La Escritura Viva Louis Hay

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  • 7/27/2019 La Escritura Viva Louis Hay

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    LA ESCRITURA VIVA *En este fin del siglo XX, el tennino manuscrit d'ecrivain habla directamente ala imaginaci6n: hace revivir la emocion de las grandes exposiciones -"Soleilsd' encre" -de Hugo, playas azules bosquejadas por Flaubert, poemas iluminadosde Char-, la eclosi6n de vientos celebres en los cuales los papeles de Kafka 0de Zola rivalizan en precio con los tejados de Gauguin 0 de Paul Klee, elreturnbarde los medios sobre los descubrimientos que sacan a la luz losescritosde Heine 0 los camets de Proust. Y, sin embargo, nada es mas simple que esetennino. Hasta Gutenberg, todo escrito es un tiber manu scriptum y, luego dela invencion de la imprenta, haranfaltatodaviados siglosmaspara que la lenguaincorporeen su seno la oposicionescrito/impreso.Es recien en el perfodoclasicocuando manuscrit hace su entrada en los diccionarios franceses. Furetiereregistra su sentido modemo en 1690; cuando todavia compite con el sustantivoautographe, un neologismo de entonces que reemplazaba en ese momento achirographe en laacepci6n primera de esetennino. Si elderivado latina destacael modo de inscripci6n del texto, el griego designa la persona del autor, y ellexico rellne de este modo la vision dividida que los hombres siempre tuvierondel objeto manuscrito: testimonio del texto, para los fil610gos; reliquia delartista, para los coleccionistas. Esta doble realidad del manuscrito, documentoy monumento, marca toda la historia cultural de su transmisi6n. Hara falta sinembargo esperar hasta el fm del siglo XIX para que los dos puntos de vista seenCl.lentren reflejados en un sintagma com un, el manuscrit autographe, quereline texto y autor, en una concepcion mas modema de 10 escrito. A partir deahi, se desarrolla una evoluci6n que comienzaa desplazar la atenci6n desde lostestimonios del texto hacia los de su genesis. A pesarde las fluctuaciones de unvocabulario que evocaconfusamente lahistoriade su conservaci6n -manuscritsmodernes-, la finalidad de los documentos -manuscrits de travail-, suaspecto grafico -brouillons- los "papeles" de un autor son, a partir de esemomento, considerados como una clase especifica de objetos. Su coherencia

    "L'ecriturevive"en Lesmanuscrites desecrivains. Sous la directionde LouisHay, Paris,CNRS Editions-Hachene, 1993, pp. 10-32.Traducci6nde Marla Ines Palleiro.

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    procedede unafunci6n comuny unica: laelaboraci6nescritadelasproduccionesdel espiritu. Esta concepci6n supone un contraste, en lamedida en que oponeel manuscrito, soporte de un trabajo, al !ibro, soporte de una comunicaci6n.Constituye al mismo tiempo un sistema, ya que incluye en un mismo objetointelectual documentos que difieren en sus caracteristicas materiales y en susmodos de escritura, manuscrita, mecanica 0 electr6nica. Nuestra visi6n delmanuscrito llega aun mas lejos: documento, monumento, pero tambien eventoque hace surgir el movimiento de un pensamiento de un trazo de la mano. Deahi surge una curiosidad nueva y esencialmente contemporanea por estosescritoscompletamentediferentesde todos losotros. Sufascinaci6n seencuentraa laaltura de los problemas que suscitan, que encierran todavia una gran partedemisterio, ya setrate de descubrirsu historia 0 dedescifrar sussignificaciones.

    *Unahistoriade lacreaci6nliteraria e intelectual quetomecomopuntode partidalos manuscr itos esta aun por escribi rse. Has ta ahora, no tenemos n i unconocimiento acabado del patrimonio de manuscritos que ha llegado hastanosotros, niuna explicaci6nsiempreprecisadesu existencia. Paralas bibliotecaspublicas, la clave del tesoro presenta un defecto: la noci6n de manuscrito deautores demasiadoreciente comopara serusada parala confecci6nde catcilogoso de bibliografias. En 1988, fue realizado enGranBretaiiaun primer inventarionacional impreso demanuscritos literarios. Estese limitahastael momenta s610alsigloXX yno siemprediferencialas copias de losmanuscritosde trabajo.Paralas coleccionesprivadas, lapartedesconocidaesmasgrande aun. Su importanciasigue siendo aUn considerable, al punto que, en el curso del ultimo cuarto denuestro siglo, los limites del dominio de los escritos-y de hecho todo nuestroconocimiento de la producci6n literaria- fueron ampliados porel redescubrimiento de losgrandesfondos patrimoniales, comoel de lacolecci6nVarnhagenvon Ense, desaparecida despues de la guerra y hallada recientemente enPolonia, 0 la colecci6n Schocken, sustraida a las autoridades nazis y transportada a Israel, a los Estados Unidos de Norteamerica y a Suiza. Tales limitesfueronensanchadostambien porcelebres subastascomolade los papelesSickleso Guerin en Paris, asi como tambien por legados suntuosos, como el de lacolecci6n Bodmeren Ginebra , y tambien por grandes donaciones, como la delosmanuscritos de Aragon al C.N.R.S. EI mapadel reino de los manuscritos nosolo esta todavia inconcluso, sino que describe ademas un territorio que seenriquece de un decenio al otroy del cualla exploraci6n es la condici6npreviapara toda investigaci6n. Bibliotecarios, coleccionistas y archivistas son lospioneros de esta aventura de descubrimiento y cartografia que recien hacomenzado.

