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forestales Daños ocasionados por lepidópteros defoliadores del género Quercus y métodos de control Incidencia relativa y control biológico de las distintas especies que atacan a las duercíneas Junto al indudable valor ambiental de las quercíneas como protectoras y restauradoras de suelos o reguladoras del régimen hídrico, se encuentra la producción de madera, frutos y corteza de algunas especies que son todavía de un gran valor económico y social. Dentro del gran número de insectos que se encuentran asociados a las especies Quercus, los defoliadores son parásitos primarios que atacan árboles y se alimentan de sus hojas, y bajo determinadas condiciones, algunas especies constituyen importantes plagas forestales a nivel mundial. E I género Quercus es uno de los más diversos de la fami- lia Fagaceae con unas 600 especies distribuidas princi- palmente por el hemisferio norte. La mayor parte de estas especies constituyen formaciones vegeta- les dominantes en grandes zonas de América, Asia y Europa. En la Península Ibérica, el género Quer- cus está representado fundamen- talmente por doce especies: Quercus ¡(ex L. (encina), Quercus suber L. (alcornoque), Quercus coccifera L. (coscoja), Quercus ro- bur L. (= Q. peduntulata Ehrh.) (ro- ble albar, carvallo), Quercus petra- ea (Muttuschka) Liebl. (roble), Quercus pyrenaica Willd. (melojo, rebollo), Quercus canariensis Willd. (quejigo), Quercus faginea Lam. (quejigo, roble carrasque- ño), Quercus rubra L. (roble ame- ricano), Quercuscerris L. (roble de Turquía), Quercus humilis Miller (roble pubescente) y Quercus lusi- tanica Lam. (quejigueta) (Amaral, 1990). Junto al indudable valor ambiental de las quercíneas como protectoras y restaurado- ras de suelos o reguladoras del régimen hídrico, destacan los di- versos aprovechamientos que ofrecen. La producción de made- ra, frutos y corteza de algunas es- pecies (Quercus suber) son toda- vía de un gran valor económico y social. En la zona mediterránea algunas de estas especies ocu- pan la práctica totalidad del terri- torio, determinando el modo de vida de sus gentes, como sucede en zonas de manejo tradicional de las dehesas o de aprovecha- miento corchero. Por lo tanto, resulta relevante el que un gran número de insec- tos se encuentren asociados a las especies de Quercus (Roma- nik y Cadahía, 1992). A grandes rasgos podemos diferenciar tres grupos según la parte del árbol donde incida su actividad trófica: las que afectan al fruto (carpófa- gos), los que dañan las raíces y la madera (perforadores) y aquellos que afectan a las hojas (defolia- dores). Los insectos defoliadores son parásitos primarios que atacan árboles y se alimentan de sus ho- jas. La elección del alimento se hace en función de la especie, la edad de las hojas, su dureza o su posición en el árbol. Los defolia- dores ejercen un papel importan- te en las cadenas alimentarias al transformar la biomasa vegetal en biomasa animal, servir de ali- mento a numerosos depredado- res y parasitoides y acelerar el re- ciclado de los elementos minera- les de esta biomasa en el ecosis- tema forestal (Dajoz, 2001). Sin embargo, bajo determinadas con- diciones, algunas especies cons- tituyen importantes plagas fores- tales a nivel mundial. La prospección directa de ár- boles para la recogida de larvas se puede llevar a cabo siguiendo varios métodos de muestreo. Uno de ellos es el "método de vareo" que ofrece resultados represen- tativos de la comunidad de insec- tos defoliadores. El vareo se reali- za alrededor de todo el árbol y las larvas son recogidas en una lona blanca situada en el suelo (Extre- mera eta!., 2004). Además, la re- petición periódica de este tipo de S. Pérez Guerrero l , P. Gallardo de la Torre 2 y E. Vargas Osunal. Entomología Agroforestal. Departamento de Ciencias y Recursos Agrícolas y Forestales. Universidad de Córdoba. 2 Departamento de Zoología. Universidad de Córdoba. 12/Vida Rural/1 de julio 2008

