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Arquitectura 74 - 1924

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Los Concursos de Arquitectura / Los recientes descubrimientos arqueológicos en México / Residencia privada / Residencia del Sr. Lorenzo Nocetti / Facultad de Arquitectura / Nota de la Sociedad de Arquitectos a la Comisión Directiva del Instituto P. de la Sífilis

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ORGANO OF ICIAL DE ll\ SOC ILDAD DE ARQU ITECT~.S J ;.: V ' LA C QUA ARQUITI!:OTQ

CASTRO 7g (1 Eflt. PJ••, . ~"ADO . 0

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El A uriga de Delfos

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ARQUITECTURA

ueva mente, con el llamado a concurso para e l edificio del Instituto Profilác tico de la Sífilis, vuelve a in sistirse en el error de ex­

tender la participación en dicho concurso a los ar­quitec tos extranjeros. La Sociedad de Arquitectos d el Uruguay, procediendo en defensa de leg ítimos inte reses moral es de los profes ional es urugua yos, había esta blecido en su proyecto de bases, solicita­do por la Comisión del In stituto, que e l concurso <iebía rea lizarse entre los arquitectos res identes en ·el pa ís. Al proceder e n esta for ma, la S ociedad de Arqu itectos entendía que era ésta un a manera de afirmar y de hacer reconocer los indi scutibles de­rechos de los arquitectos nac ionales, derechos con­qui s tados brillantemente en anteriores concursos, a la in tervención exclusiva de los mismos en la solu­ción de nuestros problemas arquitectónicos. De no procederse en esta forma, ca be siempre supon er que se a pela al profes ional extra njero porque el eleme n­to nacional no inspira la suficiente confianza, cre­yé ndose le incapaz del esfu erzo que se le exige, y

·es contra esa irritante injus ti cia que, s in ten er en cuenta secundarios intereses materiales, ha reacc io­nado la Sociedad de Arquitectos .

E se tutelaje del profesional extranjero sobre e l na ciona l habrá tenido s u razón de ser en épocas en que aún uo había siJo pos ibl e formar en el país un ·Cuerpo ca paz d e llenar debidamente sus fun ciones, ya fuera por carencia de a mbie nte o por in sufi c ien-

·cia de estudios univers itari o~; pero cuando el pro­greso trajo con el mej orami ento social, e l perfeccio­namiento ele los institutos de enseñanza, fué des­apareciendo aquel estado de cosas que, aunque hu­millante, tenía su justificación . Sin f'mb a rgo, esa si­tuac ión continúa todavía para e l a rq uitecto, y es el E stado quien con mayor eficacia se encarga ele man tenerla.

Podría creerse que los arquitectos nacionales, a 1 pedir que el llamado a concurso fu era hecho en­tre e llos, solo buscaban desalojar a 1 concursante ·extra ño, creándose por esta sola c ircuns tancia una situac ión privil eg iada; pero e l he cho de q ue los ar­quitectos nacionales hayan triunfado brillantemente en g ran número de concursos frente a distinguidos profes ionales de otros países indi ca que no es el t emor ele perder un premio lo que los ha guiado sino la neces idad de defender sus prestigios desco­

nocidos. Que no ha existido el propósito deliberado de

desconocerlos, es también exa cto; pero, sin que me­diara ese propós ito se ha llegado impensadamente .a lo mismo. El Sr. Director de Arquitectura del Mi- . ni s te rio de Obras Públi ca s establace en su informe: e E sta medida (la que establece la concurrencia de

·« profes ionales no resirlent t>s) no. hará mal a los téc­

•« ntcos dada su especial preparnción, y benefi cia rá a

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• la administración al poder selecc ionar el proyec­« to digno de ejecución entre un ma yor número •. E ste pá rrafo es contra di c.torio. Se esta b lece en él que la intervención de los técnicos extranjeros "no hará mal" a los na cio nal es; en esta forma está im­plíc itamente ex presada la con1 ianza e n el triunfo de estos últimos y por lo tanto se cons idera cas i inócua la inte rvención en el concurso de técni cos de otros países. Y s i es así ¿porqué se les liama? Par­ti endo de esas premisa s debió haberse llegado a l concurso limitado y no al que establecen la s bases in justo y desmora 1 izador.

Además, ~ i se cree en la existencia de un nú­cl eo de arquitectos con capacidades suficientes, es necesario crearles estímulos, abrirles ca mpo a sus a ctividades, da rl es ocasiones de mejorarse, que al final d e cuentas, sera nues tra sociedad la que me­jor aprovechará el desarrol lo de esas ca pacidades. Porqu e ¿qué inte rés podemos ten er nosotros, como ~ntidad social, en ll eva r t~os es tímulos a los arqui­tec~os de pai ses que quizá ignoran hasta como se llama el nuestro? El interés egoísta de tener un proyecto que quizá pueda superar a 1 de un arqui­tec to n acional ¿justificaría esa despreocupación por los méritos de todo un gremio? Y s i tenemos e n cue nta q ue en con tadísi mos ca so~, en ocas ione~ ex­cepcionales. a lg un os países están a la recíproca. es aú n más injustificado ese proced imiento.

