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Florence e o gênero

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1.er Semestre 2005 • Año IX - N.° 17

FLORENCE NIGHTINGALE. ESTABLIS-HING A PROFESSION CARE CONCEPTFROM AN ANTHROPOLOGICAL FEMI-NIST PERSPECTIVE

ABSTRACT

Much criticism has been carried out aboutthe consideration of ‘gender’ in the nur-sing profession and the establishing of a

professional care concept since middle 19th cen-tury done by Florence Nightingale.

The present work is no more than a reflectionabout that criticism from an anthropological pointof view taking as central topic the considerationscalled upon by certain feminism theories.

For the purpose of a theoretical reflection, anarrative anthropological technique and ‘the text’

as a working field and as data source will be con-sidered. As Florence Nightingale’s works are wide,in order to centre our own, her “Notes of Nursing.What is and what is not” and “Leadership anddirection by Florence Nightingale” (Beth Y.Ulrich) will be exploited.

KEY WORDS: Florence Nightingale, Nursing,Anthropology, Feminism.

RESUMEN

Numerosas críticas se han hecho sobre elpeso del género en la profesión enfermeray la institucionalización del mismo desde

la reforma enfermera y profesionalización de loscuidados a mediados del siglo XIX con FlorenceNightingale.

El siguiente trabajo, no pretende ser más queuna reflexión sobre esta crítica desde un punto devista antropológico tomando como eje de reflexiónlas aportaciones hechas desde el feminismo de ladiferencia.

Se utilizará la antropología narrativa, el textocomo campo de trabajo y fuente de datos, para lareflexión teórica. La obra de Florence Nightingalees extensa, por lo que, puestos a elegir, el análisisse centrará en su libro “Notas sobre enfermería.Qué es y qué no es” y en “Liderazgo y direcciónsegún Florence Nightingale” (por Beth Y.Ulrich).

PALABRAS CLAVE: Florence Nightingale.Enfermería. Antropología. Feminismo.

ANTROPOLOGÍAFLORENCE NIGHTINGALE.

PROFESIONALIZACIÓN DE LOS CUIDADOS DESDE UNAPERSPECTIVA DE LA ANTROPOLOGÍA FEMINISTA.

Teresa González GilDiplomada Universitaria en Enfermería.

Licenciada en Antropología Social y Cultural.Doctorando en Antropología.

Enfermera Asistencial. Hospital de Fuenlabrada. Madrid.

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INTRODUCCIÓN• CRÍTICAS DE PARTIDA:

“La reforma de la enfermería, o el comienzo dela enfermería profesional o profesionalización delos cuidados estuvo basada en una ecuación entreenfermería, feminidad y división sexual del traba-jo”.

“Las fundadoras de la enfermería moderna con-cibieron la profesión como una expresión de unmodelo bien definido de mujer, según unos valorestradicionales, asociaron la disposición y habilidadpara cuidar a una feminidad esencial”.

“La resolución de Florence y sus discípulasmarcó a la nueva profesión con los prejuicios desu propia clase… el modelo de Nightingale poníael énfasis más en la formación moral que en lahabilidad técnica”. “Las fundadoras de la enfer-mería profesional concibieron la enfermería comoexpresión de un modelo bien definido de mujer”(Ehrenreich).

“La enfermera Nightingale era la mujer idealtransplantada del hogar al hospital y libre de obli-gaciones reproductivas. Esta mujer ofrecía almédico la obediencia absoluta, virtud de una buenaesposa, y al paciente la altruista devoción de unamadre”.

“Atribuir a Nightingale la actual subordinación(se entiende que al colectivo médico) es simplifi-car las cosas, pero, la realidad es que el sistemaformativo de Florence Nightingale ofreció unafuerte influencia en la evolución de la enfermería”.

• FLORENCE NIGHTINGALE (1820 - 1910):Breve repaso biográfico:

Enfermera inglesa, pionera de la enfermeríaprofesional moderna. Nació en Florencia, Italia,aunque se crió en Derbyshire, Inglaterra.Procedente de familia victoriana, creció en unambiente con una educación muy estricta. Supadre, William Nightingale estaba involucrado enel movimiento contra la esclavitud y era un fielcreyente en que las mujeres, especialmente sushijas, deberían obtener una educación. Ella y suhermana aprendieron Italiano, Latín, Griego,Historia y Matemáticas de su padre y su tía, asícomo de otros tutores. La madre de Florence,Fanny Nightingale era una mujer dominante queestaba primordialmente preocupada con la búsque-

da de un buen marido para su hija. Por ello, semolestó ante la decisión de Florence de rechazar avarios proponentes de matrimonio.

