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EL PAPEL DEL ESTADO EN UN MUNDO EN GLOBALIZACION • Theotonlo Dos Santos 1. LmEIIAI.IS\IO, E ESTATAL Para el pensamiento liberal radical-y el neolibera- lismo es una expresión de ese pensamiento- el Estado es un monstruo que se opone a los individuos. Estos últimos son entes utilitarios que buscan alcanzar el máximo de satisfacción de sus necesidades o deseos a través del mínimo esfuerzo. Según esta doctrina, ese comportamiento racional maximiza los esfuerzos humanos y permite alcan- zar el máximo desarrollo de cada individuo y, conse- cuentemente, de toda la sociedad, pues ésta no sería más que la suma de los individuos (Macpherson, 1976 y 1979). De esta manera, para la visión liberal radical, el Estado se opondría a la sociedad civil en lugar de ser su expresión, como postuló Marx. El carácter impositivo y dictatorial del Estado, en el cual se concentra la sobera- nía, el poder de vida y de muerte y el monopolio final de la violencia, que liberales y anarquistas reconocieron, era también aceptado por Marx y sus seguidores. Sin embargo, Marx reconocía en el Estado un producto de la división de clases de la sociedad civil. Era el instru- mento supremo del poder de la clase dominante en un modo de producción y una formación social dada. Cuan- to más legítimo fuese ese poder menos necesidad ha- Este ensayo, escrito originalmente en portugués para su publica. ción en esta Revista, ha sido traducido al español por Agustín Mar- tincz A. 3

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EL PAPEL DEL ESTADO EN UN MUNDO

EN GLOBALIZACION •

Theotonlo Dos Santos

1. LmEIIAI.IS\IO, GJ.lII1AI.IZAC:I(¡~E hTERVE~CI(¡~ ESTATAL

Para el pensamiento liberal radical-y el neolibera­lismo es una expresión de ese pensamiento- el Estadoes un monstruo que se opone a los individuos. Estosúltimos son entes utilitarios que buscan alcanzar el máximode satisfacción de sus necesidades o deseos a través delmínimo esfuerzo. Según esta doctrina, ese comportamientoracional maximiza los esfuerzos humanos y permite alcan­zar el máximo desarrollo de cada individuo y, conse­cuentemente, de toda la sociedad, pues ésta no sería másque la suma de los individuos (Macpherson, 1976 y 1979).

De esta manera, para la visión liberal radical, elEstado se opondría a la sociedad civil en lugar de ser suexpresión, como postuló Marx. El carácter impositivo ydictatorial del Estado, en el cual se concentra la sobera­nía, el poder de vida y de muerte y el monopolio finalde la violencia, que liberales y anarquistas reconocieron,era también aceptado por Marx y sus seguidores. Sinembargo, Marx reconocía en el Estado un producto de ladivisión de clases de la sociedad civil. Era el instru­mento supremo del poder de la clase dominante en unmodo de producción y una formación social dada. Cuan­to más legítimo fuese ese poder menos necesidad ha-

• Este ensayo, escrito originalmente en portugués para su publica .ción en esta Revista, ha sido traducido al español por Agustín Mar­tincz A.

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merciales nacientes no disponían de suficiente poder pa­ra conducir solas la inmensa tarea de expansión oceá­nica. Y el capital financiero acumulado por genoveses yjudíos sirvió ante todo a los monarcas españoles y por­tugueses, cuyos planes de expansión financió. Si el Es­tado holandés no ejerció directamente funciones produc­tivas, tuvo, sin embargo, un importante papel en la or­ganización de las finanzas y de las condiciones comer­ciales de la expansión holandesa. Más activo todavíafue el Estado inglés en la creación de la acumulaciónprimitiva que permitió el surgimiento del capitalismocomo' un nuevo modo de producción. El' Estado francésorganizó directamente las factorías que dieron origen alas industrias modernas. Fue el tan criticado mercan­tilismo el que creó las condiciones de existencia de suenemigo: el Liberalismo.

Cuanto más se desarrollaba y consolidaba la eco­nomía industrial moderna, más urgentes se hicieron lastareas económicas de contenido colectivo y más se vioobligado el Estado a asumir tareas fundamentales parala sustentación del desarrollo económico. Así el Estadoliberal fue ampliando sus tareas entre el siglo XVIII y el XIX.Se apartó de los monopolios comerciales que realizaronla expansión imperialista comercial y se hizo antirner­cantilista para apoyar solamente las nuevas actividadesindustriales y los nuevos centros urbanos que se expan­dieron mediante la destrucción de la economía rural preca­pitalista y de la expansión de las concesiones estatalespara la construcción de infraestructuras en todo el im­perio (centro y colonia): vías férreas, barcos a vapor,puertos modernos, telefonía, gas, electricidad y carbón.

Toda esta parafernalia moderna se fue instalandobajo la orientación del Estado, el cual fue financiando yconstruyendo los medios del llamado progreso y crean­do al mismo tiempo las condiciones de la ciudadaníamoderna con el surgimiento de la educación pública enla segunda mitad del siglo XIX. El proteccionismo fue com­batido en Inglaterra donde se trataba de permitir la irn-

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portacion de productos agrícolas para los trabajadoresindustriales y materias primas para las fábricas nacien­tes. Pero los principios proteccionistas fueron adoptadospor las nuevas potencias industriales como los EstadosUnidos de Hamilton y de la Guerra Civil contra la rebel­día librecambista de los productores agrícolas del sur;como también la Alemania de Bismarck y el Japón de larestauración Meiji (ejemplo perfecto del Estado promo­tor y organizador de la actividad económica industrial).

Cuanto más avanzaba el modo de producción capi­talista y la forma social de la producción (concentradaen enormes fábricas y unidades de producción, distri­bución, comercialización y financieras), más se necesitóde la intervención estatal. Las tareas de la consolidaciónnacional (siempre producida a través de la fuerza ejer­cida por las etnias y los grupos lingüísticos y religiosostriunfantes sobre los demás) y de la expansión imperia­lista exigieron una intervención todavía mayor del Estadoen el plano militar. Las fuerzas armadas se comprome­tieron con estas políticas expansionistas hasta las dosGuerras Mundiales del siglo xx, en las cuales el Estadoasumió el control directo del sistema económico capitalistaen su conjunto.

De la Primera Guerra Mundial resultó la RevoluciónRusa y la caída definitiva de las monarquías de EuropaCentral. La crisis de 1929 demostró los límites defini­tivos de .los sistemas de regulación económica basadosen el mercado e introdujo nuevas reglas de conducciónde la vida económica bajo la intervención creciente delEstado. Esta intervención comenzó a ser considerada unaobligación del Estado de Bienestar. La noción de ciuda­danía y de sociedad civil cambió drásticamente. Sur­gieron nuevos derechos sociales que pasaron a respon­sabilizar al Estado por el pleno empleo, por la educaciónhasta el nivel universitario, por el crecimiento económicoy por la innovación tecnológica que lo sustentaría, porlos transportes, la vivienda y toda la infraestructura ur­bana y sub-urbana.

