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DIRECTOR ENRIC HERNÀNDEZ CONSELL DE CENT 425-427 BARCELONA. TEL. 93.265.53.53 www.elperiodico.com www.grupozeta.es 1,20 y MARTES 28 DE FEBRERO DEL 2012 i 28 ma. El cine vuelve a empezar LOS OSCAR EN BLANCO Y NEGRO Jean Dujardin celebró el Oscar 2012 al mejor actor con Meryl Streep, mejor actriz. Rajoy deberá recortar 44.000 millones de déficit MONTORO SIENTA LAS BASES DE LAS CUENTAS PÚBLICAS Los compromisos con la UE obligan a otro duro ajuste o a aumentar los impuestos en el 2012 El Gobierno del PP cifra en el 8,51% el exceso de gasto en el 2011, un 2,5 % más de lo previsto PANORAMA 3Páginas 24 y 25 TEMA DEL DÍA 3Páginas 2 a 5 3El éxito del congreso permite concretar el proyecto de una sede permanente Barcelona se consolida como capital mundial del móvil La catedral renace cuatro años después 3El templo se prepara para inaugurar las obras de rehabilitación COSAS DE LA VIDA 3Páginas 36 y 37 OBRAS SIN CERRAR AL PÚBLICO PANORAMA 3Página 18 El Supremo exculpa a Garzón por enjuiciar el franquismo ‘The artist’ triunfa con su apuesta para reinventar el séptimo arte PRIMERA FILA 3Páginas 52 a 61 y editorial REUTERS / MIKE BLAKE 3La sentencia absuelve al juez y permite a las víctimas seguir la investigación

empezar · quien encontró en la obra de Michel Hazanavicius algo más que un ama-ble homenaje al Hollywood más clá- ... Humor, senti-mientos y felicidad. Me entusias- ... do qué

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Page 1: empezar · quien encontró en la obra de Michel Hazanavicius algo más que un ama-ble homenaje al Hollywood más clá- ... Humor, senti-mientos y felicidad. Me entusias- ... do qué

DIRECTORENRIC HERNÀNDEZ

CONSELL DE CENT 425-427BARCELONA. TEL. 93.265.53.53

www.elperiodico.comwww.grupozeta.es1,20y MARTES

28 DE FEBRERO DEL 2012i

28ma.

El cine vuelve a empezar

LOS OSCAREN BLANCO Y NEGRO

Jean Dujardin celebró elOscar 2012al mejor actorcon Meryl Streep, mejor actriz.

Rajoy deberá recortar44.000 millones de déficit

MONTORO SIENTA LAS BASES DE LAS CUENTAS PÚBLICAS

Los compromisos con la UE obligan a otroduro ajuste o a aumentar los impuestos en el 2012

El Gobierno del PP cifra en el 8,51% el exceso de gasto en el 2011, un 2,5 % más de lo previsto

PANORAMA 3Páginas 24 y 25

TEMA DEL DÍA 3Páginas 2 a 5

3El éxito del congreso permite concretar el proyecto de una sede permanente

Barcelona se consolida como capitalmundial del móvil

La catedral renace cuatro añosdespués 3El templo se prepara para inaugurar las obras de rehabilitaciónCOSAS DE LA VIDA3Páginas 36 y 37

OBRAS SIN CERRAR AL PÚBLICO

PANORAMA 3Página 18

El Supremo exculpa a Garzón por enjuiciar el franquismo

‘The artist’ triunfa con su apuestapara reinventarel séptimo arte

PRIMERA FILA3Páginas 52 a 61 y editorial

REUTERS / MIKE BLAKE

3La sentencia absuelve al juez y permite a las víctimas seguir la investigación

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PRIMERA FILADeportes Icult Gente Televisión

Conexión a internet: http://www.elperiodico.com 28 DE FEBRERO DEL 2012 45MARTES

El color de los tiemposBLANCO Y NEGRO: Seis razones para los cinco Oscar de ‘The artist’ PROTAGONISTAS: Michel Hazanavicius, Jean Dujardin, Meryl Streep y Asghar Farhadi LA TELE: Análisis de la gala ALFOMBRA ROJA: La raja de la falda de Angelina P. 52 a 61

AFP

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OB

YN

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CK

EL GESTO. Jean Dujardin celebró el Oscar al mejor actor con Uggie, el perro de ‘The artist’.

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iCULT

Conexión a internet: http://www.elperiodico.com MARTES

52 28 DE FEBRERO DEL 2012

La gran noche de Hollywood 3 La ceremonia Páginas 52 a 61 888

Oscar en blanco y negro3La industria, rendida a ‘The artist’, busca su camino ante un mundo en constante cambio

Posiblemente solo al-guien que conoce Ho-llywood tan perfectamen-te como Harvey Weins-tein puede volar a Francia unos días antes del festi-val de Cannes, sentarse a solas en una sala y, al ver The artist, tener la clarivi-

dencia para imaginar una película extranjera prácticamente muda y en blanco y negro coronada como gran triunfadora de los Oscar, y en

una edición, la 84ª, en que se podía anticipar la competición de Martin Scorsese, Steven Spielberg, Woody Allen, Terrence Malick... Fue Weinstein el primero en re-flexionar sobre las opciones de ena-morar a Hollywood con una histo-ria «romántica y profundamente emocional». Fue el primero en ver el potencial de una película que «co-mo espectador te hace sentir fabulo-so cuando terminas de verla». Y fue quien encontró en la obra de Michel Hazanavicius algo más que un ama-ble homenaje al Hollywood más clá-sico, quien identificó en la pelícu-la una metáfora de «lo que nos está sucediendo a todos: un mundo que cambia demasiado rápido».

Su visión se tradujo el domingo en Los Ángeles en cinco estatuillas para The artist: película, director, ac-tor (Jean Dujardin), banda sonora y vestuario. Y ese triunfo, equiparado solo numéricamente en estatuillas por La invención de Hugo de Scorsese, fue el epítome de lo visto y vivido en la 84ª edición de los Oscar: Hollywo-od no puede renegar de su pasado, pero parece saber, aun sin querer re-conocerlo abiertamente, que está quedándose anclado.

CUENTAS PENDIENTES / Prácticamen-te todo en la gala tuvo un aire nos-tálgico: desde la escenografía hasta las elecciones de moda observadas en la alfombra roja pasando por el

regreso por novena ocasión de Billy Crystal a las labores de maestro de ceremonias (correcto pero lejos de brillante). Y mientras premios como el de Alexander Payne por el guión adaptado de Los descendientes mante-nía una ventana abierta al reconoci-miento a imprescindibles talentos de (relativo) nuevo cuño, se tiñeron de aura de pago de cuentas pendien-tes premios a grandes como Meryl Streep, galardonada 29 años des-pués de su último Oscar por su re-creación de Margaret Thatcher en La dama de hierro; Christopher Plum-mer, reconocido finalmente a los 82 años (lo que le hace el intérprete de más edad que gana un Oscar de com-petición) y Woody Allen, premia-

El productor francés Thomas Langmann (hablando por el micrófono) y los miembros del reparto de ‘The artist’, tras alzarse con el premio a la mejor película.

