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Pág. 5 Antropología ilustrada SUPLEMENTO SEMANAL DE LA HORA, IDEA ORIGINAL DE ROSAURO CARMÍN Q. GUATEMALA, 15 DE ABRIL DE 2016 Fotografía cortesía de La ERRE, galería de arte

Cultura 15-04-2016

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Cultura 15-04-2016

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. 5

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Página 2 / guatemala, 15 De abril De 2016

Pablo Sigüenza ha encontra-do una pócima para conjugar micro situaciones a partir de una buena parte de la columna vertebral del homo: la filosofía escondida detrás de los momen-tos aparentemente simples; el aquilatamiento de vivencias de personajes de fácil identificación en el entorno centroamericano; la reivindicación del reconoci-miento pleno de la identidad cultural de las comunidades, y, las implicaciones del eros en ac-ción con énfasis en la sabiduría femenina, entre otros.

a pócima de Pablo, en-cendida con el fuego de la ficción, es capaz de confrontar e incomo-dar a la fracción de la sociedad que suele ser

indiferente, dolosamente, a lo evidente. Estos relatos tienen el encanto de alegrar a los tradicionalmente invisibles y enojar a los que son adictos al figureo: ¡fantoches que aspiran a perpetuar la ficción a precio de lo humano!

Este libro no es una expresión literaria comprometida ciegamente con las lides sociales, pues éstas están llamadas a li-brarse en otros campos, sino, una ex-presión creativa que señala, con dulce crudeza y forma de redacción artística, la hipocresía social. Simple, es un librito que, desde las olas de la literatura, persi-gue humedecer el rostro del lector: ya sea con la lágrima del que sabe conmoverse, o, con un escupitajo en la conciencia de los que en privado o en público se burlan de las implicancias de la identidad cultu-ral de las comunidades.

¿Aún tienes el valor de continuar en es-tas líneas? Si te quedaste, te invito a que desnudemos un poco la creación de Pablo, solo un poco. Pues, te tocará desnudarla a ti toda cuando obsesivamente vayas a la librería a rastrearla: para comprarla o, como hacemos algunos, a leerla en pausas obligadas, con el pretexto de un acto mer-cantil que nunca ocurre. Todo es válido cuando se busca, sin tregua, el buen arte que alimenta al alma. Especialmente, en

Por Carlos alberto Cerda

“Relatos veRdes en escala de gRis”Autor: PAblo SigüenzA rAmírezEditorial: Magna tErra EditorEs (2015). 119 páginas. ColECCión ConsEjadisponiblE En las prinCipalEs librErías dEl país.la sECCión Cultural dE la Hora obsEquiará un EjEMplar dEl libro a quién EsCriba un CorrEo ElECtróniCo a [email protected] soliCitándolo. no olvidE ColoCar su núMEro tElEfóniCo.

Fotografía de Pablo Sigüenza Ramírez.

Reseña

L

un país marcado por la desarticulación so-cial, derivada por la desigualdad y los bajos niveles de desarrollo.

Filosofía escondidaEl lector encontrará en el texto “Dinosau-

rio o mariposa” (p. 19) el poder de las situa-ciones infantilmente inocentes, capaces de remover los cimientos más consolidados de la filosofía. “Cuando despertó, el dinosau-rio todavía est… (…) ¡A todos nos da mie-do hija!”, un texto que nos pone a pensar en las palabras de Juan Luis Vives: “El corazón es lo primero que vive en los animales y lo último que muere. En el tiene su comienzo y su término la vida”. Pablo con este texto, desde la figura de un relato brevísimo, se consagra como un autor capaz de triturar un volumen altísimo de sensaciones y con-vertirlas en un corto diálogo trascenden-tal. Un padre, medianamente conmovido, no dudará en reproducir este relato en la pared del cuarto de su descendencia. Yo lo haría sin pensarlo, y si no tengo fondos para contratar a un pintor, lo escribiría con un pedazo de carbón. ¿Y qué?

Exquisito erosSigüenza tiene la honestidad de poner en

escena situaciones sin el empleo de filtros, algo que es abrumador, desgastante y, espe-cialmente, valiente. No me atrevo a comen-tar un texto capaz de paralizar los sentidos (“Bienaventuradas”, p. 67):

¿Acabaste cielo?¡Sí mi amor, que rico, sos genial Julia!Ahora seguí tocando aquí Carlos, suavecito.¿Así mi amor?No, un poco más arriba y más suave.¿Te gusta así Julia?¡Sí, así mismo, seguí, no parés!..Bienaventuradas las mujeres que saben to-

car su cuerpo y enseñan a sus parejas, por-que de ellas es el reino de este mundo.

Con este texto, Pablo le encuentra sentido a una de las sentencias de la grande Do-rothy Parker: “Si nadie hubiera aprendido a desnudarse, muy pocas personas estarían enamoradas”. El mundo andaría mejor si los hombres, por fin, fuéramos capaces de escuchar a las bienaventuradas. Es un rela-to con la fuerza para derribar vetustas for-mas que hacen desagradable la intimidad.

Aquilatamiento de vivencias“Si bebe no maneje” (p. 13) compite en in-

tensidad con “Aspiraciones profesionales” (p. 24). Prefiero el segundo por un asunto de moderación y réplica de momentos ab-surdos en un entorno donde el “licencia-do” aspira, a precio de sangre, a sostener un estatus bastante cómico, junto con la academia. El corporativismo extremo trae consigo paradojas dignas de colarse en la literatura. Aquí un ejemplo.

Reivindicación culturalEl texto “Los animales del bosque y la ciu-

dad” (p. 20), es una sugerente fotografía de lo que suele ocurrir con bastante regulari-dad en tierras centroamericanas. No lo re-produzco, porque tienes que leerlo tú mis-mo, te vas a reír de la postal del fantoche político por excelencia que regularmente visita los territorios bajo su administra-ción para concretar sus negocios privados, y, aprovechar, desde luego, a compartir un breve discurso con la esperanza de com-prensión y aplausos de los sabios locales. Hace poco fuimos víctima de la parafer-nalia de la elección de los gobernadores en Guatemala. Este texto, es de obligada lec-

tura para los políticos. ¿Me siguen señores diputados? Si no la atrapan a la primera, comiencen con la lectura de “La cocina campesina” (p. 16), visiten lo que el autor describe como el corazón y la trinchera de la consulta comunitaria.

