anexas y O'Phclan 1985: 134).

    Un informe de Temporalidades sobre el remate de Pichuichuro en 1772 recalca que los obrajes de la sierra del sur estaban arruinados por Ia baja de los precios de los textiles de Ia tierra. Los precios de arrendamiento de los obrajes cusquei'ios en 1772 cran casi el 30% de los de una dccadas atras. Se estableci6 asi que el obraje de Pichuichuro no se podia rematar en lo que hubiera sido deseable (A.G.N.: C 13, leg. 43, cuad. 2, fol, 96-7). Enrique !andctcr y Nathan Wachtel nos informan que los precios de Potosi y Cocha-d amba de los textiles de Ia tierra fueron estables durante 1740 y 1770; a partir

    fl . e 1770, los prccios comenzaron a bajar debido a la compctcncia de textiles 'J ~~f~ri?res extranjeros que compiticron, con sus similares de los obrajes o

    rnllos serranos por cl mercado del Alto Peru. Dcsde 1796 hasta 1802, Ia Paz de A . ten . rnJCns, los prec10s comcnzaron a recuperarse a! dctcncrsc Ia compc-

    Cia (Tandcter y Wachtel S(F: 27-30). 207

  • En Ia sierra, los jesuitas tuvieron un gran grupo de propiedades rural . , es de escaso valor en su mayona, que comprendmn coealcs, haciendas de

    panllevar y estancias. Estas estaban dispersas en el centro y sur de Ia sierra del Peru. El cuadro XII nos muestra su dispersion geografica, sus valores Y tipo de producci6n.

    CUADRO XII Otras

    Valor Cocales Planllevar Estancias - ' '

    productor: cafiaverales, obrajes o minas. A los trabajadores en la sierra se lcs pagaba en cspccies buena parte del salario. Los libros de cuentas de los obrajes de Chota y Motil en Huamachuco nos muestran esta tendencia. El salario de sus operarios comprendia el pago en especies: aguardiente, maiz, cuchillos, tijeras, azucar, arroz (A.G.N.: C 13, leg. 10, "Carta de cuenta ... Chota-Motil y San Ig~nnacio de Parrap~s). Una parte sustancial en Ia tasaci?n del obra~e de PichUJchuro fue las haciendas anexas de panllevar, que teman como fm abastcccr al obraje (A.G.N.: C 13, leg. 43, cuad. 30).

    Por ultimo, las estancias no funcionaron dirigidas a un mercado, sino, mas, bien, para abastecer de insumos a un centro productor: lana para los obrajcs o ganado para las plantaciones. En muchos casos eran entidades anexas a una entidad mayor. La correlaci6n obrajero comprador de estancia se clio en Ia mayoria de los casos.

    Menos de 10,000 Huamanga 5

    10,000-19,999

    20,000-29,999

    30,000-49,999

    Fuente: Apendice 1

    Huamanga 9 Cusco 8

    Huamanga 3 Cusco 1

    Huancavelica 3 Huancavelica 1 Huaraz 1

    Huamanga 1 Cusco 3 Huancavelica 1

    Cusco 1

    Huancavelica 1 Cusco 1 Puno 1

    Mercado de las haciendas serranas

    Los cafiaverales de Huamanga abastecfan a Huancavelica, en que tenian la ventaja comparativa de su cercanfa frente a los cafiaverales de Abancay Y Andahuailas (Rio 1987: 68-70). Los cafiaverales del Cusco y Abancay, por su pane, tuvicron como mercado principal el Alto Peru. Los obrajes de Abancay tenfan de mercado el Cusco y el Alto Peru (Espinavete [1795] 1966). Los productores de coca de Huamanga distribuian su producci6n hacia Ia poblaci6n indigena de la sierra central: Huancavclica, Huamanga y Cusco. Este comercio lo encontramos graficado en los libros de alcabala de Huamanga.

    Detcrminar el mercado de las haciendas de panllevar es mas dificil. II. Ademas, cstas estuvieron dispersas por toda la sierra central. Suponemos que W su mercado estuvo restringido a Ia zona en que estaban situadas. Pudo haber casos en que las haciendas de panllevar sirvieran para abastccer a un centro

    208

    Mana de obra de las haciendas serranas

    La mano de obra era por lo general yanacona, mitayos, indios jornalcros, arrendat.:'lfios, y, marginalmente, esclavos. Pablo Macera (1968) haec un an:ilisis dctallado sobre los diferentes tipos de trabajadores de las haciendas serranas, en que destaca la importancia de los yanaconas que cran trabajadores adscritos a Ia hacienda, los trabajadores libres que estaban endcudados en cl tambo de la hacienda. Estos prestamos enganchaban a! trabajador a la ha-cienda; aunque cl hacendado corria el peligro de endeudar excesivamente al indio y que cste huyera de Ia hacienda agobiado porIa deuda. Por ultimo estan los arrendatarios, que pagaban en muchos casos, la renta del tcrreno de Ia hacienda que usufructuaban, con trabajo o productos. Los trabajadorcs tcm-porales eran los mitayos, que para contar con ellos el hacendado tenfa que formar alianzas entre e1 corregidor, el curaca y el. El hacendado se compro-mctfa a pagar el tributo por el suministro de indios. M uchos de los compradores afianzaban para Ia obtenci6n del cargo y comcrciaban con los coiTegidores de Ia sierra del sur andino (incluido el Alto Peru) (ver notarios cusquefios citados en el apcndicc 2).

    lluancavelica

    ) En Huancavclica no hubo muchas haciendas jesuitas. La estancia Pauranga, Ia de mayor valor, estaba tasada en 22,878 pesos. En total hubo dos estancias en Castrovirreina y cuatro haciendas de panllevar: dos en Tayacaxa Y dos en Angaraes.

