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P. 18 PANORAMA elCaribe, LUNES 6 DE JULIO DE 2015 Receta para quebrar países 12% en el 2009-2014. La falta de transparencia fiscal está también presente. Con el objetivo de sub- estimarlo, el déficit se calcula en base ca- ja, es decir, sobre la base de los gastos efectivamente pagados, y no sobre la ba- se de lo devengado o de compromisos. El déficit fiscal publicado excluye además los déficit de cerca de 150 agencias del Gobierno. Pero también excluye de la contabilidad del Fondo General (FG) to- dos los años, cerca de US$300-US$400 millones de gastos de capital que el Go- bierno ejecuta fuera de la contabilidad del FG, que más temprano que tarde ter- minan afectando la caja y el financia- miento del Gobierno Central. tan ingresos superiores al salario mínimo de US$1,257, sin necesidad de “dar un golpe”. Eso explica el porqué Puerto Ri- co tiene una de las tasas de participación laboral más bajas del mundo (40%). El mercado de electricidad también erosiona la competitividad. Puerto Rico opera con una matriz de generación muy dependiente de los derivados del petró- leo. Aún con la actual baja de precios, la tarifa promedio de US$0.22 el kWh, li- mita la competitividad de las empresas. El mercado de transporte marítimo por igual. Restringido por el Jones Act -los buques y la tripulación que parten hacia o provienen de EUA deben ser nor- teamericanos-, el mercado de transpor- te marítimo en Puerto Rico se ve forza- do a operar fletes relativamente caros, a lo que se agregan una serie de regulacio- nes y barreras a la competencia que dan lugar a resultados similares en el trans- porte de carga terrestre. Como si esto fuera poco, Puerto Rico exhibe un variado menú de leyes y regu- laciones que coartan la competencia y li- mitan las inversiones. Registrar la pro- piedad, obtener un permiso de construc- ción y pagar impuestos, involucran ele- vados niveles de dificultad según la evaluación anual de Doing Business que realiza el Banco Mundial. En segundo lugar, siguiendo con la re- ceta para la quiebra, búsquese gobiernos que gasten permanentemente por enci- ma de sus posibilidades. En otras pala- bras, que operen con déficit fiscales fi- nanciados con endeudamiento. Los go- biernos en Puerto Rico tienen una larga tradición deficitaria, la cual comienza con la elaboración del Presupuesto. Allí es casi un dogma religioso sobre-estimar las recaudaciones. El promedio de la so- bre-estimación ha sido de 16% en los úl- timos 11 años. A medida que la recauda- ción real queda por debajo, se imparten instrucciones de recortes de gastos que los ministerios y dependencias del Go- bierno ignoran pues aunque comienzan a recibir menos desembolsos, mantienen el ritmo de gasto establecido en el Pre- supuesto original, financiando la diferen- cia con atrasos a suplidores. Estos atra- sos son pagados a principios del año si- guiente con el nuevo Presupuesto con emisión de títulos de deuda pública, al ser reconocidos como cuentas por pagar del ejercicio fiscal anterior. El Gobierno incurre también en la prác- tica de ofrecer descuentos a las empresas por el pago anticipado de impuestos, así como amnistías fiscales para agenciarse ingresos que permitan reducir la diferen- cia entre lo presupuestado y lo realizado. La generosidad tributaria no se que- da atrás. El sistema tributario de Puerto Rico ofrece un variado menú de exencio- nes tributarias para estimular la inver- sión. Gracias a estas exenciones, una gran cantidad de empresas terminan pa- gando tasas efectivas de impuesto sobre la renta que van de 0% a 4% sobre los be- neficios. No es por casualidad que la pre- sión tributaria en Puerto Rico ha bajado de casi 15% en el período 2004-2008 a ANDRÉS DAUHAJRE HIJO [email protected] E l Gobierno de Puerto Rico ha anunciado a sus acree- dores que no está en capa- cidad de honrar sus com- promisos de deuda. La deu- da pública de Puerto Rico, que incluye la deuda del Gobierno Central y de las tres principales empresas estatales (PRASA, la Autoridad de Acueductos y Alcantari- llados; PREPA, la Autoridad de Energía Eléctrica; y HTA, la Autoridad de Carre- teras y Transportación), alcanza US$72,000 millones, equivalente a 100% del PIB y 833% de los ingresos tributarios. Puerto Rico le ha dejado saber a sus acreedores que requiere una reestructu- ración de la deuda pública que tenga co- mo resultado la reducción del servicio de la deuda y la extensión del vencimiento promedio de la misma. El alivio de la deu- da a que aspira el Gobierno de Puerto Ri- co podría obtenerse de varias formas in- cluyendo, como plantean Anne O. Krue- ger, Ranjit Teja y Andrew Wolfe en un informe reciente que prepararon a soli- citud del Banco Gubernamental de Fo- mento, un canje de bonos viejos por bo- nos nuevos con mayor plazo y menores tasas de interés. ¿Cómo llegó Puerto Rico a esta situa- ción? La respuesta la encontramos en la Receta para Quebrar Países por J. P. Po- pulista. En primer lugar, entorpezca el crecimiento a través de la erosión de la competitividad. Puerto Rico produce hoy día 13% menos que hace 9 años. Echando un vistazo a los mercados de factores de la producción encontramos las razones. El mercado de trabajo es quizás el prin- cipal detonante del déficit de competiti- vidad. En Puerto Rico el salario mínimo es el federal -importado de EUA-, US$7.25 por hora, lo que arroja un salario míni- mo mensual de US$1,257, cuatro veces mayor que el promedio vigente en la Amé- rica Latina y el Caribe. A eso hay que agre- gar sobrecostos que no están presentes en el mercado laboral de EUA: reglas ge- nerosas para el pago de horas extras, va- caciones pagadas, bonificación obligato- ria y elevados costos de despido. Todo lo anterior crea un serio desincentivo a la contratación de personal. Mientras esto sucede, el Gobierno ha logrado estructurar un conjunto de be- neficios dentro del sistema de bienestar social que desincentivan la búsqueda de trabajo. El monto de los beneficios que reciben los puertorriqueños por concep- to de cupones alimenticios, la ayuda a fa- milias de bajos ingresos con niños depen- dientes (AFDC), el Medicaid y los subsi- dios en los servicios públicos, represen- OPINIÓN Todo lo anterior da lugar a un déficit del sector público que en el 2014 cerró en 4.8% del PIB, incluyendo los déficit de los sistemas de pensiones de los em- pleados del Gobierno y de los maestros del sistema público. Krueger, Teja y Wolfe, en su informe, ofrecen una carta de ruta a Puerto Rico para hacer frente a la crisis y crear las con- diciones para un crecimiento con soste- nibilidad fiscal en el mediano y largo pla- zo. La otra opción sería contratar a Tsi- pras, en caso de que haya perdido ayer el referéndum en Grecia. En ese caso, Puer- to Rico, en poco tiempo, terminaría su con- dición de estado libre asociado a EUA y sustituiría el dólar por el peso boricua. l