Mi críticaSolo un poquito de seducción en el trasla-

pe de momentos. Las escenas exigen puen-tes que lleven al lector a la sorpresa, quizá más zonas grises entre el verde y el gris duro en algunos casos. Hay relatos, como el del hombre sin las dos manos, que al final, discurren en lo elemental. No obstante, hay que reconocer que textos como ese debe-rían ser bien pagados para ser utilizados en campañas sobre “Si toma, no maneje”.

En cuanto a los abiertos elogios, prefiero recurrir a la pluma de la gran escritora Ana María Rodas, quien está presente en la p. 11 del libro: “Un libro inteligente, escrito con el ánimo de hacernos reír a ratos, dejarnos melancólicos o francamente dolientes”. Tres poderosas fuerzas, hijas del eros, la cultura, las vivencia y la reflexión.

De veRDes a gRises

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Guatemala, 15 De abril De 2016 / PáGina 3

Ligada al tiempo, la duración y al cambio, la vejez irrumpe muchas veces antes de lo esperado, porque quisiéramos que nunca llegara. Con andar lento y quejumbroso los seres humanos viven la última etapa de sus vidas y es que con los años, en la vejez, se desaprende a caminar, la memoria se atrofia y se confunden las ideas. Por natu-ral razón, los órganos fallan y es que se han vuelto viejos, algunos, incluso, mueren.

on torpes y lentos los mo-vimientos, la vitalidad se es-capa y, aunque se quiera, el cuerpo ya no responde. Así se manifiesta la vejez: la vista se agota, el oído pierde su lu-cidez, la boca queda desden-

tada, en fin, los sentidos se van apagando y la impotencia pone su sello en cada ac-ción que se realiza. La vejez irrumpe con fuerza dejando una estela de tristeza y de invalidez con su irreverente paso. Los años transcurren y es una senten-

cia ineludible de la duración del tiempo. Todo cambia y se adentra en el futuro que se esfuma en el hoy, que a su vez se pierde en el ayer con el olvido. Nada permanece, palabras del filósofo de Efesio, Heráclito. Lo nuevo se convierte en viejo, lo joven en anciano, lo vivo en muerto y en lo humano, las marcas del tiempo dejan su huella en la lozanía de la tez y en la lucidez del pensamiento. Con la marchitez de las neuronas, pere-cen las ideas y también las ilusiones, tal es el destino de los seres humanos.Solo el cambio persiste y aunque pa-

rezca absurdo es lo que permanece. Con las contradicciones en el planeta, de lo inorgánico surgió la vida y con ésta, una diversa gama de animales unicelulares, pluricelulares, vertebra-dos e invertebrados y, tras un largo reinado de los grandes reptiles, con la ayuda de una hecatombe cósmica, los mamíferos se impusieron. Así surgie-ron los homínidos y después de una lar-ga cadena de ensayo y error se consoli-dó el Homo Sapiens, ser con conciencia de su fin. La evolución también es cambio que

se sintetiza en los animales que predo-minan y los que se extinguen. Así los humanos prevalecieron y aunque ac-túan con soberbia, aunque se creen los dueños del planeta no pueden cambiar las reglas de la naturaleza que senten-cian el fin de todo ser vivo.De la misma forma como en todo

animal que nace, crece, se reproduce y muere, en los primates superiores alta-

Por Jairo alarcón rodas

Jairo alarcón rodas (Guatemala, 1962). Docente e investiGaDor universitario De la universiDaD De san carlos De Guatemala, ha realizaDo publica-ciones en Distintas revistas y perióDicos Del país. ha publicaDo el libro “el conocimiento, una seGunDa miraDa al munDo que creemos conocer”, y próximamente “hacia la superación De nuestras Diferencias”.

Fotografía de Ban Vel.

S

mente organizados, los seres humanos, de la niñez se abre paso la juventud y con ésta, la adultez y senectud. Se vive inevitablemente para morir pero, en ese breve trayecto de poco más de medio siglo de existencia, la evolución huma-na no se detiene y aunque no sean cam-bios biológicos significativos los que se logren, sí pueden alcanzarse otros rela-cionados con la conducta social. Cada segundo que transcurre, minu-

to, hora, día, mes y año que pasa, el re-loj de la existencia marca su rumbo ha-cia la muerte, al no ser. Los árboles que en el hemisferio norte se visten de verde y florecen en primavera, en verano dan frutos y en otoño sus hojas comienzan a marchitarse, cambiando de color del verde al rojo, para así, en invierno, lan-guidecer tras las gélidas temperaturas, esa es la sentencia de la vida.En el trópico, en cambio, con solo dos

estaciones, el sol y la lluvia se intercam-bian en intervalos cada vez más capri-chosos para reverdecer, florecer y ro-bustecer de frutos los árboles, así como vestir y desvestir de hojas las plantas. Pero también, con el envenenamiento del planeta y la escasez de lluvia, los ár-boles que antes proveían frutos, ahora fenecen irremediablemente. En ambos casos nada permanece, nada es eterno, todo tiene un fin.Todo envejece incluso en la vastedad del

universo con la serie de galaxias, nebu-losas, cúmulos de galaxias, sistemas pla-netarios, el tiempo marca el fin de cada una de éstas y el comienzo de otras. De ahí que, tras la explosión de una antigua estrella surgen nuevas, éstas también na-cen, crecen, se reproducen y mueren.Con el incesante cambio, la vejez