Por otra parte, e l 11 Congreso Pan Americano de Arquitectos formuló el voto: "Que los edificios y monumentos públi cos deben hacer~e por concurso Pntre los arquitectos con diploma uacioua/, con e l obje­to de obtener edifi c ios con la arquitectura más pro­pia para cada país y para estimular en e l libre eje rcicio de su profes ión a los e lementos egresados de sus escuelas". E sta proposic ión fué votada por los representantes de todos los países am eri ca nos, entre los cuales estaba el Sr. Director de Arquitec­tura del Ministerio de Obras Públicas, de legado de la Facultad de Arquitectura, que ahora propone un criterio inverso al a consejado por el Congreso de l cual formó parte.

El argumento que se hace, favorable al concur­so amplio, de que con la mayor concurrencia se podrá seleccionar entre un número más grande de trabajos un proyec to mejor, es un arg umento s im­plista s in ning ún valor real. La seleceión en la cantidad no dice nada, s ino en la ca lidad. El pro­yecto bueno lo será tanto solo como mal acompa­ñado por un centenar. Asegurada la concurren cia de los arquitectos nacionales, hu biera habido s iem­pre una respetable cantida d de buenos proyectos donde seleccionar. ¿A qué agregarles a estos los de l extranjero si no se tiene la certeza de que se­rán superiores a los otros?

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ARQUITECTURA

La Sociedad de Arquitectos, a l proceder como lo ha hecho, se ha colocado en el verdadero terre­no, defendiendo los valores moral es y el prestigio de la carrera de Arquitec to en nues tro país y cum­pli endo un voto del II Cong reso P. A. Je Arquitec­tos. Es de lamentarse que, siqui era por es ta vez, sus ideas no hayan preva lecido y respetando la idea contraria porque 1 a sabe m os bien in ten ciona­da , creemos también que es e rrónea. Son muchos los triunfos de nuestros arquitectos y en todos los

concursos s iempre ha figurado alguno con honor.

E stos anteceden tes los hacían acreedores a mayor considerac ión, aunque esto pudiera parecer un prh­

vi leg io . Además, aunque la Sociedad de Arquitectos no pre tende imponer sus puntos de vi sta, los Sres. miernhros de la Comisión de l Instituto Profiláctico debían ha be r recordado que ella es la uni ca enti­dad represe nta ti va de los arquitectos nacionales y que, por lo tanto, su opinión debió h aberse ped ido

para fallar en última instancia.

L{())s r~~ft~¡m fr~~ cdl~~©Mlli>rrftmft~¡m fr{())~ <IDllq\U\eofibgii©{())$ ~liD M~]ft©{())

Méjico

a Arqueología renace con gran hon or. Qui­zá la tempe~ t a tl humana aún embravecida hace volver el pe nsamiento hacia los días

serenos, y cuanto mas fatigosa es la vida más fl o­rece n los recuerdos de otras épocas. U na expli ca­ción debe tener este nuevo fenómeno del resurgí~

miento de la acti viciad arqueológ ica en todo el mupdo. Más quizá que en la vieja Europa, esta pasión

y este interés entusiasta por la s investigaciones ar­queológicas, se fil tra en la América, manifestándo­se e n importantes y costosas ini ciativas.

Así, por ejemplo, una comisión subv encionada por el Museo de Filadelfia y por e l Museo Británi­co partió para la antigua ciudad caldea de Ur, que según se cree fué la resid encia de Abraham. Otra

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P irámide del Sol en Teotihuacan

comi sión está estudia ndo las ruinas de Sardes, bus­cando los fam osos tesoros de Creso, rey de Lidia, donde es ta ban la s fuentes auríferas del Pactolo. Y otra s expedi ciones se prepa ran para el A sia y e l Africa ten ebrosa.

Contemporáneamente, el Congreso Pan-Ameri-· cano reunido en la Ca pital de Chile propuso la crea­ción de dos g ra ndes institutos arqueológicos, uno en

la r~gión de Méjico y Centro Améri ca y el otro en

Perú y E cuador. El mismo Congreso, que no ha po­

d.ido e ntenderse respecto a los armamentos y sobre

la doctr ina de Mon roe, form uló e! voto, en ses ión

ple naria, para que todas las naciones contribuyan

anua lmente con una suma para las in vest iga ciones.

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ARQU IT ECTURA

.arqueológicas y la conservación d e los monumentos

.antiguos.

La parte de Améri ca más ex pl orada es el ant i­.guo :Vféji co, cons iderado e l E gipto del Nuevo Mun­

do. Y aquí convergen , en busca de ruina s, numero­

sos sabios d e l Ins tituto Carnegie de Washington, del

Museo Indian-A me ri can de Nueva Ycrk y del Mu­seo de Ca m bridge.

