Música y Liturgia.pdf

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    MSICA Y LITURGIACantar, cantar con orden y bien

    y cantar todos

    Jos Luis Domnguez Gmez

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    MSICA Y LITURGIA

    Cantar, cantar con orden y bieny cantar todos

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    Jos Luis Domnguez Gmez, 2014

    [Textos publicados en el blog Msica y liturgia entre 2013 y 2014

    hp://musicaliturgia.wordpress.com]

    Diseo y maquetacin: Jos Luis Domnguez

    Para uso privado

    Vivir la Liturgia y sobre todo cantar,

    cantar, cantar con orden y bien y cantar todos. san Juan XXIII

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    CONTENIDO

    PRESENTACIN ............................................................................................................................... 7

    1. ASPECTOS GENERALES1. De liturgia con cantos a una liturgia cantada ......................................................................... 112. La oracin del alfabeto. Una experiencia abierta a todos ..................................................... 123. Un canto nuevo para el Seor ............................................................................................... 13

    2. LITURGIA Y PASTORAL1. Equipo de Pastoral Litrgica .................................................................................................. 172. El ministerio del canto y de la msica. El coro y el animador del canto litrgico .................. 223. El ministerio del canto y de la msica. Instrumentos e instrumenstas ................................ 244. El ministerio del salmista ....................................................................................................... 26

    3. LITURGIA Y COMUNICACIN1. La esencia de la liturgia ......................................................................................................... 332. Los signos y los gestos ........................................................................................................... 353. Los signos de reverencia. Las posturas .................................................................................. 374. El silencio en la liturgia .......................................................................................................... 395. El canto en la liturgia ............................................................................................................. 416. La msica en la liturgia .......................................................................................................... 437. Msica religiosa, msica sagrada y msica litrgica .............................................................. 45

    4. EVOLUCIN DEL CANTO RELIGIOSO1. El canto gregoriano. Origen e historia ................................................................................... 492. El canto gregoriano. Caracterscas y espiritualidad ............................................................. 523. Del canto gregoriano a la polifona ........................................................................................ 55

    5. AO LITRGICO1. Adviento, msica y liturgia .................................................................................................... 612. Navidad, msica y liturgia ...................................................................................................... 65

    3. Santa Mara, Madre de Dios [1 de enero] ............................................................................. 714. La Epifana del Seor [6 de enero] ......................................................................................... 755. Cuaresma, msica y liturgia ................................................................................................... 796. Semana Santa, msica y liturgia ............................................................................................ 857. Pascua, msica y liturgia ........................................................................................................ 89

    6. EUCARISTA Y MSICA LITRGICA1. La esencia de la Eucarisa ..................................................................................................... 952. Estructura de la Celebracin eucarsca ................................................................................ 983. Las partes cantadas de la Celebracin eucarsca ................................................................. 1024. Ritos iniciales: Canto de entrada ........................................................................................... 106

    5. Ritos iniciales: Seor, ten piedad (Kyrie, eleison) .................................................................. 1096. Ritos iniciales: Gloria ............................................................................................................. 1127. Liturgia de la Palabra: Salmo responsorial ............................................................................. 115

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    8. Liturgia de la Palabra: Aclamaciones ..................................................................................... 1189. Liturgia de la Palabra: Profesin de fe ................................................................................... 12010. Liturgia eucarsca: Canto del Ofertorio ................................................................................ 12311. Liturgia eucarsca: Santo ..................................................................................................... 12612. Liturgia eucarsca: Aclamaciones ........................................................................................ 12813. Liturgia eucarsca: Padrenuestro ......................................................................................... 13014. Liturgia eucarsca: Preparacin a la comunin .................................................................... 13315. Liturgia eucarsca: Comunin y Accin de gracias ............................................................... 13516. Rito de conclusin: Canto de despedida ............................................................................... 13817. El canto de los ministros en dilogo con la asamblea ........................................................... 140

    BIBLIOGRAFA CONSULTADA .......................................................................................................... 145

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    A Elena, amante de la msica y la liturgia

    y a cuantos nos han animado y permitido participar

    de este Ministerio entraable

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    PRESENTACIN

    Elena Calavia y yo nos conocimos organizando cursos de animacin sobre Msica re-

    ligiosa y litrgica. Ella haba organizado numerosos coros y grabado, como intrpretey directora de coro, numerosos CDs de msica religiosa y litrgica. Yo me encarga-ba de organizar los cursos y promocionar los CDs. El desno quiso que esa comnvocacin nos uniera y fortaleciera nuestro deseo de colaborar en esta apasionantetarea de cuya vocacin ministerial nunca hemos tenido dudas. Despus de ms deveinte aos bregando en estas aguas en disntas parroquias de Madrid vimos que laprincipal dicultad que enen las comunidades parroquiales para hacer de esto un

    verdadero servicio es la falta de formacin y, desgraciadamente en muchos responsa-bles parroquiales, la falta de inters por incorporar la msica y el canto litrgico a losequipos de liturgia.

    Como a san Pablo, en algunas parroquias nos dijeron de eso hablaremos otro da y

    nos invitaron a aceptar que esto es lo que hay. Pero no es as, la Iglesia desde siempreha valorado y sigue valorando enormemente el Canto y la Msica en la liturgia como lo

    demuestran los numerosos documentos que sobre ello se han promulgado, especial-

    mente en el Concilio Vacano II, en el que se realiz una profunda renovacin litrgicaque todava hoy, cincuenta aos despus, estamos tratando de poner en marcha. JuanPablo II y Benedicto XVI han tratado en numerosas ocasiones este tema y recientemen-te, la Congregacin para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y el Poncio

    Consejo de la Cultura han promovido, con una perspecva pastoral, un estudio sobreel estado de la msica sacra en todos sus aspectos (liturgia, formacin, acvidadespastorales, conciertos) con el objevo de reexionar sobre el desarrollo en el campode la msica y el deseo de ofrecer una contribucin al ministerio de los msicos parala gloria de Dios y la sancacin de los eles. Para ello, han realizado una Encuestapara las Conferencias Episcopales, los Instutos Religiosos Mayores y las Facultades deTeologa que deban responder antes del 30 de abril de 2014 de cuyas conclusiones es-

    peramos salga un renovado compromiso por hacer de la msica y el canto en la liturgia

    algo ms que un adorno, en el mejor de los casos, cuando no un estorbo innecesario.Debemos aprovechar la inmensa riqueza que tenemos en el patrimonio y tradicin

    eclesiales y poner todos los medios a nuestro alcance para favorecer lo que el Concilio

    denomin la parcipacin acva de los eles en la celebracin litrgica. No hacerloes empobrecernos y dejarnos llevar por una runa cada vez ms insignicante para unmundo tan lleno de signos y esmulos. Favorecer una fuerte emocin litrgica es unaobligacin de los responsables eclesiales en el ejercicio de su ministerio.

    Conscientes de ello, el 27 de abril de 2013 pusimos en marcha un blog sobre Msica y

    liturgia que sirviera de formacin tanto para los coros en los que estbamos trabajandocomo para otras comunidades crisanas esparcidas por el mundo. Se trataba de unblog orientado a la formacin ms que a la actualidad por lo que de forma sistemcahemos ido desgranando las disntas partes en las que creemos se podra abordar eltema: Liturgia y pastoral, Liturgia y comunicacin, Evolucin del canto religioso, el Aolitrgico y la Msica litrgica en la celebracin eucarsca. Han quedado pendientes

    otros temas tambin de inters, como la Msica en la liturgia de otros sacramentos(bausmo, bodas, exequias...) o la Msica en la Liturgia de las horas. No son menos

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    importantes pero requieren menos atencin en el contexto ordinario de nuestras cele-braciones. Aun as, quiz en algn momento lo completemos.

    Los arculos se han ido preparando buscando siempre dos cosas: la claridad en la ex-posicin y la brevedad en la extensin ya que se trata de entradas en un blog en dondepor encima de las 1.500 palabras resulta dicil de leer. Semana tras semana, cada sba-

    do fuimos publicando las entradas que ahora recogemos en este libro con la intencinde que se disponga de un material complementario y ordenado de lo all publicado. Enel blog aparecieron tambin otras entradas complementarias con el tema que hacan

    ms gil la dinmica del blog: cine, literatura, msica, entrevistas... Todo eso se ha su-primido en esta recopilacin cuya nalidad es otra.

    Por lmo, cmo no, sabernos agradecidos a todos los que nos han prestado su saber

    y han inspirado estas reexiones. Los arculos son la sntesis de numerosas lecturas de

    cuyas referencias bibliogrcas damos cuenta al nal del libro. A todos ellos, gracias.

    27 de abril de 2014, Tiempo de Pascua

    Jos Luis Domnguez

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    ASPECTOS GENERALES

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    A S P E C T O S G E N E R A L E S

    DE LITURGIA CON CANTOS

    A UNA LITURGIA CANTADA

    Bienvenida

    Inauguramos este blog con esta premisa que sirve de presentacin de la intencin de lo que

    aqu iremos publicando: La Iglesia ha manifestado en repedas ocasiones su preferenciapor la celebracin con cantos porque nuestro Dios merece una alabanza armoniosa (Sal.

    146). Desde el Concilio Vaticano II reconocemos que la liturgia es una accin de toda la Iglesia, por loque tambin la msica debe ser cosa de todos y no un privilegio del coro o de unos cuantos. No nece-sitamos una liturgia con cantos, sino una liturgia cantada en la que todo el pueblo de Dios aclame a su

    Seor con alegra. Pero esto exige catequesis y sensibilidad litrgica para poder decir con el salmista:Dichoso el pueblo que sabe aclamarte (Sal. 89).

    Celebrar es una palabra que pide cantar porque es una manifestacin visible y audible de realidadesinvisibles. El canto celebra y la celebracin canta. Por eso, armamos que desde la belleza de lo sagradoel espritu se eleva ms fcilmente a lo invisible.

    Espero que las reexiones que aqu iremos verendo sirvan a esta funcin de formacin del pueblo deDios para que uniendo sus voces sean siempre una sola alma que eleva su corazn al Seor.

    Publicado el 27 de abril de 2013.

