LAS CINCO LLAGAS · (Manuscrito de la Biblioteca Laurenciana de Florencia). parlamentoOK-18-10ok:parlamento 15/11/07 12:23 Página 14. on una larga historia, tanto institucional como

LAS CINCO LLAGASDE HOSPITAL

A PARLAMENTO DE ANDALUCÍA

ANTONIO DE LA BANDA Y VARGAS

parlamentoOK-18-10ok:parlamento 15/11/07 12:23 Página 3

Título: LAS CINCO LLAGAS. DE HOSPITAL A PARLAMENTO DE ANDALUCÍA

© Secretaría General. Parlamento de Andalucía.

Edita: Centro de Publicaciones. Parlamento de Andalucía.

Textos: Antonio de la Banda y Vargas.

Fotografías: Centro de Publicaciones no Oficiales (Parlamento de Andalucía).

Antonio Vázquez.

Diseño e impresión: coMcreta S. Coop. And.

ISBN: 978-84-88652-38-6

Depósito legal: SE-5721-07

Impreso en España.


ÍndiceProemio 7

De hospital a Parlamento 13

La Fundación Ribera. De la calle Santiago a la Macarena 33

La iglesia 57

Las obras realizadas entre los siglos XVII y XX 71

La estética general del edificio 81

I.

II.

III.

IV.

V.



PROEMIO


Dibujo de la puerta de la antigua sacristía(Manuscrito de Arquitectura, de Hernán Ruiz II).


on motivo de su conversión en sede del Parlamento deAndalucía, por decreto de la Junta de Andalucía de 21 defebrero de 1986, el magno edificio del antiguo hospitalde las Cinco Llagas, siempre inconcluso, fue objeto deuna importantísima restauración que culminó con suinauguración como Cámara autonómica, el 28 de febre-ro de 1992. Estas actuaciones no sólo frenaron, afortu-nadamente, una ruina a punto de consumarse, sino quesirvieron para adaptar el edificio a su nuevo cometidoparlamentario.

El fruto de esta magnífica obra, aparte de la labor res-tauradora y distributiva, ha sido la continuidad de la másimportante obra histórica del siglo XVI sevillano, ya que–después de una curiosa protohistoria goticista– impera elRenacimiento, desde los matices platerescos hasta elmanierismo transitivo y las formas protobarrocas decomienzos del siglo XVII, pasando por el auténtico estilomanierista del maestro cordobés Hernán Ruiz II. Por ello,no es nada exagerado afirmar que estamos ante la mejorexpresión de la arquitectura quinientista hispalense.


Esta edificación, además de haber sido analizada en obrasgenerales sobre la arquitectura del mencionado período,posee una bibliografía que, aunque breve, es sumamenteinteresante y hace referencia a ediciones ya clásicas comoel Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las BellasArtes en España, obra del erudito Juan Agustín CeánBermúdez (1800), y la Arquitectura civil sevillana, de ManuelJustiniano Martínez (1976). No obstante, también losinvestigadores más preclaros de nuestra arquitectura rena-centista han aportado notables valoraciones. Es el caso deManuel Gómez Moreno, Camón Aznar y Chueca Goitia,así como de otros autores más recientes –Alfredo MoralesMartínez y Alfonso Jiménez Martín– a quienes me permi-to añadir cuanto afirmo de Hernán Ruiz II en mis dospublicaciones a él dedicadas: El arquitecto andaluz HernánRuiz II (1974) y Hernán Ruiz II (1975).

Pese a esta breve aunque selecta bibliografía sobre eledificio, se imponía una obra de divulgación del inmueble,y ésta es la razón por la que, correspondiendo a la amableinvitación de los letrados José Antonio Víboras Jiménez


y Vicente Perea Florencio, presento el fruto de este traba-jo que pretende aunar la erudición con la divulgación parael mejor conocimiento, por parte del público no especia-lizado, de lo que desde el punto de vista histórico y artís-tico representa y significa la sede actual del Parlamento deAndalucía.

11/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Sevilla ca.1870. Vista general del hospital de la Sangre.


Roseta de la bóveda del crucero del salón de Pasos Perdidos.


I

DE HOSPITAL

A PARLAMENTO


Vista del hospital en 1688. Acuarela realizada por Pier María Baldi, perteneciente a la obra de Lorenzo MagalottiViaje de Cosme II por España(Manuscrito de la Biblioteca Laurenciana de Florencia).


on una larga historia, tanto institucional como constructiva,el antiguo hospital de las Cinco Llagas presenta unaevolución muy particular que transcurre desde elRenacimiento hasta las últimas décadas del siglo XX.Período de tiempo que constituye el devenir histórico deeste edificio fundado como centro hospitalario y convertidoen Parlamento de Andalucía. En dicho apartado histórico,distinguimos una etapa previa que podemos nominar«protohistórica», que es la que transcurre desde la fundacióndel centro hospitalario y su desarrollo material e institu-cional hasta su establecimiento fuera de las murallas,concretamente en la Resolana, momento que fue paraleloa la edificación del magno edificio renacentista.

La existencia de la institución hospitalaria se debe a lapiedad de la noble dama sevillana doña Catalina deRibera, quien a fines del siglo XV solicitó del SumoPontífice la oportuna autorización para fundar un hospi-tal destinado a acoger a mujeres enfermas, pero no incu-rables, que tuvieran una especie de censura materialmientras permaneciesen acogidas a la fundación benéfica.


La respuesta no se hizoesperar, pues, con fechade 13 de mayo de 1500,su santidad Alejandro VIexpidió en Roma unabula que autorizaba la

creación del proyectado hospital e informaba de que éstese destinaba a enfermas curables «que no tuvieran matizcontagioso». Asimismo, se preceptuaba en el aludido docu-mento pontificio que, mientras viviese, doña Catalina erala única persona autorizada para administrar y gobernar elhospital, que, por otra parte, no estaba sometido a jurisdic-ción civil ni eclesiástica alguna, pues dependía únicamen-te de la autoridad papal.

Como sede de la Fundación catalina, se escogieronunas casas de reducidas dimensiones que la dama tenía enpropiedad en la calle Santiago y donde, debido al pocoespacio, sólo se pudo hospitalizar a quince enfermas apro-ximadamente. Dichas casas se distribuían en dos plantascon un cuerpo pequeño tras la entrada, dos o tres cuartos

16/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Los cuatro emblemas de la institución reunidosen el escudo del «término».


destinados a los oficiales o encargados de la institución–capellán, sacristán y matrona–; una pequeña botica y unalmacén donde guardar todo lo necesario para la laborasistencial. También contenía la bula alejandrina fundacio-nal lo referente al nombramiento de patronos y visitadoresdel nuevo hospital, que fueron, en un principio, los prioresde la cartuja de Santa María de las Cuevas y del monaste-rio jerónimo de Buenavista, junto con un capitular delCabildo catedralicio sevillano, quien no aceptó tal nom-bramiento. Esto motivó la presencia de otro monje en eltriunvirato administrativo, el prior del monasterio jeróni-mo de San Isidoro del Campo. El mandato se mantuvounido a la institución a lo largo de toda la Edad Moderna.