Y -l e n tiempo de la conqui sta española, H ernán

Cortez había notado la existencia de ant ig uas ciu­dades monumenta les, y desde entonces d ió comie n­zo la desva s tación de las ruina s, obra de los bus­-cadores de ídolos , ídolos que ha n em ig ra do para .e nriquece r todos los museos europeos.

Sayíl: Templo

El p rimero y verdade ro arqueólogo, e l funda­-dor del primer museo en Méjico, fué un italiano, Lorenzo Boturini . Hace poco fué colocada una pla­ca conmemorativa e n la casa dond e é l había reuni­

d o los documentos más importantes d e la a ntigua

h is toria me jicana. Ahora el museo de la Ca pita l es ins uficie nte para dar cabida al extra ordin a rio mate­rial acumulado y ya se p ie nsa construir un amplio

edific io que tendrá la importancia del Museo d e l

Cairo.

Son muchas, y alg unas de e lla s importantes, la s publi ca c ion es a rqueológicas, sobre todo las que t ratan de las ruin as del Y ucatan y d e la región de los Mayas. Hoy todos conoce n las maravillas de Mitl a, Sayl, Uxmal, Chich en-Itza, Ake. L o que fal-

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ta e n la copiosa lite ratura de arqueología meji cana es el estudio a rquitectóniCO d e los mon umentos ex­cavados. El arqueólogo no es casi nun ca a rq uitecto y el arquitecto no es a rqueólogo. El ojo de un a r­queólogo se asemeja a l de un c línico, mie ntra s e l

arquitecto vé co n la pupila del osttólogo y del c i­ruja no. Por e o, las comis iones explorado ras, d ebie­

ran e tar integradas uor partes iguales co n arqueó­

logos y arquitectos y las obras de recons trucc ión debe rían se r con fiada exclusivamente a es tos ú lti ­

mos. En el campo ele la medicina, el c!í ni co ::;e d i­ri ge s itmpre a l ci ruja no para las o pe rac iones, pe ro eso no sucede cas i nun ca para las res taura c io nes arqueológicas. Por esta razón los monum entos des­cu biertos fu eron e~t u d i ados s upe rf ic ialmente e n sus

c uali rlades específicas a rquitectóni cas, par lo tan to

Est ilo Maya

primord iales , y no fue ro n analizados los pe rfil es y

molduras que identifican el carácter. En fin , el ar­queólogo h a exhumado la cosa muerta; pero ha fa 1-ta do e l arquitecto q ue estudiara la ps ico log ía , que

ad ivin a ra el a lma del monu mento cuan do éste esta­

ba vivo.

La atención está dir ig ida ahora a los recien tes

descubrimientos de T eotihuacan, d escubri mientos verdaderamente extraordina rios que han ca mbi arlo quizá los va lores d e la a ntropo logía y de la hi s to-. ..

na me)t ca na. Teotihuacan es un a vil la di s ta nte 40 kilómetros

de la Capita l, s ituada en un aleg re y fé rtil va ll e y créese f ue ra la ciudad de los Dioses. Del ce ntro

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ARQUITECTURA

surge n dos pi r:3mides· llamadas ordinariamente del

Sol y el ~ la Luna, y alrededor de esta s, túmD ios y

habitac ion e~ ~ ubterráneas. En las proximídades so­

bre una g ran pla taforma co n d escansos escalonados

surgen otros mo ntícu 1os y ot ra s ru inas. Explora ndo una de esta s rnis te ri • sas col inas re­

cubiertas por una g ruesa ca pa de piedras a manera de hormigó n, fu e ron descub ie rta s mu ra 1 las el e for­

ma pira midal con in c rusta~ion es de colores ro aclos y con signos de antiguos geroglífi cos.

E xcavando todavía debajo de e~ ta pirámide apareció otra , escul pida con ca hezas mon struosas de serpie nte~ y ele dragones, la cua l, con toda eviden-

Cabeza de Serpiente

cia , fné ocultada y en te rrada ele ex profeso. Y aquí está el enigma de los e nigmas.

¿De qué estirpe y en qué época fu é eons truído este monumento? ¿y cuán do fué ocultado y cli s imu­lado bajo una es pesa capa d e horm igón?

¿Qué pueblo invasor y en qué tiempo, cons tru­yó sobre esta capa otros templos y otros a 1 tares que

tiene n extra ñas licas?

semejanzas chin escas y ,

mongo-

¿Qué nuevos invasores y cuando, sobres estas segundas gradas y plataformas destruidas , edifi ca­ron esas s imbóli cas cons trucc iones como las dos pi-

rámides llamadas del Sol y de la Luna? A todas es tas pré'guntas no es pos ibl e dar res­

puestas concreta~; pero. muc hos arqueólogos no se desanima n, b uscándolas en largas d esqui s iciones y

algun os de el los son arra~trados o esas a lternativas.