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    LA ORACIN DEL ALFABETO

    Comenzamos nuestra reexin sobre el canto en la liturgia desmicando aquello de que paracantar hay que ser msico, tener buen odo o tener buena voz. Nada ms lejos de la realidaden el contexto de la liturgia crisana. No se buscan buenas voces, ni cantantes o msicos

    profesionales, se buscan asambleas que oren a Dios con himnos y cncos inspirados Con frecuen -cia nuestras comunidades se excusan diciendo yo no s cantar, no tengo buena voz. Sin embargo,en realidad lo que estn diciendo es: no me molestes, djame asisr como espectador pasivo a laliturgia. Pues bien, esa no es la asamblea que se rene para orar con una sola voz al Se or, sino laasamblea que se rene para contemplar la representacin de los sagrados misterios como si fueran

    espectadores ante una obra de teatro o cinematogrca.

    Para que desmiquemos para siempre esta idea os propongo este pequeo y breve cuento de la sectade los Jassidim tomado de los Cuentos de humor, ingenio y sabidura, de Armando Jos Sequera:

    Regresaba un campesino a la casa con su carreta cuando, de repente, se le sali una rueda. Comolleg la hora de hacer sus oraciones y an no haba superado el problema, el campesino abandon lareparacin de la rueda y se dispuso a rezar. Para su sorpresa, descubri que haba dejado olvidado ensu casa el libro de oraciones y, como tena muy mala memoria, decidi rezar del siguiente modo:

    - Seor, como no traje el libro de oraciones, voy a recitar varias veces el alfabeto y t formas conmis letras las palabras que ms te gusten, de modo que te digas a ti mismo las cosas que quieras, cosasque yo sera incapaz de decirte pues soy un hombre torpe y necio.

    Cuando el campesino concluy, el Seor dijo a uno de los ngeles que lo acompaaban:

    - De todas las oraciones que he escuchado hoy, esta ha sido sin duda la mejor pues ha brotado deun corazn sencillo y sincero.

    Publicado el 27 de abril de 2013.

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    A S P E C T O S G E N E R A L E S

    UN CANTO NUEVO PARA EL SEOR

    La reforma litrgica que impuls el Concilio Vacano II supuso un cambio importansimoen la praxis reinante hasta entonces de la parcipacin de los laicos en la Iglesia. La Iglesiaoraba a Dios mediante sus ministros en nombre del pueblo, de espaldas a l, que asisa sin

    comprender a los ritos litrgicos. El Concilio devolvi al Pueblo de Dios (laiks) el protagonismo comoactor de la vida de la Iglesia (no olvidemos que el verdadero protagonismo lo ene nicamente Cristo,cabeza del Cuerpo que es la Iglesia). Esto supuso armar categricamente que todos los bauzados,por el simple hecho de ser bauzados, somos responsables de la tarea evangelizadora que Cristo en-comend a sus discpulos en Pentecosts. La imagen paulina del Cuerpo msco reeja muy bien esta

    dimensin global de las tareas en el seno de la Iglesia: cada miembro ene una funcin encomendadasin la cual el Cuerpo no est completo.

    Pues bien, tambin el canto pas de ser privilegio de unos pocos a ser la expresin del Pueblo orante de

    Dios. Antes del Concilio, la mayor parte del repertorio de cantos que se ulizaban en las celebracioneseucarscas se entonaba en lan principalmente por la Scholae Cantorumexcluyendo con frecuencia laparcipacin del Pueblo. Hemos de aclarar que el Concilio nunca prohibi la parcipacin de las ScholaeCantorum,sino ms bien, maz su importancia y ministerio e impuls el uso de la lengua verncula,de tal manera que efecvamente el Pueblo parcipara con el canto y fuera parte integrante de la cele-bracin.

    Enseguida aparecieron numerosos cantos compuestos en lengua verncula que impulsaron la parci-

    pacin del Pueblo en las celebraciones, pero tambin se comeeron muchos errores que desvirtuaron(todava hoy) el verdadero sendo de la celebracin litrgica y del canto litrgico. En algunos momen-tos convermos nuestras iglesias en salas de concierto en donde en aras de la modernidad todo valacon tal de que hiciera alusin a lo religioso o que fuera nmo (confundiendo lo espiritual con nmo)o, simplemente, bonito. Se pueden citar muchos ejemplos de esto aunque como botn de muestrapodramos recordar el uso abusivo que se hizo de la cancin de Simon & Garfunkel El sonido delsilencio o de canciones procedentes de obras musicales como Jesucristo superstar; o los cambios

    que se introducan en el signicado de los textos litrgicos al sustuir partes litrgicas de la eucarisapor otros cantos aparentemente similares (el Kyrie de la Misa campesina nicaragense, por ejemplo,pide no tanto que nos idenquemos con Dios, sino que l se idenque con nosotros: Cristo, Cristo

    Jess, identifcate con nosotros. Seor, Seor, mi Dios, identifcate con nosotros. Cristo, Cristo Jess,solidarzate, no con la clase opresora que exprime y devora la comunidad, sino con el oprimido, con el

    pueblo mo sediento de paz.).

    Cuando el Concilio nos exhorta a parcipar de la vida de la Iglesia tambin nos est pidiendo respon-sabilidad y delidad a lo que la tradicin llama el sensus Ecclesiae. Pablo VI deca que sin el sensusEcclesiae, el canto, en lugar de ayudar a fundir los espritus en la caridad, puede ser origen de malestar,de disipacin, de deterioro de lo sagrado, cuando no de divisin en la misma comunidad de los eles.(discurso que el papa Pablo VI dirigi a las religiosas parcipantes en el Congreso Litrgico-musicalcelebrado en Roma en abril de 1971). Una vez le preguntaron al famoso compositor y director de or-questa espaol Cristbal Haler que por qu no le gustaban los cantos litrgicos, a lo que respondi:Porque la Iglesia, consciente o inconscientemente, ha jugado un papel muy importante en la valora-cin de la vulgaridad. El converr la iglesia en una discoteca es algo muy serio. O se va a una discoteca

    o se va a una iglesia, pero hay que deslindar los campos..

    Publicado el 1 de mayo de 2013.

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    Para que esto no suceda, y porque las cosas no vienen solas de lo alto, es necesario que dibujemos

    correctamente las funciones que cada ministerio ene en el mbito de nuestras celebraciones y quenos ayudemos mutuamente a formarnos de manera que juntos podamos entonar Un canto nuevo parael Seor(a quien le encomendamos como el campesino que haba olvidado su libro de oraciones querecomponga nuestro alfabeto musical). No hay pastoral litrgica si no se ene en cuenta el canto. Y nohay canto litrgico si no se forma a la asamblea, al Pueblo de Dios, para que con su canto funda los esp-ritus en caridad. El coro y el animador del canto litrgico se convierten as en ministros evangelizadoresy no en adornos de nuestras celebraciones.

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    LITURGIA Y PASTORAL

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    EQUIPO DE PASTORAL LITRGICA

    La Pastoral litrgica

    Los diversos modos de comprender la relacin entre liturgia y pastoral han evolucionado a lo

    largo de los lmos aos pasando de la certeza de que la liturgia es pastoral a la constata-cin de que la liturgia debe ser objeto de una atencin pastoral, hasta las lmas perspec-

    vas que consideran a la liturgia como un aspecto ms de la globalidad de la praxis eclesial. Sin embar-go, el Concilio Vacano II en esto no fue en absoluto ambiguo. Se propuso favorecer la parcipacinacva del pueblo en la vida de la Iglesia y para ello puso en marcha una de las iniciavas ms ricas ynovedosas del Concilio: la reforma litrgica (Sacrosanctum Concilium).

    Su puesta en prcca ha sido y est siendo compleja por muchas razones: circunstancias de carctercultural, de resistencia a la tradicin, de acomodacin y cansancio de los disntos responsables ecle-siscos, etc. Aunque son numerosos los documentos y textos posconciliares que se hacen eco de estainiciava de reformar la liturgia para acercar el rito al pueblo y no al revs, 50 aos despus el balancees todava pobre: se han reformado los misales y libros litrgicos, se ha dado la vuelta al sacerdote queahora mira al pueblo, se habla en lengua verncula, se cantan cantos litrgicos en nuestras propiaslenguas (en detrimento del lan y del gregoriano que han sido literalmente arrinconados en el olvido)pero an no hemos conseguido una verdadera parcipacin acva del pueblo en las celebraciones.

    Veincinco aos antes del Concilio, en 1940, Romano Guardini escriba al obispo de Maguncia en es -

    tos trminos: Quien juzgue de un modo imparcial, se habr dado claramente cuenta de que en estoslmos aos en materia de pastoral ha terminado una poca... Si son exactos los pronscos que se

    pueden hacer, la accin pastoral se limitar en el futuro, de un modo hasta ahora desconocido, al cam-po religioso propiamente dicho. Es, por tanto, urgente devolverle toda su pureza y su fuerza... El altarha sido siempre el centro de la vida de la iglesia; quiz muy pronto no ser slo el centro, sino su vidaentera. Es, pues, muy importante que lo que sucede en el altar, y desde all llega a la vida del individuoy de la familia, retome su sendo ms pleno y sus formas ms puras... Es necesario que la prcca dela liturgia se realice en funcin de las parroquias como stas son en realidad....

    Este fue el germen del movimiento litrgico que impuls la reforma del Vacano II y que tan disntosresultados ha tenido. En este primer movimiento se evidenciaba el carcter pastoral de la liturgia: laaccin de la Iglesia ene su punto de parda en la vida litrgica tanto para la vida de las comunidadesparroquiales como para la misin en su conjunto de la Iglesia. Sin embargo, pronto se vio que para con-seguir esto era necesario en primer lugar atender pastoralmente a la propia accin litrgica puesto que

    la realidad distaba mucho de ser tal ya que el pueblo careca de conocimientos litrgicos sucientespara celebrar de forma acva su fe (el evangelizador primero ha de ser evangelizado). El propio movi-miento litrgico constat la necesidad de atender pastoralmente a la liturgia para conseguir el objevolmo de converr la propia liturgia en el centro de la pastoral de la Iglesia. Surgi as todo un movi -miento catequco y de formacin empeado en hacer comprender al pueblo la riqueza de nuestrascelebraciones y los ritos que las acompaan. Fruto de eso fueron los numerosos Directorios de Pastoralque emanaron de las disntas dicesis y Conferencias episcopales.

    El objevo de esta accin catequca en torno a la liturgia no es otro que converr a la asamblea

    en actor de la liturgia y no en mero espectador como vena siendo hasta entonces. Se pas de consi -

    Publicado el 26 de octubre de 2013.

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    derar la liturgia como un conjunto de ritos a ser el medio privilegiado por el que la asamblea crisanareunida en torno al altar celebra su fe en Cristo resucitado. A la liturgia no le interesa ya slo el cum -plimiento de los ritos sino que los sujetos del rito, la asamblea, puedan celebrar y comprender la feque profesan.

