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EN DEFENSA DE NIETZSCHE Friedrich Nietzsche fue un filósofo que amaba al ser humano, de tal forma que buscaba liberarlo de la inhumanidad que representa el cristianismo, que nos reduce a seres bastardos al cercenar lo que nos hace verdaderos seres humanos, esto es, nuestra animalidad, nuestros instintos y pasiones. ¿Qué seria del ser humano sin nuestro egoísmo, nuestra ira, nuestra sed de venganza? Seríamos simples seres estúpidos y débiles al solo pensar y querer ayudar a los más débiles. Sería una sociedad de seres imperfectos y mediocres. ¿Por qué hacerle caso al amor cristiano, si lo que rige la naturaleza es la ley del más fuerte, del más apto, la selección natural, donde solo sobreviven los mejores? Los valores cristianos nos impiden avanzar y evolucionar. El cristianismo se opone al aborto, a la manipulación genética, a la clonación, y solo por motivos religiosos. ¿Por qué no abortar un niño que nacerá deforme o con algún retraso mental? Ni el deforme ni el retrasado nos aportará nada provechoso, solo será un estorbo. En la selva un animal deforme o mediocre simplemente muere. El cristianismo se opone a la manipulación genética bajo el argumento que “Dios nos hizo así imperfecto”. Pero ¿Dónde está Dios? ¿Qué prueba hay de que realmente ese ser perfecto existe? Si existe, que baje de su lugar santo y se muestre para conocerlo. Pero no lo hace, y si no lo hace es porque no existe, y si en caso de que existiera, al ser él indiferente, simplemente no hay que tomarlo en cuenta, o asesinarle así como Él nos ha asesinado tantas veces con diluvios y demás actos criminales que tan “benévolamente” narran en la Biblia. Entonces, oponernos a la manipulación genética es defender la idiotez y la mediocridad, es no querer ser perfectos. ¿O es que Dios nos quiere imperfectos y estúpidos? Yo abogo por la manipulación genética porque deseo que el ser humano

En Defensa de Nietzsche

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EN DEFENSA DE NIETZSCHE

Friedrich Nietzsche fue un filósofo que amaba al ser humano, de tal forma que buscaba liberarlo de la inhumanidad que representa el cristianismo, que nos reduce a seres bastardos al cercenar lo que nos hace verdaderos seres humanos, esto es, nuestra animalidad, nuestros instintos y pasiones. ¿Qué seria del ser humano sin nuestro egoísmo, nuestra ira, nuestra sed de venganza? Seríamos simples seres estúpidos y débiles al solo pensar y querer ayudar a los más débiles. Sería una sociedad de seres imperfectos y mediocres.

¿Por qué hacerle caso al amor cristiano, si lo que rige la naturaleza es la ley del más fuerte, del más apto, la selección natural, donde solo sobreviven los mejores? Los valores cristianos nos impiden avanzar y evolucionar. El cristianismo se opone al aborto, a la manipulación genética, a la clonación, y solo por motivos religiosos. ¿Por qué no abortar un niño que nacerá deforme o con algún retraso mental? Ni el deforme ni el retrasado nos aportará nada provechoso, solo será un estorbo. En la selva un animal deforme o mediocre simplemente muere.

El cristianismo se opone a la manipulación genética bajo el argumento que “Dios nos hizo así imperfecto”. Pero ¿Dónde está Dios? ¿Qué prueba hay de que realmente ese ser perfecto existe? Si existe, que baje de su lugar santo y se muestre para conocerlo. Pero no lo hace, y si no lo hace es porque no existe, y si en caso de que existiera, al ser él indiferente, simplemente no hay que tomarlo en cuenta, o asesinarle así como Él nos ha asesinado tantas veces con diluvios y demás actos criminales que tan “benévolamente” narran en la Biblia. Entonces, oponernos a la manipulación genética es defender la idiotez y la mediocridad, es no querer ser perfectos. ¿O es que Dios nos quiere imperfectos y estúpidos? Yo abogo por la manipulación genética porque deseo que el ser humano evolucione y alcance la perfección, sea más inteligente y con ello pueda evitar las enfermedades que nos aquejan y nos matan, como el cáncer o el Sida.