extra vagan tes d e a Itera r todos los va lores hi s tóricos y mocli fi ca r la fec ha de n um erosos mon um entos

hasta a hora bi en c la si fi cados por la Arqueología,. re troced iendo g randes pe ríodos mil enarios la cons­

trucción _:e la s antiguas c iudades mejican as . Tal el

ca so de 1 profesor norteame ri cano Ni ven. Sin segu irl os y s in a ventura rnos en tal es labe-­

rin tos co ntem plemos y obse rvemo~ como a parecen

T eotihuaca n

es tas ruina s a la vi s ta d e un arquitecto. Limitando por a hora nuestro exámen a estable­

ce r al g una s primeras confronta ciones de es tilos es­tos pa rece n relacionar la importante obra a los mo­numen tos que e n las c las ificaciones actuales son

atri buídos a l final ele! período tolteca o al comien­zo cl el pe ríodo azteca. L o demostraría el esquema

a rqui tectónico de pirámides obtenidas por sucesivos entrantt s semejantes a la dP. Sajin e n Papantla, o a la disposición en grandes fajas sa lientes, o, en fin, al estilo escul tóri co arquitectónico de tan po­te nte ori g inalidad, d e los g randes dragones que se

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ARQUITECTURA

encuentran con una impresionante semejanza con e l m ag níflcv jaguar de piectra pulida. con rastros de color, que st- conserva e n el Museo Nac ional de Méjico; en la columna colocada de lante de la celda d el 11Templo de los Tigres y de los Jaguares" en Chichen-Itza (Yucatán), etc. Y si a sí fuera, si e n e s ta forma se llevase a un a época rela tivamente r eciente el período de las cons trucciones , contraria­mente a lo que desearía e l Prof- N iven, sería nece­sario acortar extraordinaria me nte los períodos pa ra explicar la superposición de tan tos cambios poste­riores difíc ilmente explicables por ellos mismos.

Pero, lo repito, no es mi intención a nalizar la -obra nuevamente surgida, ni in s inuar hipótes is prematuras que podrán quizá mañana convertirse oen una realidad. Solo he querido ohserva r los inte-

, .

re san tes problemas alrededor de los cua 1 e:; se sus­citan actualmente ta ntas discus iones, y hacer cono­cer los datos concretos que podría n ser la base de un a eventua l revisión arqueológica y , he queri­do ll evar al conocimiento de los estudi osos y artis­tas ita lianos, estos esq uem as a rt ís ti cos, estos datos recientes de una ar(] uitectura, de una decoración, de un a escultura, ll ena s de vida, de fuerza y de novedad. Y en efec to, en la faz de las investiga­ciones y de la s hipóte~ is hi stóricas , los a rquitecto~

con su severo pos itivismo deben saber esperar; pe­ro mie ntras tanto nc, deben re nun ciar a los cono­cimientos llenos de interés y fe cunda in s piración

del material de 1 a rte.

ADAMO BOARI Ut~ · '.\•·c·b itellura e Arli J)ecoraliw"

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Columna delante del Templo de los Tigres y de los Jaguares

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Chichen - Itza

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ARQUITECTURA

n uno de los parajes más pintorescos de los Pocitos, en la calle Ramón Macini, donde

-J~ la Arquitectura ha s ido se leccionada con -bastante cuidado, se levanta este chalet.

De estilo ne tamente vasco, recuerda las carac­terísticas construcciones de los Pirineos, tan adap­tables a nuestras playas rebosa ntes de luz con la cual desta can los elementos todos del conjunto real-

·mente armónico y hermoso, a pesar de su senci llez y rusticidad.

No obstante las exiguas dimensiones del tcrre­.no, el prog rama, propuesto por el propietario fué

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cumplido satisfactoriamente quedando distribuídas en tres plantas, francamente, las diversas reparti­ciones del edificio. En el subsuelo, el Servicio y

Estudio particular con su entrada independiente; en la planta baja, la parte de recibo de la familia y

en la planta alta, las habitaciones. Todo ello dis­puesto con amplitud, comodidad e independencia .

L a decoración, como requiere el estilo, sobria pero agradable desde todo punto de vista, contri­buyendo a realzarla la luz directa que reciben todos los locales.

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ARQUI T ECTURA

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Fachada

' n las proximidades del Prado, con frente a la Avenida Busc henta l, se leva nta esta lu­

-~" josa mansión, obra de los arquitec tos Durán G ua ni y Durán y Veiga.

Las fotog rafía s que acom pañan podrán dar al lec tor algun a idea de la suntuos ida d y severi dad

de la decoración, en los dist in tos es tilos ado ptados por los a rquitectos, de acuerdo con la importa nc ia y d,_.s tino de los diversos loca les.

La fa chada, que por sus líneas gene ral es, po­

dría ll amarse Lui s XVI, parece no corresponde r a un a arqui tectura adecuada a nues tro modo; t e ni e n­d o e n cuenta además su br il lante ubicación, una ar­quitectura más pintoresca, den tro la suntuos idad que reque ría e l programa , hubi e ra sido el ideal

p refe r ido por los arq u itectos . P ero tratá ndose d e­una reforma e l problema es comp le jo y d ifi ci l, es­necesario adap ta rse a lo ya e jecuta do; a l efectu a r aplir.ac iones y revoques fué menestE. r emp lea r un es ti lo que pe rm itiera hacer posible e l a compaña­mi~n to a lo existente, sobre todo e n las fa chad as-­

laterales, y obtener cierta s riquezas aparentes co:1 la a pli cac ión de escultura s, entalles , etc.