Daños ocasionados por lepidópteros defoliadores del género ......Las orugas de T vindana son de color gris claro en el primer es-tadio y pasa a ser canela o grisá-ceo en el segundo

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  • forestales

    Daños ocasionados por lepidópterosdefoliadores del género Quercus ymétodos de control

    Incidencia relativa y control biológico de las distintas especies que atacan a las duercíneas

    Junto al indudable valorambiental de lasquercíneas comoprotectoras y restauradorasde suelos o reguladoras delrégimen hídrico, seencuentra la producción demadera, frutos y corteza dealgunas especies que sontodavía de un gran valoreconómico y social. Dentrodel gran número deinsectos que se encuentranasociados a las especiesQuercus, los defoliadoresson parásitos primariosque atacan árboles y sealimentan de sus hojas,y bajo determinadascondiciones, algunasespecies constituyenimportantes plagasforestales a nivel mundial.

    E

    I género Quercus es uno delos más diversos de la fami-lia Fagaceae con unas 600especies distribuidas princi-

    palmente por el hemisferio norte.La mayor parte de estas especiesconstituyen formaciones vegeta-les dominantes en grandes zonasde América, Asia y Europa. En laPenínsula Ibérica, el género Quer-cus está representado fundamen-talmente por doce especies:Quercus ¡(ex L. (encina), Quercussuber L. (alcornoque), Quercuscoccifera L. (coscoja), Quercus ro-bur L. (= Q. peduntulata Ehrh.) (ro-ble albar, carvallo), Quercus petra-ea (Muttuschka) Liebl. (roble),Quercus pyrenaica Willd. (melojo,rebollo), Quercus canariensisWilld. (quejigo), Quercus faginea

    Lam. (quejigo, roble carrasque-ño), Quercus rubra L. (roble ame-ricano), Quercuscerris L. (roble deTurquía), Quercus humilis Miller(roble pubescente) y Quercus lusi-tanica Lam. (quejigueta) (Amaral,1990). Junto al indudable valorambiental de las quercíneascomo protectoras y restaurado-ras de suelos o reguladoras delrégimen hídrico, destacan los di-versos aprovechamientos queofrecen. La producción de made-ra, frutos y corteza de algunas es-pecies (Quercus suber) son toda-vía de un gran valor económico ysocial. En la zona mediterráneaalgunas de estas especies ocu-pan la práctica totalidad del terri-torio, determinando el modo devida de sus gentes, como sucede

    en zonas de manejo tradicionalde las dehesas o de aprovecha-miento corchero.

    Por lo tanto, resulta relevanteel que un gran número de insec-tos se encuentren asociados alas especies de Quercus (Roma-nik y Cadahía, 1992). A grandesrasgos podemos diferenciar tresgrupos según la parte del árboldonde incida su actividad trófica:las que afectan al fruto (carpófa-gos), los que dañan las raíces y lamadera (perforadores) y aquellosque afectan a las hojas (defolia-dores).

    Los insectos defoliadores sonparásitos primarios que atacanárboles y se alimentan de sus ho-jas. La elección del alimento sehace en función de la especie, laedad de las hojas, su dureza o suposición en el árbol. Los defolia-dores ejercen un papel importan-te en las cadenas alimentarias altransformar la biomasa vegetalen biomasa animal, servir de ali-mento a numerosos depredado-res y parasitoides y acelerar el re-ciclado de los elementos minera-les de esta biomasa en el ecosis-tema forestal (Dajoz, 2001). Sinembargo, bajo determinadas con-diciones, algunas especies cons-tituyen importantes plagas fores-tales a nivel mundial.

    La prospección directa de ár-boles para la recogida de larvasse puede llevar a cabo siguiendovarios métodos de muestreo. Unode ellos es el "método de vareo"que ofrece resultados represen-tativos de la comunidad de insec-tos defoliadores. El vareo se reali-za alrededor de todo el árbol y laslarvas son recogidas en una lonablanca situada en el suelo (Extre-mera eta!., 2004). Además, la re-petición periódica de este tipo de

    S. Pérez Guerrero l , P. Gallardo de la Torre2 y E. Vargas Osunal.Entomología Agroforestal. Departamento de Ciencias y Recursos Agrícolas yForestales. Universidad de Córdoba.