irrumpe dejando atrás todo atisbo de niñez, aunque se vuelvan a ver actitu-des de niños en los ancianos, a veces, aunque la duración se dilate en forma constante, lo más pronto de lo espera-do. Y todo porque el tiempo para los humanos, no necesariamente marcha en forma lineal, la percepción puede variar según sea el estado de ánimo y las expectativas que se tengan. Y aunque se vive en el pasado-presente

y en un hipotético futuro, la sensación de rapidez de los días en la percepción del tiempo, se hace quizás más evidente cuando se es consciente de la muerte. El tiempo transcurre sin detenerse pero la mente viaja constantemente al pasado, refugiándose en los recuerdos. Lo fatal de la vejez se impone graban-

do sus huellas en lo que se es, por den-tro y por fuera, anunciando con ello la despedida. Sin embargo, hay algo que se resiste a morir y es esa parte de la ju-ventud que ha quedado en la memoria y con ello los momentos gratos de la vida,

los gozos y deleites pero, para algunos, hasta eso queda en el olvido.A veces el pasado, que constituye el

ayer, es rememorado con selectividad y con mucha nostalgia ya que el presente vivido llena momentáneamente de in-fortunios la existencia. De esta forma la memoria minimiza los momentos amargos del hoy, adormeciéndolos con gozos del pasado, con sueños y realida-des que ya no son. Aunque se viva en un pasado inmedia-

to, aunque se esté consciente diez milési-mas de segundo después del tiempo real, el futuro devora el presente dejándolo en un mórbido pasado. Condenados como, diría Kant, a las apariencias, a instantes que se graban en los recuerdos, los seres humanos desean un mejor futuro para su existencia.La juventud se va y la vejez se impone

con todos los infortunios que trae una mente y un cuerpo cansados y abati-dos que aceleradamente esperan su descanso final tras la muerte. No ser ya más es el fatal destino del humano que irremediablemente no puede eludir su fin, engañando con esperanzas su destino. No cabe ilusión alguna ya que nada permanece, nada es eterno y solo

en vida, todo es posible.A lo largo de la historia, leyendas,

mitos y relatos novelescos registran el deseo de los humanos por lograr la eterna juventud. El ser joven se asocia con estar sano y con el disfrute de los placeres y deleites de la vida. Así, des-de la condesa de Báthory, El Conde de Saint Germain, Dorian Grey, Horizon-tes perdidos de J Hilton, se refleja el deseo incesante por permanecer joven y no envejecer. En todos los casos la se-nectud es la condena inaceptable y la inmortalidad representa lo añorado. Pero no envejecer y que envejezcan y

mueran los seres queridos se convierte en un castigo aún más grande para los que se resisten a la ineludible marcha del tiempo. Es natural envejecer y mo-rir pero ¿por qué terminar los últimos instantes de la vida con sufrimientos y aflicciones? ¿Por qué con los años, con la vejez, se relega a seres inútiles que tienen conciencia de ello?Vivir a plenitud, con honestidad, sin-

tiéndose jóvenes aunque los años hayan pasado y recibir la vejez con hidalguía, junto a una buena compañía, es el me-jor antídoto al inevitable desenlace fa-tal de la existencia.

Las cicatrices de La vejez

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Guatemala, 15 De abril De 2016 / PáGina 5PáGina 4 / Guatemala, 15 De abril De 2016

ien dicen que un buen título engancha y este es el caso de la más reciente exposición individual de Erick Menchú. Cuando vi el nombre de la muestra

en el muro del feisbuc de vaya usted a saber quién me convencí de buscarlo inmediata-mente para concretar una reunión. Un alma generosa se apiadó de mi breve, pero agónica búsqueda y me proporcionó el número del

B

FotograFía de eduardo Juárez

Por Eduardo JuárEzBarrancóPolis

celular de Erick para así poder conversar con la mente detrás de la “antropología ilustrada”.Esta vez Erick no pudo tomarse la molestia

de preparar un material de prensa para es-parcir a diestra y siniestra el mensaje sobre la inauguración de la muestra, la escasez de tiempo se lo impidió y quizá por eso usted ni siquiera se enteró. Da igual, según se puede apreciar en un video que circula en la red, la inauguración estuvo prendida y llena de es-pectadores.

El proyecto (el montaje de las ideas de la mente a la realidad concreta) empezó a gestarse a finales de 2015, la producción de las piezas se hizo este año a partir de enero y el espacio que albergaría la muestra es-taba arreglado desde hace mucho tiempo. Hacía también ya muchísimo tiempo (cin-co años quizá, según Erick) que ciudad de Guatemala no conocía las imágenes y símbolos que atravesaban la mente del artista, su última exposi-ción individual (una re-copilación de grabados) tuvo lugar en 2011.La idea original de “An-

tropología ilustrada” se vino fraguando con ensa-yos previos tres años atrás, un personaje (hombre en-tacuchado con un male-tín) es el eje y catalizador de todo el concepto que posteriormente germina-ría en la muestra que hoy se exhibe en La ERRE, ga-lería de arte, Vía 6, 2-60 de la zona 4. A continuación un fragmento de nuestra conversación.

Ese personaje se parece bastante a vos…Ese soy yo, es un auto re-

trato.

Pero vos nunca usás trajeEsa es la idea, quise ser yo

mismo. Cuando empecé el proyecto le pedí a un ami-go que posara con el traje para las fotografías que se convertirían en pinturas pero al final sentí que ten-dría más sentido si era yo mismo. Entonces le dije a este cuate que me tomara las fotos a mí. Todo está interrela-

cionado. Yo no soporto estar en traje, gracias a dios mi trabajo no me lo pide y hacien-do lo que hago siempre he tenido esta re-flexión, allí sí que cada quien trabaja en sus vocaciones, en lo que puede y en lo que las circunstancias le permiten. Yo no podría trabajar con traje todos los

días como muchas personas que tienen esa obligación, ya sea como oficinistas, cajeros o ejecutivos. Las pocas veces que me he puesto traje no lo he soportado, ese calor y esa in-comodidad. Recuerdo que hace años cuando hicimos una exposición como grupo La Tora-na en el Museo de Arte Moderno Carlos Mé-rida, me puse un traje, según yo para verme

Foto la hora: Salazar ochoa

FotograFía corteSía de la erre

El businessman representa el éxito y la decadencia de una sociedad basada en el status.