El ed ifi c io se d esa rro lla e n dos plantas: e n la

primera de ell as ti e ne su ca bi ela la parte que po­dríamos llamas de recepción: e l Hall, la Sala, e l Comedor , todos ello~ de g ran ampl itud y lujosa­

mente decorados en esti los tratados con suma co­rrección; e n la segunda se desarrolla la pa rte ín t i­

ma y privada de la ca sa.

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ARQ UITEC TURA

Ha ll - Sa lón

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ARQUITECTURA

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P lanta primitiva Planta actual

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ARQUITECTURA

Prof.: J osé G imeno Alumno: Luis Crespi Santoro

Prof J . Vasquez Varela

T~mm: Utm IP~lb>~ilón con ~$Caiitma~a~ en utm lPa$~~ IPtilibUcc

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PROGRAMA

n un p arque público existe un estanque ro­deado de una pelouse que a su vez está circundada por un camino destinado a los

peaton es en el parque, los cuales ca minos dan ac­ceso a dos esca linatas por las que se sube a un pabellón que viene a ser el término de aquella s, s i­tuado 2 m. 50 más alto que los caminos anteriores.

El estanque que es de forma a largada tiene su. eje longitudinal, norma l a la fachada principal del pabellón de llegada, y este ti ene como dimensiones máxi m'as 10 m. 00. Solo se da esta dimensión pues se deja entera libertad en cua nto a la forma y dis­posición de este y de las esca linatas.

PROGRAMA

Entre una sala de pasos perdidos y una gran sala dando acceso a ésta, hay un vestíbulo ilumi-~ o

nado por ambos lados. -- La di mensión máxima de este vestíbulo es de · 20 metros

El edificio no tendrá s ino un solo piso.

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Alumno: Ramón Fresnedo Siri

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Prof. J . Vasquez Vartla

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A lumnu : O. Puppo

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A ¡umno: J. C . Siri

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ARQUITECTURA

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Prof. C. Lerena Juanicó Alumno: A. Ricaldoni

Prof. C . Lerena JuanicJ Al umno : H. Mondino

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ARQUIT EC TURA

Prof. C . Lerena J ua n icó

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A lu mno: C arlos García Arocena

PROGRAMAS

Tema: UNf\ FUENTE

Esta fuente formaría un motivo decorativo en un parque público.

Estaría constituída por un moti vo central de plomo, bronce o hierro fundido con uno o varios -surtidores derramando el agua en recipiente de pie­dra o cemento armado.

La superficie no seria mayor de 25 metros cua­drados. Se h ará la proyección vertical a 0,05 p. m. y la planta a mitad de escala .

Tema: UN CUf\ DRf\NTE SOLf\R

E ste reloj de sol, dest in ado a la decoración de un jardín, consistirá si mplemente en un soporte o pie de piedra de un reloj solar. La altura del pié no será mayor de 1.30 m. a contar desde el

• piSO.

Se harán las proyecc iones vertical y horizontal a la escala de I:IO.

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ARQUITECTURA

Nofra de Ra Sociedad de Arquñte<e~O$ 2

Ccmñsión Dñrecfrñva deR !nstñfru~o lla

}P. de la Síffñiüs.

Montevideo, Febrero 19 de 1924.

Señor Presidente de la Comisión Directiva Honora­ria del Institut(> Profi !ático de la Sífilis

Dr. Alejandro Gallinal. S t>ñor Presidente:

La Comisión Directiva de la Sociedad de Ar­quitectos, se ha enterado por la publicación que se ha hecho de las Bases para el Concurso de Proyec­tos de un edificio destinado a sede del Instituto Profiláctico de la Sífilis, y del Con~ejo Nacional de Higiene, de las modificaciones introducidas al Pro­grama que a solicitud de esa Comisión Directiva Honoraria formuló la Sociedad de Arquitectos y como esas modificaciones han cambiado fundamentalmentt: el espíritu de las bases propuestas, formuladas con­templando Ja mejor ordenación y éxito del Concurso, cree necesario hacer llegar a esa Comisión Directiva Honoraria las observaciones que ellas le sugieren, como salvaguardia de su responsabilidad ante la misma y ante sus asociados que constituyen la tota­lidad, puede decirse, de los Arquitectos nacionales

' ya que sólo muy pocos no forman parte de la So-ciedad.

Ante todo, señor Presidente, séame permitido lamentar que la Comisión Directiva Honoraria de su digna presidencia, no haya atendido los deseos ex­presados en la nota de la Comisión, que formuló ese Programa, de fecha 12 de Diciembre y que estaCo­misión Directiva hizo suya, al elevar al señor Presi­dente el Programa del Concurso, en su nota del 14

del mismo mes y que dice: • Al someter nuestro trabajo a la consideración

« de la Sociedad de Arquitectos, creemos oportuno e recomendar a esa Directiva, velando por los pres­« tigios de los profesionales, y para mejor éxito del e Concurso, haga llegar al Instituto ProfiJático de la « Sifi lis, el deseo de que para toda modificación que e le pareciera conveniente introducir al considerar « este Programa, tenga a bien re ca bar la conformi­• dad de esta Sociedad. Sólo así la Sociedad de e Arquitectos podrá patrocinar este certamen con el e entusiasmo necesario para que las esperanzas de • todos sean coronadas por el éxito ...

