La Casa de Esquivel y Jarava de Lima Vf (4)

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    LA CASA DE ESQUIVEL Y JARAVA DE LIMA: LAS LEYENDAS URBANAS EN UNATRADICIN DE RICARDO PALMA

    Samuel Amors Castaeda

    Introduccin.

    Todos hemos ledo ms de una tradicin de Ricardo Palma sobre Lima virreinal y, gracias a sutalento, hemos disfrutado de narraciones llenas de un fino humor e irona, que plcidamentenos conducen hasta una fantstica ciudad, producto de su desbordante imaginacin.Ciertamente, la exactitud histrica no va de la mano con una interpretacin ensalzada yfantasiosa, porque la tradicin solo busca el deleite del lector, mientras que la historia procuraacercarse rigurosamente a la verdad. Es probable entonces, que un juicio apresurado eirreflexivo solo considere entretenida a la tradicin y aburrida a la historia, pero no tiene por qu

    ser as; somos los seres humanos quienes dotamos a las obras con nuestras propias virtudes ydefectos.

    Una de las tradiciones que logr saltar la barrera de la ilusin para quedarse registrada en lamemoria colectiva, fue la titulada como La casa de Pilatos1, y se refiere a los sucesos quesegn Palma, acontecieron en la primera mitad del siglo XVII en la misma edificacin quetodava perdura en el jirn Ancash N 390 esquina con el jirn Azngaro, que desde los aossesenta del siglo XX fue la Casa de la Cultura, luego transformada en el Instituto Nacional deCultura, para convertirse en la actualidad en la sede del Tribunal Constitucional del Per. Peroacaso la morada fue habitada por Pilatos o por algunos de sus descendientes? Nada de eso;fue construida para servir de residencia de la familia Esquivel y Jarava.

    Pero ms all del apellido de los propietarios originales, tambin concurren en ella otras dosleyendas urbanas con diferente mbito de difusin. Fue as como ms tarde, una parte delrelato de Palma fue asumido por un grupo de estudiosos de la arquitectura virreinal, quienesdecidieron adoptar sus palabras como si se tratara del registro de un hecho histrico y creyeronque la inusual ubicacin de la imponente escalera que ostenta la vivienda reflejaba un derechosolamente reservado a los conquistadores y a sus descendientes. Tambin nos encontramoscon otro aspecto de la tradicin, que fue recogido popularmente como si se tratara de laconfirmacin de un secreto a voces, hasta el punto que habitualmente es sacado a la luz ensucesivos reportajes periodsticos. Me refiero a la creencia generalizada de los tneles debajode la ciudad virreinal, segn la cual habran sido utilizados para comunicarse entre las diversascasas religiosas, tal vez para esconder acciones muy poco santas; o, en otro caso, porque se

    pensaba que al final de sus desconocidos recorridos se encontraran tesoros plenos desorprendentes riquezas.

    Ni remotamente pretendo terminar con el atractivo de la tradicin, solo quiero distinguir entre laverdad y la fbula. Si bien ambas pueden coexistir, pienso que la razn no debe dejarseobnubilar por el placer de una fantasa hasta confundir la realidad con la leyenda.

    1 La totalidad de la tradicin puede leerse en: http://tradiciones-peruanas.xn--crdenas-hwa.net/pilatos.html[Consulta: 22-07-2013].

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    Por qu Pilatos?

    Comenzar refirindome a las dos razones por las cuales se piensa que la casa fue dePilatos. La primera de ellas concierne directamente a Ricardo Palma cuando nos cuenta que[] la casa se fabric en 1590[] (1960: 34) y perteneci a [] un rico mercader espaolapellidado Esquivel [] (ibdem). Segn dice, el diseo correspondi al sacerdote Ruz delPortillo2, el Superior de los franciscanos, y para su ejecucin el propio Esquivel comprara losladrillos y la madera que sobraron de la construccin del vecino convento franciscano. Luego,en 1635, la vivienda habra sido alquilada a mineros y comerciantes portugueses. Siguiendocon la tradicin, un curioso de aquel tiempo, logr ingresar hasta el segundo piso de la moraday pudo apreciar desde la celosa de una ventana el interior de un saln, en donde se producaun ritual que profanaba una imagen sagrada por un centenar de judos falsamente conversos,quienes estaban bajo el mando de Manuel Bautista Prez, uno de los prsperos comerciantesde la ciudad. Bajo un dosel o toldo de tela, Prez pronunciaba un discurso, mientras que:

    Frente al dosel y entre blandones de cera haba un hermoso crucifijo de tamao

    natural.Cuando termin de hablar Prez, todos los circunstantes menos ste fueron por

    riguroso turno levantndose del asiento, avanzaron hacia el Cristo y descargaron sobre

    l un fuerte ramalazo.

    Prez, como Pilatos, autorizaba con su impasible presencia el escarnecedor castigo.(dem: 35)

    La causa de la denominacin sealara una analoga entre la inaccin del lder de lostrasgresores de la fe catlica con la actitud de completa indiferencia del gobernador romano deJudea, mientras Jesucristo era flagelado por los soldados. Al judo Manuel Bautista Prez lepusieron los catlicos limeos el apodo de Pilatos, y la casa qued bautizada con el nombre de

    casa de Pilatos. (Ibdem).

    Como suele ocurrir con sus tradiciones, se trata de un hecho histrico que fue modelado por lahbil mano de Palma, porque no existe ninguna documentacin que avale la profanacin de laimagen de Cristo. Aunque indefectiblemente, Manuel Bautista Prez junto con sus otroscorreligionarios fueron apresados por la Inquisicin y se les sigui un largo proceso, que loscondujo a un Auto de Fe, que concluy con su ajusticiamiento en la hoguera, tampoco se indicaen ninguna otra parte que la casa en cuestin sirviera de escenario para las siniestrasreuniones de los encausados3.