Durante esta fase inicial fue muy significativa la actua-ción del hijo de la fundadora, el primer marqués de Tarifa,don Fadrique Enríquez de Ribera, personaje crucial en la

17/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Fragmento de una vista de Sevilla en la que aparece el edificio del hospital.


Sevilla del Renacimiento –viajero porItalia y Jerusalén, a la que llegó el 4 deagosto de 1519, periplo del que quedó uninteresante relato escrito– quien, preocu-pado por la fundación materna, por la cor-tedad de medios naturales y por la estre-chez del edificio, solicitó de la Santa Sedela posibilidad de ampliar el establecimien-to mediante su traslado a otro lugar de la urbe hispalense.La contestación afirmativa no se hizo esperar y llegó con labula de Clemente VII, que autorizaba el traslado. En 1549,Julio III concedió otra bula que permitía una mejor admi-nistración de la herencia del marqués, así como la dedica-ción a la construcción del edificio soñado, para la cual sehizo una cuantiosa inversión en juros y censos junto con laadquisición de fincas e inmuebles a favor de la Fundación.

Con estos antecedentes y pese a que aún vivía el primermarqués de Tarifa –no falleció hasta el 6 de noviembre de1539–, el gobierno y administración de la FundaciónRibera quedaron en manos del triunvirato monacal, cuyos

18/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA


componentes fueron redactores y respon-sables de la Constitución de 1503, querigió durante un siglo y donde se dispo-nía, conforme a la voluntad de doñaCatalina, que se admitiese únicamente amujeres pobres que necesitasen cuidadosy atención sanitaria, pero que no padecie-sen males incurables. Se trataba después lo

referente al sacerdote que debía regir el centro y cuidar dela atención espiritual que allí había de dispensarse a lasacogidas. Dicho clérigo tenía que ser secular, vivir dentrode la casa, celebrar la misa diariamente, visitar a las enfer-mas y administrarles los sacramentos que precisaran. Podíaademás, si lo necesitase, disponer de unos clérigos auxilia-res para atender mejor la celebración de las misas y el cui-dado de las acogidas.

Junto a él había otros cargos rectores. En primer lugar,un mayordomo, que podía ser clérigo o laico, pero quedebía gozar de buena fama. Su misión era la recaudaciónde rentas y la obtención de limosnas, por lo que actuaba de

19/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Fragmento de una vista de Sevilla en la que aparece el edificio del hospital(Ciuitates Orbis Terrarum, libro IV, Colonia).


consuelo económico de laFundación, así como llevar todolo referente a la administración y

tesorería de la misma. Venía luegoel muy importante de la cuidadorade las enfermas, que debía sermujer de edad madura y tener a sucargo todo lo referente a la asis-tencia material de las pacientes, ytambién todo lo relativo a la boti-

ca y la enfermería. Importantísima,asimismo, la labor del médico cirujano, que recibiría unsalario anual por tercios, cuya misión principal era la visi-ta diaria a las enfermas, así como todo lo referente a laterapia de las mismas. Junto a él se crearon, después, loscargos de boticario y de despensero. Finalmente se orde-nó que las enfermas, una vez recibidas, estuvieran confesa-das, así como convenientemente instaladas, y recibierandiariamente la visita médica para el mantenimiento deltratamiento adecuado.

20/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Albarelo de botica del siglo XVIII,con el emblema de las Cinco Llagas(Museo de Artes y CostumbresPopulares de Sevilla).


Un siglo después, concretamente en marzo de 1603,los patronos elaboraron un nuevo reglamento, que estuvovigente hasta 1734 y que en 1624 recibió algunas modifi-caciones nada sustanciales. En el mismo se insistía en quela fundación era para enfermas que tuvieran curación, y enque variaría el número de las mismas según las necesidadesdel nuevo edificio, pero con la inclusión de una cláusula enla que se ordenaba que las enfermas habían de ser libres,por lo que se privaba a las esclavas de poder ser acogidas.

21/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Recibo de la entrega de tres sustancias en la botica, el 16 de diciembre de 1804(Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla).


Los preceptos restantes se mantuvieron intactos, salvo laimportante modificación de 1620, que, gracias al legadohecho por María de Torres, esposa del jurado Gaspar deAlvarado, elevó los recursos a la cantidad de 20.500 duca-dos, lo que permitió la pre-sencia de veinte camas paraenfermas incurables. Por últi-mo, tal vez el suceso másnotable de esta época fuera lapeste de 1649, que mermó lavida del hospital alcanzadopor el contagio.

En el año 1734 tambiénse redactaron nuevos estatu-tos, que mantuvieron, casiplenamente, el espíritu de lafundación. Por ello, el hospi-tal siguió siendo, como ante-riormente, una especie demonasterio-sanatorio que,

22/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Primera página del Inventario de 1699(Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla).


para su mejor funcionamiento, sólo podría contratar entrelos laicos a un médico, a un cirujano, a un boticario y a unsangrador. Por lo demás, el hospital mantuvo durante todoel siglo XVIII su fisonomía, así como su mejor estructura,que, con algunas ampliaciones a las que luego aludiré, semantuvieron hasta la creación del hospital Central.

Faceta interesantísima en la historia, tanto fundacionalcomo constructiva, del hospital de las Cinco Llagas fue lafundación y desarrollo del llamado hospital deConvalecientes –fundado a comienzos del siglo XVIII porDiego de Yanguas, tesorero de la Casa de la Moneda–, quehabía sido agregado, mediante bula pontificia, al de lasCinco Llagas; sucesos estos que motivaron que el duque deAlcalá, perteneciente a la familia de los Enríquez deRibera, pleitease por ello, pues no admitía la referida ane-xión. Perdido el pleito por los Alcalá, los patronos proce-dieron a ocuparse de la construcción, dentro del edificiode las Cinco Llagas, de la parte destinada a la nuevaFundación, cuyo contenido se analizará en el apartadocorrespondiente a la historia constructiva del hospital.

23/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA


24/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Otro instituto decimonónico importante, surgido en elinterior del recinto de las Cinco Llagas, fue el hospitalMilitar, creado prácticamente en los días de la Francesada,organizado por Tomás García Suelto y, se sabe, regido porun personal adecuado que mantenía los espacios limpios yabiertos. Dentro se reconstruyó el Patronato, con lo que la

institución sanitaria castrense devolvió parte del edifi-cio en el que se había instalado, y en 1852 se

completó con la Junta restaurada porVicente de Torres y Andueza.

Pero la gran mutación sufridapor la construcción de las

Cinco Llagas no tuvo

Fotografía de Joseph Vigier tomada en 1850 o 1851 (Álbum del vizconde de Vigier).


lugar hasta 1837, año en que, disueltas las órdenes religio-sas, cesaron los patronos monacales y su cometido fue asu-mido por la Junta de Beneficencia. También se produjo enesta fecha la centralización en el de las Cinco Llagas de loshospitales del Amor de Dios, del Espíritu Santo, de SanHermenegildo y de San Cosme y San Damián, adquirien-do en 1844 su fisonomía como hospital Central. Ello diolugar a la redacción de un nuevo reglamento, con especialatención a la contabilidad y a la administración, así comoa una reactivación de las obras, gracias a la fortuna legadapor Torres Andueza.