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en formación, los Estados Nacionales recién creados orecién fortalecidos asumieron un creciente papel en laspolíticas de desarrollo. Estos tuvieron que crear directa­mente colosales infraestructuras de transporte, energía,educación, vivienda, salud, industrias básicas (sobre to­do siderúrgicas, petroquímica y química en general) yhasta parte de las industrias de bienes durables y deconsumo final.

En este proceso se destaca la nacionalización de laexplotación y el refinamiento de petróleo hacia el fin dela década de 1960. El cartel de las siete grandes empre­sas petroleras (algunas de ellas fuertemente estatizadas,como la Shell) fue completamente sustituido por em­presas estatales o semi estatales, creándose el cartel delos países productores de petróleo (OPEP) mientras las sie­te grandes se concentraban en la distribución, el refi­namiento más sofisticado y la petroquímica fina. Esoposibilitó el aumento del precio del petróleo en 1973 yla emergencia del Tercer Mundo, en este período, con lapropuesta de un Nuevo Orden Económico Mundial apartir de la Carta del Derecho Económico de los Pue­blos, aprobada por las Naciones Unidas.

La nacionalización del cobre en el Chile de Allende,en 1971, y en otros países como Zambia y Ecuador,llevó a la creación de la Organización de los Países Pro­ductores de Cobre (OPEe) que no alcanzó el mismo éxitode la OPEP porque la dictadura que derrotó a Allende, apesar de conservar la nacionalización del cobre, no diocontinuidad a la política de cartel de productores.

Es cierto que estas políticas se desarrollaron en unperíodo de disminución de la importancia estratégica deestas materias primas que se encuentran en proceso (ace­lerado) de sustitución por sucedáneos tecnológicos máseficientes. No obstante, el impacto representado por lapolítica de precios de la OPEP fue suficiente para generarla Comisión Trilateral, creada exactamente para respon­der al fortalecimiento de los países socialistas, de losnuevos países industriales del Tercer Mundo y de loscarteles de materias primas.

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La confrontación militar de los Estados Unidos conVietnam fue otro importante factor de intensificacióndel gasto público en el período de 1967-73. El gastomilitar asumió una nueva dimensión en este período. Elavance de la tecnología militar aumentó enormementelos costos de los equipos militares y de la investigacióny desarrollo en este sector. Las bombas nucleares acopla­das a cohetes inteligentes de alta precisión y de autono­mía de vuelo cada vez mayor transformaron el carácterdel gasto militar. Terminada la guerra, disminuyó el nú­mero de reclutas y aumentó la necesidad de personaltécnico profesional, además de los altos' costos del ma­terial y equipamiento utilizados. El gasto militar dismi­nuyó, consecuentemente, sus efectos favorables sobre elpleno empleo, al mismo tiempo que generaba empleosde personal altamente calificado y técnico.

El esperado efecto de speed offde estas inversionesquedaba cada vez más distante en los gastos en investiga­ción básica que crecieron en mayor proporción. Estosúltimos asumieron la forma de los grandes proyectos dela década del 80, conocidos como "Gran Ciencia" (Guerrade las Estrellas o Iniciativa Militar Estratégica, Proyec­to Genoma, el gran acelerador de partículas, etc.), cuyosefectos más inmediatos en el plano militar fueron a me­diano plazo y en el plano civil a largo plazo o, a veces,hasta inexistentes.

La intervención creciente del Estado en este pe­ríodo aumentó enormemente la participación del gastopúblico en el producto nacional bruto, como veremos enel próximo ítem de este artículo. Esto significó un sis­tema impositivo cada vez más fuerte y algunas veces laintervención directa del Estado en el sistema produc­tivo y distributivo a través de la intervención de em­presas y sectores económicos enteros como el financie­ro. Durante las décadas de los 70 y 80 fueron estatiza­dos, entre otros, los sectores financieros de Chile (des­pués del golpe de Estado del 73 fue devuelto al sectorprivado pero nuevamente nacionalizado por el régimen

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militar y nuevamente privatizado). de Francia (recien­temente viene siendo reprivatizado), de México (despuésreprivatizado y ahora bajo fuerte asistencia estatal). dePortugal (también parcialmente reprivatizado). En muchosotros países crecieron los bancos y demás servicios finan­cieros estatales. Pero lo más importante fue el creci­miento de la intervención de los bancos centrales sobrela actividad financiera en general. al mismo tiempo quecreció enormemente el déficit público. sobre todo durantela década del 80.

A la caída de las inversiones productivas desde 1967.siguió la caída de la tasa media de ganancias del sis­tema capitalista mundial. particularmente en los paísescentrales. Se trataba del inicio de una/ase b (recesiva) delas ondas largas de Kondratieff. El aumento del desem­pleo hasta de dos dígitos comenzó a anunciarse comoelemento estructural en el fin de la década del 60 y seconsolidó en las décadas de los 70 y 80. Los costos delseguro de desempleo comenzaron a elevarse junto conlos demás gastos sociales. La especulación financieracomenzó a sustituir los gastos productivos. El crecimientodel gasto público. y consecuentemente el crecimientodel déficit público en las décadas de los 70 y 80. aumentóla base del sistema financiero. Los títulos de la deudapública comenzaron a presionar las tasas de interés haciaarriba. El surgimiento de los petrodólares en el deceniodel 70 generó un gran excedente financiero mundial quefue reciclado por el sistema financiero norteamericanoy. secundariamente. el europeo. Este reciclaje se diri­gió en primer lugar a los países del Tercer Mundo y alos países socialistas que contrajeron enormes deudasexternas en la década del 70. Pero los Estados Unidostuvieron el liderazgo mundial del déficit público. acti­vado sobre todo por los gastos militares y aumentadopor los costos crecientes del seguro de desempleo y otrosgastos sociales en ascenso.

La presión de los movimientos sociales aumentójunto con la presión de los países productores de materias

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primas y las políticas de crecimiento económico de lospaíses socialistas que comenzaron a infiltrarse en el sis­tema financiero y comercial internacional y a sufrir,consecuentemente, los efectos de la crisis internacionaldel capitalismo. El caso más evidente fue el efecto delaumento del precio internacional del petróleo sobre lasrelaciones entre la URSS y los demás países del COMECOM.La URSS era la única productora de petróleo en el COMECOMy no tenía ningún interés en mantener los bajos preciospracticados en el interior del bloque. Por otra parte, sise subían los precios, siguiendo la tendencia internacio­nal, se hubiese producido una total anarquía dentro delbloque. ¡,Qué camino seguir? ¿Desprenderse del bloqueo mantener los bajos precios del petróleo y los compro­misos asumidos? La solución encontrada fue la diso­lución del bloque.

