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48 El nuevo «Godetia» es un buque que, por sus características, se adapta a varias misiones, entre ellas las de guardapesca y oceanógrafico. La corbeta «Godetia», como todas las del tipo «Flower», actuó eficazmente durante la bata- lla del Atlántico Para las 9 de esta maña- na está prevista la llegada del «Godetia», buque de apoyo logístico de la Marina de Guerra belga que —al mando del capitán de corbe- ta Hugo Boden— permane- cerá en puerto hasta el pró- ximo viernes, día en que se hará de nuevo a la mar. El «Godetia», segundo de su nombre en las listas de la Marina belga, arribó por vez primera al puerto de Santa Cruz de Tenerife el 15 de noviembre de 1971 y, desde entonces, con el «Zin- nia», nos ha visitado en va- rias ocasiones. Es buque destacado en la buena histo- ria de la fuerza naval de la nación que, en 1830, des- pués de la revolución de septiembre, creó la entonces denominada Marine Royale Belge y, posteriormente, Marine de l'Etat. Aquella incipiente fuerza naval estaba compuesta por los bergantines redondos «Quatre Journees» y «Con- gres», doce cañoneros y los vapores armados «Marie Louise» y «Duc de Brabant». Estos dos «steamers» fueron los primeros que, en la dé- cada de los años 40 del pa- sado siglo, en aguas de San- ta Cruz de Tenerife dieron al aire el tricolor de la joven nación. El 14 de abril de 1843, el «Marie Louise» dio fondo en Santa Cruz de Tenerife. Ve- nía al mando del coman- dante Petit y, artillado con cuatro cañones de bronce, procedía de Ostende y se di- rigía a Honduras. Fondea- do, el «Marie Louise» reparó máquinas y calderas —tam- bién carboneó y refrescó la aguada —y, el 4 de mayo, quedó listo para proseguir sus singladuras. El «Marie Louise» era la construcción número 27 de los astilleros del armador V. van Gheluwe, de Brujas. Es- te lo construía para sus lí- neas regulares cuando, en 1840, lo adquirió la Marine Royale Belge y lo artilló con varias carroñadas y los cua- tro cañones de bronce que montaba cuando, tres años más tarde, recaló por Santa Cruz de Tenerife. El 1860, el «Marie Loui- se» fue desarmado y, como simple pontón, terminó su vida marinera en un rincón, apacible y olvidado, de una dársena. El «Duc de Brabant» —que también recaló por Santa Cruz de Tenerife en sus pri- meros años de mar— fue ad- quirido por la Marine Roya- le en 1842; con anterioridad había navegado con el nom- bre de «Prince Royal» y, al 18 de junio de 1864, fue destruido por una explosión mientras estaba fondeado en el Escalda. Sus restos fueron posteriormente utili- zados para experimentos con nuevos proyectiles y explosivos. En 1862 fue disuelta la Marine de l'Etat y, hasta 1914, naufragaron varios proyectos para llevarla a su antiguo rango y categoría y, hasta entonces, sólo existió flotilla, que en el Escalda, llevaba a cabo misiones de policía y, además, las de Santa Cruz y los barcos Hoy, el «Godetia», buque de mando y apoyo logístico de la Marína belga protección a la flota pes- quera. Durante la Primera Gue- rra Mundial, en Francia —y para disponer de artilleros en los mercantes y patrulle- ros belgas —se creó el Depot de Equipages y, en 1918, el Detachement des Torpi- lleurs et Marins, Cuerpo al que en 1923 pasó como bu- que-escuela estacionario el antiguo crucero «D'Entre- casteaux», cedido por Fran- cia y estacionado en Osten- de. A este buque se añadie- ron 22 torpederos de proce- dencia alemana y el escolta Zinnia», adquirido a la Royal Navy para su utiliza- ción como buque de protec- ción pesquera. EL PRIMER «GODETIA» Tales buques fueron pos- teriormente dados de baja y, en 1939, ante la