Gaceta del Centenario nº 34 - 21 de Febrero de 2002

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    N 34 - 21 de Febrero de 2002

    SUMARIO

    1. ENSAYOS Introduccin a Jos Antonio VI por Jaime Surez, publicado en el Semanario Juventud,27 de septiembre y4 de Octubre de 1951. Nms. 411 y 412.

    2. LUGAR POTICO Soneto a Jos Antonio Primo de Rivera por Eduardo Marquina.

    ENSAYOS

    PorJaime Surez

    INTRODUCCIN A JOS ANTONIO (VI)6. EN BUSCA DE LA ESPAA AUTNTICA

    He aqu, pues, que ya podemos indagar cul fue la respuesta de Jos Antonio a la situacin de su tiempo. Su respuesta, enprimer lugar, a lo que llamamos problema de Espaa. Fue sta, por cierto, un dramtico camino que hubo de recorrer desde suposicin de intelectual puro para llegar -enfriado en su amor a Espaa por irona corrosiva- al fervor de un amor, l mismo lodijo, basado en la inteligencia. De ello hemos de dar razn sobre sus propios textos.

    XXXIII

    Una ms, la generacin de Jos Antonio tambin llor. Desde haca tres siglos, generacin tras generacin, los mejoresespaoles venan estremeciendo su corazn al enfrentarse con el triste espectculo de una Patria apenas existente. A falta demejor herencia, la consigna del relevo segua siendo siempre la misma: No es esto. No es esto. Y, as, entonces otra vez.

    No cobijados por ninguna empresa histrica, los hombres de la generacin de 1931 -los que conocieron en su ilusin la burla dela Repblica- slo se pudieron unir por el dolor, por el asco y por la rabia. Frente a aquella Espaa no les caba nada ms que unaactitud: su condenacin. No, no podan amar la Espaa a la que nacan. Y el mejor de todos ellos lo dijo para siempre: Nosotrosno amamos a esta ruina, a esta decadencia de nuestra Espaa fsica de ahora (19 de mayo de 1935).

    De aquella Espaa fsica el diagnstico fue implacable: Estamos sin Espaa (4 de abril de 1934); Espaa se ha perdido a smisma; sta es su tragedia. Vive un simulacro de vida que no conduce a ninguna parte (21 de marzo de 1935). Y el diagnstico

    fue el prtico de la crtica. No caba otra cosa frente a una Espaa mediocre, entristecida, miserable y melanclica (26 deenero de 1936), chata, plegada al gusto zafio y triste (19 de abril de 1934).

    Espaa, adems, haba dejado perder en los suyos la conciencia de su sentido, sentido que se nos haba ido arrancandoimplacablemente; de una parte, por la irona corrosiva; de otra, por la tosca falsificacin. Algunos, en busca de la elegancia, sevolvan de espaldas a nuestras cosas; los otros, caan en la gruesa vaciedad de convertir en caricatura patriotera esta cosadelicada y exacta de Espaa. Y as se vio que entre las dos corrientes de la irona y de la ordinariez pudo llegar un momento enque casi todos los que aspiraban a sentirse fuera de la ordinariez o libres de la irona se fuesen alejando de Espaa, fuesenexpulsando de su alma, como si fuera una claudicacin, este apego a Espaa (17 de noviembre de 1935).

    Sin Espaa, aquella generacin a la intemperie no haba de encontrar tampoco una patria en ninguna bandera de partido. Lospartidos eran tuertos, incapaces de ver por entero la armona espaola y amarla. Ansiaban concepciones incompletas,monstruosas, banderizadas, servidas por un vocabulario de humo. Invocaban el nombre de Espaa para arropar, cuando menos,una miseria intelectual (7 de noviembre de 1935).

