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Arquitectura 238 - 1964

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Editorial / Anotaciones sobre la vivienda popular / La vivienda / Comentarios de la conferencia del Arq. Juan P. Terra / Para un Plan Nacional de Vivienda / El reajuste - Una solución / Síntesis de la mesa redonda realizada en la SAU, el 28 de noviembre de 1963 / Resultados de la experiencia chilena / "Los actuales planes de vivienda y los Arquitectos" / Los centros de actividad creadora

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IN DICE

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1 - Editorial.

Arq. R afael Lorente.

11 - Anotaciones sobre la vivienda popu lar. Arq. R afae l Lo rente.

111 - " La Vivienda". Conferencia del Arq. Juan P . Te rra pronunciad11 en los cursos in ­ternacionaLes de Vera no. (Versión basada en La síntesis p11blicadn en "El País" en febrero 1964) .

IV - Comentarios de la conferencia del A rq . Juan P. Terra. Arq. RafaeL Lorente .

V - Para un Plan Nacional de Vivienda.

Arq. W alter Chappe Píri~.

VI - El reajuste - Una solución . Arq. CarLos S aavedru.

VIl - Síntesis de la mesa redonda realizada en la S.A.U. el 28 de noviembre de 1963. T ema : Financiación ele la vivienda popular en Chile. Dr. Santiago L anza (Direct or de La Cnja ele Ahorro y Préstamo) .

(S íntesis: Arq. Rafael. Lorente).

VIII - Resultados de la experiencia Chilena. (Artículos pubLicados en el "l'<fercurio'' de l. 22 de enero de 1964).

IX - " Los actuales planes de v ivie nda y los A rqu itectos". Arq. Abell.a Trías.

(Conferencia patrocinada por La S .A.U .. realizada e l. 23/ 9/63).

X - " Los centros de actividad creadora" .

Arq. Leopoldo C. Artucio.

(Confere ncia patrocinada p or La S .A.U .. real.izada el 4! 10/ 63) .

(Versión basada en La síntesis hecha por Carlos A. Pasos).

A.CLARACION : Hemos recopilado en este número conferencias y mesas re· dondas organizadas por la S.A.U. relacionadas con la VIvienda Popular en Sud Am6rica, excluyendo otros tr abajos sobre el mismo tema referidos a otros paises a pesar del interés que ellos tienen.

Haremos próx!mament~ su publicación. agrupándolos en otro único número.

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EN LA MEDIDA QUE SE AUMENTA EL CONOCIMIENTO Y CONFIANZA

MUTUA ENTRE EL PUEBLO Y EL GOBIERNO -PARA LO CUAL LOS

PLANES DE LA VIVIENDA POPULAR SON UN VEHICULO ADMIRABLE -

SE LOGRAN LAS ENERGIAS NECESARIAS PARA LA PUESTA EN MARCHA

DE LOS PLANES DE DESARROLLO DE lOS PAISES.

John Charlewood Turner

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PARA EL I MI N AR L A I NJU S T IC I A QUE S I G N IF I CA EL NO PO DER

ASPIRAR E L IN D IVID UO A S U VIVIENDA . LUEG O DE H ABER

D EJAD O L A VIDA PARA ADQUIR IRL A. EL DERE C HO A LA HA ·

B 1 T A·C 1 O N DEB ER A O C UPAR E N T RE L O S DERECHO S S OC 1 AL E S.

UN LUG A R FUNDAMENTA L RE S ULTAD O DE UN C ONTRATO PER ­

MANENTE Y O BL I GAT O RI O ENTRE EL H O MBRE Y LA S OCIEDAD .

LA SOC I EDAD . QUE E S P E RMA N EN T E. DEBE A C RED IT A RS ELO

AL HOMBRE QU E E S TEM POR A L Y E STE LO REEMBOL SARA

C ON S A G R A N DOL E UNA PA RT E EQU I TATIVA DE S U A C TI V IDAD

PR O DUCT O R A. P UE S LA SO C IEDAD NO PUEDE BRINDAR LO

QUE N O RECI B E.

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COLABORA EN ESTA

EQUIPO DE REDACCION: GUAYAQUI 3428

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-G·:-· .. · )ro¡ . _;

J U A N

JORGE

CAR LOS

J O R G E

SERG I 'O

RAFAEL

MONTEVIDEO· · • ·

G A D E A

GONZALEZ

HERRERA H I N Z E

LAXALDE

LO RENTE h. A n o L F o , M A s L A e · H1'

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Hemos querido dedicar un número de nuestro revis to o lo pu ­blicación de confeerncios, mesas redondos, iniciativos de colegas etc., lo mayoría de los cuales fueron realizados en nuestro Sociedad en el segundo semestre del año próx imo posado, sobre el temo: LA VIVIENDA POPULAR.

El objeto de reunir esos antecedentes, algunos de ellos esque­matizados en apretada síntesis, es el de brindar al colega y a las per­sonas que les interese el temo, uno somera información que tenga por finalidad la de despertar primero interés y luego mediante la ayuda de información complementario, inducir o crear una conciencio nocional del problema, y de la necesidad de encararlo y resolverlo.

Es poca la información que nos llego de la labor que se realizo en otros países de Sud América relacionada con la construcción de ese tipo de viviendas. Y esa reducida información no alcanza la di­fusión necesaria. Sabemos sin embargo que en mucho de ellos lo carencia de vivienda m íni mo es mucho más numeroso que lo nuestro en relación a la población. · Desde hace años en Venezuela, Colombia, Chile y Perú han sido

estudiados y puestos en marcho diversos planes, inicialmente reco­mendados por lo OEA en sus lineamientos generales .

Es indudable que lo político de un PLAN DE VIVIENDAS esto implícito con las posibilidades económicos y sociales de los países; y los característicos variables de esos planes deberán adoptarse a los sistemas de financiación que más se adecúen o aquellos caracte­rísticos.

Pero lo experiencia existe. Es indispensable conocerlo precisamen­te porque aÚfl en nuestro país no se ha ahondado en el temo ni se han estructurado los estudios de sistemas económicos más adecuados a nuestro medio poro lo puesto en marcha de un PLAN NACIONAL.

En determinados sectores se ha comprendido la necesidad de en­cararlo y resolverlo. Pero no existe aún ni lo conciencio nocional, ni el necesario apoyo poi ítico poro lograrlo.

Pretendemos en este número trasmitir nuestro hondo inquietud ante el problema y al mismo tiempo brindar nuestro aporte contri­buyendo o su conocimiento y difusión en el convencimiento de que su resolución es de fundamental importancia poro el país.

R. l.

EDITORIAL 9

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R A F A E L ill O R E N T E

ANOTACIONES S O 8 RE

VIVIENDA POPULAR

Hasta mediados del año 1959 la industria de la const rucción en nues­tro país mantenía su ritmo debido fundamentalmente a la realización de grandes edificios de propiedad horizontal.

Los créditos otorgados por el Banco Hipotecario y aún los particu­la res con intereses todavía bastante reducidos, las leyes de créditos es­peciales que favorecieron a determinados sectores de funcionarios del Estado y la demanda de un sector de la población, hicieron marchar el sistema a pesar de que la inflación y la cr isis en otros sectores nacio­nales, iban en aumento.

Sin embargo a partir del mencionado año comenzó a detenerse la construcción a tal punto que muchos edificios aun sin terminar han ido a remate y otros han debido detenerse en la estructura por falta de financiación.

Los rápidos aumentos del costo de la construcción y el régimen de amort izaciones cuyos valores no acompañaban a estos aumentos, provo­caron la total descapitalización del Banco Hipotecario, principal organis­mo impulsor de la construcción a través de créditos a bajo interés.

La necesidad de dinero y la falta de créditos fueron factores deter­minantes de que éstos sólo se obtuv ieron mediante el pago de intereses abusivos.

La ley limitó esos inte reses, pero se creó el sistema de las "Finan­cieras" que los mantuvieron y aún los elevaron . La inflación sin em­bargo, justificaba en parte la elevación y el reducido plazo de las ope­raciones.

La paralización de la constr ucción ha llegado a límites tales que de no tomarse medidas inmediatas se crearán graves problemas sociales debido a la falta casi total de trabajo.

Paralelamente el CIDE ha hecho un informe .:ontenicndo un análisis general de la situación económico-financiera del país en el cual se pre­cisan además las condiciones en que vive la familia uruguaya. Se fijó, para ello, un standard de vida mínimo decoroso y se estableció el nú­mero de familias que vivían por debajo de esas condiciones.

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Se comprobó que el déficit de la "vivienda m ínima' ' es de l orden de las 67.000 unidades en toda la República y que además anua lmente ese déficit se incrementa en 9.000 unidades por modificaciones en la in­tegración fam il iar.

Las cifras denunciadas han r atificado Jo que se sospecha al ver cre­cer los rancheríos en los alrededores de la capital y en todos los subur­bios de pueblos y ciudades e n el interior del país. Pero m ient ras la cons­trucción continuaba su ritmo y no exis tía la paralización, estos proble ­mas no tomaron desgraciadamente la importancia y trascende nc ia que debían tener.

Realizando ~.:~n análisis del período anterior a la paralización inic iada en el año 1959. se completa un panorama en el cual la il!lprovi;ación .v la falta de previsión en la or ientación de los créditos, fueron los prin­cipal es factores que contr ibuyeron a crear la actual s ituación.

El Banco Hipotecario iacilitó créd1tos para la construcción de casas en balnearios; las Cajas además de financiar las viviendas para sus em ­pleados al 3% de interés complementaban el créd ito pa ra adquirir so­la r es y construir en z:>nas balnearias, extendiendo también estos benefi ­cios, a familiares del empleado y disponiendo para realizar tales privi­legios, del dinero que todos los funcionarios del Estado entregan por ley para financiar el pago de sus jubilaciones.

También los funciOnarios del Pa lacio Legislativo ~· los del Banco de la República obtuvieron similares privilegios.

No se hizo el crédito para la v ivienda del funcionano público con un criterio global y la política crediticia no obedeció a ningún p lan de desarrollo.

Los verdader ::~ s beneficiados por los créditos hipotecarios fu eron por un lado los que disponían de cierto capital para complztar la construc­ción y por otro los fuertes capitalista ; que con los créditos recibidos a bajo interés, les permitía aumentar las ganancias e n e l negoci:> de venta de apartamento;, construidos para propiedad horizontal.

Existen propietarios privilegiados que han obtenido créditos de hasta un 70 % del valor de la const rucción y del terreno y después de años continúan p agando al Banco ia misma cuota inicial mientras que la pro­piedad por la inflación y valorización ha subido -! y has ta 7 veces su Vétlor.

Mient ras tant? e l Banco se ha de~capitaiizado viéndose impedido de cumplir con el cometido de la ley, y el sistema de pré otamos sólo ha contribuido a crear una casta de privi legiados.

Pero es evidente que la obra se lla hecho. Existen grandes bloques de propiedad horizontal diseminados por toda la ci udad y mientras estos se construían n o faltó trabajo en el más importante sector de la indus­tria del país.

Muy poco : e hi:o en el sentido de cana liza r 10s cr éditos hacia el núcleo social de menores recursos.

El Banco Hip:: tecario creú a travé ; d el Dep2rtam~:nto Financiero d e la Habitación el sistema del ahorro para la construcción de la vivienda.

Es e>te u:1 sistema de indudable intzré~ desde el punt:J de vista so­cial, porque permite al asalariado, a l pequeño propietario, al hombre que dispone de bajos recursos, hacer ~u vivienda.

Pero esta organización de tanto interés social debió tam bién de ano­tuse porque la inflación imposibilitó el ahorro al perder la moneda su valor adquisitivo.

Esta misma razón y el alza del costo de la construcción determinó el fracaso de l sistema.

Los or ganismos e3tatales INVE, y Concej:> Departamental, con apor­tes f¡scales, construían y construyen anualmente alrededor de 450 u n i­dades económicas mientras que el déficit de es te tipo de viv ie ndas es del orden de 9.000 unidades anuales más las que : ería necesario con:;­truir para cubrir el déficit total de 67.000.

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El aporte privado

El capital privado muy difícilmente e ; atrn idl.. hacia es te tipo de in­versiones debido al bajo interés del dinero y los largos plazos de finan­ciación.

Mediante la ley de fraccionamiento sub-urbano~ en la capital y en los departamentos muchas chacras han sido fraccionadas. Se han abie rto ca lles, se han instalado pequeñas Barracas, almacenes. . . et c., y se han realizado ventas en cuotas a la rgo plazo.

Esto.s fraccionamientos han tenid:> por lo general gran exito y en poco t iempo han ::.urgido verdaderos pueblos construidos a lo la rgo de las carreteras principales distantes has ta 30 kmts. de la capital.

Sin embargo e3tc t ipo de fraccionamientos no han tenid:J por fi­nalidad e l de contr ibuir a resolver el problema de la habitación popular. Ha sido el lucro su pr incipal a liciente y no h a existido preocupación alguna de parte de los promotore~ por brindar asesoramiento técnico a !os propie tarios, condición indispensable para la obtención de núcleos por lo menos organizados dentro de un ordenamiento general resue lto de mo•:lo que la vida de sus ocupantes se rea lice en forma individual y colectiva en las mejores condiciones posibles.

SIN EMBARGO LA INVERSION Qt! E EL FAIS HA DESTINADO P ARA LA CONSTRUCCION DE VIVIENDAS PROPORCIONALME!'J TE ES SUPERIOR A LA REALIZADA EN LOS ULTIMOS AÑOS EN OTROS PAISES ECONOMICAMENTE MAS DESARROLLADOS.

EL CAPITAL Y EL CREDITO SE DESP LAZARON HAC IA LA CONSTRUCCION DE VIVIENDA SUNTUARIA DEJANDOSE DE LADO LA VIVIENDA MODESTA Y ECONOMICA.

Ejemplos en América

Mientras tanto en otro~ países de América y desde hace años se t rabaja activamente en la preparación y puesta en marcha de PLANES NACIONALES de viviendas económ icas.

La inflación que soportan los pueblos de algunos países de América, ha sido el principal enemigo de es tos planes. La pérdida del valor ad­ouisitivo de la m oneda y el aumento de l costo de construcción han s ido los factores determinantes que han impedido su realización. La rápid::~

descapitalización de los Organismos de crédito han obligado a a umentar los aportes Estatales per o esto tien e ;:;u lími te.

Los pa íses de América no pueden destinar gr andes sumas fiscales para este fin cuando son tan nece5arias para incentivar el desarrollo en otros campo.; rep roductibles de la econ omía.

En Caracas por ejemplo, entre los años 1954 y 1958 el Gobierno construyó super bloques de 15 pisos ubicándolos en predios estata les pró­ximos a rancheríos. Su capacidad loG<itiva ascendió a 180.000 pe rsonas. Antes de terminarlos fueron tomados por asalto y ocupados por los ha­bitantes de los rancheríos los que a su vez fueron ocupados por otras familias.

Los superbloques se convirtieron en verdaderos tugurios inaccesi­bles a toda persona ajena a la colectividad. La gente no estaba prepa­rada para realizar ese cambio de vida.

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El costo unitario de esas construcciones fue muy superior a la ca­pacidad de pago de las familias y por lo tanto el Gobierno realizó un verdadero gasto improductivo.

El Centro Interamericano de vivienda y planeamiento (CINVA) or­ganizó comisiones sociales que han ido poco a poco adaptando a las fa­milias a ese tipo de vivienda, lo cual significó una labor ienta y penosa.

Económicamente tampoco esta ¿xperienci¡¡ fue fructífera, por cuanto significó una enorme inversión de capital no con miras al desarrollo, s ino que la operación significó un verdadew gasto no reproductivo.

El Instituto de Crédito Territorial de Colombia (ICT) fue creado hace 25 años para construir la vivienda rural, convirtiéndose en agencia financiadora y constructora de v1vienda urbana póra luego transformarse en entidad promotora de crédito de asistencia t~cnica para la vivienda popular.

L a experiencia es altamente útil porque en sólo 3 añ-:Js y en base a una excelente administración y al propio esfuerzo del pueblo, han lo­grado estabilizar el déficit de viviendas. En el año 1959 construyó 2.945 unidades y en 1962, 31.900 unidades.

En Venezuela, la Oficina Nacional de Coordinación y Planeamiento (CORDIPLAN) estudia y colabora en la programación nacional de la vivienda. Funciona en coordinación con el Ejecutivo y su esfera de ac­tividad se centra en la campaña.

En Lima (Perú) en los último.> 15 años 50.000 familias se apropia­ton de tierra :; fiscales, construyendo chozas, la mayoría de las veces a medio terminar.

La población de Lima en la proporción del 50 al 75 % vive en tu­gurios y hasta hace pocos años no tenían otra alternativa que las lla­madas "barriadas".

En 1961 el Gobierno hizo el reconocimiento legal de las "barri :~.das"

que admitían el mejoramiento, realizándose el proceso de integracíén so­cial mediante la e: crituración de las tierras, la remodelación física, ins­talación de servicios generales, créditos y ¡,sistencia técnica.

Las demandas populares no satisfechas, no se controlan mediante dis­pos iciones legales quo:: se opongan a la construcción de tugurios. La única forma de controlar la presión es aceptándola y guiándola. Los pob ladore.> de las "barriadas" se ubican donde pueden si no se les informa donde se permite su radicación. Const r uyen lo que pueden y como pueden si no se les ayuda con créditos, con trabajo y con técnicos.

En las naciones más desarrolladas no cabe el concepto del tugurio ni de la vivienda alquilada por el Estado.

La experiencia más importante desde el punto de vista de la f inan­ciación se ha rea lizado en Chile. Los recu rsos provienen del ah-:Jrr"J po­pular.

Los préstamos, los depósitos, las amortizaciones e intereses son rea­justados periódicamente tomándose como base el índice salarial. El éxito del sistema ha s ido total a pesar de sufrir una inflación supericr a la nuestra. En esas condiciones han estabilizado el déficit de vivienda.>, lle­gando a const ruir 35.000 unidades anuales y sólo existe un 5% de la pob lación que no pueden efectuar el ahorro para construi r su casa propia.

Es necesario conocer los métodos empleados en Ch ile. La puesta en marcha del sistema se hizo mediante créditos del BID y AID po1· can­tidades inferiores a las otorgadas para nuestro país, y con las que ~e

piensa construir 4.200 unidades en 2 míos. El Dr. Lanza invitado por al S.A.U. hizo una interesante exposición

sobre la experiencia chilena cuya síntesis la publicamos por separado. Ella se refiere fundamentalmente a los métodos empleados para la

puesta en marcha y financiación de un Plan Habitacional de vasta~ pro­yecciones. Los resultados han sido extraordinarios.

LA CRISIS DE LA CONSTRUCCION HA SIDO SUPERADA; SE HA CREADO UN FUERTE ALICIENTE TENDIENTE A LA SUPRESlON DE GASTOS SUPERFLUOS; SE HA LOGRADO UN IMPORTANTE AHO­RRO DE DIVISAS P ARA EL PAIS Y SE HA DESARROLLADO UNA POLITICA FRANCAMENTE ANTIINFLACIONIST A.

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El Arq. inglés J ohn Charlewood Turner contratado pcr ~1 gobierno peruano para estudiar la planificación de la Vivienda Populdr, preparó el NQ 8 de la Revista ARCHITECTURAL DESIGN (Agosto 19ti3) desti­nándolo al tema "Recursos habitacionales en Sud América".

A TRA VES DE TODA LA REVISTA PONE ESPECIAL ENF ASIS EN LA NECESIDAD VITAL QUE LAS ORGANIZACIONES SE PON­GAN DE ACUERDO CON LOS RECURSOS Y ESFUERZOS POPULARES COMO CONDICION INDISPENSABLE PARA RESOLVER LOS PRO­BLEMAS DE LA VIVIENDA.

La política estatal, como el caso extremo de 1os supert.loques vene­zolanos, no resuelve los problemas locales del m omento ni cr.camina pro­cesos reproductivos que los solucionen a largo plazo. Son gastos y no,

. . son tnverswnes.

Mientras que los gobiernos han concentrado su atencióE realizando obras aisladas aunque en muchos casos constituyar1 excele11tes E-jempla­res arquitectónicos, el pueblo ha tomado la ley en su·; propias manos. ejecutando a su manera una gran parte del crecimieDto urhano con­temporáneo.

P ero la situación cambia cuando la acción de los gobierno:; ~e oTie;Lta a pr.omover y coordina1· el desarTollo.

La nueva t endencia se basa en una redefinición del "problema de la vivienda" y de la función del Gobierno y demás In~t.!tutos frente a él.

Hasta ahora el problema se ha interpretado en f0i·ma ahsolu ta di­ciendo que el déficit de viviendas es l.cL suma de las un idade ') que jalta11, las que deben responder a un standard mínimo dado.

Es indudable que el déficit absoluto representa un problema en sí mismo. Pero existe otro que se expresa en términos relativos de la dife­rencia entre d monto de los recursos disponibles pa1·a la inversión en viviendas y et valor de la vivienda existente. Con es te criterio la familia muy pobre que no pueda inv~rtir nada er. pagar su casa sin perjudicar las necesidades más vitales como alim~n­tación, tiene un problema de desocupación o de baja produ~tividad, la solución de la cual no cabe dentro de las funciones de una Institución de Vivienda.

Con estos términos de referencia las Instituciones se Urr..itcm n los casos de familias que viven en condiciones peores que s 11 n i~;el socio­e<.:onómico justifique.

Esta definición RELATIVA del problema reemplaza la deses}:~.ra .::ión

y la apatía provocadas por la inmensidad e in.'::: olubilidad aparente del problema en términos absolutos, por la esperanza de solucionat e:l pro­blema actual mediante la movilización y coordinación de recunos exis­tentes, y a través del desarrollo de P1·ocesos Reproducti1?0.\. de contribuir directamente al desarrollo económico y social del cual c~epende la so­lución del problema de fondo: la desocupación y baja pn)ductiddad.

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Los ~ecursos

¿Cuáles son los recursos y los métodos pa ra coordinarlos y lograr una solución?

Es ésta la primera pregunta que debe formularse un PLANIFICA­DOR antes de proponer los programas y las obras a r~a lizar.

Los recursos se encuentran distribuidos en 3 esferas bi(•n dife ren­ciada~ en los paises subdesarrollados:

a ) La masa de la gente común, el mundo popuiar , el cual tiene una gran iniciativa, capacidad de organización y ejecución pa ra la construcción de viviendas sencillas.

b) Los Organismos Estatales, t ienen a su disposicil-n e l conocimtento técnico y medios de div ulgación, fondos nacio;,a les e internacio­nales para créditos a largo plazo (para e l capital SE! milla) .

CJ Los poderes públicos disponiendo Jos recursos . El comercio y la industria tienen las mejore~ organizaci•Hw s admi­

nistrativas para r ealizar obras más especializadas, pero para la vivi~nda ~mifamiliar u otras obras al alcance de l pueblo, sus precios so1: dcma­~iado e levados pa r a un mercado limitado por el subdesarrollo.

El uso de estos recursos depende de su propia naturaleza y de l des­tino a dár,;ele de acuerdo a Jos distintos elementos componente:' de la vivienda: la tierra, la casa, las construcciones comunales y los s•:n ·icios ~enerales.

El orden de prioridad de cada uno de estos e lementos son re lativos é' cada situación. P or ejemplo, antes de permitir la venta de solares a f;¡miJias de bajos ingresos pretendt:r imponer los reglamentos europeos " norteamericanos de urbanización exigiendo previamente la instalación ele todos los servicios urbanos, lleva inevitablemente al fracaso por la imposibilidad de que tales fam i.Jias puedan pagar los terrenos tota lmente .. urbanizados .. y además hacerse su casa.

Ta les r eglamentos mantienen grandes á reas urbanizadas sin ocupar ~- fomentan la invasión de tie rras sin servicio urbano alguno.

Cada uno exige técnicas di feren tes y dan a cada sector una máxima libertad para su contribución y iuego una flexibilidad de programación que permite cubrir todos los sectores de la demanda. Las obras de la Junta Nacional de la Vivienda de l P erú y e l programa para la ciudad de Guayana son e~pect a lmente interesantes en relación a esos puntos.

Normas para la forma y agrupamiento de la vivienda

Los ejemplos tradicionales ne pueden permanecer intactos dentro d e las modernas condiciones urbanas.

En las barriadas d e Lima la gran mayoría de las casas son adap­taciones de tres patrones igualmente inadecuados; la casa rural , los ran­che ríos o barr aca de la hacienda y el tugurio de la ciudad. Son éstos los únicos prototipos que conocen la gran mayoría de Jos constructores.