presen- cia de minas de las naciones beligerantes en las costas de* Bélgica, con urgencia se fue a la creación de un Cuerpo de Marina que, tras la cam- paña de 40 días desde el Es- calda a Burdeos, sufrió gra- ves pérdidas, muchas de ellas en la heroica evacua- ción de Dunkerque. Allí, bajo el silbido de las bombas que aniquilaban cuanto flotaba y se acerca- ba a la costa —allí, donde se hundió con miles de hom- bres el aquí tan conocido «Lancastria», de la Cunard— los buques belgas pusieron su presencia constante y, también, el buen y bien ha- cer que tanta gloria y honra dio a cuantos actuaron con energía y decisión. Agrupados en Gran Bre- taña, los marinos belgas for- maron una unidad dispues- ta a continuar la lucha en la mar, si bien dependiendo de la Administración Civil de la Marina. El teniente de navio Billet dio un paso decisivo con la creación de la Sec- ción Belga de la Royal Navy —fundada en 1940— que, con las corbetas «Godetia» y «Bttercup», se integró en el grupo de escolta B-5 y, con cuatro patrulleros y seis dragaminas, formó la floti- lla 118. Aquella primera «Gode- tia» era una típica «Flower», unidades nacidas de la ne- cesidad de asegurar la pro- tección de los convoyes tra- satlánticos. Las corbetas «Flower» comenzaron a na- cer a la mar en gran núme- ro; era un buque de escolta muy marinero, capaz de so- portar los más duros tempo- rales y con velocidad —16,5 nudos— que les permitía dar caza a los submarinos que, en superficie y al cañón, atacaban a los convoyes lentos. El casco de las «Flower» estaba inspirado en el de los más modernos pesqueros y balleneros. Eran buques ba- Lleva el nombre de la corbeta que, en febrero de 1942, fue cedida a la Sección belga de la Royal Navy ratos, de poco calado —de unas 900 toneladas de des- plazamiento— de líneas sen- cillas, proa ligeramente lan- zada y popa redonda. Según aconsejaban las circunstan- cias, el castillo se fue modi- ficando y, poco a poco, cu- brió el pozo y se unió al al- cázar. Era una característi- ca de su estampa marinera la chimenea, única y en caí- da y, a proa del puente —luego sobre él— el palo. De aquella «Flower», sólo los astilleros ingleses cons- truyeron 280 unidades. To- das estaban equipadas con alternativas de cuádruple expansión que tomaban va- por de dos calderas cilindri- cas y, con 200 toneladas de combustible, el radio de ac- ción era de 4.000 millas a 12 nudos. La artillería, que comenzó siendo de sólo tres piezas de 76 milímetros, ametralladoras en los alero- nes del puente y cargas de profundidad en los clásicos varaderos a popa, cambió posteriormente. Además de la gran novedad del radar, las «Flower» recibieron un «erizo» a proa y, a las ban- das, morteros lanzacargas. Para González Echegaray —el buen marino santande- rino que tanto se ligó a nuestra isla— las «Flower» eran buques medio pesque- ros y medio militares, siem- pre «en medio de cangalla- zos horribles, con los fondos al aire y el pie de roda llo- rando, en cada machetazo se sepultaban materialmen- te entre los rociones desde el puente a popa, para vol- ver a resurgir chorreando agua como submarinos». LA HISTORIA DE LA «GODETIA» El 25 de julio de 1939, el Almirantazgo ordenó la con- trucción de las primeras 26 corbetas del tipo «Flower» y, el 8 de mayo del año si- guiente —justo a los seis me- ses y once días de haber si- do puesta la quilla —por una de las gradas de los astille- ros de la Smiths Dock resba- el casco de la primera «Godetia», numeral «K 72». Tras las pruebas de mar, la «Godetia» fue recibida por Royal Navy el 15 de julio de 1940 y, seguidamente, se integró en uno de los grupos de escolta. Pero