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ARQUITECTOS DEL URUG AY •

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SOCIEDAD DE ARQUITECTOS DEL URUGUAY f U N O A O A E L 2 2 O E M A Y O O E 1 9 1

AGRACIADA 1464 - 13. 0 PISO - TELEFONO: 8 02 59

SOCIOS FUNDADORES

Acosta y Lora, Horacio

Arrartc ·victoria, Luis

Arteogo, Juan José de

Boldomir, Alfredo

Boroffio, Eugefio P.

Berro, Román

Boix, Elzeorio

t Banaba, América

Campos, Alfredo R.

COM I TE

Pre1idente Vice Presidente 1,0

V ice Presidente 2. o

Secretario Gúeral Tesorero

Copurro, Fernando Gómez Ferrer, Filisberto t Herrero Arrogo, Jos. P. Delgado, Juan M. Foget, Raúl J . t Fernández, Luis G. Geranio, Silvia Losolo, Francisco t Lereno Joonicó, Cánd ido t Mothurin Lecoq, Morcelo

Lereno Acevedo, Raúl

Mendívi l, Rodolfo

Novoo Courrás, Diego

Pedemonte, Juan J .

t Prat, Pedro

Ricci y Toribio, Carlos

t Sombucetti, Octovio

Vázquez Vorelo, Jocobo

Vázquez, Antonino

EJE CUT 1 V O

Arq. 11

11

11

11

Raúl Lerena Acevedo

Leolopdo C. Agor• Julio C. Boud

Julio C. Abella Trías

Raúl Federici Secretario de Actas

Secretario Administrativa

11

11

Gyptis Maisonnave Rogelia Fusco

CON S EJO DEL 1 BE R AT 1 V O

Arq. Alberto Aguerre 11

11

11

11

11

11

Juan M. Barilari

Miguel A. Bellini Osear Brugnini

José L. Butti

Ricado Carrére Raúl Clerc

Arq. Antonio Froschetti Rui 11

11

11

11

J •

11

Carlos Herrera Mac Lean Carlos Pérez Montero

Walter Pintos Risso Miguel N. Revella

Enrique Stewart Vargas

Luis A. Teperino

C O L E G o D E J URADOS

Horacio Acosta y Lora Leopoldo C. Agorio lldefonso Arostegui Leopoldo C. Artuc io Beltrán Arbeleche Julio C. Bauzá Miguel A. Bell ini Osear Brugnint Alfredo R. Campos Mauricio Crovotto

Ricardo Carrére Enrique Durón Guani Ju lio Duhalde Carlos Gómez Gavazzo Carlos Herre ra Moc Lean Raúl Le rena Acevedo Alberto Muñoz de l Campo Jaime L. Márques Gyptis ;'Maisonnove Mario Paysée Reyes

Anton io Pietropinto Rafael Ruano Miguel N. Revello Daniel Rocco Juan A. Scosso José P. Sierro Morotó Carlos Surraca Rodol fo L. Vigouroux Enrique Stewort Vargas Horocio T erro Arocena

''ARQUITECTURA'' (' R G A N O O F 1 C 1 A L D E L A S O C 1 E D A D D E A Q U 1 T E C T O S D E L fU R U G U A Y

Di rectores - Administradores :

ARQU 1 TECTOS :

CARLOS HERRERA MAC LEAN, MIGUEL A. BELLINI, OSCAR BRUGNINI

Juan B. Blanco 1 1 07 - Teléf. 41 39 06

SUSCRIPCION POR 6 N UMEROS $ 2. 00 en todo lo República . 11 2. 50 en el Exterior.

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ARQUITECTOS J . RAMON MENCHA CA y J . O . DA SILVA

o LEMA " VIVIENDA"

ARQUITECTO H ECT OR GALCERAN

=====-==~==-~ ~= --=~-======

do LEMA "GNOMO N"

ARQUITECTOS OUHALOE, GARCIA SELGAS y PAYSSEE REYES

o LEMA " CHE LITA "

ARQUITECTO JUAN C. SANT I NI PELUFFO

4taPREMID LEMA " Q"

ARQUITE CTOS OUHAI DE, GARCIA SELGAS y PAYSSEE REYES ======-·= ·- - ==---==- ====

JURADO QU E FAllO EN ESTE CO N CURSO * Arq Horoc io Acosto y lo r o Arq . Carlos A . H e rrero Moc Le a n Act. Cont . J osé P. Antuño- A rq . Roul Richero (lf§A A rq C a rlos Gorc i o A roceno

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Df <RkA(ION fXCLU~IVA

B R U S S O N 1 Y C 1 A. • •

AV. 18 DE ~ULIO ESQ. AV. AGRACIADA

•

SETIEMBRE 1942 O RG ANO iFICIAL DE LA SOCIEDAD DE ARQUITECTOS DEL URUGUAY

S u M A R 1 o

PORTICO • • • • • • • • • • o • • o o • o • • • • • • • • • • • • o • o • • • • • o • • • • • 9

TEMPLO DE POSE 1 DON EN PESTUM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O '

EDITORIAL • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • o • • o o • o • • • • • • o o \ 1 a 12

CRONICAS Y EXPOSICIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 y 14

CAMBIO DE AUTORIDADES EN LA S.A.U. . .. .. ... .... .... ... 13

DETALLE MONUMENTO GRAL. ROCA (R. A.) . . . . . . . . . . . . 1 5 -EXPOSICION BLANES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 a 27

RESIDENCIA EN CARRASCO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 a 29 •

CASA HABITACION EN B. ARTIGAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 •

FACULTAD DE ARQUITECTURA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

LA DI RECC ION DEL PLAN REGULADOR EN LA EXPO-

SICION DE LAS ACTIVIDADES MUNICIPALES . . . . 32 a 49

Después de largo si lencio vuelve a aparecer " Arquitectura". No digamos de nuestros propósitos, porque ellos valdrán por los hechos y no por las palabras. Digamos de nuestro espíritu en la nueva empresa, tratando de rodear a "Arquitectura" del clima espiritual que necesita para crecer hacia una gran revista de América .

Su título que quizás abarque mucho podrá alcanza rlo, . si "Arquitectura" crece de sus límites de órgano gremial para llegar a ser una voz en el concierto del arte americano. Y una voz en e l arte americano, implica profundizar en la vida de América : vivi rla en hondura; vivirla en la estre-­mecida y angustiosa palpitación del momento histórico, que guarda en su vientre el nuevo y altísimo des-tino de la humanidad.

Al empezar el nuevo derrotero, con los oios alzados para la nueva aurora que lla­mamos, debemos también llevar el recuerdo hacia el pasado. No hay presente vivo, sino ansiedad de fu ­turo y sin reconocimiento hacia el pasado. Y al retroceder emocionados hacia las horas que fueron, sa ­ludamos a los colegas que venciendo toda clase de obstáculos, hicieron posible la vida heroica de "Ar-

quitectura". Y al fijarnos en el presente, salu:lamos a los compañe ros de la hora, a las revistas

hermanas de Amé rica y a toda la prensa el instrumento más poderoso que tiene el continente para levantar su nuevo destino. Y en palpitación de futu ro, mirando hacia el Naciente con humildad nos enrolamos en la ca ravana de los ilusionados, ca rgando esa nueva esperanza; y ansiosos de poner nues­tras manos de obreros para tallar, junto con otros, la nueva estatua de América .

ARQUITECTURA 9

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TEMPLO DE POSEIDON . •

10

PESTUM .

D e tall e

Gentileza de l Arquitecto

MANUEL PEREZ DEL CASTILLO

ARQUITECT URA

'

--------~ ...... - -·· •

•

Queremos darle su ubicación a ARQUITECTURA en el plano espiritual en que le toco vivir. Surgida del seno de lo Sociedad de Arquitectos debe traducir la palpitación de las inquietudes co­lectivas. Paro entregar esta palabra de ahora es necesJ rio poner o ARQUITECTURA en medio a las incerti­dumbres y angustias del instante. Pero mejor que dar palobr:as nuevas, digamos palabras de ayer, cuando la Sociedad de Arquitectos empezó a seflti rse entrar en la oscuridad de la hora . Así, vamos a transcri­bir esas palabras proferidas y que van a denunciar ei "c límax" por hoy de sombras, mañana de luz­en que va a vivir nuestra revista . Es el "cl ímax" provocado por e l. conflicto que sacude todo el cuer­po social del mundo. Empezó cuando la guerra . Y en ese instante, la Sociedad de Arquitectos, sin dudas r. i temores, se plantó frente a 1 agresor del lado de la s democracias ofendidas.

ARQUITECTURA

Cuando se desencadenó la gran lucha, definida desde el principio como la guerra a la l1bertad y dignidad del hombre, la SOC IEDAD DE ARQUITECTOS DEL URUGUAY dejó oír su voz clara de vituperio al agresor, y de íntima ·adh::Jsión y simpatía a la causa alioda . La adhesión fué hacia el Continente Europeo, unido al nuestro por ,infinitos lazos. Hoy _el

. . . atoque avieso, mucho más claro en su propósito, ha herido no sólo nuestro conciencia, ~ino . . . la misma carne de América . El gran paí~ del Norte, que desde el principio, can-clara com-. ' prensión de su alto destino, tom'ó a cargo la defensa de nuestros principios Ómericanos, ha sufrido, en '"la hora de la infamia", la más monstruosa agresió11. N o ·vier)e de' Eur<?Q·~ .

Viene del Asia. Pero eAcie rra en su o-toque, conci tado en la oscur-idad ·junto con tos otros · tiranos, un mismo e!l'pe.ño de ag_rcsión total. ..

. Ayer dimos la voz de solidaridad. Hoy tenemos que dar el grito más hondo y ena l­tecido porque el golpfi? a~estado a Norte América, hiere también nuestras ·entrañas. Ya pasó

. _..... . . . la hora de la protesta exaltada . . Y pasó hace rato la hora culpable de..: la .neutra lidad .· No puede haber neutralidad en América, carne lacerada, sangrando hoy po·r~ i.Jnq qe· sus ' flarico~ . . ,

Estamos en la lucha. Lucha que no qu iere deci r para nosotros, los. del' a.pacibl~e .Con-- ' . . . ~ . . .

tinente del Sur, metralla ni cañones, -quizás mañana lo- sea-, per!). qye J)OS. re~_lgr:na

e rguidos, en recia actitud beligerante. Beligerancia del espíritu, porque la rózón' lo émpÜjo a la defensa de los principios seculares. Beligerancia del corazón, porque todo lo que quiere y ha querido en su corta vida, se ve en peligro de muerte. Beligerancia mismoi. del cuerpo, porque la acción guerrera que puede avecinarse, exige que se prepare lo obra dé ·· sol-

~.

vagua rdia. ' ' . ' En la ho.ra más grave - y más grávida- en la vida de la humanjdad,.. hora de lci\ ..

sombra y de la sangre, le cabe a América el destino más alto y más puro. · El' más alto, : • • l.

porque encierra y p repara en ti erras del Norte el poderoso " Arsenal de los democracias" .. para los días del triunfo. Y el más puro, porque como ayer !(?n horas 'que· se¡ ·viemn frus-tradas-, ese arsenal no se ajusta pa ra la conquista y la opresión, sino paro sostener' el ideal. Y ese ideal anegado un día, resurge hoy vivo, como en labios 'de ur-i: profeta, €On ineludible mandato.