    Cuando Emilio Harth-Terr se ocup del problema de la casa, contrast la tradicin con lahistoria, en dos sendos artculos publicados en 1973 en el diario El Comercio. Lo destacable de

    2 No existen referencias sobre alguna labor realizada por este sacerdote en el mbito arquitectnico.

    3 Conviene citar lo escrito por Rubn Vargas Ugarte sobre este particular: Es un hecho bien conocidoque por aquel tiempo la Inquisicin segua la pista de todos los judos que vivan en Lima, muchos deellos dedicados al comercio. El da 11 de Agosto de 1635, a la una del da, los alguaciles del SantoOficio, ayudados por algunos caballeros de nota, echaron mano y secuestraron los bienes de 17 deellos y los metieron en las crceles del Tribunal. El autor del Diario de Lima, Jos Antonio Suardo,da los nombres de todos ellos y anota algunos pormenores. El primer nombrado era Manuel BautistaPrez, acaudalado comerciante, el mismo que, segn Palma, presida la ceremonia sacrlega antesmencionada. Ahora bien, Suardo nada nos dice de ella, y tampoco advierte que en la casa de la calledel Milagro[cuadra 3 del jirn Ancash] tuvieran su habitacin algunos de los nombrados. (1963: s/n)

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    su aporte es que est sustentado en documentos del actual Archivo General de la Nacin4. Fueas como el investigador limeo indicaba que para 1639 la casa todava estaba enconstruccin5, de manera que Pedro de Esquivel y Jarava (o Jaraba), el autntico propietariode la morada, no habra podido alquilar una edificacin que todava no exista, porque

    recordemos que los sucesos que envolvieron a Prez y su grupo se produjeron en 1635.Cuatro aos es un periodo de tiempo extremadamente largo para la ejecucin de una vivienda,hasta para ese entonces, ms an cuando el propietario contaba con los mayores recursoseconmicos de su poca.

    Harth-Terr tambin indica que la viviendade Manuel Bautista Prez podra haberseencontrado [] frente a la puerta falsa deSan Agustn[] (1973a: 2), es decir, en lacuadra 2 del jirn Huancavelica, en elmismo frente del actual teatro Segura, peromuy lejos de la casa que conocemos como

    de Pilatos. Lo cierto es que lasreferencias ms antiguas con esadenominacin pertenecen a mediados delsiglo XIX, el mismo tiempo en que RicardoPalma contaba con una veintena de aos.Por ejemplo, en el Diccionario histricobiogrfico del Per de Manuel deMendiburu o propiamente, en la Estadsticageneral de Lima, de Manuel AtanasioFuentes, se puede leer: Entre las casasantiguas que se conservan en buen estado

    a favor de refacciones ms o menos

    importantes deben contarse la llamada de Pilatos, propiedad de D. Francisco Quirs en la calle

    de San Francisco; [] (Manuel Atanasio Fuentes, 1858: 654). Por esta razn, Harth-Terr creeque el clebre tradicionista adopt las informaciones consignadas en las fuentes secundariasde su poca e incluso trat de incrementar su real valor:

    Don Ricardo Palma nos habla de escrituras que ha tenido a la vista; no me detengo endesvirtuar los varios errores cronolgicos, absurdos a simple vista, en su tradicin

    escrita en 1868. Es decir que recoge lo ya historiado por Mendiburu y Fuentes. Esto de

    la Casa de Pilatos como consecuencia de las herejas de Prez es a mi juicio un

    infundio del siglo romntico que se perpeta por nuevos divulgadores de nuestra historia

    urbana que le hacen eco, lamentablemente, sin hacer algn examen ms prolijo en los

    entretelones de la historia. (Emilio Harth-Terr, 1973b: 2).

    4 Hasta el 11 de enero de 1972 fue conocido como Archivo Nacional del Per. A pesar de habertrascurrido ms de un ao del cambio, Emilio Harth-Terr utiliza esta misma denominacin en los dosartculos que escribi en 1973 para referirse a l.

    5 Emilio Harth-Terr resea una parte del protocolo del notario Marcelo de Figueroa, folio 235, del 12de marzo de 1639: El Mayordomo de la Cofrada de San Antonio, en San Francisco, por el que seconviene con el azulejero Eugenio Daz le haga unos del modelo y conforme estn puestos en lacasa que labra don Pedro de Jraba, Oficial de la Caja Real, que est frente de dicho convento[](1973a: 2). El subrayado es propio.

    Casa de Pilatos de Lima. La morada fue mandada a construirpor Pedro de Jarava Esquivel alrededor de 1639. El rey CarlosII de Espaa concedi en 1687 el marquesado de San Lorenzode Valleumbroso a sus descendientes. A diferencia del palaciosevillano, no cuenta con un patio de ingreso, sino de unzagun, que directamente conduce al patio principal,configurando una perspectiva que termina en la escaleraimperial. Imagen: Convenio FAUA UNI-Fundacin Ford, 1988:ficha 2549.

    Patio

    principal

    Ingreso

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    Sin la existencia de alguna documentacin de archivo que avale lo expresado por Palma, memuestro completamente escptico en aceptarlo como una representacin fidedigna de aquellarealidad.