    AI mismo tiempo, necesitamos una historia de las colecciones y de sutransmisi6n para comprender todo 10 que un documento nos ensefta sobre una

    civilizaci6ny sobre un escritor. El destino de un fondo patrimonial depende decondiciones y causas muy diversas. Unas responden a la epoca de la cualprovieneny tienenque verentoncescon modos de escritura, de reproducci6nyde conservaci6n y con la organizaci6n de bibliotecas y archivos. Otras estanligadas al status social y a los habitos personales de un escritor. Esta tramahist6rica esta desgarrada ademas por accidentes catastr6ficos tales como lasdestrucciones, voluntarias 0 involuntarias, de origen natural 0 hist6rico. Es-/necesario desenmaranar esta madeja de causas y efectos para pasar de una \arqueologia de los documentos a una historia de las practicas de escritura, y acceder asi a una visi6n de conjunto de las condiciones de la producci6n!iteraria. Esta nueva ambici6n se enfrenta de golpe con el problema de lafragilidad de sus objetos, expuestos al a destrucci6n porlos efectos del paso deltiempo. Es conveniente entoncestratar de remontar dichaambici6n 10mas lejosposible: una perspectiva demasiado estrecha deforma el sentido de la historiay compromete la intelecci6n de los hechos.Es verdadque, paralas epocasmas antiguas, los testimoniosmaterialesresultan a menudo demasiado escasos. Hizo falta un cataclismo natural comola erupc i6n del Vesubio, ocurr ida en el ano 79, para que, en una v il la deHerculano, unabib!iotecade los tiempos deAugusto se conservaraa 10 largo dedos milenios en un sarcOfago de cenizas. Entre los papiros que alli fueronencontrados figuran muchos rollos del fil6sofo griego Filem6n de Gadara quedatan del primer siglo anterior a nuestra era y que proporcionan sin duda alOccidente el primerejemploconocido demanuscritos detrabajo (en particular,su proyecto del Index Academicorum, PHerc. 1021). Su supervivencia constituye a lavezun hecho excepcional por lascircunstancias que 10 rodearon y unhechosimb6licopor la epoca a laque se refiere,caracterizadapor una expansi6nparticular de la producci6n literaria. A falta de documentos materiales, disponemos por el contrario de testimonios directos acerca de problemas relacionados con el trabajo del escritor en los primeros siglos del Imperio. Entre talestestimonios directos, secuentan los de Plinioel Joven,quienevocaen unacartasus trabajos de redacci6n:

    Pour moi, ce n'est pas quand je d6bite mon texte que je souhaite recevoir deslouanges, mais quand Ie lecteur l' a sous les yeux. C' est pourquoi je ne negligeaucune f a ~ o n de Ie corriger: en premier lieu, je relis moi-meme soigneusementce que j'ai ecrit[... ]. Pour finir,je relis Ie tout aun certain nombre de personneset, crois-moi, c'est a ce moment que je fa is le s cor rect ions l es p lu sapprofondies[ ... ].1

    Este comentario resulta sumamente interesante,ya que muestraen vivo de quemanera , ya en la epoca clasica, la escritura gana terreno por sobre la oralidad:

    PLINIO, epist. VII, 17,6-8.