En 1841 se hicieron cargo del cuidado de los enfermos lasHermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, y en 1848acaeció una importante transformación administrativa alpasar el centro de estar a cargo de la Junta de Beneficenciaa ser regido por un órgano consultivo de la Alcaldía. Ensu lugar se creó la llamada Junta Administrativa, cuyos pri-meros rectores fueron Manuel Murillo y Antonio Arístegui,pero cuyo momento más crucial fue el decenio 1858-1868,

25/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Fotografía de una de las puertas del edificio.


con personas, a su cargo, del prestigio de José MaríaIbarra y de Francisco Pagés del Corro.

Es en este momento cuando se atiende a toda clasede enfermos –curables o no– y se subdivide la institu-ción en las secciones de Medicina y Cirugía, junto conla sala destinada a enfermos incura-bles, el llamado asilo de Dementes y lasección de Farmacia. La sección deMedicina se dividió en la sala delAmor de Dios para los acogidos, la deSan Cosme y San Damián para los cró-nicos, la de los Dolores dedicada a losreumáticos, la de San Vicente de Paúl,la de San Fernando destinada a losenfermos de viruela, la de San Rafaelpara los enfermos infecciosos y loscrónicos, Nuestra Señora de lasMercedes para los ancianos, Santa Anapara los incurables, la Maternidad SantaJusta para las enfermas infecciosas, y

26/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Dos escenas del antiguo hospital.


otra sala para las enfermas distin-guidas. Pese a ello, carecía de qui-rófano y sólo disponía de dosretretes. También estaba falta dedesagüe y la evacuación era a basede una bomba que aprovechaba lasaguas de la huerta.

Hubo también en esta época unmanicomio, creado en 1830, quesubsistió hasta fines del siglo XIX.

Concretamente se trasladó a un pabellón delnuevo hospital de la Milagrosa gracias alesfuerzo de sor Úrsula de Villabaso, y en sufuncionamiento fue decisivo el mecenazgo deJosé María Ibarra.

Otra importante institución acogida en elsiglo XIX por el Colegio Hospitalario de lasCinco Llagas fue la de un pabellón de laFacultad de Medicina. Ésta, trasladada a Cádizen 1857, subsistió como Escuela Libre de

27/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA


Medicina dirigida por el eminente galeno gaditanoFederico Rubio y Gali, si bien en el recinto hospitalariosólo se realizaban las prácticas, pues las enseñanzas teóricasse impartían en el antiguo convento de Madre de Dios.

Pese a que la Diputación Provincial asumió la tutela delnuevo centro, mostró un escaso interés por el mismo. Serepartió la administración del espacio hospitalario entrealgunos médicos de la Beneficencia y la Facultad. Nombrescomo los de los doctores Antonio Morillo Sierra, JoséGonzález Meneses, Eduardo Fedriani y MauricioDomínguez-Adame son claros ejemplos de la altura cien-tífica de los docentes de este centro universitario, que,

28/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Una lección de Anatomía.


conforme a lo dispuesto en el real decreto promulgado porel conde de Romanones en 1902, debía tener de cuarentaa cincuenta camas para atender las diferentes patologías.Dicho decreto, a su vez, obligaba a los hospitales de laBeneficencia a convertirse en escuelas de la Facultad deMedicina.

El régimen de estos centros quedó regulado, tras la dic-tadura del general Primo de Rivera, por una comisión ges-tora, integrada por los médicos de la Beneficencia y tres

29/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Galería del patio del Recibimiento en la última etapa del hospital Central.


catedráticos. Tras la Guerra Civil se estableció un turno,entre la Diputación y la Facultad, para ocupar la direccióndel hospital, siempre desde el ámbito universitario. Inicióel turno un insigne catedrático de Patología Quirúrgica, eldoctor Antonio Cortés Lladó, a quien dos años después, lesiguió el doctor Juan Andréu Urra. Pese a la dificultad dela gestión, se contó con ilustres profesionales como JoséLeón Castro, José Cruz Auñón, Ramiro Rivera, José MaríaBedoya, Manuel Suárez Perdiguero, Francisco Campoy yManuel Zarapico Romero. Esta etapa llegó, tras el terre-moto de 1967 y la posterior invasión de las termitas, hastael 8 febrero de 1972, fecha en la que se dispuso el abando-no del viejo centro hospitalario y el traslado del resto delos servicios de la Facultad al nuevo, que se edificó prontoen los terrenos históricos. Unos años después comenzaríanlas obras de adaptación del hospital de las Cinco Llagaspara sede del Parlamento de Andalucía.

30/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA


31/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Foto de una puerta lateral de la iglesia antes y después de la restauración de 1992.


Extramuros de la ciudad.


II

LA FUNDACIÓN RIBERA.DE LA CALLE SANTIAGO

A LA MACARENA


Fragmento del Plano de Sevilla de 1869, por M. Álvarez-Benavides y López. (Archivo Municipal de Sevilla).


omo ya se indicó, doña Catalina de Ribera mantuvo suFundación en las casas que para ello habilitó en la calleSantiago. Su hijo don Fadrique tuvo intención de hacerun nuevo hospital, pero no llegó a realizarlo. Fue, pues, eltriunvirato de los priores patronos el que adquirió elnecesario solar, sito junto a la puerta de la Macarena. Lasobras se iniciaron el 25 de enero de 1546 con la construc-ción de las zanjas de cimentación, a lo que siguieron labendición y la colocación de la primera piedra el 12 demarzo del mismo año. Para su realización se encargó almaestro mayor de la Catedral y Obispado de Cádiz,Francisco Rodríguez Cumplido, que viajase por tierrasespañolas y portuguesas para obtener las plantas de losprincipales edificios hospitalarios a fin de tomar modelopara el nuevo que se proyectaba.

Rodríguez Cumplido visitó y trajo las trazas de los tresedificios edificados por los Reyes Católicos en Toledo,Santiago de Compostela y Granada, debidos a EnriqueEgas, más las del de Lisboa. A ello hay que añadir lainfluencia del de Santa María de Milán, obra de Antonio


36/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Averlino Filarete, que parece visitó, causándole un granimpacto, el primer marqués de Tarifa. A su vuelta a Sevillase celebró el clásico concurso, tras la publicación de losdecretos en las principales ciudades del Reino, como loconfirman los protocolos del escribano real Alonso Garcíade Frías. Los arquitectos concursantes fueron, aparte delpropio Francisco Rodríguez Cumplido, Luis de Villafranca,Luis de Vega, Hernán Ruiz II y Martín de Gaínza. Para fallarse nombró un jurado del que formaron parte, además delcitado Hernán Ruiz II, Pedro de Machuca, Gaspar de Vega,Diego Hernández, Benito de Morales, Juan Sánchez y elpropio Martín de Gaínza.

Tras varias deliberaciones, se acordó llevar a cabo la obrasegún las trazas de Martín de Gaínza, a quien el 30 denoviembre de 1541 se nombró maestro mayor con el suel-do anual de 22.000 maravedíes. Conforme con ello, el 25 defebrero de 1549 se comenzaron las obras, trabajándose conceleridad, lo que permitió que el 12 de marzo se pudieranvalorar las primeras pruebas. Las trazas aprobadas eran las deun edificio de forma cuadrada con la iglesia en el centro.