    Pero la casa de Pilatos tiene otra razn que trata de explicar el motivo de su denominacin yno corresponde a Palma, sino a quienes buscaron alguna causa que la hiciera creble, sinimportarles el contenido de la tradicin. De esa manera terminaron enlazando una viviendaespaola con la morada limea: La Casa de Pilatos, tal vez llamada as por el parecido quetiene su patio con el de la Casa de Pilatos de Sevilla, [] (Hctor Velarde, 1978: 169-170). Lacasa Sevillana tiene su propia leyenda urbana, la cual nos cuenta que la pareja de esposos,Pedro Enrquez y Catalina de Ribera la construyeron a fines del siglo XV, tomando por modeloel palacio del gobernador romano de Judea en Jerusaln, el mismo en donde residi Pilatos.Pero como tambin anota acertadamente Emilio Harth-Terr6, hay un grave error histrico conaquella presuncin, porque aquella edificacin fue destruida por los soldados cruzados cuando

    conquistaron la ciudad de Jerusaln en 1099, en una deplorable accin que signific lamasacre de la mayor parte de sus habitantes. Un historiador espaol serio, como fue VicenteLamprez y Romea, no cita en ninguna parte del texto que dedica a la casa de Pilatos lamenor referencia al extravagante origen de su denominacin, relegndola luego del ttulonobiliario de sus propietarios originales: Palacio de los Duques de Tarifa, en Sevilla (casa de

    6 Sabido es que los Cruzados, al ocupar Jerusaln en el siglo XII arrasaron con lo que haba sido lasuperestructura de aquella mansin. Y mal pudo ser entonces copiada [] (1973b: 2).

    Ingreso

    Patio

    principal

    Casa de Pilatos de Sevilla. La extensin de la edificacin, as como el hecho de haber sido habitada por los Ribera,personajes de rancio abolengo dentro del linaje de la nobleza espaola, convierte a esta morada propiamente en un palacio.Imagen: Lamprez y Romea, 1922: 505.

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    Pilatos) (1922: 502), el mismo que hoy es tambin conocido como Palacio de los AdelantadosMayores de Andaluca.

    Las palabras del arquitecto Hctor Velarde, tambin fueron refrendadas por el historiadorRubn Vargas Ugarte quien asevera: Sin duda, que la mansin sevillana, perteneciente hoy alos Duques de Medinaceli, supera en extensin y riqueza y arte a la casona limea, pero no le

    faltan puntos de contacto con ella. (1963: s/n). Si juntamos ambas opiniones sobre las doscasas, probablemente encontremos al patio como el punto de contacto, o ms precisamente, ala configuracin de su contorno. En los dos casos, como todo patio, se trata de un espacio quefue dejado sin techar, quedando as rodeado por galeras, que en todos sus frentes hacia elpatio muestran arqueras. Pero aqu se terminan las analogas, porque el ejemplar sevillanotiene seis arcos por cada lado que definen un cuadrado, mientras que el caso limeo tiene tresarcos en cada lado, los que en conjunto tambin delimitan un cuadrado7. Si continuamos

    adentrndonos en el anlisis formal de los componentes de cada una de las arqueras hacia lospatios de las viviendas, podemos observar que los arcos de la casa en Sevilla son peraltados ytienen en su contorno interno curvo o intrads, un tipo de enriquecimiento que se denominacomo dientes de sierra; por el contrario, los arcos de la morada en Lima son de medio punto ysu intrads es completamente liso. El rea frontal entre un arco y otro, conocido comoalbanega, de la casa de Pilatos de Sevilla est profusamente decorada con arabescos; adiferencia de la casa de Pilatos de Lima, que solo tiene una sencilla ornamentacingeomtrica. Las columnas de piedra de la casa en Sevilla reflejan diversos antecedentes en suconfiguracin, desde la basa y el fuste gtico tardos, pasando por el aspecto hispanorabe delcapitel, con el collarino acampanado, hasta la presencia de una almohadilla o pulvinusde razbizantina encima; muy diferente a la directa y nica asociacin con el orden toscano de lascolumnas de piedra de la casa en Lima.

    7 En la versin impresa publicada en Arquitextos, ao 20, N 28, equivocadamente seal: []mientras que el caso limeo tiene tres arcos en los lados paralelos a la calle, y cuatro arcos en lostrasversales, los que en conjunto delimitan un rectngulo. (2013: 54). Asumo este error y merectifico ahora.

    A la izquierda: Espaa, Sevilla. Patio principal de la casa de Pilatos. Imagen: http://www.audioguiasevilla.com/wp-content/uploads/2013/10/casapilatos2.jpg[Consulta 23-02-14].

    A la derecha: Per, Lima. Patio principal de la casa de Pilatos. Imagen: S. Amors, 2013.

    La diferencia es acial ar uitectnica entre ambas edificaciones es absoluta.

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    Podra continuar sealando ms diferencias, pero considero que ya es redundante, porqueambos patios no se parecen en nada y es intil buscar puntos de contacto que expliquen unatransferencia de la denominacin, que me parece antojadiza. Lo grave es que el portal de lapgina web del Tribunal Constitucional del Per sigue arrastrando los errores del pasado hasta

    el da de hoy, tal y como se puede leer en el Informe esttico8, que no hace ms quereproducir la desatinada opinin de Velarde.

    Ninguna de las dos explicaciones que se han barajado para llamar a la casa de Pilatos esaceptable y el misterio sobre su origen solo debe ser tomado como un atractivo turstico,complementario y secundario al valor artstico del edificio.