    209

  • Las dos estancias las compraron iquefios residentes en lea que ante nor-

    mente habfan comprado vifias locales, ambas propiedades estaban avaluacta dentificado-- hubo cinco hacendados, y de los restantes carecemos de infor-~acion sobre sus actividades economicas. Todos compraron pequefias propie-dades. En los remates de estas pequefias propiedades hubo constantes acusa-ciones de imparcialidades (A.G.N.: C 13, leg. 115), y constantes fraudes en las tasaciones.

    Francisco Gomez Carrasco, natural de Tarija, Alto Peru, compro e1

    alrededor de los 20,000 pesos. Gabriela Ramos (1984: 49) menciona que 18

    Junta de Temporalidades de lea compraba carne en Castrovirreina para lo: esclavos de las vifias. Las cuatro haciendas de panllevar las compraron resi-dentcs de Ia zona. Estas haciendas tenfan un escaso valor que variaban de un rango entre los 11,000 a 4,000 pesos. Un informe de Temporalidades sobre el cstado de Ia hacienda Paruro en 1781, haec hincapie que las haciendas en Huancavelica estaban en un estado de dccadencia porIa crisis minera (A.G.N.: C 13, leg. 46, "Exp .... Paruro"). De los residentes en Huancavelica sabcmos, que dos fueron hacendados, uno minero y c1 otro ducfio de varias casas que rentaba. pero no serfa raro que tuvieran mas ocupaciones o fuentes de ingresos.

    canaveral de Ninabamba, avaluado en 62,000 pesos, que fue la unica propiedad

    '

    t respctablc ~emata~a e~ Huamanga. Esta no sol? producfa azucar; sino, en 4 menor med1da mruz (R10 1987: 3~-50). Un rasgo mteresante del canaveral fue

    lo numeroso del ganado con lo cual abastecfa de lana al obraje de Cacamarca

    lluamanga

    Las haciendas de Huamanga fueron de cafia, panllevar, coca y ganado. Los dos cafiaverales estuvieron tasados entre 62,007 y 13,007 pesos. De las doce haciendas de panllevar, dos estuvieron avaluadas entre 19,699 y 10,000 pesos, y las restantes en menos de 10,000 pesos. Los cinco cocales estaban tasados en menos de 10,000 pesos. Y, las tres 'estancias tenfan un valor menor de 10,000 pesos.

    Cuadro XIII Actividades econ6micas de los compradores

    Natural Rcsidente H c M 0 F S.D.

    Huamanga 5 Huamanga 4 0 0 0 0 1 Tarija 1 Huamanga 0 1 0 0 0 0 lea 1 lea 1 1 0 0 0 0 S.D. 13 Huamanga 5 0 0 0 0 8

    Codigo: !-I = hacendado, C = comerciante, M = minero, 0 = obrajero, F - funcionario, S. D. = sin dato.

    Fuente: Apcndice 2.

    Los compradores naturales de Huamanga fueron seis, de los cua~es un~ t fue hacendado y, a Ia vez, vinculado ala administracion de Temporahdades, tres hacendados; y, del restante desconocemos su actividad economica. De los trece compradores, residentes en Huamanga ~uyo Iugar de origen no hemos 210

    durante Ia administracion de Temporalidades (Rio 1987: 27). Francisco Gomez Carrasco utilizo el ganado para producir jab6n que se consumfa en Huamanga (A.G.N.: C 16, leg. 388, cuad. 36; y, leg. 391, cuad. 60).

    Las empresas de Francisco Gomez Carrasco nos pueden graficar el comportamiento de un miembro de Ia elite serrana, quien formo compafifa con mercadcres limefios escapando al patron de realizar negocios al interior de Ia familia; aunque no fue un caso aislado. Este conformo una compafiia con los comcrciantes limeiios Juan de Arrate y Miguel Arriaga para cxportar lana de vicuna a Cadiz, y alii adquirir efectos de Castilla. Tomas Terri fue el contacto en Cadiz. La compafifa tuvo activos de 243,454 pesos (A.G.N.: C 1, leg. 20, cuad. 219, afio 1802).

    Francisco Gomez Carrasco fue el encargado de comprar la lana en Ia sierra central. Este habilitaba a los productores con diversos cfectos o en efcctivo con Ia condicion de que les vendieran la lana a el. Luego enviaba Ia lana a Lima, y sus socios la embarcaban para Cadiz. A los miembros de Ia compaiifa nunca les intereso tener su propia produccion; prefcrian ser inter-mcdiarios. En cambia, de manera indirecta, los socios de Gomez Carrasco Participaron en la compra de Ninabamba a1 apoyarlo financieramente con 19,306 pesos con 7.5 reales (A.G.N.: C 1, leg. 20, cuad, 219, afio 1802).

    . El cor'1ercio de Gomez Carrasco fue mas amplio, pues abarc6 el mcrcac!o mtcrno de !a sierra; en que el azucar estaba incluido. Cuando muri6 ostentaba ?1 cargo de subdclcgado de Huancavelica, en doncte dcjo una ticnda. En Ia I~ Informacion recal:ada del juicio de sus antiguos socios contra su viuda, Micaela " Menno. de tJICClSictc afios, encontramos que tuvo en Huancavcltca 2R5 marcos

    ~on 2 . .5 on:t.as de plata, 2,708 pesos en moneda y 77, 606 pesos con 2 rcalcs en clccL)~; (lc; Castilla (A.G.N.: C 1, leg. 46, cuad. 479. aiio 1 cil/4). Vcrnos que

    211

  • Francisco Gomes Carrasco controlo Ia e~fera de Ia produccion agropccuaria y 1a comercializacion de bienes. Este reahzaba parte de su comercio mediante Ia habilitacion a los productores mineros o duenos de rebanos de vicunas. La plata o Ia lana de vicuna recolcctada Ia enviaba a Cadiz para comprar efectos de Castilla. Este tipo de compafiias comerciales no fue tan comun entre los compradores, como e1 negocio dentro de Ia familia.

