Amor & límitesde 0 a 3 añosEdukame.com

Redacción y dirección pedagógicaCristina García Pedagoga, educadora y terapeuta. Especia-lista en infancia, orientación familiar y edu-cación emocional. Dedicada a orientar apadres desde el momento del embarazo paraque guíen desde el amor y no desde el miedo.

Licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad deBarcelona (España), Técnica en Educación infantil, formada enPsicología Humanista Gestalt de adultos y en Técnicas de Psico-diagnóstico infantil y técnicas Gestálticas aplicadas a la Infanciapor el equipo de Loretta Cornejo. Autora del libro “Ser padres ymadres ¿Dónde está el manual de instrucciones?” de Edúkame.Ha desarrollado varios talleres de Acompañamiento emocionaldurante el embarazo.

CorrecciónGrace SigüenzaDiseño Gráfico y maquetaciónRocío López y Artur Marfà

ISSN: 2339-854X© Edúkame contenidos y servicios educativos S.L.

ÍndiceCAPÍTULO 1: Qué saber...........................................................5¿Cómo son los niños de estas edades?....................................6Adaptemos la casa ...........................................................................7¿Cuántos límites son adecuados?...........................................10¿Cómo ponerlos? ...........................................................................11La etapa del no: Autonomía y autoafirmación..................13¿Cómo vivirlo? ................................................................................15Etapa conflictiva para padres y educadores......................18Evitemos abusar del no ..............................................................20Las rutinas ayudan a establecer límites ..............................23¿Cómo entender sus reacciones? ...........................................24CAPÍTULO 2: Consultas reales............................................27¿Cómo le enseño a no cruzar la calle solo? ........................28Mi hija nos interrumpe constantemente.............................31No quiere irse a dormir temprano.........................................35

CAPÍTULO 1: Qué saber

¿CóMO SON LOS NIñOS de eSTAS edAdeS?

Lo primero que debemos tener en cuenta son susnecesidades motrices, emocionales y cognitivas, y no pedir alniño o niña algo para lo que aún no está preparado. Los niñosde esta franja de edad manifiestan las siguientes características: Necesitan tocarlo todo, sobre todo entre los 6 y los 36 meses.• Tocan las cosas con sus manos y con la boca, desarrollandode esta forma su inteligencia. Se mueven constantemente y en cualquier dirección: se• arrastran, van a gatas o dando sus primeros pasos, asímaduran su motricidad.Necesitan investigar lo que se encuentran a su paso: abrir,• cerrar, sacar, vaciar, trasladar, etc.

Necesitan experimentar con su cuerpo subiéndose encima• de algo o debajo, o incluso metiéndose dentro de algún lugar. Necesitan llamar la atención y presencia de sus padres en• muchos momentos del día, y la buscan cuando no la obtienenpara sentirse seguros y protegidos.Tienen tolerancia cero ante la frustración; es decir, no tienen• paciencia ni aguante, ni saben esperar ni posponer susdeseos. Por eso se enfadan tanto y lloran, e incluso pataleancuando no consiguen lo que quieren o ante un “no”. AdAPTeMOS LA CASA

Si tenemos en cuenta sus características evolutivas todo serámás fácil, y si adaptamos la casa escuchando las necesidades delpequeño explorador será aún mejor.El hogar donde el niño vive es muy importante para él. Lacasa debe ser suficientemente buena para la vida del niño. Noestoy hablando de un espacio lujoso sino de un espacio vital ycon libertad. Es frustrante que se nos prohíba todo lo quedeseamos hacer solo porque hay que amoldarse al lugar.“La casa debe ser suficientemente buena

para la vida del niño”.

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Adaptemos la casa para permitir al menor hacer lo que necesitapara su desarrollo motor desde los 6 meses hasta los 3 años. Acontinuación expongo algunas de las adaptaciones convenientes:Retirad todos los adornos que sean delicados o especiales.• Alejad de su alcance todo aquello que puede ser susceptiblede romperse o de hacer daño.Proteged las puntas de las mesas o muebles para evitar• golpes graves.Proteged los enchufes para así evitar que introduzcan sus dedos.• Colocad topes en los cajones que no queremos que abran. Yo• siempre recomiendo dejar algún cajón libre para que elpeque lo pueda abrir y cerrar con libertad. Se interesarátambién por vaciar su contenido. Tenedlo en cuenta para queno contenga cosas peligrosas ni dañinas. Con todas estasacciones, tu peque se está haciendo más inteligente. - 8 -