    La liturgia exige un Plan de Pastoral LitrgicaCon la vista puesta en la reforma de la liturgia que se ha propuesto a lo largo de la segunda mitaddel siglo XX, la Iglesia, y en parcular las comunidades parroquiales, debe impulsar nuevamente esteespritu y tomar en serio el carcter pastoral de la liturgia y su centralidad para la vida de fe de suscomunidades. Por ello es necesario realizar un Plan pastoral que reexione y organice la vida de fe delas comunidades. Es necesario huir del sacramentalismo en que con frecuencia vivimos nuestra fe paraconverr nuestras asambleas en verdaderas semillas del Reino, evangelizadoras desde la fe indivi -dual y comunitaria, desde la vivencia litrgica de la experiencia ms nma del encuentro con Cristoresucitado que se nos da en persona mediante los sacramentos y la Palabra.

    El Plan de Pastoral Litrgica exige un Equipo de Pastoral Litrgica

    Plantear programcamente una celebracin para una asamblea concreta y dirigirla de modo que re-sulte signicava para quien parcipe en ella exige un profundo respeto por la naturaleza simblicade toda accin litrgica. Aqu est el lmite infranqueable de la adaptacin de la celebracin a la asam-blea, ya que es sta la que debe ser llevada a percibir y asimilar los mensajes propuestos por los signos

    litrgicos, que en su estructura ritual y en sus contenidos son un dato no manipulable. La mediacinpastoral del presidente y de los ministros debe favorecer la comunicacin simblica que ene lugaren el momento de celebrar y que une directamente a cada el con las realidades signicadas. A estose llega teniendo en cuenta las caracterscas propias de la comunicacin simblica, as como de esossmbolos parculares que son las acciones litrgicas.

    Aunque esto es responsabilidad en primer lugar del presidente de la comunidad, el prroco y el equipode sacerdotes que componen la comunidad, pronto se vio la conveniencia de organizar grupos y equi-

    pos para la animacin litrgico-pastoral. La Ordenacin General del Misal romano, aunque no hablaexplcitamente del Equipo de Pastoral Litrgica, nos da unas pistas sobre el comedo y tareas del mis-mo al armar: La efecva preparacin de cada celebracin litrgica hgase con nimo concorde entretodos aquellos a quienes atae, tanto en lo que toca al rito como al aspecto pastoral y musical, bajo ladireccin del rector de la iglesia, odo tambin el parecer de los eles en lo que a ellos directamente lesatae. (OGMR 73).

    Teniendo en cuenta estos principios orientadores, podemos armar que

    El Equipo de Pastoral Litrgica estar formado por todos aquellos que asumen disntas respon-sabilidades en las celebraciones de la comunidad siendo presididos por el primer Animador de la

    comunidad, el prroco.

    Se reunir peridicamente para preparar coordinadamente las celebraciones de la comunidad yanimar, con sendo ministerial, a la asamblea reunida en el nombre del Seor para que parcipeacvamente de la accin litrgica.

    Estar presente en el Consejo Pastoral para garanzar no slo la buena marcha de las accioneslitrgicas desde el punto de vista de la parcipacin de los eles sino desde la perspecva de todala pastoral litrgico-sacramental de la comunidad.

    Personas que forman parte del Equipo de Pastoral Litrgica

    1. En primer lugar, es deseable y necesario que sea un ministro ordenado quien se haga cargo delEquipo y se responsabilice de su marcha, organizacin y orientacin. Si hay disntos sacerdotes

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    encargados de diversas celebraciones (por ejemplo, misas con nios), sera igualmente deseable ynecesario que formaran parte de este Grupo.

    2. Adems de los ministros ordenados, deben parcipar en el Equipo todos aquellos que desempe-an los siguientes ministerios y funciones:

    Los que aenden la acogida y el orden: reciben a los eles y acomodan a los que necesitan unaatencin especial (nios, ancianos, enfermos), organizan las procesiones, reparten los canto-rales, folletos, se encargan de la megafona, iluminacin, etc.

    Los monitores, los que hacen las moniciones que ayudan a comprender mejor la celebracin(conviene que sean personas disntas del lector).

    Los lectores, los que proclaman la Palabra de Dios y hacen las preces u oracin de los eles.

    El salmista (debe ser disnto del lector ya que, adems, conviene que tenga aptudes paracantar el salmo).

    El animador del canto y de la msica litrgica.

    Los aclitos o ayudantes que asisten al ministro ordenado en el altar.

    Los ministros extraordinarios de la comunin, los que ayudan a distribuir la comunin a loseles.

    El maestro de ceremonias, si lo hubiere (est indicado especialmente en las grandes solemni-dades).

    Organizacin del Equipo de Pastoral Litrgica

    Cada parroquia, en funcin de sus necesidades y de las personas disponibles, organizar el trabajo delEquipo de Pastoral Litrgica teniendo como criterio general las siguientes observaciones:

    El responsable del Equipo es el encargado de constuir y formar a los integrantes del Equipo dePastoral Litrgica para lo cual facilitar herramientas de formacin adecuadas que podrn traducir-se en reuniones de formacin litrgico-pastoral para los miembros del Equipo con la periodicidadque esme oportuna.

    El responsable del Equipo preparar un calendario de reuniones que tenga en cuenta al menoslos Tiempos litrgicos fuertes: Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa-Pascua, Pentecosts yTiempo ordinario.

    Se propondr un conjunto de Objevos comunes para toda la parroquia a lo largo del Ao litrgicoque se visibilizarn en las disntas celebraciones y acciones litrgicas del conjunto de la parroquia.

    Nadie ir por libre.

    Se crear un Equipo general y diversos grupos en funcin de las disntas responsabilidades: moni-tores-lectores, animadores del canto, acogida y organizacin general, etc.

    Se revisarn peridicamente las celebraciones para mejorar en aquellos aspectos que detectamosms dbiles y necesitados de mejor preparacin, herramientas, acciones, etc.

    Funciones del Equipo de Pastoral Litrgica

    1. El cuidado de la vida litrgica parroquial

    Esta es la tarea ms importante del Equipo de Pastoral Litrgica dentro de la parroquia: preparar, ani-mar y revisar las celebraciones en sintona con el prroco. Esto abarca diversos aspectos.

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    a) Elementos materiales. Asegurar que la parroquia cuente con todo lo necesario para una celebracindigna:

    un templo bien dispuesto, limpio, ordenado, con las debidas condiciones de luz y audicin, conuna distribucin adecuada de los bancos;

    un presbiterio adecuado, altar, ambn, sede; ornamentos renovados, dignos, limpios;

    libros para el presidente, lectores, coro, organistas, para la sede, etc.

    b) La creacin de la asamblea litrgica. El sujeto de la celebracin es la asamblea que se rene paracelebrar. Por tanto sta debe recuperar toda su vitalidad. La constucin de una asamblea litrgicarequiere toda una pedagoga para que las personas reunidas tomen conciencia de pertenencia a una

    comunidad. Por eso, es importante el enfoque de la celebracin, el ambiente que se crea, la introduc-cin preparatoria a la celebracin, las moniciones, etc.

    c) El desarrollo de la celebracin. Para conseguir que la vida litrgica de la parroquia se desarrolle de

    manera adecuada se debe procurar:

    superar la runa y la inercia. No cantar siempre los mismos cantos; que cada misa dominicaltenga varios monitores y lectores que se alternen; destacar algn aspecto de la Eucarisa, etc.;

    recoger y expresar la vida de la comunidad parroquial, arciprestal y diocesana con sus inquietu-des, sus necesidades, sus aspiraciones;

    responder a los problemas, necesidades, sufrimientos y gozos del hombre de hoy y del pueblo.En la oracin universal siempre debera estar presente algn problema, necesidad o gozo de

    dicha asamblea.

    buscar un equilibrio entre la accin comunitaria y la parcipacin individual, entre el silencio y

    la palabra, equilibrio entre la observancia de las normas litrgicas y la creavidad y adaptacina la comunidad concreta.

    2. La educacin litrgica de la parroquia

    Adems de educarse a s mismo, el Equipo de Pastoral Litrgica ha de buscar educar litrgicamente ala comunidad parroquial:

    que conozca el sendo de las diversas celebraciones, en especial de la Eucarisa;

    que comprendan el lenguaje litrgico, el contenido profundo de los gestos, los ritos, etc.

    Hay que cuidar mucho la tarea educadora que se puede realizar a travs de las moniciones para guiar alpueblo en su parcipacin, ayudarle a entrar en la celebracin comprendiendo los ritos, dando sendoa los gestos, creando un ambiente de oracin y recogimiento.

    3. Preparacin de las celebraciones

    Esta es una de las tareas ms concretas a realizar en la parroquia. La preparacin de una celebracin exige:

    jar bien el sendo de la celebracin: que todos los que van a parcipar en la celebracin sepanqu se va a celebrar y por qu. No todas las celebraciones son iguales. No es lo mismo un domingode Adviento o uno de Pascua.

    preparar todo lo necesario para la celebracin: los elementos materiales (el pan, el vino), los ele-mentos de la misa (oraciones, prefacios, plegaria eucarsca, cantos, salmos, etc.), las moniciones,guiones para las celebraciones ms complejas desnados al presidente, monitor, lectores, coro

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    distribuir con suciente antelacin, para no improvisar a lma hora, las diversas tareas y servicioslitrgicos.

    4. Realizacin de las celebraciones

    La celebracin misma es el culmen y fuente, por tanto, lo ms importante de la pastoral litrgica. ElEquipo de Pastoral Litrgica deber estar atento a que las celebraciones no caigan en:

    un formulismo vaco, es decir, una liturgia donde se observen todas las normas y leyes litrgicaspero donde falta vida, calor, oracin, parcipacin interior;

    una runa donde no se exprese la vida cambiante de las personas y de la comunidad;

    una accin donde slo parcipen el presidente y algunos eles mientras el pueblo asiste pasiva-mente como mero espectador;

    Ser conveniente que el Equipo de Pastoral Litrgica sepa revisar peridicamente las celebracionesde la parroquia para sealar las deciencias que se observan, los defectos en que se vaya cayendo,

    etc. para tratar de corregirlos y seguir mejorando la vida litrgica parroquial.

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    EL MINISTERIO DEL CANTO Y DE LA MSICA.