    Abancay y Cusco

    El Cusco y Abancay concentraron las principalcs propiedades rurales de los jesuitas en Ia sierra. Las propiedades en A ban cay las hemos trabajado junto con las del Cusco porque estas dos provincias estaban integradas econ6mica-mente por cl comercio con el Alto Peru; y, tambicn, porque los compradores de los canaveralcs y cl obraje de Abancay fueron residentes en el Cusco. Manuel Lopez Espinavcte al describir el partido de Abancay, en 1794, men-cion6 que los principalcs hacendados de Abancay rcsidian en el Cusco (Espinavcte 1966 (1795): 156). En Abancay estaba el obraje de Pichuichuro y los canaveralcs de Mollemolle y Pachachaca, que fueron los principales bicnes rematados. En el Cusco hubo dos cafiavcrales tasados en menos de 46,000 pesos, nueve haciendas de panllevar avaluadas en menos de 17,000 pesos y dos estancias tasadas entre 26,505 y 5,482 pesos.

    CUADRO XIV Actividades econ6micas de los compradores

    Natural Reside nrc F M 0 c H S.D

    Cusco 11 Cusco 5 4 2 3 9 2

    Espana 5 Cusco 2 2 4 5 5 0

    Puno 1 Cusco 0 0 0 0 1 0

    Arequipa 1 Cusco 0 1 0 0 1 0

    S.D. 6 Cusco 1 0 3 1 6 0

    C6digo: F = Funcionario, M - Mincro, 0 = obrajero, C = comcrciante, Il = hacendado, S. D. = sin dato.

    Fuente: Apcndice 2.

    Los compradorcs naturales del Cusco fueron once: cinco hacendados; dos hacendados-mineros; dos hacendados-comerciantes-obrajeros-funciona-212

    rios; uno minero y, a Ia vez, funcionario; y un hacendado-minero. La mayorfa de los cusquenos adquirieron medianas propiedades exccpto Matias Oquendo, Gabriel de Ugarte y Celiorogo, Gabri(?.l de Ugarte Gallegos, Domingo Molli-nedo y Martin Concha Xara. El espectro de las actividades cmprcsariales de tos cusqucnos fue mayor a las de otras regiones; sin que clio implique ni una rnayor concentraci6n de capitales ni una mayor estabilidad econ6mica.

    El maestre de campo Gabriel Ugarte y Ccliorogo compro el canaveral

    '

    ' de Pachachaca en 1774. El fue una de las personas mas influyentes del Cusco. Los padres de Gabriel de Ugarte y Celiorogo fueron Gabriel de Urtaran Perez Ugarte, natural de Bilbao, Espana, y Ia madre Teresa Celiorogo Avendano, cusquena. La madre poscia dos mayorazgos en Arequipa que venian de un antcpasado conquistador, vinculado a Ia noblcza incaica (Cuneo Harrison

    '

    1958). Gabriel de Ugarte y Celiorogo compr6 el canaveral de Pachachaca, que

    era colindante a su canaveral de Ninamarca. Ambos canaverales arrojaban una producci6n de 9,000 arrobas de azucar anuales que significaban una cuarta parte del partido de Abancay (Espinavctc [1795] 1966: 113). Ademas, cste poscfa cl chorrillo de Pucuto en Urcos, provincia de Quispicanchis. La acti-vidad de productor de efectos de Ia tierra (azucar y textiles de Ia tierra) se complementaba con el comercio de estos efectos (O'Phelan 1986: 54-58). Su actividad comercial lo llevo a desplazarse por todo el sur andino, por lo que sc vio obligado a tener residencias en el Cusco, Cochabarnba y Potosf. En su testamento declara, hablando de Potosi, que es allf "donde hago continuas remesas de azucar", aunque no podia indicar el valor del azucar que en esc momento tenia en sus depositos por lo fluctuante del precio (A.D.C.: Notaria Acufia 1780-1: 620). Enrique Tandeter y Nathan Wachtel sugicren que Ia producci6n y cl comercio de azucar fue un negocio bastante ricsgoso en cl sur andino; a pcsar que durante 1740 a 1780, los precios del azucm estuvicron en alza; sin embargo, por las fluctuaciones de precio a Ia baja, sobre todo a partir de 1780, daba Ia impresi6n de estar atravesando por una crisis (Tandctcr Y Wachtel S/F: 31-40).

    La actividad mercantil de Gabriel de Ugarte y Celiorogo tam bien abarc6 cl ncgocio de mulas de Tucuman, el cual compartia con su hijo Gabriel de lj Ugarte Gallegos (A.D.C.: Notaria Acuna 1773: 563). Adcm8s, cstuvo vincu-lado con e1 negocio del reparto, llegando a obtcner el cargo de Corregidor de

    ~~casica, que sc lc cedi6 a Manuel Campcro como dote (A.D.C.: Notaria Acuna 780-l: 620). AIIedcdor de Gabriel de Ugarte y Celiorogo giraban todos los

    213

  • negocios de Ia familia, lo que nos da la impresi6n de un comportamient cbinico de la familia Ugarte, al estar los hijos e hijos politicos colocados e 0 multiples funciones y en diferentes ciudades del sur andino, armando u: engranaje en que se combinaba la producci6n y el comercio.

    ademas, posefa minas; pero las fuentes nos la muestra como si fuera una actividad marginal (A.D.C.: Notaria Gamarra 1792: 150). Conocemos de su actividad minera: Un arrendamiento de una mina con un trapiche para moler rnetales, que tenia en Paucartambo, pactado a tres afios y a 300 pe~os anuales. El otro dato que tenemos de su actividad minera es la compra a 1,500 pesos de unas minas con su trapiche en el asiento de Amparaes, que pertenccia al coroncl Manuel Torrejon y Pedro Jose Estela; estos tenian deudas a Isidro Gabriel de Ugarte y Celiorogo cumpli6 multiples funciones en la

    administracion colonial, entre las que destaca haber sido regidor del cabildo del Cusco (A.D.C. Notaria Acufia 1780-1: 620); viendose obligado a repre-sentar al cabildo en la Junta de Remates de Temporalidades durante el remate de Ia hacienda.de Picho (A .. G.N.: C 13, leg. 45, "autos ... Picho"). Igualmente su hijo Gabriel de Ugarte Gallegos desempefi6 el cargo de tasador en algunos remates.

