Cuentos Del Aranero Libro

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    compilado porOrlando Oramas Len Jorge Legaoa Alonso

    HUGOCHVEZFRAS

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    Orlando Oramas LenJorge Legaoa AlonsoCUENTOS DEL ARAERO Copyright 2012

    Vadell Hermanos Editores, C.A.rif:J-07521580-0 nit:0448791076Valencia: Calle Montes de Oca,Edif. Tacarigua, piso 6Telfonos: (0241) 858.5969 - 858.5945 (fax)Caracas: Peligro a Pele el Ojo, Edif.Golden, Stano, La CandelariaTelfonos: (0212) 572.3108 - 572.5243e-mail: [email protected]

    Hecho el depsito de LeyDepsito Legal: lf51120128002737isbn:978-980-212-561-6

    Orlando Oramas LenJorge Legaoa Alonso

    Gabriel Gonzlez

    Omar Cruz

    Ernesto Niebla Chalita

    Impresin:Editorial Melvin C.A.

    Impreso en VenezuelaPrinted in Venezuela

    Agradecimientos especiales a PrensaPresidencial.

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    Si uno pudiera volver a nacer y pedirdnde, yo le dira a pap Dios: Mndameal mismo lugar. A la misma casita depalmas inolvidable, el mismo piso de tierra,las paredes de barro, un catre de maderay un colchn hecho entre paja y goma-espuma. Y un patio grande lleno de rbolesfrutales. Y una abuela llena de amor y unamadre y un padre llenos de amor y unoshermanos, y un pueblito campesino a laorilla de un ro.

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    PRLOGO

    Permtanme siempre estas confidencias muy del alma, porque yo hablocon el pueblo, aunque no lo estoy viendo; yo s que ustedes estn ah,sentados por all, por all, oyendo a Hugo, a Hugo el amigo. No al Pre-sidente, al amigo, al soldado.

    As comienza Cuentos del Araero,cual anticipo de este libroque muestra a Chvez contado por s mismo.

    Ms de 300 ediciones del programa Al Presidente alimentaron lapresente compilacin; pginas con visos autobiogrficos y la improntade quien ha marcado la historia reciente de Venezuela.

    Son muchas las pasiones que se desbordan en el discurso del lderbolivariano: la familia, el bisbol, las Fuerzas Armadas, el culto a los

    prceres, a los hroes, el amor infinito a Venezuela y, sobre todo, a lasamplias masas excluidas.

    Es un viaje que inicia en sus races en Sabaneta de Barinas, enaquella casita de palma y piso de tierra, con el topochal a mano. Po-bre, pero feliz. Y la abuela Rosa Ins, la mamavieja, la familia, losamigos de la niez; la vvida estampa de cientos de miles de hogareshumildes de los pueblitos del llano.

    De entonces el Chvez sensible, observador, que absorbe cual es-ponja, se nutre de sus orgenes y carga con ellos a travs de los aos, lasvicisitudes y etapas de una vida de batalla.

    Por aquellos das se fue forjando el apasionamiento por la historia,que enrumba desde las leyendas familiares, Maisanta, el ltimo hombrea caballo y su escapulario ms que centenario.

    Por aqu pas Zamora, deca la abuela, y la imaginacin encan-dilaba a aquel muchacho que se suba al palo ms alto del patio, oteandoun horizonte en el que luego redescubri a Bolvar por los caminos dela Patria.

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    Porque Hugo Chvez Fras trajo de regreso a Bolvar, lo despoj de lacoraza ptrea de las esculturas, lo baj de los pedestales inmviles de las

    plazas, se sumergi junto a l y lo hizo sustancia en el torrente de la gente,que se apropi del nombre, el pensamiento y la obra del Libertador.

    El Presidente de Venezuela cuenta como nadie la historia nacional;la interpreta, la explica, hurga en sus protagonistas, batallas, contra-dicciones, con una visin de interconexin entre el pasado, el presente yel porvenir, con una perspectiva transformadora.

    Chvez es un investigador e historiador que trasciende los moldes dela academia. Y ello no hubiera sido posible sin su paso por el cuartel, cualsoldado de las tropas del Ejrcito Libertador de Venezuela, como algu-na vez le espet, exigiendo respeto, a un gobernador adeco, corrupto.

    Aquel Bachaco o Tribiln lleg a la Academia Militar, en Caracas,con la ilusin de ser pelotero de Grandes Ligas. Pero, junto al uniforme,los sueos se ensancharon catando de las tradiciones, de la disciplina,de la camaradera y, ms que todo, de las injusticias vividas y confron-tadas en el cumplimiento del servicio.

    As lo encontramos de subteniente en 1975, en La Marquesea, Barinas,en las antiguas tierras del Marqus de Bocon. Tierras mgicas sig-nadas por senderos de leyendas, combates, sangre derramada y tam-bin por lo real maravilloso: Aqu descubr un carro un da entre elmonte, un Mercedes Benz negro. Lo limpiamos, abrimos el maleterocon un destornillador y consegu un poco de libros de Marx, de Lenin;consegu este libro por all, lo le aqu: Tiempo de Ezequiel Zamora,de ese gran revolucionario Federico Brito Figueroa. Aquel subtenienteChvez comenz a leer aqu, comenz a hablar con los soldados all.

    Hablar quiere decir forjar conciencias, aunar voluntades, sembrarla semilla del Movimiento Bolivariano que tuvo su juramento en el Samnde Gere y el bautismo de fuego el 4 de febrero de 1992, cuando el Porahora dio la pauta al devenir.

    Chvez dialoga, tutea, narra al detalle, se adelanta a veces, vaatrs, superpone historias; rompe la lgica gramatical sujeto-verbo-

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    predicado. Es parte de su estilo, su tcnica narrativa, con la cual mantieneen vilo, ensea, polemiza, pone a pensar y convence. Se trata, sin lugara dudas, de un fenmeno de la comunicacin directa, cercana, perma-nente con su pueblo.

    Llanero de pura cepa, y orgulloso de serlo, Chvez es tambin unfabulador. l asegura que no exagera, pero Fidel Castro, quien lo conocebien, acua que su amigo venezolano rellena, al menos sobre las his-torias que involucran a ambos.

    Los rellenos ocurren, sobre todo, cuando la narracin le conciernepersonalmente. Como la serpiente que, segn sus propias palabras, estuvoa punto de devorarlo en su cuna, all en la casa de piso de tierra deSabaneta. A la tragavenado la colgaron del techo y la cola pegaba enel suelo. El grueso era como el de un caucho de carro, rememora paraasegurar: estoy vivo de broma.

    O aquel caimn del Arauca, que fue creciendo de cuento en cuento,en medio de la credulidad-incredulidad del auditorio. Cuarenta y cincometros de largo cont yo a pepa de ojo.

    Entonces la narracin gana en intensidad porque el que la cuentalo hace como si la estuviera viviendo en tiempo real. As llegan los sonidos:Pac, suena cuando su padre bocha la bola criolla; Ass, el silbido dela tragavenado; Uuuh, los fantasmas de Sabaneta; Pum, vuela lejosla chapita; Ta, ta, ta, Evo habla que habla; Ra, ra, ra, meterle a los

    gringos cuatro batallones por el flanco; Uju, sorpresa.De la mano del sonido estn tambin los corridos, las coplas, las can-

    ciones. Yo canto muy mal, confes pblicamente, pero a continuacinacot: como dijo el llanero aquel, Chvez canta mal, pero canta bonito.

    Lo cierto es que resulta difcil encontrar a otro jefe de Estado que en-tone ms en pblico, desde el himno nacional, hasta rancheras, baladasde moda y, sobre todo, las estrofas del cantar folclrico venezolano, delque ha sido campen promotor. Cantor de pueblo, pues.

    Y, claro!, el lenguaje. El del presidente, del lder poltico, forjadorde conciencias, educador, del declamador, del poeta. Pero tambin el

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    del ciudadano de a pie y ms, del veguero de campo adentro. De ahel uso difano de vocablos que forman parte del habla popular, aunquealgn diccionario no los reconozca: jamaqueo, choreto, jalamecate,firifirito, espatilla'o, esperola'o, kilo, arrejuntar, entremuchos otros.

    Es cmico?, preguntaba un amigo al conocer de la idea del libro.Chvez es dicharachero, se re de s mismo, celebra el chiste sobre su

    persona, pero tambin arranca carcajadas del auditorio cuando poneal adversario en el centro de su colimador. Ya lo dijo en alguno de susalocuciones: Revolucin es amor y humor.

    Pero Cuentos del Araero es tambin algo muy serio. Chvez sufreen sus pginas, le duele el dolor del pueblo, del nio que agoniza sinatencin mdica, que muere porque el capitalismo y los gobernantes asu servicio se la negaron. Es el infierno aqu!, se lamenta el Presidente,que en los primeros aos de su gobierno se consigue la tragedia por do-quier, la nefasta herencia de la IV Repblica.

    Como siempre, est la masa del pueblo y yo me echo encima dela masa, me abrazo con ella, sudo con ella, lloro con ella y me consigo.

    Porque all est el drama, all est el dolor, y yo quiero sentir ese dolor,porque solo ese dolor, unido con el amor que uno siente, nos dar fuerzaspara luchar mil aos si hubiera que luchar, exclama por aquellos das.

    Desde esos tiempos la amistad con Fidel, relacin entraable deuna sensibilidad superior. Sobre ello, y ms, habra mucho que decir.

    Pero mejor que lo cuente Chvez, el araero de Sabaneta.

    Orlando Oramas LenJorge Legaoa Alonso

    Junio de 2012

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    HISTORIAS DE FAMILIA

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    HISTORIAS DE FAMILIA

    CONFIDENCIAS

    Permtanme siempre estas confidencias muy del alma, porque yohablo con el pueblo, aunque no lo estoy viendo; yo s que ustedesestn ah, sentados por all, por all, oyendo a Hugo, a Hugo elamigo. No al Presidente, al amigo, al soldado.

    Bueno, ayer fui a visitar la tumba de mi abuela Rosa. No querair en alboroto porque siempre hay un alboroto ah, bonito alborotoy la gente en un camin y las boinas rojas. Yo dije: Por favor, yoquiero ir solo con mi padre a visitar a la vieja, a Rosa Ins. Allllegamos, y lleg el seor, un hombre joven, con una pala y unosnios, limpiando tumbas. Ellos viven de eso. Y me dijo el seor,dndole con cario a un pedacito de monte que haba al lado dela tumba de la vieja: Presidente, usted la quiso mucho, cada vezla nombra, verdad?. Claro que la quise y la quiero, ella est pordentro de uno.

    Tambin me dio mucha alegra ver de nuevo, cmo se llamael nio? No recuerdo, un firifirito, que hace un ao fui tambina darle una corona a mi abuela, y l lleg: Chvez, yo vivo lim-piando tumbas y no tengo casa. Ayer me dijo, con una sonrisade oreja a oreja: Chvez, gracias, tengo casa, mira, all se le ve eltecho. Tiene techo rojo la casa. El niito tiene casa, hermano, consu mam y su pap y dos niitos ms, que estn ah, todos limpian

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    tumbas. Esa vez lo agarr y le dije: No tienes casa? Claro!, sontantos los que no tienen casa Dios mo! Ojal uno pudiera arreglareso rpido para todos los nios de Venezuela!

    Le ped al general Gonzlez de Len y al gobernador que seunieran para atender el caso de ese nio, porque l me dijo conaquellos ojitos: Chvez, no tengo casa. Chvez, yo quiero estu-diar, Chvez, mi mam est pasando hambre, y bueno, me dijotantas cosas con aquellos ojitos que me prendi el alma. Y les dije,miren, hagan un estudio social. Y ya tiene casa el nio y se le veel techo rojo. All est. Chvez, vistame. Y yo le dije: No tengotiempo pap, pero otro da voy. Ojal pueda visitarlos algn da!