    2 Departamento de Zoología. Universidad de Córdoba.

    12/Vida Rural/1 de julio 2008

  • Foto 2 (lzda.). Larva deC.nymphagoga.Foto 3 (dcha.). Larva deD.eremita.

    Foto 4 (abajo). Larva deD. monocroma.

    Fotos de J. M. Hidalgo.

    muestreos permite la obtenciónde las curvas de abundancia y losmáximos de infestación que sonherramientas indispensablespara la elaboración de programasde control.

    La mayoría de los insectos de-foliadores pertenecen al ordenLepidoptera (mariposas y polillas)aunque hay otros órdenes repre-sentados como Coieoptera (esca-rabajos) con algunas especies decurculiónidos y crisomelidos(Mansilla eta!., 1993).

    1 Composiciónespecifica eincidencia relativade lepidópterosdefoliadores

    Entre los grupos de insectosdefoliadores que inciden sobre

    las especies del género Quercusdestacan los lepidópteros cuyodesarrollo larvario coincide con laemergencia de los brotes prima-verales (Romanik y Cadahía,1992). Soria (1988) consideramás de 450 especies de lepidóp-teros paleárticos defoliadores, in-cluidos en unas 35 familias, aso-ciados al follaje de los Quercus.Algunas de estas especies produ-cen daños que repercuten en laproducción de fruto y el estado ge-neral del árbol al reducir la capa-cidad fotosintética, ya que pue-den comenzar atacando las ye-mas, en sus primeros estadios,para luego morder los brotes amedida que se van desarrollando(foto 1). En este sentido, la fami-lia Tortricidae es una de las demayor interés y representación ennúmero de especies. De los tortrí-

    cidos que afectan al género Quer-cus destaca por su repercusióneconómica Tortrix viridana L., es-pecie a la que se le atribuyen lamayor parte de los daños causa-

    dos en el encinar debido a la des-trucción de los brotes primavera-les portadores de la flor femeni-na, disminuyendo así la produc-ción de bellota (Cobos y Soria,1981, Soria y Notario, 1990, Pas-cual eta!., 1994).

    Otro de los defoliadores degran importancia económica es ellimántrido Lymantria dispar L.,

    DE LOS TORTRÍCIDOSQUE AFECTAN AL

    GÉNERO QUERCUSdestaca por surepercusión económicaTortrix viridana L., especiea la que se le atribuyen lamayor parte de los dañoscausados en el encinardebido a la destrucciónde los brotes primaveralesportadores de la florfemenina, disminuyendoasí la producción debellota

    una especie polífaga queataca tanto a coníferascomo a frondosas (Bachi-ller, 1981). Este lepidóp-tero puede llegara produ-cir defoliaciones masi-vas que debilitan el árboly hacen perder la produc-ción de frutos y reducir elcrecimiento de la maderallegando, en ocasiones,a provocar la muerte dealgunos pies cuando lasdefoliaciones son recu-rrentes y severas (Soria,1987, Rosa, 1995). Lafamilia Noctuidae tam-bién está ampliamente

    representada entre los lepidópte-ros defoliadores con especiescomo Catocala nymphagoga Esp.,C. nymphaea Esp., Dryobotodeseremita F. o D. monocroma Esp.que son particularmente abun-dantes en algunas zonas del surde la Península (Fernández deCórdoba, 1999, Extremera et al.,2004).