    XXXIV

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    As, comn denominador de la generacin de Jos Antonio fue la protesta, el descontento, el no militar en lo que Azorn hallamado el optimismo desvergonzado. En ese descontento estaban bien cerca de sus maestros ms prximos. De la crtica deestos dijo el Fundador: No venimos slo a execrar como antipatriotas a tantos y tantos crticos de Espaa como se adelantaron aformular nuestro descontento. Venimos a reprocharles que no aadieran a su crtica mayor efusin, pero su descontento esnuestro (26 de marzo de 1935). Afirm tambin: En el fondo de nuestras almas vibra una simpata hacia aquellas gentes deizquierdas, las cuales han llegado al odio por el mismo camino que a nosotros nos ha conducido al amor, mediante la crtica (26de enero de 1936). De esa crtica se senta Jos Antonio, incluso, deudor. Ya lo haba dicho as con ocasin de su Homenaje yreproche a don Jos Ortega y Gasset: La crtica precursora ha desbrozado mucho. Otros brazos, con golpes ms simples y ms

    fuertes, seguirn la tarea. Al final -acaso en un final no previsto en los instantes de la crtica precursora-, los que lleguen tendrnun recuerdo de gratitud para los que si no vieron del todo la verdad o no tuvieron fuerzas para entronizarla, al menos deshicierona cuchilladas muchos espantapjaros armados con mentiras (5 de diciembre de 1935).

    XXXV

    La crtica fue certera y despiadada, medicinal la llam Jos Antonio. Ya era posible otro patriotismo que no fuera el delpanegrico y laudo incesante a Espaa. As, l lleg al amor por el camino de la inteligencia. Os dir que el patriotismo nuestrotambin ha llegado por el camino de la crtica. A nosotros no nos emociona, ni poco ni mucho, esa patriotera zarzuelera que seregodea con las mediocridades, con las mezquindades presentes de Espaa y con las interpretaciones gruesas del pasado (19 demayo de 1935). La clave para entender este camino de la crtica est en este texto de Jos Antonio, que nunca perder actualidad:Dios nos libre de encontrarnos como pez en el agua en esta Espaa de hoy. Hemos de sentir clera y asco contra tantavegetacin confusa. Y sajar sin contemplaciones. No importa que el escalpelo haga sangre. Lo que importa es estar seguro deque obedece a una ley de amor ( 26de marzo de 1935). Ahora ya es comprensible esa maravillosa paradoja de Jos Antonio:Amamos a Espaa porque no nos gusta.

    XXXVI

    Pero si no amamos a la Espaa fsica de hoy, si no nos basta con el recuerdo de las glorias pasadas, cul es esa Espaa queamamos? En esa crtica implacable de lo que tenemos entre nuestras manos, qu nos queda? Aqu es donde est el aciertogenial de Jos Antonio al instalar el patriotismo sobre otros supuestos absolutamente distintos a los conocidos: Nosotros noamamos a esta ruina, a esta decadencia de nuestra Espaa fsica de ahora. Nosotros amamos a la eterna e inconmoviblemetafsica de Espaa (19 de mayo de 1935). Desde este momento la crtica no podr disolver nada ms que la realidadaparencial y fsica de Espaa, pero no podr destruir la autntica Espaa, metafsica, que incluso puede histricamente noexistir. Espaa, como patria, es, en absoluto, una norma, una verdad matemtica: No se puede llamar patriotismo, nos dir en

    "La Gaita y la Lira", a lo primero que en nuestro espritu hayamos a mano. Esa elemental impregnacin en lo telrico. Noplantemos nuestros amores en csped que ha visto marchitar tantas primaveras. Tendmoslos como lneas sin peso y sin volumenhacia el mbito eterno donde cantan los nmeros su cancin exacta (11 de enero de 1934). Concepto que logra definitivaexpresin en el texto suyo, estampado en el lbum de la Pensin Latina de Berln: con un recuerdo -agradecido a estahospitalidad- para la Espaa que acaso no existe fsicamente, pero que existe en lo eterno como las verdades matemticas y quevolver a proyectarse en la Historia (6 de abril de 1934). As la patria est a salvo de la irona corrosiva de la crtica. Lo nicoque podemos atacar es la realidad fsica de algo que es una suprema realidad, valor absoluto. Este es el sentido que tienen susnumerosas apelaciones a la Espaa Eterna y a la Espaa Exacta. Este es el significado de las primeras palabras de la normaprogramtica. No otra cosa quieren decir sus consideraciones de Espaa como entidad verdadera en s misma, existente por smisma, irrevocable; al margen de la libertad de los hombres, pues no es contrato, sino fundacin.