IDOYANoain

LOS ÁNGELESEnviada especial

EFE / MICHAEL YADA

La gala tuvo un aire nostálgico: desde la escenografía hasta la moda, pasando por Billy Crystal

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espectáculos 28 DE FEBRERO DEL 2012 53MARTES

La gran noche de Hollywood 3 La ceremonia Páginas 52 a 61 888

Vea el videocomentario de Eduardo de Vicente sobre la gala de los Oscar

D ifícil de resumir la gala de estos Oscar. Se ha movi-do en los límites de la año-

ranza... El regreso de Billy Crystal, el retorno del cine mudo con The artist y la fuerza de sus orígenes en La invención de Hugo. Una ceremonia llena de me-lancolía, de búsqueda de tiem-pos mejores y con olor a fragan-cia francesa... La Francia de The ar-tist y el París de Woody Allen. Pero vayamos con los tres grandes protagonistas que más me emocionaron ayer. En tercer lugar, George Cloo-ney. Sencillamente porque puso la mejor cara de perdedor. Perdió como guionista y como actor. Y su rostro reflejaba una mueca co-medida, pero que dejaba entre-ver muchas emociones. En segunda posición, Christo-pher Plummer. A los 82 años ha demostrado cómo se pronuncia un speech perfecto. Humor, senti-mientos y felicidad. Me entusias-mó la mirada que cruzó con su es-posa de la que dijo que debería

ganar el Premio Nobel de la Paz por todo lo que le ha aguantado. Y ella asentía muy dulcemente... En el primer puesto, Meryl Streep. Me entusiasmó que en vez de dejar para el final los agradeci-mientos a su esposo, los hiciera al principio para que no queda-rán ocultos tras la música que po-nen con el objetivo de que el pre-miado vaya acabando. Me encan-ta que viva para «la amistad y el amor». Motores que le han pro-porcionado felicidad. Y es que Meryl y Christopher fueron los mejores. No hay duda de que los años proporcionan algo intangible. Y ver cómo la platea los aplaudía en pie me hizo recordar a un hombre que conocí en el hos-pital y que me dijo que cualquier persona mayor de 60 años ha sufri-do, ha perdido, ha ganado y ha de-seado tanto que debería merecer toda nuestra admiración. Gran noche de Oscar porque lo mejor es cuando lo que vives te lleva a otros tiempos y a otras ale-grías. H

Meryl y Christopher

ALBERT

Espinosa

George Clooney puso la mejor cara de perdedor, como guionista y actor

deasi

do con su cuarto Oscar (tercero de guión) por Midnight in Paris 25 años después de Hannah y sus hermanas. Hubo también sentidos homena-jes al cine en discursos como el de Dujardin, un actor francés que re-cordó a los estadounidenses a Do-uglas Fairbanks y aquella primera ceremonia, en 1929, donde se pre-mió por primera y última vez has-ta el domingo una película muda (Alas). Y Hazanavicius evocó al dedi-car el Oscar por partida triple a Billy Wilder el discurso que hace 18 años pronunció Fernando Trueba (al que el domingo la superproducción Ran-go dejó con las miel en los labios en la categoría de animación, igual que The artist hizo con Alberto Iglesias y su partitura para El topo) . Pero estos correctos Oscar sin más tacha que su prácticamente ab-soluta predictibilidad (posiblemen-te nada era más esperado que el pre-mio como actriz de reparto para Oli-via Spencer por su trabajo en Criadas y señoras y el de película extranjera para la iraní Nader y Simín. Una sepa-ración) han dejado un regusto agri-dulce. Han combinado la sensación

de estancamiento en el pasado y la falta de elementos sorpresa con el amor proclamado al cine (aunque el videomontaje preparado para decla-rarlo pareciera indicar que el sépti-mo arte empezó con La guerra de las galaxias y Tiburón). Hubo guiños de autocrítica, co-mo otro vídeo realizado por la troupe reina del falso documental que en-cabeza Christopher Guest parodian-do qué pasaría hoy si El mago de oz se sometiera a los rigores de los nuevos parámetros de control según gus-tos del público impuestos por Ho-llywood. Pero fueron pocos. Y el pro-pio Crystal dejó caer la desconexión de los Oscar con los gustos del públi-co al mencionar que la saga de Ha-rry Potter, relegada a categoráis téc-nicas y que se fue de vacío, ha recau-dado más de 5.200 millones de euros en la taquilla. Solo una de las nueve películas nominadas en la principal categoría este año, Criadas y señoras, ha superado la barrera de los 75 mi-llones de euros de recaudación. Hasta el análisis de la nueva reali-dad de un público que cada vez deja más asientos vacíos en las salas que-dó reducida en los Oscar a una ocu-rrente broma de Crystal, que tras constatar que la gente ahora ve pe-lículas en teléfonos móviles ironizó: «Yo prefiero la pantalla grande: el iPad». La platea rió. En el fondo, sa-ben que la cosa va en serio. H

Hubo homenajes al cine en discursos

como el de Dujardin, que recordó a

Douglas Fairbanks

Seis razones para un triunfo cantado1El valor de

la nostalgia

Suele acusarse a los miembros de la Academia de ser demasiado vie-jos, seguramente con motivo. Por eso, es lógico que hayan premia-do una recreación nostálgica de los años del cine mudo, sobre todo porque para muchos de ellos el ci-ne mudo es la manera más pura de contar una historia. Y The artist es una obra tan antigua que a la vez se percibe como algo nuevo. Des-pués de todo, no tiene nada que ver con las películas que acostum-bran a verse hoy por Hollywood.

2El poder de la metáfora 3Una carta de

amor a Hollywood

A Hollywood le encanta que le rega-len los oídos. Por eso, las películas que hablan del mundo del cine jue-gan con ventaja –ya en 1937, Ha na-cido una estrella obtuvo siete nomina-ciones–. Además, como su título de-ja claro, The artist quiere que veamos a su protagonista no como un actor o una estrella, sino como un artis-ta. Lo que él crea es arte. Así precisa-mente es como quienes trabajan en Hollywood, y quienes votan a los ga-nadores de los Oscar, esperan que el resto del mundo les vea.