Instalación, el oficinista camina en un mar de burocracia, cada paso que da lo acerca a una existencia modular, a ser un elemento arquitectónico añejado.

así como más profesional, más chilero pero luego, viéndome dije “qué mulada con traje, ¿Por qué me puse traje?. Creo que allí empezó esa animadversión hacia el traje que a la vez cumple una función, es un ejercicio, infrin-girse un castigo. El arte es complejo.

¿Qué sentís cuando ves a alguien con traje, alguien que va caminan-do por la calle bajo el sol del mediodía envuelto en un tacuche?Depende de la actitud

que le vea, pero a veces los veo con un desánimo como si fueran al mata-dero o algún lugar horri-ble. En realidad siento un poco de pena. Aunque a veces veas gente bien ale-gre en traje generalmente cuando los veo percibo una especie de manada de uniformados que per-tenecen a un engranaje de la sociedad. Tiene que ver, además, con la idea que nos han vendido de la masculinidad y del hom-bre exitoso.

Generalmente un polí-tico lleva puesto un traje ¿Hay alguna relación con lo que estás mostrando?La idea la traía de antes

pero coincidentemente surgieron estos escánda-los que vienen a reforzar al personaje. Nunca sa-bés exactamente qué hay adentro del traje. Puede ser una persona súper ética como puede ser un gran ladrón.

¿Quiénes están detrás del aspecto curatorial de la muestra?La verdad es que no

hubo tanto qué decidir, siempre cuento con el apoyo de Norman Mo-rales. Siempre confío en su buen criterio para el montaje y todo eso.

¿Por qué decidiste trabajar varias técnicas y no una sola?Originalmente iba a ser solo pintura pero

también tenía una instalación que quería montar desde hace mucho. No hay una razón específica, quise hacer algo más complejo que fuera de la mano con las pinturas. Las escul-turas son parte también, a veces uno se ima-gina las cosas en un diálogo.https://goo.gl/6RNwRg

Antropología IlustradaMandamientos para andar en

camioneta

E s un hecho que no se puede negar. Por momentos la ciudad es monstruosa. El trafico bestial. La batalla es diaria y créanme que es mucho más frenética cuando

se anda en camioneta. Muchos no tenemos otra expectativa más que andar en las burras colectivas para cumplir con nuestros que-hacerles diarios. Ya sea en las rutas El Loco o en Rutas El Chinche, a continuación, algunos mandamientos para hacer un poco más soportable el trayecto.10. Aprovechemos para acercarnos a nuestros

conciudadanos, olámoslo, aprendamos las texturas de su piel, los diseños de su cabello, los misteriosos agujeros de sus oídos. Hagamos un catálogo de rasgos y semblantes, de los miles de tonos de sospechas, de las visiones chispeantes en sus ojos. 9. Indaguemos acerca de nuevos dioses.

E implorémosles. Hagamos un estudio comparativo de deidades de otras tierras y otros tiempos y anotemos como se desempeñan por estas regiones y por nuestras rutas. 8. Démonos la tarea de conectar cada viaje

y pensar en nuestra vida-en-camioneta, así como lo hacemos con nuestras-vidas-en línea y nuestra-vidas-en-sueños. Fabriquemos una suerte de bitácora con estadísticas, gráficas, esbozos y esquemas de los descubrimientos que nos visiten. 7. Elaboremos nuevas teorías de conspiración

de cómo los choferes trabajan en secreto (para una meta común. Determinemos si estos fines son benignos o no. Serán seres reptilianos estos que nos llevan al chance, a la escuela, o a los lugares donde nos “divertimos.” Tal vez las camionetas son máquinas del tiempo y los choferes los extra-terrestres que todos llevamos a dentro. 6. ¡Telepatiemos muchá! Aprendamos a leer

mentes, sí, ¡Practiquemos en cada viaje! ¡Sí! ¡Practiquemos contacto visual extremo! ¡¡¡¡Sí!!!!5. Aprovechemos la alienación desenfrenada

de cada viaje. Abracemos nuestra marginalidad, las trampas de la cultura, los engaños del lenguaje. Que viva el infantilismo, la trivialidad, la estupidez y la neurosis desgraciada de cada viaje. ¡Hagamos de ellas todo un arte!4…..en otra ocasión será ya que allí viene la ¡21

Terminal!

Por Salazar ochoa

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Guatemala, 15 De abril De 2016 / PáGina 5PáGina 4 / Guatemala, 15 De abril De 2016

ien dicen que un buen título engancha y este es el caso de la más reciente exposición individual de Erick Menchú. Cuando vi el nombre de la muestra

en el muro del feisbuc de vaya usted a saber quién me convencí de buscarlo inmediata-mente para concretar una reunión. Un alma generosa se apiadó de mi breve, pero agónica búsqueda y me proporcionó el número del

B

FotograFía de eduardo Juárez

Por Eduardo JuárEzBarrancóPolis

celular de Erick para así poder conversar con la mente detrás de la “antropología ilustrada”.Esta vez Erick no pudo tomarse la molestia

de preparar un material de prensa para es-parcir a diestra y siniestra el mensaje sobre la inauguración de la muestra, la escasez de tiempo se lo impidió y quizá por eso usted ni siquiera se enteró. Da igual, según se puede apreciar en un video que circula en la red, la inauguración estuvo prendida y llena de es-pectadores.

El proyecto (el montaje de las ideas de la mente a la realidad concreta) empezó a gestarse a finales de 2015, la producción de las piezas se hizo este año a partir de enero y el espacio que albergaría la muestra es-taba arreglado desde hace mucho tiempo. Hacía también ya muchísimo tiempo (cin-co años quizá, según Erick) que ciudad de Guatemala no conocía las imágenes y símbolos que atravesaban la mente del artista, su última exposi-ción individual (una re-copilación de grabados) tuvo lugar en 2011.La idea original de “An-

tropología ilustrada” se vino fraguando con ensa-yos previos tres años atrás, un personaje (hombre en-tacuchado con un male-tín) es el eje y catalizador de todo el concepto que posteriormente germina-ría en la muestra que hoy se exhibe en La ERRE, ga-lería de arte, Vía 6, 2-60 de la zona 4. A continuación un fragmento de nuestra conversación.