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    por su funci6n instrumental de elemento preparatorio (para la elaboraci6nescritade un discurso), pero tambien por una inversi6nde prioridades ("cuandoellector 10 tiene frente a sus ojos"). El testimonio contemporaneo de Suetoniosobre los manuscritos de Neron es indirecto, pero tambien muy precise:

    l ' ai eu en mains de petites tablettes et des notes oil se lisaient des vers trescelebres de lui, traces de sa propre main et non point copies ou ecrits sous ladictee: c'etaitla evidemment l'oeuvred'un auteurqui reflechitet compose, tanton y voyait de grattages, d'additions et de surcharges.2

    Sobre la base de los soportes tecnicos e ins trumenta les de la escr itura, lascolecciones, elcomerciode manuscritos --que Cicer6nmencionayaentiemposdela Republica-, los textos y la correspondencia de autores latinos propor-cionan tambien indicacionesvariadasy sumamentedetalladasque nospermitenimaginar los procedimientos de loescrito, en una civilizacion' tan apartada dela nuestra en el tiempo, pero sorprendentemente proxima al mundo modemopor suproduccion literaria.Reconocemosde talmodo asi, en el usode tablillasde cera paraescribir y paraborrar, en el empleo de correccionesy reescriturassobre papiro, el principio de trabajo del manuserito de eseritor: la facultad devolversobre 10 ya escrito, de poner a pruebalas formas provisorias; en sintesis,de utilizar las propiedades de lapalabra no para una transmisi6n, sino para unainvenci6n del texto. Los descubrimientos mas recientes de la filologia clasicacontribuyen a esclarecer asi, de manera imprevista, la reflexi6n acerca de laproducci6n literaria.Nos recuerdanentonces quelas formas de lacreacion estanligadas al destinede una civilizaci6nde 10 escrito, antes quea un tiempo 0 a unlugar determinados. Luego de la decadencia de Roma, es la c ivil izac ionbizantinala quenos permiteconocer sus manuscritos detrabajo (cuyosautoresno siempre son identificables). Ella constituye el ejede nuestra bUsqueda hastala epoca de Justiniano. Del siglo VI data la celebre biblioteca de Dioscuro deAfrodito en Egipto, en donde seha llegado a encontrarun asombrosoconjuntoaut6grafo de composiciones poeticas. Estas versiones corregidas apareceninscriptas con frecuencia en el reverse de los documentos oficiales que hanpasadopor las manos delautor. Es esta unamanera deeconomizarlos costososrollos de papiro (P. Cairo Masp. I 67097 y I 67120, sobre todo).

    Demanera inversa, luego de ladesaparicion delmundo clasico, el retro-ceso secular de 10 escrito en Occidente pone de manifiesto, por contraste, losfactores queprovocan el borrado de laproduccion literaria: elpredominio de laoralidad en los dos extremos de la cadena -lectura y dictado en alta voz-, elmanejo de la plumareservado solamenteal circulo de la Iglesia X, almenos en

    SUFTONlO, "Nero", LB.

    Francia y hastamediados del s. XII,el peso en elespiritude lanoci6n demodelocan6nico.No sepuedeafmnar sinembargo comoconclusi6nqueen esos siglososeuros los c l c ~ r i g o s de laEdadMediahicieran caso omiso detodapreocupaci6nporla forma. Yaa comienzosdel s. XII, puede leerseas! de laplumade Guibertde Nogent:

    Lorsque j'ecrivais de rna propre main, revisant frequemment mes expressionsdu regard tout en ecrivant, rien ne m'etait plus facile que de reprendre ce quej'avais pu omettre ; je n 'avais pas alors a redouter la repugnance de monsecretairepour Ie moindre retard et pouvais veillerscrupuleusement a I'elegancedu vocabulaire n'ayant affaire qu'a moi.3

    Dejemos volar un instante la imaginaci6n hacia la persona de este benedictineque no esun escritoren el sentido actual del termino, y que sin embargo suenaya con escribir. "n'ayant affaire qu'a moi". Pero en ult ima instancia , estepersonajedel secretarionos recuerdaque enaquel tiempo laejecuci6nfraccionariade una escrituiarealizada con una preocupacion formal resulta una tarea lentay fatigosa. De manera similar, los trabajos dedicados en nuestros dfas a losmanuscritosautografosy a los modos deescribirde laEdadMediadestacan antetodo,en materia demanuscritosde trabajo, su estadode notascuya ejecucionhasido confiada a un escriba', de anotaciones marginales y enmiendas efectuadassobrecopias,deborradores de sermones. Tales practicascomienzana evolucionarenla EdadMediatardia, enel momento enque eldesarrollo de las universidadesy laaparicion de un primer humanismo anuncian una nuevacivilizaci6n de 10escrito y el nacimiento de una literatura profana, tanto por sus temas como porlalengua. A partir del s. XIV, comienza a extenderse el empleo de laescrituraaut6grafa que redescubre la eficacia de la cursiva minuscula, de ejecuci6nmuchomasrapiday conla disposicionde un soportemuchomenoscostoso, dadoque el papel comienza ya a reemplazar al pergamino, 10 cual constituye unaliciente para abaratar su precio.Este es el contexto, a la vez intelectual y tecnico, que intenta introducirmodificaciones en los procedimientos del trabajo de composicion. El huma-nismo italiano,que fue sucuna, nosha legadotestimoniospor demaselocuentesdeesto, entrelosque puedenmencionarse,como losmas celebres, losmanuscritosde Petrarca. Tales manuscritos proporcionan ademas una clara vision de laconfluencia de laEdadMedia con el modo de escribir de unanueva epoca. Enefecto, la copiaautografa corregida deDe gestisCaesaris, trabajo interrumpidopor su muerte, ocurrida en 1374, ilustra la supervivencia de las tradicionesmedievales: la forma de la escritura (una semig6tica textual), la paginaci6nrea lzada por 'una decorac ion en colores , el texto lat ino sobre el papel de