37/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Paralelamente a esto, seordenaba al veedor de la obraque diera al maestro mayor losmateriales precisos para lamisma, a la vez que se abonabana Gaínza las primeras cantidadesa cuenta de su salario anual. Senombró a Juan Quijada maestrode las obras de albañilería, conel haber de 20.000 maravedíes.

Del mismo modo se procedió a contratar los sillares, quefacilitaría un tal Juan de Marquina, al igual que los ladrillos,que debía proporcionar el obrero del monasterio de SanJerónimo de Buenavista, fray Martín de Villalba. También sereparó el embarcadero de El Puerto de Santa María, dondeen barcazas y a través del Guadalquivir se traían las losas aSevilla, ciudad en la que se construyó un muelle para eldesembarco, así como unas calzadas para los carros quetransportaban las piedras procedentes de las canteras deMorón de la Frontera.

Plano del hospital.


38/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Con gran celeridad acometió Gaínza las obras iniciadasdel hospital; pero tal vez lo vasto del proyecto, los proble-mas económicos y sus obligaciones como maestro mayor dela fábrica catedralicia hicieron que el ritmo disminuyesehasta el punto de que, cuando falleció en Marchena el 6 dejunio de 1556, no se había inaugurado provisionalmente el

Fachada y explanada del hospital desde el adarve de la muralla (Anónimo, ca. 1700. Col. particular).


39/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

edificio. Pese a ello, sí debió de dar un proyecto para la edi-ficación de la iglesia, por cuanto se sabe que su aparejador,Martín de Baliarren, ocupó interinamente el oficio demaestro mayor, y que los patronos, en junta celebrada el 20de abril de 1558, mandaron que el aludido templo se alar-gase veinte pasos más. Parece que igualmente debió de lle-var a cabo la obra de los patios interiores del lado dePoniente, en los que se aprecian, por cierto, algunos resa-bios de construcciones mudéjares y goticistas. Finalmente,trabajó en las fachadas y torres de dicho lado del edificio,si bien los remates de estas últimas son ya del momento deHernán Ruiz II. Hito importante en estos años fue la ben-dición, el 26 de febrero de 1558, de la capilla provisionalque, al parecer, se levantó tras la iglesia actual.

No obstante y pese a esta documentada actuación deMartín de Gaínza al frente de las obras hospitalarias, hay,entre algunos investigadores la sospecha de que las trazasque inicialmente se trajeron fueron las de RodríguezCumplido, si bien lo conservado pone de manifiesto lapaternidad de Gaínza como autor de las partes más antiguas


40/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

de la construcción. Suya es, también, la fachada de dospisos con su típica organización de pilastras cajeadas y lacombinación de los órdenes dórico y jónico. En resumen,lo hecho por Gaínza no es otra cosa que la confirmaciónde su personalidad artística, puesta de manifiesto, principal-mente, en la base estética de un plateresco retardado queda a la construcción un cierto estilo «príncipe Felipe».

Pese a la falta de maestro mayor, se continuó trabajandoa las órdenes del aparejador Martín de Baliarren, hasta alcan-zarse en la fachada la altura de las ventanas superiores. En lasdependencias interiores, prácticamente todas de ladrillo ytapial, se trabajaba desde los patios, y se cubrían las salas con-forme a lo acordado el 9 de septiembre a fin de obtener, lomás pronto posible, un ángulo al que trasladar a las enfermas.Otro acuerdo importante fue el de hacer conjuntamente elrecibimiento y la iglesia, lo que lleva a algunos investigado-res a sospechar que el proyecto inicial de la construcción seigualaba al del hospital de Lisboa. También se trabajaba enaquel momento en la construcción de los patios, por lo quese adquirió un importante lote de columnas al vizcaíno


41/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍAPedro de Artache, así como la rejería de las tres salas destina-

das a los administradores al carpintero Luis de Villafranca, yse compraron, igualmente, las ocho columnas del portal quehay delante del cuarto de los administradores. Por último,se sabe, documentalmente, que el propio maestro mayor,Martín de Gaínza, suministraba de sus hornos los ladrillos ylas tejas de la obra.

Otras actividades importantes de este momento fueronlos trabajos en las dependencias dispuestas tras la crujía enla fachada. En el mes de abril se pagaron a Domingo deAzpeitia y a Pedro García las veintidós columnas que com-pletaban el patio de los administradores. Se envió aCórdoba al carpintero Luis de Villafranca para que adqui-riese el maderamen necesario con que cubrir las depen-dencias de los administradores, y la viuda de Gaínza, IsabelGálvez, continuó facilitando materiales hasta que casó con

Módulos centrales de la fachada principal.


42/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Francisco de Soto. Finalmente, se acordó la bóveda de can-tería de la parte baja del crucero, en la que tanto las formascomo la decoración coinciden con el estilo de Gaínza.

La presencia de Hernán Ruiz II fue decisiva en la his-toria constructiva del hospital de las Cinco Llagas, pues,aparte de sus realizaciones materiales, de las que la iglesiaconstituye la aportación más importante, su paso por elmismo transformó el más o menos soterrado goticismoinicial –no se sabe bien si por la influencia de RodríguezCumplido o por resabios excéntricos en el quehacer deMartín de Gaínza, así como por el plateresco retardado deeste último– en la presencia de un auténtico manierismocuya significación habría de ser capital en la posterior his-toria de la arquitectura sevillana. Esta relación provienedesde el primer momento de la construcción del edificiomacareno y se basa en un episodio, a la vez curioso y a la

Armadura de par y nudillo. No consta su fecha.


43/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

vez verdadero, de una faceta no muy conocida del arqui-tecto cordobés que, con toda justicia, puede y debe califi-carse como intento de soborno por su parte.

En efecto, el 18 de noviembre de 1545, y titulándose«Maestro Mayor de la Catedral y del Puente de Córdoba»,se concertó ante el escribano público Pedro Rodríguezcon el escribano real Alonso García de Frías, obligándoseno sólo a presentar trazas para el nuevo edificio, sino a ir aSevilla para representar al jurado, del que también forma-ba parte, el día de san Andrés –30 de noviembre–, por tresducados de oro diarios, además de la cantidad de marave-díes que los administradores creyeran, pero sólo si resulta-ba vencedor de la prueba, para lo cual se comprometió conel citado García de Frías a pagarle 150 ducados si éste seconvertía en patrocinador de su candidatura.

Fallido el intento, con el subsiguiente nombramientode maestro mayor a favor de Martín de Gaínza, hubo deesperar a la muerte de éste para ocupar el aludido oficio,tal vez cuando no lo esperase, lo que demuestra el interés


44/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

que el referido puesto ocupó en su vida. Así las cosas, lospatronos, por acuerdo del 17 de julio de 1558, «mandaronque Hernán Ruiz, maestro mayor de cantería de la SantaIglesia de Sevilla, sea recibido por maestro mayor del hos-pital nuevo y que se le den de salario desde el primero dejulio 15.000 maravedíes». Igualmente dispusieron la conti-nuidad de Martín de Baliarren como aparejador y el nom-bramiento de un tal Martín Rodríguez como albañil mayoren la fábrica, quien debía estar sujeto en todo al maestromayor, teniendo prohibido trabajar fuera del recinto hospi-talario.

