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PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
CUARTA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
204-2016 15 QUINCE DE JUNIO DE 2016 DOS MIL DIECISEIS
TOCA NO. 204-16
ELIMINADO APELANTE ELIMINADO ELIMINADO
MAGISTRADA PONENTE: ELIMINADO
San Luis Potosi, S.L.P., a 15 quince de junio de 2016 dos mil dieciséis.
V I S T O para resolver el toca 204-16 formado con motivo del recurso de apelación interpuesto por
ELIMINADO en contra de la sentencia definitiva de fecha 20 veinte de noviembre de 2015 dos mil quince, pronunciada
por la Juez Tercero de lo Familiar de esta Capital, dentro del expediente 1933/2013, correspondiente al Juicio Ordinario
Civil por Pérdida de la Patria Potestad promovido por ELIMINADO en contra de ELIMINADO ; y,
R E S U L T A N D O :
PRIMERO:- La sentencia emitida en primera instancia y que se combate en esta vía de apelación contiene
los siguientes puntos resolutivos: "PRIMERO.- Este Juzgado Tercero de lo Familiar fue competente para conocer del
trámite del presente juicio. SEGUNDO: La Vía Ordinaria Civil que hizo valer la promovente fue la correcta. TERCERO: La
parte actora, ELIMINADO compareció a juicio con personalidad, en tanto que el demandado ELIMINADO fue
declarado contumaz. CUARTO: Por los motivos expuestos en la presente resolución se decreta la pérdida de la patria
potestad que ejerce ELIMINADO respecto de la menor ELIMINADO en la inteligencia, de que esta condena no lo
excluye de cumplir las obligaciones de proporcionar alimentos a la menor, por lo que queda sujeto a las mismas en
beneficio de su menor hija, quien quedará bajo los cuidados y atenciones de quien tiene el ejercicio de ese derecho, que
en el caso que nos ocupa de su señora madre ELIMINADO . QUINTO.- No se hace especial condenación en costas y
gastos. SEXTO.- Se declara improcedente la prestación de alimentos y de pago de adeudo que por concepto de
alimentos hizo valer ELIMINADO a favor de la menor ELIMINADO SEPTIMO.- Notifíquese personalmente".
SEGUNDO:- Inconforme el demandado ELIMINADO con la sentencia cuyos puntos resolutivos quedaron
transcritos, interpuso en su contra recurso de apelación; medio de impugnación éste que le fue admitido en ambos
efectos, remitiéndose por consecuencia las constancias originales a esta alzada para la debida substanciación del
recurso planteado, correspondiendo conocer del mismo, por cuestión de turno, a esta Cuarta Sala del Supremo Tribunal
de Justicia del Estado; la cual, por acuerdo de fecha 30 treinta de marzo del año 2016 dos mil dieciséis, admitió dicho
recurso y ordenó poner los autos a la vista del apelante por el término de 6 seis días para que expresara los agravios de
su intención, de acuerdo a lo previsto por los artículos 945 y 953 de la ley procesal civil de esta localidad. En el mismo
auto se hizo del conocimiento de las partes litigantes el derecho que les asiste para manifestar su conformidad o
inconformidad para que sus datos personales señalados en el artículo 3º., fracción XV, de la Ley de Transparencia y
Acceso a la Información Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente fallo, sin que
hubiesen manifestado nada al respecto. Posteriormente, se hizo constar en autos la presentación oportuna del escrito de
expresión de agravios formulados por la parte recurrente y la contestación a los mismos por parte de la apelada
ELIMINADO por conducto de su abogada autorizada. Finalmente, una vez que transcurrió el término para formular
alegatos, sin que las partes hubieren formulado los que les corresponde, por proveído de fecha 7 siete de junio de 2016
dos mil dieciséis y con fundamento en el artículo 958 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, se citó para
resolver el presente asunto, turnándosele el mismo a la Magistrada Ponente, a quien por sorteo aleatorio le correspondió
conocer para la formulación del proyecto de resolución; y,
C O N S I D E R A N D O :
PRIMERO:- Este tribunal de apelación es competente para conocer y resolver del recurso que nos ocupa,
atento a lo dispuesto por los artículos 943 y 945 del Código de Procedimientos Civiles de esta localidad, en relación con
los numerales 1º, 3º, 4º, fracción I, 7º, 21 y 25 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado.
SEGUNDO:- Los agravios expresados por el licenciado ELIMINADO en su carácter de abogado autorizado
del señor ELIMINADO , son del tenor literal siguiente: "PRIMERO.- En primer término, la sentencia dictada por el inferior
contraviene en todo momento lo dispuesto por el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado,
ya que este consagra, en síntesis, que todas las sentencias deben ser "claras, precisas y congruentes" con las demandas
y contestaciones; siendo que de la simple lectura de la resolución aquí impugnada se pueden desprender situaciones que
en ningún momento, son claras y mucho menos congruentes. Además, en modo alguno se advierte una correcta
valoración de las pruebas ofrecidas por las partes, soslayando lo dispuesto por el artículo 273, en relación con el Capítulo
V, del Código de Procedimientos civiles del Estado, referente a la valoración de las pruebas y por ende vulneran los
derechos fundamentales consagrados en el artículo 4 Constitucional. En efecto, el artículo 293 del Código Familiar del
Estado dispone: "la patria potestad se pierde por resolución judicial: I. Cuando quien la ejerce sea condenado por la
comisión de un delito doloso en contra de la o el menor; II.- Por el abandono de las obligaciones alimenticias sin causa
justificada, por un periodo mayor a seis meses; III. Por la desatención de manera intencional y sin causa justificada, de
las obligaciones de convivencia por un término mayor a seis meses; IV. Cuando por resolución judicial se hubiere
suspendido el ejercicio de la patria potestad por más de una vez; V. Por la comisión del, o los actos ejecutados por quien
ejerce la patria potestad que pueda corromper a la o el menor, o VI. Por padecer; quien ejerza la patria potestad,
enajenación mental incurable, previa declaración de estado de interdicción."; por lo que según el razonamiento vertido por
él a quo los elementos a probar son: a)La vigencia del derecho de patria potestad que tienen las partes respecto de
ELIMINADO , b) que el demandado por malos tratos, exposición o abandono de deberes pueda comprometer la salud,
seguridad, y moralidad de su menor hija; y c) la relación causa efecto entre el comportamiento del demandado y el daño
que pueda sufrir la menor sujeta a la patria potestad. Ahora bien, del Considerando CUARTO, se desprende que si bien
es cierto, el demandado ELIMINADO no compareció a contestar la demanda entablada en su contra, no menor cierto es
que este simple hecho no es suficiente para acreditar la acción intentada en juicio por la C. ELIMINADO , ya que del
escrito inicial de demanda no se desprenden hechos que encuadren en la hipótesis normativa prevista por el artículo 293
de la legislación Familiar vigente, ya que al ser un procedimiento de orden público, no se podrá renunciar a las
formalidades esenciales del procedimiento y mucho menos al debido proceso. Aunado a lo anterior, el Juez Natu4al
pretende adminicular los testimonios vertidos por ELIMINADO y ELIMINADO , de los cuales en modo alguno se
desprende4n circunstancias de modo, tiempo y lugar que acrediten el supuesto riesgo a la salud, seguridad y moralidad
que sufre mi menor hija, así como tampoco el incumplimiento en las obligaciones alimenticias del demandado. Con
respecto a lo anterior, el artículo 400 establece que la valoración de la prueba testimonial quedará al prudente arbitrio del
juez, siempre y cuando concurran los siguientes elementos: "I.- la edad, capacidad intelectual, instrucción, probidad,
independencia de criterio, antecedentes personales e imparcialidad del testigo; II.- Que el hecho de que se trate sea
susceptible de ser conocido por medio de los sentidos, y que el testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones, ni
referencias a otras personas; III.- Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la sustancia
del hecho, ya sobre las circunstancias esenciales; IV.- Que el testigo no haya sido obligado por fuerza o miedo, ni
impulsado por engaño, error o soborno. El apremio judicial no debe estimarse como fuerza o intimidación. No se
considerará soborno lo que el testigo reciba de quien lo presente, por concepto de indemnización o gastos, en los
términos del artículo 372; V.- Los fundamentos de su dicho y que se haya cumplido con lo que se previene en el artículo
362"; luego entonces, al estar fundada la acción de petición de pérdida de patria potestad en la fracción II del artículo 293
del Código Familiar del Estado, los atestes de los comparecientes no son idóneos para acreditar las pretensiones de la
parte actora. Otro de los factores que vician la veracidad de la prueba testimonial, es el hecho que por tratarse de
familiares en línea recta de la persona que las presenta, demuestran un notorio interés por favorecer los intereses de la
parte actora, poniendo en tela de juicio sus declaraciones. Sirve de apoyo a lo aquí manifestado el siguiente criterio:
Época: Novena Época Registro: 164440 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XXXI, Junio de 2010 Materia(s): Común Tesis: I.8o.C.
J/24 Página: 808 PRUEBA TESTIMONIAL. SU VALORACIÓN. Aunque el valor de la prueba testimonial queda al
prudente arbitrio del juzgador, ello no debe violar las reglas fundamentales sobre la prueba, pues no puede admitirse que
por el hecho de que los testigos fueron uniformes en sus declaraciones sobre determinado hecho, tenga que otorgársele
valor probatorio pleno a sus dichos, pues la prueba debe ser valorada en su integridad, como lo es que los testigos
coincidan tanto en lo esencial como en lo incidental del acto; conozcan por sí mismos los hechos sobre los que declaran y
no por inducción ni referencia de otras personas; que expresen por qué medios se dieron cuenta de los hechos sobre los
que depusieron aun cuando hubieren sido tachados por la contraparte; que justifiquen la verosimilitud de su presencia en
el lugar de los hechos; que den razón fundada de su dicho y que coincida su ofrecimiento con la narración de los hechos
materia de la litis. OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo
564/98. Josefina Gutiérrez viuda de Chong y otra. 30 de junio de 1998. Unanimidad de votos. Ponente: María del Carmen
Sánchez Hidalgo. Secretaria: Edith Alarcón Meixueiro. Amparo directo 5/2004. María de Lourdes Chávez Aguilar. 21 de
enero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: José Juan Bracamontes Cuevas. Secretario: César Cárdenas Arroyo.