    .. Guisasola (A.D.C.:_ Notaria Gama~ra 1770: 532, 535 y ?25). Las actividadq

    '

    ., de productor de btenes las combmaba con e1 comerClo, que sabemos que colocaba cfectos de la tierra en los mercados de Chuquisaca y Cochabamba.

    Adernas, como muchos de los comerciantes cusquefios, habilitaba a los co-rrcgidores, entre ellos a Jose Villalobos de Cochabamba (O'Phelan 1986: 64).

    El teniente coronel Gabriel de Ugarte Gallegos compr6 la estancia de Camarani y Ayuni en Paucartambo en 1772. Gabriel de Ugarte y Gallegos estaba vinculado al trafico de mulas y a Ia producci6n de textiles a traves del obraje familiar de Puc uta, que su padre le dejo como herencia (A.D.C.: Notaria Acufia 1780-1: 620). Podemos percibir la relaci6n entre obrajero y comprador de estancia. Gabriel de Ugarte y Gallegos, al igual que muchos cusquenos, estuvo vinculado ala mineria. Estey su hermano, Gaspar de Ugarte y Gallegos, e Ignacio Perez Portillo compraron Ia mina de oro de "Nuestra Senora de Soledad" en Cotabambas a 500 pesos (A.D.C.: Notarfa Acuna 1780: 75). Gabriel de Ugarte Gallegos tuvo un patron de inversiones parecido al de muchos miembros de la elite comercial cusquefia, controlando las tres esferas basicas de la produccion colonial serrana: hacienda, mina y obraje. Esto confirma la tesis de Scarlett O'Phelan Godoy, quien postula que los grandes comcrciantes cusquefios tenian un dominio sobre estas tres actividades eco- nomicas a fines de la colonia (O'Phelan 1986: 54-58).

    Los espaiioles fueron los mas importantes compradores por el volumen de compra. Adquirieron los cafiaverales de Mollemolle, Santa Ana y el obraje de Pichuichuro. De los cinco espafiolcs, hubo un hacendado-minero-obrajero-comerciante; dos hacendados-obrajeros-comerciantes; y un hacendado-comer-ciantc. Isidro Guisasola, Sebastian Ocampo, Manuel Rolando y Juan Bautista Aranzabal destacaron por c1 volumen de compra.

    , El coronel Isidro de Guisasola, natural de Guipuzcoa, estuvo casado ~on Marta J osefa de Mendive y Xara, hija de los Marqueses de Casa Xara, de quten recibi6 como dote 20,000 pesos (A.D.C.: Notaria Gamarra 1792: 150). Este tenia varias propiedades rurales, como obrajes cafiaverales y haciendas; y,

    214

    Isidro Guisasola adquiri6 el obraje de Pichuichuro en 1775 y el canaveral Mollemolle en 1773. Esto debio reforzar su control economico y e1 de sus paricntcs en elCusco, ya que aumento clout put de sus empresas en lo referente al azucar y textiles de Ia tierra, que despucs se encargaba de distribuir. Isidro Guisasola estuvo relacionado a una de las familias con mayor poder polftico y econ6mico del Cusco a traves de su esposa, Josefa Mendivc de Xara, hija de los Marqueses de Casa Xara. Domingo Antonio de Mendive, Segundo Marques Consorte de Casa Xara, fue corregidor en Aymaraes y Quispicanchis. Este posefa un obraje en el pueblo de Guaro, que fue destruido durante la rebcli6n de Tupac Amaru, la hacienda Santa Rosa y unas tierras alcdafias en Ata y cl canaveral de Carqueque. Las hijas de los Marqueses de Casa Xara se casaron con influyentes personajcs del sur andino. Josefa se caso con Isidro Guisasola, Antonia Ignacia con Juan Nicolas de Lobaton Zavala, Marques de Rocafuerte, un importante comerciante (A.D.C.: Notarfa Gamarra 1792: 150) Y Manuela con Faustino Alvarez Foronda, Conde Valle Hermoso, obrajero y corrcgidor de Quispicanchis en 1775 (A.D.C.: Notaria Gamarra 1788-9: 119). Este ultimo compro una estancia en Puno. Otro miembro de la familia, que adquiri6 una propiedad de Temporalidades, Aguacollay, fue Matias Mendoza casado con Ursula Xara, hija del primer Marques de Casa Xara (A.D.C.: Notaria Gamarra 1792: 150). Martin Concha Xara, quien su madre fuc hija

    de~ primer Marques de Casa Xara, compro la hacienda de Guraypata en 1785 (Rtva-AgUcro 1983).

    ' ' ') de . El capitan Sebastian Ocampo, natural de islas Canarias, obtuvo el obraje E Ptchtuchuro y el canaveral de Mollcmolle en 1784 (O'Phelan 1986: 55).

    ste tuvo un espcctro empresarial similar al Guisasola, excepto que no entr6 en Ia mincrfa; sin embargo, su hijo, Cayetano, y su hijo politico, Ju:m Bautista

    215

  • Aninzabal, estuvieron vinculados a la mineria (A.D.C.: Notaria Cha 6 Becerra 1798-1805: 252). Este ultimo habilitaba a los mineros con produ~to n o insumos, como azogue (A.D.C.: Notaria Chacon Becerra: 22, 25 y 27). s

    Sebastian Ocampo fue uno de los principales comerciantes del Cusco (O'Phelan 1986: 55). Este form6 todo un sistema de producci6n y comercio en que pieza clave fue el sistema de parentesco. Juan Bautista Aranzabal, s~ hijo politico, le administraba sus propiedades mrales. Estas eran los cafiave-rales de Pincos, Condomarca, Yuangos, Mollemolle, y los obrajes de Paray ,. y Pichuichuro, que ascendian al monto de 700,000 pesos (A.D.C.: Real ., Audiencia, causas ordinarias, leg. 11, afio 1792). Sebastian Ocampo comer-ciaba con efectos del pais que producfa. El comercio de este tam bien abarcaba el habilitar a los corregidores. El corregidor de Quispicanchis, Faustino Alvarez Foronda, le tenia deudas atrasadas por 13,500 pesos en el afio de 1782 (A.D.C.: Notaria Acufia 1782: 104).