No es únicamente la defensa lo que debe organi za r América . Es una nueva armo-,

nía soc ial , en la cual, no sólo para las t ierras de su labor y los mares que la envuelven y . . . . los cielos que la cubren -sino para las t ierras, mares y cielos de todo el planeta-, se

. . '

torne imposible por siempre, la trágica presencia de la máquina de guerra. · Hace más de cien años Norte América adoptó una actitud luminosa y serena cori

su Carta' Magna, creando un nuevo concepto de la vida americana; y esa actitud nos sirvió de guía pa ra constituir nuestra vida ciudadana, levantando 'los hogares de n~estros padres · y nuestros propios hogares. Hoy vuelve én la contienda a indicarnos también un nuevo derrotero. No aludimos al de rrotero sangriento de la mu~rte y de la destrucción que . será -necesario andarlo para salvar los ideales que valen más que la vida. Aludimos al alborol d 2rrotero del ma·ñana. Palabras claras y puras nos ha entregado la radio en los mensajes del gran presidente Roosevelt que han caído en los campos de la esperanz·a·. Palabras cloros y puras se han dicho ya en la histórica Conferencia del Atlántíco. Ffllobros puras¡ y nuevas se dirán· mañan·a, después de avasallados los enemigos y restañados _las · heridos,· y que no serón de revancha y de odio, sino de · po-z y· de fraternidad · social. · ·

Sólo América t iene sano su corazón y pu ro su ldbio poro proferir la voz de- con-· cordia, que no muera casi al nacer. Y esta vez no puede deja r que el ideal que aliento vuelva a ennegrecerse como ayer por obra del odio y de la a mbición_ qye .enceguece a los pu-eblos. Esta vez el mandato, por nuestra propia América -no ya más aislado de~ orbe-, y por toda la humanidad, está en no deja r cae r en el barro la estrella· que lleva en sus manos.

Ese mandato podemos cumplirlo - y los cumpliremos unidos todos los · americanos, vueltos una sola conciencia y una sola acción. Es paro esa ho ra que nosotros - los que militamos en las huestes del intelecto y que podemos dar poco en la contienda~ debemos

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figurar, en los vanguardias de lo guerra -espi ritua l. Estamos unánimes plantados en lo lu­cho, el olmo cargado de odversión o los agresores, esp~rondo en el horizonte lo luz de lo Victoria. Pero debemos también estor prontos y a lertos, poro no descansar, regocijados en

el triunfo, si no queremos que caigan de nuevo nuestros ideol~s. Tenemos que p11aporornos desde yo poro lo " guerra de lo paz". Poro hacer vivo, inalte rable, permanente y luminoso lo hora de lo paz, no sólo sobre estos patrios de América, loresl de lo hospitalidad y lo concordia, sino sobre todos los valles de lo tierra . Y así, organizando desde yo lo gu!f!rro sin muerte de moñona, conquistar lo luz que aclare los cominos recién abiertos, donde uno humanidad venturoso marche en lo paz con los monos enlozados y el corazón libre de los sombras del odio.

Al condensar los propósitos que aliento lo SOCIEDAD DE ARQUITECTOS DEL URU­GUAY, hocemos un llamado o lo militancia o todos los sociedades de profesionales del Uruguay y de América.

Primero: o lo militancia con el -espí ritu y el verbo en lo declaración de lo perfecto unidad con Norte América, lo adhesión o Ing la terra, Rusia, Chino y todos los países que lo acompañan en lo lucho; y de total repudio o todo vecindad y contacto con lo que represente lo fuerzo y el espírit u del Eje.

Y segundo o lo militancia por lo acción, po ro ir construyendo desde yo, poro lo hora cercano de lo Victoria, el moñona de fraternidad y de justicia social, como e l fruto perdurable que se gesto en los profundidades de lo sangre vertido en lo contiendo.

Después llegó la cruda " hora de la infamia", que dijera Roosevelt. Y en igual actitud, y apoyada unánimemente por una numerosa Asamblea, la Sociedad de Arquitectos, dió su palabra más fue rte y dolorida.

Y para que sus declaraciones no quedaran dormidas, un ió a sus palabras un vivo pe ­d ido, una exhortación ardiente a todas las ent idades unive rsita rias del pa ís y del cont inente pa ra que se fue ra n preparando como soldados sin armas y sin odios, en esa ot ra guerra que, al decir de Waldo Frank, es lo " guerra profunda" que se debate debajo de esto guerra .

Con estos antecedentes, se denuncio nuestra acción de futuro. Limpios y claros en nues­tros propósitos. Por ahora con el corazón apretado por el dolor que envuelve al mundo. Pero sintiendo ya surgi r de los tin ieblas un resplandor de alborada, si sobemos honrar nuestro t ítulo de arqui tectos, poro ha ­ce r, en lo colaboración he rmanado, algo mucho más grande y mej or que lo arquitectura de l muro y del cemento : lo arquitectura de lo fel icidod humano.

EL ARQUITECTO DON HORACIO ACOSTA Y LARA EN LA INTENDENCIA DE

Al concluir su período lagol, ha dejado el cargo de Intendente de Montevideo, quien llevo con just icia el al to título de Presidente Honorario de lo Sociedad de Arqu itectos. No vamos o entrar al difícil análisi s de su labor al frente de lo Comuna. Queremos sólo que " Arqu itectura " le lleve el saludo o aquel arqu itecto que buscó - el primero-- limpia r de bajos afanes electo rales, su noble gestión mun icipal. El tiempo le fué corto poro realizar todo su obro; pero dejó un comino abierto y uno enseñanza. El comino ahí está, esbrozodo de yerros e irregularidades, con todos los o rganismos depurados y coordinados, bajo uno capacidad técnico - no polí tico-. Y lo enseñanza quedo en espíritu, poro mostrar que lo acción comunal debe ajustarse o un criterio moderno, de técnicos avanzados, y capacidades cient,-ficos, si debe reg ir lo vida de lo ciudad, no poro el bien de un

partido, sino poro el bien de lo comunidad entero .

.,ARQUITECTURA" Y NUESTRA FACULTAD

Lo Sociedad de Arquitectos surge, como lo romo d~ un á rbol, de lo Facultad de Arquitectura. Todo lo obro qu~ do el arquitecto, ha vivido antes, en embrión, en el tronco universitario. De ahí que ese vínculo espiritual que oto al arquitecto o su Facul tad, no se pierdo y se vigorice con el tiempo, cuando om~os, Arquitecto y Facul tad, ejercen noblemente su misión. Por lo tonto, " Arq uitectura", unida o loe; orquiteci\:1:>, está unido tcmbién o lo Facultad . A lo Facu ltad, en lo persono del Deca ­no, de los profesores, y de los estudiantes, o quienes le entrego sus páginas que ansían lo colaboración. Pues todo aquello que tiene que ver con nuestro coso universitario, nos atraerá siempre. En su porvenir ponemos nuestro fe . Y al su rgir o lo lucho , o ello, nuestro vie jo coso , siempre renovado, le entregamos nuestro saludo y nuestro esperanzo.

NUESTRA NUEVA CASA

Aunque el hecho, que parece intrascendente, de tener uno nuevo coso , nos reclame un comentario más detenido que cejaremos poro el próximo número, no queremo..; posarlo por alto al inicia r nuestro vida, porque en esto coso ha surg ido el nuevo destino de " Arqu itectura". Así que deteniéndonos hoy sólo en el a ltís imo significado del hogar común de todos los universita­rios, queremos enviarles o todos ellos, cob ijados bajo uno mismo arquitectura, nuestro más cálido saludo. En lo convivencia en ese hogar común, que se levanten nuestros corazones y se estrechen nuestros monos fra ternales. ( Continúa en la pág. 14)

•

12 ARQUITECT U RA

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CAMBIO SOCIEDAD

DE DE

AUTORIDADES ARQUITECTOS DEL

La Sociedad de Arquitectos tiene nuevo Presidente.

EN LA URUGUAY

Si "ARQU ITECTURA" destacó en otras oportunidades hechos como el presente, hoy reitera aquella norma por tratarse de una reafirmación del camino seguido por nuestra entidad, cum­pliendo los fines para que fué creada .

Cuando en 1940, por decisión de la Asamblea General el Arquitecto Herrera Mac Lean continuó en la Presidencia de la Sociedad de Arquitectos, lo hizo para trocar en realidad aspiraciones que fueron votadas y enaltecidas e·n aquel V Congreso de Arquitectos de Montevideo, ideas que encontraron en nuestro colega y amigo un verdadero paladín y entusiasta espíritu propagandista .

Y así, el que fuera electo por sus compañeros, cump lió una sincera labor que por razones especiales , aunque más pródiga en siembra de elevados ejemplos que en realidades efectivas, fué muy fecunda al fin, porque así debe considerarse en esta época incie rta, una gestión que encara sin t itubeos, con conciencia limpia y valiente tanto los principios básicos de la personalidad humana como los que tratan de la defensa de la profunda función social del arqui tecto en nuestro medio.

Y así, como de la pequeña simiente en tierra fértil surge abundante fruto, del ejem­plo de una acción elevada, en medio propio, pueden surgir resultados que justifiquen el elogio de toda una actuación.

Y concretando, corresponde destacar en la que le cupo al Arquitecto Herrera Mac Lean, la creación de la Asociación de Plást icos y Arquitectos materialización de un viejo ideal de su vida y re ­sultado di recto de su continua actuación en la Comisión Naciona 1 de Bellas Artes ; la defensa hecha para mantener el porcentaje fijado para obras artísticas en edificios públicos; la iniciación del ciclo de exposiciones de arte en nuestra sede; su brillante actuación en los Congresos de Montevideo y Santia ­go; su preocupación por la si tuación del obrero de la construcción; su amplio apoyo en nombre de la So­ciedad de Arqu itectos del Uruguay a la creación de la Agrupación Universitaria; su personal empeño por concretar viejas aspiraciones gremiales tales como la reglamentación profesional, planteada, pero sin de­finir y en general, una gestión continua y eficaz tanto en la Comisión Directiva como en la Prensa, ten ­diente a dignificar nuestra profesión y mantenerla gracias a su fino sentido artístico , en su ve rda ­dero papel como personificación de un gran arte.

