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EVANGELIZAR O COMUNICAR EL ESPIRITISMO (Marcelo Henrique Pereira)
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¿EVANGELIZAR O COMUNICAR EL ESPIRITISMO?
Marcelo Henrique Pereira (*)
Existe la necesidad de la evolución en el proceso de la enseñanza-aprendizaje del
espiritismo en las instituciones espiritas, buscando, así, una mayor sintonía con la
propuesta pedagógica de los Espíritus Superiores, fundada en el trabajo coherente y
competente de Allan Kardec.
Demostrando lo importante que es, el trabajo individual y colectivo para el momento
histórico y doctrinario que atravesamos, es nuestra propuesta central.
Tratando específicamente la Doctrina Espirita, debemos entender el proceso de
evolución que desemboca en los días actuales. En primer lugar, la Educación es un
proceso en su totalidad, que visa el engrandecimiento completo del ser espiritual.
Siendo así, la propuesta educativa del espiritismo es mucho más amplia que el
concepto de evangelización, porque esta representa, el principio “educar conforme el
evangelio”, esto es, asume la connotación reduccionista, apoyada solamente en el
Evangelio.
Con todo, alguien podría decir: ¿Más, en el Evangelio de Jesús no están contenidas las
máximas, orientaciones y respuestas para las diversas contingencias de la vida? Sin
ninguna duda… Más, lo que acontece, en realidad, es que se está tratando de
"imponer" una cierta creencia, esto es, la “religión” espirita, tal como se hace entre las
diversas denominaciones religiosas de nuestro tiempo. lo importante, es la abertura
de los conceptos y propuestas, en el sentido de la evolución espiritual del ser, a través
del esclarecimiento , sin necesidad alguna de “adoctrinar” a alguien.
Cuando, entonces, pasamos a utilizar la expresión “educación espirita”,
necesariamente, salimos de la visión de “evangelización” porque no existe el
compromiso de hacer que los otros “acepten” nuestras verdades, o los fundamentos
del espiritismo, sin raciocinar en ellos, específicamente sobre las diversas cuestiones
que el espiritismo pueda presentar. Así, investimos en un nuevo paradigma para la
Educación Espirita, que es el de “comunicar” el Espiritismo. Comunicar es repasar
ideas, más tambien recibirlas, porque en verdad cada ser trae un bagaje espiritual
que le permite discutir las principales cuestiones de su vida, sus relaciones, del mundo,
del universo…
Cuando yo me comunico con el otro, yo desciendo del “pedestal” , de profesor, de
orientador, de maestro, de sabelotodo, pasando a conocer mejor el universo de la
educación y, con eso, con su experiencia, su realidad personal y, con base en los
escenarios de su vida, puedo ampliar mi conocimientos y el de él, en un aprendizaje
reciproco y constante.
La propuesta contenida en la filosofía espirita, teniendo como antecedentes las obras
básicas – aunque no limitadas a ellas, porque el conocimiento es, tambien, evolutivo –
está firmada sobre la noción de Espíritu como “Ser Integral” y predica la evolución
como una necesidad de todos los seres, después de creados. Si el ser es integral, el no
puede darse el lujo de privilegiar apenas una faceta del conocimiento. Tiene, con eso,
que participaren diversos cultivos, donde aprenderá las experimentaciones y, si
quedara limitado apenas en un aspecto, no alcanzará el totalmente, la integridad.
Reconocemos que, aunque es necesaria en el curso evolutivo de la Educación Espirita,
la fase de evangelización ya se encuentra superada. Fue importante la fase del
“catecismo espirita” o las aulas de “educación evangélica o moral” para los niños. En
aquella época, todo giraba en torno de la idea del espiritismo como religión. La
propuesta espirita es más integral. Véase al propio “concepto” de Espiritismo,
epigrafía de él Codificador en la abertura de El Libro de los Espíritus: “Filosofía
espiritualista, con bases científicas y consecuencias morales”.
Privilegiar un aspecto en detrimento de los otros, sobre todo en las fases iniciales, de
educación espirita para niños, adolescentes y jóvenes es aminorar la importancia
del trabajo que la Educación Espirita proporcionará a todos los que a ella se
aproximan.