    Paris, Bibliothequenationale, IDS. lat. 2502,F2.

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    pergamino, las eorreeeiones dispuestas en fonna de anotaciones alrededor deltextO. A la inversa, sobre las paginas de los sonetos, seadvierten eonnitidezlaspraetieas del borrador: la freeueneia de los borrones -e l trazo nitido y segurode laredaeeion defmitiva-, lasenmiendas y taehaduras enel nivelde laestrofa,que Began freeuentemente hasta la mitad de la pagina, las redaeciones interlineales, la eopresencia de procedimientos textuales diferentes (en uno de losmanuscritos,porejemplo, podemosencontrareinco sonetosen viasde elaboracionsobre lamisma pagina), el textoen lenguaprofanacon anotacionesen latin queorientan el trabajo y que corresponden a 10 quehoy llamamos "notes de regie"y, por ultimo, el empleode un papel cuyo usoreeien eomienzaa expandirse enItalia. En la misma epoca, los Zibaldoni de Boceaecio testimonianya eluso deleuademode notaseomoun reservorio deideasy defonnasparaunaobralatente.Los rasgos constitutivos del "manuscrito de escritor" modemo aparecen asi yaa fmes del s. XIV, mucho antes de la invencion de la imprenta.

    Esta e jercera s in embargo una ser ie de efectos a largo plazo sobre eldestino de los manuseritos. Asi, el encuentro entre el manuscrito medieval y elmanuscrito modemo de los tiempos de Petrarca se transfonna en divorcio enGutenberg. Para resumir este proceso mediante un retruecano, puede decirse\que el libro de la Edad Media conserva su funcion, pero cambia de tecnica,mientras que el manuscrito conserva su tecniea, pero cambia de funcion.Comienzaa trazarsede este modo una linea de demarcacion entredos vertientesdelacomunicacionescritay dosclasesde objetos.Ellibro impresoesel productodeuna fabricacionmecanicaque multiplica un texto eon mirasa sudifusion. Setrataentoncesde unaempresacolectivaque evoluciona deacuerdocon elritrnode las transfonnaciones sociales: en sus tecnicas--del pequeno artesanado al agran industria-; en sus objetos, que adquieren progresivamente una grafiapropia (la romanica comienza a imponerse ya a partir del s. XVI y hace masvisible asi el cortecon respecto almanuserito), en supaginaciony en susreglas,que se iranunificando poco a poco con elcorrerdel tiempo. Lo mismo ocurrecon el s is tema de difus ion en el que el librero en principio y luego el editorcomienzan a relevar al impresor. EI manuscrito literario, por el contrario,

    \f perpetliaun acto individual y corporal de escritura quea partirde esemomenta, comienza a especializarseen unaactividad productivaque seremonta masalladel texto publico. La pagina medieval deja de ser asi la unidad textual paraconvertirse en lapaginaen blanco con la que el escritor se enfrenta en soledady en donde laplumase liberade las reglas de lacaligrafia. A 10 largo de cincosiglos,toda laproduccionliterariade Oecidente no conoceraotros instrumentosmasque lahojade papel, ellapiz 0 lapluma.Reciena fmesdels. XIXlamaquinade escribircon su sistema deteclas comenzara a ocupar un lugar en lamesadetrabajo del escri tor. Hara fal ta todavia un siglo mas para la aparicion de laeomputadora, cuyas consecuencias seran sinduda muy importantes, perocuyaconsideracion nos obliga a trasladamos ya a la Historia del Futuro.