En el cuarto de baño, eliminad de su alcance lo que no• queráis que toque. Es el momento de colocar en un lugarmenos accesible para él los jabones, geles, cremas, etc.Proteged los sofás con fundas. Tu hijo se subirá y bajará sin• tener en cuenta si va con las manos limpias o con los zapatospuestos. Es preferible usar una funda a estar todo el ratodiciéndole “no te subas con zapatos”, etc.Adaptad un espacio seguro en la cocina para que pueda jugar• mientras vosotros estáis en ella. Recordad que buscará vuestracompañía. Veréis que le gustará jugar con las tapas de plástico,las cucharas de madera, etc. Vigilad que no toque nada peligroso.Debe haber lugares de la casa y objetos vetados, pero estosdeben ser pocos: los fogones, las escaleras, la televisión, elordenador, el móvil, el váter, etc. En estos lugares y objetos,deberemos insistir tantas veces como sea necesario con el límite.

Por ejemplo, con el papel higiénico del lavabo tienes dosopciones: o lo retiras o le explicas que no se toca. Se lo tendrásque repetir muchas veces, sobre todo cada vez que se dirija atocarlo: “El papel higiénico no es para jugar, ven, vamos a jugarcon otro papel” (y le muestras otro). Al niño –que ha podido saciar su interés en vaciar, llenar, tocar,abrir, cerrar o transportar– le va menguando su necesidad deexploración, y conforme crece se va centrando en otros aspectos.¿CUáNTOS LÍMITeS SON AdeCUAdOS?

Debemos ofrecer pocos límites: brindar más momentos de“sí” que de “no”. Algunos espacios y situaciones de “sí” puedenser los siguientes: sí puedes correr, sí puedes lanzar, sí puedescomer, sí puedes hablar, sí puedes tomar esto, sí puedes cantar,sí puedes bailar o sí puedes construir. Frente a algunas pocassituaciones de “no”: no corras, no toques, no grites, etc. Por lotanto, debemos jerarquizar la importancia de estos límites parano ofrecer un aluvión de ellos.“Su cerebro, aún inmaduro y en constanteformación, no puede fijar muchos límites”.Su cerebro, aún inmaduro y en constante formación, nopuede fijar muchos límites. Por eso, a veces decimos que losniños “se vuelven sordos y no hacen caso”, pero es queseguramente están recibiendo más normas de las que sucerebro puede procesar. Este no podrá fijar más de dos “noes”.

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¿CóMO PONeRLOS?1. Con un mensaje muy corto y claro. Evita losdiscursos o explicaciones, su cerebro no puede procesartanta información y le estás dificultando el aprendizaje dellímite. Necesita saber claramente qué puede hacer y qué no,sin conocer demasiado los detalles. Para un menor de 3 años,es suficiente con saber que “se cruza de la mano de mamá,es más seguro”. Si le das más explicaciones deja de ser unanorma clara y, por tanto, pierde su eficacia.2. Asegúrate de que te ha escuchado. No leexpliques una norma mientras estás haciendo otra cosa.Díselo mirándole a los ojos.3. expresa el límite o norma con afecto yseguridad. Utiliza un tono de voz normal pero afirmativo.Sobre todo, no lo expreses como pregunta. 4. No se negocia. Los padres ponen las normas que sedeben cumplir, pues ellos saben qué es bueno y adecuadopara su hijo. Ante la normal rebeldía del niño de esta edadno hay negociación. En la infancia no se negocia, se guía confirmeza amorosa. En todo caso se pueden dar alternativas. 5. dar una alternativa ayuda a que el niño no sequede bloqueado en la prohibición y pueda centrar suinterés en otra acción: “Los jabones no son para jugar, conesto sí puedes jugar”, “Mi teléfono no se toca, pero esto sípuedes tocarlo”.

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6. Guía su cuerpo para hacerle entender qué es lo queno debe hacer. Cuando se acerca al enchufe, dale una ordenverbal al mismo tiempo que lo apartas del peligro tomándolode la mano. Cuando se acerca a la comida del gato, conducesu cuerpo hacia otro lugar donde sí pueda centrar suatención exploradora mientras le dices “la comida del gatono se toca”.7. Repite tantas veces como necesite esos pocos límites.Su cerebro requiere la repetición para poder fijar esainformación, es decir, para aprenderlo. Puedes ir variandopara aplicar la misma norma: unas veces dilo con palabras,otras con miradas o con gestos.8. evita abusar de la palabra “no”. Lo encontrarásmás detallado y con ejemplos en la pagina…)9. dile “para” en lugar de “no” con el fin deinterrumpir una acción, y explícale aquello que no debehacer: “¡Para de hacer ruido, es molesto!”. “¡Para de saltarsobre el sofá, salta en el suelo!”.10. No ataques ni culpabilices. Si te enfadas porqueno atiende a los límites no lo culpabilices con expresionesdel tipo: “eres una tozuda”, “eres un desobediente”, “metienes harta”, “eres mala”, etc. Seguramente, lo que estápasando es que no le estás dando las normas y límites deforma clara, repetitiva y coherente para su edad.