Y esto es de lamentar realmente, porque aten­didas las razones que se tuvieron para formular las bases tal cual se hicieron, tengo casi la seguridad de que ellas no se habrían modificado en la forma que lo han sido.

La cláusula que restringe a Jos Arquitectos re­sidentes en el país el derecho de intervenir en este Concurso, n? ha sido inspirada por un espíritu de estrecho egOJsmo profesional, como podría su o Nada de eso; ella fué incJuída en ese pro p dnerse.

grama ando

cumplirJ'!iento a un voto formulado por el último Con­greso Pan Americano de Arquitectos celebrado en Setiembre del año último ~n la ciudad de Santiago· de Chile, con la asistencia de Arquitectos y delega­dos oficiales de Argentina, Colombia, Cuba, Estados Unidos de Norte América, Guatemala, Paraguay, Mé­xic,>, Uruguay y Venezuela.

Esa re~olución relativa al Tema III cuyo enun­ciado era « Generación de los edificios y monumentos. e de carácter público. Deben hacerse por Concursos • públicos? • fué tomada después de una detenida discusión en sesión plenaria y dice:

1 • Considerando la magnitt~d del problema que .. re~-y..elven )os edificio~ y monumentos públicos, e como elemento de decoración de ciudades y de e cultura general, la eficada del funcionamiento de • la administración y con el fin de conseguir ]a más « ac ~rtada y adecuada solución ar<juitectónica propia • a cada país y la contribución del ma vor número

« de elementos profesionales, estima: e l. o Que los edificios y mollumentos públicos debell

• hacerse por concurso entre los Arquitectos con diploma • nacional coll el l'bjeto de obte11er edificios co11 la arqui­« lectura más apropiada para cada Pt..ÍS y para estimu­• lar en el libre ejercicio de la profesirn a los elementos e egresados de sus escuelas.

« 2. 0 Los monumetztos p_úblicos que fuesen zma m a­

e nifestación abstracta del arte arquitectónico monumen­« tal, pueden hacerse por concursos internacionales. •

Y esta Sociedad que tuvo sus delegados oficia­les dentro de aquel Congreso, que aprobaron aquella resolución, no podía, no solo por consecuencia sino por conyencimiento, dejarlo de cumplir en la primera oportunidad que se le presentaba.

Pero en este caso particular, señor Presidente.­además de la observancia de este principio de orden general, dado el tema especialísimo de que se trata puede asegurarse que la concurrencia de Arquitectos. extranjeros no aportarán un valor eficiente para la solución del problema.

El edificio objeto del concurso, responde a exi-gencias completamente locales, resuelve un prcblema que no se presenta y posiblemente no se presentará

en otro país y por eso, no es un edificio con carac-terísticas más o menos generales y comunes a otras. localidades como lo es por ejemplo un Hospital, un Banco, una Escuela, etc., etc.

En este caso se han reunido en un mismo edi­ficio .LJ~a oficina administrativa (el Consejo Nacional de HJgJene) Y un edificio hospitalario (el I . Profilático de la s·t·l· ) d . . . nstltuto

J J IS OS edJfJCIO~ d ' d pletamente distinta. ~ e 10 ole com-

Esta circunstancia t:xige un conocimiento muy

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ARQUITECTURA

·Completo y un estudio muy detenido de los datos del problema ) de las exigencias a llenarse y todo eso será muy difícil que puerlan poseerlo o adquirirlo Arquitectos no res identes en e l país .

Otra de las modifi caciones fun damentales y más fundamental que la anteriorm ente considerada, por­que es de orden ma te ri al, es la reducc ión del plazo establecido en las bases que formuló esta Sociedad.

E sta Comis ión in s is t ie ndo en lo que estahlecía n .a quel las bases c ree indispensa ble que se fije e l tér­mino de cuatro meses para la presen tación de los

proyectos. Con d . fin de a seg ura ... se la mayor concurrencia

posible a los con cursos es nece~ario fijar un plazo

prudencial, pla zo que genera lmente es un poco ma yor de l que se le concedería a un Arquitecto a quien se

le encomendara e l proyecto d irectamente, porque hay

que considerar que en este último caso esa ocupa-·ción forma parte de las obli gatoria s, a la s que hay

CRbNICA

SESIÓN DEL 12 DE DICIEMBRE DE 1923.