EL ARQUITECTO TIENE LA OBLIGACION DE A Y U DAR A LOS CONSTRUCTORES POPULARES i\ DESARROLLAR PATRONES DEN­TRO DE LOS LIMITES DE LAS CONDICIONES LOCALES QUE RES­PONDEN AL PROCESO DE MEJORAMIENTO PROGRESIVO Y CUL­TURAL.

Esta ayuda debe r ealizarse no solamente para el estudio d las nor­mas que han de regir la construcción de la casa sino también para su distribución y organización en el medio ambiente local.

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Organizaciones de traba¡o

En un régimen cooperativo la institución trabaja con Jos partici­pantes y no para Jos participantes. Los integrantes del grupo forman por lo general el equipo constructor. Los programas oficiales de ese sis­tema no han dado los resultado,:; esperados.

Parece que los recursos populares tan fértiles cuando actúan expon­táneamente pierden su eficacia cuando son protegidos por el Estado.

Sin embargo es esencial lograr la participación POPULAR para la puesta en marcha de cualquier plan habitacional.

Donde los proyectos de auto-construcción se han desarrollado len­tamente y administrativamente costosos la Institución promotora ha li­mitado la construcción del participante a la dotación de la mano de obra, tomando a su cargo las demás operaciones, suministrn Je mate­riales, etc. y actuando como empresa contratista además de ·instructor y organizador.

Este sistema ha dado muy buenos resultados pero requi¿re una or­ganización ejecutiva centralizada de gran experiencia y calidad.

Tal sistema no es sin embargo adecuado para realizar planes de vivienda en escala nacional porque no existen en la mayorb de los países recursos suficientes que permitan financiarlos.

Este argumento se ha utilizado erróneamente en contra J e la polí­tica cooperativa y democrática.

Cuando las actitudes paternales dejan de influir en los funcionarios y se reducen a las pretenciones de los promotores, admitiéndc se una ma­yor contribución de los participantes, se abren las puertas a! entendi­miento y colaboración indispensables de ambas partes, contribuyendo cada uno con lo que tienen y conocen mejor.

Pocos Planes de Vivienda en América Latina han utilizado el po­tencial popular, y esa resistencia en delegar responsabilidades es uno de los principales obstáculos al desarrollo.

En la m isma medida que se aumenta el conocimiento y confianza mu­tua entre el Pueblo y el Gobierno, (para lo cual los Planes de la Vi­vienda Popular son un vehículo admirable) , se logran las energías ne­cesarias para la puesta en m archa de los planes de desarrollo de los países.

El financiamiento es el aspecto previo y de fundamental importancia a resolver en todo Plan de Vivienda, muy especialmente cuando se pre­tende resolver el problema en su total dimensión.

Todos los especialistas en las disciplinas de la Planificación de la Vivienda en Sud América, ya sean extranjeros o nacionales concuerdan en afirmar QUE LOS PRINCIPALES RECURSOS DEBEN PROVENIR DE LA PROPIA POBLACION YA SEA MEDIANTE EL APORTE DE TRABAJO O DE SUS PROPIOS AHORROS.

Para el sector de la población que no posee capacidad de ahorrar deberá buscarse la financiación con fondos públicos ya sea realizados directamente por el Estado o indirectamente a través de una Institución descentralizada y especializada.

LOS AHORROS NACIONALES CONSTITUYEN EL NERVIO MO­TRIZ DE CUALQUIER P ROGRAMA DE FINANCIAMIENTO A GRAN ESCALA.

PERO ES INDISPENSABLE LA DECIDIDA INTERVENCION DEL ESTADO COMO CREADOR DE UN MARCO JURIDICO QUE OFREZCA A ESA INICIATIVA LA SEGURIDAD E INCENTIVOS NECESARIOS PARA LLEVAR A CABO AQUELLOS PLANES.

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JUAN PAB LO TERRA

LA VIVIENDA

Resumen de la conferenciA r callz.t:la en la F acultad de Arquitectura po: el Arc¡to. Juan P . Terra el 24 de febrero de 1964. Publicada en el Diario ''El P :1ís '' .

La vivienda depende, como siempre, de la población a alojar. En nuestro caso, señala el Arq. Terra, esa población que en 1908 era de un millón y pico, ha llegado a alcanzar, según el censo efectuado reciente­mente, sólo a 2.550.000. El crecimiento de la misma re;;ultó relativamente rápido a principios del siglo, para ir de:pués decayendo y mantenerse, ahora, en un ritmo de 1,3%. Esto significa que aproximadamente cada año se agregan a la población del país unas 35 mil personas, o sea que, de acuerdo al tamaño actual de la familia uruguaya, hay unas 9 mil familias más que abjar cada año. E; la exigencia que nuestra población plantea en materia de r itmos de vivienda.

Naturalmente, esa exigencia no se manifiesta en forma proporcional en todas las áreas del Uruguay. De las 33 mil personas que anualmente se agregan a la población del país, probablemente unas 25 mil Lo hacen en Montevideo, unas 15 mil en el interior, y tm saldo negativo en la po­blación rural dispersa.

Aparte del volumen de la población y su crecimient:>, y de los des­plazamientos geográficos, hay un tercer Cactor, refiere el Arq. Terra, que tiene una gran incidencia en el problema nacional de la vivienda: es el número de per sonas por familia. A comienzos de siglo, ese número as­cendía a casi 8 personas por familia; hoy es de 3,7 aproximadamente. Vale decir que la familia ::e ha r educido en el Uruguay, a menos de la mitad de lo que era en aquel entonces. Este hecho, debido a transfor­maciones de toda índole, implica que la cantidad de viviendas es, actual­mente, más del doble de lo que sería si la familia tuviera la dimensión de 1908. Para medir la importancia de esto, conviene saber que si el número de personas por familia desciende de 3, 7 a 3,6, e!o significa agregar en el país 20 mil viviendas más. De modo, pues, que una de las incógnitas existentes sobre las perspectivas de ritmo y volumen de construcción en el Uruguay, depende de la futura evolución de la familia.

En cuanto al ritmo que ha tenido la comtrucción, corresponde in­dicar que a principios del siglo se edificaban unas 7.600 viviendas por año. Ese ritmo fue aumentando, hasta llegar a cerca de 18 mil, en el período 1950154, y a 23 mil viviendas al año, en el período 1955159. Pos­teriormente a 1959, la grave crisis de la construcción ha hecho perder una proporción importante a tal ritmo, reduciéndose otra vez a 18 mil el número de viviendas construidas por año, en el período 1960 \63.

La criois de la construcción, anota el Arq. Terra, resulta particu­larmente profunda en Montevideo, donde de 8 mil viviendas que se edi­ficaban anualmente en el período 1950 \55, se llegó a casi 11 mil durante el período 1955\59, para bajar a menos de 7 mil en el período 1960\63. En las principales ciudades del interior (capitales y similares), el movi­miento es semejante, pero la crisi; no aparece tan acentuada: se reen­cuentra el ritmo del período 1950j54. En lo..,; pueblos chicos, se mantiene el crecimiento. Por el contrario, en los balnearios, donde se construían unas 700 viviendas al año en el período 1950154, se pasó a cerca de 1.500 en el período 1955 \60, para culminar en 2.500 durante el período 1960 i63; no deja de · resultar paradójico que en plena cri: is la inversión de tipo más suntuario · sea la que se incrementa aceleradamente.

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Existe aún. otro rasgo digno de subrayarse en !a evolución de la construcción de viviendas durante los per íodos recientes. En Montevideo. <1 partir de 1950 se ope ró un acelerado proceso de concentracién: la indu ;tria de pequeñas empresas que construían las viviendas una por una, en relación directa con el propietario, fue sust ituida por una acti ­v idad a cargo de unas pocas grandes empre3as. q ue no tenía n. en el curso de la edificación, re lación d irecta con el usuario, sino qu;! cons­truían para vender en un mercado donde se su ponía que había escasez de determinado t ipo de vivienda. Así, en poco ; años el númew d e per­misos de construcción en el Mu nicipio, se r edujv a la mitad: pasó de (i mil a 3 mil, m anteniénd ose la misma superf ic ie edificada. D icha trans­formación se vio acelerada por la apa rición de la prop iedad horizontal. cuyo régimen cambió el t ipo de ~.:onstrucc ión en Mon tevideo. La p ro­piedad horizontal, que había representado u n 25 'rr del tota l de la cons­trucción en Montevideo durante e l añ':l 1954, llegó a ser más o meno • el 80 %, hacia 1959.

Un fenómeno no meno.; importan te . registrado en los ú lt imos año~.

le constituye, a fi rma e l Arq. Terra. el retiro de1 Banco Hipotecario de la escena de la construcción de viviendas. Este organismo, que a prin ­cipios de la década de 1950 había llegado, con sus pré ,tamos. a realiza r tal vez un 25 % o un 30% de la inversión tota l en vivienda por año. redujo su papel quizás a una cuarta parte. al rededor del año 1960. Po­siblemente sea una r uptura tota l del mecanismo de financiación con e l cual había operado el Banco Hipotecario, una de las principales d eter­minantes de la crisis que sufre la industria de la con •trucción ; y ta l vez, también, en dicha crisis esté ope rando un fenómeno de superp roducción, al haberse sustituido la construcción pr ivada. con re lación directa d e em­presarios y usuario, por u na con ;t r ucción para e l mercado. No hay opo­sición entre ambas explicaciones, s ino a l contra rio : a l haber ·e reducidl• fuertemente la financiación del Banco Hip':ltecario. se acelera u n prccesn de superproducción (el mercado ya no es capaz d e absorber las viv ien­das que se con ;t r uyen); pero, por otra parte, aún sin e l alejamionto del Banco Hipotecario, cabe pensar que la cr isis se habría p roducido, porque ya en 1959 la avidez por negoci·JS de proiepdad horizontal había llevado e l ritmo de tramitación de permisos de construcción en Montevideo. a un nivel que no guardaba proporción con lo que e l mercado podía absor­ber y con lo que el país hab ía cunstruído tradicionalmente.

La situación en que nos encuen tra la c risi;, informa e l Arq. Terra. es, desde el punto de v ista de la urbanización, la siguiente: en el Uruguay, se calcula la super ficie urbanizada en aproximadamente unas 44 m il man­zanas, de la s cua les casi 7.300 corresponden a Montevideo. Puede apre ­ciarse que Montevideo tiene proporcionalmnte muy poca supeliici~ aman­zanada, en relación con e l volumen de pob lación, que ile~a más o menos al 50 % del total. En realidad, hay en Montevideo u na tasa de ocupación de la superficie urbanizada mucho mayor que en el interior : al rededor de 41 viviendas por manzana, contra un promedio de 8 viviendas por manzana, en las ciudades de. tierra adentr o; en Jos balnea rios, son casi 4. Esto ~ignifica que el país ha sido muy gener oso en cuanto a la incor­por ación de tierras a las ciudades. Resulta imposibie prestar servicios ur­banos, hacer pavimento, colectores. aguas corrientes, etc., pa ra Ja teos en ¡:..oblaciones donde existen 3 u 8 vivienda> por manzana. La bajísima tasa de ocupación de toda la población urbana del interior implica, en e fecto. costos prohibitivos para la ejecución d e eso> servicios. Montevideo pre­senta, entonces, característ icas netam.::nte distin tas: con su; 41 vivienda> por manzana, tiene costos de tiPr ra mucho más elevados que e l resto, pues mientras aquí se puede hab lar de S 140 prcmed io el co3to del met ro urbanizado, en el interior o :cila entre S 3 y S 4. y hasta S 30.

Según el Arq. Terra, la consecuencia de eso en materia de servicios parece bien perceptible y es, cabria decir, e l saldo positivo de la pol ítica de Montevideo. Com~ ,;e sabe, la ley de centro3 poblacio.; dio a los go­biernos municipales la po::;ibilidad de restringir lo; fraccionamientos d e tie rra y delimitarlos y encauzarlos en una forma que antes no se podía hacer. El Mun icipio de Montevideo ap licó una política m uy r es trict iva, y

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en cierto mod:J encerró la ciudad. Tal pol ítica contrastó fue rtemente con la de lo.; municipios vecinos. Cuando en Montevideo era casi prohibitivo hacer un !oteo, en Canelones o en San J osé, pa ando ei lim ite de Mon ­tevideo, se !oteaba con la mayor comodidad. Naturalmente que se regi~­tra una repercusión en Jos servicios, aparte de otros resu lt ados. Así, en el total de la población urbana d el pa ís ha y un 40 % de calles de t ierra y casi otro 40 % de calle ; de balastro. existiendo apenas un 24 '1c de calle .: terminadas, con hormigón y simi lares: en Montevideo, e.ste 24o/r se con­vierte en un 82 %, y las calles de tier ra no llegan al lO ';i . E l pan:Jrama es más o menos semejante, e n lo re lativo a elec tricidad domicil ia ria, aguas corrientes y colectores: mientras en el tot a l del paí ; cuentan con dicho.­servicios un 54 o/., un 36 % ~· un 199r . e n Montevideo d isponen de lo.~

mismos un 93 %, un !l2'/c y un 63 7. respectivamente. El balance sería francamente favorab le, pues, a Montevideo, ' i no hu­

bieran surgido algunos fenóme nos laterales que tienen su importancia. Por ejemplo, la capital usó en parte esa política de conte nción no pa ra ganar terreno sobre el déficit. sino para a bandonar e l 1itmo de cons­trucción de colector es y demás ha disminuido hasta torna rse casi insig­nificante. En otro sentido. tal politica de contención de la ciudad ha producido un fenómeno extraño, que no es taba ciertamento en el pen­~am iento de quie nes la planearon : expulsó g ran pa rte de la edificación d e vivienda~. fuera de l departa me nto. Es a sí que hoy, a cau ·a del costo de la t ierra y de las dificultades para obtenerla aqu í, Montev ideo pre­senta. como hecho u rbano, una conformación muy peculiar, dis tinta de la que ~e veía quince años atrás: la ciudad tiene un núcleo dentro de l departamento y recomienza, pa~ados sus límites, en tres o cuat ro dirt:!c­cí:me3 principales, a saber : la d e lo5 balnearios, la de la carretera al Este, la d e la ruta 5, y la de la ca rretera a l litoral. Obviamente, e llo trae problemas de trans porte y difícultade:, de muchos tipos, que sólo podrá n afrontarse mediante una acción de conjunto.

En cambio, el cuadro re fere nte a la vivienda m isma, parece ser. con­sign a e l Arq. Te rra , más satisfactorio . Compa rada con la de los demá~

paí e3 de América La tina, en gen er a l nuc.stra s ituación resulta bastante buena. El volumen de viviendas irrecu)Jerables (con ventillos, ranchos, ca­s illas de mate riales de desecho, etc.) que en ot ros pa íses es muy im­portante, aquí está bastante limitado, especia lmente en el med io urba no. donde llega sólo a 30 m il. w bre un total de 575 mil viviendas. Na tu ­ra lmente, el panorama varia mucho en la población rura l dispersa, ya que en e lla exis ten 37 miL viviendas in·ec1tperables (principalmente ra n ­chos de tierra , terrón, faji na, adobe, etc.). Ese déficit absoluto en vivien­das irrecuperables, se ha lla locali zado e n forma muy despareja entre el medio u rbano y el medio rural, conespondiéndole 1::. mayor parte a l¡¡ población rural disp ersa, que ~ in embargo representa única mente e l 17"'; del tota l del país. De cualquier manera, dicho déficit que a ntes se ha ­bía estimado en unas 100 mi l viviendas, ha quedado fi jado, recienteme n­te, en 66 mil. Y en verdad, para un país que hace cinco o seis años con s­truía 33 mil viviendas, ta l d éfi ci t no entra ña un problema insoluble, to­m án dose un plazo de alguno;; a ños par a . resolverlo.

Ya la realidad es menos ha lagadora, s i se piensa en viviendas acep­tables o en viviendas con deficiencias considerables. Puede afirmarse que aquéllas suma n alrededor de un 40 % d eL tota l , en tanto que las demá < tienen problemas. En el medio urba no. hay un 26 % de viviendas que presentan una inadecuación a la familia , sea por insuficiencia de am­bientes (muchas carecen, inclus ive, de dorm itorio) o por insuficiencia de metraje (me nos de 10 m2 por h a bita nte).

A medida q ue se aleja de los centros urba nizado :, la vivienda decae vertica lmente, de nivel. Así, por ejemp lo, las viv iendas irrecuperables en Montevideo no pasan d el 3%; en las ciudades g ra nde.s del interior. liegan al 4.5%: en los pue blos medianos totalizan eL 11 % : en los pueblo;: chico3 ascienden at 29 %: y en la población ru ral dispersa con stituyen cer ­ca del 30%.

NO OBSTANTE, ALGUNOS INDICES DE CONJUNTO PERMITEN CONFIRMAR UNA SITUACION RELATIVAMENTE FAVOR .~.BLE. EL

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PROMEDIO DE SUPERFICIE POR VIVIENDA, E~ DE 72 METTIOS (V A­LE DECIR, CASI 20 METROS POR HABITANTE), LO CUAL SIGNI­FICA QUE LA DISPONIBILIDAD DE SUPERFICIE CONSTRUIDA DE VIVIENDA RESULTA ALTA. EL PAIS HA HECHO EN MATERIA DE VIVIENDAS, UNA INVERSION HOLGADAMENTE SüFICIENTE; LOS DEFICITS SE PRESENTAN POR MALA DISTRIBUCJON. Y NO POR FALTA DE INVERSION TOTAL.

Uno de los prcblemas típicos de nivel de vida rural es el de la vi ­vienda. Un 40 '7o de las viviendas ntrales tienen piso de tier ra: un 37";é carecen de aberturas con vidrios, no tienen aberturas, son muy estrechas o son simplemente postigos de madera sin vidri os. En invierno esto re­presenta un clima interno de la vivienda muy insuficient2. U11 40% S Ol!

escasas de espacio, un 20% pre·senta problem3.s de promi scuiiad. de con-v:vencia forzada por esca:ez de ambientes. Un 45 % no dispone de ins- • taa lc iones sanitarias ni medianamente aceptables. casi un tercio de la .; v iviendas rurales no tiene ningún tipo de imtalación. o tienen apenas un resguardo con cañas y ramas. El resto tienen mstalaciones netame nt E' insalubre : .

L :>s problemas planteados nos obilgan a a lgunas r eflex ione ·. Hay un gran tema a resolver en materia de tLrbanización . Ya había

mostrado los resu ltados contradictorios a que se había llegado con la~

medidas ha : ta hoy adoptadas, los problemas plai1teados con la es truc­tura de la ciudad de Montevideo y sobre urbanización y manej o de la tierra urbanizada en las ciudades del interior y en Montevideo mismo. Hay un problema grande en materia de financ iación.

Los sistemas tradicionales de f inanciación en vivienda están en cri­sis. la inflación ha desalentado totalmente l.:!s inversiones en títulos lli­potecarios, y la fuente de financiación está y eotará agotada en tanto dure la inflación si no se cambia el mecanismo. Además no han pros­perado en el país hasta ahora sociedade > privadas de crédito y ahorro ni ningún procedimiento sustitutivo, la vivienda ha quedado carente d f' financiación . También hay problemas en cuanto a la e ficacia del me­canismo.

SI BIEN LAS INVERSIONES SON ALTAMENTE SATISFACTORIAS Y EL PAIS HA HECHO UN PROGRESO MUY CONSIDERABLE EN LO QUE VA DEL SIGLO, QUEDAN SIN EMBARGO SECTORES SIN ATENDER, Y PARTICULARMENTE EN EL MEDIO RURAL SURGEN DIFICULTADES GRAVES.

CIERTAMENTE, LAS PERSPECTIVAS DE LA INDUSTRIA DE LA VIVIENDA NO SON PARTICULARMENTE NEGATIVAS.

EL PAIS DEBE, SI, REVER INTEGRAMENTE SUS MECANISMOS PORQUE ESTAN TOTALMENTE EN CRISIS EN ESTE TERRENO. PERO EL ESFUERZO QUE QUEDA POR CUBRIR NO ES DESPRO­PORCIONADO NI CON LA CAPACIDAD DE INVERSION DEL PAIS NI CON EL ESFUERZO QUE TRADICIONALMENTE HA HECHO. Inclusive es previsible que ese esfu erzo, d ebido al lento crecimiento de­mográfico, a lo reducida que está ya la familia . que no continuará, ve­rosímilmente r educiéndose más, y a la avanzada sustitución de vivizn­da ; precarias por vivienda;; muy durables, es posible que el esfuerzo global de construcciones en el país n o aumente en los próxime>s años ni t enga por qué recuperar el nivel anterior, dejando libre wt nw r<jell de inversión mayor para otros sectores de la economía. que pueden se1· reproductivos.

DE TODOS MODOS HAY QUE HACER UN REAJUSTE TOTAL PARA QUE EL RITMO DE CONSTRUCCION RECUPERE UN NIVEL RAZONABLE Y, SOBRE TODO, PARA QUE ESE DEFICIT PUEDA SER SALVADO.

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COMENTARIOS DE

DEL ARQUITECTO

LA CONFERENCIA

JUAN P. TERRA

En Jos Cursos de Verano realizados en la Facultad de Arquitectura en el transcurso del mes de febrero ppdo., el Arqto. Juan P . Terra dictó una conferencia sobre "La Vivienda" de la cual transcribimos la sín­tesis publicada en el d iario "El País".

De ella extraemos que el número de viviendas irrecuperables se es­tima en 67.000 unidades en todo el país el que se incrementa anualmente en 9.000 unidades más, debido a los cambios en la estructura familiar.

Entre las viviendas consideradas aceptables el 60% presentan pro­b lemas de distinto orden.

El 26 % de las urbanas y el 40 ~~ d e las r urale :; se consideran to­talmente inadecuadas debido principalmente a la escasez de metraje y carencia o insuficiencia de dormitorios.

De acuerdo a Los datos summist rados se deduce que el número de estas viviendas oscita en 200.000 aproximadamente. En el resto los dé­ficit son de menor importancia.

POR LO TANTO, PARA SOLUCIONAR EL P ROBLEMA HABITA­ClONAL DEL PAIS EN EL NIVEL DE LA VIVIENDA MINIMA, SERA NECESARIO CONSTRUIR ANUALMENTE 16.000 UNIDADES PARA QUE EN EL TRANSCURSO DE 10 AÑOS, EL DEFICIT SEA ABSOR­BIDO.

PARALELAMENTE HABRA QUE PONER EN CONDICIONES DE HABITABILIDAD A 200.000 UNIDADES, ACTUALMENTE INADE­CUADAS.

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La falta de orientación en la política crediticia destinada a la vivienda ha determinado que ésta s.:: canalizara, hasta el presente, hac ia los sec­tores sociales de mayor solv(;ncia económica, lo cual trajo como resul­tado un exce' o de viviendas en re lación al número de habitantes de este r. ive l, mientrao;; que en los ~ecto res de bajos "s tandard'' económicos se acumuló un déficit de magnitud.

Además la falta de recuroos ha determinado que 200.000 unidades ya construidas presenten defectos fundamental e · de promiscuidad. sa lubri­dad, etc.

Sin emba·rgo. la.~ i.nversiones qu e el país ha destinado a la vivienda constituyen 11n alto porcenta je en relación a las cifras glnl>ales d e la ccn­nomw ge neraL

Los organismos oficia l e' creados d esde hace años para construí¡· este tipo de viviendas han realizado alrededor de 500 unidade~ ••nuules.

El INVE desde su creación hasta el presente ha c:m.'i t ruidc 6.500 unidades en total.

Recientemente se ha hecho un pré~t amo con e l BID y AID por ocho mjilones de dólares que complementado con ocho millone; más, permi­tirá la construcción de 4.200 unidades en el té rmino de 2 a ños.

Si bien estas cifras repre;;entan un adelanto respecto a lo realizado hasta el momento, a l cabo de 2 años se habrán construido -!.200 unida­des, cantidad que en relación a las 16.000 que habría que con -truir anual­mente resulta insignificante.

Con ello se habrá creado un grupo de privilegiado~. el país habrá contraído una deuda más y el problema de la \' ÍVlenda popula r conti­nuará s in solución.

Con el d inero recibido se habrá rea lizado una inversión mús habién­close d esperdiciado una magnífica oportu nidad para iniciar un plan de desa rrollo.

Mientra ; tanto en Chile en el año 1959, se puso en marcha el Plan de Desarrollo fin anciero basado fundamentalmente en e l aho rro popular mediante e l cua l en e l año 1963 se han construido a lrededor d e 30.000 unidades, pensándose a partir de este año, es tabilizRr la construcción d e -40.000 unidades por Rño.