    XXXVII

    He aqu que la historia de Espaa debe dar razn, por tanto, de la proximidad o falsificacin, en cada momento, del acontecerhistrico de la Patria con respecto a su autntico ser, su metafsica. Se nos aparece ahora la patria como una realidad temporal,hic et nunc, forjada libremente por los hombres segn unas condiciones naturales y desde unas concretas situacioneshistricas. Pero esa libertad tiene toda la grandeza y servidumbre de la libertad individual: podemos utilizarla para cumplir,falsificar o traicionar nuestro destino. Y as, la patria es una unidad de destino en lo universal, cuyo cumplimiento por va deanaloga a travs de los tiempos dota de sentido a la historia nacional. La realidad metafsica de la patria est a salvo de todoriesgo: los hombres pueden intentar hacerla realidad histrica o no, pero siempre ser suprema realidad. No as la patria comoentidad histrica, que dependiente totalmente de la voluntad de los hombres, es, por definicin, una entidad en riesgopermanente. Ahora entendemos por qu la patria es una norma, un quehacer, un destino, una misin, por qu -histricamente-incluso puede dejar de existir. De la misma Espaa lo afirm el propio Jos Antonio: Se dijera que pesa sobre nuestra patria lamaldicin de no llegar a ser una realidad perfilada y establecida, sino un perpetuo proyecto de la realidad, siempre en perodo deborrador inseguro (26 de abril de 1934).

    XXXVIII

    Jos Antonio frente a aquella Espaa fsica que condenaba alz el concepto de la Espaa metafsica, pero tambin busc, por los

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    campos, la Espaa autntica. Esta fue la consecuencia poltica del anterior esquema. Si slo hubiera formulado los mencionadosprincipios no habra sido ms que un puro intelectual. Sabemos que no se conform con ello. Por eso declar a los estudiantes:Nosotros, estudiantes, no os llamamos con la invocacin del nombre de Espaa a una charanga patritica. No os invitamos acantar a coro fanfarronadas. Os llamamos a la labor asctica de encontrar bajo los escombros de una Espaa detestable la claveenterrada de una Espaa exacta y difcil (26 de marzo de 1935). Y, dnde est esa clave? El Fundador se lo va a decir a loscampesinos: Vosotros sois la verdadera Espaa. Pero sobre vosotros, oprimindoos, deformando la verdadera Espaa queconstitus, hay otra artificial, infecunda, ruidosa, formada por los partidos polticos, por el parlamento, por la vida parasitaria delas ciudades (30 de abril de 1935). Existe otro texto ms claro y definitivo an: Ayer estuvimos en Benacoaz. Pues bien; cercade aquellas gentes [...] not que estaba viva Espaa [...] tenemos todava nuestra Espaa y no hay ms que escarbar un poco paraque la encontremos. Espaa est ah y un da encontraremos a Espaa (12 de noviembre de 1933).

    Apenas haca quince das, en el discurso de la comedia, haba hecho un magnfico canto del campesino espaol. No erasuficiente. Poco ms adelante, Jos Antonio haba de escribir esta cuartilla: Se formarn gobiernos y se escribirn leyes enpapel. Pero Espaa est fuera. Nosotros lo sabemos y vamos a buscarla. Nosotros iremos a esos campos y a esos pueblos deEspaa para convertir en impulso su desesperacin. Nuestra Espaa se encuentra por los riscos y vericuetos. All laencontraremos nosotros (7 de diciembre de 1933). Y lo cumpli: Alcaiz, Callosa del Segura, Don Benito, Sanlucar deBarrameda, Campo de Criptana, Carpio del Tajo, Quintanar del Rey, Fuensalida, Madridejos, Puebla de Almoradiel... lo saben.Ms de la tercera parte de su campaa poltica la dedic a las aldeas y el resto -excepto cinco discursos en Madrid- a capitales deprovincias -como Valladolid, Cceres, vila, Jan, Salamanca, Santander- tambin campo. Busc la Espaa autntica y laencontr.