El nuevo cargo lo desempeñó hasta su muerte conarreglo a lo dispuesto en las ordenanzas establecidas porlos reverendos padres priores, patronos del hospital de lasCinco Llagas, en el año 1546, de ejecutar la obra delnuevo edificio. Aquéllas mandaban, principalmente, losiguiente: debía «hacer las trazas y señalar las zanjas y visi-tar y requerir la obra y aunar al aparejador lo que habíade repartir así como trazar a los canteros y ver si haynecesidad de meter gente o si es menester despedir lo


45/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

que oviera, comunicándole al mayordomo». Tambiéndebía «requerir al taller y ver y examinar las piedras quecada uno debía labrar así como requerir la obra y trazaque el aparejador repartiría», obligación que cumplió conlentitud como lo prueba su permanencia en el cargo hastael final de sus días.

Las tres virtudes teologales, labradas por Juan Bautista Vázquez el Viejo en 1563.


46/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Este nombramiento acrecentó su posición en Sevillay fue la causa, aunque sin abandonar totalmente sus asun-tos cordobeses, de su establecimiento definitivo en ella.Asimismo tenemos totalmente documentada su perma-nencia al frente de las obras hospitalarias hasta su falleci-miento. Aun cuando se hizo cargo de toda la fábrica tal ycomo ésta había quedado a la muerte de Gaínza, con laedificación de la iglesia como la mayor aportación a la obrahospitalaria –dejamos para más adelante lo realizado enella–, la documentación nos informa de que a lo largo delaño 1589 debió de levantar el cuerpo inferior del templo,empleando para ello las diversas remesas de cantería quellegaron procedentes de Jerez de la Frontera. Tras el exa-men y la aprobación por el maestro mayor de dicha can-tería gaditana, Francisco Rodríguez remitió las grandespiedras necesarias para la confección de las columnas jóni-cas, así como las sesenta grandes piedras para los peldaños

Caracol de Mallorca que sube a las galerías laterales.


47/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

de sus escaleras de caracol. Portugueses fueron los mármo-les y jaspes policromados que se compraron para hacer laportada principal, cuya adquisición se encargó a AlonsoCortés, quien cumplió con su tarea en Arrabide y Estremoz;piedras estas que se enviaron por barco a Sevilla, para locual se encargaron los trabajos a los lisboetas FernandoÁlvarez y Antón Bras.

Lo discontinuo del ritmo de las obras hizo que hubie-ra momentos de auténtica paralización. Se llegó a despedira gente e incluso se procedió a la suspensión de los salarios.Como consecuencia de esta política restrictiva, HernánRuiz II perdió los dos reales a que tenía derecho el día quevisitaba las obras, y se acordó que sus visitas se llevasen acabo una vez por semana. Mas esta reducción no fue muyduradera, pues se le volvió a dar la antigua asignación apartir de enero del año siguiente. También a mediados delnuevo año se adquirió una serie de grandes piedras «pararepisa de los arcos torales de la iglesia»; cantería esta que,en gran parte, procedía de la compra que había hecho, enEl Puerto de Santa María, Alonso Cortés. Por fortuna, la


48/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

situación mejoró, pues, en los tres años siguientes y a partirde 1564, se le abonaron los 25.000 maravedíes de su salario,entrega que se repitió en 1565, 1566 y 1567. El débito delaño siguiente se pagó, muerto el maestro, a su hermano, elaparejador Francisco Sánchez.

La actuación de éste en la regencia de la obra fue deci-siva, pues mantuvo las ideas de su hermano tanto en laconstrucción del templo –en lo más importante de esafase constructiva, como se verá en su momento– como enlas otras obras pendientes en el conjunto de la edificación.Al frente de los trabajos –con presencia en la dirección deAsensio de Maeda, que fue nula, y con intervenciones delnapolitano Benvenuto Tortello, arquitecto del duque deAlcalá– hasta 1584, como ha quedado documentado, estu-vo Andrés de Rivera, por nombramiento como maestromayor del 4 de enero de 1570, despachado el 3 de diciem-bre del año siguiente, pese a que –curiosamente– no seregistró en los libros de acuerdos del Patronato. Su refe-rencia en los mismos no aparece hasta el 30 de octubrede 1600, aunque con la nominación de «maestro mayor de


49/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

la Catedral», si bien el primer trabajo en la fachada princi-pal fue en 1617.

Independientemente de la obra de la iglesia, se realiza-ron otras en el recinto hospitalario, como la construcciónde las enfermerías y la conclusión del edificio en el ángulonorocidental. Se sabe, documentalmente, cómo Bartoloméde Orellana continuó los trabajos de carpintería de lasnuevas enfermerías, mientras que el marmolero Peñalvo se

Intersección de dos galerías del patio del Alcohol.


50/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Una de las torres del edificio.


51/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

comprometía a la entrega de treinta y dos columnas enoctubre de 1572. Curiosa es la partida, registrada tres añosmás tarde, que consigna la suspensión del sueldo al maes-tro de albañilería Martín Rodríguez. Bien documentadosestán los trabajos realizados en 1577, que acusan las canti-dades entregadas a un tal Juan de Pineda por varias rejas,entre las que destacan las destinadas a cerrar huecos en lafachada principal. El ceramista Roque Hernández enviódiversas partidas de azulejos blancos, verdes, amarillos yazules destinados a los chapiteles de las torres, y se realiza-ron labores tanto en cerámica como en rejería. Tambiénhubo concierto con Juan de Pineda para trabajos con des-tino a las salas bajas y a sus recámaras, y se contó con elmarmolero Diego Fernández para la entrega de una seriede columnas.

Independientemente de las obras de terminación dela iglesia y de la finalización de la fachada principal deledificio, se continuó trabajando, entre 1617 y 1670, tantoen las obras de reparación de la enfermería como, sobretodo, en la ampliación de una serie de ventanas que


52/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Hernando de Pineda dotó de rejas. También fue poco consi-derable la actuación de la obrería mayor durante el siglo XVIII,principalmente por la crisis de la economía hospitalaria,que impidió la continuación de las obras, todo lo cual seacentuó en la centuria siguiente al crearse, por la Junta deBeneficencia, el hospital Central. Sí, en cambio, fue impor-tante la actividad en lo concerniente al llamado hospital deConvalecientes, así como, más adelantada la centuria, en loreferente al hospital Militar y los servicios de la Facultadde Medicina.

Ahora bien, y aparte de la terminación de la iglesia yde la finalización de los espacios construidos, la obra másimportante llevada a cabo en el recinto hospitalariodurante toda la Edad Moderna es la edificación o adapta-ción de los espacios destinados a albergar el hospital deConvalecientes –que había fundado el ya mencionadoDiego de Yanguas, y que, pese a la oposición del duque deAlcalá, había sido agregado al de las Cinco Llagas porbula pontificia–, para el que los priores cedieron el espacio,

Detalle de la iglesia.