Por no haber querido ocupar cargo alguno, queda el Arquitecto H'errera como simple vocal de la nueva Comisión Directiva, para continuar allí su obro, dado que surgió con e l Arquitecto D. Raúl Lerena Acevedo un digno sucesor y gran amigo, capaz de comprender e intensificar la misma, por su capacidad personal y condiciones intelectuales, con la cooperación de los demás miembros de la Co­misión Directiva y en primer término con la di recta y capacitada del nuevo Secretario Genera 1, Arquitecto D. Julio Abella .

Miembro también de la Comisión Nacional de Bellas Artes, nuestro nuevo Presidente tiene ya en su haber, como ex - titular en ese cargo, obras que por sí solas son un crédito para augurar su segura, sana y elevada gestión.

Recordemos de aquel período del año 1934, la formulación de los nuevos estatutos y reglamento general de la Sociedad, el proyecto de Código de Etica Profesional, el de propaganda educa­tiva arquitectónica, y muchos otros.

En la cena que recientemente reunió a los arquitectos en Cassoni's, aquilataron los presidente saliente y entrante, el apoyo general por la gestión cumplida y la esperanza por la próxima.

Nuestro apoyo moral y material acompañará en todo momento la actuación bri !Ion­que esperamos del distinguido colega D. Raúl Lerena Acevedo.

Arquitecto Arquitecto

Carlos Herrera Mac Lean Raúl Lerena Acevedo

ARQUITECTURA 13

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(Viene de la pág. 12) • • • • • • • -- • • •

"ARQUITECTURA" Y EL OBRERO DE LA CONSTRUCCION . . . . Estas páginas, que surgen bajo a égida de lo arquitect Jra, se abren para todos aquellos que la conciben, la alientan,

o la levantan. Y entre estos, - los últimos en el proceso mi len Jrio, y casi siempre olvidados - están los obreros. Ellos, con monos sin cansancio, han elevado todas los arquitecturas: aque llas, yo muutas, de ladrillos y ladrillos en la Asiria sepultada; aquellas, que no destruye el t iempo, de granito vencedor, en los valles de Egipto; aquellas, blancas y sonoras del dulce már­mol de la Helade; aquellas, de mampost2ría dominadora, de la Roma imperial; aquellas, de encaje de piedra inverosímil, de las catedrales góticas; aquellos, de ~obiduría y orgullo, de los palacios del Renacimiento, y así hasta llegar a los días nuestros, confusos y mezclados, con toéos los sistemas y todas las técnicas.

Ladrillo, granito, piedra, todo fué levantado ¡:;or monos de obreros; y además el hierro, el bronce, la madera, el vidrio todo lo que cuida y exorna la vida humana. A ese obrero anónimo, d:! todos los siglos y de todos los pueblos, alcanzo nuestro admiración. Y al obrero nuestro, de nuestras casas, y de nuestras obras, alcanza nuestro saludo. Con ello creemos dar cauce al espí ritu que anima a la Sociedad de Arqu itectos, pues en una resolución de su Directiva, resolvió unir en lo fiesta anual a aquellos obreros de las distintas ramas, y que hubieran cumplido sus t reinta años de paciente labor.

Nuestra r2vista, cumple hoy este designio, saludando y l:'niendo en la g ran familia de los trabajadores - por el intelecto lúcido o por la mano paciente- al obrero que levanto las arquitecturas .

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DIRECCION DEL PLAN REGULADOR l. -M. M . • .... . - - ...

Hoy enriqu¿cemos n-ue~trp núm~ro con el v:1lioso aporte de lo Exposición de Urbanismo que realizara la flamante Di­rección del Plan Regulador 'del Municipio. Huelgan los comentarios al margen de los estudios presentados. P=o no hemos que-. rido que todo ese material,: que sólo hacemos conocer en parte;.surjJ en nuestra revisto, sin nuestro cálido aplauso. Toda eso obra importa nte, qu~ moñona será realidad en el suelo de Montevideo -ansioso ya de las conquistas urbanísticas merece el cólido elogio. Y se lo entregamos, porque entendemos que obra de ta l eniundia, hoce honor a la orquit :!ctura nocional.

ZONA BAITLER

Este artista enjundioso, que ha hech') de su arte de pintar un juego divino, sin fat igo ni arrepentimiento, nos da, año tras año -y o veces estación tras estación-- su cosecha de luz . Así como un cerezo en flor, florece bajo la acción de fuer­zas extrañas, el arte de Zoma Boitler. Y canta en sus telas su jocunda alegría pictórico. Lejos de escuelas, de teorías, y de in­dec isiones, su pincel siempre do lo vetdad dei paisaje. Verdad qu~ fuera antes en su espí ritu sensible y que por surgir de él,

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espontánea mente, pierd= toda sequedad objet iva. Verdad de lo naturaleza, o través de la verdad del artista. He ahí un ejem-plo noble de pintor qu~ ha entendido su altísimo misión te rrena .

CARLOS A. CASTELLANOS

. "Amigos del Arte" sabe mantenerse dentro de un sentido de "éiite" en nuestro medio reducido. Inauguró días pasados una interesante mu2stra de estampas de la valiosa colección del pintor Carlos A. Castellanos. Fué un sal to hacia atrás, es el pa­sado. Un bañarse, en días de secas concepcione$ modernos, en aguas de romanticismo. No busquemos, ni lo enseñanza, ni el alto aporte estética1 en ese caudal envejecido. Busquemos, como quien oye una melodía olvidada desde la infancia, una emoción dormida. Quizás esta ·emoción no ~urjo para muchos. Y sobre todo para a quellos que aún no tienen, o no a:fl'\aceno., recuerdos.

Esta rara e inesperada aparición, en íos días modernos, obedece a una especie de esguince artístico: algo que r.ompe, que sacude la continuidad de uno teoría moderna que, por su insiste n.eia, cce : n el pecado del aburrimiento. Así esas vueltas extra ­ñas, en arquitectura, a los estilos de los Luises, fieles y absurdos, con modillones, ménsulas y balaustres. Así ese renacer de los muebles, los cortinados, las consolas drapeadas, y los sillones "copi tone~.". Roras antojos d2 lo moda soberana, que pueden admiti rse ·en aquéllo, que enc'ierro ese fugaz destino; y que son siempre vituperables ·en lo que debe mantener un dest ino de per­sistencia : la a rquitectura . Raros y pasajeros, lo pensamos, si tomamos la razón y lo lógica de consejeros. Pero más vale que eso no hagamos, y que por hoy, en el comentario intrascendente, nos limitemos a evocar un pasado romántico, y o entregarle -en a bandono-- nuestro pequeña paga de emoción.

RAMON PEREYRA

He ahí uno nuevo voz qu= ha surgido en el coro, un po:o opaco, d2 las voces de nuestros artistas plásticos. Una voz pura, fresca, lleno de candor y de ternura expresiva, pero e n anuncio ya de posi t ivas conquistas, si no se ciesvía del camino seguro. Pero, ¿cuál. es el comino seguro en el instante actual? Terrible pr~gunto, que nos alejaría, por la rgo ra to de nuestra corta misión; y quizás dejándola sin respuesta .

Lo que hoy nos interesa es darle lo bienvenido o quien llega, así, ton cargado de dones, al nuevo camino del arte. Reu­ne Ramón Pereyra, entre otras cosas, una verbo expresiva y clo;a , lleno de encanto poético. Se ha dedicado a pintor la pinto­resco vida de los negros; y atendiendo a uno leve influencio de Figari, ha dado una nota intensa y personalísima e n muchos de sus apuntes. Así destacamos una escena de comparsas de negros - un temo extraordinario de coior y vida que ningún pin­tor nacional, salvo el gran Figari - ha tocado-- que reuniendo grandes virtudes como obra pictórica, ella sola puede consagrar un camino. Además, un paisaje limpio donde figura el Pa lacio L~gisla tivo, denuncia los calidades finas de colorista, con que in­gresa o lo vida artístico, este ilusionado novicio.

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REALIZAnA EN EL rrEATRO SOLIS DE JIOXTEVIU.EO

POR LA ('0J[JSIOX ~ACIO~.\L J)Jj BELLAS AR'fES.

N .o 8 LA FAMILIA DEL P INTOR

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Oleo en tela A. 2. 29 B. l. í6 :\1 u seo X. B. Artes

Los textos y clichés de esta composición fueron extractados de los catálogos 1 y 2 ed itados

por la Comisión Na cional de Bellas Artes con mot ivo de la exposición Blanes en el Tea t ro

Solís durante los meses Junio y Julio 1941. - Colaboró en esta Sección , el Arquit ecto

Héctor Barére.

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Para muchos, encendidos los ojos en la luminosidad impre­sionista, la pintura de Blanes tenía un valor de cosa añeja , re­seca , académica. Y con esa pintura que veíamos ocasionalmen­t~ quisiéramos o no quisiéramos, y que se adhería a las tapas de los primeros cuadernos y a los cuadros escolares - nos suce­día como con las cosos vie jos del hogar; un armario tallado de caoba, o una cómoda, o el sofá de graciosas curvos, o el cuadro antiguo colgado de la pa red de la sala. Era cosa vieja . . . Has­ta que un día, porque supié ramos más, o sintiéramos mejor, ya maduros en e l viv ir y en el sufrir, nuestros ojos miraban esas cosas de otro modo. En el hilo de luz, que va de la pupila al obieto, se t repa ba, por vez primera, un latido emocionado. Nos defeníamos én la contE!'mplación: y entonces, toda uno verdad, hasta este instante, invisible, empezaba a palpitar. Y toda una nueva vida surgía a un nu9vo reclamo. Surgía, más vigorosa y más dominadora, como poro desagrav ia r la hogareña belleza -hasta entonces dormida,- · de nuestra indiferencia cotidiana.

Largo y detenido medito_r, no~ ~xige este nuevo vivir de cosa que creíamos muerto. Encerrada en viejos casas; honrada con frío de glorio en galerías y museos; manoseada en páginas escola­res elevada a la frialdad ornamental en los grandes testeros de los: pa rlamentos; y perdida, acaso, en la oscuridad de los desva­nes, aparece hoy, en nueva palp.itación toda una obro dormida.

Es este el sortilegio del a rte, superado en este caso por las recursos dist intivos de la pintura. Que la palabro, y la música, y la forma, t ienen un ancho poder evocador, al hacer perma­nente, y en viva latencia, la sustancia transitiva . Más la pin­tura le añade a eso, que posa ínexorablemente, el vela del co­lor. Y de ahí que nos trae el supremo engaño para da rnos la mentira luminosa del arte.

Es la forma que podemos " tocar", es la distancia que po­d t:mos "medi r", y es s_l color vivo en que nas podemos "inun­dar". Nada nos fal ta, pa ra que el fenómeno muerte, se encien­da . Nada, pa ra que Lázaro se levante, y con paso nuevo se mez­cle, con mi ra r al ucinado, a nuestra vida en turbulencia.