Receta para quebrar países

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P.18 PANORAMAelCaribe, LUNES 6 DE JULIO DE 2015

Receta para quebrar países

12% en el 2009-2014.La falta de transparencia fiscal está

también presente. Con el objetivo de sub-estimarlo, el déficit se calcula en base ca-ja, es decir, sobre la base de los gastos efectivamente pagados, y no sobre la ba-se de lo devengado o de compromisos. El déficit fiscal publicado excluye además los déficit de cerca de 150 agencias del Gobierno. Pero también excluye de la contabilidad del Fondo General (FG) to-dos los años, cerca de US$300-US$400 millones de gastos de capital que el Go-bierno ejecuta fuera de la contabilidad del FG, que más temprano que tarde ter-minan afectando la caja y el financia-miento del Gobierno Central.

tan ingresos superiores al salario mínimo de US$1,257, sin necesidad de “dar un golpe”. Eso explica el porqué Puerto Ri-co tiene una de las tasas de participación laboral más bajas del mundo (40%).

El mercado de electricidad también erosiona la competitividad. Puerto Rico opera con una matriz de generación muy dependiente de los derivados del petró-leo. Aún con la actual baja de precios, la tarifa promedio de US$0.22 el kWh, li-mita la competitividad de las empresas.

El mercado de transporte marítimo por igual. Restringido por el Jones Act -los buques y la tripulación que parten hacia o provienen de EUA deben ser nor-teamericanos-, el mercado de transpor-te marítimo en Puerto Rico se ve forza-do a operar fletes relativamente caros, a lo que se agregan una serie de regulacio-nes y barreras a la competencia que dan lugar a resultados similares en el trans-porte de carga terrestre.

Como si esto fuera poco, Puerto Rico exhibe un variado menú de leyes y regu-laciones que coartan la competencia y li-mitan las inversiones. Registrar la pro-piedad, obtener un permiso de construc-ción y pagar impuestos, involucran ele-vados niveles de dificultad según la evaluación anual de Doing Business que realiza el Banco Mundial.