Amparo directo 104/2004. Esther Calvo Domínguez. 15 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: José Juan
Bracamontes Cuevas. Secretario: Juan Alfonso Patiño Chávez. Amparo directo 180/2008. **********. 2 de abril de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: José Juan Bracamontes Cuevas. Secretario: Juan Alfonso Patiño Chávez. Amparo
directo 103/2009. Abelardo Pérez Muñoz. 23 de marzo de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: José Juan Bracamontes
Cuevas. Secretario: Juan Alfonso Patiño Chávez. por lo tanto, y del análisis de los testimonios vertidos por las personas
que en su momento comparecieron a la audiencia respectiva, en modo alguno se puede llegar a la conclusión de que
lo9s mismos forman la presunción legal que acredite que el suscrito me he desentendido de mis obligaciones
alimenticias. De igual manera, y sin menoscabar la declaración de mi menor hija, la misma no es suficiente para acreditar
el supuesto descuido en las obligaciones alimentarias que al suscrito competen. Ello en virtud de que la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que el derecho de los menores de edad de participar en los
asuntos que afecten su esfera jurídica, constituye una formalidad esencial a su favor, cuya tutela debe observarse en los
procedimientos que puedan afectar sus intereses. Sin embargo, cuando en un asunto se alegue una posible pérdida de la
patria potestad pero la causal respectiva no logre acreditarse, lo cierto es que tal determinación no puede estar sujeta a la
opinión de los menores involucrados, pues ello implicaría aceptar que la pérdida de la patria potestad es una situación
que se puede actualizar en razón de lo que opinen las personas involucradas y no en virtud de los hechos que presenta
el caso, toda vez que la causal respectiva requiere ser probada de forma fehaciente y no ser inferida a partir de la opinión
de quienes están involucrados, incluso si se trata de menores de edad, tal y como se infiere en el siguiente criterio:
Época: Décima Época Registro: 2006535 Instancia: Primera Sala Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación Libro 6, Mayo de 2014, Tomo I Materia(s): Civil Tesis: 1a. CCXIII/2014 (10a.) Página: 550
PATRIA POTESTAD. LA ACREDITACIÓN DE ALGUNA CAUSAL PARA SU PÉRDIDA NO PUEDE SER INFERIDA A
PARTIR DE LA OPINIÓN DE QUIENES ESTÁN INVOLUCRADOS, INCLUSO SI SE TRATA DE MENORES DE EDAD.
Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que el derecho de los menores de edad
de participar en los asuntos que afecten su esfera jurídica, constituye una formalidad esencial a su favor, cuya tutela debe
observarse en los procedimientos que puedan afectar sus intereses. Sin embargo, cuando en un asunto se alegue una
posible pérdida de la patria potestad pero la causal respectiva no logre acreditarse, lo cierto es que tal determinación no
puede estar sujeta a la opinión de los menores involucrados, pues ello implicaría aceptar que la pérdida de la patria
potestad es una situación que se puede actualizar en razón de lo que opinen las personas involucradas y no en virtud de
los hechos que presenta el caso, toda vez que la causal respectiva requiere ser probada de forma fehaciente y no ser
inferida a partir de la opinión de quienes están involucrados, incluso si se trata de menores de edad. Amparo directo en
revisión 553/2014. 9 de abril de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, quien reservó su derecho para formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y
González. Esta tesis se publicó el viernes 30 de mayo de 2014 a las 10:40 horas en el Semanario Judicial de la
Federación. No debe pasar inadvertido por este H. Tribunal que el Juez Natural hace referencia únicamente a las
probanzas ofrecidas y admitidas por la parte actora, menoscabando las constancias y recibos acompañados por el
suscrito de los cuales se desprende que periódicamente y en cumplimiento a diverso juicio, se me han estado haciendo
los descuentos pertinentes relacionados con las pensiones alimenticias a las que fui condenado en el expediente numero
194/2009 del índice del juzgado Primero Familiar, en la caul se acredita que el suscrito he estado cumpliendo a cabalidad
con mi obligación de suministrar alimentos a favor de mi menor hija, y por lo tanto la fracción en la que pretenden
fundamentar la perdida de la patria potestad no es aplicable y mucho menos encuadra al caso concreto. Es menester
hacer mención a este H. Cuerpo Colegiado que, considerando por una parte, que la patria potestad impone a los padres
el deber de proveer a la asistencia y protección de las personas de los hijos, en la medida reclamada por las necesidades
de éstos, es evidente que tal deber implica una dirección ético espiritual, así como rectitud de conducta de quienes la
ejercen y, por ende, su cumplimiento constituye un factor determinante para la subsistencia y desarrollo armónico de los
menores sujetos a ese régimen y, por otra, el interés que la sociedad tiene en la conservación de dicha institución familiar
en que se sustenta la formación moral e intelectual de las personas sobre quienes se ejerce esa potestad, por ello el
incumplimiento de la obligación a cargo de los padres de dar alimentos a sus hijos sólo ocasiona la pérdida de la patria
potestad, si esa infracción es de tal modo grave que comprometa la salud, la seguridad o moralidad de aquellos, siempre
y cuando se acredite como tal en juicio, tal y como se reproduce del siguiente criterio: Época: Novena Época Registro:
174665 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo XXIV, Julio de 2006 Materia(s): Civil Tesis: VI.2o.C. J/266 Página: 1010 PATRIA
POTESTAD. EL INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN DE DAR ALIMENTOS SÓLO OCASIONA SU PÉRDIDA SI
COMPROMETE LA SALUD, LA SEGURIDAD, EL DESARROLLO MORAL, LA INTEGRIDAD FÍSICA O PSÍQUICA DE
LOS MENORES SUJETOS A ESE RÉGIMEN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA). Considerando por una parte,
que la patria potestad impone a los padres el deber de proveer a la asistencia y protección de las personas de los hijos,
en la medida reclamada por las necesidades de éstos, es evidente que tal deber implica una dirección ético-espiritual, así
como rectitud de conducta de quienes la ejercen y, por ende, su cumplimiento constituye un factor determinante para la
subsistencia y desarrollo armónico de los menores sujetos a ese régimen y, por otra, el interés que la sociedad tiene en la
conservación de dicha institución familiar en que se sustenta la formación moral e intelectual de las personas sobre
quienes se ejerce esa potestad, es válido sostener conforme al artículo 628, fracción III, del Código Civil para el Estado
de Puebla que el incumplimiento de la obligación a cargo de los padres de dar alimentos a sus hijos sólo ocasiona la
pérdida de la patria potestad, si esa infracción es de tal modo grave que comprometa la salud, la seguridad o moralidad
de aquéllos; por tanto, es correcto condenar a la pérdida de la patria potestad en un juicio en que se acreditó que el
demandado además de no proporcionar alimentos a sus hijos, no justificó su abstención ni tampoco hizo algo por cumplir
con su deber, pues ello pone de manifiesto su falta de interés por la salud y seguridad de sus hijos, ocasionando tal
abandono un grave riesgo para la integridad física y moral de los mismos. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO. Amparo directo 84/2002. 14 de marzo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente:
Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretario: Enrique Baigts Muñoz. Amparo directo 264/2002. 22 de agosto de 2002.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: José Zapata Huesca. Amparo directo 55/2004. 11 de
marzo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretaria: Ruth Edith Pacheco Escobedo.