Puestos en esa tónica, penet ramos en este nuevo conoci­miento de Bienes. Ante todo pongamos nuestras almas en hi­dalga actitud de respeto y de humildad. Que el conocimiento adquirido no coarte el libre surgir de la emoción. Y que los irre­verentes, por su juventud ellos y sus escuelas también un día serán el pasado- si no saben reclinarse en el viaje hacia otros días, que no nos acompañen.

Vayamos con paso quedo, a ponernos a tono con una épo­ca. A sentir y comprender una época, bien nuestra por estar en e l sust racto de nuestra nacionalidad. Vayamos a desentrañar, si de ese viaje traemos acopio de belleza.

Por lo pronto es una larga vida la que despierta. Seres, y al­mas y trajes y aposentos y muebles, que vuelven a vivir. Los veis, y casi los podeis palpar; y con los seres, casi podeis ha­bla r, tan penet rante es el vínculo con que os atan.

Florece allí una vida no muy alejada de la nuestra, pero bien distinta. Si no podemos penetrar esa vida, quizás tampoco sintamos la belleza que guarda: no la belleza efimera de su hora, sino lá alta y perdurable belleza que le diera a esa vida su t ránsito a la cosa de arte. Es una hora de ayer.

Pero es uno hora digno de la exa ltación - si el arte lo acompañó ·en ese instante- como fuero toda época posada. Las grandes épocas, agrandan sus escenarios, por obra de los ar­t istas que inmortalizan las horas.

Pero si cada época no es vista, no es juzgada, con ese per­fecto amoldamiento al viejo vivir, si nos empeñamos en se r rí­gidos e impasibles jueces sin sentir el encanto pasado, entonces la emoción qui zás no surja. Y nos limitaremos - exiguos- a buscar una cierta verdad. generalmente verdad de escuela. Y

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perderemos el grande, el hondo, el sentido contacto con otra s verdades.

Así sí vamos buscando, el color, ó la forma, o el espacio o la perspectiva, o la const rucción dent ro del esquema plástico; o si buscamos la idea, e l concepto, Id tendencia, dentro del es­quema temático, reducimos o empequeñecemos nuestro goce. Y no vivimos la obra de arte, cuando no tenemos la duct ilidad emo­tiva para no reclamarle a una época más de la que aquella épo­ca puede darnos, o cosa dist inta de la que puede darnos.

éon ese espíritu sumiso, entremos a los días de Blanes. Puestos en ese el ima dulce, sereno, simple, romántico, señoria l y severo del ayer, can paso de miste rio, vayamos al conocimien-to dé Blones. ·

En esto obro inmensa, que denuncia una vida larga y en afanosa entrega de emociónes, se puede deslindar ya lo que pertenece al artista: su almo; lo que pertenece a hu hora: su estilo; y lo que le imprime la forma del vivir : su época.

Ya hemos dicho anteriormente cómo fué Blanes a la pin­tura histórica. Fué acuciado por ese afán perpetuo de veracidad, a despertar del sueño de glorio, el .épico acontecimiento. Pe ro det~hgómonos un instante en la alta fe de su propósito. No fué la vanidad del artista, ni un enceguecedor sueño de inmortali ­dad, ni un deseo de la más proficua remuneración, lo que mo­vió sus pinceles. Fué un vivo sentimiento patriótico, en los d ías en que la patria naciente ansiaba el verbo enaltecedor; fué una consigna, que entró al fondo de su espíritu, y que lo obl igó en aquella hora de sacrificios, o dar paro e l culta de la historia el más hondo latido del se r.

Aunque Bienes hubiera escollado en su a lt ísimo propósi to - débil su poder creador- su voluntad heroica de engrande­cer las horas de la epopeya, le hubiera n dado un puesto de van­guardia dentro de los servidores - por e l hecho o por el verbo - de lo pat ria naciente. Mas veremos, que Blanes no sintió frus­tado su intento. Y que al contra rio, enardecido en su camino de glorificación heroica, pudo bañarse é l ta mbién y con honor, den­tro de lo misma gloria en que vivi ficara a sus héroes.

Pongamos así, frente a 1 acontecimiento histórico en que se situaba Blanes, su severo y reposado temperamento.

No le interesaba el vuelo lírico de lá onda emancipadora, sino los personajes que alentaban el hecho. No habiendo sido testigo de la acción, no ahorraba nunca , en su empeño verista, de acumular toda la documentación, todos los estudios y datos, hasta los nimios y pueriles - recordad la arena llevada a su ta­ller, de las playas de la Agraciada- pa ra hacer fidelísima la evocación histórica . Hizo retratos históricos y no resurrección his­tórica . Todas las figuras, no sólo por su rostro vivo y expresivo bajo la luz meridiano, sino por sus a tavíos, uniformes y galas, son perfectos y cabales retratos. Y fué así que su obro, si per­dió en vuelo y exaltación dejando a su fantasía aquietada o ausente- se volv ió penetrada y veraz. Y dió para su época, lo que reclamaba la época: el vivo documento histó rico.

Por lo tanto, no cabe hoy c riticarle a Bienes la aus~ncia de ciertas virtudes plásticas en sus cuadros histó ricos, porque nos dió en cambio altas virtudes documentales.

Y esa función evocadora de la pintura, si se amengua con el tiempo al consiqerarla como pintura pura, se acrece y se dig ­nifica al considerarla como palpitante evocación histórica. Su ac­ción fué firme y segura, lanzándose al campo de la historia , con todo el ardor de su espíritu. Se transformó así en el maes­tro de la pintura de historia en América. Y a brió una senda, que nadie después, ni aquí, ni en el continente, ha transitado con más firmeza. Carlos María Herrera, muerto muy joven, ten­tó de envolver en vuelos exaltados a sus héroes, y Blanes Viole quiso bañar en luz impresionista sus temas históricos. Pero nin­guno alcanzó, como Blanes, a dar lo pa labra definit iva en e l resurgi r plástico de la historia.

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B. 5. 6-l .\lu!-:eo :-\ U .\rte:-

E xpuesto por primera vez en la

misma ciudad el 2 de Enero de 1878. E l cuadro constituye la objeti vo·

ción plástica de lo que era hasta en­tonces una imagen vaga en la fa,,­tasía popular. En el Arenal de la

Agraciada, junt:> a la orilla del río Uruguay, sobre el fondo del bosque nat ivo, en la luminosa mañana del 19 de Abril de 1825, Juan Antonio La­

valleja , levant ando con la ma no iz­quierda la bandera tricolor, señalan­do con la diestra el suelo y rodeado de sus treinta y dos compañeros de gloria, pronuncia el sagrado jurame"l­to repetido por todos, de libert ar !a patria dominad::~ por el usurpador

brasileño o morir. " Procuré sorprender allí, cincuenta

) dos años después. el g rupo de pa·

triot as que, dando expansión a sus sentimientos de libertad, juran leal ­tad, sin público y sin más testigo que su conciencia, a una enseña sa·

grada, símbolo de un gran propósito. Pintor uruguayo, he pintado un cua­

dro para mi país, llamando en mi au­

xilio los recursos de la inspiració"l nacional, haciendo servir a mi inte:1·

to las conveniencias y lo bueno que pudiera acercar la belleza al carácter de la i magen, esencialmente simple,

uruguaya en 1825". - Juan Manuel Blanes.

J. M. BLANES

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N .o 56 LA REVISTA DE 1885

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Oleo en tela

A . 4. 00 B . 6 .00 lluseo )Junicipal

Pintado en Montevideo, de 1885 a

1886

"Santos, de gran uniforme, cruza­cío el pecho por la banda presiden­

cial, figura a la cabeza del grupo de sus generales, co.roneles y coman­dantes, montando su famoso caball o

"Pretendiente". El grupo, brillante de entorchados

de oro y de notas de color hábilmen­te contrapuestas según los distintos uniformes, aparenta atravesar la pla ·

za Independencia de Sur a Norte, co­mo si fuese a tomar por la calle Ciu ­

dadela hacia la de Colonia. En medio de la Plaza se alza un\l

estatua de Artigas a caballo, que no es el actual bronce soberbio de Za­nelli ni otra alguna que haya exis·

tido, sino una cre;¡ción simbólica del artista ... Al fondo , una línea de soi ­dados, con la bombacha color lac1·e del uniforme de los cazadores de lu

época y los edificios porticados del costado Sur de la Plaza 1 ndepende.,­

cia". - J. M . FERNANDEZ SAL­DA~A.

"Es ésta una obra en que el autor ha hecho lujo del colorido brillante y atrayente, ciñiéndose a la pompa y

ostentación de los trajes militares ae la época que le sirvieron de modelo'' . - RAMON DE SANTIAGO .

PINTOR E P 1 e o

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N ." 2 UN EPISODIO DE LA FIEBRE AMARILLA EN BUENOS AIRES

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DETALLE

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"El carácter del asunto es triste y de sorpresa dolorosa.

Dentro de un pequeño cuarto está la peste, la muerte, la orfandad, ro reada de todos los atributos de la oo· •

breza, del aislamiento, del abando· no. Ese cuarto se nos figura una gruta desierta y oscura en el centro de una g rande ciudad alumbrada por el espléndido sol de la can ícula; por­que en ese cuarto, lo vemos , lo sen­t imos, se ha agon izado y se ha muer­to sin auxilio, s in amparo y s in luz. La puerta se ha ab ierto, al fin y el cuarto aparece iluminado por la luz que baña al mundo físico y por la grande antorcha del mundo moral que llamamos caridad.

Pero la luz y la caridad han lle­gado tarde; apenas podrán salvar un niño lleno de vida y de inocencia que horas después habría sido también un cadáver. Ese cuarto dá la idea de la ciudad entera en aquellos días :le

desolación. Ten íamos la caridad en sus más elevadas, eficaces y fecun­das manifestaciones; pero la caridad no podría llegar a todas partes y lle­gar siempre a tiempo, porque ella no podía, como el aire letal de la peste , penetrar por las puertas cerradas ...

El doctor don José Roque Pérez, familiarizado por sus años con las miserias y los dolores de sus seme­jantes, se detiene dolorido y se con· centra. sin visible excitación an te el cadáver de aquella madre y la dicho­sa ignorancia de aquel niño. En ese retrato hay tranquilidad pero tam· bién, sufrimiento moral y meditación.

El doctor Argerich, joven ardiente, menos habituado porque había viví· do menos, a estas escenas desolado­ras, manifiesta en la forma que le es propia los r;nismos se nt imientos que dominan a su ilustre compañero : la mano derecha llevada violentamen. te al pecho. denota la expresión vi· vaz del dolor de haber llegado tarde, mientras que la izquierda levanta el sombrero para descubrir respetuosa· mente ante el espectáculo de la muer­te. de la pobreza y de la orfandad , la bella e inteligente cabeza del jo ven generoso y abnegado.