No hay duda de que una política de ajuste al merca­do mundial inviabilizaba el desarrollo de esos países yabría una grave crisis entre ellos, la cual iría a desem­bocar en la desagregación del campo socialista. La pos­terior caída de los precios del petróleo al fin de la décadano resolvió el problema. Al contrario, profundizó lasdificultades económicas de la URSS y precipitó la crisisdel COMECOM.

Vemos así que la mayor estructura estatal del mun­do -erigida en los años 20 y 30 en los países socia­listas- entra en una profunda depresión y desagrega­ción en función del receso de su industria militar, asu­mida como política unilateral de la URSS, su reestructu­ración industrial y su articulación creciente con el mer­cado mundial. Esta reestructuración generalizada e in­clusive revolucionaria, generó una crisis del Estado Na­cional soviético (en realidad multinacional), pero nadanos permite concluir que ella fuese definitiva y conclu­yente. Posiblemente el Estado soviético, disuelto en 1991,deba reconstruirse sobre bases nuevas, menos burocrá­ticas y autoritarias. Sobre todo, debe preverse que asu­mirá funciones nuevas al aumentar la integración de Rusia

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con las economías de la Comunidad de Estados Inde­pendientes y con la economía mundial. Su incorporacióncreciente en la economía mundial deberá fortalecer lassoluciones de capitalismo de Estado en los otros países.Los intercambios económicos se encontrarán cada vezmás determinados por la intervención del Estado ruso yde la CEI en la economía mundial. Cuando ese Estado seencuentre con su peso real en la economía mundial, nuevosprocesos de estatización deberán ocurrir con enormesconsecuencias internacionales.

2. UN ANÁLISIS F.STADfSTICO D~; I.A INTERV~:r¡CIÓN ~:STATAL

Los estudios empíricos sobre la intervención de losEstados nacionales en la economía y en la vida socialconfirman claramente los análisis realizados en el ítemanterior, Uno de los más recientes esfuerzos de análisisestadístico fue realizado para el Banco Mundial por eleconomista Vito Tanzi y sus colaboradores.' Lamentable­mente, su análisis se limita a los países industrializados,cuyas estadísticas son más completas. Sin embargo, éstasexpresan una tendencia general que simplemente se exa­cerbaría si incluyésemos los países en desarrollo y lospaíses socialistas hasta las reformas de transición al mer­cado de 1989 a 1996.'

Si analizamos el Cuadro l sobre el crecimiento delgasto de los gobiernos expresado en porcentaje del PIB, po­demos constatar una tendencia histórica a elevar el mar­gen de intervención estatal en la economía.

Un primer nivel se sitúa alrededor de 1870, esto es,en la segunda mitad del siglo XIX. Los países cuyo gasto

1. El trabajo preliminar realizado por estos autores para el FMI sobre"El Crecimiento del Gobierno y la Reforma del Estado en los PaísesIndustriales", fue resumido en la Gozesa Mercan';! del 21 de mayo de1996, p'g. A-9.

2. Una síntesis de los resultados de estas reformas se encuentra en elInforme Anual del Banco Mundial (1996).

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público era de tradición histórica, como Francia. congastos que representaban el 12,6% del PIB, alcanzaron lasegunda decena. Estos son los casos de Alemania (10,0%)e Italia (11.9%). Los demás no pasaron del primer dígito.Estados Unidos con 3,9% y Noruega con 3.7%, estabanmuy por debajo. El promedio del período es de 8,3%.No se encuentran cambios significativos hasta la vís­pera de la Primera Guerra Mundial cuando el promediosubió a 9,1%. Recordemos que de .1870 a 1913 tenemosun período de creciente expansión de las colonias y delucha por su consolidación y, por lo tanto. de expresióndel gasto militar.

El segundo nivel se instaura a partir de la PrimeraGuerra Mundial y se extiende hasta la post guerra (décadade 1920) a pesar del retroceso de los gastos militaresalcanzados durante la guerra. La desmovilización mili­tar no fue suficiente para retroceder hasta los nivelespre-bélicos. El promedio general de los gastos de losgobiernos alrededor de 1920 subió al 15,4%. Algunospaíses llegaron a alcanzar niveles superiores al 20,0%,como Francia (27,6%), Alemania (25%), Italia (22,5%),Reino Unido (26,2%). Por lo contrario, países que noparticiparon en la Primera Guerra; como Estados Unidos(7,0%), Suiza (4,6%), España (9,3%), Suecia (8,1%),Noruega (8,3%), Holanda (9,0%) y Japón (8,3%), se en­cuentran muy por debajo de la media. No obstante, sepuede decir que fue en este período cuando surge elcapitalismo monopolista de Estado al que Nikolai Bujarinidentificó como el definidor de una nueva fase histórica(Hilferding caracterizará la fusión del capital monopo­lista con el gasto público como "capitalismo organizado")'.

El segundo nivel va a alcanzar su punto más alto enla víspera de la Segunda Guerra Mundial. Durante ladécada del 30 la intervención estatal aumentó aún máscomo consecuencia de la crisis de 1929. El crecimiento

3. Ver Bujarin, Nikolai•Imperialísmo J Bconomta Mundial. y Hilferding,O Capital Fínanceiro, Sio Paulo, Editora Abril (Col. Grandes Econo­mistas).

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avasallador del desempleo cuestionó definitivamente laLey de Say, según la cual la producción creaba su pro­pia demanda. Keynes y otros economistas apelarán a laintervención del Estado para aumentar la demanda y esti­mular de ese modo la producción yel empleo.

Al mismo tiempo, en la Italia fascista y en la Alemanianazi se arremetía fuertemente contra los principios po­líticos del liberalismo y se combinó una política rnone­tarista con la ampliación de los gastos estatales, sobretodo en el sector militar.

Es así que, alrededor de 1937, encontramos que lamedia del consumo estatal de los países estudiados au­mentó ligeramente hacia el 20,7%. Pero, al mismo tiempo,encontramos contrastes extremos. La Alemania nazi ele­vó los gastos gubernamentales al 42,4% del PIB. Seguida­mente, el Reino Unido, bajo la presión de las fuerzaslaboristas, alcanzó 30% del PIR. Se trataba de dos mode­los opuestos de capitalismo de Estado: el militarista y elsocialista. Sin embargo, ambos indicaban la misma ten­dencia de aumento de la intervención del Estado en laeconomía. En ese año Francia alcanzó el 29% en la re­lación entre el gasto público y el PIB, Italia presentaba24,5% y Japón saltaba al 25,4% en función de su po­lítica imperialista en Asia. Los Estados Unidos (8,6%),Suiza (6,1 %) Y Suecia (10,4%) continuaron con bajosporcentajes del gasto público en relación al PIB.

El tercer nivel se inaugura a partir de la SegundaGuerra Mundial. La victoria aliada eliminó drásticamenteel gasto militar de importantes economías, como la ale­mana y japonesa; pero, por otra parte, el hábil manejodel fantasma de la guerra fría permitió una significativaconservación del gasto militar en los Estados Unidos e,incluso, una expansión del mismo ante dos guerras co­loniales (Corea y Vietnam).