    Ah estuvimos rezando delante de la tumba de la abuela. Yo nacen la casa de esa vieja, de Rosa Ins Chvez. Era una casa de palma,de piso de tierra, pared de tierra, de alerones, de muchos pjarosque andaban volando por todas partes, unas palomas blancas. Eraun patio de muchos rboles: de ciruelos, mandarina, mangos, de na-ranjos, de aguacate, toronjas, de semerucos, de rosales, de maizales.Ah aprend a sembrar maz, a luchar contra las plagas que daabanel maz, a moler el maz para hacer las cachapas.

    De ah sala con mi carretilla llena de lechosa y de naranjasa venderlas en la barquillera. As se llamaba la heladera, y medaban de apa una barquilla. Era mi premio y una locha paracomprar qu s yo qu cosas. Bueno, de ah vengo. Cuando yomuera quiero que me lleven all, a ese pueblo que es Sabanetade Barinas, y me conformar con una cosa muy sencilla, como laabuela Rosa Ins.

    LAS PROPIAS RACES

    La abuela Rosa Ins deca: Muchacho, no te encarames en esosrboles. Yo me suba arriba, chico. Haba un matapalo en el patio

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    Hugo Chvez Fras

    donde me cri, era un patio hermoso y uno se suba en todos esosrboles. El matapalo era el ms alto y uno buscaba las ramas msaltas porque haba unos bejucos y all abajo un topochal. Y comolas matas de topocho tienen el tronco blando y esponjoso, es comoun colchn.

    T sabes lo que yo haca? Me lanzaba con mis hermanos yLaurencio Prez, el otro que le decamos El Chino. El nico queno se suba era el Gordo Capn. El Gordo Capn no poda su-birse, era el dueo del nico bate y la nica pelota Wilson, as queese era cuarto bate aunque se ponchara. Uno se lanzaba baruu,baruu. El hombre de la selva. Yo prefera ser Bar que Tarzn.Bar era africano. Uno caa, se espatillaba contra los topochalesy mi abuelita, pobrecita, que en paz descanse, sala con las manosen la cabeza: Muchacho, te vas a matar, bjate de ah, mira queel Diablo anda suelto!

    A veces a m me daba miedo porque uno pensaba que el Diabloandaba suelto de verdad. Claro, Cristo anda suelto tambin y Cristosiempre le gana al Diablo como Florentino le gan al Diablo. Ellanos regaaba mucho, nos bajaba de los rboles, pero en la noche nossentaba en el pretil de la casa de palma, cuando se iba la luz dela planta elctrica de Sabaneta, que quedaba cerquita de la casa.Cuando pasaba don Mauricio Herrera en una bicicleta, uno sabaque ya iban a apagar la planta. Ah pas don Mauricio, y eracomo un reloj. l pasaba todas las noches a las ocho en punto.Recuerdo que apagaba una primera vez, ese era el aviso. Era comola retirada, como cuando uno est por all y le tocan la corneta.Despus venan dos apagones, rur, rur, y ya la tercera era que seiba la luz en el pueblo.

    Claro, ya estaban las velas prendidas o las lmparas aquellasde kerosene, y la abuela lista con sus cuentos. Y uno la buscaba:Abuela, chanos los cuentos. Y ella hablaba de un cabo Zamoray de un Chvez, abuelo de ella, que se fue con el cabo Zamora y no

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    regres ms nunca. Recuerdo que desde nio oa comentarios entrelas abuelas: Cnchale, que aquel si fue maluco, dej la mujer solay le dej los hijos.

    El abuelo por los Chvez, el abuelo de mi abuela se fue con untal Zamora y no vino ms nunca. Dej los muchachos chiquitos yla mujer se qued sola con los muchachos vendiendo topocho ypescando en el ro. Tambin oa los comentarios de mis abuelas,las Fras, de que hubo un maluco, un tal Pedro Prez Delgado,quien tambin tuvo dos muchachos con Claudina Infante y se fue.Estaban los muchachos chiquiticos y ms nunca volvi. Entoncesyo tena la idea de que eran malucos, pero cuando voy a buscar lahistoria en los libros resulta que no eran ningunos malucos, eranunos soldados. Esas son las leyendas, esos son los cuentos peroque vienen de las propias races.

    YO VENDRA A BUSCARTE

    Mi abuela Rosa Ins nos ense a Adn y a m a leer y a escribirantes de ir a la escuela. Fue nuestra primera maestra. Ella deca:Tienes que aprender, Huguito. Las letras redonditas que ellahaca. Quizs de ah viene mi pasin por la lectura, por la buenaescritura, la buena ortografa, no cometer ni un error. Algunos mesufren, porque yo soy que si el acentico, la comita, la forma de laprosa incluso, y del verso de cuando en cuando. Ella me deca, yayo militar: Huguito, usted slgase de ah, usted no sirve para eso.Y a m me gustaba el Ejrcito, y le preguntaba: Por qu no sirvopara eso, abuela? Usted es muy disposicionero, usted inventamucho. Dgame despus, cuando, ya de teniente, de vacaciones,llegu un da a la casa con otros cadetes; nos sentamos ah y yopuse a Al Primera: Soldado, vuelca el fusil contra el oligarca. Ellatena esa inteligencia innata de nuestro pueblo y oa el canto de

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    Hugo Chvez Fras

    Al Primera. Se fueron los compaeros y me dijo: Se da cuenta?Usted se va a meter en un lo, porque yo estoy oyendo esa msicay usted se la pone a sus compaeros, Huguito, Huguito. Ay!, laabuela. Ella me descubri antes de tiempo, me intuy. Muri aquel2 de enero, la sembramos en medio de retoos y de amaneceres elao 1982. Recuerdo que tena guardia el 31 de diciembre en FuerteTiuna, en la Academia. Me gustaba mucho pararme en el Gran Hall,en la puerta grande que da hacia las columnatas, y ver el jolgorio enla soledad. A las 12 de la noche nos asombamos ah el grupo deoficiales a darnos el abrazo, a ver los cohetes de los cerros deEl Valle, a or los rumores de la alegra y la esperanza de un puebloque se renueva cada 31 de diciembre. El 31 hubo reunin de ofi-ciales despidiendo el ao y me dio pena pero le dije a mi coronelTovar: Mi coronel, necesito un permiso, tan pronto regresen losque estn de permiso de segundo turno. Y le expliqu: Mi abue-la, que es mi mam vieja, est muy mal y no le quedan muchos dasde vida. Me acabo de despedir de ella hace dos das, un abrazo ylas lgrimas y recuerdo que me dijo: Ay!, Huguito, no llores, quequizs con tanta pastilla me voy a curar. Pero no, ya no tena cura,sabamos que se iba, ya se estaba yendo. Y el buen coronel me dijo:Chvez, vaya. Yo era jefe de deportes y no haba en ese momentoningn gran compromiso deportivo. Entonces me dijo: Vyaseel 5 de enero cuando lleguen los dems. El da primero me voy avisitar a mi coronel Hugo Enrique Trejo en Macuto. l tena unacasita all; ese fue como otro padre mo, orientador, el gran ldermilitar de los aos 50. Ah estuvimos conversando el primero. Enla tarde me fui a Villa de Cura a visitar a mi ta abuela Ana, la hijade Pedro Prez Delgado. Estando all sal a afeitarme, porque es-taba muy mechudo como decimos, para regresar en la tarde ala Academia. Cuando regreso, ya tena la noticia: Ha muerto laabuela. As que la sembramos al da siguiente. Ya yo estaba com-prometido con la Revolucin, por eso le escrib estas lneas:

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    Cuentos del Araero

    Quizs un da mi vieja querida, dirija mis pasos hasta turecinto, con los brazos en alto y como alborozo, colocar en tutumba una gran corona de verdes laureles: sera mi victoria ysera tu victoria y la de tu pueblo, y la de tu historia; y entoncespor la madrevieja volvern las aguas del ro Bocon, como enotros tiempos tus campos reg; y por sus riberas se oir el cantoalegre de tu cristofu y el suave trinar de tus azulejos y la clararisa de tu loro viejo; y entonces en tu casa vieja tus blancas pa-lomas el vuelo alzarn y bajo el matapalo ladrar Guardin, ycrecer el almendro junto al naranjal, tambin el ciruelo juntoal topochal, y los mandarinos junto a tu pial, y enrojecer elsemeruco junto a tu rosal, y crecer la paja bajo tu maizal, y en-tonces la sonrisa alegre de tu rostro ausente llenar de luces estellano caliente; y un gran cabalgar saldr de repente y vendrnlos federales, con Zamora al frente, y las guerrillas de Maisanta,con toda su gente, y el catire Pez, con sus mil valientes; o quizsnunca, mi vieja, llegue tanta dicha por este lugar, y entonces, so-lamente entonces, al fin de mi vida yo vendra a buscarte, mamRosa ma, llegara a tu tumba y la regara con sudor y sangre,y hallara consuelo en tu amor de madre, y te contara de midesengao entre los mortales, y entonces t abriras tus brazosy me abrazaras cual tiempos de infante, y me arrullaras con tutierno canto y me llevaras por otros lugares...

    LA NEGRA INS

    Yo tuve una abuela que le decan la Negra Ins. Una negradespampanante, famosa en todo el llano. Han pasado casi cienaos y todava la recuerdan poetas del llano: la Negra Ins, la dela casa del semeruco, cerca de la iglesia. Ah!, eso suena a recuerdobonito, profundo y lejano.

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    Hugo Chvez Fras

    Dicen que la Negra Ins, mi bisabuela, era hija de un africanoque pas por aquellos llanos. No es que dicen, es que era verdad,porque cuando cien personas dicen lo mismo en un pueblo pequeo,es verdad. Aunque quizs yo nunca sabr el nombre de aquel abueloafricano, que era de los Mandingas. As que yo termino siendo unMandinga. La Negra era la madre de mi abuela Rosa Ins Chvez,que naci entre india y negra. Porque, mira!, el pap de mi abuela,de Rosa Ins, fue un italiano que se levant a la Negra Ins y vivie-ron un tiempo juntos. Tuvieron a Rosa Ins y a Ramn Chvez, quelo recuerdo. Yo lo vi morir. Muri de un ataque, como decan antes.

    El to Ramn me haca los papagayos. Estaba muy enfermoen un chinchorro y me dice: Huguito, aydame a ir al bao, queestaba all atrs, el excusado, pues. Yo lo llevo y le digo: To, aques. Y no, l sigui y llegamos casi a la cerca. l no vea y cay. Salcorriendo a llamar a la abuela: Mam Rosa, mam Rosa, mi to,tiene un ataque. Cuando vino un mdico, que consiguieron no sdnde, ya estaba muerto mi to Ramn Chvez.

    YO ESTOY VIVO DE BROMA

    Cuenta mi madre que estoy vivo de broma, de bromita estoy vivo.Un da ella estaba en la cocina, yo chiquitico, de meses. Adn tenaao y piquito. Yo estaba en un chinchorro, llorando y mi mam ledice a Adn: Vaya, mzame al nio. Mi mam lo que oy fueel chillido mo y sali corriendo a ver. Resulta que el chinchorroestaba como lo ponemos en el campo, guindado sobre la cama. Y elAdn, que adems era kilo, lo agarr por la cabuyera y hal el chin-chorro. l me meci, pero verticalmente, y el pobre niito aquel,que era yo, sali disparado como bala humana. Mi mam me con-sigui all orinadito y todo, en la esquina all. Menos mal que lasparedes eran de barro, de tierra, y el piso tambin. Ese fue Adn.

