Transcript

id da pgina: 3632 A Analogia UniversalTradioetradies >Cristianismo Filosofia TemasTradicionais >etaf!sica" #ntologia Tradioetradies >Cristianismo >$scolstica metafsicaGilson Boaventura Analogia Filosofia Medieval >Etienne Gilson >A Filosofia de So Boaventura >Gilson Boaventura AnalogiaEtienne Gilson - A Filosofia de So BoaventuraVII. LA ANALOGA UNIVERSALEl puntodondeserealizael pasodela accin creadoraalascosascreadasestambin el punto donde muchos de los que siguen el pensamiento de SanBuenaventura pierden su nimo y lo abandonan. Mientras habla de Dios y de susatributos, su voz no emite sonidos inslitos, lo mismo que cuando expone lo que sudoctrina tiene de ms personal pero cuando, por el contrario, llega al dominio de lacreatura, parece cambiar de modo de expresin su lenguaje es constantemente!gurado, cargado decomparaciones m"sticas, lleno de alusiones a textos tan#amiliares para l y para sus oyentes que una sola palabra caracter"stica incluida enuna #rase basta a recordarlos. El proceso mismo de sus razonamientos parece tanextra$o como su#ormadeexpresin. El lector espera encontrar silogismos ydemostraciones en #orma, y San Buenaventura en cambio slo le o#rececorrespondencias, analog"as, conveniencias que apenas satis#acen, y que a l sinembargo parecen llenarle pro#undamente. %as imgenes se agolpan en supensamiento, suscitndose inde!nidamente unas a otras evocadas por unainspiracin cuya lgica a las veces no encontramos, hasta tal punto que los mismosflsofos neoescolsticos y telogos de hoy se dan en esto por vencidos yabandonan a San Buenaventura para seguir las exposiciones limpias y luminosasde Santo Toms.Es importante a pesar de todo perseverar en la empresa comenzada, y de creer esque en este como en tantos otros puntos, pacientemente interrogado, elpensamiento medieval acabar por soltar su secreto. Este modo de expresin queen San Buenaventura se desarrolla con una abundancia maravillosa, encuntraseen menor grado en otros pensadores de su poca, y se renueva en el &enacimientocon una #rondosidad tal que constituye uno de los rasgos caracter"sticos originalesdel per"odo. 'oy loshistoriadoresme(orintencionadostratandeexcusarlo. ) lasveces quiere verse en esto algo as" como un (uego o recreo, una satis#accin en queconcuerdan el poeta so$ador y el sabio que demuestra, pero sin que su razn sede(e enga$ar. *tras veces por el contrario se concede que el !lso#o toma en seriosus clasi!caciones, y que su razn, enga$ada por la imaginacin, halla unsincero placer en repartir a todos los seres por las grader"as de la creacin1. +ornuestra parte estamos en la conviccin de que se trata de cosa muy distinta de un(uego o de una ilusin. Muy le(os de ser accidental o un elemento desupererogacin, el simbolismo de San Buenaventuraahondasus races pro#undas en el corazn mismo de su doctrina, encontrando su(usti!cacin completa en los principios meta#"sicos en que se #unda, y es a su vezimperiosamenteexigidopor los mismos comoel modo,nicoqueles permiteaplicarse a lo real.-omencemos por destacar que la misma nocin de creatura recibe en esta doctrinaun sentido totalmente particular. .o existe sistema algunometafsico deimportancia al que no se haya impuesto el problema del origen radical de las cosas,y para todos ellos es este el punto ,ltimo a que la inteligencia no se acerca sinocon temor,yque esel l"mite ms alldel cualnopodr"anconcebirse ulterioresinvestigaciones. +ero cuando setrata de una flosofa de inspiracin cristiana, elproblema se complica, pues se encuentra en la precisin de tener que satis#acer anociones bsicas ya de!nidas so pena de error. El Dios cristiano es el Ser per#ecto,que se basta a s" mismo totalmente, y a quien nada se puede ni a$adir ni quitar. +orotra parte elDios cristiano es #ecundidad in!nita a la vez que actualidad in!nita.Su esencia, enlamedida enqueestetrminopuedeaplicrsele, debepuessatis#acer a la doble condicin de ser una perfeccin totalmente realizada, pero almismo tiempo capaz siempre de crear. Es ms, como ya lo hemos visto, debe sertanto ms #ecunda cuanto ms per#ectamente acabada.+ara llegar a resolver esta di!cultad los telogos escolsticos apelan a la doctrinadela creacin exnihilo, encuyostrminos todos estnunnimes, yalaqueconsideran como #undamental, pero cuya #rmula se repite con excesiva #recuenciasin atencin a las presuposiciones iniciales que son las ,nicas que le pueden daralg,n sentido.Estadoctrina iba acompa$ada,en e#ecto,duranteel sigloxm,derepresentaciones entonces #amiliares a todos, y cuyo olvido envuelve#recuentementealos historiadores enunaseriededi!cultades delas cualesinculpan a los flsofos a quienes van explicando. Si suponemos por e(emplo que eltrmino ser es necesariamente un"voco, el ser de la creatura vendr a ser o biencomo algo que se toma prestado de Dios, o bien como algo que se le a$ade, y lomismo en uno que en otro caso nos veremos llevados a lo imposible. +orque si elser creadoesalgoqueserecibeprestadodel -reador, luego Dios al crear noproduce nada, puesto que este ser exist"a ya en cambio el ser divino, al#ragmentarse y limitarse, se empobrece y pierde de su propia perfeccin. Si por elcontrarioel ser delacreaturaes algoenteramentenuevoquevieneallenarel vaco de una nada, debe por necesidad agregarse al ser divino y sumarse a l./mposible por tanto eximirse de este dilema0 o existe despus de la creacin msser que antes y en ese caso Dios no era todo el ser, o despus no existe ms serque antes, y tendr"amos que la creacin no es nada.En realidad esta argumentacin est totalmente #uera del dominio de laespeculacinmedieval. 1esdeel momentoenqueSan Buenaventura estableceel mundo conocidocomouncontingentequereclamaunacausanecesaria, elpunto de partida sensible, que antes nos parec"a el tipo del ser, se convierte en unsimple anlogo, una simple imagen del Ser verdadero, cuya existencia reclama, ydel que depende. Entonces, no al ser contingente y visible del que hemos partido,sinoal ser necesario einvisibleenquehemosconclu"do, esaquienpropiayexclusivamentehadedarseel nombre deser loquenosotroscontemplamos,comprendemos y tocamos no es sino una copia, una especie de imitacin. 