53/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

aún sin construir, correspondiente al sector oriental delconjunto hospitalario. Así las cosas, el 23 de marzo de 1637se reunieron el maestro mayor del Alcázar, Juan Bautistade Velasco, el del hospital, Francisco Rodríguez y Juan deSegarra, con los visitadores, y a la vista del primitivo pro-yecto acordaron proseguir la obra «conforme a la plantaantigua»; obras que se iniciarían por la fachada principal,en la que habría de levantarse la «torre concluida» conformea las demás, para después llevar a cabo las enfermeríasfemenina y masculina, así como las restantes dependen-cias. Estas tareas se prolongaron hasta comienzos delsiglo XVIII.

Las efectuadas en la centuria siguiente fueron esencial-mente obras de adaptación o remodelación, para instalaren el recinto las nuevas instituciones correspondientestanto al hospital de las Cinco Llagas como al llamado hos-pital Central y los servicios de la Facultad de Medicina.Dado el carácter provisional de todas ellas no las mencio-naré detenidamente, sino que con la citada referencia doy

Detalle de la iglesia.


54/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

constancia de su presencia en el conjunto, y así hasta elúltimo tercio del siglo xx, en que se procedió a la adapta-ción del edificio como sede de la institución parlamentariaautonómica, lo que, aparte de las lógicas ampliaciones, hadevuelto al edificio su primitiva estética y monumentalidad,sin perder, por ello, ese aire manierista que le infundió el

La fachada principal desde los jardines.


55/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

más importante de los arquitectos que en él trabajaron:el cordobés Hernán Ruiz II.

Como punto final de este capítulo, aunque ello supon-ga un retroceso cronológico y estilístico, consignaré laactuación entre los siglos XVI y XVII del arquitectoAsensio de Maeda, por cuanto a él se deben las obras decarácter histórico que pusieron fin a la parcial conclusióndel edificio hospitalario, con la terminación de su fachadaprincipal y la construcción en el centro del mismo de lasuntuosa portada gótica que sirve de entrada al edificio, yen cuyos rasgos constructivos y ornamentales parece ejem-plificarse la transición desde la arquitectura de fines delsiglo XVI, de raíz manierista, a la inicial del siglo XVII, vincu-lada a las formas del protobarroquismo.


El paso de la Macarena ante la iglesia del hospital.Viernes Santo de 1937.


III

LA IGLESIA


Bóvedas de cierre de las naves de la iglesia(Dibujo de Isabel Pérez Peñaranda).


omo he reiterado en el contexto de este libro, lo másnotable de la historia constructiva del antiguo hospitalsevillano de las Cinco Llagas es la edificación de su anti-gua iglesia –hoy salón de Plenos del Parlamento deAndalucía–, por otra parte, la aportación más notable queel gran arquitecto Hernán Ruiz II hizo a la fábrica delmismo y, a través de ella, a la arquitectura sevillana de lasegunda mitad del siglo XVI.

Su alzado, aunque con un largo proceso que abarca lamencionada cronología, debió de estar presente en las pri-meras trazas del conjunto –ora por la intervención deRodríguez Cumplido, ora por la influencia de AverlinoFilarete y de su célebre hospital milanés– cuando la presen-cia de Martín de Gaínza al frente de la obra fue decisiva,como lo ponen de manifiesto la posterior documentaciónconservada y, de modo especial, los dibujos que figuran enel Manuscrito de Arquitectura de Hernán Ruiz II.

De todo ello se deduce que, mediante un acuerdodel 28 de noviembre de 1558, los patronos decidieron


60/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

«que la obra de la iglesia del dicho hospital nuevo/se hagaconforme a la traça antigua que es que los arcos de lascapillas/se apeen sobre pechinas y que de los lienzos ycuerpo de la iglesia/en cada parte aya cuatro capillas con-forme y como lo traçare el maestro/mayor y que del cultode la capilla mayor haga traça el dicho maestro/de lo queserá bien hacerse del remate de dicha capilla mayor».

Así pues, con arreglo a este acuerdo se comenzó laconstrucción de la iglesia –aún por fechar a la muerte deHernán Ruiz II–, que se alza, pasado el zaguán que sirvede entrada a todo el edificio, en un patio con sólo tres gale-rías, en el lugar que correspondería a la cuarta. Es de plantade cruz latina con crucero casi rectangular, llamada «igle-sia de cajón», tan trascendental para la posterior arquitec-tura sevillana del siglo XVII, e incluso del siglo XVIII, comolo ejemplifican el Sagrario catedralicio y la iglesia de SanAntonio Abad.

Consecuencia inmediata del nombramiento de Ruizcomo maestro mayor fue la aceptación por éste del acuer-do adoptado el 30 de abril de 1558 –es decir, dos meses


61/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

antes de su nombramiento– de que la iglesia se alargaríaveinte pasos más de lo que está «en la traça que se hizo»;modificación esta que se mantuvo en la ejecución de la

obra y que es la que dioal templo las medidasque tiene, al ser elacuerdo respetado porquienes la finalizaron.

Este nombramientoculminó el deseo deHernán Ruiz de alargarla obra de la iglesia einspiró a la misma unrumbo estilístico queno solo perpetuó, sinoque lo erigió, sin habersido el tracista, en sumás importante arqui-tecto. Se confirma, ade-más, el interés que puso

Interior de la iglesia en la fase de restauración.


62/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

en el trazado, ya que en su Manuscrito de Arquitectura,Hernán Ruiz presenta hasta cinco grupos de dibujos rela-cionados con el templo, y especialmente el diseño delmismo con el título «Planta surgente de la iglesia que sehace en el hospital de la Sangre». Como afirma AlfonsoJiménez, para comprender la gestación del arquitecto esinteresante constatar las variaciones existentes entre lo realiza-do y lo que aparece en el Manuscrito. La diferencia consiste en

Restos de las pinturas murales de la antigua iglesia.


63/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

que la cabecera es recta y los brazos del crucero, en hemi-ciclo frente a lo construido, vuelven en cuadra y brazosrectos. Igualmente son notables las diferencias en el alzado,ya que, aparte del cambio de las proporciones, se suprimióla cúpula del crucero.

Conviene, antes de pasar a la descripción del recinto,señalar cómo, tras la muerte de Hernán Ruiz II en 1569,trabajaron en el mismo, aunque con modificaciones nadaimportantes, su hermano, el aparejador Francisco Sánchez,y los ya citados Benvenuto Tortello y Asensio de Maeda,pero todos ellos sin apartarse de lo diseñado por el maestrocordobés, sino, por el contrario, acabando, aunque a vecesde modo simplificado, lo dejado inconcluso por aquél.Entre los episodios más notables de esta última fase cons-tructiva destaca el proyecto de cubrición del templomediante una armadura de madera que presentaron losarquitectos Juan de Minjares y Martín Infante, junto con loscarpinteros Luis de Villafranca, Francisco Pereyra y GonzaloFernández. Por fortuna, el proyecto no prosperó, tras elacuerdo adoptado por los patronos el 9 de enero de 1591,


64/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

para que se volviese al plan primitivo y se hicieran los arcosde la bóveda de piedra. Así se hizo, con una sobriedad herre-riana, como corresponde a la actuación de Asensio deMaeda y de Juan de Minjares, cuya participación en las obrasdel monasterio del Escorial es bien conocida.