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    Cuentos del Araero

    Despus a los pocos das cuenta mi mam que ella estaba ahcomo a medianoche. Todo oscuro. Mi pap no haba llegado. Yoestaba en la cuna. Adn estaba con mi abuela en el otro cuarto.Mi mam oye un ruido en la oscuridad que hace: Asss, asss!Ella pela por la linterna y alumbra. Cuando ve algo debajo demi cuna, era una tragavenado, compadre! Mi mam me agarry sali disparada. Llam a mi to Ramn Chvez, que en pazdescanse, quien mat la culebra con un machete o un palo. A latragavenado la colgaron del techo y la cola pegaba en el suelo.El grueso era como el de un caucho de carro. Era una culebraque tena azotada a la conejera de mi abuela. Se haba comidoya varias gallinas y andaba buscando un bachaquito, fjate. Yoestoy vivo de broma.

    SACA VEINTE O CONSIDRATE RASPAO

    Cuando mi padre era mi maestro de cuarto grado, me consta querevisaba mi prueba una y tres veces, con mayor rigor que las otras.Yo a veces reclamaba justicia, tratamiento igual, pero no, mi padreera ms duro conmigo. As tena que ser. Fue una gran enseanzapara m y mis hermanos. Me dijo: Cuando t no saques 20 consi-drate raspao. Y una de las motivaciones que uno tena, el fin desemana, el sbado, era ir a ver Tin Tan, Chucho, El Roto, Elguila Negra, todas esas pelculas de aquellos aos en el nicocine que haba por todos esos pueblos, el Cine Bolvar de Sabaneta,que costaba un real. Mi pap nos llevaba, pero cuando yo no sacabaveinte, no iba al cine. No olvido que me perd la pelcula Neutrn,porque no saqu 20 en un examen, no s cul. Llor mucho, miabuela me consolaba: Ay, Huguito!.

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    Hugo Chvez Fras

    EL ARAERO

    Ustedes saben que yo venda araas. Desde nio, ms o menos,tengo nocin de lo que es la economa productiva y cmo venderalgo, cmo colocarlo en un mercado. Mi abuela terminaba las araasy yo sala disparado. Pa dnde iba a coger? Pal cementerio?Estara loco. All estaba a lo mejor una seora acomodando unatumba, a lo mejor un entierro. Si haba un entierro entonces yoaprovechara verdad? Pero no, pa dnde? Pal Bolo. Ms deuna vez mi pap me rega: Qu haces t por aqu? Vendien-do araas, pap. Todas las tardes, a las cinco, se vean all loshombres del pueblo. Mi pap jugaba bolos porque l es zurdo ylanzaba bien.

    En el bolo yo venda la mitad, y despus pal cine. La concen-tracin, pues, en la Plaza Bolvar. A la salida de la misa estaba yo,mire, con mi bichito aqu: Araas calientes, no s qu ms. Yle agregaba coplas: Araas calientes pa las viejas que no tienendientes, araas sabrosas, pa las muchachas buenamozas, cosasas. Araas calientes, araa dulce, pa no s qu. Yo inventaba, yacasi se me olvidaron las coplas. A las muchachas yo les cantaba. D-game si sala por ah Ernestina Sanetti, ah!, yo le cantaba. Ernes-tina Sanetti, Telma Gonzlez, de las bonitas del pueblo. Entoncesvenda mis araas ah donde estaba el mercado y la concentracin.

    Cmo olvidar las fiestas de Sabaneta! Yo era monaguillo, tocabalas campanas, y haba que tocarlas duro los das de fiesta. Y laabuela: Huguito, hay que buscar ms lechosa!. Porque en losdas normales yo venda no ms de veinte araas dulces; eran dosbolvares con un real. En cambio, en las fiestas se vendan hastacien araas diarias. Mi abuela se levantaba muy temprano. Yo laayudaba; le coma las paticas a las araas. Y le regalaba una aHilda, que me gustaba aquella muchachita. Me quedaban por lomenos dos lochas todos los das, para montarme en la montaa

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    Cuentos del Araero

    rusa y la vuelta a la luna aquella. Me gustaba ir al circo y ver a lastrapecistas bonitas que se lanzaban. De cuando en cuando iba unelefante, un tigre en una jaula, y uno viva las ilusiones del mesde octubre. Dgame en las fiestas patronales. No! Estbamos enemergencia, haba que buscar lechosa no s, hasta all en el ro,porque se venda mucho, y adems no tenamos competencia. Lanica casa donde se hacan araas en este pueblo era la casa deRosa Ins Chvez. S, un monopolio.

    GENTE HONRADA

    Recuerdo que compraba a veces a crdito. Nosotros vivamos delo que nos daba mi pap, que era maestro por all en un monte.Imagnense un sueldo de cien bolvares! Mi abuela haca dulces,vendamos araas, tabletas, majarete, dulce de coco, y frutas.Vendamos muchas frutas porque el patio, donde yo fui un niofeliz, era un patio lleno de rboles frutales de todo tipo y de esovivamos.

    Haba tiempos difciles cuando la abuelita no poda hacer el dul-ce. Yo le deca a Luis Alfonso, el bodeguero, donde compr toda lavida: Luis Alfonso, vengo a fiar un bolvar de pltano. Y l anotabaah, porque estbamos pasando por una situacin difcil. Pero luegome pona las pilas, como decamos. Mi abuela haca doble dulces,yo venda ms rpido y le pagbamos la locha o el bolivita que noshaba dado fiao Luis Alfonso. La gente humilde es honrada.

    POBRE, PERO FELIZ

    Hace poco estbamos comiendo mangos con el Gobernador en lacasa del Rey, all en Jamaica. Haba mucho mango. Y entonces le

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    contaba al Gobernador que fui un nio pobre, pero feliz. Yo meiba por los montes a comer mangos, naranjas y ciruelas. ramosmuy pobres. A m lo que me daban era una locha diaria para ir alliceo; con eso uno se tomaba un fresco y a lo mejor se coma unpedacito de pan.

    Pero despus, cuando salamos en la tarde, me iba directo delliceo al estadio La Carolina, en Barinas, donde hoy funciona unestadio de ftbol muy bueno. Eso est rodeado de mangos y mangasy esa era la cena de nosotros, de los que estbamos practicando.Yo iba con mi maletn y mis guayitos viejos de jugar bisbol: miguantecito viejo, una camiseta, una gorrita. Qu divino, vale!, Lamanga grandota, y uno agarraba una maceta y a tumbar manga,camarita, y a comer. De cuando en cuando alcanzaba para un pande azcar, dulcito, de esos con azuquita.

    LA VIRGEN DE LA SOLEDAD

    Recuerdo mucho a mi abuela Rosa Ins cuando llegbamos a lacasa de palma grande, donde yo nac. Era muy fresca. Pero vena-mos de alguna actividad, alguna visita a los vecinos, y la casa estabasola. Mi abuelita abra la puerta y siempre deca: Buenos das obuenas noches, Virgen de la Soledad. Ella le hablaba a la Virgende la Soledad, que se quedaba cuidando la casa; le encomendabala casa.

    LOS FANTASMAS DE SABANETA

    Estaba recordando a mi compadre Alfredo Aldana, en Sabaneta,al Chiche Fras, a Pancho Bastidas, Cigarrn Tapia. Yo eraun nio como de diez aos, ellos eran unos zagaletones de catorce y

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    quince. En las noches se ponan una sbana blanca. Yo los vea,porque mi primo Chiche Fras era uno de ellos. Despus queMauricio Herrera, que en paz descanse, apagaba la planta elc-trica de mi pueblo, salan con la sbana blanca por Sabanetahaciendo uuuuuuh!, corriendo por la plaza, por el cementerio.Eran malos, traviesos. Uno saba que eran ellos, pero yo callaba.En ese tiempo ms de un fantasma de esos brincaba una cerca,cuestiones hasta de amores.

    Una noche le pusieron una vela, por la orilla de la madreviejaa mi pobre viejita. Creo que fue mi primo Adrin Fras, era otroque a veces se disfrazaba. Pues pusieron una vela en el patio dela casa vieja de mi abuela. Ella estaba muy asustada: Te dascuenta?, ah estn los muertos!. Tuve que decirle la verdad: No,abuela, es que los muchachos quieren llevarse un saco de naranjas,entonces ponen una vela para que la gente se asuste y no se acer-quen al patio. Los fantasmas de Sabaneta.

    EL PRIMER DISCURSO

    Recuerdo la primera vez que di un discurso, cuando lleg el primerobispo a Sabaneta de Barinas. Estaba en sexto grado y me pusierona leer unas palabras, a darle la bienvenida al obispo GonzlezRamrez, algo as se llamaba. Y ese mismo ao, un 12 de marzode 1966, me correspondi leer tambin un discurso en la PlazaBolvar, de Sabaneta de Barinas, a nombre de los muchachos delColegio Julin Pino, donde hice mi primaria. Nunca se me olvidauna frase de ese discurso que escribi mi padre: La bandera queMiranda trajo y que Bolvar condujo con gloria. Eso se me grabpara siempre.

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    OFASA

    Cuentos de familia. Hay que ver cuando nos reunamos. Ahoracasi no tengo tiempo. A veces la familia sufre el impacto de todoesto. Desde aqu un saludo y un recuerdo a mis hermanos. AAnbal le decamos Boca'e bagre. A Nacho, Churro mogotero.Nacho era flaquito y palet'o. A m me decan Tribiln o Bacha-co. A Adn le decan Macha macha. Al negro Argenis le decanEl Indio o Curicara. Y a mi hermano menor, Adelis, le decanOfasa.

    Saben por qu? Ofasa era una cosa internacional, una oficina.Creo que era de los yanquis, no estoy seguro. Sospecho que era algoraro, porque era una agencia de ayuda humanitaria y haba pro-paganda por radio, all en Barinas: Ofasa lo visitar en su casa,Ofasa atiende a la humanidad. Y Adelis estaba chiquitico. Tendracomo ocho, nueve aos. l era muy metio y quera estar en todo.Entonces llega una seora que viva en la calle, una indigente queandaba pidiendo ropa y comida por las casas. Adelis estaba por laventana del cuartico, y mi abuela Rosa ah limpiando. l ve que laseora viene pa la casa, y entonces le dice: Mam Rosa, mamRosa, ah viene Ofasa! Porque por radio l oa: Ofasa lo visitar ensu casa. Ofasa atiende a la humanidad. Por eso le decimos Ofasa.

    ASUNTO IDEOLGICO

    Como un amigo nuestro all en los aos 60, en Barinas. Ustedessaben que yo soy feo, l era el triple de feo que yo. En las fiestas unotena que hacer esfuerzos. Haba otros que se peinaban de mediolado y no s qu ms. Adems, uno siempre con la misma ropita,unas botas de goma ah. Uno tena que hacer un esfuerzo muygrande para acercarse a una muchacha y sacarla a bailar, agarrarle la

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    mano, un esfuerzo grande aquel. Pero mi amigo, que era el triplede feo que yo, sospechaba que las muchachas no iban a bailar conl o aceptarle una conversacin. Tenamos catorce aos, ramosunos nios. Entonces l deca: Yo no bailo con ninguna muchachahasta que no se defina ideolgicamente. Y l estaba comenzandopor los caminos del marxismo, hijo de un marxista muy respetado,un profesor barins.

    EL PENSAMIENTO

    Mi pap empez a dar clases de primaria, por all en Los Ras-trojos. Tena sexto grado, no haba liceo en Barinas. Luego con-sigui un puestico de maestro por all en un monte, pues. Ah!,pero entonces se inscribi en los cursos de mejoramiento delmagisterio, una cosa buena que haba. No todo lo pasado fuemalo. Eso vena desde mucho antes del ao 1958. Entonces mipap vena a Caracas en agosto y traa libros. Cuando el terremotode Caracas mi pap estaba aqu y lo lloramos mucho: Se acabCaracas, decan por radio. Y los rumores all en Sabaneta: Caracasse acab.

    Despus lleg un telegrama al otro da: Estoy vivo, estoybien. Y llev una enciclopedia, creo que francesa, Quillet. Meprometi un amigo francs conseguirme una de la poca, porquese perdieron esos libros. El ltimo que vi lo tena mi hermanoAdn. Despus no s, al mismo Adn se le perdi en estos hura-canes que se llevaron muchas cosas. Pero ah haba muchas reco-mendaciones: filosofa, matemtica, historia; era como mi Internetentonces.