2 si estoes as", el problema de la creacin se presenta ba(o un aspecto totalmente diversodelo que alprincipio imaginbamos..o se trata ya en absoluto de saber cmopuede Dios crear el mundo sin que su cualidad de Ser se sienta por ello a#ectada,puestoquenoexistemedidacom,nentrelasdosrealidadestandistintasquedesignamos con esta palabra ser2. 3rtase simplemente de saberqu transformacin debemos nosotros lgicamente imponer a nuestrarepresentacindel mundo paratener, reducidoalacondicindeser anlogo,derivadoyparticipado, loqueenunprincipionosparec"ael serprimitivoyporexcelencia. %asolucindeesteproblemacentral sehallaenloquepodr"amosllamar la ley de analoga universal.%o anlogo se opone a lo equ"voco y a lo un"voco. %a consideracin de lo equ"vocopodemos eliminarla inmediatamente. 1os seres que llevan el mismo nombre, o aquienes se da el mismo ep"teto, sin que entre ellos haya ninguna relacin real, sedesignan con una denominacin equ"voca. .o es ste el caso del ser divino y del sercreado. 2 pues nuestro punto de partida metafsico es la consideracindel mundo enconcreto, incluyendoenl al ombreyasupensamiento, el serdivino a que nosotros llegamos en conclusin ser"a una palabra sin sentido de noexistir ninguna clase de relacin entre l y el ser de que procedemos. +or lo tanto, otodapruebadelaexistenciade Dios esimposibleyso#"stica, oexistealgodeanlogoentreel ser queatribu"mos alacreaturayel quea Dios atribu"mos,como necesario para la explicacin de la existencia de las creaturas.4udanos, sin embargo, todav"a por indagar si esta analoga de sentido llega hastala identidad, es decir, si el trmino ser es un"voco y designa un solo y mismo sercom,n a Dios y las cosas. 3ambin en esto la respuesta ha de ser negativa. +araque el ser tuviera un sentido un"voco en el -reador y en las creaturas, ser"a precisoque el ser #uera el mismo en uno y otro caso, que las cosas !nitas tuvieran unaparticipacin real y substancial en Dios, en una palabra, el ser deb"a ser un tercertrmino com,n a Dios y a la creatura!. 'emos ya visto arriba qu imposibilidadesresultar"an de esto, para Dios, que de(ar"a de ser inmutable, y para la produccinde la creatura, que no podr"a llevar en ninguna #orma el nombre de creacin. Si,pues, hemos podido a!rmar con razn que la accin propia de un ser, en el sentidoenque Dios loes, slopuedeconsistir enunaproduccinradical del ser quesucede a la nada, ahora nos vemos obligados a decir por otra parte que el ser de lascreaturas no es participado del de Dios, y que ontologicamente hablando, no haynada de com,n entre ellos.3odo esto es cierto en los dominios del ser, pero no en el de las relaciones. ) #altade univocidad que se #undamentar"a en la posesin indivisa de un elemento com,n,podemosnosotrosinvocar la analoga quese#undamentaenlacomunidadderelacionesentredos seres substancialmentedistintos. 1eesteordenprocedeloque se llama la proporcionalidad, que consiste, no en una relacin entrevarios seres,sino enuna relacin existente entre las relaciones que unen a dospares de seres, aunque estos seres sean tan distintos cuanto se quiera. +ore(emplo0 el 1octor es anlogo al piloto en el orden de la proporcionalidad, porque el1octoresparalaescuelaquerige, loqueel pilotoparalanavequeconduce.-uando los dos pares de seresconsiderados son de la misma especie, cantidadesaritmticas por e(emplo, a la relacin que los une se le llama proporcin muchasveces, en un sentido amplio, se da tambin el nombre de proporcin a una y otraclase de relaciones. 1e todas #ormas, no se trata en manera alguna de comunidadde ser pues la relacin de proporcin o de proporcionalidad slo se establece entreindividuos distintos dentro de una misma especie, o entre individuosespec"!camente distintos".5n segundo gnero de relaciones, cuya consideracin sea quizs ms importantetodav"a para la explicacin de la naturaleza creada, es el que se establece entredos seres, uno de los cuales (uega el papel demodelo yel otro de copia#.San Buenaventura se re!ere en esto a textos precisos de$ristteles, peroprobablementetambinaobservacionesquepresentabancarcterdeevidenciainmediata para el sentido com,n%. Existe, en e#ecto, un particular gnero de seres,que reciben el nombre de imgenes, cuyo carcter distintivo es ser engendradospor v"a de imitacin. +ara que un ser pueda ser llamado imagen de otro, ante tododebe parecrsele, pero sobre todo esta semejanza ha de proceder del acto mismoque le da origen0 nada ms parecido a un huevo que otro huevo, y sin embargo nodecimos de uno que sea imagen del otro, y es que la relacin de semejanza quelos une no se apoya en relacin de !liacin. 5na analoga de este gnero, aunquemuch"simomsprximaqueladeproporcin, tampocopermitesinembargolasubsistencia de comunidad alguna de ser entre los dos trminos que ella relacionaes pues igualmente compatible con las exigencias que implica la nocin decreacin&.1esdeluego, #cilmentesecomprendequela analoga esnosolamenteposiblesino inevitable entre Dios y el mundo que 6l ha creado. Es ms, existen analog"asm,ltiples y de rdenes diversos establecidas por el acto mismo que daba origen alas creaturas, y no a t"tulo de relaciones exteriores o accidentales, sinoconsubstancialmenteasumismoser0 la analoga eslaleyseg,nlaqueseharealizado la creacin. .adie tiene pues por qu extra$arse de ver aSan Buenaventura discutir con minucia escrupulosa el sentido preciso de lostrminos que le han de servir para designar los aspectos y grados diversos de estarelacin0 no se trata de simples clasi!caciones verbales o puramente abstractas, setratamsbiendeestablecerlaestructuradel mundo quehabitamosynuestrapropia estructura. 2 como la regla seg,n la que debemos usar de las cosas estinscrita en la ley por la que han sido constituidas, la metafsica dela naturaleza vaallevarnosdela mano al #undamentomismodelamoralidad.Si setrataradedistinguir losgradosenla analoga, desdelascreaturasms"n!mas hasta llegar a la in!nitud de la perfeccin divina, la empresa ser"aimposible. 2 ser"alo a,n en el sentido de que implicar"a contradiccin, porque pormuchoqueselea$adierainde!nidamenteunbiencreadodecualquier grado,nunca se podr"a llegar a alcanzar la in!nitud de Dios. En realidad el n'mero deestos grados ser"a tambin in!nito. En cambio entra dentro de lo posible eles#orzarse por ordenar los seres colocndose en el punto de vista decmo Dios est presente en ellos. Mirados ba(o este aspecto, #cilmente secomprende que no es in!nito el n'mero de grados que han de considerarse, sinoque por el contrario cualquier creatura, por ba(a que sea, es su!ciente para elevarla mente del ombre hasta Dios y sin embargo hay grados en n'mero !nito quedistinguir, pues existen creaturas ordenadas hacia Dios por medio de otrascreaturas,mientras queestassegundas loestn inmediatamente por s"mismas.