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LA eTAPA deL NO:AUTONOMÍA yAUTOAfIRMACIóN

A esta edad nace su autonomía. El niño a los 18 mesesempieza a mostrar que tiene voluntad propia, valor propio, queél puede decidir. Empieza su camino hacia la independencia.Esta voluntad de autoafirmarse lo hace diciendo “no” a casi todolo que se le propone. Él quiere decidir cuándo hacer las cosas ono hacerlas.Esta negación es su forma de indicar que está caminandohacia la autonomía y también integrando conquistas. Pero claro,ha pasado de ser el dulce bebé que era receptivo y pasivo amanifestar una posición más activa y oposicionista que a vecesincluso parece rebelde.

Esta voluntad de autoafirmarse crea verdaderas explosionesentre padres e hijos porque: el niño se muestra rebelde ante los límites que le• empezamos a marcar, sobre todo entre los 2 y 3 años.Impone su voluntad y sus deseos: comer solo,• ponerse él solito la chaqueta, subir solito la escalera, caminarsolo por la calle, escoger dónde sentarse en el auto o en lamesa de casa, decidir qué camiseta ponerse, no quiere ir enla sillita del automóvil, etc.exige ser atendido de forma inmediata, no tiene• espera ni tampoco paciencia.Si no se sale con la suya, despliega todo un arsenal de• recursos como el llanto, el grito o el pataleo. Si tu hijo está viviendo su momento de autoafirmación, debúsqueda de poder, de intentar salirse siempre con la suya, dedecir “no” –“que te he dicho que nooooo”– para todo, de lapataleta, de los gritos, las peleas, incluso de querer pegarnosporque no obedecemos sus órdenes; entonces tienes un hijosano que está en busca de su autonomía.Todo manual de pedagogía y psicología habla de esteperíodo. Así que nos hemos de felicitar porque tenemos unoshijos sanos que son capaces de, a sus 2 o 3 añitos, desafiarnos.Consistiría en algo así como una adolescencia infantil.

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¿CóMO vIvIRLO? Lo primero que debemos entender es que no son niños

malos, ni tiranos, ni caprichosos (aunque lo parezcan). No lohacen para fastidiarnos aunque sí para desafiarnos. Lo segundo que debemos tener en cuenta es conectar conla esperanza y la confianza de que el niño está viviendo unaetapa que le ayudará a crecer. De lo contrario, estarás muy amenudo enfadado, irascible y rabioso como tu hijo, y ahoranecesita de tu amor, serenidad, seguridad y paciencia.Lo tercero es que es el momento de poner límites sinnegociar y sin excederse. Mamá y papá ponen las normas yellos las cumplen, les guste o no (sin negociación en la mayoríade casos, por ahora). Ante sus negativas, nosotros decidimos yellos no tienen derecho a voto aunque sí tienen derecho aenfadarse, gritar y descargar su rabia.

Cuando se enfadan y lloran, como padres, solemos perdernuestra firmeza y seguridad dándoles explicaciones eintentando convencerles porque nos duele. En ocasiones, nos sentimos culpables de mantenernosfirmes mientras ellos lloran, gritan y, a veces, pasamos muchavergüenza porque montan el espectáculo donde sea. ¿Te sientesculpable de amar a tu hijo y educarlo para que, en un futuro, seaun joven con criterio y seguridad? Está en tus manos mostrarleese camino ahora o dejar que sea un jovencito impulsivo ycaprichoso.Por ejemplo:Niño: Mamá, quiero un caramelo. Mamá: Hoy no toca. Ayer comiste dos y no es bueno comercaramelos todos los días. Niño: ¡Yo quiero uno ahora!Mamá: Lo sé, pero no es bueno para ti. El niño de 2 años se enfada, grita y llora; puede inclusopatalear en plena calle o en casa.Debes permitir que exprese su rabia pero sin enfadarte conél ni chillarle, ni reprocharle nada. No le digas nada más, esinútil intentar convencerle de que es por su bien. Se lo has dicho,lo ha entendido, no le ha gustado y lo está demostrando.Como está en la etapa de autoafirmación, seguramentevolverá a insistir y, además, como menor de 3 años que es, notolera la frustración que siente: “¡¡¡Quiero un caramelo!!!”.

