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Lutero entre la reforma y la liberación LEONARDO BOFF Prufl'sor de leolol!e"'a sislemálil'a "",sil 1. Relevancia y delimitación del tema El modo de proceder en esta ex· posición va a ser el siguiente, Partire- mos de la teología de la liberación, y ella constituirá el horizonte a partir del cual interrogaremos a Lutero y al mo· vimiento histórico generado por la Re· forma (Wirkunsgeschichte). Desde 105 intereses, preocupaciones, in- tuiciones e interrogantes formulados por la teología de la liberación quere- mos considerar en qué medida Lutero ayuda a comprender nuestra si· tuación de opresión y anima el proce· 50 de 105 pobres en busca de su hu- manización. Tampoco queremos olvi· dar el otro lado de la cuestión en qué medida Lutero cuestiona a la teología de la liberación. y en qué medida su mensaje y práctica siguen Siendo po· siblemente aduales después de casi cinco siglos de haber sido formula· dos. Tres serán 105 grandes pasos que daremos; en primer lugar abordare· mas rápidamente lo que propone la teología de la liberación; en segundo lugar, cómo ella se confronta con el protestantismo histórico vivido en América Latina y por último intentare- mos formular el pOSible aporte de Lu· tero a la teología de la liberación, Reconocemos de antemano la li· mitación de nuestros conocimientos especfficos sobre la inmensa produc- ción teológica generada por el fenó- meno Lutero.' Pero a pesar de esto, nos atrevemos a expresar algunas opi- niones desde nuestro lugar social y eclesial. es decir, desde la América La- tina creyente y pobre, y desde una in· serción en una Iglesia comprometida con el caminar de 105 opnmidos y soli· daria con sus anhelos de promoción y liberación. 2. Una teología desde las clases subalternas: la teo- logía de la liberación Mucho se ha escrito ya sobre la teología de la liberación, sus in- tuiciones, su método, su ubicación eclesial y su inserción en 105 grupos históricos interesados en la transfor- mación de la sociedad actual. 2 Aquí Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Lutero entre la reforma y la liberación · por la teología de la liberación quere mos considerar en qué medida Lutero ayuda a comprender nuestra si· tuación de opresión y anima

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Lutero entre la reforma y la liberación

LEONARDO BOFF

Prufl'sor de leolol!e"'a sislemálil'aPelrilp(~is. "",sil

1. Relevancia y delimitacióndel tema

El modo de proceder en esta ex·posición va a ser el siguiente, Partire­mos de la teología de la liberación, yella constituirá el horizonte a partir delcual interrogaremos a Lutero y al mo·vimiento histórico generado por la Re·forma (Wirkunsgeschichte). Desde105 intereses, preocupaciones, in­tuiciones e interrogantes formuladospor la teología de la liberación quere­mos considerar en qué medida Luteroayuda a comprender nuestra si·tuación de opresión y anima el proce·50 de 105 pobres en busca de su hu­manización. Tampoco queremos olvi·dar el otro lado de la cuestión en quémedida Lutero cuestiona a la teologíade la liberación. y en qué medida sumensaje y práctica siguen Siendo po·siblemente aduales después de casicinco siglos de haber sido formula·dos.

Tres serán 105 grandes pasos quedaremos; en primer lugar abordare·mas rápidamente lo que propone lateología de la liberación; en segundo

lugar, cómo ella se confronta con elprotestantismo histórico vivido enAmérica Latina y por último intentare­mos formular el pOSible aporte de Lu·tero a la teología de la liberación,

Reconocemos de antemano la li·mitación de nuestros conocimientosespecfficos sobre la inmensa produc­ción teológica generada por el fenó­meno Lutero.' Pero a pesar de esto,nos atrevemos a expresar algunas opi­niones desde nuestro lugar social yeclesial. es decir, desde la América La­tina creyente y pobre, y desde una in·serción en una Iglesia comprometidacon el caminar de 105 opnmidos y soli·daria con sus anhelos de promoción yliberación.

2. Una teología desde lasclases subalternas: la teo­logía de la liberación

Mucho se ha escrito ya sobre lateología de la liberación, sus in­tuiciones, su método, su ubicacióneclesial y su inserción en 105 gruposhistóricos interesados en la transfor­mación de la sociedad actual.2 Aquí

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queremos enfatizar algunos puntosque nos ayudarán en la confrontacióncon Lutero y con el protestantismohistórico existente en América Latina.

a) Liberación: un proceso so­cio-histórico concreto

Cuando hablamos de liberaciónno la entendernos como una metáforao en analogía al concepto teológicode redención. Por liberación quere­mos significar en primer lugar un pro­ceso socio-histórico concreto por elcual los pobres, concientizados. orga'nizados y movilIzados, buscan su libe·ración mediante la transformación deltipo de sociedad bajo la cual penan ysufren] La palabra liberación estáaquí relacionada con los movimientosliberadores de los pueblos oprimidosdesde los tiempos de la colonia y,más recientemente, con los procesosrevolucionarios ocurridos en México(1911), Bolivia (1952), Guatemala(1952), Cuba (1959 bajo Fidel Castro) ycon los grupos guerrilleros del Perú,Colombia, Argentina, Uruguay, Chile yBrasil en los últimos 20 anos'

El sujeto histórico de esta libera·ción lo constituyen las capas popula­res y sus aliados (intelectuales orgáni­cos, sectores de los estratos medios yotros que optaron por las clases po·pulares). Tales movimientos han toma·do conciencia de los niveles de explo'tación a que están sometidas las gran­des mayorías latinoamericanas y hanidentificado los mecanismos produc­tores del empobrecimiento de las na­ciones. El subdesarrollo no es prima­riamente un problema técnico ni sola­mente un problema político; esta es laotra cara de la moneda del tipo dedesarrollo generado por el capitalis­mo mundial, grandes beneficios para

los países metropolitanos o céntricos(los antiguos imperios coloniales) ygravísimos males a los países depen­dientes y periféricos. Más que paísessubdesarrollados, somos países manotenidos violentamente en un subde­sarrollo mediante procesos de domi­nación económica, control político ysometimiento ideológico por partede las potenCIas centrales y hegemó'n,cas y de sus aliados dentro de lospaíses latlnoamerlcanos.5

A partir de los anos 30 en casi to­dos los países esta conCienCia ha pro·ducido organizaciones populares, sin­dicatos, partidos de raigambre popu­lar, asociaciones de acción/reflexiónetc., con prácticas sociales alternati·vas, sea para imponer límites a lasestrategias de dominación, sea parapropiciar rupturas en el sistema eimplantar las semillas de una sociedadmás participativa a partir del puebloorganizado. Tales prácticas políticashan obligado a las elases hegemóni­cas nacionales a conceder más podersocial a los movimientos populares;han generado el famoso populismoen Argentina, Brasil, Colombia, SantoDomingo y otros países. A partir delos anos 60 con la profundización delas reivindicaciones y las exigenciasde una sociedad distinta, se ha provo­cado la ruptura social y la emergenciade regímenes de seguridad nacionalcon un inmenso y eficaz aparatorepresivo, responsable de millares dedesaparecidos, torturados, exilados ymuertos en las macabras cámaras detortura. Tal represión no ha ahogadolos anhelos de libertad, ni ha destro­zado totalmente la movilización libe­radora de grupos significativos de lasociedad. Por todo el continente lati­noamericano existe una significativafuerza de resistencia, de oposición a

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la dominación y de gestos liberado­res.

