La cara oculta de la Guerra Civil

Éste es un documental vídeo que ha sido bloqueado por motivos de no respeto de los derechos de autor, según las explicaciones de Youtube.es, pero que contiene los acontecimientos de la Guerra Civil que los poderes establecidos no quieren que conozcas.

NOTA : sin embargo existen otros vídeos colgados en Youtube.es que tampoco respetan los derechos de autor y que no han sido bloqueados.

Encantada de encontrarles de nuevo en nuestra cadena de televisión Arte, bienvenidos a THEMA. En el sumario de esta noche : hace 80 años en la Guerra de España, y por primera vez, unos combatientes venidos de todo el mundo dispuestos a combatir el fascismo y a morir por otra nación distinta de la suya. Historia de una tragedia firmada Patrick Rotman.

Empezamos entonces con una guerra que inspirará Hemingway, Dos Passos, Malraux e incluso Orwell. Hace justo 80 años, en octubre de 1936, la Guerra Civil española ponía los pelos de punta desde hacía ya algunos meses, una guerra inédita por varios motivos. Inédita porque es una guerra que se desarrolla bajo la mirada de los medios de información, la del foto-periodista Robert Capa principalmente, y además porque es una guerra en la que por primera vez miles de combatientes voluntarios confluyen desde todo el mundo dispuestos a morir por otro país distinto del suyo. El realizador Patrick Rotman ha querido sumergirse en los archivos de esas Brigadas Internacionales, esos jóvenes franceses, americanos, alemanes … que lo han abandonado todo, su hogar, su país, para armarse contra el fascismo bajo la bandera comunista. Todo eso para que en fin de cuentas Stalin e Hitler decidan finalmente establecer una alianza entre ambos.

Vean a continuación La tragedia de las Brigadas Internacionales (título original) de Patrick Rotman.

En España una coalición del Frente Popular ha ganado las elecciones de febrero de 1936, al tiempo que las tensiones no paran de aumentar entre dos Españas, una rural nacionalista y católica, y la otra ciudadana republicana y laica. Las violencias se multiplican y el ejército, que teme un proceso revolucionario, no disimula su intención de derrocar al Gobierno legal.

En Madrid, durante la jornada del 18 de julio de 1936 la gente se concentra en las calles. Los habitantes de la capital acaban de enterarse de que el día antes, en el Marruecos español, varios oficiales de La Legión se han levantado en armas contra el Gobierno de la República. Una auténtica insurrección popular muestra su indignación ante la tentativa de golpe de Estado por parte de las tropas rebeldes. A pesar de la prudencia adoptada por el Gobierno legítimo, sumergido por los acontecimientos, las armas son distribuidas entre la población. Sesentamil fusiles son entregados a los sindicatos UGT socialista y CNT anarquista, que hace un llamamiento a la huelga general.

El golpe de Estado militar ha sido preparado durante varias semanas a la iniciativa de un grupo de oficiales bajo la autoridad del General Franco, quien anuncia al mundo entero su intención de derrocar al Gobierno elegido democráticamente. Los amotinados cuentan con la fuerza del potente ejército de África, estandarte del ejército español, alrededor de 40.000 hombres entrenados,

adoctrinados y dispuestos a morir con el grito de « ¡¡Viva la muerte!! ». El paso del estrecho se encuentra bloqueado por los marineros que permanecen fieles a la República. Éstos desarman a los oficiales y toman el control de los buques.

En toda España, durante los días que se van a ir sucediendo, varios regimientos traidores hacia la República se sublevan también llegado el momento. Los militantes de izquierdas y los sindicatos se enfrentan a ellos con un armamento improvisado. En Madrid las tropas franquistas sublevadas se han atrincherado en el Cuartel de la Montaña, que es atacado con bravura temeraria por unos combatientes venidos casualmente a sumarse al enfrentamiento. El cuartel sucumbe ante los ataques y sus defensores son masacrados. Madrid sigue siendo fiel a la República.

En Barcelona, bastión anarquista, las milicias fieles al Gobierno de la República se enfrentan a las tropas rebeldes atrincheradas en los edificios del centro de la ciudad y en los cuarteles. Los combates épicos y mortíferos dejan centenares de muertos en las calles.

El Pronunciamiento fracasa, pero éste no es aniquilado completamente en sus raíces.

En la noche del 20 de julio un tercio del territorio español se encuentra bajo el dominio de los franquistas. Empieza de este modo la Guerra Civil española.

El 20 de julio, solo tres días después de El Golpe, André Malraux llega a España, un país en el que la muerte es algo con lo que uno puede encontrarse a la vuelta de la esquina. Eh aquí un escenario hecho a la medida del escritor anti-fascista que ocupa las portadas de los medios desde la llegada de Hitler al poder. El puño levantado y el fraternal saludo en la boca, Malraux recorre un Madrid donde reina la insurrección. El 27 de julio él entrevista al presidente de la República, Manuel Hazaña. El escritor constata que el punto débil de la defensa republicana es la ausencia de aviación. Malraux regresa a París convencido de que el destino de la República Española se decidirá en los aires.

La sedición militar precipita la revolución que los generales rebeldes querían evitar. El Estado se descompone en tan solo algunos días y el poder pertenece de ahora en adelante a quien posea los medios para ejercerlo.

El levantamiento popular da paso a los « gobernitos locales », que son unos comités de estilos y tallas diferentes. Son centenares de repúblicas autónomas, pequeñas o grandes, las que hacen reinar la ausencia de orden.

En Cataluña la CNT, sindicato anarquista que cuenta con cerca de 1,5 millones de afiliados, crea varios comités revolucionarios. En Barcelona un comité central de milicias controla la ciudad, todas las organizaciones obreras se encuentran representadas.

El jefe del Gobierno del Frente Popular, Largo Caballero, es con 64 años el portavoz del ala izquierda del socialismo español. Éste es conocido con el apodo de « El segundo Lenin ».

La autoridad del Gobierno republicano no llega más allá de la circunscripción de Madrid, e incluso así la capital muestra la apariencia de una ciudad revolucionaria en la que patrullan hombres armados. El Gobierno ha perdido la capacidad de garantizar la seguridad pública, en cada esquina los

milicianos verifican la identidad de los viandantes. Es en medio de este desorden absoluto, que abre la puerta a todos los excesos, que se inicia un periodo llamado « de terror rojo ». Las violencias anti-religiosas se multiplican en el territorio que sigue permaneciendo fiel a la República, centenares de iglesias y de conventos son quemados, las ejecuciones de clérigos se suceden durante largos meses. En total se calcula que 7.000 curas son masacrados.