    7. SU ENCUENTRO CON EL PUEBLO

    Ya tenemos en Jos Antonio su narracin crtica de la Espaa fsica que encontr, su afirmacin matemtica de Espaa, comouna realidad absoluta, metafsica, eterna, y su afn por encontrar la Espaa autntica -imagen temporal de esa Espaa exacta- porlos riscos y vericuetos. Ahora vamos a ver cmo de su encuentro con el pueblo no haba de surgir una poltica de tipoconservador, sino -todo lo contrario- la poltica ms radicalmente revolucionaria.

    XXXIX

    En el campo, Jos Antonio busc La Espaa autntica, y la encontr. Como buen aristcrata y buen cazador, Jos Antonio yaconoca el campo, pero despus de haberlo recorrido en sus campaas electorales y propagandsticas -Llamando a lo msprofundo de una Espaa profunda y eterna (23 de enero de 1936)-, lo conoci mucho mejor.

    Encontr, por lo pronto, en l un pueblo rico en buenas calidades entraables (18 de noviembre de 1936), donde, todava,bajo la capa ms humilde se descubren gentes dotadas de una elegancia rstica que no tiene un gesto excesivo ni una palabraociosa (29 de octubre de 1933). A este pueblo le habl con orgullo: En mi vida de trabajo y de lucha he tenido ocasin dehablar a todos los pblicos en todos los lugares. He hablado en la Universidad, en los Tribunales, en las elecciones, en elParlamento; pero seguro que jams he sentido la emocin y el orgullo que ahora siento al enfrentarme con vosotros, pues me doycuenta perfecta que dirijo la palabra a los depositarios del verdadero espritu nacional y a quienes conservan an, puras yarraigadas en lo ms profundo de su ser, las virtudes de la raza que hicieron a Espaa inmortal (22 de abril de 1934). En estaafirmacin suya de la Espaa rural, frente a la Espaa urbana, Jos Antonio valoraba muchsimo a los hombres del campo,incluso sintindose l -hombre de ciudad- inferior: Los que vamos de la ciudad siempre nos sentimos un poco inferiores anteellos, que casi no nos encuentran entre la ropa. Al hombre de la ciudad casi no se le ve. Est siempre escondido detrs de sucargo, detrs de su traje. En la ciudad se ve al comerciante, al electricista, al abogado, etc. En el campo se ve siempre al

    hombre (Antologa de Jos Antonio, por Torrente Ballester, pg. 45).

    De esa valoracin naci el que Jos Antonio, ante el pueblo, no tuviese nunca una postura de soberbia intelectual o despreciominoritario -tan al uso entonces y ahora-. Por el contrario, siempre le busc para aprender. As les dijo a los extremeos en DonBenito: Es preciso venir a hablaros y ponerse en contacto con los pueblos para aprender lo que es esta Espaa tan olvidada ymaltratada por muchos, y que, sin embargo, vosotros llevis metida muy hondo, defendiendo con amoroso afn su nombre y sugrandeza (28 de abril de 1935).

    El elogio de este pueblo campesino espaol fue, al margen de toda retrica facilona, realmente extraordinario. Repetidas vecesles llam descendientes de aquellos otros hombres que marcharon un da a clavar la cruz en los Andes, subiendo el Amazonas.Con frase bellsima acert a decirles: Eran como vosotros, tenan vuestras mismas caras los que hicieron que este sol de laMancha calentara la redondez del mundo sin dejar de mirarse en tierras espaolas (29 de diciembre de 1935).

    Por ltimo, Castilla -resumen de la Espaa agraria- no fue en l un tpico literario. La cant, en efecto -y resuenan en l vocesilustres espaolas- como depositaria de valores eternos, la austeridad de la conducta, el sentido religioso de la vida, el habla y elsilencio, la solidaridad entre los antepasados y los descendientes (4 de abril de 1934).