La tragedia de un galán del cine mu-do incapaz de hacer la transición al sonoro propone muchos paralelis-mos con el Hollywood actual, en el que directores y actores luchan por mantener a flote su visión, y su em-pleo, frente a los cambios en el mo-delo de negocio que imponen las nuevas tecnologías y la crisis finan-ciera. En última instancia, The artist sostiene la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y abrazar el futu-ro. Es un mensaje que la Academia está más que dispuesta a apoyar.

4Una palmadita en la espalda

Solo hay algo que a Hollywood le guste más que homenajearse a sí mismo: que sean otros los que le hagan la pelota. Pero es que The ar-tist, además, proviene de Francia. No hay que olvidar la relación de amor-odio que franceses y ame-ricanos han mantenido tradicio-nalmente. Sus diferencias a nivel político y cultural se ven contra-rrestadas por unos tradicionales vínculos cinematográficos fructí-feros. Eso dota al filme y el premio de una significancia especial.

5El giro conservador de la Academia 6La sombra de

Harvey Weinstein

El productor, distribuidor de The ar-tist en Estados Unidos es el mejor ca-zador de Oscars que hay en Hollywo-od. Durante sus 15 años al frente de Miramax logró nada menos que 249 nominaciones y 60 estatuillas, en-tre ellas tres en la categoría de mejor película –El paciente inglés, Shakespea-re in love y Chicago--. Es un promotor agresivo y un competidor marrulle-ro: en 1998 orquestó una campaña de márketing en contra de Salvar al soldado Ryan para mermar sus opcio-nes al Oscar. Funcionó.

En años recientes, los miembros de la Academia parecieron dispues-tos a poner en tela de juicio sus pro-pios prejuicios sobre qué perfil de-be tener el Oscar a la mejor pelícu-la: obras como Infiltrados, o No es país para viejos, o Slumdog millionaire, o En tierra hostil triunfaron pese a ser muy violentas o muy pequeñas. Sin embargo, la victoria de El discur-so del rey el año pasado anunció un nuevo giro conservador en la Acade-mia, que ayuda a explicar el triun-fo de The artist.

Azafatas vestidas de época reparten palomitas a los asistentes a la gala de entrega de los Oscar.

EFE / GREG HARBAUGH / AMPAS

El homenaje al viejo cine mudo del Hollwyood propuesto por el director francés Michel Hazanavicius emocio-

nó a la Academia, que se rindió a sus encantos ‘vintage’. He aquí las razones de ese poder de seducción. NANDO SALVÀ

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Con el inglésa cuestas3El actor Jean Dujardin, cerrajero en su juventud, tuvo que aprender a bailar claqué

OLGA PEREDA MADRID

Acaba de ganar un Oscar de Hollywo-od (algo que no pue-de decir Gérard De-pardieu) pero su ob-sesión no es hacer las maletas rum-bo a la meca del ci-ne. Al menos, eso es

lo que dice públicamente su hermano y abogado. A sus 39 años, Jean Dujardin seguirá haciendo películas en su pa-tria, Francia. En efecto, en su agenda más inmediata está el rodaje de Möbius a las órde-nes de su compatriota Eric Ro-chant. Mucha Francia, sí, pero Dujardin está poniéndose las pilas con el inglés, su asigna-tura pendiente. Si el protago-nista de The artist ejerciera en Hollywood, sería el culmen a una carrera que empezó en los cafés-teatros, se forjó en la televisión y se hizo fuerte en el cine. Y eso que de joven ejer-ció de cerrajero en su pobla-ción natal, una zona residen-cial en la periferia de París. Extorvertido e irónico, Du-jardin se dio cuenta de que la comedia era lo suyo. Montó un grupo para actuar en pe-queños teatros, aunque la ve-na profesional surgió en 1999 a raíz de la popular serie te-levisiva Un gars, una fille, que puede presumir de haber sen-tado frente a la tele a seis mi-llones de espectadores. La se-rie, además, fue el inicio de una historia de amor en la vi-da personal de Dujardin. Fue allí donde conoció a la actriz

Alexandra Lamy. En el 2003, ambos rompieron con sus res-pectivas parejas (él tiene dos hijos de su relación anterior, de 10 y 12 años; y ella, una hi-

El actor rebajó su caché para no encasillarse en los papeles

cómicos

ja de 15) y se casaron. De la mano de Michel Hazanaviciuis, triunfó en la cartelera de Francia con sus películas-parodia del agente James Bond. Des-pués, rebajó su caché para no quedar encasillado en la comedia e interpretar papeles dramáticos. Para The artist, Hazanavicius lo tenía claro: quería un exce-lente cómico que, además, fuera expresivo. Dujardin lo tenía todo. Lo único que tuvo que hacer fue apren-der a bailar claqué. Lo hi-zo. Y muy bien. H

El actor Jean Dujardin (izquierda) y el director Michel Hazanavicus se abrazan con cariño, la noche de los Oscar.

AP / MARK J. TERRILL

Un maestrodel reciclaje3El director Michel Hazanavicius siempre ha rendido homenaje al cine americano

NANDO SALVÀ MADRID

Un hecho sin precedentes sucedió el otro día en los Oscar: el premio a la me-jor película fue a parar a una obra cuyos responsa-bles eran del todo descono-cidos para todos los miem-bros de la Academia. Para ellos, The artist había surgi-do de la nada. Sin embar-go, un vistazo al trabajo previo de Michel Hazana-vicius bastaría para hacer-les caer en la cuenta de su error. El director francés es nuevo para Hollywood, pe-

ro Hollywood es para él un vie-jo amigo. En otras palabras, ha dedicado su carrera a ho-menajear el cine anglosajón de ayer y a subvertir cariñosa-

El cineasta triunfó en

su país con las parodias de James Bond

mente sus convenciones. Hazanavicius tomó primer contacto con el éxito en Fran-cia gracias a OSS 117: El Cairo, nido de espías (2004) y la con-tinuación OSS 117, perdido en Río (2009), parodias de las pe-lículas de James Bond, Flint y otros agentes secretos vintage protagonizadas por un espía ejemplar de la era de De Gau-lle a quien daba vida, quién si no, Jean Dujardin. Los filmes, además, recreaban los zums, las pantallas partidas y otras técnicas cinematográficas de hace cinco décadas. Sin embargo, la experi-mentación metalingüística gracias a la que en estos ins-tantes el móvil de Hazanavi-cius echa humo empezó mu-cho antes. En 1993, mientras trabajaba para Canal +, codi-rigió La classe américaine, co-media de 72 minutos entera-mente creada a partir de una compilación de fragmentos de películas de la Warner de los años 50, 60 y 70. En ella, tres reporteros –Robert Re-dford y Dustin Hoffman en Todos los hombres del Presiden-te (1976) y el Paul Newman de Harper, investigador privado (1966)– investigan la muerte de un capitán de barco –John Wayne en El zorro de los océanos (1955)– y tratan de describir, al más puro estilo Ciudadano Kane, el significado de sus úl-timas palabras: «Ah, monde de merde». El imposible reparto incluye a Charles Bronson y a Elvis Presley. ¿Nos permitirá el éxito de The artist tener ac-ceso a semejante rareza? H