b) Cristianos solidarios con laliberación

La Iglesia latinoamericana ha sido,indiscutiblemente, cómplice con elproceso histórico de dominación; haparticipado en el proyecto de colonización que desestructuró las grandesculturas-testimonios (Darcy Rib~iro)

hasta el día de hoy. A pesar de sucomplicidad, siempre ha habido per­sonas para las cuales el evangelio erala referencia fundamental; y, ennombre de él, han protestado, toma­do la defensa del indígena y denun­ciado la iniquidad cometida con millo­nes de esclavos negros_ Moderna­mente muchos cristianos han partici­pado, sufrido y entregado sus vidasen los procesos de liberación popu­lar. Han sido jóvenes de la pastoral es­tudiantil, de la pastoral obrera, cris­tianos con militancia sindical y parti­daria. Después del Vaticano 11 espe­cialmente grupos significativos de sa­cerdotes y religiosas han sabido apro­~imarse al pueblo, han organizadouna pastoral comprometida con la jus­ticia de los pobres y han llegado a ar­ticularse orgánicamente con movi­mientos más amplios de movilizaciónpopular. Ha habido una evangeliza­ción que desentrana sistemáticamen­te la dimensión liberadora de la fe.Sectores de los distintos episcopadoshan asumido, en tiempos de repre­sión, una diaconía evangélica y unafunción profética, prestando su voz alos que no tienen voz y sufren los du­ros golpes de la represión_ Los epis­copados de Brasil y de Chile especial­mente se constituyeron en símbolosde una Iglesia comprometida con lasuerte de su pueblo oprimido y en la

defensa de los derechos humanosparticularmente de los pobres FIgu­ras como las de Camilo Torres (a pesarde lo discutible de su opción poli­tica) Mons. Helder Cámara, cardenalSilva Henríquez, cardenal EvaristoPaulo Arns, Mons. Angelelli y la delmMir de la opción por los pobresMons. Oscar Arnulfo Romero repre­sentan símbolos personales de un.JIgleSia que se desplaza del centro delpoder haCia la perrferra6

Los CrIstianos que han sido perse­gUidos, torturados y aseSinados porsu participación en los movimientospopulares de liberación se puedencontar por miles.? Nuestra Iglesia lati­noamericana tiene mártires, ellos hanoptado por una práctica social nacidade la adoración del Dios de los israeli­tas esclavizados en Egipto y del se­guimiento del mártir Jesucristo. EsteDios y este seguimiento los han movi­do a comprometerse hasta las últimasconsecuencias en la denuncia del pe­cado social y en la promoción delproceso de liberación. Fue significati­va, y lo continúa siendo, la presenciade los cristianos en la liberación de Ni­caragua de una de las dictaduras másinicuas de nuestro continente y en laconstrucción de una sociedad organr­zada desde los olvidados de la tierra.

c) La fe cristiana como factorde liberación de los opri­midos

El compromiso de los cristianoscon la liberación histórica ha ayudadotambién a que la fe se libere de sucautiverio dentro del bloque históricohegemónico_ Sabemos que toda reli­gión -más allá de su especificidad ysalvaguardada su e~periencia origi­nal- e~iste en y se articula con la for-

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ma concreta de organización de unasociedad dada.8 Ella se encuentraatravesada. limitada y orientada porlos conflictos que caracterizan dichasociedad. Nuestra sociedad latino­americana es compleja; existen variosmodos de producción coexistentes.pero todos ellos baje la hegemoníadel modo de producción capitalistadependiente y elitista. la sociedad ca·pitalista, por su naturaleza, es muydesigual (aslmetrica) con respecto alacceso a los mediOS de producción(tierras. bancos. industrias), a la dlstri·bución de la capacidad de trabajo(grandes propietarios. profesionalesliberales y obreros) y a la participa'ción en los productos finales (ricOS,bien situados y pobres). Entre las va·rias clases se dan intereses muchasveces antagónicos y se establece unalucha permanente por la dirección dela globalidad de la sociedad. La claseque empieza a prevalecer, está intere·sada objetivamente en implantar suhegemonía; es decir, intenta ganar elconsenso general. Por todos los me­dios (incluso mediante la coerción) yespecialmente por la persuasión(ideología), elabora estrategias deamplifica'ción, consolidación y pro­fundización de su influencia. Tal claseo bloque de clases hegemónico pre­tende definir las principales orienta·ciones, valores, límites y prohibi­ciones que rigen todas las actividadesde la sociedad. En este intento porgarantizar su hegemonía, la clase diri­gente (o bloque de clases) procuraganar para sus intereses a la Iglesia, lalectura de los textos fundadores, la oroganización del discurso cristiano. dela liturgiay de la práctica pastoral. Asísurgió en América latina una alianzaentre el trono y el altar en la colonia ymás tarde un pacto entre la Iglesia ylos nuevos dirigentes de las repúbli·

cas en detrimento de la liberación delpueblo. De esta forma, la Iglesiapuede transformarse en un aparatoideológico del Estado (L. Althusser).Pero la cooptación de la fe cristiana ja­más fue completa; siempre quedó vi­va en muchos cristianos de todos' losniveles (obispos, sacerdotes, misione­ros y laicos) la "memoria subversivade Jesús" y de sus orígenes humildes,legada a los anhelos liberadores delos pobres.

Con la participación de cristianosen los procesos de liberación, la fe y elevangelio, empezaron cada vez más aser releidos desde la óptica de lospobres; la religiosidad pbpular, secto­res importantes de la Iglesia institu­cional. muchos agentes de pastoral(teólogos, párrocos, catequ istas,coordinadores de comunidades) co­menzaron a codificar los contenidosde la fe, proyectar una determinadaimagen de Jesús y comprender la mi­sión de la Iglesia en articulación conlas luchas de los pobres. Los pobreshicieron una opción por la Iglesia, an­tes de que la Iglesia en Puebla (1979)hiciera una opción preferencial porlos pobres. Desde su ubicación (lugarsocial) en medio de los oprimidos, lafe cristiana ha podido mostrar su fuer­za de resistencia y su relevancia libe­radora. Así se han creado las condi­ciones sociales para una práctica de laliberación con inspiración evangelicay las pre-eondiciones materiales parauna teología de la liberación.

d) Reflexión de los cristianosdesde la práctica de libera­ción.

A partir de una práctica en me­dios popoulares desde una perspecti­va liberadora muchos cristianos tu-

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vieron inicialmente una experienciaespiritual fuerte, se encontraron conel Señor. como Siervo sufriente, en to­da una clase social de explotados.Desde ahí se formuló una articulaciónentre mística y política, como sepuede ver ejemplarmente en Mons.Pedro Casaldáliga, en Ernesto Carde­nal, en algunos de tos poemas deMons. Angelelli y en innumerablescánticos religiosos de los cristianoscomprometidos. La santidad es polí­tica y las virtudes son aquellas que senecesitan para la solidaridad. la leal·tad al grupo y la lucha en contra delos mecanismos sociales productoresde muerte.

En función de la práctica, estoscristianos ha" tenido que apropiarsede una lectura más crítica de la so­ciedad capitalista, manejar conceptosdesenmascaradores de la ideologíadominante, captar mejor la concien­cia colectiva de las opresiones socio­históricas. proyectar con cierto perfilel tipo de sociedad que se está bus­cando y movilizarse para avanzar po­líticamente. Supuesto el horizonte aela fe-compromiso, se ha incorporadoun hábito metodológico, ante todo esnecesario analizar la realidad y partirsiempre de las prácticas con lascuales el pueblo oprimido ~nfrenta ladominación y se organiza para Su pro­moción.

Finalmente, a partir de la prácticay del análisis social, los cristianos hanprocurado reflexionar la fe cristiana ylos grandes temas de la agenda teoló­gica. Es importante recalcar estehecho decisivo, no se trata de refle­xionar sobre el tema de la liberación.como se puede reflexionar sobrecualquier otro tema (como el trabajo.la sexualidad. la secularización. etc.),sin modificar la manera de hacer teo-

logía. Aquí se trata de pensar la fedesde la práctica de la liberación.desde el cora'zón de un compromisoiluminado por la fe, solidario con losoprimidos e interesado en transforma­ciones sociales.9 Esta ubicaciónconcreta del teólogo exige una mane·ra distinta de pensar y de organizar lareflexión en orden a iluminar la prácti·ca y dejarse cuestionar por ella.