    Prospecciones en encinaresde Córdoba

    Desde el año 2001 el grupode Entomología Agroforestal de laUniversidad de Córdoba está rea-lizando prospecciones de campoen los encinares del noreste de laprovincia de Córdoba para cono-cer las especies de lepidópterosdefoliadores y su incidencia relati-va, con el fin de desarrollar pro-gramas de control más selecti-vos. Como ejemplo, en el cuadrolse muestran las especies conmayor incidencia del 2001 al2005 (Pérez-Guerrero et al.,2005), entre las que destacan C.nymphagoga, D. eremita y D. mo-nocroma, que suponen el 66% dela recogida media por año del to-tal de la muestra. Llama la aten-ción que sólo las larvas recogidasde C. nymphagoga constituyen el41,8% del total de las recolecta-das por año. Esta gran diferenciacon respecto al resto, es debida a

    1 de julio 2008/Vida Rural/13

  • Cuadro I.Número de larvas por especie y año recolectadas en encinaresdel noreste de la provincia de Córdoba entre 2001 y 2005(Pérez-Guerrero et al., 2005)

    Familia 11/1 Especie N° larvas/año Periodo de capturaNoctuidae Dryobotodes eremita (E) 165.5 12/3 11/5

    Dryobotodes monocroma (Esp.) 141.8 12/3 11/5Dryobotodes tenebrosa (Esp.) 46.7 22/3 27/4

    Dryobotodes roboris (B.) 9 22/3 11/5Dryobota labecula (Esp.) 41 12/3 5/5

    Catocala nymphagoga (Esp.) 528.7 22/3 11/5Catocala nymphaea (Esp.) 24.9 22/3 11/5Catocala conjunta (Esp.) 5.7 22/3 27/4

    Catocala promissa (Schiff.) 0.3 3/4 3/4Nycteola revallana (Scop.) 6.3 29/3 3/5Bena bicolorana (Fuessl.) 26 22/3 5/5Orthosia stabilis (Schiff.) 11 20/4 4/5Spudaea ruticila (Esp.) 9 10/4 25/5

    Cryphia pallida (F.) 13 3/4 3/5Tortricidae Tortrix viridana (L.) 75 12/3 27/4

    Aleimma loeflingiana (L.) 26.7 12/3 4/5Archips xylosteana (L.) 23.3 22/3 11/5

    Geometridae Eupitecia abbreviata Steph. 18 3/4 11/5Cyclophora ruficiliaria (H-S.) 17.3 19/4 11/5

    Ennomos quercaria (Hb.) 20 19/4 11/5Adactylotis gesticularia (Hb.) 11 3/5 21/5

    Lycaenidae Satirium ilicis (Esp.) 8.7 17/4 4/5Querqusia quercus (L.) 12.7 20/4 4/5

    Pyralidae Phycita torrenti Ag. 10 10/4 3/5Lymantriidae Lymantria dispar (L.) 0.3 3/5 11/5Drepanidae Drepana binaria (Huf.) 6 22/3 21/5

    forestales

    rística marca blanca sobre el dor-so del quinto segmento abdomi-nal. Puede llegar a alcanzar los38 mm de longitud al fi nal de sudesarrollo. La larva de D. eremita

    un aumento espectacular de cap-turas durante 2005, pues en losaños anteriores el número de lar-vas de C. nymphagoga estuvieronal nivel del obtenido para D. ere-mita y D. monocroma. Entre lostortrícidos destaca T viridana, cu-yas larvas recogidas suponen el5,9% del total por año. Aunque lapresencia de las orugas y la apa-rición de los daños debe estarcondicionada por el período debrotación de cada año, pareceque tanto noctuidos como tortríci-dos son de aparición más tem-prana (mediados de marzo) quelas demás, si bien es cierto queesto pudiera ser consecuencia deque el resto de las especies sonmenos abundantes y por lo tantoserían más difíciles de detectar.La familia más importante encuanto a número de larvas y es-pecies es Noctuidae, seguida deTortricidae y Geometridae.