Para ia puesta en marcha de este p lan se dispuso de un crédito cel BID y AID de ; ólo 13.000.000 USS, e l cual no ha sido n ecesario re novar.

En nuestro país. el número de viviendas insalubre..,; no asume las proporciones de otros países Sudamericanos y por lo tanto e- tamos en mej :>res condiciones que ellos pa ra resolve r el problema.

Además, en un país que hace 5 ó 6 años llegó a construir 33.000 viviendas anuales, n o será difícil solucionar e l problema de l déficit d e la v ivienda popular siempre que se realice una política cr editicia orie n ­tada hacia ese t ipo de vivienda; y se c ree e l mecanismo adecuado pa ra llevar a cabo eficazmente e l s istema de crédito evitando la descapita­lización.

Tanto para la creación de l m ecanismo como la r>uesta en marcha la experiencia realizada en otros pa ises Sudamericanos ;.· c..~pecialmente

la chilena. será singularmente útil.

R . L .

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WAL TER CHAPPE PIR IZ

PARA UN PLAN NACIONAL DE VIVIENDA

LA VIVIENDA EN URUGUAY EN REL ACION

CON EL PROBLEMA A ESCALA MUNDIAL

1 El financiamiento de las necesidades habiracionales normales en Jos países en vías de desarrollo consume una alta proporción de los recursos para inversiones.

Expertos en vivienda de las Naciones Unidas han llegado a pensar que en países de baja tasa de inversión y baja renta per cápira el fi­nanciamiento de la demanda hahitacional puede Ilt!gar a agotar prác­ticamente todos los recursos para inversiones. J:n efecto: suponiendo un país cuya inversión bruta interna sea del HY)'; del producto brutO,

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una necesidad anual de 10 viviendas cada 1.000 habitantes 1 y un cosco por vivienda de 10 veces el producto bruto per cápica, resulta que el cosco de la demanda anual de casas iguala a la inversión bruta interna. :.:

El financiamiento de las necesidades habitacionales del Uruguay no presenta tan agudas características debido a que la tasa de inversión aunque muy baja es un poco mayor y las necesidades anuales y e l costO por vivienda menores q ue las del caso tipo planteado. Así, una demanda anual de 6 viv/ l.OOOh = 15.000 ~ (Chile se propuso una meta de 538.700 viviendas en lO años para una población de 8:000.000; Mé­xico estimó su déficit anual en 250.000 viviendas para 35:000.000 de habitantes ) pudo haber sido financiada con la inversión en vivienda de 1%1 (alrededor de mil millones de pesos) si no se hubiere sobre­pasado el costo promedio de S 66.000 por unidad (a proximad;¡mente 10 veres el producto bruto per cápita de ese año J.

1 Israel 1 6; Rusia 10.~ ; Alemania Occidental 9.~: Suecia 8.6; Canad:i 7 ; EEUU. 6 ,3 (Fuente : " Building Researcb and Development.. . Bonwcent rn:u, Rottcrdam. 1959) .

2 En efecto : sea H la población del país y PBI el prod ucto brut o interno. H

Necesidad anual : - - viviendas. Costo de cada una: 10 PBI cápita . 100

Costo total: H

100 x 10 PBI cá:>. =

PBI

10 I nversión bruta interna .

3 E sta O.cmanda puede ser inferior a la real por tener el Uruguay un meno r pr~medlo de composici ón fa miliar q ne los paises comparados.

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3

·.,

el cuadro pre(cJente permite ubicar al , Uruguay por su ingreso anual per cápita, junto con países cconóm~rt'lente Jesarrollatlos como Italia, Austria o Países Bajos, pero con ~tasa de inversión consi­derablemente inferior.

Como puede observarse, el porcentaje Je la inversión afectaJo a la construcción de viviendas en Urug uay llega a ser doble del de al­g uno J e aquellos países. Como consecuencia Je ello, la política ha­bitacional del país deberá tenJ~.- no u aumentar sino :• reducir la in­versión . total eo vivienda r:.; ieotras tanto no aumente convenientemente el producto bruto . Si ello no ocurriern, el uruguayo tendría que confor­marse con vlv1emias más baratas o m<Ís reducidas. como asimismo a que el EscaJ o vigi lara el cubrimiento de la demanda hab itaciona l Je todos los sectOres sociales ya . que es probable que ciertos secLores ha­yan absorvido en los últimos ailos una parte de la inversión superior a la que les hubiere corresponJ ido.

En vista de lo que an tecede, el p roblema habi taciona l no puede ser resuelto por el simple sistema de e levar la ya alta proporción J e la inversión bruca que se destina a la construcción de viviendas. La solución parece estar en el llbrJtimitm t o del costo de la vivienJa por incremento de materiales y product ividad 1 ( por nuevas t<.!cnicas, por planes de construcción n~asiva, por la movilización de mano de obra y materia les. por esfuerzo prop io, ayuda mutua o programas coopera­ti vos ) y en el aumento J c líl invers ión bruta (aumento del producto, reJucciún del c-nnsumo ), por iu creme11to del r1borro aplicado al f inan­ciamienro · J e ésta.

1 P roductiVIdad (horlls obrero nor dn:.!) : EE.UU. 16 b s.; E uropa 2 1 hs.; Ar;¡entiun ~l hs. (OfiCial 22, peón ll)) ( HI GO-) .

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2 En Uruguay se da el doble hecho concurrente da una baja tasa

de itwersión bruta interna ( 15.39f del Producto Bruto en 1961 ) con una alta proporciótt de ia inversión afectada a la constrttc.-iótl de l'ic·iettdas ( 39% en 1%1 ) con lo cual esta inversi ón afecta en 6,4c;f a l Producto Bruto Interno, tasa esta una de las más altas del mundo. (EE. UU.: 3,9%) .

Cualquiera sea la fase del desarrollo. económico del país, las in­versiones en construcción de casas de habitación representan como pro­medio el 20% de la formación total de capital (A título de ejemplo: Canadá 20'1;; Francia 25 '1 ; ; Reino Unido 18'/,; EE. UU. 30'; ; Dina­marca 16% ). El Plan Decena! de Desarrollo chileno para el período l%1-1970 ha programado afectar para el financiamiento de viviendas el 18% ¿., la inversión nacional (edificación total: 25%, industria 21' ; ) pero es además interesante señalar que el Plan éntendió que para ase­gurar una tasa de crecimiento del Producto Bruto del 5,5'/f anual era necesario reducir la inversión habitacional nacional que había oscilado entre un máximo del -í6,1 t¡;:. en 1944 r un mínimo de 27vc en 1949

Porcentaje de la inversión afectada a la construcción de viviendas en Uruguay en relación con otros países

(Fuente: N. U. Statistica l Yearbook , 1960)

l 11greso per cáp. menor de ]()0 dólnrt:s Kenia Nigeria Tanganyica

/11 gres o per e tÍ p. 100-199 dólares Ecuador Honduras Filipinas

111 gres o per c~p. 200--499 dólares Puerto Rico Portugal Chipre

1 1Jgreso per cáp. 500-899 dólares Italia Austria Países P.1jos Uruguay ( 1961) según CIDE

Ingreso per cáp. más de 899 dólares Francia EE.UU. Reino Unido

I NVERSI ON % Di: LA INVERS.

(1n <;¡. del afect1do a la PBI ) constr . de vlv.

20 12 15

13 14 8

21 16 16

21 23 24 15

18 13 15

17 26 32

1') 25 13

26 19 19

29 20 20 39

w 18

27

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PERSPECTIVAS DE FINANCIAMIENTO

4 Existl' en el Uruguay una marcada d ebilidad para la formación dt:l

ahorro del sector público. Este ahorró en 1961 sólo a través de sus Orl!an ismos d e Previsión Socia l. El ahorro de estOs Organismos co m­p(·nsó ( y no ruralmente) e l d esahorro de la Admir.isrración Centra l > los Gobie rnos Departamenta les.

Esre hecho señala serias limitac iones .1 la capacidad de financia­m iento d e la in vtrsión en \'i viendas d e l sector público sin que se acre­cic:nren ~us ing re:sos tributarios ya insuficientes.

CIDE: Ahorro d el sector público en relación con el financiamiento de la inversión bruta fija e n 1961

(Mil lones d e pesos)

A l! o rr(' f ll l't'i'>t(>ll S(! l el o a F i ,wnci:t r

l . SECTOH Pl H3 LICO 253 1S-t l .H a) G ob ierno Cem r al - 68 ¡- 7 ') o -_n b ) Entes de Se,gur id ad Socia l .13-t - .127 e) [ mpresas - 50 ¡ ·) 1 !)) d) G o b iernos D eparr. .n ; ; J" o

2 . SECTOH ]JRJ VADO 2164 21 9.1 2') ) . SECTOR 1-.XlFRi'o. O 169 - 160

TOTA L: 2577 1- - .... _ )

29

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5

6

7

30

Es necesario determinar hasta donde la estructura de ingresos del país permite el ahorro privado por el sacrificio voluntario del consumo.

El deseo de la vivienda propia y la necesidad de conservar la capacidad de compra del dinero en países con inflación, pueden llegar a ser poderosos motores del ahorro popular sobre la base del sacrificio de necesidades aún primordiales. Ese esfuerzo de capitalización, a la escala naciona l, transformado en un hábito social puede incluso llegar a superar las necesidades financieras para fines habitacionales y des­tinarse a la formación de capital económico para fines más :-~mplios.

Puede discutirse la conveniencia o no de empleo del ab orrn 11X­

tt•rior en el financiamiento de la inversión en viviendas. En caso a fir­mativo los fondos internacionales deberían ser aplicados no en la in­versión inmobi liaria, sino de manera tal que pudieran generar un efecto wultiplicador en la formación de un sistema financiero unificatlo con d ahorro nacional pero redimible a corto plazo.

Es común Jistinguir tres tipos de Asociaciones Jt: Ahorro y Prés­romo pq·a la Vivienda, como manera de captar el ahorro popular hacia fines habitacionales.

En el Ahorro y Préstam o libre no existe el más mínimo vínculo entre la institución y el ahorrante. el que busca los tres clás icos obje­tivos de renta, segur idad y liquidez ". El Aho,-ro .1 Préstamo contracttwl a pútzo fijo es aquel en el que el ahorrista conoce por anticipado que en fecha cierta tend rá su créditO para vivienda en las mismas condi­ciones de p lazos, cuotas y demás modalidades que se establezcan en su contrato (Ejemplo : México, Chile. Corporación Je la Vivienda) . En el Aborro 1' Préstamo contractual a plazo ttbierto el ahorrista está li­gado a la ·institución por un contrato, pero ex isten a lguna~ variables no fijas ( por lo general el monto del ahorro y el tiempo de espera ) (Ejemplo: Argentin:J, Asociaciones de Ahorro y Préstamo) .

5 E jemplo: EE.UU . L a s Asociacion es d e Ahorr o y P rés t amo r s::\n reglament adas por el ' 'Federal Home Loan System ' ' que l3s re!!uancia cua ndo P.S ncccslr ~o. No h ay riesgos para ning un a d e las dos partes : los d epositant e• cubr en sus r!.-gos medianto la ·'F ederal Savings a nd Loan lnsurance Corporation " (q11e rorro~ par t e d el FHLBSI que asegura los depósitos d e las As ociacione s de Ahorro y P r ést amo. L es prestomista• e t. bren sus riesgos mediante la FHA (Adm. F e d . de l a V iviend a 1 que perc 'bc 1on a prima d el 1,2 '7r del sald o pendiente que pag a el pres ta t ario . L a eliminoclón virtual del riesgo atrae fond os al mercado hi!'Otecario que financia el 97 l'( d el n lor de la vivic!ld l (para cas as d e hasta 15. 000 U S8) al 5 11¡ ~~ d e intcres y hast a a ~O a ños d e plu o.

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8 En general la experiencia latinoamericana señala que la elección

del sistema de Ahorro y Préstamo no importa cuando existe una ma­yor cantidad de ahorradores puros que ahorradores prestatarios (Ejem­rlo: EE. UU. 6 ).

Pero en un mercado esencialmente avido dt! viviendas, el número de personas interesadas en recibir préstamos es enormemente mayor que t:l de ahorradores puros y se produce un efecto desfinanciador tal que si no se inyectan recursos al sistema los préstamos se otorgan con re­tardo sobre la fecha pactada o esperada, produciéndose así un acele­rado desprestigio del sistema (Ej. Argentina ) .

El sistema de Ahorro y Préstamo necesita del ahorro puro. Este puede fomentarse por varios caminos: 1) generando una alta dosis de confianza del ahorranre en la institución que toma el ahorro; 2) ase­g urando el mantenimiento de la capacidad de compra del ahorro (rea­juste); 3) estableciendo tasas de interés para el ahorrador puro su­periores a las del ahorrador prestatario; 4 ) asegurando la máxima li­quidez del ahorro.

Pero si los instrumentos de fomento del ahorro puro no son su­ficientes para generar un superavit que a manera de " lubricante" del sistema asegure una continuidad operativa en condiciones alcanzables para la mayoría de la población, entonces es necesario buscar otros me­canismos. Esos mecanismos interesa que sean estatales o paraestatales y tienen como función el redescuenco automático de las carteras hipo­tecarias de las Asociaciones de Ahorro y Préstamo. Esos organismos resultan ser así los agentes del cumplimiento de los planes habitacio­nales del país por su capacidad de selectividad en el redcscuenco.

6 P or cada ahorrador prestntario hay 3 ahorrador es puros.

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Reconocida la incapacidad úc autofinanciamicnto de las lnslitu· ciones de Ahorro y Préstamo en un mercado dominado por ahorra­dores prestatarios, surge la necesiJad de la existencia de un organismo extrafinanciador que llamaremos en adelante ''Caja Central'', cuya fun· ción es variable. En los primeros momentos su función principal es la "puesta en régimen" del sistema, mediante la inyección financiera capaz de estructurar un mecanismo operativo integral, permanente y sano. Puesto en marcha el régimen éste puede llegar a subsistir inde­finidamente por si mismo con la sola base del ahorro popular y hasta puede llegar a generar una formación de capital económico para fines no habitacionales. En todas las etapas de viJa de la Caja Central es fundamental su función de conducción de la política habitac ional y fomento social del ahorro (garantía de los créditos l.

A conrinuac10n se detallan dos esquemas operativos planteados por técnicos extranjeros para canalizar el ahorro priYado hacia el finan­ciamiento ele la vivienda a través del sistema de Ahorro y Préstamo. En un caso se plantea la formación del ··capital ele régimen" de la Caja con ahorro exclusivamente nacional: en otro con uso del ahorro exterior.

Ejemplo l. - (PropuestO para Chile por los expertos chilenos De la Jara, Chornik y Fuentes). Sistema de Asociaciones Privadas de Ahorro y Préstamos de carácter mixto (contractual y libre: el accio­n ista ingresa a la Asociación sin amarra alguna y cuando lo estima n)llveniente firma un convenio Je ahorro con derecho a préstamo ac· tuarialmente determinado; miencra~ no firma el convenio goza de un interés adicional como incentivo al ahorro puro). Caja Central con un capital de régimen formado en parte por las Asociaciones Je Ahorro y Préstamo y en parte por el Estado mediante impuestos indepcndien· tt:s del Presupuesto Nacional. no con carácter de nuevos tributOs sino con carácter de préstamos forzosos. ( Por ej.: 5t;f sohre las utilida­des de las Empresas o bien adquisición de Bonos de la Caja ¡x1r un monto superior al impuesto, de tenencia ohli~atoria durante 1-í años, reajustables y al 3.5% de interés anual. Otros impuestos: a las casas Je más de lOO m2. del cual el contnbuyente se puede eximir según el anterior procedimiento, etc.). El plan propuestO demuestra mate­máticamente que si e l Gobierno aporta como capital a la Caja Central durante 14 ailo!> sumas equivalentes a l 1-'Í-1/r de las casas que se cons· truyan, el sistema financiero unificado será capaz de subsistir indefi­nidamente por sí sólo con la sola base del ahorro popular.

Ejemplo 2. - (Propuesto para países latmoam~:ricanos por los ex­p<;rtos Buelink y Loza Colomer) . Sistema de Asociaciones privadas Je Ahorro y Préstamo contraCtual a plazo ftjo. Caja Central o departa­mento especializado del Banco Central de cada país. Sistema con rea­juste si hubiera moneda inflacionaria. Capital de la Caja Central. ahorro exterior a razón de 1 peso de capital foráneo por cada peso de ahorro constituido como pasivo técnico en las Asociaciones de Ahorro y Prés­tamo. El pasivo adicional exterior sería transitorio y recu.oerable uti­lizando un fondo acumulativo formado por la diferencia Je intereses entre la tasa de amortización del prestatario y la tasa de interés del financiamiento exterior. Ejemplo aplicado a la Argentina: Suponga­mos la existencia de 20 Sociedades de Ahorro y Préstamo (una por cada millón de habitantes) con una producción mensual de contratos Jc ahorro y préstamo de l millón de dólares. La experiencia de insti ­tuciones similar~:s indica que para esa producción el pasivo técnico estabilizado sería aproximadamente de tres millones de Jólares por Sociedad, lo cual daría un rotal Je 60 millones que sería incrementado en otros 60 millones de dólares de inyección exterior ( redimibles, que

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paguen interts, redescontables en el mercado financiero mundial por los organismos internacionales mediante bonos de crédito).

Ahora bien : una producción de contra ros de ahorro y préstamo de 1 millón mensual puede generar créd itos para la vivienda de 15 millones mensuales (para las 20 sociedades) o sea 180 millones por aiio. En resumen : con una inyección exterior de 60 millones habría­mos conseguido un ahorro nacional permanente de 60 millones anua­les con una inversión en \'iv iendas de 1 SO millones anuales.

/ l111ítisis del caso C.hileuo. - La producción de casas en Chile al­canza a una cifra que oscilar ía entre 40 y -í5.000 unidades, cuyo fi ­nanciamiento se divide de la siguiente manera: Corporación de la Vi­vienda : Süf/r ; sistema privado de ahorro y préstamo: 2St;i ; financia­miento particular: 251)( . La inversion rotal no superaría el S% del pro­ducto bruto nacional ( 2.400 millones de dólares) afectando a éste en un 181/f '· La Corporación de la Vivienda manejando un presupuesto anual de 50 millones de dólares (ISO millones de E'-') ( 2f)r del Pro­duero Bruto) está capacitada para producir una cifra anual cercana al millón de m2. de viviendas y equipamiento urbano, a un costo uni tario equivalente a 1 vez 1 2 e l costo neto del m2. de edificación ripo "media'' ~.

En Chi le " la propiedad de un terreno y una vivienda ha sido puesta al alcance de prácticamente todos los sectores de la población de mo<.lo que aquellos cuya capacidad económica no es suficiente para pagar una vivienda completa tendrán la posibilidad de adquirir una etapa de ella y posteriormente agregar los recintos o completar las terminaciones que le falten, mediante sus propios esfuerzos y aho­rros" !•. El umbral de CORVI era en 1961 17,5 J:'! para un salario vira l

7 L as metas d e Inver sió n progr amadas por Chile para el deccuio 1!11>1· 1970 so11 las siguientes:

l. Agricultura ll.!l ' r Rubro Edificación : 2. Mineria 7 2 • . l. Viviendas 11 .5 f'( :L Industria zúr~ 2. Edificios Escola.r cs 7 . 1 t;; 4. Energia y combust. 11,8f'~ 3. E dificios hospit. 3,7<;',-[) . Edlflcarión 2r.,sr; ~ - Edificios públ. 1 ,2t;( 6. Urbanización y comunic. -l ,9C(, fi . Edificios comerc. 13,4% 7. Inverdoue~ d e enlace 5,zc¡.. 6 . Insta laciones 1,7f'( A. Trans¡:orte 1-lJ',t·;. 7. Recou~t . en otros edificios 1.-:lt;(

1oor; too e; En términos relativos la inversión de 1961 debla llegar según el Plan Decena! a

nn 1 3.1 r ( del Product o Brnto. Se alcanzó nn porcentaje del 13,6 % (PromEdio 1957 · 1959 : 9.8' ~ ) (Fuent e : Caja Central de Ahorros y Préstamos : " El Si stema üe Ahorro y Pr~s· tamo en Chile'' . Santiago, 1 !l63) .

S P lan habitacional CORVI 1962: metraje proycct aüc: 92f>.27 2 m2 ; fo ndos afee· tados : E~ 70:56li.OOO. Costv edificación " m~dia": E~ m2. (Fuente : CORVI: " 2Y Plan Trienal 1 !lG2·6J · '. Santiago, 1961).

9 CORVI. Op. cit .

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mínimo de 60 P y un costO unitar io de construcción " media" de 50 E':> . Así en el país sólo el 4,5% de la población sin vivienda carece de capacidad de pago para optar a una vivienda tipo ''mínimo" (8 m2. y terreno urbanizado) afectando sus ingresos en no más de 25% para pagar un dividendo mensual de 5,-l o/oo del monto prestado. El 6I t;f de los obreros podrían postular a viviendas ·· medias" (entre 25 y 8-í m2.) y el 11% a viviendas "superior" (84 m2., rope de CORVI) de me­jor terminación. Entre 1959 ( iniciación de l plan habitacional ) y el 31 de diciembre de 1963, CORVI ha construido por labor directa 94.670, cubriendo 5: 157.303 m2., lo cual sign ifica que ha permitido la edifi­cacion de más de 20.000 viviendas por año de un área promed io de 54 m2.

En 1963 el presupuestO de COR VI de E'-' i 50 :000.000, se desg lo~a b.1 a grosso modo así: E':> 60 :000.000 excedentes Jc Cajas de Previsión que s-.: devuelven en casas (CORVI construye ~o la menre ); 50 :000.000 del Presupuesto General y 40:000.000 de varias partidas (Cajas de Ahorro para vivienda E':> 12:000.000 en 1963, impuestO del i ~f a los sueldo:. y salarios ( ~ Í % al empleador, lo cual es un impuesto y 1/z r f al em­p leado, lo cual es un ahorro forzoso), etc.).

Esro quiere decir que si se deja a un lado el mandato de las Ca jas de Previsión por el cual CORVI sólo construye, el presupuesto de la Corporación se cubre en bastante más del 50<;f con ahorro del sector público.

Imaginamos una copia proporcional del modelo CORVI en el Uruguay.

Para financiar la misma cantidad de merros2 por habitante (para una población del país supuesta 1/3 de la de Chile) el organismo ne­cesitaría invertir a igual productividad que CORVI, 315:000.000 de pesos para producir 300.000 m2. 1

".

Copiando la misma forma de financiamiento Je CORVI, el país tendría que verter grosso modo anualmente en el organismo 100:000.000 de pesos por ahorro privado de afiliados a organismo de previsión; S 100:000.000 extraídos del presupuesto general de la nación o con cargo al impuesto del Yí% al empleador y ei resto por ahorro privado vo­luntario (sistema de ahorro y préstamo) o ahorro privado obligado ( impuesto del !12% a los sueldos y jornales con cargo al trabajador ) .

10 Costo estimado de edificación ti !lO ''nledia ·' en Uruguay : S 700 m2. Cost o de 300.000m2 a igual ;>roductlvldad (1,5 el costo neto) : 300 .000 x 1.5 x 70 0 -:: S 315:000 .000.

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PARA UN PLAN NACIONAL DE VIVIENDA

11 Todo p lan nacional de viviendas debe part ir de un estud io de

la población del país q ue permita clasificar a ~sta en cuatro catego­rías en relación a la capacidad de financiamiento popular y al grado de intervención del Estado: a) estratos socia les carentes de toda ca­pacidad de financiamiento o sea que no soportarían cargas mensuales de alrededor del 5 o/oo del va lor de una vivienda o de una primera etapa de ella. Estos estratos solamente podrían obtener vivienda por la vía del subsidio estatal directo. b) estratos sociales que podrían financiar su vivienda con sistemas de financiamiento con algún tipo de subsidio estatal: bajos intereses, largos p lazos de amortización, exen­ciones imposi tivas, etc. e) estratos sociales que podrían financiar su vivienda mediante intervención de sistemas privados de fi nanciación: el Estado no subvenciona sino que legisla, controla, incentiva el ahor ro privado, redescuenta hipotecas, etc. d ) estratos sociales que podrían fi ­nanciar sus viviendas por sus propios medios.

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En EE. UU. (producción anual : alrededor de l: 500.000 viviendas) el estrato a) es atendido por la Public Housing Administration, orga­ni~mo federal que construye y alquila a bajos alquileres a través de las autoridades locales de la vivienda; los estratos b) y e) son aten­didos por el sistema privado de Ahorro y Préstamo, cuyos créditos hipotecarios son asegurados por la Federal Housing Administration y coordinado y refinanciado por el Federal Borne Loan Bank System y el d) por el mercado general de capitales.