Allí, mal recostado en la puerta. casi, en contacto con el catre del muerto, vistiendo pobres ropas y con los pies desnudos, se encuentra un muchacho, que se nos antoja la per· sonif icación de las clases deshereda­das de la fortuna, que observa lo que ocurre, que inquiere lo que se hace ... . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Las figuras se destacan y cada una vive su vida propia. . . . . . . . . . . . . . . . . .

Están allí: ellos son. Este resulta­do es el triunfo del arte ... ".- AN­DRES LAMAS.

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• J . M . .. BLANES : -~ETR ATISTA

¿Qué le inte resa al principio, al joven pintor? ¿Es la belleza de la flor o del crepúsculo, o la del río vigilado por los sauces o la de una novia presen­tida? No, es la figura humana, es el vivo documen ­to humano e l que lo atrae. Es el alma que se escon­de bajo la luz de las pupilas; es el temperamento más o menos recio que denuncia un rostro cansado y surca~o de arrugas.

Esta atracción de Blanes por el ca rácter vivo del hombre se marca rá siempre en toda su pintura. No caerá casi nunca, sino en la declinac ión de su vida , en una pintura halagadora y fácil. Al contrario, sus primeros ensayos van hacia la ve jez, en las adm iro­bles cabezas, plenas de fuerza , de la señora del Ge­ne ral Lucas Píriz y a quélla, seve ra y e mpacada, todo un retrato, de doña Mariana Fernández de Artigas.

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Pinta también en tempranos días, el retrato de José María Delgado, donde en pequeño y con atis­bos geniales, fija sobre el paisaje vernáculo, una f i­gura de la época .

Después, porfiado autodidacta, s igue sólo sus pasos por esta misma senda de pintura . Y no creemos que la frecuentara, como una imposic ión del ambien­te para ganarse el sustento, sino atraído por el mis­te rio humano.

Y de esta época, a nterior a su viaje, son los grandes retratos del a rt ista. Aquéllos en que diera toda la fuerza y la ve rdad que siempre puso viva en la tela, pero con una técnica menos háb i 1 y sapiente, aunque, a nuestro juicio, con sus o Itas y 1 i-be radas facultades de pi nto r. ·

N .0 261 RETRATO D E LA SRA. MA N UELA GONZALEZ DE PEREA

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N .o 6 RETRATO DE LA SRA. REYLE S N .0 57 RETRATO DEL SR. CARLOS REYLES

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4 ' Es una pintura que se podría

decir, mordie·nte. en cuanto el la

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desde el primer momento que se

vé"-M. FERNANDEZ SALDA~A •

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OIPO Pll tela A. 1 . 20

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N. " 6 RETRATO DE LA SEÑORA CARLOTA FERREYR A

Vayamos a una te la del artista, aque lla titula ­da " La famil ia de l pintor" . Pensad que en esa época e l artista no había reci bido ni una sola lección de pin­tura, ni había visto ninguna ob ra maestra ni g ran museo. Allí está, pura, toda su alta calidad de pintor no superada después. La misma fuerza que tendrá siempre en todos sus ot ros ret ratos : pero además un sentido lujoso, movido, esencia !mente pictórico, de toda la composición, bien balanceada, y con una co­loración rica, suntuosa. Y donde el aire no se vuel ­ve de piedra como en algunos cuadros de su época poste rior. Los telas y los rostros y las manos, se man­t ienen, sin irrumpir, dentro de la a rmonía género! donde lucen, llenas de gracia, esas dos cabecitas de

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niños, pintadas con una frescu ra y un colorido, que Blanes no recupe rará más e n su larga vida .

Por este cuadro corre un aire de vieja hispa ni ­dad, con reminiscencias de Goya y de Velázquez que estarían, quizás, en la raíz nativa del art ista, aviva­das por su contacto, a través de reproducc iones, de esas obras inmorta les.

De ahí pasemos al retra to del Ten iente Coronel don Morcos Rincón, pleno de verdad gue rrera y vivo y encendido de arrebato, plást ico dentro del juego fuerte de sus luces y sus sombras. Y de ah í, a l retrato de Manuela Gonzólez de Pe rea, y e l de l Capitó n José Benito Perea, donde con fina dist inción nos da dos obras de gran intensidad expresiva y de un colo-

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rido cálido y jugoso; ~bre todo aquélla, lo figura de lo ar:tciana ~rpy mitones;~ o nuestro jui­cio es una de 1os «;\Jmbres de su pintura . ... ,

Aquí, a• Blones pr$académicCP, queremos dec' 1 Bienes puro, sin. enseñanza exter­na, apr~ndiendo por el mismo en lo vida que lo cir-

.; cundaba. Y ocompañadme a poner una JQterrogan-tE' en esta gran vida de! artista; a penscil', en lo . que hubiera dado el pintor ya dueño, casi, de una magnífica técnica, luminesa y viva, sino le hubiera atraído la academia florentino poro darle sí, más ciencia, más sabidurla pero paro matarle no . lo dudamos prec;iosos calidades de pintor, que des-pués no aparecieron más o apenas apuntaron en al -..... gunas obras. _

Blanes se definió desde entonces como el re­tratista. Ved lo que él dice un día : "Todo el mun­do sobe el poder mágico de lo pintura en lo repre­presentación de uno cabezo".

A eso magia poderoso entregó después todo su vida . Y decir se puede que su alquimia penetró to­dos los secretos del olmo humano.

Centró en esa actividad toda su magia, pero lo i rradi6 también o lo que complemento un retrato; o los mónos y a las telas. En estos tres géneros, 'ros­tro, monos, ttelos, la técnica de Blones llegó o lo in­s•.Jperoble. Si sus rostros hablan, también hablan sus monos, yo abiertas como flores ved lo palmo cor­minosa, como uno rosa de estío, del Son Juan Bau­tista; o ya leves y caídas con pañuelos y abanicos; o firmes y sarmentosos los monos de los hombres; o le­ves y marfileños las de los matronas; o de cero cris­padas; los manos frías de la madre que ya no pue­de apretar su hijo contra el seno.

A las . telas las trató Bienes con igual concepto verista, pero dáncf91es una función de retratos. Wolf­flin en su "Historio del arte" hablo sobre los te·las y dice : " Lo esti l·izoción de los pliegues constituye en esto época, el Renacimiento, uno verdadero mino para· los psicóloges de lo formo. Con pocos elemen­tos, relativamente, se obtiene entonces uno variedad increíble de expresiones individuales bien morcados".

Y comparo después Wolffin lo técnico, en los pliegues de lo sedo, desarrollado por Terborch y por Metsu.

Allí, los telas bri llontes juegan un rol pictórico, uniéndose o la significación del cuadro. En Blones son estudios " psicológicos" de codo expresión y así ve -

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mas, lo fulgurante y orgulloso del roso, lo solemne de l brocoto, lo severo del terciopelo lo inconsútil del tul, o lo frívolo y caprichoso de lo blondo. Pero es tonto el afán de los telas en dar hasta lo más fiel expresión de sus olmos, de ser retratos, que a veces - bastantes veces se ponen en rivalidad con el per­sonaje retratado, y hablan más fuerte, con su voz de hilo, que lo voz humano.

• Porque además uno virtud estaba ausente de los

obras de Blanes. Lo virtud de lo gracia. Pareciera, que cuanto más ahondaba en lo búsqueda del carác­ter penetrado, de hombre o mujer, más perdía en ese don sutil de lo gracia. Y así, nodo de lo -que es fino,

· JE~,- ~~jero, alado, le at~aío . Pocas o casi ninguna fif&.:-f¡~l1fa en sus retratos, ni tampoco en naturalezas muertos.: Los mismos ornamentos del hogar, aquellas porcelanas lsobel·inos, o los relojes con motivos mito­lógicos, no figuran en sus cuadros. Sus fondos son recios, fríos, inexpresivos; o o veces de un verismo im­pertinente, denunciando hasta las más mínimos orru-90S del brocoto.

Cuando Blones se vió aportado del retrato, y tuvo que concebir por vías imaginarios, seres irreales, que no podía copiar cayó verticalmente en lo trivialidad.

~ .

·-. Así su Padre Eterno, que tantos esfuerzos le provo-cara envuelto en mantos, en un cielo de piedra; así ese "Altor de la patrio", así su Alegoría, su Símbolo de paz, su Paraguayo.

Pero cuando el maestro va o lo expresión psico­lógica, do de sí todo su poderío. Y aquí no conoce va­l los, entrando hasta lo más hondo del almo humana. Y así pinta admirables retratos de hombres, como ese de Besnes 1 rigoyen, o el aristocrático y severo de José María Castellanos, o el de Estanisloo Comino. Y en su teoría de mujeres de antaño, podremos buscar las diversas expresiones del olmo femenina : y encontra­remos la esposa en la admirable cabezo rodeada de oro, de la señora Berg de Moller, belleza nórdico, plácido y sereno, con unos ojos que esconden el mis­terio de los fjords cargados de leyendas; después el retrato de Sor Moría Domingos, lo siervo de Cristo, con unos ojos que encienden la llamo mística, y uno boca apretado, para encerrar el pecado que quiere vencer al- voto; el retrato de lo madre, en oro de an­cianidad," dando uno mirado dulce y crepuscular y que cporece en temblor en el rostro morcado por lo vida.

Y por último, el retrato de lo mujer amonte. Y sobre él debemos detenernos por ser obro capi ­tal un roto más en su análisis. Retrato de uno ex­traño y perturbadora beldad de aquellos días, de fuego el negro mi ror; erizado de rulos, llenando la frente la copitoso cabellera; dilatados los alas de la nariz, entreabierto el labio en su llamado amoroso· todo en uno expresión vivo, exaltado, molgrado lo severidad y el quietismo de lo pose.

Blones no pintó ninguno tela en eso gamo dulce, blanco, azulado . El amaba los rojos vivos y los viole­tos suntuosos. Aquí es todo palidez en uno deliciosa y olquitarada gama que pretende ocultar la brasa que quema al numen del artista . Las rosas se deslíen so­bre el· corsoge. Y el rostro, que los años empiezan o atacar, cargados de cremas y polvos, denuncia su morbidez en derrota, dentro de un perfecto modelado en tonos cloros. Todo palpito en la tela, debajo del blanco de ceniza. El pecho anhelante, y los brazos poderosos, y las manos encerradas por la cabritilla. Y en toda lo tela vive, disfrazada la llama de la pasión, que le arrancara al artista huraño una tela, que ello

ARQUITECTURA

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)

Pintado en Florencia en 1862 . .

Es su segundo envío de pensio-

nado.

El primero, constituido por cii­

bujos de gran tamaño, se perdió en el naufragio del buque que lo conducía a Montev ideo y, según el propio autor, es un cuadro o.rigl ­

nal, el primero ejecutado por él.

en Italia.

La clásica escena repetida por

Blanes, con sentido muy personal

de la composición, del dibujo y del color, anuncia ya la tran·sforma­ción del autodidacta en el maestro académico.