Lo realizado es, pues, una cabecera en exedra tras laque va la sacristía rectangular que motiva la cabecera plana,que hace del edificio un modelo de iglesia de cajón. Porotra parte, la distribución actual es la siguiente: en lacabecera, la capilla mayor semicircular con bóveda casca-rón, en cuyo centro y enmarcada por un arco rebajado sealza el retablo. A los lados de éste hay un cuerpo bajo concapiteles péndolas en los extremos, sobre los que cabalgaun brazo de entallamento con la cornisa en saledizo, asícomo pilastras dóricas junto al hueco del altar, a las quesigue un segundo cuerpo con elementos sustentantes enforma de columnas jónicas sobre los capiteles péndolasdel cuerpo bajo, así como otras dos pilastras del mismoestilo junto al retablo, entre las cuales hay, en la parte baja,una balaustrada ciega.


65/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

Delante de la capilla mayor se dispone el crucero, conuna sencilla bóveda baída cuyas trazas están cubiertas porbóvedas de cañón. Hay también un cuerpo bajo con capi-teles péndolas sobre los que descansa una tribuna de la quearranca el segundo cuerpo, sostenido por manchones quetienen adosadas grandes columnas de orden dórico, encuyos intercolumnios se ven arcadas ciegas de mediopunto junto con óvalos en el interior de su luz, que apean

El actual salón de Plenos, con el retablo de la antigua iglesia.


66/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

en ménsulas sobre las quevuela una cornisa. Tras ellase alza el último cuerpo,formado por una gran arca-da de medio punto en laque se inscriben tres venta-nales, rectangular el centraly triangulares-esféricos loslaterales. El crucero enlaza con la nave, dividida en dos tra-mos cubiertos con bóvedas baídas, en las que hay mancho-nes resaltados a los que se adosan los soportes, entre loscuales se abren las capillas –cuatro en cada tramo– porarcos de medio punto; disposición esta que da a la iglesiaun aire italianizante que enlaza con la albertiana de SanAndrés de Mantua y más aún con la viñolesca del Gesù deRoma.

Muy bello es, igualmente, el exterior, que presenta lasiguiente ordenación: dos salientes en la fachada principal,que se sustentan sobre sendos basamentos a base de un pri-mer cuerpo, enmarcados por pilastras toscanas, y en cuyos

Pórtico de la fachada principal de la iglesia.


67/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

intercolumnios hay dos ventanas a cada lado que sostienenun sencillo entallamento con triglifos y metopas, así comouna decorada cornisa sobre la que se alza el segundo cuer-po, en el que se usa el orden jónico, con intercolumnios devarios vanos. A continuación se levanta un tercer cuerpode orden corintio con cornisa que sobresale notablementey, tras él, una serie de acroteras que le sirven de remate. Porúltimo, el manchón central se abre entre los referidossalientes, con una ventana en el último cuerpo enmarcadapor dos columnas compuestas, y, entre las dos primeras,una preciosa portada marmórea, de color rosado, que es elacceso principal al templo.

Dicha portada no sólo es lo más bello del conjunto, sinouna de las creaciones más acabadas de Hernán Ruiz, y fueencargada el 26 de junio de 1560 y acabada, siete añosdespués, con la siguiente disposición: un primer cuerpo,rodeado por columnas dóricas, que se alza sobre basamentosde dados en resalte y que da paso al vano de la puerta. Éstapresenta un arco resaltado de medio punto, con ménsula ensu clave, y apea en jambas cejadas y ricamente ornamentadas.


68/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Sobre ella hay un cuerpo elíptico con el relieve de laCaridad y, en sus enjutas, los preciosos relieves de la Fe yde la Esperanza, ejecutados en 1564 por Bautista Vázquezel Viejo. El segundo cuerpo, de menores proporciones, apa-rece enmarcado por cuatro columnas jónicas que soportansu entablamento, a cuyo lado hay hornacinas con bóvedaen forma de concha, y en los laterales, los escudos de lasfamilias Ribera y Enríquez.

A cada uno de los lados del crucero se abren sendaspuertas coronadas, como la principal, con acroteras, dividi-das en tres cuerpos y en tres calles. La cabecera plana tiene,en su parte alta, una pequeña espadaña. En dicho cuerpobajo está el vano de la puerta, sobre el que hay un frisodecorado con el escudo de las Cinco Llagas. En el cuerpobajo y en el intercolumnio central, el vano de la puerta.

Como ya se indicó, este último cuerpo fue ejecutadopor Hernán Ruiz, y en la finalización y cubrición del edi-ficio, ejecutadas tras la muerte del arquitecto en 1569,intervinieron su hermano y aparejador Francisco Sánchez,

Tabla de Alonso Vázquez que representa a los evangelistas Mateo y Marcos.


69/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

así como los arquitectos Tortello y Asensio de Maeda, quele imprimieron esa sobriedad herreriana que transpira elabovedamiento del templo. A esta etapa final corresponde,igualmente, la ejecución del retablo mayor, obra del men-cionado Asensio de Maeda, hoy cubierto por el cortinónque hay tras la presidencia parlamentaria. De muy sencillaordenación, en la que intervino el célebre retablista DiegoLópez Bueno, muestra las pinturas del también manieristaAlonso Vázquez.

Tabla de Alonso Vázquez que representa a san Agustín.


Patio de las Flores.


IV

LAS OBRAS REALIZADAS

ENTRE LOS SIGLOS XVII Y XX


Pórtico de la fachada principal.


on la muerte de Asensio de Maeda, inconclusas las obras,se continuó muy lentamente el desarrollo de las mismas,que, todavía en el siglo XVII, contaron esporádicamentecon un maestro de reconocido prestigio al frente de ellas.Es éste Juan de Segarra, que, a partir de 1615, dirigió laslabores de la continuación de la crujía delantera del edifi-cio y la construcción de su portada principal.

Los trabajos en el interior del conjunto consistieronen acabar las habitaciones del médico cirujano y del bar-bero, y se prolongaron hasta 1617.

La portada, labrada en rico mármol y proyectada porel mencionado Asensio de Maeda, presenta evidentessignos protobarrocos, de los que la curvatura del fron-tón en que remata es el más importante. Su disposiciónes la siguiente: un primer cuerpo, sustentado porcolumnas dóricas alzadas sobre basamentos, en cuyosintercolumnios hay dos hornacinas vacías enmarcandoel vano adelantado de la puerta. Sobre ella hay una lápi-da, redactada en latín, que resume la historia del edificio


74/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

y en la que aparece como fecha de terminación el yacitado año de 1617:

«QUINQUE CHRISTI YESUS VOLWERIBUS AMPLIUS WOSCO

M/VM PAUPERRIBUS CURANDIS D CATHARIBA DE RIBERA ET

DOMINUS FEDERICVS HENRIQUEZ DE RIBERA THARIFAL MAR-

CHIO BETICAL ADELANTATUS NON MINORE SUMPTV QVAM PIE-

TATE FIERI JUSSERUNT DPS TANTORVM ORINCIPVM MEMORIAN

PERFICCI ET POR TAM. HANC FERI INTEG.RAR PATRONS ET REI

ADMINISTRAR AN MDCXVII».