    La escalera de la casa del conquistadorUn componente que ayuda a otorgarle un halo seorial o de alcurnia a la tradicin, loconstituye la afirmacin que Palma realiza sobre la escalera de la morada:

    Que fue la casa de un conquistador, compaero de Pizarro, lo prueba el hecho de estarla escalera colocada frente a la puerta de la calle; pues tal era una de las prerrogativas

    acordadas a los conquistadores. Hoy no llegan a diez las casas que conservan la

    escalera fronteriza. (Ricardo Palma, ob. cit.: 33)

    Hasta hace unos veinte aos atrs, todava podan escucharse las palabras de algnconferencista repitiendo lo contado por la tradicin como si se tratara de un hecho histrico,pero hoy en da ya no se trata ms que de otra leyenda urbana cada en el olvido, ante la casi

    total indiferencia de nuestra sociedad por el pasado. Pese a ello, a mediados del siglo XX nofaltaron investigadores que asumieron a las Tradiciones Peruanas como una referenciacientfica que sustentaba la creencia segn la cual, toda vivienda con un pasado virreinal quemostrara una escalera en lnea recta con el ingreso, haba sido la morada de un conquistador.Esta ficcin se repiti tanto que lleg a ser asumida como una verdad irrebatible. Por eso,considero pertinente desagregar y contrastar histricamente cada una de las aseveraciones

    8 La direccin electrnica es: www.tc.gob.pe/institucional/casapilatos.html[Consulta: 22-07-2013].

    A la izquierda: Espaa, Sevilla. Detalle de la galera del patio principal de la casa de Pilatos. Imagen: http://www.en-sevilla.com/images/pilatos1.jpg[Consulta 23-02-14].

    A la derecha: Per, Lima. Detalle de la galera del patio principal de la casa de Pilatos. Imagen: S. Amors, 2013.Las columnas, los arcos y los elementos ornamentales difieren entre uno y otro caso.

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    contenidas en el citado prrafo de Palma, haciendo uso de algunas de las opiniones a favor yen contra vertidas por los estudiosos que han tratado el tema.

    Debo empezar por citar a Rubn Vargas Ugarte, quien era concluyente cuando indicaba quedesconoca de alguna normatividad que permitiera distinguir la casa de un conquistador de lade cualquier otro vecino9, y no tuvo reparos en calificar a esta tradicin, tildndola de [] unrelato que tiene de todo pero en el cual queda muy mal parada la verdad histrica. (ob.cit.).Han pasado cincuenta aos desde aquella valoracin de Vargas Ugarte y a la fecha no ha sidoubicada ninguna documentacin que avale las palabras del tradicionista. La casa delconquistador tampoco existi propiamente, en la documentacin de archivo solamente figuraen su lugar la casa principal como la tipologa arquitectnica correspondiente a la morada de lalite virreinal. Estas viviendas tenan todas las habitaciones organizadas en crujas, dispuestaspara configurar al patio cuadrangular o rectangular que las caracterizan. En la cruja delante dela calle, muchas veces hacia el centro de la fachada, sola colocarse el ingreso, quegeneralmente estaba constituido por un vestbulo denominado zagun. Luego, se pasabapropiamente al patio y en lnea recta sola encontrarse una habitacin, que a partir del siglo

    XVIII fue propiamente la sala. Justamente, la ubicacin de la escalera de la casa de Pilatosconstituye una de las excepciones a esa tipologa, algo que sin duda llam la atencin dePalma, quien supo valerse de ella para introducir un elemento inusual y atractivo en su relato.

    El tradicionista sealaba que para el momento de la publicacin de su texto (1868), solamentequedaban en pie menos de diez edificaciones que ostentaban aquella privilegiada posicin dela escalera. En la actualidad, solamente podemos contabilizar otros dos casos similares en elcentro histrico de Lima: la casa de Aliaga y la casa de Aspllaga. La primera de las nombradasperteneci al conquistador espaol Jernimo de Aliaga y todava permanece en manos de susdescendientes, quienes la continan habitando en el jirn de la Unin N 224. En ella podemosobservar que inmediatamente despus del zagun se encuentra una escalera sin techar de una

    ida, la cual conduce hasta el patio que est en un nivel ms alto, aparentemente, porque unaparte de la propiedad se encontrara encima de los restos de una plataforma prehispnica, locual nos lleva a cuestionar si esta no ser otra leyenda urbana, porque hasta ahora sedesconoce de alguna prospeccin arqueolgica que confirme esta suposicin repetidainnumerables veces.

    En el estudio que Juan Gunther le dedic a la referida casa de Aliaga, tom la decisin deplegarse por completo a la tradicin de Palma, aunque sin citarlo. l afirmaba que Lasescaleras de acceso que arrancaban dando frente a la puerta de ingreso, como las de esta

    casa, eran un privilegio que solo podan ostentar los fundadores de la ciudad[] (2004: 34).Pero tengamos en cuenta que la disposicin original de esta morada ha sufrido mltiplestransformaciones con el paso del tiempo, de manera que hoy es bastante aventurado pensar

    que este ordenamiento repite el esquema primigenio de la casa.

    9 Confieso que no he visto la ordenanza real o municipal en que se hable de ella ni tampoco laencontramos en provisiones en que se gratificaba los servicios de los conquistadores y se les dabaalgunos indios en encomienda. Difcil es por otra parte, comprobar la verdad de su aserto, por sermuy raras las casas de conquistadores que hoy subsisten. (Rubn Vargas Ugarte, ob.cit.: s/n).Similar opinin tiene Teodoro Hampe: Tampoco hay certeza en que la posicin especial de laescalera corresponda a un distintivo social propio de la nobleza o de los conquistadores. (2009:107).

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    El otro ejemplar se refiere a la casa de Aspllaga, que est ubicada en la interseccin de losjirones Ucayali N 391 y Azngaro, y hoy es la sede del Centro Cultural Inca Garcilaso delMinisterio de Relaciones Exteriores. En ella tambin puede observarse aquella peculiardisposicin de la escalera, en lnea recta con el ingreso. Pero tengamos presente que esta

    vivienda tambin ha tenido diferentes intervenciones a lo largo de los siglos, al punto quesegn Jaime Mariazza, la ubicacin de la escalera en el eje zagun patio, recincorrespondera a 174210, una fecha muy tarda para estar pensando todava en la existencia deconquistadores o de descendientes que desempolvasen aquel privilegio. En consecuencianinguno de estos dos ejemplares constituye un aval de lo expresado por Palma.

