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Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación - e Avaliação Psicológica ISSN: 1135-3848 [email protected] Associação Iberoamericana de Diagnóstico e Avaliação Psicológica Portugal CASULLO, MARÍA MARTINA La evaluación psicológica: modelos, técnicas y contextos Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación - e Avaliação Psicológica, vol. 1, núm. 27, 2009, pp. 9-28 Associação Iberoamericana de Diagnóstico e Avaliação Psicológica Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=459645443002 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Iberoamericana de Diagnóstico y

Evaluación - e Avaliação Psicológica

ISSN: 1135-3848

[email protected]

Associação Iberoamericana de

Diagnóstico e Avaliação Psicológica

Portugal

CASULLO, MARÍA MARTINA

La evaluación psicológica: modelos, técnicas y contextos

Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación - e Avaliação Psicológica, vol. 1,

núm. 27, 2009, pp. 9-28

Associação Iberoamericana de Diagnóstico e Avaliação Psicológica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=459645443002

Cómo citar el artículo

Número completo

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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RIDEP · Nº 27 · Vol. 1 · 2009 · 9 - 28

La evaluación psicológica: modelos, técnicas y contextos

^̂ MARÍA MARTINA CASULLO1

1 (Universidad de Buenos Aires - Buenos Aires. Argentina)12/09/1998Conferencia impartida en el Paraninfo de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca conmotivo de la VI Conferencia Internacional de Evaluación Psicológica. Formas y Contextos.Salamanca 12-14 de Noviembre de 1998.

El título de esta exposición es “Laevaluación psicológica: modelos, téc-nicas y contextos socioculturales”,entonces, lo que yo trataré de hacer esinvitarlos a que pensemos juntos; nopretendo impartir cátedra ni decir ver-dades sino, en este momento, tratar dever si podemos plantearnos juntosalgunas preguntas que creo son nece-sarias que nos planteemos, primerocomo Psicólogos y segundo, comopsicólogos que decimos que nos dedi-camos a tareas de evaluación psicoló-gica. Entonces, como el título es“Modelos, técnicas y contextos socio-culturales” creo que lo primero quetengo que ser es sincera y decir quelas ideas que trataré de compartir conUds.han sido pensadas y escritas en

este papel desde un contexto muyespecífico, que es el de la realidadsudamericana de hoy. O sea, no estánpensadas desde cualquier lugar, sinoque yo pienso en estos temas desde micondición de sudamericana.

Y en este sentido es que vamos atratar de ver en qué medida, o sea, quécaracterísticas tiene el contexto cultu-ral y social de hoy y cómo puede estarafectando, influyendo, a aquello quepensamos y aquello que decimos. Esdecir, entonces, para ser coherente, sipretendo hablar del contexto quieroque pensemos entre todos qué carac-terísticas tiene la sociedad y la culturade este fin de siglo que nos toca vivir.Y en ese sentido voy a tomar comopunto de referencia ideas de dos auto-

res porque los he leído en el transcur-so del año y me han aportado elemen-tos importantes para pensar en estetema. Entonces, tomaré, por un ladoun pensador, Touraine que publica en1997 un libro en español que titula“¿Podremos vivir todos juntos?” y,tratando de ver algunas característicasde este fin de siglo que nos toca vivir.Es decir, Touraine, va a hablar de queel contexto sociocultural en el cualestamos insertos, se va a caracterizarpor dos dimensiones muy fuertes; porun lado una terrible globalización, esdecir, de alguna manera, mensajes,productos, están en todas partes sinque estén en alguna cultura específicacon significación cultural. Vamos adecirlo más fácil, viajamos y podemosencontrar “Beba Coca-Cola”, viaja-mos y podemos encontrar el “TexasInstruments”, viajamos y podemosencontrar que nos ofrecen que com-premos un coche, que se llama“Peugeot”, ya sea que estemos enáreas totalmente distantes geográfica-mente unas de otras. ¿Qué nos va aplantear Touraine? o ¿Qué es lo quedijo Touraine que a mí muy personal-mente me invitó a reflexionar en todoesto? Es decir, de alguna manera ¿per-tenecemos a la misma sociedad, a lamisma cultura? Sí, pero con elemen-tos globalizados, sobre todo desde loeconómico, que nos llevarían a dosactitudes peligrosas, o aceptamos laglobalización como tal, y somos sola-mente sujetos de consumo, y consu-mimos aquello que la globalización

nos ofrece, o siempre, siguiendo aeste pensador, el otro extremo a estaposición estaría dada por la posibili-dad de los nacionalismos a ultranza;es decir, o todos bebemos de la mismafuente, sin cuestionarnos absoluta-mente nada, que eso tiene sus riesgos,¿no es cierto? Porque universalizamosrealidades sociales y culturales que esempíricamente falso (ya me voy areferir a eso más adelante), o caería-mos en el otro extremo de estasupuesta dimensión: la defensa de losnacionalismos a ultranza. Tema queno tocan en especial a un país hoysino cualquiera de nosotros, leyendoun periódico, viendo cualquier pro-grama de televisión, encontraría queotrora grandes potencias identificadascon un sistema crítico hoy defiendendeterminadas religiones, determina-dos valores, determinadas lenguas,cosa que nos hubiera parecido extra-ño, sobre todo a nuestra generación,25 años atrás, ¿no es cierto? Dondecreíamos que había una organizaciónsocial que se imponía por sobre lasculturales. La cultura, va a decirTouraine, como tal la cultura propia(ya pasaremos a decir después quéentendemos por cultura) no gobiernala organización social la que, a su vez,ya no gobierna la actividad técnica yeconómica. Es decir, ¿será posiblevivir todos juntos en este mundo, enesta aldea global que está separada, dealguna manera, entre factores que nosfuerzan a ser consumidores de lomismo y factores endógenos que nos

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llevan, de alguna manera, a defenderla lengua, la religión, el género, ¿porqué no?, como lo único auténtico y loúnico verdadero? Es decir, lo que va aproponer, y yo los invito a que pense-mos en los seres humanos como suje-tos de realidades multiculturales (algode esto ya lo dijo esta mañana en suconferencia la Profesora FernándezBallesteros), las multietnias, la diver-sidad cultural. Entonces, la preguntaes que va a estar como atravesandoeste momento que compartamos aquí,¿en qué medida nuestra disciplina, laPsicología, está ocupándose del estu-dio, la explicación, la comprensión deeste sujeto pensado en términos desujeto multicultural?

Yo adelanto mi posible respuesta atodo esto: creo que no. Y trataré dedecir o de exponer mis ideas por quéno. Creo que, sobre todo aquellos quenos identificamos con el saber acadé-mico, a veces nos equivocamos bas-tante tratando de dar carácter de uni-versal a ciertas premisas, a ciertasideas, a ciertos principios que damospor sentado, como válidos para todoslos seres humanos, y no tenemos encuenta la realidad de este sujeto, de lomulticultural. Entonces, por un ladotomamos las ideas de Touraine, queparecen interesantes como para pen-sarlas, ¿no es cierto? Una aldea globalque, al mismo tiempo, enfrenta anacionalismos extremos que llevanhasta la muerte, el odio, etc. y quepareciera que están en total oposicióna la idea de globalización que, desde

lo económico, sobre todo, se sostieney se postula. Y en el medio de esas dosrealidades una Psicología que intentaser científica y que, a veces se disfra-za, y lo digo con todo respeto, en cál-culos estadísticos, es decir, metodolo-gías extrañas, porque creo que en elfondo, lo que está tratando de cubrir,que no da respuesta, la que necesitaeste sujeto, referidos a la multivaria-ción o a la variación cultural.