    Yo era un nio y me beba aquellas pginas. Y una de lasrecomendaciones que haba all, que la apliqu toda mi vida, erala siguiente: Usted piense, deca alguna pgina de aquellas. Yo

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    lo apliqu. Si ests en la maana limpindote los dientes, piensalo que ests haciendo: Me estoy limpiando los dientes. No estsah como si fueras un rbol, que no piensa. Si ests pitchandoen el bisbol, piensa. Si ests disfrutando con unos amigos, unasamigas, piensa. El pensamiento es clave para entender lo que unoest viviendo, para no pasar por este mundo as como si fuera unanube que pas.

    QUE NO ME LO MATEN!

    En La Chavera estaba mi padre el 4 de febrero de 1992 en lamaana, como todos los das, con sus cochinos y cuatro vacas.Lleg alguien en bicicleta a decirle: Mire, don Hugo, que hay unarebelin militar, que unos militares se alzaron. Eran unosmuchachos, vecinos que tenan all tambin un ganadito. Ellos meconocen desde hace tiempo, porque yo siempre en vacacionesiba a La Chavera a jugar bolas criollas, a baarnos en el ro. Losmuchachos le dijeron: Don Hugo, usted no cree que Huguito estmetido en eso?. Ellos ya intuan, porque me conocan de tantohablar en la cancha de bolas, en el ro, por all en bicicleta, cami-nando por esas costas de ros. Mi pap les dijo, lavando la cochinera:No, no, ese no se mete en eso.

    En cambio, cuando Cecilia, la vecina, llam a mi mam: MiraElena, dijeron por Radio Barinas que hay una rebelin militar. Mimam se puso a rezar porque ah tiene que estar Huguito. Loque son las madres, no? Mientras mi pap deca: No, tranquilo queese no se mete en nada de eso, mi mam desde que le dijeron sepuso a rezar. Que no me lo maten!, porque estoy segura de queese est ah. Te quiero, mi vieja, Elena. Muy sabrosa la delicada!,las hallacas y la mazamorra que me trajiste. Me queda todava unpoquito, voy poco a poco. No le doy a nadie.

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    LOS DEDOS DE MI PADRE

    Acabo de hablar con mi padre y a mi padre lo amo, lo admiro y,adems, lo met en este lo. Mi padre Hugo de los Reyes Chvez,un maestro jubilado. Estaba criando cochinos y gallinas ponedorasdesde haca varios aos, hasta el 4 de febrero en la maana. Dej lasgallinas, dej los cochinos, dej cuatro vacas flacas, dej un funditoque le cost toda su vida de maestro y se fue a la batalla.

    l andaba fundando comits bolivarianos por los pueblos ybuscando firmas para la libertad, no de su hijo, sino de los soldados.Yo estaba prisionero, me enter y lo llor. Incluso escrib un poemallamado Los dedos de mi padre, que se perdi porque me allanarona los pocos das y se llevaron los manuscritos.

    Y perdi tres dedos porque se desprendi la carrucha en esosros donde no ha llegado la mano del desarrollo y todava se pasanen carrucha, por all en los llanos, en el pie de monte. Recuerdo quehablaba de las manos de mi padre, las mismas que me ensearon aescribir la a, la e, la i, la o, la u. Las mismas que junto a las de mimadre y su amor, hicieron posible, por la mano de Dios, que vinieraal mundo junto con mis hermanos.

    EL VIEJO COMO UN GUERRERO

    El da jueves en la noche mi padre sufri un accidente cerebrovascular, cumpliendo con sus labores all de gobernador de Barinas.Se la pasa por los pueblitos atendiendo a la gente, viviendo con lamisma angustia existencial que vivimos nosotros ante la tragediade los campesinos, y cumpliendo con sus responsabilidades. Fuesorprendido, una emboscada de la vida como yo la llamo.

    El viejo como un guerrero se par, lo trajimos esa madrugadaa Caracas y lleg una doctora a hacerle preguntas. Algo importan-

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    tsimo es que pap nunca perdi la conciencia, y Dios mediantese est recuperando. Pero esa madrugada, como a las cuatro de lamaana, lleg la doctora. T sabes silbar?, le dijo. Qu quieresque te silbe?. Yo lo vea muy preocupado, pero por dentro conuna gran esperanza al verlo con aquella picarda, ah guapeando.Despus le dice la doctora: Pero t silbas y cantas tambin?.S, y le cant una cancin, una cancin viejsima.

    Pap fue parrandero. Yo era muy nio y l tena un amigo llamadoJohn que tena una guitarra y ellos cantaban, daban serenatas y aveces los viernes llegaba a medianoche. Imagnate t, era maestro deescuela y venda carne por los campos en un burro negro. Conoci ami mam que naci y se cri en un campito ms adentro del pueblo,en las costas del Cao de Raya, un casero que se llama Los Rastro-jos. Ah naci mi mam. En las Fras eran casi puras hembras no?,y buenas mozas. Pap se la trajo en el anca del burro y se casaron.

    Cuando naci Adn, el mayor, pap tena veinte aos; mimam diecisiete. Yo nac al ao siguiente. Somos seis varones enfila india. A mi pap lo recuerdo, chico, jugaba bisbol; de ah nacimi pasin por el bisbol. Pap es zurdo, jugaba en el equipo LosCentauros de Sabaneta, en un peladero de chivo, jugando primerabase. Lo recuerdo tambin de bochador de bolas criollas, con lazurda. l sacaba la bola por un lado, pac.

    Y le cant esa vieja cancin a la doctora, a las cuatro de la ma-ana. Es una tonada hermosa que termina diciendo: A m me dicenllanero, ay, s / y de eso no me quejo / porque traigo mi sombrero / porquetraigo mi sombrero de paja y con barboquejo.

    UN PEDAZO DEL ALMA

    Yo fui padre la primera vez a los veintin aos. Naci RosaVirginia, mi terrn de azcar. Fue creciendo Rosa y vino Mara

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    y despus Huguito. Los vea a ellos muy pequeos, pero yo deca:Estos no son los nicos nios del mundo. Yo vea que ellostenan vivienda, que podan ir a la escuela. Si se enfermaban, losllevaba al Hospital Militar.

    Recuerdo que cuando venamos a Caracas, me paraba en laautopista, en algn borde y les deca: Miren, ustedes tienensuerte. Tienen un padre que puede, ms o menos, proporcionarlesun sustento, porque soy militar profesional y tenemos un sistemade seguridad social que los atiende a ustedes. Pero all arriba, enaquellos cerros, vean cmo andan los nios, muchos sin padre,muchos sin atencin de ningn tipo. Es decir, fui preparando amis hijos para lo que vino despus, que fue muy doloroso.

    Nunca olvidar, como padre, la noche del 3 de febrero de 1992:dejar la casa, dejar los hijos dormidos, echarles la bendicin, darlesun beso, dejar la mujer y salir con un fusil en la oscuridad. Eso esterrible!, porque uno deja un pedazo del alma.

    ROSA VIRGINIA

    Maana 6 de septiembre cumple aos Rosa Virginia ChvezColmenares, mi nia, la negrita Rosa, que Dios me la bendiga.Naci en Maracay, yo era teniente apenas. Le dije al Comandantede batalln: Deme un permiso que mi mujer va a parir. Y mevine en la maanita a Caracas, a buscar real, porque no tena parapagar el parto y el seguro no me cubra sino una pequea parte.Adems fue un parto un poco difcil el de Rosa Virginia. Nancy,su madre, mi primera esposa, a la que recuerdo con mucho cario.

    No tena ni carro. Me lo prest el subteniente Chvez Tovar,un compaero del batalln blindado Bravos de Apure. Tena unFairlane 500, rpido. As que me vine, como una bala a Caracas,al ipsfa, con una carta del Comandante para aligerar. Yo haba

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    pedido un crdito personal, seis mil bolvares para pagar la clnica.Llego y me meto y hasta me pararon firme. Haba un coronel ahque no me quera atender o estaba muy ocupado; tuve que parr-mele al frente: Atindame que es urgente. Por fin me dieron elcheque, un chequecito, hermano, lo cobr a las 11:30 en el mismobanco del ipsfa.

    Prendo ese carro y llegu Maracay en menos de una hora,directo a la clnica. Cuando voy entrando por el pasillo largo de laclnica veo al mayor Richard Salazar, que era segundo comandantedel batalln, y un grupo de oficiales. Y lo primero que me dijo:Perdiste la apuesta. Yo haba apostado que era macho, y es ms,le haba comprado un bate de bisbol. Perd una botella de whisky,que en ese tiempo se poda apostar. Claro, qued endeudado. Yono tena pa pagar esa botella, se la tomaron ese mismo da. Bueno,ya estaba la negrita Rosa Virginia chillando all felizmente.

    LA BRAZO LOCO

    Mara Gabriela naci en aquella sabana de Barinas, y en ese datan especial siempre bamos en su cumpleaos a los desfiles y lascosas del Da de la Bandera. Entonces ella asociaba todo aquelcolorido a su cumpleaos. Un da le dije: Yo te iba a poner MaraBandera. Pap, te hubiera demandado!. Porque Mara salias, libre como el viento, como la bandera. Ella ondea as.

    Cuntos recuerdos. Tu infancia ms lejana, tu compaa enlos desiertos; nunca fue un desierto, siempre estaba alguien all.Nunca uno anda solo, incluso Jess siempre anda con nosotros, elde Nazareth. Mara siempre all, con su alegra, sus cosas, con susbrincos. Una vez se cay de un guayabo all en Elorza y se le zafel brazo. Tena como siete aos. Tuve que trarmela en un camin,en pleno invierno, hasta Barinas.

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    Yo con aquella nia por aquellos caminos intransitables, conaquel brazo que le bailaba. La operaron en Barinas y le pusieronel brazo en su sitio. Luego, yo le pichaba a Huguito y Maraquechaba. Ella me lanzaba de regreso y la pelota sala hacia loslados. No la lanzaba derecho. Yo le deca: T eres brazo loco, asque le decan la brazo loco.

    NACI HUGUITO

    Recuerdo cuando naci mi hijo Huguito, que es Hugote ya; estms alto que yo. Lo vine a conocer a los tres das porque estabayo, como siempre, entregado a mi vida de soldado. Nancy se fuea parir a Barinas y yo andaba en una comisin con unos tanques,en maniobra. Por all, en medio de un tierrero, unos tanques yunos soldados, me lleg el mensaje: Pari macho. Celebr entretanques de guerra y entre soldados el nacimiento. Se llamarHugo Rafael, dije desde all en un mensaje a la mam y a laabuela, mi mam.

    Al tercer da fue que pude salir. Me dieron permiso, lleg otrocapitn a relevarme y agarr un autobs de Carora hasta Barqui-simeto. All un primo me llev hasta Barinas. Llegu a Barinasy consigo a la familia triste, porque el nio naci con el ploropegado, que es como una vlvula que est al final del esfago. Esolo aprend esa vez. El muchacho chiquitico y lo iban a operar. Porfin no hizo falta, no hubo operacin. Despus fue que se le abrimucho el ploro, coma mucho y se puso como Juan Barreto,pareca una pelota blanca, porque era blanquito mi muchacho.Que Dios lo bendiga!, y a todos los muchachos de Venezuela.

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    NO LES TENGO MIEDO

    Ah!, entonces, me di cuenta de algo que yo no haba descubierto:el miedo a los poderes fcticos. Vean los peridicos. Bueno compadre,a m no me importa. A mis hijas les dicen de todo, hasta a la mschiquita, pues, se meten con ella, con ellos, con mi hijo, mis padres.No me importa nada, y ellos lo saben. No le tengo miedo al qudirn, ni al qu harn. Dios me cuide los hijos y los hijos de todosnosotros. Un da les cont algo a mis hijos, los grandes, porqueempezaron a llegar amenazas cuando no tena forma de protegerlos.Ahora el Estado est obligado a protegerlos, es una obligacinconstitucional. Yo andaba por las calles, y me divorci. Nancy consus tres muchachos en Barinas, solos. Yo les mandaba una platica,y una casita por all que pudimos medio acomodar. Eso fue lo queles dej, no tena ms nada. Y me fui por los caminos a cumplircon lo que tena que cumplir.