corta fue su vida en la mar pues, cuando daba protección antisubma- rina a un convoy que nave- gaba en aguas del norte de Irlanda, el siguiente 6 de septiembre se hundió des- pués de una colisión con el carguero «Marsa», de 4.405 toneladas. En los astilleros de la John Brown and Co., de Sunderland, tomaba forma otra «Flower» a la que esta- ba adjudicado el nombre de «Dart», pero, cuando resbaló por la grada —el 24 de sep- tiembre de 1941, tras doce meses y ocho días en ella— fue bautizada con el de la perdida. Esta segunda «Godetia», numeral «K 226», fue recibida por la Royal Navi el 22 de febrero de 1942 y, al día siguiente, de su mando se hizo cargo el teniente Laroso, de la Mari- na belga, al igual que casi toda su dotación. f En ei momento de la transferencia se encontra- ban en la «Godetia» el enton- ces ministro de Comunica- ciones del Gobierno belga en el exilio, M. Gutt, y el almi- rante Sir Percy Noble, co- mandante en jefe dé las fuerzas navales que opera- ban en las recaladas de Oc- cidente, aquellas «Western Approaches» que tan peli- grosas resultaban a todos los mercantes aliados. Por primera vez en un buque de la Royal Navy, junto al pabe llón de San Jorge restallaba al viento el de otra nación: por decreto del Primer Lord de la Mar, la «white ensing» se herma- —a tope y durante los años de la guerra— con el tricolor de Bélgica. Y co- menzó la gran aventura, el ir y venir por el Atlántico. Greenock, Liverpool, San Juan de Terranova, Lon- donderry y otros muchos puertos, vieron la pequeña y gris estampa marinera de la corbeta del tipo «Flower», una de las tantas que Mon- sarrat plasmó en su célebre «Mar cruel», obra que narra la gloria y tristeza de la lu- cha en el mar. Guando los Estados Uni- dos entraron en la guerra, la «Godetia» pasó a la escolta de los convoyes que, com- puestos por petroleros, zar- paban de Curacao con el combustible que era la san- gre de la industria bélica y de la guerra. En diciembre de 1942 da escolta —con el destructor «Havelock» y las de su mismo tipo «Pimper- nel» y «Saxifrage»— al con- voy «TM que desde Trini- dad se dirigía a Gibraltar. En los tanques de aquellos petroleros iba el combusti- ble vital para realizar la Operación Torch —el desem- barco en África del Norte— y, durante la travesía, fue- ron muchos los ataques de los submarinos alemanes. Por fin se alcanzó Gibral- tar y, tras breve escala, el convoy arrumbó al puerto de Argel. Desde allí, la «Godetia» marchó a Liver- pool, donde se le instaló un radar y, ya en marzo de 1943 —el día 5, concreta- mente— zarpa de Nueva York integrada en la escolta del convoy «SC 122» y, po- cas fechas más tarde, se ha- ce a la mar otro convoy, el «HX», compuesto por mer- cantes rápidos. Durante un temporal, ambos convoyes se dispersaron y, aprove- chando la confusión, los submarinos atacaron una y otra vez y, del 16 al 19 del mes citado, hundieron 21 mercantes que, en total, su- maron más de 141.000 to- neladas. Cuando la 3«Godetia» dio fondo en Greenock, a su bordo llevaba los 165 náu- fragos que había rescatado deías aguas después de ho- ras y horas de búsqueda. En mayo, la corbeta an- glo-belga fue destinada como escolta del portaviones «Archer» y, en Gibraltar, el comandante Pierce toma el mando de la «Pimpernel» y pasa al de la «Godetia» el te- niente Larose que, seguida- mente, zarpa en su primera misión: recoger a un des- tructor con graves averías y, con la ayuda de remolca- dores holandeses, llevarlo a Plymouth. Bajo el ataque de los cuatrimotores alemanes del tipo Focke Wulf se llevó a cabo la peligrosa tarea y, por su valor y audacia, el comandante de la «Godetia» fue citado en