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Neopatrimonialismo, élite de poder y expansión de la burocracia ww::x.x%.>:.: . . . . . . “‘.‘.‘.‘,.‘,.‘.‘.:.:.:.:.~Q:~~~:~;::::~;::::::::::::::::::::::::::::::::::~:~~ . . . . . . . . . . . ,.,........,.A.................. ,.~ ..,................,.,.,../. <. _. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .., H. C. F. Mansilla 113 El concepto de patrimonialismo (.A. ,. ., .::.: ,::;:;.: :.?~.‘.*$:..<:.: w ..::ï >;>;*$..‘.:‘,.:.,>i .,,. :^::.:, ‘> ,,x;$xJ ;... , *.;:<:,.;,. ),...,> ,j. :, .,, I . . ,,,., ..I<_ . . ,.v.:y.: . . . ‘< . . . . . ..’ .,..‘.,.. ‘.:& :‘.. ., 5.’ .>. ..:..>,.‘::; 1,. s:” T? :y asta ahora no se ha logrado una caracte- :J”. rización adecuada de aquellos sistemas sociales en los cuales la propiedad pri- vada de los medios de producción no juega un papel decisivo, la llamada cuota estatal es relati- vamente alta en los terrenos de la producción, la distribución, la educación y la vida cultural y en los que la élite dominante se destaca por el control del aparato de Estado. En los regímenes patrimo- niales no se puede detectar una línea separatoria clara entre la propiedad y la soberanía, es decir, entre las esferas privada y pública. La propiedad privada goza obviamente de una existencia autó- noma, pero al igual que la vida íntima no está protegida efectiva y permanentemente contra los abusos provenientes del Estado. El Gobierno y la clase dominante son proclives a presuponer que les compete un derecho muy amplio de disponer sobre recursos materiales y humanos: sin adquirir propiedad (en sentido estricto) en la esfera de los medios de producción, esta élite se halla, dentro de ciertos límites, en la condición de gobernar el país de modo paternalista y de conceder puestos, honores, porciones de poder y recompensas mo- netarias según criterios muy peculiares y a veces desprovistos de una racionalidad a largo plazo, más o menos como un pater familias determina el uso de su patrimonio de acuerdo a su arbitrio’. Sólo algunos rasgos .-del orden patrimonial se reproducen en todas las naciones latinoamerica- nas del presente, especialmente en aquellas donde la herencia ibérica es aun vigorosa y donde las irrupciones de modernidad y la inmigración euro- pea han tenido un nivel relativamente bajo. Amé- rica Central y el area andina exhiben varias de las características de este ordenamiento social. El patrimonialismo es probablemente una variante del antiguo sistema basado en la tradición, en el cual el poder era ejercido de modo personal. La propiedad privada no está aún consolidada, ya que según normas no escritas el Estado puede suspen- der, restringir o repartir de nuevo las posesiones de derecho privado. La elite privilegiada, que debe su status excepcional al gervicio leal qüe presta al soberano, no dispone de derechos de propiedad, sino de oportunidades de usufructo, que pueden ser canceladas por el Estado en cual- H.C.F. Mansilla. s Política y Sociedad, 8 (1991), Madrid (pp: ‘113-124).

Neopatrimonialismo, élite de poder de patrimonialismo y expansión de la … · 2017-04-29 · privadas. La corona y la burocracia que interpre-taba sus designios en el Nuevo Mundo

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Neopatrimonialismo, élite de poder y expansión de la burocracia

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El concepto de patrimonialismo

(.A. ,. ., .::.: ,::;:;.: :.?~.‘.*$:..<:.: w ..::ï >;>;*$..‘.:‘,.:.,>i .,,. :^::.:, ‘> ,,x;$xJ ;... , *.;:<:,.;,. ),...,> ,j. :, .,, I . . ,,,., ..I<_ . . ,.v.:y.: . . . ‘< . . . . . ..’ .,..‘.,.. ‘.:& :‘.. ., 5.’ .>. ..:..>,.‘::; 1,. s:” T? :y asta ahora no se ha logrado una caracte- :J”. rización adecuada de aquellos sistemas

sociales en los cuales la propiedad pri- vada de los medios de producción no juega un papel decisivo, la llamada cuota estatal es relati- vamente alta en los terrenos de la producción, la distribución, la educación y la vida cultural y en los que la élite dominante se destaca por el control del aparato de Estado. En los regímenes patrimo- niales no se puede detectar una línea separatoria clara entre la propiedad y la soberanía, es decir, entre las esferas privada y pública. La propiedad privada goza obviamente de una existencia autó- noma, pero al igual que la vida íntima no está protegida efectiva y permanentemente contra los abusos provenientes del Estado. El Gobierno y la clase dominante son proclives a presuponer que les compete un derecho muy amplio de disponer sobre recursos materiales y humanos: sin adquirir propiedad (en sentido estricto) en la esfera de los medios de producción, esta élite se halla, dentro de ciertos límites, en la condición de gobernar el país de modo paternalista y de conceder puestos, honores, porciones de poder y recompensas mo- netarias según criterios muy peculiares y a veces desprovistos de una racionalidad a largo plazo, más o menos como un pater familias determina el uso de su patrimonio de acuerdo a su arbitrio’.

Sólo algunos rasgos .-del orden patrimonial se reproducen en todas las naciones latinoamerica- nas del presente, especialmente en aquellas donde la herencia ibérica es aun vigorosa y donde las irrupciones de modernidad y la inmigración euro- pea han tenido un nivel relativamente bajo. Amé- rica Central y el area andina exhiben varias de las características de este ordenamiento social. El patrimonialismo es probablemente una variante del antiguo sistema basado en la tradición, en el cual el poder era ejercido de modo personal. La propiedad privada no está aún consolidada, ya que según normas no escritas el Estado puede suspen- der, restringir o repartir de nuevo las posesiones de derecho privado. La elite privilegiada, que debe su status excepcional al gervicio leal qüe presta al soberano, no dispone de derechos de propiedad, sino de oportunidades de usufructo, que pueden ser canceladas por el Estado en cual-

H.C.F. Mansilla. s ’ ’ Política y Sociedad, 8 (1991), Madrid (pp: ‘113-124).

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quier momento. a ello debenatribuirse la baseprecaria sobrela cual se asientael poderde esteestratomerilocrátíco, su falta de aptitudes inno-vativasy su carenciade un espíritu independiente.

Este modeloexplicativo es aplicablea la reali-dadcontemporáneade AméricaLatinasólo de ma-nera fragmentariay puntual;numerosospaísesdeAsia y Africa tienen rasgosmucho más notoriosde un régimenpatrimonial,como ser la debilidadtnstitucionalde la propiedadprivaday las prerro-gativas mucho mayoresde una meritocraciade-pendientepor completodel Estado.Parala com-prensiónde la realidadlatinoamericanaparecein-dispensable,sin embargo,el insistir en la hipótesisrevisable de un orden social mixto, que incluyeelementos patnmonial-patemalistas, fimciones estata-les muy dilatadas en todos los campos y unaburocraciacomo ¿lite del poder (sin fundamentopropio en la esferade la producción).Se trata deun ordenamientosocialqueno es capitalistani so-cialista; estos conceptosenrocéntricosno poseenla capacidadde aprehenderuna evolución históri-ca que no estámarcadapor las configuracionessucesivasde la propiedadprivada de los mediosdeproducción.Todaslas variantesdel marxismonopueden,por consiguiente,aclarar la especificidadde un sistemasocial, en el cuai el Estadono es laagenciadel capital nacional o transnacionaly enel que el prestigio, el podery los ingresosno pro-vienen de la posesiónde los mediosde produc-ción, sino del manejodel aparatoestatal.Carece-mosaún de categoríasy conceptosadecuadosparaexplicar estos regímenesde forma satisfactoria.