+odrn #cilmente distinguirse tresgrados principales0 consideracin de lapresencia de Dios en las cosas sensibles, en los seres espirituales, como las almasy los espritus puros, y en nuestra propia alma que se halla inmediatamente unidaa 6l(.2 pues no se trata de igualar al -reador, sino slo de descubrir su presencia por lashuellasqueensuobrahaidode(ando, antetodohemos depreguntarnos dequ naturaleza son estas huellas, y cmo es posible distinguirlas. Muy #recuentees hablar de las huellas y de las imgenes de Dios en realidad 7a qucorresponden estas expresiones8 En la poca de San Buenaventura era estacuestin todav"a controvertida. %os telogos hubieran querido con pre#erencia que acada grado de ser correspondiera un determinado grado de semejanza con Dios.Seg,n unos la palabra vestigio debiera reservarse para designarla semejanza de Dios impresa por 6l en las cosas sensibles, mientras que lapalabra imagen designar"a la huella divina que los seres espirituales llevan en s".+ero San Buenaventura se cree con derecho a encontrar vestigios de Dios aun enlas substancias espirituales sin que por esto de(en de ser tambin imgenes deah" que no le satis!ciera esta distincin. +retend"an otros que el vestigiocorrespondiera a una representacin parcial, en tanto que la imagen a unarepresentacin total de Dios. Esta distincin, apenas le puede satis#acer ms que laanterior, porque ante todo Dios es simple, o sea que mal podr ser representadopor partes, y adems siendo in!nito como es, no podr"a ser totalmenterepresentado ni por una creatura ni por el universo mundo. 'a de hallarse, pues,otro principio de distincin.En primer lugar, y es ste el principio ms evidente, en la #orma como las creaturasrepresentan al -reador hay grados de proximidad y de ale(amiento. En este sentido,la sombra es una representacin le(ana y con#usa de Dios el vestigio unarepresentacin,tambin le(ana,pero distintay la imagen es a la vez prximaydistinta. 1e este primer modo de distincin se desprende otro ms0 las creaturassonsombras de Dios por aquellas desus cualidades quesere!erena6l sinespeci!car el gnerodecausaba(oel queselas considera el vestigioes lapropiedad de un ser creado que se re!ere a Dios considerado como causa e!ciente,e(emplar o !nal !nalmente imagen es toda propiedad de la creatura que suponea Dios no slo como causa sino tambin como ob(eto).1e estas dos primeras distinciones der"vanse todav"a otras dos. )nte todo en lo quesere!ereal gnerode conocimiento aqueestasdiversasanalog"asconducen.+ues se dividen en ms prximas y ms le(anas, han de distinguirse necesariamentepor la precisin de los conocimientos que respecto de Dios ambas nosproporcionan. En cuanto sombra, la creatura slo puede conduciral conocimiento de los atributos que son comunes en el mismo sentido alas tres divinas personas, como el ser, la vida y la inteligencia. En cuantovestigio, la creatura nos lleva a les atributos comunes a lastres divinas personas,pero que se apropian particularmente a alguna de ellas, como el poder al *adre,la sabidura al +ijo y la bondad al ,spritu Santo. En cuanto imagen, lacreatura nos lleva al conocimiento de los atributos que con propiedadcorrespondena una divina persona, ysloaella0 la paternidadal *adre, la!liacin al +ijo y la expiracin al ,spritu Santo.9inalmente, de los anteriores se deriva unnuevomodo dedistincin, el queencontramos en los seres en donde se hallan estos diversos grados de analoga.Esevidenteque, contraloquepretend"anlostelogoscuyasopinioneshemoscitado, estosmodosde semejanza noseexcluyenmutuamente. 4uienposeeloms, posee tambin lo menos. %as creaturas espirituales sean imgenes de Dios,puesto que es su ob(eto, pero a la vez son tambin vestigios y sombras, pues es sucausa, yloesenlos tres gnerosdecausadichos. Encambioquienposeelomenosnohadeposeer necesariamenteloms ypor lomismolascreaturasmateriales podrn ser sombras o vestigios de Dios, pero en manera algunasus imgenes, por lo mismo que no es 6l su ob(eto.Modos depresentacin+ropiedades consideradas -onocimientosa que llevanSeres que losposeenSombra%e(ana ycon#usa%as que tienen a Dios comocausa)tributoscomunesMateriales yespirituales:estigio%e(ana ydistinta%as que tienen como causaa Dios que obra seg,n talgnero de causalidad)propriados ;dem/magen+rxima ydistante%as que tienen a Dios comoob(eto+roprios Solamenteespirituales1-Saquemos ante todo las consecuencias que de esta doctrina se derivan con relacinala naturaleza yestructuradel mundo sensible. Si larelacinestablecidaporel acto creador entreel mundo y Dios es una verdadera relacinde analoga,el acto creador necesariamenteha tenido que de(ar sushuellasen las cosasesms, esta relacin de analoga ha de estar #orzosamente inscrita en lo mspro#undo de las cosas. %a analoga, e#ectivamente, o no est comprendida en lanocinmismade creacin, odeestarloeslaleyquerigela substancia delacreatura. Sabemos ya por las pruebas de la existencia de Dios que ningunapropiedad de las cosas encuentra su razn su!ciente en las cosas mismas por lotanto son por necesidad, y como pornaturaleza, imitaciones o analog"as de Dios.-onsideremosene#ectounser corporal cualquiera su esencia nosdemostrarinmediatamenteque Dios hacreadotodoseg,nlatripleregladelamedida, elorden y el peso0 omnia in mensura, et numero et pondere disposuis"i =?.Este cuerpo posee en e#ecto cierta dimensin exterior que es su medida, un ordeninterior de sus partes que es su n'mero, y cierto movimiento que procede de unainclinacinqueloarrastracomoel pesoalos cuerpos. +odemos sinembargoadentrarnos ms en la substancia misma del cuerpo antes de poseer e@peso, n'mero y medida, que vienen a ser otros tantos vestigios de Dios, ycorresponden a los atributos apropiados, este cuerpo posee el ser o la substancia,tomados en su aspecto ms general y menos determinado, sombrasdel Ser primero de que proceden. )hora bien, si permitimos a la luz dela fe iluminar nuestra razn, Aqu ri.uezas hallaremos en esta le(ana sombra@ 3odoser sede!neydeterminapor una esencia, ytoda esencia sehallaasuvezconstituida por el concurso de tres principios0 la materia, la #orma y lacomposicindeambas. 