En 1960, a pesar de no encontrar ningún caso ex­tremo como el de la Alemania nazi, vemos la media delos gastos públicos saltar al 27,9% del PIB reuniendo a todoslos países en torno al 30%. Sólo el Japón ocupado (17,5%)

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y la España franquista, bastante aislada (18,8%), pre­sentaron menos del 20% del PIB.

Entre 1960 y 1980, sin embargo, se produjo un enormesalto, el cual se explica por las razones descritas en elítem anterior: el auge de la guerra fría y de la guerra deVietnam, el crecimiento de los antiguos Estados colo­niales, el aumento de las luchas sociales y su desarrolloen nuevos frentes, la socialización creciente de la produc­ción y su dependencia de crecientes gastos en investi­gación y desarrollo, educación y avance cultural.

En 1980 se llegó a un cuarto nivel, con una rela­ción media entre el gasto público y el PIB de 42,6%. Algu­nos países, como Bélgica (58,6%), Holanda (55,2%) ySuecia (60,1 %), se situaron próximos al 60% de gastopúblico en relación al PIB. Todos ellos son países orien­tados hacia los gastos sociales y no sólo al gasto mili­tar. Alemania (47,9%) y Japón (32,0%) tenían prohi­bición de expandir sus gastos militares durante el pe­ríodo y se volcaron intensamente al desarrollo científico­tecnológico y al crecimiento económico con base en unafuerte competitividad internacional. Francia (46,1 %), losEstados Unidos (31,8%) y el Reino Unido (43,0%) seconvirtieron en grandes inversionistas en el sector mi­litar, pero también aumentaron mucho sus gastos so­ciales durante el período.

Finalmente, entre 1960 y 1980, el llamado Estadode Bienestar se consolidó en el mundo desarrollado. Enese período, los gobiernos socialdemócratas y socialis­tas llegan al gobierno después de años de oposición (ex­cepto en Suiza, donde estaban en el poder desde losaños 30, en Inglaterra, donde los laboristas fueron go­bierno por breve tiempo en los años 20, 40 Y 50, Y enotros países donde ocasionalmente formaron parte delgobierno, como la Alemania de Weimar, pero siempreen alianza con los liberales). En ese período también losgastos en investigación y desarrollo se hicieron partesustancial del gasto público y aumentaron las formas departicipación del Estado en el apoyo, regulación y gestiónde la acumulación de capitales.

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Este aumento del gasto público significó, al mismotiempo, un importante crecimiento del déficit público.Pero debemos analizarlo con cuidado. Según datos de laceDE 4 hubo un importante crecimiento de la deuda públicabruta en relación al PIB entre 1973 y 1980 en varios paí­ses. No fue el caso de los Estados Unidos que predo­minaba en la economía mundial. Entre 1973 y 1980 elporcentaje de la deuda pública en relación al PIB cayó de40,6% a 37,9%. Ello se explica por el fin de la guerra deVietnam en 1973 y la consecuente caída del gasto mi­litar en ese país. Lo mismo ocurre en el Reino Unido,donde la deuda pública bajó de 69,7% a 54,6% del PIB, enCanadá (de 46,7% a 45,1 %) Y hasta en Italia (de 60,6%a 58,5%). Sin embargo, en Japón tenemos un enormeaumento, de 17% a 32% del PIB yen Alemania de 18,6%a 32,5%; en Francia también vemos un aumento de 25, I%a 37,3%.

Pero el crecimiento más importante de la deuda públicava a ocurrir inmediatamente después, esto es, entre 1980y nuestros días. Y esto se explica por la elevación de lastasas de intereses en los Estados Unidos en 1979, lo queelevó de la misma forma la tasa de interés mundial.Según el Cuadro II, entre los siete grandes la participa­ción de la deuda pública bruta en el PIB aumentó de unamedia de 36,8% en 1973 a 43,2% en 1980; 55,5% en1985 y 67,3% en 1994. Este fue, no obstante, un perío­do de hegemonía conservadora. Fueron los años de triun­fo del pensamiento neoliberal, cuando se cortaron drás­ticamente los gastos sociales en la mayor parte de esospaíses. En ese período se impuso el sabio "principio" deMilton Friedman según el cual no hay almuerzo sin quealguien lo pague. [Parece, sin embargo, que en ese pe­ríodo hubo más pago y menos almuerzo!

La explicación para ello se encuentra en el aurnen­to de los gastos militares en los Estados Unidos y en lastransferencias bajo la forma de pago de intereses que,como se sabe (sin tener que apelar al elevado nivel fi-

4. L'OCDE. Perspectives Economíques, 1995.

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losófico de los "banquetes" del Sr. Milton Friedman)van a parar a las manos de los inversionistas y especu­ladores que no le pagan un almuerzo a nadie. Al contrario,son los contribuyentes quienes pagan el almuerzo deellos ... Entre 1980 y 1994, el porcentaje de pagos deintereses netos sobre el conjunto de los gastos públicossubió de 3,9% a 6,1% en los Estados Unidos. En Alemania(de 2,7% a 6,1%), en Francia (de 1,8% a 6,2%), enItalia (de 11, I% a 21, 1%), en Canadá los aumentos fueronconsistentes. En Japón (de 3,3% en 1980 cae a 0,7% en1994) yen el Reino Unido (de 7,3% a 6,9%) tuvimos,sin embargo, una tendencia a la caída de estas transfe­rencias. En el resto del mundo prevaleció la tendencia aun aumento sustancial de los gastos por concepto depago de intereses en relación al gasto público total. Enlos países europeos estudiados por la OCDE esta partici­pación subió de 7,5% en 1981 a 9,4% en 1994.

Estos datos muestran que la mayor responsabilidadpor el aumento de la deuda pública se encuentra en losaltos intereses pagados por el financiamiento de la mis­ma. Según los autores anteriormente citados (Tanzi ySchuknecht), "el crecimiento del gasto público en lospaíses ricos se debió principalmente a las transferen­cias y subsidios que pasaron del 0,9% del PIe en 1870 al23% en 1992. El crecimiento de los gastos hechos di­rectamente por el Estado, el consumo del gobierno, cre­cen también aunque de una forma menos dramática de4,6% en 1870 a 17,7% en 1994 s. Y más claramente aún,con base en datos anteriores a 1970, dicen los mismosautores: "Los intereses pagados por los gobiernos sobresus deudas públicas, en un período más reciente, pasa­ron de 1,9% del PIB en 1970 a 4,3% en 1992".

Los autores pretenden explicar el aumento de losintereses como una causa del aumento de la deuda pública,pero es claro y evidente que lo que ocurrió es exactamentelo contrario: fue el aumento de la tasa de intereses loque hizo aumentar la deuda pública. En realidad, el aumento

S. Gazeta MercarrJil, 21 de mayo 1996. pág. A-9.

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de la tasa de intereses pagados por el Estado no nacenecesariamente de las relaciones mercantiles sino de laorientación y administración de las políticas públicas.Es aparentemente contradictorio (pero sólo aparentemen­te ... ) el hecho de que hayan sido gobiernos conserva­dores o presionados por ideas conservadoras (de claroorigen e influencia de los pensadores neoliberales) losque iniciaron esta ola de deuda pública. Este asunto estratado más detalladamente en otros trabajos del autor."