    Con independencia del mo-mento de aparición, las especiesresponsables de la mayor partedel daño en nuestros encinaresson: C. nymphagoga, D. eremita, D.monocroma y T viridana. Las lar-vas de estas cuatro especies sonfácilmente distinguibles. C. nymp-hagoga (foto 2) es de color gris,con verrugas de color pardo (cua-tro por segmento) y una caracte-

    la especie. A medida que se acer-ca la crisalidación, el diseño sedesdibuja, llegando a ser en elmomento de pre-crisálida com-pletamente verde y sin dibujo al-guno. Al igual que D. eremita la lar-va de D. monocroma es de colorverde aunque la línea dorsal esdoble (foto 4) y de color blanco oamarillento. No presenta líneasdorso-laterales y los estigmasson blancos rodeados de unabanda oscura. Estas dos espe-cies pueden llegar a medir 35-40mm de longitud en su último esta-dio. Las orugas de T vindana sonde color gris claro en el primer es-tadio y pasa a ser canela o grisá-ceo en el segundo con la cabeza,el pronoto, las patas y la placaanal negros (foto 5). En los últi-mos estadios (de unos 15-20 mmde longitud) la coloración vira averde pálido, con la cabeza y laspatas de color negro. El pronoto yel anillo anal son verdosos o par-dos. Todo el cuerpo posee verru-gas, las torácicas del color de lacabeza y las abdominales de co-lor verde-grisáceo.

    Como se ha comentado, es-tas especies sincronizan su ciclobiológico a la brotación de losQuercus completando, en su ma-yoría, una sola generación al año(monovoltinas). El resto del año lopasan en estado embrionario(huevo) (C. nymphagoga o T virida-na) o tras la pupación, el adultoemerge en otoño para reproducir-se y realizar la puesta; éste es elcaso de D. eremita o D. monocro-ma (Soria, 1987). Los niveles deinfestación van aumentando pro-gresivamente desde el inicio de labrotación hasta alcanzar un máxi-mo (figura 1) que dependerá delaño, la zona y la especie de Quer-cus afectada. En el norte de laprovincia de Córdoba se ha en-contrado un desfase de al menos15 días entre los encinares de laSierra de Adamuz-Montoro y losdel Valle de los Pedroches. Porotro lado, la especie de Quercusque sufre mayor ataque en estazona es la encina, de brotaciónmás precoz que los alcornoques yquejigos (Extremera eta!., 2004).

    Foto 5. Larva de T. viridiana.Fotos de J. M. Hidalgo.

    (foto 3) es de una coloración ver-de variable de muy pálido a muyintenso, con una línea dorsal muyapreciable, blanca o amarillenta ygruesa, que define claramente a

    14/Vida Rural/1 de julio 2008

  • UNA ALTERNATIVA O TALVE/ UN COMPLEMENTOA LA LUCHA QUÍMICAes el control biológico y,más concretamente, lalucha microbiana.La búsqueda y selecciónde agentes biológicosde control(entomopatógenos)puede proporcionar unaherramienta eficaz paraun manejo sostenible yseguro de las plagasforestales.

    La dinámica anual de estas espe-cies está muy condicionada porlas variaciones climáticas anua-les y es importante analizar losmáximos de infestación paracada zona a la hora de plantearprogramas de control.

    I Control biológico delos lepidópterosdetonadores

    La actividad trófica de los lepi-dópteros defoliadores incide demanera negativa en la producciónde bellota y el estado general delarbolado, lo que se traduce enpérdidas económicas para lossectores forestal y ganadero. La

    utilización casi exclusiva de in-secticidas orgánicos de síntesis yamplio espectro (De Lifián, 2003)dirigida fundamentalmente con-tra Tviridana (Robredo y Sánchez,1983, Soria y Notario, 1990)0, enalgunas zonas, contra L. dispar(Rosa y Martínez, 1995) provocadesequilibrios en el ecosistema yproblemas de contaminación am-biental. Estos insecticidas no se-lectivos y su mal uso causan, en-tre otros efectos, una reducciónde las poblaciones de enemigosnaturales (depredadores y parasi-toides) que se alimentan y utilizancomo hospedadores a las orugasde los lepidópteros. Una alternati-va o tal vez un complemento a lalucha química es el control bioló-gico y, más concretamente, la lu-cha microbiana. La búsqueda yselección de agentes biológicosde control (entomopatógenos)puede proporcionar una herra-mienta eficaz para un manejosostenible y seguro de las plagasforestales.