7+or qulacreaturacorporal sehallanecesariamenteconstituidaseg,nestetipo8.ingunaraznencontrar"amosapriori, yhastalaestructura"ntimadelos seres dequeel mundo estcompuestopermanecer"ainexplicable si se prescindiera de lo que la fe nos ense$a con respecto ala esencia primera, origen de todas las esencias y a cuya imitacin han sido todasconstituidas. Esta unidad en la trinidad antes que en ning,n ser aparece en Dios.5n principio original o #undamento del ser, un complemento #ormal de esteprincipio, unlazoquelosune0 el *adre queesorigen, el +ijo quees imagen,el ,spritu Santo que es amor y comunicacin, este orden interno que constituyela esencia divina es tambin la ley que rigela economa interna delos cuerposcreados11..obastar"adecirdeestaconcepcinqueSan Buenaventura nolaconsideranicomo un (uego nicomo un sue$o potico puede decirse, sin miedo a errar, quepara l constituye el centro ,nico de perspectiva desde el cualel mundo creadode(adeserundesordenininteligibleparallegaraserpenetrablealarazn. Sisupiramos mirar las cosas, cada una de ellas y cada una de sus propiedades senos mostrar"an en su verdadera luz, como la aplicacin a un caso particular de unaregla de la sabidura divina.2 6ste,y no otro,hasido elob(eto delos estudiosemprendidos por los flsofos, y sobre todo por el ms grande de ellos, Salomnno andaban, pues, equivocados los espritus humanos ms sobresalientes albuscar en este sentido la razn ,ltima de las cosas, y, del mismo modo, su msgrande equivocacin ha sido retardarse tant"simo tiempo en la contemplacin deestos vestigios corporales que no son sino las ms le(anas de las analog"asdivinas12. ) quien penetre una vez hasta estos principios constitutivos yverdaderamente primeros, le parecer que la creatura queda reducida a unaespecie de representacin de la Sabidur"a divina, por el estilo de lo que ser"an uncuadro o una estatua0 creatura non est nisi quoddam simulacrum sapientiae 1ei etquoddam sculptile , p. H=?, y nosotros, ante ese libro,permanecemos incapaces de leer en l lasabidura de Dios, inscrita en losvestigios delas obras divinas. -omounlegoiletradoquellevaraunlibrosincuidarsedesucontenido, as" somos nosotrosante este mundo cuya lengua nosresulta tan desconocida como el griego o el ebreo, o como una lengua brbarade la que ignoramos completamente hasta el origen1!.)nte expresiones tan enrgicas, uno necesariamente se pregunta hasta dnde serpreciso tomarlas ensentidoliteral. 74ues loqueexactamentequerrdecirSan Buenaventura cuando a!rma que el mundo visible es un libro cuyas palabrasson los seres particulares8 +areciera al principio que slo se tratara de unacomparacin. %os cuerpos creados estar"an naturalmente dotados deuna naturaleza que los constituir"a en su substancia propia y, adems, como cosaextr"nseca y, hasta cierto punto, accidental, gozar"an de la propiedad de seranlogos, o vestigios de Dios. Empero esta interpretacin, ya poco veros"mildespus de los anlisis precedentes, est en oposicin con declaraciones deSan Buenaventura todolocategricas que#ueradeseable. 3odacreatura, nosdice, es por naturaleza imagen y semejanza del -reador0 omnis enim creatura exnaturaest illiusaeternaesapientiaequaedameIgieset similitudo1", 2enotraparte, ymsvigorosamentetodav"a, queel ser imagen ovestigiode Dios, nopuede ser algo accidental, sino slo propiedad substancial de toda creatura0 esseimaginem1ei non est homini accidens, sed potius substantiale, sicut essevestightm nulliaccidit creaturae1#. 3rtase, pues, aqu" de una denominacin bienintr"nseca.-abr"aentonceslainterpretacininversa0 si esnatural alascosasrepresentara Dios, esta semejanza que con el -reador tienen 7no ser lo que constituye supropiasustancia8)doptandoestepuntodevista, el mundo seconvierteenuncon(unto de imgenes o signos, y viene a ser, seg,nexpresin de GerJeley,un lenguaje del -readoralascreaturas. +erodosdi!cultadesseoponenaestanueva interpretacin. %a primera, y no la menos grave, es que nos llevar"apor caminos torcidosahacerdecadacreaturaunaparticipacindel serdivino.Siendo las cosas, en el sentido activo del verbo ser, seme(anzas de Dios,necesariamente hab"an de poseer un grado de perfeccin muy superior al que dehecho vemos que tienen los cuerpos. )l hablar de la voluntad umana, que comoms adelanteveremos, es muchoms seme(antea Dios deloquelosonlassubstancias materiales, especi!ca San Buenaventura que ella no participa dela semejanza de Dios ni como el cisne y la nieve participan de la misma blancura,ni como la especie sensible del color que representa, sino tan slo al modo en queel espejo participa de la semejanza de los ob(etos. En el orden sobrenatural slo lagracia y la gloria beat"!ca son seme(anzas de Dios en el segundo sentidoel alma que posee la gracia o la gloria no participa de la semejanzadivina sino enel tercer sentido y ninguna creatura, ni la /racia ni la /loria celestial, son el serdivino en elprimer sentido que hemos se$alado .?. %a,nica semejanza substancial del *adre esel 0erbo todolodemsnopodr"a serlo sin ser Dios.%a segunda ob(ecin contra una interpretacin de esta clase ser"a una ob(ecin dehecho. Si la misma substancia de las creaturas se redu(ese a susemejanza con Dios, ning,n espritu umano podr"a(ams desconocerla peronosotrossabemos yamuy bien que esto noes as", puesnos vemos obligadosaimponernos continuos es#uerzos para no olvidar que este y no otro es el sentidopro#undodela creacin. Existe, pues, unaspectoenlascosasba(oel cual noaparece su carcter de vestigios, e incluso es capaz de encubr"rnoslocompletamente. %e(os de ser semejanza de Dios en el estado puro, no sonrespectodeesta semejanza sinoreLe(osproyectadossobrela materia quelosconstituye. Este reLe(o, aunque le(ano y dbil, es sin duda el ,nico que les da orden,medida y peso, en una palabra inteligibilidad. ) pesar de todo podemos nosotros noapercibirnos de ello, o rehusar voluntariamente atenderlo entonces el vestigio queante nuestros ojos tenemos, desaparece, y slo queda la naturaleza, un residuol,cido pero desprovisto de inteligibilidad, y con el que se alimenta la ceguera delos !lso#os1%.1e esta suerte, la creatura corporales susceptible de una de!nicin rigurosa. %asombrayel vestigio, por lomismoqueslosonsombrasyvestigios, estoes,analog"as extremamente le(anas, no son capaces de subsistir aparte, ni deproporcionar la substancia de seres completos en s". ) este grado de ale(amiento,el ra1o inteligible proyectado por el #oco divino pasar"a inadvertido a travsdel vaco delanada peroall" dondenoexisteconocimiento conscientecabelugar para el conocimiento realizado. Ser el orden, como Dios, esla perfeccin suprema conocer el orden, como elombre, es imitaresta perfeccinpero recibirel orden,como lascosas,tambinesparticipardela analoga divina, alinscribir y realizar en su propia substancia una ley que nisiquiera conocen. El espectador que contempla una estatua participa delpensamiento del artista ms "ntimamente que la estatua misma, y, sin embargo,estaestatuaexpresaasumanera, materializndola, la imagen creadoraquelese$ala sus contornos y distribuye sus partes en el espacio. 