el parte de guerra. La «Godetia» escoltó lue- go a los mercantes que na- vegaban con el material destinado a las bases que se construían en Fayal y, en enero de 1944, se integró en el mayor convoy que re- cuerda la historia; poste- riormente, durante los de- sembarcos en Normandía cubrió la zona entre Juno Beach y los puertos ingleses. Finalizada la guerra, en West Hartlepool desembar- la dotación belga de la corbeta, dotación que pasó seguidamente ala 118 floti- lla de dragaminas. Esta uni- dad, al mando del coman- dante Petitjean —luego ins- pector general de la Fuerza Naval de Bélgica— se prepa- raba entonces para la lim- pieza de los campos de mi- nas fondeados en aguas de su país. En 1947, la «Godetia» fue desguazada en Grays. Así fi- nalizó la vida marinera de la corbeta que, durante la guerra, tanto y tan bien na- vegó con el nombre que lle- va el buque de apoyo logísti- co que hoy llegará a Santa Cruz de Tenerife. EL NUEVO «GODETIA» Cuando el 15 de noviem- bre de 1971 llegó por vez primera a nuestro puerto, procedía de Montreal y ve- nía al mando del capitán de corbeta Nevens, y, en aguas de Santa Cruz de Tenerife, celebró el Día de la Dinas- tía. Ahora, en aguas de San- ta Cruz de Tenerife el buque cuya quilla se arboló el 15 de febrero de 1965 en una de las gradas de los astille ros J. Boel —ahora Boel- werf— en Temse. Fue bota- do el siguiente 7 de diciem- bre y, tras las pruebas ofi- ciales de velocidad, consu- mo y comportamiento de la mar, fue recibido por la Ma- rina belga el 2 de junio de 1966. De 1.700 toneladas es- tándar y 2.500 a plena car- ga, las principales dimensio- nes del «Godetia» son 91,8 metros de eslora por 14 de manga y 3,5 de calado. El equipo propulsor está com- puesto por cuatro motores ACEC MAN que, con 5.400 Bhp sobre dos líneas de ejes, le dan máxima de 19 nudos. Con 500 toneladas de com- bustible en sus tanques, el «Godetia» tiene una autono- mía de 4.500 millas a 15 nudos y, a la velocidad de 12, alcanza las 8.700. El «Godetia» es buque de línea airosa, con ligero arru fo, proa valiente —de mucho abanico— y bien lanzada. La superestructura es compac- ta y, sobre ella, el palo, cor- to y con mastelero, que lleva las antenas de radar; la chi- menea en caída, lleva el to- pe cortado para formar un ligera visera que facilita la expulsión del humo y los ga- ses de la combustión hacia popa. En sus primeros años de mar, el «Godetia» estaba ar- tillado con cuatro antiaé- reos Bofors, de 40 milíme- tros, en dos montajes do- bles. Entce noviembre de 1968 y julio del año siguien- te fue sometido a obras de modernización, durante las cuales se le suprimió uno de tales montajes e instaló han- gar y cubierta para la ma- niobra de un helicóptero li- gero. En 1981, el «Godetia» recibió obras de gran care- na, repaso de casco, máqui- nas y armamento. Dadas sus características y velocidad, ei «Godetia» puede desempeñar, además de las misiones de mando y apoyo logístico, las de escol- ta y nodriza de las flotillas de dragaminas y otras uni- dades sutiles de la Marina belga. En tales misiones, le ayuda eficazmente el «Zin- nia» —de 2.685 toneladas y en servicio desde septiem- bre de 1967—, buque tam- bién muy conocido en Santa Cruz de Tenerife. Con el «Godetia» en puer- to, la evocación de otros —«Adrien de Gerlache», «De Moor», «Van Haverbeke», etc.— que, con el transporte «Kamina», lucieron sus es- tampas marineras a la som- bra de Anaga. Con ellos, el recuerdo para el bergantín goleta de trres palos «Mer- cator» que, siempre al man- do del capitán Van de San- de, durante toda su vida marinera recaló por Santa Cruz de Tenerife.— Juan A. Padrón Albornoz