Motivada por sus deseos de independencia ypor sus convicciones religiosas, se enfrentó a sufamilia y a los convencionalismos sociales de laépoca (la enfermería estaba asociada a mujeres tra-bajadoras de clase inferior) para buscar una cuali-ficación profesional que le permitiera ser útil a laHumanidad.

En 1850 inició estudios de enfermería en elInstituto San Vicente de Paúl en Alejandría, Egipto,posteriormente estudió en el Instituto para Diaconi-sas Protestantes de Kaiserswerth, Alemania.

En 1853 llegó a ser supervisora de enfermerasde un hospital de caridad de Londres, en el queintrodujo grandes innovaciones técnicas y de orga-nización; con su trabajo empezó a superarse elmodelo asistencial tradicional, basado en los bue-nos sentimientos y en el sectarismo religioso, y asustituirse por una asistencia sanitaria científica, lacual precisaba una rigurosa formación del personalde enfermería.

En 1854-56 se hizo famosa organizando un ser-vicio de enfermeras para cuidar a los soldados bri-tánicos de la Guerra de Crimea en el hospital decampaña de Usküdar o Escútari (Turquía).Consiguió mejoras sanitarias espectaculares,enfrentándose a los prejuicios de los médicos mili-tares y a la pobreza de medios con que el ejércitosolía tratar a los soldados.

Finalizada la contienda en 1860, regresó aLondres donde fundó la “Escuela y Hogar paraEnfermeras Nightingale” en el Hospital St.Thomas de Londres. La escuela marca el inicio dela formación profesional en el campo de la enfer-mería. Desde entonces, la enfermería fue conside-rada una profesión sanitaria con un elevado gradode formación y responsabilidad.

Fue innovadora en la recolección, tabulación,interpretación y presentación gráfica de las estadís-ticas descriptivas; mostró como la estadística pro-porciona un marco de organización para controlary aprender, y puede llevar a mejoramientos en lasprácticas quirúrgicas y médicas. También desarro-lló una “Fórmula Modelo de EstadísticaHospitalaria” para que los hospitales recolectarany generaran datos y estadísticas consistentes.

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Fue la primera mujer en recibir el “BritishOrder of Merit” (1907). Entre sus escritos destaca“Notas sobre enfermería: qué es y qué no es”(1860), el primer libro de texto para enfermeras,que fue traducido a multitud de idiomas.

• CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO:Sociedad Victoriana: Gran Bretaña del siglo

XIX. Algunas pinceladas del contexto socioeconó-mico, político y cultural del momento.

Contexto socioeconómico:- Revolución industrial, la industria pasa a ser

el sector predominante en términos de ocu-pación y de renta generada.

- Gran crecimiento económico y poblacional.Movimientos migratorios campo- ciudad.

- Malas condiciones higiénico sanitarias.Incremento de las tasas de mortalidad infantil.Importante epidemias de cólera.

- Evolución de la delincuencia.- Nueva burguesía: medianos comerciantes,

propietarios de industrias, talleres artesana-les… y nuevo sector de profesionales.

Contexto político:- Monarquía parlamentaria (Victoria 1837-

1901).- Reforma parlamentaria (partidismo y acceso

al voto).- Importancia de la política exterior destinada a

mantener e incrementar la herencia colonial.Gran importancia del mercado exterior. Losobjetivos de la política externa eran evitar laaparición de un poder predominante enEuropa, mantener la posesión de la India ycon ella el control de las rutas comerciales.

- Guerra de Crimea. Origen: la preocupaciónpor el equilibrio europeo y la amenaza quepara el control de la India podía representar eldesmembramiento del Imperio Otomano enbeneficio de Rusia. Resulta favorable para losbritánicos pero a un alto coste económico yde vidas humanas.