Ese personaje se parece bastante a vos…Ese soy yo, es un auto re-

trato.

Pero vos nunca usás trajeEsa es la idea, quise ser yo

mismo. Cuando empecé el proyecto le pedí a un ami-go que posara con el traje para las fotografías que se convertirían en pinturas pero al final sentí que ten-dría más sentido si era yo mismo. Entonces le dije a este cuate que me tomara las fotos a mí. Todo está interrela-

cionado. Yo no soporto estar en traje, gracias a dios mi trabajo no me lo pide y hacien-do lo que hago siempre he tenido esta re-flexión, allí sí que cada quien trabaja en sus vocaciones, en lo que puede y en lo que las circunstancias le permiten. Yo no podría trabajar con traje todos los

días como muchas personas que tienen esa obligación, ya sea como oficinistas, cajeros o ejecutivos. Las pocas veces que me he puesto traje no lo he soportado, ese calor y esa in-comodidad. Recuerdo que hace años cuando hicimos una exposición como grupo La Tora-na en el Museo de Arte Moderno Carlos Mé-rida, me puse un traje, según yo para verme

Foto la hora: Salazar ochoa

FotograFía corteSía de la erre

El businessman representa el éxito y la decadencia de una sociedad basada en el status.

Instalación, el oficinista camina en un mar de burocracia, cada paso que da lo acerca a una existencia modular, a ser un elemento arquitectónico añejado.

así como más profesional, más chilero pero luego, viéndome dije “qué mulada con traje, ¿Por qué me puse traje?. Creo que allí empezó esa animadversión hacia el traje que a la vez cumple una función, es un ejercicio, infrin-girse un castigo. El arte es complejo.

¿Qué sentís cuando ves a alguien con traje, alguien que va caminan-do por la calle bajo el sol del mediodía envuelto en un tacuche?Depende de la actitud

que le vea, pero a veces los veo con un desánimo como si fueran al mata-dero o algún lugar horri-ble. En realidad siento un poco de pena. Aunque a veces veas gente bien ale-gre en traje generalmente cuando los veo percibo una especie de manada de uniformados que per-tenecen a un engranaje de la sociedad. Tiene que ver, además, con la idea que nos han vendido de la masculinidad y del hom-bre exitoso.

Generalmente un polí-tico lleva puesto un traje ¿Hay alguna relación con lo que estás mostrando?La idea la traía de antes

pero coincidentemente surgieron estos escánda-los que vienen a reforzar al personaje. Nunca sa-bés exactamente qué hay adentro del traje. Puede ser una persona súper ética como puede ser un gran ladrón.

¿Quiénes están detrás del aspecto curatorial de la muestra?La verdad es que no

hubo tanto qué decidir, siempre cuento con el apoyo de Norman Mo-rales. Siempre confío en su buen criterio para el montaje y todo eso.

¿Por qué decidiste trabajar varias técnicas y no una sola?Originalmente iba a ser solo pintura pero

también tenía una instalación que quería montar desde hace mucho. No hay una razón específica, quise hacer algo más complejo que fuera de la mano con las pinturas. Las escul-turas son parte también, a veces uno se ima-gina las cosas en un diálogo.https://goo.gl/6RNwRg

Antropología IlustradaMandamientos para andar en

camioneta

E s un hecho que no se puede negar. Por momentos la ciudad es monstruosa. El trafico bestial. La batalla es diaria y créanme que es mucho más frenética cuando

se anda en camioneta. Muchos no tenemos otra expectativa más que andar en las burras colectivas para cumplir con nuestros que-hacerles diarios. Ya sea en las rutas El Loco o en Rutas El Chinche, a continuación, algunos mandamientos para hacer un poco más soportable el trayecto.10. Aprovechemos para acercarnos a nuestros

conciudadanos, olámoslo, aprendamos las texturas de su piel, los diseños de su cabello, los misteriosos agujeros de sus oídos. Hagamos un catálogo de rasgos y semblantes, de los miles de tonos de sospechas, de las visiones chispeantes en sus ojos. 9. Indaguemos acerca de nuevos dioses.

E implorémosles. Hagamos un estudio comparativo de deidades de otras tierras y otros tiempos y anotemos como se desempeñan por estas regiones y por nuestras rutas. 8. Démonos la tarea de conectar cada viaje

y pensar en nuestra vida-en-camioneta, así como lo hacemos con nuestras-vidas-en línea y nuestra-vidas-en-sueños. Fabriquemos una suerte de bitácora con estadísticas, gráficas, esbozos y esquemas de los descubrimientos que nos visiten. 7. Elaboremos nuevas teorías de conspiración

de cómo los choferes trabajan en secreto (para una meta común. Determinemos si estos fines son benignos o no. Serán seres reptilianos estos que nos llevan al chance, a la escuela, o a los lugares donde nos “divertimos.” Tal vez las camionetas son máquinas del tiempo y los choferes los extra-terrestres que todos llevamos a dentro. 6. ¡Telepatiemos muchá! Aprendamos a leer

mentes, sí, ¡Practiquemos en cada viaje! ¡Sí! ¡Practiquemos contacto visual extremo! ¡¡¡¡Sí!!!!5. Aprovechemos la alienación desenfrenada

de cada viaje. Abracemos nuestra marginalidad, las trampas de la cultura, los engaños del lenguaje. Que viva el infantilismo, la trivialidad, la estupidez y la neurosis desgraciada de cada viaje. ¡Hagamos de ellas todo un arte!4…..en otra ocasión será ya que allí viene la ¡21

Terminal!