Amparo directo 434/2005. 2 de febrero de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretario:
Crispín Sánchez Zepeda. Amparo directo 140/2006. 25 de mayo de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo
Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna. Sin embargo, de la sentencia aquí impugnad, así como de las
constancias que integran el sumario, en modo alguno se desprende que la parte actora acredita, primeramente su acción,
y en segundo lugar, tampoco aporta elementos de convicción para pretender encuadrar la conducta supuestamente
desplegada por el suscrito y que medianamente encuadre dentro de la causal invocada para la pérdida de la patria
potestad que en mi perjuicio y el de mi menor hija de ha decretado, en virtud de que nunca se acredito el incumplimiento
en mi obligación de proporcionar alimentos dado que esta obligación se cumple con los descuentos que se mi nomina se
realizaron, tal cual se demostró en su momento con los recibos que mediante escrito de fecha 30 de noviembre de 2012,
se acompañaron al expediente y que de conformidad con lo dispuesto por el artículo 391, 1138 y demás relativos del
Código de procedimientos Civiles del Estado, debieron ser tomados en consideración al momento de emitir la sentencia
que aquí se impugna. En intima relación con lo antes manifestado, tampoco se advierte o se acredita que mi supuesto
incumplimiento, sin concederlo en absoluto, haya comprometido la salud, la seguridad o moralidad de mi menor hija,
puesto que de los elementos de convicción analizados por él a quo no se puede arribar a la conclusión de estos
supuestos, m´paxime que no son las pruebas idóneas para verificar tales circunstancias, situación que se paso por alto,
trasgrediendo el principio de equidad y debido proceso. Ya que por tratarse de un procedimiento de orden público e
interés social, en donde además se ventilan cuestiones relativas a menores de edad, según lo dispuesto por el artículo
270 de la Ley Adjetiva Civil, el juzgador puede valerse de cualquier persona, sea parte o tercero, y de cualquier cosa o
documento, ya sea que pertenezca a las partes o a un tercero sin más limitación que la de que las pruebas no estén
prohibidas por la ley ni sean contrarias a la moral, razón por la cual se considera que la sentencia impugnada no reúne
los requisitos establecidos por la ley ya que atenta contra los más elementales principios de congruencia, legalidad y
equidad previstos por la legislación aplicable. Concatenado a lo anteriormente manifestado, es importante recalcar que el
principio de congruencia de las sentencias establece claramente que estas deben atender y contener todos los hechos
constitutivos de la litis, y las partes del proceso que la integran, en este caso, demanda contestación, y en el caso que
nos ocupa las pruebas en cuanto a su ofrecimiento y desahogo, por lo que al omitir el Juez natural este hecho da por
acreditado, como mas adelante lo haré valer, que la parte actora prueba los hechos constitutivos de su acción, siendo
que en ningún momento del juicio hizo valer tal derecho. Época: Novena Época Registro: 197938 Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo VI,
Agosto de 1997 Materia(s): Civil Tesis: III.1o.C. J/16 Página: 628 SENTENCIAS, PRINCIPIO DE CONGRUENCIA EN
LAS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO). Las sentencias deben ser congruentes con la demanda, su
contestación y con las demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito, según lo dispone el artículo 79, antes
de su reforma, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco (de similar redacción al actual 87). Por otro
lado, de lo preceptuado por los numerales 291, primer párrafo y 296 del propio ordenamiento, se infiere que, dentro del
procedimiento civil, sólo pueden ser materia de prueba los hechos a que se contrae la litis, es decir, los que son objeto
del debate. De esta suerte, no es jurídicamente factible que en el fallo se tomen en cuenta hechos que, aun cuando
aparezcan probados, no fueron alegados oportunamente por las partes. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
CIVIL DEL TERCER CIRCUITO. Amparo directo 937/89. Guillermina Michel Michel de Velasco. 9 de febrero de 1990.
Unanimidad de votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Sergio Mena Aguilar. Amparo directo 1127/92.
Josefina Ruiz Ruiz. 16 de abril de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Alicia
Marcelina Sánchez Rodelas. Amparo directo 977/95. María del Consuelo Rosales Soria. 19 de octubre de 1995.
Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arturo González Zárate. Secretario: José Luis Fernández Jaramillo. Amparo
directo 1377/96. Pablo Morales Barajas. 13 de diciembre de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arturo
González Zárate. Secretario: José Luis Fernández Jaramillo. Amparo directo 884/97. Elva Silvia Ramírez. 19 de junio de
1997. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arturo González Zárate. Secretario: José Luis Fernández Jaramillo.
SEGUNDO.- Por otro lado, el Juez Natural debió de observar los requisitos y elementos esenciales que derivaron en la
acción intentada por la parte actora, hechos que la norma establecida como presupuestos para hacer procedente la
acción intentada en el caso de la petición por perdida de patria potestad, a dichas circunstancias se les denomina
condiciones de la acción o requisitos para la procedencia de la misma, y de su existencia depende que el órgano
jurisdiccional, una vez valorado su fundamento, esté en posibilidad de acoger la petición del demandante y dictar la
providencia solicitada. Solo si estas circunstancias se acreditan ante el órgano jurisdiccional es que puede surgir el
derecho de la acción, ya que por el contrario, la falta de cualquiera de estos requisitos de la acción hace parecer
infundada la demanda. En el presente caso, se hace referencia al elemento que implica la existencia de una situación
objetiva de coincidencia entre un hecho concretamente ocurrido y una norma legal aplicable, lo que implica que los
hechos que el actor señala como base de su demanda deben tener, respecto a una norma jurídica sustancial, una cierta
trascendencia que haga aparecer la providencia pedida conforme a la ley, es decir, que en la realidad se hayan verificado
aquellos hechos que la norma concreta establece como presupuestos para hacer procedente la acción intentada. Época:
Novena Época Registro: 190846 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XII, Diciembre de 2000 Materia(s): Civil Tesis: I.6o.C. J/25
Página: 1137 ACCIÓN, ESTUDIO OFICIOSO DE LA. Si bien es cierto que el estudio de los elementos de la acción debe
hacerse de oficio, también lo es que ello únicamente es así, en tratándose de las sentencias de primer grado, o bien de
aquellas de segunda instancia, cuando el inferior omita su estudio y la Sala responsable resuelva en plenitud de
jurisdicción; pero si existe por parte de aquél pronunciamiento al respecto, el tribunal de alzada sólo podrá ocuparse de
su análisis cuando exista agravio en ese sentido. SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO. Amparo directo 2968/92. Luz María Ortega Zavala y otros. 11 de junio de 1992. Unanimidad de votos.
Ponente: Enrique R. García Vasco. Secretario: José Guadalupe Sánchez González. Amparo directo 9160/99. Inmobiliaria
Valle de San José, S.A. de C.V. 24 de agosto de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez.
Secretario: Sergio I. Cruz Carmona. Amparo directo 1506/2000. Mario Federico Aponte y Arechaga. 24 de agosto de
2000. Unanimidad de votos. Ponente: Gilberto Chávez Priego. Secretario: Miguel Hernández Sánchez. Amparo directo
966/2000. Gloria Regino Ferrer. 31 de agosto de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez.
Secretario: Sergio I. Cruz Carmona. Amparo directo 2356/2000. Fernando Rojas Zavala y otra. 21 de septiembre de 2000.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parra Rodríguez. Secretario: Sergio I. Cruz Carmona. Al respecto debe
decirse que la legislación de mérito, al establecer los supuestos por los cuales se decretara judicialmente la perdida de la
patria potestad enuncia de manera clara cuales son los casos en los que se perderá, teniendo implícitamente los
requisitos de forma y fondo, como lo son el probar de manera fehaciente cualquiera de estas circunstancias con los
medios de prueba idóneos, como en el caso concreto seria el supuesto incumplimiento en las obligaciones alimenticias,
con el agregado que este incumplimiento debe sustentarse en el hecho de causar con ello una afectación grave a la
seguridad del menor, situación que evidentemente no aconteció tal y como se desprende de las actuaciones y de la
sentencia aquí impugnada. Lo anterior pone de manifiesto que el Juez Natural omitió tomar en cuenta estos presupuestos
jurídicos y formales de la acción, argumentando que con los medios de prueba analizados en la sentencia que aquí se
impugna, era suficiente para acreditar los elementos que conllevan a la perdida de la patria potestad, sin dilucidad en lo
absoluto la fracción o causal que a su dicho se acreditaba. Sin embargo de los mismos se advierte que en modo alguno
se acredita primeramente el incumplimiento en mis obligaciones de alimentos, en virtud de que por sentencia pronunciada
en diverso juicio cumplió con este rubro derivado de los descuentos que por nomina se me realizan y que acredite en su
momento con los recibos que acompañe con fecha 30 de noviembre de 2012; tampoco se acredita, ya que la sentencia
nada dice al respecto, que el suscrito con el supuesto incumplimiento haya comprometido o puesto en riesgo la salud, la
seguridad o moralidad de mi menor hija, ya que no basta una prueba testimonial o la declaración de un menor para llegar
a tal conclusión. Época: Octava Época Registro: 216416 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis:
Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo XI, Mayo de 1993 Materia(s): Civil Tesis: Página: 366 PATRIA
POTESTAD. ABANDONO DE LOS DEBERES PARA CON LOS HIJOS, NO ES MOTIVO DE SU PERDIDA. La fracción III
del artículo 426 del Código Civil del Estado de México, contiene dos requisitos para que opere la pérdida de la patria
potestad: a) La depravación de las costumbres de los padres, malos tratos o abandono de sus deberes y b) Cuando se
comprometa la salud, la seguridad o la moralidad de los hijos, aun cuando esos hechos no estén bajo el ámbito de la Ley
Penal; en consecuencia, puede estar acreditado el primer elemento, en virtud del abandono del obligado a sus deberes,
porque no proporcionó alimentos a sus hijos; sin embargo, ello no es suficiente para decretar su pérdida, pues no está
justificado el segundo elemento, o sea, el quebranto ocasionado en la salud, la alteración de la seguridad o la moralidad,
si existe ayuda de alguien, en el suministro de alimentos, escuela, atención médica, en favor de los acreedores. PRIMER
TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO CIRCUITO. Amparo directo 51/93. Abel Acosta Torres. 3 de febrero de 1993.