    Tal vez lleg a existir un tercer ejemplar, procedente de la primera mitad del siglo XVII y depropiedad de Diego de Ayala, que ha sido historiogrficamente reconstruido por Antonio SanCristbal, quien afirma:

    La colocacin de la escalera principal en esta vivienda alta aparece un tanto anmala.Un conjunto de datos permite deducir que la dicha escalera estaba colocada al fondo

    del primer patio, en la cruja atravesada frente al arco del zagun. Por lo pronto, notena cabida la escalera en el lugar comn de las casas limeas, que era a un costado

    del patio,[]. (San Cristbal, 2003: T. II, 329)

    De acuerdo a la planta esquemtica ideada por el autor, se habra tratado de una escalera enuna ubicacin similar a la observada en las casas de Pilatos y de Aspllaga. Pero el problemaradica en que dentro del texto de 1630 que transcribe el investigador (dem: 363), no existeningn indicio que permita situar a la escalera donde l seala o en alguna otra parte,quedando como una incgnita aquel conjunto de datos que le proporcionaron aquellainterpretacin. A todo esto agregaremos que extraamente San Cristbal no cita la similitudentre esa escalera con la de la casa del jirn Ancash o con la del jirn Ucayali.

    La propia casa de Pilatos tambin ha sido objeto de mltiples reconstrucciones11

    , de modoque no disponemos de mayores elementos de juicio que permitan situar a su escalera comouna construccin realizada al poco tiempo de producida la conquista, y aunque es probable quelos sismos que devastaron Lima en 1687 y 1746 hayan obligado a reconstruirla, no podemosafirmar o negar que su actual ubicacin en la vivienda provenga del siglo XVI.

    Cuando Jorge Bernales Ballesteros escribi acerca de las casas virreinales de Lima, utiliz ladescripcin del cronista espaol del siglo XVI, Agustn de Zrate, para sealar algunascaractersticas generales que comprendan los materiales empleados, las particularidadesmorfolgicas e inclusive la ausencia de lluvias, por lo cual refiere que: [] las escaleras estndescubiertas en los patios y van a dar en unos terrados [azoteas] (1972: 37). Pero acontinuacin, este autor aprovecha para vincular todo ese texto con lo referido por Ricardo

    Palma (sobre la casa del conquistador) aunque sin mencionarlo, colaborando de esta maneraa otorgarle una urea de erudicin histrica a la tradicin.

    [] es de inters tenerla en cuenta [la crnica de Zrate] para la historia de ladisposicin y forma de las llamadas casas de conquistador con el tradicional y

    10 Creemos que la ubicacin de la escalera en su lugar actual pudo haber sido dispuesta en estosaos[1742]de reconstruccin de la parte alta (Jaime Mariazza, 2004: 36).

    11 [] la Casa de Pilatos, muy alterada por las numerosas reconstrucciones posteriores que ha sufrido,[] (Antonio San Cristbal, 2003: T. I, 11).

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    legendario privilegio de escalera en el patio, frente al zagun de entrada, y no lateral

    como se us en la centuria siguiente. (Ibdem)

    Jorge Bernales parti del pie forzado de la tradicin de Palma y pretendi acomodar unasencilla escalera sin techar, que por lo mismo estaba ubicada en el patio, con otracompletamente diferente, como sucede con la escalera imperial y techada de la casa dePilatos. Por otra parte, la escalera lateral que menciona, durante el virreinato era llamadacomo escalera de caja, o sea que luego del vano de acceso, su desarrollo ascensional seproduca entre cuatro paredes que configuraban un cuadriltero, el mismo que estabaevidentemente techado. Aquella escalera comenz a usarse desde el temprano siglo XVI y noen el posterior siglo XVII, como aventuradamente seal.

    Los investigadores Emilio Harth-Terr y Alberto Mrquez solamente registraban la existencia dedos tipos de escaleras virreinales: las de caja y las de patio o sin techar. Sobre la escalera decaja, agregan que estara [] siempre subordinada a la importancia del principal quecorresponde a sala y cuadra. (1963: 147). Es extrao que estos estudiosos soslayen en todo

    su ensayo el caso particular de la escalera de la casa de Pilatos, por el contrario, la anteriorcita nicamente considera esa ubicacin para la sala, invalidando la existencia de algunaescalera en aquella posicin. Esto me lleva a sospechar que pudieron considerarla como unaadicin tarda y extraa a la edificacin original.

    Algo similar deja traslucir Mara Dolores Crespo, cuando seala a la escalera [] monumentalde la Casa de Pilatos una excepcin ya tarda en la arquitectura civil. (2006: 205) Sinembargo, como los anteriores autores, la investigadora tampoco aporta una prueba querespalde su aseveracin. Luego, presupone sobre la ubicacin de la escalera en la casa que:El hecho de estar dispuesta a eje con la portada es una solucin de implante clsico,renacentista (dem: 243). Por consiguiente, la aleja de cualquier afn que pueda enlazarla conla supuesta prerrogativa especial de algn conquistador del Nuevo Mundo. Esta ltima

    referencia nos conduce a profundizar en el origen de aquella monumental escalera,exactamente adjetivada como imperial.

    La escalera imperial respondi a un diseo surgido en el siglo XVI en Espaa12, por el cualquedaba conformada en tres tramos paralelos techados, uno de ida en el centro (o arranque dela subida), hasta llegar a un descanso, despus del cual la ascensin se bifurcaba en otros dostramos dispuestos en la direccin contraria al anterior (por eso se les denomina como devuelta), uno a la derecha y el otro a la izquierda, llegando finalmente cada uno al nivel superior.Aunque la traza apareci simultneamente en Italia, su aplicacin fue diferente, porque all sela construy dentro de una caja cerrada, o entre muros que limitaban cada uno de los tramos yel descanso, dejando tan solo libres la subida y las llegadas. Por el contrario, en Espaa seprefiri una caja abierta13, es decir, que entre cada tramo solo exista el antepecho y el

    pasamanos, de manera que as se obtena una integracin espacial de todos los componentes

    12 Segn seala Mara Carreiro, la primera escalera imperial fue[] proyectada en 1546 para elMonasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia por A. Covarrubias [Alonso de]. (2007: 68),aunque no lleg a construirse.