El patrimonialismoen la herenciaibérica

u::,1 carácterde esta¿lite del poder ylas propensiones a la excesivaburocratizaciónde las Administra-

ciones públicas no puedenser comprendidasca-balmente sin recurrir al estatismopropio de laherenciaibérica en América Latina. En la investi-gación acerca de cuestionesde estratificaciónsocial, vida institucional y padronescolectivosdecomportamientoes conveniente,por lo tanto, elreferirse a la posición privilegiada del aparatoestatal y a la distribución de honores, poder yriqueza medianteel grado de accesoa las altas

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esferas del gobierno2. La España que conquistó yconfiguró el Nuevo Mundo no era un reino feudaltardío con unaaristocraciapoderosay con instan-cias intermediasrelevantes;las ciudades,las cor-poraciones,los parlamentosestamentarios(Cor-tes) y los terratenientesgozaban evidentementede notablesprivilegios, pero estabansimultánea-mentesometidosa la coluntadde la corona en ungrado tal que era desconocidoen la Europapre-absolutista. Ya en el siglo XVII la noblezahabíasufrido una transformaciónconsiderable:un esta-mento señorial, que al comienzo había poseídouna cierta autonomía, terminó por convertirseenuna meraélite del poderbajo las presionescons-tantes del gobiernocentral. Los monarcascaste-llanos reinaban sobre súbditos y no sobre vasa-líos. Mientrasqueelestamento nobiliario en Europa

Occidental representaba un cuerpo jurídicamentebien organizadoy delimitado, que disponíade uncódigo de honor y un comportamientoclaramentedefinido y de órganospermanentespara la articu-lación y defensade sus interesesespecíficos,la¿lite del poder no tuvo ni tiene hasta hoy uncarácter institucionalizado, ni órganos de repre-sentación,ni un código de honor3. En Españala¿lite del poder(o clasepolítica segúnel conceptoacuñadopor GaetanoMoscay T. B. Bottomore)se distinguió por su ineptitud, su esterilidad, sumiopía y su corruptibilidad; careció del ethos deservicio que ya habían desarrolladoburocraciascomparables en Europa Occidental, le faltó todaopinión y teorizaciónpolíticaspropias y diferen-ciadas,y se dedicóenteramentea la preservaciónde lo convencional.Puestoque su fundamentosereducía al favor real —no siempreprevisible—,esta¿lite se aferró a una sola virtud: la sumisióncon respectoal soberanode turno, contribuyendode estamaneraal dilatado estancamientoy luegoa la decadencia que la PenínsulaIbérica tuvo quesoportardurante la Era Moderna.

La monarquía española contrarrestó eficazmen-te todaslaspropensionesa la feudalizaciónen lasIndias Occidentales; las prerrogativas de este tipo,que en un comienzohabíansido otorgadasa losdescubridoresy conquistadores,fueron abroga-

das rápidamentedespuésde la conclusiónde lasgrandesexpedicionesy del sometimiento de losimperios aborigenes.Uno de los instrumentosparaello fue unadensaredde instanciasadminis-trativasy de funcionarios,cuya lealtada la lejanacoronase desmoronórecién en el siglo XIX conlas guerrasde la Independencia.La índole centra-

~RbES~,

lizada de esta burocracia, la reglamentacióncasiexhaustivade la vida cotidianay la actitudcesaro-papistade la Iglesiacatólica impidieron la forma-ción de clases sociales genuinamente autónomasquehubiesenpodidoconstituirun contrapesoseriofrenteal omnipotentegobiernocentral.A pesardeque terratenientes y magnates de la minería logra-ron reunir inmensasfortunas —que sintomática-mente no pudieron sobrevivir varias generacio-nes—, sepuedeafirmarcon algunaseguridadqueel único estamentoprivilegiado de maneracons-tante y claraduranteel coloniaje fue el funciona-nado de la corona4.

Esta constelaciónfue robustecidapor el carác-ter corporativo de la rígida estructurasocial,cuyossegmentosestabanaislados unos de otros y sepodíancomunicar sólo medianteel podercentra-lizado. Una importanteseriede factoresemparen-tados entre sí contribuyó igualmentea evitar elsurgimiento de centrossecundariosde podery adificultar el florecimiento de estratos sociales conuna baseindependientede sus fueros:el Patrona-to Realqueejercíala coronasobrela Iglesiacató-lica, el control sobrelos ayuntamientosmunicipa-les, los gremios y las asociacionesprofesionales,el privilegio de la coronade serla única fuentedelos más altos honores,de las prebendasmás ape-tecidasy de las recompensasmás cuantiosasy,finalmente, el instrumentonada despreciabledeconferir o quitar el statuslegal a un númeroeleva-do de corporaciones e tnstitucionespúblicas yprivadas.La coronay la burocraciaque interpre-tabasus designiosen el Nuevo Mundo acopiaron,por consiguiente,casi todos los medios del podery dieronlugara un estilodominacionalde corteab-solutista. La corona era vista como el origen detoda legitimidad, la encamaciónde la identidadna-cional y la personificaciónde la voluntadpopular.

En el Nuevo Mundo la administraciónvirreinalfomentó o, por lo menos,toleró una reparticióngenerosa de puestos, prebendas, honores y emolu-mentosa clientelas dilatadas; el fundamento delpoder burocrático fue consolidado y ampliadomediante la creaciónde vínculos muy ramifica-dos entre patrones y clientes y por medio de ladependenciaen la que caíanmuchosgrupossocia-les. El otorgamientopatrimonialistay paternalistade favoresestabatan bien dosificadoque la éliteburocráticadel poderno teníaque temerningunacompetenciaseria. (Las concesionesmineras,porejemplo, estabansometidasa variadascondicio-nes, reservándoseel Estadoel derechode propie-

dad y otorgandosólo el de usufructopor periodoslimitados, lo que podía ser revocado fácilmente.)Esta clase política5 se reproducíaa través delmétodode la cooptacióny no por derechoheredi-tario. Una peculiaridadde la tradición administra-tiva españolay portuguesaconsistíaen no definirclaramenteni los límites de las concesionesen elterreno económico,ni el carácterde las preben-das,ni las funcionesde los puestosestatales6;lasobreposiciónde las atribucionesburocráticas,laambigúedadde los cometidosoficiales, la insegu-ridad de los prebendariosy las disputas de losconcesionariosentre sí redundabanen provechode la autoridaddel podercentral y no favorecie-ron la autonomíade una posiblearistocracia.

Elementos sustancialesde esta herenciapatri-monialista, corporativa y paternalistase encuen-tran en aquellos ámbitos geográficosy sociales,en los cualeslas irrupcionesde la modernidadhansido fragmentarias y episódicas7. Pero algunosaspectos no del todo insignificantes de este legadohan permeadola estructurasociopoliticade todaslas nacioneslatinoamericanasy, en conjuncióncon la cultura cívica del autoritarismo, han contri-buido a afianzar la tendencia favorable al estatis-mo, que siempre ha permanecido latente en estassociedades.Esta constelación,cuyos componen-tes varian evidentementede país a país,se mani-fiesta en la elevadacuotaestatalen lo que respec-ta al comercioexterior, a las nuevasinversionesyal producto interno bruto, y esto en sociedadepresuntuosasabiertasal capitalismo,como Brasil,Venezuelay México8. Recién las corrientespro-piciasal procesode democratizacióny a la econo-mia de mercado a partir aproximadamentede1980 podrian significar un freno al patrimonialis-mo estatista latinoamericano.