Unanimidad de votos. Ponente: Salvador Bravo Gómez. Secretaria: Elizabeth Serrato Guisa. Nota: Esta tesis contendió
en la contradicción 12/93 resuelta por la Tercera Sala, de la que derivó la tesis 3a./J. 7/94, que aparece publicada en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, número 75, marzo de 1994, página 20, con el rubro: "PATRIA
POTESTAD. PERDIDA DE LA MISMA EN CASO DE INCUMPLIMIENTO AL DEBER DE ALIMENTOS." Luego entonces,
las causales feridas en modo alguno se encuentran agotadas ni acreditadas, constancia que se contrapone con lo
manifestado en la sentencia que por este medio se impugna; ya que en una incorrecta valoración de la prueba encuadra
las ofrecidas por la parte actora en supuestos que reúnen los requisitos de forma y fondo para constituir dichas hipótesis
normativa, por lo tanto la condena a la perdida de la patria potestad es a todas luces ilegal. TERCERO.- Finalmente, la
sentencia que aquí se impugna no se encuentra debidamente fundada ni motivada, contraponiéndose a lo dispuesto por
el artículo 16 de la constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Lo anterior es así, en la medida que el a quo,
derivado de un deficiente análisis de las de las pruebas aportadas, lo que estribo en la incorrecta aplicación de las
disposiciones legales referentes a la patria potestad y su perdida, además de las atinentes a la valoración de la pruebas y
los elementos indispensables para declara procedente la acción intentada en juicio, concluye en decretar la perdida de la
patria potestad. Por tanto, el contenido formal de la garantía de legalidad prevista en el artículo 16 constitucional relativa a
la fundamentación y motivación tiene como propósito primordial y ratio que el justificable conozca el "para que" de la
conducta de la autoridad, lo que se traduce en darle a conocer en detalle y de manera completa la esencia de todas las
circunstancias y condiciones que determinaron el acto de voluntad, de manera que sea evidente y muy claro para el
afectado poder cuestionar y controvertir el mérito de la decisión, permitiéndole una real y auténtica defensa, lo que
claramente no aconteció en el caso que nos ocupa. Época: Novena Época Registro: 170307 Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo
XXVII, Febrero de 2008 Materia(s): Común Tesis: I.3o.C. J/47 Página: 1964 FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. LA
DIFERENCIA ENTRE LA FALTA Y LA INDEBIDA SATISFACCIÓN DE AMBOS REQUISITOS CONSTITUCIONALES
TRASCIENDE AL ORDEN EN QUE DEBEN ESTUDIARSE LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN Y A LOS EFECTOS DEL
FALLO PROTECTOR. La falta de fundamentación y motivación es una violación formal diversa a la indebida o incorrecta
fundamentación y motivación, que es una violación material o de fondo, siendo distintos los efectos que genera la
existencia de una u otra, por lo que el estudio de aquella omisión debe hacerse de manera previa. En efecto, el artículo
16 constitucional establece, en su primer párrafo, el imperativo para las autoridades de fundar y motivar sus actos que
incidan en la esfera de los gobernados, pero la contravención al mandato constitucional que exige la expresión de ambas
en los actos de autoridad puede revestir dos formas distintas, a saber: la derivada de su falta, y la correspondiente a su
incorrección. Se produce la falta de fundamentación y motivación, cuando se omite expresar el dispositivo legal aplicable
al asunto y las razones que se hayan considerado para estimar que el caso puede subsumirse en la hipótesis prevista en
esa norma jurídica. En cambio, hay una indebida fundamentación cuando en el acto de autoridad sí se invoca el precepto
legal, sin embargo, resulta inaplicable al asunto por las características específicas de éste que impiden su adecuación o
encuadre en la hipótesis normativa; y una incorrecta motivación, en el supuesto en que sí se indican las razones que
tiene en consideración la autoridad para emitir el acto, pero aquéllas están en disonancia con el contenido de la norma
legal que se aplica en el caso. De manera que la falta de fundamentación y motivación significa la carencia o ausencia de
tales requisitos, mientras que la indebida o incorrecta fundamentación y motivación entraña la presencia de ambos
requisitos constitucionales, pero con un desajuste entre la aplicación de normas y los razonamientos formulados por la
autoridad con el caso concreto. La diferencia apuntada permite advertir que en el primer supuesto se trata de una
violación formal dado que el acto de autoridad carece de elementos ínsitos, connaturales, al mismo por virtud de un
imperativo constitucional, por lo que, advertida su ausencia mediante la simple lectura del acto reclamado, procederá
conceder el amparo solicitado; y en el segundo caso consiste en una violación material o de fondo porque se ha cumplido
con la forma mediante la expresión de fundamentos y motivos, pero unos y otros son incorrectos, lo cual, por regla
general, también dará lugar a un fallo protector, sin embargo, será menester un previo análisis del contenido del asunto
para llegar a concluir la mencionada incorrección. Por virtud de esa nota distintiva, los efectos de la concesión del
amparo, tratándose de una resolución jurisdiccional, son igualmente diversos en uno y otro caso, pues aunque existe un
elemento común, o sea, que la autoridad deje insubsistente el acto inconstitucional, en el primer supuesto será para que
subsane la irregularidad expresando la fundamentación y motivación antes ausente, y en el segundo para que aporte
fundamentos y motivos diferentes a los que formuló previamente. La apuntada diferencia trasciende, igualmente, al orden
en que se deberán estudiar los argumentos que hagan valer los quejosos, ya que si en un caso se advierte la carencia de
los requisitos constitucionales de que se trata, es decir, una violación formal, se concederá el amparo para los efectos
indicados, con exclusión del análisis de los motivos de disenso que, concurriendo con los atinentes al defecto, versen
sobre la incorrección de ambos elementos inherentes al acto de autoridad; empero, si han sido satisfechos aquéllos, será
factible el estudio de la indebida fundamentación y motivación, esto es, de la violación material o de fondo. TERCER
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 551/2005. Jorge Luis Almaral
Mendívil. 20 de octubre de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: Raúl Alfaro Telpalo.
Amparo directo 66/2007. Juan Ramón Jaime Alcántara. 15 de febrero de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito
López Ramos. Secretario: Raúl Alfaro Telpalo. Amparo directo 364/2007. Guadalupe Rodríguez Daniel. 6 de julio de
2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Greta Lozada Amezcua. Amparo directo
513/2007. Autofinanciamiento México, S.A. de C.V. 4 de octubre de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López
Ramos. Secretario: Raúl Alfaro Telpalo. Amparo directo 562/2007. Arenas y Gravas Xaltepec, S.A. 11 de octubre de
2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: Raúl Alfaro Telpalo. Por tanto, con base en los
agravios expuestos, solicito se sirva revocar la sentencia de fecha 20 de noviembre de 2015, por no estar sujeta a
derecho y por carecer de los requisitos indispensables que debe contener toda resolución".
TERCERO:- Los agravios enunciados por el ELIMINADO en su carácter de abogado autorizado del señor
ELIMINADO , resultan esencialmente fundados y suficientes para modificar la sentencia impugnada.
En efecto, el apelante de manera concreta argumenta en su escrito de agravios, que le causa perjuicio a su
autorizante la sentencia dictada por el Juez de Primera Instancia, afirmando que la misma se encuentra dictada en
contravención a lo dispuesto por el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado, a razón de una
incorrecta valoración de las pruebas ofrecidas por las partes, soslayando el juez con dicha conducta lo dispuesto por el
artículo 273, en relación con el capítulo V, de la ley procesal en cita, referente a la valoración de las pruebas y, por ende,
la vulneración de los derechos fundamentales consagrados en el artículo 4 Constitucional. Que lo anterior es así, dice el
apelante, por que si bien en el caso en particular el demandado no compareció a contestar la demanda entablada en su
contra, sin embargo, no menos era cierto que este hecho no es suficiente para estimar acreditada la acción intentada en
el juicio, toda vez que, asegura el disidente, del escrito inicial de demanda no se desprenden hechos que encuadren en la
hipótesis normativa prevista por el artículo 293 de la legislación familiar vigente; destacando por otra parte el recurrente,
que el procedimiento es de orden público ni pudiendo renunciarse a las formalidades esenciales y mucho menos al
debido proceso. Que por lo tanto, aduce también el inconforme, no basta el testimonio rendido de las personas que
comparecieron a juicio por parte de la actora y la declaración de la menor de edad ELIMINADO para acreditar el
supuesto descuido en las obligaciones alimentarias para tener por acreditado el segundo elemento de la acción intentada,
pues además de que, los testigos no cumplen con lo dispuesto por el artículo 400 del Código de Procedimientos Civiles
del Estado, también era de resaltarse que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido
que, en un asunto en que se ventile la pérdida de la patria potestad, la procedencia de ésta no puede estar sujeta a la
opinión del menor de edad involucrado, dado que la causal respectiva requiere de ser probada de forma fehaciente y no
inferida a partir de la opinión de quienes están involucrados, apoyando el apelante su afirmación en una tesis cuyo
registro es 2006535, localizable en la página 550, del Libro 6, de mayo de 2014, Tomo I, Décima Época, de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación cuyo encabezado dice: “PATRIA POTESTAD. LA ACREDITACIÓN DE ALGUNA
CAUSAL PARA SU PÉRDIDA NO PUEDE SER INFERIDA A PARTIR DE LA OPINIÓN DE QUIENES ESTÁN
INVOLUCRADOS, INCLUSO SI SE TRATA DE MENORES DE EDAD.”. Que le causa perjuicio, sigue argumentando el
discorde, que el juzgador haga referencia en la sentencia reclamada únicamente de las pruebas aportadas por la parte
actora, haciendo a un lado las constancias y recibos aportados por el demandado para demostrar que a éste se le están
haciendo los descuentos pertinentes relacionados con las pensiones alimenticias a las que fue condenado en el
expediente 194/2009 del índice del Juzgado Primero de lo Familiar del Estado, circunstancia la cual demuestra que está
cumpliendo con la obligación de proporcionar alimentos y, además, en todo caso, tampoco se advierte o se acredita que
en este asunto, el supuesto incumplimiento de las obligaciones ha comprometido la salud, la seguridad o moralidad de su
menor hija, toda vez que los elementos de convicción analizados por el juzgador no son pruebas idóneas para verificar
tales circunstancias, situación que se pasó por alto en este procedimiento, trasgrediendo en su perjuicio el principio de
equidad y debido proceso. Finalizando el recurrente en sus agravios, que el juzgador debió de observar los requisitos y
elementos esenciales que derivaron de la acción intentada por la parte actora, considerando el inconforme que por ello la
sentencia aquí impugnada no se encuentra debidamente fundada ni motivada, contraponiéndose a lo dispuesto por el
artículo 16 Constitucional, en la medida de que, derivado del deficiente análisis de las pruebas aportadas, se aplicó
incorrectamente las disposiciones legales referentes a la acción de pérdida de la patria potestad.