En realidad, los años de hegemonía neoliberal de1980 a la mitad de la década de los 90, no alteraron latendencia al crecimiento del gasto público. En losEstados Unidos de Ronald Reagan, el gasto público su­bió de 31,8% del PIS en 1980 al 33,5% en 1994. En elReino Unido de Madame Thatcher y sus herederos con­servadores, la participación del gasto público en el PIBcayó de 43% en 1980 a 39,9% en 1990, y vuelve a42,9% en 1994. De esta manera, los datos muestran quelos gobiernos neoliberales solamente consiguieron esta­bilizar el gasto público en relación al PIS. La media de lospaíses estudiados por Tanzi y Fanizza subió de 42,6%en 1980 a 44,8% en 1990 y 47,2% en 1994 (verCuadro 1).

Es verdad que en ese período hubo una importanteprivatización de empresas estatales. Sin embargo, es nece­sario matizar esta afirmación con los siguientes hechos.

1) Las empresas privatizadas pasaron a constituir,en general, parte del sistema monopólico y oligopólicoprivado fuertemente articulado al Estado. En muchos ca­sos, fueron las empresas estatales las que compraron alas empresas privatizadas, como Iberia que adquirió a

6. Hemos realizado varias incursiones bastante bien documentadas pa­ra demostrar las contradicciones entre la doctrina y las políticas neoli­beralcs. Véase entre otros:Theotonio dos Santos. "As ilusñes do NeoLiberalismo", Carta, N° 8. Informe de circulación restringida delSenador Darcy Ribeiro, Brasilia. 1993. Publicado en español porNueva Sociedad. NI 117. enero-febrero, 1992. Caracas; y en japo­nés por RitKSlU1UIikan Kokusat Kenkyu. vol. S. N' t. mayo 1992. KYOIO.

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Aerolíneas Argentinas, etc. Por último, las "privatiza­ciones" contaron, en general, con enormes subsidios es­tatales.

2) El proceso de privatización de empresas, en lugarde ser acompañado de una disminución del déficit pú­blico, se encuentra vinculado a un enorme aumento delmismo y de la tasa de interés pagada por los Estadosnacionales, al menos hasta 1989-90 en los países desa­rrollados, aumentando continuamente en los países peri­féricos durante la década de los 90 bajo el pretexto deatraer capitales del resto del mundo para financiar elnuevo déficit comercial creado por políticas cambiariasvalorizadoras de las monedas locales.

Al lado de las privatizaciones occidentales está elcaso realmente importante de las privatizaciones en laEuropa oriental y en la ex-URSS. En este caso hubo unaefectiva privatización cuyos efectos finales son todavíadesconocidos. En lo inmediato, la privatización de empre­sas que generaban recursos para el Estado, sin un régi­men fiscal capaz de compensar estas pérdidas, generóenormes "déficit" públicos y pagos de intereses, especula­ción con títulos públicos, etc. Los efectos inmediatosson el desempleo y la formación de "gangsters", tal comolo muestra el informe del Banco Mundial ya citado. Enese informe se intenta minimizar esa situación califi­cándola de "transitoria", pero los datos de opinión pú­blica en Rusia indican una opinión diferente de la po­blación. Según el informe citado: "Sondeos realizadosen diciembre de 1991 indican que más de un cuarto delos rusos está en desacuerdo con la afirmación de que elpueblo sería beneficiado con la introducción de la pro­piedad privada. En marzo de 1995, más de dos terciosestaban en desacuerdo" (Banco Mundial, 1996, p. 13).

No hay, pues, seguridad de que las privatizacionescontinuarán o de que se consolide su extensión actual.Todo indica que se va a operar en estos países una nue­va relación entre la empresa pública, las empresas so­ciales y las privadas, según principios que garanticen la

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eficiencia y la competitividad, pero también el empleo ylas conquistas sociales que todos reconocen.

3. RAZONES DE LA PRESIÓN NEOLIBERAL

No sin razón, en el artículo citado en la nota N· 6,llamamos al neoliberalismo una ilusión cuyas fuentesson evidentemente ideológicas. Es evidente que los eco­nomistas neoliberales saben que vivimos en un mundodonde prevalece el crecimiento de la concentración eco­nómica, la monopolización y el capitalismo de Estado.Si no lo saben es porque ignoran los datos más elemen­tales de la vida económica contemporánea. Entonces,¿por qué insisten en proponer un regreso a la compe­tencia perfecta?

Podemos encontrar dos razones materiales para es­tas preocupaciones por parte de esta legión de econo­mistas que se dedican a modelar formalmente tenden­cias y comportamientos inexistentes y superados secular­mente.

En primer lugar, las décadas de 1960 y 1970 estu­vieron marcadas por la caída de la tasa media de ga­nancias en los Estados Unidos y el resto de los paísesdesarrollados. A un tiempo, y en parte por esta razón,aumentó la competencia de los Estados Unidos con Europa(principalmente con Alemania) y Japón, los cuales, ainicios (de la década del 60, habían completado su re­cuperación después de las destrucciones de la SegundaGuerra Mundial, y habían vuelto a competir a partir deentonces con los Estados Unidos por mercados para susproductos e inversiones en la economía mundial.

A la vez los países en desarrollo emergen comoproductores industriales en busca de mercados interna­cionales. La URSS y el bloque socialista también aumen­tan su intercambio con países capitalistas y si, en realidad,ellos constituyen un nuevo mercado potencial para elsistema capitalista mundial, al mismo tiempo aumentan

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la competencia por sus mercados entre los países capita­listas y comienzan a competir (aunque moderadamenteen esa época) en el mercado mundial. Estos datos confi­guran una tendencia más general hacia el aumento de lacompetitividad en el conjunto de la sociedad capitalistamundial y a la consecuente quiebra de los monopolioshasta entonces consolidados. Por tanto, no sólo aumentala competencia mundial entre las empresas de distintasnacionalidades, sino que también, simultáneamente, lasempresas multinacionales intentan maximizar el usufructode estas situaciones diferenciadas (de las que puedenvalerse en los diversos países en los que operan) parareforzar su posición competitiva en relación con los ca­pitales nacionales (inclusive de su país de origen).