En Chile el estrato a) (que se estima en el -1 ,5% de la población sin vivienda) es atendido por la Fundación de Viviendas de Emer­gencia y Asistencia Social (que ha preparado un plan triena 1 de l962-6·í de 4.000 viviendas); el estrato b) es atendido por CORVI; el es­trato e) es atendido por el sistema centralizado de Ahorro y Préstamo y el estrato d ) por la banca privada.

En Urugutt)' el estrato a) se supone atendido por INVE y Comi­sión Nacional Pro-Damnificados; el estrato b) se supone atendido por INVE (alquiler) y Banco Hipotecario (vivienda propia); el estrato e) se supone atendido por el incipiente sistema de Ahorro y Préstamo y la banca privada y el estrato d) atendido por esta última. No es ne­cesario destacar la absoluta incapacidad de cada uno de estos meca­nismos para resolver los problemas habitacionales de lo~ diferentes es­traros.

Para un Púm Naciotu~l de Vivienda es necesario pare ir de seis €le­memos básicos: 1) La demanda anual y el déficit acumulado de vi­viendas. 2) La estructura de ingresos y la correspondiente capaciJad de pago de la opblación. 3) La dimensión que deberá tener la inver­sión total en vivienda en relación con la economía nacional en su conjunto. 4 ) El costo de h;. construcción. 5) Las características de íos mecanismos financiadores.

Un Plan Nacional de Viviendas debe -en resumen- nrendef a solucionar el problema habiracional · 1 mediante la búsqueda de un exacto equilibrio entre el costo de la construcción y los niveles de in­greso de la población dentro de una inversión nacional programada.

El país carece a la fecha (marzo 1964 ) de la información yue permita estimar el presente y futuro de cada uno de los seis factores referidos. Mientras no disponga de esa información todo plan será vi­cioso o equivocado.

11 El problema habitacional es básicamente un vroblema social. Su solución puede ser - sin embargo- una forma de activar el desarrollo económico si se planea la cons ­trucción de viviendas uo solamente donde son demogr áficameute necesarias sino donde se le necesit& para el cumplimiento de objetivos primariamente ec onómicos. En sintes:s: no "desarrollo A PESAR de la vivienda" sino " vivienda. PARA el desarrol!o".

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No obstante pueden aventurarse algunas ideas.

1) No parece posible que Uruguay pueda reestructurar el Ins­tituto Nacional de Viviendas Económicas a la manera de la CORVI Chilena para atender Jos estratos a) y b ). Ello es debido principal­mente a la marcada debilidad en la formación del ahorro del sector público, según se trató en 4. A título ilustrativo (aún cuando las ci­fras sean equivocadas ): un Instituto Nacional de Viviendas Económi­e<1S que se propusiera construir 300.000 m 2. de viviendas al año ( 6.000 viviendas de SO m2. por ej.) o sea que cubriera grosso modo la mitad Jc la demanda anual ( tal cual hace la COR VI ) necesitaría invertir anualmente una suma de S 31S :OOO.OOO (ver 10) monto que es supe­rior al total del ahorro del sector público en 1961 (ver 4).

2) Reconocida la debiildad del sector público en la formación del ahorro sin que se acrecienten sus ingresos tributarios ya insufi­cientes, surge como única solución el financiamiento de la vivienda por el incremento del ahorro del sector privado.

T al ahorro puede canalizarse hacia la vivienda merced a un título h ipotecario reajustable sobre base salarial y merced a la instauración de un sistema privado de ahorro y préstamo con reajuste y Caja Cen­tral. De esa manera, dejando a INVE la atención del estrato a) dentro de sus (por el momento ) exiguas posibilidades. podría encomendarse al BHU la atención del estrato b); al sistema de Ahorro y Préstamo la atención del estrato e), dejando para la banca privada la atención del estrato d ) . Sería fundamental la coordinación estrecha de INVE, BHU y AyP por un organismo estatal interinstitucional que tratara de evitar la descanalización del ahorro (por ejemplo que el BHU aten­d iera al estrato e) dejando huérfano al b) (como lo hace actualmente ) y que vigilara el cumplimiento de un verdadero Plan Nacional de Vi­viendas que fuera parte de un Plan Nacional de Desarrollo 1 ~.

3) Dada la insuficiencia del ahorro público, el ahorro exter ior podría admitirse bajo ciertas condiciones: que tuviera un efecto mul­tiplicador, que fuere redimible a corto plazo, que no distorsionara sino más bien que acelerara el cumplimi~nto de un Plan Nacional de Vi­viendas. En ese sentido el ahorro exterior podría constituir el "capital de régimen" de un sistema sano de Ahorro y Préstamo (ver 9) . O b ien podría -si ello fuera la única salida- (por sus tasas de interés infe­riores a las de plaza ) constituir la base de un sistema financiero sub­sidiado que cubriera las necesidades del estrato b ) .

12 Un verdadero plan habitacional puede disponer de numeroaoa mecanismos a su servicio yara evitar !P. descanalización del ahorro. Ast por ejemplo, un Banco Hipotecarlo reeatructurado sobre un titulo reajustable para servir el estrato social b) (que necesita a lgún ti!lo de subsidio eatatal para el financiamiento de la vivienda) tendrá que lmpo· r.ersE un t ope de área para el otorgamiento de los crédito• (el tope de CORVI es 8-l m2.) , como asimismo una relación entre el área y el número de dormitorloa. Ea un hecho c¡_ue hace penaar en nuest ra propia Incapacidad para ver l as cosas la circunstancia que sean los propios prestamlatu del BID y la. AID loa que -en estos momentos-- nos están exigiendo condiciones de aquel tipo para otorgarnos los créditos.

SI los Institutos !lnanciadores están dota.dos de "umbral" 1 "techo" en relación con los estra.tos socloeconómlcos que sirven y si condicionan sus créditos a proyectos que provean un uso Intensivo (no suntuario o dllapldante) del área a construir, se producirá una selectividad natural de los aspirantes. As! un supuesto prestatario que desee un~ vivienda de área superior al "techo" del Banco Hipotecarlo (y que obviamente: pueda pagar su servicio hipotecarlo) se excluirá por propia decisión del sistema y rechazar>l un crédito subsidiado que lo es en la medido que le permite tener una casa que no le conforma.

37

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4) Es razonable suponer que un Plan Nacional puesto en prác­tica por el trípode INVE - BHU - AyP es probable que no esté en condiciones de solucionar integralmente el problema habitacional.

Según el Arq. J. P. Bonta de la Confederación General Económica de la Argentina el 58% de la población de la Capital Federal estaría en el estrato a), el 25% en el estrato b ) y el resto en los estratos e) y d). Si tales proporciones se dieran en nuestro país en general, el problema revistiría carácter dramático ya que la economía general del país no soportaría que se dotara al INVE (por ejemplo) de los re­cursos financieros para dar vivienda a un estrato social tan amplio ca­rente de capacidad de reintegro sin subsidio. El problema habitacional del país sólo J)Odrá ser planteado sobre bases reales una vez que se c.:onozca qué proporción de la población carece de capacidad de pago de una deuda constituida con intereses y plazo de amortización admi­sible por el mercado normal de capitales.

Mientras ello no se sepa no parece arriesgado - sin embargo­plantear mecanismos que bombeen hacia la vivienda el ahorro popular por el sacrificio del consumo. Hay dos pretextos formidables: el de­terioro de la capacidad de compra del ahorro por la infíación y el sueño de la casa propia.

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SANTIAGO LANZA

1

1

.. t

VIVIENDA POPULAR •

Nos referiremos a la experiencia chilena realizada en la vivienda en 1o3 últimos años, especialmente al aspecto de financiamiento de las mismas.

En nuestro país el crédito para la vivienda se ha destinado exclu­sivamente para las clases más modestas y se ha obtenido de los fondos apor~ados por el sector público. Está basado en el ahorro y el éxito depende de la confianza popular.

Desde hace años existen en Chile las leyes de previsión y ahorro las que están funcionando en toda su potencialidad desde 1925. Pero como paralelamente se producía una inflación constante y creciente que prácticamente anulaba la capitalización de las Cajas, el Estado aumen­taba los aportes a las Cajas pero lógicamente esos aportes no podían hacerse indefinidamente porque la economía del país exigía que se ca­nalizaran hacia otros sectores más reproductivos que la vivienda.

Todos sabían donde estaba radicado el mal, sabían también como podía remediarse pero faltaba el impulso efectivo para esa realización.

Fueron varios los factores que impulsaron a la solución del pro­blema.

En primer lugar ' la opinión 'pública que reclamaba la vivienda. Quien haya visitado a nuestro país se habrá formado idea de como

vive la población "callampa" con una falta total de higiene en un clima muchas veces riguroso. Los sismos que dejaron sin habitación a grandes sectores de la población. ·

y los sectores intéresados en mover la indu5tria de la construcción que formaron una · opinión coincidente. Así la Cámara Chilena de la Cons­trucción, los colegios profesiop.ales ligados a ella, realizaron estudios de la materia y llegaron a la conclusión de que había que realizar un plan general de la vivienda.

Tomaron por meta encauzar las construcciones del sector medio hacia abajo. Una pirámide cuya enorme base captara y diera alivio a las tra­gedias de las famil~as más desamparadas del pueblo chileno.

La Cámara Chilena de la Construcción estudió el primer proyecto de la implantación de ese Plan Nacional el que fue acompañado de un

. agregado para poder lograr su financiación. Ese agregado fue la crea­ción 'del sistema d.el reajuste procedimiento mediante el cual se ha man­tenido el pode1· adquisitivo de los valore·s, base del sistema económico que ha permitido la construcción de l{l vivienda popular en forma masiva en base al ahorro del pueblo 'chileno .

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Pero con el sector público solameftte;. n(j se hubiera---podido d~r 1;~ lución al problema. Había que brindar la oportunidad al sector privado para que se incorporase a esta labor nacional.

En el año 1959 el Supremo Gobierno dictó la ley mediante la cual ~e ha podido poner en marcha un PLAN DECENAL para el país en el cual se le ha dado a la construcción de la vivienda popular una prioridad muy importante considerándose que una vez lograda la capi­talización T obtelliiio.o:el PÓfOr ~O~ll]ICO del ~ecbr privado podría tomar un ~~nte, trr¡> i1so a 111rtir dtf' año 1959.

Dentro de la planificación general del país se incorporó el plan de vivienda que ya existía elaborándose el PLAN NACIONAL DE LA VIVIENDA.

Basándose en el censo de la vivienda que ya se había realizado se puso al día haciéndose las rectificaciones del caso. Este censo señaló la necesidad habitacional y en base a ese análisis se determinaron los planes cuantitativos y cualitativos de la vivienda en los distintos sec­~ores éiel país.

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"'''e 'La · Corpora~óñ de '1a ·'trivieíilia (CORVI) - '(1 ) . <:' ll • 1 ' i';l' . 1 1 1

Es aútónoma p·ero depende det Estado. Está •("""' . ~n > •)•J 1 (-}) .,. '

. es una entidad semioficial. regida por un Consejo y

tienen a su vE¡z fepj-esentantes. ~l~~utivos. Su m~ión \~rlncipál es 'tá de invertir el 50% del dinero del sector

pú.~'j,c.~ ,deposit~~~ en 1 'l'a's , d~~·íi~la~1 ~ajas de Previsión. Reúne el 50%

de los · fondo~ de 'esas instituciones y los aplica dentro del programa de ~l 1 • "11 1 • .) • ~

inver5\ones que real~n c~da UJ?~ de estas CaJaS tratando de resolver el problema 'social.

• • El CORVI t(ene adeinlás a.~rtes fiscales, fuertes al comienzo, han

' ido disOíinuyendo compe,nsándos~- con otrós que le pertenecen directa-} ' ~.- ' , J ,~ r ) ~ .

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Impuesto del 1% a los saiax:ios 1 . .

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A los 3 años pasan como ahorro poniéndose el título a nombre del • j .,.. .. ') ..

empleado y siendo obligatorio . .. \\ ' ( \ ' . Se inició a raíz de los sismos de 1960. Ha dado buenos

y si bien se creó con carácter provisorio, es posible que se . ma·nente .

resultados haga per-

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Page 45: Arquitectura 238 - 1964

Liberación del 5 %

Impuesto del 5% a la actividad industrial minera, agrícola, fabril , etc. Este impuesto puede liberarse siempre que el empresario lo dis­

ponga' en una cuenta depósito para la vivienda recargada con un 4% destinada a la construcción de vivienda a sus obreros o para construir viviendas económicas y venderlas en cuyo caso tiene que restituir la cantidad inicial. Si no se emplean en la construcción pasa a formar parte del activo de la empresa obteniendo un interés y un reajuste acu­mulando el activo.

Otra forma es que el empresario pague directamente al CORVI dándole un préstamo a sus empleados para que completen el ahorro buscando con este sistema de ·solucionarles la vivienda.

CORVI tiene también otras fuentes de recursos. Depósito directo del público al 3% de interés que puede ser para la vivienda o no.

Si el depositante entrega en un año el 42% del valor CORVI 1e financia el 52%.

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¡J '' 'CO~:Vr '·Jjé:ra 'ettmplfr ··con sus cometidos :Puede cdmptar terrertos, !o-teando, verderlOs lbteadós, expropiaT· ¡)ara remodel'ar. t .

,_: ,rPueder otorgar · eréditos a; las ' ·empres~s consftuctoras hasta·· 2 ~ños áé 1 p:fáio para · c~truir ·vivienda . de . acuerdo;; ? P.toyectos previa'rttente acepta 8os eón "'destl.no a la' venta de ·la vivientfai llamada económic~. 'La vivienda económica es toda aquella que no supera los 15·0' m2 de édns·­t:rucéiÓn y1 ctiíe~ est~ He8tinad~ a dar -'habita'éión a un determinad~ · nú­mero de personas (8 camas a 17.5 m2 por c~ma o habitante de la l~idad).

' 'El ·Presidente 'de ¡;¡ RepúBlica, median\eJ Ün simple decreto 'phede determinar la ·zoml.i'ld'él ·pais-'en fque se pu~den ('cott~trulf ' vi\l'ienda~.,. ecd!. nómicas eliminando- las zonas balnearias.

' . El mínimo es de 40 a 4!S m2. ·' · '

Las viviendas econúmicas se deben construir en zonas w ·bánas de •

acuerdo a las ubicaciones e_stáblec'idiis en tdt planks reguladores muni-cipales. ·

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Támbién se hacen de acuerdo a la división llolítica del país. Cada

c~~u~~r ( tiene ,~~ . ~~niciJ?alida~ . que es~ud,ia., la,s .p1~~.if~c~~iones :Y.! los planes reguladores de las zonas declaradas urbanas en la ctudad. En las rio urbadás taffibiért pued~n ~onstruirse ~Í~ie~das econÓ.riücas. Para ello

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ti:ne~ -~~e . obtenerse 1~ _a~t<?rización del Arqto. del Mi~~-~~riq . d~ .. Pb~as Publicas siendo esas VIVIendas un complemento de la v1v1enda mdu;StX:~fll.

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Page 46: Arquitectura 238 - 1964

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Se distribuye en base a puntajes dándose prioridad al número de familiares que puede estar compensada mediante un mayor ahorro.

Como principio generat para tener una casa hay que ahorra1·. Por modesta que sea la familia se le exige un ahorro; s~ fija e~

puntaje en relación al núcleo familiar estableciénJo\~':ll~ncYtiot'á ffe0 ~;rr'"'o. ~C\f#;, e~~o sfhtA'mel? .. ~ j cu~n~éJ , ~a~ -~J.ter~cj.o~es r,.gJlle .~PM~~··.wedu­

cirse en el seno fam~}ja.x:t ~s~.~n\~t;~~~~"'J'· ~~._sqq~d~flA I#Jl:lbiéRnl~s pos~bi~d~qes de l}~Jrps ~gfe~~$ ,~Y.~. pe}'},llltpn \W~ inv~r;Si~ más¡ r;ipida.

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En el primer momento en ¡a , ~~~qifa<;~ÓJl ~ n~1 se 1'\\~o ~e\~ciqn , ,~1;­guna. No se analizó la constitución f~~jli~It. ~t~ a_~pecto , Ct?nstituy~~ un serio _problem~ . social. J?~s!'ués s~ ~ifiQ ~a selección dE: 1~, familias, de acuerdo 8

1 la , c~AQ.uc.\a, .,mo~p · qe Y~.?~· etc. ,. . · • . .

La base de la Construcción es la venta. Las viviendas se deben • vend~er y no alqu~_Zpr. Deben ser habitadfs por el comprador. f>ue~en ser vendidas una 1 vez amortizaaas. . . .

Ep el 1 comieli~o se mantúVi~.ron 'muclio.s afl~s . alquiladas. Pero lo~ que se · recblectába rió atcafi2afM1 :p~'ta . b~ga; fo·s gastbs cie" ~~nteni'miení~·' y1

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cuns~rvac10n. . · r-Ci.uindo la; · !amilias sé : ~!nt\eron próph~tariéis emp~.z~~¿n re~ién a

cuÍ<Í~r'-' stis c·asas. · •

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Estímulos a la cons.trucción en el 1 secto~ Iprivado

Existen diver,sos estímulos para incentiyar la construcción de- la· Vi­vienda Popular; por: ejemplo~ las empresa~ 4ed~ad~s q este tipo de cons-.. trucciones están exoneradas del pago de impues.tos.

Tampoco paga impuesos durante 20 años la vivi~~da económica de hasta 70 rm2. La vivienda de más de ·70 m2 y hasta 140 m2 está exo-

nera~• durante 15 iaños . y la. de 140 dur~nte 10 . años. ,lÑo se pagan im-puestos de herencia; están libe~adas de los controles. de la ley de arren­damientos y de cualquier ley de congelación de alquiler~.

La escrit~ración está liberada de los impuestos. Se firma un docu­mento entre el Fisco representado por el Tesorero Nacional y el inte­resaq~, :,en el . ~ualt, el fisco se compromet~ .. a manteiJ,~f todas las dispo­siciones legales que favorecen a la vivienda popular siempre que el dueño se comprometa a mantenerla en las mismas condiciones de superficie, obligándose a n o- hacer ampliaciones. ,

A las empresas copstJTuctoras se les. d~o otras facilidades·: elimina­ción de impuestos al capital que se invierte en la construcción de estas viviendas. El solo . hecho de hacer inversion_es en sociedades de· este tipo no .sólo elimina los Impuestos ~ino que no se investiga sobre el· origen.

~n . esta forma el :número de empresas , ha· aumentado , extraordina-riamente. :

La CORVI por, ley no puede cobrar · más de un 4%. A los ahorristas paga un 3%. Tiene un marge.n para el pago de administrativos. . .ruede financiar los reajust~s pqrque en ;realidad está invirtiendo fon-dos del Estado.

~l pi!incipal interés es que los aportes entren a capitalizar las ins­titucione~ de crédito para que dejen de ser una carga para el Estado.

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Ca¡a Central de Ahorró , y Préstaiftl» 1 ' 1 "' • ... ) •

Esta tiene tres· funciones~ · 1 .. ..

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' 1'1 ) · Dar· personería ;.júrídica a las -distintas asociaciones de ahorro y préstamo, eligiendo sus 'Direetorios.

. . 2~) GarantizaF al ahorrista la devolución a el dinero. 3?) Recapitalizar á las Asociaéiop-es reintegrandol~s · el importe de

los créditos hipotecarios- que· ·realicen, transformándose en una in'stitución financiera de las· mismas.

Esto le permite operar como órgano directriz de la política . a seguir, orientando la constrticción hacia los tipos más nece-

. . sanos. ·

La Caja Central · inició sus· funciones con un capital de 5.000.000 de dólares en momento> en que el escudo estaba a la par.

A raíz de lo's sismos y terremotos el Gobierno de los Estados . Unidos regaló 20.000.000 de dólares a Chile de los cuales 5.000.000 fueron asig­nados .. a la Caja para. promever: el desarroUé eh las zonas afectadas por los sismos. \ . 1

>f' El · capftal -inicial' se . ·integró pues con 10.000.000 de dólares. El Go­bierno le~ asignó ·3.000;000 más." El re.Spaldo iiilicia·I 'fue de 13.000.000 de lólares.· El destino" de e:ster· capital· es e'l , de dar ' ayuda financiera · a las Cajas de Previsión y Ahorro, reintegrándoles en efectivo el importe ' de los· créditos : hip'otecarios. Sin embargo la .tca1pita-lización 'por concepto del . Ahorro Popular ya sea para la: l construeeiótF de:-viviendas ' O simplemente el ahofro ·puro, ha·· sido :tanYimportante' que el dine1•o qué 'se !había ' pre-. visto invertir en 6 meses aún a los 2 años no se ha invertido.' ~-

- Los cr.éditos¡. ;venovabl® del :· ~BID) f y·' .la ·. ( AID-~ ·: pdr '-· 1 0'.000.000 de dólali'e~ én total :al 2% ., y ¡,_; 4%'' dEi) interés iespectivaméfite'' han sido uti­lizados para aumentar los fondos propios. Los del BID producen el 4% y los del AID el 7% en las Cajas de Previsión.

Los créditos se han destinado a la construcdón de viviendas del más bajo nivel y han sido de gran utilidad.

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Las asociaciones privadas de crédito •

Las asociaciones privadas de crédito son entidades que se consti­tuyen teniendo por cometido el de ·comprar, ahorrar y otorgar créditos hipot_ecarios a largos plazos para. la construcción de las viviendas eco-

, . normcas. . .

N o son asociaciones capitaListas ni persiguen fines de Lucro. Están con~tituídas por personas ampliamente conocidas. de alto prestigio moral

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d~.:n~ro de la . comunidad. Su nombre es la. gar(;lntía del ahorr~ta. . . ~

Antes de su legalización, es decir ,~pt~s qu~ . la Caja Central le ctor·-gue la personería jurídica el grupo de personas que se reúnen para in­tegrar una Caja de Ahorro deben cumplir determinadas condic.iones im­p·.lestas por la Caja Central: número de depositantes, cantidad mínima de cada una de esas cuentas, cantidad global en depósito, demostración de eficiencia administrativa, integración del Directorio. Una vez otorgada la personería jurídica la Caja comienza a actuar con el respaldo oficial.

El Directorio puede estar integrado por 5 ó 7 miembros durando en su mandato del 1 o de julio al 30 de agosto, renovándose por elección todo el Directorio, .sorteándcse 3 que duran un año y las otras 4 ( tra­tándose de 7 miembros) dos a.ños. Hasta tanto no se otorgue la per­sonería jurídica, el respaldo de los ahorristas está a cargo de los orga­nizadores. La Caja ·tiene el derecho de rechazar a los integrantes or­ganizadores si no tienen la integridad moral necesaria.

Los Directorios son actualmente elegidos por los propios ahorristas, los cuales tienen el derecho a 1 voto por cada 20 escudos ahorrados man­tenidos en depósito y reajustados, con un máxime de 100 votos.

Se deja libertad al interesado para hacer la casa por .. in\~f.Wedip <ie su arquitecto y con la empresa que elija siempre que estos profe­~i~nal~~., e~tén cabfi<;ados por la ,CORVL. La masa: ~de ahorris~ está en .p~ena¡.Ji}?1~rtad para , constrl!iF .c9mo ~llos .. ..Ql,li~ren .. EJ prés~a:q-w ~~ .}\ace E-1\: b~~e ,a ·':m~ 1~asación realiza~a por la CAJ_A y <;ontrolada por CORVI al ~Pifl~f . ~l. cr~~itp 11~pote~,qriQ. ,I. :~ .. ---• .. · .:. , J

Las ASOCIACIONES crean el estímu~o .~el A_HOR~Q ~E_AJUSTA:ElLE p~ra , Jp dYt~ienda y p~u:a el AHORRO PUR~. ·que .permit~ SJ,los ahorri3-~~. g~a~ ... up. . 4iy~q~ndo qu~ ppede lleg!lr .al 7%. Cuand,e _. no · sobrep.asa df1 1.~p,q1 ~seudos . está pber~~o d~ i;tnpuest_os. 1 : . •

,, · ~fP .lP~titu_f;ones , ¡¡egiopa~es ,y ep p4mer,o de : ~~ se h¡a}Jan. qestribu~das en togo; ;el pa~.

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El éxito de estaG financieras es tan halagado,· que no ha sido ne­cesario hacer uso del crédito del AID de U$S 5.000.000 a la Caja Central para reembolsar el dinero de las hipotecas hechas po1· las Asociaciones.