Uggie, el robaplanos3Una campaña pidió el Oscar para el carismático perro

JULIÁN GARCÍA BARCELONA

La sonrisa de Jean Dujardin es tan irresistible como la mira-da de Bérénice Bejo, pero hay en The artist un robaplanos en toda regla: el perro Uggie, el carismático compañero de fa-tigas de Dujardin y una de las grandes estrellas en la gala de los Oscar. Ataviado con una

elegante pajarita negra de la que colgaba un hueso de oro con su nombre grabado, Ug-gie volvió a ofrecer su fabuloso repertorio de saludos a dos pa-tas, posando con asombrosa naturalidad con Dujardin y el resto del equipo de The artist. Uggie, un jack russell te-rrier (la misma raza que la del popular Pancho, el del anun-

cio de la Primitiva), nació en Los Ángeles hace 10 años. Ex-plica su dueño, el adiestrador colombiano Omar von Mu-ller, que lo rescató de la perre-ra municipal cuando era un cachorro, pues sus propieta-rios querían desprenderse de él porque era «muy loco e hipe-ractivo». Uggie demostró gran-des habilidades y se fue hacien-

do un lugar en el mundo de la publicidad y el cine. «Es un pe-rro increíble. No tiene miedo a nada. Tampoco extraña a la gente», cuenta Von Muller. En paralelo a la carrera triun-fal de The artist, Uggie ganó la Palm Dog (versión canina del prestigioso galardón) en el fes-tival de Cannes. Y de ahí, al es-trellato mundial. Tanto, que se puso en marcha una animosa campaña a través de internet para solicitar la nominación de Uggie como mejor actor. El fabuloso perro blanco ya es un veterano con los acha-ques propios de la edad. A prin-

cipios de mes se dijo que The ar-tist sería su última película, ya que parece ser que padece un extraño trastorno neurológi-co. Von Muller tranquiliza a los fans: «No se va a retirar, sim-plemente haremos que traba-je un poco menos. Piensen que hasta ahora ha trabajado hasta 15 horas diarias». Por lo pron-to, Uggie es la imagen de Nin-tendogs + Cats, videojuego para la consola Nintendo 3DS. En cualquier caso, ya hay heredero para Uggie: se llama Dash, tiene dos años y medio y ha sido el doble de nuestra es-trella canina en The artist. H

El perro Uggie, en la gala de los Oscar.

espectáculos MARTES54 28 DE FEBRERO DEL 2012

La gran noche de Hollywood 3 La tripleta triunfadora de ‘The artist’

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Hollywood desde fuera

Que The artist, una produc-ción enteramente fran-cesa, aunque su acción transcurra durante los

últimos días del cine mudo y los pri-meros del sonoro en Hollywood y sus rótulos sean en inglés, haya ga-nado tres de los cuatro Oscar más importantes (película, director y ac-tor), ¿puede interpretarse como un voto de castigo de los votantes de la Academia hollywoodiense hacia su propio cine? Por muy curiosa y popular que pueda resultar esta evocación de la estética del cine silente, resulta un tanto desconcertante, por no utili-zar adjetivos más drásticos, que en un año donde competían películas

nología. En este sentido, La invención de Hugo, aunque no tenga la pátina artística del filme mudo y en blanco y negro de The artist, y de ahí su buena aceptación crítica y también come-rical, resulta una propuesta bastan-te más sugestiva. Quizá The artist haya ganado por-

que el resto de grandes películas americanas del año estaban dema-siado igualadas y se haya convertido en el filme foráneo de desempate. El hecho de ser una cinta muda la sal-vaba de competir en la categoría de filmes de habla no inglesa; como no hablan, todo vale. En este sentido, aparecía en muchas quinielas co-mo la máxima favorita y cada año se cumplen más las previsiones y hay menos sorpresas. Lo mismo que el Oscar para Meryl Streep, o el de me-jor guión original para Midnight in Paris. Lo que sigue sin aclararse es la razón por la que competían nueve películas y no las 10 prescriptivas. ¿O acaso J. Edgar y Drive no merecían estar en la lista final? H

AnálisisQuim CasasCRÍTICO DE CINE

firmadas por Martin Scorsese, Te-rrence Malick, Steven Spielberg, Woody Allen y Alexander Payne, la ganadora sea esta película francesa que pasa muy de puntillas por una de las encrucijadas a las que se en-frenta el cine actualmente, la perdi-da de la inocencia y el abuso de la tec-

espectáculos 28 DE FEBRERO DEL 2012 55MARTES

Eternamente en la cima3Meryl Streep consigue su tercer Oscar tras acumular 17 nominaciones

QUIM CASASBARCELONA

Meryl Streep ha sido nomi-nada en 17 ocasiones al Os-car, 14 en la categoría de actriz principal y tres en la de actriz de reparto. Lo ha ganado tres veces, lo que la sitúa en una posición har-to privilegiada en la histo-ria del cine, por Kramer con-

tra Kramer (1979), su segunda nomi-nación; por La decisión de Sofia (1982) y ahora, tres décadas después, por su composición de Margaret Thatcher en La dama de hierro. Por el camino han quedado al-gunas interpretaciones quizá mejo-res sin recompensa, caso de El caza-dor (1978), La mujer del teniente francés (1981), Memorias de África (1985) y Los puentes de Madison (1995). Sus compa-recencias en la gala de los Oscar no son sinónimo de triunfo, pero ahí es-tá casi siempre, entre las cinco me-jores de cada año según los votantes de la Academia cinematográfica es-tadounidense. Ni ella misma se sorprende ya, como demostró en la gala de ante-ayer. Ser nominada se ha converti-do en una saludable rutina. Ya no necesita premios, aunque siempre son bienvenidos, pero a diferencia de muchas otras actrices contempo-ráneas o de generaciones preceden-tes, se mantiene firme en primera lí-nea y con una inusual capacidad pa-ra abordar no personajes distintos, sino verdaderamente antagónicos.

