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PROBLEMAS Y POTENCIALIDADES DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA “MERCEDES INDACOCHEA
LOZANO” - HUACHO
Para lograr cambios y mejorar la gestión de
nuestra Institución Educativa es necesario partir de
un real diagnóstico. En ese sentido, es preciso
recoger y capitalizar nuestras experiencias de campo
pues al definirla (Zutter, 1997) afirma “…es
transformarla en conocimiento y ponerla al servicio
de la acción y el saber para la toma de decisiones...”
De ello que, analizar los problemas y potencialidades,
producto de la experiencia en nuestras instituciones
educativas, expresarlas y relatar en torno a ello,
promoverán que a partir de la reflexión conjunta tomemos decisiones adecuadas y convenientes para
transformar esta realidad; generando cambios en la gestión.
Para empezar, es necesario entender que los liderazgos dentro de las instituciones educativas
resultan ser fundamentales en los resultados de aprendizajes de los estudiantes. De ello que, (Pozner,
2000) afirma que “Se trata de construir una gestión educativa superadora de los viejos esquemas de
administración y organización, y de redefinir las competencias” por lo que a la luz de los diversos campos
de la chacana podemos precisar que en lo referente a la Gestión, Participación y Liderazgo en la IEMIL,
reconocemos como potencialidad la participación de los miembros de la comunidad educativa en las
Jornadas de Reflexión para analizar nuestra problemática a la luz de la política educativa actual; producto
de ello se logra elaborar en conjunto planes de mejora orientados a promover alternativas de solución a
necesidades institucionales. Sin embargo, aún prevalece una gestión directiva tradicionalista, verticalista,
normativa y rígida centrado en lo administrativo y desligada de los aprendizajes que impide la
construcción de una visión institucional compartida. De ello que el problema priorizado en este campo es
justamente el deficiente liderazgo pedagógico del equipo directivo; pues éste dificulta el buen
desempeño docente y por ende la gestión de los aprendizajes; dadas las actitudes indiferentes que no
promueven el estímulo y/o reconocimiento de las buenas prácticas docentes y pese a que se evidencia
que la IEMIL cuenta con una infraestructura recientemente remodelada y equipos donados por el
Gobierno Regional como factor a nivel meso; es notoria la deficiente organización e implementación de
ambientes y/o aulas funcionales que estimulen el aprendizaje dificultándose de este modo la práctica
pedagógica en aula.
En consecuencia; al asumir el enfoque “La
Escuela que Queremos” (Guerrero, 2013) debemos
priorizar como componente central a los procesos
pedagógicos que ocurren al interior del aula. En tal
sentido, reconocemos como potencialidad el soporte
pedagógico otorgado por estar inmersos en el
modelo JEC a nivel macro y las plazas de contratos
DAIPs; pero también debemos precisar ciertas
dificultades como la limitada participación docente
en talleres de fortalecimiento de capacidades
pedagógicas para empoderarse del enfoque por competencias y sus procesos didácticos en las diversas
áreas; sumado a ello debemos reconocer el limitado empoderamiento del enfoque crítico/reflexivo lo
que dificulta al personal directivo y jerárquico aplicar adecuadamente el monitoreo y acompañamiento
de la práctica pedagógica; pues este proceso no culmina en la autorreflexión docente; proceso que es
necesario para superar dificultades y mejorar los aprendizajes. Dado lo descrito, es evidente que en este
campo el problema incide en la inadecuada aplicación de estrategias acorde a los nuevos enfoques
didácticos en las diversas áreas del currículo, lo que dificulta el logro de metas de aprendizaje
establecidas como compromisos de gestión en la IEMIL.
Es importante observar la calidad de las relaciones entre los actores de la IEMIL y los mecanismos
de trabajo que empleamos para contribuir a la mejora de los logros de aprendizaje. De lo descrito, es
evidente que hacemos referencia al campo de la Convivencia Escolar; pues se ha priorizado como
problema la práctica de una comunicación no asertiva que genera conflictos afectándose las relaciones
humanas y el clima institucional notorias en ciertos factores a enumerar: las bajas expectativas,
desmotivación y deficiente integración lo que genera un clima afectivo desfavorable para los
aprendizajes. Se evidencia también un deficiente trabajo colaborativo durante las horas asignadas al
colegiado para planificar las sesiones de aprendizaje y el incumplimiento de actividades delegadas según
comisiones docentes. Ante esta situación, es una potencialidad promover la gestión del conflicto
mediante la debida atención personalizada, asertiva y empática que se obtiene con la escucha activa en
un clima de respeto mutuo con espacios oportunos para el diálogo y reflexión.
Por otro lado, en cuanto a la interacción con la familia, escuela y comunidad, cabe señalar que al
amparo de lo afirmado por (Anderson S. 2010): “El rediseño de la organización no abarca solamente la
organización interna de la escuela, sino la búsqueda de cómo involucrar a los padres de familia para
apoyar el aprendizaje de los estudiantes, y contribuir al proyecto de mejora escolar” . Tomando en
cuenta este referente podemos señalar como problemática en este campo de la chacana que
actualmente nos caracterizamos por ser una institución educativa homogénea, descontextualizada y
desarticulada de la comunidad por cuanto se evidencia que los docentes en su mayoría aún no vinculan
en su práctica pedagógica los aportes de la familia, autoridades y comunidad pues no valoran los saberes
culturales y los recursos del entorno. Asimismo, no se está logrando establecer una buena relación con
los padres de familia, a ello se suma un limitado compromiso de ellos en el proceso educativo de sus
hijos; reflejado en tareas y la poca participación en las jornadas y encuentros; pues existe actualmente
un convenio con financiamiento de la DREL al respecto. Sin embargo, para lograr la mejora de los
aprendizajes se cuenta con apoyo de instituciones públicas aliadas para el desarrollo de programas de
apoyo social (qaliwarma, beca 18, plan de salud escolar, etc.) por lo que la mejora que podamos realizar
influirá en el aprendizaje y desarrollo de nuestros estudiantes.
Finalmente, podemos precisar en cuanto a los
aprendizajes fundamentales en la IEMIL que
estos niveles de logro son deficientes pues la
principal causa es la inadecuada práctica
evaluativa docente demostrada en la
deficiente aplicación de instrumentos para
evaluar competencias, a consecuencia de
diversos factores: La inadecuada concepción
evaluativa del docente demostrada en
prácticas tradicionales que se caracterizan en
el planteamiento de situaciones descontextualizadas; actividades de baja demanda cognitiva que no
promueven el desarrollo del pensamiento crítico mediante el análisis y razonamiento; pues es
evidenciable que pese a que reconozcamos como potencialidad que los docentes mantienen altas
expectativas en relación al desarrollo de capacidades y desempeños de sus estudiantes; al momento de
sistematizar los resultados durante las horas asignadas al trabajo colegiado le asignan un carácter
punitivo al proceso evaluativo lo que no les permite regular ni retroalimentar el proceso para la mejora
de los aprendizajes; es decir, no utilizan el “error” de manera constructiva como espacio que les permita
reflexionar pedagógicamente sobre los resultados obtenidos. En este sentido, nuestro desafío es lograr
que los docentes apliquen de manera adecuada rúbricas descriptoras y portafolios de evidencias que
demuestren el nivel de desempeño alcanzado por los estudiantes según las competencias desarrolladas
en cada unidad didáctica.
Mg. Isela Albina Guerrero Pacheco Subdirectora de Formación
General IEMIL