HOY EL GODETIA BUQUE DE MANDO Y APOYO LOGISTICO DE LA MARINA BELGA

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Santa Cruz y los barcos",

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Page 1: HOY EL GODETIA BUQUE DE MANDO Y APOYO LOGISTICO DE LA MARINA BELGA

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El nuevo «Godetia» es un buque que, por sus características, se adapta a varias misiones,entre ellas las de guardapesca y oceanógrafico.

La corbeta «Godetia», como todas las del tipo «Flower», actuó eficazmente durante la bata-lla del Atlántico

Para las 9 de esta maña-na está prevista la llegadadel «Godetia», buque deapoyo logístico de la Marinade Guerra belga que —almando del capitán de corbe-ta Hugo Boden— permane-cerá en puerto hasta el pró-ximo viernes, día en que sehará de nuevo a la mar.

El «Godetia», segundo desu nombre en las listas de laMarina belga, arribó porvez primera al puerto deSanta Cruz de Tenerife el 15de noviembre de 1971 y,desde entonces, con el «Zin-nia», nos ha visitado en va-rias ocasiones. Es buquedestacado en la buena histo-ria de la fuerza naval de lanación que, en 1830, des-pués de la revolución deseptiembre, creó la entoncesdenominada Marine RoyaleBelge y, posteriormente,Marine de l'Etat.

Aquella incipiente fuerzanaval estaba compuesta porlos bergantines redondos«Quatre Journees» y «Con-gres», doce cañoneros y losvapores armados «MarieLouise» y «Duc de Brabant».Estos dos «steamers» fueronlos primeros que, en la dé-cada de los años 40 del pa-sado siglo, en aguas de San-ta Cruz de Tenerife dieronal aire el tricolor de la jovennación.

El 14 de abril de 1843, el«Marie Louise» dio fondo enSanta Cruz de Tenerife. Ve-nía al mando del coman-dante Petit y, artillado concuatro cañones de bronce,procedía de Ostende y se di-rigía a Honduras. Fondea-do, el «Marie Louise» reparómáquinas y calderas —tam-bién carboneó y refrescó laaguada —y, el 4 de mayo,quedó listo para proseguirsus singladuras.

El «Marie Louise» era laconstrucción número 27 delos astilleros del armador V.van Gheluwe, de Brujas. Es-te lo construía para sus lí-neas regulares cuando, en1840, lo adquirió la MarineRoyale Belge y lo artilló convarias carroñadas y los cua-tro cañones de bronce quemontaba cuando, tres añosmás tarde, recaló por SantaCruz de Tenerife.

El 1860, el «Marie Loui-se» fue desarmado y, comosimple pontón, terminó suvida marinera en un rincón,apacible y olvidado, de unadársena.

El «Duc de Brabant» —quetambién recaló por SantaCruz de Tenerife en sus pri-meros años de mar— fue ad-quirido por la Marine Roya-le en 1842; con anterioridadhabía navegado con el nom-bre de «Prince Royal» y, al18 de junio de 1864, fuedestruido por una explosiónmientras estaba fondeadoen el Escalda. Sus restosfueron posteriormente utili-zados para experimentoscon nuevos proyectiles yexplosivos.

En 1862 fue disuelta laMarine de l'Etat y, hasta1914, naufragaron variosproyectos para llevarla a suantiguo rango y categoría y,hasta entonces, sólo existióflotilla, que en el Escalda,llevaba a cabo misiones depolicía y, además, las de

Santa Cruz y los barcos

Hoy, el «Godetia», buque de mandoy apoyo logístico de la Marína belga

protección a la flota pes-quera.

Durante la Primera Gue-rra Mundial, en Francia —ypara disponer de artillerosen los mercantes y patrulle-ros belgas —se creó el Depotde Equipages y, en 1918, elDetachement des Torpi-lleurs et Marins, Cuerpo alque en 1923 pasó como bu-que-escuela estacionario elantiguo crucero «D'Entre-casteaux», cedido por Fran-cia y estacionado en Osten-de. A este buque se añadie-ron 22 torpederos de proce-dencia alemana y el escoltaZinnia», adquirido a laRoyal Navy para su utiliza-ción como buque de protec-ción pesquera.