3al es el pensamientode Dios. Msaba(odel l"miteenquede(adesercognoscible, contin,atodav"acapaz de cbrar e!cazmente. Esta materia inerte que el artista halla a sudisposicin y que modela seg,n el orden y medida de su idea, Dios puede drselasi le place, y le place, por lo mismo que anhela comunicar su perfeccin ba(o todaslas #ormas en que ella pueda ser recibida. %a analoga divina, pues, atravesar elpensamiento, y descender hasta la materia, esto es, ir a imprimirse en un #ondopasivo cuya de!nicin misma consiste en mani#estar una analoga divina que l nopercibe en s" mismo, pero que la recibe.Empero al mismo tiempo se hace mani!esto que si los cuerpos no son analog"asdivinassubsistentespor s" mismas, sinembargoloqueconstituyeel elementopositivo e inteligible de su ser es el ser sombras o vestigios de Dios. .o existe enellos la materia sinoencuantoreceptor dela analoga quelain#orma, detalmanera que, en todo lo positivo de su ser, son orden, medida y peso. 2 en estepunto hemos llegado a la l"nea metafsica desde donde van a dividirselos flsofos cristianos y paganos, y desde donde vamos a poder de!nitivamente(uzgaraunosyotros. %a flosofa paganasede!necomotal porel ob(etoquese$ala a sus investigaciones e#ectivamente consiste en el estudio dela naturaleza. 2 7qu es la naturaleza8 Simplemente un vestigio desconocido. .opodemos decir que la flosofa natural no tenga ob(eto, ni que el universo de lascosas sensibles, como ella lo considera, se reduzca a una simple ilusin pero elob(eto que ella se asigna, considerado precisamente y en s" mJmo, es incompleto, yadems lomira ba(otal aspecto que, loquepodr"aproporcionarleverdaderainteligibilidad, se es#uma y de(a de ser visible. Esta flosofa no se equivoca pues,al de(arse seducir por la belleza de la creatura, porque es bella de verdad, pero s"al de(arse retener por ella como si #uese de por s" su propia razn de ser, cuandosloesun signo quenosinvitaaseguirmsadelante. .osencontramosenunpunto en que es preciso elegir bien el camino a seguir, porque una vez en l, nosserdi#"cil volver atrs0 aunt sistitur inpulchritudinecreaturae, aut per illcemtenditur in aliud. Si primo modo tune est in via deviationis1&. Es muy diversa, pues,estadiscusindelaexistenteentrerealistaseidealistas. .ocabedudadequeexiste un ob(eto del entendimiento, ni de que dicho ob(eto subsisteindependientemente de l hay creaturas, pero estas creaturas pueden serinterpretadas como cosas o como signos0 creaturae possunt consideran ut res velut signa1(. El error de los flsofos consiste precisamente en haber descuidado loque constitu"a a la creacinen un sistema de signos inteligibles, para quedarsesimplemente con un conglomerado de cosas ininteligibles1).2a que Dios cre el mundo como un autor compone un libro,para mani#estar supensamiento, conven"a que estuvieran en l presentes los principales gradosposibles de expresin, y, por consiguiente, que #uesecreado enl ungradode analoga superioral delasombraylosvestigios. Ser anlogodeunmodelocuya semejanza se lleva inscrita en la substancia misma del ser, es ya unamanera de representarlo. Empero, hay un modo de representacin y de expresinmuy superior al del vestigio y la sombra, y es precisamente el de la imagen, delque lassubstanciasespirituales constituyeneltipo ms acabado,consistenteentener conciencia de esta analoga, en saber que, por sus ms"ntimas races meta#"sicas, es unasemejanza encomprender quelaleyquede!ne el ser de una creatura predetermina la regla de su vida en anhelar ser cadavez ms con#orme al patrn seg,n cuyo modelo se sabe #ormado2-.El secreto que (usti!ca, pues, la existencia de las almas es el mismo que (usti!ca laexistencia de los cuerpos, pero slo con ocasin de las almas se descorreplenamente. 5na bondad in!nitaes#ecundaycreadoraen virtud desumismain!nitud peroesta#ecundidadnopuedemenosdellevar asuvezel sellodela bondad que mani!esta. Esta perfeccin suprema se comunica ante todo paras" quiere por tanto e#ectos que sean para ella, y que a ella se diri(an pero ning,ne#ectosedirigirmscompletamentehaciaellaqueel quelaconozcayame.-onocer y amar una *erfeccin que no os ha conocido niamado sino por s", esalgomsqueimitarel ob(etodeesteconoceryesteamar, esreproducirlosenel acto mismo por el que ellos os han con#erido el ser. %a imagen, pues, ms queun e#ecto de Dios, dir"amos que es un anlogo de la vida divina, y por eso cuandoel alma se observa atentamente a s" misma, en el seno de sus obscuraspro#undidades encuentra un como reLe(o de la esencia creadora21.2 7qu es esta imagen en realidad8 Es la analoga que el acto generadorimprimeenel ser engendrado. Enotros trminos, yms brevemente, es unaimitacinpor v"adeexpresin22. )horabien, laimitacindeunmodelopuedehacerse por dos rdenes distintos0 el de la cualidad y el de la cuantidad. -uando unser posee una esencia cualitativamente seme(ante a la de su causa, se dice que esseme(ante a ellams tarde habremos depreguntarnos sila semejanza noseruna analoga divina ms inmediata a,n que la imagen creada. +ero un ser puederepresentar aotropor unaespeciedecon#ormidadmsexternayhastaciertopunto cuantitativa entonces, para establecer relacin de analoga basta que entreel orden y la con!guracin de los elementos, tales como existen en la causa y sehallan dispuestos en el e#ecto, aparezca cierta correspondencia. 