• •

~tuseo N. B. Artes Oleo en tela A . l. 34 B . O. 98

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N." ~· LA CASTA SUSANA EN EL BAÑO

sola, iba a pagarle en desquite de toda la trage ­dia de su vida llevando su nombre de maestro a lq inmortalidad.

Así en este y en todos sus retratos entregó Bie­nes, su aguda penetración psicológica. A ello solo fué concretándose cada d ía más, apdrtando toda ot ra expresión en sus retratos y ciñéndose solo a l alma humana en austera, rigurosa y fiel representación. Y

ARQUITECTURA

•

1

nos dió siempre con poderosos medios técnicos, esa ve rdad anímica de un ser arrancado al instante que pasa/ para hacerlo cosa fija, invencible, en perpetua renovación de emociones. Y así colocó para siempre, entre las cuatro líneas rígidas del marco dorado, una vida y muchas vidas, para que a través de tantos años, guardaran palabra t ibia, para ac~rcarse al­mas desvanecidas a a lmas interroga ntes en el ten ­bloroso coloquio del arte.

25

•

N ." 195 A PLENO SOL

N .0 155 POLICIA DE LA PATRIA

26

J • M. BLANES

N.o 195-Esta pequeña tela ofrece una rica gama de coloración en la que dom ina el rojo del chi ­ripá y los blancos t ípicos del maestro.

N ." 155-Cuadrito de intenso ambiente en el que aso­

ma el sentimiento anecdótico y humorístico del p in tor . La pintoresca figura apoyada en

el cañón de esqu ina, la arquitectura colon ial, el vecino que infr inge e l edicto policial , to, ... o,

da carácter de época a este precioso docu­

mento p ictórico.

N ." 159 Un gaucho jóven aparece recostado contra el rancho de terrón y totora. La figura está a pleno so l y predomina en toda la tela, una entonación carminosa que con trasta con los

blancos de la indumentar ia.

N .o 159 CH IRIPÁ ROJO

ARQUITECTURA

• t

PINTOR NATIVISTA

N.0 223-Escena de la vida del gaucho, en la que éste y su compañera aparecen recostados al palen­que, luciendo la indumental'ia característica. Esta tela pertenece al grupo folklórico de la

última época de Blanes y se advierte en ella el predominio. de la entonación carminosa, que fué rasgo preponderante en esta etapa

del artista.

N.<> 190-Boceto de una característica escena campes­

tre en que aparece el atrezzo folklórico de la campaña gaucha: luz, color, movimiento y ex­presión en las figuras y cierto sentimiento

dramático difícil de definir.

N." 179-Apunte lleno de vivacidad, de color y de seguridad de ·pincel, en que aparece un v•e ­jo gaucho recostado al palenque. El mov i­

miento y el ritmo de la pintura son extraor ­

dinarios.

•

•

•

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N." 223 El CHIRIPA ROJO

N.0 190 COSTUMBRES GAUCHAS

N ." 179 GAUCHO

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ARQUITECTURA

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27

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R ES I DENCIA

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S R . ROB E RTO DURAN COMPARADA VISTA PRINCIPA L

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A R Q u T E e T o

MAN UEL PEREZ DEL CAS .TILLO

N G E N E R o

FEDERICO SON E IRA

NT E RIOR

28 ARQUITECTURA

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Respondiendo a las directivas de espacios,

veredas y retiros que conforman la plástica del gran balneario montevideano en una esquina estratégicamen­

te ubicada a lOO mts. del mar, se ha construído el cha­let de dos plantas, con el espíritu de las casas de Ca.

lifornia, que informan las fotografías adjuntas.

La transparencia que caracteriza al living

comedor hacia uno y otro lado del amplio terreno, es la resultante de las grandes abertura que se enfrentan unas a otras en los dos extremos del ambiente de re· . , cep cwn .

El esquema de distribución demuestra como se ha conseguido la formación de un patio interior, para estar, sin conexión con los distinto servicios de la casa.

En la planta alta, la sencilla distribución de Jos dormitorios crea un ambiente cálido y agradable, ampliamente unidos por el ha1l de escalera.

La estructura de los tech o se ha realizado con planchada de hormigón armado y cáma1·a de aire

con techo de cubierta de tejas españolas, quedando a la vista interiormente en los ambiente, las p endientes

que se acusan en las fachadas respectivas.

Completan el principio orientador que de­terminó la ubicación de la casa en el solar, los jardines y terrazas que hacen marco al volumen edificado.

ARQUITECTURA

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DETAL LE TERRAZA DE E NT RADA

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PLANTA ALTA

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CASA HABITACION EN EL BULEVAR ARTIGAS

ENTRE CARAGUATA E ITAPEBI

PROP I E T AR IO

REMY CANTON

ARQ UITECTOS

RAUL COHE. - RICARDO CARRERE

ESTUDIO GENERAL. ·LA ZONA

Rf'cie-ntenwnte ed ifieacla - Desorden plá-;tieo. - Diferenciación indiYiclual impuesta. - Ca-

11encia de un estu;dio de t·onjunto. - La ha­bitación humana no es Ull problema CC'lular •mit·o; es un elemento ele un conjunto (ci udad ) .

CONCLUSION : Es necesario ordenar

ESTUDIO PARTICULAR. LA VIVIENDA

'[' re..; p ropietarios. - Di:tültas neN•sidade fuu­•ionale , distinto:-; temperamentos artístieos. dis­tinta concepción de la vida, imponen rli. tintas solucion es arquitectónica.-;.

IDEAL PERSEGUIDO: Resolver ordenando

CONJUNTO

30

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DETALL E FAC H A DA

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PLANTA B A JA

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PLANTA ALTA

ARQUITECT URA

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NUESTRA FACULTAD

Desde el día en que el joven estudiante, vuelto de espaldas o los estudios preparatorios, poso su pie por primero vez en las aulas le nuestro Facultad, pleno de energías y de ilusiones alcanzando un idea l que viene acicateándole, hasta el día en que, hombre, ya, transformado e iniciado, desanda el camino lle·­vondo en sus manos el d iploma de Arquitecto, ha transcurrido, sin duda, en la órbita de su existencia, la eta­pa más maravillosa y transcendental de su formación espiritual.

A cambio de lo ofrendo de los a ños más hermosos de su vida, ha recibido, develado, el be­llo secreto de los grandes e inmutables principios del arte arquitectónico y la disciplino mental que le brinda la clave mágico de su gobierno.

Durante ese incomparable período lleno de inquietudes, fecundo porque llegan al espíritu, dá ndole formo, las influencias modeladoras de todos los enseñanzas; lúcido y brillante porque el espíritu, ab­sorto, toma el primer y deslumbrador contacto con el a rte y la belleza; y lleno de emociones porque se ha sen­tido yo el palpitar de los primeros ensayos de creación y los primeros alardes del realizador; durante este paso por los aulas, nuevo, agitado, dinámico, sentido, se grabo en el olmo del joven arquitecto uno impronta in­deleble que lo ligará para siempre a la vieja Caso de Estudios, cuyo suave encanto crecerá en e·l recuerdo en lo misma medida en que crezco lo perspectivo del t ie mpo.

Existe pues, un sólido vínculo espiritual asentado en una modalidad común adquirida con placer y con esfuerzo al impulso de una misma vocación, vínculo que une o los arquitectos entre sí, alrede­dor del núcleo creador que constituye el nervio vital de nuestra Facultad.

Pero ésta no es simple'mente uno escuela, no es sólo la cátedra de toda técnica, ni es sólo el taller rumoroso y activo. Es algo más. Es el signo de un espíritu alerta y de una voluntad orientadora; es la expresión de un sentido mentol y moral de lo importante misión social del arquitecto y de la responsabilidad que esa misión comporto.

Y ese espíritu y ese sentido la colocan en el imperativo de ensanchar su func ión universi­tario constituyéndose en el núcleo cultural alrededor del cual debo desarrollarse toda actividad que tienda al perfeccionamiento e·n la preparación intelectual, técnica y artística del arquitecto aún después de graduado; toda actividad oue tienda o crear un clima de supercción que permito dar acogida a todas las inquietudes nobles, a todos los estudios de·sinteresados y a todas las experiencias felices, a fin de que no resulten estériles y puedo_!1, por el contrario, enriquecer con utilidad y p . ovecho la preparación de todos.

El aporte del estudioso, del intelige nte o del realizador, en conferencias, en cursos de ex­tensión cultural o en cursos de e·speciolización, puede acrecentar la función de nuestra Facultad, brindándole la posibilidad de transformarlo en lo inspiradora del sentido evolutivo del arte arquitectónico en nuestro medio al llevar la vida mismo o sus aulas, cuyos enseñanzas, por otro parte, ya son conducidos en formo viva y ac­tual al efecto de dar a la sociedad el arquitecto que en su momento necesita y reclama.

Existe y ha existido siempre en lo Facultad un fermento permanente de inquietudes y to­dos sus actividades se regulan bajo lo égida y según los cloros y sabios dictados de la gran figura que le dió esplendor, categoría y prestigio : el Profesor Cerré.

Su evolución se afirma y va entrando en su edad madura . Nuevos prof6Sores recogen la responsabilidad de la enseñanza y la institución de los Asistentes Honorarios, verdadera escuela del profesora ­do, ha permitido y permitirá aún más, el acceso o los aulas de nume·rosos profesionales jóvenes cuyo adiestra­miento y cuya vocación por la enset\onza tendrán oportunidad poro evidenciarse.

Ellos constituirán un vivero convenientemente preparado del cual han de surgir, lógicamen­te, los futuros profesores de lo Facultad. Los 1 nstitutos de Arqueología Americana y de Urbanismo acaban de obtener su vida legal y con ello un nuevo ritmo de labor, y el nuevo presupuesto permite el dictado de· cur­sos de extensión cultural o cargo de profesionales ajenos o lo Facultad. Ciclos de conferencias se e·stón convi ­niendo con especialistas en diversos aspectos de los estudios de lo profesión .

El Curso de Grandes Composiciones para post-graduados se e·stá dictando con un número de inscriptos que antes no había sido alcanzado y los Cursos de Seminario, también poro post-graduados, a realizarse en el Instituto de Urbanismo están a punto de iniciarse.

Pero es innegable que· un mundo de conocimientos derivados del estudio y de las experien­cias efectuadas por gran número de arquitectos, ya sea en el ejercicio mismo de la profesiÓf\ ya sea a su mar­

, g~n, se esteriliza y se malogra permone'Ciendo en el reducido límite de lo privado y sin rendir los frutos mag·-· níficos que podrían esperarse de su divulgación ordenada y pedagógica metodizada.

¿No podría la Facultad recibir la rica ofre·nda de ese tributo de quienes llevan para ella, en su recuerdo y en su corazón, btfT viej<> y dulce ofec.to, y distribuirlo generosamente para mejor ilu~r;edón de todos y para mayor brillo y prestigio de lo profesión?