EL PRIMER «GODETIA»

Tales buques fueron pos-teriormente dados de bajay, en 1939, ante la presen-cia de minas de las nacionesbeligerantes en las costas de*Bélgica, con urgencia se fuea la creación de un Cuerpode Marina que, tras la cam-paña de 40 días desde el Es-calda a Burdeos, sufrió gra-ves pérdidas, muchas deellas en la heroica evacua-ción de Dunkerque.

Allí, bajo el silbido de lasbombas que aniquilabancuanto flotaba y se acerca-ba a la costa —allí, donde sehundió con miles de hom-bres el aquí tan conocido«Lancastria», de la Cunard—los buques belgas pusieronsu presencia constante y,también, el buen y bien ha-cer que tanta gloria y honradio a cuantos actuaron conenergía y decisión.

Agrupados en Gran Bre-taña, los marinos belgas for-maron una unidad dispues-ta a continuar la lucha en lamar, si bien dependiendo dela Administración Civil de laMarina. El teniente de navioBillet dio un paso decisivocon la creación de la Sec-ción Belga de la Royal Navy—fundada en 1940— que,con las corbetas «Godetia» y«Bttercup», se integró en elgrupo de escolta B-5 y, concuatro patrulleros y seisdragaminas, formó la floti-lla 118.

Aquella primera «Gode-tia» era una típica «Flower»,unidades nacidas de la ne-cesidad de asegurar la pro-tección de los convoyes tra-satlánticos. Las corbetas«Flower» comenzaron a na-cer a la mar en gran núme-ro; era un buque de escoltamuy marinero, capaz de so-portar los más duros tempo-rales y con velocidad —16,5nudos— que les permitía darcaza a los submarinos que,en superficie y al cañón,atacaban a los convoyeslentos.

El casco de las «Flower»estaba inspirado en el de losmás modernos pesqueros yballeneros. Eran buques ba-

Lleva el nombre de la corbetaque, en febrero de 1942, fue

cedida a la Sección belga de laRoyal Navy

ratos, de poco calado —deunas 900 toneladas de des-plazamiento— de líneas sen-cillas, proa ligeramente lan-zada y popa redonda. Segúnaconsejaban las circunstan-cias, el castillo se fue modi-ficando y, poco a poco, cu-brió el pozo y se unió al al-cázar. Era una característi-ca de su estampa marinerala chimenea, única y en caí-da y, a proa del puente—luego sobre él— el palo.

De aquella «Flower», sólolos astilleros ingleses cons-truyeron 280 unidades. To-das estaban equipadas conalternativas de cuádrupleexpansión que tomaban va-por de dos calderas cilindri-cas y, con 200 toneladas decombustible, el radio de ac-ción era de 4.000 millas a12 nudos. La artillería, quecomenzó siendo de sólo trespiezas de 76 milímetros,ametralladoras en los alero-nes del puente y cargas deprofundidad en los clásicosvaraderos a popa, cambióposteriormente. Además dela gran novedad del radar,las «Flower» recibieron un«erizo» a proa y, a las ban-das, morteros lanzacargas.

Para González Echegaray—el buen marino santande-rino que tanto se ligó anuestra isla— las «Flower»eran buques medio pesque-ros y medio militares, siem-pre «en medio de cangalla-zos horribles, con los fondosal aire y el pie de roda llo-rando, en cada machetazose sepultaban materialmen-te entre los rociones desdeel puente a popa, para vol-ver a resurgir chorreandoagua como submarinos».

LA HISTORIA DE LA«GODETIA»

El 25 de julio de 1939, elAlmirantazgo ordenó la con-trucción de las primeras 26corbetas del tipo «Flower» y,el 8 de mayo del año si-guiente —justo a los seis me-ses y once días de haber si-do puesta la quilla —por unade las gradas de los astille-ros de la Smiths Dock resba-ló el casco de la primera«Godetia», numeral «K 72».

Tras las pruebas de mar,la «Godetia» fue recibida porRoyal Navy el 15 de julio de1940 y, seguidamente, seintegró en uno de los gruposde escolta. Pero corta fue suvida en la mar pues, cuandodaba protección antisubma-rina a un convoy que nave-gaba en aguas del norte deIrlanda, el siguiente 6 deseptiembre se hundió des-pués de una colisión con elcarguero «Marsa», de 4.405toneladas.