La conjunciónde elementos

tradicionales y modernosen la actualidadlatinoamericana

o específicodel ordenamientosocial demuchos países latinoamericanos en laactualidaddebeservisto en la conexión

entre elementostradicionalesy modernos,entrela propiedadprivaday la públicade los mediosde

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produccióny entrepautasautoritariasde compor-tamiento e institucionesliberal-democráticas.AlEstadono se le puedeatribuir una mera funciónsubordinada permanentemente a los intereses«capitalistas»,ya que las instanciasestatalesy la¿lite burocrática del poder han desplegadounadinámica propia de crecimiento, parámetrosdedesarrolloa menudoautónomosy prácticasdomi-nacionalessingulares,sin tratar,por otra parte,dealcanzarun control exhaustivosobrelas activida-des productivas. Ellas han determinado, en elfondo, los criterios parala utilización de recursospúblicos (y a veces privados),y, tomando comoreferenciael viejo ordenpatrimonialista,han es-tablecido valoresde orientaciónen la esferapolí-tico-institucional. En estos países la iniciativaprivadasemuevedentrode un marcoregulado,ensus líneasgenerales,por la voluntad estatal, y encaso de conflictos con instanciasestatales,éstasllevan las de ganar. Las compañíasprivadastie-nen, por ejemplo, que competir con empresasestataleso mixtas, cuya gestiónno se destaca,engeneral,por su eficacia,pero que poseenun res-paldo financierovoluminoso,no necesitando,ade-más, preocuparse demasiado por alcanzar costosde producción realmentecompetitivos.Pinalmen-te la iniciativa privada tiene que entendersecongobiernos que tienen la bien ganada fama deimprevisibles:no es nadaextraño que un régimenfavorable verbalmente a principios liberales ycapitalistas implemente medidas propicias a lossectoreseconómicosestataleso —cosainsólita—decreterestriccionesde todo tipo a la propiedadprivada9. La cultura política del autoritarismonoes singularmenteproclive al florecimiento establede una economíade mercadode índole liberal acausade la dignidadsuperioratribuida a lo colec-tivo en detrimentode los individual y tambiénporla validez siempreprecariay relativa que tienenlos contratos,las leyes y las reglas de juego. Lainiciativa privadatiene, por ejemplo, que justifi-carse permanentementecontra la muy popularideología de los sagradosinteresesnacionales,segúnla cual los sectoresestratégicosde la econo-mía, incluyendo de manera obvía los recursosnaturalesy energéticosmás importantes,deberianpermanecersiemprebajo el control del Estado.Las autoridadesy la opinión públicamantienenladefinición de «estratégico»premeditadamenteenun terrenonebuloso,lo quepermiteen el momen-to adecuadouna interpretacióngenerosaen favorde los interesesvinculadoscon el Estado.

Los sistemaspatrimonial-paternalistasconvi-ven con estructurassocialesrígidasy con una ¿litepolítica poco numerosa,pero muy privilegiada;las posibilidadesde participación efectiva de lasmasashan estadolimitadaspor la apatíaculturalde las mismasy por la tendenciaa desalentarlosimpulsos espontáneosprovenientesde abajo quehubieransignificado la más mínima reducción delas prerrogativasexplícitas e implícitas del go-biernocentraly de la ¿Jitedel poder. En estepuntono se puedenconstatargrandesdiferenciasentrelos regímenesmás disímiles en América Latina:desdelos sistemasconservadoreshastalos expe-rimentos socialistastiendena diluir las pocasau-tonomíasmunicipalesy regionalesque existenenel papely a considerarque sus laboresy medidasconstituyenuna especie de actos de gracia enfavor de la población, la cual debe mostrarseagradecidapor la bondad paternalistaexhibidapor las autoridades.No es aún hoy corriente laconcepciónde que el Estado existe únicamentepor y para sus ciudadanosy que todos sus actosson(o deberíanser)prestacionesde servtcíosa lacomunidad.En lugar de ello es todavía usual elconsiderarque los ciudadanosforman una masade recursos,sobrela cual el Estadopuededispo-nercomosí se tratasede una partedel patrimoniogubernamental,cuya dilapidaciónha sido una delas constantesen la praxis administrativade todoslos regímenespaternalistas.

La creaciónde industriasestataleso subsidia-dasgenerosamentecon fondospúblicosy, almismotiempo, el surgimiento de sindicatos alentadoseinspirados desdearriba han renovadoel antiguomecanismode patronesy clientelas:el siglo XIXconoció ante todo masasde seguidoresde origencampesinoreunidasalrededorde un caudillo mi-litar o un terratenientede caráctercarismáticoyambicionespolíticas, mientrasque en la segundamitad del siglo XIX las clientelasse componendemiembros de partidos o sindicatos que se distin-guenpor la magnitudde su tamaño,la centraliza-ción del proceso decisorio y la indoctrinaciónreinante en su seno.

Esta evolución tuvo sus comienzoscon losregímenes populistas de Getulio Vargas en elBrasil (1930-1945, 1951-1954)y Juan DomingoPerón en la Argentina (1943-1955, 1973-1976);las nuevasclientelas, en las que abundala gentede origen provinciano expuestasa las insegurida-des del mercadolaboral urbano,reproducenpau-tas de comportamientoy valoresde orientaciónde

índole convencional, pero ahora dentro de unmarco de modernizaciónparcial e industrializa-ción incipiente.La fidelidad hacia el antiguo pa-trón rural se ha transformadoen una lealtad limi-tada temporalmentey alimentadapor considera-cionesde carrera,oportunidady pequeñosintere-ses del día, lealtad que preserva,empero, unaporción sustancialde ¡a vieja nostalgia por lamano duray la conducciónfirme de los caudilloscarismáticos.

Las clasesmediasurbanasapruebanigualmen-te una dilatación de las funcionesestatalesy laconservaciónde su carácterpaternalista,porqueun aparatoestatalflorecienteofrece posibilidadesnadadesdeñablesde trabajo, ingresosy seguridaden un mundocambiantee inestable.Precisamenteel hecho de que la administraciónpública y lasempresasestatales atribuyan una significaciónmenor a los criterios de eficiencia, rendimientoycontrol de calidad aumentael atractivo de unpuesto en el aparatogubernamental.Estos pará-metros juegan un rol secundariopara los cálcu-los de la ¿lite burocráticadel poder, para la cualla distribuciónde prebendas,la recompensade lasclientelas fieles, la consolidacióny ampliaciónde las propias posiciones y el afianzamientodeaudienciasleales representanaún hoy las lineasrectoras más importantes de su actuación pú-blica.

Desdeaproximadamente1960, cuandolosefec-tos de demostración irradiados por los centrosmetropolitanosinfluyeron sobresectorescadavezmás vastosde la sociedady los primerosresulta-dos del procesode modernizaciónalteraronpau-latinamenteel comportamientomasivo, las clien-telas comenzarona presentarexigenciasmás ele-vadas:no sólo puestosseguros,sino aquellosconchaquetay corbatay detrásde un escritorio for-man partede susdemandasestablesy tiendenaconvertirse en la condición de su obedienciatran-sitoria al patróniO. El antiguo rechazo al trabajomanual, propio de la herencia ibero-católica, sejunta con la inclinación a ejercerel poder,aunqueseaen una dosismínima, y un puestoen la buro-craciapareceser más favorablea estefin que unempleo en el sector de la producción. En estesentido se puedeaseverarque existen paralelis-mos entre los diferentessistemasde ordenamien-to social en América Latina: la modernizaciónparcial se combinacon la expansiónde las funcio-nes estatalesy simultáneamentecon la preserva-ción de pautas convencionalesde orientación.

Ejemplosde estaevolución sonlos cambiosrevo-lucionarios,entresitandesigualescomo los acae-cidos en México, Bolivia, Perú y Cuba, cuyacaracteristicamás sobresalienteha sido a largoplazo la ampliaciónde las tareasy funcionesdelEstado centralizadoi

La relaciónentre la élite

del poder y el Estado

o existen aún estudiosexhaustivosentorno a las ¿lites burocráticasdel poderen América Latina. La inexactitudcon-

ceptualque rodeaa estacategoríase debea quetodavía no han sido acuñados los intrumentosanalítico adecuadosa la realidadel Tercer Mun-do; lo mismo vale para la hipótesis del régimenpatrimonial-paternalista.