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    XL

    Busc, s, Jos Antonio en el campo la Espaa autntica, sobre la que apoyar un movimiento de resurgimiento nacional. Pero allencontr, adems de las virtudes antiguas de la raza, un inmenso dolor. Un inmenso dolor que creca tambin en su misma almacuando, segn iba recorriendo los pueblos de Castilla, Extremadura, Len, Andaluca..., reconoca en ellos, no slo las tierrasdepositarias de los valores eternos, sino tambin los abandonados lugares donde hombres magnficos, capaces de todo, vivanuna existencia plena de infortunio y sufrimiento. All dijo: La vida de Espaa sangra con la injusticia de que millones denuestros hermanos vivan en condiciones ms miserables que los animales domsticos (28 de abril de 1934), peor que las

    bestias (11 de enero de 1936), como cerdos (21 de julio de 1935). Su testimonio era directo: Nosotros hemos tenido ocasinde comprobar este estado de desdicha de nuestro pueblo al recorrer da tras da las tierras de Espaa. Nosotros hemos visto en laprovincia de Len, donde el clima es duro, a las gentes cobijadas en agujeros bajo la tierra, en montones de tierra ahuecados paraque les sirvieran de refugio. Vosotros habis visto, como lo hemos visto nosotros, al hombre trabajando de sol a sol por un platode gazpacho, y habris descubierto en los confines de los pramos espaoles gentes con ojos iluminados, como los mejorestiempos, capaces de toda empresa, vivir una vida miserable y dolorosa. La existencia de esas pobres gentes pondra los pelos depunta si la viramos aplicada a los animales (21 de julio de 1935). Ya la tierra espaola no es soporte de un bello paisaje. Es elsoporte de un trgico destino de muerte: Gran parte de la tierra espaola, ancha, triste, seca, destartalada, huesuda, como suspobladores, parece no tener otro destino que el de esperar que esos huesos de sus habitantes se le entreguen definitivamente en lasepultura (19 de mayo de 1935). Y sobre esa tierra destartalada hay pueblos y pueblos espaoles abrasados, sin una hoja derbol que temple la ferocidad del clima, en los que no es posible beber un vaso de agua que no sepa a sal o podredumbre (19 dejulio de 1935).

    XLI

    No slo era el dolor, la angustia de una vida intil araando tierras estriles, adems ajenas. Era tambin la burla. La burla detodos: derechas e izquierdas, capitalistas y socialistas. Jos Antonio vea a aquellos hombres de la tierra engaados envenenadospor la ciudad, abandonados por la poltica liberal, por los partidos polticos; explotados por los lderes socialistas, queaprovechaban su desesperacin. A todos, una y otra vez haban ido concediendo aquellos campesinos su esperanza, su fe; entodos haban ido confiando, una y otra vez, el remedio de su tragedia. Todos haban ya gobernado. Todos haban tenido ocasinde poner trmino a tanta injusticia. Sin embargo, qu quedaba de tantas ilusiones? Nada. Ellos, los explotadores, en Madrid.Ellos, los explotados, doblados sobre el surco, siempre burlados. S, Jos Antonio elogi aquellos pobladores de la Espaa rural,los busc, y al encontrarse con la desesperacin de su destino, recogi tanto dolor, arrojndolo en rabioso reproche a quienesdescansaban sobre l. La burla vena de la ciudad, donde vivan los polticos y los propietarios; todos, ausentes. Mientras -lesdijo a los campesinos-, vosotros pasis los rigores del fro y del calor doblados sobre una tierra que no iba a ser vuestra nunca,soportando la enfermedad, la miseria y la ignorancia, las leyes escritas por gentes de la ciudad os escarnecan con la burla dedeciros que erais libres y soberanos; todo porque cada dos o tres aos os proporcionaban el juego de echar unos papelitos enunas cajas de cristal de las que haban de salir los nombres de los que luego se olvidaran de vosotros, de vuestra hambre yvuestros trabajos, hasta las elecciones siguientes (25 de febrero de 1934).