    EL CORO Y EL ANIMADOR DEL CANTO LITRGICO

    Entre las disntas formas de evangelizacin que hay en la Iglesia una de ellas, con fre -cuencia poco valorada, es la de la evangelizacin a travs de la msica, y especialmente

    de la msica litrgica. En nuestras celebraciones merecen una atencin especial todosaquellos que de algn modo prestan el precioso servicio del canto y de la msica, quiz tanto como elde quien sirve a la Palabra celebrada puesto que forman parte de la tradicin de la Iglesia. Ya desdeel Anguo Testamento encontramos una invitacin a dirigirnos a Dios con cantos: Cantad a Dios,cantad (Sal. 47,6). No sabemos cmo dirigirnos a Dios y por eso le invocamos con himnos y cncos

    inspirados. Toda la asamblea, toda la comunidad, es la que canta los salmos con una sola voz. LaIglesia primiva or con los salmos (el cantoral de la Biblia) y los cant como himnos de Cristo. Es muysugerente en este sendo la expresin que uliza J. Ratzinger de que Cristo, mediador entre Dios y elhombre, se convierte en director de coro que nos ensea el canto nuevo, que da a la Iglesia el tono yle ensea el modo de alabar a Dios correctamente y de unirse a la liturgia celesal (Un canto nuevo

    para el Seor, p. 116). Por tanto, celebrar lleva consigo inseparablemente la accin de cantar. Cantores,coro, salmista, director, organista e instrumenstas, asamblea toda, desarrollan, cada uno por su parte,un papel nunca sucientemente valorado. Msica y canto no son elementos accesorios ni sasfaccinestca de quien los escucha, sino que pertenecen al Pueblo de Dios orante siendo en s mismos unmedio de implicacin y parcipacin formidables.

    El cantor y el coro

    Por todo lo dicho podemos armar que el cantor y el coro enen una funcin pedaggica dentro dela asamblea. No son arstas invitados sino parte de la comunidad orante que ejercita su ministerioevangelizador apoyando y sosteniendo el canto de la asamblea ayudndola a respetar los ritmos y elmovimiento de las disntas partes del canto. Pero adems, les compete una funcin ms estrictamentemusical que conere a la celebracin un tono ms fesvo y solemne ejecutando con sensibilidad musi-cal y litrgica, dentro del sensus Eclessiae (senr de la Iglesia), los cantos que a modo de oracin di-rige la asamblea a su Seor. Es por eso que el coro y el cantor deben ensayar con antelacin para darleel sendo musical y litrgico que requiere cada canto; no para ser protagonistas de la celebracin, sinopara ayudar a la asamblea a orar con mayor dignidad y belleza en sus celebraciones.

    Precisamente por eso el coro no debe estar separado del resto de la asamblea, en los coros altos de lasiglesias, sino unido al Pueblo, mezclado con l. Su separacin convierte a la asamblea en espectadorapasiva de lo que all ocurre (lo habitual de un concierto).

    El animador del canto litrgico

    Ahora bien, para que el coro cumpla su funcin necesita, como todo grupo humano, un animador, undirector. sta es la persona, capacitada musical y litrgicamente, que dirige y agluna la funcin delcoro y de la asamblea. Es el que sabe escoger cantos adecuados, los ensaya, coordina los diversos mo-mentos musicales, anima a la asamblea a cantar y, en sintona con el presidente, da el justo ritmo a la

    celebracin, equilibrando los espacios dedicados a la Palabra, a la gestualidad, a la msica y al silencio.

    Publicado el 4 de mayo de 2013.

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    Desgraciadamente, porque tenemos pocos animadores del canto litrgico en nuestras asambleas, con

    frecuencia encontramos coros (casi siempre juveniles) dispuestos a animar las celebraciones pero,por su falta de formacin y porque nadie cualicado les dirige, cantan sin tener en cuenta la propiaestructura y signicado de la celebracin, interrumpiendo de vez en cuando la celebracin para intro-ducir un canto cualquiera, el que les gusta en ese momento o el que creen ms adecuado, lo que, evi-dentemente, no ayuda a la asamblea a expresar lo que est viviendo en cada momento y a converrloen oracin.

    Igual que decimos que un coro no ene que ser profesional, pues todos estamos invitados a cantaraunque no tengamos ni buenas voces ni excesivo sendo y formacin musical, el animador del cantos debera ser una persona capacitada profesionalmente y con competencia en el campo litrgico. Perotambin pedaggico ya que su papel es decisivo en los espacios de ensayo del canto. Una de sus fun -ciones es persuadir a la asamblea a prepararse al canto de modo ecaz y agradable como para suscitarla actud orante de la celebracin. Durante la celebracin estar atento a no monopolizar la atencin.Ser expresivo, medido, y no espectacular. Indicar el inicio de las intervenciones del coro, de los solis-tas y de la asamblea, y marcar el empo en los acentos fuertes, evitando gestos inles que acaparenla atencin.

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    EL MINISTERIO DEL CANTO Y DE LA MSICA.

    INSTRUMENTOS E INSTRUMENTISTAS

    La msica, como el canto, parcipa de la misma dimensin sacramental de la liturgia, es ellamisma un elemento simblico de realidades desnadas a gloricar a Dios y a sancar alos hombres y no un simple adorno exterior para aadir belleza y gozo. Sin embargo, en

    el reparto de funciones, a la msica le compete una funcin bsicamente de sostenimiento y embe-llecimiento del canto. No debe sobresalir por encima de la palabra pues el canto es oracin y debeescucharse lo que se canta. La Instruccin conciliar Musicam Sacram (1967) lo expresa con claridad:El empleo de instrumentos en el acompaamiento de los cantos puede ser bueno para sostener las

    voces, facilitar la parcipacin y hacer ms profunda la unidad de una asamblea. Pero el sonido de losinstrumentos jams debe cubrir las voces ni dicultar la comprensin del texto. Todo instrumento debecallar cuando el sacerdote o un ministro pronuncian en voz alta un texto que les corresponda por su

    funcin propia.. (MS 64).

    Instrumentistas

    En cuanto a los instrumenstas, el mismo Concilio les pide, igual que al animador del canto litrgico,que adems de instrumensta posean formacin litrgica: Es muy de desear que los organistas ydems instrumenstas no sean solamente expertos en el instrumento que se les ha conado sino quedeben conocer y penetrarse nmamente del espritu de la liturgia, para que los que ejercen este ocio,

    incluso desde hace empo, enriquezcan la celebracin segn la verdadera naturaleza de cada uno desus elementos, y favorezcan la parcipacin de los eles. (MS 67).

    Instrumentos

    Durante siglos estuvo prohibido el uso de instrumentos musicales en la liturgia, incluido el rgano. Secrea que su presencia evocaba las estas paganas. En el siglo XV se permi el uso del rgano en laliturgia lana. Fue el Concilio Vacano II el que abri el camino para el uso de instrumentos musicalesen la liturgia. A parr de entonces se suceden los debates sobre qu instrumentos son los que se pue-den ulizar en las celebraciones litrgicas, si rgano, guitarras u otros instrumentos musicales (violines,autas, trompetas). La casusca es muy amplia por lo que lo ms razonables es atender a lo que so-

    bre los instrumentos nos dice el Concilio: Los instrumentos musicales pueden ser de gran ulidad enlas celebraciones sagradas, ya acompaen el canto, ya intervengan solos. Tngase en gran esma enla Iglesia lana el rgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportarun esplendor notable a las ceremonias eclesiscas, y levantar poderosamente las almas hacia Dios yhacia las realidades celesales. En el culto divino se pueden admir otros instrumentos, a juicio y conel consenmiento de la autoridad eclesisca territorial competente, siempre que sean aptos o puedanadaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edicacinde los eles. (MS 62).

    El ministerio del canto y de la msica

    La palabra ministerio proviene del lan, ministerium, que signica servicio. Normalmente se usa para

    Publicado el 6 de mayo de 2013.

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    designar tareas, funciones, servicios o poderes dentro de determinados grupos sociales. En el contextoeclesial, sin embargo, adquiere una dimensin ms profunda pues se complementa con el conceptogriego de diacona (diakonos), que signica servicio de la mesa (era la funcin que tenan los diconosen la primiva Iglesia; la mesa se reere a la celebracin de la cena del Seor). Inicialmente, por tanto,el ministerio eclesial ene la connotacin de servicio para los actos litrgicos. La teologa ha querido irms all en el signicado del trmino proponiendo que ministerium(ministerio) se disnga de munus(tarea) y de ocium(ocio). Con esto se quera indicar que los ministerios en la Iglesia no son merosocios, sino que hacen referencia al ministerio de Cristo. Poco a poco se fue jerarquizando su uso enfuncin de las tareas y quin poda realizarlas comenzando a hablar de ministerios ordenados (losreservados a los obispos, presbteros y diconos), y de ministerios no ordenados (los que pueden serejercidos por bauzados sin necesidad de ser ordenados). Dentro de los ministerios no ordenados sedisnguen los instuidos (lectorado y acolitado) y los reconocidos (agentes o asistentes de pasto-ral, colaboradores o coordinadores pastorales, dirigentes de comunidades, laicos con responsabilidad

    pastoral, etc.). El canto y la msica en la liturgia pertenecen a esta lma pologa de ministerios. Fueel Concilio Vacano II el que los impuls y consolid como verdaderos ministerios laicales.

    Termino recordando la importancia de que en nuestras parroquias y comunidades crisanas empe-

    cemos a tomar en serio estos ministerios y que sean los propios prrocos y responsables de las co-munidades quienes faciliten, con los medios y personas a su alcance, la formacin de estos grupos deevangelizacin musical. No se puede entender, por ejemplo, que en los grupos de liturgia no gurenlos responsables de la animacin del canto litrgico o que el sacerdote celebrante no sepa qu se va a

    cantar ni por qu, ni trate de integrar los cantos en la propia celebracin con adecuadas referencias alos mismos. Nos queda mucho camino por recorrer no slo para formar a los laicos en estos ministeriossino para cambiar la mentalidad de muchos pastores. Lo que ene que ser el canto y la funcin de loscoros e instrumenstas est escrito en numerosos documentos. La realidad de nuestras comunidadestodava necesita algunos prrafos ms que an estamos a empo de redactar entre todos.