3rtase, pues, aqu"menos de una analoga de esencias quedeuna relacinentre laordenacininternaylaestructuracindelos seres considerados, ystaesprecisamentelaque designamos con el nombre de imagen2!. %a imagen es literalmente unacon#ormidad, esdecir, una analoga de#ormas, ypor consiguienteunarelacincompuesta simultneamente de cualidad y cuantidad.+odr parecer en un principio que una relacin de este gnero no cabe entre Dios yel alma umana, yaquelacuantidadnoocupalugaralgunoni encausani ene#ecto pero en de#ecto de la cuantidad propiamente dicha, y de la con!guracinespacial a que ella dar"a lugar, podemos nosotros se$alar conveniencias ocon#ormidades espirituales, ms pro#undas aun que las de los cuerpos, y legitimarplenamente este modo de relacin de analoga. En primer lugarel alma umana es imagen de Dios en razn del orden particular"simo que a 6l laune.%os tres aspectos primitivos ba(o los cuales mustrasenos la unidad dela esencia divina son el poder, la luz y la bondad. En cuanto es soberano poder yma(estad, Dios ha hecho todo para su gloria. En cuanto luz suprema, lo ha creadotodo para su manifestacin. En cuanto bondad suprema, todo para sucomunicacin. )hora bien, no hay gloria per#ecta sin testigo que la admire,ni manifestacin digna de tal nombre sin espectador que la conozca, nicomunicacin posible de un bien sin un bene!ciario que pueda recibirlo y servirsede l. Empero, admitir un testigo que ensalce esta gloria, conozca esta verdad ygoce de este don es admitir una creatura racional, cuales el ombre. +odemos,pues, decir con San )gust"n2" que las creaturas racionales estn ordenadasinmediatamente hacia Dios, lo que signi!ca que Dios, y slo 6l, constituye su raznsu!ciente. 4uizs se vea me(or lanaturaleza inmediata de esta relacincomparndolaconlaqueunealascreaturasnoracionalesconel -reador. %aexistencia de cosas desprovistas de inteligencia no es exigida inmediatamente porun Dios que se mani!esta y se comunica, pero s"por la existencia de un testigocomo el ombre que en ellas contemplar, como en un espejo, las per#eccionesde Dios. Existen, pues, las cosas para el ombre, y como el ombre lo espara Dios, las cosas son indirectamente para Dios. El ombre, por el contrario, noexiste sino para Dios, y no hay intermediario necesario entre Dios y el ombrelo cual quiere decir que hay una relacin inmediata entre Dios y el ombre.+ero la naturaleza de las relaciones que unan entre s" a varios seres basta por s"misma para determinar cierto grado de acuerdo o desacuerdo entre ellos. -uantoesta relacin es ms inmediata, ms "ntimo es tambin el acuerdo y la a!nidad delos seres entre los que la relacin existe. El alma racional, o la creatura espiritual,seacual #uere, porel merohechodehallarseasociadaencalidaddetestigoala gloria de Dios, se halla por lo mismo colocada en una relacin tan estrecha y entan "ntimo acuerdo con Dios que ms no es posible. )hora bien, a medida que esteacuerdo se estrecha entre dos seres, la semejanza entre ellos resulta ms expresay #ormal. )s", por e(emplo, decir que el ombre est ordenado a Dios es lo mismoque a!rmar que puede participar de su gloria. Empero el ombre no puedeparticipar de la gloria divina sino modelndose en Dios, reproduciendo en s" mismola imagen de Dios, en una palabra, y hablando literalmente, con!gurndose a 6l.1ecir, pues, que si el ombre es capaz de llegar hasta all", es que lleva impresa ensu rostro, desde su origen mJmo, la luz de la #az de Dios, equivale rigurosamentea decir que, si lleva en s" el reLe(o de esta luz, es porque su alma es naturalmenteapta para participar de la perfeccin divina y con!gurarse a ella. Exprsese comose quiera esta relacin, lo cierto es que supone entre Dios y el ombre unaconveniencia de orden inmediato, y que no tendr"a explicacin posible siel alma umana no #uese imagen expresa de 1ios2#.2 lo que decimos como cierto de la analoga o conveniencia de orden, podemosconel mismoderecho decirlo dela analoga oconveniencia deproporcin. Estaconveniencia, comoyalohemosindicadoarriba, consisteenuna semejanza derelaciones. +erocabendosclasesderelacionescomparablesentres" relacionesque existen entre determinados ob(etos y otros que les son exteriores, y relacionesexistentes en el interior mismo de dos ob(etos. +uede, por e(emplo, compararse larelacinexistenteentre Dios ysuse#ectos,conla quemediaentre el ombre ysus e#ectos pero se puede tambin comparar las relaciones internas queconstituyen la esencia divina con las relaciones internas que de!nen la esencia dela persona umana. El primer orden de comparacin conduce a analog"as reales,perodecarcterrelativamentesuper!cial. +odr, pore(emplo, decirsequetodacreatura es a los e#ectos que produce lo que Dios a las creaturas a que da origenpor creacin. Sin embargo es bien evidente que la relacin es in!nitamente diversaenamboscasos, yqueel artistaqueda#ormaauna materia preexistentenoes imagen expresa de un Dios creador.-uando las relaciones consideradas son de orden interno, o, como dicenlos flsofos, intr"nsecas, la cosa es muy diversa. /ndudablemente la esenciadivina no puede revestir ninguna #orma,y por ende no es representable en estesentido por ninguna imagen pero ntese que adems de las imgenes corporalesque exigen con!guracin corporal, existen imgenes espirituales que no requierensino con!guracin espiritual. Entonces ya no se trata de una cantidad de masa, sinodel n'mero y de las relaciones de ciertas propiedades. )s" por e(emplo, del mismomodo que se representa un tringuloba(o la #orma de vrtices unidospor tres lados, se podr #ormar una imagen espiritual en que tres #acultadescorrespondieran a los tres vrtices, y la reduccin al acto de una por la otra a loslados que los unen2%. San $gustn ha insistido largamente en gran n'mero de susobras sobre esta proporcin interna entre las tres personas divinas y las potenciasespiritualesdel alma, peroenningunapartelohadestacadotantocomoensutratado1e3rinitate reco(amospuesconl lasanalog"asesencialesquehacennuestra alma seme(ante a la esencia de Dios.)nte todo nos encontramos con que las tres potencias constitutivasdel alma, memoria, entendimiento y voluntad, corresponden, por su mismon'mero, alas tres divinas personas ademsestacorrespondenciaseextiendems le(os, pues no basta decir que en el ombre existen trespotenciasespiritualescomoen Dios existen tres personas divinas esprecisoa!rmar queestas tres potencias del alma, incluidas en la unidad delalma a que pertenecen,reproducenunplaninternodel quela esencia divinanosproporcionamagn"!comodelo. En Dios, unidad de esencia y distincin de personas enel ombre, unidad de esencia y distincin de actos. Ms a,n, existecorrespondencia exacta entre el orden y las relaciones rec"procas delos elementos dequeestasdostrinidadesestnconstituidas. 