Esta producción tiene comosUJeto'O a los propios cristianoscomprometidos, Quienes evidente­mente producen un discurso religiosoprofético, parenético, ético. litúrgiCOque, aunque no tiene un rigor teóricosegún los cánones de la teologíacrítica, tiene eficacia práctica. Sin em·ba"go, se ha creado también unateología que reinvidica para sí el Wulode teología, hecha por teólogos quese han incorporado a los mOVimientospopulares y a las comunidades cris­tianas de base. Estos deben ser consi­derados como intelectuales religiososorgánicamente articulados a los inte­reses liberadores del pueblo pobre;ayudan a producir una visión cristianacoherente con el proceso de libera­ción, una catequesis, una lectura delmisterio de Jesús, de la Iglesia, de lossacramentos, de tal forma que las di­mensiones intrínsecamente liberado­ras sean explicitadas y entregadas alos cristianos comprometidos en di·cha liberación. En razón de esta prác­tica teológica emerge cada vez másun tipo de teólogo cristiano que com­bina la inserción en mediOS popularesy en la práctica pastoral con el estu­dio y la enseñanza de la teología, In·corporando en su trabajO una lectu­ra crítica de la historia desde la ópticade los pobres y sobre ella construir suelaboración teológica. Más que unproductor intelectual, es, a su manera,

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un militante, aliado con el pueblo con­cientizadoll

e) Intuiciones fundamentalesde la teología de la libe­ración

No se puede hacer teología de laliberación sin una previa opción porlos pobres_ Esta opCión tiene una sig­nificación ética indiscutible; tiene uncontenido teológico porque Dios, co­mo DIOS de vida, mostró en la historiade la salvación que escucha el clamorde los oprimidos; tiene Su raíz en lapráctica del Jesús histórico que indis­cutiblemente hizo una opción por losmás necesitados; es una forma deexpresión de amor por los pobres yen contra de Su pobreza_ Finalmente,encierra una innegable dimensiónpolítica porque está a favor del polomás débil de la sociedad, generandono pocas veces tensiones y conflictoscon los agentes de la clase dominan­te_ Los pobres, en este contexto, noson vistos como individuos despo­seídos, sino como toda una clase detrabajadores explotados y privadosde vida y dignidad por causa de unproceso social injusto. La pobreza,como lo analizó Puebla, es denun­ciada al nivel económico-social como"producto de determinadas situa­ciones y estructuras económicas, so·ciales, políticas" (n.30,1207-1208); enuna lectura ética es acusada de "si­tuación de injusticia" (n.90,509,562) yfinalmente desde una visión típica dela fe es considerada como "pecadosocial" (n .28,487).

Esta situación objetiva de opre­sión hace que se descubra la teologíadel cautiverio en Egipto y su impor­tancia para tomar conciencia de la re­velación del Dios de Moisés como de

un Dios santo yola vez comprometi­do con sus hijos sometidos. Desde elcautiverio se elabora una perspectivade liberación que ilumina el procesoconcreto de liberación del pueblo. Lacategoría del Reino de Dios constituyeen la teoiogía de la liberación un ejefundamental.

Como lo recalca pertinentementela Evangelii Nuntlandi, el reino deDios es "el absoluto" (n.8) y constitu­ye "la liberación de todo lo que opri­me al hombre y es sobre todo la libe­raCión del pecado y del maligno, en laalegría de conocer a Dios y de ser porEl conocido, de verlo y de entregarsea El" (n .9). El Reino es más que cadauna de las liberaciones concretas,porque engloba todo. Pero no seríaconcreto ni pleno si no implicara la li­beraCión económica, política y social.Como dice Puebla, "El Reino de Diospasa por realizaciones históricas, pe­ro no se agota ni se identifica conellas" (n_193); no se identifica con lasliberaciones parciales, pero se identi­fica en ellas, porque solamente así sehace histórico (Evangelii Nuntlandi27).

De importancia fundamental es laapropiación del misterio cristológicoen términos de Iiberación_ Jesús fueun liberador de los pobres, enfermosy pecadores (Le. 4,17-21; Mt 11,4-5);su muerte fue consecuencia de sumensaje y de su práctica que entraronen conflicto con los detentadores delpoder religioso y político de su tiem­po; su resurrección representa lautopía de una liberación integral. LaIglesia prolonga la misión de Jesús; seubica dentro del mundo a partir delas exigencias del submundo; predicaa todos los hombres la buena noticiade Jesús su opción por los pobres ylos no-hombres_ Asume la causa de

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los últimos que es defender y promo­ver una vida mínimamente digna, losderechos fundamentales de la perso­na, particularmente los de las grandesmayorías, como el derecho a los me­dios necesarios para la vida, a la vi·vienda, a la salud, a la educación. EnAmérica Latina la Iglesia se ha empe­ñado, como ninguna otra instituciónsocial, en la defensa de los indígenas,muchos de ellos expulsados de sustierras o condenados a la extinción; haafrontado y apoyado la reforma agra­ria, ya que el latifundio constituyeestructuralmente uno de los grandesgeneradores de la pobreza y margina­ción de millones de personas.

Sería largo describir todas lasreflexiones hechas sobre los distintosaspectos de la fe cristiana como res­puesta a la práctica de la liberación;especialmente, la dimensión de ce­lebración y de meditación de lasEscrituras, en donde el pueblo sen­cillo alimenta su esperanza del adve­nimiento de los bienes del Reino y sa­cia su hambre de Dios. Lo importantees ver cómo los cristianos se articulancon otros movimientos populares y,juntos, intentan configurar su vidadesde la iluminación que viene delevangelio y del segúimiento de Jesús.Hay una preocupación constante, có­mo el evangelio se inserta en la luchade los oprimidos por su liberación. Elevangelio y Jesús no son frenos sino,motores de compromiso para la cons­trucción de un mundo más semejantea la utopía de Jesucristo. Entonces sepercibe este camino de doble vía,por un lado, la práctica de liberaciónayuda a releer y a entender las fuen­tes de la fe, la figura de Jesús y la mi­sión de la Iglesia; por otro, la fe y latradición de la fe ayudan al compro­miso por los pobres contra su pobre-

za y por su liberación. Esta mutua fe­cundación confiere credibilidad a lafe cristiana y constituye su mejor testi·monio en favor de la transcendencia,de Dios y de su revelación.

3. El protestantismo históricopromotor de la libertadburguesa

¿Cómo se relacionan las "Iglesiashistóricas" protestantes de AméricaLatiria (la luterana y presbiteriana deorientación confesional y la metodistay bautista de reavivamiento evangéli­co) con el proceso popular de libera­ción de los pobres de América Latl'na?12 Para comprender esta relaciónes importante ubicar históricamente lapenetración del protestantismo en elcontinente latinoamericano. Su pre­sencia activa y organizada comenzó apartir de la segunda mitad del sigloXIX. Provenía de los países centro·europeos· y nordatlánticos, deaquellos países pioneros, por lo tan­to, de la "modernidad" y que deten­tan hasta hoy la hegemonía del pro­yecto liberal. Al llegar a nuestrospaíses esas Iglesias históricas traíanlos ideales del liberalismo. Estos idea­les en su aspedo económico reforza­ban la modernización e industrializa­ción en contra de las viejas oligar­quías terratenientes; en su dimensiónpolítica, levantaban la bandera de lademocracia representativa; en su ver­tiente cultural, defendían la educa­ción para todos y la promoción del in­dividuo y su libertad.