No somos favorables a la educación “evangélica” ; somos adeptos a la Educación
Espirita, la cual indica que los contenidos programáticos contenidos en los planos de
enseñanza de cada uno de los grupos (fajas etarias) presentará el espiritismo con
base en su triple concepción: ciencia, filosofía y moral. En la mayoría de los centros,
de norte a sur, se relega la educación espirita a segundo plano. Se atiende, con
palestras, pases, reuniones mediúmnicas, dejando la educación de los niños,
adolescentes, jóvenes y asómbrense , hasta adultos , para los “voluntarios” . Claro que
es importante tambien verificar la realidad de cada institución. No siempre hay
personal cualificado y experimentado para la función, más esto no puede servir de
disculpa para el “aficionado” en la ejecución de la tarea…
Si no tenemos un Pedagogo, un Profesor con formación universitaria, o, aun mismo, a
alguien que hizo magisterio, que inviertan en la formación de estos “educadores”,
posibilitándoles el acceso a la bibliografía especializada, a la realización de cursos y
seminarios, a la participación (obligatoria) en eventos en la zona, promovidos por la
casa u otras instituciones. Más allá de eso, el niño y el joven precisan de alguien que
hable su lengua, que le proporcione el conocimiento con alegría, confraternización,
entusiasmo… ¿Antes, quien realizaba la evangelización en las casas? Generalmente
un ama de casa, jubilados, compañero - de muy buena gana, incluso - pero no tenía
experiencia en la enseñanza – y, algunas veces, ni formación doctrinaria suficiente
para lidiar con este público…
Entonces, lo que se veía (y aun se ve) era el desecho de las reuniones y los conflictos…
Muchos centros, tambien, optaban por destinar el trabajo de evangelización – sobre
todo de los niños- a uno de los jóvenes en mocedad. Igualmente, el trabajo – aunque
realizado con mucho cariño –dejaba mucho que desear… Tenemos que entender la
necesidad URGENTE de la especialización de las actividades espiritas, destinando
mucha más atención para la formación-solida y adecuada - de nuestros niños y
jóvenes. Si dejamos eso a un lado, no alcanzaremos buenos resultados en la tarea.
La propuesta pedagógica de la comunicación espiritual se basa en la idea de la
participación como principalmente. El estudiante ya no es considerado como un
receptáculo de conocimientos, una página en blanco, en el que, Educador, va
aplicando conceptos, teorías, conceptos... La idea básica es la plena participación del
estudiante, buscando adaptar el plan de estudios propone una metodología
enseñanza que incluye el acceso al universo que el estudiante participa: familia,
amigos, escuela, centro, barrio, club...
el concepto enseñanza-aprendizaje, así, queda bastante enriquecido, porque las
informaciones de naturaleza espirita pasan a relacionarse directamente con la
dinámica de su vida. Así, entendemos la necesidad urgente de la reformulación,
primero, de la visión de lo que es educación, pues aquel ser que está allí, en el grupo
de infancia, pre-juventud, juventud o mocedad, es, según la doctrina, un espíritu
inmortal, con diversas experiencias validas en el pretérito. Y no solamente esto; en el
presente, tambien tienen vivencias que deben ser exploradas, procurando encajar las
nociones espiritas a las experiencias de hoy, condición inevitable para el éxito de la
tarea. En cuanto a la idea de la comunicación, yo preguntaría: - ¿Usted se comunica
bien? ¿Los otros entienden lo que usted dice, lo que usted quiere? ¿Usted presta
atención a lo que los otros están diciendo, en un dialogo? ¿Quiere saber lo que el otro
piensa? ¿O está preocupado, en apenas “adoctrinar” al otro, en hacer que el piense
igual que usted?