Como se precisó por parte de esta autoridad, las inconformidades vertidas por el recurrente por conducto
de su abogado autorizado resultan en esencia fundadas, atento a que de conformidad con los artículos 3, 9, 12, 19, 20,
21 y 27 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, se deduce de manera inconcusa que el Estado
Mexicano se comprometió a otorgar al niño la protección y el cuidado necesarios para su bienestar, debiendo adoptar
para tal efecto todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para salvaguardar el
interés superior de la infancia, como uno de los principios rectores que sustentan la nueva doctrina integral de protección
de la niñez. Bajo esta premisa, es claro que el artículo 4o. Constitucional establece el deber del Estado de proveer lo
necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos. Por su parte, no debe
soslayarse que la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de cuyas disposiciones se
advierte la verdadera intención del legislador, que es el de colmar una imperativa urgencia de certeza y seguridad en la
protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes, a fin de proporcionarles a éstos un desarrollo pleno e integral
que les genere la oportunidad de formarse física, mental, emocional, social y moralmente en condiciones de igualdad;
estableciéndose en dicha legislación de manera concreta en su artículo 3, los principios rectores de la protección de sus
derechos, entre los que destacan, el del interés superior de la infancia, el de la tutela plena e igualitaria de los derechos
humanos y de las garantías constitucionales. Así también, es de resaltarse que los anteriores principios se encuentran
contenidos en la Ley sobre los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes del Estado de San Luis Potosí, publicada en
el Periódico Oficial del Estado el 14 catorce de agosto de 2003 dos mil tres, pues en su artículo 4º se reitera como uno de
los postulados para la aplicación de esa legislación, el interés superior del menor, entendido éste como la prioridad de su
bienestar ante cualquier circunstancia que vaya en su perjuicio.
En esa medida, en un juicio en el que se solicita la pérdida de la patria potestad, en el que necesariamente se
ven involucrados los intereses del menor de edad, dado que conforme al sentido del fallo que resuelva tal prerrogativa se
definirá en definitiva por parte del juez familiar quién de sus padres se hará cargo del cuidado de su persona, de sus
bienes, así como velar por su protección, desarrollo integral, emocional, moral, físico y social; ello hace considerar que
dicha figura jurídica se trata de una sanción de notoria excepción, toda vez que lo normal e idóneo es que la patria
potestad sea ejercida siempre por los padres y, por razón, las disposiciones contenidas en el artículo 293 del Código
Familiar del Estado de San Luis Potosí, que establecen las causas que le imponen, deben ser consideradas como de
estricta aplicación, de manera tal que, solamente cuando haya quedado plenamente probada una de ellas de modo
indiscutible y en perjuicio del interés superior del menor de edad se surtirá su procedencia. Lo anterior se considera así,
dada la gravedad de la sanción que trae consigo, misma que no debe perderse de vista es trascendental y repercute no
sólo a los padres, sino principalmente y en forma directa a los hijos, quienes son los más perjudicados con dicha
determinación judicial. En efecto, es menester destacar que, en aras del interés superior de estos últimos, la patria
potestad constituye un derecho elemental superior de los infantes, mismo que incuestionablemente es en su beneficio
absoluto, pues es evidente que el correcto ejercicio de esa patria potestad conlleva necesariamente, según se dijo, al
debido cuidado de su persona, de sus bienes, así como a velar por su protección, desarrollo integral, emocional, moral,
físico y social, tal como se sigue del texto de los numerales 11, 268 y 279 del citado Código Familiar del Estado, que
dicen:
“T Artículo 11.- Las y los miembros menores de la familia tienen derecho a su desarrollo integral bajo la
custodia y cuidado de su madre y padre, a falta de ellos por las o los parientes consanguíneos, considerando las
circunstancias del caso;
Artículo 268.- La patria potestad es el conjunto de derechos y deberes reconocidos y otorgados por la ley a
la madre y al padre o abuelos por ambas líneas en relación a sus hijas, hijos o nietas, nietos, para cuidarlos, protegerlos y
educarlos, debiendo imperar el respeto y la consideración mutuos, cualquiera que sea su estado y condición, hasta antes
de alcanzar la mayoría de edad. La paria potestad se ejercer, además, sobre los bienes de quienes estén sujetos a ella; y
Artículo 279.- Quien ejerce la patria potestad es legítimo representante de quien esté bajo la misma, y
tienen la administración legal de los bienes que les pertenecen, conforme a las prescripciones de este CódigoT”.
En ese entendido, resulta oportuno destacar el contenido integral del artículo 293 del Código Familiar para
esta Entidad Federativa, mismo que contempla la pérdida de ese derecho y el cual literalmente dispone:
“T293.- La patria potestad se pierde por resolución judicialT
I.- Cuando quien la ejerce sea condenado por algún delito grave o intencional, o por omisión en contra de la
o el menor;
II.- Por abandono de las obligaciones alimenticias;
III.- Por la desatención de manera intencional de las obligaciones de convivencia por un término que cause
perjuicios a la o el menor;
IV.- Por incurrir en violencia familiar;
V.- Por la exposición que el padre o la madre hiciere de sus hijas o hijos, y
VI.- Cuando el que la ejerza sea condenado por delito grave dos o más veces.
ELIMINADO Del contenido integral y armónico del dispositivo legal aludido, se deduce indefectiblemente que dada la
figura jurídica de que se trata, la patria potestad como estado jurídico que implica derechos y obligaciones para el padre,
la madre y los hijos, tiene la principal característica de ser una institución de orden público, en cuya preservación y debida
aplicación de las normas que la regulan, la sociedad está especialmente interesada. De ahí pues, emerge la razón legal
por la que se considere por parte de esta autoridad que, la pérdida de ese derecho natural reconocido por la ley entraña
graves consecuencias para quienes la ejercen, pero sobre todo, para los hijos quienes son los que más resienten esa
determinación judicial, al verse mermados sus derechos fundamentales de protección y desarrollo integral de su persona.
Por tal motivo, es válido estimar y entender que la intención del legislador potosino no fue simplemente
sancionar con la pérdida de la patria potestad a la mera infracción de los deberes a cargo del padre, sino más bien,
sancionar una conducta dolosa desplegada de quien la ejerce en perjuicio directo de su menor hijo, conducta ésta la cual
debe ser de tal magnitud o gravedad que, según las circunstancias especiales de cada caso en particular, produzca o
pudiese verse comprometidos los derechos fundamentales de salud, de seguridad o moralidad del menor de edad; lo cual
implica considerar que, la sola prueba de la infracción de los deberes a cargo del padre no hace presumir o de forma
automática se llegue a estimar que, en todos los casos la consecuencia necesaria es la afectación grave a la integridad
física o moral de los hijos, pudiéndose ver comprometida la salud, la seguridad o moralidad de éstos, pues de
considerarse así, es claro que ello implicaría una restricción al juzgador en sus atribuciones de analizar el caso concreto y
ponderar el interés superior del menor, lo cual está proscrito; por consiguiente, se estima que la circunstancia del caso en
particular, debe estar plenamente demostrado que ante el incumplimiento del progenitor, éste no a procurado la
convivencia para con su acreedor y no a proporcionado alimentos en modo absoluto e injustificado. En consecuencia, la
debida interpretación del contenido del artículo 293 del Código Familiar del Estado, es que las causas de pérdida de la
patria potestad deben de ser de tal gravedad, que permitan estimar por parte del juzgador que en el caso a estudio y al
actualizarse a éstas, indudablemente se produce o produjo una afectación irreparable en el desarrollo físico o moral del
menor, haciendo con ello manifiesta la justificación legal de la privación de dicha figura jurídica a la parte que la causó,
logrando eficazmente de esta manera por parte del juzgador, ponderar el interés superior del menor establecido en el
marco jurídico invocado al inicio del presente considerando. Por consiguiente, esta autoridad estima que la finalidad de la
norma no es en si misma represiva, sino más bien preventiva, la cual pretende conservar la integridad física y moral de
los hijos, respetando sus derechos fundamentales de protección y desarrollo integral por parte de ambos progenitores; lo
anterior, atendiendo principalmente a lo establecido por los artículos 3 y 27 de la Convención Internacional Sobre los
Derechos del Niño, al obligarse este País a adoptar las medidas necesarias para proteger el interés superior del niño, en
especial, por lo que se refiere a la obligación de los padres de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios
económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para su desarrollo.
Así es, los artículos 3 y 27 de la Convención Internacional Sobre los Derechos del Niño, disponen
literalmente:
ELIMINADO “Artículo 3.- 1.- En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las institucionales públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.- 2.- Los Estados partes se comprometen a asegurar al niño
la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus
padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y
administrativas adecuadas.,- 3.- Los Estados partes se aseguraran de que las instituciones servicios y establecimientos
encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan con las normas establecidas por las autoridades
competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en
relación con la existencia de una supervisión adecuada”.
“Artículo 27.- 1.- Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. 2.- A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la
responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida
que sean necesarias para el desarrollo del niño. 3.- Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con
arreglo a sus medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas responsables por el
niño a dar efectividad a este derecho y, en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de apoyo,
particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda. 4.- Los Estados Partes tomarán todas las medidas
apropiadas para asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan la
responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte como si viven en el extranjero. En particular,
cuando la persona que tenga la responsabilidad financiera por el niño resida en un Estado diferente de aquel en que
resida el niño, los Estados Partes promoverán la adhesión a los convenios internacionales o la concentración de dichos
convenidos, así como la concertación de cualesquiera otros arreglos apropiados.”