    En el retorno de un curso que atrav iesa mas de dos milenios, elmanuserito de escritor aparece como un objeto de cultura singular. No es elresultado de una maduracion historica -hemos vis to asi , en efecto, que esapractica era mas frecuente en tiempos del Imperio Romano que en los siglossiguientes-Ytampoco depende a la vez de ninguna transfonnacion modema,dado que latotalidad de susmateriales y procedimientos eran ya conocidos enla Edad Media tardia. A la simplicidad perenne de los instrumentos corresponde ademas una continuidad en las maneras de escr ibir : un borrador dePetrarca;unapaginade Tasso,un manuscrito de Eichendorffse distinguenmaspor las particularidades graficasdel alfabeto que por diferencias fundamentalesen el traba jo del escr itor . Y, s in embargo, todo los separa: la revoluc ion deGutenberg, el contraste de los generos, la distancia de los siglos, la diferenciade las civilizaciones. Tal especificidad de la historia de los manuscritos es undesafio a la historia literaria 0, al menos, a nuestra manera de comprenderla.Esta caracteristica particular orienta asi la busqueda hacia nuevas vias. Loshistoriadores de laAntigtiedady de la Edad Media se interesan en efecto en laimagen que los propios escritores tenian de su arte en las distintas epocas. Talinterescorresponde a laperspectivade una historia cultural de lasproduccionestextuales. En laepocamodema, laabundanciade manuscritosautografosy, masalin, en nuestros tiempos, el dialogo directo con los autores nos pennite llevarmas aHa toda indagacion sobrelos procesos creativos. Esteultimo constituye eldominio de las investigaciones llamadas "geneticas", que renuevan hoy latradicion de los estudios sobre los manuscritos de los escritores.

    * *Las primeras colecciones suscitaron ya en su epoca las primeras curiosidades.De este modo, labiblioteca de Petrarca(en donde seencuentran los borradoresdel poeta) y despues las de Ariosto y Tasso fueron estudiadas entonces por loseruditos de su tiempo. Tal interes comienza a expandirse en Europa a medidaenque se extiendetambien elacceso a los manuscritos, demodo tal que, a partirdemediadosdel s. XVIII,puede observarseya laaparicion detres vias sucesivasde aproximacion, a veces cruzadas, que van a caracterizar el estudio de losmanuscritos hasta el primer tercio de nuestro siglo. En los origenes de dichosestudios, se tra ta de encontrar modelos : estamos aun en los t iempos de loscodigos reconocidos. Losprimerosen realizareste reconocimientq son,por otraparte, los escritores querecurrena un maestro de lageneracion precedenteparaencontrar en el las reglas del buen escribir: es Lessing quien compara lasversiones sucesivas del Mesias de Klopstock, es Foscolo quien consulta losmanuscritos de Alfieri, es Morike quien recopia los borradores de Holderlin yCarducciquien estudia el trabajo deManzoni en los manuscritos de Los novios.Todos estos ejemplos, y tambien muchos otros, responden al espiritu de unapoetica que Lessing definio ya en 1759:

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    incierta con las significaciones de 10 verbal. Para la lectura genetica, todo estoconstituye una causa de dificultades y problemas todavia no resueltos, peroconstituye tambien al mismo tiempo un desafio si se admiteque todo 10 que seencuentrasobre lapaginaforma parte de su sentido. Ciertamente, relevarlo noresultaimposible, y vimosya quedeterminadas indicacionesgraficas revelan enefecto su sentido sise las logra colocar en unaseriesignificativa-y a sea enunaserie crono16gica, que pone de manifiesto la estabilidad hist6rica de ciertosprocedimientos de redacci6n, 0 ya sea en una serie tipol6gica, que define losrasgos individuales de unproceso-. Esciertoque en algunos casos lagrafiadela pagina aparece presentada de manera global, como la suma de todos suscomponentes. Una lectura que apunte a desentraffar las redes de sentido de unmanuscrito particular debe, por el contrario, tratar de identificar las diferentesclases de signos para intentar articularlos de una manera especffica. Asi, pore jemplo, podemos efectuar, sobre una misma pagina de manuscr ito, unadivisi6n entre las inscripciones codificadas (letras 0 cifi-as) y los grafemasindividuales. Cada una de estas categorias puede estar representada pornumerosos subconjuntos, tales como unapluralidadde alfabetos y de estilos deescritura (que puede estar en correspondencia tal vez con el empleo de unapluralidad de c6digos lingUisticos) y tales como la descomposici6n de unamultiplicidad de grafemas en dibujos figurativos, aleg6ricos, geometricos, enuna combinaci6n de 10 verbal y 10 no verbal lograda mediante un juego decaligramas 0 de letras ornamentales, segun puede observarse, por ejemplo, enunade las paginas halladas entre las carpetas de manuscritos de los poemas deGottfriedKeller (I 855). Vemos ciertamente que, en muchas de sus paginas, seentremezclan poemas, notas , c itas y dibujos en un juego combinatorio deelementos verbales y no verbales que se asemejaefectivamentea un caligrama.Setrataasi de una sorprendenteproliferaci6n quedespliega de manera a la vezludica y obsesiva diversas posibilidades graficas en el espacio simultcineo de lapagina. Este no es s iempre el caso, y la dimensi6n semi6tica desempeffa amenudo un rol destacado en el funcionamiento de unagenesis: la de relevo de10verbal--comoocurre en "L 'orologio"de CarloLevi, dondelagenesistransitapor una figuraci6n grafica del "reloj del mundo"-, la de flecha sefialadoradeun recorrido --como laquehallamosen unmanuscrito dePicasso-, la denoti-cia visual, comoocurre en Hugo 0 en Stendhal, la de autocomentario, tal comopuede observarseen GUnter Grass 0, conmayornitidez aUn, en el "Orion aveugle"de ClaudeSimon, donde eldibujo realizadopor el mismo autor en laportada desu libro muestra lamano, lapagina y lamesade trabajo del escritor, en 10 quepuedeconsiderarsecomo elautorretrato de unagenesisliteraria. Algunas veces,elvinculocon laescrituraestan fuerte queel escritor rechazael destino habitualdel grafema, que essu desaparici6n en el textopublicado. Es esta, por ejemplo,la reacci6n de Apollinaire, cuyos caligramasson bien conocidos. El mismo hallegado asi a colorear la pagina ya impresa para darla aver y a leer a la vez.

    **La semi6ticadel manuscritoretornaasi sobreel antiguoproblema de larelaci6nentre la mana y la maquina . Este problema, tan vie jo como la imprenta, seinscribe dentro del marco de unadualidadde funciones: ladel libro al serviciodel texto, es decir, de sufijaci6n, poruna parte, y la del manuscrito al serviciode lagenesis y de lalibertad deescribir, porla otra. A pesar de las protestas delos autores contra las restricciones de la imprenta, que se han ido sucediendounas a otras a 10 largo de los siglos, toda oposici6n ha encontrado hasta elmomento, por regIa general, unasoluci6n en elhechode que las funciones dellibro y del manuscrito han side siempre complementarias, y han permanecidoasi hasta ahora. La escritura se ha mantenido siempre dentro de los limites delmanuscrito, a partir del cual la maquina confecciona un libro. Pero desde elmomenta en que laedici6n critica sedecidi6 a acometer la empresa de publicaI;archivos y borradores, de dar a leer la genesi s de un texto, comenz6 adesencadenarsetambien un conflictoentreestas dos vertientesde 10 escrito. Fuenece sa rio as i c re ar s ig las inedit as e inventa r a l mismo t iempo nuevassignificacionesparaladistribuci6n dela pagina, conel fm depoder emplearunatipologia a contrapelo de su funci6n primera , es decir , para imprimir lasvariaciones de un texto en lugar de su forma estable. Estos nuevos sistemast ipograficos se han ido perfecc ionando con el correr de los afios, pero lasdiferencias individuales entre escritores (y a veces entre editores) impidieronmuchas veces su estandarizaci6ny han sido causa de que su lecturano siempreresulte unaempresa facil. Losultimos afios fueron tambien testigos del retornodel facsimil. Asi, por ejemplo, entre 1975 y 1991, una edici6n al cuidado de D.E. Sattler (Friedrich Holderlin, Siimt/iche Werke, "FranlifUrter Ausgabe", 17vols.)constituy6un aportesumamenteeficazque permiti6 asociarla reproducci6ndel manuscrito con la transcripci6n progresiva de la etapas textuales. Esteejemplo ilustraentonces la evoluci6n que seprodujo desde el momentaen que,medio siglo atras, F. Beillner public6 la primera edici6n genetica.