En el conjunto del país el terror rojo provoca la muerte de varias decenas de miles de personas, burgueses, guardias civiles, monárquicos, religiosos, terratenientes. La pasión revolucionaria conduce hacia toda una serie de innombrables abusos que los jefes de filas no logran controlar. Federica Monchini, dirigente anarquista, constata : « La revolución es destructiva, ciega, salvage y grandiosa. Desde lo más profundo del hombre

honesto surge una violencia feroz, unos impulsos destructivos, una sed de sangre que parecía inconcebible ». El objetivo es la revolución, la guerra ya vendrá después. Los campesinos se apropian de las grandes fincas e igualmente de las pequeñas y medianas explotaciones. En el campo miles de propiedades son colectivizadas y un movimiento espontáneo de ocupación de las fábricas se extiende a gran velocidad, 18.000 empresas industriales y comerciales son puestas bajo el control de unos « comités de empresa ». En Madrid los sindicatos se amparan de los pequeños talleres de zapateros, peluqueros, ebanistas, e incluso de los cabinetes de belleza. Barcelona muestra el espectáculo extraordinario de una ciudad en la que se escenifica el gran teatro de la revolución. Los anarquistas lo colectivizan todo, incluso los pequeños comercios de proximidad, los mercados de frutas y verduras y los mataderos. Unos comités locales se encargan de organizar los servicios básicos, el reabastecimiento, se amparan de los hoteles para transformarlos en hospitales o en albergues para las milicias. En Barcelona el Hotel Ritz es utilizado como cantina pública a la que acceden por primera vez las familias pobres. Los bancos son arrasados, saqueados, y aparecen decenas de diarios y planfletos de propaganda. La revolución española del verano de 1936 es de una envergadura inigualada en Europa.

Antoine de Saint-Exupery, enviado especial de « El Intransigente », transmite a su diario : « Me he tropezado en algunas ocasiones con controles de milicianos armados, a veces solo basta con sonreirles para que te dejen partir. Yo no he podido encontrar fácilmente la frontera, pues la frontera en la Guerra Civil es invisible y ésta pasa por el corazón del hombre. »

Las ciudades cambian de aspecto, el entusiasmo y la alegría transforman las caras y las actitudes. En los bares los camareros rechazan las propinas, todo el mundo se tutea, se llama « camarada », levantan el puño y exclaman ¡¡Salud!!. Reina un estado de ánimo contagioso, una sed de sacrificio, una creencia intransigente en la libertad.

Durante los primeros días de agosto llegan a Barcelona Gerta Pohorylle, judía alemana, y André Friedmann, judío húngaro anti-fascista. Ellos han adoptado los pseudónimos de Gerda Taro y Robert Capa. Los dos fotógrafos se han conocido en París y son los enviados especiales de la revista « Vu ». Capa y Taro descubren así una ciudad en plena ebullición que ellos

inmortalizan en su carrete de fotos. La gente alegre, las barricadas, varias milicianas vestidas con camisetas. En este día de agosto todos los hombres válidos de Barcelona se marchan a combatir al frente de Aragón. Varias columnas de vehículos pintorescos parten hacia el frente en medio de un entusiasmo contagioso. Robert Capa y Gerda Taro acompañan este movimiento y, de ese modo, helos aquí en primera línea del frente de Aragón.

Los milicianos llegan al frente, se instalan, cavan trincheras, la guerra va para largo. Dos Españas se encuentran cara a cara, enfrentadas la una contra la otra en una confrontación sin tregua.

Ya desde el principio Franco obtiene de Hitler y de Mussolini una asistencia masiva decisiva. Son unos aviones Junkers alemanes los que transportan a finales del mes de julio el ejército profesional español de Marruecos hasta el sur de España. En este primer puente aéreo de la Historia 20.000 hombres son transportados en una semana.

Mussolini envía tropas entrenadas y bien equipadas. En todo lo que duró la Guerra Civil 70.000 italianos combaten en España, y la intervención extranjera desequilibra el balance de fuerzas a favor de los sublevados. Desde el sur de España los nacionalistas van a lanzar la reconquista, cinco columnas efectuan un avance rápido a través de Andalucía y de la frontera portuguesa. El ejército de África, compuesto por legionarios y moros, siembra el terror a su paso perpetrando un gran número de ejecuciones y de masacres, según una voluntad declarada de purificación política.

Un general franquista da la orden de eliminar a todos los elementos de izquierdas, comunistas, anarquistas, miembros de sindicatos y fran-masones. En Córdoba miles de hombres son recluídos en la plaza de toros a la espera de su ejecución. En Badajoz, cerca de la frontera portuguesa, los soldados nacionalistas masacran a 4.000 hombres mujeres y niños. Los

prisioneros son sistemáticamente ejecutados. El terro blanco, organizado y planificado, es puesto en práctica con la bendición de la jerarquía católica. La represión franquista dejará en total por lo menos 200.000 víctimas. « Flota en el ambiente esta espantosa desgracia (escribe François Mauriac), que para millones de españoles cristianismo y fascismo se confunden de ahora en adelante en una misma cosa, y que no podrán odiar al uno sin odiar también al otro. »

Robert Capa y Gerda Taro con su cámara de fotos colgada al cuello han abandonado el frente de Aragón para desplazarse al de Córdoba. Ellos llegan el 5 de septiembre cerca de la ciudad de la que huyen sus habitantes. Capa llega a la línea de batalla que se encuentra cercana al municipio de Cerro Muriano, frente a una colina ocupada por los franquistas. Los milicianos republicanos se preparan para dar el asalto. Capa en la trinchera

levanta su Leika por encima de la cabeza y acciona el disparador sin mirar por el objetivo. La foto de un combatiente republicano alcanzado de muerte sale en la revista « Vu » y luego da la vuelta al mundo. Algunos decenios más tarde las circunstancias de esta instantánea serán puestas en duda.

En cuatro semanas las tropas hostiles a la República han progresado 500 Km., Madrid solo se encuentra a 70 Km. y Franco ordena a sus hombres que vayan a socorrer a los cadetes de la academia militar y a sus familiares, que se encuentran atrincherados en el Alcázar de Toledo. Los republicanos les asedian desde hace ya varias semanas, pero no existe ningún plan de ataque ni tampoco de asalto. Los disparos de fusil desde las barricadas se asemejan más bien a un folclore antes que a un verdadero combate. Nada consigue romper la determinación de los asediados quienes se convierten de ese modo en todo un símbolo para el bando franquista. La dejadez por parte del Gobierno republicano en cuanto a la situación hace que ésta degenere, y la Plaza Zocodover se convierte en el punto de cita para la prensa y los fotógrafos internacionales. Entonces, ante los objetivos de los periodistas, se opta por hacer una pausa de reposo. Finalmente se hacen venir desde Asturias varios mineros que excavarán una serie de galerías para colocar 5 toneladas de dinamita. La explosión gigantesca no provoca la rendición, y los soldados enviados por Franco liberan a los cadetes y masacran a los prisioneros republicanos por centenares. Franco vino a contemplar las ruínas todavía humeantes para sacarle beneficio a esta resistencia victoriosa. El asedio de Toledo ilustra de manera patética la improvisación militar del bando republicano, un ejército de profesionales se enfrenta a unos aficionados que solo poseen su bravura como equipaje.

Un lema reina sobre todo lo demás en el bando libertario : « Organicemos la indisciplina ». Emborrachados por el entusiasmo revolucionario, los combatientes republicanos repugnan la disciplina militar. ¡¡ Milicianos sí, soldados no !! Éstos rechazan el sistema de mando tradicional. En la mayoría de casos éstos no han recibido ninguna formación militar, ellos saben batirse pero no saben combatir. Los jefes de sección son unos militares desprovistos de cualquier noción sobre la lucha armada. Cada parte o movimiento crea su propia milicia sin coordinación con las demás. El orgullo partidista es más fuerte que la defensa común, no existe una unidad de mando.

El POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), partido revolucionario anti-staliniano, posee su propia milicia constituida en un 80% por anti-fascistas alemanes, entre ellos se encuentra el futuro canciller Willy Brand. El escritor inglés George Orwell, cuya cabeza sobresale de entre las filas, se enrola igualmente en las milicias del POUM. En Cataluña los libertarios se agrupan en la sección que se encuentra bajo el mando de Buenaventura Durruti, jefe carismático a quien su vida aventurera entre el exilio

y la cárcel le ha proporcionado un aura legendaria. Las milicias populares reagrupan a varias decenas de miles de combatientes medianamente formados y mal equipados, éstos solo disponen de un viejo e insuficiente armamento. Sobre todo, el bando republicano carece de armamento pesado, de carros de combate, de aviones. El Gobierno español le pide entonces ayuda a Francia, donde Leon Blum es el presidente del Consejo de un Gobierno del Front Populaire. Blum es partidario del envío de armas, pero al mismo tiempo él choca con multiples obstáculos tanto internos como externos. La Gran Bretaña conservadora rechaza cualquier tipo de ayuda al bando republicano. A principios de agosto, en Londres, un pacto de no intervención es acordado entre las principales potencias europeas, se trata de mantener la más estricta neutralidad y de prohibir cualquier envío de armas a España. Este pacto es por lo tanto una excusa, un engaño, un gobierno legal eligido democráticamente es clasificado en la misma categoría que los golpistas. Es más, este acuerdo se pacta mientras que una ayuda masiva le ha sido ya aportada por las potencias del Eje a Franco. Hitler envía la Legión Cóndor, élite de la aviación nazi. Él envía igualmente a Franco carros de combate modernos que van a permitir la experimentación de la guerra de movimiento. Oficialmente la Francia del Front Populaire no ayuda a la España del Frente Popular, pero en realidad, desde el mes de julio, varios aviones son transportados en cameones gracias a la decisión de Jean Moulin, director de la oficina del Ministro del Aire, Pierre Cot. André Malraux ha desempeñado la

función de intermediario entre Francia y el Gobierno español con la compra de 55 aviones que atraviesan la frontera antes de la entrada en vigor del Pacto de neutralidad. Para Malraux el hombre es definido según sus actos, y es por eso que él pasa a la acción y los resultados son patentes. Ante la falta de pilotos, Malraux recluta, también con la ayuda de Jean Moulin, a varios mercenarios y forma la « Escuadrilla España » que cuenta con una treintena de aparatos, sobre todo con los Potez 134 que constituirán un inestimable apoyo durante los primeros combates. Los aviones de Malraux estacionados en Barajas, aeropuerto de Madrid, constituyen la única fuerza aérea para oponerse a la remontada hacia el norte del ejército de África de Franco. Su primera salida el 18 de agosto permite dispersar una columna rebelde en Medellín. Este bombardeo, que le proporcionará a Malraux varias páginas épicas en su novela titulada « Esperanza », contribuye a frenar el avance franquista hacia Madrid.

En un primer tiempo la URSS adhiere al Pacto de no intervención, al principio Stalin permanece sujeto a una prudente neutralidad, su prioridad es, cueste lo que cueste, la aproximación con las democracias occidentales, que un apoyo demasiado fuerte a la República española comprometería. Pero la evidente ayuda aportada por Alemania e Italia a Franco, la posibilidad de un hundimiento de la República española, el riesgo último de la formación de un Gobierno fascista, empujan a Stalin a salir de su pasividad. Él no puede seguir estando apartado del movimiento espotáneo de solidaridad hacia España. Varios comités de ayuda a la República florecen un poco por todas partes. En septiembre de 1936 la URSS decide enviarle ayuda a la República española, los primeros navíos soviéticos que descargan aviones, carros de combate y ametralladoras son recibidos por un gentío entusiasta. En total, para el conjunto de la Guerra Civil, 650 aviones, 347 carros de combate y 20.000 ametralladoras son suministradas por la Unión Soviética. En contrapartida, el Gobierno español envía a Moscú el oro del Banco de España, 460 toneladas de oro repartidas en 7.800 cajas parten hacia la URSS. Toda la ayuda material de Stalin es costosamente pagada. Pero Moscú no envía únicamente armas, Stalin envía como embajador a Marcel Rosemberg, quien va a jugar un papel fundamental de influencia sobre el Gobierno español, ya que desde la sombra actuan un millar de consejeros militares rusos entre los que se encuentra el General Jan Berzine, jefe de los servicios secretos del ejército rojo. Es él el verdadero jefe del ejército republicano. En cuanto a la policía política, el NKVD, ésta se encuentra representada en España por Orlov. Los servicios secretos soviéticos actúan en España de la misma manera que lo harían en su propio país. Al lado de Orlov se encuentra Mikhaïl Koltsov, el enviado especial de la revisa « Pravda », que es el ojo de Stalin en España.

Finalmente, el 18 de septiembre de 1936 la dirección de la Internacional Comunista anuncia la creación de las Brigadas Internacionales, unos voluntarios armados únicamente con su propio entusiasmo lo abandonan todo para marcharse a combatir el fascismo. Los primeros grupos de brigadistas internacionales venidos para luchar en España al lado de los republicanos llegan a principios de octubre, éstos son dirigidos

hacia Albacete donde nada ha sido preparado para acogerlos. La emergencia de la situación provocada por los acontecimientos es la que manda, sin haber sido entrenados, los primeros brigadistas son enviados al frente de Madrid que está a punto de ceder. Desde finales de octubre las tropas de Franco asedian Madrid, la capital española se encuentra al alcance de los cañones nacionalistas y 24 baterías de artillería bombardean la ciudad. Del lado republicano todos los hombre válidos, las mujeres e incluso los niños son movilizados para cavar trincheras al oeste de la capital y construir espesas barricadas en los barrios.

La población permanece atentiva a la espera del inminente asalto. El General Miara, militar tradicional fiel al Gobierno de la República, dirige la Junta de defensa que reagrupa a todas las organizaciones, comprendiendo también aquellas de tinte anarquista de la CNT. Pero el peso de los comunistas es aplastante, son unos consejeros militares soviéticos como

los generales Goriev o Berzine quienes rodean a Miara. El Partido Comunista dispone de su propio regimiento, el Quinto, potentemente organizado, entrenado y dirigido por el General Lister formado por Moscú. El Quinto Regimiento, orgulloso de sus 10.000 hombres, se encarga del control de la seguridad y procede a numerosas detenciones. El Partido Comunista, muy minoritario, ve reforzada su aura con la llegada de los carros de combate soviéticos T-26 descargados de los buques de carga.

Dolores Ibarruri, dirigente del PC español apodada La Pasionaria, galvaniza la población a través de la radio : « ¡¡Todos contra los reaccionarios, todos contra el fascismo!! Hombro con hombro todos unidos hasta acabar con el enemigo. ¡¡Abajo los elementos contra-revolucionarios!! ¡¡Vivan las bravas milicias populares!! »

En todo Madrid se han colgado pancartas que reflejan el lema de La Pasionaria « No pasarán ». En los muros unos carteles gigantescos de propaganda hacen un llamamiento al combate. Sin embargo el resto del mundo piensa en cambio que Madrid va a caer en manos del ejército de Franco, cuyo avance parece imparable. La prensa internacional anuncia la caída inminente de la capital. Ante el peligro, a principios de noviembre los niños son

evacuados hacia Valencia. El corresponsal de la revista Pravda escribe : « Todos los que pueden abandonar la ciudad lo hacen, todos los ricos, todos los altos funcionarios se escapan. » El Gobierno de Largo Caballero se marcha también de Madrid llegado el momento.