    13 Las denominaciones caja cerrada y caja abierta solo se refieren a las divisiones verticales entre eltramo central y los laterales. En ambos casos se trataba de espacios techados.

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    de la escalera14, logrndose una solucin mucho ms impresionante que la italiana. A partir deesa idea inicial, en los siglos siguientes se sucedieron innumerables variaciones del esquemageneral.

    Ya fuera en tiempos del virreinato o durante la repblica, lo cierto es que la traza primigenia dela escalera imperial espaola se hizo patente en la arquitectura de algunas moradasparticulares limeas, como la de Pilatos y la de Aspllaga. En el tramo inicial o de arranque, decada una de ellas coinciden el eje de simetra de la escalera, con el eje axial que penetra lamorada desde el umbral de la portada de ingreso, atravesando el zagun y el patio,configurando as un espectacular e inusual fondo para quien se acerque a mirar desde la calle,un hecho completamente atpico entre las casas principales de Lima. Ciertamente, unaescalera imperial habra enfatizado la elevada posicin social del propietario de la vivienda, alemplear un elemento arquitectnico reservado para los palacios15y conventos.

    Aunque hasta el momento no sea posible comprobar que la escalera de la casa de Pilatoshaya sido edificada durante el virreinato, nada lleva a considerar a su ubicacin en la vivienda

    como el reflejo de una condicin privilegiada por el origen ancestral de sus propietarios. Losotros ejemplos que han sido alegados tampoco sostienen efectivamente aquella presuncin.

    Los tneles debajo de la ciudad virreinal

    Es probable que hayamos escuchado ms de una vez a una persona de la tercera edadreferirse a los pasajes subterrneos que atraviesan el centro histrico de Lima, con el aplomoque solo puede dar la certeza de un hecho. De poco puede servirnos tratar de cuestionarleaquella creencia recordando el costo que hubiese significado en vidas humanas suconstruccin, ms all de la inmensa inversin econmica necesaria para una empresa de este

    14 Juan de Herrera, plasm esta concepcin en la escalera imperial que construy en 1571 para elMonasterio de San Lorenzo del Escorial.

    15 Es necesario destacar que no existen referencias del empleo de escaleras imperiales en los dosautnticos y nicos palacios que existieron en Lima, el correspondiente al virrey y el del arzobispo.Por otra parte, es importante recordar que todas las otras edificaciones civiles no fueron ms quecasas, incluyendo la del marqus de Torre Tagle.

    Escalera imperial de la casa de Pilatos de Lima. Imgenes: S. Amors, 2013.

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    tipo, todo por el deseo de crear una va escondida, que a lo mejor conduca a un tesoro o hastaserva para ocultar comportamientos pecaminosos. Inclusive, para que la vida en su interiorpudiera sustentarse, hubiese sido imprescindible la existencia de ductos de ventilacincolocados cada cierto tramo, que evitasen el ahogamiento de quienes transitaban por aquellos

    tneles, ductos que nadie ha visto ni queda alguna referencia de su existencia. Adems, esevidente el peligro que habran sufrido sus eventuales transentes al quedar expuestos aderrumbes y a la humedad concentrada en el subsuelo de la ciudad. Por el contrario, todos losque sostienen persistentemente la existencia de estos tneles parecen creer que fue muysencillo construirlos, cuando inclusive hoy en da resultan bastante complicados de realizar.

    La idea de los tneles secretos que llevan a riquezas ocultas es una concepcin mucho msantigua de lo que pudiramos imaginar y se remonta, cuando menos a los celtas que habitaronla antigua pennsula ibrica, antes de la conquista romana, iniciada en el 218 a.C.

    En Canabal [Galicia], en la parte llana de Val de Lemos, hay un monte llamado elCotarro que tiene la forma de un montn de centeno. En el subsuelo de este monte

    dicen que hay unos antiguos habitantes enanos, cuyo trabajo es ir llenando cubas deplata, porque del otro lado del monte creen que hay un filn de dicho material. Los

    enanos tienen muchos subterrneos que se extienden a 200 metros a la redonda, [](Andrs Pena, 2004: 58-59)

    Los enanos mantenan aquellos subterrneos ocultos, raptando a todo aquel que osaseaproximarse a ellos. El relato hasta puede parecer el producto de la mente de John Tolkien,porque justamente l se bas entre otras, en las tradiciones orales celtas para componer susobras literarias.

    La posterior adopcin del cristianismo por el imperio romano, su colapso y la consiguiente EdadMedia consiguieron variar la tradicin en el resto de la pennsula, muchas veces eliminando alos enanos, pero con la constante de conservar a los pasajes subterrneos, que ya no soloconducan a tesoros ocultos en las entraas de la tierra:

    Lo de los largos tneles que comunican dos edificios singulares, conventos y castillos,ata en una creencia muy difundida por la Alta Extremadura[] (Fernando Flores delManzano: 1998: 198).

    Hasta aqu tenemos dos elementos que se mantuvieron como una constante, cuando estatradicin pas junto con los conquistadores al Nuevo Mundo. De forma tal que podemosencontrarla con mltiples variantes en las ciudades americanas, tal y como sucede en una urbemexicana:

    La Iglesia del Carmen en San Luis Potos, por ejemplo, tiene dos tneles dondefcilmente puede transitar un hombre montado a caballo. Uno de ellos, de casi 20

    kilmetros de longitud, tiene direccin norte y termina en las afueras de la ciudad.