Las Asociaciones se auto abastecen de dinero no siendo necesario usar de créditos. Se han depositado para aumentar los fondos. Las Aso­ciaciones otorgan crédito solamente a sus ~r1orristas ar 7% de interés cobrando el 4% de comisión por una sola vivienda.

Tanto a los créditos como a los ahorros se les aplica el reajuste. El plazo promedia! de hipotecas es de 12 años.

La cuota de amortización e interés se fija en un porcentaje del 25 % del ingreso líquido del núcleo familiar permanente.

Para el cómputo no se tienen en cuenta los ingresos de personas jóvenes porque se supone que en uncorto plazo no pertenecerán más al núcleo familiar. Se toma pues el núcleo familiar permanente. Para per­sonas mayores se hacen seguros de vida.

Los créditos tienen un máximo legal de 27.ú00 escudos y las con­diciones del núcleo familiar fijan el plazo y el mento del pré5tamo.

La Caja Central compra esos créditos a las Asociaciones tasando siempre el valor de la vivienda. Se establecen límite.5 para el valor del m2 edificado.

No se otorgan créditos sin cx.istir un depósito previo. Los préstamos no se hacen por el costo total de la vivienda. Siem­

pre es necesario disponer' de cierta caniidad de dinero para completarla la cual se entrega al escriturar.

Los préstamos varían desde el 85% al 50% del -valor de la casa aumentando el porcentaje a medida que el costo disminuye.

En viviendas de un costo de ... 6.500 .l escudos!- el Cf'édito- es del'"" 85%' y de 14.000 escudos en ad.elante del 50%.

Se desplazó el" concepto de la seguridad· hipo-tecaria en .beneficio del ser.Jicíb· social que se preSta. · · · t "

' Los . pré3tamo3' se . hacen a 1 personas naturtiles y a 'ias sociedades de hasta 20 personas que desean resolver el problema de la viviencia; én' orden colectivo.

Se admite el · régilnen cooperativo de la vivi~nda e3ta~bleciéndose un número de 25 pe~orias' y un máximo de 25b. Con cantidade~ superjores no se han lograCio tesuitad& poslti~os.

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El rea)uste aplicado á 1~ cuota~- ya sean · eón destino a la vivienda comó al ahotro ·y a ' los dividendoS, há creadb el ' mecanismo' ecdnomido · mediante el cwil se ·ha logr-ado manfen:ér -e1·~ poder adquisitivo 'de · l~s fondos de las entidades de préstamo, volcad~ hacia la construcciÓn' ma-siva . de .fas 'viViérldas ecónómicas. · ~ · ·

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Se' .estudiaron·r·varios "ln~: el· ·costo' ·del m2 de la ' construcción, el costó de la vida,; el valor ;mohe~~riO? '1\ todos si bien después de de­terminado período de tiempo llegan a vblverse equivalentes, tienen esos íudices el defeeto de té-ner variaciones bruscas que no reflejan, eñ de­terminados momentos el verdadero aumento del costo de las viviendas,

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lo cual habría significado, a los modestos prestatarios, el no poder se­portar esas variaciones.

Se tomó como índice más lógico el que mejor relacionara el costo . . . de la construcción con las fuentes de ingt'eso d é cada pérsona. La ley

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estableció que estos reajustes se aplicaran con respecto a las variacione; de los salarios en todo el país. .

Se estudiaron todas las causales que podían ihfluir en la .. -En Chile el índice de aumento salarial e5 . variable:

inflacidn. . .

En los campesinos está condicionado a las cosechas: lo.:s gremios mi­neros y los trabajadores de la industria siderúrgica, dieron un salario sindical más elevado respecto al percibido por la de asalariados.

Se estudiaron en forma separada. La Dirección General de Estadísticas y Censo ha realizado una en­

cue.sta de carácter personal con el fin d.e establecer .un. promedio, re­fl~jo más real de las variaciones s alariale~.

Las Cajas de Previsión y Ahor ro tienen miles de prestatarios a los que ha subido el servicio mensual de su deuda.· Se le'3 d_emuestra en cada caso que están pagand~ el mismo ·po-rcentaje dentro del nuevo sa­lario, es decir, que siempre invierten el 25% de su entrada.

La Dirección General de Estadísticas y Cen~o parte de la encuesta :-ealizad:t y entrega el índice definitivo antes ·del ·30 de junio d~ cada año. En esta fecha la Caja Central y CORVI dan a conocer en forma oficial los nuevos ingresos para fijar los índices:

Ei saldo del crédito al 30 de junio se reajusta · con el .nuevo índice •

y a las amortizaciones hechas durante el año se· les aplica el reajuste; se resta a la anterior y se establece el nuevo· saldo_. -

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'. Por ejemplo: Se toma el saldo ;del .crédito· del año · anterior al ·~o - .

mienzo del ej~rcicio. A ese saldo se .le ~plica · el nuevo. índice. También . . ·. a las amortizaciones hechas durante· ese período se les; aplic.a · propor­cionalmente el mismo reajuste. La resta de la deuda anterior dará el saldo que tendrá en el nuevo período.

Con respecto a los ahorros también se aplica el -reajuste de la misma manera siempre que no se hubieran realizado retiros. En este caso se oierde el derecho al reajuste.

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Rea¡uste provisorio •

La mayoría de los aumentos de sueldos empiezan a· r egir de enero a febrero de cada año mientras que eJ. sistema dt: reajuste se estableció d r:: junio a junio.

El ahorrista ha tenido el aumento 6 meses antes de producirse el reajuste. Si se presume un aumP.nto la Caja Central y CORVI tienen la facultad de hacer un cálculo teórico estimativo del monto del aumento. Aplica la mitad. Si el aumento es de un 24% a partir de enero se le .. r~carga un 12%. De modo que durante~ 6 meses capta el 12%. Prácti-

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camente el ahorrista paga durante ei resto' del e año la · misma sumá. El aumento de los salarios se basa en el aumento del costo de la vida.

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lndice del costo de la vida

Este se establece partiendo del sueldo vital mínimo ne~esario para Ja subsistencia del individuo. Anualmente se va increment~ndo de acuer­do a los aumentos de rubros bases tales como vestimenta, alimentación, . . habitación, etc. Pura determinar los dos últimos se toman una serie de artículos en cantidad determinada, que se. consideran indispensables. Una comisión tripartita representante del Estado concretan los costos.

Seguro colectivo

Las instituciones de préstamo aseguran el saldo de créclito hipo­tecario mediante un gravamen de seguro colectivo lo cual es obligatorio . al escriturar. Es necesario un examen médico previo. También es obli-gatorio el seguro contra incenclios.

El plan nacional de la vivienda se puso en marcha en 1959. Durante los tres primeros años se hizo un gran número de viviendas

económicas de emergencia para sustituir los rancheríos (callampas) y dar alojamiento a la población que a consecuencia de los sismos perdió su vivienda.

En la actualidad se ha llegado a construir aproximadamente 40.000 unidades anualmente.

En un principio la CORVI debía financiar más del 50% del Plan, pero poco a poco ha ido limitando su tarea la cual ha sido absorbida por las Cajas de Previsión y Ahorro. .

La vivienda se ha construido mediante los sistemas tradicionales adaptando los materiales y posibilidades constructivas variables de las zonas. La mano de obra barata permite obtener costos bajos. Se han hecho intentos de prefabricación pero no existen diferencias apreciables de costo.

Existe actualmente un movimiento creciente en el sentido de lograr · J

sistemas mixtos de prefabricación y buscar soluciones con sis~emas mo-dulares. .

El éxito de Chile en la construcción de viviendas está basado en el AHORRO y éste en el SISTEMA de REAJUSTE y en LA CONFIANZA POPULAR.

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S·intesis de las manifestaciones for1J~ U~acla&_ por, e-,~ 1$!..·) .S.t1,7J.~¡ago, ~qJ~~q.,.·

en la Mesa Redonda realizada en 1a .~ .f1. -:f!- :~~~ )~1 d~ ,~<rnie~J.3re1 de. , 1P93 . t.,...r 1•.

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Page 53: Arquitectura 238 - 1964

EN 4 AÑOS DE LABOR HABITAC.IONAL' LA r CORVI HA CONSTRUIDO O FINANCIADO MAS DE 120.000

.

VIVIENDAS EN TODO EL PAIS

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Nuevas poblacioneg y núcleos habitacionales se le·vantan en 128 ciu-s · ~ . r;' ...

dades o centros urbanos en todo Chile. Han ~ido radicadas más de. 200.000 ~ · - . . ·- =· l • •

personas sin ho~ar . o habitantes de ranchos insalubres. La Corpor-ªción de la Vivienda, media'nte su acción directa e ind'i'recta, ha.· dado "iecho . ,.- - \ . ... . .. . a no menos de 600.000 ciudadanos · de· las clases asala1;iadas y · populares.

El Plan Habitacional del Gobierno, iniciado en' Hl59, con la ¡>'ioin.Úl~ gación del D~creto 'con F~eria de Ley Nc.i · 2, entregÓ3 a ·la · Corpo4ación de la :Viviepda la· direc.Ción, programación· y desarroÜ'o de la re~lú1sÍrud:' cÍón d~l · paí~ en' escala ·masiva, teniendo como' divisa turidanÍ~ntal la · a~ew-: . .... ... . . . . .. ,. ~ ('\

ción de las necesidades del g·ran sector asal.aria.d~ y pop!Jlar, ~ar~nie. hasta entonces, de . la11 legista~iÓn . . y . los ' iilecani~rllos técri·lco-~c<;>h~~Ütds adecuados para proporcionarle una nueva viviénda familiar . . , · · ·. · · · ·

En sus grandes líneas de trabajo, la CORVI divide su acción en las :U.~fl~5 -.L!-Ber .Oi~ecta y ,Labqr IJ!4ir:ec4l. ,_La . priple~a. det: el\as, _.. ~~- ~ r.~

9;er~ a lo Q,l;l~, .l~. <;Q~V:l_. _,co,n~t:ruye _. ~on_, los ~rc~5sq.ft,. ¡>Jo~Yps"> d~ ~~f-h ~~~~;l s~gues~~ i~~~lt4~i<¿na.l, . c~uJlo ~si,IW~mo,, con .l~s, J.o~~ps ªpo~},~q?,~ pe~ 1~ Cajás 0- Institutos de Prévision del país, destinados a 1 a constr~ccion de viviehaa

1

S. ·para >sus respét¿tivos . '1ihponente'~ tsf'~~egüiilda," ~é ~fe~tHA91fiel diante los diversos sistemas de préstamos a particulares of ~ihPJi~Jlpar~ la construcción de viviendas económicas, edificadas, en todo caso, bajo la supervisi6n ·de' la COlfVI. . " -, ¡ ' · '

La ·aplicación del ·.Plan · Habitacional, po~ parte· de .. la Coi-pdració.,: de la· Vivientla, ha sighffidl'do la construécióri ·o el fínahciami~í~ 'total o parcial de 121.460 hogares, desde al dictación del ·n .F.L. ·2; hasta el

' 31 de dici'embre de 1963. de acuerdo con 'los· cómp~tos y "·cálénlos ·a:ctua-, .

lizados hasta la fecha indicada~ ' · ' · · ' ' ' · · . . Esta realidad constituye el mayor esfut:~rzo ~efecfúado poi"el Esta'do

y por el . país en toda su historia,' en materiá ' de · vivienda's ifupulares. y sus resultados han dado motivo a elogios· de amplitud ' itíternacióhal. · . . - . . (

,Especialmente~ ef sfstema chileno ·se Ha colocado a la 'cabeia· d'el movimient1:> hacia el progreso que preocúpa en forma dramátiéá a los países ·en etapa de desarrollo, y aúh se le señala · como so1u'Ción Iil·ae~ti·a . . ... . ' . .. . ~

para cualquie~ . pa'Ís que de~ee . con~ertar sus recursos . económiCos, tanto· estatales como particularéS, eñ favor de la renovación habita-ciónal. pro­blema que' st~bsiste aún·· en los paÍsés de mayor evolucion financlera, . industrial ·y social. ' ·.

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tado, que tiene éomo finalid'ádes -'prHicipai.es, las. sig!lieiltés? . .Ja) ',f\á't'Oil?¿t el funcionamiento de las Asociaciones <il/Ahoi+'o y' Pr~stafud~,~~ui]QfJ citar su control y fiscalización; e ) Allegar mayores t:ecursos financieros , . . a las asociaciones, mediante la compra o ,descuento de ros ,áéditos hipo-tEcarios que otorgan estas instituciohes; y d) Se~vit de di·gárUs~o~!f.~e-· gurador' de ahorros depositados . en las asqciaciones. . l ) • :·

1, '_ r; . !

Tanto los ahorros depositados, como los ' préstamÓ$ p·araJ vf¡J¡~daá 's7 reajustan anualmente en urt porcentaje . equivalente a lá 1 variacioii -~~~pé-' riinentada por 1ós sueldos y 'salarios medios' pa~adds en etJ~áí~, tédu­cido en tih a unidad y al entero inferior n1~3 próximo. Est~ siste~fl,r re­presenta Üna efectiva garanjfía pala los ''depositá'rttes~ ~ati~Jfl_</ptán1

J a l' urr: , ¡1 ~ n t .. ,.,~\ ,. '~ t 1 •n r ~ru: 1 ) n"

p1·éstamo _para vivienda, en cúanto ~ que 16~ ditier~. de. los· ~spqüi~o~, no serán vaporizados por 'la inflaéión y . que mantenaráii~--en'1rtó'do . mo­mento su real val~r adquisitivo. Esta garantía es básica,' pu~sto q.Je 'pei: _: mite a los depositantes reunir, mediante ahorros sí.Stemáii&o:g- '·e'fé~f{l?db~ durante uh tiempo ·prudencial, la.· cantidad de dl"'Ílero rH~ces'ilr'i~ t)a't~,~ te­ner derecho a la concesión de un préstamo, y basiéa tamB~P, ' pa'r"h que l • • ' d t t d' h ¡, t . ) -'~V•f .. l JI'~ ¡, as asociaciOnes pue an o orgar 1c os pres amos. . · ·

, 1 - r 1 t=: tn::. ¡· 11' . "

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Una asociaci6n• de altorro· y présta mo -IJ TP (, f(f ' • f

' 1 ¡ f" f "· Como un notable ejemplo del crecimiento 1mpre5ionante. de las• aso..:

ciaciones ·de ahor~~ y ·préstamo en Clnle, daremos a ·contihuaeión:: .una breve reseña del incremento de ¡J~s operaciones Lde ·' Jai (iASO'ciacióru1de Ahorro y Préstamo "Bernardo O'Hi'ggips"; de Santiago, ·tma:: fdl! ilas ~ás importantes que operan en- el paíS.<'· ,.¡ , ;., : J " 1 '\....

Junio de 1962 Junio de 1963

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Junio de • 1962

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Préstamos· escriturados • )

Junio de 1962 ........ . ...... . ..... . . . Junio de 1963 .... . ..... ... .... .... . ,: . Diciembre de 1968 ·· · •'-••4· ··· ···· · · · ·

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Rea iuste de los depósitos de ahorro y ~ividendos ••

Al ú1timo balance practicado e-l 30 de junio de 1963, la Asociación de Ahorro y Préstamo Bernardo O'Higgins reajustó los depósitós jde aho­rro existentes en aquella fecha en. un 35 por ciento anual, ·los ~que par­ticiparon, .. además, de un dividendo :dd 5 por ciento. En síntesis, al 30 de junio de 1963, los depositantes én cuentas <.le ahorro de la Asociación Bernardo O,Higgins, vieron incrementados sus depósitos en un 40 por ciento anual. 1.

' Puede afirmarse que las asociaciones de ahorro y pré:5'tamo han al­

canzado plenamente los objetivos que se tuvieron en vtsta·· al ~rearlas. El desarrollo creciente de sus operaciones, ha afianzado en el • público la confianza en las ventajas del ahorro practicado con •método,, ~briendo

a cada vez más vastos sectores de la población, un positiva· camino para la obtención de la casa propia .

• •

51

1

Page 56: Arquitectura 238 - 1964

S~ste~1 .privado .de ~horro y P,réstp~o .firtanció co"struc,ci6n dtf 6.522 viyli.enda,s, . 'J[ · ,; J

en 1963 la

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Al fil)alizar el año 1963, se cumplen dos año{ y me~iló de funcio­naifiiento de las primeras 11 Ascci~iciones que abrieron sus puertas al pub1lic~ en "chile. El nú~ero de particlpantes alc~ñzó a fin , del afio 1961 a 8.598 con un ahorro acumulado igual a 2.8 millo~es de e?cudo.s. Estas Asociaciones sé ubicaron principalmente en la zona central del país.

Í.(,. . l)(., .J • l

El eJeJilplo y acción desarrollado~ por las principales Asociacione3 d1eron bas~ para la formación de otras entidades, con lo cual poco a I?oco · el siStema fue penet~·ando en otras ~~e~s ge~{gráficas dtH páís. · El) el año 1962 nacen nueva~ Aso~iaciones con lo que se increrhenta 1~ 'ctividad ~en~.f~l del Ahorro ' y P~~~talmo. ,A fin~s ;qe e,~e añ9 el nú­me¡;o de p~rticipantes llega a 40.022 que acumulan un ahorro igual a 21,6 millones de escudos. . , , \._; ,

Durante el año 1963, el núrriel,'o de Asociaciúnes en operacion llep a a 22, el 'número d~ participante~· .Se " elev~. ~ :~S'O:ao1, inc1JY.,endo ibs ;o·c10is

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de cooperativas de vivienda y los ahorro~ brutos captados por el Sis-t ema, alcanzan a 71,1 millones de escudos. .

Por su parte, los préstamos finiquitados que a fine.s de 1962 lle­garon a 20,5 millones de escudo,s se¡~leva:J;) a- 80,S millon~ de agudos, lo cual da como resultado un volumen de colocaciones de 60,3 millones . de escudo$ para el año 1963. En términoS de unidades de viviendas las colocaciones logradas a fines de 1962 representaban 3.12.6 viviendas~·Y ,que a}f finalizar( 1963: llegaron a 9.648 lo qtle r~epres~ntó un aumento ne.t0 de 6.522 unidades durante el· último períodó. ~

Durante el mes de diciembre, el Sistema , ccmtinuó mostrando la . mis · ma tendencia habida en los últimos meses. En efecto, tanto en lo.s aho-. rros como en las colocaciones, que son sus dos rubros principales los aumentos fueron considerables y proporcionales ·a 1os .- experimentados hasta la fecha .

'

Depósitos de ahorro ,

Los nuevos depósitos brutos alcanzaron a 4,5 millones de escudos los que una vez deducidos los giros y las,.. .canti<lades apli~da§l a pré3-tamos en el mes, s~ reducen a 2 millones de escudos de ahorros netos.

Esta ·es la más alta cifra del año, excepto la de los meses .de julio y noviem,bre,. fe~has en que los depósitos sufren au~entos ocasionales, como consecuencia de la recolección del 5 por .,ciento de las ytilidades . " de las empresas que pueden ser depositados como alternativa en las Asociaciones. La responsabilidad por el notable aumento de ahorros, lo­grados en el mes de diciembre, se ubica en las nue:va's exigtmcias im:pues­tas por el Sistema, en lo que respecta a antigliedad y montos de ahorro, en el aumento del número de depositantes y en la disminución de los giros de las cuentas de depósitos.

El movimiento general de ahorros brutos .y metas, p0.11' meses, para el año 1963 fue el siguiente (en millones de escudos): - - --- --- - - - -------'"":"'""--:--- - - - ·--- - ----·-

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Meses

Enero Febrero

· Marzo Abril Mayo Junio Julio . Agosto Setiembre Octubre Noviembre Diciembre

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Ahorrosrr>futos-

24,2 - 1. . 26 4

' 29,2 )'33,6 ' •

3714 44,4 50,4 54,2 57,4

' 1 61,1. 66,fl 71,1 •

¡ '

Ahorros 'rtetos-

2,6 2,5

~ 3,1 r· 4,8 . '

.¡ 4,5 • 4,2

5,3 3,8 3,5

1 • .. 3,2 • ' 4,8 •

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Page 57: Arquitectura 238 - 1964

Colocaciones ....:... Préstamos aprobados ¡ ' .t 1

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En el mes de diciembre de 1963 se registra la más alta cifra de Préstamos' Aprobados Individuales; alcanzando ésta a E9 4.200.000 cbtr~s­p<mdientes al mes anterior y a E9 5.600.000 que fue el promedió ;.del año 1963. 1 1

• • ¡

' Préstamos finiquitados

Los Préstamos Finiquitados aumentaron en 5.2 millones d~ ,escuqos de los cuales 4. 7 millones corresporiden a operaciones i~aividuáles, cifra ligeramente superior a la corre.5pondiente del mes de noviem}?r~.

El total acumulado de los préstamos finiquitados desde la i:.'.iciación del Sistema. a la. fecha, alcanzó a EO 81.000.000 inversión rque. ·repi;esenta 9.o48 .viviendas con un promedió_ igual a 91.10 m2 por unidad. ,

En el transcurso de . 1963, el Sistéma Privado de .Al'fQrror y Prés­tamo financió ·.6.522 viviendas con una invers ión de 75. miil{)nes íde es­cudos, •aproximadamente. contando con el apoyo! financiero cde ·la .Caja Central que a la fecha ha sido de 32 millones 500, mil -escudos a· .tr.aMés de la adquisición de los créditos hipotecarios. . ,

El programa de Cooperativas, puesto en práctica básicamente con el crédito de 5.000.000 de dólares que otorgara en 1902 reP~nco. lrtter-· americano de Desarrollo, fijó como meta la construcción de 2.300 viv.ien­das. Este prdgra'ma fue superado amplia~ent~ 'al álcan~ar~e., una t ifra

• . • • , . 1

de 3.202 vivienda·s gran parte de las cual~s aún se cncuenfran en pro-ceso de construcCión. La superficie media ' por rtiiudad ·de vivi€tidas Tiégó

~ ,, . . ., a 69 mt2. ~r ' • ' ~( · ••• •

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Ah.orromet oc,..~pa ,-.1 primer de ahorros y Sfrvicio,S

lugar en Chile p~r

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$U crecien~ ,~9lu.men-

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• r ' Más. de 16.000 asociados t iene esta' institución. La cant'ida.d ~f! .¡¡>¡rts;-f

tamos definitivamente aprobados supera los 20 millones de ~s~udds. :Ek­traordinario incremento de las actividades de esta . Asoc~· ación..t

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· .;. , r u tl rt•i <:0 : •,"' ,.'Slo La Asociación de Ahorro y Préstamo "Ahorromet" · ició sus acti-

vidaqe.s hace poco más de dos .. años. El eJCttraordinariq d~Bmollo -: que en este pey.íodo han alcanz~do los depósitos , de ahotr,o-_. deJIOsitapos J :en' esta institución junto con .el perman~nte aum~nto =-:de SUSPl\etv4~ios,- la} han ubica~o en el primer. lugar entre las veintodós ~odaciones,'1iel· ramo· existentes ~ .el país. , . ) , - 1 ·n

Fue creada bajo patrocinio de la Asociación de Industriales Metalúr.,. gicos (Asip}et) y la Asociación de Fabricantes ~de Conservas·. (Asfaéó).

Los · índices est~sticQs. ·que ~e registr..an en la labor de ·Abor,romet h~n señalado .perm.,a.nente crecimiento .. f:Demostr.ación de ellQ,lo"'da -:la acti.:.

' vidad cumplida durante el reciente año 1963 . . En muchQSJ ,caso.a:. ..... co~JlQ!

puede comprobarse- luego- , han 1 llegad,o a ctJadt;uplicar&e 1'Y · quintupli-•

carse las cifras correspo.l')dientes a número d~ asQeiados·, )v.oltnneni ~e, abo-, rros, préstamos otorgados y aprobados en _definitiva,· oooperatiyas de, Vil· vienda asociadas, con~enios¡ ~oleetivos co11 fiaes habitacionaiest• Y, en ige­neral todas l~ operaciones ·q.ue personas e instituciones llevan , ·a. cal>P· a través de esta prestigiosa institución.