Bueno, dejemos a Touraine yvamos a ir a otro pensador (Tourainees de origen francés). Vamos a ir a otropensador contemporáneo que esHuntington. Huntington es un doctoren Ciencias políticas de Harvard, tienetambién un libro muy interesante,publicado en 1997 que se titulaChoque de civilizaciones. Y de algunamanera este pensador nos habla de queel fin de siglo enfrenta lo que llama-mos un conflicto entre civilizaciones.

¿Qué queremos decir, en estemundo de la posguerra fría?Huntington va a insistir que, mientrasexistía la guerra fría, parecía que elmundo estaba más claro, (dónde esta-ban los buenos y los malos de la pelí-cula… totalmente relativo, cada unose podía colocar de qué lado le gusta-ba, dónde estaba el “bueno” y de quélado estaba el “malo”), pero era másclaro, ¿no es cierto? Esta posguerrafría, según este autor, nos enfrenta conun choque de civilizaciones y lo quemás va a cuestionar Huntington es lapretensión de Occidente de haber tra-tado de mostrarse como cultura uni-

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versalmente válida, y si lo occidentales lo científico, lo occidental es locorrecto. Y Huntington va a decir queuno de los grandes desafíos que tieneeste mundo occidental de hoy (des-pués trataremos de ver a qué llama-mos Occidente) es, a las puertas delsiglo XXI, pensarse como una civili-zación más, y no como la única civili-zación posible, que es lo que tratare-mos de compartir en estos momentos.Es que, de alguna manera, los quedesarrollamos nuestras ideas en losámbitos universitarios estamos muymoldeados por esta civilización occi-dental y, a veces sin quererlo, y aveces a pesar nuestro, confundimoslas premisas derivadas de esta con-cepción occidental de la vida con uni-versales que no son tales; es decir,interesa que este tema, los que des-arrollamos tareas de investigación ydocencia lo tengamos presente por-que, de alguna manera tienen que vercon lo que producimos y con lo quehacemos; por ejemplo, señalaHuntington, ¿Occidente estaría enconflicto con quién? Frente al valorfuerte de Occidente, va a decirHuntington hay culturas de enormepeso, como el Islam hoy. Miremos elplaneta ¿cuánta gente se identificacon el pensamiento islámico?, ¿Y porqué no China, que son millones depersonas en el planeta Tierra? Esdecir, viven de acuerdo a valores queno necesariamente son occidentales.

¿Qué es una civilización paraHuntington? Para Huntington una

civilización es una macrocultura, dealguna manera, y lo que quisiera com-partir con ustedes ¿Qué significa hoyser occidental? Es decir, vamos a tra-tar con algunas ideas mías y con otrasaportadas de este autor, de ir desta-cando algunos elementos que nosconforman. ¿Por qué insisto tanto enlo Occidental?, porque en el 100% delos que estamos sentados hoy acá, laformación que hemos recibido y laformación que reproducimos, estáabsolutamente identificada con elconcepto de Occidente. Por ahí, si yohubiera sido estudiante de una univer-sidad China y estuviese dando estaconferencia en otro lugar del planetaTierra, no estaría necesariamentehablando de la manera que lo estoydiciendo. Entonces, ¿cuáles son, trate-mos de pensar, todos los puntos deestas principales características de lacultura occidental, académicamentehoy hegemónica? Y les pediría que,por favor retengan esta idea, porque,¿por qué me estoy refiriendo aOccidente?, simplemente porque enlos planes de estudios que nos forma-ron y que formamos, es una culturaque pesa y es altamente hegemónica.¿Qué lo caracteriza? En primer lugar,el legado clásico. Es decir, sería impo-sible pensar a Occidente sin laFilosofía y el Racionalismo griego,sin el Derecho Romano, sin la basedel latín y sin el Judeocristianismo.Bueno, ¡es obvio lo que estoy dicien-do! Obvio pero a veces lo obvio lotransformamos en universal y pensa-

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mos que, bueno, el Racionalismo, elJudeocristianismo… yo que vengo deuna realidad donde ciertos modelospsicológicos pesan mucho más queotros, por ejemplo, la triangulaciónedípica. Se da por sentado que es uni-versal, no se cuestiona cuánto tieneque ver Padre-Madre-Hijo y EspírituSanto con el padre, la madre… y¿cómo podemos pensar, por fuera delJudeocristianismo? No es un delito nimucho menos, es una realidad quenos conforma. El tema de la culpa,por ejemplo, el tema de la culpa estotalmente vigente desde elJudeocristianismo. Si nos salimosdel Judeocristianismo, pesan otrostópicos, como la vergüenza, porejemplo. Pero estamos tan formadosen esto que, insisto me preocupa anivel académico, que no dudamos desu universalidad, y ahí está el peligrode la constitución de la Psicología entanto disciplina que intenta com-prender, explicar los comportamien-tos de los seres humanos. Y ya, el“diferente cultural”, el que no piensacomo nosotros, (no hay que ir a bus-carlo a kilómetros de distancia), eldiferente cultural puede ser un veci-no que vive en la misma manzanadonde yo estoy viviendo a pocascuadras de mi casa.

Otra característica de Occidente, elCatolicismo y el Protestantismo.Claro, en sí parece como obvio, perohay mucha gente que ha nacido, havivido, ha muerto y no tuvo ni idea deque el Catolicismo, o el

Protestantismo existieran en la con-formación de Occidente. Y no quisie-ra ser muy densa en todo esto, pero vaa tener mucho que ver en este choquede civilizaciones que dice Huntington,un norte en Europa, por ejemplo, unnorte protestante y un sur católico.Esto tiene bastante que ver en pautasde comportamiento, en creencias yvalores, y va conformando una formade pensar, de sentir, de vivir.

Otro tema: las lenguas europeas.Bueno, el gran tema, ¿no?, del latín ensu momento, que va a ser reemplaza-do más tarde por el Francés, y actual-mente, diremos, por el Inglés y elCastellano, aunque los que me cono-cen a mí saben muy bien que yo augu-ro por el Inglés. Porque es tanta lapolémica hoy de lenguas en el senodel mismo Occidente que va a tenerque aparecer una lengua, con el fraca-so del Esperanto en su momento; esdecir, lo que tendremos que asumir,muchos de nosotros, que va a veniruna lengua necesaria para poderhablar en común en Congresos, even-tos, necesariamente, porque es tanta ladiversidad que si no caeríamos enguetos o en sectas donde es absoluta-mente imposible comunicarse. Pero lalengua tiene mucho que ver en laconstitución de Occidente, y sobretodo el latín como lengua base en sumomento dado.