    Un da amenazaron que si yo segua haciendo lo que estabahaciendo, iban a secuestrar a una de mis hijas. Estaban de doceaos, quince aos, y esa edad tan difcil. Entonces reun a las dosmayores, porque Huguito tena diez. Igual les dije: Muchachas,cudense. Porque ya era la edad de salir de noche, el novio yla adolescencia. Esa poca tan bella, pero tan peligrosa al mismotiempo. Alguien dijo: El que tiene un hijo tiene todos los miedosdel mundo. Y recuerdo que a mis dos muchachas grandes les contalgo que le, de algo muy cierto que ocurri en la guerra espaola.Un general espaol defendiendo una plaza, y la fuerza enemiga lecapturan un hijo adolescente. Lo llaman por telfono y el generalenemigo le dice: Mire, general, aqu tengo a su hijo preso. Rndase!Si no se rinde, morir su hijo. El general republicano le respondi:

    Est mi hijo ah?. S!, aqu lo tengo, rndase!. Por favor!, pngame a mi hijo!.

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    Aqu est!, igalo. Pap!. Hijo, muere como un hombre!.As tenemos que ser los verdaderos revolucionarios!

    EL TRAPO ROJO

    Cuando estaba en Yare, Mara me escribi cartas, poemas y cosas muyhermosas, del alma. Es que ella escribe del alma. Y una cosa muyhermosa, una vez de un trapo rojo. Te acuerdas Mara? Porque en lacrcel, cuando ellos se iban, yo sacaba un trapo rojo por la ventana.Ella dice que sigue viendo ese trapo rojo. Eso es profundo, un smbolo.

    Luego un momento muy difcil del Movimiento Bolivariano,en que yo haba sido detenido una vez y me mandaron a Oriente,andbamos en dificultades. El Movimiento se vino abajo y habadesconcierto, persecuciones, mucha vigilancia. Hubo una infiltra-cin, una traicin de alguien que habl. Entonces, Huguito, unavez que vine a la casa, me dice: Pap, escrib esto. Hizo un dibujoas como unas rayas, como un ro, y un jeep,un carrito as, y abajouna leyenda: El ro corre duro pero es bajito y los jices pasarn.Yo le y le dije: Dios mo, muchacho, qu alma, de dnde sacas teso? Fue un mensaje al padre que lleg un poco cabizbajo, cansado.Yo viajaba de Maturn en mi carrito viejo, solo hasta la casa. En esetiempo andaba como con lepra, nadie se me acercaba. Y despusdeca la leyenda: Y saldrn con barro, pero los lavaremos. Fjate t.

    LAS CUENTAS DE ROSINS

    Ustedes saben quin me imita a m, pero perfecto, Rosins. Separa y saluda: Permiso, mi comandante en jefe. Un da, cami-

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    nando por entre unos rboles, andaba vestida de soldado, medijo: Papi, yo quiero ser paracaidista. Por supuesto la idea nome gusta mucho. La Mara, mi hija, fue la que se lanz de unavin. Aqu est uno de los culpables, se lanzaron sin avisarme am, chico.

    Ahora Rosins me dice que quera ser paracaidista y ella estabasacando la cuenta fjate, matemtica. Ella tena como sieteaos, empezando en la escuela, segundo grado. Yo le dije: Tendrsque esperar a ser mayor de edad, ganando tiempo. Tendrs queesperar a que cumplas dieciocho aos. Se puso a sacar la cuenta,la carajita. Seguimos caminando y al rato se para: Papi, o seaque faltan once aos para que yo pueda saltar en paracadas?.Bueno, ms o menos por ah, once aos. Y seguimos caminandocon unos perros, porque ella tena unos perros all. Se para otravez: Papi, cunto te queda a ti de presidente?, hasta el 2021?.Yo le dije, no, no, yo no s. Bueno, 2021 ser.

    Sac la cuenta: Oye, te quedan a ti trece aos, o sea quecuando yo cumpla dieciocho a ti te quedan como tres de Presidente.Le dije: Yo no s, pero eso es la cuenta que t ests sacando.Y t podrs saltar?, cuntos aos tendrs t?, cincuenta,sesenta y pico de aos?. O sea lo que ella estaba pensando eratirarse conmigo de un avin, compadre. No nos tiraremos de unavin, mi vida, pero podremos jugar domin, a lo mejor, o jugarQu?. Bolas criollas que te gustan tanto.

    31 DE DICIEMBRE EN FAMILIA

    Tena varios aos que no pasaba el 31 con toda la familia, y espe-cialmente con los viejos, los hermanos, y aquella sobrinera, loshijos, nietos, etctera. Le llegu de sorpresa a mi hermano Adna su casa y estaban, como siempre, jugando domin. Desde hace

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    quince o veinte aos es la partida de domin en la tarde. Yo juegoun estilo de domin que bautizaron all como suicida. Tena variosaos que no jugaba. Me consegu un viejo amigo, hicimos unabuena partida, un match, y lo ganamos aplicando el suicidismo.Mis hermanos juegan mucho domin. Yo no s jugar. Pero uno demis hermanos, cuando la mano ya lleva tres o cuatro vueltas, sabequ piedras tiene este, qu tiene el otro y el otro. l cuenta cuntaspintas han salido y cuntas no han salido.

    Luego estuvimos brindando en la noche del 31, por lo que pudohaber sido y no fue; y el brindis del futuro, el brindis de lo que vaa ser Venezuela y ser. El da primero me fui, con los muchachostambin, a visitar una pequea finquita que tiene mi padre desdehace ms de veinte aos. All echamos una partida de bolas criollas.El gobernador de Lara, mi amigo, nuestro amigo Reyes Reyes yyo, contra dos de mis hermanos, y tambin les ganamos en bolascriollas. A paso de vencedores les metimos el primer zapatero delsiglo, qued escrito all. Tena como cinco aos que no jugabauna partida de bolas criollas en ese sitio tan querido. Yo le decaa Rosa Virginia: Mira, mi vida, cmo pasa el tiempo! Yo te vi as,como la nieta, cuando t aprendas a caminar y andabas por estemismo patio queriendo agarrar el mingo. T sabes, los nios semeten. Epa!, quiten los muchachos, aprtenlos.

    Jugu unas partidas de chapita tambin. Fjate que ah tambinganamos! Tuvimos suerte ese da, pregntale a Adn! Es ms,Adn era el pitcher contrario. ramos tres equipos. Hicimos unt pides all, t pides ac. A m me toc jugar con mi hermanoArgenis, mi hermano Adelis y mi sobrino Anbal, un muchachode quince aos que acaba de ir a la seleccin nacional de bisbol.Claro, tenamos tanto tiempo sin jugar. No haba chapitas, mi hijoHugo y mi sobrino Ernesto las fueron a buscar al pueblo de Camiri.Agarramos el palo de la escoba de la casa. No me vayan a partirla escoba, deca mi mam, como siempre. Por fin, apareci otro

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    palito por all y empez la partida. Pregntale a Adn, para quet veas. Tres en base y me pongo yo, paf!, triple. Triple era si lachapita caa sobre el techo, si pasaba ms all era jonrn. No hubojonrones ese da. Ganamos en chapita, ganamos en bolas criollas.Pero perdimos una partida de domin la noche del 31. En el dafue que ganamos.

    Y fuimos a la orilla del ro. Esa orilla de ro es un bosque muytupido. Nos fuimos a explorarlo por un caminito, unos topochales,y llegamos al ro. Ese ya no es el Santo Domingo ni el Bocon. Es-tamos hablando del Pagey, ya en la va hacia San Cristbal, peromuy cerca de la ciudad de Barinas. Claro que yo andaba tratandode pasar como desapercibido. Haba muchos nios bandose,alguno me vio y empezaron: Chvez! Chvez!. Bueno, tuve quebajar a saludarlos con la familia. Porque ah hay una islita muybella en el ro Pagey, que desde hace muchos aos la gente llamaLa Isla de la Fantasa. Ah van muchos nios, familias enteras sevan en caravanas de camiones, de carros. La gente lleva chinchorrosy pasan todo el Ao Nuevo a la orilla del ro, bandose en unagua muy fresca, en las aguas del ro Pagey.

    Tena varios aos que no me senta, cmo puedo decirlo? S,lejos del mundanal ruido, a la orilla de un ro, caminando por unbosque de la mano de mis hijos, de mi nieta, de mis viejos, de mishermanos, de amigos y de amigas. Como una magia. Yo me olvidde presidente, me olvid de todo eso y volv a ser el nio aquel, elmuchacho aquel que anda por dentro.

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    CRNICAS DE PELOTA

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    BATEAR PA'L TOPOCHAL

    A veces uno era palo y palo. Cuando un equipo est perdiendodiez a cero, le entran a palo a todos los pitchers;el equipo se des-moraliza. Aquellos juegos se convertan en una masacre, pues. Poreso pusieron el nocaut,no? En la pelota sabanera a veces unometa 40 carreras. Adrin Fras, mi primo, al que llaman el Guache,era el ms grande de todos nosotros e impuso la norma de quecuando la pelota se pierde en el topochal, pues uno da carrera ycarrera hasta que aparezca. Adrin era vivo porque, como es zurdo,bateaba para el lado del topochal.

    Nosotros ramos una pila de carajitos, como de diez y onceaos, y ya l era un muchacho de catorce. Como yo soy zurdotambin aprovech la regla esa. Uno bateaba con una tablita as,pum!, pa'l topochal. Una vez anot como 12 carreras; no aparecala pelota, haba cado encima de una mata de topocho y mi hermanoAdn buscando la pelota. Adn tambin es zurdo, as que tambinbateaba para ese lado del topochal.

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    EL LTIGO CHVEZ

    Nunca olvido que ese fue uno de mis sueos. Detrs del ejemplodel Ltigo Chvez. Isaas Chvez, a quien yo admir tanto y quemuri el ao 1969 cuando iba hacia las Grandes Ligas. El Ltigotena 23 aos cuando cay aquel avin, all en Ziruma. Era undomingo, me levant un poco tarde. A m se me vino el mundo.Tena, catorce aos y el sueo de ser como el Ltigo Chvez.

    En ese tiempo uno no vea televisin. Uno oa los juegos porun radiecito de pila. Nos ponamos en grupo los vecinos a or eljuego. Yo le segua la pista al Ltigo en una revista que llamabanSport Grfico. Al Ltigo Chvez lo operaron de una calcificacinen el codo del brazo de lanzar, comenzando el 68. As que en esatemporada no jug. Iba al dogouty apareca por ah. De vez encuando trotaba con el equipo Magallanes. As que lo extraamosmucho el ao 68, bueno y no volvi. Se fue para siempre.

    Una noche, en 1967, jugando contra el Caracas, estbamos ahen la placita Rodrguez Domnguez oyendo el juego, caraquistasy magallaneros. Ah estbamos todos, vecinos y amigos. Mi pappues, furibundo magallanero. Caracas tena tres en base sin out.Aquella noche fue de gloria para nosotros los magallaneros yespecialmente los chavistas. Resulta que traen al Ltigo. Era unmuchacho, veinte aos tena. Vena de un nacional de bisbol donderepresent al Distrito Federal, en Margarita. All se gan el apodo delLtigo, porque levantaba muchsimo la pierna, a lo Juan Marichal.Un seor puertorriqueo me dijo: Yo no recuerdo como se llamabaaquel muchacho, pero le decamos el Juan Marichal venezolano,en Dominicana, en Puerto Rico, en todo el Caribe.