En todo caso pareceque la concepciónmar-xistade una clasedominanteen cuanto proletariade los medios de produccióny de un aparatoestataldestinadoa implementarin praxí los inte-reses de aquella clase, no posee una facultadexplicativa suficiente con respectoa un ámbitogeográfico y social conformadopor una evolu-ción totalmente diferente a la de Europa Occiden-tal.

De acuerdoa ClaudioVéliz’2, el aparatoestatalcentralizado constituye el pressure group másimportantey másprivilegiado en América Latina:habria logrado acrecentarsu influencia en todaslas esferasde la vida social mediantela dilata-ción de las instanciasburocráticas,la creacióndevínculos patronal-clientelísticos muy diversifica-dos,el control del campode la educacióny la uni-versidady por medio de un ascendientesustancialen el campode la economía.Aunque estahipóte-sis exhibe un carácter unilateral, englobanteypocoadecuadoa la realidadcambiantedel NuevoMundo, encierra un núcleo de descripciónveraz.Los gobiernoslatinoamericanoshan logrado, enefecto,convertir una buenapartede su funciona-ndo público en clientelasmanejablesdesdearri-ba; institucionescomo las FuerzasArmadas y laIglesiacatólica no hancontribuido a relativizar laimportancia de gobiernos altamente centraliza-dos; la iniciativa privadajuegaun rol muy inferiora susposibilidadesy a Is necesidadesde la socie-

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dad respectiva.Es cierto que significativos secto-res sociales han conseguido en determinadosperiodos y países la implantación de políticaspúblicas congruentescon sus interesesespecífi-cos, pero lo que no han obtenido ni de lejos estransformaral Estaoen un instrumentopermanen-te y confiable de susdesignios.

Algunosfactoreshancoadyuvadoa queelEstadomantengasuindependenciafrentea losotrosactoressociopolíticos.En casi todas las nacioneslatinoa-mericanasel Estado continúaejerciendo las fun-ciones de árbitro en caso de conflictos entre lossectores privados, los que prefieren los canalesburocrático-administrativospara solucionar disi-dencias en las cuales el Estado no está directa-mente involucrado. Ademásde estapeculiaridadde un ordencorporativo,el Estadoposeela capa-cídadde asimilar e integrar paulatinamentea losestradosy gruposque aparentementese hallan enrebeldía contra el sistema imperante. Un casostntomáticoes el de los intelectualesy absolven-tes universitarios,que por medio de puestosesta-tales llegan tarde o tempranoa los sectoresbiensituadosde las clasesmedias.La Administraciónpública constituye el empleadormás importantepara personascon formación universitariay, pa-radójicamente,también para la mayoria de losdisidentes, revolucionarios y críticos del ordenestablecido.La capacidadde crear prebendas,puestosy sinecurasy la de conferir honores yrecompensashan demostradoser factores indis-pensablesparala tareade domeñarexitosamentea los espíritusrebeldes.

Las pautasde comportamientoy los valoresdeorientaciónde las ¿lites del poderno sonen la ac-tualidad fundamentalmentedistintas de aquéllasprevalecientesdurante la épocacolonial. Los al-tos dignatariosy los funcionariosimportantessonpropensos—fuera de algunas loables excepcio-nes—a aprovecharsus posicionesy su influenciapara acumular algo de fortuna, lo que sirve parasufragarun alto nivel de vida, pero no para co-menzaruna carreracomo empresarioparticulari3.El consumode bienesde lujo, la manutencióndeseguidoresy el desembolsogenerosoy descuida-do de los mediosfinancieros extinguende modorelativamenterápido los caudales extraídos delerariopúblico;estasfortunasconseguidasdemaneramás o menos ilícita no duran por regla más queunao dosgeneraciones.Puestoque la pérdidadelstatussocial representa,de acuerdoa los cánonesprovenientesde la época colonial, una de las

mayoresdesgracias,los descendientesdel digna-tario arruinado tratan de recuperary superar elnivel de la fortuna dilapidada, que entre tantohabía adquirido el viso de lo legitimo y bienfundamentado.El resultadoes un círculo viciosode corrupción administrativa y desfalco conti-nuado de bienes fiscales, cuyas consecuenciasparalos fondos estatalesy para la cultura políticapredominanteno necesitanser reiteradas.La par-ticipación en el poderconcedea la clasepolíticalos frutos del éxito económico,sin haberen reali-dad trabajadopara estefin; de acuerdoa viejoscnterios castellanos,que en España misma sehan vuelto obsoletos,peroqueen AméricaLatinahan sido preservados,a la riquezase le atribuyelafacultadde otorgardistinción y honor, sobretodosi ha sido adquiridasin esfuerzo.Ya queun statussocialmente honorable es incompatible con untrabajomanualo con una ocupaciónque requierade genuinos esfuerzos, la profesión de políticopuro irradia una gran atracción. Personasde lasdiversas corrientespolítico-ideológicasaspiran aun cargo elevado en el aparato porque la ob-tención del mismo les permite alcanzar variasmetasal mismo tiempo: la garantíade un ingresofinanciero aceptable, el acceso a otras posibi-lidades de hacer negocios con fondos públicos,la auto-realización que brinda el ejercicio delpoder y el desempeñaruna actividad para lacual no se precisa ni una ¿ticamuy rigurosa, niconocimientos intelectualesdíficíles de adquirir,ni habilidades técnicas demasiadoespecializa-das’4.

No es una casualidadque en los paísesyamencionadoscon un gradomenorde moderniza-ción y una presenciamayorde la tradición cultu-ral autoritaria, la mayoría de los jefes de movi-mientosrevolucionarios,de los partidosmarxistasy hastade los movimientosguerrilleros provengade las ramasempobrecidasde linajes aristocráti-cos o de familiasdesclasadasde losestratosmediossuperiores.Estos caudillos en ciernes eligen elcamino de la praxis política o el de la revolu-ción armadaporquela carreraa lo largo del esca-lafón estatal,o el trayectodentrodel marcode Losgrandes partidos con aparatosburocratizados,oel esfuerzopor crear una empresapropia o elásperocamino dentro de la economíaprivadasemanifiestancomo faenaspenosas,llenas de espi-nas y dificultades que un hombre astuto debeevitar.

En la actualidadla clasepolítica latínoamerica-

~P&UWI*3

Neopatrínionialisnio, élite de poder... 119

na, que puede ser claificada como una élite buro-crática del poder, estáen contra de una estatiza-ción completade los medios de producción,sinauspiciar,por otra parte,el establecimientode unordenliberal en lo económicoy democráticoen lopolítico, puestal sistemasupondriael surgimientode instanciasmás o menos sólidad contra losexcesosde un Estadoomnipotente.Prefiere, porlo tanto, la continuacióndel actualestadode cosasque se distinguepor su ambiguedaden el terrenoinstitucional, económico y jurídico. La existenciade ambivalencias de todo tipo y, por consiguiente,de camposde accióndondelas reglasdejuego noson explícitas, brindan a la ¿lite burocráticamagníficasoportunidadesde aplicar inpraxi susfacultadesde interpretacióndecisoriaen favor desus propios intereses.Allí donde todo fluye, laclase política puede determinar soberanamentequé significa en realidad«sectorestratégicode laeconomía»o «reservafiscal»; como se sabe,bajociertas condicionesy períodosambascategoriaspuedenser suspendidasen favor de la iniciativaprivada. Este «derecho»de exégesisde las nor-masvigentesotorga a la élite espléndidasocasio-nes tanto de enriquecimientocomo de ejercerungenuino poder. Por motivos semejantesla clasepolítica tiene una marcadapredilecciónpor elsistemade licitacionespúblicaspara la construc-ción de grandesobras de infraestructura,para laadquisicióndebienesde todo tipo y paralas diver-sas operacionesde las empresasestatalesen laesfera de la producción, licitaciones en las queintervienencasi exclusivamentefirmas privadas.Como es fácil imaginarse,los argumentosdecisi-vos a la hora de adjudicar los contratosno sonsiempre los de la calidad tecnológica y de loscostesmás bajos.