TODO UN MÉRITO / Porque poca rela-ción guardan entre sí Margaret Tha-tcher, la ilustre cocinera de Julie y Ju-lia (2009), la granjera que se debate entre el amor y la familia de Los puen-tes de Madison, la mujer alcoholiza-da durante la época de la depresión económica de Tallo de hierro (1987), la editora de revistas de moda de El dia-blo viste de Prada (2006), la estricta di-rectora de un colegio de monjas de La duda (2008) o la madre rebelde y bailarina del musical ¡Mamma mía! La película (2008), en la que estuvo a

las órdenes de la misma directora de La dama de hierro, Phyllida Lloyd. Streep cumplirá 63 años el próxi-mo 22 de junio. Hace 35 que debu-tó en el cine --un pequeño papel en Julia (1977)-- y que empezó a ser un rostro popular con la teleserie Holo-causto (1978). No es que esté viviendo una segunda juventud, o una nue-va madurez; es que nunca ha dejado de estar en la cima, lo que es todo un mérito, y más para las actrices, tan marginadas en Hollywood cuando la edad empieza a pasar factura (que se lo pregunten a Michelle Pfeiffer o Glenn Close, por ejemplo). Durante su discurso tras recibir el Oscar por La dama de hierro, Streep tu-vo palabras de agradecimiento para el hombre que la ha maquillado des-de La decisión de Sofía, J. Roy Helland.

En ese reconocimiento hay implí-cita una considerable sabiduría, la de saber que no se es lo que es solo con el esfuerzo propio, sino que en cine, hasta el trabajo de una actriz forma parte de una labor de equipo. Helland acentúa o difumina arru-gas, rejuvenece o envejece; a su mo-do, ha contribuido a modelar el ros-tro cinematográfico de la actriz. Helland ha sido nominado por primera vez al Oscar por La dama de hierro y lo ha ganado. A buen seguro seguirá maquillando a Streep. La ac-triz ha terminado el rodaje de Great hope springs, un filme coprotagoniza-do por Tommy Lee Jones que narra la relación de un matrimonio en crisis, y prepara ya August: Osage county, una comedia negra interpretada junto a Julia Roberts. H

La actriz agradeció el premio a

J. Roy Helland, su maquillador desde

‘La decisión de Sofía’

AP / JOEL RYAN

Meryl Streep posa con una estatua de un Oscar.

La gran noche de Hollywood 3 Una premiada ilustre Páginas 52 a 61 888

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espectáculos MARTES56 28 DE FEBRERO DEL 2012

La gran noche de Hollywood 3 La música

APOYO EUROPEO

La UE elogia a ‘The artist’ y ‘La dama de hierro’Las autoridades europeas destaca-ron ayer que el éxito en los Oscar de The artist y La dama de hierro supone un empuje para la industria cinema-tográfica europea. «Las películas eu-ropeas han demostrado que pueden competir con las mejores y llegar a lo más alto», subrayó en Bruselas la comisaria de Educación y Cultura, Androulla Vassiliou.

CUESTIÓN DE SUERTE

La ‘maldición del Oscar’ mira a los actores Jean Dujardin y Meryl Streep tie-ne sólidas parejas (especialmen-te la actriz, que lleva casada desde 1978), sin embargo, deben tener cuidado para que no sean vícti-mas de la maldición del Oscar, que implica un divorcio nada más re-cibir la estatuilla. Así pasó, por ejemplo, con Halle Berry, Kate Winslet y Sandra Bullock.

ALFOMBRA ROJA

Sacha Baron Cohen desfila como dictadorCaracterizado como su personaje en El dictador, su nueva película en la que da vida a un líder totalitario que impide la democracia en su país, Sa-cha Baron Cohen desfiló por la al-fombra roja a pesar de que la Acade-mia, sutilmente, le recomendó que no lo hiciera. El actor fue custodia-do por dos mujeres con traje militar de minifalda.

«Al compositor del filme ni le he visto»

MARTA CERVERA BARCELONA

Albert Guinovart (Barce-lona, 1962) no pisó la al-formbra roja pero vivió el día después de los Oscar como si fuera el protago-nista de The artist. El pia-nista y compositor tuvo que atender a la prensa co-mo creador de parte de la

banda sonora original del filme.

–Felicidades. Es el primer composi-tor español premiado en Hollywood. ¿Vio la ceremonia?–No tengo Canal Plus. Mi intención era descansar porque hoy [por ayer] interpreto el concierto de mi 50º ani-versario, con 15 invitados del mun-do de la clásica y del musical.

–¿Quién le dio la noticia?–Como no podía dormir, puse la ra-dio. El premio me ha hecho mucha ilusión. Pero ojo, que el Oscar es para el compositor [Ludovic Bourse]. Yo soy solo uno de los cuatro orquesta-dores de la banda sonora original.

–¿Cómo le llegó la propuesta?–La mano derecha del director era un amigo mío norteamericano con quien estudié. Él había visto el musi-cal Flor de nit, ambientado en la mis-ma época del filme. Como le gustó supongo que por eso me llamó.

–En una película muda como The ar-tist, la música es vital. ¿Le interesó por eso el proyecto?–Lo que pasó es que llevaba cuatro años sin hacer ningún proyecto au-diovisual, ni en cine ni en televisión. Tenía la impresión que ya no intere-saba mi trabajo o que me tenían muy visto así que acepté el proyecto con muchas ganas. Nunca pensé que se-ría tan popular. Cuando me dijeron que era una película francesa, mu-da y en blanco y negro, nunca pensé que sería algo mayoritario. Nunca imaginé el éxito que tendría.

–¿Cuantos minutos creó?–En total habré compuesto entre 16 y 18 minutos. El proceso fue muy rá-pido. Había prisa porque la Filarmó-nica de Bruselas tenía que grabarlo.

A medida que me enviaban secuen-cias de la película les iba enviando la música. Las nuevas tecnologías fa-cilitan mucho el trabajo. Al compo-sitor ni le he visto, solo he hablado con él por teléfono. Como no pude ir al estreno en Cannes, espero verle cuando se acabe la promoción y nos reunamos para celebrar el Oscar.

–Ha compuesto ópera, música sin-fónica, de cámara, bandas sonoras y musicales como La vampira del Ra-val, otro éxito aún en cartel. ¿Qué es-pera tras el Oscar?–Me gustaría que sirviera para abrir fronteras. Aquí ya me tienen muy visto. El éxito de The Artist puede ayu-darme a promocionarme fuera. Mu-chos directores tienen compositor de cabecera. Yo no me dedico solo al cine, ni he ido detrás de los pro-ductores. No me gusta ser esclavo de nada. Tengo mi propia música y no quiero renunciar a ella. Mi próximo proyecto es editar un disco con dos conciertos míos de piano y orquesta que grabé con el director Vasili Pe-trenko en Sant Petersburgo. H

ENTREvISTA ALBERT gUINOvART 3 Orquestador de ‘The artist’

JULIO CARBÓ

El músico Albert Guinovart, ayer, en el Auditori de Barcelona.