Durante la última semana de octubre la ciudad es sometida a un intenso bombardeo aéreo y se constatan centenares de víctimas. El 7 de noviembre 20.000 soldados franquistas se lanzan al asalto de la capital por el oeste, éstos se topan con el Quinto Regimiento fuertemente atrincherado. Los combates se desarrollan en La Casa de Campo, a tan solo algunos pasos del centro de la capital. Para apoyar a los soldados presentes sobre el terreno la « Escuadrilla España » de Malraux efectua varias salidas y se enfrenta con los aviones de Franco. Los primeros cazas soviéticos hacen así su aparición en el cielo Madrileño.

El 8 de noviembre las primeras brigadas de voluntarios internacionales llegan a Madrid. La llegada de estos 1.900 hombres tiene un impacto considerable sobre la población que de este modo deja de sentirse sola. Los brigadistas recorren la Gran Vía entre los vivas de la gente y luego parten hacia el frente. La XI Brigada Internacional está formada por voluntarios franceses, alemanes y polacos. Los brigadistas están armados con viejos fusiles Remington de la Primera Guerra Mundial y no poseen granadas ni fusiles ametralladores, ni tampoco máscaras de gas. Los combates son mortíferos.

Viendo que la ofensiva terrestre no consigue prosperar, Franco ordena que la aviación intensifique sus ataques sobre Madrid. Por primera vez una ciudad es sometida a bombardeos sistemáticos, las bombas incendiarias causan la muerte de centenares de víctimas. Franco declara : « Yo destruiré Madrid antes que dejársela a los marxistas. » Miles de casas y de edificios sufren las consecuencias de los bombardeos, incluso los hospitales se ven afectados. En el célebre museo de El Prado también caen bombas, aunque afortunadamente las obras fueron ya trasladadas a Valencia.

El 17 de noviembre la XII Brigada Internacional llega como refuerzo a Madrid, ésta sustituye a la XI Brigada que hasta aquí ocupaba la primera línea del frente en la Ciudad Universitaria. El comisario político de la XII Brigada y el escritor comunista alemán, Gustav Regler, quien ha huído del nazismo declaran : « Estamos atrincherados en el barrio de la universidad detrás de

unas barricadas construídas con las estanterias de las bibliotecas, a través de cuyos respiraderos, y a veces también desde los tejados de la Ciudad Universitaria, disparamos por las noches. La línea de frente atraviesa los edificios, los laboratorios de física, las aulas de clase, los anfiteatros, nos fusilamos a bocajarro de planta a planta. »

El fotógrafo Robert Capa llega a Madrid en plena batalla, él se encarga del seguimiento de los voluntarios franceses que combaten en la Ciudad Universitaria. La revista « Regards » publica en París su reportaje : « La Guerra Civil española es el primer conflicto fotografiado día tras día. Una guerra sin imágenes no es solo un conflicto olvidado, es también una causa perdida. » escribe Capa el 18 de noviembre a su compañera Gerda Taro.

El 15 de noviembre una columna de 3000 milicianos anarquistas bajo las órdenes de Durruti llega como refuerzo para defender Madrid. Éstos se baten en La Casa de Campo, pero ante la intensidad de los combates deciden finalmente replegarse. El 21 de noviembre Durruti es abatido en medio de oscuras circunstancias. Durante su entierro en Barcelona 500.000 personas rinden homenaje a quien incluso estando en vida era ya todo un icono.

Ante la resistencia encarnizada de Madrid Franco renuncia a la toma de la capital por medio de una ofensiva frontal, el campo republicano obtiene así su primera victoria. Las Brigadas Internacionales situadas en primera línea del frente, con su valentía y sacrificio, han contribuído con un elevado coste en vidas humanas a salvar Madrid. La rutina cotidiana hace de nuevo su aparición en una capital convertida en fortaleza. De ahora en adelante es evidente que el enfrentamiento va para largo, el golpe de Estado militar se transforma en una guerra civil.

Los voluntarios no cesan de afluir hacia Albacete, pequeña ciudad a medio camino entre Madrid y Valencia, que ha sido elegida como sede de las Brigadas Internacionales. Los combatientes, cuyo número se eleva a 300.000 durante toda la guerra, proceden de unos 50 países. Al principio éstos son clasificados según su nacionalidad, los más numerosos son los contingentes francés y alemán. Se pueden encontrar en esta especie de Torre de Babel

a italianos, checos, ingleses, e incluso a cerca de 3.000 americanos que forman la Brigada Lincoln. Los voluntarios alemanes, muy disciplinados, son agrupados en el Batallón Thaelmann, nombre del dirigente comunista alemán deportado a Bukenval. Un cuartel situado en la Calle de la Libertad es utilizado como centro de reclutamiento. Los brigadistas reciben su uniforme, una indumentaria de la Primera Guerra Mundial. Los reclutas forman filas en un campo de maniobras ante el jefe de las Brigadas Internacionales, André Marty, uno de los miembros más potentes de la Internacional Comunista. Nadie contesta la autoridad de este hombre brutal, algo frustrado, y condecorado con la leyenda heroica de Las Motinerías del Mar Negro. La instrucción militar es de corta duración, la mayor parte de los soldados no ha cogido nunca un fusil. Con el objetivo de compensar las carencias de la formación militar y del armamento obsoleto, el comisario político inculca a los voluntarios la idea de que el destino de la humanidad entera depende de ellos. Cuando el periodo de instrucción se concluye los brigadistas desfilan por las calles de Albacete antes de partir hacia el frente.

La « Escuadrilla España » abandona Madrid para dirigirse hacia Albacete en noviembre de 1936. Los aviadores de Malraux no dependen de las Brigadas Internacionales, pero el escritor, que piensa sustituir a los pilotos mercenarios por voluntarios, se sirve del contingente de brigadistas internacionales para reclutar a sus mecánicos. Ya sea de uniforme o de paisano, Malraux recluta a los hombres que han servido en la aviación, y la « Escuadrilla España » toma el nombre de André Malraux. A finales de año la escuadrilla será ubicada cerca de Valencia con un radio de acción que abarca hasta Málaga.

La ciudad de Málaga, situada a lo largo de la costa mediterránea, es atacada por los nacionalistas que cuentan con el apoyo de 8 batallones italianos y que disponen de una enorme superioridad de medios. La ciudad cae el 8 de febrero y las tropas de Franco ponen rápidamente en práctica una represión salvage en la que miles de militantes de izquierdas son ejecutados. Varias decenas de miles de habitantes huyen de la ciudad a través de la carretera

de la costa en dirección de Valencia, al tiempo que éstos son bombardeados por los cazas italianos cuyas escuadrillas vuelan a baja altura para ametrallar a mujeres y niños. Los navíos de Mussolini disparan con sus cañones sobre la población que huye a través de la costa, convirtiendo de este modo el éxodo en una tragedia. Desde Valencia los aviones de André Malraux efectuan varias salidas a fin de proteger la huída patética de los refugiados, pero durante estos combates aéreos 2 de sus aviones son derribados. Falto de aparatos, Malraux se ve obligado a ponerle fin a la aventura de su escuadrilla. Él se marchará a los Estados-Unidos para intentar recaudar fondos.