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Puedes agacharte a su altura, abrazarlo si te lo permite yvalidar con afecto su emoción: “Ya veo que estás muy enfadado.Lo entiendo, pero mamá sabe lo que es bueno para ti”. Aun así, el pequeño de 2 años seguirá insistiendo: “Mamá, yo quiero un caramelo”. Mamá seguirá siendo constante y firme:

“Claro, tal vez otro día, pero hoy no”.La constancia y firmeza amorosa de la madre permitirá quela frustración con llanto y rabia del niño se vaya regulando ybajando de intensidad.

eTAPA CONfLICTIvA PARAPAdReS y edUCAdOReS

Durante la etapa de autonomía y autoafirmación del niño, lospadres se suelen mover entre estas dos vertientes: a) Ser excesivamente restrictivos o castigadores.b) Ser demasiado permisivos.Ninguna de las dos opciones es buena por sí misma, lo ideales encontrar el equilibrio entre libertad y límites.Los padres muy permisivos con los límites (estilo educativopermisivo) potencian la impulsividad y la demanda excesiva en sushijos sin que estos lleguen a aprender cómo regular sus emociones.

Los padres castigadores y restrictivos (estilo educativoautoritario) incrementan la falta de iniciativa y la bajaautoestima en sus hijos, y tampoco permiten que aprendan aequilibrar sus emociones.En esta búsqueda del equilibrio entre el exceso de límites ola ausencia de ellos, pregúntate lo siguiente:

¿Qué normas tiene mi hijo? Haz un listado y sigue reflexionando.

¿Por qué le estoy poniendo este límite?

¿En qué ayuda a mi hijo?

¿Realmente es un bien para él o me ayuda a mí acontrolar mi impaciencia o a que prevalezca

mi comodidad?

¿Cómo reacciono ante los constantes “noes” de mi hijo?

¿Cómo reacciono cuando se enfada o no cumple con la norma?

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evITeMOS AbUSAR deL NOComo he explicado en anteriores capítulos, durante lainfancia el cerebro de nuestros hijos está tan activo que lescuesta fijar muchas pautas o normas que vienen de sus padres,sobre todo antes de los 3 años. Los peques están másinteresados en dar rienda suelta a sus deseos e impulsos que aaceptar lo que les viene dado de fuera, como son los límites ylas normas de sus cuidadores. Cuando les decimos “no salpiques agua fuera de la bañera”,“no vayas descalzo”, “no bebas del biberón de tu hermanita” o“no acaricies tan fuerte al bebé”, los niños interpretanúnicamente la negación o el impedimento a hacer algo que ellosdesean o que ya estaban haciendo. De forma casi inmediata seles activan las ganas de superar ese “no” y, por tanto, demostrarse rebeldes. En otros casos, vemos que simplemente nohacen ni el más mínimo caso, como si no hubieran oído nada.Efectivamente, una lluvia de noes les vuelve sordos.

Conocer esta gran actividad cerebral y la dificultad en fijarpautas externas nos ayuda a jerarquizar la importancia de loslímites y a evitar abusar del no. Sabemos que no podrá fijar másde dos o tres noes, por lo tanto, busquemos otras alternativaspara guiar a nuestros hijos pequeños con normas claras quefomenten su responsabilidad.Es trabajo de los padres tomar conciencia de cuántos noesdicen a su hijo o hija y aprender a reformular ese límite enpositivo para que siga ofreciendo una pauta clara al niño, de talmanera que sepa qué se espera de él, qué es bueno para él opara la buena convivencia.“No se trata de jamás decir “no”, sino de usarlo

menos sin que pierda su valor”. En la siguiente tabla verás algunos ejemplos que son fruto demi propio trabajo. Yo tuve que desaprender a decir tanto “no”para aprender a decir lo mismo en positivo. Para ello escribí enun folio las frases que más solía usar y al lado busqué laalternativa positiva. Colgué la hoja en la nevera para tenerloaccesible y así ir memorizando las nuevas frases. Cada día escogíauna frase en positivo para practicarla, pues si no ejercitaba yrepetía, no conseguiría interiorizarla. Al cabo de unos días notabacomo ya no tenía que pensar para decirla, estaba fijada en micerebro y formaba parte de mi repertorio de forma natural. Vosotros también debéis hacer lo mismo: reflexionar, anotar ypracticar para aprender. El resultado es muy deseable, ya que seconsigue más cumplimiento por parte de los niños. Estos se sientenanimados a colaborar y se desvanece la rebeldía al impedimento ola “sordera ” que antes comentaba. Además, el ambiente es másagradable y positivo para todos al haber menos negatividades. - 21 -