Otro tema interesantísimo: la sepa-ración entre la autoridad espiritual yla temporal. Lo damos como obvio,somos muy categóricos, somos taxati-

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vos. Una cosa es el mundo del tiempoy del espacio y otro es el mundo de laespiritualidad. Eso es absolutamenteOccidental y Judeocristiano. Es decir,en otras realidades culturales de hoy(ya llegaremos a las indígenas latino-americanas o las indígenas australia-nas). Esta diferencia entre lo espiritualy lo material o lo temporal no tieneexistencia. Damos por sentado la divi-sión entre mente-cuerpo, buenosomos bastante cartesianos, se lodebemos a Descartes, y se lo debemosa Kant, y se lo debemos a muchospueblos en el planeta Tierra hoy queno piensan que sea posible, de ningu-na manera, esta diferencia entre elmundo de lo psíquico y el mundo delo físico (y no quiero ir muy lejos, hayuna serie de literatura actual, cerca delos ‘90 producidos en un país comoIsrael, muy hetergéneo culturalmente,por ejemplo donde estudian dimensio-nes psicológicas. Un judío de origenaskenasis piensa la realidad de distin-ta manera que un judío de origenmarroquí, que un judío de origeniraní, todos viven en un territorio alque llaman Israel (y estoy hablandode 1998).

Otro tema que es importante: elimperio de la Ley. Esta es otra carac-terística totalmente heredada de losromanos y que nosotros consideramosla esencia de una existencia civiliza-da. Yo que estoy haciendo una invita-ción a que dejemos de ser occidenta-les después de esta conferencia.Porque uno tampoco es un acto de

voluntad o de decisión; es, simple-mente, una invitación a pensar que loque pensamos como universal no estan universal como lo pensamos. Yque si estamos queriendo construiruna Psicología, “científica”, hay undesafío a no llamar universal a aque-llo que, empíricamente, no es tan uni-versal como nosotros lo sostenemos.O si no, que tengamos un acto de sin-ceridad epistemológica y digamos queestamos haciendo Psicología occiden-tal. Me parecería mucho más acordecon las circunstancias que estamosviviendo. Por ejemplo, el imperio dela Ley, los Cuerpos, el Juez son abso-lutamente romanos y occidentales.

Otro tema: el Pluralismo Social. ElPluralismo Social, es decir, creer engrupos autónomos, ONG o como sellamen. También como los formamos,es decir, no están atados por vínculosde sangre ni de matrimonio. Nosotrossabemos perfectamente que haynumerosos grupos sociales que vivenatados por vínculos de sangre, dematrimonio, hoy. Ocurre que unotiene muchas ideas en su cabeza. Yome recuerdo, cuando era maestraPrimaria, ya hace tiempo, cuandohablamos de que ya habíamos supera-do el Paleolítico ¿Dónde? Hay cultu-ras paleolíticas hoy, en pleno 1998. Loque pasa es, como decimos allá enAmérica, ¿quién descubrió América?Y siempre se decía en broma, queCristóbal Colón. En realidad Colóndescubrió América para los Europeos,pero América existía mucho antes de

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que Colón pisara estas tierras.Entonces decir América fue descu-bierta por Colón era colocarse en ellugar de un europeo, que es perfectoque un europeo diga que América fuedescubierta por Colón. (Conversá-bamos en el almuerzo que un sólidodescendiente de los Aztecas hoy, nodiría, de ninguna manera, que fue des-cubierta por Colón, diría que los euro-peos descubrieron América en talmomento, en tal siglo, etc.).

Bueno, otro tema interesante de loque es ser occidental (tal vez saque-mos de esta conferencia la conclusiónde que no somos tan occidentalescomo creemos algunos de nosotros)significa adherir a estos principiosconsolidados a través de muchossiglos de existencia. (Hoy estábamoshablando, justamente con Rocío1, quées Gobierno con el Parlamento, si elParlamento, si los Diputados, si elPresidente, si el Rey o no Rey…). Esun diálogo absolutamente occidental,porque en otras realidades el primer“Cuerpo representativo” de Gobiernoni siquiera cruza la imaginación demucha gente y no tenemos que ir aMarte o a Saturno para encontrarnoscon esta realidad, ¿no es cierto?

Y otro tema que me gustaría tratar,porque tiene mucho que ver con nues-tra disciplina la Psicología, es elIndividualismo. Si hay algo que es

Occidental, es el Individualismo, quelo refuerza el Romanticismo en unmomento dado, “haz tu vida”, “haz tudestino”, hasta el extremo del “selfmade man”, ¿no es cierto?, “sé túmismo”, la “motivación de logro”,etc. Lo que algunos autores llaman la“Revolución de Romeo y Julieta”. Mepareció interesante compartirlo conUds. Uno tiene que elegir su pareja,vivir con quien está enamorado, y sino, la opción es matarse. Esto es abso-lutamente Occidental yJudeocristiano. En otros territorios dehoy uno se casa con el que el padre dala dote, y no con el que, de algunamanera, considera más conveniente,¡Bueno!, esto es para que pensemos.La Psicología plantea sus premisascuando intenta definir ciertas varia-bles. ¿En qué sujeto está pensando?Huntington va a decir también cuálesserían las principales macroculturas ocivilizaciones que tenemos hoy frenteal Siglo XXI. De alguna manera, enChina nadie dudaría de que hay millo-nes de personas habitando allí que nocreen para nada en estas característi-cas que dijimos recién de los Cuerposrepresentativos, pero existen, tienenpoderes, y ahí están. La japonesa, porejemplo, la Hindú, India es otramacrocultura o la Islámica. Y no estoyhablando de cosas raras, bueno laOccidental, y en esta nos detendría-

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1 Se refiere a la profesora Rocío Fernández Ballesteros, de la Universidad Autónoma de Madrid, ytambién invitada en estas jornadas.

mos un poco con sus tres componen-tes principales. Está Europa, estáNorteamérica, está Hispanoamérica.En Hispanoamérica vamos a haceruna diferenciación, por un ladoHispanoamérica. Podemos decir queIberoamérica tiene, por un lado, reco-nocimiento de vástago de la civiliza-ción Occidental y muchos que viajanpor Sudamérica se fascinan por loOccidental que encuentran la realidadcuando llegan allá al sur del continen-te. Entonces, lo que más impacta aalgunos es que lo occidental allá tam-bién existe. Pero hay ciertas realida-des de Latinoamérica que van a cues-tionar esta “occidentalización” y,entre ellos, vamos a encontrar paísesdonde mayorías o minorías (si yosiguiera el discurso Norteamericanodiría las minority), y las minorías indí-genas (si me escucharan, me diríancómo me atrevo a hablar de minoríasindígenas, si de alguna manera hacecinco siglos que vienen sosteniendotodo lo que son) en Latinoamérica vana ver Uds. que hay una realidadmucho más occidentalizada, que seidentifica con Occidente sin proble-mas. En países como Perú, Bolivia,México a esto de la occidentalizaciónlo van a cuestionar bastante y van aponer un peso más fuerte en la heren-cia Azteca en la conformación de susidentidades.