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espectáculos 28 DE FEBRERO DEL 2012 57MARTES

«Mi pueblo desprecia el rencor»3Asghar Farhadi reivindica la cultura iraní frente a la «dialéctica de guerra»

JULIÁN GARCÍABARCELONA

En otoño del 2010, el direc-tor iraní Asghar Farhadi (Is-fahan, 1972) tuvo que dete-ner durante dos semanas el rodaje de Nader y Simin, una separación. El cineasta había mostrado su apoyo a su colega Jafar Panahi, en-carcelado por su oposición

al régimen de Teherán, y no pudo re-emprender la producción del filme hasta que hubo pedido las necesarias disculpas oficiales. En un contexto donde no es fácil desplegar las alas de la libertad creativa, resulta admira-ble la capacidad de Farhadi para ha-ber enhebrado, regateando sutilmen-te la guadaña de la censura, una pe-lícula comprometida como Nader y

Simin, una separación: magistral acer-camiento a las contradicciones de la sociedad iraní actual (las diferencias de clase, la tiranía patriarcal, el yugo religioso) a partir de una drama fami-liar y un accidente doméstico. Farhadi ofreció el Oscar a la mejor película de habla no inglesa al «pue-blo de mi país», en un emotivo dis-curso en el que reivindicó la «glorio-sa cultura, rica y ancestral» de Irán en unos difíciles tiempos de «dialéc-tica de guerra en el que los políticos intercambian intimidaciones y agre-siones». Fue un discurso corto, de pa-labras medidas, pero cargado de in-tensidad. «Mi pueblo respeta todas las culturas y civilizaciones, y despre-cia la hostilidad y el rencor», senten-ció Farhadi, mientras los medios ofi-ciales de Teherán daban rienda suel-

ta al orgullo nacional ante el primer Oscar que conquista su cinematogra-fía: «Farhadi ha subrayado el carácter único de la cultura y la civilización iraní», destacó la televisión pública. «La bandera iraní flota sobre los Esta-dos Unidos», enfatizó la agencia Isna.

PREMIOS / Quinta película de Farhadi, Nader y Simín, una separación es un sor-prendente examen del Irán de Ahma-dineyad. Tomando como punto de partida el proceso de divorcio de una pareja más o menos acomodada, el

director describe también la fractura entre una clase media con aspiracio-nes similares a las de las sociedades occidentales y una clase popular ba-jo el peso de la religión. Pero más allá de la radiografía social, el filme es un magnífico tratado sobre temas como la mentira, el honor, la justicia o los valores que los padres transmiten a los hijo, hilvanado con absorbente precisión matemática. Antes del Os-car, la película ya había conquistado el Oso de Oro en Berlín y el Globo de Oro al mejor trabajo extranjero. H

Los medios oficiales de Irán mostraron su euforia por el triunfo

de ‘Nader y Simín, una separación’

El director iraní Asghar Farhadi, con la estatuilla del Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

AP / JOEL RYAN

Unos premios que hablan francés3‘The artist’, ‘La invención de Hugo’ y ‘Midnight in Paris’ comparten la cultura francesa

ELIANNE ROSPARÍS

En la emisora de radio France Info, un periodista se preguntaba ayer si The artist es «realmente» un filme francés. No fue el único que se plan-teó la cuestión en un reflejo de des-confianza ante la evidencia de que a los americanos les había «gustado tanto» la producción. Para algunos, Hollywood y cine francés son tan an-tagónicos como una novela de Dan Brown y una de Le Clézio. Es cierto que The artist fue rodada en Los Án-geles con un equipo anglosajón, que las pocas palabras del filme se pro-nuncian en inglés y que la promo-ción ha sido obra del gran mago nor-teamericano Harvey Weinstein, pe-ro la producción, la dirección y Jean Dujardin, primer actor galo que ga-na un Oscar, son tan franceses como el roquefort. De hecho, la cultura francesa fue la gran triunfadora de la gala. La otra gran premiada, La invención de Hugo, de Martin Scorsese, y Midnig-ht in Paris, de Woody Allen –mejor guion original– se rodaron en París. La primera homenajea los orígenes

del cine y al pionero del séptimo ar-te, Georges Méliès. Al contrario de The artist, que es una réplica de un fil-me mudo en blanco y negro como los de los años 20, la película de Scor-sese es la primera que rueda el reali-

zador en 3D. La obra de Allen tiene como protagonista a la época dora-da de las artes en el París de los años 30. En el reparto cuenta con la pri-mera dama francesa, Carla Bruni, con un pequeño papel de conserva-

dora del Museo d’Orsay. Su marido, Nicolas Sarkozy, saludó ayer el «for-midable éxito» de The artist, y subra-yó que «es testimonio de la vitalidad excepcional» del cine francés y de la política de los poderes públicos

en favor de las producciones de ca-lidad. El ministro de cultura, Fréde-ric Mitterrand, cinéfilo muy respeta-do en el mundo cultural pese al limi-tado predicamento de Sarkozy en el sector, opinó que es «fruto de una al-ta exigencia y consideración por el arte». Aunque en menor grado que la privada Canal +, la televisión pú-blica France 3 y la empresa semies-tatal de telecomunicación Orange han financiado The artist. El produc-tor Thomas Langmann, hijo del ci-neasta Claude Berry, fallecido en el 2009, se las vio y se las deseó para re-caudar los 10 millones de euros del presupuesto de rodaje –la misma su-ma se gastó en promoción– para un filme mudo en el que «nadie creía».

AÑO DE GRACIA / Con los Oscar, que se suman la sesentena de premios lo-grados por The artist, el cine francés culmina un año excepcional. Los fil-mes galos –más de 200 estrenados en el 2011– han batido récords de taquilla, con 216 millones de entra-das vendidas, cifra que no se alcan-zaba desde 1967. Frente a las produc-ciones extranjeras, básicamente de EEUU, ha ocupado el 41,6% del mer-cado. La periodista cultural Marie Noëlle Tranchant resume el alcan-ce de estos Oscar como un «momen-to de gracia, en el que la rivalidad, a menudo muy dura, entre el cine francés y el norteamericano se ha de-jado a un lado». H

Asa Butterfield, con la torre Eiffel al fondo, en un fotograma de ‘La invención de Hugo’.