    Juan Bautista Aninzabal, natural de Guipuzcoa, compr6 el canaveral de Santa Ana en 1794. En el afio 1782, form6 compafifa con Sebastian Ocampo; posteriormente contrajo matrimonio con Marfa del Carmen Ocampo, hija de Sebastian Ocampo (A.D.C.: Notarfa Chacon Becerra 1786; y 1787: 515). Es decir, primero fue socio de Ocampo, y despues hijo politico. Los negocios de Aranzabal estaban ligados a los de Ocampo, que formaban un clan familiar de producci6n y comercio.

    Los compradores de los cuales desconocemos su Iugar de origen fueron seis: un hacendado-funcionario; dos hacendados-mineros; un hacendado-comerciante; y, un hacendado-obrajero-comerciantc.

    Los miembros del cabildo del Cusco tuvieron una presencia mayor que en otras ciudades. Estos fueron nueve: cuatro alcaldes ordinarios, un alcalde ordinario y rcgidor pcrpctuo, dos regidores, un regidor y depositario general, y uno de la santa hermandad. Jorge Polo y la Borda recalca la importancia de los miembros del cabildo del Cusco como un grupo representante de los haccndados cusquefios (Polo y la Borda 1977: 244).

    Los oficiales de milicia destacaron entre los compradores. De veinticua tro compradores, trcce fueron oficiales. De los trece, hubo dos maestre de campo, un general, cuatro coroneles un teniente coronet, dos capitanes, un' teniente y un sargento. Gabriel de Ugarte y Celiorogo fue general, Isidoto Guisasola y Sebastian Ocampo fueron coronelcs y Gabriel de Ugarte Y Gallegos fue capitan.

    216

    Los espafioles destacaron en ocupar cargos. De los cinco, hubo dos coroneles y ala vez alcaldes ordinarios, un alcalde ordinario y uno de Ia santa hcnnandad. Isidro Guisasola acapar6 la mayor cantidad de cargos, siendo coronel, alcalde ordinario y administrador de la Real Renta de Tabacos. A difcrencia de los espafioles residentes en Lima, los del Cusco tuvieron poder econ6mico y presencia politica a Ia vez.

    Puno

    En Puno hubo dos estancias: San Ignacio de Yanarico en Lampa, avaluada en 46,698 pesos, y la Titere y Llagua en Az{mgaro, tasada en 5,387 pesos.

    Miguel Calderon, natural de-Santiago de Chile y residente en Arequi-pa, compr6 la estancia de San Ignacio de Yanarico, la cual Ia administraba durante el pcriodo que Ia tuvo Temporalidades. Este tenfa una vifia en Are-quipa. Las fuentes pareccn indicar que Miguel Calderon compr6 Ia estancia a travcs de un testaferro, Juan Brabo. Este, igualmente natural de Santiago de Chile y residente en Arequipa, adquiri6 Ia estancia en 1778; y, la tra5pas6 a Miguel Calderon en 1784. John Wibcl, en su trabajo sobre Arequipa, menciona que Ia elite arcquipeiia tenia intereses en los rubros de ganaderia y minC'rfa en los partidos de Lampa y Puno (Wibcl 1975: 105).

    La estancia de Titere y Llagua la compr6 en 1775, el limefio de padre cspafiol Faustino Alvarez de Foronda, que, esc momento, era corrcgidor de Quispicanchis, sicndolo antes de Abancay, don de cl cuiiado de su mujer, Isidro Guisasola, tenfa cafiaverales y obrajes. Faustino Alvarez de Foronda, fue obrajero y hacendado y comerciante en el Cusco. En Puno tenia cinco estJncias que abastecian a sus obrajes de Quispicanchis de lana (A.D.C.: Notaria Gamarra 1788-9: 119). Este fue c1 caso del obrajero intcresado en estancias.

    Conc/usioncs

    En conclusion, los remates de las haciendas jesuitas se terminaron casi a los quince afios de Ia expulsion (1767). Esto debicS forzar a Tcmporalida-dcs a dar granclcs facilidatles cle pago, vfa reducci6n de prccio, pcqueno

    ') ~orccntajc del precio de venta en el pago a! contado y c1 resto a pagar en ctenninatlos ti,'mro a un interes del 3%. Estas faolidades fueron rnayorcs

    en l~s grandcs projJiedades, y se van reduciendo de acucrdo

  • repcrcusi6n en las facilidades de pago. Cabe resa~tar que Ia introducci6n del impuesto de alcabala en los remates -que al com1enzo, fueron exonerados-penniti6 a las cajas fiscales recibir un mayor pago al contado de los remates sobretodo, de las haciendas mayores de 100,000 pesos que pagaron a1 contact~ en promedio un 8.5%, que sumados un 4% o en 6%, depcndiendo de la coyuntura fiscal, los compradores tuvieron que pagar un 12.29% o 14.59% al contado a Ia corona. Por otro !ado, los testamentos de los grandes compra-dores muestran que Ia compra de las haciendas fue una parte importante de su capital; en muchos casos, se equiparaba al 50% del valor de sus bienes. Esto debi6 sustancialmente influir en Ia forma de venta.