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    EL MINISTERIO DEL SALMISTA

    DIRECTORIO LITRGICO PASTORAL SOBRE EL SALMO RESPONSORIAL Y EL MINISTERIODEL SALMISTA

    SECRETARIADO NACIONAL DE LITURGIA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAOLA [1986]

    En el libro de Las Crnicas se relata cmo David distribuy las funciones de los levitas en su

    reino una vez que estableci su morada en Jerusaln. Entre las funciones que distribuyestaba la msica sagrada. Tan importante era para l la msica que desn cuatro millevitas a la alabanza a Yav con instrumentos (la gran orquesta): cuatro mil porteros y los otros cua-tro mil alababan a Yav con los instrumentos que para este n haba hecho David. (1Cr 23, 1-5). Deestos, 288 fueron especcamente ungidos para profezar segn las rdenes del rey y cantar bajola direccin de su padre en el Templo de Yav: Su nmero, junto con el de sus hermanos, diestros encantar a Yav, todos los maestros sumaban 288. (1Cr 25, 2-7). Estos 288 eran los Salmistas, un grupoque ejerca el ministerio de David de alabanza y adoracin a Yav por el pueblo.

    La recuperacin del Salmo como lectura bblica en nuestra liturgia fue una de las aportaciones singula-res del Concilio Vacano II, pero esta recuperacin no ha ido aparejada a la recuperacin de a la guradel salmista. En 1986, el Secretariado Nacional de Liturgia de la Conferencia Episcopal Espaola, cons-

    ciente de la importancia de ambas realidades pastorales, public un breve pero claro documento en elque recoga una serie de orientaciones sobre la recuperacin del Salmo responsorial en nuestra liturgia

    y unas notas sobre la gura del Ministerio del salmista. Recojo aqu nicamente la segunda parte dedicho documento dedicada al Ministerio del salmista:

    Motivos del Directorio

    El Concilio Vacano II, al disponer los principios de la reforma litrgica, se propuso restablecer, deacuerdo con la primiva norma de los Santos Padres, algunas cosas que haban desaparecido a causadel empo (Sacrosanctum Concilium50). Uno de los ritos restablecidos por la reforma litrgica ha sidoel salmo responsorial. La recuperacin de este rito es fruto, por una parte, del aprecio y revalorizacin

    de la presencia de la Palabra de Dios en la liturgia y, por otra, del planteamiento de la estructura de lacelebracin eucarsca a parr de las leyes fundamentales recibidas de la tradicin litrgica.

    La recuperacin del salmo responsorial ha hecho posible tambin la reaparicin de la gura del salmis-ta, uno de los ms esmados ocios litrgicos al servicio de la palabra de Dios en la asamblea.

    Ahora bien, el restablecimiento del salmo responsorial y la reaparicin del ministerio del salmista estnlejos todava de ser una realidad plena en el acontecer diario de nuestras comunidades celebrantes. Laescasa valoracin del salmo responsorial, que en muchos lugares es sustuido sistemcamente porotro canto cualquiera, signica un empobrecimiento de toda la liturgia de la palabra.

    Publicado el 9 de noviembre de 2013.

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    Finalidad y destinatarios del Directorio

    El Secretariado Nacional de Liturgia, ejecutor de las orientaciones de la Comisin y con su aprobacin

    expresa, hace pblico el Directorio sobre el salmo responsorial y el ministerio del salmista dentro de la

    serie programada para el presente trienio bajo el objevo: Mejorar la celebracin.

    Este nuevo Directorio se publica juntamente con elLibro del Salmista, al que ha de servir de introduc-cin y de subsidio indispensable para su aprovechamiento y uso correcto.

    Por medio de este Directorio, se pretende ayudar a las comunidades, en especial a las parroquias, a

    ejecutar como se debe el salmo responsorial y a disponer de personas preparadas, litrgica y tcnica-

    mente, para desempear el ministerio de salmista en las celebraciones.

    Se trata de comprender que el salmo responsorial forma parte integrante de la liturgia de la palabra,no como un elemento meramente embellecedor, sino como verdadera palabra divina proclamada en

    el momento en que Dios habla a su pueblo y ste le responde con el canto y la oracin (SacrosanctumConcilium30).

    La figura del Salmista

    El salmista es una gura entraable de la comunidad primiva. Por medio de l, el salmo principal dela misa tom forma, y el pueblo sencillo encontr el pedagogo de la plegaria y de la parcipacin enel dilogo con Dios en el interior de la celebracin. Este ministerio, asumido hoy por miembros acvosde nuestras asambleas litrgicas: jvenes, religiosas, hombres y mujeres adultos, permir consolidaren las comunidades la recuperacin del salmo responsorial como encuentro con Dios en la liturgia de

    la palabra.

    El salmista est cerca del presbtero, primer responsable de la celebracin, y, al mismo empo, estprximo a la nave de la asamblea, de la que surge la aclamacin responsorial. El ministerio del salmistahace ms evidente la funcin de la msica en la liturgia. La Iglesia primiva, al organizar los ritos y los

    ministerios de la celebracin, estuvo inuenciada por una doble herencia. La herencia helensca, quedispona de tres papeles: el del msico o terico del arte musical, el del cantor o ejecutor de la msica,y el del instrumensta. La herencia juda desconoca al msico, pero dispona en cambio, del cantor ydel instrumensta.

    El culto crisano tena, desde el principio, los recitantes-lectores, expertos en la lectura pblica querealizaban su papel mediante la canlacin, una forma de leer intermedia entre la lectura uniformey la salmodia. El recitante-lector, al que tambin podemos llamar lector-cantor, familiarizado con eltexto que deba canlar, buscaba frmulas meldicas apropiadas para dar a la palabra un nivel so-lemne. As se abri camino la creacin de formas de salmodia. La Iglesia de los primeros siglos, severay prudente ante el canto, para evitar el carcter profano recelaba de los instrumenstas, pero queramantener el cantor dentro de una actud religiosa.

    Espiritualidad del Salmista

    En el momento en que se dibuja con claridad la gura del salmista, los Santos Padres le recuerdan quese debe a la asamblea santa y a los misterios que sta celebra, as san Agusn recomienda: Cantaden el secreto de vuestros corazones y considerad el peligro que representa vuestro talento material...Que, a travs de vuestra voz, se escuche el eco de la palabra divina. El salmista era portador de unacarga preciosa, el mensaje del Verbo. Esta es la imagen que da del salmista una inscripcin griega delsiglo III, en Binia, al hacer el elogio de un jven difunto: Formaba a todos los eles en el canto de lossalmos sagrados.

    La siguiente invitacin de Casiano es tambin vlida para los que hoy han de ejercer este servicio litr-gico: Penetrando en el sendo nmo de los salmos, en adelante ya no los cantan como compuestospor el profeta, sino como una plegaria personal, con profunda compuncin del corazn, de la que, el

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    mismo que ora, cree ser el autor, piensa, al menos, que estn dirigidos a su misma persona, y percibeque su sendo no solamente se realiz en el profeta, sino que todos los das se est cumpliendo en smismo (Concilio IV de Cartago).

    El salmista deba afrontar su misin con una conciencia de servicio a la comunidad y de coherencia ensu vida. As se lo mandaban los Statuta Ecclesiae anqua:Mira que lo que cantas con palabras lo creas

    de corazn, y lo que crees de corazn lo cumplas con las obras (OGMR 67).

    Ejercicio de la funcin del Salmista

    Los documentos de la reforma litrgica del Vacano han resaltado la importancia del ministerio delsalmista y han sealado claramente su funcin, disnta de la del lector: Al salmista corresponde pro-clamar el salmo u otro canto bblico interleccional. Para cumplir bien con este ocio, es preciso que elsalmista posea el arte de salmodiar y tenga dotes para emir bien y pronunciar con claridad. (OGMR313).Antes de la celebracin, el salmista sepa claramente qu textos le corresponden, y nada se dejea la improvisacin, consejo que se da tambin al dicono, a los lectores, al cantor, al comentarista yal coro. (OGMR 313).

    El salmista comprobar, a lo largo del ejercicio de su ministerio, que la palabra poca del salmo pene-tra con mucha ms fuerza cuando se proclama salmodiando. El dominio sobre s mismo y la seguridadpersonal ante la asamblea crecen a medida que se ejerce esta importante funcin.

    Por otra parte, el salmista no es el cantor-solista que, formando parte de la coral, cumple un papelsingular en una parte concreta de un canto. La voz privilegiada del solista, que es llamado para embe-llecer una celebracin, convierte sin embargo a estos cantores en protagonistas que, apoyndose ensu tcnica y debandose entre la soscacin y el espectculo, rebasan fcilmente los lmites a quedebieran someterse.

    El salmista es, ante todo, un servidor de la asamblea, un creyente que ha sido tocado por la Palabra de

    Dios, como el lector, antes de proclamarla. No se apoya en su tcnica, que no es mucha, sino en el es-

    plendor poco de la plegaria de los justos, que le ha llegado al alma. No es protagonista espectacular,sino animador y pedagogo, consciente de su capacidad y de sus lmites. Su misin es sencilla y sublime,pero sumamente delicada.

    Formacin del Salmista

    Por todo esto, se hace necesaria la formacin bsica y permanente del salmista. La conciencia del ser-vicio que presta a la comunidad crisana, a la que ayuda a penetrar en la Palabra de Dios, le ayudar ensu esfuerzo connuado por conocer los salmos que ha de proclamar y empaparse de la espiritualidadde los orantes bblicos.

    La formacin del salmista comprende varias facetas:Formacin bblica o conocimiento del Salterio, de los gneros literarios de los salmos y de las situacio-nes humanas y religiosas que dieron origen tan bellas plegarias. Este conocimiento debe completarsecon una iniciacin en el sendo espiritual y pleno de los salmos, siguiendo tanto la norma de la liturgiacomo de los Santos Padres, que vieron en ellos la voz de Cristo y de la Iglesia. (OGMR 313).

    Formacin litrgica o estudio de la funcin y de la estructura de la liturgia de la Palabra. Como el lector,el salmista debe conocer la composicin del Leccionario de la misa, de acuerdo con los diferentes em-pos litrgicos y el Santoral. La informacin de los criterios de seleccin del salmo responsorial, en cadacaso, le ayudar muchsimo a comprender su presencia en la celebracin y la interpretacin litrgica,tanto del texto del salmo como de la respuesta de la asamblea.

    Formacin tcnica de po musical y de po ceremonial. Varias veces se ha aludido ya a la preparacinmusical del salmista: sta ha de ser la indispensable para que ste desempee ecazmente su come -

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    do en la celebracin. Pero sin olvidar algo que es peculiar y propio del salmo responsorial, que es sucarcter poco y musical especial. Por eso, la preparacin musical ha de completarse con unas tcni-cas de proclamacin que faciliten un canto pausado, expresivo, bien entonado, para que las palabraslleguen a la asamblea y encuentren eco en ella.