Bueno, hasta ahora Uds. se estaránpreguntando ¿y qué tiene que ver todoesto que estoy diciendo yo en elmarco de una conferencia sobre

Evaluación Psicológica? Porque deeso se trata, ¿no?, que estamos en laciudad de Salamanca y estamos tra-tando de ver qué tiene que ver conesto la Evaluación Psicológica; esdecir, tiene que ver en la medida quela Evaluación Psicológica la podemosdefinir como un campo de laPsicología Básica, por un lado, yAplicada, por otro, de la Psicologíacomo disciplina científica. Y lo quequería compartir con Uds. es quenuestra disciplina, la Psicología ela-bora, se acerca a los problemas, a loshechos concretos. Porqué un niño noaprende, por qué una persona se psi-cotiza, por qué alguien se enamora,por qué alguien ama a España…y otrose encuentra más feliz en las Filipinas.Esos son los hechos que la disciplinaPsicología intenta entender. ¿Quéintenta hacer una disciplina?Comprender, comparar y explicar. Porsupuesto, no lo hace desde el vacíoabsoluto, lo hace desde modelos. Unlibro que me ha servido como libro decabecera, es el de los Modelos deEvaluación Psicológica de Kirchner yForns que Uds. deben conocer muybien, donde estas colegas deBarcelona analizan que uno, de algu-na manera, cuando propone una expe-riencia de evaluación, lo hacen a par-tir de modelos diferentes. ¿Qué es unmodelo? Y aquí me gustaría que pen-sáramos juntos. Uno construye losdatos que quiere investigar a partir deusar determinado modelo. Éste tam-bién es un debate que uno tiene con

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determinados constructivistas, sobretodo Sudamericanos (de los europeos,no me atrevo a hablar porque los des-conozco, a lo mejor pasa lo mismo),que hablan de que la realidad se cons-truye…¡no! la realidad no se constru-ye, la realidad existe, uno construyedatos acerca de la realidad a partir deun modelo, no sé si queda claro.Nunca nos acercamos al problemadesde la “tabla rasa”, si Uds. quieren,que allá lejos en ese tiempo estudiába-mos con el Empirismo, ¿verdad? Elmodelo sirve como marco de referen-cia para poder construir los datos. Siyo adhiero un modelo conductista,construiré mis datos según el mismo.Vamos a poner un ejemplo: ¿por quélos niños no aprenden?, el conductistalo construirá de una manera, el psico-analista lo construirá de otro, el feno-menólogo lo construirá de otro. Yvamos a encontrar que los niños queno aprenden existen y son los mismosde siempre, pero lo que yo construyode manera diferente es el dato que voya analizar. Este tema es clave para laEvaluación Psicológica porque algu-nos operamos como si ese modelo noexistiera, y existe, y lo único que unopide, en nombre de un saber científi-co, es la honestidad de la construccióndel modelo. No hay ningún delito endecir “adhiero a tal modelo” o “adhie-ro a tal otro”. En este fin de siglo seencuentra que aceptamos como unabuena palabra algo que hace 25 añosatrás era como una ofensa: ser eclécti-co. Allá en mi juventud, si uno decía

que era “ecléctico”, era como… y hoyen día hablar de modelos integradosde propuestas, es decir, no hay unmodelo único que sirva para explicartodo y comprender todos los proble-mas humanos. Y esa es una de las rea-lidades que estamos enfrentando, nosé, algunos lo vivirán afortunadamen-te, otros viven con el narcisismo y conla omnipotencia, ¿no? Aquellos deUds. que vivieron felices con un únicomodelo de hace 30 años, de repentedarse cuenta que el modelo al que leentregaron la mitad de su vida, noexplica toda la realidad y eso duele unpoco. Los más inflexibles le tienenmucho menos miedo a este tema, deque no hay un único modelo, lo cualno quiere decir que haya colegas queintenten explicar toda la realidaddesde un único modelo. ¿Qué hay quehacer? Por lo menos tener honestidadintelectual (yo lo hago con mis alum-nos). A veces decir, hablo de estemodelo porque es el que conozco y delos demás no hablo porque conozcomuy poco, y no negarlos o abolirlosen nombre de la supuesta superioridadde unos sobre otros.

Lo que quisiéramos que viéramoses ¿cuándo un modelo se transformaen teoría? Y allí aparecen las técnicasde evaluación. El modelo se transfor-ma en teoría en la medida que verifi-ca, valida sus propuestas teóricas. Sino hay verificación empírica no hayteoría, hay modelo. De hecho, unoempieza con un modelo, si puedeverificar ciertas propuestas del mode-

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lo va aumentando la producción yconvierte el modelo en una teoría yotras categorías conceptuales. Es unsistema formal el modelo. ¿Dóndeexiste el modelo? En nuestra mente,no existe en otro lado. Uno no vacaminando por las calles deSalamanca y se encuentra con unmodelo al lado de un café, ¿no es cier-to?, sino que es una construcción queuno tiene. De alguna manera el mode-lo nos sirve ¿para qué?, para ordenarla realidad. El hombre necesita orde-nar la realidad, sino sería un caos infi-nito. Po ejemplo, uno va a una ciudady da gracias a Dios, al Olimpo o aquien sea de que las calles tienennombre y que las casas tienen núme-ro, y eso es para ordenar y permitirque uno las encuentre…no es que unacasa sea, ¡qué sé yo! La calle laProvidencia 21… no sé si entiendenlo que estoy diciendo. Podríamoscambiar el 21 y podíamos cambiar elnombre, y eso sirve para ordenar larealidad. Este es otro tema tambiénque, los que nos dedicamos a laEvaluación a veces tenemos una enre-do en la cabeza acerca de qué son losniveles de medición. Creemos que elnúmero garantiza la solidez científicade lo que hacemos y, a veces, hace-mos “cualquierismo” que es el para-digma dominante en muchas de nues-tras Facultades de Psicología.Estamos trabajando con variablesordinales que hacen un rango y hace-mos cálculos matemáticos como sifueran escalas de razones o cocientes.

Y lo decimos muy bien, y presenta-mos cálculos suntuosos y, en realidad,eso es lo que quiero que veamosahora, la variable no permite tal nivelde medición. Pero, en realidad, losacadémicos formamos una secta, enrealidad, hablamos para nuestrospares académicos y nos impactamoslos unos a los otros. Entonces cuantomás alfa Cronbach, análisis multiva-riados, recontravariados y 80 facto-res…más científico. Y es mentira, loque yo quisiera transmitirles es queestamos perdiendo al sujeto cuyosproblemas tendríamos que analizar,comprender y resolver. Pero nos ali-mentamos entre nosotros, nos impac-tamos mutuamente… no es lo mismodar una conferencia, hablando enfácil, que empezar a poner fórmulasMatemáticas complicadas, porqueentonces el otro que no entiende nadasupone que yo sé muchísimo. No haynada mejor que manejar la ignorancia,porque uno impacta por la ignorancia.No hay nada más difícil que usar ellenguaje de todos los días, porque ellenguaje de todos los días lo entien-den todos y, desde ese lenguaje detodos los días, me pueden cuestionar.También si yo aparezco con fórmulasque no entiendo, pero no importa, noles voy a confesar públicamente queno entiendo, es decir, voy a impactar,sobre todo si impacto desde el silen-cio (como el que está ahí sentado tam-poco entiende nada, no se anima ahacer la pregunta, salvo que venga undoctor en Matemáticas y sepa mucho