    Por ellado del estudio de Ia elite, los remates de las haciendas jesuitas nos describe el comportamiento econ6mico de un sector importante de la elite peruana -con sus variaciones regionales-, en que esta funciona mayormente en clanes familiares yen menor medida en formaci on de compafilas para aunar capitalcs y talcntos para Ia realizacion de negocios, implicando todo un sistema particular de alianzas matrimonialcs, que se da los casos que el socio o ayudante espafiol se casa con Ia hija criolla del comerciante peninsular (vease para Mexico, Brading 1979). Por otra parte, notamos Ia cliversidad de activi-dades que tenfan, pero, a Ia vez, estas estaban relacionadas entre si por el comercio hacia un mercado determinado (vcase para Mexico, Kicza 1983). Un caso patcnte de esto es el de los comerciantes de Lima o del Cusco que compran cafiavcrales cuya produecion Ia colocan en Chile o el Alto Peru (vcase para Mexico, Bazant 1971). El estudio muestra que los remates de Temporalidades se insertaban sin dificultad en el sistema empresarial de eompradores; pero, tambien, no hay que olvidar que Ia adquisicion de propiedad rural se podia vcr como una inversion rclativamente segura sin una alta tasa de retorno del capital invertido. El trabajo muestra difercncias en las actividades economicas de los compradores por region: Los cusqucfios tuvicron un mayor cspectro de actividades economicas --obrajes, haciendas, minas y comercio- que los compradores de otras ciudades; en cambio, los iqucfios estuvieron mas rela-cionados al negocio de vifias. Los limefios y los arequipefios fueron un punto medio, que estuvicron ligados a Ia actividad comcrcial y agricola. pero, la divcrsidad cconomica no implico una mayor concentracion de riqueza ni una mayor persistencia en la elite.

    ,,

    ue sumadas ambas cifras implican que casi un 72% de los pcninsulares eran ~omerciantes. Podemos decir que el origen de las fortunas de los cspaii.oles fue c1 comercio, sobre todo, de bienes importados; pero, sin menospreciar sus actividades mercantiles de bienes producidos en el virreinato, podemos citbr, azucar en Ia costa, y, azucar y textiles de Ia tierra en la sierra; y, otra" actividades allendes al comercio. En resumen, los peninsulares compraron las haciendas con el capital o, mas bien, con cl poder financiero que adquirieron en sus actividades mercantilcs. En cuanto, a los criollos, es mas diffcil hacer un rccucnto tan sencillo. Estos tuvicron un espectro mayor de actividades economicas, prcdominando la agricultura. Un poco mas de un 45% de los criollos eran hacendados-comerciantes (en muchos casos colocando los pro-ductos que ellos mismos producfan), y un 29% eran soloihacendadns. En total un 74% Je los criollos estaban vinculados a Ia agricultura. Cabe resalt.tr que las diferencias entre las actividades comerciales y la agricultura casi no existicron dcntro del aparato empresarial de los compradores. Los pcninsulares comcrciantcs vieron los remates como una expansion de su aparato empresa-rial, sin pcnsar que dichas actividades eran antagonicas. Por ultimo, no hay que olvidar que las variaciones regionales fueron importantes, como lo apunto en cl parrafo anterior.

    CUADRO XV Actividades economicas de los compradores de haciendas

    encima de 50,00 pesos

    Actividad (es) Peninsular Criollo Sin Dato

    0 Hacendado 1 (6.6666%) 9 (29.0322%) Comerciante 7 (46.666%) 6 (19.3548%) 1 (50%) Obrajero 1 (6.666%) 0 0 Comer-haccnd. 2 (13.333%) 14 (45.1612%) 0 Comer-Minero 1 (6.666%) 0 0 Hacend-Minero 0 1 (3.2258%) 0 Com-hac-obra 1 (6.666%) 1 (3.2258%) 0 Com-hac-obra-min 1 (6.666%) 0 0 H_ac-min-obr 1 (6.666%) 0 0 Sm dato o 0 1 (50%~

    El cuadro XV nos describe las actividades economicas de los compra- dores de propiedades por encima de los 50,000 pesos antes de la adquisici6n .

    'lj Totales 15 (100%) 31 (100%) 2 (100%) Fuente A , d.

    d do n al En el cuadro vemos que en un 46.66% de los peninsulares se e ICUf0

    comercio y un 33.31% se dedico al comercio acompafiado a otra(s) actividades,

    218

    N t . pen Ices 1 y 2. r: 0 a. 1.- El numero de compradores es mayor al de haciendas; porque muchas de ellas

    fucmn vueltas a rematar. Ver cuadro 3. 2.- El grupo pcninsubr esta wmpuesto por espafioles y dos irlandeses.

    219

  • Por otro !ado vemos, q~e un grupo impo:tante de las mejores haciendas las compraron espaiioles dedrcados al comerCJo. Esto lo podemos relacionar con Ia politica de Ia Reforma borb6nica, que alentaba Ia migraci6n de espai'lo-les a Arm5rica y que de manera indirecta ayud6 a amasar una gran fortuna en el comcrcio transoceanico y las elites provincialcs fueron desplazadas Pr pcninsulares (Brown 1986; O'Phelan 1986). Los remates de las haciendas jesuitas les permiti6 diversificar sus inversiones e integrar Ia producci6n a sus actividades mercantilcs.

    Las variaciones regionales del porcentaje de espaiioles que compraron estas haciendas, nos hacen pensar los rubros de mercancfas que comerciaban y !a estabilidad economica y social de ciertas regiones; y, el inicial impacto de las reformas borb6nicas segun regiones. La presencia de los espaiioles en Ia compra de haciendas mayores de 50,000 pesos fue alrededor del 50% en Lima y Cusco, yen Arequipa del 33%. En cambio, en lea no pasaron al 18%. Esto lo podemos relacionar a !a actividad vinicola. John Wibel (1975) menciona que Ia elite de Moquegua tuvo una mayor estabilidad que la de Arequipa, un centro vinicola. Otra posible correlaci6n podrfa ser Ia de ciudad centro de distribuci6n de bienes importados.