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Pauta con prohibición Pauta clara en positivo

No pintes en la pared. Se pinta en los folios, toma esta li-breta para pintar.

No te subas a la silla. En la silla se pone el pompis, lospies van al suelo.

No juegues con la cuchara La cuchara sirve para comer.

No juegues con mi móvil Es mi móvil, dámelo.

No comas con las manos. Se come con el tenedor. Tómalo.

No grites. Habla flojito. Cuando hablas flojito esagradable, ¿a ver cómo lo haces?

No te levantes de la mesa.Ahora estás comiendo y se comesentado. Cuando acabes te podrás levantar.

No subas los piés al sillón. Pon los pies en el suelo.

No acaricies tan fuerte al bebé. Acaricia al bebé suave. Mira, así se hace.

No golpees la mesa.Para de hacer ruido. (El verbo pararayuda a detener una acción incorrecta).

No metas las manos en el plato. Las manos van fuera del plato.

No te quites los zapatos. Los zapatos se ponen en los pies.

No te quites el gorro. El gorro va en la cabeza.

No lo tires al suelo. Así se rompe.

LAS RUTINAS AyUdAN A eSTAbLeCeR LÍMITeS

Los límites en esta etapa están relacionados principalmentecon dos aspectos: la rutina diaria y la seguridad integral de losniños y niñas.A partir de los 9 meses, aproximadamente, ofrecer a nuestroshijos unos horarios más o menos estables para las diferentesactividades que ocupan su día ayuda a crear una consistenciaen su ritmo diario. Fijar horarios para levantarse, desayunar,comer, merendar, jugar en el parque o en casa, bañarse, tomarla cena e irse a dormir proporciona una regularidad y orden quebeneficia, por sí mismo, en que el niño desde bien pequeño sabequé debe hacer y cómo debe hacerlo, y, por tanto, aprende aautorregularse.

“Fijar horarios proporciona una regularidad yorden que beneficia al niño desde bien

pequeño, ya que sabe qué debe hacer y cómodebe hacerlo, y, por tanto, aprende a

autorregularse”.Los padres, por supuesto, son quienes deben decidir quéhorarios son los adecuados para ellos y el lugar donde estasactividades van a ser realizadas. Por ejemplo: se come en lamesa y no en el dormitorio; se juega en la habitación o sala, perono en la cocina; se duerme a las nueve, etc.- 23 -

¿CóMO eNTeNdeR SUS ReACCIONeS?

Sabemos que los niños de forma natural y espontánea noaceptan de buen grado los límites. Su impulso hacia la búsquedade satisfacción parece indomable, y cuando no es satisfecho seenojan y frustran mucho.Así que, ante una norma o un simple “no”, el niño se enfadará ylo expresará de la única forma que sabe, con todo su cuerpo:llorando, golpeando, tirándose al suelo, chillando, quejándose, etc.Debemos permitir que el niño o niña exprese su disgustocomo necesite: llorando poco, llorando durante un buen rato,llorando suave o fuerte, con pataleta o no, con gritos, bajandola cabeza, etc. El único límite será el de no hacer daño: “Tepuedes enfadar y expresarlo pero no puedes hacer daño”.

Ante la frustración de un “no”, muchos niños pequeños segolpean la cabeza contra el suelo o la pared para expresar laintensidad de su enfado. No debemos permitir que se hagandaño, así que les pararemos con las manos mientras lesdecimos: “Para, así te haces daño. Te puedes enfadar, pero no tehagas daño”. Si con el disgusto pegan al adulto, deberemosactuar ofreciéndole el límite claro de que “no se pega a nadie.Te puedes enfadar pero no dañar”.Una reacción habitual en los padres ante el llanto y enfadodel peque suele ser la de recurrir a discursos negativos talescomo estos: “estoy harto”, “siempre lo mismo”, “eres un tozudo”,“eres un malcriado”, “basta ya de tanta tontería”, “mira cómo tepones”, etc. Con ello están negando el derecho de su hijo aexpresar la rabia de la frustración, con el perjuicio de hacerlosentir humillado y atacado.

