Dieta Maditerranea

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  • COLABORACIONES TECNICAS

    La dietamediterrneaPASADO, PRESENTE Y FUTURO

    Por. Antonio Jos Gmez Femndez-Montes*

    LA MEJORA DE LA CALIDAD DE VIDA

    La mejora de la calidad de vida comoconcepto es algo que cada da est mspresente en todos los mbitos de la socie-dad, ya sean sociales, econmicos, cultura-les, laborales, etc., como idea que pretendeenglobar todas aquellas facetas que reper-cutan en el bienestar general de cada indivi-duo por s y en relacin con los dems.

    Dentro de dicho bienestar, no cabe du-da de que la salud es el eje en tomo al culgira el resto de aspectos que todos tene-

    (^ Ingeniero Agrnomo.Consellera de Agricultura y Pesca de la Comu-nidad Valenciana.

    mos "in mente" acerca del concepto citadoal principio de este artculo, el cul se trata-r no solo bajo el prisma de ausencia de en-fermedad sino en otros tales como alegrade vivir, vigor, placer, satisfaccin, tranquili-dad y, en definitiva, todos aquellos factoresfsicos, psquicos y sociolgicos que com-ponen lo que, a menudo, sintetizamos co-mo "buen vivir", que no siempre consisteen "vivir bien" en el sentdo material de estaltima expresin.

    As, cada vez es mayor el culto rendidoal cuerpo en su vertiente saludable y estti-

    Productos de calidad de laComunidadValencana.

    ca, fruto del cul es la apetencia crecientepor el deporte, la vida al aire libre, la higienepersonal, la mejor ambiental... y la adecua-da, natural y sana alimentacin, aspecto s-te ltimo por el cul la informacin disponi-ble indica que siente inters y preocupa-cin ms de la mitad de la poblacin y quees la piedra angular de la salud.

    AI Ilegar a este punto nos planteamos ladieta como mtodo de alcanzar o manteneresa buena alimentacin, fuente de salud yorigen del "buen vivir", dndonos cuenta deque, asimismo, es cada da ms frecuenteor hablar de la Dieta Mediterrnea, sin que,a veces, sepamos muy bien en qu consis-te y qu beneficios nos reporta.

    A la vez, parece interesante analizar enqu situacin nos encontramos actualmen-te respecto a su forma original y qu pers-pectivas podemos augurar a la vista de laevolucin de los hbitos de vida, conse-cuencia de los cambios que se estn pro-duciendo en nuestra sociedad.

    ^QUE ES LA DIETA MEDITERRANEAt

    La respuesta ms simplista a esta pre-gunta es que se trata de una dieta equilibra-da, tradicional de los pases ribereos delMare Nostrum y elaborada fundamental-mente con sus productos autctonos, quea fuer de conocida parece que ahora pre-tendemos descubrir. Es algo parecido a loque le ocurri a aqul personaje novelescoal que su preceptor le descubri que Ileva-ba toda su vida hablando en prosa sin quese hubiera dado cuenta de ello hasta semomento.

    Sus componentes podemos agrupariosen nueve grupos:

    -Cereales, incluido arroz, y derivados(pan y pastas alimenticias).

    -Legumbres secas.-Frutas y hortalizas (para ser puristas

    habra que excluir como originarios de lacuenca mediterrnea las patatas, el tomate,el pimiento y algn producto ms, proce-dentes del continente americano).

    -Vino.-Aceite de oliva.-Pescado.-Productos curados y salazones de

    came y pescado.

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  • -Quesos frescos, semicurados y cura-dos, sobre todo de oveja y cabra.

    -Frutos secos, aceitunas, miel y otros.Originariamente, si tomamos los aos

    sesenta como referencia, la tipologa de laingesta se caracterizaba porque haba unbajo aporte energtico procedente de lasgrasas totales, inferior al 30%, producin-dose mayoritariamente a partir de cereales,y patatas que contribuan con ms del 60%,al que haba que aadir al del vino, otras be-bidas alcohlicas minoritarias y el resto dealimentos.

    La fraccin grasa proceda fundamen-talmente del aceite de oliva (70%) al que seaadan en mucha menor proporcin otrasgrasas vegetales y alguna de origen animal.

    Era una dieta cuya porcin de fibra die-

    merosas tareas, incluido el transporte. Sinembargo la forma en que globalmente seaporta esta energa ha ido a peor, por ha-berse producido disminuyendo en porcen-tajes Ilamativos el consumo de cereales yderivados, junto con el de legumbres y pa-tatas. Asimismo se ha reducido el consu-mo de verduras, todo lo cual, a su vez, hadisminudo la ingestin de azcares com-plejos y de fibra, cuya cifra puede evaluar-se en unos escasos 20 grs/da en lugar delos 30 mencionados. A este respecto nodebe olvidarse la importancia de este com-ponente de la dieta para el funcionamientodel aparato digestivo en general y del intes-tino en particular, hasta el punto de reco-mendarse insistentemente su consumocomo medio de prevenir diversos tipos de

    Productos de calidad de la Comunidad Valenciana.

    ttica proceda, al menos en un 50%, defrutas y verduras. EI resto provena de cere-ales y legumbres, fundamentalmente, has-ta completar la cifra de 30 gr/da.