    "

    Final mente, en cuanto, la pertenencia en cargos de gobierno ode cabildo -excepto, en cierta medida, en el Cusco-- y, por otro lado, la pertenencia de un titulo nobiliario o de una orden militar no tuvo mayor implicancia en los rematcs. Sugeriendo que estas variables no fueron esenciales, sino el poder economico del comprador en ofrecer Ia mejor postura y tener los mcjores fianzas fue lo prcpondcrantc; sin descartar, cierta presion polftica de cicrtos sec to res deJa elite. Herbert Klein ( 1980: 210-1) sugiere que Ia correspondencia entre noblcza y propiedad de tierras no tuvo mucha importancia en el con junto del area rural del Alto Peru y fi~es de Ia Colonia. Por otro !ado, el unico sector que tuvo cierta preponderancia fue el de los oficiales de milicias, que lo podemos relacionar con el gobierno de los borbones, que aument6 conside-rablemente el numero de milicias en Ia decada del setenta por miedo a las invasiones inglesas. Precisamente, fue durante el gobiemo del virrey ~at, que se incremento el numero de milicias (Campbell 1878). Pero, Ia relac16n entre rango y volumen de compra no se observa. Volviendo a sugerir Ia informacion que fue el factor econ6mico Io preponderante, y que el n~~ero de oficiales de milicia en su mayorfa fue debido a una coyuntura pohuca. ' 1 ~

    220

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    ' !}

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    225

  • 1:3 A'HIC' l Cc l. 0\ F.emat~ de T~?mPoral:OadeQl11Pa 1 MolJnc AreQUlPC : P.:... Ar~ulPd 1 Ollvar Hrequtp,: i l'lollM Ar~utpa l V1ha ArequiPa l F.L. Arequ1po 1 V1ha - Arequ1pa 1 Cat'krvPral Arequipa 1 P.L. Chancay 1 Estanoa Cl"lancav 1 Cohaveral Chancay 1 C.h.!veral Ch1ncha 1 P.L. Cusco 1 Es tanc 1 d. Cuscc 1 f'.L. Cusco 1 Cahaveral Cusco 2 P.L. Cosec 1 f. L. Cusco 1 ltJerta Cusco 1 P.L. Cusco 1 P.L. Cusco 1 P.L. Cusco I P.L. Cusco 1 Cahaveral Cusco 1 C.h.!veral Cusco 2 Cohiveral Cusco 3 Cohiverol Cusco 4 Cohivorol Cusco

    1 F".L. Cusco l F.L Cusco l f'.L. Cusco l F'.L. Cusco 1 f'.L. Cusco : P.L. Cusco 1 Cocal liuaan~a 1 Cocal rl.laaanga l P.L. illaaanga l Estanc >a ltJaaanga 1 P.L. ill"""'"9a 1 Cohiveral ltJaaanga 2 Cohiveral ltlaoanga 1 Cocal ltJaoanga 1 Estanna ltJaoanga 2 Estancia 1-lJaaanga 1 P.L. ltlaoanga l ltolwo illaaanga 1 Cohivoral ltJaaanga 1 P. L. ltJaaanga 1 Coca! ltlaoanga 1 Estoncu I"Uaun~a 1 P. L. illaaan~a 1 Huerta 1 Coral I Huerta 1 Estancia 1 P.L. 1 P.L.

    ltaa.anga ftla.111anga Huaoanga ltJaaanga ltJaoanga

    ..,.....,~.

    1 Estaocia ltJancavel ica 1 P.L. ltJancavelica 1 Estancu ittancaveltca 1 P.L. Huancavelica l P.L. Huancavelica 1 P.L. Huancavelica l Estanna Huara: 1 Vi!1a Ica 1 P.L. lea t Viha !ca 1 P.L. !ca

    TasacCr: Compradm'

    44241 ls:oro Gu1sasola 44241 5ebastlan OciliiPO

    103086 ls10ro 5u!sasolti 1030!l8 Sebasllan Dcaopc

    548: Josef F'alac1os 5341 Luis Beltran

    11458 Phellpe M1randa 2:5 Antorna Ze8arra

    14?36 Josepr, Antomo Llosa 9l5t'' D1ego F'ober 9814 lmtonto Alvtzurt

    10080 AntoolG Rodr1~ues 179610 Franctsro Nteto y Zapata 50227 Rosa Gut1erre: Costa

    125327 Juan An tom o F'l e !.~90 Y Herrera 17560 Manuel Modesto Ard>eta 7457 t'\anano Losano 677 Alonso Hortn

    209075 Francisco Jose de 1a Puente y Sandoval 2S54bb Femanoo CarrJ!!o de Albomo: Brabo Lagunas

    1b5as de llendoza y Oquendo 21>705 Gabnel r.,tolln U~arte y Gallegos

    0(11) Fearo Anaya 103BB AleJandro ttorbel1

    P'lart1n Concha Xara 3bb49 Marcos Femadez C.be:a de Vaca 569o josei Valdez y Peralta b469 11artln de Arroyo y Esquivel 2790 Josepha Pere: 696'2 Bernardo Peralta 2738 Beatas de la parroquu de nra. sra. de Belen

    227320 Gabnel lJsarte Zellongo 45302 Manuel Rolanoo

    Juan BautlSta Aranzabal llelchor 6ooez !fustaaante

    2006(1 Dcmgo ltoll1nodo

    2(6(.1 SliDOr oel 1/alle 300 Pedro Sesov1a 55(, ls1oro Gut1erre:

    lb444 Seoastlana de lap1a Estrao 14744 M:guel Velasco y Galan 14744 Cayetano Jose; Oc.a111po

    5&j D1ego Alonso 6400 Bas1llo C.rdenas 403 lgnana Santiago de Argomedo 52(! i adeo Caceres

    2000 ttana Lu1sa Isagu1rre 13107 Costocl10 Herrrera 13107 Juan Fernandez Lara

    350 &as1lio Cardenas 0844 FranClSCO Jav1er Angulo y C.rbaJo 5087 Franc1sco Bendezu

    400 Frannsco Cardenas 4260 C.yetano Ru11 de Ochoa

    02007 Francisco 6001: Carra!i(o 200 f'hguel luares 30(1 Pablo Pacheco 3450 I3naCla Sant1.~go de Ht'gie95(1(1 4600 64900 ln9 SOlO 0 SOlO me 1779 1m 1785 ln4 1777 1781 1775 1775 1771> 177: 1774 180" 1785 177~ 1779 1m 1771 1m 17& 1774 1776 17'14 1797 JIJIS