1el mismomodoque el *adre engendra el conocimiento eternodel0erbo que lo expresa, yqueel 0erbo a su vez se une al *adre por el ,spritu Santo, as" la memoria ola mente, #ecunda por las ideas que encierra, engendrael conocimiento del entendimiento o verbo, y el amor nace de ambos como lazoque los une2&. .o se trata pues de una correspondencia accidental la estructura dela Trinidad creadora condiciona, y por consiguiente explica, la estructuradel alma umana una vez ms se nos muestra la analoga como ley constitutivadel ser creado.Ser"a sin embargo un grave error considerar esta ley como una especie dede!nicin esttica que regula y !(a de!nitivamente la constitucin de la creaturaracional. %a imagen noes cualidadinamisible, yexistenmuchos grados enlacon!guracin del alma a Dios. /ndudablemente, pues consideramos como unapropiedad substancial del alma la analoga que con el -reador tiene, no podemosnegarqueel alma seanecesariamenteseme(anteal -reador, porlomenosconuna semejanza material e ignorada. Empero una analoga tan con#usa y maldesarrollada no bastar"a a hacer del alma una verdadera imagen de Dios.%a imagen, seg,n antes lo hemos indicado, es una con#ormidad expresa, esto es,una con#ormidad estricta, y no puede serlo sino en la medida en que ella se conozcaa s" misma y se quiera como tal. %a estructura del alma racional puede por tantoser anloga a la de la Trinidad y esto aunque ella misma no lo sepa pero si, por elcontrario, se aparta de Dios y de s" misma para volverse hacia la materia,entonces el alma vuelve a caer en la analoga ms le(ana de los cuerposmateriales. 1eestasuerteel alma umana es una imagen de Dios quepuedeobscurecer su vestigio, e inversamente, lo que marca el paso del vestigio ala imagen es la aptitud de la analoga divina para conocerse como tal ytrans#ormar en una relacin expl"cita la ley que se esconde en la substancia de sumismo ser2(. +ara evitar aquella degradacin y realizar la transformacin, bstaleal alma volverse a Dios y contemplar el misterio de la Trinidad creadora tal comolas ,scrituras y la fe nos lo revelan. Entonces, en presencia del ar.uetipo mismodesuser, ilum"naseellaconclaridadincomparable, conceseas" mismacomoanloga al modelo per#ecto que reproduce, y descubre su#undamento metafsico ,ltimoenesta analoga quelaaseme(aa Dios. +or lomismo, el alma umana no decaer de su alt"sima dignidad nativa sino cuando setomeas" mismapor ob(eto. :er la imagen deunoestambinverloa6l. )s",aprtese el alma de las cosas sensibles, y sin volverse directamente a Dios,considere en s" misma la unidad de su esencia y la trinidad de sus potencias quese engendran unas a otras el alma contin,a indudablementesiendo imagen de Dios, aunque menos l,cida y menos inmediatamente con#ormeque la precedente, pues no esclarece la imagen a la luz del modelo, pero tambinmenos inadecuada quizs, por lo mismo que elob(eto in#erior que aprehende escaptado por ella en su ser y en su substancialidad2).3rtase, pues, aqu" de de!nir a las almas en su esencia propia, y encontrar en ellasla imagen de Dios es explicar su naturaleza misma0 namimago naturalis estquae repraesentat per id quod habet a natura , concl, t. //, p. DHM?.) nadie va a extra$ar despus de esto la tranquila audacia con queSan Buenaventura resuelve los ms espinosos casos de precedencia su principiode analoga le proporciona el medio de resolucin. )!rma de manera especial queel ser imagen de Dios espropiedaddel ombre cuandoselecomparaconlosanimales, pero no cuando con los ngelesse le compara, pues tiene con ellos estacualidad com,n que si es verdad que seg,n algunoslos ngeles son imgenes ms expresas yper#ectas deDios, sinembargo, lasalmas humanas expresan a su vez aspectos de Dios que no los expresanlos ngeles que la razn de imagen no se halla en ms alto grado enel ombre queenlamu(er, ni enel se$orqueenel esclavo, encuantoal sermismo de la imagen, pero que, accidentalmente, por razones que se #undan en ladi#erencia corporal de los sexos, la imagen puede ser ms clara en el ombre queen la mu(er!- !nalmente, que laimagen de Dios reside ms ennuestro conocimiento que en nuestra a#ectividad, por lo mismo que estrepresentada en nosotros por dos #acultades cognitivas y una sola #acultada#ectiva!1.4udanos todav"apor salvar un,ltimogradoenel ordendela analoga0 porencimadelasombra, del vestigioydela imagen est la semejanza. Enunsentido indeterminado, la similitud o semejanza es un gnero ms amplio del quela imagen es slo una especie mas en el sentido propio y tcnico de la expresinexpresaunmodoeminentedelaparticipacinenla perfeccin divina, el modoms inmediato que sea compatible con la condicin de creatura. En e#ecto,la imagen, comolahemosde!nido, se#undaesencialmenteenunarelacin, y,trtele de una relacin de orden, o de una con!guracin de partes, implicanecesariamente intervencin de la cuantidad y por tanto de la espacialidad y unainevitable exterioridad. %a semejanzaen cambio es cualidad pura. .o suponeidentidad sino que la excluye #ormalmente, pues no cabe semejanza entredos seres idnticos pero supone que entre estos seres distintos media comunidadde alguna cualidad0 similitudo dicitur rerum diNerentium eadem quaiitas.7-moemperodescubrirunacualidaddivinaquepuedaser, nosloimitadaalexterior y !gurada, sino pose"da por la creatura8 *bsrvese ante todo que para serparticipada como tal por el alma umana, una cualidad debe ser algo creado puessi se tratase del ser divino, por su simplicidad absoluta, no podr"a ser participadosino totalmente o de lo contrario no ser participado. +or otra parte necesariamentese impone que una cualidad divina llegue a la creatura en #orma asimilable, sin locual el actual estado del ombre y del mundo ser"an su estado de!nitivo.Gastndose a s" mismos, y llegados al presente al trmino de su istoria, sin tenerque llegar a ser otra cosa #uera de lo que son, no habr"an menester de nada sino delo que tienen y son.