Arq. Daniel Rocco,

D eca n o d e la F aculta d <le Arquitectura d e Monti!video.

ARQUITECTURA 31

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LA D 1 R E C C 1 O N DEL PLAN REGULADOR EN LA

EXPOSICION DE LAS ''ACTIVIDADES MUNICIPALES'' • • •

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La Exposición de las Actividades Municipales correspondiente al pe­ríodo 1938.- 42· comprendió una muestra de la labor realizado por los dife­rentes oficinas_ com\Jnales y entre ellas tocó o la Dirección del Plan Regu­lador ejecutar su quinto trabajo de ese orden, permitiéndole demostrar la orientación definida de su complejo labor, así como el volumen de los es­tudios . aborca_dos, que comprenden no sólo los originados por el constante fluir de los expedientes, sino también los problemas más urgentes de urba­nización parcial y lo determinación de los alcances del problema general de nuestro ciudad.

A los seis meses de creado, esto oficina hubo de resumir todo su tra­bajo en un informe que solicitó la Junta Departamental en Noviembre de 1939, con el fin de conocer la "eficacia y organización" de la Dirección del Plan Regu lador, dando motivo el mismo para demostrar la evolución im­puesta por la nueva repartic ión en las tareas de urbanización, al compa # rarlos con las desarrolladas por la ex-Oficina de Amanzanamiento. En efec­to; sólo algunos aspectos nuevos, algunos conceptos modernos ampliaron en los comienzos la técnica de la ex-oficina para la reso.lución de los diferentes problemas y esto se justificaba desde que era necesario y prudente respetar las normas generales ya establecidas, concordantes con las disposiciones y reglamentac iones de l momento y que no se prestaban, por otro parte, a la brusco s'uplantación por conceptos radicalmente distintos.

Casi de inmediato la rea lización del Congreso Panamericano de Ar­quitectos en Montevideo, reclamó de lo Dirección del Plan Regulador una

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atención especial y hubo de esforzarse para poder expresar en tan impor-tante certamen las conclusiones a que dieron lugar su labor, la nueva ex­periencia y los diferentes problemas parciales abordados. La obtención de un Primer Premio en lo Exposición Anexo, es la expresión más elocuente del resultado obtenido hasta entonces .

Los soluciones urbanísticos que se presentaron en esa Exposición, aún cuando se referían sólo a aspectos parciales de la ciudad, se armonizaban ya con los problemas generales más importantes y en ellas pudieron apre­ciarse muchos factores nuevos que interve'nían desde entonces en la orien­tación de lo obra municipal. La planimetría relacionada con la altimetría, el espacio con la masa edificada, la higiene y la estética, el verde, etc., re­gularon los soluciones propuestos poro la Ordenación de la Avenida Agra­ciada, el estudio del Fraccionamiento y Ordenación de lo Rambla Sur, el

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proyecto de Id Avenida Lo Paz, el proyecto de lo Eliminación de los Pasos a Nivel del Ferrocarril, lo Reglamentación de Construcciones en la Zona Balnearia Este y otros más. La Dirección abarcaba ya problemas importan­tes, considerándolos integralmente y desde entonces, es oportuno decirlo, se planeaban los soluciones del problema general de la ciudad, como traduc­ción de la experiencia de sus técnicos en los diferentes asuntos estudiados y sobre todo de las dificultades que se encontraban al considerar las posi ­bilidades de realización de las distintas obras proyectadas, desde que, tonto en el orden económico como en el orden legal, siempre se chocaba con inconvenientes ineludibles .

El Temario del Congreso Interamericano de Municipios de Chile, al que la 1 ntendencia Municipal de Montevideo resolvió acudir, interrumpió lo tarea normal de esta Dirección y hubo de dedicarse en forma especial

ARQUITECTURA

•

EVOLUCION DE MONTEV 1 DEO

ARQUITECTURA

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a la preparación de los planos que, llenando los términos de ese programa, concretaron desde entonces una visión bastante amplia del estado actual de Montevideo en lo que se refiere a su extensión, demografía, clrmatología, valor de la tierra, servicios públicos y demás aspectos semejantes.

La presentación gráfica de esos aspectos, que constituyeron el mate­rial principal de la colaboración de la 1 ntendel)cia Municipal de Montevideo en aquel Congreso, mereció en la correspondiente Exposición Anexa el me­jor concepto como trabajo urbanístico y las manifestaciones elogiosas de los delegados de las otras naciones fueron el mejor estímulo con que, desde la c reación de la Dirección, se pudo contar para afirmar la orientación que se había dado a las tareas. Preocupados en exponer al públ·ico de Monte­video el resultado de la labor realizada hasta el momento, la Dirección del Plan Regulador preparaba una presentación de sus trabajos, cuando la re­solución de la Intendencia Municipal· relativa a 1~ "Exposición de la Acti­VIdad Municipal desarrollada en el. período 1938 - 42" determinó su pre-sentac ión en conjunto con las demás reparticiones comunales. .

Fué, pues, una oportunidad inmejorable para demostrar la índole de la tarea; el proceso de su organización; la orientación y las concl·usiones a que se había arribado en las diferentes etapas cubiertas y qué contribuían a la cristalización de los propósitos que animaron a la creación de la Dirección del Plan Regulador. Ninguna oportunidad era m~jor que la presente para esa demostración, desde que fué precisamente durante este período de go­bierno que se creyó necesaria la organización de esta oficina con miras a la consideración completa del complejo mecanismo urbano y a aportar en su consecuencia las soluciones convenientes de las diferentes y vastas cues­tiones de la ciudad. Pero por sobre todos los puntos de vista, esta oportu­nidad era la más propicia para demostrar también el esfuerzo que esta oficina realizaba en la investigación de los factores que intervenían en la obra municipal y que favorecen o entorpecen el deseo de todas las au­toridades y el afán de todas las oficinas para alcanzar l·a realización de obras y para adoptar las providencias tendientes al· perfeccionamiento de la misión que les corresponde en las actividades edilicias. ·

Los trabajos expuestos fueron agrupados en cinco· secciones, que cons-tituyen partes del permanente tema urbanístico de la ciudad.

l ) Evolución de Montevideo. 2 ) Estado actual de lo ciudad. 3) Urbanística retrospectiva . , 4 ) Plan de Urba nismo vigente. 5) Nuevo régimen de Urbanización. 6 ) Complementándose esto con una exposición de los trabajos de ur­

banización parcial que la Dirección debió desarrollar, atendiendo a problemas locales urgentes.

. En este capítulo y en forma muy sintética se ha pretendido expresar

e l desarrollo de lo Ciudad de Zabala, a través de sus 216 años de vida, tratando de mostrar las ca usas fundamentales de su transformación y de­áucir en consecuenc ia los factores más importantes que deben tenerse pre­sentes en los estudios generales y en la previsión de futuro para nuestra capital.

Una rápida vista sobre la evolución de la ciudad, íntimamente ligada al análisis de las condiciones económicas, políticas y sociales de cada época, permite determinar la influencia enorme y decisiva que han tenido esos fac-

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tores en el desenvolvimiento urbano y como consecuencia la innegable im­portancia que tiene actualmente su consideración en el problema del pre­sente .y del futuro inmediato.

Apoyarse en el posado no es retroceder; es marchar lógicamente.

El conocimiento del desarrollo histórico en los cuestiones que interesan o las ciudades, permite conocer el valor y lo importancia de coda uno de los elementos del conjunto y permite apreciar como un factor internacional, un invento, uno guerra civil, uno próspero economía particular, regulan lo marcha de un conglomerado en formo tal, que reflejo su corac~erística clo-

. romente. en c.odo momento de lo vida de lo ciudad.

En lo sección del trabajo expuesto correspondiente o lo · evolución de Montevideo se ha dividido el material en dos portes, que corresponden: una o la etapa prefundacional y la otro a la época que corre desde su fundación

. hasta el presente.

Lo primero porte, extractada de la obro "Orígenes de Montevideo", del señor L. E. Azarolo Gil, muestro en su relación, como principal caracterís­tica, que las condiciones naturales del sitio que habría de ocupar Monte­video reclamaban ya cien años antes de la fundación y· según lo testimonian los documentos de los Archivos Españoles y Portugueses, el asentamiento de pobladores. Ya seo por lo situación estratégica, considerándose desde el punto de vista militar de la controversia españolo - portuguesa, o por lo ri-, queza de los tierras que, a sus espaldas, justificaban plenamente la exis-tencia de uno población, los ~plorodores, gobernantes o conquistadores portugueses y españoles que llegaron hasta este paraje lo reconocían así, y lo comunicaban a sus respectivos coronas en cartas que muchas veces fue­ron, sobre todo, para solicitar o reclamar se adoptara el temperamento correspondiente .

Desde 1607 y por Hernondarias, quien exploró personalmente los tie­rras del Uruguay, la corona españolo comenzo a oir reclamaciones de sus representantes para que se decidiese la fundación de una población sobre el sitio de "Monte-vidi". Desde 1687 y por correspondencias de Almeiro .Y OJiveiro también la corono portuguesa fué aconsejado o poblar el paraje . Pero ni ellos ni Francisco de Céspedes, ni Náper de Loncáster pudieron for­zar las condiciones que en cien años retrasaron decididamente el estable­cimiento de los primeros pobladores .

ReCién en 1726 y ante una amenazo abierto de Portugal de asentarse en Montevideo, como lo había hecho en la Colonia del Sacramento en 1680, se vió obligado Zabala o adoptar los necesarios providencias para estable­cer el domi_nio hisP!JnO en la Bando Oriental y la Ciudad de Montevideo tuvo así su origen fundacional.

. . · Esto primera época de Zobola, Millón y Petrorco permite deducciones

interesonfísimos y dignos de tenerse presentes en todo momento poro los estudios generales de lo ciudad. Los fundamentos para determinar en cierto modo el primer amanzanamiento, los primeros chacras de los trescientos metros de frente sobre el Miguelete y los primeras estancias sobre el Pon­do, los límites 'de la jurisdicci·ón de la ciudad y lo ubicación de los primeros reductos fortificados permiten deducir de su análisis algunos principios de gran importanc ia .

La segunda parte de la evolución . de Montevideo la constituyen, en la Exposición, una serie de 42 planos de la ciudad que aborcqn toda la época que corre desde 1719 hasta 1942.

los archivos histórk<:>s cuentan con eso colección interesantísimo de

ARQUITECTURA

•

ARQUITECTURA

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PRESENTAD O POR LA

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REGULADOR EN LA RE­

CIENTE EXPOSICION DE LAS

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MUNICIPALES SOBRE LAS ALINEACIONES DE CALLES Y AVENIDAS ACTUALMENTE EN VIGENCIA.