En segundo lugar, siguiendo con la re-ceta para la quiebra, búsquese gobiernos que gasten permanentemente por enci-ma de sus posibilidades. En otras pala-bras, que operen con déficit fiscales fi-nanciados con endeudamiento. Los go-biernos en Puerto Rico tienen una larga tradición deficitaria, la cual comienza con la elaboración del Presupuesto. Allí es casi un dogma religioso sobre-estimar las recaudaciones. El promedio de la so-bre-estimación ha sido de 16% en los úl-timos 11 años. A medida que la recauda-ción real queda por debajo, se imparten instrucciones de recortes de gastos que los ministerios y dependencias del Go-bierno ignoran pues aunque comienzan a recibir menos desembolsos, mantienen el ritmo de gasto establecido en el Pre-supuesto original, financiando la diferen-cia con atrasos a suplidores. Estos atra-sos son pagados a principios del año si-guiente con el nuevo Presupuesto con emisión de títulos de deuda pública, al ser reconocidos como cuentas por pagar del ejercicio fiscal anterior.

El Gobierno incurre también en la prác-tica de ofrecer descuentos a las empresas por el pago anticipado de impuestos, así como amnistías fiscales para agenciarse ingresos que permitan reducir la diferen-cia entre lo presupuestado y lo realizado.

La generosidad tributaria no se que-da atrás. El sistema tributario de Puerto Rico ofrece un variado menú de exencio-nes tributarias para estimular la inver-sión. Gracias a estas exenciones, una gran cantidad de empresas terminan pa-gando tasas efectivas de impuesto sobre la renta que van de 0% a 4% sobre los be-neficios. No es por casualidad que la pre-sión tributaria en Puerto Rico ha bajado de casi 15% en el período 2004-2008 a

ANDRÉS DAUHAJRE [email protected]

El Gobierno de Puerto Rico ha anunciado a sus acree-dores que no está en capa-cidad de honrar sus com-promisos de deuda. La deu-

da pública de Puerto Rico, que incluye la deuda del Gobierno Central y de las tres principales empresas estatales (PRASA, la Autoridad de Acueductos y Alcantari-llados; PREPA, la Autoridad de Energía Eléctrica; y HTA, la Autoridad de Carre-teras y Transportación), alcanza US$72,000 millones, equivalente a 100% del PIB y 833% de los ingresos tributarios.

Puerto Rico le ha dejado saber a sus acreedores que requiere una reestructu-ración de la deuda pública que tenga co-mo resultado la reducción del servicio de la deuda y la extensión del vencimiento promedio de la misma. El alivio de la deu-da a que aspira el Gobierno de Puerto Ri-co podría obtenerse de varias formas in-cluyendo, como plantean Anne O. Krue-ger, Ranjit Teja y Andrew Wolfe en un informe reciente que prepararon a soli-citud del Banco Gubernamental de Fo-mento, un canje de bonos viejos por bo-nos nuevos con mayor plazo y menores tasas de interés.

¿Cómo llegó Puerto Rico a esta situa-ción? La respuesta la encontramos en la Receta para Quebrar Países por J. P. Po-pulista. En primer lugar, entorpezca el crecimiento a través de la erosión de la competitividad. Puerto Rico produce hoy día 13% menos que hace 9 años. Echando un vistazo a los mercados de factores de la producción encontramos las razones.

El mercado de trabajo es quizás el prin-cipal detonante del déficit de competiti-vidad. En Puerto Rico el salario mínimo es el federal -importado de EUA-, US$7.25 por hora, lo que arroja un salario míni-mo mensual de US$1,257, cuatro veces mayor que el promedio vigente en la Amé-rica Latina y el Caribe. A eso hay que agre-gar sobrecostos que no están presentes en el mercado laboral de EUA: reglas ge-nerosas para el pago de horas extras, va-caciones pagadas, bonificación obligato-ria y elevados costos de despido. Todo lo anterior crea un serio desincentivo a la contratación de personal.

Mientras esto sucede, el Gobierno ha logrado estructurar un conjunto de be-neficios dentro del sistema de bienestar social que desincentivan la búsqueda de trabajo. El monto de los beneficios que reciben los puertorriqueños por concep-to de cupones alimenticios, la ayuda a fa-milias de bajos ingresos con niños depen-dientes (AFDC), el Medicaid y los subsi-dios en los servicios públicos, represen-

OPINIÓN

Todo lo anterior da lugar a un déficit del sector público que en el 2014 cerró en 4.8% del PIB, incluyendo los déficit de los sistemas de pensiones de los em-pleados del Gobierno y de los maestros del sistema público.

Krueger, Teja y Wolfe, en su informe, ofrecen una carta de ruta a Puerto Rico para hacer frente a la crisis y crear las con-diciones para un crecimiento con soste-nibilidad fiscal en el mediano y largo pla-zo. La otra opción sería contratar a Tsi-pras, en caso de que haya perdido ayer el referéndum en Grecia. En ese caso, Puer-to Rico, en poco tiempo, terminaría su con-dición de estado libre asociado a EUA y sustituiría el dólar por el peso boricua. l