Por Salazar ochoa

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Página 6 / guatemala, 15 De abril De 2016

Por Maurice echeverría

E scribiré ahora sobre concursos literarios. Unos apuntes, no-más. Si el interesado requiere más infor-

mación, sepa que hay en la web miles de miles de tutoriales y guías, que explican con mucha precisión todos los aspectos for-males y temáticos y logísticos de los certámenes en cuestión.

Motivación del concursanteNo voy a dar recomendaciones básicas sobre

cuál es la mejor forma de participar en un con-curso literario, pues resulta que yo los concur-sos literarios los he perdido todos. O casi todos. Qué puedo recomendar.

No quisiera ser yo como esos escritores que escriben guías sesudas cuyo tema es ganar un certamen de letras –con puros truismos ade-más– pero en su vida han ganado nada. Una sola cosa me atrevería a recomendar y es no meterse nunca a los grandes grandes concur-sos. Esos son inalcanzables. Si usted no es un Savater, no se meta al Planeta. No sea tontito.

Permítaseme hablar, más bien, de la motiva-ción del concursante, que es múltiple. En el vas-to cuerpo de devotos de la plica y el seudónimo, encontramos a aquellos que buscan prestigio, reconocimiento, poder curricular. Luego están los que creen, lazarillos, que van a extraer del río de los concursos unas pepitas de oro (los concursos mantienen la ilusión de la literatura como actividad productiva). Desde luego están esos otros, más píos tal vez, que quieren ver su librito publicado. Se dan los ludópatas, claro, los que hacen del concurso narrativo o poéti-co una especie de póker (“Cuando no estamos seguros, estamos vivos”, dijera un Graham Greene). Hay quienes han hecho de los premios una especie de carrera: es todo lo que les ocupa, y a algunos nos les ha ido tan mal, auténticos artistas del concurso literario que son. Incluso puede decirse que son más artistas del concur-so literario que de la palabra propiamente.

Yo no me considero uno de esos. Es cierto que he invertido tiempo y energía en concursos, pero tampoco he agotado toda mi vida litera-ria en ello… Además, ser un concursante pro-fesional demanda don profético y un talento especial, que no tengo. Estos profesionales co-nocen algoritmos que el resto de los mortales ignoramos. Saben perfectamente cuáles son los concursos digitales que valen la pena y cuáles no. Conocen a fondo la topografía de los certá-menes, por ayuntamiento, empresa o editorial. Intuyen con perfecta puntería cuál será la com-posición del jurado de unos Juegos Florales en alguna vaga provincia sudamericana.

ritMos y MareasNo siempre es buen momento para entrar a

concursos. Hay que saber cuáles son los ritmos, las mareas de estas cosas. Así por ejemplo, un pésimo momento es cuando hay crisis econó-mica, porque todos los hambrientos resultan escritores. Es cuando las preseas y los premios bajan lo indecible (algunos concursos son tan caraduras que ofrecen como recompensa el haber concursado, y todavía se quedan con los materiales). En términos generales puede de-

el celo de un diácono

cirse que en la última década se ha dado una sobreabundancia de hombres y mujeres de le-tras, consecuencia del auge tecnoverbal. Y ahí tienen a todo el cerotal concursando. Ganar es ya casi matemáticamente imposible.

ese greMio de hinchadosLa buena noticia es que siguen habiendo con-

cursos meritorios, con jurados conscientes, pre-mios jugosos (también, por supuesto, los hay de signo inverso). Es de agradecer a quienes los pro-mueven, más cuando podrían perfectamente po-ner su atención en otras iniciativas, seguramente más prestigiadas. Es una pena que no falten quie-nes menosprecien esta clase de espacios. Siendo parte de ese gremio de hinchados que somos los escritores, conozco lo malagradecido que a veces podemos llegar a ser. Es un problema, porque la crítica mezquina no ayuda en nada, ahuyenta esta clase de propuestas, que tantísima falta hacen, más en países como Guatemala.

Por supuesto, esto no quiere decir que no se pueda, y deba, señalar cuando los premios no funcionan, cuando son ingratos, cuando no co-rresponden en remuneración con la realidad de lo trabajado en horas–hombre–mujer, cuando hay desproporciones de cualquier clase, como dar el mismo dinero a un cuento de veinticinco páginas que a una novela de ciento sesenta, por imaginar algo.

una galaxia anchaConcursos literarios los hay para todo el

mundo –mujeres, niños, ancianos, sadomasos, usted diga. Y en todos los géneros, desde los clásicos hasta un tuit.

Es una galaxia ancha. Solo en el ámbito his-panoamericano existen un catizumbal, con España por supuesto a la cabeza, con unos tres mil certámenes, seguido por, no sé, México, Argentina, Colombia (de último seguramente Costa Rica o Paraguay). En Guatemala han na-cido y están vigentes algunos certámenes de lo más interesantes, como los sempiternos Juegos Florales de Xela, el Monteforte Toledo, el BAM. Si alguien quiere saber cuáles son los concursos disponibles es una cuestión de meterse a porta-les especializados como escritores.org o Letra-lia. Son muy ordenados y son muy prácticos.

Es arduo aterrizar un veredicto definitivo y unificado respecto a tan grande cantidad de concursos. Oscilan desde el más puro altruismo literario hasta el postureo estato–empresario–institucional, con todos los matices intermedios.

¿tiene sentido concursar? Sí y no. Ganar un premio literario puede no

significar nada o puede significarlo todo. Por supuesto, perder no quiere decir por fuerza que uno es un mal escritor. Y ganar no le convierte a uno, por fuerza, en un escritor digno. Nos en-contramos en el terreno puro de la arreferencia-lidad. El concurso literario es algo que depende por igual del talento, del trabajo, de la ciencia, de la gracia, del karma, del azar, del destino, y, como se ha visto en unos casos lamentables, in-clusive de la trampa y la manipulación.

Algunas veces ganar un concurso es lo mejor que nos puede pasar en vida. Otras, es lo peor que puede sucedernos: en el sentido de que puede arrancarnos la serenidad, sea literaria o extraliteraria. Como esos cuates que se ganan la lotería, pero luego advienen ominosas trage-dias kármicas.