Es este el alcance del trabajo de la “comunicación del espiritismo”. No enseñar a los
otros, como si solamente usted fuese el propietario del saber. Aprender con el,
tambien, aun mismo que ya conozca mucho más que el en varias áreas del
conocimiento humano. En suma, estar dispuesto, al dialogo con el otro, a dar espacio
de expresión para el, respetarlo, entenderlo en un aprendizaje reciproco, comprender
mejor la doctrina, la vida, su realidad, la del otro, el universo…
Aquí en nuestro movimiento espiritual local, hemos insistido en la creación (del
ejercicio de la creatividad). Los educadores espiritas deben dejar a un lado la idea de
“manual”, de documentos, porque estos, en la mayoría de los casos, son iguales a las
recetas de la torta: tienen los ingredientes y usted tiene que hacer exactamente como
está allí especificado, para dar un buen “resultado”.
Toda generalización, con todo, es temeraria y deficiente… ¿Cómo adecuar un mismo
folleto para realidades tan dispares en cuanto a las experimentadas en las diversas
regiones de nuestro Brasil continental? ¿Cómo aplicar un mismo plan de curso para
criaturas de un barrio de clase media, donde hay un centro espirita, y para aquellos
que frecuentan un centro de periferia, al lado de una favela? Es evidente que existen
optimas obras a nuestra disposición, inclusive, las más recientes, que contribuyen con
aspectos relativos a la filosofía de la pedagogía espirita, curriculun, metodología de
enseñanza y hasta surgen técnicas de estudio y dinámicas de trabajo en grupo. Lo
importante es utilizar todo y cualquier material disponible como “punto de apoyo” y
nunca como “mapa” o “receta”, la creatividad, y hasta el interés. En verdad, nonos
acomodamos con el tiempo… Perdemos la gracia, el estimulo, la creatividad, y hasta
el interés. La gran cosa es, entonces, para descubrirse a uno mismo, encontrar una
fórmula verdadera para el trabajo diario. No conformarse con aquello que alguien
presento como “formula” para la educación.
Más, vea bien, no estamos diciendo: ´Tiren los folletos a la basura, u olvídelos… En
verdad, queremos decir: no las utilice solamente como único recurso didáctico para su
trabajo. El “grito de misericordia” para la independencia pedagógica del trabajo
educacional espirita es: haga, use, crea, cree, acontezca. Nuestros alumnos necesitan
de eso… ¡Urgentemente!
En otro prisma, las manifestaciones artísticas y el uso de dinámicas o técnicas de
estudio son un complemento competente a la enseñanza espirita. Más, la mayoría de
las instituciones y el uso de dinámicas o técnicas de estudio son un complemento
competente a la enseñanza espirita. Más, en la mayoría de las instituciones,
infelizmente, la propuesta del arte como divulgación y educación espiritas aun es
vista con ENORME preconcepto. Perdemos excelentes oportunidades de “dar nuestro
recado”, de instruir, de profundizar conceptos, de provocar las emociones (positivas),
de hacer reír y llorar, porque algunos hallan que el arte espirita es tergiversación de
la propuesta educacional… ¡Una legitima lástima! en verdad, los recursos más
modernos, en las escuelas y universidades, apuntan para la multidisciplinariedad, las
multi facetas de los innumerables recursos puestos a nuestra disposición. En
resumen, todo en la vida puede ser considerada inicialmente neutral: se puede usar
para el bien o para el mal, para construir o destruir. Tomemos el caso de la música...
Hay canciones bellísimas, con mensajes fantásticos, que elevan al ser, lo elevan por
encima, dándole incentivo paraqué el luche y venza… En contrapartida, tenemos
“músicas” sufribles, como aquellas que vemos en la mayoría de los programas de
auditorio. Esto acontece porque, pedagógicamente hablando hay público para todo,
o, “gusto para todo”, como se acostumbra a decir. En las instituciones espiritas en las
que colaboramos, siempre incentivamos al arte, en sus diversas expresiones (música,
teatro, danza, títeres) y la literatura para transmitir mensajes positivos del
espiritismo. El arte, como los espíritus lo conceptualizan es “Lo bello haciendo el
bien”. Y si es bello, conduce al bien.