Claramente lo formulaba el mi­sionero presbiteriano Stanley W. Ry­croft "El cristianismo (evangelio), consu énfasis en el valor del individuo y lalibertad del espíritu humano baJO ladisciplina de Dios, es el más seguro

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fundamento para la libertad y la de­mocracia que América Latina ansía."13

En este sentido, el protestantismohistórico ha querido reproducir enAmérica Latina condiciones semejan­tes a aquellas de sus países de origenen el hemisferio norte. Para esto hizouna alianza estructural (no necesa­riamente con intencionalidad subjeti­va, pero sí de hecho al interior deljuego de las fuerzas sociales) con lossectores más avanzados de la so­ciedad latinoamericana, influenciadospor los ideales de la revolución fran­cesa, del iluminismo, del positivismo eincluso de la masonería. Se trataba dela burguesía nacional, la pequeñaburguesía urbana y comercial. Esteproceso ocurrió exactamente en elmomento en que se daba la transiciónde la sociedad latinoamericana tradi­cional y colonial a la moderna y libe­ral. Hubo conflictos entre los viejosseñores y el nuevo sujeto históricoemergente. La Iglesia católica formabaparte del bloque histórico señorial ycolonial. Por ello, la Iglesia católicaconstituyó un enemigo que debía sercombatido fuertemente por los pro­testantes, no solamente por las dife­rencias confesionales, sino por su fun­ción social conservadora. Para el pro­testantismo histórico "el catolicismoromano es considerado como laideología y estructura religiosa de unsistema global, el caduco orden his­pánico señorial implantado en Latino­américa, que debe desaparecer paraceder paso a un nuevo orden de­mocrático, liberal, ilustrado, dinámi­co, que el protestantismo ha inspira·do históricamente, y al que la doctrI­na protestante -el libro abierto, eljuicio propio- abre paso Ysustenta.""

Efectivamente, el protestantismo

es innovador frente al pacto colonialdel cristianismo (Iglesia católica roma­na) con las fuerzas del imperio his­pano-portugués. Representa un llama­do a una vivencia moderna de la fe enarticulación con el espíritu imperantede libertad, de participación de­mocrática y de actualización del pro­ceso productivo.'5 En términos reli­giosos se presenta como "fe viva" encontraposición a la "fe muerta" delcatolicismo, una religión de tradi­ciones y exterioridades. Según Gon­zalo Baez Camargo, el Cri5to en Latino·américa ha sido el "Cristo silencioso,"frente al "Cristo sin candado" del pro­testantismo.16

Por otra parte hay que reconocerque la teología protestante está ligadaal sujeto histórico liberal. El liberalis­mo se convirtió en la ideología del im­perialismo doniinador, creador de uncentro y de una periferia. Desde me­diados del siglo XIX se estableció unneocolonialismo en América Latina. Elprotestantismo que vino en el senode los ideales liberales se transformóen un factor legitimador de este pactoneocolonial. Representaba un avancefrente a la tradición colonial sustenta­da por el trono y el altar; pero no eraliberador de la estructura fundamen­tal de dominación. Los señores eranotros, pero el sistema de sometimien­to y de marginalización de pueblo, si­guió su curso. El cambio social que elprotestantismo favorecía era sólo re­formista; beneficiaba directamente alos estratos medios y altos, y en muypeque~a medida a las capas popula­res, de manera indirecta. La transfor­mación religiosa centrada en la con­versión del corazón, en una fe viva yen prácticas éticas, a pesar de ser per­sonalistas, repercutían en los estratosmodernos de la sociedad. El pueblo

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seguía con Su religión popular y conel drama de la opresión social.

Con acierto decía Octavio Paz,"La ideología liberal y democrática, le­JOs de expresar nuestra situación hIs­tórica concreta, la ocultaba. La mentl'ra política se instaló en nuestrospueblos así constitucionalmente_ Eldaño moral ha sido Incalculable y al·canza a zonas muy profundas denuestro ser. Nos vemos en la mentira­con naturalidad. Durante más de 100años hemos sufrido regímenes defuerza al servicio de las oligarquíasfeudales, pero que utilizaban el len­guaje de la Iibertad.--17 El protestantis­mo histórico mantiene una relaciónmuy íntima con esta ideología liberal.

Con la crisis del proyecto liberal,del capitalismo dependiente y perifé­rico, entró en crisis también lacomprensión liberal del protestantis­mo en América Latina. ¿Puede ser unafuerza de liberación de los oprimi­dos? José Miguez Bonino formula. deforma muy consicente la siguiente te­sis, "El protestantismo sólo podrá su­perar la crisis de identidad y misión SI

en la medida en que logre recuperarel papel subversivo que desempeñóen el pasado, pero en la situación ra­dicalmente distinta en que hoy noshallamos.--16 Julio de Santa Ana, ex­miembro del Consejo Mundial de Igle­sias y actualmente secretario generalde CESEP en Sao Paulo, propone laencarnación de la Iglesia y del protes·tantismo dentro del mundo de lospobres para ayudar a una transforma­ción profunda y global, una verdade­ra liberación de 105 oprimidos.19 Ru­bén Alves distingue la función ideoló­gica que el protestantismo desempe­ñó frente al liberalismo y su perma­nente función utópica como memoriade la fuerza liberadora del Evangelio.

En esta perspectiva "católicos y pro­testantes están descubriéndose comoun sólo cuerpo en función de la espe­ranza en una América Latinanueva. ''20

En verdad, hay un frente libera­dor protestante de gran SignificaCiónen el proceso global de la práctica li­beradora y de la reflexión que seconstruye desde esta práctica Cabepreguntar ahora en qué medida Lute­ro puede corroborar esta misión.

4, Lutero: liberador en la Igle­sia, reformador en la so­ciedad

Debemos plantear la siguientecuestión, hasta qué punto Luterotiene una función liberadora en el pro­ceso histórico-social-religioso y hastaqué punto, en su teoría y práctica,propició una interpretación legitima­dora dé la modernidad que tantaopresión trajo a las grandes mayoríasempobrecidas de nuestra historia. Pa­ra contestar a esta pregunta sería ne­cesaria una investigación muy detalla­da sobre el fenómeno Lutero en sí ysobre su incidencia en el conjunto delas fuerzas actuantes en aquel tiempo.Para esto no hay ni tiempo ni espacioen esta breve reflexión. Pero intenta­remos esbozar algunas perspectivas(incompletas) que nos puedan ayudara entender el desafío que 105 explota­dos no plantean a todos como Igle­sias cristianas.

Para reflexionar con cierto sentidoheímenéutico necesitamos un marcode referencia aunque sea mínimo.Asumo la hipótesis (que no se puedeaquí profundizar ni justificar) de queun fenómeno religioso como el de Lu­tero no puede ser analizado solamen·

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te con categorías religiosas. Quien sepropone hacer un análisis solamentereligioso acaba por no hacer un análi­sis ni siquiera religioso. Esto es asíporque el factor religioso (así como lacultura, las ideologías, los valores) Ja·más se estructura solo, sino siempreen articulación con la historia concre­ta y las estructuras económico­políticas de una sOCiedad.

Aparte de su carácter específico,cada factor tiene su índice de inClder,­cia propia sobre los demás. Puedendarse momentos en que el factor reli­gioso se presenta como dominante,21como parece ser el caso de la Refor­ma con Lutero. La Reforma es ante to­do un fenomeno religioso, pero nosolamente religioso; en el campo reli­gioso se revelaron todos los nivelesde' conflicto que atravesaban la so­ciedad y la conciencia europea. Conrazón decía Henri Hauser, "La Refor­ma del siglo XVI tuvo el doble carác­ter de revolución social y revolución'religiosa. Las clases populares no sesublevaron sólo contra la corrupcióndel dogma y los abusos del clero_Tambien lo hicieron contra la miseria yla injusticia_ En la Biblia no buscaronúnicamente la doctrina de la salvaciónpor la gracia, sino tambien la pruebade la igualdad original de todos loshombres:'12