Como no existe una clara línea demarcatoriaentre el sectorpúblico y el privado y entre lasreglasde juego y las facultadesinterpretativasdela burocracia, la ¿lite dispone de la ventaja depoder amenazara la iniciativa privada con laexpansiónde las funciones y la nacionalizaciónde algún rubro de la economíaen pro de lossagradosinteresesdel país.Pero estaclasepolíti-ca está en contra de una abolición total de lapropiedad privada.

Primeramenteen el sectorproductivoprivadose dan siempre excelentesoportunidadesparaparticipacionesdiscretas,para negocios lateraleslucrativos y para inversiones jugosas; seguida-mente la propiedad privada en los ámbitos no

productivostiene que ser afianzadacon todas lasgarantíaspara que la élite puedagozar de losfrutos que le ha redituadosu sacrificadalabor enlos asuntosde Estado.La propiedadinmobiliaria,la posesiónde objetosde artey de lujo, las cuentasde ahorroen los bancos,los signosexternosde unstatus social elevado (desdecasasde vacacioneshastaautomóvilesdeprestigio)y, demaneraobvia,los derechos jubilatorios deben ser protegidosefectiva y permanentementecontralos abusosdeparte del Estado. También bajo los regímenespatrimonial-paternalistalas oficinas dc catastroy de derechosreales funcionan de modo impe-cable.

Un estudiosobrelos intelectualesbrasileñoshaseñalado que en estos circulos progresistas escorriente hacer una fina diferenciación entre pro-piedad en sentido estricto y utilización de losbienesmateriales;medianteestasutileza el inte-lectual rebeldepuedeafirmar queno poseenadayque sólo usa las cosasque necesita,reservándosecuidadosamenteel accesoa aquellos privilegios,a los que nuncarenunciará’~.La situacióna largoplazo de las prerrogativasde la clasepolítica hasido casi siempreprecaria; la ambigíledady lafalta de normas jurídicas sólidas conllevan elriesgo de una caída repentina,sobre todo en losnivelesmásaltosdel ejerciciodel poder,ya queenaquellasesferasdel Gobiernoy de la Administra-ción rige la ley del más fuerte, prevaleceel prin-cipio del oportunismomomentáneoy triunfa amenudola ciegapotestaddel azar. Estaatmósferade incertidumbre e imprevisibilidad ha teñidoigualmenteel comportamientode los empresariosprivados,para quieneses indispensableel mante-ner toda clasede vínculos con la ¿lite el poder,puesto que tienen que ponderar diariamenteloseventualescambios en las políticaspúblicasy enla composición personaldel funcionariado, porunaparte, y los peligros inherentesa unaposibledilatación de tareasestatales,a una nacionaliza-ción (casi siempresin indemnizaciónequivalentea lo invertido) y a prácticasdilatoriasen cuantoserefiere a pago de deudasy obligacionescontrai-das legalmente.Dentro de estaconstelaciónmar-cadapor la inseguridad es comprensibleque lainiciativa privada exhiba una inclinación algodébil por inversiones a largo plazo y una propen-sión innegablementefuerte por gananciasapresu-radas; muchos empresarios,aún en los camposdondepredominala tecnologíamás moderna,noson más que avesde rapiña.

120 H.C.F. Mansilla

La tendenciaa la formación

de «clases estatales»

‘1unque la situación actual, relativamentemás favorable en todo el continenteaunaeconomíade mercadoy a la conso-

lidación modernizantede las reglas de juego delsistema liberal-democrático,parezcacaracteriza-da por un paulatino desplazamientode los ele-mentos patrimonial-paternalistasde antiguapro-veniencia, no hay que descartar totalmente laposibilidad de que el actual estado de cosas seprolongue todavía por un largo tiempo y que la¿lite burocrática del poder mantenga su posiciónprivilegiada. A pesarde las reprivatizacionesquehantenido lugar en Chile a partir de 1973 (y en laArgentina desde 1984 pero en un grado muymodesto), el Estado ha sabido preservar en Amé-rica Latina su rol decisivoen la esferaeconómica,que se extiendedesdelos serviciospúblicoshastael sistemabancariopasandopor la administraciónde los recursosnaturales.Este rol es particular-menterelevanteen todosaquellosproyectosdon-de se precisangrandesinversionesy la tecnologíamás avanzada.Aunque generalizacionesrevistenen las cienciassocialesel carácterde lo precarioy temerario,no es inútil el referirsea las conclu-sionesqueHartmutElsenhansextrajodeunanotablecompilación de materialesempíricos.De acuerdoa su hipótesis,el crecimientodel sectoreconómi-co estatalen todoel TercerMundo es mucho másaceleradoque el incrementodel procesoequiva-lente (la acumulación primigenia) en los paisesactualmenteindustrializados,lo que representariaun fenómenohistórico totalmentenuevo’6. SegúnElsehansla expansiónde la actividad económicadel Estadoconstituiria la baseparael florecimien-to de la clase estatal o burguesía de Estado, lacual se apropiaríaen forma colectivade los exce-dentes elaborados por toda la comunidad. Unmanejo técnica y juridicamenteadecuadode fon-dos públicos, incluyendo aquellos de las empresaspara-estatalesautárquicas,es imposiblede garan-tizar porque faltan mecanismosefectivos paracontrolar desdeabajo las instanciasgubernamen-tales y porquela supervisión interinstitucionalnoconforma un instrumentoidóneo para tal fin. Lastradicionesculturalesen el Tercer Mundo no con-tribuyen a fomentar un interéspermanentede la

poblaciónpor controlar —con conocimientosufi-cientede los detallestécnicos—el funcionamien-to del aparatoestatal; la ¿lite del poderno tiene,obviamente,ningunaprisapor despertaractitudescriticas de ese tipo ni por elevar el nivel de losmedios de comunicación que pudieranocuparsede esta problemática.La clase política favorecemás bien un aparatoestatal materialmentedilata-do, pero funclonalmentecaótico. Otros factoresque apuntanen la mismadirección son la tenden-cia a grandesproyectosde infraestructurae indus-trialización que se realizan por motivos de presti-gio o de copiarla civilización metropolitanaen unlapso de tiempo muy breve,reproduciendoprefe-

17

rentementesus aspectosllamativosy exterioresy laspresionesqueemanandelospropiospaisesme-tropolitanosbajo laaparienciadeefectosdedemos-tracióno fascinacióno de la necesidadde aceptarcréditos, ayudasy donacionesde toda índole.

La expansióndel sectoreconómicoestataltie-ne quever tambiéncon la estrategiamodernizantede la ¿lite del poder, que se halla de maneraincipiente bajo la obligación de justificar susfuncionesy prerrogativas.La densaredde comu-nicacionesque caracterizaal mundocontempora-neo ha conducidoa que las clientelasy los secto-res popularesexijan un desarrollocomparablealde los paísesmetropolitanos.Parano seracusadade inmovilismo y de una política públicapocodi-námica, la ¿lite burocráticaha emprendidounamodernizaciónde la infraestructura,de los servt-ctoseducativos,medicinalesy socialesy del aparatoproductivo, mediante lo cual se consigue unaampliaciónde su basede apoyoy de susclientelasfieles. Este procesono puedeser comparadoade-cuadamentecon la acumulaciónprimariade capi-tal en EuropaOccidental,puestiene lugar en unmareoreferencialtotalmentedistinto, en un lapsotemporal mucho más breve y con la intenciónexplícita de satisfacernecesidadesinmediatasdela población,y, simultáneamente,sin inducir unaculturapolítica modernani unaéticalaboral basa-da en los principios de eficaciay rendimiento.Laexpansión de los segmentos administrativos yburocráticosno correspondea un aumentoconve-ntentede la cantidady la calidadde las prestacio-nesa las que estosentes públicosestánobligadospor ley; uno de los pocos éxitos que se puedenatribuir a estaevolución es la creaciónde institu-cionesespecializadasparaabsorbera una partedela fuerzalaboralde los estratosmedios:un núme-ro verdaderamentenotablede oficinas de plariifi-

~PMRW¡b

Neopatrtmonialistuo, élite de poder... 121

cación y desarrollosirve paraempleara los absol-yentes universitarios que de otra manerapodríanconveflirse en un potencial revolucionario muypeligroso para la estabilidad del régimen”.