Para poder atender debidamente a este crecim~nl;Q, 'l~ A~ociacióñ

Ahorromet se vio en la necesidad de disponer de mayor número de ofi '

cinas, y, · al mismo tiempo, más amplias. ·Para e1io se trasladó · a' fines ' de agosto pasado a su nuevo 'loéal, 'ubicado en 1call~ Mátías 'Cousiñ'ó" ·54'

y 64, y más tarde se extendió al número 82 de la misma' 'ealYe, piira el funcionamiento · de sus departaÍnetHos leg~Í y' de ··promóci'ón.; ·~ ·

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Ahorro libre '

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Al 3~ de diciembre de 1963 las cuentas vigentes 'd~ asociados" en Ahorro Libre ascendían a 11.616 con · depósitos por un Wt'al''de escuqos ' 10.907.522,56. Comparativamente, debe señalarse que al 31 )de diciembté

53

-

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de 1962 el total de asociados alcanazl;>~ ,a 4.188,. cHyos,.. depósitos por .un total de Et:~ 3.365.545.15. • e 1

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Las empresa~ industriales, com~~~iales y a~rí,5!olas que .de ac~erdo con . l~s ~S posiciones lega,les vigentes ~u~el?- i~I?utar el. 5~ :de su~ uti­lidade~ al sistema de ahorro y préstamo para los efectos de dar cum­plimiento al Plan Habitacional, también acrecentaron apreciablemente su confianza en Ahorromet, durante el pasado año transcurrido.

Al 31 de diciembre de 1962, esta Asociación registraba 573 cuentas . . ' de Ahorro Obligado, con depósitos por E<:l 836.689;36. ·Pues bfetÍ, 111 31 de diciembre del año pasado se registraron 865 cuentas de este mismo rubro, totalizando en depósitos ia sutha J¿ EQ ''2.276.535,69. t

Cooperativas •

(

Práctica~nte se ha duplicado. en un año el número de cooperativas de vivienda incorporadas a través de "Ahorromet'!• al sistema de· ahorro y préstamo. En esta institución hay actualmente 42 cooperativas asocia­das, con · aproximadamente 3.000 miembros, y. .• los dineros· depositados lle­gan 'a la cantidad de E() 398.890,U. Al finalizar d i:ciembre de ¡•1962,. el número de cooperativas de vivienda registradas en "Ahorromet" era de 2:l, con 1.300 cooperados y depósitos ascendentes a 124 mil 844,' 23 escudos.

Préstamos definitivos • • •

.,

. El directorio de "Ahorromet" había aprobado })~s~a ~l 31 de di-éiernbre de 1963 la cantidad de 2.030 operaciones .. definitivas d~ créditos . ' . hipoteca.rios a sus asociados. El monto total de estos préstamos .ascendía

~ . . ..]

a EO 20.769.734,55 y la superficie ocupada por las casas compradas o '

construidas mediante tales operaciones ocupaba 214.365,37 metros cua-drados. Comparativamente al 31 de dicie111bre de 1962 el total de pré~­tamos defínitivos aprobádos"' por el ·• direc'torio .. de (. e~ta ~ ~~bciati6rl lial5ia alcanzado a 681 operaciones, por la cantidad globai de ~ 9.374~4~4,80 y para . viviend~s ad~uiridas o con~tr.uidas, cuya, superf.icie totalizaba 120.8'08,50 mt2:

' . 1 1 •

Préstamo~ finiqt.itádos ' J · ·.' ·, · J J ! ! ' .

1 Se entiende por "Préstamos finiquitados~' aquellos créditos habitacio­naies que,. habiendo sido aprobadas por el Directorio/ poseen; ~ además;· el' correspondiente estudio de títulos, valo:t- de . ·tasación, tienen' :fijadas las condiciones definitivas de pago, han •sido escriturados en él C'Onser­vador de Bienes Raíces y ha sido comunicada al deudor-~ la disponiMUdad . de fondos. ·· ' · · ·

En la Asociación ".Ahorromet·~~: hasta· el 31 de diciembre' · de 1962 se finiquitarort 3()1 operaci'ones·~de. créditos !llip~teelÍr!ios- por la· cantidad de· EQ 3.847.333,'75. La · superficie áe· las· C'ásas compradas .o ~on~tntidas· . llegó a 45.9.16,17. , • . _,: . ~- . · . , ' · •

, Estos JValores 1..crecieron en más d~ cuátro veces· erf ·e.¡ itranscurso' ' tlel último año. Efectivamente,• alJ 31 de diciembre ·de 1963 ·se habían fini-' quitado ~ en · "Ahorromet" 1.242 operitciones· de eSte tipo · por 'valor de E'-' 14.217.907;42. La superficie ·de las viviendas , adquiridas o edificadas· mediante estos préstamos ascendió ·a 1:35.501,7.? 1metros ctiadradbs.

• 1 1..¡ : 1 1 , ~ J ..... • .J ' ' •• •• . . . . Convenios colectivos · ; · 1 1

• r e • "~ 1 l 1 • ' ' •• . 1 ' ·. l., .;")

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. , ¡,H~t~ la, fecp~, e~tr~ e~pres,af~~rX· s~.r~r'\'Qaja:.dor~ r ,;r1obr:~!OS~ o ~m-pJeados-:.;. se(l!}ap -suscrito 26 ,· conven~o.;; qotec~ivos con fit,l~s de.r ahorro par~ )a ~ivi~~d~ , R-e los P.~S~l~a¡es Ratticip~\~ -~~ es~~_,ac~erpqs ... Ttt.nto, las empresas , coP.J:O los ,trabaj~?~~es .~!r- 1 ~J?-ql,l~Ptr¡¡n_ efec~uanp.o, ~~pQsi~QS¡ destinados a formar el fondo de ahorro previo, que el sistema de ahorro y préstamo requiere, en todos los casos, para el consiguien>.e . ot~rg~­miento de préstamos, que permitirán a los trabajadores comprat1 o~ élfns-trpir sus casas. Se ~q~nt~ a9~, tanto e~"' la coop.~~<;ipp.:~ p~~ro~l . s:~mo c~Il- lo~ cr~ila~: d~ . "J\horro!Uer' ~ a r t:r:~'fA~ dF un. ,pla~ .~~pectr_l ;r 4~ , PP-sitivos beneficios para ¡os oJ:>re~·o,s. y ~WPl~ado~ . i~te~~sa.dos. ~- ....

~ ·

Page 59: Arquitectura 238 - 1964

CARLOS SAAVEDRA

E L R E A J U S T E

UNA SO L UC ION

Nos encontramos ante una curiosa situación. Con una crisis de la construcción y vivienda como nunca padecimos anteriormente y con una solución total para ella como nunca se encontró para situaciones simi­lares. Absurdo sería que nos quedáramos de brazo.:; cruzados.

Los Arquitectos deben es tar al tanto de cual es esta solución. El principio básico que la gu ía es e l de que, tanto los préstamo;

hipotecarios para viviendas como los ahorros dest inados a ellas deben seguir manteniendo un valor estable aunque los costos aumenten o la moneda pierda poder.

SS

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Es decir, se trata de un mecanismo económico que permite opera ­ciones a largo plazo en países con moneda inflacionaria. Con la ventaja de que no fomenta la inflación, sino que, por lo contrario, contribuye a crear un clima de ahorro y orden.

En forma elemental este sistema permite que, la misma cantidad d<; superficie edificada que reciba el adquiren te de una v ivienda, sea de­Yuelto cuando amortiza su préstamo para que otra familia ~ueda llegar a obtener también su vi vienda. Para conseguir e:;te resultado se precisa que el que ha recibid :> el préstamo devuelva el dinero "reajustado" en proporc ión a los aumentos que ha tenido en su salario o entradas fa­miliares. Como lo:; costos de la construcción aumentan en form a paralela a los salari::Js, dado el elevado porcentage dE' mano de obra nacional que emplea ésta, a l bonificar se a los ahorristas para vivienda en la misma proporción de los aumentos de los salarios, los ahorro:. de estos últimos n<J pierden valor adquisitivo en relación al costo de la construcción.

Debe señalarse que este sistema es aplicable tanto para las vivien­das que se realizan con ahorro público (lNVE, etc.} como para las que S<:! realizan con ahorro privado (Banco Hipotecario - Departamento Fi­nanciero de la Habitación, etc. ) y es el único que impide que los or­ganismos vayan en breve plazo a una descapitalización total.

Felizmente contamos además con el invalorable apoyo de la ex pe­riencia chilena para aplicarlo, porque ellos fueron los que lo inventaron y pusieron en práctica con un gran éxito. Chile es un país con nuestro~

mismos problemas económicos y con mayores dificultades en muchos as­pectos.

Sus técnicos han brindado el más franco asesoramiento a todas nues­tras consultas.

En estos momentos está en manos de los Legisladores el proyecto de modificación a la carta orgánica del Banco Hipotecario, que contem­p la, en principio, la aplicación de este sistema. El fue propulsado en forma principal por el Arqto. Homero Pérez Noble y e l Sr. Leonel Viera. Lamentablemente modificaciones posteriores hacen que se corra el riesgo del fracaso total.

La base del s istema de "reajuste" , que se propone en el proyecto actual, se toma con relación a la "cotización internacional del peso". Com :> nadie va a querer recibir un préstamo a largo plazo ~eniendo que hacer frente a las variaciones inte rnacionales de nuestra moneda el sistema no sería practicable·. Por eso es que la S.A.U. se preocupa intensamente ante los gobernantes para que se adopte como tipo de "reajuste" el del "promedio salarial" .

En esa forma, el que recibe el préstamo, sabe que sus obligaciones nunca van a exceder de un c1erto porcentaje de sus ingresos y ellas sólo van a aumentar a medida que aumenten los sueldos.

Como se comprenderá, esta explicación suscinta, sólo abarca los as­pectos fundamentales, el sistema debe acompañarse de una reglamenta­ción adecuada que considera la categorización de los créditos, los se­guros de ingresos, la calificación de los jornadas, etc., etc.

Comprendemos que los p lanes económicos de un país no pueden di­rigirse únicamente a fomentar las viviendas, pero también consideramos que los planes no se oponen sino que se complementan. Es obvio que el desarrollo y aumento de la producción pueden aplicarse más efecti­vamente cuando una población, en vez de invertir su.s ahorros en gastos superfluos y en b ienes perecederos, lo hace con una meta cierta hacia el logro de algo que es factor de equilibrio familiar como es la vivienda.

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LOS ACTUALES PLANES DE VIVIENDA Y

LOS ARQUITECTOS

JULIO C. ABEL LA TRIAS

· ~ ... ..;/

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La Sociedad de Arquitectos de l Uruguay, a la que me siento tan unido desde hace tantos años, me ha hecho el honor de pedirnos, que planteáramos un tema tan polémico, como son los actuales planes d e vivienda en estudio. Fundamentalmente, los que se desarrollan con los fondos de la Alianza para el Progreso, con el concurso del Banco Inter­americano de Desarrollo, BID, y la Agencia Internacional para el Des­arrollo AID.

El monto de estos planes es de S 254: 000.000.- para el BID y de S 200:000.000.- para la AID, entre los préstamos extranjeros y el aporte nacional, que es el 50% del total d e los mismos.

Es decir hay posibilidades de desarrollar planes para construir 4.100 viviendas, que prevé el P lan del BID y 2.000 viviendas que permitir á construir el Plan de la AID. En total unas 6.100 viviendas, en un plazo de dos años. Tendremos pues que construir 3.000 viviendas por año, por lo cua l es indudable que el camino a seguir, debe ser totalmente dife­rt>nte al que hasta ahora se ha seguido en el país, en materia de cons­trucción d e viviendas.

Y esto hay que decirlo con toda claridad; con los procedimientos const ructivos utilizados hasta ahora, con la lentitud de nuestras obras y trámites administr ativos, y con el costo máximo fijado por el BID de USS 5.000.- unos S 85.000.- uruguayos, incluido la urbanización y el terreno, no podrán hacerse las viviendas. Hay pues que pensar en una standarización de la construcción, en una mecanización de nuestras em­presas, en la fabricación en serie, etc.

Aunque el tema es tan vasto, me voy a lim itar a exponer los li­neamientos generales de dichos planes, en relación con nuestras posibi­lidades.

Es claro que para tratarlos, voy a tener que referirme a la situación tan especial que vive la República, con su economía distorsionada, con sus 200.000 desocupados y la necesidad de dar trabajo, con planes de edificación.

En el interior la situación es muy grave, ya que salvo Fray Bentos y Paysandú la única industria e:> la edificación y la desocupación crea sit uaciones dolorosas a nuestra gente.

Por otra parte el problema de los alquileres sólo encontrará solución en un plan masivo de construcción de viviendas.

Todos estos determinantes nos llevan a afirmar que la industria de la construcción, no tendrá soluciones dentro de los moldes usados hasta ahora, hasta dentro de 5 ó 6 años, cuando la distorsión que sufre el país haya pasado y que el camino no será indudablemente el de los edificios de p ropiedad horizontal. con unidades para vend~r de S 200.000.- a S 400.000.- porque la plaza e ·tó agotada.

IIoy lo que hay que dar son vivit>ndas pa ra los grupos de menos 1 ccursos como in ten tan hacerlo estos planes, con pr ecios de venta entre S 48.000.- , S 85.000.- y S 140.000.-.

P or otra parte si se piensa que para construi t una vivienda indi­vidua l en Montevideo ha~· que pensar en unos S 200.000.- con terreno y una superficie edificada de 120 mt2, se aprecia que la solución sólo se encontrar á en la vivienda colectiva.

Creemos que la única solución está en la vivienda colectiva, por ­que la viv ienda indiv idual ha pasado a ser un "lujo' ' de esos que el país tiene q1.1e abandonar.

Además t ratar emos de exponer el al t0 '' ent ido de educación socia l que tiene la vivienda colectiva, aun en el in tenor del país y como e i adelanto ha hecho que nuest ra gente de las ciudades del inte rior, ya hayan abandonado p:lr múltiples circu nstancias, el sueño de la casita in­div idua l. ahora inaccesibl e a la gente de pocos recursos.

Y dentro de la teoría de la v1vienda colect iva, la Unidad de Ha­bitación como St>lución con el r.uevo concepto de l pr oblema de la vi­vienda, en que e; tan tmportante com0 el techo, da r los servicios edu­c'Ocionales, de prevención de la salud, de esparcimiento, de deporte, e tc. Ei club del barrio, la policlínica, la n ur:>e t y, e l ~imnasio, la biblioteca , etc.

Creemos que es un ejemplo a seguir en estos planes a estudio la

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UNIDAD DE HABITACION DEL BUCEO, proyectada dentro de l P lan Ha bitacional para Montevideo estructurado de 1955 a 1959, y previsto en el PLAN DIRECTOR de la ciudad.

P ero para desarrollar esto.; planes con éxii.o, deberemos además aban­donar viejos vicios guiados por la demagogia, e n la adjudicación de v i­viendas a alquileres tan bajos que resultan un regalo, o en la ap licación de las Leye> de Vivienda. Al considera rse el objetivo económico, se h <· dejado de lado el problema social, creando además g1·upos privil egiado-; por las Leyes de Vivienda.

La sa bia Ley Serrato ha sido de,;virtuacia ~- lus servicios que e n ella eran de S 5.688.- cada S 1.000.- han pasado a ser de S 4.22 para Jo-; em pleado3 del P <' lacio Leg i..:Jativo. Corte Electoral, Militares, Bancarios. Cajas de Jubilaciones, etc.

Se ha llegado a otorgar d e S 10.000.- a S 20.000.- para el alhaja­miento del hogar. Se han de .> virtuado las Leyes de Viv!cnda como el legislador las quiso, permitiendo además construir casa s de veraneo en las p layas, que no ~on viviendas perman ente.> y únicas del propietario.

El país, si bien pudo permitir$e este "lujo" en épocas de "vaca" gordas" , ahora con su economía en p lena crisis como lo establece CIDE. J ebe exigirse que los dinero.; se destinen a re :olver sus problemas má$ angustiosos y entre ello.; la vivienda económica.

Habrá pue.:; que dictar una sula Ley de Viviendas, con el interé ; más bajo, pero que sc3 de •tiuada sólo a la vivienda económica, única y permanente, como lo han hecho en Chile ccn ~u Pian Habi tacional.

Tendremos que hacer que nuest ros proyectistas dejen de lado su excesiva imaginación para crear Pdificios de h abitación s iem pre dife ren­tes en todos su s elementos, llegar a la standarización de pue r tas, ven­tanas y todos los elementos ; a la mecanización de nues tras empresas; a la adopción de n uevos métodos constructivos, al uso de paneles modu­lares, o con strucciones moduladas en todos sus e lementos que permitan la prefabricación. Sólo asi, con los co3to3 artu ales, que luego comenta­remos, será posigle encontrar una solución.

El plan del Banco Interamericano y de la Agencia Internacional , han sido una experiencia nueva para nues tro.; proyectis tas por la necesidad de bajar los costos de la edificación, para colocarse dentro de los topes máximos fijados a las vivie ndas.

En primer término hubo que estudiar las posibilidades de nuestra gente de destinar e l 25 % de la entra c!a familiar, para poder pagar la amortización me nsua l de la vivienda a comprar.

El costo de ia edificación es tan enorme q ue evidentemente se ha creado una nueva necesidad en el pa is, la de una nueva vivienda al a lcance del pueblo. En esta gr áfica pueden Uds. ver las vanaciones e n el costo de la edificación desde 1912 a 1963. En 1912 el costo de l m2 era de S 25.-; en 1939 de S 100.-; en 1950 de S 150.-; en 1959 de S 300.- ; en 1960 de S 700.-; en 1962 de S 1.000.- y en 1963 puede e>timarse e n S 1.300.-.

Desde 1912 con S 25 e l mt2 hasta 1950 e l aumen to de lo.s costos de construcción es una curva suavemente ascendente, pa ra aumentar has­ta 1959, llegando a S 300.-. En este año se produce la Reforma Mone­taria y Cambiaría y el costo del metro cuad1·ado, de edificación salta de S 300.- a S 700.- continuando la dis torsión cr eada en todos los ór­dene.:; del país, también e n la construcción, para llegar hoy a S 1.300.­cl metro cuadrado.

Es cla ro que esto;; precio.> actuales, crean a los a rqu itectos proyec­tistas, un problema sin solución d entr o de lo~ métodos clásicos de la edificación y ha llegado e l momento de cambiar radicalmente la form a de proyectar y de construir viviendas.

Frente a estos p recios pretender hacer viviendas económ icas e.s di­fici l y en los es tudios que s~ rcai izan en el Banco Hipotecario, hemos estimado que para poder pagar la vivienda con e l 25 % de los sueldos Y jornales, el precio no puede ser mayc r de S 800.- el mt2 para Mon­tevideo, en bloques de ha~ta 4 pisos y para la vivienda económica el' S 600.- el mt2.

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Para la vivienda media en el Interior en S 700.-- el mt:.!. Estos pl t: ­cios son imposibles de obtene r si los arquitectos no recurren a la stan­da rización de e lementos, block .>an itario. etc. Es en cierta medida dur" para la menta lidad d e nuestra gente. habla rles de una casa sin r evocar y que accedan a mete rse dentro de la vivienda, tra tando de asegurarse scdamente el techo, sin inter esarles lo que hasta ahora han entendido c< mo confortable u estético de la misma.

Hay que darle otro sent ido a la vida que \·a a hacer la gente den­t ro de Jos bloques, brindándoles. la recreación . e l deporte, la cultura. la nursery. etc.

Antes de entrar concre tamente a ve r los planes d e ayuda interna ­cional , como ya lo d ije en ot ras reuniones, yo creo que hay en e l país rr.ucha gente que tiene r ese r vas sobre la Al ianzá para el Progreso. En rea lidad lo que necesitamos ~s que a América Lati na se le paguen lo:; productos en la medida que e llos valen .

Kubitschek decía: La materia prima que Amér ica export a vale cada vez menos, y en una reunión rea lizada en Mar del Plata, en mayo d e 1963, la CEP AL decía : "Si se toma como base de comparación la r e­lación media de precios de l intP.rcambio ext~rior d el pe ríodo 1950-54. e l e fecto del dete rioro en e l príodo 1955-60, se estima en 7.400 millones de d óla res. De ello se desprende que más del 60 % de l incremento anua 1 d<: exportaciones, fue anulado por e l deterioro de los precios de nuestro:; p roductos exportables".

Por otra par te, no :on sólo los brasileños los que han expresado sus r ese rvas sobre la Alianza. y la necesidad de una ayuda lo más r á­p ~da posible. es también nuest ro distinguido colega. e l Presidente d e l Pe rú, e l Arquitecto Fernando Belaunde Terry. el que ha dicho que "los archivos crecían a un ritmo mucho mayor, que el dinero q ue se recibe pa ra t rabajar, de la Alian za pa ra el Progreso".

P ero la situación del pa ís es tan grave, la necesidad de dar trabajo a nuest ra gente, tan perentoria . que c reemos que dP.be usarse de inme­diato esos fondos. algunos ~·a depositados en el país, como los 6 m illonc . .; de dóla res de la AID.

Se trata nada menos como decíamos de S 454 : 000.000 de los cuale:< la República tiene que contribuir con S 250: 000 .000.

El país nunca ha vis to un plan de tal naturaleza. Nuestros organismos dedicados a la vi\'ienda han hecho muy pucu

en muchos años y e l INVE ha consh uido d esde la creación de la ex­Com isión de Viviendas Obreras. e l 26 de diciembre de 1935. unas 6.445 viviendas y e l Municipio de Montevideo, desde 1923 unas 2.200. Un tota 1 de !!.645 viviendas en 40 años.

Aún en los a ños en que e l INVE construyó más, de 1952 a 1961. e l p romedio anual fue de sólo 796 viviendas, y en este P lan habrá que hacer 3.000 por año. El déficit de viviendas en e l país se estima en unas 100.000 y se incrementa con el déficit anual de 16.000. El 60 % se en­cuentra en núcleos rural es y subrurales en los cinturones de miseria de las ciudades del inte rior .

Hay que terminar con la demagogia fác il de cr ear grupos privile ­giados por el hecho de sacarse u na viv ienda en un sorteo. La gente tiene que comprender que se t ra ta de un esfue rzo ::;ocia l y los bajos y r idículos alquiler es deben ser supr imidos. El alquiler es una cosa ya vetusta y debe se r sust ituido por la venta de las v iviendas en propiedad horizontal. como lo prevén los planes a estudio.

Los a lquileres que se pagan son m uy bajos, pero hay que hace r comprender a la gente que tiene que hacer un esfue rzo de ca rácter so­cia l, comprando la v ivinda y pagando un poco más. pa ra dar posibilida ­des a que otros también tengan su techo.

En Canelones hay viviendas de alq~Üeres de S 11,76 por mes hasta S 70,00 ; en Maldonado de S 6,00 a S 70,00; en Paysandú de S 6,00 hasta S 64,00 por mes En el Interior Jos a lquiler es han encarec ido en forma casi igual a los de Montevideo. Los alqui leres de vi viendas de l Concejo Departamenta l de Montevideo son precios irr isorios que o~cilan entr e S 21.44 a S 95.00 . ..

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Aparte d e crear este sent imiento de desa pre nsión y fal ta de so lida ­r idad social en el individuo, las Instituciones se pe rj ud tcan con a lqui le­res ta n bajos. pues con el d ine ro reca udado, no pueden em prender n in ­guna re mvers ton, ya que resulta n insu fic ien tes pa ra la cons t rucción de nuevas viv iendas. por lu in flación y por la faltu de un reaj ust e de la cuota.

En las memor ias de l INVE de 19-1 2 , e decía que los ;tlqu ile res t<'­nía n un promedio de S l O . i :~ por mes co,; ta ndo e l m12 S 110.- y con l o~ precios actuales de S 1.300.- e l mt 2 dP.bía n p;tga rsc a lqui l e n~ . .; de S 130.- m ínimos.

Entrando concretamente a los planes, debemos deci r que en el plan del Banco Inteamericano de Desar rollo. BID, el Bt~nco cont ribuye con USS 8: 000.000.-- y la República con USS 7: 300.000.- lo q ue da un tota l de S 250:000.000.- (dóla r u :; lti.40 ) paru com tr uir 4.100 viv ie ndas, que :;u án económicas, aún pa ra la tla~e media. Con mu~· buen sent ido, se ha n pttesto lím ites no só lo pa ra la e ntrada fa mil ia r. s ino para el costo de los apa rta mentos. De ést as 4.100 viviendas . e l Banco H ipotecario cons­truirá 1.000; e l Concejo Depa rta me nta l de Montev ideo !lúO: e l INVE 1.900 ~· e l Concejo de Sorian o 400.