En los astilleros de laJohn Brown and Co., deSunderland, tomaba formaotra «Flower» a la que esta-ba adjudicado el nombre de«Dart», pero, cuando resbalópor la grada —el 24 de sep-tiembre de 1941, tras docemeses y ocho días en ella—fue bautizada con el de laperdida. Esta segunda«Godetia», numeral «K 226»,fue recibida por la RoyalNa vi el 22 de febrero de1942 y, al día siguiente, desu mando se hizo cargo elteniente Laroso, de la Mari-na belga, al igual que casitoda su dotación. f

En ei momento de latransferencia se encontra-ban en la «Godetia» el enton-ces ministro de Comunica-ciones del Gobierno belga enel exilio, M. Gutt, y el almi-rante Sir Percy Noble, co-mandante en jefe dé lasfuerzas navales que opera-ban en las recaladas de Oc-cidente, aquellas «WesternApproaches» que tan peli-grosas resultaban a todoslos mercantes aliados.

Por primera vez en unbuque de la Royal Navy,junto al pabe llón de SanJorge restallaba al viento elde otra nación: por decretodel Primer Lord de la Mar,la «white ensing» se herma-nó —a tope y durante losaños de la guerra— con eltricolor de Bélgica. Y co-menzó la gran aventura, elir y venir por el Atlántico.Greenock, Liverpool, SanJuan de Terranova, Lon-donderry y otros muchospuertos, vieron la pequeña ygris estampa marinera de lacorbeta del tipo «Flower»,una de las tantas que Mon-sarrat plasmó en su célebre«Mar cruel», obra que narrala gloria y tristeza de la lu-cha en el mar.

Guando los Estados Uni-dos entraron en la guerra, la«Godetia» pasó a la escoltade los convoyes que, com-puestos por petroleros, zar-paban de Curacao con elcombustible que era la san-gre de la industria bélica yde la guerra. En diciembrede 1942 da escolta —con eldestructor «Havelock» y lasde su mismo tipo «Pimper-nel» y «Saxifrage»— al con-voy «TM 1» que desde Trini-dad se dirigía a Gibraltar.En los tanques de aquellospetroleros iba el combusti-ble vital para realizar laOperación Torch —el desem-barco en África del Norte—y, durante la travesía, fue-ron muchos los ataques delos submarinos alemanes.

Por fin se alcanzó Gibral-

tar y, tras breve escala, elconvoy arrumbó al puertode Argel. Desde allí, la«Godetia» marchó a Liver-pool, donde se le instaló unradar y, ya en marzo de1943 —el día 5, concreta-mente— zarpa de NuevaYork integrada en la escoltadel convoy «SC 122» y, po-cas fechas más tarde, se ha-ce a la mar otro convoy, el«HX», compuesto por mer-cantes rápidos. Durante untemporal, ambos convoyesse dispersaron y, aprove-chando la confusión, lossubmarinos atacaron una yotra vez y, del 16 al 19 delmes citado, hundieron 21mercantes que, en total, su-maron más de 141.000 to-neladas.

Cuando la 3«Godetia» diofondo en Greenock, a subordo llevaba los 165 náu-fragos que había rescatadodeías aguas después de ho-ras y horas de búsqueda.

En mayo, la corbeta an-glo-belga fue destinada comoescolta del portaviones«Archer» y, en Gibraltar, elcomandante Pierce toma elmando de la «Pimpernel» ypasa al de la «Godetia» el te-niente Larose que, seguida-mente, zarpa en su primeramisión: recoger a un des-tructor con graves averíasy, con la ayuda de remolca-dores holandeses, llevarlo aPlymouth. Bajo el ataque delos cuatrimotores alemanesdel tipo Focke Wulf se llevóa cabo la peligrosa tarea y,por su valor y audacia, elcomandante de la «Godetia»fue citado en el parte deguerra.