La Administración pública en América Latinaha sufrido en las últimas décadasun innegableproceso de modernizacióny profesionalización,pero algunos rasgos de la vieja tradición hanpermanecidoinalterados.La corrupción en todoslos niveles, las prerrogativas no codificadas de losaltos funcionarios, la falta de una competenciaabierta de idease ideologías,el renacimientodelos vínculosde patronesy clientesbajo un ropajemodernoy el ansiapor ejercerel podersupremohan ido adquiriendopaulatinamenteformas másrefinadas y complejas, pero sin abandonarporcompleto el núcleo proveniente de la herenciaibero-católica.Varias fraccionesde la ¿lite buro-cráticahan adoptadoentretantoel carácterde unameritocracia: el accesoa ella —especialmenteenlas empresasdel sectorproductivoy en los minis-terios especializados—dependede un diploma yun estudio exitosoen la universidado en las es-cuelastécnicassuperiores.Estaprecondiciónvale,sin embargo,sóloparael ingresoa los grupose in-stanciasprivilegiadas;una vez adentro, los crite-nosderendimientodejanpocoa pocodetenerini-portancia, lo que es particularmentemanifiestoconrespectoa habilidadesinnovadorasy a impul-sos racionalizadores.Dentro de la clase políticaen sentidomás estricto,los parámetrospara el re-clutamientodestinadoa los nivelessuperioressonlos convencionales:cooptaciónsegún la casuali-dad, la fidelidad hacialos caciquespolíticosy lashabilidadesindividualesde abrirse paso.El resul-tadono esuna burocraciaque trabajasegúnprin-cipios legalesy racionales,sino un sistemapatri-monial-paternalistamodernizadoparcialmenteydotado de un barniz de tecnologíaadministrativaimportado de la civilización industrial del norte’9.

Burocratizaciónde la administración

pública y su potencialantidemocrático

art

na consecuenciaimportante de la mo-dernizaciónparcial de regímenespatri-monial-paternalistasconsiste en el au-

mentode las instancias,los puestosy losprocedi-

mientosque tienenque ver con los trámitesadmi-nistrativosparael granpúblico. Comose sabe,lossueldos e ingresos de los funcionariosestatalesson desde la época de la colonia relativamentebajosy las pretensionesde los empleadosbastantealtas. Es, por lo tanto, comprensibleque los Lun-cionanos insistanen ser colocadosen cargosquetienen contactodirecto con el público porqueasípuedenmejorar sus remuneracionesmediantelostrucos que sonconocidosdesdehacesiglos: pue-den atrasar,complicaro denegarun trámite en elcasode que los ciudadanosno exhibanla genero-sidaddebida.En la mayoríade los casosbastaconanunciar la posibilidad de esos artificios paralograr el resultadoapetecido.

Por otraparte,cadavez más esferasde la vidasocial están siendo sometidas a un proceso deregulación legal, lo cual es percibidopor la opi-nión públicacomo un efecto lateral ineludible dela modernizacióny del incrementoconcomitantede la complejidaden el mundoactual. Los trámi-tes que algunavez tienequehacertodociudadanose transformanen más complicadosy más caros;actividades,que antesestabanal margende todalegislación,pasanahoraa serobjeto de leyesy dereglamentacionesadministrativas.En los nivelesmás altos de la burocraciase puedediscernirunaevolución similar hacia lo complejo (y turbio).Todo el campode las licitacionespúblicas,conce-siones, adquisicionesy labores emprendidasporcuentadel Estadoha experimentadoen la últimasdécadas un crecimiento inusitado,entreotrascausasporquese hancreadoinumerablesentesguberna-mentalesque se ocupande planificar, financiareimplementar los proyectos de desarrollo. Losproductoselaboradosen las empresasestatalesnose distinguenprecisamentepor su calidady pre-cios competitivos,pero el aparatoque administrasu fabricaciónse ha vuelto cada vezmás intrans-parente.Esta cualidades aprovechadapor la ¿litedel poder, ya que la situación caótica prevale-cienteen todoel sectorestatalpermite la duplica-ción (o multiplicación)defuncionesy la colocaciónde amplias clientelaspolíticas bajo el dadivosopresupuestodel gobierno. En estepunto existensimilitudes sintomáticas entre el régimen conser-vador del Paraguay y el modelo socialista deCuba20.

La modernizacióntecnófila y autoritaria quetiene lugar bajo los sistemaspatrimonial-paterna-lista tiende a consolidaruna democraciatutelar,cuyas característicaspremodernasson visibles.

~a3I3Sb

122 H.C.F. Mansilla

Las facultadesdel poder ejecutivo se han incre-mentadonotablemente,mientras que el legislati-vo y el judicial han permanecidocomo instanciassecundarias, cuyo prestigio en la poblaciónsiguesiendoreducido. Los procesosdecisoriosno tie-nen lugaren el parlamento,y el poderjudicial nose percibe a si mismo como el guardián de underechoobjetivo y fortalecidoademáspor la tra-dición y el pensamientojurídico teórico, sinocomo el intérpretede la actuacióngubernamentalen el marco legal existente.El poderjudicial estápreocupadoantetodo,comoafirmóManfredMols2’,en encarrilar los actosde la Administracióny delgobiernodentro de formasjurídicascorrectasy noen afianzarsu posiciónfrente al poderejecutivoysusposiblesabusos.

Unamodernizaciónprofunday permenentepuedeserfrustradapor una ¿lite del poderque es, en elfondo, demasiadocodiciosa,incompetentee inca-paz de innovacionesgenuinas, y cuya máximahabilidad ha consistidoen aprovecharinstrumen-talmente los fenómenosde modernización,profe-sionalización y tecnificación parcialespara per-petuarsus privilegios e indirectamentepara con-servar la culturapolítica tradicional. El EstadoenAmérica Latina ha inducido en las últimas déca-dasun progresoinnegableen áreascomo infraes-tructura, industrialización,salud pública y expan-sión de las oportunidadeseducativas,pero no hapodido o querido fomentar la autonomíaindivi-dual, el espíritu critico, la transparenciade lasfunciones gubernamentaleso la participaciónsustancialde la colectividaden los grandesplanesde desarrollo.La dilatación de las funcionesesta-tales22ha dejado incólume la rígida estructuradejerarquíassocialesbajo el manto de necesidadestécnicasinevitablesy ha complicadola vida coti-dianade los ciudadanoscon regulacioneslegalessuperfluasy con un enrevesamientode todos lostrámites administrativos.«El Estado y la Admi-nistraciónpública no sonhoy en día herramientas,sino obstáculospara el desarrollo»23.

En estecontextono es extrañoque fragmentosde la teoríamarxistay de las doctrinasrevolucio-narias se hayan transformadoen ideologías quejustifican las intencionesy las prácticasdomina-cionales de la ¿lite burocrática, postulandounaampliación ilimitada de las funcionesestatalesydefendiendoel rol privilegiado de los profesiona-les que dirigen los grandesprocesoshistóricos24.