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y es aquel que justo nos diga: oiga loque usted está diciendo no tiene nadaque ver con la realidad, porque siem-pre entre el público, desgraciadamen-te para muchos de nosotros, hay dos otres que, en realidad, saben, y sabenmuchísimo, de lo que estamos hablan-do. Entonces, ¿qué es lo que quisieraque pensemos todos juntos?Pensemos que hay conceptos, comopor ejemplo: inteligencia, aprendiza-je, personalidad, simbolizaciones,actitudes, que son creaciones de lacultura occidental que ha producidoen los últimos 100 años de existencia.Algunos deambulamos por esta vidatratando de encontrar la inteligencia, yno, en realidad vamos a encontrarcaracterísticas de comportamientocon determinadas cualidades quealguien, alguna vez, se le ocurriódecir que se le llamaba inteligencia.Podríamos decir que se designan conotro nombre, pero en la hegemoníadel lenguaje académico está la palabrainteligencia, y lo que preocupa desdela Evaluación, (somos nominalistasalgunos) es que buscamos la inteli-gencia cual si estuviésemos buscandouna cosa que existe en algún lado ynos olvidamos que es un referenteconceptual para significar algunacaracterística del comportamiento delos sujetos que tratamos de explicar,comprender y analizar.

Entonces, siguiendo, ¿cómo se fue-ron configurando esos constructosdesde algún modelo? Y no vamos adescubrir nada novedoso; es decir, no

estoy diciendo nada novedoso, que endeterminadas realidades históricas,siempre hay modelos que se transfor-man en hegemónicos y siempre haymodelos que son subalternos con res-pecto a la hegemonía de determinadosmodelos. Los que estamos en elambiente académico sabemos el preciocaro que se paga cuando uno no res-ponde a los modelos hegemónicos dela comunidad científica a la que perte-nece. El exilio (existe el exilio acadé-mico, aunque estemos en la mismaFacultad, no nos saludan, no nos invi-tan, no nos publican los paper, perosomos todos muy democráticos, repre-sentativos y estamos todos muy bien).Cuesta mucho animarse a desafiar losmodelos hegemónicos. Tampoco esnovedoso esto. Existen en la Historiadel Arte, en la Historia Estética, enFilosofía, en Historia Política… no esalgo típico de la Psicología.

Vamos a ver a qué podemos llamarun modelo exitoso, porque yo creoque tenemos que animarnos a pensaren el modelo que estamos utilizandocuando estamos realizando evaluacio-nes, ¿no es cierto? Esto son sólo suge-rencias y, pensadas, tal como dije alcomienzo de esta exposición, desdemi realidad sudamericana con lectu-ras. Yo creo que un modelo exitosopara realizar tareas de evaluación quetenga en cuenta este sujeto multicultu-ral, necesita primero una propuestaepistemológica que posibilite diseñosde investigaciones en los que esté pre-sente el análisis de cómo los sujetos

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construyen sus representaciones acer-ca del tema o del problema a investi-gar. Me refiero al tema de lasRepresentaciones Sociales. ¿Qué espara la gente una persona inteligente?¿Qué es para la gente una psicoterapiaeficaz? ¿Qué es para la gente un suje-to enamorado? Y a veces respetamosmuy poco las concepciones que lagente tiene acerca del tema que vamosa estudiar. Vamos a ver, a través deotros ejemplos que esto se respondede distintas miradas que podemos dar.En un trabajo que estamos haciendoahora junto con la Universidad deValencia, hemos estado realizandoestudios comparativos entre adoles-centes argentinos de Buenos Aires yadolescentes españoles de Valencia, yencontramos que ciertas representa-ciones acerca de una conducta social(hoy habló la profesora FernándezBallesteros a la mañana a cerca delcuerpo, por ejemplo) o el trabajo queescuchamos lo masculino o femeninoestá muy teñidas por valores y con-cepciones donde hay que preguntarlea la gente.En un tema como laAnorexia, en un tema de comporta-mientos alimentarios ¿por qué siem-pre las mujeres aparecen con más pro-blemas en relación con el cuerpo quelos varones? Hay algo neuronal, bio-lógico, fisiológico que nos constituye,o una realidad social que dice, dealguna manera, que si mido mi busto,mis caderas, mi cuerpo de tal manera,me visto de tal manera, luzco de talmanera, voy a tener mayor acepta-

ción, mayor logro que, a lo mejor, estetema no le afecta de la misma maneraal varón. Vuelvo a repetir la primerasugerencia: una propuesta epistemo-lógica que dé lugar a que el actorsocial nos diga qué entiende por… (SiUd. lo quiere más fácil, a Juan Pérez,a Dña. María, a la que vive el vecinodel barrio) qué es, para él o para ella,una psicoterapia eficaz. Desde la rea-lidad donde yo vengo escucho amuchas eminencias hablar de psicote-rapias eficaces y hay un rechazo enor-me en preguntar al paciente cuánsatisfecho se encuentra con la psicote-rapia que ha recibido porque siempreel terapeuta tiene la última palabra,porque lo que el sujeto dice es resis-tencia, o es negación, o es proyección,y ¿quién está diciendo todo esto?: loestá diciendo el terapeuta desde unlugar donde no escucha lo que el otrodice. Entonces, creo que este es unpunto interesante cuando estudiamosansiedad, cuando estudiamos depre-sión, o la personalidad, o las neurosis.¿Le preguntamos a la gente qué con-cepción tiene acerca de lo que es sersano o enfermo? Nos llevaríamosenormes sorpresas. Y otra cosa quehacemos (sobre todo en la realidad enla que yo trabajo) cuando el modelono sirve para explicar la realidad, la quese equivoca es la realidad, jamás es elmodelo: habrán contestado mal, noentendieron el cuestionario, son de muybajo nivel educativo, entonces, claro,estamos estudiando a los que piensancomo nosotros, ése es el trabajo exito-

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so, entonces nos da un altísimo nivel decorrelación y no hay error posible. Creoque es una pseudociencia, sobre todolos que estamos más cerca de la jubila-ción que del inicio, tenemos una obli-gación moral de decirle a los jóvenesque estas cosas tienen que tratar desuperarlas y no cometer los mismoserrores, por lo menos otros, pero no losmismos errores que nuestra generaciónha producido.