Si entendemos que todas las emociones deben serexpresadas y no castradas, y que es normal que nuestrospequeños se disgusten ante su deseo frustrado de no salirse conla suya, entonces permitiremos que expresen su enfadoofreciéndoles nuestra compañía y amparo.De esta forma, el niño pequeño irá encontrando su punto deequilibrio entre la satisfacción y la frustración; por lo tanto,estas intensas explosiones emocionales del año hasta los tres,irán autorregulándose y bajando en intensidad. Sucede locontrario a lo que muchos padres piensan: que si se les permiteexpresar la rabia, esta irá aumentando de intensidad con losaños. En cambio, lo cierto es que se incrementará si el niño noencuentra límites que le ayuden a autorregularse.

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CAPÍTULO 2: Consultas reales

¿CóMO Le eNSeñO A NOCRUzAR LA CALLe SOLO?

“Tengo un hijo de 21 meses y no sé si es aún pequeño paraentender que la carretera no se cruza solo, sino “aúpas”. Todos losdías, antes de cruzar le preguntamos cómo se cruza y él responde(porque está cansado de oírlo): “aúpas”. Pero ayer, que estabacorreteando y nosotros quisimos saber hasta dónde llegaba, cruzósolito (no había coches circulando). Le dijimos muy serios (porquea él le entra la risa) que eso es muy peligroso y que no debe hacerlo,pero lo volvió a hacer. Así que, como no quería atender, nos volvimosa casa, con su correspondiente llanto por no seguir en la calle. Encasa le explicamos que a la calle bajaríamos en otro momento,porque no había hecho caso. Durante la tarde, otra vez hizo lomismo. ¿Es tal vez muy pequeño para entenderlo y hacer caso?¿Debemos actuar de otra manera? Muchas gracias por tu atención”.

Nuestra respuesta expertaTu hijo está empezando a aprender que no debe cruzar soloy necesita mucha constancia y repetición del mismo mensaje.Necesita muchas veces de la misma experiencia para que elmensaje se fije en su cerebro y lo interiorice.

Hacéis muy bien en ponerle este límite, pues es por suseguridad y protección, aunque yo os recomiendo que no locojáis en brazos para cruzar, sino que os dé la mano y crucecaminando. Está en la fase de autonomía, quiere demostrar loque puede hacer por él mismo y, en este caso, puede cruzarusando sus propias piernas y no a través de las vuestras. Eso sí,cogido de vuestra mano. Si lo cogéis en brazos lo tratáis como aun bebé, limitando con ello sus ganas de crecer.Un niño menor de 3 años por la calle de una ciudad con tráficodebería ir cogido de la mano de sus padres o muy cerca. Solo en unparque, en un lugar peatonal o amplio sin coches puede ir suelto.Cuando se le permita caminar solo se le debe decir “este lugar es seguroy sí puedes caminar suelto”. Y cuando os vayáis de ese lugar tendréisque decirle “ahora vas de mi mano o a mi lado porque es más seguro”. El niño pequeño todavía no sabe ni de peligros ni de buenoscuidados. Los padres, en cambio, sí lo saben y lo deben aplicarcon normas y límites desde el año de edad. Son normas y límitesque protegen, dan amor y ayudan a aprender a cuidarse.Lo adecuado durante una larga temporada es que, antes desalir de casa, le recordéis cuáles son las normas:

1. “Por la calle debes ir al lado de mamá, o papá, y de mi mano”.

2. “Para cruzar siempre tienes que darme la mano”.Repetir este mensaje será necesario para su aprendizaje, asícomo vuestra actitud constante y firme. Si un día le pedís lamano pero otro día no, crearéis en él una confusión queaumentara la rebeldía típica de esta edad y dificultaréis laintegración de la norma y la regulación de su frustración.- 29 -

Hablemos de su frustración. Efectivamente, vuestro hijo seenfada y llora cuando no puede cruzar como él desea. Estáexpresando su inconformidad y es algo que debéis permitir. Laaplicación de la norma se dirige a la conducta, no a la emoción.Esta frustración será intensa al principio, pero con cada una de lasexperiencias y escenas vividas de cruzar de vuestra mano, se iráregulando y bajando la intensidad. Así irá aprendiendo a regularla.Si no cumple con la norma, debéis aplicar una consecuencia(no un castigo) como bien hicisteis al regresar a casa y no estarmás en la calle. Sin embargo, debéis tener en cuenta que elaprendizaje necesita repetición: repetición tanto del mensajecomo de la consecuencia.“Si no cumple con la norma, debéis aplicar unaconsecuencia como bien hicisteis al regresar a

casa y no estar más en la calle”.