Contexto religioso:- Hegemonía del anglicanismo, aunque se va

produciendo una secularización progresiva de

la sociedad. Alejamiento de la clase trabaja-dora de la religión.

Situación de la mujer:- Extensión de un ideal de feminidad que supo-

ne la exclusión de la mujer de la esfera públi-ca y laboral reservada al varón, y su dedica-ción exclusiva al cuidado de la familia.

- Profunda asociación de la mujer con la natu-raleza. Se sitúa a la mujer dentro del ámbitodoméstico, en la esfera privada.

- Los roles de la mujer y el hombre descansanen la creencia de aptitudes diferentes entreunos y otros. Estas diferencias se intentabanfundamentar en las particularidades biológi-cas de ambos sexos.

- La idea de la separación de esferas con lamujer dedicada al ámbito doméstico, teníacomo reverso la exclusividad del ámbitopúblico para el hombre (territorio donde lamujer no estaba capacitada para desempeñar-se).

- La única actividad social, pública de la mujereran los actos de caridad. Progresivamente seabren nuevas posibilidades laborales (a partirde mediados del siglo XIX), principalmente elservicio doméstico. El acceso a las profesio-nes relacionadas con la salud fue uno de losterrenos en los que la mujer encontró mayoroposición (por parte de los intereses de losprofesionales varones de la medicina).

- La mujer no tiene acceso al voto. Lucha de lamujer por el voto. Movimiento sufragista.

• FEMINISMO EN LA INGLATERRA DELSIGLO XIX:

Aunque fueron las norteamericanas las quedesempeñaron un papel principal en la creación delas organizaciones feministas, el feminismo britá-nico también tubo un papel influyente aunquemenos directo. Cronológicamente el feminismobritánico fue el segundo, después del norteameri-cano, que apareció de forma organizada.

En Gran Bretaña, la década de 1850 fue testigode varias reformas sociales que afectaron a lamujer y que señalarían los comienzos de una nuevaactitud hacia la mujer. En 1852, una ley delParlamento puso fin al derecho del marido a obli-

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gar a su mujer a cohabitar con él. En 1857 fue pro-mulgada la ley del divorcio. A finales de la décadade 1840, la enseñanza secundaria para las mucha-chas dio un gran salto con la creación de algunosinstitutos para mujeres. En 1858 se creó el sistemanacional de escuelas secundarias para mujeres. En1855 se crea la Society for the Employment ofWomen (Sociedad para el empleo de la mujer).Comienzo del movimiento sufragista en 1866. En1869 se crean organizaciones de reforma moralpara combatir la regulación estatal de la prostitu-ción.

A pesar de todo ello, el movimiento feministaen Inglaterra no se ha manifestado como una rebe-lión contra los deberes femeninos, sino más bien seinspiró en el deseo de desempeñar más dignamen-te esos deberes, y de darles una más amplia inter-pretación.

“Jamás se ha puesto en duda que el más grandede los deberes de la mujer consistía en prodigar suscuidados a los niños, enfermos o viejos y a lospobres…”.

“Este carácter devoto, piadoso y benéfico delfeminismo inglés, no le ha impedido tener mani-festaciones en otros órdenes de la vida. Para lo queprincipalmente le ha servido es para tener una granfuerza en la opinión y para conquistar ventajassólidas, abriendo a la mujer todas aquellas profe-siones en que decididamente conviene, tanto comola energía varonil, la gracia y la bondad femeni-nas”.

• FEMINISMO DE LA DIFERENCIA:El feminismo de la diferencia se caracteriza por

una concepción esencialista del género y unalucha por afianzar la diferencia de los géneros. Elobjetivo es igualar la liberación de las mujeres conel desarrollo y la preservación de una contracultu-ra femenina. Esta cultura exalta el “principio”femenino y sus valores.

El feminismo de la diferencia plantea la igual-dad de la mujer y el hombre, pero nunca la igual-dad de la mujer con el hombre.

Defiende que es desde la diferencia que consti-tuye a la mujer como mujer, desde donde hay queconstruir políticamente un sujeto diferencial capazde pactos y transacciones a la vez que de cuestio-nar el modelo hegemónico.