El présta mo se paga en :i 1 cuotas semes tra les, con u n int erés de l l t¡4 y una comisión del ::.¡, sobre los saldos deud;;res y e l prés ta mo puede paga rse en pesos uruguayos. Es d a ro que ha:v una se t ie de e xi­ge ncias que pueden las t ima r. por eje mplo , e ha bla e n !~ l P l;m de que los fl etes debe n ser hechos e n ba rcos de ba nde ra Nortea mericana. q ue los mate ria les de ben ser comprados en EE.UU., o en países miembro • de OEA, et c. pe ro pa recen a veces cláusulas un puco mfant iles. porque la rea ­lidad es que cas i t odo · los ma teriales :;on de l pa ís. ~·a que e l hie rro tra filado e n e l Uruguay se acepta como uruguayo.

Los fondos del Banco Inte ra mer icano :;e entrega n por cuotas. la pr i­mera de ellas de USS 600.000.-se denom ina Fondo Rota torio. y es pa r:o~

h:icer anticipos a los organ i~ mos pa r ticipa ntes. l o~ q ue r~ndi rún cue ntas con obra hecha. Se esta blece en e l contr ato. q ue si en e l prim er a ño no se han ej ecutado obras por USS J : 000.000.- el Banco puede dismi­nuir e l présta mo, lo que de be i1ace rno$ pensa r. para da r a l pla n e l r itmo q ue req uiere. El con trato fi rmado por la Re pública y e l BiD e~tá ra ­d icado en el Senado desde hace más de ..¡ me.;es, a la Pspcra de la a pro­bación, mostra ndo nuestra lenti tud pa ra todo.

El plan está destinado a construir solamente vivicndus económica,;. La cuota máxima mensua l de a mortización del préstamo para com ­

p!"a r la v ivienda , la esta blece el Plan en un 2i'i 7r ác las ent radas fa m il ia ­res. El Pla n estab lece además que las v iviendas deben set vendidas en fo rma de propiedad hor izc;"lta l. E l ciudadano que alquila de be llegar a :;er due ño, por lo tanto es necesario busca r e l ca min o pa ra fi ja r el precill cte la venta , en func ión d e los ~ ue ldos ~, jo rna les que gana nue:>tra gen te .

INVE ate nde rá a los gr upos obreros .v de la clase med ia baja. Cons ­h·uirá en el inter ior del pais 1.900 vi viendas, de acuerdo con los in­g i esos y las ent radas fami lia res ha n sido fiJadas en un máximo de 135 dó lares es decir S 2.000.-. K;tim amos q ue b s topes son a lto, para los sue ldos actua les.

De las 1.900 viviendas. Pi Banco ln tc rame r icann estab lece que deben construirse 800 v iv ie ndas de dos dormitor ios de un a rca de construcción compre ndida e nt re Jos 40 .v 55 mt2. No hay más t·emedio que lim itar el volumen d e la ed ificación y está bien porque hast a a hora hemos pre­tend ido evidentemente , hacPr viv iendas económ icas sin llegar a cumpli r ni s iq iuera en pa rte, ias ex igencias de nut-:;tra pob la~ ión . Ade más el<' es ta s vi viendas queda n 1.000 de t res o más cior mitor ios de un úrea de construcción comprendida cntrl' los 43 y 65 rn t2 por un idad. Quedan 100 viv ie ndas más que e l Banco In terame r icano deja ,;u valo r pa ra que el Inst ituto t ra te de desa rrolla r 0ntre g rupo,; de Ia milias con la ayuda técnica del organismo de . .; ignado a t a l efecto. El cos to ind uida el te rreno o~aría de USS 1.800.- a USS -l. l OO.- es decir unos S 30.000.- a S o7.000.- .

El Banco Hipotecario const ru irá 1.000 viv ie ndas, 660 en el in terior del país y 340 e n Montevideo y '!l cos to de la s misma!' inc luido te rren o

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y gastos de urbanización será de USS 5.000.- (S 85.000.-) lo que mue.o­tra lo difícil que será proyectar dentro de estos costos y la necesidad de los proyectistas de bajar el standard a que estamos acostumbrados. Las entradas familiares para aspirar a comprar una vivienda no pueden ser superiores a USS 190 dólares, unos S 3.100.-. La superficie de las viviendas podrá variar de 45 a SO mt2 según sean de 2 ó 4 dormitorios.

El t::oncejo Departamental de Montev ideo, deberá construir 800 vi­viendas, para lo.; grupos de menos r ecursos de la ciudad capita l, 300 • de 2 dormitorios y 500 de 3 o más dormitorios, que oscilan en un área de construcción de 45 y 55 m t2 por unidad, las primeras y 52 y 72 mt2 lós segundas. La.:; entradas familiares se fijan en 54 dólares el mínimo y 118 dólares el máximo o sean S 900.- y S 1.900.-.

Por su parte, el Concejo Departamental de Soriano consiguió que el BID le otorgue un plan especial que prevé la construcción de 400 viviendas; de las cuales 175 serán de dos dormitorios y e l resto de tres dormitorios. La superficie varía para las de 2 dormitorios de 40 a 55 mt2 y para las de 3 dormitorios, de 48 a 65 mt2. El costo de las vi­viendas con terreno urbanizado no podrá exceder de USS 4.100.­(S 67.000.-). Los ingresos familiares no deberán exceder los USS 136.­por mes (S 2.200.-) . Respecto a este tope debe decirse que es muy e levado y que nuestra gente m odesta, a la que esti.n destinadas estas viviendas, no ganan en el Interior, sueldos o jornales que permitan lle­gar a esa suma, como entrada familiar.

Por otra parte parece indudable que con la ubicación de las vivien­das, que hemos visitado, ya que hay algunas construidas, las familias que perciben esos sueldos o j or nales, no creemo~ que vayan a vivir a esa zona.

En este aspecto de las entradas familiares fijadas, e l Plan induda­blemente ha carecido de adaptación a nuestra realidad, ya que si bien no hay estadística en la materia, el conocimiento del Interior del país y su standard de vida tan bajo, para los grupos w ciales modestos, per­mite hacer esta afirmación. El muestreo que rea lizó el CIDE, una vez publicado, demostrará esta afirmación que hacemos conociendo profun­damente nuestra realidad, del Interior del país.

Los montos se integran en la siguiente forma: El Banco Hipotecario pone S 40.000.000.- y e l BID $ 36.000.000.-:

e l Banco Hipotecario en este momento no tiene ni un peso para dis­poner y es por eso que la capitalización es fundamental y sin ella no habrá Plan, aunque podría echarse mano del redescuento limitadamente. La industria privada está totalmente fundida y Jo que es más grave los obreros están emigrando en masa hacia el Brasil y e l andamiento del mencionado plan daría ocupación a esa gente desocupada que tan to nos preocupa.

El Municipio tiene que poner S 22:000.000.- y el Banco Interame­ricano S 27:000.000.-. También en este caso al Munic;pio le será difícil obtener los fondos porque el Municipio de Montevideo está en una si­tuación m uy difícil. Sin embargo facilita su aporte el hecho de que se considera aporte nacional, los terrenos de su propiedad para cubrir en parte, lo exigido. Y finalmente el Concejo Departamental de Soriano, re­cibirá S 13:000.000.- y é l tendrá que poner S 10: 000.000- cosa que también será muy difícil porque su situación económica no se lo permite.

El INVE deberá contribuir con S 48 : 000.000.- y el BID con S 58:000.000.-.

Cabe señalar que este Plan es muy minucioso. exige que en el p r i­mer semestre se construya un monto equivalnte a 800 viviendas; en el segundo 950; en el tercero 1.100 y en el cuarto 1.250.

Ustedes saben muy bien cuáles son las dificultades que hay en este país para hacer las obras con rapidez y como las obras del Estado se eternizan en su marcha, por eso esta es una experiencia que nos hará mucho bien ; tenemos muchas d ificultades que vencer para construir v i­viendas a este ritmo pero no hay má s remedio que salvarlas para salir adelante.

Lamentablemente no existe en el Plan un comando único y a pesar

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de la buena voluntad de los técnicos del INVE, la verdad es que todos andamos bajo diferentes normas y no se·· entiende bien la necesidad 'de centralizar en un solo organismo planificador esas normas generales, t i­pos de viviendas, etc.

Yo ya lo he r epetido, no entiendo por qué no pueden ser iguales los elementos de un Plan que es único y en el que la terminación del edificio podía ser lo que los diferenciara, según el grupo social que los ocupara. Creo firmemente que el P lan debía tener todas las puertas, ven­tanas, etc. iguales para tende r al establecimiento de fábricas de puertas. de ventanas standard, de tal manera que como en otros países nos aco,; ­tumbramos a proyectar con determinadas med idas de cerramientos, ~·

no que los edificios sean todos un muest rario del capricho del arqui­tecto, aunque cumplan i.~;ual función y ese capricho encarezca notable­mente la obra.

En el Plan del Banco Hipotecario se tratará de dar intl:rvención n los Consejos Departamentales, los q ue han vendido los predws para cons­truir las viviendas a precios bajos, facilitando así la obra. Asimismo es ­timamos que los sorteos de las viv iendas. e inscripciones para los m ismos deberían realizarse en dichos Concejos, con el fin de vincular a las po­b laciones del Interior en el esfue rzo. De tal manPra se irá creando el es tímulo para el ahorro reaj ustable, quz el Banco tendrá que poner en marcha con este P lan, e l que será así una muestra para esas poblaciones de lo que puede hacerse con el ahorro público. Indudablemente esti ­mamos que los que aspiren a tener una vivienda por s te P lan, deberán hacer un ahorro ·forzoso, que estimamos podría ser del 10% del . valor de la vivienda, integrable en un tiempo de ahorro que podía abrirse inmediatamente de cumplido el sorteo y hasta la escrituración de la' v iviendas. Para ello hay que quemar etapas, ya que las viviendas ha~·

que construirlas en 2 años y la tuota mensual para esa integración n (o puede ser muy elevada, porque la gente gana muy poco.

Pero creemos que hay que nbligar a la gente a hacer un esfuerzo. El país hasta ahora ha dado todo sin mayor e:;;fuerzo de su población . .1\hora estamos en días duros y sólo con el esfuerzo de todos los orien­tales podremos sahr del "pozo".

Hay en esta experiencia un hecho demostrativo del enorme cambio que hay en e l país. Cuando se trató de proyectar las viviendas para la c.lase media, se pensó en viviendas individuales para el inter ior, siendo nosotros partidario> de hacer viviendas colectivas. Sin embargo fue en 1a -; propias ciudades del Interior que se 'pidieron viviendas en bloques, dada la ubicación en los núcleos urbanos. Y résuitó notable oír las ju:; tifica­ciones de la vivienda colectiva hechas por .hombres del Interior, demos­t rando la profunda significación de educación, de enseñanza de vida en comunidad de la vivien9a colectiva.

Es que el progreso, el cine la revista, la cultura y fundamentalmente la profunda obra realizada por el Iustituto de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura, con los plane:; r eguladores de las ciudades del Interio r. c~n los asesoramientos a los Concejps y con su docencia, han creado en el país una conciencia de la nueva arquiteetura, que n uestros colega.; del Interior han mostrado con singular talento en muchas ciudade;.

Para estudiar el planeam iento arquitectónico hemos tenido que par­tir de los sueldos y vamos a ver algo en cuanto a las entradas fami­l ia r es. Para dar una idea se han sacado datos de d;,¡cumentos oficia les. Un auxiliar del C.N.E.P.N. de Rocha gaJ1a S 645.-: un Agente de la Jefatura : de Tacuarembó S 800.--; los &uxi! iares del C.D de Paysandú S 790.-;· un Inspector de Saneamiento del C.D. S 1.135.- : un Auxiliar dE- la Lucha Antituberculosa S 1.220.=-: un auxiliar de U.T.E. S 1.135.-: u rt Oficial de O.S.E. S 1.111.-: un Oficial de l M.S.P. S 1.200.-. Los co -tos de los apartamentos fuer on establu: ido:;; por el Banco Hipotecario en fu nción de esta realidad y se p:Jdrán llegar a vender. un ap:Jrtamentn de do.~ dormitorios en S 43.000.- . siendo las entradas famil iares ck S 1.200:- y a los de tres dormitorios fij a u n precio de S 64.000.­c,tableciendo las entradas familiares tn S 1.680.- .

El problema mús diticil lo \·a a tener e l IX\ ' E y el Concejo De-

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par.tamental de Montevideo, pues és te tiene a su cargo la solución de la .grave situación que viven actualmente un gran número d e personas de escasos recursos.

. Para grupos de bajos recursos, estimamos que debe partirse para el INV.E de S 60(}.- el mt2 lo que permitiría vender 2 dormitorios en S 29.000.- y 3 dormitorios en S 36.000.-. La cuota mensual de S 150.­Y $ 190.- mensuales, y entradas familiares mensuales de S 590:- .V

S 750.- respectivamente. Para Montevideo hemos es timado que para 2 dormitorios el precio

sería .cte S 36.000.- y para 3 dormitorios de S 45.000.- con cuotas de S 185.- y S 221.- respectivamente

A estos sueldos que hemos mencionado en general hay que pensar en un aumento de S 400.- que C' .... el que se estudia en lo ;,; Concejos y

en la Rendición de Cuentas, lo que ha rá de más factible apli<.'ación el Plan. Nos vamos a referir con más det~nción al Plan del Banco Hipote­

cario, ya que hemos entendido conveniente coincidiendo <:í)n muchos co­legas, que los bloques a construir .sean todos iguale.:>. Es decir, se ha proyectado un bloque tipo, que s~ r epetirá en toda la República dentro ~ . e3ta primera etapa del Plan. El proyecto formulado consta de planta baja libre sobre pilares y 3 pisos altos de apat tamentos servido.s por una escalera en cada · elemento, Jo.,; que pueden agregarse uno a con­tinuación .del otro. Se ha adoptado una única orientación para los C:or­mitorios. ~n~ lo que se. refiere al planeamiento urbanístico. lamentablemente sólo en Montevideo si el Concejo Departamental se aviene a vender lo~

terrenos municipales, podrá cumplirse con las moderna;-; te0rías en la mate:t:ia.

En el Interior del país la falta de fondos para expropiar o comprar predios y el apremio para poner en mat·éha el Plan. · por la necesidad de dar . trabajo, ha .determinado que se acepten de lo3 ·c oncejos Depar­tamenta-les los predios que tienen, lo!' que serán comprado' par e l Banco.

Por otra parte todos conocen la I'ealidad de nuestnts · ciudades del Interior, un núcleo urbano · bien def inido· ordenado en general alrededor de un centr~ y luego un perímetro de cinturones de miseria, o una or­ganización lineal a lo largo de la carretera. Los predios para el Plan que va a abordar el Banco Hipotecano, ya que se trata de viviendas

· para la .clase media, exigían terrenos en Ja zona urbana , ya que en el perímetro la gente que compraría las vivienda<; no iria a vivir. Eso de­terminó que los precios sean pequeños, no permitiendo la reinvers ión, aunque todos ellos cuentan con pavimento de hormigón , luz eléctrica, ag ,ua corriente y saneamiento. E s. decir que en el Plan del Banco no ha})rá el grave problema de tener .lati viviendas . terminada~ y · los .ser­vicios públicos -sin ·construir, perm·aneciendo meses y meses las viviendas sin l~abilitar. . J-'>or otra p&rte, el propio Plan · del BID, p1·evé que los servicios de

urban i;zación . deben ser incluici.os en los pl'oyt::cto~ desde ·el primPT mo­mento , y para activar nuestra conocida tardanza E'n resolver los proble­mas de los servicios, se ha desi¡¡;nado técnicos delee.ados de U.T.E. v· O.S.E. . - - ~

p~ra da1~ solución a esos problemas. Tememos sin embargo . que la t eco-nocid.~ ~#._~~oGracia que prima en todos lo.:> servicios, impida una rápida e.iecu~n~l ~~ las obras , si los dirigentes políticos no dan ·todas las má­xi~as·, ~t~ilmcion~ · y -apoyo a ; los t écnico.:; que t1enen en sus manos la puesta en marcha del Plan.

~n Montev.ideo~ _, e s donp e podrá verse · por primera vez un ejemplo de lo que e:; el· ;problema ·de la vivienda abordado en forma moderna,

\

en 1~ UNlDAD · P;E HABITACION del Buceo. en la que se piensan com-tr ujJ:: _. 7, bloq1.1e :; de planta .baja .lib.1~e bajo la cual pasa r-á el ·Parque y tr.es., pisQs altos. . .

. ,·E.ste !Nig,.ní~ico p redio de 24. h€<.:t ~il· e as en e l ·que el Municipio pro-yec~ara ·~tro d€ la Política - Habi~acional péwa Montevideo, establecida en el PLAN DIRECTOR. de 1955 a 1959, ha sido solicitado a la Muni­cipalidad ·. de } a ciudad para poder· adquirir, Ja:g zonas en que . se implan­tarían los blo,ques. Ya hay construido en el terreno,. un . bloque sobre

' la Av.da . . Santiélgo R ivas de 99 apartame:ntos, vendidos e n propiedad ho-

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rizontal, que ven en la foto y está en construcción iniciada en 1958 otro bloque de 102 apartamentos sobre el Bulevar Propios y lamentablemente todavía no terminado. Los apartamento:; fueron vendidos en propiedad horizontal y es la primera experiencia hecha en la dudad por orga­nismos gubernamentales y el mismo sistema se seguirá en los bloques p•:oyectadas dentro del P lan del BID.

Dentro de las 22 hectáreas hay previ sto un centro social, con un edificio ya construido y habilitado con Nursery, biblioteca, policlínica, etc. Se proyecta ampiiar la escuela existente y el mercado, con.struir lo­cales de artesano-5, sala de actos, club social, zona de canchas de de­portes con un parque de 2.5 hectáreas. La densidad de pob lación ad op­t3da es de 300 habitantes por hectárea y la población total de 7.256 hec­táreas.

En los 7 bloaue.; del Buceo se const ruirán 210 viviendas con un .. costo aproximado a los S 13:000.000.- y el re.;b se construirá en un predio de la Avenida Centenario en la zona de la Exposición Nacional de la Producción .

Sobre la Avenida y abriendo en e.sa zona la Avenida de 50 mts. , una las rutas de entrada a la ciudad más importante del futuro, se le­vantarán teniendo como fondo uno de los Parques de futuro de la ciu­dad con 24 hectáreas, 4 bloques de planta baja libre y 3 piso:; alto .: , para 120 viviendas con un costo aproximado a los S 7: 600.000.-.

Esta gestión de cesión de los predios que haría el Municipio, es la única posibilidad de desarrollar el Plan en la ciudad, ya que no se cuentan con terrenos utilizables de inmediato. El Banco Hipotecario pa­garía la zona de implantación de los bloques y el terrt:no quedaría como Parque Municipal, para no hacer perder el carácter con que han sido planeada la UNIDAD DEL BUCEO y la zona cie Centenario.

En la UNIDAD DE CENTENARIO, si bien el BID no paga ninguna obra que se refiere a locales comunales, es clarv que habrá que dotar a la unidad de todos los elementos para una vida plena y fe liz de los habitantes como la Unidad del Buceo, resultando un área sobrante para

• • • una remvers10n. Yo creo que hay que adoptar alguna.; g&rantías para vender estas

viviendas y hay que hacer una limitación a la propiedad ; por ejemplo en caso de desaparecer el r~dquirente los fr·miliares podrán seguir ocu­pando la propiedad o enagenarla, pero a un inscnpto en los organis­mos que promueven el Plan y dentro de los precios que ellos fijen.

Creo además que para de.sarrollar este Plan tenemos que consegu\.r que las alturas de las habitacione.; fi jadas ahora por Ordenanza Muná­cipal en 2,60 sean llevadas a 2.40, como se construyó el block del Bu(.:e:J y el del Cerro en el Plan 1955- 59. Será necesario abandonar la ~xi­

gencia de interceptores de grasa, que sólo sirven para que la dtaeña de casa saque la grasa de ellos y la eche en el inodoro, elementos a'ban­donados por ejemplo, en Buenos Aires desde hace muchos años. Asi­mismo supresión de los elementos aislantes de contrapisos que no 1sirve~1

para nada, ya que no se colocan en forma flotante y permitir s imple­mente un contrapiso macizo, etc., etc.

El otro Plan es el que se desarrolla con la AGENCIA P ,f\RA EL . DESARROLLO INTERNACIONAL, AID, por el que se otorgar1 dólare3 6:000.000.- y la República aporte otros USS 6: 000.000.- forn1ando un total de USS 12:000.000.- (S 200: 000.000.-).

Estas préstamos también están dirigidos a la vivienda nt:J suntuaria y el propio monto del préstamo máximo, que es de USS ;8.500.- can terreno unos S 142.000, muestra la saludable orientación de festos planes, que nos viene a hacer entender la dura realidad que estarr10s viviendo. Nuestra gente tiene que pensar en destinar todo.> lvs es fue rzo.3 del país a la solución de la vivienda, para los que la necesitan imperiosamente, prohibiendo como lÓ exige este préstamo, las viviendas en 1 os balneario>.

Pero las limitaciones son aun más estrictas, ya que se fijan super­ficies máximas para la vivienda, 98 mt2 es decir, 30 mt2 más tanta<; vece.s 17 mt por cada dormitorio. En casos excepcionales, cuando se trate de familias muy numerosas, podrá excederse la superficie en una o dos

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veces la superficie de los dormitorios, pero siempre dentro del tope máximo de U$S 8.500.-, incluido el terreno y en la vivienda colectiva con la cuota parte correspondiente al mismo.

Las viviendas a construir pueden llegar a ser confortables, pero no suntuosas, no pudiendo utilizarse materiales importados, artefactos, gri­fería, pisos, vidrios, pinturas, papeles, herrajes y todo otro elemento que tenga sustituto nacional. Lo :; préstamos son por un 60(,7o del valor venal, pero podrán aumentarse hasta el máximo que permite la Carta Orgánica, siempre que los proyectos respondan a buenas soluciones arquitectónicas y constructivas, etc.

Por lo contrario, los proyectos deficientes, podrán ser motivo de re­duccione.s hasta un 20 % del monto de los préstamos, así como por la falta de servicios públicos, colector, pavimento, aguas corrientes, alum­brado público. cte.

También el Plan de la AID permite bs préstamos para !a cJnstruc­ción de viviendas en la zona rural, para predios que no tengan menos de 2 hectáreas ni más de 2.000 hectáreas, lo que no.s parece excesivo y no estar dentro de las líneas que inspiran esto3 préstamos, que debe ser la ayuda a los grupos sociale's de menos recursos. No tiene relación el pré5tamo de USS 8.500.- en las ciudades, (S 142.000.-- con este prés­tamo a predios de 2.000 hectáreas, que no deben valer menos de $ 2: 000.000.-.

El Plan de la AID da algunas garantías, ya que es el propio Banco Hipotecario quien fijará los precios de venta de las unidades para evitar la especulación. Creemos pue3 que estos planes deben ser apoyados Y puestos en marcha de inmediato.

E.s claro que estos Planes de poco servirán S i no van acompañados por una capitalización del Banco Hipotecario, que permita en primer lugar de:::arrollar el Plan, para el cual ahora no hay fondos y en se­gundo lugar para evitar la descapitalización del Banco, aplicando el rea­j uste a los ahorros y préstamos a conceder, para formar como en Chile un gran fondo con el esfuerzo de todo el pueblo, que permita el des­arrollo e inversión en un GRAN PLAN HABITACIONAL.

El reajuste además, en función de los aumento.s de sueldos y jor-. nales, tiene un alto sentido social, sobre todo en momentos de sacrificios como los actuales, en que toda la Nación debe hacer un gran esfuerzo para salir del "pozo" en que estamos.

Creemos que estos planes del BID y de la AID darán resultado, si se impone el ahorro obligatorio de los que van a hacer uso de Jos mismos y si se crea una conciencia pública por el ahorro reajustable, que determine un aumento explosivo del ahorro y su inversión en vi­viendas.

Creemos que hay que llevar adelante ~stos Planes que. son el pri­mer paso hacia un· PLAN NACIONAL DE VIVIENDAS, pero somos de los que estamos convencidos de que ningún país puede recuperarse y desarrollarse, si no es con el propio sudor y la sangre de sus hijos que fructificarán así su tierra . .

Por eso allá por 1960, siguiendo el ejemplo que viene de muchos países, de Francia con su gravamen del 1%, de los países escandinavos . y de Italia con su tan conocido Plan Fanfani, propusimos gravar todos los sueldos y jornales con un 1% pagadero a razón de 0.5 % por el em­pleado y el empleador, en un plan de 6.000 viviendas anuales que pu­blicamos.

Calculando para 1960 nuestra fuerza de trabajo en un millón, este gravamen daría unos S 150: 000.000.-por año, para un plan permanente, que iría aumentado sus fondos a medida que aumentan los sueldos, lo que permitiría también hacer frente a los aumentos de los costos.