    La formacin de po ceremonial ha de orientarse al conocimiento de las formas de la celebracin y a

    la actud corporal ante la asamblea.

    En muchos otros aspectos, la formacin del salmista puede inspirarse en los principios y sugerenciasprccas del Directorio litrgico pastoral del ministerio del lector, publicado por el Secretariado Nacio-nal de Liturgia en 1984.

    El mismo libro del salmista constuye el material de trabajo imprescindible para llevar a cabo una bue-na formacin de los salmistas. La experiencia de los equipos litrgicos parroquiales que, con periodici-dad ja y constancia admirable preparan a los lectores, salmistas y cantores de su comunidad, se veresmulada con la publicacin de este libro.

    Por lmo, es muy conveniente que, en el mbito diocesano o de zona pastoral, se d vida a un centrode formacin de salmistas, que puede ser el mismo donde se formen tambin los lectores y otros mi-nisterios litrgicos y eclesiales, para que personas expertas les ayuden y esmulen en su preparacin.

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    LITURGIA Y COMUNICACIN

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    LA ESENCIA DE LA LITURGIA

    Para entender lo que celebramos es importante conocer al menos lo esencial de lo que

    hacemos. Hablamos de liturgia o de msica litrgica, pero no siempre sabemos a qu nosreferimos. Si decimos que la msica es parte fundamental de la liturgia tenemos que saber

    qu entendemos por liturgia para situar correctamente ambas realidades. Por qu y qu celebramoscon nuestras liturgias? Por qu cantamos? Para qu cantamos? Con qu nalidad? A ello, aunquede forma muy resumida, dedicaremos las prximas entradas de este blog.

    La esencia de la liturgia: Cristo muri rezando

    Lo que hace posible que el hombre pueda hablar con Dios es el hecho de que Dios es en s mismo pa-

    labra (logos). l es en s palabra, escucha y respuesta. La encarnacin del logos signica que aqulque habla en Dios y con Dios parcipa del hablar humano. Y al revs, gracias a la encarnacin del lo -gos, la parcipacin de los hombres del dilogo con el logos les hace parcipes del dilogo de Diosconsigo mismo. Dicho de otra manera, el hombre puede parcipar en el hablar interno de Dios porqueDios parcip previamente del hablar humano, uniendo, de este modo, a ambos.

    Cristo se muri rezando, hablando con el Padre, con la palabra, el logos. Antepuso su voluntad al sal Padre, lo que le llev a la cruz y, consecuentemente, a la Resurreccin. En ese momento nico Cristodeni la esencia de la liturgia crisana para los siglos venideros como un acto de adoracin al Padre.Desde entonces, esa liturgia como acto de adoracin no la hacemos nosotros sino que la revivimos

    como algo que nos ha dado el mismo Jesucristo en el altar de la cruz.

    Es importante que comprendamos esto porque a veces tendemos a hablar de liturgia como de encuen-

    tro fesvo de una comunidad que ms parece de vecinos que crisana. Lo que nos convoca, lo que ce-lebramos, no es el hecho de estar juntos en tono fesvo sino el parcipar juntos de la verdadera liturgiauniversal que nos dej Jess. Por eso la liturgia no es discrecional, no hacemos cada uno lo que nosapetece segn nuestro estado de nimo, edad o cultura. La liturgia universal de la Iglesia garanza quelo que acontece es algo superior a lo que le acontece a una comunidad o grupo determinado.

    De este modo, ms que denir conceptualmente el signicado de la liturgia estamos poniendo el focoen lo esencial de la liturgia: celebramos con alegra, en actud de adoracin, la resurreccin de Cristocomo entrega a la voluntad del Padre. Y lo hacemos de forma comunitaria procurando la parcipacin

    acva (parcipao actuosa) que nos pidi el Concilio, pero slo si la misma nos permite la parcipa-cin en Dios (parcipao Dei). La oracin comunitaria de la liturgia ene que conducir a que se recerealmente, es decir, a que no slo hablemos entre nosotros sino con Dios (parcipao Dei). Esta es laesencia de la liturgia y a ella tenemos que dirigir todas nuestras acciones, signos, gestos y ritos.

    La vida litrgica de nuestras comunidades crisanas ha pasado por muchos albajos. De una liturgiacasi incomprensible para el pueblo se pas a una liturgia en la que, para darle parcipacin acva,se fue alterando creavamente cada vez ms la liturgia universal, la que nos dej Jess en la cruz,convirendo en catequesis lo que estbamos celebrando e introduciendo elementos novedosos quenos hicieran, tericamente, entender mejor lo que celebrbamos y hacer ms entretenida la mismacelebracin. Estos errores los hemos ido pagando a precio de desorientacin y vaciamiento del

    Publicado el 14 de mayo de 2013.

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    verdadero contenido de la liturgia. El 50 aniversario de la celebracin del Concilio Vacano II es unmomento oportuno para recordar entre todos que el verdadero signicado de la liturgia no est en loque hacemos sino en lo que revivimos mediante los gestos y los signos que conforman la liturgiacrisana, un verdadero espacio de adoracin y comunicacin con Dios. En la prxima entrada comen-taremos cules son los ms importantes.

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    LOS SIGNOS Y LOS GESTOS

    La liturgia eucarsca ene necesariamente un componente dramco. Cada vez que ce-lebramos la eucarisa revivimos (y representamos) un acontecimiento dramco: Cristomuri por nosotros en el altar de la cruz pero Dios Padre lo resucit para la salvacin de

    todos. Ya hemos visto que lo que celebramos va siempre ms all de lo que representamos porque nosintroduce en una dimensin trascendente que ni siquiera depende de nosotros. (la liturgia no se hacesino que se recibe). La liturgia es el medio de que disponemos para que se produzca este misterio ennosotros. Y la liturgia, como acto de representacin dramca (pero atencin, la liturgia nunca podrser un teatro aunque aparezca como una acto de representacin dramca), est formada por signos

    y gestos que conviene llenar de contenido para que sean signicavos y nos conduzcan a la trascen -dencia que ellos mismos apuntan. La liturgia es el dedo que apunta a la luna. Miremos a la luna pero,por favor, sealemos bien

    Los signos y los gestos

    El trmino liturgia proviene del lan liturga (liturgua), que a su vez proviene del griego (leitourgua), con el signicado de servicio pblico, y que literalmente signica obra del pueblo.En su acepcin crisana, este servicio se realiza mediante un conjunto de gestos y signos que intentanponer de maniesto el contenido de lo que se quiere celebrar. Son por tanto una forma de expresin(de comunicacin) entre el contenido que se quiere expresar y quien lo recibe. El contenido es Cristo

    y quien lo recibe la comunidad creyente y orante. El Concilio Vacano II en la Constucin sobre laLiturgia lo expresa de esta manera: La liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, lossignos sensibles signican, y cada uno a su manera realizan la sancacin del hombre, y as el Cuerpomsco de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto pblico ntegro. (SC 7).

    Los signosson todo aquello que me comunica algo. Es una forma indirecta de conocer la realidad,como un puente que me lleva a la otra orilla. Si alguien aparece y me regala un ramo de ores, aunqueno me diga nada con palabras, me estar diciendo que me quiere o que me aprecia. Las ores, comosigno de ese amor, me conducen a la orilla de los senmientos de esa persona hacia m. Los signos porexcelencia de la liturgia crisana son dos: el silencio y la palabra. Romano Guardini lo expresaba as:La liturgia la componen la palabra y el silencio; las canciones, la alabanza de los instrumentos y laimagen; los smbolos y los gestos que corresponden a la palabra..

    La Palabra, con maysculas (el logos), est en lo que proclamamos con palabras y cantamos con lavoz humana. Mediante la palabra y a travs de la voz humana, el sacerdote se dirige en nombre de lacomunidad al Padre; luego estn las disntas formas de anuncio (las lecturas, el comentario a la pala-bra leda y la respuesta de la comunidad), y nalmente las aclamaciones, las disntas formas de recep-cin meditava de la Palabra, como el canto del salmo (ste ene un valor simblico fundamental en laliturgia ya que nos revela el rostro de Cristo: Oigo en mi corazn: buscad mi rostro. Tu rostro buscar,Seor, no me escondas tu rostro. (Salmo 27). San Agusn deca que el canto del salmo no es un cantocualquiera sino que es el canto de la mesa de la Palabra).

    El silenciohay que entenderlo como interiorizacin de la palabra y los signos. El silencio hace posible elsosiego, la calma en la que el hombre hace suyo lo duradero. La emocin litrgica no consiste en la

    Publicado el 25 de mayo de 2013.

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    variedad (en hacer cosas para que nuestra celebracin sea ms amena) sino en conseguir un espacioen el que el hombre pueda encontrar lo verdaderamente grande e inagotable, lo que no necesita varia-

    cin porque sasface en s mismo, es decir, la verdad y el amor.

    Los gestos, lo que hacemos cuando nos dirigimos al Padre (estar de pie, sentado o de rodillas, incli-narnos, extender las manos, darnos la paz), son lo que nos permite aunar lo exterior con lo interior

    en una relacin de enriquecimiento mutuo. La Iglesia insiste en la necesidad de renovar, actualizar,entroncar los gestos con cada cultura, para que las palabras y gestos sean ms signicavos parala mentalidad del hombre. La liturgia consta de una parte inmutable por ser de instucin divina (lafrmula de la consagracin por ejemplo), y de otras partes sujetas a cambio que pueden y deben ircambiando, como lo ilustra la historia de la Iglesia. La repecin constante de los ritos, realizados gene-ralmente sin conocer su signicado, produce un inevitable desgaste y llegan a no decir nada. Por esonos pide la Iglesia un esfuerzo de reexin, creavidad y parcipacin para hacer cada vez ms visiblee misterio de la fe en los gestos que realizamos.

    El gesto ms anguo de oracin en el crisanismo son las manos extendidas hacia lo alto. Los crisanosvieron dos signicados en los brazos desgarrados de Cristo en la cruz: la adoracin al Padre y el abrazocon el que Cristo quiere atraernos hacia l. Despus se desarroll el gesto de juntar las manos, gesto

    que probablemente procede del sistema feudal en el que el siervo pona sus manos en las manos delseor como gesto de entrega; era una expresin de conanza y delidad.