    El grupo de Entomología Agro-forestal de la Universidad de Cór-doba trabaja desde el año 2001en la selección de cepas autócto-nas de baculovirus y hongos ento-mopatógenos que afectan a lasprincipales especies de lepidóp-teros defoliadores de forma se-lectiva respetando la fauna auxi-liar. Los baculovirus son un grupode virus patógenos de artrópo-dos, que deben su nombre a laforma de bastón o varilla de sus

    EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE LARVAS DE LAS ESPECIES MÁS IMPORTANTESRECOLECTADAS EN ENCINARES DEL NORESTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA(TÉRMINO MUNICIPAL DE ADAMUZ) EN 2002 (E)(TREMERA ET AL., 2003).

    Fercarn411 4E3'Manzanares

    DE3

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    Excmo. Ayuntamiento

    de Manzanares

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    Castilla-La Mancha

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    • TS mediolo Mortalidad

    ••

    o o

    3,08 9,18 27,8

    82,7

    Concentración conidlas/m1 (x10')

    Figura 2.MORTALIDAD DE LARVAS DE C. NYMPHAGOGA TRATADAS CON DIFERENTES DOSIS DEBEAUVERIA BASSIANA Y TIEMPO MEDIO DE SUPERVIVENCIA.

    TERCEROS PUNTOS HIDRÁULICOS YMECÁNICOS, CAJAS NIVELADORAS, ETC.

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    forestales

    viriones y que se encuentran demanera natural en las poblacio-nes de insectos. Su espectro deinfección es muy restringido, exis-tiendo cepas que sólo infectan alas especies de un género. El usode baculovirus se ha desarrolladopara el control de diversas plagastanto agrícolas como forestales,poniéndose a punto sistemas deproducción industrial que han Ile-

    Foto 6. Pupa y larva de D. eremita muertaspor el hongo B. bassiana.

    vado al mercado insecticidas bio-lógicos basados en estos agen-tes (Caballero eral., 2001). Un ca-mino parecido ha seguido la utili-zación de hongos entomopatóge-nos, capaces de infectar vía tegu-mento a diferentes grupos de ar-trópodos produciéndoles la muer-te (Leucona, 1996).

    Hay destacados ejemplos degrandes éxitos de control biológi-co de defoliadores. Sin duda, unode los más ilustrativos es el de L.dispar en Norteamérica y el virus

    de la poliedrosis nuclear aisladoen esta especie a principios delsiglo XX (Reiff, 1911, Glaser yChapman, 1913), que llevó a me-diados de los años 1970 al desa-rrollo y registro de un producto co-mercial. Sin embargo, este virusno se encuentra disponible en Es-paña y el control de la especie esfundamentalmente químico(Rosa y Martínez, 1995). Tambiénse han conseguido resultadosmuy satisfactorios en el controlde esta especie en Estados Uni-dos con el hongo Entomophtoramaimaiga (Shah y Pell, 2003). Lahistoria del control biológico deesta especie incluye, además, ex-celentes ejemplos en la introduc-ción y favorecimiento de enemi-gos naturales como el coleópterodepredador Calosoma sycophan-ta L. cuya expansión en Nortea-mérica ha sido documentada enrecientes trabajos (Shaefer et al.,1999).

    El trabajo que se está reali-zando con las principales espe-cies defoliadoras de las dehesas

    1

    del noreste de la provincia deCórdoba está permitiendo selec-cionar aislados autóctonos debaculovirus y hongos con capaci-dad infectiva contra estas espe-cies (Aldhebis et al., 2007). Con-cretamente, se están realizandopruebas de patogenicidad conbaculovirus que afectan a otrasespecies de lepidópteros a la vezque se aíslan y multiplican inócu-los encontrados en larvas reco-lectadas en campo. Por otrolado, se está trabajando con inó-culos del hongo Beauveria bas-siana obtenidos de larvas de car-pófagos de bellota con resulta-dos positivos (figura 2) sobre lar-vas y pupas de defoliadores (foto6). Los ensayos en campo daránla medida de las posibilidadesdel uso de estos productos deforma generalizada. II

    Bibliografía

    Existe una amplia bibliografía a disposiciónde nuestros lectores que puede solicitar enel e-mail: [email protected]