    Mientras que el otro tnel, aproximadamente unos 15 kilmetros de longitud, comunica

    con el Templo de San Agustn. Este tema de antiguos templos y conventos catlicos

    romanos, con sus respectivos tneles subterrneos, monjas emparedadas y fetos

    enterrados, lgicamente se ha mantenido casi en secreto en un pas como Mxico

    donde la mayora es catlica y por lo tanto la informacin al respecto resulta difcil de

    conseguir. (Martn Careaga, 1998: 205)

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    Como vemos, esta leyenda urbana no sabe de lmites geogrficos ni de impedimentosmateriales y sirve para hacer volar la imaginacin, albergando hasta las ms truculentasacciones. Pero debemos regresar a nuestro medio y cotejar lo ya sealado con lo escrito porRicardo Palma, quien necesariamente debi conocer algo de estos cuentos:

    Por medio de una ancha galera, stano o bveda subterrnea, de seis cuadras delongitud, est la fbrica en comunicacin con el convento de San Pedro que habitaron

    los jesuitas.

    Ese subterrneo que, previo permiso del actual propietario de la casa, puede visitar el

    curioso que de mis afirmaciones dude, les vendr de perilla a los futuros escritores de

    novelas patibularias. En el stano pueden hacer funcionar holgadamente

    contrabandistas, y conspiradores, y monederos falsos, y caballeros aherrojados, y

    doncellas tiranizadas, y todo el arsenal romntico romancesco. Cuando yo digo que la

    casa de Pilatos est llamada a dar en el porvenir mucha tela que cortar!

    Para qu se hizo este subterrneo? Ni lo s ni me interesa saberlo. (Ob.cit.: 34)

    Nuestro tradicionista es mucho ms modesto con la longitud de su tnel, algo ms deseiscientos metros, que tampoco son poca cosa, pero que empequeecen al compararlo conlos kilmetros que fantasean en el equivalente mexicano. Pero luego de este punto de partidaincurre en un evidente error, porque la casa religiosa de San Pedro no se encuentra a seiscuadras de la casa de Pilatos, sino a tres. Me pregunto si el autor no era consciente del errory lo hizo adrede, para burlarse de aquellos que le creyeran. Igualmente, si de distancias setrataba, el convento de los franciscanos quedaba mucho ms cerca, pero la antigua casa de losjesuitas, expulsados de los dominios espaoles en 1767, tena un mayor ingrediente demisterio, porque enlazaba con otra leyenda urbana, la ficcin del tesoro enterrado por losjesuitas, que los funcionarios del gobierno virreinal no lograron encontrar.

    Por supuesto que a continuacin, Palma contina manejando la imaginacin del lector para

    hacerle pensar en los mltiples acontecimientos que podran haberse sucedido en el interior deaquella galera, para finalmente sugerir con extrema sutileza la posibilidad de un uso prohibidou oculto, el mismo que se niega a mencionar. Lo cierto es que tal subterrneo no ha sidohallado durante las diferentes intervenciones que ha tenido la casa durante el siglo XX. Nopuedo descartar la eventual existencia de un stano clausurado en la morada, as comotampoco la de un pozo sptico, porque nunca se publicaron los informes de aquellasintervenciones, pero considero descabellado pensar en una va por el subsuelo de variascuadras, sin ductos o tiros de ventilacin.

    No puedo dejar de mencionar el nico caso que conozco, documentalmente probado, de laexistencia de un tnel debajo de una ciudad virreinal. Los sucesos nos transportan al Quito decomienzos del siglo XVII, cuando el monasterio de la Inmaculada Concepcin obtuvo el

    permiso para ocupar las Casas Reales, que se ubicaban en la acera de enfrente a su casareligiosa. El problema radicaba en cmo llegar hasta all, porque las religiosas vivan enabsoluta clausura, totalmente alejadas de todo contacto con el mundo exterior. De manera que:las monjas procedieron a la construccin de un tnel subterrneo para unir las dos cuadras,pero el pasaje era oscuro y potencialmente peligroso. (Susan Webster, 2002: 77). Entindaseque cuando se indica unir las dos cuadras no se refiere a la longitud del tnel, sino a cadauno de los frentes de la cuadra de esa calle, en consecuencia, aquel pasaje en el subsuelohabra tenido una longitud de poco ms de doce metros, a pesar de los cuales, resultabainconveniente para la seguridad de las monjas, porque si se alumbraban con demasiadas velas

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    o con candiles, las llamas consuman el poco aire del subterrneo, por el contrario si realizabanel trnsito en la completa oscuridad, eran susceptibles a tropezarse y caer. Fue as como lasreligiosas decidieron contratar en 1705 al alarife espaol Jos Jaime Ortiz para que ejecutaseun puente sostenido por un arco sobre la calle, conocido como el Arco de Santa Elena. Es de

    subrayar que mantuvieron hasta mediados del siglo XVIII, el trnsito subterrneo para un usosecundario. Sin embargo, el Arco de Santa Elena ya no existe y se desconoce que sucedi conel tnel o si permanece ignorado debajo de la calle.

    Desconozco de la existencia de algn tnel similar en Lima o en alguna otra ciudad del Per. Apesar de ello, considero pertinente destacar una vieja noticia registrada a finales del mes demayo de 1955, que posiblemente dispar la imaginacin de cientos o hasta de miles deperuanos. La informacin consignada en el diario El Comercio, pp. 2 del sbado 28 de mayoindicaba el descubrimiento de:

    Un conducto subterrneo, que posiblemente llegue al convento e Iglesia de SantaClara, ha sido descubierto en el jirn Paruro []

    El conducto es a manera de bveda y tiene 1 metro 20 de altura. Despus de 100metros, hay un montculo que puede ser fcilmente deshecho para seguir el camino.