Ante la complejidad de los intereses en pugna losEstados nacionales vieron disminuir su capacidad de in­terrnediación en los conflictos, abriéndose así un períodode competición anárquica internacional. La Comisión Tri­lateral, durante el período de Carter, intentó poner ordenen ese caos relativo al crear el Grupo de los Siete, peroel mismo se mostró insuficiente. Ronald Reagan y MadameThatcher colocaron en el orden del día un principio orde­nador: el liderazgo de los Estados Unidos, aunque ellosignificase una nueva división del trabajo en la econo­mía mundial.' Ese nuevo liderazgo exigió un mayor gra­do de desregulación en algunos sectores de la economíapara permitir que la disputa económica se resolviese enel mercado. Pero no en el sentido del libre mercado,sino en el de facilitar la quiebra de las empresas menoseficientes y consolidar las empresas más poderosas ensu posición monopólica.

Otra característica de los años 60 y 70 había sido,como vimos, el gigantesco aumento de la intervenciónestatal en la economía (vía regulación de nuevos sec­tores como el ambiental), así como también la mayorintervención del Estado como productor directo.7. Véase nuestro ensayo. "Revolución cientffico-técnica. Nueva divi­

si6n internacional del trabajo y sistemamundial", publicado en ANGE,Vi.oria, 1994.

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Ese fue el caso de las nacionalizaciones realizadaspor el gobierno socialista francés en la década del 70,por el gobierno revolucionario portugués en el mismoperíodo, por los laboristas ingleses y otros gobiernossocialdemócratas y socialistas. En los países en desa­rrollo vimos los casos extremos del petróleo (que fueadoptado en casi todos los principales países produc­tores) y del cobre, de los diversos sistemas financierosnacionalizados en México, Francia, Portugal y hasta enel Chile de Pinochet (después que las aventuras de los"Chicago's boys" de Milton Friedman quebraron la eco­nomía del país hacia el final de la década de los 70).

Para el sistema capitalista mundial quedó plantea­da la necesidad de reordenar y balancear esa ola de nacio­nalizaciones que superaba en mucho la funcionalidadcapitalista. La intervención directa del Estado como pro­ductor sólo interesa al capital cuando la tasa de gananciabaja demasiado en ciertos sectores. Las empresas esta­tales, cooperativas y empresas de trabajadores puedenoperar esos sectores con tasa de ganancia cero o próxi­ma a cero. Si se trata de sectores de utilidad pública, sepuede, incluso, recurrir a subsidios directos contandocon fuerte apoyo social. Esta intervención libera capitalesrepresados en sectores deprimidos reconduciéndolos ha­cia sectores de mayor rendimiento, elevando de ese modola tasa media de ganancia de la economía capitalista "..

Sin embargo, para el capital no se justifica una na­cionalización cuando ésta afecta a sectores que puedenllegar a ser nuevamente lucrativos o, iriclusive, que nun­ca habían dejado de serlo. Al mismo tiempo, una lim­pieza de estas empresas y la recuperación de su carácterlucrativo pueden hacerlas interesantes de nuevo para el

8. En Brasil asistimos a la estatizacién de la Compañía de ElectricidadLight, procesada como una de las primeras medidas del gobiernomilitar que llegó al poder por el golpe de Estado del 111 de abril de1964. en nombre de la liberalizaci6n de la economía y del retiro delEstado de la economía. Sintomáticamente, ese gobierno aumenté enor­memente las estatizaciones en la década de 1970 siguiendo las ten­dencias económicas del período.

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sector privado. No es éste el lugar para discutir los casosconcretos, pero es evidente que la lucratividad de losdiversos ramos de la producción varía con la coyunturaeconómica y con los cambios tecnológicos y de los mer­cados vinculados a ellos. Si la coyuntura económica ge­neral indica una recuperación de ciertos sectores eco­nómicos es, pues, natural que se desarrolle una ola priva­tizadora después de una ola estatizante como la que tu­vimos en los años 60 y 70.

Hay, no obstante. un elemento aún más profundo afavor de la necesidad de retomar la reflexión econó­mica sobre el mercado. Como resultadó de la revolu­ción científico-tecnológica. aumentó drásticamente la posi­bilidad de automatización de la producción y de los ser­vicios. En los años 80 hubo una ola de inversiones contecnología automatizada para enfrentar la competenciainternacional creciente. En consecuencia, se acentuó laexpansión de las relaciones capitalistas en el sector ser­vicios, incorporando cada vez más actividades que an­tes eran ejercidas por profesionales liberales al régimende producción asalariado.

Estos cambios lanzaron masivamente a la econo­mía mercantil una gran masa de- actividades que hastaentonces habían sido vistas al margen de la racionalidadcapitalista. Este es el caso del amplio campo del conoci­miento, la educación, el arte y la cultura, las diversiones.la seguridad, la salud. etc. El razonamiento económicosobre la relación costo/beneficio se desvió, en conse­cuencia de lo anterior, hacia actividades de difícil men­surabilidad y situadas fuera del sistema productivo tradi­cional. Estos cambios estimularon la búsqueda de mode­los económicos capaces de captar las relaciones de mer­cado en aquellas áreas antes abandonadas. Este avancede la racionalidad capitalista hacia nuevos campos de laactividad humana produjo una especie de "fundamenta­lismo económico": se desarrolló la idea de que todos losaspectos de lo real eran reductibles a fenómenos econó­micos y que corresponde a la motivación económica regirla ética y la política.

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Nada de esto implica un aumento real de la capa­cidad del capitalismo como sistema económico para regirlas relaciones de producción y reproducción de la vidasocial moderna. Por el contrario, esas aberraciones teó­ricas sólo indican las dificultades para ajustar al modelode relaciones capitalistas las nuevas relaciones socialesque nacen de la revolución científico-técnica. Ellas lla­man a la búsqueda de mecanismos éticos y políticosmás conscientes y explícitamente humanos para dirigirla sociedad moderna. Por eso se tornan tan ridículas lastentativas de subordinar estas relaciones sociales cadavez más complejas a las leyes ciegas del mercado.

Esas son las conclusiones de todas las Cúpulas So­ciales realizadas en los últimos años por los gobiernosde todos los países con la participación de organiza­ciones no gubernamentales y movimientos sociales. LaCúpula Mundial de la Infancia en 1990, la Conferenciade las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y De­sarrollo en 1992, la IX Conferencia Internacional de De­rechos Humanos en 1993. la Conferencia Internacionalsobre Población y Desarrollo en 1994, la Cúpula Mundialde Desarrollo Social en 1995 y la IV Conferencia sobre laMujer en 1995. todas ellas exigieron la sumisión de lasleyes ciegas del mercado a la lógica humanista y a lasnecesidades sociales. Los más recientes informes de lasNaciones Unidas y de la UNESCO van en la misma direc­cién,? ¿Cómo puede persistir una contradicción tan gran­de entre la hegemonía ideológica del economicismo neo­liberal en el poder y la voluntad de los pueblos?

9. Véase Comisión sobre Gobemabilidad Globo!(1995) y World Commissionon Culture and Development (1995). adem.b de los Informes Anualesdel PNUD y de la UNCTAD.

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ANEXO ESTADISTICO

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basada en condiciones semejantes a las establecidas pa-

ra SID

OR

, con variantes adaptables a las peculiares carac-terísticas de dicha industria.