Asistencia: A costa y La ra H ., R occo D .. Vi gou­

roux R., Addiego B., Azzarini H ., Muñoz A., Ma­zzara ]., Perez Montero C. y especialm ~ nte invi­tado Baroffio E. Pres ide e l Arq. A cos ta y Lara,

actuando de secretario el Arq. Mazza ra. Orden del Día: 1.0 A suntos entrados. 2.0 Informe del Arq. Pé rez Monte ro sobre tasa­

ción de honorarios del Arq. Lamolle. 3.0 Proyecto de R eg lamento General de cons­

trucciones. 4.0 Jnforme del Arq . .A col:>ta y Lara sobre ho­

norarios de l Arq. Capurro. 5.0 R eglamentación Profesio nal.

Nota: Para estudi a r el asunto N.0 3 de la ordtn del día ha sido es pecia lmente in vita do e l Arq . Mu­nicipal Sr. Euge nio P. Baroffio y para trata r e l asunto N. 0 5 el Asesor Letrado Dr. Lui s Dayviére.

Asuntos Entrados: Entre los asuntos entrados fi­gura el Programa del llamado a concurso para la presen tación de Proyectos para sede del Instituto Profiláctico de la Sífilis e Instituto Nacional de Hi-

giene, confeccionado por una Comis ión E spec ia l for­mada por los Arqts. Eugenio P. Baroffi o y Mario Moreau. Pr~vio informe del Arq. Ba roffio, que asis­te a la sesión, se aprueban las bases del llamado a concurso sin observación.

lnforme del Arq. Pérez Montero sobre tasación de .honorarios al Arq. Lamo/le.. El Arq. Pérez Montero presenta un exten ~o informe sobre la ta sación de honorarios al Arq. Lamolle por el proyecto de edi­ficio para el Consejo de Administración D€parta­

mental de Durazno. Después de un cambio de ideas el informe pasa a estudio de una Comis ión Espe-

que dedi carle to..:o el tiempo necesario, mientras que a la participación en un concurso de resultados alea­tortas, no es posible dedicarle la misma cantidad de

ti em po. Hacer lo contrario sería asegura rse solo la concurrencia de los menos ocupados y no es con esa sola concurrencia con la que se asegura e l éxito de los concursos.

Respecto ele las otras modificaciones que no tie­nen una influencia fundamental sobre la organización del Concurso, nada tiene q ue observar esta Comisión Directiva .

En la esperanza que las observaciones apunta­das merecerán ser tomadas en cuenta por esa Co­

mi s ión Directiva Honoraria, tengo el agrado de sa­ludar al señor Presidente con mi consideración más

distinguida. HORACIO ACOSTA Y LARA

Pl'esidenle

JOSÉ MAZZARA Scct·ctn t•iu

GENERAL

cial formada por Jos Arqts. Acosta y Lara y Rocco. Reglameuto General de Construcciones. - Alrede­

dor de este .as unto, para cuyo estudio se había es­pecialmente invitado al Arq. Baroffio, se promueve un la rgo debate y en definitiva se resuelve nom­

brar una Comisión formada por el Dr. Luis Vareta y los Arqts. A costa y Lara H., Baroffio E., Pérez

Montero C., y Muñoz A., para que estudien un pro­yecto de Reglamento General de Construcciones que comprt>n da la ordenación de las ordenanzas existen­

tes y las modificaciones necesarias para su mejor aplicación a fin de presentarlo al Conse jo de Ad­ministra ción ·Departamental solicitando su aproba-. ,

CIOn. Informe del Arq. Acosta y Lar a sobre honorarios .

del Arq. Captwro. - Se aprueba sin observación el informe del Arq . A costa y Lara sobre la cuestión de cobro de honorarios sometida a la Comisic 10 Di­rectiva por el Arq. Capurro.

Reglamentación Profesional.- Para tratar este asunto ha bía sido especialmente invitado para con­currir a esta sesión el Asesor Letrado Dr. Luis Dayviére, e l que excusó su inasistencia por encon-. trarse enfermo. Se resuelve aplazar el tstudio defi-nitivo de esta cuestión hasta la sesión próxima.

SESIÓN DEL 27 DE DICIEMBRE DE 1923.

Asistencia: Pérez Montero C., Acosta y Lara H ., Rocco D., Muñoz A., Azzarini H., Vigouroux R. y el Asesor Letrado Dr. Luis Dayviére, especialmen­te invitado.

Preside el Arq. Acosta y Lara y actúa de Se­cretario ad-hoc el Arq. Vigouroux.

Orden del Día: 1.0 Asuntos Entrados.

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ARQUITECTURA

2.0 Reglamentación Profesional. 3.0 Proyecto del Arq. Pérez Montero. 4.0 Informe de la Comisión Especial sobre ta­

sación de honorarios al Arq. Lamolle. Reglamentació11 Profesional. - El Asesor Letrado

Dr. Dayviére comienza su informe diciendo que el primer paso a darse en este asunto es el de reali­zar gestiones ante la JUSticia, a fin de impedir que personas no arquitectos usen indebidamente el títu­lo. Cree que estas gestiones tendrían grandes pro­babilidades de éxito y ellas se reducirían a denun­ciar ante la justicia los casos concretos de apropia­ci6n indebida del título. Al rededor de este asunto se promueve un lígero debate por discutirse si esta medida alcanca a los Profesores de la Facultad de Arquitectura cuyos títulos no han sido ·revalidados. Por moción del Arq. Vigouroux se resuelve aplazar una resolución definitiva en este asunto y encomen­dar al Dr. Dayviére un informe especial sobre esta

. , cuestton.