Viene a continuación el segundo cuerpo, formado porun núcleo central a base de pilastras rematadas con curio-sas ménsulas que soportan un sencillo entablamento coro-nado por un bellísimo frontón partido, y que da paso a unaovalada cartela con figuras angélicas en las que aparecen lasCinco Llagas, culminada por dos arcos en forma de bola yuna cruz de Jerusalén. En su interior hay otra ordenaciónarquitectónica formada por columnas jónicas que soportanun entablamento de cornisa muy sobresaliente en el que seenmarca el vano del balcón, a cuyos lados figuran una

Lápida de la portada principal.


75/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

especie de manchones en cartelas rematadas por acroterasapiramidadas con bolas en la planta, que muestran los escu-dos de las casas Ribera y Enríquez.

Junto con lo expuesto, las obras más importantes quese hicieron a lo largo del siglo XVII fueron las efectuadaspara alojar el llamado hospital de Convalecientes, que,como se indicó en su momento, había fundado Diego deYanguas, y que, superada la oposición del duque de Alcalá,había sido acogido en el recinto de las Cinco Llagas. Comotambién se anotó anteriormente, se comenzó en 1637, trasla reunión que el 23 de marzo tuvieron con los visitadoreslos arquitectos Juan Bernardo de Velasco, maestro mayordel Alcázar, Juan de Segarra y Francisco Rodríguez.Recordemos que, en ella, acordaron llevar a cabo lasobras «conforme a la planta antigua», e iniciarlas por lafachada principal y continuarlas por las enfermerías, unapara mujeres, situada en el sector más septentrional, y otrapara hombres, inmediata a la iglesia, tras las que se debíanconstruir las restantes dependencias, patios y galerías;espacios estos que se adaptaron a la estética general del


76/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

edificio, por lo que, a simple vista, resultan difíciles decuantificar, estilísticamente hablando, y en los que, en unafecha algo tardía como es la de 1653, todavía se trabajaba.Con anterioridad se habían levantado las galerías porticadasdel costado oriental del patio de la iglesia.

Lamentablemente, tal vez por insuficiencia de recursoseconómicos, no se puso interés en concluir otras zonas deledificio, como la torre suroriental y la fachada de Levante,el segundo patio del mismo flanco y las dependencias de

El patio del Cardenal, en la actualidad.


77/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

servicio del frente septentrional, por lo que, prácticamente,tras la finalización de las enfermerías sólo se hicieron obrasde reparación y mantenimiento de lo construido, como,por citar un solo ejemplo, de 1718, las referentes al suelode la enfermería de convalecientes, a causa de la podre-dumbre de las vigas.

En el siglo XIX se realizaron importantes obras, aunquecon sometimiento a las trazas originales. Es el caso del lla-mado patio de las Flores; la terminación de la crujía norte,prolongación del patio de la Fuente; la enfermería orien-tal, y la apertura, para su mejor iluminación, de grandesvanos –ventanales rectangulares– con cierto rigor estético.

Hubo un proyecto inicial de rehabilitación del hospitalpara convertirlo en sede del Parlamento de Andalucía, diri-gido por los arquitectos Alfonso Jiménez Martín y PedroRodríguez Pérez, y aprobado por la Mesa de la Cámara eldía 19 de noviembre de 1986. Sus obras fueron adjudica-das por el mismo órgano a la empresa Fomento de Obrasy Construcciones, S.A. (FOCSA).


78/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

Idéntica suerte corrió el proyecto de reforma y amplia-ción, de los anteriores arquitectos, que se aprobó por acuer-do del 19 de abril de 1989, cuyas obras fueron realizadastambién por FOCSA.

Posteriormente, por acuerdo de la Mesa del Parlamentodel 3 de junio de 1998, se emprendió la rehabilitación delresto del edificio. Los trabajos fueron encargados al equipoTorres Martínez-Aroca y Asociados, S.L. y, también, a laempresa Dragados y Construcciones, S.A., adjudicataria dealgunas contrataciones parciales para la restauración de lospatios del Cardenal, de la Fuente y de las Flores.

Las actuaciones de los dos equipos de arquitectos serealizaron con pulcritud, notorio acierto y absoluto res-peto al estilo general del edificio, pues ambos supieron–sin diferencias constructivas y artísticas sensibles– integrar

Escalera del patio del Cardenal antes de la restauración.


79/ L

AS

CIN

CO

LLA

GA

S. DE

HO

SPITA

LA

PA

RLA

ME

NT

OD

EA

ND

ALU

CÍA

en el edificio del antiguo hospital las nuevas funciones par-lamentarias, y dotar al conjunto de una luminosidad quecontribuye a resaltar sus indiscutibles valores técnicos.

Hay que decir, igualmente, que en las dos fases de larehabilitación del hospital de las Cinco Llagas se realizaronexhaustivos trabajos arqueológicos dirigidos por el profe-sor Miguel Ángel Tabales Rodríguez, publicados poste-riormente con el título Arqueología y rehabilitación en elParlamento de Andalucía.

Escalera del patio del Cardenal después de la restauración.


Patio de San Carlos (A. Vázquez).


V

LA ESTÉTICA GENERAL

DEL EDIFICIO


Bóveda de la sacristía de la iglesia.


omo ya he afirmado anteriormente, el antiguo hospital,tanto en la remota intervención de Rodríguez Cumplidocomo en la más eficaz actuación de Martín de Gaínza,posee unos caracteres estilísticos que lo vinculan a un pla-teresco retardado que bien puede calificarse de «príncipeFelipe», lo que sobre todo se aprecia en la fachada princi-pal del conjunto.

Hizo falta la presencia directora de Hernán Ruiz II paraque triunfase en el mismo, principalmente en la iglesia, hoysalón de Plenos, la estética manierista, que, suprimiendoornamentaciones ya caducas, la dotó de una monumentali-dad y de una claridad que hacen de ella una expresivamanifestación de cierta estética bajorrenacentista.

Dicha estética ha sido respetada por los arquitectosque durante los siglos XVII, XVIII y XIX intervinieron en lasobras de terminación o de necesarias reformas que, segúnla citada cronología, se han efectuado. Esa claridad, esasencillez, tanto estructural como decorativa, es la que,también, ha presidido la actuación, ya en el siglo xx, de los


84/

LAS

CIN

CO

LLA

GA

S. D

EH

OSP

ITA

LA

PAR

LAM

EN

TO

DE

AN

DA

LUC

ÍA

restauradores del conjunto, que han dado en su óptimaactuación una sabia y eficaz lección de saber armonizarlos valores de un edificio histórico con las más avanzadastécnicas, así como de hacer de su trabajo un modelo deintervención restauradora en la que, tanto en lo puramentehistórico como en lo concerniente a las infraestructuras,nada falta ni nada sobra, sino que todo cumple su funcióncon armonía y sobria belleza.

Detalle del patio del Recibimiento.




e terminó de editar el día 18 de octubre del año 2007,

festividad de san Lucas, patrón de los médicos.

SALUS POPULI SUPREMA LEX EST.


Documents

LAS CINCO LLAGAS · (Manuscrito de la Biblioteca Laurenciana de Florencia). parlamentoOK-18-10ok:parlamento 15/11/07 12:23 Página 14. on una larga historia, tanto institucional como