+ero sielestado !naldel ombre y del mundo consiste enuna perfeccin y gloria de que su estado actual no es sino una especie depre!guracin, se impone que la #uerza espiritual que los mueve y arrastra hacia sus,ltimos destinos los anime ya desde elmomento presente. * existe, pues, en elsenodela naturaleza unacualidadsobrenatural quepreparelatrans!guracin!nal, o es que esta trans!guracin nunca tendr lugar. )hora bien, esta cualidad nopuede ser a la vez sobrenatural y participable por el ombre sino a condicin deser simultneamente creada y transcendente al resto de lanaturaleza0 esto es, lagracia.%a gracia pues est destinada esencialmente a hacer al ombre capaz de obtenersu,ltimo!n. Dios, enlaplenituddesu bondad, hacreadoun almaracional ydestinada a la eterna #elicidad esta alma, imper#ecta y cada por el pecado, le espreciso repararla nuevamente, volver a crearla en cierto medo, para restituirla a ladignidad de su primitiva condicin pero la salvacin no puede consistir parael alma sino enla posesin delbien soberanode queella es indigna. Esto es lotrgico del destino umano0 una creatura consciente de su !n y que se halla de lseparadapor unespaciosincom,nmedidaconlosrecursosnaturalesdequedispone. +eroentoncesescuando Dios vienetambinensuayuda. %adistanciaque la creatura no puede salvar, se encarga el -reador de hacrsela hacedera, nociertamente reba(ando hacia el ombre su esencia inmutable, sino in#undiendo enel alma una cualidad, creada, pero a pesar de todo dei#orme, que haceal ombre agradable a Dios y digno de la gloria eterna!2.Supongamos pues ahora a esta cualidad dei#orme penetrando en el alma en cuyoseno Dios la introduce. Esta alma est ya orientada hacia Dios e inmediatamenteordenadahacia6l. &epresentaademslacon!guracindivinaporladisposicininterna de sus potencias.:a ahora a recibirundon queno solamente la dirigirhacia Dios como la imagen, sino que la har capaz de entrar en sociedad con 6l. Sihemos podido considerar como una analogadivina las relaciones externasprecedentes, 7cmo podr"amos no colocar en el grado ms eminente dela analoga a esta gracia que aproxima hasta el contacto lo que por s" no se puedecon#undir8 +or la semejanza delagraciavieneaser el alma templo de Dios,esposa de Dios no puede concebirse aproximacin ms inmediata para la creatura,pues para realizar algo me(or que recibir la gracia, ser"a preciso serla /racia mismaincreada, esdecir el,sprituSanto paratener algomsquela semejanza de Dios, habr"amos de ser esta misma semejanza, esto esel 0erbo. Ms noble que poseer aDios, slo ser"a ser 1ios!!.2 de esta suerte, desde los "n!mos grados de la naturaleza hasta el puntosupremo en que la creatura re#ormada se hace digna de unirse a Dios, el universotodosenosmuestracomosostenido, regidoyanimadopor la analoga divina.Empero, si esta es la ley que preside a su organizacin, debe necesariamente sertambin la que explique su estructura por lo tanto la metafsica de la analoga hade completarse con una lgica de la analogacuyas leyes nos quedan pordeterminar.)tenindonos a las apariencias inmediatas, la lgica de San Buenaventura no essino la lgica de $ristteles. El silogismo es para l el instrumento por excelenciade la demostracin cient"!ca, el medio para elaborar el conocimiento probable enlos dominios en que la demostracin no aparece, en una palabra, el instrumentoque permite a la razn enriquecer sus conocimientos deduciendo de los primerosprincipios las consecuencias que de ellos se desprenden. Sin embargo, es imposibleestudiar mucho tiempo las obras de este !lso#o sin darse cuenta de que la lgicaaristotlicaesparal msunprocedimientodeexposicinqueunmtododeinvencin. *tra lgica distinta vivi!ca y alimenta con sus descubrimientos a la delEstagirita, y no pod"a ser de otra suerte. Enun mundo cuyas subestructurasmeta#"sicas acabamos de descubrir, el ,nico procedimiento de explicacinprocedente era el de discernir, ba(o el desorden y diversidad aparente de las cosas,los hilos tenues de la analoga que las enlazan entre s" y las unen a todascon Dios. 1eah" estaprodigiosamultiplicidaddeseme(anzas, correspondencias,proporciones y conveniencias en que algunos se sienten hoy tentados a no ver sinoun (uego de inteligencia, encantamiento de la imaginacin, o en el me(or de loscasos, una embriaguez del alma que trata de olvidar su condicinumana, peroen el que es preciso buscar ante todo el ,nico medio de exploracin e interpretacinexactamente adaptado al mundo de un metafsicode esta naturaleza !".En verdad San Buenaventura no ten"a ning,n es#uerzo que realizar para descubrirlas hiptesis directivas en que hab"a de inspirarse su lgica de la invencin. +or lomismo que el mundo se o#rec"a a sus ojos como un libro preparado para ser le"do,y que en la naturaleza ve"a una revelacinsensible anloga a la delas ,scrituras, hab"a de poder aplicar de igual manera al libro de las creaturas losmtodostradicionalesdeinterpretacinqueseven"ansiempreaplicandoaloslibros santos. 2 en e#ecto, as" como en el texto sagrado encontramos un sentidoinmediato y literal, pero tambin otro alegrico por el que descubrimos las verdadesde fe quela letra signi!ca, yotrotropolgicoquenosmuestralasense$anzasmorales encerradas en una narracin de apariencia istrica, y un terceroanaggico por el que nuestra alma se siente elevada al amor y deseo de 1ios!#,del mismo modo es preciso no detenerse en el sentido literal e inmediato del librodelascreaturassinobuscar el sentidopro#undodesusense$anzasteolgicas,morales y m"sticas. El paso entre ambos dominios se e#ect,a tanto ms #cilmentecuantoqueen realidad soninseparables. Si lascosaspuedenserconsideradascomo signos en el orden de la naturaleza, es porque (uegan ya este papel en elorden de la revelacin. %os trminos empleados en cualquier ciencia slodesignan cosas los que emplea la Sagrada Escritura designan cosas, y estas cosasa su vez designan verdades de orden teolgico, moral o mstico. )l tratar, pues, alos cuerpos y las almas como alegor"as de la Trinidad creadora no hemos hechootra cosa sino aplicar almundo sensible los mtodos de exgesis escriturariaordinariamente aceptados y slo entonces ha encontrado el mundo su verdaderosentido0 et sic patet quod totus mundus est sicut unum speculum plenum luminibuspraesentatibus divinam sapientiam, et sicut carbo eNundens lucem


Recommended