En la continuación del debate sobre situación eco-

nómica del país y política de privatización, el P

residenteced

ió la p

alabra, en

prim

er lugar, al d

octo

r Tom

ás E.

Carrillo B

atalla, quien hizo una exposición sobre "globa-lización y privatización" en base a un papel de trabajoque había preparado para ese propósito específico, a cu-yo texto dio lectura, abordando aspectos conceptualesde tip

o g

eneral so

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blem

as en d

iscusió

n, así

com

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eculiarid

ades relacio

nad

as con

el caso esp

ecí-fico en V

enezuela. En lo atinente al proceso de priva-

tización en nuestro país, desarrolló distintos puntos, entreotros: a) la visión constitucional del proceso; b) la visiónadm

inistrativa; c) la defensa de la soberanía nacional yla visión del desarrollo industrial del país. E

n materia de

globalización se refirió a los orígenes históricos de esteproceso, a las excepciones de A

dam S

mith al libre com

er-cio, pasando revista a distintos conceptos com

o el de laindustria naciente, m

onopolios, leyes antimonopolios y

otros de gran interés.E

l doctor Carrillo criticó la decisión de V

enezuelade incorporarse al G

AT

T (hoy O

rganización Mundial del

Com

ercio) de manera incondicional y sin plazos de ajus-

te, y formuló una serie de recom

endaciones sobre priva-tización en particular y política económ

ica en general.P

or razones de soberanía nacional e interés público, sem

ostró contrario a la privatización de la industria petro-lera y siderúrgica; recom

endó esquemas m

ixtos o asocia-ciones estratégicas para otras industrias, y privatizaciónp

ura y

simp

le para aq

uellas d

e men

or in

terés pú

blico

.E

ntre las recomendaciones sobre política económ

ica detipo com

plementario, destacó: a) defender nuestra indus-

tria petrolera, sanearla, limpiarla de deudas y reajustar

sus cuadros administrativos para reducir sus costos; b)

llevar a cabo reajuste de igual naturaleza en el caso dela siderúrgica; c) solicitar de la O

rganización Mundial

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CUADRO "LA DEUDA PUBLICA BRUTA

Deuda púhllu bruta en las administraciones públicas en" del PIB 1973-1974

Pala 1973 19S0 1985 1986 19S7 1988 19S9 1990 1991 1992 1993p 1994p

Estados Unidos 40,6 37,9 48,3 SI,3 S2,6 S3,2 S4,O S6,2 S9,S 63,2 6S,I 6S,9Japón 17,0 S2,O 68,7 72,3 74,9 72,8 70,6 69,8 68,2 66,2 66,0 6S,9Alemania 18,6 32,S 42,S 42,S 43,S 44,4 43,2 43,6 42,0 43,2 46,6 49,6Francia 2S,I 37,3 4S,4 4S,7 47,2 46,S 47,5 46,6 48,6 SI,6 S6,7 61,4Italia 60,6 SS,5 84,3 88,2 92,6 94,S 97,9 100,5 104,0 108,1 114,S 116,3ReinoUnido 69,7 S4,6 S2,7 SI,I 4S,6 42,2 36,S 34,7 3S,4 41,0 47,8 S2,SCanad' 46,7 4S,1 6S,O 6S,9 70,1 69,3 69,5 71,9 77,6 83,0 86,2 87,1

Países arriba 36,8 43,2 SS,S S7,9 S9,4 S9,O 58,6 S9,S 61,2 63,3 6S,9 67,3...,00

Australia 2S,1 31,1 27,3 27,0 2S,5 26,3 29,4 34,4 39,0Austria 37,2 49,6 S3,8 S7,3 S7,6 S6,9 S6,4 S7,O SS,8 S6,2 S6,2Bélgica 79,9 122,6 127,0 131,8 133,2 130,S 131,2 133,2 13S,3 140,0 141,5Dinamarca 33,5 64,1 S8,3 SS,9 S8,O S8,S S9,S 60,7 62,4 6S,7 68,4Finlandia 13,8 19,0 18,S 20,0 18,6 16,4 16,8 22,4 31,4 41,4 49,8Grecia 27,7 S7,9 S8,6 64,7 71,S 76,3 88,7 9S,9 92,4 90,9 90,8Irlanda 78,0 107,9 119,9 120,6 118,2 108,S 101,7 99,S 96,8 9S,I 93,3Paises Bajos 4S,9 67,9 69,6 73,5 76,2 76,3 76,1 7S,S 77,0 79,7 SO,6Noruega S2,2 40,7 S 1,1 42,7 42,6 42,7 39,1 40,1 43,3 47,1 49,9España 18,S 4S,S 49,9 49,4 4S,7 47,0 46,S 49,3 SI,9 SS,7 S9,1Suecia 44,8 67,6 67,1 S9,I S3,5 48,4 44,2 4S,7 S2,9 6S,8 76,4

Paises europeos arriba 42,6 S6,7 S7,7 SS,S S7,S S7,1 S7,1 S8,3 61,3 66,3 69,SPafses OCDE arriba 42,5 SS,S SS,I S9,5 S9,O SS,S S9,2 60,9 63,2 6S,9 67,7

Fuente: OCDE. Perspec,¡v.s Economiqllu.

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C¡;ADRO 11IPESO DE LOS Il'oTERESES E:- LAS AD~II:\"ISTRACIOSES PLBLlCAS

Peso de los Intereses netos en ., de los gutos públicos tobles

País 1980 1985 1986 1981 1988 1989 1990 1991 1992 1993p 199.ap

Estados Unidos 3,. 6,2 S,. S,. 6,0 6,1 6,3 6,1 6,3 6,0 6,1Japón 3,3 5,5 5,\ 3,. 3,3 2,8 1,1 1,\ 0,8 0,1 0,1Alemania 2,1 4,. 5,0 5,1 5,1 4,. 4,6 4,5 5,3 5,6 6,\Francia 1,8 3,. 4,1 4,2 4,2 4,5 4,8 5,0 5,S 5,9 s.;Italia 11,1 14,5 15,3 14,1 15,2 \6,4 11,1 18,1 ~O.4 ~t.l ~1,1

Reino Unido 1,3 1,1 7,4 7,5 7,0 6,4 S,. 4,• 4,3 5,8 6,.Canadi 4,. 8,. .,4 • ,7 10,\ 11,2 11,8 11,3 10,8 10,2 _,6

Países arriha 4,2 6,5 6,4 6,\ 6,0 6,1 S,. S,. S,. 6,0 6.2

N Australia 3,6 5,3 5,8 6,0 5,3 5,1 5,3 3,. -1,2 4,6 4,4

'" Austria 3,6 5,6 5,6 S,. 6,4 6,4 6,5 6,7 6,7 6,5 6,3nc!'lgica \0,0 17,6 18,. 18,3 18,2 1.,3 l.,. 18,. 1.,5 18,. 17, _