La cuestión de las causas de la Re­forma es extramadamente comple­Ja23 y nadie se atrevería a reducirla aunos pocos factores_ Pero lo que po­demos decir con segundad es que losreformadores, especialmente Lutero,respondieron a los grandes anhelosde su tiempo, marcado por profun­das transformaciones por el descubri­miento de nuevos continentes, la co­lonización, la invención de la impren­ta, la introducción de nuevos sistemas

financieros, la emergencia del huma­nismo y especialmente el grito de to­da la cristiandad por reformas profun­das' en la cabeza y en los miembrosde la Iglesia_ Con respecto al campoespecífico (religioso) dentro del cualse movía, Lutero operó un inmensoproceso liberador _ El será parasiempre una referencia necesaria a to­dos los que buscan la libertad y sa­ben luchar y sufrir por ella. Con razónconsidera Hegel la Reforma luteranacomo una Hauptrevolution (una re­volución fundamental), por que con"Lutero empieza la libertad delespíritu," libertad que "no solamentees reconocida, sino plenamente exigi­da:'24 Esta libertad e~ conquistadarompiendo con el cautiverio babilóni­co- en que había caído la cristiandadbajo léI' hegemonía de Roma. Paraidentificar mejor el significado libera­dor de Lutero dentro del campo reli­gioso y desde ahí en los demás cam­pos de la realidad es importante con­siderar rápidamente el lugar de la Igle­sia dentro de la formación feudal y se­ñorial de aquel tiempo.

a) liberación del cautiverio baobilónico de la Iglesia

En la Europa semifeudal y mer­cantil del siglo XV y XVI la Iglesiaconstituyó una pieza fundamental. Lasede romana y los obispos, particular­mente en Alemania, tenían grandes in­tereses económiCOS, polítiCOS,lurídicos y militares_ No hay que olvi­dar que el Papa ejercía gran podertemporal con innumerables pactos ybeneficios. En el regimen semifeudal yde la burguesía mercantil se daban re­laciones de vasallos y súbditos, de se­nores y siervos, de colonizadores ycolonizados_ Más en concreto, paramantener sometido al campesinado, a

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pesar de las frecuentes rebeliones enBohemia, Suabia, Francia y en otraspartes de Europa central, no se utiliza­ba solamente la coerción armada, si­no la persuación religiosa.2S La aris­tocracia feudal y la sociedad bur­guesa mercantilista elaboraron unpacto con el clero (que también teniapoder secular) de tal forma que laIglesia se constituyó en la instanciacentral de la reproducción de la so­ciedad semifeudal y mercantilista. Es­to quiere decir que la Iglesia, en sumultifuncionalidad, consagró y solidi­ficó las relaciones del status qua, lascuales eran relaciones de dominación.Esta función social de la Iglesia se ejer­ció con eficacia mediante muchas for­mas de obras piadosas, devociones asantos, indulgencias compradas condinero. Por poner un ejemplo, Luterodesaprobó la acumulación en la Igle­sia del castillo de Federico el Pruden­te, de 17.413 reliquias, cuya venera­ción mediante pagos permitía obte­ner 12B_000 anos de indulgencia.26

Todo este proceso de interacciónentre el sistema dominante y el clerotenía su centro de animación y legiti­mación última en la Sede Romana y enel papado.

Frente a una situación tal, Lutero,que había pasado por una profundacrisis espiritual junto con un deseoprofundo de reforma en su orden rel,·giosa y en la Iglesia entera, lanzó sugrito profético. Se reveló contra loque él, con frecuencia, llamaba la"tiranía del Papa.'· A la justificaciónpor las obras, opuso su Justificaciónpor la fe.27 Celebró el inaudito des­cubrimiento de la ilimitada misericor­dia de Dios en Jesucristo crucificado.El hombre no estaba condenado acumplir leyes ni pretendía conseguirla salvación por sus buenas obras. Por

lo tanto, su misión en el mundo noconsistía en adaptarse a reproducrrlas normas, con conciencia ademasde su incapacidad para poder ha­cerlo plenamente. Con su tesis básicade la justificación por la fe, Luterointrodujo una radical liberación. Loque con esto quería decir era que elser humano está libre de todas estasexigencias en orden a estar libre paraacoger la gracia y la misericordia co­mo puro don y ofreCimiento gratuitodel Padre. Como consecuencia de lagracia y de la pura fe (acto globalizan­te de toda la existencia, el cual es másque la adhesión intelectual a un códi·go de verdades reveladas),26 el serhumano produce obras buenas, por­que es bueno produce obras buenas;no es bueno porque produce obrasbuenas. Esta será una afirmación bási­ca de Luter029 que ya la encontró enel Maestro Eckhart.30

La justificación por la fe es laexpresión de una increíble libertad in­terior conquistada por Lutero y trans­formada en bandera de liberación pa­ra los demás Cristianos. Cuando el 16de abril de 1521, llamado por CarlosV a la Dieta de Worms, era invitado aabandonar su proclama, Lutero con­testó, "iNO puedo ni quiero retractar­me, porque no es bueno ni Sinceroobrar en contra de la propia concien­Cia. Que DIOS me ayude! iAmén!"· Ins­tado por última vez por el oficialquien le dijo, "Deja tu conciencia, her­mano Martín. Lo único que no ofrecepeligro es la sumisión a la autOridadestablecida;- Lutero lo rechazó deflni­tivamente]l Lutero no tuvo una defe­rencia servil a ninguna autoridad co­mo última instancia; última instanciasolamente puede ser Dios. Dios es unSoberano insustituible y el Papa sólosu servidor.

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Los textos escritos en junio (El po­der del Papa) en agosto parnada ala nobleza cristiana de la naciónalemana), en octubre ~autividild

babilónica de la Iglesia) y no­viembre de , 520 (la libertad delhombre cristiano) revelan una inne'gable aura de liberaCión Lo repeti­mos, eVidentemente, la tematizaciónera religiosa, pero su efecto era tam­bién social, político y económico,porque la Iglesia estaba presente entodas estas instancias como la instltu'ción básica de coordinación, hege­monización y reproducción del siste­ma imperante.

En la obra El papado de Romadefinió 10 intUICIón fundamenta! de laeclesiología protestante. La Iglesia vi­sible (corpus christianorum) es pura·mente humana y no puede identificar­se con el cuerpo místico de Cristo. LaIglesia de Cristo es como el Reino queésta dentro de nosotros, es invisible,es espiritual e interior.

En el escrito de gran virulenciacontra el clero y el Papa Llamada a lanobleza cristiana de la nación ale­mana, denunció los tres muros de losromanistas que impedían la libertadde los cristianos, (') la superioridaddel estado religioso sobre el civil~eistlicher Stand-weltlicher Stand)mediante el cual el Papa pretendíadominar a todos. El poder en la Iglesiaes únicamente espiritual, una funciónde servicio y permanece mientras rea­liza el servicio; fuera de esta insercióndiaconal, permanece o vuelve a serlaico. "El carácter indeleble son pa'labras y leyes inventadas por loshombres."32 Así defiende Lutero la vi­gencia permanente del sacerdociouniversal de todos los laicos. El otromuro (2) era el derecho que el Papa searrogaba de interpretar sólo él las

Escrituras. Lutero que dominaba ma­ravillosamente los textos sagrados (sutraducción de la Biblia" genial en lacorrección y sencilla en el estilo, CO'nació 84 ediciones en su tiempo y253 después de su muerte) afirmó elacceso individual al texto, la ilumina­ción del Espíritu en su interpretación,rompiendo así el monopolio de la le­gitimidad de interpretación y abrien­do camino para el libre examen_ Porfin el tercer muro (3) era la pretensióndel Papa de poder convocar y reco­nocer únicamente él un concilio. Enbase a textos escriturísticos y testimo'nios de la tradición, Lutero reivindicóel derecho de los príncipes a convo­car un concilio y a forzar una reformaen la Iglesia, incluso "para ensenar alPapa que él es un hombre y no Dios alcual debe estar sometido."33