Nuestro proyecto, basado en desarrollar una pasión en el pueblo que sería el propiQ impulsor del Plan, preveía colocar como columna vertebral la recuperación de los rancheríos de campaña.

Es la deuda que tiene la orgullosa ciudad con esos habitantes de los rancheríos, que son los peones, los tractoristas, los carpincheros, lo:; alambradores, los troperos, los esquiladores; sangre que fructifica nues-

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tro campo, y que no viven en Young, Paysandú \) Tarariras sino que tiene su familia en el ranchería.

Por eso de los 150 millones del Plan destinábamos anualmente 30 millones a los rancheríos, para dar techo, porque puede ser que para hablar de reforma agraria haya primero que dar una vivienda humana a la gente, para que tenga algo en que creer y una esperanza que dé aliento a su vida.

Hay que dar vivienda permanente a esos 100.000 peones solteros, que andan por nuestros campos y que no pueden hacer vida familiar.

En nuestro proyecto proponíamos centralizar en un solo organismo todo lo que tiene que ver con la vivienda, siguiendo el ejemplo de Chile que fusionó ocho Departamentos rle Arquitectura de la5 respectivas Cajas de Previsión, en la Corporación de la Vivienda, CORVI, mientras que acá construyen viviendas el Banco de Seguros, la Caja de Ahorro Postal, las Cajas de Jubilaciones Civil y de Industria y Comercio, la Caja Ban­caria, etc., etc.

A los efectos de la planificación proponíamos crear una Comisión . Planificadora de la Vivienda, que centralizaría todo lo referente al tema, de tal manera que no pudiera construirse ningún Plan, sin seguir las directivas de dicha ·comisión. Algo parecido al Departamento de Planea­miento y Estudios Económicos de la CORVI chilena.

Y como no creemos que pueda haber un PLAN DE VIVIENDAS sin un elemento de pasión popular, creábamos el practicantado obliga­torio de arquitectura en los rancheríos de campaña, en la aplicación de los 30 millones, para la construcción de las vivienda:; en las que la Uni­versidad a través de los estudiantes que saben moverse por causas de­sinteresadas , asesoraran en el aspecto de salud pública, arquitectónico, urbanístico, de vialidad, de explotación agropecuaria, de defensa letrada de los campesinos, de análisis de los costos, etc., donde los estudiantes de medicina, de arquitectura, de ingeniería, de agronomía y veterinaria, de derecho, de ciencias económicas, etc. encontrarían su la_zo de unión con la realidad na&ional, cuya transformación con los cambios estruc­turales que el país necesita, queda en sus manos.

Nada hay que inventar en esta materia, las 20 misiones sociopeda­gógicas de los estudiantes han abierto el camino, el Instituto de Colo­nización tendría a su c:argo la distribución de la tierra y la creación de 3 Centros Pilotos, sería el primer paso hacia la gran cr_uzada.

El informe sobre los rancheríos de la Cámara de Diputados está allí llamando a responsabilidad al país y a la ciudad capital.

Apoyemos pues estos planes, que nos van a obligar a comprender que ahora lo fundamental es hacer vivienda económica y volcar todos los esfuerzos del país en un plan de viviendas, que como el Plan chi­leno, pueda dar trabajo y solución al problema de los alquileres.

Finalmente querem0s terminar citando el libro de Milton Eisenhower, ''El vino es amargo", en que afirma que no tiene ninguna duda de que la revolución latino americana es inevitable y que sólo queda la dis­yuntiva de determinar. si ella ha de hacerse violentamente o pacifica­mente. Demos pues estos pasos con estos planes de vivienda y junt0 con el problema de la tierra, habremos encontrado el camino para dar a nuestra gente el derecho elemental a una vida digna y feliz, que valga la pena vivirla y habremos asegurado nuestras mejores tradiciones de­mocrático republicanas.

Hacemos pues un llamado a todos, pobres y ricos, para que apoyen estas medidas de transformación del país, para que no sean extrangu­ladas otra vez, las mejores tradiciones artiguistas y confiamos en que muchos ricos, como en la montonera gaucha, se unan a la columna del pueblo, siguiendo las enseñanzas de aquel gran visionario, que quiso echar

las bases de una verdadera democracia en la Banda Oriental. Seamos capaces de seguir esas tradici0nes, o seremos también nos­

otros arrastrados por la incontenible ola popular que conmueve los ci­mientos de América Latina, como en los albores de la independencia, y anuncia un nuevo amanecer en la Libertad de estos pueblos, en la bús­queda de la felicidad del hombre.

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LEOPOLDO ARTUCIO

LOS CENTROS

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DE ACTIVIDAD CREADORA

UN COMPLEMENTO PARA LA VIVIENDA REDUCIDA

Cuando hablamos de vivienda de interés social, hablamos necesa­riamente d e vivienda reducida en ::;upcrficie. Y una vivienda reducida es algo en que el hombre no E!ncuentra las mejore.:; posibilidades para su propia realización integra l.

La vivienda debería ser no só lo el lugar en que se habita, se des­cansa, se come, .:5e ama, sino además. E·: 1 antídoto contra un medio que es, a veces, hostil y, sobre todo, debería resuitar un elemento comple­mentario, tanto en el aspecto de l trabajo como en el de l descanso, de la vida. del hombre, para que éste lograra lo que la sociedad actual no puede darle.

Como parece inevitable que la vivienda sea reducida, hay que me­ditar entonces acerca de las posibilidades que existen de asegurarle un completo funcional.

Ese complemento funcional, puede estar en el barrio organizado. Es innegable que el barrio tiene un valor reunitivo. Un poco aislado de otros, el barrio tiende, en efecto, a que s e cree la comunidad, o un cierto grado de comunidad que es muy importante, sociológicamente. para la formación integral del hombre.

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Pero el barrio constituye sólo una propuesta . Y hay que dar algo más. Este algo más es como una especie de centro de actividad creadora, donde el hombre pudiera paliar todos los inconvenientes que provienen de una vida de trabajo y de una vida de ocio, sin creación.

En una sociedad de masas com~ la nuestra, el hombre se va trans­formando, cada vez más, en una partícula insignificante y, lo que es más grave, en una partícula no creadora, consumidora, pasiva. Sociológica­mente, el hombre actual tiene dos vidas : la del trabajo y la del espar­cimiento. Para ese hombre, la vivienda mínima no constituye la solución. Porque para el hombre que allí vive, luego de haber trabajado pasiva­mente y sin hallar otros esparcimientos como no sean les pasivos, ella representa un factor más de aniquilamiento de su propia personalidad.

La pasividad es, en el mundo contemporáneo, el factor más agudo de masificación. La palabra masificación es, sin duda, grave: y la ca­racterística más saliente y, tal vez más dramática del hombre ma2ificad0. es la pasividad.

Desde luego, no se va a hacer activo a ese hombre, por intermedio, únicamente, de la arquitectura. Más ocurre que tal camino es el que compete a los arquitectos, y éstos deben buscar, a través de la m i.s ma, las soluciones necesarias.

Quien se detenga a considerar el problema del trabajo, podrá com­probar que el siglo XIX vivió en la ética del trabajo: el trabajo digni­ficaba la vida, la vid& empezaba y concluía con el trabajo; y que el siglo XX ha cambiado esa tónica y prestigiado la vida. Ahora bien, el prestigio de la vida acarrea, para quienes conducen la cosa pública, la obligación de buscar soluciones para que tal vitalismo posea un sentido más integral. Creemos que la vida se ejerce en la libertad, mientras que el trabajo es la sujeción.

Para la mayor parte de la gente que habita hoy en los medios ur­banos, el trabajo resulta algo insoportable y antivital. Durante las horas del mismo, el hombre realiza una labor no creadora, que reduce, por tanto, su personalidad. Naturalmente, hay otros hombres, como los pro­fesionales, que pueden salvarse de ese mal, porque p<:tra ellos la acti­vidad suele ser creadora y por eso mismo se interesan en ella. Natu­ralmente que no se puede dejar de lado el aliciente económico ...

Pero la sociedad contemporánea no puede ser juzgada por el fenó­meno que ocurre entre los profesionales. Tomando en conjunto al hom­bre común (v. gr., al funcionario, al dactilógrafo, al obrero industrial). se observa, en efecto que el trabajo aniquila, muchas veces, lo mejor de su personalidad. Es decir, en el trabajo, tal como se le concibe hoy. el hombre económico se ha sobrepuesto al hombre creador.

En tal sentido ilustran mucho más elocuentemente las siguientes afirmaciones hechas por Henri De Man, en su libro "La era de las ma­sas y el declinar de la civilización": "Sobre casi todos los hombres pesa hoy de manera más o menos sensible el vago sentimiento de una duda, pero de una duda grave y que va creciendo, acerca del sentido de lo que de ellos exige la vida. Y no es su razón la que les impone la duda. La mayoría de ellos ni siquiera son capaces de expresar sentimientos de ese género y menos aún de someterlos al razonamiento. Nacen de su experiencia desde que el horizont'e se ensancha más allá de lo que está al alcance de la mano. "Cumplen su tarea cotidiana (dice Hans Freyer en una fórmula impresionante) con el celo y la seriedad de locos rematados ; cada detalle tiene una impurtancia extrema, pero el conjunto carece totalmente de sentido y ellos, en el fondo del corazón, s~inten una angustia que no les permite ignorarlo". El obrero o el em­pleado cuyo trabajo ha perdido cada vez más la significación de .un acto creador al servicio de la comunidad, debe experimentar un sen­timiento de ese género .

En el otro aspecto de su vida, e:l del descanso, el hombre actual tampoco es creador. ·se ha convertido en un mero consumidor de es­pectáculos.

A medida que el espectáculo se torna más grande y frecuente, ese hombre se reduce, se hace pasivo. Gozará tanto más de los espectáculos

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corrientes cuanto menor sea s u propia personalidad. Y cabe señalar que tal pasivización del hombre, se opera también, en diferente medida con malos y con buenos programas. Uno de los efectos del espectáculo es, hoy, clavar al hombre en un sitio y obligarlo a recibir una cosa que ya está hecha.

Alain ha observado que hay artes que exigen la pasividad: v. gr . la música, cuando se da como espectáculo. En casos como el del cine y el del teatro, sólo nos queda, realmente, la alternativa de sentarnos y esperar, para después ir asimilando. Y el fenómeno se produce en mayor escala todavía, dentro de las sociedades más tecnificadas, a ll í donde el trabajo está má3 organizado.

Es claro qu2 el auténtico espectáculo de arte, c1 de alto nivel con­tiene en sí mismo una posibilidad de revul.sivo espiritual que lo redim 2 y le da una tónica de verdadero activismo contenido, activismo de res­puesta. Pero bien sabemos que los espectáculos de este tipo no son los que más abundan, ni los que interesan al hombre medio.

Ni por la vía del descanso, de las horas libres, el hombre contem­poráneo tiene, pues, escape.

En el pasado, el espectáculo era, por lo menos, algo que se daba a ciertas horas. Hoy, en cambio, con el auge de la televisión, abarca prácticamente dieciocho horas diarias; vale decir, existe la posibilidad de contar con un espectáculo en casa y gratuitamente, todo el día.

Esto es realmente abrumador. Sobre todo porque las circunstancias de la vida actual y el avance de la legislación social, han determinado que cada vez haya más gente con más horas libres. Y si se suma to­davía la prolongación de la vida humana lograda con los progresos de la medicina, ha de llegarse a la conclusión de que la masa de horas libres de que dispone el habitante de una ciudad moderna es tan grande como para que empiece a resultar importantísimo, como problema so­cblógico, el orientar hacia fines socialmente sanos e.sas horas libres.

En cuanto a la prolongación de la vida humana, hay datos que, en verdad, cuesta asimilar, pero se supone que en 1830 el nivel medio de vida era de 40 años, en tanto que hoy en países como v. gr. Suecia, anda entre los 68 y 76 años. El hombre está, entonces, más tiempo en el mundo, y como se retira cada vez más pronto, el volumen d( horas libres aumenta considerablemente.

Por otra parte, en el siglo XX la juventud ha adquirido singular prestigio; la juventud ha impreso a la vida un tono diferente al que é3ta tuvo en el sig1o XIX. Bien puede afirmarse que si el siglo XIX fue el del trabajo y la madurez, el siglo XX es el del asueto y la ju­ventud.

Si la vida ha cambiado, parece evidente por tanto que la arquitec­tura debe, también, cambiar a fondo y lanzarse a buscar soluciones. Y si la vivienda ha de ser mínima, tendrán los arquitectos que conocer profundamente el problema para hallar una solución, creando aquellos element03 de expansión necesarios para que el hombre recupere 1a parte más importante de su vida, que va perdiendo.

Estamos viviendo, al pre.sente, en un neo-humanismo de otro signo que el viejo humanismo renacentista, y a preparar este clima contri­buyen las tres grandes corrientes del pensamiento contemporáneo (la cristiana, la existencialista, la marxista). Pero aparte de dar una alta y verdadera expresión a ese humanismo, conviene recordar que huma­nismo integral es, también, preocuparse porque el hombre común no vaya perdiendo, cada vez más, su posibilidad creadora.

En su libro "Psicoanálisis de la sociedad contemporánea", Erich F'rothm anota que el hombre ha conquistado muchas horas libres, pero al encontrarse con ellas no sabe bien en qué emplearlas, y entonces acude a los pasatiempos. Ocurre sin embargo, que matar e l tiempo equivale a suicidarse. El hombre que necesita de pasatiempos, es un hombre in­completo.

Es que el hombre común ya no sahe qué hacer con el tiempo que tiene libre.

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Somos una sociedad de t·onsumidores y espectadores. de seres or­ganizados que sabemos que sin organización no se va a ningún lado, ~· nuestra educación tiende a transformarse en seres obedientes a una ru­tina determinada. Además, somo:; una sociedad en que el hombre co­rriente va perdiendo la capacidad para la soledad.

Y bien, en medio de esta sociedad de consumidores, donde hay una <!specie d~ pereza para desenvolverse, donde el acto de adquirir se ha c::mvertido en un acto desvitalizado; y hasta el acto de viajar, uno dt> los saldos de activi<smo que le quedaban al hombre de. hoy, está cam­biando ya, en mano3 de agencias y de guías; hay que abordar la gran tarea de recuperación impostergable. Nuestra sociedad es enferma en ciertos sentidas: se halla enferma de pasividad, de receptividad y hacl' muy poco porque sus integrantes sean seres realmente completos.

¿Qué posibilidades tiene la arquitectura, dt:ntro de ese cuadro digno de preocupación en que se des<!nvuelve lH vida del hombre de hoy'.' Como ya .se ha dicho, puesto que parece invitable que la vivienda sen reducida, el barrio organizado constituye, sin duda, una posibilidad de llegar a contribuir a la formación integral del hombre común contem-

' poraneo. Tiempo atrás, en una conversación realizada P.n Paysandú sobre la

vivienda incompleta, se trató otro punto no menos importante, a saber: la necesidad de acentuar entre bs arquitectos, la rebelión contra aquel camino tan equivocado que representara, hacia 1930 y aún en 1940, la llamada arquitectura del mueble fijo, aquella tesis de que la obra ar­quitectónica e.s algo completo, integral y por tanto al dueño de casa se le reconocía muy poco derecho de intervenir en la estructuración vi­sual de su vivienda y hasta se pretendía, en casos extremos, restarle derechos de elección de su equipamienta.

Todo ello configura un factor más y muy importante para aumentar la pasividad, pues supone condenar al hombre a con-sumir la casa, así como consume radio, cine, televisión; entraña, en definitiva, la aniqui­lación y muerte del hombre en un aspecto básico de su personalidad.

Ciertamente, mediante el barrí:.~, se puede hacer mucho, porque éste e.:; un instrumento de socialización; muy pocos sociólogo.:; discuten que el vecindario contribuye a atar vínculos. Pero con el barrio ganamos sólo una parte de la batalla, ya que el problema de ia vida pasiva subsiste.

El StadthaUe de Viena, situado como centro de una zona de la ciudad. es un gran edificio que cuenta con una pista de patinaje sobre hielo. un pequeño estadio, sala de conferencias, dos bares. Tiene, como se ve. valor reunitivo y ofrece la posibilidad de algunas formas de activismo: no obstante tampoco basta.

Aunque más modestos y pequeños, resultan preferibles los centro~

de barrio en Tacuarembó, obra del Arq. Walter Domingo, en donde con­vergen diariamente, personas que v-an a hacer algc importante; por ejem­plo a lavar y planchar ropas, mediante máquinas del Municipio allí ins­taladas, por ejemplo, y· con todo, no son una ~olución realmente completa.

Tal vez en nuestro país,· ··ws planes de vivienda habrán de desarro­llarse sobre la base del barrio organizado. Mas, ¿qué hará el hombre allí? Tendrá una casa muy pequeña, en la cual vivirá sin soledad y sin posibilidade:5 de activismo. Efectivamente, ¿dónde se puede hacer algo productivo en una casa mínima?

Y en el barrio, ¿hay un sitio donde eso puede realizarse? Un ver­dudero complemento funcional de la vivienda reducida, podría estar en los centros de actividad creadora. L~s mismos consistirían en un sis­tema de espacios abiertos y cubiertos. donde cada uno pudiera ir a hacer cualquier cosa, en materia de actividad creadora, desde reparar un m'lte­ble hasta construir un objeto. Se tratarfá-~de locales dotados del equipo e instrumental necesarios, con instructores simplemente, y que perma­necerían abiertos durante todo el día.

Allí podrían realizar, según la voluntad de cada unu y a título de­sinteresado, aunque en última instancia algo pudiera adquirir valor eco­nómico, trabajo.; de carpintería pequeños, cestería, encuadernación, ce-

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)

rilmica, fotografía (revelado y composición) y todos los otros que cada uno pueda imaginar.

Lo importante e.:; que el i1ombre económ ico se convierta en hombre creador; que las tensiones acumuladas en la.:; hora:; de t rabajo, de rutina. se descarguen expresándose en la creación, en la lucha contra la ma­te ria; en suma, que el hombre empiece a hacer cosas desde el principll) hasta el fin.

Es sabido que las grande.-:; épocas del artesanado fueron fecuncb ;:; en obra creadora. Por supue;:;to no puede volverse al arte3anado, ya que eso sería ahistórico. Pero, en cambio. deberíamos re:;catar de la capa­cidad artesanal cuanto se pueda.

Las cosas se hacen a máquina, ma~ también, se pueden hacer a mano. Uno de los a~pectos más importantes de la vida contemporánea, es el fraccionamiento del trabajo del hombre que vive adherido a la indus­tria. La automatización agravará seguramente cierto5 problemas, aun­que signifique, sin duda un enorme progreso en la liberación del hom­bre si se la emplea con sentido social y no de lucro.

En cambio, cuando el hombre hace objetos, se encuentra a sí mismo y se expresa y. además, se realiza y, además, se completa. Ahora bien eso no se le puede imponer; hay que abl"ir las puerta:; de algún lug:n. en donde pueda acercarse. liurementc. a hacer lo que tenga gana'::i o interés.

Ademá3 de los ~ lemento:> de neaeión, r:lichos centl'o~ de actividad deberían c~ntar con una parte asistencial y otra parte reunitiva, social. P~ro lo más importante sería, siempre, que funcionaran como una es­pecie de taller libre, diversificado, heterogéneo. Todo eso en el barrio como centro, como po:;ibilidad de expansión para el hombre que en su casa no halla la menor posibilidad de hacerlo.

Así concebidos, los centros de actividad creadora constituirían uno de los modo.s de completar la vida del hombre común de hoy, pues una vez despertado el activismo, que es lo principal, sobrevienen, por aña­didura, otras actitudes : la autodisciplina, cierto concepto ético del tra­bajo com algo formativo, como algo que no se abandona; y, frente a Jos objetos, el goce de crear, el amor al trabajo manual.

Todavía hay algo más importante. a saber: que en el trabajo con­junto se puede crear la solidaridad entre lo:; que están en lo mismo, pero sin espíritu de competencia. El valor reunitivo de tales centros de actividad creadora se traducirá en una especie de consolidación de hcmbres a nivel social similar.

Queda, por fin, e i arte. Lo importante en esos centros, no es ex­plicar a nadie qué es el arte. sino usar el arte como una suerte de auto­expresión, recuperar para e l arte la función que viene perdiendo, al per­der su lugar en la vida de todos los días. El arte como "hacer artístico'', naturalmente. El arte en que el hombre sencillo acierta a expresarse des­cargando sus tensiones y 1a riqueza de su vida interior. El arte no-pro­fesional que puede practicar todo hombre con algo que fijar y expresar.

Porque el arte como espectáculo, lo que puede bien llamarse e l "consumo" de arte, ese mel'ece otras consideracione.s que no caben en e.:;te momento.

(Versión basada en la sintesis hecha por Carlos A. Possos)

73

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74

PARA ELIMINAR LA INJUSTICIA DE UN LOGRO QUE EL INDI­

VIDUO SE PERMITE LUEGO DE HABER DEJADO LA VIDA PARA

ADQUIRIRLO . EL DERECHO A LA HABITACION DEBERA OCUPAR.

ENTRE LOS DERECHOS SOCIALES . UN LUGAR FUNDAMENTAL

RESULTADO DE UN CONTRATO PERMANENTE Y OBLIGATORIO

ENTRE EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD.

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AL HOMBRE QUE ES TEMPORAL Y ESTE LO REEMBOLSARA

CONSAGRANDOLE UNA PARTE EQUITATIVA DE SU ACTIVIDAD

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Page 81: Arquitectura 238 - 1964

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10 338 308 656

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149.5 56 . 5

208. 1

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21% 44.1 % 18 . 3% 31 . 8% •

1

1 ----------------------------------------------~----------------~--------------------Nota: Es necesario agregar 87 cal/hora m2. n~l rasmitida!'l hada el int e rio r por calentamiento del ~· idrio atérmico. La retrasmisión se e fectúa l,'l.jo forma de c·onvección y <ie radiación de muy esc;~sa t'lenetración . COMPORTAl\UBNTO FR.BNTE A l 1AS H.AOI:'\CION l:l~S OF: ll.'\J.'\ '1'~-:MI.,Ii:RJ\TURA: l•~rente a la.s radiaciones de baja temperatura, corno son las de los elem entos de ca le[acción ambien te, el THITIRMOSOLAR es casi tan opaeo y aislante •.·omo una pared de m ampostería .

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TEMPERATURA INTERIOR 20<? C.

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204 100

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La realidad de mañana. depende de la investiga­ción e imaginación de hoy. Ambas han sido amplia­mente empleadas en este dibujo, proyectando la aco­modación de naves espaciales y sus tripulantes. El lugar propuesto es ''Aristóteles'' . uno de los cráteres situa­dos cerca del polo norte de la luna . La mayor parte de la base es subterránea para reducir al mínimo las d;ferencias de temperatura . Los alojamientos son es­pacios os y entre las posibilidades de esparcimiento es­tán incluidas una pi scina y una cancha de baloncesto. Una plant!\ solar suministra la fuerza eléctrica durante el día ; pilas atómicas la suministran durante la noche . Las secciones de investigación, de trabajo y los alo ­jamientos se comunican entre si por monorail subte­:-:-áneo.

Nadie puede saber con seguridad cuales de las ideas nuevas de hoy se transformar án mañana en realidades . Pero tanto hoy como mañana es importante usar los mejores utensilios cuando con lápiz y papel deba tra­ducirse un sueño en proyecto. Y hoy como mañana no habrá mejor utensilio que el MARS, la marca conocida desde hace tiempo por los técnicos del mundo entero.

Muchas veces se consideran perfecto s instrumen­tos usados hoy dí:t porque uno se ha acostumbrado a cl11s - a veces incluso también a sus defectos- o por ­n.uc uno no se ha enterado de que existen cosas me­jores. Pe:o los t ócniccs de la casa J. S. STAEDTLER nunca se contentan y continuamente están en busca de aut6nticas mejoras - no de novedades pasajera'I.­Largos añcs de experiencias han llevado a desarroll ar l'ls nuevos modelos de portaminas MARS-TECHNJCO. Su forma bien equilibrada evita un cansancio prema­tur o de la mano y su linea estética y aerodinámica son un triunfo del propósito de aunar el máximo confor t en n trabajo con la belleza . Las minas MARS-LUMO­GRAPH. que permiten sacar coplas hellográficas sin reuasu el díbt,io con tinta china. elevan los porta­minas MARS-TECHNICO al utensilio cumbre y fnn ­<~ amentan ~u universal preferencia .

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