Dinamarca O,. 10,4 _,2 7,8 7,1 6,4 5,7 6,0 6,2 tí,2 6.2Finlandia 0,5 2,1 1,8 1,. 2,0 1,2 0,6 \,\ 2.3 , ' 7,J. "Grecia 7,3 lO,. 12,0 14,8 16,4- \6,7 22,7 24,6 2J,8 :!6.5 27,0Irlanda 7,4 12,6 12.~ 13,3 !J,S 15,2 15,0 15,0 1-1,2 1.\,8 1J,6!JRís.CI Bajos 4,8 8,8 8,8 8,7 _,O _,O 8,. .,0 .,3 .,5 '1,2Noruega 0,4 ·3,3 .4,2 -5,2 -6.9 -4,6 .2.9 -3,0 .2,3 .1,2 .O.~

l'Orlugal 2\,5 22,0 20,1 17,. 17,0 1.,0 18,_ 1_,6 16,1 1~.1

ElI:rllna 0,8 6,6 8,\ 7,2 7,6 7,6 7,5 8,J 8,6 -'9,2

"SUCcill .0,7 4,7 3,6 3,0 1,6 0,6 0,2 0,2 0,1 2,S J.~

¡)afllell curoptme arriba 1,5 7,7 7,5 7,5 7,6 7,7 7,8 8,4 -,1 _,4¡'Ilfse" onu: urlb. 4,\ 6,6 6,6 6,3 6,1 6,2 6,\ 6,1 6,2 6,3 6,4

Fuente: OeDE, Pe,.fpeclive.f J.:coftOmi.,liu

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Cl:ADRO IVFINANZAS PUBLICAS EN AMERICA LATINA: GOBIERNO Y EMPRESAS I'l:BLICAS

1970·1985 (% del PIB)

,9

ARGENTINA IlRASIL CIIILE

1970 1974 1979 1982 1970 1974 1979 1982 1970 1974 1979 19821973 1978 1981 1985 1973 1978 1981 1985 1973 1978 1981 1985

23,59 23,84 29,97 28,48 25,80 25,78 24,32 23,82 29,27 34,86 32,51 28,7521,18 21,90 26,48 27,60 19,98 21,98 22,81 26,96 29,13 28,92 25,29 30,682,41 1,94 3,49 0,88 5,82 3,80 1,51 -3,14 0,14 5,94 7,22 -1,93

... ... ... ... -1,95 -1,69 -0,74 0,00 -2,91 -0,98 0,09 1,214,82 6,91 6,64 5,18 4,11 3,72 2,43 2,11 6,72 5,04 2,70 2,40-2,41 -4,97 -3,15 -4,30 -0,24 -1,61 -1,66 -5,25 ·9,49 -0,08 '4,53 -3,12

9,96 13,68 13,47 16,08 9,74 15,86 17,83 15,38 15,65 30,32 24,86 29,848,44 11,36 11,28 14,78 7,67 12,70 17,02 13,71 18,83 28,02 23,70 27,001,52 2,32 2,19 1,30 2,07 3,16 0,81 1,67 -3,18 2,30 1,16 2,84

... ... ... ... 0,65 0,07 -0,42 .0,25 -0,06 0,65 0,39 0,204,04 5,60 5,01 4,67 2,73 5,91 8,54 3,80 3,01 3,24 2,36 3,23

-2,52 -328 -282 -337 .o 01 -268 -8 15 -238 -625 .o29 .o81 -O 1

Empresas Públicas

Gobierno

Renta CorrienteGastos CorrientesAhorroRenta del CapitalInversiónSuperávit

Renta CorrienteGastos CorrientesAhorroRenta del CapitalInversiónSuperávit

wO

(continúa)

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CUADRO IV (Continuación)FViA:-iZAS Pl:BLICAS sx A:\fERICA LATlI\"A: GOBIERNO Y EMPRESAS PUBLICAS

1970· 1985 ('Il> del PIB)

Gobierno

RentaCorrienteGastos CorrientesAhorroRenta del CapitalInversión

Superávit

'"- Empresas Públicas

Transferencias delas cías. petrolerasplo GobiernoRenta CorrienteGastos CorrientesAhorroRenta del CapitalInversi6n

Superávit

MtxlcO PERC VENEZUELA

8.92 11.64 15,07 17,67 15.33 15.10 19,37 16.45 20,10 30,08 26.83 26,888,25 12.48 15.56 23.90 13.05 15.12 16,13 16.93 13.58 14.96 16,43 18.130,61 -0.84 -0,49 -6.23 2.28 -0,02 3,24 -0.48 6.52 15.12 10,40 8.150.10 0.08 0.03 0,05 0.00 0,00 0,50 0.00 0.00 0.00 0,00 0.003.60 3.96 5.11 4.05 3,06 2.80 3.64 3,65 2.38 2,46 1.51 1.55

-2.83 -4,12 -5,63 -10,23 -0,78 -2.82 -0.40 -3.63 4,14 12.66 8.83 6.60

0,25 0,80 3,10 5.90 ... ... ... .. , 13,25 25,25 19,66 16,509,21 11.96 15.21 22,32 8,78 19,14 28.80 31,40 29.10 40.02 41,10 38.107,51 9,48 9,80 12.40 1.93 19,54 28.51 29,68 14.80 11.85 16,54 19.081,45 1.68 2.37 4,02 0.85 -0,40 0.23 1,12 1.65 2.92 5,50 2.520.03 0.02 0.03 0.00 0.38 0.13 0.48 0,76 ... ... ... ...2.28 .4,08 5.83 3.85 2,11 4.12 3,53 5,41 4,48 9,26 11.67 9,83

-0,80 -2.38 -3,43 0.17 -0.94 -4.99 -2,82 -2,93 -2.83 -6.34 -6.17 -1,31

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CUADRO VGASTOS DEL SECTOR PUBLICOEN AMERICA LATINA 1970-1985

(% del PIB)

ARGENTINA BRASIL CHILE MtXICO PERÚ VENEll.OlA

1970 38,62 35,92 41,27 22,30 24,50 28,701971 37,76 34,44 49,93 20,50 27,10 29,201972 37,00 35,19 56,05 23,00 31,20 33,501973 40,52 33,96 49,39 25,70 38,60 32,801974 47,06 38,81 43,17 27,00 45,10 29,501975 46,40 42,74 40,44 31,90 46,10 38,901976 43,46 44,17 37,82 32,00 45,80 44,001977 43,01 42,04 40,74 30,30 48,40 50,501978 48,92 47,56 34,57 31,40 47,60 52,601979 45,88 54,45 31,65 33,00 48,40 49,401980 49,06 52,66 31,58 35,00 60,10 53,301981 53,30 42,70 34,11 41,40 57,40 54,001982 49,16 46,06 39,84 46,40 60,20 57,601983 55,79 44,44 38,31 42,80 66,30 47,001984 51,86 43,10 39,66 40,30 55,50 42,901985 52,09 48,26 39,92 40,70 56,90 43,60

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