La «Godetia» escoltó lue-go a los mercantes que na-vegaban con el materialdestinado a las bases que seconstruían en Fayal y, enenero de 1944, se integró enel mayor convoy que re-cuerda la historia; poste-riormente, durante los de-sembarcos en Normandíacubrió la zona entre JunoBeach y los puertos ingleses.

Finalizada la guerra, enWest Hartlepool desembar-có la dotación belga de lacorbeta, dotación que pasóseguidamente ala 118 floti-lla de dragaminas. Esta uni-dad, al mando del coman-dante Petitjean —luego ins-pector general de la FuerzaNaval de Bélgica— se prepa-raba entonces para la lim-pieza de los campos de mi-nas fondeados en aguas desu país.

En 1947, la «Godetia» fuedesguazada en Grays. Así fi-nalizó la vida marinera dela corbeta que, durante laguerra, tanto y tan bien na-vegó con el nombre que lle-va el buque de apoyo logísti-co que hoy llegará a SantaCruz de Tenerife.

EL NUEVO «GODETIA»Cuando el 15 de noviem-

bre de 1971 llegó por vez

primera a nuestro puerto,procedía de Montreal y ve-nía al mando del capitán decorbeta Nevens, y, en aguasde Santa Cruz de Tenerife,celebró el Día de la Dinas-tía. Ahora, en aguas de San-ta Cruz de Tenerife el buquecuya quilla se arboló el 15de febrero de 1965 en unade las gradas de los astilleros J. Boel —ahora Boel-werf— en Temse. Fue bota-do el siguiente 7 de diciem-bre y, tras las pruebas ofi-ciales de velocidad, consu-mo y comportamiento de lamar, fue recibido por la Ma-rina belga el 2 de junio de1966.

De 1.700 toneladas es-tándar y 2.500 a plena car-ga, las principales dimensio-nes del «Godetia» son 91,8metros de eslora por 14 demanga y 3,5 de calado. Elequipo propulsor está com-puesto por cuatro motoresACEC MAN que, con 5.400Bhp sobre dos líneas de ejes,le dan máxima de 19 nudos.Con 500 toneladas de com-bustible en sus tanques, el«Godetia» tiene una autono-mía de 4.500 millas a 15nudos y, a la velocidad de12, alcanza las 8.700.

El «Godetia» es buque delínea airosa, con ligero arrufo, proa valiente —de muchoabanico— y bien lanzada. Lasuperestructura es compac-ta y, sobre ella, el palo, cor-to y con mastelero, que llevalas antenas de radar; la chi-menea en caída, lleva el to-pe cortado para formar unligera visera que facilita laexpulsión del humo y los ga-ses de la combustión haciapopa.

En sus primeros años demar, el «Godetia» estaba ar-tillado con cuatro antiaé-reos Bofors, de 40 milíme-tros, en dos montajes do-bles. Entce noviembre de1968 y julio del año siguien-te fue sometido a obras demodernización, durante lascuales se le suprimió uno detales montajes e instaló han-gar y cubierta para la ma-niobra de un helicóptero li-gero. En 1981, el «Godetia»recibió obras de gran care-na, repaso de casco, máqui-nas y armamento.

Dadas sus característicasy velocidad, ei «Godetia»puede desempeñar, ademásde las misiones de mando yapoyo logístico, las de escol-ta y nodriza de las flotillasde dragaminas y otras uni-dades sutiles de la Marinabelga. En tales misiones, leayuda eficazmente el «Zin-nia» —de 2.685 toneladas yen servicio desde septiem-bre de 1967—, buque tam-bién muy conocido en SantaCruz de Tenerife.

Con el «Godetia» en puer-to, la evocación de otros—«Adrien de Gerlache», «DeMoor», «Van Haverbeke»,etc.— que, con el transporte«Kamina», lucieron sus es-tampas marineras a la som-bra de Anaga. Con ellos, elrecuerdo para el bergantíngoleta de trres palos «Mer-cator» que, siempre al man-do del capitán Van de San-de, durante toda su vidamarinera recaló por SantaCruz de Tenerife.— Juan A.Padrón Albornoz