    LA DIETA ACTUAL Y SUSCONSECUENCIAS

    Tras esta telegrfica exposicin del pa-sado, el cambio de hbitos de vida (migra-ciones del medio rural a las ciudades, tra-bajo de la mujer, comidas fuera del hogar^n particular la "fast-food"-, la tecnolo-ga alimentaria, razones de aparente con-fort, etc.), ha provocado que el panoramaactual cambie radicalmente.

    As, se ha producido un descenso glo-bal del aporte calrico de casi un 25% (deunas 3.000 a algo ms de 2.250 Kcal/da),lo que en principio parece lgico, dadas lasmenores necesidades de actividad fsicacotidiana debido a la mecanizacin de nu-

    cncer en el tramo final de dicho rgano.EI descenso de la ingesta de dichos

    productos se ha producido en favor delaporte calrico procedente de protenas ylpidos en general. As, las primeras han pa-sado de aportar el 11 % al 14% de las calo-ras, y los segundos del 31 % al 44%, con laparticularidad preocupante de que, dentrode estos ltimos, se produce un descensode las grasas vegetales en general, y delaceite de oliva en particular, en favor degrasas animales muy ricas en cidos gra-sos saturados. Como se sabe estos com-puestos, son en alto grado, responsablesde las patologas cardiovasculares (arte-rosclerosis, miocardiopatas) atribuibles alexceso de colesterol por s o a travs delas lipoprotenas de baja densidad (HDL),segn la Ilamada teora lipdica.

    Adems, a las grasas animales se lesatribuye, segn la denominada accin oxi-dativa provocada por los radicales libres, laalteracin del ADN celular que podra pro-

    vocar fenmenos degenerativos de tipocanceroso.

    La accin antioxidante de la dieta tradi-cional mediterrnea puede explicarse por lapresencia en lla de diversos compuestosque actan en tal sentido, entre los cualespueden citarse la vitamina C, el grupo delos tocoferoles (vit. E), el caroteno (precur-sor de la vit D) y el selenio como elemento.

    Existen otros principios a los que seatribuyen acciones similares, tales como lafamilia de los polifenoles, (entre ellos los co-lorantes antocinicos y los taninos), tanabundantes en todos los vegetales y el vinode calidad el cual, adems, ingerido en can-tidad moderada favorece la produccin delipoprotenas de alta densidad (HDL) quetransportan el colesterol evitando su dep-sito en la pared arterial, y por tanto la forma-cin de ateromas, a la vez que favorece suremocin. Por otra parte favorece la snte-sis de compuestos que reducen los fen-menos de agregacin plaquetaria produc-tores de trombos en el sistema vascular.

    Otro ejemplo que podra citarse es queen un producto tan caracterstico de estadieta como es el ajo, existen sulfuros org-nicos responsables de su aroma y saborque, adems, parecen ejercer acciones di-versas, entre ellas la reduccin del coleste-rol y la inhibicin o antagonismo del podercancinognico de ciertos hidrocarburos.

    Un grupo que, afortunadamente, se haincrementado en la dieta es el de las frvtas,que registra un aumento aproximado del80%, mantenindose aproximadamenteconstante, o en ligera regresin el de pes-cados, que merece aumentar, dado lo salu-dable de su consumo y la alta gama de quedisponemos, blancos y azules, junto a suelevada calidad.

    En cuanto al grupo de cames y deriva-dos, su proporcin en la dieta ha aumenta-do considerablemente, del orden de un100%, junto con el de leche y productoslcteos, todos llos responsables, en mayoro menor grado segn cada uno en concre-to, del aumento de ingestin de grasas ani-males, de indeseables efectos ya descritos.

    EL FUTURO DE LA DIETAMEDITERRANEA

    ^Qu se puede aventurar para un futuroms o menos prximo? La rpida evolucinde los hbitos de vida ya comentada, des-graciadamente parece conducir a unaspautas alimentarias perjudiciales que pue-den acentuarse al considerar, adems, eldesconocimiento por parte del sector msjoven de la poblacin, de la tradicional dietaque comentamos, la cual, dicho sea de pa-so, forma parte de nuestro aceroo cultural.

    A este respecto, no olvidemos que elolivo (alimento, blsamo para las heridas yluz para las noches), junto con el trigo-pan yla vid-vino, productos con simbolismo reli-gioso para los creyentes, son los pilares denuestro sustento.

    As pues, no abdiquemos de nuestrasviejas y sanas costumbres, revivamoslas yescordmonos en transmitirlas y hacerlasvalorar a los que nos siguen.

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