Proyecto del Arq. Perez Montero. - El Arq. C. Pérez Montero presenta un proyecto tendiente a es­timular entre los asociados el estudio de varias cuestiones profesionales. Se aprueba por unanimi­dad el proyecto y se nombra una Comisión forma­da por los Arqts. Pérez Montero C., Acosta y Lara H. y Azzarini H., para que estudien su reglamen-. , tac10n .

biforme de la Comisión -Especial sobre tasación dt honorarios del Arq. LamoJ/e. - Después de un la rgo debate se resuelve por mayoría aprobar el informe que presenta la Comisi~n Especial, formada por los Arqtos. Acosta y Lara H. y Rocco D., sobre la ta­sación de honorarios del Arq. ]. C. Lamolle por la confección de un proyecto para sede del Concejo Departamental de Durazno. El Arq. Pérez Montero deja constancia que es de opinióu que debe agre· garse al monto de los honorarios fijados por la Co­misión el 20 °/0 como indemnización por los traba­jos preliminares practicados por el Sr. Lamolle.

SESÍÓN DEL 9 DE ENERO DE I 924

Asistencia: Rocco D., Acosta y Lara A., Addiego B., Azzarini H ., Muñoz A.·, Vigouroux B., Mazzara J. y Perez Montero C. Preside el Arq. Acosta y L ara y actúa de secretario e l Arq. Mazzara.

Orden del Día: 1.0 Asuntos entrados. 2.0 Tasación dP. honorarios. Pedido del Arquitecto

Garese.

3.0 Uso del título por pers,onas no Arquitectos. 4.0 Ordenación y publicación de las Ordenanzas

de Salubridad.

Tasación de honorario~ . Pedido del Arq. R. Garese -El Arq. R. Garese pide a la Comisión Direc-t iva quiera tasar los honorarios que le corresponden por la confección de un proyecto de casa-habitación.

Se resuelve pasar este asunto a informe de los Arqs. Azzarini y Mazzara.

Uso indebido del título dP Arquitecto. - El Asesor Letrado ~doctor Luis Dayviere comunica que a la mayor brevedad se expedirá en este asunto que le fué encomendado en la sesión del 27 de Diciembre· próximo pasado

Antes de tomarse resolución alguna en este asunto se oirá el informe del Asesor Letrado.

Recopilación y ptiblicación de las Ordenat1zas de Sa­

lubridad. - Algunos miembros de la Comisión Direc­tiva hacen notar los inconvenientes que se presentan continuamente en la confección de los planos de las obras sanitarias por las frecuentes modificaciones de· las Ordenanzas de Salubridad, a las que no se les da la publicidad debida.

Se resuelve que una comisión formada por los. Arquitectos Acosta y Lara H., Pérez Montero C. y Azzari ni H., se entrevisten con e l Director de S a lu­bridad haciéndole notar los inconvenientes aludidos. y el d~!'eo de~ la Co_misión Dire<;tiva de la Sociedad de Arquitectos de que se proceda a una ordenación y compi lación de las Ordenanzas referidas.

SESIÓN DEL 24 DE ENERO DE 1924

Asistencia: Acosta y Lara H , Rocco D., Vigou­roux R., Muñoz A., Addiego B. Mazzara ]. y Azza­rini H. Preside el Arq Acosta y Lara y actúa de secreta rio el Arq. Mazzara.

Orden del Dia: 1.0 Asunto:; entrados.

2.° Consideración de las conclusiones aprobadas por el Segundo Congreso Pan Americano de Arqui-­tectos.

3.° Consideración del nombramiento de un tasa 4

dor urbano de la Dirección de Avaluaciones, recaído­en un Agrimensor.

4.° ConsiJeración de la demora en expedirse el Jurado del Concurso del Palacio Municipal.

5.0 Informe de la Comisión Especial sobre la tasación de honorarios pedida por el Arquitecto R. Garese.

Consideración de las ro11clusioues aprobadas por el Segundo Congreso Pan Americano de Arquitectos. - Se resue lve hacer un repartido eutre los miembros de la Comisión Directiva y tomarlo en consideración la

, . . , proxtma ses10n.

Nombramieuto de Tasador Urbano de la DirecciÓ11'

de Avaluaciones.- En el nombramiento de un tasador urbano de la Dirección de Avaluaciones reca ído en un Agrimens0r se resuelve que una comisión espe­cial formada por los Arquitectos Muñoz y Rocco en posesión de todos los antecedentes de este asunto­preparen una nota a elev21rse al Consejo Nacional de Administración rei-vindicando el derecho que tie­nen los Arquitectos para ocupar dichos cargos.

Continúa en el próximo númJ?ro.

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