    751)(1 110000 moo B-\150 29613 167(1(1 1(1()

  • N Moo ;as 1 'hi'la lea =:::L?6 f..ata.el Loyola y Lobera N 1780 16000 0 16000 :000 1000 00 San Geron1.-;o :in. ~: :'igL: l :".a 1 V1i'la lea ! 74371 Fearo Nesta res 1773 175500 3SOOO 137500 5000 8417

    San Jose i.a MeJorada 1 V11\a lea !:::000 Francisco del VIllar y Dehesa 1m 7'181 7981 0 Santa Teresa, al1as Macacona 1 Vi1\a Ica 73875 Rafael Salas Ordolles 1773 63610 0 63610 3000 1000 Tingue 1 V1ha lea 7725 Rafael Salas Ordolles 1779 4750 0 4750 500 Tingue ~ V11'1a lea 772'5 Juan Gre

  • N APENDICE 2 w 0 Comprador: Natural: Residents: OM CAB F c M 0 H

    Alejandro Morbeh Vileabamba Alonso Ortiz Chancay Antonia Zegarra Arequipa Arequipa Antonio Aivtzuri Espana Arequipa Antonio Bustamante Trujillo Antonio Rodriguez Chuquibamba Antonio Sanchez Navarrete Piura Basilio Cardenas Tambo Beatas de Ia Parroquia de Nra. Sra. de Bel~n Cuzco Bernardo Peraha Cuzco Carlos Jose de Guisla Espana Lima Casa profesa de los Desamparados Lima Cayetano Jose Ocampo Cuzco Cuzco Cayetano Ruiz de Ochoa Huamanga Cristobal de Ostolaza Espana Trujillo Custodio Herrera Huamanga Diego Alonso Vilcas Huaman Diego Herrera Huancavelica Diego Pober lrlanda Arequipa Domingo Herrera Tayacaja Domingo Mo!linedo Cuzco Cuzco Fausttno Alvarez de Foronda Lima Cuzco Fernando Carrillo de Albornoz y Bravo de Lagunas Lima Lima/Pisco X Fernando Gailardo Hoces y Camacho Huamanga X Fernando Ruiz Cocio y Tagle Huamanga Francisco Alonso de Val Espana Palpa X Francisco Bendezu Lucanas X Francisco Cardenas Tambo Francisco Clemente de Larrea y Villaruel Trujillo Lambayeque Francisco de Ia Mata lea Palpa X Francisco del Villar y Dehesa Pisco Pisco X Francisco Garcia Blasquez Huamanga Huamanga X Francisco G6mez Carrasco Tarija Huamanga X FraR:isco Javier Angulo y Carbajo lea lea X

    - ~ .,_ ._ OM CAB c M 0 1-\ Comprador: Natural: Residente:

    X F ancisco Jose de fa Puen:e y Sandoval Lima Lima X F rarJcisco Nieto y l~pnta Moquegua Arequipa

    F rar,cisco Penagos Mazo Espana Pisco Gabriel Amolin Ugarte y Gallegos Cuzco Cuzco Gatlrie! de Ascarza Tambo Gabriel Uga1e Zehorigo Cuzco Cuzco !gnac1a Santiago de Argomelo Huamanga Huamanga Ignacio Amoroto Espana Lima isidro Guisasola Espana Cuzco lsidro Gutierrez Espana Cuzco Jacobo del Real Espana Lima Jose Alzamora y Urzino Lima Surco Jose Fernandez Cornejo y de Ia Guerra Moquegua Potosi Jose Mufiecas y Ia Guarda Espana Lambayeque Jose Rudecindo Casanoba Encalada Trujillo Lima Josef Antonio del Villar Espana Lima Jcsei Carrillo Lima Lima Josef Palacios Cuzco Cuzco Josef Valdez y Peraha Arequipa Cuzco Joseph Angulo y Carbajo lea lea Joseph Antonio de Alzamora Urzino Lima Lima Joseph Antonio Llosa Arequipa Arequipa Joseph l!ario de Aguilar Trujillo Trujillo Joseph Munoz Chile Trujillo Josepha Perez Cuzco Cuzco Juan Antonio Blanco Guerrero Espana Chancay Juan Antonio Pielago y Herrera Espana V Victor

    Cuzco X Juan Bautista Aranzabal Espana Juan Bautista de Lavalle y Zugasti Lima Lima X Juan Bravo Santiago Azangaro Juan Fermin de Apesteguia y Ubago lea lea Juan Fernandez Lara Huamanga

    t-J Juan Garc1a de los Reyes ica Pisco w Juan Gregorio SaaJedra Espana lea

  • N Comprador Natural: Residente: OM CAB F c M 0 H w ')

    Juan Jose de Atela y Concha Arequipa Lima Juan Jose Pasquel Espa~a Lima Juan Pr6spero Solisbango Lima Lima J.uan Trujillo Espa~a Pisco Juan Vicente de Mendoza Espana Huamachuco Justo Salas lea Lima Luis Beltran Arequipa Arequipa Manuel de Ia Terre Quiroz Espana Lima Manuel Gallegos Davila Santiago Lima Manuel Modesto Ardieta Moquegua Manuel Muerga y Azebedo lea Lima Manuel Rolando Espa~a Cuzco Manuel Sanchez Tayacaja Marcos Fernandez Cabeza de Vaca Guaraypata Maria de Loyola lea lea Maria Luisa lsaguirre Huamanga Huamanga Mariano Calixto de Alarc6n Lima Lima Mariano Losano Chancay Manin Concha Jara Cuzco Cuzco Manin de Arroyo y Esquivel Cuzco Cuzco Matias de Mendoza y Oquendo Cuzco Cuzco Matias Jose Sotil Nazca Lima Melchor G6mez Bustamante Cuzco Cuzco Miguel Calder6n Santiago L