Otro tema interesante de un mode-lo de evaluación: la inclusión en elarsenal metodológico de estrategiasque permitan incluir no sólo elemen-tos verbales o de observación en con-texto de laboratorio, sino también lasacciones que las personas concretansus hábitats cotidianos. Bueno, nodigo nada nuevo, pero a nosotros nosencantan los autoinformes o lasobservaciones de laboratorio. Ahoranos queda una leve pregunta: ¿Quésimilitud tiene el laboratorio con lavida? ¡Nada, pero no importa!, sirvepara escribir un hermoso paper.Cuando el sujeto actúa de determina-da manera en el Laboratorio, y deci-mos la maestra no dice que se portaigual en el aula, lo que pasa que entreel laboratorio y el aula puede haberniveles de significación de la conduc-ta. En ese sentido me gustaría querecordemos siempre que todos estosobjetos son objetos culturalmente sig-nificados. Vamos a poner un ejemplo(estamos medio históricos, hoy en elalmuerzo hablamos de historias denacionalidades): cuando los primeros

europeos llegaron a América, un temaera el oro. Como el objeto era uno, eloro, pero eran significados distinta-mente por los que habitaban enAmérica y por los que llegaban. Paralos Aztecas y los Mayas, el oro era unelemento para honrar a los dioses,para el europeo que llegaba era unaforma de hacer fortuna y tener ganan-cias. Esto no ha sido una cuestiónética, ni bien ni mal, es la significa-ción atribuida a oro era diferente, noera ni mejor ni peor, era diferente, yesto nos pasa en nuestra cultura detodos los días. Cuando los maestrosen Buenos Aires dicen permanente-mente que los alumnos del turno“tarde” (allá en Argentina la escuelamedia o secundaria, unos van a lamañana, de 8 de la mañana a 13, yotros en el turno de tarde) son peoresque los del turno de mañana, másindisciplinados, etc. Para no aburrir-los, los datos que hemos recogido enun estudio en Valencia demuestranque, (estamos estudiando percepcióndel bienestar psicológico) cuandocomparamos el turno mañana con elturno tarde, se perciben mejor psico-lógicamente los del turno tarde. Losprofesores lo perciben peores, peroellos se encuentran con más autodo-minio, con más satisfacción de logro,etc. Entonces, un tema interesanteque no nos bloquea en nuestra formade pensar, pero nos invita a reflexio-nar es que una cosa es la mirada deldocente y otra, la construcción que eladolescente hace de qué es “estar

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bien psicológicamente”, por ahí con-cuerdan, por ahí no concuerdan.

En esto de volver a considerar elhacer, tampoco soy muy original. Yodiría que es un poco reflotar las ideasde Vigotsky, por ejemplo, ¿por quéseguimos con autorrelatos y por quéseguimos con observaciones de labo-ratorio y cuánto nos cuesta ser másetnógrafos, yo diría, no? y toda estalínea de la etnometodología nos trae-ría mucho material muy rico que nosayudaría a entender los comporta-mientos humanos.

Y lo último que quisiera decir, enesta línea de qué modelo de evalua-ción necesitamos, es otorgar la mismaimportancia al estudio de los procesosde cambio de aquellas representacio-nes que a los de estabilidad y repro-ducción. Por ejemplo, hay temas fasci-nantes que convocan a la Psicología,por ejemplo, en personalidad, cuandohablamos de los estilos de personali-dad (y yo me dedico a ese tema). Haynumerosas investigaciones, sobre todohechas en lo que hoy es Rusia,Ucrania, que muestran que el concep-to de Personalidad, tal cual lo entende-mos nosotros, en determinadas reali-dades culturales no existe. ¿Tenemosque por ello eliminar el concepto dePersonalidad? Tendríamos que ade-cuarlo a determinados contextosdonde eso diga algo, y no suponermucho más identificado, con lo hege-

mónico de Occidente, con la intros-pección, con el mirar hacia dentro,descubrir nuestra mismidad, nuestroser interior, cabe en enorme cantidadde culturas vigentes hoy, donde el selfno puede ser entendido sino en rela-ción al nosotros. Otro tema que semencionó, la deseabilidad social .Cuando hacemos estudios sobre per-sonalidad ¿es parte o no del construc-to? Es una pregunta que estoy hacien-do, porque el “parecerse a” tienemucho que ver con valores, pautas, yno como algo bueno o malo que leagrego cuando estoy haciendo un estu-dio acerca de la Personalidad. (Hoytambién Rocío2 a la mañana hablabade todo lo que sería mentir, todo lo queconstituye el tema, ¿está diciendo laverdad el sujeto?) Una persona cuandocontesta un cuestionario, hay que teneren cuenta primero qué le está pregun-tando el cuestionario, porque a veces,en ciertas realidades la forma másinteligente de responder un sujeto esno tomándoselo en serio, por que si selo toma demasiado en serio, las conse-cuencias de contestar ese cuestionariopueden ser más terrible de lo que elmismo investigador supone. Y paraterminar quisiera señalar que damospor sentado, una uniformidad culturalde Occidente que es empíricamentefalsa. Bueno, ¿es lo mismo cómoexpresa sus emociones un campesinodel sur de Italia que un holandés o un

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2. Referencia a la Pfra. Rocío Fernández Ballesteros, de la Universidad Autónoma de Madrid.

noruego? No. Sin embargo hay estu-dios sobre emociones que dan por sen-tado la homogeneidad de esa realidad;es decir, es importante intentar dife-renciar, y con esto quería decir algoque a mí me ha sido muy útil, ¿cómopodríamos usar los modelos y opera-cionalización de variables que nos per-mitan tener en cuenta los subsistemasculturales? Y acá quisiera compartircon ustedes las diferencias entreSistema Social y Sistema Subcultural.El Sistema Social es el conjunto decomportamientos que un grupo de per-sonas puede tener en el contexto deuna población organizada. Pero qui-siera, para ser coherente con lo quevenimos diciendo, que pudimos dife-renciar Sistema Social de SistemaCultural. Entonces, por ahí podemosver que en el Sistema Cultural aludi-mos a tradiciones, a sistemas simbóli-cos, a cosmovisiones compartidas quese transmiten de una generación a otra.En el Sistema Cultural tienen muchoque ver las lenguas, las religiones, losvalores políticos, los sistemas morales.Por ejemplo, una de las cosas que estepensador Touraine, que ya mencionéal comienzo, dice es que “la caída delas ideologías y las pseudoideologíasque guiaron la vida de muchos, y quepareciera que desembocan en la nada afin de siglo, dan lugar a losNacionalismos”. Es una hipótesis.Como no hay una ideología paradefender todas azarosamente, enton-ces uno defiende la lengua, la religión,una canción que escuchó desde niño y

que forma parte de la identidad, ¿no escierto? Entonces, ¿Puede hablarse deSistemas Subculturales? ¿Cuáles sonesos sistemas Subculturales. ¿Cuálesson esos sistemas Subculturales quedeberíamos tener en cuenta cuandohacemos Evaluación Psicológica? Opor lo menos, pedirle al modelo queutilizamos que las tenga en cuenta. Porejemplo, si estamos estudiando algúntema con relación al poder, siemprevamos a ver que hay variables que setransforman en hegemónicas y subal-ternas. Eso ya lo dije, ¿no?, ¿qué es serun niño, buen alumno? Tiene que vercon un modelo hegemónico de apren-dizaje. Entonces no era lo mismo serun buen alumno en el año ‘30 que serun buen alumno hoy. Acá hay colegasargentinas con las cuales, hemoshablado –con Thelma sobre todo- queno sabemos a qué llaman “ser un buenalumno”, si al que estudia o al que noestudia. En la Argentina, pareciera queel que sabe menos es el que pasa másrápido y, por lo menos, termina ense-guida la EGB. Allá hay una novedadmuy interesante, no importa quéaprenda, sino la promoción automáti-ca. No sé si Uds. tienen esa originali-dad acá. Entonces, ¿Cuál es el objeti-vo del curso de EGB? ¿“retener”? Yotengo grandes discusiones con losdocentes porque el objetivo es que nodejen la Escuela, a cualquier costo,ahora si aprenden es un detalle desegundo orden. ¿Cómo podemos sertan tradicionalistas de pedir que elchico sepa leer y escribir? Eso es ser

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muy de la vieja época, ahora el chicotiene que saber hablar, participar, tenerhabilidades sociales. Si lee o escribees un detalle de ninguna importancia.Y los que decimos que tienen que“saber leer y escribir” somos “reaccio-narios de derecha” .No sé si este tipode cosas sucede aquí. Entonces, que elalumno sepa leer y escribir lo transfor-ma a uno en un reaccionario, en cam-bio si el alumno participa, con lo cualyo lo digo en broma, pero en la reali-dad Sudamericana este sistema educa-tivo es elitista, porque como en laEscuela no aprenden nada los niños,aprenden realmente los que cuandollegan a sus casas tienen un padre yuna madre que los refuerza, los educa,les enseña, y el que siempre quedafuera del sistema es el pobrecito quesu madre trabaja 20 horas por día o supadre está ausente, ese que, cuandollega a su casa, nadie le dice “esto queno te enseñaron en la Escuela es así”.