Por supuesto, no quiero quitarle a nadie el im-pulso de participar en un concurso literario. Nada conmueve más, y nada es más tierno, que un escritor preparando, con ademán relevante, y el celo de un diácono a punto de dar un sacra-mento, su manuscrito, para enviarlo a concurso.

H ace más de ocho años, un grupo de amigos, en-tre extranjeros y residentes de

Livingston, preocupados ante el problema de la escasa cober-tura en educación, además de la deserción escolar, decidieron tomarse el trabajo de plantear una solución, que dejando de lado la burocracia estatal y la permanente falta de recursos en las escuelas públicas, brindara a los niños de Livingston la posibi-lidad de continuar aprendiendo, ofreciendo un apoyo didáctico a maestros de primaria y otras instituciones.

La iniciativa se concretó en una Biblioteca-Ludoteca: Un espacio que ofrece tanto libros como juegos educativos.Y es que entre las diversas causas de inasis-tencia y deserción escolar, hay una que es intrínseca al sistema educativo: La falta de respeto ante la diversidad cultural. Ese afán por estandarizar no sólo los conocimientos adquiridos, sino el comportamiento, y has-ta la manera de pensar. Una enseñanza así, pronto se convierte en el polo opuesto de lo que se transmite por el núcleo familiar, ocasionando confusión y falta de interés en los niños, generando desconfianza entre los padres, hasta llegar al rechazo de toda una comunidad. En Livingston convergen tres culturas: Q’eqchi’, Garífuna y Mestiza. Pero el Proyecto Nacional de Educación Bilingüe (PRONEBI), aunque ha tenido avances, aún carece de maestros y libros de texto suficien-tes. De este modo, los alumnos que no se adaptan al programa oficial, sencillamente quedan rezagados.A mi recuerdo acuden las imágenes de ese grupo de “los eternos castigados” de la es-cuela, calificados como incapaces ante maes-tros que no hablan su misma lengua, hosti-gados por otros alumnos, al tener hábitos y creencias diferentes; que finalmente abando-naban la escuela, o iban perdiendo los grados hasta que los dejábamos de ver. ¿No estamos aquí ante una de las formas de violencia más flagrantes y sin embargo, más popularmente aceptadas?Pese a todo, la biblio-ludoteca Belüba Lüba Fürendei, ha sobrevivido estos ocho años, entre traslados de local, indiferencia de las autoridades, búsqueda de recursos entre ONG’s, etcétera. Pero eso sí, también gracias a donaciones de libros y material educativo de personas e instituciones particulares, el

caribe guatemalteco: no todas las colonias son iguales

Por LeoneL Juracán

trabajo ad-honorem de voluntarios que de-dican parte de su jornada a atender las nece-sidades que se susciten y el apoyo de padres y niños que han visto resultados positivos.Por todo lo anterior, cuando el año pasado estos amigos me pidieron impartir algunos talleres de historia de Guatemala, como apo-yo a un programa para promover la partici-pación política de líderes locales, utilizando a la biblio-ludoteca como eje, no dudé en aceptar. No comprendía, sin embargo, la complejidad de lo que se me pedía.Para empezar, me dieron un manual elabora-do por el PNUD, donde concretamente decía que el proyecto buscaba fomentar la partici-pación política desde una cosmovisión maya, para el pleno ejercicio de los derechos indivi-duales y políticos que el estado de Guatemala se ha comprometido a hacer valer.También decía que pretendían fortalecer el análisis crítico, fundamentándose en las cosmovisiones de los pueblos indígenas y sus conocimientos ancestrales.Acostumbrado a desconfiar de las buenas in-tenciones, la primer idea que se me ocurrió fue ésta: ¿Pretenden acaso formar un partido político por cada etnia de Guatemala? y lue-go otra peor: ¿Qué sentido tiene participar en un sistema político viciado? ¿Para legitimar un sistema jurídico también viciado? Bien, hay que sobreponerse al pesimismo, aún queda la organización comunitaria, y mientras podamos aportar algo, debemos hacerlo, es la última esperanza que tenemos ante el fracaso del estado.Así entonces, me puse a organizar datos so-bre las migraciones que dieron origen a la ci-vilización maya, las causas de la conquista, la explotación colonial, el proceso político de la independencia, así como la historia reciente desde la revolución hasta el fin del conflicto armado. De este modo, los contenidos coin-cidían con el programa y creía estar suficien-temente preparado.Sin embargo, el programa parecía estar di-rigido específicamente a la población maya. ¿Se podía aplicar igual para el pueblo garí-funa?Es claro que la historia de ambos pueblos converge en un territorio, pero los procesos son muy diferentes. La colonia guatemal-teca ocurrió bajo el imperialismo español solamente, mientras que para el caribe, cuentan también las colonias inglesa, fran-cesa, holandesa y portuguesa. Los pueblos mayas en su mayoría, pueden identificarse como guatemaltecos, mientras que los garí-nagu se encuentran en un área mucho más extensa, que abarca al menos cinco países: Honduras, Guatemala, Belice, San Vicente y Estados Unidos.Tratando de buscar alguna forma de resolver esa dicotomía, di con un libro que es una ver-dadera joya en el arte de historiar: “La Bio-grafía del Caribe”. De Germán Arciniegas. El escritor colombiano nos presenta una imagen del caribe desprendida del centro eu-ropeo, marcada por el pillaje, la guerra y el comercio salvaje de inicios del capitalismo, algo que nos ayuda a comprender los oríge-

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Guatemala, 15 De abril De 2016 / PáGina 7