Bajo el contexto jurídico anotado, este tribunal de apelación en cumplimiento a las normas citadas con
antelación y fundamentalmente, atendiendo al principio relativo al interés superior del menor de edad, al examinar las
constancias del expediente principal en relación con los agravios expuestos por el recurrente advierte que, contrario a lo
estimado por la juez familiar, en el caso concreto no se actualiza la hipótesis prevista en la fracción II del artículo 293 del
Código Familiar del Estado, en virtud primordialmente de la omisión e incorrecta valoración que se hizo de las pruebas
aportadas por las partes en este procedimiento, lo cual trae como consecuencia la vulneración de los derechos
fundamentales de la menor de edad ELIMINADO consagrados en el artículo 4º Constitucional.
Lo anterior se estima así, porque asiste la razón al apelante cuando aduce que si bien, en el caso en
particular el demandado no compareció a contestar la demanda entablada en su contra, lo cierto es que dicha
circunstancia por ningún motivo exime al juzgador de analizar de manera integral las constancias del expediente de que
se trata, con la finalidad de cumplir con los principios de exhaustividad y congruencia que toda resolución debe contener,
atento a lo previsto por los artículos 81 y 83 del Código de Procedimientos Civiles local, pero sobre todo, con la obligación
constitucional del Estado de proveer lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de
sus derechos.
En el caso concreto, del contenido de la sentencia reclamada se puede advertir que la juez familiar para
declarar procedente la acción de pérdida de la patria potestad, le bastó únicamente el hecho de que el demandado no
compareció a juicio, teniéndose a éste por reconocidos los hechos planteados por su contraparte, relativos al abandono
total de los deberes para con su menor hija, así como también, la juez familiar adminiculó la confesión con el testimonio
de ELIMINADO y ELIMINADO , quienes coincidieron en señalar que es la parte actora quien se ha hecho cargo de la
manutención y atenciones de su menor hija; que el padre de ésta es una persona desconocida para ella; probanzas a la
que la juez familiar les otorgó pleno valor probatorio y que fueron suficientes para considerar procedente la acción de
pérdida de la patria potestad, al demostrarse de manera indubitable (dijo la juzgadora) la conducta omisiva por parte del
demandado, que ha perjudicado a su menor hija, incumpliendo con las responsabilidades que la ley le impone como
padre, incumplimiento que ha persistido en forma ininterrumpida, poniendo en riesgo la salud, seguridad y moralidad de
su menor hija, al haber no descuidado únicamente su formación, sino también la salud, alimentación, cuidados y dejando
de brindarle lo elemental en el ámbito afectivo para que alcanzara un desarrollo integral. Agregando la juez familiar en la
sentencia reclamada que, incluso la menor de edad le manifestó ante su presencia no conocer a su padre biológico, así
como la forma en que percibe su entorno actual en el cual forma parte de una nueva familia, conformada por su madre y
sus abuelos, mostrando la madurez necesaria para entender cual es la situación que impera en su entorno, lo cual se
corroboró con el informe de trabajo social rendido por la profesionista adscrita al juzgado.
Pues bien, no obstante las consideraciones vertidas por el juez de la causa en el presente asunto, lo cierto
es que dicho actuar resulta contrario a las disposiciones legales vertidas con antelación, en virtud de que con ello deja de
pronunciarse respecto de las manifestaciones que hizo el demandado y los documentos que exhibió éste mediante
escrito recibido el día 30 treinta de noviembre de 2012 dos mil doce, así como también, la juzgadora omite pronunciarse
de las propias pruebas supervenientes que ofertó la actora ELIMINADO mediante escrito recibido los días 24
veinticuatro de abril del 2013 dos mil trece y 5 cinco de junio de 2014 dos mil catorce, incluso también, es omisa la juez
en cuanto a lo manifestado por el tutor de la menor en su escrito recibido el día 9 nueve de septiembre del año 2015 dos
mil quince; circunstancias todas éstas que evidentemente provocan estimar que la sentencia emitida no cumpla con los
principios de exhaustividad y congruencia que toda resolución debe contener en perjuicio evidente del derecho
fundamental dirimido en esta controversia, dejando la juez de valerse de los documentos aportados durante el
procedimiento con la finalidad de conocer la verdad de los puntos controvertidos, en términos de lo dispuesto por el
articulo 270 de la Ley Procesal Civil del Estado.
En consecuencia, al no existir la figura jurídica del reenvío en nuestro sistema jurídico, este tribunal de
apelación debe examinar y resolver con plenitud de jurisdicción las cuestiones indebidamente omitidas en la sentencia de
primer grado y que se reclamen en agravios, ya que conforme a lo dispuesto en el artículo 936 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, el recurso de apelación tiene por objeto que la Sala confirme, revoque o modifique la
sentencia o auto dictado en primera instancia, lo que impide a la Sala la posibilidad de devolver los autos al inferior para
que éste subsane las omisiones en que incurrió. Consecuentemente, este tribunal de apelación al asumir la jurisdicción
que originalmente le compete y previo análisis de las constancias que integran el sumario de origen, procede a
determinar lo relativo a la acción de pérdida de la patria potestad invocada por la parte actora, tomando para ello en
consideración lo dispuesto por la fracción II del artículo 293 del Código Familiar local, respetando de esta forma los
principios de congruencia y exhaustividad contenidos en los artículos 81 y 83 de la ley procesal civil de esta localidad.
En apoyo a esta última determinación, resulta pertinente invocar lo estimado por el Segundo Tribunal
Colegiado del Décimo Primer Circuito, en la tesis de jurisprudencia sustentada bajo el número de registro 177094,
localizable en la página 2075, en la tesis XI.2º.J/29, Tomo XXII, Octubre de 2005, Novena Época del Seminario Judicial
de la Federación y su Gaceta, cuyo rubro y texto es el siguiente: “AGRAVIOS EN LA APELACIÓN. AL NO EXISTIR
REENVÍO EL AD QUEM DEBE REASUMIR JURISDICCIÓN Y ABORDAR OFICIOSAMENTE SU ANÁLISIS, SIN QUE
ELLO IMPLIQUE SUPLENCIA DE AQUÉLLOS. Si bien es cierto que en la apelación contra el fallo definitivo de primer
grado el tribunal de alzada debe concretarse a examinar, a través de los agravios, las acciones, excepciones y defensas
que se hayan hecho valer oportunamente en primera instancia, porque de lo contrario el fallo sería incongruente, también
lo es que esa regla es general dado que en la apelación no existe reenvío, por lo que el órgano jurisdiccional de segundo
grado no puede devolver las actuaciones para que el a quo subsane las omisiones en las que hubiera incurrido, en aras
de respetar ese principio de congruencia y no dejar inaudito a ninguno de los contendientes por lo que, a fin de resolver la
litis natural en todos sus aspectos, el ad quem debe reasumir jurisdicción y abordar oficiosamente el análisis
correspondiente, sin que ello implique suplencia de los agravios.”
ELIMINADO En ese sentido y partiendo de la facultad otorgada a esta alzada, de acuerdo al resultado de las probanzas
aportadas en el presente juicio, se puede advertir que atendiendo las circunstancias especiales del caso en particular, las
pruebas aportadas por la parte actora resultan ineficaces para demostrar plenamente la causal de pérdida de patria
potestad establecida en la fracción II del artículo 293 de la Legislación Familiar del Estado; lo anterior, tomando en
consideración que sí bien, el demandado dejó de contestar la demanda entablada en su contra, lo cual provoca estimar
que se tenga por reconocidos los hechos en que se basa la misma, en términos de lo dispuesto por el artículo 264 del
Código Procesal Civil del Estado, sin embargo, no debe perderse de vista que, tratándose de acciones del estado civil, la
confesión no será bastante si no estuviere adminiculada con otras pruebas fehacientes, según lo ordenado por el
dispositivo 387 de la misma legislación. Ahora bien y contrario a lo estimado por la juez familiar, en la especie resulta
inexacto el alcance probatorio que otorgó a la prueba testimonial ofertada por la parte actora, así como al contenido de
las manifestaciones vertidas por la menor de edad y también al informe rendido por la profesionista adscrita al juzgado;
en efecto, dichas probanzas no pueden ser adminiculadas a la confesión del demandado, dado que si bien dichos medios
de convicción merecen valor probatorio, dadas la razones expuestas por la juzgadora en la sentencia en análisis, sin
embargo, no debe soslayarse que el alcance demostrativo de las mismas solo justifica de manera primordial, que la
menor de edad ELIMINADO ELIMINADO vive y ha estado viviendo bajo el cuidado y protección de su madre
ELIMINADO en el domicilio de los padres de esta última, así como también, prueba la incomunicación que tiene la
menor de edad con su progenitor ELIMINADO , al grado de desconocer que él es su padre biológico.