el mismo mensaje y actitud durante mesesEste es el mensaje y actitud que necesita oír cada vez quehay que cruzar por la calle donde hay tráfico, sencillo, firme yconstante: “para cruzar me das la mano”. Es una norma demamá y papá que se debe cumplir siempre.Dentro de unos meses, cuando tu hijo cruce de tu mano connaturalidad, recuerda reforzar positivamente su logro: “cariño,¡cómo sabes cuidarte! Darme la mano para cruzar es sabercuidarte”. Así fomentas su responsabilidad desde lo positivo,motivándolo cuando lo hace bien. Verás cómo tu hijo a los 3 años no cruzará solo, pues en estosdoce meses habrá integrado esa norma y además estarámotivado para aprender a cuidarse.- 30 -

MI hIjA NOS INTeRRUMPeCONSTANTeMeNTe

“Mi hija tiene 2 años y medio. No puedo mantener unaconversación con mi marido sin que ella vaya interrumpiendo decualquier manera. No sé cómo hacerle comprender que deberespetar las conversaciones y que no siempre tiene que ser ella elcentro de atención, porque aunque intentas ignorarla no parahasta que consigue sacarme de mis casillas. ¿Cómo puedo actuar?”.

Nuestra respuesta expertaTu consulta es un claro ejemplo de la importancia de irdefiniendo límites. Tu peque necesita aprender que no en todomomento se le puede atender de manera exclusiva, que en suvida hay “noes” y no todo es placentero.

Es un aprendizaje difícil de integrar para una niña de 2 años(también para los más grandes) porque una característicafundamental del pensamiento infantil hasta los 6 años es suegocentrismo, es decir, todo gira alrededor de ellos: todo espara ellos y por ellos, y además esperan que todo sea de formainmediata. Te explico esto para que entiendas que enseñarle atu peque a esperar su turno para ser atendida y que lo respeteserá el resultado de un proceso que te llevará un tiempo largo.Imagino que te saca de tus casillas porque crees que con lasveces que se lo has explicado ya debería hacerte caso. No resultaasí exactamente. Debes seguir haciendo lo mismo una y otra vez,dándole siempre la misma respuesta ante el mismo hecho, noatenderla mientras hablas con papá o con otra persona. Así queno pierdas los nervios, más bien todo lo contrario: paciencia,constancia y pocos enfados.

¿Cómo poner este límite?1. Transmite el mensaje de forma clara yfirme (sin chillar, ni amenazar, ni enfadarte). Le miras a losojos y le dices “ahora estoy hablando con papá (o porteléfono, o con la abuela, etc.), y no puedo escucharte. Perocuando acabe estaré para ti”.2. Permite la expresión emocional. Ante este “note atiendo” tu hija se puede enfadar, chillar, llorar, quejarse (ypor tanto su enojo puede que no te deje seguir conversando).Permítele que muestre su queja, es la reacción más natural asu frustración y tú procura ignorarla. Si su rabieta es muyescandalosa podéis apartaros un poco para seguir vuestrointento de conversación, eso sí, antes validar su emoción yrecordarle de nuevo la pauta sin enfados ni amenazas:“Entiendo que te disguste y te enfade, cariño. Ahora necesitohablar con papá y cuando acabe estaré para ti”. No hace faltaque le digas nada más. Ningún discurso del tipo: “estoy harta”,“siempre es lo mismo”, “ya te lo he explicado mil veces”, etc.,pues estos discursos solo empeoran las cosas.Se trata de decir “ahora no” desde una autoridad basada enla confianza y en el amor. El enfado, el chantaje, los discursosamenazantes forman parte de una autoridad basada en larigidez y en el miedo (como he explicado en la guía Loslímites: con amor o con miedo).3. Poco rato de “no”. No pretendas hablar con tumarido un tiempo largo. Tras tres minutos en los que ella harespetado el “ahora no puedo estar para ti” –aunque hayasido lloriqueando–, vas en su busca y le dices “ya he acabadode hablar, ahora sí puedo estar para ti”.