    XLII

    Frente a la realidad de la Espaa rural, el amor amargo a Espaa de Jos Antonio, su patriotismo crtico, no qued -ciertamente-en literatura. En contacto con el dolor del verdadero pueblo de Espaa, naci en l su afn nacional, su entrega a una poltica demisin, de redencin. En el mismo acto fundacional ya lo afirm as: Nosotros hemos tenido que llegar al fondo de nuestrasalmas cuando recorramos los pueblos de esta Espaa maravillosa y veamos esas gentes y las sabamos torturadas por pequeoscaciques, olvidadas por todos los grupos, divididas, envenenadas por predicaciones tortuosas, tenamos que pensar de todo esepueblo lo que l mismo cantaba del Cid al verle errar por campos de Castilla, desterrado de Burgos: "Dios, qu buen vasallo si

    oviera buen seor". Eso vinimos a encontrar nosotros en el movimiento que empieza en este da: ese legtimo seor deEspaa (29 de octubre de 1033). Y no slo fue la entrega. En la norma programtica de la Falange, un ao despus (noviembre1934), quedaba terminante y revocable su decisin: Hay que elevar a todo trance el nivel de vida del campo, vivero permanentede Espaa. Para ello adquirimos el compromiso de llevar a cabo sin contemplaciones la reforma econmica y la reforma socialde la agricultura.

    XLIII

    Con la honradez de saberse decidido a llevar cabo la redencin del campo, y buscando en llos mejores hombres para el movimiento nacional que haba fundado, Jos Antonio abandonel camino de los espectaculares mtines de las grandes ciudades, de conquista de la opinin,

    para seguir su bsqueda de la Espaa autntica y levantar sus hombres a la esperanza. No sinpudor lo hizo. Y no sin riesgo. Aquellos campesinos, tantas veces burlados, en muchasocasiones reciban a quienes los queran hablar -otra vez para engaarles- a pedradas. Por eso

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    Jos Antonio se encar con ellos para decirles: Se os ha engaado tanto con palabras ms omenos de bellas, que casi da vergenza acercarse a vosotros con nuevas palabras. Estis hartosde poltica. Pero todo el asco que se os ha metido en el alma no impide que sigis en vuestropuesto, callados y sufridos, bajo la helada y bajo el sol, siendo soporte econmico de Espaa yla guarda duradera y profunda de sus esencias espirituales (7 de noviembre de 1935).Falange Espaola de las JONS no pide votos ni ofrece milagros: os conmina a que os unis

    en Sindicatos fuertes, defensores directos de vuestros intereses, sin la mediacin de lospolticos. Formad Sindicatos fuertes que reclamen la revolucin agraria que har la Falangesin contemplaciones cuando gobierne. Levantar la vida del campo es levantar la vida deEspaa. Nuestra Patria espera el instante de un gran resurgimiento campesino que ser la sealde su nueva grandeza. El campo unido y rico nos deparar una Espaa unida, grande ylibre (7 de noviembre de 1935). Y esto lo prometi all mismo, sobre la tierra castellana:Pronto tendremos ocasin de cumplir o incumplir lo que predicamos ahora. Pues bien; si osengaamos, alguna soga hallaris en vuestros desvanes y algn rbol quedar en vuestrallanura; ahorcadnos sin misericordia; la ltima orden que yo dar a mis camisas azules serque nos tiren de los pies, para justicia y escarmiento (30 de mayo de 1935).

    LUGAR POTICO

    SONETO AJOS ANTONIO PRIMO DE RIVERA

    Por Eduardo Marquina

    En aquel tiempo en que la hispana cratomaba el pecho la nodriza extraaun hombre mozo a plenitud salacocido a fuego en el dolor de Espaa.

    Mstico, anuncia; exento desafa;aguza en flecha vuelos de su entraay espada y lirio, en el azul del da,clamor de juventudes le acompaa.

    Su siembra cuaja, grana la cosecha;qu es de l?... Cielos all, rgida flecha,marc y sobrepuj los derroteros.

    De Jos Antonio dije: trascendidoque no muerto, hoy es vrtice encendidode una mitologa de luceros!