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Page 1: Historia de aqui

Historia de Amor

(Un regalo de cumpleaños)

Una mañana de camino al Mercado de Vegueta, en donde trabajaba durante un par de horas, llevando una pequeña contabilidad, en vez de seguir por la calle principal, pensó en cortar camino atravesando una estrecha calle. Casi al final de la misma, una chica muy jovencita hablaba con una señora mayor delante de una puerta. Se fijó en la joven y pensó que no había visto a ninguna mujer tan hermosa como ella. A partir de ese día, pasó por la estrecha callejuela todas las veces que sus horas libres se lo permitían. Unos días lograba verla, otras no, pero el insistía una y otra vez. Muchas veces se tropezó con la señora mayor y esta le sonreía. Un domingo se pasó la tarde rondando la calle hasta que vio salir a la guapa joven de la casa con unas amigas. Las siguió a una distancia prudente. La chica ya se había fijado en él, pero lo miraba mal. Al siguiente domingo le escribió una carta donde le contaba como no podía apartarla de su cabeza y le pedía permiso para salir algún día con ella. Cuando la joven paseaba, le entregó la carta. La jovencita, la recogió, pero ni le miró. Cuando llego a su casa, la chica que acababa de cumplir quince años, y cuyo nombre era Marina, le entregó el sobre a su madre al tiempo que le comentaba. –En el paseo, ese chico pesado que pasa cuarenta veces al día por casa, me entregó esta carta. Su madre le dijo, -Pues léela a ver que te dice. Marina de mala gana abrió el sobre y empezó a leer la que era su primera declaración de amor. Cuando terminó de hacerlo, miró a su madre y le dijo- ¿La rompo? Ella le contestó. – No mujer, es muy bonita, guárdala como recuerdo. La chica contestó.- No pienso, ese tipo es un pesado. Su abuela que también había escuchado la lectura de aquella bonita declaración de amor le dijo. – Deja que yo te la guarde, a mi ese muchacho me cae muy bien. Así fue el mal comienzo de lo que después sería una hermosa historia de amor. Juan Francisco, el chico, lejos de desanimarse, por la mala cara de la chica, continuó día tras día escribiendo hermosas cartas de amor. Ella ya no las recogía, pero lo hacia su abuela, a la cual le encantaba el jovencito. Por fin un domingo, quizás porque su abuela le leía las cartas, aunque ella no quisiera. Marina dejó que el chico se acercará y cruzaron unas palabras. Al parecer no le disgustaron, ya que a partir de ese día, empezaron a pasear juntos. Poco a poco la joven se fue sintiendo a gusto con su enamorado, hasta que formalizaron su compromiso. Llegó la hora de que el chico se incorporase al servicio militar, lo destinaron a la isla de Fuerteventura y allí permaneció durante dos años. En ese tiempo, el amor de los jóvenes se fue haciendo cada vez más fuerte a través de largas cartas, donde se contaban todo lo que hacían. También en ese tiempo la madre de Marina se quedo embarazada y la joven que ya contaba 19 años sintió vergüenza de decirle a su novio que iba a tener un hermanito, así que le comentó que cuando se licenciara a su regreso, le esperaba una sorpresa. Por fin llegó el día de su vuelta y la sorpresa era una cuñada de tres meses de edad.

Después vinieron años duros, Juan Francisco era el mayor de siete hermanos y su deber era ayudar a su familia. Así que el noviazgo se prolongó bastante. Por fin con sus ahorros se pudieron comprar un hermoso dormitorio y alquilar un pequeño pisito. Unos sillones de mimbre y una pequeña mesita en la cocina con dos sillas fueron el resto del mobiliario. Faltaban muebles y detalles, pero sobraba amor e ilusiones. Poco a poco él fue ascendiendo en su trabajo y fueron amueblando su nidito de amor. Los hijos no vinieron, pero eso sólo sirvió para mantenerlos mas unidos. Un nuevo piso, esta vez en propiedad, nuevos muebles, viajes y siempre juntos, cogidos del brazo en todas partes. Con los años se hicieron una maravillosa casa en el campo donde vivieron su madurez. Allí cumplieron las bodas de oros rodeados del cariño de toda la familia. Ese día se les veía tan felices y emocionados como cuando se casaron cincuenta años antes. Él siempre ha dicho que la pudo conquistar gracias a la abuela, que desde la primera vez que le vio, le gustó para esposo de su nieta. A veces las historias de amor que empiezan mal, tienen un final feliz. Esta la tuvo. Lo sé muy bien porque ella era mi hermana.

Pepi Núñez 22 / 02 /08