Otro tema que me gustaría quetuviéramos en cuenta es el de los“hábitats”. Cuando hacemos evalua-ciones, cuando expresamos las con-clusiones de nuestros trabajos, damospor sentado de que hay una uniformi-dad entre lo rural y lo urbano, que esempíricamente falso. Cómo ve elmundo un sujeto de una gran urbe noes lo mismo de cómo lo ve el campe-sino de un pequeño pueblo en mediode las montañas. No estoy diciendomejor o peor, para nada me atreveríadecir eso, digo que hay una dimensiónde “hábitat” que tiene que atravesar

las investigaciones que hacemos enEvaluación. Muchos que trabajan enEvaluación validan sus técnicas yestamos mucho más preocupados porla validez interna que por la validezexterna. Hay técnicas hermosamentevalidadas con estudiantes dePsicología. Con lo cual, se podríadecir que son técnicas válidas para seraplicada nada más que con estudian-tes de Psicología y, sin embargo, seutilizan en otras realidades que sonexternas a la de la realidad del estu-diante de Psicología. Porque, eso lodijo Stemberg cuando estuvo en laConferencia de Lisboa que se hizo enla Conferencia Europea de Evalua-ción Psicológica, nos preocupamucho más el criterio interno de latécnica que la validez de criterioexterna; es decir, ¿a quién está tratan-do de evaluar o explicar esa técnica?Yo no los quiero aburrir, pero nos-otros tenemos muchos trabajoshechos con la realidad nuestra,Sudamérica, sobre la prueba deBender, el dibujo de La FiguraHumana, una serie de pruebas dondecontrastamos la realidad del niño ydel adolescente del medio rural y delmedio urbano y les puedo asegurarque es increíble cómo afecta la cons-trucción de los aprendizajes y de larepresentación de la inteligencia. Esun tema interesante donde se trata deenlazar caballos y de vivir con lasvacas, en el tambo el concepto deinteligencia de un niño es muy distin-to al concepto de inteligencia que se

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tiene en una gran ciudad para subir alMetro, pagar un taxi.

Otro criterio que creo que tenemosque tener en cuenta, cuando hablamosde sistemas culturales, es todo lo quetiene que ver con sexo, ¿no es cierto?Es un tema que tiñe muchas investiga-ciones, la cuestión del género, si uste-des quieren, una cuestión masculina,una cuestión femenina, una cuestiónhomosexual. En todas las realidadesculturales estos términos no son asig-nados y construidos de la mismamanera. Hay lugares donde algunosde estos términos suenan a “malaspalabras”, a palabras atravesadas poruna connotación moral, y hay otrosámbitos donde estos términos puedenser utilizados con menos connotacióndesde lo ético o lo moral. Es decir,otro tema interesante es si el modeloque utilicemos, ya sea para estudiar lapersonalidad, el aprendizaje, las emo-ciones, da cuenta de las subculturas deacuerdo a edades. Y acá me gustaríahacer un comentario, y acá sí quehablo como Sudamericana. Cuandohoy Rocío decía a la mañana que eltema es la tercera edad y que cada vezhay menos niños, eso es muy europeo.En Latinoamérica cada vez hay másniños, y sobre todo niños que no tienenqué comer, entonces, de alguna mane-ra, más importante que el geriátrico -porque también está el concepto defamilia extensa donde al abuelo se loretiene, se lo cuida, sobre todo en losmedios rurales - es donde los hijos sevan a ocupar de él, bien o mal, mien-

tras viva. En cambio hay una realidadinfanto-juvenil en Latinoamericana.Allá se tienen hijos y en grandes canti-dades, en medios rurales o semiurba-nos. Por supuesto, yo coincidiría conRocío, lo que dijo es absolutamenteválido para un monstruo como es laciudad de Buenos Aires, donde es ver-dad que las parejas no sé si llegan a unhijo punto cuatro. Pero si ustedes semueven 200 ó 300 km de una ciudadcomo Buenos Aires, la realidad esabsolutamente otra. Entonces creo quepensar en la niñez, en la adolescencia.Bueno, Uds. verán por TV los “niñosde la calle” en Brasil, por ejemplo.Tienen edad cronológica para ser trata-dos de adolescentes, pero les puedoasegurar que la experiencia de vida deun chico de Río de Janeiro, Sao Paulo,de 11-12 años, supera ampliamente,por experiencia de vida a cualquieradulto que lo esté investigando y la demuchos psicólogos que se acercan aellos también. Es decir, ¿a qué llama-mos adolescencia? ¿A qué llamamostercera edad?, ¿A qué llamamos adul-to? Y vamos a descubrir que no es tanuniforme como nosotros lo supone-mos, sino que hay variaciones cultura-les. Vuelvo a repetir, no es negar lavisión que cada uno de Uds. estánteniendo sobre el tema que estudia, espedirles que tengan en cuenta que,aparte de la propia –que es válida y eshonesta- existen otras realidades quenos atraviesan.

Otro tema interesante es que hayuna serie de estudios que nos debemos

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a nosotros mismos. Los sujetos que notienen ya derechos constitucionales,por ejemplo, las cárceles. He tratadode releer un poco, de rehabilitación, derecuperación. Hay mucho escrito, peroen concreto si se ha evaluado la efica-cia, es decir, si cuando salen son mejo-res que cuando entraron…no. Porquesi no, no sería tan alta la tasa de rein-cidencia en el delito. Entonces, quieredecir que los programas o no existen olos que estamos aplicando, en nombrede una recuperación y en nombre demejorar la calidad de vida, no es tanasí como lo estamos diciendo.

Y por último, yo creo que tambiénhay que tener en cuenta la subculturacuando se trata de las necesidadesbásicas satisfechas, hay estudios muyinteresantes que nos llevan a pensaren todo lo que sea la subcultura de lapobreza y de la marginalidad. Bueno,lamentablemente en los periódicoseuropeos aparece en primera planauna realidad que uno no quisiera ver,que es Centroamérica. Centroaméricahoy ofrece el terrible panorama deuna realidad que, a lo mejor, nosmolesta. No sé si no es una cosa muypersonal…¿qué palabra es más fuerteafectivamente, pobreza o cáncer?...Nosé, dejo que cada uno la pueda pensara su manera, pero a veces hay genteque tiene mucha más facilidad parahablar del cáncer, sin ningún tipo deproblema y sí le cuesta mucho proble-ma acercarse a la marginalidad social.