    Entonces al Ltigo Chvez lo traen a relevar, creo que enun quinto iningtres en base tena el Caracas y vena la toletera.Imagnate t: Vctor Davalillo, Jos Tartabul y Csar Tovar que enpaz descanse. Ese era el tro. Y el Latiguito los ha ponchado a los

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    tres en fila. Nunca lo olvidar. Nosotros pegamos gritos aquellanoche. Terminamos peleados con los caraquistas en la esquina.

    CAIMANERA EN EL BARRIO COROMOTO

    Nosotros tenamos el equipo de bisbol de la Rodrguez Domngueze bamos a jugar los fines de semana al barrio Coromoto, ms alldel aserradero. Pero ese era un campo, un peladero ah y aqueltierrero compadre, como talco, la tierra floja. Porque pasabanmuchos camiones por ah, roleros.

    Viene un tipo del barrio Coromoto, uno altote, y batea unrolling.Yo agarro el rolling,pero l sale corriendo arrastrando lospies. Claro, esa era la tcnica. Aquel tierrero y uno no vea laprimera base, un desastre. Yo lanc a primera pero l iba corriendolevantando tierra. La primera base no vio el tiro y la pelota sefue. l sigui levantando polvo, y segunda, tercera. Lleg a home,anot en carrera. Imagnate t, el barrio Coromoto. Nunca se meolvidan esas tremendas caimaneras. Ah jugbamos todo el dasbado y domingo.

    ANOTEN ESE ZURDO

    Recuerdo cuando decid venirme a la Academia Militar a probarsuerte en la vida, porque quera ser pelotero profesional. Resultaque me vine sin permiso de mi pap. l quera que estudiara enla ULA, en Mrida, que era ms cerca de Barinas. Yo quera seringeniero tambin. Pero agarr un maletn viejo donde met losspikes,el guante y la camiseta de Magallanes, vieja y rada que mepona de vez en cuando. Y me vine a Caracas a buscar a ChichoRomero, un to poltico que estuvo casado muchos aos con una

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    ta ma, hermana de mam. Luego se separaron y l se vino aCaracas pero to se qued para toda la vida. Llegu a buscarlo aLa Castellana, la casa estaba sola, as que me qued ah esperandoque alguien llegara. Lleg mi to como a las cuatro horas, andabade chofer. Me dio un abrazo y pregunt que haca por ah. Esanoche dorm en el carro de esa familia, en el asiento de atrs, por-que no haba habitacin disponible. Me trataron muy bien, medieron comida.

    Al da siguiente Chicho me llev a la Academia Militar ypresent mi exmen. Sabes a quin conoc ese da? A HctorBentez, que es para m un padre. Siempre lo veo, estuvo en Cubaen el juego que hicimos. Hctor fue, precisamente, quien me anot enuna lista ese otro da que Chicho me lleva porque yo tena unamateria reprobada en quinto ao. Venenito ayud a eso, el pro-fesor de qumica. Saqu nueve en el examen final, as que en laAcademia no aceptaban con materia raspada. Pero nos probaronen el bisbol. Hctor Bentez era coachde bateo del equipo de laAcademia. Yo tuve suerte. Me lanzaron tres rectas pegadas y mettres lneas hacia la banda derecha. Recuerdo que Hctor Bentezdijo: Anoten ese zurdo. Anotaron al zurdo Hugo Chvez y poreso entr yo a la Academia Militar de manera temporal, mientrasreparaba la materia.

    JUGANDO CHAPITA

    Yo era recluta, cadete de primer ao. Eso fue como en noviembreo diciembre de 1971. Sal de permiso un da. Era nuevecito yflaquito. La gorra me quedaba grandota y me tapaba hasta lasorejas. Entonces uno agarraba un libre en El Valle, donde hoyestn esos edificios. Ah no haba edificios, eran casas y edificiospequeos. Longaray se llama eso. Por ah pasaban los taxis. Uno

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    se paraba ah vestidito de azul, impecable, con los guantes blan-quitos y sacaba la mano al primer taxi que pasaba. Y yo perdidoen Caracas, pero me iba a casa de mi to Chicho Romero, que erachofer de un por puesto, de una camioneta. Viva con su mujer enla calle Colombia, de Catia, cerca del mercado. En una casita quetena una habitacin, y un cuartico all atrs. Ah llegaba yo. Meiba de azul y le dije al seor: Cunto me lleva hasta Catia en lacalle Colombia?. Cinco bolvares, vamos, un cachete.

    Uno se montaba atrs, se quitaba los guantes, y mirando hacialos lados, viendo a Caracas. Andaba asustado, era un veguero, perodel monte adentro. Yo vine a sentarme a ver televisin ah, chico,en esos aos. Pues entonces pasaba por el Cementerio Generaldel Sur, miraba la tumba del Ltigo Chvez, me la imaginaba.El chofer, en vez de tomar la autopista por los tneles, se metipor la avenida Nueva Granada hasta el cine Arauca. El viejo cineArauca donde yo iba con una novia que despus tuve por ah, enPrado de Mara. Ah no haba elevado, cruzamos a la izquierda.Yo iba ah, mirando hacia los lados, nuevo, perdido, muy curioso.

    De repente veo a un muchacho jugando chapita. Y me digo:Yo conozco a ese tipo. Jorge Ramrez, mi amigo, cuarto bate denuestro equipo junioren Barinas, en Nacionales. Zurdo, primerabase y se haba graduado conmigo cuatro meses antes de bachiller.Se vino a Caracas a estudiar creo que Farmacia, estaba esperandocupo. Y le digo al taxista: Seor, usted se puede devolver? Dimosla vuelta por detrs de los edificios, ah est la Gran Colombia,pasamos de nuevo y le digo: Prese aqu, por favor. Y me quedomirando otra vez al muchacho, y me digo: S, ste es Jorge Ramrez,no tengo dudas. Seor, usted me puede esperar aqu, pero unminuto. No vaya a durar mucho, nuevo, me dijo. Uno era tannuevo que hasta los choferes le decan a uno nuevo.

    Le llego a Jorge y me le pongo de frente. l no me conoca,chico. Yo estaba mucho ms flaco de tanto trotar y hacer educacin

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    fsica, estaba huesudo y con la gorra esa que me tapaba hasta lasorejas. Qu me iba a reconocer? Y me dice Jorge: Y t, ququieres?. Jorge, no me conoces?. Me quito la gorra, y me dice:Hugo!, y nos damos un abrazo. l no saba que yo era cadete.Qu haces?, dnde ests?. No, en la Academia Militar.T de militar?. S, vale, es que yo quiero jugar pelota aqu.Yo tambin vale, yo voy a jugar pelota en alguna parte.

    ramos unos fiebruos y estaba jugando chapita. T sabes lo queyo estaba haciendo a los diez minutos? Con un blue jeansque meprest, unas botas de goma del hijo mayor de Josefa a la que conocese da y a su esposo, ta de l, pues jugando chapita en el edificioAroa. Ah pas cuatro aos jugando chapita, saliendo con los amigos,caminando hasta la esquina de la panadera, la heladera all, lalicorera en la esquina que despus a los aos mataron al seor paraatracarlo. Bueno, yendo al Cine Arauca, caminando por esos barrios.

    CHAMPION ESTAFADOR

    Una vez en un torneo Interfuerzas qued champion estafador.Fjate t!, me rob como siete bases en un torneo. Yo era rpido depiernas en eso de salir a robar. Mi hija Rosa Virginia estaba presen-te el da de las premiaciones. Teniente Hugo Chvez. Salgo yo, ymi hija me pregunta: Pap, qu es eso de estafador?, explcame!,cmo es eso de estafador y no ests preso?. Imagnate t!, tuveque explicarle a mi negrita varias veces hasta que entendi.

    A m me encantaba que Encarnacin Aponte me diera sea arobo cuando estaba en primera base, abriendo bastante ah. Sea derobo cuando el pitcherlevantaba un poquito el spike y se disparabauno para segunda base. Una vez, una sola vez me rob el home.Recuerdo que fue en un campeonato nacional. Goyo, recuerdas?En Barinas, 1976.

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    Jugbamos contra Aragua. Yo era ya subteniente; estaba entercera base y el juego empatado. Encarnacin Aponte, el manager,me dice: Coge bastante, Chvez, que el catcherest medio des-cuidado, por no decir otra palabra. Resulta que estaba bateandoGoyo Morales, era el short stopde nosotros, buen pelotero. Yoabro bastante y cuando el pitcherlanza, agarro bastante terrenoy vuelvo a agarrar terreno. En una de esas, cuando el catchervaa devolverle al pitcher,se le cae la pelota como a un metro delhome.Yo me voy disparado para homey me deslizo.

    El catcherbusca la pelota y se lanza tapando el home.Y hay unafoto de ese robo del home.Aparece el umpire,que era un amigo quele decamos El Ganso, y Goyo Morales est con el bate as, conel casco puesto, mirando la jugada. Y al fondo de la foto, detrsen la tribuna aparecen sentadas mi madre y mi novia NancyColmenares, mi primera esposa, madre de mis tres hijos mayores,a la que saludo afectuosamente. Es una foto as como para la vida.Nunca la haba visto hasta que Goyo Morales me la regal un daen Barinas, como diez aos despus: Mira, Hugo, esta foto, qufoto. All la tengo guardada, Goyo, muchas gracias, recuerdo detoda la vida.

    STRIKE!

    Imagnate que el bateador est ah parado y el cuento que yo echode un mayor. l pitchaba y cantaba. A m me ponch una vezall en los paracaidistas. Una bola por aqu, l mismo cantaba strike,y uno reclamaba. Mi mayor cmo va a ser eso strike. Strike,capitn, batee si puede. Despus le met un foul.Y en dos strikes,un piconazo, pero todo el mundo vio que pic la bola antes delhome,porque era softbol bombita, adems era caliche. Yo estabacazndolo para meterle una lnea entre dos, entre righty center

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    field.Pero la pelota pic como medio metro antes del home,y aquelcaballero dijo: Strike,ponchado. Yo coloqu el bate en el mediodel homey me retir, lo que me provoc una reprimenda. Quees una falta de respeto, me dijo: Falta de respeto es la suya, queusted va a ponchar a uno as. No, usted tiene que esperar, es elrbitro el que tiene que cantar.

    EL GRAN AUSENTE

    Fue unos meses despus del 4 de Febrero. Entonces pas algomuy bonito. Hubo Juegos Interfuerzas en agosto del 92. Meenter por el peridico. Y yo, que iba a todos los juegos, estabapreso. Me dijo mi esposa entonces: Mira que hay unos juegos yme invitaron que fuera. Y le dije: Anda, lleva a los nios, saldalos.Jugaron en Maracay. Y t sabes lo que hicieron? Ese otro domingolleg corriendo a la crcel mi hijo Hugo. Tena como ocho aos.Pap, mira lo que te mandaron, una pelota con el trofeo El granausente.

    Yo me puse a llorar de emocin. All tengo esa pelota. Sehaba perdido. Saben por qu?, porque el gobierno se enter dela pelota. Mi esposa se la llev para la casa y andaban buscndola.Iban a allanar la casa para llevarse la pelota, para dar de baja alos que firmaron. Eran todos los del equipo de softbol. Entoncesle dije a Nancy: Esconde la pelota. La enterraron, esa es unahistoria. Despus la pelota se perdi. Hace poco por all enMariara, iba por una calle en un camin, un poco de gente y unapersona: Chvez, aqu est la pelota!. La pelota se la llevaronno s para dnde para esconderla. Volvi despus de quince aos.