DATOS OBTENIDOS DEL TEXTO: “Estas notas no tienen, de ninguna manera, la

intención de ser una regla de pensamiento por lacual las enfermeras puedan enseñarse a sí mismasa cuidar, ni mucho menos un manual para enseñara las enfermeras el arte de cuidar. Están dirigidassencillamente a dar algunas ideas a mujeres quetienen el cargo personal de salud de otros”.

“Para ser una buena enfermera es necesario seruna buena mujer, de lo contrario no se es otra cosaque una campanilla”.

“Para ser una buena mujer, es necesario reali-zar progresos, porque las aguas estancadas tarde otemprano, igual que el aire estancado, se corrom-pen y no son aptos para el uso”.

“Y recordaremos que la enfermera debe de seruna persona de la que se puede uno fiar, capaz deser “enfermera de confianza”, Ella no… puede serchismosa, ni ligera charlatana; no debo de decirque ella debe de ser estrictamente moderada yhonesta, pero, más que esto, debe ser una mujerreligiosa y devota; ha de respetar su propia voca-ción…; debe ser una minuciosa fiel y rápidaobservadora y ha de ser una mujer de buenosmodales y delicados sentimientos”.

“Estoy muy lejos de desear que las enfermerasfregoteen. Es un despilfarro de potencial. Pero afir-mo que estas mujeres poseen la verdadera voca-ción de enfermería…”

Solía llamar a los médicos “hombres médicos”.“A una cosa no la hace ser buena el que esté

claro que una mujer sea capaz de hacerlo. Comotampoco la hace ser mala, siendo normalmentehecha por un hombre, la haga una mujer.”

“Yo pediría ansiosamente a mis hermanas quese abstuvieran de usar las jergas habituales, hoy endía, en todas parte (ya que ellas son igualmenteproclives a ellas); de las reglas, digamos, sobre los“derechos” de las mujeres, que urgen a las muje-res a hacer todo lo que hacen los hombres, inclu-yendo la profesión médica y otras profesiones,simplemente porque los hombres de dedican aellas, sin tener en cuenta qué es lo que mejor pue-den hacer las mujeres;…”

“…desde el principio Florence ya tenía lasideas muy claras sobre el uso de los hospitales, y lodemostró en su segundo informe bimestral remiti-do al Ladies´Comittee de Upper Harley Street”.

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“Era especialmente eficaz dirigiendo a hom-bres con autoridad y sutileza en una época en laque raramente se escuchaba a las mujeres”.(Tooley. 1910).

“Yo he tenido más responsabilidades sobre lasvidas humanas de las que ningún hombre o mujerhayan tenido antes. Y yo atribuyo mi éxito a losiguiente: yo nunca di o acepté una excusa. Síahora veo la diferencia entre otros hombres y yo.Cuando ocurre un desastre, yo actúo y ellos buscanexcusas”.

“La llamada de las enfermeras es una noble lla-mada, pero depende de vosotras, enfermeras, elhacerla noble.

Nunca me he sentido inclinada a decir “resíg-nate”, sino a decir “vence”.

Debemos luchar por lo que podemos hacermejor y por lo que es más atractivo y entoncesencontraremos nuestro deber.

Atrévete a alzarte tu sola”.“Yo diría a todas las jóvenes que se sientan lla-

madas por cualquier vocación en particular que secualifiquen para ello del mismo modo que lo hacenlos hombres.

Tres cuartos de los problemas que aparecen enla vida de las mujeres surgen de su insistencia enescaparse de las reglas del entrenamiento conside-radas necesarias para los hombres”.

“Tú no quieres que el efecto de tus buenasacciones sea “qué estupendo para ser mujer!” nideberías apartarte de las cosas después de oír decir“sí, pero ella no tendría que haber hecho eso, por-que no es adecuado para una mujer”. Más bien,deberías querer realizar algo bueno sea o no “ade-cuado para una mujer”.

“Toda la reforma de la enfermería tanto en casacomo en el extranjero ha consistido en lo siguien-te: retirar el poder sobre las enfermeras de lasmanos de los hombres y ponerlo en las manos deuna mujer entrenada que esté al mando, haciéndo-la responsable de todo lo que se lleva a cabo”.

DISCUSIÓN:Si reflexionamos sobre los apuntes recogidos

de los textos tomando como base el feminismo dela diferencia y, caminamos a la par con las notasextraídas de la bibliografía de FlorenceNightingale (F.N.); se puede apostar porque, efec-

tivamente, F.N. propone el afianzar la diferencia degéneros en el contexto de los profesionales de lasalud.