El éxodo a través de la carretera de Valencia continúa y Gerda Taro se encarga de fotografiar esta huída de refugiados. La revista semanal « Regards » publica su reportaje, un reportaje que causa sensación. Gracias a las instantáneas tomadas por los fotorreporteros el mundo entero asiste en primera fila a la Gerra Civil.

Franco no ha podido tomar Madrid, pero él no ha renunciado por lo tanto a su proyecto de ampararse de la capital, que ahora pretende rodear para cortar sus bases de aprovisionamiento. Con este objetivo el 6 de febrero Franco lanza, con un frente de 18 Km., un ataque en tenaza a través del río Jarama para cortar la carretera de Valencia a Madrid. Los franquistas disponen de

40.000 hombres y de un centenar de vehículos blindados. La XIV Brigada Internacional ha tomado posición para defender el Puente del Pindoque sobre el río Jarama. Robert Capa, que no se pierde ninguna batalla, fotografía los asentamientos republicanos de primera línea.

Al alba del 11 de febrero los soldados marroquíes sorprenden a los defensores y atacan las posiciones de la XIV Brigada. Desde un puesto más elevado los combatientes de la XII Brigada rocían los asaltantes con un nutrido fuego. Gustav Regler, comisario político, describe la masacre de los combatientes de la XIV Brigada : « Luchando hasta la última fila de ametralladoras el batallón permaneció en su posición, batiéndose cuerpo a cuerpo contra los moros que surgían con el cuchillo entre los dientes. » Los franceses, comprendiendo que la carretera entre Madrid y Valencia iba a ser cortada, se agarran al terreno con el mismo empecinamiento con el que se negarían a obedecer si ellos estuviesen de descanso. La XI y la XV Brigadas son llamadas en refuerzo, ésta última se encuentra compuesta por 25 nacionalidades diferentes y cuenta con 5 batallones, entre los que se encuentra el batallón americano Lincoln. En diez ocasiones los hombres se lanzaron al descubierto frente a unas ametralladoras que escupían la muerte, la Batalla del Jarama es una carnicería. En este “Verdún español” (nos referimos a la batalla de Verdún) el batallón británico pierde la mitad de sus hombres, varias unidades enteras son enviadas a la muerte, los brigadistas se dejan descuartizar por solo algunos palmos de terreno. Dos mil brigadistas son puestos fuera de combate.

El frente termina por estabilizarse, los dos bandos han sufrido pérdidas considerables, alrededor de 10.000 hombres cada uno. Los soldados de la República han conseguido guardar el control de la carretera Madrid-Valencia. Los combatientes americanos de la Brigada Lincoln, filmados por Henri Cartier Bresson, componen con motivo de esta batalla una canción que pertetuará su leyenda : El valle del Jarama.

Después de la batalla el frente se estabiliza, una vida diferente y monótona se instala animada por la visita de varias celebridades como el actor Errol Flynn. Para los artistas, quienes ven aquí el enfrentamiento entre el bien y el mal, la Guerra de España ejerce un irresistible poder de fascinación. Escritores, poetas y cineastas se marchan corriendo a España convencidos por los servicios de propaganda de la Internacional Comunista. En Madrid éstos llegan al Hotel Florida, en la Gran Vía, regularmente bombardeada por la artillería franquista. Ernest Hemingway, enviado especial de las revistas americanas llega a Madrid en Marzo de 1935, él ocupa la habitación n° 108 en el Florida, donde Robert Capa, un habituado del lugar, lo fotografía en plena sesión de trabajo. En el mismo hotel se alojan también los reporteros de la prensa internacional, y Hemingway se lía con Ernst Bernard Dui, enviado especial del New York Times. Cuando él no se encuentra de reportero en el frente, Mikhaïl Koltsov, corresponsal de la revista « Pravda », pasa igualmente sus ratos en el Florida. Amigo de Malraux, de Aragon, de Jide, Koltsov aborda a Hemingway para mostrarle qué es lo que los comunistas quieren que el escritor vea. Extraño personaje con una dislumbrante inteligencia, políglota, Koltsov envía sus informes al NKVD en los que él denuncia a los heréticos. Él inspirará a Hemingway, a quien él fascina, el personaje de Karpov en su novela titulada « Por quien tocan a muertos ».

John Dos Passos, condecorado con la gloria de Manhattan Transfert, llega igualmente al Hotel Florida. « ¿Qué es lo que has traído para comer??... » le pregunta Hemingway, quien acumula provisiones en su habitación. Cuando las bombas caen demasiado cerca, las celebridades del Florida se reunen en medio de la calle en pijama.

A pesar del fracaso de su ofensiva sobre el río Jarama, Franco decide lanzar un segundo ataque con el mismo propósito de aislar la capital española. Mussolini quiere una victoria, éste se fija como objetivo la toma de Guadalajara, una pequeña ciudad situada a unos 50 Km. al noroeste de Madrid. El 8 de marzo 35.000 soldados italianos atacan con una división blindada y progresan a través de las líneas republicanas. En un primer

tiempo éstos avanzan rápidamente, una vez más los combates son mortíferos y los brigadistas se baten en primera línea. La XII Brigada Internacional, en particular, juega un rol decisivo. Los italianos del Batallón Garibaldi se topan frente a frente con los fascistas italianos. Todos los clientes del Hotel Florida asisten a los combates, Koltsov redacta en caliente sus reportajes para la revista Pravda. A su lado, Hemingway sigue de cerca a los hombres de la XII Brigada Internacional, el escritor no se niega a abrir fuego si ello fuese necesario. Gustav Regler, comisario político de la XII Brigada, quien se convierte en su amigo, le sirve de guía en la línea de frente. Viendo a un médico ir a buscar a un herido en primera línea, Hemingway le confiesa a Regler : « Semejante desprendimiento personal ante la muerte solo se puede observar en los mejores toreros. » Hemingway se encuentra acompañado por el cineasta Joris Ivens con el que rueda una película titulada « Tierra de España ».

Los republicanos neutralizan la ofensiva italiana y contratacan, los soldados enviados por Mussolini huyen en desbandada dejando abandonadas sobre el terreno toneladas de material y miles de prisioneros. La victoria de Guadalajara, en la que las Brigadas Internacionales han contribuido ámpliamente, remonta los ánimos del bando republicano. Cinco meses de encarnizadas batallas en torno a Madrid no le han permitido a Franco tomar la capital, éste cambia entonces de objetivo y decide concentrar sus esfuerzos sobre la franja costera del norte, un enclave republicano en terreno nacionalista.

El 31 de marzo de 1937 las tropas de Franco atacan. En esta región montañosa la Legión Cóndor enviada por Hitler constituye un factor decisivo. Los estrategas nazis ordenan bombardear las ciudades y los pueblos con el objetivo de experimentar los efectos del terror aéreo sobre la población. En Durango una iglesia es bombardeada durante la misa, en toda la

ciudad se contabilizan 250 cadáveres. Los vascos resisten durante largas semanas a los ataques aéreos, al bloqueo marítimo y a las ofensivas terrestres. El 25 de abril 43 aviones de la Legión Cóndor bombardean una pequeña ciudad de 7000 habitantes, Guernica. En este día de mercado la gente se agolpa en torno a los puestos de los vendedores ambulantes y ganaderos que han venido a vender sus animales. Durante dos

horas la ciudad es recubierta por un manto de bombas, las vacas revientan en medio de un estruendo de apocalipsis. Los cazas alemanes persiguen a la gente que intenta ponerse a salvo, hombres, mujeres, niños, animales. Hay 1664 muertos y 800 heridos, solo queda de Guernica un esqueleto calcinado. Conmocionado por el bombardeo de Guernica, Picasso, en algunas semanas, pinta un inmenso cuadro. Con motivo de la exposición universal de 1937 en París, la presentación del cuadro « Guernica » en el pabellón de la República Española causa sensación.