    Es importante apreciar cmo se deduce una hipottica direccin hacia una casa de religiosas,como una prolongacin de las antiguas tradiciones hispanas del Medioevo. La noticia estacompaada con una fotografa en la que aparece una persona agachada, evidentementeporque es imposible estar erguido en 1.20 m de alto, pero a su vez, la imagen tambin mepermite deducir el ancho del tnel, que habra tenido aproximadamente 1.50 m. Esas medidasson completamente insuficientes para el libre trnsito de los seres humanos, peor todava, sinductos de ventilacin imaginen a las religiosas o a los religiosos gateando por cientos demetros! El suceso fue nuevamente tratado por el mismo diario, que en su edicin del domingo29 de mayo lo titulaba: Un pasaje subterrneo hallado ayer puede conducir hasta una

    biblioteca buscada anteriormente. Pero en ninguna parte del texto desarrollado en las pp. 3 y 6hay otra alusin al inusual repositorio cultural que sealaba; en cambio, solo refiere que OscarAlvarado, el descubridor del tnel, pensaba encontrar un tesoro al final del mismo, por lo cualvena explorndolo y cavando rudimentariamente con unos amigos.

    Las informaciones sobre este tnel acabaron el lunes 30 de mayo, en la pgina 3, cuandoaparece otra fotografa del mismo, con el siguiente texto:

    Segn declaraciones del ingeniero Harth Terr, se tratara de una antigua acequia.Afirma el conocido profesional peruano que posiblemente sea una acequia afluente del

    ro Huatica. El Patronato Nacional de Arqueologa ha tomado cartas en el asunto,

    disponiendo vigilancia policial, mientras llega a conclusiones definitivas sobre el asunto.

    Despus de esta fecha, la noticia fue abandonada y ya no volvi a escribirse ms sobre ella. Esposible que la opinin pblica haya pensado entonces que las autoridades consiguieron llegarhasta el tesoro y se quedaron con las riquezas ocultas, alimentando de esta forma a la viejaleyenda urbana. Pero considero a la opinin de Emilio Harth-Terr como la ms cercana a larealidad, si tenemos en cuenta que el hallazgo ocurri en el mes de mayo, cuando el ro Rmacdisminuye ostensiblemente su caudal, es probable que se tratara de un canal subterrneo queen ese momento estaba seco o que inclusive, ya haba sido clausurado en el pasado. Tambin

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    recordemos que a pesar del tiempo, todava discurre por el subsuelo de nuestra ciudad el roHuatica, aunque reducido a su mnima expresin16.

    A lo sealado hay que agregar la existencia de criptas sepulcrales en el subsuelo de lasiglesias virreinales, porque ellas eran los nicos lugares consagrados en donde los cadveresde los creyentes podan ser inhumados. Basta con recordar el caso de San Francisco de Lima,me refiero a las mal llamadas catacumbas que no son otra cosa que un sistema de criptasinterconectadas, que sirvieron como el cementerio general de la Ciudad de los Reyes. El propioaspecto de una sola cripta sepulcral, por lo comn de planta rectangular y cubierta por unabveda de medio can corrido, puede llevarnos a generar la percepcin de un pasajesubterrneo cuyos extremos han sido interrumpidos o tapiados; pero si logrsemos derribaraquellos muros podramos continuar en la bsqueda de riquezas, cuando en realidad soloconseguiramos el colapso de toda la estructura que se convertira en nuestra sepulturadefinitiva.

    No encuentro ninguna razn para creer en la existencia de tneles debajo de las ciudades y

    mucho menos en un acceso subterrneo en el subsuelo de la casa de Pilatos, pero no dejade intrigarme la razn por la cual Ricardo Palma no eligi aquel subterrneo que imagin comoel preciso escenario para la flagelacin de la imagen de Cristo. Si se trataba de realizar una

    16 Comunicacin personal de Oscar Vlchez Doig, 27 de julio de 2013.

    Fachada de la casa de Pilatos de Lima. La portada de ingreso refleja un diseo renacentista, tanto por los entablamentoscorridos de ambos cuerpos, cuanto por la apariencia de cada uno de los frontones, indicando una antigedad que laremonta a las primeras dcadas del siglo XVII. Imagen: S. Amors, 2013.

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    supuesta ceremonia oculta, nada mejor que hacerla en las profundidades de la tierra, lejos dela vista de los mirones y del brazo del Santo Oficio.

    Eplogo

    La denominacin de Pilatos proseguir emplendose en el futuro y sera ilusorio proponer sueliminacin, a pesar que la casa perteneci a la familia Esquivel y Jarava en Lima, y con esenombre debera ser reconocida. Estoy seguro que este artculo u otros en el futuro no podrnredimir a los autnticos propietarios. He analizado crticamente cada una de las razones que seesgrimieron en el pasado, con el fin de construir una imagen idealizada y bastante alejada de laverdad e invitar al lector para que me acompae reflexionando sobre su pertinencia o no.

    Es importante que cuando leamos a Ricardo Palma tengamos presente que l, como nadie,saba hacer uso de algunos sucesos del pasado, los matizaba y jugaba con ellos, aadindoleso quitndoles elementos, como mejor le conviniera al desarrollo de su relato. Esta licencia espropia de una tradicin, pero una disciplina como la historia no puede comportarse de una

    manera similar. Al final de todo, es probable que el tradicionista hubiera sonredo de buenagana o quizs hasta habra lanzado una sonora carcajada, de haber sabido que todava acomienzos del siglo XXI sus palabras que solo buscaban solazar al espritu, sigan siendotomadas por algunos como una expresin de erudicin cientfica.

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    Arquitextos Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo

    Palma, n 28, octubre de 2013, pp. 51-61.

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