ARQUITECTURA 37

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C AR AC TffiB ISTICA • • PLAZA FRENTE AL BANCO CON ACCESOS A NEGOCIOS. A UN EDIFICIO

DE ESCRITORIOS QUE HACE CONTRAFRENTE AL BANCO Y AL ESTABLECIMIENTO

SUBTERRANEO . LOS QUE ESTA N AL N 1 V EL DE LA CALLE CERR I TO

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FOTO MONTAJE SOLUCION A

LA PLAZA QUEDA LIMITADA POR :

UNIDADES ARQU ITECTON ICAS, EL

BANCO D E LA REPUB L ICA, LA IGLE·

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DE SAN FRANCISCO, EL E D IFI ·

PROYECTADO Y LOS EDIFICIO~

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P ER S PE C T IVA DEL COLUMBAR IO

P ROYECTADO EN LA CANTERA EXISTENTE

•

CONJUNTO URBANISTICO DE

R E G U L A R 1 Z A C 1 O N Y E M B E-

LLECIMIENTO DE LA ZONA

DEL CERRITO DE LA VIC -

TORIA COMO BELVEDER DE

LA CIUDAD Y UN I DA CON

UNA AMPLIA AVENIDA A

LAS IMPORTANTES VIAS ,

BULEVARES ARTIGAS Y

PROPIOS Y AVENIDAS

LA R RAÑAGA Y GENERAL FLO R ES .

•

•

•

ACCESO AL SANTUARIO

Y POR LOS PORTICOS

AL CO LUMBARIO

PERSPECTIVA GENERAL

DESDE EL CRUCE DEL

BU LEVAR ARTIGAS Y

L A R R A fil A G A .

42 •

•

•

P LANTA GENERAL COMPRENDIENDO LA PRO·

LONGACION DEL BULEVAR ARTIGAS HASTA •

PROPIOS Y GENERAL FLORES Y ACCESO AL

CERRITO CON EL SANTUARIO Y E L COLUMBARIO.

ARQUITECTURA

A

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· C- Barrera a las instalac iones de edifici·os industriales dentro d~ zona residencial. •

D- Ampliación del Parque J osé Pedro B ellán.

E:- Conexión desde la ANCAP .. hast.a el Camino 1\laldonado.

L- Animación del Prado. frente a la Avenida Agraciada.

G· - Pequeñas operaciones urbanas de c·arácter loc-al : ul>i<·ación de ed ificios .. espacios libres. t.t•!.

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ARQUITECTURA 43 •

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•

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URBANIZACION

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DEL PUEBLO

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DE SANTIAGO

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UNA CIUDAD DEL DEPORTE EN su ASPECTO FUNCIONAL y PAISAJISTA

ARQUITECTURA

, '

•

L

45

COMPOSICION DEL GRAN CENTRO DE GOBIERNO

UBICACION Y SOLUCION

DE GRAVEDAD DE

DEL

LA

CENTRO

PLANTA

DE

URBANA ,

GOB IERNO

SOBRE LA

EN EL CENTRO

PROYECTADA " AVENIDA GENERAL LA PAZ" y HACIEN DO

IMPORTANTE

CONJUNTO

VIA

CON

LA URBANIZACION DEL

PERSP ECTI VA AXONOMETRICA DEL RON D- POINT

46

R OND - POINT

•

•

DE BULEVAR ARTIGAS Y i DE O CTUBRE

ESTADO ACTUAL

VISTA AE REA

•

•

FOTOMONTAJE

PLANTA GENERAL

,

•

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ARQUITECTURA

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SE PROYECTA CREAR UN PARQUE INDIGENA EN PUNTA CARRETA .

SOBRE LA BASE DE LA FLORA AUTOCTONA DE NUESTRO PAI S

PARA-SE BUSCARIAN ESPECIES APTAS PARA RESISTIR EN ESE

JE DE LA COSTA. EN EL, SE HA UB ICADO EL MONUMENTO

AL PO ETA URUGUAYO JUAN ZORRILLA DE SAN MARTIN .

ESTADO ACTUAL DE PUNTA

CARRETA VISTA DESDE

LA RAMBLA HACIA EL FARO

FOTOMONTAJE DE LO PRO-

YECTADO SOBRE LA

F O·.-oGRA FIA ANTERIOR

ARQUITECTURA

• •

•

•

47

•

(Viene de pq. 34)

ESTADO

D E LA

ACTUAL

CIUDAD

URBANIZACION

RETROSPECTIVA

•

48

planos de la ciudad que a nosotros nos muestra la forma en que a través de los tiempos se ha ido paulatinamente desarrollando y que permiten, al compararlos aisladamente con los cuadros que de los hechos y condiciones contemporáneas se han preparado especialmente, revivir cada época y como consecuencia obtener en la comparación de todos, fundamentales deduc-

• c•ones.

Eso colecc ión de planos históricos se term·ina con un plano del año 1942 : la ciudad actual. Tiene relación, dentro del estuqio de la evolución, con un cuadro de las condiciones sociales, políticas y económicas. Pero con una diferencia fundamental desde luego: es necesario abarcar en su des­arrollo no sólo un ligero resumen total, sino la muestra más detallada de los múltiples aspectos que comprenden esas tres condiciones; y de este mate­rial, que es el que se ha dado en llamar el Expediente Urbano, sólo una parte ha podido abordar por el momento la Dirección del Plan Regulador. Podríamos decir qu~ se ha podido graficar únicamente las condiciones físi­cos de su actual desarrollado, desde que, por la falta material de~ tiempo necesario y la falta de. elementos personales dedicados o esa tarea, sólo la extensión de los servicios públicos, las condiciones dimatológicas, el valor de la tierra y los limitacione~ al uso de la propiedad, han podido ser trata­das. De cualquier manera, aún incompleto, este trabajo, que constituyó gran parte del materia l con que contribuyó el Municipio de Montevideo al estudio de los temas Congreso Interamericano de Municipios, en Santiago de Chile, es de una importancia destacada en el momento actual porque permite, como sucede con lo relativo a la evolución de la ciudad, deducciones que pueden traducirse en principios aplicables a los estudios inmediatos, parcia­les o generales, de urbanización.

Si en la historia de la ciudad, encarado desde nuestro punto de vista, es imprescindible la consideración de todos los factores sociales, económicos o políticos para estimar correctamente el procesd evolutivo llamado "espon­táneo", no dejo de ser menos importante determinar aquellos otros factores que, como la intervención de las autoridades en todos los tiempos, provocan lo que constituye el desarrollo o transformación "dirigida". En efecto, la historia expl·ica como se reflejan en la primera época de la ciudad las inse­guridades de los pobladores en su permanencia en el lugar y las dificultades para explotar los tierras de la jurisdicción, que son la fuente de su subsis­tencia, en rozón de la enconada resistencia de los aborígenes, y determi ­nando un desarrollo tan lento y costoso de~ poblado que durante sus primeros veinticinco años (la novena parte, en tiempo, de su vida), sobran predi06 en las treinta y dos manzanas de Millón. Pero también nos dice la historia como en 1750, al finalizar esos primeros veinticinco años, el Decreto de las Cortes Españolas, que reconocen a Montevideo como Plaza de Armas, así como la declaratoria del Comercio Libre en el Río de la Plata en. 1778, im­pulsan su progreso en forrna decidida. Son ciertamente factores importantes y decisivos los políticos y los económicos, que se traducen en el proceso evolutivo de la ciudad, pero no lo son menos, en esta época, la ubiCación y construcc ión de los puntos fortificados o la determinación de la jurisdic­ción y la fijación del "Ejido". Lo que podemos incluir en el orden construc­tivo oficial es decisivo en todas las épocas, pero es necesario aclarar que esa obro oficial debe ser analizada ampliamente, no sólo es lo realizado, sino también en lo proyectado y aun en lo que hubiera correspondido realizar.

ARQUITECTURA

-

...

•

•

PLAN DE U R B A-

N 1 S M O VIGENTE

•

NUEVO REGIMEN

DE URBANIZACION

•

ARQUITECTURA

.,

Las conclus iones que se deducen de este estudio que hemos llamado

'' Urbanística Retrospectiva" ; son sumamente importantes para la determi­

nación de un criterio que permita apreciar correctamente la urbanización a real izar en el futuro .

., • ·. f • • •

•

La última parte de la urbanística retrospectiva ro constituye un capí­tulo separado y se refiere a la compi loción de· los disposiciones actuales, que traducen l0 que podríamos llamar el plan de urbanismo vigente . . Esas dis­posiciones podrían separarse en dos grupos, de acuerdo con una clasifica­ción determinada . Ellos son: las disposiciones que deben cumplir los parti­culares en todo lo que se relaciona con la iniciativa privada y las que están obligada$ o cumplir las autoridades y que constituye la obra pública., Ahora b1en, en los dos grupos está contenido t odo lo que se traduce en la orga­nización actual de los distintos elementos de la ciudad.

En el primero se incluyen las disposiciones sobre fraccionamiento de tierras y construcción de edi f ic ios y el contralor de las empresas particulares dedicadas a los servicios públicos.

En el segundo, las resoluc iones sobre aperturas y ensanches de calles y la organización de mejoras y servicios públicos municipales.

Dentro del problema general de la ci udad son esos dos grupos los que constituyen los términos principales a considerar y que forman, recordando las denominaciones del capítulo anterior, lo que dirige el desarrollo de la ciudad.

•

La Dirección de l Plan Regulador ha comprendido la gran importancia que t iene el poder precisa r la aplicac ión de esto que puede llamarse Código de Urbanismo, considerado en todos los aspectos relacionados con la vida de la ciudad y si bien deberá todavía continuarse esa tarea de documenta­ción previa, lo realizado sirve ya paro determinar algunas conclusiqnes im-

•

portantes.

Paralelamente con el análisis de la evolución de la ciudad y con el estudio de los condiciones actuales de la misma, la Dirección ha iniciado lo formulación de un plan' de urbanización que fijará las n.ormas que deberán aplicarse para mejorar los condiciones de vida de esta ciudad, así como de su zona de influencia. Los aspectos más importantes han sido ya esbozados y la definic ión de las soluciones respectivas se irá produciendo en los plazos necesarios. El anteproyecto que constituye ese llamado " Nuevo Régimen de Urbanizac ión" es base uti lísima para recordar permanente y sintéticamente el con junto de los aspect os de " la Ciudad" y deberá tenerse presente en todos los problemas, pequeños o grandes, que se aborden relativos a Monte­video. Los puntos principales que han sido desa rrollados, son los siguientes :

1 ) Distribución Demográfica . 2) Fracci onamiento de la T ierra y Reglamentación de lo Construc-

3) 4 ) 5) 6) 7 ) 8) 9 )

1 o) 1 1 )

. , CIOn.

Prezonización Reguladora . Z onización 1 ndustria l. Servicios Públicos. · Núcleos Satélites. Sistemia Viario. Sistema General de Verde .

• •

Distribución de las Z onas de Deportes. Z onas de Turismo. Centros Caracterizados.

•

49 •

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