En la Cautividad babilónica dela Iglesia denunció las formas en queel cuerpo sacerdotal se había apode­rado de los sacramentos mediante loscuales mantenia sometidos a todoslos cristianos. "Todos ellos fueron re­ducidos a un mísero cautiverio por la­curia romana. La Iglesia fue privada detoda su libertad."34 Asumió y defen­dió tres sacramentos como tales, elbautismo, la penitencia y el pan; losdemás eran ritos eclesiásticos en fun­ción de la vida y de la organizaciónde la comunidad, que tenían legitimi­dad como construcciones religiosashumanas, pero no como expresión dela voluntad divina. Para Lutero elsacramento era también EVllngeliurn,es decir, la concreción de la palabrade la promesa. Sin el elemento sacra­mental la promesa se quedaba nudapromissio. Pero el sacramento Jamás. . .es puro signo, Sino un signo que con·tiene la promesa; por eso, según Lute­ro, no es el sacramento (signo) el que

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LUTERO ENTRE L.A REFORMA Y LA l.IBERACION 95

comunica salvación, sino la fe en elsacramento (que contiene la prome'sa)35

Con respecto a la misma, LuteroH"lvlndicó las dos especies al pueblo y1c1Ill~ntó que Su celebraCIón en latín lahiciera inaseq:.::ble. El ministro no re­novaba el sacrifICio de la cruz, sino(onmemoraba la promesa de perdónde los pecados, "promesa confirma,da por la muerte del HIJO de DIOS... Sies promesa, no llegamos a ella porninguna obra, por ningún esfuerzo nimérito, sino solamente por la fe (solafides), porque donde está la palabrade Dios que promete, ahí se hace ne­cesaria la fe que constituye el princi­pio de nuestra salvación."36 El cauti­verio que Roma impuso a este sacra­mento consistió en hacerlo un mediopara negociar con misas votivas, en­comendadas y sufragios, Lutero fueespecialmente duro contra el ordencomo sacramento (a pesar de queaceptó el rito eclesiástico para intro­ducir a los ministros en la comunidad),"El sacramento del Orden fue y conti­núa siendo una maquinación bellísimapara consolidar todas las monstruosi­dades que se han cometido hasta elpresente y que aún se cometen en laIglesia. Aquí desaparece la fraterni­dad cristian~, aquí los pastores setransforman en lobos, los siervos en ti,ranos, los eclesiásticos en más quemundanos". Los clérigos no sólo Creen que ellos son más que los laiCOScristianos, ungidos también por elEspíritu Santo, sino que llegan a consi­derar a éstos como perros mdignosde ser enumerados Juntamente conellos en la Iglesia."37

La libertad del hombre cristiano esuno de los más bellos escritos de latradición cristiana que Lutero, juntocon una carta, envió al Papa León X.

Todo se articuló en dos proposi·ciones: "El cristiano es un hombrelibre, señor de todas las cosas y a na­die sometido. El cristiano es un siervoobediente a todas las cosas y someti·do a todos." El libro es una apolosíade la liberación interior, el hombre defe se siente liberado de toda preocu­pación por su salvación, por la obser·vanCld de precep(os y otros ImperaLI"vos, porque sabe que la salvación esofrecida gratuitamente por DIOS. Enfunción de este don está con las ma­nos, los ojos y el corazón libres paratrabajar en favor de Sus hermanos porpuro amor a ellos38 La última propo­sición de su libro resume esta pers­pectiva, "El hombre cristiano no viveen sí mismo sino en Cristo y en su pró­jimo, en Cristo por la fe, en el prÓjimopor el amor", Esta es la verdadera yespiritual libertad cristiana, que liberael corazón de todos los pecados, le­yes y mandamientos, libertad que su­pera cualquier otra libertad, como elcielo supera a la tierra."

En el De servo arbitrio (de 1525contra el De libero arbitrio de Eras­mol muestra que la libertad humanano puede afirmarse frente a Dios; sufunción consiste en acoger la acciónsalvífica de Dios; por sí misma, la vo­luntad humana no puede, no llega aconseguir y mantener su relación conDios,39 ésta proviene de la libre ini­cialiva de la misericordia diVina. Peroen las cosas de la Vida, en el mundo,ahí se ejerce la determinación humanay una vez agraciada, puede libremen­te colaborar con Dios en la construc­ción de su Remo'o

Para concluir esta parte debemosreconocer que, a pesar de los tremen­dos excesos verbales, juicios par­ciales y a veces erróneos, Lutero signi­fica la presencia de la profecía autén-

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tica, llamando a conversión y reformaa toda la Iglesia. Ha sabido poner elevangelio y [a cruz como marcos dereferencia frontales para liberar a laIglesia de todo tipo de abusos del po·der sagrado y de manipuldción de lasdoctrinas al servicio del dominiummundi. No se puede negar un aura delibertad que permea los principalestextos de Lutero y que se ha transformado en fermento de liberación al In­

terior del corpus christianorum. Sa­bemos que Lutero jamás pretendiócrear una confesión cristiana paralela.Esto fue obra de los príncipes alema­nes a partir de la alianza de Torgau(1526, para hacer frente a una liga depríncipes católicos), sellada definitiva­mente en marzo de 1531 por la ligade 5malkalda. Cuando se firmó la pazde Augsburgo en 1555 ya encontra­mos la Alemania dividida entre lutera·nismo y catolicismo romano bajo elprincipio Cojus regio huius religio.

b) La apropiación del espírituprotestante por los nuevosseñores

La actuación de Lutero fue libera­dora dentro del campo religioso. Laincidencia en la política no siguió lamisma lógica. La Iglesia romano­católica perdió el monopolio religiosoy pasó a reubicarse dentro de uncampo religioso dividido; su Influen­cia social se hizo menor y tuvo queenfrentar la competencia, en lo confe­sional y también en lo político, de lospríncipes que se unieron al luteranis­mo (gran parte de las regiones nórdi­cas). Lutero mismo no estuvo en COn­diciones de controlar el movimientoque desencadenó. Ni siquiera tuvoconciencia de su incidencia socio­política; ni puede pedírsele porqueeso transciende los límites de la "con-

ciencia posible" de aquel entonces.Así lo expresaba claramente Lutero,"Mi evangelio no tiene nada que vercon las cosas de este mundo. Es unacosa muy distinta que atañe única­mente a las almas y no es de mi com­petencia dar solución y expedición alos negocios temporales; para esto es­tán los que tienen tal vocación, el em·perador, los príncipes y las autonda·des. Y la fuente de donde debenextraer su sabiduría, no es el Evange­lio, sino la razón. la costumbre y laequidad 41

La falta de una articulación cons­ciente se hizo patente al estallar laguerra de los campesinos capitanea­dos por el predicador Thomas Múnt­zer (1489-1525)42 La insurrección hayque insertarla dentro de un movimien­to mayor, muy anterior a la Reforma.La situación de los campesinos a prin·cipio del siglo XVI era bastantebuena.43 Lo que los movió fue lareivindicación de más derechos fun­damentales en el campo socio­político, como aparece en el docu­mento de los Ooce artículos. Por ellose unieron a su movimiento no sola­mente pequeños señores, sino aba­des, príncipes y obispos (Fulda, Bam­berg, 5peyer)44 Obligado a tomarposición, Lutero escribió en abril de1525 una Exhortación a la paz, A losseñores les dice claramente: "No sonlos campesinos los que se sublevancontra vosotros, sino Dios mismo," ya los rebeldes, "Quien usa la espadamorirá por la espada; aunque lospríncipes sean malvados e injustos,nada os autoriza a rebelaros contraellos." Lutero no fue, pues un revolu­cionario a nivel político.4S Fue fun·damentalmente respetuoso del podersecular, porque vio en él instanciasinstituidas por Dios que había que

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obedecer. Explicítamente, en 1521,en Wartburg, se pronunció contra larebelión y la sedición, "Yo me opon·go y quiero oponerme siempre a losque usan la violencia, por más justaque sea, porque la rebelión no se sa­tisface sino con la efusión de la sangreinocente."'6