La gran noche de Hollywood 3 La mirada al exterior Páginas 52 a 61 888

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espectáculos MARTES58 28 DE FEBRERO DEL 2012

La gran noche de Hollywood 3 La alfombra roja Páginas 52 a 61 888

Brillante sobriedad3 La mayoría de las estrellas apostaron por el blanco para sus vestidos en un anodino desfile

MIREYA ROCA BARCELONA

Poco color, mucho brillo y joyas me-nos ostentosas que otros años. Así se resume el espectáculo que se vivió el domingo por la noche en la alfom-bra roja de la 84ª edición de los Os-car. Para el diseñador Marc Bouwer, «los Oscar son el mayor aconteci-

miento de moda del planeta», pe-ro este año el show más esperado de Hollywood fue bastante anodino en cuanto a vestimenta se refiere. Muchas de las invitadas optaron por el blanco; algunas, por el negro, y muy pocas se atrevieron con el co-lor. La pedrería y las texturas meta-lizadas aportaron algo de glamur a

una alfombra roja en la que predo-minó una brillante sobriedad. Una de las más esperadas fue Angelina Jo-lie, quien, como siempre, vestía un modelo de Atelier Versace, esta vez de terciopelo negro, con escote asi-métrico y obertura lateral que des-cubría su pierna derecha, desde la cadera hasta el pie, con zapatos de

Salvatore Ferragamo. El clutch o bol-sito joya (que no se ve en la foto) es de Jaime Mascaró, la poca moda es-pañola que llega a Hollywood. Pero todas las miradas se dirigie-ron hacia una elegante Gwyneth Paltrow, que lució un vestido blan-co de líneas simples y escote asimé-trico, cubierto con una sencilla ca-

pa del mismo tono. Una creación de Tom Ford que según, los expertos, es la ganadora por su sencillez. El blan-co, el no color por excelencia, se con-virtió en el favorito de la noche. Fue el elegido por la ucraniana Mila Jo-vovich, que deslumbró con una si-lueta de pedrería de Elie Saab; Roo-ney Mara apareció deslucida con u

A la izquierda, Penélope Cruz posa como una princesa, de Armani Privé. A su lado, Jolie presume de pierna con un traje de Versace. Paltrow, de blanco, triunfó como la más elegante. Abajo, Octavia Spencer y Mila Jovovich, de pedrería blanca.

EFE / MIKE NELSON

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espectáculos 28 DE FEBRERO DEL 2012 59MARTES

La gran noche de Hollywood 3 La alfombra roja Páginas 52 a 61 888

na propuesta de Givenchy, mientras que Shailene Woodley se inclinó por el blanco de Valentino. Jennifer Lopez, que junto con Cameron Diaz (vestida de marfil de Gucci) presentó el Oscar al me-jor maquillaje, se desmarcó con un arriesgado traje de corte sirena fir-mado por Zuhair Murad. Su profun-do escote levantó polvareda en Twit-ter: unos aseguraban que se le veía el pezón; otros, que no. La cuestión (@jlosnipple) se convirtió en pocos minutos en trending topic.

DORADO COMO EL OSCAR / Sin duda, el dorado fue otra de las grandes apues-tas. La gran dama del cine, Meryl Streep, de 62 años, se enfundó un di-seño de Lanvin a juego con el color de la estatuilla para recoger su ter-

cer Oscar por La dama de hierro. Stacy Keibler, que posó junto a su flaman-te novio, George Clooney, lució un patrón drapeado en oro de Marche-sa. Jessica Chastain, de Alexander McQueen, y Judy Greer, de Mónique Lhuillier, coincidieron en un vestua-rio bicolor dorado y negro. El estallido de color hizo su apari-ción con Viola Davis, con un atuen-do verde de Vera Wang; Virginia Madsen, de morado de Badgley Mis-chka; la fuerza del rojo se apoderó del trío formado por Emma Stone, Michelle Williams y Natalie Port-man, mientras que Penélope Cruz apareció como una princesa vestida de azul-violáceo de Armani Privé. La actriz señaló que «era uno de los ves-tidos más bonitos» que había lleva-do nunca». H

Jennifer López y Cameron Diaz

presentaron el Oscar al mejor maquillaje,

con un‘look’ sexi

Melanie Griffith y Antonio Banderas posaron vestidos de negro. Ella con un modelo de escote asimétrico de Yves Saint Laurent. Banderas optó por un esmoquin con corbata. La actriz del ‘Millennium’ estadounidense, Roney Mara, deslució con un diseño blanco de Givenchy. Una de las pocas estrellas que apostó por la fuerza del color fue Natalie Portman, que escogió un modelo escotado. A la izquierda, Jennifer López y Cameron Diaz, emparejadas.

AP / MARK J.RERRILL

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La gran noche de Hollywood 3 La representación española

espectáculos MARTES60 28 DE FEBRERO DEL 2012

Sin premio, pero tranquilos3Trueba, Mariscal e Iglesias no pudieron hacer frente a los favoritos

AP / MATT SAYLES

IDOYA NOAINLOS ÁNGELES ENVIADA ESPECIAL

El domingo, una hora an-tes de que las limusinas pasaran por un hotel de Sunset Boulevard a reco-ger entre gritos de «a por ellos, oé» al equipo de Chico y Rita para llevarles hasta los Oscar, Fernan-do Trueba era el hombre

más tranquilo del mundo , al menos en apariencia. Había dado un paseo por Los Ángeles con su hermano Da-vid, había hecho una parada en una librería y se disponía a comer algo, con un libro de Coltrane en la ma-no, antes de enfundarse en el esmo-quin con el que hace 18 años reco-gió su Oscar por Belle Epoque (arregla-do para ajustarse a su cuerpo, hoy más delgado) . Horas después, en la fiesta organi-zada tras la ceremonia en la sede an-

gelina de Egeda, a la que asistieron entre otros Julio Medem, Migel Án-gel Silvestre y Félix Gómez, Trueba era también un hombre contento. Cuando Chris Rock anunció el 11º Oscar de la noche, se escuchó el títu-lo que aparecía en todas las quinie-las, Rango. Y quizá porque siempre el cineasta y Javier Mariscal supieron que las opciones de una aventura tan arriesgada como Chico y Rita eran mí-nimas ante el mastodonte hollywoo-diense de Gore Verbinski, pudieron entregarse a disfrutar sin presión primero de la gala y, después, de una noche sin gusto amargo. Más impor-tante para Trueba que pensar en lo que pudo haber sido es buscar distri-bución para El artista y la modelo. Algo parecido debió de pasarle a Alberto Iglesias, que también se ha-bía confesado consciente de tener difícil, como se demostró, superar el fenómeno de The artist. Y es que el compositor donostiarra se marcha

de Hollywood con el orgullo de ha-ber cosechado con su alabada parti-tura para El topo su tercera nomina-ción en solo siete años. Quién pudo paladear el triunfo fue Jaume Roures, el productor cata-lán que ha financiado a Woody Allen Midnight in Paris, premiada con el Os-car al mejor guión. «Estoy muy orgu-lloso de la labor que estamos llevan-do a cabo en Mediapro, pues hemos logrado que se conviertan en reali-dad sueños y proyectos de grandes directores como Allen», dijo Roures en un comunicado, en el que se con-fesó «impaciente» por emprender la cuarta colaboración que tiene fir-mada con el genio neoyorquino. Este, como era de esperar, Allen no acudió a los Oscar. Su hermana, Letty Aronson, aseguraba en el Baile del Gobernador que posiblemente ni habría visto la ceremonia al coin-cidir con el All Star de la NBA. Y ade-más quizá pensaba que ni siquiera merecía ganar. Según Aronson, pa-ra Allen la mejor película del año es la iraní Nader y Simín, una separación. Y se medían en la categoría. H