Caribe guatemalteco: no todas las colonias son iguales

tear entonces los elementos que conforman la identidad afrocaribeña?Siempre en busca de más información, con-seguí el libro de Nancie L. González “Peregri-nos del Caribe”, un acercamiento a la histo-ria del pueblo Garífuna desde su dispersión a partir de la isla de San Vicente, hasta su asen-tamiento en Centroamérica y movilización hacia Estados Unidos. Más confusión. Si la historia de los pueblos indígenas, aunque ne-gada, es susceptible de relato cronológico, en el caso de los afroamericanos, está completa-mente dispersa. Una idea, sin embargo, me puso de nuevo los pies sobre la tierra: “Hace varios años acuñamos el término “neotérico” para describir un tipo de sociedad que, sur-giendo de las cenizas de la guerra, migración forzosa, u otra calamidad, había sobrevivido uniendo fragmentos y partes de su herencia cultural, mientras al mismo tiempo recurría al préstamo, a la invención libre y rápida para poder competir con circunstancias nuevas y completamente diferentes”.¡Por supuesto!: No es necesaria la idea de estado ni de una nacionalidad para generar identidad, ni apelar a orígenes ancestrales para construir una cultura.

guerra se les había arrebatado. De la paz de Ryswick dice un historiador: “Se había en-viado grandes expediciones navales, desem-barcado ejércitos, peleado batallas, puesto sitios, repelido invasiones, y cuando al fin terminó la guerra, ninguna nación retuvo ni una pulgada del territorio de la otra”. Son pequeños detalles que crean un sentido de irresponsabilidad en el soldado de las Anti-llas. Él sabe que la cuestión es pelear. Cómo, por qué y al lado de quién, es cosa que acaba por serle indiferente”.Ingenuamente, yo pretendía hacer una lige-ra introducción, a la manera académica po-sitivista, diciendo a los participantes que la importancia de la historia, está en que sirve como transmisión de la experiencia, es fun-damento de la identidad y base del estado. Al menos la última de estas afirmaciones me re-sultaba ahora completamente inútil.Los 18 millones de personas, (por mencio-nar de la cifra más optimista) traídas por la fuerza desde África a América durante la colonización, eran de muy diversa pro-cedencia, y encontrar hoy en día un hilo cronológico-etnográfico resulta, si no im-posible, al menos muy difícil. ¿Cómo plan-

“Hospitalidad africana”, JoHn rapHael smitH (1791)

El estado de Guatemala tiene el descaro de utilizar la imagen de la cultura Garífuna y Q’eqchi’ como “Caribe Guatemalteco” para fo-mentar el comercio, mientras que, según pude constatar, en todo Livingston no hay centro de educación secundaria, hay un solo centro de salud para casi 16 mil personas, mientras que los pobladores Queqchíes son despojados de sus tierras a orillas del río Dulce. Queda entonces la confianza en los líderes que están capacitándose. Me alegró mucho darme cuenta que los intereses de muchos de ellos no están en la política, sino en cuestio-nes más prácticas: Construir cocinas con gas reciclado, preparar su propio biodiesel, pues cualquier plan de la libertad política pasa necesariamente por la soberanía, es decir la independencia económica. En palabras de Gladys Silva, maestra Garífuna de Livingston: “Aquí no importa si eres de Jamaica, Cuba o Barbados, siempre hay una hermandad”.Esa es la hermandad que atropellan quie-nes aprovechan las iniciativas honestas para acentuar las diferencias étnicas en beneficio de intereses políticos, la dominación jurídica o el simple lucro. Todavía falta mucho para descolonizarnos.

nes de la diferencia entre la América hispana y la América anglosajona:“El imperio de España en América está en la montaña, sobre la cumbre de los Andes, a donde no llegan las tentaciones del mar, ni se corre el peligro de los ingleses. El con-quistador, que era castellano de meseta, de tierra adentro, lo quiso así. Además había que seguir la tradición de los indios. Carlos V no iba a saber más de América que Moc-tezuma, Atahualpa o Sacresaxigua, y éstos supieron muy bien por qué había que ir a la corona de los montes para gobernar. Sólo quedó un frente de choque: el Caribe [...] Siempre hay algo impenetrable en la políti-ca que no entiende quien vive en el Caribe. Para éste, si hay la posibilidad de asaltar unos buques holandeses, es claro que ahí está una razón suficiente para hacer la gue-rra, y no se explica que porque Guillermo de Orange se case con una sobrina de Carlos II haya de terminarse una guerra entre Holan-da e Inglaterra. Los franceses, por ejemplo, hacen prodigios para desalojar a los ingle-ses de islas que habían ocupado por muchos lustros, pero viene la paz de Breda, y hay que devolver a los vencidos cuanto en buena

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Exposición y vEnta dE MarionEtas

“Torito”. Fotografía de Elí Orozco

Verónica Giracca es una guatemal-teca coleccionista y creadora de ma-rionetas. Su historia con este tipo de figurillas surgió por casualidad luego de un viaje que hizo a México en donde conoció a su maestro, uno de los grandes titiriteros del mundo, Alberto Mejía Barón. Tres años le tomó a Verónica aprender los secre-tos y la magia que hay detrás de la elaboración de las marionetas. En la actualidad Giracca continúa experi-mentando con nuevas técnicas y se-gún comentó a La Hora incluso pue-de crear marionetas al gusto de sus clientes quienes le han pedido reali-zar su obra tomando como modelos desde figuras de la política nacional hasta artistas internacionales como

“Hilando mundos”Michael Jackson, una obra que según afirma le quedó muy bien y le tomó 3 meses de trabajo.

Giracca generalmente trabaja ele-mentos tradicionales guatemaltecos tales como las leyendas y las proce-siones y utiliza materiales reciclados para elaborar sus marionetas, incor-pora resinas, acrílico y arcilla. Más que un fin una mística en cada una de sus obras y a su vez se siente realizada cuando percibe la ilusión, asombro y satisfacción que sus marionetas pro-vocan en la gente.

Puede visitar la exposición y adqui-rir alguna de las marionetas que se encuentran a la venta en la Sala del Artista, Hotel Museo Casa Santo Do-mingo, 3a calle oriente No. 28 Anti-gua Guatemala.

Por redacción cultura

“La Tatuana”, Fotografía de Elí Orozco.