Entonces, ¿qué interesa evaluar enla Evaluación Psicológica desde estos

modelos exitosos? Y con esto quisieratener en cuenta que nos manejamos atres niveles: a nosotros los psicólogosnos puede interesar evaluar, podemostrabajar en tres dimensiones, las tresigual de válidas: nos puede interesarvalidar hipótesis teóricas, ¡perfecto!,entonces tenemos que ver en quémedida una hipótesis sirve para expli-car una realidad. Por ejemplo, decir“los niños hipertensos y con déficitsde atención mejoran su rendimiento sile damos un tratamiento combinadode terapia cognitiva y medicación”.Bueno, validamos esa hipótesis, ¿esverdad que mejoran? Lo que quisieraes que tengamos en cuenta es lo quedije hace unos minutos, si los datos nonos permiten verificar la hipótesis delmodelo, ¿Qué hacemos? ¿Decimosque los datos no sirven? o ¿Nos ani-mamos a decir que el modelo es insu-ficiente? Yo les diría que, a las puertasde siglo XXI, hay que tener la hones-tidad de decir que el modelo puede serinsuficiente y tiene que pedir ayuda aotro modelo que lo complemente.

¿Qué nos puede interesar evaluar sino son hipótesis teóricas? Todo lo quese llaman prácticas psicológicas.Muchos de Uds. saben sobradamenteque esto es la temática de la Evaluaciónde la eficacia de tratamientos clínicos.

Otro tema que quería decir es quenuestra disciplina ha confundido,durante mucho tiempo, la palabra“clínica”, “test” con “técnicas de eva-luación”. Y en eso adhiero bastante alo que ha escrito la profesora Rocío

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Fernández Ballesteros. Hemos asocia-do tanto y confundimos dos términos,Evaluación Psicológica conPsicodiagnóstico. No son sinónimos.Hoy también decía Rocío a la maña-na, que nos interesan más los proble-mas que los lados positivos de la vida.Eso históricamente se explica porquehemos empezado más a trabajar másdesde la clínica que desde laPsicología Social. Entonces, comoarrastramos una herencia clínica (“clí-nica” viene del latín clinicus, quequiere decir lecho, “cama”) laPsicología se ha ocupado mucho másde la enfermedad que de la salud ytenemos una mala herencia en esesentido. Y todavía uno escucha o leetextos donde se sigue hablando dePsicodiagnóstico como sinónimo deEvaluación Psicológica. ElPsicodiagnóstico es un campo absolu-to de la Psicología clínica, laEvaluación Psicológica trasciende lafrontera de la Psicología Clínica. ¿Sepuede hacer Evaluación Psicológicaen Psicología Clínica? ¡Por supuestoque sí! Cuando uno evalúa la eficaciade los tratamientos, por ejemplo, estáhaciendo Evaluación Psicológica enPsicología Clínica y no está haciendoPsicodiagnóstico.

Y luego, el tercer tema sería lo que,también, está sobre el tapete, lo quellamaríamos “planes y programas”.Hoy decía también Rocío a la mañanacuántos pedidos hay de evaluadorespara planes y programas y los psicólo-gos no nos presentamos porque, hoy

por hoy, no tenemos la idea de que unplan de alfabetización, un plan desalud, un plan de acción comunitaria,al momento de ser evaluado necesitade Evaluación Psicológica y es desdeel campo de la Evaluación psicológicadonde tienen que surgir.

Y para terminar me gustaría citar aun colega mexicano, que es DíazLoving. Dice que toda acción humanaes fruto de una dialéctica constanteentre necesidades biopsíquicas que seplantean como universales. Y acá hayun término que usa mucho la psicolo-gía cultural, que es ética (viene de la“fonética” no de moral). A lo universalse lo llama ético y premisas sociocul-turales por émicas (también el origende esta palabra es de “fonémica”). Sialguno de Uds. alguna vez estudió unidioma diferente al nativo, por ejemploinglés, cómo se debe pronunciarcorrectamente las palabras en inglés oen francés, eso lo dice la fonética;luego, cuando uno aterriza en Londreso París, se encuentra cómo hablan real-mente los franceses o los londinenses,eso es la fonémica, lo que Saussure, yahace tiempo diferenciaba entre “len-gua” y “habla”. O sea, la lengua sería louniversal, lo ético y el habla, es decircómo hablan en mi barrio, es lo émico,particular. Creo que es interesante loque dice Díaz Loving, no sé si Uds.concuerdan, que tenemos que poderdeterminar cuáles son las necesidadesbiopsíquicas éticas, o sea, ¿hay necesi-dades universales?, si las hay, ¿cuálesson esas necesidades universales? Y

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NOTA:

Se agradece al Prof. Fernando Jimenez Gómez (Universidad de Salamanca)habernos proporcionado la versión de esta conferencia desgrabada de cintamagnetofónica y a la Dra. Norma Contini (Universidad Nacional de Tucumán)la corrección de pruebas.

con premisas émicas, es decir premi-sas que respeten el valor sociocultural.Y ahí entra de modo muy importantela técnica, una técnica de EvaluaciónPsicológica, cualquiera que sea,Objetiva, Proyectiva, Autoadministra-ble, etc., tiene que respetar el aspectoémico; es decir, necesitamos formularconceptualizaciones éticas y operacio-nalizaciones émicas. Dicho de otramanera, plantearnos universales pero,llegado el momento de llegar a la téc-nica y de construirla, la técnica tieneque respetar el particular de esa cultu-ra donde va a ser aplicada.

Entonces, me gustaría terminar conesta reflexión, para que lo pensemosentre todos: ¿es necesario combinarenfoques cualitativos exploratoriosiniciales (hoy también Rocío en lamañana habló de la integración de locualitativo y lo cuantitativo). Es decir,empezar con enfoques cualitativosexploratorios iniciales, con la cons-trucción de herramientas de evalua-ción estandarizadas. El trabajo derevisión bibliográfica que hice pararedactar estas palabras que hoy estoycompartiendo con ustedes, me ha per-

mitido verificar que trabajamos conlos psicólogos totalmente en el senti-do opuesto: primero construimos latécnica, copiando, traduciéndola dealgún modelo o adaptándola, y con latécnica construida, la vamos aplican-do en distintas realidades culturalespara ver si sirve o no sirve, al menoslo que he tenido que leer para estarhoy con Uds., me ha permitido verifi-car, a través de la literatura que haysobre el tema, que es necesario hacerun giro de 180º. Empezar con loexploratorio cualitativo y, en ese sen-tido Díaz Guerrero y un grupo decolegas mexicanos tienen trabajos muyinteresantes con niños y adolescentesmexicanos. Por ejemplo, el autocon-cepto. Empieza reuniéndose con losniños y adolescentes y pidiéndole queellos digan cómo se ven, cómo se sien-ten y, a partir de los iniciales cualitati-vos exploratorios, terminan tres añosdespués construyendo una Escala deAutoconcepto. Sé que tampoco, paramuchos de Uds. esto es una novedad,sino simplemente la necesidad de enfa-tizar que necesitamos.

Bueno, muchas gracias, y nada más.

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