AP / CHRIS PIZZELLO

Jaume Roures paladeó el triunfo

con el guion de ‘Midnight in Paris’,

de Woody Allen

El compositor donostiarra Alberto Iglesias , acompañado de su esposa, en la alfombra roja.

Fernando Trueba (izquierda) y Javier Mariscal, a su llegada a la gala de los Oscar.

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La gran noche de Hollywood 3 La ceremonia Páginas 52 a 61 LLL

espectáculos 28 DE FEBRERO DEL 2012 61MARTES

Después de la salida de Brett Ratner por sus polémicas de-claraciones de tinte homófobo, el productor Brian Grazer sirvió a la Academia la clase de gala que mejor sirve a sus propósitos: fi-na y segura, profesional, sin sobresaltos, con escasas sorpresas

a nivel de premios y un Billy Crystal solo realmente malicioso en dos o tres ocasiones. Meryl Streep ofreció el discurso más épico de la noche. Aquí resumimos una ceremonia rápida pero soporí-fera en cuatro puntos clave. JUAN MANUEL FREIRE

Una gala sin mordiente

EL ANFITRIÓN 3 EL ESPECTÁCULO DE BILLY CRYSTAL

Bromas de escaso rendimientoLa decisión de contar con Eddie Murphy como anfi-trión tuvo sus voces críticas, pero quizá el cómico hubie-se recuperado la bilis de sus primeros tiempos y anima-do el evento. El regreso de Bi-lly Crystal supo a ya visto: ese clásico montaje con el actor insertado en las películas no-minadas, ese momento en el que enfocan a cierta estrella

y él adivina lo que piensa, et-cétera. Sus bromas lucieron en general grises y anodinas, aunque hubo algún momen-to salvable. Al principio de la gala, en una alusión necesaria a la crisis, ironizó diciendo: «Na-da nos puede ayudar más con nuestras preocupacio-nes económicas que ver a mi-llonarios darse pequeñas es-

tatuas doradas». Más dis-cutible –y discutido en las redes– resultó su comen-tario después de la victo-ria de Octavia Spencer por su papel en Criadas y seño-ras: «Después de ver la pe-lícula solo quería abrazar a la primera mujer negra que viese, que desde Be-verly Hills está a 45 minu-tos de carretera».

AP / MARK J. TERRILL

LA ESTRELLA 3 EMMA STONE SALVÓ EL GUION

La nueva novia de HollywoodCasi nadie funcionó como se esperaba en esta última en-trega de los Oscar. De Crys-tal y su show a medio gas ya hemos hablado; casi se año-raba la psicodélica presen-cia de James Franco del año pasado. Las chicas de La bo-da de mi mejor amiga, tan ge-niales como son, estuvieron menos hilarantes de lo habi-

tual. La pareja formada por Robert Downey Jr. y Gwyneth Paltrow sembró desconcier-to con su falta de química có-mica. Las grandes estrellas parecían derrotadas, en fin, por un guión falto de autén-tico punch. Pero no todo fueron de-cepciones: ahí queda Emma Stone, protagonista de Cria-

das y señoras, que supo sa-car sonrisas acompañada por Ben Stiller al presen-tar el Oscar a los mejores efectos visuales. Stone pa-rodió –con gracia– su ca-rácter de novata en los Os-car e hizo bromas con los imposibles trajes de Sti-ller en galas anteriores. Buen momento.

REUTERS / GARY HERSHORN

LA SORPRESA 3 LA VICTORIA DE MERYL STREEP

Filme vilipendiado, actriz vitoreadaDe acuerdo, sorpresa relati-va. Meryl es Meryl y su mime-sis de La dama de hierro es im-pecable, pero la película de Phyllida Lloyd ha sido justa-mente zarandeada por la crí-tica y no estaba nominada a película ni guion (sí a maqui-llaje, que arrebató a la entre-ga final de Harry Potter, arrui-nando las posibilidades de la saga de llevarse algún Oscar

en su historia). Tras perder a manos de Viola Davis en los premios del sindicato de ac-tores, Meryl no parecía la fa-vorita, pero lo era. Por lo menos su victoria sirvió para ver un discurso épico y emocional, bañado en lágrimas (de Meryl y la au-diencia). Empezó dando las gracias a su esposo Don («por-que si das las gracias a tu ma-

rido al final del discurso, lo tapan con la música»); siguió con su estilista per-sonal, Roy Helland; y aca-bó abrazando a todo Ho-llywood. «Amigos míos, los que se han marchado y los que siguen aquí, gra-cias por esta carrera inex-plicablemente maravillo-sa», dijo sin falsa modes-tia. Reina pletórica.

AP / CHRIS CARLSON

EL RECUERDO 3 OTRO ‘IN MEMORIAM’ CON AUSENCIAS

Whitney sí, Angelopoulos noLa artista de jazz Esperan-za Spalding –aquella que el año pasado encendió al pú-blico tween de todo el mundo cuando arrebató a Justin Bie-ber el Grammy a «mejor nue-vo artista»– puso banda sono-ra al obituario. Su versión –con coro– del estándar What a wonderful world de Louis Ar-mstrong fue exquisita y ele-

gante, igual que el montaje visual de adiós a las estrellas, en cuidado blanco y negro; y con el sonido de los aplausos apagado para que eso no pa-rezca una competición de po-pularidad. Whitney Houston apare-ció entre los primeros nom-bres. Y también vimos a Ben Gazzara, Steve Jobs (uno de

los fundadores de Pixar) y, claro, Elizabeth Taylor. Pe-ro no a Theo Angelopoulos ni Raúl Ruiz, en una nega-ción del cine foráneo que encendió los ánimos de la cinefilia conectada. Tam-poco apareció la diseñado-ra de vestuario Eiko Ishio-ka, oscarizada por Drácula de Bram Stoker en 1992.

REUTERS / GARY HERSHORN