En efecto, esta autoridad arriba a la conclusión que antecede, porque según se destacó y atendiendo
principalmente a la finalidad de la norma, en el caso en particular no se encuentra a discusión el hecho acreditado
consistente en que la menor de edad actualmente se encuentra bajo el cuidado y protección de su madre, dadas las
razones vertidas por la parte actora en su demanda, lo cual fue manifestado por los testigos y por la propia menor de
edad al comparecer ésta ante el juzgado de origen, así como también la acreditación de la infracción de los deberes
alimenticios por parte del padre, al haber sido obligado judicialmente para ello; sino más bien, el hecho controvertido o
discusión en la especie es la imputación hecha por la actora respecto de la conducta dolosa por parte del demandado en
perjuicio directo en la integridad física o moral de su menor hija, derivado precisamente de la infracción de los deberes
alimentarios en que incurrió, circunstancia esta última que como lo advierte el apelante en sus agravios, en el presente
procedimiento no se encuentra demostrada de manera absoluta con las probanzas mencionadas por la juzgadora,
tomando en cuenta que de las mismas solamente se justifica que la menor de edad se encuentra al cuidado y protección
actualmente de su madre, quien a su vez se encuentra viviendo al lado de sus padres; que el señor ELIMINADO no se
ha hecho cargo de sus deberes respecto de su menor hija; así como también, que la propia menor ha manifestado ante
la autoridad judicial que no conoce a su padre biológico; sin embargo, es evidente que dichas circunstancias por sí
mismas no son bastantes para considerar que en el presente caso de manera necesaria el demandado con esa actitud
ha afectado de tal gravedad la integridad física o moral de su menor hija, constituyendo por tal motivo un perjuicio para
ésta el hecho de que su progenitor siga conservando el ejercicio de la patria potestad, pues lo cierto es que, como se
consideró previamente por parte de esta autoridad de segunda instancia, la figura jurídica de la patria potestad incumbe
no sólo los derechos de los padres, sino también y de forma preponderantemente los derechos de los hijos, dado que la
patria potestad constituye un derecho elemental superior de los infantes, mismo que incuestionablemente es más en su
beneficio que de los propios padres, pues el correcto ejercicio de esa patria potestad conlleva necesariamente al debido
cuidado de su persona, de sus bienes, así como a velar por su protección, desarrollo integral, emocional, moral, físico y
social, según lo estatuido en los numerales 11, 268 y 279 del citado Código Familiar del Estado.
En consecuencia, es inconcuso que las probanzas arriba analizadas no resultan las idóneas para demostrar
un riesgo y sobre todo un perjuicio para la menor de edad, en cuanto a que ésta siga bajo el cuidado y protección de su
progenitor, pues lo cierto es que el hecho de que este último no tenga actualmente la guarda y custodia de su menor hija,
así como también, que ésta se encuentre bajo la protección de su señora madre y que incluso, haya manifestado
desconocer a su progenitor, son más bien circunstancias que en el caso que nos ocupa son derivadas o propiciadas por
los conflictos de pareja entre la parte actora y el demandado, pero de ninguna manera, las mismas son bastantes para
considerar sin lugar a dudas, la demostración de una animadversión del demandado para con su hija, que conlleve
necesariamente un riesgo en la salud, la seguridad o desarrollo psicológico-emocional de esta última. Lo anterior se
estima así, tomando en cuenta en el caso en particular, los hechos que se desprenden de los documentos que la juez
familiar dejó de valorar y otorgar la eficacia plena en este procedimiento, provocando con ello que, al dirimir la
controversia que le fue sometida a su potestad, no se ponderó el interés superior de la menor de edad por sobre los de
sus progenitores; de ahí entonces, que esta Sala estime que los hechos demostrados por las probanzas destacadas en la
resolución aquí impugnada, por ningún motivo resulten suficientes para considerar de manera terminante que en la
especie, la conservación de la patria potestad que ejerce el demandado sobre su menor hija pone en riesgo la integridad
física o moral de esta última, haciendo necesario la procedencia de la acción aquí intentada; lo anterior, atento a las
consideraciones que de índole legal se precisan a continuación.
Del contenido de la prueba superveniente ofertada por la parte actora, consistente en diversas actuaciones
deducidas del expediente 1894/2013 relativo al Juicio Ordinario Civil por Divorcio Necesario que promueve ELIMINADO
en contra de ELIMINADO ante el Juzgado Segundo de lo Familiar, así como de la copia fotostática certificada de la
sentencia emitida el día 19 diecinueve de mayo del año 2010 dos mil diez, que acompaña también la actora a su
demanda y que deriva del mismo procedimiento, la cual fue incluso exhibida por el propio demandado, mediante escrito
recibido el día 27 veintisiete de junio del 2013 dos mil trece; documentales públicas con pleno valor probatorio al tenor de
lo dispuesto por los artículos 323 fracción VIII y 388 del Código de Procedimientos Civiles del Estado; se desprende de
ellas en forma inconcusa que, en dicho procedimiento el señor ELIMINADO reclamó de la señora ELIMINADO el
divorcio necesario y la regulación de visitas para con su menor hija ELIMINADO ; mientras que la demandada reclamó
del actor el pago de una pensión alimenticia a su favor de su menor hija; concluyendo dicho procedimiento en cuanto a la
procedencia de la acción de alimentos, la regulación de visitas en ejecución de sentencia y también el pago de alimentos.
Ahora bien, en lo que aquí interesa y cobra relevancia, de la copia fotostática certificada de la sentencia
emitida el día 19 diecinueve de mayo del año 2010 dos mil diez, se desprende que la señora ELIMINADO , al contestar
la demanda entablada en su contra (11 de junio del año 2009), reconoció que era falso que haya negado a su
demandante ver a su hija, aseverando que aquél siempre la ha visitado sin inconveniente alguno, que además, su
cónyuge se había comprometido a pagar ELIMINADO por concepto de pensión alimenticia; reconocimiento éste que fue
confirmado por la demandada en se procedimiento, al desahogar la prueba confesional a su cargo, aseverando que el día
9 nueve de abril del año 2007 dos mil siete, realizó un convenio con el señor ELIMINADO en la Subprocuraduría de
Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar, comprometiéndose a dejar a este último conviviera con su menor hija (f. 22
frente y 25 vuelta del presente toca). Asimismo, del contenido de las diversas actuaciones deducidas del expediente
1894/2013 relativo al Juicio Ordinario Civil por Divorcio Necesario que promueve ELIMINADO en contra de
ELIMINADO ELIMINADO ante el Juzgado Segundo de lo Familiar, se desprende que el aquí demandado por virtud de
la condena que se le hizo por el pago de alimentos, le han sido descontadas a éste diversas cantidades a razón del
ELIMINADO decretado; justificándose ese hecho con los recibos que exhibió aquél mediante escrito presentado ante el
Juzgado de origen el día 30 treinta de noviembre del año 2012 dos mil doce, los cuales obran a fojas 93 a 99 del
expediente natural, mismos que no fueron objetados por la parte contraria y en ese entendido se tienen por admitidos
conforme a lo dispuesto por el numeral 392 del Código de Procedimientos Civiles; mas aún, cuando de las constancias
arriba aludidas se advierte que fue la propia ELIMINADO quien mediante recibido de fecha 4 cuatro de octubre del año
2013 dos mil trece, ante el Juzgado Primero de lo Familiar (f. 8 de la prueba superveniente que exhibió), reconoció bajo
protesta de decir verdad que desde el mes de abril del 2013 dos mil trece, no ha recibido cantidad alguna por concepto
de pensión alimenticia, solicitándole al juzgador se remitiera oficio correspondiente al lugar de trabajo del demandado;
reconocimiento éste en cuanto a que sí a recibido cantidades de dinero por parte del demandado por concepto de
pensión alimenticia, hasta esa fecha. También obra en esas mismas constancias (foja 80), que mediante acuerdo de
fecha 7 siete de marzo del 2014 dos mil catorce, se admitió a tramite el incidente de liquidación de pensiones alimenticias
promovida por ELIMINADO en contra de ELIMINADO . Por último, de las multicitadas constancias se aprecia la
comparecencia de la menor de edad ante la autoridad judicial el día 15 quince de abril del año 2014 dos mil catorce (fojas
124 y 125 del documento superveniente), en donde al final expuso: “ Tno sé quién es ELIMINADO porque no lo
conozco, no sé como es porque yo no lo he visto, sí me gustaría conocer a ELIMINADO , no me gustaría ir a pasear con
él, no me ha hablado por teléfono, no me ha mandado un regalo y no me habla el día de mi cumpleañosT”
En el orden analítico precedido, es inconcuso que del resultado de los hechos que se deducen de las
constancias procesales destacadas por esta autoridad y contrario a lo sostenido por la Juez Familiar, atendiendo las
circunstancias especiales del caso que nos atañe, no se desprende una conducta omisiva total por parte del demandado
en cuanto a sus deberes para con su menor hija, tomando en consideración que la demanda el presente asunto se basó
en el hecho imputado al demandado, concretamente en el sentido de que fue a partir de que se decretó el pago de una
pensión alimenticia, mediante resolución de fecha 19 diecinueve de mayo del 2010 dos mil diez, cuando el demandado
no ha entregado ninguna cantidad por concepto de pensión alimenticia, considerando la actora que por ese simple hecho,
el demandado había abandonado sus obligaciones para con su menor hija; sin embargo, esta autoridad estima que el
contenido de las documentales arriba analizadas se opone frontalmente a la imputación realizada por la parte actora en
su demanda, al haber constancias de que el demandado y derivado de los conflictos con su ahora ex cónyuge vivían
separados desde el año 2007 dos mil siete; que en un inicio de la separación había contacto entre padre e hija, pero
posteriormente no se le ha permitido al demandado convivir con su menor hija y que, además fue obligado judicialmente
a pagar una pensión alimenticia a favor de esta última, pensión ésta que se ha hecho efectiva, salvo los inconvenientes
derivados de la incertidumbre laboral a la que ha sido sujeto el deudor alimentario por motivo del cambio de su centro de
trabajo, según se desprende del contenido integral de las constancias del expediente que ofertó la parte actora a este
procedimiento y a las que se ha hecho alusión. Asimismo, se acredita que el aquí demandado de manera judicial ha
intentado convivir con su menor hija, sin embargo, no lo ha podido lograr por las razones que se encuentran asentadas
en el procedimiento de divorcio y regulación de visitas; hecho éste el cual justifica y da sentido que la menor de edad en
la actualidad desconozca la identidad de su progenitor, pues no debe soslayarse que ese hecho es derivado básicamente
por circunstancias que no son propias de la menor de edad (por su minoría de edad no puede valerse por si misma en
cuanto a decidir estar con su progenitor), sino más bien, es derivado de manera directa de los conflictos entre sus padres,
tan es así que no debe perderse de vista el hecho de que la infante de manera directa ha expresado a la autoridad
judicial su interés de conocer a su progenitor; de ahí pues que, con esas conductas por parte del demandado, se
justifique el interés por la salud y seguridad de su hija, finalidad perseguida por la patria potestad, al pretender con la
regulación de la convivencia familiar la protección y cuidado de su descendiente, lo que conllevaría el correcto desarrollo
físico y moral de esta última, respetando de esta forma sus derechos fundamentales, al ponderarse evidentemente el
interés superior consagrado en el artículo 4º Constitucional.