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    POMPEYO DAVALILLO

    Recuerdo a Pompeyo Davalillo, impresionante pelotero. Era ellder ah en el dogout, saba cmo motivar a un equipo a dar labatalla, cmo trascender lo individual. Nunca olvido a Pompeyoy sus jugadas, su maestra. Me toc la maravillosa oportunidadde ser su coachy asistente. Y l me deca: Chvez, si el juego esa las diez de la maana, deben tenerme el equipo a las siete en elterreno. Uno se acostumbr siempre a una hora antes, dos horasantes, pero tres horas?! Y era para conversar, mirando al adver-sario. Mira, aquel que va all es el center field,tiene buen brazo;aquel es el primer bate, batea la recta de afuera. Y hablandocon el pitchery con el catcher.En una ocasin nos enfrentamos aun equipo que era mucho mejor que el nuestro. Mejor pitcheo,bateo, mejor defensa, as que era una batalla muy dura.

    Era el juego final de un campeonato militar. Y Pompeyo medijo: Vamos a ganar este juego as, chiquitico, con jugadas. Y elcatcher,en cada lanzamiento miraba a Pompeyo y era l quien le de-ca: Curva. Y seas: Afuera. Se pona la mano en la rodilla,aqu era adentro, all afuera; una mano aqu, otra mano por elotro lado. Era impresionante, aquel hombre diriga el equipo lan-zamiento por lanzamiento, y comiendo caramelos. Llegamos alsptimo ininngcero a cero. Se nos cay la defensa, rollingal short,tiro malo a primera. Un toque de bola, el pitcheragarra, tira mal asegunda. Entonces me dijo Pompeyo: As no se puede ganar. Msno puedo. Y perdimos el juego tres a dos. Hicimos despus doscarreras a punto de toque de bola, robo de bases, un hitand run, unsqueeze playsuicida, bueno, casi ganamos el juego.

    Jugar contra Pompeyo? Miren, hay que ponerse las pilas!Fue manager del equipo de bisbol de la UCV durante muchosaos y en la Academia Militar nos toc jugar contra ellos. Cualquierjugada era posible. De repente con dos outs,pum!, toque de bola,

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    y todo el mundo quedaba sorprendido. Doble robo, hombres ensegunda y primera, robo retardado. Pompeyo Davalillo haca eso,mandaba a hacer el robo retardado, y se volva loco todo el mundo.Un da mand triple robo retardado. Tres en base, sin out,triplerobo, toque de bola, terror!, el otro equipo se aterrorizaba. Conun estratega como ese, ya el otro equipo est temeroso; cuidado, quecualquier cosa puede ocurrir. A veces incluso rompiendo las reglas.

    Pompeyo Davalillo no quiso ir a la fiesta despus del juegode softbol. Quedamos empatados contra la Unellez de Barinas, yme dijo: Mira, Chvez, yo lo que quiero es jugar domin, chico.Aqu juegan domin tambin? Y se fue por all a jugar domin yperdi hasta la cartera.

    ERROR MENTAL

    Estbamos perdiendo por una, yo estaba en tercera con el empate yhaba un out.Pompeyo, que es una fiera, me dice: Chvez, anotasaunque sea con un piconazo, cualquier cosa t te vas para home,un rolincito al pitcher, te vas para home.l me conoce, sabe quelas piernas mas se mueven rpido y el homeen softbol est muycerca. As que como l me dio esa orden El pitcherlanza y yo treso cuatro pasos, y regresaba rpido. Lanzaron dos veces a tercera.Cuidado, quieto en tercera. En una de esas, hermano, yo salgoigual, lanzamiento y agarro tres pasos. Tena mi distancia bienmedida para regresar rpido.

    Resulta que el bateador mete una tremenda lnea hacia el rightfield,pero corta y de frente. Yo estoy a cuatro pasos cuando veo lalnea, as que regreso a pisar la base para hacer pisicorre. Piso laalmohadilla pero, que va, es un movimiento de devolverse a pisary volverse atrs; ni que t metas tercera, cuarta, retroceso, le methasta mocha. Y adems, vena el coronel Maneiro, que estaba en

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    segunda e hizo pisicorre. Viene como una tromba y nos conse-guimos en la tercera base: yo que haba regresado a pisar parahacer pisicorre, Maneiro que vena sin freno, y el tercera basede la Marina que mide como dos metros. Un choque triple y yoqued debajo de los dos. Bueno, as que los muchachos que jueganal bisbol, cuando estn en tercera base, vean bien.

    LA BANDA CONTRARIA

    Recuerdo que estaba lanzando en el Universitario a un equipo deGrandes Ligas ya retirado. Pens que me iban a entrar a palos.Estaba Antonio Armas, Vctor Davalillo, se meti Joselo. Le tiruna curva a Joselo que todava est haciendo cui cui. Yo le estabadando no hit no runhasta el quinto inningque viene Remigio y memeti una lnea por encima de segunda. Te acuerdas? Trat delanzarte pegado, porque s que t eres muy hbil para batear labola afuera hacia la banda contraria.

    Una de mis debilidades como bateador es que nunca aprenda batear hacia la banda contraria. Yo halo la pelota hacia la bandaderecha pero nunca aprend a darle a la recta de afuera hacia tercerabase. Entonces Pompeyo Davalillo, que es un genio del bisbol,cuando jugbamos nosotros contra la UCV, en la Academia Militar,y yo vena a batear, Pompeyo me quitaba la tercera base. Pona altercera base a jugar en el short, y el short sobre la almohadillade segunda; y la segunda ms ac, o sea cerraban el cuadro porese lado. Pues, en una ocasin le toqu la bola por tercera y meembas.

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    PELOTA EMBOSCADA

    Esa noche venamos juntos en el carro, Fidel y yo, ya vestidos conel uniforme de bisbol. Nos paramos en la puerta, bamos a entraral estadio cuando Fidel me dijo: Hasta aqu llega mi caballerosidad,de aqu en adelante defindete como puedas. l me haba dicho:Mira, Chvez, te recomiendo que hagan carreras en los primerosinnings.Eso yo lo analizaba y le daba la vuelta: Qu me querrdecir ste con eso? Claro! Tena la emboscada preparada en elcuarto inning.Pero Fidel se vio obligado a adelantarla.

    Estbamos dndoles batazos por todos lados y adelantla emboscada para el segundo inning. Te acuerdas de GermnMesa? Una barba as Y una barrigota. Y lo de Kindeln en primera.Y cmo estaba de bravo Remigio Hermoso! Remigio tom en seriotodo eso y se pele conmigo como seis meses. Las relaciones searreglaron cuando vino con un montn de pelotas en una caja yle dice a Fidel: Frmeme todo eso. Como cuatro cajas le trajo.Estaba muy bravo! Hasta hoy lo respet a usted, le dijo a Fidel.

    Ustedes no me van a creer, pero yo le met un hita Jos ArielContreras. Sali a pitchear uno con una barriga grandota y unachiva postiza, y era nada ms y nada menos que este Contrerascon una almohada por barriga. Yo lo veo que sale y digo: Estegordo barrign, quin ser?. Me pongo a batear ah y cuandolanz la primera recta, fuaz! No la vi. Fidel Castro pide tiempoesto es verdico y viene a hablar con el pitcher.Yo lo veo, meacerco a ver qu es lo que van a hablar, no? Y oigo que le diceFidel: Mira, no le puedes tirar ms suave a Chvez?, no le puedesdar un pelotazo a Chvez. Y dice Contreras: Eso es lo ms lentoque yo puedo lanzar una pelota de bisbol, Comandante. Y erancomo 90 millas.

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    LOS CENICIENTOS

    Uno sala el sbado si pasaba la revista de la limpieza de arma-mento. Ay, ya, yai!, Primero los sbados haba trote a las cincode la maana, a veces al cerro. Los ltimos veinte no salan para lacalle, se quedaban encerrados. Despus del trote uno limpiaba elfusil. Uno le meta al fusil un guaralito por el nima, la sacaba poraqu y le daba. Y otra vez ra, ra, ras con un poquito de aceite paraevitar que la plvora se coma el can por dentro. Tena que estarbrillante como un espejo. Nuevo, limpie el nima que no se vayaa comer la plvora el can!. Y haba que limpiar el conjunto mvil,quitarle la corredera. No se te olvide, nuevo, limpiar el guardamanopor dentro. Porque por ah te van a pasar revista con un punzn yun algodn. Si sacaba sucio, uno no sala para la calle.

    As que despus de pasar el trote, la limpieza y la revista delarmamento, de los dos fusiles: el FAL, que es el de combate y elFN-30, el de desfile. Haba que limpiarlos los dos, aunque el FALes el ms complicado por las piezas modernas que tiene. El FN-30 esmucho ms sencillo. Haba que limpiar el dormitorio y ponerlobrillante, haba que limpiar el escaparate y arreglarlo. A uno lepasaban revista de las franelas dobladitas, las medias, arreglar loslibros. Despus de todo eso, a medioda estaba uno rompiendo lamarcha a la calle.

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    Entonces yo agarraba un taxi y me bajaba en la calle Brasilde Catia. Me quitaba el uniforme, unas botas de goma, un blue

    jeans,una franelita, una gorrita para que no me vieran el corte,que lo conocan a uno por el corte de pelo. Entonces a jugar chapitaen la esquina con los muchachos. De vez en cuando una frita no?,en la tarde del sbado. En la noche una rumbita, alguna cositapor all. Pero resulta que a los cadetes las muchachas nos llamabanLos Cenicientos. Por qu?, porque tenamos que irnos pocoantes de la medianoche, como la Cenicienta. Haba que estar allen la Academia a las doce de la noche, fin del permiso. As quecuando uno estaba cogiendo calor, a las once de la noche, uno:Ay, me voy! Voy a vestirme de azul y a buscar un carrito yvmonos!.

    LA AREPA DE EL CAVIAR

    Quin se acuerda de aquella arepera? El Caviar! Se acab El Caviar,vale. Ms de una vez tuve que darle como cien vueltas al patio.Saben por qu? Haba un alfrez en la prevencin que era uninmoral. Uno vena de la calle y con el nico bolvar que le quedabahaba pagado el carrito y llegaba a comer una arepita ah enEl Caviar, antes de cruzar el puente donde se acababa la libertad,antes de entrar a la Academia. Viene un alfrez de la prevencin yme dice: Mire, nuevo, arepa al fren...

    A veces uno se llevaba una arepa escondida en la gorra o porall adentro, t sabes. Varias veces pas arepa de contrabando, sobretodo cuando saba que quien estaba de guardia en la prevencinera un alfrez buena gente. Entonces no haba lo. Pero si era unalfrez severo, ni loco uno llevaba una arepa. Aquel alfrez memand a que me devolviera y que tena que llevarle una arepa. Yono tena una locha, de dnde iba a sacar yo para comprar arepa, y

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    si hubiera tenido tampoco le compro la arepa. Bueno, me manda darle la vuelta al patio, como cien vueltas di por la arepa esa.

    EL RUMOR DE LA MUERTA

    Mire!, este tema de los rumores y como un rumor y otro bien pla-nificado, de manera perversa, puede alterar la paz, la tranquilidadde un pueblito, o de un grupo humano o de un pas completo. Haymuchos ejemplos que uno ha vivido. Yo les voy a contar uno:

    Cuando ramos cadetes haba uno llamado Jos Mara MoralesFranco. Le decamos Willy Mora, un cadete muy famoso. Yo leguardo mucho afecto y recuerdos. Coincidimos en el pelotn,nos hicimos amigos. l era ms antiguo. Varias veces salimospor Caracas de permiso, a una fiesta. l cantaba muy bien. Allest en Maturn, pidi la baja de teniente. Willy Mora era unpersonaje. ramos de la sala de peridicos, porque yo dibujabams o menos, y me gust siempre el trabajo de cartelera desdenio. Sacbamos un periodiquito con un multgrafo. Me gustsiempre todo eso: escribir, dibujar, leer, las ideas pues. l erael jefe de la sala de peridicos. No dibujaba nada, pero era muycreativo.