Con razón, Jean Delumeauconcluye, "La rebelión de los campe­sinos puso en evidencia la incompe­tencia política del reformador. Espe­cialmente, le hizo perder la fe en elpueblo organizado en comunidades.Desde aquel momento tendió a pedira los príncipes la institución del cultoreformado. Al Lutero de la "libertadcristiana" sucedió el Lutero de "laIglesia del Estado" il-andeskirche)'7

Para comprender la incidencia delo religioso sobre lo socio-político hayque preguntarse por los aliados queel movimiento religioso genera. En elcaso de Lutero podemos decir conseguridad, que más que el pueblopobre, los campesinos y siervos de lagleba, fueron los príncipes, los huma­nistas, los artistas (Dürer, Granach yHolbein), los burgueses urbanos, susverdaderos aliados. El proyecto histó­rico incrustado en sus prácticas no vaen la línea de una liberación, sino en lade acumulación de riquezas y privile­gios. Max Weber ha mostrado la con­naturalidad existente entre el protes­tantismo y el capitalismo'B La viven­cia de la fe en moldes protestantes esfuncional para el establecimiento yex­pansión del modo de producción ca·pitalista. "En la medida en que elmundo occidental se rige por la lógicadel capitalismo, podemos concluirque el protestantismo se siente en es­te mundo como en su casa, mientrasque el catolicismo se encuentra comoexilado. La ideología protestante unifi-

ca la libertad del indiVIduo, la de·mocracia liberal y el progreso econó·mico como expresión del espírituprotestante. En resumen, el mundomoderno es fruto del protestantis­mo."~9

La asociación histórica del lutera­nismo con los prínCipes y la burguesíavictoriosa hizo que el protestantismohistórico Incorporara y así legitimaralos intereses y los ideales sociales deesta clase.

Paul Till,ch vio muy bien el gran re­to que le planteaba al protestantismomoderno el proletariado y su causaDice que "desde muchos puntos devista pareciera que el protestantismoy la situación obrera nada tienen quever la una con la otra... La situaciónproletaria, en la medida en que repre­senta el destino de las masas, esrefractaria a un protestantismo que,en su mensaje, confronta la personali­dad individual con la necesidad dehacer una decisión religiosa y entregadicha personalidad a sí misma en laesfera social y política, considerandoque las fuerzas que dominan la so­ciedad fueron ordenadas por D'os."50El famoso individualismo protestantese siente impotente y mudo frente aestructuras de injusticia. En la medidaen que no reflexiona evangélicamentesobre este desafío, corre el riesgo deencubnr los conflictos que agobIan alos pobres y, así, de no aportar unacolaboración a la tarea mesiánica deliberación de los condenados de latierra.

Volviendo a la cuestión que plan­teábamos con respecto al protestan­tismo latinoamericano, debemos de­cir que se confirman las sospechas se­gún las cuales no hay una articulacióna un nivel social, entre protestantismoy liberación de los pobres. Esta articu-

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lación debe ser construida a partir dealgunas intuiciones de Lutero y espe­cialmente de su espíritu francamenteliberador al interior de la Iglesia_

5_ El evangelio protestantecomo factor de liberaciónde los oprimidos

En primer lugar, hay que captarcon claridad que la situación actual esprofundamente distinta a la del tiem­po de Lutero_ En su tiempo, la Iglesiajugaba el papel central en la repro­ducción del sistema social, de tal for­ma que los cambios introducidos porLutero en el campo religioso pudieronrepercutir inmediatamente sobre losocial. Hoy la religión juega un papelsubsidiario. En nuestras sociedadescapitalistas, a pesar de ser periféncasy elitistas, la actividad económicaconstituye la actividad central y orga­niza hegemónicamente todas las de­más, produciendo una inmensa margi­nación del pueblo empobrecido. Estosignifica que la posible liberación noocurre sólo con transformaciones alinterior del campo religioso sin unaexplícita articulación con los demáscampos, más determinantes y domi­nantes en nuestra coyuntura. A partirde lo sociopolitico y en permanenteconexión con él, el factor religiosopuede mostrarse liberador

Para terminar queremos senalar al·gunos puntos del evangelismo protes­tante rico en contenido liberador.

a) El principio protestante

Paul Tlllich ha acuñado esta expre­sión,51 con ella quería expresar la in·tUICión fontal de Lutero. Ei se sublevó,en nombre del evangelio, contra laprepotencia del poder sagrado,

contra lo condicionado que usurpó lacondición de lo incondicionado,contra lo histórico que se presentabacomo divino. El espíritu protestantedesenmascara los ídolos religiosos ypolíticos y rechaza simplemente legiti­mar el status quo_ Todo tiene queentrar en un proceso de conversión ycambiO, es decir, liberarse de todo ti­po de opresiones para ensanchar elespacio de la libertad para Dios y pa­ra la acción libre del ser humano_ Elprincipio protestante ayudará a lospropios protestantes a liberarse de surigorismo burgués para apoyarse enel radicalismo evangélico, como lo hi­zo Lutero_

b) Recuperación del poten­cial liberador del evangelio

El significado más grande de Lute­ro fue su profunda vinculación bíblicay evangélica. En un tiempo en que elevangelio estaba cautivo de las élitesilustradas y clericales, Lutero lo resca­tó como viva vox y lo puso en las ma­nos del pueblo_ En América Latina el,evangelio leído y meditado en cente­nares de círculos bíblicos y millaresde comunidades cristianas de base esla gran fuente de contestación proféti­ca contra el sistema de explotación yde compromiso liberador_ El poten­cial liberador de las Escrituras emergecuando estas son leídas a la luz de losinterrogantes que vienen de la con­flictividad social y del grito del opri­mido Este intercambio entre Palabrade Dios y palabra de la vida em­pobrecida y humillada recupera la ac­tualidad permanente de la revelacióny de la acción salvadora de Dios ins-,

taurando su Reino contra las artimañasdel anti-Reino.

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c) La fe que se robustece porlas obras de liberación

Lutero nos ayuda a todos a enten·der que la liberación arranca del donde DIos. qUien. antes de cualquier ac·clón histórica de parte de losIlombres, toma la inlCld(lva. Esta con·CienCia no eXime a las personas de Su(CllnpromlSO de lucha. Al revés, 1('15

mueve con mayor libertad a lanzarsea produCIr buenas obras, que sonbuenas en la medida en que liberan alpróJimo. En este sentido, Lutero poneen contraste la fides abstracta velabsoluta (fuera de las obras buenas)con la fides concreta, compositaseu incarnata (activa en las obrasbuenas)S2 En función de esto, Luteropuede hablar de Cristoaetuosissimusen sus miembros, quienes han asimila­do las actitudes de Jesucrislo y así vi­ven una vida convertida y liberada.53

En una expresión concreta, recalcaque la fe se robustece por medio delas obras hechas a partir del don y de­la misericordiaS' Estas obras hoy endía no pueden reducirse al ambito dela subjetividad, sino incidir sobre lasestructuras de la sociedad. Para garan­tizar eficacia a la acción que nace dela fe debe preceder un analisis de losmecanismos productores de opre·sión y se deben definir los pasosconcretos Que promueven la libera·ciÓn. En esto, tanto católicos comoprotestantes, debemos aprender yhacernos dlscipulos de una practicateológICa distinta que sepa, sin servi·lismo ni paralelismo, articular el dis­curso de la fe evangélica con el diS­

curso sOCIal. Desde dentro de esta co­nexión surge la potencia liberadorade la fe cristiana.

Finalmente, hacemos nuestras laspalabras de la Comisión Mixta

Católica-Luterana Internacional (mayode 1983) "Consideramos conjunta­mente a Lutelo como lesligo del Evangelio, maestro de la fe y voz que llamaa la renovacón espiritual. "55 Paranosotros en América Latina el evan­

gelio necesita ser VIVido de forma h·beradora; la fe, como productora deun compromiso con los más necesita·dos desde la experienckl de la misen·cordia primera de Dios, y la renova'Clón espIritual, como una mística queune fe y política y construye la comu­nidad desde abaJO, desde los más hu·mildes para que sea verdaderamentela comunidad mesianlca que prolongala misión redentora y liberadora delMesías lleno del Espíritu, Jesucristo.