Para el campo republicano la situación en el norte es crítica. Con el objetivo de aliviar este frente, el Estado Mayor ordena una operación en la Sierra de Guadarrama, al norte de Madrid, con la finalidad de tomar Segovia. Gerda Taro acompañada de su Leika, y Robert Capa que posee una pequeña cámara Eyemo. siguen el desplazamiento de las tropas republicanas. Capa filma los carros de combate, un hombre hablando por teléfono, unos oficiales centrados en un mapa. Estas imágenes le servirán a Hemingway, presente también sobre el campo de batalla, para ilustrar el tema central de su novela titulada « Por quien tocan a muertos ».

Mil hombres de la XIV Brigada Internacional dejan sus vidas en un ataque inútil, los combatientes han sido sacrificados por nada, algunos de ellos se niegan a combatir. Un capitán designa a 5 hombres y los ejecuta uno después de otro de un tiro en la cabeza al estilo soviético. Este ataque que pretendía aliviar el frente del norte no les impide a las tropas franquistas, apoyadas por la aviación nazi, proseguir su ofensiva hacia Bilbao. La ciudad se encuentra asediada, desde los montes colindantes los cañones franquistas la bombardean. Robert Capa consigue sin embargo penetrar en Bilbao, donde las sirenas de la alerta aérea resuenan entre 15 y 20 veces en una sola mañana. Capa permanece 10 días entre la población asediada. Los habitantes aterrorizados huyen del avance franquista, centenares de mujeres y niños son evacuados por mar. Las tropas de Franco entran en Bilbao el 19 de junio de 1937, éstas son acogidas con fervor por una parte de la población. En tan solo algunas semanas, y a pesar de una resistencia desesperada, el enclave republicano del norte ha caído en manos de las tropas de Franco.

La República Española se encuentra dependiente del apoyo material de la Unión Soviética. Debido a la ayuda rusa, la influencia del Partido Comunista dentro del bando republicano no para de aumentar hasta convertirse en desproporcionada en relación con su implantación real. Los comunistas practican una política sistemática de infiltración de los órganos de poder civiles y militares. En el ejército casi todos los oficiales superiores, como el General Lister, son miembros del PC. Las tensiones y los

enfrentamientos se multiplican entre el ala libertaria, que privilegia la revolución social, y el ala comunista que desea ante todo restaurar el Estado y hacer la guerra. Stalin no quiere oir hablar de ninguna revolución en España, pues ésta no estaría dirigida por los comunistas, sino por los anarquistas. Para los consejeros soviéticos la prioridad es la del control de las milicias y su integración en un ejército centralizado bajo su mando. Es en Barcelona, en una región donde la colectivización de tierras y empresas ha sido más ámplia que en otras partes, que la tensión es más fuerte. La ciudad de la revolución escapa al control del Gobierno central de Valencia, las milicias de la CNT controlan la ciudad. Además de los libertarios, un pequeño

partido marxista anti-staliniano, el POUM, es también influyente. El POUM, dirigido por Andrés Nin, es el único partido que denuncia las depuraciones stalinianas. Para los comunistas es el enemigo a abatir, pues los consejeros soviéticos quieren acabar con este reducto libertario y autónomo de Cataluña, reacio a la centralización y a la ortodoxia comunista. La revista Pravda advierte : « La eliminación de los trosquistas y de los anarquistas ya ha empezado y se proseguirá con la misma energía que en la URSS ». En las calles de Barcelona la tensión no para de aumentar.

George Orwell, que ha regresado del frente por un permiso, se ve las caras el 28 de abril de 1937 con John Dos Passos, quien está a punto de marcharse a Francia. Orwell le cuenta al escritor americano, simpatizante de los anarquistas, la atmósfera de odio que reina en la capital catalana. Dos Passos comenta : « Stalin envía armas a los republicanos pero añade el terror como bonus extra, es la receta ideal para que los fascistas consigan la victoria ». En el transcurso de su estancia en Barcelona, Dos Passos se reune con Andrés Nin, el lider del POUM, revolucionario romántico, anti-staliniano virulento, atrapado entre dos fuegos, los comunistas y los fascistas.

El 3 de mayo varios guardias de asalto intentan tomar en la Plaza de Cataluña el control de la central telefónica de Barcelona, custodiada desde el mes de julio de 1936 por los milicianos anarquistas de la CNT. Este ataque es como la chispa que hace saltar el polvorín por los aires, en tan solo algunas horas la ciudad se llena de barricadas. De un lado se encuentran los militantes del POUM, los anarquistas de la CNT y los amigos de Durruti. Del otro lado los comunistas y las fuerzas del Gobierno, quien envía refuerzos humanos. Una columna de carros de combate entra en la ciudad, Orwell abre fuego desde el lado donde se encuentra el POUM, los combates se prosiguen durante varios días en Barcelona provocando la muerte de centenares de personas. Finalmente un cese el fuego es decretado. Los diarios comunistas cargan contra los trosquistas que son presentados como los aliados de Franco. Los servicios secretos de Orlov se inventan imaginariamente la existencia de un supuesto complot trosquista que estaría relacionado con Hitler y Mussolini. Los enfrentamientos en Barcelona se terminan con la victoria total de los comunistas, el regreso de la paz va acompañado de una crisis política.

Largo Caballero, que rechaza cualquier reprimenda contra el POUM, es destituido como presidente del Gobierno y remplazado por Juan Negrín, quien toma las riendas de un ejecutivo sin los anarquistas de la CNT, y en el que el peso del Partido Comunista es determinante. Los dirigentes del POUM son detenidos y torturados por los agentes soviéticos del NKVD, en toda España se abre una caza de brujas. Andrés Nin es secuestrado, duramente torturado y asesinado por los hombres de Orlov. Un foso de sangre se abre en el corazón del bando republicano. En agosto de 1937 es creado el SIM, o Servicio de Investigacion Militar, una policía política de 6000 hombres bajo control comunista. El SIM detiene y ejecuta en unas cárceles secretas llamadas « Checas », el campo republicano se aparenta cada vez más a un campo soviético. Orwell, que ha tenido que esconderse para escapar a la represión staliniana, regresa de nuevo al frente de Aragón en la columna del POUM. Los diarios procedentes de Barcelona son interceptados para que los combatientes no sepan que en el mismo momento sus camaradas acusados de traición son detenidos y ejecutados. George Orwell, cuya cabeza sobresale de la trinchera debido a su gran estatura, recibe una bala en la garganta y debe abandonar el frente, la Guerra de España se ha terminado para él. Pocos artistas y escritores comprometidos con los ideales de los republicanos españoles se preocupan de la guerra civil en la Guerra Civil.