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4. Constancia y coherencia. Esto lo tendrás quehacer en muchísimas ocasiones, y seguramente algunasdurante un mismo día, pero si siempre le das el mismomensaje a tu hija, y luego le ofreces tiempo y dedicación,verás como conforme vaya creciendo las muestras de enfadoserán menos e irá aceptando que tú estés hablando con otraspersonas y no estés por ella (10 minutos o más).5. La seguridad y confianza que tú le transmitesen este mensaje la harán sentirse querida y le ayudarán amadurar, sintiendo también más confianza en ella misma.6. Ten en cuenta su edad: sé coherente con su cortaedad y no pretendas estar en una larga conversación. El“ahora no” debe ir acompañado más tarde de “ahora sí”. Y tenmuy presente que este aprendizaje durará unos años, perotú misma podrás ir comprobando la evolución.

NO QUIeRe IRSe A dORMIR TeMPRANO

“Hola. Tengo un bebé de 15 meses. Antes era un angelito quedormía seguido desde los dos meses toda la noche y se acostabaa las nueve de la noche como tarde. Ahora no quiere dormirsetemprano, cada día más y más tarde. Hace días se acostó a la unade la mañana, y normalmente entre las once y media y doce de lanoche. No sé qué hacer. He tratado de quitarle la siesta de lastardes y solo lo dejo hacer una. Al principio funcionó, pero solodos días. ¿Qué puedo hacer?”.

Nuestra respuesta expertaEntiendo tu preocupación, pues hasta ahora tu peque tehabía dado noches de paraíso, pero los niños van cambiando ala vez que crecen y, como padres, hemos de adaptarnos a lasnuevas situaciones.

Tu hijo ya no es un bebé, está en la edad de experimentar suprimera fase de autonomía: caminar, trasladar objetos, pedir loque quiere con gestos o con sus primeras palabras, incluso decidirlo que quiere y lo que no quiere. En este momento, expresa supequeño poder decidiendo cuándo quiere irse a dormir.Los padres somos los responsables de su bienestar y, portanto, nosotros decidimos cuándo dormir. Establecer horariosy rutinas es una forma de ir mostrando límites que favorecensu buen desarrollo. Tú sabes cuándo es adecuado para su edad,así que debes indicar ese límite. Cuando a un niño se le hapasado el momento propicio de ir a dormir, está demasiadoestimulado y no puede conciliar el sueño.En cuanto a la siesta, es mejor que después de comer lo pongas adormir como mínimo una hora. Está comprobado que buenas siestasimplican un mejor sueño nocturno, más profundo y reparador.establecer rutinas y horarios son buenos límitesLo ideal es que se acueste entre las 20:00 y las 21:00 horasen horario de invierno. Ese será el límite adecuado para él ytú debes disponer la tarde en torno a este horario. Estableceuna rutina diaria y cúmplela siempre (las excepciones delos fines de semana o las vacaciones son bienvenidas). Estapuede incluir lo siguiente:el rato de juego, después de su siesta, que puede ocupardos o tres horas de la tarde. Algunas normas y límites –aplicablesa partir del año–, durante la hora del juego pueden ser: cuidarlos juguetes y no romperlos, jugar en un lugar determinado dela casa y no en otros, recoger los juguetes al acabar. Si losjuguetes quedan recogidos evita que se vuelva a jugar, puestoque después del baño y la cena ya no es momento de juego, sinode bajar la actividad y la energía para irse a dormir.- 36 -

La hora del baño es recomendable que sea diaria, puesle ayudará a relajarse, y que sea después de la hora del juego yantes de la cena. Algunas normas y límites aplicables a partir delaño pueden ser: no tirar agua fuera de la bañera o ducha, recogerlos juguetes al acabar, recoger la ropa sucia y llevarla a lavar.La cena, que debe ser en la misma franja horaria, y algunasnormas y límites aplicables a partir del año son: no jugardurante la comida, no levantarse de la mesa, no ver la televisión.La hora de dormir la deben marcar los padres entre las20:00 y las 21:30 –según la edad de los pequeños–, y no esperara que tengan sueño para llevarlos a dormir. Este momento estámarcado de normas y límites que tienen que ver con crear unclima de calma, seguridad y protección: hacer un pipí y lavarselos dientes, leer cuentos antes de ir a dormir (determinar unacantidad de lectura, uno o dos cuentos, para que al niño le seamás fácil prepararse), hablar con voz suave, flojita, pues no esmomento de chillar, no jugar (los juguetes ya están descansando).Recomiendo leer la guía el método de dormir de Edúkame parasaber cómo acompañarlo emocionalmente en esos momentos.