Entonces, ¿cómo se vincula la educación espiritual "comunicar"? comunicar hace
décadas atrás representaba la existencia de un emisor del mensaje y un receptor de
la misma. Es decir, alguien tenía el conocimiento y la repite para aquellos que lo
necesitaban. En el aspecto pedagógico, funcionaba así: ¿Allá por las décadas de los 70
y 80, en una época altamente represiva, quien eran nuestros educadores? ¿Qué
acontecía en un salón de clases? La palabra del maestro, la maestra era LA LEY...
Entonces, nadie discutía. ¿Con la apertura, que son nuestras aulas y espacios docentes
(de diferentes entornos - incluyendo el Centro Espiritista -) hoy? Espacios de
construcción colectiva. No existe más el “dueño de la verdad”, el “dueño de la
información”. Si es necesario, no una receta de torta, más si la oportunidad de un
cambio en el proceso. Envolver al alumno, sacar del todo el provecho, toda la
participación, hacerlo cómplice, para que el tambien pueda decidir lo que desea
aprender primero, y en que aspectos la información espirita puede serle útil, hoy.
Comunicar el espiritismo, así, es tambien aprender con el otro, y en una idea de
ALTERIDAD, crecer con aquello que el otro pueda proporcionarle, en el dialogo, en la
vivencia, en la clase, en la vida… Alteridades, así, el nivel comunicativo espirita, la
idea de que el otro no está allí para recibir, más si para recibir y donar, porque , en
suma, todos nosotros, espíritus en evolución tenemos mucho que aprender e
intercambiar unos con los otros.
Es importante resaltar, tambien, que la continuidad de las actividades acaba
apartando al joven de la Casa Espirita y llevándolo a frecuentar otros grupos
religiosos, donde la expresión del joven es más libre, más atrayente. No vamos a
entrar en el merito de”cual propuesta es mejor”, porque nosotros, espiritas, vamos a
decir siempre es la nuestra. Muchos centros están centrados en los modelos
administrativos del siglo pasado, excesivamente centralizados, poco democráticos,
donde la libertad de expresión y construcción colectiva rayan el cero. Esto no quiere
decir que, en determinadas circunstancias, no se tiene participación, o decisión con
bases colectivas. Más si, en esencia, aquella figura del “presidente-mandón”,
centralizador, todo-poderoso, infalible, sabelotodo, es una constante… Resultado:
toda propuesta “alternativa”, que escapa a los padrones preconcebidos, es vista con
desconfianza, no es aceptada y, hasta, es rechazada con amenazas.
Fundamentalmente, lo que se precisa modificar es la mentalidad de que los grupos
(principalmente el de los jóvenes) son un universo cerrado en sí mismo. Porque no
tienen espacio en la casa, viven solamente para sí, hacen su propio cronograma,
realizan actividades solamente para el público “interno”.
Nadie es joven para siempre (edad cronológica). Un día, el saldrá de la juventud,
asumiendo otras tareas. Y si no estuviera preparado, ambientado, próximo, será todo
más difícil. En la mayoría de las situaciones, el no espera que las personas cambien,
por eso demora DEMAS. El sale a la procura de otros espacios, donde es más feliz y las
personas le respetan, hablan su lengua y le dan oportunidades. Mientras eso,
nuestras mocedades si avanzan, justamente porque las demás filosofías religiosas
hace el “márquetin” de la fe, dando espacio para el joven, reconociendo su potencial,
pues él es un “fiel” de hoy del mañana. Y, estando satisfecho y feliz, continuará en
aquella filosofía por mucho tiempo, trayendo, aun, amigos, parientes y otros,
contribuyendo aun más para aumentar el “rebaño”. ¿Y nosotros espiritas, que
hacemos? Hallamos que la juventud buena es “la que no incomoda”, que queda en su
zona, no cuestiona preguntas, no reivindica espacios. Mientras sucede eso, nuestros
centros van quedando sin jóvenes… ¡Es una pena!