NOTAS

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16. CItado por C. Alvilrez, "Oel prCleSIClnrlS'mo Iiberil[ al proteStllnllSIl;O liber .K[Qf Prl

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cas del prolesti'lnllSmo latinoamericano."en De la Iglesia a la sociedad, TIf'lr,1

Nueva (Uruguay). 1971.2121 Para loda esta cueSlrón vease [a obra tun­

dam~"tfll de O Maduro, Religiao e lutade classes, Petrópolrs. 1981; O, lamblenM Godelier, ··foAa(')lisme. anthoropologie: etrehgron.·· en Epistemologie et manc.isme,Pans, 1952. 209·265; H. Portelh, Gramsci yla cuestión religiosa, [l.arce[ofla. lC,77.58,64

22 Etudes sur la Reforme Francaise, Pl'Irie;1909.83

'23 Obl<l cldSICd s.gue Sl~nd(; lodaYld i¿¡ eje Jlotr;:. ··Wle es zur SDallung kam Ven deUrSdChen del Reforrnalloll.·- en Die Refor­mation als religióses Anliegen heute,Trler, 1948. 'S-lOS, Die Reformation undDeutschland, vol. l. [lll)ul'~O, 1949_ 3 20,H. Lowe, c..J. Roepke (Hg). luther unddie: Folgen, Múnchen. 1983.

24. Vorlesungen über die Geschichte derPhilosophie 111 (Suhrkamp. Werke 20),frankfun. 1971. 49, 5051.

95. C. O. Maduro, "A relrg'ao no reglme semi­feudal da Colónla," en Religiao e luta de:classes, op. cit., A7 1'}()

26. Cf. J. Oelumeau.la reforma, op. cit., 32.27 Ct. O.H. Pt'sch. Theologie der Rechtterti·

gung bei Martin Luther und Thomasvon AQuin. Versuch einessystemati sch-theologi schen Dialogs,Malnz, 1967; Id. Hinführung zu Luther,op. cit.. 264-271.

'lB Para una ew.poslClón de este concepto def(' 1).11" lUII':IO_ Y,\l'",' G Ebr-hnq. Lutero,un volto nuovo, Brescia, 1970, 145·1S.

29_ WA IV3,28 ss; 56.3,13s, 4,11; 172,8;268,4S5,

JO. O. Mestre Eckhart: a mfstica de ser e denao ser (org. l. Boff), PetrópoJis. 1983.104·10S;111·114

31. Citado por J. Oe[umeau.La Reforma, op.cit., 35.

32 Segun la ediCión de WllIlclm GO[dnl,lnflVe:rlag. Munchen, 1967. 38.

33 Id, Ibd.76.34 Utd1Zi)1l10S la Iradu("(IOII oldsllena de Ea.·

lord SlnodClI. Sao lecpoldo. lQB2. 1435. WA VI,572,1 1.550,9,25.16 Do cativeiro babilónico da Igreja, ....=lO

leo(X)!do 1982_ 36·3737 Id" 126·12738 Para tOd(l esta cuestIón· W, Maurer. Van

der fre:iheit eines Christenmenschen,Zwei Untersuchungen zu Luthers Retor­mationsschriften 1520, 1521, Gouigen,1949.

39 Para Lutero. 18 comprenSión defendIda

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LUTERO ENTRE LA REFORMA Y LA L1BERACION 101

por Erasmo de Rotterdam ac.erca del librealbedrío llevaba a una el(ceSlva autonomíafrente a DIos Asi definia Erasmo el libe·rum erbitrium: "la fuerza de la voluntadhumane medilmte la cual se puede dirigira aquellas COSllS que conducen a la salva·clón o se alejan de ella, Diatriba seucallatio de libero arbitrio, lb. 10,7-10

40. Para esto WA XVIIl, 695.29; 754,1·17; M.5eils. Der Gedanke vom Zusemmenwir·ken Gottes und des Menschen 10luthe:rs Theologie, Gulersloh. lQW

41 WA XVIII. 32142. C.F _ M.M. Smlnn. Die Volksreformation

des lhomes Münt7.er und der grosseBauernkrieg, B€'rlin, 19S6. P AlthilUS,Luthers Haltung im Bauernkrieg, Basel 1,1953.

43. J. Lartz, Die Reformatlon in OeutschlandI,op. cit.. 322.

44. Id., 324.45. G. (asalís, Luther ell Eglise: Confessanle,

Paris, 1983, 82.46. Citado por G. Casalis, op. cit., 82. Lutero

era amigo de jefes de la represión campe·Slna como Felipe de Hessen y les diJO:"Hay que estrangularlos. Hay que matar alperro enloquecido que se lanza contra ti:51 no, el te matará:" de su escnto COnlralas cuadrillas ladronas y asesinas de loscampesinos. Esta pos~ción de Lutero ja·más 5erl!i olvidada por los oprimidos queno tienen claridad en la articulación de lareligión en una sociedad de clases, reli·gión que puede ser cooptada en funciónde los intereses del grupo hegemónico.En su Comentario al Magnificet LuterO rp.·

'vela una interpretación espiritualisla al re·ferirse a ros ricos y pOderosos y a lospobres y humillados Asi. dice ''loshambrientos no son los que pOCo o nadatienen para comer, sino aquellos que, va·

luntanamente, aceptan j)IIV(l(lonec,. pr:ncipalmente si a esto son mOVidos norotros, por dmor d Dios O d la verd.=¡d .. Yda eSlas rd10nl":5 par,) no com.ldefi11 1,1" (j,

ferenoae, n("o pobre "DIOS no ;U1Q.} .1 T0<'

hombres por sus aparienCias Poc(¡ le 1m,

porta Que sean neos o pObrp.s. que 0C'J'

pen POSI(IO'1es de r~ll?v,lnc~a ') ;nw .('.~

gan una slruooón socldl de menor proyec·CIÓn. Lo que El mira es el espíntu que lu~

anima En la SOCiedad siempre el(ls'lI,ir'prlVll('glado:; y ..:h::..hel(~dJdo,;; U¡~ ])fiT"Il:'

rQS 110 ut'ocn <lr;wq<lrsp ,.¡ I... S v(nl'll,b (1'que disfrutan y los segunnoc, d('b~n mIl'"~

rpn~rse' serenos.-· M lllr¡>rQ . O Magnir¡.cat, PetrópOlis, 1968,91,92; cf también,en 82'87, el comentarla .esplntu"IhZ('Int('del texto "defflba del trono a los pedersos y exalta a los humIldes."

47. La Rdorma, op. cit., 4~

48. La ética protestante y el espíritu del ca·pitalismo, 8arcelona, 1969.

49. R. Alves, Protestantismo e repressao,op. cit., 42, refiriéndose a la autoconcu::~n'

cla de los protestan(es.50. P. Tllllch, The Protestan Era, Ctllcago,

1962,161.51. Id., 163.52. Rapsodia de: loco justificationis (1530):

WA J9<X,2,659,13·21; P.Manns, "Fides abosolurafides ¡ncarnata. Zur Rechtlertlgung·slehre Luthers im Grossen Galater·Komentar," en Reformata Reformanda(Fes!. H. Jedln, 1). Münster, 1965. 26S·319.

53. WA 1, 364,23,28; O. J_ WickS, "11 cuorenena 'eol~ía dlllltero. en. Ressegna direolo9i., 2' (1983) 110·125, 219·237. "Fe·de e glustlficaz10ne in Lurero "

5' WA XXX,2.65Q55. Mirtlnho Lllll":ro !l'",::>lernunhl'l tip l"<'Il<'

··(nslO. ¡>IIREB, OI(lf."rT,lltl' IVUi

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