Lo anterior, también es acorde a lo manifestado por el tutor de la menor en el presente procedimiento
licenciado ELIMINADO , quien al comparecer a este juicio mediante escrito recibido el día 9 nueve de septiembre del
2015 dos mil quince (f. 442 del presente toca de apelación), manifestó a la juez familiar una vez que se impuso de las
actuaciones judiciales, que tomara en consideración el interés superior de su representada al momento de resolver el
presente juicio, adoptando las medidas que en su caso considerara y protegiendo sus derechos, para de esta manera se
procurara alcanzar su desarrollo integral, acorde al marco jurídico invocado en la presente resolución.
Bajo este contexto jurídico, es claro que las pruebas que valoró la juzgadora en el presente procedimiento
no son bastantes para considerar que de acuerdo a las circunstancias especiales del caso, el demandado por la sola
infracción de su deber alimentario ha producido un perjuicio de tal magnitud que se resienta en la salud, la seguridad o la
moralidad de la menor de edad, ni mucho menos que la conservación de la patria potestad, produzca un riesgo en la
integridad física y emocional de su menor hija, que impida un debido desarrollo integral de esta última; pues por el
contrario, lo cierto es que de las constancias a que se han hecho alusión en párrafos que anteceden, se deduce el interés
del progenitor en cumplir con sus obligaciones para con el cuidado y protección de su menor hija, así como el interés de
ésta en conocer a su progenitor, con independencia de los problemas familiares existentes entre las partes aquí en
conflicto, los cuales por ningún motivo deben anteponerse al interés superior de la menor de edad, mismo que conlleva la
relación de padre e hija y las consecuencias que de dicho vínculo emana para la debida formación integral de la menor
de edad; más aún, si en el presente procedimiento no se desprende probanza alguna e idónea que justifique que la
convivencia con su padre le produce o le producirá un riesgo y un perjuicio en su desarrollo integral, emocional, moral,
físico y social; de ahí entonces, que en la especie, se estime que la juez familiar además de ser omisa en la sentencia
reclamada, también hizo una inexacta valoración de las pruebas aportadas por las partes en el presente procedimiento,
dejando de ponderar y atender las circunstancias especiales del caso sometido a su potestad, en cuanto a que si la
infracción de los deberes alimentarios por parte del demandado para con su menor hija, le produce a ésta un perjuicio
absoluto que haga necesaria la declaración judicial de que se pierda el vínculo entre padre e hija, implicando que la
protección y desarrollo integral de esta última solo quede bajo el cuidado de su madre.
En las relatadas condiciones, se tiene y se insiste que en el caso en particular, la parte actora con las
probanzas que ofertó no demuestra de manera plena la hipótesis contenida en la fracción II del artículo 293 del Código
Familiar del Estado, dado que los medios de convicción aportados resultan ineficaces para demostrar un perjuicio y un
riesgo de la salud, la seguridad o la moralidad de la menor de edad, en cuanto que esta última siga bajo el cuidado bajo
su progenitor, no obstante que vivan separados; lo anterior es así, aún y cuando la actora también haya exhibido como
prueba superveniente las copias certificadas de diversas actuaciones que obran dentro de la averiguación previa
AP/PGJE/SLP/DC/163/III/2012, las cuales no obstante su valor probatorio al tenor de lo dispuesto por los artículos 323
fracción VIII y 388 del Código Procesal Civil del Estado, el alcance demostrativo resulta insuficiente para demostrar la
causal en cita, toda vez que dichas actuaciones judiciales son llevadas en un proceso que no ha culminado y no se ha
pronunciado sobre la veracidad de los hechos en que se basa la querella, ni tampoco se ha sancionado una conducta al
demandado por parte de la autoridad competente; mas aún, cuando la conducta imputada no es respecto de su menor
hija, sino a su ex cónyuge.
Así las cosas, ante lo esencialmente fundado de los agravios expuestos por el apelante, lo conducente es
MODIFICAR el fallo impugnado, dictándose otro en el cual se debe establecer que en el caso concreto la parte actora no
demostró los elementos constitutivos de su acción y el demandado fue declarado rebelde; no resultando procedente
condenar a ELIMINADO a la pérdida de la patria potestad que ejerce sobre su menor hija ELIMINADO quedando
intocado el resto de los puntos resolutivos al no haber sido materia de litis en esta segunda instancia, así como lo relativo
a la exención al pago de costas, en virtud de que en la especie, el juicio se tramitó en rebeldía del demandado, por lo que
es evidente que éste no generó gasto alguno, no siendo aplicable la hipótesis contenida en la fracción I del artículo 135
del Código de Procedimientos Civiles del Estado; por lo que finalmente la resolución debe quedar de la siguiente manera:
"PRIMERO.- El Juzgado Tercero de lo Familiar fue competente para conocer del trámite del presente juicio. SEGUNDO:
La Vía Ordinaria Civil que hizo valer la promovente fue la correcta. TERCERO: La parte actora, ELIMINADO compareció
a juicio con personalidad, en tanto que el demandado ELIMINADO fue declarado contumaz. CUARTO: Por los motivos
expuestos en la presente resolución no ha lugar ha decretar la pérdida de la patria potestad que ejerce ELIMINADO
respecto de la menor ELIMINADO quien está bajo los cuidados y atenciones de su señora madre ELIMINADO
ELIMINADO . QUINTO.- No se hace especial condenación en costas y gastos. SEXTO.- Se declara improcedente la
prestación de alimentos y de pago de adeudo que por concepto de alimentos hizo valer ELIMINADO a favor de la menor
ELIMINADO SEPTIMO.- Notifíquese personalmente".
CUARTO:- Atento a lo dispuesto expresamente por el artículo 965 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, y además atendiendo a la teoría del vencimiento que rige en nuestra legislación procesal civil local, en el caso
concreto, al haber obtenido sentencia favorable el apelante en esta instancia, debido a lo fundado esencialmente de los
agravios que expuso y que a la vez provocó la revocación del fallo impugnado, es dable considerar por parte de este
tribunal que, en la especie no se debe hacer especial condena la pago de costas originadas por la tramitación del
presente recurso, al no actualizarse plenamente el supuesto previsto en la fracción II del artículo 135 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado.
QUINTO.- Por otro lado, en virtud de que ninguna de las partes litigantes manifestó su inconformidad
respecto a que sus datos personales señalados en el artículo 3°., fracción XV, de la Ley de Transparencia y Acceso a la
Información Pública del Estado, se incluyan en la publicación que se haga del presente fallo, consintiendo así tácitamente
esa inclusión, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 3°., 18, 23, fracción III, 44 y relativos de la Ley en cita, así
como 13, fracción XIII, 14, 15 fracción I, 21 y 22 del Reglamento del Poder Judicial del Estado, para la aplicación de la
mencionada Ley, al efectuarse dicha publicación inclúyanse tales datos, con la protección oficiosa que corresponda.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Los agravios formulados por el ELIMINADO en su carácter de abogado autorizado del señor
ELIMINADO , resultaron esencialmente fundados.
SEGUNDO.- En consecuencia, se MODIFICA la sentencia definitiva de fecha 20 veinte de noviembre de
2015 dos mil quince, pronunciada por la Juez Tercero de lo Familiar de esta Capital, dentro del expediente 1933/2013,
correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Pérdida de la Patria Potestad promovido por ELIMINADO en contra de
ELIMINADO ; para quedar de la siguiente manera: "PRIMERO.- El Juzgado Tercero de lo Familiar fue competente para
conocer del trámite del presente juicio. SEGUNDO: La Vía Ordinaria Civil que hizo valer la promovente fue la correcta.
TERCERO: La parte actora, ELIMINADO compareció a juicio con personalidad, en tanto que el demandado
ELIMINADO fue declarado contumaz. CUARTO: Por los motivos expuestos en la presente resolución no ha lugar ha
decretar la pérdida de la patria potestad que ejerce ELIMINADO respecto de la menor ELIMINADO quien está bajo los
cuidados y atenciones de su señora madre ELIMINADO . QUINTO.- No se hace especial condenación en costas y
gastos. SEXTO.- Se declara improcedente la prestación de alimentos y de pago de adeudo que por concepto de
alimentos hizo valer ELIMINADO a favor de la menor ELIMINADO . SEPTIMO.- Notifíquese personalmente".
TERCERO.- No se hace especial condena al pago de costas en esta alzada.
CUARTO.- Al no existir inconformidad de las partes litigantes respecto a que sus datos personales
se incluyan en la publicación de la sentencia, al efectuarse la misma, inclúyanse tales datos, con la protección
oficiosa que corresponda.
QUINTO.- Con copia certificada de la presente resolución devuélvase el presente expediente al juzgado de
su origen y en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido.
SEXTO.- Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.
A S I, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores Magistrados que integran la Cuarta Sala
del H. Supremo Tribunal de Justicia del Estado, ELIMINADO , la última de los nombrados, integrante de la Tercera Sala
por excusa de la señora ELIMINADO de conformidad a lo dispuesto por el artículo 159 de la ley Orgánica del Poder
Judicial del Estado, quienes actúan con Secretaria de Acuerdos licenciada ELIMINADO .- Doy Fe.-