    Otros gestos que realizamos en nuestras celebraciones son: las manos que dan y reciben (la paz), lasmanos que reciben el cuerpo de Cristo, las manos que realizan la seal de la cruz, la imposicin de las

    manos (gesto sacramental), las manos que golpean el pecho en seal de dolor y contricin, las reveren-cias, las miradas, los besos, la procesin o el canto.

    El canto aparece, por tanto, como signo litrgico en cuanto que tambin es palabra, voz (que proclamala Palabra con maysculas) y gesto que realiza la comunidad orante en cuanto que sta, con el canto,expresa lo que no es capaz de decir con palabras u otros gestos.

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    LOS SIGNOS DE REVERENCIA. LAS POSTURAS

    La Ordenacin General del Misal Romano da unas normas claras de las posturas corporalesque hay que adoptar durante la Eucarisa. Para el Misal Romano la postura uniforme, se-guida por todos los que toman parte en la celebracin, es un signo de comunidad y unidad

    de la Asamblea (OGMR n 42).

    Las posturas corporales que el Misal Romano indica (OGMR 42) son las que resumimos a connuacin:

    ESTAR DE PIE

    Es una forma de demostrar nuestra conanza lial, y nuestra disponibilidad para la accin, para el ca-mino. El estar de pie signica la dignidad de ser hijos de Dios, no esclavos agachados ante su seor. Esla conanza del hijo que est ante el padre a quien respeta muchsimo y a quien al mismo empo enecario. Al mismo empo, al estar en pie manifestamos la fe en Jess resucitado que venci a la muerte,y la fe en que nosotros resucitaremos tambin; el estar agachado y postrado no es la lma postura delcrisano; sino el estar en pie resucitado. Estaremos en pie:

    desde el canto de entrada hasta el nal de la oracin Colecta.

    durante la lectura del Evangelio y el canto del Aleluya que le precede.

    durante la profesin de Fe (Credo) y la oracin de los Fieles.

    desde que empieza la oracin sobre las ofrendas hasta la consagracin. despus de la consagracin hasta despus de la comunin.

    desde la oracin de despus de la comunin hasta que el sacerdote abandona el altar.

    Todas las oraciones deben hacerse de pie como actud de respeto y buena disposicin. Est genera -lizada la costumbre (errnea) de permanecer sentados durante la oracin sobre las ofrendas. Sin em-bargo, estamos sentados durante la preparacin de las ofrendas, pero nos ponemos de pie cuando elsacerdote dice: Orad, hermanos, para que este sacricio, mo y vuestro...

    SENTADOS

    Signica la conanza de estar con los amigos, con paz y tranquilidad. Estamos en casa cuando estamosen el templo. Sentados podemos hablar con inmidad y largamente con el Seor que est ah presente.Tambin uno se sienta para escuchar y aprender cuando un maestro habla. Estaremos sentados:

    durante las lecturas que preceden al Evangelio, incluido el Salmo responsorial. durante la homila. mientras se hace la preparacin de los dones en el ofertorio. a lo largo del silencio posterior a la comunin.

    DE RODILLAS

    Slo ante Dios debemos doblar nuestra rodilla. Al ponernos de rodillas signica que nos reconocemos

    pecadores ante l. La genuexin ante el Sansimo es un saludo reverencial de fe, en homenaje de

    Este apartado no se public en el Blog.

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    reconocimiento al Seor Jess. Debemos hacerlo en forma pausada y recogida. Estaremos solamentedurante la Consagracin, aunque por razones de edad, incomodidad del lugar o aglomeracin que lo

    impida se podr estar respetuosamente de pie. Los que no se arrodillen para la consagracin, que ha-gan inclinacin profunda mientras el sacerdote hace la genuexin despus de la consagracin.

    POSTRADOSSe usa en ciertos momentos escasos, en que el alma crisana se siente ms indigna de dirigirse a Dios,cargada de responsabilidades, o en un luto universal como el del Viernes Santo por la muerte de Jess,

    o cuando la pena y desconsuelo son tan inmensos que no se ve solucin. Por ejemplo: el futuro sacer-dote, cuando se postra el da de su ordenacin sacerdotal; o algunas monjas, el da en que entran al

    convento o hacen su profesin religiosa, se postran en el suelo, indicando no tanto el abamiento, sinola necesidad de proteccin de Dios y la impotencia personal. Es signo de humildad y penitencia.

    LA PROCESIN

    Ms que un gesto litrgico, es un rito. En las celebraciones habituales, por ejemplo, en la santa misa,

    los ministros realizan movimientos que enen carcter procesional: al principio, antes del evangelio,etc. Tambin los eles adoptan esta actud al presentar las ofrendas y cuando comulgan. Adems, hayprocesiones excepcionales unidas al ao litrgico, como la del Domingo de Ramos y la del Corpus Chris-

    , o en circunstancias parculares de la vida de la Iglesia, por ejemplo, la de una comunidad parroquialel da de las estas patronales. La procesin simboliza, principalmente, el carcter peregrinante de laIglesia. Tambin, a veces, es un signo muy expresivo de fe y devocin. Deben hacerse con dignidad yrespeto.

    Fuera de las posturas propias de la Misa hay otras posturas que pasamos a relacionar. Se pueden adop-tar dos clases de posturas corporales: la inclinacin y la genuexin:

    LA INCLINACIN

    Indica reverencia y honor a las personas o a lo que representan, y puede ser de dos pos: inclinacinde cabeza e inclinacin de cuerpo o profunda, que se hace desde la cintura.

    La inclinacin de cabeza se le hace al nombre de Jesucristo, de la Virgen y del santo en cuyohonor se celebra la Misa. Se debe hacer reverencia profunda en el Credo arrodillndonos si esla Solemnidad de Navidad o la esta de la Anunciacin del Seor. Asimismo la bendicin presi-dencial que concluye la Misa se debe recibir con inclinacin de cabeza.

    La inclinacin de cuerpo o reverencia profunda se le hace al altar cuando no est all el Sansi-mo; tambin se debe hacer inclinacin profunda cada vez que se sirva al obispo o se pase pordelante de l; se hace antes y despus de las incensaciones y en algunas otras ocasiones en que

    est dispuesto. Deben hacer inclinacin profunda al altar que simboliza a Cristo y no al sacer-dote como equivocadamente se hace a veces, todas aquellas personas que suban al presbiterio

    para realizar alguna funcin como por ejemplo los lectores o los que van a hacer las pecionesde la Oracin Universal de los Fieles, que vulgarmente llamamos preces, tanto al llegar comoal marcharse.

    LA GENUFLEXIN

    Se hace siempre con la rodilla derecha llevndola hasta el suelo y signica adoracin. Por ser signo deadoracin est reservada al Sansimo Sacramento y a la Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo. Enresumen, se debe hacer genuexin cada vez que pasemos por delante del Sansimo Sacramento e

    inclinacin profunda al altar todos los que se acercan al presbiterio o se alejan de l (por ejemplo losque se han acercado para hacer alguna lectura o pecin).

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    EL SILENCIO EN LA LITURGIA

    El silencio sagrado

    Uno de los signos ms importantes de la liturgia crisana es el silencio. No se trata de unsilencio cualquiera, sino de un silencio sagrado. Romano Guardini lo describi as: Sialguien me preguntase dnde comienza la vida litrgica, yo respondera: con el apren-

    dizaje del silencio. Sin l, todo carece de seriedad y es vano...; este silencio... es condicin primera detoda accin sagrada..

    El silencio no se puede entender sin su polo opuesto, el hablar. El silencio slo se puede dar en aqulque puede hablar. Los animales emiten sonidos pero no hablan, por eso en ellos no puede haber si-lencio. Esto indica que el silencio no es ausencia de sonidos sino una no palabra. En Una ca paranuestro empo, el propio Guardini dice: Slo puede hablar con pleno sendo quien tambin puedecallar; si no, desbarra. Callar adecuadamente slo puede hacerlo quien tambin es capaz de hablar.De otro modo es mudo.. Ambos polos son complementarios y se necesitan para exisr. Si se eliminauno se elimina automcamente el otro. Por eso nuestro mundo, que ha eliminado el silencio, ha ma-tado tambin la palabra y lo que habitualmente escuchamos es su degeneracin. No es una palabravinculada a la verdad y que alimente la vida del hombre. Todo lo contrario, cuanto escuchamos haceque la existencia humana languidezca y se atroe. Entre el silencio y el hablar se desarrolla la vida delhombre en relacin con la verdad escribir Guardini. Por ello, es necesario recuperar el silencio para

    recuperar la palabra, porque de la tensin entre ambos se engendra la verdad. Una imagen propuestapor el mismo Guardini nos puede hacer ver la importancia del silencio: Quien no sabe callar, hace consu vida lo mismo que quien slo quisiera respirar para fuera y no para dentro. No tenemos ms queimaginarlo y ya nos da angusa. Quien nunca calla echa a perder su humanidad..

    Slo en el silencio llego a Dios

    Romano Guardini termina su reexin sobre el silencio armando: Slo en el silencio llego a Dios..Para explicarlo evoca dos conocidos pasajes. El primero es del libro de los Reyes (Re 19, 11-12). Elasbusca a Dios en las fuerzas ms violentas de la naturaleza y lo encuentra en la brisa ligera, en el silencio:As podramos seguir reexionando: la imagen de la vida de Dios resulta ser la innita calma de unsilencio que todo lo conene.. El segundo pasaje es el prlogo del Evangelio de Juan: En el principioexisa la Palabra, y la Palabra estaba en Dios, y la Palabra era Dios. (...) A Dios nadie lo ha visto. ElHijo nico de Dios, que est en el seno del Padre, nos lo ha manifestado.. Ante estos pasajes comentaGuardini: La primera imagen, la del silencio y la sencillez sin ruido, y la segunda, la del nacimientohablante de la comunidad en el amor abarcan el misterio de la vida de Dios y su sagrado seoro. Peroqu misterio hay tambin en el hombre, en que, por voluntad de Dios, se reeja su gloria prsna! Yqu deber conservarlo en su pureza invulnerada!.

    Silencio y Palabra, por tanto, son los dos signos de la liturgia que no podemos descuidar. Privilegiar unofrente a otro, como hemos dicho, es matar a ambos. Nuestras celebraciones suelen tener demasiadaverborrea y adolecen del silencio necesario. Para conseguir la adecuada emocin litrgica es ne-cesario equilibrar ambas expresiones. Al Dios que habla le respondemos cantando y orando, pero ese

    Publicado el 1 de junio de 2013.