    Pero en esa misma epoca, comenzaba ya a surgi r una tecnologiaabsolutamentenovedosa, que cambiabade golpe lascondicionesde publicaci6nde losmanuscritos. La informatica -utilizada en principio solo parala edici6nde la pag ina realizada a la manera tradicional y para el manej o de lasmaquinas- comenz6 de pronto a enriquecer se con nuevos mecani smos16gicos, con algoritrnos y con recursos"hipertextuales", asi llamados en virtudde su capacidad de organizaruna pluralidad de textos. Este tipo de programaspermite visualizar de lado a lade (0 en el anver so y rever so) los d if eren tesobjetos que configuran una genesis -desde el archivo documenta l has ta lapuesta en limpio-. Dichos programas ofrecen la posibilidad, en efecto, dereproducir la imagen del manuscrito acompafiadade su transcripci6n, y hastadesimular demanera dinamica eldesarrollode un trazode escritura. Laedici6nelectr6nicaentraasi encompetenciaconla edici6nsobre papel, y talcompetencia

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    debeni enfrentarse ademas, en los proximos allOS, con la evolucion de lastecnicas -reflejadas, por ejemplo, en lacalidad y en el costo de las pantallas delectura y en la facilidad de los sistemas de comand(}-y con la evolucion de laspracticas de lectura -por ejemplo, con la generalizacion de la lectura sobre lapantalla y, enel dominic especifico de los manuscritos,con el interes del publicolectorpor las lecturas detipo genetico-.Tales factores, sin embargo, no entranen juego de maneraaislada, sinoque forman partedel conjuntode consecuenciasde la "revolucion informatica" queha invadido lacivilizacionde 10 escrito. Estarevolucion alcanza al mismo tiempo a todos los aspectos -leer, comunicar,escribir- y atafie de estemodo a las modalidades de la produccion literariaen su conjunto.

    Inventada en principio como maquina de ca/cu/ar, la computadora hallegado a revelar de manera imprevisible sus condiciones de maquina deescribir, en el sentido propio del termino. Es capaz en efecto de clasificar lasdistintas etapas del acto de escritura'-programacion, ejecucion, codificaciongrafica- como 10hace, a sumanera, un "escribidor"humano.Y, como el, logratambien conjugar escritura y lectura: las dos operaciones pueden llegar adesarrollarse asi en forma alternada. Los trazos escritos se convierten de estemodo en materiarevocable, y es sinduda estafacilidadpara realizaroperacionesde correccion (tales como sustituciones y desplazamientos), 10 que ha contribuido de maneramas notoria a la difusion del empleo de la computadora parala redaccion de textos. Ademas, al ofrecerla eleccion dedistintostiposde grafiay de diferentes posibilidades para la distribucion de la pagina, proporciona alescritor un control sobre la forma, que Ie permitira hacerse cargo el mismo dela reproduceiondel texto. Tal controlllegaa sercompleto en el caso de un tirajesobre la impresora 0 de una comunicacion de pantalla a pantalla; 0 parcial, enel caso de un libro confeccionado porun editor. jEs esta una revancha tardia eimprevistaparaGalileo, como paraVico y a lavez paratodas las demas victimasde un conflicto con el impresor, y es al mismo tiempo un retorno al poder delautor sobre el libro! Pero algunas otras propiedades de la computadora nosllevan a remontamos a un pasado todavia mas lejano: tras la ventana de lapantalla, el texto se desarrolla y desenrolla a la manera del antiguo volumen (yno se hojea) y, tambien como en otros tiempos, el lector no llega a tener antesus ojos mas que un breve fragmento de 10 escrito. En sintesis, la combinacionasociativa de practicas antiguas con maquinas modernas llega a configurar ennuestro diasun cuadrodinamico, conformado de maneradiversa de acuerdo conlas diferencias regionales y generacionales. El uso del manuscrito aun subsiste- en competencia 0 en formacomplementariacon el empleo de la computadoraen virtud de la perfecta (y milenaria) adaptacion del gesto de la escritura alcuerpo humano, ala facilidad de utilizacion y de transporte que proporciona elpar constituido por el papel y la pluma y, por supuesto, en virtuddel bajo costode lo s instrumentos de escritura. "eual sera el equilibrio entre estas practicas