El 4 de julio de 1937 se celebra en Valencia, en la gran sala del ayuntamiento, un congreso internacional de la cultura organizado por los servicios de propaganda de la Internacional Comunista. Doscientos escritores de 26 países vienen a aportarle su apoyo a la causa republicana, Malraux es uno de los principales oradores. En nombre del combate contra

Franco, Malraux no dice ni una palabra sobre la realidad de la represión desencadenada por los comunistas, éste elige la eficacia antes que la verdad. Los mejores escritores del mundo se encuentran presentes : Gustav Regler, José Bergamín, Tristan Tzara, Octavio Paz, Pablo Neruda, Louis Aragon, Paul Nizan, Anna Seghers y Mikhaïl Koltsov participan en este congreso. El escritor aleman Ludwig Renn, comisario político de las Brigadas Internacionales, declara : « El rol de los escritores que combaten por la libertad no consiste en escribir historias, sino en hacer la Historia ». La fotógrafo Gerda Taro ha abandonado momentáneamente los campos de batalla para inmortalizar a los hombres de pluma.

Mientras que los intelectuales celebran su congreso, el Estado Mayor republicano pone en práctica el 6 de julio la ofensiva más importante desde el inicio de la guerra. El objetivo designado por los consejeros soviéticos es Brunete, un pueblo a 20 Km. al oeste de Madrid. Setentamil hombres participan en esta operación, 5 Brigadas Internacionales se ven atribuída en esta batalla la misión fundamental de romper la mordaza franquista

que amenaza la capital. En un primer tiempo las fuerzas republicanas, apoyadas por los carros de combate, consiguen avanzar. La XI División del General Lister entra en Brunete, Gerda Taro cubre la batalla para el diario « Ce soir ». Estas fotos testifican ante el resto del mundo que Brunete se encuentra en manos de las fuerzas gubernamentales. Pero Franco hace venir los cazas y los bombarderos de la Legión Cóndor, que dejan caer un diluvio de fuego sobre las divisiones republicanas que premanecían al descubierto en esta meseta quemada por el sol. La infantería franquista, apoyada por 60 baterías de artillería, ataca en todo el frente. Los brigadistas, con unas pérdidas terribles deben abandonar. Brunete es retomado, la retirada se convierte en una desbandada. Al final de la tarde del domingo 25 de julio Gerda Taro es aplastada, trágica caricatura, por un carro de combate republicano incontrolado, ella morirá al día siguiente después de unos terribles sufrimientos. « Cuando yo pienso en toda la gente extraordinaria que ha muerto en el transcurso de esta guerra, tengo la impresión de que no es justo que yo siga todavía viva », había ella escrito justo antes de su muerte. Robert Capa no se consolará nunca de la pérdida de Gerda.

La gran ofensiva de la República sobre Brunete se termina con un revés mayor, la destrucción de las mejores tropas, 23.000 combatientes republicanos dejan aquí sus vidas. Los voluntarios extranjeros, siempre enviados a las primeras líneas, tienen el sentimiento amargo, una vez más, de ser tratados como carne de cañón. Numerosos casos de motinerías por parte de los americanos y de los británicos de la XIII Brigada, que acaban de pasar 150 días consecutivos en el frente, son señalados. A este respecto se ordenan varias ejecuciones gratuitas, únicamente para demostrar con el ejemplo lo que les va a ocurrir a los futuros desertores. La XIII Brigada es desarmada y disuelta. Para apartar a los elementos más contestatarios, la dirección de las Brigadas Internacionales abre un campo de concentración bautizado Campo Lukács a 40 Km. de Albacete. En 3 meses, durante el verano de 1937, cuatromil hombres son internados, entre ellos se encuentran muchos británicos decepcionados, varios americanos amargados y desilusionados, o algunos franceses que simplemente quieren regresar a sus casas. En el otoño de 1937 la moral de los brigadistas internacionales se encuentra cercana a cero, y a finales de año el equilibrio de fuerzas militares es favorable al bando franquista.

La ocupación total del norte de España hace que la balanza se incline a favor del campo nacionalista, que se ampara de las industrias de armamento del País Vasco, de la industria pesada de Bilbao, del carbón y del hierro de Asturias.

Gracias a la ayuda alemana e italiana, que ha contribuido con 400 aparatos a la supremacía aérea de la aviación nacionalista, las concentraciones de tropas se han convertido en algo aleatorio. Y por lo tanto el Estado Mayor republicano no cambia en nada su estrategia basada en las grandes ofensivas frontales, muy costosas en vidas humanas y propicias a la propaganda. Según

esta táctica un nuevo ataque de envergadura es preparado con el objetivo de arrebatarle a la zona nacionalista el enclave de Teruel, que está defendido por 10.000 soldados franquistas. Cuarentamil combatientes republicanos se dirigen hacia la ciudad a cuyas cercanías llegan el 19 de diciembre. Hemingway se marcha también al frente de Teruel para asistir a la batalla que él describe en el diario « Ce soir ». Robert Capa tiene igualmente de qué ocuparse el 21 de diciembre, él fotografía los combates para la revista « Regards » y para el diario « Ce soir ». Capa se une a un destacamento de dinamitadores que lanzan un ataque directo y se abren camino con granadas. Los carros de combate rusos T26 llegan al centro de la ciudad. El 8 de enero la guarnición franquista se rinde, la ciudad ha sido tomada. Para celebrar la victoria el cantante Paul Ronson venido desde los Estados-Unidos interpreta varias canciones de música negra americana durante toda la noche ante los combatientes de las Brigadas Internacionales. Esta victoria posee una inmensa repercusión internacional, en Barcelona un desfile monstruoso saluda la toma de Teruel.

Pero Franco no quiere dejarle la ciudad al campo adverso, él ordena el desplazamiento de tropas frescas y lanza el contrataque en medio de un frío siberiano. 75.000 soldados nacionalistas van al asalto de las posiciones republicanas, la ciudad se ha convertido en todo un símbolo. La batalla de Teruel, con sus enfrentamientos callejeros, ha pasado a la Historia como una de las más terribles de una guerra terrible. Las tropas de Franco acaban tomando de nuevo la ciudad con un enorme saldo en pérdidas humanas, 30.000 hombres, de los que un 25% murieron a causa del frío. La población huye en un éxodo patético. El Estado Mayor republicano había querido ampararse de una ciudad sin interés estratégico y que no podía ser defendida. Una vez más las mejores tropas han sido sacrificadas en vano para finalmente volver a las posiciones de partida. El estado lamentable de los supervivientes, el agotamiento físico y la desmoralización auguran ya el próximo desastre.

Franco no le deja al campo republicano el tiempo de respirar. Justo después de la batalla de Teruel él lanza una ofensiva que para la República va a suponer el principio del fin. El 9 de marzo 150.000 soldados nacionalistas apoyados por 200 carros de combate, 600 aviones, 700 cañones, atacan con una línea de frente de 100 Km. a un ejército republicano al límite de sus

fuerzas. Ante la superioridad numérica y militar de las tropas franquistas la retirada se transforma en desbandada, y luego en una debacle. La línea de frente ha sido borrada del mapa, la ofensiva nacionalista progresa de manera espectacular y alcanza el Mediterráneo. Lo que queda del territorio republicano es cortado en dos partes.

Desde principios del año 1938 Barcelona es bombardeada por la aviación franquista. Del 16 al 18 de marzo se contabilizan 17 pasadas de las escuadrillas alemanas e italianas que se suceden sobre una ciudad desprovista de defensa anti-aérea. Los destrozos son considerables, 1.300 personas pierden la vida provocando la indignación de las democracias del mundo. En el campo republicano la impotencia se instala. En la ciudad martirizada Malraux empieza en el mes de julio el rodage de una película titulada « Sierra de Teruel », inspirada en la aventura con su escuadrilla.