    A veces Willy, en las noches, haca brujera en la sala. Jugaba laouija. Nos llamaba a los nuevos y sala con una capa negra, unacapucha ah. Tena su show con la ouija. Willy Mora cantabaen una discoteca llamada La Cueva del Oso, en Plaza Venezuela.Uno iba de vez en cuando, una novia por ah. Una noche estoy allcuando veo a alguien que sale cantando en liquiliqui. Yo estaba decivil sin permiso, porque no daban permiso para vestirse de civil.Entonces, Willy Mora dice: Le doy un saludo a los brigadieresque estn de civil, all. l cantaba ah los sbados y domingoscuando sala de permiso. Cantaba muy bien, Willy Mora.

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    Varias veces estuvo arrestado. Una vez lo pusieron a cantar enla clausura de unos juegos inter institutos. Sali con una capa ycomenz a cantar: Ay Rosa, Rosa dame de tu boca, esa furia locaque mi amor provoca. Ese era Sandro, te acuerdas de Sandro?Ay Rosa, dame todo tu sueo, dueo de tu amor quiero ser, aydame de tu ayer, las heridas... l bailaba, se mova mucho, y en laescuela militar de aquellos aos la cosa era ms rgida. De repentese quita la capa, la lanza al pblico y le cay encima al general. Elgeneral se puso rojo, colorado. De ah sali para el calabozo WillyMora. Pero l iba cantando, ese era feliz. Yo una vez le dije: Miteniente, usted se equivoc de carrera. Es verdad, yo creo queme equivoqu de carrera, yo no he debido ser militar.

    Willy Mora un da invent algo. Lleg al pelotn una madru-gada y se arm un alboroto. Nos levant a dos o tres de nosotros,despus despert al otro, y al brigadier. Tena cara de horror. Mirencomo estoy fro, me acaba de salir la muerta. Vino con un cuento deque una muerta sala en la reja de la enfermera, donde yo montmucha guardia. Luego echaba el cuento toda la maana. Lo llamabanlos alfereces: Mira, nuevo, cmo es el cuento?. Adems tenauna gran capacidad histrinica. l deca: Mire, mi alfrez, yoestaba as con mi fusil caminando, pasando revista, y de repentesiento como un silbido que pasa: pis! Di la vuelta y est bajandouna nube blanca. Y me digo: Ser que estoy dormido, o ser mibrigadier Izaguirre Guarisma?. Era un brigadier que se encamara-ba en los techos y pasaba revista. Deca que al que le llegara cercaestaba raspado. Uno tena que estar pendiente del techo, porquel, a veces, se vena por el techo.

    Primero uno lo tomaba como un chiste, un cuento, no? Perol insisti tanto y despus eso corri como plvora. A m me tocmontar guardia tres das despus en la bendita reja esa, y les juroque mont guardia electrizado por el miedo. Porque es una cosaoscura y como es la enfermera, parece que ah se muri alguien

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    una vez, no de un tiro, se muri de un infarto. Entonces en lalavandera decan, para echarle cosas al cuento: No, ah se muriuna seora hace como veinte aos de un infarto, cay muerta,esa debe ser la de la lavandera, no, que a lo mejor es no squin. Empezaron los cuentos.

    Aquello gener un estado de pnico en las noches. Un nuevo,por all, en el gimnasio le ech un tiro a un brigadier que andabapasando revista. El brigadier Rondn andaba pasando revista porlos puestos; el nuevo estaba lleno de miedo y entonces vio, pam!,y le ech un tiro. A los pocos das lleg corriendo a la prevencin,en la madrugada, otro cadete de segundo ao, sin casco y sin fusil.Dice que vio a la muerta.

    Saben en qu termin todo? Como dos semanas despus, unestado de pnico en las noches. Primero dieron la orden de queno se apagaran las luces de noche, todas las luces prendidas.Segundo, que nadie montara guardia solo, sino de a dos. El pnicoprende como la candela. No estoy exagerando nada de esto. Yadems de todas estas medidas, y otras que no recuerdo, muchascharlas. Me acuerdo que nos llevaron a todo el batalln a recorrerlos pasillos y el cura, viejito ya, adelante echando agua bendita.Todos bamos rezando. Pareca aquello un seminario, parecamosmonaguillos o seminaristas. Ah en la reja esa se hizo una misapara que llegara la calma al batalln de cadetes.

    REBELDE ANTE EL ATROPELLO

    Era un lujo la leche condensada! Recuerdo una vez un superiormo, inmoral, por all en el terreno. bamos a comer, abrimos laracin y me dijo: Mire, recluta, le cambio este pote delicioso,exquisito. Era una cosa horrible, tena muchas espinacas y todaesa cosa. Le cambio esta exquisita ensalada de espinacas por

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    ese pobre pote de leche condensada. Me negu, la met en elbolsillo. Tendrs que quitrmela. Siempre fui rebelde ante losatropellos. Nuevo, usted est alzao. Alza'o no, este es mi derecho,esta es mi racin de combate. No me la va a quitar usted. Ah!, metuvo obstinado como dos meses, hasta que se le olvid. Uno nuncaacept atropello, ni nadie debe aceptarlo. De ningn tipo.

    ACTO HEROICO

    Hay un amigo que, siendo un oficial muy joven, hizo un actoheroico. Una vez, una granada de mano se le cay a un soldado enel medio de un grupo como de cien soldados. Ese muchacho es-taba recin graduado de subteniente. Era campen de lanzamientode granadas, un atleta. Sabe lo que hizo el muchacho?, no tenatiempo de lanzarla a ningn lado. Agarr la granada, se la metidetrs de la pierna, all la apret con las dos manos, se agach,se arrodill, se acuclill y explot. El muchacho perdi un brazo,una pierna casi completa y hoy da es comandante de un batalln.Tiene gran espritu de superacin, se sobrepuso a eso.

    LA SEMILLA

    Aqu en la Academia me gan mi diploma de contrainsurgencia,curso de armas de apoyo, calificaciones. Vean, vean mi firma enese tiempo. Una firmita ah, novedosa. Ah! Aqu est. Vean ustedesque yo no estoy inventando. Estos son los documentos del examende admisin. Miren aqu esta hoja del laboratorio en Barinas:Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. Nmero de orden: 35.Nombre: Chvez, Hugo Rafael. Urbanizacin: Rodrguez Domnguez,manzana P, Nro. 24. Barinas; diecisiete aos; exmenes de heces,

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    de sangre. Y sal perfecto pues: orina, laboratorio, exmenes de RX.Aqu est la hoja de historial personal, la llenaron en agosto, en-trando aqu. Vean ustedes, aqu dice: Profesin: estudiante. Reli-gin: catlica. Color: moreno, frente amplia, labios gruesos. Nos qu ms, bembn, cabello castao, nariz perfilada, barba escasa,cejas regulares. Alias o apodo, vean ustedes: Tribiln. Luegoustedes aqu me pusieron Furia. Porque me la pasaba cantandoun corro del Carrao de Palmarito, el Corro de Furia.

    Aqu estn los equipos de bisbol con los que jugu en Barinasantes de venir aqu: Club Bisbol Mobil, de la compaa Mobil.Club de Bisbol Juvenil IND, Club Deportivo Banco Obrero, estefue mi ltimo equipo. Por aqu me pedan referencias. AlejandroPellechea era un vecino de all de Barinas; Silverio Martnez, otrovecino; Hugo Escalante, amigo de mi padre; Irene Rosales, Irene!,una compaera de quinto ao. Yo estuve muy enamorado de Irene.Vicente Sangroni era el manager del equipo del Banco Obrero.Ah!, vean ustedes esto aqu abajo, datos complementarios: Hasido usted detenido? Pertenece o perteneci a algn partidopoltico?, cul?. Fjate, simpatizaba en el bachillerato con elMEP, Movimiento Electoral del Pueblo; Claro!, mi padre fue delos fundadores del MEP en Sabaneta, cuando al viejo Prieto losadecos le robaron las elecciones internas, lo echaron del partidoporque era un revolucionario. Prieto Figueroa fund el MEP y mipadre fue de los fundadores de aquellas corrientes del magisteriomepista. As que ya yo tena mi semillita por ah, pues, pero esasemillita aqu aflor. Ras!, y se hizo un rbol, roble y samn.

    LA MARQUESEA

    Por el camino de La Marquesea se fueron, deca mi abuelaRosa Ins. Hablaba de los cuentos que le echaba su abuela del

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    general Cara'e Cuchillo, que pas por Sabaneta un da, en el mesde mayo de 1859, gritando: Tierras y hombres libres, elecciones po-pulares y horror a la oligarqua. Ezequiel Zamora pas por estamisma tierra. Este hato debe su nombre a que durante la coloniaeran las tierras antiguas del marqus del Bocon. Segn las leyendas,el marqus del Bocon tena un tnel aqu en La Marquesea,que pasaba por debajo de todos los ros y llegaba a Barinas. Porcierto, el primer cargo de comando que yo tuve, de subteniente, en1975, fue aqu. Llegu al Batalln de Cazadores Cedeo y me man-daron aqu. Esto era un antiguo helipuerto, por ah trotbamosmontaa arriba, bamos a pescar al ro. Aqu aprend a manejaren una camioneta vieja del Ejrcito, de aquellas que parecan unadiligencia.

    En La Marquesea los soldados decan que en esta montaitasala un muerto. Aqu funcion un teatro antiguerrillero, hubositios de tortura. Es posible que en esta montaa haya ms de unenterrado. Al bachiller Rodrguez lo agarraron por all por Liber-tad, lo trajeron para ac y ms nunca lo vieron. Es posible queest enterrado por aqu, luchadores sociales, lderes estudiantiles.Aqu consegu un carro un da entre el monte, un Mercedes Benznegro. Lo limpiamos, abrimos el maletero con un destornillador yconsegu un poco de libros de Marx, de Lenin; consegu este libropor all, lo le aqu: Tiempo de Ezequiel Zamora, de ese granrevolucionario Federico Brito Figueroa.

    Aquel subteniente Chvez comenz a leer aqu, comenz a hablarcon los soldados all. Ahorita vi los restos de lo que fue la PlazaBolvar, un busto de Bolvar. Mi padre estuvo preso una vez eneste sitio. Mi mam vino a traerle una arepa, yo vine con ella.Sospecho que andaba parrandeando una noche por Barrancas ylo agarraron, creo que con el compadre Juan Gudez, que en pazdescanse. Una noche, amaneci aqu. Que tu pap est preso, lotienen por guerrillero. Cuando aqu la Fuerza Armada era otra

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    cosa, cuando fue utilizada por la oligarqua venezolana, por aquellosgobiernos traidores subordinados al imperialismo.

    La primera tarea que me dieron siendo subteniente, fue venira custodiar unos equipos en La Marquesea, pas aqu como seismeses. Cuando me puse a ver el inventario, eran grandes equiposde comunicaciones. All arriba en el cerro haba otro y aqu habauna sala de comunicaciones. Mi jefe vino un da a pasarme revis-ta; era un capitn, oficial de comunicaciones. Entonces me dijo:Mire, subteniente, tenga mucho cuidado con estos equipos deradio eran unos mamotretos gigantescos, que esos no son vene-zolanos, esos equipos son norteamericanos.

    Aqu vinieron los estadounidenses a instalar equipos de comu-nicaciones, a dirigir torturas, desapariciones. Ahora, para gloriade nuestra Fuerza Armada y de nuestras races militares, paragloria de nuestras tradiciones libertadoras, tenemos otra FuerzaArmada, tenemos un Ejrcito, tenemos una Marina, una Aviaciny una Guardia Nacional que han vuelto a retomar sus races ori-ginarias. Hoy no estn para atropellar al pueblo sino para lucharjunto al pueblo por la liberacin de Venezuela y por el desarrollode Venezuela.

    LOS MATARON

    Recuerdo de subteniente una discusin con un coronel que estabaya en situacin de retiro, pero era jefe de inteligencia de un rea. Vicon estos ojos como trajeron a dos o tres seores flaquitos, amarrados.Yo era jefe de un pequeo