En sus anotaciones, se refiere a los médicoscomo “los hombres”, adjudicándoles una profesióny unas tareas específicas. Por otro lado, hablasiempre de la enfermería en términos femeninos yatribuye este rol a la mujer.

El objetivo de F.N. es crear un mundo dentrode la sociedad reservado a la mujer (contraculturafemenina a la hegemonía del hombre en la medici-na). Para dar rigor a esta contracultura exalta losvalores femeninos de la época como valoresimprescindibles para el desarrollo de la enfermeríaprofesional: obediencia, observación, vocación,aptitud de servicio, discreción…

De esta manera, plantea el nacimiento de unanueva figura dentro de la asistencia sanitaria a lacual tenga sólo acceso la mujer y que permita a lamujer adquirir cierta igualdad de nivel aunque node roles con el hombre.

A través de la diferencia es desde donde F.N.propone crear un sujeto profesional políticamentecapaz de hacer pactos, para codearse con el cuerpomédico representado por los hombres y, de estemodo cuestionar el modelo hegemónico. Si aplica-mos las figuras claves del feminismo de la diferen-cia a las aportaciones de F.N., veremos que pode-mos encontrar en su discurso una aplicación a cadauno de estos supuestos.

Figuras clave para el feminismo de la diferen-cia:

- Genealogía materna: consiste en tener con-ciencia de que hay una genealogía de muje-res detrás de cada mujer. En el caso de la pro-fesionalización de la enfermería, F.N. seapoya en la tradicional figura de la mujercomo cuidadora, en la función reproductorade la mujer. El cuidado asociado a la natura-leza femenina que responde según SherryOrtner a la mayor proximidad de la mujer a lanaturaleza por la capacidad biológica de crearvida y a la psique femenina.

- Offidamiento: relación política privilegiaday vinculante entre dos mujeres o relaciónsocial que da lugar a un proyecto político.Una mujer, como mujer, entra en relación deoffidamiento con otra mujer en la medida en

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que reconoce en ella la autoridad. F.N. enseña(ejerce de maestra) y dirige y controla (ejercede supervisora) a su grupo de enfermeras.Establece una relación de autoridad con lasenfermeras sin permitir que esta autoridad laejerza un hombre.

- Autoridad femenina: consiste en reconocera otras mujeres como mediadoras de la reali-dad. La autoridad femenina no es una réplicade la autoridad tradicional en tanto que nitiene, ni busca poder dentro del orden patriar-cal. Con respecto a este punto, la situación deF.N. difiere sensiblemente. Ella se codea conlos hombres médicos como autoridad máximade las mujeres enfermeras. De alguna manerabusca y adquiere un poder dentro del ordenpatriarcal. Podría decirse que F.N., llegadoeste punto, ha sufrido cierto proceso de mas-culinización.

F.N. atribuye simbólicamente a la figura de lamujer enfermera valores profundamente aceptadosy considerados por la sociedad. Busca aquellosaspectos de lo femenino más valorados para hacerde la figura de la enfermera un símbolo de referen-cia.

Al mismo tiempo, refuerza la dicotomía hom-bre - mujer / médico - enfermera atribuyendo cua-lidades al hombre médico que se contraponen a losatributos de una buena mujer y una buena enfer-mera.

Atribuye el rol de médico al hombre y el rol deenfermera a la mujer. No apoya la formación de lamujer en la ciencia médica y, ni se plantea la for-mación enfermera de hombres.

En este sentido se busca una igualdad con elhombre médico pero no una igualdad al hombremédico. Es decir, la mujer crea su mundo paraleloal del hombre pero sin convertirse en una réplicadel hombre sino reforzando su identidad femenina.

A pesar de insistir en el intento de encontrarsemejanzas entre F.N. y la profesionalización de laenfermería y el feminismo de la diferencia; hayalgunos aspectos de esta relación que no losencuentro claros y que a continuación intentaréexponer.