En el verano de 1938 el presidente del Gobierno, Juan Negrín, apoyado por los comunistas, estima que el campo republicano debe atraer la atención de la opinión internacional por medio de una gran acción heroica. Él decide entonces llevar a cabo una vasta ofensiva para desalojar a las tropas nacionalistas del corredor que éstas ocupan entre las dos zonas republicanas. El

objetivo es el de atacar sobre el río Ebro, el ejército es reunido para esta batalla de último recurso. Ochentamil hombres son encaminados en secreto hacia el cauce. Al alba del 25 de julio de 1938 las tropas republicanas empiezan a cruzar el Ebro. La XIV Brigada Internacional es sorprendida en esta maniobra, y bajo un nutrido fuego pierde 1.200 hombres en 24 horas. En otros puntos la travesía del Ebro se desarrolla más fácilmente, y las tropas republicanas progresan varios kilómetros sobre la otra orilla. Al cabo de una semana, el 1 de agosto, la ofensiva republicana es neutralizada, el frente se estabiliza, los dos campos se instalan y cavan trincheras.

A principios de noviembre Ernest Hemingway y Robert Capa, siempre acompañados por Herbert Matthews del New York Times, cruzan el Ebro para llegar al frente, pero durante la travesía la barca es arrastrada por la corriente. Hemingwuay coge entonces los remos y consigue llevar la embarcación hasta la otra orilla.

Robert Capa sigue los combates que tienen lugar sobre el río Segre, un afluente del Ebro, y realiza las fotos de combate más realistas de la guerra. Después de 100 días de combates terribles, los republicanos, bombardeados por más de 300 aviones, vuelven a atravesar el Ebro y los supervivientes vuelven a ocupar de nuevo sus posiciones iniciales. Setentamil republicanos han sido dejados

fuera de combate, sesentamil del lado nacionalista. Es el último episodio del gesto heroico de una República Española agonizante. Mal concebida, mal ejecutada, prolongada más allá de lo razonable, la ofensiva sobre el Ebro es un desastre. Ésta deja a los últimos bastiones republicanos desarmados y sin defensa. Las Brigadas Internacionales han perdido en este combate inútil su última fuerza material y moral.

En el mismo momento en el que se decide el rumbo que va a tomar la guerra en España, en las orillas ensangrentadas del Ebro, se negocia en Munich la paz en Europa. La abdicación por parte de Francia y de Gran Bretaña ante las exigencias de Hitler, que quiere anexionarse los Sudetes, suena como el acta de defunción de la República Española. Stalin llega a la conclusión de que él no tiene nada que esperar de las democracias y abandona a Checoslovaquia para que ésta sea dividida. Al mismo tiempo éste refuerza su estrategia de sustitución, la aproximación con Hitler, en la que él piensa desde hace tiempo.

La consecuencia directa del dictado de Munich es que en España la URSS pasa de un compromiso prudente a un desentendimiento activo. El « Comité de no intervención » de Londres hace un llamamiento a la retirada de los voluntarios extranjeros presentes en cada bando. Rápidamente Juan Negrín anuncia la retirada incondicional de las Brigadas Internacionales. En esta fecha solo quedan 10.000 voluntarios en condiciones de combatir. Los

supervivientes gloriosos de los combates perdidos de Teruel, del Ebro, son reunidos el 25 de octubre en una ceremonia en la que el jefe del Gobierno, Juan Negrín, y André Marty homenajean su valentía. Robert Capa capta en foto estos instantes de emoción, su objetivo inmortaliza el rostro de un brigadista italiano. Tres días más tarde, el 28 de octubre de 1938, es la despedida, el desfile del adiós.

Dos años después de su llegada triunfal, las Brigadas Internacionales desfilan por la Avenida Diagonal, en pleno corazón de Barcelona. Robert Capa, siempre situado en el lugar idóneo, fotografía la llegada del presidente Hazaña y de Negrín. La Pasionaria exclama a los hombres que desfilan : « Podeis marcharos orgullosamente, vosotros sois la Historia, vosotros sois la leyenda ». Los brigadistas, que han estado presentes en todas las grandes batallas, dejan en España 10.000 muertos, cerca de 8.000 desaparecidos, miles de heridos. Hemingway asiste al cortejo de los vencidos de la Historia, él se funde en lágrimas ante el espectáculo de unos hombres que él describe como « sucios, jóvenes y fatigados, la mayor parte de ellos sin patria que los acoja ».

Malraux, presente entre el gentío dirá « es toda la revolución que se marcha ». Alrededor de 5.000 combatientes brigadistas saludados por los españoles regresan a sus países. New York y Londres lo festejan.

El 26 de enero de 1939 las tropas de Franco entran en Barcelona, donde los habitantes parecen haber cambiado súbitamente de campo. Lo que queda del ejército republicano cruza la frontera francesa y entrega las armas. Quinientosmil españoles huyen hacia Francia formando un lamentable cortejo de refugiados. Varias hileras de mujeres y niños flacos, hambrientos, lloriqueando, se prolongan en medio del frío del invierno.

La Guerra de España se ha terminado, Franco celebra su victoria con un gigantesco desfile en Madrid, que durante mucho tiempo ha resistido a sus asaltos. El embajador de Francia, el Mariscal Petain, asiste al desfile. El Gobierno francés encierra a los republicanos españoles que han huído en varios campos de concentración en Argeles y Saint Cyprien, con unas deplorables condiciones materiales. Entre ellos se encuentran más de 5.000 militantes anti-fascistas alemanes, italianos, austriacos, húngaros, polacos, que abandonaron sus países para combatir el fascismo en las filas de las Brigadas Internacionales. Es detrás de las alambradas que ellos se enteran, el 23 de agosto de 1939, de que un pacto germano-soviético ha sido firmado. Es la ocasión trágica para estos hombres admirables de interrogarse sobre el sentido del sacrificio de sus camaradas desaparecidos en la Guerra de España.

El día en el que Franco entra en Madrid, Ernest Hemingway empieza a escribir con un estilo febril las primeras páginas de su novela « Por quien tocan a muertos ». A finales de enero de 1939, John Dos Passos termina su romance titulado « Aventura de un joven hombre ». Su héroe, un voluntario de las Brigadas Internacionales acusado de traición, es enviado a la muerte por sus verdugos comunistas. En su novela titulada « Esperanza » editada en 1937, Malraux confunde la ilusión lírica con la terrible realidad. Orwell redacta un requisitorio contra la política comunista en España en « Homenaje a Cataluña », que verá la luz en 1938. Robert Capa continuará su brillante carrera de foto-reportero, él estará en Omabeach el 6 de junio de 1944. Capa saltará por los aires con una mina en Indochina en mayo de 1954 y se reunirá con Gerda Taro en el panteón de fotógrafos. Mikhaïl Koltsov, llamado por Moscú en 1937, desaparece en las depuraciones. Como él, casi todos los soviéticos que han servido en España son ejecutados a su regreso.

Ya lo han visto ustedes, era La tragedia de las Brigadas Internacionales, un documental realizado por Patrick Rotman a ver de nuevo como siempre durante 7 días en ARTE+7

Buenas noches y hasta pronto en Arte. Chao. Proceso al franquismo