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    mismo Dios, que es Palabra y va ms all de cualquier palabra, nos invita tambin al silencio. De hecho,Jess es el amn de Dios, su lma palabra; en l Dios lo ha dicho todo. A la Palabra, con maysculas,le sigue el silencio sagrado, espectante. Por tanto, nuestra actud litrgica debe ser la de adoracindel Misterio, no la de intentar explicar con palabras aquello que celebramos y revivimos (para esoestn otras acciones pastorales de la Iglesia, como la catequesis o los cursos de formacin).

    De la liturgia esperamos precisamente esto, que nos ofrezca el silencio acvo en el que encontremos aDios y nos encontremos a nosotros mismos. Por eso el silencio no es un gesto sino un signo. No es algoque podamos introducir en nuestras celebraciones como otra accin cualquiera. No se puede hacersilencio porque ahora no cantamos o no hablamos. El silencio en la liturgia lo envuelve todo, lo tamizatodo. Aun as, dentro de este ambiente de silencio que lo envuelve todo, en la liturgia hay dos brevesmomentos de silencio importantes: el que sigue a la homila (cuntas veces el sacerdote termina lahomila y comienza a rezar el Credo de camino a la sede) y el que sigue a la Comunin. ste es el mssignicavo y l ya que es un momento privilegiado de adoracin nma, de encuentro con el Cristoque se nos da en la Palabra y en su Cuerpo. En este momento de la celebracin est todo dicho, ya nohay ms palabras: Cristo se nos ha dado y se ha obrado el milagro de su consagracin. No se puedeinterrumpir un momento as con nada que no sea el silencio y la oracin. Si elegimos un canto para

    este momento ene que garanzar este clima de silencio y oracin por lo que tenemos que ser muyexigentes con el contenido del mismo y la tonalidad del canto; ha de ser un canto de accin de graciasde carcter nmo, oracional, preferiblemente en tono menor. La asamblea est sentada, recogida enoracin, degustando ese momento nmo de comunin con el Misterio por lo que aqu slo cabe laactud que expresa santo Toms de Aquino en el Pange lingua: Que la lengua humana cante este mis-terio Dudan los sendos y el entendimiento, que la fe lo supla con asenmiento Himnos de alabanza,bendicin y obsequio.

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    EL CANTO EN LA LITURGIA

    La importancia que el canto ene en el contexto de la religin bblica es evidente. En el An-guo Testamento la palabra cantar aparece 309 veces y en el Nuevo 36. Cuando el hombreentra en contacto con Dios las palabras se hacen insucientes. La primera mencin del

    canto la encontramos despus del paso del Mar Rojo. La reaccin del pueblo ante el acontecimientode la salvacin que haba experimentado se relata as: Creyeron en Yahv y en Moiss su siervo. (Ex14,31) Entonces Moiss y los israelitas cantaron este cnco a Yahv (Ex 15,1). En la celebracinde la noche pascual seguimos cantando ao tras ao este cnco porque tambin nosotros nos sen-mos salvados.

    El culto judo inclua el canto de los salmos, la oracin bblica por excelencia. El mismo Jess cant du-rante la cena con sus discpulos: Despus de cantar los salmos, pareron para el monte de los Olivos.(Mt 26, 30). La lectura de la Tor en la sinagoga se haca con un recitado-cantado que inclua un giromeldico pico nal que favoreca la retencin del oyente. Al parecer, cada libro del Anguo Testamen -to tena un recitado diferente. No se entonaba igual el libro de Jeremas que el de las Lamentaciones oun captulo de Isaas.

    El canto litrgico se sita en esta gran tradicin histrica de experiencia de salvacin. Para el pueblojudo el paso del Mar Rojo quedar como el fundamento de su Alianza con Dios mientras que paralos crisanos el verdadero xodo es la resurreccin de Cristo que ha atravesado el Mar Rojo de lamuerte, que ha descendido a los inernos y ha abierto las puertas del triunfo. En la liturgia del pueblo

    de Israel, al igual que para nosotros hoy, el cnco de Moiss ocupa un lugar fudamental junto a lossalmos porque expresan lo que Dios ha hecho con su pueblo, y as lo cantamos: Mi fuerza y mi poderes el Seor, l fue mi salvacin. (Ex 15)

    El canto, un carisma del Espritu

    J. Razinger, en El espritu de la liturgia,nos recuerda cmo el Espritu Santo ense a cantar a David ypor medio de l a Israel y a la Iglesia. El canto es la nueva lengua que procede del Espritu en donde e-ne lugar la sobria embriaguez de la fe en cuanto que supera las posibilidades de la mera racionalidad.Cristo y el Espritu son inseparables, por lo que necesariamente los cncos inspirados nos conducena Cristo quien nos ha dado el Espritu que a su vez nos permite dirigirnos a Dios como Abb, Padre. Esun crculo trinitario perfecto en el que el canto es vehculo de comunicacin entre las tres personas dela comunidad trinitaria y nosotros, su pueblo.

    La primiva comunidad crisana es heredera de esta tradicin siendo connuamente exhortada a di-rigirse a Dios con cantos: Con el corazn agradecido cantad a Dios salmos, himnos y cncos inspira-dos. (Col 3,16); Cantad y celebrad interiormente al Seor. (Ef 5, 19). Probablemente se trata de lostres cncos evanglicos que la Iglesia reza en la Liturgia de las Horas: el de Mara (magnicat), el deZacaras (benedictus) y el de Simen (nunc dimis) as como de los numerosos cncos que se recogenen el resto de escritos del Nuevo Testamento (cartas paulinas y Apocalipsis). Podramos decir que erasu cantoral litrgico, con el que rezaban y cantaban a Dios en sus asambleas.

    En nuestras celebraciones litrgicas hemos heredado toda esta riqueza, especialmente en la Liturgia

    de las Horas, pero tambin en la eucarisa, en la que adems del canto de los salmos hemos incorpo-

    Publicado el 15 de junio de 2013.

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    rado otras aclamaciones de la primiva comunidad crisana como el maranath(ven, Seor Jess),el kyrie (Seor, ten piedad), el Gloria o el amn (que en palabras de san Jernimo, explotabacomo un trueno.)

    Cantar es cosa del amor (San Agustn)

    Ya que el Espritu est en el origen del canto religioso es interesante recordar la imagen nupcial con laque se nos presenta la relacin de Dios con el hombre. Dios se desposa con su pueblo con quien sellauna Alianza nueva. La alianza es la imagen de los desposorios y del matrimonio como vnculo de amorde Dios con el hombre y del hombre con Dios. De esta forma, el amor humano pasa a ser imagen de laactuacin de Dios con su pueblo. Pero puesto que la Alianza nueva se sella por el Espritu Santo, que esel amor, porque es Cristo que se nos entrega para siempre y nos conduce al Padre, y ese mismo Espritu

    es el origen del canto, podemos decir con san Agusn que cantar es cosa del amor.

    Cantar es un verdadero signo litrgico

    Teniendo en cuenta la tradicin bblica y la expresin del canto como carisma del Espritu, a lo largo de

    la historia de la Iglesia el canto ha ido adquiriendo ropajes propios de su empo as como tratando depuricarlo de todo aquello que no le era propio. La inuencia del canto litrgico popular fue usada porquienes propagaban doctrinas errneas divulgando as las herejas. Esto incit a compositores elesa la fe catlica y apostlica a componer himnos mtricos de fcil retencin para jar en la mente y enel corazn la verdadera doctrina. Baste recordar a san Efrn, Gregorio Nacianceno, san Ambrosio osan Agusn. Sin embargo, no todos los Santos Padres fueron unos entusiastas del canto en la liturgia.Algunos como san Juan Crisstomo, fueron muy crcos, por entender que la msica era un factor dedispersin y un halago de los sendos. En la Edad Media santo Toms se muestra un tanto cohibido aldefender el canto litrgico (cf. S Th II-II, q. 91, a.2). Estas actudes maniestan que en la Iglesia siempreha exisdo una preocupacin muy grande por el carcter autncamente religioso y litrgico del cantoy de la msica en el interior de las celebraciones.

    Posteriormente, enriquecido el canto con la polifona, se hizo presente en los monasterios y en lascatedrales hasta que con el Concilio Vacano II se convir en expresin de todo el Pueblo de Diosquien, mediante el canto litrgico, se une ms nmamente a su Seor parcipando de forma acva enaquello que celebra. De esta forma, puricndose de los excesos y desviaciones que le han acompa -ado a lo largo de la historia, el canto ha ido recuperando su verdadera funcin ministerial al serviciode la liturgia convirndose en signo litrgico en cuanto que es palabra, voz que proclama la Palabracon maysculas.

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    LA MSICA EN LA LITURGIA

    La expresin que ulizan los salmos para referirse al trmino cantar hace referencia a uncanto acompaado de instrumentos (probablemente instrumentos de cuerda). La Bibliagriega tradujo la palabra zamirporpsallein, que en griego signica puntear (sobre todo

    referido al sonido de los instrumentos de cuerda, el arpa o la ctara). Con ello estaban indicando que lossalmos (psallein), aun siendo un canto vocal, se entonaban acompaados de instrumentos musicales.Este modo concreto de rezar del pueblo de Israel cre una cultura que poco a poco se fue desarrollan-do aadiendo nuevos elementos culturales y nuevas expresiones musicales que en algunos casos fue-ron la puerta para amplias discusiones sobre el problema de la inculturacin. Oriente sigui siendo el

    a la msica puramente vocal mientras que Occidente adopt otras formas musicales como la polifona(el papa san Gregorio Magno, en el siglo VII fue el gran compilador de la msica litrgica y creador dela schola cantorumque fue por toda Europa divulgando ese repertorio que pronto tom el nombre decanto gregoriano).

    El rgano como principal instrumento acompaante

    La voz es el principal instrumento de la msica litrgica y no ser hasta la primera mitad del siglo XIcuando se normalice el uso del rgano en la liturgia. Una vez incorporado a la liturgia, el rgano haido conquistando tal presgio que se ha converdo en el instrumento por excelencia para acompaarel canto litrgico. Una de las primeras referencias de rgano desnado al culto es la de Tona en 888:

    Un presbtero llamado lvaro cerca que ha trado para la dedicacin de la iglesia de esta localidadcatalana un cliz, una patena, un Misal, un Leccionario y un rgano. En la primera mitad del siglo XI elrgano ya es considerado como un objeto litrgico ms, pero el carcter sacro del rgano ser deni-vamente sancionado por Santo Toms de Aqu