    20 LoUISHAy FIL.XXVII,I-2complejas en el curso de los proximos allos?La respuesta depende, tambien eneste caso, de un conjunto de factores diversos. Depende siempre de factores deorden tecnico, por supuesto (que planteaninterrogantes tales como cual seraelfuturo de las computadoras inscriptibles - e s decir, comandadas direct,amentepor una aguja capaz de disefiar trazos-, 0 como cual sera la suerte de losprogramas capaces de conservar la huella de todas las operaciones de escritura,que acaban de aparecer en el momento mismo en que estas lineas estan siendoescritas). Pero dicha respuesta depende ademas de factores esteticos (y cabepreguntarse aqui si la computadora llegara a tener una influencia sobre laproduccion Iiteraria y, en el caso de que llegara a tenerla, cabria preguntarseasimismo de que indole llegaria a ser dicha influencia) asi como tambien defactores sociales (tales como de que modo se aprende a escribir). Todos estosinterrogantes conducen a sonar con la redaccion de un nuevo articulo, en losumbrales del s. XXI, en donde se puedan incluir todas las respuestas, en lugarde todas las preguntas...Enelmomentoen que presentamosestetrabajo, el estudio de losmanuscritostransitaentre dos mundosdesconocidos: el deun pasadotodaviaoscuroa causadelgran numero de epocas y de culturas que en el se inscriben, y el de un futuro quese oculta aUn detrasdel horizonte delsiglo venidero. Deestasincertidumbres se hanextraido a veces argumentos para sostener que los manuscritos no llegaran a sercapaces jamas de proporcionar ningUn saber de orden general. Esta conclusionparece ser sin embargo demasiado pesimista. En el plano de la investigacion,renuncia en efectoporadelantadoa las sorpresas ya los progresos del conocimiento, a todo 10 que concierne al descubrimiento de documentos nuevos, asi comotambien a la consideracion de nuevas formas de escritura. En el plano delpensamiento, desconoce las perspectivas teoricas que en el estudio de lasproducciones del espiritu abre a una reflexion acerca del arte y la cultura.En esto consiste entonces 10 que se ha dado en llamar "el problemaIiterario", que se pregunta como un acto de creacion individual, llevado a caboen e l espacio cerrado delmanuscrito y en el tiempo instantaneo de la escritura, puede librarse de estos condicionamientos inmediatos y encaminarse hacia los Idominios de 10 perdurable, alcanzar una existencia publica e inscribirse asi en .el campo de la cultura. Planteado de este modo, el problema constituye una aporia de la critica, en tanto esta se mantiene encerrada en un enfrentamientoa solas con la obra.Parasalir dedichaaporia, talproblema no puede serabordadomas que mediantedel estudio del proceso por el cual fa obraha llegado ocuparun lugar en el mundo. Es en e l manuscrito mismo donde es posible aprehenderel primermovirniento de "cette disjonction entre Ie dire et Ie signifier"- e l dec irde unaintencion,el significarde una lectura- "qui constitue dejaun phenomenede production, une creation".6

    Vease PAULRICOEUR, "Regards surl'ecriture"en La Naissancedu Texle, op. cit., 213-220.

  • 7/27/2019 La Escritura Viva Louis Hay

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    Al ver surgir y desvanecerse en la escritura la sucesi6n de textosposibles es cuando comenzamos a entreverla variedad de recorridos de lecturay llegamos a comprender entonces que "cette diversite possible des effetslegit imes d'une oeuvre est la marque meme de I 'espri t. Elle correspondd' ailleurs alapluralitedes voies quise sont offertesaJ'auteurpendant son travailde production" (Paul Valery, op. cit.).

    Aprehenderla obraa lavez ensus causasy efectos es tomar enun sentidoliteral el terrnino "historia literaria", no como una cr6nica de escuelas y deepocas, sino como unahistoria deltexto y desu devenir. Ello suponeun cambiototal depunto de vista: setratade comprender unaobrapor su historiay no porsu contemplaci6n. Es estatambien la 6ptica de los escritores, desde los alboresde la epoca contemponmea hasta nuestros dias, desde las celebres palabras deGoethe: "No es en su terrninaci6n donde aprendemos a conocer las producciones del arte y de la naturaleza" (1813), hasta el juicio glacial de WalterBenjamin: "La obra es la mascara mortuoria de la creaci6n" (1928). Perodurante mucho tiempo los escritores fueron los unicos capaces de captar "lapoesia en acto" y los unicos en hablarnos del "territorio de los, poetas". Sonentonces sus manuscritos los que hoy en dia nos ofrecen un puente, todavfamuy fragil, para acceder a ese territorio. A traves de el, nos dan laposibilidadde establecer una nueva relaci6n entre la experiencia de los creadores y lareflexi6n de loscriticos, perotambien entrelos estudios deliteraturay losdemasdominios del arte y del pensamiento. La obra y lacreaci6n, en efecto, entablanentre sf relaciones de la misma naturaleza y planteanlos mismos interrogantes.EI acto de escribir ocupa de este modo su lugar en medio de otras forrnassignificativasde laactividadhumana,y el "modelo genetico" seconviertede estemodo en un instrumento eficaz para explorar 10 que Paul Valery denomina"I'immense domaine de la production des oeuvres de I'esprit".

    LOUIS HAyInstitutdeTextes etManuscritsModemes,CNRS

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