Los esquemasteóricosque conciben al Estadocomo la mera agenciade interesescapitalistaso

de interesespreburguesesno estánen condicionesde aprehenderla función más o menosautónomadel Estado en el terreno económicoy, al mismotiempo, el florecimiento de una ¿lite burocráticadel poderque, aunquedisponiendosólo del usu-fructo de los bienesde producción,se ha conver-tido en el estratoprivilegiado en la mayoríade lospaíses latinoamericanos25.

NOTAS

El conceptomodernode orden patrimonial ha sidoacuñadopor Max Weber. Cf. su obra Wirtschafi undCesellschaft. Grundriss der verstehenden Soziologie(= Economía y sociedad.Resumen de la sociología com-prensiva). Túbingen, Mohr-Siebeck, 1956, vol. 1: p. 133,136, 138 y Ss; vol. 11: PP. 588-632, particularmentep. 591y 55.

2 El análisisdc los aspectosrelativos a la cambianteconstitución de la propiedadprivada en los medios deproducción tiene ciertamenteun sentidoclaro cuandolasecuenciaevolutiva de los sistemassociales estádeter-minada o, por lo menos, fuertemente influenciadaporaquella conformación del derecho propietario —comohasido el casode EuropaOccidentaldcsde la EdadMedia.Pero la expansiónde esteteoremaexplicativoa todos losperíodosy espacios—comolo hizoKarl Marx al apoyar-se acriticamenteen ÁdamSmith—desconocela múltiplefundamentaciónde sistemas sociales y particularmentede aquéllosen los cualesel manejodel aparatoestatalesel criterio decisivo para la estratificaciónsocial—. CfLa obra pionera de WITTEOCEL, Karl, A.: Me orienta/ir-che Despotie. Ene vergícichende UnterschungtotalerMacht(= El despotismooriental.Una investigacióncom-parativa sobre el poder total). Frankfurt/Berlin, Ulístein,1977, p. 379 ss., 470 ss.,478 ss.

MARAVALL, JoséAntonio: Podenhonor y élitesenel siglo XVIII Madrid, Siglo XIX, 1979, pp. 160, 192,199, 256, 301 y ss. Según ésta y otras fuentes, losmiembros de estaélitc del poder proveníande la bajanoblezay de los estamentosmedios,y estabanencandi-lados por las posibilidades de ascenso social rápido y decompartir el poder. Por ello practicabanuna intensadevoción, falta de toda crítica y distancia,con respectoa la corona.De acuerdoaMaravalí,estaéliíe no seformodesdelos castillosde la EdadMedia, sino a partirde «lasestructurasadministrativasdel Estadomoderno» (ibid.,p. 192).

GóNu,oR&, Mario: Studiesin the Colonial Historv ofSpanish An,e,-ica. Cambridge, Cambridge VP., 1975,passim; cf también, como ayuda bibliográfica, GRIF-FIN, Charles C. (comp.): Latin America: A Cuide¡o ¡heHistorical Literata-e. Austín, TexasVP., 1971, pp. 23-31.

Cf., entreotros, RENrXSN CORONA, Armando: «Enfo-ques sobre la élite del poden>, en RevistaMexicana deSociología,vol. XLI, nY 4, octubre-diciembrede 1979,pp. 1335-1367.

Cf MORSE, M. Richard: «TEe Heritage of LatinAmerica», en WJARDA, HowardJ. (comp.):Po/iñesandSocial Change in Latin A>nerica. The Distinc¡ Tradition.Amherst, MassachusettsU.P., 1982, p. 56; cf el excelen-te estudio de SARFATTI, Magali: Spanish BurcaucratiePatrimonialisn, in America. Berkeley, California U. 1’.,1966, passim.

Cf., entre otros, ScIIWATZMAN, Simon: «Back toWeber: Corporatism and Patrimonialism in the Seven-ties», en MALLOY, JamesM. (comp.): Authoritarianismand Corporatism in Latin America. Pittsburgh, Pitts-burgh U.P., 1977, Pp. 89-106; KAUFMAN, Roben R.:«Corporatism, Clientelism, and Partisan Conflict», enibid., Pp. 109-149; FírzoisuoN, Russell H., y FERNÁN.DEz, Julio A.: Latin America: Political Culture and Deve-lopment. EnglcwoodCliffs, Prentice-Hall, 1981, passim;WiÁnnA, HowardJ.: «Corporatismand Development inthe Iberie-Latin World: PersistentStrains and New Va-riations»,en Tite ReviewofPolitics, vol. 36(1974),n.0 1,p. 3 y Ss.; WIARDA, «Political Culture and National De-velopment: In Searchof a Model for Latín America»,enLatin AmericanReserarchReview,vol. XIII (1978), n.01, p. 261 y ss.

8 Datosempíricosacercade la expansiónde la cuotaestatal en paisesno socialistasdel Tercer Mundo ymotivos para estedesarrollo en un importantelibro deELSENHAN5, Hartmut: Abitángiger Kapitalismus oderbllrokratische Entwicklungsgesellschaft. Versuch aherden Staatin derDritten Welt (= Capitalismodependienteo sociedad burocrática en vías de desarrollo). Frankfurt/New York, Campus,1981, pp. 15-19.

El gobierno del General Hugo Banzer en Bolivia(1971-1978),quellegó al podercon la colaboraciónmáso menosabierta de los empresariosprivados, no llevó acabo ningunade las reprivatizacionesprometidasy másbien dilató las funciones empresarialesdel Estado yexpandióenormementeel número de funcionariosy em-pleadosde la administraciónpública boliviana.Antes deque el gobiernomexicano—conocidopor su benevolen-cia haciala iniciativa privada—estaticeel sectorbanca-rio y crediticio en 1982, había ya logrado establecer uncontrol muy amplio sobre las Cámaras dc Industria yComercio,es decir, sobre los órganosde representacióngremial y articulación dc intereses de los empresariosprivadosmexicanos.Sobre estocf PURcELL, John F. II.,y KAUFMAN PURCELL, Susan: «Mexican Business andPublic Policy», en MALLOY, James M. (comp.): op. cit.(nota 7), pp. 191-226,especialmentep. 195 ss. (acercadeelementos patrimonialistas).

W VÉLtZ, Claudio: The Centralist Tradition of LatínAmerica. Princeton, Princeton LP., 1980, p. 287 (acercade la naturalezaprimordialmenteconservadorade lasdemandasde las clientelas, aunque éstas exhibiesenpúblicamenteun comportamientorebeldeo revoluciona-no: «Neither industrial nor revolutionary, the prevailingethos was distinctly bureaucratic.The aspiration com-mon to the urbanmidle and lower sectoresas well as tothe children of industrial workers was [...] to join thebureaucracy»).

VÉLíz: ibid., p. 9; cf unaperspectivateóricadistin-ta: KAPLÁN, Marcos, «El Leviatán criollo: estatismoysociedad en la América Latina contemporánea»,en:RevistaMexicana de Sociología, vol. 40, nY 3, julio/septiembrede 1978, p. 818 y Ss; OSZLAK, Oscar: «Criti-cal Approachesto the Study of State Bureaucracy.ALatin American Perspectives>, en International SocialScienceiournal,vol. 4 (1979), Pp. 661-681.

2 VELIZ, Claudio: «Centralism and Nationalism inLatin America»,en WIARDA, Howard J. (comp.), op. cit.(nota 6), p. 218 y Ss.; WIARDA, Howard J., «Law andPolitical Development in Latin America: Toward a Fra-mework for Analysis», en ibid?, Pp. 269-271.

‘~ «[...] English-speaking men generally sought thepower of money, while, by contrast, in the Hispanicworld both Spaniards and Spanish Aniericans pursuedthe money of power; PIKE, FrederickB.: «SpanishAme-

rica 1900-1970: Tradition and Social Innovation», enWtARDA, Howard J. (comp.): op. cit. (nota 6), p. 205(segúnuna expresiónde Ramiro de Maeztu).