A lo largo de su aportación bibliográfica, F.N.hace en numerosas ocasiones apología por la igual-dad al hombre. Anima a la mujer a que estudie, aligual que lo hace el hombre, aquello que quiera y

que se esfuerce por hacerlo. Por otra parte, en oca-siones hace referencia a que no debe considerarsemalo que una mujer haga una actividad quecorresponde al hombre tradicionalmente. Defiendeque las cosas hay que hacerlas en la medida en quelas consideremos correctas y necesarias y no porel hecho de que sean adecuadas o no para unamujer. Anima a la mujer enfermera a luchar por loque cree, a no resignarse, a alzarse y crecer.

F.N. tenía fuertes opiniones sobre los derechosde las mujeres. En su libro “Sugerencias para pen-sar para legisladores de las verdades religiosas”(1859), argumentó fuertemente para que se elimi-naran las restricciones que prevenían a las mujeresde tener carreras.

Así mismo, retomando el tema de la masculini-zación, se puede pensar que F.N. llega a dondellega a través de un proceso de masculinización,que, en parte se le ha puesto al alcance gracias a sucondición familiar acomodada. Ella ha tenido laposibilidad de estudiar y viajar para aprender yconocer nuevas tendencias. Esta ventaja económi-ca y educativa, así como su ímpetu y afán de supe-ración y de aprendizaje, le han permitido acceder acosas que estaban vetadas para la mujer y que sóloestaban al alcance del hombre.

F.N. hace y comparte acciones y funciones tra-dicionalmente de hombres y, sin embargo, luegofeminiza la enfermería para darle rigor. ¿Cómo sepuede entender este proceso?

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Desde la antropología, se entiende que la cultu-ra es un recurso más que se nos ofrece para adap-tarnos a las situaciones que vivimos. En este senti-do, me inclino a pensar que en el contexto victo-riano en el que vive F.N. (donde la mujer está rele-gada al plano doméstico y privado, donde la mujerno tiene acceso a la educación y, donde la funciónde la mujer es meramente el mantenimiento de lareproducción familiar) la única manera de conse-guir sus objetivos con respecto a la enfermería erapotenciar los valores femeninos. Esta opción segu-ramente causaría menor rechazo que una mínimacisura de los mismos. Ella juega con los valores,creencias, costumbres, formas de hacer… de susociedad contemporánea para meter una cuña den-tro del repertorio hegemónico masculino.

Llegado este momento de la reflexión, empiezoa plantearme si los principios del feminismo de laigualdad no estarían en la base de todo el construc-to que hace F.N. para la creación de la enfermeríaprofesional. Me cuestiono si es tan clara la dicoto-mía entre el feminismo de la diferencia y el femi-nismo de la igualdad, o si es posible que puedancoexistir en un mismo proyecto.

Creo que en el caso que nos ocupa, se podríainterpretar que F.N. luchaba por la igualdad de lamujer al hombre en cuanto al acceso a la educa-ción, el acceso a un trabajo digno y remunerado, alderecho a ejercer el voto…en definitiva, a la ciu-dadanía. Sin embargo, al centrarse en un contextomás específico como es el campo de la sanidaddonde se encontraba con una doble oposición, la dela sociedad en sí y la del colectivo de hombresmédicos que ejercía un gran poder, tubo que cam-biar de estrategia. La estrategia fue apostar por ladiferencia.

Las críticas realizadas sobre F.N. y el procesode profesionalización de la enfermería acerca dellegado de prejuicios de género deberían de replan-tearse porque están, desde un punto de vista antro-pológico, descontextualizadas. Cuando hacemos unanálisis de un fenómeno, no debemos aislarlo de sucontexto. Es cierto que la herencia histórica marcay forma parte de nuestra cultura de cuidados, peroeso no quiere decir que debamos atribuir de formaaislada los problemas de género intrínsecos a nues-tra profesión a las aportaciones de F.N.. Muchotiempo ha pasado desde entonces y muchas otrascircunstancias sociopolíticas han condicionado a la

enfermería desde la cuestión de género. Lo que esclaro, es que F.N. luchó por dar identidad propia,legitimizar dando un fundamento científico y atri-buir un corpus teórico propio a la enfermería. Laestrategia que utilizó para conseguirlo puede pare-cernos más o menos correcta pero, si la contextua-lizamos en aquel momento sociopolítico y culturales entendible incluso admirable.

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