¿Cómo colocar, entonces, al joven en la práctica de las actividades espiritas? Las
universidades de hoy alían el conocimiento teórico al práctico promoviendo, por el
ejemplo, oficinas, centros de interés, actividades de laboratorio, simulaciones y
estados. Falta al movimiento espirita esta visión sistemática. El queda en la mocedad
hasta “estallar” la edad, y sale de allí sin ninguna visión de conjunto, sin haber tenido
la oportunidad de ser (probado) en las demás actividades espiritas. Ahí, el no sabe
bien lo que hacer, en la gran mayoría de las veces… Va a quedar saltando de flor en
flor, o perdiendo precioso tiempo hasta hallar aquello que quiere hacer. En verdad,
con la llamada integración, el conocimiento reciproco entre las diversas áreas de la
institución, con frecuencia, la experimentación, aun mismo que el nivel preliminar, es
una especie de “estado” aquí u allí, sería posible canalizar las diversas especialidades
del joven. Más que eso, podría invertir mucho más en su formación integral, ya que, en
verdad, nadie será "un bailarín" o "asistente fraternal" o "bibliotecario" para toda la
vida, ¿no es así? Con esto, también predicamos el reciclaje de llamadas, porque todo el
mundo debe ejercer el conocimiento y la práctica espiritista en diversas áreas de la
casa.
Por extensión, en el ámbito de la teoría y de la práctica espiritista, hay que ponderar
acerca de la mediúmnidad. ¿Cómo colocar al joven frente a la práctica mediúmnica?
¿No es necesario la educación teórica o previa? La mediúmnidad no es apenas algo
teórico. Pasamos mucho tiempo entendiendo que teníamos que recibir toda la teoría
mediúmnica para después experimentarla. Las cosas no son así. la fenomenología
acontece, las vías (canales) mediúmnicos se abren y no obedecen a un planeamiento
didáctico-pedagógico. Las juventudes espiritas de nuestro país ya van tratando de
los aspectos relacionados a la mediúmnidad en los planos de enseñanza, dando al
joven la oportunidad de conocer la teoría espirita, en su triple aspecto (ciencia,
filosofía y moral). Con la integración que mencionamos, naturalmente, estando apto
para el desenvolvimiento, o, mejor, para las reuniones practicas mediúmnicas, el ya
estará maduro en cuanto a la teoría necesaria para el trabajo. Un grave error, no en
tanto, es establecer criterios para la actividad mediúmnica, como tener que
frecuentar tantos años de cursos y núcleos para después experimentar. ¡La
experiencia viene con la práctica y nadie nunca está totalmente preparado! Entonces,
cuidado, con la correcta supervisión, el contributo de los más experimentados, sobre
todo aquellos que ya tienen mayores conocimientos científicos y filosóficos, será
posible completar la formación. Aliar teoría y práctica, como suele acontecer en
todos los campos del conocimiento humano. La palabra de la hora es des mistificar,
simplificar el proceso, como sencilla y simple es la propia vida. Tratar con cariño y
responsabilidad y oportunidad, favoreciendo el aprendizaje y la experimentación.
Esta es la propuesta para un “nuevo” espiritismo, fieles a sus bases kardecistas, más
moderno, aireado y especialmente atractivo para todos nosotros.
Hay todo un movimiento espiritual en el sentido de realineamiento de la propuesta
pedagógica Doctrina Espirita. Innumerables espíritus, encarnados o no, contribuyen
para organizar las actividades espiritas, en el sentido de propiciar a todos el
correcto entendimiento de las verdades espirituales. el momento es de definición. Por
eso, propuestas que promueven la participación, a la asunción de tareas y
responsabilidades son desafiadoras, más urgentes. Esperamos que la actividad
educacional pueda efectivamente estar al servicio del mensaje espirita, no como
patrimonio de algunos, más si como expresión legitima de la libertad y del
crecimiento espiritual.
Tengamos la certeza de que, como todo y cualquier movimiento de reformas, al inicio
causa sorpresas, las propuestas son hasta combatidas, más la constancia, la
perseverancia y el esclarecimiento de todos contribuirá para la efectividad de un
nuevo paradigma para la propuesta espirita. Comunicar el Espiritismo, así,
significará para todos, el espacio para el conocimiento reciproco, para la fraternidad
y el amor.
¡Que podamos, entonces, prepararnos adecuadamente para eso!