‘~ Sobreestosaspectosde la élite latinoamericanadelpodercf MERCtERVEGA, Luis: Roads¡o Power in LatinAmerica. New York, Praeger,1969; MERcíER VEGA, Larévolutionpar lEtaL Une nouvelleclassedirigeanteenAnzériqueLatine. Paris, 1978; para el casomexicanocfGONZÁLEZ PrNEDA, Francisco y DELHUMEAU, Antonio:Los mexicanosfrente al poder. México, 1973; MOL[NAPíÑEIRO, Luis: Estructuradel podery reglas del juegopolítico en México. México, 1976. Sobre la obsesiónporel poder que acarician no pocos intelectualescf PAz,Octavio: El ogro filantrópico. Barcelona, Seix Barral,1981, p. 324.

“ DEMO, Pedro: «lntellektuelle oder schlitzohren?»(= ¿Intelectualeso genteastuta?),en: Anuario. Jahrbuchfar Bildung, Gesellschafiundpolitik in Late Inamerika(= Anuario para la educación,la sociedady la política enAmerica Latina), vol, 12 (1984), p. 30

‘6 ELsEM1n~s, Hartmut: op. ci¡. (nota 8), p. 13-19.“ Ibid., 25: Elsenhansmencionala tendenciade la

clase estatal hacia un «despilfarro acrecentando»quetiene lugar de modo centralizado,perodesligadode todocriterio de rentabilidady respetopor las finanzaspúbli-casen las llamadas«sociedadesburocráticasen vías dedesarrollo»(ibid., p. 24 ss.).

“ Sohreestaproblemáticacf RAINER, Frey y ScHNEi~DER, Hans-Peter«Óffentliche Verwaltung in Entwick-lunqslandem. Uberlegungen,Fragestellungenund Pers-pektivennr Verwaltungsférderung»( La administra-ción pública en los paísesen desarrollo. Reflexiones,cuestionesy perspectivaspara eí fomentode la adminis-tración), enAnuario, íoc. ciÉ (nota 15), p. 140 y Ss. (parauna crítica al teoremade Elsenhanscf ibid., Pp. 151-209); WOLFF, Jtirgen H.: Planung in Entwicklungslan-dern. Eme Dilanz aus politik-und verwaltungswissens-chaltlicher Sicht (~= Planeamientoen paisesen desarro-lío. Un balance de las cienciaspoliticas y administrati-vas). Berlín/W, 1977; OBERNDÓRFER, Dieter (comp.):Verwaltungund Politilc in der Dritten Welt. Pronblems-kizze, Falístudien, Bibliograpitien ( Administración ypolítica en el TercerMundo. Esbozodel problema,estu-dios de casos, bibliografia). Berlín/W, 1981 (especial-mentePp. 29-57); ILLY, Hans, F: «SanktBúrokratius inderOrillen Welt. Aufstieq und Versagender administra-tiven Bourgeoisie»(= SanBurocracioenelTercerMundo.Ascensióny fracasode la burguesíaadministrativa),enKALTENBRUNNER, G. K. (comp.):Der Apparatschik(= Elhombre del aparato).Friburgo, 1976, pp. 99-110.

‘~ Cf RUDOLPH, Lloyd 1., y HOEBER RUDOLPH, Susan-ne: «Autoridad y poderen la administraciónburocráticay patrimonial. Una interpretación revisionista de lasideas de Webersobre la burocracia»,en OsZLAK, Oscar(comp.): Teoría de la burocraciaestatal. Enfoquescríti-cos. BuenosAires, Paidós,1984, Pp. 121-161;MÁRQUEZ,Viviane, y GODEAU, Rainer:Burocraciay políticaspúbli-cas: perspectivadesde América Latina, en ibid., 382-408.

20 TURBER, Clarence E., y GRAHAM, Lawrence 5.(comps.): DevelopmentAdministration in Latín Amen-ca. Durham, Duke LP., 1973; LA PALOMnAPA, Joseph(comp.): Bureaucracyand Political Development.Prin-ceton, PrincetonLP., 1963, p. 34 y ss.; BRIJNNER, JoséJoaquín:«Cultura y crisis de hegemonía»,en Pensamien-¡o Iberoamericano,n.0 Sa, enero/juliode 1984, Pp. 249-310; SÁHATo, Hilda, y CAvARozzí, Marcelo (comps.):Democracia,orden político yparlamentofuerte. BuenosAires, Centro Editor de América Latina, 1984.

21 MoLs, Manfred: Demokratie in Lateinamerika(~ Democraciaen América Latina). Stuttgart, Kohlham-mer, 1985, p. 158.

22 Cf. O5ZLAK, Oscar: «Notas críticas para unateoríade la burocraciaestatal»,en OsZLAK (comp.): op. ca.(nota 19), Pp. 251-307; BORNEO, Oracio: «Las relacionesentreel gobierno central y las empresaspúblicas», enibid., Pp. 344-381; KAPLÁN, Marcos: «RecentTrendsofthe Nation-State in ContemporaryLatin America», enInternational Political ScienceReview,vol. 1985, n.0 1;CARnoso, Femando Henrique: O estado na AméricaLatina, Río de Janeiro, 1977; POTANTIERO, Juan Carlos:«La democratizacióndel Estado», en PensamientoIbe-roamericano,n.0 Sa, enero/juliode 1984, Pp. 99-126.

23 SCRNEIDER, Frey: op. cii. (nota 18), p. 207; cf.también Ame, Robert F., y PomAs, Guy E.: LatinAmerica. Tite Politics of Immobility. EnglewoodCliffs,Prentice-Hall, 1974, p. 288 y ss.; HANIScH, Rolf, yTETZLAFF, Rainer: «Der staat in Entwicklungs lándernals GegenstandsozialwissenschaftlicherForschung( ElEstadoen paísesen desarrollocomoobjeto de investiga-c’ónencienciassociales),en HANIscH y TETZLAFF (comps.):Studien zum Veritalínis von Herrschafi raid Cesellschafiin Entwicklunsldndern(= Estado y desarrollo. Estudios

sobrela relaciónentrepodery sociedaden paísesen des-arrollo). FrankfrrtlNew York, Campus1981, p. 15 y ss.

24 Cf ELSENHAN5, Hartmut: Op. ciÉ (nota 8), p. 214y Ss.; cf tambiénel importanteteoremadeque el marx-ismo ha sido desdesuscomienzosla ideologiajustifica-toria de los intelectualesen el camino al establecimien-to de su propiaclasecomodominante:OYORGY, Konrad,y SZELÉNY, Iván: Die Intelligenz auf dem Wege zurKlassenmacht( La inteligenciaen el camino hacia elpoder de clase). Frankfurt, Suhrkamp,1981, p. 112.

25 Cf también, KAPLÁN, Marcos: La formación delEstado nacional en América Latina. Santiagode Chile,Editorial Universitaria 1969; OsZLAK, Oscar: «The His-torical Formation of the State in Latin America», enLatin AmericanResearchReview,vol. 16 (1981), n.0 2,Pp. 3-32; O’DONNELL, Guillermo: «Apuntesparaunateo-ría del Estado»,en O. O5ZLAK (comp.):op. cit. (nota 19)pp. 199-250; GRACiARENA, Jorge: «El Estadolatinoame-neano en perspectiva:figuras, crisis, prospectiva», enPensamientoIberoamericano,nY 50, enero/juniode 1984,PP. 39-74; SOTELO, Ignacio: «La cuestióndel Estado: es-tado de la cuestióndesdeunaperspectivalatinoamerica-na»,en ibid., pp. 75-92;LECHNER, Norbert (comp.): Esta-doypoderen AméricaLatina. México, Siglo XXI, 1981.

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